Moda y sociedad en la Argentina peronista. La democratización de la elegancia.

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Descripción

Cultura para Todos El Suplemento Cultural de La Prensa cegetista (1951-1955) Raanan Rein Claudio Panella compiladores

Guillermo Korn Cultura para todos : el suplemento cultural de La Prensa Cegetista : 1951-1955 / Guillermo Korn ; compilado por Raanan Rein y Claudio Panella. - 1a ed. - Buenos Aires : Biblioteca Nacional, 2013. 324 p. ; 23x15 cm. ISBN 978-987-1741-52-6 1. Cultura. 2. Estudios Culturales. I. Rein, Raanan, comp. II. Claudio Panella, comp. III. Título. CDD 306

Dirección: Horacio González Subdirección: Elsa Barber Dirección de Cultura: Ezequiel Grimson Área de Publicaciones: Sebastián Scolnik, Horacio Nieva, Juana Orquin, María Rita Fernández, Alejandro Truant, Ignacio Gago, Gabriela Mocca, Yasmín Fardjoume, Juan Pablo Canala, Griselda Ibarra. Diseño de tapa y armado de interiores: Carlos Fernández 2013, Biblioteca Nacional Reserva de derechos Agüero 2502 - C1425EID Ciudad Autónoma de Buenos Aires www.bn.gov.ar ISBN 978-987-1741-52-6

IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Índice Prólogo, por Horacio González. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Introducción, por Raanan Rein y Claudio Panella . . . . . . . . . . . . . 11 Primera Parte Un periódico obrero en busca de su orientación cultural 1. La Prensa de la CGT. Una mirada al diario de los trabajadores peronistas, por Claudio Panella . . . . . . . . . . . 19 2. Doblemente incorrectos: César Tiempo y el equipo editorial del Suplemento Cultural, por Raanan Rein . . . . . . . . 53 Segunda Parte El Suplemento Cultural de La Prensa de la CGT: una experiencia singular 1. Peronismo y literatura, por Guillermo Pilía,. . . . . . . . . . . . . . . 75 Laura Molina y Eugenia Pascual 2. Hijos del pueblo. Entre la Internacional y la Marcha, por Guillermo Korn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 3. Hacia una poética de la infancia peronista: los cuentos para niños, por Alicia Dieguez . . . . . . . . . . . . . . . 123 4. Los usos del pasado. Entre el historicismo mitrista y el revisionismo federal, por Pablo Vázquez . . . . . . . . . . . . . . 139 5. Aproximaciones al imaginario peronista, por Mariela Alonso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 6. La imagen como herramienta para la transmisión de valores: familia, Estado y bienestar social, por Alejandra Lagos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 7. La fotografía como forma iconográfica de la Nueva Argentina, por María de los Ángeles de Rueda y Natalia Giglietti.. . . . . . . . 185 8. Moda y sociedad en la Argentina peronista. La democratización de la elegancia, por Victoria Sánchez y Daniel Sánchez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203

9. Las mujeres y la moda en tiempos de Evita: hacia una estética peronista, por Alejandra Maddoni y Fátima Onofri. . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 10. Índice del Suplemento Cultural (1951-1955), por Alejandra Luzi y Micaela Biasotti. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Noticia de los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319

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El modelo conservador consolidado a partir de 1880, preparado para un país agrario, agroexportador y su consecuente estructura social, mostró en la década de los años 30 del siglo XX síntomas de esclerosis y agotamiento. El irremediable proceso de sustitución de importaciones iniciado a partir de la Gran Depresión y los cambios que generaban la intensa transformación urbana, consecuencia de esta incipiente industrialización, transforman la estructura social, que va concentrando sus nuevas demandas en la necesidad de construir un nuevo modelo de Estado. El proceso externo que concluye con el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, una verdadera revolución desde el aspecto tecnológico y social, actuará de catalizador. Por un lado para acrecentar la esclerosis del modelo conservador y por otro las demandas sociales. Estas últimas se concentrarán, fundamentalmente, en la necesidad de un nuevo modelo de estado, que tomará forma definitiva con la llegada del peronismo al poder, previo germen en la autodenominada “Revolución del 43” bajo la conducción ideológica del GOU (Grupo de Oficiales Unidos), entre los cuales se destacaba la figura de Juan Domingo Perón. El presente trabajo tiene como objetivo analizar algunos indicadores emergentes de este proceso, en el marco de aspectos vinculados al mundo de la moda, analizados a través del Suplemento dominical del diario La Prensa, cuando el mismo estuvo dirigido por la CGT. El estudio de esta faceta de la producción industrial tiene alto contenido simbólico. Lejos de ser una frivolidad del diletantismo nostálgico y glamoroso es una importante fuente de apreciación de características fundantes del imaginario social desarrollado durante el período peronista. Fundamentalmente vinculados a la construcción de la imagen modélica de la mujer y del ideal industrial de las pequeñas y medianas empresas de perfil familiar, acompañado de una aspiración de movilidad social en un marco de respeto de los derechos laborales, distribución de la riqueza y acceso mayoritario al consumo de bienes. En el caso de la moda, seguían manteniendo como referencia simbólica los centros europeos, especialmente París y el mundo

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mágico de Hollywood, con la mujer como protagonista, pero ya no como “dama adorno” sino como una integrante activa de la sociedad, aunque manteniendo sus roles de madre y “ángel tutelar de la casa”.1 Un modelo moderno pero asimismo conservador. El ícono de la imagen de Eva Perón y la máquina de coser, que vulgarmente y con mucha maledicencia se lo ha identificado con el concepto de clientelismo y asistencialismo, puede leerse desde otra perspectiva, esto es como una síntesis de un proceso histórico y social de modernización, que respondió a las demandas de protagonismo del género femenino, en un marco de desarrollo industrial y de un modelo social integrador, respetuoso de los valores humanistas y los derechos humanos.

El cambio del mapa social y las demandas de la educación técnica. El modelo industrial PYME y de las empresas emblemáticas del rubro La transformación social generada a partir del proceso de urbanización e industrialización de los años 30 trajo aparejado un cambio en la demanda educativa, de la cual surgieron reformas que promovían y daban entidad al trabajo manual y el desarrollo de las escuelas técnicas.2 Esther M. Torino y Liliana Hurtado dan testimonio del papel que cumplían este modelo y tipo de enseñanza en la ciudad de Salta durante este período e ilustran a través de ellos la modalidad de una faceta del circuito de producción y consumo de la industria textil, vinculada a la educación, el trabajo y el desarrollo social3. Asimismo en el caso específico de la industria del textil, que tenía 1.  Milanesio, Natalia, “The Guardian Angels of the Domestic Economy”: Housewives’ Responsible Consumption”, en Peronist Argentina Journal of Women’s History , Vol. 18, n° 3, Otoño de 2006, pp. 91-117. 2.  Decreto 18441/43 y ley 12978/47. Para ampliar información sobre este tema se sugiere la lectura del libro de Adriana Puiggrós, Peronismo: Cultura Política y Educación (1945-1955), Buenos Aires, Galerna, 2006, pp. 235-291 (Capítulo titulado “Las reformas al sistema educativo”). 3.  “El relato brindado por el señor Francisco  administrador de la Mundial, nos acerca proporciones que ayudan a reconstruir el número de obreros dedicados a la confección de traje a medida, nos dice: “En la época dorada de La Mundial, que abarcó toda la década del ‘50, los obreros a domicilio sumaban alrededor de 100 y los clientes llegaron al número de 5.000”. Una forma de aproximarnos indirectamente a los trabajadores para tratar de conocer la totalidad de la masa obrera dedicada a la confección de trajes a medida es analizando



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una amplia difusión en el género femenino, tuvo fundamentalmente como modelo, el desarrollo de la “industria familiar” en punto intermedio entre la artesanía y la producción serial.4 Sin embargo, la industria textil tuvo una gran expansión durante el período peronista. Los cuadros de grupos de industria en la provincia de Buenos Aires según los Censo Industriales de 1947 y 1954, indican que, de 909 establecimientos que había en 1947, se pasó a 3487 en 1954 y que de 3410 obreros textiles que había en 1947 se pasó a 8647 empleados y 80167 obreros en 1954.5 La expansión estuvo acompañada de una importante inversión. Si tomamos como referencia las empresas receptoras de créditos del Banco de la Provincia de Buenos Aires radicadas en Capital Federal y el Gran Buenos Aires entre 1947 y 1951, los cuatro primeros lugares lo ocupan compañías textiles: Fábrica Argentina de Alpargatas S.A.I.C, La Emilia Industrias Textiles S.R.L., Manufactura Algodonera Argentina S.A. y Textil Oeste S.A., la demanda y para ello recogemos el testimonio de Don José, de profesión sastre “...en la época buena de Perón, iba yo con el maestro a dar vueltas por todo el norte de la provincia, donde estaba YPF, el Tabacal y todo el mundo se hacia trajes a medidas...cuarenta o cincuenta trajes. Todos estuvieron ocupados” nos relataba José. Para aprender el oficio algunos ingresaban a la Escuela Nacional de Artes y Oficios que funcionaba en la calle Buenos Aires Nº 269 que contaba con buenos talleres y una dotación completa de máquinas y herramientas modernas” (Torino, Esther M. y Hurtado, Liliana: “Pantaloneras, chalequeras y saqueros, actores del proceso económico comercial de Salta (1925-1982)”, en Revista Escuela de Historia, año 3, Vol.1, nº 3, 2004). 4.  Doña Matilde,  una pantalonera que trabajó en el oficio desde la década del 30 hasta el 70, al recordar cómo se decidió a ser pantalonera nos comenta: “Yo quería ser maestra, era lo que más me gustaba, yo estudiaba en la Escuela Roca. Bueno, ya había cumplido 17 años y un día le digo a mi papá –Papá,  yo quiero estudiar para maestra y mi papá contestó– Pero vean eso, esta china cree que yo soy Rovaletti16 o Patrón Costas, de donde voy a sacar para que Ud. estudie para maestra, ¿quiere Ud. que yo venda la casa?, déjese de hablar zonceras y vaya a conchabarse por ahí. (Doña Matilde continúa con el relato), así fue que salí a buscar un taller donde aprender el oficio. Una entraba de aprendiz. Primero estuve en un taller donde la mujer del sastre me ocupaba para todos los mandados y quehaceres de la casa y resulta que yo no aprendía nada, entonces decidí irme y buscar otro taller. Buscando y buscando encontré uno, apenas entré, el sastre me dijo -aquí vas a tener que aprender mirando y te aviso que tenés que aprender en un mes, porque yo te voy a dar permiso para que estés aquí solo por ese tiempo-. Antes del mes yo salí pantalonera y de las buenas” (Torino, E. M. y Hurtado, L., op. cit.). 5.  Presidencia de la Nación, Ministerio de Asuntos Técnicos, IV Censo General de la Nación, Buenos Aires, Dirección Nacional del Servicio Estadístico, 1948, Tomo III, parte II, pp. 67-69. Censo Industrial, 1954, Buenos Aires, Dirección Nacional de Estadística y Censos, 1960, pp. 53-60.

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con créditos de $ 5.000.000 en los dos primeros casos y $ 1.000.000 y $ 3.000.000 en los dos últimos. En 1950, Alpargatas S.A. inauguró su emblemática planta en Florencia Varela, provincia de Buenos Aires, de 70.000 m2 cubiertos. Durante este período, La Emilia estaba en su máxima expansión productiva, “con motores y turbinas de dos mil caballos de fuerza y empleando a más de mil obreros”6, en tanto que Textil Oeste no era una empresa brasileña sino argentina.

La transformación tecnológica Este alto crecimiento de la industria textil estuvo vinculado a la aparición de nuevos tipos de tejidos fundamentalmente sintéticos. De esto da cuenta el Suplemento del diario en varios artículos sobre las llamadas “telas del futuro”7 o “tejidos de probeta”.8 Durante la Segunda Guerra Mundial y hasta 1946 en EEUU y 1948 en Gran Bretaña, habían regido los sistemas de racionamiento, que regulaban la cantidad de prendas que podrían adquirirse y los metros de tela que debían utilizarse para su confección. Los textiles eran estrictamente controlados debido a su utilización en los equipamientos de guerra, como por ejemplo la seda, que era utilizada para la fabricación de paracaídas. En este contexto se introduce la primera fibra sintética, fabricada por Du Pont: el Nylon. A partir de 1940, cuando se inicia su producción comercial y frente a la necesidad de búsqueda de materiales que remplacen las fibras naturales, por el crecimiento de su demanda, tienen lugar una serie de descubrimientos en el desarrollo de fibras sintéticas con cualidades ideales para su aplicación industrial, superiores a las fibras naturales.9 Vemos entonces cómo nuevas telas y procedimientos se introducen al 6.  Primo, Ricardo D., “La Emilia Industrias Textiles”, presentado en el Cuarto Encuentro de Historia Regional del Sur Santafesino y Norte Bonaerense, Theonald, 1999. 7.  La Prensa, 07/01/1951, “Las telas del futuro”, por Ann Ewing. La cita de este artículo del diario con anterioridad a su expropiación y entrega a la CGT, se justifica en razón de que el proceso que se describe comenzó antes de aquel hecho. 8.  La Prensa, 25/11/1951. “Los tejidos de probeta”. 9.  Laver, James, Costume and Fashion. A concise History, Nueva York, Thames & Hudson, 2002, pp. 252-258.



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mercado. El Orlon, fibra sintética que se caracteriza por su poca absorción de humedad, y su resistencia, resulta ideal para su utilización al aire libre, comienza su uso en la producción de ropa de trabajo; el procedimiento “midium”, que consiste en un revestimiento metálico que evita la pérdida de calor corporal; la vicera, fibra creada a partir del maíz y que se mezcla con otras fibras; el dynel, fibra resinosa; la fibra de vidrio, que se utiliza como protección para radiaciones mortales, etc.10 En este contexto de innovación tecnológica, ya para el año 1955 la industria textil argentina ha progresado lo suficiente como para poder ser considerada: “Las telas argentinas, ya reconocidas en el mundo entero por su larga duración y adaptabilidad, como así también por el magnífico colorido, serán las preferidas por las mujeres elegantes que buscan siempre que su guardarropa constituya una nota de buen gusto”.11 Otro dato relevante en cuanto a la utilización de nuevos tejidos, es el creciente uso del jersey, surgiendo como textil predilecto por su “caída y plasticidad”,12 que “logra acentuar las formas femeninas y restituirles su gracia tradicional”.13 El uso de este tejido se vincula también con la nueva tendencia, marcada principalmente por los diseñadores americanos, de la ropa cómoda y práctica: es el nacimiento del estilo “sport”. El siguiente fragmento resalta las bondades del mencionado textil: “Este material –el jersey– que en la actualidad tiene numerosas variantes en su tejido, pero que mantiene siempre esa flexibilidad que le da a la “toilette” el efecto de túnica envolvente, mantiene su lugar de privilegio en los talleres de la alta costura. Fácil resulta señalar la práctica y múltiple aplicación de esta tela en el guardarropa moderno. (…)El auge del jersey es tan extraordinario que se ha impuesto casi espontáneamente como un signo de auténtica distinción en la moda local e internacional”. 14 Se destacan también los primeros avisos publicitarios de las fábricas de tejidos de jersey, como es el caso de Jerselen, que producía tejidos de jersey de lana.

10.  La Prensa, 07/01/1951, op. cit. 11.  La Prensa, 08/05/1955. “Conjunto otoñal”. 12.  La Prensa, 20/04/1952. “El jersey como imperativo de la moda actual”, por Velia Delacroix. 13.  La Prensa, 07/01/1951, op. cit.. 14.  La Prensa, 19/07/1953. “El auge del jersey en la alta costura”, por Blanche Blanch.

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El modelo de mujer peronista en el marco de la industria textil y la moda Graciela Mateo, en su trabajo sobre el gobierno de la provincia de Buenos Aires a cargo del Cnel. Domingo Mercante, plantea el rol protagónico que adquiere la mujer durante el peronismo, pero arraigado en valores tradicionales y conservadores del género.15 Del mismo modo, un documental del canal Encuentro habla de un modelo de mujer peronista identificada como “madre y ama de casa subordinada al modelo patriarcal”16. De allí que las profesiones modélicas fueran las obreras, maestras, enfermeras y las amas de casa en tareas realizadas desde el hogar, como costura y cocina. Pero este “ángel tutelar”, no dejaba de ser una persona que aspiraba a disfrutar, en ese rol, del acceso al consumo, propio del papel asumido en el modelo de familia patriarcal. Por ello, la moda bajo el ideal de la elegancia no eran asumidos como desviaciones consumistas burguesas, si entendiéramos este valor en el marco de una cultura de izquierdas, o un feminismo de manual, sino como derechos y virtudes propias de una mujer, que no dejaba de gustar de la moda inspirada en el modelo francés y las emblemáticas divas del cine, tanto nacional como estadounidense. En este contexto, el prêt-à-porter empieza a ganar espacio. Es tiempo de la democratización del vestir. Así lo reflejan varios artículos del Suplemento 15.  “El papel que el gobierno provincial asigna a la mujer y a la familia como “base misma de la Patria”, conlleva el sello de la política nacional peronista, la cual, en contraste con la concesión de los derechos políticos a la mujer, orienta su discurso a resguardar la función primordial de la mujer como esposa y madre, pilar fundamental de la familia y “ángel tutelar de la casa”. Esta función femenina no es novedosa, pero ya a comienzos de la década del 50 debe ser compatibilizada con el aporte laboral de la mujer a la economía familiar, cuando desde el Estado se induce al ahorro, a la mayor producción y a la restricción en el consumo, sin renunciar por ello a la singular connotación social de la economía. La costura domiciliaria se constituye entonces en una de las actividades en las que el ama de casa puede conciliar el trabajo femenino con las funciones prioritarias de la mujer en el seno de la familia. Es entonces cuando el Banco Industrial de la República Argentina implementa una operatoria crediticia que favorece a las empresas fabricantes de máquinas de coser y a las costureras, tejedoras, modistas y confeccionistas de la Capital Federal, de los partidos del Gran Buenos Aires y del interior” (Mateo, Graciela, “El gobierno de Domingo Mercante: expresión singular del peronismo clásico”, en Estudios interdisciplinarios de America Latina y el Caribe, vol. 15, nº 2, Tel Aviv, julio - diciembre de 2004). 16.  Canal Encuentro, Historia de un país. Argentina Siglo XX [audiovisual], Capítulo XIII “Eva Perón y la cultura peronista”, 2007.



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Cultural, entre los que se menciona la apertura de las primeras boutiques en Francia como anexos de las grandes casas de alta costura, con el objetivo de satisfacer las exigencias económicas de una clientela menos pudiente y de gustos sencillos. Allí se venden modelos “listos para vestir”, toda clase de accesorios como sombreros, alhajas de fantasía y perfumes, es decir, todo lo que compondría el atuendo de una mujer. En esas boutiques “hay de todo y al instante”.17 Es que “también en la Argentina ha hallado eco el movimiento iniciado en París, de presentar colecciones de alta costura en serie, lo que hace accesible el sueño de todas las mujeres, que es el de poseer un vestido que sea a la vez un modelo y esté al alcance de su presupuesto”.18 De esta manera, la elegancia deja de ser privilegio de algunas, para convertirse en obligación de todas. Las tendencias se orientan hacia los vestidos sencillos, llenos de juvenil distinción, diseñados con criterio práctico: “No se concebía antes un traje de noche que no fuera realizado en telas ricas y suntuosamente trabajadas. Hoy, y siempre acorde con la marcha del tiempo, se hacen en telas de algodón, en gasas”.19 Los artículos de moda del Suplemento recalcan la importancia de la elegancia, a manera de dictamen u obligación a cumplir: “Si el preocuparse del cuidado del rostro, del cabello, de la silueta, de la indumentaria, pudo considerarse en una época como frivolidad, en la actualidad se acepta como imperativo de la hora en que vivimos”.20 Presentarse correctamente ataviada era parte del éxito de la mujer, que empezaba a participar en actividades de las que antes era excluida. Aparece entonces un nuevo estereotipo de mujer trabajadora, que es la que encuentra mayores dificultades para conciliar las exigencias de la vida activa con el gusto y la elegancia, que la moda – eterna dictadora-, impone. El “tailleur” resulta ser el elegido por mujeres médicas y en actividad política: “Este conjunto, que en ningún momento deja de ser femenino aunque tenga el corte clásico, es simpático, sobrio, y viste en todo momento”.21 17.  La Prensa, 17/05/1953. “Para las mujeres que trabajan”, por Velia Delacroix. 18.  La Prensa, 03/04/1955. “Tendencias de la moda actual”. 19.  La Prensa, 23/02/1953. “Fantasía y accesorios de la moda actual. El traje largo casi desplazado”. 20.  La Prensa, 27/01/1952. “La mujer tiene la obligación de ser elegante”, por Velia Delacroix. 21.  La Prensa, 01/03/1953. “El Tailleur”, conjunto indispensable para las elegantes”, por Velia Delacroix.

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Incluso en la intimidad del hogar la mujer debía cuidar su aspecto. Aparece una nueva prenda de lencería “más refinada y más lujosa que nunca”, la “robe de nuit”22, que está cortada tan cuidadosamente como un vestido, pero con la diferencia de que ha debido ser creada contemplando la necesidad del frecuente lavado: “estar elegante en la intimidad del hogar es una de las características que señalan, en forma definitiva, la auténtica femineidad, que se complace en ser exquisita para sí”.23 De allí que: “cada vez nos admiramos más al ver cómo la mujer ha hecho de la “toilette” de entrecasa, un motivo de agradable preocupación, que selecciona con el mismo cuidado que la ropa de calle”. 24 Podemos destacar también, el rol de la mujer como encargada de mantener cierto equilibrio en la balanza de la economía familiar. Frente al problema económico que implicaba el cambio de temporada, se destaca la posibilidad de verse elegante, sin necesidad de recurrir a ropas demasiado costosas, haciendo uso de la creatividad, propia de la mujer porteña: “Ellos (los modistos), ajenos a los problemas económicos que significan cada renovación de guardarropa, imponen determinadas tendencias, aconsejan determinada línea, o insinúan tal o cual calidad de tela. Sin embargo, la mujer porteña, a quien debemos reconocerle una elegancia personal sin imposiciones tiránicas, sabe que puede lograr “toilettes” encantadoras adaptando –con equilibrado criterio– trajes de años anteriores”.25 Por este tiempo también, comienza a notarse la preocupación por un nuevo nicho de mercado: las adolescentes y los niños. Aparecen artículos en los que se mencionan consejos para las madres, destacándose el cuidado que deben tener al elegir su guardarropa, poniendo el acento en que vistan bien y acorde a su edad: “Cuando se tiene diecisiete años, para los que se suponen poca actividad social, es necesario circunscribir el guardarropa, casi exclusivamente, a la ropa de estudio, de trabajo o de paseo. En estos tiempos en los que las jovencitas actúan, razonan y se manejan con cierta independencia, hace falta más que nunca la palabra y el criterio de las ma22.  La Prensa, 08/02/1953. “La exquisita elegancia en el hogar”. 23.  La Prensa, 17/05/1953, op. cit.. 24.  La Prensa, 10/05/1953. “Nuevas sugestiones para ‘robes’ de interior”, por Velia Delacroix. 25.  La Prensa, 08/03/1953. “El otoño con los dictados de la moda actual”, por Velia Delacroix.



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dres para orientarlas y aconsejarlas en la elección de los vestidos para cada oportunidad.” Para ellas se aconseja discreción y sobriedad”.26

Conclusiones A partir del análisis realizado puede inferirse que, a pesar de lo que se supondría en un estudio de la moda durante el período elegido, la figura de Eva Perón no es el icono explícito en este rubro, sin dejar de lado su indiscutido liderazgo. A diferencia de lo que manejó el “revival pop” posterior, en el relevamiento y análisis emerge más el ideario que la figura de Evita. Desde esta perspectiva se hace manifiesto el proceso de modernización y los grandes cambios que trajo aparejado el proyecto peronista desde el punto de vista educativo, tecnológico, productivo y social. En este aspecto, se hace evidente la transformación del rol de la mujer, que adquiere un importante protagonismo, pero en el marco de un modelo moderno y a su vez conservador. Inserta en la sociedad desde un lugar específico, como el laboral y el político, pero sin perder sus tradicionales facetas del modelo patriarcal de madre y señora del hogar.27 Algo que también es pertinente observar es el aspecto democratizador del discurso de la moda. Porque aparece en el mismo espacio destinado a la denominada “alta cultura”. Además, no apunta a lo caro y exclusivo, con estereotipos femeninos alejados de los sectores populares, sino que en el marco de una sociedad de consumo, se promueven valores que condicen con un ideario de trabajo y hogar, en un contexto de sociedad integral con plena participación ciudadana no sólo en los derechos políticos, sino también en los sociales y económicos.

26.  La Prensa, 22/06/1952. “Las jovencitas pueden y deben ser elegantes”, por Velia Delacroix. 27.  Para una mayor profundización de este aspecto particular del ideario de Evita, es ilustrativo el libro de Paco Jamandreu, Evita fuera del balcón (Buenos Aires, Ediciones del Libro Abierto, 1981). En el Prólogo del mismo, Nicolás Olivari escribe: “Yo la vi, incansable, hora tras hora, en su transparencia de ángel, y enmudecí hora tras hora siguiendo la luminaria de su ascensión entre los pobres. Caía ya la noche y Ella continuaba prodigándose entre sus menesterosos como con prisa, como con urgencia, como temerosa de no llegar a tiempo para mitigar tanto dolor”.

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