Mercosur estancado

EL MERCOSUR ESTANCADO
Publicado en Diario Clarín, mes de febrero de 2012.

Por Flavio González
Profesor de Derecho de la Integración, UBA.
 
¿Está en lo cierto el Presidente de la República Oriental del Uruguay
cuando dice que el MERCOSUR se encuentra estancado? Si uno coteja la
implementación del Tratado de Asunción, con los objetivos que allí se
proponen no quedan dudas de que el presidente Mujica tiene razón. Porque la
integración económica, o sea el proyecto de fundir o sustituir los mercados
nacionales por un mercado común se transformó en una meta inalcanzable. Y
la integración política con la creación de una Corte de Justicia y un
derecho supranacional que garanticen el cumplimiento de los acuerdos
pareciera estar fuera de discusión.

El MERCOSUR se encuentra estancado porque no se han acordado nuevos
desafíos para profundizar la integración. Y cuando se los fijó, su
implementación resultó notablemente demorada por "parches", prorrogas y
excepciones. De este modo, el MERCOSUR se transformó en una unión aduanera
cada vez más imperfecta. Y el MERCOSUR social y productivo tampoco tuvo
gran desarrollo.

Obviamente, esto no sucede por dificultades "técnicas". ¿Sería exorbitante
entonces, después de 20 años del Tratado de Asunción, preguntarse si los
Estados quieren en verdad integrarse? ¿Cómo queremos integrarnos? Porque
cuando se leen las declaraciones no quedan dudas de esa voluntad política,
pero esa impresión se diluye cuando uno analiza los hechos concretos.

Pareciera que nos queremos integrar "más o menos". Queremos cooperar
acordando algunas políticas o posturas comunes frente a terceros o ante
períodos de crisis y no mucho más. Brasil parece más interesado en su rol
global, mientras que la política exterior de nuestro país carece de visión
estratégica, y por el lado del comercio exterior, está enfocada
exclusivamente en contener el ingreso de importaciones. Sobre este último
aspecto cabe decir que no sirve a los pueblos una integración que destruya
empresas por la libre circulación de mercaderías, pero tampoco sirve esta
integración "más o menos" en la que, ante dificultades en un sector, se
cierran directamente los mercados en lugar de siquiera explorar, por
ejemplo, la integración de las empresas vulnerables a las cadenas de valor
de las empresas más fuertes en la que todos ganen. Sería interesante
combinar la libre circulación de bienes con dosis de comercio administrado
en aquellos sectores sensibles; entre otras alternativas al cierre liso y
llano de importaciones que tanto desalienta la integración y afecta a la
producción.

En el MERCOSUR nos queremos integrar "más o menos". Más allá de las
palabras, nuestros gobiernos siempre tuvieron una actitud temerosa ante la
integración. ¿Pero cuánto ganarían nuestros países si se integran "en
serio"?. ¿Cuánto ganaría Sudamérica con un MERCOSUR más fuerte? Las
declaraciones del presidente Mujica deberían invitar a la reflexión para
repensar adónde queremos ir con el MERCOSUR. Se necesitan nuevos desafíos
estratégicos, nuevas políticas públicas para la integración que acompañen
las declaraciones de buena voluntad. Los problemas que engendra la
integración se solucionan con más integración.