Monedas II República y guerra civil

September 26, 2017 | Autor: Javier Ovelleiro | Categoría: Monedas En Contexto
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Descripción

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Monedas durante la II república y la guerra civil española

Javier Ovelleiro

1931 - 1939 Un poco de historia española y guía para coleccionistas con fotografías de las falsificaciones existentes.

A modo de introducción... El haber nacido en un pequeño pueblo de la Tierra de Campos (Santervás de Campos, para más señas) me da un aire de cierta cercanía a los años que cubre esta exposición. Sí, no soy tan viejo, pero durante toda la infancia oíamos en el pueblo historias, más o menos fidedignas, de lo que ocurrió durante esos años y esos sucesos pasados, o el cómo los recordaban los mayores, tuvieron importancia en las relaciones de los habitantes de los pequeños pueblos hasta muchos años después. Como no pretendía recordar la historia “con mayúsculas” de esos años, quise hacerlo desde una perspectiva del ciudadano normal de la época. Y el material de que dispongo son las monedas fraccionarias que circularon durante esos años, los “dineritos” que, con suerte, podía tener en su bolsillo el ciudadano de la calle. La escasa emisión que tuvieron estas monedas, en general, ha llevado a que alcancen un considerable valor entre los coleccionistas y, también, a que proliferen las falsificaciones de ellas. Este hecho me ha sugerido la idea de añadir a este escrito una colección de fotografías de falsificaciones con las indicaciones para que puedan ser reconocidas, incluso sin la necesidad de tener la moneda delante. Espero que resulte interesante.

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ÍNDICE Situación de la masa monetaria en circulación hasta 1936 Un poco de historia Problemas por la escasez de monedas fraccionarias Un caso especial: cartones-moneda Monedas en circulación en el territorio español a partir de 1936 Monedas del Banco de España de Burgos Monedas del Banco de España de Madrid Monedas en circulación en algunas zonas del territorio español y emisiones locales Monedas emitidas en la zona republicana: Territorios aislados Monedas en la zona republicana: Emisiones locales Monedas emitidas en la zona nacional Monedas pobres Otros materiales Otras monedas obsidionales Colectividades Industrias colectivizadas Sindicatos Cooperativas Unió de Cooperadors Monedas con resellos políticos Monedas apócrifas Peso y medida de las emisiones locales -3-

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Guía para coleccionistas Marchena Ayuntamiento de Arahal Ajuntament de L`Ametlla del Vallés Ajuntament D`Olot Puebla de Cazalla Ajuntament de Nulles Concejo Municipal de Ibi Cazalla de la Sierra Lora del Río Consell Municipal D´Arenys de Mar Consell Municipal de Segarra de Gaià Gratallops ¿Monedas sevillanas en cobre? Apéndices: Fichas dinerarias realizadas con los mismos cuños de alguna de las monedas locales.

Bibliografía Agradecimientos

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Situación de la masa monetaria en circulación hasta 1936 Antes de comenzar la guerra, el conjunto de monedas que circulaban por España estaba compuesto por monedas de cobre y níquel con valores de 1, 2, 5, 10 y 25 céntimos y por monedas de plata de 0.50, 1, 2, y 5 pesetas. Circulaban también billetes de valores superiores a 25 pesetas, ya que la legislación vigente prohibía poner en circulación papel moneda de valor inferior. El Banco de España emitía y avalaba estos billetes estando respaldados por una cobertura en oro que tenía en depósito. Eran cheques al portador del Banco de España con funciones similares a la moneda metálica del Ministerio de Hacienda. Las monedas de plata gozaban del carácter legal que les otorgaba el Estado y del valor intrínseco del peso del metal del cospel sobre el que habían sido acuñadas. A excepción de algunas monedas de 25 céntimos, la de 50 céntimos de 1926 y una peseta de 1933, las monedas que había en circulación llevaban las efigies de Alfonso XII y Alfonso XIII. Última moneda de peseta acuñada en plata. Durante la guerra civil ya no se utilizaría más este metal para la acuñación sino monedas fiduciarias. Aparece Hispania sentada sobre un pedestal con una rama de olivo. Algunos autores la interpretan como una alegoría de la República.

Nada más comenzar la Guerra Civil el precio de la plata dejó de ser estable y creció la inflación de papel moneda. El hecho de que el valor del metal fuera superior al valor nominal de la moneda, motivó que las monedas de peseta perdiesen su función de moneda fraccionaria, a la vez que rápidamente se dio una acumulación de monedas en manos privadas que causó una escasez de moneda fraccionaria en la calle. Para paliar esta deficiencia de monedas que dificultaba el comercio del día a día se experimentaron múltiples formas: vales al portador, pago con sellos de -5-

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correos, emisión de billetes de bajo valor nominal, certificados de plata en papel moneda, etc… incluso multitud de establecimientos, cooperativas, sindicatos y cafés acuñaron su “moneda” propia que sólo era válida en el propio establecimiento. El hacer un recuento de todas las modalidades de pago que existieron y presentar los distintos tipos de acuñaciones se haría interminable. Por lo cual nos limitare-mos a las acuña-ciones de los organismos oficiales de ambos bandos contingentes o aquellas monedas que tuvieron aceptación más allá de los establecimientos que las mandaron acuñar.

Un poco de historia Tras el fracaso de la sublevación del 17 de julio de 1936 en Marruecos, las ideas de los sublevados se extendieron con distinta suerte por el territorio español quedando España dividida en dos zonas enfrentadas. Una controlada por el gobierno de la República desde Madrid y otra dominada por los militares sublevados que crearon la Junta de Defensa Nacional en Burgos el 24 de julio y nombraron a Franco como jefe de gobierno del Estado Español. La Junta creó un Banco de España en Burgos el 4 de septiembre de 1936, paralelo al Banco de España de Madrid controlado por los republicanos. Ambos bancos negaron la validez del contrario y, de esta forma, se -6-

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materializó la separación física de las dos pesetas enfrentadas, que también se produjo a nivel internacional. Los alemanes e italianos reconocían la peseta de Burgos, mientras que las demás naciones reconocían a la de Madrid.

Problemas por la escasez de monedas fraccionarias A pesar de que había diferencias entre estas dos pesetas enfrentadas, ambas tenían los mismos problemas estructurales heredados: las monedas fraccionarias de 0,50, 1 y 2 pesetas eran de plata y no había con qué sustituirlas si eran acaparadas por los particulares (debido a ser las únicas monedas consideradas válidas en ambos territorios) o desmonetizadas para aprovechar el valor del metal por ser superior al valor nominal. Los primeros en notar el problema fueron los pequeños comerciantes, las cooperativas y las colectividades revolucionarias, que no podían devolver cambio, por lo que empezaron a entregar mercancías como cerillas o tabaco en lugar de monedas. Más tarde, muchos de estos establecimientos sustituyeron este sistema editando vales y bonos. Algunos de ellos incluso emitieron sus propios “vales metálicos” en forma de monedas que sólo eran válidas en su establecimiento. Poco tiempo después también tomaron la iniciativa algunos ayuntamientos en ambos territorios. La mayoría de gobiernos municipales que acuñaron monedas estaban situados en la zona republicana, aunque existen varios ejemplos de monedas locales dentro de la Tanto en los billetes como en las monedas, cada uno zona controlada por de los bandos enfrentados utilizó una simbología que los sublevados. resaltase los valores que defendían. Contemporáneos de estas emisiones citadas, también hubo ensayos revolucionarios de vales cuya intención era acabar con la peseta y el sistema monetario de intercambios; pero estas emisiones fueron escasas. En un apartado especial deberíamos citar las monedas mandadas acuñar por los gobiernos regionales: tanto en la zona norte de la península donde, debido al pronto aislamiento respecto de Madrid que lograron las tropas nacionales, emitieron monedas el Consejo de Asturias y León, el Consejo -7-

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de Santander, Palencia y Burgos y el Gobierno de Euzkadi; así como la Mancomunidad de Menorca que estaba geográficamente también aislada. La primera respuesta de ambos gobiernos contra la carencia de moneda fraccionaria fue perseguir legalmente a los acaparadores y, un año después, emitir la moneda necesaria con unas características distintas a la peseta nacida en 1868. Burgos puso en circulación una pieza de 25 céntimos de níquel en abril de 1938. El estado republicano, en marzo de 1937, previó la emisión de monedas para sustituir a las de plata; pero esta medida tardó demasiado en cumplirse porque se vio obligado a trasladar los talleres de la fábrica de la Moneda a Valencia. Al final fue en una fábrica situada en Castellón donde se acuñó la peseta de latón con la efigie de la República.

Un caso especial: cartones-moneda Ninguna de las medidas tomadas por la república contempló una solución efectiva para los valores por debajo de los 50 céntimos que padecieron una crisis de circulación en 1938. Para resolver “provisionalmente” este problema, el gobierno dio permiso de circulación con carácter transitorio a unos cartoncitos circulares que llevaban impreso en el reverso el escudo constitucional y pegado en el anverso sellos de correo o timbres móviles de distintos valores Sello moneda con la efigie de Pablo Iglesias. inferiores a 50 céntimos que cada ciudadano adquiría y pegaba a los cartoncitos a su libre albedrío. Esta solución temporal del problema ya había sido utilizada en otros países europeos entre los años 1915 y 1920. Esta autorización transitoria del Ministerio de Hacienda preveía que, tan pronto fuesen puestas en circulación las monedas fraccionarias previstas en el decreto de diciembre de 1937, el Ministerio de Hacienda procedería a la retirada de estos “sellos moneda”. Dicha acuñación de monedas fraccionarias nunca llegó a realizarse por cuestiones bélicas y los cartonesmoneda siguieron circulando hasta el final de la guerra cuando fueron ilegalizados por los vencedores. -8-

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Monedas en circulación en el territorio español a partir de 1936 Moneda del Banco de España de Burgos Ya antes comentamos que la única moneda que emitió el Gobierno de Burgos fue la de 25 céntimos de níquel. De esta moneda se fabricaron en Austria 42.000.000 de unidades. Fabricada con un diámetro de 25 mm. y un peso de 7 gr. con orificio central, copiaba el modelo de 25 cts. emitido durante la dictadura de Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII en 1927.

Monedas del Banco de España de Madrid Ya en 1934 la II República había utilizado este mismo modelo representando los símbolos que mejor representaban sus ideales: La república con un ramo de olivo en el anverso y motivos representando el trabajo en el reverso. Tanto el material como la forma y el peso son similares a la anterior. Con una forma similar, pero reduciendo el tamaño del diámetro a 22 mm. y el peso a 4,90 gr., manda acuñar la República en 1938 a la fábrica de Castellón otra moneda de 25 cts., esta vez la emisión será realizada en cobre. -9-

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Siguiendo con su simbología tradicional se representará en el anverso un libro de ciencia que, con su fuerza, rompe unas cadenas que se cruzan. En el reverso vuelve a repetirse el motivo de la espiga de trigo. El gobierno de Madrid mandó acuñar en hierro dos monedas con valores inferiores a los antes citados: Ya en 1937 se mandaron acuñar 10.000.000 de piezas de monedas de 5 Cts. representando a la República en forma de busto de mujer con gorro frigio (símbolo revolucionario). En el reverso se vuelve a reproducir el motivo de las espigas de trigo enmarcando el valor facial de la moneda. Estas monedas tienen un peso de 3,80 gr. y su diámetro es de 20 mm. De estas monedas existen dos variantes que se diferencian por el tamaño del relieve. En una es tan grande que el relieve llega a ocupar casi la moneda por completo dejando apenas un fino círculo a su alrededor, mientras que en las llamadas “busto pequeño” este borde que rodea la moneda es claramente más ancho. En 1938 el gobierno prepara una edición de monedas en hierro de 10 céntimos con un peso de 3.75 gr. y un diámetro de 20 mm. en el que se ve el escudo de España con la corona mural. Muchos autores consideran que - 10 J. Ovelleiro

la emisión consistió entre 100 y1000 ejemplares, por lo que es una pieza rarísima y alcanza muy alto valor en el mercado de los coleccionistas. Datos como que se empiezan a ver estas monedas a partir de 1980 en público, su novedoso diseño para la época y la inexistencia de documentos de la época sobre la acuñación de esta moneda, hacen que muchos coleccionistas la consideren inexistente. Desde luego nadie la recuerda como moneda circulante. Por último, además de las monedas de peseta de plata y la rubia (primer moneda de peseta fiduciaria en España, es decir, ya no residía el valor en el mismo metal en que estaba acuñada, sino en un valor dado por decreto del gobierno) que ya hemos citado anteriormente, en estos años estaban en circulación las monedas de 50 céntimos con un peso de 6 gr. y un diámetro de 23 mm. de cobre, con la misma figura de la república que en las monedas de peseta y el reverso con el valor facial rodeado con una orla de puntos o de cuadraditos. A causa de la escasez de recursos, a partir de 1937 se siguen emitiendo estas monedas aprovechando los antiguos troqueles con que se acuñan en distintos lugares, esto conlleva que haya ejemplares con las estrellas anepígrafas e incluso sin estrellas. Por la combinación de los dos tipos de reverso antes citados y los cuatro variantes de anverso (con estrellas anepígrafas, con las cifras 34 y 36 en su interior y monedas que no tienen estrellas acuñadas), de estas monedas se podrían encontrar teóricamente 8 variantes, sin embargo yo no he visto nunca más de 6, faltando las monedas sin estrellas con puntos y la estrella del 34 con cuadraditos en el reverso. - 11 J. Ovelleiro

Una variante de esta moneda, sería las que se realizaron aprovechando el latón sobrante de acuñar las monedas de peseta, las rubias. Este es el motivo de que también existan monedas anepígrafas idénticas a las de cobre pero realizadas en latón. Su diámetro es 23 mm. como las otras, pero su peso es de 6,08 gr. debido a estar acuñadas en un cospel ligeramente más grueso que las de cobre.

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Monedas en circulación en algunas zonas del territorio español y emisiones locales. Monedas emitidas en la zona republicana: Los territorios aislados. Comencemos por las monedas que tuvieron validez en un espacio más allá de un sólo municipio ya que fueron emitidas con un consejo que agrupaba a varios dentro de un mismo territorio.

Ya en 1936 quedó la zona norte separada del gobierno central por las fuerzas nacionales y enseguida se hizo notar la falta de moneda al no poder reponerla con las emisiones de Madrid. Esto llevó a que los y gobiernos regionales emprendiera pronto la emisión de moneda propia. El departamento de Hacienda del Gobierno de Euzkadi aprueba en febrero de 1937 la emisión de monedas de níquel de una y dos pesetas que fueron acuñadas en Bélgica. Estas monedas mostraban en el anverso a una matrona con gorro frigio, flanqueada por la leyenda “Gobierno de Euzkadi”. En este mismo decreto, en el artículo 3, se especificaba que “Estas monedas quedan equiparadas a las monedas oficiales para todos los efectos, serán de curso forzoso en el territorio sobre el cual ejerce su autoridad el Gobierno de Euzkadi y tendrán fuerza liberatoria en toda clase de pagos.” Debido a la gran calidad de la emisión y a la abundancia de estas monedas, no se conocen copias o falsificaciones de estas monedas, dependiendo su precio en el mercado únicamente del grado de conservación. - 13 -

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El avance de las tropas de Franco dejó aislados los Consejos Regionales del norte y a Menorca que, al no recibir moneda de Madrid o Castellón, decidieron acuñarla por su cuenta bien a su nombre o al de la República. Tal es el caso del Consejo de Asturias y León, que echó mano a fábricas de Gijón y Guernica para la acuñación, o del Consejo de Santander, Palencia y Burgos que recurrió a las fundiciones de Bilbao. Una vez delimitados los territorios de España de los sublevados y los defensores de la aun existente república, el norte de Palencia, así como una franja de territorio del norte de Burgos, quedó en la que pronto se llamó zona roja y el resto de las provincias quedó en la que se llamó zona nacional. Estos territorios, en unión de la provincia de Santander, formaron un gobierno regional. El día 8 de febrero de 1937 se levantó acta de constitución del Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos, verdadero órgano de autogobierno regional presidido por el delegado de gobierno, Juan Ruiz Olazarán. Este consejo asumió las atribuciones del gobierno de forma provisional y llegó a emitir moneda en nombre de la república. De estas monedas existen algunos muy raros ejemplares de prueba de la peseta en cobre con un cospel doblemente más grueso que las monedas normales. Igual a las anteriores, de estas monedas no se conocen falsificaciones. Sin embargo sí que existen variantes en las monedas de 50 céntimos. De hecho debieron existir hasta tres cuños distintos de cada una de las dos caras. - 14 -

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Los dos tipos de reverso ya son conocidos por todos los coleccionistas debido a que uno de ellos lleva las siglas del ensayador PJR debajo de las letras CTS (se pueden distinguir dos tipos, en los cuales uno tiene la letra J poco acuñada y las letras son más finas). En esta misma cara, la leyenda “por la independencia” exalta los ideales que defendía este consejo. Entre los tres anversos se distinguen bastantes diferencias si se observan con paciencia estas dos monedas, pero las diferencia más notable y fácil de distinguir es la colocación de las ventanas respecto a los pilares en los edificios de las fábricas representadas.

También se pueden observar notables diferencias entre las nubes de humo de cada una de las monedas, así como un depósito de agua entre las chimeneas, a veces muy poco acuñado.

Como al parecer fueron utilizados estos cuños de forma indistinta, se forman seis variantes de esta moneda por la combinación de los distintos anversos y reversos. También existen monedas con diverso número de roturas de cuño, pero eso lo consideraremos simplemente errores producidos durante la acuñación. El Consejo Soberano de Asturias y León fue una institución política soberana e independiente proclamada en Gijón el 25 de agosto de 1937 bajo el trasfondo de la Guerra Civil. Los avances de las tropas del general Franco en el frente norte tomando Santander, llevaron a las autoridades republicanas en Asturias a declarar soberano e independiente de la República Española al Consejo Interprovincial de Asturias y León con intención de volver a integrarse - 15 -

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en ella "a la vista de los acontecimientos favorables que se produzcan en el curso de la guerra". La situación de aislamiento del frente del norte, a 200 kilómetros en línea recta de las posiciones republicanas más próximas, con la subsiguiente escasez de abastecimientos, al mismo tiempo que en Asturias se había vivido una especie de revolución de carácter socialista con tintes libertarios como consecuencia de la gran implantación que tenían la UGT y la CNT, propició que poderes locales asumieran funciones que eran competencia del Gobierno de la República, como el mando de las milicias o la acuñación de monedas.

El 24 de agosto se firma el decreto que establece la soberanía de los territorios administrados por el Consejo Interprovincial de Asturias y León pasando a ser entonces el Consejo Soberano de Asturias y León. El 26 de agosto saldrá publicado en la prensa dicho decreto. El Consejo emitió también billetes divisionarios al no existir moneda suficiente debido al aislamiento en el que se encontraba Asturias. Estos billetes fueron conocidos popularmente como belarminos “en honor” de Belarmino Tomás Álvarez que, aunque nació en Aguilar de Campos (Valladolid), era el presidente del Consejo en ese momento. Para solucionar el problema de la carencia de moneda fraccionaria, de una forma más “ordenada”, el Consejo decidió la fabricación de moneda metálica, de 50 céntimos, 1 y 2 pesetas, y posteriormente, ante la dificultad de lograr el metal y el alto coste del mismo, decidió, además, la emisión de moneda de papel. Para lograr la emisión de estas monedas se necesitaba, por un lado, reunir la cantidad necesaria de metal para la fundición. Esto se logró, entre otras formas, a base de incautar campanas de las iglesias. Por otro lado se necesitaban unos talleres capaces de realizar esta operación y un buen grabador para realizar la obra. Ambas cosas las encontraron en el - 16 -

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País Vasco eligiendo como artista al grabador de Eibar Mateo Coreaga y para realizar los trabajos de acuñación unos talleres en Guernica. Posteriormente, debido a la pérdida de Bilbao ante las tropas rebeldes, la acuñación de estas monedas debió trasladarse a Asturias y se eligió como emplazamiento la localidad de Avilés. Ya en esta ciudad además de continuar acuñando con los materiales traídos de Guernica, se procedió a realizar nuevos cuños de la moneda de 2 pesetas. Esta nueva moneda guarda ciertas diferencias con la acuñada anteriormente siendo una auténtica variante de cuño con respecto a la emitida en el País Vasco. Ponemos en esta página dos de las monedas que Sánchez de Arza las pone como ejemplos de las diferentes cecas. Como de las monedas anteriores, de estas tampoco se conocen falsificaciones. Sin embargo se habla de un gran número de variantes de la moneda de 2 pesetas con respecto a la forma que toman los arbustos y la rueda dentada de la parte inferior izquierda del anverso. Algunos coleccionistas definen hasta 10 variantes de esta moneda o incluso más si se miran con mucho detalle. Personalmente calificaría muchas de esas variantes como simples errores por cuestiones técnicas debido al desgaste de los cuños y a diferencias de presión en el golpe sobre ellos. Intentando verificar esta afirmación, me basé en el escrito publicado en la revista Numisma de Vicente Sánchez de Arza titulado “Estudio, desarrollo y legitimación numismática del Consejo de Asturias y León” por parecerme una fuente bien informada. La primera afirmación que me pareció útil para la investigación es que “las monedas fueron realizadas en series de a cuatro por golpe de prensa sobre el cospel”. En otro punto se afirma que primero fueron acuñadas en Guernica y después, una vez realizados nuevos cuños de esta moneda, se acuñaron en Avilés. Tomando las dos consideraciones en cuenta se deduce que existieron ocho cuños diferentes, que serían las auténticas ocho variantes. La siguiente información de este autor que me interesó, ya que buscaba diferencias claras entre los elementos de las monedas, fue el dato de que el - 17 J. Ovelleiro

número de perlas de la gráfila variaba en las diferentes variantes de esta moneda. Esta característica me daría datos fidedignos de que eran auténticas variantes. Debido a la facilidad que hoy en día no ofrece Internet y los ordenadores pude reunir gran número de fotografías de esta moneda y trabajar con precisión en el ordenador en el recuento de perlas en muchos ejemplares. Lo primero que comprobé es que existen monedas de cinco tipos respecto al número de perlas en la gráfila: 104, 105, 108, 109 y 111 perlas. Después de haber contado las perlas de muchas monedas y no haber encontrado más que ejemplares de estos tipo, he de deducir que la información que nos da este autor de que también existen ejemplares con 103 perlas no citar las de 108 (que son muy abundantes), es errónea. Bien por causa de un error de imprenta u otras causas. Siguiendo con la premisa de que debería haber ocho tipos, la lógica que se imponía era que hubiese varios tipos que tuvieran el mismo número de perlas. Puesto a buscar algunas diferencias claras (elementos diferentes) entre las monedas del mismo número de perlas, creo que he encontrado auténticos elementos diferenciadores en el grupo de 108 y 111. El primero puede dividirse en tres grupos dependiendo de la forma de las hojas del ramo y el segundo en dos grupos basándome en la cercanía de las hojas a la E de ESPAÑA y un fragmento del tercer radio de la rueda que se deja ver en uno de los modelos. Cierto es que dentro de cada uno de estos grupos existen variaciones de acuñación e incluso algunas diferencias en pequeños rasgos de los elementos que componen la moneda, pero, para mí, estas diferencias no son prueba de que procedan de cuños diferentes, solamente se deberían considerar errores generados durante la producción de las monedas o, como mucho, retoques de los cuños que se iban desgastado. Esa es la premisa que he seguido para hacer la clasificación de esta moneda que viene en las páginas siguientes.

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Tipo 1

Tipo 2

104 perlas en gráfila

105 perlas en gráfila

HOJAS INTERIORES EN

HOJAS EXTERIORES DEL CENTRO EN ESPIGA .

ESPIGA

Tipo 3

Tipo 4

108 perlas en gráfila

108 perlas en gráfila

HOJAS INTERIORES CAÍDAS. U NA HACIA ABAJO.

HOJAS CON ACUÑACIÓN FLOJA. DIVERSOS GRADOS .

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Tipo 5

Tipo 6

108 perlas en gráfila

109 perlas en gráfila

HOJAS CON

HOJAS EXTERIORES CENTRO EN ESPIGA .

ACUÑACIÓN FUERTE .

Tipo 7

Tipo 8

111 perlas en gráfila E DE ESPAÑA NO

111 perlas en gráfila E DE ESPAÑA TAPADA Y

TAPADA Y RADIO ENTRE LAS HOJAS .

SIN RADIO ENTRE LAS HOJAS .

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Menorca fue la única de las Islas Baleares en manos de la República. Como el estado republicano no garantizaba el suministro de moneda, otras instituciones, o los ciudadanos a título individual, cubrieron el vacío. La alternativa más sencilla fue el trueque de mercancías que facilitó los intercambios básicos entre particulares. Así, productos como el azúcar, el alcohol o el tabaco se utilizaron como unidad de cambio. También algunos municipios recurrieron al trueque. Pero el trueque sólo era un recurso provisional y pronto surgieron otras alternativas. Los primeros en promover una moneda que remplazara a la estatal fueron los comerciantes. Antoni Turró cataloga en su libro “Les emissions monetàries oficials de la Guerra Civil” una moneda de peseta de bronce (22 mm y 3,60 gr) emitida en la localidad de Ciudadela, de la cual también existen fichas que comparten cuño con ella. Esta moneda debió emitirse previamente a la serie de los Consejos Municipales y ser anulada y recogida cuando estas monedas salieron a circulación. Por último, los ayuntamientos bajo el nombre de Consejos Municipales de Menorca emitieron moneda metálica en 1937 a nombre de la república. En Menorca se fabricaron cinco piezas de latón cuyos valores iban desde los 5 céntimos hasta las 2,50 pesetas. - 21 -

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Aunque sólo se emitieron monedas en 5 valores distintos, existen variantes en el reverso de las monedas de 5 (con 5 y 6 frutos) y 25 céntimos (con 6 y 7 frutos) que se diferencian claramente en el número de aceitunas que llevan en la rama de olivo que enmarca el valor nominal. También existen dos tipos de anverso de las monedas de 5 cts, pero el segundo cuño solo se utilizó con uno de los reversos. Por ese motivo, para aquellos coleccionistas que desean poseer todas las variantes, esta colección consta de 8 monedas diferentes. Claro, eso sin tener en cuenta que existen varias de estas monedas incusas. Eso lo calificaremos como errores. Dentro de la zona republicana también hubo municipios que emitieron monedas que fueron válidas solamente dentro de su demarcación territorial. Al ser generalmente emisiones de muy poca tirada, a la vez que debido a las circunstancias marcadas por la situación bélica de los frentes, ha hecho que de estas monedas no se conserven demasiadas. Esta circunstancia ha llevado a que esas monedas se coticen a un alto precios entre los coleccionistas y, por lo tanto, ha llevado a que existan gran número de falsificaciones y copias de las mismas. Favorecidos también porque estas emisiones se realizaron con unos medios técnicos precarios y de una relativa facilidad para poseerlos hoy en día, se pueden encontrar copias de todas las monedas de esta época. Estas copias, en muchos casos, son muy difíciles de identificar debido a que el peso, el tamaño y los materiales son idénticos a las originales y sólo pueden ser reconocidas tras una muy intensa observación de cada una de los elementos decorativos que componen las monedas. - 22 J. Ovelleiro

Como ayuda para los coleccionistas pondremos a continuación fotos de las monedas auténticas, y advertimos a los coleccionistas que si observan una mínima diferencia entre sus monedas y las representadas en las fotografías tengan la seguridad de que se trata de copias.

Monedas en la zona republicana. Emisiones locales. Un segundo apartado de monedas dentro de la zona controlada por la república serían las que tuvieron validez exclusivamente dentro de un municipio o, como mucho, en los alrededores del mismo. Deberíamos hacer una mención especial dentro de este apartado a municipios dependientes de la Generalitat de Cataluña. Si en muchos municipios y colectividades revolucionarias la emisión de moneda constituyó un acto de afirmación política, esta dimensión resultó aún más evidente en el caso de la Generalitat de Cataluña, que vio en la moneda un instrumento de construcción nacional. La Generalitat emitió sus propios billetes en virtud de un decreto del 21 de septiembre de 1936, que Josep Tarradellas, su consejero de Finanzas, justificó por la quiebra de la moneda estatal. Pero la resolución se enmarcó en el contexto de un conjunto de medidas dirigidas a capturar competencias estatales, entre las que destacaron, en el ámbito monetario, la intervención de las delegaciones del Banco de España y del Ministerio de Hacienda en Cataluña, así como la incautación de sus depósitos de oro y divisas.

La Generalitat fue la primera institución local que emitió billetes en territorio catalán; los municipales llegarían más tarde. La moneda regional no cubrió los valores inferiores a 2,50 pesetas y ello explica, en cierta medida, la eclosión de billetes locales menores. - 23 -

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En definitiva Cataluña contó durante la guerra con un sistema monetario propio, distinto del nacional, articulado en tres tramos: los municipios emitieron los valores pequeños, desde los céntimos hasta las 2 pesetas; la Generalitat los valores intermedios, entre 2,50 a 10 pesetas, y los billetes ordinarios del Banco de España, entre 25 y 1.000 pesetas formaban el estadio superior en el Principado. Todo esto respecto a la emisión de moneda en Cataluña, pero la mayoría se emitió en papel bajo diversos nombres (bonos, certificados, fianzas municipales, pagarés, resguardos, vales, valores de cambio, etc.) y no forman parte de nuestra atención en este escrito. Excepción hecha de las “chapas” emitidas en Pobla de Ciervols, Viladrau y Gratallops, solamente acuñaron metal en Cataluña los municipios de Arenys de Mar (aluminio) y L ́Ametllá de Valles (aluminio y latón) en la provincia de Barcelona, Olot (hierro) en Gerona y Nulles (Cinc y latón) y Segarra de Gaiá (cobre, alpaca y latón) en Tarragona. Este último municipio citado podríamos utilizarlo como ejemplo de una situación que se repitió mucho en Cataluña: Antes de la guerra, en Cataluña 129 municipios tenían nombre de santo; 112 de estos lo modificaron y casi todos lanzaron billetes. Aquellos municipios que habían roto con el pasado quitando de sus topónimos las palabras vinculadas a la iglesia o a la monarquía proclamaron el cambio a través de la moneda, eficaz vehículo de propaganda. De todos estos municipios el único que emitió moneda metálica fue Santa Coloma de Queralt.

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En Cataluña, como en el resto de España, existió también un sinfín de fichas dinerarias emitidas por establecimientos privados, sindicatos o cooperativas.

Una muy amplia relación y clasificación de estas fichas fue publicada por el Sr. Leocadio Olabarria García-Rivero en 1973 en su libro “Catálogo de las monedas obsidionales emitidas en Cataluña durante la Guerra Civil (1936-1939)” y que recomendamos a los interesados en este tipo de fichas. Dentro de las fichas catalanas destacamos aquí las que fueron emitidas con los mismos cuños de los valores nominales conocidos como “sin leyenda” de las monedas de Ametlla del Vallés.

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Dentro de los organismos que emitieron tanto la moneda de peseta como la de 50 cts. están: Institut Pere Mata de Reus. Comitè Economic de Canòdroms S.I.E. (Sindicat Industria Espectáculo) Caldes de Malavella (Cooperativa Obrera) Estas dos últimas instituciones también emitieron monedas de 10 Cts en latón (26 mm.) con el mismo reverso que las fichas acuñadas para Sole Hielo y Bar París. Hubo una serie de establecimientos privados de Barcelona que solo emitieron la moneda de peseta con este mismo cuño: Bar París Bar restaurante Maison Doreé Restaurante Can Beco Izquierda Bar Bar Ski Bar La Luna Bar Sarment También existen monedas de una peseta con este mismo cuño de la Cooperativa Flor de Mayo de Barcelona. Curiosamente, esta cooperativa que emitió varias fichas de distintos valores con otros motivos gráficos, también realizó pesetas en cobre con el mismo cuño del que estamos hablando. - 26 J. Ovelleiro

El único municipio de la zona republicana que emitió moneda metálica fuera de Cataluña fue el Consejo Municipal de Ibi (Alicante) que aprovechó su industria del metal (se realizaron en la fábrica de juguetes Payá una vez socializada por UGT) para emitir varios tipos de ellas: de 1 peseta y de 25 céntimos, aunque de estas últimas, existieron varios modelos. En la sesión del día 24 de junio de 1937, el Consejo Municipal aprueba acuñar 10.000 piezas de lo que sería la moneda de 1 peseta. En el caso de las monedas de 25 céntimos, nos encontramos diversas variedades:

En la sesión municipal del 2 de noviembre de 1937, se acuerda acuñar monedas de 25 céntimos por cantidad de 10.000 piezas. En el reverso de la moneda y como fondo del valor facial se observa lo que parece ser un mapa de la península ibérica, con la división de sus regiones. En el anverso aparece una mujer con gorro frigio, que representaba la República, rodeada por dos espigas de trigo, y el año de emisión. Retomando el tema de las monedas acuñadas en Ibi en el año 1937, vamos a ver los 2 modelos que nos faltaban, ambos con el valor de 25 céntimos, pero con reversos ligeramente diferentes. A pesar de la emisión de las 10.000 piezas de 25 céntimos que ya vimos, ésta no fue suficiente para cubrir las necesidades de la población, ya que - 27 -

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estas monedas eran también utilizadas por los municipios limítrofes, con el perjuicio evidente para los habitantes de Ibi que se quedaron sin suficiente moneda. Así pues, se hace una nueva emisión de 10.000 piezas de 25 céntimos, con idénticas características para el anverso. Ahora bien, para el reverso se utilizan dos cuños con una pequeña diferencia: además de que ya no aparece el mapa, el ángulo inferior del número "2" del valor "25" en un caso apunta a la letra "C" de la palabra "CENTIMOS" y en otro caso apunta al espacio entre las letras "CE". De las monedas de peseta existen también algunas rarísimas piezas acuñadas en cuproníquel y no solamente con un baño de este metal. Posiblemente esta fue su intención primigenia, pero al comprobar que, debido a la dureza del metal, se dañaban rápidamente los cuños y, en su mayoría, salían con un golpe del troquel, decidieron continuar la emisión en cobre por ser un metal más maleable. Se supone que llegaron a emitir menos de 100 unidades de esta moneda en este metal.

Monedas emitidas en la zona nacional Dentro de este apartado, los únicos municipios donde se emitió moneda metálica pertenecen todos ellos a la provincia de Sevilla. El estudio de Luis Barrera Coronado publicado en 1989: “La moneda de necesidad en la provincia de Sevilla” es tan extenso y bien fundamentado que simplemente me bastará hacer un resumen de lo que el autor relata sobre las monedas de esta zona para completar este estudio presente. Aunque parezca absurdo comenzaremos esta serie por una moneda que en realidad no lo era: El real de Marchena. Esta pieza es en realidad un vale emitido por encargo de una fábrica de gaseosas y fueron realizadas por el señor Antonio Pliego, a la sazón fontanero en el pueblo, con unos discos metálicos traídos de la fábrica militar de Sevilla. - 28 -

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Los precarios medios de que disponían para punzar estas monedas, dio como resultado unos discos muy mal estampados. Esto puede servir a los coleccionistas para distinguir las falsificaciones: siempre que encuentren una de estas monedas que sean perfectamente legibles, es que es falsa. Lo curioso de este vale-moneda fue la gran aceptación que tuvo en el pueblo y los municipios limítrofes, a pesar de no tener respaldo oficial de ninguna clase. El éxito de las monedas de esta fábrica se debe no sólo a la carencia de monedas fraccionarias, sino también a que sus gaseosas tenían una magnífica aceptación en todos los pueblos del entorno. Debido a la gran demanda (amparada por el aval de las gaseosas) de estas monedas se hicieron muchas de las monedas de 25 Cts. siendo una moneda que no es difícil de encontrar. No es así con una moneda que emitieron con el facial 025 C que es muy rara, de la cual se piensa que se hizo una pequeña tirada y una vez advertido el error se subsanó. Mucho más rara aún es la moneda 025 C en cobre que, posiblemente, fue una prueba y de la cual sólo se hicieron algunas unidades. No lejos de Marchena, el ayuntamiento de otra población emitió tres monedas destinadas a paliar el déficit de moneda fraccionaria: Arahal.

Sin embargo estas monedas tuvieron muy poca aceptación entre el público, primero porque dos de ellas tenían unos valores demasiado altos (1 y 2 pesetas) para ser útiles como moneda fraccionaria en una sociedad donde los precios de los productos de primera necesidad eran, en general, en fracciones de peseta y una segunda causa era la abundancia de reales de Marchena en circulación en el pueblo y la gran aceptación por todos. De esta forma, de la moneda municipal, realmente la que tuvo un uso cotidiano fue sólo la de 50 céntimos. Esto ha llevado a que sea la moneda más cotizada de las tres que componen la colección debido a su escasez, posiblemente debida a posibles pérdidas de ejemplares debido al mayor uso que se dio de ella. - 29 -

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También aumenta el valor de una moneda de estás si está bien conservada debido a que en los ejemplares conocidos se nota el uso que tuvo en la vida comercial de la época.

Reconociendo el valor a los documentos que presenta Barrera en su libro, podemos ver que estas monedas fueron encargadas hacer a la Ferretería la Llave y los cuños en el taller de grabados de Francisco Castillo en 1938 según documentos encontrados en estos establecimientos. La emisión propiamente de las fichas se hizo en la Fábrica de Artículos Troquelados de D. Moisés Jiménez de Sevilla. Debido a la similitud de las piezas parece claro que también este taller realizó fichas dinerarias como por ejemplo las existentes de 0,25, 0,50, 1 y 5 Ptas. del restaurante Las 7 puertas de Sevilla y de grafía también muy similar es la ficha de 5 Ptas. de Antequera. Me doy cuenta de que es entrar en el campo de la especulación, pero ésta puede ser interesante. Las dos piezas que vemos forman parte de mi colección y tienen unas serie de características comunes: el mismo tipo y tamaño de cospel y, al mismo tiempo, éste es más pequeño que las “normales” de su mismo tipo. Tanto la de 50 Cts. tipo Puebla como la peseta de Siete Puertas poseen un reborde en el cospel y, para que no se aplastase ese reborde, posiblemente, tuvo que ser reducido el diámetro de los cuños. Este “limado de los cuños” se hace más evidente en la ficha de la derecha donde se observa la falta de la parte superior de las letras de RESTAURANT. En base a estas coincidencias podríamos aventurar que estas dos piezas se fabricaron en el mismo taller, que sería el citado por Barrera.

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Por otro lado conocemos la existencia de fichas unifaciales de todos los valores hasta 5 pesetas del tipo de Puebla de Cazalla. Pongamos aquí una imagen de ellas para que sirva de “muestrario” de las fichas realizadas por este taller: No creo que nadie sepa la cantidad de piezas emitidas con estos modelos, pero debió ser muy alta ya que se conocen en localidades distribuidas por toda la geografía española. Son de mi conocimiento fichas en establecimientos de Sevilla, Cádiz, Córdoba o Málaga así como en puntos tan distantes como Barcelona, Gijón o Ceuta. Desde luego la fábrica suministró gran cantidad de estas fichas dinerarias en aquella época. En contra de lo que dicen algunos numismáticos quieren reconocer, yo soy de la opinión que el fabricante disponía de cuños con todos los valores que utilizaba según los distintos encargos recibidos. Uno de estos encargos fue el que le hizo el ayuntamiento de este municipio y son las dos que se consideran auténticas monedas por haber sido emitidas por una institución pública. - 31 -

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Otra localidad donde también circuló el vale de Marchena, aunque también el ayuntamiento emitió monedas de curso interior con el símbolo de los vencedores, fue Puebla de Cazalla. Para la realización de estas monedas se utilizó el mismo cuño del valor facial que en las fichas de 10 y 25 Cts. troquelando en el anverso el nombre del municipio y el símbolo de la Falange. Algunos ejemplares de estas monedas fueron resellados posteriormente para diversos usos por los establecimientos, siendo de mi conocimiento resellos con las letras H.B y

J P. Estos resellos no pueden considerarse como variantes en sí de la moneda. Tanto en monedas de algunos municipios sevillanos como en las fichas dinerarias antes citadas se encuentran, en la provincia de Sevilla, monedas en las que se ha depositado una gota de plomo. Desconocemos las razón por lo cual se hizo. El sevillano que suministró las fichas que componen esta colección nos cuenta su versión: “Yo nací en el 1941. Las fichas las heredé de mi madre que tenía una frutería. En aquellos tiempos tan malos la gente, cuando le pagaba, le colaba este tipo de monedas, y ella las guardaba. A lo mejor, por eso me gusta coleccionar monedas. Mi madre tenía la tienda en Sevilla capital, en el barrio de San Bernardo, en aquella época Sevilla era mucho más pequeña que ahora y se componía de varios barrios: la Macarena, Triana, San Bernardo,... Puebla de Cazalla está a unos 70 Km. de Sevilla, de los de antes claro. Pero en aquellos tiempos, imagino que hubo mucha gente que se buscaba la vida dónde y cómo podía... En lo referente a las manchas de plomo que tienen algunas monedas, la sabiduría popular cuenta que era la forma de anular su validez por parte de las autoridades. Pero esto no es más que un comentario que escuchaba a los mayores...”

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Posiblemente la moneda local con mayor número de ejemplares fue la emitida en Cazalla de la Sierra. En el acta de la sesión ordinaria del día 18 de agosto de 1939 aparece un informe en el que se dice: “..... es notorio y en absoluto cierto, el malestar y trastorno que la escasez de moneda fraccionaria cada vez más agudizada produce en el normal discurrir del comercio e industria de toda especie...... Pensando utilizar un medio más eficaz, el Gestor que expone en entrevista con el fabricante metalúrgico de Sevilla Don Moisés Jiménez se informó en relación de hacer una serie de piezas metálicas troqueladas para valor o valores distintos que determinará el ayuntamiento.... Los compañeros de corporación haciéndose eco del sentir en que está inspirada la moción del Sr. Velázquez Pacheco, cuya lectura han escuchado complacidos, acuerdan por unanimidad, conceder un amplio voto de confianza al autor de la misma para que realice la gestión encaminada a controlar precios, consultar cuantas industrias metalúrgicas crea conveniente y adquirir hasta treinta o más millares de monedas metálicas del precio e inscripción que le sugiera, para uso interior de su localidad, facultándolo ampliamente a tales efectos.” En el acta del 20 de octubre de ese año, el Sr. Velázquez presenta ya la factura de las monedas que han sido emitidas. Aunque parezca elevada la cifra de piezas en circulación, a finales de ese año debió ser ampliada con la emisión de otras quince mil piezas más. Las razones para esta emisión tan grande deben buscarse en que esta moneda, debido a su gran utilización práctica y fiabilidad, circulaba con toda libertad en los pueblos de su entorno. Otra causa es que como sólo se realizó un valor de 10 Cts., se necesitaba siempre una mayor cantidad de monedas para poder dar la vuelta de cada transacción mercantil.

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El último municipio que nos queda por reflejar en esta serie de emisiones locales es Lora del Río. Debido a que no hubo otra moneda metálica en los pueblos de su entorno cercano y que la moneda era de bajo facial, debió ser muy numerosa la emisión de esta moneda para paliar las necesidades de la población de la zona. El hecho de que hoy día pueda considerarse como moneda muy escasa podría ser debido a la exhaustiva recogida de las monedas por parte del ayuntamiento que, según nos narra Luis Barrera en su libro, fueron posteriormente vendidas a un chatarrero que acabó fundiéndolas para recuperar el metal. La emisión se realizó en latón como todas las monedas sevillanas, sin embargo este mismo autor nos narra haber visto en el ayuntamiento de esa localidad una prueba en aluminio de la moneda. Esta sería una variedad realmente rarísima de esta moneda.

Monedas pobres Cuando leí por primera vez este nombre agrupando a este tipo de monedas en un correo de Marco Antonio Figueroa me pareció tan acertado que, después de felicitarle por su denominación, decidí tomarlo para este escrito.

En este apartado incluiremos los municipios que intentaron paliar la falta de moneda fraccionaria “fabricando” unas meras chapitas metálicas con los valores punzados en ellas de forma más o menos rudimentaria pero, desde el momento en que fue una institución pública la que encargó la emisión, podemos considerarlas como monedas de cambio similares a las de otras localidades.

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En este grupo de monedas yo incluiría la serie de Gratallops que fue realizada, según nos cuenta Turró en su libro “Les emissions monetàires oficials de la Guerra Civil”, a partir de una plancha de hierro emplomado que se utilizaba para realizar los envases para el carburo. También se incluyen las monedas de 5 y 10 céntimos realizadas en Pobla de Cèrvoles realizadas con la chapa reutilizada de unas cajas de galletas vacías. Por lo que todavía se puede ver en ellas parte del estampado original en el reverso de las monedas. Otra moneda de este grupo sería la peseta de Viladrau, chapita circular punzada en hojalata. Por último incluiría en este apartado las chapas de Aspe. En el acta del ayuntamiento del 29 de julio de 1937 se recoge el acuerdo de emitir monedas locales como medida para paliar la necesidad de monedas fraccionarias, aun reconociendo en el acta que no están facultados legalmente para realizar emisiones de moneda. El Consejo se manifiesta completamente unido al gobierno de la república y toma esta decisión exclusivamente movido con el ánimo de intentar dar solución a los problemas de cambio que constituyen un verdadero conflicto en la localidad.

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En este acta se acuerda emitir moneda por un total de 85.057,50 Ptas, de las cuales formaban parte 10.000 Ptas en chapas de hojalata de 50 Cts. y 342,50 Ptas en cartones y chapas (redondas y rectangulares) de 5 Cts. Para la acuñación de estas monedas se usaron chapas destinadas, probablemente, a fines comerciales, como en el ejemplo antes citado de Gratallops que procedían de envases de carburos vascos. Esto podría explicar tanto la forma como los taladros que tienen estas monedas.

Otros materiales Tanto el Consell Municipal de Falset como el Consell Municipal de Granadella optan por imprimir monedas sobre discos de celuloide en distintos colores según el valor nominal de cada pieza. A estas dos localidades las corresponde el honor, según Turró, de haber sido las primeras localidades del mundo que pusieron en circulación monedas de plástico.

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Para la emisión de sus monedas utilizan fichas de juego de celuloide de distintos colores y serán estampadas ambas caras mediante el uso de un tampón. Falset imprime tres monedas de 0,50, 1 y 2 pesetas con el valor facial por un lado y el mismo icono del castillo almenado con tres torres y acompañado de dos hoces en los costados que llevaba el tampón oficial del Consejo Municipal. Granadella solamente imprime discos de 1 y 2 pesetas. Tanto el material del disco como la grafía y las tintas utilizadas en ambas localidades son muy similares, por lo que permitiría suponer que se fabricaron en el mismo taller. También hubo una emisión de fichas en celuloide en la localidad de Vilella Baixa, pero en este caso la emisión se hizo en nombre del Sindicat Agricol. En numerosos municipios catalanes resolvieron el problema de la falta de dinero fraccionario mandando imprimir discos o piezas elípticas de cartón o cartulina en distintos colores. Este “cartón moneda” ya no sería objeto de este estudio ya que deberíamos clasificarlos como billete y entraría en el campo de la notafilia, pero, atendiendo al parecido que hay con las monedas, he querido poner aquí algunos ejemplo de este tipo de circulante para dar una idea más completa de la gran variedad de piezas monetarias en circulación durante los años de la Guerra Civil.

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Otras monedas obsidionales En los años 30, la efervescencia social que se vivía en algunas regiones de la república española desembocó, tras el estallido de la Guerra Civil, en un proceso de revolución social. Esta revolución fue acompañada, en determinados ámbitos económicos, de un cambio radical en los modelos de producción y de organización del trabajo. Distintos sectores agrícolas e industriales fueron colectivizados y su gestión pasó a depender directamente de los trabajadores, quienes lograron así controlar sus propios medios de producción. Si con el término monedas obsidionales nos referimos a aquellas monedas de emergencia que fueron acuñadas para circular en una zona determinada debido a episodios de situación de guerra, tendremos que incluir obligatoriamente las que algunos coleccionistas denominan “fichas” emitidas por las colectividades, aunque estas monedas no fuesen de obligada aceptación, en algunos casos, en todo el territorio de la localidad donde se emitieron. Siguiendo la misma línea argumentativa deberíamos citar también las emitidas dentro de las industrias y cooperativas colectivizadas que existieron, así como las de los sindicatos y las unió de cooperadors en Cataluña.

Colectividades Para intentar dar una idea de la significación de este tipo de organización en los años de la guerra civil, traemos aquí unos datos sacados del escrito de Maximiliano Astroza-León titulado “Una mirada a las colectividades agrarias en la España libertaria”. En él se dice textualmente que “Estuvieron representadas en el Congreso de Caspe 275 colectividades, correspondientes a 23 comarcas de Aragón, con un total de 141.430 afiliados.” También podemos citar el trabajo de José Sánchez Jiménez del Dpto. de Historia Contemporánea Universidad Complutense, que ya hablando a nivel nacional dice: “Con los datos del I.R.A., y pese a su carácter aproximado, hay que tener en cuenta que de las 2.213 colectividades registradas, 823 lo fueron de U.G.T., 284 de C.N.T. y 1.106 de las llamadas mixtas.” Si bien es cierta la importancia de estas colectividades, en este trabajo deberemos descartar todas aquellas que no emitieron su propia forma de - 38 -

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pago y las que lo hicieron en papel, bien en forma de vales o de billetes. Por lo cual quedará restringida nuestra relación a solo algunas localidades.

Por su importancia deberíamos citar en primer lugar la colectividad de Mazaleón, en la provincia de Teruel, que con un número de 1560 afiliados suponía la inmensa mayoría de la población de esa localidad y en la que nos dice Agustín Souchy Bauer en su libro “Entre los campesinos de Aragón: El comunismo libertario en las comarcas liberadas”: “El presidente de la colectividad del pueblo, Manuel Aranda, tuvo una idea original. Propuso unas fichas de hojadelata para sustituir al dinero. Su proposición fue aceptada. (….) Cada miembro de la colectividad recibe estas fichas. Puede comprar con ellas lo que necesita para la vida y lo que haya en la colectividad”. En vista de que en Mazaleón la colectividad abarcaba a la casi en su totalidad de la población y que la misma absorbió el poder real en el pueblo, al igual que los Consejos Municipales en otras localidades, deberíamos darle, sin lugar a dudas, la misma categoría a estas fichas que al resto de las monedas que denominamos de las Emisiones Locales. En su afán de separarse de la denominación del dinero de la sociedad anterior, las monedas se emitieron en UNIDADES y no en pesetas. De las cuales también se hicieron monedas de 5 y 25 céntimos de unidad.

En la localidad de Pla de Cabra (hoy en día Pla de Sta. María) en la provincia de Tarragona existió también una colectividad anarquista. Aunque algunos autores cifran el número de afiliados de la localidad en cerca del 40 % de los habitantes, Carlos Semprum Maura en su libro “Las colectivizaciones en Cataluña” afirma que apenas 270 personas constituían la colectividad agrícola y la mayoría de los trabajadores de la localidad, que contaba con 2000 habitantes, trabajaba en la fábrica textil Martí Llopart. - 39 J. Ovelleiro

Siguiendo con la denominación de pesetas emitieron fichas de cuproníquel de 1 pesseta de 23 mm. y de latón de 5 y 15 centims de 25 y 30 mm.

También en la provincia de Tarragona se fundó la Colectivitat D´Argilaga, en la pequeña población de dicho nombre perteneciente al municipio de La Secuita. Existen monedas de 1 peseta y de 50, 25 y 5 céntimos realizadas en latón. Muchas de estas fichas llevan una contramarca en el anverso que representa una cabeza egipcia, aunque también existen sin contramarca e, incluso, sin la leyenda identificativa de la colectividad que las emitió.

Dando un salto geográfico hasta la provincia de Valencia, encontramos otra colectividad que emitió monedas: Poliñá de Júcar (Polinyà de Xúquer). Esta colectividad de tipo anarquista emitió, por lo menos, dos monedas en latón: una de 5 céntimos con orificio y otra de 25 sin él. Por último otra colectividad que también emitió monedas metálicas de 1 peseta, además de billetes de 5, 10, 25 y 50 pesetas fue la Colectividad Renacer en la localidad de Fabara en la provincia de Zaragoza y cerca de Caspe, sede del Comité Regional de las Colectividades dependiente del Consejo General de Aragón. El ayuntamiento también emitió billetes por su cuenta de moneda fraccionaria y los miembros de la colectividad estaban entre un 30 y 40 % de la población de la localidad, pero no por ello deberíamos olvidar esta moneda.

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Me permito afirmar aquí que todas estas monedas de las colectividades, desde el momento que fueron emitidas por un poder político real y no por una empresa, colectivizada o no, deberíamos situarlas al nivel de las que denominamos Emisiones Locales. Como mínimo las monedas de Mazaleón ya que fueron utilizadas en toda la localidad y fueron emitidas por el único organismo existente en el pueblo que era equivalente a los que en otros sitios se denominaron Consejos Municipales. También como monedas que eran válidas en toda la localidad, por haber sido avaladas por el ayuntamiento con algún tipo de resello, autores como Leocadio de Olarría o Antoni López i Lluch sitúan las fichas de la Cooperativa Ferroviaria de Mora la Nueva y la Sección de Cooperativa de Palma D´Ebre. Si tomáramos su afirmación como válida, deberíamos también incluir estas fichas dentro de las Emisiones Locales. Industrias colectivizadas, cooperadors

sindicatos,

cooperativas

y

unió

de

Entramos en un apartado en el que, a veces, no es fácil clasificar a estos organismos. Quizás las únicas que podamos acotar como tal sean las primera como empresas que, existiendo anteriormente, fueron colectivizadas por los trabajadores y continuado con la producción. Cooperativas agrícolas serían aquellas en que compartían los medios de producción, mientras que unió de cooperadors me parece observar que eran una asociación de socios similar a lo que hoy llamamos cooperativa de consumo. Pero esto no es totalmente cierto, ya que en algunos casos las cooperativas también disponían de sus propios economatos y funcionaban como las unió. Al mismo tiempo había sindicatos que estaban “integrados” en una determinada empresa (por lo cual podrían ser tomadas las fichas como las de las industrias colectivizadas) pero emitieron sus monedas de cambio con el nombre del sindicato. Otras cooperativas se denominaron sindicato (sobre todo en la agricultura), pero en realidad nunca ejercieron como tal. Simplemente tomaron esta denominación para poder acogerse a la Ley de Sindicatos Agrícolas de 1906 que les daba ciertas ventajas de carácter fiscal. Todo esto nos hace ver claro que se necesitaría un trabajo mucho más exhaustivo que éste para poder dar una idea clara de la situación real de la época. Por lo tanto nos limitaremos aquí a clasificarlas según la denominación que figura en las piezas sin entrar en más detalles. Creo que esto basta para plasmar que estas fichas también representaron una parte de las monedas fraccionarias que había en curso en los años de la guerra civil, lo cual es nuestro auténtico propósito. - 41 J. Ovelleiro

Industrias colectivizadas Sobre este tipo de fichas existen amplios estudios, sobre todo de Cataluña, y no vamos a intentar competir con ellos. Simplemente pondremos aquí algunas empresas cuyas fichas están en mi poder y que pueden servir de ejemplo de esta modalidad de pago existente en la época. En Catalunya, la derrota de la sublevación militar del 18 de julio de 1936 conllevó que el Estado, detentador del poder político y de la fuerza militar y garante del mantenimiento de la organización económica y social del país, se derrumbase por completo. Con la desintegración del Estado, los trabajadores, los manuales en particular, que habían desempeñado un papel decisivo en la obtención de la victoria sobre los sublevados, fueron quienes obtuvieron la victoria política e iniciaron una amplia y profunda transformación revolucionaria de la sociedad catalana. Sofocada la rebelión, al reanudarse la actividad productiva y habiendo los dueños abandonado sus empresas –en unos casos–, o no atreviéndose a imponer su autoridad al carecer de la fuerza coercitiva del Estado –en otros–, los trabajadores procedieron, inmediatamente y por propia iniciativa, a la puesta en marcha del proceso colectivizador, tomando directamente en sus manos el control y la dirección de la mayor parte de las empresas; cabe destacar que todo ello lo realizaron de forma espontánea. Las grandes empresas colectivizadas constituyen las experiencias más importantes y significativas de la colectivización de la industria y hace que su análisis sea fundamental para el conocimiento de esta experiencia y que del mismo se puedan extraer elementos importantes de la socialización global a que aspiraba la alternativa colectivista. A modo de introducción a este tema enumeremos aquí las cuatro etapas que distingue Antoni Castells Duran en su estudio “Las colectivizaciones en Catalunya (1936-1939)” La primera: julio-finales de octubre de 1936, en la que se inició de forma espontánea la colectivización, desarrollándose sin cortapisas la autogestión obrera. Fue durante esta etapa cuando se realizaron la mayor parte de las colectivizaciones de empresas y se inició la constitución de la mayoría de las agrupaciones. La segunda: octubre 1936-mayo 1937, se inició con el decreto de colectivizaciones –fruto de la solución de compromiso a que llegaron las distintas organizaciones políticas y sindicales–, en ella se avanzó en la coordinación de la economía colectivista y fue el período en que se legalizó un mayor número de empresas colectivizadas y agrupaciones. - 42 -

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La tercera: mayo 1937-febrero 1938, se inició con la pérdida del predominio político de la CNT-FAI, la represión ejercida sobre el POUM y el reforzamiento del poder de la Generalitat, como consecuencia de los «hechos de mayo». En ella aumentó el control estatal de la economía, al tiempo que la CNT intentó aumentar el control sindical de arriba abajo La cuarta: febrero 1938-enero 1939, se caracterizó por el aumento del intervencionismo del gobierno de la República, el incremento de los ataques a la colectivización para favorecer la estatización y la reprivatización. A pesar de todo, hasta que las tropas franquistas ocuparon Cataluña, continuaron funcionando un elevado número de empresas colectivizadas y agrupaciones, debido a la defensa que de las mismas hicieron los trabajadores. Dentro de este proceso histórico de colectivización, hubo algunas industrias que emitieron fichas metálicas para su uso interno entre el personal. Pongamos aquí algunas de las que nos parecen más completas las series y representativas de esta modalidad de pago. Altos Hornos de Cataluña. Industria situada en Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Cinco fichas en aluminio con valores de 5, 10, 25 y 30 céntimos y una peseta.

C.A.M.P.S.A. Industria petrolera situada en Cornellà de Llobregat (Barcelona). Fichas de 5 y 10 céntimos en zinc (nótese aquí la similitud con las monedas de iguales valores emitidas en Nulles) y 50 céntimos en latón y 1 peseta en cuproníquel o alpaca. Algunas de estas fichas tienen en el reverso un resello que parece una J y una C entrelazadas.

La Hispano Suiza I.C. de Barcelona. Tres fichas de aluminio de 5, 10 y 25 céntimos y dos de latón de 50 céntimos y 1 peseta. - 43 -

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Las de aluminio con reverso, la de 50 céntimos con un círculo en relieve en el reverso y la peseta con el valor nominal.

Ésta fue una de las grandes fábricas del metal que fueron reconvertidas a la producción de algún material de guerra ya desde el principio de la contienda. En agosto de 1936 se instituyó una Comisión de Industrias de Guerra de Cataluña y pasó a formar parte del Gobierno de la Generalidad. Sin embargo el equipo directivo de esta comisión se mantuvo siempre en manos de los cenetistas. Hacer un recuento exhaustivo de las empresas que fueron colectivizadas durante el periodo de la guerra civil sería demasiado extenso para este trabajo. Además existe bastante bibliografía, la cual se puede consultar para mayor información. Con las fichas aquí expuestas creo que ya puede verse suficientemente clara la idea de la existencia de esta modalidad de pago fraccionario que existió durante los años de la contienda. Pero antes de pasar a otro tipo de fichas quiero poner aquí las palabras de Antoni Castells Duran en su obra “La transformación colectivista en la industria y los servicios de Catalunya 1936-1939”. En ella nos dice: “Durante el período comprendido entre julio de 1936 y enero de 1939, se desarrolló en Barcelona y en el conjunto de Catalunya una de las transformaciones económico-sociales más radicales que han tenido lugar en el s. XX, la cual tuvo como protagonistas principales a los trabajadores manuales de la industria y los servicios”. Para hacernos una idea de la importancia de cada una de estas fichas, podemos tomar otra cita del mismo autor en la que refleja el número de empleados que tenían algunas de estas industrias colectivizadas. “Las grandes empresas colectivizadas como los tranvías de Barcelona colectivizados (3.442 empleados de los que, el 19 de julio de 1936, 3.322 estaban afiliados a la CNT), las compañías de ferrocarriles, las empresas colectivizadas Hispano Suiza (metalurgia), CAMPSA (petróleo), La España Industrial (textil), Rivière (metalurgia), Cervecerías DAMM - 44 -

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(bebidas), …y las agrupaciones como La Agrupación Colectiva de la Construcción de Barcelona (11.000 trabajadores), La Madera Socializada de Barcelona (8.000 trabajadores), La Agrupación de los Establecimientos de Barbería y Peluquería Colectivizados de Barcelona (4.000 trabajadores), Los Espectáculos Públicos de Barcelona Socializados (10.000 trabajadores), Los Servicios Eléctricos Unificados de Catalunya (11.500 trabajadores), La Industria Colectivizada Espejos, Cristales y Vidrios Planos, La Colectividad Óptica de Barcelona, La Industria de la Fundición Colectivizada, La Agrupación de Productores de Maquinaria y Material Frigorífico, La Colectividad de Básculas, Arcas, Muebles Metálicos y Balanzas, Los Servicios de Gas Unificados de Catalunya, La Agrupación de la Industria Gastronómica,…etc., constituyen las experiencias más importantes y significativas de la colectivización

de la industria y los servicios y al ser la agrupación la forma más compleja y elevada de organización, hace que su análisis sea fundamental para el conocimiento de dicha experiencia y que del mismo se puedan extraer elementos importantes de la socialización global a que aspiraba la alternativa colectivista.” Aunque la mayoría de las empresas de transporte estaban sindicadas a la CNT, que pertenecía al Sindicato Único Rama Transporte (SURT) y tenía alrededor de 20.000 afiliados, hubo excepciones que emitieron monedas para devolver el cambio como Autobuses Roca, que pertenecía a la UGT y, por lo tanto, quedó fuera del control anarcosindicalista.

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Sindicatos Aunque algunos sindicatos se autodenominaron cooperativas, federaciones agrarias, comunidad de labradores o cámaras agrícolas para poder acogerse a determinadas leyes que les favorecían desde el punto de vista fiscal; algunos de ellos mantuvieron la terminología de sindicato y emitieron fichas dinerarias. Leocadio de Olabarría recoge en Cataluña los siguientes sindicatos: Comité Economic de Canodroms S.I.E., (cuyas fichas recogemos en el apéndice de fichas tipo L´Ametlla del Vallès) Sindicato Industrias Alimentarias, Sindicato Único Ramo del Transporte, Sindicat Agricola de Brafim, Sindicat Fraternitat Agricol de Calella, Sindicat Agricol del Maresme, Sindicat Agricol de Muntagut de Fluvia, Sindicat Agricol de Tortellà, Sarroca de Segre, y las fichas realizadas en celuloide en colores de Sindicat Agricol de la Vilella Baixa. Valga con esta relación y las fotos que acompañan en este trabajo para darnos una idea de esta forma de pago emitida por los sindicatos. Cooperativas Para hacernos una idea de la importancia que tuvo esta forma de producción durante los años de la II república baste leer lo que escribe Rafael Chaves (Universidad de Valencia) en su artículo Las cooperativas en la segunda república española. 1931, primera Ley española de Cooperativas: “A pocos meses de ondear oficialmente la bandera tricolor republicana, el 9 de septiembre de 1931, se promulgaba la 1ª Ley de Cooperativas española. La rapidez con la que se aprobó esta Ley denotaba el talante del nuevo Régimen Democrático hacia el Cooperativismo, contrastando con la lentitud con la que esta iniciativa iba avanzando en los años anteriores. En efecto, si bien se considera a esta Ley como heredera de los trabajos procedentes de una Comisión del entonces Instituto de Reformas Sociales, Comisión creada ya en 1925, los trabajos de ésta, plasmados en un - 46 -

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Anteproyecto de ley en 1927 no llegaron a adquirir rango legal durante esos años pre-republicanos. Sí merece señalarse que la nueva Ley nació ‘descafeinada’ en lo relativo a difusión y enseñanza del cooperativismo, apoyo económico-financiero y apoyo fiscal a las cooperativas, aspectos que sí aparecían en el Anteproyecto (Reventós, 1960: 216-219). Algunas de estas carencias fueron subsanadas en el desarrollo reglamentario de dicha Ley, el 2 de octubre del mismo año.

La Constitución Republicana. Este talante positivo de la República quedó bien plasmado en su marco institucional más amplio, el de su Constitución de 1931. Ésta, como claro antecedente de nuestra actual Constitución en lo referente al cooperativismo (véase su art. 129.2), contemplaba ya a las cooperativas como entidades de utilidad social, como señalaban sus art. 46 ‘(...) la República asegurará a todo trabajador las condiciones de una existencia digna. Su legislación social regulará: (entre otras) las instituciones de cooperación; (...) la participación de los obreros en la dirección, la administración y los beneficios de las empresas; (..)’ y art. 47 ‘la República protegerá al campesino y a este fin legislará, entre otras materias, sobre (...) cooperativas de producción y consumo.”

Ponemos aquí a modo de ejemplo las fichas emitidas en Cataluña por una cooperativa agrícola, la de Hostalets de Pierola, y otra como representante de las cooperativas obreras, “La Progresista” de Parets del Vallès. Ambas cooperativas estaban en la provincia de Barcelona. También podremos encontrar las fichas de la cooperativa obrera de Caldes de Malavella dentro de las fichas que se emitieron con los mismos cuños que las monedas de L´Ametlla del Vallès. - 47 -

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Pero existieron también cooperativas en otras partes del territorio español. La localidad de Arija (Burgos) estaba incluida dentro del Consejo de Santander, Palencia y Burgos. Debido a existir una fábrica de vidrio y a la clara inclinación de sus obreros hacia las ideas de la UGT, en el pueblo convivían dos cooperativas: La Unión y La Defensa.

Al comienzo de la Guerra se crea un organismo de gestión de la fábrica de vidrio que es el Control Obrero. El “control obrero” de la fábrica de Arija estaba formado por trabajadores con un presidente y 9 vocales y tenía poderes, por lo menos, para intervenir en las decisiones que se tomaban en la empresa. Este mismo organismo es el que manda resellar las fichas existentes de las dos cooperativas con las letras CO entrelazadas. De La Defensa existen fichas por los valores 5, 10 y 50 céntimos y 1 y 5 pesetas. También hay fichas con valores en especias de la Cristalería Española avaladas con el resello del Control Obrero.

En párrafo aparte citamos series de dos localidades por el resello que, según algunos autores, puso el ayuntamiento en fichas que ya existían anteriormente para darlas validez en toda la localidad. Si partimos de la veracidad de estos investigadores de las fichas catalanas, tendríamos que incluir estas fichas dentro de la Emisiones Locales con derecho propio como las fichas de Marchena o de las colectividades. La primera sería la Cooperativa Ferroviaria de Mora la Nueva (Tarragona) con el resello de una estrella de 5 puntas en el centro de las piezas que se supone mandó poner el ayuntamiento para darlas validez. - 48 -

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La segunda sería la Sección de Cooperativa de Palma D´Ebre (Tarragona), de la cual Olabarría dice: “En este Ayuntamiento se utilizaron las monedas antiguas de la Cooperativa Local, avalándolas oficialmente. La moneda de 2 Ptas. Se modificó agujerándola y circuló como 50 cts; la de 1 Pta, con agujero circuló como 25 Cts., y la de 1 Pta. sin agujero se mantuvo como su primitivo valor.” La serie completa quedaría de la siguiente forma:

En los mismos términos se manifiesta López i Lluch añadiendo la información de que el agujero era de 6 mm. de diámetro. Unió de Cooperadors Pondremos en este apartado algunas de las fichas que tienen acuñada esta denominación en ellas, aunque en algunas también vayan nombradas como “Cooperativas Unión de Cooperadors”. Ya dijimos que clasificar con precisión estos dos tipos de organizaciones es un trabajo que está más allá de nuestras posibilidades. Podríamos empezar por la serie de cuatro fichas de las Cooperativa Unió de Cooperadors de Igualada (Barcelona). Esta serie de 1937 se compone de las fichas de latón de 2 y 10 Cts. y en cobre de 1 y 5 Ptas. Como nota curiosa podríamos añadir que la documentación relativa a esta cooperativa forma parte de los documentos confiscados durante la guerra civil y que la Generalitat de Cataluña reclama al archivo de Salamanca.

Siguiendo con esta denominación podríamos poner aquí la Cooperativa Unió de Cooperadors de Torredembarra (Tarragona) con la serie de 5 y 10 Cts. en latón y las de 1, 2 y 5 Ptas en níquel con la variante de 5 Ptas que pone “Coop. La Veritable” con la siglas UC en el reverso, aunque no se tiene la seguridad de que fuesen emitidas durante la guerra.

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En 1937 la Unió de Cooperadors de Cercs (Barcelona) emitió una serie de fichas de 5 y 10 céntimos en latón y 1, 2 y 5 pesetas en níquel. Esta localidad contaba con una gran actividad minera del carbón y una amplia organización de los obreros. Posiblemente esto favoreció la organización de esta unió de cooperadors.

Con la leyenda de similar significado a las de Igualada, en este caso invirtiendo el orden de la frase, “TOTS PER A UN I UN PER A TOTS”, la Unió de Cooperadors de Cornellà (Barcelona) emite unas serie de 5 y 10 cts, en latón y 1, 2 y 5 ptas en níquel. De esta serie no se tiene absoluta seguridad de que fuera emitida durante la contienda, ya que no figura el año de emisión.

Continuamos con otras fichas. En la provincia de Gerona existió la Unió de Cooperadors de Salt, la cual emitió fichas de 5 y 10 céntimos en latón y 1 peseta en níquel. En esta zona geográfica de los alrededores de Gerona hubo mucha actividad en el sentido de colectivizaciones de empresas, fábricas y comercios. Esto seguro que favoreció la creación de esta unión de cooperadores.

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Como última serie de fichas de este tipo de asociación tendremos en cuenta la Unió de Cooperadors de Gavá en la provincia de Barcelona. Esta localidad era un objetivo militar durante la guerra debido a la existencia de la fábrica Roca, la cual se reconvirtió en parte dedicándose a la fabricación de material bélico, y la población sufrió bombarderos en 1938 para los que se prepararon con la construcción de varios refugios antiaéreos con varias entradas de acceso. Estas fichas, parece ser, existían antes de la guerra y fueron reutilizadas poniéndolas una contramarca para darlas validez. Lo que no se conoce es si este resello fue mandado poner por orden del ayuntamiento u otra institución, lo cual nos obligaría a situarlas dentro de las emisiones locales por haber sido válidas por orden de la autoridad competente en ese momento. Existen piezas en latón de 5 y 10 céntimos y dos piezas distintas en níquel de 1 peseta. Estas se diferencian en que a ambos lados de la palabra GAVÀ unas tienen dos estrellas y otros dos puntos.

Con la relación de fichas que hemos presentado en este capítulo creo que queda suficientemente reflejada la importancia que tuvieron estas formas de pago durante los años de la guerra, aunque estas monedas no fuesen de obligada aceptación en todo el territorio de la localidad donde se emitieron.

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Monedas con resellos políticos Incluiremos en este apartado todas monedas que fueron manipuladas, durante la época que intenta abarcar este escrito, mediante el uso del buril u otro medio mecánico, con motivo de llamar la atención hacia una determinada idea política. Este tipo de propaganda política ya había sido utilizado anteriormente en múltiples ocasiones, de las cuales, quizás el más conocido sea el resello MEMO en los duros de Amadeo I punzado por los partidarios de la restauración borbónica de tal manera que se leyese AMADERO I REY (MEMO) DE ESPAÑA. Otro antecedente importante de este tipo de propaganda política lo encontramos en el resello con el eslogan “MAURA NO” de los opositores al líder conservador y a su proyecto denominado “Revolución desde arriba”. El movimiento de agitación en contra de Maura estalla en la última semana de julio de 1909 contra la movilización de los soldados que iban destinados a la guerra de Marruecos y tiene su punto álgido en la Semana Trágica de Barcelona. Durante el periodo que intenta abarcar este escrito fue utilizado esta forma de difusión de las ideas políticas muy profusamente. Tengamos en cuenta que, dentro de los dos bandos claramente enfrentados, existían diversos partidos, tendencias y grupos ideológicos muy variados. Casi todos estos grupos utilizaron este método con mayor o menor profusión. Seguramente la acción más organizada y metódica fue la - 52 -

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campaña antielectoral de grandes alcances promovida por la CNT bajo el lema de Casa Viejas (Movimiento de Comunismo Libertario reprimido en 1933). Los anarquistas utilizaron sus periódicos y semanarios, al igual que todos sus medios, para declarar la huelga electoral que, quizás, fue la causa de la derrota de la izquierda en 1934. Dentro de las acciones organizadas por ellos se llevó a cabo el resello de muchas de las monedas fraccionarias corrientes con el lema de la campaña en distintas versiones: NO VOTAR, NO VOTES, OBREROS NO VOTAR, etc... Pero no fueron solamente los anarquistas los que utilizaron este método de propaganda, todos los partidos o fracciones resellaron monedas con sus siglas o símbolos de sus ideologías. En esta página ponemos un ejemplo de cada una de estas fracciones, los cuales se pueden identificar perfectamente por sus resellos. La última fotografía de esta página se sitúa la moneda con la fecha del 13 de julio. Esta moneda, posiblemente, pretende recordar la fecha del asesinato de D. José Calvo Sotelo asesinado por un grupo socialista de la guardia de asalto (en represalia por el previo asesinato del teniente Castillo a manos de la ultraderecha). Aunque no ponemos aquí más resellos del bando ganador, existen también monedas que tienen gravado el yugo y las flechas de Falange y siglas de otras agrupaciones y organizaciones de la derecha. Como sección especial de este capítulo queremos aquí reseñar los resellos de tipo satírico en los cuales, algunos “artistas” a nivel privado, invirtieron su tiempo y pericia modelando con un buril otras figuras a partir - 53 J. Ovelleiro

de las representadas originalmente en las monedas de curso legal. Valga como ejemplo de está técnica la moneda de Alfonso XII convertido en un auténtico catalán por obra de algún artista anónimo. Como última parte de este capítulo, intentaremos hacer una lista de las diversas leyendas (EN MAYÚSCULAS)) que podemos encontrar como resellos en las monedas utilizadas en estos años. También ponemos (en minúsculas) los símbolos gráficos de que sabemos su existencia: NO VOTAR CNT NO VOTAR !AMNISTIA! EXIGID AMNISTIA VIVA LA CNT LEED CNT CNT y FAI POUM y NIN VIVA NIN CASAS VIEJAS VIVA AZAÑA VIVA LA REPUBLICA 1931 REPUBLICA R FEDERAL DEUS.PATRIA.REX CVII (flor) DEUS PATRIA REX VOTAD AL PARTIDO COMUNISTA (con hoz, martillo) !AMNISTIA! (con estrella) UHP (Unión Hermanos Proletarios) CEDA (Confederación de Derechas Autónomas) JAP (Juventudes de Acción Popular) hoz y martillo hoz, martillo y estrella de 5 puntas gorro frigio republicano yugo y flechas de la Falange - 54 J. Ovelleiro

Monedas apócrifas La Real Academia define el adjetivo “apócrifo” como fabuloso, supuesto o fingido. Aunque existe cierta discusión sobre este tema entre los coleccionistas, incluiré en este capítulo una serie de estas monedas que, para mí, nunca existieron en los años de la guerra civil. Dentro de la comunidad andaluza existen monedas de dos municipios que caerían en este apartado: (Moguer y Trebujena). Como muy bien argumenta Luis Barrera Coronado en su libro “La moneda de necesidad en la provincia de Sevilla”, esas dos monedas no son más que intentos recientes de engañar a los coleccionistas. Refiriéndose a la peseta de Moguer, además de argumentos referidos al material (plomo) en que está acuñada y al alto valor para ser una moneda fraccionaria, un argumento que presenta para demostrar indefectiblemente la falsedad de esta moneda es que pone I Año Triunfal en una moneda emitida supuestamente en 1936 cuando en concepto de “Año Triunfal” no fue acuñado hasta 1937. Respecto a los tres valores supuestamente emitidos en Trebujena, este autor también los descarta como auténticos debido a la temprana fecha de su supuesta emisión (1936) que es el mismo año del comienzo de las hostilidades en España. La excesiva premura en emitir estas monedas hace que no sea verosímil la existencia de las mismas en esas fechas.

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En este mismo libro se cita también la serie de Jávea como monedas de fantasía, monedas de hierro (aunque realmente no son de hierro ni contienen una parte importante del mismo ya que no las atrae un imán) de cuya serie habla Turró en su libro El paper moneda del País Valenciá, del cual traducimos un fragmento: “Pero señalamos que tenemos serias dudas sobre la autenticidad de estas monedas aunque se reseñan, en el catálogo de las monedas valencianas de Rafael Petit y Josep Mª Aledon editado en Valencia en el año 1983. Nuestras dudas proceden del hecho de que el escudo local que está representado no corresponde con el adoptado por esta población en el año 1931, en el advenimiento de la 2ª República Española, ya que no lleva las 4 barras catalanas en el primer cuadrante sino dos flores de lis gualdrapeadas, y al hecho de que las dos grandes L estén coronadas, ya que en el escudo moderno se suprimió este atributo. Si se trata de un escudo heráldico antiguo, es inverosímil que se utilizara durante todo el proceso revolucionario iniciado a causa de la sublevación militar española, y, además, no se corresponde nada con el escudo local que figura en el papel moneda municipal. Si este escudo fuera el adoptado en la ocupación franquista (cosa que ignoramos), querría decir que estas monedas fueron acuñadas por los vencedores al final de la guerra, cosa que perece muy improbable. De todas formas, y ante la duda, hemos creído conveniente reseñarlas y catalogarlas.”

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Peso y medida de las emisiones locales Ayuntamiento de Olot

Zona republicana

10 Cts.

3.37 gr.

24 mm.

15 Cts. (Réplica)

5,51 gr.

30,2 mm.

Consell Municipal de Falset Gobierno de Euzkadi

50 Cts.

0,67 gr.

23 mm.

1 Pta.

4,01 gr.

1 Pta.

1 Pta.

0,68 gr.

23 mm.

2 Ptas.

8,05 gr.

2 Ptas.

2 Ptas.

0,65 gr.

23 mm.

Consejo de Asturias y León

Consell Municipal de Granadella

50Cts.

2,77 gr.

21,2 mm.

1 Pta.

0,68 gr.

23 mm.

1 Pta.

4,76 gr.

23,0 mm.

2 Ptas.

0,65 gr.

23 mm.

2 Ptas.

8,08 gr.

26,9 mm.

Ajuntament de Gratallops 5 Cts.

2,57 gr.

21,3 – 22 mm.

50 Cts.

2,45 gr.

19,1 mm.

10 Cts.

3,10gr.

26 – 25,5 mm.

1 Pta.

5,37 gr.

23 mm.

25 Cts. 50 Cts.

1,93 gr.

23,3 mm.

1,96 gr.

24 mm.

Consejo de Santander, Palencia y Burgos

Consejos Municipales de Menorca 5 Cts.

1,20 gr.

13,5 mm.

1 Pta.

10 Cts.

1,45 gr.

15 mm.

Ayuntamiento de Aspe

25 Cts.

2,25 gr.

17 mm.

50 Cts.

1 Pta.

3 gr.

19 mm.

2,50 Ptas.

4,5 gr.

21,5 mm.

Pla de Cabra 5 Cts.

4,60 gr.

25 mm.

Ciudadela (1 peseta)

3,96 gr.

22,5 mm.

Pla de Cabra 1 Pta.

3,77 gr.

23 mm.

Consejo Municipal de Ibi

COLECTIVIDADES Y RESELLOS DE AYUNTAMIENTOS

Mazaleón 5 Cts.

2,44 gr.

26,4 mm.

25 Cts.

4,00 gr.

24 mm.

Mazaleón 25 Cts.

2,13 gr.

26,3 mm.

1 Pta.

5,88 gr.

24 mm.

Mora la Nueva 10 Cts.

6,68 gr.

30 mm.

1 Pta. níquel

5,98 gr.

24 mm.

5 Cts.

1,40 gr.

22 - 23 mm.

10 Cts.

1,16 gr.

21,5 mm.

25 Cts.

2,08 gr.

20 - 20 mm.

50 Cts.

2,06 gr.

20 - 20 mm.

1 Pta.

2,45 gr.

21,5 mm.

Ayuntamiento de Nulles

Consejo Municipal de Arenys de Mar

Zona nacional Ayuntamiento Arahal 50 Cts.

2,29 gr.

19 mm.

50 Cts.

1,70 gr.

20,2 mm.

1 Pta.

4,13 gr.

25,5 mm.

1 Pta.

3,36 gr.

28,3 mm.

2 Ptas.

5,76 gr.

29,5 mm.

Ayuntamiento de L'Ametlla del Vallés

Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra

25 Cts.

1,73 gr.

26 mm.

10 Cts.

50 Cts. sin leyenda

0,63 gr.

19,5 mm.

Ayuntamiento de Lora del Río

1 Pta. sin leyenda

1,66 gr.

26 mm.

25 Cts.

50 Cts. con leyenda

0,86 gr.

19,6 mm.

Real de Marchena

1 Pta. con leyenda

1,76 gr.

26 mm.

Consejo Municipal de Segarra de Gaiá (1 Pta.)

3,58 gr.

23,1 mm.

3,40 gr.

23,2 mm.

25 Cts.

11,41 gr.

42 mm.

025 Cts (Réplica)

11,83 gr.

42 mm.

Latón

2,06 gr.

25 mm.

Ayuntamiento de Puebla de Cazalla

Cobre

3,50 gr.

23,8 mm.

10 Cts.

3,50 gr.

23,5 mm.

Alpaca

3,75 gr.

23,9 mm.

25 Cts.

4,23 gr.

26 mm.

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Guía para coleccionistas Colección de fotografías de monedas auténticas comparadas con alguna de las falsificaciones más frecuentes

El Real de Marchena La forma más fácil de reconocer las falsificaciones de esta moneda es mirar el reverso. Como se puede apreciar en la fotografía, al acuñar estas monedas se traspasó el relieve de las letras y números al reverso. Auténtica También puede verse en las falsas que la inscripción es perfectamente legible, cosa que no sucede en ninguna de las auténticas.

Falsificación

Auténtica

Falsificación

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En este tipo de moneda, además de las falsificaciones con iguales características a las de 25C, hay que tener también en cuenta las monedas auténticas de 25C en las cuales ha sido troquelado posteriormente el 0 para intentar hacerlas pasar por auténticas 025C. Para reconocerlas bastará con observar el poco espacio que queda entre la M y el 0, así como entre el 0 y el número 2.

Auténtica troquelada

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Arahal Esta es la moneda más falsificada de las tres que componen la serie debido a ser la que más alto precio alcanza entre los coleccionistas. La mejor forma de distinguirla, aunque sea en una simple fotografía, es observar el grupo formado por la A de ayuntamiento, la C de céntimos y el PUNTO delante de esa palabra.

Auténtica

En la fotografía se puede observar cómo la A en la auténtica está bastante más abajo respecto a la C. Además es PUNTO en la verdadera se sitúa claramente debajo del nivel de la palabra céntimos. Otra forma de comprobar si cuando esta moneda es falsa es observando la palabra ARAHAL. Si esta tiene las letras perfectamente impresas será falsa, ya que no existe ninguna en la cual esta palabra quedase bien impresa.

Falsificación

Auténtica

La mejor forma de distinguir una falsificación de esta moneda, aunque sea en una simple fotografía, es observando la relación de posición entre la A de peseta y el PUNTO que va a continuación. En la falsa el punto queda ligeramente por debajo de la línea que forma la parte inferior de la palabra peseta, mientras que en la auténtica está todavía dentro de la franja de las letras.

Falsificación

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Seguramente será la más difícil de distinguir de las tres que forman esta serie. Una forma de poder distinguirla sería observando la forma de algunas letras: El trazo superior de la T de pesetas tiene una forma distinta en ambas monedas. En la auténtica termina recto en ambos lados mientras que el la falsa termina formando una línea inclinada.

Auténtica

También al observar la segunda A de ayuntamiento podemos ver que en la auténtica el segundo trazo vertical el más corto que el primero, no siendo así en las monedas falsas que son de la misma longitud aproximadamente.

Falsificación

L'Ametlla del Vallés Viendo ambas monedas juntas se pueden apreciar gran número de diferencias.

Auténtica

Por citar alguna podemos decir que las estrellas de ambos lados de la palabra AJUNTAMENT, en la moneda auténtica, tienen 5 puntas mientras que son de 6 en la copia. También se observa que las estrellas que limitan la palabra CÉNTIMS han sido sustituidas por puntos, a la vez que también han suprimido la tilde de la palabra.

Falsificación

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Auténtica

La diferencia más clara de estas monedas y que podrá distinguirse en cualquier fotografía es que el FONDO de la moneda en la cara del valor facial está constituido por finas líneas verticales en la moneda auténtica, mientras que tiene un fondo granulado en las copias realizadas para coleccionistas.

Falsificación

Auténtica

Independientemente de la claridad de impresión que es muy deficitario en las copias realizadas, un elemento que nos puede clarificar sin dudas que se trata de una falsificación es la línea que subraya las letras TS de CTS en las monedas auténticas. En las copias realizadas se ha omitido esa línea.

Falsificación

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Auténtica

Falsificaciones

Como en otras monedas de esta serie, la deficiente impresión de las copias realizadas manifiesta su falsedad a cualquier coleccionista que conozca las monedas auténticas. Para aquellas personas que no las hayan visto nunca o sólo dispongas de una fotografía de baja calidad recomiendo que se fijen en la cifra 1 del valor. En la verdadera, además de ser distinta la terminación superior al ser más achatada, también se diferencia en la largura de la línea que cierra el número por abajo. En la auténtica es claramente más corta que el las falsificaciones.

Esta copia es fácil de distinguir si nos fijamos en la posición de la letra E de PESETA con respecto a la cifra 1.

Auténtica

Observando el grupo formado por la L, la tilde y el número 1 y las distancias entre esos elementos, también podemos distinguir claramente la diferencia entre estas dos monedas.

Las estrellas también en ambas monedas. Mientras que en las auténticas las seis puntas de las mismas son de igual grosor, en las copias tres de sus puntas son más gruesas alternando con puntas más finas. Falsificación

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J. Ovelleiro

Olot

Auténtica

Falsificaciones

Auténtica

Falsificación

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La primera pienso que se hizo para rellenar álbumes a las personas que no desean pagar un alto precio por las auténticas y pueden distinguirse observando el casco alado de Mercurio en el cual se ve el orificio para la cabeza del mismo en la parte inferior. La segunda podemos distinguirla observando la parte inferior del caduceo. En la falsa en palo central es más corto y el de la derecha está más unido al palo central. Además la han hecho imitando una rotura de cuño. En ambas se “han olvidado” de poner el brillo al caso: ese cuadradito que lleva la original en la parte izquierda. Lo que primero salta a la vista en estas falsificaciones es el buen estado de conservación de las monedas. De esta moneda no se logró acuñar ninguna con calidad y, quizás por eso, no emitieron muchas. La dureza del metal utilizado no lo permitía con los medios de que disponían. Como detalle para poder distinguirlas en las fotografía basta con observar la posición de la S de céntimos. En la falsa está paralela al humo de las chimeneas. Otro detalle que nos puede dar una pista definitiva sobre su autenticidad es dónde acaba el tejado de la fábrica. Mientras que en la auténtica termina al lado de la letra N en la falsa se queda al lado de la letra E de CENTIMOS

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Puebla de Cazalla Auténtica

Falsificaciones

Tanto de esta moneda como la de 25 céntimos, ha sido copiada con ánimo de falsificación y para la venta como copia en las numismáticas.

En las copias para las numismáticas las diferencias son claras. Para diferenciarlas bastará en observar la posición de las primeras letras de Año De la Victoria. En la auténtica están; más o menos, en columna mientras que en las copias la V de victoria está bastante más a la izquierda y la D queda sobre la letra T.

Similar a la anterior pero con la A de Año bastante más a la derecha.

Esta falsificación podremos diferenciarla claramente en cualquier fotografía al observar la cuarta flecha del yugo: La flecha es notoriamente más corta que en las auténticas.

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Auténtica En la cara del valor facial también es fácil distinguir las copias si se conocen ambas monedas ya que tanto los dígitos como las letras Cts se diferencia claramente.

Falsificaciones

En las copias de venta en las tiendas se ha reducido, además, la largura inferior de las flechas. De esta forma es más difícil confundirlas con las monedas emitidas en este municipio durante la guerra.

Para diferencias esta copia podemos seguir el mismo criterio que en la moneda anterior. Si observamos las letras de Año De la Victoria podremos distinguir siempre las auténticas de las falsas.

En este caso las letras A y D están situadas verticalmente encima de las letras VI de la palabra victoria y no encima de la C como en la moneda original.

Posición de las letras similar a la anterior, pero con la A de Año más a la izquierda, ya encima del yugo.

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Nulles Debido al alto precio que alcanzan en el mercado, de las monedas de Nulles han sido realizadas copias intentando engañar a los coleccionistas o, simplemente, para rellenar los huecos de los álbumes de todos aquellos que no pueden permitirse adquirir unas monedas auténticas.

Auténtica Falsificaciones La copia más antigua que conocemos y quizás una de las más logradas son las monedas en cinc de 5 y 10 centims. Para poder distinguir una copia de esta moneda en una fotografía yo recomendaría observar la S de Nulles. En las copias es mucho más parecida a una Z.

En las dos versiones de la falsificación aquí reflejadas se puede detectar su falta de autenticidad con simplemente observar la S de centim S. Al contrario que en la moneda anterior, en las copias esta S ha sido realizada con un tipo de letra mucho más redondo que en las originales que parece más a una Z debido a la mayor angulación de sus curvas.

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Auténtica Falsificaciones

La primera copia es la más antigua y de las más difíciles de detectar. Pero, al igual que en las otras, el número 0 es mucho más cuadrado que en las originales.

Al igual que la anterior, el 0 es bastante más cuadrado que en las originales. También podemos distinguir esta copia por la considerable distancia que existe entre las dos S de céntimS y NulleS.

Copia realizada a base de “pequeños agujeritos” mediante algún sistema de copias en metal. Estas copias son fáciles de diferencias precisamente por lo antes citado, pero en caso de disponer sólo de una mala fotografía bastará con observar la diferencia en tipos de dígitos que se han utilizado para la cifra 10.

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J. Ovelleiro

Auténtica Falsificaciones

Si tenemos a mano las dos monedas, podemos observar que las letras y los números de estas dos monedas tienen distinto grosor. Sobre todo en los dígitos se puede observar más claramente que los de la replica son considerablemente más finos.

Copia bastante reciente que suele delatarse normalmente por su brillo metálico, pero puede estar envejecida artificialmente. En este caso hemos puesto una copia sometida al proceso de pavonado, con el cual toman un tono gris oscuro.

Estas imitaciones se pueden detectar claramente en una fotografía de cierta calidad viendo la trama de rayado con la que están impresas tanto las letras como los números. En caso de una mala fotografía bastará observar el rasgo vertical del 5 que en la copia está perfectamente vertical.

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Auténtica Falsificaciones

Comparando estas copias antiguas con la original veremos que los números de estas dos monedas tienen distinto grosor. También sirve para detectar esta réplica el observar con atención la forma del número 5.

Ponemos también aquí una copia reciente y envejecida por pavonado como la de la página anterior.

También, como en la página anterior, ponemos una copia realizada con trama de rayado y también podemos observar el mismo tipo de número 5.

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J. Ovelleiro

Auténtica Falsificaciones

Si observamos las fotos que están aquí colocadas podremos apreciar diferencias entre estas monedas y parece poco probable que puedan llevar a engaño estas falsificaciones. Sin embargo he podido observar que estas copias se venden frecuentemente en internet y, quizás debido a que los compradores solo pueden ver una fotografía de mala calidad o a su desconocimiento de cómo son las auténticas, adquieren precios considerables. Copia antigua y la más difícil de detectar. La forma más fácil es fijándose en la posición de la primera S de PESSETA con respecto a la línea del 1. En la réplica la línea queda hacia la mitad de la S.

Recientemente se han visto invadidos los lugares de venta de monedas en internet por estas monedas que, pienso yo, han sido fabricadas con el único objeto de rellenar huecos en el álbum debido su burda factura. Sin embargo, envejecidas artificialmente o bien pavonadas, no es raro encontrarlas en páginas dedicadas a la compra-venta de monedas y alcanzar unos precios no desdeñables.

Realizadas con la misma técnica de los “agujeritos” también existen copias de la moneda de una peseta.

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Consejo Municipal Ibi Auténticas

Últimamente se han visto nuevas acuñaciones de tres de las monedas de Ibi. Al estar recién salidas de fábrica es muy fácil distinguir de las originales, pero pueden ser sometidas a tratamientos de envejecimiento con lo que nos será tan sencilla su identificación. Ponemos aquí unas fotos de las auténticas y las copias antes de su envejecimiento para que todos puedan comparar y ver las diferencias existentes. También ponemos la foto de una réplica de la moneda de 25 cts. con mapa. Como réplica es perfecta si no fuera por la R dentro de un círculo que la identifica como tal. (Moneda perteneciente a la colección "Billetes y Monedas en la Historia de la Comunidad Valenciana" distribuidas por el grupo editorial Prensa Ibérica) Pero esta moneda se puede encontrar con una “suciedad” colocada precisamente en ese lugar haciendo prácticamente imposible la diferenciación de la original. Por lo tanto, observemos que esa zona esté libre de impurezas. Falsificaciones y réplica

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Cazalla de la Sierra De esta moneda existen falsificaciones como las representadas en esta página. En ambos casos podrán ser diferenciadas observando el grupo de hojas inferior de la rama que adorna la cara del valor facial. Auténtica Falsificaciones Mientras que en las auténticas ese grupo consta de tres hojas, en ambas falsificaciones se ha cometido el fallo de colocar cuatro hojas agrupadas en dos parejas.

Ya en la otra cara de la moneda, también podremos diferenciar claramente las copias si nos fijamos en la colocación de la inscripción Año De la Victoria. Las primeras letras de cada línea están claramente colocadas en una posición vertical muy distinta a la original. Aunque la colocación de las iniciales de Año De la Victoria es parecida a la de la copia anterior, distinguimos perfectamente esta moneda por los cuatro frutos alineados que tiene en el ramo del reverso.

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Lora del Río

Auténtica

La mejor forma de distinguir la auténtica de las diversas réplicas que existen es observando la posición del centro de la corona respecto a la letra D de Lora Del Río: En la original están enfrentadas como señalo en la foto adjunta, mientras que en todas las copias la corona está girada hacia la derecha.

Falsificaciones Entre las varias diferencias que tiene esta copia, la más clara sería quizás la terminación superior de la cifra 5. En esta moneda acaba con una doble línea vertical.

Réplica similar a la anterior, pero en ésta ya han perfeccionado la terminación de la cifra 5.

Una copia fácil de distinguir. Entre la múltiples diferencia existentes, la más clara sería que la leyenda interior del escudo tiene las letras invertidas. También puede verse observando la colocación del grupo de letras Curso iNTerior.

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Arenys de Mar También de estas monedas se han realizado varias imitaciones con mayor o menor acierto a la hora de copiar las monedas originales.

Auténtica Falsificaciones

Copia en aluminio muy fácil de distinguir debido a la omisión de las estrellas de ambos lados de la moneda que existe en la falsificación. También se suele ver muy claramente la deficiente calidad de la impresión con que se han realizado las copias.

Una vez colocadas una al lado de otra, vemos en la copia que apenas existe separación entre las palabras “D'Arenys de Mar”, además de otras diferencias. Si sólo disponemos de una fotografía de la moneda, podemos fijarnos en la letra T de Cts. La rayita de esta letra, que debería ser horizontal como en la auténtica, en la copia está inclinada.

Al igual que la de 10 cts. de Nulles, esta moneda ha sido realizada con un sistema de copias de imágenes sobre metal que forma la imagen a base de agujeritos. La copia resulta fácil de reconocer si se ha visto alguna imagen de una auténtica.

Últimamente ha aparecido una copia para rellenar hueco en los álbumes sin pretensiones de engañar a los coleccionistas. Todos los elementos gráficos “estampados” con un reborde en relieve para hacerla más decorativa siendo muy diferente del original.

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Lo mismo que la de 50 Cts., esta moneda también ha sido objeto de diversas imitaciones.

Auténtica Falsificaciones

Aunque al comparar las dos monedas se ven grandes diferencias en su acuñación, si sólo disponemos de la copia no resulta fácil atestiguar su originalidad. Un claro detalle que nos podrá hacer ver la falsedad en cualquier foto, es que la T de Pta tiene el trazo vertical mucho más largo que en el original. También podemos observar la falta del punto tras las letras Pta

Dos detalles nos pueden ayudar: El árbol de la copia no tiene hojas como en la auténtica y la T de Pta tiene el trazo vertical mucho más largo que en el original. También en esta moneda falta el punto tras las letras Pta

Copia en aluminio muy fácil de distinguir debido a la omisión de las estrellas de ambos lados de la moneda que existe en la falsificación al igual que la moneda de 50 céntimos con este mismo fallo.

Al igual que la de 10 cts. de Nulles, esta moneda ha sido realizada con un sistema de copias de imágenes sobre metal que forma la imagen a base de agujeritos. La copia resulta fácil de reconocer si se ha visto alguna imagen de una auténtica.

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Segarra de Gaià De estas monedas existen falsificaciones tanto de la de cobre como de la de alpaca. Posiblemente las dos se hicieran con el mismo cuño, por lo tanto, existen las mismas diferencias en ambas falsificaciones. Falsificación

Auténtica

Para reconocerlas bastará observar la posición de la L de la palabra municipal. En las auténticas está en línea con el trazo horizontal que divide la moneda, no siendo así en las falsas que está más alto. También puede observarse que en todas las falsificaciones se olvidaron de poner la tilde en la palabra GAIÁ.

Falsificación en níquel

Recientemente se han visto estas copias que, además de tener las letras más gruesas, en todas ellas ha sido omitida la tilde de GAIÁ.

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Gratallops Auténticas

Falsas

Estas chapitas de hierro también han sido falsificadas y solo se pueden distinguir, lógicamente, si se conocen las originales.

Pongamos aquí los detalles que nos pueden servir para reconocerlas. Situadas en el lado izquierdo los detalles de las verdaderas y al derecho las falsificaciones:

5

original con la parte inferior doblada para adentro

El rasguito superior de la más alto que en las falsas.

G

original el

0 menos ovalado en la original.

La rayita inferior de la P es más larga hacia la derecha i no está centrada en la original.

Observando todos estos detalles no habrá forma de que nos equivoquemos.

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¿Monedas sevillanas de cobre? Este es un tema que resulta controvertido. Hay coleccionistas que las dan por auténticas, siendo las protuberancias que cubren la superficie depósitos de metal o de óxido; para otros son copias realizadas mediante fundición a partir de monedas originales. Aunque yo estaba a favor de esta última opinión, análisis XRF mandados hacer a una empresa especializada me han hecho variar en ella. Viendo los resultados en una moneda de éstas que fue lijada hasta el núcleo de la misma, se comprueba que en su interior la composición es similar a las que todos conocemos. Por algún motivo que desconocemos, parece ser que, algunas monedas de monedas de necesidad de la provincia de Sevilla han ido perdiendo cinc en su superficie hasta aparecer a la vista como monedas de cobre con “bultitos”. Ponemos aquí algunos ejemplos y al final de la página los resultados del análisis.

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Fichas dinerarias emitidas con el mismo cuño que las monedas de L´Ametlla del Vallès (y otras monedas de las series) 1 Peseta

50 céntimos

Comité Economic de Canodroms Barcelona Cooperativa obrera de Caldes de Malavella

Gerona Institut Pere Mata Reus Bar París Barcelona

Can Beco Barcelona Bar Ski Barcelona Bar Sarment Barcelona

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10 céntimos

Bar Luna Barcelona Flor de Mayo Barcelona (Cobre)

Maison Doreé Barcelona Maison Doreé con orificio

Izquierda Bar Barcelona Izquierda Bar con orificio

Sole Hielo Barcelona

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Fichas emitidas con la misma colección de cuños que las monedas de Puebla de Cazalla posiblemente en la Fábrica de Artículos Troquelados de D. Moisés Jiménez de Sevilla 5 céntimos

10 céntimos

25 céntimos

50 céntimos

1 peseta

2 pesetas

5 pesetas

25 pesetas

Unifaciales

Real Sociedad Tiro al Pichón Sevilla Casino de Artesanos y Mercantil

Puebla de Cazalla

Cículo Mercantil Málaga

Existen sin agujeros

Círculo de Labradores y

Profesionales Puerto de Sta. María Café Bar

Negresco

Málaga Plata Bar Marchena Moderno Bar Sevilla

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(Ilegible) Córdoba BARCA ¿Sevilla? Calera F.P.

Sierra Palacios Cervecería Viena Huelva Bar España Barcelona Bar Colón Sevilla Café Colón Avilés Bar Andalucía Málaga Bar Playa Córdoba El Mercantil MPR Utrera

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Bar la Bota Sevilla Bodegón

El Quijote

Málaga Bar Casa Pepe J.C.R

Málaga Vinos Albareda 5

Sevilla El Tres de Oro Lebrija Bodega las 2 C Ceuta Venta Platerito Córdoba Puerto Real Arca (Cádiz)

100

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GF

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NTV

AB

GF

SL

UNIFACIALES con resellos

DIVERSAS SIGLAS

LM

4

C GH

FG

5 Pts

VP

CI

AG

HB 5P (Hermanos Bermudo)

CURSO INTERIOR MALAGA C.M.

Mi agradecimiento especial al Sr. D. José Pajuelo Ramírez el cual, además de la mayoría de las fotografías incluidas en esta tabla, nos ha proporcionado múltiples informaciones que han posibilitado la composición de la misma.

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Bibliografía: Amores Bonilla, Pedro A. (2008): Desarrollo de la guerra civil a través de mapas históricos. http://ivkhistoriapedroamores.blogspot.de Astroza-León, Maximiliano: Una mirada a las colectividades agrarias en la España libertaria Barrera Coronado, Luis (1989): 1936-1939, la moneda de necesidad en la provincial de Sevilla. Castells Duran, Antoni: Las colectivizaciones en Catalunya (1936-1939). Castells Duran Antoni: La transformación colectivista en la industria y los servicios de Catalunya 1936-1939. Chaves, Rafael: Las cooperativas en la segunda república española. 1931, primera Ley española de Cooperativas. Universidad de Valencia Corporales Leal, Carolina (2011): Moneda y guerra Civil: delitos monetarios. www.Numisma.org Feria y Pérez, Rafael: 1937 2002: Principio y final de la peseta fiduciaria. García Gandía, José Ramón (2012): Guerra y moneda. La fábrica nacional de Moneda y Timbre en Aspe. López i Lluch, Antoni: (1983) Les monedes de les cooperatives catalanes. Martorell Linares, Miguel: Una guerra, dos pesetas. UNED Miró Agulló, Juan Bta. (2008): El sello Moneda de la República. Olabarria García-Rivero, Leocadio (1973): Catálogo de las monedas obsidionales emitidas en Cataluña durante la Guerra Civil (1936-1939). Barcelona. Peirats i Valls, José (1962): Los anarquistas en la crisis política española.

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Sánchez de Arza, Vicente (1984): Estudio, desarrollo y legitimación numismática del Consejo de Asturias y León Madrid Sánchez Jiménez, José: Las colectividades agrarias durante la Guerra Civil. Dpto. de Historia Contemporánea Universidad Complutense Semprum Maura, Carlos: Las colectivizaciones en Cataluña. Souchy Bauer, Agustín: Entre los campesinos de Aragón: El comunismo libertario en las comarcas liberadas. Turró i Martínez, Antoni (1995): El paper moneda del país Valenciá 1936 – 1939. Barcelona Turró i Martínez, Antoni (2007): Les Emissions monetàries oficials de la Guerra Civil (1936-1939) Barcelona

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Agradecimientos: Este escrito, lógicamente, no es solamente obra de mi esfuerzo. En él han colaborado bastantes personas que con sus comentarios, sus fotografías o ambas cosas han hecho posible llegar hasta aquí. Mi agradecimiento a todas ellas. Además de los autores citados en la bibliografía, algunos de los textos o fotografías me fueron enviadas por: Marco Antonio Figueroa Rodríguez (el cual es autor de algunos de los comentarios vertidos en este escrito) Un agradecimiento especial a José Pajuelo Ramírez, el cual nos ha cedido gentilmente muchas de las fotos que componen este escrito y que son fichas de su colección privada, además de múltiples informaciones reflejadas en este escrito. Eduard Domingo i Coll de Subastas Numismáticas Áureo & Calicó por sus comentarios y cedernos muchas fotos para la confección de este escrito. Daniel Torres Mico Luis Miguel Garrido Notario Luciano Iglesias González Luis García Ruiz Eva Delgado Sánchez Luis Manuel Souto Pan ¡Muchas gracias a todos vosotros!

Mayo de 2014

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