Tesis de Licenciatura en Historia
Memoria y polémica: la palabra poética en la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala
Tesista: Martín Diego Zícari DNI: 34970801 /
[email protected] Directora: Dra. Valeria Añón Universidad de Buenos Aires Facultad de Filosofía y Letras Octubre de 2015 1
A Aye y Flor, amigas y compañeras de la carrera y de la vida.
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Índice Introducción ……… 4 Capítulo uno: La crónica en su contexto ………. 7 La Nueva Corónica y Buen Gobierno …………. 7 Ámbito Geográfico ……… 8 Marco temporal ………… 11 De las encomiendas a las reducciones ……….. 11 Extirpación de idolatrías y evangelización ……… 17 Crítica y tradiciones discursivas ………….. 21 La tradición occidental: el testigo de vista y las probanzas de méritos y servicios ……. 21 Crónicas mestizas ………… 25 Capítulo dos. La palabra poética y la conformación de un discurso polémico …….. 28 La palabra poética en la Nueva corónica y buen gobierno ……….. 28 Polémicas …….. 37 Capítulo tres. Memoria …….. 43 Las fiestas y los cantos ………. 43 Epílogo ……….. 58 Apéndice ……….. 61 Bibliografía ………. 70 Imagen de portada original de Guaman Poma tomada de: http://goo.gl/WhXFAC
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Introducción “En el fondo de este ensayo se establece una pelea a favor de la poesía, la vida, la imaginación y el futuro.” Matías Heer
La Nueva Corónica y Buen Gobierno es uno de los escritos más particulares que encontramos en el archivo colonial andino. Desde su hallazgo en 1908 en la Biblioteca Real de Copenhague por el francés Richard Pietschmann, esta crónica fue editada, con mayor y menor cuidado, una buena cantidad de veces, a la vez que fue y sigue siendo eje central de los estudios coloniales y pre‐coloniales americanos.
Uno de los puntos más destacados del análisis de la crónica fue desarrollado
por Rolena Adorno quien, junto con Mercedes López‐Baralt, inaugura el análisis semiótico de la obra en los años ´80. La edición más cuidada de la crónica y muchos de los estudios más profundos y esclarecedores sobre la figura de Guaman Poma de Ayala se los debemos, en especial, a Rolena Adorno. Su perspectiva novedosa en el abordaje de la obra abrió nuevas preguntas, que son objeto de debate hasta hoy en día.
Si bien la crónica ha generado una gran cantidad de estudios críticos y
académicos, hay un aspecto que no ha recibido la atención necesaria: la palabra poética guamanpomiana. Nos referimos con esto a los cantos y poemas que aparecen a lo largo de la obra. Estas canciones y poemas tienen la particularidad de encontrarse escritos en lenguas andinas (en especial en quechua y aymara) para las que Guaman Poma no presenta traducción alguna. Muy pocos fueron los estudios que se le dedican a este material, los cuales estuvieron centrados en fijar las traducciones posibles de los cantos y poemas, y en analizar sus estructuras métricas internas. Sin embargo, este material fue utilizado para llenar antologías y libros sobre poesía quechua, en general sin estudios profundos y en muchos casos sin siquiera referenciar el origen. La tesis que aquí presentamos se propone recuperar estas secciones para analizarlas en el contexto general de la crónica y la vida del autor. En primer lugar, se argumentará que el material poético es utilizado por Guaman Poma en la 4
conformación de un discurso polémico en relación con el orden institucional colonial. Esta vertiente polémica de la crónica ha sido analizada profusamente por la crítica y la historiografía especializada, pero no con el material poético como fuente de análisis. Por discurso polémico nos referimos a la utilización de la escritura para dar cuenta de un punto de vista disidente o contrario al status quo colonial, y a las estrategias retóricas por medio de las cuales ese punto de vista se inscribe en el texto. Además, proponemos analizar el material poético con relación al concepto de memoria. Entendemos como memoria a una forma particular de representar un discurso o hecho que pertenece al pasado, basado en los recuerdos propios o ajenos, con la intención de revivirlo, de volver a darle entidad. La palabra poética es presentada por el autor como un rescate de la memoria andina. De esta manera Guaman Poma nos presenta una imagen de la cultura andina previa a la conquista. Es central en este trabajo entender a la memoria como recurso discursivo utilizado por Guaman Poma encaminado a sostener una visión particularista de la historia andina de la conquista y previa a ésta. En cuanto a lo metodológico, este trabajo se plantea desde un cruce entre la historia y la literatura y crítica literaria. Nuestro objeto de estudio es una crónica históricamente situada, en relación con un gran entramado de discursos, instituciones y hechos concretos que la moldean. Recuperar la dimensión histórica de la Nueva Corónica es central en nuestro análisis del material poético, a la vez que es central la utilización de un marco teórico crítico propio de la crítica literaria. Esta perspectiva interdisciplinar nos permitió aunar trabajos académicos de distintas índoles y marcos teóricos y metodológicos disímiles, todos ellos provechosos para nuestro análisis. La tesis está estructurada de la siguiente manera: en un primer capítulo se analizará la Nueva Corónica y Buen Gobierno en su contexto de producción, para entender el mundo en el que se encontraba inmerso nuestro autor y, de esta manera, poder poner su texto en relación con las instituciones, eventos principales y otros textos que circulaban en la época. Además, en este capítulo se revisarán las posturas críticas desde las cuáles se ha abordado la obra de Guaman Poma.
En el segundo capítulo se introducirá el objeto de estudio particular de esta
tesis, la palabra poética en la crónica y los pocos estudios que se han dedicado a estas 5
secciones. Se analizará aquí también la conformación de un discurso polémico a través de los cantos dedicados a la muerte de Atawallpa Yupanqui y Tupac Amaru.
En el tercer y último capítulo se pensará al corpus poético bajo el concepto de
memoria. Para esto se revisará la forma en que se entendía el discurso historiográfico en la época en que fue escrita la crónica y la posibilidad de que el discurso de la memoria haya sido utilizado por Guaman Poma como validación de su propuesta histórica singular. Para esto se utilizarán los cantos introducidos en los capítulos dedicados a la historia pre‐incaica y en las secciones donde se describe la época del Tawantinsuyu, especialmente el “Capítulo de los Años y Meses del Inca” y el de los “Ritos y Ceremonias”. En el epílogo retomaremos las ideas centrales del trabajo y pensaremos posibles líneas de análisis futuras.
Finalmente, se preparó un anexo con los cantos y poemas que se analizan en
este trabajo junto con dos mapas que complementan la contextualización.
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Capítulo uno: La crónica en su contexto La escritura de la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala nos trae al presente una cantidad de información histórica y literaria que ha generado cataratas de tinta que intentan interpretar, conocer, acercarse al autor y su producción. Intentaremos, a partir de una contextualización histórica, ubicarnos lo más cerca posible a ese momento de escritura para profundizar las lecturas posibles sobre la crónica. La Nueva Corónica y Buen Gobierno
Revisemos, a manera de introducción, la estructura del texto. La crónica escrita por Guaman Poma está dividida en dos grandes partes, una dedicada a La Nueva Corónica y la segunda al Buen Gobierno. Antes de comenzar, Guaman Poma comienza el texto con una tabla o índice de las partes de la crónica e introduce un pequeño capítulo llamado “Presentación”. En él, valga la redundancia, presenta la crónica y agrega dos cartas, una “Carta del padre del autor” [f. 5 (5)] en donde el padre de Guaman Poma toma la palabra y presenta a su hijo y su familia, y una “Carta de don Felipe Guaman Poma de Ayala a su magestad el rey Felipe” [f. 8 (8)].
La primera parte del libro, La Nueva Corónica, se organiza como una historia del
mundo, y en especial de los Andes. Dividida en capítulos a medida que avanza la historia, esta sección recorre desde el mito bíblico de Adán y Eva hasta el desembarco y la conquista española de los Andes. El capítulo dedicado a la conquista de los Andes es el último de La Nueva Corónica, y da lugar a la sección dedicada al Buen Gobierno. En ella Guaman Poma sitúa el relato en el presente colonial, recorriendo, de manera crítica, la historia de sus principales personajes e instituciones. “Veis aquí tontos e incapaces y pusilánimes, pobres de los españoles, soberbioso como Lucifer” [f. 437 (439)] es una de las frases que abre el Buen Gobierno y que marcan la interpretación del autor y las subsiguientes propuestas de gobierno para remediar estas aberraciones. Si bien se puede destacar esta visión crítica, la actitud de Guaman Poma hacia el sistema colonial varía entre la aceptación, la resistencia y la negociación.
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La incorporación de imágenes dentro de la crónica es una de las características
más destacadas del manuscrito. Estas se presentan a lo largo de todo el libro y en total son unas 397 en los 1189 folios del manuscrito completo. Guaman Poma se atribuye estas imágenes en el comienzo del libro cuando dice “escrito y dibujado de mi mano e ingenio para que la variedad de ellas y de las pinturas y la invención y dibujo a que vuestra magestad es inclinada, haga fácil aquel paso y molestia de una lectura” [f. 10 (10)].
La Nueva Corónica y Buen Gobierno de Don Felipe Guaman Poma de Ayala fue
hallada en 1908 en la Biblioteca Real de Copenhague por Richard Pietschmann. En su versión manuscrita y autografiada por el autor, la crónica estuvo alrededor de cuatrocientos años olvidada, sin contar con datos certeros sobre el recorrido que tuvo la obra. La crónica se mantuvo inédita hasta 1936, cuando se realizó una edición facsimilar por el Instituto de Etnología de París. A partir de allí comenzaron a publicarse ediciones, más o menos cuidadas, que posibilitaron el crecimiento de los estudios americanistas en torno a la figura de Guaman Poma.1 Ámbito geográfico Ubicaremos el ámbito geográfico por el que circula nuestro autor en los Andes centrales (Mapa 1). El autor establece que sus antepasados por parte de su padre fueron señores yarovilcas de la región del Huánuco [ff. 74 (74) a 76 (76)]. Por parte de su madre, el autor se emparenta con las elites cuzqueñas Incas [ff. 15 (15) y 111 (111)]. Más allá de esta aclaración sobre el origen ancestral de su linaje, el dato certero del ámbito geográfico por donde circuló Felipe Guaman Poma de Ayala es que pasó su infancia en la ciudad colonial de Huamanga donde su padre trabajaba en el hospital de 1
En este momento en la Argentina se pueden consultar, en papel, tres ediciones de la crónica además de contarse digitalizado el original en la página web de la Biblioteca Real de Copenhague. Ellas son la edición dirigida por Franklin Pease y publicada por la Biblioteca de Ayacucho en Venezuela en 1980, la edición de Fondo de Cultura Económica de 1993 recupera tal cual la edición de Franklin Pease para la Biblioteca de Ayacucho sin grandes modificaciones y por último, la edición que usaremos para desarrollar este trabajo es la editada por Siglo XXI, primero en 1980, y reimpresa en 1988, edición crítica llevada a cabo por John Murra y Rolena Adorno, con traducciones y análisis textual del quechua por Jorge L. Urioste.
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naturales [f. 15 (15)]. Además, el autor menciona en varias oportunidades que su pueblo natal es Sondondo, o como fuese llamado por los españoles San Cristóbal de Suntunto [ff. 1094 (1104) y s.n. (1188)], esta zona también aparece referenciada como parte de un señorío perteneciente a su familia [5 (5)] (Ver Mapa 2). Nuevamente, no hay pruebas para afirmar que Guaman Poma, o su familiares, hayan sido señores de estas provincias, pero no caben dudas, como lo confirman investigaciones de Porras Barrenechea y Mónica Barnes, de que esta fuera la zona donde vivió nuestro autor. 2 3
La ciudad colonial de Huamanga, como es descripta por Macera, fue fundada
en 1540 por el capitán español Vasco de Guevara para facilitar el viaje entre las ciudades de Cuzco y Lima. Su población creció rápidamente debido a su cercanía a las minas de Huancavelica y Castrovirreyna, y pronto se encontró poblada por ricos encomenderos y mineros, y por multitudes de mulatos, mestizos e indios vagabundos que cualquier ciudad colonial atraía. 4
La región de los Andes centrales, que comprende el espacio de circulación y
vida de nuestra autor, estaba bajo dominio incaico ejercido desde Cuzco, en el momento previo a la conquista española. A partir de las crónicas de Juan de Betanzos y del Inca Garcilaso de la Vega, Marti Pärssinen establece que el Cuzco incaico estaba dividido en dos mitades, una mitad era llamada Hanan Cuzco (Cuzco Alto) y la otra Hurin Cuzco (Cuzco Bajo). Esta división contendría uno de los principios de la cosmovisión andina, la dualidad.5 Esta dualidad generaba una jerarquía básica en la
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Raúl, Porras Barrenechea, El cronista indio Felipe Huamán Poma de Ayala, Editorial Lumen, 1948. Mónica Barnes, “La Nueva corónica y buenos gobierno fue escrita por un residente de Lucanas”, ponencia presentada en Guaman Poma de Ayala y Blas Valera: tradición andina e historia colonial, Roma, Italia, 29/10/199. Citado por Rolena, Adorno, “Guaman Poma y su crónica ilustrada del Perú colonial: un siglo de investigaciones hacia una nueva era de lectura” en http://goo.gl/OwgS9z. 4 Pablo Macera, “Introducción”, en Y no hay más remedio, Eds. Elías y Alfredo Prado Tello, 1991, citado desde Adorno “La génesis de la nueva corónica y buen gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala”, en http://goo.gl/DJLFBt. 5 La dualidad como principio básico de la cosmovisión andina comprendía otros símbolos de la cultura aparte de la dualidad alto/bajo, a saber la distinción entre rey(inca)/reina(Coya), entre un hijo y una hija, entre el hermano mayor y el más joven, entre la mano derecha y la mano izquierda, en general lo masculino/femenino. Esta forma de dualismo fue muy común en los Andes y habría tenido una larga duración. Para ver un estudio sobre la dualidad como principio organizador del área geográfica de dónde es natural Guaman Poma ver el trabajo del etnólogo Salvador Palomino Flores, en el cuál analiza una docena de casos de localidades serranas, todas situadas en el departamento de Ayacucho. Salvador 3
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cual la parte Hanan era más importante que Hurin. Además de esta división dual, los Incas subdividieron cada mitad en otras dos mitades, generando la cuatri‐partición del Cuzco. Así la parte Hanan y la parte Hurin contenían otra subdivisión Hanan/Hurin, a partir de la cual se generaba una jerarquía cuatripartita Hanan‐Hanan (la más prestigiosa), Hanan‐Hurin, Hurin‐Hanan y Hurin‐Hurin. Esta jerarquía espacial se proyectó a las nuevas tierras bajo dominio incaico en la conformación del Tawantinsuyu, organización estatal político‐institucional inca. 6
Tawantinsuyu es un término quechua que se traduce en “cuatro
partes/regiones” y se correspondía con la división simbólica del mundo andino que consideraba cuatro espacios, con centro en el Cuzco, conocidos como Chinchaysuyu, Antisuyu, Collasuyu y Cuntisuyu, distribuidos en el sentido de las agujas del reloj con el Chinchaysuyu al oeste del Cuzco. En esta proyección de la cuatripartición del Cuzco al resto del Tawantinsuyu podemos llamar al Chinchaysuyu como el Hanan de Hanan, al Antisuyu como el Hurin de Hanan, al Collasuyu como el Hanan de Hurin y, por último, al Cuntisuyu como el Hurin de Hurin. 7
En este marco, las referencias geográficas en la Nueva corónica nos permiten
vislumbrar el mundo espacial andino colonial como un universo jerarquizado donde todavía pervive parte de esta jerarquía cuatripartita, al menos en el discurso de nuestro autor. Haber vivido en Huamanga y reconstruir su herencia familiar en Huánuco y Cuzco le otorgan a Guaman Poma un lugar privilegiado en este orden jerárquico ya que ambos lugares pertenecen al Hanan‐Hanan de los Andes. Guaman Poma se encarga de remarcar esta superioridad del Chinchaysuyu frente a los indios de las otras regiones del Tawantinsuyu a lo largo de toda su crónica.8 Palomino Flores, “La dualidad en la organización socio‐cultural de algunos pueblos del área andina”, en Revista del Museo Nacional, 37 (231‐260), Lima, 1971. 6 Marti Pärssinen, Tawantinsuyu. El estado Inca y su organización política, FEA‐Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2003, pag 22. 7 Para ver más bibliografía sobre la existencia de parcialidades y subdivisiones simbólicas en la geografía andina ver: María Rostworowsky, “la voz parcialidad en su contexto”, en Etnohistoria y antropología andina, 1981, pag 33‐45. Para ver un estudio sobre la existencia de la división hanan/hurin en Chipao, el pueblo del que es natural Guaman Poma ver Jean‐Philippe Husson, “En busca de las fuentes indígenas de Waman Puma de Ayala las raíces incas y Yaruwillka del cronista indio: ¿invención o realidad?”, Histórica; n° XIX, 1995. 8 Esta diferenciación jerárquica que realiza Guaman Poma será retomada especialmente en el capítulo 3.
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Ubicación temporal Al terminar de escribir su crónica, Guaman Poma dirige una carta al rey español Felipe III en la cual le informa la finalización de la escritura y su envío a la corona española. 9 Esta carta está fechada el 14 de febrero de 1615 y en ella Guaman Poma afirma tener ochenta años de edad (reparemos en que esta es la única fuente documental que tenemos en donde se referencia la edad del autor).10 Además de esta carta, su vida más activa en la colonia está ampliamente documentada entre 1569 y 1615, como veremos más adelante. Por esta presencia documental es posible afirmar que Guaman Poma vivió los primeros años de la invasión española en los Andes en 1532 y la temprana organización institucional colonial. El acceso del autor a la escritura y la conformación de su discurso pueden entenderse en este contexto de contacto de las estructuras sociales andinas con las principales instituciones coloniales, funcionarios y eclesiásticos.11 De la Encomienda a las Reducciones Una de las primeras instituciones de la organización temprano‐colonial fue la Encomienda. La misma tiene su origen en la reconquista castellana del sur ibérico de los siglos VIII‐XV. Se trataba de una concesión temporal de jurisdicción sobre territorio recuperado en la reconquista y en este caso suponía un pacto libre entre encomendero y encomendados para la organización de la producción en esas tierras. Esta institución, creada en base a un avance militar, fue utilizada por la corona castellana en la conquista de América. En el caso andino, la concesión temporal de la jurisdicción se daba a manera de “reparación” por los servicios prestados a la corona castellana en la conquista y suponía el reparto de la población indígena entre los conquistadores. De allí que no se tratara de un pacto libre, sino que se imponía a los 9
La carta puede verse en http://goo.gl/xsqGvn. Es necesario relativizar la exactitud de la edad que declara Guaman Poma, los 80 años representan un status de sabiduría y respetabilidad pero carece de fundamento empírico ya que no hay registros institucionales de su nacimiento. Franklin, Pease, G.Y., “Prólogo” en, Nueva Corónica y Bue Gobierno, Fondo de Cultura Económica, Lima, 2008, p. IX. 11 Op. cit., p. X. 10
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grupos indígenas por considerarlos “menores de edad”.12 En términos legales, la población andina encomendada entregaba prestaciones laborales y tributo a cambio de la protección material y espiritual.13
La Encomienda tuvo efectos negativos muy claros en el espacio andino. Por un
lado, el reparto de grupos indígenas supuso en muchos casos la desestructuración de las comunidades y su organización social y económica. Por otro lado, al ser los encomenderos los primeros y casi únicos poseedores del poder en la temprana organización colonial, la Encomienda se volvió el vehículo de la más despiadada recaudación y presión sobre las comunidades indígenas.14 En la Nueva Corónica y Buen Gobierno, Guaman Poma discute abiertamente con la figura del Encomendero por los grandes perjuicios que supuso para los grupos indígenas, dedicándole un capítulo entero en la parte de Buen Gobierno [f. 547 (561) a f. 560 (574)]. Vemos gravitar en estas críticas las ideas de uno de los pensadores más importantes de la colonia temprana contemporáneos a Guaman Poma, que como señala Rolena Adorno era bien conocido por el autor: Bartolomé de las Casas. Este último escribe desde Valladolid advirtiendo las graves consecuencias de la encomienda para el poder real y la organización colonial. 15
Hacia el momento de la escritura de la crónica, la Encomienda se encontraba
debilitada frente a los embistes del poder real metropolitano que quería imponer en las colonias americanas un sistema de recaudación y control centralizado frente a la dispersión y personalismo que suponía la administración en manos de los encomenderos. Esta intención se materializó durante la gobernación del virrey Francisco de Toledo (1569‐1581). Los primeros años de su administración el Virrey 12
Rolena Adorno, “Los debates sobre de la naturaleza del indio en el siglo XVI: textos y contextos”, en Revista de estudios hispánicos, n°19, 1992, pp. 47‐66. 13 Carlos Sempat Assadourian, El sistema de la Economía Colonial: Mercado Interno, Regiones y Espacios Económicos, Instituto de estudios peruanos, Lima, 1982. 14 Assadourian, Carlos S., “La renta de la encomienda en la década de 1550: piedad cristiana y desconstrucción”, en Transiciones hacia el Sistema Colonial Andino, Lima, El Colegio de México‐IEP, 1994. Sobre el concepto de desestructuración ver: Nathan Wachtel, Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530‐1570), Madrid, Alianza, 1976. 2da. parte, cap. 2: "La desestructuración", pp. 135‐211. 15 Para un estudio de la obra de Bartolomé de las Casas en relación con la obra de Guaman Poma ver Rolena Adorno, 1992c. “The Intellectual Life of Bartolomé de la Casas”, en The Andrew W. Mellon Lecturer, Tulane University, 1992. Disponible en http://goo.gl/3chxUd.
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organizó una visita general, de 1570 a 1575, para luego desplegar una serie de reformas conocidas como “reformas toledanas”. Estas reformas se centraron en tres ejes: la generalización de las reducciones de indios, la reorganización de la mita laboral, que significó la imposición forzosa a las comunidades indígenas reducidas de proveer mano de obra estacional para el trabajo en las minas de Potosí y Huancavelica y, por último, la imposición de una nueva tasación tributaria. 16
Las reducciones fueron la base de la nueva organización toledana y supusieron
una re‐ubicación de la residencia de los indígenas en asentamientos de estilo hispánico. Estas reducciones tenían como objetivo conglomerar en asentamientos más accesibles a las dispersas comunidades nativas, de esta manera era más fácil la imposición del tributo y el trabajo forzoso, y se simplificaban las tareas de evangelización. Los asentamientos estaban bajo el control de corregidores españoles y de un nuevo funcionariado indígena. La nueva burocracia indígena provenía de las elites nativas locales y formalizaría su inmersión institucional en articulación con el corregidor, que se encargaba principalmente de la tasación y el cobro de tributos y la ejecución de la mita, y los frailes de reducciones y toda la jerarquía eclesiástica, encargados de la evangelización de los indios y el subsiguiente control de la vida social de los indios que la evangelización suponía.
El sistema de reducciones, generalizado por la administración toledana, supuso
graves perjuicios para los grupos nativos. En muchos casos la reorganización de la residencia dividía comunidades enteras, entrando en conflicto con su propio sistema de asentamiento y reproducción material; la mita forzosa acentuaba esta tendencia a la desintegración de la comunidad nativa. El intento de reducir a los grupos indígenas en algunos casos fue superficial, ya que los indios establecían residencia pero rápidamente escapaban de las reducciones en un intento por mantener su
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Steve Stern, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española. Huamanga hasta 1640, Alianza Editorial, Madrid, 1982, pp. 128‐132. Reparemos en que la mita ya funcionaba anteriormente de manera informal en la temprana organización colonial y tiene su base en una institución incaica. Los ayllus conquistados por los Incas debían prestar mano de obra para la producción en tierras estatales por lo que recibían a cambio bienes suntuarios (como la chicha o la coca), enmarcando las relaciones en una supuesta reciprocidad. Véase también John Murra, La organización económica del Estado Inca, Siglo XXI, México, 1978.
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organización económica previa o por librarse de las pesadas cargas impositivas y de trabajo.
A los inconvenientes creados por la generalización de la política de reducciones
se le sumaba la creciente presión que ejercían los corregidores sobre los pueblos de indios. Las acciones iban desde la presión fiscal coercitiva a la confiscación de bienes y tierras, tanto por medio de mecanismos legales como a través de la usurpación directa. La crónica nos permite ver cómo esta situación se tradujo en el discurso de Guaman Poma, quién también dedica un capítulo entero a la difamación de los corregidores [f. 487 (491) a f. 517 (521)]. En sus descripciones y denuncias podemos ver que la figura del corregidor se encuentra en alianza con las otras jerarquías de poder de la nueva política toledana, a saber los caciques principales y los padres de reducciones: “Como los dichos corregidores anda al trato y granjería y otras muy muchas cosas y ara ellos sacan la plata de las cajas y lo del tributo, o piden prestado a los sacerdotes de los pueblos; de ellos no le defienden los cacique principales porque se hacen con ellos y se hacen compadres, a éste le alaba el padre, el corregidor ¡oh, que buen cacique principal don Pedro en este reino!, son amigos; y otros por tenerle miedo, porque no lo maltrate, o porque no les quite la gobernación que le dio Dios y su Majestad o porque no proceda falsa información, y así con ello callan y disimulan los principales.” [f. 489 (493)].
Frente a esta situación de despotismo, excesos y enajenación, los documentos
del Siglo XVII nos muestran el intento por parte de los indígenas de emplear las instituciones y los mecanismos judiciales españoles para socavar las prácticas explotadoras. El litigio en la justicia colonial muestra una posición ambigua de ciertos sectores indígenas. Por un lado, la reorganización toledana supuso la incorporación formal de ciertas jerarquías indígenas en la administración colonial. A su vez, la justicia colonial fue uno de los vehículos más importantes en la enajenación y el ostracismo a la que fueron sometidos los indios, y se volvió un espacio de tensión y puja entre las elites nativas y las instituciones españolas por bienes, tierras y el reconocimiento de derechos y prerrogativas políticas. Toledo había descartado el reinado incaico por considerarlo ilegítimo y tiránico, y había propuesto una fusión de los deberes de los 14
señores étnicos locales con la estructura y función del gobierno colonial. Desde la década de 1550 gran parte de la elite nativa ocupaba puestos de teniente o puestos administrativos, tendencia que se vio consolidada en 1570 con la reorganización del sistema de poder nativo por parte de Toledo. Después de esta reorganización, se institucionalizaría el rol del kuraka dentro de la burocracia colonial en el control y supervisión de las comunidades locales. 17
Es en esta ambivalencia que vemos gravitar a nuestro autor, según lo muestran
las fuentes documentales de la época. La vida más activa de Guaman Poma en la colonia está documentada entre los años 1569 y 1600, momento clave en la reorganización toledana. Recorriendo las fuentes documentales vemos esta ambigüedad de Guaman Poma de querer participar de la administración colonial y formar parte del estado, al mismo tiempo que leemos denuncias constantes del efecto devastador del estado colonial para la población. Esta ambigüedad no era exclusiva de Guaman Poma sino que define a todo un estamento indígena y mestizo posconquista.18
Uno de los trabajos que realizó Guaman Poma para la administración colonial
fue el de auxiliar del visitador Gabriel Solano de Figueroa para un litigio de tierras en Huamanga en 1594.19 Este documento es hallado por Nelson Pereyra Chavez en su investigación sobre elites humanguinas; en él, el cronista indio figura en la Declaración y Medida del documento. Es el auxiliar de Solano de Figueroa encargado de realizar la visita a las propiedades en litigio, por ausencia del Visitador español. En el expediente el cronista describe las tierras y fija los linderos y límites de las propiedades, como buen conocedor de la geografía local y de los dueños de las tierras cercanas. A partir de este documento se fue acumulando otra serie de documentos referidos a litigios de tierras y bienes, donde Guaman Poma aparece como testigo e intérprete, lo que
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Rolena Adorno, “La Génesis de la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala”, op.cit., p.12‐16. 18 Para ver una lista detallada de los documentos coloniales en los cuales aparece mencionado Guaman Poma ver Rolena Adorno, “V. La presencia de Guaman Poma en la documentación colonial” en “Guaman Poma y su crónica ilustrada del Perú colonial: un siglo de investigaciones hacia una nueva era de lectura”, en: http://goo.gl/ThA6ve. 19 Documento alojado en: http://goo.gl/oRR6qC, 26/2/2015.
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muestra una regularidad en este trabajo: conocer tanto el español como las lenguas andinas le posibilita actuar como intermediario en este tipo de procesos judiciales. 20
Otro documento fundamental en la reconstrucción de la vida política de
Guaman Poma es el Expediente Prado Tello. El mismo es una recopilación de acciones legales sobre el área de Chupas, en las afueras de la ciudad colonial de Huamanga. El documento fue publicado en 1991 por el Monseñor Prado Tello. En esta colección de documentos aparece una serie de litigios en los que participó Guaman Poma para reclamar tierras de Chiara, del área de Chupas, desde 1590 al 1600. En él se puede vislumbrar la intención política de Guaman Poma de asegurar el control familiar de una porción de tierras importante para la economía regional por su proximidad con la ciudad de Huamanga, tierras que hacia el final del proceso judicial logra consolidar en su propiedad.21 Rolena Adorno establece que la insistencia con la que libró esta lucha sugiere la adaptación a las sutilezas jurídicas con que se lidiaba dentro de la sociedad española colonial. Este documento se vincula con otro grupo documental llamado la Compulsa de Ayacucho, publicada en 1970 por Zorrilla. Esta última serie de documentos nos deja ver la parte final de la historia que contiene el Expediente Prado Tello y revela una nueva serie de litigios por las tierras de Chiara, en este caso en disputa entre la familia de Guaman Poma y el grupo étnico Chachapoyas. Estos litigios culminan con la sentencia criminal para Guaman Poma en 1600 y la consecuente pérdida de derechos sobre las tierras de Chiara. Según Adorno, esta sentencia es decisiva para la escritura de la Nueva Corónica: “Esas consecuencias ‐la asignación del castigo corporal de doscientos azotes y la expulsión de su ciudad de residencia, Huamanga‐ al menos en parte 20
Nelson Pereyra Chavez, “Un documento sobre Guaman Poma de Ayala alojado en el Archivo Departamental de Ayacucho”, en Histórica, Vol XXI, N°2, diciembre 1997, p. 262‐263. (Este artículo se puede consultar en http://goo.gl/8hEB1M 10/3/2015). 21 Este documento, además de mostrar un gran antecedente político a la redacción de la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Guaman Poma, también es útil en nuestro intento de mostrar como la elite nativa se fusiona con las funciones jurídico‐administrativas de la colonia. En estos litigios Guaman Poma se refería frecuentemente a los administradores provinciales (t´uqrikuq), a quienes él también asignaba funciones judiciales como el de “michuq, juez”. Aquí vemos como nociones políticas andinas se mezclan con los cargos administrativos de la organización institucional de la colonia temprana. Ver Rolena Adorno, “La génesis de la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala”, op.cit., p.17.
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estimularon su decisión de buscar remedio a través de la escritura. Pasó de una posición de colaboración con el régimen colonial español, como asistente de la iglesia y funcionario menor en la administración civil local, a denunciar sus injusticias y excesos.”22 Extirpación de idolatrías y evangelización. “Todo lo escrito de los pontífices lo sé porque fui sirviendo a Cristobal de Albornoz, visitador general de la Santa Madre Iglesia, que consumió todas las uacas ídolos y hechicerías del reino, fue cristiano juez”. [f. 280 (282)]. De esta manera, Guaman Poma se posiciona en otro de los eventos que marcó la organización colonial en los Andes centrales: la extirpación de idolatrías llevada adelante por Cristóbal de Albornoz en las provincias de Soras, Lucanas Laramati y Lucana Andamarca, en el área sur de la jurisdicción de Huamanga, entre 1568 y 1570, especialmente contra el movimiento del Taki Onqoy.23 Aunque no se encontraron al momento pruebas documentales de esta participación, para Adorno el hecho de que los nombres de los oficiales del equipo de inspección que aparecen en los reportes de Albornoz, tanto como los nombres de las personas castigadas, se encuentren en la Nueva Corónica y Buen Gobierno sugiere que el testimonio de Guaman Poma sobre su servicio a Albornoz es fidedigno y puede haber sido su primer contacto con la administración colonial. Se puede pensar su figura de asistente nativo para reconocer prácticas que la iglesia consideraba idólatras y facilitar los intercambios entre quechuahablantes e hispanohablantes. 24
La acción de Albornoz aparece representada en la crónica en dos lugares. Por
un lado en el capítulo de los ídolos [ff. 262 (264) a 285 (287)] donde Guaman Poma se 22
Rolena Adorno, “La génesis de la Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala”, op. cit., pp. 14 y ss. 23 El Taki Onqoy fue un movimiento de reivindicación nativista localizado en los alrededores de Huamanga que proclamaba el triunfo de los dioses andinos sobre los cristianos y por el rechazo de todo lo considerado europeo. Albornoz ha sido reconocido como el responsable de la supresión del Taki Onqoy. Sobre este movimiento, existe una corriente que relativiza su importancia y sugiere que el mismo fue un producto de la maquinaría eclesiástica para justificar la represión. Véase Griffiths, La cruz y la serpiente: la represión y el resurgimiento religioso en el Perú Colonial, PUCP Fondo Editorial, 1998, pp. 17‐20. Y Gabriela Ramos, “Política eclesiástica y extirpación de idolatrías: discursos y silencios en torno al Taki Onqoy”, en Ramos y Urbano (eds.), Catolicismo y Extirpación de idolatrías, siglos XVI‐XVIII. Charcas, Chile, México y Perú, Centro de estudios regionales andinos “Bartolomé de las Casas”, Cuzco, 1993. 24 Rolena Adorno, Cronista y Príncipe, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 1992, p. 39.
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encarga de describir las prácticas idolátricas de las cuatro regiones del Tawantinsuyu, las cuales dice conocer por haber servido al visitador Cristóbal de Albornoz. Es en esta sección donde Guaman Poma establece con más fuerza, si bien es algo que repite a lo largo de toda la crónica, que los responsables de la expansión de la idolatría en los Andes fueron los Incas. Esta idea será retomada más adelante, pero vale mencionar que, según el autor, los Incas fueron quienes enseñaron a los indios a adorar a las huacas y establecieron castigos para los que no lo cumplían. En la parte de la crónica dedicada al buen gobierno, Guaman Poma escribe un capítulo íntegro dedicado a la figura institucional del Visitador de la Santa Iglesia, comenzando con el visitador Cristóbal de Albornoz. En esta parte se ve más claramente la valoración que hace Guaman Poma de este personaje colonial a quién describe como “bravo juez; no tomaba cohechos ni robaba, ni llevaba tronera ni aparato; fue llano santo hombre temeroso de Dios, y así hizo todo el servicio de Dios en este reino”. [f. 676 (690)]
Después de la violenta supresión del movimiento del Taki Onqoy, la jerarquía
eclesiástica pasa a manos del Arzobispo Toribio de Mogrovejo (1581‐1606). Este cambio de mando supone una nueva actitud hacia el proceso de evangelización, el cual adopta un matiz más liberal y pro‐indígena. De la primera extirpación de idolatrías que llevó adelante Cristóbal de Albornoz se pasó a una etapa donde el foco estaba puesto en mejorar las estrategias de evangelización, dejando de lado la violencia para apelar a la persuasión. Guaman Poma también da visto bueno de la política llevada adelante por Toribio de Mogrojevo quien “visitaba con su persona y castigaba en este reino, buena justicia y bien de los pobres indios de este reino” [f. 690 (704)].
En base a esta nueva aproximación es que tuvo lugar en Lima el Tercer Concilio
Limense (1582‐83). En él se debatieron las formas más efectivas de la evangelización de los indios. Guaman Poma da cuenta de este concilio, de sus participantes y las ordenanzas que de él emanaron [f. 1079 (1089)]. El resultado del concilio fue el Tercer catecismo y exposición de la doctrina christiana por sermones, uno de los primeros libros impresos en América, en 1585, atribuido a José Acosta. En él se establece la importancia de ciertos recursos estilísticos que acerquen la religión cristiana a los indios, a saber el uso del sermón cristiano como método persuasivo, la utilización de
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las lenguas vernáculas para mayor éxito de la evangelización, las repeticiones y la apelación a imágenes, entre otras.25
Estas características del estilo retórico que propone el sermón cristiano colonial
pueden verse en la crónica de Guaman Poma, quien respeta los preceptos del catecismo. Señala Rolena Adorno que el autor “se adhiere a la regla de adecuación dirigiéndose por separado a todos los grupos de la colonia; lo que sostiene, lo repite infinitas veces. Hace innumerables discursos exhortativos, y la intención de persuadir a su auditoria resulta palmaria”.26 Se puede decir que la presencia constante de registros orales en quechua y otras lenguas andinas, de dibujos y gráficos que acompañan al texto y el uso constante del sermón doctrinal como forma estilística dan cuenta de la inmersión del autor en los debates que el III Concilio Limense introdujo al espacio virreinal.
Aparte de la conexión con el Catecismo de José Acosta, hacia el final de su
crónica Guaman Poma menciona una serie de textos a los que tuvo acceso, los cuales fueron escritos por otros padres conciliares, por lo que puede entenderse la influencia discursiva que tiene con el ambiente cultural andino: “y después se hizo de otro libro escrita del padre maestro Jusepe Acosta, rectore de la Compañía de Jesús escrita De natura de (No)bis Orbis y De procuranda (…) y se hizo otro libro y crónica escriba de Juan Ocho de la Zal prior perpetuo de San Juan de Letrán; compuso otro libro, y lo escribió el maestro fray Domingo de Santo Tomás de la orden de Santo Domingo, escrita libro de vocabulario de la lengua del Cuzco (…) ; y escribió otro libro confesionario escribió fray Pedro y Gerónimo de Oré (…) y escribió otro libro Fray Martín de Morúa de la orden de Nuestra Señora de las Mercedes de Redención de Cautivos, escribió la historia de los ingas; escribió otro libro el padre Cavellos de los ingas …” [ff. 1079 (1089) y 1080 (1090)]. 27
Una nueva apelación a la violencia y la coerción fue llevada adelante por el
extirpador de idolatrías Francisco de Ávila desde 1606. La política de Ávila no se enfocaba en casos particulares, como lo fue el desmantelamiento del Taki Onqoy por 25 26
Rolena Adorno, Guaman Poma. Literatura de resistencia en el Perú colonial, op. cit., p. 94. Ibidem, p.95.
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parte de Cristóbal de Albornoz, sino que se entendía a la extirpación de idolatrías como clave en la evangelización general de los indios. La organización de campañas de extirpación de idolatrías por parte del Arzobispado se volvió sistemática a comienzos del siglo XVII frente a la constatación de que los indios seguían practicando su religión original. Para desarrollar estas campañas se creó el cargo de Visitador General de Idolatrías, lo cual marcó la institucionalización de la represión religiosa: Albornoz fue el primer Visitador General de Idolatría. 28
Señalamos esta nueva etapa de extirpación de idolatría porque parece ser de
gran impulso para la escritura en Guaman Poma y supone un cambio en su interpretación de la evangelización y las instituciones coloniales. El autor se muestra indignado por el proselitismo severo de Ávila, que impuso torturas terribles y persecuciones. Presenta al visitador Francisco de Ávila a través del testimonio de tres ancianas que se encuentra en Castrovirreyna, introducido en la sección Camina el autor [f. 1111 (1121)]. Según el testimonio de estas ancianas, se las sentencia como idólatras sin serlo con un testimonio falso sacado bajo tortura, es por esto que se escapan de Huarochiri, el pueblo donde vivían. Además, las ancianas mencionan otros casos de sentencia de idolatría que revisten la misma índole, basados en falsos testimonios y torturas. Guaman Poma rechaza enfáticamente la política de Ávila e increpa al Rey Felipe por dejar que en su reino sucedan tales injusticias. Frente a la emulada aceptación, y hasta participación, que mostraba Guaman Poma en las campañas de Albornoz, esta sección nos deja ver la conformación de un discurso disidente y polémico. Como veremos más adelante, hay un funcionamiento específico de la polémica a lo largo de toda la crónica, cuestión que fue señalada por la crítica especializada en Guaman Poma.
De esta manera se intentó posicionar a la Nueva Corónica y Buen Gobierno de
Felipe Guaman Poma de Ayala en su contexto de producción para entender los vínculos con el sistema colonial que le posibilitaron el acceso a la escritura y los diferentes hechos, personajes e instituciones que fueron moldeando su discurso.
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Rolena Adorno, Cronista y príncipe, op. cit., p. 39.
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Crítica y tradiciones discursivas
Una vez delineados los aspectos que comprenden el contexto histórico de surgimiento de la crónica, pasaremos a un breve análisis de las tradiciones literarias en las que la crítica ha insertado la obra de Guaman Poma. Este análisis nos permitirá entender la crónica en un panorama mayor de interrelación y correspondencia con otras producciones textuales de la época.
Estos modelos críticos entienden la obra desde dos puntos de vista diferentes:
por un lado, dentro de la tradición occidental, reconfigurada a partir del siglo XV con la irrupción de las crónicas del testigo de vista, con el soldado de conquista como sujeto principal en la conformación de esta historiografía. Por otro lado presentaremos la obra de Guaman Poma en el marco de las llamadas crónicas mestizas. La tradición occidental: testigo de vista y Probanzas de Méritos y Servicios La tradición discursiva occidental ingresa a los Andes a partir de los contactos de las huestes de Francisco de Pizarro con las costas norandinas en 1529. Estos personajes fueron desarrollando una producción escrita basada en la experiencia de la conquista o en información proporcionada por cartas o relaciones generadas desde el avance militar. Esta primera producción escrita, como es descripta por Walter Mignolo, supuso una heterogeneidad de tipos discursivos que incluía cartas, relatos o crónicas y documentos legales asociados con las Probanzas de Méritos y Servicios. El eje de contacto de esta heterogénea producción era el punto de vista del testigo adoptado en la escritura para el relato de los eventos clave en la conquista y colonización de la tierra.29
Uno de los objetivos centrales de estos primeros cronistas occidentales, como
es entendido por Franklin Pease, es el de narrar la historia al mismo tiempo que resaltar las acciones y hazañas propias y ajenas que les permitan demostrar su autoridad y su lealtad al poder central, la corona española. Al ser ésta el origen de todos los derechos y prerrogativas que los conquistadores solicitaban, estos debían 29
Walter Mignolo, “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista”, en Luis Iñigo Madrigal (ed.), Historia de la Literatura Hispanoamericana, t. I, Época Colonial, Cátedra, Madrid, 1982, p.70.
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realizar probanzas de sus acciones para conseguirlos. Esta necesidad se veía expresada legalmente en un documento central en la conformación discursiva colonial: Las probanzas de méritos y servicios. Estos fueron documentos clave que revestían la forma de interrogatorio, presentados por el propio interesado, a testigos diversos que, generalmente, confirmaban las acciones que este proponía a fin de conseguir mercedes o diversos favores. El tono de las probanzas se traslada a los cronistas, logrando una exaltación de las hazañas y las acciones personales, en un intento de mostrarse merecedores de un lugar privilegiado. Vale aclarar que las probanzas, tanto en su vertiente documental como en el sustrato que emerge en las crónicas, no son fiables en todo su contenido, en cuanto ofrecen información abiertamente destinada a conseguir intereses personales, hallándose en ellas la voluntad explícita del gestor. Así, encontramos que las probanzas contienen, en algunos casos, errores y falsedades. Uno de los ejemplos más claros de este universo son las afirmaciones genealógicas, que veremos son centrales en la conformación de la imagen de testigo en Guaman Poma.30
La conexión de esta tradición, entendida en su particular construcción de
testigo y la heterogeneidad de tipos discursivos puede verse en la Nueva Corónica de Guaman Poma. La crónica se plantea como una larga carta dirigida al Rey español, así como se superponen tipos discursivos diferentes a lo largo de su crónica. En términos temáticos, al igual que en la cronística europea, la conquista de los Andes es uno de los episodios centrales rescatados por la Nueva Corónica y Buen Gobierno, a la cual se le dedica un apartado completo titulado “Primera conquista de este reino” [ff. 368 (370) a 437(439)]. Además, tanto dentro de este capítulo, como a lo largo de toda la crónica, Guaman Poma se construye como un testigo privilegiado que vivió o recibió relatos de testigos directos las acciones que narra. Analizaremos esto con más detenimiento.
Comenzaremos mostrando como Guaman Poma presenta a su familia, la cual
establece como una de sus fuentes principales para la escritura. Nos presenta el autor a: “Don Martín de Ayala, segunda persona del Topa Inga Yupanqui, su mujer doña Juana Curi Ocllo coya, hija de Topa Inga Yupanqui y de sus hijos; que le daba el dicho ejemplo y castigo y doctrina que le dio a su entenado Martín de Ayala, 30
Franklin Pease G.Y., Las crónicas y los Andes, Fondo de Cultura Económica, Lima, 2010, p.75‐76.
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mestizo santo […] Y el dicho santo hombre le enseño a sus hermanos y al autor de este libro, por donde se vino a escribirse la dicha Primer corónica por este dicho galardón mestizo, por las virtudes y oraciones que hacía este dicho cacique y su señora” [f. 15 (15)]. Aquí están referenciados su padre Martín de Ayala, quién el autor emparenta más adelante con el capitán Luis de Avalos de Ayala [f. 393 (395)]. Este personaje de existencia real fue un capitán muy cercano a Francisco de Pizarro y desarrolló tareas de conquista en el surandino, lo cual le otorga al autor una cercanía con los méritos de las tareas conquistadoras. Por parte de madre, la referenciada doña Juana Curi Ocllo coya aparece como hija de Topa Inga Yupanqui, décimo soberano Inca, otra de las vertientes de autorización de su testimonio, ahora a partir de la filiación indígena. A su vez, el autor construye una genealogía mítica que conecta a su familia directamente con Adán y Eva [ff. 74 (74) a 76 (76)].
Además, Guaman Poma se encarga de caracterizar a su familia como grandes
cristianos y servidores de la corona española: “Don Martín Guaman Malque Aiala, hijo legítimo del Excelentísimo señor Apo Guaman Chaua segunda persona de Topa Inga Yupanqui y de Guayna Cápac Inga Allauca Guanoco Yarovilca de la provincia de los Lucanas y Soras, Andamarcas, del pueblo de Santa María de la Peña de Francia, de Guylcabamba de Suntunu, y de Santiago de Chipao, que fue el más mayor servidor de Dios y de su Majestad, como está escrito en su vida y cristiandad, como sirvió a Dios Nuestro señor Jesucristo en su santa casa del hospital del Cuzco y de Guamanga treinta años, y dejó todo lo del mundo y murió en su santo servicio con su mujer doña Juana Curi Ocllo coya, hija menor y legítima de Topa Inga Yupanque, el décimo rey de este reino, que fueron santos siervos de Jesucristo. Para indio fue santo y santa pues que quiso morir más sirviendo a Dios y morir en Él, y en todas las batallas servicio de Dios y de su Majestad como su segunda defendió a su señor y rey”. [ff. 818 (832) a 819 (833)] De esta manera nos presenta Guaman Poma su construcción genealógica, la cual nos sirve de indicador de la intertextualidad de la crónica con las Probanzas de méritos y servicios de la época, y esta a su vez de la tradición occidental en las crónicas. Sobre sus padres vale hacerse algunas preguntas que delatarían el carácter ficticio de su 23
construcción genealógica: ¿cómo puede su ancestro (¿padre/abuelo?), referenciado como Martín de Ayala, estar bautizado como “Ayala” al mismo tiempo que aparece como la segunda persona de Topa Inga? Hay un problema de cronología insalvable. Por otro lado, en referencia a su madre, supuesta hija de Topa Inga Yupanqui: ¿quién, al momento en que se escribió la crónica, puede comprobar ese vínculo con la jerarquía Inca sin la ayuda o complicidad de la administración colonial? Más allá de destacar lo inverosímil de estas afirmaciones que realiza Guaman Poma, lo que queremos pensar es cuáles son los usos de las genealogías y por qué se presentan como verosímiles en una carta al Rey. Lo que se desprende de estas preguntas es algo que venimos analizando, el rol del discurso probatorio en la persecución de prerrogativas políticas y económicas que moldea y tematiza el corpus cronístico.
Elena Altuna, en un breve análisis que realiza sobre los usos de las probanzas en
la crónica de Guaman Poma, establece la importancia de prestar atención a estas estructuras legales que subyacen en la crónica para de esta manera vislumbrar los modos de constitución del sujeto en relación con el espacio en que actúa. Nos dice sobre Guaman Poma y su incorporación del discurso probatorio: “La percepción del espacio como un lugar de pasaje hacia mayores conquistas o como lugar de función de una estirpe posibilita entrever el valor diferencial que encierran los relatos de vida en el tránsito de un estado de conquista a uno de colonización”31 Así, podemos ver la importancia que tiene para Guaman Poma la adaptación de su crónica a los recursos estilísticos y discursivos de las probanzas como una marca de negociación y acción política encaminada a un fin. 32
La figura de testigo de vista también es clave en la construcción de la Nueva
Corónica. Hacia el final Guaman Poma nos presenta una lista de testigos de uista que le 31
Elena Altuna, Retórica del desagravio, estudios de cultural colonial peruana, Facultad de Humanidades‐Universidad Nacional de Salta, 2009, p. 22. 32 Para ver otro trabajo sobre el subtexto de las probanzas en la obra de Guaman Poma, remitimos a Rolena Adorno, “Discurso jurídico, discurso literario: el reto de leer en el siglo XX los escritos del XVI”, en Memorias. Jornadas Andinas de Literatura Latino Americana, Plural Editores‐Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, 1995, pp. 15‐25.
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han relatado los hechos de su crónica [f. 1078 (1088)]. Guaman Poma nos ofrece una larga lista de individuos andinos que le han servido de fuente oral y que gozan del saber porque han sido testigos de vista.33 Esta característica también la presenta su padre –o abuelo‐ a quien presenta como sujeto del saber y del poder, tanto andino como cristiano. No estamos solamente ante un testigo de vista como los otros que menciona sino ante un testigo de la historia. El sujeto enunciador de la crónica utiliza su tradición familiar para apuntalar su posición de poder mostrándose portador de conocimientos generacionales pero a la vez resaltando el carácter cristiano para demostrar lealtad al rey castellano.
Las crónicas mestizas Las crónicas mestizas fueron definidas como tales por Martin Lienhard en 1983 para hacer referencia a “aquellas crónicas que, casi independientemente del origen étnico de sus autores (indígenas, mestizos, españoles), reelaboran materiales discursivos o reales de la historia americana a través de procedimientos narrativos (verbales y/o pictográficos) de tradición heterogénea: indígena y europea”.34 Lienhard describe que serán los grupos dirigentes nativos reorganizados en función de la dominación colonial los que contribuyeron en una medida significativa al surgimiento de una literatura escrita alternativa. Esta jerarquía indígena reorganizada proporcionará los primeros informantes de todas las empresas de recopilación de las tradiciones orales nativas y de informantes, algunos de los miembros de este sector pasaron a autores de una producción epistolar considerable destinados al rey, al virrey, al obispo o a otra autoridad de alta jerarquía, estos escritos revelaban la doble preocupación de mostrarse adictos al nuevo poder y al cristianismo sin dejar de reivindicar ciertos valores antiguos. 35 33
Esto está relacionado con un modo autóctono específico de autorización de la historia, que se ve tanto en las crónicas novohispanas como andinas, ver Valeria Añón, “De México a Cuzco: Nostalgia, memoria y usos del pasado en crónicas de tradición indígena” en Vanderbilt e‐journal of Luso‐Hispanic Studies, núm. 13 coordinado por David Solodkow y Hugo Ramírez, 2014, p. 1. 34 Martín Lienhard, “La crónica mestiza en México y el Perú hasta 1620: apuntes para su estudio histórico‐literario”, en Revista de crítica literaria latinoamericana, n°17, año IX, Lima, 1er semestre 1983, p.105. 35 Martín Lienhard, La voz y su huella, Casa de las Américas, La Habana, 1990, pp. 94‐95.
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A partir de esta aproximación crítica, en las últimas dos décadas, se han
revisado las tipologías más usuales respecto de las crónicas de Indias con investigaciones, entre otros, de Rolena Adorno en torno al sujeto colonial y Catherine Poupeney‐Hart, alrededor de la noción de “mestizo”.36 En un estudio sobre los usos del pasado en las crónicas de tradición indígena, Valeria Añón realiza una historia del concepto de “crónicas mestizas” donde se referencian estos trabajos antes citados para dar cuenta de la conformación de un modelo crítico para estas crónicas en los años ochenta y noventa. Este modelo “tienden a ver en ellas la puesta en escena de un proyecto utópico, cuya funcionalidad textual y pragmática radica en la posibilidad de suturar el ’trauma de la conquista’ entendido como huella y ausencia, pero también como presencia de lo indecible”.37
Luego de los intentos clasificatorios que se llevaron adelante en la crítica en los
´80 y ´90, en los últimos diez años surgió otra serie de investigaciones que vuelve a poner en foco la tensión entre escritura y género. Dentro de estas preocupaciones, la investigadora peruana Rocío Quispe Agnoli retoma las categorías heredadas de Lienhard para definir lo que ella llama “literalidades alternativas” en relación directa con la obra de Guaman Poma. Según la autora, la producción escrita indígena americana en los siglos coloniales fue el resultado de una combinatoria discursiva y lingüística de géneros típicos occidentales, pero que a su vez incluían oralidades y las literalidades alternativas a la escritura alfabética, que en el caso de Guaman Poma significaba la inclusión de cantos en quechua, imágenes y paratextos agregados (carta del padre, “Camina el autor”).38
Por último, introduciremos el trabajo de Lydia Fossa, que resulta interesante ya
que la autora destierra la noción de “crónica” para la producción literaria colonial y propone en su reemplazo entender la escritura colonial de manera más general como 36 Rolena Adorno, “El sujeto colonial y la construcción cultural de la alteridad”, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana 28, 1988, pp.55‐68. Catherine Poupeney‐Hart, “Algunos apuntes en torno a la crónica ‘mestiza’ (México, Perú)”. Actas del IV Congreso Internacional de Historia Regional Comparada. Ciudad Juárez, 28 al 29 de octubre de 1993. Jorge Chávez, ed. Ciudad Juárez: Universidad Nacional Autónoma de Juárez, 1995, pp. 279‐88. 37 Valeria Añón, op.cit., p. 1 38 Rocío, Quispe Agnoli, “Oral vs. Escrito: Nuevas consideraciones para el estudio de documentos coloniales indígenas, en Literatura y otras artes en América Latina. Actas del XXXIV congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Universidad de Iowa, Ciudad de Iowa, 2004, p. 242.
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“textos historiográficos” o “documentos manuscritos coloniales”. Este concepto le posibilita trabajar una serie de materiales heterogéneos sin límites precisos, que aparecen como crónicas, pero también como relaciones, cartas y otros. Lo distintivo de esta aproximación le permite a la autora analizar las crónicas en su relación con otros textos y su contexto de producción, así como también dar cuenta de las intervenciones que suceden sobre los manuscritos (copias, traslados, etc.), logrando ampliar aún más las lecturas posibles de la escritura colonial.39
De esta manera se fue creando una aproximación crítica‐metodológica para un
sector de las crónicas americanas de los primeros siglos coloniales que intenta dar cuenta de las tensiones entre la tradición occidental y los subtextos indígenas.
39
Lydia Fossa, Narrativas problemáticas, Los incas bajo la pluma española, Pontificia Universidad Católica del Perú, IEP, Lima, 2006, pp. 24 y 25.
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Capítulo 2. La Palabra Poética y la conformación de un discurso polémico A lo largo de su texto, Guaman Poma nos presenta una multiplicidad de registros discursivos que fueron parcialmente analizados en el capítulo anterior: la crónica se presenta a modo de una larga epístola al rey; junto con la estructura de crónica encontramos otros vestigios del discurso histórico, una fuerte intertextualidad con las probanzas de méritos y servicios de la época, con los catecismos y documentos relacionados con la extirpación de idolatrías, además de dibujos, emblemas y toda la parafernalia narrativa que despliega el autor en 1189 folios. Uno de estos elementos, sobre el que enfocaremos nuestra atención en este trabajo, es el registro por escrito de la palabra poética andina.
El autor nos presenta a lo largo de toda su crónica una serie de secciones
escritas enteramente en lenguas andinas, sin traducción al castellano. El autor nos dice en la primera parte de la crónica que utilizará “la lengua e fracis castellana, aymara, colla, puquina conde, yunga, quichiua ynga, uanca, chinchaysuyo, yauyo, andesuyo, condesuyo, collasuyo, cañari, cayanpi, quito”. [f. 10 (10)] Dentro de estos registros se destaca la introducción de cantos y rezos que, argumentaremos, cumplen una función específica en la Nueva Corónica y Buen Gobierno. Llamamos a estas secciones “palabra poética” para destacar el diferencial que presentan en contraposición con el resto de la escritura del texto. Según declara el mismo autor, estos cantos son rescatados, en gran parte, de las tradiciones andinas, y llegan a él a través de su herencia familiar y su contacto directo con ciertos testigos. Es importante tener en mente la noción de testigo privilegiado que analizamos en la sección anterior, ahora podemos ver como esta posición privilegiada dentro de la cultura andina legitima, con autoridad, la reproducción que hace Guaman Poma de ciertos elementos que forman parte de esa cultura.
En términos generales, la poesía y la literatura quechua han sido estudiadas y
antologizadas tanto desde la crítica literaria como desde la historia de la literatura. En gran parte, esta tradición de interés sobre la literatura quechua le debe mucho a Jesus Lara, poeta y escritor quechua‐hablante, indígena, que realizó trabajos de traducción y
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análisis fundamentales.40 De esta manera se inaugura el interés por antologar la literatura quechua. Otro de los libros que continúa con esta idea es el tomo de Literatura Quechua editado por la Biblioteca de Ayacucho con un prólogo de Edmundo Bendezú Aybar. En este libro se vuelve a antologar las distintas manifestaciones literarias quechuas extraídos de crónicas. A su vez este tomo incluye otros autores que escriben en quechua separando las producciones en “período inca”, “período colonial” y “período moderno”. Este tomo presenta las versiones en lengua andina y su traducción al español, en su mayoría tomadas de las traducciones de Jesús Lara.41
Este corpus de literatura quechua se puso en relación con producciones
literarias indígenas del resto del continente americano en el libro de Miguel León‐ Portilla, Literatura de Anáhuac y del Incario. En este libro, el autor realiza una antología de lo que llama “el legado literario de dos civilizaciones originarias”42, la mexica e inca. Nos dice León Portilla: “las composiciones que hoy llamamos expresión literaria o literaturas de Mesoamérica y el área andina no se escribieron valiéndose de letras. En el contexto de estas dos civilizaciones no se desarrolló la escritura alfabética. Hubo, en cambio, otras formas de soporte. Una, que es la más antigua y universal en todas las culturas, es la memoria que se comunica a través de la oralidad”.43 En el libro se transcriben casi todos los poemas en quechua de La Nueva Corónica y Buen Gobierno además de otros cantos, poemas y narraciones extraídas de otras crónicas coloniales.
En particular sobre la palabra poética andina en la obra de Guaman Poma se
han realizado, al momento, tres grandes estudios. El más importante de todos fue el desarrollado por Jean‐Philippe Husson, quien en 1985 publica un libro titulado La
40
Jesús Lara, La poesía quechua, Fondo de Cultura Económica, México, 1947, y La Literatura de los quechuas. Ensayo y antología, Canelas, Cochabamba, 1961. 41 AA.VV., Literatura Quechua, Ayacucho, Caracas, 1986. 42 Miguel León‐Portilla, Literaturas de Anáhuac y del Incario, Siglo XXI editores, México, 1982, p. 7. 43 Ibídem, p. 18.
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poesía quechua en la crónica de Felipe Waman Puma de Ayala.44 Quince años más tarde, en 2002 publica un artículo titulado “Literatura Quechua” en Boletín del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú donde revisa parte de las hipótesis contenidas en su trabajo de 1885.45 Al ser un aporte fundamental para el tema de este trabajo daremos cuenta con cierto detalle de la obra de Husson, lo que nos posibilitará llegar con más herramientas a nuestra hipótesis.
La premisa para su investigación es la búsqueda de criterios de demarcación
para la literatura quechua. El autor establece que es necesario dejar de lado los criterios de clasificación por géneros y por época para la literatura quechua. Estos criterios la dividen en prehispánica, colonial y republicana, a su vez que en distintos géneros como poesía, narrativa, teatro. Para el autor estos criterios carecen de pertinencia tanto a nivel histórico como a nivel literario ya que en el material que analiza los géneros no están totalmente definidos así como los orígenes de esas expresiones. Al contario propone analizar la producción escrita bajo el concepto de “tradición literaria” que implica la idea de cierta continuidad desde un origen, sin excluir ninguna posibilidad de transformación.46Esta necesidad de dejar de lado los criterios clásicos de clasificación literaria no es nueva de Husson sino que tiene que ver con la profunda renovación de los estudios literarios coloniales a partir de los años ´80.47
Para dar cuenta de esta aproximación metodológica, Husson toma la obra de
Felipe Guaman Poma de Ayala como fuente principal de la literatura quechua, en especial los textos que el cronista indio presenta en su obra como transcripciones de cantos, bailes y danzas; a su vez toma los textos de oraciones presentes en las actas de los procesos de idolatrías organizados hacia 1650 en la región de Cajatambo. Husson nos dice que “del análisis formal de los textos de ambas series, se colige que todos presentan, aunque con notables diferencias de nivel, un grado de elaboración estética 44
Jean‐Philippe Husson, La poésie quecha dans la chronique de Felipe Waman Puma de Ayala, L´Harmattan (Série linguistique amérindienne), Paris, 1985. Este libro se encuentra inédito en español. 45 Jean‐Philippe Husson, “Literatura Quechua”, en BIRA 29:387‐522, Lima, 2002, pp. 387‐522. 46 Ibidem, p. 388‐389. 47 Ver Rolena Adorno, “Periodización y regionalización”, en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Año 20, No. 40 (1994), pp. 366‐368.
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tal que su pertenencia al arte poético no admite discusión”.48 Cuando define este arte poético quechua establece que todas las intervenciones tienen tres características distintivas. Por un lado, Husson reconoce un procedimiento estilístico que estructura el discurso poético en enunciados paralelos; este paralelismo semántico, que el autor homologa con la función de la rima en la poesía europea, lo analiza en el siguiente extracto de una intervención poética de Guaman Poma: “Cuando recuerdo tus ojos risueños, pierdo el sentido, Cuando recuerdo tus ojos juguetones, me pongo enfermo” [f. 317 (319)] Siguiendo al autor, este dístico presenta dos dobletes cuyos componentes no son sinónimos, sino que pertenecen a campos semánticos diferentes, la risa y el juego por un lado, la enfermedad y el sinsentido por el otro. Husson reconoce que a lo largo de todo el corpus poético quechua guamanpomiano encontraremos este procedimiento que definiría por un lado la utilización de la palabra de una manera más figurada o connotativa, que hace posible, según Husson, una lectura más espontánea, más intuitiva.49 De esta posibilidad de comprensión nacería la emoción poética.50 Otro de los ejemplos que toma Husson para explicar este paralelismo semántico es el siguiente: “¿Es el infortunio, Reina, que nos separa? ¿Es la desgracia, Reina, que nos separa? [f. 317 (319)] Aquí vemos nuevamente una reiteración de la imagen, con una utilización de “infortunio” y “desgracia” que funcionan en paralelo. Ahora bien, el paralelismo semántico que describe Husson no se reduce a pares de secuencias, también el autor propone estructuras ternarias y cuaternarias. Por ejemplo: 48
Ibidem, p. 392. Esto no es privativo de la poesía quechua, también aparece en la poesía náhuatl, por ejemplo, y tiene que ver con la profunda naturaleza metafórica de ambas lenguas. Ver el análisis de la literatura del Anáhuac de Miguel León‐Portilla, op. Cit., p. 26. 50 Ibidem, p. 393. 49
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“No llorarás, Siendo mi florcita, Siendo mi reinita, Siendo mi princesita”. [f. 319 (321)]
Más allá de este paralelismo, el autor reconoce otra característica que es la
presencia frecuente de una introducción ritual cuya función es definir la composición como poética al mismo tiempo que situarla dentro de un género determinado de poesía quechua. Esta introducción ritual se da con una frase al comienzo de las intervenciones poéticas: aya uya waqaylli, para el canto de índole sagrada Waqaylli; ayaw haylli, yaw haylli para el canto profano llamado Haylli; y por último la frase haray harawi para los Harawis de Guaman Poma. De esto se desprende que Husson sistematiza los cantos dentro de la obra de Guaman Poma en grupos. Por un lado presenta la poesía de creación o harawi,51 en este tipo de obras hay una preeminencia de la libertad creadora del poeta, en contraposición con la poesía de tradición o taki. En este último género la creación está sometida a pautas más rígidas por el predominio de la función ritual que relega al segundo plano las consideraciones propiamente creadoras. Las obras que pertenecen a los takis suelen cantarse en circunstancias precisas, que a menudo coinciden con fechas del calendario ritual y se identificaban con episodios claves de la vida del individuo o la comunidad: dentro de este grupo encontramos a los haylli que entonaban los hombres y mujeres para darse ánimo en la faena agrícola. Por último presenta una última categoría de poesía quechua sagrada. Las intervenciones que Husson recopila en esta categoría son las que han sufrido añadiduras manifiestas que invariablemente se presentan como designaciones de la divinidad cristiana, presentando una versión cristianizada del discurso poético.52 Por último, la tercera característica de las intervenciones poéticas 51
Para una definición lingüística de harawi: “La existencia del harawi está evidenciada por el Inca Garcilaso de la Vega en una corta secuencia cuyo alcance nos parece digno de ser subrayado: “otras muchas maneras de versos alcanzaron los Incas poetas, a los cuales llamaban haráuec, que en su propia significación quiere decir inventador”. De esta definición del agentivo harawi‐q inferimos que en el Perú prehispánico la raíz verbal harawi se refería sin más detalles al acto de creación poética y, luego, el substantivo homómorfo al resultado de dicho acto”. Ibidem, p, 402. 52 Ibidem, pp. 398‐424.
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en Guaman Poma según Husson es que estas intervenciones no son sino el componente textual de un conjunto formado por la fusión de artes de diversas índoles: “los vocablos de cantos, danzas, bailes, etc., empleados por Guaman Poma de Ayala para designarla […] subrayan la importancia de elementos musicales y coreográficos que se combinan con los elementos propiamente literarios”.53
Además del trabajo de Husson, cabe mencionar otros dos trabajos importantes
sobre la palabra poética andina. Estos fueron incluidos en las ediciones críticas de la obra de Guaman Poma y, si bien no estudian detalladamente las intervenciones poéticas como lo hizo Husson, sí son trabajos ineludibles para acercarse al uso de lenguas andinas en la crónica. De carácter filológico‐lingüístico estos escritos también pueden ser entendidos como “apuntes de traducción”: realizados por los traductores encargados de las ediciones críticas de la obra están más focalizados en dar a entender la procedencia de ciertas palabras o explicar los mecanismos llevados adelante para la traducción. Nos referimos a los trabajos de Jorge L. Urioste para la edición de Siglo XXI y el de Jan Szeminski para la edición de Fondo de Cultura Económica.54
Urioste nos presenta dos artículos diferentes para las ediciones del 1980 y de
1987, aunque ambos discurren sobre los mismos temas. Se retoma la clasificación de dialectos del quechua que realizó Alfredo Torero para ubicar a la escritura de Guaman Poma dentro del grupo II que comprende dialectos de una zona amplia: desde Ecuador y el sur de Colombia hasta los dialectos sudperuanos, bolivianos y del actual noroeste argentino. (El grupo I comprendería los dialectos del Perú central, principalmente de Cuzco y sus alrededores.) Urioste realiza una refonologización de los dialectos quechua de Guaman Poma al dialecto hablado en la actual región de Yampara, Bolivia. Establece que esta adaptación del texto responde a razones más prácticas que filológicas, por ser él oriundo de esa zona y nativo de ese dialecto en particular. Según declara, al ser los dialectos del grupo II mutuamente inteligibles, no hay cambios fundamentales en su reinterpretación. A partir de allí realiza una clasificación de los 53
Ibídem, pp. 397‐398. Jorge L Urioste, “Estudio analítico del quechua en la Nueva Crónica”, en Guaman Poma, Nueva Corónica y Buen Gobierno, Siglo XXI, Lima, 1980, p XX – XXI, y “Los textos quechuas en la obra de Waman Puma”, en Guaman Poma, Nueva Corónica y Buen Gobierno, Siglo XXI, Lima, 1987, p XVI a XXVII. Jan Szeminski, “Vocabulario y textos andinos de Don Felipe Guaman Poma de Ayala”, en Felipe Guaman Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno, Tomo III, Fondo de Cultura Económica, Lima, 2008. 54
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textos quechuas basándose en su forma literaria, Identifica cuatro formas literarias diferentes: oraciones y rezos, canciones, sermones y quechua eclesiástico y maldiciones, a las que dedica una breve descripción. Destaca, en líneas generales, lo que llama la “proyección etnográfica” del quechua de Guaman Poma que permite vincular el corpus con elementos tradicionales de la cultura andina así como también con los procesos políticos de la colonia, como la extirpación de idolatrías y la evangelización.55
Además de esta somera clasificación, Urioste dedica unas palabras al valor
poético de los textos quechuas. En el artículo de 1980 dice “las canciones son ágiles, brillantes rítmicas y expresan […] un alto valor poético”,56 en el artículo del ´87 considera “los textos poéticos de Waman Puma son numerosos y de un gran valor literario”.57 Las apreciaciones de Urioste no van más allá de estas opiniones superficiales. Una de las operaciones más controversiales en la traducción de la palabra poética andina es la de transcribir y traducir las canciones y rezos de Guaman Poma con la forma del verso europeo. Sin dar ningún tipo de justificativo o explicación en ninguna parte del artículo que antecede a la Nueva Corónica, la edición crítica de Siglo XXI dirigida por Rolena Adorno elige una versificación al estilo europeo, dividiendo el texto andino en unidades expresivas menores. Estas traducciones versificadas son introducidas en la misma página en que se transcribe el folio y van a estar marcadas por una tipografía diferente y encerradas entre corchetes.58
Ahora bien, en contraposición con esta manera de editar la palabra poética,
Guaman Poma nos presenta las canciones y rezos sin alterar la estructura general de la escritura, solamente mediadas por el cambio de idioma. Si observamos la reproducción digital de la crónica, alojada en la web de la Biblioteca Real de Copenhague, podemos ver que los cantos y rezos son introducidos directamente en lenguas andinas, sin ninguna marca que diferencie estas intervenciones del resto de la
55
Urioste, op. Cit., p. XXLVI Urioste. Op. Cit, 1980, p. XXLV. 57 Urioste, op cit, 1987, p. LXXII. 56
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escritura en español.59 Es decir, no se utiliza una tipografía ni márgenes especiales, las oraciones no se ordenan de ninguna manera, sino que se mantiene la continuidad de la escritura, no hay cortes de verso o ninguna división del canto en unidades expresivas menores. La frase que utiliza Guaman Poma para introducir los cantos o rezos es “dize aci […” a lo que le sigue el texto en lengua andina, repitiéndose esta estructura a lo largo de toda la crónica. (Véanse imágenes en el apéndice.)60 Ahora bien, las ediciones críticas de la obra de Guaman Poma se encuentran con un problema a la hora de transcribir estas secciones y generan resultados diferentes.61
En el caso del trabajo de Jan Szeminski sobre los textos andinos en Guaman
Poma, publicado en un tomo independiente en la edición crítica de Fondo de Cultura Económica, está organizado en un estudio introductorio sobre los idiomas que utiliza Guaman Poma, un vocabulario con las palabras y expresiones sueltas en lenguas andinas y por último una sección entera dedicada a lo que Szeminski llama “textos andinos de Don Felipe Guaman Poma de Ayala”, sección en la que incluye todos los textos largos en cualquier idioma andino y que es la que reviste mayor importancia para nuestro trabajo. Todas las traducciones están alojadas en este tomo independiente, dejando la estructura de la crónica tal cual la plantea Guaman Poma, a diferencia de la edición de Siglo XXI que introduce las traducciones en la misma página que la transcripción del folio original. En la traducción de Jan Szeminski encontramos el mismo problema que advertimos en las anteriores, ya que el autor divide las intervenciones poéticas en versos, y para versificar la obra utiliza “razones sintácticas” que no son explicadas o desarrolladas en el tomo.62
Szeminski nos presenta tres versiones de los cantos y rezos, por un lado el texto
original, por otro lado la interpretación del texto en escritura fonética moderna y, por último, la traducción al castellano. Lo valioso de este trabajo de traducción son las 59
Esto no es algo privativo de la crónica de Guaman Poma. En otras obras de la época también se incluyen poemas, cantos o fragmentos enteros en lenguas andinas sin proponer una traducción. Por ejemplo el poema del comienzo en el Inca Garcilaso y en el Manuscrito de Huarochiri, y también en el área novohispana en los textos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. 60 Para este trabajo se eligió mantener la estructura original del material poético sin realizar alteraciones en su presentación o edición. 62 Jan Szeminski, “Vocabulario y textos andinos de Don Felipe Guaman Poma de Ayala”, en Felipe Guaman Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno, op. cit., p. 161.
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notas que va agregando a cada uno de los textos, que brindan información lingüística que nos permite analizar con más profundidad estas intervenciones poéticas y que no habían aparecido en anteriores traducciones. Por ejemplo para el canto del folio 309 (311), Szeminski agrega al final: “el texto parece estar cantado por una mujer, porque sólo una mujer puede llamar a un halcón: Tura, que quiere decir hermano de una mujer”.63 Este tipo de intervenciones y aclaraciones son constantes en todo el tomo y algunas otras serán retomadas a lo largo del trabajo para analizar el corpus poético.
La aparición de literatura y textos académicos destinados a entender el arsenal
poético de la crónica de Guaman Poma estuvo orientada a identificar y agrupar los cantos y rezos a su vez que en fijar las traducciones posibles al español. En este trabajo intentaremos seguir analizando esta sección de la Nueva Corónica y Buen Gobierno desde una nueva perspectiva. Nuestra hipótesis gira alrededor de entender el funcionamiento discursivo del arsenal poético en la crónica toda. Como síntesis de lo que será desarrollado a continuación podemos ver la conformación de un discurso polémico a través de los cantos y rezos en quechua. A su vez, esta construcción polémica está basada en una utilización de la memoria como validadora del discurso histórico.
Si atendemos a los contextos en los que aparecen los cantos y poemas
podemos ver que Guaman Poma los incluye dentro de un discurso memorialista. Como veremos en el próximo capítulo, los poemas y cantos son introducidos en contextos donde Guaman Poma relata el pasado andino, es decir que el autor los presenta como un rescate de la escritura de la realidad previa a la conquista. Esta apelación a la memoria será analizada como un recurso discursivo. Guaman Poma utiliza el discurso de la memoria como una forma de validación del discurso histórico. De esta manera, generar una imagen del mundo andino y de su cultura que sirva en sus propósitos políticos, articulándolo con elementos de la cultura hegemónica europea.
En el contexto de la organización institucional virreinal toledana, luego de
fracasar en sus intentos jurídicos de tener bajo su poder ciertos bienes, territorios y prerrogativas políticas, documentado el Expediente Prado Tello y en la Compulsa de 63
Ibidem, p. 197.
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Ayacucho, Guaman Poma se vuelca en la escritura de su libro como una continuación de su búsqueda de un espacio privilegiado en el mundo colonial. En esta búsqueda, utiliza la palabra poética para homologar la religión andina previa a los Incas con el cristianismo y al hacerlo refuerza su hipótesis del cristianismo primitivo de los Andes, idea que es central en su crónica. Al contrario, el material poético que Guaman Poma introduce en las partes de la crónica destinadas a la historia Inca se hace foco en el avance de la idolatría y la herejía.
Lo primero que analizaremos es la conformación de un discurso polémico a
través del material poético. En este caso, la palabra poética aparece en su vertiente polémica cuando Guaman Poma da cuenta de los efectos traumáticos de la conquista, especialmente nos centraremos en los cantos introducidos en el capítulo dedicado a la conquista, los que se introducen tras el asesinato de Atawallpa Yupanqui y Tupac Amaru. Polémicas
“Dios y Vuestra Magestad no permita que nos acauemos y se despueble su reino.” Guaman Poma [f. 981(999)]
Analizar la vertiente polémica de la palabra poética de Guaman Poma no es una novedad ya que la crítica y la historiografía han remarcado el eje polémico en La Nueva Corónica. Rolena Adorno lo llamó “literatura de resistencia” o “polémica disimulada”,64 Raquel Chang‐Rodriguez lo llamó “discurso disidente”,65 y en general hay un consenso sobre este aspecto. Lo que proponemos hacer aquí es recuperar esta dimensión polémica desde el arsenal poético que introduce Guaman Poma en su crónica.
Lo que intentaremos mostrar es la conformación de un discurso polémico a
partir de las intervenciones poéticas. Esto sucede a partir de la dramatización de los traumas de la conquista, el asesinato de Atawallpa y Tupac Amaru. Al introducir cantos 64
Rolena Adorno, Guaman Poma, Literatura de resistencia en el Perú colonial, op. Cit., p. 46. Raquel Chang Rodríguez, “El discurso disidente, ensayos de literatura colonial peruana”, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1991, p. 45. 65
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en estos dos eventos Guaman Poma está señalando la importancia de estos hechos en la construcción de su discurso sobre la conquista. Resaltándolos logra hilvanar emotivamente la muerte de los últimos Incas con su visión crítica de la conquista y el posterior rol desestabilizador de la formación institucional colonial contemporánea a su escrito. A su vez, estas intervenciones le permiten al autor introducir críticas directas al accionar español en la conquista, resguardándose al presentarlas como cantos que se escuchaban en las calles y ciudades de indios. Esta dimensión discursiva de los cantos convive con la apretura semántica que supone la utilización poética y emotiva de la palabra, cargando de significados múltiples (y a veces contradictorios) las ideas generales de Guaman Poma sobre la muerte, la vida indígena y su relación con los españoles y el mestizaje.
Para este caso centraremos nuestra atención en últimos dos poemas de la
Nueva Corónica. Estos se refieren al contexto de los primeros años de la conquista del Perú. Están en dos momentos clave de la conquista: justo en el momento anterior de la muerte de Atawallpa, cuando estaba preso en Cajamarca, y el último canto es introducido en el dibujo que muestra la decapitación de Tupac Amaru. Ambos cantos expresan el llanto y la desolación de todos los Andes, haciendo énfasis Guaman Poma de la dimensión popular de “los llantos en la ciudad” y como los indios “cantauan a su suerte” [f. 388 (390)].
En el caso de la muerte de Atawallpa, la crónica de Guaman Poma hace
referencia al encuentro en Cajamarca y al episodio en que Atawallpa arroja la biblia, la guerra que se desata y cómo el último inca termina preso [f. 385 (387)]. La canción corresponde a Atawallpa preso, en la desolación cantando: “como le prendieron, y estando preso Atagualpa Inga, estando preso le robaron toda su hacienda don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro y todos los demás soldados y españoles, y lo tomaron toda la riqueza del templo del sol y de Coricancha y de Uanacuauri, muchos millones de oro y plata que no se puede contar”. [f. 388 (390)] Y más adelante: 38
“Así mismo les quitó sus servicios hasta quitarle su mujer legítima, la coya, y como se vio tan mal tratamiento y daño y robo tuvo muy gran pena y tristeza en su corazón, y lloró y no comió, como vido llorar a la señora coya, lloró y de su parte hubo grandes llantos en la ciudad de los indios, cantaban de este suerte”. [f. 388 (390)] El canto de que Guaman Poma atribuye Atawallpa es el siguiente: “¡Aray Araui!¡Aray Araui! ¿Podrá este enemigo malvado, reina, derrotarnos, darnos pesadumbre? ¡No reina! Vamos a morir todos a una ¡Que no nos alcance la desgracia! Las lágrimas caen como lluvia por si solas ¿Podrías tu reina, ser tal?” [f. 388 (390)]
Guaman Poma nos muestra al Inca encerrado, sufriendo por la coya, con una
identificación de los españoles como “enemigo malvado” en la traducción de Urioste, o “enemigo barbudo” en la de Szeminski, donde la muerte parece ser la única escapatoria para la desgracia. Nos dice “vamos a morir todos a una” “vamos reina, de una vez muramos” [f. 388 (390)].
Podemos encontrar una idea de la muerte como una salvación, la cual aparece
en este momento de desolación y desesperación dramatizando y poniendo énfasis en la vertiente polémica del arsenal poético. Es interesante notar que esta idea de la muerte como salvación no se corresponde con otros pasajes de la crónica donde se puede ver una intención de Guaman Poma de mantener la integridad étnica y la perpetuación de la vida indígena. Hacia el final de la crónica Guaman Poma escribe “Dios y Vuestra Magestad no permita que nos acauemos y se despueble su reino” [f. 981 (999)]. Sara Castro‐Klaren llamó a esta intención “el espacio de la pureza” y da cuenta de la constitución histórica, tanto en Guaman Poma como en otros textos coloniales, de una ideología que apuesta al mantenimiento de la vida indígena y la integridad étnica.66
Así vemos una forma diferente de entender la muerte y desaparición. Por un
lado fue analizada por la crítica la intención por la vida y por la perpetuación étnica, mientras que en este pasaje poético dedicado a la muerte de Atawallpa, el Inca invita a la coya a morir con él como forma de salvarse. Argumentamos que Guaman Poma 66
Sara Castro‐Klaren, “Huamán Poma y el espacio de la pureza”, en Revista Iberoamericana, 1981, núms. 114-115: pp. 45-67.
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utiliza los registros poéticos como canal para desplegar y organizar un discurso crítico y polémico, en este caso se puede decir hasta pesimista. No creemos que esta contradicción en la forma que está representada la muerte y la perpetuación de la vida indígena sea un error o algo aleatorio, sino que el autor utiliza distintos registros discursivos para presentar una imagen del mundo andino, y en este caso de la conquista, que le permita articular con autoridad en la escritura su versión de los hechos.
En uno de sus apuntes de traducción Jan Szeminski nos aporta más información
sobre este canto:
“el significado de: Payllamanta urmanqam, no está claro. Parece que se trata de zapra awqa, el enemigo barbudo, que ha de caer en pecado, a pesar de dominar ahora. Todo esto indicaría que no es un texto compuesto en Caxa Marca durante la prisión de Ataw Wallpa, sino mucho más tarde, cuando ya existió la teoría según la cual también el gobierno de los españoles acabaría a causa de sus propias culpas. Indudablemente tal teoría existió en el movimiento Taki Unquy”. 67
Gracias a este tipo de observaciones nos podemos acercar a un costado
interesante de la incorporación de este tipo de material a la crónica. Si existía una idea mesiánica sobre el fracaso de la conquista española, que Guaman Poma la exprese anacrónicamente en el momento de la muerte de Atawallpa a través de una canción nos muestra el fuerte carácter polémico de este canto. En toda la explicación de la muerte del Inca, Guaman Poma se encarga de remarcar la injusticia de la decisión: “no quiso firmar Don Diego de Almagro ni los demás la dicha sentencia, porque daba toda la riqueza de oro y plata pero Francisco Pizarro lo sentenció” y más adelante “y los demás no les gustó la dicha sentencia, y no le dio a entender la justicia que pedía y merced Atagualpa Inga” [f. 391 (393)].
A su vez, Guaman Poma agrega un nivel más a la polémica, advirtiéndole al rey
que la muerte de Atawallpa no solo representa una injusticia para todos los Andes, sino también que iba a traer consecuencias en la recaudación de oro para la corona: 67
Jan Szeminski, op. Cit, p. 205.
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“ves aquí cómo le hecha a perder al emperador con la soberbia, como pude sentenciar un caballero a su rey, y si no le matara, toda la riqueza fuera del emperador y se descubriera toda las minas” [f. 391 (393)].
Por último, el asesinato de Tupac Amaru representa una de las primeras
escenas de la parte dedicada al Buen Gobierno y el poema se encuentra al pie del dibujo del folio 451 (453) en boca de un grupo de indios representando al pueblo. Nos dice Guaman Poma “Fue degollado Topa Amaro Inga por la sentencia que dio don Francisco de Toledo; le dio la dicha sentencia al infante rey inga y murió bautizado cristianamente de edad de quince años y de la muerte lloraron todas las señoras principales y los indios de este reino e hizo grandísimo llanto toda la ciudad y doblaron todas las campanas. Y al entierro salió toda la gente principal y señoras y los indios principales y clerecía.” [f. 452 (454)] El canto en este caso es más contundente y sintético: “Inca Huancauri. ¿A dónde te vas? Nuestros salvajes enemigos, sin tu culpa. Te han cortado el cuello.” [f. 451] Podemos ver que vuelven a aparecer los “salvajes enemigos” que le cortan el cuello a Tupac Amaru “sin tu culpa”. La idea de culpa, que también aparece en el canto a Atawallpa, es la clave del discurso polémico. En el caso de la muerte de Atawallpa la culpa es la que va a hacer caer por si solo al gobierno de los españoles, mientras que acá se destaca la inocencia de Topa Amaro y la injusticia de su asesinato. El comentario de Szeminski sobre la conexión del canto con los recopilados en el movimiento del taki onkoy se hace presente nuevamente para entender el problema de la culpa. En la idea mesiánica del nuevo orden, la culpa de los españoles es fundamental para entender la caída en fracaso de su gobierno.
Según la propuesta general de Guaman Poma sobre la conquista, los españoles
no tenían justificación ni razón en protagonizar estas dos matanzas (ni ninguna otra), ni siquiera podían abogarse el derecho a gobernar las indias. Por lo que la crítica y la historiografía nombró “la donación del Tawantinsuyu” Guaman Poma intenta negar radicalmente la conquista española sosteniendo que su padre, Martín Guaman Malqui 41
de Ayala, Virrey y segunda persona del Inca, viajó a Tumbes para darse paz con Francisco Pizarro en nombre de los respectivos soberanos, así el Tawantinsuyu fue donado al Rey de España, por lo que la sujeción voluntaria de los indios no podía recibir de contra parte la violencia y desolación de la conquista.68
En este sentido, el autor introduce en la obra su propia versión de la conquista
y refuerza con ella su polémica con la versión española oficial de los hechos. En este caso, el dato histórico “erróneo” es pensado por Raquel Chang‐Rodríguez como una forma de respaldar su demanda al rey pidiendo justicia y restitución.69 Esto mismo puede extrapolarse para pensar el material poético. El mismo funciona para confirmar la visión de la conquista de Guaman Poma, reforzar la idea de injusticia y dramatizar los eventos que se vieron de manera muy crítica en el mundo temprano colonial.
De esta manera se intentó mostrar como la introducción de material poético
puede pensarse como parte del discurso polémico que enarbola Guaman Poma. Si bien se señalaron los dos eventos políticos centrales en los que la palabra poética da cuenta de esta vertiente, la polémica vista a través de la poesía no se agota con estos casos. En el siguiente capítulo revisaremos el material a partir de la noción de memoria y profundizaremos en la vertiente polémica del discurso, en particular para mostrar como Guaman Poma utiliza los cantos para caracterizar al legado incaico como tirano y hereje. Es así que este capítulo no se agota aquí, sino que debe pensarse la utilización del discurso de la memoria como una forma más de construir un discurso polémico.
68 69
Raquel Chang Rodríguez, Op. Cit., p 7. Ibidem, p 9‐16.
42
Capítulo 3. Memoria “Si el pueblo no habla, bien puede cantar” Michel de Certeau
Continuaremos analizando del corpus poético guamanpomiano a partir de la noción de “memoria”. Argumentaremos que Guaman Poma introduce sus cantos y poemas a través de un discurso memorialista. En esta utilización del discurso de la memoria, Guaman Poma reproduce cantos y rezos como pertenecientes a un pasado prehispánico andino al que accedemos a partir de sus palabras. A partir de su autoconstrucción como sujeto privilegiado en el mundo andino, Guaman Poma se presenta como un canal de comunicación entre un pasado desconocido por la mayoría (pero conocido por él) y un presente que le impone modos de accionar, de legitimar sus denuncia. Las canciones y rezos presentados en su crónica son parte de su acción encaminada, en un plano general, a reivindicar el lugar del indígena en el nuevo entramado colonial y, en lo particular, dirigido a dar sustento a su lucha personal y familiar por el control de bienes y territorio en la zona de Huamanga. Es decir, en vistas de la vertiente polémica analizada en el capítulo anterior, podemos identificar que en esta construcción discursiva la memoria actúa como legitimadora del discurso histórico. Las fiestas y los cantos Siguiendo el trabajo de Valeria Añón sobre la tematización de la memoria en las crónicas mestizas, podemos detallar la importancia del tema de la memoria en la investigación en ciencias sociales y humanas en las últimas décadas. La autora establece que esta inflexión se enfatizó a partir de las reflexiones en torno al Holocausto y las dictaduras del Cono Sur y supuso que distintas disciplinas (como la Historia, la Filosofía, la Antropología y Crítica literaria) pusieran atención a los tópicos de la memoria en su vínculo con la historia, los documentos, el olvido, el silencio, el trauma, entre otros. Este interés tuvo su eco en los estudios coloniales
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hispanoamericanos, revisados críticamente desde los años 80, en especial en torno al corpus cronístico, tanto de tradición occidental como, luego, de las crónicas mestizas.70
Para el caso de las crónicas mestizas y las crónicas de tradición indígena, los
estudios en torno a la memoria se enfocaron en dar cuenta de la tensión entre tradiciones discursivas disímiles al interior de los escritos, destacando la relación entre la oralidad propia de las lenguas indígenas y su relación con la escritura. Siguiendo a Valeria Añón: “a partir de los vínculos entre memoria, escritura e inscripción del pasado, que buscaban asegurar alguna supervivencia para culturas en vertiginoso proceso de aislamientos y reconversión, se ha aludido a la escritura y la memoria como estrategia textual en busca de una armonía imposible”.71
Entender a la memoria como estrategia textual es clave en este análisis del
corpus poético de la obra de Guaman Poma, así como de toda su crónica en general. Este trabajo es deudor de una toma de posición representacional de la memoria: sin buscar una “verdad” en la memoria que la crónica de Guaman Poma construye, sin caer en la trampa de la verdad o la legitimidad con que es leído el archivo colonial, intentaremos pensar, parafraseando a Valeria Añon en su estudio sobre el Inca Garcilaso y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, a la memoria como argumento legal e histórico, como excusa y como mandato, también a la memoria como forma que articula y organiza un texto y define tópicos y tropos. 72
La noción de memoria aparece en las primeras páginas de la crónica y será
central en todo su desarrollo. Proponemos entender la utilización del paradigma 70
Valeria Añón, “La tematización de la memoria en las Crónicas mestizas: a propósito de las Obras Históricas de Fernando Alva Ixtlilxóchitl y el inca Garcilaso de la Vega”, en Clementina Battcock y Sergio Botta (coords.), Acerca de la (des) memoria y su construcción en Mesoamérica y Andes, Quivira, México, 2015. 71 Ibidem, p. 1. 72 Ibidem, p. 1. La teoría poscolonial reconfigura la noción de archivo en relación con el discurso historiográfico poniendo en jaque la noción de autoridad y verdad. En palabras de Mario Rufer la teoría poscolonial propone analizar el archivo “más en términos de un hecho social como acción ritual que incluye simbolización, drama y trama, que como ese lugar aséptico donde simplemente descansan los documentos vivos del pasado”. Mario Rufer, “El archivo: de la metáfora extractiva a la ruptura poscolonial” en, El Archivo, el campo. Las disciplinas y la producción de la evidencia, México, UAM, en prensa, p 22. Sobre este tema también ver Mario Rufer, “El habla, la escucha y la escritura. Subalternidad y horizontalidad desde la crítica poscolonial”, en Berkin y Kaltmeier (eds.), En Diálogo. Metodologías horizontales en Ciencias Sociales y Culturales, Gedisa Editorial, México, 2012, p. 55.
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memorialista como parte de un contexto mayor de validación del discurso historiográfico. Nos dice el supuesto padre de Guaman Poma, Martín Guaman Mallqui de Ayala, en la carta que antecede el comienzo de la crónica: “La dicha historia es muy verdadera como conviene al sujeto y personas de quienes trata y que además del servicio de vuestra majestad, que resultará de imprimirse la dicha historia comenzándose a celebrar y hacer inmortal la memoria y nombre de los grandes señores antepasados, nuestros abuelos como lo merecieron sus hazañas” [f. 7 (7)]. En las palabras que Guaman Poma le atribuye a su padre, la noción de memoria es central. La memoria, fijada a través de la escritura, es un vehículo de celebración y honor al pasado pre‐hispánico, a los antepasados. La noción de verdad, junto con la utilización de la memoria como recurso, también aparece con gran importancia en la construcción de la crónica. Esto es común a numerosas crónicas coloniales y tiene que ver, justamente, con la definición de historicidad en la época. Walter Mignolo define la importancia de verdad como “el principio general necesario para la definición de la formación discursiva historiográfica”, pero nos explica que para el siglo XVI y XVII la idea de verdad estaba orientada siempre a una “causa final historiográfica: enseñar el buen vivir”.73 Está idea de una “verdad” conducida por una causa puede verse claramente en la carta del padre recién citada: la crónica no es sólo verdadera, sino “muy verdadera” y esta verdad está justificada “como conviene al sujeto y las personas de quienes trata”; aquí puede apreciarse la utilización de la escritura de la crónica como una operación basada en un interés. ¿A quién le conviene la escritura de esta historia? A Guaman Poma en primer lugar, quien a través de la escritura se posiciona y se auto construye en un lugar privilegiado en el ordenamiento colonial. Pero la escritura no le conviene solo al sujeto/autor sino también a las personas de quienes trata, como repite reiteradas veces Guaman Poma desde el primer párrafo del libro y durante toda su crónica: “la dicha crónica es muy útil y provechosa y es buena para enmienda de 73
Walter D Mignolo, “El Metatexto Historiografico y la Historiografia Indiana”, en MLN, Vol. 96, No. 2, Hispanic Issue (Mar., 1981), pp. 358‐402.
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vida para los cristiano e infieles y para confesarse los dichos indios y enmienda de sus vidas y herronía idólatra…” [f. 1 (1)]; mas delante “es bueno para las dichas residencias y visitas generales de los dichos indios tributarios y de la visita general de la San Madre Iglesia” [f. 1(1)]. Las justificaciones y conveniencias que enarbola Guaman Poma para la escritura de su historia son variadas, puede observarse una justificación religiosa central, relacionada con la censura y con la modelización de los discursos que ésta implicaba. Juan M. Ossio también realiza una investigación sobre la influencia de la historiografía española en la construcción de la Nueva Corónica, y señala que: “La inclusión de las pautas historiográficas occidentales en la crónica de Guaman Poma es evidente a lo largo de ella, como cuando reconoce que la crónica hará inmortales los nombres de los antiguos señores del Perú, guardándolos en la memoria”.74 La memoria, de nuevo, aparece como uno de los recursos del discurso historiográfico, en este caso como el fin último, el objetivo de la escritura de guardar en la memoria los nombres de los antiguos señores del Perú.
Ahora bien, para analizar cómo funciona este discurso de la memoria en el
corpus poético debemos prestar atención a los contextos en los que se insertan los cantos y poemas. Revisar estos contextos nos permitirá ver que Guaman Poma introduce los cantos y poemas en lenguas andinas como una supuesta inflexión de la memoria con un objetivo muy específico: resaltar el cristianismo primitivo de los Andes en contraposición con la época incaica.75 En la Nueva Corónica y Buen Gobierno se introducen canciones en lenguas andinas en dos momentos particulares: en los capítulos dedicados a la historia pre‐incaica y en las secciones donde se describe la época del Tawantinsuyu, especialmente el capítulo de los años y meses del inca y el de los ritos y ceremonias. El resto de la crónica no presenta intervenciones poéticas en quechua, aunque sí otro tipo de intervenciones en esa lengua, ya de carácter discursivo, como los sermones de los curas. 74
Juan M Ossio, En busca del orden perdido. La idea de historia en Felipe Guaman Poma de Ayala, Pontificia Universidad Católica, Lima, 2008. 75 La idea de cristianismo primitivo de los Andes en la crónica de Guaman Poma ya ha sido explorado por la crítica literaria y la historiografía poscolonial. Véase Rolena Adorno, Guaman Poma, Literatura de resistencia, op.cit., p. 33.
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El contexto en el cual se insertan los primeros poemas en quechua es
religioso/espiritual. Los rezos encontrados entre los folios 50 y 78 corresponden a los capítulos de las primeras generaciones de indios anteriores a los Incas y la utilización de la palabra poética está totalmente dedicada a rezos al qhapac señor. No se identifica a ninguna persona en particular que sea la indicada de cantar, sino que Guaman Poma se refiere a los indios en general como los sujetos cantores: “Todo su trabajo era adorar a Dios, como el profecta Abacuch, y dezían ací a grandes boses: Señor, ¿Hasta cuándo clamaré y no me oyrás y daré bozes y no me rresponderás?”[f. 50 (50)].
El rezo del folio 51 (51) nos brinda un contexto más claro acerca de la función
religiosa que Guaman Poma le confiere a estos primeros cantos: “Hincado de rrodilla, puesta las manos y la cara, mirando al cielo, pedían salud y merced y clamauan con una bos grande, deziendo:…” [f. 51 (52)]. Acá podemos ver que el canto se realizaba con una corporalidad específica, con una clara reminiscencia a la modalidad de rezo cristiana, algo que Guaman Poma repetirá en el dibujo del folio 53 (53). Es aquí donde se presenta el primer contexto arquitectónico del canto: el “pucullu”, traducido por el mismo autor como “cacitas que parese horno” [f. 54 (54)]. No será la primera vez que se muestren los lugares físicos donde Guaman Poma sitúa los cantos. En este caso el lugar de rezo está situado en la misma casa de los indios, algo que cambiará totalmente en la parte dedicada a los Incas donde desaparece el hogar como el lugar de la canción o el rezo. En este caso la palabra poética está destinada a un ámbito privado y familiar, la casa primitiva.
Aquí es donde podemos ver una primera utilización discursiva de la palabra
poética andina. Guaman Poma utiliza los cantos al qhapac señor, ubicados entre los folios 50 y 78, para homologar el ritual andino con el ritual cristiano. Esta operación es necesaria para dotar de contenido una de las ideas más poderosas de la crónica: aquella de que los andinos eran cristianos antes de la expansión del Tawantinsuyu, pero luego lo olvidaron dando lugar al ritual infiel de los Incas. Los cantos y rezos que Guaman Poma adjudica a este momento de la historia están todos destinados a un único Dios, que aparece según la traducción como “señor” [f. 50 (50)], “padre mío” [f.51 (51)], “señor fundamental y presente”, “creador de este universo”, “hacedor del 47
hombre” [f. 54 (54)], “señor poderoso”, “señor dios” y por último bajo el trinomio “señor, padre, dios” [f.78 (78)]. Además de utilizar esta cadena semántica emparentada de manera directa con el cristianismo, Guaman Poma remarca constantemente la inocencia de esta época de la historia andina, la falta de idolatrías y el tipo de vida asceta. Refiriéndose a los primeros pobladores de los Andes, afirma: “Estas gentes no supieron de dónde salieron ni cómo ni de qué manera y así no idolatraban a las huacas ni al sol ni a la luna, estrellas, ni a los demonios, y no se acordaron que vinieron de la descendencia de Noé del diluvio, aunque tienen noticia del diluvio porque ellos le llaman uno yaco pachacuti, fue castigo de dios” [ff. 50 (50), 51 (51)].
Es clara en esta cita la idea de que los andinos eran cristianos y descendientes
de Adán y Eva pero “no se acordaron”. El olvido, contrapartida de la memoria, es en este caso la estrategia discursiva de Guaman Poma para justificar lo que luego devino en la idolatría inca. En este primer momento las analogías y metáforas directas vinculadas con personajes bíblicos son recurrentes, lo que refuerza la idea de cristiandad, además de configurarse como una preparatio evangélica inspirada en las obras de instrucción religiosa que circulaban en la época. Aparecen “el profeta Abacuch” [f. 50 (50)] “Noé del diluvio”, “profeta Isaias”, “Salomón” [f. 51 (51)] entre otras figuras que se comparan constantemente con los antiguos andinos. Más adelante nos dice: “Tenían los indios antiguos conocimientos de que había un solo Dios, tres personas” [f. 55 (55)] refiriéndose de nuevo a la tríada que representa Dios en el dogma cristiano. En esta referencia a los personajes bíblicos funciona también la analogía como estrategia para hacer visible el mundo prehispánico que Guaman Poma quiere mostrar.
Al desplegar toda la cadena semántica del dios cristiano en los cantos y
referirse a personajes bíblicos, Guaman Poma busca caracterizar a los andinos antiguos como libres de idolatrías, algo que remarca en varias oportunidades para luego mostrar la diferencia con el período Incaico.
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“Decían y daban voces; nunca sabían decir más, ni adoraban a los ídolos y huacas y con ellos parece que tenían toda la ley de los mandamientos y la buena obra de misericordia de Dios” [f. 56 (56)]
También hace referencias al estilo de vida de los indios, ascético y muy cercano
a la moralidad cristiana: “De cómo a sus mujeres no se halló adúltera, ni había puta ni puto, porque tenían una regla que mandaba que a las dichas mujeres no les habían de dar de comer cosa de sustancia, ni bebía chica, tenían esta ley y as no se habían garañona ni adúltera en este reino a as indias mujeres. De cómo se casaban vírgenes y doncellas y lo tenían por honra de ellos, y la virginidad te [sic] de edad de treinta años, entonces se casaban y le daban dote pobre, de lo que tenían le partían” [f.61 (61)]. Una de las frases más contundentes es la que sigue a continuación; son las palabras de Guaman Poma las que intentan reconfirmar la pertenencia de los andinos al mundo cristiano. En este caso se desdeña la idea del origen judío, moro o turco de los indios, así como también su bestialidad, para remarcar los valores superiores de los Andinos hasta por sobre los españoles, que son caracterizados como pecadores e idólatras: “Otros quieren decir que los indios salieron de la casta de judíos, parecieron como ellos y barbudos, zarcos y rubios como españoles, tuvieran la ley de Muyzén y supieron la letra, leer y escribir, y ceremonias, y si fueran de la casta de los turcos o moros también fueran barbudos y tuvieran la ley de Mahoma. Y otros dijeron que los indios eran salvajes animales, si así fuera no tuvieran la ley ni oración ni hábito de Adan y fueran como caballos y bestias y no conocerían al creador, ni tuvieran sementeras y casa y armas y fortalezas y leyes y ordenanzas y conocimiento de Dios y tan santa entrada […] que la de los españoles; teniendo estos letra y voz de profetas y de patriarcas, apóstoles, evangelistas y santos, ensañándoles así mismo la San Madre Iglesia de Roma, yerran y mienten con la codicia de la plata, no siguen por le ley de Dios ni del Evangelio ni de la predicción” [ff. 60 (60)‐61 (61)].
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Al contrario de lo que vimos en el primer grupo de rezos y canciones, el grupo
de intervenciones poéticas introducidas por Guaman Poma en la sección dedicada a la historia del Tawantinsyu tiene contextos diferentes. El primer canto que aparece lo hace en el folio 190 (192), continúa en el 191 (193) y se inserta dentro de las “hordenansas de los ingas”, una recopilación de leyes y ordenanzas que Guaman Poma atribuye a “Topa Ynga Yupanqui y los demás auquiconas y señores grandes, capaz apoconas y coracaconas, allicac camachicoccunas, Tawantin Suyo camachiconchic” [f. 182 (184)]. Estas ordenanzas versan sobre diferentes obligaciones que tenían los indios principales y del común, y reglan ciertas fiestas, penitencias y ayunos. En este caso particular la ordenanza se refiere a la obligación de cantar una canción en el caso de: “Tiempo de yelo o de graniso o de tiempo que se seca el mays que no uiene agua del cielo, pidan todos a dios Runa Camac [creador del hombre] agua, todo cubierto de luto, enbijados las caras de nigro con nunuya [ciruelas amargas] y quichimcha, ollin. An de andar por los serros llorando y pidiendo agua a dios Pacha Camac [creador del universo] todos los indios grandes, como mujeres y muchachos, dando bozes con esta dotrina” [f. 190 (192)]. Podemos asociar la utilización de la palabra poética a una situación en particular, la falta de lluvia. No sólo eso sino que nos muestra la forma en que debían ir vestidos y pintados, así como también la fuente de las tinturas (ciruelas y ollín). La inclusión de esta información está relacionada con la función performativa de la palabra poética andina y con el saber privilegiado de Guaman Poma, quién conoce y recuerda no solo los cantos, sino las formas en que eran cantados y bailados. El contexto espacial también esta mencionado: los cerros. Lejos de los pucullus individuales como centros de la canción, los cerros serán un elemento central en la incorporación de la palabra poética por Guaman Poma. Entendemos que al ubicar la palabra poética en los cerros, espacio común y abierto con gran importancia simbólica en la espiritualidad andina, y dotarla de una performatividad específica, Guaman Poma quiere resaltar el carácter social de la palabra poética oral así como su importancia en la reproducción del mundo simbólico y material. Veremos esto con más claridad cuando se refiera al canto en la producción de alimentos o en el capítulo de las fiestas del Tawantinsuyu. 50
Un segundo grupo de canciones aparece en la crónica en los capítulos en que se
describe la época del Tawantinsyu, el capítulo primero de los años y meses de los incas; en este capítulo se suceden los meses del año (siguiendo el calendario cristiano de enero a diciembre), y se explican los eventos principales de ese mes en tiempos del inca. El contexto es ceremonial y festivo, y está asociado a la producción en tierras del inca. Las canciones de los folios 245 (247) y 255 (257) muestran una utilización de la palabra poética como celebración o pedido de protección en la producción de alimentos. Mientras el primero está acompañado de “muy mucha fiesta y borrachera” [f. 245 (247)], el otro es un llanto de tristeza para proteger a la producción del mal clima. En este último la participación social es total y Guaman Poma se encarga de dejarlo en claro: “Y ací hazía grandes llantos, ací hombres como mujeres y de su parte los dichos niños y por su parte los enfermos, coxos y ciegos y de su parte los biejos y viejas. Y cada uno destos lo que tenía perros los lleuauan y uan haciendo gritar…” [f. 255 (257)].
Otras canciones se introducen en el capítulo de la justicia en tiempos del Inca,
para mostrar el sufrimiento de los castigados por el poder central. Se suceden tres canciones 302 (304), 304 (306) y 309 (311) introducidas en el mismo contexto de encierro y lamento. La palabra poética es una súplica desesperada de los encerrados para volver a la libertad. En los dibujos que acompañan a este capítulo se agregan referencias visuales a los tormentos a los que eran sometidos, y la emotividad de los rostros de los encerrados está en consonancia con las canciones.
Esta sección también es interesante para atisbar la historia particular que
enarbola Guaman Poma y su discusión con el pasado y el legado Inca y su continuación en la política colonial. Mercedes López Baralt realiza un estudio sobre la metáfora del encierro en la obra pictórica de Guaman Poma para concluir que el capítulo que estamos analizando es parte del mensaje de denuncia avasallador contra el sistema colonial y su relación con el imperio Incaico: “La conquista sólo ha supuesto un cambio de cárcel para el hombre andino: del régimen incaico al colonial. Pero el instrumento represivo que usaban los incas en tiempo prehispánicos para sofocar la rebeldía 51
de los grupos étnicos asimilados al imperio, se ha convertido ahora en un sistema carcelario de vida.”76
En este grupo de canciones y rezos podemos ver una diferencia sustancial: lejos
de estar dedicada al Dios casi cristiano que veíamos en la primera parte, la palabra poética en el Tawantinsuyu está dedicada a poner sobre la superficie nuevas deidades, pecados e idolatrías. Así vemos que aparece en el canto del folio 245 (247) la noción de “maíz mágico” y “madre mágica” a la vez que aparecen las deidades astrales y animales que conviven con qhapac señor de la era anterior de igual a igual, “luna de la festividad principal” “luna, reina, madre” [f. 285 (287)], “padre cóndor” y “hermano gavilán” [f. 309 (311)]. El yo poético se refiere a estos personajes pidiendo o reclamando cosas mostrando la ampliación y reorganización que Guaman Poma atribuye al hereje panteón incaiko.
Un claro ejemplo se percibe al comparar los poemas que aparecen en los folios
190 (192) con el del folio 285 (287). Ambos rezos están destinados a pedir agua para la producción de alimentos. La estructura principal del poema se mantiene, un yo‐poético plural que pide, en llanto y de luto, agua. La diferencia radica en que en el canto de la época pre‐incaika está destinado a un solo “tí”, identificado con el dios único casi cristiano, mientras que el canto de la época del Tawantinsuyu no está dedicado sólo al “pacha kamaq”, “padre”, sino también a la “luna de la festividad principal”, a la “Luna, reina, madre” [f. 285 (287)]. Puede pensarse esta incorporación que hace Guaman Poma de nuevas deidades y personajes está encaminada a caracterizar a la época incaica como idólatra. Aparecen la Luna y el Sol como nuevas deidades a las cuales se dirigen la protección y ayuda en la producción de alimentos en los cantos referidos a la época incaica, mientras que los que están en la sección de la crónica que se refieren a los Andes prehispánicos el pedido se dirige a un único qhapac señor.
Otra característica de este grupo de cantos y rezos es la identificación negativa
con la que se metaforiza al dios supremo. Esto puede verse con claridad en los cantos que se introducen en los folios 302 (304), 304 (306) y 309 (311). En los tres cantos la 76
Mercedes López‐Baralt, “La metáfora como traslatio: Del código verbal al visual en la crónica ilustrada de Guaman Poma”, en NRFH, XXXVI (1988), Núm 1, pp. 386.
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situación de encierro del yo‐poético genera una crítica o valoración negativa de Dios o una recurrencia al pecado. “¿Es para esto que me engendraste, padre?” “¿Dónde estás, creador del pecado?” [f. 302 (304)], “este mal corazón”, “Suéltame” [f. 304 (306)].77
En el devenir de la historia que teje Guaman Poma, la expansión del poder del
Cusco y del Inca está relacionada con la expansión de la idolatría. Esto queda claro a lo largo de toda la crónica, pero es interesante ver que la descripción del primer inca, Manco Capac, ya reviste esta desacreditación: “El dicho primer Inga Manco Cápac no tuve padre conocido, por eso le dijeron hijo del sol Intip Churin Quillap Uanan, pero de verdad fue su madre Mama Uaco; esta dicha mujer dice que fue gran fingidora, idólatra, hechicera, la cual hablaba con demonios del infierno y hacía ceremonias y hechicerías, y así hacía hablar piedras y peñas y palos y cerros y lagunas, porque le respondían los demonios, y así esta dicha señora fue la primera inventora de las dichas guacas, ídolos y hechicerías y encantamientos y con ellos les engañó a los dichos indios; primero fueron engañados los del cuzco y traía engañados y sujetos, como los indios lo vieses como cosa de milagro que una mujer hablase con piedras y peñas y cerros” [f. 81 (81)]. En estas palabras queda claro que Guaman Poma quiere identificar a Mama Uaco, supuesta madre del Inca Manco Capac, como la creadora de la idolatría y dejar bajo responsabilidad de los incas su posterior extensión al resto del Tawantinsuyu. De hecho, Guaman Poma dedica un capítulo entero a explicar los “Idolos, uacas del Inga y de los demás de este reino” [ff. 262 (264) a 297 (299)]. En esta gran sección se explican todas las prácticas idolátricas de los tiempos del Inca, de nuevo siempre comparadas con el momento de inocencia y cristianismo primitivo que supuso la época anterior.
Existe otro gran grupo de cantos en la crónica que se introduce en el capítulo
primero de las fiestas [f. 315 (317)], tal vez el capítulo más importante por el material poético representado. Analizaremos este grupo de canciones como parte del planteo general: partiendo de la base de que se insertan como una operación de memoria 77
Al momento no hay un cotejo de este arsenal poético con sermonarios o textos de extirpación de idolatrías, lo que sería interesante para ver su influencia en la escritura poética de Guaman Poma.
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andina, se puede analizar en interacción con el resto de la crónica, trayendo a la superficie funciones discursivas que cumplen estos escritos poéticos.
Como lo muestra el título del capítulo el contexto de estas canciones es la fiesta
local y popular en la época del Tawantinsuyu, nos informa Guaman Poma al comienzo: “Pasquas y dansas taquies de los Yngas y de capac apoconas [señores poderosos] y principales y de los yndios comunes destos rreynos, de los Chinchay Suyos, Ande Suyos, Colla Suyos, Conde Suyos. Los quales dansas y arauis [canción] no tiene cosa de hechisería ni ydúlatras ni encantamiento, cino todo huelgo y fiesta, rregocixo. Ci no ubiese borrachera, sería cosa linda” [f. 315 (317)].
Aquí el contexto aporta abundante información. Aparecen los primeros idiomas
andinos diferentes del quechua, como por ejemplo las canciones en folios 317 (319) y 327 (329) están en aymara. Las canciones están ordenadas según de qué región del tawantinsuyu provengan, así se representa material poético del Cusco y de las cuatro regiones del tawantinsuyu. Los dibujos nos muestran las ropas que utilizaban así como también los instrumentos: se ven flautas, tambores, caracoles, ropas finas y ceremoniales y también las vestimentas de la gente del común. De nuevo aparecen los cerros y las montañas como el lugar donde se llevan a cabo estas fiestas: “La fiesta de los Ande Suyos desde el cuzco hasta la montaña la otra parte hacia la lamar del norte es cierra” [f. 323 (325)].
El rasgo más distintivo de este grupo de cantos y rezos es la ausencia total de
una referencia a dios, al contrario de lo que encontrábamos al principio de la crónica. Estamos ante un grupo de canciones heterogéneas que se refieren a relaciones entre amantes, la fertilidad y el amor, el trabajo agrícola y las relaciones familiares y donde el único lugar de poder está detentado por el Inca. Ya en la primera canción de este grupo, en el folio 317 (319), el Inca está homologado con el “señor”. Hacia el final, en el folio 321 (323) vuelve a aparecer el Inca como “junto al Inca poderoso” y “al señor todo poderoso, al rey emperador”. Todo vestigio de la religiosidad casi cristiana de la era pre Incaica está borrado y en su lugar vuelve a aparecer toda una serie de personas y de temas nuevos. 54
En este grupo de canciones Guaman Poma se encarga de matizar la idea de
idolatría y herejía. Si bien las ubica en tiempo del Inca, nos dice: “En estos huelgos que tienen cada ayllo y parcialidad de este reino no hay que decirle nada, ni se entremeta ningún juez a inquietarles a los pobres sus trabajos y fiestecillas y pobreza, que hacen cantar y bailar, comer entre ellos”. [f. 315 (317)] Y hacia el final del capítulo: “Todos los cuales estas fiestas no tiene ningún idolatratata [sic] sino huelgo y fiesta y regocijo, así los grandes como los ricos y pobres en todo el reino; y así le deje la justicia holgar. Por eso pongo todas las idolatrías que tenían, para que sean castigados de lo malo, de lo bueno se guarde” [f. 328 (330)].
En este caso la idea de idolatría y herejía no son resaltadas por que el yo‐
poético está depositado en su mayoría en los distintos “ayllo” y “parcialidades” que se manifiestan a través de cantos y bailes. Al dejar a estas intervenciones libres de la herejía inca, Guaman Poma reivindica el lugar de las comunidades autóctonas frente al mundo andino como un todo que supone el Tawantinsuyu. Este mundo cultural, como dijimos al principio del trabajo, es presentado por Guaman Poma como un espacio jerarquizado. Así al referirse a los cantos y bailes de los “Andesuyus” nos dice: “son gente muy infiel cantan y bailan los antis y chunchus” o “los indios Ancauallos, tienen ropa como los indios de este reino, pero son infieles, entre ellos tienen guerra y no puede pasar por acá sino que se están allá. Y los andis también son infieles” [f. 323 (325)].
Entendiéndolo dentro de esta jerarquización de las comunidades andinas, la
canción que se canta en el Chinchaysuyu, parcialidad a la que Guaman Poma declara pertenencer, llama la atención. En ella Guaman Poma hace cantar a todo el Chinchaysuyu una canción que está relacionada con la construcción mítica de su genealogía y la supuesta posición política privilegiada de su familia.
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“Aywaya, ayawa. En la hawkay pata, en Kusi para. Junto al Inka poderoso ¿Dónde está tu capitán?¿Eres tú señor rey Waman Chawa. Puma Chawa, el Yaru y el Wilka. Eres tú el Wira Qucha? ¡Por la laguna de Apa, en Cajamarca, al señor todo poderoso, al rey emperador, ofreciendo su lealtad, consultando con él están Waman Puma de Ayala el nombre Apu Chawa, el compañero de Wayaq Puma”[f. 321 (323)]
Acá está referenciado él mismo, “Waman Puma de Ayala”, junto al Inca quién lo consulta en Cajamarca. Para dotar de autoridad esa relación, Guaman Poma incorpora al “rey Waman Chawa. Puma chawa, el Yaru y el Wilka”, estos personajes son sus supuestos ancestros reales a los que también se refiere cuando realiza su construcción genealógica [ff. 74 (74) a 76 (76)]. Es interesante que Guaman Poma introduce esta canción tan personal en la boca de los habitantes del Chinchaysuyos, para naturalizar y reforzar su posición privilegiada y la de su familia.
De esta manera se buscó demostrar cómo Guaman Poma utiliza la palabra
poética en tanto estrategia para reforzar la idea del cristianismo primitivo de los Andes. La memoria que enarbola Guaman Poma, por sus conocimientos de la cultura andina ancestral, le permite presentar como verdaderas sus intervenciones poéticas, las cuales moldea y ordena con un objetivo. Como vimos en la primera parte de esta tesis, el contexto de reformas toledanas había eliminado de cuajo al reinado incaico por considerarlo ilegítimo y tiránico, política reforzada por el asesinato del Inca Atahualpa Yupanqui y posteriormente de Tupac Amaru, pero no había hecho lo mismo con los señores étnicos locales, quienes se vieron incorporados en algún nivel de la jerarquía colonial.
Este desprestigio de la realeza incaica, y la consiguiente importancia que
adquieren las elites provinciales, posibilitaron a los discursos coloniales encontrar un culpable, un chivo expiatorio que cargara con todas las características consideradas negativas en el nuevo orden andino. En este sentido entendemos la actitud de Guaman Poma de depositar en el Inca y la expansión del Tawantinsuyu toda la carga idolátrica y hereje que se encontraba en los Andes. Es importante también destacar que de ninguna manera el ensañamiento fue solamente discursivo, sino que el contexto de violencia y persecución a las prácticas idolátricas y herejes también nos 56
ayudan a entender la necesidad de Guaman Poma, como así también de otros indígenas en el poder, de ubicar el problema idolátrico en el otro.
La memoria como operación discursiva le permite a Guaman Poma incorporar
material poético en lenguas andinas; este material es utilizado con diferentes propósitos a lo largo de toda la Nueva Corónica, moldeando la escritura y la presentación de la historia. La memoria ancestral andina es reivindicada desde un espacio privilegiado y de autoridad en vistas de un nuevo ordenamiento simbólico que otorga a Guaman Poma una confirmación y un nuevo espacio de lucha y tensión política. El manejo de estos niveles discursivos nos sigue hablando de un estamento indígena sobre‐adaptado a la nueva realidad colonial, lejos de la idea de pasividad y sufrimiento, rol que muchas veces se le otorga.
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Epílogo “ y ací es mundo al rreués” Felipe Guaman Poma de Ayala
La preocupación central de este trabajo fue recuperar la importancia de la palabra poética en la Nueva Corónica y Buen Gobierno y su incidencia en la conformación de una visión particular de la historia y el pasado. Esta visión particular está basada en una fuerte crítica al gobierno colonial en su organización institucional y en su accionar en las guerras de conquista. A su vez la vertiente polémica también llega a conformar una valoración negativa del reinado Incaico. La palabra poética es utilizada activamente en el texto para intervenir en esta polémica. En este sentido es que se definió la propuesta metodológica interdisciplinar entre la investigación histórica y la crítica literaria para esta tesis. Fue menester reconstruir el contexto del debate y ámbito donde se movió Guaman Poma, a la vez que formular una aproximación crítica al corpus poético que nos permitió ampliar las hipótesis sobre la crónica, su relación con los usos de la palabra poética y las implicancias de esto en la conformación de un discurso particular. El recorrido del autor por la justicia colonial, atestiguado en el Expediente Prado Tello y la Compulsa de Ayacucho, así como por otras fuentes de la época, nos muestra a un Guaman Poma en litigio por una sección de tierras en la zona del actual Ayacucho. Esta documentación da cuenta del fracaso de Guaman Poma en la obtención de ciertas prerrogativas económicas y políticas en el área, lo que fue conectado por la crítica y la historiografía con el fuerte contenido polémico de su crónica. A su vez, los eventos traumáticos de la guerra de conquista, la violencia de la extirpación de idolatrías (de la cual participó activamente) y la crueldad de los primeros órdenes institucionales coloniales son eje central del discurso disidente de Guaman Poma. 58
Además, en vistas del nuevo orden colonial, la decisión del virrey Toledo de declarar ilegítimo el reinado Incaico actuó como caja de resonancia para la conformación de un chivo expiatorio, el Inca, responsable de la expansión de la culpa herética. Las elites provinciales andinas reproducen este discurso con el objetivo de cimentar su posición privilegiada y litigar por derechos y prerrogativas.
Vimos cómo Guaman Poma utiliza el material poético para caracterizar a los
Incas como los responsables de la expansión del culto herético, a la vez que refuerza la importancia cultural de su parcialidad, el Chinchaysuyu, en la organización del Tawantinsuyu. Guaman Poma se construye a lo largo de su crónica como un sujeto privilegiado, quien por parte de sus antepasados estuvo en contacto, tanto con la ancestral tradición andina como con la temprana organización colonial. Este lugar privilegiado funciona como anclaje desde el cual el autor nos presenta un relato del pasado recuperado por la memoria, un caleidoscopio cultural, una variedad de lenguas y conocimientos, canciones y poemas. Esta utilización de la memoria como estrategia discursiva puede entenderse, junto con otros elementos propios de la tradición historiográfica occidental, como una forma de validar una propuesta histórica particular, donde nada está librado al azar: el andino ancestral era cristiano, descendiente de Adán y Eva y el diluvio de Noé, pero lo ha olvidado. A este olvido, contrapartida de la memoria, se le suma la presión del Inca por imponer la idolatría y el culto a las huacas, coronando la enajenación andina con la violenta e injustificada guerra de conquista y la injusticia institucional del orden colonial. Esta es la situación del “mundo al rreués” que construye Guaman Poma, sobre la que propone su propuesta de buen gobierno, donde el rol de las elites indígenas locales (es decir, su posición) es central.
Guaman Poma utiliza el signo propio, sus lenguas nativas, y el apropiado, la
lengua española, para dar cuenta de su visión del mundo, de sus deseos políticos y económicos, y para proponer un sistema de gobierno alternativo que articula las instituciones centrales de la colonia con la herencia andina. Siendo uno de los pocos indios ladinos que ha escrito la larga duración andina, que ha recibido educación suficiente para dibujar, traducir, leer y escribir, Guaman Poma da cuenta de un
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imaginario indígena emancipador. Escuchemos, entonces, para cerrar esta tesis, el eco de sus cantos: ¡Aray Araui!¡Aray Araui! ¿Podrá este enemigo malvado, reina, derrotarnos, darnos pesadumbre? ¡No reina!
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Apéndice
Se transcribirán las canciones y rezos incluidos por Guaman Poma en su
crónica. Las canciones y los rezos fueron escritos por el autor en lenguas andinas (principalmente Quechua, aunque también hay textos en Aymara) y junto a ellos aparecen las versiones en español elaboradas por los traductores y editores.
En todas las transcripciones se tomará la traducción de Jorge L. Urioste para la
edición de Siglo XXI de 1988. Ya que no hay marcas en el texto original que muestren una intención de Guaman Poma de versificar sus canciones o rezos se mantendrá la estructura original del texto tal como aparece en la versión digital de la obra alojada en la web de la Biblioteca Real de Copenhague.
Se transcribirán solo las versiones en español, referenciando la página del texto
original en qué aparecen con el número de folio correspondiente. Cuando aparecen más de dos textos andinos en el mismo folio se indicarán con números separados. Folio 50: ¡Señor!¿Hasta cuándo clamaré y no me oirás y daré voces y no me responderás? Folio 51: ¿Dónde estás?¿Dónde estás? Padre mío. Folio 54: Señor fundamental y presente ¿Dónde estás? ¿En el lugar inferior?¿En este mundo?¿En la tierra inferior?¿En la tierra cercana? Creador de este universo, Hacedor del hombre ¿Dónde estás? Óyeme. 61
Folio 78: ¿Hasta cuántas veces, Señor, Señor poderoso, voy a llamar hacia ti? No me oyes a pesar de que te llamo, ni te diriges hacia mí. Señor dios ¿Acaso eres ciego? ¿No te dignarás a mirarme? ¡Ayúdame! Señor, Padre, Dios. Folio 190 [192]: ¡Ay, Ay! Vestidos de llanto ¡Ay, Ay! Vestidos de rojo. Tus hijos de luto. Tus pobre de luto. Te imploramos llorando. Tú agua. Tú agua. Mándala hacia nosotros. Hacia tus pobres, tu gente. Hacia los pobladores que tú criaste
Folio 245 [247]: Harawayu, Harawayu. Creame, maíz, mágico. Si no lo haces te arrancaré. Madre mágica, reina Folio 255 [257] Ay, ay en llantos. Ay, ay en tristeza. Tus hijos de pecho, te imploran. Creador del hombre, hacedor de los que comen. Dios de los wari wira qucha, ¿Dónde estás? Envía por favor tu agua y tu lluvia a tus gentes. Folio 259 [261] ¡Malhora!¡Llévatelo pues!¡Arrastra a los iracundos, a los traidores! Folio 285 [287] Luna de la festividad principal. Luna, reina madre. Tus enamorados del agua. Tus enamorados del agua. Con caras de muertos, llorosos. Caras de muerto, tiernos. Tus
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niños de pecho. Por la comida y la bebida. Te imploramos. Te imploramos pacha kamaq. Padre, ¿en qué sitio estás? ¿En el lugar superior?¿En este mundo?¿En la tierra cercana. Envíanos tu agua. A tus necesitados, a tu gente. Folio 302 [304] Padre creador del mundo. Voy a escarmentar. Padre. Es la memoria de mi corazón ¿Es para esto que me engendraste, padre, y me pariste, madre? Cárcel, cómeme de una vez Este mi corazón pecador ¿Dónde estás, creador del pecador? Creador del hombre, dios. Sálvame Folio 304 [306] Este texto aparece en una imagen ordenado en 5 oraciones diferentes. El pensamiento me lleva. El llanto me transporta. Este mal corazón. Lo voy a sacrificar. Haray, Harawi. Cárcel, prisión ¡Suéltame! Folio 309 [311] Padre cóndor, llévame. Hermano gavilán, guíame. Interceden por mí ante mi madre. Ya estoy aquí por cinco días. Sin comer, sin beber. Caminando como mensajero de mi padre, que lleva instrucciones, que corre como mensajero. Lleva, te ruego, mis palabras y mi corazón. Intercede por mí ante mi padre, ante mi madre Folio 317 [319] 1 Haray haraui ¿Es el infortunio, reina, que nos separa?¿Es la desgracia, reina, que nos separa?¿Es por ser tu mi florecilla azul, mi flor amarilla? En mi cabeza, en el centro de mi corazón. Te llevaría a todas partes. Como un espejo de agua eres una ilusión. Como un espejo de agua eres un engaño ¿Dónde estás?¿Descansaré con mi amada? Es tu madre mentirosa la que nos separa para la muerte, y ese tu padre enemigo el que causa nuestra pobreza 63
Quizás, reina, si así lo dispone Dios, señor todopoderoso nos encontraremos los dos ¡Y que Dios nos una! Cuando recuerdo tus ojos risueños pierdo el sentido. Cuando recuerdo tus ojos juguetones me pongo enfermo ¡Es verdad, Inka, es verdad, Señor! Como quien induce el llanto ¿Vives con tu corazón de flor? Llorando por ríos y pueblos, encima de Kantur, en la quebrada de Saqhi Te espero, mi amada siqlla. 2. (texto en Aymara) De dos en dos, de corazón en corazón, tú, tu eres dulce ¿Es dulce tu borrachera? Esa, la que da a luz de tu madre, ese pesado de tu padre. Tu entre dos de tu buen corazón, o el caballo tal vez o la mula tal vez sin silla caminas ¿Huérfano, sexo aro o la llama tal vez? Después de caminar, caminarás. De ti mujer, hasta viejo me haces casar. Nosotros dos en p´oquecha viviré. De tu mujer frazada lana dormirás ¿O de la pascua te duermes? Ahijaremos de dos por ahijar por no volver te sacas no esa puta de haces ese día llorarás sin descansar en que es mi corazoncito. 3. Mi hermana de piernas fabulosas. Mi hermana de piernas que ganan apuestas. Mi hermana de cara que gana apuestas. No sé por donde a esta me la enlazaré. A la manta de un costal No sé por dónde me la ganaré. A la culona. Mi hermana de cara que gana apuestas Mi hermana de piernas que ganan apuestas. No sé por dónde a esta me la enlazaré A la completamente vieja. Sé a dónde me la conduciré a esta de pantorrillas peladas ¡O tu de piernas enlazadoras, gáname pues la apuesta, en tu cinta mala Gáname pues la apuesta, en tu faja rota! ¿? ¿? ¿? ¿? Cuando madure tu chiwillu, también la vieja no más vendrá, cuando madure tu chiwillu. También preñada no más vendrá ¡o mi chiwillito, chiwillu! 64
Folio 319 [321] 1 Ayaw hayalli yaq haylli ¿Tienes ají en tu sementera? Vendré disfrazado de ají ¿Tienes flores en tu sementera? Vendré disfrazado de Flor 2 Hombres: Aquí esta, reina Mujeres: Ahaylli Hombres: Aquí esta, señora. Mujeres: Ahaylli, encima no más, ahayllí Hombres: Aquí esta, princesa Mujeres: Ahayllí Hombres: Aquí esta, florcita Mujeres: Ahayllí 3. ¡mi murqutu, murqutu, tierna lluwcha, llulluwcha!¿No se te retuerce el corazón? No llorarás, siendo mi florcita, siendo mi reinita, siendo mi princesita. Una lágrima de agua me ha llevado. Aguas de lluvia me han acarreado. Viendo esa tu manta, contemplando esa tu falda, ya no anochece en la tierra y aunque despierte en la noche, la tierra ya no amanece. Tú, reina, tú, señora¿No me vas a recordar? En esta cárcel, mientras me come el león y el zorro En esta prisión encerrado. ¿? ¡Mi elegida! Folio 321 [323] 1. 65
Cantan las doncellas: Si no pasa un venado. Tu danzas el wayku en tu mano. Si no hay algo como un ciervo Tu dazas el wayku en tu nariz.Ay hermanito. Ay hermanita Responde el hombre: Waku, waku, waku, waku Preñada, preñada, preñada, preñada Los vacones dicen: Panuyay, panu. Panuyay, panu Responde el hombre: Yahahaha, yahaha. En Kusi pata, mi elegida. Viendo mujeres. En Haykay pata. Viendo a Llank´ay pata. Yahaha, chaha Folio 321 [323] Aywaya, ayawa. En la hawkay pata, en Kusi para. Junto al Inka poderoso ¿Dónde está tu capitán?¿Eres tú señor rey Waman Chawa. Puma Chawa, el Yaru y el Wilka. Eres tú el Wira Qucha? ¡Por la laguna de Apa, en Cajamarca, al señor todo poderoso, al rey emperador, ofreciendo su lealtad, consultando con él están Waman Puma de Ayala el nombre Apu Chawa, el compañero de Wayaq Puma Folio 327 [329] 1.(texto en Aymara) Los que tienen cantares, corazones, familias cantan todo lo dulce después de cantar. Esta fiesta dioesa en su espacio cantando mientras se viva. Desupués se canta, como entre mortales cantan. 2. El que gira peregrinará. Señora. El que peregrinará. Señora 66
Folio 388 [390] ¡Aray Araui!¡Aray Araui! ¿Podrá este enemigo malvado, reina, derrotarnos, darnos pesadumbre? ¡No reina! Vamos a morir todos a una ¡Que no nos alcance la desgracia! Las lagrimas caen como lluvia por si solas ¿Podrías tu reina, ser tal? Folio 451 En el dibujo sobre la muerte de Topa Amaro Inca Huancauri. ¿A dónde te vas? Nuestros salvajes enemigos, sin tu culpa. Te han cortado el cuello.
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Mapa 2 Tomado de: http://goo.gl/QTQSpn 69
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