Mujeres Armadas: Una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

June 28, 2017 | Autor: Z. Rodriguez Lara | Categoría: Media Studies, Feminist Theory, Basque Studies, Armed Conflict
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Descripción

Septiembre 2012 UPV-EHU Máster en Gobernanza y Estudios Políticos Trabajo de investigación

Alumna: Zuriñe Rodríguez Lara Director: Mario Zubiaga Garate

[MUJERES ARMADAS: UNA MIRADA A LAS MUJERES DE ETA A TRAVÉS DEL DISCURSO MEDIÁTICO] Un análisis preliminar en clave feminista sobre el espacio y el tratamiento informativo que la prensa vasca ha llevado a cabo en las informaciones en las que las protagonistas han sido mujeres militantes de ETA. Un estudio que se ha llevado a cabo a partir de los casos de las militantes Dolores González Catarain e Idoia López Riaño

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Agradecimientos

Los agradecimientos, al igual que los estereotipos, también tienen su vertiente positiva y negativa. Hay a quien quieres agradecer su apoyo, y hay también, a quien te hubiera no gustado encontrarte en el camino. Por todo ello, agradezco a mi director Mario Zubiaga no sólo sus consejos académicos sino haberme ayudado a gestionar mi frustración. A la ama por llamarme todos los días de septiembre para simplemente preguntarme qué tal lo llevaba, a los amigos a los que les dices “hoy no salgo que voy justa” y se presentan en casa con una cerveza (Víctor, Laura, Marina y David), y a Erlantz por las miles de conversaciones sobre las mujeres de ETA. Contragradezco a los que me pusieron alguna que otra piedra en el camino: a ese par de profesores que me dijeron, justo cuando menos los necesitaba, que mi tema no tenía ningún sentido, a mi jefe por no darme un simple día de fiesta y a mi médica por diagnosticarme, justo en el momento en que más falta me hacía el café con leche, una severa intolerancia a la lactosa.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

A las mujeres activistas vascas

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ÍNDICE CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN ………………………………………………………....5-6



CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO ………………………………………………….….7-70

Construcción del género en los territorios en los conflicto armados …….....7-13 1.1. Situación de las mujeres que habitan en territorios en conflicto armado ……...…7-10 1.2. Papel de las mujeres en los grupos armados ..……………………………….……10-12 1.3. Una mirada a la construcción del género masculino en el conflicto …….……...12-13 2. Relaciones de género en los medios de comunicación …………….…………14-20 2.1. Seccionalización de la información a partir de la construcción del género .........14-15 2.2. Estereotipos de género ………………….……………………………………………15-16 2.3. Conceptualización: un acercamiento a la Agenda Setting y al Framing ………..16-20 2.3.1. La Agenda Setting ………….………………………………………………….16-18 2.3.2. El Framing ………….…………….…………….…………….…………….…..18-20 3. Caracterización del objeto de investigación: mujeres y ETA ………….….…21-60 3.1. La construcción del género en ETA ………….…………….…………….……….…21-28 3.1.1. Pautas diferenciadas de reclutamiento y causas de la entrada escalonada de las mujeres en ETA ………….…………….…………….…………………….…21-25 3.1.2. El prototipo del etarra ………….…………….…………….…………….…....25-26 3.1.2.1. La asignación de categorías ………….…………….…………….……..26 3.1.2.2. ¿Quiénes son el Nosotros y quiénes son los Otros? ¿Dónde está el Nosotras y las Otras? ………….…………….…………….………………26-28 3.2. Mujeres de/en ETA ………….…………….…………….…………….……….…….28-43 3 3.2.1. El militarismo como obstáculo al empoderamiento de las mujeres de ETA ………….…………….…………….…………….…………….…………….30 3.2.2. De la invisibilidad a la atrocidad: cambio en el perfil público de las mujeres etarras……………….…………….…………….…………….…………….….….30-32 3.2.3. Sexualización de la militancia etarra ………….…………….………….……32-33 3.2.4. La pareja terrorista y heterosexual ………….…………….…………….…...33-38 3.2.4.1. Maite zaitut, Olaia ………….…………….…………….….…………..34-38 3.2.5. La hipersexualidad como complemento a la maldad ………….….……….38-42 3.2.5.1. ¿La Tigresa o Idoia López Riaño? ………….……………..………...41-42 3.2.6. Transiciones de género ………….…………….…………….…………….….42-43 3.2.7. Un acercamiento a la mirada de las mujeres a partir de la imagen de Yoyes ………….…………….…………….…………….…………….……….….43-54 3.2.7.1. ¿Una Euskal Herria patriarcal o un abandono feminista? ………..44-48 3.2.7.2. La maternidad como traición a la militancia………………………...48-50 3.2.7.3. Cuando Itziar se convierte en hijo (…) ¿qué sucede con la madre? ………….…………….…………….…………….…….…..50-53 3.2.7.4. La renuncia a la maternidad a cambio de la revolución ………….53-54 3.3. Las informaciones sobre ETA y sus militantes femeninas ……………………….54-60 3.3.1. El relato mediático de las informaciones de ETA ………………………….54-58 3.3.2. La excepción: las preocupaciones de las etarras como noticia ………....58-60 1.



CAPÍTULO III: FORMULACIÓN DEL TEMA DE INVESTIGACION ……………………...61-63 4. El problema ………….…………….…………….…………….…………….…..61 -63

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 4.1. Enunciación del problema………….…………….…………….…………….… 63 4.2. Pregunta de investigación…………………………………………………………...63-64 5. Objetivos e hipótesis ………………………………..…………….…………….….….65 5.1. Objetivos……………………………………………….………………………………..…65 5.2. Hipótesis………………………………………………….……………………………..…65 

CAPÍTULO IV: MARCO METODOLÓGICO…………………………………………………66-71 6. Diseño de la investigación ……………………………………………………………..65-71 6.1. Niveles de análisis y fases de la investigación …………………………………...66-67 6.2. Muestra escogida …………………………………………………………………….67-70 6.3. Primer nivel de la investigación: escala de atención ………………………………..70 6.4. Segundo nivel: encuadro noticioso …………………………………………………....71



CAPÍTULO V: RESULTADOS ……………………………………………………………..72-108

7. Primer nivel: presencia y ausencia de las etarras en la prensa escrita ……..72-82 7.1. Infrarepresentación y representación polarizada ……………………………….72-73 7.2. Construcción del género y relación con el acto noticioso ……………………..73-75 7.3. Dolores González Catarain ………………………………………………………..75-78 7.4. Idoia López Riaño ..…………………………………………………………………78-82 8. Segundo nivel: tratamiento de las noticias en las que las etarras son protagonistas ………………………………………………………………………….82-108 4 8.1. Mala identificación …………………………………………………….……………82-87 8.1.1. “La Yoyes” y María Dolores pero nunca María Dolores González Catarain ………………………………………………………..………..84-86 8.1.2. “Margarita” y “La Tigresa”: ¿Quién es Idoia López Riaño? …………...85-87 8.2. Estereotipo positivo: Dolores González Catarain ……………………………...87-98 8.2.1. Ni gudari ni terrorista: traidora o arrepentida …………………………...88-90 8.2.2. Solamente madre y esposa ……………………………………………...90-96 8.2.3. Entorno familiar: entorno masculino …………………………………….96-98 8.3. Estereotipo negativo: Idoia López Riaño ……………………………………..98-108 8.3.1. “Margarita”: sanguinaria, peligrosa, indisciplinada, problemática y juerguista ……………………………………………………………………98-104 8.3.2. “La Tigresa”: puta, amorosa y bella…………………………………..104-108 8.3.3. Idoia López Riaño: de refugiada política vasca a la muerte Informativa………………………………………………………………………108   

CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES ……………………………………………………..109-112 BIIBLIOGRAFÍA …………………………………………………………………………113-117 ANEXOS 1. 2. 3. 4.

Ficha técnica Libro de código Tabla para codificar la identificación de las militantes Noticias analizadas

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CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN “Si hay alguna batalla que ETA no ha conseguido ganar es la de la lucha contra el tópico. Quemada ya la figura del vasco de txistu y boina, el etarra es y era para todo el mundo un muchachote alto y fornido, difícil de cazar más por su laconismo que por su habilidad. Y siempre hombre, muy hombre. Eso no se lo ha negado ni la Guardia Civil. Pero, ¿y las mozas? ¿Qué hacían las mozas? ¿Tejer ikurriñas? ¿Sosegar al guerrero tras sus arriesgadas batallas? ¿Consolar a la viuda del guerrillero caído? ¿O quizás preparar acciones en las que fuera necesario, por sus especiales características, la presencia “femenina”?”1 Tonia Echarri Las representaciones periodísticas de las realidades condicionan la percepción pública de los fenómenos sociales. Por ello, saber cómo los medios de comunicación representan la realidad puede servirnos como termómetro para saber, en parte, como la sociedad entiende esos fenómenos y esas realidades. En el caso de sociedades implicadas en conflictos armados, además, la necesidad de esas representaciones periodísticas tiende a multiplicarse2. Si focalizamos el conflicto en un escenario determinado – el País Vasco – y en unos protagonistas concretos – los militantes de ETA --, cabe preguntarse: ¿cuál es el relato que los medios de comunicación han creado? Es decir, ¿cómo han construido los medios de comunicación al militante de ETA? y ¿cuáles son los discursos que han hegemonizado en ese relato? Las investigaciones académicas, por su parte, demuestran que los discursos de los medios de comunicación no son objetivos, y que, por lo tanto, se construyen a partir de unos parámetros que crean una realidad determinada, pero no la realidad3, Una realidad que, además, se regula y dirige desde enfoques androcéntricos4. Por su parte, las investigaciones sobre conflicto armado, afirman como en éstos las mujeres tienen a ser representadas como sujetos tendentes a la paz y los hombres como actores que ejercen la guerra5. Tiendo esto en cuenta, se podría pensar que los medios de comunicación han tendido a dibujar la imagen de un militante masculino, pero ¿qué sucede cuando las que

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Entradilla de la entrevista realizada en la revista Interviu a un grupo de mujeres etarras sobre cómo estas vivían su militancia como mujeres. Disponible en : ECHARRI, T., Hablan las mujeres de ETA, Revista Interviu, Nº 156, 197, p. 26-29 2 CONTRERAS, F. y SIERRA, F. (coords.), Cultura de guerras, Frónesis, Madrid, 2004 3 GOFFMAN. E., Gender advertisement, McMille, London, 1979 4 MORENO, A., ¿De quién hablan las noticias? Guía para humanizar la información, Icaria, Barcelona, 2008 5 ASHFAR, H. Women and wars: somes trajectories toward a feminist peace, Development in practice, Nº13, 2003, p. 178-188

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático perpetúan la violencia son ellas? ¿Cómo son retratadas las mujeres de ETA? Esto es precisamente a lo que se pretende dar respuesta en este trabajo. Si el discurso no es objetivo y se construye a partir de supuestos androcéntricos, puede pensarse que las imágenes de los militantes de ETA se construyen, por un lado, a partir de la manera en la que el medio de comunicación entiende el conflicto – estereotipo de conflicto – y, por el otro lado, a partir de la manera en la que el medio entiende lo qué es un militante de un grupo armado – estereotipo de género --. Por todo ello, el análisis que en las siguientes páginas se presenta se ha centrado en investigar cómo los medios de comunicación representan a las militantes femeninas de ETA. El objetivo es saber cómo se interrelacionan las imágenes que construyen el conflicto y las imágenes que construyen al militante, es decir, los estereotipos de género y los estereotipos de conflicto. Para ello, el análisis establece como hipótesis de partida la idea que de que el tratamiento informativo que reciben las mujeres que han pertenecido a ETA es un transmisor de estereotipos de géneros; un tratamiento que, además, marcará un diferencial respecto al recibido por los hombres, al tener que conjugar las mujeres los estereotipos atribuidos a la figura del etarra con los atribuidos a los de mujer perpetuadora de violencia. Así, previamente al análisis de campo, se ha estudiado, en primer lugar, la manera en la que se construye el género en los territorios implicados en un conflicto armado. En segundo lugar, se verá cómo se construyen y regulan las relaciones de género en los medios de comunicación y, finalmente, se caracterizará el objeto de investigación, es decir, las mujeres y ETA. Una vez establecido el marco teórico, mediante técnicas cuantitativas – análisis de contenido – se diseñará una investigación que estará dividida en dos fases. Por un lado, se analizará el espacio que ocupan las informaciones dentro de la prensa vasca en las que las mujeres de ETA son las protagonistas, y, por el otro lado, se estudiará el tratamiento que los medios hacen de estas informaciones. Es decir, se medirá la escala de atención y el encuadre noticioso del discurso mediático de las etarras. Con todo ello, la autora de este trabajo, pretende visibilizar el activismo femenino, a la vez que demostrar el trato discriminatorio y sexista que a día de hoy las mujeres seguimos recibiendo en los medios de comunicación, y cómo estos siguen reproduciendo un discurso alejado de las transformaciones sociales y políticas.

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CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO 1. CONSTRUCCION DEL GÉNERO EN LOS TERRITORIOS EN CONFLICTO ARMADO

“Para amplias fracciones de la vida humana, y durante decenas de milenios (…) la humanidad se acababa en las fronteras de la tribu, del grupo lingüístico, a veces incluso del poblado: hasta tal punto que muchas poblaciones llamadas primitivas se designan a sí mismas con un nombre que significa (…) lo que implica que las demás tribus, grupos o poblados no participan de las virtudes o incluso de la naturaleza humana”6 Alain Finkielkraut 1.1. Situación de las mujeres que habitan en territorios en conflicto armado Los territorios que viven un conflicto armado están sometidos a continuas violaciones de Derechos Humanos que se van incrementando progresivamente a medida que el conflicto aumenta en intensidad. Esa conflictividad social y política trae como consecuencia una transformación también progresiva en la manera de vivir las relaciones de género. En este contexto de transformaciones son las mujeres las que sufren las peores consecuencias. La población civil ve cómo el territorio en el que habita se ha convertido en un campo de lucha en el que se suceden de manera continua múltiples violencias. Este estadio, donde la violencia se normaliza, en palabras de la autora Charlotte Lindsey tiene un efecto doble en las mujeres: como parte de la población civil, por un lado, y como miembros de los grupos armados, por el otro lado7. Las consecuencias de este doble efecto también son dobles. En primer lugar, el reforzamiento de los roles tradicionales, y en segundo lugar, la aparición de roles nuevos que permiten a las mujeres una adaptación al conflicto. Así, los roles que tradicionalmente las mujeres han asumido en la sociedad – sumisión y abstención – hace que éstas se vuelvan las principales víctimas de los conflictos por encontrarse continuamente en una situación de riesgo8. La representación tradicional de la feminidad se mantiene intacta, provocando que las mujeres se inserten en tramas relacionales dirigidas al sustento socio- emocional de los hombres y las niñas y los niños9. Pero, las propias lógicas del conflicto llevan a muchas mujeres a adquirir roles que para ellas no son los tradicionalmente otorgados, y en consecuencia, a generar estrategias que les hagan amoldarse a estos nuevos roles relacionados en su mayoría con el soporte económico. Esta doble condición de sustento socio-emocional y 6

FINKIELKRAUT, A., La humanidad perdida, Anagrama, Barcelona, 1998 LINDSEY, C., Las Mujeres y la Guerra, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 839, Génova, 2000 8 ZARKOV, D. (ed.), Gender, Violent Conflict & Develpment, Kali for Women, New Delhi, 2008 9 CIFUENTES, M.C., La Investigación sobre Género y Conflicto Armado, Revista Eleuthera, Vol 3, 2009, p.148. 7

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático económico hace que las “mujeres desarrollen competencias polivalentes (multiplican responsabilidades, funciones, tiempos y espacios) que les permiten estar mejor equipadas emocional, social y culturalmente para enfrentar los cambios y las situaciones de crisis que el conflicto plantea”10. En definitiva, los procesos adaptativos de las mujeres operan mejor que los de los hombres. Por ello, “en una situación de postconflicto las mujeres, sobre todo las más jóvenes, suelen expresar una tendencia a querer permanecer en los sitios de reubicación, mientras que los hombres, principalmente los adultos, tienen una más clara expectativa de retorno”11 Por lo tanto, a las mujeres en una situación de conflicto se les demanda hacer cambios en sus prácticas cotidianas, sin desafiar el ordenamiento jerárquico, ni romper con la estructura relacional de género12. La situación de cambio y adaptación a las que se ven sometidas provoca que queden fuera de las estructuras de poder y de los órganos de decisión y que, por lo tanto, no puedan expresar cómo están viviendo ellas como mujeres el conflicto y cuáles son el tipo de dificultades que se están encontrando en su vida cotidiana. Para la autora Judith Gardan la consecuencia de esta situación es clara: “las desigualdades entre hombres y mujeres tienden a exacerbarse en las situaciones de conflicto armado por las propias lógicas y relaciones de género que se dan en éste”13. Por ello, a pesar de que son los hombres la mayor parte de las víctimas mortales, las mujeres son las que soportan el conflicto. Para encontrar explicación a estas desigualdades estructurales que se magnifican en los territorios en conflicto armado es necesario ahondar en los principales estereotipos que se derivan de éste. A los estereotipos de género que podemos encontrar en una sociedad en aparente paz, habría que añadir los específicos que se manifiestan en una situación en la que la violencia es una constante cotidiana. En primer lugar, es necesario explicar el mito por el cuál se afirma que las mujeres son pacíficas por naturaleza y los hombres instintivamente violentos14. Se trata de un estereotipo falaz ya que las mujeres históricamente han sido sujetos activos en el conflicto, teniendo un papel relevante tanto en labores de protección, cuidado y acompañamiento – enfermeras, por ejemplo – como desarrollando responsabilidades como combatientes, activistas por la paz y miembros de los grupos armados15. Por el contrario, sus aportaciones se han catalogado únicamente como prestadoras de protección a los activistas hombres. Pero, ¿por qué tiende a aflorar este discurso? Si hacemos un análisis, podemos encontrar una explicación al porqué de este estereotipo. Los roles adaptativos que las mujeres activistas se ven obligadas a adquirir16 suelen llevar a éstas a presentar una postura antimilitarista y una mayor 10

Íbidem., p.149 Íbidem. 12 Íbidem. 13 GARDAM, J., La mujer, los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 147, Genova, 1998, p. 453-467 14 ASHFAR, H. Women and wars: somes trajectories toward a feminist peace, Development in practice, Nº13, 2003, p. 178-188 15 Íbidem. 16 Las mujeres activistas además de participar como los hombres en la vida pública tienen unas responsabilidades adicionales, relacionadas con los roles tradicionalmente adquiridos como suelen ser el mantenimiento de la comunidad, responder por sus familias, educar a los niños y a las niñas, etc. Esta 11

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático tendencia al diálogo y la moderación que los hombres17. La superación del conflicto para las mujeres no sólo representa la consecución de un objetivo colectivo, sino también personal18. Se trata de la posibilidad de construir una nueva forma de entender y regular la sociedad, una forma mucho más equitativa para las mujeres. Al mismo tiempo, muchas mujeres se introducen en los grupos armados con propósitos no sólo colectivos sino también personales y liberadores19 Por lo tanto, la reproducción de este estereotipo trae el riesgo de crear una imagen que responde a un único patrón hegemónico que provoca directamente la omisión de las restantes representaciones posibles que pueden protagonizar las mujeres en una situación de conflicto armado. Este patrón hegemónico busca transmitir el mensaje de que las mujeres no deben verse manchadas por la brutalidad del conflicto, lo que genera un nuevo estereotipo. Las mujeres serán vistas como sujetos vulnerables e indefensos y, por lo tanto, necesitados de protección. De este modo, el propio conflicto armado se convierte en un territorio de ejercicio de la masculinidad20. La suma de los dos estereotipos presentados hasta el momento trae como consecuencia la invisibilización del activismo femenino y la exclusión de las mujeres de las tomas de decisiones formales. Existe un último estereotipo que podemos identificar en los lugares de conflicto. Se trata de asociar a las mujeres y a las y los niñas y niños bajo un mismo binomio. Mediante este mecanismo se introduce a las mujeres en una categoría aparte que suele ser entendida como la de los “grupos vulnerables”. Este estereotipo busca resaltar la función reproductora de las mujeres a la vez que excluirlas de todas aquellas actividades que no tengan que ver con la procreación. Así, en los conflictos armados las mujeres tienden a ser definidas “en función de sus necesidades específicas como madres y no en función de las vulnerabilidades a las que se deben enfrentar debido a las jerarquías basadas en el sexo21”. Ante este panorama se puede concluir que los estereotipos que se representan en los territorios que viven una situación de conflicto armado se articulan con representaciones sexistas sobre los géneros22. La construcción estereotipada de la realidad conflictiva trae como consecuencia la emergencia de identidades hegemónicas – generalmente masculinas – e identidades subalternas – generalmente femeninas –. Así, las identidades hegemónicas estarán compuestas por atributos multiplicidad de responsabilidades suele dejarles poco espacio para participar en la toma de decisiones. Por lo tanto, la participación de las mujeres activistas en la agenda política no se lleva a cabo en las mismas condiciones que la participación de los hombres. La tendencia que muchas mujeres manifiestan hacía posturas pacíficas, por lo tanto, encuentra una explicación cultural, lo que lleva a desmitificar el argumento biológico. 17 La tendencia que muchas mujeres manifiestan hacía posturas pacíficas, por lo tanto, encuentra una explicación cultural, lo que lleva a desmitificar el argumento cultural. 18 Íbidem. 19 La vinculación de las mujeres con los grupos armados se analizará de forma exhaustiva en el punto 1.2 Papel de las mujeres en los grupos armados. 20 HAERI, M. y PUECHGUIRBAL, N., De la impotencia a la acción. La pluralidad de experiencias de la mujer en los conflictos armados, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 877, Génova, 2010, p. 2-7 21 CARPENTER, C., Innocent women and children. Gender, norms and the protection of civilians, Agaste, Burlington, 2006, p. 99 22 CIFUENTES, M.C., La investigación sobre género y conflicto armado, Revista Eleuthera, 2009, Vol. 3, p. 145-148

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático cercanos a los roles tradicionales de masculinidad como pueden ser “guerrero, político, público, etc.”. Por el contrario, las identidades subalternas se construirán en oposición binaria al ideal hegemónico, es decir, responderán a los roles tradicionales femeninos. De este modo, el conflicto estará dirigido por las identidades hegemónicas, es decir, por los hombres. Las lógicas de éste se articularán desde visiones masculinizadoras de la realidad social, lo que de nuevo oscurecerá la participación política de las mujeres. Ante esta situación, muchas mujeres cambiarán su estereotipo femenino para emular el estereotipo hegemónico masculino como única alternativa a participar en igualdad de condiciones en la actividad política23.. En definitiva, las consecuencias de los estereotipos de conflicto es la ubicación de las mujeres en tramas subalternas respecto a los hombres, lo que nos ha llevado a entender en muchas ocasiones “la paz en términos femeninos y el conflicto en términos masculinos”24 1.2. Papel de las mujeres en los grupos armados En los grupos armados, del mismo modo que en la sociedad, las relaciones están atravesadas por la variable del género. Las vidas extremas que muchas veces se ven obligados a llevar las personas que militan en un grupo armado a consecuencia de la ilegalidad en la que se enmarcan – clandestinidad, utilización de armas, estructuras militarizadas y jerárquicas, etc. – hace que las relaciones de género se lleven al extremo. Generalmente, son dos las formas en las que se suele regular el género dentro de los grupos armados; dos formas que, además, son contrarias entre sí. Por un lado, se asume la asimetría de los géneros y se estructura la vida según los roles tradicionalmente impuestos a cada sexo. Por el otro lado, también puede existir la constatación por parte de los militantes de esa asimetría y en consecuencia la resistencia a ella, lo que les llevará a buscar herramientas que les permitan superarla25. Como se ha hecho referencia en el apartado anterior, muchas mujeres entran en los grupos armados motivadas no sólo por la identificación con el ideario político de éstos, sino también con una intención personal. Algunas de ellas entran en el grupo armado con la creencia de que en él van a encontrar una posibilidad de reivindicación frente a las condiciones de sujeción a las que se ven sometidas en sus vidas diarias26. Es una especie de huida de los roles sociales adheridos a su feminidad en busca de una igualdad de género. A pesar de que para muchas, en palabras de Cifuentes, supone una “oportunidad para auto reconocerse, empoderarse, identificar la necesidad de reivindicar sus derechos, percibirse como personas con competencias de desempeño en actividades a las que han sido limitadas por el supuesto ”27, la tendencia suele ser la contraria. Es decir, en los grupos armados se reproducen de forma insistente las desigualdades de género, lo 23

Íbidem. HAERI, M. y PUECHGUIRBAL, N., De la impotencia a la acción. La pluralidad de experiencias de la mujer en los conflictos armados, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 877, Génova, 2010, p. 7-10 25 CIFUENTES, M.C., La investigación sobre género y conflicto armado, Revista Eleuthera, 2009, Vol. 3, p. 134 26 Íbidem, p. 135 27 Íbidem, p. 136 24

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático que lleva a las mujeres a ocupar posiciones subalternas. De este modo, “los hombres aparecen en la acción armada como héroes o víctimas heroicas enfrentando al enemigo y las mujeres como víctimas indirectas o como apoyo afectivo a los actores armados”28. Por lo tanto, la mujer armada está sujeta a una consolida jerarquía dirigida por hombres. A pesar de que la hegemonía en los grupos armados no tiene por qué ser masculina – aunque en su mayoría tiende a serlo – lo que en realidad está en disputa en ellos es una “forma recurrente y persistente de facilitar la significación del poder”29. De este modo, y motivado todo ello por la vidas extremas a las que se hacía referencia al principio, los cuerpos de los miembros de los grupos armados deben ser disciplinados y estar supeditados a las decisiones jerarquías del grupo. Se crean así las condiciones previas para que los cuerpos mejor preparados por las condiciones físicas exigidas sean los cuerpos masculinos, los que serán dignos de ocupar posiciones de poder. Por ello, una vez más, se vuelve a oscurecer la militancia de las mujeres, por un lado, y se obliga a éstas, por el otro lado, a emular la masculinidad si quieren acceder a cotas altas de poder. 30 Esa ubicación en las tramas de subordinación política provoca que en los grupos armados “impere una normatividad paralela que contribuye al imaginario de género y coadyuva al disciplinamiento del cuerpo y de la sexualidad”31. Es decir, se produce una paradoja por la cual las mujeres de los grupos armados se ven sometidas, por un lado, a una sobrecarga física y emocional y, por el otro lado y al mismo tiempo, a la posibilidad de insertarse en nuevas tramas relacionales en el espacio de lo público32. Por lo tanto, el Nosotros33 en los grupos armados muchas veces se construye a partir de un ideario masculino que choca frontalmente con la construcción identitaria del propio grupo34. Con este contexto, algunas mujeres tras la frustración sentida por no haber visto cumplidas sus expectativas emancipadoras, deciden abandonar el grupo armado. La salida del grupo tampoco se hace en los mismos términos para hombres y mujeres. Para las últimas, la entrada supuso asumir un papel reñido con las representaciones sociales de la feminidad, así que si deciden abandonar han de enfrentarse a un doble rechazo: como excombatientes y como detractoras de la normatividad femenina35, estigma que se ve incrementado si se posee hijas/os. 28

PINO, A.C., El patriarcado y sus manifestaciones en el conflicto armado, Asociación de hombres por la igualdad de género, Colombia, 2004 29 SCOTT, W.J., Historia y género, las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Alfons el Magnamin, España, 1990, p.47 30 HAERI, M. y PUECHGUIRBAL, N., De la impotencia a la acción. La pluralidad de experiencias de la mujer en los conflictos armados, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 877, Génova, 2010, p. 2-7 31 VV.AA., Regulación y control de la subjetividad y la vida privada en el contexto del conflicto armado colombiano, Revista de estudios sociales, Nº 15, Colombia, 2003, p. 133-149 32 CIFUENTES, M.C., La investigación sobre género y conflicto armado, Revista Eleuthera, 2009, Vol. 3, p. 144 33 El concepto del Nosotros se explicará de manera más exhaustiva en el apartado 3.1.2.2 ¿Quiénes son el Nosotros y quién son los Otros? ¿Dónde está el Nosotras y las Otras? 34 Íbidem, p. 144 35 Íbidem.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Además, cuando las mujeres deciden tomar las armas se enfrentan a unos riesgos específicos que las pueden convertir en víctimas de violencias que pueden ser invisibilizadas. Cuando participan como agentes activos en el conflicto están expuestas a ser víctimas de abuso y acoso sexual por sus compañeros de militancia. Cuando son detenidas pueden experimentar torturas sexuales por parte de los cuerpos policiales. En caso de abandono del grupo armado deben luchar contra el estigma y rechazo de familiares y comunidad, y tras el establecimiento de la Paz tienden a ser olvidadas en los procesos de desarme, desmovilización y reinserción.36 1.3. Una mirada al género masculino El ideal de masculinidad durante el tiempo de conflicto se vuelve muchos más estricto. Como ya se ha explicado anteriormente, el conflicto suele estar regulado y dirigido por los hombres. Existe la falsa creencia de que ello se debe a la naturaleza violenta de los hombres que les lleva a mostrar una mayor tendencia hacía el conflicto que las mujeres. Según esta perspectiva, el conflicto armado es el “resultado inevitable de la agresividad masculina, y las armas y los misiles sirven para emular el aspecto fálico del sexo”37. Se trata de un estereotipo, ya que el conflicto suele ser iniciado por “aquellos que tienen poder, y los hombres suelen encontrarse en las posiciones más poderosas”38. No se trata, por lo tanto, de una tendencia biológica del hombre hacía el conflicto y la agresividad, sino de un mejor posicionamiento en la jerarquía social. Los hombres se ven obligados a cumplir con unos roles relacionados, por un lado, con el sustento y protección de las mujeres y de los niñas/os, y por el otro lado, a desempeñar agresividad y violencia en las acciones armadas. Se trata de unos roles muy estrictos que les obligan a estar reforzando su condición masculina continuamente y que en situaciones de conflicto armado se tiende a intensificar por el papel que juega la violencia en los mismos39. La sociedad tiende a no aceptar los desafíos a los cánones de masculinidad y, por ello, los hombres que no cumplen con estos roles suele sufrir estigmatización tanto en el ámbito público como en el privado, lo que suele derivar en frustración y aislamiento por parte de la comunidad40. Ante esto el conflicto adquiere un carácter masculino, lo que lleva a afirmar que cuando los diferentes bandos se enfrentan no sólo lo hacen por unos ideales políticos, sino que también está en juego su condición masculina. Por lo tanto, en el conflicto cuando alguien es derrotado, los hombres de ese bando ven menoscabada su masculinadad.41

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HAERI, M. y PUECHGUIRBAL, N., De la impotencia a la acción. La pluralidad de experiencias de la mujer en los conflictos armados, Revista Internacional de la Cruz Roja, Nº 877, Génova, 2010, p.10 37 EHREINREICH, B., Ritos de sangre, Espasa Calpe, Madrid, 2000, p. 21 38 Íbidem. 39 Íbidem. 40 Amnistía Internacional ha recibido testimonios sobre estigmatizaciones a personas del sexo masculino. Personas que están en el punto de mira por su orientación sexual o por ser portadores de enfermedades de transmisión sexual. 41 CONTRERAS, F. y SIERRA, F., (coords.), Culturas de guerra, Frónesis, Madrid, 2004, p. 55-64

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Por todo lo expuesto hasta ahora, considerar el género como “el campo primario, persistente y recurrente en el que, de manera compleja, se articula el poder, en tanto en cuanto el género se implica en la percepción, en la construcción y en la legitimación del mismo”42es clave. Los análisis académicos que estudian el conflicto armado deben incluir el género como una categoría central de interpretación. Sin embargo la realidad está muy lejos de esto. La mayoría de los estudios existentes se han limitado a analizar los impactos diferenciados de hombres y mujeres y no a penetrar de lleno en la estructura de poder que legitima las desigualdades de género en los territorios en conflicto armado.

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SCOTT, W.J., Historia y género, las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Alfons el Magnamin, España, 1990, p. 49

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 2. RELACIONES DE GÉNERO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

“El cliente anterior había dejado en una silla la edición del mediodía del periódico de la noche, y, mientras esperaba que me sirvieran, me puse a leer distraídamente los titulares (…) Alguien había alcanzado una puntuación muy alta en Sudáfrica. Titulares menores anunciaban que Sir Austen Charberlain se hallaba en Ginebra. En una bodega se había encontrado un hacha de cortar carne con cabello humano pegado. El Juez X… había comentado en el Tribunal de Divorcios la desvergüenza de las mujeres. Desparramadas por el periódico había otras noticias. Habían descendido una actriz de cine desde lo alto de un pico de California y la habían suspendido en el aire. Iba a haber niebla. Ni el más fugar visitante de este planeta que cogiera el periódico – pensé– podría dejar de ver, aun con este testimonio desperdigado, que Inglaterra se hallaba bajo un patriarcado”43 Virginia Woolf ¿Cómo representan los medios las relaciones de género?, ¿construyen una imagen de las mujeres acorde a la realidad?, ¿existen estereotipos de género en la prensa escrita?, ¿existe supremacía de un género sobre el otro en las informaciones?, etc.

2.1. Seccionalización de la información Si compramos un periódico lo primero que se aprecia en él es cómo éste se divide en secciones estancas inamovibles (Sociedad, Política, Internacional, Deportes, etc) Según la información ante la que nos encontremos, la noticia se encajará en una u otra sección, pero, ¿todas las secciones tienen la misma importancia?, ¿hay secciones para hombres y hay secciones para mujeres? Según un estudio de varias profesoras de universidad, se demuestra cómo la seccionalización de los medios se hace a partir de unos supuestos distributivos sexistas que ubican a las mujeres en los espacios privados y a los hombres en los espacios públicos44. Una sección representa el escenario de una información, así, existen escenarios privilegiados por la mirada informativa (Política y Opinión),y, otros, secundarios donde se enmarca todo aquello que no tiene cabida en los espacios privilegiados (Sociedad y Espectáculo). Por lo tanto, estos escenarios y secciones representan un microcosmos dentro del universo informativo, es como si tal y como se distribuye el periódico fuese tal y cómo el periódico entiende la sociedad.

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WOOLF. V ., Una habitación propia, Seix Barral,.Barcelona, 2008, p.26

ALTÉS,E., GALLEGO,J., BACH, M., PLUJÁ,M. y PUIG,M., El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icaria, Barcelona, 2002, p.26-40

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático De este modo, las mujeres se convertirán en protagonistas principales únicamente en las llamadas secciones blandas, es decir, en las secciones que se pueden considerar menos importantes a nivel político (Sociedad, Espectáculos, Ocio, etc.), en donde, según los estudios, ostentan el record de menciones en comparación con las menciones en otras secciones (22,54%)45 En ellas, las mujeres serán protagonistas pero dentro de un paraguas de roles muy herméticos y determinados. Las mujeres deberán estar resignadas a su papel de víctimas sufridoras, así en Sociedad se hablará de “mujeres maltratadas, violadas, sin recursos, apaleadas, etc.”46. Las mujeres nunca serán presentadas desde posiciones de dominio sino desde la más absoluta sumisión. Los espacios de información privilegiados por la mirada informativa 47, en cambio, no serán para ellas. Según varios estudios, la presencia de las mujeres en la sección de política es muy escasa (3,65% menciones en titulares y 6,68% en el cuerpo de la noticia)48. En esas escasas referencias, las mujeres se construirán a partir de una imagen estereotipada, asumiendo un trato diferencial respecto al hombre. Se las mencionará de forma subordinada, a partir del parentesco o la relación que tengan con el hombre, o, también se focalizará el relato en el pasado que esa mujer pueda arrastrar, en definitiva, en su vida privada, algo que no sucederá con los hombres49 De este modo, se puede afirmar que la distribución del espacio y el tratamiento de los medios hacía las informaciones en las que las mujeres son protagonistas es sexista y discriminatorio ante estas. Los medios las presentarán a partir de los roles sociales tradicionalmente impuestos a estas. 2.2. Estereotipos de género Para que ese trato sexista se dé, los medios de comunicación se valen de los estereotipos como mecanismos lingüísticos. Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española, ésta lo define como una “imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”50 Así, existen estereotipos de género que asocian diferentes imágenes a hombres o a mujeres, imágenes que se mantienen inmutables. De este modo, se asocia a lo masculino ideas relacionadas con características instrumentales, como la actividad, la agresividad, la independencia y la competitividad. A lo femenino, en cambio, se le atribuye características más comunicativas, relacionadas con la afectividad, la dependencia y la preocupación por los demás51.

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Íbidem. p. 32 Íbidem. p. 32 47 La sección de Política será el más importante ya que representa el 35% del total de los contenidos de un diario. 48 BUENO, J. (coord..), Estudio longitudinal de la presencia de la mujer en los medios de comunicación de la prensa escrita, Nau llibres, Valencia, 1996 49 Íbidem. p. 31 50 Real AcademiaEspañola, disponible en http://lema.rae.es/drae/?val=estereotipo [ Fecha de consulta 12 de mayo 2012] 46

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ALTÉS,E., GALLEGO,J., BACH, M., PLUJÁ,M. y PUIG,M., El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icaria, Barcelona, 2002, p.16-20

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático En la mayoría de las ocasiones, estos mecanismos lingüísticos se manifiestan mediante metáforas, metonimias, etc. que suavizan su intensidad pero que no los hacen desaparecer. Todo estereotipo de género presenta una vertiente doble relacionada con una dimensión positiva y una dimensión negativa. Uno de los estereotipos clásicos y más conocido de género podría ser el que representa la dualidad entre la madre y la puta. De este modo, “el funcionamiento dicotómico en los estereotipos que afectan al género femenino permite que, utilizando inclusive un estereotipo positivo (madre) en el fondo, el inconsciente lo descodificará añadiéndole una contrapartida negativa (puta)”52. Así, se puede pensar que cuando una mujer no es representada como madre, se convierte directamente en puta. Las investigaciones de la profesora Amparo Moreno demuestran, no sólo la fuerza que los estereotipos de género pueden tener en el ideario colectivo, sino que los medios de comunicación son los encargados de reproducirlos53 La profesora de un paso más y afirma que los medios de comunicación ni siquiera se los cuestionan, lo que hace que su reproducción sea mucho más masiva. En este sentido, la también profesora, Juana Gallego, afirma que las rutinas que imperan dentro de la empresa periodística enfatizan todavía más la reproducción de estos estereotipos. Se trata de rutinas androcéntricas, donde la dirección de los medios, en la mayoría de las ocasiones, está dirigida por hombres, lo que hace que la regulación de los contenidos se haga desde perspectivas masculinas54. Siendo conscientes de la existencia y reproducción de estos estereotipos en la prensa diaria, cabe preguntarse, ¿en qué medida afectan los estereotipos de género a las mujeres de ETA? 2.3. Conceptualización: un acercamiento a la Agenda Setting y al Framing Para poder establecer un marco metodológico anteriormente cabe preguntarse cuáles son las teorías o mecanismos metodológicos que existen dentro de la investigación en Comunicación de Masas que puedan ayudar. Para ello, se han seleccionado dos teorías, por un lado, la teoría de la Agenda Setting, y, por el otro lado, la teoría del Framing. A continuación se explican las características de cada una de ellas y las razones que justifican la elección de ambas teorías para el establecimiento de un marco metodológico que dirija el trabajo de campo. 2.3.1. Agenda Setting55 Los medios de comunicación recogen constantemente en sus páginas los acontecimientos que son noticia en el día a día, pero más allá de la cotidianidad informativa, existen preocupaciones sociales y políticas que tienden a mantearse 52

Íbidem, p.18 MORENO, A., ¿De quién hablan las noticias? Guía para humanizar la información, Icaria, Barcelona, 2008 53

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GALLEGO, J. La prensa por dentro. Producción informativa y transmisión de estereotipos de género, Los libros de la frontera, Barcelona, 2002, p.19-27 55 La información sobre la teoría de la Agenda Setting que se expone en este trabajo ha sido extraída del libro: MCCOMBS, M., Estableciendo la agenda: el impacto de los medios en la opinión pública y en el conocimiento, Paidos Ibérica, Barcelona, 2006

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático durante periodos extensos de tiempo en el candelero informativo, bien sea por su interés mediático o por la intensidad informativa que presentan. Este es el caso de las informaciones de ETA y de sus protagonistas. Pero, ¿cuándo y cómo se deciden qué temas deben ser noticia?, ¿qué espacio ocupan esos temas? Y ¿qué influencia tienen en las audiencias? La teoría de la Agenda Setting tras los estudios realizados56 concluye que los medios realizan un proceso por el cual seleccionan unos temas frente a otros para convertirlos en noticia, influyendo con ello en la opinión pública, diciéndole a ésta sobre qué asuntos debe pensar o prestar atención – o no pensar y no prestar atención --: “Como consecuencia de la acción de los periódicos, el público es consciente o ignora, presta atención o descuida, enfatiza o pasa por alto elementos específicos de los escenarios públicos. La gente tiende a incluir o excluir de sus propios conocimientos lo que los media incluyen o excluyen de propio contenido”57 De este modo, se puede ver de forma clara que la labor de los medios no es puramente objetiva y que el propio proceso de selección y jerarquización de contenidos lleva implícito el poder de relegar a ciertos acontecimientos – y por extensión a ciertos protagonistas – al olvido. En este sentido, y para ir acercándonos al objeto de estudio, según las investigaciones existentes sobre representación mediática de los géneros, se ha podido comprobar que dependiendo de qué tipo de temas se estén tratando, las mujeres sufren un proceso de infrarrepresentación o de sobrepresentación58, en definitiva y en palabras de Amparo Moreno, “hay protagonistas que actúan en unos escenario privilegiados por esta mirada informativa y otros que a duras penas consiguen atraer la atención”59. De esta infrarrepresentación o sobrepresentación se derivan los estereotipos a los que se pretende dar respuesta a la hora del enmarque. Es decir, una vez que el medio de comunicación decide incluir un tema determinado en su Agenda – el traslado de una prisión a otra de una etarra, por ejemplo – podrá empezar a tratarlo y a enmarcarlo dentro de unos parámetros concretos; pero para ello antes tendrá que decidir prestarle atención. Por ello, antes de analizar si el discurso mediático de unas protagonistas concretas en unos escenarios determinados manifiesta la tensión latente entre los estereotipos de género y los estereotipos de conflicto, resulta necesario saber si existen diferencias cuantitativas entre las distintas cabeceras del panorama periodístico vasco a la hora de hablar de las mujeres de ETA. Por lo tanto, ¿entran de lleno las mujeres de ETA en la Agenda 56

Esta teoría nace en 1972 a partir de un estudio sobre el papel que los medios de comunicación habían desempeñado en la campaña presidencial de 1968 en Chapel Hill (Carolina del Norte). El trabajo de análisis se realizó entre un grupo de votantes indecisos a quiénes se preguntó sobre los temas que según su opinión eran más importantes para la acción de Gobierno. Comprobaron que los asuntos que los votantes consideraban prioritarios eran aquellos que los medios habían seleccionado previamente, es decir, los más importantes eran los que mayor cobertura mediática habían recibido. 57 SHAW, 1979, citado en WOLF, M., La investigación de la comunicación de masas, Paidos Ibérica, Barcelona, 1987, p. 163 58 Para profundizar sobre este tema se recomienda; ALTÉS, E., GALLEGO,J, BACH, M., PLUJÀ,M. y PUIG,M. El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icaria, Barcelona, 2002 59 MORENO, A., La mirada informativa, Bosch, Barcelona, 1998, p. 16-33

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático de los medios?, ¿los medios piden a la opinión pública mediante su Agenda que piense en las mujeres de ETA?, ¿cuánto espacio ocupan las etarras?60 Antes de finalizar con este apartado, cabe añadir una última cuestión. La teoría de la Agenda Setting diferencia dos términos de gran importancia. Por un lado, identificará los events (acontecimientos). Se trata de sucesos discontinuos limitados en el espacio y en el tiempo. En la investigación que se abarca un event podría ser, por ejemplo, la detención puntual de una militante de ETA. Por otro lado, se identifican los issues (temas) que se trataría de la acumulación de una serie de events relacionados entre sí y que se involucran en el tratamiento periodístico61. La presencia femenina en ETA es un ejemplo. 2.3.2. Framing62 Una vez seleccionado el tema a tratar, el siguiente paso que los medios de comunicación llevan a cabo responde al enfoque, es decir, al tratamiento e interpretación que éstos de la información que previamente han seleccionado y jerarquizado por medio de la Agenda63. Saber cómo el discurso mediático enfoca las informaciones donde las mujeres de ETA son las protagonistas es parte de los objetivos marcados para el estudio de campo. La teoría del framing se centra en un análisis de los marcos64 (frames) o encuadres con los que el periodismo relata los acontecimientos. A pesar de tratarse de una teoría que nace dentro de la investigación en Comunicación de Masas, se ha convertido en un paraguas que ha ido agrupando perspectivas diferentes dentro de la propia Ciencia Política65. Entman definía de la siguiente manera el proceso por el cual los medios enmarcan la realidad social: “Seleccionar algunos aspectos de una realidad percibida y darles más relevancia en un texto comunicativo, promoviendo así una definición particular del problema,

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En el apartado 6. Diseño de la investigación se explica más detenidamente cómo se llevará a cabo la medición de la agenda y la trascendencia que éstas va a tener a la hora de medir el trato al discurso que van hacer los distintos medios. 61 SHAW, 1979, citado en WOLF, M., La investigación de la comunicación de masas, Paidos Ibérica, Barcelona, 1987, p. 163-170 62 La información sobre la teoría de la Agenda Setting que se expone en este trabajo ha sido extraída del libro: GIMÉNEZ, A. y BERGANZA, M. R., Género y Medios de Comunicación. Un Análisis desde la Objetividad y la Teoría del Framing, Madrid, Fragua, 2009. 63 En este trabajo se separará las teorías de la Agenda Setting y del Framing como categorías con personalidad propia aunque con relación entre sí como viene siendo habitual en las investigaciones mediológicas. En cambio, autores como McCombs –al que constantemente se está aludiendo en esta investigación – han entendido el Framing como un segundo nivel de la Agenda, por lo que éste estaría integrado dentro de la propia teoría de la Agenda Setting 64 Sobre el enmarque del género en las situaciones de conflicto se recomienda: BUTLER, J., Marcos de guerra. Las vidas lloradas, Paidós, Barcelona, 2010 o acudir al punto 3.1.2.1. Asignación de categorías 65 SNOW, D. y .BENFORD, R., Ideology, Frame Resonance, and Participant Mobilization, International Social Movement Research , 1998, p. 197-217.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático una interpretación casual del mismo, su evaluación moral y una recomendación de cómo debe ser tratado”66 A partir de esta definición se refuerzan las apreciaciones que se hacían durante la explicación de la teoría de la Agenda Setting. Es decir, “ningún periódico, ninguna explicación, por más que se presente como objetiva o científica, refleja con transparencia los acontecimientos. Unos periódicos son más favorables que otros a enfocar y hacer visibles en sus páginas a los distintos protagonistas y a valorar sus actuaciones positiva o negativamente”67. Ese proceso de valoración se hace a partir de un discurso político que puede estar atravesado por estereotipos de género que tratan y enfocan de diferente manera a las etarras que a los etarras. Además, “según los colectivos sociales a los que se dirigen, unos periódicos presentan a algunos protagonistas realzando sus actuaciones en sentido positivo, como modelos idealizados de lo que se debe hacer para conseguir la integración, y presentan a otros protagonistas poniendo en relieve sus actuaciones en sentido negativo, como modelos de lo que no se debe hacer so pena de incurrir en la marginación”68, es decir, se enfocará a esos colectivos mediante un discurso político que se puede valer de la basculación entre los estereotipos positivos y los negativos de conflicto. McCombs da un paso más en la teoría del framing e identifica los elementos que participan en el proceso de enmarque, así define: “¨La acción de encuadrar refiere a la selección de una serie de atributos sobre unos objetos determinados aparecidos en la noticia/información periodística y que realzan o ponen énfasis en aquellos que, según el contexto, sean de interés”69 A partir de esto, el encuadre discursivo de un tema noticioso incluye varios atributos que McCombs resume en cuatro70: 

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Objetos: Se trata de los temas o sub-temas sobre los que se centrará el relato discursivo del acontecimiento concreto. No es lo mismo hablar sobre las posibles torturas policiales que una militante de ETA ha podido recibir tras su detención o hacerlo sobre el número de acciones armadas que esa misma militante ha realizado previamente a de su detención. Más allá del tratamiento que posteriormente se vaya a dar al objeto, la naturaleza del propio objeto en sí macará el encuadre de ese tema71.

ENTMAN, R., Framing: Toward clarification of a fractured paradigm, Revista de Comunicación, Nº 43, p.52 67 MORENO,A., ROVETTO.F., BUITRAGO,A., ¿De quién hablan las mujeres? Guía para humanizar la información, Icaria, Barcelona, 2007, p.27 68 Íbidem. 69 MCCOMBS, M., Estableciendo la agenda: el impacto de los medios en la opinión pública y en el conocimiento, Paidos Ibérica, Barcelona, 2006, p.170 70 Íbidem.p.137-140 71 La exclusión de un tema del propio discurso mediático puede representar una forma concreta de enmarcar ese tema. La exclusión de determinados objetos – como puede ser los temas relacionados con mujeres y activismo político – del lenguaje mediático puede representar una exclusión social y política implícita de éstas. El estudio de cuáles son los significados de los objetos excluidos del discurso

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 





Keyswords: 72 Hacen referencia a las expresiones y términos con los cuales se califica a los protagonistas y a las situaciones del objeto. Se trata de unos atributos que serán claves en la investigación que se está llevando a cabo ya que los keyswods, en muchas ocasiones, pueden estereotipar a los propios protagonistas – estereotipos de género – o las propias situaciones que describen el objeto – estereotipos de conflicto –. Argumentaciones: Hacen especialmente referencia a los enmarques que derivan del periodismo de opinión. Los editoriales, artículos de opinión, las columnas o, incluso, las intervenciones de especialistas hablando de temas concretos; inciden en el enmarque de la realidad social. Las exigencias de acción institucional o acción social: Se trata de la exigencia de recomendaciones o imposiciones sobre el tratamiento discursivo que debería tener un tema determinado. En este sentido, las informaciones de ETA son un claro ejemplo de estas recomendaciones, en el apartado 3.3.1 El relato mediático de las informaciones de ETA se explican las recomendaciones que desde los órganos directivos de determinados medios de comunicación y desde los poderes políticos se han hecho al trato de los protagonistas de ETA.

Finalmente queda añadir que cuando hablamos del estudio de los framing se incluyen dos dimensiones analíticas. Por un lado, se llevará a cabo un análisis de los news framing o encuadres periodísticos – que se trata exactamente de lo que en estas líneas se ha explicado –, y, por el otro lado, un análisis del efecto del framing, es decir, los efectos que dichos encuadres provocan sobre la opinión pública. El análisis que atañe a este trabajo se centrará únicamente en la primera dimensión, en el efecto de los news framing.

mediático y político se encarga el Análisis Crítico del Discurso. Mediante un análisis crítico de la Agenda de los medios sobre informaciones de mujeres militantes de ETA, se podrá ver si la exclusión de éstas de determinados rotativos tiene que ver con una línea editorial común, o, por el contrario, se trata de una simple casualidad informativa. Para profundizar en esta técnica de análisis se recomienda el libro: WODAK,R., MEYER,M., Métodos de análisis crítico del discurso, Gedisa, Barcelona, 2001 72 En las trabajo de campo se identificarán varios keyswords con los que se intentará probar las hipótesis planteadas.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 3. CARACTERIZACION DEL OBJETO DE INVESTIGACIÓN: MUJERES Y ETA “Con las presas de ETA pasa lo mismo que con las putas, con las moras, con las gitanas, con las bolleras y con las trans: socialmente se les exige que subviertan el orden patriarcal mucho más que al resto de las mujeres. Es decir, se da por hecho que son más sumisas respecto a "sus hombres" que el resto. Constantemente leo que el de ETA ha sido un mundo de machos donde ellas ocupaban el rol tradicional de esposa, madre y alma portadora de una esencia. Eso que se conoce como el reposo del guerrero y que nunca fuimos las mujeres. Porque ninguna guerra, precisamente a nosotras, nos permitió nunca descansar” 73 1

Itziar Ziga 3.1. La construcción del género en ETA

3.1.1. Pautas diferenciadas de reclutamiento y causas de la entrada escalonada de las mujeres en ETA Al relatar la historia de ETA e identificar los acontecimientos clave, los principales escritos suelen hacer referencia a las acciones más espectaculares, las detenciones más mediáticas, las tensiones internas de la banda, etc. El objetivo es marcar las distintas fases de la historia de ETA. De este modo, tenemos unos acontecimientos clave que relacionados con el contexto político y social que se esté viviendo en el momento en que se dan nos pueden ayudar a entender el relato mediático. A pesar de que en estos acontecimientos siempre han participado mujeres, la mera descripción de los papeles que ellas han tomado en ese momento no es suficiente para entender la construcción del género dentro de la organización y la traslación de éste al relato mediático. Según la autora Carri Hamilton, la entrada de las mujeres en ETA se ha dado de forma escalonada. Por ello, y con el objetivo de visibilizar la realidad femenina, la autora ha identificado cuatro fases que explican la entrada escalonada de las mujeres en ETA. De este modo, ha dividido las primeras décadas de la historia de ETA según las transiciones de género que se han dado en ella. La primera de las fases se corresponde con la etapa en la que ETA comienza su actividad armada, bajo el régimen franquista. Durante estos años, dentro de ETA se combinaban dos discursos de género. Por un lado, se entendía la actividad armada a partir de los patrones de comportamiento que marcaba el “conservadurismo propio del nacionalismo vasco”74. Estas lógicas de comportamiento se entremezclaban, por el otro lado, con discursos “más aperturistas y reformistas que se daban ante la 73

ZIGA, I., Sexual Herria, Txalaparta, Tafalla, 2011, p. 33 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista Feminista, Vol. 86, 2007, o. 133-147 74

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático emergencia de nuevos movimientos sociales opositores al régimen de Franco”.75 Ambos discursos conviven sin problema durante los primeros años de existencia de la organización sin entrar en ninguno de los casos a rivalizar por la hegemonía. Quizá la explicación a esto la podamos encontrar en el predominio masculino en las filas de la militancia a ETA76. La escasa presencia de mujeres, al menos de forma activa, contribuye a que pueda no ser necesario un debate sobre la falta de igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad franquista. La segunda fase, también durante periodo franquista, se corresponde con lo que se ha denominado el milagro económico español y que por extensión también afectó al País Vasco. Durante este periodo, que se extiende de los años 60 a los 70, se da una entrada masiva de mujeres en el mercado laboral, lo que abrirá nuevos espacios de participación social y política para las mujeres vascas. Éstas, según la propia Hamilton, “dejan de ver lejana la posibilidad de entrar a formar parte como miembros activistas de ETA”.77 A pesar de tomar conciencia de la posibilidad, todavía hará falta algo más para que las mujeres se incorporen a la organización con dedicación completa. Ese algo más será el año en que se inicia el juicio por el Proceso de Burgos (1970). Entre los acusados se encontraban tres mujeres, con lo que por primera vez, y de forma pública, se visibiliza el activismo femenino dentro del conflicto armado vasco. En este momento, un número pequeño de mujeres ingresa en las filas de la organización armada de manera plena, llegando incluso, alguna de ellas, a ocupar puestos de responsabilidad política dentro de la organización. Los años posteriores al proceso de Burgos el número de mujeres, especialmente jóvenes, que ingresa en la banda armada aumenta considerablemente. De este modo, la diferencia de porcentajes entre militantes hombres y mujeres se va haciendo cada vez más pequeña. Hamilton identifica este momento con la cuarta fase. Sin embargo, el número de mujeres encarceladas como militantes o como colaboradoras de la organización únicamente asciende a un diez por ciento78¿Cuál es la explicación de estos datos? Las pautas de reclutamiento que se dan en ETA durante los primeros años de su existencia se llevan a cabo a partir de una diferenciación de los géneros. De este modo, el propio sistema social imperante durante los años 60 provocaba que los hombres ocupasen más espacios de reclutamiento que las mujeres. Es decir, “mientras los hombres accedían a ETA a través de organizaciones estudiantiles, fábricas, universidades, etc., las mujeres veían su reclutamiento limitado a que fuese alguno de los hombres de su entorno familiar o social los que las introdujesen en la organización armada79.

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Íbidem. ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p. 353-367 77 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista Feminista, Vol. 86, 2007, p. 133-147 78 Íbidem. p. 135 79 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007 76

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Las mujeres, por lo tanto, dependían en su entrada de los hombres, algo que según Alcedo, “traerá consecuencias una vez dentro de la banda armada en donde de forma práctica se instaurará la idea de que los hombres son actores principales y las mujeres actrices secundarias80. A pesar de que con el tiempo ellas y ellos participarán en la misma medida en las acciones armadas, las mujeres tendrán que ganarse el papel de protagonistas. Así, las etarras serán las co-protagonistas “manteniéndose en su papel tradicional, como guardianas de la etxe81 y representantes de la tierra y los poderes fecundos.”82; un papel subordinado que tendrá sus efectos en el discurso político que también será diferente si es pronunciado por un hombre o una mujer. “Así, la indarra83 masculina se manifiesta culturalmente a través de la acción, por el contrario, la indarra femenina se expresa fundamentalmente en el estar, en el contener y en el apoyar.”84 Se trata de una demostración de fuerza, la de las mujeres, subordinada pero no pasiva, lo que hace creer que dentro de ETA la igualdad sexual es una constante, aunque, como afirmaba Agancinski, en realidad se “oscurece una diferencia real y un poder masculino”85. “La mujer etarra no tiene un papel pasivo, sino activo. Su fuerza está en el apoyo afectivo y a menudo ideológico que proporciona, incondicional y siempre presente al hombre”86, aunque de forma reiteradamente subordinada. Las mujeres que pretendían pertenecer a ETA tenían tres reductos de entrada sin depender de la ayuda masculina. O bien entraban en la organización por medio de otras mujeres, o comenzaban a conquistar los espacios socialmente masculinos. El primero de los casos, se irá dando de forma progresiva y el segundo de ellos, será bastante limitado hasta pasada la primera década, ya que en la sociedad franquista las “mujeres vascas que trabajaban fuera de casa lo hacían en lo que han sido consideradas profesiones típicamente femeninas – enfermeras, secretarias, profesoras – en donde la presencia de hombres era mínima”87. Existía un tercer reducto, se trata de los grupos eclesiásticos mixtos o de las asociaciones culturales vascas. En estos lugares “había espacio para que las nuevas generaciones jóvenes, incluyendo las mujeres opositoras al régimen franquista se organizasen. Una generación que podían ver en ETA la alternativa”88. En cambio, estos grupos, por sus propias lógicas de funcionamiento, mantenían “un estricto código de conducta sexual que no permitía ideas que pusiesen en duda los patrones socialmente adquiridos que hombres y mujeres debían representar en la sociedad”89. En definitiva, durante los primeros años de existencia de ETA, independientemente de cómo las mujeres entrasen en la organización, dentro de ella su papel se limitaba a una extensión de los roles que se veían obligadas a representar en la sociedad vasca, 80

ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p.355-365 Casa 82 Íbidem. 83 Fuerza 84 ARETXAGA, B., Los funerales del nacionalismo vasco, Taurus, Madrid, 1983 85 AGANCINSKI, S., Política de sexos, Taurus, Madrid, 1998 86 ARETXAGA, B., Los funerales del nacionalismo vasco, Taurus, Madrid, 1983 87 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 135 88 Íbidem. p.136 89 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 19-39 81

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático teniendo que demostrar más para llegar a alcanzar las cotas de poder que sus compañeros hombres alcanzaban de facto. En este sentido, resulta ilustrativo las declaraciones que se pueden encontrar en el estudio de Miren Alcedo. Se trata de varios fragmentos de entrevistas realizadas a mujeres etarras que, sin duda, explican a la perfección lo expuesto en párrafos anteriores. Así, preguntadas por si una vez en la organización eran sometidas a pruebas diferentes que los hombres éstas respondían: “Al principio en nuestro grupo éramos cuatro chicas y tres chicos, que nos conocíamos del pueblo. Luego nos quedamos sólo dos chicas, dos chicas que todavía no habíamos hecho más que una pequeña cosa, el poner una bomba en algún sitio… vamos que te quiero decir que no habíamos todavía nada de nada (…) Nos dijeron para la primera ekintza un poco gorda y nos llamaron y nos dijeron: Bueno, pues en tal sitio y en tal hora. Y yo tengo el recuerdo de que las dos comentamos: Bueno, según lo que hagamos mañana nos aceptarán. Y era porque éramos tías. Ese recuerdo lo tengo de las dos, que teníamos consciencia: si hacemos una chorrada que puede hacer cualquier otro, que te puede pasar; según como hubiéramos actuado nos aceptarían o no. Tienes que demostrar mucho más siendo tía”90. Dentro de la organización, las etarras sienten que su condición de mujer marca un diferencial respecto a sus compañeros, por lo que ellas mismas se ven presionadas a demostrar más que los hombres en la acción armada. Es como si de entrada tuviesen que someterse a una evaluación que verifique que son aptas para pertenecer a ETA, una prueba de fuego a la que los hombres no se someten. Una vez pasada la prueba– de forma simbólica – las mujeres de ETA serán militantes en igualdad de condiciones, o por lo menos, es así como ellas lo perciben: “Sí, sí, yo creo que sí. Ahora, una vez que te aceptan, yo en ese sentido no he notado ninguna discriminación (…) Ya eres otro más. Ya te tienen en cuenta”91. La percepción de esta aparente igualdad no tiene por qué ir de la mano de una igualdad real y palpable. En el estudio de Hamilton, ésta hace referencia a una investigación realizada por el noruego Beate Arnestad. En ella, Arnestad en entrevistas con las Tigresas de Liberación Tamil “encontró que las mujeres terroristas de organizaciones nacionalistas no religiosas no consideraban que su género fuera importante y estaban tan dedicadas políticamente como los hombres”92, lo que afectaría a las mujeres de ETA. Mientras que para muchas mujeres “convertirse en una terrorista suicida es preferible a un matrimonio concertado con un hombre que no 90

ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p.359 Íbidem. 92 PÉREZ, E., Terrorismo y estereotipos de género, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.233-247 91

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático se ama, en el caso de las mujeres de ETA, la emancipación y la libertad sexual se suele dar por sobreentendida, aunque ésta no tenga que ser una realidad”93. A partir de aquí, las transiciones de género se darán dentro de la organización armada ya que, por lo menos de manera externa, las mujeres han superado las barreras de acceso a la organización. 3.1.2. El prototipo del etarra Si analizamos la literatura existente entorno a ETA, podemos ver como los análisis con lo que contamos están elaborados desde enfoques muy diversos. Existen desde libros sobre la propia evolución histórica de la organización, pasando por historias de vida de víctimas de atentados y llegando a análisis sobre las características y motivaciones de las personas que militan en ETA. Estos últimos estudios son los que serán pertinentes para la investigación que se está llevando a cabo. Saber cuáles son las causas por la que una persona decide enrolarse en ETA, de qué forma se integra y adapta a las lógicas y rutinas de la banda, cómo es su vida en clandestinidad, qué piensan tras cometer una acción armada, cuáles son sus incoherencias e incluso porqué algunos militantes deciden abandonar la organización; han sido las principales líneas de análisis que han seguido los investigadores que se dedican a estudiar a las y los militantes de ETA94. En este sentido, parece manifestarse una tendencia a homogeneizar la imagen del militante etarra, es decir, a crear un prototipo único de lo que es un militante de ETA. Se trata, por lo tanto, de buscar un primer molde común que marcará las pautas de las que se suponen son las características que posee ese militante. Se construye, así, una imagen hegemónica que funciona de forma prototípica aunque de manera permeable. De este modo, según vaya cambiando el contexto histórico o los discursos políticos y mediáticos, este prototipo del militante etarra se irá amoldando a ellos. Por ello, cuando hablamos de un etarra de los años 60-70, imaginamos a una persona con unas características concretas y unas motivaciones específicas; en cambio, la imagen que pensamos si nos referimos a un etarra de los últimos años, poco tendrá que ver con el prototipo anterior. En la construcción de imágenes, uno de los actores más importantes son los medios de comunicación, por ello, las imágenes que ellos puedan transmitir pueden verse reflejadas en el ideario colectivo que la sociedad se haga de la persona que milita en ETA. Esta homogeneización y hegemonización de imágenes es un mecanismo muy usual cuando nos encontramos ante descripciones de colectividades; se trata de la asignación de categorías concretas a colectivos determinados95.

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Íbidem. p. 243 Algunas de las investigaciones se pueden encontrar en: ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998 FOREST, E., Testimonios de lucha y resistencia, Hordago, Donostia, 1979 REINARES, F., Patriotas de la muerte. Quiénes han militado en ETA y por qué, Taurús, Madrid, 2011 95 Para profundizar más en los mecanismos de asignación de categorías se recomienda: MCADAM.D., TARROWS, S. y TILLY,C., Dinámica de la contienda política, Hacer, Barcelona, 2005 94

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 3.1.2.1.

La asignación de categorías

A cualquier colectividad96 se le pueden atribuir tanto categorías positivas como negativas en función de la cercanía y empatía ideológica que se muestre ante los sujetos pertenecientes a esa colectividad. Es decir, si yo pertenezco a ese colectivo, comparto algunas de sus ideas, legitimo sus acciones o me parece injusto el trato que socialmente están recibiendo sus miembros; ese colectivo formará parte del Nosotros. Cuanto mayor sea el grado de identificación, existirá una mayor integración en el Nosotros. En cambio, si no veo necesaria la existencia de ese colectivo, no legitimo sus acciones e incluso veo en ese colectivo una molestia para el libre transcurrir de mis rutinas, ese colectivo marcará una posición de distancia respecto a mí que me hará verlo como los Otros97. Esta forma de concebir lo colectivo es extensible a la manera en que los medios de comunicación enmarcan las noticias sobre grupos armados. Los medios de comunicación utilizarán el enmarque dual cuando hablen de militantes de alguna organización armada. Al hacer una división dual, se vuelve a reforzar la idea de que los miembros de ese colectivo son homogéneos y que, por lo tanto, responden a un determinado prototipo. Ante esto podemos intuir que los medios de comunicación tenderán a enfocar al militante etarra a partir de un prototipo que puede responder y vascular entre la imagen hegemónica del terrorista – que representa los Otros – y la del gudari – que representa el Nosotros – . Pero, ¿tienen algo en común el terrorista y el gudari?98 3.1.2.2. ¿Quiénes son el Nosotros y quiénes son los Otros? ¿Dónde está el Nosotras y las Otras? La autora Agancinski añadirá una idea más a la teoría de la dualidad informativa. En el proceso en que los medios y en que la propia sociedad construyen al Nosotros y a los Otros tienden a dejar de lado la categoría del género, olvidando que dentro de esos “agregados homogéneos hay hombres y mujeres”99. La utilización, por lo tanto, del masculino genérico en la representación de lo colectivo no es casual ni responde a un uso correcto de la lengua, sino que va más allá y representa una forma androcéntrica de entender esa colectividad.100Por lo tanto, a partir de esta idea anunciada por Agancinski, cuando hablamos de los protagonistas de un conflicto armado, bien sea social o mediáticamente, tendemos a “transmitir una igualdad sexual que oscurece la diferencia real y el poder masculino”, lo que se traduce en que cuando nos referimos a un militante hablamos de un hombre. El prototipo y la imagen hegemónica se 96

Las RAE define colectividad como “conjunto de personas reunidas o concentradas para un fin”, tomando como referencia esta definición se puede considerar que ETA tiene estas características por lo que se enmarcará dentro de las rutinas y dinámicas de las colectividades; lo que hará que no quede exenta de la asignación de categorías. Se puede consultar la definición en: http://lema.rae.es/drae/?val=colectividad 97 KAPUSCINSKI, R., El encuentro con el Otro, Anagrama, Barcelona, 2007 98 Lo que marca quién es el Nosotros y quiénes son el Otros en los medios de comunicación es la línea editorial del medio, y la manera en la que el periodista a de referirse a ellos la marcará el libro de estilo. 99 AGANCINSKI, S., Política de sexos, Taurus, Madrid, 1993 100 Según la propia autora, existen unos colectivos a los cuales se les aplicará el femenino genérico con el objetivo de reforzar la idea de identificación androcéntrica de lo colectivo. Se trata, en su mayoría, de colectivos que realizan sus actividades en el ámbito privado – las amas de casa – o que representan una posición de dependencia – las víctimas --.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático construirá a partir de patrones socialmente atribuidos al género masculino, algo que también afectará a la construcción del prototipo o imagen hegemónica del etarra. En esta línea la antropóloga Miren Alcedo presenta un prototipo de etarra de género masculino, donde se puede entrever una mitificación de la virilidad y del hombre duro101. Así, para Alcedo el etarra prototípico tiene que responder a los cuatro imperativos de la masculinidad enunciados por Badinter102: 1. No ser nada afeminado. Al hombre se le exige la renuncia a sus afectos como prueba segura de su limpieza de feminidad. 2. Ser un triunfador; el éxito, el poder y la admiración le son consustanciales. 3. Ser independiente y no contar más que con uno mismo. 4. Ser más fuerte que los demás, recurriendo a la violencia si es necesario. En la misma línea se sitúan las investigaciones de Judith Butler. En su análisis sobre el enmarque del género en situaciones de conflicto bélico103, la autora habla de dos imágenes que se corresponderán con el Nosotros y los Otros a los que alude Agancinski. Por un lado, se identificarán las vidas que tendrán derecho a ser lloradas, y por lo tanto, dignas de guardarles duelo. Estas vidas se correlacionarán con el Nosotros y los medios de comunicación las enmarcarán a partir de la asignación de la categoría “víctimas”. En contraposición, se encontrarán las vidas sin derecho a duelo ni a ser lloradas, unas vidas que deberán ser castigadas y que los medios otorgarán la categoría de “verdugos”, éstas, en cambio, se correlacionarán con los Otros. A partir de esta división, una vez más dual, para Butler la construcción del género en un conflicto armado tenderá a mantener la tradicional distribución del poder entre los géneros, ya que unifica las vidas en un único género, el masculino, y excluye a las mujeres del activismo político. Así, las mujeres no serán ni vidas lloradas ni vidas sin derechos a duelo, únicamente se les asignará el rol de vidas que lloran el duelo o vidas que apoyan a las vidas sin derecho a duelo104. O lo que es lo mismo pero en palabras de Scott “los hombres aparecen en la acción armada como actores activos enfrentando al enemigo, y las mujeres, en cambio, como víctimas indirectas de la acción armada o como apoyo afectivo de los actores armados”.105. Pero, si de forma instintiva nos ponemos a decir nombres de etarras o imágenes en las que nos venga a la cabeza la figura de un militante de ETA, es muy posible que identifiquemos más de un nombre femenino. Mujeres que han hecho en ETA mucho más que labores de infraestructura, participando activamente en acciones armadas o en puestos de responsabilidad política. Y, si somos capaces de identificar esas imágenes, entre otras cosas, es porque los medios nos las han transmitido. Llegados a este punto surge un problema. Las teorías expuestas hasta ahora hablan de una aniquilación simbólica de las militantes en los rotativos, pero por el contrario, la prensa habla de mujeres etarras ¿Por qué se da este fenómeno? Según Hamilton, las mujeres militantes etarras serán vistas y retratas de forma excepcional, como si se 101

ALCEDO, M., Militar en ETA, historias de vida y muerte, Hordago, Donostia, 1998, p.353 365 BADINTER, E., XY: La identidad masculina, Alianza, Madrid, 1993 103 BUTLER, J., Marcos de guerra. Las vidas lloradas, Paidós, Barcelona, 2010 104 Íbidem. p. 145-191 105 SCOTT, W.J., Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Alfons el Magnamin, España, 1990, p. 49 102

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático tratasen de una minoría106, la que, además, corre el riesgo de ser estereotipada por las lógicas androcéntricas en las que se entienden los conflictos armados. Pero, ¿cómo han vivido su militancia esas mujeres? Y, sobre todo, ¿cómo ha sido vista y retratada en el discurso mediático esa militancia? 3.2. Mujeres de/en ETA Mucho se ha escrito sobre las mujeres etarras tanto en los medios de comunicación como en la literatura sobre el conflicto armado vasco, pero, en la mayoría de las ocasiones, se trata de escritos intuitivos a partir de posicionamientos ideológicos concretos que carecen de la perspectiva y del análisis de género107. Por ello, se puede afirmar que existe una carencia de estudios académicos en este campo. La inexistencia prácticamente de antecedentes teóricos dificulta el planteamiento metodológico y empírico del estudio que en estas hojas se pretende llevar a cabo. Algunas autoras como Miren Alcedo en sus estudios sobre ETA han reservado capítulos concretos a la construcción del género femenino dentro de la organización. Se trata de apartados estancos y específicos aislados del conjunto del análisis y que no se incorporan de manera transversal en él108. Otras autoras como Begoña Aretxaga, en cambio, se han centrado en hacer análisis en clave feminista de mujeres concretas de ETA, como en este caso es Dolores González Cataraín109. Ello dificulta la posibilidad de tener una visión general de cómo ellas han vivido y construido su género dentro de la organización. Además, los pocos estudios existentes al respecto se han centrado en un análisis interno de la situación respecto al género, es decir, los estudios han buscado dar una explicación a las relaciones, patrones e imágenes construidas dentro de la propia organización armada. En ningún caso se encuentra referencia alguna a cómo de forma externa se han explicado esas relaciones y patrones y cómo, por lo tanto, han sido construidas esas imágenes hegemónicas y subalternas de las mujeres etarras. En consecuencia, y en lo que a este análisis atañe, los estudios mediológicos sobre ETA no son ninguna excepción y, por ello, se puede afirmar que éstos no han incorporado la variable del género nunca. La intuición y la memoria, como se ha comentado en el 106

HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester Universiy Press, Manchester, 2007, p. 69-80 107 En este sentido, podemos encontrar un libro específico sobre las mujeres que han militado en ETA que publicó el periodista Matías Antolín. En él se hace un repaso por lo que para él han sido las mujeres más importantes e influyentes de ETA. En el libro se narra la vida y militancia de cada una de ellas, centrándose en las acciones que como militantes etarras han realizado. En ningún caso, se hace referencia alguna a las relaciones de género o a la forma en que éstas han vivido su feminidad. El objetivo, como refiere el propio autor, es contribuir con él a “visibilizar la brutalidad del terrorismo y el ejercicio de éste por parte de las mujeres”. Dentro del libro se pueden identificar de manera reiterada alusiones sexistas sobre los géneros, junto con un lenguaje en la misma línea. Teniendo en cuenta este antecedente surge la idea de preguntarse. ¿se ha tratado a las mujeres etarras con categorías sexistas? El libro se puede consultar en ANTOLÍN, M., Mujeres de ETA. Piel de Serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002 108 Consultar el estudio en: ALCEDO, M. Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998 109 Consultar el estudio en: ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Esrtudios Vascos, Nevada, 2005

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático apartado ¿Quiénes son el Nosotros y quienes son los Otros? ¿Dónde está el Nosotras y el Otras? , es lo único que nos puede ayudar a identificar las diferencias reales entre hombres y mujeres tanto en la militancia interna como en el tratamiento discurisivo de ésta. A pesar de la inexistencia de estudios al respecto, por lo menos en lo que a la producción investigadora del País Vasco refiere, sí que podemos encontrar un análisis fuera de las fronteras de la Comunicad Autónoma Vasca que resultará clave. Se trata del estudio llevado a cabo por la estadounidense Carri Hamilton. Bajo el título Women and ETA, Carri Hamilton hace un repaso de la construcción del género dentro de ETA. En él intenta identificar los principales roles atribuidos a las mujeres etarras y las transiciones de género que éstas han sufrido a lo largo de la existencia de la organización armada. Además, la autora reserva un pequeño espacio para analizar el tratamiento periodístico que éstas han recibido especialmente en la prensa escrita; identificando en él varios discursos hegemónicos, todos ellos estereotipados, que pueden ayudar en el desarrollo de un marco metodológico previo al análisis de campo110. Por ello, en este apartado se resumirán las principales conclusiones expuestas en el trabajo de Carri Hamilton con el objetivo de entender las lógicas de género que han funcionado dentro y fuera de la organización armada. Antes de entrar de lleno en el análisis, resulta necesario recordar los factores principales que propician esta falta de estudios. Las investigaciones periodísticas y académicos entorno a los conflictos armados no han tenido en cuenta la teoría feminista, por lo que han dividido los estudios a partir de un modelo binario de víctima y perpetrador que ha identificado a las primeras con las mujeres y a los segundos con los hombres. Teniendo en cuenta este factor, podemos entender la carencia de investigaciones sobre mujeres etarras – perpetradoras –, a lo que podríamos añadir un nuevo factor que reforzaría la explicación de esta carencia. La representación mediática y académica del conflicto armado vasco se insertará dentro de un modelo militarista occidental que reserva el espacio público de la lucha a los hombres y el espacio privado del cuidado a las mujeres111. Se trata de dos factores que representan los términos en los que ha sido entendido el conflicto armado vasco. De este modo, a consecuencia de los factores ahora expuestos, “los dos discursos que conviven en el País Vasco, nacionalista y no-nacionalista, considerarán y definirán los roles políticos de la mujer en ETA a partir de una extensión de su sexualidad o de su maternidad”112. Es más, en el caso vasco, “las relaciones personales y familiares constituirán un factor clave para entender la entrada diferenciada y escalonada de las mujeres en ETA”113. Por lo tanto, en ETA, la interacción entre lo personal y lo político será necesaria para entender el desarrollo de la propia organización y las transiciones de género que se den en ésta. 110

Las conclusiones del estudio realizado por la profesora estadounidense fueron publicadas en un libro que puede consultarse en: HAMILTON, C., Women and ETA: The gender politics of Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007 111 HAMILTON, C., Women and ETA: The gender politics of Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 1-19 112

HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista Feminista, Vol. 86, 2007, p.134 113

Íbidem

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 3.2.1. El militarismo como obstáculo al empoderamiento de las mujeres de ETA El crecimiento tanto militar como político de ETA va paralelo a una modernización en los roles de género dentro de la sociedad vasca, con una mayor presencia de las mujeres en los espacios públicos y políticos. Las lógicas imperantes dentro de la organización, en cambio, motivan que surja una primera tensión que tiene que ver con la construcción del género. “ETA se regula mediante unas lógicas y rutinas militaristas, y en este sentido, el militarismo occidental históricamente ha sido construido en términos masculinos, lo que marcará los primeros límites en el empoderamiento personal, cultural, político y social de las militantes etarras”114. De este modo, se abre una brecha entre los cambios sociales y la vida en ETA. En este punto, es necesario hacer referencia a las tesis de Sarah Benton por las que se afirma que el “militarismo en movimientos que se autodefinen como revolucionarios tiende a acentuar las divisiones de los géneros, ya que en éstos se suponía una mayor predisposición a una igualdad entre mujeres y hombres”115. 3.2.2. De la invisibilidad a la atrocidad: cambio en el perfil público de las mujeres etarras A pesar de esta brecha y de las consecuencias que ésta pueda manifestar en la vida de las militantes, el crecimiento paulatino de la organización y el ambiente de crispación que se vivía en la última fase del régimen franquista, propicia un nuevo aumento tanto cualitativo como cuantitativo de las mujeres en ETA116. Por primera vez en la historia de ETA, una mujer accederá a la cúpula, lo que marcará un hito histórico desde una perspectiva no sólo política sino también de género117. A partir de este momento, “el perfil público de las mujeres de ETA aumenta. Comenzarán a aparecer de manera asidua implicadas directamente en actividades armadas”118. De este modo, se puede entrever un primer cambio en la imagen de las etarras que también se extrapola al discurso mediático. Se pasa de un discurso en el que las mujeres eran prácticamente invisibles y su papel estaba limitado al cuidado, a las labores de vigilancia y a la subordinación política; a otro en el que ellas son tan activas como ellos. Este es el momento en que se suceden los atentados más crueles y espectaculares de ETA, entre ellos, el acontecido en Barcelona, donde mueren 21 personas en un supermercado de Hipercor (1987). La brutalidad del atentado hace que públicamente la imagen del etarra se endurezca, viendo a éstos como “sujetos sin sentimientos que

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HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 62-84 115 BENTON, S., Women disarmed: the militarization of politics in Ireland, Revista feminist, Nº50, 1995, P. 148-172 116 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 136 117 Se está haciendo referencia a Dolores González Cataraín, Yoyes. Debido a la transcendencia de su historia, ésta será analizada de manera profunda en el apartado 4. Un acercamiento a la mirada de las mujeres a partir de la imagen de Yoyes 118 Íbidem.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático planean sus ataques de forma fría y racional”119, casi como si fuesen monstruos. Es el momento que el profesor José María Caminos identifica como transitorio a nivel mediático, ya que “los periódicos pasan de una actitud meramente informativa respecto a los atentados y militantes de ETA a implicarse de un modo decidido en la condena de dichas acciones”120. Ahora los medios comienzan a asignar a los etarras adjetivos que socialmente son atribuidos al género masculino en un proceso de homogeneización. Es un discurso que justamente aflora en el mismo momento en el que públicamente se empieza hablar de las mujeres etarras como actrices principales. Pero, teniendo en cuenta las lógicas androcéntricas imperantes en los medios de comunicación, ¿puede aflorar un discurso mediático en el que se hable de una mujer fría y calculadora?, ¿no tienen, por lo tanto, las etarras sentimientos?, pero, si son mujeres, se presupone que por los roles sociales adquiridos sí que los poseen. Mediáticamente se está hablando de terroristas, pero también de mujeres. En palabras de Agra Romero “¿puede un monstruo vestirse de mujer?”121 ¿Cómo gestionan los medios esta paradoja entre los estereotipos del terrorista y los de género? Para superar esta paradoja, el discurso mediático dibujará una etarra como una “mujer activista implicada en muchas atrocidades”122, dotándole, incluso, de una maldad superior a la de sus compañeros hombres. Las militantes etarras pasan de la invisibilidad absoluta al activismo extremo, pero, ¿por qué el activismo se lleva hasta el punto de creer que las etarras son más crueles que los etarras? Según la profesora Eulalia Pérez, “los estereotipos sexistas que rodean a las terroristas hacen que las mujeres implicadas en la violencia terrorista tiendan a ser más demonizadas que los hombres. A partir de esto, el supuesto habitual es que las mujeres – también las etarras – deben estar, incluso, más deprimidas, más locas, ser más suicidas y más psicópatas que sus contrapartes masculinas”123, algo que se ha podido percibir en los discursos mediáticos, pero que no por ello deja de ser estereotipado. En este sentido, el periodista José Luís Prieto en la introducción del trabajo de Matías Antolín (Mujeres de ETA) alude a que “la crueldad de las etarras supera a la de los hombres. Son capaces de alcanzar territorios despiadados, inexplorados por los varones”124. El periodista sigue ahondando en el estereotipo y añade: “la mujer, que genera vida, también puede alcanzar la mayor capacidad para quitarla”125. Se trata de una percepción, la de la crueldad femenina, que no es únicamente consustancial a los discursos mediáticos, sino que también se trata de una percepción interna. En las conclusiones que Miren Alcedo expone a partir de las entrevistas realizadas a etarras, se puede entrever que “según los testimonios de los

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PÉREZ, E., Terrorismo y estereotipos de género, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.233-247 ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en . [Fecha de acceso 10 julio 2012] 121 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, P.51 122 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 69 -78 123 PÉREZ, E., Terrorismo y estereotipos de género, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.238 124 ANTOLÍN, M., Mujeres en ETA, piel de serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002, p.21 125 Íbidem. 120

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático varones, los militantes más sanguinarios son mujeres”126. Esta creencia tiene una explicación mucho más profunda que la biológica a la que han acudido muchos. Esa crueldad, a veces más manifiesta que la de los hombres, “es el pago por la integración en organizaciones terroristas, es el resultado a la presión que se ejerce sobre ellas”127. Las mujeres etarras “pagan su integración con sangre. A medida que la mujer coge el hierro, y sobre todo, en la medida en la que muere por el hierro, se observa en los comentarios de los etarras varones una mayor aceptación de la mujer en la organización”128. Para visibilizar lo expuesto hasta ahora, se puede tomar como ejemplo las descripciones con las que se ha construido la imagen de Idoia López Riaño. Desde una perspectiva interna su compañero Soares Gamboa al hablar de ella la describía como “alocada, temperamental y mal disciplinada”. Desde un punto de vista externo, el del periodismo por ejemplo, el propio Matías Antolín la describe como una “dama negra y una serpiente venenosa”129. En los dos casos, a Idoia López Riaño se la describe con adjetivos que están relacionados con la maldad suprema de la que se habla en líneas anteriores – serpiente venenosa, por ejemplo –. Aun así, entre las descripciones se puede entrever una adjetivación distinta a la de la maldad masculina. La femenina, en cambio, alude a lo emocional y a lo irracional – alocada, temperamental, etc. –. En un cambio de discurso mediático en el que empieza a describirse al etarra como frío, malvado y racional, parece que la etarra puede ser fría y malvada pero no racional. Mediante esta adjetivación se potencia la irracionalidad de la actuación femenina haciendo creer que “los hombres están más politizados y que las mujeres actúan por pasión”130. Para Eulalia Pérez “alegar que las mujeres son histéricas o emocionales, mientras los hombres planean fría y racionalmente los ataques, se basa en un supuesto inherentemente sexista, a saber, que las mujeres se comprometen menos que los hombres”131. Ante esto, los medios de comunicación construyen sus imágenes a partir de un supuesto sexista y, por ello, “la atención que los medios de comunicación ponen en las historias personales de las mujeres ha hecho que mucha gente asuma que ése es el caso”132. 3.2.3. Sexualización de la militancia etarra A partir de este momento se rompe con el “estereotipo de género clásico que define al terrorista únicamente como varón”133. Se trata de un proceso por el cual la militancia etarra se sexualiza, en una división clara en la que el “monstruo” del que hablaba Agra Romero comienza a tener sexo134, como si nunca antes lo hubiera tenido. Lo que a priori puede parecer positivo debido a la visualización de la militancia femenina, no queda exento de alguna duda. En ese proceso de des-homogeneización femenina del 126

ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p.355-365 PÉREZ, E., Terrorismo y estereotipos de género, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.238 128 ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p.355-365 129 ANTOLÍN, M., Mujeres en ETA, piel de serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002, p.19 130 PÉREZ, E., Terrorismo y estereotipos de género, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p. 243 131 Íbidem. 132 Íbidem. 133 Íbidem. 134 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.51 127

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático prototipo etarra, se crea otro proceso paralelo de homogenización de la etarra. Es decir, es como si todas las mujeres etarras pasasen de labores/tareas de infraestructura a actividades armadas. De este modo, a pesar de que se visibiliza la militancia, por el contrario, se invisibilizan las actividades militantes y se habla de las mujeres militantes a partir de una imagen dual y extrema de éstas. O se está en la retaguardia o se está en primera fila de batalla; eso sí, nunca en el mando. Un etarra respecto a este tema respondía así a Miren Alcedo: “Es verdad. Yo creo que antes en la primera ETA el papel de la mujer era un poco el descanso del guerrero: la que lleva las cartitas, la que… Pero yo creo que eso a partir del 79-80... Las primeras mujeres militantes de ETA que mueren son, en el 83-84, antes no, sin embargo, ahora ya hay dos o tres, y ¿por qué? Porque la mujer se ha ido incorporando”135. Mediante este testimonio se refuerza la idea de que las mujeres en ETA deben arriesgar más que los hombres, ya que se entiende que las mujeres son militantes de pleno derecho cuando mueren. Entre medio, o hasta entonces, su papel debe estar en la retaguardia; desde la extensión de su vida privada, sin entrar en responsabilidades políticas de ningún tipo. Esta homogeneización de la imagen femenina, según Pamela Radcliff, será visible en la misma proporción “en todo el espectro izquierda- derecha del panorama periodístico español de la transición”136. 3.2.4. La pareja terrorista y heterosexual Al retrato de la militante inmersa en múltiples acciones armadas se le añadirá uno nuevo que irá unido a la teoría de la pareja terrorista defendida por la feminista Robin Morgan137. Las mujeres comienzan a ser representadas “portando los retratos de sus parejas hombres y militantes etarras que han sido detenidos en la acción”138,o como “novias y amas de casa que albergan en su hogar a miembros de ETA”139. De este modo, empieza a verse a la militante etarra unida de forma dependiente a su pareja, siempre hombre, como si ésta fuese “la novia de….”. Resulta llamativo que la unión sistemática que se hace sea la de la mujer al hombre y no la del hombre a la mujer, como si ninguna mujer encarcelada tuviese una pareja masculina, o como si no existiese mujer encarcelada alguna. La etarra será la “novia de...” y no el etarra “el novio de...”. Con esta técnica se refuerza la existencia de una “atadura amorosa exclusiva con el hombre etarra”140, que se sostiene en una idea romántica del amor como si éste fuese lo más importante y lo que todo lo puede. Se trata de un tipo de 135

ALCEDO, M., Militar en ETA: Historias de vida y muerte, Haranburu, Donostia, 1998, p.355-365 RADCLIFF, P., Imagining female citizenship in the “New Spain”: gendering the democratic transition 1975-1978, Gender and History, Vol.13, Nº3, 2001 p. 498-523 137 La teoría desarrollada se puede encontrar: MORGAN, R., The demon lover: the roots of terrorism, Piatkus, London, 2011 138 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 137-139 139 Íbidem. 140 Íbidem. 136

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático amor basado en una atadura romántica exclusiva al hombre141 por encima de todo, incluso por encima de motivaciones políticas e ideológicas. Robin Morgan da un paso más y retrata al etarra masculino – al igual que a cualquier militante masculino de un grupo armado – como una especie de Demon Lover con la capacidad de “ejercer una fuerte atracción hacía la mujer”142. Durante los primeros años de existencia de ETA, como se ha explicado en Primeros años: pautas diferenciadas de reclutamiento, la única posibilidad de entrar a militar en la organización para muchas mujeres era por medio de sus parejas, lo que motiva que muchas militantes sean descritas como las “parejas de los terroristas”, invisibilizando sus motivaciones ideológicas y políticas y focalizando la atención en “un excesivo vinculo amoroso y sexual hacía el hombre terrorista”143. Como consecuencia de esta dependencia, a partir de aquí, “se pondrán el sexo y las relaciones de género en el centro de la vida política de las mujeres etarras”144. En esta misma línea, el profesor Fernando Reinares en su estudio Patriotas de la muerte: quienes han militado en ETA y por qué, habla de dos tipos de responsabilidades dentro de ETA a partir de la construcción del género. Para él, mientras que en los hombres la única responsabilidad o motivación es ideológica, en el caso de las mujeres, “a pesar de existir una responsabilidad ideológica, sus prioridades son mucho más emocionales y personales”145, consecuencia directa de una educación diferenciada por sexos que transmite la idea romántica del amor únicamente a las mujeres. Esta afirmación reforzaría la teoría de la dependencia sentimental manifestada por Robin Morgan. Estas motivaciones a la hora de la lucha armada se traducen, según Reinares, en dos formas de entender al enemigo: “mientras los hombres luchan motivados por un odio a España, las mujeres, en cambio, lo hacen por un amor a su pueblo”146 a lo que añade “por un amor al pueblo vasco y también al hombre vasco”147. En ambas teorías se describe siempre a la pareja entendida únicamente como heterosexual, como si no existiese la posibilidad de cualquier otro tipo de relación. La heterosexualidad es la norma que impera dentro de ETA148. 3.2.4.1.

Maite Zaitut, Olaia

Uno de los casos más paradigmáticos, en este sentido, puede ser el de la etarra Olaia Kastresana, a la que algunos periodistas han calificado como “la novia de ETA”149. 141

Para profundizar más en estas relaciones de pareja se recomienda consultar el libro de la profesora Mari Luz Esteban, y más particularmente el capítulo titulado La idealización romántica: mirada histórica y transcultural. Disponible en: ESTEBAN, M.L., Crítica al pensamiento amoroso, Bellaterra, Barcelona, 2011 142 MORGAN, R., The demon lover:the roots of terrorism, Piatkus, London, 2011 143 Íbidem. 144 Íbidem. 145 REINARES, F., Patriotas de la muerte: quiénes han militado en ETA y por qué, Taurus, Madrid, 2001, p.214 146 Íbidem. 147 Íbidem. 148 Véase apartado 3.3.2 La excepción: las preocupaciones de las etarras como noticia

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Olaia Kastresena muere manipulando explosivos (24-07-2001). En la descripción de los hechos que hace la prensa, se hacen eco de la figura de su novio que en ese instante parecía estar con ella. Anartz Oiarzabal en un principio es identificado únicamente como su “compañero”150, para después pasar a hablar de él como “el novio de...”: “Olalla Castresana compartía vivienda con otro presunto miembro legal (no fichado) de ETA, Anartz Oiarzabal, de 23 años, que se encuentra en paradero desconocido”151 “La etarra muerta estaba acompañada en Torrevieja por el que era también su novio, Anartz Oiarzabal, que habría sobrevivido a la explosión” En esta historia se puede identificar la idea de la “pareja terrorista” que exponía Robin Morgan. Quizá lo novedoso pueda ser que los papeles quedan invertidos en función del género. Días posteriores a la muerte de Olaia Kastresana aparecerá una esquela en el periódico Gara con una única frase: “Maite Zaitut” – Te quiero –, y la firma de Anartz Oiarzabal (su pareja). 152

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Fotografía 1: Esquela

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En el libro que se está continuamente haciendo referencia, el periodista Matías Antolín pone como sobrenombre a Olaia Kastresana, “la novia del terror” y resume su vida y su muerte como la historia del “amor y la dinamita”. Visible en: ANTOLÍN, M., Mujeres en ETA, piel de serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002, p. 193-198 150 Se entiende compañero como compañero de militancia y no como un compañero como pareja sentimental. 151 S/A, Muere una presunta etarra en Torrevieja. Disponible en [Fecha de acceso 24 de julio de 2001]. 152 S/A, Muere una presunta etarra en Torrevieja al estallar el artefacto que manipulaba. Disponible en [Fecha de acceso 24 de julio de 2001]. 152 S/A, Muere una presunta etarra en Torrevieja al estallar el artefacto que manipulaba. Disponible en [Fecha de acceso 24 de julio de 2001].

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático En este caso, la mujer 153– Olaia Kastresana – no cumple con el papel descrito por Robin Morgan, es decir, no es la novia que porta el retrato ni tampoco la pareja que alberga al militante en casa, sino todo lo contrario. Olaia Kastresana es la etarra que recibe el duelo y Anartz Oiarzabal quien llora ese duelo154. La mujer muere, el hombre simplemente llora. Como se puede ver en la esquela, es el hombre quien representa el ideal del amor romántico y quien llora la vida de su pareja femenina, mediante una declaración – la esquela – de amor eterno. Una realidad que rompe de forma directa con la forma en la que se concibe la “pareja terrorista” y con la manera diferenciada en la que socialmente han sido educados ambos géneros. Olaia Kastresana, sin buscarlo y sin quererlo, rompe con el discurso hegemónico y crea una disyuntiva en el relato. Por ello, el relato de la muerte en sí y lo que a ésta rodea representa una disfunción respecto a las lógicas de comportamiento tradicional del género dentro de ETA; lo que se podría manifestar en el relato mediático. Olaia Kastresena representa para unos a la terrorista y para otros a la gudari, pero para ambos será el sujeto activista, es decir, la protagonista. Anartz Oiarzabal, en cambio, a unos les inspirará cobardía y a otros ternura, eso sí, para ambos éste será o protagonista secundario o co-protagonista de los hechos, pero nunca protagonista directo. De este modo, tanto Olaia Kastresana como Anartz Oiarzabal subvierten los patrones tradicionales del género, rompiendo con estereotipos que se manifiestan en situaciones de conflicto armado. Ante esta subversión, parte del discurso mediático reacciona y lo hace con el intento de devolver los papeles tradicionales del género a cada uno de los sexos. El discurso mediático intenta que Olaia Kastresana siga siendo “la novia de...”, es decir, la co-protagonista de la que habla Robin Morgan. Pero, ¿tiene algún sentido ser la novia de Anartz Oinarzabal?, ¿tiene la suficiente relevancia informativa Anartz Oiarzabal como para ser él el protagonista? Evidentemente que no. La única protagonista de la acción es Olaia Kastresena, por ello, el discurso mediático se ve obligado a buscar otra manera de nombrar a ésta sin que ella represente el protagonismo absoluto. Algunos medios de comunicación y, especialmente algunos periodistas, comienzan a referirse a Olaia Kastresena como “la novia de ETA”155, se trata de un mecanismo mediante el cual, de forma simbólica, es ETA quien se convierte en protagonista y Olaia Kastresana en co-protagonista. De este modo, se mantiene el orden establecido y se rompe con la subversión de la que en líneas anteriores se hablaba. Pero, establecido el orden en la figura de Olaia Kastresana, todavía queda romper con la subversión de Anartz Oiarzabal. En los primeros relatos el etarra es descrito como co-protagonista de la acción y como sujeto que desde el amor romántico acompaña el duelo de su pareja; dos imágenes que rompen frontalmente con los patrones de masculinidad que se manifiestan en un conflicto armado:

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Esta afirmación se hace a partir de la teoría de los Marcos de Guerra enunciada por Judith Butler y ya analizada en el apartado 3.1.2.2 ¿Quiénes son Nosotros y quiénes son los Otros?¿Dónde está el Nosotras el Otras ? 155 ANTOLÍN, M., Mujeres en ETA, piel de serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002, p. 193

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático “Olaia, antes de volar por los aires con una bomba entre las manos, tenía un novio. Anartz, que trabaja en una funeraria de Pasajes (…) Olaia quedó destrozada de cintura para arriba. Desde el primer momento se sospechó que podía haber alguien más con la víctima en la vivienda (…). Pero Anartz Oyarzabal había escapado como alma que lleva el diablo de ETA. Su novio, que tanto la quería, salió corriendo en cuanto oyó la explosión; quizá se quería más a él, no esperó a ver qué había pasado con Olaia”156 Anartz Oiarzabal aparece así como “complemento” de la mujer. En cambio, en el momento en que Olaia Kastresana pasa a ser co-protagista mediante el simbolismo de “novia de ETA”, rivalizan dos discursos paralelos. Tanto él como ella serán coprotagonistas, estarán, por lo tanto, en un mismo nivel discursivo. De este modo, Olaia Kastresana pierde la hegemonía frente al relato y la supremacía frente a su pareja. Ahora, sólo queda invertir los papeles para volver a lograr el orden tradicional de los géneros, es decir, el discurso tiene que conseguir que Anartz Oiarzabal sea el protagonista. En esta línea, será la detención de Anartz Oiarzabal la que marque la transición informativa. Al referirse a él en su detención (02/05/2002) no se le atribuye la etiqueta de “novio de ...”, algo que suele ser bastante común en detenciones de parejas femeninas. En la de Anartz Oiarzabal, éste es nombrado por sus apellidos y en la descripción de su militancia serán limitadas las referencias que se hagan a su relación sentimental con Olaia Kastresana: “Identificado el etarra Oyarbazal Ubierna entre los detenidos ayer en Francia, que era buscado tras la explosión de Torrevieja”157 Este tratamiento a la figura de Anartz Oiarzabal cuanto menos resulta llamativo y debería ser tenido en cuenta en futuros análisis empíricos. Si de manera muy general se echa un vistazo a titulares de periódicos en los que las protagonistas hayan sido etarras, se puede observar que el tratamiento que en este sentido se hace de ellas es distinto al recibido por Anartz Oiarzabal. De la siguiente forma se hacía referencia a dos mujeres de ETA: “La novia del responsable de informática de ETA, en libertad”158

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Íbidem. S/A, Identificado el etarra Oyarzabal Ubierna entre los detenidos ayer Francia, que era buscado tras la explosión en Torrevieja. Disponible en [Fecha de acceso: 3 de mayo 2012] 158 S/A, La novia del responsable de informática de ETA, en libertad. Disponible en < http://www.publico.es/espana/356276/la-novia-del-responsable-de-informatica-de-eta-en-libertad> [Fecha de acceso: 3 de mayo 2012] 157

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático “Txapote y su novia se niegan a declarar por el asesinato de un vendedor de bicis”159 En ambos casos la identidad de la protagonista, al contrario que sucede con Anartz Oiarzabal, no se manifiesta, sino que la información que se da responde a la relación sentimental que la protagonista mantiene con el hombre. Se trata de dos noticias sin un gran salto temporal y publicadas en dos periódicos de muy distinto corte editorial. Es necesario seguir leyendo varias líneas para saber que, en el primero de los casos, se está haciendo referencia a Itxaso Urtiaga y en el segundo a Irantzu Gallastegi. Ambas son las protagonistas de la información, a pesar de que con este mecanismo de dependencia sentimental respecto al hombre aparecen como co-protagonista o como protagonistas pasivas. A pesar de hacer varias búsquedas no se ha encontrado ninguna noticia en la que al hablar de Anartz Oiarzabal se haga referencia a “el novio de Olaia Kastresena”. Ante estos ejemplos cabe preguntarse si son frutos de un tratamiento sexista de la información, o, por el contrario, se trata de simple casuística. 3.2.5. La hipersexualidad como complemento a la maldad En los estudios analizados para este trabajo de investigación, además de los relatos y discursos hasta ahora expuestos, se identifica un último que se considera pertinente para el apartado del análisis empírico. Como ya se ha explicado, a partir de los años 70, las mujeres etarras serán descritas y entendidas como “elementos peligrosos”, retratándolas incluso como más sanguinarias que sus compañeros hombres. Pero será en los últimos años en los que aflorará un discurso nuevo que complementará el relato de la maldad y la atrocidad y al que serán sometidas únicamente las mujeres. Hasta ahora, ellas habían sido retratadas como madres, esposas, novias y militantes sanguinarias, pero, nunca se había prestado atención a la apariencia y la atracción que éstas podían generar, ni tampoco y, sobre todo, a la forma en la que éstas pudiesen vivir su feminidad y su sexualidad. Resulta curioso que en una sociedad en la cual los cánones de exigencia física y de belleza a los que se ven sometidas las mujeres son altos, hasta ahora la belleza o la no belleza de las etarras no haya sido un hilo discursivo. Es como si las mujeres de ETA no pudiesen inspirar ningún tipo de atracción por el mero hecho de ser perpetuadoras de violencia. Carri Hamilton, en esta línea, habla de una ruptura discursiva a partir de un momento concreto: la popularidad mediática del Comando Madrid. Para la autora, la relevancia informativa que toma el Comando Madrid hace que los miembros que pertenecen a éste, las acciones que cometen, sus detenciones, extradiciones, etc. sean continuo motivo de reportaje y noticia160. El comando Madrid lo componía, entre otras, varías mujeres, y debido a la popularidad a la que antes se aludía, los medios de comunicación focalizarán su interés en la vida e historias de estas mujeres. Es en este momento en el cual se comienza a hacer referencia a la apariencia física y a la

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S/A, Txapote y su novia se niegan a declarar por el asesinato de un vendedor de bicis. Disponible en [http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/16/espana/1331918382.html] > [Fecha de acceso: 5 de mayo 2012] 160 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 141

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático sexualidad de las etarras161. Ante esto, surge la especulación entre la existencia de una relación entre sexualidad/ atracción y la violencia que de ésta se pueda derivar162, siempre entendiendo la atracción desde el sexo femenino para el sexo masculino. La violencia y el ejercicio de ésta en situaciones de conflicto armado, se articulan a partir de lógicas androcéntricas que consideran a los hombres proclives al conflicto y a las mujeres tendentes a la paz163. Bajo este supuesto, las mujeres que participen en el conflicto no deberán mostrar ni su feminidad ni su sexualidad como un valor, pues están en el espacio del ejercicio de la masculinidad. Ellas únicamente deben limitarse a luchar y a sostener la vida de la comunidad. Pero, ¿significa esto que las etarras no podrán ser vistas como “mujeres femeninas” ni tampoco tener sexualidad? En este sentido, podría pensarse que la falta de relato, es resultado de una buena práctica periodística que diferencia vida pública y militante de vida privada. Evidentemente, esto no es así, ya que si anteriormente las etarras han sido descritas como madres – Dolores González Catarain – o como esposas y novias – Olaia Kastresana – será precisamente porque el discurso ha focalizado la atención, entre otras cosas, en la vida privada, sentimental y reproductiva de las mujeres de ETA frente a la pública y militante. Hasta ahora cuando el discurso mediático ha puesto su atención en la vida privada de las mujeres de ETA, éstas han sido retratadas a partir de los que se pueden considerar estereotipos positivos, es decir, a partir de imágenes que refuerzan el orden tradicional en el que los géneros han sido socializados. Las mujeres, a pesar de ser perpetradoras de violencia, siguen siendo madres, esposas y novias. Representan lo que se ha hecho llamar el descanso del guerrero y, por lo tanto, no desestabilizan la jerarquía de los géneros. Simplemente sirven de apoyo afectivo a los actores armados – que siempre son ellos –. La primera transición discursiva, en cambio, rompe con la asimetría y comienza a representar a las mujeres como perpetradoras directas de violencia, como activistas, aunque lo hará presentando a éstas como “elementos peligrosos”. Las mujeres de ETA comienzan a subvertir el orden tradicional de los géneros, pero lo hacen, como diría Reinares, “por un amor al pueblo”164. A pesar de que serán vistas como sanguinarias y representadas de manera más atroz que sus compañeros, todavía siguen sin subvertir por completo el orden establecido, ya que por un pequeño poso – el del amor romántico e ideal –siguen siendo representadas desde estereotipos positivos y tradicionales de subordinación. Las mujeres etarras sufren un proceso de transiciones discursivas que culminará con la ruptura de los estereotipos positivos y tradicionales para pasar a los contraestereotipos negativos y subversivos –, los cuales sí que desestabilizarán la asimetría de los géneros –. Para ello, el cambio discurso en el tratamiento de las informaciones 161

No se ha encontrado ningún análisis académico que estudie la relación entre atracción, sexualidad, violencia y masculinidad dentro de ETA. La falta de investigaciones puede sustentar la hipótesis de que únicamente las mujeres han referido esta relación y que, por lo tanto, en el trato discursivo que se dé a esta relación existe el riesgo de un tratamiento diferencial de género sustentado en supuestos sexistas. 162 Íbidem. 163 ASHFAR, H. Women and wars: somes trajectories toward a feminist peace, Development in practice, Nº13, 2003, p. 178-188 164 REINARES, F., Patriotas de la muerte: quiénes han militado en ETA y por qué, Taurus, Madrid

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático de ETA será clave para entender esta nueva línea de redacción. Como se explicará detenidamente en apartado 3.3.1 El relato mediático de las informaciones de ETA, desde finales de los años 80 los medios de comunicación adquieren conciencia de que pueden jugar un papel esencial en la lucha contra ETA y de que la información sobre sus actos no tiene que ser neutral165. De este modo, se comienza a hablar de forma más asidua de la vida privada de los militantes, lo que hace que aflore un nuevo discurso centrado en “resaltar la feminidad extrema y la sexualidad de las mujeres etarras”166. Se empieza a hablar de “mujeres peligrosas que por las acciones que llevan a cabo y por su apariencia física activan la fantasía de la relación entre la violencia y las mujeres”167; se trata de la hipersexualización de la militancia femenina. En una primera fase se hablaba de la sexualización de la imagen del etarra168, mediante la cual las mujeres comenzaban a ser visibilizadas como militantes provocando una ruptura con el estereotipo que definía al varón como el único terrorista posible. Con este nuevo discurso se da un paso más y se suprasexualiza al militante consiguiendo precisamente lo mismo que se lograba antes del proceso de sexualización. Al hipervisibilizar su sexualidad se invisibiliza su activismo, con lo que se volverá al punto de partida. La profesora Carri Hamilton, además, mientras que al referirse a los anteriores discursos lo hacía definiendo a éstos como relatos sexistas, en esta ocasión, además de considerarlos sexistas afirma que las imágenes derivadas de la hipersexualización de la militancia construirán las imágenes de las etarras a partir de unos estereotipos misóginos169 y para visibilizar lo afirmado por Hamilton, ésta sustrae varios fragmentos de un artículo de opinión publicado en el periódico El Mundo por uno de sus colaboradores habituales, Martín Prieto: “No nos atrevemos a traernos a Antxon desde Santo Domingo donde le tenemos junto a su amante (…) ¡Vamos a reclamar a Belén González que ha menstruado más sangre por su pistola que por la vagina!”170 En este pequeño extracto se utilizan las funciones reproductivas de una militante de forma despreciativa. La comparación y equiparación de la sangre menstrual con la sangre derramada en acción lleva “implícito la transgresión por parte de la militancia femenina de sus obligaciones naturales como dadoras de vida”171.Según las investigaciones de Dowler “en la cosmovisión del nacionalismo radical vasco los roles de madre y esposa son históricamente incompatibles con la militancia y el 165

ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 166 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 141 167 Íbidem. 168 Ver apartado 3.1 169 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 140 -142 170 PRIETO,M., ETA y sus guitarreros nos felicitan las Pascuas, en El Mundo, 03/01/1996, p.5 171 HAMILTON, C., The gender politics of political violence: women armed activists in ETA, Revista feminist, Vol. 86, 2007, p. 142

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático liderazgo”172, por lo que la transgresión será mayor cuando las mujeres hagan uso de su capacidad reproductiva, su sexualidad o su feminidad extrema. 3.2.5.1.

¿La Tigresa o Idoia López Riaño?

La militante que mejor ejemplifica el último de los discursos expuestos es Idoia López Riaño quien fue miembro del comando Madrid y quién, además, marcará el inicio del nuevo trato discursivo, también quien a priori sufrirá con mayor intensidad sus efectos. Carri Hamilton en un primer análisis identificará tres variables que serán claves para entender el proceso de hipersexualización discursiva al que se va a ver sometida Idoia López Riaño173: 1. Sobrenombre: A Idoia López Riaño se le nombrará en los medios con el sobrenombre de “La Tigresa”. Se trata de un sobrenombre con doble intencionalidad discursiva. Si se busca el significado del sustantivo Tigresa en el Diccionario de la Real Academia Española se encuentran tres acepciones174:   

Tigre Hembra Mujer furiosa, llena de ira Mujer seductora, provocadora y activa en las relaciones amorosas

La segunda acepción hará referencia a la imagen de “elemento peligroso” y maldad suprema que se hacía referencia en la primera transición discursiva, en la cual la militante etarra se sexualiza. La segunda acepción, en cambio, representa la hipersexualizacion de la que se está hablando en este apartado. En la forma de nombrar a Idoia López Riaño convergen dos discursos que rompen con el orden tradicional de los géneros. El primero de ellos la convierte en mujer activa alejada del rol pasivo y el segundo de ellos en mujer mantis. 2. Apariencia: La apariencia de Idoia López Riaño será clave para reforzar el discurso de “mujer seductora, provocadora y activa en las relaciones amorosas”. En la descripción de la militante habrá continuamente apelaciones a su apariencia física, resaltando constantemente su belleza. En el libro de Matías Antolín se la describe de la siguiente manera: “Es indomable como una orquídea de acero inoxidable (…) Se movía entre los hombres como una pantera, se escurría sigilosa entre los policías como una serpiente venenosa, se enredaba como una araña de ojos azules. Mujer coqueta y sensual, es de las que diría que en un cabaret las piernas no se cruzan, se guiñan. (…) Era, ante todo, una esclava de su cuerpo y su cabello. (…) sus ojos espectaculares, los realzaba con unos atractivos y 172

DOWLER, L., The mother of all warriors:women in Belfast, Northern Ireland, Zed Books, London, P. 77-

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Estas variables serán tomadas en cuenta para establecer el marco metodológico que se seguirá en el análisis empírico. Idoia López Riaño será una de las mujeres analizadas. 174 Visible en: http://lema.rae.es/drae/?val=tigresa

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático voluminosos peinados y una vestimenta provocadora acorde con su físico muy sensual. (…) Cada vez que Idoia salía a la calle con su chupa de cuero, sus ceñidos pantalones y sus mil maneras de llamar la atención, arrastraba tras de sí policías y guardias civiles”175 3. Estilo de vida: La vida que llevan los militantes fuera de la organización y dentro de ella es parte de la nueva política informativa frente a ETA176, resaltando aspectos de la vida privada frente a los de la vida militante. 3.2.6. Transiciones de género Con todo lo expuesto hasta ahora, se han identificado tres grandes transiciones de género en la construcción de la imagen de las etarras. Comprobar si esas transiciones se extrapolan al discurso mediático y de hacerlo saber si el trato es diferenciado según la línea editorial del medio, será otro de los objetivos de esta investigación. En primer lugar, se ha identificado la imagen de “madre, hermana, esposa, novia” que corresponde a los primeros años de existencia de ETA. La primera transición da paso, en segundo lugar, a la imagen de mujer “sanguinaria y malvada”. A pesar de que desde la primera imagen a la segunda hay un proceso de empoderamiento e independencia de las etarras, ambas imágenes, en cambio, serán consideradas como imágenes que representan estereotipos de género positivos o tradicionales, ya que en ambas la motivación se construye ante la abnegación hacía otro sujeto u objeto – en el primer caso hacía el “hombre vasco” y en el segundo hacía el “pueblo vasco”. La tercera transición derivará en una imagen hipersexualizada de la etarra, en esta ocasión, la motivación cambia ya que la etarra, además de luchar por alguien o algo, luchará por sí misma y para sí misma. En este caso, la imagen romperá con la asimetría tradicional de los géneros por lo que será representada a partir de estereotipos negativos o subversivos. En el cuadro que a continuación se presenta se puede ver de forma más gráfica los discursos identificados.

175

ANTOLÍN, M., Mujeres de ETA: piel de serpiente, Temas de Hoy, Madrid, 2002, p. 19-30 Las causas de este trato informativo a las informaciones de ETA se explicarán de forma extensa en el apartado 3.3.1 El relato mediático de las informaciones de ETA 176

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Cuadro 1: Transiciones de género Elaboración propia

43 3.2.7. Un acercamiento a la mirada de las mujeres de ETA a partir de la imagen de Yoyes Todo secuestro, atentado, asesinato o detención por su esencia misma es un acontecimiento susceptible de convertirse en noticia. La intensidad del acontecimiento en sí, la cascada de reacciones que le preceden, los análisis políticos que de él se derivan etc. no sólo provoca que sean dignos de ser noticias, sino que, además, los medios de comunicación sitúen su noticiabilidad en un puesto alto de la agenda mediática; dotándole de preferencia sobre otros actos e inundando con él durante varios días páginas y páginas. El cómo transcurre este acontecimiento, las circunstancias que lo motivan o el contexto político en el que se desarrolla será lo que construya el relato mediático, y en ocasiones, también el político. Pero, no todos los relatos de secuestros, atentados, detenciones o asesinatos son narrados de la misma manera ¿Qué es lo que lleva a los medios a dar una mayor cobertura a unos frente a otros?, ¿la jerarquización de los relatos corresponde únicamente al contexto político o se entrecruzan también otros elementos como puede ser la construcción del género? Para la profesora Maria Xosé Agra Romero lo que marca la línea de transcendencia no sólo es el “contexto político que lo acontece sino la novedad que el acontecimiento en sí representa”177, es decir, lo que le diferencia de otros acontecimiento similares, por lo tanto, su excepcionalidad.

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AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.52

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Cuando hablamos de excepcionalidad, la violencia perpetrada por mujeres en situaciones de conflicto armado, independientemente de la modalidad en que ésta se presente, suele ser, sin duda, excepcional. El ideario colectivo de los territorio en conflicto, como se ha comentado anteriormente, se ha construido a partir de una distribución tradicional de los roles de género en la cuál a las mujeres se les ha atribuido el rol de sujetos tendentes hacía la paz y a los hombres el de proclives a la guerra178. Por ello, en palabras de Maria Xosé Agra Romero “mujeres bombassuicidas, mujeres uniformadas agrediendo sexualmente a hombres, mujeres en el ejército o una Ministra de Defensa del Gobierno español embarazada pasando revista a las tropas suponen cierta novedad”179, no sólo para la sociedad, sino para el discurso mediático que puede ver en estos acontecimientos un mayor grado de excepcionalidad que de noticiabilidad. Pero esa excepcionalidad puede traer dos consecuencias que se verán reflejadas en el discurso mediático. Por un lado, se trata de unos hechos que pueden “asombrar, desconcertar, asustar o incluso fascinar”180, lo que provocará que el acontecimiento se mantenga en primera línea mediática y que, incluso, pueda ser susceptible de convertirse en un acontecimiento que caiga fácilmente en el sensacionalismo y en el discurso del morbo mediático. Por el otro lado, en cambio, puede suscitar interrogantes respecto a si se están “rompiendo las normas y desafiando los estereotipos de sexo/ género, y si ello está, para bien o para mal, relacionado con el feminismo y con las luchas por la libertad de las mujeres”181; unos interrogantes que generalmente por las lógicas y rutinas androcéntricas que priman en los medios de comunicación, es muy probable que ni se den ni que sean visibles en los discursos mediáticos182. Si miramos la historia de ETA, son muchos los acontecimiento en los que las mujeres han participado como protagonistas directas, bien como perpetradoras de algún atentando o sujetos de alguna detención, o bien como víctimas directas o indirectas de los actos cometidos por la organización armada. Pero, sin duda, una de las mujeres que más transcendencia política y mediática ha tenido a lo largo de la historia de ETA ha sido Dolores González Catarain, Yoyes, quien no ha pasado indiferente ante nadie. La historia de Yoyes por su acontecer y por su trágico final se ha convertido en uno de los acontecimiento más recurrentes a la hora de relatar la historia de ETA, marcando un punto de inflexión no sólo en la sociedad y en la propia organización armada, sino muy posiblemente en el discurso mediático. 3.2.7.1.

¿Una Euskal Herria patriarcal o un abandono feminista?

Yoyes muere asesinada. El hecho del asesinato en sí, es un hecho lo suficientemente intenso en términos informativos como para ocupar cierta transcendencia mediática. Pero, el asesinato de Yoyes, no es un asesinato al uso, sino un asesinato excepcional y novedoso; lo que le hace más noticiable si cabe. Se trata de un asesinato llevado a 178

ASHFAR, H. Women and wars: somes trajectories toward a feminist peace, Development in practice, Nº13, 2003, p. 178-188 179 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.52 180 Íbidem. 181 Íbidem. 182 MORENO,A., ¿De quién hablan las noticias? Guía para humanizar la información, Icaria, Barcelona, 2008

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático cabo contra un miembro que ha pertenecido a la organización, y no contra un miembro cualquiera; sino contra la primera mujer en ocupar un alto grado de responsabilidad dentro de ETA. Si hasta aquí la intensidad informativa era lo suficientemente alta como para considerar el acontecimiento como un hecho excepcional, ésta todavía se incrementa más si analizamos el escenario en el que éste se desarrolla. El asesinato acontece un 10 de septiembre de 1986, durante las fiestas del pueblo natal de Yoyes, Ordizia, y lo que es más relevante aún, en presencia de su hijo de tres años. Para la antropóloga Begoña Aretxaga183 la “aureola que envuelve la vida y muerte de Yoyes hace que el suceso en sí se convierta en algo más que excepcional – casi paradigmático – y con visos de una tragedia clásica”184. Sin relatar la historia política de Yoyes con detenimiento y haciendo una descripción muy general de lo que fue su asesinato, grosso modo se puede observar cómo en su vida y en su asesinato se entremezclan los discursos ideológicos propios del contexto político que se estaba viviendo en el País Vasco, con discursos culturales de género. Ambos discursos, según Agra Romero, están sometidos a “fuertes transiciones que pueden ser claves para explicar aunque no justificar su asesinato”185. En este sentido, se puede identificar un discurso ideológico que bascula entre el liderazgo y el abandono, donde Yoyes pasa “de heroína a traidora”186. El discurso de género, en cambio, transita de un papel de mujer activista a otro de madre de familia. Es decir, se pasa de un papel activo, reñido con los estereotipos tradicionales atribuidos a la feminidad, a otro pasivo más de acuerdo con los papeles para los que las mujeres han sido socialmente educadas. Un tránsito cuanto menos curioso ya que habitualmente la transición suele ser a la inversa; tras la toma de conciencia del papel pasivo que se está interpretando, la mujer cambia el rol hacía una actitud más activa en un proceso de empoderamiento tanto personal como colectivo. Tras este primer acercamiento a la imagen casi mítica y, sobre todo, mediática de Yoyes, se puede afirmar que existe una hibridación entre las construcciones culturales de género y las acciones políticas y personales llevadas a cabo en un contexto sociopolítico determinado como es el del País Vasco. Se trata, por lo tanto, de dos discursos que conviven en el relato tanto mediático como político y social, pero que a su vez rivalizan por la hegemonía. Saber cómo afecta la construcción del género en un determinado contexto y cómo éste se traspasa al papel del periódico será clave para entender el posible tratamiento estereotipado de las mujeres de ETA. Los estudios sobre género y grupos armados descubren una “persistencia de las relaciones patriarcales en las organizaciones terroristas”187 que provocan en éstas un rechazo a “incorporar el feminismo en sus idearios políticos”188. Según los estudios 183

Begoña Aretxaga ha estudiado exhaustivamente las relaciones entre las construcciones culturales y el contexto político dentro del nacionalismo vasco, y en particular, a partir de los rituales y prácticas culturales vascas, El análisis sobre el caso de Yoyes es uno de los más representativos en sus estudios. 184 ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Esrtudios Vascos, Nevada, 2005 185 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.63 186 Íbidem. 187 MCDONALD, E., Shoot the women first, Random House, New York, 1992 188 Íbidem.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático realizados por McDonald en esta línea, el caso de ETA no representaría ninguna excepción. De este modo, surge un conflicto entre militancia a la organización armada y militancia feminista, al que al parecer también tuvo que enfrentarse Yoyes como puede verse en el relato de su diario Yoyes desde la ventana. Así, en uno de esos escritos hacía referencia a la necesidad del papel activo de las mujeres en el proceso revolucionario vasco: “No te conformes con ser madre, hay que ser persona, mujer, madre, vasca; organízate con otras mujeres en búsqueda, hay que aunar esfuerzos”189 Tras esta breve afirmación, se puede apreciar la exigencia por parte de ésta de una reconstrucción del papel del género dentro de la propia organización; la petición explícita de una re-definición del papel de hombres y mujeres y de las relaciones que se establecen entre ambos. Para la antropóloga Miren Alcedo, esta “imitación de valores extraños al género propio puede provocar en las militantes femeninas desconcierto y contradicción entre lo que son y lo que aspiran a ser”190. En el diario de Dolores González Catarain se hace palpable el conflicto “entre la condición femenina y la militancia a una organización eminentemente masculina”191. En este sentido, resulta llamativo e ilustrativo las dos referencias que podemos encontrar en esta línea en su diario. La primera de ellas, escrita en febrero de 1978, directamente relacionada con lo hasta ahora expuesto: “No quiero convertirme en la mujer que, porque los hombres consideran de alguna forma macho, es aceptada. Cómo lograr que mi presencia signifique de hecho que otras mujeres puedan estar, cómo lograr que mi presencia llame a otras y no tienda a considerarme, de alguna forma, un bicho raro, cómo lograr que estos hombres comprendan que la liberación de la mujer es un objetivo revolucionario para que lo asuman plenamente (…) cómo lograr que desajada de lo específicamente feminista, mantenga vivo el problema y sepa distinguir lo revolucionario de lo anecdótico y reformista; cómo fusionar revolución y liberación de la mujer”192 Además de hacer visible la paradoja entre revolución vasca y feminismo, en este estracto se puede ver cómo en ETA, al igual que en muchas otras organizaciones armadas, también hay mujeres que “se ven obligadas a cambiar su estereotipo femenino para emular el estereotipo hegemónico masculino como única alternativa a participar en igualdad de condiciones en la actividad política”193. Algo a lo que Yoyes, según las declaraciones de su diario, parece mostrar resistencia.

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VV.AA., Yoyes, desde su ventana, Garrasi, Iruña, 1987, p.56 ALCEDO, M., Militar en ETA, historias de vida y muerte, Hordago, Donostia, 1998, p.353 365 191 Íbidem. p. 356 192 VV.AA., Yoyes, desde su ventana, Garrasi, Iruña, 1987, p.57 193 CIFUENTES, M.C., La Investigación sobre Género y Conflicto Armado, Revista Eleuthera, Vol 3, 2009 190

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático En la segunda de las referencias, escrita en 1983, Yoyes expone la dificultad de liderazgo en una organización regida por lógicas masculinas, y cómo esa dificultad termina mellando en su lucha política y militar. Para Alcedo, en este punto, Yoyes “reconoce su derrota como mujer al tiempo que su triunfo como militante” 194, lo que puede llevar a pensar la incapacidad de ETA en incorporar, al menos de manera práctica, el feminismo como eje transversal de sus reivindicaciones; por lo menos durante los años en los que Yoyes pertenece a la organización armada: “La esperanza de que me impondría como mujer en un mundo de hombres me empujaba, me sentía fuerte, yo diría que me llena de vida y entusiasmo. Y cuando me impuse como mujer, o al menos así lo sentí, ya era demasiado tarde, me había agotado en la lucha, o el triunfo no me daba nada. Primero, comprendía que era algo individual, que no se traducía en más respeto y solidaridad para con otras mujeres, y segundo, ese triunfo era la derrota de mi lucha como mujer en un futuro no muy lejano”195 No sólo se pueden encontrar referencias a esta tensión en el diario de Yoyes, sino que se trata de una tensión latente en el seno de la organización y visible y palpable entre sus militantes. De este modo, en una de las entrevistas que Miren Alcedo realiza a un militante hombre de ETA se puede ver cómo la descripción que éste hace de Yoyes entra en contradicción con las imágenes estereotipadas de lo que es la feminidad: “Era una mujer que, si la quieres llamar dura, pues era dura .Una mujer muy cerebral y muy responsable y muy calculadora, muy fría en el sentido de tomar decisiones con mano firme, sin duda.”196 A pesar de que Yoyes, como se ha podido ver en fragmentos de su diario, se resiste a que el resto de compañeros la vean como “un macho”, en muchas ocasiones, para imponerse y adquirir legitimidad dentro de las estructuras de poder, ella misma adquiere roles que tradicionalmente se han atribuido al género masculino, como puede verse en este último entrecomillado. Ante este desengaño, puede aparecer el deseo de abandono. En una artículo escrito por el profesor Pedro Ibarra, y publicado tanto en prensa como en revistas especializadas poco tiempo después del asesinato de Yoyes, éste afirma cómo “la práctica armada de ETA estaba generando una serie de patrones de conducta y sistemas de valores (rígida jerarquización organizativa, mitificación de la fuerza física, dogmatismo, desprecio al debate, etc.) totalmente inversos a los que deberían prefigurar una sociedad alternativa”197; valores que chocan frontalmente con las intenciones emancipadoras que acuña el feminismo. Se trata de una forma de regular 194

ALCEDO, M., Militar en ETA, historias de vida y muerte, Hordago, Donostia, 1998, p.353 365 VV.AA., Yoyes, desde su ventana, Garrasi, Iruña, 1987, p.60 196 ALCEDO, M., Militar en ETA, historias de vida y muerte, Hordago, Donostia, 1998, p.362 197 IBARRA, P., Yoyes :ética y política, Revista Mientras Tanto, Nº29, 1987, p. 69-76 195

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático la organización armada desde unos valores y lógicas masculinas y patriarcales que excluyen por completo a las mujeres y a los cuerpos femeninos. Por ello, tras estas afirmaciones, es necesario plantear varias preguntas: ¿cuánto peso tuvo la construcción desigual del género que parece se daba dentro de ETA en la decisión de abandonar la organización que tomó Yoyes? ¿Hasta qué punto las discrepancias políticas a consecuencia de las acciones armadas de ETA fueron definitivas para Yoyes? El abandono, el regreso a Euskadi y el asesinato de Yoyes ¿suponen un mayor impacto mediático y político por tratarse de una mujer?, ¿Se hubiera montado tanto revuelo si hubiese sucedido lo mismo con cualquier militante varón que hubiese tenido la misma trayectoria y rango que Yoyes? Para dar respuestas a estas preguntas, es necesario analizar profundamente los acontecimientos clave en la vida e historia de Yoyes y cómo estos se entrecruzan y relacionan con el contexto político y cultural que durante esos años se estaba dando en el País Vasco. Antes de entrar de lleno en el análisis teórico, es interesante ver cómo en las entrevistas llevadas a cabo por Miren Alcedo ya se puede atisbar la importancia de la construcción del género en la motivación del asesinato, por lo menos de una manera subjetiva. Así, uno de los entrevistados al ser preguntado por los motivos que llevaron a ETA a matar a Yoyes se muestra contundente: “¡Porque les daba miedo! Porque tenían miedo de ella. Un machista lo que más teme, le causa pánico, es una mujer que sea más inteligente, eso mucho, pero mucho, que tenga más hormonas que él”198 En esta pequeña pero clara declaración se puede ver cómo la hibridación entre las construcciones culturales de género y las acciones políticas toman sentido en la figura de Yoyes. Pero si se da un paso más allá, según las investigaciones de Aretxaga, el momento en el que eclosionan de forma más contundente las lógicas ideológicas con las de género es el del regreso de Yoyes a Ordizia. Según la antrópologa, el contexto político que se da al regreso de Yoyes no es suficiente para desencadenar el trágico final, “se trata de un contexto en el cual la polémica sobre la reinserción estaba calmada en comparación a meses anteriores. Además, tampoco era la primera persona en ser acusada de traición o de colaboración”199. Ante este escenario vuelve a surgir el interrogante planteado en líneas anteriores y al que Aretxaga intentará dar respuesta: ¿Por qué fue la “traición” de Yoyes peor que la de otros militantes? 3.2.7.2.

La maternidad como traición a la militancia

Partiendo de esta pregunta, y tomando siempre como punto de partida las investigaciones de Aretxaga, se puede considerar que si el regreso de Yoyes marca el momento clave para explicar su asesinato a nivel ideológico y mediático; será 1982 el 198

ALCEDO, M., Militar en ETA, historias de vida y muerte, Hordago, Donostia, 1998, p.362 ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Estudios Vascos, Nevada, 2005, p 8 199

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático año clave para entender la importancia de la construcción del género en la decisión que toma ETA y en el discurso mediático que se formula tras el asesinato. Se trata del año en que Yoyes tiene un hijo lo que parece “haber representado un giro claro e irreversible en su vida, la prueba de la ruptura con sus antiguas actividades políticas”200. Pero, ¿qué cambia al ser madre?, ¿qué es lo que representa la figura de la madre en el contexto cultural vasco de finales de los años 80?, y ¿en el discurso mediático? Si analizamos las interpretaciones y explicaciones que se han dado al asesinato de Yoyes, podemos ver en ellas la exclusión de la perspectiva de género. En su mayoría hacen referencia únicamente a la situación política y organizativa en la que se encontraba ETA, o a las condiciones en las que decide volver Yoyes. En el análisis que lleva a cabo Pedro Ibarra, éste sostiene la teoría de que “ETA mató a Yoyes exclusivamente porque ésta perjudicó a la organización en tres frentes”201: 1. Su salida pudo provocar dudas, disidencias y debates entre los militantes lo que pudo poner en peligro la supervivencia de la organización. En una organización militar el nivel de identificación entre el militante y la organización debe ser total porque de no serlo la segunda corre el riesgo de desaparecer. 2. Su salida de ETA pone en riesgo el monopolio estratégico de ETA en la liberación nacional de Euskadi. La salida de Yoyes supone para las bases sociales la posibilidad de existencia de otras alternativas y posibilidades igualmente liberadoras. 3. Su salida perjudica a ETA en cuanto favorece al Estado español en su lucha contra ETA Llama la atención que en ninguno de los tres frentes haya una referencia directa a la construcción del género ni tampoco a la decisión de ser madre a la que alude Aretxaga. Aunque que no haya una referencia directa no quiere decir que no se pueda encontrar una explicación indirecta. La salida de Yoyes no fue la primera, antes había habido muchas otras, lo que había provocado un debilitamiento organizativo en las bases de ETA, que hace que la banda armada se encuentre en un momento crítico a nivel ideológico en el momento en que Yoyes decide regresar a Ordizia202. Ante esto, según Aretxaga, la organización recurrirá cada vez más a “un discurso mitologizado y a actividades ritualizadas como los funerales a los caídos con el objetivo de afianzar su apoyo popular”203. Ante estas actividades parece que dentro de las bases sociales de ETA irá tomando fuerza la idea de que la vuelta de Yoyes “supone una amenaza, siembra dudas y mina la cohesión social entre simpatizantes y militantes”204, lo que refuerza la idea de Pedro Ibarra por la que se afirma que Yoyes fue ejecutada porque su decisión de abandonar ETA perjudicaba a la organización. Con esto explicaríamos las condiciones contextuales, políticas e ideológicas que llevan a ETA a tomar la 200

Íbidem. p.15 IBARRA, P., Yoyes :ética y política, Revista Mientras Tanto, Nº29, 1987, p. 69-76 202 En los análisis tanto de Ibarra como de Aretxaga se hace referencia a esta situación que parece pudo ser clave 203 ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Estudios Vascos, Nevada, 2005, p. 16 204 Íbidem. 201

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático decisión de matar a Yoyes, pero, todavía no queda explicado porqué Yoyes supone un peligro mayor que el resto de militantes que decidieron volver en tiempos parecidos a los que vivió ella. En este punto es interesante buscar las hibridaciones entre el ámbito histórico-político, las relaciones personales y las relaciones de sexo/género. Aretxaga encuentra las relaciones a partir de un estudio anterior en el que lleva a cabo un análisis exhaustivo del papel de las mujeres en los funerales abertzales205. Como se ha comentado en anteriores líneas, las bases sociales de ETA estaban acudiendo, entre otros, a los funerales por los caídos para afianzar sus apoyos sociales. En estos rituales funerarios la mujer tiene la función de expresar la continuidad de la casa, desempañando un papel de mediadora y en ningún caso de militante o activista. Las mujeres, en especial las madres y hermanas, “se convierten en elementos purificadores que materializan en sus cuerpos e imágenes la continuidad de la comunidad”206. Mediante esta idea se articula un discurso contra-hegemónico por el cual el ideal representado mediante la figura del terrorista en la sociedad tradicional queda contra-representado mediante la figura del héroe mártir. En cambio, en el caso de las mujeres no existe alternativa contra-hegemónica al discurso tradicional. En ambos discursos, las mujeres representan su rol tradicional de cuidadoras de la comunidad y la familia. De este modo, en el caso de los hombres se crean dos discursos antagónicos en base al posicionamiento ideológico; en el de las mujeres, al contrario, se crean dos discursos paralelos en base a los roles que éstas adquieren en la comunidad. En una interpretación de este análisis que lleva a cabo Maria Xosé Agra Romero remarca la idea de que el modelo heroico representado por hombres “se inscribe en el marco de las relaciones simbólicas del modelo familiar vasco. El héroe mártir es hijo de la madre patria vasca, lo que hace que en el funeral se concatenen una serie de asociaciones simbólicas entre la madre y la madre patria vasca”207. Aretxaga de un paso más en esta misma línea y afirma que mediante este simbolismo “mientras el militante muerto – siempre hombre – muestra alguna ambigüedad entre la inocencia y la culpa, la madre, al contrario, aparece limpia de toda sospecha. La madre vasca, aparecerá únicamente como dadora de vida y su asociación con la muerte será de diferente orden lógico que la de su hijo”208. Yoyes representaba una anomalía dentro del simbolismo cultural vasco. Por un lado, representaba la imagen del “héroe mártir”, pero, por el otro lado, la de la madre purificadora de vida. 3.2.7.3. Cuando Itziar se convierte en el hijo, ¿qué sucede con la madre?209 205

ARETXAGA, B., Los funerales del nacionalismo vasco, Taurus, Madrid, 1983 Íbidem. p, 97 207 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p. 66 208 ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Estudios Vascos, Nevada, 2005, p. 25 209 El título de apartado hace referencia a una canción del grupo Pantxo eta Peio con el título de Itziarren Semeak. En ella se cuenta la historia de una madre que recoge a su hijo y éste le narra las torturas recibidas en prisión. La madre insistirá hasta en tres ocasiones antes de abrazar al hijo en saber si éste a desvelado el nombre de sus compañeros. Al comprobar que el hijo se ha mantenido en silencio le recibirá con una flor. La canción representa los dos tipos de activismos arraigados en la práctica del 206

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático En este simbolismo la madre sufre el dolor ante la muerte de un “hijo del pueblo” lo que le lleva a asumir por extensión el sufrimiento de todo un pueblo. “La figura de la madre, entonces, transciende lo individual y el propio dolor se convierte en el elemento purificador por excelencia”210. Mediante estas afirmaciones, podemos entrever como las mujeres parecen obligadas a representar el papel de víctimas indirectas de los actos armados, quedando excluidas como perpetradoras de ellos; quedando también negadas sus capacidades de interpretar ambos papeles: el de madre y el de activista. La fuerza simbólica que adquiere el papel de madre vasca/ madre patria es tal que oscurece el resto de roles que una mujer podría interpretar en el conflicto armado vasco, pareciendo que el papel de madre es tan sumamente importante e incluso activo dentro del simbolismo vasco que el resto carecen de sentido alguno. De este modo, la imagen de madre queda glorificada y mitificada. Por lo tanto, en la etapa en que muere Yoyes se puede identificar cuatro imágenes hegemónicas – dos relacionadas con el hombre y otras dos con la mujer – dentro de los discursos del abertzalismo vasco según tenga una mayor intensidad las construcciones culturales de género o las ideológicas. Así, hablamos de una mujer siempre madre, que da vida y aguarda al hijo que se revela y lucha por el pueblo en el caso del discurso de género. En discurso simbólico- político, en cambio, hablamos de una madre-patria que también da vida pero que no aguarda sino que alberga a los hijos, en este caso hijospueblo que centran su vida en la lucha por la liberación de su pueblo. Así, se forma una especie de cuadro cerrado en el que cada persona queda relegada a interpretar un rol estanco que únicamente puede transitar de manera horizontal (de madre a madre-patria y de hijo a hijo-pueblo). De la misma manera, ese rol estanco únicamente se podrá relacionar con otros de manera vertical (madre con hijo y madrepatria con hijo-pueblo). Se trata de una estructura cuadriculada y muy hierática, por ello, las transiciones y relaciones perpendiculares no tendrán cabida. No podrá existir un padre-patria o una hija-pueblo ni tampoco una madre-pueblo – este es el caso de Yoyes que a continuación se analiza –. En el siguiente cuadro se puede ver de manera más gráfica lo expuesto hasta ahora. Las líneas continuas marcan las relaciones y transiciones posibles y las discontinuas las que no se pueden llevar a cabo.

nacionalismo radical vasco. Por un lado, la mujer, madre y madre-patria, y, por el otro lado, el hombre, hijo e hijo pueblo. 210 ARETXAGA, B., Los funerales del nacionalismo vasco, Taurus, Madrid, 1983, p.. 87-100

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Cuadro 2: Discursos hegemónicos Elaboración propia

Por lo tanto, las relaciones de género son claves para comprender los modelos culturales que regulan las prácticas del nacionalismo vasco. De este modo, el estereotipo de madre representado a partir de dos modelos de madre paralelos – madre real y madre simbólica – es el que más fuerza adquiere dentro del contexto político en el que es asesinada Yoyes. Se trata de una antigua militante de ETA que ha decidido volver al País Vasco y llevar una vida al margen de la banda armada centrada en su familia. Decisión que muchos otros ex-militantes etarras también tomaron en su día. Todos se convierten en traidores para ETA pero la traición de Yoyes es más intensa por albergar tres roles contrapuestos dentro de las prácticas simbólicas del abertzalismo vasco. Así, en la imagen de Yoyes convergen los roles de heroína, traidora y mártir. Es heroína en tanto en cuanto ha luchado por el pueblo vasco, es traidora en tanto en cuanto ha abandonado esa lucha y es mártir en tanto en cuanto ha muerto como víctima de un conflicto armado. Tres roles que no suelen darse con asiduidad, pero que de darse no deben convergen nunca en el cuerpo de una mujer, pues ésta no ha sido socializada para ello. Yoyes era todo lo que una mujer vasca no podía ser desde las prácticas arraigadas del nacionalismo vasco, lo que explica la intensidad que adquiere su “traición”. A partir de esta idea, podemos concluir que el abandono de una mujer adquiere más intensidad y trae consigo más consecuencias que el de un hombre. Pero, ¿es Yoyes la única mujer en abandonar ETA?, ¿es la única en morir? o ¿es la precursora de todo ello? A ninguna de las tres preguntas se podría responder de forma afirmativa. Antes de Yoyes ya existían antecedentes de mujeres que militaban en ETA, incluso, de mujeres que habían muerto por ETA. De hecho, meses antes del asesinato de Yoyes muere la primera mujer etarra, Barkartxo Arzelus, mientras manipulaba explosivos 211. 211

Sobre la muerte de Bakartxo Arzelus es interesante ver la escenificación de roles que se manifiesta en su funeral. Según palabras de Carri Hamilton, en su funeral “no hay madre que llore su féretro, sino que un padre que se rebela”. El escenario en la primera muerte femenina en la historia de ETA es

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático También existen referencias de mujeres que han decidido abandonar la organización como puede ser Idoia López Riaño. La clave está en que Yoyes además de heroína, traidora y mártir era madre, algo que sí era inconcebible, ya que se trata de una relación de tipo perpendicular si atendemos al Cuadro 1. “En el contexto nacionalista, los modelos de heroína, traidora y mártir y el modelo de madre eran mutuamente excluyentes. Por ello, la síntesis de estos dos modelos en la persona de Yoyes es lo que hizo que su traición fuese mucho más intolerable que la de otros y otras ex militantes. Los modelos e imágenes culturales que impregnaban la actividad del nacionalismo radical vasco se delineaban inequívocamente en sus funerales homenaje”212. De este modo, mientras que en el caso de los militantes hombres de ETA se contrarrestaba la imagen del terrorista con la del héroe mártir, en el caso de Yoyes, la imagen de mártir se contraponía con la de traidora. 3.2.7.4.

La renuncia a la maternidad a cambio de la revolución

Si hasta aquí se ha llegado a la conclusión de que las mujeres en el contexto del activismo político vasco durante los años anteriores y posteriores a la muerte de Yoyes sólo podían ser madres o mediadoras, ¿se podría afirmar que las mujeres no podían ser perpetradoras de actos armados? Evidentemente que no. Basta algo de memoria histórica para confirmar que existían mujeres que participaron en acciones armadas, mujeres que portaban armas o mujeres que tomaban parte en las decisiones políticas de la organización. No se trata, por lo tanto, de que una mujer no pueda ser militante, de hecho lo es; sino de que una mujer sólo puede ser militante si acepta dos condiciones no escritas. Deberá, por un lado, o “negarse a sí misma como mujer”213, o, por el otro lado, tendrá que “renunciar a su maternidad”214. En el primer caso, las mujeres “son reconocidas como válidas política y militarmente a costa de no ser mujeres, es decir, en medida que van adquiriendo roles socialmente masculinos. De este modo, se convierten en excepciones dentro de la organización y serán percibidas como sujetos masculinos”215. En el segundo caso, en el momento en el que una mujer ejerce su maternidad debería pasar a interpretar un papel de mediadora, aceptando

completamente diferente a lo que ocurre en los funerales de los 30 o 40 miembros de ETA que habían muerto anteriormente. No existe el papel central ni simbólico de la madre en el caso de Bakartxo Arzelus. “Al no estar presente el foco de la madre, en realidad lo que se consigue es permitir que el modelo de mártir masculino – focalizado en la figura del padre luchador – se resalte aun más”. Disponible en una entrevista realizada a Carri Hamilton en el Diario Vasco con motivo de la publicación de su libro Women and ETA. GURRUCHAGA,I., Para las mujeres de ETA fue complicado romper con la influencia de la Iglesia. Disponible en [Fecha de acceso 30 julio 2012] 212 ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Esrtudios Vascos, Nevada, 2005, p. 25 213 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p. 68 214 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester Universiy Press, Manchester, 2007 215 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p. 68

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático “organizar su vida en base a las necesidades de los demás”216, tanto de los hombres activistas y de los familiares y la comunidad, como de las mujeres activistas que han aceptado alguna estas dos condiciones. Una vez expuestas las hibridaciones entre las construcciones culturales de género y las relaciones ideológicas y personales que cohabitan en el contexto político de los años 80, la conclusión con respecto a la imagen de Yoyes según Agra Romero es contundente: Dolores González Catarain “además de romper con las diferenciaciones de género, también desestabiliza las líneas de demarcación política y las polarizadas distinciones políticas que eran tan esenciales para la lucha de ETA”217. En la misma línea presenta sus conclusiones Aretxaga: “Como mujer, Yoyes podría haber sido una excepción política, pero entonces no podía ser una disidente y mucho menos una inclasificable. En el contexto nacionalista en el que las mujeres tienen que jugar papeles de apoyo incondicional y mediación, una mujer disidente es más intolerable de lo que sería un hombre. La traición de Yoyes era en es sentido una falta mayor que la de otros, ya que, desde el punto de vista radical, se le había permitido ser lo que no le correspondía. Los pasos que teóricamente la separan de otros traidores y arrepentidos se volvieron, en la práctica, contra ella, haciendo posible su asesinato”218.

3.3. Las informaciones sobre ETA y sus militantes

3.3.1. El relato mediático de las informaciones de ETA Los medios de comunicación tanto constitucionalistas como nacionalistas vascos han sido los encargados, entre otros, de relatar las acciones armadas que ha llevado a cabo ETA, así como las detenciones que han sufrido sus miembros, etc. Como ya se ha comentado en apartados anteriores, una detención o un atentado en sí son acontecimientos con la suficiente intensidad informativa como para entrar a formar parte de la agenda mediática. De este modo, se podría pensar que los picos informativos han ido paralelos al número de acciones realizadas por ETA o las detenciones sufridas por sus miembros, ya que eso es lo realmente relevante y novedoso en términos informativos. En cambio, esta afirmación se encuentra muy lejos de la realidad, puesto que si repasamos las principales investigaciones sobre el

216

ARETXAGA, B., The death of Yoyes: Cultural Discourses of gender and politics, Centro de Esrtudios Vascos, Nevada, 2005, p. 29-30 217 AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p. 68 218 ARETXAGA, B., The Death of Yoyes: Cultural Discourses of Gender and Politcs, Center of the Basque Studies, Nevada, 2005, p. 32

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático tratamiento informativo que se ha dado al conflicto armado vasco219 veremos que los medios han sufrido distintas transiciones discursivas que poco tienen que ver con las transiciones políticas que se han dado dentro y fuera de ETA. El contexto, por lo tanto, no es un factor determinante a la hora de colocar la actividad de ETA en la agenda mediática. Ante esto sólo queda preguntarse: ¿cuál es el relato mediático ante las informaciones de ETA?, ¿qué es lo realmente determinante a la hora de relatarla? y, sobre todo, ¿cómo afecta este tratamiento y enfoque a las informaciones sobre las mujeres militantes de ETA? A partir de una investigación llevada a cabo por varios profesores de la Universidad Pública Vasca se constata que en los últimos años “se produce un incremento exponencial en la atención que los medias dedicaron a las acciones de ETA”220, a pesar de no ser éstos los años en los que mayor actividad armada se registra221. ¿Qué es lo que lleva a los medios de comunicación a colocar en un puesto alto de la agenda mediática e ETA en los último años? Tras el fin del régimen franquista, a finales de los años 70, desde el ámbito político surge la iniciativa de intentar que los medios de comunicación silencien la actividad armada de ETA, bajo la creencia de que una cobertura informativa de éstos contribuiría a los objetivos propagandísticos de la banda222. En cambio, esta iniciativa se acaba rechazando por dos motivos muy claros. En primer lugar, en palabras de Rodrigo, “la dimensión comunicativa de los actos terroristas es innegable, por lo que su propia lógica productiva los va convertir en noticia”223. En segundo lugar, el silencio informativo entra de lleno en lidia con derecho a la información que la ciudadanía debe tener en una sociedad libre. Teniendo en cuenta que tanto la sociedad española como la vasca habían estado durante muchos años bajo un régimen dictatorial, llevar a cabo una política de autocensura podría traer consigo más riesgos que beneficios. Ante este panorama, desde el ámbito político se da un cambio de rumbo. Se deja la idea del silenciamiento a un lado y se empiezan a dar los primeros pasos para promover una política informativa homogénea frente a las acciones de ETA224. Una 219

Para profundizar más en el tratamiento informativo a las noticias sobre el conflicto vasco se recomienda consultar la investigación llevada a cabo por los profesores de la Universidad Pública Vasca Petxo Idoyaga y Txema Ramírez de la Piscina. En ella se analiza la política y tratamiento informativo que hacen del conflicto vasco las principales cabeceras que tienen transcendencia mediática en el panorama periodístico vasco. Disponible en: IDOYAGA, P., RAMIREZ DE LA PISCINA, T., (In)Komunikazioaren Ataria: Prentsa eta Euskal Gatazka, Alberdania, Irún, 2002 220 ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 221 El mayor número de víctimas mortales se da entre los años 1978 y1980, llegando a alcanzar su pico en 1980 con un total de 92 víctimas mortales, según datos del Ministerio del Interior de España. Datos disponibles en http://www.mir.es/prensa-3/balances-21/ultimas-victimas-mortales-de-eta-cuadrosestadisticos-630 [Fecha de acceso 13 agosto 2012] 222 RODRIGO, M., Los medios de comunicación ante el terrorismo, Icaria, Barcelona, 1991 223 Íbidem, p. 32 224 ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012]

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático vez más, aparece la idea de la homogeneización de imágenes, lo que contribuye de forma decisiva a la invisibilidad del activismo femenino y a la aniquilación simbólica de las mujeres en los medios; todo ello mediante la exposición de imágenes hegemónicas que socialmente son concebidas como únicas y absolutas. En los años 80, durante el mandato de Felipe González (PSOE), se intentará impulsar una política mediática ofensiva que se sostendrá en cuatro recomendaciones de lo que debería ser el tratamiento informativo225: 1. Los medios de comunicación deberán influir para que ETA aparezca lo menos posible como protagonista en las noticias. 2. Los medios de comunicación deberán dar el protagonismo a las noticias sobre intervenciones políticas a favor de la paz y el bienestar del pueblo. 3. Las informaciones periódicas se darán a través de terceros (diarios o semanarios de baja influencia). 4. Se deben potenciar las informaciones sobre conflictos entre terroristas, sus ideologías extrañas, sus negocios, sus costumbres criticables, etc. Mediante estas recomendaciones informativas “basta con que la información sea creíble para que pueda ser explotada”226. En ningún caso se encuentra referencia alguna en dichas recomendaciones a la necesidad de promover buenas prácticas deontológicas en el tratamiento informativo de los y las etarras. Al no haber un control medianamente regulado sobre el trato informativo, se puede dar el riesgo de un “todo vale” a cambio de cumplir las recomendaciones enunciadas en el plan ZEN, incluso un tratamiento sexista de la información. En este sentido y teniendo en cuenta la realidad androcéntrica que prima en los medios de comunicación, las historias de las mujeres activistas etarras se pueden convertir en un blanco fácil para fomentar las “informaciones sobre conflictos entre terroristas, sus ideologías extrañas, sus negocios, sus costumbres criticables, etc.” Ellas representan una minoría en la organización, con lo que las informaciones que se den sobre éstas pueden catalogarse como excepcionales. Como ya se explicó, una mujer en tareas de perpetuación de violencia representa cierta novedad que para los medios de comunicación puede resultar atractiva en términos informativos227. Saber cuáles son sus historias, porqué han roto con los roles tradicionalmente impuestos, cómo es una mujer terrorista, etc., serán relatos que ocuparán un espacio importante dentro de las informaciones de ETA228. En el caso de los hombres, estos relatos no estarán tan marcados, ya que la imagen masculina del terrorista no representa novedad alguna. Siguiendo con el relato mediático de las informaciones entorno a ETA, la siguiente referencia a favor de una política de homogeneización informativa la podemos 225

Esta política se enuncia tras el nacimiento del Plan ZEN (Zona Espacial Norte) en el cual se reserva un apartado al papel que los medios de comunicación deberían tomar entre al conflicto armado vasco. 226 ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 227 AGRA, M.X., Con Armas, como Armas: la Violencia de las Mujeres, Revista Isegoría, Nº 46, 2012, p.52 228 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radicla Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 83-103

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático encontrar en 1985, momento en el que el Parlamento Vasco aprobará un decálogo para combatir de forma eficiente a ETA. En el octavo punto de este decálogo habrá una referencia explícita a los medios de comunicación, a lo que se les “reclama que colaboren con las instituciones representativas de la voluntad popular, promoviendo en el tratamiento informativo el ambiente social necesario para la generalización de los valores de respeto mutuo, tolerancia y rechazo a la violencia y al terrorismo”229 . El papel de los medios de comunicación en el conflicto armado vasco va cambiando de manera progresiva. Poco a poco se va abandonando el estilo narrativo y se opta cada vez más por una postura más interpretativa de los actos, e incluso, un estilo más opinativo que pone en duda la neutralidad informativa de los medios ante el conflicto armado vasco230. A pesar de los esfuerzos políticos por una homogeneización informativa, ésta no será integrada en los medios de comunicación de forma asidua hasta diez años después de su puesta en marcha. Será el asesinato de Miguel Ángel Blanco231, en julio de 1997, el que marque realmente el cambio discursivo de los medios frente a las acciones de ETA. A partir de la década de los 90, los medios de mayor tirada “adquieren conciencia de que pueden jugar un papel esencial en la lucha contra el terrorismo y de que la información sobre sus actos no tiene que ser neutral; la información se convertirá, por lo tanto, en un instrumento eficaz para luchar contra ETA”232. Poco o poco se irá impregnando la idea de que los medios deben ser beligerantes ante ETA con sus informaciones233. De este modo, queda demostrado, gracias a las investigaciones mediológicas existentes, que el tratamiento informativo de ETA no es neutral, por tanto, y por extensión, se puede afirmar que el tratamiento que sus militantes han recibido en los medios tampoco será neutral234, lo que justificará, una vez más, la necesidad de estudiar este tratamiento desde la perspectiva de género para saber si existe una diferencia real entre el tratamiento que han recibido los hombres y el recibido por las mujeres. Finalmente, en enero de 2002, el Consejo de Administración del Ente Público Radiotelevisión Española (RTVE) elabora un documento sobre el tratamiento que sus periodistas deben hacer del conflicto armado vasco; unas recomendaciones que también tendrán en cuenta otros medios. En él se vuelve a reforzar la idea de que el tratamiento no debe ser neutral, pero se da un paso más afirmando que “la neutralidad

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ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 230 IDOYAGA, P., RAMIREZ DE LA PISCINA, T., (In)Komunikazioaren Ataria: Prentsa eta Euskal Gatazka, Alberdania, Irún, 2002 231 Concejal del Partido Popular en Ermua 232 ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 233 Íbidem. 234 IDOYAGA, P., RAMIREZ DE LA PISCINA, T., (In)Komunikazioaren Ataria: Prentsa eta Euskal Gatazka, Alberdania, Irún, 2002

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático se puede convertir en complicidad”235, lo que se traduce en un autocontrol de las informaciones y del lenguaje periodístico que será consensuado de ante mano. RTVE recomendará a sus profesionales, entre otras cosas, eliminar los alias o nombre de pila de los etarras ya que éstos “pueden pretender una relación de familiaridad con los terroristas”236. Las investigaciones que Carri Hamiton hace al respecto demuestran justo lo contrario: “los medios de comunicación tienden a nombrar las mujeres militantes etarras por su alias”237 en vez de por sus nombres completos, algo que choca frontalmente con tratamiento recomendado, lo que puede llevar a pensar en un trato desigual a nivel informativo entre los etarras hombres y mujeres que requiere de un estudio más profundo y sistemático. Desde ese momento y hasta el anuncio de cese definitivo de la actividad armada hecho público por ETA (20/10/2011), la mayoría de los medios de comunicación han tendido a mantener una política informativa activa en contra del terrorismo. El tratamiento que se pueda estar dando durante el proceso de postconflicto todavía no ha sido investigado, pero teniendo en cuenta que en los estudios publicados hasta ahora no se ha introducido la variable del género como categoría de análisis, resulta más que necesario que en los próximos estudios sí que sea incorporada. 3.3.2. La excepción: las preocupaciones de las etarras como noticia A pesar de la que la perspectiva de género no se ha solido utilizar en las informaciones de ETA, se puede encontrar una excepción. En mayo de 1979 la revista Interviu publicará una extensa entrevista con tres mujeres de ETA238. Esta entrevista se centrará en analizar la desigual militancia de hombres y mujeres, y el posicionamiento que las etarras manifiestan respecto a cuestiones que les afectan como mujeres, como puede ser el aborto o la división sexual del trabajo.

Fotografía 2: Entrevista Interviú

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ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012] 236

Visible en el texto íntegro. HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radicla Basque nationalism, Manchester University Press, Manchester, 2007, p. 83-103 238 ECHARRI, T., Hablan las mujeres de ETA, Revista Interviu, Nº 156, 197, p. 26-29 237

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático A modo de resumen se podría reducir la entrevista a dos grandes bloques: 1.

Sobre la desigual militancia de hombres y mujeres:  



2.

Peor aceptación familiar al ingreso: “los padres tragaban peor el abandono de casa de una hija que de un hijo”. Sufrimiento de violencias específicas en función del género: “Cuando la policía ha detenido a mujeres pertenecientes a organizaciones armadas, el comportamiento ha sido más duro en las torturas”. Mayor necesidad de esfuerzo que los hombres: “Si el hombre tenía que dar la talla de 10, la mujer tenía que dar de 50”. Preocupaciones como mujeres

 







 

Existencia de una sociedad vasca machista: “Si los hombres de nuestra organización eran machistas se debía a que la sociedad vasca también lo era”. Inexistencia del matriarcado vasco (en referencia a la vida en el caserío): “Es una sociedad de descendencia matrilineal desde luego pero el hermano era el que tomaba las decisiones. El poder, pues, no lo tiene el marido como institución, pero sí el hombre”. Agotamiento de la familia tradicional: “Estamos en contra de ella porque precisamente la mujer está relegada al trabajo doméstico (…) Es necesaria la relación igualitaria entre ambos sexos y esta condición no está permitida en la familia tradicional”. La monogamia como única posibilidad entre los jóvenes: “Los jóvenes vascos continúan recurriendo a la pareja. Prefieren esto que plantearse romper con un montón de cosas”. Intolerancia al amor lesbiano: “Si el hecho de aceptar que las relaciones sexuales y el derecho al placer no tienen por qué encontrarse institucionalizadas supone una innovación ¡imagínate la novedad del amor lesbiano! No hay tolerancia al amor lesbiano”. Aborto: “Nosotras estamos a favor del aborto pero no como objetivo sino como mal menor ante una maternidad no deseada”. Anticonceptivos: “Preferimos que los anticonceptivos estén al alcance de todas las mujeres para evitar embarazos forzosos”.

Además, las mujeres entrevistadas lo harán desde una postura feminista, aunque sin ser el feminismo el eje de su lucha: “Nos consideramos feministas pero pertenecemos a una organización global, somos partidarias de la doble militancia”. En este sentido, a partir de su conciencia feminista promueven acciones armadas dirigidas a denunciar la discriminación de las mujeres, aunque ello pueda entrar en lidia con sus compañeros. Sobre la legalización del aborto opinaban:

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático “Dado el caso de que esa campaña esté ya en la calle, en primer lugar, intentaríamos que lo asumiese la organización. Si no lo conseguimos, lo denunciaremos públicamente”. A pesar de la intención, muestran cierta prudencia a la hora de plantear acciones armadas en esta línea, debido a un distanciamiento entre la concepción feminista y la realidad social vasca: “Hay planteamientos de intervención armada. Tenemos propuestas expuestas para actuar en relación a problemas específicos de la mujer vasca. Pero en este tema todavía ha habido muy pocas movilizaciones en Euskadi y primero deben ser las mujeres vascas las que se organicen y luchen. Adelantarnos a este proceso sería una actitud prematura y contra revolucionaria.”

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CAPÍTULO III: FORMULACIÓN DEL TEMA DE INVESTIGACION 4. EL PROBLEMA Tras un análisis preliminar de la bibliografía existente, se identifica un primer problema: existe una enorme carencia de investigaciones académicas sobre la temática a estudiar. En el panorama académico tanto vasco como español se encuentran múltiples estudios sobre ETA y sobre sus protagonistas239. Del mismo modo, contamos con una extensa bibliografía sobre las transiciones y especificaciones que ha sufrido el discurso mediático tanto en las informaciones de ETA como en las del propio conflicto armado vasco240. En ambos campos, en cambio, la variable del género no ha sido utilizada, por lo que no se cuenta con precedentes que puedan servir de ayuda. A pesar de ello, en los últimos años se ha dado un crecimiento exponencial en las investigaciones sobre la representación de las mujeres en los medios de comunicación y sobre el activismo de éstas en los grupos armados, pero no, en cambio, sobre la traslación de esto al discurso mediático. Por el contrario, sí podemos encontrar múltiples investigaciones sobre la construcción del género y a las vivencias de las mujeres en grupos armados como el IRA o las FARC, aunque sólo se cuenta con una referencia bibliográfica que aborde la situación de las mujeres en ETA241, que además, reserva un apartado escaso en el que se centra en el tratamiento discursivo de las noticias sobre las etarras242. A pesar de ello y con la información analizada se ha identificado otro problema, esta vez sí, relacionado con la problemática a tratar. ETA se ha construido a partir de una tensión histórica de género que mantiene una tirantez constante entre, por un lado, las rutinas y lógicas androcéntricas que dirigen la supervivencia de los grupos armados y, por el otro lado, la influencia de los discursos feministas con los que se identificarán las mujeres etarras243. Dicha tensión se va a traducir en una imagen dual de las mujeres etarras que afectará tanto a su género como a su militancia. 239

En este campo se recomienda las investigaciones realizadas por el profesor Francisco Letamendia. Disponible en: LETAMENDIA, F., Historia del nacionalismo vasco y de ETA: Introducción a la historia del País Vasco. ETA en el franquismo. (1951-1976), R&B Ediciones , 1994 LETAMENDIA, F., Historia del nacionalismo vasco y de ETA: ETA en la transición (1976-1982), R&B Ediciones ,1994 LETAMENDIA, F., Historia del nacionalismo vasco y de ETA: ETA y el gobierno del PSOE (1982-1992), R&B Ediciones ,1994. 240 Se recomiendan los análisis de los profesores de la UPV Petxo Idoyaga, Txema Ramírez de la Piscina y José María Caminos 241 HAMILTON, C., Women and ETA. The gender politics of radical Basque nationalism, Manchester Universiy Press, Manchester, 2007 242 En el anexo de incluye un documento donde se explica las dificultadas encontrar por la autora a la hora de encontrar y analizar la bibliografía 243 Esta tensión se ve ejemplificada en la entrevista que la revista Interviu realizó a varias mujeres etarras.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Así, a partir del género surgen dos retratos hegemónicos de mujeres que conviven pero que entran en contradicción entre sí, por lo que entre ellas surgirá una continua tensión. La primera de ellas (mujer buena) se mantendrá dentro de los roles sociales adquiridos y centrará su militancia en una extensión de la vida privada 244. La segunda (mujer mala), en cambio, mantendrá una postura mucho más activa frente al conflicto, romperá con el orden tradicional de los géneros y exigirá una revisión de éstos. A ambas mujeres se les atribuirá unas etiquetas concretas mediante las cuales serán descritas, lo que generará una compresión de éstas a partir de unos estereotipos de género determinados. Estas imágenes convivirán con las derivadas de las lógicas narrativas que el propio conflicto armado va a crear. Unas lógicas que también instaurarán un retrato dual representado por la figura del gudari – visto como positivo – y del terrorista – visto como negativo –, imágenes que, al igual que las derivadas del género, se mantendrán en continua tensión y de las que derivarán los estereotipos de conflicto. La relación que se establece entre las imágenes derivadas del género y las que lo hacen de la militancia no será tensa sino que se regulará a partir de una estructura en forma de binomio antagónico. Es decir, mientras que la relación entre los positivos (mujer buena y gudari) es incompatible, la creada a partir de los negativos (mujer mala y terrorista) será compatible. En el cuadro que se encuentra a continuación se puede ver de forma más clara.

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Cuadro 3: Imágenes duales Elaboración propia

La construcción de las imágenes de género a las que se ven sometidos los hombres en una situación de conflicto armado no será dual. Las imágenes masculinas se hacen más estrictas y herméticas, por lo que en el conflicto armado los hombres deberán ser ante todo hombres, sino quedarán fuera de él. Por ello, mientras los hombres se 244

La denominación buena y mala no entra a describir la militancia, sino la relación de sus actividades con lo que socialmente se considera que son los papeles que deben ocupar las mujeres. De este modo, se entenderá “buena” con los que sí se adecuan a esos papeles y “mala” con los que se alejan de ellos.

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático enfrentarán a un esquema a dos (gudari- terrorista), las mujeres, en cambio, lo harán a un esquema a cuatro (gudari- terrorista// mujer buena-mujer mala). A consecuencia, las imágenes de las mujeres etarras serán más complejas y los discursos mediáticos se duplicarán. En los retratos de las imágenes de las etarras convivirán y rivalizarán al mismo nivel tanto los estereotipos de género positivos y negativos como los de conflicto tanto positivos como negativos. Ante la complejidad de relatos e imágenes se plantea el siguiente problema a la hora de trasladar éstos al discurso mediático. 4.1. Enunciación del problema La traslación al discurso mediático de las noticias en las que las mujeres etarras son las protagonistas es más compleja y trae consigo más riesgos narrativos que la de los etarras hombres, al converger en un mismo discurso estereotipos de género y de conflicto. El no haber tenido en cuenta la perspectiva de género a lo largo de toda la historiografía mediática de ETA, ha podido ocultar un trato diferencial del género entre hombres y mujeres 4.2. Pregunta de investigación A partir del problema enunciado, el análisis que en las próximas páginas se presenta tiene como pretensión resolver la pregunta de investigación que a continuación se expone: ¿Cómo se traslada al discurso mediático la tensión existente entre los estereotipos de género y los estereotipos de conflicto, y, cuáles son los marcos discursivos que se enmarcan las imágenes mediáticas de las etarras derivadas de esa tensión entre los ambos estereotipos? Si se observa con detenimiento la pregunta de investigación, ésta puede ser desglosada en dos partes. A partir de este desglose, como se verá en el marco metodológico, se establecerá el diseño de la investigación que estará divido, a su vez, en dos fases que corresponden a cada una de las cuestiones derivadas de la pregunta. Así, la pregunta general queda divida de la siguiente forma:  

Subpregunta 1: ¿Cómo se traslada al discurso mediático la tensión existente entre los estereotipos de género y los estereotipos de conflicto? Subprenta 2: ¿Cuáles son los marcos discursivos que se enmarcan las imágenes mediáticas de las etarras derivadas de esa tensión entre ambos estereotipos?

Si ponemos en relación la pregunta de investigación con las teorías explicadas en el apartado 2.4 Conceptualización: un acercamiento a la Agenda Setting y al Framing, la investigación que en las próximas hojas se presenta se puede dividir en dos fases que tomarán ambas teorías como punto de partida. En el Cuadro 4 se puede ver de manera gráfica la evolución de ambas fases de investigación a partir de la pregunta de investigación.

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Cuadro 4: Fases de investigación Elaboración propia

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 5. OBJETIVOS E HIPÓTESIS

1.1. Objetivos 



Objetivo general: Demostrar que el discurso mediático sobre las informaciones de las mujeres etarras se articula desde representaciones sexistas de los géneros, mediante un uso reiterado de estereotipos de género y de conflicto que se entrecruzan constantemente exacerbando su intensidad discursiva. Objetivos específicos: o Revisar los estereotipos difundidos en la prensa para demostrar la intensidad de los referidos al género respecto a los de conflicto. o Demostrar la distinta intensidad de los estereotipos negativos de género frente a los de conflicto. o Visibilizar el papel y protagonismo de las mujeres durante las situaciones de conflicto y su invisibilidad en el discurso mediático.

1.2. Hipótesis  



Hipótesis general: El tratamiento informativo que reciben las mujeres que han pertenecido a ETA es un trasmisor de estereotipos de género. Subhipótesis 1: En el caso de las mujeres de ETA se produce una relativa sobredeterminación del estereotipo de género en relación con el estereotipo de conflicto (doble estigma, Idoia López Riaño o estigma atenuado Dolores González Catarain) Subhipótesis 2: Esta sobredeterminación es más acentuada en los medios conservadores que en los progresistas.

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CAPÍTULO IV: MARCO METODOLÓGICO 6. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 6.1. Niveles de análisis y fases de la investigación Como ya se ha anunciado anteriormente, la investigación que se está llevando a cabo se ha dividido en dos fases que corresponderán a los dos niveles de análisis que se han establecido y que irán correlacionadas con las dos teorías expuestas en las líneas superiores. De este modo, en primer lugar, se llevará a cabo un análisis que tomará como referencia la dimensión formal del discurso mediático y, en segundo lugar, se pasará a una dimensión de contenido donde se prestará atención a la visibilidad y trato de los elementos discursivos. El primer nivel refiere a los aspectos formales. Se entiende como elementos formales, los elementos “característicos de cada medio de comunicación, haciendo referencia a las convenciones que se utilizan para confeccionar los mensajes”245. A partir de esta definición, se establecerá un método de análisis cuantitativo – análisis de contenido – que medirá el posicionamiento que las mujeres etarras ocupan dentro de la agenda mediática de distintos medios. Con este primer nivel de análisis se pretende, entre otras cosas, contabilizar y jerarquizar la presencia de las militantes etarras en las páginas de los periódicos; cosa que se hará tomando en cuenta los dos mecanismos básicos de jerarquización de noticias dentro de un diario: a) mediante una situación visible y privilegiada de la información (portada, primera página, etc), y b) dedicando un espacio amplio dentro del mismo. Este primer nivel, resultará pertinente no sólo por los resultados que puedan derivar de las variables manifiestas del análisis de contenido, sino también porque en éste se tendrán en cuenta las variables latentes que se puedan derivar de él. Es decir, por un lado, las variables manifiestas – los elementos que están físicamente en las noticias y que se pueden contabilizar – nos hablarán de la presencia e intensidad en las que las etarras aparecen en los medios, y las variables latentes – elementos no observables directamente – serán indicadores de la no presencia de éstas. En el apartado 6.3. Primer nivel de investigación: escala de atención, se desarrollan los pasos metodológicos de este primer nivel de análisis. El segundo nivel, en cambio, estudiará la dimensión de los contenidos. En esta fase del análisis la finalidad será “determinar, de forma no obstrusiva, lo que connotan los mensajes, su contenido, habitualmente no explícito o latente, las intenciones, deseos, y actitudes (representaciones) que se manifiestan en el documento, tomando como

245

IGARTUA, J.J., Métodos cuantitativos de investigación en comunicación, Bosh, Barcelona, 2006, p. 184-185

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático base única y exclusiva el contenido manifiesto en el mismo”246. Es decir, una vez analizada la presencia y ausencia de las militantes etarras en las páginas de los rotativos, se investigará la forma en que éstas son presentadas. Mientras el primer nivel responderá a la pregunta ¿cuánto espacio ocupan las mujeres de ETA?, el segundo nivel dará respuesta a la pregunta ¿cómo son representadas las mujeres que ocupan espacio en la prensa? Para ello, esta segunda fase se centrará en un análisis de los frames – encuadres –, los cuales no harán referencia a la historia o tema de la noticia – una detención, asesinato, extradición, etc. – sino, al tratamiento que se da al acontecimiento relatado en la misma. A partir de esto, se establecerá una metodología de análisis, también cuantitativa, que intentará medir las principales imágenes que emergen del discurso mediático sobre las mujeres etarras, para posteriormente verificar si éstas reproducen los estereotipos expuestos en el Marco Teórico. En el apartado 6.4 Segundo nivel: encuadre noticioso, se desarrollarán los pasos seguidos para el establecimientos de la metodología.

6.2. Muestra escogida Se ha escogido un muestreo de tipo no probabilístico de conveniencia por lo que se analizarán contenidos que de antemano son accesibles. Se ha seleccionado este tipo de muestra debido al alcance del trabajo que permita generar una muestra aleatoria247. Por este mismo motivo se reducirá a dos el número de casos analizados. De este modo, han sido seleccionadas dos mujeres de ETA que serán analizadas como muestra. Éstas serán, por un lado, Dolores González Catarain Yoyes y, por el otro lado, Idoia López Riaño. El procedimiento que se ha seguido para llegar a la elección final ha sido el siguiente. En primer lugar, a partir de un buscador hemerográfico248 se ha realizado una búsqueda simple con las palabras de búsqueda “Mujer” y “ETA” y con las fechas acotadas desde 01/04/1976 hasta 01/04/2012249. En segundo lugar, de los resultados obtenidos en esta búsqueda se han anotado los diez nombres de mujeres militantes de ETA que en más ocasiones aparecen en el buscador250, deduciendo que éstos son los nombres que más han aparecido en la prensa generalista durante el rango de fechas señaladas. El tercer paso ha sido el de revisar el marco teórico y anotar los nombres de las etarras sobre las que se hayan llevado a cabo análisis académicos 246

Íbidem. p. 185 Íbidem. p.213 248 Se ha utilizado el programa de búsqueda hemerográfica Hemeroteca Plus . Se trata de un programa del que disponen la mayoría de las bibliotecas municipales y forales de la Comunidad Autónoma Vasca y que se utiliza para la búsqueda de documentos de prensa. En este caso, la búsqueda se ha realizado en la biblioteca situada en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, en la capital alavesa. 249 Con esta selección tan amplia de las fechas se ha querido tener en cuenta toda la historia de ETA, desde sus inicios hasta el día de hoy. Como se puede comprobar la búsqueda no se inicia en los comienzos de la organización armada (1958) sino el 1 de abril de 1977. El motivo reside en que ésta es la fecha en la que el Gobierno de España aprueba el llamado Real Decreto-ley 24/1977 sobre la libertad de prensa. Hasta este momento la prensa existente sufría las restricciones del régimen franquista y por tratarse de una prensa que estaba bajo la censura se ha dejado fuera de esta primera búsqueda. 250 Las militantes más nombradas son: Dolores González Catarain, Ainhoa Mújica, Soledad Iparraguirre, Belén González Peñalba, Idoia López Riaño, Inés del Rio, Olaia Castresana, Izaskun Lesaka, Carmen Guisasola y Maria Lizarraga 247

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático desde estudios feministas251. En cuarto lugar, se han comparado los nombres obtenidos en la búsqueda hemerográfica con los identificados en la revisión del marco teórico con el fin de seleccionar los comunes a ambos, un total de tres252. En un último paso, el quinto, se ha desestimado una de las tres mujeres con el objetivo de reducir la elección de los casos al mínimo253. El proceso concluye con la obtención de los nombres de las militantes y, por lo tanto, con los casos que serán tomados como muestra. Del mismo modo, se ha llevado a cabo una selección de los hitos o momentos clave en los cuales las mujeres escogidas de antemano hayan tenido el protagonismo absoluto con el objetivo de hacer una selección temporal reducida de los casos analizados. Por ello, en primer lugar se ha revisado la biografía de ambas mujeres substrayendo de ellas lo que se ha considerado representativo para ser digno de haber podido convertirse en noticia. Se han seleccionado un total de cuatro acontecimientos o events de cada una de las mujeres. Tras revisar cada uno de los acontecimientos y observar de manera general la cobertura que éstos han recibido en varios periódicos, finalmente se han seleccionado dos acontecimientos de cada caso – los marcados con flechas –:

DOLORES GONZÁLEZ CATARAIN Rumor sobre la posibilidad de acogerse a las medidas de reinserción (11/85) Asesinato (10/09/86) Detención de Kubati254 (26/11/87) Veinte aniversario del asesinato de Yoyes(26/11/06)

IDOIA LÓPEZ RIAÑO Detención (25/08/94) Extradición (09/05/01) Traslado de prisión 255 (29/07/10) Expulsión de ETA (11/11) Tabla 1: Selección temporal de los casos

Finalmente queda acotar el formato y número de medios de comunicación que se van a analizar. En cuanto al formato, se estudiará únicamente la prensa escrita. Son tres las razones que han motivado dicha elección. En primer lugar, la accesibilidad a las informaciones. La mayoría de las Bibliotecas Municipales del País Vasco cuentan con una hemeroteca en la que poder consultar los documentos in situ sin ninguna dificultad, algo que facilita mucho el trabajo. Además, la hemeroteca de la UPV-EHU en el Campus de Leioa posee un archivo documental que abarca más allá de los años de historia de ETA. En segundo lugar, históricamente la prensa escrita siempre se ha 251

Se han identificado tres casos: Olaia Castresana en el apartado 3.2.4.1 Maite zaitut, Olaia; Idoia López Riaño en el apartado 3.2.5.1 ¿La Tigresa o Idoia López Riaño? Y Dolores González Catarain en el apartado 3.2.7 Un acercamiento a la mirada de las mujeres a partir de la imagen de Yoyes. 252 Los nombres comunes a ambos corresponden a los mismo que se han identificado en el marco teórico. 253 El caso que ha sido desestimado es el de Olaia Kastresana. Ésta ha quedado fuera de la muestra ya que se ha tomado como referencia la noticia más antigua (sobre Yoyes) y la más actual (sobre Idoia López Riaño). 254 Antonio López Ruiz, Kubati es el asesino de Yoyes. Se selecciona esta fecha ya que su detención puede provocar el recuerdo de la muerte de Yoyes con la consecuencia de una cobertura de ésta. 255 El traslado se producirá un mes antes, en junio, pero los medios de comunicación no publicarán la noticia hasta la fecha señalada en la tabla por lo que será ésta la que se tomará como referencia.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático caracterizado por ser el medio al que se ha acudido para realizar una lectura sosegada de los acontecimientos, lo que ha hecho que en ella aflore de manera constante una mayor pluralidad de tratamientos, análisis y opiniones; lo que enriquecerá mucho el estudio. En tercer lugar, al ser la prensa el medio de comunicación más longevo, su evolución también ha sido mayor. De esta manera, la existencia de múltiples cabeceras permitirá afirmar que el espectro social y político abarcado es cuanto menos algo superior al de otros medios con un recorrido menor. En cuanto al número de cabeceras analizadas, la muestra se irá acotando en la medida en que las fases de la investigación vayan evolucionando. Es decir, en el primer nivel de análisis – el correspondiente a la escala de atención–, la muestra abarcará un total de cuatro periódicos – Gara/Egin256, Deia, ABC y El País –.La elección de estos periódicos se ha hecho a partir de una división a dos que tendrá en cuenta el posicionamiento político del medio. Así, por un lado, se han identificado dos periódicos que se editan únicamente dentro de la CAV y con una línea editorial de corte nacionalista – Egin/ Gara y Deia –. Por el otro lado, se han escogido otros dos con un posicionamiento no nacionalista y que no se editen en Euskadi pero que sí se distribuyen dentro de la comunidad – El País y ABC –. Posteriormente, los mismos periódicos se han subdividido en base a su posicionamiento político dentro del espectro ideológico izquierda-derecha. En un lado, estarían los más cercanos a los postulados conservadores de derechas – Deia y ABC – y, en el otro lado, los que se identifican con posturas más progresistas o de izquierdas – Egin/Gara y El País –. Esta división doble permitirá un análisis también doble que puede enriquecer los resultados que se prevén obtener en esta primera fase. A continuación, se puede ver esta división de forma más gráfica257.

NACIONALISTA NO NACIONALISTA O CONSTITUCIONALISTA

256

PROGRESISTA Egin/Gara El País

CONSERVADOR DEIA258 ABC

En el periodo de seis meses transcurridos desde el cierre del periódico Egin (julio, 1998) y la apertura de Gara (enero, 1999) se publicó el periódico denominado Euskadi Información que desaparecerá tras la aparición de Gara. Se estudiarán ambos periódicos conjuntamente – Egin y Gara – porque pertenecen a un mismo proyecto periodístico, a pesar de que empresarialmente hayan tenido identidad jurídica distinta. 257 La división que presentada está basada en la realizada por los profesores dela UPV-EHU Petxo Idoyaga y Txema Ramírez de la Piscina en su estudio sobre el tratamiento que se ha dado el conflicto vasco en los distintos periódicos Disponible en: Idoyaga,P., Ramirez de la Piscina, T (2002), (in) komunikazioaren atarian prensa eta euskal gatazka. Alberdania, Irun 258 Deia nació con la pretensión de abarcar la totalidad del territorio vasco en su difusión, aunque actualmente únicamente se distribuye en Bizkaia. Pertenece al Grupo Noticias que cuenta con cabeceras propias por cada uno de los territorios: Diario de Noticias de Alava, en Araba, Diario de Noticias de Gipuzkoa, en Gipuzkoa y Diario de Noticias de Navarra, en la Comunidad Foral de Navarra. Se ha tomado como muestra solamente a Deia por ser el que más tiempo lleva en el mercado. Además, la mayoría de las informaciones publicadas en la sección de Política (donde aparecen con más asiduidad publicaciones sobre el objeto de estudio) son en su mayoría idénticas en los cuatro rotativos.

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Tabla 2: Cabeceras a analizar

En el segundo nivel – el correspondiente al análisis de los encuadres o marcos noticiosos – la muestra se reducirá a dos periódicos. La razón es la misma que se ha argumentado en anteriores ocasiones, las limitaciones que marca una tesina259. Los periódicos escogidos en esta ocasión serán los que presenten un mayor margen ideológico entre ellos, ya que se prevé que las diferencias discursivas entre ambos sean más fácilmente identificadas. Por lo tanto, los que se tomarán como muestra son Egin/Gara (nacionalista-progresista) y ABC (no nacionalista–conservador). En un primer esbozo se previó acotar la muestra referente al primer nivel también a dos periódicos, los que finalmente se escogieron para el segundo nivel, pero esta idea se desestimó ya que los posibles resultados quedaban muy reducidos y existía la posibilidad de que no se apreciasen las diferencias y similitudes de forma clara, cosa que en la segunda fase no pasaría, ya que el análisis se haría sobre el contenido y calidad de los textos – noticias – y no sobre cantidad y presencia de éstos. La muestra final queda sintetizada en la siguiente tabla: CASOS SELECCIÓN TEMPORAL MEDIOS

Dolores González Idoia López Riaño Catarain 1. Asesinato 1. Detención 2. Veinte aniversario 2. Expulsión Fase 1 (Agenda): Egin/Gara, Deia, ABC y El País Fase 2 (Framing): Egin/Gara y ABC Tabla 3: Muestra escogida

6.3. Primer nivel: escala de atención Una vez escogida la técnica de análisis que se va a utilizar (análisis de contenido) y la muestra, sólo queda confeccionar un procedimiento operativo que permita evaluar la presencia y la ausencia de la imagen femenina. Para ello, en primer lugar, se ha seleccionado la unidad de recogida de datos que será el ejemplar del periódico. Se analizarán un total de dieciséis ejemplares en cada uno de los periódicos delimitados en la muestra. La unidad de análisis será la noticia que contará con tres categorías recíprocamente excluyentes y exhaustivas (portada, páginas interiores y contraportada). De las páginas interiores sólo se analizarán las noticias que aparezcan en la sección dedicada a la información política. Cada una de las categorías se ha sometido a un proceso de codificación para lo que se ha creado una ficha técnica260. A cada categoría se le ha asignado un sistema de valores en función de la importancia y relevancia de dicha categoría en el posicionamiento del ejemplar del periódico analizado. Por ejemplo, si la noticia aparece como noticia principal de la portada se le asignará cuatro puntos, si, en cambio, el espacio que ocupa en la portada es el de una noticia menor o el de un sumario con fotografía se le atribuirá dos puntos. Finalmente se ha elaborado un codebook261 (libro de códigos) en el que se explica cómo se debe evaluar cada variable. 259

Aun así, no se descarta un análisis más amplio en futuras investigaciones Ver en Anexo 1: Ficha técnica 261 Ver en Anexo 2: Libro de códigos 260

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6.4. Segundo nivel: encuadre noticioso Para el análisis de encuadre noticioso se han establecido dos fases metodológicas. En primer lugar, se llevará a cabo un estudio general que determinará si el lenguaje utilizado por los medios seleccionados es sexista y discriminatorio, lo que se cuantificará a partir de la forma en las que las mujeres de ETA son nombradas en los medios de comunicación. Es decir, la unidad de análisis será el nombre; el nombre con el que los medios identifican a las protagonistas. Para ello, se han establecido siete categorías posibles: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Nombre completo Nombre completo + sobrenombre o alias Nombre + primer apellido Sólo nombre Sólo apellidos Sobrenombre o alias Otros

En el caso de que las protagonistas no sean retratadas por ninguna de las categorías establecidas, se observará si la forma en la que se refiere a éstas es un marcador que representa un estereotipo de conflicto (terrorista o refugiada política vasca, por ejemplo), o, por el contrario, marca un estereotipo de género (madre o víctima). Por último, se prestará atención al estatus que se atribuya a las protagonistas en relación con los hombres que aparezcan en la noticia (novia, esposa, compañera) y la forma en la que se presente la relación entre ambas partes (dominación- subordinación/ victimaverdugo, etc.) En esta primera parte del análisis, se podrá ver si el discurso mediático se regula a partir de un uso sexista del lenguaje y si éste bascula dependiendo de la protagonista y la acción por la que ésta sea noticia. También si existen diferencias notables en relación con el tratamiento de género según el medio que se esté leyendo. En segundo lugar, se llevará a cabo un estudio en el que se analizará el tratamiento mediático que se ha dado a cada caso en particular. Es decir, por un lado, se analizarán las noticias de Dolores González Catarain y, por el otro lado las de Idoia López Riaño. En ambos casos, el objetivo será identificar los elementos discursivos de género que pudiesen estereotipar las imágenes de cada una de las etarras. Para ello, se anotarán todos los keywords que refieran a la construcción del género de cada una de las militantes. Posteriormente, se elaborará una lista con los atributos más utilizados en cada caso con el objetivo de determinar la imagen estereotípica que cada medio representa.

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CAPÍTULO V: RESULTADOS 7. PRIMER NIVEL: ESCALA DE ATENCIÓN 7.1. Infrarepresentación y representación polarizada En un análisis global del espacio reservado a las noticias en las que las mujeres de ETA son las protagonistas, los resultados desvelan dos conclusiones contundentes. En primer lugar, es mínimo el espacio dedicado a estas informaciones ya que en ningún caso, se alcanzará el 25% de las referencias totales (ABC: 23,43%, DEIA: 10,93%, EGIN/GARA: 8,43% y EL PAIS: 5,62%). A pesar de ser un dato bajo, se puede considerar que la escala de atención, en cambio, es relativamente alta en comparación con el espacio que en esta misma sección se reserva a cualquier información en la que la protagonista sea una o varias mujeres. Según el estudio Gènere e Informació, la sección de política se caracteriza por el dominio masculino en las informaciones, lo que se traduce en que únicamente se contabilizan un 6,68% de menciones en el cuerpo de la noticia al protagonismo femenino262. Si se compara este dato con el obtenido en este estudio, solamente el periódico El País se mantiene por debajo de este umbral (5,62%). Si se hace una lectura más desglosada de los resultados obtenidos se puede ver cómo el posicionamiento político e ideológico del medio incide en el espacio que van a ocupar las informaciones. Así, en segundo lugar, se observa cómo son las cabeceras con una línea editorial más cercana al espectro de derechas (ABC: 23,43% y DEIA 10,93%) y relacionadas con partidos con posturas más conservadoras (PP y PNV, respectivamente) son las que más espacio dedican en sus páginas a las informaciones sobre mujeres de ETA. La relación nacionalista versus no nacionalista, en cambio, no parece ser determinante para enfocar las noticias. Este dato puede resultar determinante para el segundo nivel de análisis – encuadre de las noticias --. Los medios comunicación con tendencias más conversadoras suelen mostrar una mayor reticencia a incorporar en sus textos las transformaciones sociales de género, y cuando éstos lo hacen suelen hacerlo desde una “mirada anquilosa que provoca un enfoque androcéntrico de la realidad”263. A partir de esta afirmación se puede intuir que una exposición mayor de las mujeres de ETA en las páginas de este tipo de cabeceras puede esconder una doble lectura que puede estar relacionada directa o indirectamente con un trato diferencial del género. Algo que se determinará en el segundo nivel de este análisis. En el siguiente gráfico se presentan los datos:

262

Citado en ALTÉS,E., GALLEGO,J., BACH, M., PLUJÁ,M. y PUIG,M., El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icaria, Barcelona, 2002, p.5 263 VV.AA., Las mujeres y los medios de comunicación, Informe Emakunde, junio 2008, p.8

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Espacio total dedicado a las informaciones en que las etarras son protagonistas

23,43% ABC

10,93%

8,43%

5,62%

DEIA

EGIN /GARA

EL PAIS

Gráfico 1: Espacio total dedicado a las informaciones en las que las etarras son protagonistas Elaboración propia

7.2. Construcción del género y relación con el acto noticioso No a todas las informaciones ni a todas las protagonistas de ETA se les asignará un espacio parecido en las páginas de los periódicos analizados. De los dos casos escogidos como muestra será Dolores González Catarain la que más espacio ocupe frente a Idoia López Riaño. A pesar de ser mayor el espacio ocupado por las informaciones sobre Yoyes, éste sigue representando una proporción pequeña (la puntuación máxima se encuentra en ABC con un 27,37% del espacio total). Una primera lectura, podría hacernos pensar que estos resultados se deben a la diferente intensidad informativa de los actos por los que las militantes estudiadas han sido noticia. Es decir, se podría pensar que las informaciones de Yoyes han sido más retratadas por los medios porque un asesinato siempre representa más noticiabilidad que una detención o una expulsión, como sucede en el caso de Idoia López Riaño. En cambio, si miramos más detenidamente los resultados, visibles en el gráfico que se expone a continuación, podemos apreciar que la diferencia entre ambos casos no es excesivamente alta, por lo que el espacio reservado a las noticias tanto de Yoyes como de Idoia López Riaño es generalmente paralelo. Por lo tanto, la diferencia espacial no responde únicamente a un criterio de tensión informativa, sino que se debe a algo más. Esta diferencia mínima puede deberse a la distancia temporal existente entre ambas militantes. Si recordamos el estudio de varios profesores de la UPV264, se hablaba de una transición discursiva dentro de la política informativa de ETA, por la cual a partir de los años 80 se produce un incremento exponencial de la atención que los medias dedican a las informaciones de ETA. Idoia López Riaño se encuentra dentro de esta 264

ARMENTIA, J.I., CAMINOS, J.M. y MARÍN, F., El cambio discursivo en la prensa vasca ante los atentados mortales de ETA (1990-2009). Disponible en [Fecha de acceso 10 julio 2012]

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático fase por lo que las informaciones sobre ella se verán incrementadas ante la nueva política, de ahí la explicación de que se acorte la distancia espacial entre ambas. Por ello, las informaciones sobre las mujeres de ETA irán incrementándose en la medida que el conflicto vaya avanzando. El espacio que éstas ocupen en el periódico se debe atribuir a los estereotipos que articulan el conflicto. Por lo tanto, las mujeres de ETA entran a formar parte de la agenda política y mediática por su relación con la militancia (gudari/terrorista) y las políticas informativas y no por las formas en las que éstas construyen su género. En la siguiente dimensión del análisis – encuadre de noticias – se determinará si el tratamiento informativo prioriza los discursos de género o, en cambio, sigue manteniendo, como lo ha hecho en la atribución del espacio, los discursos de conflicto. Una tercera lectura nos descubre dos nuevos datos, está vez relacionado con el posicionamiento ideológico del medio frente al conflicto armado. Por un lado, será el periódico ABC (conservadora/ no nacionalista) la cabecera de las cuatro que más espacio dedique a ambas etarras (22,50% Yoyes y 27,37% Riaño), por lo que la escala de atención frente a las informaciones de ETA que tiene este medio es alta. Por el otro lado, será este mismo medio el único de los analizados que dedicará un espacio mayor a las informaciones sobre Idoia López Riaño que a las de Yoyes (4,97 puntos más), algo que puede significar dos cosas. En primer lugar, ABC será el medio que más decididamente adopte el cambio discursivo ante las informaciones de ETA. Es decir, contra más lejanía ideológica muestre el medio hacía los postulados o posicionamientos políticos de ETA, más impulsará una política informativa ofensiva, lo que cualitativamente se traducirá en un mayor espacio en sus páginas para las informaciones sobre militantes etarras. En segundo lugar, el espacio no se verá incrementado según aumente la intensidad informativa del acto265, sino que lo que marcará cuándo la acción debe priorizarse como noticia es el conflicto que ésta pueda crear. Es decir, se priorizará las noticias que potencien las informaciones sobre conflictos internos o desavenencias políticas entre militantes, frente a las informaciones sobre la propia organización armada 266, de ahí que ABC dedique más espacio a Idoia López Riaño que a Dolores González Catarain. Desde la perspectiva de la militancia ambas mujeres deciden alejarse de la actividad armada, pero lo que será determinante a nivel discursivo es la forma en que cada una de ellas lo hace. Mientras la primera lo hace de forma sigilosa, privada y con un proyecto familiar (dentro de los patrones socialmente atribuidos a las mujeres), la segunda lo hace de forma pública, sin ningún proyecto familiar y exclusivamente por desavenencias políticas, lo que chocará frontalmente con las lógicas tradicionales en las que se construye el género. En este sentido, para ABC la representación de un estereotipo negativo doble en la imagen de Riaño (terrorista como estereotipo negativo de conflicto y mujer mala e hipersexualizada como estereotipo negativo de género) adquirirá más intensidad informativa que la representación de un estereotipo negativo/ positivo en la imagen de Yoyes (terrorista como estereotipo negativo de conflicto y madre como estereotipo positivo de género). Por lo tanto, cuanto mayor sea la ruptura con los roles de género socialmente adquiridos de la militante de ETA mayor espacio 265

a El caso de Yoyes representa el de la mayor intensidad informativa posible – un atentado – y, en cambio, la detención y expulsión de Idoia López Riaño a pesar 266 Véase 3.3.1 El relato mediático de las informaciones de ETA

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático se dedicará a ésta en los medios conversadores/ no-nacionalistas; al contrario, que en el resto de los medios de comunicación donde lo determinante será la intensidad informativa del acto conflictivo y no la construcción del género Por último, en el caso de Egin/Gara llama la atención la fuerte distancia espacial entre las informaciones de Yoyes e Idoia López Riaño (más de 10 puntos de diferencia), lo que a priori puede significar una falta de interés por las informaciones de Riaño o una negativa a la adopción de una política informativa de beligerancia hacía las noticias de ETA En el punto 7.4 se hará un análisis desglosado del espacio dedicado a Riaño según los actos por los que ésta es noticia y se podrá observar si existe alguna respuesta a esta distancia más acentuada que en el resto de medios.

Espacio total dedicado en función de los casos analizados YOYES

27,37% 22,50%

ABC

15%

9,37%

DEIA

RIAÑO

13,75% 3,12% EGIN/GARA

8,75% 5% EL PAIS

Gráfico 2: Espacio total dedicado en función de los casos analizados Elaboración propia

7.3. Dolores González Catarain Una vez analizados los casos tomados como muestra en su conjunto, resulta permitente saber la presencia y ausencia de espacio de cada una de las mujeres seleccionadas. De este modo, si miramos a los datos desglosados de las informaciones donde Yoyes es noticia podemos sacar a las siguientes conclusiones: En primer lugar, el asesinato de Dolores González Catarain supone un acto con un alto componente informativo ya que todos los medios analizados reservarán más de la mitad de su espacio a esta información (ABC 75%, Deia 80%, Egin 60% y El País 70%). Una vez más, serán los medios de comunicación con tendencias conservadoras los que ocupen un espacio mayor (ABC y DEIA).

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Dia posterior al asesinato

75%

80% 60%

ABC

DEIA

EGIN

70%

EL PAIS

Gráfico 3: Día posterior al asesinato Elaboración propia

Pero, si miramos con lupa el espacio que cada ejemplar dedica el día posterior al asesinato de Yoyes, podemos descubrir que a pesar de que la escala de atención es alta en todos los medios analizados, el uso del espacio es bastante dispar. Así, a pesar de que se vuelve a repetir la variable del posicionamiento ideológico como la determinante a la hora de jerarquizar el espacio (conservador frente a progresista), en esta ocasión, no será ABC quien más espacio dedique sino Deia, quien además de ser un medio conservador es nacionalista. Si tomamos como referencia los métodos que propone el Análisis Crítico del Discurso e intentamos descifrar las intencionalidades discursivas ocultas se puede ver cómo Deia es la oposición directa al otro modelo nacionalista existente en la Comunidad Autónoma Vasca, un modelo no conservador sino progresista. De este modo, abarcar el espectro comunicativo nacionalista, independientemente que éste sea de derechas o de izquierdas, le puede deportar directamente la hegemonía del discurso, lo que hará que sus planteamientos políticos se refuercen e, incluso, legitimen; lo que se traducirá en un proceso de generalización de lo específico. Es decir, si Deia se convierte en el “medio vasco” que dedica más espacio, y por extensión esfuerzo, a relatar uno de los acontecimientos más importantes de la historia de ETA, el asesinato de una de sus militantes, será, de forma simbólica, porque es el “medio vasco” que mejor preparado está para narrar el conflicto en su totalidad. La distribución espacial de Deia es de alta intensidad (máxima puntuación en la portada y en las páginas interiores), en cambio, el medio de comunicación que directamente rivaliza con él en el espectro nacionalista (Egin 60%) a pesar de dedicar una escala de atención alta, aunque menor que Deia, la distribución espacial de la información es de una intensidad muy baja (no habrá referencia alguna a la noticia en sus páginas interiores). De este modo, con el uso del espacio en el asesinato de Yoyes se puede entrever la existencia de una tensión entre los dos modelos políticos vascos. Una vez más, en lo que al espacio respecta, los discursos de conflicto serán los que regulen el posicionamiento. Al centrar la distribución de la información en las lógicas de conflicto,

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático se corre el riesgo de que el tratamiento que se haga posteriormente del acontecimiento y el lenguaje que se utilice para relatar éste, caiga en un “todo vale” a cambio de lograr la hegemonía del discurso mediático, incluso, un tratamiento que discrimine y estereotipe a las mujeres de ETA. Si esto es así, se verá en el segundo nivel del análisis. ABC

DEIA

EGIN

Noticia principal

Noticia principal

Noticia principal

Noticia principal

Apertura de sección

Apertura de sección

--

Página completa sin

PORTADA PÁG. INTERIORES

completa

más páginas sucesivas

--

--

CONTRAPORTADA

EL PAIS

apertura de sección Completa

--

Tabla 4: Distribución desglosada del espacio por cada ejemplar Elaboración propia

Por los datos que se han desprendido hasta ahora, se podía pensar que el caso de Yoyes es paradigmático y marca un hito mediático en lo que a la jerarquización y distribución del espacio refiere, ya que se podría hablar de una sobrerrepresentación de la imagen de Dolores González Catarain, algo nada habitual en la sección de Política cuando se habla de informaciones en las que las mujeres son las protagonistas. A simple vista, se puede pensar, por lo tanto, que ha existido un uso equitativo del espacio y que el género no ha determinado en absoluto la decisión de introducir el acontecimiento en la agenda mediática. Pero, para afirmar esto no bastaría con fijarse únicamente en la información inmediata sobre el asesinato267, es decir, habría que mirar el seguimiento que se hace de éste. Si nos fijamos en la cobertura que el asesinato de Yoyes recibe a lo largo de la semana que precede al asesinato, se puede observar, en cambio, todo lo contrario. A medida que la semana avanza va produciéndose una desaparición progresiva en los periódicos de la figura de Yoyes, algo que se acentúa en los periódicos de corte progresista (El Pais y Egin). Es especialmente llamativo el caso del periódico El País en donde solamente se hará referencia al asesinato el día posterior a que suceda éste. Aunque desde una perspectiva de conflicto el asesinato de Yoyes representa uno de los acontecimientos de mayor intensidad y progresión política, su traslación al discurso mediático no sigue los mismos niveles. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que sea una mujer y no un hombre? Si vamos más allá y observamos el seguimiento a largo plazo que se ha hecho de la figura de Dolores González Catarain, se refuerza lo expuesto; no hay referencia alguna ni recordatorio en las fechas señaladas. Como ejemplo, en la revisión del espacio que ésta ocupa en su 20 aniversario se observa que únicamente ABC se hará eco de éste. ¿A qué se debe la muerte informativa que sufre Yoyes? Para comprobar si el hecho de que Yoyes fuese mujer ha incidido en una desaparición progresiva de ésta del relato mediático, o, si por el contrario, esta infrarrepresentación se debe únicamente a las rutinas de jerarquización de la información y/o a las lógicas mediante las cuales se retratan los conflictos armados, requeriría un análisis comparativo con el espacio y trato recibido por algún militante hombre. Ante la imposibilidad de realizar ese estudio, se dejan abiertas las preguntas con el objetivo de que puedan ser tenidas en consideración para análisis posteriores.

267

Un asesinato en sí siempre va a marcar la suficiente escala de atención como para ser digno de ser noticia por sí mismo.

77

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Espacio dedicado durante la semana del asesinato

EL PAIS

EGIN

DIA 4

DEIA

DIA 3

DIA 2

ABC

DIA 1 0%

20%

40%

60%

80%

100%

Gráfico 4: Presencia del asesinato durante una semana Elaboración propia

7.4. Idoia López Riaño El otro de los casos escogidos es el de Idoia López Riaño, el cual comparte algunas similitudes con los resultados obtenidos tras el análisis del espacio dedicado a las informaciones totales de la muestra y también con los obtenidos del estudio de Yoyes, aunque con esta última lo que principalmente presenta son diferencias. En primer lugar, como viene siendo ya habitual serán los medios de comunicación con un tinte más conservador los que más espacio dediquen a las informaciones sobre López Riaño (ABC 27,37%, Deia 9,37%, Egin/Gara 3,12% y El País 5%). Lo que llama la atención, en esta ocasión, es que a pesar de que los medios conservadores son los que más espacio dedican, la distancia entre ABC y Deia es mucho más grande que en otras ocasiones (hasta 18 puntos). Es decir, Deia (conservador/nacionalista) hará un uso del espacio más cercano al que hacen los medios de comunicación progresistas (Egin/Gara y El País) que al que hace el otro medio conservador (ABC). O dicho de otra manera, se podría afirmar que ABC hace una cobertura mucho mayor de la imagen de Riaño que el resto de los medios.

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Espacio total dedicado a las informaciones de Riaño

27,37% 9,37% ABC

DEIA

3,12% EGIN /GARA

5,00% EL PAIS

Gráfico 5: Espacio total dedicado a las informaciones de Riaño Elaboración propia

El espacio total que ocupan las informaciones sobre Idoia López de Riaño, como se ve en el gráfico, presenta una escala de atención baja. A simple vista esto nos puede llevar a pensar que esta militante no ha resultado interesante a nivel informativo para ser retratada por los medios de comunicación. En cambio, si fijamos la vista más allá, podemos identificar dos elementos latentes que nos llevarían a pensar justamente lo contrario. En primer lugar, al contabilizar las noticias que aparecían entorno a Idoia López Riaño se observó cómo ésta se convertía en sujeto protagonista reiteradamente en otras secciones que no eran puramente informativas. Aunque éstas no han sido objeto de estudio, y, por lo tanto, no se cuenta con porcentajes que puedan verificar lo que en estas líneas se expone, durante el proceso de investigación la autora de este trabajo se percató de la existencia de múltiples artículos de opinión, columnas y editoriales en las cuales Idoia López Riaño era protagonista, en concreto en el periódico ABC. Por lo tanto, si se verificase la observación que en estas líneas se ha expuesto, se podría decir que la imagen de Idoia López Riaño ha estado sujeta a relatos puramente interpretativos y subjetivos, donde el trato tiende a ser menos riguroso y más permisible en lo que al tratamiento desigual de género se refiere; que a los relatos descriptivos y esencialmente noticiosos. Ante esto cabe preguntarse ¿qué es lo que lleva a los periodistas de un medio conservador/ constitucionalista a centrar su atención en Idoia López Riaño? ¿Por qué la opinión frente a la información? Y, sobre todo, ¿por qué el periódico ABC convierte Idoia López Riaño en la excusa para abordar desde la opinión el tema de ETA? El otro de los elementos identificado que reforzaría la idea de que la cobertura que se hace de Idoia López Riaño va mucho más allá que el espacio objetivo dedicado a sus informaciones, es el uso o, incluso, abuso que se hace de las fotografías .En el caso de esta militante, al contrario que en el de Yoyes, las informaciones en las que aparece como noticia, en la mayoría de las ocasiones, irán acompañadas de una fotografía. Se trata de un recurso que únicamente utilizarán los medios de comunicación conservadores (ABC y Deia), contabilizándose en los dos actos

79

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático comunicativos estudiados (detención y expulsión) un total de cuatro fotografías en el caso de ABC y tres en Deia, de las cuales en ambos casos la mitad de ellas irán a color. Se trata de un número muy elevado si lo comparamos con el escaso 8,80% del protagonismo iconográfico que ocupan las mujeres en los periódicos268. La utilización de la fotografía como acompañamiento a las noticias no es casual, el uso de este tipo de lenguaje busca generar una lectura de impacto, es decir, intenta que sea la fotografía lo primero que entre por los ojos, lo que provocará de forma intencionada que el lector se fije únicamente en la fotografía y pase por alto la información que la noticia contiene269. En el caso de Idoia López Riaño, tanto el periódico ABC como Deia han optado no solamente por utilizar de manera constante la fotografía, sino por presentar ésta a color y con un primer plano. En las imágenes será retratado el rostro de Riaño, focalizando la atención en su mirada, su melena y su sonrisa. Ambos periódicos sobreexplotan la imagen de Riaño, restando importancia al acto por el cuál esta militante es noticia. Por lo tanto, a pesar que el espacio dedicado a Riaño es escaso, la escala de atención en el caso de los medios conservadores, en cambio, es muy alta. Al focalizar la intensidad informativa en la fotografía, se resta importancia a la militancia de la protagonista, invisibilizando su activismo. Lo que resaltan los medios de comunicación no es por lo que Idoia López Riaño es noticia, sino a Idoia López Riaño en sí, es decir, su imagen, su cuerpo y su rostro. Utilizan, por lo tanto, a Riaño para crear morbo, a partir de un uso del espacio sensacionalista y discriminatorio hacía su persona, y su género, se valen de su imagen para especular sobre una posible relación entre violencia y atracción sexual, lo que reforzaría las tesis de la hipersexualización de la militancia expuestas por Carri Hamilton270. Riaño sufre un proceso de exhibición pública en donde es “vendida” como un mero objeto. Así, el uso del espacio se hace a partir de la trasposición al relato mediático de un estereotipo de género en su versión negativa. Es decir, la imagen mediática de Riaño en los medios conservadores se representa con el estereotipo que la define como de mujer bella, mantis, sexual, activa y puta, lo que hace que su captura sea especialmente válida y exitosa ya que no sólo ha sido capturada un “elemento peligroso”, sino que además, se ha capturado a una mujer que subvierte los roles tradicionalmente impuestos a las mujeres, lo que intensifica la noticiabilidad del acto en sí. Por lo tanto, en la jeraquización del espacio, en este caso, los discursos de género se sobreponen a los de conflicto, Idoia López de Riaño será antes bella y puta que terrorista. En el siguiente nivel de análisis – encuadre noticioso – se determinará con exactitud cuáles son elementos lingüísticos que utilizan los medios conservadores para estereotipar la imagen de Riaño. En la fotografía que se adjunta a continuación se observan tres ejemplos del uso de la fotografía por estos medios, dos de ABC – las dos primeras fotografías y uno de Deia – la última fotografía –.

268

Citado en ALTÉS,E., GALLEGO,J., BACH, M., PLUJÁ,M. y PUIG,M., El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icaria, Barcelona, 2002, p.5 269 ALTÉS, ., BAH, M., GALLEGO, J., PLUJÁ,M. y PUIG,M., El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo, Icara, Barcelona, 2002, p. 21 270

Véase en el marco teórico el punto 3.6 La hipersexualidad como complemento a la maldad.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Fotografía 3: Abuso de la fotografía en las informaciones Fuente: ABC y Deia

Los medios de comunicación con una línea editorial más progresista, en cambio, no se valdrán de las fotografías para relatar los actos por los que Riaño es noticia. La única excepción se encuentra en el periódico El País, el cual utilizará la fotografía de Riaño en la noticia que refiere a su expulsión, aunque sólo lo hará en su versión digital. Tanto Egin/Gara (3,12%) como El País (5%) dedicarán un espacio muy breve a Riaño, centrándose únicamente en el acto noticioso. Ante esto se puede afirmar que mientras los medios de comunicación conservadores focalizan su interés en la imagen de Riaño, los progresistas lo hacen en los actos por los que ésta es noticia. Otro elemento que llama la atención en el caso de los medios progresistas es la diferente forma que tienen entre ellos de jerarquizar el espacio. De este modo, mientras Egin/Gara hará un uso polarizado del espacio, El País distribuirá el espacio de forma homogénea. Es decir, el primero de ellos, centrará la atención en la detención de la militante (un 25% del espacio en el día posterior a la detención, un 6,23% en la semana que le precede y seguimiento a éste de dos días). En la medida en que ésta se va alejando de la organización armada dejará de tener cabida en sus páginas, no encontrándose referencia alguna en sus páginas a la expulsión. En el caso del segundo, en cambio, las informaciones sobre Riaño no se mantendrán en el tiempo pero siempre se encontrará referencia a cada acto informativo (en el caso de la detención en la versión impresa y en el de la expulsión en la versión digital). Ante esto se puede concluir que en el caso de Egin/Gara lo que marca el uso del espacio son los estereotipos de conflicto, en la medida en que la militante ese aleja de la imagen de gudari va perdiendo intensidad informativa. El periódico El País, en cambio, hace una jerarquización del espacio atendiendo a criterios puramente informativos. En el cuadro que se presenta a continuación se puede ver lo expuesto de forma más gráfica y sintetizada:

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Cuadro 4: Distribución del espacio Elaboración propia

8. SEGUNDO NIVEL:TRATAMIENTO DE LAS NOTICIAS EN LAS QUE LAS ETARRAS SON PROTAGONISTAS 8.1. Mala identificación Si nos fijamos en las recomendaciones de estilo que se hacen para identificar a las personas que aparecen en las noticias, podemos ver cómo se recomienda que éstas sean nombradas por sus nombres completos, es decir, por el nombre y los apellidos. Del mismo modo, se pide que se evite la falta de identificación271 y el uso del nombre de pila, sobrenombre o alias. El uso de éstos últimos, según las expertas, despersonaliza e infantiliza a quien aparece como protagonista e, incluso, les dota de un trato de excesiva familiaridad272 . En el caso de las mujeres de ETA, se puede afirmar que los medios de comunicación identifican de forma incorrecta a las etarras. De un total de 156 referencias contabilizadas en la muestra escogida, 75 de ellas se refieren a las etarras por su sobrenombre o alias, lo que supone un 48,7% del total. De este dato se desprende la conclusión de que los medios de comunicación infantilizan y despersonalizan a las etarras, restando valor a las responsabilidades políticas que éstas representan dentro de la jerarquía de la organización armada y al protagonismo que éstas tienen en las noticias, es decir, el activismo femenino queda invisibilizado. 271

Sobre cómo se habla de las etarras cuando éstas no son identificadas se hablará en el siguiente punto ARANDA,J.J., BERGANZA, M.R., ORTEGA, C., Mujer publicada, mujer maltratada. Libro de estilo para informar en los medios de comunicación sobre la mujer, Instituto Navarro de la Mujer, Gobierno de Navarra, Pamplona, 2003, p.103-186 272

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Según los estudios existentes, esta forma de identificar a las y los protagonistas, suele ser menos usual en el caso de que se esté hablando de un hombre273. En esta ocasión, al no haber realizado un análisis comparado no se puede ver si los etarras son identificados de forma incorrecta o no. En cambio, si miramos las referencias a nombres masculinos que se hacen dentro de las noticias escogidas como muestra, podemos ver que la forma de identificar a ellos es muy distinta de la de ellas, lo que nos llevaría a pensar que sí existe un trato diferencial según el género, un trato discriminatorio hacía las mujeres de ETA. De este modo, encontramos varios ejemplos que pueden servirnos para demostrar lo ahora expuesto. En primer lugar, en la noticia sobre el veinte aniversario del asesinato de Dolores González Catarain274, el periódico ABC hace un repaso de los militantes de ETA que fueron claves para que el asesinato se llevase a cabo. El rotativo habla de tres hombres y los identifica por su nombre completo (nombre y dos apellidos) más el sobrenombre o alias: “La mayoría de los cómplices del crimen se mueven, 20 años después, en posturas de deserción – Fermin Latasa Guetaria, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, – ; de negociación para finiquitar la banda – José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera -- de renuncia sin condiciones a la lucha armada – Francisco Múgica Garmendia, Pakito –. ” En segundo lugar, en la noticia que habla sobre la expulsión de Idoia López Riaño 275, también se hará referencia a la expulsión del etarra Joseba Arizmendi Oiarzabal. Mientras ella será identificada principalmente como “La Tigresa” (5 referencias) en cambio, en las referencias que se hagan de él se utilizará su nombre completo o sus apellidos (4 referencias), pero en ningún caso se referirá a él únicamente con su nombre o con un sobrenombre. Estos dos ejemplos pueden servirnos para verificar el diferente trato discursivo que se da a los hombres y a las mujeres de ETA. Mientras ellos tenderán a ser identificados de manera correcta, ellas no. Mediante esta mala identificación parece que las mujeres etarras fuesen menores de edad y, por tanto, incapaces de decidir ni de tener responsabilidad dentro de la organización; algo que no se corresponde en absoluto con la realidad. Mientras a ellas no se les otorga la mayoría de edad, ellos alcanzan un trato de personas adultas, lo que desvela un trato estereotipado de género.

273

Íbidem. PAGOLA, J, Cómplices del asesinato de la ex dirigente etarra piden ahora el fin de la banda, en ABC, 10-09-2006, p.19 275 SAIZ-PARDO, M. ETA expulsa a La Tigresa y a su novio por pedir perdón a las víctimas, en ABC, 23-112011, p. 28 274

83

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Otros; 1,92% Nombre completo; 23,07%

Nombre completo + sobrenombre; 2,56%

Sobrenombre; 48,07% Sólo apellidos; 12,17% Nombre + 1º Sólo apellido; nombre; 8,33% 3,84% Gráfico5: Maneras de citar a las etarras Elaboración propia

8.1.1. “La Yoyes” y María Dolores pero nunca María Dolores González Catarain Si cruzamos la variable medios (ABC y Egin) y la variable casos analizados (Dolores González Catarain y Idoia López Riaño) los resultados desvelan lo siguiente: En el caso Dolores González Catarain el posicionamiento ideológico del medio de comunicación no determinará la forma en la que se identificará a ésta. Ambos medios de comunicación se referirán, en más de la mitad de las ocasiones, a la protagonista mediante el alias o sobrenombre (Egin 59,3% y ABC 55,5%). A pesar de que Egin supera en casi cuatro puntos a ABC en una identificación no del todo correcta, ABC se referirá hasta en cuatro ocasiones a Dolores González Catarain únicamente por su nombre. A pesar de que nombrar a la protagonista por el sobrenombre o alias puede ser entendido como mecanismo discriminatorio, el nombrarla únicamente por el nombre le restará más rango político en el activismo .Yoyes era el sobrenombre con el que se conocía a Dolores González Catarain y con el nombre que ella se hacía llamar, por lo que no se puede considerar del todo de un transmisor de estereotipos de género. En cambio, al nombrarla únicamente por su nombre, sin saber sus apellidos, su sobrenombre ni su cargo; la militante queda invisibilizada y su rango político desciende, cuando no desaparece. ¿Alguien sabe quién es María Dolores?: Por lo tanto, a pesar de ser escasas las referencias con el nombre, éstas poseen la suficiente fuerza discursiva como para estereotipar a la protagonista. 1. “María Dolores se encontraba boca abajo en medio de un charco de sangre”276 2. “En los primeros años María Dolores estuvo bajo protección”277

276

OLAVE,C., La ex dirigente etarra Yoyes , asesinada por haber optado por la reinserción, en ABC 11-091986, Portada 277 OLAVE,C ., Yoyes había sido amenazada de muerte por sus antiguos compañeros etarras, en ABC, 1109-1986, p. 19

84

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 3. “Todavía se recuerdan las pintadas y panfletos firmados por la izquierda abertzale en los que se acusaba a María Dolores de traidora”278 4. El conflicto familiar se suavizó sin embargo a partir de que María Dolores, junto a su marido, Juan José Dorronsoro, y su hijo de tres años se trasladaron a vivir a San Sebastián”279 En esta misma línea, también se percibe el uso del artículo antes del nombre propio para identificar a la protagonista. Además de tratarse de una fórmula incorrecta, da la sensación de que se habla de “La Yoyes” como si ésta fuese un objeto en vez de una persona. Las mujeres de ETA son presentadas como complementos:

85

Fotografía 4: “La Yoyes” Fuente: ABC 19/09/86, Pág.29

Otro de los elementos que llama la atención en el caso de Dolores González Catarain es el cruce de categorías de nombre que se da en Egin. Este periódico identificará en tres ocasiones a la protagonista mezclando varias categorías excluyentes entre sí: 1. Sobrenombre + 1º apellido  Yoyes González280 278

OLAVE,C.,ETA califica a Yoyes como “traidora al pueblo vasco” y critica la reinserción , en ABC 12-091986, p.19 279 OLAVE,C ., La Yoyes vivió el drama de la incomprensión familiar, en ABC 14-09-1986, p.29 280 Atentado mortal en Ordizia contra Yoyes González, en Egin, 11-09-1986, portada

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 2. Nombre + primer apellido + sobrenombre  María Dolores González Yoyes281 3. Sobrenombre + apellidos  Yoyes González Katarain282 Con esta forma de nombrarla se crea confusión sobre cómo se llama en realidad ésta, lo que hace que se desfigure la acción que se está narrando, y, sobre todo, a la propia protagonista. No hay un uso riguroso de la identificación, y, por lo tanto, es como si fuese poco importante saber cómo se llama la protagonista ¿Sucedería lo mismo con un militante hombre? 8.1.2. “Margarita” y “La tigresa”, ¿Quién es Idoia López Riaño? En el caso de Idoia López Riaño el posicionamiento ideológico del medio sí que es relevante para identificar de una u otra manera a la protagonista de la noticia. En la medida en que el medio se va acercando a postulados más conservadores/constitucionalistas tiende a identificarse a ésta de manera incorrecta, por el contrario, contra más progresista y nacionalista sea el medio más respetuoso será el trato hacía la militante. Así, de 52 referencias contabilizadas en ABC de Idoia López Riaño, un total de 21 se referirán a ella por su sobrenombre o alias, lo que supone un 40,38% de las referencias totales. Algo que, además, llama la atención es la basculación de trato en el caso de ABC. En el primer acto noticioso (detención) Idoia López Riaño será citada como “Margarita” (40,47% de las referencias), alias con el que se la conocía. En cambio, la forma de citación cambiará en el segundo acto comunicativo (expulsión), en donde se la citará como “La tigresa” (40% de las referencias). La imagen de Idoia López Riaño se irá endureciendo en la medida en que ésta vaya evolucionando comunicativamente. El sobrenombre de “La Tigresa”, como se ha explicado en el marco teórico, esconde una doble intencionalidad. Por un lado, al citarla de esta manera se la está identificando como una mujer “furiosa y llena de ira” y, por el otro lado, como una mujer “seductora, provocadora y activa en las relaciones amorosas”. Con este cambio discursivo, ABC pasa de una identificación no correcta a una identificación estereotipada de género. El periódico Egin/Gara, en cambio, citará de forma correcta y respetuosa a la militante. En el 55,5% de las referencias Idoia López Riaño será citada por su nombre completo (nombre + apellidos).

281 282

Íbidem., contraportada Centenares de personas dieron el último adiós de Yoyes González Katarain, en Egin ,12-09-1986, p. 6

86

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Otros; 0,00%

Sobrenombre; 40,38%

Nombre completo; 21,55%

Nombre completo + sobrenombre; 7,69%

Nombre + 1º apellido; 0,00%

Sólo apellidos; 28,84%

Sólo nombre; 1,92%

Gráfico 6: Identificación de Idoia López Riaño en ABC Elaboración propia

Sobrenombre; 0,00%

Otros; 0,00%

Sólo apellidos; 33,33% Nombre completo; 55,55%

Nombre + 1º apellido; 11,11% Sólo nombre; 0,00%

Nombre completo + sobrenombre; 0,00% Gráfico 7: Identificación de Idoia López Riaño en Egin/Gara Elaboración propia

8.2. Estereotipo positivo: Dolores González Catarain Si atendemos a lo expuesto en el marco teórico283 Dolores González Catarain simbólicamente representaría un estereotipo positivo de género (madre y esposa) que conviviría con un estereotipo de conflicto tanto positivo como negativo pero en un nuevo formato (arrepentida vr. traidora) Pero, ¿qué es lo realmente relevante para el discurso mediático?, ¿la traición y el arrepentimiento?, es decir, los estereotipos de conflicto, o, por el contrario, ¿la maternidad y la fidelidad a la familia tradicional?, es

283

Véase 3.2.7 Un acercamiento a la mirada de las mujeres a partir de la imagen de Yoyes

87

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático decir, los estereotipos de género ¿Es importante el posicionamiento ideológico del medio para determinar cuál es el estereotipo que hegemoniza el discurso? 8.2.1. Ni gudari ni terrorista: traidora o arrepentida En un primer análisis a la imagen de Dolores González Catarain se aprecia cómo se va diluyendo hasta casi desaparecer el estereotipo de conflicto clásico. Es decir, la militante no será retratada a partir del binomio gudari/ terrorista. En sustitución aparece una pareja nueva de estereotipos relacionados directamente con el posicionamiento ideológico que mantiene González Catarain frente al conflicto armado una vez que ésta decide regresar a su pueblo tras el abandono de la organización armada. La militante será retratada a partir de la relación que ésta mantenga con las medidas de reinserción y lo que esta relación pueda influir en la organización armada. De este modo, los medios de comunicación estudiados hablan de Yoyes como la “ex-”, es decir, como la militante que una vez fue, pero que ya no es, por lo que la alejan de la organización armada. Mediante esta forma de nombrar a la militante se consigue rehumanizarla, es decir, Yoyes volverá a ser una persona, dejará de ser el monstro (terrorista) del que hablaba Agra Romero284 y también la gudari que salva al pueblo vasco. La personalización de la militante permite caracterizarla a partir de unos atributos concretos que no tendrán por qué aludir al conflicto, y lo podrán hacer a la vida personal e, incluso sentimental de la protagonista, ya que ésta pasa de no “sentir” a ser una “persona normal”. Así, el periódico Egin hablará de Dolores González Catarain como la ex-militante de ETA (4 referencias), la ex-refugiada política vasca acogida a las medias de reinserción (2 referencias) y la ex-refugiada (1 referencia). El periódico ABC, por su parte, la nombrará como la ex – dirigente etarra (2 referencias), ex–etarra (1 referencia), ex miembro de ETA (1 referencia), la antigua militante de ETA acogida a las medidas de reinserción (1 referencia) y la ex – dirigente de ETA y reinsertada (1 referencia). Por lo tanto, el posicionamiento ideológico del medio no es determinante a la hora de reproducir los estereotipos de conflicto en el caso de Dolores González Cataraín. En cambio, llama la atención la forma de identificación por la que opta, en esta ocasión, el periódico ABC. De un total de 15 referencias solamente en dos ocasiones se citará a Yoyes como ex-terrorista: 1. “La decisión de María Dolores González, que supuso uno de los mayores éxitos de esta política por la importancia de la ex terrorista en la dirección de ETA”285 2. “Ayer mismo, ETA reivindicaba el asesinato de Yoyes, al tiempo que calificaba a la ex terrorista de ”286

284

AGRA, M.X., Con armas, como armas: la violencia de las mujeres, Revista Isegoría, Nº46, 2012, p.51 También se puede consultar en el punto XXX De la invisibilidad a la atrocidad: cambio en el perfil público de las mujeres etarras 285 OLAVE,C ., Yoyes había sido amenazada de muerte por sus antiguos compañeros etarras, en ABC, 1109-1986, p.19 286 OLAVE,C.,ETA califica a Yoyes como “traidora al pueblo vasco” y critica la reinserción , en ABC 12-091986, p.19

88

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Si recordamos la política informativa de ABC287 frente al conflicto, éste medio (conservador/constitucionalista) se ha caracterizado por un tratamiento de beligerancia ante las informaciones de ETA, considerando a sus militantes y a la propia organización como terrorista. ¿No querrá decir algo qué únicamente en un 13,33% de las referencias Yoyes sea citada como terrorista? ¿Qué es lo que lleva a ABC a suavizar el estereotipo de conflicto? ¿Es el abandono de Yoyes lo que lleva a invisibilizar la imagen de la terrorista, o hay alguna hibridación de género que justificaría ese relajamiento discursivo? En próximos apartados se verá cómo la relación de la militante con los estereotipos positivos de género (madre/esposa) podrá ser determinante para este trato. Otro dato que resulta llamativo es el 26,66% que engloba esas “Otras” formas con las que cita ABC a Dolores González Catarain. De las 4 referencias totales, 3 aluden a la excepcionalidad que representa en la militancia la imagen de Yoyes. Es decir, al nombrar a ésta mediante las formas “una de la pocas mujeres que ha llegado a formar parte en la dirección de ETA”288, “la cabeza pensante de ETA”289 y la “primera mujer dirigente de ETA”290, se está apelando a su sexo como si éste fuese excepcional y relevante para desempeñar los papeles que ésta desempeña. Es como si Yoyes fuese la excepción que confirma la norma por la cual las mujeres no deben ser actrices protagonistas en la perpetuación de la violencia armada. Dolores González Catarain representa una excepción y ABC lo marca discursivamente. Se podría decir que para este periódico la imagen de mujeres en roles de perpetuación de violencia añade intensidad informativa al relato, algo que no sucede en Egin ya que en éste en ningún caso se encuentra referencia alguna. 89

287

Para más información consultar: IDOYAGA,P. Y RAMIREZ DE LA PISCINA, T., Política informativa de El País y ABC ante la nueva situación política del País Vasco (1998-2000), Revista de estudios de comunicación ZER, Nº10, p. 257-259 288 OLAVE,C., La ex dirigente etarra Yoyes , asesinada por haber optado por la reinserción, en ABC 11-091986, Portada 289

Íbidem. REVERTE, J.M., Yoyes, veinte años después, en ABC, 10-09-2006, p. 18

290

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Ex - dirigente de Eta reinsertada; 6,67% Otras; 26,66%

Ex- dirigente etarra; 33,33%

Antigua militante de ETA; 66,66%

Ex - etarra; 6,67%

Ex - terrorista; 13,33% Ex - miembro de ETA; 6,67%

Gráfico 8: Referencias a la identificación según la relación con el conflicto en ABC Elaboración propia

8.2.2. Solamente madre y esposa

Entre los atributos o keywords con lo que se describe a Dolores González Catarain resalta uno de ellos sobre el resto: Yoyes es ante todo y por encima de todo una madre. La alusión a la maternidad de la protagonista es una constante, especialmente, en el periódico ABC en donde se han contabilizado un total de 19 referencias a la maternidad (18 de forma directa y 1 indirecta291) frente a las escasas 4 contabilizadas en Egin (dos de forma directa y dos indirectas). La diferencia es relevante, por lo que se puede concluir que el posicionamiento ideológico del medio marcará el uso de estereotipos de género para enmarcar a las etarras. Así, los medios de comunicación conservadores tenderán a reproducirlos con más intensidad que los medios progresistas, al menos cuando éstos representen la connotación positiva del estereotipo (madre/esposa)292. El periódico Egin se valdrá de este estereotipo de forma descriptiva293, es decir, lo utilizará en el momento en el que narre la sucesión de los acontecimientos como reforzador informativo. Mediante este uso se evita caer en la interpretación. No se valora la maternidad como opción de vida sino como un complemento más a la descripción de los hechos. Aun así cabría preguntarse: ¿si el que fuese acompañado el día de su asesinato por su hijo o hija fuese un hombre, su paternidad sería un 291

Se refiere a indirecta cuando la referencia se encuentra dentro de un entrecomillado En el apartado en el que se analizará el tratamiento a la imagen de Idoia López Riaño se podrá observar si sucede lo mismo cuando se retrata un estereotipo de género negativo (puta/amorosa) 293 La dos únicas referencias directas dicen: 1)“El hijo de Yoyes apenas se dio cuenta de la situación, ya que fue recogido de inmediato por la madre de la exrefugiada” y 2) La ex refugiada estaba enseñando uno de estos vehículos a su hijo de tres años cuando recibió los tres impactos casi todos ellos en la cabeza”. Atentado mortal contra María González Yoyes en Ordizia, en Egin, 11-09-1986, contraportada. 292

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático complemento necesario en la descripción del acto noticioso? Ante la imposibilidad de saber la respuesta, la pregunta queda abierta. En este mismo periódico llama la atención que de las tres referencias contabilizadas, dos de ellas sean de manera indirecta, ambas hacen un trato más interpretativo de la maternidad. La primera de ellas, hace referencia al texto de la moción de condena del atentado aprobado por la corporación del Ayuntamiento de Ordizia294: “La prueba la tenemos a la vista de su cuerpo, vilmente asesinado en presencia de su hijo”295 La segunda, en cambio, a declaraciones que hicieron amigos de la víctima: “Yoyes había decidido una opción personal y vital de la que era muy dueña, quería vivir con su marido y su hijo”296 El hecho de que predomine la alusión indirecta podría esconder una rebaja de intensidad informativa de manera consciente por el medio. Es decir, aunque no se puede afirmar, Egin podría no querer resaltar el hecho de que Yoyes fuese madre y por ello se vale de las declaraciones de terceros. Pero, ¿por qué? Se podría pensar que este estereotipo de género positivo hibrida con uno de conflicto en su forma negativa. La maternidad de Yoyes podría rebajar o justificar el abandono de la organización por parte de ésta, con lo que podría hegemonizar el discurso del arrepentimiento (estereotipo de conflicto positivo no clásico). Es decir, en la medida que la maternidad de la víctima es más importante discursivamente, los estereotipos de conflicto positivos no clásicos (arrepentida) se hacen más fuertes. La causa de que Egin no presente a Yoyes como madre puede no deberse a un ocultamiento de los estereotipos de género, sino al camuflaje de los estereotipos de conflicto positivos no clásicos. Egin no presentará a Yoyes como arrepentida, de ahí que tampoco la presente como madre. El estereotipo hegemónico, en este caso, es el de conflicto y el subalterno el de género. El tratamiento en el caso del periódico ABC es muy distinto. Como ya se ha comentado, el número de referencias a la maternidad de Dolores González Catarain es mayor (un total de 19) que en Egin. Si desglosamos estos datos, llama la atención cómo el mayor número de alusiones se encuentra en el reportaje que se publica en el veinte aniversario de su asesinato (11 referencias frente a las 9 de su asesinato). De estos resultados se obtienen dos conclusiones: por un lado, los estereotipos de género prevalecen en el tiempo en el discurso mediático de ABC y, por el otro lado, además de prevalecer terminan intensificándose y ampliando su intensidad297. En las siguientes fotografías se puede ver mediante el subrayado la importancia que ABC da a la maternidad de la protagonista:

294

Esta moción fue aprobada con los votos de PNV (6), EE (2) y PSOE (1). En contra votaron dos concejales de HB y se ausentaron el tercer concejal de HB y uno del PSOE. 295 Íbidem. 296 Íbidem. 297 A partir de estas conclusiones se abre una nueva línea de investigación a tener en cuenta en futuras investigaciones: la evolución del tiempo como transmisor y reforzado de estereotipos de género en las informaciones de las mujeres de ETA.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático

Fotografía 5: La maternidad de Yoyes Fuente: ABC 11/09/86, Portada y página 19

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Fotografía 6: La maternidad de Yoyes 2 Fuente: ABC 10/09/06, Páginas y 19

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Si nos adentramos en el uso que se da a la citación de la maternidad se observa cómo ABC recurre a este estereotipo con cuatro connotaciones distintas, con lo que transmite cuatro mensajes diferentes298: 1. La maternidad como complemento descriptivo del acto noticioso: Al igual que Egin, en ocasiones ABC recurre a la maternidad de la militante para describir el acto noticioso, como un complemento más de los hechos. A pesar de que en este caso se utiliza la maternidad simplemente como marcador descriptivo, la cantidad de veces que se hace uso de ésta llama la atención, un total de 8 referencias (2 en el asesinato y 6 en el aniversario). ¿Es necesario reiterar tantas veces la maternidad de Dolores González Catarain? La insistencia puede hacernos pensar en una intencionalidad oculta más allá de la mera descripción. ABC podría querer resaltar el hecho de que Yoyes estuviese acompañada por su hijo en el asesinato por encima de todo, incluso por encima del propio asesinato. Es decir, el estereotipo de género prevalecería sobre el de conflicto: 

Cuando se encontraba en compañía de su hijo de cuatro años.



Se encontraba jugando con su hijo de cuatro años.

o

La ex dirigente etarra paseaba a su hijo recién nacido.

o

La habían matado mientras paseaba a su pequeño´.

o

Yoyes yace en el suelo sin vida, tras ser asesinada por el etarra Kubati cuando paseaba con su hijo en Ordicia.

o

Cuando paseaba con su hijo de dos años, Akaitz

o

Paseaba de la mano de su pequeño Akaitz

o

Pese a la presencia del pequeño

Si nos fijamos en la totalidad del marcador textual – la oración – podemos extraer tres nuevos resultados. En primer lugar, ABC confunde el sexo del hijo de Yoyes, primero se referirá a la hija de Yoyes y posteriormente al hijo de Yoyes 299 ¿Este cambio de sexo que sufre el hijo de Yoyes se puede atribuir únicamente a una falta de rigor periodístico o lleva implícito algo más? ¿Podría causar más conmoción el hecho de que fuese una niña la hija de Dolores González Catarain en vez de un niño? ¿Hay, por lo tanto, una intencionalidad de género en el trato de éste?300 En segundo lugar, el hijo 298298

Los círculos negros hacen referencia a las alusiones a la maternidad en el acto noticioso del asesinato y los círculos blancos al acto del aniversario del asesinato. 299 Las veces en que ABC habla de “la hija” de Yoyes se encuentran en el ejemplar del día 11 de noviembre de 1986, en la página 19. 300 En la película que se narra la vida y muerte de Dolores González Catarain, el hijo de ésta también sufrirá un cambio de sexo. En el film Yoyes tendrá una hija, Zuriñe, papel que será interpretado por la actriz Laura Ballesta. El hecho de contar con dos cambios de sexo en la imagen del hijo de Yoyes en dos formatos distintos, resta la posibilidad de causalidad y añade la posibilidad de la intencionalidad de este cambio. El por qué se prefiere una imagen femenina para representar al hijo de Yoyes frente a una masculina es algo al que en este trabajo no se dará respuesta pero que queda abierto para futuros debates. La película se puede ver en: TABERNA, H., Yoyes, C.I.P.I Cinematográfico, S.L., 2000

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático será constantemente innombrado, es decir, no se le citará por el nombre (únicamente en 2 de las 8 referencias). Una vez más surge la duda, ¿se le nombra de esta manera porque no se cuenta con la información de su nombre o va más allá? ¿Puede representar alguna connotación simbólica de género? ¿El hecho de que no se especifique el nombre nos puede llevar a considerar que cualquiera podría ser el hijo/a de Yoyes? Si esta fuese la intención de ABC, tras este trato se podría esconder un estereotipo de conflicto por el cual el periódico podría hacernos creer que “no estamos exentos del peligro de ETA” En tercer lugar, resulta llamativo el diferente remarque de la edad que se hace a lo largo del discurso de ABC. Este medio habla de un niño que tiene cuatro años, a la vez que es un recién nacido que roza los dos años y que pasea como un pequeño. ¿Con cuatro años un niño es un recién nacido? ¿Cuál es la edad real de Akaitz Dorronsoro González? La confusión y cambio constante de la edad puede que tampoco sea casual, ¿el hecho de que fuese un recién nacido en vez de un niño de cuatro o dos años añadiría intensidad informativa al hecho? El uso de la palabra pequeño, además, permite no concretar la edad con lo que se puede jugar con una horquilla muy amplia entre lo que es un recién nacido y un niño 2. La maternidad como motivación para el abandono: El periódico ABC remarcar la idea de la decisión de ser madre, como una de las motivaciones principales de Dolores González Catarain para abandonar la organización armada. Lo relevante en esta caso, una vez tomada la decisión del abandono, es que el periódico ABC narrará la vida de Yoyes entono a su deseo de ser madre. De este modo, da la sensación que la maternidad no es una de las causas por las que la militante abandona la organización, sino la causa única por la que lo hace. En este sentido, en el reportaje sobre su el aniversario de su asesinato se puede encontrar un fragmento muy representativo (en las siguientes líneas a modo de subrayado) En él se puede ver cuál es el planteamiento ideológico de ABC frente a la construcción del género en el conflicto. Así, lo realmente relevante para esta cabecera son los estereotipos de géneros positivos. ABC perdona a Dolores González Catarain la militancia a una organización armada, porque ésta la abandona por algo que ABC considera correcto y destino natural de toda mujer: por ser madre (“Ella no era una traidora en realidad, sino la mejor representación de una mujer que abandona sus obligaciones de luchadora para asumir su vocación de madre y espeso y poner en privada”). Yoyes vuelve a su destino natural, recobra el rol tradicional que socialmente ha sido atribuido a su género. Al dejar su militancia restablece el orden tradicional y no desestabiliza la construcción social de los géneros (“Yoyes cuestionaba la lucha de ETA por razones privadas, y mostraba su hastío de una vida en clandestinidad sin otra salida que la de la muerte y la cárcel”). ABC podría haber optado por hegemonizar el estereotipo de conflicto positivo (arrepentida) pero, en cambio, opta por focalizar su discurso mediante el estereotipo de género positivo (madre). Para ABC Yoyes no sólo es un ejemplo para sus compañeros militantes – como una disidente – sino es un ejemplo para el resto de mujeres, ya que es madre y esposa, destino que por “orden natural” toda mujer debería buscar. Aun así, introduce la variable del conflicto, alejando a Yoyes de lo que debería ser una madre (“En sus diarios no hay lamentos por las otras madres, a las que veía, sin decirlo, como extrañas, lo que le permitía ser inmune a su sufrimiento”). Se podría decir que para ABC Yoyes es una madre de segundo nivel, reinsertada – a lo que a la construcción de género refiere – pero con un pasado turbio, alejado de los roles tradicionales de género. ABC perdona a Yoyes pero recuerda que

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático una vez ésta fue perpetuadora de violencia, “cabeza pensante de ETA”, en definitiva, Yoyes para ABC se convierte en “una persona muy sensible, que últimamente solía sufrir de depresiones, y que al parecer, su decisión de integrarse en la normalización ciudadana fue motivada por una cuestión de tipo personal”301, pero Yoyes en un pasado “no fue Santa Teresita de Jesús”302. 

Optó por fijar su residencia junto a su marido y su hijo en México.



Comenzó a abandonar la banda y optó por trasladarse a México, junto a su esposo e hija.



El denominado comité de apoyo a los refugiados le acusó de traidora y egoísta por haber buscado una salida de tipo personal sin tener en cuenta las reivindicaciones de la banda.

o

Era tolerable la idea de que matara a un guardia civil, pero no a una amante madre.

o

Ella no era una traidora en realidad, sino la mejor representación de una mujer que abandona sus obligaciones de luchadora para asumir su vocación de madre y esposa y poner en práctica su derecho a tener una vida privada. Yoyes cuestionaba la lucha de ETA por razones privadas, y mostraba su hastío de una vida en clandestinidad sin otra salida que la muerta y la cárcel. En sus diarios no hay lamentos por otras madres, a las que veía, sin decirlo, como extrañas, lo que le permitía ser inmune a su sufrimiento303.

o

Dolores González Cataraín dejó la lucha armada por razones privadas, para ser madre.

3. La maternidad como proyecto de vida familiar y matrimonial y como destino natural: ABC no sólo presenta la maternidad como la motivación para el abandono de ETA, sino que presenta a ésta como un proyecto de vida, como el clímax del éxito, el destino que alcanzar. En este sentido, la maternidad es entendida dentro de unos parámetros muy concretos, nucleares y normativos. La maternidad no será una decisión personal y liberadora que lleva a cabo Yoyes, sino que estará enmarcada dentro de una vida familiar, monógama y heterosexual. ABC representará la maternidad de Yoyes dentro de la familia y el matrimonio tradicional ¿Hubiera habido el mismo trato informativo si la militante decide ser madre sóla, o si decide tener el hijo con otra mujer? 

301 302

Ante las amenazas, cada vez más insistentes, con su marido y su hija, salió del País Vasco (…) dado que su intención era rehacer su vida con su marido e hija

OLAVE,C ., La Yoyes vivió el drama de la incomprensión familiar, en ABC 14-09-1986, p.29

PAGOLA, J, Cómplices del asesinato de la ex dirigente etarra piden ahora el fin de la banda, en ABC, 10-09-2006, p.19 303 Este fragmento también podría integrarse en el punto 3: La maternidad como proyecto de vida familiar y matrimonial y como destino natural.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 

Yoyes, casada y con un hija



María Dolores, junto a su marido, Juan José Dorronsoro, y su hijo de tres años se trasladaron a vivir a San Sebastián

o

Temblaba de emoción al percibir el movimiento de su hijo en el vientre ante de nacer.

4. La maternidad como oscurecimiento de la alternativa profesional: ABC refuerza la idea del abandono político por “causas privadas” y más concretamente por el ejercicio de la maternidad. Este periódico insiste reiteradamente en la idea, hasta en 6 ocasiones, de la maternidad como reinserción. Implícitamente podemos ver cómo mediante esta idea se refuerza el carácter conservador de medio. Ante esto cabe preguntarse ¿Yoyes solamente se dedicó a ser madre y esposa? Si se repasa por encima su biografía se puede observar cómo además de madre y esposa Dolores González Catarain estudió Magisterio, trabajó para las Naciones Unidas, realizó una investigación académica, etc. Únicamente se hará una referencia en la totalidad de textos analizados a los trabajos y vida pública de ésta tras su abandono en la organización (ejerciendo allí como traductora304). ABC oculta todas aquellas actividades llevadas a cabo por la militante que no tengan que ver con la maternidad y vida matrimonial. Mediante este mecanismo se vuelve a reforzar el estereotipo de la maternidad por encima de todo, y se oculta otras opciones posibles autónomas o complatibles. Es como si todo fuese negro o blanco; el negro representaría un estereotipo negativo de conflicto (mujer terrorista) y el blanco un estereotipo positivo de género (madre). La mujer que Yoyes también era (profesora, traductora, con inquietudes académicas) no encaja ni en el blanco ni en el negro, se trataría de un estereotipo de género negativo (mujer libre, independiente y empoderada) que ABC hace desaparecer, posiblemente par ano desestabilizar el discurso305.

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8.2.3. Entorno familiar: entorno masculino Si atendemos a las referencias que ambos periódicos hacen a las personas que viven directamente el duelo de la muerte de Yoyes306, podemos ver cómo son tres hombres los que adquieren el protagonismo. Akaitz Dorronsoro González; Juan José Dorronsoro y José Luis González. Los tres son familiares de la militante, y cada uno de ellos se encuentra en un punto distinto de la genialidad familiar (hijo, marido y hermano), algo que en sí simbólico. En este sentido, llama la atención el oscurecimiento de las imágenes femeninas, es que ¿no había ninguna mujer en el entorno de Yoyes que fuese digna de llorar su duelo? Únicamente se contabilizará una referencia explica a una mujer del entorno de Yoyes, a su hermana Isabel González Catarain. Será en el periódico Egin: 304

OLAVE,C ., Yoyes había sido amenazada de muerte por sus antiguos compañeros etarras, en ABC, 1109-1986, p. 19 305 Para reforzar este idea convendría analizar el caso de alguna militante que en un contexto parecido al de Dolores González Catarain haya abandonado la organización armada exclusivamente por desavenencias políticas o motivaciones que no tuviesen que ver con su deseo de ser madre. 306306 Se entiende el duelo a partir de la teoría de los Marcos de guerra anunciada por la autora Judith Butler .Pera más información consultar: BUTLER, J., Marcos de guerra. Las vidas lloradas, Paidós, Barcelona 2010

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático “Una de las hermanas de la ex refugiada muerta, preguntada por si Yoyes había recibido algún tipo de amenaza, remitió a los periodistas a su marido y se negó a dar ningún otro dato”307. ¿Quién es la hermana de Yoyes? En primer lugar, se refiere a ésta sin el nombre, únicamente con la relación de parentesco que mantiene con la militante, lo que se traduce en una identificación incorrecta de ésta. En segundo lugar, se utiliza su imagen de forma confrontativa, es decir, no se presenta a ésta como receptora de duelo, sino como una “anécdota” dentro de los acontecimientos. Casualmente, además, Egin la presenta rivalizando con el marido de Yoyes, Juan José Dorronsoro. En ese rivalidad en medio de un duelo, uno de ellos parece perder el derecho al duelo, generalmente quien confronta, es decir, ella; por lo que aunque aparece de forma explícita en el relato mediático, la forma en la que se presenta el discurso la excluye del mismo. Se puede pensar, que a pesar de que no se encuentran más referencias femeninas en el entorno de Yoyes, éstas si aparecen de forma implícita. En reiteradas ocasiones se hace alusión a “los parientes”, “los familiares”, etc. de la militante. Se puede entender que dentro de estas alusiones se engloba a las amigas, la madre, la hermana, etc. de Doleres González Catarain. Eso sí se hace referencia a éstas y éstos con el uso del masculino genérico, invisibilizando la imagen femenina. Por lo tanto, aunque lo podamos concluir, el trato no deja de ser sexista, ya que aísla al entorno femenino de Yoyes, conviertiendo de forma simbólica el entorno familiar de ésta en un entorno masculino. Esta idea se reforzará más si atendemos a la forma en la que se habla de los hombres que sufren el duelo. Juan José Dorronsoro será el marido y esposo de Dolores González Catarain pero también Juan José Dorronsoro. Es decir, a pesar de ser nombrado por el estatus civil de éste, también se le identificará de forma correcta y respetuosa, por lo que la despersonalización que sufre la imagen del marido se relaja al ser identificado correctamente: “Así como numerosos profesores y alumnos del Liceo Santo Tomás, donde imparte clases Juan José Dorronsoro, marido de la víctima”308 “La manifestación discurrió en completo silencio y, algunos de los asistentes portaban ramos de flores siguiendo el llamamiento realizado por el marido de Yoyes, Juan José Dorronsorro”309 En estos fragmentos además de ver una identificación correcta, se percibe como Juan José Dorronsorro es víctima pero también mantiene un rol activo ante los acontecimientos (pide que los asistentes vayan en silencio y con ramos de flores) y cómo es mucho más que un marido y un padre. Se hará referencia a su profesión (profesor) y no se referirá a él como el “viudo de” ni como “el padre de”. Mientras que 307

Atentado mortal contra María González Yoyes en Ordizia, en Egin, 11-09-1986, contraportada OLAVE,C., La ex dirigente etarra Yoyes, asesinada por haber optado por la reinserción, en ABC, 12-091986, portada, 309 Centenares de personas dieron el último adiós a Yoyes González Katarain en Ordizia, en Egin, 12-111986, p.6 308

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático en el caso de Dolores González Catarain el discurso mediático se fagocita entorno a la maternidad de ésta, en el caso de Juan José Dorronsoro su paternidad no es objeto de relato discursivo. En la muestra analizada también llama la atención que ambos medios prestan a la imagen de José Luis González Catarain, al que hacen protagonista. Éste será en todo momento y en ambos medios nombrado por su nombre y primer apellido + cargo profesional + relación de parentesco con la militante (José Luís González, concejal de HB en Ordizia y hermano de Yoyes). Ante esta identificación cabe preguntarse si en el que caso de que fuese una mujer la que mantuviese ese cargo y esa relacion de parentesco el orden de identificación hubiese sido el mismo, ¿Qué sería primero concejala o hermana? Finalmente el tratamiento que ha recibido Akaitz Dorronsoro González ya se ha analizado en el apartado anterior. 8.3. Estereotipo negativo: Idoia López Riaño Según lo expuesto en el marco teórico, Idoia López Riaño proyectaría la sombra del estereotipo positivo y tradicional de género. Si Dolores González Catarain representaba la imagen de madre dadora de vida, Idoia López Riaño simbolizará la imagen de puta arrebatadora de vida; unos estereotipos que entran de lleno en lidia con los roles tradicionales socialmente impuestos a la feminidad. Esta otra parte de la moneda, más molestona y subalterna que la otra, se extrapolará al discurso mediático en dos fases que se corresponderán con los dos momentos escogidos310 (detención y expulsión). Mientras que en la primera fase primará una sobreexposición de los estereotipos de conflicto como hegemónicos y los de género como subalternos; en la segunda fase ocurrirá justamente lo contario, se focalizará el discurso en los estereotipos de género principalmente y en los de conflicto de forma secundaria. Así Idoia López Riaño se construirá a partir de unos estereotipos que se moverán entre los keywords de sanguinaria, peligrosa, indisciplinada, problemática y juerguista por un lado, y puta, amorosa y bella, por el otro. 8.3.1. “Margarita”: sanguinaria, peligrosa, indisciplinada, problemática y juerguista. En una primera fase, Idoia López de Riaño será presentada en el periódico ABC como un “elemento peligroso”311, es decir, se hablará de ella como una militante malvada y sanguinaria. De este modo, se construirá el relato a partir de estereotipos negativos de conflicto, pero ¿la peligrosidad y maldad de Idoia López de Riaño se convierte en el eje del discurso mediático únicamente porque ésta es militante de ETA? O, ¿su maldad es más noticiosa porque es una mujer? A falta de un análisis comparado que pueda dar respuesta a esta pregunta, únicamente podemos analizar cómo se presenta esa supuesta maldad de Idoia López Riaño. En primer lugar, el periódico ABC hará alusiones directas a esa maldad que contribuirán a crear una imagen de Idoia López Riaño como una militante muy 310

Esta extrapolación se hará únicamente en el periódico ABC. Egin solamente le dedicará un 3,12 % del espacio total, por lo que identificar las transiciones discursivas es muy complicado. Por lo tanto, siempre y cuando no se afirme lo contrario, las argumentaciones que se expongan en este apartado hacen referencia exclusivamente al periódico ABC. 311 Véase 3.2.5.1 ¿La Tigresa o Idoia López Riaño?

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático sanguinaria. Para ello, se remarcará la trayectoria y evolución de la etarra. En las informaciones que podemos encontrar en ABC sobre su detención se harán hasta cinco referencias en únicamente dos noticias al número de asesinatos que a ésta se le imputan. Las frases con la que se hace alusión a esto son prácticamente las mismas en las cinco ocasiones: 1. Relacionada con 30 muertes312 2. Vinculada de una u otra forma con al menos treinta asesinatos313 3. Implicada en unos treinta asesinatos314 4. Sólo durante su pertenencia a los dos primeros comandos participó en el asesinato de veinte personas315 5. Haber participado, al menos , en el asesinato de 23 personas 316 ¿Realmente es necesario repetir en tantas ocasiones esa información? La repetición constante puede no ser casual, el periódico ABC ha querido focalizar su discurso en esa información, a sabiendas que un remarque informativo de ésta, puede contribuir a reforzar la idea de la maldad. Repitiendo constantemente ese mismo dato es como si Idoia López Riaño fuese mucho más sanguinaria y malvada de lo que realmente pudiese ser ¿Se repetiría durante tantas ocasiones este dato si el protagonista hubiese sido un hombre? Del mismo modo, ABC recurre hasta en tres ocasiones durante únicamente dos noticias a enumerar los comandos a los que la militante ha pertenecido, una vez más, mediante tres frases prácticamente idénticas. Se trata de la misma estrategia discursiva, se duplica la información como reforzador discursivo para transmitir la idea de la maldad y la peligrosidad de la militante: 1. Margarita perteneció a los comandos Madrid, Oker e Itinerante317 2. Perteneció a los comandos Madrid, Oker e Itinerante318 3. Su militancia en tres comandos de la banda terrorista ETA (Madrid, Oker e Itinerante) En segundo lugar, a esto habría que añadir alusiones específicas a modo de goteo que pueden valer para recordar al lector esa maldad (“la peligrosa etarra”, “uno de los miembros de ETA más activos y sanguinarios”, “pistolera peligrosa”, “historial 312

C.O. y J.M.Z, La pista de un familiar permitió detener a la etarra Margarita cerca de Marsella, en ABC, 26-08-1994, p.22 313 Íbidem. 314 Íbidem.. 315 S.M., La Audiencia Nacional pide al Gobierno que tramite la extradición de López Riaño, en ABC, 2708-1994, p.24 316 Íbidem. 317 C.O. y J.M.Z, La pista de un familiar permitió detener a la etarra Margarita cerca de Marsella, en ABC, 26-08-1994, p.22 318 S.M., La Audiencia Nacional pide al Gobierno que tramite la extradición de López Riaño, en ABC, 2708-1994, p.24

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático sanguinario”, etc.). Por si esto no fuese suficiente, en tercer lugar, ABC se vale de la alusión indirecta. Este periódico no se centrará en describir los hechos noticiosos, es decir, la detención en sí, sino que construirá su discurso sobre la trayectoria delictiva de la militante. Las noticias sobre la detención reservarán prácticamente más de la mitad de su espacio a contar los años de militancia de Idoia López Riaño (a qué comandos ha pertenecido, qué atentados ha llevado a cabo, quiénes han sido sus compañeros de militancia, etc.). Con este mecanismo se refuerza todavía más la maldad de la militante ya que se alarga ésta en el tiempo. Parece como si Idoia López Riaño hubiese dedicado toda su existencia a ser un “elemento peligroso”.

Fotografía 7: La maldad de Idoia López Riaño Fuente: ABC 26/08/94, Página 22

En cuarto lugar, si nos fijamos en el contenido y en el posicionamiento de éste en la jerarquía de la noticia hay un elemento que llama la atención. Según ABC, las investigaciones para detener de Idoia López Riaño se estaban llevando a cabo “con absoluto sigilo hasta el punto de que agentes antiterroristas habían solicitado a los periodistas que habían conocido algún detalle de las pesquisas que guardaran el más absoluto silencio”319. ¿Hasta qué punto es necesaria esta información para la descripción de los hechos? Si atendemos al posicionamiento de esta información, llama la atención que ésta sea la información con la que se abre la noticia el día posterior a la detención de Idoia López Riaño. ¿Se trata de una información tan relevante como para situarla al principio? ¿No se entendería la detención sin esta información? Se puede pensar que ni la información ni la posición de ésta son casuales, sino que pueden contribuir a reforzar la idea de la maldad. Si su captura se ha querido mantener en oculto y con “absoluto sigilo”, quizá sea porque el “elemento” ante el que nos encontramos sea excesivamente peligroso. Por lo tanto, mediante este mecanismo discursivo, ABC sigue reforzando los estereotipos negativos de conflicto. 319

C.O. y J.M.Z, La pista de un familiar permitió detener a la etarra Margarita cerca de Marsella, en ABC, 26-08-1994, p.22

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Pero, ¿por qué echarse leña sobre su mismo tejado? Si había que mantener la información en oculto y ésta ha sido publicada, da la sensación de que los periodistas no han realizado bien su trabajo. En las líneas posteriores se puede leer: “esta discreción se quiso mantener ayer y no anunciar la detención hasta hoy, pero un medio informativo la difundió”320. Con esta afirmación ABC no sólo queda libre de toda sospecha, sino que además, se reafirma como medio válido para narrar todo lo acontecido entorno a ETA. Por lo tanto, se podría pensar que este medio no sólo transmite estereotipos de conflicto a partir de las noticias en las que las militantes de ETA son protagonistas, sino que además utiliza a éstas para legitimar y reforzar su discurso. Una vez creada la imagen de Idoia López Riaño como “elemento peligroso”, militante malvada y sanguinaria, ¿se observa algún elemento que pudiese aludir a la construcción del género? Si sobresacamos algunos extractos de las largas descripciones que se hacen del historial delictivo de Idoia López Riaño, podemos observar que para ABC la militante además de ser malvada, sanguinaria y peligrosa es indisciplinada, problemática y juerguista. Para ABC resulta relevante destacar que “en el seno del comando había fuertes enfrentamientos entre José Luis Urrosolo Sistiaga e Idoya López Riaño”321. Remarcando esta información Idoia López de Riaño además de malvada y sanguinaria, será una militante indisciplinada y problemática, lo que refuerza más la idea de “elemento peligroso” que se alude en líneas anteriores. Además, en uno de los fragmentos, se hará referencia al estilo de vida que lleva Idoia López Riaño: “Sin embargo, fue apartada del comando Madrid por razones de seguridad, ya que su afición a las salidas nocturnas ponía en peligro a sus compañeros”322 Si recordamos los pasos que permiten el proceso de hipersexualizacion de una militante enunciados por Carri Hamilton323, la alusión directa o indirecta al estilo de vida sería uno de ellos. En este entrecomillado se alude de forma directa a su estilo de vida y de forma indirecta a un supuesto mal estilo de vida. Se presenta a Idoia López Riaño como una juerguista, una mujer a la que le gusta divertirse y salir. Podría pensarse, en un primer instante, que esta manera de enfocar a la militante se trata únicamente de un estereotipo de conflicto que se construye a partir de las normas de estilo enunciadas en el plan ZEN324, en cambio, en este caso se podría intuir que el estereotipo de conflicto hibrida con un estereotipo de género, ¿crea el mismo efecto discursivo un hombre al que le gusta salir que una mujer?

320

Íbidem. Íbidem 322 Íbidem. 323 Véase 3.2.5.1. ¿La Tigresa o Idoia López Riaño? 324 Recordemos que el plan ZEN reserva un apartado al papel que los medios de comunicación deberían tomar frente al conflicto armado vasco. Podríamos incluir este trato dentro del punto: “se deben potenciar las informaciones sobre conflictos entre terroristas, sus ideologías extrañas, sus negocios, sus costumbres criticables, etc.” Para más información véase 3.3.1 El relato mediático de las informaciones de ETA 321

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático Una mujer juerguista, a la que le gusta salir y divertirse cuando quiere y como quiere, puede transmitir una idea de independencia y autonomía que choca con la construcción tradicional de los géneros. Un hombre juerguista y al que le gusta salir, en cambio, transmite una idea de independencia personal positiva, es decir, entra dentro de lo que se ha solido considerar como “necesidades naturales” de los hombres. Lo único que chirriaría es que llevase este tipo de vida dentro de las rutinas herméticas de una organización armada325.En cambio, no es “destino natural” de las mujeres salir y divertirse, lo que nos lleva a pensar que este fragmento guarda una intencionalidad sexista de trato. ABC mediante estas frases ha querido presentar a Idoia López Riaño como una “mujer de vida alegre”, que hace lo que le viene en gana sin tener en cuenta las consecuencias que sus divertimentos pueden tener en el resto del comando armado. ¿A caso las consecuencias políticas que se puedan derivar de una juerga de Idoia López Riaño son peores que las que deriven de la juerga de cualquier militante hombre? La militante es presentada como irresponsable, egoísta y hedonista, tres cualidades antagónicas con los estereotipos de género positivos (madre y esposa). Se empieza a ver, en este punto, como de manera muy indirecta pero contundente, Idoia López Riaño comienza a representar el papel de puta, eso sí sin alejarse nunca de la imagen de sanguinaria. Por lo tanto, ABC presenta a Idoia López Riaño como la suma de los estereotipos negativos, tanto de género (puta) como de conflicto (sanguinaria). ABC construye esta idea a partir de una carta que Idoia López Riaño escribe a sus compañeros del Comando Madrid. En ella no se hace alusión, en absoluto, al carácter juerguista. Es decir, Idoia López Riaño no habla de sus salidas nocturnas ni de su estilo de vida. ¿Por qué ABC saca entonces esta conclusión? Esta cabecera hace una doble lectura de la carta, con el objetivo de construir una imagen en la que las narrativas de género sean las que regulen el discurso. .

325

Clandestinidad, seguridad extrema, etc.

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Fotografía 8: Carta de Idoia López Riaño al Comando Madrid Fuente: ABC 26/08/94, Página 22

103 ABC presta también atención a otro fragmento de esta carta: “Echaremos unas buenas carcajadas desde los muros de cualquier cárcel de mala muerte o les amargaremos un poco la vida a los franceses que bien se lo merecen”326 ¿Por qué se selecciona este fragmento y no cualquier otro? Con la selección de este fragmento se busca mostrar una imagen de Idoia López Riaño como una mujer sin ningún sentimiento, una mujer fría y calculadora. En esta misma carta se puede encontrar varias frases que romperían con esa idea, pero que ABC decide no seleccionar: “Dejando de un lado los problemas que pudiéramos tener a nivel personal, espero simplemente que no cambiéis (…) y que sigamos siendo tan compañeras como quiero que seamos”327 De este entrecomillado precisamente se desprende todo lo contrario. Se ve a una Idoia López Riaño que no sólo muestra sentimientos, sino que son unos sentimientos positivos (cariño hacía sus compañeros, camaradería, amistad, etc.) ABC no sólo ha querido crear una imagen de Idoia López Riaño como una mujer sin sentimientos, sino 326 327

Íbidem. Íbidem.

Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático que los ha ocultado intencionadamente con el objetivo de hacer más fuertes los estereotipos negativos. Mostrar que Idoia López Riaño tiene sentimientos positivos, independientemente de hacía quien vayan dirigidos éstos, sería humanizar a ésta, y por el tratamiento discursivo que lleva a cabo ABC, parece que este periódico busca precisamente deshumanizar su imagen. Pero, ¿por qué esa insistencia en deshumanizarla? ¿Puede una “terrorista” tener sentimientos? Evidentemente que sí. Sí repasamos el trato discursivo que recibe Dolores González Catarain, vemos como este mismo medio, focaliza parte de su discurso en los sentimientos de la militante hacía su vida familiar y hacía su maternidad. ¿Sí Dolores González Catarain tiene sentimientos, porque Idoia López Riaño no podría tenerlos? Podría pensarse que es la consecuencia de la tensión entre los estereotipos positivos y negativos de conflicto328 , en cambio, a la hora de analizar el tratamiento discursivo durante la expulsión de la militante, se ve que estos estereotipos nada tienen que ver en la deshumanización de Idoia López Riaño329. Entonces, si nada tiene que ver la relación con la militancia, ¿tendrá algo que ver con la construcción del género? Parece que una terrorista podría llegar a tener sentimientos, pero, ¿una puta podría tenerlos? Aquí es donde está el quid de la cuestión: Idoia López Riaño no es desprendida de su carácter humano por ser una “peligrosa etarra” o una “pistolera sanguinaria”, sino por ser una “mujer de vida alegre” que tiene “afición por las salidas nocturnas”. Idoia López Riaño desestabiliza la asimetría tradicional de los géneros y es eso lo que lleva al periódico a hacer un tratamiento discriminatorio sobre su persona. 8.3.2. “La Tigresa”: puta, amorosa y bella En una segunda fase, los elementos de género se irán reforzando hasta llegar el punto de que el discurso mediático se construirá a partir de éstos. La idea de la maldad queda completamente reforzada en la primera fase, con lo que en la segunda fase no existe la necesidad de centrar el discurso entorno a esta idea. Por ello, durante las noticias en las que se habla de la expulsión de Idoia López de Riaño las referencias a los estereotipos de conflicto negativos se suavizan aunque no desaparecen. Así, se aludirá únicamente en una ocasión al número de asesinatos en los que ha participado la militante y en ninguna a los comandos en los que ésta ha tomado parte. Es como si ya se sobrentendiese que Idoia López Riaño es malvada, peligrosa y sanguinaria, o también puede ser, que al medio de comunicación le interese focalizar el discurso mediático entorno a otra idea. ABC no presentará, como sí lo hizo con Dolores González Catarain, a Idoia López Riaño como una arrepentida (estereotipo positivo de conflicto), sino que la seguirán representando a partir de un estereotipo de conflicto negativo (“uno de los miembros más sanguinarios”), que no se manifestará con tanta intensidad como en las noticias relativas a su detención, pero que seguirá reforzando la idea de la maldad. Pero, ¿por qué Idoia López Riaño sigue siendo una “peligrosa terrorista” una vez alejada de la organización armada?330 Idoia López Riaño deja de 328

En el momento del asesinato Dolores González Catarain es presentada a partir de un estereotipo positivo de conflicto (arrepentida). Idoia López Riaño, por su parte, a la hora de la detención cumple con un estereotipo de conflicto negativo (no arrepentida) 329 Una vez que Idoia López Riaño es expulsada de ETA, ésta es presentada a partir de un estereotipo positivo de conflicto (arrepentida), en cambio, ABC sigue deshumanizando su persona y presentando a ésta como una mujer sin sentimiento. Véase 8.3.2 La Tigresa: puta, amorosa y bella 330 En las investigaciones sobre el tratamiento a la imagen de Dolores González Catarain se demuestra cómo ésta progresivamente deja de ser nombrada como una terrorista y pasa a hacerlo con otras

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático representar el estereotipo negativo de conflicto pero sigue manteniendo el estereotipo negativo de género, ¿podría hegemonizar el discurso el estereotipo de género una vez que la militante se aleja de la organización armada? Idoia López Riaño ya no es tan mala ni tan sanguinaria, pero sigue siendo tan puta y juerguista como antes de su arrepentimiento. Llama mucho la atención que en una noticia sobre la expulsión de Idoia López Riaño de ETA, sólo se contabilicen tres referencias a la propia expulsión331. Se puede pensar que ABC ha utilizado la expulsión de Idoia López de Riaño como excusa para recobrar la imagen de ésta militante y tener un pretexto para volver a hablar de ella. Esta afirmación se refuerza no sólo con el tratamiento del contenido, sino con el tratamiento iconográfico. ABC dedicará la portada a la imagen de Idoia López Riaño. Será la noticia principal, ocupara ¾ de página, irá a color y mostrará un primer plano de la protagonista. A simple vista esto puede llevarnos a pensar que ABC considera muy importante la expulsión de Idoia López Riaño de ETA, de ahí el posicionamiento tan amplio en portada. En cambio, ese mismo día en la edición de Madrid la portada será distinta, la información sobre la expulsión será la segunda noticia, sin fotografía y prácticamente desapercibida. Puede pensarse que la noticia no era tan relevante a nivel informativo ya que una goleada del Real Madrid tiene el mismo posicionamiento que la expulsión de Idoia López Riaño. La importancia del acto noticioso (expulsión) no es lo que marcará la jerarquía e intensidad informativa que ocupe el acto, sino la imagen e historia de la protagonista que lo realiza, por lo que se podría afirmar que ABC selecciona la información sobre Idoia López Riaño a partir de unos supuestos distributivos sexistas que se centran en la imagen y no en el contenido. 105

identificaciones más relacionadas con su alejamiento de la organización (ex etarra, ex militante, arrepentida, etc.) 331 Las tres referencias son: 1) ETA expulsa a La Tigresa, 2) La organización terrorista ha expulsado a uno de sus miembros más sanguinarios y 3) La organización ha hecho oficial la doble expulsión. Disponible en SAIZ-PARDO, M. ETA expulsa a La Tigresa y a su novio por pedir perdón a las víctimas, en ABC, 23-112011, p. 28

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Fotografía 8: Portadas de la expulsión de Idoia López Riaño

La expulsión de Idoia López Riaño será el pretexto para presentar a ésta desde los estereotipos de género, y más concretamente, desde aquellos que tienen que ver con la teoría de la “pareja terrorista” expuesta por la feminista Robin Morgan332. Idoia López Riaño será presentada como una amante, amorosa y siempre unida al amor romántico y lleno de turbulencias. En primer lugar, ABC presenta la expulsión de Idoia López Riaño junto a la expulsión de su pareja, Joseba Arizmendi. La noticia girará en torno a la relación sentimental entre estos dos militantes, se narrará la relación entre ambos como una historia de amor romántico, como si de una novela se tratara333: “López y Arizmendi fueron acercados juntos al País Vasco el año pasado. Ese fue el único beneficio penitenciario que obtuvo la pareja (…) A pesar de su arrepentimiento ambos siguen clasificados en primer grado y están muy lejos de pisar la calle por sus sanguinarios expedientes. Eso sí, a los dos ya se les permite compartir algunas horas de patio y algunos encuentros íntimos. López y Arizmendi, que se conocieron en la prisión de Badajoz en 2006 y son pareja de hecho, comenzaron hace tres años a mostraste críticos con ETA (…) La Tigresa, hasta entonces una

332

Véase 3.2.4. La pareja terrorista y heterosexual Para reforzar el relato, ABC utilizará como único sumario una referencia a esta relación amorosa. Además la fotografía que se utilice para ilustrar la noticia será una de la pareja mirándose, como mostrándose amor. 333

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático irredentas de los partes disciplinarios, Arizmendi, por su parte, era uno de los líderes del frente de los makos”334. Con esta descripción se presenta un amor furtivo, de tiempos breves, intensos y fiel. Un amor lleno de una pasión que limitan los muros de una cárcel, unos amantes destinados a estar casi siempre separados físicamente pero unidos al mismo tiempo por un “amor que todo lo puede”. Y un único culpable de la desdicha de estos amantes: ETA. Un pasado turbio el de ambos que les mantuvo unidos a ese “elemento hostil”, a esa mala influencia que es ETA. Pero parece que el amor les hizo ver la luz al final del túnel, el elemento que desestabiliza su vida es también quien les junta y les convierte en uno. Su alejamiento de la organización armada es lo que les une. Al final lo que triunfa es el amor ideal. Una descripción que bien podría recordar a una telenovela. Es como si Idoia López Riaño se hubiese “reinsertado” en la sociedad porque ha descubierto el amor, ha vuelto al “camino correcto”, ¿no puede haber tomado la decisión simplemente motivada por razones políticas? ABC con esta descripción tan romántica de las relaciones sentimentales suaviza el estereotipo de género negativo, pero, ¿por qué? ABC ha querido demonizar lo más posible a ETA, ha querido mostrar a ésta como más hermética, más fría, más calculadora y más castigadora, y para ello, ha tenido que presentar a Idoia López Riaño como menos sanguinaria, peligrosa, indisciplinada y juerguista. Y la mejor manera que ha encontrado es cambiando el estereotipo de género de una versión negativa a una positiva. Pero, se trata de un cambio artificial y forzado. Idoia López Riaño no es como fue para ABC Dolores González Catarain, una madre y esposa modelo que deja arrepentida la banda por su destino natural, ella, en cambio, es una puta arrepentida reinsertada, ¿puede una puta amar?, ¿puede una puta arrepentirse? Y, sobre todo, ¿puede para el discurso mediático conservador una puta convertirse en un modelo de algo? Para devolver a Idoia López Riaño el estereotipo negativo de género con el que históricamente ABC ha construido su imagen, este periódico de forma muy superficial pero eficiente introduce un tercer elemento en el discurso mediático. Así prácticamente en las últimas líneas de la noticia y pasando casi desapercibido se puede leer: “López Riaño, que en mayo de 2004 se casó en la cárcel con el también etarra Juan Ramón Rojo”335 Con esta frase, Idoia López Riaño ya no es tan buena amante, ni tan fiel como parecía. Así, se presenta a la militante como una “devora hombres”, una especie de Demon Lover que tiene una fuerte capacidad de atraer a los hombres. Con este fragmento Idoia López Riaño recupera los estereotipos de género negativos (puta), e, incluso, los refuerza. De hecho, ABC se valdrá del abuso de las fotografías para endureceros, eligiendo fotografías en las que se refuerza su belleza. Idoia López Riaño mediante estas fotos se muestra como una mujer excesivamente bella, se trata de imágenes que centran su fuerza iconográfica en una mirada intensa, en un pelo alborotado o en un rostro pasional; por lo que da la sensación que los hombres que se 334

SAIZ-PARDO, M. ETA expulsa a La Tigresa y a su novio por pedir perdón a las víctimas, en ABC, 23-112011, p. 28 335 Íbidem.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático acercan a ellas son sus víctimas, es como si Idoia López Riaño fue la culpable de que ellos cayesen en “sus garras” ante una belleza casi animal. En las siguiente fotografías se puede observar, las dos primeras se publicaron durante la detención y las dos segundas durante la expulsión:

Fotografía 9: Belleza iconográfica de Idoia López Riaño

8.3.3. Idoia López Riaño: de refugiada política vasca a la muerte informativa Como ya se ha comentado lo realmente llamativo en el caso del periódico Egin es el escaso espacio dedicado a las informaciones de esta militante. Si nos fijamos en el contenido, se puede ver cómo lo realmente importante para esta cabecera son los estereotipos de conflicto. Así, mientras en una primera fase (detención), Idoia López Riaño es presentada a partir de unos estereotipos de conflicto positivos (refugiada política vasca) y sin alusión alguna a los estereotipos de género; en la segunda fase (expulsión), en cambio, ésta es apartada del discurso mediático, es decir, no se encuentra referencia alguna. Idoia López Riaño irá soportando una muerte informativa, por lo que se puede pensar que lo relevante para este periódico es la relación con el conflicto de esta militante, y no la construcción de su género.

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CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Tras la investigación realizada y como se puede ver en las conclusiones que se presentan, la hipótesis general por la cual se afirmaba que el tratamiento informativo que reciben las mujeres que han pertenecido a ETA es un trasmisor de estereotipos de género queda valida. Además, las subhipótesis también se confirman. Por un lado, se produce una relativa sobredeterminación del estereotipo de género en relación con el estereotipo de conflicto. En este estudio, además, se ha comprobado cómo en el caso de que la mujer represente un estereotipo negativo de género (Idoia López Riaño), esa sobredeterminación será mayor y más intensa que si esta mujer representa un estereotipo positivo de género (Dolores González Catarain). Por el otro lado, se confirma que son los medios de comunicación más conservadores los que mantienen una sobredeterminación más acentuada que los progresistas, y se manifiesta una conclusión nueva: la relación nacionalista/ no-nacionalista que ideológicamente mantenga el medio, no será determinante para enfocar y tratar a las mujeres militantes de ETA. En las siguientes páginas se presentan las conclusiones: SOBRE LA PRESENCIA Y AUSENCIA DE LAS ETARRAS EN LA PRENSA ESCRITA 1. El espacio dedicado en los periódicos a las mujeres de ETA es escaso. 2. Los medios conservadores serán los que más espacio les dediquen. 3. Cuanto mayor sea la ruptura con los roles de género socialmente adquiridos de la militante de ETA mayor espacio se dedicará a ésta en los medios conversadores/ no-nacionalistas; al contrario, que en el resto de los medios de comunicación donde lo determinante será la intensidad informativa del acto conflictivo y no la construcción del género (más espacio en ABC a las informaciones de Idoia López Riaño que a las de Dolores González Catarain) 4. Mientras que principalmente Dolores González Catarain entra a formar parte de la agenda mediática y política por su relación con la militancia, Idoia López Riaño lo hará por si imagen, rostro y cuerpo. Sobre la presencia y ausencia de Dolores González Catarain en la prensa escrita 5. El asesinato de Dolores González Ca 6. tarain supone un acto con un alto componente informativo ya que todos los medios analizados reservarán más de la mitad de su espacio a esta información. 7. En el uso del espacio en el asesinato de Yoyes se puede entrever la existencia de una tensión entre los dos modelos políticos vascos. 8. A medida que la semana avanza va produciéndose una desaparición progresiva en los periódicos de la figura de Yoyes. Sobre la presencia y ausencia de Ioia López Riaño en la prensa escrita 9. Serán los medios de comunicación con un tinte más conservador los que más espacio dediquen a las informaciones sobre López Riaño, especialmente ABC

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático que hará una cobertura mucho mayor de la imagen de Riaño que el resto de los medios. 10. Los medios de comunicación conservadores harán un uso abusivo de las fotografías. En las imágenes será retratado el rostro de Riaño, focalizando la atención en su mirada, su melena y su sonrisa. Ambos periódicos (ABC y Deia) sobreexplotan la imagen de Riaño, restando importancia al acto por el cuál esta militante es noticia. 11. Los medios de comunicación conservadores focalizan su interés en la imagen de Riaño, los progresistas lo hacen en los actos por los que ésta es noticia. 12. Los medios progresistas mantienen una forma de jerarquizar al espacio muy diferente entre ellos. En el caso de Egin/Gara lo que marca el uso del espacio son los estereotipos de conflicto, en la medida en que la militante ese aleja de la imagen de gudari va perdiendo intensidad informativa. El periódico El País, en cambio, hace una jerarquización del espacio atendiendo a criterios puramente informativos. SOBRE EL TRATAMIENTO DE LAS NOTICIAS EN LAS QUE ETARRAS SON PROTAGONISTAS Mala identificación 13. Los medios de comunicación identifican de forma incorrecta a las etarras. 14. Los medios de comunicación despersonalizan a las etarras, restando valor a las responsabilidades políticas que éstas representan dentro de la jerarquía de la organización armada y al protagonismo que éstas tienen en las noticias, algo que no sucede en las identificaciones a los hombres etarras. 15. Las mujeres de ETA son presentadas como complementos y se las identificará únicamente con su nombre, o sobrenombre, sin sus apellidos ni haciendo referencia al cargo. 16. El posicionamiento ideológico del medio de comunicación no determinará la forma en la que se identificará a ésta. 17. En el caso de Idoia López Riaño el posicionamiento ideológico del medio sí que es relevante para identificar de una u otra manera a la protagonista de la noticia. En la medida en que el medio se va acercando a postulados más conservadores/constitucionalistas tiende a identificarse a ésta de manera incorrecta, por el contrario, contra más progresista y nacionalista sea el medio más respetuoso será el trato hacía la militante. 18. En el caso de ABC la imagen de Idoia López Riaño se irá endureciendo en la medida en que ésta vaya evolucionando comunicativamente, es decir, pasa de una identificación no correcta a una identificación estereotipada de género. Estereotipo positivo: Dolores González Catarain 19. El estereotipo de conflicto clásico se irá diluyendo y se tornará en un estereotipo de conflicto nuevo relacionado con el abandono de la organización. 20. Mediante el nuevo binomio de estereotipos se re-humaniza a la militante, se la caracteriza a partir de unos atributos concretos que no tendrán por qué aludir al conflicto, y lo podrán hacer a la vida personal e, incluso sentimental de la protagonista, ya que ésta pasa de no “sentir” a ser una “persona normal”. 21. Yoyes será ante todo una madre.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 22. Egin utilizará la maternidad de Yoyes de forma descriptiva, no valorará la maternidad como opción de vida sino como un complemento más a la descripción de los hechos. 23. Egin se referirá a la maternidad de la militante mediante declaraciones de terceros, con lo que se intuye que este periódico podría no querer resaltar el hecho de que Yoyes fuese madre. 24. En la medida que la maternidad de la víctima es más importante discursivamente, los estereotipos de conflicto positivos no clásicos (arrepentida) se hacen más fuertes. La causa de que Egin no presente a Yoyes como madre puede no deberse a un ocultamiento de los estereotipos de género, sino al camuflaje de los estereotipos de conflicto positivos no clásicos. 25. ABC recurrirá constantemente a la maternidad de Yoyes. Por un lado, los estereotipos de género prevalecerán en el tiempo en el discurso mediático de ABC y, por el otro lado, además de prevalecer terminarán intensificándose y ampliando su intensidad. 26. ABC resaltará el acompañamiento del hijo durante el asesinato de la militante, incluso, por encima de la descripción del propio asesinato. 27. Cuando ABC hable del hijo de la militante, confundirá su sexo y no le nombrará por su nombre. 28. ABC pondrá la maternidad como única causa por la que la militante abandona ETA. Ante esto, ABC perdonará a Dolores González Catarain la militancia a una organización armada, porque ésta la abandona por algo que ABC considera correcto y destino natural de toda mujer. 29. ABC oculta todas aquellas actividades llevadas a cabo por la militante que no tengan que ver con la maternidad y vida matrimonial. 30. Mientras que en el caso de Dolores González Catarain el discurso mediático se fagocita entorno a la maternidad de ésta, en el caso de Juan José Dorronsoro su paternidad no es objeto de relato discursivo. Estereotipo negativo: Idoia López Riaño 31. Si Dolores González Catarain representaba la imagen de madre dadora de vida, Idoia López Riaño simbolizará la imagen de puta arrebatadora de vida 32. En el periódico Egin se dará una muerte informativa de la militante en la medida en la que ésta se aleja de la organización. El tratamiento discursivo no se puede prácticamente medir debido al escaso espacio que ocupan las informaciones de ésta. 33. En ABC mientras que en la primera fase primará una sobreexposición de los estereotipos de conflicto como hegemónicos y los de género como subalternos; en la segunda fase ocurrirá justamente lo contario, se focalizará el discurso en los estereotipos de género principalmente y en los de conflicto de forma secundaria. 34. El periódico ABC hará alusiones directas a esa maldad lo que contribuirá a crear una imagen de Idoia López Riaño como una militante muy sanguinaria. Para ello, se remarcará la trayectoria y evolución de la etarra. 35. Este periódico no se centrará en describir los hechos noticiosos, es decir, la detención en sí, sino que construirá su discurso sobre la trayectoria delictiva de la militante.

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Mujeres armadas: una mirada a las mujeres de ETA a través del discurso mediático 36. ABC presenta a Idoia López Riaño como una juerguista, una mujer a la que le gusta divertirse y salir. 37. La militante es presentada como irresponsable, egoísta y hedonista. 38. ABC presenta a Idoia López Riaño como la suma de los estereotipos negativos, tanto de género (puta) como de conflicto (sanguinaria). 39. Esta cabecera hace una doble lectura de las declaraciones de la militante con el objetivo de construir una imagen en la que las narrativas de género sean las que regulen el discurso. 40. ABC creará una imagen de Idoia López Riaño como una mujer sin ningún sentimiento, una mujer fría y calculadora. 41. ABC no sólo ha querido crear una imagen de Idoia López Riaño como una mujer sin sentimientos, sino que los ha ocultado intencionadamente con el objetivo de hacer más fuertes los estereotipos negativos. 42. Idoia López Riaño no es desprendida de su carácter humano por ser una “peligrosa etarra” o una “pistolera sanguinaria”, sino por ser una “mujer de vida alegre” que tiene “afición por las salidas nocturnas”. Idoia López Riaño desestabiliza la asimetría tradicional de los géneros y es eso lo que lleva al periódico a hacer un tratamiento discriminatorio sobre su persona. 43. En ABC durante las noticias en las que se habla de la expulsión de Idoia López de Riaño las referencias a los estereotipos de conflicto negativos se suavizan. 44. ABC no presentará, como sí lo hizo con Dolores González Catarain, a Idoia López Riaño como una arrepentida (estereotipo positivo de conflicto), sino que la seguirán representando a partir de un estereotipo de conflicto negativo (“uno de los miembros más sanguinarios”), que no se manifestará con tanta intensidad como en las noticias relativas a su detención, pero que seguirá reforzando la idea de la maldad. 45. ABC ha utilizado la expulsión de Idoia López de Riaño como excusa para recobrar la imagen de ésta militante y tener un pretexto para volver a hablar de ella. 46. La importancia del acto noticioso no es lo que marcará la jerarquía e intensidad informativa que ocupe el acto, sino la imagen e historia de la protagonista que lo realiza. 47. Idoia López Riaño será presentada como una amante, amorosa y siempre unida al amor romántico y lleno de turbulencias. 48. ABC presenta a la militante como una “devora hombres”, una especie de Demon Lover que tiene una fuerte capacidad de atraer a los hombres.

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