Monterrey una ciudad internacional T. I (2009)

September 29, 2017 | Autor: Óscar Flores | Categoría: Historia de México
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Descripción

MONTERREY ORIGEN Y DESTINO

MONTERREY ORIGEN Y DESTINO Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980) Óscar Flores

Municipio de Monterrey

Lic. Adalberto A. Madero Quiroga Alcalde de Monterrey Ing. Ramón de la Peña Manrique Secretario de Desarrollo Humano Lic. José Antonio Olvera Sandoval Director de Cultura Lic. Ernesto Castillo Ramírez Editor

Museo Metropolitano de Monterrey Zaragoza y Corregidora, Zona Centro, Monterrey, N.L. Tel. (81) 8344-2503 Fax. (81) 8344-1971 [email protected] Consulta electrónica en: http://encicloregia.monterrey.gob.mx

Primera edición, 2009 Municipio de Monterrey

©

Impreso en Monterrey, México Printed in Monterrey, México

ÍNDICE I. REVOLUCIÓN (1910-1923) 1. Monterrey en 1909

9

2. La restauración maderista

30

3. Los estertores del reyismo

52

4. El constitucionalismo en Nuevo León

67

5. Consolidación de la Cámara Nacional de Comercio (1915-1917)

84

6. El carrancismo y el movimiento obrero

101

7. La política fiscal durante el régimen de Álvaro Obregón

122

8. El nuevo Estado y el movimiento obrero organizado

133

Citas bibliográficas

146

Fuentes consultadas

166 168

Referencias bibliográficas II. INDUSTRIA 1.Desarrollo económico (1890-1940)

175

2. Características del crecimiento industrial (1940-1985) 3. Los grupos económicos tradicionales de Monterrey

188 206

4. Migración en busca de fortuna: las familias Azcúnaga y Llaguno

250

Citas bibliográficas Fuentes consultadas

266 276

Referencias bibliográficas

277

III. METROPOLIZACIÓN 1. Salud y dinámica sociodemográfica

287

Citas Bibliográficas

325

Fuentes consultadas

327

Fuentes consultadas

329 330 331 358 362

Referencias bibliográficas

362

IV. INFRAESTRUCTURA 1.Las condiciones generales de la producción como factor locacional en Nuevo León 2. La infraestructura del AMM como soporte de su producción industrial Citas bibliográficas

V. EDUCACIÓN 1. Legislación

371

2. Educación básica primaria. Situación en 1910

376

3. Escuelas Normal del Estado y Superior

397

4. Instituciones de educación media

399

5. Instituciones de educación superior, el quehacer de la universidad

404

Anexos

438

Citas bibliográficas

477

Fuentes consultadas

489

Referencias bibliográficas

489

Índice de fotografías

497

Directorio

503

Monterrey: origen y destino

CAPÍTULO I REVOLUCIÓN (1910-1923) 1. Monterrey en 1909 La Guía Terry´s, prestigiosa compañía estadounidense que publicaba, a fines de siglo XIX y principios de siglo XX, guías de diferentes países del mundo, a fin de facilitar a los turistas su estancia en estos lugares, publicó, en 1909 –y una reedición en 1922– una guía turística sobre México. En ella se encuentra una amena descripción de la ciudad de Monterrey en 1909. He aquí esta imagen: Llegadas. Hay una estación de ferrocarril de la Unión. Estación de los Ferrocarriles Nacionales de México, donde llegan y de donde parten todos los ferrocarriles. Ferrocarril y restauran.

Taxis; carros de renta (ver pág. xxxviii). Taxis (para 2-3 personas) $3 la hora; $1,50 por hora o menos. Carros de renta (Volkswagen) $1.50 la hora; 75 centavos por hora o menos. Automóviles para cuatro personas $4 dólares la hora; $2 por hora o menos. Tarifas más altas en domingos y días festivos. Esto es valido para varios lugares de la ciudad. Tranvías (tranvías). Atraviesan la ciudad y son muy usados por los más adinerados. Buen servicio. Hoteles (comp. P. XLVII). Hotel Ancira; Hotel Colonial; Hotel América; todos cerca de la

El Hotel Reforma en 1900.

El sistema ferroviario tuvo un importante crecimiento a principios del siglo XIX.

plaza Zaragoza (Pl.E.4). Tarifas: cuartos desde $3 a $8. Comidas a la carta en el restauran. Bancos. Banco de Nuevo León (correspondiente a la Corporación del Banco de México, S.A.), Calle Morelos (Pl.D.4). Banque FranÇaise, calle Dr. Mier y Galeana (Pl.D.4).

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La calle Morelos a principios del siglo XX.

Oficina de telégrafos. (Telégrafos Fede-rales), Calle Morelos (Pl.D.4) Oficina postal (Correos). Lado sur de la Catedral. Clubes (casinos, clubes). Club Extranjero (Foreign Club) er piso sobre el Sonora News Co. Store, de frente a la Plaza Zaragoza (Pl. E. 4). El Casino, de frente a la Plaza ZaragozaClub Alemán, calle Matamoros. Entretenimiento (teatros y cines). Hay un número considerable de cines, pero los mejores

filmes pueden ser vistos por lo regular en el Teatro Independencia y en el salón de variedades “El Progreso”; ambos especializados en filmes americanos. Tiendas americanas. Con lo que el viajero necesita, periódicos americanos, revistas, bolígrafos, cámaras y otros consumibles; libros, ropa y otros artículos americanos. The Sonora News Company, de frente a la Plaza Zaragoza (Pl. E. 4), donde se habla inglés. Existe un número de tiendas de la región, pero no siempre tienen lo que el viajero necesita. Consulados (cónsules). De muchas naciones tienen sus oficinas en Monterrey, pero su residencia cambia constantemente, al viajero se le aconseja consultar el directorio local. Sociedades secretas. El Templo Masón está en la calle Lerdo de Tejada. Los Caballeros de Pythias; Los Hombres del Bosque del Mundo y otras sociedades se encuentran aquí. Para adquirir las direcciones, vea el periódico o el directorio local. Líneas de ferrocarril. Van de Monterrey a Tampico (Ruta 3, pág. 11); a Torreón (pág. 36), a

Las Grutas de García han sido un paseo recreativo para los viajeros o excursionistas que visitan el Área Metropolitana de Monterrey.

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Matamoros (pág. 12), a Laredo (pág. 1) y a la Ciudad de México (pág. 12), a Reata (pág. 100). Para consultar horarios de partida y otra información, consulte la Guía Oficial. Excursiones. Existen varios lugares en los alrededores que el viajero con tiempo libre querría visitar: Topo Chico, con sus manantiales minerales, descritos en la pág. 10; las Grutas de García (descritas en la Págs.9-10), son no tan grandes o interesantes como las inigualables Cavernas de Cacahuamilpa (descritas en la pág. 454), pero son fáciles de acceder. Las exploraciones están en progreso y vale la pena ver algunos de los nuevos salones. El viajero interesado en el desarrollo petrolero de México puede ser testigo de esto en Tampico, descrito en la pág. 48. Hay viajes frecuentes y con buen servicio. El espacio entre las dos ciudades es semitropical, extremadamente rico y muy pintoresco. Tampico por sí solo es un lugar digno de ser visitado. Está destinada a ser una de las grandes ciudades de la república, si no es que de Latinoamérica. Monterrey (King’s Mountain). A 1,500 pies sobre el mar, con una población de 100,000, en el pintoresco y fértil valle de Santa Catarina (St. Cathe-rine). Río es el aposento del obispo y antes era la más grande y más importante ciudad en el norte de México; sin embargo, el fenomenal crecimiento de Tampico, 322 millas al sureste, en el Golfo de México, ha ahogado algunas de sus industrias poco a poco debido a su progreso. Casi toda la ciudad está rodeada por montañas, y su peculiar posición geográfica (cerca de 200m al norte del Trópico de Cáncer) le da un clima variable, con una temperatura de 86º F en el verano a 30º en el corto invierno. Ligeras nevadas marcan el mes de enero y febrero. A pesar de los cambios de clima bruscos, es una región saludable. Monterrey es una interesante y bilingüe ciudad, esencialmente mexicana, pero con un aspecto extranjero que hace recordar a la ciudad fronteriza de Texas. El número de vehículos con luz y ruedas

que pueden observarse en las calles acentúa esta impresión. Los habitantes son inteligentes y están progresando, con un gobierno local bueno y un considerable orgullo cívico. Se habla inglés tanto como español, y el dinero americano y mexicano es usado frecuentemente. Las muchas ventajas de Monterrey muy pronto atrajeron la atención de los americanos, y por lo tanto la colonia americana se hizo un factor importante en la vida de la ciudad. Hoy es una de las ciudades más americanas de la república, y los mexicanos dicen que está muy americanizado. La localidad apareció primero en la historia cerca de 1560, en ese tiempo los españoles conquistadores avanzaban hacia el norte, peleando el territorio con los indios y estableciéndose puestos y misiones de manera que avanzaban. Cuando estos conquistadores entraron en la región, Francisco de Urdiñola, capitán de la expedición, lo llamó El Nuevo Reino de León (New Kingdom of León-lion) como la provincia española con ese nombre. Estaba parcialmente habitado por salvajes nómadas que vivían de la caza. Mientras que el nuevo territorio prometía, fue rápidamente ocupado por aventureros españoles que ya habían llenado la Ciudad de México donde esperaban noticias de nuevas tierras conquistadas o la localización de minas ricas. En 1579, Felipe II declaró a don Luis Carvajal y de la Cueva gobernador de la provincia, el principal asentamiento español de donde era el pueblo de Santa Lucía. En 1585, el nombre fue cambiado a Ciudad de León, y en 1596 don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, luego virrey (9º) de la Nueva España, la nombró la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey –The Metropolitan City of Our Lady of Monterrey–. Fue por mucho tiempo un puesto fronterizo de civilización en avance. El edificio más fino de la ciudad es el nuevo Palacio de Gobierno, en la Plaza 5 de Mayo (Pl.E.3), terminado en 1908 con un costo de un millón de pesos. La arenisca en color rojo usada en los ocho pilares de composita en forma de flauta y los pilares

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Miramón y Mejía en Querétaro (ver pág. ccxxxi). Cada fusil tiene el nombre de cada soldado y del hombre al que disparó. Un viejo estandarte del 2º Batallón del Imperio Mexicano bajo el mandato de Maximiliano está también en la vitrina. La pintura del general don Porfirio Díaz es el trabajo de A. Vargas, en 1898. La escultura de madera en el gran salón de recepción es de artesanos mexicanos. Las desvanecidas escenas alegóricas en el techo son trabajo de Guerini, un pintor italiano. Antiguo Palacio Municipal de Monterrey en 1909. Se aprecian los rieles del tranvía. Desde el frente de las ventanas en el piso superior se con las columnas y demás adornos de la fachada es de Quarries, cerca de San Luis Potosí. En el centro puede ver la Sierra Madre mientras sobresale contra de la plaza se encuentra un monumento a Benito el cielo. En la parte más alta, al pie de las colinas, Juárez, con una placa conmemorativa que recuerda está la una vez residencia, llamada El Mirador, del que “el estado de Nuevo León la erigió en 1906 para gobernador del estado. La vista de las bizarras moncelebrar el 100º aniversario de su nacimiento”; que tañas Cerro de la Silla (llamadas así por su parecido “él salvó la constitución en 1857”; “dictó las Leyes a una silla de montar) al este y la extraña Montaña de Reforma en 1859” y “salvaguardó el país durante de la Mitra (la Mitra) en el suroeste, atrás del Obisla intervención extranjera de 1862 y1867”. La ale- pado, son muy atractivas. Otra montaña, el Topo goría de un niño pequeño avanzando delante de un Grande, es visible desde el sur. El aspecto semitroleón en un sembradío de flores es muy cautivadora. pical de la ciudad, con su ocasional atardecer, para Los seis ventanales del pórtico, son trabajo de la acabar sobre las cumbres, es muy placentero a los casa de Pellandini, de la Ciudad de México; desde ojos norestenses. La vieja iglesia (nada interesante) el interior del edificio el primero en verse es el de que se sitúa inmediatamente atrás del palacio es SaBenito Juárez; el 2º el general Zaragoza (el héroe de grado Corazón de Jesús. La Catedral, una gran estructura con una la batalla de Puebla, p. 510); el 3º es el general Juan Zuazua, alguna vez gobernador de Nuevo León y sola torre, en el lado este de la Plaza Zaragoza (pl. héroe en la Guerra de Reforma. El 1º a la izquierda E,4), empezó a construirse en 1630, pero quedó es Miguel Hidalgo y Costilla, precursor de la Inde- sin terminar hasta 1800, y no se le avanzó hasta el pendencia de México, el 2º es el general Escobedo, 4 de julio de 1833. Fue seriamente dañada durante el 3º es el Padre Mier, ambas prominentes figuras la invasión americana de 1846-47, cuando fue usaen la historia del estado. No es necesario tener un da por las tropas como bodega de pólvora y objeto permiso para explorar el edificio. En la antesala del de varios y fieros bombardeos. La austeridad de su piso superior hay una vitrina con tres pistolas viejas construcción y lo pausado de los trabajos de arte en del batallón de Nuevo León, usadas para dar el tiro el interior se debieron a que no se tenían minas ride gracia al emperador Maximiliano, y el general cas, para ayudar y apoyar. Su distancia desde Pue-

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Plaza Zaragoza en 1909.

bla –gran centro de producción de ladrillo (comp. P.lxxi) en la Colonia Real– es causa de la ausencia de estas características decorativas que le dieron tal encanto a las otras iglesias mexicanas. La arquitectura interior, de una sola nave y dos pasillos laterales, no contiene nada interesante para el viajero. La Asunción de la Virgen manchada por el tiempo, sobre el alto altar, es una copia indiferente de un murillo, pintura muy famosa en la Catedral de Guadalajara. La figura central de este altar es una estatua policromática (de origen español) de la Inmaculada Concepción, la santa a la que la iglesia está dedicada; no vale la pena ver la sillería a la izquierda del altar. El coro y su órgano ocupan el lugar izquierdo. La sacristía es un cuarto solo sin retratos que ameriten verle. La fachada tallada ejemplifica la idea local de un trabajador de lo barroco. El campanario de la Catedral sobre el moderno reloj es un placentero recuerdo de los días de las misiones, pero un pequeño gallo que sobresale en lo alto como una veleta es una adición muy incongruente. La casa del arzobispo (Arzobispado) está adjunta al edificio en la Catedral de San Flanking; en el norte está el Casino de Monterrey (Pl. E., 4), el club más popular de la ciudad, con sus sun-

tuosas decoraciones interiores y un gran número de miembros. La vieja iglesia parroquial de San Francisco, a una cuadra al sur de la plaza (Pl. D, 4), es la antigüedad arquitectónica más interesante en la ciudad. Data de 1590 y fue fundada como la Parroquia de San Francisco con San Andrés como su santo patrono. Es la iglesia más vieja de la ciudad y es un buen ejemplo de la austera pero fornida arquitectura clasificada como Franciscana Temprana, y descrita en la pág. cxxix. La pintoresca inscripción latina que va al largo de la viga que apoya el desván donde se encuentra el órgano está desde la entrada (Porta Caeli-puerta del cielo), en 1842. La Basílica de Lateranenses de Nuestra Señora del Roble (Our Lady of the Oak) está de frente a la Plaza de Zuazua (Pl. D,3), en la parte norte de la ciudad (tranvía marcado Cuarteles o Juárez, 5c), y tiene como patrono al santo (también protector de la ciudad) y una imagen muy venerada, la Virgen del Roble, que se dice, data del siglo XVI y que lleva ese nombre por haber sido encontrada en un tronco de roble por un indio explorador. La iglesia data de 1855, y como no se le construyó bien, el techo se cayó la noche del 24 de octubre de 1905.

El templo de San Francisco.

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En 1853 fue reconstruida y se le agregaron los brazos de la ciudad. Otra de las plazas es La Purísima (con una iglesia nada interesante del mismo nombre), en el punto más alto de la ciudad (Pl. D,3), Bolívar (Pl. D,4), el general Zuazua (Pl. D,4), 5 de Mayo (Pl. D,3), Cuauhtemoc (Pl. C,4), Colón (Pl. D,4), Colegio Civil (Pl. D,3), Plaza de Armas (Pl. C,2), P. de Oaxaca (Pl. E,2), etc. La Alameda Porfirio Díaz (Pl. C, 3) es la más famosa. No lejos de ésta (al noroeste) se encuentra la (comp. pág. xcvii) Plaza de Toros (Pl. C, 3). La iglesia de La Purísima. La ciudad tiene un gran número de iglesias La imagen, una ligera pieza tallada de frágil made- protestantes, la Bautista, la Metodista, La Presbira, fue encontrada enterrada bajo toneladas de roca, teriana, y por qué no: hay tarjetas con el horario de sin daños, y los indios atribuyeron su preservación los servicios y otra información se encuentra en los milagrosa a la intervención de la Providencia. El lobbies de los hoteles. El viejo Obispado (Bishop’s old palace) en interior de la iglesia, ahora reparada, no contiene cosas interesantes para el visitante. Cada uno de los lo alto de la colina Chepe Vera (Pl. A, 4), en el suasientos tiene una limpísima placa metálica con un burbio suroeste (tome el tranvía Obispado al pie de la colina), fue construido por la orden del obispo nombre –una práctica no muy común en México. La mejor de las plazas es la P. Zaragoza (Pl. Verger, en 1785, pero fue abandonada a su muerte, E, 4), en el centro de la ciudad, alrededor de la cual en 1790. El jardín que una vez adornó lo alto de la se encuentra la vida comercial del lugar. Coronada colina ahora está en ruinas. La llamativa y pequeña de rosas, lugar de descanso y citas desde el tiempo capilla es interesante sólo por sus asociaciones hiscuando la emperatriz Carlota tuvo la idea de con- tóricas y por sus vistas; debe ser visitada sólo por el vertir la plaza coronada de piedra en una plaza con panorama de Monterrey, el Cerro de la Silla y las vistas desde ahí. jardines y flores. El secuestro del Ciertas tardes de te-rreno de la igledomingo hay músia, la capilla fue sica en el kiosco convertida en un tocada por bandas cuartel; sólo los vimilitares. gilantes (sin paga) El Palacio viven ahí ahora. La Municipal (Pl. E, po-sesión de la co4), cuyos lados eslina fue disputada tán al oeste y está por los mexicanos separado de la cony los ejércitos ametigua Plaza de Hi- El Obispado fue construido en 1785 por orden del obispo Verger. ricanos invasores en dalgo (con una gran estatua de bronce a este patriota, erigida por el mu- 1847. Su captura y el bombardeo a la ciudad fue uno nicipio en 1893), es una de las señales de la ciudad. de los eventos más trágicos en su historia.

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Excursiones. A las Grutas de García (cavernas) a 21 millas en ferrocarril (1a clase $1.10), cuya estación se encuentra a 2 millas de la Villa de García. Los vehículos pueden obtenerse en la ciudad para hacer el viaje a las cuevas 2 millas más allá. A caballo, viaje redondo, el costo es $2.50; un carruaje que lleva a cuatro personas, $5. Se necesita un tipo de guía, de $2 a $5 dólares según el número de personas. Se usa regatear. Los precios cambian según la demanda. Las cuevas son a veces llamadas Cavernas de Pesquería. El camino lleva a un campo de magueyes (magueyales) cruzando un valle (llamado el Potrero) hasta las colinas. La entrada, a la que se llega por un camino en zigzag, está a la mitad del camino de un cerro alto. El guía le provee de linternas. Entramos en una gran sala llamada El Teatro, por la formación de estalactitas con mucho parecido a los balcones de un gran teatro; cruzando un piso de piedra que se arquea para llevar a una caverna baja, cuyo desnivel se siente en los pies, llegamos a la sala de junto, con estalactitas que parecen grandes columnas. La Sala de los Balcones (balcones) es de una altura inmensa, grandiosa y adornada. Descendemos por una esca-lera estrecha formada por las rocas, el viento sopla por las columnas, tejiendo un camino extraño y oscuro y entramos a la Caverna de las Nubes –Cavern of the Clouds–. La brillante luz solar se filtra por la delgada, semitransparente sección de yeso en el techo de la cueva, y se mezcla con el adornado interior, produciendo un efecto de nube muy curioso. Ahora pasamos a la Sala de las Campanas (Chamber of the Bells), donde cada estalactita y estalagmita nos da un claro sonido cuando chocan, produciendo un efecto

como si fueran campanas de una iglesia. A través de un hoyo en el techo de la Sala de la Luz (Chamber of the Light) entra la luz del sol sobre el piso y produce un hermoso efecto. Más adelante está el Palacio del Obispo, una sala blanca con forma de altar, una estalagmita tiene forma de figura humana, y muchas estalactitas delgadas, como pipas de un órgano. Más allá está la Cueva de los Murciélagos, un lugar oscuro, brumoso, maloliente, donde viven los murciélagos. Pasamos una escalera llamada El caracol (snail); la Sala del Lago, con una piscina de agua fresca; una sala golosina, llamada Cuarto de Niñas donde las paredes son de un blanco puro teñido con rosa; y de ahí al Cuarto del Corazón Roto, llamado así por una formación a manera de corazón en la sala. Más adelante está el fin de la exploración. En la oscuridad se encuentran, de casualidad, muchos pasajes y salas sin descubrir. Nadie sabe el largo o profundidad de las cuevas. Manantiales del Topo Chico (7km al noroeste desde la plaza principal, ver los tranvías, pág. 5), el origen de una excelente agua mineral embotellada bajo el nombre de Topo Chico; es un popular lugar de descanso placentero, los baños de 25 y 50cm forman una corta excursión. Los manantiales y el lugar de descanso están en el inmediato opuesto

Huertas en el municipio de Montemorelos, Nuevo León.

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de la plaza oscura, al término de la línea del tranvía. El agua burbujea violentamente agua caliente a una temperatura de entre 104 y 110º Fahrenheit. Se dice que es de eficacia en enfermedades reumáticas. Cerca de los manantiales está el Hotel Mármol (construido de mármol derretido encontrado en los alrededores); $2 a $5 Am. Pl. Nuevo León, uno de los estados más ricos y en desarrollo del de México, con una población de 400,000 y un área de 62,998 kilómetros cuadrados, está delimitado en el norte, oeste y noroeste por Coahuila; en el sur y suroeste por San Luis Potosí, y en el noreste, este y sureste por Tamaulipas; ocupa la cuesta oeste de la Gran Meseta Central, extendiéndose en una dirección noroeste. Por cuestiones políticas está dividido en 28 municipios, la mayoría nombradas en honor a héroes militares. La capital, Monterrey, está en la División del Centro. El clima varía con la altitud, pero es, en general, templado y sano. El calor extremo se siente en las tierras bajas de las secciones norte y oeste. Las montañas de la Sierra Madre atraviesan el estado a una elevación de 5,600 pies y termina en el Pico del Potosí, que se cubre de nieve en parte del invierno, aunque éste es corto. Doce ríos y 100 corrientes, ninguna de ellas navegable, irrigan el estado. El río más largo, el Río Salado (Salt River), produce buenos peces y ostras con perlas dentro (comp. pág. 87). En los alrededores hay manantiales medicinales; el más conocido entre ellos es el Topo Chico, con referencia en la pág. 10. Con menor importancia, San Ignacio (cerca de Linares); Potrero Prieto (cerca de Galeana); La Boca (a unas cuantas millas al oeste de Santiago Guayuco), y las Huertas (a 25 km al sur de Montemorelos). La fauna y la flora son muy extensos: al principio incluía leones de montaña, tigres, leopardos, gatos salvajes, verracos salvajes, lobos y otros animales pequeños (comp. pág. lxxvii). Pájaros esplendidos y caza de faisanes en las regiones con bosque, patos y otra fauna acuática del invierno y

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Las instrucciones que traía Bernardo Reyes eran sumamente precisas: acabar con el cacicazgo Treviño-Naranjo, y someter a esta región al proceso nacional de pacificación desarrollado por el régimen del general Díaz.

animales de los pantanos. Brema, pez gato, anguilas y camarones abundan en algunos de los ríos. Ganado y cosecha de frutas son industrias en crecimiento.1 La caída del procónsul El 18 de octubre de 1909, el benemérito general Bernardo Reyes, mandatario del estado de Nuevo León –casi ininterrumpidamente desde 1885–, recibió la orden terminante del presidente Porfirio Díaz de renunciar a la gubernatura. Su presencia fue requerida de forma inmediata en la Ciudad de México; la reacción del procónsul ante la noticia fue sencilla y sin provocación. Contestó el telegrama de enterado sin titubear, dando así una muestra más de fidelidad al caudillo. Como siempre, desde casi treinta años atrás, estampó su firma con la mano izquierda, rasgo que tenía su origen en la casi inamovilidad del brazo derecho a causa de las heridas sufridas en una

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entrada a la capital –de la que alguna vez fuera del Nuevo Reino de León– del décimo regimiento federal al mando de un altivo brigadier de treinta y seis años de edad. Las instrucciones que traía Bernardo Reyes en ese entonces eran sumamente precisas: acabar de una vez por todas con el cacicazgo Treviño-Naranjo, y someter este rincón del país al proceso nacional de pacificación desarrollado por el nuevo régimen. Esto no era nada nuevo para el joven general, su carta de presentación era impecable. De Genaro Garza y Francisco Naranjo. menos edad que cualquier cacique militar de esta de tantas refriegas que llenaron su hoja de servicio. región, pertenecía a una generación cuya experienEl grupo de los “científicos” había logrado influencia se basó en la participación activa en las diverciar por fin al viejo dictador sobre la peligrosidad sas luchas intestinas por las que atravesó el país. del gobernador norteño en la ansiada perpetuación El sofocar insurrecciones por órdenes del centro se del régimen. Aquéllos, no conformes con las últihabía vuelto su especialidad; iniciado en la carremas desgracias de éste, hicieron sentir “todo el peso ra de las armas contra el imperio francés, continuó –mencionaría posteriormente el reyista de hueso con la espada desenvainada en sinuosas campañas colorado José López Portillo y Rojas– de su poder desde Sinaloa a Michoacán y posteriormente en y su venganza” (Arellano, 1985:104). Este aconteTamaulipas. Pacificador de la Huasteca potosina y, cimiento, ocurrido en Monterrey, marcó el inicio de en los últimos años, jefe militar de los estados fronun importante giro no sólo en la vida política nacioterizos del noroeste, irrumpía por primera ocasión nal, sino en el devenir cotidiano en Monterrey. de la urbe mejor conocida como Los vicios capitales la ciudad de las “industrias de de esta población eran el fuego”. desorden político-administrativo y el continuo agoHistoria de una vieja rencilla tamiento de la hacienda pública.2 La mano de hierro no La labor de Bernardo Reyes se hizo esperar. en el noreste Ante el asombro del cacique regional GeróEl arraigo del jalisciense en la nimo Treviño, la impetuofrontera norte era fruto de una sidad del recién llegado lo larga y sinuosa historia; en colocó rápidamente en una 1885, emergiendo de la tolvaposición de ventaja frente nera que ocasionó el trepidar a aquél. Fortalecido prede los cascos sobre el suelo maturamente con base en árido del noreste, la población la distribución estratégica Treviño, considerado el cacique de esta de Monterrey observó pasiva, Gerónimo de sus efectivos militares región, fue uno de los promotores de la insurrección mas no sin murmuraciones, la que derrocó a Porfirio Díaz. en toda la ciudad, pasó sin

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mayor problema al desconocimiento del gobernante elaborar un “proyecto de ley de reclutamiento para electo, Genaro Garza García, quien era apoyado por el servicio militar obligatorio”. Al segundo día de su estancia en México, la Gerónimo Treviño y el exministro de guerra Franciudad fue informada de su presencia; los restos de cisco Naranjo. El informe de la situación imperante que los que meses atrás representaron la fuerza del moenvió Bernardo Reyes a Porfirio Díaz facilitó a éste vimiento reyista volvieron a brotar por las arterias de los argumentos para justificar ante el senado la ne- la gran ciudad en incontenibles manifestaciones a cesidad, a juicio de Daniel Cosío Villegas (1970), su favor bajo el símbolo del “clavel rojo”, distintivo de arrebatar el poder político al más fuerte cacicazgo de los partidarios reyistas utilizado sobre la solapa del lado izquierdo. Precisamente éste era el verdaregional que quedaba en pie en todo el país. Una vez que se logró el objetivo inicial de dero motivo por el cual Reyes abandonaba el campo Díaz, correspondió a Reyes imponer el respeto ha- político. cia la autoridad central representada en su persona. Los poderes públicos estatales fueron eclipsados El cacicazgo Treviño-Naranjo por completo a través de un decreto que emitió el senado, designándose, en consecuencia, a Reyes A principios de 1909, y ante la proximidad de las como gobernador provisional. Desde ese entonces, elecciones, la oposición a la reelección del candidaa excepción del paréntesis del gobierno del gene- to oficial a la vicepresidencia, Ramón Corral, cenral Lázaro Garza Ayala (1887-1889), se había hecho cargo del poder ejecutivo estatal ampliando los horizontes de su influencia no sólo hacia los estados circunvecinos, sino también hacia las fibras sensibles de la sociedad mexicana: los burócratas, las logias masónicas y el ejército. Sin embargo, en 1909 tuvo que cubrir la dolorosa formalidad de pedir al congreso local un permiso para separarse temporalmente del poder. Asimismo, aceptó un duro golpe en su orgullo, al entregar el cargo a un viejo subordinado de Treviño, el general José María Mier. La respuesta del congreso, el 24 de octubre de 1909, agilizó el cauce y precipitó los acontecimientos; se amparó en la licencia indefinida recientemente otorgada y viajó de incógnito a la Ciudad de México. El día 26 de octubre reapareció en la casa de su hijo Rodolfo, en la colonia Santa María, sin perder un solo instante se presentó ante el presidente de la república, Díaz no dio más rodeos; lo obligó a aceptar una comisión gubernamental en Europa con el objeto de Banco Mercantil de Monterrey, fundado en 1899.

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tró su atención en el gobernador norteño. El éxito que obtuvo como mandatario estatal, y la excelente impresión que sembró entre 1900 y 1902, cuando ocupó la cartera de ministro de Guerra y Marina, desencadenó una fuerza frenética por parte de sus simpatizantes, coordinados por los clubes reyistas en todo el país. En consecuencia, esto empezó a preocupar al grupo de los “científicos”, que apoyaban al candidato oficial. De la misma manera, Porfirio Díaz, celoso por la creciente popularidad que alcanzó Reyes en los últimos meses, empezó una ardua labor de hostigamiento. En agosto del mismo año, el gobierno del centro jugó su carta más fuerte: el viejo divisio-nario y exministro de Guerra de setenta y tres años, Gerónimo Treviño, fue arrancado de la oscuridad pública y designado jefe de la Tercera Zona Militar con sede en Monterrey. A pesar de aceptar “sin entusiasmo y casi con indiferencia” (Cantú, 1948:28) el nuevo nombramiento, no desaprovechó la oportunidad, que siempre ansió, de destrozar el poder de Reyes a través del control del ejército que volvía a sus manos después de casi 25 años. Originario de la hacienda “La Escondida”, municipio de Cadereyta, Nuevo León, y al igual que los generales nuevoleoneses que tanta gloria recabaron en las guerras de Reforma e Intervención –Mariano Escobedo, Francisco Naranjo, Lázaro Garza Ayala y el capitán Nicolás Gorostieta– inició su carrera militar en contra de las incursiones de los indios “bárbaros” en el noreste de México.3 Primero en su lucha contra el salvaje y posteriormente en las guerras de Reforma y contra el Imperio, Gerónimo Treviño era uno más de los excelentes jinetes que surgieron en las praderas norteñas. Su hoja de servicio lo recuerda como uno de los artífices del contundente Ejército del Norte, comandado por Mariano Escobedo, mismo que se extendió desde la frontera noreste para arrollar, materialmente, a su paso hacia la capital, toda oposición intervencionista. El mismo que engulló a los ejércitos republicanos del centro y occidente en marzo

Municipio de Galeana en 1909, ubicado al sur de Monterrey.

de 1867, para desembocar en el acorralamiento, sitio y aniquilamiento en Querétaro del emperador Maximiliano dos meses después. Al triunfo de la República, él y Francisco Naranjo dominaron el panorama político y militar en la región. Al ser gobernador en tres ocasiones, de 1867 a 1871, acaudilló la rebelión de La Noria en ese último año, para acabar amnistiado al año siguiente por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada. De nuevo, al apoyar a Díaz en una nueva revuelta llamada de Tuxtepec, en 1876, Treviño fue derrotado inicialmente –al lado del futuro dictador– en lcamole, Nuevo León, para finalmente triunfar y hacerse cargo de la gloriosa División del Norte alguna vez comandada por Mariano Escobedo. Este último, al ser ministro de Guerra en el efímero gabinete de Lerdo, tuvo que desterrarse a Nueva York. En 1880 logró hacerse cargo de la Secretaría de Guerra y Marina, desocupándola al año siguiente para regresar de nuevo como jefe de Zona en el norte. Comisionado por Díaz para pacificar el noreste, realizó un convenio para abatir el bandolerismo rural con el general 0rd, encargado de las fuerzas militares del otro lado de la frontera. Casado en segundas nupcias con la hija del general Ord, Bertha

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Augusta, Treviño logró reafirmar Por otra parte, los tensu poderío en este lejano rincón táculos del círculo Treviñodel país. Al morir repentinamente Naranjo empezaron a extenesta última, contrajo matrimonio derse para capturar puntos espor tercera ocasión con María tratégicos dentro del panorama Guadalupe Zambrano, miembro político-militar nacional. En de una de las familias más respe1882, otro nativo del estado, el tadas y ricas de Monterrey. divisionario Francisco Naranjo, Como organizador de la amigo y compañero de armas Compañía Deslindadora de Teen la lucha contra el indio y en rrenos Baldíos, por parte del golas subsiguientes guerras intesbierno, su contacto con los magtinas, fue nombrado ministro nates citadinos se estrechó aún de Guerra y Marina por el premás, a la vez que amasó inmensas sidente Manuel González. propiedades rurales en Coahuila Porfirio Díaz, conscienFrancisco I. Madero, sucesor de Díaz en la presiy Nuevo León –territorio arrebate de la hegemonía que podían dencia, era sobrino de Gerónimo Treviño. tado al bárbaro– derramó imporhaber alcanzado los pupilos de tantes inversiones en infinidad de Escobedo, mandó maniatar el compañías mineras, hasta llegar, incluso, a ser uno caciquismo a través de su procónsul Bernardo Rede los accionistas fundadores del Banco Mercantil yes, quien con toda eficacia lo sometió limpiamente de Monterrey en 1899; pero sus ambiciones políti- hasta agosto de 1909. cas iban a la par con su espíritu aventurero dentro Resurgimiento político de Treviño del mundo de los negocios. Cuando Gerónimo Treviño era ministro de Guerra y un potente hacendado norteño, llegó a La decisión que tomó Díaz se volvió un arma de plantear al mismo presidente Manuel González su dos filos; el regresarle la autoridad militar perdida interés por la máxima investidura. Figura política a Treviño, con el solo objeto de amedrentar a Reyes de primera línea, hizo cumplir un pequeño capricho para hacerlo desistir de su aparente interés por la personal: en 1883, el mismo Porfirio Díaz repenti- vicepresidencia, significó equilibrar con exagerada namente visitó Monterrey por siete días, con el solo precisión una balanza cuyo fracaso desembocaría en funestas consecuencias. objeto de apadrinarle un hijo. Con base en la recuperación de la confianza perdida, el cacique de “La Escondida” empezó a erosionar los cimientos de un régimen local agobiante para toda oposición en los últimos veinticinco años. El interés de Treviño por rehacerse como el principal hombre de respeto en la entidad –y en todo el noreste–, no tardó en encontrar el camino más efectivo: su poder se acrecentaría conforme la figura de Reyes tendiera a debilitarse; su primera maniobra El desbordamiento del río Santa Catarina, en 1909, arrasó la parte sur de la ciudad. como jefe de zona lo evidenció. Cobró la vida de cerca de cinco mil muertos.

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Aprovechando la estadía del jalisciense en el municipio de Galeana –200 kilómetros al sur de la capital– sustituyó la oficialidad militar reyista por personal de su confianza (Cantú, 1948). Una vez que obtuvo el rígido control del ejército, marchó intempestivamente a México a solicitud de Díaz, para regresar a Monterrey vía Saltillo con precisas instrucciones verbales. La entrevista Díaz-Treviño se desarrolló bajo un ambiente tenso, el cacique norteño puso las cartas sobre la mesa: si Díaz y el grupo “científico” querían desgastar la presencia nacional de Reyes, la libertad de maniobra para Treviño en el lejano noreste se volvía una concesión esencial del gobier-no central como parte del plan de hostigamiento político dirigido al procónsul. A corto plazo era una solución viable, pero entregarle a Treviño el absoluto control del ejército del norte era como firmar un aplazamiento en la ejecución de una sentencia de muerte dirigida al régimen; Díaz lo tomó en cuenta y se la jugó (Cantú, 1948).

El general José María Mier fue gobernador interino de Nuevo León y seguir de la ideología de Treviño.

Un año más tarde, Treviño se volvió uno de los principales promotores de la insurrección que derrocó al dictador; el líder de ésta y futuro sucesor de Díaz era nada menos que un sobrino de Treviño: Francisco I. Madero. Treviño regresó satisfecho de la plática sostenida en México, pero no esperó llegar a Monterrey para empezar a consolidar su poder fuera de Nuevo León. A su paso por la ciudad de Saltillo, el gobernador coahuilense, Miguel Cárdenas –íntimo amigo de Reyes–, fue requerido por Treviño en el pullman en que este último viajaba. Al reconstruir el encuentro entre ambos personajes con base en las declaraciones hechas posteriormente por el mismo Miguel Cárdenas, Treviño se comportó como el dictador que nunca llegó a ser. “Sin inmutarse en ningún momento”, comentó Cárdenas, el jefe militar “colocó sobre su mesa la renuncia” a la gubernatura, a la vez que ordenó a Cárdenas imperativamente, “golpeando con su puño derecho sobre la hoja tamaño oficio” la firma requerida.4 Días después, la legislatura de Coahuila nombraba nuevo sucesor. A fines de agosto de 1909, buena parte de la ciudad de Monterrey era devastada por la catástrofe natural más trágica jamás registrada: el desbordamiento del río Santa Catarina arrasó la parte sur de la ciudad para cobrar cerca de cinco mil muertos (Buentello, 1965). El 2 de septiembre, estupefacto ante la noticia, “el atrincherado de Galeana” –nombre con que se le llamó a Bernardo Reyes por creer que su estancia en aquel municipio era con el objetivo de organizar una insurrección (Arellano, 1985) – emprendió por la serranía el regreso a caballo hacia la capital. Este último suceso fue la gota que acabó con su paciencia; lleno de hostigamientos, intrigas e injurias emanadas desde el poder central, el 3 de septiembre escribió un telegrama a López Portillo y Rojas donde anunció categóricamente su renuncia a la candidatura para la vicepresidencia. Este hecho desanimó por completo a sus seguidores, diez días

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después, culminando su Los magnates de Monefímera actividad a traterrey reciben un nuevo vés de un “manifiesto a gobernador la nación”, se dio por disuelto el Comité Central El sentimiento antirreyisReyista en el país, único ta urbano grupo de oposición a los científicos y con un amEn 1909, la transferencia plio margen de autonodel poder en la entidad mía dentro del aparato no presentó en absoluto estatal porfirista. ningún contratiempo; el Hasta aquí, el de noviembre tomó pocapítulo referente al sesión como gobernador fenómeno reyista pareinterino el general José cía haber terminado; su María Mier, quien no hacorta estancia en Méxibía ocupado ningún carco, en octubre de 1909, go político o militar en su volvió a reanimar las estado natal desde 1878, y pasiones en estado de en apariencia se encontrareflujo. Saliendo entre ba desligado de todo grulos vítores de sus parti- La prensa tuvo una participación crucial durante la etapa prerrevo- po político local en pugna lucionaria. darios frente a la casa de desde el momento en que su hijo Rodolfo, logró era enviado desde Méxillegar a la estación del ferrocarril para transportarse co. Pero la fidelidad a Treviño durante su mandato a Monterrey. El 5 de noviembre salía definitivamen- no fue más que el resultado de una larga historia. te de esta última ciudad con rumbo a Europa, vía Oriundo del mismo terruño, el municipio Nueva York. de Cadereyta, María Mier se unió a la asonada Sin embargo, los ánimos se encontraban tuxtepecana como jefe del Estado Mayor del geencendidos. La sucesión presidencial a verificarse neral Treviño en la División del Norte. Los dos en 1910 hacía converger todos los factores de des- años siguientes al triunfo de la revuelta los dedicó contento en un tremendo haz de rayos. Buena parte a constantes campañas de pacificación contra toda de los que conformaron el ya decadente movimiento sublevación en la entidad. Una vez eliminadas las reyista darían decididamente su apoyo político a un voces de oposición en el noreste, se le requirió por hombre de pequeña estatura e influencia, hasta ese la Secretaría de Guerra en otras partes de la repúblimomento, dentro del panorama nacional. ca. El general Mier ocupó diversos cargos durante Originario de un pequeño poblado del esta- el perpetuo régimen antes de llegar a ser, en 1903, do de Coahuila, era portador de una larga tradición subsecretario de la misma dependencia (Cavazos, familiar basada en el comercio, a pesar de que en los 1985). últimos veinte años las inversiones de la familia MaA su llegada, en noviembre de 1909, pudo dero se habían volcado materialmente en el sector advertir, a través de la ventanilla de su camarote, financiero e industrial de Monterrey la dimensión espacial adquirida últimamente por

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la capital estatal. En efecto, el impresionante crecimiento demográfico en los últimos treinta años fue consecuencia directa de la prosperidad y del desarrollo económico en que se vio inmersa la ciudad. Mientras que al principio de la década de los ochenta del siglo XIX poseía 35 mil habitantes, el censo de 1910 arrojaría la cifra de 81 mil individuos citadinos, colocando a Monterrey como la cuarta urbe de mayor población en el país, después de la Ciudad de México.5 El municipio regiomontano que acaparó, en 1910, 23.3 por ciento de la población de la entidad, rápidamente incrementó sus fondos públicos y superó a los manejados por el mismo estado. Por lo que no era extraño que el impuesto federal arrancado a la capital nuevoleonesa, el cual representaba apenas 70

La fábrica textil La Fama fue fundada por Gregorio Zambrano, Mariano Hernández, Valentín Rivero y Pedro Calderón.

si los viejos caciques, que se relegaron al olvido, no hubieran dado carpetazo final a la guerra contra el bárbaro el mismo año en que llegó el jalisciense a la región. El problema era ancestral, desde los fallidos intentos de fundación de la propia ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XVI, hasta 1881, cuando el gobernador Viviano L. Villarreal todavía lamentaba la situación de la ganadería en los municipios norteños, por el continuo “azote de los bárbaros” quienes sembraban “muerte y desolación” en sus constantes correrías.6

Gregorio Zambrano fue uno de los más ricos comerciantes de Monterrey e impulsor de la industria textil en la entidad. Ilustración: Héctor Carrioza.

mil pesos al año en 1881, aumentara, casi al finalizar el siglo XIX, a más de 90 mil mensuales (Vizcaya, 1971). Si bien el desarrollo económico impulsado durante la paz porfirista tuvo su apoyo gubernamental en el procónsul, aquél se hubiera retrasado

Las familias y los hombres de negocios, como la Calderón-Muguerza, tenían un perfil empresarial mucho más definido en comparación con sus similares en algunas otras partes de la república.

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El general María Mier lo sabía y él más que nadie reconocía la injusticia de la que fue objeto el cacique que mayores glorias obtuvo en la conformación de la entidad norteña; ni al mismo presidente le ocultó su lealtad a Treviño. Unas semanas antes de ser nombrado gobernador, a petición de Treviño, tuvo la oportunidad de conversar informalmente con Díaz. Cuando el presidente le preguntó su opinión sobre la dudosa situación política en Nuevo León, María Mier se limitó a manifestar su respeto al gobierno central, pero la advertencia fue clara: si Gerónimo Treviño osara rebelarse “puede usted, comentó, ordenar que se me aprehenda y se me fusile” (Cantú, 1948:36). El nuevo mandatario, de 63 años de edad, se hizo de inmediato popular al impulsar la supresión absoluta de los juegos de azar, los cuales se habían desarrollado en proporciones alarmantes al amparo del anterior gobernante (Aguilar Belden, 1970). Estos centros de vicio constantemente acarreaban problemas como escaramuzas, disparos y heridos en el centro de la ciudad. El cierre por decreto de la mayoría de ellos tuvo tal efecto en la población que tendió a nutrir el sentimiento antirreyista urbano. Otro problema inmediato por resolver fueron las elecciones municipales que, anual-mente y cada segundo domingo de noviembre, se llevaban a cabo en la entidad. El rígido control sobre el proceso electoral impuesto por Reyes, no llegó a ser más que una simple formalidad, sin ningún poder de decisión por parte de un importante sector de la sociedad con derecho al voto. La lista oficial de candidatos era preparada de antemano por las autoridades salientes para su posterior apro-

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bación. Esta maquinaria política, que funcionó a la perfección por casi 25 años, se alimentó esencialmente por elementos de la clase media urbana en el caso de Monterrey, y por potentes hacendados en el ámbito rural. Pero en noviembre de 1909 se notó “una agitación política como hacía años no se había visto” (Cantú, 1948:41), con motivo de la nueva situación imperante. Esto favoreció a unas elecciones menos controladas y más abiertas, desde el momento en que la prensa dio cobertura a los “nuevos hombres” (Cantú, 1948) que se presentaron a participar en la contienda pública. El resultado de esta apertura, por parte de la administración estatal, fue la pérdida política, para el partido oficial, del municipio de Lampazos. El ayuntamiento oposicionista que encabezó el comerciante Celso Canales fue respetado durante toda su gestión (Flores, 1991). El mismo Francisco I. Madero reconoció la figura de María Mier y pensó en él como el candidato de la transición hacia el nuevo régimen. En carta escrita desde San Pedro de las Colonias, el 23 de febrero de 1910, a Juan Sánchez Azcona, director del diario México Nuevo en la capital, reiteró la conveniencia de no dirigir ataques por parte de este

Fábrica de camas Salinas y Rocha, fundada en 1906.

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periódico a tan distinguido “demócrata, pues en Nuevo León, decía, dejó libertad para las elecciones municipales” (Vizcaya, 1971:127). Por otra parte, Ildefonso Zambrano, un rico Comerciante e industrial, fundador de la Cámara Nacional de comercio de Monterrey, y eventual cuñado de Treviño, obtuvo la alcaldía en esas últimas elecciones.

Los magnates de la ciudad La familia Zambrano era una de las más respetadas en los altos círculos sociales, pero, sobre todo, una de las más añejas. El historiador Mario Cerutti (1983: 77) comenta al respecto: El gestor de esta poderosa familia fue Gregorio Zambrano, que dejó, a su muerte, en 1873, una casa comercial en marcha con ramificaciones en la industria (sobre todo textil), la minería y la explotación de tierras. Tuvo nueve hijos, entre ellos sobresalen, como sólidos empresarios: Eduardo, Emilio, Onofre, Ildelfonso y Adolfo, muchas veces asociados entre sí y otras en forma individual.

Gregorio Zambrano aparece en Monterrey, desde 1852, como uno de los más ricos comerciantes radicados en esta tormentosa región. Impulsor de la industria textil en la entidad, funda, en 1854, en unión con Mariano Hernández, Valentín Rivero y Pedro Calderón –prósperos comerciantes fronterizos– la fábrica La Fama de Nuevo León, con un capital inicial de 75 mil pesos (Vizcaya, 1971). Diecisiete años más tarde estructura otra sociedad civil, al lado de Valentín Rivero, llamada El Porvenir, asociado con sus hijos Eduardo y Emilio bajo la firma Zambrano Hnos. y Cía. (Rojas, 1997 y Vizcaya, 1971). Ligados por estrechos lazos con otras prestigiadas familias de la urbe, los Zambrano contaban, para 1905, con una participación tan diversificada en la economía como lo muestran las acciones que poseían: treinta y ocho compañías mineras, ocho industrias –en los ramos de fundición, siderurgia, textil, azúcar, vidrio, cartón, ladrillera y editorial–, tres casas bancarias, dos compañías de transporte ferroviario urbano en Monterrey, dos compañías de espectáculos, una empresa periodística y una compañía deslindadora en Tamaulipas (Cerutti, 1995, 1992 y 1983).

Monterrey, entre 1882 y 1891, quedó conectado por el ferrocarril hacia uno de los mercados más vigorosos del planeta: los poblados fronterizos de Piedras Negras y Laredo.

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sus similares en algunas otras partes de la república, poseían un objetivo común: reproducir y ampliar sus fortunas representadas por mercancías y dinero. Este empresariado se puede considerar como productivo –y no totalmente especulativo– desde el punto de vista El establecimiento de la industria siderúrgica en Monterrey colocó a Nuevo León como el estado con mayor porcentaje de valores en el país. capitalista, porque invierte y se apropia El poderío de los descendientes de Gregorio de los medios de producción de mercancías en esZambrano era solamente una muestra de la compleja cala. maraña de negocios registrados por un número cirPara el año del estallido revolucionario, el cunscrito de familias. Los Zambrano se articularon grupo empresarial regiomontano se nos presenta en más de una ocasión con los Armendaiz, Belden, unido y coherente, consciente de su poder. Estas Calderón-Muguerza, Ferrara, Hernández-Mendirifamilias, cuya levita oscura era de rigor, retenían chaga, Madero, Milmo, Rivero y Sada-Muguerzaholgadamente casi 95 por ciento de la producción Garza, entre otras (saragoza, 1988). industrial que se daba en Monterrey y área circunHombres de negocios cuyo perfil empresavecina. La persistencia de los apellidos, sus estrerial era mucho más definido en comparación con chas alianzas empresariales y nupciales, e incluso la cerrazón como clase, por decirlo así, a fines de siglo, nos ayuda a delimitar con mayor precisión los contornos de la misma. Llamada por la población de la época la “aristocracia de la ciudad” o magnates,7 representaba escasamente un núcleo de no más de 200 miembros, para constituir evidentemente un grupo cerrado de aproximadamente 0.3 por ciento del total de El empresariado industrial de la ciudad organizó un baile en el Casino Monterrey en agradecimiento al presidente Díaz. la población citadina de

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Monterrey. Sustituir el papel de la nobleza existente en otros países le da aún más peso: el que le confiere la tradición. El hábito de vida llevado a cabo por ella –fuertemente influenciado por el modo de

lugar en las esferas dirigentes. Subsiste otro grupo más tradicional, lejos de los humos de las fábricas –y del presente estudio–, en tranquilos y pequeños poblados lejos de la capital, que vive de las rentas y se mantiene en contacto con el mundo rural sin embarcarse en audaces empresas (Olvera Sandoval, 1999, Sieglen, 1995 y Zúñiga, 1990).

Progreso económico y poder político (18901910)

La participación de prominentes magnates en puestos públicos, como lo fue Carlos Berardi, favorecieron el boom económico de la ciudad. Ilustración: Héctor Carrioza.

vida estadounidense–, constituye el modelo de imitación del nuevo rico surgido tanto a fines del Porfiriato –un ejemplo son los Salinas y Rocha–, como en el mismo transcurso del periodo revolucionario. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en otras partes del país, este grupo de magnates estaba constituido esencialmente por empresarios industriales, que también abarcaban las actividades relacionadas con las finanzas, el comercio y en ocasiones la tierra. Pero esta radiografía corresponde sólo a una parte de los magnatus que se aprovechan del desarrollo capitalista, de la que es el motor, y ocupa un

El despegue del capitalismo industrial en Monterrey, a partir de 1890, modifica profundamente el funcionamiento de un sistema económico donde la industria se afirma como el sector dominante del futuro, al imponer su ritmo de crecimiento y fluctuación y modificar una sociedad donde la burguesía –que comparte el poder político al lado de la vieja burocracia porfiriana– se reafirma cada vez más como clase dominante. Entre 1890 y 1910 quedó fundada la industria básica de la ciudad, provocando una verdadera revolución, a juicio de Vizcaya Canales. En el número relativamente considerable de factores que determinaron el despegue industrial, se encuentran esencialmente dos: el primero consiste en la demostración de solidez que proyectó el mercado interior mexicano, articulándose en buena medida con el mercado de allende el Bravo: y el segundo estaría condicionado por la política socioeconómica nacional del régimen liberal de Díaz, e implementada en esta región por el benemérito general Bernardo Reyes. Monterrey fue franqueado, entre 1882 y 1891, en sus cuatro costados, por la sutura del ferrocarril; quedó conectado por las vías hacia uno de los mercados más vigorosos del planeta: los poblados fronterizos de Piedras Negras y Laredo. Esta accesibilidad hacia el norte, aunada a las facilidades aduaneras norteamericanas de la época, permitió cubrir parte importante de la demanda de metales industriales no ferrosos generada en el mercado de

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Estados Unidos. La salida al mar giró hacia el puerto de Tampico; al mismo tiempo, y en dirección opuesta, se comunicó con algunas plazas del occidente mexicano. En agosto de 1888 el tendido ferroviario hacia la capital de la república, vía Saltillo-San Luis Potosí, quedó concluido definitivamente (Vizcaya, 1971). Entre los hombres de empresa que celebraron estos jugosos contratos se encontraron el general Treviño, Emeterio de la Garza y el coronel J. A. Robertson, siendo este último uno de los ejemplos más convincentes, en este periodo, del arribo sistemático del capital estadounidense (Vázquez, 1999). La metamorfosis de la estructura productiva hacia el dinamismo industrial se respaldó y auspició por el poder gubernamental; la legislación estatal aseguró, a toda aquella empresa que fuera conside-

Evaristo Madero fue un estricto negociante en esta región desde mediados del siglo XIX.

rada de “utilidad pública”, importantes exenciones de impuestos –estatales y municipales–, facilidades en ubicación y accesibilidad a los servicios públicos, entre otras cosas.8 Los capitales previamente acumulados a través de diversas vías como la guerra de secesión

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en Estados Unidos –1861-1865–; el contrabando, el cual recibió un golpe mortal en 1870 con la ley federal de contra, resguardo, y, finalmente, la especulación, apropiación y explotación de la tierra, convergieron aventureramente para embarcarse en uno de los progresos jamás imaginados. En 1910, el empresariado asentado en Monterrey demostró su capacidad fabril en los fríos números divulgados por la administración pública. Solamente las dos más grandes fábricas de la metalurgia básica, aunada a la única siderúrgica de América Latina, asentadas todas en Monterrey, generaron valores por 30 millones 400 mil pesos frente a los 5 millones 700 mil arrojados por el sector agrícola estatal (Flores, 2000, 2000ª y 1995). Rosenzweig (1974) indica que, en 1902, Nuevo León era el estado que producía mayor porcentaje de valores en el país (desde el punto de vista industrial) con 13.5 por ciento, superando 11.7 y 11.2 por ciento producidos por el Distrito Federal y el estado de México, respectivamente. Este empresariado industrial tuvo la oportunidad de demostrar su agradecimiento y su suntuosidad al presidente Porfirio Díaz en diciembre de 1898, en su única visita oficial al “Chicago de México”, organizando en su honor un gran baile, el 21 de ese mes, en el Casino Monterrey. Así, las viejas rencillas entre los caciques locales con respecto a Reyes y al gobierno del centro encontraron un momento de armisticio. Los maestros de ceremonia fueron el presidente municipal y connotado empresario Adolfo Zambrano –hijo de don Gregorio Zambrano– y Francisco G. Sada, gerente de la compañía cervecera más importante del país: la Cervecería Cuauhtémoc. En la mesa de honor, sentados al lado del presidente, se encontraban el gobernador Bernardo Reyes y los ministros de Hacienda y Gobernación. Entre otros invitados destacaron las gallardas figuras de los generales de división: Mariano Escobedo, Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo.9 Ésta fue una muestra fehaciente de que el boom económico había venido montado sobre la

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estrecha vinculación entre el poder público y el empresariado industrial, cuyos magnates no dejaron, en ningún momento, de participar activamente en la toma de decisiones. La estructura política en Monterrey durante el Porfiriato representó nada menos que la segunda generación de los empresarios fundadores, la cual buscó constantemente nuevos medios de expansión y reproducción capitalista. La alianza que desarrollaron con los inversionistas extranjeros, sobre todo estadounidenses, y la reelección política inveterada de algunos de sus promi-

1889 y 1909, también rigió los destinos de la ciudad de Monterrey como alcalde en dos periodos, en 1897 y 1898. Manuel G. Rivero se desempeñó seis veces como diputado (suplente y propietario) entre 1897 y 1909, llegando a ocupar el puesto de gobernador interino entre agosto y noviembre de 1902. Finalmente, Berardi, aparte de ser gobernador interino en diversos lapsos entre 1891 y 1895, cosechó puestos como los de diputado local (en cuatro ocasiones), alcalde de Monterrey (1893-1896) y senador (1892 y 1896). Ciertamente las modificaciones de estructura y de desarrollo económico son particulares de la capital nuevoleonesa. Los cambios, en apariencia, son modestos en la economía y en la sociedad rural de la entidad, ya que el campesino sigue en las mismas condiciones de trabajo que tuvieron sus antepasados. Pero si no se beneficia del progreso, se ve directamente afectado por el desarrollo económico que experimentan algunas ciudades cercanas; por el relativo abaratamiento de los precios agrícolas en comparación con otros productos, y por el tendido del ferrocarril. Este sector de la población agraria será el que intentará evadirse de su cada vez más deteriorada forma de vida, al engrosar las filas del movimiento armado. En fin, la llegada del general José Mier, en noviembre de 1909, no modificó en absoluto esta

El Plan de San Luis, redactado por Francisco I. Madero, declaraba nula la reelección de Porfirio Díaz y hacía un llamamiento a la nación a participar en un levantamiento armado.

nentes representantes, dieron una coheren-cia tal al aparato público que no sería gravemente afectado hasta el año de 1914. En la participación de prominentes magnates en puestos públicos, resaltan como ejemplos los casos de Adolfo Zambrano, Manuel G. Rivero y Carlos Berardi (Flores, 1994 y 1991). Adolfo Zambrano, elegido en doce ocasiones para el cargo de diputado local y federal entre

La estación del ferrocarril no dejó de proyectar sus ramales a las industrias metalúrgicas de Monterrey.

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Paz, orden y civilización. Monterrey en el Centenario

La comitiva maderista visita Monterrey Elegido como candidato a la presidencia por la Convención Nacional del Partido Antirreleccionista, el 15 de abril de 1910, el nieto de Evaristo Madero tocó la ciudad de Monterrey el 6 de junio del mismo año alojándose en la residencia que antes, irónicamente, había sido propiedad de Bernardo Reyes. La llegada del Para 1912, Isaac Garza y José A. Muguerza, empresarios de la Cervecería Cuauhtémoc, “Apóstol de la Democracia” a la capifueron de las personas que pagaron más contribuciones directas al estado por bienes raíces. tal de Nuevo León estuvo antecedida compleja red de poder, sino todo lo contrario: por intimidaciones dirigidas al centro la reafirmó, ya que el procónsul y sus partidarios financiero del monopolio de la familia Madero en polarizaron las opiniones de una buena parte de la el noreste: el Banco de Nuevo León. La policía sepoblación, poniendo en serio peligro la base de suscreta de Díaz mantuvo bajo custodia –meses antes tentación del sistema político porfirista. en Monterrey– el banco mencionado, con el fin de comunicar al gobierno central, en caso necesario,

2. La restauración maderista

En palabras de Stanley Ross: “La organización política de Madero creció conforme el reyismo se desintegraba. Para los Independientes y para muchos reyistas, abandonados por su selecto caudillo, el movimiento maderista fue la salvación” (Ross, 1959:75). Sin embargo, a pesar de los innumerables intereses familiares que tenían los Madero en Monterrey –gallinero reyista–, la acogida del maderismo por algún grupo visible y organizado, a excepción de los treviñistas, fue poco más que nula. Veinticinco años de reyismo no fueron borrados por la endeble rebelión y por el tenue cambio de personajes públicos que se dio en Nuevo León; un nuevo régimen bajo un vetusto estilo fue lo que caracterizó la restauración política de Francisco I. Madero. El empresario Isaac Garza.

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la existencia de algún respaldo financiero hacia la campaña de Francisco I. Madero. Para fortuna de la familia Madero, la policía no pudo encontrar nada que comprometiera a la institución financiera.10 El patriarca de esta famosa dinastía, y miembro de la oligarquía regiomontana, fue don Evaristo Madero, quien se destacó desde mediados del siglo XIX como un estricto negociante. Traficante algodonero con el sur estadounidense –particularmente durante la guerra de Secesión, bajo el amparo del gobernador Santiago Vidaurri–, acumuló grandes extensiones de tierra y ganado en todo el norte de México. La diversificación de sus intereses también cubrió los ramos de la industria textil –fábrica La Estrella– y la vitivinicultura. Hombre de avanzada, introduciría, a juicio de José Vasconcelos (1958), el primer molino de cilindros “de todo el norte del país” en la Jurisdicción de Parras, Coahuila. Al emparentarse y estrechar vínculos con nuevos socios como, entre otros, los Villarreal, González Treviño y Zambrano, se perfiló como una pieza más en el monopolio ejercido por la alta esfera social empresarial asentada en Monterrey. Su trascendencia econó-

dura en Coahuila entre 1880-1884. En 1892, ante la vastedad y la dispersión de sus negocios, Evaristo Madero, dice Vasconcelos (1958:211), se vio en la necesidad de crear un “organismo que centralizase la dirección y fomento de sus empresas, y al efecto

La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey fue puesta en marcha en 1903 por las principales familias locales y por una mínima parte de capital extranjero.

creó el Banco de Nuevo León”, para converger en éste “indirectamente, el eje de los negocios de la familia Madero”. Sin embargo, en 1910, su nieto observó, a la llegada a esta capital, la represión de la que eran objeto, por parte de la policía gubernamental, diez mil individuos que intentaron recibirlo apoteósicamente. Ante la dispersión de los mismos, y bajo un ambiente sumamente tenso, sus familiares y amigos tomaron una resolución conjunta con Madero y su comitiva: continuar ese mismo día la gira hacia Torreón. No obstante, las órdenes La American Smelting and Refining Co (ASARCO), obtuvo la concesión en 1890. Esta planta del centro eran terminantes: hosfue impulsada totalmente con capital estadounidense de la familia Guggenheim. tigar en la mayor medida posible a la comitiva antireelecionista. Al mica también se reflejó en el ámbito político, como lo demuestran sus actuaciones en la diputación de desplegar un impresionante dispositivo de vigilanCoahuila-Nuevo León en 1857 y la máxima investi- cia sobre el candidato, la policía urbana se presentó

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ante Madero cuando se disponía a subir al automóvil que lo llevaría a la estación del ferrocarril. El hostigamiento fue selectivo, la orden de aprehensión contempló sólo a Roque Estrada, su secretario particular. Ante la negativa de entregarlo, Estrada saltó del automóvil y se introdujo a la casa de los Madero.

a la penitenciaría del estado, Madero recibió un poco más tarde a Estrada, quien se entregó al alcalde Zambrano.11 El mismo Estrada comentaría posteriormente el hecho de la siguiente manera: Se había consumado la torpe celada. El candidato antireeleccionista se encontraba preso, pero muy lejos estaban las autoridades de aprisionar la voluntad ciudadana que exigía el cambio de régimen (Cantú, 1948: 44). La historia le daría la razón, Francisco I. Madero fue llevado a la prisión de San Luis Potosí, de donde logró fugarse en octubre del mismo año. Al tomar como base de operaciones la ciudad de San Antonio, Texas, Francisco I. Madero participó en la redacción del Plan de San Luis, en el que declaró nula la reelección de Porfirio Díaz, e hizo un llamamiento a la nación, como nuevo presidente provisional, a participar en un levantamiento armado general programado para el 20 de noviembre a las seis de la tarde.

El precio del progreso: la desigualdad social

Para 1910, la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey empleaba dos mil obreros en sus diferentes departamentos.

La firme entereza de Madero provocó la retirada de la policía, la cual ya no volvió a entorpecer su ansiado viaje hacia la estación. Una vez acomodado en el pullman junto a su esposa, los agentes del orden hicieron nuevamente acto de presencia; la nueva advertencia consistía en que si su secretario particular no era encontrado, Madero tendría que ir en sustitución de aquél tras las rejas. Después de una minuciosa búsqueda sin encontrar rastro alguno del primero, el inspector de policía, Ignacio Morelos Zaragoza, acompañado del Juez Segundo de lo penal, extendió la orden respectiva de aprehensión contra el Apóstol. Trasladado a la inspección de policía, y al día siguiente

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Las celebraciones del Centenario de la Independencia se desarrollaron en todo el país al amparo de un régimen cuyos representantes públicos, envanecidos a la sombra del poder, implantaron, en los últimos treinta y cuatro años, una paz implorada por la misma población, la cual también sufrió pérdidas incalculables desde el inicio del movimiento separatista. La vivencia de la prosperidad económica que difundía la nación hacia el extranjero representó una visión distorsionada de la cruda realidad. A excepción de algunas zonas perfectamente localizadas, cuyos productos eran capaces de competir en el mercado nacional e internacional, el resto de la población se encontró inmersa en una economía de subsistencia. Asimismo, las redes del poder político se proyectaron en el campo mexicano bajo las figuras de destacados caciques, los cuales se per-

Monterrey: origen y destino

petuaron mientras mostraron fidelidad al régimen impuesto por la rebelión tuxpecana. Sin embargo, la dilatada burocracia gubernamental no mostró límites en el financiamiento a las atenciones y agasajos con que recibieron a los representantes de los gobiernos extranjeros y sus comitivas. La justificación del régimen político porfirista, cuya legitimidad se impuso a las guerras intestinas que sucedieron a la Independencia, no halló campo más propicio que las fiestas del centenario. Los beneficiarios del sector más dinámico de la economía no dejaron de estar presentes en la magna celebración. La oligarquía industrial regiomontana había hecho una excelente mancuerna con el aparato estatal en su ardua tarea “civilizadora”. Libre de la incursión de los “bárbaros”, e impulsado por el boorn económico, el corazón de Monterrey se metamorfoseó de una manera violenta. El centro de actividad se desplazó hacia las grandes fábricas situadas en la periferia, o bien hacia la estación del ferrocarril, que no dejó de proyectar sus ramales a las industrias metalúrgicas. El auge en la construcción dio lugar a la especulación; grandes propietarios especularon con el valor del suelo, y con las perspectivas de extensión de la ciudad. Para principios de 1912, entre las diez personas que pagaron más contribuciones directas al estado por bienes raíces se encontraron los notables empresarios industriales Isaac Garza y José A. Muguerza, presidente y secretario, respectivamente, de Cervecería Cuauhtémoc.12 Posteriormente, Isaac Garza obtendría, en 1922, una importante concesión para planificar y construir una colonia residencial al sur de la ciudad. Años después, ésta albergaría una buena parte de la oligarquía industrial. Aquí se distribuyeron inteligentemente los espacios verdes y “bien aireados”, donde se erguían impresionantes edificios provistos de gas, agua, energía eléctrica y servicio telefónico.13 Este nuevo proyecto no hizo más que acentuar el contraste con los barrios que concentraron a la mayoría de la población desde fines del Porfiriato.

Estos últimos presentaron una higiene deplorable, altos índices de prostitución, alcoholismo y criminalidad, amén de las consecuencias de los centros de azar que proliferaron durante el reyismo. La insalubridad en algunas zonas de la ciudad era consecuencia directa de su expansión y de la consiguiente especulación –y explotación de los inquilinos– por parte de los renteros urbanos sin escrúpulos. El ejemplo más evidente lo encontramos en Regino N. Gutiérrez; acaparador nato, sobresalía como propietario de varias vecindades cuyos rasgos esenciales eran la renta de pequeños cuartos sórdidos, oscuros, sin ventilación ni mantenimiento, donde se adaptaban pésimamente de uno a dos retretes por vecindad. La alta cantidad de mujeres de mala nota que vivían en esos inmundos vecindarios hicieron suponer, en más de una ocasión, a las autoridades, el amparo y la explotación de las que pudieran ser objeto por parte de Gutiérrez.14 Por otro lado, las innumerables peticiones de condonación de impuestos recibidas por la oficina de recaudación municipal demuestran que el impuesto sobre las fincas urbanas nunca dejó de ser gravoso para un importante sector de la población. En ocasiones, los comerciantes en pequeño también sintieron la presión del fisco, y muchas veces manifestaron conscientemente su papel fundamental en el engranaje de la estructura productiva, al amenazar con “gravar más” sus productos en perjuicio de la industria y de la población si los impuestos seguían ahogándolos. El caso más claro lo encontramos en la solicitud enviada al gobernador, en febrero de 1911, por Ramón N. González y Cía., en representación de la agrupación de “Expendedores de Leña”, González se queja por las “fuertes alcabalas” que tienen que soportar entre el trayecto del carro de ferrocarril donde se “recibe la leña”, a los depósitos particulares: La leña es un artículo de tanta importancia que está relacionado con la vida fabril de la ciudad y con las necesidades del pueblo [...] Este juicio obligará convenir en que si

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

un artículo de tal naturaleza, como la leña, se gravara demasiado con contribuciones, los comerciantes del ramo nos veremos obligados a aumentar su precio para obtener una utilidad razonable; y ese aumento es en perjuicio público, sobre todo de la clase menesterosa, que es quien más sufre los estragos de la penuria general por que se atraviesa (sic).15 En efecto, la industria regiomontana, desde sus inicios, consumió grandes cantidades de combustible de origen vegetal, especialmente las dedicadas a la fundición de metales. Aunque éstas, para 1910 dependían más del carbón mineral, la leña representó un artículo indispensable en las pequeñas fundiciones y en todo hogar urbano.

Monterrey en el Centenario Las grandes plantas metalúrgicas iniciaron el despegue de 1890; la compañía Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, mejor conocida como la Fundición número 2, logró exención de impuestos por el término de veinte años. Inicialmente operó con un capital de 600 mil pesos y lo elevó a 8 millones en 1904 (Flores, 2000). La Fundición número 3, conocida posteriormente como la American Smelting and Refining Co. (ASARCO), obtuvo la concesión en 1890 con el mismo plazo de exención de impuestos. Esta planta fue impulsada totalmente con capital estadounidense de la familia Guggenheim. En 1909 su capital contempló 10 millones de pesos, con capacidad para beneficiar 400 mil toneladas de mineral al año. Junto con la Fundición número 2, dio empleo a más de mil seiscientos obreros citadinos (Flores, 2000). La forma más sublime de concentración lograda por la burguesía regiomontana fue la implantación de la primera siderúrgica en toda América Latina. La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey fue puesta en marcha en 1903 por las princi-

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pales familias locales y por una mínima parte de capital extranjero representado por los franceses León Honorat y León Signoret, por el español Antonio Basagoiti y por el norteamericano Tomas Braniff. Al arrancar con una inversión inicial de 10 millones de pesos, pudo permitirse el lujo de adquirir la maquinaria más sofisticada: el convertidor Bessemer –que transforma directamente el arrabio en acero–, y los hornos de aceración tipo Siemens-Martin, capaces de producir acero a través de la fusión del arrabio con hierro de bajo contenido en carbono. Sus productos fueron absorbidos casi totalmente por un pujante mercado interior, sobre todo por la expansión del ferrocarril. Situación totalmente diferente a la de la etapa revolucionaria en que, desarticulada temporalmente de las zonas de abastecimiento y consumo, su producción se volcó irremediablemente a las fábricas de implementos de guerra del mercado norteamericano. En el año del Centenario empleaba dos mil obreros en sus diferentes departamentos: el Horno Alto, con capacidad para 500 toneladas diarias; los tres Hornos de Aceración, con 300 toneladas de manejo por unidad, cinco trenes laminadores con 25 máquinas de vapor para la producción de acero estructural, comercial y rieles de ferrocarril con mil toneladas diarias de capacidad; el taller de reparación de la maquinaria interior, y la fundición que producía piezas para maquinaria, columnas de fierro vaciado y ruedas de ferrocarril. Los talleres estaban dotados de 15 grúas eléctricas, nueve locomotoras y tres grúas locomotoras que rodaban sobre 25 kilómetros de vía propia en los terrenos en que estaba asentada la empresa, y que abarcaban más de un millón de metros cuadrados (Flores, 2000, 1993 y 1988). La potencia total consumida por el movimiento de sus talleres –equivalente a 30 mil caballos de fuerza– era suministrada en su mayor parte por la planta de fuerza de la ciudad (Flores, 2000). “Anualmente la planta podía generar 100 mil toneladas de

Monterrey: origen y destino

rieles de acero y vigas; 10 mil toneladas de hierro comercial; 12 mil de hierro en lingotes, y 8 mil de hierro vaciado” (Cerutti, 1983: 90). El historiador Alejandro Saragoza (1981) manifiesta que la superioridad del capital local sobre el extranjero en el sector industrial no era comparable con ninguna otra parte del país. La oligarquía industrial regiomontana poseía en inversiones, a principios del siglo, casi 17 millones de pesos, en contrapartida a los 3.36 millones de dólares en manos de estadounidenses –de los cuales 2.5 millones se concentraban en la planta de los Guggenheim–, y los 400 mil dólares de inversión europea. Las industrias regiomontanas eran reconocidas en su ramo como la vanguardia nacional, basta ver lo expresado por la Memoria de la Secretaría de Fomento correspondiente a 1910-1911: [...] para extraer el fierro de nuestros ricos y abundantes yacimientos se emplean desde el primitivo procedimiento catalán, como pasa en las pequeñas ferrerías en la Sierra de Oaxaca y de otros lugares, con lo cual se

Nicéfóro Zambrano fue organizador del Partido Antirreleccionista y perteneciente al Partido Popular Obrero. Ilustración: Héctor Carrioza

pierde 30 y hasta 40% del metal, hasta los altos hornos que funcionan en Monterrey y que [...] representan y resumen los esfuerzos metalúrgicos de cerca de un siglo.16 La suntuosa celebración del centenario no pudo ofrecer un marco más espléndido para celebrar, con gran jolgorio, un importante ciclo de progreso económico cuya tarea civilizadora hizo de Monterrey la prefigura de la ciudad mítica del expresionismo: mecanizada, triste, trituradora de energía. Una rebelión pasa desapercibida

La revuelta maderista en Nuevo León A principios de septiembre de 1911, un acontecimiento singular conmovió a los habitantes de la ciudad: una compañía de espectáculos, instalada provisionalmente bajo una carpa de lona, expuso, a través del arte cinematográfico, a “los más prominentes personajes de la Revolución”. El movimiento armado que en tan sólo seis meses había impuesto la renuncia de Porfirio Díaz y su expulsión del país, era gozado por el público regiomontano como una “atracción”, ya que la violencia nunca se había presentado en Monterrey.17 Lo cierto fue que el general Gerónirno Treviño, jefe de la Zona Militar y rico terrateniente ganadero, no metió las manos al fuego por su anciano compadre. A sus 75 años, Treviño se había labrado un prestigio que era poco comparable con algún otro cacique regional; además de poseer bajo su mando el ejército federal de los tres estados del noreste, difería de sus colegas en otro aspecto: la magnitud de sus intereses. Sus biógrafos parecen coincidir en otorgarle el premio a uno de los principales promotores locales de la caída de Bernardo Reyes primero, y de la rebelión maderista después. En más de una ocasión, los grupos maderistas organizados en Coahuila fueron sorprendidos vendiendo para el

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financiamiento de la causa, allende la frontera norte, ganado mayor marcado con el fierro ardiente de la hacienda del cacique: “La Babia” (Peña de Villarreal, 1968). Un editorialista del periódico El Noticiero, de nombre Juan Luis Cantú, aseguró, a fines de 1910, que Treviño y su sobrino político, Francisco I. Madero, estuvieron en constante comunicación e hicieron un pacto de no violencia en el estado, por parte de los correligionarios de este último (Cantú, 1948). A pesar del pacto y como un síntoma de presión por parte de los pequeños grupos revolucionarios armados que trashumaban en la entidad, se inició tardíamente, en mayo de 1911, una serie de incursiones en las cabeceras municipales. Entre el 2 y el 17 mayo, los jefes maderistas: Pablo de los Santos Jr., Celedonio Villarreal y Sánchez Fuentes, robaron las tesorerías municipales de seis poblados adquiriendo un botín de 2 mil 341 pesos;18 en algunas ocasiones se conformaron con préstamos emanados de los bolsillos de las autoridades. Este fue el caso del alcalde de los Aldamas, quien pagó “los haberes de la tropa” del jefe Celedonio Villarreal.19 Estos incidentes, aunque fueron variados, respetaron el acuerdo de “no violencia” sin registrarse enfrentamiento armado alguno; inclusive, las providencias tomadas para el caso por la burocracia estatal y municipal, iniciaron de marzo en adelante. El día 3, todos los alcaldes recibían ins-

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trucciones por parte del gobernador para prevenir que se alterara el orden público autorizándoles, para ese fin, “los gastos que les fueran indispensables”.20 En mayo se creó un nuevo Cuerpo de Seguridad Pública del Estado a nivel de Infantería, compuesto por 54 elementos sostenidos por la tesorería municipal de Monterrey, siendo disuelto seis meses después por “haber cesado las causas que motivaron la organización”.21 El cuerpo estatal de caballería incorporó al mismo tiempo a once miembros más, 53 en total, bajo el mando inmediato del capitán cubano Pedro Hernández.22 Las medidas fueron del todo tardías si se toma en cuenta que el armisticio

Los jefes norteamericanos, Niggle y Rehu, de la fábrica de cementos.

nacional se pactó el día 22 de mayo, la paz el 24 y la renuncia de Díaz antes de terminar el mes. En junio, las fuerzas Insurgentes que operaron en el estado fueron licenciadas sin dificultad por el jefe de la policía Morelos Zaragoza, irónicamente autor del encarcelamiento de Madero cuando visitó esta ciudad como candidato en 1910. Las armas y municiones recogidas fueron remitidas inmediatamente a Emilio Madero como jefe de la Segunda División del Norte.23

Monterrey: origen y destino

Los terratenientes se disputan el poder A petición del nuevo presidente, Francisco León de la Barra, el general José María Mier renunció a su puesto de gobernador, el 7 de junio de 1911, para hacerse cargo de la Zona Militar asentada en Querétaro. Ante esta situación, Treviño y Madero volvieron a fecundar el terreno de las relaciones amistosas, al elegir mutuamente al candidato para gobernador en la renovación de los Supremos Poderes del Estado llevada a cabo los días 4, 11 y 18 de junio. Si bien Treviño se inclinó inicialmente por el ingeniero Francisco Naranjo, hijo de su entrañable amigo, del mismo nombre –fallecido por muerte natural en 1906–, no obstaculizó la victoria de Viviano L. Villarreal al computar a su favor 91.8 por ciento de los votos emitidos en Monterrey. Las cifras oficiales le otorgaron 37 mil 696 votos a nivel estatal, suficientes para derrotar en unas elecciones relativamente pacíficas al candidato independiente, Francisco Naranjo.24 Viviano L. Villarreal, quien contaba con 73 años, era un político civil y un rico terrateniente que había sido relegado del ámbito público, durante el preconsulado de Bernardo Reyes. Abogado de formación, fungió como diputado en 1867 para renunciar ese mismo año al ocupar el cargo de secretario general de Gobierno en los tres periodos que Treviño fue gobernador (1867, 1869 y 1871). Durante un breve retiro de la luz pública, para participar en la frustrada rebelión de La Noria al lado de Treviño, contrajo nupcias en Parras, Coahuila, con Carolina Madero, hija del primer matrimonio de Evaristo Madero, cuyos negocios comerciales transitaban por una notoria prosperidad. Apoderado posteriormente de Evaristo en un sinfín de negocios industriales y mineros, se le comisionó, en 1877, para intervenir en el conflicto internacional fronterizo contra el bandolerismo, ante el general Ord.

Electo gobernador de Nuevo León en 1879, Viviano L. Villarreal impulsó la primera exposición industrial en la entidad para finalmente retirarse a sus negocios privados a partir de 1885 y consolidarse así como un firme administrador de la fortuna de los Madero. En 1892, al fundarse el Banco de Nuevo León con un capital de 600 mil pesos, de los cuales 260 mil correspondían a Evaristo, Villarreal sería nombrado presidente del Consejo de Administración; se retiró de este último cargo al ser nuevamente candidato a la gubernatura en 1911 (Cavazos, 1985). Francisco Naranjo, hijo, nació en el municipio de Lampazos, Nuevo León. Titulado de ingeniero civil en Chester, Pensilvania, trabajó como inspector técnico de los ferrocarriles en México a fines de siglo. Se caracterizó siempre por ser un fuerte terrateniente, al igual que su padre, y un brillante orador político en contra de Bernardo Reyes y del Porfiriato en general; en 1900 fundó el Club Liberal Lampacence, filial del antirreleccionista de San Luis Potosí. Disuelta implacablemente aquella agrupación, por Reyes en 1903, se le encarceló aumentando su odio hacia el régimen político existente. Materia dispuesta a la rebelión, se incorporó al movimiento maderista. Al perder las elecciones para gobernador en 1911, organizó el “Regimiento de voluntarios de Lampazos”, a petición de Madero e intermediación de Treviño, para orquestar una importante campaña contra los insurrectos zapatistas en Morelos. El gobierno federal lo nombró gobernador provisional de Morelos; a los seis meses fue destituido por entablar pláticas y encuentros extraoficiales con algunos jefes zapatistas como Genovevo de la O y Gildardo Magaña.25 Entre la salida de Porfirio Díaz del país y la llegada de Francisco I. Madero al sillón presidencial, emergieron a la arena política regiomontana partidos, clubs y organizaciones en pos del poder. En líneas generales, se puede advertir que la prefe-

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rencia política se polarizó entre 1911 y 1912 en dos grandes grupos: los reyistas y los antirreyistas; estos últimos ligados al maderismo y cuyo matiz regional giró en torno al cacique Gerónimo Treviño. Tanto Treviño como Francisco I. Madero no otorgaron la más mínima concesión, en materia electoral, en el proceso de elección a los poderes Judicial y Ejecutivo estatal. Sin embargo, sucedió todo lo contrario en la disputa por los escaños de la legislatura local. Los clubs reyistas, aglutinados en el Partido Reformista Independiente, lograron la mayoría de curules dentro del parlamento estatal. Por su parte, las organizaciones maderistas que surgieron en esta etapa se sumaron a las antirreyistas conformadas entre 1909 y 1911. La influencia floresmagonista plasmada tácitamente, en todas ellas, en el transcurso de sus actividades políticas, otorgaron a un amplio sector de la clase obrera la capacidad de cohesionarse partidariamente y entablar alianzas coyunturales con sectores medios de la sociedad. Las raíces de su descontento, muy diversificadas por cierto, se remontan a principios de siglo y se anexan al resentimiento de los viejos caciques relegados por el procónsul. Durante el desempeño de Bernardo Reyes en el Ministerio de Guerra en México (1900-1902) la oposición logró una organización inusitada. A su regreso, en pleno preparativo para la reelección, la oposición, bajo la consigna del antireleccionismo, se volcó a las arterias citadinas y se mezcló en el fastuoso desfile del 2 de abril de 1903, el cual se realizaba año con año. Bernardo Reyes y sus partidarios no titubearon; la policía gubernamental reprimió con lujo de fuerzas a los antireeleccionistas. La manifestación se dispersó entre muertos y heridos; la cárcel estatal no dio cabida a los numerosos arrestados. Los que lograron huir salieron de la entidad y muchos, como Antonio I. Villarreal, se hospedaron temporalmente en la hacienda de La Babia, en Coahuila, perteneciente al cacique Gerónimo Treviño. Los clubs antirreyistas, algunos filiales del

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Partido Antireeleccionista de San Luis Potosí, fueron disueltos, cargando con la pérdida de locales, papelería, arrestos e intimidaciones. La oposición volvió a la disidencia. La primera válvula de escape se presentó en 1909 con la renuncia del procónsul; la segunda fue abierta por el maderismo. La llegada de Francisco I. Madero a la presidencia fue un anhelo cumplido y un descanso familiar a las presiones de las que fueron objeto, especialmente su padre y abuelo, por parte de las autoridades del gobierno de Díaz. Sin embargo, a menos de dos meses del triunfo definitivo del maderismo, el patriarca norteño Evaristo Madero, de 82 años de edad, dejó de existir en Monterrey, el 6 de abril de 1911. Así dejó a sus descendientes y socios un poder cuyas ramificaciones serían seriamente mermadas por una revolución que apenas iniciaba. Nuevo régimen, vetusto estilo

El Club Popular Obrero La participación en los comicios para elegir nuevos representantes públicos estuvo regida por una inusitada proliferación de partidos, clubes y organizaciones políticas que giraron alrededor de personajes seriamente comprometidos con algún estrato social. Tal fue el caso del Club Popular Obrero, que tenía entre sus filas a individuos de experiencia floresmagonista como Nicéfóro Zambrano, organizador del Partido Antirreleccionista y exconductor de carros de mercancías entre las ciudades de Parras, Monterrey y Matamoros, y a pequeños negociantes como el maderista Jerónimo Siller, un exobrero de la fundición La Estrella y dueño de un taller de fundición. El Club Popular Obrero aglutinó una gran cantidad de profesionistas, pequeños comerciantes y obreros. En octubre de 1911, la prensa lo reconocía como “el club más fuerte del momento por la can-

Monterrey: origen y destino

tidad de sus miembros”.26 Dos meses antes, el se- fue objeto, el Club Popular Obrero se dividió en manario El Trueno mostró su preocupación por los octubre, antes de participar en las elecciones de logros alcanzados en los últimos sufragios, donde el noviembre, en tres grupos,31 de los cuales dos se club ganó la segunda diputación estatal con el mi- separaron y se independizaron para formar nuevos nero y pequeño propietario Eusebio Cueva, el cual clubs políticos, restándole la fuerza necesaria para ser un competidor importante en la justa del penúlcomputó 2 mil 499 votos.27 Aliado con otro partido como el Reformista, timo mes del año. apoyó el triunfo más contundente del sufragio que A pesar de la dispersión obrera, Jerónimo correspondió al diputado y jurista Jesús L. González Siller y Nicéforo Zambrano obtuvieron, en 1912, los en el primer distrito, con un número de votos jamás puestos municipales de la Comisión de Panteones y visto: 5 mil 569.28 El artículo de agosto subestimó a Festividades, y de regidor, respectivamente.32 Amlos obreros por “no conocer más exigencias que las bos cargos fueron una muestra fehaciente de una propias”, anulando de antemano, por sus actitudes, movilidad social antes obstaculizada por el viejo las “aspiraciones” de las demás “clases sociales”. El régimen. llamamiento fue dirigido a las “personas notables de La relativa apertura pública que proporcionó la ciudad”, para que enfrentaran el posible peligro el régimen de Francisco I. Madero inició un largo de caer en una ‘tiranía popular’, como resultado de proceso de concentración política en estratos socialas próximas elecciones municipales. Lo importan- les anteriormente poco participativos. La irrupción te, afirmaba el artículo, era “continuar con el sistema violenta en los comicios de personajes ligados a orestablecido”, siendo “imprudente trastocar el actual ganizaciones obreras y de trabajadores urbanos de orden de cosas”.29 diversas categorías impactó en la sólida moralidad Los obreros de Monterrey que lograron porfiriana. Las grandes manifestaciones que brotaelegir un diputado se sienten capaces de elegir un ron por las arterias citadinas de Monterrey despertaalcalde y todo un gobierno municipal, para satisfa- ron duras críticas de los defensores del status quo. cer de ese modo sus aspiraciones de mejoramiento La concientización política de la masa trasocial. Muy bella es esa ambición y merecería no bajadora se volvió un peligro para las instituciones sólo la aprobación, sino también la ayuda de todo establecidas, particularmente para aquéllas creadas ciudadano amante de la equidad político-social, si por el empresariado urbano. La reacción de este úlno fuera porque el atraso en que desafortunadamen- timo fue la de restablecer un órgano, desintegrado te está nuestra clase en 1899, de coordinación de esfuerzos para obrera, la hace incapaz la defensa de sus intereses. La Cámara Napara gobernar a toda la cional de Comercio de Monterrey, creada a 30 sociedad. fines de 1911, incorporó a todos los empresaPara tranquirios industriales, comerciantes, banqueros y lidad del columnista, acaparadores del suelo urbano.32 Sin embargo, durante el maderismo, y debido a la crecienel trato hacia los obreros no varió en nada te heterogeneidad de con respecto al anterior régimen; el gobiersus miembros que lo no maderista no se preocupó por modificar caracterizó desde su nacimiento, y muy Los reformistas citadinos establecieron reu- la relación existente entre patrón-trabajador. organizadas todos los martes y sábaA fines de 1911, la problemática obrera contiprobablemente al ata- niones dos en la noche en un local frente al Mercado nuó siendo vilipendiada. que constante del cual Juárez.

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En noviembre de este año el Club Obrero Hidalguense, ubicado en el municipio de San Nicolás Hidalgo, buscó protección con el gobernador Viviano L. Villarreal. La misiva fue dirigida para contrarrestar los posibles abusos a cometerse por los nuevos funcionarios municipales, quienes se caracterizaban por ser empleados de la fábrica de cemento (Cementos Hidalgo) instalada desde 1906 en ese lugar.33 En mayo de 1912, el problema se presentó tal y como lo había previsto el club obrero seis meses atrás. Los jefes norteamericanos Niggle y Rehu, de la fábrica de cementos, ordenaron el aumento de las horas de trabajo sin salario extra. Resultado de varias reuniones entre los 138 trabajadores inconformes por la medida, se acordó no trabajar más allá de las diez horas diarias normales. Ante los oídos sordos de la burocracia municipal –en su mayoría empleados de confianza de la empresa–, decidieron expresar nuevamente su descontento al gobernador; comprometiendo en esta ocasión a Viviano L. Villarreal para llegar a un arreglo con la compañía. El 11 de junio, Villarreal trató cómodamente el asunto con el apoderado de la empresa y exfuncionario reyista Pedro Benítez Leal, diputado estatal en once ocasiones entre 1887 y 1911, y gobernador interino entre 1900 y 1902. En esta ocasión, como en muchas otras, la arbitrariedad empresarial fue pasada por alto sin sanción, y la resolución fue dada en perjuicio de los obreros. La compañía se comprometió a pagar según las horas que trabajase cada obrero, quedando arbitrariamente a consideración de los jefes de departamento el decidir si se laboraban las diez horas efectivas del día. En caso de no ser así, el salario de cada obrero dependería de las horas trabajadas.34 La diplomacia del viejo funcionario apoderado de la empresa no pudo rendir mejor satisfacción: la confluencia de intereses entre el poder político y el económico marcó crudamente la política obrera a llevarse durante el maderismo.

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Descontento en el agro nuevoleonés Por su parte, la población agrícola económicamente activa en el estado mostró una tendencia hacia el estancamiento, si no a la baja, en los últimos quince años del Porfiriato. El fenómeno se percibe desde el momento en que la entidad tuvo un incremento poblacional, en este periodo, de 18.6 por ciento, ligeramente por debajo del índice nacional que fue de 20.1 por ciento.35 Al mismo tiempo, el municipio de Monterrey crecía, entre 1895 y 1910, un 54.4 por ciento,36 algunas de las causas aparentes de este poco llamativo crecimiento en el área rural son: la absorción de mano de obra que requirió la actividad económica de Monterrey; el tendido del ferrocarril, que facilitó la transportación no sólo a nivel interestatal sino allende El Bravo, y, por supuesto, el punto medular de toda migración, el agotamiento de las perspectivas de mejoramiento de vida. Lo anterior es confirmado por la amplia documentación encontrada en el AGENL, referente a evitar por parte de la burocracia gubernamental, la migración hacia el vecino país del norte. En el verano de 1912, el gobernador Villarreal recibió un informe procedente de la aduana de Laredo, Tamaulipas, aduciendo el aumento en el índice de migración hacia el país vecino de la población masculina fronteriza “entre los 18 y 35 años”.37 Días después, varias autoridades municipales se quejaron de no poder contener el flujo migratorio debido a que “los habitantes de los pueblos preferían ir a engrosar las filas de la Revolución, a (querer) prestar su contingente al ejército federal”.38 Los factores que impulsaron el descontento en el agro eran tan diversos como añejos. El gobierno maderista estatal continuó como sus antecesores, comprometido en principio con el empresariado industrial citadino y en segundo plano con los sólidos grupos porfirianos de hacendados y comerciantes. La explosiva rebelión en Chihuahua, a principios de marzo de 1912, por parte de un resentido maderista,

Monterrey: origen y destino

don Pascual Orozco, actuó como detonante en un campo abonado de resentimientos, humillaciones y represalias en la entidad. El mismo general Treviño se encontró involucrado al ofrecerte el movimiento orozquista, en caso de triunfar, la presidencia provisional de la república. El asunto se ventiló rápidamente en la ciudad de México. W.C. Whiffen, corresponsal en México de The Associated Press, se entrevistó el 24 de febrero con el presidente Madero para abordar la posible asonada en Chihuahua. Las preguntas del periodista norteamericano fueron dirigidas, igualmente, a cuestionar la fidelidad manifiesta por parte de Treviño hacia el nuevo régimen. Francisco I. Madero se concretó a responder que la entrañable amistad que los unía, tanto con Orozco como con Treviño, le daba la pauta para no dar crédito a las “habladurías”.39 En Monterrey, el viejo general mostró una actitud casi indiferente, pero la sola posibilidad, aunque remota, de sentarse en el sillón presidencia lo halagó. En su accidentada carrera militar y política, más de una vez estuvo a un paso de obtenerlo, inclusive pagó su imprudencia con el alto casto del retiro obligado a la vida privada. Al enterarse de la propuesta que se le hacía por parte de la inevitable rebelión, comentó en una ocasión: Estoy muy viejo [...] no tengo ya dientes para comer el tasajo. Batallo para subir al caballo, por las reumas. Ojalá tuviera treinta años menos [...] (Peña de Villarreal, 1968:33). Y si así fuera, tal vez no lo hubiera pensado dos veces. Pues bien, las puertas de la Historia se abrían nuevamente para aquéllos que no lo pensaron dos veces. Enfrentando el rostro adusto de Treviño, el telegrama con carácter urgente que recibía a mediados de marzo de 1912 pedía refuerzos a la zona militar a su mando para rechazar los primeros saqueos de que eran objeto las rancherías del municipio de China.

Nemesio García Naranjo fue un audaz defensor del antiguo régimen y crítico mordaz del maderismo.

El perfil de la rebelión maderista Inmediatamente se pusieron en marcha el primer y segundo Regimiento de Caballería del Cuerpo Irregular de Voluntarios, bajo las órdenes de los capitanes Pedro Hernández y Maximiliano Villarreal, respectivamente. El primero se dirigió a los municipios incrustados al sur del estado y el segundo a los ubicados al oriente. Hernández les entregó, a las autoridades del municipio de Dr. Arroyo, 43 carabinas calibre doce y 3,800 cartuchos acabados de desempacar del poderoso vecino norteño;40 los brotes de sublevación estaban por doquier. El 19 de marzo, el revolucionario vazquista, Hexiquio Eguía García, irrumpía con 25 hombres en el pacífico poblado de Mier y Noriega llevándose los fondos de la Tesorería Municipal de las Oficinas de Timbre, de Correos y de Recaudación de Rentas.41El jefe de Rurales del municipio de Za-

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ragoza, Félix Pérez, abrazaba la causa orozquista el 9 de abril para posteriormente internarse en la sierra colindante con Tamaulipas;42 dos días antes, 25 sirvientes del rancho “El Buey”, y siete del rancho “Japona”, a cuatro leguas de distancia de aquél, se incorporaban a una gavilla local levantada.43 Los alzados iban delineando con mayor precisión la forma que habría de tomar la insurrección en el estado hasta mediados de 1913: mostrando un reflujo entre la derrota de Orozco y el levantamiento del brigadier Félix Díaz en Veracruz, las gavillas revolucionarias se caracterizarían en primera instancia por un número relativamente pequeño de componentes. Al parecer, no rebasaron casi nunca la cifra de 50 hombres, inclusive siendo ésta un caso excepcional. Sin embargo, las incursiones desequilibraron gravemente la vida cotidiana de numerosos poblados. En la madrugada del 31 de octubre de 1912 fue tomada a sangre y fuego la plaza de Doctor Arroyo, uno de los poblados más importantes del sur del estado, siendo depuestas las autoridades municipales, saqueadas las casas comerciales, incendiados los archivos de las oficinas públicas y robado el armamento, parque y caballos entregados por el gobierno siete meses atrás. El número de asaltantes que participaron fue poco menor a los 45 hombres armados.44 Otro punto convergente fue la extremada movilidad que les proporcionó su inferioridad numérica; las regiones preferidas de actividad se concentraron en los límites interestatales de Tamaulipas, Coahuila y San Luis Potosí, donde encontraron facilidad para escabullirse en caso de peligro, más allá de la frontera nuevoleonesa. Finalmente, otra generalidad que es de apreciarse fue su falta de interés por mantener y controlar las zonas ocupadas. Los que se vieron más afectados directamente por tal situación fueron los hacendados. De la noche a la mañana vieron afectados sus bienes con acciones como la destrucción de cercas, robo

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de animales, huida de sirvientes, comunicación insegura hacia el exterior de la hacienda, entre otras.45 Más de uno pidió autorización al “Supremo Gobierno” para formar “pequeños destacamentos, montados, armados y expensados” por su cuenta para “perseguir, aprehender y consignar a las autoridades competentes” a todos aquéllos que atentaran contra sus bienes.46 Si bien es cierto que el gobierno estatal nunca aprobó estas medidas, es evidente que los hacendados que consideraron ineficaz la protección pública tomaron la justicia por su cuenta. Tal fue el caso del terrateniente Emilio A. Dávila, vecino de Laguna de los Indios, municipalidad de China, a quien se le acusó de mantener una fuerza armada particular de “diez monteros”.47 “Cualquier gasto [...] será pagado por mí”

El Partido Reformista Independiente de Nuevo León Sobre el intento de insurrección reyista, fraguado del otro lado de la frontera, no les faltó información a los resentidos gobernantes nuevoleoneses. Después de haber regresado de su exilio, de más de año y medio, en junio de 1911, el general Reyes encontró una pundonorosa hostilidad por parte del movimiento maderista triunfante, al presentarse como el opositor más fuerte del caudillo de la revolución. A fines de septiembre decidió salir nuevamente del país con rumbo hacia la ciudad de San Antonio, Texas, alojándose en la casa de su antiguo amigo y exnegociante regiomontano de juegos de azar, Miguel Quiroga. Aun cuando Viviano L. Villarreal le informó a Madero, en noviembre de 1911, sobre la poca importancia que tendría un posible movimiento reyista en el país, “y ahora menos [...] después de conocido el discurso del cuerpo diplomático –estadounidense, sobre todo– por la subida de usted

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a la presidencia”,48 la nueva legislatura estatal surgida de las elecciones de junio representó abrumadoramente los intereses de los reyistas locales. El semanario El Trueno comentó, una vez pasados los comicios, el triunfo rotundo del Partido Reformista Independiente y del Popular Obrero en contra del “sentimiento antirreyista” que caracterizó el periodo del general María Mier.49 El Reformista Independiente de Nuevo León nació y aglutinó a todos aquellos seguidores del procónsul –en la apertura política dada por la revolución maderista– el 13 de mayo de 1911, con el objetivo de participar en las elecciones en puerta.50 Casi veinticinco años de presencia reyista en Nuevo León no podían borrarse de un solo plumazo, como podría pensarse que sucedió en el periodo comprendido entre octubre de 1909 a mayo de 1911. Este último periodo, que se inicia con la salida de Bernardo Reyes del país y prosigue con la clara política gubernamental porfirista de desmantelamiento de toda organización ligada a él, dio como consecuencia callar institucionalmente, mas no de manera individual, el partidismo aguerrido de los portadores del “clavel rojo”. Triunfantes los reyistas en la mayoría de los distritos electorales, daban cuenta de lo profundo de las raíces dejadas por uno de los personajes más prominentes del “antiguo régimen”. Los reformistas citadinos establecieron reuniones organizadas todos los martes y sábados en la noche en un local frente al Mercado Juárez. Las asambleas llegaron a ser presididas por un decidido personaje que llegó a efectuar, con este solo objetivo, viajes constantes a Monterrey desde México: Samuel Espinosa de los Monteros (Cantú, 1948). Sin embargo, los ánimos empezaron a caldearse a partir de agosto; al temer que resultara “un conflicto sangriento de lamentables consecuencias”, las autoridades estatales pudieron controlar en un primera ocasión un posible enfrentamiento entre las dos corrientes políticas del momento, al anular, para el día 20 de ese mes, un par de manifestaciones, de cada una de ellas, aprovechando el onomástico

del general Reyes.51 Mientras los reyistas optaron por acceder a la respuesta gubernamental, el club antirreeleccionista “2 de abril de 1903” –nombre en recuerdo a la fecha de una de las represiones más violentas de las que fueron objeto los opositores de Reyes–, llegó a realizarse sin alterar el orden.52 Éste fue sólo un aviso de los acontecimientos que estarían por desarrollarse. El 5 de septiembre los reyistas se reunieron como de costumbre en su local. En el momento en que la oratoria hizo acto de presencia entre los correligionarios, un grupo de maderistas se presentó a las puertas del salón “lanzando gritos subversivos con el deliberado objeto de impedir el acto político, “interrumpiendo a los oradores con vivas a Madero y mueras a Reyes”.53 El acontecimiento empezó a cobrar importancia cuando numerosas personas, atraídas por la inesperada concentración política, empezaron a tomar partido. Incluso llegaron a “injuriar gravemente a un pobre anciano, haciéndole que se cortara la barba sólo por creerlo reyista”.54 La feria que se llevaba a cabo en la acera de enfrente alimentó el tumulto; la descripción dada por un periódico local es bastante elocuente: Las mesas de las mujeres que venden cena en los andadores del Mercado Juárez, lado poniente, fueron tomadas por asalto, y convertidas en tribunas donde oradores improvisados se dirigían a los escandalosos [...] tras hacer una quebrazón de mesas y loza de las mujeres vendedoras que corrieron inmediatamente, siguió la chusma gritando por la calle Juárez, Aramberri y otras, disolviéndose luego que se presentó un piquete de Fuerza de Seguridad Pública, de Infantería y otros de la misma fuerza de Caballería, así como la policía municipal, a pie y a caballo. La policía logró hacer varias aprehensiones de individuos considerados como instigadores.55 Al día siguiente, el presidente del partido agredido, Jorge B. Warden, escribió al gobernador

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dumbre se presentó esa noche y estalló lo inevitable; sin saber quién fue el que dio el primer golpe, el mitin degeneró en una contienda pública. Acto seguido, un grupo de maderistas atacó el recientemente instalado cuartel de seguridad, y ocasionó así los primeros disparos. La inmediata concentración de grupos policíacos provocó una represión con lujo de fuerza; el reLa fundación de planteles educativos dentro de las grandes compañías asentadas en Monsultado oficial arrojó 105 arrestados, terrey demostró una vez más la complejidad de una profusa ideología proempresarial. 42 heridos y tres muertos, aunque pidiendo garantías para su agrupación y reafirmó a extraoficialmente se habló que la vez que de ninguna manera los reyistas se ame- perdieron la vida once personas.59 La investigación drentarían por los sucesos acaecidos, ya que con- posterior sobre las causas del escándalo dio como tinuarían sus sesiones en el mismo local y bajo los resultado también la consignación de dos redactores días y horarios preestablecidos.56 La garantía ofre- de El Renacimiento, uno de ellos, el cual respondía cida por el gobierno fue el establecimiento de un al nombre de Antonio de la Paz Guerra, logró su licuartel permanente de Seguridad Pública al norte bertad al respetársele el fuero como diputado.60 de la plaza Juárez.57 Los periódicos locales enconSin embargo, como lo manifestó Warden traron su mina de oro al explotar toda actividad de- al gobernador, los reyistas continuaron con su casarrollada por los reyistas; la prensa se convirtió en lendario de actividades. Sólo que ahora seriamente un catalizador del descontento. mermado, debido a que su candidato a la presidenEl periódico treviñista denominado El Re- cia optó por el exilio y la disidencia en los últimos nacimiento informó e incitó, con actitud despectiva, días de septiembre de 1911. “a injuriar el mitin a realizar por los reformistas en su local el 15 de septiembre”.58 Una gran muche- Captura del general Bernardo Reyes

La Escuela Politécnica Cuauhtémoc fue inaugurada el 1 de octubre de 1911, y era sostenida por la cervecería más importante del país.

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La Voz del Pueblo, boletín editado en Villaldama por el club Democrático Santos Degollado, resumía con suma precisión el fracaso del proyecto democrático emanado del movimiento maderista. La revolución, comenta, nos trajo nuestros derechos de ciudadanos, pero no sabemos ejercitar ese derecho, vemos a nuestros adversarios políticos como enemigos personales, cuando alcanzamos el poder ejercemos represalias, y lo que es peor todavía, no nos hemos acostumbrado a perder [...].61 Eso fue a lo que nunca se acostumbró Gerónimo Treviño, principal enemigo de Bernardo Reyes: a perder.

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A mediados de octubre, la ciudad de San Antonio se volvió un centro importante de conspiración contra el gobierno maderista. Una vez que Madero lo ratificó como jefe de la Zona Militar del noreste, y tal vez, esencialmente, motivado por una vieja rencilla, Treviño hizo vigilar por su cuenta constantemente a Reyes y a sus partidarios, tanto de uno como del otro lado del Bravo. Prueba de ello se encuentra en la intensa relación epistolar entre Treviño y Juan A. Valls, district attorney, fiscal de distrito, de la ciudad de Laredo, Texas. En uno de estos escritos, fechado el 9 de noviembre, Treviño le agradecía a Valls los informes enviados por este úl-

sidente provisional, obligándose con esta medida a restablecer el orden. El plan tuvo una profusa difusión, y aunque no logró despertar el interés de sus antiguos seguidores como lo habría tenido dos años antes, sí puso en posición comprometida a las autoridades estadounidenses. Dos días después de conocido el documento contrarrevolucionario, éstas presentaron orden de aprehensión contra Reyes y otros organizadores. Puesto en libertad bajo fianza de 5 mil dólares, fue nuevamente arrestado días después y aumentada la suma a 10 mil dólares, cifra que se pagó por sus partidarios; la libertad bajo fianza implicó un juicio posterior ante la Corte, al que debería asistir a principios de abril de 1912. Debido a una decisión repentina del gobierno federal de los Estados Unidos –de adelantar el juicio a la segunda semana de diciembre– y esperanzado de encontrar elementos suficientes de apoyo a su contrarrevolución, Bernardo Reyes decidió cruzar la frontera el 13 de diciembre acompañado por sólo cinco personas más. A pesar de eludir los centros importantes de población, el grupo subversivo se vio en la necesidad de enfrentarse a una acordada Cervecería Cuauhtémoc ofrecía un modelo alternativo a la enseñanza pública. que logró separar a Bernardo Reyes de sus acompañantes. Después de once días de fatídica aventutimo sobre las actividades reyistas. A la vez le pedía no escatimar ni esfuerzo ni dinero alguno, ya “que ra, completamente solo, sin que nadie acudiera en cualquier gasto, decía, que pudiera ser necesario su auxilio, decidió entregarse “a cualquier tropa o en el sentido de descubrir las maquinaciones de los autoridad” que encontrara en su camino (Arellano, trastornadores del orden en México en esa parte del 1985; Ulloa, 1978; y Niemeyer, 1966). El 25 de diciembre, cuando el general Gepaís, será pagado por mí”.62 Mientras tanto, el general Reyes elaboraba rónimo Treviño se disponía a entregarse al placer un plan revolucionario que se fechó el 16 de no- gastronómico del medio día en unión de su esposa y viembre en la población de Soledad de Tamaulipas. familiares, un sirviente le entregó un telegrama enEn él desconocía los poderes públicos emanados de viado desde la población de Linares. La noticia no los últimos sufragios y adquiría el carácter de pre- podía ser más halagadora; el ansiadamente buscado

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Bernardo Reyes se había visto obligado a entregarse en la madrugada de ese día, hambriento, sediento y con las ropas desgarradas, a un oscuro oficial de un pequeño destacamento de rurales de esa municipalidad.63

Las pugnas internas del maderismo. Los privilegios familiares

El sentir popular entre los partidarios del maderismo parecía favorecer a Emeterio de la Garza Jr., hijo del jurisconsulto del mismo nombre, quien había llegado a ser presidente, apoderado general y socio del general Gerónimo Treviño en varios negocios de la compañía del ferrocarril Monterrey-Tampico. Abogado de 39 años y apoderado de varias empresas regiomontanas en México, tenía tras de sí una larga experiencia política reflejada en sus cuatro reelecciones para diputado por Nuevo León ante el Congreso de la Unión, entre 1898 y 1910. Pero Gustavo A. Madero, como representante del centro, hizo a un lado su curriculm vitae.

Una vez resuelto el problema que representó el moribundo movimiento reyista, el partido de la revolución triunfante, llamado “Constitucional Progresista”, no sólo encontró obstáculos en los sufragios para determinar a la legislatura estatal, sino también a la federal. En la visita del secretario de Gobernación –Gustavo A. Madero– a Monterrey, en junio de 1912, los candidatos a diputados federales por el partido maderista quedaron plenamente confirmados por el centro. Entre ellos sobresalían Jesús H. Treviño, Jesús Aguilar González y Alfonso Madero, respectivamente, tío, primo y hermano del presidente de la república. Pero el cuarto distrito ubicado en el norte del estado Bernardo Reyes, Félix Díaz y el general Mondragón comandaron un contingente que desembocó en el bien guarnecido Palacio Nacional. Esta acción le costó la vida al general Reyes. representó un grave problema para el partido maderista; cualquiera que fuera ahí el personaje apoyado Tras una larga entrevista con su suegro, el goberpor el Constitucional Progresista, tenía que enfren- nador Viviano L. Villarreal optó por la elección de tarse a un descendiente de una de las familias más un candidato que tuviera, como los demás elegidos. activas en el terreno de la política desde mediados una relación más íntima con la familia Madero. La del siglo pasado. Éste era Nemesio García Naranjo, designación del contendiente por el cuarto distriaudaz defensor del antiguo régimen y crítico mor- to recayó en Lázaro N. Villarreal, hijo de Felícitos daz del maderismo, quien intentaba reelegirse como Villarreal, hermano este último del mandatario estadiputado federal por segunda ocasión consecutiva. tal.64 Nacido en Lampazos, al igual que Nemesio, se

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El empresariado industrial y el maderismo

Los acontecimientos del 19 y 20 de octubre de 191

El general Victoriano Huerta era el encargado de abatir la insurrección.

creyó que podría provocar una fisura en aquella rígida solidaridad hacia los Naranjo presentada por los lampacences. En el momento en que fue asignado como candidato por el partido, fungía como secretario general de Gobierno. Por su parte, y a pesar de no haber obtenido la candidatura oficial del Constitucional Progresista, Emeterio de la Garza participó en las elecciones de 1912. Mientras tanto, los naranjistas, lejos de mostrar divisiones, estructuraron una impresionante organización que llegó a ser coordinada por el ingeniero Francisco Naranjo, primo de Nemesio, quien se encontraba en ese momento como gobernador interino de Morelos. Probablemente los ataques constantes de los enemigos políticos, e incluso del mismo Francisco I. Madero, en buena medida coadyuvaron también a esta eficaz organización. El resultado del sufragio, dado a conocer en junio, fue un triunfo rotundo del trabajo realizado por los partidarios de Naranjo. Éste obtuvo casi 70 por ciento de los votos, frente a la humillante derrota caracterizada por la desorganización, los privilegios familiares y las pugnas interpartidarias del maderismo.65

Fiel a la preferencia recibida en los últimos 25 años, los empresarios industriales de Monterrey no se contagiaron del virus maderista. A principios de mayo de 1911, los representantes de los sectores industrial, financiero y comercial de Monterrey enviaron sendos telegramas de “adhesión incondicional” a Díaz.66 Sin embargo, en octubre de ese mismo año, Madero, ya con el cargo de presidente electo, volvió a visitar la ciudad que tan fríamente lo había acogido en junio de 1910. La junta que se designó para la organización de los festejos de bienvenida quedó integrada por empresarios tan sobresalientes como los Zambrano y los Ferrara; la comitiva de recepción encabezada por su tío, el gobernador Viviano L. Villarreal, lo recibió en la mañana del 19 de octubre en los patios de la estación de las Líneas Nacionales. Aunque millares de personas entorpecieron el orden preparado de antemano para la recepción, Francisco I. Madero fue trasladado inmediatamente al edificio que albergaba los Supremos Poderes del Estado. Después de pronunciar un largo discurso en el imponente palacio construido durante el gobierno del procónsul, pasó a hospedarse a la residencia de su tía Victoriana Madero, viuda de Villarreal, hermana de la esposa del gobernador y viuda de un hermano del mismo, Melchor Villarreal (Saldaña, 1945). El día siguiente fue dedicado de lleno a los magnates; a mediodía se le ofreció un banquete en la Quinta de José Calderón, uno de los principales accionistas del grupo cervecero local. La entrada quedó sumamente restringida a las altas personalidades de la “aristocracia de la ciudad”. Para culminar el festejo al lado del nuevo presidente, la casta empresarial organizó un suntuoso baile nocturno llevado a cabo en el Casino de Monterrey.

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Justamente ahí trece años antes, comenta Saragoza (1988:53), la misma élite celebraba la visita de Porfirio Díaz. De hecho, la actual recepción de Madero parecía la puesta en escena de una obra ensayada con diferente vestuario en 1898; sólo que ahora el actor principal era otro presidente. El escenario y el reparto permanecían los mismos. Ésta era sólo una muestra de la capacidad de sobrevivencia que mostraría el grupo económico local en el transcurso de la década revolucionaria que se avecinaba. Un periódico citadino no dejó pasar desapercibido lo que era demasiado obvio: Los que apoyaron el antirreeleccionismo en la época del peligro, los que fueron encarcelados junto con el Sr. Madero, los que fueron perseguidos sólo por haber sido maderistas, no figuran hoy en primera fila. Son los porfiristas de ayer los que reciben y agasajan al Sr. Madero; son los porfiristas de ayer los que se perfilan para alcaldes y munícipes.67

El programa político-educativo del maderismo El maderismo ciertamente intentó enterrar su origen revolucionario. Una franca muestra de esta afirmación fue el licenciamiento inmediato de todos aquellos grupos armados que enfrentaron al ejército federal porfirista. Asimismo, el haber dejado inalterados fuertes intereses del antiguo régimen provocó un gran descontento, el cual se manifestó a través de constantes levantamientos y críticas furibundas de la prensa escrita contra el nueva régimen. En Nuevo León, en el discurso pronunciado como programa de gobierno en la toma de protesta como gobernador por parte de Viviano L. Villarreal, el 4 de octubre de 1911, en manos del presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Leobardo Chapa, quien tuvo a su cargo el interinato a partir de la renuncia de María Mier, no presentó en su proyecto de gobierno reforma profunda alguna.68 Los puntos

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medulares de su programa se redujeron a tres débiles iniciativas. La primera consistió en la reglamentación de los derechos de las propiedades rústicas indivisas llamadas “comunidades”. Este tipo de tenencia de la tierra ocupó aproximadamente, en 1911, 70 por ciento del territorio estatal. La característica fundamental que las identificó consistía en el disfrute y uso en común de la tierra por parte de sus propietarios, siendo inherente la indivisión legal de cada propiedad particular. El conjunto de los propietarios representaba 7 por ciento de la población total, para demostrar así el alto proceso de concentración al que fue sometido el agro nuevoleonés durante el Porfiriato (Flores, 1989 y 1987). Como buen terrateniente, el gobernador maderista nunca se preocupó durante su mandato por estimular la iniciativa de ley referente al decreto de reglamentación, amén de los serios obstáculos que interpusieron los caciques a una posible y prematura reforma agraria. El segundo punto se refería a la elaboración de una ley sobre beneficencia privada, para dar una amplia cobertura y protección a las fundaciones benéficas. La existencia de dos grandes centros privados de beneficencia con gran tradición en Monterrey –Hospicio Ortigosa y Melitón Villarreal–, plantearon al Estado Liberal la necesidad de canalizar la ayuda, ya fuese individual o institucional, hacia estas fundaciones. El proyecto de ley fue aprobado por el Congreso unos meses después de la toma de protesta.69 En el tercer y último punto destacaba la “imperante necesidad” de “retocar la Ley de Instrucción Pública”, piedra angular del ideal empresarial en la conformación de “una sociedad ilustrada, sana y respetuosa del derecho ajeno y celosa de los derechos propios”.70 La preocupación por extender la educación en el estado era añeja. Las estadísticas que proporcionó el Porfiriato en 1910 demuestran esta aseveración. Nuevo León fue la entidad que contó, proporcionalmente a su población, con el menor porcentaje

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de analfabetos en el país. El tiraje de los periódicos locales solamente tenía comparación con los demás estados norteños (Flores, 1993ª y 1988). Y, por supuesto, la politización de una buena parte de la población urbana, a partir de la salida de Bernardo Reyes primero y de la revuelta maderista después, no dejó de consumir la lectura de panfletos, periódicos y manifiestos relacionados con las alternativas políticas difundidas por los diversos grupos en pos del poder. Definir en manos de quién se quedaría la impartición de la educación pasó a ser un asunto de vital importancia para el empresariado de Monterrey; la coyuntura para lanzar, por vez primera, nacionalmente el proyecto de reproducción de este

y posterior al maderismo habrá de atender en definitiva a su influencia dentro del estado en víspera de la revolución. Ciertamente hay pruebas fehacientes, durante el periodo examinado, del surgimiento de profesores que tuvieron una influencia determinante en el transcurso del periodo revolucionario. Los ejemplos más elocuentes se encuentran en el maestro rural y general Antonio I. Villarreal, y en el profesor y empresario Joel Rocha. El primero llegó a gobernar su estado natal durante la etapa más radical del constitucionalismo, y esgrimió una política educativa anticlerical y de prorreforma agraria; mientras que el segundo, aparte de perfilarse como un pequeño empresario a fines del Porfiriato en el ramo del comercio y la producción

Salomé Botello y la Junta Proveedora de Cereales.

ideal, parece ser que se presentó durante el régimen maderista. Sin embargo, el estudio del impacto que tuvo la educación privada en Nuevo León durante

de enseres domésticos, bajo la firma de “Salinas y Rocha”, fungió como maestro de la Escuela Normal del Estado, regidor del ayuntamiento (1919) y alcalde provisional de Monterrey en 1920.

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Pero la fundación de planteles educativos el programa oficial”, la instrucción, a nivel preparadentro de las grandes compañías asentadas en Mon- toria, de artes y oficios y de especialidades y agrícoterrey demostró una vez más la complejidad de una las.72 En un informe elaborado en abril de 1912 por profusa ideología proempresarial, que permeó insti- el director estatal de la institución primaria, Gaspar tuciones vitales de toda una sociedad. La reproduc- Fernández, se resaltó que a ese nivel se encontraban ción de obreros calificados y de elementos técnicos matriculados 651 alumnos, 240 niños en el turno para su especialización, o posible incorporación, en diurno y 411 adultos en el turno nocturno, con una el aparato productivo de la misma empresa, fue el asistencia media de 50 por ciento. El edificio, que tenía una extensión de 990 objetivo inicial del programa educativo dirigido a los trabajadores y a los hijos de los trabajadores. El metros cuadrados, era atendido por once empleaproyecto de crear escuelas no gubernamentales para generar los valores humanos a favor de la iniciativa privada individual, tuvo comparación sólo con el poder que la Iglesia, guardando la debida proporción, logró obtener sobre la instrucción durante el largo periodo colonial en México. Paralelamente, La política de defensa regional, propuesta por Salome Botello, tuvo una acogida masiva por los ciudadanos de la la casta empresarial ciudad. durante el periodo revolucionario continúo, con mayor razón, la dos con un promedio salarial para maestros de 0.85 tradición porfiriana de enviar a sus descendientes pesos diarios. Las instalaciones, continuó Fernána prepararse en el extranjero, particularmente a las dez, constaban de excelente amplitud, ventilación universidades estadounidenses. y alumbrado. La enseñanza, que era enteramente El ejemplo más convincente del grado de gratuita, contemplaba la dotación de los útiles de influencia que lograron dentro de la enseñanza trabajo y todos aquellos indispensables para el desaalgunos centros fomentados por el empresariado rrollo físico, “pudiendo decirse que nada faltaba de industrial fue la Escuela Politécnica Cuauhtémoc, lo necesario para impartir la enseñanza”.73 El modelo de educación que el empresariainaugurada el 1 de octubre de 1911, y sostenida por do industrial contempló de forma muy temprana –y la cervecería más importante del país.71 Este proyecto empresarial tenía contem- que lograría cristalizar a nivel profesional a partir de plado impartir, además de la “enseñanza primaria, la década de los cuarenta-, fue la formación nacioelemental y superior, para niños y adultos conforme nal de un mayor número de escuelas sostenidas por

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Entre los primeros en responder a la propuesta relacionada con el cuerpo de seguridad se encontraron los empleados y obreros de la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.

particulares. La Escuela Politécnica Cuauhtémoc pretendía presentarse como el modelo alternativo a la enseñanza pública, y así se lo hizo saber el gerente Francisco G. Sada al presidente de la república en la primera oportunidad que tuvo. En octubre de 1912, Francisco G. Sada le comentó al presidente Francisco I. Madero, a la vez que le entregaba el folleto de la escuela y sus planes de estudio, la posibilidad de que buena parte de la instrucción pública pudiera ser sostenida en las demás partes del país por las empresas privadas que tuvieran capacidad para ello. Esto siempre y cuando la soga de los impuestos no sólo locales, estatales y municipales, sino federales, no “apretaran” tanto a las compañías, aligerándose así, comentó Sada, “la pesada tarea que actualmente está al cuidado de nuestro gobierno”.74 La respuesta de Madero mostró la posibilidad de llevar a cabo en otras partes del país la propuesta de Sada. La efímera relación epistolar que

establecieron tendió a intentar perfeccionar el plan de estudios de la Escuela Politécnica para su aplicabilidad en otras zonas. El 26 de octubre de 1912, el presidente de la república sugería incorporar al referido plan la instrucción militar, “pues creo conveniente, advertía, desarrollar en los jóvenes educandos el espíritu de disciplina desde sus primeros años, a efecto de que les sea útil cuando sea un hecho el servicio militar obligatorio”.75 En noviembre de 1912, Sada volvió a insistir. Fundamentó la “universal aceptación en los países sajones” de las materias impartidas en su empresa. Respecto a la propuesta del presidente, el gerente de la cervecero prefirió establecer y conservar en toda forma la institución de los Boys Scout, ese sistema, continuó, que está muy de acuerdo con el espíritu de los niños, les despierta todas sus aptitudes y está reconocido que produce el mejor material para el soldado del porvenir,

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desarrollando el amor al prójimo, la veneración a la patria y el honor, lo mismo que sus mejores sentimientos, y acostumbrando a los niños a la vida del campo, abastecerse a sí mismos y a aprovechar todas sus aptitudes físicas e intelectuales.76 La importancia de la reforma educacional proempresarial para la política social maderista de la entidad y para el empresariado industrial de Monterrey fue innegable a partir de 1911. El constitucionalismo y los regímenes inmediatos no llegaron jamás a interferir en el proceso de consolidación de esta tendencia. A lo sumo, sólo exigieron relativo apego a la estructura y contenido del programa educacional que proyectaron. Por su parte, en noviembre de 1912, el ya encallecido héroe de La Escondida renunció a la jefatura de la Zona Militar por una seria dolencia contraída en su sinuosa carrera militar. Sin embargo, no tenía una sola idea de que los acontecimientos que se presentarían en unos meses más tarde lo arrancarían contra su voluntad del retiro planeado como definitivo.

3. Los estertores del reyismo A principios de 1913, los civiles que ocuparon la mayoría de los escaños en la legislatura local habían desarrollado en cuestión de meses una línea independiente, opositora a los privilegios de un poder ejecutivo que adquirió demasiadas facultades –irónicamente– durante el mismo régimen de Bernardo Reyes. El golpe de febrero de 1913 permitió a esta generación fresca de reyistas poner en práctica un programa de emergencia tal y como lo hubiera hecho el general Reyes, pero ahora bajo un renovado gobierno civil. A la administración huertista, sinónimo de la intransigencia restauradora de la contrarrevolución,

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le tocó cobrar los favores que el procónsul concedió, en materia económica y política, al empresariado citadino. La simbiosis del poder público y el poder económico durante el huertismo fue sólo una exacerbada tendencia de la política reyista de antaño. La sólida oligarquía regia y la administración local formaron un frente común contra la revolución constitucionalista venida de afuera. Aunque los años de paz y progreso porfirista habían aliviado los rigores de otros tiempos, la defensa de una vida dedicada al despegue económico, comercial y financiero de toda la estructura productiva capitalista, sin comparación en cualquiera otra región del país, se había vuelto indispensable. La situación hegemónica del empresariado dentro de la sociedad regiomontana, que facilitó en ocasiones la ostentación y el lujo, era una cosa que debía defenderse por sí misma, situación que podía desaparecer en cuanto el aparato gubernamental huertista, como máxima autoridad política y represiva, se desvaneciera. El imperativo de la defensa de un espacio vital como lo era Monterrey –lugar donde se concentraban las fábricas y las ins-tituciones comerciales y financieras representantes todas de un capitalismo en plena efervescencia– fue de hecho salvaguardar como clase hegemónica su propia sobrevivencia. El ocaso de Gerónimo Treviño

La decena trágica Al final de 1912 y principios de 1913, la camarilla maderista en la ciudad de México se había convertido en un mare magnum de intrigas, mentiras, miedo y descontento, en donde sobresalió la figura siniestra del embajador norteamericano Henry Lane Wilson. El complot, como era de esperarse, estalló la madrugada del domingo 9 de febrero de 1913. Sus artífices:

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personajes muy estrechamente ligados de una u otra forma al antiguo régimen, los cuales, más que caudillos de grandes alcances con capacidad de crear importantes movimientos sociales o militares, eran importantes focos catalizadores del antimaderismo. Ese mismo día, los acontecimientos desarrollados en la Ciudad de México estremecieron a los grupos reyistas diseminados en el país, particularmente a los de la capital nuevoleonesa. La rebelión, tal y como fue planeada, otorgó la libertad a los cabecillas Bernardo Reyes y Félix Díaz, sobrino del anciano exdictador, quienes, junto con el general Mondragón, comandaron un grueso contingente que desembocó en el bien guarnecido Palacio Nacional. Al detenerse la columna insurrecta, el benemérito general Bernardo Reyes “se alzó sobre los estribos picando espuelas y avanzó a galope”, seguido solamente por seis voluntarios y su hijo Rodolfo Reyes; el desenlace fue fatal. Las fuerzas federales que resguardaban el Palacio Nacional abrieron fuego ante la embestida de este grupo de locos. Alcanzado por la descarga mortal, Bernardo Reyes cayó muerto de inmediato ante los ojos de su propio hijo, quien huyó ileso entre muertos y heridos. Los rebeldes restantes se replegaron y se fortalecieron por espacio de diez días en el viejo bastión denominado la Ciudadela, en donde urdieron las intrigas y entablaron un acuerdo de golpe de Estado con el general Victoriano Huerta, encargado de abatir la insurrección (Arellano, 1985; Niemeyer, 1966 y Reyes, 1951). Mientras tanto, en Monterrey, el 17 de febrero, el alcalde Nicéforo Zambrano se reunía con el cabildo para dar un extenso informe sobre los “problemas políticos” acaecidos en la ciudad de México. Acordó de antemano con el gobernador la creación de una policía secreta de quince hombres y una policía municipal de sesenta hombres más, al mando del exalcalde maderista Alfredo Pérez. Ratificada la decisión por el ayuntamiento, se propuso

formar una comisión que fuera a recaudar fondos “espontáneos” de la banca, industria y comercio de la ciudad.77 En México, los sucesos tomaron su propio cauce. El 18, el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente Pino Suárez fueron arrestados por las fuerzas del general Blanquet, al día siguiente, mientras Gustavo A. Madero era torturado y asesinado despiadadamente, los arrestados firmaron su renuncia y a la vez su sentencia de muerte, ejecutada cuatro días después, a los respectivos cargos que ocupaban. En el momento en que el gobernador Viviano L. Villarreal recibía el telegrama del nuevo presidente provisional Victoriano Huerta, el alcalde Nicéforo Zambrano pedía al cabildo “libertad para obrar según su criterio en lo económico y en lo ejecutivo”, centralizado así el poder de mando.78 Todo era confusión; los informes enviados desde México no eran del todo exactos, pero el presagio del golpe militar ya no era una situación latente, sino totalmente manifiesta. Dos días antes de ser asesinado su sobrino en México, el gobernador Viviano L. Villarreal decidió renunciar a su cargo para dejar sin alternativa al congreso en la elección de un personaje que impusiera orden y no provocara un distanciamiento inmediato con el gobierno central. Después de horas de intensa discusión, el congreso dictaminó por unanimidad el regreso del general Gerónimo Treviño a la gubernaturs.79

Gerónimo Treviño, gobernador por un mes Si bien en un principio el maderismo no había prendido de una manera violenta entre los regiomontanos, abrió una rendija donde nuevos personajes públicos se asomaron por primera vez al panorama político. La muerte de Madero caló profundamente en aquellas instancias donde se congregaron los más firmes seguidores del caudillo de la Revolución. Tal fue el caso del ayuntamiento de Monterrey, esta institución que mostró desde un inicio

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sus divergencias políticas con respecto al gobierno golpista, renunció masivamente en marzo.80 Entre los regidores renun-ciantes destacaron Benjamín Madero, medio hermano del expresidentes, y Joel Rocha, próspero comerciante liberal.81 El peligro que representó el ayuntamiento fue resuelto rápidamente por el ejército federal, al apresar y enviar a México a sus principales líderes. Entre otros se encontraban el alcalde Nicéforo Zambrano, el jefe de la policía secreta y municipal, Alfredo Pérez, y el regidor Jerónimo Siller (Cantú, 1948). Los arrestados fueron puestos en libertad unas semanas después en la Ciudad de México, gracias a la intervención de Rodolfo Reyes y del general Gerónimo Treviño. Posteriormente ambos se unirían al movimiento carrancista. A mediados de mayo, Siller fue presentado a Carranza, cuando éste se encontraba en Piedras Negras, “como un hábil mecánico” que podría ayudar La compañía Fundidora Fierro y Acero experimentó una abrupta caída de sus ventas. a la causa en “el trabajo de fundición de cañones”.82 caracterizarse por bandas de reducido número para Al mismo tiempo, la revolución contra el convertirse, a partir de marzo, en gavillas conforgobierno del general Victoriano Huerta empezamadas, en algunas ocasiones, por más de 200 inba a propagarse. A la misma hora en que Viviano dividuos. No hubo plaza fuera de los municipios L. Villarreal hacía entrega del poder al héroe de la concentrados alrededor de Monterrey que no fuera “Escondida” –ante el congreso en pleno–, el capiobjeto del amague de los sublevados.83 tán Pedro Hernández, quien cumplía más de cuatro Hacía ya tiempo que el nuevo gobernador meses en constante campaña de pacificación en el había dejado atrás el fuste y el olor a pólvora; a sus sur del estado, informaba acerca de la situación resetenta años, y vestido de levita, no representaba el volucionaria que se complicaba cada día más. coraje y el espíritu aventurero que lo caracterizaron El desconocimiento del gobierno central durante la asonada tuxtepecana. Gerónimo Trepor parte del gobernador de Coahuila, Venustiano viño, como divisionario al viejo estilo, otrora goCarranza, y su consiguiente evacuación de Saltibernante que sin más tardanza aplacaba cualquier llo, dificultó el panorama. La guerrilla rural local se levantamiento, no tardó en reconocer que desde el alimentó del estado vecino y rápidamente dejó de sillón gubernamental se volvía solamente un sím-

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bolo, y no el eficiente mandatario de la unidad regional amenazada. La falta de liderazgo político en Nuevo León –ahí el por qué del regreso de Treviño– fue sólo un resultado del dominio absoluto e indiscutible por más de veinte años del general Bernardo Reyes en el estado. La represión a toda iniciativa individual, no digamos grupal, que se opusiera al procónsul, creó un grave vacío de liderazgo político a partir de su abandono de la silla gubernamental. El regreso de los viejos políticos locales a la gubernatura, como José María Mier (1909-1911), Viviano L. Villarreal (1911-1913) y Gerónimo Treviño, fue una muestra palpable de esto. La gerontocracia no parecía haber abandonado el panorama político en Nuevo León. Existía otro problema que no era fácil de deglutir por parte de Treviño: el ejército federal asignado en Monterrey se había adueñado de la capital y maniobraba bajo órdenes directas del centro. Su comandante, el general Emiliano Lojero, quien sustituyó al general María Mier a principios de año, no tenía la más mínima intención de subordinarse a Treviño. Huerta conocía el prestigio que gozaba el cacique en su tierra, por lo que una vez reconocido su gobierno por el congreso local no quedaba más que tenerlo estrechamente vigilado como lo hubiera vuelto a hacer su exprotector Bernardo Reyes. Gerónimo Treviño, acostumbrado a la lealtad incondicional militar, no pudo soportar la desconfianza de Lojero. El 19 de marzo, sin mayor explicación, presentó su renuncia a la cámara legislativa.84 Los diputados volvieron a congregarse en su recinto, mientras las tropas federales aguardaron por la resolución, impacientes, en las escalinatas exteriores.85

Imposición de un joven mandatario La petición de renuncia tomó por sorpresa tanto a los representantes públicos como a la población

en general; la falta de un personaje del calibre de Treviño que lo sucediera en momentos tan críticos hizo que el cuerpo colegial no aceptara la pretendida separación del cargo. Para ello tardaron seis días en recodos legales que justificasen ante el centro la necesidad de no tomar una decisión precipitada. Esa evidente fisura, o agotamiento, en la estructura del poder político regional fue aprovechada por el gobierno federal. El asunto fue manejado por Rodolfo Reyes –hijo de Bernardo y conocedor de la problemática–, miembro del gabinete golpista. Mientras el congreso local se veía imposibilitado, por sí mismo, de tomar una decisión, Rodolfo Reyes recomendó a Huerta lo sano que sería para el régimen mantener a Treviño lo más alejado posible de la gubernatura, imponiendo en su defecto a una persona conocida y leal, pero esencialmente manipulable. Sin embargo, este individuo no se podría hallar entre los militares, pues en esta zona tan apartada del poder central se corría el riesgo de formar, a la larga, otro cacicazgo como el que se combatía. No, la solución era su contrapartida, un civil, supeditado al ejército de la federación, cuyos jefes se someterían a un sistema de rotación que evitara el arraigo y la insubordinación militar. Rodolfo Reyes sacó la carta debajo de su manga y se la presentó a Huerta (Cantú, 1948). La elección recayó en un joven abogado masón de 36 años de edad. Excompañero de estudios de Rodolfo en México y fiel partidario de don Bernardo, lo cual le costó el arresto y encarcelamiento en la prisión de Belén en 1902, reflejaba a la vez experiencia política al haber sido elegido como diputado local en la última legislatura porfirista. El 26 de marzo, el general Lojero se presentó con un piquete de soldados frente al recinto del congreso. En forma parca, pidió al presidente del mismo, Generoso Garza, aceptar irrevocablemente la renuncia de Gerónimo Treviño “para estar en concordancia con el señor presidente de la república”, y emitir el nombramiento a favor del licenciado Salomé Botello. No sin antes aclarar que a la hora

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del escrutinio él estaría presente para que todo aquel diputado que no votara a favor de Botello fuese conducido de Inmediato a México a fin de explicarle a Huerta, “personalmente, los motivos que tuviera para ello” (Cantú, 1948: 49). Al día siguiente, llevado por el voto unánime del congreso, Botello tomó las riendas del estado. Esa misma tarde convocó a los representantes de la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey a una reunión a puerta cerrada en su despacho (Mendirichaga, 1983). Salomé Botello era un firme representante del grupo de empresarios (aunque no de los magnates), además, había participado como articulista en el periódico La Protesta durante el ministerio de Reyes en México; una vez gobernador, no encontró la más mínima oposición por parte de la legislatura. El linaje de los Botello era uno de los de mayor arraigo y respeto en Nuevo León; sus ancestros eran reconocidos como los fundadores de varios poblados norteños a fines del siglo XVII. En cuanto al general Treviño, el gobierno militar le encontró una salida honrosa; el 28 de marzo fue conducido a la ciudad de México y condecorado por sus “servicios a la patria” por el presidente Victoriano Huerta (Cantú, 1948). Con este hecho, el héroe de la Reforma y de la Intervención aceptó en definitiva su eliminación del mapa político y dio paso a las nuevas generaciones deseosas de poder. La experiencia empresarial en la administración de los recursos: La Cámara Nacional de Comercio de Monterrey

La política huertista de pacificación Salomé Botello era una persona de baja estatura, delgado de complexión y escaso de cabello, pero su mirada penetrante y la contundencia de sus argumentos lo llevaron a tomar resoluciones prácticas

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planteadas a quienes tenían la capacidad de resolverlas; y quiénes mejor que los amos de la economía de Monterrey. El problema atañía a todos: la Revolución acorralaba a la capital y el gobierno no tenía los recursos para la creación y sostenimiento de una fuerza de seguridad para la defensa de la ciudad. En esta primera reunión como nuevo gobernante, Salomé Botello exigió a la Cámara de Comercio que nombrara una comisión con el fin de determinar la mejor forma de arbitrar los fondos (Mendirichaga, 1983). Al día siguiente, la directiva de la Cámara llegó a la conclusión de optar por hacer extensiva la obligación de que todo habitante citadino debía cooperar en forma líquida para la defensa. El mecanismo propuesto por la Cámara respondía a la creación de una contribución especial sobre todas las cargas impositivas ya existentes. Botello descartó de inmediato la propuesta, negándose a imponer un nuevo aumento a los impuestos. Como todo buen norteño, ya no le dio más vueltas al asunto. Él estaba seguro de que la creación de la expresada fuerza de seguridad beneficiaría más que a nadie, a los negocios citadinos, por lo que les exigió una vez más la cooperación voluntaria para hacer ese desembolso extraordinario, comprometiéndose el Estado a cooperar con los fondos necesarios para el equipamiento militar de la misma (Mendirichaga, 1983). Para incentivar el donativo propuesto a todos los comerciantes y empresarios, el nuevo mandatario solicitó al gobierno central, el 5 de abril, la exención de contribución federal de los donativos particulares para gastos de pacificación.86 Esta política de defensa regional ante el embate del exterior tuvo una acogida masiva; paralela a la cooperación empresa-rial, los obreros y profesionistas citadinos apoyaron, de distintas maneras –manifestaciones y discursos públicos, donativos en metálico, entre otros– al régimen golpista.

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1) Una comisión de esta Cámara se acercará a los comerciantes, industriales, profesionistas y propietarios para que aporten un donativo especial, una cuota equivalente al valor de un año de las contribuciones que actualmente se paguen en el Estado, para formar un fondo que se destinará al sostenimiento de las fuerzas auxiliares que dependen directamente de ese gobierno, en la defensa de la ciudad de Monterrey. 2) El monto se cubrirá en el término de tres meses recaudándose en las oficinas del gobierno, dando mensualidades de una tercera parte del monto total. 3) Se extenderían las gestiones a aquéllos que El Banco Mercantil tuvo que cerrar temporalmente sus oficinas en diciembre de 1913. no formen parte de ella. 4) El local de la Cámara Entre los primeros en responder a la prose abrirá para registrar ideas y donaciones puesta del gobernador se encontraron los empleapara darlos a conocer al Gobierno del Estados y obreros de la compañía Fundidora de Fierro do.89 y Acero de Monterrey, quienes recaudaron una imDe aquí en adelante la burocracia estatal y portante cantidad voluntaria “para el sostenimien- municipal huertista acopló su maquinaria con la red to de un cuerpo de seguridad que resguardara la del poder económico. La Cámara entregaría, diez ciudad”.87 El 12 de abril, la Secretaría de Hacienda le días después, la primera lista de donaciones, de un comunicó a Botello que las cantidades recolectadas total de siete listas, donde se detallaron los datos para ese fin no causarían contribución federal;88 seis particulares del contribuyente y la cantidad mensual días después, la Cámara de Comercio especificó los voluntaria asignada por el término de tres meses. mecanismos a través de los cuales el gobierno y los La lista inicial arrancó con 162 donantes, industriales recolectarían y canalizarían los recursos entre ellos todas las instituciones bancarias, con un para la defensa: monto total de más de 43 mil pesos;90 la eficiencia de

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la oficina de recaudación se dejó entrever en diciembre del mismo año cuando informó al gobernador haber recolectado, para el sostenimiento de 250 plazas, 97 por ciento de la suma inicial propuesta el 20 de junio, fecha en que se entregó la última lista, equivalente a 76 mil 444 pesos 84 centavos.91

La “Junta Proveedora de Cereales” La búsqueda de recursos para la defensa de la ciudad era solamente un pequeño engranaje del complicado aparato creado a instancias de Botello. A principios de junio, Monterrey empezó a sentir con mayor gravedad las consecuencias de la Revolución: se deterioraban en forma progresiva los medios de comunicación hacia el exterior; la restricción del mercado para sus productos industriales; esencialmente había escasez de los artículos de primera necesidad. El día 12, el alcalde Gregorio D. Martínez y los industriales Vicente y Miguel Ferrera, Adolfo Zambrano, José L. Garza –este último gerente del Banco Mercantil de Monterrey– y tres connotados empresarios más, se reunieron de nueva cuenta en el despacho del gobernador. La discusión giró sobre el delicado problema de la carestía. Si nos atenemos a las palabras de Botello, los asistentes fueron llamados debido a “su pericia financiera y comercial, así como de su representación social para que no hubiera mal entendido sobre una posible especulación”.92 El resultado de la entrevista fue la creación de una “Junta Proveedora de Cereales” presidida por el gerente de la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, Vicente Ferrara. Éste manifestó que, sin pérdida de tiempo, se pondrían en “ejecución los proyectos de la Junta, pidiendo al

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extranjero por la vía más rápida aquellos artículos como maíz, frijol y harina”.93 El 8 de julio, la Junta mostró su capacidad de autofinanciamiento cuando el tesorero de la misma, José L. Garza, abrió una cuenta de crédito en el Banco Mercantil de Monterrey por la cantidad de 50 mil pesos para los fines de la comisión.94 El crédito fue garantizado moralmente por las personas que formaban parte de ella, quedando en calidad de garantía todas las mercancías que llegaran a “comprarse con los fondos procedentes del crédito arriba citado”.95 El movimiento se haría por medio de cheques autorizados por el tesorero o en su defecto por el presidente. Paralelamente, el gobierno estatal pidió a la Secretaría de Hacienda la eliminación de todo im-

Tropas del ejército carrancista en la ciudad de Monterrey.

puesto de importación e impuesto del timbre por las ventas que se llevarían a cabo al menudeo. Para ello, el telegrama enviado a México recreó un cuadro por demás crítico: La paralización de las industrias y demás negociaciones ha dejado a mucha gente sin trabajo y su situación es precaria. Con seguridad, las cosechas en el Estado, en el corriente año, serán por demás exiguas. La carestía de artículos de primera necesidad se

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deja sentir y va en escala creciente. La interrupción de las comunicaciones por lapsos considerables de tiempo ha dado ocasión a que especuladores sin conciencia eleven inmoderadamente los precios de dichos artículos, creando así una situación bien angustiosa para la clase trabajadora [...] este Gobierno cree de su deber para asegurar la tranquilidad pública del Estado, tomar algunas resoluciones encaminadas a evitar los prejuicios inminentes que semejante situación pudiera acarrear; y a este efecto se ha constituido una Junta compuesta de personas de reconocida honorabilidad y representación financiera [...] para que se encarguen de adquirir los artículos de primera necesidad, principalmente maíz, frijol y harina, para revenderlos únicamente al menudeo sin propósitos de especulación, es decir, a precios de costo o a un precio más bajo si las circunstancias lo exigen; en el concepto de que el Gobierno cubrirá la diferencia de valores.96 Aun cuando la Secretaría de Hacienda no aceptó liberar de impuestos a los artículos mencionados, la importación se realizó en pequeña escala debido a la reanudación de las comunicaciones y, por consiguiente, al acceso a las zonas productoras de cereales.97 Obreros, algodón y estado castrense

Contra lo que se podría pensar, no hubo una preocupación tan marcada por las condiciones del obrero industrial en Monterrey, en regímenes anteriores, como la que presentó el huertismo. Los cuestionarios enviados –para su vaciado– por la Secretaría de Fomento y el Departamento de Trabajo sobre las huelgas, sus causas, sus consecuencias y sus demandas inundaron la entidad. Con base en esta información se puede afirmar que fue en el

ramo textil donde se mostró más inconformidad por parte de los trabajadores. Al final del maderismo, los empresarios comenzaron a incumplir el reglamento y los ope-rarios del algodón vieron cómo se deterioraban sus prerrogativas. En enero de 1913, el obrero Francisco Alejo, de la fábrica La Industrial, se quejó, en representación de sus compañeros, ante el Departamento del Trabajo por el pago de rentas sobre las habitaciones de los obreros. Francisco Alejo afirmaba que esto “nunca se había hecho en esta región”, ya que siempre “gozamos de casas gratuitas mientras prestamos nuestros servicios en las fábricas”.98 Éste no era el caso de la queja que se presentó en la fábrica El Porvenir, la cual se caracterizó por facilitar el acceso a sus oficinas a un comerciante que semanalmente les hacía a los obreros “fuertes descuentos en sus rayas” en el momento mismo en que recibían su jornal.99 Las quejas parecen ir delimitando los problemas más comunes: los empresarios son acusados constantemente de precipitar a los obreros a la huelga debido a la rebaja de pagos, al cobro de rentas, a la falta de servicio médico, escuelas y explotación de niños menores de catorce años. Las respuestas del Departamento durante el mandato de Madero, con respecto a mandar un inspector, siempre fueron evasivas. Este último se concretó a exigir a los quejosos que siguieran en su trabajo y fundamentaran más sus escritos “sobre sus dificultades”.100 Las dificultades disminuyeron en la medida que el Departamento demostró más interés durante el Estado castrense. Las estadísticas elaboradas por el gobierno militar fueron más detalladas en los aspectos del medio donde se desarrollaban las labores del obrero. A mediados del 1913, los trabajadores textiles tuvieron la oportunidad de dialogar ampliamente con el visitador del Departamento en México, quien realizó un informe minucioso sobre las condiciones de trabajo existentes en las cuatro fábricas textiles instaladas en Nuevo León.101

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Promulgación de la Constitución de 1917 por Venustiano Carranza.

Ante la manifestación de apoyo del gobierno federal a las quejas presentadas, los empresarios tuvieron que ceder y apegarse al reglamento vigente, aprobado en la última Convención Nacional Textil. En julio, el visitador Jesús Heredia encontró

un compromiso visible de todas las compañías en el seguimiento del reglamento. La excepción correspondió a la fábrica La Fama; ésta mostró unas condiciones higiénicas pésimas reflejadas en la falta de ventilación e iluminación en sus instalaciones102 (ver cuadros 1 y 2).

Cuadro 1. Producción, venta, jornal y condiciones técnicas de las compañías textiles en Nuevo León, enerojunio de 1913. Concepto Kilos de algodón consumidos Número de tejidos o piezas estampadas producidas Total de ventas (pesos) Núm. de usos modernos Núm. de telares Núm. de operarios Hrs. de trabajo diarias Jornal promedio por semana

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La Fama 90,860 26,658 3,010 117 130 10 7.25

Nombre de la compañía EL Porvenir La Leona 203,814 68,525 61,005 28,340 133,871.36 3,296 120 150 10 7.50

10,420 409 550 10 8.00

La Industria 60,778 12,963 42,755.45 3,168 22 150 10 7.00

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Cuadro 2. Condiciones de trabajo de las compañías textiles en Nuevo León, enero-junio de 1913.

José Soto como presidente de la “Unión Fraternal de Obreros” de la fábrica La Fama, ubicada a unos kilómetros de MonNombre de la compañía Concepto terrey, comunicaba al La Fama La Industria La Leona EL Porvenir Departamento la desRige Reglamento si si si si de la Converción organización y el amedrentamiento de que era Condiciones Pésima, falta de ventiAceptable Aceptable Aceptable Higienicas lación e iluminación objeto el sindicato.103 En diciembre de Servicio Médico por Médico y medicinas Médico y Médico y me- Médico y meparte de la comen caso de accidente, dicinas... medicinas... dicinas... 1913, un ejército federal pañía pagándole al obrero ½ sueldo ávido de sangre nueva había irrumpido en la Habitaciones a La compañía proporPago por Gratuitas por Pago de habitobreros ciona una habitación ación de 0.50 habitación de semana mencionada fábrica, con dos piezas y pesos por 0.50 pesos donde arrestó a quince un patio a un costo semana por semana, de 0.50 pesos por exceptuando obreros. La respuesta semana obreros del Departamento de La fábrica sostiene una Trabajo a la queja de los Educación escuela para hijos de ----------------------obreros trabajadores significó un giro de 180 grados con respecto a meses La órbita de acción del Departamento de anteriores. El telegrama remitido desde México se Trabajo se constriñó a fines de año para dar priolimitó a aclarar que el asunto dependía de las “autoridad a los asuntos militares. En febrero de 1914, ridades militares”, ya que “dadas las circunstancias

La penitenciaría de Monterrey.

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anormales de esta región, aconsejó, sería prudente suspendieran sus trabajos sociales y al recobrarse la tranquilidad pública reanudarlos”.104 En mayo de 1913, la reducción, por órdenes del centro, de la planta de empleados y trabajadores, e incluso del superintendente, en la división ferrocarrilera de Monterrey, provocó la suspensión completa del tráfico de fletes.105 Tal acción tuvo como consecuencia inmediata la paralización de negociaciones industriales y la desocupación de miles de operarios que dependían del abastecimiento y envió de los productos a través del “caballo de hierro”. La revocación de tan discutida orden se gestionó y agilizó tanto por medio del gobierno estatal como de la Cámara de Comercio;106 éste fue solamente un primer aviso de lo que se avecinaba. El proceso revolucionario tuvo su impacto negativo sobre la industria y economía regiomontana, aun cuando la ciudad permaneciera, por el momento, al margen de la lucha armada. Pronto las industrias locales empezaron a sentir el corte de sus líneas de abastecimiento en el mercado nacional, proponiéndose fortalecer los canales de abaste-cimiento que las conectaba hacia la frontera norte. La “Junta Proveedora de Cereales” ya había aprovechado ese conducto. Las quejas patronales fueron numerosas, tres de las compañías de hilados y tejidos, en una declaración conjunta en julio de 1913, se quejaron de encontrarse paralizadas por la falta de algodón mexicano, para lo cual requerían la autorización e compra de algodón estadounidense. De no ser así, amenazaban con cerrar las fábricas.107 La Compañía Fundidora de Fierro y Acero experimentó, en 1913, la abrupta caída de sus ventas a un poco más de dos millones de pesos, comparada a los casi seis millones que recabó por el mismo concepto el año anterior.108 En este último año, su producción se empezó a reorientar hacia el mercado internacional –principalmente a Estados Unidos y Cuba–, llegando a absorber, en 1918, el consumo de 80 por ciento de sus productos.109 Pero el colapso económico empezaría a mostrar verdaderamente

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sus crudos síntomas a partir de la irrupción de los carrancistas en las goteras de la ciudad a fines del mes de octubre.

La revolución llega de afuera A fines de abril, el alcalde del municipio sureño de Galeana, Aurelio Torres, le comunicó al gobernador Botello su preocupación por la crítica situación por la que atravesaba la municipalidad: Las fincas de campo de más importancia y algunas de menos, han sido abandonadas por sus dueños y hasta por sus administradores, y la gente que habitualmente ocupan en sus trabajos, que suma en conjunto quizá más de un millar de hombres, se halla ociosa, ofreciendo un fácil y grande contingente al carrancismo [...] y sí a esto no se le halla pronto una solución, tendremos desolado todo cuando en esta parte del estado significa cultura, civilización y progreso.110 El alcalde Torres interpretaba muy bien, en estas tres últimas palabras, lo que había significado el porfirismo y los regímenes posteriores para sus beneficiarios. Mas no para aquellos desheredados del poder que aceleraron el crecimiento del embrión que posteriormente se transformaría en la división rebelde del noreste. Desde el momento en que Botello realizó la toma de protesta como nuevo mandatario, el control del centro administrativo militar e industrial que era Monterrey, sobre el territorio estatal, inconexo e incendiado por la crisis revolucionaria, no pasó a ser más que un mero formulismo. Además, el empresariado citadino no se preocupó en lo más mínimo por invertir en la infraestructura de defensa fuera del límite urbano, creando en Monterrey, en contrapartida, un complicado sistema de obras de fortificación. En los cuatro puntos cardinales de la ciudad se erigieron block house –torretas cilíndricas de madera– de diez metros de altura por siete de diámetro, circundadas

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por un foso y alambrado exterior de cincuenta metros de extensión.111 La defensa fue reforzada por las baterías federales fijas, ubicadas en puntos elevados como el Cerro del Obispado, y por zonas minadas en puntos estratégicos de la capital.112 Para mediados de octubre, “el espectro monstruoso de la Revolución” se presentó a las puertas de la ciudad tras haber arrasado materialmente todas las avanzadas federales al norte del estado.113 La situación era demasiado comprometida para el gobierno huertista, el rebelde carrancista Pablo González había tomado la fábrica de Cementos Hidalgo y le exigía la entrega de 10 mil pesos “so pena de prender el edificio”.114 Al poco tiempo, las “chusmas revolucionarias de Jesús Carranza” entraron en contacto con González Garza tras haber perdido la plaza de ciudad Porfirio Díaz –hoy Piedras Negras- a manos del general huertista Joaquín Mass;115 de ahí en adelante los acontecimientos se precipitarían. El 21 de octubre se reunieron urgentemente en el Palacio de Gobierno, para ultimar los detalles de la defensa, la Cámara de Comercio, el general en jefe de la plaza, Adolfo Iberri, quien contaba con sólo 600 hombres, y el gobernador Botello.116 Los acuerdos fueron fructíferos; los empresarios con

plantas de energía eléctrica propias e independientes de la fuerza motriz que alimentaba la ciudad, se comprometieron a ponerlas a disposición de las autoridades militares a fin de hacer estallar las minas que rodeaban Monterrey.117 Asimismo, se telegrafió una vez más al centro de México para pedir auxilio militar a la Secretaría de Guerra (Cantú, 1948). La respuesta no fue esperanzadora, los refuerzos tardarían algunos días en llegar. Por su parte, la población regiomontana se organizó espontáneamente y se incorporó al dispositivo de seguridad implementado por el aparato público. Un ejemplo de ello fue la formación del “Cuerpo Cívico de la Defensa Social”, compuesto por 135 individuos de la clase media.118 Los revolucionarios, con una fuerza de cuatro mil hombres, visualizaron la fortaleza artillada el mediodía del 22 de octubre; en la madrugada del día siguiente “la piqueta demoledora de la bárbara irrupción” inició por el lado norte.119 Después de un nutrido tiroteo cayeron en manos revolucionarias las instalaciones de la Cervecería Cuauhtémoc, replegando las tropas federales, al finalizar el día, a sólo 600 metros al norte del Palacio de Gobierno. Esta compañía fue defendida por una guardia privada que se sostuvo con base en 100 carabinas, parque y diez ametralladoras; una vez “tomada” la cervecería, los revolucionarios adquirieron como botín esos pertrechos de guerra, dinero, caballos, mulas, carruajes, transportadoras, entre otros, bajo amenaza de incendio.120 Ante el embate revolucionario, las autoridades huertistas tomaron una decisión esa La ciudad de Monterrey en 1913.

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misma noche: si los refuerzos no llegaban en la tarde del segundo día de resistencia, la plaza tendría que ser entregada a las “hordas carrancistas” (Cantú, 1948). El 24, el combate recrudeció “y la aristocracia, desde sus fincas“, disparó al invasor (Cantú, 1948). A las diecisiete horas, los esfuerzos federales, en cantidad de cuatro mil soldados, penetraron por el poniente de la ciudad para encontrar al gobernador Botello y a parte de la burocracia estatal sobre sus corceles a punto de retirada. Ante la inesperada llegada de los militares, los carrancistas huyeron en desbandada y sin orden hacia la vía de Matamoros, desistiendo momentáneamente de su objetivo (Cantú, 1948). Una vez a salvo del saqueo, el gobierno estatal reorganizó sus dependencias públicas y colaboró casi incondicionalmente, al igual que un buen sector de los sacerdotes católicos, con las autoridades militares.121 Durante el frustrado ataque, parte de la población apoyó arduamente a los su-blevados, provocando así que las represalias estu-vieran a la orden del día. Como demostración de escarmiento, el ejército federal capturó docenas de presuntos simpatizantes carrancistas llevándolos al paredón, o bien ahorcándolos en los postes telegráficos.122 El fin de una “era de cultura, civilización y progreso”

El colapso financiero de la política huertista A partir del fallido intento de toma de la ciudad por los rebeldes, la administración pública dependió cada vez más del ejército federal como de las tropas de Seguridad Pública. Los recursos absorbidos por ambos iban en marcado ascenso; al finalizar el año, las vetas a las que recurrió el gobierno estatal se encontraban exhaustas. Así lo demostró el general en jefe de la División del Bravo cuando, en diciembre de 1913, pidió al gobierno estatal la ayuda de 60 mil

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pesos argumentando que la situación porque atraviesa la División de mi mando con relación a sus labores, ha llegado a un extremo, en que, agotados los recursos de préstamos de comercio, bancos y particulares, las tropas tienen cuatro días de no ser socorridas.123 La sustentación de hombres para el ejército federal por medio de la leva se volvía un arma de dos filos en el momento en que las perspectivas de pago por sus servicios se debilitaban, creándose así el ambiente para una posible sublevación. El gobernador Salomé Botello lo sabía, y sin recabar la autorización del congreso giró, sin pérdida de tiempo, las “instrucciones necesarias para que la Tesorería del Estado” otorgara sin dilación el referido préstamo.124 En enero de 1914, la Cámara de Comercio otorgó una nueva y última donación “para aliviar un tanto las circunstancias de los heridos habidos en los combates de esos días de octubre de 1913”.125 El paso siguiente fue la modificación de la ley; en febrero, el Congreso aprobó una reforma tardía a la ley de ingresos en el estado, para decretar así “un impuesto adicional extraordinario de pacificación de 20 por ciento sobre todas las contribuciones del estado y municipales.”126 También se gravaron por primera vez todos aquellos movimientos relacionados con “las herencias, legados, donaciones e indemnizaciones por seguros de vida”, restableciéndose, al mismo tiempo, impuestos suprimidos por anteriores regímenes.127 Pero la modificación legislativa fue sólo un acontecimiento aislado, sin apego a la realidad. De hecho, el mecanismo hacendario estatal quedó desintegrado desde el inicio de la administración huertista: Pudiendo decirse, sin exageración, corroboró Botello posteriormente, que durante mi gestión administrativa, a excepción del escasísimo contingente de los municipios inmediatos a la ciudad de Monterrey, y de algunos otros conectados por las vías generales de comunicación, que aun cuando es-

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que terminaron por cerrar.131 Entre ellos destacó la compañía minera ASARCO, a la cual se le agotaron también “completamente sus existencias de combustible y minerales”.132 La crisis económica revistió todas las facetas; la inundación de diversos “bilimbiques” complicó las transacciones La Cervecería Cuauhtémoc fue ocupada el 2 de mayo de 1914 por militares. Fotografia: Eugenio Espino-Barros/ comerciales, espeColección FEMSA. cialmente las destinadas al mayoreo. tuvieron mejor protegidos, nunca lo estuvieEl 27 de febrero la Cámara de Comercio presionó a ron permanentemente [...] los ingresos del la jefatura de hacienda para que se le canjearan “los estado estuvieron de hecho limitados a los valores puestos en circulación regional por papel de de la recaudación de la ciudad de Monte128 circulación forzosa en todo el país”, ya que el correy. Sin embargo, las medidas fiscales ayudaron mercio tropezaba en la adquisición de mercancías a acrecentar la incertidumbre y el descontento ya en otros mercados, donde la moneda regional pagaexistente en la población. El pánico alimentado des- ba grandes descuentos por el cambio, aumentando de octubre hizo que la clientela del sector financiero, “considerablemente los costos ya tan elevados de concentrado en el empresariado urbano, se abalan- por sí en los artículos de primera necesidad” (Menzara sobre las sucursales bancarias. En diciembre dirichaga, 1983: 60). En marzo, el alcalde regiomontano se comde 1913, el Banco Mercantil de Monterrey clausuró “temporalmente” sus oficinas fundamentándose en prometía a aliviar en parte esta situación, al facilila demanda de “fondos en grado excepcional”, que- tar el depósito en cualquier oficina pública de “la dando éstos muy limitados “sin que podamos traer- cantidad de vales del gobierno” que tuvieran “en su los de fuera, comentaba el gerente, por la dificultad poder a fin de situarles en efectivo la suma corresque hay en las comunicaciones, y por la escasez de pondiente” (Mendirichaga, 1983). Estas facilidades otorgadas a la “aristocracia de la ciudad” reviraron operaciones en la plaza.129 Siete días después, las sucursales del Ban- en franca cooperación. A principios de 1914, la Cámara comisionó a co Nacional de México y del Banco de Londres y México se trasladaban a la capital de la república dos de sus miembros para que rindieran un informe “por orden de la matriz, llevándose consigo los li- detallado diariamente a Botello sobre las entradas y bros y existencias”.130 La escasez de moneda líquida salidas de toda mercancía a la ciudad, quedando así afectó irremediablemente a infinidad de negocios bajo su control y sin restricciones –ya fueran buro-

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cráticas o militares–, todo intercambio económico realizado (Flores y Cerutti, 1997).

Los fondos huertistas quedan en manos de los Milmo Pero el aparato estatal no estaba del todo intacto, ya que había sido cimbrado desde el subsuelo. A esto hay que sumar las fricciones que empezaron a brotar entre el gobierno civil y el régimen militar, si habremos de creer lo que comentó Botello años después: Por aquel entonces, el gobierno comenzó a desarrollar una política exclusivamente militar, sustituyendo a todos los gobernadores civiles de los estados con miembros de ejército y en mi puesto llegué a sentir las primeras insinuaciones de un cambio en el personal del Ejecutivo [...] temeroso de que las reservas del tesoro, de suyo pobre, se menoscabaran en manos de un nuevo personal extraño al estado [...] se me presentaban dos caminos: aumentar el efectivo de las fuerzas del Estado, en unas cuantas plazas, que en nada robustecerían su contingente militar o cubrir con esos fondos, aun cuando fuera parcialmente, algunas de las obligaciones ineludibles del propio estado.133 Optando por el segundo camino, las maniobras financieras de Botello se hicieron a espaldas del ejército federal. Las deudas estatales contraídas con algunas compañías de servicios como la de Agua y Drenaje de Monterrey, la cual ascendía a un cuarto de millón de pesos, fueron cubiertas antes del segundo ataque para evitar un posible colapso urbano.134 Después de los desastres de las divisiones federales del Norte, del Nazas y del Bravo, cuyos diezmados restos se retiraron a Saltillo y a Monterrey, Huerta exigió los fondos existentes en el estado, a lo que Botello respondió alejándose de la posible “manipulación” deseada por el centro:

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[...] ordené oficialmente a la Secretaría de Gobierno y a la Tesorería General que se retirase la totalidad de los fondos existentes en la casa de los señores Patricio Milmo e Hijos Sucs. Y se situasen en México a disposición de la Tesorería General de la Federación, con cuya suma ayudaría el Estado al gobierno Federal, para el caso en que la plaza de Monterrey cayera en poder de la revolución. Al mismo tiempo arreglaba confidencialmente con la casa depositaria que se cumpliese con las órdenes recibidas, se documentasen debidamente, se corriesen los asientos respectivos, pero bien entendidos de que todo lo hecho sería convencional, que todo se limitaba a una simple precaución, a efecto de que se pudiera comprobar que los fondos no existían en su poder y evitar que dispusiera de ellos cualquiera persona o grupo armado, sino para entregarlos al restablecerse el orden constitucional, en la inteligencia de que los fondos continuarían en su poder y a disposición del Gobierno del Estado y sujetos en todo a sus condiciones normales; depósito en cuanta corriente, en términos de antiguo convenidos, debiendo darme una constancia escrita de este acuerdo, como se hizo por carta de fecha 18 de abril de 1914 [...].135 Los fondos fueron ocultados por los banqueros Milmo durante siete años, tiempo en que regresó Botello del exilio para dar cuenta de lo ocurrido.136

La toma de Monterrey Mientras tanto, la división revolucionaria del noreste –comandada por el brigadier Pablo González Garza– volvía a abastecerse, desde el lejano norte de Tamaulipas, para desplazarse arrolladoramente hacia la capital nuevoleonesa. La revancha contra el ejército federal, atrincherado en Monterrey, se concedió a los sublevados el 18 de abril de 1914.

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Las primeras avanzadas fueron rechazadas totalmente por el ejército federal. El clero católico demostró en esos acontecimientos un franco apoyo a las victorias momentáneas del ejército federal, al tocar todas las campanas de la ciudad (Cantú, 1948). Al tercer día de sitio, el general encargado de defender la plaza, Wilfredo Massieu, se comunicó con González Garza para proponerle el alto a las hostilidades y la unión de los bandos en contra de la invasión norteamericana iniciada en Veracruz.137 La política carrancista no cayó en el anzuelo como lo hizo Madero, respecto a la negociación con los representantes del antiguo régimen, por lo que no permitió ningún tipo de colaboración con las autoridades huertistas, hasta su total derrota militar incondicional. Mientras se detenía el fuego indefinidamente para recabar con mayor precisión informes y nuevas órdenes por ambas partes, el cónsul norteamericano en Monterrey, Philip C. Hanna, era aprehendido en su domicilio particular y llevado bajo arresto al Palacio de Gobierno (Cantú, 1948). Las protestas del cuerpo consular de los diferentes países establecidos en la ciudad no se hicieron esperar (Cantú, 1948). Sin embargo, la situación del gobierno huertista era insostenible, por lo que la determinación de las autoridades militares para evacuar la plaza se llevó a cabo la madrugada del 24 de abril de 1914. La entrada del ejército carrancista del noreste encontró, tras la evacuación, tanto el destierro voluntario hacia el vecino país del norte de una buena parte de los empresarios industriales, como “la mueca relamida de los representantes de Dios en la tierra”.138 Contra ellos se ensañó la represión revolucionaria.

4. El constitucionalismo en Nuevo León La historiografía reciente ha esclarecido que el constitucionalismo fue radical en su política, pero con-

La política revolucionaria de Carranza siempre tuvo roces con el grupo de industriales del norte.

servador en su estructura. Una naciente burguesía nacional se incorporó rápidamente a la Revolución para eliminar una serie de obstáculos en su camino a la obtención del poder. El acceso a este último y a las fortunas personales fue el resultado de este largo proceso. La llegada de los carrancistas, en abril de 1914, al centro tradicional de irradiación de poder en Nuevo León, la ciudad de Monterrey, puso en práctica el vasto abismo entre aquella ideología radical y la factibilidad de poder sostener la práctica constitucionalista. Si bien el radicalismo del primer gobernador preconstitucional, Antonio I. Villarreal, lo llevó a insospechados extremos como las expropiaciones de grandes empresas –la Cervecería Cuauhtémoc y Cementos Hidalgo, entre otras–, el fracaso general, a fines de 1914, de las autoridades militares en Nuevo León respondió esencialmente a la incapacidad de los programas constitucionalistas de regeneración social y económica.

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A pesar de que las autoridades carrancistas controlaron relativamente la entidad entre abril y diciembre de 1914, ya que en este lapso no enfrentaron grupo militar opositor de consideración, la sociedad local mostró una clara antipatía por la política radical presentada, y creó serias dificultades para la consolidación de una autoridad política efectiva. La depresión de la economía local y la escasez de recursos para el sostenimiento de los programas desfondaron dramáticamente al primer gobierno preconstitucional. Los enemigos políticos aumentaron conforme se implantó la ideología radical revolucionaria. La política anticlerical, el desamparo del movimiento obrero y la incautación de los bienes inmuebles y de producción de la que fueron objeto los terra-

pales. El principio de “Municipio Libre” sería decretado, al menos en papel, por Venustiano Carranza, en diciembre de 1914. Además, la autonomía municipal estuvo sometida a violación directa por las autoridades militares locales, regularmente jefes interventores; el abuso de poder por los jefes militares hostilizó en gran medida el derecho ciudadano. La detención y encarcelamiento, sin previo juicio legal, al que se vio sometido todo civil “sospechoso”, y la confiscación de bienes y mercancías privadas, se volvió una práctica común; la política radical se convirtió en una política rapaz. Hay pruebas suficientes en las áreas específicas de la política carrancista en Nuevo León, y en particular en Monterrey, para mostrar el poco acierto de atraer u obligar a los nuevoleoneses, en especial al poderoso grupo empresarial urbano, a aceptar el constitucionalismo radical de 1914.

Anticlericalismo

Comerciantes y el gobierno revolucionario.

tenientes y el poderoso grupo empresarial de Monterrey, minaron la popularidad del carrancismo en Nuevo León. Posteriormente este radicalismo se atenuó a partir de mayo de 1915, al evacuar Monterrey las tropas villistas, asentadas desde enero, y entrar de nuevo al ejército constitucionalista, éste marcó el tono y el tenor del gobierno carrancista. El vacío del poder político con el que se enfrentó Antonio I. Villarreal lo obligó a nombrar y destituir autoridades municipales. El poder dictatorial del Ejecutivo excluyó, en la mayoría de los casos, la posibilidad de celebrar elecciones munici-

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El anticlericalismo radical propagado por el constitucionalismo es ampliamente reconocido por la historiografía abocada al fenómeno revolucionario. El hecho de que Nuevo León, como todos los estados norteños, fuera conocido por el relativo desapego al catolicismo, parecía vaticinar que la política carrancista referente a la relación Estado-Iglesia pasaría desapercibida. Pero como en última instancia la intensidad de la aplicación de ésta quedó a disposición de los jefes militares locales, el impacto en Nuevo León fue más grave de lo que podía esperarse. El principal “come curas” fue el propio gobernador y comandante militar de las fuerzas armadas: Antonio I. Villarreal. El alto mando de la División del Noreste expidió en Matamoros un decreto, el 9 de abril de 1914, donde exponía la política a seguir por los gobiernos revolucionarios que se instalaran en los “territorios liberados”.139 En la elaboración de este documento participaron Antonio I. Villarreal y los

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El gobierno revolucionario coartó, en ocasiones, los proyectos de expansión de varias fábricas, tal fue el caso de Cementos Hidalgo.

seguidores de Lucio Blanco. Éstos influyeron radicalmente en el aspecto agrario, mientras el gobernador nuevoleonés, designado por Carranza en enero de 1914, atacó la base de sustentación de la institución religiosa que había demostrado mayor arraigo y permanencia a lo largo de más de cuatro siglos en México: el clero católico. En el manuscrito original, Antonio I. Villarreal intentó combatir al “credo católico” en su propio terreno. El segundo punto del decreto establecía acceder, por parte de las autoridades revolucionarias, a toda solicitud de cualquier culto protestante que deseara propagarse; “como medida trascendente para crear, frente al intransigente y anticuado credo católico, un nuevo poder religioso que contrabalancee y debilite, expresaba el manuscrito, el actualmente imperante en el país”.140 Pero la reacción de Pablo González Garza, comandante en jefe de la División del Noreste, y Venustiano Carranza fue de no penetrar en un asunto que resultaba complicar más la tarea revolucionaria. A final de cuentas, pertenecían a una generación que había nacido bajo la concepción de la separación entre Iglesia y Estado, y el mantener alejada a aquélla de los asuntos del poder público era no sólo un derecho, sino una obligación que podía llevarse a efecto sin necesidad de provocaciones. Este segundo punto del decreto original fue anulado por completo. El cuartel del ejército del noreste se limitó a proclamar algunos lineamientos que posteriormente serían proyectados a escala nacional, al quedar gra-

bados en la Carta Magna de 1917. Lo fueron, entre otros, la jornada máxima de ocho horas diarias de trabajo y el derecho de todo trabajador a exigir el pago de un porcentaje de salario en caso de enfermedad. El programa de gobierno, esbozado en el decreto del 9 de abril de 1914, contempló igualmente los puntos siguientes: fundación, apoyo y estímulo, por parte de las autoridades revolucionarias, a la creación de periódicos revolucionarios de carácter doctrinario, encargados de difundir los “ideales de justicia y libertad para modificar radicalmente el estado social y económico del país”; ocupación garantizada en todos los pueblos conquistados para todos aquéllos que sepan arreglar armas y limpiarlas; creación de escuelas rudimentarias rurales; suspensión de las “Jefaturas Políticas” por ser “instrumentos de opresión de los gobiernos personalistas”; ayuda a huérfanos y viudas de la Revolución; salario mínimo de un peso diario; casas para los peones en condiciones salubres cuya distribución no sea menor de cuatro cuartos, retrete y un pequeño corral; seguro de invalidez y ancianidad a todo jornalero que haya trabajado para un hacendado más de diez años; creación de talleres públicos y colonias agrícolas e industriales para la rehabilitación de los vagabundos, y, finalmente, el derecho de confiscar, por parte de las autoridades militares, todo carbón de piedra, hulla o petróleo que exista cerca de los ferrocarriles con el fin de utilizarlo para su movimiento, a excepción del que se destine a usos domésticos e industriales fabriles de producción alimenticia.141

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Sin embargo, a principios de 1914, la errante administración de Antonio I. Villarreal mostró una franca provocación; instalado provisionalmente en el poblado de Los Aldamas, Nuevo León, el gober-

La primera huelga en Monterrey se suscitó el 21 de noviembre de 1914.

nador carrancista emitió, en una primera circular dirigida a los jefes de armas en el estado, la orden de sacar las tropas alojadas en las escuelas públicas –situación reinante a falta de cuarteles– e ir a tomar posesión de las iglesias rurales.142 El resentimiento hacia el catolicismo había sido cultivado por Villarreal desde que empezó a enseñar las primeras letras en los áridos poblados del norte de la entidad, y en su posterior actividad política contra el régimen senil de Porfirio Díaz. Encarcelado por varios años al lado de los Flores Magón, en las ciudades de los Ángeles, California, y en Yuma, Arizona, por conspiración violatoria de las leyes de neutralidad, se incrustó

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en la lista de los precursores intelectuales del movimiento armado que estallaría con Francisco I. Madero en 1910. Al triunfo de la revuelta maderista, fue nombrado cónsul general de México en España (Cavazos, 1985); pero el verdadero motivo del “castigo”, como lo llamaría él, al clero católico radicaría en su evidente apoyo al estado castrense y en su rígida influencia en los centros de instrucción que solamente un maestro rural de corte liberal podía sentir en carne propia. A partir de su entrada, en abril, al palacio de gobierno bajo la investidura de gobernador interino y comandante de las fuerzas armadas en Nuevo León, las tentativas de enfrentamiento pasaron a un plano de ataque frontal. Cuando se reinstaló buena parte del ayuntamiento encabezado por Nicéforo Zambrano, disuelto por Victoriano Huerta en 1913, las represalias contra los sacerdotes se adelantaron al nombramiento del secretario del Juzgado Militar de la plaza encargado de enjuiciar a los traidores.143 A principios de mayo, los clérigos Pedro M. Del Campo, Jesús Villanueva y H. Salazar Martínez, vieron irrumpir, en sus respectivas capillas, a los soldados constitucionalistas, quienes los capturaron y los llevaron con lujo de fuerza a La Casa del Obrero Mundial tuvo un papel determinante en cuanto a las exigencias de los trabajadores.

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la penitenciaría de Monterrey.144 Un mes después, el juez del poblado de Pesquería Chica, Cornelio Guerra, recobró su libertad de la cárcel municipal al comprobarse que su único delito fue el haber tenido un enfrentamiento verbal público con el fraile de la villa, el cual, inmediatamente tuvo que huir por temor a las represalias.145 De igual forma, el nuevo secretario de gobierno, Antonio de la Paz Guerra, envió sendos telegramas a todos los alcaldes de la entidad, donde autorizó la conservación de las llaves de los templos y la expulsión de los frailes.146 Cuatro días después, el 6 de junio, un nuevo telegrama fue leído por los presidentes municipales: era imprescindible que antes de facilitar las llaves de los templos a los “fanáticos”, se procediera a quemar los confesionarios.147 Las medidas para impactar a la población fueron brutales. A la par de perseguir y encarcelar sacerdotes, el ejército alimentó con la madera de los confesionarios hogueras gigantescas a las puertas de los edificios católicos y profanó las imágenes de los santos protectores de la comunidad, al efectuar fusilamientos improvisados.148 Pero el fusilamiento de “imágenes” todavía no tocaba el extremo del fanatismo anticlerical; en julio, la política de “sometimiento y castigo al clero católico romano en el estado” sistematizó sus planteamientos en un decreto emitido por “motivos de salud pública, moralidad y justicia”.149 En el decreto, el clero era exhibido como un “factor de desorganización y discordia” en la historia de México, abocado, se decía, “a conquistar la dirección de los asuntos públicos y políticos del país”, mostrando una evidente “alianza con gobiernos reaccionarios y despóticos” como los de Díaz y Huerta. Por otra parte, “su excesivo privilegio y poder” lo había llevado a una corrupción tal, que representaba “una amenaza para la moralidad” de todo mexicano, llegando a ser, “el confesionario y la sacristía”, unos verdaderos “antros de prostitución”.

Por lo tanto, se dictaba como una obra “sana y regeneradora” la irrevocable “clausura de los colegios católicos” que no se sometieran “estrictamente a los programas y textos oficiales”; la expulsión de “todos los sacerdotes católicos extranjeros y los jesuitas de cualquier nacionalidad”, prohibiéndose también la confesión y la entrada del público a la sacristía.150 Este documento especificó la expulsión de todos los frailes a excepción de cinco templos que “no estuvieron al lado del cuartelazo”, por lo que estos últimos serían los únicos abiertos al nuevo culto católico”, manteniéndose “dentro de los límites de su misión espiritual, sin influencia política, económica o educativa”. Con respecto a las campanas de los templos, que representaron durante el huertismo un factor de impulso y apoyo al ejército federal, su uso se restringió a la celebración de las “fiestas patrias y a los triunfos de las armas constitucionalistas”. Finalmente, se especificó que la infracción de cualquiera de las anteriores disposiciones se castigaría con una multa de 500 pesos o bien un arresto de cuatro meses.151 La aplicación de las medidas no se hizo esperar, en la ciudad de San Luis Potosí fueron aprehendidos y devueltos a Monterrey treinta y tres canónigos que habían huido de la entidad por encontrarse seriamente comprometidos con el régimen militar.152 Entre ellos se encontraba el clérigo Jiménez, a quien se le impuso una multa de 100 mil pesos o en su defecto al encarcelamiento inmediato.153 La biblioteca del Obispado corrió la misma suerte, al ser incautada y extraída de la catedral metropolitana más de cuatro mil volúmenes que resultaron emparedados en uno de los cuartos del palacio de gobierno.154 Todavía a fines de año, Antonio I. Villarreal continuó con su política implacable. En diciembre el gobierno dictaminó la supresión de todo oficio religioso relacionado con el día 24, por lo que las

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religiosas del Colegio de San José, en su mayoría de nacionalidad norteamericana, pidieron al cónsul Philip Hanna155 que abogara por ellas para llevar a efecto la ilegal celebración. Hanna lo pidió como un “favor personal”, a lo que el joven general de 35 años se negó rotunda y caballerosamente, arguyendo el haber rechazado con anterioridad el “permiso al Colegio de Damas”.156 La resistencia popular a las medidas anticlericales fue notoria. En numerosos municipios llegaron a romper “las emplomadas y forzar las puertas” de los templos clausurados para poder ingresar a ellos.157 El poder social, político y económico de la Iglesia Católica había disminuido considerablemente a partir de la reforma liberal de 1856. Durante el Porfiriato (1877-1911), en Nuevo León, como en casi todo el norte del país, la Iglesia no pareció haber recobrado el nivel de influencia y autoridad, como sucedió en la zona del Bajío. Todas las pruebas existentes indican que, durante la etapa radical del constitucionalismo, la Iglesia no padeció graves confiscaciones de latifundios, simple y sencillamente porque no los poseía en la entidad. La ocupación e intervención de los edificios eclesiásticos propiamente dicho, levantó una ola de indignación social que tuvo que ser tomada en cuenta por los militares villistas que pernoctaron en Monterrey y en buena parte de la entidad entre enero y mayo de 1915. Sin embargo, la confiscación de algunos edificios urbanos como la residencia del arzobispado todavía pedía ser devuelta a sus anteriores dueños a mediados de 1920.158

más amplios, desatada antes de la derrota definitiva del ejército federal y el derrocamiento de Victoriano Huerta, en julio de 1914, por las tropas constitucionalistas. El eje del complejo apartado creado para el sostenimiento de los “reaccionarios” fue la “Oficina de Intervención y Decomisación de Fincas” que empezó a funcionar desde el 1 de mayo de 1914. Ésta logró tener bajo su cargo, solamente en Monterrey, para el día último del año, la administración de más de setenta fincas urbanas, del Teatro Independencia y de la Administración de Correos.159 Los inventores constitucionalistas plagaron rápidamente el mapa político del estado, al enquistarse y vivir al estilo y lujo porfiriano en las haciendas incautadas a los enemigos de la causa. En el municipio de Linares, al sur de la capital, el aparato estatal capturó un sinnúmero de haciendas y ranchos, la planta de luz eléctrica y fuerza motriz de la ciudad y la única fábrica de hielo perteneciente al doctor Joaquín Benítez.160 Igualmente en Mier y Noriega, veintitrés haciendas, cuatro ranchos, un almacén y una compañía de líneas telefónicas entraron al círculo gubernamental.161 Pablo de los Santos, insurrecto maderista de 1911, y posteriormente defensor de la causa huertista y de la ciudad de Monterrey, en octubre de 1913,

La intervención y el decomiso de bienes inmuebles La incautación de los templos fue sólo el inicio de una represión con caracteres

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Francisco Villa tuvo un gran impacto en el ámbito empresarial de la ciudad.

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le fue decomisada una finca en el poblado de Linares.162 La misma suerte corrió José María Bonilla, hacendado del mismo municipio, al ser intervenida su hacienda llamada “Puente Honda”, cuya producción anual era equivalente a más de mil cargas de piloncillo.163 Fue notorio el relevo que caracterizó a muchos interventores con respecto a los viejos hacendados cuando el mayor Abraham Nuncio retomó la sementera de caña de esta hacienda y pagó a la oficina sólo la tercera parte de su producción.164 En el caso de las haciendas decomisadas de Mier y Noriega, la explotación del ixtle de palma y lechuguilla había acumulado en las bodegas de la oficina gubernamental, para septiembre, más de trece mil kilogramos de mercancía para su posterior comercialización.165 Esta última cifra era relativamente baja comparada con el cálculo hecho por el interventor en el municipio de Dr. Arroyo, Miguel Rincón Ríos, con relación a lo que producirían mensualmente las dieciséis fincas rurales explotadoras de Ixtle decomisadas en ese municipio, y que apuntaban a una cosecha de 27,600 kilogramos.166 En este mismo municipio se encontró el caso de dos haciendas productoras de guayule que introducían al mercado mensualmente 48 toneladas.167 En el sector rural, la instrumentación de las prácticas intervencionistas pretendió ser reforzada, el 23 de junio, con un decreto agrícola para el “aprovechamiento inmediato de las tierras cultivadas en el estado”.168 La política carrancista aspiraba a que quedaran “provisionalmente a disposición del gobierno todas las tierras cultivables del mismo” que no estuvieran sembradas y en producción, otorgándolas en arrendamiento a todos aquellos agricultores mexicanos que garantizaran “ponerlas inmediatamente en cultivo”.169 En el municipio de Allende, las haciendas “Los Ébanos”, “Caracol” y “La Santísima Virgen” fueron inmediatamente arrendadas a medieros locales.170 En Lampazos, setenta y dos campesinos

resultaron agraciados con tierra de regadío y repartimiento de aguas.171 El plazo otorgado por la ley para su aplicación vencía el día 10 de julio de 1914; asimismo, estipuló el pago al gobierno de todo aquél que arrendara este tipo de tierras, en dos pesos por hectárea si fuera regadío, y un peso en casa de ser de temporal.172 Un mes antes, el 17 de mayo, Villarreal expidió un decreto donde quedó “estrictamente prohibido exigir trabajos personales en compensación de deudas”.173 Sin embargo, las características de la estructura rural y el rápido desmoronamiento del gobierno radical carrancista impidieron la aplicación extensiva de tal medida. La intervención de las fincas rústicas no revistió mayores problemas, ya que la mayoría de sus dueños había decidido abandonarlas en el transcurso del año anterior. La larga ausencia de los hacendados provocó dificultades para los nuevos renteros; las utilidades se retrasaron debido a la inversión de tiempo y trabajo en poner las tierras nuevamente en condiciones de producir. Según un documento presentado a Villarreal, por el estado que guardaban las fincas industriales, agrícolas y urbanas en septiembre, se consideraba que la mayoría de las tierras daría sus frutos a partir de marzo de 1915.174 Lo producido hasta ese momento no había ido a parar al fomento de la instrucción pública, como se tenía previsto, sino al sostenimiento de las jefaturas militares estacionadas en los municipios.175 La situación de las fincas era desastrosa; el interventor y mayor Abraham Nuncio se quejaba, en agosto de 1914, desde el poblado de Galeana, uno de los municipios más extensos del estado, de no poder cobrar los impuestos correspondientes a las fincas de campo de aquella municipalidad, por encontrarse deshabitadas y olvidadas por sus propietarios.176 El ejército constitucionalista y la jefatura de armas establecidos en los poblados del sur de Nue-

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vo León absorbían, en septiembre de 1914, 50 por ciento de lo producido por las fincas incautadas.177 El desarticulado mecanismo hacendario continuó en vías de agotamiento durante 1914, debido a una importante huida de capitales y a la falta de garantías ocasionada por la política de incautación. Un ejemplo de esto lo encontramos en el municipio más acaudalado de la entidad, donde la recaudación municipal correspondiente a 1914 decayó casi 25 por ciento con respecto al año inmediato anterior. La recaudación en Monterrey atrajo anualmente, en 1912, 582,118.84 pesos; en 1913, 583,628.46, y en 1914, 440,960.00, representando, en los tres años mencionados, el impuesto a ventas y el ramo de degüello las partidas más codiciadas.178 Y precisamente ahí mismo, en Monterrey, la guillotina de la oficina cercenó el acceso a las fincas pertenecientes a un reducido número de la clase acomodada urbana, llegándose incluso a facilitar el acceso a la prisión estatal a 139 individuos, cuyos delitos se reducían a etiquetarles el nombre de “colaboradores huertistas”.179 La prensa opositora también recibió un duro golpe. Las instalaciones de los periódicos El Noticiero y La Prensa fueron saqueadas y clausuradas; Federico Gómez y Oswaldo Sánchez, directores de los vespertinos respectivos, fueron encarcelados.180 El taller de imprenta donde se editaba La Prensa era propiedad del exgobernador huertista radicado para ese entonces en San Antonio, Texas.181 A Salomé Botello, quien era la cabeza más visible del poder espurio, le fue incautada su residencia y ocho fundos mineros ubicados tanto en su municipio natal de Villaldama como en el de Salinas Victoria.182 “La figura enemiga de más relieve en el estado”, catalogación adjudicada al exmandatario por el régimen revolucionario, sufrió la presión del nuevo régimen para que regresara los fondos que extrajo del arca pública, a través de la confiscación de sus bienes personales y de la hostilidad hacia su familia. Su tío, Arnulfo Botello, fue encarcelado durante varias semanas.183

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Sin embargo, los fondeos públicos exigidos a Botello por Villarreal nunca salieron de Monterrey, ya que fueron confiados bajo pacto secreto a los banqueros Milmo. La misma familia Milmo vio mermados sus intereses rústicos, al haber perdido buena parte de la cosecha, varias docenas de ganado vacuno y los ranchos de “San Patricio” y “El Álamo”.184 Ambas propiedades de la hija de uno de los miembros más renombrados de la familia, Prudencia Milmo, casada con un miembro de la realeza rusa y a la vez cónsul del imperio en Monterrey: el príncipe Alberto Radziwill. Los problemas ocasionados sobre las propiedades de los Milmo estuvieron estrechamente relacionados, durante el gobierno de Villarreal, por “atropellos” causados por los jefes constitucionalistas instalados en esa región. Las quejas sobre daños causados a las haciendas y ranchos, propiedad de extranjeros en la entidad, durante 1914, por actividades derivadas del movimiento armado, no fueron reducidas. El ciudadano norteamericano B. Hibler, hacendado del municipio de Galeana, elevó su queja, en octubre, al consulado estadounidense por los daños hechos a su hacienda “Pablillos”, por fuerzas del general tamaulipeco Alberto Carrera Torres. De este modo presionó al gobernador Antonio I. Villarreal, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para que destinara fuerzas armadas al cuidado exclusivo de la propiedad.185 La zona de influencia de la familia contrarrevolucionaria de apellido Naranjo, en el municipio de Lampazos, arrojó una lista extensa de enemigos. Entre las setenta y ocho personas no gratas a las nuevas autoridades destacaron el empresario y terrateniente italiano Miguel Ferrara Volpe, por haber ayudado de una manera pecuniaria y facilitado a su casa para fortín al extinto ejército federal; Fortunato Zuazua, alcalde de Lampazos entre enero y mayo de 1914; Nemesio García Naranjo (exmiembro del famoso cuadrilátero), quien llegó a colaborar al lado de Victoriano Huerta como ministro de Instrucción Pública, y su primo Francisco Naranjo, dirigente de

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las fuerzas irregulares que defendieron el poblado ante la embestida carrancistas y al que le incautaron la inmensa Hacienda de Dolores.186 La oficina dirigió su mira hacia los miembros del potente grupo empresarial radicado en Monterrey, en especial a los Calderón-Muguerza y Garza-Muguerza-Sada, debido a su aparente colaboración con el gobierno castrense a través del nombramiento de Enrique Gorostieta, consuegro de Francisco G. Sada y exsenador porfirista, como ministro de Justicia y posteriormente de Hacienda en el gabinete huertista. La oficina gubernamental de incautación no sólo se limitó a incautar la residencia urbana de los Gorostieta, sino a ocupar militarmente, el 2 de mayo, las instalaciones de la Cervecería Cuauhtémoc, para hacerse cargo “de la existencia de cerveza y hielo que tenía esta negociación y aplicar su producto al préstamo especial de guerra”.187 Temiendo el rumbo que tomaba la política revolucionaria, buena parte del clan familiar decidió exiliarse a las ciudades de Austin y Houston, Texas. Colateralmente, no satisfecha con las incautaciones realizadas a la familia empresarial, la Comisión Revolucionaria de Préstamos exigió, a fines de abril de 1914, al empresario José Calderón –quien se encontraba en Houston–, la suma de 100 mil pesos.188 Ante el préstamo exigido por Antonio I. Villarreal, Calderón dio una extensa explicación epistolar, el 1 de mayo, sobre la situación que enfrentaban los negocios, y en la que destacaba lo siguiente: Debido a las circunstancias de hace tres años acá y en especial al último año, las pérdidas han sido importantes al grado de obligarnos a abandonar los negocios y salir de nuestro país con nuestras familias. Por otra parte, en Monterrey no hay dinero suficiente, ni siquiera para las necesidades generales de la gente de trabajo, del comercio y de las industrias, y como las comunicaciones están interrumpidas y los Bancos han cerrado completamente las puertas a todo negocio

de crédito desde hace meses, no hallamos la manera de conseguir cantidades de dinero de ninguna consideración aun menores que al que se me indica.189 En el mismo caso estuvieron los banqueros Rodolfo M. Garza y Lázaro N. Villarreal, accionistas del Banco de Nuevo León, a quienes se les pidió un “préstamo forzoso” bajo orden directa de Carranza.190 En fin, la política de Intervención desarrollada por el carrancismo radical de Antonio I. Villarreal, a partir de la caída de Monterrey en abril de 1914, y el subsiguiente dominio del vital enlace ferroviario, proporcionaron nuevas ocasiones de peculado y corrupción tanto a jefes militares como a los administradores de los ferrocarriles. Tanto unos como otros se confabularon y dispusieron de sus privilegios para ofrecer recursos pecuniarios ilegales a los mejores postores, en particular a los empresarios regiomontanos. Los desmanes que ocasionaban los jefes militares en las zonas alejadas de la capital, y la impunidad con que manejaban su autoridad personal, ofrecieron una total falta de seguridad, obligando a los pocos comerciantes, mineros y hacendados que se quedaron, a huir fuera del estado, principalmente a los Estados Unidos. El resto propició la defensa de sus intereses, y de su propia vida, y generó con esto el cacicazgo militar y la corrupción. La centralización de los recursos financieros por parte del aparato estatal cambió los papeles de un gobierno que se perfilaba como el gestor directo de la economía, por sus más tradicionales funciones de simple recaudador de “contribuciones extraordinarias”. El criterio fundamental de la intervención fue guiado por una causa totalmente política: se afectó a los enemigos de la causa, no a los representantes de una clase. Pero los enemigos de la causa tendieron, por lo general, a coincidir con los grandes industriales, comerciantes y hacendados porfirianos nacionales, no extranjeros, de Nuevo León.

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El carrancismo radical y los empresarios En Nuevo León, los últimos restos del antiguo orden y del antiguo progreso se desvanecían y los revolucionarios se precipitaban a ocupar su lugar. En Monterrey, a los magnates no les quedó otra que aceptar el notable cambio que se registraba a su alrededor. El gobierno estatal carrancista se encontró bien plantado y aparentemente no tenía, a partir de abril de 1914, grupo militar opositor de consideración. De la noche a la mañana, las nuevas cabezas visibles del poder provenían de los jefes militares radicados en la región, quienes repentinamente adquirieron un peso decisivo en las transacciones económicas locales. El control de fletes y circulación de mercancías por parte del gobierno revolucionario permitió influir en suministros y precios para favorecer a ciertos grupos económicos y perjudicar a otros. Por lo tanto, la necesidad de establecer un vínculo, por parte de los empresarios citadinos con el gobierno carrancista, se volvió más que indispensable. La Cámara Nacional de Comercio intentó establecerlo este vínculo; con esto, los magnates se

presentaban como un todo homogéneo y sin escisiones. Los empresarios casi nunca aceptaron prebendas individuales y aisladas. Para ellos siempre fue imprescindible su aceptación, por la parte contraria, como una organización consciente de su papel de clase social. Su dominio decisivo en la economía y su habilidad política perfiló a la Cámara de Comercio como un organismo capaz de llenar los vacíos de poder que se avecinaban. Su solidez y sobrevivencia durante la etapa revolucionaria radicó en estas premisas; y así actuó, no como una institución en decadencia y caduca, sino como un jugador que está consciente de tener el “as” bajo la manga. Después de los combates de abril, los socios de la Cámara compartieron reuniones intensas de donde surgió la actitud generalizada de colaborar con el gobierno constituido, e iniciar las gestiones necesarias para recobrar la fuerza que los caracterizó durante los regímenes anteriores. La primera petición a las autoridades fue precisamente el intentar reforzarse como clase, ya que se había visto relativamente mermada con la migración de algunos de sus miembros. En mayo, Jesús Ferrara gestionó con relativo éxito el permiso de regreso, “con toda clase de garantías”, a todos los que se encontraban en Estados Unidos” (Mendirichaga, 1983). La segunda prueba de fuego, por cierto no muy halagadora, se les presentó a fines de mayo de 1914.

El puente San Luisito fue un de los cuatro expendios donde la población encontraba los productos básicos.

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Por esas fechas, el varón de Cuatro Ciénegas arribó a Monterrey para hospedarse en la casa del empresario Eugenio F. Castillón. La Cámara Nacional de Comercio no desaprovechó la ocasión de manifestar su más incondicional apoyo al futuro mandatario nacional, para ello, Venustiano Carranza fue invitado a una comida ofrecida en su honor en la Quinta de José Calderón, el 2 de junio. El jefe máximo se presentó puntual a la cita acompañado del gobernador militar. La oratoria siempre fue un arte dominado por los miembros de la Cámara, por lo que las frases de bienvenida y augurios del próximo triunfo de las fuerzas constitucionalistas plagaron la atmósfera de la selectiva reunión. Acto seguido, la palabra fue cedida por el presidente de la Cámara a Venustiano Carranza, quien se había mantenido sereno e inconmovible en su asiento, sólo observando detenidamente uno a uno a los contentos oradores que aseguraban la legitimidad del movimiento armado. El jefe máximo de la Revolución, cuyas características esenciales eran la cabellera entrecana y la indumentaria militar caqui, contrastó bruscamente con la levita almidonada de los negociantes citadinos. Aunque a los empresarios les pareció una eternidad, su discurso fue verdaderamente corto; las facciones de los asistentes cambiaron de una manera violenta. Aparentemente molesto por la actitud expresada, Carranza se pronunció contra todos aquellos antirrevolucionarios que fueran quienes fueran, tendrían que caer bajo la sanción de la ley y de la justicia”, ya que al participar “directa e indirectamente” en el régimen emanado del “cuartelazo de febrero”, pagarían, aseguró, “aún con su propia vida” (Cantú, 1948). En la culminación de su exposición, y antes de retirarse abruptamente de aquel lugar, Carranza subrayó que los “banquetes en su honor” no torcerían la política por él expresada.191 La rudeza del trato recibido marcó el distanciamiento que regiría de ahí en adelante entre industriales y gobierno durante el mandato de Antonio I. Villarreal. El 11 de junio, el nuevo presidente de la

Cámara, Constantino de Tárnava, se presentó ante el general Pablo González Garza para recibir el mismo gesto.

José Videgaray fue electo alcalde primero, con apoyo de la Cámara de Comercio.

El enojo de las autoridades militares se basaba en innumerables quejas de la población, las cuales denunciaban el aumento “en demasía y sin haber motivo para ello”, a juicio del mismo González Garza, de los precios de los artículos de primera necesidad despachados en las casas comerciales de C. Holk, Juan Cram y José Calderón y Cía. (Flores 1991ª). Las dos primeras eran propiedad, respectivamente, de los ciudadanos alemanes Paul Buchard (excónsul del imperio) y Adolfo Scheford. El representante de la casa Calderón era el administrador Arturo Padilla, quien, junto con Buchard y Scheford, fue citado por la directiva de la Cámara de Comercio para exigirle la reducción de los precios, y tratar así de eliminar cualquier obs-

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táculo posible que se interpusiera para el buen entendimiento entre los comerciantes y el gobierno revolucionario (Flores, 1995). Esta disposición del gobierno tuvo su antecedente inmediato, ocurrido dos días después del altercado que se presentó en la Quinta Calderón. El 4 de junio la administración carrancista emitió un decreto contra los acaparadores.192 En esa ocasión se descubrió y se multó a algunos comerciantes por esconder los artículos y permitir el alza inmoderada de los precios, fijando así, Antonio I. Villarreal, un precio máximo para cada producto “so pena de infraccionar” su incumplimiento.193 El 4 de junio de 1914, Antonio I. Villarreal hizo una nueva disposición contra los comerciantes especuladores, exigiéndoles que pusieran inmediatamente a la venta los productos disponibles en sus bodegas, a un precio máximo estipulado por el gobierno. Asimismo, en un ámbito más amplio, González Garza prohibía, desde el 23 de mayo, la exportación de ganado de todas las clases por las aduanas de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.194 La queja de los comerciantes no se hizo esperar; justificaron el aumento de los precios debido a la inundación de billetes constitucionalistas, que mantenían un valor más bajo que los billetes de banco o la plata acuñada, los cuales tenían forzosamente que comprar y retribuir “un premio más o menos alto” que llegaba hasta 20 por ciento.195 Por otra parte, el rumor de la falsificación del circulante contribuía a “disminuir la buena aceptación de los billetes de que se trata, comentaba un prestigiado industrial, con resultados bien desfavorables para el comercio e industria locales”.196 La escasez de moneda fraccionaria también repercutió en los negocios de menor envergadura, pero de consumo masivo, como lo fue el “ramo de molinos para nixtamal” en Monterrey. El 24 de septiembre, los comerciantes del ramo se quejaron por la falta de circulación de monedas de uno y dos centavos, las cuales eran utilizadas tanto por el ven-

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dedor como por el consumidor en la transacción al menudeo. La falta de “feria chica”, debido a que la única que circulaba con fluidez era la de cinco centavos, estaba por provocar un colapso en este tipo de negocios. La salida más viable aceptada por el gobernador fue la autorización para producir vales por esas mismas cantidades, uno y dos centavos, resellados previamente por la presidencia municipal, a fin de controlar la emisión de un máximo de 100 pesos.197 Sin embargo, la Cámara continuó con el control de toda transacción comercial e informando constantemente al aparato público de las existencias de los productos de primera necesidad en la ciudad. En caso de urgencia, siempre se buscó la intervención del gobierno para facilitar el acceso a las zonas productoras, cuya comunicación, en ocasiones, se interrumpía debido a la anarquía existente en el país. El 25 de noviembre la Cámara solicitó a Antonio I. Villarreal tomar las medidas necesarias para aliviar la escasez de algunos artículos indispensables. El argumento no sólo fue la desarticulación con las zonas de cereales, sino el caos monetario surgido por la circulación de billetes de los diferentes grupos en pugna (Flores, 1993ª). La colaboración entre el empresariado y el gobierno revolucionario, a través de la Cámara, no sólo se limitó a facilitar el acceso de los productos básicos de la ciudad, y posteriormente a las “clases menesterosas”, sino también existió un claro apoyo al ejército constitucionalista por parte de algunas empresas. Éste fue el caso de la compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la cual asesoró y prestó sus instalaciones al mayor Daniel Mariñelarena, enviado personal de Carranza, para la fabricación de “unos aparatos lanza bombas, para emplearlos en las Divisiones Constitucionalistas”.198 Durante este periodo las actividades económicas siguieron registrando serias dificultades para su buena marcha, coartando en algunas ocasiones

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tendencias de expansión proyectadas durante el régimen castrense. Un ejemplo de ello fue la caída brutal de la producción de la fábrica de Cementos Hidalgo, que se encontraba en plena expansión a principios de 1913. En el momento en que Victoriano Huerta se colocó en el sillón presidencial, la compañía aumentó su capital social en medio millón de pesos más.199 Al mismo tiempo desembolsó, en la compra e instalación de nueva maquinaria alemana; esta última tenía como fuente de energía el “gas pobre” producido por carbón nacional proveniente de los minerales de Sabinas, Coahuila.200 Pero los dolores de cabeza para los accionistas que se atrevieron a efectuar el proyecto de expansión y modernización de la fábrica en un momento tan crítico empezaron a mediados de 1914. El problema inició cuando la instalación de los implementos comprados y entregados desde Europa quedó trunca; las causas fueron varias: la dispersión de los peritos alemanes encargados de esta labor a causa de la guerra existente tanto en el viejo continente, como la desarrollada en el país; la interrupción del servicio de ferrocarriles provenientes de la región carbonífera y del puerto de Tampico, de donde procedía el petróleo crudo utilizado en la quema de la materia prima para la obtención del cemento, y la desarticulación de los mercados principales ubicados al norte de Torreón.201 La pésima planeación y los numerosos acontecimientos imprevistos por parte de los dirigentes administrativos redundaron en una catastrófica paralización total del proceso productivo, engrosando las filas de desempleados a casi doscientos trabajadores. El gobierno revolucionario exigió la reanudación de las labores bajo amenaza de intervenir la compañía. Ante la negativa de los accionistas, el gobierno procedió a cumplir su amenaza el 5 de octubre de 1914.202 De los problemas más urgentes para el gobierno carrancista, indudablemente destacó el de or-

den económico. El efímero gobierno de Antonio I. Villarreal se esforzó por mantener un precario equilibrio entre el control gubernamental de la economía para fines políticos y de ingresos, y el incentivo a la regeneración de la economía, que daría las bases para los beneficios socioeconómicos prometidos por la ideología del constitucionalismo. Pero la puesta en práctica de la reorganización de la economía en Nuevo León se vio frustrada por los problemas generales del periodo: escasez e inflación en el precio de los artículos de primera necesidad; inestabilidad de la moneda; e interrupción del comercio nacional e interregional. Junto a la reorganización económica, el gobierno preconstitucional se enfrentó con una fuerza social emergente: el movimiento obrero organizado.

Movimiento obrero y empresas metalúrgicas El 21 de noviembre de 1914, la situación económica originó la primera huelga de consideración en Monterrey, éste se dio en la Compañía Minera, Fundidora y Afinadora Monterrey, S.A. Aquí se suministraron los lineamientos embrionarios que posteriormente asumiría el movimiento obrero a partir de 1918. El problema comenzó cuando ocho trabajadores del “Departamento de Descarga y Muestras” manifestaron al mayordomo el deseo de aumento en los salarios, contestándoles el encargado que el trabajo por tarea era más remunerativo que el trabajo por jornal. Ante esta respuesta, los obreros se abstuvieron de seguir el diálogo con el jefe del departamento y se retiraron a continuar sus labores.203 Al día siguiente, los obreros descontentos, bajo la forma de un incipiente sindicato, entregaron al gerente Vicente Ferrara una solicitud de mejoría en las relaciones de trabajo, con el argumento de que el salario percibido no les alcanzaba ya para comprar los artículos de primera necesidad. El documento

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hacía hincapié en tres puntos fundamentales: respeto por parte de los superiores a los trabajadores; aumento de 25 por ciento sobre el salario devengado, y la reducción de las horas de trabajo de diez a nueve horas diarias. La actitud de Ferrara demostró haber tomado el asunto a la ligera. Creyendo que el problema

José A. Muguerza, empresario regiomontano.

no rebasaría el ámbito de respeto hacia el patrón establecido desde el Porfiriato, citó a los trabajadores, sin mayor preocupación, para el 23 de noviembre. Mientras tanto, los obreros habían pedido apoyo a los demás departamentos y a los miembros de la Casa del Obrero Mundial, organización anarquista que mantenía un local en el corazón de la ciudad. El día 23, más de cien trabajadores de otras fábricas se introdujeron a los talleres de la fundición para dialogar con los trabajadores y demandar el cumplimiento de la petición a través del abandono

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voluntario de las labores.204 El incentivo promovido por la preocupación de otros grupos gremiales en la ciudad favoreció la concientización de los trabajadores; el problema tendría más probabilidades de resolverse a su favor si se unían a la huelga. El turno diurno aceptó la propuesta y abandonó las instalaciones ese mismo día, comprometiéndose a nombrar una comisión que hiciera guardia a la entrada de la fábrica para impedir la entrada a los del turno nocturno. La actividad desarrollada en el turno de la noche alcanzó el éxito deseado; al día siguiente la administración de la fundición destacó fuerzas de seguridad alrededor de la fábrica, con el fin de facilitar el acceso a un grupo de trabajadores no acordes con las medidas realizadas por la mayoría de sus compañeros. La noche anterior, en el local de la Casa del Obrero Mundial, fue convocada una Asamblea General por los huelguistas, llegándose a redactar una segunda petición mucho más elaborada y exigente que la previa. Esta última fue anulada “por haber sido hecha por un solo Departamento”.205 La Comisión de Huelga del sindicato, emanada de la asamblea, se presentó el 24 de noviembre de 1914, a las nueve de la mañana, ante el perspicaz Ferrara. La nueva solicitud exigía, entre otras cosas, un “aumento diario de 0.50 centavos para todos los operarios, la reducción de la jornada diaria a ocho horas”, y la destitución del maestro carpintero de origen estadounidense, Mac Nalli, un déspota, temido en el trabajo por los obreros a su cargo.206 Para su desgracia, el movimiento fue entrando lentamente en el papeleo burocrático tanto de la empresa como de las autoridades municipales, dando largas a una resolución definitiva. Finalmente, la compañía desconoció lo acordado por la organización obrera, debido a que el tesorero del sindicato, Serapio Rodríguez, nunca había trabajado en esa fábrica. Ante la dilatación de la huelga y la intransigencia del Consejo Directivo de la compañía, los obreros optaron por regresar a sus labores para ceder de momento a sus peticiones originales.207

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El desarrollo de este conflicto desmitifica la idea de que el gobernador de Nuevo León en esta época era un radical social declarado. Lo fue en el asunto religioso, mas no fomentó ni apoyó al movimiento obrero organizado en contra de sus patrones, como se le ha adjudicado por parte de la historiografía local. En 1914 la reforma laboral y agraria del carrancismo en Nuevo León no rindió los frutos propuestos por los apologistas de la ideología constitucionalista.

El fracaso de la política incautatoria Tanto la guerra como la política intervencionista y anticlerical de las autoridades carrancistas dañaron seriamente no sólo la economía de la entidad, sino la estabilidad social en sus fibras más sensibles. La pretendida modificación de la estructura social por Antonio I Villarreal pronto demostró lo inadecuado de la estrategia, diseñada al vapor de la efervescencia por el triunfo y el fanatismo liberal del grupo en el poder. La marcha atrás fue inevitable, la desarticulación entre las diferentes zonas del estado y la pérdida de irradiación de poder por parte de la capital hacia ellas terminó por consolidar un proceso nacido durante la jefatura de Salomé Botello. Las autoridades militares encargadas de incautar las fincas rústicas se apropiaron de las antiguas haciendas, despreocupándose por la planeación de las cosechas y por la liberación de los peones. Los interventores oficiales se mezclaron y compartieron los intereses de los caciques y hacendados porfiristas, permaneciendo imperturbables y al margen del ligero reacomodo político que experimentó el agro nuevoleonés. La ineficiencia de la mayoría de los personajes encargados de hacer producir las propiedades que se encontraban bajo la órbita del estado provocaron un colapso en la economía y una falta de credibilidad hacia los carrancistas como nuevas cabezas visibles del poder.

Los efectos no se dejaron esperar. En primer lugar se secaron los canales de captación de impuestos debido a que los dueños de las tierras y fábricas decomisadas se negaron a proporcionar las cargas impositivas. En segundo, si bien la producción agrícola se trató de impulsar a través del arrendamiento de la propiedad a campesinos desposeídos, éstos se toparon rápidamente con dificultades como la falta de instrumentos de trabajo adecuados, semovientes y accesibilidad a los centros de comercialización para sus productos. En noviembre de 1914 la Cámara de Comercio se quejó por la incapacidad gubernamental para hacer frente a la problemática agrícola. En un detallado informe del stock de los artículos de primera necesidad existentes en la entidad, se ponía énfasis en la “existencia casi nula” de frijol, el cual podía ser traído solamente, a juicio de los comerciantes, del área incomunicada del sur de San Luis Potosí y Durango. En cuanto al maíz, éste era casi inexistente en Monterrey, pero se consideraba suficiente, en algunos puntos en el estado, para el consumo de dos meses; la harina escaseaba por la inseguridad en las zonas productoras de trigo. Finalmente, el informe aseguró que el piloncillo, como “sustituto de azúcar”, estaba en peligro de agotarse por la paralización de buena parte de las moliendas (Flores, 1995). Ante el fracaso en puerta, la administración carrancista intentó vanamente, en diciembre, readecuar la política intervencionista. En principio, aceptó que los recursos extraídos de las fincas rústicas y urbanas nunca se habían destinado al fomento de la instrucción pública, por lo que era imprescindible, para nuevamente redistribuirlas a través del interventor oficial, la desocupación de todas ellas a más tardar para el 1 de enero de 1915. El interventor recibiría las solicitudes de todos aquéllos interesados en firmar contratos de arrendamiento, “debiendo en todo caso además de pagar estas rentas, las correspondientes por los

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servicios de agua, drenaje y luz eléctrica”.208 Dedicándose exclusivamente todos los productos que se obtuvieran “al ramo de la instrucción pública en el estado”.209 El retorno de algunas negociaciones a sus anteriores dueños cambió la política inicial del gobierno de Antonio I. Villarreal con respecto a la propiedad privada. En algunas, como fue el caso de la Cervecería Cuauhtémoc, las presiones externas jugaron un papel todavía no del todo aclarado. El grupo familiar tuvo que ir a radicar a Texas por miedo a las represalias, pero de ningún modo tomó una actitud pasiva ante los aparentes hechos consumados. El hijo de J.M. Shneider, accionista norteamericano de la cervecera, se quejó ante las autoridades estadounidenses por el ataque sufrido a sus intereses. De esta manera presionó al gobierno norteamericano para que enviara una reclamación, que resultó escrita en un tono demasiado diplomático y sutil al mismo Venustiano Carranza, sobre las posibles consecuencias que acarrearían el sostenimiento de este tipo de prácticas contra propiedades ligadas al capital norteamericano.210 Pero este factor, como determinante en la devolución de la compañía, pareció estar estrechamente ligado con el tipo de administración que se implantó en la cervecería. Éste vislumbró la obtención de numerario a un plazo mediato para el sostenimiento del poder público y militar, con lo que desestabilizó el proceso de inversión y agotó así las reservas de materia prima que posteriormente serían difíciles de adquirir. Por ambas razones, la decisión de regresar la fábrica a sus dueños se tomó el 5 de diciembre de 1914, después de siete meses de administración revolucionaria.211 Cuatro días después la política de “marcha atrás” se reafirmó al ser entregada también la compañía Cementos Hidalgo, con el acuerdo honroso de sus propietarios de reanudar sus actividades en “un plazo no menor de seis meses”.212

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Retiro de las tropas carrancistas Al triunfo de la revolución carrancista, los grupos rebeldes iniciaron la disputa del cómo administrarla y garantizarla; la partición, difícil de arreglar, compactó dos grandes grupos dispuestos a pelearse por el poder. La disputa quedó en familia, ambas facciones pertenecían al movimiento constitucionalista. Una era la que apoyaba al fundador del movimiento y ahora primer jefe, Venustiano Carranza, y la otra, la oposicionista agrupada en la figura del general revolucionario más reconocido de la contienda: Francisco Villa. El vano de conciliación de intereses y rencores acumulados se llevó a cabo en Aguascalientes, a través de una Convención Soberana durante octubre y noviembre de 1914. Las consecuencias, una guerra civil cruenta entre los aliados zapatistas y villistas y el repliegue de los carrancistas al dominio de unos cuantos puntos seguros y estratégicos: Veracruz, Tampico, una parte de Jalisco y Yucatán y un exiguo contingente en Agua Prieta, Sonora. El 10 de noviembre el primer jefe le comunicó en un telegrama a González Garza la destitución de la que fue objeto por la Convención. Por lo que lo alentó para que la división a su cargo “cumpliera su deber” secundándolo, ya que “no me retiraré”, decía el varón de Cuatro Ciénegas a González Garza, “hasta que las condiciones que he exigido para separarme se cumplan, pues no quiero dejar al país en la anarquía”.213 Pablo González Garza reafirmó su alianza con Carranza y lanzó, el 18 de noviembre, un “Manifiesto a la Nación” en el poblado de San Juan del Río, Querétaro. En él, calificó a la Convención de una farsa preparada por Francisco Villa y Felipe Ángeles, a quienes denominó los nuevos “acuchilladores de la Decena Trágica”.214 Análogamente, González Garza reunió a su ejército y emprendió su marcha forzada rumbo al noreste, territorio medular del arraigo militar y po-

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lítico de la división a su mando. Al prevenir el enfrentamiento con la maquinaria villista en la frontera entre Coahuila y el estado insurrecto de Chihuahua, optó por adquirir prematuramente los pertrechos de guerra necesarios para acondicionar por un largo periodo en campaña a cualquier ejército. La orden para adquirirlos fue dictada al agente de compras y proveedor de la soldadesca carrancista Domingo González Garza, hermano del divisionario, radicado en Matamoros, Tamaulipas. Domingo cumplió rápida y satisfactoriamente el pedido; el grueso de armamento fue otorgado al general y gobernador de Nuevo León, Antonio I. Villarreal.215 Comisionado carrancista, este último, para detener en los estados norteños de Coahuila y Nuevo León el posible avance de la tropa villista proveniente de Chihuahua. Para el 17 de diciembre de 1914, Antonio I. Villarreal se jactaba, en un comunicado dirigido a González Garza, de no haber permitido a las fuerzas villistas avanzar “un solo palmo” sobre el territorio custodiado por él.216 La espera culminó el 6 de enero de 1915, cuando los puestos de avanzada de la división Ángeles ocuparon Saltillo, a 80 kilómetros al suroeste de Monterrey, tras ser evacuada por las tropas constitucionalistas. El alto mando de la división, Antonio I. Villarreal, decidió presentarse con todas sus fuerzas ante el enemigo en la misma capital coahuilense. La movilización militar se efectuó al día siguiente, al transportar a sus efectivos en catorce locomotoras y más de noventa carros de ferrocarril. Ese día, la columna carrancista inició el ataque por el poblado de Ramos Arizpe, al norte de Saltillo, donde logró hacer retroceder a una escolta enemiga que resguardaba a un tren en reparación. Sin embargo, con esta acción se perdió tiempo valioso que obligó a retardar hasta el día siguiente el intento de toma de Saltillo.217 El combate crucial se desarrolló al amanecer bajo una densa neblina. El general carrancista Maclovio Herrera, al mando en la batalla, penetró

hasta el centro de la ciudad dando pie a que la neblina revolviera a las tropas en pugna, las cuales tuvieron que pelear cuerpo a cuerpo “resultando una carnicería espantosa de ambos lados”, como refería posteriormente Villarreal.218 Cuando los defensores optaron por evacuar, el grueso de la división Ángeles, que se encontraba al inicio del combate en las afueras de la capital, penetró por el poniente de la ciudad bajo una intensa lluvia de metralla para desfondar rudamente la ofensiva carrancista. Los atacantes optaron por retirarse dispersos y en desorden, siendo perseguidos por las tropas de Felipe Ángeles por más de veinte kilómetros sobre el camino a Monterrey. Tras su denigrante huida, los carrancistas incendiaron, sin llegar a destruirlos por completo, los carros de ferrocarril.219 El fabuloso botín capturado por la Convención consistió, entre otras cosas, en todos los furgones de ferrocarril, a excepción de 20 que se perdieron por completo en el incendio, “dos millones de cartuchos para fusil, once mil granadas de artillería, vestuarios, armamentos y equipos nuevos”. Así como 460 soldados “a quienes se puso en libertad una vez desarmados”, ignorándose la pérdida de vidas por parte de los constitucionalistas.220 Después de destrozar la vanguardia del ejército carrancista, la División Ángeles quedó acuartelada en Saltillo sin preocuparse, momentáneamente, por continuar internándose en le territorio norestense. Mientras tanto, los restos de las tropas carrancistas, que se dieron cita en Monterrey, tomaron la determinación, a instancias de Villarreal, de evacuar la ciudad sin nombrar oficialmente autoridades que sustituyeran al derrotado gobierno radical.221 Esto contribuyó a agravar la situación citadina, que empezaba a tomar matices desesperantes. Los villistas aportaron su grano de arena al bloquear todo cargamento cuyo destino apuntara a Monterrey. En efecto, los desórdenes populares empezaban a estallar en diferentes puntos de la capital y a exigir a los grandes acaparadores y comerciantes

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en pequeño la venta a precios razonables de todos aquellos artículos alimenticios indispensables para la sobrevivencia familiar (Flores, 1991). La evacuación por parte de los carrancistas, y el espectro amenazante de los disidentes del constitucionalismo en la vecina capital, crearon un caldo con sabor a anarquía en cuyos ingredientes resaltaron el desmantelamiento gubernamental, la voracidad de los especuladores y el descontento de amplios sectores de la población residente, que veía en esta coyuntura el detonante para lanzarse a romper con la represión implantada en los últimos meses. Este factor no sólo se originó en el desconocimiento oficial de la tradición religiosa, sino también en aquellos sólidos grupos tradicionales que el movimiento armado intentó destruir a través de la incautación de sus bienes, como lo fueron los terratenientes, algunos industriales y, por supuesto, el clero católico. Ante esta perspectiva, sólo un organismo había permanecido intacto ante las embestidas del gobierno revolucionario: la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey. A raíz del anuncio de la huida, el 11 de enero de 1915, por parte de la administración carrancista, los amos de la economía regiomontana saltaron de sus residencias a las limosinas para darse cita, junto con el cuerpo consular, en una junta general extraordinaria en el local de la “comuna empresarial”. Los acuerdos que se vertieron ese día y los siguientes en el salón de socios de la Cámara, demostraron no sólo quiénes eran los pilares de una estructura social en aparente agonía, sino su capacidad de reorganizar las instancias de control y distribución de los servicios públicos prestados a la ciudadanía, en ausencia de un aparato burocrático político que regularmente asumía ese derecho.

5. Consolidación de la Cámara Nacional de Comercio (1915-1917) Con la embestida del ejército villista en el norte, la Convención ocupó de manera efímera, entre di-

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ciembre de 1914 y mayo de 1915, casi todos los estados fronterizos, y toda la línea de abastecimiento hasta la propia Ciudad de México. La facción carrancista hubo de replegarse a puntos estratégicos y de fácil evacuación, en caso de ser necesario, hacia el exterior del país. En este toma y daca, los vacíos de poder se presentaron con frecuencia en zonas colindantes entre ambos ejércitos. La anarquía, la presencia de viejos caciques o grupos de poder y la autoridad de nuevos personajes emergidos de la revuelta, condicionaron el impacto de la revolución en estos espacios geográficos delimitados por causas coyunturales. En Monterrey, en más de una ocasión se presentaron tales circunstancias. La primera vez fue a partir del 11 de enero de 1915, cuando los carrancistas evacuaron la ciudad. De esa fecha hasta la designación de nuevas autoridades municipales, a fines de ese mes, y estatales, 16 de febrero, los miembros de la Cámara de Comercio ejercieron y administraron los servicios públicos y políticos del ayuntamiento. A partir de la reconstrucción del aparato estatal revolucionario, se inició una etapa de consolidación y deslinde de funciones políticas, empresariales y militares entre el gobierno, el empresariado regiomontano, de corte porfirista, y el ejército constitucionalista. En la práctica, sólo durante la gubernatura de Nicéforo Zambrano, un connotado civil, entre 1917 y 1919, la separación entre el poder civil y militar fue evidente. Una variedad de circunstancias nacionales, el constitucionalismo en sí, influido por un poder militar dividido, y regionales, la activa participación del empresariado urbano, impidieron la organización y desarrollo de un gobierno civil estatal fuerte, y un grupo empresarial prerrevolucionario desentendido del poder político. Durante el carrancismo, el gobierno local nunca logró centralizarse, y su debilidad le impidió controlar al empresariado urbano e imponer sus

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condiciones en la puesta en práctica del programa de reformas socioeconómicas del movimiento constitucionalista. Hubo una militarización del gobierno civil y el grupo empresarial, pieza clave de la sociedad civil, se fortaleció en una poderosa organización indispensable en la toma de decisiones. Entre mayo de 1915 y diciembre de 1917 se tejieron los matices que posteriormente darían forma y contraste al producto final. La sólida organización empresarial, representada en la Cámara Nacional de Comercio, hegemonizó toda la actividad económica entablada en Monterrey y regiones circunvecinas, evitando así el acceso a los grandes negocios de forma autónoma, a la nueva y ascendente burguesía revolucionaria. La industria pesada, las finanzas, el comercio a gran escala y el ayuntamiento de Monterrey fueron predominio absoluto de este grupo empresarial prerrevolucionario. La burguesía nacionalista, emergida de la revolución, se conformó con la adquisición de bienes raíces, antiguas haciendas porfirianas y el comercio interregional, en especial el contrabando proveniente de los Estados Unidos. Asimismo, se marginó al añejo grupo empresarial, a sus magnates, pero no a sus representantes, de los altos puestos burocráticos, esencialmente a las diputaciones federales y estatales, y por supuesto de la gubernatura. La legislación laboral y la gestoría del estado en las actividades económicas empezó titubeante durante este periodo. La relativa estabilidad social y militar que otorgó el carrancismo en la región, hasta 1920, propició el repunte paulatino de los negocios en Nuevo León, particularmente en Monterrey. La búsqueda constante de nuevos rubros de producción por parte de la burguesía regiomontana, dentro de la economía nacional, garantizó una esfera social selecta de corte porfiriano emparentado estrechamente con el poder público. Las autoridades políticas, civiles y militares posteriores al exilio del procónsul comprendieron rápidamente que el empresariado industrial era parte imprescindible, si no esencial, en el aparato estatal. El gobernador

carrancista Antonio I. Villarreal intentó purgar a los empresarios de este último por medio de una feroz represión. La consecuencia fue menguar la fuerza con que el régimen revolucionario local trató de provocar un cambio de tipo estructural en los principales rubros de la actividad social.

La comuna empresarial El 11 de enero de 1915, mientras el grueso de las tropas carrancistas evacuaban la ciudad, e incendiaban tras de sí la estación del ferrocarril, los socios de la Cámara de Comercio y los cónsules extranjeros acordaron crear un centro urbano de decisiones, una especie de comuna empresarial, en sustitución del gobierno nuevamente errante de Antonio I. Villarreal. En efecto, el término de comuna empresarial fue utilizado por la prensa222 y por la comunidad en general durante de1915, para definir la administración municipal por parte de los empresarios. Este compromiso entre el cuerpo diplomático y la Cámara de Comercio no era nada extraño, una buena parte de los socios de origen, o bien de descendencia extranjera, ocupaban cargos diplomáticos. Entre otros se encontraban Paul Buchard, excónsul y encargado de negocios del imperio alemán desde hacía más de 25 años; Miguel Ferrara, agente consular italiano; John Bertrams Sanford, vicecónsul de Gran Bretaña desde 1907, y el mismo presidente de la Cámara, Constantino de Tárnava, quien fungía como cónsul de Bélgica.223 Es importante aclarar que la obtención y la reproducción de sus capitales se desarrollaron siempre en el ámbito de influencia de la capital nuevoleonesa. Con esto se descarta de antemano que este grupo representara al capital extranjero más allá del ámbito diplomático. De hecho, la Cámara de Comercio, desde su refundación, en noviembre de 1911, existió como un órgano parlamentario de asesoría y en ocasiones de decisión, sólo ratificado por el gobernador, en materia política y económica. La participación de la Cá-

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mara en asuntos públicos otorgó coherencia y peso a las decisiones de una clase social claramente identificada con el progreso capitalista impulsado durante el Porfiriato: el empresariado regiomontano. Entre los cónsules asistentes a la reunión del 11 de enero destacó uno en especial: Philip C. Hanna. El representante de los intereses norteamericanos en Monterrey era un diplomático de carrera; nunca penetró en el complicado mundo de los negocios a pesar de ostentar el cargo desde 1899. Pero la gravedad de la situación motivó su asistencia puntual ese día. Una vez reunidos, la discusión se centró en dos problemas medulares relacionados entre sí. El primero de ellos era la ausencia temporal de autoridades encargadas tanto del gobierno municipal de Monterrey como del gobierno estatal. Ante esta perspectiva, el segundo problema se desprendía inevitablemente de aquél: la gran carestía de artículos de primera necesidad estaba a punto de provocar agitaciones populares, dentro del espacio urbano, difíciles de controlar sin autoridades constituidas. De hecho, ya parte importante de la población exigía, con “insistencia y en desorden”, la venta de los productos de subsistencia (Flores, 1991 y Treviño Villarreal, 1998). El primero en proponer una solución viable, tal y como lo había previsto De Tárnava, fue el cónsul Hanna. El cónsul norteamericano puso a disposición de la Cámara diez bultos de maíz almacenados en el consulado. La propuesta de Hanna fue secundada en acto seguido por dos empresarios más; el primero de ellos fue el estadounidense B.C. Bailey, gerente de la Compañía de Agua y Drenaje de la ciudad, otorgando cuatro bultos más. El otro fue el representante de la compañía textil Industrial de Monterrey, S.A., quien ofreció 30 bultos más. Las propuestas fueron aceptadas bajo la consigna de “que serían devueltos al tenerse bastante existencia en la plaza” (Mendirichaga, 1983). Se optó por venderlos “sin demora” al público en la estación

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del ferrocarril, mientras se formaban tres comisiones para procurar maíz, pan y carne. La creación de un órgano coercitivo contra posibles desmanes fue resuelta al extender, al comerciante José Videgaray, la autoridad, supeditada a la Cámara, para organizar un cuerpo de policía provisional. Una vez puesto en marcha el mecanismo, la asamblea representada por las “fuerzas vivas de la ciudad” se decretó permanente, y programó la próxima sesión a las diecisiete horas de esa misma tarde (Flores y Olvera, 1988). Las comisiones encargadas de adquirir los productos básicos trabajaron arduamente durante los días siguientes. La distribución de los productos, como la harina y el pan, se llevó a cabo a precio de costo, a través de cuatro expendios que operaban en los puntos cardinales de la capital. El precio galopante de la carne no se pudo controlar, pero la comisión no volvió a preocuparse por la venta de este artículo ya que no afectaba “a la clase menesterosa, pues como es sabido, informó la comisión ante el pleno, ésta no hace gran uso de la misma” (Mendirichaga, 1983: 66). Las sesiones continuaron a diario sin interrupción. Pronto los servicios públicos comenzaron a funcionar sin percances bajo la administración empresarial. El día 13 por la mañana, Videgaray informó sobre la labor desarrollada por la policía a su servicio, la cual impidió varios intentos de robo. También se acordó en esa sesión otorgar una contribución voluntaria con el objeto de crear un fondo provisional para el mantenimiento de la policía y las oficinas públicas (Flores y Olvera, 1988). La asamblea permanente fungió del 11 al 15 de enero; las comisiones para procurar los productos básicos abrieron cuatro expendios ubicados en el puente de San Luisito, el Mercado Juárez, Mercado Colón y en la bodega del comerciante Prisciliano Elizondo. Si bien la carne se convirtió rápidamente en un artículo de lujo que solamente una minoría pudo consumir, la Cámara logró otorgar un salvo-

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conducto al ganadero Silvano Delgado para que pudiera traer a la ciudad “20 reses y 400 cabezas de ganado menor que tenía en el cerro del Topo” (Mendirichaga, 1983: 68). Pronto la ciudad volvió a agitarse. La madrugada del 15 de enero el bullicio fue causado por el retiro del resto de las tropas carrancistas. Éstas tenían conocimiento de la llegada de los convencionistas esa misma tarde. La asamblea permanente de la Cámara, que se había convertido en el verdadero rector de los asuntos públicos de la capital, optó por organizar una nueva comisión que tuviera como objetivo ponerla en contacto con la División Ángeles. Esta comisión rindió su informe en la tarde del 15 ante la asamblea en pleno, donde explicó haber entablado el diálogo con los convencionistas, quienes, informados de la labor desarrollada por la Cámara desde el día 11, exigieron que continuaran las cosas como se estaban llevando a cabo, y esperaran la entrada de las fuerzas militares suficientes para lograr el completo restablecimiento de la paz y el orden (Mendirichaga, 1983). Al término de esa sesión, cuando los socios estaban a punto de retirarse, la ciudad acogió la llegada del grueso de las tropas del general Felipe Ángeles.

La Convención en Monterrey, febrero-mayo de 1915 El ejército de la Convención se acuarteló en la ciudad sin molestar en lo más mínimo las actividades desprendidas de la comuna empresarial. La institución continuó con el control de las entradas y salidas de remesas de productos básicos, así como su transporte, distribución y, finalmente, venta al consumidor. En un plebiscito celebrado el 24 de enero entre los socios de la Cámara, y posteriormente llevado a cabo entre la ciudadanía, las autoridades militares eligieron un nuevo ayuntamiento; José Vi-

degaray, organizador de la policía urbana, resultó electo como alcalde primero (Flores, 1991). El evidente apoyo de la Cámara a Videgaray se revirtió posteriormente en concesiones políticas a esta institución. Entre ellas destacaron el voto de autorización para la entrega de remesas de maíz que llegaran a la ciudad, con el fin de que siguiera regulándose “el precio de venta”;224 y el anuncio del 25 de enero, cuando Videgaray dio la lista de colaboradores que integrarían el cabildo municipal, formado éste por miembros distinguidos de la honorable Cámara de Comercio.225 Los personajes prominentes invitados por Videgaray a formar parte del Cabildo fueron, como regidores: Benjamín Buchard, Francisco Zambrano, Carlos Garza Cantú, Adolfo Garza Zambrano y Eusebio Cueva; y como alcalde suplente, renunciando el mismo día en que fue nombrado, Lorenzo H. Zambrano. Irónicamente, la puesta en práctica del Plan de Ayala por los militares convencionistas, programa aprobado por la Convención Nacional Revolucionaria, reforzó el predominio del grupo empresarial en el poder público de Monterrey. El 16 de febrero, los generales de brigada en el noreste cumplieron con el artículo 13 del referido Plan, consistente en la elección de un gobernador provisional y comandante militar en cada estado ocupado. La elección resultó siete votos a uno en contra del general Felipe Ángeles, quién había estado temporalmente en ese cargo, a favor de un miembro por demás conocido del empresariado regiomontano.226 Nieto menor por parte del primer matrimonio de don Evaristo Madero y, por consiguiente, hermano del “Apóstol” asesinado, Raúl Madero fue elegido nuevo mandatario estatal. La elección se llevó a cabo en el lujoso carro “Ramos Arizpe”, capturado a A.I. Villarreal en la batalla del 8 de enero, que servía como alojamiento al general Ángeles en Monterrey. Aunque en el momento de la designación, tres de los generales no

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se encontraban en ese lugar, tuvieron la precaución de enviar por telegrama el voto a favor de su candidato.227 El nuevo gobernador retomó como consejo consultivo a los comerciantes e industriales de la ciudad, al fomentar algunas actividades emanadas de la asamblea permanente de la comuna empresarial que concluyó en aquel estado a la entrada de los villistas. Por su parte, para aliviar la crítica situación popular, el gobierno de la Convención adquirió los cuatro expendios donde anteriormente se vendían los artículos de primera necesidad, no sin antes comprometerse a continuar vendiéndolos a precio de costo y a repartirlos en forma gratuita en caso de escasez. La circular correspondiente al 13 de marzo especificó los mecanismos para la repartición y venta de los susodichos artículos. Se expedirían tarjetas de la Secretaría de Gobernación, donde se registraban el nombre del consumidor, el número de personas que componían su familia, así como el oficio o empleo a que se dedicaban.228 Sin duda, el abastecimiento a la ciudad de estos productos agrícolas estaba estrechamente relacionado con la capacidad de producción del agro nuevoleonés. He aquí la preocupación existente en la política agrícola del gobierno de la Convención en Nuevo León, al intentar estabilizar la producción agraria. Esta se encontraba seriamente mermada por las constantes guerras intestinas, cuya decadencia repercutía en el espacio urbano, donde se provocaban agitaciones populares difíciles de controlar por los efímeros gobiernos revolucionarios. La creación de instrumentos para canalizar el apoyo al campo tomó prioridad en la política del gobernador Raúl Madero. Tenemos, por ejemplo, la creación, con un capital inicial de un millón de pesos, del Banco Refaccionario de Nuevo León, para el fomento del comercio y de la pequeña propiedad agrícola e industrial en el estado.229 Esta preocupación también se vio en el decreto expropiatorio de todas las tierras sin cultivar, para cederlas a aquellas personas que la solicitasen.

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El decreto exigía el compromiso a los arrendatarios de tenerlas sembradas a más tardar en un mes en parcelas no mayores de diez hectáreas por individuo.230 Otro proyecto que fue desempolvado por la legislación convencionista fue la Ley de Parcelación de Comunidades Rurales, emitida durante el mandato de Viviano L. Villarreal, la cual salió nuevamente a la luz pública en abril de 1915.231 Sin embargo, las medidas convencionistas tendientes a modificar la estructura agraria quedaron en el papel. Las causas de que esto sucediera así fueron diversas. En primera instancia, la administración villista nunca tuvo el pleno dominio, ni militar ni político, del estado. Las zonas montañosas del sur de la entidad donde se concentraba la mayor población agrícola continuaron en manos de los carrancistas. En segundo lugar, el tiempo efectivo de ocupación no rebasó los tres meses, dirigiendo sus energías a asuntos de mayor importancia para la causa convencionista en Nuevo León, como la administración militar y el acercamiento con los empresarios regiomontanos; y, finalmente, la escasez de personal técnico que en última instancia llevaría a cabo esta magna empresa. Otros decretos, con el fin de lograr la pacificación y la estabilidad económica en la entidad, fueron: retirar de circulación los billetes del gobierno de Carranza; amnistía a los carrancistas que estuvieran de acuerdo en deponer sus armas y la tibia reforma de algunos artículos de la ley hacendaria estatal, que buscó una mayor recaudación a través del aumento de la cuota mensual del “derecho de patente”.232 El gobierno del general Raúl Madero también retomó y operó la oficina confiscadora, para adquirir así recursos importantes destinados al mantenimiento de la administración pública. Sin embargo, la política anticlerical llevada a efecto por la administración carrancista fue desechada, y devueltos los bienes incautados al clero católico: esto queda de manifiesto con el retorno

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a la biblioteca del Arzobispado, a través de la Biblioteca Pública del Estado, de 4,322 volúmenes intervenidos en septiembre de 1914, que junto con numerosas bibliotecas privadas fueron requisadas por pertenecer a “enemigos de la causa”.233 Con la llegada, el 13 de marzo, del general Francisco Villa a la ciudad, la directiva de la Cámara no titubeó en lograr una primera entrevista, a través de Raúl Madero, para extender y reiterar el apoyo existente con la Convención. El caudillo se negó a dialogar ampliamente con la directiva, por lo que exigió la asistencia de todos los socios al día siguiente en el salón de recepciones del palacio de gobierno. El día catorce asistieron puntualmente 150 hombres de negocios, entre comerciantes, industriales y banqueros acompañados por todos los cónsules acreditados en la capital. Tras la espera por espacio de varios minutos, los asistentes tuvieron el privilegio de ver la entrada de Francisco Villa al salón, rodeado, como era de esperarse, de sus más cercanos colaboradores, entre ellos el gobernador Raúl Madero. Antes de que los invitados pudieran articular alguna palabra, el divisionario acusó acremente a todos los comerciantes de encarecer, acaparar y enriquecerse por la venta de las mercancías. Exigiéndoles, acto seguido, la cantidad de un millón de pesos a más tardar para el día 20 de marzo. El flamante regidor y presidente de la directiva, Carlos Garza Cantú, no pudo más que tartamudear y mostrarse sorprendido por las acusaciones; este mismo le comentó a Villa que tal exigencia era una tarea que se presentaba poco menos que imposible. La negativa de Garza Cantú no hizo más que enfurecer al caudillo quien ordenó su aprehensión y su fusilamiento inmediato. Ante el ambiente tenso que se respiraba, Raúl Madero intercedió por los comerciantes y logró cambiar la decisión de Villa por mantener solamente como rehenes a los integrantes de la Junta Directiva, mientras los demás miembros recaudaban la caprichosa cifra (Aguilar Belden, 1970).

Al culminar la entrevista, la Cámara decidió volver a llamar a sesión permanente a partir del día 15, hasta contabilizar la posible derrama económica con base en los estados en que se encontraban los diversos negocios. Cuarenta y ocho horas bastaron para entregarle al gobierno la lista de los donantes y su cantidad respectiva. Los primeros donativos empezaron a ser recaudados el 20 de marzo a través del Banco de Nuevo León, cuya principal accionista era la familia Madero. El cierre de la derrama se hizo el 29 del mismo mes; se recaudaron más de 300 mil pesos, que se destinaron a “socorrer al pueblo” a través de la entrega de una cantidad fijada por el banco a casi 800 familiares.234 Entre los negocios y negociantes más castigados, según la lista entregada, estaban: M. Cantú Treviño y Hermano con 50 mil pesos, la Fundición número 2 con 15 mil pesos; Casa Holck y Cía., con 20 mil; L. Madero S. de C. con 20 mil pesos; José A. Muguerza, Roberto A. Bremer y Cía., la empresa textil La Fama de Nuevo León, y José Calderón y Cía. Sucs., con la cantidad de 10 mil pesos cada uno; así como Vicente Ferrara, Francisco Zambrano y Valentín Rivero Sucs., con 5 mil cada uno.235 A pesar de esto, la designación de José Videgaray como alcalde de Monterrey, el 24 de enero, y de Raúl Madero como gobernador, el 16 de febrero, sólo marcó el respeto hacia los magnates de la ciudad. La comuna empresarial continuó con sus funciones entre enero y mayo de 1915, como órgano de control y asesoría del aparato estatal convencionista. Sin embargo, desde el punto de vista del cónsul español en Monterrey, José Pío Lagüera, con Raúl Madero al frente del estado, las actividades económicas fueron monopolizadas por parientes y amigos cercanos a la familia del primer presidente revolucionario. Esta burguesía ascendente dentro del villismo mostró los mecanismos por los cuales la Revolución se tornaba una fuente importante de enriquecimiento personal. José Pío Lagüera escribió,

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el 31 de mayo de 1915, al embajador español acreditado en Washington: Establecido el gobierno del general Raúl Madero, empezó el nepotismo más descarado y la absorción completa de todos los negocios comerciables, sólo personajes de la política como D. Daniel Madero y otros amigos de la familia eran exclusivos para el acaparamiento de mercancías y artículos de primera necesidad, dándose el caso frecuente de llegar consignaciones a otros particulares, que fueron inmediatamente detenidos o gravadas. Recogieron el piloncillo que existía en manos particulares y de comerciantes, pagándolo a razón de 40.00 pesos la carga y este mismo artículo de necesidad tan grande para este pueblo, pues es el sustituto del azúcar, fue vendido a continuación a precios que oscilaron entre 70.00 y 100.00 pesos la carga. Al pueblo, por el cual dicen todos que vienen luchando, lo trataron en este periodo del modo más inconsiderado teniéndolo a ración de maíz, mientras que se ha aclarado que por la frontera de Piedras Negras exportaban en grandes cantidades ese grano; la idea magnífica del general Villa, de emplear el millón de pesos con que se castigó a este comercio en artículos de primera necesidad para auxiliar en sus necesidades al pueblo, se ha visto frustrada en su mayoría, pues(to) que el encargado de la compra de tales artículos (primo del general Madero) se fue con dinero suficiente a los puntos productivos de aquéllos y bien poco maíz envió a esta ciudad, cuya situación hambrienta no ha podido aún resolverse de una manera favorable a la clase menesterosa.236 La articulación de los jefes militares revolucionarios con los negociantes locales no fue nuevo durante la revuelta. El apoyo que pudieran brindar estos últimos siempre fue imprescindible para la buena marcha del poder público local. La expe-

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riencia del gobierno radical de 1914 en Nuevo León llevó a replantear la política carrancista a partir de mayo de 1915, y a atenuar notablemente los programas de regeneración social y económica, basados en el hostigamiento y deslinde radical de la presencia del empresariado prerrevolucionario en el aparato público. El carrancismo negociador

La evacuación del gobierno convencionista Los dos combates de abril en Celaya, entre el villismo y las tropas de Obregón, donde los primeros no salieron bien librados, dieron la pauta para el comienzo del repliegue de la punta de lanza convencionista en el noreste. Amagado constantemente en los municipios lejanos a Monterrey por tropas carrancistas volantes de reducido número, el gobierno de Madero volteó la mirada hacia su lugar de origen.237 La decisión del 19 de mayo de trasladar su administración -sin haber sido vencida militarmente- a la Hacienda de Anhelo, Coahuila, fue sólo un síntoma del desmoronamiento militar y moral del villismo en otras partes del país. El retiro de la administración pública de Raúl Madero a la Hacienda de Anhelo le permitió permanecer en ese lugar hasta los últimos días de agosto, antes de exiliarse voluntariamente en los Estados Unidos (Covarrubias, 1979 y Cavazos, 1985). El alejamiento del efímero gobierno de la Convención obligó nuevamente a la capital de Nuevo León, como refirió en su Informe el cónsul norteamericano Hanna, a quedar “enteramente sin autoridad ni policía que pudiera contrarrestar los desórdenes y saqueos que se iniciaban”.238 La Cámara de comerciantes salió de nueva cuenta al ruedo; mostrando una cohesión inquebrantable en los momentos de crisis, llamó a asamblea permanente para contrarrestar la situación acéfala por la que atravesaba la administración pública.

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Elevador del Horno Alto.

El mismo alcalde Videgaray se retiró por miedo a la represión que pudiera sufrir a manos de los carrancistas junto con las tropas del general Madero. Bajo el amparo de la comuna empresarial, el capitán primero, Juan B. Doria, organizó en pocas horas una policía urbana que pronto logró el restablecimiento del orden.239 Ante la ausencia de Videgaray, los negociantes regiomontanos elevaron a la alcaldía municipal al regidor y socio connotado de la Cámara de Comercio: Francisco Zambrano. Sin embargo, sus días como alcalde suplente fueron contados.240

El Fondo de Auxilio Para el 23 de mayo las tropas de la división norestense volvían a pasearse por las calles citadinas de

Monterrey, pero ahora la lección fue asimilada. El joven grupo en el poder se retractó de iniciar otra ola represiva contra el grupo empresarial; la Revolución no pudo desprender de los asuntos públicos a los magnates de la economía regiomontana. Aquéllos, para su buena marcha, requerían de la mejor convivencia con la fuente de riqueza y de recursos que a final de cuentas sostendrían el aparato político. En pocas palabras, la revolución dejó intacta a esta elite porfiriana que tuvo, sin embargo, que adaptarse a los nuevos requerimientos del embrionario Estado revolucionario. En Monterrey, las autoridades fueron reinstaladas y nombrado un gobierno interino cuya jefatura recayó en el general ldelfonso Vázquez. De inmediato la administración carrancista pidió el apoyo de los miembros de la Cámara de Comercio para hacer frente a una de las hambrunas jamás registradas en la capital. A principios de junio, la Cámara Nacional de Comercio, las autoridades militares y el cuerpo diplomático se vieron obligados a sesionar conjuntamente, ante el peligro que podían representar los brotes de desorden que aparecían cada vez con mayor frecuencia en todos los rumbos de la ciudad. El pueblo se dedicó a buscar y saquear, en los pequeños y grandes almacenes, los productos básicos que notoriamente escaseaban como resultado de casi cinco años de revueltas intestinas. El dictamen de la reunión fue unánime; se creó un “Fondo de Auxilio” con el objeto de vender estos artículos a precios más bajos que el de costo: absorbían las pérdidas, momentáneamente, los grandes comerciantes, no sin antes arrancar el consentimiento, a las nuevas autoridades, del reembolso una vez saneado el erario municipal. Esto se haría a través de diversos mecanismos contemplados, como la rebaja de impuestos o bien la entrega líquida de la deuda.241 El consulado norteamericano también se comprometió a absorber temporalmente el precio de costo y transporte de una importante remesa de maíz

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y frijol, facilitada por la Cruz Roja norteamericana al “Fondo de Auxilio”.242 De esta forma, la experiencia adquirida por la comuna empresarial y el consulado estadounidense guiaron a los todavía inexpertos representantes públicos a aceitar un aparato cuya maquinaria había sido ensayada con anterioridad. Al mismo tiempo que los miembros activos de la Cámara distribuían en sus casas comerciales los productos básicos a un precio irrisorio, el cónsul Hanna y la Cruz Roja texana repartían a la población “más de 3,000 tarjetas de auxilio, que representaban no menos de 20,000 almas, para suministrar gratuitamente dos veces por semana raciones de maíz y frijol”.243 La cuesta del hambre fue rebasada hacia el mes de julio. Al concluir las tareas desarrolladas por la Cámara, el informe final arrojó una pérdida para los socios de 17 mil 797 pesos; además se adeudaba a la Cruz Roja norteamericana 9 mil 191 pesos, por suministro de los productos de frijol y maíz a la ciudad, responsabilizándose, en ese momento, el gobierno de Vázquez a cubrir esta última cantidad (Flores y Cerutti, 1997).

En busca de la conciliación La radicalización de la revolución carrancista llegó hasta donde los recursos económicos le permitieron. Las tropas que penetraron en mayo a Monterrey tuvieron que ser auxiliadas a través de préstamos otorgados por los principales banqueros regiomontanos. El 1 de junio, los Milmo no sólo subsanaron la bancarrota manifiesta del ayuntamiento, sino que también facilitaron los haberes de las tropas del general Vicente Dávila.244 En una circular hecha pública el 29 de junio, el gobierno pidió de nuevo el salvavidas a los comerciantes e industriales, al crear un “impuesto temporal para la reorganización de los servicios públicos” de 50 por ciento, sobre las contribuciones ordinarias.245

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Unos días antes, el 15 de junio, un experimentado militar de carrera durante el Porfiriato e incorporado al movimiento armado con González Garza desde 1910, el general Pablo A. de la Garza, en su papel de relevo en la gubernatura nuevoleonesa, clausuró de manera definitiva la oficina de incautación y decomisación de fincas de los enemigos de la causa.246 Los trámites para recobrar los bienes intervenidos fueron simples; se requería urgentemente de recursos y quien los tuviera a la mano y estuviera dispuesto a llegar a un arreglo, no encontraría ningún problema. Los requisitos se especificaron: “se pide la documentación del verdadero dueño; el previo pago de los gastos de administración, y el valor de las cosechas, en el caso de las fincas agrícolas, por producirse”.247 La decisión del gobernador de la Garza se adelantó por varios meses, ocho en total, a la prohibición nacional de intervención de bienes y a la orden de devolución de bienes ya confiscados a sus dueños originales. El respeto a las propiedades particulares fue piedra angular del programa constitucionalista, esencialmente a partir de 1916. En una carta fechada en junio de 1916, firmada por Venustiano Carranza y dirigida al general Jacinto B. Treviño, jefe del cuerpo del ejército del noreste, se explicaban los motivos por lo que deberían desaparecer las oficinas de incautación, entre otros, debido a “la ineficacia de las mismas y las dificultades que nos ha originado por la falta de honradez de los miembros que las integran” (Hernández, 1984: 200). También las comisiones reguladoras de bienes públicos desaparecieron, a excepción de la del henequén y la del algodón. El rencor igualmente fue guardado bajo llave y olvidado. En una convocatoria fechada el 18 de junio, el gobierno preconstitucional invitó a todos aquéllos “que hayan servido antes a cualquier administración pública y sean honrados”, previa carta al gobernador, a solicitar de nuevo su ingreso.248

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Lentamente la capital nuevoleonesa recobró su sitio como centro hegemónico de irradiación de poder. De la Garza, gobernador de junio de 1915 a mayo de 1917, se abocó rápidamente a crear “cuerpos regionales, sostenidos por el gobierno estatal”, cuyos jefes natos asumían la primera autoridad política del lugar.249 Los cuerpos de policía rural, como el municipio de Dr. Coss, con 18 hombres, se alimentaron con vecinos del poblado “sin percibir sueldo, salvo la exención del pago de contribuciones”.250 La extensa campaña de reinstalación de autoridades municipales durante 1915 bajo el lema de la honradez, aunque hubieran participado como defensores del antiguo régimen porfiriano, fue llevada a cabo por el hermano del gobernador y jefe de la brigada Nuevo León, el coronel Diódoro de la Garza.251 La consolidación de las autoridades carrancistas instaladas en Nuevo León se legitimó en la circular de gobierno general, el 24 de noviembre de 1915. Ésta prohibía hasta que se restableciera el orden constitucional, la fundación de agrupaciones políticas, “cuyas tendencias casi siempre” no tenían “otro fin que trabajar a favor de los caciques regionales”.252 Por lo tanto, se suspendían la convocatorias a elecciones generales y locales, tal y como lo preveía el actualizado artículo cuarto del plan revolucionario de Guadalupe. Astutamente, los carrancistas no permitieron la libre elección de representantes estatales y municipales hasta agosto de 1917; los jefes militares preconstitucionales en Nuevo León eran una copia burda de los viejos burócratas porfirianos. El mismo gobernador Pablo A. de la Garza, rico terrateniente ganadero, había servido al extinto ejército federal. De hecho, para fines de 1915, en todo el país, eran pocos los militares radicales o de origen social precario con posiciones de mando importantes. Es verídica la afirmación de que el alto mando carrancista del noreste también destacó por su participación en negocios jugosos. Los nuevos

hombres de empresas encontraron con eficacia la forma de no sólo amasar fortunas personales, sino de mantenerse a flote, militar y políticamente. Los ejemplos son numerosos. El general Jacinto B. Treviño, jefe del cuerpo del ejército del noreste, y por lo tanto el más alto en la jerarquía militar de la región, fue presidente de la Comisión Reguladora de Algodón en la región lagunera, donde se producía 90 por ciento del algodón del país (Hernández, 1984). Al ser sustituido por Francisco Murguía, en 1916, los negocios del noreste encontraron un empresario más audaz y astuto (Hernández, 1984). Lo mismo podría decirse del personaje civil de mayor confianza de Carranza en la región; Nicéforo Zambrano fue elegido como diputado federal en noviembre de 1916, y, posteriormente, electo gobernador en julio de 1917. Zambrano no sólo estuvo al lado de Venustiano Carranza cuando éste entró al Congreso constituyente en México, el día de la protesta de la nueva Constitución Política del país, en febrero de 1917, sino también figuró en la localidad como un prominente terrateniente en Coahuila y Nuevo León, y como un audaz acaparador del espacio urbano en Monterrey. También era miembro distinguido de la Cámara Nacional de Comercio.253 Pero lo más representativo fue su candidatura al cargo de ejecutivo del estado que lanzó el Partido Constitucional Progresista, que se formó precipitadamente en vísperas de las elecciones. El partido fue sostenido por el empresariado citadino cuidándose de no aparecer en primer plano.254 Al igual que el presidente del partido, Jerónimo Siller, Zambrano representó la alianza del empresariado con los revolucionarios locales más conservadores (vieja fórmula política Siller-Zambrano). Nicéforo Zambrano fue el primer candidato sólido del empresariado regiomontano a un alto puesto público por elección popular en la etapa constitucional.

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La política laboral del carrancismo (19161917) Mientras el villismo y el zapatismo eran reducidos a sus lugares de origen y sus grandes ejércitos sometidos a una difícil guerra de guerrillas en su propio medio ambiente, el sector económico de Monterrey experimentó los indicios de una ansiada estabilidad política entre 1916 y 1917. Los industriales coadyuvaron a una política económica más consistente por parte del gobierno emanado de la contienda desde el momento en que las medidas de presión, para forzarlos a respetar las decisiones de régimen revolucionario, cobraban cada vez mayor legitimidad. La principal veta explotada por los constitucionalistas en Nuevo León para consolidarse se fincó en el derecho otorgado al naciente Estado para conciliar los intereses entre capital y trabajo; los ejemplos son palpables.

La industria textil En septiembre de 1916, el sindicato de obreros textiles de la fábrica El Porvenir y Anexos exigió, a la directiva empresarial y al gobierno estatal, el aumento en el salario “por alza en los productos básicos”; instrucción para los obreros y “más trabajo”.255 Ante la presión gubernamental, el gerente general y dueño de la fábrica, Manuel G. Rivero, se comprometió a ayudar y sostener una escuela para sus trabajadores. En cuanto a su negativa para el aumento salarial, Rivero argumentó la baja en el precio de las mercancías, “debido a que el Gobierno Constitucionalista tiene el control de la región”.256 Esto último, dijo, dio pie a que quedara “abierta la comunicación entre Monterrey, Laredo y Matamoros”, situación contrastante con la inseguridad de las comunicaciones de los años anteriores.257 Rivero se quejaba al mismo tiempo de la incomunicación que padecía con la ciudad de Torreón, lugar de donde provenían sus remesas de al-

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godón; asimismo, la guerra en Europa complicó la importación de los productos tintóreos, provocando que el departamento de tintorería de la fábrica tuviera serios problemas.258 La postura que tomó Rivero fue bastante cómoda; delegó el compromiso de exigencia salarial hacia el Departamento de Trabajo, dependiente de la Secretaría de Fomento, “para que el Comité Ejecutivo de Obreros y el Comité Permanente de Industriales lo acuerden [...] para que si se aprueba se haga extensivo a todas las fábricas, y no quedar en desventaja competitivamente”.259 Sin embargo, el gobierno estatal no consideró necesario canalizar el trámite por la vía más dilatada y burocrática, la petición de aumento salarial encontró así una resolución favorable y contundente, debido “a que en esa fábrica el salario, comentó el gobernador De la Garza, es muy exiguo”;260 al empresario Rivero no le quedó más que acatar la decisión. En abril del año siguiente, 1917, la solidez del grupo empresarial textil había llegado a un grado de franca provocación ante las autoridades locales: se habían negado a cumplir con los últimos acuerdos salariales emanados del poder constitucionalista. La intervención del gobierno federal fue más que necesaria. El 2 de abril, el jefe máximo, Venustiano Carranza, mandó un ultimátum a los industriales regiomontanos: la cita era obligatoria en el despacho del gobernador para todos los representantes de las instituciones fabriles, con el fin de acordar salarios convenientes para la clase trabajadora. “Advirtiendo a los dueños de las fábricas, subrayó Carranza en el telegrama, que si no dan cumplimiento a esta disposición, serán intervenidas sus negociaciones y administradas por cuenta del gobierno”.261 Las reuniones para entablar los acuerdos iniciaron el 14 de abril; en mayo, el gobierno tuvo que ceder. Los empresarios textiIes “aceptaron el aumento de 30 por ciento del salario fijado en 1912, siempre y cuando se trabajase no 8, sino 10 horas, debido a que estas horas estaban estipuladas en la tarifa de 1912”.262

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En mayo de 1918, la Fundidora empleaba a mil 162 trabajadores.

La industria cervecera En febrero de 1917 la Cervecería Cuauhtémoc pasó por el mismo trance; había sufrido la presión desde el 6 de agosto de 1915, cuando las autoridades militares convinieron con el empresario E. Sada Muguerza el aumento de los jornales en un 50 por ciento. El acto se llevó a cabo bajo una formal celebración en presencia del gobernador De la Garza y del general Jacinto B. Treviño. En esa ocasión el jornal mínimo para hombres y mujeres se estipuló en dos pesos por día.263 En realidad nunca se cumplió. Las protestas de los obreros y empleados de la cervecería se elevaron a los oídos del gobernador en 1916. Los trabajadores descontentos exigieron el aumento salarial establecido medio año atrás, “o en su defecto, se les vendiera artículos de primera necesidad a un

precio que de ningún modo excediera un 50% del de plaza”.264 De un “modo intempestivo”, la administración de la cervecería comunicó al gobernador “la clausura de la fábrica, so pretexto de pérdidas, dejando sin trabajo a 300 empleados”.265 En el telegrama, fechado el 1 de febrero y enviado por de la Garza a Carranza, se comunicó la decisión empresarial. En el sentir particular del gobierno estatal, resaltó la preocupación por el destino de los obreros desocupados, así como por la fábrica de hielo instalada en la propia cervecería, de indiscutible utilidad pública para el estado. La suspensión de trabajo en ésta, aclaraba de la Garza a Carranza, “haría que se clausurara el laboratorio antirrábico que actualmente atiende a más de 30 personas mordidas por perro o coyote”.266 La actitud de respeto hacia la autoridad constituida que siempre dejó sentir Carranza a los

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industriales regiomontanos, se plasmó en la áspera respuesta del 3 de febrero. Textualmente Carranza expidió la “autorización para que se incaute la fábrica de hielo por parte del Ayuntamiento; llevando cuenta de la administración respectiva”.267 Para evitar roces innecesarios con los industriales, De la Garza los llamó y les leyó el telegrama para explicarles que haría caso omiso de él si se reanudaban las labores y se satisfacían las peticiones obreras. Dos días después, la compañía acordó “reanudar los trabajos, accediendo humildemente a las demandas, por demás justas, de los obreros”.268

Aplicación del programa económico-social del constitucionalismo La elevación del primer jefe de la Revolución a la presidencia de la república, por medio de la protesta ante la nueva Constitución Federal, en mayo de 1917, sentó las bases legales de un desarrollo en la política de intervencionismo estatal no sólo en la economía, sino en numerosas actividades sociales que el régimen de don Porfirio no se había preocupado más que de vigilar que se desenvolvieran sin obstáculos y sujetas casi únicamente a su propia trayectoria e intensidad. Por lo cual, grupos minoritarios, como los industriales de Monterrey, a quienes la política de privilegios del Porfiriato los benefició y protegió, encontraron en la Carta Magna de 1917 francas provocaciones que mermaban este sistema preferencial de la cual habían obtenido la mejor parte. En una consulta conjunta al gobernador interino y general Alfredo Ricaut, mandatario del 24 de marzo al 30 de mayo de 1917, el 5 de julio de 1917, los cuatro gerentes de las cuatro compañías más grandes en el ramo de la metalurgia pidieron asesoría en la interpretación “del Artículo 123, fracción XXI de la nueva Constitución, ya que ésta previene que el patrono que despida a un obrero sin causa justificada, está obligado, a elección del trabajador, a cumplir el contrato o a indemnizarle con el importe

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de tres meses de salario”.269El descontento por parte de los accionistas tendía a desconocer la aplicación rígida de tal medida a este tipo de “fundiciones de metales”, donde el número de trabajadores, por cierto bastante elevado, era siempre fluctuante: Y como la actividad de los hornos está sujeta a las cantidades de mineral que se reciben, del mismo modo el número de jornaleros tiene que estar también sujeto a dicha cantidad de minerales, porque si nos viéramos obligados a emplear continuamente un número fijo de trabajadores, llegaríamos al caso de tener muy a menudo gente desocupada pagándole sus salarlos corridos, y esto, como es natural, nos ocasionaría fuertes pérdidas que no nos es posible sufrir.270 La respuesta del gobernador, el 13 de julio, mostró despreocupación en la interpretación literal de la ley y antepuso la real situación de su inaplicabilidad. De otro modo, comentó visionariamente Ricautm, provocaría una verdadera agitación empresarial y, por consiguiente, la obstaculización a la principal fuente de recursos para el sostenimiento del naciente gobierno constitucional. Ricaut agregó que el gobierno a mi cargo no puede dar una interpretación auténtica porque él no expidió la ley, pero lo que es indudable, es que cualquier patrono, tendrá derecho de despedir a un obrero si no tiene para él trabajo, puesto que ésta será una causa de las más justificadas a que se contrae la ley.271 El empresariado industrial volvía a obtener otro gran éxito. Las tres compañías procesadoras de metales, y sus respectivos gerentes que consultaron a Ricaut, fueron: Jesús Ferrera por la Fundición número 2, C.L. Backer por la ASARCO (Fundición número 3); y E.M. Villarreal por la Compañía de Minerales y Metales. El gerente de la única siderúrgica en el país en 1917 era León Scheweitzer.272 El 6 de julio, una nueva queja en bloque por los mismos gerentes, representantes del poderío industrial de Monterrey, cuestionaba la ley consti-

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tucional que aparecía en el artículo 123, fracción II, sobre la jornada máxima de trabajo nocturno estipulada en siete horas. El discurso empresarial se basaba en la planeación práctica de la producción y en el máximo aprovechamiento de los recursos humanos, mostrando el hilo más delgado entre las relaciones empresarios industriales y el gobierno. La retórica empresarial expresaba textualmente: la maquinaria y hornos de nuestras fundiciones son de tal naturaleza que es de imperiosa necesidad que trabajen sin interrupción las 24 horas del día. Con tal motivo hemos dividido siempre el día de trabajo en turnos de ocho horas cada uno a efecto de mantener constantemente los hornos en actividad. Así que si los turnos nocturnos trabajasen únicamente siete horas, nos veríamos precisados a suspender el trabajo por una hora en cada turno, lo que no nos es posible hacer por los grandes perjuicios que ésta ocasionaría.273 Ante la presión empresarial, Ricaut no se comprometió más y se declaró incompetente al pedirles que mejor se dirigieran al Congreso de la Unión. La reorganización de las medidas hacendarias federales durante el inicio del régimen constitucional también provocó molestias entre los negociantes establecidos en la capital. En octubre de 1917, los comerciantes e industriales de la ciudad protestaron ante el gobernador por la “excesiva severidad” con que eran tratados por los visitadores del timbre al imponerles multas “sumamente fuertes”.274 La actitud conciliadora del primer gobernador constitucional postrevolucionario Nicéforo Zambrano, de julio de 1917 a octubre de 1919, sometió a la más severa crítica las actuaciones de los inspectores federales. El 24 de octubre el gobierno constitucional elevó la queja hasta la Secretaría de Hacienda en México, por no considerar el estado en que estuvo el país [...] siendo imposible haber llevado los libros con excesivo detalle, a más si muchos de los empre-

sarios salieron del país y dejaron sus negocios a subalternos que muchas veces no contaban sino con lo más indispensable para sostener el negocio.275 La dura realidad económica del periodo hizo que la administración carrancista no diera mayor protección y garantía, en el ramo fiscal, a la inversión capitalista.

La economía local Si bien es cierto que Zambrano adoptó regularmente durante su mandato una postura proempresarial, esencialmente ante los ojos de la Federación, el comercio y la industria regiomontana mostraron, especialmente en estos años, cicatrices profundas por el paso zigzagueante del fenómeno revolucionario. Numerosas negociaciones se vieron forzadas a detener sus actividades; el sector productivo de mayor peso en la capital, representado en las compañías metalúrgicas, no escapó a la debacle económica.

Las industrias regiomontanas El norteamericano E. H. Silvelli, quien obtuvo una concesión en 1908 por siete años ante el fisco para instalar la compañía manufacturera Fundición Hidalgo,276 se lamentó ante el gobierno revolucionario, en abril de 1917, de haber tenido más de 3,000 mil dólares de pérdidas durante los años del conflicto armado.277 Al mismo tiempo le perjudicó la exigencia, por parte de la Hacienda estatal, del pago de la carga impositiva en oro nacional.278 Silvelli comentó las pérdidas constantes de las que eran objeto todos los accionistas. Similarmente, se quejó de la crisis monetaria por la que atravesaba todo el país, la falta de materias primas y la escasez de refacciones para la maquinaria como consecuencia, esta última, de la guerra europea. En una petición posterior reiteró el regreso al pago de impuestos en papel moneda como se acostumbraba en 1915.279

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A partir de noviembre de 1916, el gobierno federal obligó a los estados a aceptar como único medio legal de pago el oro y la plata. Estas medidas y la baja producción de oro y plata durante el periodo carrancista, sin mencionar las violentas fluctuaciones de su valor en el mercado internacional, limitaron la tarea de controlar el abasto de moneda metálica a la economía nacional. He ahí el porqué de la resistencia de muchos negocios a la legislación carrancista en Nuevo León. En el mismo año, Vicente Ferrera, presidente de la Fundición número 2, informó al fisco municipal de la parálisis en la compañía minera debido a la destrucción por el paso de los ejércitos en disputa, “en su mayor parte, de numerosos talleres, causándonos así fuertes y considerables pérdidas de las que no podremos reponernos en mucho tiempo”.280 Ferrara coincidía en buena parte con Silvelli. Los factores adversos radicaban en la “falta de comunicaciones material rodante”; en la escasez del combustible y de materias primas; así como los “estragos causados” por las nuevas disposiciones laborales desarrolladas por el régimen triunfante en la revuelta, que exigió disminución en las horas de trabajo y aumento de salarios a los obreros, “ocasionándole a la fábrica gastos mayores” en una época de crisis.281 Pero la que indudablemente resintió en forma dramática las consecuencias y los alcances destructivos de la Revolución fue la industria siderúrgica. La Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S. A. mermó su producción en los diferentes departamentos al grado que algunos de ellos cerraron por varios años. En el caso del Departamento “Hornos de Aceración”, donde su máxima producción anual de acero, desde su fundación en 1903, se registró en 1911 con un total de casi 85 mil toneladas, computó en el crítico 1915 solamente 6,656. Nuevamente repuntó en 1916 con más de 19 mil toneladas282 de producción (véase cuadro número 3). El departamento de ventas de la compañía

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(como se observa en el cuadro número 4) decayó de la obtención de más de seis y medio millones de pesos en 1911, a sólo 98676.73 pesos en 1915, notándose una recuperación paulatina a partir de 1916, con la cifra de un millón y medio de pesos más que el inmediato anterior. Cuadro 3. Producción anual del Departamento “Hornos de Aceración”, 1903 y 1917.

Años 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912

Producción de acero (toneladas) 8 823 29 552 21 612 33 463 31 806 28 900 67 944 --------84 697 66 820

*No hay datos. Fuente: “Informe rendido por el Consejo de Administración de la Fundidora de Fierro y Acero...”, el 26 de mayo de 1923, El Porvenir, Monterrey, 25 al 28 de junio de 1923.

Cuadro 4. Ventas anuales de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 1905 y 1917.

Años 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914

Producción de acero (toneladas) 2 368 005.17 3 700 691.52 3 526 449.99 3 351 109.75 5 106 475.92 6 206 691.26 6 651 256.91 5 722 364.13 2 269 128.66 789 976.04

Fuente: “Informe rendido por el Consejo de Administración de la Fundidora de Fierro y Acero...” del 26 de mayo de 1913, El Porvenir, Monterrey, al 28 de junio de 1923.

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Precisamente, en 1916, el empresariado industrial tuvo que recurrir a un crédito hipotecario contra las propiedades que poseía la Fundidora en todo el país por valor de 3 millones 900 mil pesos. Éste fue cedido por la Caja de Préstamos para Obras de Irrigación y Fomento de la Agricultura, a través del Banco Nacional de México, para enfrentar y aminorar la angustiosa situación.283 La Cervecería Cuauhtémoc no escapó al impacto demoledor de la crisis económica. En 1914 los administradores de la compañía cervecera se quejaron por la caída de las ventas, que llegaron a representar más de 50 por ciento sobre lo vendido en el transcurso de 1909. En este último año, empleaban más de mil quinientos obreros en las diferentes actividades incrustadas dentro de la fábrica.284 En 1916, en pleno declive económico, las instalaciones de la compañía albergaban más de 300 trabajadores y empleados de confianza.285 Sin mencionar, por supuesto, las pérdidas, calculadas por el gerente Francisco G. Sada años más tarde, en casi dos millones de pesos durante la incautación carrancista de 1914.286

Enemy trading lists También la situación mundial repercutió de manera directa en la crisis económica y política local. A partir de octubre de 1917, las negociaciones alemanas concentradas en la capital de Nuevo León encontraron crecientes dificultades en la introducción de sus productos en el mercado estadounidense. Con la incursión del vecino país del norte a la guerra europea en 1917, los intereses alemanes en los diferentes países fueron detectados y archivados en largas Enemy trading lists (listas negras) elaboradas por los estadounidenses;287 México no fue la excepción. Uno de los objetivos esenciales de su elaboración fue el cierre de buena parte del mercado internacional a los productos alemanes. En diciembre,

la Cámara Nacional de Comercio de Nuevo Laredo publicó una extensa lista negra hecha en los Estados Unidos, reproducida parcialmente por el periódico local El Liberal, que afectaba a más de 300 casas comerciales en México.288 En Monterrey, donde los germanos establecidos representaban una parte importante de la economía, las negociaciones consideradas como el blanco enemigo, y por lo tanto cerrado al mercado estadounidense tanto para su abastecimiento como para la venta de sus productos, eran en total nueve. Encontrándose en peligro de caer en la misma situación, toda persona o empresa que tuviera relaciones de negocios con aquéllos;289 incluso a la misma siderúrgica se le presentó el problema. Su gerente general, desde 1915, era León Scheweitzer, nacido en Hingarten, Alemania, y cuya nacionalidad siempre conservó a pesar de haber contraído matrimonio con una regiomontana en 19l6.290 Sin embargo, a fines de 1917, ante la clara política exterior estadounidense y la posibilidad de concretizar un jugoso contrato con algunas empresas de implementos de guerra de esa nación, para proveer productos y artefactos manufacturados destinados a la contienda contra Alemania, el consejo de administración de la compañía y Scheweitzer acordaron que el camino más viable para allanar futuras dificultades era su irrevocable separación del cargo.291

Nicéforo Zambrano y el restablecimiento de la confianza perdida El gobierno constitucional de Zambrano inició el 30 de julio de 1917 en medio de una escasez de cereales crónica, un repunte titubeante de los negocios urbanos, una agricultura y ganadería en ruinas, y una hacienda estatal exhausta, por lo que los métodos estatales de recaudación fiscal buscaron siempre, hasta 1919, con base en experiencias anteriores, la vía meno s espinosa con el empresariado industrial

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sobreviviente del Porfiriato. Este último inició una nueva etapa de expansión organizativa nacional, al quedar constituida en la ciudad de México, el 3 de noviembre de 1917, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (CONCANACO). El gobierno civil de Zambrano visualizó, desde un inicio, como una de las tareas primordiales de su mandato, y por supuesto del gobierno carrancista en general, la orquestación de una constante y eficaz campaña de pacificación en la entidad. En los primeros días de su administración estableció las primeras reuniones formales con los magnates regiomontanos. El 3 de septiembre las gestiones dieron sus frutos: el gobierno estatal anunció haber acordado con los principales negocios citadinos un préstamo extraordinario a su favor por más de 20 mil dólares, si consideramos que el valor del peso mexicano en ese momento no rebasaba los cinco centavos de dólar.292

El gobierno de Álvaro Obregón favoreció las demandas obreras de la región.

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Las compañías ASARCO, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la Fundición número 2 y la Minerales y Metales S.A., cedieron la cantidad de mil dólares cada una para lograr la pacificación en el estado, con el compromiso, al igual que las demás negociaciones, de no sufrir el recargo de 60 por ciento del impuesto federal.293 El préstamo sería considerado legalmente como una contribución extraordinaria sobre el capital raíz. Por su parte el gobernador Zambrano entabló las gestiones a fines de octubre con la Secretaría de Hacienda para lograr que el dinero otorgado por comerciantes e industriales de Monterrey no causara impuesto federal. La respuesta de noviembre enviada desde la Ciudad de México argumentó en su discurso no permitir “la ley General del Timbre [...] exenciones de esa naturaleza”, viéndose “en la imposibilidad de poder acceder a su petición”.294 La actitud de la Secretaría de Hacienda puso en un serio aprieto a los poderes públicos en el Estado. El 16 de agosto, el Congreso local había aprobado la iniciativa de Zambrano para arbitrarse los fondos necesarios en el sostenimiento del cuerpo de Seguridad Pública. En una nueva reunión concertada en noviembre, el gobernador y los magnates, consideraron “sumamente gravoso para los causantes” el impuesto federal, por lo que resolvieron, en ese mismo instante, a que renunciara Zambrano a imponerlo. Sin embargo, la sesión se prolongó; la pacificación de la región era tan importante, o más, para la tan castigada economía local como para la estabilización del nuevo régimen. Después de una intensa discusión, los asistentes aceptaron recurrir a un “préstamo voluntario y sin rédito alguno hasta la cantidad de 50 mil pesos”.295 Nicéforo Zambrano demostró nuevamente sus dotes de mandatario. Hasta el 5 de diciembre, la cifra parcial recabada por el fondo de pacificación a través del préstamo voluntario alcanzó 62 mil 795 pesos, que sumada con la cantidad otorgada por el gobierno al mismo fondo computó un total de 121,260.49 pesos.296

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Después de todo, Zambrano reunía las mínimas condiciones que el empresariado citadino podía ver en un gobernante ilustrado. Lejos de pertenecer al grupo de los militares que encontraron en los altos mandos del ejército constitucionalista la única oportunidad de destacar frente al almidonado empresariado porfiriano, Zambrano era un político de trayectoria, edad y apariencia respetable. Aunque de origen social humilde, Zambrano labró su prestigio durante el Porfiriato como conductor de carros de mercancías en toda la frontera norestense. Al final del antiguo régimen había logrado superar su modesto punto de partida al contar entre sus bienes algunas propiedades rurales y un sinnúmero de lotes urbanos posteriormente codiciados. Esto denota una cierta movilidad social incluso bajo las condiciones del antiguo régimen. Sin embargo, lo cerrado del sistema le obstruyó la carrera política que seguía siendo la vía más segura para un ascenso social mayor. La revolución maderista, y las consiguientes guerras civiles que le precedieron, ofrecieron a Zambrano y a muchos más –Jerónimo Siller, Juan M. García, Alfredo Pérez, entre otros– una mayor y repentina movilidad política que los llevó a ocupar altas posiciones de poder. Para Zambrano, la promoción económica y social consistió en haber ascendido al grupo de los terratenientes, para reflejar con ello una fuerte continuidad con el modelo porfiriano (Flores, 1995 y Hernández, 1980). La levita y la abundante barba entrecana hicieron del gobernador Zambrano y de sus dos años de gobierno un sueño al retorno de la época dorada del proconsulado. En palabras de José Alvarado (1987), “los caballeros pensaban ¡dónde iba a inspirar más respeto la barba de don Nicéforo que la de don Bernardo!”. El 16 de diciembre de 1917, los tres poderes públicos de Nuevo León protestaron frente a la nueva Constitución política del Estado, cuyas bases esenciales eran emanadas de la Constitución Ge-

neral elaborada en la ciudad de Querétaro. El ambiente de gran jolgorio capturó las silbatinas de los talleres y fábricas, y “el repique de las campanas de la iglesia en la ciudad”.297 La aparente culminación de las inquietudes de los grupos revolucionarios vencedores, al ser promulgada una nueva carta general, fue sólo el inicio de un largo trayecto, todavía violento, de reacomodo y negociación entre las fuerzas sociales desatadas durante la confrontación. La constitución estatal, que empezó a regir a partir del 1 de enero de 1918, otorgó la pauta donde la confrontación entre capital y trabajo remarcó fuertemente las características del periodo subsiguiente. El grupo de empresarios industriales volvió su mirada al interior de sus talleres, comprendiendo que el problema futuro a lidiar no se encontraba en los altos mandos de la jerarquía militar constitucionalista, ahora más que nunca interesados en mantener el status quo, sino en los que habitaban diariamente sus fábricas: los obreros.

6. El carrancismo y el movimiento obrero La Junta de Conciliación y Arbitraje Las demandas obreras para un mejoramiento en el nivel de vida, a partir de 1918, contaron a su favor con un medio de presión legalmente aceptado por la Carta Magna de 1917: el derecho de huelga. Los puntos medulares de la lucha entre los trabajadores y lo patrones fueron el aumento salarial y el reconocimiento de las organizaciones sindicales. Las huelgas que se suscitaron entre 1918 y 1920 en Monterrey dan una muestra evidente de la planeación, concientización y solidaridad de las organizaciones obreras para modificar la vieja relación entre el trabajador y los empresarios. En este proceso se inmiscuyó el aparato público que intentó consolidarse como árbitro entre

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La fundidora Número 2 llegó a emplear, en 1918, a más de tres mil obreros.

la partes en disputa. La instancia promovida por el gobierno constitucionalista para jugar su papel de conciliador fue la Junta Central de Conciliación y Arbitraje. La convocatoria para la creación de la Junta Central, en una plaza de tan alta concentración industrial como lo era la ciudad de Monterrey, fue expedida a fines de enero de 1918.298 Diez días después, veintinueve agrupaciones obreras nombraron a Luis G. Cortez y Alfredo de León como sus representantes ante la misma.299 Por su parte, la Cámara Nacional de Comercio y las principales industrias regiomontanas enviaron su representación a fines de marzo, mostrando así cierta renuncia a llevar a efecto la fracción XX del artículo 123 de la Constitución. Finalmente, la composición de la Junta quedó integrada por los obreros ya mencionados, por un representante del gobierno estatal, y por los empresarios Roberto Gayol, gerente de la siderúrgica, y

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Santiago M. Zambrano, descendiente de la dinastía fundada por don Gregorio Zambrano.300 La clave del poder revolucionario se halló en estas Juntas consagradas por la flamante constitución; esta última, empezó a cobrar vida desde el momento en que los conflictos obrero-patronales invocaron su presencia. La oposición a la constitución por parte de los empresarios regiomontanos fortaleció la imagen revolucionara del nuevo Estado y de los personajes que la defendían. Por otra parte, el matrimonio entre el alto mando carrancista y los obreros fue corto. El 31 de julio de 1916, los sindicatos afiliados a la Casa del Obrero Mundial decretaron una huelga general en la Ciudad de México. Esta medida dio a conocer, por primera vez al gobierno Constitucionalista, los alcances de un movimiento obrero organizado. Se paralizaron los servicios públicos: teléfonos, transportes, y las compañías que otorgaban los servicios de agua y energía eléctrica. El primer jefe de la revolución, Venustiano Carranza, reaccionó violentamente al decretar la pena de muerte no sólo a los huelguistas, sino a sus simpatizantes. Los líderes fueron arrestados, pero la actitud conciliadora del caudillo Álvaro Obregón impidió la aplicación de la pena de muerte a las cabezas insurrectas. La huelga de 1916 inició, en palabras de Pablo González Casanova (1973: 25), “la nueva historia de la insurrección obrera, larga y contenida. Para alejarla empezó a nacer también el Estado mexicano”. Las huelgas en Nuevo León, entre 1916 y 1917, encontraron unas autoridades que a veces los apoyaron, y en otras se aferraron a la alianza con el grupo empresarial regiomontano. La protesta recurrente frente a la grave crisis económica y monetaria –inflación, carestía, especulación y la ruina de los billetes carrancistas– fue la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. A partir de 1918, a esta demanda se anexa otra que rompe con el molde porfiriano de contención obrera: el derecho a la organización.

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Los primeros sinsabores: los tranvías y la ASARCO El avance legislativo en materia laboral con respecto al antiguo régimen, canalizó el descontento de los trabajadores hacia formas de presión –para obtener un mejoramiento en el nivel de vida– anteriormente prohibidas. El 28 de febrero de 1918 el periódico El Nacional, de la ciudad de México, informó del apoyo otorgado por la Federación Nacional de Tranvías a los huelguistas del ramo en la capital nuevoleonesa, quienes en número de sesenta y cinco rehusaron, debido al bajo salario percibido –consistente en dos pesos diarios– y al excesivo trabajo al que eran sometidos, continuar obedeciendo órdenes superiores, ya que llegaban a laborar hasta doce horas al día.301 La experiencia de la huelga de 1916, que afectó notablemente los servicios públicos en la ciudad de México, fue un antecedente directo que pesó sobre la decisión de las autoridades constitucionalistas en la resolución del conflicto tranviario en Monterrey. El Departamento de Trabajo dio, en un principio, muestras de favorecer al movimiento. Pero cuando todo parecía indicar una resolución favorable a los obreros, el mismo Departamento aniquiló de tajo esta esperanza. A casi un mes de iniciada la huelga, la resolución del Departamento de Trabajo cayó como un balde de agua fría; el 20 de marzo apoyó la decisión de las autoridades locales de quitar el empleo a los sesenta y cinco obreros y contratar nuevos trabajadores en sustitución, por parte de la compañía.302 Para ese entonces, el apoyo logrado en la ciudad de México al principio del movimiento se había desvanecido, a los huelguistas no les quedó más que acatar la resolución de un poder revolucionario que se alejaba de las demandas populares. En el transcurso de 1918, la Junta de Conciliación, como órgano de mediación y decisión de la

problemática laborar, fue rápidamente aceptada por los trabajadores. El 22 de mayo, los obreros Cortez y de León, en su calidad de miembros de la Junta, enviaron un memorial al gobernador Zambrano. En éste acusaron acremente a la compañía metalúrgica norteamericana ASARCO por no cumplir con las leyes del país, “donde explota sus riquezas y de paso a sus hombres, pisoteando nuestro flamante artículo 123 Constitucional”.303 Las flagrantes faltas y atropellos de los que eran víctimas los trabajadores consistían en la falta de reconocimiento del horario nocturno estipulado en siete horas; otorgamiento del séptimo día como descanso; participación del obrero en las utilidades de la empresa; nivelación salarial entre extranjeros y mexicanos; aplicación del reglamento sobre la higiene en el espacio ocupado por el trabajador; y la puesta en vigor de la ley de accidentes de trabajo promulgada por el general Bernardo Reyes en 1907.304 La ley de accidentes promulgada por Bernardo Reyes era una reglamentación avanzada para su época; además de ser detallista en el aspecto preventivo, aseguró pensiones para los familiares de la víctima en caso de muerte ocasionada durante o por el trabajo. Entre otros atropellos que menciona el memorial, destacaron los privilegios de que gozaban los extranjeros, en particular los estadounidenses. Los ejemplos abundan, si nos hemos de guiar por la impotencia mostrada por los obreros de la ASARCO: Los maquinistas Norte Americanos (sic), que habla en el servicio de la grúa como eran extranjeros, ganaban seis u ocho pesos diarios, y los Maquinistas actuales como son indios mexicanos haciendo exactamente el mismo trabajo ganaban de dos tres pesos [...] el Norte Americano que bino (sic) a manejar un aparato para soldar con autógeno,

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ganaba diez pesos, y el operario mexicano lo maneja actualmente a satisfacción, gana tres pesos hay alguna diferencia.305 El memorial incitó a la aplicación de reglamentos que eliminasen el pesado ambiente donde se desempeñaba el obrero: Individuos hay que han contraído enfermedades por las emanaciones deletéreas, del trabajo que ejecutan, otros que sin proporcionarles la empresa medios para preserbarse (sic), han ido a ejecutar trabajos, donde quiza (sic) por ignorancia y por el criminal descuido de sus patrones, han encontrado la muerte, como los operarios que entran a las cajas de humo [...] Cierto es que hay un doctor, pero no es exclusivo (sic) de la Compañía, y que vive hasta el centro de la ciudad y que para un caso apremiante como el herido a perdido mucha sangre, o quizá pueda haber sucumbido, dándose casos de no encontrar al doctor, por encontrarse éste en sus vicitas (sic) [...] y se comete un atentado de leza humanidad, existiendo focos de infección, lectrinas (sic) asquerosas (sic), respirando una atmósfera cargada de gases

Francisco G. Sada, empresario regiomotano.

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desprendidos de los hornos, y que minan necesariamente la salud de los mal alimentados obreros que por su necesidad y desgracia tienen que trabajar con esa compañía.306 La contaminación que se desprendía de las grandes fábricas era causa de constantes quejas. El 18 de diciembre de 1919, la organización obrera local Unión Minera Mexicana, con ramificaciones, comités locales, en Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas y Guanajuato, se quejó de los gases tóxicos que emanaban de las chimeneas de la Fundición número 2 en Monterrey, causando grandes males entre los operarios. Se tuvo conocimiento de 28 enfermos por esa causa.307 Las medidas de la compañía para contrarrestar el movimiento no se hicieron esperar. La ASARCO intentó desbaratar la incipiente organización que empezaba a formarse en su seno, ‘”al destituir, se quejaron los obreros, casi en masa, la Mesa Directiva del Sindicato”.308 Días antes, la compañía había recibido el memorial de la Junta de Conciliación, acto que sólo sirvió para desconocer a esta última instancia. El mismo documento ya preveía en su último apartado la posible reacción empresarial: Las diferencias entre el obrero y el patrón no Sr. no serán resueltas en la Junta de Conciliación y Arbitraje, ellos son los amos, ellos pagan, fabor (sic) con ocupar al obrero, ¿quiénes son los de la Junta? los desconocen no pueden tratar con ella.309 La actitud del gobernador Zambrano hacia la ASARCO, en respuesta a las quejas obreras, fue enérgica. De antemano exigió el reconocimiento del organismo conciliador como único medio legal de solucionar los conflictos obrero-patronales.310 De inmediato nombró una comisión del “Consejo de Salubridad del Estado” para practicar una visita obligada a las instalaciones de la fundición.311 El informe del 31 de mayo corroboró las denigrantes condiciones higiénicas existentes en habitaciones y patios de las viviendas de los trabajadores.

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La respuesta del gobierno carrancista para el mejoramiento del espacio habitacional se resumió en la necesidad de transformar “el sistema de escusados por el de pozos chicos que pueden asearse periódicamente cada dos meses”.312 Asimismo, era imperante el aumento del “número de ellos a razón de uno para cada cinco habitaciones”.313 Con esta acción, el gobierno carrancista local mató dos pájaros de un tiro; ratificó la intervención del Estado en los conflictos obrero-patronales, y de paso demostró el compromiso existente entre la Revolución y las causas populares por terminar con las prerrogativas que poseían las empresas extranjeras a riesgos del conflicto diplomático o del debilitamiento de las bases sociales del mismo régimen. En el conflicto gobierno-empresas extranjeras, el grupo empresarial regiomontano adoptó la práctica nacionalista, rompió la antigua alianza con la inversión extranjera, dada en el antiguo régimen, y arremetió en favor de una mayor protección estatal a la inversión nacional. La Constitución cobraba vida.

El primer conflicto metalúrgico: mayojulio de 1918 Pero el movimiento obrero no hizo distinción, en su vertiginoso ascenso, entre los empresarios extranjeros y nativos. La lucha obrera que se avecinó envolvió por igual, en una frenética espiral, al grupo empresarial industrial asentado en Monterrey.

El diario EI Nacionalista de la ciudad de México publicó en primera plana, el 22 de mayo de 1918,314 la reanudación de las labores en la única siderúrgica del país. Esto se debía a la aceptación, por parte de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, de varios contratos con algunas compañías estadounidenses para el envío de productos y artefactos manufacturados, destinados al conflicto contra Alemania.315 Al mismo tiempo, se esperaba absorber casi dos mil trabajadores, recobrando así el nivel de captación de empleo con el que se despidió el Porfiriato. Pero esa satisfacción en el ámbito nacional por el repunte paulatino de la siderúrgica en Monterrey contrastaba bruscamente con el ambiente laboral que se respiraba en esos días en los departamentos “Alto Horno”, “Planta de Aceración” y “Molinos Laminadores”.

La situación de la siderúrgica A mediados de 1918, el consumo de los productos de la Fundidora de Fierro y Acero en toda la república representó solamente 20 por ciento de la capacidad productora de la planta: para el restante 80 por ciento se requería del mercado exterior, esencialmente de los Estados Unidos y Cuba, donde la competitividad restringía seriamente la accesibilidad para colocar los productos manufacturados en México.316 El ingreso, de lleno, a los mercados extranjeros, implicó como punto medular la reducción de los costos de producción. En ese año, las compañías estadounidenses lanzaron al mercado la tonelada de fierro lingote a 32 dólares, mientras a la Fundidora Antonio I. Villarreal.

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le costaba el coke –insumo necesario para producirla–, los fundentes, transportes y mano de obra, alrededor de 50 dólares.317 Lo mismo sucedió con el acero y el fierro comercial que tenían gran demanda en los Estados Unidos, pero que por una situación coyuntural, por la construcción de buques y la fabricación de implementos de guerra, las fundiciones particulares estadounidenses no podían acaparar. Según datos proporcionados por la dirección de la empresa, el costo de la mano de obra necesaria que producía una tonelada de hierro en el “Alto Horno”, sin incluir materia prima ni transporte, había sufrido un incremento, para 1917, de 89.7 por ciento sobre el costo de 1911.318 Asimismo, en los departamentos de molinos de 40 y de 32/28 pulgadas, el aumento registraba, para 1918, un 275.2 y un 356.6 por ciento, respectivamente, en relación al año en que cayó Díaz.319 Hay que hacer notar que las estadísticas, hasta marzo de 1917, contemplaron los turnos de trabajo de doce horas diarias, incrementando el porcentaje en forma descomunal a partir de abril del mismo año, al crearse tres turnos diarios de ocho horas (véase cuadro 5).

El alto costo de la mano de obra, disparado por un mercado interno sin competitividad, se volvió un lastre al ingresar al mercado internacional. En 1918, la compañía aseguró que en 17 años de trabajo no había dado a sus accionistas más que dos dividendos. Uno de 3 por ciento y otro de 4 por ciento, con ello afirmó que las acciones no tenían valor mayor a una cuarta parte de su precio pagado en efectivo. Sin embargo, la administración se comprometió a “poder reducir, en lo futuro, el costo de producción”, invirtiendo para esto “sumas considerables de dinero y dos años de trabajo para conseguirlo”.320 Por lo mismo era necesario que el aparato estatal mantuviera el control de los obreros como se dio en el Porfiriato. Así se evitaría que éstos no afectaran con movimientos huelguísticos la producción, ni exigieran aumento salarial por el término señalado. Para 1923, la siderúrgica había logrado su objetivo: mantener un alto nivel de competitividad en el mercado exterior, al reducir drásticamente el costo de producción a base de constantes innovaciones en el proceso de producción y de un movimiento obrero desgastado y, relativamente, bajo control. Una estadística publicada en The lron Age, correspondiente a 1922, ubicó a la siderúrgica de Monterrey como uno

Cuadro 5. Costo de la mano de obra por tonelada de producción en los diferentes departamentos de fierro y acero (1911-1918). Año

Alto Horno

Aceleración

$1 peso 2% $1 peso 2% 11.5 5.84 6.1 7.49 32.80 12.21 11.94 3.8 7.9 6.02 14.70 27.8 19.89 72.9 10.07 89.7

1911 1913 1914-15 1916 1917

Molino40 $1 peso 2% 2.79 29.7 3.62 5.11 108.80 6.30 125.80 7.54 170.20

Molino32 $1 peso 2% 5.08 11.4 5.66 11.57 127.7 60.6 8.16 17.56 245.6

Molino 8/12 $1 peso 2% 12.84 12.08 14.06 9.5 11.36 31.7 16.92 166.3

1918

23.43

103.7

10.47

275.20

23.20

356.6

34.27

1. Costo de la mano de obra por tonelada de producción, sin incluir materia prima ni transporte. 2. Aumento en % sobre el valor del peso de 1911. Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de AGN, D. de T., c-25, e-54.

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Turnos Horas al dia 12 12 12 12 8 (a partir de abril)

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de los principales productores de lingotes de hierro, comparando los costos de producción con otros países.321 Cuadro 6. Principales siderurgias del mundo y su costo de producción, 1922 (por lingote / en dólares). Ubicación

Costos de Producción

Lorena, Francia Bélgica Birmingham, EUA Monterrey, México Gran Bretaña Oriente, EUA

12.30 15.25 16.35 19.71 20.70 25.00

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de Iron Age, 1922.

Por otra parte, la inestabilidad en la que vivía el país había provocado una importante depreciación de la moneda nacional frente al dólar, causando, a juicio de la siderúrgica, una pérdida de 20 por ciento sobre los precios de venta;322 por lo que era imprescindible para los accionistas, asegurar que no hubiera un nuevo recargo en el costo de producción, y mucho menos exponerse, una vez que los hornos se encontraran encendidos, a una posible agitación obrera. Esta última queja parecía estar fuera de lugar, ya que la venta de productos al extranjero, especialmente a los Estados Unidos, redituó grandes ganancias, aumentándose éstas por la depreciación del peso mexicano frente al dólar. Imposición de una circular-convenio

Para cumplir con los compromisos contraídos en mayo de 1918, los departamentos de funcionamiento continuo tenían que trabajar día y noche, ininterrumpidamente, por seis meses o más. Para implantar esta condición en el contrato, la Dirección General mandó una circularconvenio a los obreros exigiéndoles trabajar todos los días de la semana sin excepción alguna, en las

Juan M. García, gobernador de Nuevo León, encontró en la veta fiscal un medio relativamente descuidado por el carrancismo para no sólo imponer las bases de una nueva forma de operar de las empresas extranjeras, sino también de restablecer la confianza del pueblo en la arruinada figura de la autoridad pública.

mismas condiciones de jornal: mientras, se decía, se pueda sostener la marcha de los molinos y hornos, comprometiéndose la gerencia a implantar los turnos que sean necesarios para no pedir sino ocho horas de trabajo.323 Si bien la mayoría de los operarios de los departamentos firmaron la circular-convenio, los del “Departamento de Maquinaria” lo rechazaron “por ser anticonstitucional”, mandado de inmediato un oficio a la Junta de Conciliación y Arbitraje.324 A fines de mayo de 1918, la Fundidora empleaba a 1,162 trabajadores, y tenía proyectado dar empleo a 800 más cuando se pusieran a funcionar los hornos. El objetivo esencial del convenio consistía en sostener la producción continua durante seis o más meses, y obligar a los obreros a no exigir aumento de salario durante ese lapso “por perjudicar, a juicio de la compañía, la producción”.325

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La Junta de Conciliación logró reunir a sus componentes en dos ocasiones el cinco de junio. En el primer acercamiento los obreros pidieron el retiro de la circular, o, en su defecto, el pago de doble jornal del día correspondiente al descanso después de seis días de trabajo. Ante la negativa patronal, los obreros exigieron en vano ver los libros de la compañía para verificar la autenticidad de las condiciones por las que no se aceptó.326 Al término de dos horas de discusión, se dio por terminada la sesión sin llegar a ningún arreglo, ese mismo día, en sesión extraordinaria, el representante gubernamental, Juan Torres, propuso y logró la aceptación, por ambas partes, del pago de salario y medio los domingos y días festivos en los tres departamentos.327

La huelga Pero el fallo de la Junta y por consiguiente de los representantes obreros fue desconocido al día siguiente por la asamblea de la “Sociedad de Gremios Unidos” de la Fundidora. El argumento plasmado por la asamblea fue la injusta retribución, ya que el trabajo “era bastante arduo, laborioso y de los que reportan grandes utilidades a la compañía”.328 Ante la negativa obrera, la compañía optó por iniciar una represión con base en despidos arbitrarios para debilitar y amedrentar lo que empezó a tomar forma de movimiento huelguístico. El 12 de junio, después de diez días de infructuosos intentos por llegar a un acuerdo, los “Gremios Unidos” decretaron el paro general en los talleres de la compañía.329 El renuente intento empresarial para llegar a un acuerdo solamente propició que la agenda de peticiones tendiera a engrosarse con nuevas demandas. Éste fue el caso del anexo de un noveno punto donde se exigieron las indemnizaciones correspondientes por los días no trabajados. Esta última petición se incorporó a las demandas el 24 de junio,

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y se le dio difusión dos días antes con una nueva circular al pueblo regiomontano, en la que se solicitaba la “solidaridad moral del pueblo y la clase trabajadora de Monterrey” contra la “imposición de la Fundidora”.330 El 29 de junio, el gobernador intercedió por la compañía en contra del sindicato. Aquél argumentó la improcedencia del pago de indemnizaciones por lo perjuicios que ocasionaría a la fábrica; a la vez pidió continuar las sesiones en la Junta. El 2 de julio, los obreros propusieron nuevas bases para la negociación, empresarios y representantes obreros acordaron su envío al Consejo Administrativo de la compañía en México, y esperaron una respuesta a más tardar para el día ocho. Nuevamente, esa noche la asamblea sindical desconoció el acuerdo emanado de la Junta y lanzó, al día siguiente, una comunicación al gobier-no sobre el retiro de sus demandas si no se daba una respuesta antes de las dieciocho horas.331 La respuesta nunca llegó y el apoyo solidario a los obreros huelguistas se extendió con rapidez a otras corporaciones. En la mañana del 5 de julio, el superintendente de la ASARCO le comunicó al gobernador Zambrano haber sido “informado, de fuente fidedigna”, que una delegación de los huelguistas de la Planta de Acero intentaría ir a mediodía, “con el objeto de inducir a los empleados de esta planta suspender sus labores y declararse en huelga”.332 El intento de paro general, decretado por los obreros descontentos para ese día a la una de la tarde, casi logró su propósito al abandonar sus labores los trabajadores de numerosos talleres de la localidad, sin haber hecho ninguna petición o queja a los patrones ni a la Junta.333 Al día siguiente, el periódico local Nueva Patria expresaba que la cantidad de obreros que abandonaron sus trabajos en apoyo a la huelga de Fundidora se elevó a doce mil, “existiendo el temor fundado de la paralización general de las industrias”.334

Monterrey: origen y destino

Atemorizada por la proporción que tomó el movimiento, la Junta de Conciliación tuvo que agilizar los arreglos y retractarse de las declaraciones hechas desde el 4 de julio cuando desconoció la huelga por “haber faltado a sus compromisos”.335 Asimismo, ante una posición de evidente fuerza, el movimiento aglutinó, el 8 de julio, a catorce agrupaciones sindicales, para presentar al mismo tiempo un amplio pliego petitorio a la Junta, donde se incluía, entre otras peticiones, la aceptación de huelga en las diferentes compañías metalúrgicas afectadas, además de la Fundidora, por la separación de sus trabajadores –ASARCO, la Minerales y Metales y la Fundición número 2– y el reconocimiento de “la personalidad social de cada gremio por cada una de las empresas”.336 El 18 de julio, la huelga comenzó a rebasar los límites de orden impuestos por el comité de representantes gremiales: algunos obreros detuvieron varios carros de ferrocarril en la salida de los patios de la ASARCO, sustituyendo a los “obreros libres” que los conducían por personal huelguista;337 los grupos de trabajadores adheridos al movimiento también empezaron a impedir, por la fuerza, la entrada de los “esquiroles” a la compañía siderúrgica.338 Paralelamente, en el centro de la ciudad, los mítines y marchas de apoyo a las demandas exigidas por los obreros descontentos preocupaban tanto a las autoridades como a los empresarios, por lo que convinieron, estos últimos, reanudar nuevamente las conferencias con el comité de huelgas y mostrar obligadamente una faceta de conciliación, ante los alcances que podría sufrir el conflicto.339

Participación de líderes de la lnternational Workers of the World

general Gregorio Osuna, sobre las últimas actividades llevadas a cabo por ellos en las huelgas de 1917 acaecidas en el puerto de Tampico. La respuesta, dirigida el 9 de julio por la Policía Especial de la Jefatura de la Línea Fronteriza, los identificó como los principales agitadores de los obreros en Tampico desde hacía un año. Contaban en su haber numerosos encarcelamientos en el presidio de Ciudad Victoria. Ambos eran miembros de la “Sociedad de Obreros Industriales del Mundo” (IWW). En el caso de Hernández, su trayectoria intelectual lo situaba como escritor del periódico socialista de Tampico, denominado Germinal, en el que exponía “furibundos artículos, a juicio de las autoridades tamaulipecas, excitando a los obreros a la rebelión y a la huelga”.340 El mismo día que llegó la información, el mayor Ramón Hinojosa, jefe de la policía reservada, pasó por órdenes superiores al Hotel El Golfo para aprehender y encarcelar, en la penitenciaría del Estado, a ambos líderes obreros, desligándolos así del cauce tomado por el movimiento. Los delitos imputados consistían en la excitación hecha aun gran número de obreros en un “meeting” el 8 de julio en el Teatro Juárez, desconociendo al gobernador del estado y provocándolos públicamente a cometer actos atentatorios contra los compañeros que libremente quisieran trabajar en las negociaciones paralizadas con motivo de la huelga actual, habiendo resultado, como consecuencia de la provocación, algunos obreros heridos... y el hecho de que muchos de los huelguistas se proveyeran de palos y varas para cometer iguales atropellos contra los que iban a trabajar libremente.341

Los obreros imponen sus condiciones La dimensión de la huelga atrajo experimentados líderes obreros como, entre otros, Ricardo Treviño y Rafael Hernández. La policía reservada carrancista se encargó de identificarlos y pedir información al gobernador provisional de Tamaulipas,

Una vez encarcelados los llamados agitadores, el gobernador entabló, el 9 de julio, una entrevista privada con Juan Torres, comunicándole el proceder de la administración y planteándole la necesidad de

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poner fin al conflicto con la publicación de un “Ultimátum” a más tardar al día siguiente.342 El 10 de julio, la Junta de Conciliación envió un manifiesto a los “Representantes del Congreso de Sociedades Obreras” donde se acusó al movimiento huelguista de haber degenerado de tal suerte y a tal grado, que los obreros han asumido una actitud verdaderamente hostil y violenta, ejecutando actos que han atacado no sólo a las personas e intereses de las empresas, sino que han llegado a detener un tren apoderándose del personal que lo conducía, y sustituyéndolo con personal huelguista, e indebidamente han ejecutado actos violentos igualmente contra los empleados de la compañía Fundidora de Fierro y Acero. En una palabra, los obreros en general, con su proceder incorrecto y hostil, han causado alarma entre el pueblo, molestias a las autoridades y perjuicios a las empresas.343 La Junta consideró, con base en lo expuesto, catalogar la huelga como ilícita, para manifestar el estar fuera de su misión [...] conocer las quejas de los obreros, cuando éstos han cometido actos violentos, y faltado a los compromisos contraídos formalmente ante la Junta.344 Era imprescindible, a juicio del gobernador, comentó Juan Torres, la reanudación de las labores por parte de todos los obreros, con el fin de someter y tramitar todas las quejas y diferencias existentes a la Junta, comprometiéndose a respetar los acuerdos que de ella emanen.345 Nuevamente la Junta volvió a reunirse, en esta ocasión los obreros ganaron la iniciativa al presentar un proyecto de peticiones y sentar las bases para una nueva relación entre patrones y trabajadores.346 La asamblea sindical, promotora y rectora del movimiento, expidió y presentó los lineamientos generales para la cristalización de cuatro convenios, dirigidos a las principales compañías procesadoras de metales en la ciudad. Los representantes obreros Jesús Ma. Lozano, Paulino Faz y Federico R. Luna, firmaron, en las oficinas de la Junta de Conciliación

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y Arbitraje, los respectivos convenios, entre el 11 y el 13 de julio de 1918, ante los gerentes y apoderados jurídicos de las cuatro compañías.347 Los representantes patronales firmantes por cada empresa fueron: C.L. Baker, L.B. Harrison y Ricardo E. Mora por la ASARCO; Francisco Nagel, T.W. Werpel y Lázaro de la Garza por la compañía Minerales y Metales; Roberto Gayol y Antero Valdés Gómez por la siderúrgica, y por la Fundición número 2 se presentó Jesús Ferrara.348 Los acuerdos, que contemplaron hasta once puntos, coincidieron en el logro de peticiones nunca antes admitidas por el grupo patronal. Entre éstos se encontró el reconocimiento de lo exigido inicialmente por los obreros huelguistas de Fundidora, referente a la anulación de “firmar un acta por medio de la cual abdicaban de ciertos derechos Constitucionales y se sometían a las disposiciones de la empresa”.349 Pero el acuerdo más importante, y punto inicial de los convenios, era el reconocimiento por parte de las cuatro compañías de todos los representantes por cada unión sindical, de las que se formen o estén formadas entre los trabajadores, y estas Uniones, a su vez, se obligan a no declararse en huelga sin antes dar cuenta a la Junta de Conciliación y Arbitraje, y agotar todos los medios legales para llegar a un advenimiento.350 El problema que originó la huelga en algunos departamentos de la siderúrgica se resolvió favorablemente para los obreros en el punto seis del acuerdo con esa compañía, y aceptado por las otras tres, en donde se le concedía al trabajador un día de descanso después de seis de trabajo. Con esto la empresa se comprometía a que cuando requiriera de los servicios del obrero o empleado a quien le tocara descansar “únicamente se le pagará tiempo doble”.351 Otros acuerdos importantes fueron el pago de tiempo extraordinario; aplicación del reglamento de accidentes de trabajo vigente en el Estado; observación de las prescripciones legales relativas a hi-

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giene y salubridad; el compromiso de la empresa de no ejercer represalias “de ningún género y (de que) todo el personal afectado en este movimiento ocupará su puesto al reanudarse los trabajos”; finalmente, compromiso con el gremio obrero de ferrocarrileros, para que todas las locomotoras propiedad de la(s) compañía(s), sean reparadas y no se les pongan dificultades de ninguna clase en los talleres de los ferrocarriles constitucionalistas de México.352 Como acto final, la Comisión de Huelga publicó un voto de agradecimiento no sólo a la Junta de Conciliación y Arbitraje, sino a la solidaridad que mostró la población urbana con respecto al movimiento.353 El éxito de la huelga metalúrgica mostró la necesidad de un nuevo equilibrio de fuerzas sociales diferentes del que existió durante el antiguo régimen. En aquél se inculcaron hábitos de disciplina social que fomentaron y defendieron el patrimonio de una minoría opulenta. No obstante, el descontento popular hervía sigilosamente debajo del panorama tejido por fuerzas sociales, económicas y políticas y rara vez brotaban a la luz pública. Durante el periodo del progreso porfiriano, los obreros fueron vigilados por un aparato policíaco represivo auspiciado por las condiciones laborales impuestas por el antiguo régimen. Salvo excepciones, los trabajadores metalúrgicos aguantaron en silencio las penas de su situación. Hay que recordar que la ausencia de alternancia en el trabajo fabril con faenas agrícolas en los obreros de la industria pesada, en los términos que esto implica en la estructura del poder, de los ritmos y oportunidades de empleo y de la posibilidad de movilidad social, hicieron de su trabajo industrial el quehacer primordial de una clase sumamente politizada en el momento de la explosión huelguística. La prolongada huelga del verano de 1918 enfrentó a las cuatro empresas más importantes de la ciudad y a la única gran siderúrgica de toda América Latina. Pero no sólo eso, sino a un empresariado industrial que representaba, en esos momentos, la

vanguardia capitalista en el país y la cúspide de la estructura social regiomontana desde hacía más de medio siglo. Gracias a su combatividad, y al apoyo que recibieron de la comunidad, los obreros metalúrgicos lograron negociar cuatro contratos colectivos en fila. Por primera ocasión se obligó a tres empresas regiomontanas y a una extranjera –la ASARCO–, a negociar en términos favorables un contrato colectivo, y a reconocer los derechos sindicales de sus trabajadores.

Las huelgas ferrocarrileras. La lucha por el derecho sindical En la empresa pública de los Ferrocarriles Nacionales, los obreros sindicalizados también empezaron a ser víctimas de represalias, por fomentar su derecho de organización a mediados de septiembre de 1918. Los Ferrocarriles Nacionales de México fueron el resultado de una fusión de varias empresas extranjeras en 1908. Sus anexiones posteriores los convirtieron en una unidad de administración y operación de suma importancia, abarcando 80 por ciento de las líneas de todo el país con un promedio de cerca de 40 mil operarios a su servicio. Entre 1915 y 1925, el gobierno revolucionario no sólo poseía la mayoría de las acciones, sino que fue el administrador directo, por incautación de la propia empresa. Por sus dimensiones, no hubo otra unidad en operación más grande dentro del sector de la economía. Sin embargo, este sector de servicio y de trascendencia económica, política y militar tan importante, era objeto siempre de la injerencia y de la atención de los poderes públicos. He aquí la explicación de la actitud gubernamental tan represiva ante posibles dificultades en su funcionamiento. En 1918, los ferrocarrileros se sumaron a la oleada huelguística y, por supuesto, a la violenta represión que recorrió Monterrey y el país. El 18 de septiembre, en un comunicado al gobernador Zambrano, la “Unión de Mecánicos

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Las triquiñuelas y el abuso de autoridad no se hicieron esperar. Por la tarde de ese mismo día, al ver que la actitud de los trabajadores era resuelta, Vázquez citó a diez huelguistas con el fin de entrar en arreglos: pero al estar dentro de los talleres hablando del problema, el mismo mayordomo mandó buscar a la policía para que los aprehendiera, “so La compañía de Tranvías, Luz y Fuerza de Monterrey fue la primera empresa en poner resistencia a la pretexto de que lo habían política de imponer las necesidades de la reconstrucción estatal a todo interés privado. amenazado de muerte”.358 Ante tales atropeMexicana Sucursal No. 9” consideró, después de llos, los huelguistas restantes organizaron una maincansables intentos por llegar a un arreglo,354 “ago- nifestación de protesta por las principales avenidas tados todos los recursos para evitar actos de violen- de la ciudad. Antes de la finalización de ésta, un cia”. En esa ocasión, el gobierno estatal manifestó piquete de soldados reprimió ferozmente el movique por ningún motivo toleraría esos actos “estando miento, arrestando a numerosos obreros.359 La amedispuesto a evitarlos enérgicamente”;355 esta enérgi- naza, para el 4 de diciembre, de sumarse a la huelga ca contestación provocó un relajamiento temporal por parte de todos los obreros del ramo en el país,360 de las tensiones. no dejó otra alternativa a las autoridades gubernaA final de año los operarios volvieron a la mentales locales más que acceder a sus peticiones, ofensiva. El 27 de noviembre, sin buscar más la logrando así un resultado favorable para los huelvía conciliatoria, veinticinco mecánicos y treinta y guistas al aceptar la empresa retirar de su cargo a cuatro ayudantes sindicalizados abandonaron sus Juan Vázquez.361 labores en protesta por la actitud hostil del maestro Los operarios de los ferrocarriles continuamecánico, quien no conforme con despedir a nume- ron, durante 1919 y los siguientes, con su lucha por rosos trabajadores sustituyéndolos por personal “no el reconocimiento de sus organizaciones sindicales. unionista, porta pistola a la vista de los empleados El 29 de abril de 1919, el resultado de una junta de dentro de los talleres, manifestó la queja, queriendo todos los miembros de las sociedades gremiales en con esto coartar hasta cierto punto los derechos in- el Salón Obrero de Monterrey fue abandonar las ladividuales del ciudadano”.356 bores debido a las intransigencias de los directores. Para el 1 de diciembre, la huelga era se- En esta ocasión se decidió no reanudar el trabajo cundada por todos los obreros de los talleres me- hasta que se reconociera la alianza de las sociedades cánicos, arguyendo maltrato por parte del jefe del gremiales en todo el país, y cesaran las dificultades Departamento y del mayordomo del mismo, Juan contra los operarios de la ciudad de AguascalienVázquez.357 tes.362

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Al día siguiente, los gremios de Monterrey, que aglutinaban a casi mil trabajadores en huelga, giraron notas respectivas a las principales empresas metalúrgicas, para exigir el respeto de los intereses “de los compañeros ferrocarrileros”.363 Esto fue con el objeto de que no se prestaran, durante el mencionado paro, las locomotoras privadas a la empresa en conflicto por el perjuicio que ocasionarían al movimiento: por lo que pedimos, reiteraba la circular, se nos evite tomar una medida extrema que traería como consecuencia un cese de labores en esa industria por parte de los miembros de esta Institución.364 Si bien la huelga tomó un carácter nacional para el 1 de mayo, dos días después se llegó a un arreglo entre el Comité de Huelga de la alianza y el director de los ferrocarriles en la Ciudad de México. Los ferrocarrileros cedieron en casi todos los puntos de sus demandas: únicamente lograron el derecho de nombrar comités de todos los talleres dependientes de las líneas, “con el fin de que éstos pusieran en conocimiento de la Dirección, las quejas que tengan que hacer por las inconsecuencias de los jefes”.365 Ciertamente, los ferrocarrileros se vieron envueltos en situaciones ajenas a su voluntad, por ser en última instancia las líneas férreas parte de territorios en que el cacicazgo militar y político era imprescindible para el mantenimiento del poder. La militarización, en muchas ocasiones, de los trenes, tripulaciones y estaciones, restó mucha fuerza al movimiento. En Monterrey, la estrecha relación entre el transporte de carga pesada y las empresas metalúrgicas hicieron del problema ferrocarrilero un asunto sumamente espinoso. Las huelgas oscilaron entre la represión sangrienta, como la del 2 de diciembre de 1918, y la negociación con aparentes soluciones favorables como las del 4 de diciembre de 1918 y del 3 de mayo de 1919.

El deterioro de los acuerdos de julio de 1918 La lucha obrera por el derecho a un salario que permitiera obtener el acceso a los productos básicos fue en muchas ocasiones, no en todas, el origen de movimientos huelguísticos. Las empresas administradas por el empresario Jesús Ferrara, entre otras las fábrica textil La Industrial y la Fundición número 2, fueron una evidencia sintomática del grado de lucha que se dio por adecuar las viejas condiciones laborales del antiguo régimen a los nuevos tiempos revolucionarios. El 17 de mayo de 1919, Ferrara, como accionista principal de la fábrica La Industrial, le comunicó a los trabajadores la improcedencia de continuar con la producción de artículos manufacturados por existir una saturación en el mercado, y tener en sus almacenes mercancías con un valor de 100 mil pesos.366 El comportamiento del mercado llevó a clausurar casi todos los departamentos de la fábrica por más de cuatro meses. Los obreros desocupados rebasaron el número de 160, sin que obtuvieran ningún apoyo gubernamental –como lo pudo haber sido la intervención de la Junta de Conciliación– en las quejas externadas. Días después el periódico capitalino El Economista informó del “denigrante salario” percibido por los operarios textiles de La lndustrial.367 El Departamento de Trabajo, que elaboró la estadística del paro en mayo, manifestó que el salario promedio en esa empresa era de un peso 49 centavos, muy por debajo del jornal medio otorgado por las industrias urbanas locales.368 Para atenuar un posible conflicto, el gobernador otorgó a los obreros desocupados cartas de recomendación para que buscaran trabajo en otros establecimientos, particularmente en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la cual estaba a punto de reanudar sus trabajos en el Alto Horno.369 La política de bajos salarios desarrollada por Ferrara, se corroboró una vez más en enero del año

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siguiente, 1920, al lanzarse a la huelga los obreros sindicalizados de la Fundición No. 2, en protesta, entre otras cosas, por la imposición de una cuota mensual “por razón de hospital”.370 Los problemas con la dirección de la empresa, cuyo gerente era el propio Ferrara, habían empezado en junio de 1919, cuando la cuota mencionada se implantó para todos aquellos operarios que disfrutaran de un sueldo diario mayor de un peso 25 centavos y trabajasen más de diez días durante el mes.371 Ante la imposición de la cuota y la merma de salarios ya de por sí raquíticos, ya que el salario mayor era de tres pesos 50 centavos, los trabajadores del departamento de metales decidieron, en octubre de 1919, abandonar sus trabajos por un solo día en actitud de protesta. Las tareas se normalizaron al día siguiente cuando los obreros lograron que se cumplieran algunas de sus peticiones por parte del propio Ferrera.372 Entre éstas, destacó un aumento salarial basado en el trabajo realizado y no en un jornal fijo. A fines de diciembre de 1919, los trabajadores consideraron que este último acuerdo más que beneficiarlos los perjudicó, por lo que exigieron nuevamente a la empresa un aumento de cincuenta centavos sobre el sueldo original; abolición de la cuota de hospital, “quedando la compañía con la obligación de atender a los operarios que se enferman por causas de trabajo”; suspensión del mayordomo y del rayador por mostrar una actitud hostil hacia el sindicato, y la creación de una comisión compuesta por la dirección de la compañía y el sindicato, para tratar de arreglar todas las deficiencias que podrían surgir de ahí en adelante en los departamentos.373 La respuesta de la empresa fue tajante al no acceder a un solo punto de las demandas, por lo que dispuso a los obreros a declararse en huelga el 1 de enero de 1920.374 Después de seis días de infructuosas reuniones entre los obreros, los representantes de la empresa y el gobierno, los trabajadores acordaron

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suspender la huelga “dejando en pie sus demandas, a reserva de poder justificar sus peticiones”.375 La reanudación de las labores, el 6 de enero de 1920, se dio bajo las siguientes condiciones: “no despedir a ningún trabajador por haber tomado parte activa o pasiva en el movimiento de huelga”; y en caso de separación, “la compañía tendrá la responsabilidad legal de indemnizar al obrero con los tres meses de salario que señala el artículo 123”.376 Las fricciones entre capital y trabajo suscitadas en las empresas de Ferrara no fueron casos aislados. En abril del mismo año, 1920, la ASARCO volvió a demostrar, como lo había hecho la Fundición No. 2, el deterioro de los acuerdos logrados por el movimiento obrero de mayo-julio de 1918. El día 15 de abril los obreros del “Departamento de Hornos y Romana” dirigieron una carta al superintendente norteamericano L.B. Harrison, donde pedían un ligero aumento en sus salarios sin fijar cantidad alguna “dejándolo al libre albedrío de la Cía.”.377 La respuesta de la compañía comunicó que, con gran sacrificio, se les daría un premio mensual de cincuenta centavos a los operarios que trabajasen 26 días al mes.378 La aberrante proposición provocó un disgusto tan grande, que decidieron irse a la huelga más de 100 trabajadores. La presión que se ejerció fue tal que en una semana los huelguistas lograron regresar a sus labores con 25 por ciento de aumento salarial en sus bolsillos.379 La huelga se volvió un arma poderosa a favor de los obreros organizados, es decir, sindicalizados. En esta ocasión el gobernador y general José E. Santos –gobernador de octubre de 1919 a mayo de 1920–, al igual que su antecesor, Nicéforo Zambrano, continuó con la política nacionalista de Carranza de apoyo al movimiento laboral en contra de los abusos cometidos por las empresas estadounidenses. El nuevo Estado constitucionalista se erigía como representante de los trabajadores y el mejor sostenedor de sus demandas, siempre y cuando el

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derecho de huelga se ejerciera contra los “intereses reaccionarios extranjerizantes”. Así, el Estado se guardaba el derecho de reconocimiento de sus demandas, dependiendo contra cuáles intereses sociales, económicos y políticos iba dirigida la huelga, sin embargo, el carrancismo nunca pudo incorporar en el proletariado de Monterrey su programa ideológico. La presión y protesta obrera empezó a adquirir la perspectiva de la negociación bajo los signos riesgosos de la represión gubernamental, cuando el poder público consideraba que rebasaban el Estado de derecho. Entre 1919 y mediados de 1920, el gobierno carrancista se preocupó cada vez más por someter al movimiento obrero y dictar, en la mayoría de los casos, fallos favorables dirigidos a los intereses empresariales. Ese hecho no pareció ser privilegio de Monterrey, sino de una política nacional. Sin embargo, esto no impidió cohesionar lentamente una fuerte solidaridad y concientización de clase entre las diferentes organizaciones gremiales surgidas durante el conflicto armado. Las coyunturas políticas también contribuyeron a la creación de condiciones favorables, para la sólida orquestación de movimientos huelguísticos que fincaron precedentes en la historia obrera. La rebelión de los militares sonorenses, en abril de 1920, y la creación de un gobierno de transición hacia la toma del poder por la máxima figura de la revolución, Álvaro Obregón, significó una de estas coyunturas que aprovecharon los obreros; en especial, los metalúrgicos. La economía regiomontana de fines del carrancismo

La política arancelaria La guerra civil impactó de una forma negativa a la economía nacional. Ésta venía presentando el auge más importante en casi cien años, gracias a la paz

y a los estímulos que procuró el antiguo régimen; la producción de metales preciosos no fue la excepción. Las insuficientes existencias, durante el carrancismo, de oro y plata, obligaron al gobierno federal a restringir la salida de plata y prohibir totalmente la de oro (ver cuadro 7). Esta política económica afectó particularmente a una de las compañías metalúrgicas de Monterrey. En agosto de 1918, la Fundición número 2, adquirida meses antes por la también compañía regiomontana Minerales y Metales, se quejó a través del apoderado general de esta última, Santiago M. Zambrano, de no estar trabajando su planta de afinación por restricciones impuestas por el Gobierno Federal para la exportación de los “metales, lo que ocasiona que la compañía tenga improductivo el gran capital que costó la mencionada planta y sin empleo de operarios”.380 Cuadro 7. Producción minera nacional (19101920). Años

Oro (kilogramos)

Plata (toneladas)

Cobre (toneladas)

1910 1915 1919 1920

41,420 7,358 23,586 23,370

2,417 1,231 2,050 2,069

48,160 206 52,262 49,192

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de Nacional Financiera, 1965: 69.

La Fundición No. 2 era la única en el país que poseía una planta especial para afinar oro, plata y plomo, “hasta el grado de obtenerlos absolutamente puros”.390 La nueva reglamentación en materia económica exigía a los exportadores de plata que importaran al país una cantidad de oro equivalente al valor de 25 por ciento de la plata exportada en forma de piedra mineral o de barras de plomo o cobre argentíferos, y 50 por ciento de la que exportaran en forma de barras de plata.381

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Asimismo, los impuestos federales que gravaron la exportación de este mineral, en forma de barras de plata fina, no observaron ninguna distinción con respecto al gravamen de que eran objeto las barras de plomo o cobre argentífero. Esto implicó desproteger la industria nacional de afinación de plata, a la cual se le dejó en desventaja competitiva, en contrapartida de aquellas fábricas que, sin utilizar el costoso proceso de afinación, tenían “menos dificultades para la exportación de sus productos y menores gastos”.382 La legislación porfirista al respecto preveía una barrera proteccionista para inducir a otras negociaciones a establecer la industria en sus fundiciones, reiteró nostálgico Zambrano, gastando en ello fuertes capitales y haciendo en el país el trabajo que de otra manera tiene que hacerse en el extranjero. 383 Los incentivos durante el antiguo régimen resultaron eficaces. El código de minería de 1892 concedía, a quienes obtenían concesiones mineras, exención de impuestos federales y locales, así como de los derechos de importación sobre materiales y maquinaria y de los impuestos a la exportación de producción minera. Al inicio de la Revolución se vio un giro notable en el nuevo papel del Estado. Durante el gobierno de Francisco I. Madero, 1912, el impuesto federal que gravaba la plata de exportación en forma de piedra mineral, sin ningún beneficio metalúrgico, pagaba 3.5 por ciento de su valor; en forma de barras de plomo o cobre argentíferos, pagaba 2.5 por ciento, y la plata fina, pura absolutamente, sólo pagaba 1.5 por ciento de dicho valor.384 Durante el gobierno de Carranza se reflejó una clara legislación nacionalista. Esto se da principalmente en el artículo 27 de la Constitución de 1917, al declarar que sólo los ciudadanos mexicanos por nacimiento o naturalización tenían el derecho de adquirir concesiones para la explotación de minas o depósitos de minerales.

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El artículo estipuló también la concesión a extranjeros, pero el proceso y los requisitos burocráticos se complicaron. Si bien el cumplimiento de estas leyes en todo el país fue poco estricto por la urgente necesidad de ingresos para la Hacienda Nacional, también fue cierto que durante los años constitucionalistas se observó una baja de la inversión extranjera. Los altos impuestos a la explotación de mineral dictados por Carranza, en respuesta a la crisis monetaria, fue un duro golpe a la industria metalúrgica. Si bien en todo el país provocó grandes protestas de las compañías mineras extranjeras, detentadoras de la mayoría de los fundos mineros, en Monterrey el péndulo fiscal osciló sobre el grupo empresarial regiomontano. Estas medidas, puestas en vigor por las autoridades carrancistas en Nuevo León, exacerbaron el conflicto de intereses entre el régimen y el empresariado citadino e hicieron poco por aliviar la crisis económica. Sin embargo, el repunte de la economía regiomontana, a partir de 1918, no se debió al programa de reestructuración económica del constitucionalismo, sino más bien a la demanda que generó el mercado mundial a raíz de la guerra.

Auge y estabilización internacional de los productos minerales A pesar de las dificultades que planteó la política arancelaria carrancista, la Fundición número 2 y las

La Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos, junto con los sindicatos y el Partido Laborista Mexicano, apoyaron al movimiento obrero.

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demás empresas metalúrgicas entraron coyunturalmente a un efímero auge desde el momento en que los Estados Unidos ingresaron a la contienda europea. El filón en la veta consistió en el abastecimiento de materias primas a las grandes compañías estadounidenses, las cuales volcaron su producción a los requerimientos militares. La misma Fundición No. 2 llegó a emplear, a finales de 1918, más de tres mil obreros.385 La Fundidora de Fierro y Acero computó en su departamento de ventas, en 1916, un millón y medio de pesos, mientras que en 1918, tras los jugosos contratos en Estados Unidos, vio ingresar por concepto de ventas más de cinco millones de pesos, a pesar que solamente aumentó en una cuarta parte su capacidad de producción de dos años antes.386 Sin embargo, al firmarse el armisticio mundial y al estabilizarse la demanda en el mercado internacional, el precio de los productos primarios para la fabricación de implementos de guerra se encontraba tan inflado que no tardó en registrar una brutal caída. A principios de 1919, The American Metal Co. Ltd. de Nueva York mandó un telegrama a la compañía Minerales y Metales S.A., representante de aquélla en la ciudad de Monterrey, para que detuviera bruscamente la producción de todas aquellas fundiciones que regenteaba en el país, entre otras las ubicadas en Torreón, Minas Viejas, Cerralvo y, por supuesto, el departamento de fundición de la Fundición No. 2.387 La depreciación de los elementos necesarios para fabricar implementos de guerra en las fábricas estadounidenses afectó sobre todo al plomo. Al terminar la guerra europea, el plomo obtuvo su más alta cotización a 7.5 dólar la libra, y la plata a un dólar y un centavo la onza; en febrero de 1919, el desplome de ambos productos los hacían valer cinco y 89 centavos de dólar, respectivamente, en el mercado internacional.388 El 13 de febrero, en una entrevista en un periódico local, el subgerente de la Fundición No.

2 comentó el aumento en el stock de la compañía, al tener almacenadas más de cinco mil toneladas de plomo que no había podido colocar en los mercados de la ciudad de Nueva York.389 Esto dio pie a ordenar el paro de la fundición, y despedir a 200 obreros con el objeto de evitar saturar el mercado de ese producto e influir en la precipitada caída del precio;390 el paro se extendería por más de dos meses. El cierre de las referidas fundiciones, y las consecuencias inmediatas de reducción de personal fue catalogado, el 11 de febrero, por el periódico El Economista de la Ciudad de México “como juegos bursátiles para lograr la baja en el precio de las acciones”.391 La especulación en el mercado por la Fundición número 2 fue pasada por alto por el gobierno carrancista en perjuicio de los obreros.

Añejos y nacientes inversionistas Pero el fin de la contienda civil en el estado también abrió caminos nuevos a ansiosos inversionistas. El 7 de diciembre de 1918, dos incipientes empresarios regiomontanos, Hernán y Américo Larralde, le proponían al presidente Carranza la compra en Francia de maquinaria automática, con el objeto de instalar una fábrica de granadas para cañones de 75 milímetros, “pues con la maquinaria con que actualmente se trabaja en la Fundición Nacional de Artillería, argumentaron, no se puede llegar a un buen trabajo económico”.392 Amparados ambos por varios años de estudios y práctica en el ramo de la ingeniería, tanto en la ciudad de París como en el vecino país del norte, la propuesta contempló la compra e instalación de la mencionada fábrica a cargo de los Larralde. El proyecto establecía dos condiciones para su inversión: uno era que la vieja fundición de artillería fuera sustituida por este nuevo modelo de fábrica; y segundo, que la tradicional compra de la maquinaria en Francia fuera sustituida por la compra de maquinaria en los Estados Unidos, ya que en ese momento se encontraba mucho más barata en ese país.

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El proyecto original fue presentado a Obregón cuando éste ostentaba el cargo de Ministro de Guerra, pero en esa ocasión, el embargo decretado por el gobierno de Estados Unidos sobre maquinaria, comentaron los Larralde, y lo difícil de la situación en nuestro país, no coronaron el proyecto. 393 El proyecto nunca se llevó a cabo a pesar que se presentó en diferentes ocasiones al gobierno federal, pero la visión empresarial del naciente empresariado posrevolucionario en Monterrey, al término del conflicto europeo, es evidente en este ejemplo. La proliferación de negocios aumentó durante 1919 y 1920. En abril de 1919, el gobierno otorgó una concesión de exención de impuestos, por quince años, para la instalación en Monterrey de una compañía manufacturera fabricante de jarcia.394 Un año después, Juan Lambretón establecía una fábrica de artefactos de madera concernientes a los ramos de agricultura y minería: con un capital inicial de 50 mil pesos, producía, vendía y embarcaba a San Antonio, Texas, su primera remesa, el 26 de abril de 1920.402 En marzo de 1920, miembros del añejo grupo empresarial asociados con los nacientes empresarios, diversificaron sus inversiones. Alfonso Madero –hermano del “ Apóstol”–, José A. Treviño, Eugenio Zambrano y Elías Villarreal constituían la compañía Ladrillera Unidas, S.A., con un capital inicial de 80 mil pesos, para adquirir dos plantas productoras de ladrillos, con sus consiguientes edificios y maquinaria, propiedad de Fernando Ancira.403 Contemplaron también el negocio de compraventa de bienes raíces; la compañía ladrillera compró, en abril de 1920, 40 manzanas de terrenos semiurbanos a los terratenientes Maiz Hermanos.404 Lentamente la economía local empezó a despertar de un largo letargo. Para 1920, los militares y administradores carrancistas de alto rango en el estado se incorporaron a la nómina de la clase pudiente; los ejemplos son numerosos.

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A fines de 1918, el asesor legal de los asuntos gubernamentales en el estado, Diódoro de los Santos, poseía una hacienda en el norte de la entidad equiparable, en demanda de jornaleros y trabajadores agrícolas, sólo a las haciendas de viejos ganaderos porfiristas, como lo eran todavía la familia Bortoni, en el municipio de Lampazos, y el gerente de la Cervecería Cuauhtémoc, Francisco G. Sada.405 El alcalde carrancista de Monterrey en 1919, Juan M. García, amasó tal suma de dinero que, para 1920, poseía enormes bodegas repletas de mercancías en la ciudad fronteriza de Laredo, Tamaulipas.406 Al término de su mandato, el gobernador Nicéforo Zambrano fue nombrado presidente de la Cámara Local de Propietarios, para asegurar así el liderazgo de una de las asociaciones más importantes y de mayor influencia de la urbe.407 El último gobernador militar carrancista, José E. Santos, no desaprovechó la oportunidad de reafirmarse como cacique y terrateniente ganadero, durante su gestión, en el noreste de la entidad. La jefatura del ejército del noreste también permitió el lucro personal; los ejemplos más palpables los tenemos en los generales Jacinto B. Treviño y Francisco Murguía (Hernández, 1984). Para mediados de 1919, el carrancismo en la entidad olía a corrupción y a autoritarismo; fiel reflejo de la política del centro.

El poder cambia de manos. La rebelión de los sonorenses La implantación del nuevo sistema político, emanado a través de los cauces legales del sufragio electoral, no pudo llevarse a cabo en amplias zonas del estado durante todo el periodo carrancista. Las elecciones fueron suspendidas por causas diversas, como continuos levantamientos revolucionarios, bandolerismo y la difícil topografía de la zona. El gobierno constitucional carrancista se vio obligado en la necesidad de extender numerosos nombramientos de autoridades municipales a título

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provisional. Entre 1917 y 1918 se dieron nombramientos provisionales de alcaldes en los municipios de Zaragoza, Mier y Noriega, Aramberri y doctor Arroyo.408 Esto de ninguna forma obstaculizó la proliferación de partidos, centros y clubes políticos que se estructuraron alrededor de nuevos personajes que asumieron la candidatura pública entre 1917 y 1920. El lanzamiento de la candidatura a la presidencia de la república del caudillo Álvaro Obregón dividió radicalmente la opinión política en la entidad. Los disidentes del carrancismo, como los exalcaldes de Monterrey, Alfredo Pérez y Juan M. García, quienes perdieron la carrera electoral hacia la gubernatura, a mediados de 1919, en manos del general José E. Santos, apoyaron localmente la candidatura del sonorense al impulsar partidos políticos de oposición; entre otros figuraron el Socialista Obrero y el Constitucional Progresista.409 Alfredo Pérez, quien fue alcalde de Monterrey en 1912, se postuló para gobernador en 1919, al igual que el alcalde regiomontano Juan M. García. A juicio de los periódicos locales y con base en la publicación de los votos acumulados al inicio del escrutinio, ambos lograron mayoría de votos con respecto a los demás contendientes, asegurándose incluso que García sería el nuevo gobernador. Pero el triunfo fue otorgado a un general impopular e incondicional del presidente Carranza y del divisionario Pablo González Garza, José E. Santos. El periódico local El Porvenir, de reciente creación, informó después del sufragio, el 8 y 9 de junio de 1919, que las 85 casillas en el municipio de Monterrey habían arrojado 6 mil 754 votos a favor de García; mil 413 a Pérez; mil 402 al general Marciano González; 436 al general Pablo A. de la Garza y 218 votos a Santos.410 Los problemas dentro del mando carrancista eran añejos; en 1917, Carranza, una vez elegido presidente constitucional, alejó de los asuntos públicos al jefe militar que más sombra le hacía, el general Álvaro Obregón. El retiro de Obregón significó una

importante fisura dentro del grupo de los constitucionalistas. El jefe militar con mayor carisma y popularidad se retiró a Nogales, Sonora, donde sólo un año le bastó para controlar, junto con sus socios, 90 por ciento de la producción de garbanzo en Sonora, el volumen de venta rebasó en 1918 los ocho millones de pesos (Flores, 1995). El Obregón empresario, prototipo de la nueva burguesía nacionalista y revolucionaria, pronto dispuso de una fortuna considerable que le permitió hacer política independiente y patrocinar, con el apoyo en su momento de la mayoría de los jefes militares, su propia candidatura a la presidencia de la república en 1920.

La rebelión obregonista en Nuevo León La gira electoral de Obregón tocó Monterrey el 4 de abril de 1920, para continuar la tradición que hubiera hecho tan popular al “Apóstol” diez años atrás. Y como en aquel entonces, el celoso gobierno central eligió la “ciudad de las industrias de fuego” para hostilizar a la comitiva de propaganda y desvanecerla bruscamente. Se exigió, durante su estancia en Monterrey, la presencia del general Obregón en la ciudad de México ante un jurado militar, por acusarlo de complicidad con algunos levantamientos subversivos.411 La comparecencia duró poco tiempo, ya que Obregón huyó de la ciudad de México y reapareció en Guerrero días después. Obregón suspendió su campaña electoral y llamó al país a tomar las armas. El 23 de abril, las autoridades militares de Sonora, en un gesto de apoyo al héroe de Celaya y de defensa a la soberanía de la entidad, emitieron el Plan de Agua Prieta, en el que desconocieron los poderes centrales y aceptaron a su gobernador Adolfo de la Huerta como el nuevo caudillo de la Revolución. Antes de la emisión del referido plan, Nuevo León volvió a convulsionarse con una serie de

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levantamientos espontáneos en los alrededores de Monterrey, los cuales secundaron la hegemonía del mando militar sonorense, como posteriormente se ratificaría, al interior del constitucionalismo. Los rebeldes Absalón y Félix Lozano, presidente y secretario del partido obregonista local de nombre Constitucional Progresista, comenzaron a merodear el sur de la entidad a partir del 18 de abril de 1920.412 Juan M. García y Alfredo Pérez, este último presidente del partido obregonista cuyo nombre era El Socialista Obrero, huyeron de Nuevo León y se internaron en territorio estadounidense para ponerse a las órdenes del disidente carrancista Antonio I. Villarreal, quien se encontraba exiliado de México desde que cayó de la gracia de Carranza por la desastrosa derrota en Saltillo ante las tropas villistas en enero de 1915.413 Juan M. García era un comerciante a mediana escala y un contrabandista de los más respetados. El 12 de mayo desertó de su cargo como administrador de la Aduana en Laredo, Tamaulipas, para sumarse totalmente a la rebelión obregonista.414 Sin embargo, el hombre de confianza de los sonorenses en la región fue un joven general de brigada llamado Porfirio G. González. Proveniente de una familia de ganaderos del municipio de China, se incorporó a la Revolución en 1913 para experimentar un ascenso vertiginoso dentro de la jerarquía militar bajo el mando de Obregón. Al retirarse Obregón a la vida privada, González encontró, debido a su temperamento irascible, continuas hostilidades dentro del cuerpo del ejército. En 1917 fue procesado por desobediencia y abuso de autoridad; igualmente en 1919, antes de ser destinado a la plaza de Puebla y posteriormente a la jefatura de Operaciones en el noreste. En este último puesto fue acusado de pillaje y encarcelado por un corto tiempo en la prisión de Tlatelolco (Cavazos, 1985). Pero ya para el 22 de abril de 1920, El Porvenir informaba del levantamiento de Porfirio G. Gon-

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zález, llevado a cabo dos días antes en el municipio de General Terán, “desconociendo al gobierno del centro”.415 Secundado por el jefe de la estación del ferrocarril en Montemorelos, así como por algunos miembros de las fuerzas de seguridad del estado, empezó una serie de incursiones hacia las principales cabeceras municipales fuera de Monterrey. A principios de mayo, entró en contacto con los rebeldes anticarrancistas en Tamaulipas, Juan Andrew Almazán, Eugenio López y Nieves García.416 Para la primera semana de mayo, las industrias locales empezaron resentir los efectos de la rebelión. En la madrugada del día 7, el destacamento federal de la ciudad de Saltillo se sublevó y tomó la ciudad por más de dos horas, para retirarse posteriormente con todo el material rodante de ferrocarril. En este acontecimiento, la Cervecería Cuauhtémoc perdió seis furgones cargados de cerveza cuyo destino era el sur del país. También el comerciante regiomontano Benito Guerra se despidió de un envió consistente en un furgón lleno de tequila y dos furgones de azúcar.417 Al ver que la rebelión se propagaba rápidamente, el 7 de mayo las autoridades civiles y militares de la ciudad acordaron conferenciar con los representantes de la comuna empresarial. El gobernador carrancista José E. Santos, y el jefe de operaciones de la entidad, general Isidro Cardona, plantearon a los empresarios y comerciantes Ferrera, Salcido, Hernández, Gayol y Bremer la necesidad de “recoger caballos, armas y monturas con el fin de equipar las fuerzas de seguridad”.418 Por la tarde, el gobernador reforzó su política militarista al pedir una nueva partida presupuestal de 50 mil pesos al Congreso, para el sostenimiento y aumento del contingente de las fuerzas estatales.419 Ante la imposibilidad de contener la revuelta obregonista en la entidad, las autoridades carrancistas hicieron su última patraña. En la madrugada del 12 de mayo, el gobernador Santos organizó una

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guardia personal de 50 hombres con quienes huyó de la ciudad llevándose el erario público.420 A mediodía, el cabildo municipal requirió de una junta de emergencia con la comuna empresarial a la que asistieron el presiente de la Cámara de Comercio, Jesús Ferrara, los empresarios Roberto Gayol, Adolfo Schefold y Óscar Westendarp, entre otros.421 De nuevo, ante el vacío de poder, los empresarios tomaron decisiones de carácter público. Los acuerdos emanados de la reunión comprometieron a los comerciantes en otorgar “una ayuda pecuniaria” para el aumento de los elementos del cuerpo de gendarmería municipal. También se decretó que, en caso de abandono de la plaza por el resto de la administración estatal, y ante la proximidad de las fuerzas insurrectas, se pediría a los cónsules extranjeros acreditados en la ciudad, salir a conferenciar con los jefes rebeldes y evitar así, como años anteriores, la irrupción violenta de los alzados a la urbe.422

Un brindis a las nuevas autoridades La huída del presidente Venustiano Carranza de la Ciudad de México, y el hallazgo de su cuerpo acribillado a balazos el 21 de mayo en la ranchería de Tlaxcalantongo, corroboró la magnitud y el triunfo de la revuelta. La entrega del poder estatal bajo la más soberana calma por parte del general encargado de la plaza, Humberto Barrios, al rebelde Porfirio G. González, abrió el camino para una nueva reestructuración del poder público. Para el 18 de mayo las cabezas visibles del poder político habían cambiado. Porfirio G. González era reconocido como gobernante interino y jefe de las operaciones militares;423 el coronel Absalón Lozano como jefe de la guarnición;424 y Antonio I. Villarreal, quien recibió una bienvenida apoteósica el día 14, ostentó la jefatura militar de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, para asegurar inmediatamente el término de las hostilidades en las entidades mencionadas.425

Antonio I. Villarreal regresó a Monterrey después de entrevistarse con Álvaro Obregón en la ciudad de San Luis Potosí. A su llegada, asistió, el 16 de mayo, a un brindis en su honor a cargo del empresariado industrial en los salones exclusivos del Foreing Club,426 donde, acompañado por personalidades como José Vasconcelos, se llevó a cabo una de las más fastuosas celebraciones de armonía entre los amos de la economía en Monterrey y los nacientes representantes del Estado revolucionario. La comuna empresarial en pleno reiteró una vez más la capacidad de sobrevivencia y la puesta en práctica de viejos recursos, al escuchar Villarreal, otrora opositor radical al control que ejercían los empresarios prerrevolucionarios, el brindis en su honor a cargo del exalcalde de Monterrey y empresario Joel Rocha. Joel Rocha hizo énfasis en la importancia y trascendencia que tenía el sector económico, y sus representantes, dentro del “organismo social”. En su discurso, reiteró a Villarreal lo indispensable que era “el capital como nervio, la industria que es el músculo, y el comercio que es el movimiento”, como zonas fundamentales de una sociedad “altamente culta y civilizada” como lo era Monterrey. Finalmente, Rocha levantó la copa ofreciendo “el pan y el vino de este sencillo ágape”, para aclarar que iba dirigido “al amigo, no al funcionario”.427 Entre los asistentes se encontraron Francisco G. Sada, Roberto Gayol, lsaac Garza, Salvador y Alfonso Madero, José Calderón, Lorenzo Zambrano y Jesús Ferrara. Antonio I. Villarreal se incorporaría posteriormente al gabinete de Obregón como secretario de Agricultura y Fomento. La retórica empresarial expresada en tan magna celebración dejó entrever, una vez más, que la importancia del respaldo económico y político de una portentosa infraestructura comercial, industrial y financiera, era carta meritoria de presentación para contribuir privilegiadamente no sólo a la reconstruc-

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ción nacional, sino a formar parte del Estado, ahora revolucionario.

7. La política fiscal durante el régimen de Álvaro Obregón La muerte del presidente Venustiano Carranza y el ascenso del general Álvaro Obregón matizaron una nueva forma de gobernar el Estado. La apertura política del gobierno del sonorense dio cabida a las demandas obreras y realizó, con ello, una serie de complejas alianzas con el poder regional, representado por los caudillos y los líderes obreros. La elección fue aprendida; los líderes obreros rápidamente encontraron un medio de ascender en la jerarquía social al no hacer un partido separado del caudillo principal. Los gobiernos obregonistas en Nuevo León comprendieron la necesidad de la alianza con los obreros, para contrarrestar al todopoderoso grupo empresarial de origen porfiriano. El equilibrio de las alianzas gubernamentales con el empresariado prerrevolucionario por un lado, y el proletariado urbano por el otro, resultaron el mejor medio para preservar el poder de los personajes públicos a partir de mayo de 1920. Después del Plan de Agua Prieta, ninguna revuelta de consideración tomaría las riendas del poder, con esto se confirmó la reputación de los obregonistas de ser los únicos revolucionarios capaces de unificar, relativamente, el país. Por su parte, el movimiento obrero se vio maniatado en esta zona del país por las particularidades de la conformación del poder en la región. El sistema social implantado por el grupo empresarial regio nunca fue amenazado realmente por una clase obrera sin proyecto revolucionario para tomar el poder. Tres días después de ocurrida la muerte de Venustiano Carranza, el Congreso de la Unión eligió al gobernador sonorense insurrecto Adolfo de la

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Huerta, presidente provisional, para que se encargara de convocar a elecciones. Subordinado al proceso electoral, el nuevo caudillo de la Revolución, Álvaro Obregón, tomaría el cargo de presidente electo a fines de 1920. La monografía de Héctor Aguilar Camín y los estudios posteriores al respecto, han demostrado que la política radical y de simpatía por el movimiento obrero mostrada por la “dinastía sonorense”, que monopolizó el poder presidencial en los años veinte, se formuló como una respuesta a los acontecimientos particulares de su estado natal durante el Porfiriato, y por la experiencia y el ejercicio del poder político durante las guerras civiles que le precedieron. La política nacionalista en Nuevo León, impulsada con nuevo brío durante el mandato de Obregón, capturó el apoyo del empresariado nativo contra la creciente influencia de la invasión extranjera en el país. El nacionalismo revolucionario puesto en práctica por el gobernador Juan M. García, mandatario entre febrero de 1921 y abril de 1922, encontró en la veta fiscal un medio relativamente descuidado por el carrancismo para no sólo imponer las bases de una nueva forma de operar de las empresas extranjeras, sino también de restablecer la confianza del pueblo en la arruinada figura de la autoridad pública. Un congreso local competente y decidido a recuperarse de la total dependencia en la que se vio sojuzgado al Ejecutivo desde el Porfiriato, dio un nuevo carisma al poder público ante la opinión popular. La temporal interdependencia de los tres supremos poderes del Estado durante el obregonismo en Nuevo León facilitó y retomó la vieja política de alianzas que urdió durante el conflicto civil el sólido grupo empresarial industrial asentado en Monterrey. Esto significó un total acatamiento del gobierno local a los intereses empresariales, hasta la toma de un nuevo rumbo con la aparición en Monterrey, en 1936, del presidente Lázaro Cárdenas.

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El escandaloso asunto con la Cervecería Cuauhtémoc No hubo gobierno revolucionario que no se dedicara arduamente a buscar recursos para el sostenimiento de la administración pública, la creación de nuevas fuentes de ingreso se convirtió en un instrumento de presión para lograr la legitimización del nuevo orden de cosas. Los años iniciales de la Revolución hicieron del “préstamo forzoso” una práctica común entre los inestables gobiernos provisionales para sostener los ejércitos en campaña. A partir de 1920, las cargas fiscales que se aprobaron por vías legalmente aceptadas, como el congreso estatal, facilitaron a las nuevas administraciones intentar nivelar el déficit, ocasionado por casi diez años de revolución, entre lo que ingresaba y lo que egresaba, no siempre con el beneplácito del poder empresarial industrial.

La hacienda estatal carrancista La hambrienta hacienda estatal despertó al final del régimen carrancista. La Ley de Hacienda que el Congreso aprobó, en febrero de 1920, atacó diversas fuentes omitidas por anteriores administraciones. En primer término, los nuevos impuestos se dirigieron sobre el producto redituado por las fincas urbanas, donde el grupo empresarial industrial realizó substanciales transacciones y acumuló importantes propiedades durante le desarrollo de la década revolucionaria. Anteriormente el gravamen residía en un impuesto fijo de ocho al millar sobre el valor de la propiedad. Con la ley de 1920, el físico tomaría 3 por ciento sobre el producto directo de las rentas urbanas.428 Otra fuente que se localizó y se explotó por la ley fue el metal extraído de las minas del estado, al cual ser le fijó un impuesto cuatro veces mayor que el año inmediato anterior, es decir, un 2 por ciento

sobre su valor bruto.429 Este impuesto golpeó duramente a la minería por la circunstancia de la baja del precio del plomo y el zinc, únicos metales importantes en explotación. Por otra parte, el impuesto de los metales siempre fue de poca significación para el gobierno, pues en 1919 apenas produjo un impuesto de cuatro mil pesos.430 Tanto la Cámara Nacional de Comercio como la Cámara Nacional de Minería, a través de sus respectivos presidentes, Jesús Ferrara y Faustino Roel, respectivamente, elevaron duras críticas al gobierno del general carrancista José E. Santos.431 Sin embargo, el principal objetivo del fisco estatal entre 1920 y 1921 se dirigió a una sola empresa: Cervecería Cuauhtémoc. Fundamentado en la “vergonzosa evasión de impuestos llevado a cabo por esta compañía”, la recaudación de rentas del estado impulsó una ley de hacienda con un fuerte gravamen contra esta empresa en el rubro de la producción, que empezaría a regir a partir del 1 de marzo de 1920. Esta ley, en el último párrafo del artículo 38, decía: Los establecimientos donde es elabore cerveza deberán pagar, mensualmente, a razón de un peso 80 centavos por cada cinco docenas de medias botellas y 60 centavos por cada octavo de quince litros que se elabore, debiendo pagarse en cada mes por la producción habida en la anterior según los datos recojan los recaudadores.432 “La política de agresión declarada contra la cervecería”,433 frase atribuida a su gerente general, se justificaba en una evidente evasión fiscal descubierta ese año. La oficina recaudadora manifestó que en sus libros se le tenía cotizada en 300 mil pesos por concepto de “giro industrial”, por lo que se cobraba en consecuencias una cuota anual de 6 mil pesos. Al mismo tiempo, la negociación aceptó tener invertido en capital social 5 millones de pesos y

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en fincas rústicas 107,295 pesos, lo que le daría un impuesto anual, sobre la suma total de la inversión, de casi 100 mil pesos.434 Con la nueva fiscalización, la cervecería pagaría anualmente, junto con el 50 por ciento del impuesto federal y en referencia a la producción de 1919, casi un millón de pesos.435 Ante tal actitud, el gerente general, Francisco G. Sada, avisó, el 26 de febrero, la decisión de interrumpir la elaboración de cerveza a partir del día que entrara en vigor la ley antes de aclarar que la fábrica contaba con una existencia de 1,871,247 litros del referido líquido en los toneles de sus “bodegas frías”.436 Para marzo la situación nacional tendió a volcarse desfavorablemente hacia Carranza, por lo que para evitar mayores problemas, y ante la intransigencia de la compañía, el tambaleante gobierno carrancista decidió, el día 24, suspender temporalmente la aplicación de la ley, tanto en lo correspondiente a la elaboración de cerveza como en los conceptos de giro industrial y fincas rústicas y urbanas.437 Para alivio de la cervecera, el 18 de mayo el gobernador provisional Porfirio G. González, quien secundó la rebelión obregonista en la entidad, mostró estar dispuesto a entablar un acercamiento entre

La industria textil fue apoyada por las mujeres obreras.

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el nuevo poder y el grupo empresarial, al derogar las leyes de Hacienda tanto del estado como del municipio, decretadas por la facción derrotada.438

Juan M. García y el impuesto a la cerveza El gobierno provisional de Porfirio G. González, del 28 de julio de 1920 al 4 de febrero de 1921, dejó intacta la ley hacendaria de 1919, la cual retomó durante su mandato, logrando con esto no complicar las relaciones entre el empresariado citadino y el nuevo régimen. El reglamento fiscal hasta el gobierno de Nicéforo Zambrano (1917-1919) no había modificado en esencia la ley hacendaria estatal promulgada por el procónsul Bernardo Reyes en 1907. De hecho, era una copia fiel y exacta de las prerrogativas porfirianas que dieron apoyo indiscutible a la industrialización. La anulación de las reformas fiscales del general José E. Santos y el regreso a la vieja legislación porfirista fue una excelente medida política del general Porfirio G. González, la cual calmó los ánimos exaltados de la rancia burguesía y dio pauta para reformar al régimen constitucional y a la elección popular de los personajes públicos sin mayores altercados.

Monterrey: origen y destino

Las elecciones estatales que encumbraron a los nuevos representantes en febrero de 1921, sirvieron al General González, que no compitió en la justa, para ensalzar su reputación y reconocerlo como cacique regional de arraigo popular. Su prestigio lo regresaría al sillón gubernamental en diciembre de 1923. Pues bien, las lecciones para suceder al general González elevaron al joven exalcalde y comerciante Juan M. García, quien utilizó el aparato estatal como un instrumento de presión para eliminar los privilegios fiscales tanto del empresariado regio como de las empresas extranjeras. Juan M. García labró su prestigio y estatus socioeconómico en la etapa posporfirista, anhelando siempre el éxito y la admiración. Se había esforzado toda su vida, unas veces cautelosamente y otras con osadía por la oportunidad que ahora se le ofrecía. Siendo un representante fiel de la nueva generación de comerciantes que se enriqueció durante la Revolución, García siempre participó políticamente en los nuevos regímenes, incluso perteneció por conveniencia económica, como todo comerciante en pequeño, a la Cámara Nacional de Comercio. Su actividad ambivalente, pequeño empresario y a la vez político, lo dispusieron a confiar a la Cámara de Comercio, diez días después de entrar al palacio de gobierno, el proyecto del presupuesto de egresos de la entidad. El objetivo de presentar tal proyecto fue que la comuna empresarial formulase el de ingresos “haciendo una derrama equitativa para el pago de los impuestos respectivos”.439 El 16 de febrero de 1921, la comuna empresarial acordó formar una comisión financiera que estudiase el proyecto y formulara la ley de ingresos. El presupuesto de egresos presentado por García planteó una erogación de más de un millón de pesos durante el año fiscal de 1921. El nuevo proyecto elaborado por la comisión redujo el gasto público a menos de 800 mil pesos y equiparó la misma entrada con base en un raquítico

aumentó fiscal en sólo cuatro ramos, siendo éstos los de fincas rústicas y urbanas y los giros mercantiles e industriales. Tres días después la comisión entregó el estudio a García.440 La reacción de este último fue de enfado por la restricción hecha a juicio de los empresarios. En primera instancia, la Cámara suprimió, entre otras, la partida de 60 mil pesos propuesta por García en su campaña política para fundar la escuela de “Artes y Oficios”. En segundo lugar, el presupuesto de ingresos mostró un desequilibrio evidente; la sujeción era poco equitativa en el aumento de los ramos mencionados, “dado los tipos de cotización que son el 8 al millar por las fincas rústicas y urbanas y 20 para los giros mercantiles e industriales, pues se traduce, decía García, en un aumento de 50% para las primeras y 29% para los segundos, haciéndonos más gravosos los impuestos”.441 El Ejecutivo desechó la propuesta de la Cámara de Comercio y dejó a un lado el aumento a los impuestos “tradicionalmente establecidos”, para “crear dos nuevas fuentes de ingresos”: “las herencias directas y la fabricación de bebidas alcohólicas”, en especial la cerveza.442 El nuevo impuesto apuntó con tres cuartos de centavo hacia cada botella de cerveza producida, más centavo y medio sobre todos los productos en general producidos por la negociación.443 Con ello resultaba, si se llegase a cumplir, un ingreso al fisco anual, por este solo concepto, de 500 mil pesos.444 El municipio también dirigió sus baterías hacia la cervecería, según el recaudador de rentas municipales, Luis Tijerina Almaguer, la compañía tenía una producción bimestral equivalente a más de 900 mil pesos. Correspondiendo pagar al municipio 1 por ciento bimestral sobre ese producto, la empresa debía estar cotizada en 54 mil pesos anuales y no en 18 mil como se encontraba realmente.445 En total, tanto por concepto de venta (al municipio), 18 mil, como por el giro industrial (al estado), 6 mil, la compañía entregaba anualmente

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al fisco la ínfima suma de 24 mil pesos, cuando la magnitud de la empresa no tenía comparación con

ninguna otra en su ramo dentro del país446 (como se podrá ver en el cuadro 8).

Cuadro 8. Diferentes compañías productoras de cerveza en el país. Cargas impositivas y número de y empleados (1921). Compañía Cía. Cervecería Cuauhtémoc, S. A., Monterrey Cía. Cervecería Toluca y México, S. A., Orizaba Cía. Cervecería de San Luis Potosí, S.A., San Luis Potosí Cía. Cervecería Yucateca, S.A., 81 Mérida Cía. Cervecería de Chihuahua, S.A., Chihuahua, Chih. Cía. La Perla, S.A., Guadalajara Cía. Cervecería Sabinas, S.A., Sabinas, Coah. Cía La Estrella, Guadalajara

Cargas fiscal anual, estatal y municipal

No. de obreros

No. de empleados

$24 000.00 $9 977.58 $32 640.96

1138 344 187

60 44 14

$2,700.00 $9 406.00 $2 511.72 $4 800.00 $1 893.84

103 39 35 32

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1. El impuesto federal se sumaba a las contribuciones locales. Ésate se establecía a razón de 50% de lo pagado a nivel estatal. 2. La Cervecería Cuauhtémoc pagaba aparte un % sobre fincas; una cuota sobre el sueldo de sus empleados y un impuesto llamado de patente sobre su centro distribuidor en Monterrey. Sin embargo, la cantidad anunciada arriba representó, ese año, el grueso de las contribuciones. La cuota se modificó en octubre de ese año por la cantidad mencionada arriba. Fuente. AGENL, ramo concesiones, 1921, y AGN, Departamento de Trabajo, c-280, e-3.

La Cervecería Moctezuma, S.A., ubicada en Orizaba, Veracruz, pagó, en 1921, casi 33 mil pesos por concepto de impuestos estatales y municipales, y solamente empleaba 187 obreros. Probablemente la más favorecida era la compañía Cervecera Toluca-México, S.A., en el estado de México, con un total de 388 trabajadores contratados entre obreros y empleados y con sólo un gravamen local de 10 mil pesos anuales.447 Pues bien, en 1921 el gobierno –emanado del Plan de Agua Prieta– no estuvo dispuesto a ceder, como lo había hecho el físico carrancista un año antes. El actual régimen se encontraba aparen-

La compañía Cementos Portland Monterrey revitalizó el ramo de la construcción, ya que para 1923 presentaba una capacidad de producción de cuatro mil sacos de cemento.

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temente del todo sólido y no inconsistente como el anterior. En una entrevista al gobernador Juan M. García, difundida por el periódico citadino El Porvenir, se ventiló la problemática referente a la implantación del impuesto a los licores. Al mostrar su firme resolución, el mandatario comentó: que el gobierno y el pueblo de Nuevo León verían con mucho agrado que desaparecieran de nuestro medio todas las fábricas –de licores, por supuesto–, con lo cual saldríamos ganando mucho.448 El gobierno de Juan M. García contó con el respaldo del nuevo régimen, a diferencia del gobernante carrancista José E. Santos. Éste, a principios de 1920, tuvo que retractarse del pretendido aumento en el impuesto a la cerveza, y a buscar un mayor apoyo político local ante la hegemonía política de los militares sonorenses en el país. El grupo empresarial encontraría finalmente, en octubre de 1920, una fisura en el aparato político, lo que aprovechó para terminar en un arreglo de mutuo beneficio. Los empresarios de le cerveza le hicieron la siguiente propuesta al nuevo gobernador: la cervecera financiaría una parte del proyecto de gobierno de García –para lograr así una importante reducción en el rubro fiscal–, al otorgar un donativo de 62 mil 500 pesos para la construcción de la “Escuela de Artes y Oficios”.449 Dicha instancia fue uno de los puntos del programa político de García como candidato. Sin embargo, para su desgracia, el Congreso local rechazó la partida para impulsar la mencionada escuela. Paralelamente al donativo, García aceptó la retribución al fisco por ese año de sólo 37 mil 500 pesos por el concepto de venta de cerveza, más 27,252.54 de impuesto al giro industrial.450 Esto significó que la compañía se comprometía a emitir un desembolso total –sumado el monto del fisco al donativo para la construcción de la escuela / de 127,252.54 pesos, para dar “una prueba más de su desprendimientos en pro de la instruc-

ción popular”, a la vez que el gobernador demostró ante el Congreso el deseo “de proteger la industria local y no lastimar intereses creados”.451 El arreglo era de mutua conveniencia. El financiamiento dado por lo empresarios al proyecto político de García, que había encontrado obstáculos en el Congreso local, no sólo fue una muestra de descomposición evidente del poder político, sino que también lo hicieron vulnerable al menor ataque. Su destitución, en abril de 1922, fue una prueba de ello. La base de sustentación política de Juan M. García rápidamente se desmoronó; sin García al frente del poder público, la cervecera encontró peldaños legales para retener el mayor tiempo posible la entrega del dinero acordado. El 18 de septiembre de 1922 –a un año de distancia/, el congreso todavía excitaba al nuevo mandatario a proceder a “hacer efectivas las contribuciones relativas a la ley de hacienda” correspondientes a 1921 y 1922.452

Reformas impositivas a la propiedad urbana La hacienda estatal, durante el mandato de García, buscó todos los medios para proveerse. En marzo de 1921 el gobernador se había reunido con los 51 munícipes con el fin de entrar en arreglos para el pago del adeudo de los municipios al estado y cubrir así la elevada cifra de 315 mil pesos.453 Los préstamos de los particulares al gobierno volvieron a reactivarse. El 8 de junio, el Congreso facultó al Ejecutivo para recurrir a un préstamo por la cantidad de 75 mil pesos; los principales empresarios e instituciones privadas cedieron la cantidad mencionada, a través de dos pagos entre el 10 y el 22 de junio.454 En marzo del siguiente año, el ayuntamiento de Monterrey y los bancos locales acordaron nutrir al erario público con un préstamo por la cantidad de 30 mil pesos, para pagar “principalmente adeudos como sueldos de instrucción pública y gendarmería urbana”.455

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La ayuda de los empresarios y comerciantes para reestructurar el aparato y servicios públicos también contempló el aporte de 30 mil pesos por parte de la Cámara de Comercio, para crear un cuerpo de bomberos en la ciudad de Monterrey, en julio de 1923. La iniciativa surgió cinco días después de un tremendo y pavoroso incendio que consumió la mayoría de las instalaciones de la negociación J. Cram y Cía, donde se perdieron más de medio millón de pesos en mercancías.456 El precedente impuesto por el gobernador Santos no tardó en ser retomado también por García. El 1 de julio de 1921, el congreso estatal recibió un proyecto de reforma de la ley hacendaria de marzo. La retórica del Ejecutivo argumentó una hacienda en bancarrota, siendo preciso socorrer a su nivelación para que el Estado subsista. Tomando en cuenta las dificilísimas condiciones por las que atraviesa el comercio en la actualidad, continuó García, había decidido modificar en algunos puntos la ley de Egresos, dejar sin nuevos gravámenes los giros comerciales y la propiedad rústica, hacer economías en los egresos y aumentar 4% en los impuestos de la propiedad urbana, de modo que siendo ésta la que percibe mayores rendimientos por el crecimiento de la densidad de la población y el innegable aumento que recientemente han adquirido las rentas de las habitaciones, sea ella quien aporte un poco más de dinero al tesoro público.457 Por lo tanto, la cuota fiscal para las fincas urbanas aumentó 12 por ciento al millar. También se contempló, entre las reformas, una reducción mínima en las partidas para Gastos extraordinarios, Seguridad Pública, a sólo 42 plazas, y en la Banda del Estado.458 Las medidas provocaron gran agitación, los primeros en protestar por la espiral inflacionaria que provocaría la primera medida fueron los integrantes de la Cámara de Propietarios, dirigida por el exgobernador Nicéforo Zambrano. Argumentando lo injusto del gravamen por recaer solamente en las propiedades urbanas, los principales propietarios

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del suelo como José Calderón, Manuel y Carlos Berardi, Virgilio y Hernán Larralde, Eulalio San Miguel, Antonio Muguerza y Jesús Montemayor, entre otros, apelaron al amparo.459 El aumento de la renta fue inmediato, el impacto provocó la organización de una “Unión de Inquilinos” constituida el 29 de julio, que se quejó por el “alza inmoderada de rentas de casas de habitación, cobros de pisos, etc.”.460 El aumento de 50 por ciento mensual en las rentas fue desproporcionado a juicio de las familias que pagaban alquiler; era desproporcionado a su juicio, ya que los propietarios de bienes raíces solamente sufrirían 50 por ciento de aumento anual sobre las contribuciones del estado. En cambio, a ellos se les aplicó en el alquiler mensual. Las quejas aseguraban que tal inmoderación consumía la mitad del sueldo de raya mensual de la mayoría de los obreros.461 A fin de cuentas, el objetivo de Juan M. García fue cumpliéndose. Con tal ritmo, la situación hacendaria del estado mejoró noblemente para 1923. Según declaraciones del tesorero Francisco Garza Nieto, el déficit de 1922, que consistía en 101,061.09 pesos, se redujo considerablemente para mayo del siguiente año a solamente 29,566.48.462 A esta mejoría en las finanzas públicas también coadyuvaron los cobros atrasados a los municipios y a la aparente estabilidad política a nivel nacional.

El nacionalismo revolucionario de Juan M. García La precariedad de la situación obligó a Juan M. García a erigir, contra toda consideración, la necesidad de la recaudación fiscal. La regularización del sistema hacendario, que conllevó a un fin político y social, no se dio sin que el gobierno local impusiera sus razones y sus necesidades a causantes antes intocables, particularmente a las firmas extranjeras. García entendió con acierto la premisa emanada de la revolución: imponer las necesidades de la reconstrucción estatal a todo interés privado. Si este

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último correspondía a inversionistas extranjeros, la popularidad del gobierno y de sus representantes subiría como la espuma.

La compañía de Tranvías, Luz y Fuerza Motriz de Monterrey

había entablado en virtud del gozo de la concesión dada durante el Porfiriato.463 Ante esta decisión del gobierno estatal, la empresa estuvo en desacuerdo con el ínfimo aumento, a su juicio, autorizado para cobrar a sus clientes por el servicio. Por ello, la compañía logró el amparo ante la justicia federal, y pasó el asunto a la Suprema Corte para que dictara una resolución definitiva.464 La compañía elaboró un desplegado donde publicó y comparó el precio del kilowatio/hora en plantas de fuerza en el país, así como el tipo de fuerza motriz utilizada para producirlo.465 En este desplegado se mostraba que aunque el gobierno comparaba el cobro hecho por ellos en México, era superior a lo realizado en las ciudades de Estados Unidos; en México, la compañía era la más castigada en la tarifa del kilowatio/hora. Mientras la tarifa de kilowatio/ hora en Monterrey era de 0.18 pesos, en Chihuahua era de 0.60 pesos (véase el cuadro 9).

La primera empresa extranjera en poner resistencia a la política de cuestionamiento de privilegios gozada durante el antiguo régimen fue la compañía canadiense de Tranvías, Luz y Fuerza Motriz de la ciudad. Todo se inició por una medida táctica del Departamento de Hacienda. A final de 1921, el gobierno autorizó a la compañía el cobro de una tarifa al consumidor de 0.18 centavos oro nacional por kilowatio a partir de enero de 1922. Tal medida se basó en que esta compañía tenía una ganancia mensual de 100 mil pesos, que a su vez, ésta sacaba del país y se llevaba a Canadá, sustentándose en una producción de energía eléctrica cuyo costo era inferior a la Cuadro 9. Tarifa y tipo de fuerza necesaria para la producida en su país y en ciudades de los Estados producción de energía eléctrica en las principales ciudades de México (1922). Unidos. Las razones Ciudad Cobro en pesos kw/hora Tipo de fuerza era obvias: la tarifa Ciudad de México 0.30 hidroeléctrica aprobada continua- Tampico 0.30 vapor (fácil acceso al combustible) 0.30 hidroeléctrica ba siendo 50 por Puebla 0.31 hidroeléctrica ciento más alta que Guadalajara San Luis Potosí 0.35 hidroeléctrica la de las ciudades Nuevo Laredo 0.35 vapor norteamericanas, Torreón 0.40 gas 0.40 vapor a pesar de que los Durango Saltillo 0.40 gas jornales pagados en Zacatecas 0.50 vapor Monterrey corres- Mérida 0.60 vapor 0.60 vapor pondían sólo a una Chihuahua vapor (tarifa autorizada por el 0.18 tercera parte de los Monterrey gobierno para 1922) que recibía el operario en los Estados La negligencia de la empresa al no negociar Unidos; igualmente, el combustible –chapopote– con el cual se generaba la energía eléctrica, valía la con el gobierno revolucionario, provocó una repremitad; el agua utilizada por la empresa no le costaba sión dirigida desde el aparto estatal. El 3 de enero de un solo centavo, y su entrevista con el fisco nunca se 1922, por órdenes directas del gobernador, el alcalde

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de Monterrey procedió a derribar algunos postes de la compañía en la ciudad. Por la tarde, varios diputados, ante el congreso local, auspiciaron una manifestación pública en repudio a la empresa y apoyo a las medidas gubernamentales.466 Los sucesos pronto acapararon la atención nacional. El día 5, el encargado de negocios de Inglaterra en la Ciudad de México fue entrevistado por un periódico capitalino sobre el problema de la empresa de fuerza motriz en Monterrey. El encargado expresó que las reclamaciones extranjeras tropezarían con algunas dificultades ya que la compañía había sido organizada conforme a las leyes mexicanas, por lo que, en consecuencia, los accionistas renunciaban a sus derechos como, según condiciones impuestas por el general Bernardo Reyes.467 Mientras tanto, el hostigamiento gubernamental se acentuó. Al esgrimir la defensa de la seguridad pública, el gobierno giró una comunicación al día siguiente para que la compañía sustituyera los durmientes de madera, en ciertas partes de la ciudad, por los de concreto; que en lugar de los postes de madera para soportar las líneas de fuerza eléctrica, se instalaran de fierro; y finalmente, era imprescindible reparar “los cables conductores de corriente de alta tensión, en los lugares donde los ha ido encontrando en malas condiciones el inspector técnico del gobierno”.468 El Congreso también manifestó su apoyo a través del diputado Martínez Celis, quien dijo en una entrevista, el 7 de enero: que la actitud asumida por el mismo gobierno en defensa de los intereses de la colectividad, iba resuelta a acabar con los monopolios y hacer cumplir la ley a todas las empresas que ha venido burlándola sistemáticamente.469 Al mismo tiempo, la empresa fue vulnerada por las críticas del público, en particular por los conductores de vehículos de la ciudad, que exigieron, a través de una manifestación, se dotara por parte de

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la compañía a los tranvías urbanos de frenos de aire, a fin de que se evitaran los accidentes ya frecuentes por este tipo de negligencias. Lentamente los intereses extranjeros tuvieron que someterse a la presión ejercida por un gobierno que captaba cada vez más la atención del público. La llegada a Monterrey, el 11 de enero, de uno de los directores de la compañía, W.H. Moore, derivó en una relación más dócil por parte de la empresa hacia el gobierno.470

La Junta de Mejoras Materiales Pero la empresa canadiense no fue la única afectada por este reacomodo económico dirigido por el naciente aparato estatal. A principios de 1922, la junta de Mejoras Materiales de la ciudad, formada a iniciativa del Ejecutivo, quedó integrada por elementos del gobierno y la Cámara de Comercio, quienes aprobaron la aplicación de un impuesto extra a las grandes empresas para destinarlo a la pavimentación de las principales arterias citadinas.471 Asimismo, la recaudación estatal de rentas hizo una nueva revaloración de los giros industriales asentados en Monterrey.472 La colaboración del grupo empresarial industrial regio con el gobierno revolucionario en este tipo de acuerdos se contrapuso a la actitud expresada por la compañía metalúrgica estadounidense ASARCO, que vio mermarse paulatinamente el fuero económico del que estuvo rodeada. Anteriormente, cuatro años atrás, el gobernador Zambrano se había inmiscuido en la política de la compañía. Ahora, en marzo de 1922, la protesta se canalizó en contra de la revaloración del giro industrial, así como a la carga de nuevos impuestos como el destinado a la pavimentación.473 Dicho impuesto era equivalente a 10 por ciento del gravamen existente por concepto de fundiciones. La aparente “ingenuidad” de los argumentos explicitados por la empresa estadounidense de-

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mostró el goce ilimitado de privilegios. Ante el cobro de impuestos atrasados, la compañía fundamentó su disculpa debido a que los encargados “eran extranjeros, en su mayoría, que ignoraban e ignoran las leyes del país”. García sufrió el desafuero del congreso en abril, pero la nueva administración continuó un dilatado pleito legal contra la ASARCO, que promovió un juicio de amparo por no estar de acuerdos con las nuevas cotizaciones. El conflicto llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de México, la cual otorgó la razón al Estado.474 Los pleitos ganados a las compañías extranjeras –Tranvías y ASARCO–, debilitaron sus posiciones y el prestigio frente al gobierno local, especialmente si se comparan estas derrotas con las notables ventajas de las que habían gozado hasta entonces. Sin embargo, ambas empresas, a partir de 1923, volvieron a traer técnicos del exterior; a invertir en la mejora de sus instalaciones; revisaron proyectos; reacondicionaron obras e instalaron nuevas. Exigir a las compañías extranjeras y facilitar hasta cierto punto las cosas a las empresas nacionales y al grupo empresarial industrial local, fueron hechos contrarios desde el punto de vista de la política hacendaria, pero confluentes, desde el punto de vista del sostenimiento del nuevo Estado. Pelear a muerte contra el grupo empresarial industrial local, sustento indiscutible de la generación de riqueza en la entidad, hubiera sido políticamente ruinoso –como lo verificaría para su desgracia posteriormente García–, no sólo por su influencia política y económica dentro y fuera de la entidad, sino por los muy concretos intereses que representaba en la economía en reacomodo en Nuevo León.

Derrumbe del gobierno de García Una tirantez en las relaciones entre los empresarios locales y el Ejecutivo, así como una mayor independencia y hegemonía de la Cámara Legislativa con

respecto de los demás poderes públicos, fueron las tendencias con las que se enfrentó el gobernador Juan M. García a principios de 1922. En el primer caso, la historia se originó en un hecho aparentemente sin trascendencia: el 28 de enero, un representante gubernamental –el oficial mayor de la tesorería– fue obligado a desalojar la sesión ordinaria que los miembros de la Cámara de Comercio llevaron ese día por la tarde. Tal suceso fue interpretado por el gobernador García como una provocación hacia el aparato público, por lo que tomó la radical resolución de no recibir ni tratar con ningún miembro de la Cámara de Comercio, ni a recibir a ninguna comisión de ella mientras no se le demuestre plenamente que tal actitud no tiende a obstruirlo. Además de esto, reiteró, para el Gobierno no debe haber puerta cerrada en tanto lo que detrás de ella se trate sea correcto; y por lo mismo me parece sospechoso que la Cámara de Comercio quiera funcionar como sociedad secreta o dándose apariencia de junta de conspiraciones.475 Las imputaciones gubernamentales hacia una de las instituciones de mayor reconocimiento de la sociedad regiomontana no sólo demostraban la rápida disolución de los valores porfirianos, sino el enfrentamiento de lo más representativo del empresariado urbano con un poder público estatal renovado en su política. Las estrechas y amables relaciones entre el general Bernardo Reyes y la alta esfera social quedaron abruptamente enterradas en el devenir revolucionario. Los empresarios no tardaron en dejar sentir todo el peso de su poder. La crítica furibunda de García hacia la comuna empresarial, a la que llamó vulgarmente “junta de conspiradores”, hizo que la Cámara no se portara como una institución al margen de la ley, sino todo lo contrario, por encima de ella, al no poder aceptar que la honorabilidad de todos y cada uno de sus miembros, quede a merced del juicio de cualquier autoridad por alta que sea su investidura.476

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La contraofensiva empresarial agitó todos los mecanismos que fue labrando lenta y sigilosamente durante el conflicto armado. Su influencia dentro de la sociedad regiomontana fue tan vasta como la organización –humana y técnica– de sus proyectos industriales y de comercialización. El “talón de Aquiles” del gobierno de García fue la corrupción y el amparo a los juegos de azar; sobre él dio la estocada el grupo empresarial citadino. Mientras el altercado con la comuna empresarial acaparó la atención del público por espacio de varios días, el amparo del cabildo municipal hacia los juegos de azar, en especial a “La Rifa Zoológica” –la cual aportaba una cantidad generosa de impuestos y corrupción–, fue duramente atacado por la prensa escrita y por un numeroso grupo de empresarios, comerciantes y propietarios. Dichos personajes enviaron, a través de las instituciones que los agrupaban –como la Cámara de Comercio, entre otras–, un telegrama al presidente Obregón pidiéndole su intervención en repulsa a la mencionada rifa.477 La contestación de Obregón al día siguiente, 18 de marzo de 1922, no sólo manifestó repudio a la tolerancia gubernamental hacia el juego, sino pidió encarecidamente al gobernador García la supresión de tal actividad “que tan directamente afecta el prestigio de su administración y lesiona seriamente los intereses generales de la entidad”.478 El telegrama de Obregón fue comprendido. Tres días después en sesión extraordinaria, el cabildo determinó clausurar la rifa para evitar así “un enfriamiento de las relaciones entre el gobierno del estado y el Ejecutivo de la Unión”, quien fue sorprendido en su buena fe por un grupo de personas enemigas políticas del gobierno del estado.479 La rifa fue finalmente clausurada, pero la ira del gobierno se revirtió hacia los comerciantes. El cabildo prometió elaborar un proyecto de “derrama proporcional entre el Comercio de Monterrey, para que sustituya los impuestos que se dejaran de recibir por la supresión de la rifa”.480

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El rápido desgaste de García redundó en una serie de fisuras políticas dentro de los supremos poderes del Estado. El golpe de gracia lo dio la Cámara de Diputados. El primero de abril, al inaugurarse las sesiones del año, un grupo homogéneo y mayoritario de legisladores, aprovechó la pérdida de autoridad del Ejecutivo para atacarlo duramente por haber violado la ley, “pasando por sus preceptos al inmiscuirse en asuntos de materia electoral, fallados por la Cámara”.481 El problema radicó en una iniciativa de García entregada a la Cámara de Legisladores donde pidió el desafuero de dos diputados integrantes de la misma, “por no tener la edad necesaria –25 años- para ser representantes populares”.482 Tras una gran confusión dentro del recinto, los diputados descontentos lo abandonaron e instalaron su propia legislatura en el Hotel Terminal.483 Los días siguientes sirvieron a los diputados disidentes para elaborar cargos concretos contra el gobernador, llegándose a presentar la oportunidad definitiva el 3 de abril. García, al presentir que había perdido el apoyo del centro, se trasladó, el mismo 3 de abril, hacia la capital de la república para conferenciar el asunto con el secretario de Guerra, Plutarco Elías Calles. El congreso mayoritario aprovechó la ocasión y desaforó al gobernador por haber salido del territorio nuevoleonés sin permiso de la Cámara, y designó como sustituto a uno de sus miembros, el doctor Ramiro Tamez.484 Tamez gobernó hasta fines de 1923, año en que volvió a entregar el poder al general y cacique local Porfirio G. González. Su mandato se caracterizó por evitar los conflictos con el sólido grupo empresarial, para sentar este prerrequisito como fundamental, para la sobrevivencia de todo alto funcionario constitucional a partir de 1922. Por lo tanto, no es de extrañar que en enero de 1923, el congreso haya accedido a una petición, apoyada por el gobernador, enviada por la Cervecería Cuauhtémoc, otorgándole una concesión

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en materia de impuestos insólita, ya que la Carta Magna de 1917 estipuló la eliminación de este tipo de concesión y de las exenciones de impuestos que florecieron durante el Porfiriato. La nueva concesión estipuló el pago al Estado, por el término de diez años, la cantidad de 50 mil pesos anuales, y al municipio por el mismo término de años, la suma de 18 mil al año. Comprometiéndose a invertir en sus instalaciones un millón de pesos, y depositar como garantía en la tesorería estatal la irrisoria cantidad de 500 pesos.485 El término de los diez años nunca se cumpliría ya que un nuevo decreto del Congreso, fechado el 7 de noviembre de 1927, declararía la concesión del 17 de enero de 1923 como “insubsistente por anticonstitucional”.486 La derogación de la concesión en 1927 no sólo pone en evidencia, también demuestra cómo fue el largo proceso de legitimación de los regímenes posrevolucionarios. Éstos, conforme encontraron una mayor estabilidad, eliminaron los arreglos temporales, que entablaron con otros grupos sociales, los cuales lo colocaban en una posición de debilidad y desventaja. Por otra parte, a nivel local, la prensa escrita –en particular El Porvenir, fundado en enero de 1919– y las cámaras disciplinadas a la de Comercio, como la de Pequeños Comerciantes, Propietarios y Agricultores, manifestaron ser voceros del ímpetu del capitalismo nacional de los grandes empresarios. Juan M. García sólo inauguró una triste etapa hegemonizada por la corrupción y la anarquía pública: entre 1921 y 1927, ocho administraciones cruzaron fugazmente el palacio estatal de gobierno. La purificación de la imagen contrarrevolucionaria del grupo empresarial industrial en esta etapa sólo ayudó para que asumiera la “misión” de defender al pueblo de los vicios de sus gobernantes revolucionarios, de sus tonterías, de sus indisciplinas y de sus relajamientos.

8. El nuevo Estado y el movimiento obrero organizado El general Antonio I. Villarreal regresó a Monterrey el 19 de junio de 1921 como secretario de Estado de la dependencia de Agricultura y Fomento. La faceta del revolucionario demoledor de viejas tradiciones e injusticias quedó en el pasado. Su retórica radical, insistente en el cambio de la estructura social, mostró una metamorfosis al formar parte del nuevo régimen, el cual continuó halagando a aquéllos que, pasados los años aciagos, preservaron los privilegios de siempre. La revolución nunca manifestó estar en contra del proyecto industrial del empresariado local, al contrario, su política debilitó a los inversionistas extranjeros y en consecuencia, el grupo industrial regiomontano pasó cubrir su lugar. Al día siguiente de su llegada, el grupo empresarial urbano hizo partícipe a la administración pública estatal y a Antonio I. Villarreal en particular, de un banquete en el tradicional chalet de la Quinta Calderón. Ante 200 comensales, Antonio I. Villarreal devolvió el halago con suma elocuencia: es merced al estado de la organización y de cultura de los neoloneses que no existen aquí prácticamente, ni el problema agrario ni el obrero; su adaptación a las modalidades de la época se ha llevado a cabo sin turbulencias, sin manifestaciones bruscas ni excesos de ningún género debido al perfecto entendimiento y a la armonía que existen entre los trabajadores y los hombres de dinero.487 “Sin turbulencias y en armonía” nunca dejó de ser el ideal porfiriano de la concepción del progreso. Después del agradecimiento, Antonio I. Villarreal volvió a tomar su lugar dentro del convivio, sentándose al lado de Vicente Ferrara y del gobernador Juan M. García. A simple vista, los revolucionarios se confundían con los distinguidos empresarios.

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Villarreal y García, vestidos de traje negro y sombrero –como correspondía a dignatarios– y más entrados en carnes que cuando andaban en campaña, fueron sorprendidos por el fotógrafo de un diario local. La etapa hostil de la revolución hacia el potente grupo industrial prerrevolucionario parecía haber terminado. Sin embargo, las consecuencias, todavía de las últimas huelgas, vaticinaban la verdadera revolución social en gestación dentro de las grandes fábricas y en las conciencias de los trabajadores urbanos. Si en la década de los veinte la Iglesia y los gobiernos revolucionarios se enfrentaron en el centro y el occidente de México, su equivalencia en Monterrey fueron las fricciones entre el capital y el trabajo.

El nuevo Estado y el movimiento obrero organizado A lo largo de toda la sucesión presidencial de 19191920, y hasta la toma del poder por los sonorenses en este último año, los obreros organizados apoyaron al caudillo Álvaro Obregón y jugaron un papel significativo en la formación del nuevo Estado. De hecho, se trató del mismo juego de alianzas creadas con la Casa del Obrero Mundial (organización obrera de tendencia anarco-sindicalista) durante la etapa armada del movimiento revolucionario. Sólo que ahora, los mecanismos de alianza cobraron vitalidad con nuevos pactos secretos entre los sindicatos, la central obrera denominada Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos (CROM, fundada en mayo de 1918), y un partido, el Laborista Mexicano. A diferencia de la tendencia ligada al Partido Comunista Mexicano –fundado en 1919– y de otros grupos revolucionarios de origen anarquista que carecían formalmente de organizaciones sindicales y políticas, una cada vez más hegemónico sector de la clase obrera quedó en posición de luchar pro su autonomía, e inclusive por el socialismo,

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desde los aparatos del Estado. Esta última tendencia empezó a participar en el sindicalismo, la política y los beneficios relativos al sector público de la economía. La acción múltiple, a juicio de Pablo González Casanova, se convirtió en una experiencia extremadamente novedosa y rica para los dirigentes de la clase obrera y para una parte de ésta. Su política electoral abarcó todas las gamas, desde el apoyo al candidato hasta la conspiración. Su experiencia comprendió desde la participación en los inicios secretos de una sucesión presidencial, pasando por la campaña electoral y las acciones y presiones abiertas y encubiertas, pacificas y violentas, directas y complementarias, que las acompañan, hasta las maniobras de enfrentamiento con patrones y autoridades enemigos, la lucha real y simbólica contra el imperialismo y la guerra civil (González Casanova, 1980: 126). Políticos y caudillos advirtieron en los obreros una fuerza que les permitiría avanzar en sus posiciones; por su parte, los líderes sindicales vieron en esos personajes un aliado en potencia. En efecto, a la luz de este juego político de concesiones reformistas y de hegemonía del gobierno en la alianza, no es sorprendente, más tarde, ver a Luis N. Morones, exsecretario general de la CROM, como secretario de Industria, Comercio y Trabajo en el gabinete de Plutarco Elías Calles. La movilización y el crecimiento del movimiento obrero fue la constante que debieron enfrentar la industria siderúrgica y las empresas metalúrgicas asentadas en Monterrey, entre la suave transición del poder por los militares sonorenses y la presidencia del caudillo Álvaro Obregón. Estos hechos no parecen tener comparación alguna con sus similares en el país. He aquí la descripción de los principales acontecimientos huelguísticos entre 1920 y 1923, y

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de las prácticas más comunes desarrolladas por los trabajadores y empresarios en esta época, los cuales perdurarán, inclusive, hasta nuestros días. La gran huelga de junio-agosto de 1920

En busca de un organismo rector Durante el interinato del presidente Adolfo de la Huerta, los diferentes gremios de los trabajadores que habían participado dos años atrás en una movilización obrera jamás vista en Monterrey, nuevamente presentaron una demanda conjunta a tres de las compañías metalúrgicas involucradas en la huelga de 1918. Sólo que en esta ocasión los gremios se presentaron a través de una organización que los aglutinó: la Federación de Sociedades Gremiales Ferrocarrileras (FSGF). La Federación de Gremios tuvo su embrión durante la gran huelga de 1918, cuando la acción directa y espontánea se cristalizó en la creación de un organismo rector que aglutinó catorce sindicatos, con más de ocho mil trabajadores (recordemos que la ciudad de Monterrey tenía una población, en 1920, de casi 113 mil habitantes). Con el tiempo, la vertiginosa politización de la masa obrera hizo insuficiente la estructura organizativa que se creó en 1918. En efecto, fue necesario proyectar, crear e improvisar, a pasos forzados, una poderosa organización que diera cauce a las demandas de más de doce mil trabajadores urbanos y encontrar así una representatividad obrera que tuviera acceso a los beneficios redituados por las alianzas con los caudillos y gobiernos revolucionarios. Su reconocimiento como miembro de la CROM –instancia obrera de arraigo nacional– lanzó a los trabajadores de la industria pesada de Monterrey, después de años de aislamiento, a la historia global del país. La iniciativa de los operarios de los Ferrocarriles Nacionales de México en Monterrey

para consumar esta ardua tarea, redituó al nombrarla Federación de Sociedades Gremiales Ferrocarrileras, denominación alejada de la realidad heterodoxa de los miembros que la fundaron. Ante el deterioro del nivel de vida de la mayoría de los obreros metalúrgicos, la FSGF abrió fuego el 8 de junio de 1920 al exigir, entre otras peticiones: aumento en el salario de un 100 por ciento para todos los operarios; reconocimiento de diez días festivos –además de los domingos– durante todo el año; comprometer a cada empresa a que en vez de reducir el personal por necesidad económica, se aminoraran días u horas de trabajo, “pero no desocupando obreros”, y, por supuesto, no pudo faltar el estricto cumplimiento del pacto firmado con esas empresas en julio de 1918.488 Ante semejante petición, la reacción de las empresas metalúrgicas Compañía Minerales y Metales, S.A., y la empresa de predominio de capital estadounidense, la ASARCO, así como la única siderúrgica en América Latina, Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., fue una negativa rotunda. Estas empresas se negaron a aceptar la discusión de asuntos internos con personajes ajenos a las fábricas.

Huelga e ideología empresarial La negativa de las empresas mencionadas a sentarse en una mesa de negociación, provocó la radicalización el movimiento obrero y el llamado a la huelga decretado el 21 de junio, por el comité central de la FSGF. El estallido huelguístico se propagó sobre las principales fábricas. Ese mismo día en la siderúrgica pararon 238 trabajadores especializados; en la ASARCO casi mil obreros, y en la compañía de Minerales y Metales más de 800 operarios. Mientras la huelga se generalizaba, el discurso empresarial tomó forma y contenido ante los ojos de un nuevo orden político. La posición más recalcitrante a aceptar una nueva forma de gobernar

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las fábricas –donde la voz del obrero empezaba a tener más peso– fue la de la siderúrgica. La retórica del presidente del Consejo Administrativo de la Fundidora sintetizó claramente el viejo estilo de conducir a toda compañía capitalista, a pesar de la regeneración social y económica que experimentaba la sociedad mexicana, después de una violenta revolución social (1910-1920). La fase de amedrentamiento que sufrió el empresariado industrial durante los gobiernos revolucionarios constitucionalistas (1915-1920) había concluido, y el gobierno de Álvaro Obregón daba otro rumbo al programa revolucionario. Al grupo empresarial regiomontano se le presentó la oportunidad, ante la impotencia del gobierno provisional del general Porfirio G. González, de sentar en la misma mesa de negociaciones a los representantes obreros y patronales (por negativa de estos últimos). Los canales de presión del grupo industrial remontaron el ámbito regional. La revolución volvió a centralizar el poder en la capital de la república. El Consejo Administrativo de la siderúrgica se estableció permanentemente ahí; el libre acceso al despacho presidencial y el manejo de la información no sólo en los periódicos de Monterrey, sino también en los de la Ciudad de México, no tardaron en dar sus frutos. La ideología empresarial del noreste no tardaría en convertirse en paradigma a escala nacional. Los empresarios regiomontanos empezaron a transitar libremente por una nación en vías de regeneración social y económica. El arquitecto de esta ideología fue indudablemente el español Adolfo Prieto, presidente del Consejo de Administración de la siderúrgica. El 24 de junio de 1920, Prieto fue abordado por los reporteros del periódico capitalino Excelsior. Al preguntársele sobre la disponibilidad de los industriales en referencia a las demandas de los operarios en Monterrey, Adolfo Prieto comentó:

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No solamente los escucharemos con gusto, sino que ya les hemos insinuado que estamos perfectamente dispuestos a hacerlo, siempre que depongan su actitud, pueden nombrar sus comisiones y formular por medio de ellas sus demandas. Preferimos que éstas estén integradas por obreros de igual oficio, a fin de que sean justas las reclamaciones y las concesiones: ¡Ah! Y que los comisionados tengan por lo menos un año de trabajar con nosotros [...] Estamos dispuestos a todo, como lo he dicho, inclusive a mantener clausurada la planta de Monterrey por tiempo indefinido [...].489 La enérgica actitud de los empresarios de Monterrey a tratar los asuntos por gremios, y desconocer de antemano a la federación sindical, no sólo contó con la reprobación incesante del gobernador Porfirio G. González en los telegramas enviados al presidente De la Huerta,490 sino del mismo inspector del Departamento del Trabajo, Francisco Sánchez de Tagle. Este último fue enviado exclusivamente para informar, mediatizar y agilizar las divergencias entre las partes en conflicto. Tras largas y agotadoras reuniones, el 6 de julio, Sánchez de Tagle logró abrir una fisura entre las sólidas condiciones impuestas por las compañías a sus trabajadores. Éstas siempre objetaron que “previamente a cualquier arreglo reanudaran sus labores” y definiesen posteriormente su actitud sobre aumentos de salarios (Flores, 1994). En este sentido, la primera compañía en ceder fue la ASARCO. Ésta se comprometió a presentar, media hora después de reanudarse las labores, “su nueva tarifa de aumentos” (Flores, 1994). Pero la propuesta de la American Smelting and Refininf Co. no prosperó. El comité de huelga de la FSGF acordó, en asamblea extraordinaria, ese mismo día, que todo arreglo debería ser global, es decir, con las tres empresas tal y como lo habían hecho dos años atrás (Flores, 1994).

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El movimiento pierde el apoyo gubernamental Sin embargo, ante la firmeza empresarial, el movimiento obrero tendió a decaer. Entre otras razones encontramos: la falta de apoyo nacional de organizaciones de su mismo tipo, como era el caso de la CROM –que mostró una actitud tímida y de expectativa–,491 porque se le coludió con simpatizantes del levantamiento del general Pablo González Garza, cuya residencia se encontraba en Monterrey, enemigo político del caudillo de la revolución y candidato a la presidencia,492 y a un agotamiento gradual de los recursos que sostenían, por espacio de más de un mes, a casi tres mil obreros en estado de huelga.493 El miedo que tuvieron los sonorenses de que el movimiento pudiera ser utilizado por el general Pablo González Garza para su beneficio político, coartó toda la ayuda posible del gobierno federal y de la CROM. El fracaso total de la huelga se presentó en el umbral de una posible solución favorable. Sin el apoyo del gobierno del centro y de organizaciones afiliadas como la CROM, el movimiento quedó desamparado y al arbitrio de los empresarios. Ante el deterioro del conflicto, los obreros tomaron una resolución: firmar convenios modestos y reanudar las labores. El primer convenio se celebró el 24 de julio y el último el 3 de agosto.494 En todos se excluyó a la Junta de Conciliación y Arbitraje, creada por la Revolución en 1918 en Monterrey, y a la FSGF. Los obreros de las tres compañías lograron, en promedio, un aumento salarial que iba de 20 a 50 por ciento.495 A pesar de la intransigencia de las compañías a no reconocer el objetivo fundamental del movimiento obrero, que fue la aceptación de los sindicatos como forma organizativa de presión para el logro de sus demandas, además inscrita en la Carta Magna de 1917, cedieron a final de cuentas en el

aspecto económico. Pero contra lo que se podría pensar, los sindicatos obreros, aunque no lograron reconocimiento, continuaron su expansión y se reorganizaron a principios de 1922 en una nueva Federación Regional de Sociedades Obreras (FSRO) –para suplir a la antigua FSGR– compuesta por más de 17 mil afiliados distribuidos en alrededor de treinta gremios.496 La firma de los convenios de julio y agosto de 1920 sólo minó la capacidad rectora del Estado. Los empresarios aprovecharon la coyuntura política del momento –levantamiento del general Pablo González Garza en Monterrey– y acorralaron a la Federación Gremial contra la pared. La exclusión de la Junta de Conciliación y Arbitraje en la firma final de los arreglos fue el último intento de los empresarios regiomontanos por retornar al antiguo régimen, donde los problemas laborales no rebasaban el ámbito de la fábrica. Los arreglos a puerta cerrada entre patrones y trabajadores de la misma empresa, sin mediación gubernamental y sin elementos ajenos a la fábrica, fue la fórmula indiscutible del Porfiriato. Por otra parte, el desconocimiento del la FSGR como órgano rector del movimiento que envolvió a tres de las más grandes empresas, fue un duro golpe al proceso organizativo del proletariado. Asimismo, la tendencia nacional de alianzas y tratados entre los líderes de sindicatos obreros y el gobierno revolucionario se vio menguada en Monterrey por la temprana aparición de los sindicatos llamados blancos (dicho en otras palabras, sindicatos empresariales). Esta política de dividir el movimiento obrero, y restarle fuerza a sus pretensiones, que inició con gran éxito la Cervecería Cuauhtémoc en 1918, sería posteriormente retomada por la siderúrgica en 1923.497 La repentina aparición de grandes contingentes de trabajadores que suplían a los huelguistas, con la venia de los empresarios, empezó a tornarse

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un problema crónico. La política del esquirol pasó a una etapa de mayor sutileza; la creación de sindicatos proempresariales, dentro de la fábrica, no tardó en dar no sólo especificidad al movimiento obrero en Monterrey, sino que también mostró que ya para 1923 los empresarios habían dado una eficaz solución al conflicto. Segunda gran huelga, septiembre-octubre de 1922

Las causas La noche del 14 de septiembre de 1922, dos operarios del turno B del departamento de aceración de la siderúrgica, Juan F. Rodríguez y Domingo Moreno, mayordomo y fundidor, respectivamente, participaron en la horadación de un horno instalado en esa sección, perdiendo por negligencia –a juicio del jefe de departamento– una importante vaciada de acero. El castigo patronal hacia los obreros mencionados consistió en la suspensión laboral de ocho días sin derecho a percibir su salario. La represión se consideró injustificada por los operarios, argumentando, al día siguiente, que la pérdida se debió a que la vaciada estaba muy cargada de sílice, por lo que la Unión de Fundidores y Similares envió a sus representantes ante el gerente español Melitón Ulmer, haciéndole saber que de no disminuir el castigo de suspensión del trabajo a sólo cuatro días, decretarían paro parcial.498 Melitón Ulmer prometió resolverles pronto el problema, “pero como no lo hizo al siguiente día ni en el transcurso de dos días festivos que siguieron –según reporte del inspector de trabajo Humberto Lombardo Toledano–, consideraron que la Dirección de la compañía hacía caso omiso de su petición”, por lo que resolvieron abandonar sus puestos.499 Ante la inminencia de la huelga, Ulmer contrató nuevos trabajadores en el departamento de aceración “para continuar, dijo la gerencia, las labo-

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res que habían abandonado los referidos operarios”, parte que envió ese mismo día a la Junta de Conciliación y Arbitraje.500 El día 27, en sesión del consejo ejecutivo de la FSRO, el caso de la Unión de Fundidores obtuvo el apoyo del Frente Único, por lo que la federación acordó enviar una comisión formada por un representante, de cada una de las 34 ciudades societarias, a la dirección de la siderúrgica a fin de conminaros de manera ecuánime, pero enérgica, para que cuando antes determine la solución equitativa, razonable y justa, en las dificultades surgidas entre esa Dirección y los operarios que prestan sus servicios en el Departamento de Aceración.501 El apoyo de la federación llegó a un momento en que las entrevistas y los intentos de arreglo entre patrones y trabajadores se encontraban empatados. El 20 de ese mes los huelguistas habían llevado sus demandas a la Junta de Conciliación y pedían reconocimiento de la Unión y readmisión de todos los huelguistas, como pago íntegro del tiempo no trabajado. La intransigente compañía no aceptó ninguna demanda y propuso, en contrapartida, que se dejara en libertad para ocupar paulatinamente a los obreros que necesitaban.

La huelga La generalización de la huelga en la Fundidora se llevó a cabo el día 28, antecedida por un ultimátum hecho a Ulmer por la FRSO. Los gremios de laminadores, mecánicos, forjadores, paileros, remachadores, albañiles y carpinteros abandonaron sus labores a las diecinueve horas.502 El mismo gerente se vio obligado, cinco horas después, previendo actos de violencia, a apagar el alto horno “quedando cesantes 200 obreros más”.503 El conflicto repercutió y presentó ecos en algunos órganos del poder público local; el aparato de gobierno se inclinó hacia uno u otro bando, según el equilibrio de poder. Un ejemplo concreto fue

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el ayuntamiento de la ciudad de Monterrey, el cual había sido presa de los grupos empresariales en las últimas elecciones. El propio alcalde propietario, Hilario Martínez, en funciones durante 1922, corroboró posteriormente, un año después, las críticas emanadas del movimiento obrero durante el conflicto, al expresar, al departamento confidencial de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la influencia del gerente de la siderúrgica, Melitón Ulmer, sobre el cabildo, en donde encontró un decidido apoyo para reprimir el cauce tomado por los huelguistas. Ulmer explotó la veta representada por el regidor primero, y a la vez encargado de la Comisión de Policía, Flavio Galindo, subordinando al gerente español por ser maestro fundidor en la siderúrgica, quien envió y mantuvo permanentemente, por un mes y medio –tiempo que duró la huelga–, a 60 miembros de la gendarmería municipal en las instalaciones de la Fundidora, con el fin de permitir la entrada de esquiroles y resguardar el patrimonio del grupo empresarial. Las declaraciones del alcalde Martínez formaron parte de una amplia investigación que desarrolló la Secretaría de Relaciones Exteriores en contra del español Melitón Ulmer en junio de 1923, a quien se le imputaron numerosos cargos de “flagrantes violaciones” a las leyes federales y estatales mexicanas.504 La investigación se inició sobre la base de las quejas de la FRSO enviadas a la mencionada Secretaría. El informe final, presentado por el Departamento Confidencial, acusó al gerente de la Fundidora de violación a las leyes mexicanas, y minimizó las quejas de la FRSO por haber sido “un resultado de problemas entre grupos políticos locales que al final de cuentas se disputaban el poder estatal”.505 En contrapartida, los obreros también tuvieron, durante el mandato del alcalde Martínez, un representante con el cargo de regidor y al mismo tiempo miembro de la Junta de Conciliación y Arbitraje, José Martínez Campos, mecánico de oficio,

quien siempre impugnó contra las arbitrariedades de la policía urbana, comandada por el subteniente Alfredo Lerma. La actuación de la policía fue constantemente cuestionada por llegar a golpear “impunemente” a los obreros huelguistas apostados a la entrada de la siderúrgica.506 Simultáneamente, a partir del 29 de septiembre, la presión del movimiento obrero alcanzó a paralizar otras actividades prioritarias de la compañía. El periódico local El Porvenir anunció el boicot contra los trenes de la empresa desde las trece horas, dado que todas las sucursales de las sociedades laboristas que residen en lugares de donde la fundición obtiene metales y combustible, habían contestado en el sentido de que por solidaridad no harían movimiento alguno de los trenes de dicha empresa regiomontana.507 La Junta de Conciliación y Arbitraje continuó reuniéndose paralelamente al conflicto por la inclusión de un cuarto punto dentro de las demandas obreras: “La expulsión de todos los esquiroles o rompehuelgas”, como una condición más para el regreso a las labores.508 No hay duda de que la huelga fue campo fértil para la aparición de líderes obreros carismáticos. El enfrentamiento, la capacidad organizativa y rectora del movimiento obrero a través de la federación gremial labró el prestigio del secretario general del consejo ejecutivo de la FRSO y líder de los telegrafistas en la ciudad de Monterrey: Modesto B. Arreola. Por su parte, el empresariado industrial se encontró sorprendido por ese despertar de solidaridad que daba coherencia al movimiento obrero, ya que concientizaba a cada uno de sus integrantes como parte de una clase social con derechos y aspiraciones propias. En una entrevista realizada por un periódico local a los directores de las siderúrgica, expresaron que no entendían cómo un grupo de hombres trabajadores y conscientes declaren huelga, que por dos de sus compañeros perderían 100 pesos en cuatro días de suspensión y se resuelven

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a perder todos 5 mil pesos diarios por tiempo indefinido.509 La magnitud del problema llevó incluso a que la Cámara de Comercio (la institución más representativa del grupo comercial e industrial de la ciudad) nombrara, el 3 de octubre, dos comisiones para acercarse a los líderes del conflicto a fin de “evitar que la vida industrial de Monterrey sufra un golpe de muerte”.510 A partir del 9 de octubre de 1922, el conflicto se recrudeció; los huelguistas aumentaron el contingente que integró la comisión de propaganda –la cual se encontraba en las vías de acceso a la siderúrgica-, con el fin de impedir el paso de los “obreros libres”.511 Al día siguiente, con un nuevo aumento en el contingente, se impidió el paso a la mayoría de los “rompehuelgas”, a quienes obligaron a bajar de los tranvías y “julias”.512 Sin embargo, a pesar del bloqueo sindical, el 11 de octubre 800 “rompehuelgas” lograron entrar con la ayuda y protección del cuerpo de policía urbana y un destacamento de la policía rural.513 A pesar de que el comité de huelga acusó a los policías de fungir “como representantes de las empresas”, el cuerpo de seguridad pública continuó arengando a los esquiroles a entrar a la fábrica diciéndoles que “las puertas de la Fundidora están abiertas para todo el que desee laborar”.514 De ahí a la violencia en los límites de la empresa sólo faltó un paso; el primer hecho de sangre se registró el 17 de octubre: en el exterior de la maestranza, un huelguista fue herido a machetazos por un obrero libre de nombre Hilario Villarreal, inmediatamente aprehendido.515 Dos días después el bloqueo al acceso a la siderúrgica se reforzó. El comité de propaganda detuvo a decenas de esquiroles, empleados administrativos y un furgón cerrado que al abrirlo encubría a 25 obreros libres que intentaban ingresar a la fábrica.516

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Efervescencia social Las pláticas entre las partes en disputa no parecían llegar a un arreglo en un marco de constante deterioro de la estabilidad social urbana: manifestaciones de apoyo a los obreros por las avenidas céntricas de la ciudad; actos de violencia y sangre como los del día 17; daños a la propiedad pública y privada como destrucción de cables telefónicos y telegráficos, entre otros. Por otro lado, las manifestaciones de apoyo a los huelguistas desafiaron con creces al poder público. El 13 de octubre, un numeroso contingente desembocó en el palacio de gobierno improvisando oradores frente al recinto oficial. Conforme avanzó la arenga, el desafío empezó a radicalizarse; al alcalde le llamaron “oídos de mercader” y al gobernador le gritaron que si no salía lo iban a sacar. Al exaltarse los ánimos, la manifestación decidió continuar hasta las instalaciones de la Fundidora. Para prevenir desórdenes mayores, ahí se concentraron el propio gobernador Tamez, el alcalde y todos los jefes de policía, disuadiendo de sus objetivos a los manifestantes.517 El día 20 otra manifestación pidió justicia en la casa del gobernador; en su marcha también injuriaron al periódico El Porvenir, a la comandancia de policía, a las oficinas de otro periódico local al que agredieron con violencia por “haber publicado cosas falsas y desagradables al movimiento”, y destruyeron parte de sus instalaciones; finalmente se dirigió a la casa del regidor Flavio Galindo, jefe de una de los departamentos de la Acero, en la “cual le lanzaron pedradas e insultos”. La manifestación no terminó ahí; dejando una huella de destrozos a su paso, una parte del contingente continuó para desembocar en la Fundidora con el propósito de “sacar por la fuerza” a los “obreros libres”. Al llegar a los

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límites de la empresa, el contingente se topó con la gendarmería urbana destacada ahí y en posición de línea de tiradores, para fortuna de ambos bandos, las cosas no pasaron a mayores. Ante el despliegue de las fuerzas policíacas, la manifestación decidió desintegrarse.518

Los empresarios interpretan la Constitución A un paso del desbordamiento social, el comité de huelga optó por la cordura. El 19 de octubre la dirigencia tomó la decisión crucial al desechar la ante-rior agenda de peticiones y suplirla por una demanda única: el deseo de ocupar sus anteriores puestos.519 A pesar de que el comité de huelga dio así el primer paso hacia la conciliación, la empresa no cedió y manifestó un apoyo contundente a los rompehuelgas. Ante la negativa de la empresa, la Junta de Conciliación y Arbitraje acordó levantar una irónica acta que envió a la Secretaría de Industria y Comercio en la ciudad de México, para que interpretara la fracción 17 del artículo 123 (de la flamante Carta Magna de 1917 surgida de la Revolución) en lo que se refiere a si los obreros huelguistas tienen el derecho a regresar a los mismos puestos que tenían antes de iniciarse la huelga, o si la empresa tiene la facultad de ocupar otros, y al convenir en el regreso de los que habían salido, puede emplearlos en otros puestos que tengan la misma ca-tegoría y salario, por estar ocupados sus puestos por otros obreros que por ausencia de los huelguistas están desempeñando el trabajo de estos últimos.520 EL director de la compañía se comprometió a “poner en conocimiento del Consejo de Administración de la misma, la resolución que la Secretaría dé sobre el respecto”.521 La nueva Constitución parecía tomar forma. Pero el telegrama que recibió Ulmer el 20 de octubre, del presidente del Consejo de Adminis-

tración de la siderúrgica radicado en la ciudad de México, Adolfo Prieto, fue concluyente. Se despejaron dudas y se mostró la férrea posición de la empresa. El ultimátum, que reconocía al inspector de trabajo Lombardo Toledano como mediador, fue leído en la junta de Conciliación: El consejo, deseando poner término a pretexto para dificultades, acepta reanudar trabajos sucesivamente por departamentos, reconociendo salarios antes de la huelga, pero no puede renunciar a su libertad de colocar a los trabajadores en los puestos que le convenga, respetando categorías. Es imposible reconocer inamovilidad a los obreros. Sírvase comunicarse con agente de Industria y Comercio, Sr. Lombardo, quien recibe instrucciones para hacer impartir a ustedes garantías y tomar en cuenta esta interpretación. Si los alborotos se repiten por falta de vigilancia, fijemos el día 1 de noviembre para clausurar definitivamente nuestros talleres por tiempo indefinido, suspendiendo toda gestión de arreglos.522 Tan pronto llegó el telegrama, los directivos de la fundición mandaron una carta al gobernador pidiéndole la impartición de garantías, ya que los huelguistas habían inutilizado todas las líneas telefónicas y de conexión de ferrocarril que daban a la estación Acero.523 Aceptado el ultimátum por el Comité de Huelga, hicieron una última petición: indemnizar por tres meses a Severo Cerda, jefe del Departamento de Bessemer y cuya sección quedaría suprimida. La respuesta de Prieto fue favorable, demostrando así “nuestro deseo de restablecer cuanto antes cordiales relaciones que siempre existieron con nuestros obreros”.524 La firma del convenio para el regreso a los talleres se firmó a las catorce horas del 23 de octubre

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de 1922.525 Al siguiente día se reanudaron las labores en los departamentos de Aceración, Estructura, Tornillos, Remaches, Maquinaria y Fragua.526

Rasgos de un nuevo orden social La huelga que padeció la siderúrgica en el otoño de 1922 sintetizó las titubeantes tendencias políticosociales que se manifestaron en los anteriores conflictos metalúrgicos. En ella se consolidó el gobierno como órgano mediador en el conflicto, aceptado por ambas partes. A pesar de que el gobierno local se encontró debilitado por una división que experimentó en su interior –respecto a la toma de una decisión definitiva de apoyo a uno u otro bando–, logró imponer el respeto hacia la Junta de Conciliación y Arbitraje. Por lo demás, la administración de Ramiro Tamez no cayó en la provocación a pesar de la dinámica de los acontecimientos, que redundaron en constantes manifestaciones que alteraron sobremanera la vida cotidiana. Daños considerables a la propiedad privada y pública fue el resultado de una exaltación explosiva de los ánimos populares contenidos. A pesar de que el poder público fue desbordado por una sociedad en efervescencia, la represión violenta hacia las manifestaciones tumultuosas no fue utilizada. Esto hubiera provocado una indignación pública difícil de contener, el gobierno local sólo exhibió el aparato represivo llevándolo a la práctica de manera selectiva, en momentos de alta tensión social en los límites de la empresa siderúrgica. Por su parte, los dirigentes de la siderúrgica, en especial los españoles Adolfo Prieto y Melitón Ulmer, mostraron la más sólida renuencia a ceder en demasía el viejo estilo de gobernar las fábricas. La utilización de esquiroles y el apoyo de la gendarmería municipal mermaron seriamente el desenvolvimiento de la huelga. La ideología empresarial se

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guardó siempre el derecho de interpelar los artículos y fracciones más espinosas de la Constitución. El derecho a colocar de nuevo a los trabajadores huelguistas en puestos que le “convengan” a la compañía fue una prueba de ello. A partir de la huelga del acero en 1922, los empresarios regiomontanos mostraron una novedad en las industrias metalúrgica y siderúrgica: disputaron el control del movimiento obrero a los gobiernos revolucionarios. Tal y como lo hizo la Cervecería Cuauhtémoc en 1918, al fomentar un sindicato proempresarial, para controlar las iniciativas de los obreros organizados; la siderúrgica, a través de su gerente, Melitón Ulmer, facilitó, a principios de 1923, las gestiones para formar un sindicato blanco. Los llamados “obreros libres” que participaron como rompehuelgas en el conflicto de 1922 formaron, en mayo de 1923, una sociedad –reconocida por la gerencia de la compañía como sindicato– que denominaron Círculo Protector de Empleados y Obreros de la Fundidora de Fierro y Acero, dirigida por los mayordomos y capataces.527 Los canales de acceso de los patrones al poder político incluyeron los despachos del presidente de la república y del secretario de Industria y Comercio. Adolfo Prieto consiguió siempre neutralizar, en esos mismos despachos, una posible actitud favorable a los obreros por parte del gobierno federal. El grupo empresarial industrial regiomontano empezó a tener cada vez más presencia en los centros mismos del poder político en México. El empresariado pudo ser y fue un interlocutor con el poder central, pasando sobre los gobiernos locales. En cuanto al movimiento obrero organizado, pronto reconoció que las alianzas con el gobierno lo favorecían más que mostrar una práctica de enfrentamiento; las alianzas le redituaron posiciones dentro del mismo aparato estatal. El caso del líder del movimiento de 1922, Modesto B. Arreola, es significativo, durante el mandato de Porfirio G.

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González, en 1924, logró el cargo de diputado por el partido progobernista. No hay duda que los dirigentes sindicales comenzaron a tener acceso a los responsables del gobierno y poco a pocos éstos a ligar sus intereses a él. De esta manera se coopta a los líderes y el Estado se encarga de promulgar autoritariamente una legislación social. En efecto, debido a la importancia electoral y de apoyo que pudiera brindar, el movimiento obrero pasó a formar parte prioritaria de todo proyecto político elaborado por los grupos que se disputaron el aparato público. Durante 1922, el gobierno del estado de Nuevo León, en busca de una base social propia, promulgó una detallada ley sobre la jornada máxima de trabajo y el descanso obligatorio para empleados y obreros, para atraer el apoyo de las masas trabajadoras hacia la nueva administración, la jornada diaria decretada consistió en ocho horas en el turno diurno y siete horas y media en el nocturno, y exigió la rotación de los mismos cuando menos cada 15 días. Asimismo, prohibió a las mujeres y a los menores de 16 años el trabajo nocturno industrial. Los jóvenes mayores de 12 años y menores de 17 no podrían rebasar la jornada máxima de seis horas. También contempló que las mujeres tendrían derecho a un mes de descanso después de dar a luz, con goce de salario íntegro conservando su empleo. En el periodo de lactancia tendrían dos descansos extras por día, de media hora cada uno. Otros aspectos contemplados por el decreto marcaban la jornada diurna como no continua, y preveían la necesidad de dividirla por medio de un receso de una hora. También, la hora de trabajo extra se abonaría como salario doble, nunca excedido de tres horas diarias ni de tres consecutivas para cada obrero. Pero no sólo las demandas obreras correspondientes al ámbito laboral fueron escuchadas por los gobiernos revolucionarios; la movilización

rebasó con creces al estricto espacio y práctica de la fábrica para inmiscuirse y apoyar problemáticas que afectaban a la mayoría de la población citadina. Entre éstas destacaron las luchas por una mayor representación en la esfera política; por el alto costo de la vivienda, el transporte, y por un fácil acceso a los artículos de primera necesidad. En resumen, la debilidad de las autoridades locales frente a la tradicional y todopoderosa organización del empresariado prerevolucionario dio margen al movimiento obrero, para que buscaran su apoyo con el fin de contrarrestar la posición empresarial dentro de la estructura de poder. Saldos de la Revolución

Crisis económica Los gobiernos revolucionarios, como la población urbana en particular, tuvieron que enfrentarse a una recesión económica supeditada tanto a los vaivenes del mercado internacional como a las consecuencias inmediatas del fenómeno armado. Fueron numerosas las empresas afectadas, pero no siempre por razones del conflicto armado. El 3 de enero de 1921, la ASARCO anunció el paro de labores en el único horno en funcionamiento, debido a una “tremenda baja en los precios de la plata, plomo y cobre” en el mercado internacional. Los obreros afectados rebasaron el número de 120.528 La baja en los precios de los minerales obligó a los mineros, a falta de ganancias, a cerrar las explotaciones en Saltillo, Monclova, Múzquiz y en el distrito de Concepción del Oro, Zacatecas, principales proveedores de la ASARCO.529 En abril del mismo año, la compañía textil La Industrial quedó paralizada por “falta de ventas [...] y dificultades que se presentaron para obtener combustible”.530 Los ferrocarriles también dejaron de tener la eficacia que el antiguo régimen les otorgó. Igual-

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mente en 1921, la mayoría de las fábricas de ladrillo del estado se vieron forzadas a suspender sus labores –y dejar sin trabajo a más de mil operadores–, a consecuencia del aumento del flete establecido en la división Monterrey-Tampico. Las quejas de los productores se centraron en la imposibilidad de competir con el ladrillo fabricado en el extranjero.531 El problema ferroviario impactó de igual modo al desproteger a ciertas industrias, frente a los productos foráneos, como en la vida comercial. La misma Cámara de Comercio designó, en mayo de 1921, una comisión de ferrocarril con el fin de cooperar con los jefes ferrocarrileros para el mejoramiento del tráfico.532 Un mes antes, la Cámara había logrado reactivar el tráfico entre Monterrey y Laredo al avalar un préstamo de diez locomotoras, para la mencionada ruta, de la empresa estadounidense International & Great Norten.533 La Cámara de Comercio, que el 23 de junio de 1921 se fusionaría oficialmente con las Cámara de Minería e Industria del Estado, y se constituiría como Cámara de Comercio, Industria y Minería del Estado,534 no sólo designó una comisión que interviniera para agilizar el tráfico ferroviario, sino que convenció al representante de la compañía estadounidense en Monterrey –al empresario Enrique Sada–, para avalar el préstamo mencionado.535 En una entrevista referente al cierre de algunas casas comerciales locales, en junio de 1921, el presidente de la Cámara de Comercio, Rafael Pozas, socio principal y gerente de la firma M. Cantú Treviño Hnos. Sucs., expresó que la incosteabilidad que provocaba la quiebra no se debía precisamente al alza de impuestos, sino a la imposibilidad de seguir haciendo negocios bajo una base incosteable con el deficiente servicio ferrocarrilero, que no permite ningún cálculo seguro sobre las operaciones comerciales.536 Las entrevistas sobre la crisis realizadas a los principales empresarios de la ciudad, llevadas a cabo por un periódico local, arrojaron como cau-

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sas el mal servicio otorgado por los ferrocarriles, el contrabando, el alza de los impuestos a los giros comerciales y una baja generalizada en el precio de las mercancías.537 Otro rubro de la producción seriamente afectado fue la minería. El 16 de septiembre de 1919, el gobernador Zambrano expresó ante la Cámara de Diputados la precaria situación por la que atravesaba este sector en el estado, al referirse al abandono de 266 fundos mineros en contrapartida a las 66 minas activas.538 Cuatro años más tarde, en 1923, el Departamento de Trabajo contabilizó en la entidad solamente nueve compañías mineras, con un total de 1,539 obreros y 51 empleados y un mísero jornal que fluctuaba entre 1,96 y 2.96 pesos.540 La paralización del sector minero golpeó duramente la vida comercial y económica de algunos municipios. Entre otros, Lampazos vio paralizarse, para octubre de 1922, setenta y siete fundos mineros; General Escobedo, veintiocho; Santa Catarina, veintisiete, y el municipio de Monterrey, diecinueve.541 La siderúrgica anunció haber parado todas las minas de su propiedad para diciembre de 1920. El futuro gobernador Juan M. García suspendió sus trabajos mineros en mayo de 1920; el exgobernador Zambrano, en febrero de 1921, anunciaba que no explotaría más su única mina denominada La Subterránea; y la firma M. Cantú Treviño Hnos. Sucs. postergó para mejores tiempos la explotación minera en 1921.542 Con la quiebra generalizada de varias casas bancarias en el país, el sistema crediticio y financiero sufrió un duro golpe. El cierre del Banque Francaise du Mexique, el 15 de noviembre de 1922, en la Ciudad de México y en la sucursal de Monterrey, provocó la suspensión de pagos de una buena parte del sistema bancario.543 Las compañías bancarias Monterrey S.A., Sucesores de Sada Paz Hnos. y la tradicional Casa Milmo, tuvieron que acogerse, a fines del año, al beneficio de la liquidación judicial para garantizar los intereses de sus clientes.544

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Génesis de una nueva diversificación Al margen de la crisis, el grupo empresarial industrial empezó a diversificar lentamente sus audaces inversiones, a partir de 1920, a rubros nunca antes explotados. Así fue como nació la Compañía Petrolera Tantoyuca S.A., con un capital inicial de 400 mil pesos. La referida sociedad anónima adquirió mil hectáreas en la región del municipio de Tempoal, cantón de Tantoyuca, Veracruz. También participó en el mismo estado, con el lote 162 de Amatlán, cantón de Tuxpan. Esta compañía –que entró en producción en junio de 1921– incluyó en el consejo directivo los apellidos ya familiares de Belden, Larralde, González Garza, Berardi y Garza Zambrano.545 Cinco meses después, en noviembre de 1921, empresarios y comerciantes regios de menor calibre, entre ellos el gobernador Juan M. García, formaron una sociedad petrolera que arrendó, para llevar a cabo los trabajos iniciales de explotación, más de 20 mil hectáreas en la municipalidad de Linares, Nuevo León, y todo el norte del estado.546 En mayo de 1921, una incursión en la producción de artículos alimenticios se llevó a cabo por Francisco y Octavio Zambrano, quienes lograron una exención de quince años ante el fisco por dos terceras partes de los impuestos ordinarios. Las instalaciones consistieron en una fábrica de pastas y galletas y un molino de cilindro anexo, en la ciudad de Monterrey. El ramo de la construcción fue revitalizado a partir de la nueva década. El 8 de junio de 1920, cinco miembros de la dinastía Zambrano, dos de la familia de los Madero –Alfonso y Salvador–, y Santiago Belden, entre otros, constituyeron la compañía Cementos Portland Monterrey, S.A. Esta compañía adquirió un terreno mayor a las 16 hectáreas del empresario Vicente Ferrara, y presentaba una capacidad de producción, para 1923, de cuatro mil sacos de cemento, bajo un capital social de un millón 200 mil pesos.547

En junio de 1921, el ramo de la construcción de fincas encontró nuevos inversionistas, logrando una importante reducción de impuestos durante cinco años; Antonio Muguerza y Enrique F. Farías invirtieron un capital no mayor de 140 mil pesos para la fabricación y explotación de materiales y artículos destinados a la expansión infraestructural de Monterrey y el área circunvecina.548 Para diciembre de 1923, durante la rebelión delahuertista, el grupo empresarial industrial asentado en Monterrey aún se mantenía intacto y con gran ímpetu de diversificación de sus capitales. Las políticas de reconstrucción de la economía nacional –no así sus consecuencias sociales– llevadas a cabo por los gobiernos emanados de la Revolución, particularmente a partir de 1920, no representaron una ruptura con los procesos de modernización ocurridos en este rubro durante el antiguo régimen. Esta continuidad entre el Porfiriato y la Revolución –a excepción de algunos altibajos en el proceso de acumulación de capital– es especialmente aplicable a las industrias pesadas asentadas en Monterrey. Después de trece años de guerra civil, los empresarios industriales de Monterrey sobrevivieron a la etapa más cruenta y radical de una revolución que desató fuerzas sociales contenidas que pudieron haberlos arruinado, o por lo menos hecho más larga la reconstrucción de sus intereses.

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Citas bibliográficas 1. Terry´s Guide to Mexico. The Riverside Press. Cambridge, USA. 1922. 2. Sobre la carrera político-militar de Bernardo Reyes y el movimiento reyista en ésta y las siguientes páginas, véase: Archivo del general Bernardo Reyes (ABR), ramo Correspondencia; Arellano, 1985 y Niemeyer, 1966.

referencia en los estados occidentales europeos (y particularmente en los reinos orientales de Polonia y Hungría) durante el medioevo, a los hombres ricos e influyentes de estas regiones. En España se le denominó grandes, un título honorífico llevado por la clase más alta de la nobleza española; y durante nuestra era moderna esta definición se aplica a los grandes capitalistas.

6. Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL), Memoria del gobierno de Viviano L. Villarreal, (1881) s/p. Sobre la problemática indígena véase: Cerutti, 1983: José Reséndiz, 1983; y también un minucioso informe sobre la presencia de las poblaciones indígenas en los estados del noreste en los años setenta del siglo pasado llamado lnforme de la Comisión pesquisidora de la frontera norte al Ejecutivo de la Unión. México, Gobierno de la República, 1875.

8. Sobre la legislación estatal nos dice Cerutti: las dos leyes básicas sancionadas para promover la inversión industrial en Nuevo León fueron: la del 21 de diciembre de 1888 y la del 22 de noviembre de 1899. La primera tuvo como propulsor directo al gobernador Lázaro Garza Ayala, y en su parte fundamental disponía que los giros industriales que se establecieran con un capital mayor de mil pesos quedaran exentos de todo impuesto; procuraba, asimismo, estimular la explotación de tierras no utilizadas e Incentivar la producción agrícola. Las posibilidades y perspectivas de los inversionistas se ampliaron notoriamente con el segundo instrumento legal mencionado, promulgado ya por Bernardo Reyes. Su artículo único concedía exención de contribuciones (municipales y estatales) hasta por 20 años, periodo que, en los hechos, era rebasado cuando se trataba de grandes proyectos, como en el caso de la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., a la que se otorgó treinta años. El criterio de “obras de utilidad pública” era obviamente aplicado a muchas inversiones de carácter fabril, lo cual indica toda una postura con respecto a la promoción industrial (Cerutti. Burguesía y capitalismo en México, 1850-1910. México, Editorial Claves Latinoamericanas. 1983. p. 130).

7. En efecto, a falta de un adjetivo mejor, se ha optado por continuar usando el nombre en latín de magnatus, palabra con la que se hizo

9. “El solo anuncio de esa visita” bastó para conmover “hasta la más íntimas fibras del cuerpo social”, comentó un cronista anónimo, autor

3. Trayectoria político-Militar de Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo, de aquí en adelante remítase a: Aguilar Belden, 1970; Cavazos, 1985 y 1965; Cossío Villegas, 1970; Duclos Salinas, 1903 y Cantú, 1948. 4. Entrevista con Miguel Cárdenas en Cantú, Juan Luis. Memorias de un modesto e ignorado revolucionario, 1908-1915, 3 volúmenes, Monterrey. 1948. p. 28-32. 5. Los datos demográficos fueron tomados del Censo Estatal de Población de 1891 y de los Censos Nacionales de Población de 1895, 1900 y 1910. México.

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Monterrey: origen y destino

de La visita del Gral. Porfirio Díaz a Monterrey, 1898. p. 8 y en Pérez-Maldonado, Carlos. El Casino de Monterrey, bosquejo histórico de la sociedad regiomontana, Monterrey, Impresora Monterrey. 1950.

20. Ibid. Circular del 3 de mayo de 1911.

10. Documentos relativos a la vigilancia del Banco de Nuevo León en AGENL, Concluidos, c-1908-1910.

22. AGENL, Ramo Militar, 1911, c-2.

11. La gira de Madero en Monterrey en Aguilar, 1970, p. 122-125; Ross, 1959, p. 104-107; Saldaña, 1945, p. 145-148; Cantú, 1948, p. 44-45.

24. Proceso electoral y cómputo de votos en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, Monterrey, del 26 de septiembre de 1911: 6. Véase también el semanario El Trueno, Monterrey, 11 de junio de 1911: 1-2 y 18 de junio: 1-2.

12. Proyecto de urbanización del cerro del Obispado, presentado ante el Gobierno del Estado por Isaac Garza, AGENL, Concluidos, 1922, c-11, e-456.

21. AMM, Acta de Cabildo, 1 91 1, p.51 y Periódico Oficial del Gobierno del Estado (P. O.) del 12 de mayo al 1 0 de octubre de 1911.

23. Idem.

15. AGENL, solicitud enviada al Gobernador del Estado por Ramón, N. González y Compañía, en representación de la agrupación, “Expendedores de Leña”, Concluidos, 1911, c-4, e-174.

25. Perfil de Francisco Naranjo, hijo, en Cavazos, 1985. El regreso de los caciques preporfiristas a la luz pública durante el maderismo, se corrobora una vez más, con la designación del general Lázaro Garza Ayala –cuando contaba con 82 años– para senador por Nuevo León. Experimentado militar, participó activamente en las luchas intestinas e internacionales que caracterizaron buena parte del siglo XIX. Como funcionario público, destacó como gobernante en 1869 y en 1887-1889. Cavazos Garza, Israel. Diccionario biográfico de Nuevo León, Monterrey, UANL. 1985.

16. Memoria de la Secretaría de Fomento, 1910-1911. México, 1911: X.

26. El Trueno, Monterrey, 22 de octubre de 1911: 1.

17. La recreación del público asistente a la “Carpa Renacimiento” es registrada por el diario El Noticiero, Monterrey, del 6 de septiembre de 1911: 2.

27. El Trueno, Monterrey, 11 de junio de 1911: 1 -2.

18. Robo de tesorerías municipales en AGENL, Minutas, 1911, c-S.

29. El Trueno, Monterrey, 6 de agosto de 1911: 1.

13. Proyecto de Isaac Garza, AGENL, Concluidos, 1992, c-11, e-456. 14. AGENL, Concluidos, 1912, c-4, e-434.

19. AGENL, Minutas 1911, c-7.

28. El Trueno, Monterrey, 23 de junio de 1911: 1.

30. El Trueno, Monterrey, 20 de agosto de 1911: 1.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

31. El Trueno, Monterrey, 28 de octubre de 1911: 4.

46. El Liberal, Monterrey, septiembre-octubre de 1912.

32. AMM, Actas de Cabildo, 1912, p. 4.

47. AGENL, Concluidos, 1912, c-6.

33. AGENL, Correspondencia con la Secretaría de Fomento, c-1910-1913.

48. AGENL, Ramo Militares, 1912. Los terratenientes del municipio de China fueron los más inconformes con respecto a la protección que otorgaron las autoridades locales. Este municipio semidesértico se caracterizaba por su enorme extensión, por su población dispersa y su ineficiente comunicación. Las especificidades de la región habían logrado establecer una estructura administrativa que reforzó la protección otorgada por el aparato gubernamental ante las incursiones de los bárbaros, desde principios del siglo XIX. Esta herencia organizativa volvió a resurgir ante los embates de los grupos revolucionarios. Las rancherías estaban divididas en 1912, en doce “Encargaturas”, cabeceras para el auxilio de la administración del municipio, donde había un Juez Auxiliar con su suplente respectivo. La residencia de la “Encargatura” se fijaba en la cabecera de la ranchería más inmediata a su jurisdicción. Estas cabezas administrativas fueron reduciéndose durante el Porfiriato, volviendo a aumentar su número posteriormente, ante la inseguridad que registró la zona.

34. AGENL, Concluidos, 1 91 1, c-3, e-346. 35. AGENL, Concluidos, c-6, 8-473. El primer consejo de administración de esta empresa estuvo integrado, entre otras personas, por el estadounidense Juan B. Brittingham, Francisco Belden, Valentín Rivero Gaja y por el chihuahuense Juan Terrazas. 36. Porcentajes extractados de los Censos Nacionales de Población de 1895 1900 y 1910. México. 37. Idem. 38. Información presentada por Viviano L. Villarreal al presidente Madero en Archivo General de la Nación (AGN), Ramo Revolución (RR), 56212124. 39. Idem. 40. AGN, RR, 41611118.

49. Correspondencia entre V. L. Villarreal y Madero, AGN, RR, 247 y 259/1/1.

41. AGENL, Concluidos, 1912, e-1. 42. AGENL, Concluidos, 1912, c-1 y c-6. 43. Idem.

50. El Trueno, Monterrey, 20 de agosto de 1911. p. 1. 51. El Trueno, Monterrey, 16 de mayo de 1911. p. 1.

44. AGENL, Ramo militares, 1912, c-I y c-6. 45. El Liberal, Monterrey, noviembre 1 al 15 de 1912.

148

52. Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, Monterrey, 22 de agosto de 1911. p. 1.

Monterrey: origen y destino

53. Periódico Oficial, Monterrey, 22 de septiembre de 1911: 3-5. Multa económica por desobediencia.

mento, los gastos algo pesados que originaba la crecida vigilancia que tenía que despegarse en ambos márgenes del Bravo con ocasión de las conspiraciones”, AGN, R.R. 355/1/15.

54. El Noticiero, 6 de septiembre de 1911. p. 6. 65. AGN, Fondo Francisco I. Madero, 954/36. 55. Idem. 56. Idem. 57. AGENL, Concluidos, 1911, c-6, s-71.

66. Sobre el Proceso electoral en Nuevo León véase, AGN, R. R., 539/2. 67. El Trueno, Monterrey, 22 de octubre de 1911. p. 1.

58. AGENL, Concluidos, 1911, c-6, 9-424. 59. El Renacimiento, Monterrey, 15 de septiembre de 1911. p. 1.

68. El Trueno, Monterrey, 22 de octubre de 1911. p. 1. 69. P.O. Monterrey, 6 de octubre de 1911p. 1.

60. El Trueno, Monterrey, 24 de septiembre de 1911. p. l.

70. P.O., Monterrey, 12 de diciembre de 1911p. 1.

61. Idem. 62. La Voz del Pueblo, Monterrey, 20 de octubre de 1912. p. 1.

71. P.O., Monterrey, 6 de octubre de 1911. p. 1-2. 72. P.O., Monterrey, 13 de octubre de 1911.

63. AGN, R.R., 1911, 242/1/1 0. 73. Idem. 64. Un día después, por su parte, el gobernador nuevoleonés no pudo ocultar su alegría al felicitar al presidente Madero por la sumisión definitiva del Gral. Bernardo Reyes a su gobierno: “Este acto, decía, representa la definitiva conquista de la paz y tranquilidad públicas de que tanto ha menestar nuestra nación. La realización de este acto dependió sin duda de las acertadas medidas que te serviste a dictar, concediendo amplias facultades en los ramos de Hacienda y Guerra a los jefes y autoridades encargados de la persecución y asedio del que se titulaba jefe de la Contrarrevolución y del grupo de sus secuaces [...] por lo que afortunadamente se suprimirían a partir de este mo-

74. AGENL. Concluidos, 1912, c-2, e-170. 75. AGN, Fondo Francisco 1. Madero, 10491/39/297 93-83. 76. Idem. 77. Idem. 78. Archivo Municipal de Monterrey, Monterrey (AMM), Acta de Cabildo de 1913: 13-14. 79. Ibid, p. 15.

149

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

80. Idem.

98. Ibid. e-del 20 de agosto de 1913.

81. AGENL, Concluidos, 1913.

99. AGN, Departamento de Trabajo (DT), 1913, c-34, e-9.

82. Idem. 83. Archivo de Venustiano Carranza, ciudad de México (AVC), CONDUMEX, c-2, d-145.

100. AGENL, Secretaría de Gobernación (SG), 1913, e-46. 101. AGN, DT, 1913 c-34, e-9.

84. Informe de Hernández sobre la dimensión tomada por la revolución, AGENL, Concluidos, 1912-6.

102. AGN, DT, 1913 c-31, e-2. 103. AGN, DT, 1913 c-34, e-11.

85. Archivo Histórico del Honorable Congreso del Estado de Nuevo León, Monterrey (en adelante AHCENL), Actas legislativas, 1913; y AGENL, Congreso del Estado, c-1913.

104. AGN, DT, 1913 c-75, e-37. 105. Ibid, respuesta fechada en marzo de 1914.

86. Idem.

106. AGENL, Minutas, 1913, c-6.

87. AGENL, Minutas, 1913, c-6.

107. Idem.

88. Idem. 89. Idem.

108. La declaración la hicieron las fábricas de hilados El Porvenir, La Industrial y La Fama, AGENL, Concluidos, 1913, c-4, e-388.

90. Idem.

109. El Porvenir, 28 de junio de 1923. p.6.

91. AGENL, Minutas, 1913, c-6.

110. AGN, DT, c-125, e-34.

92. Idem.

111. AGENL, Concluidos, 1917, c-7.

93. Ibid, expediente del 12 de junio de 1913.

96. Idem.

112.Archivo particular del general Pablo González Garza (PGG), COLMEX, microfilm, v-31. La obtención de esta información por parte de González Garza quien dirigió el ataque rebelde contra Monterrey, se dio a través de su servicio de espionaje en la ciudad. Éste era coordinado por el exalcalde maderista y exjefe de la policía secreta urbana Alfredo Pérez.

97. Idem.

113. Idem.

94. Ibid, expediente del 13 de junio de 1913 95. AGENL, Minutas, 1913, c-6, e-del 8 de julio de 1913.

150

Monterrey: origen y destino

114. Véase el libro La gloriosa defensa de la ciudad de Monterrey, escrita por un autor anónimo en 1914. p. 6.

rrey, A.C. 1983. Véase también Mendirichaga, 1996 y 1992. 127. AGENL, Minutas, 1914.

115. Ibid, p. 7. 116. Ibid, p. 9. 117. Idem.

128. P.O. del 10 de febrero de 1914, p.1; y AGENL, Circulares, c-1914, e-116. La reforma contempló también la rectificación de capitales urbanos y rústicos en Monterrey, AGENL, Ramos Militar, 1913, c-4, e-1410.

118. Ibid, p. 10-11. 119. Ibid, p. 18-20. 120. Ibid, p. 21. 121. AGENL, Ministerio de Gobernación, c-1914.

129. En febrero de 1920, Botello regresó del exilio y escribió un extenso informe sobre su gestión administrativa en 1913 y 1914. Este documento se encuentra en el AGN, Dirección General de Gobierno, 1920, c-3, e-A.200.29. p. 1. 130. AGENL, Concluidos, 1913-8, c-28.

122. La participación de apoyo al régimen huertista por parte del clero católico se deja entrever en los procesos posteriores instruidos a los “cómplices del usurpador Huerta”, llevados a cabo por el gobierno revolucionario de Antonio I. Villarreal, donde las medidas contra esa institución son demasiado severas (Cantú., op. cit. 1948).

131. AGENL, Concluidos, 1914, c-4. 132. AGENL, Concluidos, 1915-4, e-92. 133. AGENL, Concluidos, 1913-1, e-124. 134. AGN, DGG, 1920, c-3, e-A.200.29, p. 3,4.

123. Idem.

135. Ibid, p. 4,6.

124. AGENL, Concluidos, 1913, c-1, e-107.

136. Ibid, p. 9,10.

125. Idem.

137. Al regreso de Botello, los Milmo reconocieron el haber conservado parte del erario público de la administración de 1913 y 1914, el cual ascendía a casi 200 mil pesos. Pero ante el reclamo de ese dinero por el nuevo gobierno revolucionario, manifestaron no poseer la cantidad líquida en ese momento, a lo que se llegó a un acuerdo de pago distribuido en varias anualidades.

126. El donativo de la Cámara de Comercio, en enero de 1914, consistió en la suma de 10,063.43 pesos, invertido en la compra de “enseres y útiles que se destinaron para el envío de hospitales militares”. Mendirichaga, Rodrigo. 100 años de comercio en Monterrey, Monterrey, Asociación de Editores y Libreros de Monte-

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

138. APGG, COLMEX, microfilm, v-35.

152. Idem.

139. Cita de un artículo anticlerical aparecido en el semanario local La Voz del Pueblo, Monterrey, 26 de octubre de 1912. p. 1-2.

153. AGENL, Minutas, c-1914.

140. APGG, “Decreto del Ejército Constitucionalista del Noreste sobre los territorios liberados”, 9 de abril de 1914”, COLMEX, documento – 122, vol. 35, microfilm.

155. AGENL, Concluidos, 1915.

154. Idem.

156. AGENL, Minutas, c-1914. 157. Idem.

141. Ibid, p. 1. 158. Idem. 142. Ibid, p. 1-4. 159. AGENL, Minutas, c-1920, julio 23. 143. AGENL, Circulares, c-1910-1917, circular número uno, del 10 de febrero de 1914. 144. Reinstalación del ayuntamiento que encabezó Nicéforo Zambrano un año anterior, Archivo Municipal de Monterrey (en adelante AMM), Actas de Cabildo, abril-mayo de 1914. Nombramiento del coronel Vidal Garza Pérez como secretario del juzgado militar en AGENL, Ramo Militar, 1914-1.

160. La Oficina de Intervención y Decomisación de Fincas Urbanas en Monterrey poseía una existencia monetaria líquida, para el 30 de noviembre de 1914, de 12,878.31 pesos. Los detalles de cada propiedad confiscada aparecen en un inventario elaborado por la oficina, AGENL, Concluidos, 1914-16, e-255. 161. AGENL, Concluidos, 1912-4 e-263.

145. AGENL, Minutas, c-1914.

162. AGENL, Concluidos, 1914, c-1.

146. Idem.

163. AGENL, Concluidos, 1914-4, e-263.

147. AGENL, Telegramas, c-1914, 2 de junio de 1914.

164. Idem. 165. Idem.

148. AGENL, Telegramas, c-1914, 6 de junio de 1914.

166. AGENL, Concluidos, 1914-1.

149. AGENL, Minutas, 1914.

167. AGENL, Concluidos, 1914-4, e-262.

150. AGENL, Minutas, 1914, e-201.

168. Idem.

151. Idem.

169. AGENL, Circulares, 1910-1917, decreto del 23 de junio de 1914.

152

Monterrey: origen y destino

170. Idem.

184. Idem.

171. AGENL, Secretaría de Fomento, 1914.

185. AGENL, Ramo Militar, 1914-1.

172. AGENL, Expediente relativo a la Comisión Agraria de Nuevo León –fundada por Antonio I. Villarreal en 1914. p. 13-16.

186. AGENL, Ramo Militar, 1914-1.

173. AGENL, Circulares, 1910-1917, decreto del 23 de junio de 1914. 174. AGENL, Circulares, 1910-1917, decreto del 17 de mayo de 1914.

187. Lista de enemigos de la causa constitucionalista en Lampazos, AGENL, Correspondencia particular del general Antonio I. Villarreal, 1914, c-1. 188. AGENL, Concluidos, 1914-16.

175. AGENL, Concluidos, 1914-4 e-263.

189. AGENL, Correspondencia particular de Antonio I. Villarreal, 1914. C-2.

176. Idem.

190. Ibid, 1 de mayo de 1914.

177. AGENL, Concluidos, 1914-1916.

191. AGENL, Concluidos, 1914.

178. AGENL, Concluidos, 1914-4, e-262.

192. Idem.

179. AGENL, Correspondencia con Alcaldes, Monterrey, 1912-1913.

193. AGENL, Circulares, 1910-1917, Decreto de la División del noreste del 23 de mayo de 1914.

180. AGENL, Ramo Militar, 1914-1. Entre los encarcelados destacaron Valentín Rivero Martínez y el exgobernador Leobardo Chapa.

194. Idem. 195. AGENL, Circulares,

181. AGN, Dirección General de Gobierno (en adelante DGG), 1916, c-3, e-10. 182. Idem. 183. En cuanto a la incautación de los bienes del mandatario estatal Salomé Botello, entre éstos se encuentran las minas de Puerto de Cacho, en el municipio de Villaldama, así como las de Dolores, Saturno, Milpillas, Porvenir, Victoria, Purísima y la Perla en el municipio de Salinas Victoria. AGN, DGG, 1916, c-3, e-10.

196. Queja del 15 de junio del encargado de la Compañía, de Tranvías, Luz y Fuerza al Secretario de Gobierno, AGENL, Concluidos 1914. 197. Idem. 198. AGENL, Concluidos, 1913-2, e-309. 199. AVC, CONDUMEX, carpeta-11, documentos-1091. 200. AGENL, Concluidos, 1913-2, e-244.

153

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

201. Ibid, p. 2.

218. Idem.

202. Ibid, p. 2-3.

219. APGG, vol.-31, enero 8 e 1915

203. Ibid, p. 3-5.

220. APGG, vol.-31. Enero 14 de 1915.

204. AGENL, Correspondencia del Alcalde de Monterrey, c-1913-1914.

221. Idem.

205. Idem.

222. Hemeroteca Nacional, UNAM-ciudad de México, Diario de la Convención, T. II, 26 de enero de 1915. p.1.

206. Idem. 223. AVC, carpeta-24, d-2423. 207. Idem. 208. AGENL, Correspondencia del Alcalde de Monterrey, c-1913-1914. 209. Idem. 210. Se destacó también la preferencia que tendrían las casas intervenidas. El ideal propuesto era que fueran utilizadas para “escuelas, oficinas públicas o cuarteles”. AGENL, Circulares, 1914-1915. 211. Idem. 212. AVC, CONDUMEX, carpeta-12, y Saragoza, 1981.

224. Véase los diarios El Noticiero, Monterrey, entre 1911 y 1914 y La Revolución, Monterrey, en 1915. 225. La información sobre comerciantes y empresarios en el cuerpo diplomático de Monterrey fue extraído del AGENL de los ramos Concluidos, Relaciones Exteriores y Minutas entre 1909 y 1917. 226. Anuncio de los integrantes del Ayuntamiento en AMM, Actas de Cabildo, 1915. p. 3-4. 227. Idem. 228. AGENL, Ramo Militares, 1915, c-1.

213. AGENL, Concluidos, 1914-1916. 229. Idem. 214. AGENL, Concluidos, 1913-2, e-244. 215. APGG, microfilm, vol.-31, 10 de noviembre de 1914.

230. AGENL, Circulares, 1910-1917, circular del 13 de marzo de 1915.

216. APGG, vol.-31, 18 de noviembre de 1914.

231. AGENL, Circulares, c-1910-1917, circulares, marzo-abril de 1915.

217. APGG, vol.-31, enero 8 de 1915.

232. Idem.

154

Monterrey: origen y destino

233. Idem. 234. Idem. 235. El regreso se hizo el 24 de abril de 1915 por orden directa del gobernador Raúl Madero, AGE NL, Minutas, c-1914.

239. Ataques carrancistas a los poblados nuevoleoneses durante el gobierno villista en AGENL, Concluidos y Militares, cajas de 1915 y 1916. 240. Hanna al gobernador estatal carrancista en julio de 1915, AGENL, Concluidos, 1916, c-l. 241. AGENL, Concluidos, 1917, c-8, e-937.

236. AGENL, Minutas, 1917, c-27, e-21. 237. Idem. 238. AMAE Madrid, Lagüera a Riaño, 1-2558, Monterrey, 31 de mayo de 1915; ver también, Riaño a MAE Madrid, 1-2558, anexo a d311, Washington, 9 de junio de 1915. La situación económica en Monterrey era desesperante. El gobierno de la Convención se mostró incapaz de abastecer los productos mínimos de primera necesidad a la población de la ciudad. Lagüera escribió: “Se da a diario el impresionante espectáculo de ver a este pueblo recorrer las calles, visitando expendios sin lograr lo más necesario. En la época del carrancismo, esta ciudad tenía comunicación con Tampico, Laredo, Matamoros y Saltillo hasta Torreón, puntos donde se surtía y donde se conseguía algo de primera necesidad; pero hoy estamos comunicados únicamente con Torreón y El Paso, Texas. Torreón es un punto más bien consumidor que surtidor de esta plaza y aparte de algunas semillas que se han conseguido allí, son de Durango, punto productor, donde al no haberse hecho siembras, nada podemos esperar de ayuda y más que allí han de necesitar también. Si llegase el momento estamos dispuestos a salir de aquí en algún vapor español, “Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid” (en adelante, AMAE Madrid), Lagüera a Riaño, 1-2560, Monterrey, 31 de marzo de 1915.

242. El Porvenir, Monterrey, 30 de noviembre de 1921. p. 1. 243. AGENL, Concluidos, 1916 c-1. 244. AGENL, Concluidos, 1916 c-I. 245. Idem. 246. Préstamo de 10 mil pesos por parte de los Milmo al ayuntamiento, así como para los haberes de las tropas de Dávila. Mendirichaga., op. cit. p. 75. 247. AGENL, Circulares, 1910-1917, circular del 29 de junio. 248. AGENL, Concluidos, 1914-1916. 249. AGENL, Concluidos, 1914, c-4. 250. AGENL, Circulares, 1910-1917, convocatoria del 18 de junio de 1915. 251. AGENL, Informe del gobernador al pueblo de Nuevo León, 16 de septiembre de 1915, s/p. 252. Ibid, s/p. 253. AGENL, Minutas, 1915, c-659.

155

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

254. AGENL, Circulares, 1910-1917, circular del gobierno federal del 24 de noviembre de 1915.

271. AGENL, Concluidos, 1917, c-2, e-546.

255. Datos recopilados en AGENL, Ramos, Concluidos y Minutas, 1911-1920.

273. Idem.

272. Idem.

274. Idem. 256. El Porvenir, Monterrey, 8 de marzo de 1923: 1; AVC, CONDUMEX, fondo XXI, carpeta-2, documento 145; e –1 y Cavazos, 1985.

275. AGENL, Concluidos, 191 7, c-2, e-547. 276. AGENL, Minutas, 1917.

257. AGENL, Minutas, 1917, c-27. 277. Idem. 258. Idem. 278. AGENL, Concluidos, 1917, c-2, e-436. 259. Idem. 279. AGENL, Concluidos, 1917, c-2, e-436. 260. Idem. 280. Idem. 261. AGENL, Minutas, 1917, c-27. 281. Idem. 262. Idem. 263. Telegrama de Carranza al gobernador Alfredo Ricaut, AGENL, Minutas, 1917, c-664.

282. AGENL, Concluidos, 1918, c-6, e-83, del 7 de noviembre de 1917. 283. Idem.

264. Acuerdo del 10 de mayo de 1917, AGENL, Minutas, 1917, c-666. 265. El jornal se acordó pagarlo con papel circulante, AGENL, Concluidos, 1915, c-3, e-277. 266. AGENL, Minutas, 1917, c-27, e-67.

284. Datos de producción y ventas, recopilados en el “Informe rendido por el Consejo de Administración de la Fundición de Fierro y Acero de Monterrey ante la Asamblea General de Accionistas” el 26 de mayo de 1923, publicado por El Porvenir, Monterrey, 25 al 28 de junio de 1923.

267. Idem. 285. Idem. 268. Idem. 269. AGENL, Minutas, 1917, c-27, e-67.

286. AGENL, Registro público de la propiedad, diciembre 24 de 1916, notario Daniel Castro de la Ciudad de México, inscripción # 67.

270. Idem. 287. AGENL, Concluidos, c-1909.

156

Monterrey: origen y destino

288. AGENL, Concluidos, c-1914 y c-1916. 289. AGENL, Concluidos, c-1923. 290. Objetivos y fines de las llamadas listas negras, véase a Hernández 1984.

cargos patronales suplentes recayeron en Luis G. Sada y José Rivero Martínez, AGENL, Concluidos, 1918, c-2. 302. Idem. 303. Idem.

291. El Liberal, Monterrey, 14 de diciembre de 1917. p. 3. 292. Idem. 293. Datos biográficos de Scheweitzer, nacido en 1877 y casado el 12 de mayo de 1916 con Consuelo Quiroga en Monterrey, AGENL, Concluidos, 1916, c-5, e-845, acta de matrimonio.

304. El Departamento de Tranvías ocupaba 207 trabajadores, de los cuales sólo 65 se sumaron a la huelga. El Nacional, México, 28 de febrero de 1918. p. 1. 305. AGN, D. de T., c-118, e-4. 306. AGENL, Concluidos, 1918, c-1, Memorial del 22 de mayo de 1918. p. 1,2.

294. AGN, D. de T. c- 1 25, e-34.

307. Idem.

295. AGENL, Minutas, c-1917, e-71.

308. Idem.

296. Idem.

309. AGENL, Concluidos, 1918, c-1, Memorial, 1918. p. 1.

297. Idem. 310. AGENL, Concluidos, 1920, c-1. 298. AGENL, Minutas, c-1917, e-71. 311. AGENL, Concluidos, 1918, c-1. 299. Idem. 312. AGENL, Concluidos, 1918, c-1. p. 2. 300. El programa oficial del 16 de diciembre fue expuesto por el periódico El Liberal, Monterrey, 10 de diciembre de 1917. Referencias al ambiente que privó en esa ocasión, AGENL, Minutas, 1917.

313. AGENL, Concluidos, 1918, c-1. 314. Idem. 315. Idem.

301. La convocatoria apareció el 25 de enero; los empresarios enviaron a sus representantes definitivos el 25 de marzo, ya que los designados inicialmente, Valentín Rivero Fernández y Jesús Ferrara, no aceptaron su postulación. Los

316. Idem. 317. El Nacionalista, México, 22 de mayo de 1918. p. 1.

157

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

318. Mención del contrato entre la Fundidora y las empresas norteamericanas, AGN, D. De T., c-125, e-34, f-58.

336. Idem. 337. Nueva Patria, Monterrey, 6 de julio de 1918. p.1.

319. AGN, D. De T., c-125, e-34, f-58. 338. AGN, D. de T., c-125, e-34. 320. Idem. 339. Idem. 321. AGN, D de T., c-125, e-54. 340. AGENL, Concluidos, 1918, c-2. 322. Idem. 341. Idem. 323. AGN, D. de T., c-125, e-34. 342. Idem. 324. El Porvenir, “Informe rendido...”, Monterrey 25 de junio de 1923. p. 3.

343. AGENL, Concluidos, 1918, c-2.

325. AGN, D. de T., c-125, e-34.

344. Idem.

326. Idem.

345. AGENL, Concluidos, 1918, c-2, expediente del 9 de julio de 1918.

327. Idem. 346. Ibid, expedientes del 10 de julio de 1918. 328. Idem. 347. Idem. 329. AGENL, Concluidos, 1918, c-2. 348. Idem. 330. Idem. 349. AGENL, Concluidos, 1918, c-2. 331. AGN, D de T. C-125, e-34. 332. Idem. El sindicato anunció al público regiomontano el 12 de junio el paro de la Fundidora, por medio de una circular obrera donde aparte de expresar los motivos, se pedía solidaridad con el movimiento.

350. AGENL, Concluidos, 1918, c-2, Convenios del 11 al 13 de julio de 1918. 351. Idem. 352. Nueva Patria, Monterrey, 6 de julio de 1918. p. 1.

333. AGENL, Concluidos, 1918, c-2. 334. AGN, D de T., c-125, e-34.

353. AGENL, Concluidos, 1918, c-2, Convenios del 11 al 13 de julio de 1918.

335. Idem.

354. Idem.

158

Monterrey: origen y destino

355. Idem.

373. AGENL, Concluidos, 1919, c-1.

356. El Progreso, Monterrey, del 15 de julio de 1918. p. 1.

374. Idem. 375. Idem.

357. AGENL,Concluidos, 1918 c-6. 358. Idem.

376. AGENL, Concluidos, 1919 c-1. 377. Idem.

359. AGN, D. de T., c-118, e-5. 378. AGENL, Concluidos, 1920, c-1. 360. El Universal, México, 1 de diciembre de 1918. p. 1. 361. AGN, D de T., c-118, e-5. 362. Sucesos, México, 4 de diciembre de 1918. p.1.

379. Idem. 380. El Porvenir, Monterrey, 22 de abril de 1920. p. 1. 381. El Porvenir, Monterrey, 23 de abril de 1920. p. 1, 4.

363. Idem. 364. AGENL, Concluidos, 1918, c-6. 365. El Porvenir, Monterrey, 1 de mayo de 1918. p. 1 y 4.

382. El Porvenir, Monterrey, 23 de abril de 1920. p. 1, 4. 383. AGENL, Minutas, 1918, c-43. 384. Idem.

366. Idem. 385. AGENL, Concluidos, 1920, c-3, e-354. 367. Idem. 386. Idem. 368. El Porvenir, Monterrey 2, 4 de mayo de 1918. p. 1,4. 369. El Porvenir, Monterrey, 18 de mayo de 1919. p. 1,4. 370. El Economista, ciudad de México, mayo 22 de 1919. p. 1. 371. AGN, D. de T., c-147, e-17.

387. AGENL, Minutas, 1918, c-43. 388. Idem. 389. El Porvenir, Monterrey, 12 de febrero de 1919. p. 1. 390. El Porvenir, Monterrey, 23 de junio de 1923. p. 6.

372. Idem.

159

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

391. El Porvenir, Monterrey, 12 de febrero de 1919. p. 1.

408. Gira de Obregón en Monterrey, El Porvenir, Monterrey, 5 y 6 de abril de 1920.

392. Idem.

409. El Porvenir, Monterrey, 22 de abril de 1920. p. 1.

393. El Porvenir, Monterrey, 13 de febrero de 1919. p. 1.

410. El Porvenir, Monterrey, 23 de abril al 12 de mayo. p. 1.

394. Idem. 395. El Economista, Ciudad de México, 11 de febrero de 1919. p. 1. 396. AVC, CONDUMEX, c-126, d-14320. 397. Idem.

411. El Porvenir, Monterrey, 13 de mayo de 1920. p. 1. 412. El Porvenir, Monterrey, 22 de abril de 1920. p. 1. 413. El Porvenir, Monterrey, 2,5 de mayo de 1920. p. 1.

398. AGENL, Concesiones, c-26, e-270. 399. AGENL, Concesiones, c-26, e-273. 400. AGENL, Concesiones, 1920, c-4. e-326.

414. El Porvenir, Monterrey, 9 de mayo de 1920. p. 1. 415. El Porvenir, Monterrey, 8 de mayo de 1920. p. 1.

401. Idem. 416. Idem. 402. AENL, Concluidos, 1921, c-4, e-1020. 403. El Porvenir, Monterrey, 15 de agosto de 1920. p. 1.

417. El Porvenir, Monterrey, 13 de mayo de 1920. p. 1. 418. Idem. p. 4 y 8.

404. AGENL, Concluidos, 1920, c-4. 419. Idem. p. 1. 405. AGENL, “Informe del gobernador Nicéforo Zambrano ante la Cámara de Diputados”, 1917-1919, s/p. 406. El Porvenir, Monterrey, 8 de junio de 1919. p. 1. 407. El Porvenir, Monterrey, 8, 9 de junio de 1919. p. 1 y 4.

160

420. AGENL, Circulares, 1917, 1922. 421. El Porvenir, Monterrey, 14 de mayo de 1920. p. 1 y 6. 422. El Porvenir, Monterrey, 15 de mayo de 1920. p. 1 y 6.

Monterrey: origen y destino

423. El Porvenir, Monterrey, 21 de mayo de 1920. p. 1.

439. AGENL, Secretaría de Fomento, 1921, Ley de Hacienda estatal de 1921.

424. Idem.

440. Idem.

425. AGENL, Ley de Hacienda del Estado de Nuevo León, de 1920, Monterrey, 1920: 3.

441. El Porvenir, Monterrey, 24-26 de febrero de 1921. p. 1 y 8.

426. Ibid, p. 6.

442. El Porvenir, Monterrey, 29 de julio de 1921. p. 1 y 8.

427. AGENL, Informe rendido ante el Congreso del Estado por el gobernador del Estado Nicéforo Zambrano, 1917-1919, Monterrey, Gobierno del Estado, 1919. s/p.

443. Datos extraídos del AGENL, Concesiones, 1921 y AGN, D. de T., c-280 y E-3. 444. Idem.

428. AGENL, Concluidos, 1920. 429. AGENL, Ley de Hacienda de 1920. p. 8. 430. Protesta de Francisco G. Sada en AGN, DGG, c-3,A.2.00.31,e-31. 431. El Porvenir, Monterrey, 29 de julio de 1921. p. 1 y 8. 432. AGN, DGG, c-3, A.2.00.31, e-31.

445. El Porvenir, Monterrey, 24 de junio de 1921. p. 8. 446. AGENL, Concesiones, c-25, e-276, y El Porvenir, Monterrey, del 18 de octubre de 1921. p. 1. 447. Idem. 448. El Porvenir, Monterrey, 18 de octubre de 1921. p. 1.

433. Idem. 434. Idem. 435. El Porvenir, Monterrey, 19 de mayo de 1920. p. 1. 436. El Porvenir, Monterrey, 17 de febrero de 1921. p. 1.

449. AGENL, Congreso del Estado, 1922, 18 de septiembre de 1922. 450. La reunión contempló también a los jueces civiles del estado y a los recaudadores municipales. El Porvenir, Monterrey, 21 de marzo de 1921. p. 1. 451. AGENL, Minutas, 1921, c-518.

437. El Porvenir, Monterrey, 19, 20 y 21 de febrero de 1921. p. 1 y 4.

452. El Porvenir, Monterrey, 3 y 7 de marzo de 1922. p. 1.

438. El Porvenir, Monterrey, 22 de febrero de 1921. p. 1 y 4.

161

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

453. El Porvenir, Monterrey, 3,7 de marzo de 1922. p. 1.

467. El Porvenir, Monterrey, 12 de enero de 1922. p. 1.

454. El Porvenir, Monterrey, 1 de julio de 1921. p. 1,6 y 8.

468. AGENL, Concluidos, 1922, c-7, e-764. 469. Idem.

455. El Porvenir, Monterrey, 20 de agosto de 1921. p. 1,6 y 8. 456. El Porvenir, Monterrey, 30 de julio de 1921. p. 4. 457. AGENL, Concluidos, c-2, e-773; y El Porvenir, Monterrey, 18 de agosto de 1921. p. 2 y 4.

470. Idem. 471. Idem. 472. El Porvenir, Monterrey, 29 de enero de 1922. p. 1. 473. El Porvenir, Monterrey, 31 de enero de 1922. p. 1 y 4.

458. Idem. 459. El Porvenir, Monterrey, 29 de mayo de 1923. p. 6. 460. El Porvenir, Monterrey, 4 de enero de 1922. p. 1. 461. Idem. 462. El Porvenir, Monterrey, 7 de enero de 1922. p. 1 y 5. 463. El Porvenir, Monterrey, 4 de enero de 1922. p. 1.

474. El telegrama enviado a Obregón con fecha del 17 de marzo era firmado por la Cámara Nacional de Comercio, la Cámara de propietarios de Monterrey, Unión de Comerciantes al menudeo y pequeños industriales de Monterrey, y por el Círculo Mercantil Mutualista de Monterrey, en El Porvenir, Monterrey, 19 de marzo de 1922. p. 1 y 2. 475. Idem. 476. Sesión del cabildo del 21 de marzo en El Porvenir, Monterrey, 22 de marzo de 1922. p. 1 y 4. 477. Idem.

464. Entrevista reproducida en El Porvenir, Monterrey, 6 de enero de 1922. p. 1. 465. El Porvenir, Monterrey, 7 de enero de 1922. p. 1 y 5. 466. El Porvenir, Monterrey, 8 de enero de 1922. p. 1.

478. El Porvenir, Monterrey, 1 de abril de 1922, páginas extras: 1 y 2. 479. Idem. 480. Idem. 481. El Porvenir, Monterrey, 4 de abril de 1922. p. 1.

162

Monterrey: origen y destino

482. AGENL, Concluidos, 1923, c-1.

498. AGENL, Concluidos, 1922, c-1.

483. P.O. del 9 de noviembre de 1927: 1, decretado por el Congreso.

499. Idem. 500. Idem.

484. El Porvenir, Monterrey, 21 de junio de 1921. p. 1.

501. AGN, DGG, c-7, D.2.84.41, e-40

485. Las compañías involucradas en el conflicto eran la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la ASARCO y la Compañía Minerales y Metales, S.A., AGENL, Departamento de Trabajo, Monterrey, Sección Concluidos, 1918, c-2.

502. Idem.

486. Excelsior, México, 25 de junio de 1920. p. 1.

505. Idem.

487. Telegramas entre González y De la Huerta entre el 23 de junio y el 10 de julio en el AGENL, Monterrey, Sección Concluidos, 1918.c-2. 488. AGN, D. De T., c-213,e-11.

503. Idem. 504. El Porvenir, Monterrey, 30 de septiembre de 1992. p. 1.

506. El Porvenir, Monterrey, 4 de octubre de 1922. p. 1 y 6. 507. Idem. 508. El Porvenir, Monterrey, 10 de octubre de 1922. p. 1 y 6.

489. Idem. 490. Idem. 491. Idem.

509. El Porvenir, 11 de octubre de 1922. p. 1 y 6. 510. El Porvenir, Monterrey, 12 de octubre de 1922. p. 1.

492. Idem. 493. AGENL, Concluidos, c-1. 494. Idem.

511. El Porvenir, Monterrey, 11 de octubre de 1922. p. 1 y 6. 512. El Porvenir, Monterrey, 18 de octubre de 1922. p. 1 y 6.

495. AGN, D. de T., c-10, c-5: 1. 496. Idem. 497. AGENL, Concluidos, 1992. p. 1 y 6.

513. El Porvenir, Monterrey, 20 de Octubre de 1922. p. 1 y 3. 514. El Porvenir, Monterrey, 14 de octubre de 1922. p. 1 y 4.

163

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

515. El Porvenir, Monterrey, 21 de octubre de 1922. p. 1 y 6. 516. El Porvenir, Monterrey, 20 de octubre de 1922. p. 1 y 3.

entidad. La nueva cuota equivalía a pagar 24 pesos por millar de ladrillos. AGENL, Minutas, 1920, c-678 531. El Porvenir, Monterrey, primero de mayo de 1921. p. 1.

517. Idem. 518. Idem. 519. El Porvenir, Monterrey, 22 de octubre de 1922. p. 1.

532. El Porvenir, Monterrey, 3 de abril de 1921. p. 1. 533. AGENL, Concluidos, 1921, c-8.

520. Idem.

534. El Porvenir, Monterrey, 3 de abril de 1921. p. 1.

521. El Porvenir, Monterrey, 23 de octubre de 1922. p. 1 y 3.

535. El Porvenir, Monterrey, 19 de junio de 1921. p. 1.

522. Idem.

536. Idem.

523. El Porvenir, Monterrey, 24 de octubre de 1922. p. 1 y 3.

537. AGENL, Informe del gobernador del Estado Nicéforo Zambrano, 16 de septiembre de 1919. s/p.

524. Idem. 538. AGN, D. de T., c-207, e-44. 525. AGN, DGG, queja elevada por el FRSO al Secretario de Gobernación, Plutarco Elías Calles, con fecha del 23 de mayo de 1923.

539. AGN, D. de T., c-400, e-3, f-106-107. 540. AGN, D. de T., c-206, e-1.

526. AGENL, Concluidos, 1922, 19 de mayo, decreto 71.

541. El Porvenir, Monterrey, 20 de noviembre de 1922. p. 1 y 4.

527. AGENL, Concluidos, 1921, c-8, e-37. 528. Idem. 529. Anuncio del paro por Jesús Ferrara, en AGENL, Concluidos, 1921. 530. El capital invertido en las fábricas de ladrillos rebasaba el medio millón de esos en la

164

542. El Porvenir, Monterrey, 21 de noviembre de 1922. p. 1 y 4. 543. Entre los nuevos empresarios surgidos durante la revolución figuraban en la compañía: Julio Derby, Juan M. Fernández, José F. Farías, Gabriel Romero y Pedro Lozano, El Porvenir, Monterrey, 19 de junio de 1921. p. 1.

Monterrey: origen y destino

544. El Porvenir, Monterrey, 20 de noviembre de 1921. p. 1. 545. El capital inicial era de 25 mil pesos, AGENL, Concesiones, c-25, e-275. 546. AGENL, Concluidos, 1920, c-4. 547. El Porvenir, Monterrey, 15 de abril de 1923, sección V: 4. 548.AGENL, Concesiones, c-26, e-277.

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CAPÍTULO II INDUSTRIA 1. Desarrollo económico (1890-1940) El sector industrial en México En la actualidad en México la actividad industrial y el sector comercial y de servicios son los factores más importantes en la generación del producto nacional. Éstos contribuyen con más de cuatro quintas partes del total y proporcionan empleo a más de tres cuartas partes de la población económicamente activa del país. Después de una etapa crítica, debida al movimiento revolucionario que conmovió a México durante la segunda y parte de la tercera década del siglo XX, el gobierno mexicano (particularmente a partir de la década de los cuarenta) creó una serie de condiciones favorables de carácter financiero para estimular la inversión extranjera y para participar de forma directa a través de la industria pública y privada en prácticamente todos los rubros de la economía nacional. En este marco, la industria manufacturera y el resto de las actividades económicas fueron recobrando vitalidad y crecieron a ritmos muy altos. Durante los primeros años (1952-1970), la orientación básica buscó la sustitución de las importaciones de bienes de consumo con el objetivo de lograr la consolidación de las fábricas y equipos de transporte, de productos químicos y de maquinaria, entre los sectores más importantes; sin embargo, las importaciones de productos intermedios y de bienes de capital continuaron y continúan siendo significativas. Este proceso de crecimiento industrial y comercial siguió un patrón concentrado geográficamente, ya que las áreas metropolitanas de la Ciudad

de México, Monterrey y Guadalajara generan las dos terceras partes de la producción nacional de manufacturas. Por su parte, las restantes ciudades del país disponen, en general, de un relativo bajo nivel de industrialización y de una estructura productiva poco diversificada, orientada principalmente a la producción de alimentos, prendas de vestir y otros bienes de consumo no duradero. En México, las plantas industriales se caracterizan por una estructura con múltiples establecimientos medianos y pequeños, además de un reducido número de grandes empresas que aportan una proporción sustancial de la producción, como es el caso de la industria básica que conforma el núcleo central para el abastecimiento de los restantes sectores productivos. El futuro es promisorio para las actividades económicas, y un ejemplo de este dinamismo, visto históricamente en el transcurso del siglo XX, es el que se desarrolló en Nuevo León, y de forma particular en el Área Metropolitana de Monterrey (en adelante AMM). En este apartado veremos cómo se fue consolidando el AMM y en particular el municipio de Monterrey, como una de las urbes con mayor actividad industrial, comercial y financiera en México.

Los inicios (1890-1910) El despegue del capitalismo industrial en Monterrey, a partir de 1890 y particularmente en 1900,

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modifica profundamente el funcionamiento de un del planeta, por los poblados fronterizos de Piedras sistema económico donde la industria se afirma Negras y Laredo. Esta accesibilidad hacia el norte, como el sector dominante del siglo, al imponer su aunada a las facilidades aduaneras estadounidenses ritmo de crecimiento y fluctuación y modificar una de la época, permitió cubrir parte importante de la sociedad donde el empresario y el obrero industrial demanda de metales industriales no ferrosos genese reafirman como actores sociales fundamentales rada en el mercado de la Unión Americana. La salien la estructura social. Entre 1890 y 1910 quedó fun- da al mar giró hacia el puerto de Tampico. Al mismo dada la industria básica de la ciudad, provocando tiempo, y en dirección opuesta, se comunicó con una verdadera revolución (Flores, 1991; Vizcaya, algunas plazas del occidente mexicano. En agosto 1971). En el número relativamente considerable de factores que determinan el despegue industrial, se encuentran esencialmente dos: el primero consiste en la demostración de solidez que proyectó el mercado interno mexicano, articulándose en buena medida con el mercado allende el Bravo; y el segundo estaría condicionado por la política socioeconómica nacional del régimen liberal de Porfirio Díaz e implementada en esta región por el benemérito general Bernardo Reyes (gobernador de Nuevo León entre 1885 y 1909). Las bases de este despegue indus- La llegada del telégrafo y del teléfono a principio del siglo XX, facilitó las transacciones comerciales. trial se encuentran en la sutura del ferrocarril (1882-1891) que atraviesa la ciudad de Monterrey por sus cuatro puntos cardinales y la de 1888, el tendido ferroviario hacia la capital de la conectan hacia uno de los mercados más vigorosos república, vía Saltillo-San Luis Potosí, quedó concluido definitivamente (Cerutti, 1983; Vizcaya, 1971). Entre los hombres de empresa que celebraron estos jugosos contratos se encontraban el general Gerónimo Treviño, Emeterio de la Garza y el coronel J.A. Robertson, siendo este último uno de los ejemplos más convincentes, en este periodo, del arribo sistemático del capital estadounidense (Vázquez y González, 1987). La llegada del telégrafo (1881) y del teléfono a principio del nuevo siglo facilita las transacciones comerciales. La metamorfosis de la estructura productiva hacia el En agosto de 1888, el tendido ferroviario hacia la capital de la república, vía Saltillo-San Luis dinamismo industrial se respaldó Potosí, quedó concluido definitivamente.

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Monterrey: origen y destino

y auspició por el poder gubernamental. La legis- diciembre de 1898, en su única visita oficial a la urbe lación estatal aseguró a toda aquella empresa que bautizada por Andrés Molina Enríquez como la ciufuera consideraba de utilidad pública importantes dad de las industrias de fuego (Molina, 1910). En esa exenciones de impuestos tanto estatales como mu- ocasión se organizó en su honor un gran baile, el 21 nicipales, facilidades en ubicación y accesibilidad a de ese mes en el Casino de Monterrey. Los maeslos servicios públicos, vías de comunicación, infra- tros de ceremonia fueron el presidente municipal, estructura urbana, entre otras (Flores, 1991). el connotado empresario Adolfo Zambrano –hijo de Los capitales previamente acumulados en Gregorio Zambrano– y Francisco G. Sada, gerente Nuevo León, a través de diversos modos como las de la compañía cervecera más grande del país: Cercoyunturas de la guerra civil estadounidense (1861- vecería Cuauhtémoc. En la mesa de honor, senta1865); el contrabando –el cual recibió un golpe mor- dos al lado del presidente, se encontraban el gobertal en 1870 con la ley federal de contraresguardo–; nador Bernardo Reyes y los ministros de Hacienda y finalmente la especulación, apropiación y relativa y de Gobernación. Entre otros invitados destacaban explotación de la tierra, convergieron aventurera- las gallardas figuras nuevoleonesas de los generales mente para embarcarse en uno de los progresos jamás imaginados en población alguna en México (Flores y Olvera, 1988). En 1910, los industriales de Monterrey demostraron su capacidad empresarial en los fríos números divulgados por la administración pública. Solamente las dos más grandes fábricas de la metalurgia básica, aunadas a la única empresa siderúrgica en América Latina –asentadas todas ellas en Monterrey, generaron valores por 300 millones 400 mil pesos frente a los 5 millones 700 mil arrojados por el sector agrícola estatal (Flores, 1991ª). Para mediados de la primer década del siglo XX, Nuevo León producía el mayor porcentaje de valores industriales en el país con un 13.5 por ciento, superando el 11.7 y el 11.2 por ciento producidos por el Distrito Federal y el estado de México, respectivamente (Rosenzweig, 1974). Este proceso irreversible donde la industria se reafirma como el motor económico de Nuevo León se basó en un clima de convivencia social, política y económica sin precedentes entre los principales actores sociales en el estado. El mejor ejemplo es el recibimiento La compañía Minera, Fundidora y Afinadora de Monterrey, conocida como la Fundición número 2, logró exención de impuestos por el término de veinte años. que tuvo el presidente Porfirio Díaz en

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de división, veteranos de la lucha contra el imperio de Maximiliano de Habsburgo y exministros de la guerra, Mariano Escobedo, Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo (La visita..., 1898 y Pérez-Maldonado, 1950). En efecto, libre de la incursión de las tribus nómadas hostiles (el último ataque a Monterrey fue en la década de los setenta del siglo pasado) e impulsado por el boom económico, el centro urbano de Monterrey se metamorfoseó de una manera violenta. El centro de actividad se desplazó hacia las grandes fábricas situadas en la periferia, o bien hacia la estación del ferrocarril, la cual no dejó de proyectar sus ramales a las industrias procesadoras de metales. Las grandes plantas metalúrgicas iniciaron el despegue de 1890 (Flores, 1993, Rojas, 1997 y Vizcaya, 1971). La Compañía Minera, Fundidora y

llones de pesos, con capacidad para beneficiar 400 mil toneladas de mineral al año. Junto con la Fundición número 2, dio empleo a más de mil seiscientos obreros citadinos. La tercera empresa de estas dimensiones fue la Cervecería Cuauhtémoc, la cual nace de una concesión otorgada por el Gobierno del Estado el 16 de diciembre de 1890 al empresario regiomontano Isaac Garza y al empresario estadounidense J.M. Schnaider. Con una inversión inicial de 125 mil pesos, la empresa establecida con el objeto de producir hielo y “cerveza de exportación” logró una exención de impuestos por el término de doce años. Las operaciones iniciaron a fines de 1891 y originalmente la producción anual de la Cervecería fue de 60,000 barriles de cerveza y 8,000 toneladas de hielo. La expansión de la empresa aprovechó la estabilidad social y política que brindó el dilatado régimen de don Porfirio Díaz. Para 1900, el capital se elevaba a 2 millones de pesos, y para 1909 éste era oficialmente de 5 millones. Al final del régimen del general Porfirio Díaz, la industria cervecera regiomontana tenía una capacidad de producción de 300 mil barriles de cerveza al año. Embotellaba diariamente 300 mil unidades y producía 750 toneladas de hielo, empleando 1,500 obreros (Flores, 1991). El centro de actividad se desplazó hacia las grandes fábricas situadas en la periferia de la ciudad. Nuevas empresas surgieron en los albores de la ReAfinadora Monterrey, mejor conocida como la Fun- volución, siendo entre otras: Cementos Hidalgo dición número 2, logró exención de impuestos por (fundada en el municipio de Hidalgo en 1905) que el término de veinte años. Inicialmente operó con para 1913 tenía un capital de 2 millones de pesos; un capital de 600 mil pesos y lo elevó a 8 millones la Compañía Vidriera Monterrey, S.A. constituien 1904. La Fundición número 3, conocida poste- da el 28 de diciembre de 1909 representando a la riormente como la American Smelting and Refining comunidad de accionistas Isaac Garza y Francisco Co. (ASARCO), obtuvo la concesión de 1890 con Garza Sada (su antecesora era una compañía llael mismo plazo de exención de impuestos que la mada Fábrica de Vidrios y Cristales de Monterrey Fundición número 2. Esta planta fue impulsada fundada en 1899 y clausurada cuatro años después). totalmente con capital norteamericano de la familia En 1906, Joel Rocha y su cuñado Benjamín Salinas Guggenheim. En 1909 su capital contempló 10 mi- establecieron en Monterrey una fábrica de muebles

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de madera y camas de latón y fierro, empresa madre de lo que sería una de las cadenas de tiendas comerciales más grandes y antiguas de México: Salinas y Rocha. A estas empresas se sumaban las añejas empresas textiles Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón La Fama de Nuevo León (fundada en el municipio de Santa Catarina en 1854), la Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir (fundada en lo que hoy es el municipio de Santiago en 1871), la Fábrica de Hilados y Tejidos La Leona (fundada en el municipio de Garza García en 1874) y Ladrillera Monterrey, fundada en este municipio en 1891 (Flores, 1991). El comercio a principios de siglo también interactuaba con la actividad industrial. Para fines del Porfiriato se estimaba que el capital invertido en este rubro en Nuevo León era de 40 millones de pesos. De éstos, 30 millones se concentraban en la ciudad de Monterrey con mil 110 giros comerciales. Los principales artículos que se comerciaban de Monterrey eran aquellos que producía la propia industria de la ciudad, así como los productos agrícolas de la región que se concentraban en las principales casas comerciales o bien en los mercados populares como era el caso del Mercado Juárez. Entre otras mercan-

A las nuevas empresas se sumaban las añejas fabricas textiles como

Las industrias de Monterrey eran reconocidas en su ramo como la vanguardia nacional.

cías estaban: lienzos de algodón y lana, jabones, piloncillo, azúcar, maíz, frutas, ixtle, licores, cerveza, pieles, productos de hierro, entre otros. Los vendedores ambulantes, llamados entonces pacotilleros, no rebasaban, según el censo de 1900, el número de 40 en la capital del estado (Mendirichaga, 1983). Sin embargo, la forma más sublime de concentración lograda por el empresariado de Monterrey fue la implantación de la primera siderúrgica en toda América Latina. La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, constituida en de 1900 y puesta en operaciones en 1903 por las principales familias locales y por una mínima parte de capital extranjero representado por los franceses León Honorat y León Signoret, por el español Antonio Basagoiti y por el estadounidense Tomas Braniff. Al arrancar, con una inversión inicial de 10 millones de pesos, pudo permitirse el lujo de adquirir la maquinaria más sofisticada, como lo fue el convertidor Bessemer –que transforma directamente el arrabio en acero–, y los hornos de aceración tipo Siemens-Martin, capaces de producir acero a través La Fama y El Porvenir. de la fusión del arrabio con hierro

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

de bajo contenido en carbono. Sus productos fueron absorbidos casi totalmente por un pujante mercado interior, sobre todo por la expansión del ferrocarril. Situación totalmente diferente a la de la etapa revolucionaria (1910-1920), en que desarticulada temporalmente de las zonas de abastecimiento y consumo, su producción se volcó irremediablemente a las fábricas de implementos de guerra del mercado estadounidense. En el año del centenario del inicio de la Independencia de México (1910), empleaba dos mil obreros en sus diferentes departamentos como, entre otros: el Horno Alto, con capacidad para 500 toneladas diarias; los tres Hornos de Aceración, con 300 toneladas de manejo por unidad; cinco trenes laminadores con 25 máquinas de vapor para la producción de acero estructural, comercial y rieles de ferrocarril con mil toneladas diarias de capacidad; taller de reparación para la maquinaria interior, y

El Faro del Comercio conmemora el centenario de la Cámara Nacional de Comercio del estado de Nuevo León, organismo cúpula del sector económico de Monterrey.

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fundición que producía piezas para maquinaria, columnas de fierro vaciado y ruedas de ferrocarril. Los talleres estaban dotados de 15 grúas eléctricas, nueve locomotoras y tres grúas locomotoras que rodaban sobre 25 kilómetros de vía propia en los terrenos en que estaba asentada la empresa, y que abarcaban más de un millón de metros cuadrados (Flores 1991ª). La potencia total consumida por el movimiento de sus talleres –equivalente a 30 mil caballos de fuerza- era suministrada en su mayor parte por la planta de fuerza de la ciudad. Todas estas grandes empresas se convirtieron en el catalizador que puso en operación un aumento en el número de fábricas y talleres de carpintería, herrería, fábricas de muebles y demás bienes de consumo duradero. También se incrementó el número de servicios y obras urbanas. La producción, sobre todo la minera e industrial, tendió a convertirse en negocios firmes y lucrativos. Este dinamismo exigió más capitales y engendró más y nuevos pequeños y medianos empresarios. En resumen, hasta ese año el capital local sobre el extranjero en el sector industrial no era comparable con ninguna otra parte del país. El empresariado nativo poseía en inversiones, a principios de siglo, casi 20 millones de pesos, en contrapartida a los 3.4 millones de dólares en manos de los estadounidenses –de los cuales 2.5 millones se concentraban en la planta de los Guggenheim–, y los 400 mil dólares de inversión europea (Flores y Cerutti, 1997). Las industrias de Monterrey eran reconocidas en su ramo como la vanguardia nacional, basta leer lo expresado por la Memoria de la Secretaría de Fomento correspondiente a 1910-1911: [...] para extraer el fierro de nuestros ricos y abundantes yacimientos se emplean desde el primitivo procedimiento catalán, como pasa en las pequeñas ferrerías en la Sierra de Oaxaca y de otros lugares, con lo cual se pierde el 30 y hasta el 40 por ciento del metal, hasta los altos hornos que funcionan en Monterrey y que... representan y resumen los esfuerzos metalúrgicos de cerca de un siglo (Memoria de la Secretaría de Fomento, 1912: X).

Monterrey: origen y destino

La suntuosa celebración del centenario no pudo ofrecer un marco más espléndido para celebrar, con gran jolgorio, un importante ciclo de progreso económico cuya tarea civilizadora hizo de Monterrey la prefigura de la ciudad mítica del expresionismo: mecanizada, triste, trituradora de energía. Revolución y reconstrucción nacional (19111940)

Los empresarios y sus organizaciones La caída del antiguo régimen y la irrupción del movimiento revolucionario que auguraba el desquiciamiento de la actividad económica influyeron en la pronta reorganización de los empresarios comerciales e industriales en Nuevo León. En consecuencia, se reanudaron las actividades de la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey (CANACOM), a fines de 1911, después de doce años de inactividad. Estas agrupaciones tenían, desde 1908, un marco jurídico nacional con la creación de la primera Ley de Cá-

El Centro Patronal de Nuevo León fue creado a iniciativa de Luis G. Sada en 1929.

maras de Comercio. A través de ella se legalizaba la colaboración entre el poder público y el privado. En efecto, las Cámaras de Comercio no sólo aglutinaban a los pequeños y grandes comerciantes, sino también –y el caso de Monterrey es ilustrativo– a los terratenientes, a los dueños de fundos mineros y a los promotores del desarrollo financiero e industrial. Por ello, no sorprende que quedara constituido por fusión, en mayo de 1921, el organismo cúpula del sector económico de Monterrey: la Cámara Nacional de Comercio, Industria y Minería del Estado de Nuevo León (CANACOIM). Este organismo perdurará hasta principios de la década de los cuarenta. Fue de esta forma como el empresariado industrial, comercial y financiero de Monterrey, la convirtió, hasta 1940, en la organización más sólida para sortear la crisis social, económica y política que acarreó el movimiento armado. Cabe destacar otras asociaciones menores que facilitaron la organización de los comerciantes, como lo fueron la Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey, fundada en 1921, y la Cámara de Propietarios de Nuevo León, creada durante la etapa armada (Flores y Olvera, 1988). La CANACOM siempre evidenció en estos años una fuerte voluntad de liderazgo político, siendo capaz, incluso, en momentos de vacío de poder, de hacerse cargo del aparato estatal local. Durante la administración directa del poder político en momentos históricos coyunturales del proceso revolucionario –1915-1920– solucionó temporalmente los problemas cotidianos: correo, cabildo, policía urbana, etcétera. En momentos de escasez se importó maíz y se controló la distribución de los productos de consumo básico a bajo precio y en ocasiones gratuitamente, a través de la creación de centros distribuidores en diferentes puntos de la ciudad de Monterrey y en el estado. La comuna empresarial –como se le llamó en su época a la administración de la ciudad por la CANACOM- resistió la dispersión del poder central y se robusteció en Monterrey y en la entidad como el poder regional más homogéneo y fuerte de la nación. Los fondos de auxilio a la población para el abasto y distribución de los productos primarios y los continuos préstamos a los gobiernos locales

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Luis G. Sada dirigió la COPARMEX.

revolucionarios y posrevolucionarios –por parte del empresariado y comerciantes– crearon una vasta red de poder empresarial que condicionó, en gran medida, la aplicabilidad del programa de reforma social y económica del constitucionalismo en su etapa más radical.1 Y no sólo eso, sino que proyectaron a toda la nación su visión económica del proyecto nacional en plena época revolucionaria (Flores, 1993ª). La participación nacional en altos puestos de decisión por parte del empresariado de Monterrey data desde el triunfo mismo del constitucionalismo. La presencia activa del bloque homogéneo de comerciantes e industriales locales en los Congresos Nacionales –que darán forma a las Confederaciones de Cámaras de Comercio e Industria–, los lleva a asumir el liderazgo empresarial durante la conformación del Estado postrevolucionario. El 13 de septiembre de 1918, ante 28 delegaciones industriales, se constituyó en México la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, siendo elegido como primer presidente el español don Adolfo Prieto. Éste no sólo era representante de la industria textil del estado de México, sino que también era presidente, desde 1906, del consejo ejecutivo de la

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siderúrgica de Monterrey. Un año antes, al constituirse la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (CONCANACO), los empresarios de Monterrey ya habían logrado sobresalir. En esa ocasión, ante el pleno de 37 delegaciones comerciales, la primera comisión ejecutiva quedó presidida por el industrial de la cerveza Enrique Sada Muguerza. Los ejes de negociación de estas organizaciones ante el poder público emergido de la revolución giraron sobre tres aspectos básicos, todos estaban relacionados con el papel que le confería la Constitución de 1917 al nuevo gobierno. El primero de ellos fue el papel del Estado en la economía, particularmente la aplicación del artículo 27. El segundo, la delimitación del campo de acción y participación de la actividad privada en el desarrollo económico. Y, finalmente, en la especificidad de las relaciones obrero-patronales. La injerencia del Estado en la economía, la crisis económica de 1929, y la discusión gubernamental sobre el Código Federal del Trabajo, antecedente inmediato de la Ley Federal del Trabajo promulgada en 1931, presionaron a los empresarios de Monterrey a crear organismos de defensa a sus intereses. Fue así como, a iniciativa del industrial Luis G. Sada, se creó, en 1929, el Centro Patronal de Nuevo León. Esta alternativa de organización empresarial, innovada por los industriales de Monterrey, pronto se proyectó a escala nacional. El llamado Grupo Patronal, encabezado por el mismo Luis G. Sada, resolvió crear, en septiembre de 1929, un organismo de carácter nacional. Entre los objetivos iniciales se contempló no sólo crear una agrupación que superara las limitaciones existentes, sino que también fuera una organización independiente del poder público, para garantizar así el respeto de los intereses del capital. Fundamentada en la fracción XVI del artículo 123 de la Constitución, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) sería de tipo sindical y estaría dirigida –entre otros industriales– por Luis G. Sada.2

Monterrey: origen y destino

Esta organización patronal, que incluso actualmente es símbolo del poder organizativo del sector privado en México, fue la proyección más elaborada que partió de la estructura orgánica del sector económico de Monterrey. Es decir, la experiencia del empresariado de Monterrey al crear un organismo local cúpula –desde 1883 hasta 1940que aglutinara a todos los patrones sin importar el sector de producción del que procedieran, ni su participación en otras organizaciones o cámaras, les facilitó proyectar nacionalmente, a través de la COPARMEX, una conciencia de clase empresarial diferente a todos los demás grupos sociales existentes en el país.

Crisis y repunte de la industria La situación de la sociedad regiomontana después de una década de guerra civil distaba mucho de la sociedad de 1910. A principio de la tercera década del presente siglo, las industrias, el comercio y las finanzas volvieron a reactivarse. El repunte económico que se inició en la región a fines del carrancismo era tímido pero constante; la Revolución había respetado en lo fundamental los intereses de los empresarios. Para 1916 la mayoría de los indus-

triales exiliados había regresado para ampliar sus inversiones, diversificarse y adaptarse a las nuevas circunstancias políticas. La articulación del proyecto empresarial de Monterrey al mercado allende el Bravo se profundizó. Su relación con él, a principios de siglo, era sólo de carácter complementario, ya que el grueso de la producción iba dirigido al pujante mercado nacional de fines del Porfiriato. Con el arribo de la revolución, el mercado nacional se desarticuló y los escasos mercados regionales se contrajeron. Lo sucedido en esta época lo ejemplifican con suma elocuencia las cifras de producción que registraron dos de las más grandes compañías industriales del periodo. La que indudablemente resintió en forma dramática las consecuencias y los alcances destructivos de la Revolución fue la industria siderúrgica. La Compañía de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., vio mermarse su producción en los diferentes departamentos al grado que algunos de ellos cerraron por varios años. La cifra de producción de acero que registró en 1911, 85 mil toneladas, no llegaría a ser rebasada hasta 1928. Por su parte, el Departamento de Ventas de la compañía decayó de seis y medio millones de pesos en 1911, a menos de cien mil en 1915, por el concepto de entradas por ventas de mercancías. La Cervecería

El Grupo CEMEX tiene origen en 1906 y fue una de las primeras fábricas cementeras del país.

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Cuauhtémoc no escapó día y noche. En esta al impacto demoledor de última el Alto Horno la crisis económica. En permanecía encendido 1914, los administradores más de seis meses. Por de la compañía cervecera lo tanto si anteriormente se quejaron sobre la caíse ocupaban dos turnos da de las ventas que llepara cubrir un día, ésgaron a representar más tos se elevaron a tres. A del 50 por ciento de lo esto se sumó el derecho vendido en el transcurso de huelga y el reconocide 1909. Sin mencionar miento de algunas orgapor supuesto las pérdinizaciones sindicales. das calculadas en casi Bajo este panorados millones de pesos ma, el mercado exterior por el gerente Francispasó a ser un área prioco G. Sada, durante los ritaria para los empresaocho meses de incautarios. La expansión del ción que sufrió la emmercado externo en una presa por las autoridades etapa coyuntural, como carrancistas. En 1909, lo fue la guerra europea esta compañía empleaba La actividad corporativa en Monterrey data de finales de la década de –a partir de 1917 cuando los veinte. los Estados Unidos ina más de mil quinientos obreros en diferentes gresan en la contienda–, actividades dentro de la fábrica. En 1916, en pleno revitalizaron la economía. Nuevamente el ejemplo declive económico, las instalaciones de la compañía de la siderúrgica es gráfico: la Fundidora de Fierro albergaban a no más de 300 trabajadores y emplea- y Acero de Monterrey pasó de proveer, en 1910, dos de confianza (Flores, 1987). casi exclusivamente al mercado nacional, a volcar, Los empresarios enumeraron los factores en 1918, 80 por ciento de su producción al mercado adversos que dieron forma a esta situación. Por un estadounidense y cubano. Por su parte, el mercado lado se encontraron las causas que directamente se interno se nutría de nuevos y ansiosos inversionisrelacionaban con los estragos materiales causados tas que dieron impulso a la economía local. A partir por el conflicto armado. Éstos eran: la falta de comu- de 1919, la proliferación de negocios aumentó. Esta nicaciones y material rodante de ferrocarril; escasez nueva expansión del mercado externo e interno esde combustible, de materias primas y de refacciones tuvo ligada a la diversificación de las inversiones, a para la industria; y la crisis monetaria que atravesó la introducción de cambios técnicos en la productodo el país, en particular al final de la segunda dé- ción y a un mayor control del emergente movimiencada. Por otra parte, se encuentran las consecuen- to obrero (Flores, 1995, 1994, 1993ª y 1989). cias sociales: las nuevas disposiciones laborales que exigieron disminución en las horas de trabajo –ocho Nuevas industrias horas diarias máximo cuando regularmente se laboraban doce– y un desembolso mayor en salarios y Entre 1920 y 1940, la infraestructura industrial de prestaciones a los obreros. Monterrey, y en menor medida en el estado, se Estas últimas consecuencias eran tanto más fortaleció no sólo con la consolidación de algunas importantes para la industria pesada de Monterrey, empresas fundadas durante el antiguo régimen, sino especialmente para la siderúrgica, pues laboraban también con la constitución de industrias nuevas.

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principio la estrategia a seguir, ya que ahorra buen número de brazos –dijo la gerencia en 1923–, pues el propósito de la empresa al introducir esta nueva organización es mantener sus instalaciones y sus sistemas al más alto grado de perfeccionamiento, única forma de que puedan subsistir, dentro de la competencia, todas las industrias […] (Flores, 1991:248). Issac Garza, presidente de la fábrica, comentó orgulloso –en una entrevista realizada por un periódico local ese misFábrica de galletas y pastas La industrial. mo año– que era “la primera industria de vidrio en gran esEl origen del Grupo Cementos Mexicanos cala con éxito en nuestro país” (Flores, 1993:66). (CEMEX), una de las primeras fábricas cementeras Para satisfacer la demanda de nuevos productos, en el país, data de 1906, año en que se fundó, en el se formó un departamento de cristalería en 1927. municipio de Hidalgo, Nuevo León (30 kilómetros Un europeo, soplador de vidrio, fue puesto como al noreste del AMM). Catorce años después, en encargado en esta sección para entrenar un grupo 1920, fue fundada la otra empresa que completaría selecto de trabajadores, éste formó en diez años a la base de arranque del futuro grupo cementero: trabajadores especializados en el área de cristalería. Cementos Portland Monterrey, S.A., ubicada en la Es precisamente en 1936 cuando el departamento ciudad de Monterrey. El 8 de junio de 1920, cinco se transforma en una nueva empresa ligada a la emmiembros de la familia Zambrano, dos de la dinas- presa primigenia: Cristalería, S.A. Es también en tía de los Madero –Alfonso y Salvador– y Santiago 1927 cuando se construye una planta productora de Belden, entre otros, constituyeron esta compañía. vidrio plano. Ésta se realizó en coinversión con inAl adquirir un terreno mayor a las dieciséis hectá- dustriales de Bélgica en el ramo, a fin de construir y reas del empresario Vicente Ferrara, presentaba una poner en operación dicha planta. En junio de 1928, capacidad de producción, para 1923, de cuatro mil los empresarios del vidrio en Monterrey firmaron sacos diarios de cemento, bajo un capital de un mi- el primer contrato con empresarios estadounidenllón 200 mil pesos (Flores, 1993 y 1991). En 1931, la ses, el cual originó, en 1930, la llegada del primer fusión de ambas empresas en una sola denominada gasoducto desde Texas a Monterrey, y por ende Cementos Mexicanos, S.A., da como consecuencia a abastecer del vital energético (gas natural) a las el surgimiento de la piedra angular del grupo indus- industrias del vidrio (Flores, 1994ª). Para los años trial actual (Caintra, 1983). treinta, su actividad estaba dividida en tres áreas: la En cuanto a la compañía Vidriera Monte- producción del envase, cristalería y la de vidrio plarrey, su planta fue ampliada en 1923, y alcanzó una no. Para satisfacer la creciente demanda de envases capacidad de 150 mil piezas de vidrio por día, desti- de vidrio en el centro del país, se creó la empresa de nadas a embotellar cerveza, vino, droguería, alimen- envases Vidriera México, S.A., entre 1934 y 1936, tos, entre otros productos. La sustitución de la vieja en la Ciudad de México. Dos compañías más fuemaquinaria por otras más sofisticada fue desde el ron creadas en 1936 al modernizarse sus respectivos

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departamentos en la empresa madre: Vidrio Plano, Monterrey a fines del siglo XIX, Santiago Clariond S.A. y Cristalería, S.A. (Cordero, 1977 y Flores y Desdieau, quien contrajo matrimonio con la joven Olvera, 1988). María del Consuelo Garza. Clariond Desdieau funEs también en 1936 cuando se creó una de dó, en compañía de sus dos cuñados (Arturo y Eulas tres primeras sociedades corporativas en Monte- genio Garza), y con un capital de 14 mil pesos, un rrey, me refiero a Fomento de Industria y Comercio negocio de venta de ropa al mayoreo y abarrotes al (FIC), empresa predecesora de Vitro, S.A. (las otras menudeo, denominado Garza Hermanos y Compados son Industrias Monterrey, S.A. y Valores Indus- ñía. A pesar de que Clariond Desdieau falleció el 30 triales, S.A.). Esta sociedad controladora de cartera de abril de 1921, y el negocio original de ropa y abaera la principal accionista de las empresas del primi- rrotes se disolvió, a principios de la década de los genio grupo: Vidriera Monterrey, S.A., Vidrio Pla- treinta, su viuda y dos de sus hermanos, junto con no, S.A., Cristalería, S.A., y Vidriera México, S.A. Eugenio Domínguez, fundaron la sociedad llamada (Flores y Dávila, 1996). Centro Mercantil de Monterrey, S.A. el 20 de abril Otra de las empresas insignes de Monte- de 1932. Es ésta la sociedad primigenia de lo que serrey inició sus trabajos en los años treinta, teniendo ría cuatro años después Industria Monterrey, S.A., como antecedentes el comercio y la industria del misma que fue fundada por los mismos empresavestido. Industrias Monterrey, S.A. se creó jurídica- rios, aunados a ellos el hijo de Clariond Desideau mente el 14 de febrero de 1936 en la ciudad de Mon- y María del Consuelo: Eugenio Clariond Garza. La terrey. Los socios fundadores fueron: Arturo Garza, base de Industrias Monterrey fue y es hasta hoy la Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio División Acero. La Planta Galvanizadora de LámiDomínguez y María Garza viuda de Clariond. Tal y como sucedió con las sociedades controladoras creadas por la familias Garza y Sada en 1936, Fomento de Industria y Comercio, así como Valores Industriales; IMSA aparece como una empresa controladora más. IMSA nace como una entidad que agrupa las principales acciones de cuatro industrias: Fábrica de Ropa La Sultana, Molino de Trigo Nuevo León, Fábrica de Artefactos de Madera La Sultana El Centro Mercantil de Monterrey fue creado en 1932. Esta sociedad fue primigenia de lo que posteriory la Planta Galvanizadora mente sería Industrias Monterrey S.A. de Lámina La Sultana. Las actuales familias (y principales accionistas del grupo), Clariond Reyes na inició sus trabajos con lámina de acero importada y Canales Clariond, son descendientes de Eugenio de Estados Unidos (Rojas, 1997). y María del Consuelo Clariond Garza, quienes a su La Cervecería Cuauhtémoc y sus empresavez fueron hijos del inmigrante francés que llegó a rios –y sucesores– fueron promotores y creadores,

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Monterrey: origen y destino

a la vez, de otras empresas y negociaciones insignes de la historia industrial regiomontana (Flores, 1993). Al buscar la integración vertical y horizontal del proceso productivo se fueron creando las industrias Vidrios y Cristales, fundada en 1899, clausurada en 1903 y refundada en 1909 con el nombre de Vidriera Monterrey; Fábricas Monterrey, en 1920 (fabricante de tapones y corcholatas, tapas para refrescos, gas carbónico, empaques de cartón, fundas y forros de cartón corrugado y papel engomado); Malta, en 1928 (empresa abastecedora hasta 1989 de productos alimenticios en las áreas de agricultura, ganadería, avicultura y porcicultura); y Empaques de Cartón Titán, S.A., en 1936 (productora de cajas de cartón corrugado).

nacional en constante expansión. Un año después la familia Santos procesaba su propia materia prima a través de un enorme molino de trigo que operaba en su nueva fábrica denominada Harinera Monterrey.

Banca y comercio

Las instituciones bancarias jugaron un papel importante en la canalización de recursos a las grandes compañías. Ya desde fines del Porfiriato, la banca consagró cada vez más sus servicios a la industria, como fueron los casos del Banco de Nuevo León (fundado en 1892) y el Banco Mercantil (1899). Las finanzas crecieron en importancia, después de las medidas de reorganización que en este sector llevó a cabo el gobierno federal a partir de 1925, con la fundación del Banco Único de Emisión: Banco de México. En 1925 se creó el Centro Bancario de Monterrey, A.C., influido por la Ley Federal de Instituciones de Crédito del 24 de diciembre de 1924. Por su parte, las financieras en México, especialmente a partir de la primera de Entre otras, en Monterrey se fundaron instituciones bancarias como: Crédito Industrial de Monterrey (1932), Banco ellas, fundada en Popular de Edificación y Ahorros (1934), Compañía General de Aceptaciones (1936), Financiera del Norte (1939). Monterrey en 1933 y denominada SoOtra de las grandes industrias que surgieron ciedad General de Crédito, S.A. (con un capital soal terminar la etapa armada se encuentra la fábrica cial autorizado de un millón y medio de pesos), se de Galletas y Pastas La Industrial (empresa madre crearon bajo la protección de la Ley General de Insdel grupo industrial GAMESA), que inició opera- tituciones de Crédito del 28 de junio de 1932, que ciones en 1925 con un capital inicial de 25 mil pe- incluía (a diferencia de la de 1924) por vez primera sos y 150 trabajadores. La demanda de productos en el sistema a las sociedades generales o financieras alimenticios tuvo una gran acogida en un mercado con el carácter de instituciones auxiliares de crédito.

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Éstas se concibieron como instrumentos para procurar la organización y el funcionamiento de empresas, y el otorgamiento de créditos a plazos y en condiciones que la banca de depósito no satisfacía. De tal forma se fundaron en Monterrey, en la década de los treinta (además de la mencionada Sociedad General de Crédito), las siguientes instituciones bancarias y financieras: Crédito Industrial de Monterrey, S.A., fundada el 29 de enero de 1932 con un capital social inicial de 500 mil pesos; el Banco Popular de Edificación y Ahorros, S.A., constituido el 2 de marzo de 1934 con un capital de 500 mil pesos; la Compañía General de Aceptaciones, S.A. (ahora Financiera Aceptaciones, S.A.) se creó el 29 de septiembre de 1936, con un capital igualmente de 500 mil pesos; Financiera del Norte se constituyó el 9 de diciembre de 1936, con un capital social de 300 mil pesos; y finalmente, el 20 de febrero de 1939 se fundó Financiera de Crédito, S.A. En cuanto a compañías de seguros se fundaron dos en este lapso, una fue la Compañía de Seguros Monterrey del Círculo Mercantil, S.A., el 8 de abril de 1937 y la otra fue Aseguradora del Norte, S.A., compañía de seguros contra incendios constituida el 4 de diciembre de 1939 con un capital autorizado de un millón de pesos (Flores 1997 y Morado, 1996). El comercio, después de una fuerte tendencia a la escasez de productos a mediados de la segunda década, se volvió a reactivar en la década de los veinte. Entre las nuevas tendencias que aparecen en estos años está la primer queja de envergadura de los comerciantes establecidos en el centro de la ciudad sobre la proliferación de comerciantes ambulantes en la calle Morelos (1925); la competencia desleal que tiene que afrontar el comercio con las personas que viajan y vuelven de la ciudad texana de Laredo con ropa para venta en las aceras de la ciudad (y a través del ofrecimiento de la mercancía casa por casa) a precios más bajos (1929);3 y el contrabando de mercancías (ropa calzado, etcétera) por automóvil de la frontera a Monterrey. Finalmente, en 1939, se instaló en la capital del estado el Comité Regulador del Mercado de Subsistencias, el cual

188

empezó a fijar precios de venta al menudeo a artículos de primera necesidad, como frijol, maíz y chile.

2. Características del crecimiento industrial (1940-1985) Según el XII censo industrial de 1984, de los cuatro sectores económicos en Nuevo León –minería y extracción de petróleo, industrial manufactureras, electricidad y agua y construcción–, destacó el sector de la industria manufacturera, la cual representó 90.8 por ciento de los establecimientos, 88.5 por ciento del personal empleado, y 87.8 por ciento de la producción bruta total de la industria de la entidad. Es sintomático también que, en 1984, 95 por ciento de los establecimientos industriales se encontraban en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Es debido a esta alta concentración y hegemonía del sector manufacturero sobre los otros sectores de la economía, lo que nos conduce a centrar el presente estudio sobre su comportamiento histórico y su situación actual. Este proceso de crecimiento económico, basado en la industria y sostenido por la infraestructura del AMM, así como por el sector comercial y de servicios, asumió el siguiente conjunto de características entre 1940 y 1985: mayor producción de bienes de capital y consumo duradero; concentración y centralización del capital; estrategias financieras y acumulación de capital y la creación de grupos industriales.

Mayor producción de bienes de capital y consumo duradero En el censo industrial de 1944, los subsectores industriales con mayor presencia en el sector manufacturero de Nuevo León continuaron siendo los siguientes: productos metálicos, maquinaria y equipo; sustancias químicas, productos derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico; manufacturas de productos alimenticios e industrias metálicas básicas.

Monterrey: origen y destino

Estos cuatro subsectores industriales representaron 61 por ciento de las unidades económicas censadas; 70.4 por ciento del personal ocupado en el sector, y 79.7 por ciento de la producción bruta total del sector manufacturero en la entidad. Sin embargo, el sector manufacturero de Nuevo León, así como corroboró algunas tendencias que ya se venían dando desde décadas atrás, también mostró cambios importantes en su estructura industrial. En primer lugar evidencia “un cambio continuo hacia ramas modernas intensivas en capital, para la producción de bienes de capital” (Flores y Olvera, 1988:106). Esta tendencia es clara en algunos tipos de mercancías producidas en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Mientras en 1970 la fabricación de maquinaria, aparatos, accesorios y artículos eléctricos y electrónicos sólo representaba menos de 5 por ciento del total de la producción industrial de la ciudad, este porcentaje se incrementó hasta 20 por ciento en 1984 (ver cuadro 1).

1. Esta información corresponde al Estado de Nuevo León. Sin embargo la aplicamos al AMM donde se concentra el 95% de la industria y de la producción bruta total de la entidad. Este avance de los bienes de capital y consumo duradero dentro de la estructura industrial del AMM se dio a costa de la producción de mercancías de bienes intermedios de algunas empresas. Éste fue el caso del subsector industrial de las empresas dedicadas a la industria metálica básica, las cuales, en 1980, aportaban 41.7 por ciento del total de la producción industrial del AMM. Este subsector industrial fue el que realizó, como ya vimos, una verdadera revolución en la época porfiriana, a fines del siglo XIX. La importancia de la industria metálica básica fue desde ese entonces emparentada con el desarrollo industrial de la ciudad de Monterrey, hasta los inicios de la década de 1980. La crisis económica de 1982 y el cierre en 1986 de la industria insigne de Monterrey, la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, fundada en 1900, repercutie-

Cuadro 1. Subsectores industriales por tipos de productos más importantes elaborados en el AMM entre 1960-1994. Porcentajes sobre el total de la producción industrial del AMM. Subsectores industriales y tipos de productos

1960

1970

1980

19941

Manufactura de productos alimenticios

16.6

13.0

7.6

19.8

Bienes intermedios

Fabricación de sustancias químicas, productos derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico

7.8

9.5

10.7

23.3

Bienes de capital y consumo duradero

Industrias metálicas básicas

26.9

36.9

41.7

Fabricación de maquinaria, aparatos, accesorios y artículos eléctricos y electrónicos

4.9

12.6

26.9

9.7

51.3

64.3

72.4

79.7

Bienes de consumo Bienes no duraderos

Total

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de INEGI, 1995; y SPP, 1962-1995.

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ron de manera negativa a este subsector industrial Concentración y centralización de capital del sector manufacturero (Flores, 1993). El parteaguas hacia una nueva y novedo- Como segunda característica del periodo 1940-1985 sa estructura industrial en el AMM lo establece el se encuentra un aceleramiento en la tendencia hacia censo de 1989, el cual cierra un ciclo de cien años la concentración y centralización de capital. de duración en Monterrey al mostrar a las empreDe las empresas industriales existentes en sas metálicas básicas con 1.7 por ciento de las uni- 1984 en Nuevo León, 92 por ciento son empresas dades censadas (0.6% para 1994), 6 por ciento del pequeñas, 6.1 por ciento medianas y sólo 1.9 por personal ocupado en el sector (3.5% para 1994), 6 ciento son consideradas grandes empresas. Estas por ciento del total de activos fijos netos y 10.6 por últimas poseen 67.2 por ciento del capital invertido ciento de la producción bruta total del sector ma- y emplean 50 por ciento de la fuerza de trabajo innufacturero, agudizándose esta tendencia para 1994 dustrial (Flores, 2000). cuando representó 9.7 por ciento (ver cuadro 2). Este subsector industrial muestra su declive por primera Cuadro 2. Sector manufacturero en Nuevo León, 1994. vez en un siglo y da paso a las em(PORCENTAJES) Valor de la presas productoNúmero de unidades Subsectores producción Personal ras de bienes de industriales económicas censadas bruta total ocupado capital y consumo 31.7 26.9 38.6 duradero (como Productos metálicos, maquinaria y equipo. Incluye inlas que fabrican strumentos quirúrgicos y de maquinaria, apa- precisión ratos, accesorios y 6.9 23.3 13.3 artículos eléctricos Sustancias químicas, producy electrónicos); a tos derivados del petróleo y del carbón, de hule y de los productores de plástico bienes interme21.8 19.8 15.0 dios, en especial Manufacturas de productos a las empresas fa- alimenticios. Incluye bebidas y tabaco bricantes de sustancias químicas, Industrias metálicas básicas 0.6 9.7 3.5 productos deriva6.1 9.5 10.9 dos del petróleo y Productos minerales no metálicos. Excluye los derivados carbón, de hule y del petróleo y del carbón de plástico y a las 9.9 3.4 9.0 empresas produc- Textiles, prendas de vestir e industria de cuero toras de minerales no metálicos; Papel y productos de papel, 10.5 5.7 6.2 y finalmente al imprentas y editoriales subsector indus12.5 1.7 3.5 trial de bienes Otros no duraderos, Total 100.0 100.0 100.0 manufacturador de productos ali- Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI, 1995. menticios.

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Simultáneamente las industrias pequeñas La participación de la entidad en 1985 en (92%) tienen sólo 11.3 por ciento del capital total in- el Producto Interno Bruto Nacional (PIB), la ubivertido y emplean 24.2 por ciento de la fuerza de ca en cuarto lugar (con 5.9% del PIB Nacional) trabajo. Sin embargo, el concepto de pequeña em- por abajo del Distrito Federal (27.4%); del estado presa es engañoso. De la totalidad de las empresas de México (10.8%); y del estado de Jalisco, el cual bajo esta denominación, 75 por ciento son conside- aporta 6.9 por ciento. En efecto, estos tres estados radas microempresas, dan empleo a 9.8 por ciento y el Distrito Federal, aportaban 51.5 por ciento del del total de trabajadores y disponen de 3.5 por ciento total del PIB nacional (ver cuadro 3). del capital industrial invertido en el estado. Es- Cuadro 3. Participación de Nuevo León en el Producto Interno Bruto tas empresas, las cuales nacional (1970-1995). mantienen un promedio de 3.2 trabajadores por Porcentajes sobre el total Nacional unidad, ahondan más las diferencias con respecto a 1980 1995 1975 1985 1970 Entidad Federativa la categoría siguiente: la 25.2 27.4 26.1 27.4 27.6 Distitro Federal pequeña empresa. En efecto, si 11.0 10.7 10.2 10.8 8.6 Estado de México tomamos con mayor ri6.6 6.9 7.0 6.9 7.1 gurosidad esta categoría, Jalisco contemplamos que ésta, Veracruz 5.8 5.1 6.0 5.2 6.5 con sólo 16.2 por cien5.9 6.5 5.8 5.9 5.9 to del total de empresas Nuevo León existentes en el estado, Total 54.5 56.6 55.1 56.2 55.7 capta 14.4 por ciento del empleo y representa 7.8 por ciento del capital invertido (Flores, 2000). Continuando con el tema de la concentración y centralización de capital, de las 149 grandes Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de INEGI, 1995; y SPP, 1962empresas registradas en el AMM en 1984, sólo 31 1995. de ellas dominan el panorama industrial de Nuevo La presencia de Nuevo León en el rubro del León, ya que éstas emplean a más de mil empleados comercio exterior lo ubica con una participación, y concentran la mayor parte de capital invertido en en 1980, de 8.7 por ciento del total nacional en las esta categoría. Estas 31 empresas emplean casi 40 exportaciones y 7.7 por ciento en las importaciones por ciento del personal ocupado en la categoría de que realizó en ese año. La exportación e importagrandes empresas y 33 por ciento del total de la in- ción de productos en el estado –en una clara exversión industrial en el AMM. presión de la conducta nacional al respecto– estuvo A pesar de que Nuevo León sólo cuenta fuertemente centrada y dirigida a un solo país: los con 4 por ciento de la población total del país, su Estados Unidos. El 89.23 por ciento de las exporindustria generaba 12 por ciento del producto in- taciones estatales se dirigieron a la frontera norte, dustrial nacional y las exportaciones representan 15 mientras 91.02 por ciento de las mercancías que inpor ciento de la exportación manufacturera nacional gresaron a la entidad provenían de la misma nación (Flores, 2000). (Flores, 2000).

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Grupo VITRO incursionó en la Bolsa Mexicana de Valores en 1976.

La concentración y centralización también se acentuó en la elevada aglomeración de la población y de las actividades económicas en esta ciudad del norte oriental. El 95 por ciento de la industria de la entidad se concentra de manera espectacular en su área metropolitana. El 65 por ciento de las fábricas están asentadas en el municipio de Monterrey, 11 por ciento en San Nicolás de los Garza, 10 por ciento en Guadalupe, y las demás en los municipios metropolitanos restantes (Flores y Olvera, 1988).

El fenómeno de la conurbación del área metropolitana de Monterrey comenzó a partir de la década de los setenta, cuando las áreas urbanas de los municipios de Monterrey, Guadalupe, Garza García, San Nicolás de los Garza y Santa Catarina, se unen físicamente mediante la vialidad, transporte, fraccionamientos vecinos y una comunicación más fluida entre ellas, principalmente por el fenómeno de la industrialización de la zona (García Ortega, 1988; y Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). Para 1984, a través de un decreto del Ejecutivo del Estado se integran los municipios de Escobedo y Apodaca; y se declara la existencia de una zona conurbada, con la finalidad de que ésta participe en su desarrollo a través de una planeación unificada (Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, 23-I1984). Posteriormente se integraron dos municipios más, Villa de García y Juárez, conformando así lo que actualmente se conoce como el área metropolitana de la ciudad de Monterrey. Para 1986, fecha de la conformación oficial de lo que hoy conocemos como la superficie urbana

La crisis económica de los ochenta dio un duro golpe a los grupos corporativos, ejemplo de ello fueron los recortes laborales que tuvo que hacer el grupo industrial FEMSA .

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del AMM, ésta posee 36,097 hectáreas, de las cuales 69.0 por ciento lo conformaban tres de los nueve municipios: Monterrey (35.0%), Guadalupe (19%) y San Nicolás de los Garza (15%). En la distribución del uso del suelo urbano en el AMM destaca que 60 por ciento del área destinada a la vivienda se encuentra concentrada en los municipios de Guadalupe y Monterrey; 51.5 por ciento del total del área industrial está en Monterrey y San Nicolás de los Garza; y 43 por ciento del equipamiento propio de una urbe se encuentra en Monterrey (ver cuadro 4).

primario; el cual, para 1984, representaba 0.5 por ciento de la PEA total del área (ver cuadro 5). El crecimiento de la PEA, principalmente en la década de 1970 a 1980, obtuvo una tasa media anual de crecimiento de 5.4 por ciento, rebasando así a la población total (4.8%) (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988 y Vellinga, 1988). Este factor sienta las bases para una explicación de la tercialización de la economía local. En efecto, el acelerado aumento de la PEA y sus bajos niveles de calificación desbordan la capacidad de oferta de las actividades secundarias y obstaculizan en consecuencia el acceso a los empleos Cuadro 4. Usos del suelo urbano en el área metropolitana de la industriales. Esta conciudad de Monterrey, 1986. centración de la industria (Superficie en hectáreas) en el AMM en el último Total Área medio siglo tiene que ver Urbana Industria Vivienda Equipamiento Vialidad Municipio con el cambio en los fac36,097 4,934 23,669 3,287 4,207 Área Metroplitana tores determinantes de la 2,576 690 1,487 76 323 Apodaca localización industrial en el país. En un primer mo1,415 129 880 234 172 Gral. Escobedo mento esta localización 6,982 328 5,500 725 429 Guadalupe se encontraba ligada a los 12,563 1,221 8,592 1,330 1,420 Monterrey recursos naturales, poste5,479 1,320 3,233 520 424 San Nicolas de los Garza riormente, al mercado y al aprovechamiento de las San Pedro Garza economías de aglomera188 1,918 940 714 García 3,760 ción que se generan por la 391 1,549 52 153 Santa Catrina 2,145 gran actividad industrial, 667 510 García 667 comercial y de servicios manifiesta en el área meJuárez 510 tropolitana de la ciudad de Monterrey. (cuadro 5) Fuente: Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988.

En cuanto a la población del AMM, ésta ha ido obteniendo cada vez más un peso abrumador sobre la población total de la entidad. Para 1980, casi 90 por ciento de ésta se encontraba en el AMM. Paralelamente, en la población económicamente activa (PEA) del AMM, encontramos una concentración de ésta en los sectores secundario (35.2%) y terciario (64.3%), desapareciendo progresivamente el sector

Estrategias financieras y acumulación de capital En tercer lugar, la acumulación del periodo 19401985 fue obtenida principalmente por medio de ciertas estrategias financieras (Castañeda, 1998; Flores y Olvera, 1998; Luna, 1986; Vellinga, 1988). Antes de 1940, las grandes industrias de Monterrey habían logrado edificar un sistema financiero relativamente sólido. Sin embargo, a partir de

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Cuadro 5. Población del área metropolitana de la ciudad de Monterrey (1930-1995). Año

Población total

1930 1940 1960 1970 1980 1990 1995

155 123 220 250 722 130 1 272 485 2 008 017 2 573 528 2 988 081

Población económicamente activa (PEA) 245 257 367 086 641 522 955 330 1 725 260

PEA Sector primario1

27 502 14 634 11 331 6 803 8 626

PEA Sector secundario2

PEA Sector terciario3

107 961 173 707 304 419 452 030 605 086

109 794 178 745 325 772 496 497 1 111 548

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de V, VI, VII, VIII, IX, X y XI, Censo General de Población y Vivienda, México, 1930, 1940, 1950, 1960, 1970, 1980 y 1990 respectivamente; Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988; INEGI, 1996 y SPPINEGI, 1985. 1. El sector primario incluye actividades agrícolas y extractivas; 2. El sector secundario la producción industrial; 3. El sector terciario el comercio, transportes, comunicaciones y los servicios públicos.

1940 y específicamente después de 1950, la banca muestra signos de prosperidad. Esta última fecha corresponde a la fundación de la Bolsa de Valores de Monterrey, y a la proliferación de las instituciones financieras nacionales. La consecuencia directa del desarrollo financiero es el auge industrial mexicano y el cambio estructural que sufre en ese momento la economía de México. En otras palabras, la fabricación de bienes de producción aumentó más rápidamente que los de consumo. Generalmente, al referirse a la historia del desarrollo de las fuentes primarias de financiamiento de las empresas privadas en México, se afirma que se realizó con la fusión de capitales y con la reinversión de sus utilidades. Simultáneamente, se sostiene que a partir de los años setenta hubo un cambio en la fuente de los recursos para el crecimiento, pasando de los recursos internos a los externos (Cordero, 1977; Cordero y Santín, 1976; Dávila, 1997; Flores y Dávila, 1996; Flores, 1993; Flores y Olvera, 1988; Hoshino, 1991 y Medina Cervantes, 1984). El caso de las grandes industrias regiomontanas no fue la excepción, aunque este proceso lo podemos detectar en una época temprana. El financiamiento industrial en Monterrey fue generado por dos mecanismos bastante claros: los recursos internos y los externos. En el caso de los primeros, tuvieron dos vías de canalización: los flujos de capital internamente generados (reinversión

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de utilidades), y el drenaje que hicieron las compañías financieras y bancos pertenecientes (hasta 1982) a los grupos regiomontanos. Dos ejemplos son el Grupo Visa-Banca Serfín y el Grupo VitroBanpaís (Flores y Olvera, 1988; Hamilton, 1986 y Luna, 1986). Como ya vimos, Monterrey siempre fue una plaza financiera importante en el país. Hasta antes de la nacionalización de la banca mexicana (1982), la AMM poseía 214 oficinas de la banca privada y mixta, correspondiéndole una captación de recursos de 15 por ciento del total nacional y un total de 14 por ciento de créditos otorgados (CAINTRA, 1983). Hasta 1982, los bancos con sede en Monterrey y que fueron afectados por la nacionalización eran siete: Banco Mercantil de Monterrey (fundado en 1899), Banpaís (originalmente Banco de Nuevo León, 1892), Banco Popular (1934), Bancam (1940), Banco Monterrey (1943), Banco Regional del Norte (1947) y Banca Serfín (1971). Pero la expansión económica de los grupos industriales, particularmente en los años setenta, demostró –que la capacidad de los bancos nacionales para financiar el crecimiento era limitada. Limitada –a juicio del empresario regiomontano Bernardo Garza Sada– “fundamentalmente por razones de tamaño, costo y disponibilidad. El sistema bancario mexicano se ha desarrollado mucho en las últimas décadas, pero aún es insuficiente para satisfacer las demandas de fondos de las grandes

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empresas, en plazos adecuado a sus necesidades” (Flores y Olvera, 1988:120). A pesar de ello, la deuda interna fue importante –es decir, el préstamo conseguido en pesos–, siendo regularmente el banco que estaba en el mismo grupo industrial, el primer acreedor de las empresas del grupo, sobre todo en el caso del préstamo a largo plazo. Es notorio que las empresas que poseían un banco dentro del grupo presentaban mayor oportunidad de obtener el financiamiento a largo plazo que las que no tenían banco. Pero el banco dentro del grupo no era el único que otorgaba el préstamo, en muchas ocasiones existían bancos acreedores ajenos a los corporativos, siendo generalmente bancos extranjeros. El segundo mecanismo de financiamiento industrial en Monterrey fueron los recursos externos. Éstos presentaron dos canales importantes para obtenerlos: uno fue a través de la Bolsa de Valores por la venta de acciones y la emisión de papeles comerciales, quirográficos, entre otros; y otro fue el capital prestado por instituciones bancarias extranjeras. Debido a la expansión económica que provocó el auge y la euforia petrolera de los setenta, los préstamos en el extranjero se acentuaron en esta última década (Dávila, 1997; Flores y Olvera, 1988). Durante los años setenta, muchas empresas, entre ellas las industrias regiomontanas, se suscribieron en la Bolsa de Valores, motivadas por dos factores: la necesidad de recursos y la preferencia impositiva otorgada conforme al decreto de la sociedad de fomento industrial. Este decreto, emitido en junio de 1973, concedía estímulos “a las sociedades y unidades económicas que fomentaran el desarrollo industrial y turístico del país” (Flores y Olvera, 1988). El decreto otorgó un trato preferencial en cuanto a impuesto a las empresas que eran controladoras de acciones. Para que se aplicara la preferencia impositiva, había que satisfacer por lo menos cinco de los requisitos siguientes: 1. Mexicanización de sociedades con mayoría de inversión extranjera. 2. Creación de nuevos empleos. 3. Creación de nuevas empresas industriales y de turismo. 4. Desarrollo tecnológico nacional.

5. Aumento de las exportaciones. 6. Aumento de las importaciones. 7. Inversión en zonas de menor desarrollo económico. 8. Industrialización de recursos naturales. 9. Ampliación de las empresas industriales y de turismo. 10. Colocación de acciones entre el público. Atraídas por dos factores –necesidad de recursos y preferencia impositiva–, la imagen de las empresas se modificó. La actividad de los corporativos industriales en la economía nacional se volvió más diáfana. Aquí es donde nos podemos preguntar el porqué de esta transparencia. Bueno, uno de los requisitos para la suscripción de la Bolsa es hacer pública la información de la empresa, por lo cual sus modalidades que antes eran desconocidas se pusieron a la vista. Ya Taeko Hoshino ha demostrado que en la historia de la Bolsa Mexicana de Valores, la década de los setenta, sobre todo durante la segunda mitad, representó una etapa de crecimiento extraordinario. Esto se debió al aumento de la demanda de los recursos en las empresas y la afluencia del capital a la Bolsa, causados por el auge económico general (Hoshino, 1991). Dentro de las empresas industriales, comerciales y de servicios que hasta 1985 estaban en la Bolsa Mexicana de Valores, una tercera parte se suscribió en la segunda mitad de los años setenta. Más de la mitad de las empresas regiomontanas que se incluyen en este estudio también llevó a cabo la suscripción en esta época. Nos referimos al Grupo CYDSA que los hizo en 1973; el Grupo VITRO, S.A. en 1976; Cementos Mexicanos también en este último año; el Grupo Industrial ALFA en 1978, al igual que el Grupo Valores Industriales, S.A., hoy FEMSA. Es notorio que la política del gobierno en los años setenta, en cuanto a promoción de la colocación de acciones entre el público, ayudó a la expansión de la actividad bursátil. Inclusive en los años de ajuste ante la crisis (1982-1988) por parte de los grupos económicos, los rendimientos reales de algunas empresas regiomontanas en la Bolsa

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Mexicana de Valores fueron superiores al resto de las industrias suscritas. En el periodo de diciembre de 1982 a septiembre de 1988, VITRO encabezó la lista de rendimientos reales en el mercado de valores con 960 por ciento; CYDSA en tercero con 580 por ciento; ALFA en séptimo con 470 por ciento; y CEMEX, en noveno lugar nacional con 450 por ciento (Bolsa Mexicana de Valores, X-1988). El otro mecanismo de financiamiento industrial de tipo externo fue le capital prestado por instituciones bancarias extranjeras. El único inconveniente con estos préstamos fue que la mayor parte de ellos se encontraban en dólares. Esto trajo como consecuencia que los cambios en la condición de la economía internacional afectaron directamente los estados financieros de la empresa, lo que sucedió en realidad a mediados de 1981 y más claramente al año siguiente. La profunda crisis económica de 19811982 acarreó a los corporativos industriales regiomontanos varios problemas que aparentemente han sido resueltos en la actualidad. Los factores adversos a los que tuvieron que enfrentarse a partir de 1982 fueron: el crecimiento de las tasas de interés internacionales, agudizado por la posterior devaluación del peso mexicano; disminución de los subsidios estatales y el descenso de sus acciones en la Bolsa de Valores. Esto significaba dos grandes problemas para su supervivencia: la deuda externa y la contracción del mercado. La resolución del problema de la deuda externa se dio a través de la negociación de la reestructuración de la deuda con los bancos extranjeros. Un instrumento eficaz para la agilización de las negociaciones entre los corporativos industriales y las instituciones bancarias extranjeras fue el establecimiento, en marzo de 1983, por el gobierno federal, de un sistema que se llamó Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA). El objetivo del FICORCA era evitar que los riesgos cambiarios afectaran a las empresas que tenían deuda externa y que en ese momento estaban negociando la reestructuración y, además, asegurar la captación de dólares con la tasa controlada, o sea, a bajo costo. Casi todas las grandes empresas regiomontanas que tenían deuda externa hicieron un

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contrato con el FICORCA tan pronto éste se creó. Esto significa que con dicho contrato las empresas se salvaron de las pérdidas que la devaluación del peso les podría causar. Sin embargo, el mismo contrato no libera a las empresas del peso de la deuda. El funcionamiento del sistema FICORCA era el siguiente: La empresa que tiene la deuda externa contrata con el banco nacional un préstamo en pesos cuyo monto equivale al monto de su deuda externa, pero convertido en la tasa de cambio controlado. Con este préstamo la empresa compra los dólares con la tasa de cambio controlada y lo presta al FICORCA. El reembolso del préstamo en pesos al banco nacional se hace mensualmente desde cuando se hace le contrato. Cuando empieza el reembolso de la deuda externa de la empresa esto se hace a través del FICORCA. En realidad, con esta operación no mueven los dólares, sino las cifras en el libro (Hoshino, 1991:349). En efecto, las pérdidas que serían ocasionadas por la devaluación del peso se trasladan al gobierno federal. Es de hacer notar que el contrato entre la empresa y el FICORCA se establece que la responsabilidad del pago a los adeudos a los bancos extranjeros es de la empresa y no queda sustituido por el FICORCA. No hay duda que el instrumento FICORCA resultó eficaz en un momento coyuntural y crítico para la mayoría de las empresas endeudadas. Ahora bien, con la reestructuración de la deuda externa, los bancos extranjeros obligaron a las empresas a aceptar ciertas limitaciones respecto al manejo de la empresa. El caso más sobresaliente fue el del Grupo ALFA, el cual tuvo que aceptar que una parte de su deuda, 300 millones de dólares, se capitalizará mediante un aumento de capital por 30 por ciento de capital social de la empresa (Dávila, 1997). Esto significó que los bancos participaran como accionistas en el consejo de administración. En la carta dirigida a los accionistas, fechada el 11 de mayo de 1984, el director ejecutivo del Grupo, el ingeniero Rafael R. Páez, comunicó los acuerdos sobre la reestructuración del pasivo de la controladora:

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doce años con cinco de gracia para su pago; y la no participación directa de los bancos como accionistas de la controladora, ni en el Consejo ni en los demás órganos de la administración de la empresa (Alfa, 1983:9). Con respecto al Grupo VISA, la investigadora Taeko Hoshino (1991) encontró que las limitaciones exigidas por los bancos extranjeros para reestructurar su deuda, fueron esencialmente cuatro: 1. Restricción al pago de dividendos. 2. Mantenimiento de activos o fondos. 3. Restricción a la obtención de pasivos adicionales. 4. Restricción para otorgamiento de garantía adicional. Aunque estas restricciones impuestas por los bancos extranjeros disminuyeron el margen de manejo de la empresa por parte de los empresarios mexicanos, éstos adoptaron diversas estrategias para volver a ampliar su margen de control. El recurso para resolver el problema fue el aumento de la producción. Pero como el mercado interno era sumamente restringido de momento –por la crisis– se optó por la racionalización de la producción y el impulso hacia la exportación. La primera estrategia se llevó a cabo a través de la venta y el cierre a las empresas deficitarias y el despido masivo de empleados y obreros. Por ejemplo, el corporativo ALFA anunció oficialmente, a fines de 1981, haber prescindido de 4,300 empleados y haber vendido empresas con valor de 5,697 millones de pesos. (Flores, 1988). Todos los grandes corporativos La familia Garza-Sada es una de las familias empresariales de la ciudad de Monterrey cuyos miembros han resintieron seriamente ocupado y ocupan una posición en la directiva de grupos industriales. En diciembre del año pasado firmamos un Memorándum de Entendimiento con los bancos del Comité de Acreedores de la empresa controladora. Este documento preliminar contiene las bases para reestructurar la deuda de alrededor de 750 millones de dólares, correspondiente a Grupo Industrial Alfa, S.A. que significa aproximadamente 33% del pasivo institucional consolidado. De estos acuerdos en principio sobresalen: la capitalización, mediante aumento de capital de 300 millones de dólares de pasivo –cerca de 40% del pasivo de la controladora– por 30% del capital social de la empresa; conversión de otros 50 millones de dólares de pasivo en obligaciones convertibles a comunes a doce años que no causan pagos de intereses en efectivo sino hasta su vencimiento y que serán convertidas por 15% del capital de la controladora; la tasa fija de interés del 10% para el remanente de la deuda –cerca de 400 millones de dólares– a un plazo de

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el recorte de personal en sus empresas (ver cuadro 6). Existen casos dramáticos como el del Grupo Valores Industriales, S.A. (hoy FEMSA) que recor-

de personal se explica con la desincorporación de varias de sus empresas y por la introducción de tecnología de punta, la cual es altamente robotizada. En lo que respecta a los demás corporativos, éstos demuestran en 1997 una Cuadro 6. Número de personal empleado en los grupos económicos priva- gran vigorosidad en este rudos tradicionales 1979-1985). bro después de la crisis de 1982. Grupo 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 El impulso a la exIndustrial portación de sus productos Grupo Industrial 32 865 49 019 41 277 33 951 31 721 30 876 Alfa, S.A. fue utilizado por la mayoría Valores 33 508 48 032 54 490 34 002 33 097 33 212 32 937 de las empresas para comIndustriales, pensar la pérdida en el merS.A. de C.V. cado interno. Aunque todos Grupo Cydsa 6 349 8 213 10 066 8 249 7 841 7 973 8 135 los corporativos industriales Grupo Imsa 2 827 3 563 4 023 4 023 2 745 3 292 3 635 regiomontanos poseían una Grupo Cemex 3 493 4 082 4 850 5 298 5 298 5 708 6 374 experiencia exitosa en el Industrias Axa 5 558 6 622 7 660 ramo exportador, es hasta Vitro 32 437 36 616 35 723 33 026 28 941 26 329 30 255 1983, con la contracción del mercado interno, cuando el Grupo Protexa 15 600 peso de la exportación denFuente: Cuadro elaborado sobre la base de los Informes anuales (1979-1985) de las empresas Grupo tro de la venta total subió en Industrial Alfa, S.A., Vitro, S.A., Cydsa, S.A., y Grupo IMSA; Caintra, 1988; Caintra, 1983; Exmuchas empresas. pansión, 19 de agosto de 1981; Expansión, 18 de agosto de 1982; Expansión, 17 de agosto de 1983; Expansión, 15 de agosto de 1984; y Expansión, 21 de agosto y 4 de septiembre de 1985. Las políticas gubernamentales también fató, entre 1981 y 1983, 21,393 empleados; el Grupo vorecieron claramente esta tendencia. Desde julio Industrial ALFA, que prescindió entre 1980 y 1984, de 1985 se decidió acelerar el proceso de liberación de 18,143 empleados, y el corporativo VITRO per- del sector externo de la economía. En esa fecha se dió a más de diez mil empleados entre 1980 y 1984. En general, casi todos los Cuadro 7. Número de personal empleado en los grupos económicorporativos manifiestan una cierta re- cos privados tradicionales (1980, 1990 y 1997) cuperación en este aspecto a partir de 1980 1990 1997 1985. Sólo dos grupos industriales, Ce- Grupo Industrial mentos Mexicanos y Grupo GAME- Alfa 49 019 27 084 32 444 SA, continuaron su proceso expansivo FEMSA 48 032 38 003 37 184 –aunque limitado– a pesar de la crisis Grupo Cydsa 8 213 9 094 10 498 de 1982 (Flores 2000). Grupo IMSA 3 563 10 444 11 245 Para 40 por ciento de los corpoGrupo Cemex 4 082 14 425 19 595 rativos que incluimos en el estudio, la 1 16 000 6 622 5 903 crisis de principios de los ochenta había Industrias Axa Vitro 36 616 46 004 33 136 dejado sus niveles de personal emplea2 Grupo Protexa 15 600 do todavía para 1997, por debajo del alcanzado en 1980. Éstos son los casos del Grupo Industrial ALFA, FEMSA, Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de Caintra, 1991; Caintra, 1988; Caintra 1983; y México, 19 de agosto de 1981; Expansión, México, 1997 y No. 747, agosto y Vitro (ver cuadro 7). Aunque hemos Expansión, 12 de 1998 e Informes Anuales 1980, 1990 y 1997 de Alfa, FEMSA (anteriormente Visa), de aclarar que parte de esta reducción Cydsa, IMSA, Cemex y Vitro.

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Monterrey: origen y destino

eliminó el permiso previo a 3,604 fracciones del impuesto general de importaciones, equivalente a 36.9 por ciento del valor total de las importaciones. Aunado a la liberación de 24.5 por ciento en fechas anteriores, en conjunto llegó a 61.4 por ciento de las compras al exterior liberadas de permiso previo (Gaeta, 1988). Otro instrumento de suma utilidad ha sido el Fondo para el Fomento de las Exportaciones a través del Banco de Comercio Exterior (Concamin, 1986). Finalmente, la necesidad de la exportación para que estos corporativos siguieran produciendo se reflejó en las consultas previas que antecedieron a la formal adhesión de México al GATT el 24 de junio de 1986 (Gaeta, 1988). Dos meses después, el 24 de agosto del mismo año, México se convirtió en la nonagésima segunda parte contratante. En síntesis, después de 1955 y particularmente a partir de 1960, este movimiento de flujo de capitales financieros a Monterrey se compensa con las inversiones regiomontanas en todo el país, y HYLSA experimentó un crecimiento acelerado debido a la demanda nacional de hierro y aun en el extranjero, a través de acero. sus poderosos grupos industriales. Estos proyectos de inversión en otras áreas geográficas de la república se dan especialmente en las ramas de bienes de capital, a las instituciones bancarias como Bancomer, Serquímica, petroquímica y en los sectores pesquero y fín, Banorte, Banpaís, Confía y Banco de Oriente, agropecuario (Flores y Dávila, 1996). poseían 40 por ciento de los activos y pasivos banHemos de recordar que el proceso de repri- carios nacionales, 42 por ciento del capital contable, vatización de la banca nacionalizada en 1982 se llevó 46 por ciento de las utilidades, 43 por ciento de los a cabo entre 1991 y 1992. En este proceso, las gran- ingresos y 35 por ciento del capital social.4 Estas des empresas industriales de Monterrey y sus hom- cifras se modificaron en los últimos años debido a bres de negocios optaron por participar en la com- la quiebra de Banca Confía (1997), la compra de pra de algunas de las instituciones bancarias. Para Banpaís (por Banorte en 1997) y a la fundación de 1993, los empresarios de Monterrey que compraron Banregio (1995).

199

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Formación de los grupos industriales Finalmente, en lo que respecta al sector de la industria nacional, el desarrollo económico ha propiciado la formación de grupos industriales. En éstos confluyen una diversidad y una diversificación de intereses más allá del énfasis industrial. Los sectores comercial, financiero, de servicios, turismo y comunicaciones constituyen una integración horizontal, vertical y territorial. La integración vertical fue una respuesta inicial a un mercado incierto e imperfecto que les permitió a las grandes compañías aliviar incertidumbres en cuanto a los proveedores de insumos y disminución de costos. Por su parte, la integración horizontal y la diversificación de la producción les permite a estos mismos corporativos aumentar los flujos de información y disminuir el margen de error en la toma de decisiones sobre inversiones y producción. En efecto, en los corporativos se concentraron las acciones de las empresas y la función administrativa del grupo en su conjunto. Con esta reorganización, los grupos industriales aparecieron como una entidad más clara, que tiene en su cúspi-

de un corporativo. Además de la función administrativa del grupo en conjunto, el corporativo tiene a su cargo la vigilancia de la utilidad de las empresas y a veces la planeación y la coordinación de las actividades del grupo (Cordero y Santín, 1976). Con la expansión de los grupos industriales, toda iniciación de nuevas actividades, por parte de estos corporativos a través de la creación de empresas nuevas, propició la participación del capital extranjero. Ya sea éste directamente o a través de licencias internacionales. El ejemplo de los corporativos industriales nativos de la ciudad de Monterrey, y que siguen manteniendo sus centros de decisión ahí, es elocuente al respecto, sobre todo a partir de la década de los setenta. Los ocho corporativos que abarca el presente estudio responden en esta década a una reorganización dirigida en este sentido, aunque la mayoría de ellos ya había creado una estructura organizativa similar desde casi cuarenta años atrás. En consecuencia, lo que les sucedió en los años setenta a los grupos tradicionales de Monterrey fue sólo una reorganización administrativa debido a las nuevas posibilidades de expansión (véase cuadro 8).

Cuadro 8. Año de formación de las sociedades controladoras y empresas madre de los GEP. Año de formación de la empresa controladora

GEP

Empresa madre

Año de fundación

Lugar de Fundación

Origen del capital

Grupo Alfa

1936

Hojalata y Lámina

1943

Monterrey

Local

FEMSA

1936

Cervecería Cuauhtémoc

1890

Monterrey

Local

Cydsa

1970

Celulosa y Derivados

1945

Monterrey

Local

IMSA

1936

Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana

1930´s

Monterrey

Local

CEMEX

1931

Cementos Portland Monterrey

1920

Monterrey

Local

AXA

1974

Conductores Monterrey

1956

Monterrey

Local

Vitro

1936

Vidriera Monterrey

1909

Monterrey

Local

Protexa

1975

Productos Técnicos

1945

Monterrey

Local

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de Caintra, 1993, 1991 y 1988; y los Informes Anuales de 1997, de Alfa, EMSA, Cydsa, IMSA, Cemex y Vitro.

200

Monterrey: origen y destino

En esta última década el estímulo gubernamental fue crucial para la formación de corporativos. Recordemos que el mismo gobierno federal estimuló su existencia a través del ya mencionado decreto de junio de 1973 que creaba las llamadas Unidades de Fomento Industrial y Turístico. Según la información que se ha obtenido en entrevistas con los empresarios regiomontanos, la preparación del decreto empezó con la propuesta de parte de la iniciativa privada, sobre todo de grandes grupos industriales. También es de hacer notar que el secretario de Hacienda y Crédito Público que se encargó de la elaboración del decreto en aquel tiempo fue José López Portillo, y las estrategias que aparecieron en el decreto se desarrollaron como su política durante su régimen presidencial (1976-1982). Aunque esta transformación en grupos industriales parece ser más una consecuencia de los estímulos gubernamentales para la formación de empresas controladoras de acciones que fomentaron el desarrollo industrial y turístico del país, las grandes empresas no dejaron pasar esta oportunidad. Éstas encontraron el momento propicio para reedificar sus estrategias de negocios bajo la cobertura de una estrategia corporativa. Para la descripción de esta transformación se ha partido de tres de las características en común que emergieron al hacer un corte transversal de los grupos industriales regiomontanos. Estas características son: a) Todos los grupos, menos uno, mantuvieron la mayoría de la tenencia de acciones en manos de las familias fundadoras. b) Todos los grupos se transformaron en estructuras divisionales con unidades estratégicas de negocios (UEN) y con un corporativo en el ápice organizacional al mando. c) En todos los grupos la estrategia corporativa se concentró en la integración y diversificación industrial.

Empresas familiares La presencia de la dirección familiar detrás de cada grupo industrial (Flores, 1997; Camp, 1995; Hoshi-

no, 1991 y Alba y Kruijt, 1988) es más visible cuando se habla de la tenencia de acciones y sucesión administrativa. Cuando los grupos industriales empezaron a cotizar en la Bolsa de Valores formaron empresas denominadas holdings o tenedoras de acciones de los corporativos industriales, dueños, a su vez, de las UEN. Ésta fue una estrategia para que las familias fundadoras no perdieran la propiedad o la administración de los grupos (Hamilton, 1986). La definición tradicional de las empresas familiares es en la que el dueño o los dueños, y los miembros de su familia, participan activamente en la administración y dirección de las mismas. En el caso de los grupos industriales regiomontanos, la propiedad ha pasado exitosamente a través de la tercera generación, siendo algunos de estos grupos administrados ya por miembros de la cuarta generación. Varios autores interesados en el tema han descrito con exactitud los árboles genealógicos de las familias empresariales de la ciudad de Monterrey, y la posición directiva que ocuparon y que ocupan sus descendientes en algunos de los grupos industriales, en especial el de la familia Garza-Sada (Camp, 1995; Luna, 1986; Hamilton, 1986; Saragoza, 1988). Por ejemplo, Isaac Garza, quien se casó con Consuelo Sada Muguerza, hermana de Francisco Sada Muguerza, fundó –con otros inversionistas– la Cervecería Cuauhtémoc en 1890, la Fábrica de Vidrios y Cristales, y la Compañía Fundidora de Fierro y Acero, empresas engendradoras de los grupos industriales en Monterrey. Entre sus hijos más destacados se encuentran Isaac Garza Sada; Eugenio Garza Sada, quien fuera presidente del consejo de Cervecería Cuauhtémoc, Hojalata y Lámina, y Empaques de Cartón Titán;5 y Roberto Garza Sada, anterior de las Compañía General de Aceptaciones (Banca Serfín) y de Vidriera Monterrey. Entre los nietos están Dionisio Garza Sada; Bernardo Garza Sada, director ejecutivo fundador, y después presidente del consejo de administración del Grupo Industrial Alfa; Eugenio Garza Lagüera, actual presidente de Bancomer y del Grupo FEMSA e hijo de Eugenio Garza Sada; y Alejandro Garza Lagüera, anterior director general de Cervecería

201

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Cuauhtémoc. La familia incluye además muchos otros hijos y nietos. Entre estos últimos nos encontramos a Dionisio Garza Medina, actual presidente del Grupo Alfa y presidente del consejo ejecutivo de la Universidad de Monterrey. Por otro lado, se encuentra Francisco G. Sada Muguerza, cofundador de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero y del Banco Mercantil de Monterrey. Entre sus hijos se encuentra Andrés G. Sada García, miembro del consejo de Vidrio Plano; Camilo G. Sada García, anterior presidente del Grupo Acero que controlaba a Hojalata y Lamina; Diego G. Sada García, anterior director general de Troqueles y Esmaltes, y miembro del consejo del Grupo Industrial Alfa; Luis G. Sada García, miembro del consejo de Cervecería Cuauhtémoc; y Roberto G. Sada García, anterior presidente de Vidriera Monterrey. Entre los nietos se encuentran: Fernando Sada Malacara, anterior vicepresidente del Grupo Cydsa; Adrián G. Sada Treviño, anterior presidente del Grupo Vitro; y Andrés Marcelo Sada Zambrano, anterior presidente del Grupo Cydsa. Entre los nietos más destacados se encuentran Adrián Sada González, presidente del Grupo Vitro y Banca Serfín; y Tomas González Sada, actual presidente del Grupo Cydsa. Por su parte, los socios fundadores, en 1936, de Industrias Monterrey, S.A., fueron: Arturo Garza, Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio Domínguez y María del Consuelo Garza viuda de Clariond. Las actuales familias (y principales accionistas del Grupo IMSA), Clariond Reyes y Canales Clariond, son descendientes de Eugenio y María del Consuelo Clariond Garza, quienes, a su vez, fueron hijos del inmigrante francés que llegó a Monterrey a fines del siglo XIX, Santiago Clariond Desdieau, quién contrajo matrimonio con la joven María del Consuelo Garza. En acuerdo con Camp (1995), el enlace entre las familias de los grandes empresarios a través de diferentes medios –matrimonios cruzados, posesión de acciones en común, y participación activa en consejos directivos– ha permitido que el control económico de los grupos industriales se continúe manteniendo. Sin embargo, existen otras caracterís-

202

ticas importantes de mencionar que han permitido que este control siga siendo familiar, refiriéndonos principalmente a las estrategias de financiamiento. Aquí se puede hablar de: a) El financiamiento por medio de la reinversión de capital proveniente del mismo núcleo familiar, aunque en ocasiones éste ha salido de esas fronteras se sigue obteniendo recursos de familias relacionadas en consanguinidad. b) De la participación accionaria en los principales bancos nacionales, fuente de recursos económicos externos. c) De coinversiones o alianzas estratégicas con inversionistas extranjeros seleccionados.

Estructura organizacional del grupo industrial Aunque se considera por la mayoría de los investigadores que es la década de los setenta la que marca la transformación de las grandes empresas mexicanas a grupos industriales, tres empresas regiomontanas ya empezaban a operar como tales desde 1936: Valores Industriales S.A. (anteriormente Visa, ahora FEMSA), Fomento Industrial y Comercial (FIC, ahora Vitro y Alfa) e Industrias Monterrey, S.A. (IMSA) (véase el cuadro 8). Para 1936, los accionistas principales de las empresas Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera Monterrey y de la Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana habían creado sus propias sociedades de cartera, donde concentraron la participación accionaria principal de las empresas madre y sus subsidiarias. De esta forma, fundaron tres sociedades de cartera dueñas a su vez de la mayoría de las inversiones de las otras empresas, adjudicadas originalmente tanto a la empresa cervecera Cervecería Cuauhtémoc, a la Vidriera Monterrey y a la Galvanizadora La Sultana. Éstas fueron Visa, la cual se convirtió en dueña de las inversiones de otras empresas controladas por Cervecería Cuauhtémoc y la empresa engendradora de Vitro, la cual se adjudico la mayoría de las acciones de las empresas que pertenecían a Vidriera Monterrey. Entre otras motivaciones para esta reor-

Monterrey: origen y destino

ganización, estaba el evitar repercusiones originadas por la industria cervecera sobre otras industrias del grupo y, por supuesto, para eliminar la apariencia de monopolio de ambas empresas madre sobre las nuevas que se iban creando, y así evitar fricciones entre los diversos intereses familiares y de negocios con otros accionistas (Archivo de Manuel Gómez Morin, 1936; Hamilton, 1986). Es posible afirmar que la estructura organizacional adoptada por estos grupos industriales es más una consecuencia directa de factores internos como del entorno, que una consecuencia de su planeación estratégica organizacional. Dentro de los primeros se destacan la identificación de las habilidades iniciales alrededor de las cuales la empresa se desarrolló. En el caso de los grupos industriales regiomontanos, todos iniciaron sus operaciones con una empresa madre: Vitro tuvo a Vidriera Monterrey, fundada en 1909; FEMSA tiene a Cervecería Cuauhtémoc que inició operaciones en 1890; el Grupo Industrial Alfa cuenta con Hojalata y Lámina, fundada en 1943; IMSA, entre otras fábricas podemos tomar a la Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana fundada en los años treinta; PROTEXA tiene a una fábrica de impermeabilizantes denominada Productos Técnicos S.A., fundada en 1945; CYDSA a Celulosa y Derivados, S.A., fundada igualmente en 1945; AXA tuvo su empresa madre denominada Conductores Monterrey, fundada en 1956; y, finalmente, el Grupo Cementos Mexicanos que, aunque inició operaciones con Cementos Hidalgo (1906), y posteriormente con Cementos Portland (1920), adquirió gran fuerza con la creación de la empresa del mismo nombre (1931). De la identificación de estas habilidades iniciales es fácil descubrir la posición en donde los grupos empezaron sus cadenas de abastecimiento industrial, y por consiguiente sus estrategias de expansión. Dentro de la cadena industrial Cementos Mexicanos es la empresa que tiene experiencia distintiva no sólo en la extracción de materia prima, sino también en la manufactura primaria y fabricación de productos con un valor agregado para el comercializador. Cervecería Cuauhtémoc se encuentra dentro de la cadena industrial en la posición de fabricante

de productos dirigidos al último consumidor. Hojalata y Lámina ha sido considerada como fabricante de productos a partir de la materia prima. Ahora bien, al estudiar las empresas y sus competencias tecnológicas que se empezaron a desarrollar o adquirir alrededor de la empresa madre, podemos encontrar cierto número de éstas que permitieron a la empresa madre obtener una posición más competitiva en el mercado. Por ejemplo, Cervecería Cuauhtémoc desarrolló sus propios fabricantes de material primario como las botellas para envase, la lámina para sus corcholatas, empaques de cartón para su transportación, así como las materias primas con la empresa Malta. Otras empresas siguieron estrategias de expansión a través de la adquisición de otras firmas del mismo giro aunque ubicadas en diferentes zonas geográficas del país. Éste es el caso de Cementos Mexicanos que, al adquirir diversas cementeras, obtuvo presencia en todo México, permitiéndole la comercialización de sus productos bajo diferentes marcas.6 Esto mismo se puede decir de Hojalata y Lámina, origen del Grupo Industrial Alfa. El origen del Grupo Industrial Alfa se remonta a la historia de Hojalata y Lámina, fundada en 1943 con un capital inicial de 3 millones de pesos (Flores, 1993). En ese entonces la empresa contaba con 179 trabajadores, y llegó a producir 4,300 toneladas durante el primer año de operación. Los directivos de aquella época concibieron una empresa dedicada sólo a la producción de acero, cuyo objetivo era el de abastecer a su empresa madre, Cervecería Cuauhtémoc, del acero necesario para la fabricación de corcholatas. Fue durante la segunda guerra mundial que se presentó la necesidad imperativa de aumentar y diversificar la producción nacional de hierro y acero, ya que su importación se vio interrumpida. Esto puso al mercado nacional de frente a la industria siderúrgica, e hizo experimentar a HYLSA un acelerado crecimiento no planeado. Y para 1948, la empresa llegó a producir 20,000 toneladas de acero a partir de chatarra con el uso de hornos eléctricos. Es a Camilo Sada, el primer director de Hojalata y Lámina, a quién se le atribuye la visión de impulsar esta empresa en la fabricación de lámina, así como apoyar el proceso

203

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

de fierro esponja a escala comercial. Este proceso, bautizado con el nombre HyL, alcanzó para 1973 un nombre mundialmente aceptado al instalarse por primera vez en Brasil, en una planta con la asesoría de los ingenieros HYLSA (Expansión, 1995). Esta innovación tecnológica, la cual le ha dado prestigio mundial a esta empresa (como el resultado de factores tanto externos como internos a la organización), fue el detonador de la estrategia de integración que siguió la empresa. Como factor interno se señala, principalmente, la agudeza administrativa para desarrollar estrategias que permitieron a la empresa tener un mejor control sobre sus proveedores y así no sólo controlar, sino también influir en ese sector del ambiente externo; en este caso a la industria de la chatarra. En aquel entonces era necesaria la utilización de más mineral, por lo que se pusieron en marcha las estrategias de integración hacia atrás dentro de la cadena de abastecimiento industrial en la fabricación del acero. La búsqueda de reservas de mineral de hierro condujo a la creación del complejo minero Las Encinas. Este complejo consistía de una planta trituradora, un teleférico que transportaba el mineral triturado a la segunda planta que era la peletizadora, representando una inversión de 400 millones de pasos (Flores, 1993). Por otro lado, HYLSA también participa con un 30 por ciento de las acciones en el proyecto de Peña Colorada (Acle, 1995). Ambas inversiones consolidadas en el estado de Colima. La diversificación de HYLSA se dio desde una edad temprana con la compra de ACEROS Alfa Monterrey en 1954. La compra de esta empresa se debió a la expansión en la demanda por una mayor variedad de productos. Esta adquisición cubriría la demanda de tubería de acero negro y galvanizada, ya que producía 900 toneladas mensuales, aunque después de la compra se amplió la planta llegando a producir 1,200 toneladas mensuales en 1958. A estas empresas que se desarrollaron o adquirieron alrededor de la empresa madre con el objetivo de obtener una mejor posición en el mercado se les denomina Unidades Estrategias de Negocio (UEN). Así que dentro de los factores internos que permitieron la formación de grupos industriales

204

fue, por un lado, la posesión de un gran número de UEN. Unas ubicadas dentro de la misma posición en la cadena industrial (fabricación o productor), otras colocadas a lo largo de la misma (extracción o manufacturación primaria). Y, por otro lado, se encontraron otras empresas que no tenían ninguna liga industrial con la empresa madre pero que miembros de la familia emprendedora estaban bajo el control de las mismas. Por lo tanto, las estrategias de expansión –adquisición y creación– y por consecuencia la inversión en sistemas administrativos de planeación y control para cada una de las empresas, y la expansión territorial, fueron los factores internos que pesaron más en la formación de los grupos industriales regiomontanos. Dentro de los factores contextuales que se han encontrado está la capacidad de los bancos nacionales para financiar el crecimiento industrial, el acercamiento de los empresarios a los bancos extranjeros para obtener fondos con el mismo propósito anterior, y los decretos de la Sociedad de Fomento Industrial emitidos en junio de 1973 y en 1979. Por lo tanto, la estructura organizacional más recomendable para apoyar a una empresa con negocios múltiples es la divisional con un corporativo al frente (Williamson, 1983). Hacia esta transformación estructural se movieron los grupos industriales regiomontanos desde la década de los setenta, aunque ya desde 1936 tenían un esquema organizacional prístino similar. Así, en un momento dado, estos grupos se fueron consolidando y tuvieron que definir su estrategia de negocios a escala corporativa y en el ámbito de sus UEN o, mejor denominadas, subsidiarias.

Estrategia corporativa Una vez formados los grupos industriales, surgió la necesidad de desarrollar una estrategia corporativa (para el grupo en su conjunto). De acuerdo con Porter (1987), la estrategia corporativa debe contestar a dos preguntas: ¿en qué negocios debe competir la compañía? y ¿cómo es que el corporativo debe de manejar las diversas unidades de negocios? Por los antecedentes que tenemos de la formación de los

Monterrey: origen y destino

grupos industriales, podemos encontrar dos estrategias corporativas genéricas: una, la diversificación en varias industrias y dos, la integración, a su vez, dentro de una y varias industrias. Ejemplos claros de que los grupos industriales siguieron estas estrategias corporativas fueron la adquisición y creación de empresas múltiples administradas bajo ciertas divisiones. En retrospectiva, el Grupo Industrial Alfa es un buen ejemplo de la utilización de la estrategia de diversificación. Para 1978, el constante crecimiento del Grupo Industrial Alfa obligó a una reestructuración organizacional que permitirá incluir a las nuevas actividades en las cuales se había comprometido y además seguir manteniendo las ya exitosas. Entre las adquisiciones hasta ese año están La Florida, empresa productora de acero galvanizado que ocupaba el segundo lugar en el país dentro de la especialidad. Esta adquisición le permitió a Alfa División Acero consolidar las exportaciones comenzadas el año anterior, reflejando así un importante incremento en el volumen de producción. Con la finalidad de controlar el suministro estable en precio y disponibilidad en la materia prima de pulpa de pino para las empresas de la División Papel y Empaque, a principios de 1979, y continuando con al estrategia de integración hacia atrás, el grupo adquirió la empresa Celulósicos Centauro. Continuando la considerable actividad en términos de expansión, y utilizando principalmente la adquisición como estrategia de crecimiento y en menor medida la inversión directa, en Alfa División Industrias, en el ramo de la petroquímica se adquirió Petrocel, fabricante de materias primas esenciales para la elaboración de fibras sintéticas. Asimismo, se compraron Poliuretanos de México, principal fabricante de ese material en el país hasta la fecha. Además se expandieron las instalaciones de Polioles a dos nuevas plantas para la fabricación de espuma de poliestireno expandido. Para completar la línea de productos de Philco, de la rama electrónica comercial, se adquirieron las empresas fabricantes de Admiral y Magnavox. Por otro lado, el ambiente económico y político para el desarrollo industrial

fue propicio para la inversión en el ramo de bienes de capital, donde el grupo se asoció por medio de Megatek con una firma japonesa para la fabricación de motores y generadores de potencia a través de Nemak, con Ford Motor Company, para la fabricación de cabezas de motor de aluminio. Empresa, esta última, creada con la finalidad de exportar toda la producción a los Estados Unidos y Canadá. En el ramo de bienes raíces y turismo, Casolar inició proyectos de construcción y la comercialización del Club Maeva. En el sector de fibras sintéticas se creó Arka, administradora de Nylon de México y Fibras Químicas, estrategia que coloca a Alfa en el primer lugar entre los fabricantes nacionales. Hasta ese entonces, Alfa proyectó una imagen de seguridad afirmando que sus decisiones de inversión estaban fundamentadas en su larga experiencia industrial, estudios de viabilidad apoyados en análisis realistas de las condiciones internas y externas del país, así como una sólida estructura financiera (Grupo Industrial Alfa, 1979). En su informe anual de 1980, rendido a los accionistas del grupo, el presidente del consejo y el director ejecutivo comunicaban que Alfa contaba con 157 filiales diseminadas en 39 ramas de la economía. Aunque en su división de Acero contaba con Hojalata y Lámina y Acero de México representando 43.6 por ciento del total de las ventas, 39.9 por ciento de los activos, y 24.8 por ciento del personal empleado del grupo, la estrategia de diversificación se orientó hacia ramos de la economía que no tenían ninguna liga industrial con los ramos existentes dentro del grupo (Alfa, 1980). Históricamente la estrategia de diversificación ha sido etiquetada como una de las estrategias corporativas más difíciles de implementar. Los que han estudiado la administración de la estrategia de diversificación utilizada por el Grupo Industrial Alfa a finales de los setenta (Camp, 1995 y Dávila, 1997) argumentaban dos factores que influyeron en el fracaso de la misma. a) La estrategia fue financiada por capital extranjero, por lo que al aproximarse la crisis a mediados de 1981, éste fue el grupo que

205

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

más resintió, quedando fuertemente endeudado con bancos del exterior. b) Las políticas de contratación de los ejecutivos de la alta dirección –tomadores de decisiones– cambiaron drásticamente. Se contrataron administradores de alto nivel que carecían de experiencia práctica, y los que tenían ésta se hacían cargo de empresas acerca de las cuales sabían muy poco. Es por esto mismo que el corporativo juega un papel muy importante para la definición de la dirección de la diversificación y Alfa tuvo problemas para definir este papel. Después de la amarga pero rica experiencia organizacional de este grupo industrial, se quitó la etiqueta de “industrial” y pasó a una etapa superior de organización que denominaremos como grupo económico.7 La lección fue aprendida y ahora Alfa se encuentra estructurada exitosamente de la siguiente forma: un Corporativo en el ápice y cinco grupos (Hysalmex, Alpek, Sigma, Versax y Onexa) que cotizan individualmente (aunque de momento no todos, pero tienen esa libertad) en la Bolsa de Valores. Estas divisiones transformadas en grupos industriales son consecuencia de una estrategia de diversificación que pretende obtener una posición dominante en el mercado mediante esfuerzos en el desarrollo de nuevos productos en aquellas empresas dedicadas a la fabricación de mercancías dirigidas al último consumidor, y mediante la producción a bajo costo para aquellas empresas que se encuentran en la manufactura y fabricación de materia prima. Así encontramos dentro del Grupo Hysalmex a empresas como Hylsa, Galvak, Galvamet y Acerex; en el Grupo ALPEK (la antigua división Petroquímica) están las empresas Petrotemex, Akra, Polioles e Indelpro; en Sigma tenemos a Sigma Alimentos; en Versax a Nemak, Selther-Simmons, Terza y Total Home; y finalmente en Onexa a Alestra.

En resumen, Alfa está colocando sus empresas en diversos puntos de la cadena industrial, aunque siempre manteniendo sus competencias tecnológicas. La importancia de concentrarse en las competencias tecnológicas, aun siguiendo una estrategia de diversificación, es poder seguir con una estrategia de expansión a través de la transferencia de habilidades más certeramente (Porter, 1987). Veamos detenidamente el crecimiento en este periodo de los principales grupos industriales de Monterrey

3. Los grupos económicos tradicionales de Monterrey El tipo de desarrollo industrial seguido en las últimas décadas ha propiciado en Monterrey la concentración del poder económico en un reducido grupo de empresas conformadas en grupos económicos que dominan casi por completo el escenario nuevoleonés. Ya desde los años sesenta, muchas de estas empresas aparecían como líderes no sólo en su ramo, sino entre las más grandes de México (véase cuadro 9) y de igual forma como grupos económicos, tal y como lo apreciamos en el cuadro 10. Su presencia en el concierto nacional es significativa todavía hoy, tal y como lo comprobamos en el cuadro 11 con información al cerrar el siglo XX. A pesar del ajuste administrativo crítico ante las últimas crisis, particularmente la de 1982, el control de estos grupos por las familias de los miembros de los fundadores sigue existiendo. Este control se ha mantenido principalmente a través de los siguientes mecanismos: por medio de la tenencia directa de la mayoría de las acciones; por la concentración de estas acciones en empresas controladoras por medio de los corporativos y por el ejercicio de la mayoría de los cargos del consejo de administración.

Cuadro 9. Relación de las 50 mayores empresas industriales en el Censo de 1965.* Número

Nombre Altos Hornos de México, S.A.

1

206

Inicio de Actividades 1942

Tipo de capital predominante**

Tipo de organización

A

Estatal

Monterrey: origen y destino

2

Cía. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A.

1900

C

Grupo Fundidora

3

Fábrica-Automex, S.A.

1938

B

Subsidiaria de Chrysler Co.

4

Hojalata y Lámina, S.A.

1942

C

Grupo Hylsa

5

Ford Motor Company, S.A.

1925

B

Subsidiaria de Ford Motor Co.

6

Industrial de Abastos, S.A. de C.V.

1951

A

7

Cervecería Cuauhtémoc, S.A.

1890

C

8

General Motors de México, S.A. de C.V.

1935

B

9

Metalúrgica Mexicana Peñoles, S.A.

1934

D

10

Anderson Clayton & Co., S.A.

1931

B

11

Cía. Cigarrera La Moderna. S.A.

1936

B

12

Celanese Mexicana, S.A.

1948

D

13

Tubos de Acero de México, S.A.

1954

D

14

Cervecería Moctezuma, S.A.

1896

C

Estatal Grupo Cervecería Cuauhtémoc Subsidiaria de General Motor Co. Grupo Cremi y American Metal Clímax Inc. Anderson Clayton Grupo El Águila y La Moderna. Subsidiaria de Wallbrook Tobacco Co. Subsidiaria de Celanese Co. Grupo Pagliai y Dalmine and Dalmine And Siderca. Grupo Cremi

15

Empresa Longoria, S.A.

1930

C

Grupo Longoria

16

Cervecería Modelo, S.A.

1925

C

Grupo Cervecería Modelo

17

Cía. Manufacturera de Cigarros El Águila, S.A.

1924

B

Subsidiaria de B. American Tobaco Co.

18

Colgate-Palmolive, S.A.

1925

B

Subsidiaria de Colgate Palmolive Co.

19

Compañía Nestlé, S.A.

1934

B

Subsidiaria de Nestlé

20

Cía. Hulera Euzkadi, S.A.

1936

B

Subsidiaria de B.I. Goodrich Co.

21

Cía. de las Fábricas de Papel de San Rafael y Anexas, S.A.

1894

C

Grupo San Rafael

22

ASARCO Mexicana, S.A.

924

D

Grupo Pagliai y American Smelting and Refining Co.

23

Cía. Hulera Ciood Year Oxo, S.A.

1932

B

Subsidiaria de Good Year Tire Grupo CANANEA y Condumex y Anaconda Cooper Co. Subsidiaria de General Electric Co.

24

Cobre de México, S.A.

1943

D

25

General Electric, S.A. de C.V.

1948

B

26

Aceros Nacionales, S.A.

1948

D

Grupo Amco Steel Co.

27

Guanos y Fertilizantes de México, S.A.

1960

A

Estatal

28

Diesel Nacional, S.A.

1954

A

Estatal

29

Condumex, S.A.

1952

D

30

Cordomex, S.A. de C.V.

1961

A

Grupo Condumex y Anaconda Wire and Cable Estatal

31

Industria Eléctrica de México, S.A.

1945

B

Subsidiaria Continúa

Ingenio de San Cristóbal y Anexas, S.A.

1909

A

Estatal

32

207

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

33

Volkswagen de México, S.A. de C.V.

1964

B

Subsidiaria de Volkswagen Werke,

34

Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril. S.A.

1952

C

A.G. Estatal

35

Bacardí y Cía., S.A.

1931

B

36

Aceros Ecatepec, S.A. Ralston Purina de México, S.A. de C.V. Compañía Industrial Jabonera del Pacifico. S.A. Vehículos Automotores Mexicanos, S.A. de C.V.

37 38 39

1951

C

Subsidiaria de Bacardí and Co. E.I.

1956

B

Subsidiaria

1926

B

E.I.

1946

A

Grupo Somex

40

General Popo, S.A.

1924

B

41

Atoyac Textil, S.A.

1921

C

42

Philips Mexicana. S.A de C.V.

1946

B

43

La Tabacalera Mexicana, S.A.

1907

D

44

Empaques de Cartón Titán, S.A.

1936

C

45

Procter & Gamble de México. S.A.

1952

B

46

Vidriera Monterrey, S.A.

1909

C

47

Campos Hermanos, S.A.

1938

C

Subsidiaria de General Tire and Rubber Grupo Atoyac Subsidiaria de Philips Subsidiaria de Ligget and Myers Tobacco Co. Grupo Cervecería Cuauhtémoc Subsidiaria de Procter & Gamble Co. Grupo Vidriera Grupo Campos Hermanos

48

Monsanto Mexicana, S.A.

1950

B

49

Fertilizantes de Istmo, S.A.

1960

A

Subsidiaria de Monsanto Chemical Estatal

50

Cía. Industrial de Orizaba, S.A.

1889

C

Grupo El Asturiano CIDOSA

*Relación de empresas elaborada con base en informaciones no publicadas del riii Censo Industrial de 1965. ** Esta clasificación se hizo utilizando diversas fuentes y representa su situación hasta 1973. A: Empresas con predominio de capital estatal. B:presas con predominio de capital extranjero. C: Empresas con predominio de capital privado nacional. D: Empresas de capital privado nacional con participación minoritaria de capital extranjero. Fuente: Cordero (1986: 45-57).

Cuadro 10. Grupos económicos privados nacionales y sus empresas en 1965.* No. Grupo

Grupo

No. Empresa según listado

Grupo Fundidora

Empresas

Año de fundación

2

Cía. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A.

1900

4

Hojalata y Lámina, S.A.

1942

91

Fierro Esponja, S.A. Aceros Alfa Monterrey, S.A. Aceros de México, S.A. Cervecería Cuauhtémoc, S.A.

1955

1 2

Grupo Hylsa

94 121 Grupo Cervecería Cuauhtémoc

3

208

7

No. de empresa por grupo

2

1954 1958 1890

3

Monterrey: origen y destino

44 101 4

Grupo Cremi

14 167

5 6 7

Grupo Cremi y American Metal Clímax Inc. Grupo Longoria Grupo Cervecería Modelo

9 15 16 129 191 242

8

Grupo San Rafael

21

9

Grupo Atoyac Grupo Vidriera Monterrey

41

10

46 114 192

11

Grupo Campos Hermanos

47

12

Grupo El Asturiano

235

13

Grupo El Asturiano

50 251

14

CIDOSA

236

15

Grupo (us)

70

16

Grupo Santos

71

17

Grupo GonzálezRivero

77 81

18

Grupo Canadá

80

19

Grupo Loreto

84

20

Grupo Claudio Zapata

100

Empaques de Cartón Titán, S.A. Fábricas Monterrey, S.A. Cervecería Moctezuma, S.A. Central de Malta, S.A. Metalúrgica Mexicana Peñoles, S.A. Empresa Longoria, S.A. Cervecería Modelo, S.A. Empaques Modernos San Pablo, S.A. Empaques de Cartón United, S.A. Aranguren y Cía., S.A. Cía. de las Fábricas de Papel de San Rafael y Anexas, S.A. Atoyac Textil, S.A. Vidriera Monterrey, S.A. Vidriera México, S.A. Vidriera Los Reyes, S.A. Campos Hermanos, S.A. Cía. Industrial veracruzana, S.A. Cía. Industrial de Orizaba, S.A. Cía. Industrial de Guadalajara Fábrica de Máquinas, S.A. Cía. Industrial de San Cristóbal, S.A. Galletera Mexicana, S.A. Fábrica de Aceites La central, S.A. Industrias González, S.A. Fábrica de Calzado Canadá, S.A. Fábrica de Papel de Loreto y Peña Pobre, S.A. Envases de Hoja de Lata, S.A.

1936 1936 1896

2

1957 1934 1930 1925

4

1959 1954 1954 1894 1921 1909

3

1935 1944 1938 1899 1889

2

1899 1943 1954 1920 1944

2

SID 1955 1906 1949

209

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Grupo Pagliai y Dalmine Dalmine and Siderca Grupo Pagliai y American Smelting and Refining Co. y Anaconda Cooper Co. Grupo CANANEA y Condumex

21

22

23

13

Tubos de Acero de México, S.A.

1954

22

Asarco Mexicana, S.A.

1925

24 Grupo Ameo Steel Co. Grupo Condumex y Anaconda Wire and Cable Grupo Vallina

24 25 26

26 29 97 228

Grupos Vallina y Trouyet y Snia

27

33

Viscosa Grupo Cydsa y R. Brown D. Grupo Condumex y American Brass Grupo ICA y American Foreign Power Clark Equipment Grupo ICA Grupo Ramírez Grupo Fundidora Harbison

34

Walker Refractaries Co. Grupo de Dirección

28 29 30 31 32

Grupo Aarón Sáenz y First

35

210

Cobre de México, S.A. Aceros Nacionales, S.A. Condumex, S.A. Aceros de Chihuahua, S.A. Bosques de Chihuahua, S. de R.L. C.V

1943 1948 1952 1955

1952

53

Celulosa de Chihuahua, S.A.

59

Celulosa y Derivados

61

Nacional de Cobre

1952

90

Transmisiones y Equipos Mecánicos

1963

104

La Tolteca. Cía. de cemento Portland

1912

110

Industria del Hierro

1948

119

Trailers de Monterrey

122 124

127

Fábrica de Ladrillos Industriales Refractarios Harbinson-WalkerFlir Industria embotelladora de México Ingenio Xicoténcatl o Cía. Azucarera del Guayalejo S.A.

1

1954 1945

1927

1967

1948

2

Monterrey: origen y destino

36 37 38

National City Bank Grupo Aarón Sáenz y Sugar Co.United Grupo Aarón Sáenz y steel Co. Grupo Aarón Sáenz

56 157 154 299

39 40 41 42 43 44

45 46 47 48 49 50

Grupo Grumasa Grupo Resistol y Monsanto Chemical Grupo Termo Asbestos Grupo Brener Ibero-mex Grupo Ruiz Galindo Grupo Lance

Grupo el Águila y La Moderna Grupo IMSA Grupo Cementos Mexicanos Grupo Industrial Saltillo Grupo Suberbie Grupo Claudio Zapata

132 133 134 137 140 142

Compañía Azucarera de Los Mochis Productos Metálicos Steele, S.A. Ingenio Tamazula, S.A. Compañía Industrial Azucarera. S.A. Molinos Azteca. S.A. Adhesivos Resistol, S.A. Termo Asbestos, S.A. Empacadora Brener, S.A. D.M. Nacional, S.A. Fábrica de Galletas y Pastas Tres Estrellas o Lance Hnos., Ahora Lance

143

Tabaco en Rama

144

Industrias Monterrey

146

Cementos Mexicanos

149 153

Cía. Fundidora del Norte Extractos y maltas

161

Tapón Corona

1917 1950 1944

2

1939 1950 1941 1956 1952 1929 1948

1946 1936 1920 1935 1949 1936

*Esta relación fue tomada de una muestra de las 300 empresas industriales más grandes del país de acuerdo a su producción bruta total. Fuente: Cordero y Santin (1977) y Garrido (2002)

Cuadro 11. Los GEP tradicionales de monterrey y su La expansión de estos grupos industriaposición respecto a otros GEP de México, sobre la base les se dio en la década de los setenta y principios de sus ventas totales en 1984, 1990 y 1997. de los ochenta a través de dos formas: una fue la ampliación de la capacidad de producción en las unidades productivas que ya existían dentro del GEP 1984 1990 1997 grupo; y la segunda fue la diversificación de la Alfa 1 3 6 producción por la vía de la adquisición o la creaFEMSA 4 5 10 ción de unidades productivas o de empresas. La diversificación se dio a través de dos Cydsa 8 14 42 caminos: el avance hacia la producción que tiene IMSA 20 16 25 alguna liga industrial con los productos ya abarcaCEMEX 12 8 7 dos; y el proceso hacia el conglomerate (es decir, el avance hacia los ramos que no tenían ninguna AXA liga industrial con los ramos que existían dentro Vitro 6 2 11 del grupo). Protexa 9

211

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Sin embargo, esta tipología ya no es válida para el siglo XXI a raíz de los profundos cambios estructurales que llevaron a cabo la mayor parte de los grupos industriales, su estructura interna se modificó al igual que su plan de internacionalización y su posicionamiento externo. Estos cambios fueron parte de sus estrategias para consolidar su liderazgo sobre la base de crear una dinámica expansiva sostenida tanto a escala nacional como internacional. En efecto, esta reestructuración satisfactoria de los grupos industriales que incluso se quitaron la etiqueta de “industrial” para sólo denominarse por su nombre tradicional, fue resultado básicamente de la interacción de dos órdenes de factores: a) los cambios de las condiciones del entorno tanto nacional como internacional y b) las novedosas estrategias de reestructuración y crecimiento que implementaron los propios grupos económicos (en adelante GE). Los cambios en las condiciones del entorno son los relacionados con la competencia: las estrategias de reforma económica definidas por los organismos del gobierno federal, las cuales responden a los nuevos requerimientos mundiales para acceder a los recursos y a los mercados del planeta; y a las transformaciones de los patrones industriales que requieren una mayor especialización en las manufacturas sobre la base de un irrestricto soporte tecnológico. Por su parte, los cambios que implementaron los propios GE como ya se mencionó fueron: cambios en su estructura organizacional, empresa con negocios múltiples y con un corporativo en el ápice, el cual funciona como una empresa controladora de las acciones sobre las empresas del grupo, y que además cotiza en la Bolsa de Valores; y el desarrollo de una estrategia corporativa para el GE en su conjunto. Esto último se refiere a la adquisición y creación de empresas múltiples administradas bajo ciertas divisiones. Estos cambios fueron implementados por todos los GE y se presentaron en la década de los noventa con un nuevo rostro. Sin embargo, hubo dos GE que llevaron los cambios hacia a una estructura organizacional sumamente compleja y que mostraron una autonomía menos estricta a sus anti-

212

guas divisiones en materia de decisiones y financiamiento; hasta el punto de crear en ellas nuevos GE que cotizan en la Bolsa de forma independiente y son manejados por una empresa controladora en el ápice. Éstos son los Grupos Alfa y FEMSA, cuyos orígenes se remontan a los años treinta. Indudablemente, el entorno nacional cambió en los noventa. Los procesos de apertura y desregulación que experimentó la economía mexicana desde el ingreso al GATT (1986) hasta la puesta en vigor del TLCAN, en 1994, en su primera fase, obligaron a enfrentar a los GE una competencia bajo modalidades globales en su propio territorio: 1.una de las estrategias a seguir fue la puesta en marcha de la modernización de sus plantas productivas a través de fuertes inversiones en sus instalaciones y equipos, con lo cual les permitirían enfrentar a los nuevos competidores externos produciendo mercancías con estándares de calidad más próximos o equivalentes a los internacionales. 2.a partir de 1982, la reestructuración de las deudas en dólares con acreedores internacionales trajo consigo una reorganización interna no sólo organizacional, sino también de reespecialización productiva. Dicho en otras palabras, regresaron a sus habilidades iniciales y las empresas no prioritarias fueron desincorporadas del grupo. Aunque se debe aclarar que no abandonaron del todo las estrategias de diversificación siempre y cuando estuvieran ligadas a sus habilidades iniciales. 3.para compensar esta competitividad interna, los GE expandieron sus negocios en el exterior, a fin de ampliar sus mercados y mantener el flujo de transferencia financiera, tecnológica y de información a sus empresas locales. 4.la nueva estructura organizacional interna de los GE estableció una organización más descentralizada a fin de modificar sus formas de propiedad y control para facilitar las alianzas estratégicas con los capitales externos, tal y como lo hicieran los grupos

Monterrey: origen y destino

de Cervecería, Vidriera e IMSA en los años treinta, sin que ello significara abandonar la tradicional estructura de propiedad familiar.

conocido como hierro esponja (HyL), patentado en 1957 (Dávila, 1997). Al constituirse legalmente como corporativo, Alfa quedó integrado por la empresa siderúrgica Grupo ALFA Hojalata y Lámina, S.A. (Hylsa) y sus extensiones, por empaques de Cartón Titán, S.A., y 25 por ciento Este corporativo adquirió su estructura autónoma de acciones de la compañía de comunicaciones Teen 1974, al realizarse la separación del Grupo Acero levisa. En 1974, Alfa comenzaba con tan sólo doce del corporativo Valores Industriales S.A. (Visa), hoy filiales (Flores y Olvera, 1988). Aunque Empaques FEMSA. Aunque 1974 es un parteaguas, esta sepa- de Cartón Titán es una empresa fundada en 1936, ración fue producto de un proceso paulatino que el soporte y empresa madre del corporativo fue y sidesembocó en la división del corporativo privado gue siendo Hylsa, la cual inició sus operaciones de más importante de México. Su antecedente inme- 1943. No hay duda alguna que cuando menos hasta 1991, año en que el gobierno privatizó las siderurgias paraestatales, Hylsa era la empresa privada más importante dentro de la industria nacional del acero. La empresa Hojalata y Lámina nació en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, y paralelamente al proyecto siderúrgiEl Grupo Industrial ALFA es un claro ejemplo de utilización de la estrategia de diversificación. co del estado: Altos Hornos de México, diato es la constitución de la Sociedad Corporación S.A. (AHMSA), constituido en diciembre de 1941 Siderúrgica S.A. en 1967, con un capital social de (Flores, 1993). La ciudad de Monterrey ya cono425 millones de pesos. Sus accionistas principales, cía una experiencia anterior; la primera siderurgia con 800 mil acciones cada uno, fueron Bernardo implantada en América Latina fue la Fundidora de Garza Sada, Lorenzo Garza Sepúlveda y Alberto Fierro y Acero de Monterrey, instalada en 1900 y Zamora Mendoza. Estos accionistas aportaron 56.5 cuyo inicio de operaciones fue en 1903. Clausurapor ciento del capital inicial de la sociedad (Rojas da en 1986, la Fundidora de Monterrey siempre se y Rodríguez, 1988). El éxito del Grupo Acero fue dedicó a la fabricación de productos no planos, que inmediato. En 1970 se puso en marcha la primera se destinaban tanto al mercado nacional como al inplanta peletizadora de México con una inversión ternacional (Flores, 1991ª). inicial de 250 millones de pesos (Flores 1993). Si Hylsa, hay que recordarlo, nace como multáneamente, en 1971 se vendió a una empresa parte de la estrategia de expansión y diversificación extranjera, Usina Siderúrgica de Bahía (USIBA), del futuro Grupo Valores Industriales, S.A. (Visa), del Brasil, la primera planta siderúrgica dotada con proceso que se manifiesta en una etapa muy tempratecnología propia: el proceso de reducción directa, na en las empresas regiomontanas y que los inves-

213

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

tigadores sobre el tema en México lo ubican en una etapa más tardía en el contexto nacional (Hoshino, 1991; Medina Cervantes, 1984; Palomares, 1983; Castañeda, 1982; Concheiro y Fragoso, 1979; Cordero, 1977 y Cordero y Santín, 1976). Enfoque que prevalece hasta la actualidad porque los problemas, en cuanto a los corporativos industriales, se intentan explicar por el dominio del capital extranjero o del poder del Estado. Es importante analizar el mecanismo interno de su formación y desarrollo más que los factores externos, los cuales han atraído desmesuradamente la atención de los investigadores. En efecto, en 1936 se crea una de las tres sociedades corporativas en Monterrey: Valores Industriales. Esta sociedad controladora de cartera era la principal accionista de las empresas del primigenio grupo cuya empresa madre era Cervecería Cuauhtémoc, fundada en 1890. Al fundarse Hylsa, ésta se incorpora como una empresa más controlada por la tenedora de acciones VISA. La escasez en los años cuarenta de algunas materias primas que venían importándose de Estados Unidos motivó a los empresarios de la cerveza a montar una planta laminadora para proveer de tapones al envase de la cerveza producida por la compañía Cervecería Cuauhtémoc (El Porvenir, 27-IV-1943). Así fue como el 25 de abril de 1943 se produce en Hojalata y Lámina, la cual poseía sólo 24 trabajadores, “la primera lámina con planchón importado de los Estados Unidos” (Rojas y Rodríguez, 1988:58). Posteriormente, con la adquisición, en 1945, de un horno eléctrico, Hylsa se transforma en una empresa productora de acero (Flores 1993). Durante la década de los cincuenta, la empresa Hylsa avanza hacia la modernización y a su integración como industria acerera. Las nuevas instalaciones inauguradas en 1953 por el presidente de la república, Adolfo Ruiz Cortínez (posteriormente realizó una nueva visita al complejo industrial el 5 de diciembre de 1957), fueron modernizadas con nuevos equipos y maquinaria adquirida en el extranjero, gracias a dos vías de acceso al capital líquido: una fue el préstamo que se logró con el Export-Import Bank de Washington, recurriendo como aval a la institución gubernamental Nacional Financiera; y la otra se logró con la emisión de acciones (Flores,

214

1993). Ambas políticas financieras que se nos presentan como novedosas por algunos investigadores en la década de los setenta para la mayoría de los grupos industriales era una práctica común décadas atrás para las empresas regiomontanas. A pesar de la renovación de su maquinaria en esta década, a Hylsa le faltaba por resolver un problema para incorporarse de lleno al mercado nacional del acero: la materia prima. Ésta seguía imponiendo a la empresa una seria dependencia de los proveedores de chatarra estadounidenses, los cuales empezaron a limitar su exportación a México por la guerra de Corea. Tras un intenso esfuerzo de investigación y experimentación, los técnicos de Hylsa desarrollaron el primer proceso industrial de reducción directa de fierro esponja en el mundo, denominado HyL, el cual le permitió usar mineral de hierro sin la enorme escala e inversión de un alto horno. En 1957, bajo la dirección de Camilo Sada, Hojalata y Lámina patentó el nuevo método, representando éste, la aportación fundamental de Hylsa a la siderurgia mundial (Rojas y Rodríguez, 1988). La infraestructura de la ciudad de Monterrey facilitó el proceso HyL. Éste no requiere de carbón, solamente gas, por lo que se necesita un lugar donde exista o llegue suficiente volumen de este combustible. En la misma década de los cincuenta, la integración de esta industria acerera se logró con la exploración de yacimientos de minerales en el estado de Colima. En la década de los sesenta la empresa acerera tiende a expandirse: en 1960 se creó la compañía Sociedad Fierro Esponja de México (FEMSA); y en 1962 se construye el teleférico en Alzada, Colima, con una extensión de 22 kilómetros con el objetivo de unir “la planta trituradora del mineral con los patios de almacenamiento” (Flores, 1993:96). La expansión también se logra a través de la adquisición de otras empresas; en 1963 se adquiere la empresa Aceros de México, S.A., instalada en uno de los municipios del Área Metropolitana de la ciudad de Monterrey (Apodaca) con la cual, Hojalata y Lámina incursiona en la fabricación de productos no planos, como la varilla y el alambrón. Continuando con esta línea de fabricación de productos no planos, Hylsa instala, en 1969, una planta en el estado de Puebla. Ésta contaba con una “planta de reduc-

Monterrey: origen y destino

ción directa y un departamento de aceración con tres hornos de arco eléctrico, con capacidad total de 300 mil toneladas de acero por año y con dos sistemas de colada continua para procesar el acero”; la primera en su tipo en México (Flores, 1993:97). Durante la década de los setenta, Hylsa pasó a formar parte medular del corporativo más importante de México. Si algún grupo industrial se benefició y creció en forma desmesurada durante esta década –denominada década del auge petrolero– fue Alfa, constituido en 1974. Cuatro años después de su creación, la gigantesca expansión del grupo era evidente. Según la clasificación de 1978 en la revista Fortune, de las 500 corporaciones más poderosas fuera de los Estados Unidos, Alfa aparecía en un honroso lugar 373, tan sólo superada por otra empresa mexicana de capital estatal: Petróleos Mexicanos (PEMEX), que ocupaba el lugar 66 (Flores y Olvera, 1988). En su informe anual de 1980, rendido a los accionistas del corporativo, Alfa comunicaba que contaba con 157 filiales diseminadas en 39 ramas de la economía. Ese año la División Acero –Hylsa y sus extensiones– representaba 43.6 por ciento del total de las ventas, 39.9 por ciento de los activos y 24.8 por ciento del personal empleado. Durante la década de los setenta, particularmente en su segunda mitad, el corporativo avanzó hacia ramos de la economía que no tenían ninguna liga industrial con los ramos ya existentes dentro del

grupo. El financiamiento extranjero fue parte fundamental de la política de crecimiento. En su ascenso, el capital foráneo fue recibido con beneplácito. Entre otras asociaciones, Alfa compra, en 1977, Fibras Químicas, en la que la transnacional AKZO participa como socio minoritario; compra Megatek en asociación con la Hytachi; y coinvierte, en 1978, con la multinacional Ford Motor Company, en la empresa Nemak, para fabricar cabezas de aluminio para motores. En efecto, el crecimiento de este corporativo fue principalmente financiado por capital bancario externo.8 Por ello, al avecinarse la crisis a mediados de 1981, fue el grupo que más la resintió, quedando fuertemente endeudado con bancos del exterior. En 1974, la empresa se denominó “Grupo Industrial Alfa” como unidad de fomento y a sus subsidiarias “sociedades promocionadas”. Era indudablemente el grupo industrial privado más grande de México con activos de más de 500 millones de dólares y más de 9 mil empleados. El entorno económico y social no era nada favorable y la escasez en la materia prima, insuficiencia de energía y créditos limitados eran una realidad cotidiana. A un año de fundada, Alfa adquirió varias empresas y así respondió a su objetivo de crecimiento tal y como lo dicta la estrategia de diversificación; se creó Casolar para el desarrollo de complejos turísticos. En 1975 esta empresa compró la mayoría de las acciones de Las Hadas, un complejo hotelero ubicado en Manzanillo, Colima, así como más de quinientas hectáreas que rodeaban al hotel para futuros desarrollos. Su división Nylmex adquirió, en 1975, 56 por ciento de las acciones de Nylon de México en asociación con Dupont, líder mundial en tecnología de fibras sintéticas. También en ese año, Alfa adquirió Philco, empresa dedicada a la manufactura de productos Hojalata y Lámina inició el 25 de abril de 1943 con 24 trabajadores.

215

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Para 1979, el Grupo Industrial Alfa incursionó en el sector agroindustrial.

y partes electrónicas para venta al menudeo. A partir de 1977, cuando Alfa es considerado un corporativo, su director general ejecutivo y su comité de asesores cumplen un nuevo rol al que se le asigna la responsabilidad de la alta administración y el de “crear los negocios del futuro”. Para agosto de 1978, Alfa emitía dos ofertas públicas (una en acciones y otra en bonos) para continuar financiando su expansión (Dávila, 1997). En 1979, Alfa incursionó en el sector agroindustrial con la adquisición de Agromack, empresa que controlaba el 100 por ciento de las acciones de la empresa Massey Ferguson de México, productora de tractores industriales y agrícolas, así como equipo para la agricultura. Ese mismo año se funda la División Alimentos, división que aglutinó las numerosas adquisiciones de procesadoras de productos de carne, aceites vegetales y enlatados. Fueron diez las empresas que se adquirieron en este ramo: Almak, International Meat and Food Productos, Empacadora Fud, Empacadora de Chihuahua, Empacadora de Juárez, Empacadora y Ganadera de Occidente, Aceitera El Salto, Industrializadora del Cerdo, Nueva Empacadora Ibero-Mex y Empacadora de Carnes de Zacatecas (Dávila, 1997 y Flores y Dávila, 1996).

216

Para 1980, la División Industrias seguía siendo la más importante e incluso ese año mostró una vigorosa expansión: se adquirieron las empresas La Marina, fabricante de lonas, redes e implementos para la pesca; se adquirió Corporación Industrial Mexicana, fabricante de lavadoras, secadoras y lavadoras de vajillas, vendidas bajo las marcas Easy y Excell; se formó Telko, empresa en el área de las telecomunicaciones; se formó Maztra en coinversión con la firma japonesa Yamaha, Ltd; se fundó Turbomak en asociación con Siemens; y finalmente se creó la empresa Vektor, donde Alfa incursionó en el negocio de servicios especializados en ingeniería y construcción de tecnología avanzada.9 La crisis que afrontó el conglomerado a mediados de 1981 se debió al brusco cambio que sufrió la economía mundial y nacional en este período. Entre otras razones por las que el corporativo notificó oficialmente, en mayo de 1982, ante 134 bancos extranjeros, su incapacidad financiera se encuentran: la devaluación del peso mexicano; el crecimiento de las tasas de interés internacionales; disminución de los subsidios estatales, y el descenso de sus acciones en la Bolsa de Valores (Flores y Olvera, 1988). Para amortiguar la crisis del grupo tuvo lugar un financiamiento extraordinario por parte del gobierno federal a través del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS).10 Este financiamiento se otorgó en buena medida a la política que había llevado Alfa en años anteriores, la cual era invertir en empresas consideradas clave para el desarrollo industrial del país. Los recortes presupuestales dentro del corporativo no se hicie-

Monterrey: origen y destino

ron esperar; a fines de 1981, el corporativo anunció oficialmente haber prescindido de 4,300 empleados y haber vendido empresas por un valor de 5,697 millones de pesos (Flores, 1993). La crisis de este gran conglomerado regiomontano repercutió en otras zonas del país, particularmente en aquéllas donde el grupo tenía proyectos de inversión. El caso más sobresaliente fue el paro de la construcción del gran complejo en Altamira, Tamaulipas, ahí se tenía planeado construir dos plantas siderúrgicas y otras industrias petroquímicas. El gobierno, a través del Fondo Nacional de Desarrollo del Puerto Industrial (FONDEPORT), había hecho ya una inversión inicial de tres mil millones en obras de infraestructura. Esta concesión otorgada a Alfa estuvo estipulada en forma exclusiva e intransferible, lo que dio lugar a un “vacío de operaciones” (Lavín Higuera, 1983). Para salir de su situación crítica, Alfa logró negociar la reestructuración de su deuda con los bancos extranjeros. En efecto, Alfa practicó como estrategia corporativa, desde su fundación y hasta la crisis de 1981, la adquisición y creación de empresas múltiples administradas bajo ciertas divisiones. La diversificación terminó por demostrar un margen mínimo de control sobre sus Unidades Estratégicas de Negocios (UEN) por parte del corporativo para responder ante crisis tan profundas como la de 1981-1982. En un proceso largo y sinuoso de reestructuración que inició en 1982, Alfa logró sanear sus finanzas (sobre la base de desincorporaciones masivas de empresas y concentración en sus sectores clave) y presentar un nuevo rostro organizacional en 1993. Dicho en otras palabras, “Alfa actuó inmediatamente; primero determinó cuáles eran las operaciones críticas. Segundo, diseñó una serie de estrategias para amortiguar el impacto de la crisis en esas operaciones. Y tercero, empezó una nueva etapa, con nuevos objetivos, con estrategias mejor dirigidas, con una administración moderna y con miras a una internacionalización de sus productos” (Dávila 1997:17). La estrategia financiera que se gestó en 1982 no sólo reforzó la posición financiera de las empresas de los diferentes grupos de Alfa, sino también, a decir de Dávila (1997), su posición competitiva.

1.primero, el proceso de descentralización que empezó en 1982, culminó en 1993 al hacer pública la nueva estructura de Alfa Ápice. Ésta se compuso por cuatro grupos independientes de empresas de los cuales se pretendió que tres cotizaran en la Bolsa. Estos grupos fueron Hylsamex, Sigma, Alpek y Versax. Cabe aclarar que este último grupo fue el que se planeó que no cotizara en la Bolsa y Alpek es fecha (1998) que todavía no cotiza. A esta estructura organizacional se agregaría un nuevo grupo, la compañía tenedora Onexa, en octubre de 1996. Para 1997, Alfa Ápice se constituyó por encima de estos cinco grupos cuyos corporativos representan a las cinco empresas controladoras, que a su vez controlan la mayoría de las acciones de las numerosas empresas subsidiarias. En este sentido, Alfa Ápice es propietaria o controla directa o indirectamente la mayoría de las acciones comunes (representativas de sus capitales sociales), no solamente de sus empresas controladoras, sino también de sus subsidiarias. 2.segundo, la autonomía que les dejó la descentralización del corporativo, permitió que cada grupo formara un Consejo de Directores con miembros externos a la administración de las empresas. Esto trajo como consecuencia una visión más amplia para dirigir las operaciones del grupo. 3.tercero, las empresas de cada grupo operaban con tecnología de punta, con estándares internacionales, y con un nivel de productividad más alto que el del país. Alfa reportó, entre 1988 y 1993, un índice de productividad constante de 9 por ciento, en comparación de un seis por ciento promedio que el país reportó en la industria manufacturera antes de la crisis de 1995. 4.por último, en dos de los grupos (Sigma y Versax) se nombraron, en 1993, nuevos directores generales, miembros también, como Garza Medina, de la cuarta generación de la familia fundadora del grupo. Asimismo, la participación de Alfa en el proyecto Ales-

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tra –en alianza estratégica con AT&T– se amplió a otros miembros de la familia fuera de la empresa controladora. La participación de Alfa y VISA-Bancomer en Alestra es administrada por la compañía tenedora Onexa, de la cual ambos son propietarios. El consejo de administración de Alestra es presidido conjuntamente por Dionosio Garza Medina y Eugenio Garza Lagüera, quienes también son presidentes de los Consejos de Alfa (desde 1994) y VISA-Bancomer (desde 1974), respectivamente.11 Paralela a la compra, en diciembre de 1997, de 70 por ciento de la Siderúrgica de Orinoco (Sidor) (ubicada en Venezuela) por parte del consorcio denominado Amazonía –en la cual Hysalmex participa con 30 por ciento– se nombró al presidente y director general de Hysalmex, Alejandro Elizondo Barragán, como presidente del consejo de adminstración de Sidor.12 Al iniciar la década de los noventa, el país mostró una mejoría económica substancial. El producto interno bruto creció por arriba de 3 por ciento anual entre 1990 y 1992. La inflación se redujo a menos de 20 por ciento anual hasta llegar a un dígito el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Al mismo tiempo, el gobierno federal inició un proceso de privatización de las empresas y bancos estatales, y de desregulación de los mercados. Todo ello tuvo el objetivo de preparar al país para enfrentar una economía mucho más abierta que culminaría con el arranque del TLCAN el 1 de enero de 1994. Esta transformación nacional permitió a Alfa que redefiniera sus negocios en términos de industrias globales y a enfocarse a desarrollar su competencia internacional. Al inaugurar la década de los noventa, desempeñaba sus actividades a través de 108 empresas subsidiarias ubicadas en más de 50 ciudades del país. Incluyendo ocho entidades tenedoras intermedias y 100 operadoras (Caintra, 1989). En cuanto a su reestructuración interna, para 1990 el grupo contaba con cuatro sectores en los que se apoyaba la administración de las empresas. Éstos eran: Acero Básico, Petroquímica, Empresas Diversas y Alimentos.

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En el sector Acero Básico se encontraba la empresa madre del Grupo, Hylsa, además de Atlax y Metalmex. En Petroquímica se tenía a las empresas Arka-Fibras Químicas y Nylon de México, Petrocel, Polioles y Selther. En Empresas Diversas (aquí se encuentran la industrias hacia donde avanzó el conglomerado y que no tenían alguna liga industrial con los productos abarcados inicialmente, con excepción de la empresa Titán): Terza, La Marina, Makrotek, Galvak y Nemak. Finalmente, en el sector alimentos estaban Sigma Alimentos y Alimentos Libay productores de las marcas FUD y San Rafael. Para 1990 el corporativo mostraba asociaciones estrechas con firmas importantes en el extranjero. Entre otros se encontraban asociados con BASF y GHH-MAN de Alemania; Gechem de Bélgica; Duro Felgen de España; Dupont, Hercofina, Ford Motor Company y Dravo de los Estado Unidos de América; AZKO y ESTS de Holanda y Kawasaki Heavy Industries de Japón (Caintra, 1989). Estas alianzas estratégicas formaban parte de su preocupación por la internacionalización de sus negocios. Desde mediados de la década de los ochenta, Alfa, como los otros corporativos de México, ha establecido un proceso de reorientación hacia los mercados de exportación. Una muestra de ello fue que, en 1988, las ventas de Alfa al exterior fueron de 310 millones de dólares; lo que representó un incremento del 36 por ciento con respecto al año anterior (Flores, 1993). Entre las principales empresas exportadoras (1989) se encontraba Petrocel con cerca del 36 por ciento del total del corporativo; Arka con 23 por ciento; Hylsa con 19 por ciento y Nemak con 10 por ciento (Flores, 1993). Para 1993, una nueva reestructuración interna del grupo facilitó la descentralización de cuatro grupos independientes de los cuales se pretendió que tres cotizaran en la Bolsa. Estos grupos fueron Hysalmex, Sigma, Alpek y Versax, a los cuales se incorporó la compañía tenedora Onexa en octubre de 1996. Con ello, las anteriores divisiones y empresas subsidiarias de Alfa consiguieron mayor libertad para obtener fondos a fin de financiar sus proyectos de inversión no sólo a través del crédito, sino también a través de capital, y así mostrar un mayor margen y flexibilidad en la toma de riesgos financieros.

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Para fines de 1994, México volvió a convulsionarse a la devaluación, sus productos compitieron en otra crisis, en esta ocasión la más fuerte caída del agresivamente en los precios con los de los Producto Interno Bruto de su historia reciente, caproductos extranjeros (Dávila, 1998: 19). yendo éste, en 1995, a menos 6 por ciento. A pesar El presidente del Consejo y director ejecude ello, y en comparación con la macrocrisis anterior tivo de Alfa, Dionisio Garza Medina, expuso, en de 1982, Alfa estaba preparada para enfrentar con el Informe Anual de 1994, que las ventajas coméxito la crisis de 1995. Para entonces, y gracias a la petitivas del consorcio se ubicaban en: “Plantas de reestructuración profunda que implementó varios producción modernas; alianzas estratégicas; costos años atrás, su estrategia de operación era firme y ro- competitivos reforzados por el valor del peso; altos busta, amén de sus exportaciones en constante cre- niveles de exportación que les ofreció acceso a mocimiento. Estas exportaciones se basaban y se ba- nedas y financiamientos extranjeros; mayor producsan en dos pilares: en la tividad que el promedio producción de bajo costo de la industria mexicana que a su vez estimula sus de manufactura; y, finalíndices de productividad mente, una estrategia altamente competitivos. financiera flexible desde Esto le redituó, pues en que dos de sus subsidia1994 se convirtió en el rias cotizan en la Bolsa exportador de producMexicana de Valores.” tos manufacturados más Un año después, en grande del país después 1995, Alfa reportaba un de la industria automoaumento en su índice de triz. A pesar de que la productividad de 6 por macrodevaluación del ciento, comparado con 1 peso frente al dólar en por ciento de la industria 1995 impactó los márgemanufacturera del país. nes de operación de las En efecto, uno empresas del Grupo, a de los impulsores de la decir de Dávila (1997), reestructuración de Alfa este efecto se revertió de en los últimos años ha forma positiva por dos sido su actual presidente razones: y director general, DioUna, porque la pronisio Garza Medina.13 Con 45 años de edad (en ductividad de las 1999), este empresario subsidiarias continuó graduado en ingenieincrementándose; y ría industrial y con una dos, las industrias del maestría en Stanford y acero y la petroquímica tuvieron su repun- Dionisio Garza Medina presidió, junto con Eugenio Garza Lagüera, otra en administración los consejos administrativos de Alestra, Alfa y VISA-Bancomer. en la Escuela de Graduate en los mercados dos de Harvard, regresó internacionales. Esto a trabajar a México en lo que estimaba una empresa se vio reflejado en el nivel de exportaciones floreciente en 1979.14 Sin embargo, un año después, que tuvieron en el año y que fue de 21 por Alfa se cimbró ante el presagio de una de las más ciento del total de los ingresos... Además, fuertes crisis económicas que ha tenido México en Alfa también empezó a recuperar su posisu historia reciente. Trabajando ante un entorno ción en el mercado nacional ya que, debido

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económico adverso y hostil, Garza Medina endere- (que tiene alianzas estratégicas con MAN GHH zó la empresa más antigua del Grupo: Empaques de Alemania, Kvaerner Davy de los Estados Unide Cartón Titán. A su juicio, éste fue su primer reto dos y con Kawasaki Heavy Industries de Japón), ya que Titán presentaba más pasivos que activos.15 Galvak, Galvamet, Hylsa-Bekaert, que comparten Gracias a la exitosa reestructuración de la empresa 50 por ciento con la firma N.V. Bekaert de Bélgica que le tocó dirigir, fue encomendado por el Consejo y finalmente Acerex, que posee 50 por ciento con Ejecutivo, en 1990, para sanear otra de las empresas Worthington Industries de la Unión Americana. El del grupo, en esta ocasión Sigma Alimentos. Como Grupo petroquímico y de fibras sintéticas de Alfa director de la empresa, entre 1990 y 1994, reestruc- (ALPEK) tiene a Petrocel y Tereftalatos Mexicanos turó negocios, cerró otros, se cambió la manera de en asociación con la firma estadounidense Amoco operar y redujo costos. El resultado: el paso de una (9%); a Akra en alianza con Dupont (40%); Poempresa que no tenía liquidez para pagar a sus seis lioles en alianza con BASF de Alemania (50%); e mil empleados a los quince días que fue nombra- Indelpro, productora de resinas de poliuretano, en do Garza Medina, a una empresa potente, en pleno alianza con Montell de Estados Unidos (49%). El crecimiento y sostén del conglomerado Alfa.16 El tercer Grupo es SIGMA, cuya empresa principal es Consejo Ejecutivo alabó su labor como el arquitecto Sigma Alimentos, productora de carnes procesadas, de la reedificación de Titán y Sigma Alimentos, por productos lácteos y comidas mexicanas refrigeralo que se pensó que si había realizado una verdade- das, en alianza con Óscar Mayer (EUA), Sodima ra labor de salvamento con dos de las empresas del (Francia) y Tyson Foods. El cuarto Grupo es VERgrupo en un entorno económico adverso, ese era el SAX, autodenominado Negocios Diversos, en la hombre que necesitaba el puesto cúspide de Alfa. cual se encuentran las empresas Nemak, productora En 1994, Garza Medina es nombrado presidente de de cabezas de aluminio para motores en asociación grupo; fiel representante de una nueva generación con Ford (20%); Selther-Simmons, fabricante de de empresarios, Garza Medina considera que los colchones; Terza, fabricante de alfombras y Total hombres de negocios deben tener, en este México Home, tiendas de distribución de materiales para de la transición democrática sin precedentes, un construcción. Finalmente Onexa, cuya empresa rol más activo en la sociedad, por ello no nos debe principal es Alestra, compañía telefónica de larga sorprender el que haya sido elegido como presidente del Consejo Ejecutivo de la Universidad de Monterrey. Para fines del siglo XX, Alfa poseía cinco grupos de los cuales dos cotizaban en Bolsa. El porcentaje de tenencia que tiene en cada uno de estos Grupos es el siguiente: en Hysalmex 82 por ciento; en Alpek 100 por ciento; en Sigma 87 por ciento; en Versax 100 por ciento, y, finalmente, en Onexa 51 por ciento. Las principales empresas del Grupo Siderúr- El Tratado de Libre Comercio redefinió los negocios en términos de industrias globales y gico (Hysalmex) son Hylsa desarrollar una competencia global.

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Sigma Alimentos, bajo la dirección de Dionisio Garza Medina, se convirtió en el sostén del conglomerado ALFA.

distancia y asociada con AT&T de Estados Unidos y con el Grupo mexicano Bancomer-Visa (Flores, 2000).

Industrias AXA

and Cable (Cordero, 1977). Actualmente, cuarenta y tres años después, esta empresa muestra cómo su diversificación productiva estuvo basada en la identificación de sus habilidades iniciales: produce cables de cobre y aluminio para distribución y transmisión eléctrica, cables aislados de energía de uno a 115 KV, cables para mina, cables flexibles, cables para la industria electrónica, alambres y cables para la construcción, cables telefónicos y alambre magneto redondo y rectangular. El crecimiento general experimentado en México durante la década de los setenta facilitó su expansión. Pronto se convirtió en uno de los principales fabricantes del ramo. Entre 1975 y 1977, se consideró su más “exitosa trayectoria”. No era para menos, en 1975 adquirió Luminisistemas, compañía que diseña y fabrica balastras y luminarias. Al año siguiente no sólo inició operaciones Prolec, fabricante de transformadores eléctricos, también fue adquirida la moderna planta elaborada de carnes frías Kir Alimentos (Flores y Olvera, 1988). Simultáneamente, en 1976, el corporativo sufre una nueva reorganización donde se procede a la separación de la función administrativa del grupo en conjunto, se expande la empresa Multilec fabricante de arneses automotores e industriales, y deja de ser una división más de Conductores Monterrey para pasar a ser una compañía independiente (Flores, 1993). En estas fechas también Kemek, dedicada a la elaboración de barnices, esmaltes y otros

El Grupo Industrias AXA, el más joven de los diez, fue constituido en 1974 con el nombre de Industrias CM. Posteriormente, en 1985, la corporación adopta su actual razón social. La empresa madre del grupo, que iniciara sus operaciones en 1956 con tan sólo 35 trabajadores, fue Conductores Monterrey, fabricante de alambres y cables eléctricos en general (Flores y Olvera, 1988). Esta empresa, con predominio de capital privado regiomontano (Grupo Garza Hnos.), inició con una participación minoritaria de capital Dionisio Garza Medina fue elegido presidente del Consejo Ejecutivo de extranjero, representado por Canadá Wire la Universidad de Monterrey.

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productos químicos; y Celeco, fabricante de artículos de porcelana eléctrica, se reafirmaron como las divisiones más importantes de Conductores Monterrey y de Prolec, respectivamente. En 1983, a pesar de la crisis, son incorporadas Tisa y su subsidiaria Tisamatic, fabricantes de piezas de fundición. En 1987, su proceso de expansión hace entrar en operaciones a la empresa Axa Yazaki, ubicada en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey, en coinversión entre el corporativo regiomontano y Yazaki Corporation, líder mundial en la fabricación de arneses automotrices de alta calidad (Caintra, 1989). En la década de los noventa se fundan cuatro plantas más: dos en México y dos más en Brasil. En México se funda INDA, empresa que elabora recubrimientos en polvo termoendurecibles de aplicación industrial; y TelRed, empresa en el ramo de las telecomunicaciones que se dedica a la construcción de infraestructura de redes para la transmisión de voz, datos e imagen. En Brasil iniciaron operaciones Helfont, en Sao Paulo, una planta con tecnología mexicana que fabrica balastros para lámparas fluorescentes y de HID; y Sao Marco, empresa ubicada en Sao Paulo y la otra en Minas Gerais, ambas fabricantes de alambre magneto (Flores, 2000). El avance hacia la exportación ha exigido a esta empresa, como a las demás, la innovación y el continuo desarrollo tecnológico. Esto ha hecho que numerosos productos del corporativo sean reconocidos –tras un largo proceso de control de calidad (1986-1989)– por institutos y asociaciones de Estados Unidos y Canadá.17 La garantía de calidad que ofrecen estas asociaciones de Norteamérica ha sido la base para poder penetrar en los mercados allende el Río Bravo y ahora, en la década de los noventa, en el MERCOSUR.

Grupo Cementos Mexicanos El origen del Grupo Cementos Mexicanos (CEMEX), data de 1906, año en el que se fundó, en el municipio de Hidalgo, Nuevo León, una de las primeras fabricas cementeras en el país. Catorce años después, en 1920, fue fundada la otra empresa que

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completaría la base de arranque del futuro grupo cementero: Cementos Portland Monterrey, S.A., ubicada en la ciudad de Monterrey. El 8 de junio de 1920, cinco miembros de la familia Zambrano, dos de la dinastía de los Madero –Alfonso y Salvador–, y Santiago Belden, entre otros, constituyeron esta compañía. Al adquirir un terreno mayor a las dieciséis hectáreas del empresario Vicente Ferrara, presentaba una capacidad de producción, para 1923, de cuatro mil sacos diarios de cemento, bajo un capital de un millón 200 mil pesos (Flores, 1991). En 1931, la fusión de ambas empresas en una sola denominada Cementos Mexicanos, S.A., da como consecuencia el surgimiento de la piedra angular del Grupo Industrial actual (Caintra, 1983). La creciente demanda del ramo de la construcción en la ciudad de Monterrey y alrededores, favoreció las expectativas de crecimiento de esta industria cementera. A partir de 1964, no sólo logra satisfacer con creces la demanda del mercado de cemento local, sino que inicia una etapa de descentralización y expansión industrial, al adquirir nuevas plantas en otras regiones del país. En 1966, CEMEX adquiere la empresa Cementos Maya en Mérida, Yucatán; al año siguiente se inicia la construcción de las plantas de cemento en Torreón, Coahuila y Ciudad Valles, San Luis Potosí. La reconversión industrial que se proyecta en la década de los setenta inicia en 1972 con la ampliación de sus plantas y la puesta en marcha de nuevos y modernos hornos en Mérida y Monterrey. Al año siguiente se adquiere una planta cementera ubicada en León, Guanajuato, con una capacidad de 500 mil toneladas. Es en 1976 cuando CEMEX, al igual que otros grupos industriales, cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Ese mismo año adquiere la firma Cementos Guadalajara e inicia su internacionalización al exportar parte de su producción. La continua modernización de sus plantas favorece la operación de nuevos hornos en las fábricas de Mérida, Monterrey, Torreón y Ensenada, entre 1978 y 1979 (CEMEX, 1999). Su participación en el mercado del cemento nacional es cada vez más elocuente: en 1971 el 11.7 por ciento del cemento producido en el país

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En 1987, el grupo realizó una trascendental proviene de las industrias CEMEX; en 1980 contabiliza 28.3 por ciento; y en 1992, monopolizaba 63 operación para conservar y aventajar su liderazgo: por ciento de la producción nacional en este rubro adquirió la empresa Cementos Anáhuac y sus dos plantas con una capacidad conjunta anual de casi (Flores, 1993). Ante la contracción del mercado interno en 5 millones de toneladas. Éstas eran las plantas de 1982, particularmente ante la caída de los grandes mayor capacidad existentes en el país: la planta Baprogramas de inversión pública, CEMEX toma la rrientos con una capacidad de 2.5 millones de tonedecisión de virar hacia la satisfacción de los media- ladas anuales, y la planta Anáhuac del Golfo, con nos y pequeños consumidores, pero, sobre todo, vi- una capacidad similar (2.45 millones de toneladas sualiza como una oportunidad el mercado externo. anuales). Con esta adquisición la expansión territoAl año siguiente (1983) el grupo duplica sus expor- rial de CEMEX en el mercado nacional se completaciones al implementar el traslado por carretera de mentó, ya que la presencia de Cementos Anáhuac buena parte de su producción a los mercados fron- en el istmo y en el centro del país se sumó a la ya terizos como Texas, Nuevo México, Arizona y Cali- existente por CEMEX en el norte, en el occidente fornia. El año de 1985 es trascendental para el grupo, y en la península de Yucatán. Aunado al flete que ya que inicia un ambicioso proyecto de globaliza- poseía Anáhuac por vía marítima a las costas del ción que traerá como consecuencia los cambios más Golfo de México (flete del que carecía CEMEX), profundos en su estructura productiva y organiza- particularmente a la Florida y Louisiana, el grupo cional. La expansión y el crecimiento bajo altos es- pudo ampliar su mapa de exportaciones además de tándares de calidad tiene como principal artífice a las ya consolidadas al sur de Estados Unidos (vía un nuevo director general de 42 años y egresado de terrestre), el Caribe y Centroamérica (García de la Universidad de Stanford: Lorenzo H. Zambrano. León, 1993). De esta forma, es en la segunda mitad de la El propio Zambrano declaró a la revista Expansión, en 1987, la nueva visión del grupo: o se consolidaba década de los ochenta cuando el Grupo CEMEX como una empresa de talla mundial o se quedaba amplió su cobertura tanto interna como externa y observando cómo los grandes holdings extranjeros se convirtió en el primer productor y exportador de absorbían el mercado en los países en desarrollo. Cemento Portland –principal productor de esta inZambrano comentó que de no hacerlo: “No pasaría mucho tiempo en convertirse en una pequeña empresa regional, sufriría la expulsión de sus mercados de exportación del sur de Estados Unidos y reduciría sustancialmente su participación en el mercado nacional”.18 Bajo esta estrategia, a partir de 1986, se iniciaron cambios tecnológicos importantes en los hornos y circuitos de molienda en sus principales plantas. Asimismo, se dio un fuerte impulso a los proyectos de exportación del grupo con la formación (1986) de dos compañías comercializadoras en Estados Unidos: la Southwestern Sunbelt Cement y la Texas Sunbelt Cement, ambas sociedades en coparticipación con empresas cementeras de la Para 1993, CEMEX se posicionaba como la cuarta compañía de cemento Unión Americana. más grande en occidente, así como la cuarta en ventas a nivel mundial.

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dustria– no sólo en México, sino del subcontinente latinoamericano.19 Para 1987, CEMEX poseía una producción total de 13 millones de toneladas anuales, de las cuales casi una tercera parte se destinaba a la Unión Americana. Es también en 1987 cuando el grupo se asoció con la cadena Marriot Corporation, iniciando al año siguiente la construcción de dos hoteles de gran turismo e inaugurados en octubre de 1990: uno en Puerto Vallarta, Jalisco, y el otro en Cancún, Quintana Roo, con una oferta conjunta de 898 habitaciones (Caintra 1990). A partir de esta asociación se crea la División Turismo, dentro de la estructura organizativa del grupo (ya desaparecida debido a las nuevas reestructuraciones internas). Esta diversificación respondió en su momento, según su director general, a la necesidad de invertir los activos sujetos a una depreciación acelerada y evitar así la descapi-

Lorenzo Zambrano ocupó la presidencia de CEMEX en 1985.

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talización por una alta carga fiscal. Zambrano comentó a Expansión: De ahí que, con la capacidad de inversión adicional que tenemos, decidimos incursionar en el turismo, porque es una rama en la que podemos tener depreciaciones a corto plazo relativamente fuertes.20 La política agresiva de expansión en México se completó prácticamente en 1989 al adquirir en junio la mayoría de las acciones de la segunda empresa cementera del país: Cementos Tolteca y sus siete plantas con una capacidad conjunta de 6.8 millones de toneladas anuales. CEMEX adquirió 49 por ciento de las acciones puestas en venta por la compañía inglesa Blue Circle, coaccionista del Grupo Mexicano Tolteca, compuesto por varios accionistas independientes. En la transacción financiera con Blue Circle, el grupo adquirió dos empresas productoras de cemento ubicadas en el estado de Texas, la Gulf Coast Portland Cement, productora de 40 por ciento de la producción total del área de Houston, y la empresa Houston Shell and Concrete (García de León, 1993). Esta estratégica y compleja operación significó para CEMEX un gran salto en todas sus cifras. Su producción anual se elevó de 13.5 a 20.3 millones de toneladas; sus exportaciones se elevaron de 4 a 5 millones de toneladas anuales, llegando a concentrar 85 por ciento de las exportaciones totales de la industria cementera; el número total de trabajadores se incrementó de 9,000 a 14,500, e internamente pasó a controlar 66 por ciento de la producción y del mercado nacional, por encima de la participación del Grupo Apasco (14%) su más cercano competidor.21 Con esta adquisición se convirtió en la cuarta compañía más grande de cemento en el hemisferio occidental y la cuarta en ventas en el ámbito mundial, después de las poderosas

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transnacionales cementeras Holderbank de Suiza; Italcementi en Italia y Lafarge de Francia.22 De hecho, este ascenso entre las principales holding planetarias se hizo a costa de desplazar en el mercado doméstico a la empresa Holderbank y Lafarge, quienes también estaban interesados en adquirir las acciones de Blue Circle. En esta transacción, la Holderbank perdió la posibilidad de consolidar su primera posición en el suroeste de los Estados Unidos, y para la empresa Lafarge le habría abierto las puertas al mercado mexicano y el control de sus exportaciones al vecino país del norte. Pronto le cobraron factura a CEMEX, en esta ocasión no en México, pero sí en el mercado estadounidense donde estaba el principal destino de sus exportaciones. Al año siguiente CEMEX continúa con su impulso hacia el crecimiento, e inaugura la Planta Yaqui con una capacidad inicial anual de producción de 1.2 millones de toneladas, en un solo horno. Para fines de ese año, y aunado a la modernización y crecimiento de la producción de otras plantas, el Grupo alcanzó una capacidad instalada de producción en todas sus plantas de 27 millones de toneladas anuales (CEMEX, 1999). Sin embargo, el primer obstáculo que enfrentó CEMEX en su meteórica incursión internacional fue la cerrada competencia que tuvo en el vecino país del norte. Para 1989, CEMEX tenía consolidado el mercado del sur de Estados Unidos y parte de la costa de Golfo, lo que empezó a inquietar cada vez más a los productores domésticos. Aunque es de aclarar que para ese año, alrededor de 65 por ciento del capital de la industria cementera en ese país estaba en manos extranjeras, principalmente de las grandes compañías europeas. En 1989, y de acuerdo a la legislación comercial vigente en Estados Unidos (la cual establece que cualquier empresa u organización puede solicitar a las autoridades que se apliquen gravámenes contra las importaciones que son introducidas a precios dumping, es decir, por debajo de sus costos de producción), el Comité de Productores de Cemento Estadounidense, que agrupa a los fabricantes de los estados fronterizos de México y la Florida, presentó ante las autoridades de comercio una queja interpuesta por siete compañías cementeras acusando a sus competidores mexicanos de

vender su producto a mitad de precio en los Estados Unidos.23 Entre las empresas demandantes estaban la Boxcrow y la Ideal, subsidiarias de la Holderbank y socias de Apasco. La demanda, no queda duda alguna, fue una respuesta contundente ante la agresiva expansión de CEMEX y su nueva estrategia de penetración al mercado estadounidense a raíz de la compra del Grupo Tolteca. Después de un año de enfrentar y defenderse de la demanda antidumping ante las autoridades de comercio en el vecino país, en agosto de 1990 se dictaminó que efectivamente las importaciones mexicanas dañaban a los productores domésticos al venderse por debajo del costo de producción, por lo que el producto fue gravado con un impuesto compensatorio de 58 por ciento, aplicable durante diez años (fecha en que se volverá a revisar el caso) a partir del primero de octubre de 1990. El impacto inmediato fue la caída en el siguiente año de casi 80 por ciento de las exportaciones de CEMEX hacia Estados Unidos.24 De nueva cuenta Zambrano y su equipo de asesores tuvieron que realizar ajustes en los planes de internacionalización del sector cementero mexicano. Para este equipo empresarial, la alternativa más viable ante las dificultades enfrentadas fue tratar de diversificar el destino de sus exportaciones, pero en esta ocasión se fue más allá de lo practicado hasta entonces. La novedad consistió en una política de comprar empresas posicionadas en países estratégicos, pero necesitadas de inversión y modernización en sus instalaciones. Con ello se pretendió consolidar y posteriormente fortalecer su posición de liderazgo mundial. Para Zambrano y su equipo, la solución estaba en que si no se podía exportar cemento a precios competitivos a Estados Unidos desde sus plantas en México debido al gravamen, pues se exportaría desde otros puntos del planeta. De esta forma se diseño la nueva expansión de CEMEX para los noventa. Zambrano la definió así en 1998: Entonces, en 1992, decidimos ir a Europa y se presentó la oportunidad de entrar en forma muy importante en España. La idea de ser grande y de esa manera poder defendernos de nuestros competidores,

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las dos principales cementeras en ese país, Valenciana y Sansón. Con ellas se adquiría la participación de 28 por ciento de ese mercado nacional.26 Dos años después CEMEX vivió su mejor época financiera, adquirió las empresas Vencemos en Venezuela y Cemento Bayano en Panamá. Meses después volvía a incursionar en el mercado estadounidense con la adquisición de la planta Balcones en La empresa dominicana de Cementos Nacionales fue adquirida por CEMEX en 1995, consolidando la expansión de la empresa mexicana. New Braunfels, en el estado de Texas. la verdad fue una estrategia que en aquel Para 1994, el grupo cementero tenía una capacidad tiempo se veía riesgoso y algunos nos critide producción instalada de 42 millones de toneladas caron, porque cómo se atrevía una compañía anuales y su valor en la Bolsa rebasaba los 11 mil mimexicana a comprar empresas en España y llones de dólares (CEMEX, 1999). Pero la profunda Estados Unidos, cómo las iba a manejar, crisis mexicana, iniciada en 1995, y la consiguiente pero tenemos sistemas de información muy devaluación de la moneda mexicana, hicieron bajar avanzados que nos ayudaron en el manejo el precio de las acciones de CEMEX en un 50 por de las empresas. ciento. Todavía en 1998, CEMEX era valorada en Normalmente tenemos tecnología de punta la Bolsa en 6 mil millones de dólares, 5 mil millones en nuestros procesos de negocios y manumenos que hacía cuatro años.27 factura, así que no les cabía a muchos de Sin embargo, la crisis no intimidó la expannuestros competidores y banqueros, sobre sión planeada por los altos directivos de CEMEX. todo europeos, que una compañía mexicana En 1995 se inauguró la planta cementera más grande podía hacer lo que decíamos, lo que hacíadel grupo: la planta Tepeaca, en Puebla, con una camos y que podíamos manejar bien esos nepacidad de producción de 3.2 millones de toneladas gocios en Europa y Estados Unidos. al año. Ese mismo año también se adquirió CemenAhora no hay duda de eso, pero en aquel tos Nacionales, empresa cementera localizada en la entonces se nos criticó, ahora se ve esa diRepública Dominicana. Los logros indiscutibles versificación geográfica y no dicen que fue de Lorenzo Zambrano en diez años como director una estrategia arriesgada, sino al contrario, general fueron recompensados en 1995 por los prinque fue una estrategia prudente para bajar el cipales accionistas del grupo, quienes lo nombraron riesgo del negocio.25 presidente del Consejo de Administración, el puesEn efecto, en 1992 los directivos de CEMEX to más importante y codiciado dentro CEMEX, visitaron y concretaron la adquisición en España de compañía que indudablemente revolucionó.28

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La expansión de CEMEX en el extranjero continúa hasta la actualidad. En 1996 adquiere la participación mayoritaria de Cementos Diamante y Cementos Samper de Colombia. Al año siguiente adquiere una participación del 30 por ciento de la compañía Rizal Cement, en Filipinas, y para 1998 adquiere 14 por ciento de PT Semen Gresik, el productor de cemento más grande de Indonesia (Flores, 2000). A juzgar por la misión de CEMEX en la actualidad, su objetivo se centra en “satisfacer las necesidades de construcción de sus clientes y crear valor para sus accionistas, empleados y otros sectores relevantes, consolidándose como la organización cementera multinacional más competente del mundo” (CEMEX, 1999). La estrategia que guía el crecimiento del grupo a partir de 1992 está basada en tres puntos esenciales: •Concentración en su negocio tradicional: cemento, concreto premezclado y agregados. •Minimización de costos y maximización de la eficiencia y rentabilidad de la empresa, mediante la revisión y análisis de las operaciones existentes. •Diversificación hacia nuevos mercados emergentes (CEMEX, 1999). La revolución de la empresa que ha desarrollado la nueva administración, la cual ingresó en 1985 con Lorenzo Zambrano al frente, ha creado un grupo con características globales entre las que destacan: •Una administración con experiencia y estructura definida. •Bajos costos de operación. •Tecnología de punta en sistemas de información y métodos de producción. •Una sólida estructura financiera y una fuerte e innovadora administración de sus finanzas. •Liderazgo en el mercado en regiones con necesidades crecientes de infraestructura y vivienda.

Grupo CYDSA El Grupo Cydsa inicia su historia en 1945, año en que se instala la industria química madre, denominada Celulosa y Derivados, S.A. Su objetivo inicial fue incursionar en el campo del rayón textil, del que pronto pasó a la producción de rayón para cuerdas de llantas. Esta empresa regiomontana con participación minoritaria de capital extranjero29 –con la firma R. Brown D. (Flores y Olvera, 1988)– le dio otros usos a su materia prima: la viscosa. Cydsa avanzó en las siguientes décadas hacia la fabricación de fibras, películas de celofán y empaques, química básica y petroquímica y de plásticos. Además produce polipropileno biorientado, fibras acrílicas, resinas y tuberías de PVC, toloedisocianato y sal industrial y comestible (Caintra, 1991). Dentro de los productos de química básica fabrica, entre otras cosas, gases refrigerantes, propelentes y espumantes, fungicidas y aceleradores orgánicos. La diversificación del grupo lo llevó a crear la central Cydsa, S.A., con la cual incursionó en el sector inmobiliario y el consorcio Intermex, encargado de comercializar fuera de México estos productos. Los grupos económicos siguen teniendo futuro en México, donde la diversificación de líneas de negocio ofrece protección contra la volatilidad. Sin embargo, los inversionistas del siglo XXI están cada vez más interesados en aquellos GE que se concentran en un grupo de negocios que no sólo son variados, sino rentables. Es por ello que Cydsa tiene que hacer converger ambas situaciones, ya que es uno de los conglomerados mexicanos más diverso que existe actualmente. La primer medida de importancia para su reorganización administrativa y de capital fue en octubre de 1997, cuando se eliminaron las participaciones cruzadas que tenía este conglomerado con el Grupo Vitro y con el grupo Financiero Serfín. Vitro aceptó transferir su participación del 49.99 por ciento en la compañía Cydsa a Tomás González Sada, presidente de la junta directiva, y a

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El Grupo Cydsa inicia su historia en 1945.

los miembros de su familia. Por su parte, González Sada y su familia aceptaron transferir su participación de 13.2 por ciento en Vitro a un fideicomiso que venderá las acciones a beneficio de Vitro en el lapso de 1998 y 1999.30 Este canje de acciones fue significativo para González Sada, porque fueron él y su familia, y no la propia empresa, los que intercambiaron sus acciones en Vitro por 230 millones de dólares en títulos de Cydsa. En resumidas cuentas, González Sada y su familia apostaron su capital en reorganizar al Grupo Cydsa. Ahora que se han independizado económicamente Cydsa de Vitro y viceversa, los ejecutivos del Grupo Cydsa tendrán más libertad para hacer planes estratégicos a largo plazo, aunque he de destacar que las juntas directivas de sus empresas incluirán a muchos de sus familiares, inversores estos en otras GE de Monterrey. Uno de los problemas inmediatos que enfrenta Cydsa es que se trata de una mezcla de 18 filiales de negocios diferentes. Esta empresa fundada en 1945 para fabricar rayón, ahora fabrica además, productos acrílicos, cloro, lejía, sal de mesa, tuberías de polivinilo, sistemas de purificación de agua y de riego y materiales para embalaje. También fabrica suéteres y ropa de cama.31 El mismo González Sada

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comentó, a fines de 1997, que “ninguna otra empresa del mundo tiene tantas líneas de negocio”.32 Para 2000, el Grupo Cydsa estaba formado por cinco divisiones operativas: Química, Empaque, Fibras, Hiladuras y Textiles para el Vestido, Textiles para el Hogar y Mejoramiento Ambiental (Flores, 2000).

Grupo Fomento Económico Mexicano, S.A. (FEMSA) Este grupo, cuya empresa madre se fundó en Monterrey en 1890 bajo la razón social de Cervecería Cuauhtémoc, participa actualmente en los negocios de bebidas, alimentos y empaques en lámina, papel y plástico. La Cervecería Cuauhtémoc nace de una concesión otorgada por el Gobierno del Estado el 16 de diciembre de 1890 al empresario regiomontano Isaac Garza y al empresario estadounidense J.M. Schnaider. Con una inversión inicial de 125 mil pesos, la empresa establecida con el objeto de producir hielo y “cerveza de exportación”, logró una exención de impuestos por el término de doce años (Vizcaya, 1971). Las operaciones iniciaron a fines de 1891 y

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originalmente la producción anual de la Cervecería fue de 60,000 barriles de cerveza y 8,000 toneladas de hielo (Flores, 1993). La expansión de la empresa aprovechó la estabilidad social y política que brindó el dilatado régimen de don Porfirio Díaz. Para 1900, el capital se elevaba a 2 millones de pesos, y para 1909 éste era oficialmente de 5 millones (Vizcaya, 1971). Al final del régimen del general Porfirio Díaz, la industria cervecera regiomontana tenía una capacidad de producción de 300 mil barriles de cerveza al año. Embotellaba diariamente 300 mil unidades y producía 750 toneladas de hielo, empleando 1,500 obreros. El producto rebasó el mercado nacional y pronto exportó cantidades importantes de mercancía a los Estados Unidos de América, Cuba y Centroamérica (Flores, 1991ª). La cerveza de esta empresa obtuvo numerosos reconocimientos internacionales por su calidad, entre ellos están los otorgados en las siguientes exposiciones: Exposición Universal de Chicago (1893), Exposición de San Luis Missouri (1904), Exposición de Milán (1906) y Exposición Universal de Amberes en 1907. Para este último año, la Cervecería Cuauhtémoc fue invitada a presidir el Jurado Internacional de Cervezas en la Exposición Internacional celebrada en Madrid. En un acto dentro del programa de la Exposición de Madrid, el rey Alfonso XIII concedió a esta fábrica el ser una de las Proveedoras de la Casa Real, a la vez que autorizaba a la Cervecería Cuauhtémoc –según nos dice Isidro Vizcaya (1971)– el uso de las Armas Reales en las facturas y etiquetas de sus productos. Sus primeras marcas de éxito fueron las cervezas Carta Blanca, Bohemia, Cuauhtémoc (posteriormente denominada Indio), Estrella, Salvator y Saturno. Para 1912, la Cervecería Cuauhtémoc producía más de dieciséis millones de litros de cerveza. El Consejo Administrativo de la empresa –hasta la época revolucionaria– quedó integrado por Isaac Garza como presidente, José A. Muguerza como secretario; José Calderón como tesorero; José M. Schnaider como vocal; Alberto Sada como comisario; y Francisco G. Sada como gerente general (Vizcaya, 1971). Tras pasar momentos amargos durante la década armada de la Revolución –es incautada durante ocho meses por el gobierno radical constituciona-

lista del general Antonio I. Villarreal, gobernador de Nuevo León entre marzo de 1913 y enero de 1914–, la empresa cervecera presencia un nuevo periodo de expansión (Flores, 1991). En cuanto a la mano de obra calificada, la cual dependía de los técnicos extranjeros, se superó con la creación, en 1911, de la Escuela Politécnica Cuauhtémoc.33 En ella se empezaron a impartir cursos de educación elemental, artes y oficios, electricidad, refrigeración, sistemas técnicos de fermentación, física, química, comercio, agricultura y veterinaria.34 Este nuevo grupo de obreros y empleados de la Cervecería que vivió la caótica década revolucionaria, fundó una asociación de trabajadores para ayuda mutua: la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Operarios y Empleados de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A., el 30 de marzo de 1918. Con el objetivo inicial de proveeduría, o sea, en surtir los artículos de primera necesidad a precios más bajos que en el mercado, esta organización se transformó en lo que hoy es la Sociedad

Cervecería Cuauhtémoc obtuvo numerosos reconocimientos internacionales por su calidad.

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Blanca, Tecate Light Cuauhtémoc y Famosa Premier, Bohemia, (SCYF). Superior, Cerveza La Cervecería XX, XX Lager, Indio Cuauhtémoc se emy Sol.35 pezó a expandir dentro La Cervedel mercado nacional cería Cuauhtémoc con la adquisición de y sus empresarios otras industrias cervefueron promotores y ceras ya posicionadas creadores, a la vez, en diferentes regiones de otras empresas del país. De esta forma y negociaciones inse adquiere, en 1929, signes de la historia la Cervecería Central, industrial regiomonS.A., ubicada en la Ciudad de México. En La Sociedad Cuauhtémoc y Famosa (SCYF) inició con el objetivo de surtir tana. Al buscar la artículos de primera necesidad a precios más bajos que en el mercado. integración vertical 1935 son adquiridas la y horizontal del proCervecería Cruz Blanca de Ciudad Juárez y la Cervecería Occidental de ceso productivo se fueron creando las industrias Guadalajara, la cual cambió su nombre a Cervecería Vidrios y Cristales, fundada en 1899, clausurada en del Oeste y, posteriormente, en 1954, cambio su ra- 1903 y refundada en 1909 con el nombre de Vidriera zón social por el de Cervecería Cuauhtémoc, S.A. Monterrey; Fabricas Monterrey, en 1920 (fabricante de C.V., pasando así a formar una planta más de la de tapones y corcholatas, tapas para refrescos, gas empresa madre. A principios de la década de los cin- carbónico, empaques de cartón, fundas y forros de cuenta es adquirida la Cervecera Humaya en Culia- cartón corrugado y papel engomado); Malta en 1928 cán, Sinaloa, cambiando en 1958 su razón social a (empresa abastecedora, hasta 1989, de productos Cervecería Cuauhtémoc. En 1954 se compra la Cer- alimenticios en las áreas de agricultura, ganadería, vecería Tecate, en Tecate, Baja California, empresa avicultura y porcicultura); Empaque de Cartón Tifundada en 1943. Esta planta tiene actualmente un tán, S.A. en 1936 (productora de cajas de cartón coárea de extensión de 46 mil metros cuadrados y una rrugado); Hojalata y Lámina en 1943 (empresa acecapacidad de producción (para 1998) de 3.8 millo- rera abastecedora de lámina, material indispensable nes de hectolitros de cerveza al año. Las marcas que para el envasado de la cerveza); y Grafo Regia en produce son Carta Blanca y Tecate. En 1945 se ad- 1957. Esta empresa inició sus actividades con nueve quiere la Cervecería Nogales, en Veracruz, la cual, trabajadores y tenía como cometido el proveer las desde 1933, le maquilaba algunas de las marcas a la etiquetas para los productos de las empresas ligadas Cuauhtémoc. Con una producción que rebasaba a la Cervecería Cuauhtémoc. Actualmente es una los 2 millones de hectolitros anuales, la Cervecería empresa diversificada y dedicada a la producción Cuauhtémoc adquirió, en 1965, la Compañía Arren- de empaques para cigarros, dulces, jabones, aceites, dadora de la Cervecería de Ciudad Juárez, S.A., cervezas, atoles, café, productos farmacéuticos y befundada en 1931 y cuya razón social cambió en 1968 bidas.36 En el ámbito de la educación y de la cultua Cervecería Cruz Blanca. Finalmente, en 1969, se adquiere la planta cervecera de Toluca. Ésta es ra, el empresario y director general de la Cerveceactualmente una fábrica que se extiende en más de ría Cuauhtémoc, Eugenio Garza Sada, fundó con 340 mil metros cuadrados y tiene una capacidad de otros empresarios la institución Enseñanza e Inproducción de 5.4 millones de hectolitros de cerveza vestigación Superior en 1943, asociación que a su al año. Las marcas que produce son Tecate, Carta vez creó ese mismo año el Instituto Tecnológico y

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Eugenio Garza Sada, empresario y director general de Cervecería Cuauhtémoc.

de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), con lo cual se buscó crear nuevas generaciones de profesionistas que enfrentaran los nuevos retos del entorno nacional e internacional. Para fomentar y controlar este crecimiento hacia la diversificación, se creó la compañía controladora, en 1936, Valores Industriales, S.A., conocida como VISA. Esta compañía controladora funcionó con esta razón social hasta 1997, cuando cambió a Fomento Económico Mexicano, S.A. La sorprendente dimensión que adquirió este conglomerado a través de un impresionante proceso de integración vertical y horizontal trajo como consecuencia, en 1974, una reestructuración en su modelo organizativo. Parte medular del comúnmente llamado Grupo Monterrey, este impresionante corporativo se dividió en dos grandes grupos industriales: Visa y Alfa. El potencial económico de este corporativo antes de su división se puede apreciar con datos del censo industrial de 1965. En ese entonces, sus más grandes compañías, Hojalata y Lámina (Hylsa) y Cervecería

Cuauhtemoc, ocupaban el segundo y tercer, lugar, respectivamente, dentro de las empresas industriales con el predominio de capital nacional privado más grandes del país, de acuerdo a su producción bruta total (Cordero, 1977). Sólo eran superadas por otra empresa con asiento también en Monterrey, la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, la cual albergaba en su consejo de accionistas a miembros distinguidos del corporativo regiomontano. Sin embargo, ya como grupo independiente, visa finca su progreso de consolidación en la industria de la cerveza. El avance en este ramo era ya exitoso. A decir de la propia Cervecería Cuauhtémoc, esta empresa ha sido pionera en algunas innovaciones en el mercado nacional. Éstas son algunas de ellas, las cuales fueron divulgadas en la celebración de sus primeros 95 años de vida (1985): en 1892 sustituyó las barricas que antes empleaba para empaquetar las botellas de cerveza por cajas de madera; en 1893 lanzó al mercado la cerveza de barril; en 1903 revolucionó a la industria cervecera introduciendo la corcholata, en lugar de los corchos que hasta entonces se habían usado; en 1923 introdujo el uso del gas carbónico para servir la cerveza de barril, al proporcionar la espuma compacta que le da carácter y singularidad a ésta; en 1926 inicia el empaque de botellas de cerveza en cajas de cartón corrugado; en 1930 hizo aparecer el barril de cerveza metálico que sustituyó a los barriles de madera; en 1948 introdujo la refrigeración en puntos de venta y centros de consumo basándose en hielo triturado; en 1953 lanzó el envase transparámbar, que protege la cerveza contra la acción de la luz; en 1960 introduce en el mercado el envase tamaño “Caguama”; en 1964 pone en el mercado nacional la lata “abresolo”; en 1967 lanza el envase de cristal no retornable con tapa “quitapón”; en 1969 introduce en el mercado el envase abridor, que tiene un destapador en el fondo de la botella para abrir otra similar; en 1971 creó la división de plástico para el empaque de las cervezas, de la que posee patente mundial y resulta más durable y ligera; en 1972 lanzó la moderna caja de plástico con tapa especial para 24 botellas; y en 1979, lanza la primera cerveza ligera al mercado.37 Ya como grupo independiente, en el año de 1985, visa se convierte en socio mayoritario de

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Inauguración de las instalaciones del Tecnológico de Monterrey.

una de las empresas cerveceras con más tradición: la Cervecería Moctezuma, fundada en Orizaba, Veracruz, en 1896. De esta manera, la Cervecería Cuauhtémoc pasa a denominarse consorcio Cuauhtémoc Moctezuma (Caintra, 1991). La planta de Orizaba actualmente tiene una producción de 6.9 millones de hectolitros por año y produce las marcas Superior, Cerveza XX y XX Lager, Sol y Noche Buena. Junto con esta planta se incorporaron la Planta Guadalajara 1, fundada en 1970 y productora de 3.1 millones de hectolitros al año a través de las marcas Tecate, XX Lager, Sol, Carta Blanca, Cerveza XX y Superior; y la Planta de Novojoa, Sonora, inaugurada en 1991 sobre 500 mil metros cuadrados y con capacidad de producción de 4.2 millones de hectolitros por año. En efecto, con esta adquisición, 60 por ciento del mercado nacional de la cerveza quedaba bajo su control. En la clasificación de las empresas privadas más grandes de 1965, la Cervecería Moctezuma ocupó el cuarto lugar (Flores y Olvera, 1988). Hasta el decreto de la nacionalización de la banca privada mexicana, el 1 de septiembre de 1982, el corporativo visa también había avanzado hacia el sector financiero. El grupo bancario perteneciente al corporativo era el Grupo Serfín, con sede en Monterrey, y cuyos servicios financieros integrados encontraron su matriz en la ciudad capital de la república.38

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Tal y como sucedió con los demás grandes grupos regiomontanos, el corporativo visa inició, a raíz de la crisis de 1982, un proceso de consolidación y de incremento en sus exportaciones. Este proceso le ha permitido fortalecer sus negocios básicos. Actualmente el Grupo FEMSA representa a la empresa controladora de cuatro grandes grupos: la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, la cual tiene alianzas estratégicas con la firma Canadian Brewery, John Labatt Limited; el Grupo Coca Cola, el Grupo Empaques y finalmente Ventas al Menudeo (Flores, 2000). Coca Cola Femsa, S.A. de C.V. es una asociación entre FEMSA, la compañía más grande de bebidas en México, y The Coca Cola Company de los Estados Unidos. Este grupo es el cuarto embotellador de productos Coca-Cola en el mundo. FEMSA posee 51 por ciento de las acciones, 30 por ciento es propiedad de una subsidiaria de The Coca Cola Company y el 19 restante se encuentra en poder del público inversionista. Las acciones en poder del público inversionista son acciones L con derecho de voto limitado y se encuentran listadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV: KOFL) y en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE: KOF). Actualmente (1998) la compañía cuenta con trece plantas embotelladoras en México y dos en Buenos Aires, Argentina. Atiende a más de 215 mil detallistas en México y más de 60 mil en el área de Buenos Aires.39 El Grupo Empaques está conformado por siete compañías. La primera de ellas es la ya mencionada Fábricas Monterrey, S.A. (FAMOSA), establecida en 1920 y con plantas en las ciudades de Monterrey, Ensenada, Baja California y Toluca. La segunda es Sílices de Veracruz, esta empresa formaba parte de la división de vidrio y silicatos en la planta de cervecería de Acayucan cuando FEMSA adquirió Cervecería Moctezuma. La tercera es

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geradores verticales y horizontales para comercio y máquinas para guardar hielo.40 Ventas al Menudeo tiene el control de las tiendas de conveniencia OXXO.41 Por otra parte, el Grupo FEMSA tiene una estrecha alianza con el Grupo Bancomer-VISA. Bancomer se fundó en la Ciudad de México en 1932 bajo la denominación de Banco de Comercio, S.A. (“Banco de Comercio”). A lo largo de los siguientes 25 años, Banco de Comercio fundó 34 bancos regionales localizados en toda la república mexicana, formando así la red de bancos afiliados conocido como SisteEn 1926 se inicia el empaque de botellas de cerveza en cajas de cartón corrugado. ma Bancos de Comercio. En 1977, las distintas entidades Quimiproductos, la cual inició operaciones en 1968, diez años después se fusionó con TAMEX S.A. de que formaban el Sistema Bancos de Comercio fueC.V. de Orizaba, Veracruz, formando una sola com- ron consolidadas en Banca Múltiple, bajo el nombre pañía: Quimiproductos manufactura y distribuye de Bancomer, constituyéndose como una institución productos industriales químicos en sus plantas lo- con mayor eficiencia operativa y fuerte presencia calizadas en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, regional. Bancomer, al igual que la mayoría de los y en Orizaba, Veracruz. La cuarta empresa es Grafo otros bancos comerciales mexicanos, fue nacionaliRegia, fundada en 1954, orientada a la producción zado por el gobierno mexicano en 1982. A finales de de empaques flexibles para las empresas de FEM- la década de los ochenta, el gobierno mexicano iniSA. Su planta está localizada en Monterrey. Corru- ció una serie de medidas para desregular el Sistema gados Tehuacán, S.A. de C.V. es la cuarta empresa Financiero Mexicano, que culminó a principios de que inició operaciones en 1936 y produce papel y 1991 con el proceso de reprivatización de los bancos, cajas de cartón corrugado para las industrias agrí- incluyendo a Bancomer.42 colas, de alimentos, bebidas y para el mercado de productos industriales. Sus plantas están localizadas en Ixtaczoquitlán, Veracruz, Tehuacán, Puebla y Jalapa, Veracruz. La sexta compañía es Plásticos Técnicos Mexicanos, S.A. de C.V., la cual se fundó Foto de Bancomer-Visa o del Banco Comercial. cuando se integraron los departamentos de inyecEl Grupo Bancomer-Visa tiene una estrecha alianza con el Grupo ción de plásticos y moldes térmicos de las empresas FEMSA. Cervecería Cuauhtémoc y Grafo Regia, respectivamente, esta planta está localizada en San Juan Como resultado del proceso de reprivatizadel Río, Querétaro. Finalmente Vendo de México, ción de la banca mexicana, el 28 de octubre de 1991, S.A. de C.V., la cual inició operaciones en 1941 en la el grupo mexicano Vamsa-Visa adquirió el control Ciudad de México, su línea de productos son refri-

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Grupo GAMESA. La empresa madre del grupo fue Harinera Santos, fundada en 1921 por Alberto Santos González. Con la formación y la adquisición de otras empresas, en los años treinta y cuarenta, el grupo continuó su avance en la industria de alimentos. Las empresas de la familia Santos sufrieron una reorganización en 1948 adoptando su corporativo un nuevo nombre: Galletera Mexicana, S.A. (Flores y Olvera, 1988). En los años cincuenta (1953) entró en funcionamiento su mayor planta al norte del municipio de Monterrey, con una capacidad inicial de 18,750 toneladas de galletas por año (Flores, 1993). Los años setenta muestran para este corporativo el periodo de mayor expansión. En 1970, el grupo explota el gran potencial que representa el área del Pacífico, y su importancia como centro productor El Grupo Gamesa es uno de los grupos regiomontanos más exitosos en relación con los de materias primas. Ese mismo año se productos alimenticios. inaugura una planta en Ciudad Obregón, Sonora. de Bancomer. El precio fue de 7.7 billones de pesos Con ello queda formado un proceso integral (2.99 veces el valor de los libros). Los accionistas de producción que consta de cinco unidades principales fueron Eugenio Garza Lagüera, presiprincipales que son: Fábrica de Galletas, dente de visa; Ricardo Guajardo Touché, presidenFábrica de Pastas, Molino de Trigo, Molite de Vamsa; Héctor Hernández Cervantes, director no de Oleaginosas y Fábrica de Manteca y de Bancomer y 5,100 personas más. En noviembre Aceite Vegetal (Caintra, 1988:XXXIX). de ese mismo año se conformó el Grupo Financiero En 1974, siguiendo con sus planes de exBancomer (GFB), como empresa controladora de pansión, es adquirida la Fábrica de Galletas y Pastas Bancomer y otras subsidiarias no bancarias. Ban- Tepeyac, localizada en la ciudad de México. Y en comer fue la principal subsidiaria de GFB, cuyas 1979 se suma al explosivo crecimiento del mercado operaciones y directrices se encuentran altamente del sudeste al incorporar en su seno a la organizaintegradas con las de las otras subsidiarias de GFB. ción Gallera Palma, ubicada en Mérida, Yucatán Posteriormente este banco fue adquirido por el Ban- (Flores, 1993). Un año antes el grupo había expeco Bilbao Vizcaya, constituyéndose como el BBVA- rimentado otra reorganización; su identidad corpoBancomer. rativa cambió, aunque es hasta 1981 que se autodenomina sobre la base de importantes cambios en su Grupo GAMESA estructura organizacional como Grupo GAMESA. Este último año recrudece su tendencia hacia la Uno de los grupos regiomontanos que participó con búsqueda del monopolio del mercado alimenticio mayor éxito dentro de los bienes no duraderos ma- (galletas y pastas). El Grupo GAMESA se fusiona nufacturando productos alimenticios fue sin duda el con Nabisco Famosa, fabricante de galletas, pastas,

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bió la propuesta de vender GAMESA a Pepsi Co. a través de la firma J.P. Morgan. Aunque la oferta inicial era de 530 mil millones de pesos, posteriormente la compañía refresquera de los Estados Unidos sumó otro billón de pesos a la oferta primigenia (El Porvenir, 23-IX-1991). Alberto Santos relató su experiencia sobre la Para la década de los ochenta Gamesa se expande al incorporar cuatro empresas más al grupo. venta a la revista Expansión. La propuesta de Pepsi Co. de asociarnos harinas preparadas y alimento canino. A estas altufue evolucionando hasta que comentaron su ras la diversificación es más elocuente. En 1982, el decisión real de tomar el control de la emgrupo incursiona en alimentos y prendas infantiles presa... por razones emotivas, personales, al adquirir el porcentaje mayoritario de acciones de estaba en contra de la idea de vender... desproductos Gerber de México. Dos años después se graciadamente, o afortunadamente, como incorporan dos empresas más: Marcas Alimenticias lo quiera ver, la mayoría (de sus hermanos) Internacionales y Compañía Dulcera Lady Baltivotó por vender (Expansión, I-1991) more (Flores y Olvera, 1988). El grupo diversifica Sobre este negocio la revista estadounidense así su producción hacia el mercado alimenticio en el campo de dulces, chicles, postres, polvo para de negocios Fortune señaló: Michael Jordan, presidente de Pepsi Co. hornear y botanas. Para 1990 el Grupo GAMESA Internacional Snackand Beberage Busiposeía once plantas y 30 centros de distribución en nesses, en septiembre pasado (1990), llael país, en los que laboraban 14,840 personas, sin mó al presidente mexicano Carlos Salinas contar su infraestructura administrativa y la empresa de Gortari esperando ganar su aprobación Desarrollo Industrial GAMESA, S.A. de C.V., con al plan de Pepsi Co. de comprar GAMEla cual incursiona al campo de los proyectos ElecSA, la productora de galletas más grande trodomésticos de Construcción y Arquitectura. Sus de México. En años pasados, como Jordan ventas en 1989-1990 ascendieron a un billón 104 mil bien sabía, esto podría tomar cerca de 18 143 millones de pesos y las exportaciones al sur de meses de persistente galanteo para cerrar un los Estados Unidos en ese tiempo sumaron 30 mil trato como ése, pero –continua Fortune– la millones de pesos (Expansión, I-1991). Es a fines de administración de Salinas trabaja diferente. 1990, cuando sucede un hecho inusitado hasta ahoEl presidente ya había girado instrucciones ra en la historia de los corporativos regiomontanos. para la venta y estaba entusiasmado con el La transnacional estadounidense Pepsi Co. (y su trato de 300 millones de dólares de Jordan. división Frito Lay, propietaria de Sabritas, es dueña Deseaba conocer cómo podría ayudar; Jorde las cadenas de restaurantes Pizza Hut, Taco Bell dan dijo que quería la nueva compañía en el y Kentucky Fried Chicken) adquiere la mayoría de Mercado de Valores para el próximo lunes, las acciones del Grupo GAMESA a través de su cinco días después. Por su parte, Salinas compañía subsidiaria en México, Sabritas, S.A. de mencionó que la compra sería aprobada en C.V. (Caintra, 1991). Alberto Santos de Hoyos reci-

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vo, tal y como lo conocemos hoy, ha desarrollado una variedad de productos enmarcados en la industria de la construcción, transformación y el comercio en general. Este corporativo incursionó en la manufactura de productos de acero, equipos y herramientas para empaques y embalaje de todo tipo de mercancías, construcción de edificios industriales, servicios para la industria maquiladora, así como la fabricación de muebles para el hogar, instituciones e infantiles. Participa además en el sector de servicios de comercialización de vehículos automotores y equipos e implementos para la agroindustria. Industrias Monterrey, S.A. se creó jurídicamente el 14 de febrero de 1936 en la ciudad de Monterrey. Los socios fundadores fueron: Arturo Garza, Roberto Garza, Eugenio Clariond Garza, Eugenio Domínguez y María Garza viuda de Clariond. La planta galvanizadora de lámina La Sultana inició sus actividades en la década de los treinta. Tal y como sucedió con las sociedades controladoras creadas por los próximos días. Y así fue, Jordan expresó: la familias Garza Sada en 1936, ‘¡Asombroso!’ (El Porvenir, 23-IX-1991). Fomento de Industria y Comercio, así como ValoLa revista mexicana Expansión, en su edito- res Industriales, IMSA, aparece como una empresa rial de enero de 1991, no dejó pasar desapercibido tal controladora más. IMSA nace como una entidad que negocio calificándolo de un paso trascendente para agrupa las principales acciones de cuatro industrias: GAMESA y para el futuro de los negocios en Méxi- Fábrica de Ropa La Sultana, Molino de Trigo Nueco. Esta empresa con ventas superiores a un billón vo León, Fábrica de Artefactos de Madera La Sultade pesos anuales (1990) tomó una “decisión contro- na y la Planta Galvanizadora de Lámina La Sultana. vertida –afirmó Expansión– que sólo la historia se Las actuales familias (y principales accionistas del encargará de ponerla en su lugar”. Grupo), Clariond Reyes y Canales Clariond, son descendientes de Eugenio y María del Consuelo Grupo IMSA Clariond Garza, quienes, a su vez, fueron hijos del inmigrante francés que llegó a Monterrey a fines del La empresa madre del grupo es la Planta Galvaniza- siglo XIX, Santiago Clariond Desdieau, quien condora de Lámina La Sultana, la cual inició activida- trajo matrimonio con la joven María del Consuelo des de galvanizar láminas de acero a principios de la Garza. Clariond Desdieau fundó, en compañía de década de los treinta. A partir de esto, el corporati- sus dos cuñados (Arturo y Eugenio Garza) y con

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un capital de 14 mil pesos, un negocio de venta de ropa al mayoreo y abarrotes al menudeo, denominado Garza Hermanos y Compañía. A pesar de que Clariond Desdieau falleció el 30 de abril de 1921, y el negocio original de ropa y abarrotes se disolvió, a principios de la década de los treinta, su viuda y dos de sus hermanos, junto con Eugenio Domínguez, fundaron la sociedad llamada Centro Mercantil de Monterrey, S.A., el 20 de abril de 1932. Es esta la sociedad primigenia de lo que sería cuatro años después Industria Monterrey, S.A., la que se fundaría por los mismos empresarios aunados a ellos el hijo de Clariond Desideau y María del Consuelo: Eugenio Clariond Garza (Rojas, 1997). La División Acero se convirtió con el tiempo en lo que es hoy: la base de Industrias Monterrey. La Planta Galvanizadora de Lámina inició sus trabajos con lámina de acero importada de Estados Unidos. A juicio de Javier Rojas: En sus inicios, el sistema de galvanización era muy rudimentario: el procedimiento consistía en la inmersión, hoja por hoja, de la lámina de acero, en una paila que contenía cinc fundido. De esa manera las láminas se bañaban en cinc, logrando con ello el recubrimiento protector contra la corrosión. Lo cierto es que no sólo se galvanizaba lámina, sino también diversas piezas y estructuras de acero (Rojas, 1997:278). Para 1947, Industrias Monterrey crea centros de almacenamiento, distribución y servicio en la capital del país; cinco años después abre nuevas oficinas en la segunda ciudad más grande: Guadalajara. En 1954, IMSA incursiona en la producción de flejes de acero revestido con metal para evitar la oxidación; a este procedimiento, pionero en el ámbito nacional, se le conoce como pavonado. En 1955, el grupo adquiere Automotriz del Noreste, distribuidor autorizado de Ford Motor Co., en Matamoros, Tamaulipas. Con esta adquisición se avanza hacia la compra de nuevas distribuidoras de automotores. En 1959 se adquiere la agencia de automóviles más grande de la ciudad de Monterrey: Automóviles, S.A., distribuidor de camiones y automóviles Ford (Grupo IMSA, 1997).

La década de los sesenta es decisiva para el grupo: se funda en 1962 Zintro, empresa dedicada a la fabricación de lámina de acero galvanizada troquelable. Esta planta no sólo es la más grande de América Latina en su género, sino también es pionera en México al poner en operación la primera línea de galvanizado continuo. En 1963 se instala en sus plantas de galvanizado la primera línea de acanalado continuo. Al disponer de lámina en rollos, IMSA instala la primera roladora o acanaladora continua que produce lámina acanalada de largo indefinido. En 1964 se avanza en la producción de alcantarilla metálica y defensas para carreteras. En 1967 se instala la primera línea de pintado continuo en América Latina, trayendo consigo un nuevo producto: Pintro, la cual es la lámina de acero galvanizada y pintada (Flores y Olvera, 1988). En los setenta, IMSA manifiesta una fuerte diversificación hacia otros productos relacionados con el galvanizado. En 1971 se crea Robertson Mexicana, S.A. (Romsa), en asociación con la firma estadounidense H.H. Robertson. Esta empresa introduce en México la tecnología más avanzada en sistemas de construcción metálicos: techos, entrepisos Losacero, muros y ventilación industrial, así como el manejo de poliéster siliconizado Duracil (acabados de pintura de alta tecnología para el metal). Para 1978, esta misma planta fabrica sistemas estructurales con sistema de alma abierta denominados: Joist. En 1972 se crea Multypanel, un nuevo producto de IMSA consistente en la fabricación de

En 1962 se funda Zintro, empresa se convierte en la más grande de América Latina y pone en operación la primera línea de galvanizado continuo.

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dos láminas de Pintro unidas con un núcleo de espuma rígida de poliuretano. Para 1977 se funda, en Ciénega de Flores, N.L, una fábrica especializada en su producción, a la cual denominaron Multypanel. En 1973 se crea la División Forjas Metálicas de IMSA, que se transformará, en 1983, en una nueva empresa denominada Formet. En 1975 adquiere 66 por ciento de las acciones de la empresa Stabilit, fábrica de alta tecnología de laminados plásticos en México y la planta de mayor producción en América Latina en su género. Cuatro años más tarde, IMSA adquiere la totalidad de las acciones de la empresa. En 1979 se constituye Tractomotriz del Noreste, que distribuye los tractores agrícolas e industriales Ford y las trilladoras Allis Chalmer. Finalmente, IMSA, al igual que los demás GE, se reorganiza al crearse el actual holding denominado Grupo IMSA, el 15 de octubre de 1976, siendo este corporativo la empresa controladora de las Unidades Estratégicas de Negocio creadas hasta ese año (Flores, 1993 y Rojas, 1997). A partir de 1981, el Grupo avanzó hacia la producción de equipos para exploración y perforación petrolera en sociedad con National Supply Co., División Armco Steel (Caintra, 1983). Sin embargo, la División que continuó siendo la piedra angular del Grupo fue la procesadora de productos de acero. En 1982 se pone en marcha la tercera línea de galvanizado Zintro 3, lo que aumentó sobremanera su producción. Dos años después se lanzó al mercado un nuevo producto: la lámina Unyugal, lámina galvanizada por un solo lado y dirigido a la industria automotriz para la fabricación de carrocerías y autopartes. En 1985, en asociación con Bethlehem International Engineering Corporation, adquiere y moderniza sistemas y equipo con tecnología de punta para producir, por vez primera en México, el más moderno y efectivo recubrimiento para el acero. Durante el primer semestre de 1988, la División Acero generó un ambicioso proyecto en el renglón de la perfilería, orientado a la fabricación de perfiles galvanizados con acabado bunderizado, utilizados en ventanerías, marcos para puertas, barandales y otras aplicaciones (Caintra, 1989). Finalmente, en esta división se adquieren molinos de laminación en

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frío, lo que impulsan su productividad y su capacidad de exportación. Para fines de esta década, los mercados externos más importantes de IMSA están en los Estados Unidos, Canadá, Brasil, Venezuela, Costa Rica y Argentina. Por otra parte, en 1983 se crea la División de Sistemas Constructivos que aglutina a las empresas Romsa,43 Formet,44 Stabilit, Cumsa (Cubiertas Metálicas, S.A.) y Multypanel.45 IMSA Signode es la empresa que se dedica a toda la gama de productos para la industria del empaque (originalmente con la fabricación de flejes de acero pavonado). Esta empresa nació con la fusión, en 1978, del grupo IMSA con Signode, S.A. Signode adquiere, en 1982, las acciones de la empresa Extrusión, S.A., fabricante de una variada línea de fleje de plástico, con lo que se convierte en una empresa diversificada (flejes de acero y plástico) y finalmente, en ese año, en una empresa cien por ciento mexicana, al comprar IMSA la totalidad de participación en esa empresa de la firma Signode Corporation. Signode continúa creciendo en esta década: al ampliar sus plantas industriales; al adquirir en 1986 la empresa Grapas y Engrapadoras Industriales, ubicada en el Distrito Federal; y al mejorar un nuevo tipo de recubrimiento rico en zinc para proteger flejes de acero. En septiembre de 1987, dentro de sus proyectos de diversificación, el Grupo IMSA adquirió la mayoría de las acciones de la empresa regiomontana Acumuladores Mexicanos (Acumex), y Acumuladores del Centro, fabricantes de acumuladores para uso automotor e industrial (Grupo IMSA, 1988). En el momento de su adquisición, Acumex (empresa fundada en 1928) controlaba el 67 por ciento del mercado nacional en su ramo (Grupo IMSA, XI-XII- 1987). En ese mismo año la expansión del Grupo continuó y las empresas ESB de México, S.A. y Exide de México, S.A. de C.V. pasaron a formar parte integral del corporativo, avanzando en la fabricación de acumuladores de diseño especial para sistemas de telecomunicaciones, centros de computo, equipo ferroviario, sistemas de iluminación de emergencia, minería, montacargas, entre otros (Grupo IMSA, 1997). La década de los noventa también fue fructífera para IMSA, particularmente para la División

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Acero, la cual adquirió, en 1991, junto con el Grupo Acerero del Norte (GAN), la planta de Aceros Planos, perteneciente a la empresa siderúrgica fundada en 1900 y declarada en quiebra en 1986: la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.46 Entre 1993 y 1994, y con una inversión de 94 millones de dólares, los socios de Aceros Planos de México (APM), IMSA, con 51 por ciento de las acciones y GAN con 49 por ciento, transformaron a esta empresa en la planta de laminación en caliente más moderna de América Latina, capaz de embarcar productos de clase mundial. Para 1994 tenía ya una capacidad de producción de un millón de toneladas anuales de lámina rolada en caliente y placa de acero. Parte de la inversión inicial (9 millones de dólares) se destinó a las nuevas prioridades que exige una empresa de esta índole: un sofisticado equipo anticontaminante, a la rehabilitación de una planta de tratamiento de aguas negras y a una nueva planta de aguas residuales. La adquisición de moderna tecnología adelgazó la vieja planta de la Fundidora de Fierro y Acero que daba, hasta 1986, trabajo a más de 1,000 obreros a la cifra actual de 360 trabajadores, algunos, incluso, exmiembros de la nómina antes de la quiebra (Expansión, No. 640, 1994). Esta última década es fundamental para la expansión del grupo. Entre 1988 y 1997, IMSA se transformó prácticamente en una empresa multinacional con presencia en Norte, Centro y Sudamérica. La estrategia consistió en una serie de inversiones, adquisiciones y alianzas, con lo cual alcanzó, en 1997, a exportar 42 por ciento de las ventas netas consolidadas.47 Entre las empresas subsidiarias y alianzas estratégicas en el extranjero se cuentan las empresas Ingasa de Guatemala y CSN-IMSA Acos Revestidos de Brasil en lo que respecta a la División Acero; en el área de baterías y autopartes se encuentran Inacel de Argentina, Enermex Industrial do Brasil (Brasil) y Advantage Battery Corp. en los Estados Unidos; por lo que respecta a la división IMSALUM, elaboradora de productos para la construcción fabricados de aluminio, se encuentran las alianzas con los consorcios estadounidenses de Davidson Ladders y Davidson Manufacturing; y, finalmente, en la división IMSATEC (productos para la construcción de acero y plástico), están las

empresas Ipac de Chile y las estadounidenses MetlSpan y Gasteel.

Grupo PROTEXA Uno de los más jóvenes grupos industriales es indudablemente el Grupo PROTEXA. Lo que iniciara en 1945 como una pequeña fábrica de impermeabilizantes de techos (PROTEXA, S.A. cuyo fundador fue el regiomontano Humberto Lobo), es hoy uno de los corporativos más vigorosos y diversificados dentro del sector económico de la nación, especialmente dentro de la producción de bienes de capital. El fundador de la empresa original denominada Productos Técnicos, S.A., “PROTEXA”, con un capital de 25 mil pesos, fue Humberto Lobo Vi-

PROTEXA inició en 1945 como una pequeña fábrica de impermeabilizantes de techos, posteriormente se convertiría en uno de los corporativos más importantes del sector económico nacional.

llarreal. Nacido en Monterrey, en 1917, trabajó en el área comercial desde joven para varias empresas de la localidad como Vidriera Monterrey (donde trabajó como mensajero en el Departamento de Ventas); en una compañía alemana que producía tapas de baquelita; y a los 17 años entró como subgerente en una tienda del Mercado del Norte, en la que vendía loza de segunda de la compañía Troqueles y Esmaltes, S.A.48 Fundó su propia empresa, en mayo de

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los sesenta, PROTEXA estableció doce filiales en países latinoamericanos. No cabe duda alguna que parte del crecimiento del grupo fue acompañado principalmente a los contratos de obras públicas con el gobierno federal y estatal. A fines de los sesenta la empresa marcó el camino a la diversificación de sus actividades, que la llevaron, en la década de los setenta, a involucrarse a un ritmo de crecimiento mayor. El grupo incursionó en la industria petroquímica, en el ramo de la exploración y perforaciones terrestres PROTEXA incursionó en la industria petroquímica en la década de los setenta. y obras marinas (de pozos petroleros), 1945, misma que ubicó en el patio de su casa donde transportación aérea y marina (proporinstaló el taller que consistía de una hornilla, seis cionan servicios de transportación de petróleo en tambores de brea y un tanque para derretir asfalto. buques tanque) y en la producción de bienes de caSu personal inicial eran tres empleados de oficina, pital. En este último renglón destacan las empresas cinco obreros, una secretaria y un chofer. Las labo- Celasa y Mekano, fabricantes de plataformas marires empezaron a crear una cartera de clientes, la cual nas y de pailería pesada, respectivamente (Flores y se formó llamando puerta por puerta a fin de ofrecer Olvera, 1988). sus servicios de impermeabilizaciones que realizaba En la década de los setenta el grupo conbasándose en asbesto y alquitrán de hulla a las resi- tinuó su avance hacia ramos que no tenían ningudencias urbanas de Monterrey. na liga industrial con los ramos que existían dentro La expansión de esta pequeña empresa se del mismo. Se involucró en bienes raíces, viviendas inició en los años cincuenta, cuando, en 1952, con- de interés social y en la industria alimentaria con la siguió el contrato de impermeabilización del ga- pesca de anchoveta y el procesamiento industrial de soducto a Monterrey, que empezaba a construir la harina de pescado en las costas de Baja California empresa estatal de Petróleos Mexicanos. Eso motivó (Caintra, 1983). Esta última división, la de Alia que el grupo instalara ese mismo año una fábrica mentos tuvo sus inicios en 1975, cuando se incluyó de materia básica para impermeabilización y protec- a la empresa Pesquera Zapata Corporation, en el ción anticorrosiva. El contrato de PEMEX estimuló recién reorganizado Grupo PROTEXA. Es entona la empresa al avance hacia el área de construcción ces cuando la empresa inicia un proceso de divery tendido de ductos para combustibles, aceites y sificación en el campo pesquero-alimenticio. Para aguas (Caintra, 1983). A su quehacer inicial de im- fines de 1980 se inicia la captura de atún con dos permeabilizantes, tendido y protección de oleoduc- barcos de mil 400 toneladas cada uno. A mediados tos, gasoductos y poliductos, sumó pronto, entre de 1981, PROTEXA se asocia con Formex Ibarra 1952 y 1969, la construcción de muelles y tendido para la comercialización de alimentos. En la actualide redes eléctricas (nacionales y en el extranjero); dad, esta última empresa produce, empaca y comerobras hidráulicas, puentes, carreteras, el montaje de cializa atún, sardina, mayonesa, mostaza, aceituna plantas industriales, entre otras (Flores, 1993). En- y salsa catsup, entre otros productos.49 Para 1983, tre 1966 y 1969, PROTEXA realizó trabajos fuera su expansión en el noreste de México comprendía de México, en esos años tendió en Colombia un las siguientes empresas: Productos Lince, empresa total de 795 kilómetros de tuberías de seis a doce dedicada a la oxidación de asfalto, ubicada en Altapulgadas de diámetro. Y para fines de la década de mira, Tamaulipas, y cuyas operaciones mineras se

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basan en el plomo, zinc, oro y piezas automotrices con proceso de electroforesis. Finalmente, en el ramo de la elaboración y distribución de refrescos y aguas gaseosas, se encuentra la Embotelladora la Isleta y Azul de la Laguna, ubicadas en Tampico y Gómez Palacio, respectivamente. Los años noventa también fueron para PROTEXA, como para los otras GE, años de reestructuración interna en sus plantas a fin de enfrentarse con las nuevas condiciones internacionales, aunque es importante aclarar que a diferencia de la mayoría de las grandes GE de Monterrey, PROTEXA no cotiza en Bolsa. Un nuevo impulso a los negocios del grupo lo logró con el contrato que realizó en 1995 con PEMEX Petroquímica. El convenio estableció que PROTEXA iniciaría la construcción de un complejo petroquímico en la refinería de Cadereyta, Nuevo León, en enero de 1996, con una inversión de mil cien millones de dólares. La construcción de este complejo se realizó entre 1996 y 1999, y contempló el establecimiento, a decir de su presidente Humberto Lobo Morales, de once nuevas plantas que permitieron elevar la producción de la refinería. Al término del proyecto, la refinería PEMEX en Cadereyta obtendría un volumen adicional de 132 mil barriles diarios de productos destilados. Para la realización del proyecto se instalaron oleoductos y poliductos, indispensables para almacenar materias primas y distribuir productos petroquímicos.50 El 12 de diciembre de 1996, PROTEXA y la firma estadounidense Texaco inauguraron en Monterrey un nuevo negocio: el primer centro de Lubricación Express Lube en el país.51 Para 1999, PROTEXA esperaba inaugurar 40 de estas franquicias en el país. Dos años después (1998), el Grupo PROTEXA, a través de su división Empresa Construcciones, ganó una licitación con PEMEX para un proyecto de diseño, suministro, fabricación, carga, amarre y asistencia técnica en la instalación de dos plataformas marinas, por un monto de 38 millones de dólares.52 Las plataformas son octópodas (de ocho columnas), denominadas Akal Lki y Akaltm del activo Cantarel, y en total tendrían un peso de 10 mil 600 toneladas. La especialidad de estas platafor-

mas, cuyas dimensiones de superficie son 70 por 40 metros de ancho, es perforar pozos y pueden llegar a excavar hasta 18 de ellos. Son instaladas en una profundidad de agua no mayor a 45 metros. Domingo Chin Ley, gerente de planeación y control de la División Industria Petrolera de PROTEXA, expresó en esa ocasión que las plataformas contarían con el equipo básico para separar el gas del líquido, y el petróleo se enviaría a los ductos continentales o bien tendrá la posibilidad de exportarse directamente. Chin Ley comentó que PROTEXA tenía amplia experiencia en la construcción e instalación de pailería pesada para PEMEX, ya que hasta ese año había fabricado 30 por ciento de todas las plataformas marinas que tenía la empresa paraestatal y había instalado 97 por ciento de éstas. Para 2000, el grupo estaba dividido en seis divisiones: Industrias, Obras Marinas, Construcciones, Turismo e Inmuebles, Servicios y Medio Ambiente y Alimentos y Embotelladoras.

VITRO El Grupo Vitro, al igual que CEMEX, optó por la diversificación tan pronto se formó la empresa madre del grupo. Aunque esta empresa madre es comúnmente considerada la industria Vidriera Monterrey, fundada en 1909 como la productora de la botella para la cerveza, existe una empresa primigenia. Los fundadores de la empresa Vidriera Monterrey ya habían establecido, en 1899, una fábrica denominada Vidrios y Cristales de Monterrey, S.A., con un capital de 100 mil pesos, la cual, por problemas laborales, fue declarada en quiebra en 1904 (Flores, 1991). Los conflictos internos de la empresa prima se iniciaron por los 51 experimentados sopladores de vidrio alemanes que fueron contratados para iniciar las labores de la fábrica. Ante la falta de un entendimiento entre los administradores de la flamante empresa y los “sopladores extranjeros” en cuestiones como aumento de salarios, viviendas accesibles y adecuadas, entre otras, tuvieron que intervenir el gobernador de Nuevo León, Bernardo Reyes, y el cónsul germano en Monterrey, Paul Buchard (Flo-

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de vidrio al día. La primera dificultad que enfrentó la fábrica fue la falta de personal capacitado (ingenieros, dibujantes, maquinistas, horneros, entre otros), dificultad que se cubrió con creces con obreros dispuestos a aprender. La segunda fue adecuar la nueva maquinaria al entorno, la materia prima, instalaciones, horno, etcétera. Roberto G. Sada comenta en sus memorias cómo enfrentaron, en 1911, este problema inicial: El técnico norteamericano que dirigía las operaciones tuvo que retirarse a consecuencia de una grave enfermedad. Hubo que dar la responsabilidad del mando a un dirigente sustituto. Éste pidió inmediatamente auxilio al propio inventor de las máquinas, quien aceptó hacer el viaje de Toledo, Ohio, a Monterrey. Tras una rápida ojeada a la planta, Mister Owens recomendó que se cambiara el combustible, que se reconstruyera el horno y que fueran mejoradas las instalaciones (Sada, 1981: 25). La empresa empezó inmediatamente en esta década revolucionaria (después de un periodo de paralización de la producción entre 1913 y 1915) su diversificación dentro del ramo del vidrio. Ampliada su planta en 1923, alcanzó una capacidad de 150 mil piezas de vidrio por día, destinadas a embotellar cerveza, vino, droguería, alimentos, entre otros productos (Flores, 1993). La sustitución de la vieja maquinaria por otras más sofisticadas fue desde el principio la estrategia a seguir, ya que ahorra buen número de brazos Vidrios y Cristales de Monterrey es otra de las empresas que alentaron el crecimiento industrial de la ciudad. –dijo la gerencia

res, 1991). El conflicto encontró solución en el cierre de la fábrica y el pago del pasaje de regreso al imperio alemán de los 51 “sopladores de vidrio”. En 1909, la empresa, bajo los mismos miembros fundadores, logró una nueva concesión con un capital inicial de un millón 200 mil pesos, para reanudar su trabajo. Un año después, debido a la molesta experiencia de siete años atrás, la compañía Vidriera Monterrey adquirió patentes de maquinaria automática (patente Owens) y máquinas Lynch para fabricar botellas que sustituían a los obreros sopladores (Flores, 1991). Del capital inicial se pagó sólo una tercera parte en efectivo. El resto del capital se completó con dos tipos de aportaciones: la primera incluía varios terrenos y algunos edificios; y la segunda consistía en el derecho de uso de la maquinaria automática ya descrita. Su primer gerente general fue el ingeniero civil Roberto G. Sada, quien contaba con 24 años de edad. Estas primeras instalaciones contaban con un horno y dos máquinas automáticas Owens que tenían una capacidad para producir 20 mil botellas

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en 1923–, pues el propósito de la empresa al introducir esta nueva organización es mantener sus instalaciones y sus sistemas al más alto grado de perfeccionamiento, única forma de que puedan subsistir, dentro de la competencia, todas las industrias […] (Flores, 1991:248). Issac Garza, presidente de la fábrica, comentó orgulloso –en una entrevista realizada por un periódico local ese mismo año– que era “la primera industria de vidrio en gran escala con éxito en nuestro país” (Flores, 1993:66). Para satisfacer la demanda de nuevos productos se formó un departamento de cristalería en 1927. Un soplador de vidrio, venido desde Europa, fue puesto como encargado para entrenar a un selecto grupo de trabajadores, éste formó en diez años a trabajadores especializados en el área de cristalería. Es precisamente en 1936 cuando el departamento se transforma en una nueva empresa ligada a la empresa primigenia: Cristalería, S.A.

Es también en 1927 cuando se construye una planta productora de vidrio plano. Ésta se realizó en coinversión con industriales de Bélgica en el ramo, a fin de construir y poner en operación dicha planta. En junio de 1928, los empresarios del vidrio en Monterrey firmaron el primer contrato con empresarios estadounidenses, que originó, en 1930, la llegada del primer gasoducto a Monterrey desde Texas, y por ende a abastecer del vital energético (gas natural) a las industrias del vidrio. Para los años treinta, su actividad estaba dividida en tres áreas: la producción del envase, cristalería y la de vidrio plano. Para satisfacer la creciente demanda de envases de vidrio en el centro del país, se creó la empresa de envases Vidriera México, S.A., entre 1934 y 1936, en la Ciudad de México. Dos compañías más fueron creadas en 1936 al modernizarse sus respectivos departamentos en la empresa madre: Vidrio Plano, S.A. y Cristalería, S.A. (Flores y Olvera, 1988; y Cordero, 1977). Es tam-

El grupo Vidriera se conformó en la década de los cuerenta.

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bién en 1936 cuando se creó una de las tres primeras sociedades corporativas en Monterrey: Fomento de Industria y Comercio (FIC), empresa predecesora de Vitro, S.A. Esta sociedad controladora de cartera era la principal accionista de las empresas del primigenio grupo: Vidriera Monterrey, S.A., Vidrio Plano, S.A., Cristalería, S.A., y Vidriera México, S.A. (Vitro, 1999). Es la década de los cuarenta cuando Vidriera Monterrey y sus industrias próximas se conforman organizacionalmente en un corporativo. La diversificación del grupo en esta década le permite incursionar en el mercado de bienes de capital, de ingeniería de producción, de productos químicos y de explotación de materias primas. Esto significa un proceso de integración vertical de la producción. Se crea la empresa Fabricación de Máquinas, S.A. (FAMA), la cual inicia operaciones en Monterrey en 1943. El objetivo, como su nombre lo indica, es desarrollar su propia tecnología, como una respuesta al incierto mercado de bienes de capital. La segunda gran guerra trae como consecuencia la escasez de equipo y repuestos de maquinaria utilizados por las empresas del Grupo, los cuales tenían un origen principalmente alemán, británico y en menor medida estadounidense. Para fines de la guerra, la mayor parte del equipo y maquinaria de origen extranjero de todas las fábricas del grupo fue reemplazada por las máquinas construidas por la empresa FAMA. El Grupo sigue expandiéndose, formando nuevas empresas y adquiriendo otras ya existentes. Entre ellas adquiere, en 1944, Vidriera los Reyes, S.A., localizada en Tlanepantla, estado de México y dedicada a la fabricación de silicatos para la elaboración de jabones y pegamentos. Aprovechando su ubicación y la amplitud del terreno, se construyó en la misma empresa un horno para la fabricación de envases de vidrio, capaz de producir originalmente 240 toneladas de envases de vidrio al día. Conforme el grupo se expandía y aumentaban las empresas y su capacidad instalada, fue necesario tener seguridad en el insumo energético, por ello se crearon en Monterrey dos nuevas industrias entre 1945 y 1946 con este fin: Gas Industrial de Monterrey, S.A. y Copropiedad Planta Eléctrica Grupo Industrial, S.A. Ambas empresas constituyeron la infraestruc-

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tura energética necesaria para las industrias del grupo y para trece empresas más de la localidad en esta década. Por vez primera, también fueron fabricadas en FAMA las máquinas del sistema IS (Sección Individual), las cuales producían envases de vidrio y eran importadas desde Estados Unidos. Al comprar la patente, las cinco mil piezas de las máquinas fueron hechas y ensambladas en Monterrey por los técnicos e ingenieros del grupo (Vitro, 1999). La década de los cincuenta fue fructífera en el incremento de la capacidad productiva de las plantas, se crearon nuevos departamentos y la tecnología sufrió modificaciones a fin de elevar la calidad de los productos que empezaron a exportarse. Las primeras exportaciones de FAMA (maquinaria y bandas transportadoras de envases y moldes) se ubican en 1950 y se realizaron a Uruguay, Australia y a la República Democrática Alemana. Al año siguiente (1951) se adquiere Vidriera Guadalajara, S.A., planta que poseía un horno y cuatro máquinas Lynch para la fabricación de envases de vidrio; en los años siguientes se construyeron dos hornos más para la producción de vidrio en diferentes colores. Otro avance estratégico del grupo en esta década fue hacia la adquisición de depósitos de fuentes locales de arena sílica y carbonato de sodio, los dos elementos esenciales en la elaboración del vidrio. Hasta ese momento, la mayor parte de esos insumos minerales eran de importación y la industria del vidrio en México dependía de los vaivenes del mercado internacional. El primer depósito de arena sílica que se incorporó al Grupo FIC se localizaba en Jáltipan, Veracruz, en 1952. En ese lugar se construyó una planta para purificar y enviar la arena sílica a las empresas del vidrio. El suministro de este insumo a las plantas de vidrio fue reforzado por un segundo descubrimiento en San José Iturbide, Guanajuato. Aunque no presentaba una pureza a tal grado como el depósito de Veracruz (ya que el material estaba mezclado con arcilla y otras impurezas), la purificación de la arena sílica fue posible con la construcción de una fábrica experimental en ese lugar, misma que todavía está en funcionamiento. Debido a los descubrimientos de los depósitos minerales, el grupo creó, a mediados de la década de los cincuenta, la empresa Materias Primas Monterrey, S.A.,

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con sede en esta ciudad para dar servicio a las empresas de arena sílica y feldespato. Bajo la dirección de esta empresa se construyeron dos fábricas para la purificación de estos materiales, una en Lampazos, Nuevo León, y la otra en Ahuazotepec, Puebla, cerca de las fábricas de vidrio (Vitro, 1999). En 1956 fue inaugurada Vidrio Plano de México, S.A., en el estado de México. La construcción de esta fábrica marcó el comienzo de un desarrollo importante en el centro del país: vidrio plano y productos de construcción, así como para la industria automotriz. Esta primera fábrica tuvo una capacidad diaria de 120 toneladas. Un segundo horno con la misma capacidad fue instalado dos años más tarde debido a una creciente demanda. Un problema técnico impidió hasta fines de los cincuenta que los trabajadores de vidrio plano en esta fábrica pudieran obtener vidrio pulido para instalar en ventanas y aparadores comerciales. Esto motivó a que el grupo buscara una coinversión con una firma inglesa a fin de adquirir el proceso para su fabricación. Fue así como se construyó el primer horno de vidrio flotado en México y en América Latina en una coinversión entre el FIC y la Pilkington Brothers, Lth. Este nuevo proceso revolucionó la elaboración del cristal para ventanas, automóviles, construcción y vidrio de seguridad en México. Una segunda coinversión nació en 1957 entre FIC y la firma estadounidense Owens Corning Fiberglas Co. (en aquel entonces la primera compañía de fibra de vidrio en el mundo), a fin de fundar Vitro Fibras, S.A. Esta planta fabricó y comercializó en sus inicios fibra de vidrio para los mercados acústicos, de aislamiento, textiles y de reforzamiento. Paralelamente, en 1957, fue adquirida Cristales Mexicanos, S.A., fábrica productora de vajillas y productos de vidrio para el hogar, situada en Monterrey. Para fines de la década de los cincuenta, el grupo encuentra nuevos depósitos de sal en el municipio de Villa de García, N.L., lo que le permite la creación de Industria Alcali, puesta en funcionamiento en 1960 con el propósito de producir carbonato de sodio a través del método “Solvay”. Dos años después esta empresa desarrolla el cloruro de calcio, producto que encontró gran demanda en

Estados Unidos y Canadá, ya que se usaba para derretir el hielo de las carreteras. En 1964 el FIC crea una nueva empresa internacional, Comegua, ésta se funda para penetrar al mercado Centroamericano y del Caribe a fin de satisfacer materias primas y envases de vidrio a las plantas fabricantes de estos productos en Costa Rica y Guatemala. Como parte de su internacionalización en esta década, la sociedad de cartera, FIC, forma una nueva sociedad en alianza con Philadelphia Quartz Co., llamada The PQ Corporation (1964) para formar la empresa Silicatos de Sodio y Metasilicatos (ahora llamada PQ Química), a fin de producir silicatos de sodio y metasilicatos en la Unión Americana. Ese mismo año se inaugura en Monterrey la fábrica denominada Industria del Plástico y Representaciones, S.A., la cual comenzó la producción de envases de plástico y tapas. Cuatro años más tarde, otro éxito del grupo consistió en la instalación de su primera línea de vidrio flotado en la empresa Vidrio Plano de México, S.A., un avance tecnológico de suma importancia para elevar tanto la producción como la calidad del vidrio producido en México (Vitro, 1999). En los setenta, al igual que todos los grandes corporativos, la expansión de éste se acelera y se incorporan al grupo cinco empresas en la división de envase, dos empresas en vidrio plano, dos en cristalería (una de ellas es Cristales Inastillables de México, S.A. en 1972, donde se producía el vidrio de seguridad automotriz) y una en materia prima. La década de los setenta representa una revolución en los grupos económicos del país y de Monterrey en particular. En 1976 el FIC se convierte en una empresa pública al emitir acciones y registrarse en la Bolsa Mexicana de Valores, con ello sus fuentes de financiamiento se amplían (Flores, 1993). Dos años después el FIC se asocia con Owens-Illinois para elaborar en sus fábricas en México productos de vidrio borosilicato. De esta forma el grupo ingresa al mercado de frascos y productos especializados como los de laboratorio. Un año antes (1977) el FIC funda un centro de investigación para el desarrollo tecnológico de sus fábricas, a través de un fideicomiso llamado Vitro Tec. El cambio organizacional

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no se hace esperar y la vieja estructura de Fomento este renglón en los Estados Unidos, y la incorpora de Industria y Comercio como empresa controlado- como una división estratégica más. Su adquisición ra del grupo, creada en 1936, requiere adaptarse a amplía las expectativas del grupo para incursiones las nuevas disposiciones de propiedad y estructura a los mercados extranjeros y busca constituirse en de capital: en 1979 cambia su razón social a Vitro, un competidor global en la industria del envase de vidrio53(Caintra, 1991). Finalmente, en este rubro es S.A. La década de los ochenta presenta una tra- adquirida, en 1986, la fábrica Envases Cuautitlán, yectoria de expansión y reorganización interna en S.A., productora de envases de plástico. Vitro sufre una nueva reestructuración en los grupos económicos regiomontanos. La crisis económica de México que inicia en 1982 y se extien- 1986, al crearse la división Vitro Enseres Domésde a casi toda la década impulsa a las GE a buscar el ticos a partir de la adquisición de Supermatic, S.A., mercado internacional para sus productos, así como fábrica de refrigeradores. Esta división crece de fora refinanciar sus deudas contraídas en dólares. A pe- ma acelerada en plena crisis en los siguientes dos sar de ello Vitro mantiene una expansión constante años. El grupo adquiere, entre 1986 y 1987, las emdurante la década. En 1980, Vitro y Ford Motor presas Estufas y Refrigeradores Nacionales, S.A. de Company establecen una alianza, hasta ahora exitosa, para la fabricación de vidrio automotriz. En 1982, Vitro aumenta su participación accionaria en CYDSA, S.A., e incursiona con mayor ímpetu en esta GE del ramo químico. Este aumento de participación es una “participación cruzada” entre las familias Sada, con el fin de obtener un apoyo mutuo durante la crisis de 1982. Ese mismo año se inaugura una nueva fábrica de vidrio flotado en el municipio de García, N.L., subsidiaria de Vidrio Plano. Ante la contracción del mercado interno Vitro buscó con mayor ímpetu el mercado foráneo. Se compran los activos de Riekes Crisa y se funda Crisa Corporación, que Apodaca es un complejo industrial de 50 tiene como objetivo comercializar El Centro Industrial Acros-Whirlpool localizado enhectáreas donde se cocentran seis fábricas. todos los productos de cristalería hechos en México, en los Estados Unidos. En 1985, el mercado exterior sigue sien- C.V.; y las empresas de componentes electromecádo la prioridad. Ese año se funda la división Vitro nicos para los enseres domésticos Acrotec, S.A. de Packaging con sede en Dallas, Texas, para vender C.V. y Fabricación de Compresores, S.A. de C.V. en ese país los envases de vidrio producidos por Crolls Mexicana, S.A. de C.V. (fabricante la lavadosus plantas en México. En 1989, Vitro adquiere ras) es incorporada a la nueva división en 1987. Pala empresa norteamericana Anchor Glass Contai- ralelamente, Vitro forma (1987) una asociación con ner, la segunda empresa en importancia dentro de Whirlpool Corporation, empresa estadounidense

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líder mundial en tecnología y comercialización de electrodomésticos a fin de crear una compañía en coinversión la cual se llamó Vitromatic, S.A. de C.V. Esta diversificación hacia productos anteriormente no abarcados, respondió en su momento al igual que lo hizo CEMEX, a la necesidad de invertir, por parte de Vitro, los activos sujetos a una depreciación acelerada y evitar así la descapitalización por una alta carga fiscal. Finalmente hay que recordar que el grupo poseía una institución bancaria, el grupo financiero Banpaís, el cual, en 1982, fue nacionalizado al igual que todo el sistema bancario mexicano (Caintra, 1983). Para mediados de los ochenta, Vitro era un corporativo industrial y comercial integrado por más de noventa empresas, cuyo rubro económico fundamental era el vidrio y productos afines. Cinco años después (1990), Vitro se diversificó hacia la fabricación de aparatos y componentes electrodomésticos (estufas, lavadoras, refrigeradores, entre otros), contaba con más de 100 empresas y sumaba más de 46 mil trabajadores en toda la república. Para consolidar su expansión y lograr mayor eficiencia en su desempeño industrial, el corporativo sufrió una nueva reorganización en 1990 y se crearon ocho divisiones operativas, éstas fueron: Envases, Vidrio Plano, Crisa, Industrias Básicas, Fibras y Silicatos, Enseres Domésticos, Fama y Anchor Glass Container (Caintra, 1991). La década de los noventa es nuevamente una década de expansión en todos los ordenes por parte de Vitro. Vidrio Plano inaugura la década en 1991 con la puesta en operación de un segundo horno de vidrio que aumenta la capacidad de producción en esta planta. La fabricación de vidrio automotriz se especializa cada vez más, y por ende se inaugura la empresa Auto Templex, S.A. de C.V., para la fabricación de vidrio automotriz de curvaturas complejas. La sociedad de coinversión de Vitro, Vitromátic, inaugura el Centro Industrial Acros-Whirlpool en un complejo de 50 hectáreas situado en Apodaca, N.L., donde se concentran seis fábricas. Entre 1991 y 1992 se adquieren dos nuevas industrias: Emper Industrial, S.A. de C.V., ubicada en San Martín Texmelucan, Puebla, y Alum de México, S.A. de

C.V., ubicada en Guadalajara. Ambos son productores de sulfato de aluminio, material que se utiliza en el tratamiento de aguas municipales e industriales. Un año después, en 1993, estas empresas se fusionaron a la división Vitro PQ Química, S.A. de C.V. para maximizar la eficiencia de las operaciones administrativas. La internacionalización de Vitro logra, al principio de la década, tres timbres de éxito: en 1991 realiza una coinversión con la firma estadounidense World Tableware International Inc. (WTI), empresa que comercializa cuchillería de acero inoxidable para uso doméstico, hoteles y restaurantes; ese mismo año Vitro coloca sus primeras acciones en la bolsa de valores de Nueva York (bajo el índice NYSE:VTO); y en 1992 adquiere la empresa ACI America (VVP America Inc.) con lo que incrementa de manera espectacular su participación de vidrio plano en la Unión Americana, con más de 200 puntos de venta en ese país. Paralelamente, el grupo participa en la reprivatización del sistema bancario, con lo que se adjudica, entre otros inversionistas, en 1992, a Banca Serfín. Ese año el grupo se expande territorialmente hacia el noroeste mexicano y la costa oeste de Estados Unidos al inaugurar Vidriera Mexicali, S.A. de C.V., siendo ésta la séptima fábrica de envases de vidrio en México. En 1992, Vitro vendió 49 por ciento de la división Vitrocrisa a la firma estadounidense Owens Corning Fiderglas (OCF). En la misma transacción en la que surgió en México la empresa Vitro-Corning, el corporativo Vitro adquirió 49 por ciento de esta división de artículos de mesa de Corning surgiendo en los Estados Unidos la firma Corning-Vitro (El Porvenir, 3-V-1993). Las coinversiones se multiplican en esta década. En 1993 se da otra coinversión con OwensIllinois a fin de fabricar en México botellas y tapas de plástico a través de transferencia de tecnología patentada por la firma Owens. En 1994 se constituye en Querétaro la empresa Vitro American National Can en asociación con la firma francesa Pechinery International para la producción de latas de aluminio. Al año siguiente se establece una asociación con la firma multinacional Monsanto Co. en

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México, para la elaboración exclusiva de película de polyvinyl butiral para los parabrisas de automóvil que produce su división Vidrio Plano. En 1994 Vitro incursiona con inversión directa en el mercado sudamericano, aunque en esta primera ocasión de forma minoritaria. Funda, en asociación con la firma peruana Backus & Johnston, la Compañía Manufacturera de Vidrio del Perú, Ltda. para la elaboración de envases de vidrio cuyo mercado va dirigido a los países del cono sur. Asimismo, la firma peruana firma un contrato de transferencia tecnológica con una de las empresas del grupo: Vidriera Monterrey, a fin de modernizar su proceso de elaboración del vidrio. Un año después el grupo adquiere Vidrio Lux, el fabricante más grande de envases y botellas de vidrio en Bolivia. En 1996, Vitro adquiere 51 por ciento de la empresa colombiana Vitemco, dedicada a la producción de vidrio automotriz para el mercado de repuesto y al procesamiento y distribución de vidrio arquitectónico (Vitro, 1999). Sin embargo, 1996 fue un año crítico para el conglomerado. La crisis de 1995 que sufrió el país exigió decisiones inmediatas para consolidar y sanear las finanzas del grupo. Vitro anunció, el 14 de agosto de 1996, que los resultados de la empresa en su conjunto del primer semestre de ese año, habían contabilizado pérdidas por 537.7 millones de pesos. Las causas eran diversas, pero había que enfocar soluciones inmediatas.54 •Por una parte, la dilución de la participación del grupo y generación de reservas en Serfín. El grupo costeó en buena medida 100 por ciento de cobertura de reservas a cartera vencida y un índice de capitalización de 12 por ciento del banco. Asimismo, su participación pasó de 20 a 11.46 por ciento en esa institución. •El grupo se vio afectado por la contracción del mercado de envases de vidrio en Estados Unidos a través de Anchor Glass, la cual afectó con 577 millones de pesos en ventas y 236 millones de utilidad de operación de Vitro. Federico Sada, director general de Vitro, expresó que la utilidad de operación de

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Vitro incluyó “un cargo por reestructuración de 171 millones de pesos correspondientes al cierre de la planta de Anchor Glass en Cliffwood, Nueva Jersey, en el primer semestre de 1996” (El Norte, 15 de agosto de 1996). Ese día Vitro anunció la venta de Anchor Glass. La administración de Anchor Glass a partir de su adquisición, en noviembre de 1989 estuvo siempre llena de dificultades para Vitro. Sin duda el impacto más fuerte fue el cambio drástico que experimentó en esos años el mercado estadounidense de envases de vidrio hacia productos y envases de plástico. Entre 1990 y 1991, Vitro inició una reducción de costos en esta compañía al cerrar cinco de 22 plantas de Anchor Glass, manteniendo el nivel de producción. La caída más vertiginosa de la demanda de envases de vidrio en los Estados Unidos fue entre 1991 y 1993. Ante esto Anchor Glass decide (19931995) retirarse del mercado refresquero debido al desplazamiento de los embotelladores a otro tipo de envase. La empresa decide enfocarse al mercado de la cerveza y el té helado, cuya demanda cae en 1995. A pesar de ello Vitro intenta salvar a Anchor Glass con inversiones anunciadas a fines de 1995 por 100 millones de dólares para los años de 1996 y 1997. En enero de 1996 Anchor Glass firmó un acuerdo para obtener un crédito revolvente con Foothill Capital Corporation y Congress Financial Corporation por 130 millones de dólares de deuda, y 50 millones de dólares para capital de trabajo. Al mismo tiempo, Anchor anuncia el cierre de dos plantas, una en Nueva Yersey y la otra en Houston, Texas. A pesar de todos estos esfuerzos Vitro no puede reactivar a Anchor Glass, empresa que cada vez más requiere inyecciones de dinero provenientes de otras fábricas del grupo. Finalmente, en agosto de 1996, Vitro informó que Anchor Glass afectaba negativamente los resultados de la empresa al primer semestre y solicitaba ofertas de posibles compradores. La venta de Anchor se logró a fines de 1996.55 Una vez desincorporada Anchor Glass, Vitro se enfrentó, en 1997, a un nuevo problema: la falta de sinergia entre los tres grandes grupos de la familia Sada: el Grupo Cydsa, el Grupo Financiero

Monterrey: origen y destino

de Adrián Sada González, alto ejecutivo de Serfín y primos ambos a su vez de Tomás González Sada. No hay duda que este cruzamiento de participaciones accionarias supusieron un mutuo apoyo durante las recurrentes crisis económicas que sufrió México entre 1982 (año del aumento de participación accionaria de Vitro en Cydsa) y 1995. Sin embargo, para los analistas, los intereses de la familia se impusieron a veces por encima de otros accionistas. Un ejemplo de ello es Serfín, el cual recibió una buena dosis de recapitalización en 1995 a costa de los beLos tiendas establecidas por Agustín Azcúnaga Cirión iniciaron con el concepto de autoservicio neficios y de la posibilidad de compitiendo con los mercados y tlapalerías de la ciudad. reducir la deuda de las empresas de Vitro y Cydsa. A raíz del Serfín y Vitro. Esta interrelación, es decir, participaciones accionarias cruzadas entre estos grupos, canje de acciones familiares en 1997, Tomás Gonzátendían más a la consolidación del poder económi- lez Sada ilustró la presión interna que existía en la co que a ser atractivos para los inversionistas forá- toma de decisiones al comentar: “Uno siempre tenía neos que quieren participaciones bien definidas en que pensar en los intereses de la otra empresa”.57 Finalmente, Vitro modificó su estructura de México. A cuatro años de haberse puesto en vigor el TLCAN, la familia Sada reconoció que para man- capital en marzo de 1998. El acuerdo tomado el 26 tener la competitividad ante la caída de las barreras de marzo de ese año, en la Asamblea Extraordinaria comerciales, se deben concentrar la administración de Accionistas, se estableció la actualización de sus y los capitales en los negocios cruciales. Por ello, estatutos de la compañía a las leyes del mercado de en octubre de 1997, Vitro aceptó transferir su par- valores vigente. De esta forma, el Grupo pasó de ser ticipación de 49.9 por ciento en la compañía de una Sociedad Anónima a una Sociedad Anónima productos químicos Cydsa a Tomás González Sada, de Capital Variable. Igualmente, debido a acuerdos presidente de la Junta Directiva desde 1994, y a los sostenidos con la comunidad financiera y para dar miembros de su familia. A su vez, la transacción in- representación internacional al grupo, fueron incorcluyó que Tomás González Sada y su familia acep- porados nuevos consejeros a fin de dar una mayor taron transferir su participación de 13.2 por ciento capacidad de acción y flexibilidad a la toma de deen Vitro a un fideicomiso donde se vendieron las cisiones.58 Para 1997, Vitro tenía una capacidad para acciones a beneficio del fabricante de vidrio. Paralelamente, tanto Vitro como Cydsa han reducido elaborar 40 millones de botellas al día (la fábrica su participación en el grupo bancario Serfín.56 Es- primigenia de 1909 tenía una capacidad inicial de tas participaciones cruzadas estaban contempladas 40 mil botellas al día), estaba presente con instalapor los analistas debido a que el director general del ciones productivas en siete países de América y exGrupo Vitro, Federico Sada González, es hermano portaba a más de 60 países del orbe (Flores, 2000).

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4. Migración en busca de fortuna: las familias Azcúnaga y Llaguno

La firma comercial Azcúnaga Hermanos, fundada en 1946, poseía hasta 2000 diez tiendas de autoservicio en el ramo de comestibles en la ciudad de Monterrey, ubicadas todas ellas en barrios residenciales o zonas donde el ingreso es por arriba del promedio de la población urbana. Indudablemente la tradición juega un papel esencial, Azcúnaga Hermanos fue la primera tienda de autoservicio en Nuevo León y la segunda en México. El fundador, Agustín Azcúnaga Cirión (1875-1963), fue un vasco nacido en Arcentales, provincia de Vizcaya. Conocedor del ramo comercial (su padre tenía una tienda de comestibles en su comunidad natal), llegó a Monterrey en 1893 y trabajó durante 27 años en dos casas comerciales cuyos dueños, vecinos del poblado de Arcentales, nos recuerdan la cadena migratoria común de la época. A partir de 1921, ya casado con una regiomontana, se vuelve un comerciante independiente. El caso de la familia Azcúnaga en el desarrollo histórico del último medio siglo en las actividades económicas, sociales y culturales en Monterrey es de cierta notoriedad, ya que la capacidad de asimilación y adaptación a la comunidad regiomontana fue, en buena medida, exitosa.59

Numerosos estudios sobre la emigración española a México durante el dilatado periodo porfiriano apuntan a que el emigrante llegó a México por su cuenta y riesgo.60 Al iniciar la Revolución mexicana la colonia extranjera más numerosa era la española, y sus integrantes provenían tanto de las regiones más deprimidas de la península, como de otras con gran desarrollo económico como fue el caso del País Vasco, el cual también aportó migrantes a México. El objetivo de este apartado es mostrar que, desde mediados y hasta finales del siglo pasado, existió una cadena migratoria relevante entre el poblado de Arcentales y la capital de Nuevo León; existían algunos casos de inmigrantes vascos con experiencia de trabajo anterior y que después desarrollaron este mismo en México; sus empresas tuvieron un perfil administrativo y de control familiar, y, finalmente, que estas empresas desarrollaron estrategias de expansión y de penetración en el mercado bien definidas, las cuales se describen con el propósito de que puedan arrojar luz sobre el proceso de crecimiento económico que experimentó la ciudad de Monterrey en el último medio siglo. El ejemplo de Agustín Azcúnaga Cirión es elocuente en cuanto al tipo de migración que se dio, al tipo de trabajo que profesó y al proceso de acumulación de capital que desarrolló a fin de afincarse como un próspero comerciante.

Migración

Inmigración e integración a la nueva sociedad

Durante el siglo XIX, principalmente durante el Porfiriato (1877-1911), la política de poblamiento del territorio en México se promovió, en parte, mediante la inmigración de los países europeos. Aunque la emigración europea a México no fue elevada, si la comparamos con otros países latinoamericanos, su importancia cualitativa fue considerable, debido a la gran actividad económica y social que desarrolló. El emigrante español, al igual que los demás emigrantes europeos que se integraron a la vida económica y social del país, no tardó en adquirir intereses de grupo (aunque fuere minoritario) y de nivel jerárquico socioeconómico, en tanto obtuvo con el tiempo la calidad de propietario.

Agustín Azcúnaga Cirión nació en diciembre de 1875 en el poblado de Arcentales, provincia de Vizcaya, a sólo 30 kilómetros de Bilbao, España. Hijo de un comerciante en pequeño, en el propio poblado de Arcentales, Agustín Azcúnaga empezó a familiarizarse con la tienda de abarrotes que poseía su padre frente a la plaza principal. Fuente de sustento de la familia Azcúnaga, la tienda de abarrotes no sólo era también un punto de confluencia entre los diversos nativos del lugar, sino también del emigrante vasco que iba a probar fortuna allende el Atlántico.61 Fue ahí, en la tienda de abarrotes de su padre, y mientras él despachaba a la clientela cuando, a mediados de 1893, un comerciante del mismo poblado de

El caso de la familia Azcúnaga

250

Monterrey: origen y destino

Arcentales visitó a su padre. Francisco Armendaiz, socialización y asimilación a la sociedad regiomonpróspero comerciante e industrial asentado ya en tana. Los paisanos lo relacionaron con el conjunto ese entonces en Monterrey, México, habló de las de la colonia española en Monterrey, en cuyo seno grandes oportunidades de prosperar que existían existió, en esa época de auge, las condiciones y la en este lugar. En plena conversación, Agustín in- posibilidad de elevar su nivel de vida y el futuro enterrumpió a Armendaiz y le solicitó trabajo en sus riquecimiento del recién llegado.65 prósperas casas comerciales americanas. Decidido a probar fortuna en Cuadro 12. Distribución geográfica de los residentes españoles en la México, Agustín Azcúnaga partió a república mexicana (1877-1910). México ese mismo año (1893); fue Estados 1877 1887 1895 1900 1910 uno de los poquísimos inmigrantes Aguascalientes 50 24 15 21 102 de la España monárquica que llegó Baja California 20 3 38 19 60 (por esos años) a Monterrey, a los 18 Campeche 80 147 278 205 197 años, a trabajar como empleado en 50 84 110 215 922 la casa Francisco Armendaiz62 (véa- Coahuila Colima 30 3 2 13 se cuadro 12). 40 86 129 26 252 De esta forma se corrobora Chiapas 100 33 112 178 552 que la migración, en el caso de Agus- Chihuahua 2 139 4 124 6 302 12 227 tín Azcúnaga, se realizó al igual que Distrito Federal 1 300 100 135 130 257 453 la mayoría de sus compatriotas del Durango País Vasco, de acuerdo con el siste- Guanajuato 300 388 388 422 583 ma basado no sólo en el parentesco, Guerrero 80 109 80 103 147 sino en el “paisanaje”. Éste no fue Hidalgo 100 225 218 216 408 el único de su familia que emigró Jalisco 200 174 85 144 246 a América, un hermano suyo fue México 200 325 417 501 793 a probar fortuna a Argentina, y su Michoacán 100 143 135 80 398 destino es hasta hoy un misterio.63 Morelos 250 247 189 239 297 Paralelamente, siete fueron las famiNayarit (Tepic) 92 34 48 103 lias que emigraron de ese pueblo y Nuevo León 100 158 174 198 298 alrededores de Bilbao a Monterrey. Oaxaca 150 294 344 259 530 Sus apellidos nos son familiares: Puebla 300 585 688 1 138 1 135 Armendaiz, Maiz, Odriozola, SanQuerétaro 100 77 74 94 181 jines, Llaguno, Mendirichaga y Az64 Quintana Roo 98 cúnaga. 500 303 423 404 593 Ahora bien, ¿cómo se vincu- San Luis Potosí 200 34 110 149 178 ló este inmigrante con los antiguos Sinaloa 100 39 73 104 259 residentes y de qué manera acumuló Sonora su capital inicial? Para ambos casos Tabasco 500 324 578 555 561 los lazos de paisanaje jugaron un pa- Tamaulipas 250 142 305 383 684 pel fundamental. Agustín Azcúnaga Tlaxcala 30 44 28 73 132 llegó a Monterrey con un trabajo Veracruz 900 2 628 2 760 3 134 5 329 asegurado y una habitación con los Yucatán 100 491 729 721 1 479 paisanos que emigraron previamen- Zacatecas 150 80 88 112 131 te; lo que garantizó al inmigrante la Totales 6 380 9 553 12 859 16 302 29 541 obtención de los satisfactores vitales y sirvió de base para su paulatina Fuente: Flores, 1996.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Fue así como trabajó tres años como despachador en la casa de Francisco Armendaiz (18931896), pasando a trabajar en mejores condiciones económicas a otra firma comercial ubicada a cincuenta metros de ahí, denominada Maiz Hermanos (frente a la plaza Zaragoza, en la esquina noreste de las calles Zaragoza y Corregidora), cuyo dueño principal, Pedro Maiz, era también originario de Arcentales.66 La acumulación de capital se dio de forma lenta pero segura para Agustín, ya que antes de poner su negocio trabajó 25 años (de 1896 a 1921) en el comercio familiar de los Maiz, hasta llegar a ser apoderado de esta firma comercial.67 El trabajo como dependiente en los establecimientos comerciales de sus paisanos y el cubrir jornadas laborales de más de doce horas por día durante la semana entera, permitió a este emigrante vasco acumular el capital inicial para aventurarse en un negocio propio. Aunado al apoyo de miembros prominentes de la colonia, el establecimiento de su negocio se realizó con bases más firmes. De no haber sido así, las posibilidades de éxito hubieran sido limitadas: “su vida transcurría en el comercio y en las fábricas como empleado de cuenta ajena o en la agricultura de mando intermedio, administrador, capataz o mayordomo”.68 Otro elemento que se corrobora al elaborar el perfil de Agustín Azcúnaga como emigrante vasco de fines de siglo pasado es la emigración a una edad joven (18 años) y el viajar solo, en este caso, soltero. Por tal motivo no fue extraño que se casara con una mexicana, tendencia que operó como un factor más de integración en la sociedad regiomontana. Su casamiento con la regiomontana doña Dolores González Garza completó el círculo de asimilación en México. González Garza era hija de don Juan B. González Sepúlveda y de doña Josefa Garza Zambrano, esta familia de abolengo en Monterrey muestra el evidente entroncamiento del migrante Agustín con la clase alta propietaria (mas, en este caso, no empresarial) en la ciudad por medio del matrimonio.69 Si bien don Agustín Azcúnaga mantuvo su nacionalidad española, su capital fue creado e invertido en México; por ello, su empresa y capital, por su historia, pueden considerarse regionales.

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Independencia económica e inicio de la empresa familiar De una forma tardía, tal vez debido al fenómeno revolucionario que envolvió a México entre 1910 y 1920, Agustín Azcúnaga emprendió su propio negocio en 1921.70 Si inicialmente la independencia de la familia Maiz fue de alguna forma forzada ya que, a decir de su hijo, la administración de la casa comercial Maiz Hermanos pasó por esos años a una nueva generación de los Maiz, con los cuales el experimentado apoderado de la casa comercial, don Agustín, “no se entendió”,71 su independencia lo llevó a ampliar su capacidad para administrar negocios en el giro mercantil. A decir de su biógrafo: A los cuarenta y seis años emprendió su propio negocio en una casa vecina a su hogar, que pertenecía a la familia de su esposa, Dolores González Garza, desde el siglo XVIII. Fue un pequeño local de tres por ocho metros dedicados a la venta al menudeo de comestibles; en el reducido espacio se colocaron estanterías repletas de productos ordenados y dos mostradores en el ángulo. Por el breve pasillo intermedio circulaban el propietario y su hijo Agustín, entonces de trece años, ayudados por dos empleados; la grande y vigorosa caja registradora, de manivela, presidía las actividades como un monumento de modernidad. Estaba ubicado en Padre Mier y Diego de Montemayor, barrio populoso de familias acomodadas. A la usanza de los tiempos, la tienda llevó el nombre del propietario, que ya era una garantía de seguridad y buen trato, Agustín Azcúnaga.72 Este primer negocio lo animó a intentar diversificar sus inversiones. En 1925 abrió un negocio en el cual compraba y vendía fierro en forma de chatarra, su principal comprador era la siderúrgica Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.73 Para 1936 continuó invirtiendo en el ramo del mayoreo de ciertos productos de la región, como el piloncillo, alpiste, cacahuate, pero, sobre todo, la espiga de escoba. Esta diversificación no dio los frutos espe-

Monterrey: origen y destino

rados y don Agustín volvió a concentrar su capital (después de retirarse de estos giros comerciales) en el rubro que mejor manejaba: las tiendas de abarrotes.74 Éste es un elemento decisivo para entender cómo se conformó la estructura organizacional años después. En otras palabras, don Agustín Azcúnaga y, posteriormente, sus hijos y nietos, encontraron e identificaron las habilidades iniciales alrededor de las cuales la empresa se desarrolló. Si bien la tienda Agustín Azcúnaga había iniciado con dos empleados, hacia 1935, el local había sufrido constantes ampliaciones y su razón social había cambiado a Agustín Azcúnaga Junior.75 De esta forma el giro comercial fue cedido a su primogénito, Agustín, quien junto con su padre llevaría el control de la tienda hasta 1945, año en que cerraron el viejo local y reabrieron una nueva tienda de comestibles en la calle de Morelos 133 Poniente.76 Ésta cerró en 1964 a costa de una nueva estrategia de negocios que abrió el camino a la expansión del comercio de la familia: la creación de las tiendas de autoservicio.

Estrategias de expansión y de penetración en el mercado El concepto de autoservicio no era del todo difundido en México. El antecedente inmediato era la firma comercial Supermercados S.A., llamada regularmente Sumesa, firma radicada en al Ciudad de México, y que hacía no más de dos años había implantado esta nueva forma de comercializar los productos.77 Pero la influencia decisiva fue la de haber entrado en contacto con los comercios de Laredo, Texas. Tanto Agustín como su primogénito tenían tiempo ya de haber observado el sistema de autoservicio que ofrecían las tiendas de la frontera de Estados Unidos con México. El constante ir y venir a Laredo, Texas, por razones de importación de productos (un porcentaje alto de los comestibles vendidos por la firma Agustín Azcúnaga eran

importados de Estados Unidos), los llevó después a reflexionar sobre la posibilidad de implantar este sistema en Monterrey.78 El nuevo sistema fue diseñado y puesto en práctica en 1946, un año después que la firma comercial cambiara de nuevo su razón social por el de Azcúnaga Hermanos, S.R.L. (Sociedad de Riesgo Limitado),79 mostrando así la línea tradicional de expansión a través del control familiar de la empresa y el acceso a ella de los demás hijos de don Agustín. El fundador tuvo seis hijos, tres varones (Agustín, Francisco y José) y tres mujeres (María Aurora, Margarita y María Teresa). El cambio abrupto en el tradicional trato familiar y personal del fundador dado a la clientela, por la frialdad del nuevo sistema de autoservicio, no tardó en ser extrañado por aquéllos. Un pasado de relación directa con la clientela no pudo eliminarse enseguida, pues seguían acudiendo al privado del dueño para pedirle que enviara productos a sus casas y para solicitar crédito. El cambio se daba, pero la gente no respondió de inmediato; si el sistema imponía mayor rapidez y eficacia en el servicio, ello requería la participación de los clientes, éstos tardaron en acostumbrarse, ya que no querían empujar los carritos inicialmente y hubo que poner empleados a hacerlo por algún tiempo.80 Esta forma tradicional de vender no fue desechada en la tienda “madre”, de Morelos 133 poniente, sino hasta 1958, en que se convirtió en una tienda de autoservicio, la única del sistema comercial Azcúnaga que siguió (hasta esa fecha) con el viejo esquema de venta.81 Paralelamente a la expansión de México y en particular a la ciudad de Monterrey (véase cuadros 13 y 14), la firma comercial Azcúnaga Hermanos nuevamente amplió su capital social y eliminó el título de Sociedad de Riesgo Limitado por el de Sociedad Anónima en 1949,82 razón social que conserva hasta la actualidad (1998).

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Cuadro 13. México, población de las 63 ciudades con más de 100 habitantes en 1990 (1940-1990).a Población Media b 1940

1950

1960

1970

1980

1990

1

ZM Cd. de México

1962278

3307566

5426000

9006723

13921372

14983988

2

ZM Guadalajara

288201

462255

878973

1518428

271106

2908698

3 4 5

ZM Monterrey ZM Puebla ZM León

220250 244349 130837

386446 356154 191888

722130 453993 361744

1272485 44625 478516

2008017 1140332 724522

2573528 1419637 951551

6 7 8 9 10 11 12 13

ZM Torreón ZM Toluca Cd. Juárez, Chih. Tijuana, B.C. ZM S.L. Potosí ZM Tampico ZM Mérida ZM Chihuahua

191600 161185 50306 17165 105993 134228 130265 91396

298342 193933 123180 60321 165686 161630 175354 119926

3930694 249991 262843 152945 266732 213651 208040 193084

89959 380639 412219 282298 302651 332567 269249 286543

590884 599639 545584 430795 472544 470447 456425 412996

878287 827163 789522 721819 658712 571185 558702 534699

14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

Acapulco Gro. ZM Coatzacoalcos ZM Veracruz Aguascalientes Mexicali, B.C. ZM Cuernavaca Morelia, Mich. Saltillo, Coah. Culiacán Sin. Hermosillo, Son. Querétaro

10326 72757 77972 82561 19514 29752 44800 49967 22582 19102 34031

28614 88734 110712 93545 65032 60188 63439 70002 49114 43746 49263

49540 145408 160372 126901 174990 94798 101124 99141 85387 96345 67891

178376 249660 257054 184866 266301 177162 165123 164893 172089 180385 116081

303045 404542 368281 294123 342169 278897 298804 285552 306079 298241 216941

515374 514042 470701 440425 438377 431875 428486 420947 405046 406417 386458

25

Irapuato, Gto.

32808

49517

83942

118450

170580

362915

26 27 28

ZM Jalapa Durango, Dgo. Celaya, Gto.

68154 34018 23052

84665 59600 34546

109125 97571 58964

169496 153883 81864

264234 258872 142234

350146 348036 310569

29 30 31 32 33 34 35 36 37

Tuxtla y Terán Chis. ZM Monclova Matamoros, Tamps. Reynosa, Tamps. Mazatlán Sin. ZM Orizaba Villa Hermosa, Tab. ZM Oaxaca Cd. Obregón, Son.

17873 31416 16234 9798 32382 85493 25343 32862 12857

30568 49712 46057 34202 41918 102860 33676 51915 31151

44683 89822 92558 74426 75967 145594 52473 81319 68178

73846 137269 189530 189350 122084 191679 101464 122384 116145

131637 186074 189155 195161 200538 251385 158721 167986 165994

289626 281628 266055 265663 267705 262314 261776 245753 219988

38

Nuevo Laredo, Tamps.

29503

57848

92902

150723

202153

218413

39

Tepic, Nay.

17733

24723

54232

89379

146253

206967

67097

105548

160040

204311

31913 48602 31498 61072

50957 62038 45897 76853

85572 92072 84023 116368

140657 140580 123183 156405

194996 191326 187623 187336

40

Salamanca, Gto

41 42 43 44

Cd. Victoria, Tamps. ZM Zacatecas Uruapan, Mich. ZM Córdoba

191113 40895 20057 37715

45

ZM Poza Rica

13872

34419

85204

145584

199298

185958

46 47

ZM Zamora ZM Cuautla

3553 27355

47286 43361

68413 59979

110411 94323

149039 138406

185445 180573

a Incluye las 26 zonas metropolitanas (ZM) del país delimitadas para 1980. b Es la población estimada al 30 de junio del año correspondiente (excepto 1990). c Para 1990 se consideró la población municipal, por encontrarse en la región urbana del Bajío. Fuentes: Cuadro elaborado basándose en: 1940 a 1980 de Cresencio y Tepichini 1987; INEGI, 1991. La Identificación de las 26 zonas metropolitanas se obtuvo de Negrete y Salazar, 1986.

254

Monterrey: origen y destino

Cuadro 14. Monterrey: dinámica demográfica de los municipios metropolitanos (1940-1990).a (Miles de habitantes) Zona Metropolitana Monterrey Guadalupe San Nicolás Garza García Santa Catarina Apodaca General Escobedo Juárez García

1940

1950

206.2 190.1 4.4 4.1 2.8 4.8

1960

375.0 339.3 12.6 10.5 5.2 7.4

1970

708.3 601.1 38.2 41.2 14.9 12. 9

1980

1281.0 871.5 170.2 118.1 48.3 38.1 18.6 10.5 5.7

1990

2001.5 1090.0 370.9 280.7 82.0 89.5 37.1 37.8 13.5 10.4

2753. 5 1069. 2 335.6 436.6 113.0 163.9 115.9 98.2 28.0 13.1

(Tasa de Crecimiento)

Zona Metropolitana 6.2 6.6 6.1 Monterrey 6.0 5.9 3.8 Guadalupe 11.1 11.7 16.1 San Nicolás 9.8 14.6 11.1 Garza García 11.1 12.5 Santa Catarina 11.4 Apodaca General Escobedo Juárez García

4.6 2.2 8.1 9.0 5.4 8.9 7.1 13.7

2.5 -0.2 3.7 4.5 3.2 6.2 12.1 10.0 7.6 2.3

a La línea escalonada señala los municipios que a partir de 1950 constituyen el área metropolitana de Monterrey, conformada por ocho municipios en 1980 y con la incorporación de García en 1990. Fuentes: Cuadro elaborado sobre la base de: 1940 a 1970 de Unikel y Garza, 1976; Negrete y H. Salazar, 1986; e INEGI, 1991

A diferencia de otras firmas comerciales de la localidad, que se expandieron hacia otros sitios de la república mexicana, en el extranjero y hacia áreas no necesariamente compatibles con el ramo original,85Azcúnaga Hermanos, S.A., realizó, hasta 1972, una tímida expansión (más amplia a partir de 1990) apuntando a las nuevas zonas de altos ingresos en la ciudad de Monterrey y el municipio residencial más importante del área metropolitana: San Pedro Garza García. Ya rota la tradición de servicio personalizado en las principales tiendas de Monterrey, Azcúnaga Hermanos abrió su primer sucursal en 1950 en la

vieja zona residencial del Obispado, en el cruce de las calles de Padre Mier y Bravo (esta sucursal cerró en la década de los sesenta y se reabrió en la misma zona pero en la calle de Hidalgo cruz con 20 de Noviembre).86 En 1953 abrió una segunda sucursal en la prestigiosa colonia Del Valle, en San Pedro Garza García. Un año después, en 1954, se inaugura la tercera sucursal en la colonia Vistahermosa, en el cruce de las calles de Gonzalitos y avenida Madero. En 1960 se abre la cuarta sucursal en la colonia Chepevera, en el cruce de las calles Simón Bolívar y Washington, en la misma zona residencial

255

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

de altos ingresos donde ya existía la inaugurada en 1954. Cuatro años más tarde, en 1964, incursionan al norte de la ciudad de Monterrey, bajo el mismo esquema, buscando zonas residenciales de medios y altos ingresos. En esta ocasión, en la colonia Mitras, entre las calles de Simón Bolívar y Paseo de los Leones. En los años setenta (1972), la firma comercial sólo abre una sucursal más, en la zona poniente de la colonia Del Valle, San Pedro Garza García, siguiendo la expansión de esta zona residencial que inició al oriente y se extendió al poniente del municipio. Este local en la actualidad es el más grande de todos y posee 2,400 metros cuadrados en el área de venta al público, sin sumar la zona de estacionamiento de automóviles, bodega y servicios. Definitivamente, los años de mayor expansión y agresividad en su estrategia de negocios, por parte de la familia Azcúnaga, en el ramo comercial, fueron los años noventa. De forma paralela a la expansión de las clases de ingresos medios y altos durante la década de los ochenta y los primeros cuatro años de los noventa, la familia Azcúnaga inauguró otras cuatro sucursales entre 1990 y 1995. Suman así, en la actualidad, diez tiendas y una gran bodega, donde se concentran las oficinas generales y la administración cúpula familiar. En 1990 se inauguró la sucursal de San Jerónimo, por la calle de Insurgentes, dentro del nuevo

concepto de formar parte de un complejo comercial que distingue al gran comercio en México. En 1992 fue abierta la séptima sucursal de la familia en la avenida Lázaro Cárdenas, en una zona de gran potencial económico, y en la frontera entre los municipios de Monterrey y San Pedro Garza García. En 1993 fue inaugurada la tienda más pequeña de todas en una zona descuidada por la estrategia de negocios de la familia: la colonia Cumbres, al norponiente de la ciudad de Monterrey y en una zona de ingresos medios y altos en gran expansión urbana. Este local sólo posee 600 metros cuadrados en el área de venta al público, pero, a decir de su director general y apoderado de la firma Azcúnaga Hermanos, es la que más vende en proporción a sus metros cuadrados de exhibición de mercancía. Además de ser la única con servicio denominado express, el cual consiste en que un cliente no debe tardar más de quince minutos frente a la caja registradora. Finalmente, en 1995, se abre la tienda Azcúnaga Hermanos en una plaza comercial al surponiente de la ciudad de Monterrey y en uno de los sectores también tardíamente atendidos por la familia: la colonia Contry. Cabe destacar que siete de las diez tiendas que existen actualmente, poseen su propio horno de pan, por lo que la panadería es un departamento más junto con los tradicionales departamentos de latería, vinos y licores, carnicería, embutidos, frutería, congelados y diversos (véase cuadro 15).

Cuadro 15. Tiendas de autoservicio, año de inauguración, ubicación y dimensiones del área de ventas de las sucursales de la empresa comercial Azcúnaga Hermanos (1998). Año de inicio de operaciones

Ubicación municipio-zona-calles

Metros cuadrados del área de venta

Incorporado a una plaza comercial1

19212

Monterrey-centro Padre Mier y Diego de Montemayor

243

no

19544

Monterrey-centro Morelos 133 poniente

200

no

19505

Monterrey-Col. Obispado Padre Mier y Bravo

350

no

1953

San Pedro-Col. Del Valle Missisipi-Centrito

1 000

no

1954

Monterrey-Col.Vistahermosa Gonzalitos 910 norte

800

no

1960

Monterrey-Col. Chepevera Washington y Simón Bolívar

700

no

256

Monterrey: origen y destino

1964

Monterrey-Col. Mitras Simón Bolívar, 1750 norte

1 100

no

1970

Monterrey-Col. Obispado Hidalgo y 20 de noviembre

1 500



1972

San Pedro-Col. Del Valle Humberto Lobo y Calzada del Valle

2 400



1990

Monterrey-Col. San Jemo Insurgentes, 1600

1 500



1992

Monterrey-Av. Lázaro Cárdenas

1 500

no

1993

Monterrey-Col. Cumbres

600



1995

Paseo de los Leones y Rangel Frías Monterrey-Col Contry Av. Alfonso Reyes

1 500

no

1970

Oficinas Generales y Bodega Monterrey- Av. Pablo González

Se refiere a la concentración del capital del gran comercio a través de sus nuevas formas de comercialización como el hipermercado y los centros o plazas comerciales. Esta tienda primigenia cerró en 1945. 3 Metros cuadrados al momento de inaugurar la tienda. Posteriormente se le hicieron reformas a la construcción con la finalidad de ampliarla. 4 Esta tienda cerró en 1964. 5 Esta tienda cerró en la década de los setenta. Fuente: Este cuadro fue elaborado en base en las siguientes fuentes: Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa, y entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga, director general de Azcúnaga Hermanos, S.A., realizada el 8 de noviembre de 1995; Mendirichaga, 1992; El Diario de Monterrey, Monterrey, 29 de octubre de 1995; y Emporio Monterrey, septiembre de 1995. 1

2

Empresa familiar La presencia de la dirección familiar detrás de cada gran empresa industrial o comercial regiomontana es toda una tradición.87 Ésta es más visible cuando se habla de la tenencia de acciones y de la sucesión administrativa. En el caso de las empresas Azcúnaga Hermanos, éstas no cotizan en la Bolsa de Valores; aunque, a partir de 1945, cuando su razón social cambió de Sociedad de Riesgo Limitado, tuvieron la opción de emitir acciones a fin de aumentar su capital social, a cualquier persona física o moral externa al núcleo familiar. A partir de 1949, cuando se convirtió en Sociedad Anónima, la cotización en la Bolsa de Valores se convirtió en una nueva opción de expansión. En efecto, los cambios de razón social en 1945 y 1949 fueron una estrategia de la empresa Azcúnaga Hermanos para que la familia fundadora no perdiera la propiedad o la administración de la empresa. La definición tradicional de las empresas familiares es en la que el dueño o los dueños y los

miembros de su familia participan activamente en la administración y dirección de las mismas. En el caso de los grupos industriales regiomontanos, la propiedad ha pasado exitosamente a través de la tercera generación, siendo algunos de estos grupos administrados ya por miembros de la cuarta generación.88 En el caso de la familia Azcúnaga, su empresa no es un grupo industrial, pero su comportamiento de control como empresa familiar fue y es muy similar. Su fundador, Agustín Azcúnaga Cirión, permaneció al frente de la empresa hasta su muerte en 1963. A partir de 1935, su hijo Agustín Azcúnaga González fue heredero de la empresa, cambiando incluso el nombre a Agustín Azcúnaga Junior. En 1945, la empresa familiar cambió su nombre a Agustín Azcúnaga Hermanos, denotando la incorporación activa de los otros hijos de don Agustín Azcúnaga Cirión.89 Simultáneamente, el enlace entre la familia Azcúnaga con otras familias de abolengo en la ciudad a través de diferentes medios como el matrimonio, la posesión de acciones en común

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

y la participación activa en consejos directivos, ha permitido que el control económico de la empresa comercial familiar se continúe manteniendo. Actualmente los puestos más importantes y, por lo tanto, de control de la compañía son los siguientes: el director general de la empresa familiar es Francisco Azcúnaga González, uno de los hijos del fundador; el director administrativo es el licenciado Jorge Azcúnaga Ayala, sobrino de don Francisco; y el cargo de director comercial lo ocupa el ingeniero José Luis Azcúnaga Guerra, hijo de don Francisco.90 Asimismo, existen otras características importantes de mencionar que han permitido que este control siga siendo familiar. En referencia con las estrategias de financiamiento, la empresa familiar de los Azcúnaga ha seguido la siguiente política: 1.El financiamiento de sus empresas por medio de la reinversión de capital proveniente del mismo núcleo familiar, aunque en ocasiones éste ha salido de esas fronteras se siguen obteniendo recursos de familias relacionadas en consanguinidad. 2.Como fuente de recursos económicos externos se ha buscado el apoyo de bancos nacionales. 3.Se han logrado alianzas estratégicas con inversionistas extranjeros seleccionados con el fin de surtir y distribuir en Monterrey mercancía importada. Recordemos que 20% de la mercancía que se vende al consumidor en las tiendas Azcúnaga Hermanos proviene del extranjero.91 El proceso de asimilación de Agustín Azcúnaga Cirión a la sociedad mexicana tuvo, indudablemente, mayor posibilidad de cumplirse en Monterrey no sólo a causa del reducido número de residentes hispanos, sino también a la cadena de paisanaje que se logró crear entre los pobladores de Arcentales y Monterrey. Una generación anterior de inmigrantes vascos de Arcentales logró una sólida base económica que los incorporó de manera inmediata con la sociedad regiomontana y con el despegue económico (comercial e industrial) que experimentó en el último tercio del siglo XIX. Lengua y religión fueron también rasgos culturales que facilitaron la incorporación de los

258

vascos (que hoy conocemos que fueron exitosos) a la sociedad regiomontana. Otro elemento que deberá tomarse en cuenta para explicar, en parte, el éxito obtenido por algunos miembros de inmigrantes vascos, es el antecedente de trabajo que se trajeron consigo al emigrar. Agustín Azcúnaga triunfó en la esfera del comercio en Monterrey y estableció las bases de una empresa familiar con gran tradición en la ciudad. Aunque también es cierto que tenía experiencia de trabajar atrás del mostrador en la tienda de abarrotes de su padre en Arcentales; lo que nos habla de que si no llegó con gran capital, sí con grandes esperanzas de mejorar su nivel de vida anterior y con experiencia de trabajo previa en el ramo. Las situaciones adversas durante la Revolución mexicana (1910-1920) y de nueva cuenta la apertura política y social de la sociedad mexicana ante la colonia española en los años treinta, favorecieron contextualmente el proceso de aculturación que, finalmente, concluyó con el matrimonio de Agustín con una mexicana y herencia de sus bienes (capital regional) a manos de sus hijos ya con nacionalidad mexicana. La tienda de abarrotes creada en 1921 por Agustín Azcúnaga fue la piedra angular de una expansión comercial sostenida. Hasta 1995, la empresa familiar de la familia Azcúnaga poseía diez tiendas de autoservicio y una gran bodega (entendida ésta como la matriz, donde se concentraron las oficinas generales), en las zonas de mayor ingreso en la ciudad de Monterrey. El éxito de esta estrategia de negocios es cubrir un mercado definido, pero restringido a ciertas áreas de la ciudad. Esta empresa se caracteriza, como muchas otras de capital nacional creadas en Monterrey, por tener la presencia de la dirección familiar. A pesar de los cambios de razón social en el transcurso de su existencia (en 1935, 1945 y 1949), sus objetivos respondían a una estrategia administrativa bien definida, para que la familia fundadora no perdiera el control de la administración de la empresa. En efecto, Azcúnaga Hermanos, S.A., fue una institución creada por un inmigrante vasco originario de Arcentales y afincado en Monterrey. Esta institución y la tradición cultural que imprimió a ésta no tuvieron como única finalidad mantener su

Monterrey: origen y destino

etnicidad. El resultado fue la integración y la asimilación a una comunidad mexicana, que se mantiene a través de la segunda y tercera generaciones de descendientes del fundador.

El caso de la familia Llaguno Éste es un ejemplo más del enriquecimiento cultural, económico y social que trajo para México la migración europea y en particular la española (Flores y Cerutti, 1997, y Flores 1996 y 1995). En el caso de la ciudad de Monterrey, existió, desde mediados del siglo XIX, una cadena migratoria relevante entre algunos poblados cercanos a Bilbao y aquella región mexicana. Este apartado tiene como objetivo mostrar esta cadena migratoria que tenía como protagonista al inmigrante vasco, quien presentaba un contorno muy definido: experiencia de trabajo anterior y el desarrollo de este mismo en México. Sus empresas ya fundadas en México con capital creado en este país tuvieron un perfil administrativo y de control de grupo (familias propietarias reconocidas en el ámbito empresarial local); la adquisición en México de una experiencia empresarial que, sin duda, facilitó el pasaje hacia otro tipo de actividad económica (industria, finanzas, servicios y educación, incluso); y, finalmente, que estas empresas desarrollaron estrategias de expansión y de penetración en el mercado bien definidas, las cuales se describen a fin de que puedan arrojar luz sobre el proceso de crecimiento económico que experimentó la ciudad de Monterrey después de la Revolución. El ejemplo del inmigrante José Llaguno de la Serna (y particularmente de su hijo nacido en Monterrey, Jesús Julián Llaguno Cantú) es elocuente en cuanto al tipo de migración que se dio, al tipo de trabajo que profesó y al proceso de acumulación de capital que desarrolló a fin de afincarse como un próspero empresario industrial. 92 Cabe aclarar que en el caso de Llaguno y en el de las familias Hernández Luengas y Mendirichaga Hernández, nacidos todos ellos en Villaverde de Trucios e inmigrantes afincados en Monterrey, son considerados en este trabajo como parte de la inmigración vasca. Las razones son varias, entre ellas

existe el antecedente común que estas familias provenían de prósperos comerciantes que poseían sus casas comerciales en Bilbao, Vizcaya; que incluso al afincarse en Monterrey no perdieron sus vínculos comerciales y afectivos con Bilbao (varios de ellos –Mariano Hernández y Tomás Mendirichaga– se retiraron de la actividad comercial e industrial, y pasaron los últimos años de su vida en esta ciudad vizcaína); y, finalmente, estos inmigrantes y sus familias actuaron desde Monterrey como un grupo de apoyo a la inmigración vasca que encontró en ellos un empleo seguro, hospedaje y manutención a fin de integrar al recién llegado a la sociedad receptora.

Inmigración e integración a la nueva sociedad José Llaguno de la Serna nació en 1866, en el poblado de Villaverde de Trucios, hoy conocido como La Matanza, enclave que pertenece a la provincia de Santander dentro de la comunidad de Vizcaya, a sólo cincuenta kilómetros al oeste de Bilbao, España.93 Hijo de un comerciante asentado en Bilbao, don Nicasio Llaguno,94 José ya había escuchado de las grandes oportunidades de prosperar que existían en América, particularmente en México. Conocedor de la existencia de prósperos comerciantes e industriales vascos en este país latinoamericano, decidió probar fortuna a principios de la década de 1890, siendo uno de los dieciséis españoles que llegaron entre 1887 y 1895 al estado de Nuevo León (Flores, 1996 y 1995). Al igual que sus compatriotas Agustín Azcúnaga, Pedro Maiz y Francisco Armendaiz y Arzuaga (todos de Arcentales, Vizcaya, y asentados en Monterrey), la migración de Llaguno se realizó dé acuerdo con el sistema de paisanaje (Flores, 1996). José Llaguno llegó a Monterrey probablemente alentado por los éxitos comerciales e industriales de dos familias originarias de Villaverde de Trucios y asentadas desde 1852 en Monterrey: los Hernández Luengas95 y sus parientes Mendirichaga Hernández96 (Cerutti, 1995). Estas familias continuaron detentando sucursales de sus casas comerciales en Bilbao, lugar que frecuentaban, y hacían reuniones donde hablaban de las amplias expectativas que tenían sus establecimientos en México

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

(Cerutti, 1995, y Mendirichaga, 1992). Fue aquí donde a través de los negocios de su padre se relacionó con sus paisanos del valle de Trucios y decidió probar suerte en América. Este inmigrante se vinculó con los antiguos residentes y a través de ellos fue presentado con las familias importantes de Monterrey. Sus antecedentes de comerciante fueron factor importante para que iniciara negocios con los principales personajes que manejaban este rubro en la localidad, en cuyo seno existieron, en esa época de auge, las condiciones y la posibilidad de elevar su nivel de vida y el futuro enriquecimiento del recién llegado (Flores, 1996 y 1995). Su paulatina socialización y asimilación a la sociedad mexicana se dio gracias a otro factor que caracterizó al emigrante vasco promedio de finales del siglo XIX: emigración a una edad relativamente joven (25 años) y el viajar solo, en este caso soltero. Por tal motivo, no fue extraño que se casara con una mexicana, tendencia que operó como un factor más de integración en la sociedad regiomontana. José Llaguno contrajo nupcias por la Iglesia católica con María Cantú Treviño (nacida en 1873),97 miembro de una destacada familia de comerciantes y ganaderos originarios del municipio de Salinas Victoria (a treinta kilómetros al norte de Monterrey) y afincados en la próspera capital del estado. Hay que puntualizar que los miembros de esta familia eran los principales socios comerciales de los Mendirichaga Hernández (Cerutti, 1992 y Mendirichaga, 1992). El dinámico de la familia Cantú Treviño era Manuel, hermano de María, quien, junto con sus hermanos José y Rufino, estableció en marzo de 1891 la tienda de ropa Sorpresa y Primavera, con un capital inicial de quince mil pesos. Manuel encontró un fuerte apoyo en José Llaguno cuando llegó la desgracia a la familia Cantú y afectó la organización del negocio. En 1893 murió Rufino, y José en 1897. Siendo único dueño, Manuel asoció a su hermano Florentino (Mendirichaga, 1992). A juicio de uno de sus biógrafos, las actividades empresariales de Manuel Cantú Treviño tuvieron un auge sin precedentes entre 1898 y 1900.

260

En el año que cerró el siglo, amplió sus inversiones participando desde entonces en la industria al adquirir en 200,000 pesos la fábrica de hilados y tejidos La Leona, establecida desde 1874 en el municipio de Garza García, cercano a Monterrey por el poniente. Viniendo de Saltillo, la construcción de sólidos sillares reforzados con contrafuertes, anunciaba el arribo a una población que empezaba a multiplicar sus chimeneas. Y, acompañando el ritmo que impulsaba a la ciudad, Manuel Cantú Treviño siguió participando con su capital y conociendo el mundo de los negocios en nuevos proyectos industriales, porque el mismo año (1899) fue uno de los fundadores de la Fábrica de Vidrios y Cristales, antecedente de Vidriera Monterrey, y miembro del Consejo de Administración de Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, fundada en 1900 (Mendirichaga, 1992:44). Para entonces la firma comercial Manuel Cantú Treviño y Hermanos tenía un capital de un millón de pesos, plasmado en un gran edificio de tres niveles en el centro de la ciudad. La construcción, cuyo costo fue de 145,000 pesos, destacaba no sólo por sus grandes aparadores, sino también por sus ventanales superiores rematados con columnas neoclásicas (Mendirichaga, 1992). Esta familia de abolengo en Monterrey muestra el evidente entroncamiento del inmigrante José Llaguno con la clase alta propietaria, comercial y empresarial en la ciudad, por medio del matrimonio. Es de aclarar que si bien José Llaguno mantuvo su nacionalidad española, el capital acumulado por él, pero especialmente por sus descendientes, fue creado e invertido en México; por ello, sus empresas y capital, por su historia, pueden considerarse regionales.

Inicio de la empresa familiar El 9 de enero de 1899, ante el juez primero del Estado Civil en la Oficialía 1a. en el municipio de Monterrey, José Llaguno, a la edad de 33 años, presentó al que habría de ser el empresario más osado y decidido de la dinastía Llaguno: su hijo Jesús Julián

Monterrey: origen y destino

Llaguno Cantú, nacido ese mismo día a la 1:45 de la madrugada. Era el segundo de sus hijos nacido en México, ya que dos años atrás, ante la misma Oficialía, presentó a Juana Llaguno Cantú, primogénita de la familia.98 Jesús J. Llaguno recibió una educación esmerada, como le correspondería a la nueva generación de futuros empresarios nacidos en Monterrey entre finales de siglo pasado y principios de éste. Cursó sus estudios en el colegio privado de más renombre de la localidad, el Instituto de la Sagrada Familia, el cual había sido fundado por los maristas franceses en 1905. Posteriormente fue enviado a los Estados Unidos a completar su ciclo educativo; estuvo en Clason Point Military Academy en Nueva York y, finalmente, en Pierce School, en Filadelfia, en donde adquirió sus primeros conocimientos teóricos en el ramo del comercio y la administración de negocios (Mendirichaga, 1992). Regresó a Monterrey, a mediados de la década revolucionaria, a trabajar en los negocios de la familia de su madre. Trabajó atrás del mostrador en la empresa pionera de la firma comercial Manuel Cantú Treviño, Sorpresa y Primavera, hasta 1926. Fue en ese año que cambió el rumbo de su vida; en 1926 un incendio consumió la totalidad del edificio comercial (Mendirichaga, 1992), situación que obligó a Jesús Llaguno (casado dos años antes) a independizarse y a crear su propio negocio, en esta ocasión en el giro industrial. La empresa primigenia de la familia Llaguno fue Industrias Textiles, S.A., establecida originalmente en un solar al fondo de su casa en 1926.99 A principios de ese año Jesús J. Llaguno solicitó al Congreso del Estado de Nuevo León determinadas facilidades para el establecimiento en la ciudad de Monterrey de una fábrica de tejidos de punto. La respuesta del Congreso se dio a fines de ese año; en ella se sirvió resolver que debería ampararse y sujetar la mencionada solicitud a la Ley sobre Protección de la Industria expedida el 3 de diciembre de 1927.100 De acuerdo con el artículo 10 de la mencionada ley, Llaguno manifestó, el 23 de diciembre, hacer una inversión inicial de 100,000 pesos. Ésta

constaría de 20,000 pesos en edificios, terrenos y mejoras; 60,000 en maquinaria, equipo, motores, refacciones, entre otros aspectos, y, finalmente, 20,000 pesos consolidados en materias primas y un efectivo inicial para arrancar el negocio.101 La maquinaria con la que inició el negocio en terrenos de su propiedad fue toda nueva (exigencia de la nueva ley a fin de ser considerada industria nueva y, por lo tanto, ser susceptible de exención de 75 por ciento de impuestos municipales y estatales hasta por veinte años). Para hilar se utilizó maquinaria de la Whitin Machine Works y de la SacoLowell Shops; y para tejidos de punto de la Scott & Williams, Inc.102 Se proyectó como plazo para la iniciación de la producción nueve meses, contando a partir del día en que se otorgó la concesión (10 de abril de 1928), y doce meses a fin de que quedaran construidas las instalaciones. Las mercancías que se obtuvieron en su fase de producción inicial –el 1 de enero de 1929– y, posteriormente, en producción total, el 16 de abril de 1929, fueron hilazas e hilos de algodón, así como artículos de bonetería.103 A juicio de Jesús J. Llaguno, esta industria debería considerarse industria nueva entre otros conceptos porque la mercancía producida, es decir, la hilaza e hilos de algodón, estaba comprendida dentro de la fracción I del artículo 4º, pues hasta ese momento no existían en la entidad fábricas dedicadas a producir hilaza devanada para la venta.104 Paralelamente, Llaguno advirtió en su solicitud que las fábricas de hilados y tejidos del país producen la hilaza que necesitan para sus géneros de tejidos planos, pero no la ponen a la venta para el público. Además, la hilaza o hilos de algodón que nos proponemos elaborar son para usarse en la fabricación de tejidos de punto o artículos de bonetería y para bordar, y en consecuencia el producto referido se destina a un uso diverso, por lo cual la industria que se dedica a elaborarlo debe considerarse como nueva de acuerdo con la fracción I del artículo 4° de la ley citada, y la fracción B, del artículo 5° de la propia ley.105

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Además, Llaguno mostró una novedad en las industrias del ramo en cuanto al concepto de seguridad laboral. También debe considerarse la nuestra como industria nueva, independiente de lo que se ha dicho [...] pues nuestra fábrica será la primera instalación de su naturaleza en el estado que se moverá con motores eléctricos individuales, eliminándose totalmente el uso de bandas y transmisiones, con lo que se disminuyen considerablemente los riesgos de los obreros, para quienes dichas bandas y transmisiones constituyen el mayor peligro.106 Por lo que respecta a los artículos de bonetería, también había justificación para considerarla industria nueva: pues las pequeñas fábricas que existen actualmente sólo producen medias y calcetines de articela, y por nuestra parte produciremos todo lo que entre dentro del ramo de bonetería, por lo que la materia para ser empleada diferirá en más de un setenta y cinco por ciento, tomando en cuenta el volumen total de nuestra producción.107 La solicitud de Jesús J. Llaguno ante el gobierno del estado fue turnada por el propio gobernador para su recomendación al selecto grupo de industriales textiles de la entidad. El 13 de abril de 1928, los descendientes del empresario asturiano Valentín Rivero, dueños de la Fábrica de Hilados y Tejidos El Porvenir y Anexos, fundada en 1871, recomendaron ampliamente la solicitud de Llaguno. Rivero manifestó “que después de estudiarla, encontramos que la fábrica de bonetería que ofrece establecer el mismo Sr. Llaguno, puede a nuestras luces considerarse como una industria nueva”.108 Y terminó puntualizando que “deseamos también hacer presente que por nuestra parte no nos oponemos a que se le otorgue la concesión solicitada”.109 Finalmente, la inspección municipal de las autoridades sanitarias, realizada a las instalaciones en abril de 1929, observó que los edificios y los talleres reunían todas las condiciones de higiene y seguridad establecidas por la nueva legislación de protección a la industria de diciembre de 1927.110

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Estrategias de expansión y de penetración en el mercado Una rápida revisión de las compañías fundadas, entre 1928 y 1970, por Jesús J. Llaguno permite detectar tres elementos de vital importancia en su estrategia de expansión: 1.la diversificación de sus inversiones. 2.la ramificación regional del capital y de las actividades que impulsaba. 3.las múltiples asociaciones entre los dueños del capital, es decir, la creación de nuevas empresas o adquisición de ellas a través del mecanismo de la sociedad anónima, la cual permitió la reunión de los capitales de varias familias o grupos empresariales en un plazo relativamente breve. Este dinamismo se vio favorecido porque, a partir de finales de los años veinte y particularmente de 1940 en adelante, la economía mexicana empezó a repuntar al salir de la turbulencia revolucionaria de lustros atrás. En esta época se fundaron centenares de empresas mineras, agrícolas, pecuarias, bancarias, de servicio y fabriles. Bajo este concepto, los empresarios abordaron estos proyectos estimulados y protegidos, por cierto, por las condiciones sociopolíticas (a partir de 1940, especialmente) y jurídicas111 cimentadas por los regímenes posrevolucionarios. Indudablemente, Jesús J. Llaguno, al igual que los antiguos comerciantes de origen hispano y sus descendientes, estuvo entre los principales diseñadores y constructores de la sociedad capitalista posrevolucionaria en el norte de México. En el cuadro 16 se ilustra la considerable participación de Jesús J. Llaguno en el ciclo de fundación de compañías que se desencadenó en Monterrey y sus alrededores entre 1928 y 1970. Se trata de un total de 22 sociedades, cuya división interna suponía en términos cuantitativos un amplio predominio del sector de la industria fabril (59.1%), y un significativo segundo lugar (27.3%) para el sector financiero (véase el cuadro 17).

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Cuadro 16. Empresas fundadas o adquiridas por Jesús J. Llaguno (1928-1970). Fundada o adquirida

Empresa y año de fundación

Ramo

Industrias Textiles S.A., 1928

Industria

Ladrillera Monterrey, S.A., 1932

Industria

Crédito Industrial de Monterrey, S.A., 1932

Finanzas

Fundador Adquisición (fundada en 1890) Cofundador

Sociedad General de Crédito, S.A., 1933

Finanzas

Cofundador

Textiles del Norte S.A., 1940 (nueva razón social de Industrias Textiles de 1928)

Industria

Fundador

La Leona, S.A., 1940

Industria

Monterrey, Compañía de Seguros Sobre la Vida, S.A., 1940

Servicios

Banco Capitalizador de Monterrey, S.A., 1940

Finanzas

Banco de Nuevo León, S.A., 1940

Finanzas

Enseñanza e Investigación Superior, 1943, asociación que fundó en ese año el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM)

Educación

Cofundador

Instituto Regiomontano, 1943

Educación

Cofundador

Hilados del Norte, S.A., 1947

Industria

Cofundadora*

Banco Inmobiliario de Monterrey, S.A., 1947

Finanzas

Cofundador

Acabados Monterrey, S.A., 1948 Leona Textil, S.A., 1951 Confecciones Lemont, S.A., 1955 Fábrica de Papel Santa Clara, S.A., 1956 Fábrica de Tejido y Punto RYL, S.A., 1957 Financiera de Nuevo León, S.A., 1957 Nylon de México, S.A., 1958 Policrón de México, S.A., 1962 Polisac, S.A., 1969 Polioles, S.A., 1970

Industria Industria Industria Industria Industria Finanzas Industria Industria Industria Industria

Cofundador Cofundador Fundador Adquisición Fundador Cofundador Cofundador Cofundador Cofundador Cofundador

Adquisición (fundada en 1874) Cofundador Cofundador Adquisición (fundado en 1892)

*En esta empresa no aparece en el acta constitutiva como fundador Jesús J. Llaguno, sino su hermana Juana Llaguno Cantú, junto con el empresario descendiente de vascos, Justo A. Odriozola, y los empresarios regiomontanos Enrique Domene, Juan S. Farías, Bernardo Elosúa e Ignacio Martínez hijo. La empresa quedó constituida el 28 de abril de 1947, con un capital de tres millones de pesos y sobre un terreno de cinco hectáreas y 4,893 metros, en el poblado de La Leona, municipio de Garza García, Nuevo León (a diez kilómetros de Monterrey). Véase AGENL México, Concesiones, 1946, legajo 89, caja 69/8; y avisos de la instalación de la factoría de hilos de algodón en El Porvenir, 5, 12 y 19 de diciembre de 1945, y en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, en las mismas fechas. Fuente: AGENL México, Concesiones 1928-1948; Flores, 1993 y 1988; Morado, t. 2, 1996 y Mendirichaga, 1992.

Dentro de la industria fabril, la primera columna del cuadro 16 muestra que, a pesar de la diversidad de las inversiones, éstas se concentraban en esencia en la industria textil. De ahí que las empresas que se fundaron o se adquirieron dentro de este ramo, entre 1928 y 1957, se basasen en la producción de hilazas e hilos de algodón –Industrias Textiles, S.A. (1928); Textiles del Norte, S.A.

( 1940); La Leona, S.A. (1940); Hilados del Norte, S.A. (1947); Acabados Monterrey, S.A. (1948); Leona Textil, S.A. (1951); Confecciones Lemont, S.A. (1955); y la fábrica RYL, S.A. (1957)–, avanzando posteriormente, a finales de la década de los cincuenta, a las industrias fabricantes de fibras sintéticas –Nylon de México, S.A. (1958); Policrón de México, S.A. (1962); Polisac, S.A. (1969); y Polio-

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accionista del grupo empresarial que las adquirió: las empresas Crédito Industrial de Monterrey, S.A. (1932);114 Sociedad General de Crédito, S.A. Monterrey, (1933);115 Compañía de Seguros Sobre la Vida, S.A. (1940);116 Banco Capitalizador de Monterrey, S.A. (1940);117 Las tiendas Azcúnaga Hermanos fueron los primeros en la ciudad establecer el supermercado. Banco de Nuevo León, S.A. (1940); Banco Inles, S.A. (1970)–, modelo de producción acorde con mobiliario de Monterrey, S.A. (1947),118 y la nueva materia prima que empezaba a desplazar a Financiera de Nuevo León, S.A. (1957).119 las fibras naturales (Flores, 1993 y 1988). Asimismo, encontramos las inversiones Cuadro 17. Composición de la inversión de Jesús J. en el sector de materiales para la construcción –LaLlaguno (1928-1970). 112 drillera Monterrey, S.A. (1932)– y en el sector de Fuente: Cuadro elaborado con base en la información del cuadro 16. producción de papel, esta última empresa denominada Fábrica de Papel Santa Clara, S. A., adquirida Institución Giro Matríz en 1956. Probablemente esta transacción hecha por Grupo Sefín Servicios Bancaria Monterrey Servicios Financieros InteMéxico, D.F. Llaguno se debió a una compra con base en una Banca Serfín Almacenadora Serfín grados México, D.F. oferta de oportunidad, ya que éste no era precisa- Almacenadora Azteca Almacenes y depósitos México, D.F. Seguros Monterrey Servicios Bancarios México, D.F. mente su ramo preferido de actividad. Serfín Seguros México, D.F. El cuadro de inversión en el transcurso de Afianzadora Serfín Fianzas México, D.F. Arrendamiento Financiero México, D.F. estos años descritos se complementa con la parti- Arrendadora Serfín Factoring Serfín Factoring cipación en los ramos de finanzas, servicios y educación. Esto nos muestra una de las características Las financieras en México, especialmente a globales del empresario que actuaba en Monterrey partir de la Sociedad General de Crédito, S.A., se desde el último tercio del siglo pasado: diversificafundaron al amparo de la Ley General de Institucioción de las inversiones que trajo consigo la ramificanes de Crédito del 28 de junio de 1932, que incluía ción regional del capital y de los ramos que impulsapor primera vez en el sistema a las sociedades geneba.113 Este proceso de expansión se dio a través de la rales o financieras con el carácter de instituciones estrategia empresarial ya descrita y con base en dos auxiliares de crédito. Éstas se concibieron como constantes, con las cuales se logró una gran penetrainstrumentos para procurar la organización y el ción en el mercado lograda por sus empresas: funcionamiento de empresas, y el otorgamiento de 1.una fue la expansión hacia el rubro de la créditos a plazos y en condiciones que la banca de industria textil, la cual concentró la mayor depósito no satisfacía (Flores, 1993). parte de su capital. Aquí encontró e identiLa gran captación de recursos y su canalificó las habilidades iniciales alrededor de las zación a las empresas en este periodo es por demás cuales la empresa se desarrolló. elocuente. Si en 1950 sólo 13.5 por ciento de los re2.el financiamiento de sus empresas por cursos de los bancos privados pertenecían a las fimedio de la reinversión de capital provenancieras, en 1970 (año en que Jesús J. Llaguno fue niente del mismo núcleo de empresas en cofundador de su última empresa) alcanzaban 47.1 el ramo financiero y en las cuáles tenía una por ciento120 (Flores, 1993). participación como fundador, o bien, como

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los Hernández Luengas y Mendirichaga Hernández, lograron una sólida base económica que los incorporó de manera inmediata a la sociedad regiomontana. Lengua y religión fueron también rasgos culturales que facilitaron la incorporación de estas familias (que hoy conocemos que fueron exitosas) a la sociedad regiomontana. La empresa primigenia, Industrias Textiles, S.A., creada por Jesús J. Llaguno en 1926, fue la piedra angular de su futura expansión industrial. Hacia 1970, las empresas de la familia Llaguno, cuyo eje principal era Jesús Julián, eran 22, diversificadas en cuatro La primera empresa que fundó José Llaguno de la Serna era en relación a la ramos: industria fabril, finanzas, educación y industria textil. servicios. El éxito de esta estrategia de negocios fue la consolidación de las habilidades iniciales, es decir, el rubro de la industria textil No quiere decir esto que no se continuara (donde se concentró la mayor parte del capital) y ejerciendo la antigua actividad comercial o que alguno de los descendientes de Jesús Llaguno y de el financiamiento de sus empresas, por medio de la su hijo José Julián no estuviera comprometido en reinversión de capital proveniente del mismo núcleo la gran propiedad de la tierra, particularmente en la de empresas del ramo financiero y en las cuales pocría de ganado mayor, en la cual una rama familiar seía una notoria participación. El entorno jugó también un papel imporllegó a destacar a nivel necional.121 tante; las leyes estatales de protección a la indusEsta información hace poner en duda la tria de 1927 y 1940, así como la Ley General de excesiva generalización que algunos autores adjudiInstituciones de Crédito de 1932, sirvieron de base caron al comportamiento de los españoles y descenpara el despegue de nuevas y diversas empresas en dientes de éstos en México a partir del desarrollo inla entidad. Y si a eso le sumamos, entre otros facdustrial de fines del siglo pasado. En otras palabras, tores, el apoyo que recibió del grupo tradicional de pone fin a la idea comúnmente aceptada de que se empresarios textiles en Nuevo León para que se le dedicaban al comercio (sobre todo minoristas), a otorgara la concesión inicial, y las múltiples asociaadministrar la tienda de abarrotes, o bien que eran ciones que realizó Jesús Julián y su hermana Juana grandes propietarios de tierras. Si bien es cierto, en entre los dueños del capital regional para la creación parte, estas actividades económicas estuvieron ende nuevas empresas o adquisiciones de ellas a través marcadas por actividades tan modernizantes y de del mecanismo de la sociedad anónima, tendremos tan alto riesgo como la industria fabril, la banca y una visión más clara del desarrollo capitalista en los servicios. El proceso de asimilación de José Llaguno Monterrey en el transcurso del presente siglo. En efecto, las empresas en las que participade la Serna a la sociedad mexicana tuvo indudablemente mayor posibilidad de cumplirse en ron Jesús J. Llaguno y su familia no fueron creadas a Monterrey, no sólo a causa del reducido número raíz de mantener una etnicidad, sino todo lo contrade residentes hispanos, sino también de una sóli- rio, tuvieron como resultado la integración y la asida cadena de paisanaje que se logró crear entre los milación a la comunidad mexicana. Esta situación se pobladores de Villaverde de Trucios (con negocios mantiene actualmente a través de la tercera y cuarta en Bilbao) y Monterrey. Dos generaciones ante- generaciones de descendientes del inmigrante José riores de inmigrantes de Villaverde de Trucios, Llaguno, originario de Villaverde de Trucios.

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Citas bibliográficas 1. Entre estos préstamos hemos de destacar la exigencia, el 14 de marzo de 1915, de Francisco Villa a los empresarios y comerciantes de Monterrey de la suma de un millón de pesos para socorrer a la población más necesitada. Si bien no se pudo juntar esa cantidad, se reunieron más de 300 mil pesos a través del Banco de Nuevo León, que fueron repartidos por las autoridades villistas a 800 familias de escasos recursos (Flores, 1991). 2. Acta Constitutiva de la COPARMEX, 1935. 3. Tema de la Sesión del 17 de julio de 1929 de la directiva de la Unión de Comerciantes al Menudeo y Pequeños Industriales de Monterrey (Mendirichaga 1983). 4. Porcentajes obtenidos sobre la base de los informes publicados y enviados por los bancos a la BMV correspondientes al primer semestre del año de 1993. Véase El Porvenir, Monterrey, 25 de agosto de 1993. 5. Actualmente (1996), esta empresa es propiedad del Grupo Industrial Durango. 6. Es en una fecha posterior a la formación del grupo industrial cuando se adquieren y desarrollan empresas que le ayudan a obtener un valor agregado a su producto principal. Ejemplo de esto es la producción del cemento y concreto premezclado, cal y bolsas de papel. 7. Esta definición será analizada en el siguiente capítulo, donde se propondrá como nueva categoría para estos conglomerados el de grupo económico privado tradicional (GE). 8. Entre los préstamos que bancos extranjeros hicieron a Alfa y en los que Hylsa participó estuvieron los siguientes: en 1976 se concedió un préstamo por diez millones 800 mil dólares a pagarse entre 1976 y 1986 por el Bank of America de Nueva York, el Girard Turst Bank de Filadelfia y el Export-Import

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Bank de Washington. Entre 1976 y 1977 se dieron dos créditos más: uno por 21 millones de dólares (1977), y otro por 913 millones de pesos que Hylsa solicitó a diversas instituciones internacionales y que obtuvo entre 1976 y 1981 (Rojas y Rodríguez, 1988). 9. Grupo Industrial Alfa, Informe Anual, 1981, Monterrey, 1981. 10. Este financiamiento consistió en 17 mil millones de pesos por parte de BANOBRAS. Originalmente, las condiciones fueron las siguientes: 7 mil millones de pesos a la tasa corriente del mercado, al 40 por ciento, 5 mil millones al 17 por ciento y 5 mil millones a tasas preferenciales del 12-11 por ciento. Posteriormente, en 1984, se restauraron todos los adeudos y acciones preferentes de sus subsidiarias en poder de BANOBRAS (Hoshino, 1991). 11. Alestra fue formada en enero de 1996 por el grupo estadounidense AT&T y el grupo mexicano Alfa para aprovechar las oportunidades que creó la apertura del mercado mexicano de telefonía de larga distancia. En octubre de 1996, VISA-Bancomer formalizó la incorporación a sus planes de inversión en el mercado de larga distancia al proyecto Alestra, adquiriendo un paquete de acciones de Alfa. De esta forma la composición accionaria de la compañía quedó conformada como sigue: Alfa con 26.6 por ciento, VISA-Bancomer, 25.4 por ciento, y AT&T con 49 por ciento restante. AT&T es una empresa global que poseía, en 1997, una Red Inteligente Mundial, la más grande del planeta, que trasmitía diariamente más de 200 millones de mensajes de voz, datos y video. Con esta alianza Alfa espera heredar de Alestra el acceso a la formación de alianzas estratégicas internacionales en industrias clave que pueden interesar al grupo mexicano. Por su parte, VISA-Bancomer contribuye con la red bancaria más extensa del país (más de mil sucursales) y su participación en el sector de venta al menudeo. Alestra ejerció, en 1996, 450 millones de dólares en acciones para construir una red de fibra óptica, la cual, en 1997, manifestaba tener una extensión de 4,200 kilómetros de extensión (Alestra, 1997).

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12. El consorcio Amazonia resultó ganador, en diciembre de 1997, de la venta de 70 por ciento de la siderúrgica venezolana Sidor, al ofrecer un monto de 2 mil 301 millones 703 mil dólares por ella. El consorcio pagó, en febrero de 1998, 1 mil 201 millones de dólares. El consejo de Amazonia está formado por once personas, de las cuales cuatro son de Hysalmex, cuatro de Technit y el resto de las otras empresas miembros, o sea, las potentes siderúrgicas Siderar de Argentina, Usiminas del Brasil, Tamsa de México y Sivensa de Venezuela. Hysalmex contrató un crédito por 250 millones de dólares con JP Morgan, Bancomer y Banamex de los cuales dispuso 210 millones para pagar su participación dentro del Consorcio Siderúrgico Amazonia en la compra de Sidor. La participación de Hysalmex dentro de el consorcio es del 30 por ciento, el de Technit (formado por Sidear, Tamsa y Technit Engineering Co. de Panamá), es del 40 por ciento; el de Sivensa el 20 por ciento y finalmente el de Usiminas con el 10 por ciento restante (El Norte, 1997 y 1998). 13. Dionisio Garza Medina es hijo del matrimonio de Dionisio Garza Sada y de María Teresa Medina. Dionisio Garza Sada (ex director de la Empresa de Cartón Titán) es hijo de don Roberto Garza Sada. 14. “Los negocios como credo”, en El Norte, Monterrey, 7 de septiembre de 1998. 15. Ibid. 16. Ibid. Véase también, “Ni crisis asiática ni recorte frenan expansión de Alfa”, en El Norte, Monterrey, 24 de abril de 1998; “Es economía de mercado el mejor esquema: Alfa”, en El Norte, Monterrey, 4 de octubre de 1997; y Alfa, Informe Anual, 1997, Monterrey, 1998. 17. Es decir, Underwriters Laboratories Inc.; Rural Electrification Administration; Mine Safety and Healt Administration; Certificada Ballast Manufacturers Association; y Canadian Standars Association (Caintra, 1989).

18. “La salida del cemento, ¿está en el exterior?”, en Expansión, No. 469, julio de 1987:17. La trayectoria empresarial de Lorenzo Zambrano es digna de elogiarse. Después de graduarse de ingeniero mecánico administrador en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), y de la maestría en administración de empresas de la Universidad de Stanford en 1968, ingresó al Departamento de Ingeniería de CEMEX. En 1971 fue nombrado gerente general de la planta de Torreón, y cuatro años después fue promovido a la gerencia general de la División Monterrey de CEMEX. Más tarde, en 1981, es designado director de operaciones de CEMEX, y en 1985 obtiene el cargo (director general del grupo) que le dará la oportunidad de mostrar su concepto de lo que es una empresa global. Diez años después (1995) Zambrano es nombrado presidente del Consejo de Administración de CEMEX, a la que transformó totalmente de una empresa regional hasta posicionarla (en 1998) como el tercer productor mundial de cemento con una capacidad de 50 millones de toneladas al año. Véase La Jornada, México, “Reconocimiento en Estados Unidos a Lorenzo Zambrano”, 11 de febrero de 1998: 22; y El Norte, Monterrey “Criticaron nuestra idea de ser grandes”, 4 de marzo de 1998. 19. Aunque no existe un estudio analítico publicado y accesible al público, el crecimiento del corporativo CEMEX se puede rastrear en diversas fuentes. Entre ellas tenemos la información anual que proporciona el corporativo a Caintra de Nuevo León; los periódicos locales como El Porvenir y El Norte entre 1985-1999; en el ámbito nacional El Financiero (1985-1999); y algunos artículos en revistas como Expansión (1985-1999). 20. “Lorenzo H. Zambrano: El Hombre de Expansión”, en Expansión, No. 482, enero de 1988: 36. 21. El Financiero, México, 19 de septiembre de 1989: 23.

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22. Es de destacar que Cementos Mexicanos se convirtió en ese año en el cuarto productor mundial en su ramo, a pesar de estar presente en sólo cuatro países (Canadá, Estados Unidos, México y España). El Corporativo Italcementi participa en 20 países: Canadá, Estados Unidos, Puerto Rico, México, Argentina, Uruguay, Francia, España, Turquía, Italia, Alemania, Checoslovaquia, Grecia, Chipre, Bélgica Marruecos, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido y Rumania. El corporativo la Lafarge en dieciséis países: Canadá, Estado Unidos, Honduras, Brasil, Venezuela, Francia, Alemania, España, Turquía, Austria, Checoslovaquia, Kenia, Camerún, Marruecos, Chipre e Indonesia. Finalmente Holderbank posee plantas en Canadá, Estados Unidos, México, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Venezuela, Suiza, Nueva Zelanda, Alemania, Bélgica, Checoslovaquia, España, Grecia, Holanda, Hungría, Australia, Chipre, Filipinas y Líbano (Flores, 1993).

28. Véase CEMEX, 1999 y “Apostando en la crisis”, en El Norte, Monterrey, 24 de agosto de 1998. 29. Según declaraciones del director de finanzas del Grupo, Cesáreo Frías, hasta 1992 la participación de extranjeros en las acciones del corporativo era del cuatro por ciento. O sea, cuatro millones de acciones de mil millones que tenía Cydsa hasta ese año estaban en manos de extranjeros. (El Porvenir, 29-I-1993). 30. “Sobrepagamos por el control”, en El Norte, Monterrey, 22 de octubre de 1997. 31. Cydsa, Informe anual, 1997, Monterrey, 1998. 32. “Las participaciones cruzadas quedan atrás para la familia Sada”, en El Norte, Monterrey, 10 de diciembre de 1997. 33. Periódico oficial del Estado de Nuevo León, 13 de octubre de 1911.

23. La Jornada, México, 14 de agosto de 1990. 24. “La industria cementera: situación actual y perspectivas”, en El Mercado de Valores, No. 4, febrero de 1992: 20-21. 25. El Norte, Monterrey “Criticaron nuestra idea de ser grandes”, 4 de marzo de 1998, Negocios, p. 7ª. 26. Al año siguiente, los analistas extranjeros dan grandes expectativas sobre las posibilidades de una continua expansión del consorcio regiomontano. Esta afirmación lo confirma el economista Donald A. Pattison en un estudio sobre CEMEX publicado por la casa de Bolsa C.J. Laurence el 13 de Enero de 1993, institución subsidiaria de Deutsche Bank. El análisis de Pattison es todavía más optimista al asegurar que: “Cementos Mexicanos es la compañía mexicana líder en la industria mundial del cemento en cuando a utilidades, flujo de efectivo, márgenes, crecimiento y participación en su mercado local” (El Porvenir, 26-I-1993.) 27. El Norte, Monterrey “Criticaron nuestra idea de ser grandes”, 4 de marzo de 1998, Negocios, p. 7A.

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34. En un informe elaborado en abril de 1912 por el director estatal de Instrucción Primaria, Gaspar Fernández, se resaltó que a ese nivel se encontraron matriculados 651 alumnos, 240 niños en el turno diurno y 411 en el turno nocturno, con una asistencia media del 50 por ciento. El edificio, que tenía una extensión de 990 metros cuadrados, era atendido por once empleados con un promedio salarial para maestros de 0.85 pesos diarios. Las instalaciones –continuó Fernández– constaban de excelente amplitud, ventilación y alumbrado. La enseñanza, que era enteramente gratuita, contemplaba la dotación de los útiles de trabajo y todos aquellos indispensables para el desarrollo físico, “pudiendo decirse que nada faltaba de lo necesario para impartir la enseñanza.” Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL), Monterrey, Sección Concluidos, 1912, caja-2, expediente-170. 35. FEMSA, Plantas de Cerveza, Monterrey, 1999, FEMSA. 36. Ibid.

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37. “Suplemento especial. 95 aniversario: Cervecería Cuauhtémoc”, en El Norte, Monterrey, 10 de octubre de 1985. 38. El Grupo Serfín hasta 1982 se encontraba estructurado de la siguiente forma (Flores, 1993:119).

mercados de vivienda institucional y privada de interés social. En esta década, y a través de un nuevo producto denominado Econopanel, participa activamente en los programas nacionales de vivienda popular de Infonavit, Fovissste y Fonhapo (Grupo IMSA, 1997).

39. Reporte Anual, 1997, Coca-Cola-FEMSA, S.A. de C.V., Monterrey, 1998, FEMSA.

46. “Grupo IMSA. Voluntad de Acero”, en Expansión, México, No. 640, 11 de mayo de 1994.

40. FEMSA, Compañías de Empaque, Monterrey, 1999, FEMSA.

47. Grupo IMSA, Informe Anual, 1997, Monterrey, 1998.

41. FEMSA, OXXO, Tiendas de conveniencia, Monterrey, 1999, FEMSA.

48. “Grupo PROTEXA: diversificando la misión”, en El Diario de Monterrey, Monterrey, 1 de septiembre de 1996.

42. Grupo Financiero Bancomer, México, 1999, GFB. 43. En 1985, Romsa fusiona a la empresa Vigacero. Paralelamente introduce al mercado el ducto integral Romsa. Éste consiste en un sistema de alta flexibilidad para la condición de instalaciones eléctricas, de computación y de intercomunicación. Se asocia con la empresa brasileña Marko Ltd. para el diseño y fabricación de estructuras desarmables de acero galvanizado (Grupo IMSA, 1997). 44. En 1985, Formet incursiona en la manufactura de equipos especiales para el manejo de granos, baterías de silos y silos tipo tova. Esta incursión es atraída por un programa del gobierno federal que tiene la finalidad de construir centros de almacenamiento de granos en el medio rural y semiurbano. Formet también inicia la producción, a fines de 1985, de productos de acero galvanizado dirigidos a los señalamientos viales, los cuales lanza al mercado en 1987 (Grupo IMSA, 1997). 45. Ésta es una de las fábricas más exitosas de IMSA. En 1985, crea dos divisiones internas: Refrigeración (dirigida a la refrigeración comercial e industrial, donde se ofrece soluciones de aislamiento, estructura, obra civil, equipo e ingeniería) y Vivienda, la cual ofrece nuevas alternativas a los

49. La muerte prematura de su fundador Humberto Lobo, el 29 de junio de 1976, terminó por consolidar las responsabilidades de sus hijos (Fernando, Humberto, Francisco, Javier y Rodrigo) en la toma de decisiones dentro de las diversas áreas de la empresa. 50. Véase “Construye PROTEXA un complejo petroquímico en Cadereyta”, en La Jornada, México, 24 de enero de 1996. 51. “Abre PROTEXA primer centro de lubricación”, en El Norte, Monterrey, 13 de diciembre de 1996. 52. “Construirá PROTEXA plataformas”, en El Norte, Monterrey, 12 de agosto de 1998. 53. En una reestructuración posterior, el corporativo denomina a esta división Vitro Envases Norteamérica, la cual, en 1993, operaba todas las plantas en México, una compañía en Estados Unidos: Anchor Glass y otras en Guatemala y Costa Rica (El Porvenir, 3-V-1993). 54. “Pierde Vitro $537.7 millones”, en El Norte, Monterrey, 15 de agosto de 1996. 55. Véase El Norte, Monterrey, entre 1990 a 1996; los indicadores de la Bolsa Mexicana de Valores

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en los mismos años y el Informe Anual de Vitro de 1997, Monterrey, 1998. 56. Véase “Logra Vitro acuerdo con González Sada para vender acciones de Cydsa”, en La Jornada, México, 22 de octubre de 1997; “Formaliza Vitro la venta de participación en Cydsa”, en El Porvenir, Monterrey, 22 de octubre de 1997; y “Sobrepagamos por el control”, en El Norte, Monterrey, 22 de octubre de 1997. 57. Véase “Las participaciones cruzadas quedan atrás para la familia Sada”, en El Norte, Monterrey, 10 de diciembre de 1997. El acuerdo definitivo de venta establece que el plazo límite para la venta de las acciones de Vitro (47.6 millones de acciones) que realizará la familia González Sada en el mercado es de 26 meses, acciones que fueron depositadas en un fideicomiso. Mientras que la entrega de las acciones de Vitro a la familia González Sada se realizó el 15 de diciembre de 1997. 58. “Modifica Vitro su estructura de capital”, en El Norte, Monterrey, 27 de marzo de 1998. 59. Este trabajo fue publicado en una primera versión en Óscar Flores “Los vascos en el comercio de Monterrey. El caso de la familia Azcúnaga, 18751995”, en Amaya Garritz (coord.), Los vascos en las regiones de México. Siglos XVI-XX, T. 2, México, Universidad Autónoma de México-Ministerio de Cultura del Gobierno Vasco-Instituto Vasco Mexicano de Desarrollo, 1996: 259-275. Trabajo presentado en el II Congreso Internacional “Los vascos en las regiones de México, Siglos XVI-XX”, celebrado en la Universidad de Reno Nevada, EUA, del 6 al 8 de diciembre de 1995. 60. Flores, 1995; Illades, 1991; y Lida, 1985 y 1988. 61. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga González el 8 de noviembre de 1995 en Monterrey, N.L. 62. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. Véase también el trabajo de

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Mendirichaga, 1992, p.14-18. El caso de la familia Armendaiz ha sido estudiado por Mario Cerutti y Oscar Flores, 1997. Esta familia tuvo una intensa actividad económica desde el último tercio del siglo XIX hasta 1910, con inversiones en los sectores de la minería, servicios, transportes, agropecuario, actividades deportivas, finanzas, industria y el comercio entre otros. 63. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. Agustín no fue el único Azcúnaga que emigró a Monterrey. Posteriormente vino a esta ciudad un primo de Agustín, de nombre Francisco Asueta Azcúnaga, que se estableció y se casó con una regiomontana: vivió en Monterrey hasta su muerte. Otros tres primos de don Agustín llegaron a Monterrey a principios de siglo XX en busca de trabajo: José y Alberto Cirión, así como Ángel Laurrieta. Los tres regresaron al País Vasco sin mayor éxito a los pocos años de haber desembarcado. 64. Cerutti y Flores, 1997, Cerutti, 1992; Flores, 1990; Mendirichaga, 1992. 65. Sólo puntualizaré algunos factores a considerar como contexto, que permitieron el crecimiento del capitalismo y del comercio y la industria en Monterrey entre 1890 y 1910: a) el nacimiento de una metalurgia pesada, sostén de su industrialización y del auge de la minería regional; b) estabilidad política y social que facilitó la inversión de grandes capitales comerciales en el rubro del sector manufacturero; c) el tendido de los ferrocarriles, por los cuales se comunicó a Monterrey con el pujante mercado de Estados Unidos y atrajo mano de obra de otras partes de la república mexicana; d) finalmente, el brote fabril de Monterrey fue estimulado claramente por una política gubernamental que pareció tener conciencia de la situación de desarrollo capitalista que se estaba experimentando. Para una información más exhaustiva remítase a Cerutti, 1994 y 1990. 66. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. Véase también, Mendirichaga, 1992. Sobre las actividades de la familia Maiz en el nordeste de México véase a Flores, 1995 y1990.

Monterrey: origen y destino

67. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. 68. Icazuriaga, 1979: 175. 69. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. 70. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga y Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa. Sobre el impacto del fenómeno revolucionario en el comercio y la industria en la ciudad de Monterrey y alrededores, véase Flores, 1991. 71. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. 72. Ibid. 73. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga. Véase también Mendirichaga (1992); El Diario de Monterrey, Monterrey; 29 de octubre de 1995; 13 D, y Emporio, revista mensual, CanacoMonterrey, septiembre, 1995, p.12-15. 74. Ibid. 75. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga y Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa. 76. Idem. 77. Idem. 78. Idem. 79. Idem. 80. Mendirichaga, 1992: 16. 81. Entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga y Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa. 82. Ibid..

83. Se puntualizará en algunos factores que inevitablemente deben vincularse con lo acaecido a partir de 1940 y que permitieron un nuevo impulso al desarrollo capitalista y al comercio e industria regiomontano entre 1940 y 1990, una vez recuperado del impacto revolucionario. a) A partir de 1940, el proceso de industrialización en México recibió un fuerte estímulo al pasar a ser una de las principales estrategias de desarrollo del Estado mexicano, la política de sustitución de insumos industriales; b) simultáneamente, en este mismo periodo y hasta la actualidad (1998), la expansión de la industria regiomontana fue resultado de dos factores importantes; por un lado, la actividad promotora del Estado, a través de estímulos fiscales y financieros, subsidios y apoyos de infraestructura al área metropolitana de Monterrey; y, por otro, debido al comportamiento hacia la concentración y la centralización del capital de parte de las principales empresas asentadas en ella; c) una tendencia en el sector industrial a una mayor producción de mercancías de bienes intermedios de algunas empresas; d) encontramos una concentración y comercialización de capital a través de los grandes grupos industriales; e) la acumulación de capital en este periodo se obtuvo a través de estrategias financieras. Los recursos por los que optó el financiamiento industrial y comercial de Monterrey fueron de orden interno (flujos de capital internamente generados) y de orden externo (a través de la Bolsa de Valores, venta de acciones y de los préstamos en dólares obtenidos en el extranjero); f) el control de las grandes empresas industriales y comerciales de origen regiomontano, en manos de las familias del o los fundadores, continuó por medio de la tenencia directa de la mayoría de las acciones y en la ocupación de buena parte de los cargos del consejo de administración; g) finalmente, para que se facilitara la expansión de las grandes empresas industriales y comerciales, se llevó a cabo una reorganización de su estructura administrativa. En ella confluyeron una diversidad y una diversificación de intereses, más allá del énfasis industrial. Los sectores comercial, financiero, de servicios, turismo y comunicaciones constituyeron una integración horizontal, vertical y territorial. Véase los casos de los grupos Cementos Mexicanos, Vitro, Industrias

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Axa, Industrial Ramírez, Cydsa, GAMESA, PROTEXA, IMSA, Alfa y Visa, en los primeros capítulos de este libro. 84. Los datos de la inauguración de las tiendas fueron recopilados a través de la entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga y Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa. 85. Cerutti, 1994; Flores, 1993 y 1988 y Pozas, 1993. 86. Flores y Dávila, 1995. 87. Los datos de la inauguración de las tiendas fueron recopilados a través de la entrevista de Óscar Flores con Francisco Azcúnaga y Azcúnaga Hermanos, S.A., archivo privado de la empresa. 88. Ibid. 89. Ibid. 90. Este trabajo fue publicado en una primera versión en Óscar Flores “Villaverde de Trucios en la industria de Monterrey”, en Amaya Garritz (coord.), Los vascos en las regiones de México. Siglos XVI-XX, T. 3, México, Universidad Autónoma de México-Ministerio de Cultura del Gobierno VascoInstituto Vasco Mexicano de Desarrollo, 1997: 329-341. Estudio presentado en el III Congreso Internacional. Los vascos en las regiones de México. Siglos XVI-XX, celebrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, ciudad de México, del 12 al 14 de marzo de 1997. 91. Datos proporcionados por José Llaguno al dar fe del nacimiento de su hijo Jesús J. Llaguno Cantú. Archivo General de Nuevo León (en adelante AGENL México), Sección Oficialía Mayor de Gobierno, Dirección del Registro Civil del Estado de Nuevo León (en adelante DRCENL), Oficialía 1a., Nacimientos, 1899, Monterrey, N. L., f. 6 y 7. 92. Ibid. Sus padres fueron Nicasio Llaguno y Cipriana de la Serna.

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93. Mariano Hernández se afincó en Monterrey desde 1852 a los 35 años de edad. Llegó como apoderado de Juan Francisco Penilla, propietario de una importante casa comercial y cónsul de España en la ciudad. 94. De esta familia llegaron originalmente dos hermanos: Félix Mendirichaga Hernández, en 1873, y Tomás Mendirichaga H., en 1875. 95. AGENL México, DRCENL, Oficialía 1ª., Nacimientos, 1897, libro 511, f. 153. Los padres de María Cantú fueron Aniceto Cantú y Juana Treviño. 96. AGENL México, DRCENL, Oficialía 1a., Nacimientos, 1897, libro 511, f. 153. 97. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg. 58. “Solicitud de concesión para la instalación de la fábrica Industrias Textiles S. A., suscrita por Jesús Llaguno al gobernador del estado”, Monterrey, N.L., a 23 de diciembre de 1927. En esta solicitud Jesús Llaguno aclaró que: “Debo hacer constar que esta compañía se organizó hace poco más de un año, pero hasta la fecha se ha dedicado, con un reducido capital de veinte mil pesos, prácticamente a trabajos de experimentación, sin haber podido iniciar formalmente sus trabajos de producción, en la forma proyectada, y sin haber instalado la maquinaria que se pretende adquirir, y sin haber construido sus propios talleres en la forma en que se piensa hacerlo al obtener la franquicia que solicita, porque nunca se resolvió en ningún sentido la solicitud que elevó al H. Congreso del Estado a principios de año, por lo cual se trata en realidad de una industria nueva en el Estado”, p. 2. 98. AGENL México, H. Congreso del Estado de Nuevo León, acuerdo número 29 del 11 de noviembre de 1927. 99. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg. 58. “Solicitud de concesión para la instalación de la fábrica Industrias Textiles S.A., suscrita por Jesús

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100. Ibid. La nueva Ley de Protección a la Industria en Nuevo León de 1927 también contemplaba la publicación del anuncio del establecimiento de cada industria nueva. Esto se hacía antes de darse la concesión, en un periódico local y en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, a fin de dar a conocer la petición “para los que estimen tener derecho a oponerse”. Véase también la publicación relativa al establecimiento de Industrias Textiles, S. A., en El Porvenir, 30 de diciembre de 1927, Monterrey, y el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, de la misma fecha.

107. Ibid. Aun cuando Rivero aclaró que la fábrica de hilazas e hilos de algodón “correspondería exactamente a las instalaciones para hilar que tanto nosotros como los demás industriales de nuestro ramo tenemos; aunque también podrá considerarse esta parte de la instalación como una fase complementaria de la industria de bonetería.” Ello nos deja entrever que si bien la solicitud de Llaguno no era del todo fundamentada para considerarse industria nueva, los Rivero otorgaron una amplia recomendación al gobierno ya que propusieron que la fábrica de hilazas e hilos de algodón fuera considerada una fase complementaria de la industria de bonetería, la cual a todas luces era nueva, para que éste otorgara la concesión solicitada.

101. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg.58.

108. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg. 58.

102. Esta situación la corrobora un folleto, impreso por la Sección de Estadística de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, relativo a fábricas de hilados y tejidos en el país, y que comprende el semestre de mayo a octubre de 1926, siendo el último folleto que se había publicado en el momento de la petición de Llaguno a favor de la concesión a principios de 1927.

109. Recuérdense las leyes de protección a la industria que se dieron en Nuevo León en 1927 y 1940.

Llaguno al gobernador del Estado”, Monterrey, N. L., a 23 de diciembre de 1927, p.1.

103. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg. 58. “Solicitud de concesión para la instalación de la fábrica Industrias Textiles S. A., suscrita por Jesús Llaguno al gobernador del estado”, Monterrey N. L., a 23 de diciembre de 1927, p. 1. 104. Idem., p. 1 y 2. 105. Idem, p. 1. 106. AGENL México, Concesiones, caja 35/3, leg. 58. “Respuesta de Rivero al Gobierno del Estado sobre la solicitud de Jesús J. Llaguno para obtener una concesión de acuerdo con la Ley en vigor sobre industrias nuevas”. Monterrey N. L., a 13 de abril de 1928.

110. Aunque su biógrafo personal menciona que esta empresa fue fundada en 1932, lo más probable es que haya sido una adquisición. Ladrillera Monterrey, S. A. fue fundada en 1890 por William W. Price y David I. Jones, y comprada años después por el coronel estadounidense asentado en Monterrey, Joseph A. Robertson (Cerutti, 1992; de León, 1978; Flores, 1988; y Vizcaya, 1969). A decir de su biógrafo (Mendirichaga, 1992), Llaguno presidió esta empresa entre 1940 a 1975. 111. También son de mencionar las asociaciones de servicio y clubes privados fundados por los comerciantes e industriales de Monterrey. Entre las asociaciones fundadas entre finales del siglo pasado y los años veinte se encuentran el Círculo Mercantil Mutualista de Monterrey, Factores Mutuos del Comercio, la Sociedad Comercial de Viajantes y el primer Club Rotario. En el caso de Jesús J. Llaguno, este empresario participó en la fundación, el 9 de julio de 1936, del Club Sembradores de Amistad. Es gracias a la iniciativa de este club que se fundó la Delegación en Monterrey de la Cruz Roja Mexicana el 18 de febrero de 1937.

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112. Crédito Industrial de Monterrey, S. A. se constituyó en la ciudad de Monterrey el 29 de enero de 1932, con un capital social de 500,000 pesos, siendo inaugurado el 10 de febrero del mismo año. A partir del 1 de febrero de 1950, cambió su nombre a Banco Industrial de Monterrey, S. A. Finalmente, el 30 de noviembre de 1962, se fusionó al Banco de Londres y México (Morado, t.2, 1996: 280-281). 113. El 9 de mayo de 1933 se constituyó en la ciudad de Monterrey la Sociedad General de Crédito, S. A. Ésta fue, según sus cronistas, la primera institución financiera fundada en México, con un capital social autorizado de un millón quinientos mil pesos y capital suscrito de doscientos cincuenta mil pesos, en dos mil quinientas acciones con valor de doscientos cincuenta mil pesos cada una, aportado por las siguientes personas y empresas con asiento en Monterrey: Emilio Leonarz, Matías Elizondo, Francisco G. Sada, Roberto Garza Sada, Roberto G. Sada, José L. Garza, Ignacio Albo, Prisciliano Elizondo, Roberto Riveroll, Rodolfo J. García, Rodolfo M. Garza, José Zambrano Gutiérrez, Lorenzo H. Zambrano, Vicente Ferrara, Manuel Santos, Ignacio A. Santos, José E. Rivero, Jorge G. Rivero, Manuel M. Ortiz, Víctor de Lachica y, por supuesto, Jesús J. Llaguno. En cuanto a las empresas participantes, éstas fueron: Banco Mercantil de Monterrey, S.A., Banco Nacional de México, S.A., Cementos Mexicanos, S.A., Cervecería Cuauhtémoc, S.A., Cía. de Seguros la Nacional, S.A., Cía. Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, S.A., Cía. Industrial de Parras, S.A., Crédito Industrial de Monterrey, S.A., Fomento y Urbanización, S.A., Santos Hermanos, S. en N.C., V. Rivero Sucs, y Vidriera Monterrey, S.A. (Morado, t. 2, 1996: 281-284). 114. Hoy denominada Monterrey Compañía de Seguros, S.A. (1998) inició sus actividades en la ciudad de Monterrey el 1 de junio de 1940, con un capital de dos millones de pesos y un capital pagado de quinientos mil. El primer consejo de administración estuvo integrado por Roberto G. Sada (presidente), y Antonio L. Rodríguez (secretario). Los vocales propietarios suplentes eran: Ignacio A.

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Santos, Jaime E. Garza, Benjamín Salinas, Ángel Urraza, Maximino Michel, Eugenio Garza Sada, Ricardo Chapa, Virgilio Garza Jr., Jesús J. Llaguno, Joel Rocha, Roberto Garza Sada, Efraín González Luna, Luis G. Sada, Jorge G. Rivero, Manuel Santos, Juan S. Farías, Alberto Santos, Andrés Chapa y Antonio Chávez Orozco. 115. Este banco se constituyó en la ciudad de Monterrey el 15 de junio de 1940, con un capital autorizado de un millón de pesos y capital pagado de 250,000 pesos. Jesús J. Llaguno formó parte del primer consejo de administración como vocal, integrándolo además Joel Rocha como presidente y Manuel S. Farías como secretario. El resto de los vocales fueron Manuel Santos, Antonio L. Rodríguez, Aurelio González Jr., Virgilio Garza Jr., Luis G. Sada, Roberto Garza Sada, Maximino Michel, Ángel Urraza y Roberto N. Garza. Rómulo Garza fue designado comisario y Juan S. Farías gerente general. El 1 de noviembre de 1964 este banco se fusionó con el Banco Inmobiliario de Monterrey, S.A., tomando el nombre de Banco Capitalizador e Inmobiliario de Monterrey, S.A. (Morado, 1996: 288-289). 116. Esta institución de ahorro y préstamo para la vivienda familiar fue construida en la ciudad de Monterrey el 23 de agosto de 1947, mediante autorización concedida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el 3 de julio del mismo año. Inició operaciones con un capital social de un millón y medio de pesos y fue inaugurada el 31 de octubre de 1947. El primer consejo de administración estuvo integrado por Aurelio González Jr., como presidente; Juan S. Farías, director general, y Francisco J. Cirilo Jr., como secretario. Los vocales eran Jesús J. Llaguno, Hernán Sada Gómez, Diego G. Sada, Ignacio A. Santos, Ricardo Chapa e Ignacio Martínez Jr. (Morado, t. 2, 1996: 297-298). 117. Financiera de Nuevo León, S.A. fue probablemente la institución financiera con mayor participación de la familia Llaguno. Esto se refleja en su primer consejo de administración. Fue constituida en la ciudad de Monterrey el 9 de julio de 1957 con un capital autorizado de seis millones de pesos y

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totalmente pagada la mitad de esa cifra. Inició operaciones el 6 de septiembre de ese año y su primer consejo de administración lo presidió Virgilio Garza Jr., acompañado de los siguientes vocales: Justo A. Odriozola, Bernardo Elosúa, Ignacio Martínez Jr., Ernesto Ortiz Quevedo, Miguel Margáin Zozaya, Fernando A. González, Juan S. Farías, Viviano L. Valdés y por parte de la familia Llaguno fueron considerados vocales Jesús Julián Llaguno, José F. Llaguno y Manuel R. Llaguno (Morado, t. 2, 1996: 304). 118. Jesús Julián Llaguno Cantú falleció en 1987 en Monterrey, a la edad de 88 años. 119. Otro descendiente de José Llaguno Farías, obispo de la Tarahumara (estado de Chihuahua), en las décadas de los setenta y ochenta. Perteneciente a la corriente episcopal progresista, fue un luchador social que dejó profunda huella en la legislación a favor de los pueblos indígenas de México.

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CAPÍTULO III METROPOLIZACIÓN SALUD Y DINÁMICA SOCIODEMOGRÁFICA

Ubicación Monterrey es el principal municipio de los 51 en que está dividido políticamente el estado de Nuevo León, y se en­cuentra situado en la parte central de la entidad. El munici­pio de Monterrey se ubica entre el Ce­rro de las Mitras, la Loma Larga, el Cerro del Topo y termina en el Cañón del Huajuco, en los límites con el municipio de Villa de Santiago. En las montañas más altas su altura fluctúa entre los 1 500 y los 2 000 metros sobre el nivel del mar, pero el cen­tro de la ciudad se encuentra a 538 metros. La extensión territorial del municipio –la cifra más aceptada– es de 338 kilómetros cuadrados (Censos Ge­nerales de Población, 1910-1940, y Censos de Población y Vivienda, 1950-1980). Los límites de Monterrey son: al norte con el municipio de General Escobedo y San Nicolás de los Garza, al este con los municipios de Guadalupe y Juárez, al sur con Santiago y Santa Catarina, y al poniente con Garza García, Santa Catarina y García.

donde vive al menos una familia o persona. Durante 1880 y 1910, Monterrey mantuvo un crecimiento de población constante pero moderado. La estabilidad política y el auge económico que caracterizaron este periodo en el municipio, contrastó con lo que ocurrió una década después. En estos 30 años, se asentaron las principales empresas metalúrgicas, se trazó y se concluyeron las redes de ferrocarril que conectaron a Monterrey con Texas, con en el norte mexicano, con la Ciudad de México y con los puertos mexicanos del Golfo de México. Asimismo, se amplió la

Población Los censos de población definen como localidad todo asentamiento humano

La ciudad de Monterrey.

287

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

red telegráfica, apareció el teléfono y mejoraron los la población con respecto al resto del estado. Para caminos terrestres con las demás localidades de la 1940, Monterrey concentraba casi el mismo porcenrepública. En pocas palabras, fue la época de oro de taje de población, en referencia al estado (28%), que las grandes empresas en una ciudad pequeña y pro- una década atrás. tegida por un largo régimen político que favoreció el En 1950 Monterrey tenía 339,282 per­sonas, crecimiento económico; “Orden y Progreso” fue el 48.1 por ciento hombres y 51.9 por ciento mujeres. lema de ese entonces (Flores, 2007). Entre 1950-1960 creció a una tasa anual de 5.9 por Al iniciar la segunda década del siglo XX, el ciento, alcanzando, en 1960, un total de 601,100 hamunicipio de Monterrey tenía 78,528 habitantes, en bitantes. En ese último año, al Área Metropolitana su mayoría concentrados en el área urbana. Desde de Monterrey la integraban: Monte­rrey, Guadalupe, entonces, este asentamiento urbano se fue confor- San Nicolás de los Garza y San Pedro Gar­za García, mando como una de las ciudades económicamente pero 84.9 por ciento de la población metropolitana más importantes en el país, a pesar de no tener una vivía en el municipio de Monterrey. concentración poblacional similar a las ciudades del Entre 1960-1970, al irse ex­pandiendo la ciucentro. Para 1910 era la ciudad con más producto dad hacia otros municipios, la tasa de cre­cimiento se interno industrial de México, catalogándola en su redujo a 3.8 por ciento anual, más de la mitad de 6.1 época como “la ciudad de las industrias de fuego”, por ciento experimentado por el AMM. El X Censo debido a la industria metalúrgica que albergaba. El General de Población y Vivienda de 1980, regiscrecimiento poblacional de Monterrey fue modes- tró en Monterrey siete localidades: Monterrey, La to en esa década: el Censo General de 1921 sumó Estanzuela, El Pinito, Las Palmas, La Presita, Los menos de diez mil habitantes en referencia a 1910. Camar­go y Carta Blanca; Monterrey representa casi El movimiento revolucionario, la crisis del sistema 100 por ciento de la población municipal. De igual político y el cierre temporal de muchas de sus em- forma, entre 1970­ y 1980 la población total del mupresas se perfilan como las causas de este compor- nicipio se ele­vó de 871,500 a 1,090,000, reduciendo tamiento; incluso el estado de Nuevo León registró su tasa de creci­miento a 2.4 por ciento anual, mienmenos de 30 mil habitantes en este lapso. Para ese tras que en toda la metrópoli fue de 4.6 por ciento. momento, la ciudad de Monterrey albergaba 25 por La población de 1980 ha sido la máxima alcanzada ciento del total de la población de la entidad (ver por el municipio durante este periodo, pues para cuadro 1 para estos datos y los siguientes). 1990 disminuyó a 1,069,200, observando una tasa Diez años después (1930), el municipio negativa de -0.2 por ciento anual (véase el cuadro principal de Nuevo León mostró un crecimiento 1). Sin embargo, para 1990 este municipio disponía poblacional de 63 por ciento con relación a 1921. de 1,433 hectáreas de superficie urbanizable, zonas En efecto, con 132,577 habitantes, la ciudad había actualmente en rápido proceso de urbanización. superado los avatares de la década revolucionaria y sus habitantes representaban 27 por ciento de la po- Cuadro 1. Dinámica demográfica de Monterrey, blación total del estado. El transitar de 1930 a 1940 área metropolitana y entidad (1910-1980). mantuvo un crecimiento poblaÁrea Estado Monterrey, Municipio Densidad/ Monterrey cional similar de Metropolitana de Nuevo extensión Años de bruta Tasa de 1 de Monterrey León territorial 63 por ciento al Monterrey Hab/km2 crecimiento 2 Km periodo inme1910 78,528 365,412 338 1921 88,479 336, 412 338 diato anterior, y 1930 132,577 417,491 338 1940 190,100 206,152 541,147 338 mostró un ligero 1945 338 6.0 1950 339,292 373,040 740,191 338 1/004 crecimiento en 1955 338 5.9 1960 601,100 708,399 1,078,848 338 1/778 la tendencia de 1965 338 3.8 1970 871,500 1,246,181 1,694,689 338 2/578 concentración de

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Monterrey: origen y destino

1975 1980 1985 1990

1,090,000

2,001,500

2,516,938

1,069,200

2,573.500

3,098,706

338 338 338 338

3/225

2.2 -0.2

Fuentes: Para 1900 a 1940, Censos Generales de Población; para 1950 a 1990, Censos Generales de Población y Vivienda.

En 1980, la población de Monterrey alcanzó la máxima tasa registrada en la ciudad.

Migración

No hay duda (ver cuadro 2) que el municipio de Monterrey creció a ritmos elevados desde La migración es un proceso social central en la evo­ 1940, gracias a la importante inmigración re­cibida lución del municipio de Monterrey y, en consecuen- que, sin embargo, se contrajo de manera significaticia, del área metropolitana de Monterrey (AMM), va en la década de los ochenta. Sin embargo, a juicio particularmente a partir de 1921 y de forma masiva de Zúñiga (1995), en comparación con las zonas mea partir de 1940. En buena medida los migrantes tropolitanas de la ciudad de México y de Guadalajahan modificado no sólo el espacio urbano, también ra, el AMM creció a un ritmo ligeramente superior han impactado en su cultura y principalmente en la entre 1970 y 1980: 4.67 por ciento promedio anual, contra 4.52 por ciento en la capital y 4.36 por ciento economía. en Guadalajara. Cuadro 2. AMM: porcentaje de habitantes no nativos de Nuevo León por municipios (1960-1980). Municipios

1960

1970

1980

Apodaca García Garza García Escobedo Guadalupe Juárez Monterrey San Nicolás Santa Catarina AMM

16.9 23.9 39.3 19.1 34.0 11.4 33.4 29.3 27.9 32.9

26.7 22.5 40.1 31.0 31.6 20.7 30.4 25.3 25.4 30.1

27.9 23.2 34.8 28.3 28.5 25.2 29.2 26.2 29.7 28.8

Fuente: Estos porcentajes representan los migrantes no nativos de Nuevo León en proporción del número de habitantes totales en los municipios respectivos. Los datos fueron tomados de los Censos de Población y Vivienda, 1960, 1970 y 1980; Zúñiga, 1995.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Sin embargo, el crecimiento natural de la AMM, esto es, el correspondiente a la reproducción biológica de su po­blación, es significativo y de importancia creciente. En­tre 1960 y 1970 este crecimiento contribuyó a 57.7 por ciento de au­mento de la población y en 72.8 por ciento entre 1970-1980 (Zúñiga, 1995). Esto significa que buena parte de los migrantes ya asentados en el área metropolitana, tenían tasas de nacimiento más altas que los nativos de la ciudad, un comportamiento propio del área rural trasladado a la ciudad; no sorprende que la probabilidad de vida de los recién nacidos aumentara en relación al acceso a los servicios de salud urbanos. La importancia de la migración en el crecimiento poblacional se observa en la evolu­ción de la tasa de inmigración absoluta, es decir, el total de individuos nacidos en otra entidad respecto a la población que reside habitualmente. En términos del AMM, la tasa de inmigración absoluta ha venido decreciendo paulatinamente (ver cuadro 3). Con base en el Censo de Población de 1960, 32.9 por ciento de los habitantes del AMM eran no nativos de la entidad; en 1970 eran 30.1 por ciento y en 1980 eran 28.8 por ciento (Zúñiga, 1995). Es decir, en 1980 casi siete de cada diez habitantes del AMM eran nativos de Nuevo León; pero si a esta cifra le

agregamos la migración propia de otras poblaciones del mismo estado y los nacidos en el AMM de padres inmigrantes, esta cifra seguramente rondaría 50 por ciento de población relacionada con la migración a la ciudad en este periodo. En cuanto a la presencia de individuos nacidos en otras entidades, varía considerablemente entre los municipios metropolita­nos y en las diferentes décadas estudiadas (véase el cuadro 4). Por ejemplo, en 1960, el municipio de Garza García presentaba casi 40 por ciento de no nativos de la entidad, seguido por Guadalupe, con 34 por ciento, y Monterrey, con 33.4 por ciento. Para 1970, Garza García mantiene 40.1 por ciento de no nativos, seguido por Escobedo y Guadalupe, con 30.1 por ciento cada uno. Para 1980 el porcentaje baja significativamente en todos los municipios siendo Garza García el más alto con 34.8 por ciento, seguido por Santa Catarina, con 29.7 por ciento, y Guadalupe, con 28.8 por ciento. Cabe aclarar que se deben considerar otras variables como el crecimiento natural de la población (incluida la inmigrante ya asentada en Nuevo León y con hijos ya registrados como nacidos en la entidad, estos últimos nativos de primera generación) y el porcentaje de migrantes diluido en una población cada vez más numerosa.

Cuadro 3. Origen de los inmigrantes en el AMM*. Porcentajes respecto al total de inmigrantes (1960-1980).

Años

Estados circunvecinos**

Otros estados

Extranjeros

Total %

1960

69.5

26.9

3.6

100

1970

75.4

22.0

2.6

100

1980

67.6

26.9

5.5

100

Fuente: Censos de Población y Vivienda de 1960, 1970 y 1980; Zúñiga, 1995. * AMM comprende: Apodaca, García, Garza García, Escobedo, Guadalupe, Juárez, Monterrey, San Nicolás y Santa Catarina. ** Coahuila, San luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.

290

Monterrey: origen y destino

Cuadro 4. Origen de los inmigrantes en los municipios del AMM. es un migrante absoluto?, al respecto, Porcentajes respecto al total de inmigrantes (1960-1980). los investigadores hacen la siguiente distinción: Municipio Años Estados Otros Extran- Total 1. Migrantes por adopción. Son circunvecinos estados jeros % aquéllos que, habiendo na­cido en el AMM, han pasado los priApodaca 1960 59.6 36.2 4.2 100 1970 74.5 23.2 2.3 100 meros años de su vida fuera y han 1980 73.5 22.9 3.6 100 retornado posteriormente. Éstos García 1960 84.3 14.8 0.9 100 representaron 54 por ciento de las 1970 84.0 14.8 1.2 100 1980 81.2 17.1 1.7 100 personas. 2. Migrantes por nacimiento. Garza 1960 64.9 27.7 7.4 100 García Son los no nativos que radicaron 1970 66.8 27.4 5.8 100 durante su infan­cia en otra loca1980 52.4 34.3 13.3 100 lidad. Éstos representaron sólo 1 Escobedo 1960 85.2 11.0 3.8 100 1970 78.1 20.6 1.3 100 por ciento. 1980 70.8 26.7 2.5 100 3. Nativos por adopción. No natiGuadalupe 1960 69.4 28.1 2.5 100 vos que llegaron al AMM a tem1970 78.6 19.5 1.9 100 1980 72.8 23.0 4.2 100 prana edad, éstos representaron 15 por ciento. Juárez 1960 75.9 22.4 1.7 100 1970 77.8 18.9 3.3 100 4. Nativos por nacimiento. Los 1980 74.2 21.5 4.3 100 nativos de primera genera­ción y Monterrey 1960 69.7 26.6 3.7 100 1970 75.4 22.1 2.5 100 los que son nativos de segunda 1980 66.1 28.4 5.5 100 generación, es decir, los natiSan 1960 67.8 29.2 3.0 100 vos cuyos padres no son nativos Nicolás del AMM y los nati­vos hijos de 1970 73.9 23.6 2.5 100 1980 69.2 26.0 4.8 100 padres nacidos en ésta. Éstos Santa 1960 74.7 24.0 1.3 100 representaron 17 y 13 por ciento, Catarina respectivamente. 1970 79.1 19.7 1.2 100 Por lo tanto, los investigado1980 76.4 21.3 2.3 100 res llegaron a la conclusión de que, Fuente: Censos de Población y Vivienda de 1960, 1970 y 1980; Zúñiga, 1995. para 1965, 69 por ciento de la pobla* Coahuila, San luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas. ción adulta del AMM había nacido En otras palabras, aunque bajen los porcen- fuera de ella: recordemos que había 54 por ciento tajes de no nacidos en el estado, el número y flujo de migrantes por nacimiento más el 15 por ciento de de migrantes no descendió necesariamente de forma nativos por adopción. dramática; incluso, con datos de 1965, los estudios Ahora bien, ¿de dónde surgieron los miclásicos de J. Balán (1973) mostraron una inmigra- grantes que llegaron al AMM en este periodo de ción absoluta de 69 por ciento en el AMM. estudio? Se sabe que la mayoría de los migrantes En efecto, J. Balán (1973 y 1977) mostró, en que arri­baron al AMM provenían de los estados ciruna muestra representativa de indivi­duos de entre cunvecinos: Coa­huila, San Luis Potosí, Tamaulipas 21 y 60 años, residentes en los municipios de Mon- y Zacatecas. Existe un fenó­meno característico de la terrey, Guadalupe, Santa Catarina, Garza García y migración interna en todo el país, según el cual, la San Nicolás, que 69 por ciento de los adultos del expulsión-atracción de migrantes tiende a realizarse AMM eran mi­grantes absolutos. Sin embargo, ¿qué dentro de un ámbito regional (Zúñiga, 1995). En

291

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

efecto, más de dos terceras partes de los migrantes al AMM en este periodo provenían de estos cuatro estados. Dichos estados (Coahuila, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas) aportaron la mayor cantidad de migrantes al AMM de forma constante e invariable entre 1960 y 1980. En 1960, estos cuatro estados aportaron 69.5 por ciento del total de inmigrantes al AMM, 75 por ciento en 1970 y 67.6 por ciento en 1980. En el caso del municipio de Monterrey, éste recibió, del total de migrantes en el periodo 19601980, 70 por ciento provenientes de estos cuatro estados; del resto, 25.5 por ciento llegó de otros estados de la república mexicana, y 4.5 por ciento del extranjero. En relación a los extranjeros, resalta el municipio de Garza García, pues en el censo de 1980 mostraba 13.3 por ciento de migrantes de este tipo del total de personas no nacidas en Nuevo León. Finalmente, Zúñiga (1988) mostró que los primeros migrantes a Monterrey (década de los sesenta) se incorporaban en mayor proporción a los sec­tores industriales, mientras los que arribaron después de 1970 lo hicieron a los sectores informales de la economía.

Estructura urbana La administración pública del gobierno de la ciudad de Monterrey mostró un interés particular por ordenar el futuro desarrollo urbano, sobre todo las exigencias de seguridad que debían observar las diferentes construcciones industriales. Es en 1927 cuando se da la primer Ley de planeación urbana, contando en los siguientes años con una legislación ampliada al respecto (ver el apartado de Planeación Urbana). En efecto, después de esta Ley-Decreto de Planificación Municipal de 1927, le siguieron, al siguiente año, el reglamento respectivo; en 1929 el reglamento de vecindades; en 1944 la segunda ley de urbanización y construcciones y al año siguiente el reglamento municipal a la ley anterior.

292

Sin embargo, el dinámico crecimiento de Monterrey, entre 1950 y 1970, rebasó las normas urbanísticas y de construcción existentes, por lo que se crearon nuevas leyes, reglamentos y organismos encargados de enfrentar esta nueva situación (véase el apartado “Planificación urbana”). A pesar de todos estos esfuerzos, la realidad dio como resultado una mezcla desordenada de usos del suelo, principalmente dentro del sector central que envuelve el anillo vial intermedio y de forma particular en el distrito que forman las avenidas Constitución, Venustiano Carran­za, Colón y Félix U. Gómez. Lo anterior indujo una excesi­va concentración de actividades comerciales y de servicios, así como de equipamientos, que se ha traducido en altos costos sociales como contaminación del ecosistema, despoblamiento, degradación urbana central, destrucción del patrimonio arquitectónico, congestionamiento vial, fal­ta de estacionamientos y, en fin, deterioro de la calidad de vida urbana. Para 1980 la estructura de los usos del suelo del área ur­bana de Monterrey se estimaba, en su mayoría, como áreas habitacionales (70 por ciento), y el resto (30 por ciento) se dividía en porcentajes que van de más a menos en áreas de vialidad principal; áreas industriales; comercio y servi­cios; áreas verdes, usos educativos y recreativos y, finalmente,

La ciudad de Monterrey en la década de los cincuenta.

Monterrey: origen y destino

un pequeño porcentaje de terrenos considerados como baldíos. A partir de 1975, con la implantación de la Ley de Urba­nismo y Planificación (véase el apartado sobre Planificación Urbana), empieza a ejercerse un relativo con­trol estatal y municipal en los fraccionamientos y construc­ciones nuevas. Sin embargo, no se logró racionalizar la organización metropolitana por lo escaso de los recursos disponibles y el acelerado crecimiento urbano. Esta situa­ción fue agravada en un primer momento por las urbaniza­ciones populares espontáneas y posteriormente por el uso político del Fidei­comiso Fomento Metropolitano de Monterrey (Fomerrey). Dichos fraccionamientos se mantuvieron al margen de casi toda regulación urbanística, arquitectónica y fiscal. La cobertura de los servicios públicos e infraestructura del municipio de Monterrey, hasta 1980, era ade­cuada en términos generales, juicio basado en el régimen de las comparaciones con otras urbes. Aunque hay que reconocer que continuaba existiendo déficit en áreas de difícil topografía, reciente creación y bajos ingresos. En 1980, aproximadamente 88 por ciento de la pobla­ción disponía de electricidad, 85 por ciento disponía de agua pota­ble y 85 por ciento contaba con drenaje sanitario.2 El municipio de Monterrey concentraba, en 1980, una gran canti­dad de equipamiento educativo, asistencial, recreativo, de­portivo, comercial y administrativo, el cual servía a toda el área metropolitana, y en algunos renglones a toda la región no­reste de México. Por lo tanto, salvo en algunos aspectos, Monterrey no presentaba déficit en este tipo de servicios. En materia habitacional la situación de Monterrey es compleja, se estima que en 1980 exis­ tía un déficit de alrededor de 60 mil viviendas. Sin embargo, aunque el munici­pio ha tenido una escasa participación en las acciones para enfrentar el problema, como en la construcción de la vivienda popu­lar que realiza Fomerrey, a las autoridades municipales les concierne resolver las grandes carencias de infraestructura de los fraccionamien­tos que promueve este organismo (Flores, 2000).

El Fideicomiso Fomento Metropolitano de Monterrey (Fomerrey) apoya a las familias de escasos recursos para construir su patrimonio.

Sin duda, entre el conjunto de los indicadores urbanos, la vivienda es un reflejo directo de los niveles de ingreso de la gente. Con una población cercana a 50 por ciento, que vivía, en 1980, con dos o menos salarios mínimos, no es sorprendente el déficit en este indicador, así como la creación, desde fines de la década de 1950, de cinturones urbanos alimentados por el flujo migratorio a la ciudad que se centró históricamente en este periodo. En lo referente a parques y áreas verdes públicas, el municipio carecía de un inventario que indicara su dimensión, uso y situación que guardaban. Se puede asegurar que las áreas verdes de la ciudad estaban muy lejos de la norma internacional deseable, siete metros cuadros por habitante. En cuanto a los grandes parques municipales, como el España, Punta de la Loma y Alamey, éstos empezaron a ser visitados por una cantidad de personas no contemplada en sus planes de mantenimiento originales. Es en esta época cuando inicia el congestionamiento de la estructura vial y el sistema de transporte en Monte­rrey, sobre todo por la falta de nue-

293

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

de territorio sin urbanizar. Sin embargo, para 1960, el AMM se conformaba por los municipios –incorporados en la década de los cincuenta– de Gar­ za García, Guadalupe, Monterrey y San Nicolás. Posteriormente, para 1970, se anexaron tres municipios más al área metropolitana de Monterrey –incorporados durante la década de los sesenta–: Santa Catarina, Apodaca y General EscoLas áreas verdes de la ciudad se vieron limitadas ante el crecimiento urbanístico. bedo. Finalmente, en 1980, el AMM estaba vas vialidades y por un sistema de transporte público constituida por los anteriores municipios, además ineficiente, mediocre y sin un plan de zonificación. de Juárez. En los años siguientes se incorporaría el Sería en años posteriores cuando se llevarán a cabo último municipio para crear el conglomerado melos primeros circuitos viales y bulevares continuos tropolitano actual: García. como Constitución (1992). Al iniciar la segunda década del siglo XX, Monterrey se empezó a perfilar como una Monterrey (ver apartado sobre “Desarrollo econóciudad en búsqueda de su patrimonio arquitectónimico”) era la ciudad con mayor producto interno co, basado principalmente en la arquitectura indusbruto industrial de toda la república (Flores, 2007 trial que buscó preservar a raíz de la transformación y 2000). Este carácter se deterioró en parte por la de la economía hacia el sector servicios. En la sillegada de la Revolución a la ciudad y por los moguiente década, con el cierre de numerosas emprevimientos obreros en pro de un mejor contrato de sas representativas de la vieja economía –particulartrabajo. Durante las décadas siguientes, la activimente la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey dad industrial, bancaria y comercial hizo destacar (1986)–, se dio inicio a un proyecto de rescate y a Monterrey como una de las ciudades pioneras en conservación del patrimonio industrial que, aunado su sector industrial. A pesar de ello, la ciudad manal majestuoso telón de fondo que constituyen sus tuvo un ritmo de crecimiento poblacional moderado montañas, le han dado un nuevo rostro urbano. –como se mencionó líneas arriba– entre 1920 y 1950. Sin embargo, a partir de esta última fecha, la ciudad Metropolización sufrió una transformación importante. Trabajos anteriores nos muestran cómo era Entre 1910 y 1950, la ciudad de Monterrey mostrala composición socioeconómica de los habitantes de ba claramente sus límites en relación a los centros la metrópoli a partir de 1960. De acuerdo con García urbanos inmediatos a su frontera municipal. En y Ortiz (1995), en 1960 el municipio con más alto efecto, Monterrey, como centro urbano, se diferennivel socioeconómico era Monterrey, seguido muy ciaba con los otros municipios por amplias franjas de cerca por San Nicolás de los Garza y, en tercer

294

Monterrey: origen y destino

nómeno de metropolización presenta las si­guientes siete características (García, 1988: 103-104): 1. Expansión habitacional horizontal, prepon derante­mente popular, dispersa en todas direcciones. En 1960 el AMM tenía 7 500 hectáreas de superficie total, que aumen­tan tan sólo entre 1961 y 1966 en 37 por ciento (2 758 hectáreas) al aprobarse un total de 150 fraccionamientos habitacionales. Cien de ellos quedaron ubicados en la periferia, represen­tando 73por ciento de la superficie total aprobada. Un 55 por ciento de estos fraccionamientos fueron populares, sin considerar las colo­nias de “paracaidistas” ilegales que aparecieron en este pe­riodo por no haber sido oficialmente aprobadas. 2.Consolidación de la conurbación y creciente prole­tarización de las cabeceras municipales vecinas. Al respec­to, entre 19611966 aparecieron 61 fraccionamientos de “urbanización progresiva” cuya superficie cubría un total de 970 hectáreas. En Guadalupe surgieron 40 frac­cionamientos (65%) con una superficie de 570 hectáreas; en San Nicolás se crearon nueve fraccionamientos (14.7%) que cubrían 200 hectá­reas. Estos fraccionamientos fueron fundados por uniones de colonos formadas por migrantes pobres con residencia transitoria en los antiguos sectores populares de Monterrey. 3. Segregación social, geográfica y económica de la población. Las viejas zonas centrales, abandonadas paulati­namente por los grupos sociales de más altos ingresos, al mantener una adecuada infraestructura y equipamiento, fueron ocupadas por algunos estratos de las clases meLa avenida Constitución fue uno de los primeros circuitos viales que contó la ciudad. dias. De manera paralela,

lugar, Garza García. De los mu­nicipios incluidos en ese entonces en el AMM, Santa Catari­na presentaba el nivel más bajo de bienestar, casi 35 por ciento por debajo del presentado en Monterrey. Por otra parte, era contrastante el carácter rural de los tres municipios restantes que aún no pertenecían al AMM. Así, por ejemplo, Apodaca, Esco­bedo y Juárez tenían más de 50 por ciento de su PEA en el sector primario y porcentajes muy reducidos de viviendas con agua entubada y drenaje. Por ello, a juicio de García y Ortiz (1995), las variables que más incidieron sobre este ordena­ miento fueron la proporción de viviendas con agua entuba­da, viviendas con drenaje y PEA en el sector dominado por la industria. En efecto, en 1960 el municipio que disfrutaba de una mayor cobertura de los servicios públicos era Monterrey, en virtud de ser el núcleo urbano de más antiguo poblamiento y en donde se asentaba la mayor proporción de la actividad ma­nufacturera. De igual forma, es en la década de los sesenta cuando la acelerada industrialización de la ciudad se manifes­tó con la instalación de nuevas empresas manufactureras al norte y oriente, estimulando el surgimiento de áreas habita­cionales obreras y una acelerada expansión de la mancha urbana. Este fe-

295

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

La conservación del patrimonio industrial le ha dado un nuevo rostro urbano a Monterrey.

surgieron otras zonas periféricas, be­llas, bien comunicadas y equipadas, donde se estableció la clase alta (las Brisas, Contry la Silla, El Pedregal, Lomas del Valle, Bosques del Valle, Jardines del Valle, Hacienda el Ro­sario, Colonia Obispado, Colonia Cumbres). Finalmente, las clases bajas ocuparon zonas periféricas poco atractivas o industrializadas, mal comunicadas, con insuficiente infra­estructura y peor equipadas (Unión 21 de Enero, Vivienda Popular, Unión Josefa Zozaya, Unión 20 de Noviembre, Unión José María Morelos, Unión Guadalupe Victoria). 4. Continuación de la especulación urbana median­te el mantenimiento de grandes lo-

296

tes baldíos intermedios plusvalorizados por la obra pública y con insignificante car­ga fiscal. 5. Creciente concentración vertical en edificios de ofi­cinas y numerosos locales comerciales y de servicios en los terrenos antes ocupados por las antiguas construcciones del primer cuadro. Con esto desaparecieron manza­nas completas de viejas casonas, bodegas, mercados y lotes baldíos, desplazando a sus pobladores a la periferia (Condomi­nio Acero, Condomino Monterrey, etcétera). 6. Proliferación del “paracaidismo” o invasión ilegal de tierras urbanas por colonos pobres, marginados del mer­cado libre de terrenos por su débil capacidad económica.

Monterrey: origen y destino

7. Aparición de los primeros subcentros comerciales y de servicios en las zonas periféricas de altos ingresos (Va­lle, Anáhuac, Tecnológico, Linda Vista, Contry, entre otros), en contraste con la casi total carencia de ellos en las zonas periféricas po­pulares, las cuales siguen dependiendo para todo del centro de Monterrey. A juicio de García (1988), estas siete características del proceso de metropoliza­ción de Monterrey obligaron al gobierno del estado a reali­zar grandes inversiones para la década siguiente (19701980), para ampliar las redes de servicios públicos, infraestructura, vialidad y equipamientos sociales hacia las áreas de expansión; para enfrentar razonablemente el acelerado crecimiento urbano de la década 1960-1970, atendiendo las presiones sociales más apremiantes y, sobre todo, los intereses económicos de los beneficiarios inme­diatos de la expansión urbana. Sin embargo, las acciones realizadas carecían de coordinación y tuvieron poco impacto al intentar revertir o encausar este proceso. En efecto, con la incorporación de Apodaca y Escobedo, para 1970, al AMM –como resultado natural del avan­ce de la mancha urbana hacia el norte–, donde se dispone de terrenos planos y los costos de urbanización son más bajos pues en el sur existen los múltiples accidentes orográficos de

La construcción vertical fue otra de las del fenómeno de metropolización que tuvo Monterrey.

la Loma Larga y la Sierra Madre Oriental. Por lo tanto, los municipios mencionados han atraído la localización de nuevas actividades económicas predominando, en el pri­mero, las plantas manufactureras y, en el segundo, los desa­rrollos habitacionales y algunas industrias. El otro municipio incorporado para esta década fue Santa Catarina, el cual mostró, años después, su potencial de expansión urbana combinando grandes áreas industriales y amplios sectores de vivienda, dando como resultado el municipio más contaminado del área metropolitana a partir de 1992, año en que inicia el monitoreo del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECAS). 3 Finalmente, entre 1970 y 1980 se agregó el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) como variable para el análisis que se encuentra en los dos grupos inferiores del ingreso mensual según los ran­gos que se establecen en el censo, que constituye un indica­dor de pobreza en el muniPara 1960, el municipio con más alto nivel socioeconómico era Monterrey, le seguían San cipio. Bajo este nuevo indicador, se Nicolás y Garza García.

297

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Las zonas periféricas de la ciudad se favorecieron con una mejor planeación urbanística.

pudo percibir un nuevo escenario de zonificación socioeconómica metropolitana. En efecto, en 1970 San Nicolás de los Garza ocupó el primer lugar según el índice de desarrollo socioeconómico; Garza García al­canzó el segundo lugar y Monterrey quedó desplazado al tercer puesto –municipio que hasta la década anterior ocupaba el primer puesto– (García Cavazos, 1995). La explicación está en que durante la rápida expansión metropolitana de los años sesenta, la construcción de vi­viendas de estratos medios y altos ocurrió principalmente en San Nicolás y Garza García. Estos municipios recibieron la población de mayor capacidad económica que se retiraban del centro y los suburbios creados, entre 1920 y 1940, en el municipio de Monterrey siguiendo un proceso clásico de “suburbanización” a fin de es­capar de los inconvenientes de la elevada densidad de po­blación y actividades comerciales del municipio central. Cabe destacar, en la década de los sesenta, la mayor integración metropolitana que experimentó el municipio de Santa Catarina, que elevó su nivel de bie­nestar muy cercano a Monterrey y Gua­dalupe (García Cavazos, 1995). Por su parte, Apodaca y General Escobe­do –municipios que se integraron al AMM entre 1960 y 1970– mostraron un rezago socioeconómico para 1970. En el caso de Juárez –municipio que se inte-

298

gró entre 1970 y 1980–, éste evidenciaba su carácter rural con 52.1 por ciento de trabajadores en el campo todavía en 1970. En la siguiente década –entre 1970 y 1980– los índices municipales de 1980 no variaron en la posición de los municipios con respecto a 1970, pudiéndose distinguir, a juicio de García Cavazos (1995), tres grupos de municipios de acuerdo con niveles de desarrollo socioeconómico: 1. San Ni­colás, Garza García y Monterrey en el nivel alto: el primero muestra ser el municipio –junto con Santa Catarina– con la población económicamente activa más importante en el sector secundario; lo que muestra también un grado alto de industrialización. Por su parte, Garza García y Monterrey presentaron las mayores pro­porciones de trabajadores terciarios, debido a que en éstos reside principalmente la población con educación superior, la cual se orienta en mayor medida a las ocupaciones en servicios y comercio. 2. Guadalupe y Santa Catarina en el nivel medio. 3. General Escobedo, Apo­daca y Juárez en el bajo. Estos municipios destacan por una integración menor con respecto al resto,

Monterrey: origen y destino

debido en buena medida a sus actividades agropecuarias. En efecto, aún existen activi­ dades agrícolas como el cultivo de maíz y algunas hortalizas, así como ganadería vacuna, practicada para la producción de carne y leche destinada al mercado del AMM.

Aun cuando la posición relativa de los municipios del AMM se mantuvo estable, según los niveles de desarrollo socioeconómico, en términos absolutos avanzaron considerablemente de acuerdo a los censos económicos. Esto queda de manifiesto al observar la información de los cuadros 5, 6 y 7.

Cuadro 5. Características del desarrollo socioeconómico del AMM, 1960 (porcentajes). Apodaca

Garza García

PEA Sector primario

58.00

13.92

83.45

15.54

81.48

9.03

16.50

27.89

PEA Sector secundario

23.48

34.19

6.51

46.18

6.43

44.17

50.42

50.23

PEA Sector terciario

17.63

50.50

9.51

36.80

11.79

46.39

32.48

21.34

Viviendas propias

43.03

34.63

57.80

37.46

40.88

31.28

45.49

34.18

Viviendas con agua entubada

18.23

65.53

3.76

48.33

18.80

75.31

75.01

65.81

Viviendas con drenaje

7.05

46.98

0.80

41.63

5.27

65.62

60.80

48.57

Viviendas con radio y T.V.

1.58

24.41

0.00

9.80

1.42

16.23

14.22

3.16

Viviendas con tres o más cuartos

14.90

33.87

8.60

24.76

7.83

29.73

32.79

16.59

Variable

General Santa Guadalupe Juárez Monterrey San Nicolás Escobedo Catarina

a. Es la razón entre la población total del municipio y la población económicamente activa e indica el número de personas inactivas por cada trabajador. Es la única variable del cuadro que no está en términos porcentuales, siendo un valor absoluto. Fuente: Secretaría de Industria y Comercio, Dirección General de Estadística (1963), VIII Censo General de Población, 1960, vol. 19, Estado de Nuevo León, México, D.F.

Cuadro 6. AMM: indicadores de desarrollo socioeconómico, 1970 (porcentajes). Variable Tasa de dependencia

Apodaca

Garza García

3.67

3.13

General San Guadalupe Juárez Monterrey Escobedo Nicolás 4.17

3.77

3.53

3.39

3.61

Santa Catarina 3.96

PEA Sector primario

30.29

3.49

26.97

5.00

52.15

2.41

4.33

8.78

PEA Sector secundario

42.43

36.44

41.29

49.66

21.90

44.53

55.80

59.50

PEA Sector terciario

23.10

57.97

27.45

41.15

24.39

50.51

37.31

28.55

Grupo más bajo de ingresos

15.63

31.43

20.29

15.34

38.32

15.85

12.40

16.32

Segundo grupo más bajo de ingresos

70.52

40.94

70.23

66.59

54.99

58.33

57.34

62.66

Viviendas propias

46.71

54.04

70.06

64.82

49.24

45.78

63.12

55.24 88.63

Viviendas con agua entubada

72.10

95.43

76.79

91.32

48.96

94.58

94.99

Viviendas con drenaje

29.43

68.43

21.94

53.53

24.06

74.50

49.86

Viviendas con radio y T.V. Viviendas con tres o más cuartos

35.35

65.03

20.30

43.53

16.79

57.95

62.22

43.32

17.81

52.17

12.06

28.67

11.98

42.39

49.66

36.88

Es la razón entre la población total del municipio y la población económicamente activa e indica el número de personas inactivas por cada trabajador. Es la única variable del cuadro que no está en términos porcentuales, siendo un valor absoluto. Fuente: Secretaría de Industria y Comercio, Dirección General de Estadística (1972), VIII Censo General de Población, 1970, vol. 19, Estado de Nuevo León, México, D.F.

299

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Cuadro 7. AMM: indicadores de desarrollo socioeconómico, 1980 (porcentajes). Apodaca

Garza García

General Guadalupe Juárez Escobedo

Tasa de dependencia

3.37

2.79

3.36

3.26

PEA Sector primario

8.26

1.33

5.20

PEA Sector secundario

39.45

26.02

PEA Sector terciario

26.19

Grupo más bajo de ingresos

Monterrey

San Nicolás

Santa Catarina

3.35

3.03

3.28

3.42

1.34

15.29

0.80

1.22

2.71

40.41

39.33

38.45

33.47

42.61

46.10

50.47

27.62

35.30

20.54

41.53

29.64

27.06

12.52

8.30

16.65

11.49

15.48

10.21

9.35

11.29

Segundo grupo más bajo de ingresos

13.49

24.76

14.42

12.08

26.29

12.23

8.80

12.48

Viviendas propias

64.24

69.20

78.45

76.33

60.58

61.41

82.01

74.82

Viviendas con agua entubada

87.82

97.62

90.47

93.03

75.53

95.55

96.80

91.08

Viviendas con drenaje

56.15

81.94

48.48

70.59

25.00

81.53

79.40

60.93

Viviendas con tres o más cuartos

29.95

65.42

36.10

46.70

21.61

53.32

63.43

48.01

Variable

‘ Es la razón entre la población total del municipio y la población económicamente activa e indica el número de personas inactivas por cada trabajador. Es la única variable del cuadro que no está en términos porcentuales, siendo un valor absoluto. Fuente: Secretaría de Programación y Presupuesto (1983), IX Censo General de Población, 1980, vol. 19, Estado de Nuevo León, México, D.F.

Con base en la información de los Censos de Población y Vivienda de 1940 y 1980, se puede llegar a las siguientes conclusiones: en primer lugar, la evolución de la estructura de la PEA pone de manifiesto la creciente importancia de las activida­ des económicas urbanas (manufacturas, comercio, servi­cios) en contraste con la evidente decadencia del sector agropecuario, hasta su desaparición a partir de 1980 en Monterrey, Garza García, San Nicolás y Guadalupe. En segundo lugar, las estadísticas relacionadas con la vivienda también han mejorado sustancialmente y la pro­porción de casas propias, con agua entubada y drenaje, así como con más de tres cuartos, es mucho más elevada en to­dos los municipios. Es decir, el desarrollo social experimen­tado por la dotación de servicios gubernamentales y los ma­yores niveles de ahorro personal, derivados de una cultura urbana consolidada, se manifiestan en las condi­ciones de su vivienda, conjuntándose para elevar el bienes­tar general de la población.

300

Indicadores demográficos Adolphe Landry, en su Tratado de demografía (1945), ya había señalado que el conjunto o número de los seres humanos que vive en determinado territorio se va formando mediante la adición numérica de nuevos individuos, ya sea por el exceso de los nacimientos sobre las defunciones o por las migraciones. La población no es sino el resultado o balance de esta adición en un momento dado y en un determinado territorio; es decir, el conjunto de personas que habitan en una cierta área geográfica contabilizado numéricamente según distintos procedimientos y normas. Éste se puede dividir en dos procesos para su análisis: uno es el movimiento o cambio que proviene de los nacimientos, las defunciones y la migración. El segundo, denominado estructura, se refiere a la composición o características, considerando entre otros la edad, sexo, raza, natalidad, religión, familia, alfabetización, instrucción, ocupación e ingresos.

Monterrey: origen y destino

En su estudio La revolución demográfica (1934), A. Landry incluye un análisis sobre el caso de México, estableciendo tres regímenes para el desarrollo de su población: •La población no tiene ningún tipo de preferencia sobre la producción y se reduce a lo existente. •Un régimen demográfico intermedio, durante el cual el interés de los individuos por conservar “su nivel de vida” determina en forma directa el crecimiento de la población al influir sobre el matrimonio. •La revolución demográfica, caracterizada por una disminución de la fecundidad, provoca que los cambios demográficos impulsen una ley de población. En efecto, la situación demográfica de México en la actualidad deriva en buena medida del rápido crecimiento que tuvo la población, principalmente entre 1940 y la primera mitad de la década de 1970, antecedida por un moderado crecimiento poblacional a partir de 1921. La teoría de Landry, sobre la transición demográfica experimentada en los países occidentales europeos, muestra que se dio en tres etapas vinculadas estrechamente a la modernización de las condiciones económicas y sociales de los países. En la primera etapa prevalecen elevados índices de natalidad, pero también de mortalidad, lo que produce un lento crecimiento poblacional y una estructura por edades donde prevalecen los jóvenes. En una segunda etapa se inicia el descenso de la mortalidad, pero manteniéndose constante la fecundidad, la cual tiende, a la larga, a reducirse. Esta etapa coincide con el mejoramiento de las condiciones de vida, una menor dependencia del sector primario o agropecuario, un desarrollo de la tecnología y mejoramiento en la atención a la salud. Por último, en una tercera etapa, continúa la mortalidad a la baja, inicia un franco descenso de la fecundidad, lo que conlleva a una disminución del crecimiento de la población y a un proceso de envejecimiento en su estructura por edades; los sectores secundario y terciario predominan en el área económica.

Adolphe Landry, demógrafo francés, analizó el desarrollo de la población de México en su estudio La revolución demográfica.

En el caso del municipio de Monterrey, no hay duda que hasta 1921, la sociedad vivía, en buena medida, en la primer etapa mostrada por la teoría de Landry, ya que la mayoría de su población era de origen rural o en estrecho lazo con este sector, con elevados índices de natalidad y mortalidad que dieron como consecuencia un lento crecimiento poblacional. A partir de 1921, la situación empieza a cambiar lentamente; se termina el periodo revolucionario y se inicia la lenta consolidación de un Estado fuerte, como resultado del movimiento sedicioso que se preocupa más por las condiciones de vida de su población. Para 1930 se da un claro descenso de la mortalidad y una natalidad constante, la cual se acelera entre 1960 y 1975. En esta segunda etapa se consolidan el sistema nacional de salud (IMSS), el sistema educativo, y un claro predominio del sector industrial sobre el sector primario y el terciario. Estas condiciones atraen a numerosos migrantes a la urbe con la esperanza de mejorar su calidad de vida. La migración y la concentración urbana son dos elementos más de este periodo. Finalmente, la tercera etapa inicia a mediados de los setenta, al descender la fecundidad y la mortalidad en Monterrey y su área metropolitana, incluso en una tendencia más pronunciada que lo sucedido a nivel nacional.

301

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Natalidad La tasa de natalidad se manifiesta por el número de nacimientos por cada mil habitantes. De acuerdo a las estadísticas en Nuevo León, y en particular en el municipio de Monterrey, esta tasa se mantuvo alta (1930-1950) y en ocasiones en constante crecimiento (1950-1970), hasta mostrar una baja en la tasa de natalidad (1980), equivalente a la de los años cuarenta (ver cuadro 8). Tal estadística tiene el inconveniente de que los datos de los censos recogen los datos de nacimientos por municipio bajo la premisa de reconocer a los recién nacidos en la clínica donde se registró el evento. Esto indica que, como el municipio de Monterrey concentraba los hospitales y las clínicas más grandes e importantes del estado e incluso del noreste de México, es muy probable que buena parte de los nacimientos no correspondieran al municipio donde reside la madre.4 Por ello el elevado número de nacimientos en el municipio durante este periodo. Esto se comprueba con estadísticas comparativas entre la entidad, el AMM y el municipio de Monterrey (cuadro 8).

Fecundidad La tasa global de fecundidad se define como el total de hijos promedio de las mujeres durante su vida fértil. Es una medi­da que tiene la ventaja de no ser afectada por la estructura por edades de la población; de igual forma, esta variable ofrece mejor certeza sobre la fecundidad que la tasa de natalidad, sobre todo históricamente o entre países con situacio­nes socioeconómicas y estructuras por edad diferentes. Nuevo León presentó, en 1970, una tasa global de fecun­didad de 6.09, esto es, que en promedio las mujeres tenían seis hijos durante su vida fértil; esta tasa descendió a 3.98 en 1980. En el AMM pasó de 5.89, en 1970, a 3.79, en 1980. Y el municipio de Monterrey pasó de 5.66, en 1970, a 3.71, en 1980 (ver cuadro 9). A decir de los demógrafos (Madrigal, 1995), la tasa global de fecundidad está fuertemente aso-

302

ciada con el nivel de educación y grado de desarrollo socio­económico. Hacia 1980, Nuevo León y el AMM mostraron las menores tasas globales de fecundidad de México. De hecho, las cinco entidades del norte de la república ocuparon los pri­meros diez lugares con menores tasas. Cuadro 9. Tasas globales de fecundidad en Nuevo León, en el AMM y en los municipios que lo integran (1970-1980). Municipios

1970

1980

Estado

6.09

3.98

AMM

5.89

3.79

Apodaca

7.07

4.39

García

7.25

5.48

Garza García

5.49

2.94

General Escobedo

7.18

5.00

Guadalupe

6.71

4.00

Juárez

6.87

4.64

Monterrey

5.66

3.71

San Nicolás de los Garza

6.30

3.69

Santa Catarina

7.19

4.17

Fuente: Consejo Estatal de Población, Monterrey, 1982.

Mortalidad La tasa de mortalidad es el número de defunciones por cada mil habitantes. Este indicador inicia su descenso en el pro­ceso demográfico metropolitano en la década de 1940 (véase cuadro 10). En esa época el AMM contaba con una tasa de mortalidad de 21.9 defunciones por cada mil habitantes, la cual era superior a 17.7 por mil de Nuevo León. A partir de 1950, estos niveles fueron muy similares en el estado y su capital: 13.1 contra 14.5 en el AMM; en 1960, 8.2 en el estado contra 8.1 en el AMM; en 1970, 7.0 en Nuevo León contra 7.1 en el AMM y en 1980, 4.8 en la entidad contra 4.9 en el AMM.

Monterrey: origen y destino

Cuadro 10. Defunciones, población y tasas de mortalidad (tasas por cada mil) en Nuevo León, AMM y Monterrey (1940-1980). Variable

Año

Defunciones Población

1940

Tasa de mortalidad Defunciones Población

1950

Tasa de mortalidad Defunciones Población

1960

Tasa de mortalidad Defunciones Población

1970

Tasa de mortalidad Defunciones Población Tasa de mortalidad

1980

Monterrey

Nuevo León

AMM

9,680

4,971

4,306

546,409

226,591

193,734

17.7

21.9

22.2

9,697

5,683

4,928

742,051

391,364

340,739

13.1

14.5

14.5

8,808

5,867

5,090

1,081,941

726,326

602,725

8.2

8.1

8.4

12,007

9,040

7,002

1,722,148

1,279,964

868,462

7.0

7.1

8.2

12,040

9,935

8,462

2,516,958

2,015,639

1,089,854

4.8

4.9

7.8

Fuente: Censo General de Población, 1940; Censos de Población y Vivienda, 1950, 1960, 1970 y 1980; y Madrigal, 1995.

En el caso del municipio de Monterrey, la tasa fue en plano descenso desde 1940, cuando experimentó 22.2 defunciones por cada mil habitantes. Diez años después mostró 14.5; en 1960 fueron 8.4 y en 1980 se presentaron 8.2 defunciones por cada mil habitantes. Estos datos muestran discordancias en relación al nivel socioeconómico del lugar, por lo que es muy probable que un indicador alto para este municipio, en referencia a la AMM y al estado, se deba al registrar las defunciones como habitante del municipio, de nueva cuenta se debe considerar que este municipio concentraba las clínicas y hospitales más grandes e importantes no sólo del estado, sino de la región noreste de la república, por lo que era una práctica común llevar al enfermo a las clínicas de este municipio.

Esperanza de vida La tasa de mortalidad puede ser distorsionada por la variable de la composición por edades. En otras palabras, para este mismo periodo histórico, 1980, los países europeos tenían una tasa de mortalidad más alta que el AMM, pero eso se debía a la composición de su población por edades, más vieja que la del AMM. Por ello no podemos decir que la mortalidad era menor en Monterrey, estrictamente hablando. Para eliminar esta distorsión se puede utilizar la esperanza de vida al nacimiento, la cual estima el promedio de años que vivirán los recién nacidos en un momento dado. La esperanza de vida en Nuevo León ha evolucionado de 49.2 años en 1940 a 73.1 años en

303

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

La prestación de los Servicios de Salud Pública en Nuevo León surge con la expedición del Decreto Gubernamental de 1851.

1989, siendo esta últi­ma la más elevada del país en ese año. Dado que el área metropolitana concentraba, en 1989, 81 por ciento de la población del estado, su esperanza de vida es aproximadamente la misma. No hay duda que todos estos indicadores están íntimamente relacionados con los progresos experimentados en materia de salud pública ¿Qué se entiende por salud pública?

Primum non nosere

Hipócrates

En 1939, el médico Perkings definió salud como: “Un equilibrio relativo de la estructura y la función corporal que resulta del ajuste dinámico del organismo ante las fuerzas que tienden a destruirlo” (Vega, 2000). Por su parte Winslow, definió, años atrás, en 1920, que la salud pública es: el arte y la ciencia de impedir las enfermedades, prolongar la vida y fomentar la salud mediante el esfuerzo organizado de la comunidad, de modo tal que cada ciudadano se encuentre en condiciones de gozar de su derecho natural a la salud y a la longevidad (Vega, 2000: 32).

304

Sin embargo, si se examina la salud pública desde una perspectiva contemporánea, es fácil apreciar que su ámbito traspone las fronteras de la propia medicina (Vega, 2000). De este modo, la salud pública queda separada de la medicina y con ello se delimitan claramente dos caras para la práctica en salud: aquélla que llamamos medicina (y que está enfocada al estudio de la enfermedad en pacientes individuales), y aquélla que denominamos salud pública (ubicada en un espacio externo al enfermo y destinada a evitar la aparición de la enfermedad). Aunque existe un viejo concepto de la salud pública inscrita en la Ley de Salud Pública decretada en Inglaterra en 1872, es hasta el informe de Marc Lalonde, presentado en 1974 al congreso canadiense, cuando inicia la nueva salud pública. Lalonde (1974) afirmó que el territorio de la salud poseía cuatro elementos: la biología humana, el ambiente, los estilos de vida y la organización de los servicios sanitarios, y que los tres últimos concernían directamente a la salud pública. En efecto, al comparar la vieja salud pública con la nueva, Vega (2000) elige cinco elementos para identificarlas:

Monterrey: origen y destino

•El primero es el reconocimiento actual de la importancia del contexto en el desarrollo de cualquiera de las acciones sanitarias, de los problemas económicos y políticos que inciden en los grupos sociales y de la propia historia de las condiciones de vida de las poblaciones. •En segundo término se ubica un nuevo concepto de salud, que reconoce este atributo como Para 1980, Nuevo León ya contaba con clínicas y hospitales de seguridad social. un complejo y dinámico proceso que también es un bien social y un derecho humano. equitativo a los servicios disponibles y fun•En tercer término se encuentran dos dicionar como abogado de los más vulneraferentes concepciones sobre el espacio de bles, trascendiendo las actividades ejercidas las acciones, espacio limitado, en la vieja por el personal de salud. salud pública, al ámbito de la prevención individual dentro de los muros de las instiAntecedentes tuciones sanitarias. Para la nueva salud pública, los requisitos para la salud, según la El derecho a la salud es resultado de un largo pro­ Declaración de Jakarta, son “paz, vivienda, ceso histórico, durante el cual, el Estado ha venido educación, seguridad social, alimentación, asumiendo mayores responsabilidades en la ma­ ingreso económico, empoderamiento de la teria. La prestación de los servicios de salud pública mujer, ecosistemas estables, justicia social, en Nuevo León surge con la expedición del Decreto respeto a los derechos humanos y equidad”. Gubernamental del 19 de septiembre de 1851,5 meNunca antes tantos espacios habían estado diante el cual se crea el Consejo de Salubridad del tan explícitamente abiertos y habían sido de Estado de Nuevo León. Este Consejo funciona dula incumbencia de una actividad que no fuerante toda la segunda mitad del siglo XIX y durante ra la política. el siglo XX, hasta entrada la década de 1920, cuando •El cuarto elemento, que se deriva directacambia su nombre y funciones al pasar a depender mente del anterior, se refiere a los nuevos de la federación. actores, entre los que destaca, naturalmente, Durante el periodo 1927-1928, el Consejo la propia población. de Salubridad de la entidad, con sede en Monte•Finalmente, el quinto elemento está dado rrey, establece por vez primera Delegaciones de por el reconocimiento de que las acciones de Salubridad en los municipios de Aldama, Allende, salud pública no pueden separarse de otras Cerralvo, Lampazos, Salinas Victoria, Santiago y acciones gubernamentales y, en consecuenVillaldama. El 1° de mayo de 1928, dicho Consejo cia, de que la salud pública es una actividad de Salubridad pasa a formar parte de la Delegación del Estado, que debe garantizar el acceso Federal de Salubridad, dándose inicio a la creación

305

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

de los Servicios Coordinados de Salud Pública en el estado.6 Más tarde, durante 1933-1935, se establecen las bases de la coordinación de las labores sanitarias entre la Federación y Nuevo León, subscribiéndose el convenio respectivo el 1° de mayo de 1935, con la aprobación del Congreso del Estado. En virtud de dicho convenio, Nuevo León fue dividido en ocho Circunscripciones Sanitarias, hoy llamadas Jurisdicciones Sanitarias, contando, cada una de ellas, con Centros de Higiene. En 1945 abrió sus puertas la primera Clínica del IMSS en Monterrey, convirtiéndose posteriormente en el sistema de salud más extenso e importante de México.7 En la década de los sesenta se instrumentaron nuevas políticas cuyo objetivo era extender los servicios de salud a la población más desprotegida; en esa época se tomó conciencia de la desigual distribución de los servicios médicos, además de reconocer la necesidad de adoptar estrategias que permitieran acceder a este derecho fundamental del hombre. En 1973, las reformas a la ley del Seguro Social sentaron las bases para la incorporación de grupos no directamente contribuyentes que se beneficiaron con la prestación de servicios de salud mediante mecanismos de solidaridad so­cial. También, la entonces Secretaría de Salubridad y Asis­ tencia introdujo nuevas estrategias de atención para ampliar la cobertura en el medio rural y urbano marginado (Vega, 2000). En el plano internacional, México y los países miembros de la Organización Mundial de la Salud suscribie­ron, en 1978, el compromiso de “Salud para todos en el año 2000”. Para ello se formuló la estrategia de atención primaria a la salud que propone un concepto adaptable a las condiciones de cada país, pero de observancia universal. Este concepto extiende el acceso a los servicios de salud a todos los in­dividuos y familias de una comunidad por medios que les sean aceptables, con su plena participación y a costo accesi­ble. Así, la atención primaria se vincula con el desarrollo económico y social de la comunidad, siendo que:

306

Los servicios proporcionados por la atención primaria varían según el país y la comunidad, pero comprenden al menos los siguientes servicios básicos: promoción de una nutrición ade­cuada, aprovisionamiento suficiente de agua potable, sanea­miento básico, atención materno-infantil, planificación fami­liar, vacunación, prevención y control de enfermedades y traumatismos frecuentes que no requieren de servicios especia­lizados. Los demás niveles de atención deben asegurar la pres­tación de servicios especializados (OMS, UNICEF, 1978: 2-7). En el caso de Nuevo León, para la atención de su población, la entidad contaba, para 1980, con clínicas y hospitales pertenecientes a instituciones de seguridad social como el IMSS, ISSSTE, Sedena, PEMEX, ISSSTELEON, Cuauhtémoc y Fa­ mosa, Nova, Vidriera, entre otras, cuyo acceso es restringido a la población amparada; con clínicas y hospitales que brindan servicios a población abierta como las pertenecientes a la Secretaría Estatal de Salud, Servicios Municipales de Salud, al Hospital Universitario, y con clínicas y hospitales privados. Finalmente, es también en 1980 cuando se implanta el Programa de Atención a la Salud a la Población Marginada en grandes urbes y se instalan Centros de Salud Comunitarios, operando estas unidades en Monterrey y su área metropolitana (Vega, 2000).

Sanidad pública En México, desde el inicio del siglo XX y hasta mediados de los años treinta, el énfasis preventivo y vigilante –entendido como uniformar las medidas empleadas en los puntos de entrada para evitar la introducción de enfermedades transmisibles– estuvo encaminado a la detección de cólera, fiebre amarilla, peste bubónica, tifus exantemático, meningitis cerebroespinal, encefalitis letárgica, poliomielitis aguda, gripe epidémica y fiebre tifoidea. Su detección obligaba a la inmediata puesta en marcha de

Monterrey: origen y destino

Los alumnos admitidos en la Academia Libre de Farmacia de Monterrey, debían hacer sus prácticas en una farmacia o botica.

medidas sanitarias para impedir la transmisión y la propagación de cualquiera de dichas enfermedades. Los esfuerzos realizados en materia de control y prevención dieron frutos: ejemplos de ello fueron la erradicación de la fiebre amarilla y la viruela, la desaparición del cólera y el abatimiento del tifo epidémico (Salud Pública de México, 1999). De esta época datan buena parte de la legislación educativa y preventiva en Nuevo León, e impresa en Monterrey. Éstas son algunas muestras de esta ferviente actividad en pro de la salud pública en esta parte de México. Academia Libre de Farmacia de Monterrey (1919) En junio de 1919 se fundó la Academia Libre de Farmacia de Monterrey, por los farmacéuticos Antonio Galván y Pedro Miranda Pérez.8 El objetivo de esta institución fue “impartir a sus alumnos una

enseñanza teórico-práctica lo bastante eficiente para desempeñar con acierto y competencia la profesión de farmacéuticos”.9 La Academia se situó al sur de la Plaza de Zuazua, calle de 15 de Mayo, número 146. Los estudios profesionales impartidos duraban tres años y se cobraba dos pesos por concepto de matrícula y diez por mes de clase. La admisión exigía a los alumnos, bajo comprobación certificada, tener mínimo 15 años cumplidos; haber cursado la instrucción superior (6° año) y aprobar un examen previo. Una vez admitidos estaban obligados a hacer sus prácticas en una farmacia o botica. Sobre el sistema de evaluación, éste se definió de la siguiente manera: M, Mediano; B, Bien; MB, Muy Bien; PB, Perfectamente Bien; R, Regular; RR, puede presentar otra vez, y RRR, Reprobado, Repetirá. Los horarios de clase y la carga académica estaban estipulados de la siguiente manera: •Primer año: química general, inorgánica y orgánica por Langlebert, clase diaria; español; aritmética y sistema métrico decimal, farmacia galénica por Andouard (clase diaria). •Segundo año: farmacia química por Andouard (clase diaria); raíces griegas por Díaz de León; raíces latinas, por Díaz de León; francés y bacteriología por Leferi. •Tercer año: análisis químico (clase diaria); toxicología química por L. Barhe (clase diaria); francés 2° Curso; posología moral profesional y arte de recetar y legislación farmacéutica mexicana. Finalmente, el establecimiento hacía hincapié en la disciplina a guardar. Esta profesión exigía seriedad, moralidad absoluta y discreción, por lo que las alumnas y alumnos debían ser “circunspectos, guardar en su traje, porte, maneras y conversación, la decencia, urbanidad y decoro que distinguen a toda persona bien educada”.10

Ley para la Propagación y Conservación de la Vacuna en Nuevo León (1921) El 23 de marzo de 1921 se vuelve a imprimir la Ley para la Propagación y Conservación de la Vacuna

307

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

en Nuevo León, que databa de 1887.11 En esta ley el Consejo de Salubridad del Estado tenía como objetivo evitar el desarrollo y contagio de la viruela a través de la vacunación obligatoria, y en caso de no acatar esta orden habría una multa de dos pesos, esta multa iría destinada a la conservación de la vacuna. La conservación y su aplicación gratuita era obligación de los gobiernos municipales. Para esto se creó una oficina central en Monterrey, en el Hospital Civil, cuyo encargado era su director. Su atribución era mantener constante la cantidad de linfa vacunal para el consumo de la ciudad y su distribución al resto de los municipios. De esta forma las autoridades llevarían un registro en el que constara el nombre del vacunado, el sexo, edad, domicilio y persona de quién dependiera si fuere menor de edad. De igual forma, a los recién nacidos debía vacunárseles a más tardar 40 días después de su nacimiento; a los contrayentes en matrimonio era indispensable su vacunación antes de darse el vínculo matrimonial. Para los preceptores, se les exigía que valoraran a sus alumnos si estaban vacunados y como prueba de ello, si hubiere duda, se debía de examinar –como a todos aquéllos donde la hubiera– con

la comprobación de la cicatriz que dejare la pústula o la boleta del médico o el encargado de la vacuna. Esta constancia se extendía gratuitamente en papel simple.

Ley de la Escuela de Medicina de Nuevo León (1924) En 1924, el H. XL Congreso Estatal, en su decreto número 53, decreta una ley estatal que define el objeto y organización de la Escuela de Medicina del Estado de Nuevo León. A ésta la define como un centro de enseñanza de las ciencias médicas en todos sus ramos, a fin de formar médicos, cirujanos, parteros y farmacéuticos.12 Se aclara que esta Escuela será sostenida por el Tesoro del Estado –evidentemente con un fin de apoyo a la salud pública– y el gobierno del mismo tendrá la vigilancia de ella. Las Clínicas se impartirían en el Hospital González, mejor conocido como el Hospital Civil. Los artículos 3° y 4° se refieren a los cursos que se llevaran como obligatorios en las carreras ya establecidas; los artículos 5° a 9° se centran en los profesores de la Escuela, autoridades y empleados; sobre los requisitos de inscripción para los alumnos se centran los artículos 10° a 12°; y de los exámenes, calificaciones

En 1924, el Congreso Estatal establece la organización de la Escuela de Medicina de Nuevo León.

308

Monterrey: origen y destino

y de las cuotas a cobrar se refieren los artículos 13° al 17°.

Escuela Odontológica de Nuevo León (1924) Esta escuela impartía los estudios profesionales para la carrera de médico cirujano dentista; en 1924 publicó en el Periódico Oficial su reglamento interno.13 Los cursos duraban tres años, los cuales se dividían de la siguiente manera: •Primer año: se impartían los cursos de generalidades de anatomía; biología y bacteriología; fisiología e higiene; disección y metalurgia dental. •Segundo año: primer curso clínico dental médico-quirúrgico; patología general; propedéutica; prótesis de goma; prótesis de oro y patología especial. •Tercer año: clínica bucal clínico-quirúrgica; segundo curso clínica dental; segundo curso de prótesis de goma y prótesis de maxilares; clínica terapéutica y conferencias de deontología. Además se menciona “que pronto se impartirán los cursos de clínica de extracciones; mecánica dental y radiografía”. La descripción detallada de cada uno de los cursos mencionados es tratada en el artículo 4° del Reglamento. Los artículos 5° al 10° son referentes a los profesores y sus atribuciones; los artículos 11° al 15° se refieren a los trámites para la matriculación de alumnos y del 16° al 49° se refieren a los exámenes, composición de los jurados y expedición de actas de examen y títulos.

Coordinación sanitaria entre el gobierno local y el federal En 1935, en respuesta al plan sexenal propuesto por el candidato a la presidencia de la república, el general Lázaro Cárdenas, el gobierno local acepta crear una coordinación de esfuerzos con el gobierno federal, a fin de no duplicar actividades y presupuestos asignados en el sector de salud. En este convenio, el Congreso Estatal aprobó la creación de

ocho circunscripciones sanitarias, y en sus respectivas cabeceras municipales se crearan Centros de Higiene con el objetivo de hacer “extensivos la salubridad a todo el territorio”.14 Los puntos medulares del programa fueron: •Bebidas y comestibles: se buscará tener control absoluto sobre la producción de bebidas y comestibles a fin de estar certeros de su pureza y prohibir y evitar su adulteración. En especial la leche, la cual por ser un alimento de suma importancia, su higiene debe estar controlada. •Ingeniería sanitaria: el punto medular de este aspecto es el vigilar y asegurar el adecuado funcionamiento de los servicios de agua y drenaje, verificando, analizando y estudiando la calidad de las aguas. •Enfermedades trasmisibles: en este año, la estadística acusa que la tuberculosis, la gripe y la viruela disminuyeron en relación con el año anterior. Sin embargo, el paludismo, las fiebres paratíficas, el tétano y el sarampión cobraron proporciones sin precedentes. •Dispensario antituberculoso: este dispensario se encuentra anexo al Hospital González, y entre otras medidas para su mejor servicio, apunta la compra de un aparato de implantaciones pleurales para el tratamiento ambulatorio de los afectados. Este dispensario atendió, entre junio de 1934 y junio de 1935, a 8,003 enfermos y aplicó 1,307 inyecciones. •Dispensario antipalúdico: este dispensario ha exigido que se practique el análisis de sangre para dar de alta al paciente. Atendió 15,823 enfermos, aplicó 12,166 inyecciones y distribuyó 24 mil cápsulas de quinina. •Dispensario antivenéreo: no tiene un local apropiado ni útiles modernos. Sin embargo atendió 1,335 enfermos varones, aplicó 2,302 inyecciones y concedió 28,386 consultas. En cuanto a mujeres, atendió a 4,871 personas, aplicó 3,814 inyecciones y concedió 10,601 consultas.15

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

hacia el norte de México y surge un mercado interno en vías de consolidación; es en esta época cuando el sistema de salud pública en México emerge con gran solidez. En 1943 se crea el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que viene a ser y representar el sistema de salud pública más importante en México. Su primer Clínica abre en Monterrey en 1945; en este periodo se reanudan las actividades de la Universidad de Nuevo León, la cual desapareció entre 1934 y 1943. Sin embargo, su Escuela de Medicina continuó trabajando en La Escuela Odontológica de Nuevo León impartía la carrera de médico cirujano dentista. estrecha colaboración con el Hospital Civil. Por su Hacia una concepción más amplia de la salud parte, los Servicios Coordinados de Salubridad en pública el estado informaban, en 1951, que el municipio de Monterrey concentraba las únicas cuatro Unidades A partir de la década de 1940, el país inicia una es- Sanitarias existentes en la entidad, además de un tabilidad política que no había tenido desde 1910. centro materno-infantil y tres dispensarios.16 Es la época de la consolidación de las instituciones De igual forma, en este periodo se amplían políticas, sociales y económicas; México reanuda en la entidad las leyes de protección a los diferensu relación económica en materia de préstamos con los Estados Unidos, después de no recibir un solo peso del exterior desde 1913. La Segunda Gran Guerra estimula la economía mexicana como proveedora de materia prima a la industria de armamento de los Estados Unidos; amén de amplios contratos para millares de trabajadores mexicanos que se trasladaron legalmente a los Estados Unidos para incorporarse a las fábricas y a la producción agropecuaria del vecino país. Se estimula el trazado y la construcción de carreteras La primera clínica del IMSS de Monterrey se estableció en 1945.

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Monterrey: origen y destino

tes grupos sociales, en particular al sector infantil, donde la participación de las mujeres, a través de las organizaciones políticas y económicas más representativas del estado y de Monterrey, tiene un papel cada vez más notorio. Hay que recordar que es en estos años cuando la lucha por el reconocimiento constitucional del voto femenino es más intenso (véase el apartado Gobierno y representación política).

Ley que crea el Fondo para la Protección Infantil en el estado (1947) Esta ley crea un fondo con el fin descrito a través de las aportaciones del Ejecutivo del estado, del gobierno del estado, y la creación de mecanismos para canalizar más recursos como las donaciones, herencias y legados por parte de particulares.17 Estos fondos irán destinados a la protección infantil dentro del territorio de la entidad, a través de la fundación y mantenimiento de guarderías infantiles “para los niños de las clases económicamente débiles, y a la campaña contra la desnutrición infantil”.18 Se estipuló –en su artículo 3°– que el Fondo sería administrado por un Comité de siete miembros, de preferencia mujeres, designados por el gobernador del estado y seleccionados entre los candidatos que presenten la industria, la banca, el comercio, los sindicatos obreros, las organizaciones magisteriales y las agrupaciones campesinas; estaría presidido por el Ejecutivo del estado, el cual enviaría como su representante a una mujer.

•Dar atención médica en todos sus aspectos a todos los niños, fundamentalmente aquéllos que se encuentren en indigencia. No obstante se preveía la atención a un número restringido de enfermos económicamente capacitados mediante el pago de cuotas reglamentarias –fijadas por el Patronato–, en la medida que no se desvirtúe la finalidad principal que es la beneficencia pública. •Propagar, por todos los medios a su alcance, la enseñanza de la pediatría entre los médicos, estudiantes de medicina y la enfermería pediátrica entre enfermeras graduadas. •Fomentar la investigación y la resolución de problemas médicos sociales de la niñez regiomontana. •Desarrollar un programa de acción médico-social a favor de la infancia del estado, emprendiendo una campaña integral contra su desnutrición. •Difundir la higiene infantil en todos sus aspectos. •Crear el censo infantil. Esta institución estaría regida administrativa y técnicamente por un Patronato integrado por siete miembros –en carácter honorario– nombrados por el gobierno del estado. Estos miembros estarían

Ley que crea el Hospital Infantil de Monterrey (1952) Esta ley crea el Hospital Infantil con residencia en la ciudad capital de Monterrey, con el carácter de corporación pública, descentralizada, con personalidad jurídica con el objeto de:19

El hospital infantil tiene como objetivo dar atención médica a todos los niños.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

El cuidado materno es importante en los primeros años del niño.

distribuidos de la siguiente forma: dos representantes de la Sociedad Pediátrica de Nuevo León; uno de los clubes cívicos de la ciudad; uno de la banca local; dos de la industria y el comercio y el último será el que nombre en su representación el gobernador del estado.

Campañas de profilaxis social y regeneración femenina (1955) Estas campañas, aunque se dieron en diferentes momentos en el siglo XIX, iniciaron de nueva cuenta en plena Revolución en Monterrey, entre 1913 y 1914, después de tener numerosas quejas de la ciudadanía y de brotes de epidemias derivadas de la falta de higiene pública y privada (Flores, 2007). Aunque las campañas se presentaban a través de una vigilancia constante, en ocasiones se anunciaban como parte de un proyecto político concreto, o bien como campañas definidas a petición del Comité de Sanidad del Estado. En 1955 se realizó una amplia campaña

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de profilaxis social en Monterrey, la cual se logró cumplir en buena medida a través del Departamento de Sanidad Municipal.20 Este tipo de infracciones estaban ligadas directamente a la reglamentación sobre la moral pública; en ese año se clausuraron 79 centros de vicio; se atendieron 189 quejas de la ciudadanía urbana al respecto y se sellaron, de acuerdo al ordenamiento en el Reglamento contra el Ruido, 700 eclectrolas (aparatos eléctricos de reproducción de música a través de bocinas, cuya fuente eran los discos de acetato) cuyos decibeles eran molestos a los vecinos.21 Sin embargo, en su informe, el alcalde de Monterrey, en 1956, aceptó que la lucha contra la práctica de la prostitución no había logrado el resultado esperado. Esto se debía, a juicio de la administración de Monterrey, a que el presupuesto municipal no había podido emprender el “establecimiento de amplios centros, institutos de higiene y regeneración femenina que den albergue, alimentos, educación y trabajo a la mujer desvalida”.22

Cruz Blanca municipal Esta institución, existente desde principios de siglo XX, y que tuvo una participación importante al atender los heridos durante los combates generados en Monterrey durante la Revolución, así como todo tipo de accidentes en las fábricas y en las diferentes áreas públicas e incluso privadas–, atendía principalmente casos de accidentes o malestares que no conocían los puestos de socorro habituales.23 Aunque no contaba con un edificio adecuado (1956) para sus labores, también daba alimentación, vestido y albergue a menesterosos. A partir de 1956 se le asignó la misión de organizar la campaña contra la indigencia y controlar, a través de las trabajadoras sociales, a los niños dedicados a trabajar en labores que no les correspondían, a fin de procurar “desviarlos de la senda del vicio y conducirlos por caminos de bien y de progreso”.24 Esta institución, si bien contaba con un raquítico presupuesto municipal, tenía la capacidad de atraer recursos alternos, mediante de la organización de sorteos y colectas públicas.

Monterrey: origen y destino

La Cruz Verde es una institución nacida en Monterrey.

Cruz Verde municipal Esta institución nacida en Monterrey -como puesto de socorro, a fines de la década de los treinta, logró cristalizar su objetivo principal: tener su propio edificio para albergar el instrumental y mobiliario adecuado a su trabajo, el 15 de mayo de 1947. En ese año se inauguró su emblemático edificio en la Ave. Venustiano Carranza y Ruperto Martínez, dando así ayuda y asistencia médica gratuita a todo aquél que lo requiriera.25 Este puesto de socorro, financiado por el municipio de Monterrey, logró ampliar significativamente su capacidad de asistencia en 1956, debido en buena parte a los crecientes accidentes automovilísticos que padecía la ciudad.26 En ese año la Cruz Verde Municipal adquirió un equipo completo de hospital de 22 camas (16 para hospitalización y seis de observación) y un equipo de cirugía mayor. Además de pintar y se reparar el edificio con antigüedad de diez años, se adquirieron dos ambulancias más, contando así con tres para servicios de emergencia y una de traslados para infecciones y cadáveres. Además, ese año se instaló un aparato de radiocomunicación que enlazó el Puesto de Socorro con el sistema de radio del Departamento Munici-

pal de Tránsito. De esta forma los servicios diarios a las contingencias sucedidas en la urbe subieron a 100 por día; sólo de mayo a noviembre de 1956, esta organización dio un servicio de 22,008 curaciones, traslados, cirugía menor, recetas, entre otras. En el mismo lapso se practicaron diez operaciones de cirugía mayor en sus instalaciones, otras actividades fueron la colecta pública en beneficio de los damnificados por las inundaciones en Tampico ese año, así como las colectas anuales para el beneficio mismo de la institución.27

Departamento de Asistencia Municipal Este Departamento municipal cobró cada vez mayor importancia a partir de 1935, a raíz de la separación del Comité de Sanidad del Estado de la administración local y su dependencia con las políticas federales al respecto. En ese momento el Departamento de Asistencia asumió numerosas actividades municipales relacionadas con el entorno de salud pública. Entre otros servicios gratuitos se enumera aquí su labor sólo en 1955.28 En ese año cumplió con el otorgamiento de servicios funerarios y entrega de ataúdes (1,014); servicios médicos de pediatría (670

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

casos atendidos); ayuda económica de alimentación y consulta médica en 460 casos; atención social general en diversos aspectos relacionados con la salud a 305 personas y servicio de hospitalización e internado a 34 personas. En coordinación con el comité Pro-Nutrición Infantil, este Departamento distribuyó, en distintos centros asistenciales municipales y al Hogar Infantil Municipal, la cantidad de 97 mil litros de leche fresca sólo en 1955. De igual forma, “anuncia que su labor se concentrará cada vez más, a partir de 1956, en apoyo a los servicios de pediatría, dietética infantil, estudios económico-sociales de familias sin capacidad económica, hospitalizaciones, asilo y auxilio en los casos de siniestros”.

Instituto de Protección a la Infancia del Estado de Nuevo León (1961)

Nueva Salud Pública Como se comentó al inicio de este apartado, la Nueva Salud Pública inició con los planteamientos de Marc Lalonde en su reporte sobre salud pública ante el Congreso de Canadá, en 1974. En este reporte titulado A new perspective on the health of Canadians (Una nueva perspectiva sobre la salud de los canadienses) resaltó que los cuatro elementos relacionados con la salud y la enfermedad de todo individuo tenían un peso específico directo en su búsqueda del bienestar individual. Su trabajo puso de relieve que si bien el sistema sanitario era responsable de 11 por ciento de las muertes, éste absorbía 88 por ciento del gasto en salud; por otra parte, mientras los estilos de vida eran responsables de 19 por ciento de las muertes, sólo se llevaba 2 por ciento del gasto en salud; los aspectos biológicos responsables de 28 por ciento de la mortalidad, 7 por ciento del gasto, y, finalmente, el medio ambiente que era responsable de 42 por ciento de los problemas de salud sólo tenía asignado 3 por ciento del gasto. A este esquema se le agregó –por parte de sus críticos– que los estilos de vida estaban fuertemente condicionados por las situaciones socioeconómicas y las llamadas determinantes sociales de la salud; agregado que en esencia no cambió en lo fundamental lo que quiso decir Lalonde. Tan es así que ahora el problema ambiental es prioridad in-

Este Instituto se creó el 6 de mayo de 1961, gracias al decreto número124.29 Su objetivo principal fue el de otorgar las prestaciones asistenciales de nutrición infantil y la realización de toda clase de obras, actividades y cuidados relacionados con la salud de los niños desnutridos, la higiene, la educación y el tratamiento materno-infantil y, en general, todo lo que afecte a la salud física y moral de los niños. De esta forma, este Instituto tenía bajo su administración directa las siguientes actividades: •Desayunos y comidas escolares en la ciudad de Monterrey y resto del estado. •Planta rehidratadora de leche. •Ocho centros de Bienestar Infantil de las colonias proletarias de Monterrey. •Banco de sangre. •Guarderías infantiles. •Casas de cuna y otros similares que se creen posteriormente a juicio del Instituto. El Instituto también actuaría como comité asistencial auxiliar de los establecimientos Casa Hogar, Casa de Salud Mental y el Exasilo del Buen PasEl instiruto de protección a la Familia de Nuevo León creado el 6 de Mayo de 1961. tor para enfermos tuberculosos.

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Monterrey: origen y destino

discutible para la mayoría de los gobiernos y para todo acuerdo internacional. El último gran acuerdo se dio bajo el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, llamado comúnmente Protocolo de Kyoto, dado en 1997.30 Se trata de un acuerdo jurídicamente vinculante cuyo objetivo es que, en el periodo 2008-2012, los países industrializados reduzcan sus emisiones colectivas de gases que causan el efecto de invernadero en un 5,2 por ciento, respecto a 1990; México es uno de los países firmantes. En este último periodo que abarca la década de los setenta, es de notar que en México se instrumentaron nuevas políticas de salud tendientes a extender su cobertura a la población despro­tegida. Además, nuestro país firmó el Convenio internacional de 1978 con la Organización Mundial de la Salud a fin de extender el sistema de salud pública a todos los rincones del país, bajo este nuevo esquema influenciado por las ideas de Marc Lalonde. En Nuevo León –y particularmente el área metropolitana de Monterrey y su municipio principal–, se contaba, para 1980 y en atención de la salud de su población, con clínicas y hospitales pertenecientes a instituciones de seguridad social como el IMSS, ISSSTE, Sedena, PEMEX, ISSSTELEON,

Cuauhtémoc y Fa­mosa, Nova, Vidriera, entre otras. Además de clínicas y hospitales que brindaban servicios a población abierta como las pertenecientes a la Secretaría Estatal de Salud, Servicios Municipales de Salud, al Hospital Universitario, y con clínicas y hospitales privados. También hay que recordar que fue en 1980 cuando se implanta el Programa de Atención a la Salud a la Población Marginada en grandes urbes y se instalan Centros de Salud Comunitarios en Monterrey y su área metropolitana. A continuación se presenta una selección de clínicas y hospitales con gran tradición en Monterrey. Principales clínicas en Monterrey

Hospital Civil (1860) Al finalizar la década de los veinte del siglo XX, surgió en Monterrey la inquietud por construir un hospital “moderno” que reemplazara al antiguo Hospital Civil, fundado en 1860 por el empeño del Benemérito José Eleuterio González. El Congreso del Estado emite, en 1927, un decreto, el No. 109, para “construir un hospital mo-

La construcción de un hospital moderno que reemplazara al antiguo Hospital Civil, fue inquietud de los profesionistas de medicina.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

El gobernador Bonifacio Salinas consiguió que la Secretaría de Salubridad y Asistencia apoyara la construcción del tercero y cuarto piso del Hospital Civil.

derno y puente que unirá la ciudad con la colonia Independencia”. Sin embargo, el gobernador Jerónimo Siller veta el decreto y se cancela el proyecto en definitiva. Un año después hubo otra iniciativa: Fue el Dr. Jesús María González Flores, director del hospital en 1928, quien lanza un proyecto para construir un nuevo hospital con mayor capacidad, pues la ciudad de Monterrey crecía hasta tener 137,000 habitantes, el estado, 417,000, y la nación llegaba a dieciséis y medio millones de mexicanos (Salinas, 1988). La inquietud por disponer de un nuevo hospital provenía, sobre todo, de los profesionistas de la medicina que ejercían en la ciudad. En octubre de 1931, Francisco A. Cárdenas asume la gubernatura de Nuevo León, él mismo, luego de una visita al antiguo Hospital Civil, elige como una de las tareas prioritarias la construcción de un nuevo edificio, acorde con la modernidad de esa época a nivel

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mundial. Con base en lo anterior se adquirieron 30 hectáreas de un terreno rústico, situado en el extremo poniente de la Calzada Francisco I. Madero. Los propietarios del predio eran los señores F. Armendáriz Sucs. y Santiago Belden, el pago fue de $50,455.30 (pesos).31 El sitio era ideal, contaba con espacio suficiente para cualquier desarrollo ulterior, perfectamente ventilado, alejado del ruido de la ciudad y las fábricas. En el contrato de compraventa del predio se puntualizó que sólo se construirían edificios afines a la medicina, que la propiedad era exclusiva del Hospital Civil, que concedería autorización para nuevas instalaciones. El diseño del plano y maqueta originales estuvieron a cargo del ingeniero Eduardo Belden y el arquitecto Leopoldo Quijano.32 Para el 16 de septiembre de 1934, la fecha en que el gobernador Cárdenas rindió lo que sería su último Informe, se había concluido en su totalidad la estructura de concreto armado de todo el edificio, todas las paredes exteriores, instalación parcial de la tubería para alambrado eléctrico y de servicios sanitarios. Durante los años siguientes se continuó la obra, llegando a funcionar de manera parcial –el sótano, el primer y segundo piso–, a partir de 1938. En efecto, con el consentimiento del doctor Dante Decanini –en ese tiempo jefe de los Servicios Sanitarios Coordinados– se decidió utilizar las instalaciones del nuevo hospital, y en 1939 los enfermos fueron trasladados.  Un médico –de apellido Treviño Cervantes– recuerda esta primera etapa y las limitaciones propias de tal proyecto. Recuerdo que por aquellas fechas se nos atacó duramente por habernos cambiado a un edificio todavía sin terminar, inclusive teniendo que llevar mucho del viejo material que utilizábamos en el Antiguo Hospital Civil. Sin embargo, entonces pensábamos, y el tiempo se ha encargado de justificar nuestra actitud, que solamente creándole al Gobierno el problema inmediato de la necesidad de terminar el Hospital, se tendría que llevar a la práctica (Navarro y Cruz, 1946). El gobernador y general Bonifacio Salinas Leal, interesado en terminar tan loable obra, ges-

Monterrey: origen y destino

tionó y consiguió que la Secretaría de Salubridad y Asistencia apoyara con generosidad el avance de las obras, con esto se logró terminar, en 1943, el tercero y cuarto pisos del hospital. Igualmente se facilitó un presupuesto para la dotación de equipo e instrumental; en dicho año se hace una reapertura de los servicios del Hospital en un acto conmemorativo.33 En el Informe de gobierno de 1944 se dio a conocer que el costo total de la obra sumó cinco millones de pesos, y daría servicio a setecientos pacientes. 

El Hospital-Escuela

polarizó a tal grado que derivó en una huelga de la Universidad de Nuevo León en apoyo a las demandas de la Facultad. Ante tal situación, el gobernador Arturo B. de la Garza tomó una solución salomónica: los directivos de ambas instituciones se coordinarían para nombrar los jefes de departamentos. El doctor Francisco Vela González –sucesor de Francisco L. Rocha en la dirección del hospital– inició el proceso de departamentalización, el cual, para de 1946, ya funcionaba con los siguientes departamentos: Gastroenterología y proctología; Cardio–renal; Neumología; Trasmisibles, Endocrinología y Metabolismo; Cirugía General Torácica y Neurocirugía; Cirugía Abdominal; Cirugía Traumática de las Extremidades; Ortopedia, Quemaduras y Cirugía Plástica; Obstetricia; Pediatría (consulta externa); Ginecología; Dermatología y Sifilografía; Oftalmología; Neuropsiquiatría; Urología; Otorrinolaringología; Transfusiones; Radiología y Fisioterapia; Anestesiología y Laboratorios.35 A partir de 1946 la Junta de Beneficencia del Hospital Civil estableció un contrato con el recién creado Instituto Mexicano del Seguro Social, para que estuvieran a su servicio veinte camas en las salas de distinción por una cuota de ocho pesos con cincuenta centavos, diarios cada una, estén o no ocupadas; siendo por cuenta separada los servicios a los asilados como medicinas, operaciones, laboratorios etc. Durante varios años estuvo en vigencia dicho convenio.36

Durante la gestión del gobernador Arturo B. de la Garza –sucesor de Bonifacio Salinas Leal–, se le propone un novedoso esquema administrativo con base en la fórmula Hospital-Escuela, promovida desde la década de los treinta por el director de la Facultad de ese entonces, el médico Eusebio Guajardo, y posteriormente retomada en 1944 por el doctor y director de la Facultad, Ángel Martínez Villarreal. Este concepto se basaba en la administración del Hospital a cargo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León. En consecuencia, el director de la escuela debía ser también del hospital y los catedráticos, responsables de los departamentos y servicios del mismo.34 La idea no fue bien vista por las autoridades del hospital y surgió un roce entre éstas -entonces bajo la dirección del médico Francisco L. Rocha- y el director de la Facultad, el doctor Ángel Martínez El 2 de junio de 1952, Ignacio Morones Prieto, gobernador del estado, decreta que el Estado cede el Hospital Civil a la Villarreal. El conflicto se UANL.

Hospital Universitario El entonces gobernador, el médico Ignacio Morones Prieto, promulga, el 2 de

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

junio de 1952, el decreto por el cual el Estado cede el Hospital Civil a la Universidad de Nuevo León para que, vía Facultad de Medicina, lo administre en bien de la enseñanza médica y asistencia médica.37 Sin embargo, fue hasta el 10 de enero de 1955 cuando se promulga la Ley Orgánica del Hospital Universitario por medio del Decreto 105, cuyos primeros artículos expresan: 1o. El Hospital Dr. José Eleuterio González es una institución del estado dedicada a prestar servicios público y asistencial en función de la salud humana y de la enseñanza y del progreso de las ciencias médicas de Nuevo León. En consecuencia, se considerará en lo sucesivo como una dependencia de la Universidad de Nuevo León, organizada como Departamento Clínico de la Facultad de Medicina de la citada institución, y se regirá por los preceptos de esta ley y de las correspondientes a la Universidad de Nuevo León. 2o. Los terrenos, edificio, instalaciones y bienes muebles que actualmente integran el patrimonio del citado establecimiento bajo el régimen de Beneficencia Pública y posteriormente de la Asistencia Social, quedan afectados a las funciones encomendadas al Hospital Universitario como dependencia de la Facultad de Medicina. Estos bienes se regirán para lo sucesivo por las disposiciones relativas al patrimonio de la Universidad de Nuevo León y en lo futuro sólo podrán afectarse las partes de terreno que no estén dedicadas a los fines anteriores, para el establecimiento de los centros de la misma índole médica, educativa y asistencial, creados por el estado o la universidad. 4o. La autoridad superior del Hospital residirá en el Consejo Universitario de la Universidad de Nuevo León, pero éste sólo deberá ejercerla por medio de disposiciones de orden general, correspondiendo en todo caso la resolución de problemas particulares de carácter administrativo, disciplinario

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o asistencial a la Dirección de la Facultad de Medicina, que será la misma del pro-

El actual edificio de Ciencias Médicas II fue diseñado para ser el Hospital de Cardiología.

pio Hospital. Lo anterior se entenderá sin perjuicio de las facultades que competen al Consejo respecto al nombramiento del personal universitario y las disposiciones de la Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León y sus reglamentos.38 Con la Ley Orgánica del 1955 inició la reestructuración del área docente en la Facultad, al integrarse los departamentos básicos. El proceso de fusión Hospital-Escuela culminó en 1961.

Edificios posteriores La Facultad de Medicina y el Hospital Universitario formaron el núcleo del área biomédica de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Alrededor de los edificios originales se han ido levantando diversas construcciones. 

Monterrey: origen y destino

Hasta 1973, la consulta externa se hacía dentro del mismo edificio en el primer y segundo piso de la sala sur-poniente, donde se tenía la recuperación de pacientes. La construcción del agregado de Consulta Externa inició en 1967 y se suspendió en 1970, pero posteriormente, en 1973, se reanudaron los trabajos.39  En 1974 se iniciaron las actividades en el nuevo edificio de Consulta Externa, construido a un lado del Hospital y comunicando interiormente al mismo; esta unidad representó un alivio para las necesidades de área física del Hospital Universitario. Atrás del hospital se edificó la Unidad de Psiquiatría, inaugurada en 1967. Lo que originalmente

En 1974 se inicia la construcción del edificio de Consulta Externa.

se diseñó como Hospital de Cardiología se llama en la actualidad edificio Ciencias Médicas II y aloja varios Departamentos Básicos y Clínicos. En 1978 se inició la construcción del 5º piso del hospital, aunque no como lo contemplaba el proyecto original, el cual establecía ahí el área de Pediatría; ahí se instalaron los quirófanos y la sala de cuidados intensivos (1982). Localizado también en la parte posterior del hospital se encuentra el edificio de Radiodiagnóstico y Radioterapia, inaugurado a fines de 1980.  Contiene lo más avanzado en tecnología moderna de radiología, así como equipos de ultrasonografía y tomografía axial computarizada. En el mismo edificio se localiza el Departamento de Oncología, que cuenta con un acelerador lineal de la más avanza tecnología.40  Entre los logros asistenciales –tanto locales como nacionales– que ha realizado este hospital podemos enumerar los siguientes hasta 1993: •Primera cirugía del corazón, 1953. •Aceptado en la Asociación Americana de Hospitales, 1954. •Programa de Trasplantes, 1967. •Unidad de Terapia Intensiva Resonancia Magnética Nuclear, 1976. •Diagnóstico del SIDA, 1984. •Primer Centro Productor de Reactivos Hemotipificadores de México, 1985. •Centro de Prevención de la Ceguera (cirugía ambulatoria), 1987. •Centro de Cáncer, 1987. •Centro de Control de Enfermedades Infecciosas, 1989. •Primer trasplante hepático de donador vivo relacionado en México, 1993. •Primera histerectomía radical por laparoscopía, 1993.41 Finalmente se presenta, en el cuadro 11, el listado de directores que ha tenido el Hospital Civil entre 1938 y 1980.42

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

El Hospital Muguerza inició operaciones en 1934.

Cuadro 11. Directores del Hospital Civil (1938-1980). Dr. Benjamín Almeida Dr. Jesús Leal Villarreal Dr. Francisco L. Rocha Dr. Francisco Vela González Dr. Serapio Muraira Dr. David Peña Jr. Dr. Serapio Muraira  Dr. Méntor Tijerina de la Garza Dr. Marco Antonio Ugartechea Dr. Dante Decanini Dr. Héctor Fernández Dr. Sergio Martínez Dr. Angel Martínez Maldonado Dr. Juventino González Benavides Dr. Leopoldo Garza Ondarza Dr. Marco Antonio Ugartechea Dr. Fernando Ovalle Berumen Dr. Alfredo Piñeyro López Dr. Fernando Ovalle Berumen

1938 – 1939 1939 – 1941 1941 – 1944 1944 – 1949 1949 – 1950 1951 – 1952 1952 – 1955 1955 – 1961 1961 – 1964 1964 – 1966 1967 – 1969 1967 – 1969 1969 – 1971 1971 1971 1971 – 1974 1974 – 1977 1977 – 1979 1979 - 1980

Hospital Muguerza (1934) José A. Muguerza (1858-1939) fue un emprendedor y filántropo mexicano, es mejor conocido por ser el fundador de uno de los más importantes hospitales de México, el Hospital Muguerza, ahora conocido

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como el Hospital Christus Muguerza, con su base en Monterrey. El hospital inició operaciones en 1934 y creció hasta convertirse en el Grupo Muguerza. En abril de 2001, Grupo Muguerza se alió con Sistemas de Salud Christus en los Estados Unidos y formó la alianza Grupo Christus Muguerza, el más grande sistema de salud del noreste de México. Junto con otros importantes empresarios, Muguerza sirvió como fundador de otras grandes empresas mexicanas como Cervecería Cuauhtémoc, hoy Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma; Banco Mercantil del Norte, ahora conocido como Banorte; Cementos Mexicanos, ahora conocido como CEMEX y la compañía de Fundidora de Hierro y Acero de Monterrey (Flores, 2004).

Instituto Mexicano del Seguro Social (1945)

Ésta es una institución gubernamental mexicana dedicada a brindar servicios de salud a la población. Considerada como la institución de seguridad social más grande de América Latina, fue fundada el 19 de enero de 1943 por el entonces presidente Manuel

Monterrey: origen y destino

Ávila Camacho, en respuesta a las aspiraciones de la clase trabajadora.43 Actualmente, la Ley señala que la seguridad social tiene como finalidades: •Garantizar el derecho humano a la salud. •La asistencia médica. •La protección de los medios de subsistencia. •Los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo. •El otorgamiento de una pensión que, en su caso y previo cumplimiento de los requisitos legales, será garantizada por el Estado. A efecto de cumplir con tal propósito, el Seguro Social comprende dos tipos de régimen: •El régimen obligatorio: es aquél que se financia con contribuciones provenientes de los patrones, el Estado y los propios trabajadores. Cuenta con cinco tipos de seguro: enfermedades y maternidad; riesgos de trabajo; invalidez y vida; retiro, cesantía en edad avanzada y vejez; guarderías y prestaciones socia-les. Son sujetos de aseguramiento del

régimen obligatorio: los trabajadores, los miembros de sociedades cooperativas de producción y las personas que determine el Ejecutivo Federal mediante el decreto respectivo. •El régimen voluntario: de forma voluntaria y mediante convenio con el Instituto, podrán ser sujetos de aseguramiento en este régimen los trabajadores en industrias familiares y los independientes como profesionales, pequeños comerciantes, artesanos y demás trabajadores no asalariados, los trabajadores domésticos, los ejidatarios, comuneros, colonos y pequeños propietarios; asimismo, los patrones (personas físicas) con trabajadores asegurados a su servicio y los trabajadores al servicio de las administraciones públicas de la Federación, entidades federativas y municipios que estén excluidos o no comprendidas en otras leyes o decretos como sujetos de seguridad social.44 En Monterrey, el IMSS abrió su primera clínica el 11 de julio de 1945. El municipio de Mon-

El Instituto Mexicano de Seguro Social abrió su primera clínica en Monterrey el 11 de julio de 1945. Fotografía: M. Villarreal.

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terrey contaba, para 1985, en con almacenes; 20 guarderías; tres Centros de Seguridad Social; nueves Unidades de Medicina Familiar; un hospital de segundo nivel (Unidad de Medicina Física No. 1, Ave. Constitución S/N, Entre Ave. Félix U. Gómez y Profr. G Torres, Zona Centro, C.P. 64010 Monterrey) y tres Hospitales de Zona.45 Estos últimos son: •Hospital General Regional/MF. No. 17, Fortunato Lozano No. 2627, entre Roble y 18 de Marzo, Col. Benito Juárez, C.P. 64420 Monterrey, N.L. •Hospital General de Zona/MF. No. 2, Ave. Constitución Ote., esq. Prof. G. Torres, Zona Centro, C.P. 64010 Monterrey, N.L. •Hospital General de Zona, No. 33, Ave. Félix U. Gómez, entre Ezequiel E. Chávez y Profr. Gregorio Torres Quevedo, Zona Centro, C.P. 64010 Monterrey, N.L.  Además cuatro unidades de alta especialización:46 •H.T.O. No. 21, Monterrey, Av. Pino Suárez, entre 15 de Mayo y Juan Ignacio Ramón, zona centro, CP. 64000 Monterrey, N.L.

•Hospital de Especialidades No. 25, Gonzalitos, Av. Gonzalitos, y Av. Lincoln, Col. Mitras norte, C.P. 64320, Monterrey, N.L. •Hospital de Especialidades No. 34 CMN, Monterrey, Av. Lincoln S/N, Esq. Enf. Ma. de Jesús Candia Mendoza, COL. Valle Verde sector I, CP. 64360 Monterrey. •Hospital de Especialidades G. O. No. 23, Monterrey, Av. Constitución, Esq. Felix U. Gomez, zona centro, C.P. 64010 Monterrey, N. L.

Clínica Vidriera (1947) Esta clínica se creó el 29 de abril de 1947, con la finalidad de prestar servicios médicos a los trabajadores y sus familias de la industria del vidrio en Monterrey. Éste fue su única misión hasta 2000, en este año transformó su razón social a Clínica Vitro A.C., prestando los mismos servicios con los que fue fundada, pero ahora con servicios mixtos. En efecto, en el año 2000 abrió sus puertas como hospital privado al resto del público interesado en recurrir a sus servicios.47

La Clínica Vidriera se creó el 29 de abril de 1947, su finalidad era prestar servicios médicos a los trabajadores de la industria del vidrio. Fotografía: M. Villarreal.

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Monterrey: origen y destino

El grupo de empresarios encabezados por Ignacio A. Santos y su esposa Consuelo de la Garza Evia, fundaron el Hospital San José, en julio de 1969.

Sociedad de Pediatría de Nuevo León A.C. (1949) Esta sociedad se fundó en 1949, con el lema: “LA SALUD DEL NIÑO ES LA SALUD DE LA PATRIA”, quedando integrada la primera mesa directiva como sigue: presidente, Dr. Guillermo Siller Rodríguez; secretario, Dr. Rogelio González Rueda; tesorero, Dr. Oliverio Serna Chapa y vocales Dr. Ernesto Rangel Frías y el Dr. Jesús T. González (Siller y Madrigal, 2006). Ese mismo año se realizó el Primer Congreso Regional de Pediatría del Noreste, con la participación de distinguidos médicos de la capital de la república y del estado de Texas, USA, logrado una asistencia de más de 260 médicos. Ante la necesidad de continuar con ese tipo de trabajos, en forma ininterrumpida se organizaron simposios cada tres meses con la participación de casi la totalidad del personal docente del Hospital Infantil de México entre 1949 y 1954.48 Uno de sus objetivos, establecido en su Acta Constitutiva, era la construcción de

un hospital para la atención de los niños. Este logro se cristalizó hasta 1962, cuando la Secretaría de Salubridad y Asistencia, gracias a los empeños del Patronato, decidió la construcción de este hospital y se consiguió presupuesto, aunque exiguo, para su funcionamiento. El primer director del Hospital Infantil de Monterrey fue el Dr. Roberto Sepúlveda Flores; también desempeñando ese puesto los médicos Jorge Garza Tamez, Juan de Dios Leal Rodríguez y Antonio Muraira.49 Posteriormente, en 1973, se inicia, a instancias de esta Sociedad, la redacción de un Proyecto de Código de Protección a la Infancia, proyecto que fue el primero en su tipo a nivel nacional. De igual forma fue esta Sociedad la que promovió la creación del Instituto de Orientación Profesional, actividad con alcance de gran resonancia en el estado y cuyos estudios sirvieron para crear, en casi todas las escuelas secundarias y de bachillerato, tanto públicas como privadas, equipos de investigación psicológica destinados a conocer e informar las aptitudes y orientación vocacional del alumnado, creándose la cátedra de Orientación Profesional en la Escuela Normal Superior del Estado. Es de resaltar también la influencia que tuvo esta Sociedad de Pediatría en la creación del Consejo Tutelar del Menor del Estado de Nuevo León, que hasta la fecha ejerce como un sistema legal para la reivindicación del Menor Infractor.50

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Hospital San José (1969) Un grupo de reconocidos empresarios, encabezados por don Ignacio A. Santos y su esposa doña Consuelo de la Garza Evia, decidieron fundar el Hospital San José en julio de 1969. El Hospital San José Tec de Monterrey fue concebido en su origen como una institución dedicada al diagnóstico, tratamiento e investigación de padecimientos de origen canceroso. Inicia sus actividades como un hospital de 25 camas y en ese mismo año aumenta su capacidad a 100 camas y es líder al contar con la primera Unidad de Cuidados Intensivos para adultos en el noreste del país. En 1978, esta institución fue la piedra angular para la creación de la Escuela de Medicina en el Tecnológico de Monterrey.51

Este centro abrió sus puertas hasta el 28 de julio de 1976, fecha en que tuvo lugar el inicio de sus actividades; en un acto solemne, y teniendo como invitados especiales a diversas personalidades de Monterrey, se inauguró el Centro de Ginecología y Obstetricia de Monterrey.52

Centro de Ginecología y Obstetricia de Monterrey (1976) Este Centro fue creado legalmente el 20 de agosto de 1974, sus fundadores fueron los médicos Argelio Santos Martínez, Eleazar Vargas López, Samuel Hernández Ayup, Felizardo Elizondo Elizondo, Gilberto Flores González, Enrique González de León, Armando Ledezma Herrera, Ángel Guerra Gutiérrez, Darío González Luna, Isauro Ancira Martínez y Humberto Rizzi Hernández. Estos médicos comenzaron por entrelazarse y dar vida a la construcción de un hospital privado, cuyo precepto fue, desde el inicio, el contribuir a la atención integral de la mujer, buscando prolongar y mejorar la calidad de vida.

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El Centro de Ginecología y Obstetricia de Monterrey fue creado el 20 de agosto de 1974.

Fotografía: M. Villarreal.

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Citas bibliográficas

15. Idem: XV y XVI.

1. De 1940 a 1970, se incluyen los siguientes municipios: Monterrey, San Nicolás de las Garza, Guadalupe, San Pedro Garza García y Santa Catarina.

16. AMM-Monterrey, Informe del presidente municipal de Monterrey, Servicios Coordinados de salubridad en el Estado de Nuevo León, Datos estadísticos, 1951.

2. X Censo General de Población y Vivienda, México, 1980. 3. http://www.nl.gob.mx/?P=med_amb_mej_amb_ sima_imeca 4. Será hasta los censos de 1980 en adelante que se contemplen la información de residencia de la madre. 5. AGENL, Monterrey, Decreto Gubernamental, Monterrey, 19 de septiembre de 1851. 6. AGENL, Monterrey, Consejo de Salubridad del Estado de Nuevo León, 1927-1928.

17. AGENL-Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey, 20 de agosto de 1947, decreto número 43: 1 y 2. 18. Idem. 19. AGENL-Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey, Tomo LXXXIX, número 13, decreto número 11, del 13 de febrero de 1952: 1 y 2. 20. AMM-Monterrey, Informe del Alcalde de Monterrey, Secretaría de Gobierno municipal, Monterrey, 1956. 21. Ibid.

7. AGENL, Monterrey, Informe del Gobernador de Nuevo León al Congreso del Estado, Monterrey, 1935.

22. Idem: sin página.

8. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey a 24 de junio de 1922: 2-5.

24. Ibid.

9. Idem, artículo 1: 2. 10. Idem: 4.

23. Idem: sin número de página.

25. AMM-Monterrey, Informe del Alcalde de Monterrey, Secretaría de Gobierno municipal, Monterrey, 1947.

11. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey a 23 de marzo de 1921: 2 y 3.

26. Ibid.

12. AGENL-Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey, 30 de mayo de 1924, número 53: 2-4.

27. Ibid.

13. AGENL-Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey, 1924, número 53: 2-7. 14. AMM, Monterrey, Informe del presidente municipal, Monterrey, 1935: XVI.

28. AMM-Monterrey, Informe del Alcalde de Monterrey, Secretaría de Gobierno municipal, Monterrey, 1956. 29. AGENL-Monterrey, Periódico Oficial, Tomo CV, número 36, Monterrey, 6 de mayo de 1961, decreto número 124: 1 y 2.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

30. http://unfccc.int/resource/docs/convkp/kpeng. html

49 .http://www.cpnlac.org/2006/historia. htm#HISTORIA

31. http://www.crids.uanl.mx/servicios/sala_historia2/Pagina2006/f-%20hospitalcivil.htm

50. Ibid. 51. http://portal.hsj.com.mx/lwp/wcm/connect/HSJ

32. Ibid. 52. http://www.ginequito.com.mx/ 33. http://www.crids.uanl.mx/servicios/sala_historia2/Pagina2006/f-%20hospitalcivil.htm 34. Ibid. 35. Ibid. 36. Ibid. 37. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Decreto que cede el Hospital González a la Universidad de Nuevo León, Monterrey, 2 de junio de 1952. 38. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, decreto 105, Ley Orgánica del Hospital Universitario, Monterrey, 10 de enero de 1955. 39. http://www.crids.uanl.mx/servicios/sala_historia2/Pagina2006/f-%20hospitalcivil.htm 40. Ibid. 41. Ibid. 42. Ibid. 43. http://www.imss.gob.mx/IMSS/ 44. Ibid 45. Ibid 46. Ibid. 47. http://www.clinicavitro.com/ 48. Ibid.

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Monterrey: origen y destino

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Monterrey: origen y destino

CAPÍTULO IV INFRAESTRUCTURA (1940-1985) El sector industrial en Monterrey Desde sus orígenes, a fines del siglo XIX, la industria pesada en el sector metalúrgico fue incorporando al sector productivo en Monterrey empresas ligadas al consumo liviano interno. A partir de 1940, este proceso industrializador recibió un fuerte estímulo cuando la sustitución de los insumos industriales formó parte esencial en las estrategias de desarrollo del Estado mexicano. Este acelerado crecimiento de la industria regiomontana, que registró una tasa promedio de 8.3 por ciento en el periodo 1950-1980, fue resultado del comportamiento hacia la expansión de las principa-

les empresas regiomontanas. Por otra parte, también fue consecuencia, en buena medida, de la actividad promotora del estado, a través de estímulos fiscales y financieros, subsidios y apoyos de infraestructura, especialmente al área metropolitana de la ciudad de Monterrey (en adelante AMM). La expansión ininterrumpida se dio hasta principios de los ochenta. Este periodo fue dominado por la creación de grandes empresas que ya manifestaban un proceso, desde la década de los cuarenta, de expansión horizontal y verticalmente, dentro y fuera del sector fabril. Este crecimiento permitió que la industria de Nuevo León pasara a representar más de 12 por ciento del producto industrial del país de 1990 en adelante, convirtiéndose, a su vez, el AMM, en el polo de desarrollo más importante de la zona noreste del país (Flores, 1996 y Dávila, 1997). Pasemos pues al análisis de los elementos que nos permitirán dar una explicación de la elevada concentración no sólo poblacional, sino también de las actividades económicas que existen actualmente en la ciudad de Monterrey, y cuya tendencia inició de forma irreversible en 1940.

La industria regiomontana tuvo un crecimiento acelerado en el periodo 1950-1980.

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1. Las condiciones generales de la producción como factor locacional en Nuevo León Las llamadas condiciones generales de la producción son todos aquellos factores que se encuentran fuera de las empresas individuales, pero que sin los cuales no sería factible realizar el proceso productivo. Dicho en otras palabras, son factores de la producción socializados (Flores, 1993 y Flores y Olvera, 1988). Estas condiciones son factores locacionales de importancia primordial y sólo se presentarán los más destacados, según los enfoques de la economía política de la urbanización. Las condiciones generales de la producción como infraestructura se pueden clasificar en tres categorías: 1)Condiciones generales de la circulación. 2)Medios de producción socializados. 3)Medios de consumo colectivo. A estas tres categorías se anexa una condicionante locacional más: 4) La legislación. Las llamadas condiciones generales de la circulación estarían constituidas principalmente por el sistema carretero, el ferroviario, el transporte aéreo y las telecomunicaciones (telégrafo, télex, teléfono, satélites de comunicación). En cuanto a los medios de producción socializados, éstos se dividen en tres tipos:

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1.básicos: las redes energéticas de electricidad e hidrocarburos (oleoductos, gasoductos y poliductos). 2.las materias primas auxiliares para la producción: el agua y derivados del petróleo. 3.el comúnmente llamado sistema infraestructural de las zonas industriales: drenaje, almacenes, servicios auxiliares, entre otros. La tercer categoría, los medios de consumo colectivos, está conformada por los renglones dirigidos a servir a la población trabajadora. Éstos, a su vez, se dividen en dos grandes grupos: 1.los dirigidos a las necesidades educativas, culturales, deportivas y de salud, como: centros de enseñanza; instalaciones de salud: clínicas, hospitales, servicios de emergencia; edificaciones culturales y deportivas: museos, teatros, cines, salas de música y gimnasios, estadios, entre otros. 2.los que forman parte de la infraestructura y servicios urbanos para la dotación de agua, drenaje, vialidad, transporte, electricidad y gas. Finalmente, la legislación. La localización industrial no puede decidirse por decreto: no hay duda de que una legislación adecuada puede influir en las decisiones locacionales privadas con el fin de que puedan cumplir las metas nacionales. Para el análisis concreto de las condiciones generales de la producción, es necesario aclarar que las categorías descritas no son necesariamente excluyentes y pueden clasificarse indistintamente en más de una de ellas.

El sistema carretero, ferroviario, aéreo y las telecomunicaciones forman parte de las condiciones generales de la circulación.

Monterrey: origen y destino

En esencia, una proporción importante de las condiciones generales de la producción se construye a través del estado, con recursos de toda la población sin costo específico para las empresas beneficiadas. Es incuestionable el papel fundamental que desempeñan los medios de producción socializados en el desarrollo económico, pues son una infraestructura imprescindible para el aparato productivo y un importante renglón de consumo para la población, por lo cual se constituyen nítidamente en condición general de la producción. El propósito de este apartado es analizar las características principales de los medios de producción socializados construidos por el Estado mexicano y en menor medida, y gracias a su demanda, por las grandes empresas industriales; para conocer sus peculiaridades y determinar hasta dónde se puede considerar como un elemento que explique la elevada concentración industrial en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey.

2. La infraestructura del AMM como soporte de su producción industrial La infraestructura es fundamental para el desarrollo de la industria mexicana, pues proporciona los energéticos, materias primas auxiliares y las comunicaciones indispensables para la realización de los modernos procesos productivos. La elevada concentración de obras de infraestructura en el AMM constituye un elemento explicativo de su elevada concentración industrial. A continuación examinaremos las tres categorías en que se dividen los medios de producción socializados para ilustrar la importancia y significado de estas obras en la elevada concentración de la población y de las actividades económicas de esta ciudad del norte oriental.

Los medios de producción socializados básicos. Las redes energéticas. El sistema eléctrico A partir del momento en que la electricidad se produce en grandes unidades generadoras, la industria queda subordinada a la central generadora de electricidad. Ésta domina no sólo la actividad industrial, sino a las demás actividades económicas. Paralelamente se constituye una condición importante para la prestación de importantes servicios públicos. Se entiende como generación toda aquella obtención de energía eléctrica por medio de la transformación de otro tipo de energía. Existen varios tipos de generación de energía, por ejemplo, la generación hidráulica se origina en el aprovechamiento de la energía que proporcionan las corrientes de agua. En cambio, la generación térmica es la obtención de energía eléctrica a través del uso de combustibles fósiles, como los hidrocarburos, que hoy son la principal fuente de energía primaria en la generación bruta de electricidad en México (véase cuadro 1).

Parte de la infraestructura de una ciudad son las redes energéticas.

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Cuadro 1. Estructura de la generación bruta1 de electricidad en México por fuente de energía primaria2 porcentual (1975-1985).

Fuente de energía primaria

1975

1980

1985

Hidrocarburos

61.7

71.4

60.9

Hidráulica Geotermia

36.7 1.2

27.1 1.5

22.8 4.1 7.0

Carbón

0.4

0.0

Nuclear

0.0

0.0

5.2

Total

100

100

100

Fuente: Cuadro elaborado con datos del INEGI, 1998; SEMIP, 1991; y la Secretaría de Patrimonio y Fomento Industrial, México, 1981. En 1997 se ajustaron los porcentajes debido a los ciclos combinados y dual de vapor con turbogas y combustión interna. 1. la producción bruta es la suma de la energía eléctrica medida en las terminales de los generadores e incluye usos propios, como los servicios auxiliares de las plantas y las pérdidas de los transformadores de las subestaciones de salida. 2. La energía primaria es la energía potencial contenida en los agentes productores de la misma, tal como se encuentra en su estado normal. Las principales formas de ésta son: el carbón mineral, el petróleo crudo, el gas natural, el uranio, las corrientes hidráulicas y la geotermia. Sin embargo, sólo en algunos casos pueden consumirse en su estado original. Es necesario someterlas a múltiples transformaciones: el petróleo crudo se refina para obtener diversos productos petrolíferos; el carbón mineral puede convertirse en coque; todos los combustibles pueden utilizarse para generar electricidad. La energía potencial contenida en los productos de estos proceso de transformación se define como energía secundaria. Programa de Energía.

La primera compañía productora y distribuidora de energía eléctrica, de la cual se tiene conocimiento en la ciudad de Monterrey, fue la Compañía de Luz Eléctrica y Fuerza Motriz de Monterrey, empresa que recibió la concesión en 1889 para producir y distribuir electricidad, agua potable y fabricar gas carbónico en la urbe de 45 mil habitantes. Esta primera planta generadora de electricidad se localizaba en el centro histórico-fundacional de la ciudad: las calles Allende y Guerrero, donde se encontraban las instalaciones que albergaban varias máquinas de vapor de émbolo con una capacidad total de casi 1,000 Kw (Vizcaya, 1971; Díaz Arias, 1946; Galarza, 1941). En 1909, esta empresa de dos décadas de antigüedad fue absorbida por la Compa-

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ñía de Tranvías, Luz y Fuerza Motriz de Monterrey (en adelante también CTLFMM), empresa de capital canadiense cuyo representante era el ingeniero G.R.G. Conway (Vizcaya, 1971). El 27 de mayo de 1909, una nueva concesión a esta nueva empresa le permitió ampliar y mejorar el alumbrado y la fuerza motriz en la ciudad: el sistema de transporte urbano de tranvías eléctricos y de “tracción de sangre” pasaron también a depender administrativamente de esta empresa (Vizcaya, 1971). A esta empresa primigenia de electricidad se le sumaron, desde fines del siglo pasado, otras plantas de generación de energía eléctrica que se encontraban dentro de las instalaciones de las principales empresas metalúrgicas asentadas en la ciudad. Estas empresas generaban su propia energía eléctrica. Una nueva ampliación de su capacidad, en 1920, le permitió a la Compañía Tranvías, Luz y Fuerza Motriz de Monterrey, proporcionar energía a las nuevas fábricas surgidas durante y después de la Revolución. Las innovaciones consistieron en incorporar a su funcionamiento una turbina de vapor de 2,500 Kw y un sistema de distribución de 4.16 kilovoltios (Kv.), cuyo combustible utilizado era el carbón y petróleo diáfano (Gustavo Garza, 1995). Paralelo a los requerimientos del crecimiento industrial que experimentó la ciudad, la CTLFMM instaló, en 1928, una segunda unidad de 6,000 Kw en la misma planta de Allende y Guerrero, y dos años después inauguró la Planta Bella Vista, con “un primer generador de 10,000 Kw y un enlace con líneas de 7.2 Kv entre ambas plantas. Esta última planta se amplió en 1943 con otra unidad de 7,500 Kw” (Gustavo Garza, 1995: 210). La industria eléctrica bajo administración gubernamental inició en 1937, cuando se fundó la Comisión Federal de Electricidad para “organizar y dirigir un sistema nacional de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, sin propósitos de lucro y en beneficio de los intereses generales” (Comisión Federal de Electricidad,

Monterrey: origen y destino

1978: 31). A partir de ese año, coexistieron empresas que el aumento constante y con altos índices de públicas y privadas en este sector industrial, hasta consumo eléctrico fue fruto principalmente de la 1960, cuando el régimen sexenal de Adolfo López elevada concentración de unidades industriales en Mateos nacionalizó este estratégico sector industrial el área metropolitana de Monterrey. Con lo que de la economía (Suárez, 1994). se demuestra que la industria eléctrica fue y es un La CFE inició, en 1947, la construcción factor infraestructural fundamental para el proceso de una importante infraestructura necesaria para la productivo de la industria moderna. generación, transmisión y distribución de energía La década que va de 1980 a 1990 (caracteque en forma creciente ha demandado la acelera- rizada por una profunda crisis económica nacional) da dinámica industrial y demográfica de la capital muestra no solamente una reducción del crecimiende Nuevo León. Entre 1947 y 1952 se construyó la to del consumo de electricidad en el área metropoplanta termoeléctrica San Jerónimo, en Monterrey, litana de la ciudad de Monterrey, a una tasa anuacon una capacidad de generación eléctrica (a par- lizada de 5.2 por ciento, sino también del número tir de 1954) de 30,000 Kw. Y en 1952 “se construyó de usuarios, el cual registró un crecimiento anual la Planta Hidroeléctrica Falcón, con tres unidades similar de 5.1 por ciento (véase el cuadro 2). de 10,500 Kw y una línea de 138 Kv que enlazó esta El área metropolitana de Monterrey produplanta con Monterrey” (Gustavo Garza, 1995: 211). cía, para 1986, según el Plan Director de Desarrollo A partir de esa fecha, la CFE rebasó la capacidad Urbano de la Ciudad, 8 por ciento de la energía tode generación de energía eléctrica de la CTLFMM, tal distribuida en el país (Gobierno del Estado de por lo que aparte de satisfacer parte del mercado de Nuevo León, 1988). Esto se da a través de los tres consumo eléctrico industrial, domésticos y de servi- lugares donde se genera básicamente la electricidad cios de la urbe, empezó a vender energía eléctrica a en el AMM. la mencionada compañía privada. 1) La planta de San Jerónimo, inaugurada A raíz de la nacionalización del sector eléc- en 1952. En ella existen cuatro plantas generadoras trico en México, la CFE amplió en Monterrey sus de energía eléctrica puestas en operación en 1952, plantas existentes y construyó nuevas a fin de satisfacer la creciente demanda de la ciudad. No hay duda de que el dinamismo industrial y el considerable crecimiento de la población en el AMM provocaron que, de 1950 a 1980, se haya registrado una tasa de crecimiento del consumo de energía eléctrica por encima de 12.5 por ciento anual, siendo una de las más altas de la república. Si el número de usuarios creció en el mismo periodo sólo a un ritmo de 7 por La elevada concentración de obras de infraestructura en el AMM constituye un elemento explicaciento anual, esto quiere decir tivo de su elevada concentración industrial.

333

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

1954, 1960 y 1961, respectivamente. La capacidad distribución con 1,732 megavolts amperes (MVA’S) generadora acumulada de las cuatro plantas es de de capacidad instalada y cuatro más para uso particular de grandes industrias.1 En total, el sistema 105 Mw. 2) La planta denominada El Mezquital, público de distribución de la energía eléctrica en ubicada también en el municipio de Monterrey e el AMM contaba, en 1995, con 3,574 kilómetros de inaugurada en 1963, posee cinco plantas puestas en líneas primarias; 34,953 transformadores de distrioperación en 1963, 1964, 1965, 1973 y 1974, respecti- bución y 4,713 kilómetros de líneas secundarias de 220 voltios. Simultáneamente se posee un sistema vamente. Su capacidad conjunta es de 477 Mw. 3) Finalmente, la más reciente y moderna de subtransmisión con líneas de 115 Kv (467 kilóde las tres plantas es la de Huinalá, inaugurada en metros en total) para alimentar las grandes empresas 1981 y ubicada en el municipio de Apodaca. Ésta a través de subestaciones de distribución que transalberga en sus instalaciones dos plantas puestas en forman el voltaje de 115 Kv a 13.8 o 38.5 Kv. funcionamiento en 1981 y 1985, respectivamente, las cuales generan 377 Mw. Aunque la producción total de todo el sistema es de 960.6 Mw, ésta no satisface plenamente los requerimientos de la metrópoli. Esto se debe a que el consumo real de energía eléctrica del AMM no es generado en su totalidad dentro de la misma. Mediante el Sistema Interconectado Nacional, el AMM recibe energía a través de las siguientes interconexiones: 1)dos líneas de 400 Kv con la plan- El sistema eléctrico es fundamental, ya que no sólo domina la actividad industrial, sino a ta carbogeneradora eléctrica Río las demás actividades económicas. Fotografía: M. Villarreal. Escondido, Coahuila. Del consumo medio anual de energía eléctrica 2)dos líneas de 400 Kv con la Planta Carbón estimado para 1985 en el área, la industria es su princiII, ubicada en la ciudad de Piedras Negras, pal beneficiario: 72 por ciento corresponde a la indusCoahuila. tria. El 19.9 por ciento al uso doméstico y 8.1 por ciento 3)dos líneas de 400 Kv con la Planta Altamise distribuye entre el comercio (5.9%), el alumbrado ra, en Tamaulipas. público y otros servicios (2.2%) (Garza, 1995:213). 4)doble línea de 230 Kv con la Planta Río Para 1992, los productos que consumían 40.65 por Bravo en Tamaulipas. ciento de la electricidad utilizada en los bienes o ser5)tres líneas de 230 Kv con Saltillo, Coahuila vicios producidos en el sector industrial en el AMM, y el Sistema Norte Nacional. El sistema eléctrico básico del AMM se eran solo cuatro: fabricación de varilla y lamina de acecompletaba, hasta 1998, con las 29 subestaciones ro (23.21%); fabricación de gases industriales (7.59%); de distribución existentes (de las cuales seis fueron fabricación de fibras químicas (5.57%), y fabricación instaladas entre 1995 y 1998) para alimentar la red de de cemento (4.28%) (véase el cuadro 3).

334

Monterrey: origen y destino

Debido al constante aumento de consumo de energía eléctrica de la industria en Monterrey, en 1996, el gobierno federal autorizó numerosos permisos a distintas empresas para la construcción de plantas privadas generadoras de energía eléctrica, junto con otros tipos de energías térmicas secundarias. De los cinco municipios en el ámbito nacional autorizados ese año, tres fueron en el área metropolitana de Monterrey (Monterrey, San Nicolás de las Garza y Villa de García), uno más en Tamaulipas (Altamira) y el quinto en San Luis Potosí Los primeros generadores de energía eran turbinas de vapor con una capacidad de 2 mil 500 Kw. (Tamuin).2 En resumen, Cuadro 3. Los diez principales productos industriase puede decir que el AMM había sido, hasta 1985, les consumidores de electricidad y su equivalente en una de las localidades mejor atendidas por el sistema miles de barriles de petróleo en el AMM, 1985. eléctrico nacional, lo que le ha permitido disponer Consumo Población de una novena parte del total de electricidad consuAño Usuarios2 MW1 total del AMM mida en la república y ha posibilitado el dinámico 1945 83,790 40,082 crecimiento de sus actividades económicas. 1950 1955

113,509 220,116

57,006 68,937

386,446

1960 1965 1970 1975 1980 1985

351,894

98,252

722,130

624.000 1,231,000 2,185,000 3,825,000 4,899,000

126,610 212,663 278,833 373,058 482,707

1,272,485 2,008,017

Fuente: Cuadro elaborado con Garza, 1995 e INEGI, 1996. 1. MWH, Mega Watts por Hora. Un MWH equivale a 1,000 Kilowatts. 2. Número de medidores instalados e incluye unidades domésticas y empresas. Fuente: Flores, 2000.

335

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Hidrocarburos No hay duda alguna de que el petróleo es la principal fuente de energía primaria en México. Para 1985, los hidrocarburos representaban 90 por ciento de la demanda energética (en 1965 representaban 75%), la biomasa (leña y bagazo de caña) 4.4, la energía eléctrica 3.9 y el carbón mineral 1.7 3 (Secretaría de Energía y Minas Paraestatal, 1991) (véase el cuadro 4). La explicación básica se encuentra en la existencia de fuentes abundantes de hidrocarburos en el país.

Para 1952, la CFE rebasó la capacidad de generación de energía eléctrica de la CTLFMM. Fotografía: M. Villarreal.

Cuadro 4. Producción total de energía en México. Porcentual (1965-1985). FUENTE DE ENERGÍA Hidrocarburos Biomasa Hidro y geoenergía Carbón Total

1965

1975

1985

75.0 16.7 6.8 1.5 100.00

80.1 11.3 6.3 2.3 100.00

90.4 4.6 3.5 1.5 100.00

Aunque en México las actividades de refinación se iniciaron en 1886, con la instalación de una pequeña planta de refinación en Veracruz, con 500 barriles diarios de capacidad, es entre 1890 y 1915 cuando se construyen las primeras grandes plantas refinadoras (ver cuadro 5).

Fuente: Cuadro elaborado con datos de la SEMIP, 1992 y 1987.

Cuadro 5. Principales centros de refinación del petróleo y capacidad (1938-1980). (MILES DE BARRILES DIARIOS) Capacidad de destilación Nombre y localización de la refinería

Inicio de operaciones

Veracruz (Veracruz, Ver.)

1886

Bella Vista (Tampico, Tamps.)

1938

1940

1950

1960

1890

1.5

2.0

Árbol Grande2 (Tampico, Tamps.).

1896

11.5

17.0

23.5

26.0

Minatitlán (Minatitlán, Ver.)

1908

27.0

30.0

23.5

Ciudad Madero (Tampico, Tamps.).

1914

43.0

52.0

71.5

Mata Redonda3 (Tampico, Tamps.).

1915

8.0

10.0

8.0

Azcapotzalco4 (Azcapotzalco, D.F.)

1932

11.0

15.0

54.0

1

336

1970

1980

85.0

175.5

270.0

125.0

169.0

185.0

100.0

100.0

105.0

Monterrey: origen y destino

Poza Rica5 (Poza Rica, Ver.)

1940

Salamanca (Salamanca, Gto.)

5.0

6.0

7.0

27.0

38.0

1951

40.0

100.0

200.0

Reynosa6 (Reynosa, Tamps.)

1951

10.0

20.5

20.0

Tula (Tula, Hgo.).

1976

Salina Cruz7 (Salina Cruz, Oax.).

1977

Cadereyta8 (Cadereyta, N. L.)

1977

150.0

Fuente: Cuadro elaborado sobre la base de CIDEIBER, 1999; PEMEX, T.III, 198; y PEMEX, 1979. 1 La refinería de Bella Vista dejó de funcionar en 1945. 2 La refinería de Árbol Grande dejó de funcionar en 1960. 3 La refinería de Mata Redonda dejó de funcionar en 1959. 4 La refinería 18 de Marzo, situada en la delegación Azcapotzalco, D.F., fue clausurada el 18 de marzo de 1991. 5 Esta refinería dejó de ser operativa en 1991. 6 Esta refinería cerró sus operaciones en 1994. 7 Inició operaciones en 1977, aunque fue inaugurada oficialmente en 1979. 8 Inició operaciones en 1977, aunque fue inaugurada oficialmente en 1979.

Actualmente, después del transporte, la industria es el principal consumidor de productos petroleros, y la disponibilidad de hidrocarburos es un factor de atracción para la localización de las empresas industriales. Como ya se mencionó, hasta 1920 las refinerías se instalaron en las regiones petroleras en donde, en principio, hubiera sido un sitio lógico para establecer las firmas industriales. Sin embargo, ya Gustavo Garza demostró que la construcción, en 1931, de la refinería de Azcapotzalco en la Ciudad de México anuló completamente la influencia de los energéticos como factor locacional pues le agregó un elemento de atracción fundamental que evitó la distribución de la industria hacia las zonas petroleras (Garza, 1987:248). Gustavo Garza concluye diciendo que: Esto es un ejemplo claro de cómo, históricamente, la edificación de obras de infraestructura neutraliza las condiciones naturales de producción y las condiciones generales surgen como el elemento fundamental de la organización socioeconómica del espacio (Garza, 1987:248). Hasta 1930, la distribución de los productos petroleros al interior del país se hacía por ferrocarril y carros tanques pues no existían líneas de ductos

troncales; es decir, ductos que conectaran los campos petroleros con las terminales, refinerías y centros de distribución. Aunque es necesario aclarar que sí operaron ductos en México desde finales del siglo pasado; este sistema se utilizaba sólo para transportar los hidrocarburos de las zonas de explotación a los centros de refinación y exportación existentes: localizados en los puertos de Tampico, Veracruz y Minatitlán (Gobierno de México, 1940) (véase mapa 1). A partir de 1931, a las plantas de refinación se suma un sistema de conductos subterráneos para transportar los hidrocarburos al interior del país. Esto constituirá, con el tiempo, la principal infraestructura de la industria petrolera mexicana; el sistema de ductos resultó ser el medio más económico y eficiente para la transportación terrestre de los hidrocarburos y sus derivados. Este sistema de tuberías se clasifica en tres tipos: 1) Oleoductos. Son los encargados de transportar el petróleo crudo de los campos de explotación a los centros de refinación; y los combustóleos –petróleo refinado– a los lugares de consumo u otras refinerías. Se suelen clasificar, a su vez, en dos tipos: líneas troncales que conectan los campos petroleros con las terminales, refinerías y centros de

337

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Producto Fabricación de varilla y lámina de acero Empresa: Hylsa, planta Monterrey Fabricación de gases industriales Empresa: Unión Carbide Fabricación de fibras químicas Empresa : Fibras Químicas Fabricación de cemento Empresa: Cementos Mexicanos Fabricación de envases y ampolletas de vidrio Empresa: Vidriera Monterrey Fabricación de papel y envases de papel Empresa: Papelera Maldonado Fabricación de lámina de acero Empresa: Industrias Monterrey Fabricación de productos diversos de vidrio y cristal refractario técnico Fabricación de productos químicos básicos orgánicos excepto los no petroquímicos Empresa: Celulosa y derivados Fabricación de otros productos químicos secundarios

distribución, y líneas de captación o secundarias, que conducen el petróleo de los pozos a las plantas parciales de recolección y de éstas a las líneas troncales o directamente a embarcaderos para su exportación. 2) Gasoductos. Trasladan el gas natural de donde se extrae hacia la refinería y de ésta a las localidades consumidoras. 3) Poliductos. Transportan los diferentes productos energéticos o materia prima de las refinerías a las ciudades donde se consumen. A la par del sistema de ductos, el transporte de los hidrocarburos se continúa realizando, hasta la actualidad, también por ferrocarril, autotanques y barcos-tanque, los cuales contribuyen de una manera importante a su distribución interna y a la exportación del mismo.

338

MILES DE BARRILES DE PETRÓLEO EQUIVALENTE

% DEL TOTAL

707.8

23.21

231.5

7.59

170.0

5.57

130.6

4.28

90.6

2.97

85.8

2.81

46.9

1.53

45.7

1.49

41.0

1.34

35.6

1.16

Aunque comúnmente se considera que con el inicio, en 1931, de la construcción de la refinería de Azcapotzalco en la Ciudad de México, principia la primera red troncal de hidrocarburos, en realidad no fue así. El oleoducto construido en aquella época hacia la Ciudad de México se conformó por varios tramos con origen en los principales campos de explotación frente al Golfo de México. Este ducto tuvo una longitud total de 223.6 kilómetros y empezó a alimentar a la Ciudad de México de petróleo crudo para refinarlo en Azcapotzalco (Gobierno de México, 1940). De esta manera le proporcionó a la ciudad, en el momento preciso, la materia auxiliar fundamental para acelerar su desarrollo industrial. Este proceso ya existía en la segunda ciudad más industrializada del país: Monterrey. A medida que la ciudad norteña continuaba con su acelerado proceso de industrialización y de crecimiento pobla-

Monterrey: origen y destino

El Área Metropolitana de Monterrey recibe energía de Coahuila y Tamaulipas.

cional, los hidrocarburos tuvieron su arribo a través de este sistema en 1930. Lo que no otorgó la naturaleza a la urbe4 –en la actualidad, en Nuevo León no se realizan actividades de extracción de petróleo ni de gas natural– se logró a través de importantes inversiones en infraestructura por parte del poderoso grupo industrial con asiento en Monterrey. El primer ducto más importante construido en el país a fines de la década de los veinte (en 1928 inició la construcción del mismo) fue el gasoducto que unió San Pedro de Roma, Tamaulipas, y la ciudad de Monterrey, el cual entró en operación en 1930. La longitud de este gasoducto pionero fue de 155.2 kilómetros y transportó 850 mil metros cúbicos diarios de gas a la capital de Nuevo León. Esta línea, que consistía en una tubería de acero de 311 milímetros de diámetro, se conectaba con el gasoducto que cruza el Río Bravo desde Roma, Texas, el cual provenía del campo de gas de Jennings, condado de Zapata, Texas (Excélsior, 12-1928; Flores, 1994ª; Gobierno de México, 1940) (véase mapa 3). La extensión total de la línea de gas (en ambas fronteras) que construyó, instaló y explotó la Compañía Mexicana de Gas, S.A., subsidiaria de la

United Gas Company (bajo la dirección de los empresarios estadounidenses W.L. Moody III y O.R. Seagraves) con oficinas en la ciudad de Houston, fue aproximadamente de 232 kilómetros. A partir de la década de 1940, la infraestructura energética basada en los hidrocarburos recibió un importante impulso por parte del Estado mexicano. A través de grandes inversiones en infraestructura, este capital socializado, lenta, pero constantemente, aumentó de magnitud. A Monterrey, al igual que a la capital de la república, se le dotó de suficientes energéticos a precios subsidiados para estimular la continuación exitosa de su industrialización. Industrialización iniciada en el periodo porfiriano y que cayó en un bache durante los años revolucionarios, e incluso durante los primeros años de la posrevolución (Flores, 1991). No hay duda que esta política gubernamental de dotar energéticos, mediante grandes obras de infraestructura para su transportación a las zonas más industrializadas, favoreció la continuación del proceso de concentración industrial en el país. Entre 1940 y 1950, la ciudad de Monterrey es beneficiada

339

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

con la construcción de un oleoducto desde Tampico; de esta manera, para 1950, la capital de Nuevo León obtiene un total de 459 kilómetros de ductos para su suministro, que representaban 18.3 por ciento del total de ese año –2,511 kilómetros de ductos en operación (véase cuadro 6)–.

La industria es el principal consumidor de productos petroleros.

Cuadro 6. República mexicana: total de ductos de líneas troncales por regiones5 en kilómetros (19401994). 1940 Regiones Total 1. Noroeste 2. Norte 3. Noreste 4. Centro-Norte 5. CentroPacífico 6. Centro-Golfo 7. Centro 8. Zona metropolitana Ciudad de México 9. Pacífico Sur 10.Península 11. Resto de Regiones

1950

1960

1970

absolutos 1,509

% 100

absolutos 2,511

% 100

absolutos 6,825 236

% 100 3.5

1551

10.3

459

18.3

2,445 72 421

32.4

56 382 749

2.2 15.2 29.8

570 1,061 2,020

4891

8652

57.3

865

35.8 1.1 6.2

% 100 4.6 9.4 25.3 0.7 6.6

8.4 15.5 29.6

1,319 1,667 2,577

12.5 15.8 24.4

3,700 4,311 5,152

13.0 15.1 18.1

41

0.4

828 609.5

2.9 2.1

34.4

Fuente: Cuadro elaborado basándose en Garza, 1987; PEMEX, 1997; PEMEX, T. III, 1988. 1 Red de ductos que finalizan operaciones en 1970. 2 Red de ductos que finalizan operaciones en 1960.

340

1994

absolutos 10,574 484 993 2,728 72 693

absolutos % 28,458.5 100 620 2.2 4,060 14.3 6,840 24.0 1,038 3.7 1,300 4.6

Monterrey: origen y destino

El sistema de ductos ha sido el medio más económico y eficiente para la transportación de hidrocarburos y derivados.

En el siguiente decenio, 1950-1960, se acelera la instalación de ductos en el país, alcanzando 6,825 kilómetros de extensión en 1960; nuevamente la ciudad más favorecida en esta década es Monterrey, la cual aumenta su extensión de ductos a su servicio a 2,445 kilómetros, absorbiendo 35.8 por ciento del total nacional. De los innumerables tramos de ductos construidos en la región del noreste –Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas– sobresalen el gasoducto Monterrey-Torreón, y el primer tramo de un poliducto de Ciudad Madero a San Rafael, Nuevo León, con una extensión de 496 kilómetros. En esta década, la ciudad norteña rebasaba la cantidad de ductos que beneficiaban a la zona metropolitana de la Ciudad de México, la cual contaba, para 1960, con 2,020 kilómetros de tubería, representando 29.6 por ciento del total nacional. Para 1970, la extensión nacional de los ductos llega a 10,574 kilómetros. En este decenio (1960-1970), Monterrey continúa a la cabeza en la lista como la región más favorecida con esta innovadora infraestructura energética. Acumulando un total de 2,628

kilómetros de ductos que absorbían 25.8 por ciento del total nacional, se realiza en esta década, entre otros, el gasoducto Monterrey-Monclova, con 173 kilómetros de longitud. Finalmente, para 1980, el sistema de oleoductos, gasoductos y poliductos se duplicó con relación a 1970 –20,624 kilómetros–. En 1977, en una población próxima a Monterrey, Cadereyta (ésta se encuentra a 26 kilómetros al este de la capital), inició operaciones una de las refinerías más grandes de México, con una capacidad de refinación diaria de 235 mil barriles de crudo. El petróleo crudo que procesa esta refinería proviene de diferentes campos situados en Tabasco y Chiapas. Este insumo es enviado desde Nuevo Teapa, Tabasco, por un oleoducto de 1,293 kilómetros de extensión que cuenta con once estaciones de rebombeo6 (Garza, 1995ª). De esta manera, la refinería de Cadereyta, asentada en una superficie total de 489.5 hectáreas, se une a la lista de los principales centros de refinación del petróleo que existen en México.7 Entre ellos destacan la refinería de Minatitlán, Veracruz,

341

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

creada en 1908 y con una capacidad de destilación en 1988 de 200 mil barriles diarios; la de Ciudad Madero, Tampico, Tamaulipas, la cual inició operaciones en 1914, con una capacidad (en 1988) de 195 mil barriles diarios; la de Salamanca, Guanajuato, fundada en 1951, y con una capacidad de 235 mil barriles; y, por último, la de Tula, Hidalgo, creada en 1976, la cual poseía inicialmente una capacidad de 150 mil barriles diarios (Petróleos Mexicanos, 1979) (véase cuadro 5 y mapa 1). Esta expansión de la infraestructura que suministra los hidrocarburos continúa su tendencia acelerada hasta la actualidad. Hasta diciembre de 1987, los diversos ductos en operación tenían una longitud total de 51,900.5 kilómetros, distribuidos de la siguiente forma: los oleoductos tenían una longitud de 4,400.0 kilómetros (véase mapa 2); los gasoductos 13,495.1 kilómetros (mapa 3); los poliductos 8,996.5 kilómetros (mapa 4); los ductos petroquímicos 1,440.4 kilómetros (mapa 5 y 6); y, finalmente, los combustóleoductos 176.4 kilómetros y los ductos de recolección y servicio 23,442.0 kilómetros (Petróleos Mexicanos, T.III, 1988). Tomando como base los ductos troncales existentes para el 31 de diciembre de 1994 –los cuales sumaban 28,458.5 kilómetros–, la ciudad de Monterrey continuó siendo la zona metropolitana mejor dotada con esta red energética nacio-

nal. Monterrey contaba con 6,840 kilómetros de ductos, los cuales representaban 24.0 por ciento del total de ductos en operación ese año, superior a los 5,152 kilómetros con que fue dotada la zona metropolitana de la Ciudad de México, la cual absorbía e 18.1 por ciento del total nacional (ver cuadro 6). En el caso del suministro de gas natural, la Comisión Federal de Electricidad y las empresas distribuidoras privadas en el área metropolitana

Para 1986, el consumo de hidrocarburos en el Área Metropolitana de Monterrey era del 78.89% de uso doméstico y comercial, y de 21.2% de consumo industrial.

La refinería de Cadereyta es una de las más grandes de México, con una capacidad de refinación diaria de 235 mil barriles de crudo.

342

Monterrey: origen y destino

de Monterrey reciben gas natural de PEMEX a través de cuatro estaciones de suministro a una presión aproximada de 7.0 kilogramos por centímetro cuadrado, para distribución y venta en alta y baja presión, atendiendo usos domésticos. El suministro de gas natural para el AMM marcó un hito al haberse inaugurado, en 1979, el ducto troncal del Sistema Nacional de Gas. Con la inauguración del ducto troncal se interconecta el gasoducto Monterrey-Reynosa con el que viene desde Cactus, Chiapas; éste tiene una capacidad de transporte de 800 millones de pies cúbicos por día, sin estaciones de compresión (cuando menos hasta 1986). Esta capacidad puede incrementarse hasta un total de 2,700 millones de pies cúbicos por día, mediante la instalación de 18 estaciones de compresión a lo largo de la línea8 (Caintra, 1983) (véase mapa 6). Según estadísticas de 1986, la distribución del consumo de este hidrocarburo en el AMM estuvo representada como sigue: 78.89 por ciento del total correspondió al uso doméstico y comercial, y 21.2 por ciento lo consumió la industria local (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). Al igual que los oleoductos (los cuales se dirigen a la refinería de Cadereyta y a los centros de distribución de San Rafael, en el municipio de Guadalupe, y Satélite, en el municipio de Santa Catarina), los gasoductos penetran en el AMM para surtir a las fábricas que consumen grandes cantidades de gas. En 1998 se dio la apertura al sector privado en la distribución de gas natural en Monterrey, ciudad que tiene el consumo más grande de gas natural a escala nacional. En marzo de 1999, la distribución se repartía de la siguiente manera por los distribuidores: 35 por ciento era de Grupo Industrial Monterrey, S.A. (Ginsa), que es autoconsumo; 26 por ciento lo tenía la Compañía Mexicana de Gas9 (empresa local fundada en 1927); 24 por ciento la empresa española Gas Natural10 y 15

por ciento lo distribuía todavía Petróleos Mexicanos (PEMEX).11 Tal como sucedió en el ámbito nacional, el creciente desarrollo económico del AMM en el periodo de 1930 (especialmente a partir de 1940) a 1994, fue acompañado por un aumento paralelo en la refinación y consumo de hidrocarburos (véase el cuadro 7). Está fuera de toda sospecha que sin el incremento de su producción no hubiera sido posible el desarrollo económico dada la fuerte dependencia de la industria, los transportes y los energéticos mismos12 de esta materia auxiliar. Cuadro 7. Consumo final energético en México en el sector industrial y tipo de energético. Porcentual (1965-1985). ENERGÉTICO Gas natural Combustóleo Bagazo de caña Electricidad Coque Diesel Kerosinas Gas licuado Total

1965 39.0 27.2 12.4 7.5 7.0 4.1 2.0 0.8 100.00

1975 43.1 25.1 7.4 10.0 8.2 4.3 1.1 0.8 100.00

1985 47.4 21.5 6.0 12.1 6.8 4.6 0.3 1.3 100.00

Fuente: Cuadro elaborado con datos del INEGI, 1995ª; INEGI, 1995b; SEMIP, 1991 y SEMIP, 1987.

Amén de lo que representan los hidrocarburos como un elemento decisivo en la rápida expansión de la industria automotriz, el desarrollo de la industria metalúrgica y siderúrgica del AMM se apoyó fundamentalmente en la disponibilidad abundante y relativamente a bajo costo de los hidrocarburos. Tendencias similares pueden observarse en otras ramas industriales predominantes en el AMM (cemento, minero-metalúrgica, papelera, sustancias químicas, productos derivados del petróleo, productos de hule y plástico, etcétera) en las que la oferta suficiente de este energético ha sido crucial para su desarrollo.

343

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

El agua como materia prima auxiliar para la producción La relación entre la población, el agua y la urbanización ha sido una constante en la historia de la ciudad de Monterrey. Esta ciudad se ha desarrollado en un valle donde el agua requerida procedía de tres manantiales primigenios (los Ojos de Agua de Santa Lucía, Ojo de Agua de Monterrey y Ojo de Agua Grande, este último en el municipio de Santa Catarina) y aguas subterráneas. A raíz del crecimiento industrial y demográfico que experimentó la urbe en el último tercio del siglo pasado, las fuentes y el sistema hidráulico de abastecimiento para el requerimiento urbano resultó caduco. El nuevo centro industrial caracterizado por empresas de gran consumo de este vital líquido, cerveceras, metalurgia (siderurgia), cementeras, entre otras, exigió crear una infraestructura hidráulica moderna. Fue así como el 19 de octubre de 1905, el gobierno del estado concesionó la construcción, operación y administración de un sistema de agua potable y alcantarillado para la ciudad de Monterrey a una empresa canadiense, la Mackenzie Mann y Compañía (la misma empresa que monopolizó el transporte público de tranvías y la generación y distribución de la energía eléctrica para la ciudad). Las obras de infraestructura hidráulica iniciaron en diciembre de 1905, inaugurándose oficialmente el sistema de agua potable y alcantarillado a principios de 1909. El sistema de agua potable de la ciudad de Monterrey cuyo gerente general y director de obras fue el ingeniero canadiense G.R.G. Conway, consistía en: Una galería de infiltración en el lecho del río Santa Catarina, a la altura de San Jerónimo, desde donde se conducía el agua por un acueducto de 2.3 kilómetros hasta un tanque de distribución con capacidad de 40,000 metros cúbicos, ubicado en las faldas del Cerro del Obispado. El sistema se

344

amplió poco después con una fuente superficial de un manantial denominado La Estanzuela, enviándose el agua a través de un acueducto de 18 kilómetros de longitud hasta un tanque de distribución con capacidad de 40,000 metros cúbicos, localizado al sur de la ciudad en la colonia Independencia, mismo que todavía se mantiene en servicio. En conjunto se tenían 110 kilómetros de longitud de redes de distribución con tuberías de cuatro a 20 pulgadas de diámetro. El alcantarillado fue construido por la misma empresa entre 1907-1909. Contaba con dos colectores principales que se unían para formar un emisor general al norte de la ciudad y comprendía un total de 76 kilómetros de tuberías con diámetros de ocho a 30 pulgadas (Chávez Gutiérrez, 1995:216). Esta infraestructura de servicio de agua potable y drenaje en el área metropolitana de Monterrey funcionó con cierta eficacia hasta 1940, año que empezó con problemas serios de abastecimiento, a raíz de una segunda etapa de expansión demográfica e industrial de la ciudad después de la revolución social iniciada en 1910. Cinco años después, en 1945, el gobierno de la entidad (siguiendo los lineamientos del nuevo Estado posrevolucionario), adquirió el control “social” de los bienes e instalaciones de la compañía canadiense de Agua y Drenaje de Monterrey, S.A., por ser éste un servicio público y un factor importante en el futuro del desarrollo urbano. A partir de ese último año el gobierno del estado asume la prestación de este servicio público a través de un consejo de administración (Benett, 1987 y 1988; Duarte, 1988; García Ortega, 1988; Murray, 1993; Torres y Santoscoy, 1985). Entre 1945 y 1978, el consejo fue preponderantemente ejercido por miembros de distintos organismos locales del sector privado, esencialmente industrial. Es durante este periodo cuando se dio la primera crisis en el suministro de agua. En 1954 se impuso un severo racionamiento debido a la notoria insuficiencia de las, hasta el momento, fuentes de

Monterrey: origen y destino

Las obras de infraestructura hidráulica iniciaron en diciembre de 1905.

abastecimiento en explotación. Dos años después, plazo y “con un criterio de rentabilidad económico el Congreso del Estado de Nuevo León decretó, el poco social y equitativo” (García Ortega, 1988: 118). 9 de mayo de 1956, la creación del organismo públiUn mayor control gubernamental de la co descentralizado, Servicios de Agua y Drenaje de Compañía de Agua y Drenaje trajo como conseMonterrey. Esta empresa tiene hasta la actualidad cuencia que el problema de la escasez pudiera ser la función de operación, administración y manteni- atacado en sus distintos aspectos, amén del apoyo miento de los servicios de agua potable y económico de la Federación. alcantarillado. A partir de 1980 se puso en Pero es hasta 1978 (año en marcha el magno proyecto denoque por segunda vez se raciominado Plan Hidráulico, con la nó el agua proporcionada por construcción de la mayor presa el sistema municipal) cuando hecha en México para consumo pasa el gobierno local a un exclusivamente residencial: Cecontrol efectivo de dicho conrro Prieto en Linares, con capasejo (Duarte, 1988; Benett, 1987 cidad de 300 millones de metros y 1988 y García Ortega, 1988). cúbicos; y el acueducto LinaresLa reorganización, en 1979, Monterrey con una longitud de 150 del Consejo de Administración de la kilómetros y con un grosor de 2.5 meCompañía de Agua y Drenaje restó tros de diámetro (Gobierno del Estapoder a los consejeros industriales, El 9 de mayo de 1956, el Congreso do de Nuevo León, 1988). Estado de Nuevo León decretó quienes hasta ese año influyeron en del Paralelamente a este proyecla creación de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey. to, el plan de emergencia desarrolló una inadecuada planeación a largo

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

En fin, este aspecto, relacionado con la masificación del servicio de agua a la mayoría de la población conurbada, es un tema que, por las particularidades propias del presente trabajo, quedará al margen de esta investigación. Lo que nos importa destacar es que la inversión gubernamental en la infraestructura del servicio de agua potable y drenaje influyó de manera directa en el proceso de expansión industrial. Las fuentes de abastecimiento de las cuales depende actualmente este importante centro industrial son las siguientes (Chávez GutiéCuadro 8. Contratos y población con servicio de agua en el rrez: 1995: 216-218); AMM (1940-1980). 1)pozos principales. En el municipio de Santa Catarina se encuentra un POBLACIÓN campo de 27 pozos profundos denomiCONTRAPOBLACIÓN AÑO CON % TOS TOTAL nado Buenos Aires, al pie de la Sierra SERVICIO Madre Oriental. El suministro de agua 1940 16,386 206,152 131,731 36.9 1950 25,497 375,040 206,272 55.0 de esta zona hacia el área metropolita1960 47,213 710,223 369,796 55.9 na (1.628 litros por segundo, es decir, 1970 121,904 1,196,037 854,276 71.4 17.1 por ciento del total), es realizado 1980 252,783 2,001,500 1,767,325 88.3 a través de dos acueductos de acero y de concreto de 30 y 48 pulgadas de Fuente: Cuadro elaborado con datos de AYD de Monterrey, 1995 y Chávez Gutiérrez, 1995. diámetro, respectivamente. A cuarenta kilómetros al nordeste del área metropolitana se encuentra el segundo campo de 25 pozos profundos en el municipio de Mina. La conducción del agua de esta fuente de abastecimiento (1,031 litros por segundo, el cual representa 10.8 por ciento del total) es a través de dos líneas de acueductos de acero y concreto de 36 y 48 pulgadas de diámetro, respectivamente. A éstos se agrega el sistema compuesto por 40 pozos profundos que existen diseminados en el AMM. En conjunto, estos pozos, hasta 1992, suministraban 35.5 por ciento (3,385 litros por

perforaciones de pozos auxiliares en el AMM y se “conectaron numerosos pozos privados a la red pública de distribución” (García Ortega, 1988:118119). Posteriormente se puso en marcha el proyecto Agua para Todos, el cual tenía como objetivo ampliar el servicio domiciliario a todos los barrios que aún se abastecían mediante llaves colectivas y camiones de reparto (véase el cuadro 8) (Bennet, 1987 y García Ortega, 1988).

La presa Cerro Prieto fue construida para satisfacer el consumo exclusivamente residencial.

346

Monterrey: origen y destino

segundo) del total del volumen de abastecimiento de agua del sistema hidráulico del AMM. 2)galerías. En el municipio de Santa Catarina se localizan (en el mismo sitio donde se encuentran los pozos profundos Buenos Aires) las galerías Morteros y Huasteca, las cuales abastecen al AMM 342 litros por segundo (3.6% del total). 3)túneles. Al sureste del AMM, a 38 kilómetros, en el municipio de Santiago, se localizan tres túneles de captación. Uno es conocido como el socavón de San Francisco El sistema de túneles provee 14.4% del total de agua que consume el Área que data su explotación a gran es- Metropolitana de Monterrey. cala desde 1959 y que traslada 672 presa, tiene una capacidad de tratamiento litros por segundo a la metrópoli. de 2,350 litros por segundo. El sistema de Los otros dos se denominan Cola de Cababombeo conduce el líquido de la planta pollo 1 y 2, los cuales fueron puestos en operatabilizadora al acueducto Santiago-Monteción dos años más tarde (1961), con una carrey, para interconectarse con el agua de los pacidad, ambos, de 359 litros por segundo; túneles (San Francisco y Cola de Caballo 1 el sistema de túneles provee 14.4 por ciento y 2) y conducirse por gravedad al AMM. del total de agua que consume el AMM. La segunda presa denominada Cerro Prie4)manantiales. Existían, hasta 1992, dos to, fue inaugurada en 1984, y se ubica en fuentes de abastecimiento de este tipo: La el municipio de Linares, a 135 kilómetros al Estanzuela, a 18 kilómetros al sureste del sudeste del AMM. El acueducto de concreAMM con 37 litros por segundo, y Los Elito que une a la presa con el AMM es de 84 zondo, rumbo al noreste, con 36 litros por pulgadas de diámetro, y en éste se utilizan segundo. Ambos manantiales suman un seis estaciones de bombeo con una potensubtotal de 0.8 por ciento del volumen total cia de 36 mil caballos de fuerza. El agua de de consumo. Cerro Prieto llega a la planta potabilizadora 5)fuentes superficiales. Actualmente existen conocida como San Roque, la cual inició tres presas destinadas al consumo del AMM. sus operaciones el mismo año que la presa. La primera de ellas, construida en 1956, se Hasta 1985, esta planta operaba a la mitad encuentra en el municipio de Santiago, con de su capacidad, es decir, 6,000 litros por una capacidad de 44 millones de metros cúsegundo. La tercera fuente superficial, la bicos de agua. En esta presa existe una de más grande e importante de las tres, es la las dos plantas potabilizadoras que posee presa El Cuchillo-Solidaridad, ubicada a el sistema hidráulico; esta planta puesta en 110 kilómetros al oriente del AMM, en el operación el mismo año en que se creó la

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

734,00 metros cúbicos por día). Existiendo un déficit en la demanda real de más del 32 por ciento debido a que en 1998 se calculaba ésta en 14,124 litros por segundo. Esta demanda insatisfecha se debe indudablemente al abatimiento de las fuentes de abastecimiento y al acelerado crecimiento de la población entre 1940 y 1980 (ver cuadro 8). Amén de los grandes embalses para consumo humaEl acueducto que conduce el agua de la presa El Cuchillo al Área Metropolitana de Monterrey tiene no, la industria de Monterrey una longitud de 192 kilómetros. Fotografía: Daniel Gonzales. fue pionera en América Latina municipio nuevoleonés de China. La preal fundar, en 1955, la compañía Agua Industrial sa inició operaciones en 1994 y tiene una de Monterrey, planta tratadora de aguas residuacapacidad de almacenamiento de mil 800 les con una capacidad inicial de 60 litros por semillones de metros cúbicos; 45 veces más gundo para darle servicio a la empresa Celulosa y grande que la presa de la Boca. Actualmente Derivados, ahora Cydsa. De los 10 mil litros por es el embalse para agua potable más grande segundo que se consumen en el área metropolide la república mexicana. El acueducto que tana de Monterrey, hasta agosto de 1998, 9,300 conduce el agua de El Cuchillo al AMM (93%) son para consumo de la población y 700 tiene una longitud de 192 kilómetros, cons(7%) para uso industrial. A esto 700 litros por truido con tubería de acero de 84 pulgadas segundo se suman 3,000 más que consume la inde diámetro. Cuenta con seis estaciones de dustria y que provienen de las plantas recicladobombeo con capacidad de 43,500 caballos ras de agua para uso industrial y de pozos privade fuerza, para conducir el vital líquido a la dos (principalmente de las empresas de alimentos planta potabilizadora existente en San Roy bebidas). Las principales plantas recicladoras que, en el municipio de Juárez. son Grupo IMSA (APM) con una capacidad de Para 1985, el AMM contaba con cinco acuereciclaje de 600 litros por segundo (l/s), Agua Inductos que convergen en dos plantas potabilizadodustrial de Monterrey, S. de U. (300 l/s), Cydsa ras (creadas en 1956 y 1984) y un anillo de transfeS.A. (140 l/s), Agua Industrial del Poniente, S.A. rencia puesto en operación en 1984, el cual distri(125 l/s), Papelera Maldonado (50 l/s), Campestre buye el vital líquido por toda el área metropolitana (Club de Golf) con 50 l/s, Cydsa Corporativo, (Flores, 1988). Este anillo de transferencia consiste S.A. de C.V. (50 l/s) y Vitro Corporativo, S.A. de en una línea de conducción de acero de 48 pulgadas C.V (25 l/s).13 La infraestructura propia de una zona indusde diámetro, con una longitud de 51 kilómetros que trial encontró un ordenamiento y una planeación escircunda el AMM. La producción total de estas fuentes era, tratégica a través de diversos niveles de planeación hasta 1998, de 9,300 litros por segundo (más de de las diferentes instancias de gobierno.14

348

Monterrey: origen y destino

En 1955 se establece la primera planta tratadora de agua en Monterrey.

conurbada integrada por nueve municipios que conforman la actual área metropolitana de la ciudad de Monterrey.15 El Plan establece como condicionante indudable, de la actual y futura realidad urbana, el desarrollo industrial y su localización físicoespacial dentro del área diagnosticada. La infraestructura creada desde los inicios de la industrialización en la región favorece la continuación de esta tendencia; el plan sólo lo confirma. Para 1985, 95 por ciento de los establecimientos industriales del estado se encontraban en el AMM. Esto lleva –establece el Plan Director, a que los empresarios encuentren en el Área Metropolitana todas las ventajas derivadas de la interrelación industrial (por ejemplo, complementariedad de productos El establecimiento de la industria maquiladora, para 1987, se vio favorecido por las condiciones generales de la circulación que posee el Área Metropolitana de Monterrey. de una empresa e insumos de otra) que ac-

Entre estos proyectos contemporáneos, destaca el Plan Director de desarrollo urbano del área metropolitana de Monterrey para 1988-2010. Este plan parte de la premisa de la existencia de una zona

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

túan, a su vez, como imán para atraer inversionistas tornando el proceso creciente y acumulativo (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988:39). La estructura urbana del AMM estaba distribuida, en 1986, de la siguiente forma: 884 colonias o fraccionamientos; ocho distritos industriales y cinco corredores industriales (Gobierno del Estado

de Nuevo León, 1988). El AMM ocupa una superficie de 36,097 hectáreas (ver cuadro 9) las cuales encuentran la siguiente distribución del suelo: 65.6 por ciento destinado al uso habitacional; 13.7 por ciento al uso industrial; 11.6 por ciento a la vialidad maestra y primaria, y 9.1 por ciento al equipamiento urbano (ver cuadro 10).

Cuadro 9. Usos del suelo urbano en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey, 1986. (Superficie en hectáreas) TOTAL ÁREA URBANA

VIVIENDA

INDUSTRIA

Área Metropolitana Apodaca

36,097 2,576

23,669 1,487

4,934 690

3,287 76

4,207 323

Gral. Escobedo

1,415

880

129

172

234

Guadalupe

6,982

5,500

328

429

Monterrey

12,563

8,592

1,221

1,420

1,330

San Nicolás de los Garza

5,479

3,233

1,320

424

520

San Pedro Garza García

3,760

1,918

188

714

940

Santa Catarina García Juárez

2,145 667 510

1,549

391 667

52

153

MUNICIPIO

EQUIPAMIENTO

VIALIDAD

725

510

Fuente: Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988.

Cuadro 10. Usos del suelo urbano en el área metropolitana de la ciudad de Monterrey, 1986. Porcentajes de la superficie MUNICIPIO Área Metropolitana

TOTAL ÁREA URBANA 100

VIVIENDA

INDUSTRIA

EQUIPAMIENTO

VIALIDAD

100

100

100

100

Apodaca

7.13

6.28

13.98

2.31

7.68

Gral. Escobedo

3.963

3.72

2.61

5.23

5.56

Guadalupe Monterrey

19.34 34.80

23.25 36.30

6.66 24.75

13.06 43.20

17.24 31.61

San Nicolás de los Garza

15.18

13.66

26.75

12.90

11.93

San Pedro Garza García

10.42

8.10

3.81

21.72

22.34

Santa Catarina García Juárez

5.94 1.85 1.41

6.54

7.92 13.52

1.58

3.64

Total

100

65.60

13.70

9.10

11.60

Fuente: Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988.

350

2.15

Monterrey: origen y destino

Esta infraestructura que se complementa con los incisos anteriormente analizados confirma que sus beneficios recaen directamente en el ámbito espacial donde físicamente se realizan las inversiones. Simultáneamente, aquélla se va creando según la organización territorial de la población y las actividades económicas. Una característica de dicha organización es su elevada concentración en el espacio de las condiciones generales de la producción, Los principales productos procesados en la maquiladoras incluyen materiales y ensamble de equipos eléctricos, prendas de vestir y equipos de transporte. las cuales se constituyen en el elemento central que explica y reproduce dicha concentración. Es así como se han desarrollado los parNo obstante, la aglomeración en el área me- ques industriales, el objetivo de éstos es agrupar tropolitana de la ciudad de Monterrey, de una parte en una misma área geográfica empresas medianas significativa de las actividades económicas y de la y pequeñas, proporcionándoles facilidades para su población urbana del país, conlleva a una compleja desarrollo. El primer grupo de parques industriaproblemática urbanística que se acentúa cada vez les en Nuevo León lo conformaron nueve, hasta más. Déficits de vivienda, de servicios públicos, 1987, siete de los cuales eran administrados por el contaminación de su ecosistema,16 inseguridad pú- gobierno del estado, y dos por la iniciativa privablica, marginalidad, subempleo y otras característi- da: Ciudad Mitras y el Fraccionamiento Industrial cas negativas que conforman el cuadro de patología Lincoln, respectivamente (Flores y Olvera, 1988). metropolitana que es urgente resolver. Éstos, orientados principalmente a la industria maquiladora, encuentran su locación, la mayoría, en el Estímulos Legales y fiscales en zonas territoriales norte del AMM y con acceso a las principales capreestablecidas rreteras con destino a la frontera norte. Este tipo de parques fue diseñado para maquiladoras no contaEs cierto que la localización industrial no puede de- minantes y fábricas de las denominadas ligeras, que cidirse por decreto, pero una legislación adecuada no excedan de las diez hectáreas de superficie de puede influir en las decisiones locacionales priva- ocupación. Aprovechando las favorables condiciodas. En este sentido y con los factores infraestructu- nes generales de la circulación que posee el AMM, rales anteriores, se ha podido llevar una clara y firme las empresas propietarias controlan el mantenipolítica de descentralización industrial hacia fuera miento y el buen funcionamiento de los parques a y dentro de la periferia del área metropolitana de la través de reglamentos y fideicomisos creados por ciudad de Monterrey. los propios empresarios.

351

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Otro ejemplo claro de la corre-lación entre el estímulo legal-fiscal y el auge de algunas empresas son las denominadas maquiladoras. La maquila se define como una actividad productiva compartida por dos o más países; esta modalidad de producción tiende a acumular menores costos, dado que aprovecha las ventajas comparativas de cada país. En los últimos años la implantación de empresas maquiladoras ha comenzado a adquirir gran relevancia en las principales ciudades de la frontera norte de México; estas compañías provienen fundamentalmente de Estados Unidos (aunque existe una proporción importante de empresas asiáticas, particularmente en el noroeste de la república) y se dedican a ensamblar o a transformar materias primas y bienes intermedios que se importan de forma temporal y regresan al país de origen cuando se obtiene el producto final. Este fenómeno se está extendiendo, además, al interior de México. Los principales productos procesados incluyen materiales y ensamble de equipos eléctricos, prendas de vestir y equipo de transporte. Todas las ramas industriales se pueden establecer como maquiladoras, excepto las reservadas en exclusiva al Estado y las contaminantes. Este tipo de industria constituye en el presente una parte importante de la economía mexicana; en sus orígenes, se fomentó con el propósito de dar empleo al gran número de desocupados de la frontera norte y a los posibles emigrantes hacia Estados Unidos; en la actualidad, es una importante fuente de divisas, un entramado primordial como fuente de trabajo y ha avanzado en diferentes aspectos como el número de establecimientos, la dispersión geográfica y la diversidad de sus productos. El proceso de industrialización por medio de maquiladoras está siendo impulsado de forma muy importante por las autoridades económicas mexicanas. Según los programas oficiales, los establecimientos maquiladores procesan artículos semiterminados enviados desde Estados Unidos para luego ser reexportados a ese país. Para apoyar la ex-

352

pansión de estas industrias se han llevado a cabo diversas reformas en el Decreto para el Fomento de la Industria Maquiladora de Exportación; entre ellas figuran las siguientes: 1. Considerar como submaquila los procesos industriales o de servicios complementarios de las maquiladoras. 2. Permitir a estas industrias la venta sin límites de su producción en el mercado nacional. 3. Garantizar el trato de exportadores indirectos a sus proveedores nacionales. 4. Ampliación hasta dos años los plazos de permanencia en el país de las materias primas, partes e insumos importados temporalmente. 5. Facilitar los pagos de los impuestos correspondientes. 6. Fijar plazos perentorios para atender los trámites de las empresas. Por la cercanía con el mercado norteamericano, el noreste de la república, al igual que toda la frontera norte, ofrece atractivos para su instalación. Como ya se mencionó, los programas del gobierno federal y estatal ofrecen apoyo en beneficio y facilidades a esta industria financieramente, en importaciones, transportes, trámites para la exportación, fiscales, etcétera. A diferencia de otros estados fronterizos, es apenas hasta 1986 cuando comienzan oficialmente a instalarse las maquiladoras en Nuevo León (CAINTRA, 1991). A pesar de instalarse en una época tardía, el auge que éstas experimentan en el estado es notorio. Los beneficios que obtiene el inversionista extranjero son responsables, en buena medida, de este auge. Éstos se basan en las siguientes expectativas: 1. Mano de obra calificada y barata. 2. Condiciones generales de la producción construidas y disponibles. 3. Cercanía para maquiladoras de Estados Unidos o dirigidas a este mercado, lo que propicia mayor control sobre las operaciones

Monterrey: origen y destino

(Flores, 2005). La multiplicidad de establecimientos pequeños y medianos distribuidos por todo Nuevo León, y particularmente en el AMM, es lo que caracteriza a la planta comercial y de servicios. Sin embargo, en el AMM, desde hace ya más de 20 años, la tendencia a la consolidación de las grandes y modernas empresas del secPara 1985, el sector moderno estaba confirmado por grandes establecimientos comerciales. tor encuentran cada vez más de la planta y menores costos de transporte la preferencia del público e inventario. consumidor y, en consecuencia, se han ido apro4.Suministro regular de energéticos, a prepiando del espacio urbano. cios menores que el promedio del mercado El comercio en Monterrey, como es tradiinternacional. Se deben recordar los beneción en el mercado interno de México, se clasifica ficios del AMM con respecto a las redes de por el tipo de oferta en mayoreo (comercio mayorisenergéticos de electricidad e hidrocarburos ta) y menudeo (comercio minorista); por su sistema construidos por el Estado mexicano. de distribución en tradicional y moderno; y final5. Facilidades de importación y exportamente por su tamaño en micro, pequeño, mediano ción como una aduana local y la Comisión y grande. de Fomento a la Industria Maquiladora y 1. El comercio al mayoreo distribuye y desde Exportación del Estado de Nuevo León plaza elevadas cantidades en mercancías; de (Flores, 2005). forma regular funciona bien como oferente de bienes intermedios para la industria o Expansión del sector comercial y de servicios bien como enlace entre productores e imEn la actualidad, las actividades más importantes en el producto interno bruto nacional mexicano son el comercio y los servicios, ya que aportan más de la mitad del total y dan ocupación a más de 50 por ciento de la población económicamente activa (PEA). Monterrey no escapa a este esquema nacional, ya que más de 64 por ciento de la PEA actualmente trabaja en el sector terciario de la economía a diferencia de 35.2 por ciento que labora en sector secundario, por lo que el primero es ya indiscutiblemente el sector económico dominante al inicio del siglo XX

En 1968, las autoridades municipales retiraron a todos los vendedores ambulantes de las principales calles de Monterrey. Fotografía: M. Villarreal.

353

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

portadores con los comerciantes detallistas. Actualmente, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) define el comercio al mayoreo como la “reventa (venta sin transformación) de productos nuevos o usados a comerciantes al por menor, a usuarios comerciales e industriales, a instituciones o profesionales y a A principio de la década de los ochenta, en Monterrey se establecen los primeros centros y plazas otros mayoristas”. comerciales. Fotografía: M. Villarreal. 2. Por su parte, el cota 100 empleados y ventas hasta 9 millones mercio al menudeo es aquél que en su gran de pesos) y algunos medianos, que, junto mayoría distribuye los bienes de uso final, con los puestos de los mercados públicos, siendo la última etapa del proceso de distrise caracterizan por el manejo de pequeños bución; éste, a su vez, presenta una polarivolúmenes de mercancías y poca variedad dad de forma: tradicional y moderno. de productos, por mantener bajos niveles de 3. En 1985, el sector moderno estaba conproductividad y por ser en su mayoría de tipo formado básicamente por los grandes estafamiliares (Flores, 2005). blecimientos comerciales (comercios de más Este sector se encuentra organizado, al igual de 250 empleados y con ventas netas anuales que el industrial, por Cámaras, en este caso, de Comayores de 20 millones de pesos) y algunos mercio. El 22 de abril de 1941, el Senado de la repúmedianos (hasta 250 empleados y ventas blica aprobó el proyecto de la nueva Ley de Cámaras no mayores a 20 millones de pesos), que se de Comercio e Industria; la principal novedad fue abastecen, en su gran mayoría, directamente que cada uno de los sectores económicos estuviera de los productores, sistema que les permite diferenciado por sus propias Cámaras, de tal modo una mejor planeación a sus márgenes de coque la Cámara Nacional de Comercio, Industria y mercialización. En este tipo de comercio se Minería del Estado de Nuevo León (CANACOIM) encuentran las tiendas por departamentos, se desintegró y se formaron sus respectivas Cámaras los súpermercados, los hipermercados y los por rubro de actividad. De esta forma se crearon, el grandes negocios. 29 de diciembre de 1941, por la Asamblea General 4. El comercio tradicional estaba integrado Extraordinaria de Comerciantes, los nuevos estapor microestablecimientos (comercios de tutos que regirían a la actual Cámara Nacional de hasta quince empleados y ventas anuales Comercio de Monterrey. Su primera actividad de netas hasta 900 mil pesos), pequeño (hasimportancia fue apoyar (en 1941-42) a los comer-

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Monterrey: origen y destino

ciantes de origen alemán, japonés e italiano que gozaban de gran reputación en la ciudad, a evitar que éstos aparecieran en las listas negras elaboradas en los Estados Unidos a raíz de su participación en la Segunda Gran Guerra. Entre ellos destacaron la Casa Holck y numerosos comerciantes en el giro de joyería, ropa y calzado, entre otros (Mendirichaga, 1996 y 1983). La década de los cuarenta y cincuenta fueron prolíficos en la constante preocupación de los comerciantes locales (manifiesta a través de su Cámara de Comercio) sobre la competencia que enfrentaban con el comercio fronterizo. Para mayo de 1957, y particularmente en julio de 1959, la Cámara insistió en contrarrestar la publicidad que estaban haciendo los comercios de las ciudades texanas de Brownsville, Laredo y McAllen en los periódicos, la radio y la televisión en Monterrey. Esta preocupación, siempre latente hasta la actualidad, reflejaba la gran expansión que había significado este sector para una parte importante de la población económicamente activa en Monterrey. Para 1960 el AMM daba empleo a 47 mil 456 personas en el sector comercial, representando 13 por ciento de la fuerza laboral de Nuevo León, y estas cifras continuaron creciendo en los años venideros. En 1968, en plena efervescencia política y social, se dio el primer retiro a gran escala (13 de mayo), por parte de las autoridades municipales, de todos los vendedores ambulantes y comerciantes con puestos semifijos de las principales calles de Monterrey (Mendirichaga, 1983). Esta acción provocó un verdadero caos en algunas de las arterias de la ciudad y culminó con un mitin de parte de los afectados a fin de resolver su situación; el hecho presentó un precedente histórico al delegar, los afectados, sus intereses a sus líderes sindicales (de la Confederación de Trabajadores de México y de la Confederación Regional Obrera y Campesina, en adelante por sus siglas CTM y CROC, respectivamente), los cuales iniciaron pláticas con las autoridades a fin de decidir los lugares en donde

serían reubicados, lo cual no se definió claramente, esto provocó de nuevo la invasión de las aceras en el distrito comercial de la ciudad. Durante los años setenta, las fricciones entre los comerciantes de la localidad y el gobierno estatal y federal aumentaron, particularmente durante la presidencia de Luis Echeverría Álvarez17 (19701976), los comerciantes atacaron la tendencia hacia una mayor injerencia del Estado en la economía. Los Programas Federales de Productos Básicos a través de organismo y tiendas estatales como la Conasupo, Issste, Sahop, Conasuper, la creación del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot) y la Ley Federal de Protección al Consumidor fueron considerados atentatorios de la libertad de comercio (y del consumidor) y creadores de un enorme aparato monopólico en manos del Estado. El 23 de julio de 1983 inicia en Monterrey la concentración del capital del gran comercio a través de sus nuevas formas de comercialización como el hipermercado y los centros o plazas comerciales tipo Perisur en la Ciudad de México o Plaza Dorada en Guadalajara (Flores, 2005). En esa fecha se inaugura el Centro Comercial Galerías Monterrey, al cual le seguirán otros como el Mall del Valle y Plaza Fiesta San Agustín en Garza García. Ese año fue festivo e incorporó un nuevo monumento al AMM: el Faro del Comercio, donado a la ciudad por el comercio organizado (e inaugurado el 7 de diciembre de 1983) ubicado en la llamada Macroplaza y que simboliza la edad centenaria de la Cámara de Comercio de Monterrey. Consistió en una torre de 69.8 metros de altura, 12.53 de largo y 1.83 de ancho, construida en concreto armado utilizando mil metros cúbicos de cemento y 250 mil kilos de acero de refuerzo. El monumento está iluminado y lanza desde la cúspide luces al cielo (rayos láser), prolongando aún más su verticalidad. Ese mismo año, 1983, se crearon dos nuevas centrales de abasto, una en el municipio de Guadalupe, con 240 bodegas proporcionando 800 nuevos empleos y la otra en el municipio de Santa

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La apertura de la economía mexicana en los noventa, estimuló el comercio y definió nuevos rumbos de crecimiento satisfacción al consumidor. Fotografía: M. Villarreal.

Catarina y que consistió inicialmente con 198 bodegas (Mendirichaga, 1996). Las crisis recurrentes de los últimos años, 1982, 1985, 1988 y 1995, aumentaron el contingente de familias que utilizan el comercio llamado informal como forma de vida o bien como una actividad alterna en su desempeño laboral. Sus consecuencias, a la par que el AMM se extendía territorialmente hacia todos los puntos cardinales, fueron la creación de zonas abigarradas y bien definidas de comerciantes que no cumplían ninguna obligación fiscal ni sanitaria, que vendían 90 por ciento de productos de procedencia extranjera (principalmente estadounidense y asiática) y que la voz popular llamó pulgas. Estas pulgas no resolvieron el problema del comercio ambulante en las calles de Monterrey, a pesar de su continua reubicación. Es notable también el enorme tianquiztli (concepto náhuatl del mercado) que opera los fines de semana en el lecho

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del río Santa Catarina (y en menor escala en las plazas principales de todos los municipios de Monterrey); en él se puede encontrar el artículo más inesperado, desde viejos artefactos mineros e industriales a modernos artículos electrónicos importados. Indudablemente, este aspecto de la tradición y de la cultura mexicana no puede esconderse porque brota de diferentes formas y aspectos en todas las regiones de México. Recordemos lo que nos decía fray Juan de Torquemada a principios del siglo XVII (1615) sobre el mercado de San Hipólito en la Ciudad de México: Muchos vienen a comprar, y otros sin cuento, a ver los que se vende. Los más son mujeres, debajo de unos tendejones o sombras que hacen para la defensa del sol. Tienen las mercadurías puestas en el suelo y cada una conoce y tiene su asiento, sin que otra se lo tome, porque viene corriendo desde su gentilidad entre ellos, así en éste como en todos

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los mercados de esta Nueva España, tener cada oficio su asiento y lugar (Torquemada, 1978:144). A la par de esta tradición mexicana, los años noventa trajeron la llegada de nuevos y lujosos hipermercados extranjeros. Tenemos en Monterrey la llegada de las cadenas estadounidenses Wall Mart, HEB, Price Costco y SAM´S (estos dos últimos introdujeron una novedad en el comercio mayorista-minorista de Monterrey: el consumidor sólo puede comprar en estas tiendas siendo socio de las mismas a través de un pago menor a doscientos pesos por año), de la firma francesa Carrefour y del nuevo concepto de materiales para la construcción y el hogar de Total Home (originalmente establecido en coinversión entre la empresa regiomontana Alfa y socios estadounidenses, actualmente Alfa posee el cien por cien de la inversión). También en esta década es inaugurado el Centro Internacional de Negocios (Cintermex), en los terrenos de la antigua Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. Indudablemente la apertura de la economía mexicana que inició en 1986 con el ingreso de México al GATT, y posteriormente con la puesta en marcha del TLCAN, en enero de 1994, el comercio se estimuló y definió nuevos y novedosos rumbos de crecimiento y satisfacción al consumidor. En efecto, de acuerdo con el Programa Nacional para el Abasto y el Comercio Interior, los comercios de autoservicio cubren hasta el 50 por ciento de la comercialización minorista en Monterrey, mientras que 50 lo realizan los pequeños comercios. Los hipermercados de capital nacional y que existen en México desde décadas atrás son principalmente Soriana-Hipermart y Gigante, que se sumaron a otros de carácter regional y de gran tradición como los Azcúnaga, Casa Holck, Leal y el Mode entre otros. En fin, la actividad comercial refleja la estructura económica del país, además de contribuir de forma significativa a la formación del producto interno bruto; por otra parte, el segmento de la

comercialización es una muestra inmediata de los recientes cambios acaecidos en la estructura económica. La finalidad del comercio interior es la distribución, en el mercado nacional, de mercancías y servicios, lo que permite determinar las necesidades de abastecimiento del sector productivo interno ya descrito.

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así como al norte de la ciudad de Linares, N.L. (ver mapa 2). Estos campos fueron explotados comercialmente por compañías petroleras privadas extranjeras (especialmente estadounidenses) en la década de los veinte, con algunas dificultades técnicas y de costos. Según un documento fechado el 7 de agosto de 1931, las zonas en explotación en esta región eran las siguientes: 5. Tamaulipas: municipio de Mier, los pozos “La Presa No. 1 y 2”, y “Rancherías 1”, ambos con 2 millones de pies cúbicos al día; los pozos M Y M No. 2 y 3, con 566,000 y 113,000 metros cúbicos diarios de gas, respectivamente; los pozos Lajitas No. 1 y 3 con 142,000 y 141,000 metros de gas; y el pozo Williams, No 2 con 2,400 metros cúbicos diarios de gas. Casi toda esta producción era transportada a la capital de Nuevo León; para dotar de energéticos a la industria de Monterrey. Municipio de Camargo, los pozos Rancherías No. 1, 3, 4, 5, 6 y 7, con capacidad de 269,000 y 1’416,000 metros cúbicos diarios de gas; el Pozo Camargo No. 1, con 23,000 metros cúbicos diarios de gas, si bien este último pozo fue taponado debido a algunos derrumbes que lo inutilizaron para su explotación. Y, finalmente, en el municipio de Nuevo Laredo, el pozo Petronac Laredo 1, con 85,000 metros cúbicos diarios de gas (The Oil Weekly, 1931). 6. Nuevo León: municipio de General Bravo, los pozos Zacate No. 4 y 5, con 566,000 y 141,500 metros cúbicos diarios de gas respectivamente, y el pozo Carlos Cantú, No. 2 con 40,000 metros cúbicos diarios de gas. Este último pozo fue explotado por la compañía estadounidense Consolidated Oil Company’s of México en la comunidad de Sargento Mayor Carlos Cantú. Fue terminado en julio de 1935 a la profundidad de 1,118 metros. 7. Finalmente, en Coahuila, en Sabinas se encontraba el pozo Cloete, No. 1, con 56,000 metros cúbicos diarios de gas (Gobierno de México, 1940).

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8. Sería hasta 1958 cuando Petróleos Mexicanos explotaría a gran escala estas fuentes de hidrocarburos. En 1958 se puso en servicio el segundo gasoducto propiedad de PEMEX para conducir el gas producido en los yacimientos del norte, cerca de Reynosa, hasta Monterrey, Saltillo y Torreón. Constaba de dos tramos de tubería, uno de 22 pulgadas con 225 kilómetros de extensión, entre Reynosa y Monterrey, y otro de 16 pulgadas con 310 kilómetros de extensión, de Monterrey a Torreón, con un ramal de 30 kilómetros para dotar de gas a la capital de Coahuila (PEMEX, 1988). 9. El esquema de regionalización utilizado por Petróleos Mexicanos consiste en la segmentación del país por entidades federativas y su integración en diez regiones consideradas económica, social y geográficamente afines. Se siguió el criterio general de asignar el total de kilometraje de ductos a la región de destino de los hidrocarburos y no donde se ubica físicamente. Las regiones comprenden las siguientes entidades federativas: 1) Baja California Norte, Baja California Sur, sonora, Sinaloa, Nayarit; 2) Chihuahua, Durango; 3)Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León; 4) Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí; 5) Jalisco, colima , Michoacán; 6) Veracruz, Tlaxcala; 7) Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla; 8) Distrito Federal más once municipios del Estado de México (éstos son los siguientes: Naucalpan, Huixquilucan, Atizapán de Zaragoza, Tlanepantla, Tultitlán, Coacalco, Ecatepec, La Paz, Netzahualcóyotl, Cuatitlán y Chimalhuacán); Guerrero, Oaxaca, Chiapas; 10) Tabasco, Campeche, Yucatán. 10. El petróleo crudo que se recibe en la refinería se almacena en tanques con capacidad de 2.2 millones de barriles. A decir de Gustavo Garza, posteriormente “se envía para su destilación fraccionada a dos plantas combinadas: la primera tiene una capacidad de 100 mil barriles por día y la segunda de 135 mil. Ambas cuentan con una sección atmos-

férica que produce gasolina, turbosina, kerosina, Diesel y gasóleo ligeros y pesados. Como estos últimos no tienen uso comercial, la planta elabora por desintegración catalítica 40 mil barriles diarios de productos de mayor valor en el mercado como gas seco, propanopropileno y butano-butileno, que son materia prima de la industria petroquímica, así como aceites cíclicos para elaborar negro de humo utilizado en la industria llantera. Con objeto de evitar la contaminación del ambiente por el azufre que se emana de los procesos de refinación, se instaló una planta hidrodesulfuradora de gasolina, con una capacidad de 36 mil barriles por día y una eficiencia de 99 por ciento en la eliminación de compuestos de azufre. La planta usa el catalizador DCD-1 que fue desarrollado en el Instituto Mexicano del Petróleo; este instituto también diseñó el catalizador DCD-4 utilizado en otra planta hidrodesulfuradora de turbosina con una capacidad de 25 mil barriles diarios y una eficiencia en la eliminación de azufre de 94.3 por ciento. La refinería cuenta con otras instalaciones que la convierten en una planta moderna y de alta capacidad según estándares internacionales: planta reformadora de gasolina que disminuye significativamente el tetraetilo de plomo en la gasolina Nova y lo elimina totalmente en la Magna Sin; planta de tratamiento y fraccionamiento de hidrocarburos, que purifica y separa gases ácidos e hidrocarburos líquidos, con una capacidad de 64,200 metros cúbicos por día; una sección de tratamiento de sosa; planta recuperadora de azufre con capacidad de 80 toneladas diarias; dos turbogeneradoras de energía eléctrica con capacidad de 64 mil Kw; cinco calderas con capacidad de 850 toneladas por hora de vapor; tres plantas de tratamiento de agua y tres torres de enfriamiento para procesar 3,280 galones por minuto” (Garza, 1995ª: 227). 11. La instalación de la refinería de Cadereyta agudizó el problema de la escasez de agua, ya que la refinación de crudo demandó grandes cantidades de este preciado líquido. La oposición principal surgió

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de la población y de los agricultores quienes se vieron afectados directamente. Para 1980, se calculaba que para refinar un barril de petróleo se consumían 18 litros de agua (El Universal, 27-2-1980). Actualmente, la refinería de Cadereyta requiere de 720 litros de agua por segundo, de los cuales 120 provienen del Río Ramos que se encuentra a 10 kilómetros de la refinería, y 600 de una planta tratadora de aguas negras localizada en Monterrey. El agua proveniente de la planta tratadora de aguas negras se usa para el sistema de enfriamiento y en el caso de la que proviene del Río Ramos, se utiliza tanto para la generación de vapor como para consumo humano (véase el Archivo del Honorable Congreso del Estado de Nuevo León, en adelante AHCENL, Diario de los Debates, 1978-1980). A fin de “minimizar” la contaminación de las aguas, “la refinería cuenta con cuatro plantas de tratamiento biológico para cumplir con las normas ecológicas vigentes antes de canalizarla en el río Ayancual” (Garza, 1995ª:227). 12. Este gran troncal cubre una extensión de 1,012 kilómetros, con tubos de 48 pulgadas en la gran mayoría del trayecto. El ducto que conduce gas de Cactus, Chiapas, entró en operación en 1979, y en su recorrido atraviesa 20 ríos, 221 arroyos, 85 carreteras y cruza por 179 kilómetros de pantanos y 35 catalogadas como propensas a la inundación (Petróleos Mexicanos, 1988). 13. Esta empresa se asoció en 1996 con la firma texana Enserch Monterrey, la cual adquirió 49 por ciento de la Compañía Mexicana de Gas. En 1997 la empresa Texas Utility compra a la empresa Enserch Monterrey y por lo tanto adquiere 49 por ciento de la Compañía Mexicana de Gas. El Norte, Monterrey, 11 de marzo de 1999. 14. Gas Natural México, S.A. de C.V. asumió la operación técnica y comercial del sistema de distribución de gas natural del AMM el 1 de junio de 1998. Ésta es una empresa española con más de 150 años

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de experiencia en materia de distribución de energéticos y que brinda su servicio a más de 5 millones de usuarios en todo el mundo. Tiene concesiones en las ciudades mexicanas de Toluca, Saltillo y Nuevo Laredo, así como en Brasil, Argentina, Colombia y naturalmente España. Gas Natural México, S.A. de C.V., Distribución Monterrey, Monterrey, 1 de junio de 1998. 15. Entrevista con Marcelo Chauvert, director de la Compañía Mexicana de Gas, El Norte, Monterrey 11 de marzo de 1999. 16. Por ejemplo, este último sector integrado por las dos mayores empresas industriales del país, Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), consumían, en 1990, 29.9 por ciento de la producción total de hidrocarburos, 70.1 por ciento se destinó al consumo final. La distribución de consumo en 1990 en el propio sector energético, en particular el sector eléctrico fue como sigue: se utilizó 65.6 por ciento del combustóleo producido y 15.8 por ciento del gas residual para generación de electricidad (Secretaría de Energía y Minas Paraestatal, 1991). 17. Datos proporcionados por el Instituto de Protección Ambiental de la Cámara de la Industria y de la Transformación de Nuevo León (CAINTRA), El Norte, Monterrey, 6 de agosto de 1998. 18. Véase los siguientes macroproyectos gubernamentales elaborados por el gobierno federal, estatal y municipal que atañen al AMM: Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda, 1984-1988; Plan Nacional de Desarrollo Urbano, 1978; Plan Estatal de Desarrollo Urbano, 1979; Plan Subregional de Desarrollo urbano de Monterrey Metropolitano, 1982; Planes Municipales de Desarrollo Urbano de Apodaca, San Pedro Garza García, General Escobedo, Guadalupe, Monterrey, San Nicolás de los Garza y Santa Catarina, 1980; Plan Nacional de Desarrollo,

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1983-1988; Plan Nuevo León, 1988-1991; y Plan Director de Desarrollo Urbano del Área Metropolitana de Monterrey, 1988-2010. 19. Este Plan arranca con el recordatorio de un decreto del Ejecutivo del estado que fue dictado ante una realidad aplastante. El 23 de enero de 1984, este decreto, publicado por el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, declaró la existencia de una zona conurbada integrada por los municipios de Monterrey, San Nicolás de los Garza, Apodaca, Guadalupe, Garza García (ahora San Pedro Garza García), Santa Catarina y General Escobedo. En un decreto posterior se anexan dos municipios más: Villa de García y Juárez (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988).

la existencia de industrias contaminantes cercanas a zonas habitacionales, así como la localización de depósitos de gas licuado, de petróleo y de otros hidrocarburos en medio de éstas. Lo que representa –asegura el estudio– “un riesgo potencial de fugas tóxicas, explosiones e incendios que afectan la seguridad y bienestar de la población” (Gobierno del Estado de Nuevo León, 1988). 21. Años particularmente violentos. La escalada de violencia fue en aumento y tuvo su punto máximo el 17 de septiembre de 1973 al ser asesinado –en un intento fallido de secuestro– el empresario Eugenio Garza Sada.

20. Sobre el nivel alcanzado en la contaminación del entorno del AMM, existen estudios verdaderamente alarmantes. El Plan Director de desarrollo urbano, elaborado por el Gobierno del Estado de Nuevo León expuso, en 1988, los siguientes datos: “Por la cantidad y calidad de los desechos contaminantes, la industria es la principal fuente con 50 por ciento; le siguen los vehículos con 40 por ciento; la disposición inadecuada de los desechos sólidos urbanos, principalmente la quema de basura genera 5 por ciento; y causas diversas otro 5 por ciento. En general, las industrias más contaminantes son la cementera, la química, la papelera, la Fundidora, la cristalera, la extractiva y la generación de electricidad”. De las industrias que contaminan más significativamente –dice el estudio–, 4 por ciento lo hacen con humos, 6 por ciento con grasas y el 11 por ciento con polvos. Otro 13 por ciento genera contaminantes altamente tóxicos. Y por si fuera poco, sólo 21 por ciento de las industriales que producen contaminación considerada altamente tóxica cuenta con equipo de control de emisiones. Amén de la contaminación del agua, suelos, ruido e imagen urbana, esta última comúnmente llamada contaminación visual. Asimismo, el Plan Director advierte

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CAPÍTULO V EDUCACIÓN 1. Legislación pobremente. Sería hasta 1917 cuando se cambiaría la concepción edu­cativa con motivo del artículo terEl periodo revolucionario mexicano que se inicia en cero de la Constitución de 1917. El Constituyente sesionó, entre 1916 y 1917, 1910 culmina con la promulgación de la Carta Magna de 1917. Los conflictos militares continuarán has- en el Teatro de la República de la ciudad de Queréta ya entrada la cuarta década. Si bien en este docu- taro. En representación de Nuevo León fueron Mamento se cristalizaron las añejas exigencias sociales, nuel Amaya, Nicéforo Zambrano, Luis Ilizali­turri, le cuestión de la educación no fue la excepción. De Ramón Gámez, Reynaldo Garza y Agustín Garza hecho traía un rezago de propuestas para mejorar González (Flores, 2007). El artículo tercero, como otros más, fue moesta cuestión. tivo de álgidos debates. La libertad de enseñanza El Partido Liberal Mexicano, en el que militaban los hermanos Flores Magón, Juan Sarabia, que la Constitución de 1857 proclamó fue modifiAntonio I. Villarreal y otros más, difundió su pro- cada por los diputados constituyentes. Esa libertad, grama en 1906, en el cual marcó cinco puntos para deliberaron, era utilizada como escudo por el clero el mejoramiento de la educación nacional: multipli- para seguir interviniendo en la educación de la niñez car las escue­las primarias; establecer la enseñanza mexicana. Por ese motivo se le dio a la educación el carácter de laica, excluyendo por comlaica; hacer obligatoria la instrucpleto a las corporaciones religiosas (ver ción hasta los 14 años; mejorar los anexo 1). sueldos de los maestros y exigir la Al final, el artículo tercero aproeducación militar, la enseñanza de bado el 16 de diciembre de 1916 quedó las artes y oficios, entre otros (Flocomo sigue: res, 2003). Sin embargo, durante el Artículo tercero.- La enseñanza proceso de sedición, fuera de ese es libre; pero será laica la que se documento, ningún otro plan o imparta en los establecimientos programa revolu­cionario contemoficiales de educación, lo mismo pló mejoras educativas; ni el Plan que la enseñanza primaria, elemende San Luis, ni el de Ayala ni el tal y superior que se imparta en de Guadalupe tocaron este asunto En 1881, el Congreso de la los es­tablecimientos particulares. (Flores, 2003). Unión aprobó el proyecto de La educación, todavía a car- Justo Sierra que daba a la edu- Ninguna corporación religiosa, ni cación primaria el carácter de ministro de algún culto, podrán esgo de los municipios, funcionaba obligatoria.

Antecedentes

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tablecer o dirigir escuelas de instrucción primaria. Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial. En los estable­cimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza pri­maria.1 La misma Constitución de 1917 estipuló, en su artículo 73 Fracc. XXVII, como una facultad del Congreso de la Unión el establecer escuelas profesionales e institutos de cultura superior con la partici­pación de los particulares. obligatoria la educación de los hombres Sin embargo, a pesar de que la La Ley de Instrucción Pública estableció como de 6 a 14 años y las mujeres de 6 a 12 años. Constitución marcaba que la función educativa se circunscribía a la actividad primeros dos, y en el campo de las armas el último.3 pública del Estado, aunque fue-ra sólo en la vigilan- En educación, el Congreso de la entidad respetó en cia e inspección, la realidad era que la Secretaría de forma íntegra el artículo tercero de la Constitución Instrucción Pública y Bellas Artes, creada en 1905 fede-ral. Dos artículos más tocan el tema de la edupor el presidente Porfirio Díaz y a sugerencia de Jus- cación en nuestra entidad, el trigésimo cuarto y el to Sierra, no tenía competencia para dirigir la edu- sexagésimo tercero: cación en las entidades federativas, pues esto iba en Art. 34.- Es obligación de los nuevoleonecontra de la soberanía de los estados. Por ese motivo ses: la educación primaria, tanto la ele-mental como la Hacer que sus hijos o pupilos de edad escosuperior, estaba a cargo de los ayuntamientos (Flolar concurran a las escuelas públicas o prires, 2003a). vadas, para obtener la educación pri­maria, En Nuevo León, como en la mayoría de las elemental y militar durante el tiempo que entidades, los ayuntamientos no tenían ni los mismarque la Ley de Instrucción Pública. mos recursos ni los maestros necesarios. Este hecho Art. 63.- Pertenece al Congreso: propiciaba y acentuaba las desigualdades sociales. […] Promover e impulsar la educación pú-

La Constitución de Nuevo León Una vez promulgada la Constitución nacional, la XXXVII Legis­latura Constitucional se dio a la tarea de dictar la que dirigiría los destinos de Nuevo León, hecho que fructificó el 16 de septiembre de 1917.2 Entre los diputados constituyentes estaban distinguidos nuevoleoneses como Santiago Roel, Galindo P. Quintanilla y Gregorio Morales Sánchez, que destacaron como jurisconsultos y escritores, los

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blica y el engrandecimiento de todos los ramos de prosperidad en general.4 El artículo trigésimo cuarto de la misma determinó la obligación de los ciudadanos de enviar a la escuela primaria a sus hijos o pupilos en edad escolar. Como se recordará, la Ley de Instrucción Pública estableció como obligatoria la educación de los hombres de 6 a 14 años de edad y las mujeres de 6 a 14 años de edad y las mujeres de 6 a 12.5 Sería hasta 1921, con la fundación de la Secretaría de Educación Pública, cuando se inició la federalización de la educación (Flores, 2003).

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A partir de ahí el Estado y la Federación tomaron como propias la función de fundar todo tipo de escuelas y legislar sobre su funcionamiento.

Las reformas de 1934 y 1946 Si bien el fin de toda constitución es el de implantar un orden jurídico que evite a toda costa la anarquía, lo cierto es que el pueblo o nación es el depositario de la soberanía y como tal puede, en todo momento, modificar la Constitución mediante los mecanismos que da la propia ley fundamental. Después de la reforma federal de 1934, el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que determinó la educación socialista, quedó como sigue: Artículo tercero.- La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo.6 Aunque la educación socialista no incluía a la del tipo superior que se ofrecía en las universida-

Se estableció que la instrucción pública sería a favor de la cátedra libre.

des públicas, en Nuevo León este precepto constitucional impactó en la población estudiantil. El doctor Ángel Martínez Villarreal, rector de la Universidad desde agosto de 1934, se manifestó a favor de la escuela socialista; por lo que el inicio de cursos de septiembre del mismo año, los estudian­tes realizaron una huelga general que mostraba su posición contra la enseñanza socialista y a favor de la cátedra libre. Por otra parte, si el artículo tercero de la Constitución local no sufrió ninguna modificación, sí cambió la ley orgánica de la educa­ción en 1939. El artículo segundo de esta ley transcribe exactamente el tercero cons-titucional. Sin embargo, en 1942 se aprobó la Ley Orgánica de la Educación Pública a nivel federal reglamentaria de los artículos 3 y 123 constitucionales7 (ver anexo 2). Sin embargo, en 1946 se reformó nuevamente el artículo tercero de la Constitución política del país, eliminando el término socialista y dando énfasis a la unidad nacional, que con motivo de la segunda guerra mundial se veía seriamente amenazada. El artículo tercero quedó como sigue: La educación que imparta el Estado –Federación, estados, mu­nicipios– tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria y la conciencia de solidaridad internacional, en la independencia y la justicia. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará a dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las

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Para 1943 Nuevo León inició una nueva etapa para la educación media y superior, al establecerse dos importantes casas de estudio.

servidumbres, los fanatismos y los prejuide robustecer en el educando, junto con el cios. Además: a) será democrática, consiaprecio para la dignidad de la persona y la derando a la democracia no solamente como integridad de la familia, la convicción del una estructura jurídica y un régimen polítiinterés general de la sociedad, cuanto por el co, sino como un sistema de vida fundado cuidado que ponga en sustentar los ideales en el constante mejoramiento económico, de fraternidad e igualdad de derechos de tosocial y cultural del pueblo; b) será nacional, dos los hombres, evitando los privilegios de en cuanto, sin hostilidades y exclusivismos, razas, de grupos, de sexos o de individuos.8 tenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura, y, c) contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte, a fin Los profesores se vieron favorecidos con la Ley de Movilidad Profesional del Magisterio.

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La Reforma de 1954

ción, quedando la enseñanza comercial en un apar­ tado diferente a la secundaria o posprimaria. Por otra parte, el artículo segundo reproduce el tercero constitucional en la fracción primera al marcar las características de la educación en tres incisos: será nacional, democrática y contribuirá a mejorar la convivencia humana. Igualmente, las fracciones segunda, tercera, cuarta y quinta están dedicadas a regular la educación de los particulares; la sexta determina la obligatoriedad de la educación primaria y la séptima la gratuidad de la que imparta el Estado. Esta ley (la de 1954) estuvo vigente en la entidad hasta su derogación en 1975, cuando se expidió la nueva Ley de Educación en el Estado (ver anexo 4), acorde con la Ley General de Educación de 1973 (ver anexo 3).

En 1943 se habían reabierto la Universidad de Nuevo León y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores había sido fundado. Así inició una nueva etapa para la educación media y superior en Nuevo León. Sin embargo, como se ha comentado arriba, fue hacia finales de la primera mitad del siglo cuando se reformó el artículo tercero consti­tucional, suprimiéndole el carácter de socialista que se le había asignado en 1934. Sin embargo, la Ley Orgánica de la Educación del Estado no se había modificado y especificaba aún que la educación que impartiera el Estado debería ser socialista, por lo tanto no existía congruencia con la legislación federal. Fue hasta 1954 cuando la LIII Legislatura expidió el decreto 86 con el cual quedaba formal- Los profesores mente establecida la Ley General de Educación en el estado.9 Esta ley, además de eliminar el término Otros aspectos importantes de comentar fueron la socialista de la anterior, estableció en los artículos Ley de Movili­dad Profesional del Magisterio expedida por el Congreso del Estado de Nuevo León 14° y 20° lo siguiente: Artículo 14.- Es función del Estado impartir mediante el decreto número 83 de 1939, misma que representa un antecedente de importancia en el esla enseñanza que comprenderá: calafón docente. Sus capítulos décimo primero y I. Primaria, incluyendo jardines de niños décimo segundo dicen: II. Secundaria y posprimaria III. Comercial IV. Universitaria Artículo 20.- La educación que imparte el estado y sus munici­pios tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria y conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia.10 Como se puede apreciar, esta ley consideraba cuaLa Escuela Normal Superior fortaleció la preparación de los maestros para desempeñar metro niveles o tipos de educa- jor su labor. Fotografía: M. Villarreal.

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Art. 11o.- Los ascensos se otorgarán al maestro que obtenga el mayor número de puntos en relación con los de su categoría. Art. 12o.- En igualdad de condiciones para los ascensos, la Dirección General de Educación Primaria y Secundaria, de entre los candidatos que le proponga la Comisión de Escalafón, preferirá en la forma siguiente: I. A los maestros nativos de Nuevo León e hijos de la Escuela Normal del Estado, respecto a los que no estén en este caso. II. A los que tengan más de dos años de servicio en la misma categoría o clases inmediata inferior. III. A los que tengan mayor número de personas bajo su depen­dencia económica previa comprobación ante la Dirección. Si aún así existiera igualdad de condiciones, la Dirección General elegirá a quien posea otros méritos y cualidades profesionales y sociales superiores, a quien no tenga nota de demérito profesional.11 Es preciso aclarar que, además de lo anterior, en ese mismo reglamento se estipulaban otras cuestiones a considerar en sentido de escalafón como la participación en el desarrollo comunitario, porcentaje de alumnos aprobados, estudios realizados, entre otros. La necesidad de normar las relaciones laborales de los tra­bajadores al servicio de la educación dio lugar a un reglamento denominado Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la Secretaría de Educación Pública, publicado en el Diario Oficial con fecha de 29 de enero de 1946.12 Posteriormente, en 1961, el gobernador de Nuevo León, Eduardo Livas Villarreal, creó por decreto la Escuela Normal Superior del Estado de Nuevo León.13 En su primera Ley Orgánica, del 4 de noviembre de 1961, se especificaron los fines de la institución: Artículo primero.- Se crea una institución educativa que llevará el nombre de Escue-

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la Normal Superior del Estado de Nuevo León. Artículo segundo.- Dicha institución dependerá del Ejecutivo del estado y tendrá como finalidades: a) Ampliar y profundizar la cultura general y pedagógica a los maestros graduados de las escuelas normales primarias oficiales, o particulares incorporadas. b) Capacitar científica y pedagógicamente a los maestros para impartir la educación media normal.14 Sin duda, la Escuela Normal Superior llenó un hueco en la historia educativa de la entidad. A partir de su creación, los maestros de Nuevo León estuvieron en posibilidad de elevar su preparación para desem­peñar mejor su labor.

Padres de familia Por otra parte, dada la importancia de los padres de familia en el desarrollo de las actividades educativas, el gobernador de Nuevo León, Ignacio Morones Prieto, promulgó la Ley sobre el funcionamiento de las Sociedades de Padres de Familia y Maestros en el Estado de Nuevo León, en diciembre de 1950.15

2. Educación básica Primaria. Situación en 1910 En febrero de 1911, la Biblioteca Pública de Nuevo León, con sede en Monterrey –que había registrado 900 lectores por mes en el último año– solicitó al gobernador del estado que se extendiera el horario de apertura hasta las 8:00 pm, en lugar de cerrar una hora antes.16 Este curioso acontecimiento se registró en 1910, dos meses después del estallido de la Revolución en México. Pero este hecho no era tan extraño si lo contextualizamos; el censo general de población de ese año mostró que todos los estados fronterizos al norte de México, tenían un grado de alfabetización

Monterrey: origen y destino

Para 1911, Monterrey contaba con siete planteles de educación media y superior.

mayor al resto del país, y lo que ello implicaba, una mayor circulación de periódicos, revistas y libros por encima de la media nacional (Flores 2007). Si el censo general de población de 1910 registraba 15 millones de habitantes y 12 millones no sabían leer y escribir, en el norte de México, y particularmente en Monterrey, la proporción de alfabetos era de seis por cada 15 personas, a diferencia de sólo tres de cada 15 a nivel nacional.17 Esa cifra representa dos veces más el porcentaje de personas que sabían leer y escribir que la media nacional. Sin duda esto era producto de un elevado interés por la educación en Monterrey, cuando menos desde fines de siglo XIX. Para 1911, en lo tocante al ramo de la denominada instrucción pública, el gobierno del estado hacía énfasis en la marcha de la instrucción primaria, a la cual se afirma que cuatro inspectores vigilaban que se cumpliera con los estándares de estudio. Este nivel sostenido por los municipios, y dada su “gran trascendencia para el mejoramiento intelectual del estado”,18 hacía eco, en 1911, en las 310 escuelas oficiales, a las que concurrían 26,595 niños, que recibían la enseñanza de 744 profesores y ayudantes. Si agregamos a esas cifras las correspondien­tes a escuelas particulares, tendremos un total de 397 establecimientos, servidos por 1,020 di­rectores y ayudantes, con una asistencia de 31,122 alumnos en

el estado. Para el caso del municipio de Monterrey, cerca de 25 por ciento de estas escuelas y alumnos se encontraban en esta ciudad.19 Para 1911, los planteles de instrucción de educación media o secundaria y superior –a veces así llamadas– eran siete, uno de los cuales, el Colegio Civil, era sostenido con cargo al Tesoro público. En él se matricularon, al empezar el periodo escolar próximo anterior, 136 alumnos propie­tarios, un supernumerario y nueve simples asisten­tes al primer año. Fueron atendidos por 17 profesores y 21 empleados; sustentaron los reconocimientos reglamentarios 125, y siete queda­ron en aptitud de dar principio a sus estudios profesionales. Los otros seis establecimientos de este nivel de enseñanza eran de carácter particular (capital privado) y contaban con 110 alumnos. En este sentido, sumado a los que cursaban la educación media en el Colegio Civil, podemos hablar de 247 alumnos en su conjunto, atendidos por 33 profesores y 22 empleados.20 En cuanto a los planteles de educación profesional en Nuevo León, eran catorce y todos ellos se encontraban concentrados en el municipio de Monterrey. De estos sólo cinco eran de carácter oficial: 1. Escuela de Jurisprudencia. Esta escuela recibió en sus aulas, en el periodo de 1910-

377

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

1911, quince alumnos propietarios y dos supernumerarios atendidos por cinco profesores. Los supernumerarios eran los que se sujetaban a exámenes de grado, no así los supernumerarios que podían o no solicitar su examen correspondiente. 2. Escuela Normal de Profesores. Tuvo una asistencia de 57 alumnos, a cargo de 17 maestros y seis empleados. Todos se sujetaron a examen y siete de ellos terminaron su carrera. 3. Escuela Profesional de Señoritas. Se inscribieron 219 y sólo 189 recibieron su examen reglamentario, siendo aprobadas 181, y concluyeron sus estudios 26 de ellas. Fueron asistidas por 16 profesores y cinco ayudantes. 4. Academia de Dibujo (aplicada a las artes). Esta academia sólo tenía un profesor, el cual contó con 102 alumnos, de los cuales

sólo se sujetaron al examen 40, siendo todos ellos aprobados. 5. Clase para maestras de kindergarten. Este departamento de clases teórico-prácticas para la enseñanza de párvulos anexo a la Escuela Profesional de Señoritas estuvo a cargo de tres profesoras y siete alumnas que aprobaron y terminaron sus estudios.21 Resumiendo los datos que anteceden, vemos que en Nuevo León había 397 planteles de instrucción primaria (con 1,020 profesores), siete de educación media o secundaria (atendidos por 33 profesores y 22 empleados) y catorce de profesional (con 75 profesores y 30 ayudantes), con una asistencia total de 32,106 alumnos, lo cual habla muy alto en fa­vor de la cultura de este estado.22 Todos los planteles escolares dependientes del gobierno estatal y municipal tuvieron una erogación para el ciclo escolar 1910-1911 de 282, 317.68 pesos, correspondiendo 80 por ciento de ésta a la

Para 1918, la ciudad ya contaba con instituciones artísticas, tal es el caso de la Academia Musical Beethoven.

378

Monterrey: origen y destino

instrucción primaria (226,704.00 pesos) y el resto a la educación media y superior. Esta erogación en el rubro de la educación en el estado representaba 18 por ciento del presupuesto de egresos de la entidad, porcentaje alto en consideración de la media nacional que no rebasaba 10 por ciento.23

Década de 1930 Para el ciclo escolar 1931-1932, Monterrey tenía 11,123 alumnos de primaria de los 29,283 alumnos totales que cursaban este nivel de enseñanza en el estado.24 De igual forma, estos alumnos estaban frente a 296 profesores –del total de 861 profesores estatales– registrados por la Secretaría General de Gobierno.25 Veinte años después de 1910, se observa que la población creció de forma importante fuera de la ciudad capital, en las zonas rurales, y que el proyecto gubernamental de llevar la educación a todos los asentamientos importantes fue una práctica común. Si en 1910 la educación primaria que se impartía en el estado concentraba 25 por ciento de sus alumnos en la ciudad de Monterrey, en ese entonces con 90 mil habitantes; para 1932 este porcentaje de alumnos atendidos, en referencia al resto del estado, aumentó a 30 por ciento. La educación en su nivel básico manifestó una tendencia a la concentración urbana más marcada –con referencia al periodo porfiriano–, después de la Revolución (Flores, 2007). Otro rasgo importante en el estado, y en Monterrey en particular, es que la educación impartida en instituciones de capital privado siempre compitió de una forma franca con la educación pública. En efecto, para 193, las escuelas de todos los niveles de enseñanza –incluyendo la primaria– que estaban registradas eran 782, atendidas por 2,023 profesores; la inscripción ascendía a 80,131 alumnos. Estas cifras comprendían tanto escuelas estatales y federales como de capital privado. Sólo las escuelas públicas estatales fueron 319 (de un total de 782) con 1,085 profesores (de un total de 2,023), las cuales atendían

40,237 alumnos (de de un total de 80,131). El resto se dividía en escuelas federales y privadas.26

Década de 1940 Para 1943, uno de los principales objetivos de la Revolución había logrado consolidarse en Nuevo León: la educación primaria como educación obligatoria básica para todo mexicano. Para 1900 se habían inscrito, en este nivel escolar en el estado, sólo 24,818 alumnos; veinte años después, en 1931, la inscripción en este nivel sólo reflejaba un aumento relativo de un poco más de 6, 500 al registrarse la cifra de 31,406 alumnos. Estos últimos eran los alumnos matriculados de una población estatal con edad escolar de 82,350 personas, en otras palabras, se había matriculado sólo 26 por ciento de la población en edad y con derecho a la educación primaria. Once años después, en 1942, la inscripción alcanzó la cifra de 96,554 alumnos de una población estatal con edad escolar de 108,230. Esto representaba una matrícula de 89 por ciento del universo de alumnos conocido. La frase esgrimida por el régimen revolucionario: “Igualdad de oportunidades para todos”, era ya una realidad. Además, cabe aclarar que a diferencia de 1900, cuando sólo existían 716 profesores para casi 25 mil alumnos, en 1942 el número de profesores aumentó tres veces y media más, a 2,506, a la par del ritmo del crecimiento del número de alumnos.

Década de 1950 Para el ciclo escolar que inició en 1951, las escuelas primarias oficiales en el municipio de Monterrey se encontraban distribuidas en cinco distritos (del primero al cuarto y el décimo distrito) con un total de 41,240 alumnos. Por su parte, las escuelas federales en Monterrey eran 20, atendían 6,492 alumnos por 231 maestros. Además, existían 32 colegios privados y 29 academias para ambos sexos, los cuales sumaban 13,266 estudiantes. En suma, las 134 escuelas

379

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

(públicas, federales y privadas) atendían, sólo en que ascendía a 1,674 profesores y profesoras (ver el Monterrey, 61,968 alumnos con un cuerpo docente cuadro 1). Cuadro 1. Escuelas primarias oficiales en el municipio de Monterrey, ciclo escolar 1951-1952. Escuela

Ubicación

Número de alumnos

Número de maestros

Primer Distrito Nuevo León

Félix U. Gómez y Salazar

1235

25

Lázaro Garza Ayala

Diego de Montemayor y J.I. Ramón

869

18

León Guzmán

C. Madero y P. Sánchez

1364

23

C. Madero y P. Sánchez

396

14

Treviño y Arista

447

14

Tapia y Juan de la Barrera

485

12

Plan de San Luis y J. M. Garza, Colonia Madero

639

9

J.M. Garza y Héroes del 47

1149

22

Luis Benavides

Washington y Dr. Coss

494

13

Luis Villarreal

Luis G. Urbina y Plan de Guadalupe

536

14

10

Subtotal

7614

164

Francisco Rodríguez Pérez Edmundo de Amicis Conrado Montemayor Mariano Escobedo Genaro Leal Garza

Segundo Distrito Francisco I. Madero

Emilio Carranza y Ave. Progreso

1896

39

Monterrey

J. Méndez y Democracia

1551

30

Simón de la Garza Melo

Juárez y Tapia

1725

36

Josefa Ortiz de Domínguez

15 de Mayo y Guerrero

719

16

José María Morelos

Villaldama 48, Topo Chico

190

7

José María Cárdenas

Escobedo sur 574

22

7

Miguel Hidalgo

R. Garza Cantú 206

1126

27

Eulogio Flores

Ignacio Manuel Altamirano

905

18

Jardín de Niños Número 1

Emilio Carranza y Avenida Progreso

150

7

Jardín de Niños Alameda

Alameda Mariano Escobedo

400

13

380

Monterrey: origen y destino

10

Subtotal Tercer Distrito

8684

200

Fernández de Lizardi Revolución

Serafín Peña sur 130

1649

34

Bernardo Reyes 1934

2702

51

Presidente Calles

Madero y Porfirio Díaz

1407

30

Salazas Poniente 2201

1573

31

Héroe de Nacozari y Dr. E. Guajardo

1520

31

Los Urdiales

126

3

Subtotal Cuarto Distrito

8977

180

2 de Abril 311

2299

44

Hidalgo poniente 769

624

15

Frente a la Plaza de Verea

1060

23

16 de septiembre y Occidente

719

15

Guillermo Prieto

Guillermo Prieto

229

8

Benito Juárez Juan A. de la Fuente

Aquiles Serdán 117

596

14

Sinaloa 1209

35

2

Miguel Hidalgo

Los Remates

22

1

20 de Noviembre Sur 874

37

1

Querétaro y Quintana Roo

596

11

Jesús M. Garza

Ayutla y Quintana Roo

1502

31

María del R. Viuda de B.

Claveles y Lirios

186

7

José Alvarado

No determinado

947

22

13

Subtotal Décimo Tercer Distrito

8946

172

18 de Marzo y Mecánicos

1552

34

Magnolia 1709

408

13

Arista y Orquídea, Col. Victoria

280

18

Vicente Suárez 1720 Norte

204

7

Mariano Matamoros Beatriz V. de Alemán Francisco J. Montemayor 6 Presidente Abelardo L. Rodríguez Serafín Peña Enrique Pestalozzi Ignacio M. Altamirano

José E. González Dr. Ángel Martínez V.

Héroe de Nacozari Diego de Montemayor Arcadio Espinosa Casimiro S. González

381

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Héctor González Nicolás Bravo

Pablo A. de la Garza

676

13

Álamo y Libertad Venustiano Carranza y Arquitectos

1011

23

158

5

Adolfo Villarreal

Amado Nervo Norte

406

11

Emiliano Zapata

González Treviño 1202

871

17

5 de Mayo Poniente 1328

266

8

Cont. Hidalgo 503

298

9

16 de Septiembre 710 Poniente

220

7

Delfina L. Flores

No determinado

711

16

13

Subtotal Colegios Particulares

6989

181

Anglo Español

Padre Mier Oriente 761

229

7

Anglo Español Sucursal

Hidalgo Poniente 1584

149

9

Aquiles Serdán

Hidalgo Poniente 524

401

14

Cuautla Poniente 1963

381

6

Cautelar y Tlaxcala

473

12

Ayutla 1408 Nuevo Repueblo

366

121

Modesto Arreola, Poniente 104

604

13

Hidalgo Poniente 856

634

13

Hidalgo Poniente 266

297

7

Washington Oriente 215

238

7

No determinado

188

7

Industria Poniente 266 Hidalgo Poniente 371 Bolívar Poniente 1720 Abasolo Oriente 858

416 199 148 141

6 7 7 5

Hidalgo poniente 768

171

6

Zacatecas 708 Colonia Industrial

349

5

Emilio Rodríguez

Mariano de la Garza 15 de Mayo 20 de noviembre

Aquiles Serdán #1 Aquiles Serdán #2 Aquiles Serdán #3 Excélsior Franco Mexicano Guadalupe Victoria Instituto G. Victoria Franco Mexicano Sucursal Gonzalitos La Paz Mater Anáhuac American School Miriam

382

Monterrey: origen y destino

Pedro de Gante Regiomontano Hispano Americano

Licenciado Verdad 813 Poniente

277

7

Falda Norte del Obispado

476

7

Treviño Poniente 1536

237

6

158

3

250

5

148

6

132

6

Unión Vidriera de Niñas Vidriera de Niños

4° Avenida Industrial 1209 Oriente Juárez Norte 2319 Fama Oriente 1008 Colonia Vidriera Fama oriente 1021 Colonia Vidriera

Beatriz Zertuche

Padre Mier Oriente 934

235

10

Platón Sánchez 1602 Norte

327

5

Batallón de San Blas 1302

169

5

La Sorbona

Juan Méndez Norte 638

110

5

Tijerina

Washington 938 Oriente

132

6

Germancita

Vasco de Gama 404

20

1

José Calderón

Villagrán y Miguel F. Martínez

237

7

Mexicano Labastida 33

Padre Mier 959 Colonia del Valle Subtotal Academias

277 275 8844

6 7 344

Juárez Norte 828

619

16

Doblado Norte 121

120

4

Modesto Arreola y Doblado

154

6

Simón Bolívar

Venustiano Carranza Norte 738

307

7

Moderna de Comercio para Señoritas

Washington Oriente 519

134

7

Juárez Sur 515

185

8

La Fama Zaragoza y Espinosa

48 111

6 8

Hidalgo Poniente 266

160

6

Matamoros 521 Oriente

99

6

Bernardo Reyes

José Eleuterio González Miguel de Cervantes

Mercantil de Monterrey Practica de Comercio de Señoritas Práctica de Comercio para Varones

Moderna de Comercio para Varones Cantú Treviño Vanguardista Guadalupe Victoria Monterrey

383

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Anglo Español

Padre Mier Oriente 761

45

10

Luz Benavides

5 de Mayo Oriente 214

102

7

Bernardo Reyes Femenina

Modesto Arreola 629 Oriente Bolívar Poniente 1720

38 71

5 8

Mexicano Excélsior Labastida Central

Padre Mier 959 Washington Poniente 107 Colonia del Valle Hidalgo Oriente 418

168 138 68 47

6 7 6 5

Monterrey Col.

Galeana Norte 146

60

4

La Paz

Hidalgo Poniente 371

62

5

General Treviño

Isaac Garza Oriente 921

59

8

Westrup

Morelos Oriente 132

21

4

General Corona

Corona Norte 936

45

3

América

Pino Suárez y M.M. del Llano

62

5

English Com. Institute

Washington y Arista

704

13

Comercial Inglés

Washington Oriente 722

193

8

Washington Business

Washington Oriente 1048

516

15

Zarco Sur 815

30

4

Treviño Poniente 1536

56

5

Subtotal

4422

202

Técnico Comercial Hispano Americano 29

Escuelas Federales 20

Subtotal

6,492

231

134

TOTAL

61,968

1674

Fuente: AGENL, Fondo Educación, Escuelas Primarias Oficiales en Monterrey, Departamento de Estadística Escolar, Roberto Montemayor, Monterrey, N.L., 6 de noviembre de 1951.

La década de 1970 Para esta década la concentración de la mayoría de la población en el área metropolitana de Monterrey también trajo consigo la concentración de la mayoría de los planteles públicos y privados en esta ciudad. Para esta década la casi totalidad de los niños en edad escolar elemental y que se encontraban en asentamientos legales en el municipio de Monterrey estaban oficialmente inscritos (ver cuadro 2).

384

Sin embargo, cabe destacar que a fines de la década de 1950, y durante la década de 1960 y principios de 1970, la ciudad y sus municipios aledaños recibieron una enorme cantidad de familias y trabajadores provenientes de otras entidades. La migración fue constante y con fluctuaciones, por lo que la llegada de estas personas no siempre coincidía con los ciclos escolares, por lo que tenían que esperar al siguiente ciclo anual. A esto hay que agregar que la ocupación ilegal de tierras privadas o públicas sin infraestruc-

Monterrey: origen y destino

tura mínima para vivir, los alejaba de los centros educativos que, a su vez, tenían un cupo determinado por la población asentada a su alrededor. Es por ello que en esta época inician programas educativos alternativos en contraposición a lo dictado por las autoridades estatales de la Secretaría de Educación. Éste fue el caso del fraccionamiento Tierra y Libertad. Cuadro 2. Alumnos y profesores en la educación primaria en Nuevo León. Escuelas estatales, federales y particulares. Estadística Histórica (1900-1980). Año

Alumnos inscritos en la entidad

Profesores en la entidad

1900

24,818

716

1910

23,613

678

1917

22,027

619

1923

31,095

871

1931

31,406

839

1939-1940

87,200

2,016

1942-1943

96,554

2,506

1951-1952

123,000

3,006

1970-1971

353,359

8,067

1975-1976

437,148

11,352

1980-1981

507,248

14,683

Fuente: Cuadro elaborado en base a la información recopilada en: AHMM, Informes anuales de los alcaldes de Monterrey (1900-1981); AGENL Informes anuales del gobernador del estado (1900-1981); AGENL, Secretaría General de Gobierno, Sección Estadística, Estadística de Educación; AGENL, Dirección General de Educación primaria; Secretaría de Educación del Estado de Nuevo León, Inicio de Cursos (1970-1981); Departamento de Estadística, Dirección de Planeación Educativa.

Secundaria Fundación Le educación en su nivel de secundaria fue creada con base en el decreto número 1848 del 30 de diciembre de 1925, emitido por el presidente Plutarco Elías Calles y firmando el secretario de Educación

La educación en su nivel secundaria fue creada con base en el decreto emitido por el presidente Plutarco Elías Calles en 1925.

Pública, J. Manuel Puig Causarac. En su artículo único decía: Artículo único.- Se autoriza a la Secretaría de Educación Pública para crear escuelas secundarias, dándoles la organización que, dentro de las leyes establecidas y los postulados democráticos educativos, estime conveniente. Las escuelas secundarias cuya creación se autoriza, serán equivalentes en programas y sanciones al llamado “ciclo secun­dario”, de la Escuela Nacional Preparatoria.27 Entre 1926 y 1935, la educación secundaria pasó por diferentes etapas y cambios en los planes de estudio. Es una época donde el presupuesto federal empezó lentamente a crecer con la finalidad de consolidar este nivel de enseñanza. En 1928 –del 12 al 19 de noviembre– se llevó a cabo, en la Ciudad de México, la primera Asamblea Nacional de Maestros de Secundaria y Preparatoria, reunión donde se definieron los planes de estudio, programas y evalua-

385

Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

ción de los mismos. En 1932, la Dirección de Enseñanza Secundaria se transformó en Departamento dentro de la Secretaría de Educación Pública. Un año después, en 1933, entró en vigor el reglamento general para la organización de las escuelas secundarias, donde se establecen con precisión todas las normas jurídicas de su funcionamiento (Solana, Cardiel y Bolaños, 1982). Sin embargo, será hasta 1936 cuando se realizan los primeros cambios importantes en la organización y funcionamiento de la enseñanza secundaria en México. Es en ese año cuando se define su estructura educativa y su relación con los niveles de educativos de primara y estudios profesionales. Así fue como se hicieron estos cambios: 1. Se implantó la coeducación. 2. Se creó el Instituto de Prepara­ción de Profesorado de Escuelas Secundarias. 3. Se establecieron las escuelas prevocacionales de dos años de estudio. 4. Se implantó la reforma a los planes de estudio de la Escuela Nacional de Maestros, de seis años de estudio dentro del propio plantel, con secuencia pedagógica. 5. Se establecieron los cursos de iniciación universitaria (Solana, Cardiel y Bolaños, 1982). Acorde con los tiempos cardenistas, la secundaria tomó nuevo impulso con la reforma constitucional al artículo tercero donde se especificó que la educación tendría un carácter socialista. En este tenor, en 1937 el presidente Lázaro Cárdenas informó al Congreso de la Unión que: Para hacer viable la enseñanza socialista es urgente robustecer el criterio científico de los alumnos, para esto se establecerán nuevos labora­torios de biología, gabinetes de física y talleres, esto último para ir convirtiendo el trabajo en eje de actividades escolares. Se dará preferente atención al aspecto activo

386

de la enseñanza, consistente en observar y experimentar sobre los diversos temas de las asignaturas respectivas en el campo de la realidad. Se pondrá particular empeño y cuidado para evitar que las cuestiones insubstanciales y obvias formen el cuestionario; se pedirá, además, que se incluyan tanto preguntas de conocimiento como de ideología. Se procurará dar un aspecto global a la ciencia; el Departamento de Secundaria adquirirá colecciones de libros modernos que traten en forma sintética, pero sólida y clara, las nuevas doctrinas, las que se pondrán al servicio de la enseñanza en las Escuelas del Sistema.28 Años después, en febrero de 1944, se creó la Comisión Revisora y Coordinadora de Planes Educativos, Programas de Estudio y Textos Escolares. Los planes de estudio de secundaria pasaron de 25 a 30 horas semanales en 1953. A partir de una nueva reforma a los libros de texto gratuitos, éstos se empezaron a repartir en 1962 (Ávila y Muñoz, 1999; González, 1982 y Torres, 1981 y 1948). La secundaria abierta como sistema de autoeducación se impulsó en la primera mitad de la década de 1970, y fue dirigida a todas aquellas personas mayores de 16 años que quisieran tomarla (Solana, Cardiel y Bolaños, 1982). Finalmente, el 31 de agosto de 1974, por medio del Acuerdo No. 16362, publicado en el Diario Oficial el 11 de septiembre de ese mismo año, se autorizaban los Programas Generales de Estudio para la Educación Media Básica o Educación Secundaria, que estarían acorde con la última Ley General de Educación autorizada por el Congreso en 1973.29

La secundaria en Monterrey En Nuevo León se estableció este nivel de educación en agosto de 1933. La nueva Ley de Educa-

Monterrey: origen y destino

ción Pública del Estado de Nuevo León, expedida calle de Juárez, entre Tapia y M.M. de Llano (Viel 19 de mayo de 1933, contempló la creación de la dales, 1990). La inscripsegunda enseñanza, ción inicial fue de denominada poste102 alumnos –60 riormente educación hombres y 42 mujesecundaria, y se conres–, con los que se templaba la creación formaron tres gruen todo el estado de pos de primer año. cinco planteles.30 Poste­riormente, la El director de escuela se trasladó Educación Pública al edificio que ocudel Estado, el profesor pa actualmente en Ciro R. Cantú, rindió la calle M.M. de su informe de labores Llano 126 poniente. correspondiente al ciEl primer plantel de educación secundaria fue la Escuela Secundaria “Prof. clo escolar 1933-1934, Moisés Sáenz”, posteriormente conocida como Escuela Secundaria No. 1 “Prof. En 1962 cambió su Andrés Osuna”. nombre de “Profr. y en él explicó cómo la Moisés Sáenz” a tradicional educación de bachilleres que contemplaba cinco años después “Profr. Andrés Osuna”. El personal directivo que lo conformó en de la educación básica, se dividía en dos niveles. El primero de tres años denominado enseñanza secun- su fundación lo integraron los profesores Macario daria y el segundo de dos años denominado nivel Pérez como director: Martín Arámbula como secrebachiller o educación preparatoria. Fue en agosto de tario y las profesoras Cruz Robledo Cruz e Isabel de 1933 cuando se puso en funcionamiento el Departa- la Garza como prefectas. Después del maestro Mamento Nocturno de la Escuela Secundaria No. 1 en cario Pérez han ocupado la dirección del plantel los Monterrey, que más tarde sería la primera Escuela siguientes maestros: Oziel Hinojosa García, Martín Arámbula, Humberto Ramos Lozano, José I. Soto Secundaria (Vidales, 1990). La Escuela Secundaria “Profr. Moisés Sáenz”, más tarde denominada Escuela Secundaria No. 1, “Profr. Andrés Osuna”, sería el primer plantel que impartió este nivel de educación. Éste inició su matrícula para primer grado en agosto de 1933 y trabajó en las aulas del área sureste del edificio que ocupaba la Escuela Normal “Ing. Miguel F. Martínez” por la Para 1937, el presidente Lázaro Cárdenas informó al Congreso de la Unión que la educación tendría un carácter socialista.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Castillo, Ruperto Dávila González, Jesús Treviño Gómez, Cecilio González Quiroga, Julio Manuel Ramírez, Oralia Aguilar Silva, José Guadalupe de la Garza Leal, Rosa Nelly Benavides Rodríguez y Ma. Esthela de León López (Vidales, 1990). El crecimiento de la matrícula en este plantel primigenio pasó, según Ismael Vidales (1990), de 102 alumnos en 1933 a 1,065 estudiantes en 1943; 1,653 en 1953; 1,452 en 1963; 1,590 en 1973 y 1,040 en 1983. La evidente reducción en su alumnado a partir de la década de 1980 se debió a la construcción de numerosos planteles que impartieron este nivel educativo.

Secundarias federales

para trabajadores. Sería hasta 1954 cuando se fundó la Secundaria No.2 Nocturna para Trabajadores (Vidales, 1990).

Secundarias privadas En los primeros años de la educación secun­daria en Monterrey, existieron solamente dos colegios particulares importantes: el Laurens y el Franco Mexi­cano. Enseguida se comentará brevemente la evolución de éstos.

Instituto Laurens

El Instituto Laurens inició sus labores en 1885, con el nombre de Colegio Fronterizo, en un edificio locali­ Las primeras escuelas secundarias federales surgie- zado en la calle de Hidalgo, frente a la plaza “La Puron dentro del esquema de “escuelas por coopera- rísima”. En 1893 la institución trasladó sus actividación”, en 1940; una se fundó en Monterrey y la otra des al edificio situado en las calles de Colegio Civil y Treviño, adoptando el nombre que actualmente en Anáhuac. La primera fundada en Monterrey actual- lleva en ocasión de la muerte de su fundador, el Sr. mente es considerada como la Secundaria No. 1 John B. Laurens. Al iniciar la instrucción secundaria, en 1933, contó con 131 alumnos.31 En 1972 se optó por trasladar el Instituto a su domicilio actual, situado en el área residen­cial y comercial de la colonia Colinas de San Jerónimo. Cabe destacar la participación del licenciado José de la Luz Marroquín, quien fue maestro en este instituto Las primeras dos instituciones privadas en impartir la educación secundaria fueron el Instituto Laurens y el Instituto Franco Mexicano. Fotografía: M. Villarreal. entre 1911 y 1919; a

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Monterrey: origen y destino

partir de 1920, hasta su jubilación –en 1966–, fue el director general del Instituto. La nueva directora, Carmen C. de García (1966-1976), dirigió por diez años los trabajos del mismo. Fue durante su gestión que se pasó del antiguo al nuevo Laurens no sólo en edificio, sino en un nuevo sistema educativo al implantar la enseñanza bilingüe. Entre 1976 y 1980, el ingeniero Roberto Ríos B. fungió como director; durante su gestión, el número de alumnos registró un incremento, por lo cual se requirió la ampliación del inmueble.32 No hay duda de que numerosos regiomontanos pasaron por sus aulas. Entre ellos podemos mencionar a Mateo A. Sáenz, Santiago Roel y Alfonso Reyes A.33

Colegio Franco Mexicano La secundaria Centro Universitario Franco Mexicano de Monte­rrey va ligada en sus orígenes a la primaria del mismo nombre. Sus raíces se remontan a la Escuela de Comercio, fundada con el nombre de “Instituto Científico de la Sagrada Familia”, en 1908, por el profesor francés Jean-Pierre Teyssier como complemento de la educación primaria impartida también por profesores franceses en el mismo instituto creado en 1905. Su localización fue el mismo que ahora ocupa el Colegio Franco Mexicano (primaria), en Hidalgo 856, en aquel tiempo 234.34 En su devenir histórico, esta escuela fue clausurada el 25 de abril de 1914 por el general Antonio I. Villarreal, jefe revolucionario carrancista. El plantel permaneció cerrado durante diez años, encargándose de su custodia el Sr. Pedro Lambretón con su familia. El motivo fue la política anticlerical que mostró este gobernante. Las instituciones educativas que pertenecían a grupos religiosos católicos o tuvieran una estrecha relación con la jerarquía

católica, fueron clausuradas en Monterrey en esta época. En 1925, el mismo profesor Jean-Pierre Teyssier reabrió la pri­maria con el nombre de Colegio Franco Mexicano. En septiembre de 1930 se abre el primer año de secundaria bajo la responsabilidad del profesor Teyssier. El director y profesor titular de grupo fue Francois Bemole. El oficio de incorporación está firmado por Andrés Osuna el 19 de octubre de 1930, la estadística acusa un total de 270 alumnos de primaria y secundaria. En el transcurso de 1931 se adapta un antiguo dormitorio como laboratorio de física y química. En el año escolar 1931-1932, la población total escolar es de 436 alumnos, sumados en los niveles de primaria y secundaria. En 1935 la Dirección General del Estado suspende la incorporación del Instituto, debido a falta de información en la papelería que había que entregar a la misma. Se debe recordar que estos años representan una época conflictiva, ya que se había establecido la enseñanza socialista en todos los planteles públicos. Sin embargo, poco después se inician los trámites para la reincorporación a la Dirección General; éstos concluyen el 15 de agosto de 1939. En esta reincorporación, el profesor Oziel Hinojosa otorga a las dos secciones, primaria y secundaria, la incorporación oficial a la Secretaría de Educación Pública del Estado de Nuevo León. En 1942 la inscripción escolar alcanza la cifra de 237 alumnos de Secundaria y 55 de Comercio. El 15 de noviembre de 1943 la escuela ofrece una fiesta deportiva en honor de los rectores de la mayoría de las Universidades de México que honran con su visita al Colegio. En 1946 se empezó a publicar El Heraldo, revista elaborada por los alumnos bajo la asesoría del profesor Jesús Landaverde. Posteriormente, en 1954, se crea un patronato proconstrucción de un

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

nuevo edificio en terrenos que colindan con la calle Libertad. La Mesa Directiva en ese momento la integran los empresarios y profesores: Nicolás Rodríguez, Ricardo Margáin, Eugenio Clariond, Raúl Frías Muguerza y Ernesto Ortiz Quevedo. En 1956 cambia su nombre a Centro Universitario Franco Mexicano de Monterrey y se adoptan las siglas CUM para su más fácil identificación. El día 9 de junio se coloca la primera piedra del nuevo edificio del CUM. El C. Lic. Raúl Rangel Frías, gobernador constitucional del estado, realiza la ceremonia de colocación de la primera piedra. En este acto lo acompañan el C. presidente municipal, Dr. Roberto Treviño, el C. Gral. Domingo Martínez, jefe de la 9a. Zona Militar y el C. director de Educación en el estado, el profesor Buenaventura Tijerina. En 1957, el profesor y director de la institución, Serafín García, gira un oficio a la Dirección de Educación del Estado notificando el cambio de nombre y de domicilio de la escuela. Su nueva razón social es Centro Univer­sitario Franco Mexicano de Monterrey y su domicilio será, hasta la fecha, la avenida Gonzalitos número 300 sur. De ahí en adelante el crecimiento de las instalaciones es meteórico. El 13 de enero en 1959 se estrenan cuatro canchas asfaltadas de básquetbol, así como un campo de fútbol.

En 1963 se abre el turno vespertino que durará funcionando hasta 1969. En 1972 se construye la nueva biblioteca con una amplia sala de lectura y con clima para comodidad de sus usuarios. A partir de 1969 y hasta 1975, el CUM fue dirigido por el profesor Hernández Gómez. Entre 1975 y 1979 el rector del instituto fue René Velázquez, siendo precedido en 1979 por el profesor José Contreras Landeros. Finalmente, en 1983 se organiza formalmente la Sociedad de Padres de Familia del CUM.

Expansión de la educación secundaria Entre 1933 y 1980, las escuelas secundarias públicas fueron creciendo en número e importancia. En 1933, cuando inició este tipo de enseñanza, eran sólo dos escuelas públicas; en la década de los cuarenta fue fundada sólo una escuela llamada Jesús M. Montemayor (1948). Durante la siguiente década fueron creadas seis más; en los años sesenta se incorporaron quince escuelas más, respondiendo al dinamismo de la creciente población urbana. Finalmente, en la década de los setenta fueron creadas 50 en el municipio de Monterrey, sumando de este modo 75 secundarias creadas en 47 años, incluyendo el único plantel fundado en 1980. Aunque se debe aclarar que algunos planteles originales fueron cerrados dando pie a nuevas escuelas con mejores instalaciones (véase cuadro 3).

Las publicaciones hechas por los alumnos datan de 1946, con la publicación de la revista El Heraldo.

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Monterrey: origen y destino

Cuadro 3. Listado de escuelas secundarias públicas en Monterrey (1933-1980). NOMBRE, LEMA Y DIRECTOR(A) FUNDADOR(A) DE LA ESCUELA

AÑO DE FUNDACIÓN

PROFR. ANDRÉS OSUNA HINOJOSA EDUCAR PARA LA VIDA MACARIO PÉREZ CAZARES

1933

TTE. JUAN DE LA BARRERA ESTUDIA, TRABAJA Y TRIUNFARÁS OZIEL HINOJOSA GARCÍA

1933

JESÚS M. MONTEMAYOR ESTUDIO, TRABAJO Y SUPERACIÓN JOSÉ L. FLORES

1948

PROFR. PLINIO D. ORDÓÑEZ LA JUVENTUD ES LA ESPERANZA DE LA ATRIA JOSÉ A. RAMÍREZ C.

1954

LIC. MIGUEL ALEMÁN VALDÉS ESTUDIO, ESFUERZO Y TRIUNFO MARCOS ASTILLO HERNÁNDEZ

1954

PROFR. MACARIO PÉREZ CAZARES INSTRUYE Y EDUCA CRUZ ROBLEDO CRUZ

1955

CENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN EDUCACIÓN, PROGRESO, IGUALDAD ARMANDO TREVIÑO LOZANO

1957

SERVANDO TERESA DE MIER NUESTRA ESCUELA ADELANTE CON EL ESFUERZO DE LOS ESTUDIANTES MARÍA CANTÚ ZAMBRANO

1958

NIÑOS HÉROES ESTUDIO Y SUPERACIÓN HORACIO GONZÁLEZ RÍOS

1959

MIGUEL HIDALGO ESTUDIO Y TRABAJO EDUARDO CABALLERO ESCAMILLA

1961

PROFR. MOISÉS SÁENZ GARZA ESTUDIO, SUPERACIÓN Y TRIUNFO ATENEDORO COLUNGA ÁLVAREZ

1962

JUAN ESCUTIA EL ESTUDIO COMO BASE, EL TRABAJO COMO MEDIO, EL PROGRESO COMO META MIGUEL GUADIANA IBARRA DR. JAIME TORRES BODET TU CULTURA ELEVARÁ LA PATRIA TOMAS RANGEL RODRÍGUEZ DR. GABINO BARREDA LIBERTAD, ORDEN Y PROGRESO ERNESTINA GARZA REINA

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

CONCEPCIÓN T. DE MONTEMAYOR SUPERACIÓN, ESTUDIO Y TRABAJO PETRA TERÁN TOVAR GUADALUPE GARCÍA DE ORDÓÑEZ ESFUERZO, VOLUNTAD, CONSTANCIA RAÚL M. GARZA VALLE 5 DE FEBRERO TRABAJO, SOLIDARIDAD Y DISCIPLINA MANUEL VIDALES SALAZAR SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ ESTUDIO EFICAZ, ÉXITO SEGURO ROBERTO MARTÍNEZ GONZÁLEZ FRANCISCO MÁRQUEZ MI ESCUELA COMO BASE, EL TRIUNFO COMO META OTELO GONZÁLEZ RAMOS J. J. FERNÁNDEZ DE LIZARDI CIENCIA, PROGRESO, ACCIÓN RAÚL M. GARZA VALLE AGUSTÍN MELGAR ESTUDIO, TRABAJO Y SUPERACIÓN CENOBIO FLORES TREVIÑO FELIPE PESCADOR ESTUDIO, CONSTANCIA Y SUPERACIÓN JUAN QUINTANILLA RODRÍGUEZ FERNANDO MONTES DE OCA NUNCA ES TARDE PARA ESTUDIAR JOSÉ IGNACIO TIJERINA JAIME JESÚS CANTÚ LEAL ESTUDIO, SUPERACION, DEDICACION ANTONIO ARROYAVE CASTAÑEDA PROFR. JUAN F. ESCAMILLA LUZ, PENSAMIENTO, REALIZACIÓN REYNALDO HINOJOSA LIC. BENITO JUÁREZ ESTUDIO, DISCIPLINA POR UNA PATRIA MEJOR ELOINA RANGEL RANGEL JOSÉ MA. MORELOS Y PAVÓN ESTUDIO, TRABAJO Y SUPERACIÓN ENEDELIO GARZA GARCÍA FRANCISCO I. MADERO ESTUDIO ES CIENCIA Y PROGRESO GILBERTO GONZÁLEZ GONZÁLEZ HERMANOS FLORES MAGÓN LIBRES POR LA EDUCACIÓN RUBÉN DE LUNA RAMOS GRAL. DE DIV. FEDERICO AMAYA RDZ. ESTUDIO, LEALTAD Y PROGRESO RENE RIVERA VALDEZ GRAL. EMILIANO ZAPATA ESTUDIO Y SUPERACIÓN ASTOLFO MALDONADO LEAL GRAL. SANTIAGO F. XICOTENCATL ESTUDIO Y SUPERACIÓN CAROLINA GONZÁLEZ RAMÍREZ

1971

IGNACIO ALLENDE JUVENTUS AVENTI ADVERTTATIN GILBERTO VILLARREAL GARZA

1971

VENUSTIANO CARRANZA LIBERTAD Y CONSTITUCIÓN JORGE MASCAREÑAS VALADEZ

1971

392

Monterrey: origen y destino

DR. JAIME TORRES BODET TU CULTURA ELEVARA LA PATRIA DOLORES RANGEL RODRÍGUEZ

1971

VICENTE SUÁREZ PARA QUIEN TRABAJA Y ESTUDIA ROBERTO MONTEMAYOR CAÑAMAR

1971

PROFR. MANUEL M. CERNA ESTUDIANDO Y TRABAJANDO POR UN MÉXICO MEJOR JOSÉ MANUEL VALENZUELA LARA

1972

PROFR. CIRO R. CANTÚ DISCIPLINA. INSTRUCCIÓN, ESFUERZO, SUPERACIÓN JACINTO ELJAS TOVAR

1972

PROFR. FRANCISCO MONTEMAYOR MTZ. ENGRANDÉCETE POR TI Y POR LA PATRIA JOSÉ HOMERO GONZÁLEZ VELA PROFR. ERNESTO D. VILLARREAL CANTU MI ESCUELA COMO NORMA, LA EDUCACION COMO HORIZONTE EMMA GONZÁLEZ DUEÑEZ PROFR. EMETERIO LOZANO MARTÍNEZ PARA EL PROGRESO DE NUESTRO PAÍS, EL ESTUDIO BERNARDO QUINTANILLA RODRÍGUEZ PROFR. SIGIFREDO H. RODRÍGUEZ DISCIPLINA, ESTUDIO Y SUPERACIÓN HOMERO DUEÑEZ GONZÁLEZ PROFRA. ELVIRA MALDONADO ESFUERZO PARA EL TRIUNFO, SABER PARA LA HUMANIDAD JUDITH GUERRA DEL CASTILLO DR. DAVID PEÑA EDUCACIÓN PARA EL TRIUNFO RICARDO GARCÍA DE OSSIO NEMESIO GARCÍA NARANJO EDUCACIÓN, PROGRESO, BIENESTAR LILIA MALDONADO LEAL PROFR. RAFAEL S. CUBILLAS DE LEÓN SUPERACIÓN, ARTE Y ESTUDIO ELVIRA AGUILERA MEJÍA

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

PROFR. PABLO R. CANTÚ VILLARREAL HONRADEZ Y JUSTICIA COMO NORMA EN EL TRABAJO ESPERANZA SALAZAR ELIZONDO PROFR. ROBERTO MARTÍNEZ GONZÁLEZ PROGRESO REQUIERE ESTUDIO MATÍAS GARZA GARCÍA

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AÑO DEL SENADO EL ESTUDIO ES LA BASE DEL PROGRESO ANDRÉS MORALES SALAZAR

1974

PROFR. MARGARITO MARTÍNEZ LEAL EN BUSCA DE LA VERDAD MIGUEL FRÍAS VELÁZQUEZ

1974

PROFR. JOSÉ T. PUENTE ESCUELA, PATRIA, HUMANIDAD ROMANA FERNÁNDEZ CARMONA

1974

MIGUEL RAMOS ARIZPE ESTUDIA PARA SUPERARTE, SUPÉRATE PARA TU PATRIA AGUSTINA ALANÍS CANTÚ

1974

MELCHOR OCAMPO UNIDAD, INTEGRIDAD Y PROGRESO FLORINDA RAMÓN RAMOS

1974

PROFR. JESÚS URDIALES VERASTEGUI EDUCAR PARA LA SOCIEDAD HÉCTOR SEGOVIA REGALADO

1975

PROFR. BENITO GARZA CANTU EDUCACIÓN, INVESTIGACIÓN, SUPERACIÓN FELIPE SALINAS TUERINA

1975

GRAL. LÁZARO CÁRDENAS TENACIDAD, SABIDURÍA Y RESPETO SANTOS PADRÓN ÁLVAREZ

1975

CUAUHTÉMOC EDUCAR PARA LA VIDA MA. GUADALUPE AMAYA ESTRADA

1975

PROFRA. OFELIA CHAPA VILLARREAL ESTUDIO Y SUPERACIÓN AURELIO RIVERA FLORES

1975

JOSEFA ZOZAYA ESTUDIO, SABIDURÍA, PORVENIR PERLA AURORA TREVIÑO TAMEZ

1975

Monterrey: origen y destino

MÁRTIRES DE CHICAGO DISCIPLINA, ESTUDIO Y SUPERACIÓN FIDEL HERNÁNDEZ GARZA

1975

PROFR. SANTIAGO GONZÁLEZ SANTOS SUPERACIÓN Y TRABAJO JUAN CASIANO HERNÁNDEZ

1976

VETERANOS DE LA REVOLUCIÓN ESTUDIO, SUPERACIÓN Y PROGRESO ROSENDO CANTÚ GONZÁLEZ

1976

EMILIANO ZAPATA EDUCAR PARA LIBERAR INDALECIO BAZALDUA

1976

JOSÉ MA. MORELOS Y PAVÓN ESTUDIO, TRABAJO Y SUPERACIÓN

1976

DAVID ALFARO SIQUEIROS TRABAJO, ESFUERZO, PROGRESO RUBÉN SANTILLANA CISNEROS

1977

LIC. JOSÉ VASCONCELOS POR MI RAZA HABLARA EL ESPÍRITU ALBERTO LUIS OCHOA

1977

PROFR. ARMANDO TREVIÑO LOZANO ESTUDIANDO FORJARAS LA PATRIA BENJAMIN GONZÁLEZ BENAVIDES

1977

GRAL. FELIPE ÁNGELES EDUCACIÓN, ESFUERZO, LIBERTAD, PROGRESO ROSA PIÑA BANDA

1977

LIC. ANTONIO CASSO ESTUDIA, TRABAJA Y VENCERÁS PEDRO CANTÚ CHAPA

1977

LIC. EMILIO PORTES GIL ESTUDIO, TRABAJO, PROGRESO HERMILO ALMAGUER SILVA

1979

PROFR. ATENEDORO COLUNGA EL SABER ENGRANDECE APOLINAR COLUNGA HERNÁNDEZ

1979

LIC. GUSTAVO DÍAZ ORDAZ LA JUVENTUD EN POS DEL PROGRESO MA. DEL REFUGIO VILLARREAL PEÑA

1979

PROFR. JUAN GARZA FERNÁNDEZ ESTUDIO, TRABAJO, PATRIA FRANCISCO JAVIER JARDINES GARZA

1979

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

PROFR. ROGER POMPA PÉREZ ENSEÑA Y APRENDE PARA LA VIDA JOSÉ LUIS PÉREZ HERNÁNDEZ

1979

CENTENARIO DE ZAPATA APRENDER PARA TRIUNFAR DOMINGO GARCÍA HERNÁNDEZ

1980

Fuente: Cuadro elaborado en base a información del AHMM, Informes de Alcaldes de Monterrey, 1933-1980 y Vidales, 1990.

Cuadro 4. Escuelas secundarias federales generales y nocturnas para trabajadores en el área metropolitana de Monterrey (1940-1980). Nombre del Centro de Trabajo Lázaro Cárdenas José Servando Teresa De Mier Jesús M. Montemayor Profr. Moisés Sáenz José Eleuterio González León Ortigosa Reforma Ignacio Ramírez Donato Elizondo Ayala Sebastián Lerdo De Tejada Profr. Juan Garza Garza J. Cruz Torres Charles Felipe Carrillo Puerto Gral. Y Lic. Aarón Sáenz Pedro María Anaya Revolución José María Luis Mora Emiliano Zapata

Año de Fundación 1940 1954 1959 1961 1962 1962 1963 1969

Valentín Gómez Farias

1969 1972 1973 1973 1975 1976 1977 1977 1977 1977 1978

Alfonso Reyes

1978

Cincuentenario De La Exp. Petrolera Educadores De Nuevo León Eugenio Garza Sada Celerino Cano Palacios Diego Rivera

En cuanto a las escuelas secundarias federales generales y nocturnas para trabajadores, fueron creadas en Monterrey a partir de 1940. En una ciudad industrial como Monterrey, el estudio nocturno fue una valiosa opción para miles de trabajadores interesados en progresar y conocer nuevas herramientas de trabajo. Para 1980 existían 32 Escuelas de este tipo; la primera se fundó en 1940 y tuvieron que pasar catorce años para la fundación de un segundo plantel y cinco más para el tercero. Durante la década de 1960, seis escuelas más se incorporaron al sistema nocturno federal y en la siguiente década –caracterizada por un crecimiento explosivo de la población debido a la constante migración de personas de otras entidades–, se crearon 19 escuelas más que, sumadas a las cuatro de 1980, dieron capacitación a numerosos trabajadores que tenían sólo la educación elemental (véase cuadro 4). Por su parte, las escuelas secundarias técnicas llegaron a Monterrey hasta 1974, a pesar que en Nuevo León, la primera fue fundada en 1969. Como su objetivo era cubrir las áreas socialmente marginadas y rurales, en este periodo sólo se crearon tres en Monterrey (véase cuadro 5).

Niños Héroes Profr. Pedro Ortega Baltazar Juan E. Aguirre Herrera Cuauhtemoc Luis Carvajal Y De La Cueva Constitución Mexicana José Pages Llergo

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Fuente: Cuadro elaborado en base a la información del AHMM, Informes de alcaldes de Monterrey (1940-1980) y Vidales, 1990.

Monterrey: origen y destino

Cuadro 5. Escuelas secundarias técnicas en Monterrey (1974-1980). Nombre del centro de trabajo y director fundador ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA 11 RAÚL HERNÁNDEZ CAVAZOS Especialidad industrial ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA 18 ÁLVARO GARZA GRACIA Especialidad industrial ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA 30 HÉCTOR RODRÍGUEZ AMARO Especialidad industrial

Año de fundación

1974

1975

1977

Fuente: Cuadro elaborado en base a la información del AHMM, Informes de alcaldes de Monterrey (1974-1977), y Vidales, 1990.

3. Escuelas Normal del Estado y Superior Escuela Normal del Estado “Miguel F. Martínez” El 23 de noviembre de 1870 se expidió el Decreto que establece la creación de la Escuela Normal del Estado, y el 15 de diciembre de ese mismo año abrió su matrícula. El ingeniero topógrafo Miguel Filomeno Martínez se hizo cargo de la Escuela en mayo de 1881, y actuó hasta el 15 de febrero de 1883; pero en este corto tiempo logró establecer las bases de la enseñanza normal propiamente dicha en Nuevo León, y encauzar definitivamente su curso;

correspondiéndole, además, el mérito de haber introducido en el Programa de Estudios por primera vez las asignaturas de índole estrictamente pedagógicas, dentro del nuevo concepto del modo simultáneo de enseñar.35 Esta institución recibe el nombre de Escuela Normal “Miguel F. Martínez” desde 1943. En honor a uno de sus primeros directores y pionero de la formación de maestros y la educación básica en la entidad. Poco después, en 1945, durante el 75 aniversario se hizo oficial el escudo, el cual estuvo vigente hasta 1970. El Decreto No. 7 del Honorable Congreso del Estado, publicado el 21 de octubre de 1970 en el Periódico Oficial, dictaminó “que la Normal sea considerada Centenaria y Benemérita”. Desde entonces, el nombre completo de esta hono-rable institución es Escuela Normal “Miguel F. Martínez” Centenaria y Benemérita, y el escudo anterior es rodeado por dos círculos y al centro dice “CENTENARIA Y BENEMÉRITA” “18701970”.36 Con más de cien años de iniciar su obra de formación de docentes, la Escuela Normal “Miguel F. Martínez” Centenaria y Benemérita, continúa su histórica labor de impulsar entre sus alumnos la

Las escuelas secundarias técnicas se establecieron en Monterrey con el objetivo de cubrir las áreas socialmente marginadas y rurales.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

La Escuela Normal del Estado “Miguel F. Martínez” recibió dicho nombre en 1943.

adquisición de conocimientos, desarrollar las habilidades y promover actitudes y valores propios para desempeñar con calidad su trabajo docente profesional.

Escuela Normal Superior “Profesor Moisés Sáenz Garza” La Escuela Normal Superior “Profesor Moisés Sáenz Garza”, llamada oficialmente en sus inicios Escuela Normal Superior del Estado, fue fundada en 1961. Participaron en su fundación el profesor Humberto Ramos Lozano y el gobernador Eduardo Livas Villarreal. Antes de la creación de esta escuela, y hasta que egresaron de ella las primeras generaciones, la enseñanza en las escuelas secundarias se realizaba bajo la responsabilidad de maestros de primaria, estudiantes de facultades y profesionistas universitarios, habilitados todos ellos como docentes de enseñanza media, quienes, con gran voluntad de su parte, dedicaban tiempo y esfuerzo a la tarea, aunque su labor era empírica.37 El Decreto No. 14, fechado el 3 de noviembre de 1961 y publicado en el Periódico Oficial del gobierno del estado, con fecha 4 del mismo mes y año, es el sustento jurídico sobre el cual la Escuela Normal Superior inicia su marcha institucional.

398

Este decreto constituye la ley orgánica que da estructura jurídica a la institución: en él se establece con precisión que “la Escuela Normal Superior depende directamente del Ejecutivo del Estado”. Esta normatividad establece además que la educación media es un proceso continuo pero diferente al de la escuela primaria; que sus objetivos, contenidos y finalidades son eminentemente formativos, no informativos, y por lo mismo requieren orden, método y sistematización específicamente orientados hacia la naturaleza y mentalidad del adolescente. De igual forma se establece, en el citado decreto, en su artículo segundo, que esta escuela tiene encomendado lograr las siguientes finalidades: 1. Ampliar y profundizar la cultura general y pedagógica de los maestros graduados en las escuelas normales primarias oficiales o particulares incorporadas. 2.Capacitar científica y pedagógicamente a los maestros para impartir la educación media y normal. Al momento de su creación ofrece las siguientes especialidades: lengua y literatura españolas, matemáticas, biología, ciencias sociales, física y química, pedagogía, idiomas, psicología, artes plásticas, talleres y, orientador vocacional.38

Monterrey: origen y destino

Es en el gobierno de Jorge Treviño Martínez que la ENSE cambia su nombre para recibir el del ilustre profesor Moisés Sáenz Garza. Esto se hace como reconocimiento del patriótico ejercicio que hiciera de su profesión magisterial y a su visión educadora al fundar el Sistema Nacional de Segunda Enseñanza en el país. Nuevo León se suma de este modo al homenaje nacional que la Secretaría de Educación Pública realiza en el primer centenario del natalicio del maestro Sáenz Garza (1888-1988); participa y apoya la distinción que la repúbli- Durante la década de los setenta, la educación en Nuevo León tuvo un gran apoyo por parte del Consejo Universitario, al aprobarse la creación de más preparatorias. ca le hizo al recoger sus restos mortales en la Rotonda de los Hombres de bachi-llerato al crear el Sistema de Segunda EnIlustres. El acuerdo del gobierno del estado, publi- señanza, el cual se ocupó de los primeros tres años cado en el Diario Oficial, cobra vigencia a partir del de los cinco que incluía el bachillerato. En Nuevo 4 de noviembre de 1988, dentro de los festejos del León esta reforma tuvo su aplicación en 1933 (BaXXVII aniversario de la Escuela Normal Superior, rrientos, 1991), año fundamental en la educación en desde esa fecha Profesor Moisés Sáenz Garza.39 este estado y su capital, ya que confluyeron las fundaciones de la secundaria número 1 (que albergó a 102 alumnos) y de la Universidad de Nuevo León. Esta última, la cual incorporó la añeja institución del En 1925, la Secretaría de Educación, a iniciativa del Colegio Civil, se encargó de los dos años de estudio profesor Moisés Sáenz –en ese entonces subsecre- posteriores a los del nivel de secundaria, y los cuatario de educación–, determinó dividir los estudios les adquirieron el grado de bachillerato. Este último grado privilegió las ciencias puras como las matemáticas, la física, la química y las ciencias naturales (Barrientos, 1991). Sin duda se ennobleció el método científico de estas ciencias sobre las humanidades. Sin embargo, el Colegio Civil La Escuela Femenil Pablo Livas, fundada en 1921, ofrecía oficios técnicos como taquigrafía y mecanografía.

4. Instituciones de educación media

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

padeció, durante la década de 1930, los avatares de sólo 40 por ciento.41 Las instituciones que impartiela educación socialista, que sólo encendió los áni- ron educación media superior en Monterrey fueron mos y fue poco propositiva ante los grandes retos de numerosas en este periodo. A reserva de ahondar nuestro país. La reanudación de las actividades de más en estas instituciones en el apartado de las unila Universidad, en 1943, estimuló de nueva cuenta versidades, mencionaremos brevemente las escuelas el bachillerato del Colegio Civil, llamado durante la que ofrecieron el bachillerato entre 1933 y 1980. década de los años treinta Escuela de Bachilleres. De igual forma se sumaban a este grado de Colegio Seminario de Monte-rrey estudios como escuelas técnicas: la Escuela Femenil Pablo Livas, fundada en 1921, y la Escuela Indus- Ésta es la institución más antigua de la ciudad. Su trial Álvaro Obregón, la cual inició actividades el origen se remonta a fines del siglo XVIII, aunque 4 de octubre de 1930. La Escuela Femenil ofrecía su trabajo transcurrió con numerosas dificultades manua-lidades, preparación de alimentos, así como debido a la lejanía de otros centros urbanos y al oficios netamente técnicos como taquigrafía y me- carácter hostil de la región a consecuencia de las canografía. En el caso de la Industrial Álvaro Obre- tribus nómadas que poblaban el noreste mexicano gón, se ofrecían los oficios de automecánico, carro- y Texas (Flores, 2002). En 1824, cuando se declara el Estado Federal de Nuevo León, durante la cero, electricista, ebanista, fundidor y modelista. Ambas escuelas se incorpora-ron a la Uni- primera república federal mexicana, el Seminario versidad de Nuevo León en 1933 y en 1943 de nuevo de Monterrey aparece en la documentación referien su reapertura. La segunda de ellas se denominó, da a las instituciones existentes en Monterrey. Es a partir de 1933, Escuela Industrial y Preparatoria el Congreso del Estado con el decreto provisional Técnica Álvaro Obregón; esta escuela ofrecía los número 104, de fecha 28 de abril de 1826 –poscursos de bachillerato para la carrera de ingeniero teriormente ratificado con la Ley del 14 de mayo de 1827–, el que habilita al Seminario Conciliar mecánico electricista. Sin duda el despegue de este nivel académi- de Monterrey para conferir los “grados mayores co fue la refundación de la Universidad de Nuevo de teología y derecho” (Seminario de Monterrey, León y la creación del Instituto Tecnológico y de Es- 1992). tudios Superiores de Monterrey, ambas en 1943. El crecimiento de la matrícula de ambas universidades fue alimentada por las escuelas preparatorias adheridas a ambos sistemas de estudio (público y privado). Entre 1950 y 1980, las escuelas de bachillerato absorbieron cada vez más alumnos. En Nuevo León este porcentaje fue en gradual aumento hasta llegar a casi 80 por ciento de los egresados de las escuelas secundarias. Este porcentaje llegó a 92.7 por ciento en 1990.40 Sin embargo, la baja eficiencia terminal del bachillerato fue una consColegio Seminario de Monterrey es la institución más antigua de la ciudad. Su origen tante hasta 1980, llegando ese año a tan El se remonta a fines del siglo XVIII. Fotografía: M. Villarreal.

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Monterrey: origen y destino

Sin embargo, a lo largo del siglo XIX, el seminario numerosas veces es clausurado y reabierto de acuerdo a las circunstancias políticas de la región y a las innumerables guerras de la época. Durante el periodo de la Revolución de 1910, el seminario y sus integrantes, al igual que toda la institución de la Iglesia Católica en México, sufre persecuciones, cierres y expulsiones. Durante los años de la cuarta década del siglo XX, el Seminario recupera sus trabajos y continúa su labor educativa bajo el régimen del enclaustramiento y de vida ascética. Es con las reformas del Papa Pío XII con base en su Exhortación Apostólica Menti Nostrae (1950), que el seminario acepta lentamente modificar su estructura educacional y permitir a sus alumnos enfrentarse a

La UANL fue la institución que albergó a la mayor cantidad de estudiantes del bachillerato desde su fundación, en 1933.

las nuevas y cambiantes situaciones que presentaba la vida de aquella época. Sin embargo, es hasta bien entrada la década de 1960 cuando el Seminario Mayor cuenta con un edificio propio (1964) e inicia una nueva época de transformaciones que darán una mayor simbiosis entre esta institución y la ciudad de Monterrey.

Universidad de Nuevo León Ésta es la institución que heredó a las escuelas públicas más antiguas de Monterrey. Al constituirse como Universidad de Nuevo León en 1933, esta casa de estudios heredó al Colegio Civil, que pasó a ser la Escuela de Bachilleres y posteriormente la Preparatoria número 1 (Guzmán, 1997). El Colegio Civil era una institución que venía desde el siglo XIX (1859), y que tenía no sólo estudios de enseñanza media o bachiller, sino que albergaba las Escuelas de Medicina y Jurisprudencia. La Ley Federal de Enseñanza Preparatoria, que fue dada en 1891, facultó a este Colegio a regirse bajo estas normas, lo cual realizó hasta su incorporación, en 1933, a la Universidad de Nuevo León (Barrientos, 1991). La Universidad de Nuevo León fue la institución que albergó a la mayor cantidad de estudiantes del bachillerato desde su fundación; inició en 1933 con 1,229 alumnos en este nivel de estudios y casi lo duplicó en 1940 (2,247). Sin embargo, este nivel de estudio presentó un estancamiento general durante esta década, arrojando en su estadística de 1950 casi la misma cantidad de alumnos inscritos (2,479). Esto se debió a la fundación (en 1943) de otra institución en la ciudad que ofrecía también grados en la educación media, el ITESM. Diez años después, en 1960, la UNL informó tener 5,744 alumnos estudiando ese grado, en 1970, 9,738 y en 1980, 36,379. Esta última década coincide con el boom de los estudios de educación media y superior en México (ver cuadro 6).

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Universidad de Monterrey Esta universidad, creada en 1969, ya contaba con numerosos alumnos de preparatoria desde algunas décadas atrás. En efecto, la unión de cuatro órdenes religiosas que trabajaban en pro de la educación básica media y universitaria, se unieron para dar vida a esta nueva institución. Estas órdenes fueron: la SocieLa Universidad de Monterrey fue creada en 1969, y ya contaba con alumnos de preparatoria desde algunas dad del Sagrado Corazón décadas atrás. de Jesús que trabajaba en la ciudad desde 1908, y las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, que Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores fundaron la Universidad Labastida en 1951, contaban desde 1919 con el Colegio Labastida, dedicado de Monterrey a la educación de niñas y señoritas. Por su parte, los Creada esta institución educativa en 1943, inició la Hermanos Maristas trabajaban en Monterrey desde impartición de estudios de educación media y supe- 1905, y los Lasallistas, que salieron del país durante rior dando prioridad a la segunda en sus albores. En la Revolución, habían regresado en 1942 a esta ciu1943, los bachilleres eran sólo 113, pero en siete años dad para fundar el Instituto Regiomontano (Flores, más, su número fue en aumento llegando a conta- 2004). La universidad inició en 1969, incorporando bilizar, sólo en 1950, 611; en 1960 los inscritos eran 822; diez años después la inscripción arrojó 1,618 los bachilleratos de las escuelas antes mencionadas. y en 1980 los alumnos inscritos para ese ciclo es- Ese año apareció en las estadísticas como la tercecolar sumaron 6,491 (ver cuadro 6). Aunque es de ra institución con mayor número de alumnos en el notar que a partir de 1967, el Instituto Tecnológico bachillerato (765), atrás de la UNL y del ITESM. de Monterrey abrió nuevas escuelas de preparatoria Entre 1970 (974 alumnos) y 1980 (1,400), el número fuera de Monterrey e incluso en otros estados. Por de alumnos en este nivel de educación no creció de lo que el número de inscripciones a partir de ese año forma importante debido a lo limitado de sus insno representan de forma fiel el número de alumnos talaciones (ver cuadro 6). Sería hasta 1984 cuando cursando este nivel educativo en el municipio de esta universidad inicia labores en un campus uniMonterrey, aunque cabe aclarar que la mayoría del versitario propio, dejando de depender de las instaestudiantado se encontraba en el área metropolitana laciones de los colegios anteriormente mencionados (Flores, 2004). (Elizondo, 1993).

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Monterrey: origen y destino

1991). En información estadística de 1970, esta institución mostraba 1,011 alumnos en su bachillerato, casi triplicando su número diez años después, presentando inscritos 2,855 alumnos en este nivel de enseñanza (ver cuadro 6).

Centro de Estudios Universitarios Esta universidad fue fundada en 1970 y su base fue La Universidad Regiomontana tiene su origen en el Instituto Modelo de Enseñanza, fundado en 1951. una escuela preparatoria Fotografía: M. Villarreal. matutina que funcionaba desde 1969. La Escuela Preparatoria se incorporó a la UANL, en 1970, y A diferencia del ITESM, esta institución desde esa fecha aparecen las estadísticas del bachiprivilegió, en sus programas académicos del bachi- llerato del CEU (Barrientos, 1991). Este bachillerallerato, las áreas de humanidades y ciencias sociales to arrancó con 2,063 alumnos, siendo el bachillerato equilibrándolas con las ciencias naturales y las cien- más numeroso ese año en Monterrey después del cias duras. Los cursos de comunicación, metodolo- de la UNL. Para 1980, su inscripción era de 2,536 gía de la ciencia y de valores, las actividades artís- alumnos (ver cuadro 6). ticas y un enfoque volcado a la ayuda comunitaria, dieron el sello original de las órdenes religiosas al Universidad del Norte bachillerato de esta institución. Esta universidad tiene su origen en 1973, con la Universidad Regiomontana creación del Instituto de Especialidades Administrativas, A.C., a través de una resolución publicada Su origen está en el Instituto Modelo de Enseñan- en el Periódico Oficial el 18 de julio de ese año. Iniza, fundado en 1951. Para 1957, su bachillerato fue ció con dos carreras y diez alumnos. Posteriormenincorporado a la UNL. La Universidad Regiomon- te, en 1977, el Ejecutivo del Estado, en resolución tana fue fundada el mismo día en que se autorizó la publicada en el Periódico Oficial con fecha del 25 de creación de la Universidad de Monterrey, el 8 de abril, autorizó a esta institución para que cambiara julio de 1969, como parte de un magno proyecto del su razón social a Universidad del Norte, con efecto gobierno del estado para dar facilidades a los grupos re-troactivo a partir de diciembre de 1975, y de esta empresariales y educativos a que colaboraran con forma validar los estudios que se impartían en ella. la creación de nuevas universidades y así enfrentar Su Escuela de Bachillerato inició ese año con 184 el incuestionable déficit educativo –en el nivel me- alumnos, número que incrementó a 476 en 1980 dio superior– que empezaba a gestarse (Barrientos, (Barrientos, 1991).

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

ción de las carreras de diseño de interiores y en diseño en mercadotecnia visual (ver cuadro 6).

Instituto Superior de Arte y Cultura de Monterrey Este Instituto es una muestra de lo competido que estuvo el mercado de la enseñanza para las instituciones educativas privadas en Monterrey, he ahí la razón de su fracaso. Fundado en 1977, abrió su Escuela Preparatoria dos años después. Con La Universidad del Norte tiene su origen en 1973, con la creación del Instituto de una inscripción de pocos alumnos –15 en Especialidades Administrativas. 1970 y 30 en 1980–, el Instituto no pudo Fotografía: M. Villarreal. competir en Monterrey en el nivel de eduCentro de Desarrollo Artístico Alfonso Reyes cación superior, por lo que el último año que impartió el bachillerato fue en 1986. Su única licenciatura Los Centros de Estudio de Desarrollo Artístico tampoco recibió la matrícula esperada, por lo que (CEDART) fueron creados en la Ciudad de Méxi- desapareció en 1990 (Zavala, 1996). co por el Consejo Nacional Técnico de la Educación en 1976.42 Estos Centros dependen del Insti- 5. Instituciones de educación superior. tuto Nacional de Bellas Artes, y éste, a su vez, de El quehacer de la universidad la Secretaría de Educación Pública. En Monterrey, ese mismo año se creó un Centro de Desarrollo Desde su origen, el quehacer de la universidad ha Artístico que contó con una matrícula inicial de 27 sido siempre uno: el des­cubrimiento y la transmialumnos (ver cuadro 6). Este Centro se creó para sión de conocimientos racionales por medio del escubrir las necesidades propedéuticas de las escuelas tudio y de la investigación en común. He aquí la profesionales de arte, con la opción de tomar dos primera y básica exigencia que debe satisfacer no semestres complementarios más para titularse como sólo una institución de educación superior, sino ins-tructor de arte. Este Centro era, hasta 1980, el todo sistema de educación nacional. único en su especialidad; su plan de estudios, adeUna segunda exigencia de la educación es más de llevar las materias de rigor del bachillerato, la preparación al cambio; un cam­bio y un perenne incluye un bloque de materias que abarcan música, movimiento, tanto de los cuadros directivos como danza, teatro y artes plásticas (Barrientos, 1991). del talento humano, en todos los niveles del ejercicio de una profesión. Este constante reclu­tamiento Centro de Estudios Superiores de Diseño de sólo hace una distinción: la capacidad, sin cuya reMonterrey novación la sociedad y el país se estancarían. Otro elemento que se debe considerar es Fundado el 23 de julio de 1978, este Centro abrió poner esta situación desde la pers­pectiva del estusus puertas en 1979 y se enfocó en dar una educa- diante, el cual quiere completar el desarrollo de su ción de nivel técnico medio a través de la imparti- personalidad y ejercer una profesión que ofrezca

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Monterrey: origen y destino

Cuadro 6. Bachillerato en el Municipio de Monterrey, institutociones y evolución de la matrícula (19331980).

Año

UANL

ITESM

UDEM

UR

CEU

1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

1229 768 990 1259 1237 1310 1718 2247 1435 2045 2327 3012 2683 1682 2218 2332 2416 2479 2679 3030 3611 4106 4837 4904 4686 4705 5099 5744 6354 6037 6191 6625 6446 7035 7570 7809 7499 9736 13114 14922 15386 20597 28009 32559 32500 37807 35179 36379

113 134 240 345 306 482 514 611 649 774 689 695 731 755 739 716 789 822 838 832 859 934 1113 1173 121643 1424 1531 1618 1400 1428 1642 1940 2320 2568 4505 4753 5880 6491

765 974 1052 1385 1595 1492 1435 1350 1311 1370 1369 1400

1011 654 754 911 1116 1211 1440 1679 1950 2414 2855

2063 1761 1371 713 1138 2011 2283 2357 2543 2952 2536

Universidad del Norte

CEA Alfonso Reyes

134 297 284 334 476

27 42 58 61 27

CESDM

ISCAM

58 167

15 30

Fuente: Cuadro elaborado con base en la información del AGENL, Informes del Gobernador del Estado de Nuevo León, 1910-1980, Barrientos, 1991 y Zavala, 1996.

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

prestigio, remuneración económica y estímulo intelectual. Estos componentes tienen que ser tomados en cuenta por nuestras univer­sidades si quieren retener a sus estudiantes. Por otro lado, la universidad debe enfrentar los siguientes retos si desea ser productiva, reconocida y competitiva en el mundo universitario: la pérdida del monopolio de creación y trasmisión de conocimientos, la innovación, la curiosi­dad científica y la investigación. En efecto, la novedad histórica de nues-tro tiempo es la pérdida del mono­polio de la universidad sobre su misión primaria: la crea-ción y la trasmisión de conocimientos. A decir de numerosos expertos,44 el conocimiento se ha convertido en el factor productivo número uno, considerado demasiado importante como para dejarlo únicamente en manos de la Universitas vitae. La universidad tiene que enfrentar este nuevo reto a través de la revisión periódica de sus contenidos académicos y la búsqueda de una mejor forma de integrarlos. Sus egresados son medidos en el mundo laboral por su desempeño, capacidad creativa y adapta­ción a situaciones bajo presión, lo que determina una idoneidad por profesiones y por instituciones. En cuanto a la investigación, también encontramos que sus resultados son reconocidos de manera más significativa en una universidad que en otra. A partir de estas experiencias, queramos o no, se crea una apreciación de las universidades de mejor o peor calidad. En otras palabras, la universidad debe mejorar su productividad y su calidad; la mejor forma de lograrlo consiste en tener la voluntad de hacerlo, es decir, contar con un sistema de indicadores que permitan la medición de lo que se pretende mejorar y la búsqueda y aplicación para invertir los recursos necesarios. Otro elemento necesario es la innovación. Gracias a los avances de las tele­comunicaciones, los recursos humanos y los conocimientos se pueden compartir a millones de interesados. La educación a distancia propicia la interactividad, el desarrollo

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de proyectos colaborativos, la investigación compartida y la asesoría múltiple. La universidad debe estar preparada para ello, flexibilizar sus estruc­turas y buscar el talento y los recursos alternos de manera inquebrantable. Su supervivencia depende de ello. La universidad debe despertar de nuevo la curiosidad científica en el estu­diante de hoy. En un mundo que tiende a la globalización, la enorme cantidad de información e imágenes es aplastante y en determinado momento aceptada como una realidad abrumadora. De ahí la importancia de saber discernir las fuentes y las preguntas que deben hacerse; así, nace la necesidad de estimular en el estu­diante una actitud lógico-experimental sin prejuicios sobre la ciencia (tal y como lo hizo Galileo en el siglo XVI) y con estricto respeto a la comprensión del método científico –observación, hipótesis, operación, experimentación, evaluación–; esta actitud, aunada a la inspiración humanista y ética, heredada del renacimiento, permite cons-truir sobre los estudiantes un modelo más rico para la educación. Por último tenemos la investigación. Es una constante en México que las necesidades son muchas y los recursos limitados. De este modo, la universidad debe contar con una política selectiva cuando se trate de definir las áreas en las que deba concentrar sus esfuerzos de investigación. Es en áreas donde la institu­ción es competitiva y donde las perspectivas de desarrollo del conocimiento sean favorables, hacia donde debe dirigirse una parte importante de las investigaciones universitarias. Esta eterna lucha es la que condensamos en este capítulo sobre la historia, los orígenes, la fundación y el desarrollo de la universidad en Monterrey.

La Universidad Autónoma de Nuevo León, primera fundación La Universidad Autónoma de Nuevo León inició sus actividades el 25 de septiembre de 1933. Un año antes (el 29 de octubre de 1932), los Comisionados de las Delegaciones de las Escuelas de Jurispruden-

Monterrey: origen y destino

cia, Medicina, Colegio Civil, Normal y Farmacia del Estado de Nuevo León, sometieron a consideración de la Honorable XLIV Legislatura del Estado, un proyecto de fundación de una universidad para la ciudad de Monterrey. Las comisiones estuvieron integradas también por estudiantes de las mencionadas escuelas, éstos manifestaron su beneplácito a través de un escrito que profesaba lo siguiente: Considerando oportuno dar forma a un anhelo que ha venido palpitando hace tiempo en el ambiente estudiantil y cultural del pueblo nuevoleonés, y movidos por el impulso ingente en los habitantes de este Estado hacia el progreso, los estudiantes de Monterrey nos hemos propuesto organizar una Universidad que habrá de ser la cuna espiritual de generaciones que sabrán ocupar el lugar que les corresponde entre sus semejantes, hombres que habrán de consolidar mañana la plenitud de nuestro México (Comisiones Estudiantiles, Octubre 1932).45 El H. Congreso del Estado, en su sesión del 7 de noviembre de 1932, acogió con beneplácito tal iniciativa y, por considerarla de vital importancia, ordenó se turnara inmediatamente a la Comisión de Justicia e Instrucción Pública, para su estudio y dictamen, el que posteriormente se formuló de manera favorable. De ahí en adelante el proceso político, social y cultural que se desencadenó para establecer las bases de la nueva institución superior en la entidad dio como resultado que el 31 de mayo de 1933, el gobernador Francisco A. Cárdenas estableciera la reglamentación previa de la primera Ley Orgánica de la Universidad. Nuevas facultades se agregaron al proyecto, y así fue como, el 19 de septiembre del mismo año, se creó la Facultad de Ciencias Químicas y el 6 de octubre la Facultad de Ingeniería Civil. El 4 de octubre se instaló el primer Consejo Universitario.46 Fue así como el 25 de septiembre de 1933 comenzaron las actividades académicas en la nueva

Universidad de Nuevo León, por Decreto No.94 de la XLIV Legislatura Cons-titucional del Estado; su primer rector fue don Pedro de Alba. El 17 de diciembre de ese año, el rector Pedro de Alba fue sustituido por el licenciado Héctor González, quién fue designado como segundo rector de la Universidad de Nuevo León. Un año después, en 1934, se editó la publicación intitulada Gaceta Universitaria, en memoria del momento coagulado que dio pie a la fundación de la Universidad de Nuevo León.47 En 1934, el gobernador sustituto de Nuevo León, Lic. Pablo Quiroga, en su informe al Congreso del Estado de su primer año de gestión, manifestó que la población escolar en la máxima casa de estudios ascendió a 1,864 alumnos, con 218 profesores, y cuyo sostenimiento importó anualmente $264,813.54 (doscientos sesenta y cuatro mil ochocientos trece pesos, con cincuenta y cuatro centavos). Es éste el primer documento oficial que da a conocer cantidades globales sobre la universidad.48 En este mismo informe, en el rubro de “Educación Universitaria”, se expresó que la Universidad de Nuevo León se integró con las facultades de: 1. Medicina 2. Derecho y Ciencias Sociales 3. Ingeniería, Química y Farmacia 4. Escuela Normal 5. Escuela de Bachilleres 6. Escuela Industrial y Preparatoria Técnica Álvaro Obregón 7. Escuela Industrial de Labores Femeniles Pablo Livas 8. Escuela de Enfermeras y Obstetricia 9. Biblioteca Pública del Estado49 En septiembre 19 de 1934 se crea la Facultad de Ciencias Químicas, separándose administrativamente de esta forma de la Facultad de Ingeniería y Farmacia. Sin embargo, a causa de diversos incidentes relacionados con la inestabilidad política en la localidad, lo que provocó la falta de coordinación entre

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

las diferentes personas e instituciones interesadas en concretar este proyecto, el 29 de septiembre de 1935, por decreto del Congreso del Estado, la Universidad de Nuevo León se declaró desaparecida, estableciéndose en su lugar el Consejo de Cultura Superior, presidido por el gobernador provisional del estado, el general Gregorio Morales Sánchez, y posteriormente por el Dr. Enrique C. Livas.50

Segunda fundación Nueve años después, y durante el gobierno del general Bonifacio Salinas Leal, el 13 de septiembre de 1943 se reestablece de nuevo la universidad, y el Dr. Enrique C. Livas es designado como el primer rector de la segunda época. Para dar fundamento a esta nueva fundación, el 18 de agosto del mismo año, mediante el Decreto No.79 de la XL Legislatura Constitucional del Estado, se emite la segunda Ley Orgánica.51 En enero de de 1944, el médico Eduardo Aguirre Pequeño funda el Instituto de Investigaciones Científicas y edita el Boletín de Investigaciones Científicas Universidad de Nuevo León. En ese mismo mes nace la publicación Armas y Letras, dos años más tarde (el 22 de junio de 1946) da inicio la primera Escuela de Verano dirigida por el profesor Francisco M. Zertuche.52 Nuevas facultades son fundadas en los siguientes años: el 23 de septiembre de 1946 se funda la Facultad de Arquitectura y en octubre de 1947 nace la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica. Al año siguiente (1948) se crea el ideario del escudo de la Universidad de Nuevo León. De igual forma se establece el Taller de Artes Plásticas, y el 19 de mayo se emite el Decreto No.67 (bis) que autoriza la construcción de un nuevo edificio para la Facultad de Medicina y el Hospital González, poniendo en venta el antiguo hospital (hoy Hospital de Zona del IMSS) y la antigua facultad (hoy Centro de Salud N° 1 y oficinas del ISSSTELEON).53 El 3 de diciembre el H. Consejo Universitario aprueba el

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En 1943 el doctor Enrique C. Livas es designado como el primer rector de la segunda época de la UANL.

escudo y el lema de la Universidad de Nuevo León, obras del Arq. Joaquín A. Mora y del Dr. Enrique C. Livas, respectivamente.54 En 1950, el 16 de diciembre, el gobernador Ignacio Morones Prieto propone la idea de un patronato universitario. Posteriormente, el 2 de junio de 1952, se emitió el decreto del gobierno del estado, por medio del cual el Hospital Civil “José Eleuterio González” pasa a ser parte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León.55 La Facultad de Filosofía y Letras nace en 1951. El 28 de marzo de ese año, aparece por vez primera la publicación Vida Universitaria, que concluirá su primera época en febrero de 1987, para posteriormente renacer en febrero de 1997 como periódico de la Universidad Autónoma de Nuevo León; un año después, en 1952, se establece la Escuela de Biología.56

Ciudad Universitaria El 24 de septiembre de 1952, el presidente Miguel Alemán emitió un decreto mediante el cual cedió 334 hectáreas de terreno federal para la construcción de Ciudad Universitaria.57 Mientras se piensa en crear el proyecto de la nueva ciudad, nuevas

Monterrey: origen y destino

dependencias universitarias nacen. El 13 de octubre de ese año se crea la Facultad de Comercio y Administración y el 9 de noviembre se inaugura la Biblioteca Universitaria. Al año siguiente, en septiembre de 1953, se inaugura la Escuela de Matemáticas. Ese mismo mes (3 de septiembre) inicia labores la Preparatoria N° 4, de Linares, Nuevo León, dependiente de la Universidad. Un año después, el 8 de diciembre de 1954, se funda la Facultad de Agronomía y en 1955 empieza a funcionar la oficina técnica para la construcción de la Ciudad Universitaria. El 12 de diciembre del mismo año se establece la Preparatoria N° 2, del Colegio Civil.58 Finalmente, en 1957, tras un largo periodo de planeación se empieza la urbanización de Ciudad Universitaria. A este proyecto se suma un nuevo decreto con fecha del 18 de febrero que emite del presidente Adolfo Ruiz Cortines, mediante el cual cede 100 hectáreas más para el proyecto.59 En septiembre 6 de ese mismo año se establece la Facultad de Economía y en octubre surge el decreto del Congreso del Estado para celebrar el Centenario del Colegio Civil. Antes de finalizar el año, el 20 de noviembre se inaugura la Biblioteca Universitaria Alfonso Reyes, ubicada detrás del Palacio de Gobierno, en el sótano de la Plaza de la República.60

El sueño se cristaliza en 1958: se inauguran los primeros edificios en Ciudad Universitaria. De igual forma, en enero de este año se crea la Imprenta Universitaria y posteriormente, en mayo, se establece la Librería Universitaria. Un año después (1959) se funda el Centro de Estudios Humanísticos y se edita por vez primera, en 1960, el Anuario Humanitas. Nuevos terrenos son donados a la Casa de Estudios.61 En marzo de ese año aparece el decreto del presidente Adolfo López Mateos, mediante el cual cede al patrimonio de la Universidad los terrenos rescatados del Río Santa Catarina.62 Al año siguiente (1961) se integra la Orquesta Sinfónica de la Universidad; se instituye el Departamento de Planeación y Mantenimiento –absorbiendo las funciones de la oficina técnica y de la bodega–; en junio se crea el Patrimonio de Beneficio Universitario y en septiembre 14 se inaugura la Torre de Rectoría.63 En 1964, el 5 de febrero, se crea el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León, a la par que se inauguran varios edificios en la Unidad Mederos. De igual forma el bachillerato se expande. En mayo se constituye el Comité ProEscuela Preparatoria N° 5, de Sabinas Hidalgo, y el 7 de agosto inicia actividades la Escuela Preparatoria

El 13 de septiembre de 1943 se reestablece la Universidad de Nuevo León.

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N° 6, de Montemorelos. Dos años después, el 2 de septiembre, inicia actividades la Preparatoria N° 7, de San Nicolás de los Garza.64 Sin lugar a dudas, 1967 es un año fecundo: en mayo se inaugura el Estadio Universitario, el 1 de junio se establece el Departamento de Personal y en septiembre el Honorable Consejo Universitario autoriza la creación de la Preparatoria N° 8, ubicada en Guadalupe.65

Autonomía

paratorio N° 13, en Allende; en los meses siguientes se organiza el Instituto de Artes; se crea la Escuela de Salud Pública; inicia actividades la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia; se inaugura la Preparatoria N° 12, de Cadereyta Jiménez; el 8 de septiembre se crea la Preparatoria N° 14, en General Terán y, finalmente, en septiembre nacen la Preparatoria N° 11, en Cerralvo, y la Preparatoria N° 10, en Doctor Arroyo. En agosto del siguiente año inicia actividades la Escuela de Preparatoria Técnica Médica y se crea la Facultad de Organización Deportiva. En septiembre de ese año inicia actividades el Colegio de Periodismo; nace la Preparatoria N° 16; inician actividades las Preparatoria N° 18, de Hidalgo; la N° 20, de Santiago; la N° 17, de Ciénega de Flores, y la Preparatoria N° 19, de García, Nuevo León. En 1975 se inaugura la preparatoria N° 15, Unidad Florida y en septiembre de ese año se crea lo Preparatoria N° 22.69 En una institución ya robusta como la UANL, el H. Consejo Universitario aprueba, en 1976, la creación de la Dirección de Investigaciones Humanísticas y la de Escuela de Artes Visuales. Un año después, en 1977 se aprueba la creación de la Preparatoria N° 23, en Santa Catarina.70 En diciembre de 1978, el Honorable Consejo Universitario aprueba la creación de la Facultad de Ciencias

Es en 1969, el 25 de noviembre, cuando el gobernador Eduardo A. Elizondo emite el Decreto No.147 a fin de modificar las formas de gobierno de la Universidad de Nuevo León.66 Sobrevienen años furiosos (1969-1973) donde el movimiento universitario impulsa una mayor autonomía política, educativa y presupuestal para la Máxima Casa de Estudios. El 26 de marzo de 1971, tras la presión del movimiento estudiantil y de buena parte de la población metropolitana, se emite la tercera Ley Orgánica, que estuvo vigente solamente dos meses y ocho días.67 El movimiento crece y exige la derogación de la tercer Ley Orgánica que polariza los ánimos universitarios. Finalmente, el 5 de junio se promulga la cuarta Ley Orgánica, en la cual se le concede la Autonomía Universitaria que le da su nombre actual: “Universidad Autónoma de Nuevo León”. También se determina el establecimiento de una Junta de Gobierno como la máxima autoridad.68 Los años que van de 1973 a 1975 son muy fructíferos para la vida universitaria y sus instituciones. En marzo de este año el Honorable Consejo Universitario aprueba la creación de la Preparatoria N° 15; El presidente Miguel Alemán emitió un decreto mediante el cual cedió 334 hectáreas de terreno en marzo inicia cursos la Pre- federal para la construcción de la Ciudad Universitaria.

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Monterrey: origen y destino

Políticas y Administración Pública y la Facultad de Ciencias de la Comunicación. En 1980 se continúa creciendo y es por ello que se inauguran varios edificios en la Unidad Mederos. Además se inicia la construcción de escuelas en la Unidad Linares, y también los Centros de Investigación en Aramberri, Vallecillo, Galeana y China. Año también representativo para la pesquisa. El Honorable Consejo Universitario establece los Premios de Investigación Científica y el 29 de abril se aprueba la creación de la Escuela de Artes Escénicas. Casi al finalizar el año, el 13 de noviembre, se inaugura la Biblioteca Universitaria Capilla Alfonsina.71 En el siguiente cuadro se podrá observar el importante crecimiento poblacional de esta institución en los años que acabamos de narrar. Cuadro 7. Número de estudiantes en los diferentes niveles educativos UANL (1933-1980). Año

Bachillerato

1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962

1229 768 990 1259 1237 1310 1718 2247 1435 2045 2327 3012 2683 1682 2218 2332 2416 2479 2679 3030 3611 4106 4834 4904 4686 4705 5099 5744 6354 6037

Licenciatura 197 229 310 347 347 572 631 631 567 646 885 903 1043 1259 1484 1512 1808 1925 2039 2296 2364 2663 2997 3349 3706 4026 4522 5272 5903 6205

Maestría

Total 1426 997 1300 1606 1584 1882 2349 2878 2002 2691 3212 3915 3726 2941 3702 3844 4224 4404 4718 5326 5975 6769 7831 8253 8392 8731 9621 11016 12257 12242

1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

6191 6625 6446 7035 7570 7809 7499 9736 13114 14922 15386 20597 28009 32559 32500 37807 35179 36379

6327 6560 7050 7638 8650 9853 10936 12023 14558 16363 18621 19708 25686 33075 34510 41214 45507 47121

12518 13185 13496 14673 16220 17662 18435 21759 27672 31285 34427 40992 54607 67208 67010 81055 82896 85340

420 687 912 1574 1401 2034 2210 1840

Fuente: Departamento de Estadística, UANL, 2007.

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Fundación El antecedente para la formación del ITESM es la asociación civil denominada: Enseñanza e Investigación Superior A.C. (EISAC), fundada en 1943, bajo la iniciativa del empresario Eugenio Garza Sada. Esta sociedad –sin fines de lucro– auspicia al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), fundado el 6 de septiembre del mismo año (para esta referencia y las siguientes ver Elizondo, 1993). Los nombres de los fundadores que dieron vida a esta institución fueron: Bernardo Elosúa Rómulo Garza Eugenio Garza Sada Roberto Garza Sada Alejandro Guajardo Jesús J. Llaguno Joel Rocha Andrés G. Sada Hernán Sada Gómez Roberto G. Sada Ignacio A. Santos

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

Diego G. Sada Jorge G. Rivero Agustín Basave Miguel Vera José G. Martínez Ricardo Quirós Andrés Chapa Virgilio Garza Jr. Roberto Guajardo Suárez José Benítez Antonio L. Rodríguez Rodolfo Barragán Juan S. Farías

Primeros años El trabajo eficiente, la honradez y el compromiso con los ideales son los primeros valores que se manifiestan en esta nueva institución educativa. El primer director general del Tecnológico de Monterrey fue el Ingeniero León Ávalos Vez, quien se había graduado en 1929 del Instituto Tecnológico de Massachussets. Un año después de la fundación,

Vista panorámica del Tecnológico de Monterrey.

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surge Onda, la primera revista del Tecnológico de Monterrey. En 1945 se adopta el borrego como símbolo y de igual forma se bautiza con ese nombre a un periódico y a una orquesta estudiantil. El constante incremento en el número de alumnos hace necesaria la creación de un recinto propio. En marzo de 1945, el Consejo de EISAC anuncia el proyecto de lo que hoy es el Campus Monterrey; las obras son iniciadas en junio de ese mismo año. Durante esta primera etapa, el ITESM es visitado por grandes intelectuales como José Vasconcelos y Alfonso Reyes, quienes dictan conferencias en sus aulas. En septiembre, el alumno Francisco Vera Escota presenta su examen profesional, recibiendo el título de ingeniero industrial químico, convirtiéndose así en el primer egresado del Instituto Tecnológico de Monterrey. En 1946, el ingeniero Roberto Guajardo Suárez es nombrado director general del Tecnológico de Monterrey, en sustitución del ingeniero León Ávalos Vez. En junio, ocho alumnos reciben su título profesional en la primera ceremonia formal

Monterrey: origen y destino

de graduación del Tecnológico de Monterrey, que en ese año contaba ya con más de mil estudiantes. La necesidad de aumentar el acervo de la biblioteca general conduce a la organización de una rifa con veintiocho premios, entre ellos un automóvil Lincoln; esta rifa es el antecedente más antiguo de los tradicionales Sorteos Tec. En este mismo año, las estadísticas mostraban que 31 por ciento de los alumnos inscritos contaban con algún tipo de beca, lo que nos muestra la preocupación constante del Tecnológico de Monterrey en dar la posibilidad de estudios a quienes lo merecen. Para septiembre de 1948 se inaugura la Escuela de Agronomía y se funda la Sociedad Artística Tecnológico (SAT), con la presentación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa. El Departamento de Humanidades publica la Revista Trivium, con información sobre filosofía, historia, narrativa y poesía. El grupo de teatro estudiantil, creado meses atrás, presenta tres obras: La verdad sospechosa, Otra vez el diablo y La casa de la Troya. En las fiestas los estudiantes bailan al son de la orquesta “Los Borregos del Ritmo”. Un año después, en mayo de 1949, se inaugura la alberca semiolímpica, construida con fondos recaudados por la Sociedad de Alumnos. Aumenta el número de publicaciones de distinta índole dentro del campus. En este año circulan la Revista de Estudios Contables, el Boletín de Agronomía, el Boletín de Relaciones Industriales y la Revista Trivium. A finales de este año comienza a operar “La Carreta”, fuente de sodas que en un principio ofreció también los servicios de peluquería y aseo de calzado.

Internacionalización El 17 de julio de 1950, el presidente de México, Miguel Alemán Valdés, inaugura el Estadio Tecnológico. Ese mismo año, el 7 de diciembre, el Instituto Tecnológico de Monterrey da un paso importante en su proyección internacional cuando sus estudios son acreditados por la Southern Association of Co-

llege and Schools (SACS) de los Estados Unidos de América.72 De forma paralela se instala el primer conmutador telefónico dentro del campus. Éste contempla un total de 42 aparatos y cuatro líneas directas. De esta manera, los estudiantes foráneos pueden comunicarse con sus familiares por larga distancia, aun cuando se forman largas filas de espera fuera de las cabinas. En 1951 comienzan las prácticas de Agronomía en el Campo Experimental de Apodaca. A principios de abril, el ingeniero Víctor Bravo Ahuja es nombrado director general del Tecnológico de Monterrey. En ese mismo mes se crea el Instituto de Investigaciones Industriales. De igual forma, el presidente Miguel Alemán Valdés expide el decreto en el que se reconoce de manera oficial la validez de los estudios realizados y de los títulos expedidos por el Tecnológico de Monterrey. En el verano de este año, un grupo de alumnos realiza el primer viaje de estudios a Europa; de esta manera se inician los intercambios estudiantiles con universidades de otros continentes. Se inicia la reconstrucción del edificio para la Biblioteca de la Rectoría del Campus Monterrey y de la Rectoría de la Zona Norte, hoy sede de la Rectoría y de las Vicerrectorías del Tecnológico de Monterrey. Para 1953 se termina la construcción del primer edificio del campo experimental de Apodaca, destinado para albergar oficinas, aulas, laboratorios y un almacén. En abril de este año, directivos del Southwest Research Institute de San Antonio Texas,73 visitan el Instituto de Investigaciones Industriales del campus, uno de los primeros centros de investigación del Tecnológico de Monterrey con proyección internacional. Con motivo del décimo aniversario del Tecnológico de Monterrey se lleva a cabo un sorteo para obtener fondos para la terminación del edificio de Biblioteca (hoy Rectoría). Esta es la primera vez que el premio mayor de un sorteo organizado por el Tecnológico de Monterrey es una casa completamente amueblada. A partir de esta fecha, el sorteo comienza a celebrarse dos veces por año.74

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

En julio de 1954 se termina de construir el mural diseñado por Jorge González Camarena para el edificio de la biblioteca del ITESM.

El 1 de marzo de 1954, en una solemne ceremonia celebrada en la sala principal de lectura de la nueva Biblioteca del Tecnológico de Monterrey (hoy Sala Mayor de Rectoría), el presidente Adolfo Ruiz Cortines encabeza los festejos del décimo aniversario. Además del edificio de biblioteca, se inaugura oficialmente el Campo Agrícola Experimental de Apodaca y se siembra el Árbol de la Fraternidad. Asimismo, el señor Carlos Prieto, presidente de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, dona al Tecnológico de Monterrey su colección de obras de Miguel de Cervantes Saavedra. Con esta donación inicia la ahora conocida Biblioteca Cervantina del ITESM. En julio de ese año se termina el mural diseñado por Jorge González Camarena para el edificio de la biblioteca. Junto con el mural también son terminados los mosaicos que están colocados en los descansos de la escalera del vestíbulo del mismo edificio. En 1959 el Tecnológico de Monterrey es seleccionado por la Administración de Coopera-

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ción Internacional (ICA), dependencia del gobierno federal de los Estados Unidos, como centro de educación y adiestramiento para sus alumnos becados que hablen el idioma español. Esta selección es indicativo del prestigio internacional adquirido por la institución en sus primeros años de vida. En diciembre, el ingeniero Fernando García Roel es nombrado rector del Tecnológico de Monterrey. El ingeniero García Roel había ingresado como catedrático en 1945 y se desempeñaba como director del Departamento Escolar al momento de su nombramiento.

Inicia el posgrado Para 1960, el ITESM muestra una matrícula de 4,661 alumnos, de los cuales, sólo 77 son mujeres. De ellas, doce estudian alguna carrera de administración, siete están inscritas en ingeniería, seis en agricultura, trece en preparatoria, ocho en arquitectura y 31 en letras. Al año siguiente, se pone en operación la Escuela de Graduados, en la que se ofrecen maestrías en ingeniería civil, con especialidad en estructuras; en física, con especialidad en electrónica; en química, con especialidad en química orgánica y en ingeniería eléctrica. En 1963 otorga su primer grado académico de maestría, en la especialidad de ciencias químicas; el 6 de septiembre se celebra el 20 Aniversario, por tal motivo, el presidente Adolfo López Mateos lo visita reuniéndose con los consejeros, directivos, profesores, personal administrativo, alumnos y exalumnos. A fines de mayo de 1964, se anuncia la apertura de la Escuela de Graduados en Administración y una nueva carrera: ingeniero bioquímico

Monterrey: origen y destino

en tecnología de alimentos y ciencias marítimas. Los alumnos de esta carrera cursarían sus últimos semestres en la Unidad que el Tecnológico construye en el Puerto de Guaymas, Sonora, primera sede de éste fuera de Monterrey y punto de partida del sistema universitario multicampus. El 19 de noviembre de 1965 se inaugura el gimnasio con el XIX Torneo Interior de Básquetbol. En 1968, al celebrarse los primeros 25 años de existencia del Tecnológico, el Ayuntamiento de Monterrey rinde homenaje a la institución con una reunión solemne celebrada en el En 1977, Ignacio A. Santos realiza la donación del Hospital San José al Tecnológico de Palacio Municipal. De igual forma, Monterrey, con el fin de crear la carrera de médico cirujano dentro de dicha institución. en septiembre de ese año comienza a de Graduados, Vicerrectoría de Enseñanza Media, funcionar el nuevo edificio de biblioteca e inician Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles, Vicerreclas actividades de la carrera de ingeniero agrónomo toría Administrativa y Vicerrectoría de Finanzas y administrador. Es también en este año cuando el Desarrollo. En 1971 el deporte en el Tecnológico Tecnológico inicia su primer programa de gradua- de Monterrey recibe un gran impulso con el primer dos a nivel doctorado: el doctorado en química, con triunfo de los Borregos Salvajes en el Campeonaespecialidad en química orgánica. to Nacional de Fútbol Americano. En septiembre En el primer semestre de 1969 se pone en de ese año inician las licenciaturas en ciencias de servicio el primer edificio de residencias femeninas, la comunicación y en sistemas de computación adlocalizado fuera del campus. Los cursos de vera- ministrativa. no para estudiantes extranjeros –existentes desde En 1973, el trágico fallecimiento de don Eu1948– alcanzan una cifra de más de mil alumnos genio Garza Sada, fundador del Tecnológico, pone inscritos. En septiembre de 1969 se entrega por pri- una nota de luto a los festejos del 30 Aniversario de la mera vez el Premio Luis Elizondo, destinado a esti- fundación de la institución. El 1 de octubre, el Conmular el trabajo científico y los actos humanitarios. sejo de Directores de Enseñanza e Investigación Su-

Reestructuración y expansión En 1970, el Tecnológico de Monterrey lleva a cabo una reestructuración de los estatutos que rigen la vida académica y administrativa de la Institución. Dentro de la nueva organización se instituyen el Senado Académico, la Facultad y el cargo de director de Carrera. Además, se establecen cinco vicerrectorías: Vicerrectoría de Enseñanza Profesional y

perior, A.C., designa a don Eugenio Garza Lagüera como nuevo presidente de esta asociación. De igual manera, se establece el Premio Rómulo Garza, instituido por sus herederos para honrar la memoria de don Rómulo, empresario regiomontano que siempre brindó su ayuda y apoyo a la educación.75 Al año siguiente, en 1974, se pone en operación la Unidad Saltillo del Tecnológico de Monterrey. Un año después, el Senado Académico acuerda suprimir la elaboración de tesis y la presentación del examen

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

profesional como requisitos formales para obtener un título profesional del Tecnológico de Monterrey; a partir de 1975, el alumno sólo debe cursar y aprobar todas las materias del plan de estudios de su carrera y cumplir con su servicio social para obtener su título. Ese mismo año, el Ayuntamiento de la Ciudad de Monterrey cambia de nombre la Avenida Tecnológico –domicilio del Instituto– por el de Avenida Eugenio Garza Sada. En agosto de 1975, la Escuela Preparatoria del Tecnológico de Monterrey se traslada a sus nuevas instalaciones en el poniente de la ciudad, en la colonial El Carmen, en el municipio de San Pedro Garza García. A partir de este año recibe el nombre de Escuela Preparatoria Eugenio Garza Sada. En 1976 comienza a ofrecerse la carrera de ingeniero químico y las maestrías de sistemas de información; ésta es la primera maestría que ofrece el ITESM en el área de informática. Las operaciones del ITESM se extienden en este año a otras partes de la república, se abren unidades en las ciudades de Chihuahua e Irapuato, así como una más en el Estado de México. Un año más tarde, Ignacio A. Santos –miembro fundador del Consejo de EISAC– realiza la donación del Hospital San José al Tecnológico, con el fin de crear la carrera de médico cirujano dentro de la institución.76 En junio de 1978 el Tecnológico se convierte en la primera institución educativa en México en otorgar títulos profesionales escritos en femenino a las alumnas que terminaron sus estudios. En el mes de agosto del mismo año se incorpora la carrera de médico cirujano, de igual forma, se inaugura la Escuela de Medicina “Ignacio A. Santos”, anexa al edificio del Hospital San José. Para 1979, el Instituto ofrece por primera vez el servicio de escuelas prácticas, un concepto en el que un grupo de alumnos y maestros atiende problemas específicos de diversas empresas y en el que se benefician tanto los alumnos que participan de la experiencia como las empresas que solicitan el servicio. La División de Ingeniería pone en funcionamiento el Proyecto Casa Solar, con el propósito de

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El Hospital San José es uno de los hospitales más completos de la ciudad.

obtener el máximo aprovechamiento de la energía solar. La Federación de Estudiantes del Tecnológico (FETEC) cambia su nombre al de Federación de Estudiantes del ITESM (FEITESM), máximo organismo estudiantil que representa a la totalidad de los alumnos del Tecnológico. Ese mismo año se realiza por primera vez el espectáculo “Compresencias”, donde se dan cita autor, intérpretes y público. En 1980 se inician actividades en las carreras de ingeniero bioquímico administrador de procesado de alimentos e ingeniero físico industrial. En este año el Instituto también se inicia en la era de la computación personal con la llegada al campus de las computadoras Apple II. Se inaugura el Auditorio Luis Elizondo con la presentación de Las alegres comadres de Windsor. Finalmente, a mediados de mismo año, las unidades Colima, Chiapas, Hidalgo y Morelos inician operaciones.

Monterrey: origen y destino

En este lapso, el ITESM, que inició en 1943 con 313 alumnos, muestra una población estudiantil de 21,483 para el período escolar de 1980 (véase el cuadro 8).

sitaria por venir. La educación superior en México estaba por experimentar un boom y había que estar preparado para presentar nuevas alternativas más allá de las instituciones ya establecidas como la UNL y el ITESM. El gobernador del estado abrió esta posibilidad de forma pública el 18 de Cuadro 8. Número de estudiantes en los diferentes niveles enero de 1968, en esa ocasión dijo que todos educativos ITESM (1943-1980). los planteles educativos particulares que deAño Bachillerato Licenciatura Maestría Total searon participar en la enseñanza superior, sujetos a los planes de gobierno en materia 1943 113 200 313 1944 134 293 427 de enseñanza, por supuesto, encontrarían al1945 240 474 714 tos estímulos de parte de su administración.77 1946 345 543 888 1947 306 502 808 El llamamiento fue dado después de que dos 1948 482 408 890 grupos particulares mostraron interés en fun1949 514 642 1156 dar dos instituciones de educación superior 1950 611 707 1318 1951 649 706 1352 en la ciudad. Estos mismos grupos funda1952 774 811 1585 rían, en 1969, la Universidad de Monterrey 1953 689 927 1616 1954 695 1038 1733 (UDEM) y la Universidad Regiomontana 1955 731 1211 1942 (UR). Un año después se crearía el Centro 1956 755 1412 2167 1957 739 1641 2380 de Estudios Universitarios (CEU). 1958 716 1930 2646 La fundación de nuevas institu1959 789 2166 2955 1960 822 2391 3213 ciones de educación superior de carácter 1961 838 2564 43 3445 privado fue otra de las herencias de este 1962 832 2840 64 3736 1963 859 3181 39 4079 magno proyecto. A tan sólo tres años de la 1964 934 3494 148 4576 fundación de la UDEM y de la UR, y a dos 1965 1113 3912 191 5216 1966 1173 4132 324 5629 del CEU, estas universidades presentaban 1967 1216 4609 514 6339 1968 1424 4753 593 6770 una alternativa viable y competitiva ante 1969 1531 4823 607 6961 la UANL. Para 1972, estas tres universida1970 1618 4878 676 7172 1971 1400 4870 598 6868 des más el ITESM tenían 21,139 alumnos 1972 1428 5319 591 7338 inscritos en sus carreras profesionales,78 en 1973 1642 5842 624 8108 1974 1940 6704 951 9595 contraposición a los 22,000 alumnos que 1975 2320 7150 778 10248 poseía la UANL en sus instalaciones de 1976 2568 8028 1567 12163 1977 4505 8952 1657 15114 educación superior.79 En otras palabras, las 1978 4753 9719 1683 16155 instituciones privadas tenían 49 por cien1979 5880 11129 1783 18792 1980 6491 13093 1899 21483 to del alumnado total inscrito en el estado, Fuente: Departamento de Estadística, ITESM, Monterrey, 2007 y Zavala, 1996. mientras la UANL poseía 51 por ciento. En contraste con la situación existente en el resto del país, el cual presentaba una composición de 10 La creación de nuevas universidades privadas y 90 por ciento, respectivamente.80 En este sentido, El gobierno de Nuevo León, la potente elite empre- el proyecto de Elizondo tuvo un éxito inmediato en sarial y los diversos grupos religiosos organizados de la apertura para el capital privado. Lo que demuestra la ciudad, contemplaron, desde 1967, la crisis univer- que el sector empresarial y comercial de Monterrey

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estaba sumamente interesado en el financiamiento de la educación superior, a diferencia de sus homólogos en otras partes de la república.81

Instituto Superior de Arte y Cultura de Monterrey Este instituto fue fundado en septiembre de 1967, impartiendo inicialmente sólo una carrera: la de licenciado en trabajo social. En 1976 amplió su oferta educativa con una segunda carrera, la licenciatura en diseño de interiores. La orientación de estos estudios ha atraído en su mayoría a estudiantes del sexo femenino. El instituto se incorporó al reglamento de la Universidad de Nuevo León, posteriormente Autónoma, por lo que sus estudios son convalidados por la universidad pública. Durante este periodo el Instituto fue muy pequeño en comparación con el resto de las universidades de la localidad. Su matricula entre 1967 y 1980 pocas veces rebasó los 100 alumnos por año. Debido a la llegada de nuevas y competitivas universidades el Instituto desapareció en 1990 (Zavala, 1996). Universidad de Monterrey

El proyecto de una universidad congregacional Al inicio de 1968, las congregaciones religiosas católicas de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, las religiosas del Sagrado Corazón, los hermanos Maristas y los Lasallistas, plantearon un ambicioso proyecto para crear una Universidad Intercongregacional.82 En el informe de la “Comisión para el estudio previo sobre la formación de una Universidad Intercongregacional” se presentaron los resultados a la primera instancia del país encargada del estímulo y protección de las escuelas privadas de carácter católico, la Fe-deración de Escuelas Particulares (FEP). El diagnóstico fue verdaderamente reve-

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lador de la encrucijada en la que se encontraba el país. Para el caso de Monterrey, las instituciones de educación superior no estaban preparadas para la demanda que estaba por venir. En el estudio, la Comisión presentó, entre otros, dos puntos cruciales para fundamentar la creación de una nueva y novedosa institución; estos fueron las razones para su instauración y, en segunda instancia, su posible estructura.

Las razones del proyecto Entre las razones destacaron tres aspectos: el momento histórico, el punto vista de las congregaciones y el aspecto social del proyecto.83 a) El momento histórico. El momento parecía ser el más propicio y difícilmente se repetirían condiciones tan favorables. Tras un análisis de la Universidad de Nuevo León (UNL), ésta tenía capacidad, veinte años atrás, no sólo para los egresados de su preparatoria, sino que podía absorber a los alumnos de escuelas particulares y a los de otras entidades federativas. Sin embargo, para 1967 el crecimiento de la ciudad de Monterrey había creado una sobrepoblación escolar que no era absorbida ni por el ITESM. Este hecho había creado un problema para el gobierno estatal, y por eso solicitó la ayuda del sector privado. En efecto, el gobernador Eduardo A. Elizondo, cuando ocupó la rectoría de la UNL, entre 1965 y 1966, sostuvo reuniones “semioficiales” con directivos de escuelas particulares, en donde sugirió la conveniencia de la creación de un Centro de Estudios Superiores, para el que ofrecía el reconocimiento oficial y toda la ayuda posible. Por su parte, siendo rector de la UNL, el médico Héctor Fernández, en una entrevista con miembros de una representación de la FEP, abordó de inmediato la urgencia y obligación de la

Monterrey: origen y destino

Federación para unificarse y abrir al público una institución de carácter universitario, ofreciendo la incorporación inmediata, asesoría, intercambio de profesores e incluso su intervención para el subsidio oficial.84 En otras palabras, la comisión aseguraba que el régimen político estaba en posición de brindar una ayuda sin igual desde hacía décadas: “la oportunidad es única en la historia del estado y quizá de la patria”.85 Por lo que se pensaba que quedaba a la responsabilidad de las congregaciones aceptarla o declinarla. b) Fundamentos desde el punto de vista de las congregaciones. En este transitar histórico de la idea de una Universidad Intercongregacional, los nuevos conceptos de “ecclesia” opuestos al viejo concepto de “capillismo”, hacen reflexionar sobre el hecho que varios colegios desarrollan tareas con alumnado reducido y de acuerdo a las orientaciones del Vaticano II. Bajo esta perspectiva, las religiosas y religiosos, por su consagración, serían los mensajeros ante los jóvenes de la verdad que hace libres; profesores religiosos y seglares realizarían comunitariamente este ideal y crearían las condiciones favorables a la educación universitaria verdaderamente cristiana. Su sello intercongregacional y laico evitaría que la comunidad se replegara sobre sí misma y, por el contrario, sería una oportunidad para que su influjo se extienda y contribuya a liberar a los universitarios de sus egoísmos a la donación generosa de sí. Esta unión entre las comunidades y seglares equivaldría a una pedagogía sobre la fe cristiana, porque cumpliría con la palabra del Señor. A decir del apóstol Juan “sean todos uno para que el mundo crea”.86 Los maestros influirán en los alumnos por la calidad de su saber, por el testimonio de su vida y por el impulso de su fe. De esta forma, la acción educadora estaría basada en el respeto a la dignidad humana. La personalidad del estudiante y de la institución se desarrollará en un ambiente afectuoso y

familiar por el trato de persona a persona y gracias “al diálogo propiciado y culto”.87 Secundando los deseos de la Iglesia (Populurum progresio), los profesores alentarán a los jóvenes a organizarse en equipos y brigadas para ayudar a los que luchan de la miseria moral y física. Los universitarios se insertarán a las agrupaciones que colaboran en los esfuerzos colectivos para promover el progreso social y el desarrollo de los pueblos.88 c) Fundamento desde el punto de vista social. A juzgar por las congregaciones, las dos instituciones de educación superior en Monterrey, la UNL y el ITESM, si bien mejoran constantemente su material humano y los medios de enseñanza, esto los conduce a la formación de grupos de especialistas cada vez más separados unos de otros. Si bien la crisis de la enseñanza no es vista a nivel local sino mundial, una de estas causas es la falla de las universidades en la formación integral del ser humano. Por ello, aquellas instituciones, de acuerdo a su estructura, a sus fines centrados en la creación técnica y profesionista, les impide ocuparse efectivamente de este asunto tan importante: “Son pirámides sin vértice, arcos sin clave”.89 La razón de la formación del ser humano integral muestra la evidencia de un sistema universitario donde predominaría el ambiente de comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de la libertad y caridad. La nueva institución satisfaría la legítima preferencia de un sector importante de la sociedad que desea para sus hijos no sólo la preparación técnica, sino una integración moral y cultural de tal forma que poseerá “el vértice de la pirámide y la clave del arco”.90

Estructura académica En cuanto al concepto de universidad planeado, quedaron comprendidos los estudios de bachillerato, profesionales y posgrado. Una integración basa-

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da en tres tipos de acuerdos primigenios: un instrumento jurídico que diera vida legal a la Universidad como asociación civil, signado por los representantes nominales de las diversas congregaciones y en el cual se ampararan los bienes muebles e inmuebles; un convenio interno entre las congregaciones, bajo el compromiso de formar una Junta de Gobier-no con sus respectivos representantes, donde tendrían asiento, voz y voto; y mantener el número de religiosos necesarios para que fuera efectiva la labor apostólica y formativa.91 El proyecto, de esta forma estructurado desde las bases mismas de las congregaciones, fue esbozado con discreción entre febrero y marzo de 1968, a las autoridades eclesiásticas y civiles, así como a los superiores inmediatos de cada Congregación.92

El FISAC Para cristalizar el primer acuerdo se creó, en febrero de 1968, la asociación civil denominada Fomento de Educación Superior, A.C. (FESAC). Los trámites siguientes consistieron en la solicitud de permiso a la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la Ciudad de México, para constituir una asociación civil, de acuerdo al Código Civil de Nuevo León, el 8 de julio de 1968,93 y posteriormente su constitución legal, el 25 de octubre del mismo año.94 Los socios fundadores de la FESAC fueron veinticuatro, entre ellos educadores, hermanos maristas, hermanas religiosas, empresarios y profesionistas distinguidos. Sus nombres son: Humberto Álvarez Haces; Miguel Preciado Cisneros, Gabriel Sánchez de Aparicio; José Cervantes Hernández, Jorge García Abaroa, Juan Estudillo López, Dolores Núñez Gutiérrez, Ana María Gorozpe Vila, Ana María Sada Lambretón, Antonio L. Rodríguez, Enrique García Leal, Eduardo Macías Santos, Manuel Rangel Rivera, Ricardo Margáin Zozaya, Da-niel de la Garza, Rogelio Sada Zambrano, Luis Santos de la Garza, Armando Ravizé, Arturo Salinas Martínez, Salvador Plancarte, Humberto Lobo Villarreal,

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Agustín Basave Fernández del Valle, Mario Castillejos y José González Quijano.95

La Junta de Gobierno El 13 de abril de 1968, a las 16:00 horas, en el Colegio Franco Mexicano de la calle Hidalgo, se reunieron los superiores mayores de las tres congregaciones ya mencionadas para firmar un Convenio, nombrado dos religiosos por cada congregación para integrar la Junta de Gobierno Provisional, la cual elaboraría el proyecto final de la creación de la Universidad Intercongregacional en Monterrey.96 La creación de esta Junta tuvo un carácter abierto, es decir, que en cualquier momento se podría admitir a una nueva congregación que deseara colaborar. Los superiores mayores que firmaron el Convenio fueron: Evangelina Mora Lovillo, superiora general de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe; Víctor Bertrand Rangel, provincial de los Hermanos de las Escuelas Cristianas e Ignacio Martínez Hernández, provincial de los Hermanos Maristas.97 El mismo día, una hora más tarde, el Doctor Alfonso Espino y Silva recibió a los superiores mayores y al grupo de religiosos que los acompañaban. Con su bendición y aprobación firmó igualmente el Convenio. En un gesto fraternal, ofreció también ayudar a la elaboración del proyecto, con la aportación mensual estipulada en el propio Convenio.98 De ahí en adelante la actividad de las congregaciones se dio sin descanso. El 18 de abril se eligieron los directivos de la futura Junta de Gobierno;99 el 20 de abril se entrevistaron el rector de la UNL, quien prometió, a través de la Universidad: asesoramiento de los Consejos Técnicos, colaboración de los distintos departamentos, apoyo para subsidios de organizaciones internacionales y asesoría en lo relativo al funcionamiento del Departamento Escolar.100 El 25 de abril los representantes de las congregaciones se entrevistaron con el gobernador del estado, Eduardo A. Elizondo, a quien por vez pri-

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mera entrevistaban en sus oficinas particulares del Condominio Monterrey para comunicarle la idea. El gobernador fue indudablemente uno de los impulsores de este proyecto, como lo demostraría años después. En ese momento apoyó el proyecto debido a que era “una urgencia inmediata” y una alternativa a los problemas por los que pasaba la UNL.101 En efecto, Elizondo se enfrentaba a las agitaciones estudiantiles en la UNL, en respuesta a los problemas de financiamiento de la universidad pública, la cual se había visto rebasada por el crecimiento de la demanda de estudios en la educación media y superior.102 La primer Junta de Gobierno Provisio-nal para la creación de la Universidad se integró y sesionó el 25 de abril de 1968. Sus integrantes se pueden ver en el cuadro 9. Cuadro 9. Integrantes de la Junta de Gobierno Provisional, abril de 1968. Integrante

Puesto

Institución

José Cervantes

Presidente

H.H. de las Escuelas Cristianas. Instituto Regiomontano Inspector-Bachillerato

Mtra. Ana María Sada Lambretón

Secretaria

Hijas de María Inmaculada de Guadalupe. Universidad Labastida Subdirectora de la Escuela de Filosofía y Letras y de Regina Mundi

Mtro. Jorge García Abaora

Tesorero

H.H. de las Escuelas Cristianas. Instituto Regiomontano Director.

Mtro. Gabriel Sánchez Aparicio

H.H. Marista. CUM Director del Bachillerato

Ing. Enrique Cantú Leal

Empresario Industrias Alen

Q.F.B. Ana María Gorizpevila

Hijas de María Inmaculada de Guadalupe. Instituto Labastida Subdirectora de la Escuela de Ciencias Químicas y Secretaria General de la Universidad

Don Antonio l. Rodríguez Lic. Ricardo Margáin Zozaya

Empresario

Q. I. Manuel Rangel Rivera

Universidad Labastida Director de la Facultad de Ciencias Químicas

Lic. Eduardo Macías Santos

Universidad Labastida Director de la Escuela de Filosofía y Letras

Abogado

Fuente: AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968: 50-52

Igualmente se definió la estructura primaria de la futura universidad. La segunda autoridad sería el Consejo Universitario, formado por el rector, el secretario general, el director y el subdirector de cada escuela o sección, del director y subdirector del Consejo de Formación, el director y subdirector del Consejo Administrativo y eventualmente, un representante de la Asociación de Profesores y otros de la Federación de las Sociedades de alumnos.103 Otras instancias administrativas primigenias fueron el Consejo de Formación y el Consejo de Administración, dependientes directas de la Junta de Gobierno. Del secretario general dependen: el Departamento Escolar, el Departamento de Extensión Universitaria y demás instancias académicas. La tercera autoridad se constituye por los directores y subdirectores de cada escuela, auxiliados por el personal docente. Finalmente, en el cuarto plano los alumnos y sus instancias organizadas libremente por ellos y representadas en la segunda instancia, el Consejo Universitario.104

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Representantes de las congregaciones Mantener el número de religiosos necesarios para que fuera efectiva la labor apostólica y formativa. Los quince religiosos (as) que prestaban en ese momento su colaboración en las escuelas preparatorias fundacionales eran suficientes para sostener el proyecto universitario en su inicio. Ellos serían los animadores de la comunidad educadora universitaria.105

En busca del consenso: entrevistas con autoridades eclesiásticas y civiles Leído y comentado este informe (en febrero de 1968) ante la Directiva de la FEP, ésta acordó visitar al Excmo. y Rvmo. Dr. Alfonso Espino y Silva, arzobispo de Monterrey. La visita se rea-lizó el 27 de febrero de 1968, con una nutrida representación de diversas escuelas e institutos, la cual fue recibida con gusto por Alfonso Espino. Tras conseguir la aprobación de la máxima autoridad religiosa en Nuevo León, y mientras en forma paralela se continuaba trabajando en un estudio de mercado sobre las posibles carreras humanísticas y técnicas que se querían impulsar, el Comité para la Creación de la Universidad (posteriormente definido como Junta de Gobierno Provisional) realizó presentaciones selectivas a personalidades e instituciones locales a fin de exponer la idea de la creación de la universidad. El apoyo de la élite regiomontana y de la jerarquía eclesiástica nacional era imprescindible para lograr tan ansiado proyecto. Las congregaciones católicas de Monterrey sentían la responsabilidad de lo manifestado por los nuevos horizontes del concilio Vaticano II, que proponía a toda Iglesia y particularmente a las instituciones dedicadas a la educación, borrar capillismos y agrupar fuerzas en una labor auténtica de unión. Bajo el momento histórico descrito, y ante la necesidad de coordinar esfuerzos integrando servicios

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comunes a favor de la comunidad, se suprimirían la dispersión y la poca eficiencia de los mismos en este magno proyecto. La búsqueda de apoyo y consenso con las autoridades religiosas, se dio no sólo ante el señor obispo, sino ante el de-legado apostólico en México. En cuanto a las autoridades civiles, miembros del comité y posteriormente de la Junta de Gobierno Provisional, se entrevistaron con el secretario de Educación en México, con el presidente de la ANUIES, Alfonso Rangel Guerra, y con profesores investigadores del área educativa como Pablo Latapí. A nivel local se buscó el apoyo, como ya comentamos anteriormente, del gobernador del estado, Eduardo A. Elizondo, con el rector de la Universidad de Nuevo León, el médico Héctor Fernández y, por supuesto, con la élite empresarial regiomontana. Los empresarios a quienes se les presentó el proyecto y mostraron aprobación y apoyo fueron, entre otros: Eugenio Garza Sada (Cervecería Cuauhtémoc); Roberto Garza Sada; Andrés G. Sada y Roberto G. Sada (Vi-driera Monterrey); Ignacio a Santos (Edificio Chapa); Federico I. Santos (Banco Regional del Norte); Miguel G. Arce (Celulosa y Derivados); Andrés Marcelo Sada (Fibras Químicas S.A.); Luis Elizondo, Gregorio Ramírez Junior (Trailers de Monterrey); Alejandro Guajardo (Artefactos de Papel); Jesús J. Llaguno (Nylon de México); Manuel R. Llaguno, Bernardo Jiménez (Radios Universal); Rodolfo F. Barrera (Cementos Mexicanos); Alfonso Garza (Troqueles y Esmaltes); Eugenio Garza Lagüera (Fraccionamientos Country); Bernardo Garza Sada (Hojalata y Lámina); Aurelio González Junior (Industrias González); Dionisio Garza Sada (Empaques de Cartón Titán); Rómulo Garza y Jorge L. Garza (Conductores Monterrey).106 El proyecto se fue enriqueciendo conforme iba siendo presentado a las diferentes instituciones y personalidades privadas y públicas. Junto a este enriquecimiento, el proyecto respondía a una nue-

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va realidad internacional y a una postura novedosa sobre la educación, impulsada durante el Concilio Vaticano II, y las Conferencias del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).107

Fundación A fines de 1968, las actividades se intensificaron. Tan pronto se tramitó la legalización de la FESAC en octubre de 1968 y se expidió el primer Testimonio de la escritura de su constitución el 27 de noviembre de ese año, en la segunda reunión de Directores de la Asociación se llegaron a acuerdos trascendentes. El 12 de diciembre de 1968, el Consejo de Directores aprobó el nombre de la nueva institución como Universidad de Monterrey y, en consecuencia, las bases orgánicas de la misma.108 Para el 23 de enero se decidió que la Universidad estaría formada por cuatro escuelas, que contemplarían mantener sus cursos de bachillerato, el Instituto Mater, el Instituto Regiomontano, la Universidad Labastida y el Centro Universitario Monterrey, a la vez que los dos últimos albergarían igualmente a los primeros grupos de profesional. La Universidad Labastida tendría la rectoría y las facultades de Química, Filosofía, Letras y Psicología. El CUM a las de Ciencias Exactas (ingenie-rías) y Ciencias Humanísticas (economía y contabilidad).109 Si bien la Escuela de Medici-na no estaba contemplada desde un inicio, fue a iniciativa del gobierno de Nuevo León, así como intercambios de opiniones con el grupo de la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina, A.C. (AMFEM) como el FIMAC.110 Todos concordaron que era indispensable y de manera urgente la creación de una nueva escuela de medicina por ser un requerimiento no sólo por la demanda local, sino nacional, para cubrir parte de los planes nacionales de asistencia y salud pública. En enero de 1969, el FIMAC y la AMFEM presentaron ante la FESAC un anteproyecto de actividades para la planeación del Instituto o Facultad de Ciencias de la Salud en

la UDEM.111 Para febrero del mismo año, el proyecto y la planeación curricular fueron presentados por estos organismos y un comité asesor de la UDEM para su discusión dentro de la FESAC.112 El diseño y la constitución de esta escuela de medicina en la UDEM fueron verdaderamente novedosos en su concepción. Por vez primera en América Latina una escuela de medicina era fundada bajo el método pedagógico creado en Canadá, denominado Problem base learning113 (Aprendizaje basado en problemas), ahora tan exitoso en universidades europeas que fueron totalmente fundadas bajo este concepto (como la Universidad de Masttrich en Holanda), y que al presente se dedican a diseminar este método a través de programas de transferencia y desarrollo en universidades latinoamericanas, como el Tec de Monterrey. Este método consiste en reconocer el problema y definirlo con base a información previa, para después validar esta definición a través de nueva información. El reconocimiento jurídico de la Universidad de Monterrey se dio en un entorno contagiado por una crisis en el sistema educativo nacional. Pero a su vez, la firma del gobernador de Nuevo León, Eduardo A. Elizondo, que dio finalmente reconocimiento legal no sólo a la Universidad de Monterrey, sino a la Universidad Regiomontana en un decreto similar, abrió nuevas alternativas para aquéllos que quisieran ingresar a la educación superior en Monterrey. La validez jurídica llegó el 8 de julio de 1969, ante la presencia del ejecutivo estatal y las autoridades de la nueva Institución.114 En una animada conferencia de prensa, ante los numerosos medios de comunicación masiva de la ciudad, el 26 de julio de ese año se divulgaron detalladamente los programas profesionales autorizados y sus planes de estudio.115 El 8 de septiembre se iniciaron las labores de la Universidad de Monterrey (bachillerato y profesional), en la Unidad Chipinque, Gonzalitos, Obispado Matutino y Unidad Valle. Las carreras profesionales que conformaron el inicio de la insti-

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tución fueron impartidas tanto en el CUM, con 309 alumnos como en Labastida, con 325, sumando 634 alumnos de pregrado.116 Las carreras que se ofrecieron en el CUM en 1969 fueron administración de empresas (con una inscripción de 56 alumnos), contador público (18), sociología (16), economía (22), medicina (153), odontología (19) e ingenierías (25). En Labastida se impartieron los cursos de las carreras de químico industrial (57), químico farmacéutico biólogo (58), filosofía (10), letras españolas (18) y psicología (182). En bachilleres, Labastida albergaba 203 alumnos, el Instituto Mater 92, el Instituto Regiomontano, 300 y el CUM, 376, sumando 971 alumnos en educación media superior. En total, la Universidad de Monterrey iniciaba labores el 8 de septiembre de 1969 con 1,065 alumnos.117 En enero de 1970, a un semestre de iniciada, la UDEM tenía 1,593 alumnos, distribuidos en bachilleres, 1,083, y 510 en profesional.118 De estos últimos, el Instituto de Pedagogía y Formación Es-

tadística realizó un perfil.119 Las edades fluctuaban entre 16 y 40 años. El 70 por ciento eran hombres y el 30 restante mujeres; 65 por ciento residía en Monterrey y 12 por ciento en Nuevo León, el resto en otros estados; 89 por ciento profesaba la religión católica y 3 por ciento la protestante; 74 por ciento no era exalumno de las escuelas de bachilleres ahora miembros de la UDEM, sólo 13 por ciento venía del Instituto Regiomontano, 9 por ciento del CUM y el resto de Labastida; 98 por ciento de sus padres y madres no eran exalumnos de las escuelas de bachilleres de la UDEM, a la vez que su grado de educación era esencialmente nivel primaria (35% de los padres y 38% de las madres), y eran casi nulos los padres que estudiaron alguna carrera profesional (2% para el caso de ambos).120 Esto último nos habla de un cambio en las aspiraciones de ciertos sectores poblacionales, con respecto a buscar una mejor posición socioprofesional para sus hijos, a través del estudio de la educación superior.

Para el 23 de enero de 1969, se decidió que la UDEM estaría formada por cuatro escuelas: el Instituto Mater, el Instituto Regiomontano, la Universidad Labastida y el Centro Universitario Monterrey.

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La mayoría de los alumnos provenía de familias estables económicamente y consolidadas en su patrimonio (52% vivía en casa propia y con su familia),121 familias cuyo sustento económico provenía del padre (73%)122 y utilizaban el transporte público para el traslado hacia las instalaciones de la UDEM (62%).123 Donde los porcentajes se pulverizaban era en la preferencia por la realización de algún tipo de deporte: futbol soccer (20%), natación (18%), básquetbol (17%), futbol americano (12%), beisbol (10%), voleibol (8%), atletismo (5%), gimnasio (5%), tenis (4%) y otros. Integración y reconocimiento El proceso de integración de la UDEM a la comunidad universitaria nacional e internacional se aceleró en los dos años siguientes a su fundación. A la ANUIES se integra el 7 de octubre de 1971.124 Posteriormente, el ingreso (como miembro provisional) a la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina, A.C., con sede en San Luis Potosí, de la Escuela de Medicina del Instituto de Ciencias de la Salud de la UDEM, data del 7 de marzo de 1972.125 Esta misma escuela ingresa también a la Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades de Medicina el 12 de julio de 1972126 y obtiene la Certificación de la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization), con sede en Ginebra, Suiza, el 22 de noviembre de 1972.127 El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología A.C., con sede en México, aceptó como miembro a la Escuela de Psicología de la UDEM el 6 de marzo de 1973.128

Convenio intercongregacional Con la incorporación de la escuela preparatoria del Colegio Mexicano a la UDEM, en 1972, se llevó a cabo un nuevo Convenio Intercongregacional entre las congregaciones que sostenían a la universidad.

En él se definieron las políticas a seguir dentro de los lineamientos generales de su aportación a la reforma educativa en México, así como su relación con las autoridades y miembros seglares de la propia universidad.129 Las congregaciones para 1972 eran los H. H. De las Escuelas Cristianas (lo confor-maban la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús que tenía el Instituto Mater, y los Hermanos Lasallistas que habían fundado el Instituto Regiomontano), las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe (Colegio Labastida), los Hermanos Maristas (Centro Universitario Mexicano), y la Congregación del Verbo Encarnado (fundadoras del Colegio Mexicano).130 A juicio de las Congregaciones, la Universidad de Monterrey y los elementos que la conformaban (filosofía, métodos de enseñanza, planes de estudio, programas, organización, planeación administrativa, formación integral, entre otros), no eran novedades en sí, ya que esto lo venían practicando hacía décadas en sus propias instituciones. La novedad consistía en la integración de ellos en un todo armónico y funcional, gracias al consorcio de las cuatro congregaciones, las cuales abrieron un nuevo camino de responsabilidad según lo marca el Vaticano II.131 En este convenio se resaltó que la cola-boración de las cuatro congregaciones religiosas docentes es antecedente y semilla a la vez, de la unión entre religiosos y seglares que forman FESAC. La unión era vista como “indispensable para lograr el pleno desarrollo de esta obra, y al mismo tiempo que su apertura y su proyección a la comunidad”.132 Y su nota distintiva será “crear un ambiente de la comunidad [...] (universitaria) animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad”.133 De esta forma, profesores seglares y religiosos de la UDEM procurarían alentar a los jóvenes a “organizarse en equipos y brigadas para ayudar a los que luchan por liberarse de la miseria moral y física”.134 Se afirmó a la Universidad de Monterrey como una “Universidad abierta al mundo para re-

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cibir de él los valores y la cultura”,135 así como poner en práctica los enfoques y métodos que sean positiva aportación a la tan ansiada “reforma educativa” de Mé-xico. Esta “comunidad educativa” compuesta por universitarios y profesores, alentarían “el aprendizaje de la libertad, del diálogo y del autogobierno”.136 Como obra cultural nacida del espíritu eclesial difundido por el Concilio Vaticano II, la Universidad de Monterrey es y será –según este convenio– una institución para el servicio. Además de los fines tradicionales y esenciales de cualquier universidad (conservación, transmisión y progreso de la cultura, preparación de profesionistas, formación integral humana, investigación científica, entre otras), el espíritu de servicio a la comunidad sería su rasgo esencial.

Universitas vitae El 25 de mayo de 1973, después de tres años de discusión y apasionamiento por la libertad de cátedra y de enseñanza del conocimiento, el Consejo Universitario aprobó las II Bases Orgánicas por las que se regiría la Universidad de Monterrey. Éstas se dividieron en cinco títulos, los cuales fueron: de la Naturaleza y fines de la Universidad; del Gobierno; de la Organización Académica; de los Servicios Generales de la Universidad y de la Comunidad Universitaria. Los cuales, a su vez, abarcaban 31 artículos.137 Estas bases orgánicas respondían al espíritu de la época, donde la participación activa de todos los sectores (académico, no académico, estudiantil) era ineludible a través de numerosas instancias que antecedían la toma de decisión. El resultado: un gobierno de la universidad fragmentado y con numerosos grupos de consulta que impedían una ejecución rápida y por lo tanto efectiva en algunos casos, ante asuntos imprevistos. Son de resaltar el artículo 2 donde se estableció que los fines de la Universidad serían el “ofrecer a los estudiantes la oportunidad de una formación integral, humana y profesional”, “contribuir

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al desarrollo de la ciencia y la cultura a través de la investigación, orientada principalmente a la solución de los problemas de la sociedad”; y extender a la sociedad en general los beneficios de los recursos de la Universidad a través de la difusión cultural, del servicio social y de la práctica profesional. También se estableció revalidar los estudios realizados en otras instituciones, nacionales o extranjeras, a los estudiantes que vayan a integrarse a los programas de esta Universidad (artículo 3, número VII). Sobre el Gobierno de la Universidad, se especificó que éste se ejerce por la acción coordinada del Consejo Director y el Consejo Universitario (artículo 4 y 6). El rector es res-ponsable ejecutivo de la Universidad (artículo 4). El rector sería nombrado en una reunión colegiada entre el Consejo Director y el Consejo Universitario. Además, el Consejo Director estaría facultado para nombrar, a proposición del rector, al vicerrector académico y a los directores académicos y administrativos de la universidad (artículo 6). Este Consejo Director estaría integrado por dos representantes de FESAC, diez del grupo de instituciones fundadoras, dos representantes del personal académico, dos representantes del personal no académico y dos representantes de los estudiantes de la Universidad. El rector sería miembro exoficio del Consejo Director (artículo 7). Por su parte, el Consejo Universitario era el responsable de la acción educativa de la Universidad (artículo 8). También, entre sus funciones tenía la de aprobar la formulación, implantación, modificación y supresión de los planes y de los programas académicos; establecer las normas académicas de la Universidad; velar por el respeto a la libertad académica y estimular la superación profesional del personal académico (artículo 9). Su integración estaba formada por dos representantes del Consejo Director, diez representantes del personal académico, siete representantes de los estudiantes y dos representantes del personal no académico. El rector era miembro exoficio y presidente del Consejo Universitario (artículo 10).

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Sobre la organización académica, la universidad estaría dividida por centros académicos, que a su vez englobarían las carreras y sus coordinadores, así como los departamentos y sus jefes, por áreas del conocimiento (artículos 20-23). Estos estatutos de la universidad tuvie-ron un impacto que también lo tuvieron en la nueva estructura administrativa, la cual fue modificada para dar paso a una organización más sólida que hasta la actualidad se mantiene, con algunos cambios más de forma que de fondo. Sobre todo a la estructura académico administrativa basada en vicerrectorías, divisiones académicas y administrativas de apoyo, como lo fueron las seis divisiones (antes institutos) denominadas, Arte y Ciencias del Medio (posteriormente Arte, Diseño y Ciencias del Medio, a partir de 1974), Ciencias de la Educación, Ciencias Económico-Administrativas, Ciencias Jurídicas, Ciencias Naturales y Exactas, Ciencias de la Salud y Humanidades y Ciencias Sociales. Las antiguas Escuelas fueron transformadas en departamentos con sus respectivas coordinaciones de carrera. De igual forma, a partir de 1973, se constituyó la Federación Estudiantil de la UDEM, denominada por sus siglas FEUDEM, con el fin de fomentar la unidad del alumnado y sus relaciones con los profesores y las instancias académico administrativas de la institución; así como el órgano informativo de la Universidad de Monterrey, intitulado Foro.138 El órgano informativo exaUDEM, apareció tres años después, en 1976. La UDEM mostró una gran actividad desde su fundación, relacionada con la demanda de los profesores, fondos para la institución, becas, terrenos para construcción, conformación de la biblioteca, contactos y entrevistas con instituciones internacionales, constantes viajes de sus directivos y profesores, entre otras.139 Después de cristalizar el proyecto de la UDEM, y tras siete años como presidente de la FESAC, don Antonio L. Rodríguez se retiró del men-

cionado puesto, para dar paso a don Camilo Garza Sada, quién por acuerdo de la Asamblea General Ordinaria de FESAC, celebrada en el Casino Monterrey, el 26 de marzo de 1975, ocupó el cargo de presidente del Consejo de Directores.140 En el nombramiento llevado a cabo en esta primera Junta del año también fueron designados Ricardo Margáin Zozaya como secretario y Francisco Garza González como tesorero. La nueva administración revitalizaría el empuje inicial.

Reformas académico-administrativas La primera medida trascendente en cuanto a organización y recomposición jurídica de la universidad fue la reelaboración del Estatuto General de la universidad, a fin de adecuar éste a los nuevos tiempos y a la necesidad de agilizar las acciones de sus autoridades ante las instancias externas que lo demandaban. El Estatuto General fue propuesto por el nuevo rector, José Vargas Mena, y el consejero Sergio de la Garza, ante el Consejo de Directores a principios de 1977, con el fin de corregir irregularidades del orden académico y legal que no contemplaba el acuerdo de validez oficial de los estudios de la institución de 1969. El I Estatuto General de la UDEM fue aprobado por unanimidad, el 11 de agosto de 1977, en Asamblea General de la FESAC. En su titulo Sexto, y tercer artículo transitorio, establecía la abrogación de las Bases Orgánicas de la UDEM, expedidas por el Consejo de Directores de la FESAC del 12 de diciembre de 1968 (Acta número 2), y las Bases Orgánicas aprobadas por el Consejo Universitario con fecha del 25 de mayo de 1973.141 A partir de esta reforma se autorizó iniciar la implementación del estatuto a fin de reorganizar la estructura de la UDEM, para que se realizaran los trámites de formalizar su situación jurídica con respecto a la FESAC. Esta modificación en los estatutos trajo como consecuencia la independencia jurídica de la UDEM respecto a la FESAC y en

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consecuencia la modificación del acuerdo original to general, elaboró, consultó con la academia de la que dio vida a la Universidad. universidad y expidió finalmente el “Reglamento de De acuerdo al artículo tercero del nuevo es- Alumnos” de la UDEM, el 1 de febrero de 1978.144 tatuto, era necesaria la designación de un Consejo La estructura académico administrativa interna tamGeneral de la universidad, el cual estaría integrado bién sufrió cambios, ya que se crearon dos vicerrecpor 60 personas “que hayan demostrado interés por torías en el otoño de 1977,145 y una más en 1979, delos problemas de la educación superior en el estado nominada Vicerrectoría de Asuntos Estudiatiles.146 o en el país, o que se hayan distinguido en el campo De igual forma se reglamentaron las Ayudas Finande las profesiones o de las actividades universitarias cieras que otorgaba la UDEM por parte del Conseo científicas o en los problemas sociales del país”.142 jo Ejecutivo el 15 de marzo de 1978.147 Se especificaSiendo designados en la reunión del Consejo de Di- ron y definieron los tipos de ayuda como la beca, la rectores en septiembre de 1977. beca préstamo, beca compensación, beca premio, la La estructura de gobierno de la FESAC beca préstamo y el paquete financiero. Para 1979, la cambió con base en el nuevo estatuto. El Consejo UDEM otorgaba 270 ayudas financieras (7.4% del de Directores de este organismo se disolvió y se creó total de alumnos) en sus diferentes modalidades.148 el actual Consejo Ejecutivo. En su primer Acta, con En forma conjunta, existían empresas e instituciofecha de 1 de octubre de 1977, se ratificó a Camilo G. nes que becaban a sus empleados, dependientes Sada como presidente y a Ricardo Margáin Zozaya o beneficiarios, para que realizaran estudios en la como secretario. Los miembros del primer Consejo Universidad (90 alumnos, representando 2.4%), lo Ejecutivo elegidos entre los miembros del Consejo que muestra el alto grado de confianza que existía General de la Universidad fueron, además de los ya en el sector empresarial, público (como por ejemplo mencionados: Humberto Álvarez Haces, Emelia el Conacyt) y educativo (el ITESM), en la calidad Arcos del Mazo, José Ángel Chapa Salazar, Sergio de esta ins-titución educativa.149 francisco de la Garza González, Adán Elizondo Elizondo, María Antonia Fernández Orozco, Jorge Fernández Ruiloba, Francisco Garza González, Humberto Lobo Morales, Gilberto Lozano García, Margarita Quintanilla Reyes Retana, Andrés Marcelo Sada Zambrano y José Vargas Mena.143 El Consejo Ejecutivo de la UDEM, en uso de las facultades que le confería el artículo 9 inciso 12 del estatuEl nombramiento de la nueva administración FESCA revitalizó el empuje inicial que tenía la UDEM.

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Para fines de 1978, con la compra de una computadora central, la universidad se incorporó a las nuevas exigencias educativas en el área tecnológica. Esta primera computadora era una B1700 Burroughs, con un procesador central que presumía una velocidad de 4 MHZ, incluyendo 64 KB de memoria principal.150 Importante acontecimiento que muestra el inicio de un área que la UDEM ha desarrollado con esmero hasta la actualidad, destacando su continua actualización. Esta área no era ajena a la institución, ya que años atrás, la UDEM había estado “comprando tiempo” a la empresa IBM, a fin de que los alumnos practicaran sus cursos de computación, así como la elaboración y seguimiento del paquete administrativo de la propia universidad –inscripciones y nómina entre otros–.151 Sin embargo, con esta adquisición, la Universidad facilitó en pocos años la transición de un pequeño porcentaje de alumnos que hacían uso del computador (5.6% en 1977),152 al 90 por ciento en los cinco años siguientes. No todo fue miel sobre hojuelas. El 11 de febrero de 1979, la universidad recibía la mala noticia de la muerte de su rector, José Vargas Mena, debido a su ya conocido problema de salud, que lo había retirado temporalmente de su cargo desde octubre de 1978.153 Un año antes, el Consejo Ejecutivo tuvo que tomar la decisión, para racionalizar recursos, de cerrar, para mediados de 1979 la Unidad San Jerónimo, debido a la escasez del alumnado. Esta unidad albergaba una parte del bachillerato del Colegio Mexicano.154 Por otra parte, la primera reforma a la resolución del Ejecutivo del Estado en la que se autorizó la creación de la UDEM, se dio en 1978. La universidad, desde su creación, había estado revalidando a estudiantes que ingresaban a ella, asignaturas cursadas en otras instituciones tanto nacionales como extranjeras, y tanto a nivel bachillerato como profesional. Igualmente, la UDEM había concedido la incorporación a dos instituciones privadas a

nivel bachillerato (ambos pertenecientes al Colegio Mexicano). Ambas políticas no estaban facultadas (revalidación de estudios e incorporación de escuelas), toda vez que en la resolución del ejecutivo del Estado que dio validez oficial a los estudios de la UDEM no existía la autorización para las funciones de revalidar, reconocer o establecer equivalencias de estudios, ni para incorporar planteles particulares. En vista de lo anterior, el Consejo de Directores vio la necesidad de que se solicitara al gobierno del estado una modificación a la resolución original que autorizara a la institución realizar estas funciones. Los pasos previos fueron decisivos para la autorización y la nueva personalidad jurídica de la UDEM. El primer paso fue la elaboración y aprobación del nuevo estatuto que daba personalidad jurídica propia a la UDEM. Éste, como se comentó, fue aprobado por el Consejo de Directores de FESAC155 y ratificado por su Asamblea de Asociados, en octubre de 1977.156 De esta forma, en la reunión del 11 y 20 de septiembre de 1977, del Consejo de Directores de FESAC,157 se autorizó al rector para que con la asesoría del consejero Sergio Francisco de la Garza,158 se iniciaran los trámites para solicitar al gobierno del estado las modificaciones correspondientes. Después de varias presentaciones al jurídico del estado, el Ejecutivo del estado finalmente acordó, el 5 de mayo de 1978, reformar los artículos 2 al 5 de la resolución original del 8 de julio de 1969. Estas reformas confirieron a la Universidad de Monterrey lo siguiente:159 1. Como escuela libre universitaria queda dotada de personalidad jurídica y patrimonio propio. 2. Autorización para impartir educación media además de media superior, técnica, superior y de posgrado. 3. Autorización para revalidar, reconocer y establecer equivalencias de estudios respecto de instituciones del sistema educativo

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Actividad estudiantil

La UDEM se ha caracterizado por su continua actualización respecto al uso de la tecnología.

nacional o instituciones educativas extranjeras. 4. Autorización para incorporar planteles particulares que impartan los mismos tipos de enseñanza. 5. Declaración de que la Universidad de Monterrey tiene completa libertad administrativa. 6. Reconocimiento de que el patrimonio de la Universidad de Monterrey estará constituido por los ingresos que obtenga no sólo por los servicios que preste, sino también por los demás ingresos que adquiera por cualquier título legal.

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En 1974 se creó el Departamento de Difusión Cultural, que tan importante rol ha tenido no sólo en la Universidad de Monterrey, sino en la actividad cultural de la ciudad de Monterrey. Su primer encargado fue Ernesto Martínez Orozco, quien organizó el primer espectáculo coordinado por esta instancia universitaria, el cual se llamó Expresión 6, la cual fue llevada fuera de la ciudad debido a su éxito.160 El 19 de octubre de 1974 se creó la primera asociación de estudiantes foráneos en la UDEM: la Asociación de Estudiantes de Saltillo.161 El 2 de abril de 1976 se inauguró el “Aula del núcleo teatral” en el edificio de Difusión Cultural.162 La gran actividad cultural que fomentó el Departamento durante el resto de la década de los setenta estuvo a cargo, a partir del 11 de agosto de 1978, de Sergio García, un reconocido actor y director de teatro que llevó a escena por esos años Cándido, de Voltaire, el teatro comedia Arsénico y encaje y varias revistas musicales, en las que colaboraban tanto alumnos como profesores y empleados de la universidad.163 Los deportes siempre fueron una actividad muy cotizada en la universidad. Los equipos de la UDEM rápidamente alcanzaron altas posiciones dentro de los campeonatos nacionales. El equipo de futbol soccer fue campeón de la Liga Mayor Estudiantil de la Zona Noroeste y adquirió su pase para llegar al campeonato nacional que se llevó a cabo entre el 1 y el 7 de mayo de 1975.164 Por lo que respecta al futbol americano, el equipo representativo denominado “Los Troyanos” inició en esta década participando de forma destacada en la Liga Intermedia Nacional y en la Interuniversitaria, dirigido por Juan Crosby.165 La universidad rápidamente se integró al estándar que se exigía a los estudiantes sobresalientes en México. En noviembre de 1974, trece estudiantes de la UDEM fueron invitados a México a la ceremonia de premiación de “Los mejores estudiantes

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como fuera del país, principalmente en su escuela de medicina, a fin de que los alumnos pudieran tomar cursos o tener sus prácticas. Con el fin de esto último, desde 1973 se había creado la Clínica Sierra Ventana, gracias al esfuerzo de alumnos de octavo semestre de esta carrera;170 y el 1 de marzo de 1977 se fundó la Clínica de Epilepsia, primera en su tipo en todo el país, a fin de dar servicio gratuito a las personas de escasos recursos económicos.171 Sin embargo, los convenios con el exterior fueron igual de importantes. En 1975 se firmó el convenio con el Long Island Jewish Medical Center, gracias al cual, los estudiantes de medicina pudieron asistir a cursos en ambas instituciones.172 También se firmó un acuerdo con Humana Incorporation, organización hospitalaria de los Estados Unidos con base en el estado de Kentucky, y con 130 hospitales en la Unión Americana.173 Otros convenios fueron con la Secretaría de Salubridad y Asistencia Pública (SSA), con el IMSS y con el ISSSTE, donde podrían desarrollar la práctica de internado rotatorio los alumnos de noveno semestre de la carrera de medicina de la UDEM.174 La UDEM recibió, a partir de 1972, sus primeros profesores visitantes, contando entre ellos a profesionales de destacadas universidades de Estados Unidos como la Universidad de Nueva York, entre otras.175 Igualmente albergó en sus instalaciones eventos académicos de carácter internacional. La biblioteca central mantuvo siempre en constante aumento sus fondos, bajo la atinada dirección de Vicente J. Sáenz Cirlos (1975-1998). El lugar insigne de toda universidad es sin El Departamento de Difusión Cultural de la UDEM ha tenido un importante rol en la actividad cul- duda su biblioteca, la bibliotural de la ciudad de Monterrey. teca de la Universidad inició

de México”, seleccionados con base en los promedios de sus calificaciones. El alumno Juan Manuel Gómez Aguirre fue incluso seleccionado como candidato a recibir el premio del “Mejor Estudiante de México” por el IMSS.166 Al año siguiente la universidad tituló su primer estudiante. El primer examen profesional se dio el 18 y el 20 de marzo de 1975, y estuvo a cargo del alumno de la licenciatura en derecho, Fernando Margáin Berlanga, y su tesis versó sobre “El sistema de crédito agrícola y su financiamiento en relación con la organización jurídica del campo mexicano”.167 La primer reunión oficial de exalumnos UDEM se realizó el 26 de marzo de 1976, con el fin de dar a conocer a éstos las oportunidades de estudio en posgrado que ofrecían las organizaciones tanto externas como con las que había convenio por parte de la UDEM.168 Para entonces la UDEM ofrecía la maestría en derecho (fundada en 1971) y en ciencias de la educación (1972). Posteriormente se fundarían la maestría en administración en otoño de 1976 y la de desarrollo organizacional en 1978 (ver cuadro 10).169 La universidad continuó estimulando los convenios con otras instituciones, tanto dentro

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en 1969 con sólo mil libros, donados por la biblioteca Benjamín Franklin, del consulado de Estados Unidos en Monte-rrey. A diez años de fundada, en 1979, estaba compuesta en una biblioteca central (en el CUM) y cuatros bibliotecas divisionales. Éstas se localizaban en las divisiones de Educación, de Ciencias Jurídicas, de Naturales y Exactas y en Ciencias de la Salud. La red de bibliotecas UDEM presentaba ese año un acervo biblio-gráfico de 26 mil libros, 932 títulos de publicaciones periódicas y cerca de 200 mapas que comprendían a toda la república.176

Búsqueda de un campus

ción de personal para los mismos menesteres. 7. La maximización en la utilización de todos los materiales didácticos, ahora dispersos entre las Divisiones.177 La búsqueda que iniciara en 1977 dio frutos en abril de 1979. En junta del consejo ejecutivo del 9 de mayo de 1979, se dio la información de haber adquirido el terreno que ocuparía posteriormente la universidad.178 Esta obra anhelada fue realidad gracias a la generosidad y bonhomía de una persona, D. Roberto Garza Sada, quien dejó entre sus disposiciones testamentarias la de realizar esta obra “que seguramente –comentó Camilo G. Sada– rendirá frutos a esta generación y a las que vengan en el devenir del tiempo”.179 Tres meses después, el presidente del Consejo anunció que un grupo de profesionistas y empresarios de la localidad, así como cinco de los consejeros de la UDEM, habían decidido crear una agrupación civil denominada “Desarrollo Educacional A.C.”, a fin de que la universidad pueda llegar a tener un campus.180 De esa forma la celebración de los primeros diez años de la universidad se llevó a cabo no sólo con estos anuncios, sino con una serie de eventos culturales que fomentó la universidad y sus integrantes, profesores, empleados, directivos y estudiantes.181 Se otorgaron reconocimientos públicos a los empleados administrativos y docentes por su antigüedad, incluyendo a 19 personas por sus diez años de laborar en esa universidad.182 Dos años después, y con un proyecto arquitectónico ya definido, las autoridades del Consejo y de la universidad colocaron la primera piedra, el 30 de junio de 1981, de lo que sería el campus universitario.

La búsqueda y adquisición de un terreno que favoreciera la construcción de un campus universitario traería ventajas colaterales altamente deseables y de las cuales carecía en ese momento la universidad. Entre otras eran: 1. Crear en profesores y estudiantes un ambiente real de universidad y un sentido de comunidad. 2. Adquirir una identidad que identifique la comunidad regiomontana a través de una imagen clara y no confusa de la institución. 3. Ni el estudiante ni el profesor identificaban sus lugares de trabajo (y de estudio) como una universidad, obstáculo para que se lograra el sentimiento de “Alma Mater”. 4. Las campañas publicitarias carecían del apoyo visual e imagen de un edificio o lugar físico que identificara la UDEM. 5. La falta de integración geográfica de las divisiones mencionadas propiciaban la privación de la integración departamental. Piedra de toque y origen Cuadro 10. Número de estudiantes en los diferentes niveles de ende toda la estructura académico señanza en la UDEM (1969-1980). Año Bachillerato Licenciatura Maestría Total administrativa de la UDEM. 1969 765 634 1399 1970 974 908 1882 6. Reducción de costos de opera1971 1052 1460 42 2554 ción y eliminación de la duplica1972 1385 1667 63 3115

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1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

1595 1492 1435 1350 1311 1370 1369 1400

2162 2118 1961 2026 1882 2045 2178 2335

70 58 36 65 89 145 195 274

Fuente: Flores, 2004.

Universidad Regiomontana La Universidad Regiomontana fue fundada oficialmente el 8 de julio de 1969, fecha en que el gobernador de Nuevo León, Eduardo A. Elizondo, anunció la autorización de transformar el Instituto Modelo de Enseñanza en una universidad. El empresario y profe­sor Humberto Ramos Lozano fue su propietario y rector de 1969 a 1974. En esta última fecha la Universidad fue vendida a un grupo de empresarios y educadores más amplio.183 El Instituto Modelo de Enseñanza fue fundado en 1951 por el propio profesor Humberto Ramos; en un principio, el Instituto Modelo de Enseñanza contaba con el sistema semestral, con el bachillerato incorporado a la Universidad de Nuevo León, posteriormente, en 1963, con la Facultad de Contaduría, primera escuela con nivel profesional. El rápido crecimiento de esta universidad requirió cada vez de más recursos, de tal forma que el 4 de junio de 1974, un grupo de empresarios se reunió para adquirir la Universidad Regiomontana. El objetivo de este grupo emprendedor sería coadyuvar a la solución del déficit educativo superior en el medio industrial; reorientar la educación superior fuera de áreas políticas e ideológicas, y ofrecer un nivel académico al estudiantado de recursos medios que por horarios y cuotas no podían concurrir a otras instituciones privadas de la localidad. En este acto histórico para la universi­dad estuvieron presentes los siguientes empresarios y sus respectivas empresas:

3827 3768 3432 3441 3282 3560 3742 4009

1. Ingeniero Rogelio Sada Zambrano, por Fomento Inmobiliario y de la Construcción, S.A. 2. Ingeniero Bernardo Garza Sada, por el Grupo Industrial Alfa 3. Ingeniero Eugenio Garza Lagüera,  por Valores Industriales, S.A. 4. Ingeniero Andrés Marcelo Sada, por el Grupo CYDSA 5. Ingeniero Hernán Rocha,  por Salinas y Rocha 6. Ingeniero Jorge Garza, por Conductores Monterrey, S.A. 7. Licenciado Alfonso Garza, por Troqueles y Esmaltes, S.A. 8. Ingeniero Rodolfo Barrera, por Cementos Mexicanos, S.A. 9. Ingeniero Manuel Llaguno,  por Nylon de México, S.A. 10. Ingeniero Humberto Lobo, por Protexa, S.A. 11. Licenciado Alberto Santos de Hoyos, por Galletera Mexicana, S.A. 12. Ingeniero Alberto Fernández Ruiloba, por Pigmentos y Óxidos, S.A. La nueva administración estuvo a cargo de lo que sería el primer Consejo de Directores, integrado por Heriberto Arévalo Vela, como presidente, y Eduardo Macías Santos como secretario; como consejeros: Jorge Fernández Ruiloba, Guillermo García Cano, Humberto Lobo Morales, Francisco F. Maldonado, Ricardo Margáin Zozaya, Edgardo Reyes Salcido, Carlos de Zamacona y Escandón, Jorge Morales Treviño y Fernan­do Rivero Solana. Fue así como la Universidad Regiomontana inció su despegue hacia la formación de generaciones de más y mejores profesionales. El sistema tetra­mestral –sistema que caracteriza a esta universidad y que entró en operación en 1974–, la ubicación céntrica de sus instalacio-

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nes, el concepto humanista y vocacional de la educación y la orientación práctica de sus estudios, le han dado un sello distintivo en la ciudad de Monterrey. Sus planes de estudio están diseñados para preparar profesionales críticos, innovadores y competentes a través de las premisas ‘aprender a aprender’, ‘aprender a hacer’ y ‘aprender a ser’. Refuerzan el uso de la herramienta computacional y el empleo efectivo del idioma inglés. Se apoyan en Internet como medio de acceso a la información internacional e incluyen la realización de proyectos de desarrollo de competitividad Los alumnos de la carrera de medicina crearon la Clínica Sierra Ventana en para el trabajo (DCT) que permiten trabajar 1973. en empresas, bajo la supervisión del maestro, Ing. Roberto Treviño González, propieen la solución de problemas reales. tario y rector de 1969 a 1974 Las materias que se cursan tienen su equivalencia en créditos. El alumno puede optar por Dr. Eduardo Macías Santos, de 1974 a 1978 inscribir sólo los créditos que pueda cursar dependiendo de su disponibilidad de recursos económiDr. Agustín Basave Fernández del Valle, de cos y de tiempo. Desde su fundación la Universidad 1978 a 1985 Regiomontana ha tenido seis rectores:

La biblioteca de la Universidad de Monterrey es una pieza fundamental para esta institución, para 1979 contaba con un acervo bibliográfico de 26 mil libros, 932 títulos de publicaciones periódicas y cerca de 200 mapas.

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Maestro Francisco Abel Treviño Cisneros, de 1986 a 1992 Dr. Pablo A. Longoria Treviño, de 1992 a septiembre 2001 Ing. Rodrigo Guerra Botello, de sep-tiembre 2001 a la fecha Cuadro 11. Número de estudiantes en los dife-rentes niveles de enseñanza en la Universidad Regiomontana (1970-1980). Año 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

Bachillerato 1011 654 754 911 1116 1211 1440 1679 1950 2414 2855

Lic. 664 858 1017 1155 1048 1800 2134 2851 3705 4645 5909

Maestría 32 49 67 151 240 288 356 409 557

Total 1675 1512 1803 2115 2231 3162 3814 4818 6011 7468 9321

Fuente: Departamento de Estadística de la Universidad Regiomontana, Monterrey, 2007.

Centro de Estudios Universitarios Este Centro se fundó el 18 de junio de 1970 como universidad libre, ofreciendo en el pasar del tiempo numerosas carreras. Las carreras vigentes hasta 1980 eran: en el área de ingeniería y ciencias exactas ofrecía las ca-

rreras de ingeniero mecánico electricista, industrial administrador, mecánico administrador, electricista y mecánico. En el área de medicina veterinaria se ofrecían las carreras de médico veterinario zootecnista y la de ingeniero agrónomo zootecnista. En el área de humanidades se abrieron las carreras de psicología, ciencias jurídicas y pedagogía. En el área de educación se incorporaron las carreras de maestro de educación básica y profesor de educación física. En 1970 inició con 642 alumnos de profesional, llegando a contar, en 1980, con 4,607 alumnos (véase cuadro 12).

Universidad del Norte Esta universidad tiene su origen en 1973, con la creación del Instituto de Especialidades Administrativas, A.C., a través de una resolución publicada en el Periódico Oficial el 18 de julio de ese año. Inició con dos carreras y diez alumnos; posteriormente, en 1977, el Ejecutivo del estado, en resolución publicada en el Periódico Oficial con fecha del 25 de abril, autorizó a esta institución para que cambiara su razón social a Universidad del Norte, con efecto retroactivo a partir de diciembre de 1975, y de esta forma validar los estudios que se impartían en ella. Una última reforma se hace el 26 de marzo de 1984 donde se constituye como Asociación Civil (Zavala, 1996).

Cuadro 12. Número de estudiantes en los diferentes niveles de enseñanza en el CEU (1970-1980). Año Bachillerato Licenciatura Total 1970 2063 642 2705 1971 1761 1098 2859 1972 1371 1418 2789 1973 713 1560 2273 1974 1138 2069 3207 1975 2011 1789 3800 1976 2283 3310 5593 1977 2357 2890 5247 1978 2543 3220 5763 1979 2952 3750 6072 1980 2536 4607 7143 Fuente: Información proporcionada por el Centro de Estudios Universitarios, Monterrey, 2007 y Zavala, 1996.

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Es hasta 1982 que la Universidad del Norte inaugura su propio campus en Monterrey. Las carreras que impartía hasta 1980 eran: contador público y auditor y la licenciatura en administración de empresas. La matrícula en licenciatura creció de diez alumnos en 1973 a 426 en 1980 (véase cuadro 13).

Universidad Mexicana del Noreste Esta universidad nace en 1976 como Escuela Libre Universitaria por decreto del Ejecutivo del estado publicado el Periódico Oficial el 24 de julio de ese año. El sistema de educación abierta que caracterizó

Cuadro 13. Número de estudiantes en los diferentes niveles de enseñanza en la Universidad del Norte (1970-1980). Año 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980

Bachillerato 184 297 284 334 476

Licenciatura 10 25 48 103 164 200 270 426

Total 10 25 48 287 461 484 604 902

Fuente: Universidad del Norte, Monterrey, 2007 y Zavala, 1996.

La Universidad Regiomontana fue fundada el 8 de julio de 1969, cuando el gobernador del Estado, Eduardo A. Elizondo, autorizó la transformación del Intituto Modelo de Enseñanza en una universidad. Fotografía: M. Villarreal.

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a esta institución fue su sello característico durante esta etapa. La universidad inició sus actividades escolares con 163 alumnos; para 1980 contaba con 802 estudiantes inscritos, sólo en profesional, ya que no tuvo estudiantes de bachillerato hasta 1984 (Zavala, 1996). Instituto Tecnológico de Nuevo León Este instituto federal se fundó el primero de octubre de 1976. Como parte de un proyecto nacional, este instituto fue el número 48 creado en el país. Hasta 1979 era la única institución federal de este nivel de estudios en el municipio de Monterrey, pasando ese año a ocupar sus nuevas instalaciones en el municipio de Guadalupe (Zavala, 1996). Este instituto es una de las mejores muestras del nacimiento de una institución educativa –después del ITESM– estrechamente vinculada con el sector industrial del país y en particular de Monterrey, otorgando una educación íntimamente ligada al proceso productivo, capacitando recursos

Arte, A.C. fue fundada en 1955. Fotografía: M. Villarreal.

humanos para que apoyen y estimulen este sector de la economía.

Arte, A.C. Esta institución educativa fue fundada en 1955. Inició con cursos en artes plásticas y humanidades; dos años después se fundó la Escuela de Arte Dramático y la Escuela de Interiores. En 1967, Arte A.C. se incorporó como escuela técnica en la Secretaría de Educación Pública y el 25 de julio de 1979 se le autoriza el impartir enseñanza a nivel medio y superior con las licenciaturas en diseño de interiores, diseño gráfico, diseño de indumentaria, diseño de muebles, diseño de paisaje y diseño arquitectónico. En 1979 inició con una matrícula de 170 alumnos.184

Universidad Pedagógica Nacional La conocida UPN inició sus actividades el 19 de noviembre de 1979. Sus carreras iniciales fueron las de licenciatura de educación preescolar y educación primaria, ambas dirigidas a la capacitación profesional de profesores normalistas; en 1980 tenía matriculados 2,644 alumnos. La ubicación primigenia de la UPN en Monterrey fue la Escuela Normal Superior, ubicada en la calle Carranza. El 15 de enero de 1980 se cambió al primer cuadro de la ciudad, a la calle Diego de Montemayor sur, número 117. Las asesorías y cursos se daban en la Escuela Primaria “Adolfo López Mateos”, ubicada en la avenida Morones Prieto oriente, número 300 (Zavala, 1996).

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ANEXO 1 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Artículo 3º 1917 ARTÍCULO 3o. La educación que imparta el Estado –Federación, estados, municipios– ­tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia: I. Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, el criterio que orientará a dicha educación se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Además: a) Será democrática, considerando la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. b) Será nacional, en cuanto –sin hostilidades ni exclusivismos– atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura. c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que tenga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evadiendo los privilegios

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de razas, sectas, de grupos, de sexos o de individuos. II. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y grados. Pero por’ concierne a la educación primaria, secundaria y normal (y a la de cualquier tipo o gente, destinada a obreros y a campesinos) deberán obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público. Dicha autorización podrá ser negada o revocada, sin que contra tales resoluciones proceda juicio o recurso alguno. III. Los planteles particulares dedicados a la educación en los tipos y grados que especifica la fracción anterior deberán ajustarse, sin excepción a lo dispuesto en los párrafos iniciales I y II del presente artículo y, además, deberán cumplir los planes y los programas oficiales. IV. Las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente, realicen actividades educativas, y las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la destinada a obreros y campesinos. V. El Estado podrá retirar discrecionalmente, en cualquier tiempo, el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planteles particulares. VI. La educación primaria será obligatoria. VII. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita. VIII. Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar o difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promo-

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ción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere. IX. El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la educación en toda la república, expedirá las leyes necesarias, destinadas a distribuir la función social educativa entre la Federación, los estados y los municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a ese servicio público y a señalar las sanciones aplicables a los funcionarios que no cumplan las disposiciones relativas, lo mismo que a todos aquéllos que las infrinjan. ANEXO 2 LEY ORGÁNICA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA REGLAMENTARIA DE LOS ARTÍCULOS 3°, 31, FRACCIÓN I; 73 FRACCIONES X Y XXV; Y 123, FRACCIÓN XII DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. (Publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 23 de enero de 1942) 1942 Al margen un sello con el Escudo Nacional que dice: Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.   MANUEL ÁVILA CAMACHO, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes sabed:  Que el H. Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente DECRETO:  “El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, decreta:  LEY ORGÁNICA DE LA EDUCACIÓN PUBLICA (Diario Oficial de la Federación, 23 de enero de 1942)

REGLAMENTARIA DE LOS ARTÍCULOS 3°, 31, FRACCIÓN I; 73 FRACCIONES X Y XXV; Y 123, FRACCIÓN XII. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.   CAPÍTULO l. Disposiciones generales Artículo 1°.- Las disposiciones de esta ley son de observancia en toda la república y obligan: l. Dentro de sus respectivas competencias, a la Federación, estados, municipios y Distrito y territorios federales; y a las instituciones o establecimientos que en cualquier forma dependan de los mismos, en sus actividades al servicio de la educación. II. A los particulares que desarrollen públicamente actividades de educación en las formas previstas por esta ley. III. A las personas a quienes en cualquier forma, esta ley imponga deberes especiales relacionados con la educación. Corresponde la aplicación de esta ley a las autoridades de la Federación, de los estados y de los municipios, en los términos previstos en el artículo 118 de la misma.   Artículo 2°.- Salvo lo dispuesto expresamente en esta ley, la misma no será aplicable: l. A la Universidad Autónoma de México, que se regirá por su Ley Orgánica, promulgada el 23 de octubre de 1933, o por las normas que para ella se dicten en lo futuro. II. A las universidades o institutos de tipo universitario dependientes de las Entidades Federativas, que se regirán por sus leyes o estatutos especiales; lll. A las universidades o institutos de tipo universitario autónomo, reconocidos por las Entidades Federativas, sean descentralizados de su administración o particulares, que se regirán por sus leyes o estatutos especiales.

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IV. A las universidades, escuelas o institutos de tipo universitario que hayan obtenido u obtengan en el futuro reconocimiento o autorización de la Secretaría de Educación Pública.  En cumplimiento del segundo apartado de la fracción XXX del artículo 73 de la Constitución, el Ejecutivo deberá iniciar ante el Congreso de la Unión, una ley especial para la enseñanza de tipo universitario, en la que se estatuyan las bases generales para unificarla en toda la república, se fijen las reglas de coordinación en esta materia entre la Federación y los estados, y se determinen las condiciones para reconocer la validez de los estudios universitarios realizados en planteles particulares. Artículo 3°.- Es un servicio público la educación que en cualquiera de los tipos establecidos por esta Ley, impartan el Estado (Federación, estados, municipios, Distrito y territorios federales) y las instituciones en las que el Estado descentralice públicamente funciones educativas. Artículo 4°.- Se considera de interés público la educación de cualquier tipo que, en los términos de la presente ley, impartan los particulares; los reglamentos establecerán las medidas con que el Estado deberá contribuir para protegerla, fomentarla y perfeccionarla. Artículo 5º.- Los habitantes de la república tendrán iguales derechos en materia de educación y el Estado les ofrecerá las mismas oportunidades para adquirirla, dentro de los requisitos legales y reglamentarios exigidos para los distintos tipos de educación. CAPÍTULO II. Facultades y deberes del Estado en materia educativa Artículo 6°.- El Estado tiene las siguientes facultades y deberes en materia educativa: l. Impartir el servicio público de la educación, conforme a las normas de la Constitu-

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ción, de la presente ley y de los reglamentos relativos a la materia. ll. Establecer, organizar y sostener, según las necesidades locales, en todo el territorio de la república. a) Escuelas de cualquier tipo de educación, sean rurales, urbanas o ubicadas en centros industriales, sin perjuicio de la obligación que a los patrones impone el artículo 123, fracción XII, de la Constitución. b) Escuelas de agricultura, de minería y de artes y oficios. c) Escuelas, laboratorios e institutos de investigación científica. d) Escuelas e institutos para la enseñanza o difusión de las bellas artes. e) Museos científicos, pedagógicos, tecnológicos, arqueológicos, históricos o artísticos; bibliotecas generales o especializadas: observatorios y demás institutos concernientes al fomento de la cultura general de la población.  III. Otorgar y retirar, conforme a las disposiciones legales y reglamentarias, autorizaciones a los particulares para que, en general, impartan enseñanza primaria, secundaria o normal, y la de cualquier grado o tipo, especialmente a obreros y campesinos. IV. Otorgar y retirar, conforme a las disposiciones legales y reglamentarias, validez oficial a los estudios hechos en planteles particulares, distintos a los especificados en la fracción anterior. V. Vigilar que la enseñanza impartida en los establecimientos particulares de educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado impartida especialmente a obreros y campesinos, se ajuste a las disposiciones legales y reglamentarias que les sean aplicables. Vl. Estimular y ayudar en la medida de sus posibilidades a los particulares que en forma

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legal se dediquen a la enseñanza en cualquiera de sus tipos o actividades, de acuerdo con lo establecido en el artículo 4° de esta ley; la ayuda podrá tener el carácter de subvención o subsidio o cambio de servicios, en la forma que determinen los reglamentos. VII. Convocar, cuando se juzgue oportuno, congresos pedagógicos nacionales, para estudiar los problemas educativos: impulsar el intercambio de estudiantes, profesores y demás hombres de ciencia, con los otros países, para conocer y aprovechar, adaptándolas a las características de la república, sus orientaciones en materia de educación e investigación científica; y promover, en general, cuanto sea necesario para el desarrollo y progreso de la cultura y de la educación en el país. VIII. Determinar reglamentariamente las obligaciones patronales en materia educativa, conforme al artículo 123, fracción XII de la Constitución y a las disposiciones de esta ley, y exigir su cumplimiento. IX. Impartir, en las escuelas que sostengan, enseñanza militar a maestros y alumnos. Los reglamentos determinarán la forma en que de acuerdo con el artículo 31, fracción l, de la Constitución se impartirá educación militar a maestros y alumnos en las escuelas particulares. X. Establecer medidas de estímulo y recompensa, a título honorífico o patrimonial, en favor de los maestros normalistas a profesores que hayan consagrado su vida a la enseñanza o le hayan prestado servicios distinguidos, sea que dependan directamente del Estado o de establecimientos particulares. XI. Estimular la producción de obras didácticas y de material escolar, y la investigación científica o de alta cultura, por medio de la edición gratuita de las obras, de otorgamien-

to de subvenciones o recompensas o por distinciones honoríficas. Xll. Otorgar becas o cualquiera otra forma de ayuda, por conducto de la Secretaría de Educación, a los alumnos pobres de los planteles del Estado o particulares, que se distingan por sus servicios, esfuerzo o capacidad, para la prosecución de sus estudios. Xlll. Las demás establecidas en la ley. CAPÍTULO III. Sistema educativo nacional. Tipos de la educación Artículo 7°.- El sistema educativo nacional está constituido: l. Por las escuelas, institutos, laboratorios y centros de investigación científica dependientes del Estado directa o descentralizadamente, y por las actividades culturales que éste realice. II. Por las escuelas particulares de educación primaria, secundaria o normal, o las de cualquier tipo o grado dedicadas especialmente a obreros y campesinos, que funcionen con autorización legal. III. Por las escuelas e institutos particulares de cualquier tipo, cuyos estudios tengan reconocimiento de validez oficial.  Artículo 8°.- Dentro del sistema educativo nacional, tendrán validez y crédito, los estudios hechos en los diversos establecimientos a que se refieren las fracciones del artículo anterior. Artículo 9°.- El sistema educativo nacional comprenderá los siguientes tipos: l. La educación para niños menores de seis años o educación preescolar. II. La educación primaria. III. La educación secundaria. IV. La educación normal. V. La educación vocacional y preparatoria.

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VI. La educación superior técnica y profesional, inclusive la universitaria. VII. La educación que se imparte en laboratorios o institutos de investigación científica, inclusive los universitarios. VIII. La educación de extensión educativa o extraescolar, inclusive la universitaria. IX. La que se imparta en escuelas de educación especial no comprendidas en las fracciones anteriores.  Artículo 10.- Salvo lo especialmente dispuesto por esta ley, los reglamentos determinarán los requisitos de ingreso de los educandos en cada uno de los tipos de educación establecidos en el artículo anterior. CAPÍTULO IV Bases generales para la educación pública que imparta el Estado (Federación, estados, municipios, Distrito y territorios federales) Artículo 11.- En materia de educación pública es obligación primordial del Estado sostener campañas nacionales y permanentes para: l. La alfabetización y cultura elemental de la población adulta iletrada. II. La incorporación a la vida económica y social del país de los núcleos indígenas y campesinos de desarrollo cultural rudimentario, así como la asimilación al medio nacional de los extranjeros residentes en el país. III. La propagación de la escuela primaria en toda la república. Artículo 12.- Todo municipio deberá sostener permanentemente servicios, escuelas o institutos de alfabetización y de cultura elemental para adultos ilustrados, y deberá fomentar económicamente la iniciativa privada en esta campaña. La desobediencia a esta obligación constituye responsabilidad oficial para los funcionarios municipales, bajo las sanciones que por denegación de servicios señalen las leyes penales. En los casos en que el municipio demuestre su incapacidad económica para cumplir esa obliga-

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ción, la Entidad Federativa correspondiente deberá asumirla; ello sin perjuicio de la facultad de la Federación para colaborar en forma de coordinación. Artículo 13.- En las Entidades Federativas en cuyo territorio existan grupos indígenas y campesinos, aún no incorporados económica y culturalmente a la vida nacional, la Federación y los estados, aislada o coordinadamente, sostendrán servicios, escuelas o institutos permanentes para la enseñanza de la lengua nacional y alfabetización; de conocimientos agropecuarios de acuerdo con las condiciones regionales; de pequeñas industrias aprovechadoras de los recursos naturales de la comarca; de prácticas que faciliten el desarrollo de las manifestaciones artísticas primitivas; de prácticas higiénicas y profilácticas para la prevención de las enfermedades más frecuentes entre los indígenas y campesinos, y de prácticas que tiendan a mejorar la vida doméstica, las relaciones familiares y a proporcionar recreaciones sanas y vida social satisfactoria. Con los mismos objetos educativos se organizarán misiones culturales viajeras. Artículo 14.- Para la propagación de la escuela primaria, la Federación, los Estados, los municipios, el Distrito y los territorios federales en sus respectivas circunscripciones, aumentarán progresivamente sus egresos, hasta lograr que éstos sean suficientes para impartir, gratuitamente a toda la población en edad escolar, la educación primaria obligatoria, debiéndose dictar además medidas de estímulo para el fomento de la iniciativa privada en este tipo de la educación. Artículo 15.- El Estado dedicará preferentemente su presupuesto del ramo de educación a las campañas permanentes a que se refieren los artículos anteriores. Artículo 16.- La educación que imparta el Estado en cualquiera de sus grados y tipos, sujetándose a las normas de la Constitución, será socialista. Sus bases generales son las siguientes: l. Fomentará el íntegro desarrollo cultural de los educandos dentro de la convivencia so-

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cial, preferentemente en los aspectos físico, intelectual, moral, estético, cívico, militar, económico, social y de capacitación para el trabajo útil en beneficio colectivo. ll. En armonía con la Constitución, y dentro de los principios y normas de la misma, especialmente los relativos a organización social, económica y política del país tenderá a formar y a afirmar en los educandos, conceptos y sentimientos de solidaridad y preeminencia de los intereses colectivos respecto de los privados o individuales con el propósito de disminuir las desigualdades económica y social. lll. Tenderá a proporcionar a los educandos, conocimientos y aptitudes para el trabajo en beneficio común. IV. Excluirá toda enseñanza o propaganda de cualquier credo o doctrina religiosos. V. Sin restringir las garantías que se consignan en los artículos 6°, 7°, 9° y 24 de la Constitución, combatirá el fanatismo y los prejuicios, ajustando las enseñanzas a los métodos que informen el conocimiento científico. VI. A través de las enseñanzas y prácticas escolares, contribuirá a desarrollar y consolidar la unidad nacional, excluyendo toda influencia sectaria, política y social, contraria o extraña al país, y afirmando en los educandos el amor patrio y a las tradiciones nacionales, la convicción democrática y la confraternidad humana. VII. A efecto de lograr el mejor y más equitativo aprovechamiento de los recursos naturales, dedicará especial atención al estudio del medio físico y económico del país y de sus condiciones sociales. Según la edad, el desarrollo mental de los escolares y el tipo de la educación, las bases anteriores se realizarán gradual y coordinadamente en las escuelas normales y en las de posgraduados para

maestros, se les dedicará atención y desarrollo especiales, a efecto de preparar a los educandos para el ejercicio magisterial.  Artículo 17.- Para los efectos de la fracción V del artículo anterior, no podrá entenderse legalmente por fanatismo o prejuicios la profesión de credos religiosos y la práctica de las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, realizados conforme a la ley. En consecuencia, los educadores no podrán, so pretexto de combatir el fanatismo y los prejuicios, atacar las creencias o prácticas religiosas lícitas de los educandos, garantizadas por el artículo 24 de la Constitución. Artículo 18.- Los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza, para cada uno de los grados y tipos de la educación, deberán elaborarse y realizarse en forma que enlace los grados o tipos inferiores a los superiores, dentro del orden que se determine en esta ley o en los reglamentos. Artículo 19.- Los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza tenderán a que cualquiera que sea el grado o tipo de la educación en que el alumno suspenda sus estudios quede capacitado, en lo posible, para el trabajo y para ser útil a la colectividad. Artículo 20.- Los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza se formularán de acuerdo con las siguientes normas generales: l. Para cada tipo de la educación se determinarán gradualmente las enseñanzas y actividades mínimas que lo constituyen, así como el desarrollo programático de las mismas. ll. Se reconocerá el valor pedagógico que el trabajo productivo y socialmente útil de los alumnos tiene en su propia educación. III. Dentro de las modalidades de los distintos tipos educativos, se procurará que la educación que se imparta en los planteles se relacione íntimamente con el medio físico, económico y social que los circunde.

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IV. Salvo lo dispuesto en la siguiente fracción, se preferirá el trabajo realizado en común, por equipos, al trabajo individual. V. En el proceso educativo deberá atenderse a las características del educando, respetándose su personalidad y sus especiales condiciones y aptitudes, sin perjuicio de corregir o encauzar las deficiencias que en el se observen. VI. Se considerará, en todos los casos, que la educación tiende a formar hábitos, capacidades y cultura.  Artículo 21.- La disciplina escolar se obtendrá como resultado de la forma de organización que se adopte para el trabajo docente. En ningún caso podrán los maestros imponer a los educandos castigos corporales o los que en cualquier forma sean infamantes. Artículo 22.- La educación primaria, secundaria y normal, y la especial de cualquier grado o tipo para obreros y campesinos, que imparta el Estado, será gratuita; por lo tanto, salvo la ayuda voluntaria que proporcionen los particulares para el beneficio de los planteles, no sólo está prohibido cobrar cuotas regulares a los educandos o a sus representantes, sino toda otra exacción, así sea a título de compensación extraordinaria. La inobservancia de la prohibición establecida en el párrafo anterior sujetará a los responsables, en sus casos, a las sanciones que señalen las leyes penales por los delitos de violación de garantías individuales o de concusión. El Estado proporcionará gratuitamente a los educandos, dentro de las posibilidades del presupuesto, la ayuda necesaria para facilitar su educación y los útiles y libros indispensables para la enseñanza. Artículo 23.- Los tipos de educación distintos a los enumerados en el artículo anterior que imparta el Estado, podrán ser gratuitos y onerosos, según el mayor o menor interés social que exista para

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su fomento, las necesidades regionales, la situación económica de los educandos y las posibilidades del presupuesto. Artículo 24.- El Estado fijará en los presupuestos de educación pública una partida destinada a becas para los alumnos notoriamente pobres que se distingan por su capacidad intelectual, esfuerzo, dedicación y conducta. CAPÍTULO V. De la validez oficial y revalidación de estudios Artículo 25.- Los estudios hechos en planteles dependientes directamente de la Federación, de los estados, de los municipios o en establecimientos descentralizados de sus servicios, tendrán por sí mismos validez oficial en todo el territorio de la república. Artículo 26.- Los estudios de educación primaria, secundaria y normal o de cualquier grado o tipo especial para obreros y campesinos, hechos en planteles particulares, tendrán validez oficial, cuando estén debidamente autorizados por el Estado. El reconocimiento otorgado por el Estado a planteles particulares en los que imparta educación diferente a la mencionada en le párrafo anterior, dará validez oficial a los estudios hechos en ellos. Artículo 27.- El reconocimiento de validez oficial a establecimientos particulares debe ser otorgado por el Estado a petición de la parte interesada y cuando se satisfagan los requisitos que se establecen en el artículo 31 de esta ley, con excepción de las pruebas o exámenes a que se refiere la parte final de su fracción IV. Son aplicables al reconocimiento o a su denegación las disposiciones contenidas en el artículo 40 de esta ley. Artículo 28.- El Estado podrá retirar discrecionalmente su reconocimiento de validez cuando se compruebe, por medio del procedimiento establecido en la parte final del artículo 41 de esta ley,

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que el plantel reconocido ha dejado de satisfacer los requisitos establecidos en el artículo 31. La revocación del reconocimiento operará efectos sólo para el futuro, sin que se le pueda dar retroacción. Artículo 29.- La revalidación de estudios tiene por objeto que el Estado otorgue validez oficial, para cada individuo y caso concreto, a los estudios hechos en planteles que no formen parte del sistema educativo nacional. Artículo 30.- Son autoridades competentes para hacer revalidación de estudios, salvo lo que dispongan las leyes o acuerdos de coordinación de servicios educativos entre la Federación y los estados: l. En el Distrito y territorios federales, el Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública. ll. En las Entidades Federativas las Comisiones Mixtas de Educación Pública, establecidas en la forma que previene el artículo 128 de esta ley; en su defecto, los órganos adecuados del Estado. III. En lo que concierne a estudios de tipos universitario, las universidades, escuelas o institutos a que se refiere el artículo 2° de esta ley, que funcionen legalmente, o la Secretaría de Educación Pública, podrán revalidar estudios para el efecto del ingreso a sus establecimientos. Aquellas instituciones lo harán de acuerdo con la ley especial a que alude el precepto legal invocado. Artículo 31.- La revalidación de estudios sólo podrá ser otorgada si se reúnen los siguientes requisitos: l. Los estudios que se pretenda revalidar deben ser iguales o similares a los que se impartan en los planteles dependientes del Estado. ll. El plan de estudios del plantel en el que se hicieron los estudios por revalidar, debe

contener el número de materias y prácticas exigido en los planteles iguales o similares dependientes del Estado. lll. Cada una de las materias y prácticas a que se refiere la fracción anterior, en lo general debe corresponder en su extensión, temario y número de horas de cátedra, al mínimo exigido en los planteles iguales o similares del Estado. IV. En los casos en que resulte imposible establecer la igualdad o similitud de estudios en la forma prevista en las fracciones anteriores, se podrá establecer un sistema de equivalencia de estudios, sometiendo discrecionalmente, en su caso, a los interesados a pruebas o exámenes, para la comprobación de sus conocimientos. y V. Para la revalidación de estudios hechos por correspondencia, además de los requisitos anteriores se exigirán pruebas o exámenes, de acuerdo con los planes y programas oficiales, para la comprobación de los conocimientos. Artículo 32.- Cuando la resolución denegatoria de revalidación provenga de las autoridades de los estados, los interesados podrán ocurrir en inconformidad a la Secretaría de Educación Pública, en la forma y términos establecidos en el artículo 40 de esta ley; la resolución favorable que ésta dicte servirá, en su caso, para el ingreso a establecimientos federales. Artículo 33.- La Secretaría de Educación Pública tiene facultad, en todo tiempo, para revocar la revalidación de estudios si comprueba haber habido falsedad en los documentos que la fundaron. Artículo 34.- Los estudios en planteles extranjeros, sean oficiales o privados, deberán ser revalidados por la Secretaría de Educación Pública, cuando se satisfagan los requisitos establecidos en el artículo 31 de esta ley, si se trata de revalidar estudios hechos por un mexicano en país extranjero.

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Artículo 35.- Si los estudios que se pretendan revalidar fueron hechos por un extranjero en país extranjero, además de los requisitos de los artículos 31 y 34 de esta ley, la Secretaría de Educación Pública, para otorgar la revalidación, deberá tomar en cuenta: que existe en esta materia reciprocidad con el país en que se hayan hecho los estudios, sea por tratado o por uso internacional; la categoría docente de los establecimientos en que se hayan hecho los estudios, el mayor o menor interés social que exista en la república para estos estudios, y los antecedentes de honestidad del solicitante. Artículo 36.- Para la revalidación de estudios de tipo universitario, hechos en el extranjero por mexicanos o extranjeros, será indispensable: l. Que previamente las autoridades universitarias del País, rindan dictamen aprobatorio en el sentido de que se han reunido en el caso de los requisitos del artículo 31. ll. Que visto dicho dictamen, el Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública, dicte su resolución favorable en los términos del artículo anterior.   CAPÍTULO VI. De la educación pública que impartan los particulares   Artículo 37.- Las corporaciones religiosas, los ministerios de los cultos, las sociedades por acciones que exclusiva o preferentemente realicen actividades educativas y las asociaciones o sociedades ligadas directa o indirectamente con la propaganda de un credo religioso, no intervendrán en forma alguna en escuelas primarias, secundarias o normales, ni podrán ayudarlas económicamente. La misma prohibición regirá a la educación de cualquier tipo o grado que se imparta especialmente a obreros o campesinos. Artículo 38.- Para que las instituciones privadas y los particulares puedan impartir enseñanza

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primaria, secundaria o normal, o la especialidad de cualquier tipo o grado para obreros y campesinos, deberán tener autorización previa y expresa del Estado. Artículo 39.- El Estado deberá otorgar la autorización a que se refiere el artículo anterior, cuando las instituciones privadas o los particulares que la soliciten, satisfagan los siguientes requisitos: l. Ajustar sus actividades y enseñanzas a lo preceptuado en el artículo 16 de esta ley. ll. Confiar la impartición de la enseñanza en sus planteles a personas que tenga, a juicio del Estado, suficiente preparación y moralidad conveniente. lll. No tener intervención, ni apoyo económico, de las personas e instituciones a las que se refiere el artículo 37 de este ordenamiento. IV. Sujetar la educación que imparta, cuando menos en su mínimo de exigencias, a los planes de estudio, programas de enseñanzas y métodos pedagógicos que formule el Estado para los planteles dependientes de éste. V. Dotar a los respectivos planteles de las siguientes condiciones materiales: a) Edificio amplio e higiénico, adecuado para el tipo de enseñanza que impartan. b) Espacio propio para juegos, deportes o ejercicios físicos. c) Bibliotecas con suficiente provisión de volúmenes científicos y literarios, apropiados al tipo de enseñanza que impartan. d) Gabinetes, laboratorios, talleres y campos de cultivo, necesarios para la impartición del tipo de enseñanza al cual dediquen sus actividades. e) Instalaciones sanitarias unisexuales adecuadas y suficientes. En la medida que determinen los reglamentos, los requisitos anteriores podrán ser dispensados parcialmente, en los casos en que por circunstancias especiales resulte imposible su plena satisfacción.

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VI. Facilitar el ejercicio de la atribución de vigilancia que el Estado debe ejercer sobre los planteles para cuidar de la exacta observancia de las disposiciones legales. Artículo 40.- Salvo lo dispuesto en los acuerdos de coordinación de servicios educativos que se celebren entre la Federación y los estados, la facultad de otorgar a los particulares autorización para impartir la enseñanza de los tipos a que se refiere el artículo 38 corresponde: a las autoridades de los Estados y de los municipios dentro de sus respectivos territorios, y a la Federación, por conducto de la Secretaría de Educación Pública, en el Distrito y territorios federales. Sin embargo, compete al secretario de Educación Pública la resolución definitiva en los casos de denegación. En consecuencia, cuando las autoridades de los estados o de los municipios, o funcionarios dependientes jerárquicamente de la Secretaría de Educación Pública nieguen la autorización, los particulares interesados pueden, dentro de los treinta días siguientes a la notificación, acudir al secretario de Educación Pública, manifestando su inconformidad. Éste, previo el informe y pruebas que rinda la autoridad, con audiencia del interesado y con las pruebas que aporte dentro del término de los treinta días siguientes, resolverá confirmando o revocando el acuerdo denegatorio. Artículo 41.- El Estado podrá revocar discrecionalmente las autorizaciones otorgadas a las instituciones privadas y a los particulares para impartir enseñanza primaria, secundaria o normal, o la especial de cualquier tipo o grado para obreros o campesinos, cuando falten al cumplimiento de las obligaciones que les imponen las fracciones l y lll del artículo 39 de esta ley. La revocación será precedida de una investigación tendiente a comprobar la inobservancia de las respectivas disposiciones legales, en la que se oirá al interesado y se le recibirán las pruebas que aporte dentro de los treinta días siguientes al emplazamiento que al efecto se le haga.

Artículo 42.- El incumplimiento de las obligaciones impuestas a los particulares por el artículo 39 de esta ley, determinará el siguiente procedimiento que debe adoptar el Estado: l. Señalará al infractor la violación para que evite su repetición o, en su caso, la corrija dentro del término prudente que al efecto se le marque. ll. En caso de desobediencia a lo ordenado de acuerdo con la fracción anterior, se aplicará al infractor reincidente una multa de cincuenta a mil pesos, amonestándolo nuevamente para que no se repita la violación o, en su caso, para que la corrija dentro del nuevo término que para tal fin prudentemente se le señale. lll. En caso de repetirse la violación y de no subsanarse dentro del término fijado, según la fracción anterior, se dictará la revocación de la autorización respectiva, con mandamiento de clausura del plantel. Artículo 43.- Las revocaciones de autorizaciones otorgadas a particulares que hagan los estados o municipios dentro de sus respectivas circunscripciones, o por autoridades inferiores dependientes de la Secretaría de Educación Pública, serán revisables por el secretario del ramo, en la vía y términos que se establecen en el artículo 40 de esta ley. Artículo 44.- Cuando la revocación de la autorización se pronuncie durante el transcurso del año o grado escolar, el plantel afectado seguirá funcionando hasta la terminación del propio ejercicio lectivo y será clausurado sólo al concluir éste. El Estado tomará las medidas necesarias, llegado el caso que prevé esta disposición, para asegurar la observancia de los preceptos legales en el plantel afectado por la revocación de la autorización, durante el lapso que transcurra hasta su clausura. Artículo 45.- Las instituciones privadas y los particulares no necesitan autorización del Estado para impartir públicamente enseñanza diferente a la primaria, secundaria o normal, o a la especial

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de cualquier tipo o grado para obreros y campesinos. En consecuencia, podrán formular sus planes de estudio, programas y métodos de enseñanza; sin embargo, para que se reconozca validez oficial a sus estudios, será necesario que se satisfagan los requisitos establecidos en el artículo 27 de esta ley. Artículo 46.- Las universidades e institutos particulares de tipo universitario que funcionen en la república, en sus casos, quedarán sujetos para la validez de los estudios que en ellos se haga a la ley especial que señala el artículo 2° de este ordenamiento. Artículo 47.- La transmisión de conocimientos o de principios que se realice privadamente, fuera de las escuelas, en el seno de la familia, de persona a persona o en circunstancias análogas, no estará sujeta a restricción alguna, salvo las limitaciones que para la manifestación de las ideas señala el artículo 6° de la Constitución Federal, para los casos de ataque a la moral, los derechos de tercero, provocación de algún delito o perturbación del orden público; pero no tendrá validez oficial, ni exime, en su caso, del carácter obligatorio de la educación primaria.   CAPÍTULO VII. La educación preescolar Artículo 48.- La educación preescolar se impartirá a párvulos menores de seis años, en casa de cuna, guarderías infantiles, casas hogares, jardines de niños o instituciones análogas, cualquiera que sea su denominación. Artículo 49.- La educación preescolar, de acuerdo con las limitaciones impuestas por la edad de los párvulos, atenderá preferentemente a su desarrollo físico, mental, moral y estético, fomentándoles costumbres de sociabilidad. Artículo 50.- La atención preescolar que se imparta a niños menores de tres años se dedicará preferentemente a la crianza, salud, desarrollo físico y desenvolvimiento emocional y mental del párvulo,

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exclusivamente por medios recreativos y prácticas higiénicas adecuadas. Artículo 51.- Los preferentes medios educativos para párvulos serán el juego, el canto, el baile, los ejercicios físicos rítmicos no fatigosos y los pequeños trabajos manuales o artísticos, procurándose que estas actividades se realicen en común y en un ambiente creador natural y sencillo. Además se utilizará la conversación, los cuentos, narraciones simbólicas o históricas sencillas y, dentro de las posibilidades, excursiones recreativas o instructivas, trabajos de jardinería, hortaliza o cuidado de pequeños animales domésticos. Artículo 52.- Los medios que se utilicen en la educación preescolar no sólo tenderán a evitar que en los educandos se incuben sentimientos de odio, crueldad, baja superchería o superstición, falso egoísmo o cualquiera otra pasión antisocial, sino que fomentará la probidad, la mutua estimación, el respeto a la integridad física y a las actividades lícitas de los demás, procurándose desenvolver en los párvulos, costumbres de sociabilidad por el robustecimiento del amor a la familia, del respeto y confianza a sus educadores y de la amistad a sus compañeros. Artículo 53.- En la educación preescolar se procurará y utilizará la colaboración con los padres, familiares o representantes de los párvulos, para coordinar con ellos las labores educativas. Artículo 54.- El Estado procurará extender la educación preescolar a toda la población infantil de la república y fomentará la iniciativa privada en esta materia; pero tal tipo de educación no es obligatorio, ni constituye requisito para el ingreso a las escuelas primarias. Artículo 55.- Las educadoras encargadas de este tipo de educación se nombrarán preferentemente entre las que tengan preparación especial adquirida en las escuelas normales o en centros adecuados. Artículo 56.- Para la debida atención a la niñez económicamente desvalida o moralmente

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abandonada, el Estado sostendrá casas y hogares y guarderías infantiles, para la custodia diurna o permanente, en las que la asistencia y la educación de los párvulos se realizará rodeándolos de un ambiente semejante al familiar. CAPÍTULO VIII. De la educación primaria Artículo 57.- La educación primaria tiene por objeto, dentro de las limitaciones impuestas por la edad, el desarrollo integral de los educandos, principalmente en sus aspectos físico, intelectual, ético, estético, cívico, social y de preparación para el trabajo benéfico a la colectividad, en la medida que se considere deben poseer como mínimo cultural obligatorio todos los habitantes del país. Artículo 58.- La educación primaria tiende a capacitar a los educandos para: l. Satisfacer sus propias necesidades. ll. Manejar los instrumentos sencillos de trabajo y emplear las formas elementales de la cultura. lll. Hacer estudios de segunda enseñanza. Artículo 59.- La educación primaria se impartirá a todos los niños del país, de los seis a los catorce años de edad, excepción hecha de los retrasados mentales, enfermos, anormales o con necesidades específicas, a quienes se impartirá, lo mismo que a los adultos iletrados, una educación especial con los mismos objetivos que la primaria. Artículo 60.- La educación primaria se dividirá en seis grados enlazados progresivamente en forma planeada y sistemática, agrupados en tres ciclos de dos grados cada uno, que se cursarán normalmente en seis años, salvo que necesidades específicas determinen prudente ampliación del término. Artículo 61.- La educación primaria, en su contenido mínimo, será igual en toda la república. Por tanto, corresponde al Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública,

la formulación de planes de estudio, programas y métodos de enseñanza, los que tendrán aplicación, tanto para las escuelas dependientes del Estado como para las particulares que funcionen con autorización legal, sin perjuicio de que en su elaboración se establezca cierta elasticidad que permita poner a la escuela primaria en relación con las necesidades y características del medio físico, económico y social en que actúe. Artículo 62.- Salvo casos de necesidad determinada por la población escolar, exigencias del presupuesto, falta de locales o de profesorado, o las condiciones regionales, las escuelas primarias, en sus dos últimos ciclos se organizarán en forma unisexual. La educación para niños y niñas se sujetará a los mismos planes, programas y métodos, sin perjuicio de que las actividades escolares tiendan a afirmar las cualidades específicas de uno y otro sexo. Artículo 63.- Desde el punto de vista del medio en que actúen y de la consiguiente orientación que adopten, las escuelas de educación primaria se clasificarán, administrativamente, en urbanas, semiurbanas y rurales. Fuera de la orientación educativa hacia el ambiente que las rodea, el contenido esencial de la enseñanza será el mismo en todas ellas. Artículo 64.- La educación primaria es obligatoria par todos los habitantes de la república, menores de quince años. La obligación se cumple cursándola en las escuelas primarias dependientes del Estado o en las particulares autorizadas legalmente. Artículo 65.- Los padres de familia y los representantes de menores, tienen el deber de hacer que sus hijos o representados en edad inferior a quince años concurran a las escuelas del Estado o particulares autorizadas para cursar la educación primaria. El incumplimiento de esta obligación se sancionará administrativamente con multa de uno a quinientos pesos. Artículo 66.- En la educación primaria se procurará y utilizará la colaboración con los padres,

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familiares o representantes de los niños, para coordinar con ellos las labores educativas. CAPÍTULO IX. De las escuelas primarias “Artículo 123 Constitucional” Artículo 67.- Los patrones de negociaciones agrícolas, industriales, mineras o de cualquier otra clase de trabajo, que estén ubicadas a más de tres kilómetros de la población más cercana, tienen obligación de establecer y sostener escuelas de educación primaria en beneficio de la comunidad en que estén instaladas sus negociaciones siempre que el número de niños en edad primaria sea mayor de veinte. Artículo 68.- La educación que se imparta en las escuelas a que se refiere el artículo anterior, se sujetará a las disposiciones contenidas en el artículo 16 y el Capítulo anterior de esta ley; en consecuencia, se aplicarán en ellas los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza que formule el Estado para sus escuelas primarias y quedarán bajo la dirección técnica y administrativa de la Secretaría de Educación Pública. Artículo 69.- El personal docente de las escuelas, “Artículo 123”, se integrará con un profesor para cada grupo de cincuenta alumnos o fracción mayor de veinte. La Secretaría de Educación Pública designará a uno de los maestros para que asuma la dirección del plantel; si éste tiene más de diez profesores, el director no tendrá grupo a su cargo. El número y categoría de los demás empleados serán los que señalen las autoridades federales escolares, de acuerdo con los reglamentos de esta ley. Artículo 70.- La obligación que se impone en el artículo 67 de esta ley, a los patrones, comprende: l. Proporcionar edificio amplio e higiénico y adecuado con capacidad bastante a las necesidades escolares del lugar. ll. Dotar a la escuela del mobiliario y equipo adecuados necesarios.

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lll. Proporcionar, cuantas veces sea necesario, a las escuelas y educandos, el material, útiles escolares y libros de texto. lV. Establecer y fomentar en las escuelas, bibliotecas adecuadas para el servicio del personal docente y de los alumnos. V. Aportar las cantidades correspondientes para la remuneración del personal docente y administrativo necesario en la forma que determinan esta ley y sus reglamentos. La designación de profesores y empleados corresponde al a Secretaría de Educación Pública, la que, en su caso, podrá pagarlos con cargo a los patrones. Artículo 71.- Los sueldos que se asignen al personal de las escuelas primarias, “Artículo 123”, no serán menores a los que pague la Federación en igualdad de circunstancias y serán cubiertos por los patrones en la forma que determinen los reglamentos de esta ley. CAPÍTULO X. De la educación secundaria Artículo 72.- La educación secundaria es continuación y ampliación de la primaria, respecto de la que tiene como características diferenciales: a) Cuantitativamente, la ampliación e intensificación de las actividades y del estudio de las materias que integran el plan de la primaria. b) Cualitativamente, la de ser un tipo educacional preferentemente para adolescentes. c) La de afirmar la personalidad de los educandos y descubrir sus inclinaciones y aptitudes, guiándolos adecuadamente para decidir la profesión u ocupación a que habrán de dedicarse. Artículo 73.- La educación secundaria se desarrollará en tres años, cuando menos, y en su contenido programático mínimo será igual para toda la república. En consecuencia, corresponde

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a la Secretaría de Educación Pública la formación de los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza respectivos, los que tendrán aplicación tanto para las escuelas dependientes del Estado, como para las particulares que funcionen con autorización legal. En su elaboración, se les dará cierta elasticidad que permita establecer estrecha relación entre la escuela y el medio físico, económico y social que la circunde o que permita su adaptación a las necesidades específicas de los educandos. Artículo 74.- Con la intensificación que permita la mayor edad de los alumnos en las secundarias se observará lo dispuesto para las primarias en los artículos 57 y 66 de esta ley. Las escuelas secundarias se organizarán unisexualmente. Artículo 75.- La educación secundaria será impartida por el personal especializado en las asignaturas que integran el plan de estudio respectivo y que, además, tenga la preparación pedagógica indispensable. Los reglamentos determinarán los requisitos y grados de preparación que debe satisfacer el personal docente de la educación secundaria. Artículo 76.- Durante la educación secundaria se impartirá instrucción militar a los educandos varones. Artículo 77.- Los alumnos de las escuelas en que se imparta la educación secundaria podrán organizarse en asociaciones cuyo fin será promover el mejoramiento cultural del plantel y de sí mismos, y ejercer en la comunidad, como acción social escolar, servicios y trabajos de mejoramiento económico, ético, cívico y cultural. Las sociedades de alumnos en ningún caso podrán intervenir en la dirección y gobierno de las respectivas escuelas. CAPÍTULO XI. De la educación normal o de preparación para maestros Artículo 78.- La educación normal, cualquiera que sea su clase o tipo, tiene por objeto la formación de maestros para satisfacer las necesidades educativas del país.

Artículo 79.- La educación que se imparta en las escuelas normales, cualquiera que sea su tipo o clase, tendrá las siguientes características generales: l. Desarrollará y fortalecerá en los educandos en quienes exista la vocación magisterial. ll. De acuerdo con la parte final del artículo 16 de esta ley, dedicará especial atención y desarrollo a las bases generales que para la educación que imparta el Estado señala dicho precepto. lll. Dotará a los normalistas de los conocimientos teóricos y prácticos, de cultura integral y de pedagogía que los capaciten para realizar eficazmente la obra educativa. lV. Infundirá en los educandos un elevado ideal profesional y un concepto claro de la responsabilidad social que contraerán en el ejercicio de la enseñanza. Artículo 80.- Corresponde a la Secretaría de Educación Pública la formulación de planes y programas de estudios y el señalamiento de métodos de enseñanza para todos los tipos de educación normal, los que se aplicarán en todo el territorio nacional, en las escuelas normales dependientes del Estado y en las particulares que funcionen con autorización legal, procurando establecer adecuada elasticidad para poner a los educandos en relación con las necesidades y características del medio físico, económico y social en que, según los tipos de las escuelas, vayan a actuar. Artículo 81.- La educación normal será de cinco tipos: l. La educación normal rural, que tiene como finalidad preparar maestros de primaria para las escuelas rurales, se ajustará a los lineamientos siguientes: a) Sólo se impartirá a alumnos que hayan cursado la educación primaria y satisfagan los demás requisitos que señalen los reglamentos, dándose preferencia a los originarios del campo y procedentes de las escuelas primarias rurales.

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b) La duración de los estudios no será menor de cuatro años, divididos en ciclos de dos años. c) Los planes, programas de estudios y métodos de enseñanza serán, hasta el cuarto año, iguales a los de las escuelas normales urbanas orientándolos hacia las actividades del campo y a los oficios e industrias directamente relacionados con los productores rurales. d) Se procurará ampliarla hasta seis años; en las escuelas en que no exista el tercer ciclo se establecerá un curso complementario para dar a los alumnos la preparación debida. e) De acuerdo con el medio que la circunde, toda escuela normal rural estará dotada de campos de cultivo, de animales y de los talleres necesarios, a fin de que los alumnos realicen prácticas agropecuarias e industriales campesinas. f) Los gobiernos de los estados deberán cooperar para el sostenimiento de las escuelas normales rurales dependientes de la Federación, que funcionen en sus respectivos territorios. ll. La educación normal urbana que tiene como objeto preparar maestros de primaria para las escuelas urbanas tendrá las siguientes características: a) Los estudios se cursarán en seis años, agrupados en tres ciclos de dos años cada uno. b) Para ingresar a las escuelas normales urbanas será necesario haber terminado la educación primaria y satisfacer los demás requisitos reglamentarios. c) Podrán ser admitidos los aspirantes que hubieren terminado la educación secundaria, haciéndose la correspondiente revalidación de estudios. d) En su parte activa, la educación se orientará hacia las pequeñas industrias de

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transformación, adecuadas al medio físico, económico y social de las regiones urbanas y semiurbanas en que los alumnos vayan a actuar. e) Las escuelas normales urbanas estarán dotadas de los talleres y laboratorios necesarios a su objeto. lll. La educación normal de especialización la que en sus planes, programas de estudio y métodos de enseñanza, se sujetará a las siguientes características: a) Para el ingreso a sus cursos se requerirá que los aspirantes hayan cursado íntegramente la educación normal para profesores de primaria y hayan ejercido el magisterio dos años por lo menos. b) Las especialidades serán: 1. Educación primaria para adultos 2. Educación física 3. Trabajos manuales 4. Orientación social 5. Educación, tratamiento y cuidado de débiles y enfermos mentales educables. 6. Educación y cuidado de ciegos, sordomudos y otros anormales físicos. 7. Educación para niños infractores y adultos delincuentes. 8. Las demás que señalen las leyes o reglamentos. c) Los estudios para estas especialidades tendrán una duración mínima de dos años. d) Los titulados en estos cursos tendrán preferencia, respecto a los maestros no especializados, para los trabajos educativos correspondientes. lV. La educación normal para educadores de párvulos, la que en sus planes, programas y métodos de enseñanza, se sujetará a las siguientes características: a) Sólo se impartirá a mujeres que hayan cursado los tres primeros años de la educación normal para maestros de primaria; podrán

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ser admitidas las que hubieren terminado la educación secundaria, haciéndose la correspondiente revalidación de estudios. b) Tendrá por objeto específico la formación del magisterio para la educación preescolar en jardines de niños, casa hogar, guarderías infantiles o instituciones análogas. c) Aparte de las enseñanzas de cultura general y de especialización pedagógica, se instruirá a las alumnas en los conocimientos necesarios para la asistencia, protección, tratamiento y educación de infantes menores de seis años. d) Su duración no será inferior a tres años. V. La educación normal superior, cuyos planes, programas de estudio y métodos de enseñanza se formularán, teniendo en cuenta las distintas especialidades magisteriales, tendrá las siguientes características: A) Se impartirá a profesores normalistas graduados que hubieren ejercido el magisterio por un tiempo no menor de cuatro años en las escuelas primarias o en enseñanzas especializadas. B) Podrán también impartirse a bachilleres o profesionistas que hayan cursado estudios y realizado practicas de docencia equivalentes a los mencionados en la fracción anterior. C) La educación normal superior tiene como finalidades: 1. Elevar y perfeccionar la cultura general y pedagógica de los maestros graduados. 2. Formar maestros teórico-prácticos en una disciplina de orden cultural o pedagógico. 3. Capacitar a los maestros para las funciones superiores de la técnica de la enseñanza, tales como supervisores, directores de escuelas normales o directores generales de educación. 4. Las especialidades son: para maestros de escuelas secundarias, de educación industrial, de educación normal y de educación

preparatoria o bachillerato. Los estudios para estas especialidades tendrán una duración mínima de cuatro años. 5. Alcanzar los grados de maestro y doctor en pedagogía  D) Los cursos superiores que bajo los mismos lineamientos se hagan en universidades tendrán igual validez que los realizados en escuelas normales superiores.   Artículo 82.- Para elevar el nivel cultural técnico y pedagógico de los maestros en servicios, se establecerán institutos de mejoramiento profesional, que serán de dos categorías: A) Para maestros normalistas urbanos. Su finalidad será el perfeccionamiento de los maestros en la técnica de la enseñanza y en las materias culturales o pedagógicas que deseen profundizar. Los maestros que cursen satisfactoriamente estos estudios serán preferidos en los casos de ascenso. B) Para maestros primarios rurales. Su finalidad complementaria será igualar sus estudios a los hechos en las escuelas normales urbanas.  Artículo 83.- En sus actividades de acción social, los alumnos de las escuelas normales rurales y urbanas deberán contribuir con su trabajo personal docente a las campañas de alfabetización y de cultura elemental para adultos iletrados o de asimilación al medio nacional de los grupos indígenas y campesinos de cultura rudimentaria. CAPÍTULO XII. De la educación vocacional Artículo 84.- La educación vocacional, de acuerdo con las específicas inclinaciones y aptitudes de los educandos, tiene por objeto la elevación de su cultura integral y su preparación especializada para estudios técnicos o profesionales. Tiende también a capacitar de inmediato a los educandos para desarrollar actividades útiles como trabajadores calificados o técnicos.

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Artículo 85.- La educación vocacional, en los distintos planteles, se orientará preferentemente hacia el estudio y aprovechamiento agrícola, industrial o comercial de los recursos del país. Artículo 86.- Es requisito indispensable para ingresar a las escuelas vocacionales, el haber cursado íntegramente la educación secundaria. Artículo 87.- Los planes, programas de estudio y métodos de enseñanza para las escuelas o institutos vocacionales se sujetarán a las siguientes bases generales: l. Se conectarán en forma sistemática y gradual con los de la enseñanza secundaria, como antecedentes y los de la enseñanza técnica o profesional, como subsecuente. ll. Procurarán intensificar la cultura general de los educandos. lll. Encauzarán la preparación especializada de los alumnos hacia los estudios superiores técnicos o profesionales. lV. Tenderán de inmediato a capacitarlos para el trabajo calificado. Artículo 88.- La educación vocacional se desarrollará, como mínimo, en dos años.   CAPÍTULO XIII. De la educación superior técnica o profesional Artículo 89.- La educación superior, salvo la que se imparta en instituciones dedicadas exclusivamente a la investigación científica, tiene por objeto la formación de técnicos y profesionistas, mediante el estudio intensivo de las ciencias y de su aplicación con fines de utilización práctica. Artículo 90.- Las escuelas o instituciones dedicadas a la educación superior técnica o profesional se organizarán bajo las siguientes bases generales: l. Es requisito para el ingreso a las mismas haber cursado íntegramente la educación vocacional o el bachillerato universitario

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que corresponda a su función educativa específica. ll. Los planes de estudio, programas y métodos de enseñanza para las escuelas vocacionales y las superiores técnicas o profesionales se formularán enlazándolos sistemática y progresivamente. lll. Proporcionarán a los educandos intensivamente los conocimientos científicos teóricos relacionados con su especialidad educativa. lV. Aplicarán las enseñanzas científicas-teóricas a la práctica de la especialidad educativa correspondiente. V. Instruirán a los educandos en sus deberes éticos y sociales y en sus deberes y derechos jurídicos relacionados con las actividades técnicas o profesionales de que se trata, interpretando éstas en un sentido de servicio social. Artículo 91.- La educación superior profesional tiene por objeto específico impartir elevados conocimientos científicos, teóricos y prácticos, para que los alumnos queden en aptitud de desarrollar actividades para cuyo ejercicio se requiera título, en los términos del artículo 4° de la Constitución y de sus leyes reglamentarias o, en general, para las actividades científicas profesionales. Artículo 92.- El Estado procurará fomentar por medio de universidades o de instituciones particulares, la educación superior profesional, a efecto de dedicar con mayor amplitud sus recursos a la atención preferente de la educación primaria, secundaria, normal y técnica, así como de las actividades educativas que se le señalan en el artículo 11 de esta ley. Artículo 93.- La educación superior técnica tiene como objeto específico proporcionar a los alumnos la preparación científica teórica y su aplicación práctica, necesarias para emprender una determinada actividad de trabajo o de producción, diferente a la profesional.

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Artículo 94.-Para el mejor desarrollo económico y social de la república, el Estado atenderá la educación superior técnica con la intensidad y en las especialidades que sean necesarias, en relación con el medio de las distintas regiones del país. Artículo 95.-Los planes, programas de estudio y métodos de enseñanza para las escuelas técnicas, y en cuanto sea posible para las profesionales, se formularán de modo que proporcionen a los educandos que no puedan terminar sus estudios, los conocimientos y aptitudes necesarias para ser considerados como trabajadores técnicos calificados dentro de las actividades respectivas. Artículo 96.-El Estado impartirá enseñanza para posgraduados profesionistas o técnicos, con el objeto de elevar y ampliar, tanto su cultura general como su preparación especializada. Artículo 97.-Las materias que integren los planes de estudios de educación profesional y técnica, serán impartidas por profesores especializados. Los reglamentos determinarán los requisitos que debe satisfacer el personal docente de las escuelas superiores profesionales y técnicas. Artículo 98.-A efecto de dar a la educación técnica mayor sistematización, el Estado procurará agrupar en establecimientos o institutos sus tipos progresivos: secundarias, vocacionales y superiores. CAPÍTULO XIV. De la investigación científica Artículo 99.- La investigación científica tiene por objeto aumentar los conocimientos humanos, así como determinar, estudiar y procurar resolver los principales problemas nacionales con el auxilio de la ciencia. Artículo 100.- Las finalidades procedimientos y métodos para la investigación científica son li-

bres, procurándose siempre un contacto íntimo con los centros docentes y con las fuentes de actividad económica, para utilizar sus resultados en beneficio de la colectividad. Artículo 101.- El Estado establecerá y sostendrá escuelas, laboratorios e institutos especialmente destinados a la investigación científica y podrá subvencionar a las personas, institutos particulares o universidades que se dediquen a estas actividades. CAPÍTULO XV. De la educación extraescolar Artículo 102.- La educación extraescolar es la que se imparte fuera de los sistemas escolares educativos y tiene por objeto. l. Emprender las campañas de alfabetización y de cultura elemental para adultos iletrados y de asimilación al ambiente nacional de los grupos indígenas y campesinos de cultura rudimentaria, salvo cuando se realicen en escuelas especiales, en los términos de los artículos 11, 12 y 13 de esta ley. ll. Renovar o completar la educación superior. III. Propagar la cultura en sus distintas manifestaciones, a los diversos sectores de la población de la república. lV. Atender a las manifestaciones de alta cultura. Para alcanzar los fines de la educación extraescolar se emplearán los medios de difusión cultural que la técnica moderna señala, tales como la prensa, la radiofonía y fonografía, el cine, el teatro, las artes expresivas, las conferencias y el fomento de las asociaciones culturales. Artículo 103.- El Estado fomentará la colaboración de las particulares en la educación extraescolar y podrá acordar en su favor subsidios o aportaciones.

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CAPÍTULO XVI. Escuelas de tipos de educación especial Artículo 104.- En la designación genérica de escuelas o tipos de educación especial se comprenderán todas las formas educativas escolares que no hayan sido materia de atención particular en los capítulos anteriores de esta ley. Artículo 105.- Sin perjuicio de la iniciativa privada y de crear los que en lo futuro estime necesario para satisfacer las necesidades educacionales del país, el Estado atenderá los siguientes tipos especiales de educación: l. La que se imparta en escuelas de experimentación y demostración pedagógica. ll. Para retrasados mentales o para anormales físicos o mentales. lll. Para menores en estado de peligro social o infractores de las leyes penales. IV. Para adultos delincuentes. V. La estética, en sus aspectos de enseñanza y fomento de las bellas artes y de las artes aplicadas. Vl. La que se imparta en escuelas de artes u oficios, industriales o comerciales. Vll. La campesina, en sus aspectos agropecuarios y de transformación industrial de los productos de la comarca. Vlll. La primaria y secundaria para adultos. IX. La de escuelas complementarias técnicas para trabajadores y aprendices. X. La de enseñanza doméstica, la de corte y confección y la de cultura de belleza. Xl. La de educación física, impartida en escuelas especializadas. Xll. La de enseñanza de las artes del libro. Xlll. La del cooperativismo. XIV. La de taquigrafía, mecanografía y demás artes y conocimientos referentes a la administración y al comercio. Artículo 106.- La educación especial para niños retrasados mentales o anormales físicos o

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mentales, que requieran medios diversos que los utilizados en las escuelas primarias, durará solamente el tiempo indispensable para que se logre normalizar a los educandos, los que entonces deberán ser incorporados a las escuelas ordinarias. Artículo 107.- Las medidas correctivas que el Estado adopte respecto a los menores en estado de peligro social o infractores de las leyes penales, en ningún caso tendrán carácter punitivo, sino que servirán de instrumento para su adaptación al medio social a través de una adecuada educación. Artículo 108.- En todos los establecimientos o colonias en los que delincuentes adultos cumplan condenas privativas de la libertad, se les impartirá educación adecuada, tendiente a lograr su readaptación benéfica al medio social. A este efecto, se les capacitará para el ejercicio de oficios o pequeñas industrias, que les proporcionen medios honestos de vida al recobrar su libertad; se combatirán la toxicomanía y el alcoholismo por medios terapéuticos y educativos, sin perjuicio de emplear los otros procedimientos que la ciencia aconseja, y se afirmará en ellos el respeto a los valores humanos y a las instituciones sociales. Artículo 109.- La educación estética a que se refiere la fracción V del artículo 105 de esta ley, es la que se imparte en escuelas especializadas de bellas artes y de artes aplicadas, sin perjuicio de la que se dé como complemento del desarrollo integral de los alumnos en la educación preescolar, primaria, secundaria y normal y de la que se proporcione extraescolarmente. Artículo 110.- Los tipos de la educación primaria y secundaria para adultos, por lo que toca a la duración de sus cursos, planes de estudio, programas y métodos de enseñanza, deberán ajustarse a las modalidades que determine el mayor desarrollo de los alumnos. Sólo personas mayores de quince años podrán ingresar a las escuelas en que se imparta este especial tipo de educación.

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Salvo lo establecido en este artículo y lo relativo a la instrucción militar, son aplicables a la educación primaria y secundaria para adultos las disposiciones conducentes contenidas en los capítulos VII y X de esta ley. Artículo 111.- La educación en escuelas complementarias técnicas para trabajadores y aprendices se organizarán en forma que sus cursos, en periodos de un año, proporcionen a los alumnos que no pudieren continuar los grados sucesivos, los conocimientos y aptitudes necesarios para ser considerados como trabajadores calificados en las actividades respectivas. CAPÍTULO XVII. De las obligaciones y derechos de quienes ejercen patria potestad, tutela o representaciones de menores Artículo 112.- Las personas que ejercen patria potestad, tutela o representación delegada de menores, tienen las siguientes obligaciones: l. En los términos de los artículos 64 y 65 de esta Ley, hacer que sus hijos, pupilos y representados menores de quince años, concurran a las escuelas dependientes del Estado o a las particulares debidamente autorizadas, para recibir instrucción primaria. ll. Hacer que sus hijos, pupilos o representados menores de quince años reciban instrucción militar en los términos de este ordenamiento. III. Cooperar con las autoridades escolares y con los educadores para coordinar la educación que el menor reciba en el hogar con la que le sea impartida en los establecimientos educativos. El incumplimiento de las obligaciones establecidas en las fracciones l y II de este artículo se sancionarán administrativamente con multa de uno a quinientos pesos o, en su caso, el arresto que corresponda.

Artículo 113.- Si no existen escuelas o institutos especiales para niños retrasados mentales o anormales físicos o mentales a que se refieren los artículos 105, fracción II, y 106, esas deficiencias serán causa de excepción cuando se compruebe debidamente, para liberar a los que ejerzan la patria potestad, la tutela o la representación delegada de menores, de la sanción a que se refiere el artículo anterior. Artículo 114.- Son facultades de quienes ejercen patria potestad, tutela o representación delegada de menores alumnos de las escuelas de educación preescolar, primaria y secundaria: l. Velar por la estricta observancia, por parte de los planteles, de las disposiciones legales y reglamentarias y de la más absoluta moralidad. ll. Recurrir en queja a las altas autoridades en materia educativa, denunciando las irregularidades que observen en los términos de la fracción anterior, así como cualquier maltrato, corrupción o delito de que se haga objeto a los menores bajo su cuidado, sin perjuicio, en sus casos, del procedimiento penal. lll. Promover ante las autoridades escolares y educativas y colaborar con ellas en cuanto se relacione con el mejoramiento cultural, moral y material de los planteles y de los educandos. IV. Asociarse en las formas y para los fines que se establecen en el artículo siguiente. Artículo 115.- Las personas a que se refieren los artículos anteriores se organizarán en asociaciones que se sujetarán a las siguientes bases generales, que serán desarrolladas por los reglamentos de esta ley: l. En cada establecimiento de educación preescolar, primaria y secundaria, se formará una Asociación de Padres de Familia integrada por las personas a las que se refieren los artículos anteriores.

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ll. Las asociaciones de cada municipio formarán la Asociación Municipal de Padres de Familia; las asociaciones del Distrito y territorios federales se agruparán de acuerdo con las respectivas circunscripciones en Asociaciones de Zona. III. Las asociaciones municipales de cada Entidad Federativa y las de zona del Distrito y territorios federales formarán federaciones locales de padres de familia. IV. Las federaciones locales integrarán la Confederación Nacional de Padres de Familia.  Artículo 116.- Las organizaciones de padres de familia tendrán las siguientes facultades: l. Serán las representantes de las personas que ejerzan patria potestad, tutela o representación delegada de menores, ante las autoridades escolares municipales, locales y federales, en el orden en que han sido establecidas en el artículo anterior. ll. Velar por la estricta observancia, en los planteles, de las disposiciones legales y reglamentarias, y de la más absoluta moralidad. lll. Recurrir en queja a las altas autoridades en materia educativa, denunciando las irregularidades que observen en los términos del inciso anterior, así como cualquier maltrato, corrupción o delito de que se haga objeto a los educandos. lV. Proponer ante las autoridades correspondientes cuanto estimen necesario para el mejoramiento cultural, moral y material de los planteles y de los educandos. V. Las demás que les concedan esta ley o sus reglamentos. Artículo 117.- Las organizaciones de padres de familia no tendrán intervención alguna en la dirección, administración y labores docentes de los planteles educativos.

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CAPÍTULO XVIII. De la unificación nacional de la educación Artículo 118.- En cumplimiento de la parte final del artículo 3° y de la fracción XXV del artículo 73 constitucionales y a efecto de unificar la educación en toda la república, se dictan las siguientes normas: l. La aplicación de la presente ley, de observancia en toda la república, corresponde a las autoridades de la Federación, de los estados y de los municipios, dentro de sus respectivas circunscripciones, salvo los casos en los que esta ley disponga lo contrario. ll. Corresponde al Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública, la formulación de planes y programas de estudio y el señalamiento de los métodos de enseñanza para la educación primaria, secundaria o normal, y para la de cualquier tipo o grado dedicada especialmente a campesinos y obreros. lll. Los planes, programas y métodos de enseñanza para los tipos de educación a que se refiere la fracción anterior, serán iguales para toda la república, sin perjuicio de que, de acuerdo con los artículos 61, 73 y 80 de esta Ley, los mismos se elaboren y se señalen con elasticidad adecuada que permita adoptarlos a las características y necesidades regionales. IV. Los planes, programas de estudios y métodos de enseñanza para los tipos de educación distintos a los enumerados en la fracción II, serán elaborados y señalados por el Poder Ejecutivo Federal por conducto de la Secretaría de Educación Pública, en lo que se refiere a los establecimientos escolares que dependan de la Federación, sea en el Distrito o territorios federales, o en cualquier parte del territorio de la república.

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V. Salvo lo que se determina en los convenios de coordinación, las Entidades Federativas podrán elaborar los planes y programas de estudios y señalar los métodos de enseñanza para los tipos de educación diferentes a los mencionados en la fracción II, procurando ajustarlos, a lo menos en su mínima exigencia, a los federales. Artículo 119.- Para favorecer la unificación técnica de la educación en la república se crea un cuerpo consultivo de la Secretaría de Educación Pública y de las Entidades Federativas, adscrito a aquélla, que se denominará Consejo Nacional Técnico de la Educación, con las siguientes atribuciones: l. Proyectar o estudiar los planes, programas de estudios y métodos de enseñanza, comunes para toda la república, para la educación primaria, secundaria o normal y la de cualquier tipo o grado que se imparta especialmente a obreros y campesinos. ll. Estudiar o proyectar planes, programas de estudios y métodos de enseñanza para los otros tipos de educación, señalando un mínimo de exigencias en toda la república. lll. Estudiar la organización y administración de los distintos tipos de enseñanza, los sistemas de estimación de resultados de la labor educativa, el perfeccionamiento técnico profesional del magisterio, los calendarios escolares, los libros de texto, las bases para la clasificación y promoción de alumnos y demás problemas generales, de orden técnico de la educación. lV. Presentar a la Secretaría de Educación Pública o a las Entidades Federativas proyectos acerca de los asuntos comprendidos en las fracciones anteriores. V. La demás que les señalen las leyes o reglamentos. Artículo 120.- El Consejo tendrá la facultad de recabar, de las diversas dependencias de la Se-

cretaría de Educación Pública o de los gobiernos de los estados, las informaciones que juzgue necesarias para el mejor desarrollo de sus labores. Artículo 121.- Las sociedades de padres de familia y las agrupaciones de maestros podrán presentar ante el Consejo iniciativas que versen sobre asuntos de la competencia de éste. Artículo 122.- En la forma que determine el reglamento formulado por el Poder Ejecutivo Federal, el Consejo se integrará con el número de asesores técnicos que pare cada uno de los tipos de la educación designe la Secretaría de Educación Pública, y por los representantes que nombren las Entidades Federativas y las instituciones universitarias y de alta cultura. Su funcionamiento no será continuo y podrá ser convocado periódica o especialmente por el secretario de Educación Pública. Los mismos reglamentos determinarán las normas de funcionamiento plenario o por secciones del Consejo Nacional Técnico de Educación.   CAPÍTULO XIX. De la coordinación de servicios educativos entre la Federación, los estados y los municipios Artículo 123.- La Federación podrá establecer y sostener, en cualquier parte del territorio de la república, servicios, escuelas o instituciones para impartir educación de los diversos tipos o grados determinados en esta ley y en la especial de la enseñanza universitaria. Estos planteles o instituciones quedarán bajo la dirección técnica y administrativa de la Secretaría de Educación Pública. Artículo 124.- Las Entidades Federativas y los municipios establecerán y sostendrán los planteles e instituciones a que se refiere el artículo anterior dentro de sus respectivas circunscripciones territoriales. la dirección técnica y administrativa les corresponderá, salvo lo dispuesto en los artículos 118 fracciones lI y lll y 127 de esta ley y en los convenios de coordinación.

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En los casos en que la Federación otorgue subsidio, subvención o cualquier forma de ayuda a escuelas, instituciones o servicios educativos descentralizados o dependientes de los estados o de los municipios, quedarán sometidos técnicamente a la Federación. En caso de incumplimiento se les retirará la ayuda. Artículo 125.- La prestación del servicio público de la educación en el Distrito y territorios federales corresponde en sus aspectos técnicos y administrativos al Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública, sin perjuicio de las prestaciones económicas de aquéllos, en la inteligencia de que éstas no podrán ser inferiores al quince por ciento del total de sus presupuestos de egresos. Artículo 126.- Las entidades federativas deberán considerar en sus presupuestos de egresos, partidas anuales destinadas a la educación pública, las que en ningún caso podrán ser inferiores a las cantidades o porcentajes fijados para el ejercicio fiscal corriente al tiempo de promulgarse esta ley. Artículo 127.- Las entidades federativas pueden entregar a la Federación la dirección administrativa de todas sus escuelas o parte de ellas, por medio de convenio que celebrarán el Poder Ejecutivo Federal y el Local respectivo. Lo mismo podrá observarse respecto de la dirección técnica de las escuelas diferentes a las de educación primaria, secundaria o normal, la de cualquier tipo o grado especiales para obreros y campesinos, la que siempre corresponderá a la Federación. La celebración de los convenios a que se refiere este artículo, en ningún caso liberará a las Entidades Federativas de hacer las aportaciones económicas para el servicio de educación establecidas en el artículo anterior. Artículo 128.- En cada Entidad Federativa se establecerá una Comisión Mixta de Educación integrada por el director federal de Educación en el

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Estado, por un representante del Poder Ejecutivo local, preferentemente el director local de Educación y por un representante de los municipios sobre cuya designación resolverá el Congreso del Estado, a propuesta de aquéllos. Las Comisiones Mixtas de Educación tendrán las siguientes funciones: l. Estudiar, determinar y proponer las aportaciones económicas de los Municipios, de los Estados y de la Federación, para el servicio de educación pública en la Entidad Federativa correspondiente. ll. Promover cuanto sea pertinente para coordinar la prestación del servicio educativo. lll. Las demás que les otorgue esta Ley, sus reglamentos y los convenios de coordinación.   CAPÍTULO XX. De las sanciones Artículo 129.- Salvo las sanciones expresamente determinadas en la presente ley, las de responsabilidad de funcionario público establecerán las sanciones aplicables a los funcionarios y empleados de la Federación, de los estados y de los municipios, por infracciones a las disposiciones de la Constitución en materia educativa, a las de la presente ley y a las de sus reglamentos. Artículo 130.- Salvo las sanciones expresamente determinadas en esta ley y de los casos que constituyen delito, las infracciones a las disposiciones constitucionales en materia educativa, a las de la presente ley y a las de sus reglamentos, cometidas por particulares, se sancionarán con apercibimiento o multa de uno a mil pesos o, en su caso, con el arresto correspondiente. La clausura de establecimientos sólo tendrá lugar en los casos y conforme a los procedimientos señalados en los artículos 41, 42 fracción III, 43 y 44 de esta ley.

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TRANSITORIOS Artículo 1°.- La presente ley comenzará a regir el día siguiente al de su publicación en el “Diario Oficial” de la Federación. Artículo 2°.- Desde ese momento quedará abrogada expresamente la Ley Orgánica de Educación, reglamentaria de los artículos 3°; 27, fracción III; 31, fracción l; 73, fracciones X y XXV y 123, fracción XII, constitucionales, promulgada el día 30 de diciembre de 1939, y derogadas todas las disposiciones legales o reglamentarias que se opongan a las normas de la presente ley. Artículo 3°.- En el plazo de seis meses, a contar desde la publicación de esta ley, deberán quedar revisados los convenios de unificación y coordinación entre la Federación y los gobiernos de los estados, los que deberán estar conformes a las disposiciones de esta ley. Artículo 4°.- El Poder Ejecutivo Federal deberá promover, a la mayor brevedad, la expedición del Estatuto Especial del Magisterio, en el que se regulen la inamovilidad, los escalafones, las recompensas, las jubilaciones y demás intereses profesionales de los maestros. En tanto no se expida esta ley, el propio Ejecutivo Federal dictará las medidas que considere adecuadas para que los maestros disfruten de los derechos inherentes a su calidad y cumplan con los deberes que su función social les impone. Armando P. Arroyo. D. P.- Esteban García de Alba S. P.- Manuel Rueda Magro, D.S.- Noé Lecona. S.S.-Rúbricas. En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción l del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y para su debida publicación y observancia expido la presente ley en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, D.F., a los treinta y un días del mes de diciembre de mil novecientos cuarenta y uno.Manuel Ávila Camacho.- Rúbrica.- El Secretario de Estado y del Despacho de Educación Pública. Octavio Véjar Vázquez.- Rúbrica.- El Secretario

de Estado y del Despacho de Gobernación, Miguel Alemán.-Rúbrica. ANEXO 3 LEY FEDERAL DE EDUCACIÓN 1973 Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos Mexicanos. Presidencia de la República. LUIS ECHEVERRIA ÁLVAREZ, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a sus habitantes, sabed: Que el H. Congreso de la Unión se ha servido dirigirme el siguiente DECRETO: El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos decreta: LEY FEDERAL DE EDUCACIÓN CAPÍTULO I. Disposiciones generales Artículo 1.- Esta ley regula la educación que imparte el Estado –Federación, estados y municipios–, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios. Las disposiciones que contiene son de orden público e interés social. Artículo 2.- La educación el medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social. Artículo 3.- La educación que imparten el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios es un servicio público. Artículo 4.- La aplicación de esta ley corresponde a las autoridades de la Federación, de los estados y de los municipios, en los términos que la

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misma establece y en los que prevean sus reglamentos. Artículo 5.- La educación que impartan el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios, se sujetará a los principios establecidos en el artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y tendrá las siguientes finalidades: I. Promover el desarrollo armónico de la personalidad, para que se ejerzan en plenitud las capacidades humanas. II. Crear y fortalecer la conciencia de la nacionalidad y el sentido de la convivencia internacional. III. Alcanzar, mediante la enseñanza de la lengua nacional, un idioma común para todos los mexicanos, sin menoscabo del uso de las lenguas autóctonas. IV. Proteger y acrecentar los bienes y valores que constituyen el acervo cultural de la nación y hacerlos accesibles a la colectividad. V. Fomentar el conocimiento y el respeto a las instituciones nacionales. VI. Enriquecer la cultura con impulso creador y con la incorporación de ideas y valores universales. VII. Hacer conciencia de la necesidad de un mejor aprovechamiento social de los recursos naturales y contribuir a preservar el equilibrio ecológico. VIII. Promover las condiciones sociales que lleven a la distribución equitativa de los bienes materiales y culturales, dentro de un régimen de libertad. IX. Hacer conciencia sobre la necesidad de una planeación familiar con respecto a la dignidad humana y sin menoscabo de la libertad. X. Vigorizar los hábitos intelectuales que permiten el análisis objetivo de la realidad.

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XI. Propiciar las condiciones indispensables para el impulso de la investigación, la creación artística y la difusión de la cultura. XII. Lograr que las experiencias y conocimientos obtenidos al adquirir, transmitir y acrecentar la cultura se integren de tal modo que se armonicen tradición e innovación. XIII. Fomentar y orientar la actividad científica y tecnológica de manera que responda a las necesidades del desarrollo nacional independiente. XIV. Infundir el conocimiento de la democracia como la forma de gobierno y convivencia que permite a todos participar en la toma de decisiones orientadas al mejoramiento de la sociedad. XV. Promover las actitudes solidarias para el logro de una vida social justa. XVI. Enaltecer los derechos individua-les y sociales y postular la paz universal, basada en el reconocimiento de los derechos económicos, políticos y socia-les de las naciones. Artículo 6.- El sistema educativo tendrá una estructura que permita al educando, en cualquier tiempo, incorporarse a la vida económica y social y que el trabajador pueda estudiar. Artículo 7.- Las autoridades educativas deberán, periódicamente, evaluar, adecuar, ampliar y mejorar los servicios educativos. Artículo 8.- El criterio que orientará a la educación que imparta el Estado y a toda la educación primaria, secundaria y normal y a la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos se mantendrá por completo ajeno a cualquier doctrina religiosa y, basado en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. Artículo 9.- Las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominan-temente, realicen actividades educativas y las asociaciones o sociedades

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ligadas directa o indirectamente con la propaganda de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos. Artículo 10.- Los servicios de la educación deberán extenderse a quienes carecen de ellos, para contribuir a eliminar los desequilibrios económicos y sociales. Artículo 11.- Los beneficiados directamente por los servicios educativos deberán prestar servicio social, en los casos y términos de las disposiciones reglamentarias correspondientes. En éstas se preverá la prestación del servicio social como requisito previo para obtener título o grado académico. Artículo 12.- La educación que imparta el Estado será gratuita. Las donaciones destinadas a la educación en ningún caso se entenderán como contraprestaciones del servicio educativo. Artículo 13.- Son de interés social las inversiones que en materia educativa realicen el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares. Artículo 14.- El Poder Ejecutivo Fede-ral expedirá los reglamentos necesarios para la aplicación de esta ley. CAPÍTULO II. Sistema educativo nacional Artículo 15.- El sistema educativo nacional comprende los tipos elemental, medio y superior, en sus modalidades escolar y extraescolar. En estos tipos y modalidades podrán impartirse cursos de actualización y especialización. El sistema educativo nacional comprende, además, la educación especial o la de cualquier otro tipo y modalidad que se imparta de acuerdo con las necesidades educativas de la población y las características particulares de los grupos que la integran. Artículo 16.-El tipo elemental está compuesto por la educación preescolar y la primaria. La educación preescolar no constituye antecedente obligatorio de la primaria. La educación primaria es

obligatoria para todos los habitantes de la república. Artículo 17.-El tipo medio tiene carácter formativo y terminal, y comprende la educación secundaria y el bachillerato. Artículo 18.-El tipo superior está compuesto por la licenciatura y los grados académicos de maestría y doctorado. En este tipo podrán introducirse opciones terminales previas a la conclusión de la licenciatura. En el tipo superior queda comprendida la educación normal en todos sus grados y especialidades. Artículo 19.-El sistema educativo nacional está constituido por la educación que imparten el Estado, sus organismos descentra-lizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios. Este sistema funcionará con los siguientes ele-mentos: I. Los educandos y los educadores. II. Los planes, programas y métodos educativos. III. Los establecimientos que impartan educación en las formas previstas por la presente ley. IV. Los libros de texto, cuadernos de trabajo, material didáctico, los medios de comunicación masiva y cualquier otro que se utilice para impartir educación. V. Los bienes y demás recursos destinados a la educación. VI. La organización y administración del sistema. Artículo 20.- El fin primordial del proceso educativo es la formación del educando. Para que éste logre el desarrollo armónico de su personalidad debe asegurársele la participación activa en dicho proceso, estimulando su iniciativa, su sentido de responsabilidad social y su espíritu creador. Artículo 21.- El educador es promotor, coordinador y agente directo del proceso educativo.

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Deben proporcionársele los medios que le permitan realizar eficazmente su labor y que contribuyan a su constante perfeccionamiento. Artículo 22.- Los establecimientos educativos deberán vincularse activa y constantemente con la comunidad. Artículo 23.- El Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con reconocimiento de validez oficial de estudios expedirán certificados y otorgarán diplomas, títulos o grados académicos a favor de las personas que hayan concluido el tipo medio o cursado estudios de tipo superior, de conformidad con los requisitos establecidos en los correspondientes planes de estudio. Dichos certificados, diplomas, títulos y grados tendrán validez en toda la república. CAPÍTULO III. Distribución de la función educativa Artículo 24.- La función educativa comprende: I. Promover, establecer, organizar, dirigir y sostener los servicios educativos, científicos, técnicos y artísticos de acuerdo con las necesidades regionales y nacionales. II. Formular planes y programas de estudio, procedimientos de evaluación, y sugerir orientaciones sobre la aplicación de métodos educativos. III. Editar libros y producir otros materiales didácticos. IV. Establecer y promover servicios educativos que faciliten a los educadores la formación que les permita su constante perfeccionamiento. V. Promover permanentemente la investigación que permita la innovación educativa. VI. Incrementar los medios y proce-dimientos de la investigación científica. VII. Fomentar y difundir las actividades culturales en todas sus manifestaciones.

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VIII. Realizar campañas que tiendan a elevar los niveles culturales, sociales y económicos de la población y, en especial, los de las zonas rurales y urbanas marginadas. IX. Expedir constancias y certificados de estudio, otorgar diplomas, títulos y grados académicos. X. Revalidar y establecer equivalencias de estudios. XI. Otorgar, negar o revocar autori-zación a los particulares para impartir educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier otro tipo o grado destinada a obreros o campesinos. XII. Otorgar, negar o retirar discrecionalmente validez oficial a estudios distintos de los especificados en la fracción anterior, que impartan los particulares. XIII. Vigilar que la educación que impartan los particulares se sujete a las disposiciones de la ley. XIV. Las demás actividades que con tal carácter establecen esta ley y otras disposiciones legales. Artículo 25.- Compete al Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Educación Pública: I. Prestar en toda la república el servicio público educacional, sin perjuicio de la concurrencia de los estados y municipios y de otras dependencias del Ejecutivo Federal, conforme a las leyes aplicables. II. Promover y programar la extensión y las modalidades del sistema educativo nacional. III. Formular para toda la República los planes y programas para la educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos. IV. Autorizar el uso del material educativo para primaria, secundaria y normal y para

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cualquier tipo o grado de enseñanza destinada a obreros o a campesinos. V. Elaborar y mantener actualizados los libros de texto gratuitos para la educación primaria. VI. Establecer un registro nacional de educandos, educadores, títulos académicos y establecimientos educativos. VII. Establecer un sistema nacional de créditos que facilite el tránsito del educando de una modalidad o tipo educativo a otro. VIII. Intervenir en la formulación de planes de cooperación internacional en materia de docencia, investigación y difusión cultural. IX. Vigilar en toda la república el cumplimiento de esta Ley y sus disposiciones reglamentarias. X. Ejercer las demás atribuciones que le confieren esta ley y otras disposiciones legales. Artículo 26.- Habrá un Consejo Nacional Técnico de la Educación que será órgano de consulta de la Secretaría de Educación Pública y de las Entidades Federativas, cuando éstas lo soliciten y que se encargará de proponer planes y programas de estudio y políticas educativas. El Consejo se integrará con representantes de las instituciones públicas que participen en la educación nacional. Artículo 27.- La formulación de planes y programas de estudios y el establecimiento de instituciones educativas que realice el Poder Ejecutivo Federal por conducto de otra Se-cretaría o Departamento de Estado, se hará en coordinación con la Secretaría de Educación Pública. Estas otras dependencias del Ejecutivo Federal expedirán certificados, diplomas y títulos que tendrán la validez correspondiente a los estudios realizados. Artículo 28.- Los servicios educativos de cualquier tipo y modalidad, que en los términos de esta ley establezcan los estados y los municipios,

dentro de sus respectivas jurisdicciones, quedarán bajo su dirección técnica y administrativa. Artículo 29.- La Federación podrá cele-brar con los Estados y los Municipios convenios para coordinar o unificar los servicios educativos. Artículo 30.- La educación que imparta el Estado en el Distrito Federal y Territorios Federales corresponde, en sus aspectos técnicos y administrativos, a la Secretaría de Educación Pública, en la inteligencia de que los gobiernos de estas entidades destinarán para dicho servicio no menos de quince por ciento de sus presupuestos de egresos. Artículo 31.- La función educativa a cargo de las universidades y los establecimientos de educación superior que tengan el carácter de organismos descentralizados del Estado se ejercerá de acuerdo con los ordenamientos legales que los rijan. Artículo 32.- Los particulares podrán impartir educación de cualquier tipo y modalidad. Para que los estudios realizados tengan validez oficial deberán obtener el reconocimiento del Estado y sujetarse a las disposiciones de esta ley. Por lo que concierne a la educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos, deberá obtenerse, previamente, en cada caso, la autorización expresa del Estado. Artículo 33.- Los gobiernos de los estados podrán, dentro de sus respectivas jurisdicciones, otorgar, negar o revocar la autorización a particulares para que impartan educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos. Artículo 34.- Los gobiernos de los estados podrán otorgar, negar o retirar, dentro de sus respectivas jurisdicciones, el reconocimiento de validez oficial a estudios distintos de los especificados en el artículo anterior que impartan los particulares. Artículo 35.- La autorización a particulares para impartir educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado destinada a obre-

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ros o a campesinos, así como el reconocimiento de validez oficial de estudios distintos de los anteriores, podrán ser otorgados por la Secretaría de Educación Pública o el gobierno del estado correspondiente, cuando los solicitantes satisfagan los siguientes requisitos: I. Ajustar sus actividades y enseñanza a lo dispuesto por el artículo 5 de esta ley. II. Sujetarse a los planes y programas que señale la Secretaría de Educación Pública. III. Impartir educación con personal que acredite preparación profesional. IV. Contar con edificio adecuado, laboratorios, talleres, bibliotecas, campos deportivos y demás instalaciones nece-sarias, que satisfagan las condiciones higiénicas y pedagógicas que el Estado determine. V. Facilitar la vigilancia que el Estado ejerce en materia educativa. VI. Proporcionar becas en los términos de las disposiciones relativas. VII. Sujetarse a las condiciones que se establezcan en los acuerdos y demás disposiciones que dicten las autoridades educativas. Artículo 36.-El Estado podrá revocar, sin que proceda juicio o recurso alguno, las autori-zaciones otorgadas a particulares para impartir educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos, cuando contravengan lo dispuesto en el artículo 3° constitucional o falten al cumplimiento de alguna de las obligaciones que establece el artículo 35 de esta ley. Artículo 37.- Cuando sea presumible que procede la revocación a que se refiere el artículo anterior, deberá observarse el siguiente procedimiento: I. Se citará al particular a una audiencia. II. En la citación se le hará saber la infracción que se le impute y el lugar, día y hora en

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que se celebrará la audiencia. Ésta se llevará a cabo en un plazo no menor de 15 ni mayor de 30 días hábiles, siguientes a la citación. III. El particular podrá ofrecer pruebas y alegar en dicha audiencia lo que a su derecho convenga. IV. A continuación la autoridad dictará la resolución que a su juicio proceda, que puede ser la declaración de inexistencia de la infracción, el otorgamiento de un plazo prudente para que se cumpla la obligación relativa o la revocación. Artículo 38.- Cuando la revocación se dicte durante un ejercicio lectivo, la institución podrá seguir funcionando, a juicio y bajo la vigilancia de la autoridad, hasta que aquél concluya. Artículo 39.- La negativa o la revocación de la autorización otorgada a particulares para impartir educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos, produce efectos de clausura del servicio educativo. La autoridad que dicte la resolución adoptará las medidas que sean necesarias para evitar perjuicios a los educandos. Artículo 40.- Para retirar reconocimiento de validez oficial a estudios impartidos por particulares en tipos distintos a la educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros o a campesinos, se observará el procedimiento que señala el artículo 37 de esta ley. Artículo 41.- Los particulares que impartan estudios con reconocimiento de validez oficial deberán mencionar en la documentación que expidan y publicidad que hagan, la fecha y número del acuerdo por el que se les otorgó dicho reconocimiento. Los particulares que impartan estudios sin reconocimiento de validez oficial deberán mencionar esta circunstancia en su correspondiente documentación y publicidad y registrarse en la Secretaría de Educación Pública.

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Artículo 42.- Para impartir educación por correspondencia, prensa, radio, fonografía, televisión, cinematografía o cualquier otro medio de comunicación, los interesados deberán cumplir previamente los requisitos establecidos para el tipo educativo que impartan así como las leyes y reglamentos relativos al medio de comunicación que utilicen.

alcanzarlos, y se establecerán los procedimientos para evaluar si los educandos han logrado dichos objetivos. Artículo 47.- La evaluación educativa será periódica, comprenderá la medición de los conocimientos de los educandos en lo indivi-dual y determinará si los planes y programas responden a la evolución histórico-social del país y a las necesidades nacionales y regionales.

CAPÍTULO IV. Planes y programas de estudio Artículo 43.- La educación se realiza mediante un proceso que comprende la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y la difusión. Artículo 44.- El proceso educativo se basará en los principios de libertad y respon-sabilidad que aseguren la armonía de relaciones entre educandos y educadores; desarrollará la capacidad y las aptitudes de los educandos para aprender por sí mismos, y promoverá el trabajo en grupo para asegurar la comunicación y el diálogo entre educandos, educadores, padres de familia e instituciones públicas y privadas. Artículo 45.- El contenido de la educación se definirá en los planes y programas, los cuales se formularán con miras a que el educando: I. Desarrolle su capacidad de observación, análisis, interrelación y deducción. II. Reciba armónicamente los conocimientos teóricos y prácticos de la educación. III. Adquiera visión de lo general y de lo particular. IV. Ejercite la reflexión crítica. V. Acreciente su aptitud de actualizar y mejorar los conocimientos. VI. Se capacite para el trabajo socialmente útil. Artículo 46.- En los planes y programas se establecerán los objetivos específicos del aprendizaje; se sugerirán los métodos y actividades para

CAPÍTULO V. Derechos y obligaciones en materia educativa Artículo 48.- Los habitantes del país tienen derecho a las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo nacional, sin más limitación que satisfacer los requisitos que establezcan las disposiciones relativas. Artículo 49.- Para ejercer la docencia dentro de cada uno de los tipos que comprende el sistema educativo nacional, los maestros deberán satisfacer los requisitos que señalan las autoridades competentes. Artículo 50.- El Estado otorgará: I. Remuneración justa para que los educadores dispongan del tiempo necesario para la preparación de las clases que impartan y para su perfeccionamiento profesional. II. Estímulos y recompensas a favor de los educadores que se distingan en el ejercicio de su profesión. Artículo 51.- El Estado podrá estimular a las asociaciones civiles y a las cooperativas de maestros que se dediquen a la enseñanza en cualquiera de sus tipos y grados. Artículo 52.- Son derechos de quienes ejercen la patria potestad o la tutela: I. Obtener la inscripción escolar necesaria para que sus hijos o pupilos, menores de edad, reciban la educación primaria. II. Participar a las autoridades escolares cualquier problema relacionado con la edu-

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cación de sus hijos o pupilos, a fin de que aquéllas se avoquen a la solución. III. Cooperar con las autoridades escolares en el mejoramiento de los educandos y de los establecimientos. IV. Formar parte de las asociaciones de padres de familia. Artículo 53.- Son obligaciones de quienes ejercen la patria potestad o la tutela: I. Hacer que sus hijos o pupilos, menores de quince años, reciban la educación primaria. II. Colaborar con las instituciones educativas en las actividades que éstas rea-licen. III. Participar, de acuerdo con los educadores, en el tratamiento de los problemas de conducta o de aprendizaje. Artículo 54.- Las asociaciones de padres de familia tendrán por objeto: I. Representar ante las autoridades escolares los intereses que en materia educativa sean comunes a los asociados. II. Colaborar en el mejoramiento de la comunidad escolar y proponer a las autoridades las medidas que estimen conducentes. III. Participar en la aplicación de las cooperaciones en numerario, bienes y servicios que las asociaciones hagan al establecimiento escolar. Artículo 55.- Las asociaciones de padres de familia se abstendrán de intervenir en los aspectos técnicos y administrativos de los establecimientos educativos. Artículo 56.- La organización y el funcionamiento de las asociaciones de padres de familia se sujetarán a lo que disponga el reglamento relativo en lo concerniente a sus relaciones con las autoridades de los establecimientos educativos. Artículo 57.- Las negociaciones o empresas a que se refiere la fracción XII del Apartado A del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos están obligadas a establecer

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y sostener escuelas cuando el número de educandos que las requiera sea mayor de veinte. Estos planteles quedarán bajo la dirección técnica y administrativa de la Secretaría de Educación Pública. Artículo 58.- Las escuelas que se establezcan en cumplimiento de la obligación prevista en el artículo anterior contarán con edificio, instalaciones y demás elementos necesarios para realizar su función, en los términos que señale la Secretaria de Educación Pública. El sostenimiento de dichas escuelas comprende la obligación patronal de proporcionar las aportaciones para la remuneración del personal y las prestaciones que dispongan las leyes y reglamentos, que no serán inferiores a las que otorgue la Federación en igualdad de circunstancias. Artículo 59.- La Secretaria de Educación Pública podrá celebrar con los patrones convenios para el cumplimiento de las obligaciones que señalan los artículos 57 y 58 de esta ley. CAPÍTULO VI. Validez oficial de estudios Artículo 60.- Los estudios realizados dentro del sistema educativo nacional tendrán validez en toda la república. Artículo 61.- Revalidación de estudios es la validez oficial que se otorga a los realizados en planteles que no forman parte del sistema educativo nacional. Artículo 62.- La revalidación de estudios se otorgará por tipos educativos, por grados escolares o por materias. Artículo 63.- Los tipos educativos, grados escolares o materias que se revaliden, deberán tener equivalencia con los que se impartan dentro del sistema educativo nacional. Artículo 64.- Los estudios realizados dentro del sistema educativo nacional podrán declararse equivalentes entre sí por tipos educativos, por gra-

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dos escolares o por materias, en los términos del artículo anterior. Artículo 65.- La facultad de revalidar y establecer equivalencias de estudios corres-ponde: I. A la Federación, por conducto de la Secretaría de Educación Pública. II. A los Estados, en los términos de sus respectivas leyes. III. A los organismos descentralizados, cuando para ello los autoricen los ordenamientos legales que los rijan. Artículo 66.- La Secretaría de Educación Pública creará un sistema federal de certificación de conocimientos, por medio del cual se expedirá certificado de estudios y se otorgará diploma, título o grado académico que acredite el saber demostrado, de acuerdo con el Reglamento que al efecto se expida y conforme a las siguientes bases: I. Que los conocimientos se acrediten por tipo educativo, grado escolar o materia. II. Que para acreditar un tipo o grado escolar deberá comprobarse la acredi-tación del tipo o grado inmediato anterior. III. Que los conocimientos se acrediten de acuerdo con los planes y programas de estudios en vigor. IV. Que se cumplan, en su caso, las prácticas y el servicio social correspondientes. V. Que los conocimientos sean evalua-dos conforme a procedimientos que se establezcan tomando en cuenta las experiencias del sistema educativo nacional, y de acuerdo, en lo conducente, a lo dispuesto por el artículo 47 de esta ley. VI. Que el interesado se ajuste a las demás disposiciones legales relativas. Artículo 67.- El Poder Ejecutivo Federal promoverá un sistema internacional recíproco de validez oficial de estudios.

CAPÍTULO VII. Sanciones Artículo 68. Al que infrinja lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 41 de esta ley se le impondrá una multa de mil a cincuenta mil pesos y en caso de reincidencia se clausurará el servicio educativo. Artículo 69.- Las demás contravenciones a la presente ley o a sus reglamentos, cometidas por un particular, que no constituyan delito o que no tengan sanción expresa en este propio ordenamiento, se castigarán con multa de cien a cincuenta mil pesos, tomando en cuenta las circunstancias en que fueron cometidas y la condición del infractor, previo el procedimiento a que se refiere el artículo 37 de esta ley. La multa impuesta podrá duplicarse en caso de reincidencia. ARTÍCULOS TRANSITORIOS PRIMERO.- Esta ley entrará en vigor a los quince días de la fecha de su publicación en el “Diario Oficial” de la Federación. SEGUNDO.- En tanto se expidan los reglamentos que se deriven de esta ley, quedan vigentes, en lo que no se le opongan, los expedidos con fundamento en la Ley Orgánica a que se refiere el artículo tercero transitorio. TERCERO.- Se abroga la Ley Orgánica de la Educación Pública, reglamentaria de los artículos 3°; 31, fracción I; 73, fracciones X y XXV, y 123, fracción XII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, expedida el 31 de diciembre de 1941 y publicada en el “Diario Oficial” de la Federación el 23 de enero de 1942. CUARTO.- Se derogan las demás disposiciones que se opongan a la presente ley. México, D. F., a 27 de noviembre de 1973.Ma. Aurelia de la Cruz Espinoza Ortega, D. P.-

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Miguel Ángel Barberena Vega, S. P.-José Luis Escobar Herrera, D. S.-Juan Sabines Gutiérrez, S. S.-Rúbricas.” En cumplimiento de lo dispuesto por la fracción I del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y para su debida publicación y observancia, expido la presente Ley en la residencia del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, Distrito Federal, a los veintisiete días del mes de noviembre de mil novecientos setenta y tres.- Luis Echeverría Álvarez.- Rúbrica. -El Secretario de Educación Pública, Víctor Bravo Ahuja. -Rúbrica. -El Secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia. -Rúbrica. -El Secretario de Relaciones Exteriores, Emilio O. Rabasa. -Rúbrica. -El Secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz. -Rúbrica. -El Secretario de Marina, Luis M. Bravo Carrera. -Rúbrica. -El Secretario de Hacienda y Crédito Público, José López Portillo. -Rúbrica. -El Secretario del Patrimonio Nacional, Horacio Flores de la Peña. -Rúbrica. -El Secretario de Industria y Comercio, Carlos Torres Manzo. -Rúbrica. -El Secretario de Agricultura y Ganadería, Manuel Bernardo Aguirre. -Rúbrica. -El Secretario de Comunicaciones y Transportes, Eugenio Méndez Docurro. -Rúbrica. -El Secretario de Obras Públicas, Luis E. Bracamontes. -Rúbrica. -El Secretario de Recursos Hidráulicos, Leandro Rovirosa Wade. -Rúbrica. -El Secretario de Salubridad y Asistencia, Jorge Jiménez Cantú. -Rúbrica. -El Secretario del Trabajo y Previsión Social, Porfirio Muñoz Ledo. -Rúbrica. -El Secretario de la Presidencia, Hugo Cervantes del Río. -Rúbrica. -El Jefe del Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, Augusto Gómez Villanueva. -Rúbrica. -El Jefe del Departamento de Turismo, Julio Hirschfeld Almada. -Rúbrica. -El Jefe del Departamento del Distrito Federal, Octavio Sentíes Gómez. -Rúbrica.

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ANEXO 4 LEY DE EDUCACIÓN PARA EL ESTADO DE NUEVO LEÓN (1975) CAPÍTULO I. Disposiciones generales Artículo 1o.- Esta Ley es de orden público e interés social, sus disposiciones regirán en el estado de Nuevo León y tiene por objeto regular la educación que impartan el estado y sus municipios, los organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios en los términos establecidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la propia del estado, las demás Leyes y las disposiciones federales y locales aplicables, así como los convenios que sobre la materia concerte el Estado. Artículo 2o.- La aplicación de las disposiciones de esta ley corresponde a las autoridades educativas estatales y municipales, en los términos que la misma establece y en las que provean sus reglamentos. La educación superior se regirá por las Leyes y reglamentos actuales vigentes, o los que en lo sucesivo se expidan. Artículo 3o.- Las disposiciones estatales en materia de educación son obligatorias en el territorio de la propia entidad para: I. Los municipios, dentro de su respectiva competencia. II. Los organismos descentralizados y las instituciones o establecimientos oficiales que realicen actividades educativas, sostenidas por el estado y los municipios. III. Las personas físicas o morales que desarrollen públicamente actividades de educación en cualquiera de sus formas.

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IV. Las demás personas o instituciones a quienes se impongan obligaciones esta ley. Artículo 4o.- La educación que se imparta en el Estado de Nuevo León, tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él el amor a la Patria, la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y justicia. Dicha educación será laica, ajena a doctrinas religiosas y se basará en los resultad, progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos las servidumbres y los prejuicios, además fomentará los principios éticos y será democrática, nacional y contribuirá a la mejor convivencia humana. Artículo 5º.- La educación que imparta el Estado, los organismos descentralizados y los particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios será un servicio público; las inversiones que éstos realicen en materia educativa se considerarán de interés social. Artículo 6o.- La educación básica que el Estado imparta será gratuita y todos los habitantes de la entidad, dentro de los requisitos legales y reglamentarios exigidos por los distintos tipos de educación, tendrán las mismas oportunidades para adquirirla; en todo momento se deberá facilitar la posibilidad de compaginar el estudio con el trabajo. Artículo 7o.- En todo establecimiento donde se imparta enseñanza pública ya sea por instituciones particulares o del Estado, deberá leerse y explicarse la Constitución Federal y la Local, fomentando en los alumnos una debida conciencia cívica y patriótica. CAPÍTULO II. Del sistema educativo estatal Sección I. Bases generales

I. El estado o sus municipios, directa o descentralizadamente. II. Los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios. Sección II. Educación básica Artículo 20o.- La educación básica está compuesta por: la Inicial, la Preescolar, la primaria, la elemental terminal para artes y oficios. Sección III. Educación media Artículo 28o.- La educación media comprende: la secundaria, la educación media terminal, enseñanza técnica, la educación comercial y el bachillerato. Sección IV. Educación superior Artículo 38o.- La educación superior está integrada por la educación normal, tecnológica y universitaria de grado y postgrado que presten en la entidad: I. La Universidad Autónoma de Nuevo León y las universidades particulares con reconocimiento de validez oficial de estudios. II. Las escuelas oficiales y particulares que ofrezcan educación normal, preescolar, primaria, superior y de especialización; la Universidad Pedagógica y demás estudios de licenciatura y posgrado para profesores. III. Las instituciones superiores de educación tecnológica. IV. Otras instituciones que ofrezcan educación que requiera como antecedente el bachi­llerato o su equivalente.

Artículo 10.- El sistema educativo estatal está constituido por la educación que impartan:

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Sección V. Educación especial Artículo 41o.- La educación especial tiene por objeto atender a los niños, jóvenes y personas adultas que, por padecer impedimentos físicos o mentales, no logran ingresar a las instituciones educativas regulares, procurando otorgarles, de acuerdo a sus posibilidades, los conocimientos necesarios para un adecuado desenvolvimiento social y, en su caso, incorporar­los a los niveles de enseñanza. CAPÍTULO III. De la función educativa del estado Artículo 43o.- La función educativa estatal comprende: I. Promover, establecer, organizar, dirigir y sostener los servicios educativos, científicos, técnicos y artísticos según las necesidades regionales y nacionales conforme a las normas de la Constitución Local, de la presente Ley y de los reglamentos relativos a la materia. II. Formular planes y programas de estudios, procedimientos de evaluación y, en su caso, sugerir las reformas educativas correspondientes, en coordinación con la Secretaría de Educación Pública. III. Editar libros y producir otros materiales didácticos, así como establecer y fomentar bibliotecas. IV. Establecer y promover servicios educativos en el ámbito de su competencia que propicien el constante perfeccionamiento de educadores y educandos. V. Promover permanentemente la investigación que permita la innovación educativa. VI. Incrementar los medios y procedimientos de la investigación científica. VII. Preservar el patrimonio cultural, así como fomentar y difundir las actividades

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científicas, culturales, deportivas, de educación física y artísticas en todas sus manifestaciones. VIII. Realizar campañas que tiendan a elevar los niveles culturales y sociales de la población. IX. Expedir constancias, certificados de estudio, diplomas, títulos y grados académicos, en las áreas correspondientes. X. Revalidar y establecer equivalencias de estudio en los diversos niveles de educación, de acuerdo a los reglamentos respectivos. XI. Otorgar, negar o revocar autorización a los particulares para impartir los tipos de educación señalados en el Artículo 3o., fracción II de la Constitución Federal. XII. Otorgar, negar o retirar el reconocimiento de validez oficial a estudios que impartan los particulares distintos de los especificados en la fracción anterior. XIII. Vigilar que la educación que impartan los particulares se sujete a las disposiciones de la ley y los reglamentos respectivos. XIV. Estimular y ayudar, en la medida de sus posibilidades, a los particulares que en los términos de este ordenamiento se dediquen a la enseñanza en cualquiera de sus tipos o modalidades. XV. Convocar congresos para estudiar los problemas educativos o científicos; impulsar el intercambio de estudiantes, profesores y hombres de ciencia de otras entidades o países y promover, en general, cuanto sea necesario para el desarrollo y progreso de la cultura y de la educación en el estado. XVI. Establecer medidas de estímulo y recompensa en favor de los maestros, profesores y científicos que hayan consagrado su vida a la enseñanza o a la educación, ole hayan prestado servicios distinguidos sean

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que dependan directamente del Estado o de establecimientos particulares. XVII. Estimular la producción de obras científicas, artísticas, didácticas y de material escolar por medio de la edición de obras, del otorgamiento de recompensa o distinciones honoríficas. XVIII. Otorgar becas, establecer internados o albergues o cualquier otra clase de ayuda, para la prosecución de sus estudios, a los alumnos de escasos recursos económicos, que se distingan por su dedicación, esfuerzo o capacidad. XIX. Otorgar apoyo a los profesionales o investigadores científicos para hacer estudios de especialización. XX. Procurar que todos los habitantes del Estado tengan las mismas oportunidades educacionales. XXI. Realizar campañas para lograr la alfabetización y la cultura elemental de la población adulta. Para este propósito se fomentará la colaboración de los particulares. XXII. Vigilar que la educación que imparta el estado a nivel de primaria y la que esté destinada a los obreros y campesinos sea gratuita; y porque en los demás tipos de educación que imparta el estado, la aportación económica del educando no sea onerosa. XXIII. Las demás actividades que con tal carácter establecen esta Ley y tras disposiciones legales. Artículo 44o.- Al Ejecutivo Estatal compete, por conducto de la Secretaría de Educa­ción y Cultura, y sin menoscabo de las atribuciones asignadas en la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado: I. Prestar en el estado de Nuevo León el servicio público educacional sin perjuicio de la concurrencia de los Municipios y de otras

dependencias federales, estatales y particulares, conforme a las leyes aplicables. II. Tener a su cargo la dirección técnica y administrativa de los servicios educativos establecidos por el Estado. III. Supervisar el uso de material educativo para aquellos tipos de enseñanza a que se refiere el Artículo 3o., fracción II de la Constitución Federal. IV. Recomendar, formular o, en su caso, adecuar para el estado los planes y programas de educación en sus diversos tipos y modalidades, con las salvedades previstas en esta Ley. V. Distribuir los libros de texto gratuito para la educación primaria. VI. Instituir, en el ámbito de su competencia, un registro estatal de educandos, educadores, títulos académicos y establecimientos educativos. VII. Establecer un sistema estatal de crédito que facilite el tránsito del educando, de una modalidad o tipo educativo a otros, así como, entre las instituciones de diversos controles administrativos. VIII. Intervenir en la formulación de planes de cooperación interestatal en materia de docencia, investigación y difusión cultural. IX. Vigilar, en todo el estado, el cumplimiento de esta ley y sus disposiciones reglamen­tarias. X. Las demás que le confiera la presente ley y otras disposiciones aplicables. Artículo 47o.- El Consejo Estatal Técnico de la Educación será el organismo consultivo del gobierno del estado en los aspectos académicos, jurídico, político, de la educación y otras cuestiones relativas al funcionamiento y desarrollo del sistema educativo estatal. El consejo se integrará por las autoridades educativas estatales y por cinco representantes de

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las instituciones que participen en la educación de la entidad, designados por el gobierno del estado. CAPÍTULO IV. De la educación impartida por particulares Artículo 53o.- Los particulares podrán impartir educación de cualquier tipo y modali­dad en los términos de la Constitución General de la República. Artículo 54o.- El estado estimulará, por los medios a su alcance, el establecimiento de escuelas administradas, dirigidas o sostenidas por particulares, siempre que para su funciona­miento se sujeten a los requisitos previstos en esta ley. Los donativos otorgados a favor de instituciones educativas autorizadas y reconocidas por el estado estarán exentos del pago de impuestos estatales o municipales. Artículo 55o.- La autorización a particulares para impartir los tipos de educación a que se refiere el Artículo 3o., fracción I de la Constitución Federal, podrá ser otorgada por el Ejecutivo del Estado a través de la Secretaría de Educación y Cultura cuando los solicitantes satisfagan los siguientes requisitos: I. Ajustar su fundación, organización, actividades y enseñanzas a lo preceptuado en la Constitución General de la República, en la del estado y en la presente ley. II. Hacer solicitud por escrito al gobierno del estado, acompañando la documentación que para el efecto se necesite. III. Sujetarse a los planes y programas que se señalen para el Estado. IV. Impartir educación con personal acreditado profesionalmente. V. Dotar a los respectivos planteles de buenas condiciones materiales. VI. Ajustarse al calendario escolar que señale la Secretaría de Educación y Cultura del estado.

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VII. Rendir mensualmente y a fin de año las estadísticas correspondientes, a la Secretaría de Educación y Cultura del estado. VIII. Proporcionar, cada año escolar, becas y apoyos a los alumnos que, habiendo alcanzado calificaciones satisfactorias en el período académico inmediato anterior, sean de escasos recursos económicos. En todos los casos las becas deberán otorgarse cuando menos a favor de 5% del número total de alumnos inscritos en cada tipo de enseñanza que imparta la institución educativa. IX. Sujetarse a las condiciones que se establezcan en los acuerdos y demás disposiciones que dicten las autoridades educativas para los planteles escolares en el estado. X. Someterse a las inspecciones regulares que la Secretaría de Educación y Cultura acuerde en general para los establecimientos educativos. CAPÍTULO V. De la validez oficial y revalidación de estudios Sección I. De la validez oficial Artículo 61o.- El estado reconocerá validez oficial a los estudios hechos: I. En planteles dependientes directamente de la federación, de otros estados, de los municipios, o en organismos descentralizados creados por dichos gobiernos. II. En instituciones particulares donde se impartan los tipos de educación a que se refiere el Artículo 3o., fracción II de la Constitución Federal, si funcionan debidamente autorizados por el gobierno federal, el de otra entidad federativa o el propio Gobierno de Nuevo León. III. En establecimientos particulares que impartan educación diferente a la mencio-

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nada en la fracción anterior cuando éstos tengan el reconocimiento de validez oficial otorgada por el estado. De la revalidación de estudios Artículo 66o.- La revalidación de estudios se otorgará por tipos educativos, grados escolares o por materias. CAPÍTULO VI. De los derechos y obligaciones en materia educativa Sección I. De los educandos Artículo 69o.- Los habitantes del estado, preferentemente los niños y jóvenes, tendrán acceso al sistema educativo estatal sin más limitación que satisfacer los requisitos que establezcan las disposiciones relativas. Sección II. De los educadores Artículo 71o.- Para ejercer la docencia dentro de cada uno de los tipos que comprende el sistema educativo estatal, los maestros deberán demostrar la capacidad necesaria para el curso o asignatura que sustenten, sujetarse a los requisitos de selección que señale el estado de acuerdo a esta Ley o sus reglamentos respectivos. Sección III. De quienes ejercen la patria potestad, tutela o representación de menores Artículo 76o.- Son derechos de los padres o tutores: I. Obtener la inscripción escolar necesaria para que sus hijos o pupilos, menores de edad, reciban la educación primaria. II. Participar a las autoridades escolares cualquier problema relacionado con la educación de sus hijos o pupilos; a fin de que aquéllas se avoquen a la solución.

III. Cooperar con las autoridades escolares en el mejoramiento de los educandos y de los establecimientos. IV. Formar parte de las asociaciones de padres de familia y participar en las decisiones de cualquier tipo que se tomen. Artículo 77o.- Son obligaciones de los padres o tutores: I. Enviara sus hijos o pupilos y atender lo necesario para que reciban la educación primaria. II. Velar por la estricta observancia en los planteles, de las disposiciones legales y reglamentarias y de la más absoluta moralidad. III. Colaborar con las instituciones educativas en las actividades que éstas realicen. IV. Participar, de acuerdo con los educadores, en el tratamiento de los problemas de conducta o de aprendizaje. V. Cooperar con las autoridades escolares y con los educadores, para coordinar la educación que los hijos o pupilos reciban en el hogar con la que le sea impartida en los establecimientos de enseñanza. Sección IV. De los municipios Artículo 78o.- Los ayuntamientos y demás autoridades municipales tendrán las siguientes atribuciones en materia educativa: I. Crear planteles educativos y sostenerlos económicamente, en la medida de sus posi­ bilidades; en el entendimiento que dichos planteles estarán bajo el control técnico de la Secretaría de Educación y Cultura y sujetos a esta ley y demás disposiciones relativas. II. Facilitará a las escuelas, en la medida de sus recursos, terrenos para las prácticas agrícolas y deportivas de los educandos.

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CAPÍTULO VII. Sanciones Artículo 79o.- Las infracciones a la presente ley serán sancionadas por la Secretaría de Educación y Cultura con: I. Amonestaciones o medidas administrativas. II. Multas. III. Retiro de la autorización para impartir educación pública o del reconocimiento de validez oficial de estudios. IV. Clausura de los establecimientos educativos. TRANSITORIOS PRIMERO.- Esta ley entrará en vigor el día siguiente de su publicación en el Periódico Oficial del Estado. SEGUNDO.-En tanto se expidan los reglamentos que se deriven de esta ley, serán operantes los reglamentos de las condiciones generales de trabajo y de escalafón que aplica la federación a nivel nacional. TERCERO.- Se abroga la Ley General de Educación Pública en el estado, publicada en el Periódico Oficial, el 14 de julio de mil novecientos cincuenta y cuatro. CUARTO.- Se derogan las demás disposiciones que se opongan a la presente Ley.

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Citas bibliográficas 1. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917), México. 2. AGENL, Monterrey, Constitución Política del Estado de Nuevo León, (1917), México. 3. Ibid. 4. Ibid. 5. Ibid. 6. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1934), México, enmienda del artículo tercero.

13. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Escuela Normal de Educación Superior del Estado de Nuevo León, 1961. 14. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley Orgánica de la Escuela Normal Superior del Estado de Nuevo León, Monterrey, 4 de noviembre de 1961. 15. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley sobre el funcionamiento de las Sociedades de Padres de Familia y Maestros en el Estado de Nuevo León, Monterrey, diciembre de 1950. 16. AGENL, Monterrey, Informe del Gobernador del Estado de Nuevo León, para el periodo comprendido de 1910 y 1911, Monterrey, 1911.

7. Diario Oficial de la Federación (1942), México, 23 de enero.

17. Censo General de Población, México, 1910.

8. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1946), México, enmienda del artículo tercero.

18AGENL, Monterrey, Informe de Gobernador del Estado de Nuevo León para el período comprendido de 1910 y 1911, Monterrey, 1911: 22.

9. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley General de Educación del Estado de Nuevo León, Monterrey, decreto 86, 14 de julio de 1954.

19. Ibid.

10. Ibid. 11. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley de Movili­dad Profesional del Magisterio expedida por el Congreso del Estado de Nuevo León, decreto número 83, Monterrey, 1939. 12. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la Secretaría de Educación Pública, Monterrey, 29 de enero de 1946.

20. Ibid. 21. Ibid. 22. Ibid. 23. Ibid. 24. AHMM, Monterrey, Informe del alcalde de Monterrey para el período 1931 y 1932, Monterrey, 1932. 25. AGENL, Monterrey, Secretaría General de Gobierno, 1932.

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26. Ibid.

39. http://www.normalsuperior.com.mx/ens/

27. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Decreto que crea la Educación Secundaria, número 1848, México, 30 de diciembre, 1925: 2.

40. Este dato se calculó sobre la base de la lista oficial de egresados anualmente de las secundarias en Nuevo León y los que ingresaban anualmente a las escuelas del bachillerato en la misma entidad.

28. Biblioteca Nacional, México, Informe del presidente de la República Lázaro Cárdenas ante el Congreso de la Unión, México, 1937. 29. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, México, Programas Generales de Estudio para la Educación Media Básica, Acuerdo 16362, México, 11 de septiembre de 1974. 30. Periódico Oficial, Monterrey, Ley de Educación Pública del Estado de Nuevo León, Monterrey, 19 de mayo de 1933. 31. http://www.laurens.edu.mx/

41. Ibid. 42. Diario Oficial de la Federación, México, 2 de noviembre de 1976, Acuerdo, 11141. 43. En este año el ITESM inicia su expansión en el estado y en el resto de la república mexicana. Todavía hasta 1980, la mayoría de los alumnos correspondían al área metropolitana de Monterrey. 44. Brumat, 2000; lbarrola, 2000; Schiefelbein, 2000; Latapí 1999; entre otros.

32. Ibid. 45. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes 33. Ibid. 46. Ibid. 34. La información de este apartado se basó en http://www.cufm.edu.mx/ y Vidales, 1990. 35. http://enmfm.edu.mx/index.php?option=com_c ontent&task=view&id=83&Itemid=1 36. Ibid y Periódico Oficial, Monterrey, Escuela Normal Miguel F. Martínez, Centenaria y

Benemérita, Decreto número 7, Monterrey, 21 de octubre de 1970. 37. http://www.normalsuperior.com.mx/ens/ 38. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Monterrey, Ley Orgánica de la Escuela Normal Superior, decreto No. 14, de 4 de noviembre de 1961.

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47. Ibid. 48. AGENL, Monterrey, Informe del gobernador Pablo Quiroga ante el Congreso del Estado de Nuevo León, Monterrey, 1934. 49. Ibid. 50. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes 51. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León, decreto 79, Monterrey, 18 de agosto de 1943.

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52. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes. 53. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León, decreto 67 (bis), Monterrey, 19 de mayo de 1948.

68. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley Orgánica de la UANL, Monterrey, 15 de junio de 1971. 69. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes 70. Ibid.

54. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes. 71. Ibid. 55. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Decreto sobre el Hospital José Eleuterio González, Monterrey, 2 de junio de 1952.

72. http://www.sacs.org/ 73. http://www.swri.org/

56. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes. 74. http://www.sorteotec.com/ 57. Ibid. 75. http://romulogarza.mty.itesm.mx/ 58. Ibid. 59. Ibid. 60. Ibid. 61. http://www.uanl.mx/acerca/dependencias/ ceh/

76. http://portal.hsj.com.mx/lwp/wcm/connect/HSJ 77. El Norte, Monterrey, 19 de enero de 1968, 1-B.

64. Ibid.

78. Para noviembre de 1972, la distribución de alumnos en las Instituciones de educación superior privadas en Monterrey estaba como sigue: el ITESM tenía 12,250 alumnos; el CEU, 3,487; la UDEM, 3,402 y la UR 2,000 alumnos. El Norte, Monterrey, 30 de noviembre de 1972: 2-B.

65. Ibid.

79. Farías, 1973.

66. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, decreto 147, Monterrey, 25 de noviembre de 1969.

80. Latapí, 1979.

62. http://www.uanl.mx/acerca/antecedentes. 63. Ibid.

67. AGENL, Monterrey, Periódico Oficial, Ley Orgánica de la UNL, Monterrey, 26 de marzo de 1971.

81. Véase a Latapí, 1979; Zermeño, 1978 y Segovia, 1974. 82. Los grupos religiosos fundadores ya tenían amplio arraigo en Monterrey. La Sociedad del

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Sagrado Corazón de Jesús trabajaba en la ciudad desde 1908, y las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, que fundaron la Universidad Labastida en 1951, contaban desde 1919 con el Colegio Labastida, dedicado a la educación de niñas y señoritas. Por su parte, los Hermanos Maristas trabajaban en Monterrey desde 1905, y los Lasallistas, que salieron del país durante la Revolución, habían regresado en 1942 a esta ciudad para fundar el Instituto Regiomontano. Archivo Histórico de la Universidad de Monterrey (en adelante AHUDEM), Garza García, Cronología, UDEM, Vol. I, 1968, “Comisión para el estudio previo sobre la formación de una Universidad Intercongregacional”, Monterrey, 12 de febrero de 1968.

editada por Wilfredo Guinea, S.J., México, Editorial El. 89. AHUDEM, Garza García, Cronología, UDEM, Vol. I, 1968, “Comisión para el estudio previo sobre la formación de una Universidad Intercongregacional”, Monterrey, 12 de febrero de 1968. 90. Ibid. 91. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968, “El Porque de una Escuela Integrada a Nivel Bachillerato”, Monterrey, 12 de febrero de 1868. 92. Ibid.

83. Ibid. 84. AHUDEM, Garza García, Cronología, UDEM, Vol I, 1968:2. La comisión comentó sobre las palabras del rector: “se ha recurrido a nosotros, porque ha encontrado en nuestros colegios experiencias vivas, e insustituibles en el ejercicio de las cátedras y de la educación; porque ha palpado la responsabilidad en los miembros del cuerpo docente”. 85. Ibid. 86. Nuevo Testamento, Juan, 17, 21. 87. Concilio Vaticano II, Declaración sobre la Educación Cristiana de la Juventud, número 8, Walter M. Abbott, S.J. (ed.) Los documentos del Vaticano II (1966), México, Editorial El. 88. Concilio Vaticano II, Declaración sobre la Educación Cristiana de la Juventud, número 12, Walter M. Abbott, S.J. (ed.) Los documentos del Vaticano II (1966), traducción al español

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93. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968. 94. El nombre de la Asociación fue propuesto por el ingeniero García Leal. Véase “El primer testimonio de la escritura número 3170, que contiene la Constitución de Fomento de Educación Superior, A.C.”, inscrita en la notaría pública número 22, ante el notario público Lic. y Dr. Agustín Basave Fernández del Valle, en Monterrey, N.L. a 27 de noviembre de 1968. Esta escritura se encuentra en el libro 6, volumen XV, fojas 218, acta número 3170. Las personas que comparecieron para dar testimonio de ella fueron los siguientes: por parte de las congregaciones de religiosos (as): los hermanos maristas Humberto Álvarez Haces, Miguel Preciado Cisneros y Gabriel Sánchez Aparicio; de los hermanos lasallistas, José Cervantes Hernández, Jorge García Abaroa y Juan Estudillo López, y de la congregación de Hijas de María Inmaculada, Dolores Núñez Gutiérrez, Ana María Sada Lambretón

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y Ana María Gorozpe Villa. Los empresarios industriales, Antonio L. Rodríguez, Rogelio Garza Zambrano, Humberto Lobo Villarreal (Industrias Protexa) y Enrique García Leal (Industrias Alen). Catedráticos y profesionistas, Eduardo Macías Santos, Manuel Rangel Rivera, Ricardo Margáin Zozaya, Daniel de la Garza Gutiérrez, Luis Santos de la Garza, Armando Ravize Rodríguez, Arturo Salinas Martínez, Salvador Plancarte, Mario Castillejos Madariaga y José González Quijano. Véase también AHUDEM, Garza García, Actas del Consejo de Directores y Asamblea General, número 1 al 49, 1968-1975. 95. Ibid. A partir del 17 de abril de 1969, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público resolvió conceder autorización a esta asociación “para que quienes otorguen donativos en ese año a la asociación mencionada, puedan deducirlos de sus ingresos [...] en virtud de que el importe total que por dicho concepto perciban será destinado para fines benéficos y culturales”, concesión que en México se renueva anualmente. Véase AHUDEM, Garza García, Proceso Legal de la UDEM, 1969, SHCP, Autorización de la Secretaría de Hacienda, Dirección General de Impuesto sobre la renta. Subdirección del impuesto al ingreso global de las empresas, registro 421179, número 311EGA-23316, expediente FES-681025, ciudad de México, 17 de abril de 1969: 18-19. 96. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968, “Informe de las Actividades realizadas por la Junta de Gobierno encargada de elaborar el proyecto para la Universidad Intercongregacional de Monterrey, N. L., Monterrey, 28 de mayo de 1968. 97. Ibid.

98. Ibid. 99. Ibid. 100. Ibid. 101. Ibid. 102. Óscar Flores, 2002. Universidad, autonomía y guerrilla en México. El movimiento universitario en Monterrey (1968-1973), en III Foro de Investigación UDEM, Garza García, UDEM. 103. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968, FESAC, Programa para la Integración, documento número 50, Monterrey, diciembre de 1968. 104. Ibid. 105. Ibid. 106. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968, Monterrey, 17 de octubre de 1968. 107. AHUDEM, Garza García, Cronología UDEM, Vol. I, 1968. Véase Segunda conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Documento Final de la Comisión Número 3, Sobre la Educación, (1968), Medellín, 6 de septiembre de 1968, Colombia, CELAM. También, Conclusiones Generales del XXV Congreso Mundial de Pax Romana (1960). En especial, “La responsabilidad social de la Universidad”, Montevideo. 108. Véase AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas de Consejo de Directores y Asamblea General, números 1 al 49, 1968-1975, Acta número 2 del Consejo de Directores, Monterrey,

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12 de diciembre de 1968: 19-23. El Consejo de Directores lo formaban: presidente, Antonio L. Rodríguez, vicepresidente, José Cervantes, secretario, Ricardo Margáin Zozaya, prosecretaria, Ana María Sada Lambretón, tesorero, Enrique García Leal, protesorero, Jorge García Abaroa y vocales, Gabriel Sánchez de Aparicio, Mario Castillejos Madariaga y Daniel de la Garza.

115. AHUDEM, Garza García, Cronología, Vol. II, 1969, 26 de julio de 1969: 203. Todos los medios impresos y sus directores estuvieron presentes, tales como Rodolfo Junco de la Vega de El Norte, Rogelio Cantú Gómez de El Porvenir, Rubén Díaz de la Garza del Tribuna y Ramón Pedroza Langarica de El Tiempo y Más Noticias. Los canales televisivos 3, 6 y 12 realizaron una cobertura completa del evento.

109. AHUDEM, Garza García, Vol. II, Cronología, 1969: 11 y 12.

116. AHUDEM, Consejo Universitario, Actas, 1-37, 1969-1972, Monterrey, 20 de septiembre de 1969:1-3.

110. Véase AHUDEM, Garza García, “Acta de Junta de Fimac. Proyecto de Escuela de Ciencias de la Salud”, Invitación de la FESAC a la FIMAC, Monterrey, 3 de diciembre de 1968, Cronología, Vol. II, 1969: 14-23. 111. AHUDEM, Garza García, “Anteproyecto de actividades para la planeación del Instituto de Ciencias de la Salud”, AMFEM, FIMAC, Monterrey, 12 de enero de 1969, Cronología, Vol. II, 1969: 16-19. 112. AHUDEM, Garza García, “Instituto de Ciencias de la Salud”, Monterrey, febrero 4 de 1969, Cronología, Vol. II, 1969. 113. Barrows, H. 1988, A taxonomy of problembased learning methods, Medical Education, núm. 20, Springfield, IL, Southern Illinois, p.p. 481-486. 114. AHUDEM, Garza García, Cronología III, 1969, “Resolución administrativa concedida a la UDEM por el C. Gobernador del Estado de Nuevo León”, UDEM 153, Monterrey, 8 de julio de 1969: 217-221; y Proceso Legal de la UDEM, 1969-1972, “Oficio del Gobierno del Estado número 41”, Monterrey, 8 de julio de 1969.

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117. AHUDEM, Garza García, Consejo universitario, Actas. 1-37, 1969-1972, 1° Acta de la Junta de Consejo, Monterrey, 20 de septiembre de 1969: 1-3. 118. AHUDEM, Garza García, Creación de la UDEM, Cronología, Vol. IV, 1970: 36. La población escolar se dividía de la siguiente mane-ra. En profesional: en economía y administración 127 alumnos (96 hombre y 31 mujeres); en la división de físico químico farmacéutico, 186 alumnos (166 hombres y 20 mujeres); en derecho y ciencias sociales, 108 alumnos (63 hombres y 45 mujeres) y en ciencias biológicas 89 alumnos (70 hombres y 19 mujeres). En bachilleres, 573 alumnos ingresaron al primer año y 510 pasaron al segundo año. 119. AHUDEM, Garza García, Creación de la UDEM, Cronología, Vol. IV, 1970: 36. 120. Ibid: 20 En el caso del grado de educación del padre era además, 14 % secundaria, 13 % comercio, 5% bachillerato y 2% médico. Para el caso de las madres, 22% estudiaron comercio, 19% secundaria, 7% bachillerato, 6% normal y 2% una licenciatura.

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121. Ibid: 28 El resto se dividía de la siguiente manera: el 15% vivía en casa de asistencia, el 14% vivía en casa de alquiler, el 2% vivía en casa hipotecada, otro 2% vivía con familiares que no eran sus padres y el 1% de los alumnos vivía en su propia casa, sin sus padres. 122. Ibid: 29. El resto mostraba que un 11% pagaba la colegiatura con su trabajo, el 8% se lo pagaba su madre y el 1% tenía beca. 123. Ibid. El resto de los alumnos llegaba a la Universidad en auto de su propiedad (23%), en auto familiar (10%) y el 4% llegaba a las instalaciones caminando. 124. AHUDEM, Garza García, Proceso Legal de la UDEM, 7 de octubre de 1971: 62.

durante el concilio Vaticano II (1962-1965), comenta: “Puesto que la cooperación, que en el orden diocesano, nacional e internacional se aprecia o se impone cada día más, es también sumamente necesaria en el campo escolar; hay que procurar también con todo empeño que se fomente entre las Escuelas Católicas una conveniente coordinación [...]”. 132. AHUDEM, Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Convenio Intercongregacional”, Monterrey 30 de enero de 1972: 93. 133. AHUDEM, Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Declaración sobre la Educación Cristiana de la Juventud, número 8”, emitida durante el Vaticano II (1962-1965).

125. Idem: 81.

127. Idem: 104.

134. AHUDEM, Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Convenio Intercongregacional”, Monterrey 30 de enero de 1972: 95.

128. Idem: 105.

135. Ibid.

129. AHUDEM, Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Convenio intercongregacional”, Monterrey 30 de enero de 1972: 92-102.

136. Ibid. 96.

126. Idem: 86.

130. AHUDEM, Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Directorio de superiores mayores, 1973-1974: 90-91. 131. AHUDEM; Garza García, Órganos de Gobierno de la UDEM, 1968-1977, “Convenio Intercongregacional”, Monterrey 30 de enero de 1972. La “Declaración sobre Educación Cristiana de la Juventud, Número 12” emitida

137. AHUDEM, Garza García, Bases Orgánicas de la Universidad de Monterrey, Historia de su desarrollo, 1971-1973. 138. AHUDEM, Garza García, el primer número data de enero-julio u octubre dic de 1973. 139. AHUDEM, Garza García, Comité Ejecutivo, UDEM, Actas 1 a la 92, de abril 6 de 1970 a agosto 1 de 1973; y Consejo de Directores, Actas de 1974 a 1977.

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140. AHUDEM; Garza García, Consejo de Directores y Asamblea General, Actas 50-77, 1974-1977, 50ª Acta del Consejo de Directores y Asamblea General, 5 de marzo de 1975: 1. 141. AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas del Consejo de Directores y Asamblea General, número 50 al 77, 1975-1977, Vol. II, Acta número 73 del Consejo de Directores, Monterrey 11 de agosto de 1977:48-70. Paralelamente se estableció que “se derogan cualesquier acuerdos, reglamentos o disposiciones generales emanados de la Asamblea de asociados o del Consejo de Directores de FESAC, de los rectores de esta Universidad y de órganos constituidos por dichas bases orgánicas, en cuanto se opongan a los Estatutos”. 142. AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas del Consejo de Directores y Asamblea General, números 50-77, 1975-1977, Vol. II, Estatuto General de la UDEM, Monterrey, 20 de septiembre de 1977. Los miembros elegidos fueron: Adán Elizondo, Agustín Basave Fernández del Valle, Alberto Santos de Hoyos, Alejandro Chapa, Ana Ma. Gorozpe Vila, Andrés Marcelo Sada Zambrano, Antonio L. Rodríguez, Armando Ravizé R., Carlos Manuel Guajardo, Carmen Sosa Fernández del Valle, Eduardo Lobería, Emelia Marcos del Mazo, Emilia Reynoso Rueda, Enrique García Leal, Enrique Segovia Cortés, Eugenio Clariond Reyes, Francisco Garza González, Gilberto Lozano García, Graciela Volpe Ferrara, Humberto Álvarez Haces, Humberto Lobo Morales, Humberto Junco Voigt, Jaime Garza González, Jorge A. Chapa, Jorge Fernández Ruiloba, Jorge García Avaroa, Jorge L. Garza, Jorge Morales Treviño, José Ángel Chapa Salazar, José Luis Coindreau, José Vargas Mena, Juan Celada Salmón, Juan Estudillo López, Luis Santos de la Garza, Manuel Sada

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Rivero, Camilo G. Sada, Marcelo Margáin Berlanga, Margarita quintanilla Reyes Retana, María Antonia Fernández Orozco, María Teresa Chavero Blázquez, Miguel G. Arce, Miguel Garza Alcalde, Octaviano Longoria, Octavio L. Rocha, Rafael Álvarez Santana, Rafael Roberto Páez, René Velázquez López, Ricardo Margáin Zozaya, Roberto Canavatti E., Roberto Zambrano, Roberto F. Barrera, Rogelio Sada Zambrano, Salvador Plancarte M., Sergio Francisco de la Garza González, Teresa Velásquez García, William L. Kane y Alfonso Garza Garza. 143. AHUDEM, Garza García, Consejo Ejecutivo, Actas, 1977-1978, Acta número 1, Junta del Consejo Ejecutivo de la UDEM, 31 de octubre de 1977. 144. AHUDEM, Garza García, Actas del Consejo Ejecutivo, 1977-1978, “Reglamento General de Alumnos”, Monterrey, 1 de febrero de 1978. 145. AHUDEM, Garza García, Consejo Ejecutivo, 1977-1978, Informe de rector de la UDEM ante el Consejo Ejecutivo, Monterrey, 19. 146. AHUDEM, Garza García, Actas del Consejo Ejecutivo, 1979, Junta número 12, Informe de rectoría, creación de una nueva vicerrectoría, Monterrey, 7 de marzo de 1979. Su primer titular fue Carlos H. García y su segundo fue Benito Estrada, a partir de enero de 1980. Véase Foro, número 81, Monterrey, UDEM, 1 de febrero de 1980. 147. AHUDEM, Garza García, Actas del Consejo Ejecutivo, 1977-1978, “Reglamento de Ayudas Financieras”, Monterrey, 15 de marzo de 1978.

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148. AHUDEM, Garza García, Actas del Consejo Ejecutivo, 1979, “Informe del rector sobre la situación de la UDEM, ante el Consejo Ejecutivo”, Monterrey, febrero de 1979.

154. AHUDEM, Garza García, FESAC, Consejo ejecutivo, Actas, 1977-1978, Junta número 4 del Consejo Ejecutivo, Monterrey, 1 de marzo de 1978.

149. Ibid. Las instituciones, empresas y asociaciones tanto de carácter privado como público, que habían establecido un acuerdo formal con la UDEM (existían otras que lo hacían pero sin llegar a una formalidad con la institución), en 1979, para otorgar becas a sus empleados eran: Acción Social Regiomontana, A.C.; Artículos Metálicos de Cadereyta, S.A.; Asesorías Tecnológicas administrativas, S.A.; Baños Cocinas y Mosaicos, S.A.; Cervecería Cuauhtémoc, S.A.; Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); Estuches finos de Monterrey, S.A.; Fibras Químicas, S.A.; Fundidora Monterrey, S.A.; Fundación Martínez Sada; Grupo Industrial Alfa; Grupo Cydsa; Hylsa, S.A.; Industrias Monterrey, S.A.; Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; Laminados y troquelados Monterrey, S.A.; Manufacturas Metálicas Monterrey, S.A.; Nova de Monterrey; Nylon de México, S.A.; Pinturas Digo, S.A.; Pigmentos y Óxidos, S.A.; Protexa, S.A.; Servicios Visa, S.A.; Servicios Administrativos Técnicos A.P. y Troqueles y Esmaltes, S.A.

155. AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas del Consejo de Directores y asamblea General, números 50 al 77, 1975-1977, Vol. II, Acta número 73 del Consejo de Directores, Monterrey, 11 de agosto de 1977.

150. AHUDEM, Garza García, FESAC, Consejo Ejecutivo, Actas, 1977-1978, Monterrey, noviembre de 1978. 151. Ibid. 152. Ibid. 153. AHUDEM, Garza García, FESAC, Consejo Ejecutivo, Actas, 1979, Monterrey, marzo de 1978.

156. AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas del Consejo de Directores y Asamblea General, números 50 al 77, Vol. II, Acta número 75 del Consejo de Directores, Monterrey, octubre de 1977. 157. AHUDEM, Garza García, FESAC, Actas del Consejo de Directores, números 50-7, 19751977, Vol. II, Acta número 74 del Consejo de Directores, acuerdo número 4, Monterrey, 20 de septiembre de 1977. 158. AHUDEM, Garza García, Consejo Ejecutivo, Actas, 1977-1978, el rector dejó constancia posterior, del apoyo recibido de Alejandro Belden Azcárraga y Baudelio Castillo Flores. 159. Véase, AGENL, Monterrey, el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Nuevo León, Tomo CXV, número 54, Acuerdo número 6, “Del titular del Ejecutivo del Estado de Nuevo León sobre modificaciones a la resolución que creó a la Universidad de Monterrey”, Monterrey 5 de mayo de 1978: 3-4. 160. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977,13ª Acta, Informe de rectoría, Monterrey, 6 de noviembre de 1974.

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161. Ibid. 162. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, 28ª Acta, 6 de mayo de 1976:102. 163. AHUDEM, Garza García, notiUDEM, Monterrey, septiembre de 1978. 164. AHUDEM, garza García, Consejo de directores, Actas, 1974-1977, 18ª Acta, Informe de actividades de rectoría, Monterrey, 7 de mayo de 1975: 49 165. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Atas, 1974-1977, 18ª Acta del Consejo, Informe de actividades de rectoría, Monterrey, 7 de mayo de 1975: 35, 49-50. 166. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, Acta número 13, Monterrey, 6 de noviembre de 1974: 17. Los estudiantes terminaban ese año sus estudios pero todavía no se titulaban. En el caso del alumno de medicina, cursaba su año de Preinternado en el IMSS. Los años siguientes, los alumnos graduados siguieron cosechando reconocimientos nacionales. En 1979, el colegio de abogados de Monterrey, A.C., y el Colegio de Abogados de Nuevo León, entregaron sendas preseas a alumnos de Derecho de la UDEM. El alumno Mentor Tijerina Martínez, recibió la medalla Dr. Ignacio Burgoa Orihuela, entregada por el propio cons-titucionalista, como el alumno más destacado, y Carlos Jiménez Barrera por su tesis “Aspectos fiscales en la fusión de sociedades por absorción de un S.A.”, se hizo acreedor de la presea Santiago Roel Melo. Véase AHUDEM, Garza García, notiUDEM, Monterrey, UDEM, 29 de agosto de 1979.

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167. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, 18ª Acta del Consejo de Directores, “Informe de actividades de rectoría”, Monterrey, 7 de mayo de 1975: 48. 168. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, 28ª Acta del Consejo de Directores, “Informe de actividades de rectoría”, Monterrey, 6 de mayo de 1976: 103. 169. AHUDEM, Garza García, Consejo Ejecutivo, Actas, 1979, “Informe de rectoría”, Acta número 11, Monterrey, febrero de 1979. Esta última maestría era presentada como un “moderno sistema modular de enseñanza, a fin de fomentar profesionistas con mayor capacidad para actuar como agentes de cambio en el desarrollo de las organizaciones”. También era el primero que se aplicaba en un país latinoamericano como programa a nivel maestría, y la primera que ofrece una universidad fuera de los Estados Unidos. De hecho, fue por mucho tiempo la única en Latinoamérica. 170. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, 1973, Informe del rector al Consejo de Directores, Monterrey, noviembre de 1973. La clínica se encontraba en las calles de Sendero sur y 1 de Enero de la colonia Sierra Ventana y proporcionaba auxilio médico a los habitantes del sector. 171. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, Informe del Rector, Monterrey, mayo de 1977. Véase también Consejo Ejecutivo, Actas, 1979, Informe del rector, “Celebración del segundo año de la Clínica de Epilepsia”, Monterrey, 7 de marzo

Monterrey: origen y destino

de 1979. Esta clínica consultaba y estudiaba casos de epilepsia en niños y adultos y dotación de medicamentos. Tenía también el objetivo de ayudar y orientar a padres y profesores de educación básica y media para hacer frente a esta enfermedad. Para septiembre de 1979, la clínica otorgaba 120 consultas mensuales, y tenía el historial de 308 pacientes que acudían con regularidad al tratamiento. La mayoría de los pacientes oscilaban entre uno y veinte años de edad. Esta clínica que abría por la mañana de lunes a viernes, se encontraba a un costado de la División de Ciencias de la Salud, en la calle Prolongación Washington 2810, poniente, en Monterrey. El coordinador de la clínica era Raúl Calderón y tenía un apoyo especial del capítulo Mexicano de la Liga Internacional contra la Epilepsia, dirigido por Eduardo San Esteban Sosa. La clínica elaboró y presentó, en 1979, un documental basado en sus propias experiencias, sobre las causas, síntomas y el tratamiento adecuado a este padecimiento. Véase “Foro”, número 77, Monterrey, 15 de septiembre de 1979. 172. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, Monterrey, 3 de diciembre de 1975:86 173. AHUDEM, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, 31ª Acta del Consejo de directores, Informe del rector, 4 de agosto de 1976: 114. 174. AHUDEM, Garza García, Consejo de Directores, Actas, 1974-1977, Monterrey, 3 de diciembre de 1975:86. 175. AHUDEM, Consejo de directores, Actas, 1974-1977, Informe de rectoría, 3 de diciembre de 1975: 87. Este fue el caso de Michael A. Swind, profesor visitante en la carrera de derecho.

176. AHUDEM, Garza García, “Foro”, número 77, Monterrey, UDEM, 15 de septiembre de 1979. Ese año se donaron casi dos mil libros a la biblioteca, destacando la donación realizada por el Instituto de Estudios Sociales de Monterrey, A.C. El donativo se hizo por conducto de don Antonio L. Rodríguez, director de la institución donadora y primer presidente de la FESAC y de la UDEM. 177. Idem: 81-82. 178. AHUDEM, Garza García, Consejo Ejecutivo Actas, 1979. Acta número 14, Monterrey, 9 de mayo de 1979. El terreno consistía en 35 hectáreas ubicada a 850 metros al poniente de la Plaza Central de Garza García, N. L. y tenía (y tiene actualmente) como al norte del Río Santa Catarina, al sur la Sierra Madre, al oriente los campos deportivos del DIF y al poniente el municipio de Santa Catarina. Véase también Informe Anual 1979, UDEM, mayo, 1980. 179. AHUDEM, Garza García, Informe Anual 1979, UDEM, mayo, 1980: 15. 180. Ibid, Acta número 16, “Informe sobre la construcción del campus universitario”, Monterrey, 29 de agosto de 1979. El presidente de esta Asociación que antes de su formalización se le llamó “Dinámica Educativa” fue Dionisio Garza Sada, y los consejeros invitados fueron: Gilberto Lozano, Humberto Álvarez Haces, Francisco Garza González, Ricardo Margáin Zozaya y Camilo G. Sada. 181. Ibid. Acta número 16, “Informe del comité de festejos para la celebración del décimo aniversario”, Monterrey, 29 de agosto de 1979.

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182. Idem. Acta número 17, Personal docente y administrativo con diez años de antigüedad en la UDEM”, Monterrey, 24 de septiembre de 1979. 183. Ésta y la siguiente información sobre la Universidad Regiomontana se basa en: http:// www.ur.mx/ 184. http://www.arteac.edu.mx/

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Monterrey, una ciudad internacional (1910-1980)

P. 323 “Facultad de Odontología” poner el crédito a Melissa Villarreal. P. 325 “Hospital Infantil” poner el crédito a Melissa Villarreal. P. 333 “Edificio de Ciencias Médica” poner el crédito a Citlally Hernández. P. 334 “Consulta Externa” poner el crédito a Citlally Hernández.

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Monterrey: origen y destino

Directorio Idea y Proyecto Adalberto Madero Quiroga Coordinación General José Antonio Olvera Coordinación Ejecutiva Eduardo Cázares Coordinación Editorial Ernesto Castillo

Agradecimientos: Archivo General del Estado de Nuevo León, Archivo Municipal de Monterrey, Museo de Historia Mexicana, Biblioteca Central Fray Servando Teresa de Mier, Fototeca del Estado de Nuevo León, Biblioteca Cervantina del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Capilla Alfonsina de la UANL, Museo de las Armas Nacionales de Lampazos, N.L.

Coordinación de Diseño Mónica Arroyo Diseño Gráfico Wendolyne Alemán Belinda Wong Imagen Melissa Villarreal Fotográfos Eric Lara Jesús Escandón Diana Salazar Brenda Sánchez Jessica Jaramillo Tere González Correctores de estilo Abel Garza Ana Narváez Luis Enrique Gómez Rodrigo Navarro José Ángel Anguiano Teresa Villarreal 503

Esta obra se terminó de imprimir en septiembre de 2009, en los talleres de Imprenta Plata Monterrey, Nuevo León. Se tiraron 1000 ejemplares más sobrantes para reposición.

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