Mujeres Filipinas: Un camino hacia la luz. Madrid: Fundación Cultural Mapfre, Universidad de Alcalá de Henares, 2007 (exhibition catalogue)

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Descripción

fundación mapfre

instituto de cultura

Presidente del Patronato

Presidente

José Manuel Martínez Martínez

Juan Fernández-Layos Rubio

Presidente de la Comisión Directiva

Vicepresidente

Filomeno Mira Candel

Alberto Manzano Martos

Director

Director General

José Luis Catalinas Calleja

Pablo Jiménez Burillo Director Adjunto

Daniel Restrepo Manrique

consejo asesor Presidente

Juan Fernández-Layos Rubio Secretario

Rafael de Penagos Manuel Alcántara Venancio Blanco Matías Díaz Padrón Fernando Fernán-Gómez Luis García Berlanga Julián Grau Santos Pablo Jiménez Burillo Marcial Loncán Antonio López García Antonio Mingote Leandro Navarro

Juan Fernández-Layos Rubio Presidente Instituto de Cultura FUNDACIÓN MAPFRE

Para la FUNDACIÓN MAPFRE representa una enorme satisfacción la publicación de Mujeres filipinas: un camino hacia la luz y la presentación de la exposición fotográfica que con el mismo título acompaña a este libro. Hemos querido recurrir a la fotografía, uno de los testimonios esenciales para entender las transformaciones de nuestro mundo contemporáneo, para estar presentes en una celebración que nos resulta especialmente satisfactoria. La concesión de la Medalla Honorífica de Oro de la Universidad de Alcalá a la Presidenta de la República de Filipinas, Excma. Sra. Dña. Gloria Macapagal Arroyo, en la que se enmarca este proyecto expositivo, significa para la FUNDACIÓN MAPFRE, en efecto, una doble y grata satisfacción. Por un lado, la de tomar parte en una iniciativa que contribuye a un mejor conocimiento entre la sociedad española de un país, la República de Filipinas, con el que nos relacionan prolongados e intensos lazos históricos y culturales, y que, como Mujeres filipinas trata de poner de relieve en un aspecto concreto, viene protagonizando desde hace mucho tiempo un proceso de cambios sociales y culturales particularmente interesante en el contexto asiático. Por otra parte, para la FUNDACIÓN MAPFRE este nuevo proyecto supone la ocasión de avanzar un paso más en la estrecha colaboración que se mantiene, desde hace varios años, con la Universidad de Alcalá de Henares, concretada principalmente en estudios de posgrado alta especialización, como el Máster Universitario en Dirección de Empresas y el Máster en Dirección y Sistemas de Tecnología de la Información. No quisiera terminar esta presentación, por tanto, sin agradecer a la Universidad de Alcalá, en la persona de su Excmo. Rector, D. Virgilio Zapatero Gómez, esta nueva ocasión de llevar a cabo proyectos que tanto contribuyen al cumplimiento de nuestros objetivos fundacionales, así como el brillante trabajo llevado a cabo por la comisaria de la muestra, Sara Badía Villaseca, y el esfuerzo de todas las personas que, desde ambas instituciones, han contribuido a la feliz culminación de esta iniciativa.

Virgilio Zapatero Gómez Rector UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

La UNIVERSIDAD DE ALCALÁ se complace de forma muy especial por la realización del proyecto del que este libro da testimonio: la exposición fotográfica Mujeres filipinas: un camino hacia la luz, que propone, en el interesante recorrido que ofrecen sus más de setenta imágenes, una panorámica de la evolución y los cambios protagonizados por las mujeres en la sociedad filipina contemporánea. Esas conquistas, y otros muchos y positivos logros de carácter político, económico y social, son los que alientan el feliz y honroso acontecimiento dentro del cual se ha concebido y llevado a cabo esta iniciativa: la concesión a la Presidenta de Filipinas, Excma. Sra. Dña. Gloria Macapagal Arroyo, de la Medalla Honorífica de Oro de la UNIVERSIDAD DE ALCALÁ, aprobada por su Consejo de Gobierno en sesión extraordinaria celebrada el pasado 17 de mayo de este año. Esta distinción, con la que la Universidad de Alcalá se honra en reconocer los decisivos avances impulsados bajo el gobierno de la Presidenta de Filipinas, es también una reconocimiento a la sociedad filipina en su conjunto, y a sus mujeres en particular, quienes, como este libro y la exposición que le acompaña reflejan con claridad, han sostenido un largo y prolongado esfuerzo para conquistar una posición más igualitaria y estar presentes, de forma activa y protagónica, en la vida pública filipina. Nos satisface además, de forma particular, haber tenido ocasión de llevar a cabo este proyecto de la mano de una institución a la que nos unen estrechos y entrañables lazos: la Fundación MAPFRE, una de las más destacadas dentro del panorama fundacional español por la amplitud y excelencia de sus iniciativas, y con la que hemos venido manteniendo desde hace tiempo una enriquecedora colaboración en el desarrollo de programas académicos de postgrado. Desde la confianza en que estas Mujeres filipinas encontrarán la acogida y el reconocimiento que merecen, deseo finalmente hacer patente mi agradecimiento a todos aquellos que con su trabajo han hecho posible este proyecto.

0. Introducción

1. C  uerpo, mente, corazón y espíritu

2. Ciclo de la vida

3. F ilipinas, encrucijada cultural

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4. Filipinas y España

5. E l tutelaje estadounidense

6. L a II Guerra Mundial y el nacimiento de la República de Filipinas

7. L a reconstrucción de la mujer moderna

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Biografías de fotógrafos 3

Bibliografía 3

Catálogo

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Introducción Sara Badía Villaseca

Anónimo Retrato de grupo de mujeres filipinas de distintas edades 1926 Impresión digital sobre papel fotográfico Formato tarjeta postal Museo Nacional de Antropología, Madrid

Las mujeres retratadas deben pertenecer a dos generaciones distintas de la misma familia. Una de las niñas, en primer plano, sujeta con cuidado su mascota; otra, comparte su libro; varias de estas mujeres sujetan flores. Todos estos atributos nos permiten formarnos una imagen de las mujeres, cultas y sensibles, de esta familia de la clase acomodada.

Mujeres de Filipinas: un camino hacia la luz  15

Mujeres filipinas: un camino hacia la luz

Esta exposición fotográfica explora la identidad plural de la mujer filipina, cómo vive su vida y cómo ha cambiado a lo largo de los últimos 150 años. La fotografía, “dibujo de luz”, lenguaje universal, sirve como medio ideal para el registro de la condición de las mujeres y de su lucha por (re)conquistar un trato justo e igualitario y el derecho a participar en la construcción de la Historia. Mujeres filipinas: un camino hacia la luz se ha concebido como una propuesta para avanzar en la comprensión de una sociedad lejana y, sin embargo, muy próxima a la española por los lazos históricos y culturales que las unen. La historia filipina que aquí se presenta puede ayudar, además, a visualizar los cambios experimentados por las mujeres de todo el mundo durante la historia reciente, su esfuerzo por alcanzar la igualdad respecto al varón e incluso, lamentablemente, problemas sociales como la violencia de género. Desde las mujeres que retrata, la exposición quiere contribuir también a una mejor comprensión del medio fotográfico, su evolución y su importancia en nuestro mundo actual, así como su estética. Se han utilizado todo tipo de géneros: retratos de estudio del siglo xix, fotografía documental, imágenes de propaganda, fragmentos de la memoria extraídos de álbumes familiares... e incluso obras de artistas contemporáneos de reconocido prestigio. Estas imágenes muestran varios formatos, procesos, funciones y estéticas. Algunas fotografías son anónimas, y otras pueden atribuirse a los mejores fotógrafos de su época, como el 16  Introducción

norteamericano W. Eugene Smith. Se incluyen piezas de fotógrafos de todo el mundo, aunque se presta especial atención a los fotógrafos y fotógrafas filipinos. Las imágenes se compilaron a través de estudios, museos, agencias, colecciones privadas e incluso hogares de Filipinas, Estados Unidos y España. El recorrido iconográfico de Mujeres filipinas se ha estructurado en una triple división. Un primer apartado presenta a la mujer filipina en su condición de individuo, a través de imágenes de intensa expresividad que ilustran tanto las fuerzas esenciales del ser humano (cuerpo, espíritu, corazón y mente) como su tránsito por los ciclos vitales (nacimiento, formación de la familia, muerte...) y sus tareas cotidianas. Convertida así en un “sujeto familiar” para el espectador, un segundo conjunto muestra los cambios experimentados por la mujer filipina a través del tiempo. Las fotografías originales que se muestran en esta nueva sección, exquisitos facsímiles del siglo xix, fueron tomadas cuando la cámara era la leal compañera de una ciencia moderna, todavía joven y en proceso de búsqueda de la descripción y clasificación de la diversidad del mundo. Así, se presenta primero la identidad plural de las mujeres filipinas, asentada principal, aunque no exclusivamente, sobre lo étnico y que refleja una de las características más importantes de la cultura de este país: su diversidad. A partir de este punto, la exposición adopta una perspectiva cronológica de la Historia y de la Historia de las

Mujeres. Aunque se tomaron fotografías en época anterior, nuestro “camino hacia la luz” comienza en la década de 1860-70 y se centra en cómo el archipiélago y sus habitantes se hicieron visibles para la sociedad española: a través, primero, de la Exposición de Filipinas (Madrid, 1887) y luego a través de los “tipos profesionales” coleccionados por la burguesía. La fotografía de una familia mestiza de la clase alta, en la que una mujer posa leyendo un libro, ayuda a comprender cómo la educación animó a los filipinos a reconsiderar su estatus en el contexto de España, sus derechos y, finalmente, a luchar por su independencia. La segunda sección de esta serie cronológica se centra en el periodo de tutelaje norteamericano, mostrando cómo los norteamericanos visualizaron las Filipinas, particularmente a través de otra exposición (celebrada en Saint Louis) y de una serie de ambiciosos proyectos antropológicos. En ambos casos, las fotografías tratan de justificar la presencia de estos países en el archipiélago y muestran, en la lógica de la ideología imperialista que trasuntan, los resultados de las acciones emprendidas para “ayudar” al pueblo filipino. Por último, la tercera sección cronológica pretende expresar el doloroso nacimiento de la República de Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque la invasión japonesa sólo se sugiere a través de una serie de imágenes, se logra mostrar que la independencia sólo se consiguió tras muchos intentos fallidos y tras una destrucción total del país. El tercer ý último sector de este recorrido presenta la formación y progresiva consolidación, dentro de la sociedad

filipina actual, de un nuevo orden en el que las mujeres están ganando su lucha por la igualdad y participando, desde la reivindicación de su identidad y la inabarcable singularidad de sus vidas, en la construcción de la Historia. Las imágenes muestran cómo, de una manera singular en el contexto asiático, las mujeres filipinas han logrado el derecho a una educación superior y, con él, a mejores oportunidades laborales, el derecho al voto, a tomar decisiones importantes sobre sus vidas... Si, desde ese punto final, regresáramos al inicio de este recorrido, se hacen evidentes los logros alcanzados. Los primeros fotógrafos eran mayoritariamente varones procedentes de otros países (casi siempre de “la metrópoli”), cuyos ojos y cámaras reducían a las mujeres filipinas a meros objetos de deseo o a “raros” especimenes para el estudio antropológico. Al término (por ahora) de este “camino hacia luz”, y desde una clara intencionalidad metafórica, se muestra una pequeña galería de mujeres filipinas, compuesta por médicos, artistas, docentes... mujeres que han marcado la diferencia... todas ellas vistas ya por los ojos y la cámara de una magnífica fotógrafa filipina: Isa Lorenzo. La fotografía, “el dibujo de luz”, ha acompañado a la mujer en su lucha casi desde sus inicios. Tal y como muestra ante nuestros ojos, no sólo el cambio es posible, sino que ha ocurrido y está ocurriendo en la vida de las mujeres: las mujeres participan ya en la “escritura” de la Historia, y yo, una mujer, rindo tributo a las mujeres filipinas escribiendo estas líneas.

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Cuerpo, mente, corazón y espíritu

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Yo no soy yo. Soy éste Que va a mi lado sin yo verlo, Que, a veces, voy a ver, Y que, a veces, olvido. El que calla, sereno, cuando hablo, El que perdona, dulce, cuando odio, El que pasea por donde no estoy. El que quedará en pie cuando yo muera.

Juan Ramón Jiménez

El término humanización implica el salto cultural y no solamente biológico de lo animal a lo propiamente humano. Dicho paso engloba aspectos tan característicos del hombre como el lenguaje simbólico, la autoconciencia, la moral, la tecnología, el arte y la religiosidad. La materia inerte se organiza en materia viva y articula conductas orientadas a desenvolverse activamente en su medio. En este sentido, el comportamiento animal está condicionado por el estímulo que es común a toda la especie y que condiciona respuestas similares entre sus miembros. Este mecanismo programado constituye el instinto y persigue la perpetuación de la especie. Sin embargo, la libertad aleja al ser humano del condicionamiento del instinto y los intereses de su existencia trascienden lo puramente biológico, tendiendo a considerar los objetivos por sí mismos y sin relación con su propia supervivencia.

20  Cuerpo, mente, corazón y espíritu

Cuerpo y alma

Platón consideraba al ser humano formado por un cuerpo y un alma que le da vida y movimiento, considerando este alma como principio de racionalidad dotada de carácter divino. La parte más elevada del alma humana corresponde al alma racional donde se aloja la razón y la capacidad de alcanzar la sabiduría que conduce a la felicidad. La voluntad y el valor se encuentran en el alma irascible y el alma concupiscible es el asiento de las pasiones, apetitos y deseos. Aristóteles, aunque mantiene el dualismo entre alma y cuerpo, llega a una concepción unitaria del hombre y considera el alma inseparable del cuerpo: “Todo cuerpo natural, pues, que posee la vida, debe ser sustancia, y sustancia de tipo compuesto” (Del alma, 412, a). El pensamiento medieval, bajo la influencia del cristianismo, considera al hombre como un cuerpo y un alma superior dotada de trascendencia, pensamiento y razonamiento. En este sentido, la filosofía medieval considera tres funciones del alma: memoria, entendimiento y voluntad. El pensamiento moderno se basa en el método científico que propone Galileo para la investigación experimental y Descartes sienta las bases del pensamiento racional. Se elimina el concepto de alma como principio de vida y movimiento y se establece una separación radical cuerpoalma; el alma es puro pensamiento, el cuerpo es mecánica. Los problemas que surgen de esta concepción, al no establecer la naturaleza de las interrelaciones entre estas

dos sustancias, son objeto del debate del Racionalismo (Malenbranche, Spinoza, Leibniz) y ya en los siglos xvii y xviii el empirismo y el positivismo afirman que el único conocimiento admisible es el que procede de los hechos y de las relaciones entre los hechos en el ámbito de la experiencia sensible. La ilustración y el positivismo afirman que el hombre ha vivido prisionero de creencias irracionales sostenidas por la autoridad y las costumbres. Cuerpo-mente-corazón

El cuerpo constituye la materia del hombre y alberga la inteligencia física o conciencia corporal. En él se alojan los instintos y la emotividad. La mente, sin embargo, pilota el cuerpo y es la sede de la inteligencia. Proporciona la capacidad de analizar, razonar y pensar y es la sede

de las cualidades propias humanas, como la voluntad y la determinación. El corazón pertenece al ámbito de la inteligencia emocional y concede al individuo el conocimiento de sí mismo y la empatía. La trascendencia

Finalmente, el ser humano es espíritu y esta característica es propia y exclusivamente humana. Eleva al hombre por encima de su propio ego, que trasciende en busca de algo superior. El ser como trascendencia rebasa lo humano, lo mismo que lo funda en su identidad. Se revela en el cosmos según su orden, en la comunidad de la polis según la ética de la convivencia y en el mundo de lo divino. Constituyen las formas de revelación del ser, y el ser mismo forma la identidad del mundo natural, social y divino.

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Ciclo de la vida

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LAS DALAGAS FILIPINAS Dalagas del terruño, el poeta os saluda, coronado de flores, de ensueño y arrebol, y por los dioses lares y por el mismo Budha, os ofrenda estas rosas, novias todas del sol. Por las manos que tienen mansedumbre de tules, por las sampagas níveas del malayo vergel, por las místicas garzas de los lagos azules, coloco en vuestras frentes esta hoja de laurel. Adoro vuestros labios, donde el sol de mi tierra ha dejado sus besos de sátiro oriental, porque son el santuario de bellezas que encierra el glorioso prestigio del solar de Rizal. Ojos negros, refugio de hechizos y embelesos, dolientes, langorosos, plenos de soñación, como noches sin luna, pero con rojos besos, que vierten en el alma perfumes de ilusión. Manos sutiles, como suavidades de lago, se seda que se aleja en rítmico frufrú, como el bogar quimérico de un ensueño muy vago sobre las aguas mansas del piélago de azur.

Frente, color de aurora, donde bellas florecen con aromas de cielo flores de castidad; mejillas sonrosadas, que en su gracias parecen vírgenes de los lienzos de la pasada edad. Caballera flotante cual selva enmarañada, que exhala dulcemente aromas de querer, ensoñación, delirio del alma, enamorada de las carnes y besos de la amada mujer. Pies finos, diminutos de rosáceos talones, y senos que se exaltan con ferviente ansiedad, ánforas virginales con vino de ilusiones, que emborracha las almas de voluptuosidad. Talle gentil y esbelto como enhiesta palmera, donde alegres laboran las abejas su miel, con suave ritmo que los nervios exaspera, como si fuese espíritu de un viejo moscatel. Todo un conjunto armónico y gratao que envidiara la ardiente castellana y la impasible miss, la princesa que el cielo de Rusia cobijara y la dama que siente la fiebre de París. Quién dice que no es bella la mujer filipina, que visite estas tierras de Burgos y Rizal, y verá que es más mística, más dulce y más divina, la hija de los rajáhs, la niña tropical.

32  Ciclo de la vida

Claro Mayo Recto

Ser mujer

Bodas e hijos

Sin duda la naturaleza específica de la mujer impregna de una forma decisiva toda su vida. Desde la infancia lo femenino condiciona su desarrollo y define sus capacidades y su personal forma de ver las cosas. El innegable hecho biológico de la maternidad va más allá de un simple cometido reproductor y transforma el entorno de la mujer, a través de sus ojos, influyendo sobre la realidad de la especie humana y su historia. No es una casualidad que, desde una perspectiva científica, la mujer posea un potencial hormonal que la predispone al entendimiento y a la comunicación. Esta característica de su naturaleza se encuentra innata en sus genes y florece a lo largo de la historia en consonancia con los signos de los tiempos.

Matrimonio e hijos condicionan de forma absoluta la vida de la mujer. Durante décadas ve su vida a través de su familia. Ya no se siente una, sino que trasciende su propio yo y se extiende abarcando el sentimiento de la unidad familiar. Sin embargo, en cada época no renuncia a su propio crecimiento personal según su particular interpretación de su entorno. La madurez

Con esta época de la vida llegan los grandes cambios biológicos de la vida femenina y los hijos abandonan el nido, mientras que ella recobra un mayor espacio para sí misma y se siente llamada a un nuevo renacer con mayor sabiduría y confianza en sí misma.

Entre nacer y cortejar

La niña se transforma en joven paso a paso y se siente llamada a crecer en su feminidad; se mira en el espejo de su madre, su abuela, quizá su bisabuela y se siente eslabón de una cadena fuerte y sólida que se engarza con lo propio femenino. Siente ella nacer en sí misma el deseo de crecimiento personal de todas las mujeres de su estirpe y, generación tras generación, labora, persigue y logra su propia liberación en su propio lenguaje y con su personal concepción de las cosas que la definen como mujer. No prescinde de la llamada de la maternidad, y la niña ya se siente madre entre muñecas, no renuncia a la búsqueda del compañero con el que formará una familia, y la joven se presta al cortejo en los juegos de la juventud.

Siendo abuela

La mujer siente en sus nietos la continuación de su propia vida. Son los eslabones que ha tejido en la cadena que iniciaron sus antepasadas y se reconoce satisfecha, con el futuro realizado, y una parte de sí misma en la historia. Morir

El sentido trascendente de la existencia completa lo propio femenino al cerrar el ciclo de la vida que se perpetúa en sí mismo; al igual que la mujer el ciclo es fuente de vida.

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