Mírame para bien, oh Dios (Sermón)
Descripción
RUTA HOMILÉTICA 1. Objetivo general: Ético: Este sermón apunta a sensibilizar a la iglesia a vivir una vida de testimonio, basada en la obediencia y santidad a Dios. 2. Objetivo específico: Que al terminar este sermón los oyentes queden convencidos del valor que tiene a los ojos de Dios una vida recta. 3. Texto Bíblico: En todo lugar están los ojos del SEÑOR, Observando a los malos y a los buenos. (Pro 15:3) 4. Asunto: Atributos de Dios/Nombres de Dios. 5. Tema: La actitud de Dios hacia la conducta humana 6. Tesis: (Exclamativa) Vale la pena que Dios nos mire para bien 7. Pregunta clave: ¿Cómo? 8. Palabra clave: Maneras 9. Puntos principales: (Principio de conceptos complementarios) Dios mira vigilantemente: El‐Roí (El Dios que ve) está mirando a buenos y malos: Este término implica algo más que una mirada casual. Dios está pendiente. Él está vigilando. (Job 34:21; Sal 33:13‐15)) Dios mira activamente: Si Dios vigila, lo hace con un propósito. No es un vigilante pasivo, sino un vigilante activo. Este proverbio (15:3) demuestra la Omnipresencia de Dios que significa que Él está en todas partes. Tal observación constante es terriblemente molesta para el corazón no espiritual, pero, para aquellos que conocen y aman a su redentor, tal conocimiento envigoriza al espíritu y conforta el alma. Matthew Henry comentó: Los pecados, los servicios y las penas secretas están bajo los ojos de Dios. Esto habla de consuelo a los santos y terror a los pecadores. Dios Vigila al hombre malo para castigarlo: Sal 34:16; (Am 9:3, 8 a) Aunque a veces pareciera lo contrario (Job 24:22‐24). Dios está muy atento a aquel cuyas palabras, pensamientos, o acciones son perversas. Dios vigila al hombre bueno para hacerle bien: Rom 8:27 el escudriña los corazones de sus hijos, él sabe que son Sus santos, pues él los santificó, y para mantenerlos puros ha dispuesto incluso a su Espíritu Santo para interceder por ellos.
10. Puntos secundarios: Dios mira vigilantemente: El‐Roí (El Dios que ve) está mirando a buenos y malos: Este término implica algo más que una mirada casual. Dios está pendiente. Él está vigilando. (Job 34:21) o Dios vigila a profundidad: Jer 17:10 Dios mira activamente: Si Dios vigila, lo hace con un propósito. No es un vigilante pasivo, sino un vigilante activo. Este proverbio (15:3) demuestra la Omnipresencia de Dios que significa que Él está en todas partes. Tal observación constante es terriblemente molesta para el corazón no espiritual, pero, para aquellos que conocen y aman a su redentor, tal conocimiento envigoriza al espíritu y conforta el alma. Matthew Henry comentó: Los pecados, los servicios y las penas secretas están bajo los ojos de Dios. Esto habla de consuelo a los santos y terror a los pecadores. o Es necio y torpe el que piensa que Dios no va a tomar medidas frente a lo que hacemos: Sal 94:8‐10; Sof 1.12; (Jer 16:17). Dios vigila al malo para castigarlo: Sal 34:16; (Am 9:3, 8 a) Aunque a veces pareciera lo contrario (Job 24:22‐24). Dios está muy atento a aquel cuyas palabras, pensamientos, o acciones son perversas. Dios promete consecuencias nefastas a: o El que es inmoral. o El que destruye, causa dolor o hace infelices a otros. o Todo aquel que está sin Dios. o No nos debe importar cuándo lo haga, sino que lo va a hacer, hoy o en cien años, a menos que el malo se arrepienta. Dios vigila al bueno para hacerle bien: Rom 8:27 el escudriña los corazones de sus hijos, él sabe que son Sus santos, pues él los santificó, y para mantenerlos puros ha dispuesto incluso a su Espíritu Santo para interceder por: o Los que claman a Él (Sal 34:15) o Los que le temen y aman su misericordia (Sal 33:18‐19) o Los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios (Jer 24:6‐7) o Los que le han dado su corazón completamente al Señor (2 Cr 16:9 a) 11. Introducción: Estamos en nuestro estudio de El‐Roí, El Dios que ve. La semana pasada nos detuvimos en la primera mitad de Proverbios 15:3 que dice: “En todo lugar están los ojos del Señor” Vimos cómo estas palabras nos hablan de la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. Hablamos de cuán grande es la relación de dichos atributos con nosotros los seres humanos, ya que nos transmiten la verdad de que si Dios está en todo lugar, y todo lo ve, todo lo entiende, y todo lo conoce, entonces Él conoce hasta el más mínimo e ínfimo detalle de nuestras vidas. La segunda mitad de Proverbios 15:3 Nos habla de esto: “mirando a los malos y a los buenos”. Esta parte del proverbio apunta a sensibilizarnos a vivir una vida de testimonio, basada en la obediencia y santidad a Dios. Por eso mi oración es que al terminar este sermón todos quedemos convencidos del valor que tiene a los ojos de Dios una vida recta, plenamente convencidos, tal y como lo escribió Pedro de que “LOS OJOS DEL SEÑOR ESTAN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OIDOS ATENTOS A SUS ORACIONES; PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTÁ CONTRA LOS QUE HACEN EL MAL." (1 Pe 3:12)
12. Frase transicional: Veremos hoy entonces la actitud de Dios hacia la conducta humana, y quiero hoy demostrar a todos ustedes que vale la pena que Dios nos mire para bien. El Proverbio nos dice que los ojos de Dios están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos, y aunque la semana pasada nos enfocamos en los ojos de Dios, hoy vamos a descubrir cómo mira Él. Veremos entonces, a continuación, cuatro maneras como Dios mira a los seres humanos… 13. Conclusión: Dios quiere que estemos seguros de que él no es sólo un observador, Él es un vigilante, un vigilante activo, que castiga a los malos, pero hace bien a los buenos. Estoy plenamente convencido, y no hay un solo lugar a dudas en mi corazón y mi mente, de que vale la pena vivir rectamente, vale la pena que Dios nos esté mirando para bien. Por esta razón, hoy Dios te hace el llamado a mirar tus caminos y ponerlos en las manos de Dios. Deja que Él enderece tus pasos. Si decides tomar el mal camino, ten por seguro que los ojos de Dios están atentos sobre ti, pero si hoy decides tomar el camino de Jesucristo, ten por seguro que Dios va a usar todas las cosas de tu vida, buenas o malas, para hacerte bien. Recibe entonces la exhortación que hizo el Señor al rey Salomón en 1 Cr 28:9 y pon allí tu nombre: 1Cr 28:9 "En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, Él te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, Él te rechazará para siempre. 14. Título: Mírame para bien, oh Dios.
Bosquejo MÍRAME PARA BIEN, OH DIOS Introducción: Estamos en nuestro estudio de El‐Roí, El Dios que ve. La semana pasada nos detuvimos en la primera mitad de Proverbios 15:3 que dice: “En todo lugar están los ojos del Señor” Vimos cómo estas palabras nos hablan de la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. Hablamos de cuán grande es la relación de dichos atributos con nosotros los seres humanos, ya que nos transmiten la verdad de que si Dios está en todo lugar, y todo lo ve, todo lo entiende, y todo lo conoce, entonces Él conoce hasta el más mínimo e ínfimo detalle de nuestras vidas. La segunda mitad de Proverbios 15:3 Nos habla de esto: “mirando a los malos y a los buenos”. Esta parte del proverbio apunta a sensibilizarnos a vivir una vida de testimonio, basada en la obediencia y santidad a Dios. Por eso mi oración es que al terminar este sermón todos quedemos convencidos del valor que tiene a los ojos de Dios una vida recta, plenamente convencidos, tal y como lo escribió Pedro de que “LOS OJOS DEL SEÑOR ESTAN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OIDOS ATENTOS A SUS ORACIONES; PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTÁ CONTRA LOS QUE HACEN EL MAL." (1 Pe 3:12) Texto Bíblico: En todo lugar están los ojos del SEÑOR, Observando a los malos y a los buenos. (Pro 15:3) Frase transicional: Veremos hoy entonces la actitud de Dios hacia la conducta humana, y quiero hoy demostrar a todos ustedes que vale la pena que Dios nos mire para bien. El Proverbio nos dice que los ojos de Dios están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos, y aunque la semana pasada nos enfocamos en los ojos de Dios, hoy vamos a descubrir cómo mira Él. Veremos entonces, a continuación, cuatro maneras como Dios mira a los seres humanos… Dios mira vigilantemente: El‐Roí (El Dios que ve) está mirando a buenos y malos: Este término “mirando” implica algo más que una mirada casual. Dios está realmente pendiente. Él está vigilando. (Job 34:21 Porque Sus ojos observan los caminos del hombre, Y El ve todos sus pasos.) Dios vigila a profundidad: Jer 17:10 Dios mira activamente: Si Dios vigila, lo hace con un propósito. No es un vigilante pasivo, sino un vigilante activo. Este proverbio (15:3) demuestra la Omnipresencia de Dios que significa que Él está en todas partes. Tal observación constante es terriblemente molesta para el corazón no espiritual, pero, para aquellos que conocen y aman a su redentor, tal conocimiento envigoriza al espíritu y conforta el alma. Matthew Henry comentó: Los pecados, los servicios y las penas secretas están bajo los ojos de Dios. Esto habla de consuelo a los santos y terror a los pecadores. Es necio y torpe el que piensa que Dios no va a tomar medidas frente a lo que hacemos: Sal 94:8‐10; Sof 1.12; (Jer 16:17 "Porque Mis ojos están puestos sobre todos sus caminos, que no se Me ocultan, ni su iniquidad está encubierta a Mis ojos.). [Ilustración caballo] Dios vigila al malo para castigarlo: Sal 34:16; (Amó 9:3, 8 a. Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, Allí los buscaré y los tomaré; Aunque se oculten de Mis ojos en el fondo del mar, Allí ordenaré a la serpiente que los muerda… Por eso los ojos del Señor DIOS están sobre el reino pecador, Y voy a destruirlo de sobre la superficie de la tierra.) Aunque a veces pareciera lo contrario (Job 24:22‐24 Pero Dios arrastra a los poderosos con Su poder; Cuando se levanta, nadie está seguro de la vida. (23) Les provee seguridad y son sostenidos,
Y los ojos de Él están en sus caminos. (24) Son exaltados por poco tiempo, después desaparecen; Además son humillados y como todo, recogidos; Como las cabezas de las espigas son cortados.). Dios está muy atento a aquel cuyas palabras, pensamientos, o acciones son perversas. Dios promete consecuencias nefastas a: El que es inmoral. El que destruye, causa dolor o hace infelices a otros. Todo aquel que está sin Dios. No nos debe importar cuándo castigará Dios al malo, sino que lo va a hacer, hoy o en cien años, a menos que el malo se arrepienta. [Ilustración Natán y David (Rom 2:3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, que escaparás del juicio de Dios?)] Dios vigila al bueno para hacerle bien: Rom 8:27 el escudriña los corazones de sus hijos, él sabe que son Sus santos, pues él los santificó, y para mantenerlos puros ha dispuesto incluso a su Espíritu Santo para interceder por: Los que claman a Él (Sal 34:15 Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, Y Sus oídos atentos a su clamor.) Los que le temen y aman su misericordia (Sal 33:18‐19 Sal 33:18‐19 Los ojos del SEÑOR están sobre los que Le temen, Sobre los que esperan en Su misericordia, (19) Para librar su alma de la muerte, Y conservarlos con vida en tiempos de hambre.) Los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios (Jer 24:6 'Porque pondré Mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré. (7) 'Les daré un corazón para que Me conozcan, porque Yo soy el SEÑOR; y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios, pues volverán a Mí de todo corazón.) [Ilustración pez] Los que le han dado su corazón completamente al Señor (2Cr 16:9 a "Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquéllos cuyo corazón es completamente Suyo.") Conclusión: Dios quiere que estemos seguros de que él no es sólo un observador, Él es un vigilante, un vigilante activo, que castiga a los malos, pero hace bien a los buenos. Estoy plenamente convencido, y no hay un solo lugar a dudas en mi corazón y mi mente, de que vale la pena vivir rectamente, vale la pena que Dios nos esté mirando para bien. Por esta razón, hoy Dios te hace el llamado a mirar tus caminos y ponerlos en las manos de Dios. Deja que Él enderece tus pasos. Si decides tomar el mal camino, ten por seguro que los ojos de Dios están atentos contra ti, pero si hoy decides tomar el camino de Jesucristo, ten por seguro que Dios va a usar todas las cosas de tu vida, buenas o malas, para hacerte bien. Recibe entonces la exhortación que hizo el Señor al rey Salomón en 1 Cr 28:9 y pon allí tu nombre: 1Cr 28:9 "En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, Él te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, Él te rechazará para siempre.
MÍRAME PARA BIEN, OH DIOS En todo lugar están los ojos del SEÑOR, Observando a los malos y a los buenos. (Pro 15:3) Estamos en nuestro estudio de El‐Roí, El Dios que ve. La semana pasada nos detuvimos en la primera mitad de Proverbios 15:3 que dice: “En todo lugar están los ojos del Señor”. Vimos cómo estas palabras nos hablan de la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. Hablamos de cuán grande es la relación de dichos atributos con nosotros los seres humanos, ya que nos transmiten la verdad de que si Dios está en todo lugar, todo lo ve, todo lo entiende, y todo lo conoce, entonces Él conoce hasta el más mínimo e ínfimo detalle de nuestras vidas. La segunda mitad de Proverbios 15:3 Nos habla de esto: “mirando a los malos y a los buenos”. Esta parte del proverbio apunta a sensibilizarnos a vivir una vida de buen testimonio, basada en la obediencia y santidad a Dios. Por eso, mi oración es que al terminar este sermón todos quedemos convencidos del valor que tiene a los ojos de Dios una vida recta, plenamente convencidos, tal y como lo escribió Pedro que “LOS OJOS DEL SEÑOR ESTAN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OIDOS ATENTOS A SUS ORACIONES; PERO EL ROSTRO DEL SEÑOR ESTÁ CONTRA LOS QUE HACEN EL MAL." (1 Pe 3:12) Veremos hoy entonces la actitud de Dios hacia la conducta humana, y quiero hoy demostrar a todos ustedes que vale la pena que Dios nos mire para bien. El Proverbio nos dice que los ojos de Dios están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos, y aunque la semana pasada nos enfocamos en los ojos de Dios, hoy vamos a descubrir cómo mira Él. Descubriremos, a continuación, cuatro maneras como Dios mira a los seres humanos. DIOS MIRA VIGILANTEMENTE El‐Roí (El Dios que ve) está mirando a buenos y malos: Este término “mirando” implica algo más que una mirada casual. Dios está realmente pendiente; Él está vigilando. Job 34:21 dice: Porque Sus ojos observan los caminos del hombre, Y El ve todos sus pasos. Así que si Dios ve todos nuestros pasos, no es porque nos mire como de pasada, sino con detenimiento y atención; nada de lo que hagamos es pasado por alto. El profeta Jeremías proclamó estas grandes maravillas a su nación, y retumban en nuestros oídos hasta el día de hoy. El Señor nos dice: “Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, Pruebo los pensamientos, Para dar a cada uno según sus caminos, Según el fruto de sus obras”. Aquí, la frase “para dar a cada uno según sus caminos…” nos lleva a ver la segunda manera como Dios mira. DIOS MIRA ACTIVAMENTE Si Dios vigila, lo hace con un propósito. No es un vigilante pasivo, sino un vigilante activo. Este proverbio (15:3) demuestra la Omnipresencia de Dios que significa que está en todas partes. Tal observación constante es terriblemente molesta para el corazón no espiritual, pero, para aquellos que conocen y aman a su redentor, tal conocimiento envigoriza al espíritu y conforta el alma. Matthew Henry comentó: “Los pecados, los servicios y las penas secretas están bajo los ojos de Dios. Esto habla de consuelo a los santos y terror a los pecadores”. Por lo tanto, es necio y torpe todo aquel que piensa que Dios no va a tomar medidas frente a lo que hacemos. El Salmo 94:8‐10 habla claramente a esta clase de personas diciendo: “Hagan caso, torpes del pueblo; Necios, ¿cuándo
entenderán? El que hizo el oído, ¿acaso no oye? El que dio forma al ojo, ¿acaso no ve? ¿No reprenderá el que castiga a las naciones, El que enseña conocimiento al hombre? Así que no sólo Dios ve todo lo que el hombre hace, sino que lo examina como con una linterna y castigará a todos aquellos que descansen cómodos y tranquilos en sus pecados. Aunque piensan que el Señor no les hará nada bueno ni malo, serán sorprendidos por Dios (Sof 1.12), porque Sus ojos están puestos sobre todos nuestros caminos, que no se le ocultan, ni nuestra maldad está encubierta a Sus ojos (Jer 16:17). No hay esperanza de que podamos esconder algo de Él, mucho menos a nosotros mismos. Él todo lo ve, lo vigila, y lo hace con el fin de ejecutar acciones directas hacia nosotros, lo que nos lleva a las dos últimas maneras de cómo mira Dios. DIOS VIGILA AL MALO PARA CASTIGARLO Pero el SEÑOR aparta su rostro de los que hacen lo malo; borrará todo recuerdo de ellos de la faz de la tierra (Sal 34:16). Aunque en este versículo vemos que Dios aparta su rostro del malo, no significa que sea para no verlo más, sino que su favor y su bondad no estarán más para con él. De hecho, Dios seguirá viendo detalladamente sus actos de maldad y los castigará, sin que puedan esconderse: “Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, Allí los buscaré y los tomaré; Aunque se oculten de Mis ojos en el fondo del mar, Allí ordenaré a la serpiente que los muerda… Por eso los ojos del Señor DIOS están sobre el reino pecador, Y voy a destruirlo de sobre la superficie de la tierra” (Amó 9:3, 8 a) Aunque a veces pareciera que los malos prosperan y se hacen fuertes y grandes, llegará sin duda el día en que pagarán por cada uno de sus actos malvados (Job 24:22‐24). Dios está muy atento a aquel cuyas palabras, pensamientos, o acciones son perversos. Dios promete consecuencias nefastas a: El que es inmoral y corrupto. El que destruye, causa dolor o hace infelices a otros. El que transgrede la Ley de Dios. Todo aquel que no busca tener una relación personal con Dios por medio de Jesucristo, como es revelado en la Biblia. No nos debe importar cuándo castigará Dios al malo, sino que lo va a hacer, ya sea hoy, o dentro de cien o doscientos años, a menos que el malo se arrepienta, mientras tenga vida en esta tierra. Recordemos que la terrible cadena de pecados que cometió el rey David (adulterio, abuso de poder, y homicidio, entre otros) lo llevaron a ser castigado por Dios nueve meses después aproximadamente con la muerte de su hijo, y más consecuencias se presentaron varias décadas más tarde, cuando Absalón ya era un adulto. Cuando David cometió estos pecados tuvo que ser confrontado por el profeta Natán quien inicialmente le narró una historia de la injusticia de otro supuesto malhechor. Al oír la historia, el rey David se indignó y ordenó el castigo de dicho hombre, pero para su sorpresa, el profeto cerró su historia diciendo que ese malhechor era el mismo rey (2 Samuel 12:1‐19). Nosotros muchas veces somos justos para juzgar la maldad de otros, pero cuando somos nosotros quienes pecamos, esperamos que Dios no vea. Esto no va a pasar. Pablo dijo a los romanos en su carta “¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, que escaparás del juicio de Dios?” (Ro 2:3) Por eso Dios nos llama al arrepentimiento, pues no nos quiera hacer mal, sino bien. Dios nos quiere mirar para bien.
DIOS VIGILA AL BUENO PARA HACERLE BIEN “Y Aquél que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.” (Rom 8:27). Dios escudriña los corazones de sus hijos, él sabe que son Sus santos, pues él los santificó, y para mantenerlos puros ha dispuesto incluso a su Espíritu Santo para interceder por ellos. Proverbios 15:3 nos dice que los ojos de Dios están en todo lugar, mirando a malos y buenos, pero si nadie es bueno, pues todos somos pecadores ¿a qué clase de “buena” persona se refiere? Veremos a continuación lo que serían por lo menos cuatro características de la clase de persona a quien Dios mirará para bien: Los que claman a Él: Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, Y Sus oídos atentos a su clamor (Sal 34:15) Que Dios tenga sus oídos atentos es uno de los mayores bienes que podemos tener de Él, pues el Todopoderoso quiere darnos lo que le pidamos. Sin embargo, hemos de ser personas que clamemos a Él llenos de confianza. Los que le temen y aman su misericordia: Los ojos del SEÑOR están sobre los que Le temen, Sobre los que esperan en Su misericordia, Para librar su alma de la muerte, Y conservarlos con vida en tiempos de hambre. (Sal 33:18‐19) Los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios “Porque pondré Mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré. 'Les daré un corazón para que Me conozcan, porque Yo soy el SEÑOR; y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios, pues volverán a Mí de todo corazón. (Jer 24:6‐7) Dios no rechazará al que se vuelva de su mal camino, todo lo contrario, le hará bien; le recibirá para que haga parte de su pueblo, y Él sea su Dios. Los que le han dado su corazón completamente al Señor: "Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquéllos cuyo corazón es completamente Suyo." (2 Cr 16:9 a) ¿No le entregaremos nuestro corazón completamente al Señor después de conocer todas estas verdades? Imaginemos unos peces saltando en la arena de una playa, muriendo lentamente. Ellos no necesitan ir más adentro de la playa, si lo hacen, morirán definitivamente. Ellos necesitan volver a su elemento: el agua. Del mismo modo, el elemento del hombre es Dios, y mientras viva lejos de Él en sus delitos y pecados, sólo le espera su perdición eterna, mientras muere lentamente. El hombre necesita volver a Dios. Dios quiere que estemos seguros de que él no es sólo un observador, Él es un vigilante, un vigilante activo, que castiga a los malos, pero hace bien a los buenos. Estoy plenamente convencido, y no hay un solo lugar a dudas en mi corazón y mi mente, de que vale la pena vivir rectamente; vale la pena que Dios nos esté mirando para bien. Por esta razón, hoy Dios te hace el llamado a mirar tus caminos y ponerlos en las manos de Dios. Deja que Él enderece tus pasos. Si decides tomar el mal camino, ten por seguro que los ojos de Dios están atentos contra ti, pero si hoy decides tomar el camino de Jesucristo, ten por seguro que Dios va a usar todas las cosas de tu vida, buenas o malas, para hacerte bien. Recibe entonces la exhortación que hizo el Señor al rey Salomón en 1 Cr 28:9 y pon allí tu nombre: "En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, Él te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, Él te rechazará para siempre” (1Cr 28:9).
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