Mercaderes en España, un estado de la cuestión

June 22, 2017 | Autor: Hernan Morlino | Categoría: Historia, España, Medioevo, Comerciantes, Mercaders
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Descripción



Mercaderes Y Comerciantes Españoles:
Su Situación En La Baja Edad Media Y La Modernidad

Introducción : PP. 2

Comerciantes Y Mercaderes En La Baja Edad Media

Organizaciones Mercantiles: PP. 3-5

La Posición De Los Grandes Mercaderes En La Sociedad: PP: 5-7

Comerciantes Y Mercaderes En La Modernidad

El Ennoblecimiento De Los Comerciantes Y La Comercialización De La Nobleza: PP. 8 -10

Mercaderes Conversos: Su Carrera Por La Limpieza De Sangre: PP. 10 - 12

Comerciantes En La Corte: Su Función Y Su Modo De Vida: PP. 12 - 14




Introducción:
En la siguiente monografía trataremos distintos aspectos de la organización, el trato, la vida en sociedad y el oficio de los comerciantes de la península ibérica. Recorreremos nuestros focos separándolos entre la baja edad media, centrándonos en sus últimas centurias -XIV y XV-, Y la temprana modernidad, haciendo hincapié principalmente en sus dos primeras centurias -XVI y XVII-. Reflexionaremos acerca de los gremios y cofradías en la edad media de manera de dar con su origen, modo de conformación y evolución. Veremos posteriormente, la situación en la que se encuentran los grandes mercaderes respecto de la sociedad estamental peninsular. Comprendiendo que estos grandes mercaderes encabezaban los grandes gremios mercantiles que pasado el medioevo serian instituciones claves en donde se agruparían los tratantes de mayor envergadura para formar lazos comerciales y familiares. Luego nos desplazaremos a los albores de la modernidad donde nos toparemos con el desarrollo pleno de la carrera de indias, la cual emprenderían tanto a nobles como a comerciantes. Todo esto sumado a las reformas que implementaron los reyes católicos, que terminarían de cristalizarse en el desarrollo de los reinados de los Austrias, comprenderían la integración de los mercaderes a las altas esferas del poder español. Llegado a este punto analizaremos el modo de vida de los más poderosos comerciantes del siglo XVI Y XVII. Además de trataremos la cuestión de las familias de conversos que formaron parte de la elite comerciante y de la sociedad española del seiscientos y setecientos.


Comerciantes y mercaderes de la Baja Edad Media:

Organizaciones Mercantiles:
Los comerciantes peninsulares durante el periodo tardomedieval comenzaron un proceso de agrupación dentro de las ciudades. Para explicar este fenómeno es necesario resaltar dos puntos clave que, a la hora de su formación, resultan de vital importancia para particularizar el modo en que se desarrollaron dichas asociaciones. En primer lugar la conformación de estas agrupaciones está influenciada por los antecedentes del resto de Europa. Tal es el caso de la ciudad castellana de Toledo, que a fines del siglo XII vio nacer en su seno una cofradía de comerciantes y artesanos Francos, los cuales se habían asentado allí luego de su conquista. Esta influencia exógena permitió la conformación de cofradías con caracteres corporativos o gremiales sin pasar por estadios anteriores. En segundo lugar cabe resaltar que las condiciones demográficas y económicas adversas promovieron la agrupación de los artesanos y mercaderes en busca de un respaldo ante las problemáticas que pudiesen presentarse en un ambiente tan adverso como es el medieval. Consideramos que ambos puntos combinados dan lugar a la conformación de cofradías, corporaciones y gremios.
Los gremios oligopólicos, que consideramos son la forma más compleja de asociación económica que ya detenta una mayor jurisdicción y atribuciones legales, son producto de un proceso complejo. Como explicamos anteriormente la construcción de estas podía ser desde su base, la cofradía religiosa con fines suntuarios y ayuda comunitaria, o comenzar como una cofradía corporativa que conjugaba a los practicantes de un mismo oficio saltándose el proceso formativo. En algunos casos las cofradías de carácter laboral eran creadas con la autorización del rey y el poder religioso. Un ejemplo del anterior punto es el caso del gremio de mercaderes de Toledo, se agruparon en una cofradía bajo la advocación de santa maría de la O con la autorización de los Reyes Católicos y del arzobispo toledano. En otros casos las cofradías se formaban de manera espontánea, cumpliendo en primer lugar las funciones tradicionales de dichas asociaciones. Pero luego, a partir de la necesidad de los mercaderes y productores de agruparse, tomaron un carácter profesional. Estas regularon la producción y el comercio. Aunque esto era un desafío, ya que solo los miembros se atenían a las regulaciones emitidas, con lo cual los mercaderes que comerciaran en "libre competencia" podían ganar el mercado mucho más fácilmente. Frente a esta problemática las cofradías solicitaron su oficialización alegando que promoverían la correcta práctica del oficio o mejorarían los ingresos de la ciudad a la que pertenecían. Esta última es la forma más usual en la que se conforman las corporaciones mercantiles en la península ibérica.
Aunque la oficialización de cofradías mercantiles con carácter corporativo comprendía un avance institucional mayor que implicaba, gracias a su legalización, la capacidad de contar con autoridades propias que regularas su funcionamiento y además de la posibilidad de regular el oficio, la producción y la comercialización del producto atreves de leyes de carácter obligatorio esto sumado a poseer capacidad judicial para que sus estatutos se cumplan, aunque acotado a sus miembros. Para pasar a convertirse en gremios mercantiles, en suma de lo anteriormente mencionado, deben aumentar su jurisdicción agrupando a todos los practicantes de una profesión, regulando su producción y pactando precios, cuando el grupo que realiza dichas acciones es muy reducido se llega a un oligopolio. Los gremios oligopólicos comprendieron la sumisión de todos los practicantes de un oficio a sus regulaciones consiguiendo así una hegemonía que les permitía crear un ambiente no competitivo donde los que ostentaban el poder dentro de los gremios aseguraban su prosperidad y su posición. Además impedía la integración e nuevos productores que se interpusiesen con los intereses del gremio. Otra ventaja de los oligopolios es la capacidad de imponer un precio vil de los productos, habilidad que sin embargo está posicionada por debajo de las dos anteriormente mencionadas. Cabe aclarar que los gremios mercantiles buscaban ampliar siempre su cantidad de miembros en busca de seguridad y poder. Un ejemplo de la capacidad concreta de los gremios medievales ibéricos es la universidad de Burgos. Este organizo el comercio a corta y larga distancia especialmente con Flandes, desempeño la defensa de sus asociados en el exterior y el interior, cumplió con funciones jurídicas específicas a los comerciantes en toda castilla, además de cumplir funciones religiosas. Hasta llego a expandirse a lo largo de toda Castilla y Flandes destacándose entre estos su apéndice en la ciudad de brujas. La influencia de esta llego al punto de obligar al nuevo consulado de Burgos, fundado en 1494, a ocupar funciones representativas y defensivas de lo que anteriormente se había ocupado a la universidad-gremio.
Estas asociaciones tuvieron un carácter peyorativo para la monarquía y la iglesia. Estos reprobaban la creación de cofradías religiosas con fines que excedían sus funciones tradicionales, es decir las funerarias, las religiosas, las de auxilio y las caritativas. Esto sucedía debido a que los miembros de las cofradías y, posteriormente, los gremios se interponían en los intereses monárquicos. Ya que las nuevas cofradías de doble carácter, religioso y sindical, implicaran objetivos comerciales y políticos por los cuales entraban en conflicto con el poder real. La mayor disputa ocurrida entre estos actores aparecía a la hora de fijar precios. Esta situación cambia rotundamente a fines del siglo xv cuando los Reyes Católicos comienzan a promover y patrocinar a los gremios. Por consiguiente los coloca bajo su protección y autoridad redactando ordenanzas que codificarían las asociaciones laborales y mercantiles y colocando también normativas para la producción.

La Posición De Los Grandes Mercaderes En La Sociedad:
Dentro de la sociedad estamental hispánica los mercaderes lograros posicionarse por encima del común, consiguiendo para sí privilegios como poder político y sobre todo capital. Su acceso a grandes montos de dinero les permitió poco a poco a los colarse dentro de las altas esferas del poder monárquico, lográndolo más satisfactoriamente en la edad moderna. Para realizar un pequeño paneo acerca del nivel de vida de los comerciantes trataremos 2 temas en particular: El patrimonio de los comerciantes y además mencionaremos algunos de sus privilegios obtenidos que los posicionaron sobre el grueso de la sociedad.
Para evaluar la fortuna de un comerciante es preciso evaluar dos cuestiones en particular antes de comenzar a sacar conclusiones. En primer lugar nosotros nos abocaremos en este apartado a los grandes comerciantes. En segundo lugar es preciso remarcar lo que comprendemos como grandes comerciante. Se trata de hombres dedicados al comercio a larga o corta distancia siempre al por mayor y que disponen de capitales de envergadura. En tercer y último lugar nuestros criterios para la evaluación de la riqueza de los mercaderes serán los aportados por Bestabé Caunedo Del Potro, estos son: Los bienes inmuebles, los muebles, la capacidad crediticia y el trato comercial. Los grandes negociantes amasaban su fortuna gracias al comercio a larga distancia, tenemos conocimiento acerca de la participación de castellanos en ferias portuguesas, flamencas, francesas, italianas, imperiales- Sacro Imperio Romano Germánico – e inglesas. Tal era la riqueza y pomposidad de los tratantes hispánicos en el exterior que llegaron a renombrar a la calle "Lange Winkel", sobre la que se asentaban los castellano en Brujas (Flandes), como "España". Luego de la "reconquista" de Granada en Amberes se realizaron grandes festejos y se construyó una ciudadela en reproducción de la granadina. Para conocer datos más específicos podemos aproximarnos a la obra de Bestabé ya citada donde menciona la tasación de bienes personales de distintos mercaderes Burgaleses, basándose el pleito legal que protagonizaron la casa de Lerma y la casa de Soria. Dentro de las indagaciones se le pide a los testigos del litigio que mencionan sus patrimonios y los de sus colegas. Los capitales móviles de los declarantes oscilan entre los 11.000.000 maravedís y los 3.000.000 de Maravedís, además se mencionó que dependiendo la fiabilidad del tratante su capacidad de crédito podía ser infinita y sus inmuebles podían llegar a competir con las moradas de los nobles más caudalosos ya que el promedio del precio de sus casas y heredades comprendía los 2.000.000 de maravedís. Teniendo presente el grosor del patrimonio de los mercaderes iberos podemos concluir porque su poder adquisitivo se codeaba con el del estamento nobiliario de modo tal que gran parte de estos terminaron siendo deudores de los comerciantes en tiempos de austeridad.
Los negociantes han intentado diferenciarse del resto de la plebe siguiendo distintas lógicas que los diferenciaban de estas. Podemos nombrar varias de estas conductas, que en gran parte, son posibles gracias al agrupamiento en cofradías y gremios. Un ejemplo claro de esto es el caso de la cesión del derecho a la utilización exclusivo del cementerio de la capilla de Santa Cruz a la Universidad de Burgos, aprobando también la libre decoración y expansión del mismo pudiendo poner allí sus escudos de armas y discriminando quien era sepultado allí. Este claramente es un privilegio que para la mentalidad de la época era muy importante, la exposición de escudos de era una clara demostración de poder. Otro aspecto destacable es la existencia de manuales propios a la profesión. Existen manuales de aritmética que instruían a los jóvenes mercaderes en el uso de las matemáticas para el correcto cálculo de los beneficios, riesgos y partición de las ganancias o pérdidas que se desprenderían de las compañías comerciales. Esto evidencia que estos comerciantes eran letrados y poseían conocimientos matemáticos pero lo que es más importante estaban interesados en que su descendencia perfeccionara la labor y para esto eran instruidos en universidades. Esta tendencia a la alfabetización e instrucción para el correcto desempeño en materia comercial la beneficiaria a partir del reinado de los reyes católicos, ya que gracias a la nueva necesidad de idóneos en la administración muchos de estos comerciantes lograron posicionarse en las altas esferas del poder.


Comerciantes Y Mercaderes En La Modernidad:

El Ennoblecimiento De Los Comerciantes Y La Comercialización De La Nobleza:
Entrada la Modernidad la sociedad española sufrió una serie de cambios que marcarían el futuro de los grandes comerciantes. Gracias a la transformación de los valores tradicionales que de ahora en adelante entenderían al comercio como un oficio digno. Esto sucede gracias al estallido del comercio ultramarino producto del descubrimiento de América y de los avances técnicos que permitieron el aumento del tonelaje soportado por los navíos, lo cual pavimento el camino hacia el rápido enriquecimiento de comerciantes y nobles. La vorágine de oportunidades tentaron al estamento nobiliario a introducirse al mundo del comercio o, para lo menos afortunados, a comercializar su status nobiliario atreves de casamientos oportunos con opulentos comerciantes. Otra arista es la posición destacable es la monárquica, esta vio la posibilidad de redito y de crédito en los comerciantes con la venta de créditos y el endeudamiento con privados. A continuación trataremos con mayor detalle los tres aspectos anteriormente mencionados acerca de las actitudes tomadas por los mercaderes, nobles y realeza.
Para hablar del estamento nobiliario procederemos a separarlos en 2 grandes grupos. En primer lugar trataremos la postura que tomó la alta nobleza que, tentada por los altos réditos, se volcó hacia el comercio de gran envergadura. Principalmente participaron de la carrera de indias dado que las ganancias eran cuantiosas y eran capaces de adquirir navíos corriendo con los riesgos que ello conllevaba, ya que el viaje transatlántico. Este es el caso del Duque de Medina Sidonia que proporciono barcos para el comercio y la piratería contra moros y pueblos norteafricanos. Como ya mencionamos los grandes señores también se dedicaban a la venta de mercaderías al por mayor y a la trata de esclavos como es el caso del Duque de Villa Gracia y Rota, Luis Ponce de León, quien era un gran esclavista y mercader transatlántico. En un segundo lugar podemos hablar de la baja nobleza quien se vio menos favorecida ya que no poseían habilidades ni medios para el comercio, sumado a la situación de empobrecimiento que sufrían muchos hidalgos de esta "nueva nobleza" que había proliferado en su mayoría durante el reinado de los reyes católicos. Estos en muchas ocasiones se vieron obligados por las circunstancias a realizar casamientos con pomposos mercaderes quienes buscaban ennoblecerse. Es destacable el ejemplo de la Sevilla del siglo XVI, la ciudad conocida su sagaz economía que ofrecía oportunidades de rápido enriquecimiento la cual albergaba un gran número de hidalgos quienes en su mayoría eran comerciantes.
La monarquía tomo una postura de aventajamiento con los adinerados tratantes de la época atreves de la venta de títulos nobiliarios y el endeudamiento con privados. La primera sucedía gracias tres variables, la presión inquisitorial sobre la mayoría de los comerciantes por su origen converso, la nobleza como requisito para acceder a la elite y por último la excepción del pago de impuestos. Conjugando los tres puntos marcados anteriormente denotamos la imposibilidad de un comerciante de aumentar su patrimonio sin poseer un título. La segunda trata de una costumbre que se arrastra ya desde el periodo medieval, el endeudamiento de la corona era una práctica usual. Pero existe una particularidad, en la edad moderna estos empréstitos reales con terceros se regularon y se estandarizaron, tenían por nombre asientos. Luego nos explayaremos más ampliamente sobre la cuestión de los préstamos contraídos por la corona y como estos terminaron por ser perjudiciales para esta.
Los comerciantes vieron en este periodo la oportunidad de enriquecerse e introducirse a la aristocracia. El modus operandi era siempre el mismo, comprar la hidalguía, ampliar propiedades hasta establecer un mayorazgo y expandir el negocio. Los réditos obtenidos llegaban a porcentajes realmente altos, como es el ejemplo de Juan de Villavieja, comerciante de sedas den siglo XVII quien reportaba una ganancia anual del 16% o el redito obtenido por la compañía comercial de Julián Castaños, Francisco de Velasco y Blas Duro quienes tenían una taza del 21,93% sobre un capital inicial de 200.000 reales. Con este podemos comprobar el volumen de entrada de los mercaderes en la modernidad con lo cual podemos comprender como podían establecer mayorazgos e introducirse a ellos y a sus hijos dentro de la elite, dándoles a estos últimos todos los gustos de la vida cortesana de manera de poder equipararse con la nobleza. Aunque el ennoblecimiento nunca fue completo gracias a las rígidas estructuras estamentales y al usual origen converso de muchos de los comerciantes.

Mercaderes Conversos: Su Carrera Por La Limpieza De Sangre:
La eterna sombra de los antepasados judíos eran no solo un desprestigio si no que un peligro latente para los comerciantes conversos. Estos estaban acechados por dos frentes, la inquisición y la elite. La primera, siempre al acecho de los cristianos nuevos, obligo a muchos comerciantes a gastar fortunas en limpiezas de sangre por la posibilidad de ser juzgados, embargados y muertos, con lo cual no solo significaba el final para el comerciante también comprendía la perdida de la herencia. En segundo lugar la imposibilidad de introducirse en los círculos de poder de las ciudades suponía una traba para estos comerciantes que no buscaban solo el enriquecimiento aislado sino que veían como su menta su correcto posicionamiento, como el de su familia, dentro de las elites hispánicas. Un ejemplo que nos es útil para la demostración de la carrera que emprendían los comerciantes para integrarse a la aristocracia, es la familia Alcázar. Detrás de su historia se esconce un intento desesperado por despegarse de su pasado converso, para esto se hicieron de muchos cargos importantes en la ciudad de Sevilla. Ocuparon cargos en el cabildo, la iglesia, formaron parte de órdenes religiosas, sirvieron a grandes señores como la casa ducal de Medina Sidonia, recaudaron impuestos y, por supuesto, formaron parte de grandes tratos comerciales de la Sevilla del siglo XVI. Los Alcázar estaban relacionados estrechamente con otras familias de conversos por medio de casamientos, esto les imposibilito desligarse de su pasado converso ya que en muchas oportunidades fueron objetivo de denuncias inquisitoriales.
Los conversos utilizaron una multiplicidad de métodos para deshacerse de todo rastro de impureza de sangre. Realizaban genealogías falsas donde se ligaban con algún nombre eminente de siglos anteriores. Otra estrategia, la más usual, era emparentarse con algún hidalgo de manera de conseguir el estatus de noble y al mismo tiempo alejarse un poco más de sus antepasados. Una práctica que se convirtió habitual en el siglo XVI es la unión a órdenes religiosas, también en busca de limpieza de sangre. Los conversos también se aventuraron dentro de la iglesia, como es el caso de Alonso Álvarez de Córdova quien formo parte de la archidiócesis de Niebla como Archidiácono. Álvarez de Córdova era de origen converso y tenía sospecha de tener familiares juzgados por la inquisición bajo acusación de judaizantes, esto era ideológicamente inaceptable pero cuando se lo llevaba a la práctica parecería que gran parte de los altos cargos de la iglesia están ocupados por conversos.
Los nuevos cristianos ocuparon una multiplicidad de oficios como las leyes, la medicina, la contabilidad, la escribanía, la administración pública, la usura y hasta llegaron a otorgar préstamos a la corona formando parte de la elite madrileña. Aunque la actividad no excedía a ningún oficio que realizasen, desde el primero al último continuaron ejerciendo el trato comercial como actividad primaria o secundaria ya que la que esta les permitía costear los bienes de prestigio y el modo de vida que les permitían permanecer en una posición privilegiada. Podemos presentar dos ejemplos, el primero el de los "hombres de negocios" madrileños, que se dedicaban a prestar grandes sumas de dinero a la corona y luego cobrar intereses que les dejaban grandes ganancias. Para llegar a esta posición se valían de las rentas del gran comercio y se respaldaban en este para poder seguir otorgando asientos a la monarquía. El segundo caso es el de Alonso de Cazalla, un exitoso notario Sevillano de origen converso. Tanto el su familia se dedicaba al comercio, ya que era común que además del oficio notarias emprendiesen aventuras comerciales ya que sus salarios eran modestos y no les permitían avanzar para así poder establecerse como independientes fundado su propia casa notarial.
A fin de cuentas sucede que los comerciantes conversos tienen un alto nivel de participaciones dentro de las elites españolas, aunque nunca se integraron por completo recibiendo denuncias en repetidas ocasiones por parte de la alta nobleza, hidalgos y eclesiásticos. Estas acusaciones en muchos casos fueron frustradas por los estrechos lazos con el poder que habían conseguido los nuevos cristianos. Estos lazos les permitieron posicionarse en la corte escudándose en su habilidad para la administración y su educación siempre patrocinada por sus actividades comerciales. En conclusión comprendemos que el comercio fue el medio para la integración de los conversos en las elites españolas de la modernidad.

Comerciantes En La Corte: Su Función Y Su Modo De Vida
Los grandes comerciantes han sabido posicionarse ventajosamente dentro de la elite cortesana madrileña. Este posicionamiento les permitió mantener una relación más estrecha con el rey, talvez hasta en una codependencia. Esta vinculación bilateral está comprendida por la servidumbre de los mercaderes al rey, tanto como auxilio económico en el caso de los prestamistas y como hemos mencionado anteriormente también muchos grandes mercaderes desempeñan oficios útiles para la administración real. Pero al mismo tiempo sucede que la posibilidad de ocupar cargos que el monarca otorga a los comerciantes los obliga a estar sublevados y a que si el no son más que mercaderes.
Los mercaderes ricos no quieren ser llamados mercaderes esto se transformó en una tendencia gracias a la mentalidad española moderna, la regla era imitar el estatus de vida de la nobleza, sus ostentación pomposidad y ligereza a la hora del gasto eran la marca e la vida de la alta nobleza. En el momento en el que un mercader consigue un cargo o un título instantáneamente deja de utilizar el calificativo de mercader, en otros casos como el de Gonzalo de Cuéllar prefiere ser llamado "vecino de Segovia" y posteriormente "Regidor" al conseguir el cargo en 1605. Esta es una particularidad de los comerciantes, en el caso de otras profesiones como médicos, abogados o escribanos siempre buscan ser designados con su oficio. Esta situación es producto del concepto que tenía el trato mercantil para los contemporáneos, si bien ya no era reprobada como lo había sido en la edad media, seguía siendo un oficio no muy honorable.
A continuación daremos dos ejemplos de grupos de comerciantes que convivieron en madrileña y basándonos en estos aportaremos algunos datos sobre el rol que cumplían dentro de la corte y su estilo de vida.
Por un lado tenemos a la comunidad de comerciante Loreneses asentada en Madrid, estos poseían una serie de privilegios particulares como súbditos del emperador. Usualmente el conjunto realizaba casamientos solo entre los miembros de este selecto grupo sin relacionarse con familias españolas vecinas de la sede la corte. Aunque más allá de esta impermeabilidad estaban integrados a la elite Madrileña que estaba comprendida por un amplio abanico de nacionalidades. Una familia se destaca sobre el resto de los comerciantes de Lorena, los Clemente, quienes fueron presidentes de una compañía homónima que mantenía lazos comerciales con Flanes, Alemania, Holanda, Francia y el Ducado de Lorena. Ellos sostuvieron estrechos lazos familiares al interior de la comunidad al igual que vínculos amistosos en toda Europa occidental que le permitieron un regio control de sus tratos comerciales. Ya a mediados del siglo XVII los Clemente se volverían asentistas y arrendadores de la corona, introduciéndose dentro de la Corte lo cual les permitirá mantener vínculos con los personajes más influyentes de la capital castellana. Ya para la segunda generación de la familia comenzaron a realizar casamientos con un grupo de prestigiados vecinos de origen borgoñón lo cual les permitió afianzar sus lazos comerciales, aunque el punto de inflexión sucede con el casamiento de Ana Clemente con Pablo Mareo Guérin lo cual les permitió obtener un título nobiliario. Ahora la cuestión que reaparece es la del ennoblecimiento, para lograr esto los mercaderes loreneses debían mantener un nivel de vida con la extravagancia que lo hacían los señores. Entonces nos topamos con una sociedad estamental con dificultad para la movilidad social. Donde la apariencia, la ubicación de la vivienda, la cantidad de criados, los banquetes ofrecidos, son lo único que importa a la hora de la pertenencia a las altas esferas del poder.
El otro caso con el que ejemplificaremos es el de los Hombres de Negocios asentistas en Madrid. Formaron parte del grupo más selecto de la elite mercantil asentada en la capital castellana, poseían grandes imperios mercantiles trasnacionales y capitales que les permitían prestar suma irrisorias de dinero a la corona. La función de este grupo en la corte es fundamentalmente el crédito, de los cuales luego cobraban intereses a costas de la hacienda real. La pomposidad de los miembros de este grupo es retratado por sus contemporáneos y son vistos como parásitos de la monarquía. El nivel de vida que llevaban se codeaba con el de la nobleza, que, como ya mencionamos, es el modelo a seguir para los estamentos intermedios. Poseían títulos de nobleza y propiedades en las proximidades de la corte, lo cual era requisito para ser asentista real. Un episodio en particular expuesto por Sanz Ayan apropósito del tema nos sirve para contemplar las relaciones de los hombres de negocios con la monarquía. Ayan describe las fiestas realizadas en Madrid en 1637, lo mas destacable es la entre del privilegio de alojar al rey en un palacio homologo al monárquico, los gastos realizados y el lujo desplegado. Lo importante es que la capacidad de los hombres de negocios para el despliegue del poder simbólico está al nivel de la nobleza por más que no pertenezca a la misma. De esto desprendemos dos nociones sobre la mentalidad española del siglo XVII, en primer lugar la alta nobleza es completamente impermeable sin importar el dinero o favores que hayas realizado a la corona y en segundo lugar es evidente que el comercio fue la base para la acumulación, sobrepasando ya definitivamente a los métodos tradicionales de general riqueza como lo eran la agricultura.
En conclusión, los mercaderes en España gozaron de un terreno prospero para el rápido enrriquesimiento y gracas a la nuevas políticas pudieron acercarse a las elites


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