Mito e imagen: Telefo en el altar de Pérgamo

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MITO E IMAGEN: TÉLEFO EN EL ALTAR DE PÉRGAMO (PAC3) Mitología grecolatina e interpretación histórica (profesora Marta Oller Guzmán) 8/2/2015 Cristina Marcos Sánchez Tal como explican C. Carreras y J. Nadal, la observación de la cultura visual proporciona una documentación alternativa que sirve para completar o contradecir algunos puntos obtenidos a través de otras fuentes (2002-2003: 67). En este sentido, conviene rememorar las palabras que M.A. Elvira plasma en el prólogo de su manual de iconografía clásica, y es que "las descripciones de los mitógrafos e historiadores y relatos que éstos nos ofrecen quedan supeditados a las imágenes" (2008: 17). El mito de Télefo y, en consecuencia, el altar de Pérgamo, son las temáticas que se pretenden desarrollar a continuación. En este caso, el majestuoso monumento es capaz de transmitir por él mismo la recreación de un pasaje mítico que encuentra en la memoria colectiva un significado y una función pertinente. Así pues, se profundizará en el friso interior del altar de Pérgamo, la Telefiada, que en comparación con la estructura arquitectónica del friso de la Gigantomaquia, refleja un estilo más sobrio. Además de ser una obra posterior al de la Gigantomaquia, quedó sin terminar y sólo han podido reconstruirse 34,6 metros de su totalidad (Delgado, 2002: 336). Antes de adentrarse en la contextualización de su construcción, conviene explicar el mito 1 que corresponde a este héroe para lograr una comprensión mayor. Según Aguilar, Heracles a su paso por Tegea cuando regresaba de la conquista de Pilos sedujo a Auge, sacerdotisa de Atenea Álea, sin saber que era la hija del rey Áleo; ella dio a luz en el templo de la diosa y, su padre, al ver la peste que asolaba la región, averiguó cómo la causa era el templo mancillado (2003: 183). Hizo exponer al recién nacido en el monte Partenio, donde lo amamantó una cierva y lo criaron unos pastores que le llamaron Télefo. Este episodio fue recogido en la traducción inglesa del texto de Diodoro Sículo de la siguiente manera: 7. From this campaign Heracles returned into Arcadia, and as he stopped at the home of Aleos the king he lay secretly with his daughter Augê, brought her with child, and went back to Stymphalus. 8. Aleos was ignorant of what had taken place, but when the bulk of the child in the womb betrayed the violation of his daughter he inquired who had violated her. And when Augê disclosed that it was Heracles who had done violence to her, he would not believe what she had said, but gave her into the hands of Nauplius his friend with orders to drown her in the sea. 9.But as Augê was being led off to Nauplia and was near Mount Parthenium, she felt herself overcome by the birth-pains and withdrew into a near-by thicket as if to perform a certain necessary act; here she gave birth to a male child, and hiding the babe in some bushes she left it there. After doing this Augê went back to Nauplius, and when she had arrived at the harbour of Nauplia in Argolis she was saved from death in an unexpected manner. 10.Nauplius, that is, decided not to drown her, as he had been ordered, but to make a gift of her to some Carians who were setting out for Asia; and these men took Augê to Asia and gave her to Teuthras the king of Mysia (Diod. Sic., Bib. Hist. IV, 33, 7-11).

Así pues, dicho episodio se corresponde con la primera escena del friso (Fig. 1), en la que, como explica J.J. Puigbó, muestra a Heracles en la corte del rey Áleo en Tegea, bajo un árbol que mira por primera vez a Auge; a la izquierda, pese a que Diodoro no la mencione, se encuentra la reina Neaira (2010: 415). Por tanto, tal como plasma P. Grimal en su Diccionario, Télefo se presenta como hijo de Heracles -de todos sus hijos es el que más se parece a él- y 1 Según los estudiosos de la mitología, el origen del personaje se remontaría a un mito minorasiático según el cual sería la divinidad hático-hitita Telipinu, hijo del dios de la Tempestad (Aguilar, 2003: 182).

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Auge, scomo hija del rey de Tegea. De todas formas, "sobre las circunstancias de su nacimiento existían dos series de tradiciones muy distintas; unas se remontaban a fuentes principalmente épicas, mientras que las segundas tenían su origen en otras que fueron utilizadas por los trágicos" (Grimal, 1981: 497). Según la primera, después de que Auge concebiera a su hijo, ésta fue abandonada por su padre en un cofre en el mar, que llegó a Misia; o bien, como apuntaba Diodoro Sículo, Áleo entregó su hija a Nauplio, el cual la dejó en manos de unos mercaderes, siendo Auge vendida en Misia al rey Teutrante, en cuya corte fue criado Télefo. En este sentido, Estrabón, valiéndose de Eurípides, explicaba lo siguiente: Euripides says that Augê, with her child Telephus, was put by Aleus, her father, into a chest and submerged in the sea when he had detected her ruin by Heracles, but that by the providence of Athena the chest was carried across the sea and cast ashore at the mouth of the Caïcus, and that Teuthras rescued the prisoners, and treated the mother as his wife and the child as his own son (Estrab., XIII, 615, 74).

Según el autor, Teutrante encontró a Auge en la orilla del Caicos, que corresponde a la tercera escena del friso (Fig. 2). En ella, el rey es perfectamente reconocible debido a su vestimenta y a las botas que porta con sus aletas. En cuanto a la segunda versión sobre las circunstancias del nacimiento de Télefo, Grimal explica que mientras la madre era abandonada en el mar, el niño era expuesto en la montaña, en Arcadia. Como en la primera versión, Auge había sido entregada por Áleo a Nauplio, con el encargo de ahogarla; durante el camino, la joven dio a luz un hijo en el monte Partenio y lo abandonó. Mientras que Auge era vendida a unos mercaderes que la llevaron a Misia, Télefo fue recogido por unos pastores del rey Córito, los cuales lo ofrecieron a éste como regalo. Grimal prosigue comentando que ya hombre, Télefo consultó el oráculo de Delfos para conocer el paradero de su madre. El oráculo le sugirió trasladarse a Misia, donde encontró a su madre en la corte del rey Teutrante. Seguidamente, el argonauta Idas trató de arrebatarle a éste el reino. El monarca suplicó ayuda a Télefo, que se encontraba acompañado por Partenopeo2, "prometiéndole, en caso de victoria, la mano de Auge, a quien consideraba como su hija adoptiva3 desde el día en que había abordado en Misia" (Grimal, 1981: 497). Debido a la victoria de Télefo sobre los enemigos del rey, quiso recompensarle dándole a Auge por esposa, pero una serpiente enviada por los dioses se interpuso entre ellos. Por inspiración divina, madre e hijo se reconocieron, evitando así el incesto y el crimen. Teutrante, además de nombrar a Télefo como heredero de su reino, le otorgó la mano de su hija Argíope. "En este momento se sitúa un episodio célebre en la vida del héroe: su lucha contra los griegos que se dirigían a Troya y su herida causada por Aquiles" (Grimal, 1981: 497). Los griegos creyeron desembarcar en Frigia en vez de Misia, por ello, algunos autores como Filóstrato, explican que éstos lo hicieron conscientemente para evitar que Príamo pudiese demandar ayuda a los misios: [...] Los aqueos, antes de Troya, saquearon Misia, que entonces gobernaba Télefo, y de cómo éste, luchando por los suyos, fue herido por Aquiles, puedes enterarte por los poetas, ya que estos hechos no los pasaron por alto. Ahora bien, dar crédito a lo que se cuenta, que los aqueos no sabían dónde estaban y creían saquear el territorio de Príamo, es contradecir lo que afirma Homero sobre Calcas el adivino. Pues, si navegaban guiados por la adivinación e hicieron este arte su consejera, 2 Uno de los Siete Jefes que marcharon contra Tebas. Se contaba que había sido expuesto en el monte con Télefo, y que había acompañado a éste a Misia, tomando luego parte en la contienda contra Idas (relatada exclusivamente por Higinio). En Misia se había casado con la ninfa Clímene de la cual tuvo un hijo, Tlesímenes (Grimal, 1981: 411). 3 Estrabón explica que Auge fue acogida en Misia como esposa de Teutrante y, por tanto, Télefo como hijo. Esta concepción difiere de lo que la mayoría de autores explican, incluso Grimal, que se refiere a la relación entre el rey misio y Auge como el de padre e hija.

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¿cómo puede ser que atracaran en Misia sin saberlo? ¿Cómo puede ser que al atracar en Misia ignoraran que no era Troya, por muchos boyeros y pastores que encontraran? Pues en aquella región, las tierras de pastoreo llegan hasta el mar y, además, es habitual, creo yo, entre los navegantes preguntar por el nombre del país extranjero al que arriban... Pero, aun admitiendo que no encontraran a nadie para preguntárselo, Ulises y Menelao que ya habían estado en Troya como embajadores y habían visto las almenas de la ciudad, me parece que se habían dado cuenta y no habrían permitido que el ejército se equivocara de enemigo (Filóstr., Her., II, 23).

En esta línea, el héroe salió al encuentro de los invasores y mató a muchos de ellos. Aunque Filóstrato no lo comente y se centre en la herida que Aquiles le causó en su huída 4, Télefo se enfrentó a Tersandro -hijo de Polinices-, a quien abatió tal como se puede observar también en el friso, en la escena (Fig. 3) posterior a la representación de la batalla de Caicos y la muerte de los hijos de Istros. Durante ocho años, los griegos volvieron a reunir otro ejército y se concentraron por segunda vez en Áulide. "Sin embargo, no sabían cómo llegar a Tróade; Télefo, cuya herida no se curaba y a quien Apolo había predicho que , pasó de Misia a Áulide vestido de harapos como un mendigo -este rago parece ser exclusivo del Télefo de Eurípides-, y ofreció a los griegos mostrarles el camino si Aquiles consentía en curarlo" (Grimal, 1981: 497-498). "Aristófanes aprovechó la comicidad que resultaba el contraste de la figura de un rey con disfraz de pobre, "lo que casi se puede calificar de oxymoron visual" (Aguilar, 2003: 187), y así utilizó en tres de sus comedias, al menos, el episodio de Télefo en la reunión de los héroes griegos en Argos (Fig. 4): Ahora eres rico, pero no ha mucho pedías limosna, y te comparabas a Télefo de Misia, teniendo por única comida las sentencias de Pandeletes que llevabas en tu alforja (Aristóf., Nubes, 555).

Como se supone, sólo aparece una pequeña alusión del Razonamiento Justo que reprocha al Injusto su antigua conducta mendicante. En el monumento también se puede observar cómo el héroe pide su sanación. En consecuencia, Aquiles accedió y curó a Télefo, así que como había prometido, guió la flota griega que llegó sin contratiempo a Troya. No obstante, como apunta de nuevo Grimal, Eurípides en su tragedia Télefo contaba que, por consejo de Clitemestra, Télefo se había apoderado del pequeño Orestes, en la cuna, y había amenazado con matarlo si los griegos no accedían a obligar a Aquiles a curarlo (1981: 498). Después de la llegada de los griegos a Tróade, el héroe no desempeñó ningún papel en la guerra de Troya, lo que no significa que Homero no conociese su mito. Según Kullmann, el poeta conocería las Ciprias y, este poema, en el resumen que se conserva de Proclo, refiere la primera expedición fallida de los griegos a Troya donde se inserta el personaje que analiza en la presente actividad (Aguilar, 2002: 182). Pese a la promesa hecha por Télefo a los griegos de que no combatiría contra ellos, su hijo Eurípilo6 se dejó persuadir por Astíoque y acudió en auxilio de Príamo. Asimismo, Télefo estaba relacionado con los mitos itálicos por sus hijos con Hiera 7, Tarcón y Tirseno. Ambos 4 Grimal explica que Aquiles hirió a Télefo durante la persecución, cuando el último tropezó con una vid y se cayó. Se pretendía que el propio Dioniso había sido el causante de esta caída, porque Télefo no le había tributado los honores que como dios se le debían (1981: 497). 5 Grimal expone la siguiente referencia: Aristóf., Nubes, 919. Debido al formato de la traducción de la obra utilizada para esta ocasión, "55" representa la página en la que se puede encontrar el texto citado. 6 Éste es mencionado también por Estrabón en la siguiente referencia: Estrab., XIII, 615, 75. 7 Cuando se llevó a cabo la primera expedición de los griegos contra Troya y el desembarco en Misia, Hiera se puso al frente de las mujeres del país y luchó contra los invasores (Grimal, 1981: 267). Murió a manos de Nireo, entonces un héroe joven y desconocido qu esería muerto después en Troya por Eurípilo. Hiera era una mujer bella, y Filóstrato reprocha a Homero que olvidándola se haya ocupado tan sólo de Helena (Aguilar,

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emigraron a Etruria después de la guerra de Troya. En pocas palabras, Télefo llegó a ser rey de Misia y se consolidó como héroe fundador de la ciudad de Pérgamo por su vínculo directo con Heracles y, en consecuencia, con Zeus, para convertirse en antepasado de los monarcas atálidas. Una vez conocido el mito y haber observado cómo las referencias literarias se relacionan directamente con algunas escenas del friso, conviene profundizar ahora en la contextualización de la construcción del altar. Como explica C. Delgado, Pérgamo, hoy Bergama, pequeña ciudad de la antigua región de Misia (al noroeste de Asia Menor) estaba llamada a convertirse en modelo y fiel encarnación de los nuevos ideales helenísticos (2002: 330). De hecho, su importancia como urbe comenzó cuando, a finales del siglo IV a.C., fue elegida como depositaria del tesoro real -nueve mil talentos- por Lisímaco, general de Alejandro Magno y dueño de Tracia y Asia Menor. De su custodia se encargó Filetero -hijo de Átalo y Boa-, militar del ejército tracio de origen bitinio. "Si bien la leyenda refiere que la ciudad fue fundada por Télefo, que procedía de la época troyana, sus orígenes reales permanecen imprecisos" (Puigbó, 2010: 354). Tras la victoria de Seleuco en el 281 a.C., Filetero se pasó al bando de los seléucidas, aunque, poco después, Seleuco fue asesinado y reemplazado por el militar del ejército tracio. Aún así, no llegó a ser nombrado rey pero se le atribuye ser el fundador de la dinastía atálida, que comprendieron la importancia de desarrollar el arte y la arquitectura como una empresa destinada a lograr la grandeza del estado. Entre sus sucesores, Eumenes I (263 a.C.-197 a.C.) detuvo la invasión de los gálatas 8 y procuró embellecer a la ciudad; Átalo I Soter también rechazó a los gálatas, los cuales habían llegado hasta los muros de la ciudad hacia el 230 a.C., además, mantuvo la alianza con Roma y convirtió a Pérgamo en un importante centro artístico y literario, cuya biblioteca, la más importante después de la de Alejandría, contenía 200000 rollos de pergamino. Tras la victoria de Átalo I contra los gálatas en el 228 a.C., Pérgamo se convirtió oficialmente en un reino, que generó un sentimiento de orgullo nacional. "Lo que había sido Atenas para el período clásico pasó a ser Pérgamo para el período helenístico" (2010: 355). Le sucedió Eumenes II Sóter (197 a.C. - 159 a.C.), que también tuvo que luchar contra gálatas, bitinios y pónticos, enfrentándose, además, con los seléucidas, aliados de todos ellos. Como explica Delgado, sus victorias sobre esta nueva amenaza bárbara, les acreditaron como los más idóneos paladines de la cultura griega (2002: 329). Átalo II (138 a.C.-133 a.C.), dispuso en su testamento que la ciudad debía pasar al dominio de Roma, aunque este legado se atribuye siempre a Átalo III. "Como siempre, el juicio sobre este gobernante oscila entre el ser un traidor a la cultura griega o la de ser un político hábil ante las circunstancias de la historia" (Puigbó, 2010: 356). De todas formas, fue Eumenes II quien hizo contruir el famoso Altar de Zeus -Gigantomaquia-, una verdadera joya arquitectónica y obra máxima del arte helénico. El monumento formó parte del aparato propagandístico del estado y de la exaltación política nacional (Delgado, 2002: 331). Todos los estudiosos coinciden en aceptar que este monumento no debe comprenderse como un episodio más de su compleja mitología, sino como una forma de entender la vida, el pensamiento o la religiosidad. "Su evolución a través de los distintos contextos en los que se utilizó, fue una forma de lenguaje para expresar el ideal panhelénico, que impulsó a Alejandro al cumplimiento de su sueño universal" (Delgado, 1999: 127). El friso que se ha tratado en esta redacción, que medía 1,58 metros de altura y 80 2003: 192). 8 Tribu nómada de celtas que habían invadido Macedonia y Grecia, trasladándose después a las mesetas centrales de Asia Menor.

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metros de longitud, se construyó hacia el 161 a.C. Como se ha podido observar en las referencias literarias expuestas aquí, su temática no desarrolla un solo episodio, sino una secuencia de ellos, que abarca desde el nacimiento hasta la muerte de Télefo. Delgado indica, una vez más, que esta forma de narración continua, donde el tiempo se introduce como una novedosa aportación del arte helenístico, fue empleada después por los escultores romanos en el desarrollo de la temática de sus columnas conmemorativas; además, la Telefiada muestra fondos paisajísticos o arquitectónicos, inexistentes en la Gigantomaquia, cuya perspectiva espacial podía ser fruto de los avances experimentales en el campo de la pintura (2002: 336). Es importante considerar que cabe la posibilidad de que el magno monumento pudiera albergar un antiguo heroon dedicado a Télefo, en el cual, Apolonia, madre de Átalo II, podía haber sido enterrada allí. "Destacaría, así, la función política del altar como atávico y sagrado recinto de la dinastía atálida, a la vez que como mausoleo de uno de sus prolíficos y ejemplares miembros (Delgado, 2002: 336). Por lo tanto, el friso de Télefo, como el de la Gigantomaquia, era portador de un mensaje simbólico dirigido a un público culto. En conclusión, la Telefiada había sido erigida para que quien lo contemplase pudiese comprender su significado sin la ayuda de ningún tipo de inscripción que facilitase en la identificación de los paneles. Por ello, tal como suponen Puigbó, Aguilar y Delgado, su función era documentar la serie de hechos que enlazaban la monarquía atálida con la deidad de Zeus mediante el héroe Heracles y, su vástago, el héroe fundador de la ciudad, Télefo. T. Scheer comenta que "even the origin of Telephos in the Arkadian city of Tegea -a rather insignificant place in Hellenistic times- could be useful in the matter of prestigious family connections: the Arkadians were regarded as one of the most ancient peoples in Greece" (2005: 224). En este sentido, los atálidas también consiguieron realzar los vínculos parentales. La tradicional leyenda de Télefo, que cuenta que el pequeño fue abandonado en una montaña y que fue amamantado por una cierva -hecho que se relaciona con la etimología de su nombre-, pero la versión que se tomó para eregir el monumento fue en la que el propio Heracles encuentra a su hijo, siendo éste amamantado por una leona, lo que, según algunos especialistas, crea un lazo más fuerte entre padre e hijo y se relaciona con la legitimación de la sucesión de los monarcas. Así, la realeza pergamena quedaría constituida a partir de la voluntad de los dioses. Esto no significa que deba entenderse dicha monarquía como divinizada en la tierra, sino que, simplemente recrearía la identificación de los monarcas con el pasado mítico. El decreto de Pérgamo de época de Átalo III, hallado en el año 1871, reafirmaría el hecho de que el altar crearía una imagen del monarca y que su objetivo sería la renovación 9 de la monarquía y su vinculación a los dioses. En pocas palabras, el conjunto monumental conmemoraba la victoria de la ciudad sobre los gálatas. En este sentido, la Gigantomaquia simbolizaría dicha victoria mediante los olímpicos como representantes de la civilización griega frente a los gigantes o gálatas. En cambio, la Telefiada se construiría como representación de la grandeza del estado atálida frente al resto de estados helenísticos, en el cual sus monarcas intentaron elevar el estatus de la ciudad imitando a la esplendorosa y antigua Atenas. Télefo, como fundador de Pérgamo, relacionaba la dinastía atálida con el pasado mítico griego con el que la sociedad pergamena se identificaba.

9 En el decreto se comentan los detalles de la celebración anual que conmemoraba la entrada solemnte del rey en la ciudad; el rey debía ser coronado cada vez que llegara a la ciudad por el stephanephoros de los Doce Dioses y del Dios Eumenes. Información extraída de Histórico digital: .

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Referencias bibliográficas AGUILAR, R.M. (2003). "La figura de Télefo en la literatura y en el arte griegos". Cuadernos de Filología Clásica: Estudios griegos e indoeuropeos, vol. 13, pp. 181193. ARISTÓFANES (sin fecha). "Las Nubes" [consulta en línea]. Al revés y al derecho. [Fecha de consulta: 4/2/2015]: . CARRERAS, C.; NADAL, J. (2002-2003). "Reflexiones en torno a la cultura material. Nuevas aproximaciones". Pyrenae, núm. 33-34, pp. 65-80. DELGADO, C. (1999). "La Gigantomaquia, símbolo socio-político en la concepción de la polis griega". Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, t. 12, pp. 107-127. DELGADO, C. (2002). "El grandioso altar de Pérgamo: emblemática obra del mundo helenístico". Cuadernos de Filología Clásica: Estudios griegos e indoeuropeos, vol. 12, pp. 329-344. DIODORO SÍCULO (1935). "The Library of Histrory", trad. de C.H. Oldfather [consulta en línea]. Penelope U.Chicago. Harvard University Press/Loeb Classical Library edition. [Fecha de consulta: 3/2/2015]: . ELVIRA, M.A. (2008). Arte y mito: manual de iconografía clásica. Silex Ediciones. ESTRABÓN (1928). "The Geography of Strabo" [consulta en línea]. Penelope U.Chicago. Loeb Classical Library edition. [Fecha de consulta: 2/2/2015: . FILÓSTRATO (1996). Heroico. Gimnástico. Descripciones de Cuadros. Calístrato. Descripciones, trad. Francesca Mestre. Madrid: Editorial Gredos. GRIMAL, P. (1981). Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós. HISTORICO DIGITAL. "La identidad de la civilización griega a través del Altar de Pérgamo".[Fecha de consulta: 2/2/2015]. . MAICAR, GREEK MYTHOLOGY LINK. "Telephus". [Fecha de consulta: 2/2/2015]: . PUIGBÓ, J.J. (2010). "El Museo de Pérgamo, "El Gran Altar de Mármol". Colección Razetti, vol. IX. Caracas: Editorial Ateproca, pp. 343-323. SCHEER, T. (2005). "The Past in a Hellenistic Present: Myth and Local Tradicion". Companion to the Hellenistic World. Blackwell Publishing, pp. 216-231.

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Anexos Figura 1: extraído, como el resto de figuras, de la web Pergamon: .

Figura 2

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Figura 3

Figura 4

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