Mil y un posibilidades en la vejez desde la visión existencial de Heidegger

July 26, 2017 | Autor: Dave Moctezuma | Categoría: Envejecimiento
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Descripción



D'HYVER. Luis. (2006) "Implicaciones para la salud del envejecimiento de la población y la transición epidemiológica en México. Geriatria 2da ed.Manual moderno. México DF.

RIVERA-LEDESMA, Armando (2008) "Estructura de pérdidas en la adultez mayor: una propuesta de medida" Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=58212099006

FORTAN, Pedro. (1989) "Los existencialismos: claves para su comprensión" Ed. Cincel. México.

MARTINEZ, Yaqui. (2009) "Filosofía existencial para terapeutas y uno que otro curioso" Ediciones LAG. México.

MARTÍNEZ, Lidia (2008) "Percepción del adulto mayor acerca del proceso de muerte" Revista de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social. 2008; 16(1): 31-36

CHIODI, Pietro (1962) "El pensamiento existencialista" Ed. Unión tipográfica. México.


"MIL Y UN POSIBILIDADES EN LA VEJEZ DESDE LA VISIÓN EXISTENCIAL DE HEIDEGGER"



DAVID ANGEL MOCTEZUMA HERRERA









INDICE


I
INTRODUCCIÓN

3
II
LA VEJEZ EN MÉXICO

4
III
EL ANCIANO ANTE LAS PÉRDIDAS

5
IV
EXISTENCIALISMO

7
V
PENSAMIENTO DE MARTIN HEIDEGGER Y LA EXISTENCIA

8
VI
LA ANGUSTIA Y MIEDO COMO REVELADORAS DE LIBERTAD
Y EXALTACIÓN DE LA VIDA

10
VII
CONCLUSIONES

12
VIII
BIBLIOGRAFIA
13









INTRODUCCIÓN.

A cualquier edad, la soledad es una de las mayores amenazas a la calidad de vida, por la angustia que acarrea, pero lo es mucho más después de los 60. El ser humano es un ser social por naturaleza, desde que nace hasta que muere, necesita de los demás para vivir. Su condición de fragilidad le hace solidario a la vez y le pone en comunicación con los otros, no sólo para subsistir, sino también para evolucionar hacia la realización personal: ser quien realmente es.
Los cambios psicológicos y sociales saludables, deben llevar al adulto mayor a asumir una actitud "positiva", a situarse en relación con el mundo; es necesario crear la propia responsabilidad de "actuar para sí mismo", en el interés por vivir la vida. Los adultos mayores requieren de actividades con un sentido, o sea que signifiquen una forma real de pertenencia social y de participación en la corriente de la vida de un grupo que les resulta propio.
El presente ensayo contiene aportaciones conceptuales que nos permitirán identificar lo singular de cada adulto mayor, en el general de la vejez; resaltan la importancia de recuperar los valores singulares de la persona humana frente al degradante proceso de despersonalización iniciado de forma irreversible desde comienzos del siglo XIX. Al tiempo que se nos brinda la oportunidad de fortalecer la práctica profesional en el replanteamiento de la misma bajo los postulados existencialistas de Martin Heidegger.








LA VEJEZ EN MÉXICO.
Desde el punto de vista demográfico, el envejecimiento es consecuencia de la transición demográfica, que intenta explicar el paso de una situación de mortalidad y fecundidad altas, a otra de niveles bajos en ambas variables.
En México, el resultado de lo anterior es que hoy en día las personas de más de 85 años de edad constituyen el grupo poblacional de más crecimiento, con aumento de 3 a 5% por año.
México, País considerado en vías de desarrollo, el incremento de los ancianos ocurre en un contexto de gran pobreza, heterogeneidad y profunda inequidad, se alcanzara un envejecimiento masivo en poco tiempo y con pocos recursos; mientras en países desarrollados, la realidad se presenta con una población envejecida más sana y más educada, y que el 60% de tal población no está incapacitada, ni es dependiente.
En tales situaciones, países como México, se enfrentan al "fracaso del éxito", que en términos generales la población logra una mayor esperanza de vida, pero solo para pasarla en situación de enfermedad y dependencia, debido a la carencia de recursos y servicios específicos.
Estaríamos también en condiciones de hablar de una transición cultural, determinada por la globalización y la globacultura, donde nuestras sociedades son más vulnerables a las circunstancias modernas, donde hay una pérdida de la conceptualización del anciano en nuestras comunidades; ahora el anciano es una figura desvalorizada y cuenta cada vez menos con las redes de apoyo familiares y sociales, puesto que ahora los valores son menos importantes en una sociedad cada vez más materialista y siempre cambiante. Ello nos lleva a una creciente marginalización, política, social, cultural y de acceso a los servicios de salud.
La pobreza es pues una condición que genera exclusión social, que condiciona la aparición de enfermedades y su cronicidad, ya que la exposición a lo largo de toda una vida, significa que mucha gente entra a la tercera edad ya con una salud crónicamente deteriorada.
Los adultos mayores se llenan hoy día de temor y ansiedad de cara al envejecimiento, a la pobreza, a la dependencia, a la vulnerabilidad, al aislamiento, y al maltrato; en otras palabras, presienten el acercamiento al encuentro con la muerte.



EL ANCIANO ANTE LAS PÉRDIDAS

Hoy día, el envejecimiento es objeto de estudio desde múltiples perspectivas (antropología, sociología, medicina, etc.) y muchos han sido los temas que han sido abordados tomando como sujetos de investigación a los adultos mayores. Precisamente, uno de los ámbitos a tratar en el envejecimiento como proceso son las pérdidas y el encuentro próximo con la muerte.

Así pues, la vejez puede ser vista como la etapa de la vida en la que ocurren numerosos cambios asociados con pérdidas en áreas importantes de la existencia que en conjunto constituyen una importante fuente de estrés. Estas pérdidas entrañan una serie de cambios físicos, sociales y psicológicos que matizan y definen la vejez, y que exigen del sujeto el despliegue de un proceso de adaptación ante estresores intensos y numerosos.

Quiero anotar para vislumbrar más a fondo las emociones-actitudes que el anciano va a adoptar en un momento determinado ante las pérdidas y ante el propio hecho de la muerte, qué se hace necesario analizar previamente conceptos y percepciones para llegar a la visión que en este momento histórico se mantiene hacia la muerte y el morir asociado directamente a las constantes pérdidas vividas y sentidas por los ancianos; y debido a que el anciano sigue siendo un ser social, debemos, como terapeutas, tener en cuenta entonces que toda esta interpretación se encuentra vigente en la sociedad, y con seguridad, compartida, en mayor o menor grado por cada uno de los ancianos que en ella se encuentran.

Investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría "Ramón de la Fuente" proponen que la estructura de pérdidas en la adultez mayor, podría definir diferentes rutas de desajuste que es preciso explorar; ellos postulan que existe un modelo de ajuste al estresor, que hace referencia a una pérdida consumada, a la amenaza de ella o hacia la ambigua posesión de la cosa, la pérdida ambigua. Lo que viene después es la puesta en marcha de un mecanismo que comprende la mediación de distintas variables (recursos internos y externos alternativos y estrategias de afrontamiento), que culmina con el éxito (ajuste) o fracaso (desajuste) adaptativo.

El desajuste se hará manifiesto en tres áreas fundamentales: en lo psicológico, lo físico y lo social. Así, es posible que en el caso del adulto mayor, la frustración, que atañe a una pérdida ocurrida en alguna esfera de la vida del sujeto, pueda dar inicio a un cuadro de depresión. A menudo, en el adulto mayor la depresión puede estar asociada a una pérdida significativa. Cuando las pérdidas son sucesivas y representan una serie de fracasos, y el sujeto no cree poder contar con recursos suficientes para afrontar el hecho, puede ocurrir el surgimiento de sentimientos de desesperanza, es decir, la ausencia de respuesta ante un futuro donde la ocurrencia de lo deseable es percibido como improbable.

Cuando las pérdidas atañen a las fuentes proveedoras de afecto, pueden surgir sentimientos de soledad. Ahora bien, las pérdidas provocan separaciones, y estas separaciones podrán también asociarse a sentimientos de soledad y desamparo. Por otro lado, cuando la pérdida se presenta como amenaza, y no como un hecho consumado, surge entonces la ansiedad, que en el caso del adulto mayor, puede tomar la forma de ansiedad ante la vejez y/o ansiedad ante la Muerte.

En términos de salud (entendida está en sus componentes Biológico, psicológico, social y espiritual) y debido a que somos un todo en equilibrio, el desequilibrio emocional con sentimientos de indefensión, soledad, ansiedad, angustia, miedo y desesperanza, pueden condicionar vulnerabilidad física surgiendo padecimientos psicosomáticos; entonces, la depresión, la pseudodemencia depresiva y Alzheimer pueden ser detonados.

En otras palabras; las pérdidas o los cambios en la existencia que requieren de ajustes de vida permanentes, destacan como factores capaces de ocasionar enfermedad, una menor resistencia y un incremento de la susceptibilidad a la misma.



































EXISTENCIALISMO
Esta corriente filosófica alcanzo su plenitud en el continente europeo entre las dos guerras mundiales por la terrible ola de violencia y destrucción originada con profunda crisis cultural y social, que sembraron ruina y muerte en todo el planeta. Este Holocausto origino inmensa crisis de conciencia y valores, patentizo el drama de la muerte y la congoja de la finitud del hombre, desencadeno y puso súbitamente en primer plano la reflexión sobre el sentido de la existencia humana.
Los dos corrientes predominantes en el siglo XIX fueron el idealismo y el materialismo mecanicista. Ambas consideraban el sujeto humano como un ser pasivo, inerte, carente de esencia propia.
El materialismo mecanicista: consideraba al hombre como un mero producto de las fuerzas de la materia. El sujeto carecía de la libre iniciativa y todas sus reacciones futuras podían determinarse previamente, mediante leyes matemáticas rigurosas. El idealismo hegeliano, por otra parte, veía en los hombres reales y concretos, solo la materia de la historia, el medio de que se valía la estancia de la razón universal para alcanzar sus objetivos.
Así, el hombre en su singularidad y sus cualidades personales quedaba fuera del horizonte de toda reflexión filosófica, llegando poco a poco a la negación completa de su singular interioridad, de sus anhelos y angustias específicas, de sus tareas y proyectos existenciales particulares.
Otros factores que trajeron también despersonalización, fueron los totalitarismos políticos en el panorama social europeo, que instituyeron la funcionalización del hombre y la degradación de la persona humana. El individuo quedaba reducido a una pieza anómica de la gigantesca máquina del Estado. Todo lo anterior, amenazaba al hombre concreto, sujeto creador y responsable de su devenir, así surgió el existencialismo, como una poderosa reacción y apasionada protesta contra la despersonalización del hombre, y como afirmación del sujeto.
En respuesta, se propone que la existencia es un valor irreductible porque es el primer valor. Cada individuo debe buscar su verdad subjetiva, parcial y particular, dejando brotar así, la existencia y la individualidad, el sujeto entonces es protagonista de su propio proyecto existencial. Las reflexiones existencialistas brotan de la experiencia personal vivida, como personas concretas sumergidas en la angustia, y sus situaciones humanas particulares y sus problemas específicos.
Se postula la expresión de la finitud humana, extrema y última, que siempre es la muerte; sobre la base de la existencia auténtica, el hombre actualiza su libertad… Ni Dios ni el mundo le obligan al hombre a nada, el hombre es creador de valores subjetivos, y experimenta con angustia su radical libertad.
PENSAMIENTO DE MARTIN HEIDEGGER Y LA EXISTENCIA

A Heidegger le interesaba contemplar al ser humano, no desde la perspectiva de un Dios, ni de la sociedad o de la naturaleza, sino desde su propia perspectiva, es decir, cómo se ve él mismo.
El SER del ser humano se distingue de los otros seres porque está en condiciones de preguntarse acerca de su propio ser. De aquí surge la pregunta básica para Heidegger ¿Cuál es el significado del ser? Para él sólo hay un tema a filosofar, no el hombre, ni la existencia, sino exclusivamente el ser. Describe al ser humano con ánimo de obtener una ontología que le permita saber acerca del ser, pero no para estructurar una antropología.
El DASEIN
Heidegger distingue entre el ser del hombre (Dasein) y el ser de las cosas (Vorhandensein). El ser de las cosas tiene una estructura totalmente diferente del ser del hombre, Heidegger llama a las propiedades que caracterizan a las cosas "categorías" y a las que son propias del hombre existentialia, llama existentialia a las propiedades del Dasein, porque lo que caracteriza al hombre por excelencia es la existencia. Y es a través de la existencia del Dasein que Heidegger intentará llegar al conocimiento del ser. Se trata de la comprensión del ser a través de la existencia.
El análisis fenomenológico de la existencia humana desvela que está se caracteriza por la TEMPORALIDAD-TRASCENDENCIA. Para Heidegger la existencia es el modo especial de existir del hombre (Dasein), por lo cual el hombre siempre se eleva sobre sí mismo, se proyecta, se trasciende.
El hombre no deja de proyectarse jamás, nunca vive pura y exclusivamente del presente, sino que vive siempre del pretérito, siempre hacia el porvenir. El hombre en el presente, su pasado y su futuro al mismo tiempo. Y precisamente porque el hombre vive en el porvenir es, en todo momento, algo más de lo que es, se supera así mismo, se trasciende; en esto consiste fundamentalmente la existencia del Dasein.
LA EXISTENCIA AUTENTICA E INAUTENTICA
Así mismo la existencia del hombre se caracteriza por el hecho nada circunstancial de ser-en-el-mundo. El Hombre es el ser-en-el-mundo en tanto que se ocupa de cosas que usa como instrumentos para la realización de sus propias posibilidades. En suma, el hombre es un ser que se dirige a la realización temporal de sus posibilidades, no como un sujeto aislado, sino como un ser necesariamente interrelacionado con el mundo de las personas y las cosas que le rodean.
Al hombre se le ofrecen dos caminos posibles a seguir: sumergirse en su condición de miembro de lo impersonal quedando absorbido en la conciencia de la masa; o asumir la responsabilidad personal de su propio destino. En el primer caso la existencia es una huida ante sí mismo, equivale a negarse a asumir su propia condición del hombre, en tal caso en lugar de ser un YO, el hombre no es más que un SE con pérdida de la individualidad: El Dasein se convierte entonces en un individuo intercambiable con cualquier otro, se deja llevar por las cosas y las personas que le rodean; en un ser totalmente anónimo, mediocre, irresponsable y masificado. En este caso el hombre se adapta a un modo de ser impropio, a un ser inauténtico. (En otras palabras, no es propio y autentico del hombre renunciar a la libertad de elección ante las circunstancias que le ofrece la vida).
El otro camino abierto para el hombre, es el de la existencia autentica; donde el hombre puede escapar de la lamentable situación de la inautenticidad en que se halla sumido, mediante un salto, un acto de libertad, una decisión que consiste en aceptar la realidad de la muerte; adquiere la lucidez total al saber que la muerte es el determinante de sus posibilidades. Y la muerte revela ante el Dasein: la nada. La nada-nulidad es la característica inevitable del hombre, pues todos sus proyectos son nulos, acaban siendo frustrados por la muerte, no sirven para nada. El hombre autentico se atreve a enfrentarse con la desnuda realidad de la muerte que le revela que su ser "es", sin más nada.
El hombre autentico no se escabulle de la presencia de la muerte, por el contrario, de la muerte y de la nada sacará razones para definir el sentido de su existencia. El hombre, ante la realidad de la nada, experimenta un curioso e insólito sentido: LA ANGUSTIA, que es en efecto, la experiencia de la nada, pero ante la angustia se abre una grandiosa gama de posibilidades de acción para el hombre, derivadas de sus elecciones. Por último la libertad, constituye otro existencial constitutivo de la estructura del hombre. Pero si habremos que decir; qué el hombre se encuentra ARROJADO EN EL MUNDO sin haberlo deseado por voluntad propia y además está irremediablemente condenado a la muerte. Pero en ello, el Dasein ejerce la elección del porvenir: se abre ante él, un abanico de proyectos posibles (puede y debe) elegir entre ellos. La libertad consiste pues en elegir.











LA ANGUSTIA Y MIEDO COMO REVELADORAS DE LIBERTAD Y EXALTACIÓN DE LA VIDA

Iniciare mis comentarios exponiendo algunas aportaciones conceptuales referentes a la percepción y la angustia, y debido a que la "percepción de la muerte" en el adulto mayor le golpea con en estados afectivos tales como el miedo y la angustia, intentare concentrar tales conceptos para alumbrar que la angustia es la posibilidad de la libertad y a su vez la elección para un vivir mejor.

En sí, la percepción no es sólo el resultado de las impresiones sensoriales transportadas a los centros nerviosos, incluye la interpretación personal del individuo en su entorno, por lo que ha sido definida como un proceso psicofísico en el que el sujeto transforma las diversas impresiones sensoriales (estímulos), de acuerdo a la intensidad, actitud, motivación, experiencia, expectativa, recuerdos, conciencia, emoción, cultura, valores e intereses ella.

A vista de lo expuesto aquí, parece evidente que el adulto mayor comience a experimentar con mayor angustia la aproximación de la muerte, al tenerla presente como inevitable, además que percibe la idea errónea de que el hombre muere a una edad determinada (ancianidad) y el hecho probable de alcanzar ese límite, le provoca una tremenda angustia y no puede escapar de ella.

Martínez nos dice que la manera de interactuar en el medio externo día con día es una destreza, que permite manejar y enfrentar los propios sentimientos y emociones, las cuales se ven reflejadas de manera multisensorial proporcionando un significado para cada individuo como efecto de los procesos percibidos.

De lo anterior emana la posibilidad de darle sentido a lo que experimentamos en cada instante de nuestra existencia; angustia, miedo, desesperación, son términos mágicos al hablar de existencialismo. En el existencialismo, estas situaciones afectivas son "sentimientos reveladores", para Heidegger la angustia está unida a la alegría y a la exaltación de la vida.

Heidegger considera el Estar humano en cuanto coincide con la propia apertura autoiliuminadora. Esta está constituida originariamente por la comprensión y la situación afectiva. Para él, las situaciones afectivas fundamentales son dos: la angustia y el miedo. La angustia es la situación afectiva que abre al ser de la existencia autentica; el miedo es la característica de la existencia inauténtica.

Así, la angustia es libertad, la angustia como estado emotivo, "motion-movimiento" hace que nos encontremos pues en movimiento, en actuar; libertad es estar siempre en un estado emotivo.

El Dasein como Estar ahí, no sólo es estar, sino es un ser posible; la angustia arroja al Estar a preguntarse sobre su autentico poder-ser-en-el mundo, el cual, en cuanto está abierto a la comprensión, se proyecta esencialmente sobre la posibilidad.
Heidegger expone que la angustia conciente, instala al hombre en la claridad de la propia finitud…luego entonces, la angustia frente a la muerte, nos abre la posibilidad de enfrentarla de la mejor manera, reconociendo que se es un ser para la muerte, finito; pero en elló, esta la exaltación de la vida; es decir, sentir, experimentar lo que se desea mientras se sigue vivo…es una noble forma de vivir mientras se vive, y no de morir mientras se muere.

Las perdidas y el envejecimiento mismo nos presentan una multiplicidad de conflictos, problemas y avatares en la existencia; si experimentamos con miedo y de forma inauténtica, entonces veremos en ello un límite a nuestra actuación, viviremos sin luchar, asumiendo con dolor y sufrimiento el hecho de que debo envejecer y que ello tácitamente simbolice morir.

Por el contrario, si esos avatares nos hacen sentir angustia, entonces se nos revelara la multiplicidad de alternativas de solución y modos de encarar; porque la angustia nos mueve a la libertad, a elegir, a actuar para elevar mi calidad en el vivir.














CONCLUSIONES
A lo largo de los años, todas las personas van conformando (siempre dentro del grupo social en el que se desenvuelven) una escala de valores y creencias que modelan sus comportamientos. En el adulto mayor tiene relevancia, ya que están impregnadas de todo el recorrido personal que han vivido, lo que han aprendido, practicado, sentido, experimentado, etc.
Como parte del equipo de salud, como Enfermero o Tanatologo, la necesidad de educar al adulto mayor se basa fundamentalmente en que la naturaleza del ser humano lo impulsa hacia la perfección; por eso afirmamos que la educación es un proceso permanente que se da de manera progresiva, adaptándose a las diferentes etapas de la evolución y campos de actividad del hombre, pero siempre con una visión integral.
Si bien, las personas mayores tienen amplia experiencia, por el tiempo vivido, en asimilar y soportar pérdidas; no cabe duda de que disponen de menos tiempo que los jóvenes, para rehacer y reorganizar su vida. En esos momentos de la existencia, mirar al futuro con optimismo no es tarea fácil y requiere un esfuerzo que muchos ancianos mayores considerarán inútil y poco realista.

Me gustó saber que mi paso por el mundo no es algo predeterminado, preestablecido. Me gustó saber que yo construyo mi propio destino y de cuya responsabilidad no puedo escapar. Me gustó saber que mi existencia es un tiempo de posibilidades y no de determinismo. Me gusta saber que pese a que las condiciones materiales, económicas, sociales y políticas, culturales e ideológicas en que nos encontramos, nos presentan siempre obstáculos, pero el modo de mirarlos me hace esperanzar que tampoco serán eternos.

Considero que el pensamiento de Heidegger necesita ser interpretado y valorado a partir de lo que textualmente nos ofrece en su obra, porque nos indica qué es en nosotros mismos, es en cada ser humano singular y único, donde reside la capacidad de crear conocimientos y saberes necesarios a nosotros mismos como oportunidad, a partir de nuestra propia realidad, y sentirnos siempre esperanzados, capaces también de transformar las dificultades en posibilidades y estas últimas con elecciones y libertad, en actuaciones.

Su propuesta, consiste en identificar a nuestra manera, desde nuestros contextos y de una forma enteramente nueva, y creativa una realidad para mí, para mi propia vida, mí existencia.

En consecuencia, si esta propuesta filosófica se lleva a la realidad, ser Tanatológo con el pensar Heideggeriano, nos abre la posibilidad de cambiarnos a nosotros mismos, y a otros, podríamos cambiar el pensar en la sociedad y hacer emerger nuevas condiciones de vida y existencia más justas, dignas y humanas.



BIBLIOGRAFIA.

D'HYVER. Luis. (2006) "Implicaciones para la salud del envejecimiento de la población y la transición epidemiológica en México. Geriatria 2da ed.Manual moderno. México DF.
RIVERA-LEDESMA, Armando (2008) "Estructura de pérdidas en la adultez mayor: una propuesta de medida" Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
FORTAN, Pedro. (1989) "Los existencialismos: claves para su comprensión" Ed. Cincel. México.
MARTINEZ, Yaqui. (2009) "Filosofía existencial para terapeutas y uno que otro curioso" Ediciones LAG. México.
MARTÍNEZ, Lidia (2008) "Percepción del adulto mayor acerca del proceso de muerte" Revista de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social. 2008; 16(1): 31-36.
CHIODI, Pietro (1962) "El pensamiento existencialista" Ed. Unión tipográfica. México.





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