Mujeres y finanzas. La monetarización de la pobreza, las mujeres y la revolución microfinanciera en México

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Descripción

EN LA MIRA

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GIZELLE GUADALUPE MACÍAS

ción más vulnerable y a las mujeres,

GONZÁLEZ

vislumbrando el aporte de las finanzas

1

LA MONETARIZACIÓN DE LA POBREZA, LAS MUJERES Y LA REVOLUCIÓN MICROFINANCIERA EN MÉXICO

a cumplir los Objetivos del Milenio. En el caso de México, afirman Lucía Bazán y Gonzalo Saraví el sector de ahorro y crédito popular, ha ido creciendo a lo largo del último siglo, adecuándose a coyunturas políticas, programas gu-

La monetarización de la pobreza. Es-

bernamentales —la mayoría con enfo-

trategias financieras de los hogares

que a las mujeres— y reglamentos

mexicanos. Lucía Bazán Levy y Gon-

oficiales. La obra da cuenta de los re-

zalo A. Saraví, 2012. Publicaciones

sultados del estudio denominado:

de la casa Chata, Centro de Investi-

“Ahorro y crédito en unidades domés-

gaciones y Estudios Superiores en

ticas mexicanas: patrones de compor-

Antropología Social, México, 331 pp.

tamiento e impacto de los servicios financieros populares”2. La compleji-

La preocupación de abordar la lógi-

dad y actualidad de las finanzas popu-

ca financiera de los sectores populares

lares se aborda de manera profunda,

procede de las tendencias de impulsar

dando cuenta de la dinámica de calcu-

un círculo virtuoso de superación de

lar en dinero a través de monetarizar

la pobreza a través de programas de

la pobreza, con la singularidad de las

microfinanzas, presididas desde los años noventa por el Banco Mundial, tomando como beneficiaria a la pobla1 Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. Correo electrónico : [email protected]

2 Desarrollado con ciesas y la Universidad Iberoamericana, para el Banco Nacional de Servicios Financieros (bansefi) y el Proyecto de Asistencia Técnica al Micro-financiamiento Rural (patmir) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa) del gobierno de México, junto con varios investigadores y estudiantes.

REVISTA ESTUDIOS DE GÉNERO LA VENTANA, NÚM. 44, JUNIO-DICIEMBRE DE 2016, PP. 186-194, ISSN 1405-9436

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voces de las y los entrevistados, que

de áreas urbanas y rurales. El 60% eran

permiten evocar el contexto donde se

hogares pobres con la percepción de

llevan a cabo. El análisis de las finan-

cinco salarios mínimos mensuales o

zas populares, ubica a la actividad hu-

menos, 22.4% de seis a 10 y el 7.8%

mana que gira en su totalidad alrededor

mayor a 10. De igual manera 25% con-

de los recursos monetarios “escasos”.

taban con créditos y ahorros forma-

Por lo cual se devela el manejo y la

les, 37% alguno de estos y 38%

organización de los recursos financie-

ninguno.

ros, asociados a la administración eco-

La obra integra cinco capítulos. En

nómica de los hogares —atribuida a

el primero se aborda el universo de las

las mujeres— y a las microfinanzas, a

finanzas populares y su creciente rele-

través del crédito y el ahorro —prácti-

vancia, mediante la indagación del sec-

cas financieras feminizadas. Se realiza

tor informal y el formal. En el segundo

un análisis etnográfico de las finanzas

se da cuenta de la caracterización de

populares, con la cautela de abordar la

las fuentes de ingresos de los hogares

temática de los recursos monetarios

populares, su integración, las transfe-

para poder percibir las lógicas operan-

rencias provenientes de remesas y pro-

tes, explorando en las prácticas finan-

gramas sociales y la inclusión de los

cieras cotidianas de las personas de

negocios. Se diferencia a las y los con-

escasos recursos a través de sus ho-

tribuyentes de los ingresos de los ho-

gares, incursionándose en los usos,

gares destacando varias figuras: el jefe

significados y límites que le atribuyen

o la jefa del hogar, las mujeres y los

estos sectores. Se entrevistaron con

hijos; y se caracterizan las prácticas

los representantes de ciento dieciséis

financieras generadas en base a las re-

hogares, contemplando las regiones

laciones con los ingresos, donde se da

norte, centro y sur de México, así como

cuenta que dichas prácticas están

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feminizadas. En el tercer capítulo se

para pagar otros y los que no pueden

rescata la administración financiera

acceder a las microfinancieras3. Ingre-

doméstica desempeñada por las mu-

sos y gastos condicionados a una ad-

jeres; como una aportación a las finan-

ministración, que en general la realizan

zas de los hogares, valorando los

las mujeres. Por una parte se detallan

ingresos femeninos, la conformación

experiencias sobre la extensión de los

del gasto doméstico y su intervención

ingresos, los adelantos a los venide-

microfinanciera malabárica entre gas-

ros, las deudas como imposición del

tos, ahorros y créditos formales e in-

manejo de los ingresos del hogar, las

formales, compras y adquisiciones de

necesidades domésticas, las finanzas

bienes , así como “guardaditos” y

del negocio, el consumo inmediato, las

“tandas”. Las experiencias microfinan-

posibilidades de inversión, la utiliza-

cieras de la población pobre, se develan

ción de distintos tipos de capital hu-

a detalle en el cuarto apartado, a tra-

mano y social —educación y

vés del uso del ahorro y crédito, sur-

formación, relaciones de confianza en

giendo frases como: “nos prestan de

familiares y amistades, para afiliarse a

nuestro mismo dinero, nos cobran in-

cajas de ahorro— para la utilización de

tereses sobre el préstamo y no pode-

créditos, las representaciones financie-

mos usar nuestros ahorros” (p. 218).

ras sobre los servicios bancarios, la

Las prácticas desde las y los que “no

percepción de las lógicas financieras,

tienen nada”, los que se endeudan para

los cobros mayores y menores de in-

vivir, los que viven entre fiados y tan-

tereses, la obtención de intereses, y la

das, los que financian sus negocios

inexperiencia de acercarse a los ban-

con tandas, los que acuden cotidiana-

cos. Y por otra: la concepción del aho-

mente a las sociedades de ahorro y préstamo, los que contratan créditos

3 Estudios mexicanos de esta índole se han desarrollado en los últimos años por Villareal, Conde, Girón y Ángulo.

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rro para superar la pobreza, para emer-

como fenómeno multidimensional (de

gencias familiares, para tener disponi-

capacidades y no de recursos), es ca-

bilidad del dinero, para los que viven

racterizada por procesos de movilidad,

llenos de carencias por su imposibili-

dónde los servicios financieros popu-

dad, y para los que han logrado esta-

lares en forma de ahorro o crédito pue-

blecer un pequeño negocio donde

den ampliar sus capacidades; sin ser

prefieren utilizar la inversión al ahorro.

una relación causal; pues se está

Las reflexiones aparecen al final de

interactuando con otros activos y opor-

la obra, indagando en las cadenas de

tunidades de los pobres. Es un mito

bienestar y en las finanzas populares;

creado (Conde, 2009) en un entorno

dejando ver la complejidad y multide-

de limitaciones del estado de bienes-

minsionalidad implícita en la brecha

tar (que afirma Bayón, Roberts, Saraví,

generada por las situaciones vulnera-

1998 y Rojas García, 2002), manifes-

bles de la población pobre y la pers-

tado en México y América Latina, al

pectiva de hacerles llegar los servicios

permanecer la exclusión de los dere-

financieros. Este enfoque que presen-

chos sociales fundamentales en am-

tan los autores retomando los estu-

plios sectores de la población,

dios de microfinanzas de Collins,

existiendo círculos perversos y virtuo-

Morduch, Rutherford y Ruthven, mues-

sos, que conducen a un empeoramien-

tra la distancia vigente en las opcio-

to o mejoramiento de la capacidad de

nes para los pobres, (Portfolios of the

la pobreza, nombrándoles cadenas

Poor) que se genera en medio de tres

descendentes y ascendentes, de las que

obstáculos (the triple whammy): ingre-

se deslindan eslabones claves para di-

sos bajos, flujos de efectivo irregula-

cha movilidad. Las capacidades para

res e instrumentos financieros

generar estas cadenas se encuentran

existentes-inadecuados. La pobreza

inmersas en la disposición de los re-

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cursos. El capital económico, la capa-

vida familiar, mejora la salud, otorga

cidad de los hogares, la presencia y

seguridad al hogar, aumenta la

calidad de otros capitales como cultu-

autoestima y autoconfianza en los in-

rales, humanos y sociales, integran el

tegrantes. Su escaza bancarización los

portafolio de activos con que cuentan

lleva a un uso intensivo de mecanis-

los hogares, siendo detonantes, por

mos informales de crédito y ahorro,

ello es indispensable valorarlos al ana-

además de las remesas; que suelen

lizar el rol de los servicios financieros,

constituirse para aprovechar oportu-

que se esquematizan en la figura 1.

nidades, enfrentar crisis o convertirse

Las cadenas ascendentes tienen

en capital inicial de emprendimientos

efectos positivos y se potencializan

que generalmente son iniciativa de las

(efecto multiplicador), como la vivien-

mujeres (hogares que lograron gestar

da en las primeras etapas del ciclo de

un negocio tenían mayores ingresos,

Figura 1. Detonantes claves de procesos ascendentes y/o descendentes en el bienestar de los hogares. Elaboración propia, información de Bazán y Saraví (2012: 266-267).

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contactos previos, experiencia, capaci-

periencia en el funcionamiento y ob-

tación o disponibilidad de otros bienes

tención de créditos informales4, y al

para inversión, activos subestimados

entrar en los formales (créditos en ca-

representando aspectos claves para el

jas populares, préstamos en efectivo

logro de sus alcances). La reciprocidad

de micro financieras y compras en abo-

entre personas y la aparición del ries-

nos en tiendas departamentales), apa-

go en las inversiones de viviendas o

recen los esquemas perceptivos que

negocios, se encuentra en la raíz de

tienen en la informalidad, de vulnera-

las situaciones, siendo la vivienda lo

bilidad, desconocimiento, falta de com-

social, y el negocio lo económico. Otra

prensión de las prácticas en juego;

circunstancia en cadena fue el empleo

representándoles inconsistencias en

formal, como mecanismo clave para el

dichos habitus pudiéndose convertir en

bienestar de los hogares, por los dere-

una trampa. La complejidad de la po-

chos sociales asociados y la regulari-

breza hace que el efecto de los usos

dad del ingreso, menores crisis, facilidad

de servicios financieros formales o in-

de ahorro sistemático y a plazos, pla-

formales sobre el bienestar de las uni-

nificación e inversión. Las oportunida-

dades domésticas tradicionalmente a

des de inversión se consideraban

cargo de las mujeres sea heterogéneo,

disparadores de cadenas ascendentes

mezclado y particular, resultado de

contra las crisis y urgencias que repre-

interacciones con diversos factores,

sentaban ser descendentes (por el re-

capitales y estructuras de oportunida-

querimiento de sumas de dinero como

des. Los servicios financieros informa-

en intervenciones quirúrgicas, tratamientos, partos y consultas). Los sectores populares construyen su habitus crediticio a partir de la ex-

4 Desde la antropología económica los préstamos informales pertenecen al mundo de la economía moral (donde se valoran las necesidades y especificidades de las personas involucradas, la sobrevivencia del individuo) y los créditos formales a la economía formalista y de mercado (donde cuenta la frialdad de los números y los términos de referencia del contrato, los compromisos de deuda).

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les que responden a situaciones emer-

tes intereses político-ideológicos y

gencia, son utilizados con mayor fre-

económicos. Sus estrategias financie-

cuencia que los de tipo formal (que

ras están condicionadas por factores

proviene generalmente de una planifi-

estructurales que interactúan con pau-

cación femenina previa). Los formales

tas culturales que permean en sus ló-

son más comprometedores, riesgosos

gicas particulares de comportamiento,

y estrictos en sus condiciones, rigién-

donde los ingresos son una

dose por relaciones puramente econó-

condicionante clave. Se propone la re-

micas; los informales parecen ser

flexión por parte de los responsables

flexibles, negociables, menos exigen-

de las instituciones microfinancieras y

tes, regidos por las relaciones socia-

de quienes diseñan la política pública

les. La obra cierra mencionando la

de abatir la pobreza en cuestiones

relevancia de la solvencia de las muje-

como: diseñar instrumentos financie-

res pobres para pagar créditos, consu-

ros, atendiendo a la lógica de la admi-

mos o emergencias y la capacidad y

nistración del hogar (realizada por las

deseo de ahorrar; además de sugerir

mujeres y no solamente enfocado en

que la monetarización de la pobreza

las necesidades de los pequeños ne-

en el contexto de la revolución de las

gocios), instrumentos de ahorro de las

microfinanzas pueden contribuir al

microfinancieras que consideren los

bienestar de estos hogares, pero tam-

usos y maneras de ahorrar de los po-

bién acentuar sus condiciones de des-

bres; como necesidades, ritmos acor-

ventaja, como dos caras de una moneda

des a ciclos anuales de ahorro y de

al aire. Esta población vulnerable ha

consumo y valorar la solvencia para

sido el nuevo nicho de mercados para

pagar crédito por parte de las mujeres

bancos, cooperativas y financieras,

y la capacidad y deseo de ahorrar en

tiendas departamentales, por diferen-

cantidades mínimas. Las finanzas po-

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LA VENTANA, NÚM. 44 / 2016

pulares tienen una lógica muchas ve-

VICTORIA JAZMÍN RUIZ SILVA1

ces distinta a las microfinanceiras,

CONCIENCIA DE DISCRIMINACIÓN: RESEÑA DEL LIBRO GÉNERO, SALUD Y CONDICIONES DE TRABAJO EN LA CIENCIA

cubriendo consumos mínimos de subsistencia en un terreno de carencias y condiciones de vida regidas por la vulnerabilidad.

sieglin Verónika e Irma Lorena Acosta Reveles (coords.) (2014) Género, salud y condiciones de trabajo en la ciencia. México: Clave Editorial/UANL.

Una mortal —egresada de Letras— pensaba que en las esferas profesionales en las cuales se desenvuelven los científicos de nuestro país, el nivel de equidad era acorde con el nivel académico. El libro Género, salud y condiciones de trabajo en la ciencia es una revelación que rompe con la fantasía de equidad sobre la cual reposan nuestras generaciones. Verónika Sieglin e Irma Lorena Acosta Reveles lideran esta investigación, auspiciada por Conacyt, 1

Licenciada en Letras Hispánicas. Universidad de Guadalajara. Guadalajara, México. Correo electrónico: [email protected] REVISTA ESTUDIOS DE GÉNERO LA VENTANA, NÚM. 44, JULIO-DICIEMBRE DE 2016, PP. 195-198, ISSN 1405-9436

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