MICHEL FOUCAULT Y PAUL RICOEUR: LA CUESTIÓN DEL SUJETO

September 12, 2017 | Autor: Roque Santos | Categoría: Paul Ricoeur, Michel Foucault, Hermenéutica
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Descripción

SEMINARIO MICHEL FOUCAULT. UASD. SANTO DOMINGO.
Octubre de 2014.
MICHEL FOUCAULT Y PAUL RICOEUR: LA HERMENÉUTICA DEL SUJETO.
Prof. Roque Diómedes Santos Cueto
Buenas tardes, antes de iniciar debo pedir disculpas por lo que voy a presentar. Este acto de sinceridad no debe verse jamás como falta de rigor intelectual en lo que voy a decir, sino como advertencia de que lo que se dirá es incompleto; y lo es no tan solo por la naturaleza misma del tema elegido, sino también por la magnitud de los autores tratados y su vasta obra.
Les hablaré brevemente sobre dos de los autores representativos de la filosofía francesa del siglo XX: Michel Foucault y Paul Ricoeur. Lo que diré sobre ambos estará articulado bajo la temática que se ha denominado de "hermenéutica del sujeto". Procederé, primero, con algunas palabras en torno al significado de la expresión "hermenéutica del sujeto". Segundo, analizaré las ideas básicas de cada autor en torno a esta problemática y, por último, relacionaré a ambos autores alrededor de un tema en el que puede establecerse un diálogo fructífero entre ambas filosofías sobre el sujeto este tema es la escritura como acto creador a través del lenguaje. En modo de preguntas podemos esbozar nuestra exposición del siguiente modo: ¿Qué es la hermenéutica del sujeto? ¿Cuáles son los planteamientos básicos de Michel Foucault y Paul Ricoeur sobre la hermenéutica del sujeto? ¿Cómo iluminar desde los planteamientos de ambos autores el tema de la escritura y el sujeto? Procedamos con el recorrido…
¿Qué es la hermenéutica del sujeto?
Enmanuel Kant decía que las cuatro preguntas básicas del quehacer filosófico podrían resumirse en una sola: ¿Qué es el hombre? Desde esta perspectiva, vemos que la pregunta fundamental del giro antropológico inaugurado por Sócrates (s. V a.C.) se convierte en el tema neurálgico de la reflexión racional. La pregunta continúa su curso de presencias en la historia de la filosofía, aunque las respuestas hayan sido distintas. La diversidad de formulaciones que ha tenido esta pregunta filosófica, indica también la diversidad de enfoques y posturas, es decir, de respuestas sobre la misma. No haremos la historia de esta pregunta, que es la historia de la filosofía misma, sino que nos ceñiremos estrictamente al concepto de "hermenéutica del sujeto".
El concepto "hermenéutica del sujeto" posee en sí mismo una tradición y una novedad. Lo nuevo refiere a la manera en que se aborda la problemática en torno al hombre. Lo tradicional está no tan solo en la pregunta misma, sino también en el método elegido o por lo menos en la manera en que se le denomina al método elegido. Partiendo del concepto de "sujeto" nos encontramos que lo primero que llega a nuestra mente es su definición como una categoría gramatical, el sujeto es de quién se habla en la oración, de él se dice algo en el predicado. Pero también "sujeto" es quien, a través de su actividad cognoscente, se opone al objeto del conocimiento. Desde esta perspectiva el sujeto es el ente dotado de razón que es capaz por sí mismo de conocer y ello a través de la actividad racional que denominamos "pensar". Dejamos a un lado la cuestión de si en el conocimiento entra sólo la razón o se involucran también los sentidos. No perdamos de vista nuestra noción central, sujeto. Lo que vemos a partir de ambas definiciones (sólo elijo dos entre otras muchas) es que siempre que hablamos del sujeto, como dice Ricoeur, estamos refiriéndonos a un "quién" capaz de autodesignarse, a través de y en el lenguaje. Es decir, cuando hablamos de sujeto estamos hablando de un "ser-para-sí" (J.P. Sartre), de una subjetividad que se tiene a sí misma como objeto de conocimiento.
Por su parte, el concepto "hermenéutica" es de larga tradición en filosofía. Proviene de un término griego ligado al dios "Hermes", considerado como el mensajero de los dioses. Propiamente el término significa "interpretación" en su sentido más simple. De forma más compleja, la hermenéutica es una actividad enfocada en las "reglas", los "caminos" o métodos para interpretar los textos. De ahí se extendió el concepto a otros usos y donde ya no sólo designaba a ese conjunto de reglas a observar en la correcta interpretación de un texto, sino al "modo" en que el sujeto se comprende a sí mismo; por ello es que hablamos en esta conferencia de "hermenéutica del sujeto" para designar a ese particular modo en el que un ente individual o una colectividad se comprende a sí misma. No es sólo la particular visión que el individuo pensante tiene de sí mismo, sino también al modo en que ese individuo consigue definirse y autodesignarse. En otras palabras, la hermenéutica del sujeto no dice únicamente la visión que tiene de sí un sujeto, sino al modo en que este sujeto se conoce y autodesigna.
¿Cuáles son los planteamientos básicos de Michel Foucault y Paul Ricoeur sobre la hermenéutica del sujeto?
En la respuesta a esta pregunta voy a proceder por contraste, esto nos permitirá ser más claros, precisos y breves. Ambos autores son franceses y escriben sus obras después del denominado "giro lingüístico" en filosofía. Así como el "giro antropológico" inaugurado por Sócrates coloca a la pregunta por el hombre en el centro del quehacer filosófico, el "giro lingüístico" coloca al lenguaje en el centro de la reflexión sobre el hombre no tan solo en filosofía, sino también en otras ciencias humanas. ¿Por qué mencionar que ambos autores son franceses? Por la particular tradición filosófica a la que los autores franceses dan continuidad: El cogito cartesiano. Esto es, la reflexión sobre la conciencia y la razón como criterios de verdad. Recordemos que René Descartes en su célebre fórmula "Cogito, ergo sum" (Pienso, luego existo o Pienso, luego soy) coloca la actividad pensante (res cogitans) como regla general de certeza. Esto significa que la verdad, si bien no es una construcción subjetiva, hay un acceso subjetivo a la misma. De ahí que consideremos a Descartes como el padre de la filosofía moderna, que es la filosofía sobre el sujeto, sobre la conciencia, sobre la subjetividad.
Esta tradición filosófica que deriva del axioma cartesiano del Cogito hace al sujeto una verdad apodíctica, Ricoeur llama a esto "apodicticidad del Cogito", pues, la reflexión del cogito se sustenta sobre sí mismo y este sujeto se plantea a sí mismo como un acto original, fundamental y fundador de toda verdad. En otras palabras, el sujeto llega a sí mismo, a su conciencia, de forma inmediata a través de un acto aislado y vacío de cualquier realidad exterior.
Tanto para Ricoeur como para Foucault el cogito cartesiano es problemático después de la hermenéutica existenciaria de Heidegger, del giro lingüístico ocurrido en la filosofía del siglo XX a partir de segundo Wittgenstein y, ante todo, de las críticas contundentes realizadas por Freud, Marx y Nietzsche a la conciencia del yo como unidad fenoménica. Si en Descartes el sujeto es ahistórico, es decir, el cogito cartesiano no tiene historia, pues se desliga de cualquier contenido del mundo, para Heidegger el ser del ente sólo se desvela en la medida en que se hace historicidad en el mundo. De este modo, preguntar por el cogito es ocultar la pregunta por el ser temporal y su sentido, por el ente. En Descartes tenemos un ser sin ente, por tanto, la solución filosófica es recuperar el sentido de la existencia temporal en la constitución del ser; de ahí que la pregunta por el sentido del ser deba hacerse en un ir hacia atrás y un ir hacia delante. Aquí están los dos proyectos hermenéuticos de Foucault y Ricoeur y aquí reside su notable diferencia. Resumimos cada proyecto filosófico con dos nombres distintos, pero que tienen en común la problemática de instaurar la cuestión del sujeto dentro del ámbito filosófico post-metafísico: para el proyecto de Michel Foucault usemos el término de "sujeto constituido" o "sujeto Objetivado" (podríamos también usar el término "subjetividad objetivada") y para el proyecto filosófico de Paul Ricoeur usemos el término de "Sujeto intérprete" o bien "Sujeto capaz".
La selección de estas etiquetas para nombrar los proyectos filosóficos en cuestión nos señalan de primera ojeada dos posturas opuestas y con ellas fuentes de diálogo, conceptos, métodos o maneras de filosofar distintas y que, para muchos comentaristas de tradición inglesa y francesa, parecen oponerse sistemáticamente. Ello a pesar de que en la filosofía de Foucault la cuestión de la hermenéutica es tardía, pertenece a su tercera y última etapa de su pensamiento, mientras que en Ricoeur la hermenéutica es el periodo más amplio de discusión y producción filosófica. Ahora bien, en ambos autores no deja de ser central la cuestión del sujeto y su relación con la verdad, pero ambos toman direcciones distintas: Foucault mira "hacia atrás" mientras que Ricoeur lo hace "hacia delante".
Recordemos que Foucault pretende realizar lo que él mismo denominó una "historia ontológica de nosotros mismos", es decir, a partir de la modernidad remontarse al análisis de cómo el sujeto se ha constituido en tal, para ello debe trasladarse a la cuestión del "cuidado de sí" en la época clásica grecorromana. Pero el proyecto de "historia ontológica" foucaultiano no se reduce a la hermenéutica del sujeto, sino que esta es una etapa inconclusa en un proceso más amplio de reflexión en el que se procura dar cuenta de la relación entre el sujeto y la verdad. De manera muy sintética esta "historia ontológica de nosotros mismos" en relación a la verdad posee tres etapas: la primera está dominada por la pregunta ¿cómo nos constituimos en sujetos de conocimiento? La segunda, por la pregunta ¿cómo nos constituimos en sujetos que actúan sobre los otros en una relación de poder? La tercera, que es la que nos interesa, está dominada por la pregunta ¿Cómo nos constituimos en sujetos morales? De este modo, la cuestión del sujeto en Foucault no se reduce de modo único a su última etapa de pensamiento, sino que la novedad de esta etapa está en la perspectiva ética dada por el autor a su proyecto más general de una historia de la subjetividad. No creo, por mi parte, que el título de "hermenéutica del sujeto" dado a los cursos impartidos en el Collégge de France (1982), señalen la adhesión de parte de Foucault a la filosofía hermenéutica, sino a la búsqueda de esas "tecnologías", esas prácticas, que han constituido el sujeto ético en la tradición occidental. De este modo, "hermenéutica" aquí significa no el método, sino el cómo se ha dado la interpretación de sí mismo en la cultura Occidental en sus raíces grecorromana y cristiana. En ese sentido, Foucault no quiere plantear un hacer o un posible camino de constitución, sino analizar cuáles han sido los caminos seguidos en la interpretación de sí.
Por su parte, Paul Ricoeur realiza lo que prefiero nombrar como "ontología del hombre capaz". Es decir, describir e interpretar la manera peculiar y creativa en la que el "yo" se va configurando a sí mismo, no ya desde una mirada solipsista sobre sí sino a través de las mediaciones de los signos y las instituciones que están en la cultura y que permiten el acceso a la conciencia puesto que esta se objetiva en aquellos.
En palabras más simples lo que quiero dejar dicho es lo siguiente: primero, en ambos autores, el sujeto no es una continuidad sustancial, no es una sustancia. Segundo, en ambos autores la conciencia de sí no es inmediata, sino que, como bien dice Ricoeur, está mediada por los signos, símbolos, instituciones objetivadas en la cultura de la que forma parte el sujeto. La diferencia en ambos está en que en Foucault ocurre una especie de "muerte del sujeto", pues, el sujeto es producto de las prácticas históricas de objetivación de la subjetividad; en Ricoeur, por otro lado, si bien el sujeto está en relación con un sistema de signos, símbolos e instituciones heredadas, hay un elemento de creatividad ejercido por la imaginación productora que es necesario defender y articular como espacio de "constitución de sí" del sujeto que se "lee" a sí mismo en estos espacios y prácticas mediadoras (por ello lo de interpretación, hermenéutica).
Si en Michel Foucault el sujeto desaparece y lo importante son las estructuras mediadoras que lo configuran en unas relaciones de verdad-poder; en Paul Ricoeur el sujeto no desaparece, sino que a partir de estas estructuras mediadoras, en una relación original y libre entre lo sedimentado (pasado, tradición, etc.) y mis capacidades (de autorreferirme como sujeto hablante, actuante, sufriente, narrante, etc.) me constituyo a mí mismo en una configuración siempre posible y cambiante. En definitiva, para Paul Ricoeur, los textos sedimentados en la cultura son mediación de la autoconfiguración del sujeto en sí mismo, vía la reflexión. Y cuando decimos texto, quiere decir con ello todo lo que porte significado, sentido.
¿Cómo iluminan ambos autores el tema de la escritura y el sujeto?
De lo visto hasta ahora sacamos la conclusión sencilla de que es posible un diálogo fructífero entre ambos autores, a pesar de la constante oposición en que incurren sus dos proyectos filosóficos pese a tener un mismo marco de origen: el cogito cartesiano. Este diálogo lo haremos a partir de la relación entre escritura y sujeto. Nuestra hipótesis de trabajo queremos sintetizarla en la fórmula siguiente: "La escritura permite pasar de la hermenéutica del sí a la hermenéutica del sujeto". Esto es, la cuestión de la relación entre escritura y sujeto permite completar la hermenéutica del sí mismo de índole ricoeuriana con el análisis de las prácticas de objetivación de la subjetividad realizadas por Foucault.
En el proyecto filosófico de Paul Ricoeur constatamos que hay un esfuerzo por ir sustituyendo la expresión "hermenéutica del sujeto" a "hermenéutica del sí" o bien a "hermenéutica del sí mismo" como lo hace en su obra Sí Mismo como Otro. Esta sustitución progresiva obedece de modo general a los cambios metodológicos que hizo Ricoeur en su filosofía reflexiva al notar que cada temática abordada dejaba inconclusa una serie de cuestiones que el método filosófico usado en el análisis no le permitía vislumbrar. De todos modos, la hermenéutica es el fuerte de Ricoeur y su aportación más fundamental. En este sentido, sus opciones metodológicas y sus reflexiones en torno a la cuestión del sujeto están bajo el signo de su reflexión hermenéutica.
Entre las opciones más radicales de Ricoeur está lo que he denominado como "opacidad de la escritura", es decir, la hermenéutica ricoeuriana está centrada en el acto de lectura; dejando a un lado la escritura como espacio de reflexión en la que el sujeto puede constituir un sí, a la manera en que Michel Foucault analiza el papel de los "hypomnémata" (los libros de vida, las guía de conducta, etc.) y las correspondencias antiguas en las que un maestro se dirige a sus alumnos sobre el "cuidado de sí".
Esta opacidad de la escritura en la hermenéutica de Ricoeur no le permite completar un proyecto que en sus primeras obras tituló de Poética de la voluntad. En este proyecto abortado de modo consciente, Ricoeur se limita a describir a grandes rasgos la creatividad ejecutada a través del lenguaje, pero no aborda el tema de la descripción de la voluntad que crea. El motivo es su profunda convicción de que de la Creatividad solo podemos hablar de ella en sus manifestaciones y ejecuciones, pero no de modo abstracto. Incluso, en las obras en que aborda el tema de la creatividad a través del lenguaje (La Metáfora Viva, Tiempo y Narración) aunque el método elegido es el hermenéutico, la cuestión de la constitución del sujeto por la escritura está ausente. Sólo se aborda el tema de la constitución del sujeto a través del lenguaje en su capacidad de innovar semánticamente (caso de La Metáfora Viva) y de construir narrativamente su identidad personal o colectiva en el marco de la temporalidad de la existencia (caso de Tiempo y Narración).
Es más, a pesar de que Sí Mismo como Otro, que es el libro donde Ricoeur retoma con mayor amplitud la temática de la identidad, iniciada previamente en la trilogía de Tiempo y Narración, y es el libro donde aborda de modo más directo la hermenéutica del sí mismo a través de diez ensayos densos en los que el sí se constituye como sujeto que habla, que actúa, que narra, que padece, que es responsable de su vida ética (en definitiva que es hombre capaz); no hay una mención significativa de lo que Michel Foucault llama "escritura de sí". El tema de la escritura como "tecnologías del yo", expresión de Foucault, desaparece completamente de la hermenéutica del sujeto de Paul Ricoeur. Por tanto, el sujeto ético se forja sólo en la interpretación de los textos significativos de su experiencia cultural; estamos así dentro de una identidad personal o una conciencia de sí mediatizada por los signos y las instituciones, en definitiva, por los textos que el sujeto capaz comprende y explica, es decir, interpreta. Pero no en una identidad del sujeto a través de su acto creador o, al menos, de un acto creador por excelencia, la producción escrita de textos ficcionales o no. La idea de Ricoeur es que se da un círculo hermenéutico entre el mundo del texto y el mundo del lector; pero el autor del texto, y en él el trabajo de la escritura, permanece fuera del círculo y, por tanto, del análisis hermenéutico del hombre capaz. En Ricoeur, el lector se "lee" a sí mismo frente a la cosa del texto y en la lectura se permite una serie de "variaciones imaginativas" del "ego" que son factores de identidad personal o colectiva. La pregunta nuestra es si no es posible descubrir este mismo "juego" de roles en la escritura. En otras palabras, ¿Cómo, en la escritura, el autor del texto se configura a sí mismo a través del acto creador? Extendiendo esta pregunta a un plano más general y antropológico, ¿es posible que todo acto creador sea igualmente una constitución posible del sí mismo?
Aquí es donde la hermenéutica del sujeto, o mejor, el análisis histórico-ontológico realizado por Michel Foucault puede iluminar la pregunta que podamos dar a tal cuestión. Cuestión que es soslayada por Ricoeur de forma sistemática y consciente.
Para terminar y sin concluir…
En una entrevista al final de su vida, Paul Ricoeur dijo de modo expreso la gran admiración que sentía por el pensamiento y la persona de Michel Foucault del que era un lector atento y asiduo. En esa misma entrevista, Ricoeur sostiene que se unía más al pensamiento de Foucault en la medida en que el propio Foucault se alejaba más de su propio pensamiento. Estas palabras de Ricoeur muestran lo que hemos querido dimensionar aquí de ambos pensadores: el punto de partida que es común a ambos, la cuestión del cogito cartesiano, es a su vez el punto de separación, pues, toman caminos adversos (uno hacia atrás, el otro hacia delante). La separación está en las fuentes que consultan, en los autores que permiten influenciarlos, en los métodos y enfoques desde los cuales abordan y responden al problema del sujeto y su relación con aquellas prácticas que lo constituye como tal.
En Paul Ricoeur siempre se ha criticado ser un pensador excesivamente teórico y excesivamente conceptual. Me parece, modestamente, que un punto de anclaje de toda la teoría sobre la constitución del sujeto de Paul Ricoeur puede estar en lo que brillantemente Michel Foucault denominó como "tecnología del yo" y que se expresa de modo particular, aunque no único, en la "escritura de sí" como espacio de configuración del sujeto a través de la mediación de los signos. De este modo, Foucault completaría lo inconcluso de Ricoeur. Pero esta es una discusión que amerita más tiempo y más oficio…muchas gracias.

Bibliografía:
Foucault, M. (1997). Hermenéutica del Sujeto. Madrid: Ediciones de la Piqueta.
--------------- (1999). Estética, Ética y Hermenéutica. Obras Esenciales, v. III. Barcelona: Paidós.
--------------- (2009). El gobierno de sí y de los otros: Curso en el Collége de France (1982-83). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Ricoeur, P. (2003). El Conflicto de las Interpretaciones. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
------------- (1996). Sí Mismo como Otro. México: Siglo XXI editores.





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