Mujeres Filipinas: Un camino hacia la luz. Madrid: Fundación Cultural Mapfre, Universidad de Alcalá de Henares, 2007 (exhibition catalogue) (4)

July 24, 2017 | Autor: Sara Badia | Categoría: History and Theory of Photography
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Descripción

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La reconstrucción de la mujer moderna

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A lo largo de las próximas páginas se tratará de presentar algunos aspectos de la historia y la sociedad filipinas a partir 1946, en cuyo contexto se construye la identidad de la mujer moderna, así como una perspectiva general sobre la situación actual de las mujeres en Filipinas. Como en las páginas precedentes, se presentará una breve introducción a la historia de la fotografía del periodo y, en particular, al reportaje, destacando el papel de las fotógrafas del archipiélago, quienes, por primera vez, aportan su propia visión de la mujer filipina actual. De la independencia a la actualidad

Al obtener formalmente Filipinas la independencia, el 4 de julio de 1946, Manuel Roxas fue elegido primer presidente de la República. Dos años más tarde, con motivo de su fallecimiento, fue sucedido por Elpidio Quirino. La legislatura de Roxas y Quirino se caracterizó por una política de estrecha cooperación con Estados Unidos y por el rechazo frontal del comunismo. Ante la acuciante situación de necesidad que se vivía tras la guerra, la primera misión del gobierno fue la recuperación del país. A tal efecto destacó la amnistía de los colaboracionistas, que contribuiría a cicatrizar las profundas heridas sufridas por la sociedad filipina durante la ocupación japonesa y la contienda bélica. En la misma línea se trabajó en la creación de nuevas viviendas y en la concesión de créditos blandos con los que aliviar la difícil situación por la que atravesaba la población. El incremento de la producción agrícola, particularmente 160  La reconstrucción de la mujer moderna

del azúcar, y la concesión de créditos por parte de Estados Unidos, país con el que se firmó un acuerdo ejecutivo y un acuerdo comercial, fueron otras de las medidas que contribuyeron a superar la situación de necesidad en la que la guerra había sumido a los filipinos. Quirino le otorgó a la comisionada de Bienestar, Asunción Pérez, la dirección de la Comisión de Estudio de la Seguridad Social, en lo que sería el primer ejemplo de la activa participación de las mujeres en la vida política del país. Durante su segunda legislatura, Quirino continuó el proceso de reconstrucción nacional, reforzando los estrechos lazos con Estados Unidos al tiempo que apostaba abiertamente por la democracia y el capitalismo como modelos de vida. En noviembre de 1953 Ramón Magsaysay, antiguo secretario de Defensa Nacional, fue elegido presidente. Su gobierno se centró en la rehabilitación y el desarrollo del medio rural, llevando a cabo un reparto de tierras apoyado por la concesión de créditos blandos. Asimismo, se realizó una campaña de construcción de pozos artesianos. Otra de sus aportaciones fue la Organización del Tratado del Sudeste Asiático, que daría como resultado la Carta del Pacífico, que apoya por medios pacíficos el derecho de autodeterminación de los pueblos y que contempla entre sus objetivos la cooperación continuada en campos como la economía y la cultura con los países vecinos. Además, Magsaysay procuró la moratoria del acuerdo comercial con Estados Unidos y consiguió de Japón una cuantiosa indemnización. Magsaysay, que gozó de gran popularidad

durante su mandato, es recordado por su apoyo a las clases menos favorecidas y por su contribución a la creación de una comunidad filipina fuerte y de una conciencia común en el sudeste asiático. Tras su repentino fallecimiento en un accidente aéreo, fue sucedido por Carlos García, quien posteriormente sería reelegido. De su gobierno merece la pena destacar el interés por la credibilidad y la austeridad como elementos fundamentales en la lucha contra las difíciles condiciones económicas por las que atravesaba el país. Prosiguiendo la línea marcada por los anteriores gobiernos en la lucha contra el comunismo, en 1957 se ilegalizó el partido comunista. El 12 de mayo de 1962 fue elegido para conducir los destinos de Filipinas el anterior vicepresidente, Diosdado Macapagal, padre de la actual presidenta, Gloria Arroyo Macapagal. Su mandato se caracterizó por la continuidad y por una clara vocación por la austeridad y la honestidad, llevándose a cabo una reforma agraria encaminada a la recuperación del país a medio y largo plazo. Su política internacional, aunque alineada con la norteamericana, marcó, sin embargo, nuevos rumbos. Resulta de simbólica importancia el cambio que realizó en la fecha de la conmemoración del aniversario de la independencia filipina, que coincidía con el día de la independencia de Estados Unidos; así, la conmemoración pasó del 4 de julio al 12 de junio, fecha en la que Emilio Aguinaldo había proclamado la independencia de Filipinas en Cavite en 1898.

El 9 de noviembre de 1965 Ferdinand Marcos se convirtió en presidente de Filipinas, cargo que ocuparía durante casi 20 años. Su mandato marcó un oscuro paréntesis en la historia del archipiélago, aunque, como consecuencia de ello, la sociedad filipina afianzaría aún más sus creencias democráticas. Durante su primera legislatura, Marcos encontró un país empobrecido, con una economía deficitaria que repercutía negativamente en la vida de la población. Potenció el incremento de la red de carreteras e implantó una reforma agraria con la que consiguió un importante aumento en la producción de arroz, que comenzó a exportarse. Asimismo, profundizó en la creación de un sentimiento de unidad entre los países del sudeste asiático que, una vez extinguida la SEATO, dio lugar a la ASEAN. Prosiguió la política de amistad con Estados Unidos y apoyó el nacimiento de la Organización de Naciones Unidas, de la que Filipinas fue cofundadora. No obstante, tras ser reelegido en 1969, se sucedieron las protestas y los disturbios; algo que muchos observadores de la época no vieron como una expresión del descontento del país, sino como una oportunidad para imponer la dictadura. Marcos impuso la ley marcial y consiguió mantenerse en el poder con el apoyo de los barangays a la nueva Constitución de 1972. El senador opositor Benigno Aquino fue condenado a muerte y se persiguió a amplios grupos de la población. Aunque la visita de Juan Pablo II en 1981 pareció anunciar el final del régimen autoritario de Marcos, este fue reelegido una vez más ese mismo año. Mientras tanto, las cifras de

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desaparecidos no dejaban de aumentar. En 1983 Aquino, que se había trasladado a Estados Unidos por motivos de salud tras varios años en prisión, regresó con la intención de negociar una salida pacífica con Marcos; sin embargo, fue abatido a tiros. Tres años más tarde, con motivo de la celebración de elecciones, su viuda, Corazón Aquino, se presentó como candidata a la presidencia. Aunque Marcos fue elegido presidente de nuevo, se habló de fraude electoral y, con el apoyo de miles de seguidores, la viuda del senador asesinado llamó a la desobediencia y al boicot al gobierno de Marcos. Con el apoyo del ejército y del cardenal Sin, quien, a través de la radio, llegó a alentar al pueblo a apoyar la desobediencia civil, más de dos millones de personas, entre ellas numerosos religiosos, se reunieron alrededor del Campamento Aguinaldo, actuando como escudo humano frente a las tropas de Marcos. Finalmente, Marcos tuvo que escapar del país, rumbo a Hawaii. Con su huida se ponía fin a cerca de 20 años de dictadura. Con el acceso de Corazón Aquino al poder, las mujeres aparecen nuevamente en la escena política; prueba de ello fue el trabajo de la magistrada Cecilia Muñoz-Palma en la creación de una nueva Constitución. No obstante, a pesar de los éxitos logrados por Corazón Aquino, la primera mujer en ser elegida presidente de la nación filipina, la sociedad se encontraba aún convulsa y los sucesivos intentos de golpe de estado plantearon dudas sobre su idoneidad para el ejercicio del poder. Finalmente, Aquino decidió no presentarse a la reelección en 1992. En su lugar se presentó 162  La reconstrucción de la mujer moderna

Fidel V. Ramos como candidato por su partido, resultando elegido el 30 de junio de 1992. Durante seis años Fidel V. Ramos desarrolló una política de consenso político, obteniendo la colaboración de todas las fuerzas políticas en sus esfuerzos por consolidar la democracia y afrontar los problemas del país. Ramos no sólo consiguió la pacificación del país, sino la puesta en marcha de un nuevo plan económico, que contemplaba la privatización del sector público y la disolución de los monopolios, y cuyo objetivo era hacer de Filipinas un país industrializado y competitivo en el contexto internacional. En mayo de 1998 el antiguo actor Joseph Estrada fue elegido presidente. Sin embargo, menos de dos años más tarde fue acusado de corrupción por el Senado. Las acusaciones, secundadas por masivas manifestaciones populares, desembocaron en su destitución y posterior encarcelación. Como consecuencia de la destitución de Estrada, Gloria Arroyo Macapagal, hija del presidente Diosdado Macapagal, asumió la presidencia del país en 2001. Macapagal, la segunda mujer presidente de Filipinas, ha sabido sortear varias catástrofes naturales, un intento de golpe de Estado y la conmemoración del 20 aniversario de la huida de Ferdinand Marcos del país y, en una reciente entrevista con el papa Benedicto xvi ha anunciado la abolición de la pena de muerte en su país. Este es el contexto en el que se origina la mujer filipina actual. Se trata de un periodo histórico caracterizado por

la lucha contra la difícil herencia de la Segunda Guerra Mundial, y por el complejo ejercicio de la política propio de una nación joven. A pesar de ciertos episodios oscuros, Filipinas destaca por ser uno de los países donde mayor protagonismo han tenido las mujeres en la política. En la actualidad, Filipinas se encuentra en los albores de un nuevo siglo, que se ha venido a denominar “el siglo asiático”. La mujer filipina desde 1946

Al contrario que en tiempos pasados, la historia de este periodo tiene como protagonistas a muchas mujeres; mujeres que gozaron de un enorme poder, bien a la sombra de sus esposos, bien como profesionales (e incluso como presidentas del país), y también mujeres de toda clase y condición que lucharon a través de distintas organizaciones para conseguir una sociedad más justa. En 1935 se instauró el derecho al voto femenino en Filipinas, aunque las mujeres no votarían por primera vez hasta dos años después. En realidad, el camino hacia el sufragio femenino había comenzado mucho antes, con la tradición revolucionaria de las mujeres filipinas y el papel que desempeñaron varias asociaciones femeninas. Una de las primeras, la Asociación Feminista Filipina, fundada por Concepción Félix-Rodríguez en 1905, marcó el inicio del feminismo en el archipiélago. Muchas de las mujeres que participaron en la lucha durante la Segunda Guerra Mundial tratarían de desarrollar una vida política tras la contienda bélica. Desde 1946 hasta

1971, momento en que se instauró la ley marcial de Marcos, fueron 26 las mujeres que ostentaron cargos políticos. Además, cabe destacar que en 1951 las mujeres filipinas trabajaron en favor de la creación de un partido político femenino, aunque finalmente la iniciativa no prosperase. Curiosamente, fue en el antiguo Ceilán, lejos de los países que se autodenominaban avanzados, donde en 1960 fue elegida la primera mujer para el cargo de presidente de una nación: Siramavo Bandaranaike. En un breve espacio de tiempo la seguirían mujeres tan célebres como Indira Gandhi, Golda Meir o Margaret Thatcher. En 1986, Corazón Aquino fue elegida presidenta de Filipinas. En Filipinas, los antecedentes de esta “política de mujeres” se encuentran más atrás, en la controvertida figura de Imelda Marcos. Casi como si se tratase de una “dictadura compartida, la conocida “Mariposa de Hierro” tuvo un enorme protagonismo en el programa político de Marcos. Tal y como han declarado simpatizantes del régimen, Imelda Marcos jugó un papel fundamental en la ascensión al poder de su esposo y, una vez que éste ocupó la presidencia, llevó a cabo una política populista y actuó como mecenas de las artes. Sin embargo, también es justo decir que su ostentación de poder y riqueza y su caracterización de la mujer filipina como objeto sexual han pasado a los libros de historia. Aun así, en 1998 presentó su candidatura a la presidencia de Filipinas, lo que demuestra que no sólo se granjeó la antipatía popular, sino también el apoyo de algunos sectores. Para bien o para mal, la aparición de una

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mujer con semejante protagonismo político es un fenómeno histórico digno de ser reseñado. En los años setenta también fueron muchas las mujeres que participaron activamente en la resistencia popular contra el régimen de Marcos. Aunque la idea de crear un partido de mujeres volvió a barajarse a finales de la década de 1960 y principios de la década de 1970, el Makibaka (Movimiento Libre para la Nueva Mujer) finalmente se convirtió en un movimiento de apoyo al partido comunista filipino. Asimismo, y también estrechamente relacionado con el comunismo filipino, en 1975 surgió el Kabapa (Colectivo de Nuevas Filipinas), un movimiento que unía a cerca de 2.000 mujeres del medio rural. Se puede asegurar, por tanto, que los movimientos femeninos próximos a la izquierda radical tuvieron una presencia relevante durante la oposición al régimen de Marcos. Más alejados de la izquierda, y más próximos a los movimientos feministas, a principios de la década de 1980 surgieron el movimiento de mujeres llamado Pilipina y el Colectivo Femenino para la Libertad, o Kalayaan. En 1984 se creó el movimiento Gabriela, Asamblea General para la Unión de Mujeres para la Reforma, Integridad, Igualdad, Liderazgo y Acción, bautizado de esta forma en honor a Gabriela Silang, protagonista de un levantamiento contra la corona española durante el siglo xviii. La organización, que incluía mujeres de toda clase y condición, se ha considerado como un importante instrumento alternativo en la lucha de las mujeres por alcanzar un orden más justo. 164  La reconstrucción de la mujer moderna

La aparición de dichas agrupaciones es buena prueba del interés de la mujer filipina por participar en el mundo de la política y la afiliación a ellas posibilitó que muchas mujeres adquiriesen el conocimiento, la orientación y la capacidad necesarios para luchar de manera efectiva por los intereses de las mujeres en la esfera pública. Corazón Aquino, la primera presidenta de Filipinas, destaca por la construcción icónica de su persona pública, caracterizándola no sólo como una viuda mártir, sino como una persona imbuida de santidad. Lo cierto es que Corazón Aquino, nacida en el seno de una influyente familia de Manila, fue educada en colegios privados del país y en Estados Unidos, y dirigió parte del imperio económico familiar. No obstante, el ingreso en prisión de su esposo, Benigno Aquino, le obligó a actuar como enlace entre el antiguo senador y sus simpatizantes y, cuando Aquino fue asesinado a su regreso a Filipinas, su viuda se convirtió en la cabeza visible del partido Poder Popular, o Lakas ng Bayan. No obstante, al acceder al poder se encontró con un país inmerso en una grave situación económica y su presidencia se caracterizó por su alineación con la Iglesia católica, que había jugado un importante papel en la caída de Ferdinand Marcos. Todavía es pronto para valorar la contribución de Gloria Arroyo Macapagal, que ha inaugurado el siglo xxi en Filipinas con la presencia de una mujer en el palacio presidencial de Malacañang.

La mujer filipina en la actualidad

Aunque el filipino sea considerado como uno de los colectivos femeninos más próximos a la idea de igualdad respecto al varón, son muchas las batallas que quedan aún por luchar para construir un orden más justo. Desde la perspectiva de un país como España, donde todavía no se ha elegido ninguna presidenta, el hecho de que Filipinas haya contado con dos puede parecer un hecho extraordinario, que sin duda resulta sintomático de la importancia de la mujer en la sociedad filipina. La mayor presencia de la mujer filipina actual tanto en la vida pública como en la privada ha sido explicada por algunos a partir de la supuesta igualdad de derechos que, respecto al varón, gozaba la mujer en las culturas indígenas filipinas prehispánicas. Posiblemente, se haya querido ver culturas matriarcales en estas sociedades primitivas, o preciviles, que constituyen el sustrato indígena de Filipinas. Los testimonios que se conservan, desde la llegada de los primeros colonizadores españoles hasta el periodo del tutelaje norteamericano, han generado una idea de la mujer filipina más independiente y fuerte y con mayor protagonismo en su propia vida y en el mundo que la rodea. Otras interpretaciones plantean que, de haber existido, el prestigio social de la mujer indígena se habría visto eclipsado por la imposición de la autoridad y los valores de los pueblos conquistadores, fundamentalmente los colonizadores españoles, primero, y norteamericanos,

posteriormente. Se ha acusado a los españoles, muy especialmente a la Iglesia, de someter a la mujer filipina al sistema patriarcal imperante en su cultura, obligándola a imitar roles imposibles inspirados en la historia sagrada. Este tipo de estructura patriarcal existe aún en Filipinas. En el contexto filipino se ha culpado a la religión católica de “castrar” a la mujer, enseñándola a acatar las órdenes del padre y, después, del esposo, reduciendo su papel a la procreación y al cuidado del hogar. Así, todavía se espera de la mujer que sea virgen hasta el matrimonio y la maternidad fuera del matrimonio sigue castigándose con el ostracismo. Además, se ha privado a las mujeres del dominio de su cuerpo y existe rechazo hacia la educación sexual y los medios de control de la natalidad. Sin embargo, la decisión sobre el número de hijos a tener ha servido para ejercer una maternidad responsable y para dar otra forma a la vida de las mujeres filipinas. Por otra parte, varios estudios demuestran que, si bien la mujer filipina es poseedora de un nivel educativo superior al del varón, al igual que en el caso de las mujeres españolas o chinas o norteamericanas, sólo con gran esfuerzo es capaz de conciliar una actividad profesional con su papel en el hogar. Aunque en muchos casos su nivel educativo y su movilidad la han convertido en la principal proveedora de ingresos de la familia, a su regreso al hogar le queda otro trabajo, el de cuidar de su casa y de su familia, ya que en la esfera privada apenas se aprecia la participación masculina en las labores del hogar.

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Pero es necesario puntualizar que la realidad de la mujer filipina incluye algunos factores determinantes para su triunfo en un futuro próximo. La educación constituye el pilar fundamental para la ascensión a un plano de igualdad con el varón. En este sentido, la mujer filipina cuenta con un buen nivel de educación si se tiene en cuenta la obligatoriedad de la enseñanza de las niñas desde la colonia española y la extensión, hasta la gratuidad, de la escolarización durante el periodo norteamericano. Además, en el medio rural se potencia la educación de la mujer sobre la del varón. Así, mientras el varón generalmente recibe más tierra como herencia de los padres, sobre todo si es el primogénito o ha formado una familia, la mujer recibe una educación más completa, pues el trabajo agrícola femenino va desapareciendo paulatinamente debido a la aparición de las nuevas tecnologías. En el medio urbano, mujeres y varones aparecen representados por igual en el mercado profesional. Ello se debe sin duda a que ambos sexos gozan de las mismas oportunidades educativas, siendo amplio el mundo de mujeres profesionales, todas ellas respetadas y bien aceptadas en sus distintos campos. Aparentemente, la mujer sigue desempeñando las labores de gestión y dirección de los negocios familiares, en lo que se ha venido a denominar un “modelo matriarcal”. Sin embargo, formalmente no desempeña la planificación de los negocios, sino que se limita a extender su función en el hogar, donde administra el capital, las tareas y el uso del espacio. En cuanto a los empleos asalariados, aunque 166  La reconstrucción de la mujer moderna

las mujeres trabajadoras dependen más de los estudios realizados que los varones a la hora de desarrollar su carrera profesional, gozan de un prestigio profesional incluso mayor que sus compañeros. Sin embargo, se aprecia una tendencia femenina hacia ciertas profesiones como la enfermería o la enseñanza, que son extensiones de las funciones que la mujer desempeña en el hogar. Asimismo, existe una clara orientación hacia trabajos auxiliares, como el de secretaria. En la mayoría de los casos, estas profesiones reducen a las mujeres a una relación de dependencia respecto a los varones, pues los empleos de la gran mayoría de las mujeres impiden que éstas accedan a un plano superior, donde realmente tiene lugar la toma de decisiones. La estructura de la familia filipina resulta difícil de analizar, puesto que en el archipiélago coexiste un número elevado de culturas, más o menos similares entre sí. En general, se aprecia que las mujeres asumen la total responsabilidad sobre el funcionamiento cotidiano de sus hogares. La responsabilidad de los varones se concentra en la actividad que desarrollan fuera del hogar y en la toma de decisiones de especial importancia relativa a la familia, como el lugar de residencia o la educación de los hijos. De la misma manera, los niños varones disfrutan de mayor libertad que sus hermanas, que a temprana edad son ya encargadas de algunas tareas del hogar, como el cuidado de sus hermanos más pequeños. La prueba de que las cosas cambian se encuentra en la ley, que, de manera gradual, ha igualado los derechos

de mujeres y hombres. Tanto las leyes como la moral católica introducidas por los españoles conllevaban restricciones sobre los derechos de las mujeres. A su llegada, los norteamericanos eliminaron muchas de estas leyes, aportando algunas que mejoraban la situación de la mujer, como el derecho al divorcio, aunque las circunstancias bajo las cuales podía solicitarse eran ligeramente distintas para hombres y mujeres. Tras la ya citada implantación del sufragio femenino en los años treinta, la ocupación japonesa estableció un divorcio más igualitario. Posteriormente, tras la independencia de Filipinas, se adoptaron leyes de carácter liberal, aunque muchas de ellas reflejaban todavía importantes distinciones entre hombres y mujeres, como, entre otras, la edad legal para contraer matrimonio. Las leyes promulgadas en 1989, en cuya redacción ya han participado mujeres, son consideradas más igualitarias y justas. En un momento en el que la sociedad filipina se encuentra inmersa en un proceso de creación y aceptación de su propia identidad, algunos grupos feministas han encontrado su modelo de mujer y de justicia social en la reafirmación de la cultura prehispánica, en las sociedades matriarcales indígenas, en el culto a la diosa madre y el papel de las sacerdotisas. De esta manera, las feministas filipinas escapan a los modelos occidentales de emancipación y fijan sus metas en la recuperación del papel de la mujer en las culturas prehispánicas, lo que se ha visto reflejado particularmente en el campo del arte.

Teena Saulo La artista y su musa 2007 Gelatina de plata sobre papel 22,15x15 cm Colección de la artista, Filipinas

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No obstante, también se están revisando los legados español y norteamericano, considerados como elementos asimilados al sustrato local; lejos de constituir meros “añadidos”, se contemplan como elementos asimilados por la cultura preexistente y transformados según sus propias necesidades. De todo ello ha nacido una síntesis original que ha alumbrado una cultura única y singular que, lejos de una bastardización, debe ser considerada en justicia como una cultura rica y original. Casos singulares: “moros” y comunidades indígenas

La situación de la mujer indígena es una cuestión compleja, pues son muchas las culturas y muy diversos los grados de asimilación de la cultura dominante, produciéndose distintas síntesis de elementos culturales indígenas con elementos foráneos, particularmente hispanos y norteamericanos. Atendiendo a los estudios sobre las poblaciones prehispánicas y a los análisis sobre las distintas culturas que se han realizado hasta fecha reciente, podemos concluir que la mujer ostenta un lugar relevante en las sociedades indígenas, a pesar de que el proceso de asimilación de elementos ajenos conlleva la introducción de estructuras patriarcales. Aún así, el retroceso de la mujer en la sociedad indígena como resultado de los contactos con la cultura dominante es una cuestión a estudiar, pues dentro de la cultura dominante también se están produciendo cambios que implican mayor protagonismo y participación en la toma de decisiones por parte de las mujeres. En este 168  La reconstrucción de la mujer moderna

Abbas Pequeña alumna del centro religioso Ibn Taimiyah 1995 Agencia Magnum, París

sentido, organizaciones no gubernamentales e instituciones estatales y religiosas promueven una importante ayuda a estas minorías, introduciendo factores ajenos a sus culturas para hacerlas más competitivas y capaces de sobrevivir en el entorno actual tratando de evitar, al mismo tiempo, que se difuminen sus rasgos de identidad. La comunidad musulmana que, desde sus orígenes, se ha resistido a la implantación de los valores occidentales, se encuentra en un periodo de revisión y fortalecimiento de sus rasgos de identidad. Aunque el papel de la mujer también se encuentra en un proceso de cambio en esta comunidad, el acatamiento de las leyes del Corán, ahora mejor conocidas y más respetadas por los musulmanes filipinos, sugiere la conservación de las estructuras patriarcales. Con todo, se han producido cambios importantes en la situación de la mujer musulmana filipina. También en este caso, la educación, extendida sobre todo durante el periodo norteamericano, ha jugado un importante papel y, a partir de los años setenta, se ha asistido a la movilización de mujeres de toda clase y condición, principalmente a través del Frente Moro de Liberación (MNLF), pues este movimiento radical, que busca la independencia de las comunidades musulmanas y defiende la lucha armada, ha servido como motor de cambio al permitir a las mujeres abandonar el entorno familiar y recibir incluso entrenamiento militar. Aún así, incluso dentro de este movimiento, la mujer sigue sometida al dictado del varón y participa sólo en un segundo plano.

En conjunto, por tanto, puede afirmarse que se están desarrollando cambios importantes en relación al estatus de la mujer en las sociedades indígenas y entre los musulmanes de Filipinas, aunque su naturaleza y alcance resulta todavía imposible de precisar. Últimas imágenes

Las imágenes que han permitido desarrollar esta sección de la exposición son, fundamentalmente, fotografías de reportaje; un género capaz de representar la realidad y, al mismo tiempo, articular un discurso personal, generalmente crítico o comprometido socialmente, sobre el mundo. La fotografía, lejos de presentar la realidad desnuda, presenta una mirada subjetiva, por lo que todas las imágenes aquí expuestas constituyen fragmentos de recuerdos, opiniones y sentimientos. Fundamentalmente, la fotografía de reportaje nos presenta iconos. Así, cuando la fotógrafa filipina Nana Buxani nos acerca a la vida de una niña de diez años que trabaja en una plantación de azúcar, nos acerca a la dureza de la realidad cotidiana de miles de niñas que trabajan en lugar de ir a la escuela; su expresión abatida nos habla de la tristeza de todos los niños que viven estas difíciles circunstancias que les impiden desarrollarse como individuos, recordándonos que nuestro mundo debería ser distinto, que todavía quedan muchas batallas por luchar. Esta puntualización sobre el carácter de ensayo de las imágenes quizá permita comprender por qué muchos fotógrafos aceptan, no sin reticencia, el uso del color, más

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Victoria es recogida por su madre adoptiva en Filipinas 2007 Cortesía de María Fontenla, Pontevedra

170  La reconstrucción de la mujer moderna

próximo a lo real, o por qué otros se resisten a la fotografía digital, cuyas manipulaciones restan veracidad a los temas que tratan de representar. Pues, en realidad, la fotografía de reportaje surge de la negociación entre la realidad (las cosas representadas son al menos huellas de lo que ha existido) y la visión del fotógrafo, en muchas ocasiones cultivado, sensible y crítico ante las injusticias. Pero, estas fotografías también muestran la construcción de la mujer filipina, su naturaleza, sus victorias y sus luchas. Entre estas imágenes se encuentran magníficos trabajos de algunos de los mejores fotógrafos actuales, como la norteamericana Susan Meiselas, e imágenes de fotógrafos filipinos, quizá menos conocidos, pero cuyo buen hacer, sensibilidad y compromiso les hace merecedores de un lugar destacado. Se ha acusado al arte y a la fotografía que se realizan en Filipinas de estar fuera de las principales corrientes del momento y de mostrar escaso interés desde un punto de vista artístico. Pero, en este proyecto, su presencia es imprescindible, pues permite romper con el discurso del “otro” (del antropólogo sobre la indígena, del norteamericano sobre las colegialas que aprenden su idioma, del occidental sobre el que no lo es) y apreciar la sociedad filipina tal como es vista por sí misma. Quizá no sean ejemplos del “nuevo reportaje” desarrollado durante los últimos años, caracterizado por la apropiación de imágenes ya existentes y su articulación a través de un discurso elitista. Más aún: las fotografías que se exhiben aquí no han sido generadas por ordenador ni son parte de

instalaciones destinadas a las ferias de arte contemporáneo. Pero, con todo, estas son las verdaderas imágenes de Filipinas, cuya realidad es única, característica, singular y es por ello por lo que no merecen juicio, sino respeto y estudio; pues son las expresiones de una cultura. Es necesario subrayar la presencia de un nutrido grupo de mujeres en el mundo de la fotografía, entre las que se puede mencionar a figuras clásicas como Julia Margaret Cameron o Dorothea Lange. En este contexto, destacan los trabajos de varias fotógrafas filipinas, particularmente la galería de mujeres notables de Isa Lorenzo, que nos permiten contemplar por primera vez a las mujeres filipinas vistas por sí mismas. La mirada reposa en el lenguaje documental más clásico, destacando incluso el uso de técnicas tradicionales, que incluyen un cuidado revelado de la película y un positivado de las imágenes sobre papeles con base de fibra... casi extinguidos ante la irrupción de la fotografía digital. Pero, al mismo tiempo, es rica en nuevos contenidos, deslumbrándonos con las mil y una facetas de la mujer contemporánea. Estas imágenes muestran a la mujer profesional, triunfadora en su lucha por la igualdad;

a la mujer enamorada de sí misma, como en las series fotográficas de “parejas alternativas” de Teena Saulo; a la mujer que todavía necesita ser salvada de la miseria que la devora a ella y a su futuro; o a la mujer indígena vista por otra mujer de su comunidad, como en el retrato de Apolonia Bodong de Kat Palasi. Al contemplar esta nueva mirada femenina sobre sí misma, sólo pienso en el triunfo que su existencia supone y cuando advierto sus múltiples matices me congratulo de ver cuán atrás quedan ya las imágenes monolíticas y estereotipadas (la mujer indígena semidesnuda o la belleza mestiza) que de manera arbitraria fundamentan, desgraciadamente, nuestra memoria del pasado. En el contexto de la historia de la fotografía occidental todas las imágenes que aquí se exhiben representan un solo género y forman parte de un discurso que parece controvertido, agotado para muchos. Me gustaría pensar que el reportaje, de cuyo lenguaje participan estas imágenes, no muere con el siglo xx, pues la necesidad de reflexionar sobre nuestro mundo, de construir un mundo mejor, de hacer del arte algo útil para las sociedades... me parece primordial.

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Apéndices

Biografías de fotógrafos

Abbas

Nace en Irán en 1944. Ha dedicado su trabajo como fotógrafo a los conflictos políticos y sociales, mostrando gran interés por las religiones y su creciente importancia en el mundo contemporáneo. Ha fotografiado todos los continentes, destacando entre sus numerosos trabajos Iran Diary: 1971-2002, Return to Mexico: Journeys Beyond the Mask, Allah O Akbar: A Journey through Military Islam y Faces of Christianity: A Photographic Journey. En la actualidad está realizando un proyecto sobre la religión como ideología en el mundo contemporáneo. Ha trabajado para Sipa y Gamma y desde 1981 es fotógrafo de la prestigiosa agencia Magnum. Aguinaldo, Louie

En sus inicios trabaja fotografiando modelos de su propia agencia y no es hasta 1995 cuando da el salto a la fotografía profesional. Desde entonces se ha especializado en distintos ámbitos, tales como publicidad, moda, personajes, conciertos... publicándose sus trabajos en una treintena de revistas locales e internacionales.

y en numerosos conflictos bélicos, como las revueltas estudiantiles de París y las guerras de Nigeria, Vietnam, Irak, Irlanda, Kuwait... Su labor ha sido reconocida con prestigiosos galardones, como el del club de prensa Overseas, el de Fotoperiodismo de la Universidad de Missouri y la Orden Nacional del Mérito Francés. Además de publicar en numerosas revistas, ha participado también en la ilustración de libros, como Iran: Rebirth of a timeless Empire (1978), Bombay (1979), Poland (1982), Portugal (1988) o Mai 68 (1998). Birns, Jack

En 1947 parte rumbo a Asia con un contrato de la revista Life. A este viaje pertenecen sus famosas fotografías de la guerra civil china, que recapitulará en su conocido Assignment: Shanghai. Photographs on the Eve of Revolution. Unos años después, en 1954, se lanza al mundo de los negocios con la firma Birns & Sawyer, dedicada a la venta de material fotográfico. Es, asimismo, conocido por las fotos de las mujeres de los presidentes de EE.UU. de los años ochenta y noventa. Boreal Marcelino, R.

Barbey, Bruno

Nacido en Marruecos en 1941, realiza sus estudios de fotografía en la Escuela de Artes y Oficios de Vervey, en Suiza. Desde los años sesenta comienza su colaboración con las revistas Reencontré de Lausana y Vogue, a las que se suma, en 1964, la conocida agencia Magnum, de la que es miembro desde 1968. Ha trabajado en los cinco continentes 210  Biografías de fotógrafos

Fotógrafo afincado en Filipinas durante el primer tercio del siglo XX. Brimberg, Sissie

Nace en Copenhague en 1948. Influida en su adolescencia por una de las primeras mujeres fotógrafas de prensa de Dinamarca, ingresa en una escuela de fotografía, labor que

compagina con la de aprendiz en un estudio comercial. Abre su propio estudio, aunque los trabajos que realiza por encargo fuera de su país la animan a especializarse en fotografía documental. Trabaja desde 1976 para National Geographic, al igual que su esposo, el también fotógrafo Cotton Coulson. Su interés se centra en la documentación de historias de contenido histórico-cultural y es autora de más de 30 reportajes publicados en esta prestigiosa revista. Su obra ha sido expuesta en varios países. Bronstein, Paula

Obtiene la licenciatura en Bellas Artes por el prestigioso Rochester Institute of Technology, después de cursar estudios previos de fotografía en la Universidad de Colorado y la Universidad de Salzburgo. Ha trabajado durante 15 años como fotógrafa de prensa para publicaciones como The Chicago Tribune. En 1998 se traslada a Asia, donde trabaja como freelance para Time, Discovery Channel y USA Today, entre otros. En 2002 pasa a formar parte de la plantilla de Getty Images. Ha cubierto varios conflictos bélicos y catástrofes naturales, y ha recibido varios premios como el World Press Photo. En la actualidad trabaja en un proyecto sobre la mujer en Asia. Buxani, Sadhana (Nana)

Nace en Mindanao en 1966. Su trabajo se centra en temas como el trabajo infantil, las dificultades de niños y mujeres, los “sin techo”, la población en zonas de conflicto bélico,

las reivindicaciones de tierras de los pueblos indígenas, los grupos depauperados de las ciudades y los colectivos involucrados en actividades de cooperación. Entre otras instituciones, ha realizado películas y fotografías para Amnistía Internacional, OXFAM-UK, la Organización Internacional del Trabajo, UNICEF, Save the Children y el Programa para la Salud y Seguridad de la Mujer de la cooperación de la Unión Europea en Filipinas. Ha publicado su obra en revistas como Time Magazine, The Chronicle of Philantropy and Higher Education, Interviú, Il Venerdi (Italia) y Marie Claire. Además, colabora con Philip Jones Griffiths (Magnum) y Sebastião Salgado y ha realizado cinco documentales con el director Ditsi Carolino (Children only once, Made in the Philippines to Fukuoka with love, Mula Pabrika Hanggang Fukuoka, Life on the tracks, The Youngest), obteniendo diversos galardones en festivales cinematográficos nacionales e internacionales:. Actualmente es miembro del Asian Cultural Council. Cortez, Revoli S.

Ha desarrollado la mayor parte de su actividad como fotógrafo en The Philippine Star, aunque desde 2005 trabaja para la European Press Photo Agency (EPA) y The Freeman Newspaper. Licenciado en Ciencias Políticas ha cubierto gran parte de los acontecimientos políticos de Filipinas, así como las visitas presidenciales a otros países. Entre los premios que ha recibido destaca el de Fotógrafo del Año 2007 del Departamento de Defensa Nacional.

Mujeres de Filipinas: un camino hacia la luz  211

Faillace, Gaetano

Jordan, Paul

Fotógrafo de guerra americano. Durante la II Guerra Mundial trabaja personalmente para el General MacArthur. Tras la contienda forma parte del Departamento Especial de Fotografía de la Armada Americana (DASPO), en el que destaca por dirigir una misión a Beirut (Líbano) en 1958. Se retira en 1965.

Nace en Polonia en 1916. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial emigra al Reino Unido, donde estudia en la London School of Economics y en la St. Martin School of Arts. Trabaja cubriendo la guerra para Associated Press y United Press International aunque, en su dilatada vida, de casi 90 años, no sólo destaca como periodista y fotógrafo, sino también como pintor, exponiéndose sus obras en Londres, París y Nueva York.

Favila, Aaron

Diplomado en Periodismo por la universidad filipina de Santo Tomás, ha trabajado durante más de diez años para Associated Press, tiempo durante el cual ha cubierto temas tan variados, como la presidencia de Filipinas, el Gran Premio de Malasia de Fórmula 1 o los atentados de Bali. Ha sido galardonado, entre otros premios, con la Mención 2005 para Nuevas Fotografías de la Associated Press Managing Editors y el Willie Wilcoy de Fotoperiodismo.

Laurent, Jean

Empresario francés activo en España durante la segunda mitad del siglo XIX, realiza con un inventario fotográfico de España y sus gentes con la ayuda de un nutrido grupo de colaboradores, por lo que se le debe considerar una de las figuras más importantes de la historia de la fotografía en España. Parte de su trabajo fue expuesto en la exposición de Filipinas realizada en Madrid en 1887.

Gacad, Romeo

Nacido en Filipinas en 1959, no da sus primeros pasos en el mundo de la fotografía hasta su época de universitario. Desde entonces ha trabajado para Associated Press, Sigma y France Presse, a la que pertenece desde 1985. Ha cubierto tanto los sucesos políticos de su país como guerras en otros puntos del globo, además de cinco Juegos Olímpicos. Su trabajo en las olimpiadas de 1988 y las guerras de Afganistán (2001) e Irak (2003) le valieron su nominación al prestigioso Premio Pulitzer. 212  Biografías de fotógrafos

Lorenzo, Isa

Nace en Manila en 1974. Graduada en la Escuela de Diseño de la Universidad de Parsons, posteriormente obtiene un master en fotografía. Entre otros lugares, su obra se ha expuesto en el MoMA, el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, y la sede de la UNESCO en París, así como galerías filipinas. Trabaja para Marie Claire, Time, Newsweek, entre otras revistas. Su último libro, Filipinas (2006), es una selección de 30 fotografías que recogen a

mujeres representativas de la cultura, la ciencia y la política de su país. Maidín, Manuel

Fotógrafo activo en Manila durante la segunda mitad del siglo XIX. Su obra no se limita al retrato de estudio, sino que también documenta la ciudad y realiza “tipos” de tribus indígenas, lo que le convierte en un pionero en el campo de la fotografía en Filipinas. McCurry, Steve

Nace en Philadephia (EE.UU.) en 1950 y se gradúa en la Universidad de Pennsylvania. Tras dos años trabajando en un periódico decide viajar como freelance a la India. Presente en Afganistán en el momento de la invasión rusa, es uno de los primeros reporteros en cubrir el inicio del conflicto. Gracias a ello obtiene el premio Robert Capa al mejor reportaje fotográfico, al que posteriormente se suman, entre otros, el de mejor fotógrafo de la Asociación de Fotógrafos de EE.UU. y los cuatros premios otorgados en el concurso World Press Photo, una hazaña sin precedentes. Sus fotografías han sido publicadas en numerosas revistas, entre ellas National Geographic, donde vio la luz la famosa foto de la niña afgana Sharbat Gula; uno de los iconos fotográficos de nuestro tiempo.

Visual por Harvard University. Su primer gran trabajo fotográfico está centrado en las bailarinas de strip-tease (Carnaval Streapers, 1976), parte del cual se expone en PhotoEspaña en 2002. En 1976 entra en contacto con la Agencia Magnum, de la que se convierte en socia en 1980. Al año siguiente publica su segunda monografía Nicaragua, June 1978-July 1979, a la que seguirán en los inicios del siglo XXI Pandora's Box, sobre un club de Nueva York, y Encounters with the Dani, sobre la población de Papúa. También ha trabajado en la industria del cine como codirectora de Living at Risk: The Story of a Nicaraguan Family (1986) y Pictures from a Revolution (1991). Entre los premios que ha recibido destaca la Medalla de Oro Robert Capa, el de Fotoperiodista del Año de la Asociación de Fotógrafos de EE.UU. y el Premio Maria Moors Cabot. Palasi, Kat

Graduada por la Universidad de Filipinas y el Centro Internacional de Fotografía (ICP), trabaja como fotógrafa freelance en Manila. Ha participado tanto en publicaciones de Filipinas como de otros países, tales como Colors Magazine (Italia) o The Washington Post. Entre sus trabajos más recientes destaca un proyecto para National Geographic. Sabangan, Dennis M.

Meiselas, Susan

Nacida en Baltimore (EE.UU.) en 1948, se licencia en Letras por el Sarah Lawrence College, y en Educación

Licenciado en Arte por la Universidad de Filipinas. Ha trabajado como fotógrafo para The Manila Times, Today Newspaper y The Philippine Daily Inquirer y, posteriormente, como jefe de

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la oficina en Filipinas de SIPA Press y Getty Images bajo el seudónimo de Gabriel Mistral. Desde 2003 es jefe de fotografía de la European Pressphoto Agency en Manila, desde donde ha cubierto los acontecimientos más importantes de la zona, incluidos el tsunami en Sri Lanka (2004), varios Abiertos de Australia, o la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático en Indonesia y Manila. Saulo, Teena

Nace en Ciudad Pasay (Filipinas) en 1967. Obtiene su Maestría en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Filipinas, y divide sus actividades entre sus trabajos como fotógrafa y editora gráfica y como docente, tanto en la universidad, como a en talleres, algunos de ellos dirigidos a niños desfavorecidos. Ha sido becada por instituciones de reconocido prestigio, como la Asian Scholarship Foundation (ASF), y ha colaborado con organismos de la talla de UNICEF. Su trabajo es estrictamente documental, destacando su interés por la problemática actual de los pueblos indígenas en Asia y por los problemas de su sociedad, como la educación sexual o la violencia de género. Ha compaginado con éxito su trabajo personal con el financiado por diversas entidades y fundaciones y ha mostrado su obra tanto en exposiciones colectivas como individuales. Smith, W. Eugene

Nace en 1918 en Wichita (EE.UU.). En 1937 se traslada a Nueva York, donde trabaja para la revista Newsweek y 214  Biografías de fotógrafos

la agencia Black Star. Dos años más tarde es contratada por la revista Life. Su fama se forja en la zona del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En la posguerra se une a la Photo-League de Nueva York y publica en Life una cincuentena de reportajes entre 1946 y 1952. Tan sólo dos años después abandona dicha publicación, al no permitírsele la edición de sus propias imágenes, y se dedica a un proyecto sobre la ciudad de Pittsburg (EE. UU.), aunque sólo consigue publicar una pequeña parte de las más de diez mil fotografías tomadas. Posteriormente lleva a cabo, con mayor éxito, un trabajo de similares características sobre la contaminación química en un pueblo de Japón, en lo que constituye un buen ejemplo de su actitud comprometida. Tarbox Beals, Jessie

Canadiense nacida en 1870, destaca por su carácter de pionera en el mundo de la fotografía. En 1900 comienza a dedicarse profesionalmente a la fotografía. En 1902 se convierte en la primera mujer en ser contratada como fotógrafa por un periódico norteamericano y tan solo dos años después se desplaza a San Luis (EE.UU.) a cubrir la Exposición Universal, donde es la única mujer acreditada. En 1905 se muda a Nueva York, donde funda su propio estudio. Destacan sus fotografías de personajes famosos, como el presidente Theodore Roosevelt, así como las de jardines. Muere en 1942.

Trillo, Miguel

Van Camp

Nace en Jimena de la Frontera (Cádiz) en 1953. Licenciado en Filología y Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. En los setenta comienza a fotografiar a jóvenes en un entorno musical, primero en Málaga y, posteriormente, en Madrid, donde registra la “movida madrileña”. Tras reflejar el relevo generacional en Los nuevos pijos (1988) y Madrid hip hop (1988), en los noventa se muda a Barcelona y comienza a trabajar para el dominical de El País, retratando la juventud de las capitales de provincia. En los años noventa presenta en ARCO Geografía Moderna y publica Agüita, dedicada a las distintas manifestaciones del líquido elemento. Tras ellos vendrán, en 2005, Vitolas y Habaneras, centrados en Manila y La Habana.

Estudio ubicado en Manila durante la segunda mitad del siglo XIX. Wood e hijos

Conocido estudio de Manila, originalmente se llamó W.W. Wood y, posteriormente, Wood e hijos. No sólo trabaja la fotografía de estudio, sino que también documenta aspectos sociales y costumbristas de la época y algunas tribus indígenas del norte de Luzón.

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