MÁSTER EN MUSEOS: EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA CURSO ACADÉMICO 2005-2006
MEMORIA PRÁCTICAS en el MUSEO DIOCESANO DE HUESCA
ALUMNA ENTRENA FERNÁNDEZ, MARÍA DEL CIELO Diplomada en Maestro de Educación Primaria por la Universidad de Zaragoza (
[email protected])
TUTORES D. JOSÉ Mª NASARRE LÓPEZ (Director del Museo Diocesano de Huesca) DÑA. SUSANA VILLACAMPA SANVICENTE (Educadora del Museo Diocesano de Huesca)
MUSEO DIOCESANO DE HUESCA
MEMORIA DE PRÁCTICAS
RESUMEN DE LA MEMORIA He realizado las Prácticas del Máster en Museos: Educación y Comunicación en el Museo Diocesano de Huesca, durante los meses de abril, mayo, junio, julio y agosto de 2006, tutorizada por los responsables de éste, D. José Mª Nasarre López y Dña. Susana Villacampa Sanvicente. Mi trabajo en el museo ha consistido en conocer sus colecciones y funcionamiento, colaborar en los talleres didácticos para escolares, realizar algunas visitas guiadas, y ayudar en las tareas cotidianas de atención al público y cualquier otra que se terciara. En esta Memoria de Prácticas hago un repaso de mis vivencias personales en el Museo Diocesano desde el recuerdo de las actividades concretas en que he participado. Junto a este dossier de la Memoria entrego otros tres trabajos complementarios que he realizado como parte de las Prácticas. Se trata de un “Análisis museológicomuseográfico del Museo Diocesano”, la “Propuesta didáctica sobre pintura barroca” y un “Estudio sociológico aplicado al Museo Diocesano”. También incluyo en un DVD la copia digital de toda la Memoria y las fotografías que tomé del museo y la Catedral. Así como la Memoria es la parte más personal y subjetiva del trabajo, centrada en mis impresiones y experiencias durante las Prácticas; el “Análisis museológicomuseográfico” desarrolla exhaustivamente los aspectos propiamente museísticos, como la concepción del museo, la arquitectura, la tipología museística, la conservación, la exposición, las colecciones y la organización de esta institución. La “Propuesta didáctica sobre pintura barroca” es una aplicación práctica de educación en el museo que consiste en el diseño completo, a partir de una idea de Susana Villacampa, de una actividad y materiales para trabajar con estudiantes de Educación Secundaria el arte barroco. Por último, el “Estudio sociológico”, dirigido a dos sectores diferentes (visitantes del museo y ciudadanos oscenses) y ejecutado mediante cuestionarios, sirve para conocer las expectativas, intereses, sugerencias y pareceres de algunas de estas personas respecto al Museo Diocesano. Todos estos trabajos se acompañan de “anexos” con imágenes fotográficas, planos, tablas y algunos materiales gráficos del museo; así como de una selección bibliográfica de todas las fuentes que en algún momento he tomado como referencia.
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MEMORIA DE PRÁCTICAS
ÍNDICE Resumen de la Memoria de Prácticas
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Índice
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El Museo Diocesano de Huesca Contexto del Museo Diocesano Organización del Museo Diocesano Sala del Renacimiento y Barroco Sala de Arte Medieval Sala de Orfebrería Pórtico de D. Juan de Aragón y Navarra
p. 3 p. 3 p. 3 p. 5 p. 5 p. 6 p. 6
Las personas: los profesionales del museo y los visitantes La EDUCACIÓN en el Museo Diocesano Los talleres didácticos para escolares Las visitas guiadas Jornada de Puertas Abiertas La COMUNICACIÓN en el Museo Diocesano Materiales de divulgación El Museo Diocesano en los medios de comunicación
p. 7 p. 9 p. 9 p. 15 p. 17 p. 17 p. 17 p. 18
MIS PRÁCTICAS EN EL MUSEO DIOCESANO Lo primero: conocer en Museo Diocesano Colaboración en los talleres didácticos Desarrollo de una nueva actividad... ... Y el inicio del Proyecto Realización de visitas guiadas La relación con los visitantes Sustituciones de los voluntarios en la entrada Estudio sociológico “Estar” en el museo Otras tareas del día a día
p. 20 p. 20 p. 21 p. 21 p. 22 p. 23 p. 29 p. 29 p. 30 p. 30 p. 31
Valoración personal
p. 33
Bibliografía
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Anexos
p. 36
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EL MUSEO DIOCESANO DE HUESCA Contexto del Museo Diocesano En la parte más elevada de Huesca se alza la Catedral, sobre el mismo espacio que las distintas civilizaciones pobladoras de esta ciudad a lo largo de la Historia dedicaron a sus templos sagrados, en el que ha sido siempre el núcleo cultural, religioso, social y político de Huesca. Desde los romanos, de los que se han hallado abundantes restos materiales (el último, las ruinas de un teatro, descubierto hace pocos meses) hasta nuestros días, pasando por los visigodos, de los que no se conservan vestigios, y los musulmanes, que tuvieron durante casi cuatro siglos su gran mezquita mayor bajo la planta de la actual Catedral. Entre finales del siglo XIII y principios del XIV se comenzó a construir el templo cristiano, aunque hasta inicios del XVI no concluyeron las obras de esta gran fábrica gótica, que todavía se verían ampliadas en el período barroco con la renovación de gran parte de las capillas. El Museo Diocesano, creado en 1950 por el obispo D. Lino Rodrigo Ruesca, se encuentra junto a la Catedral de Huesca, formando parte sus dependencias anexas: la Sala del Renacimiento y Barroco en la “parroquieta”, la Sala de Arte Medieval en los claustros románico y gótico, y la de Orfebrería en la Sala y Antesala Capitular de la Catedral. Está, por lo tanto, plenamente integrado en el conjunto catedralicio, un espacio privilegiado para exponer, estudiar y difundir la colección de arte sacro con que cuenta el museo.
Organización del Museo Diocesano El Museo Diocesano de Huesca permanece abierto al público de lunes a sábado, en un horario diferente según las épocas del año: De noviembre a marzo: 10’30 – 13’30 Abril, mayo y octubre: 10’30 – 13’30 y 16 – 18 De junio a septiembre: 10’30 – 14 y 16 – 19’30
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Los meses de verano, el horario es mucho más amplio, ya que es la época en que más gente visita el museo; mientras que en el invierno u otoño se reduce la cantidad de público diario de manera considerable. Los grupos de escolares suelen acudir al museo, ya sea para realizar visitas o para participar en talleres didácticos, normalmente en marzo, abril y mayo; aunque durante todo el curso se mantiene la actividad pedagógica del museo. El día de la semana que este museo está cerrado al público es el domingo, y algunos días de festividad católica, en los que, además, se suele celebrar culto especial en la Catedral. De hecho, cualquier acto litúrgico que tenga lugar en la Catedral repercute en el museo, y siempre tiene prioridad sobre éste, como es lógico. Esto se debe a que, desde el verano pasado, la Catedral permanece cerrada durante el día, abriéndose sólo en los momentos de culto, por lo tanto, se visita junto con el Museo Diocesano, aunque, cualquier fiel que quiera entrar en ella para rezar, puede hacerlo libremente a través del museo. Con esta medida se consigue promover el Museo Diocesano, impulsar el número de visitantes y, al mismo tiempo, controlar las visitas a la Catedral, ofreciendo un servicio de interpretación de este monumento patrimonial a través del museo. Aunque algunos turistas se quejan de tener que pagar por ver la Catedral, algo que también es necesario en las de otras ciudades; la verdad es que la mayoría incluso agradece tener que ver el Museo Diocesano, por la gran riqueza artística que alberga y su complementariedad con el conocimiento de la propia Seo. El precio de las entradas al museo y la Catedral es de dos euros, de un euro para grupos superiores a las veinte personas, y gratuita para niños menores de doce años, minusválidos y sacerdotes y religiosos. En cuanto a la distribución espacial del Museo Diocesano, se divide en tres salas, cada una de las cuales expone las obras correspondientes a una época y relacionadas con el lugar en que se ubican. ANEXO (A) Aparte de estas exposiciones, hay en el museo una ambientación musical que transmite al espectador una serenidad, bienestar y mayor cercanía a las obras. Las piezas musicales que se utilizan son variadas y, en determinadas épocas, se eligen en relación al tiempo litúrgico correspondiente, como la Semana Santa o la Navidad.
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Sala del Renacimiento y Barroco La entrada al Museo Diocesano se realiza por la Sala del Renacimiento y el Barroco, y a partir de ella, se accede al resto de las dependencias y a la propia Catedral. Este espacio fue construido a finales del siglo XIX por orden del obispo D. Honorio Mª de Onaindía, como parroquia de la Catedral, se la conoce popularmente como “parroquieta”; actualmente se destina a exhibir parte de la muestra artística del museo. Concretamente: las obras renacentistas de pintura están el parte de la sacristía; y, en lo que era el presbiterio, donde preside la sala, el retablo del Juicio Final que esculpió Gil de Morlanes en la primera década del siglo XVI para el castilloabadía de Montearagón y se trasladó a la parroquia al construirse ésta; y, en la parte superior, del coro, se expone la Sillería del Coro de la Catedral que fue desmontada de su lugar de origen en los años 60. Las pinturas y esculturas del Barroco ocupan toda la parte de la nave principal y crucero de la parroquia, distribuyéndose en los muros y en soportes expositivos (paneles y peanas) a lo largo de la sala.
Sala de Arte Medieval Las producciones artísticas de la Edad Media se exponen en los claustros de la Catedral: el románico y el gótico. Del Claustro Románico se conservan tan sólo algunos capiteles, columnas y arcos; se construyó en el siglo XIII para destinarlo a las dependencias de los canónigos, época de la que data la portada norte, la más antigua de este templo, por la que se accede a la nave del crucero, con unos relieves de la Virgen con el Niño y dos ángeles, de estilo románico. Además se muestran en él algunos frescos y tallas de madera policromada. El Claustro Gótico, de que sólo se llegó a hacer la crujía meridional en el siglo XV con el patrocinio de Benedicto XIII, conocido como Papa Luna, alberga las pinturas sobre tabla del período gótico, además del propio espacio arquitectónico, que también forma parte de la muestra.
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Sala de Orfebrería Se encuentra en la Catedral, es la última de la nave lateral izquierda y no se comunica directamente con el museo, por lo que sólo se puede acceder a ella por la Catedral. Era la Sala y Antesala Capitular de la Catedral, donde los canónigos celebraban sus capítulos y reuniones. Algunos objetos expuestos en esta sala continúan en uso, así que, cuando son necesarios para alguna ceremonia eucarística, se sacan de su vitrina. Se trata, sobre todo de cálices, vinajeras, etc., o, en algunos casos, como la celebración del Corpus Christi, de la gran custodia procesional del siglo XVI que preside la sala.
Pórtico de D. Juan de Aragón y Navarra El obispo D. Juan de Aragón y Navarra dio impulso a muchas obras arquitectónicas y artísticas de Huesca, entre ellas, las que supusieron la culminación de la Catedral. A finales del siglo XV mandó hacer este pórtico que protegía el acceso a las estancias de la curia episcopal y al Salón del Tanto Monta. En la zona de este pórtico están otros espacios del museo que no se dedican a la exposición, se trata del taller de restauración, el aula, el archivo-biblioteca y los aseos. El taller de restauración se utiliza normalmente en verano, que es cuando el museo contrata de manera temporal a un restaurador. El encargado de los trabajos de restauración de las obras del museo es Antonio López, desde hace unos diez años. En el archivo-biblioteca se guardan todos los fondos bibliográficos del museo, materiales didácticos y divulgativos de otros museos, y todas las fichas catalográficas de las obras de la colección del museo seleccionadas por temas y por salas. El aula del museo, entre el taller de restauración y el archivo, es espaciosa y tiene una buena iluminación natural durante el día debido a los ventanales en dos de sus lados. Tiene pupitres y sillas para unas cuarenta personas y en ella se guardan los materiales didácticos para las diversas actividades infantiles y juveniles del museo. Estas actividades se suelen llevar a cabo en la misma aula y en las salas del museo y la Catedral; aunque, en época de primavera, con el buen tiempo, se sacan dos grandes tableros al pórtico para trabajar allí.
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En el espacio del Pórtico de D. Juan de Aragón hay un patio descubierto que se ha utilizado en años anteriores, pero que actualmente es inaccesible por unas catas arqueológicas que se están realizando en ese terreno. Aquí se encuentra también, como se ha mencionado antes, el Antiguo Palacio Episcopal y el Salón del Tanto Monta, parte del cual se utiliza como almacén del museo, y que se prevé restaurar en los próximos años. Sería un buen espacio expositivo, pero todavía no se ha empezado a trabajar en él.
Las personas: los profesionales del museo y los visitantes El Museo Diocesano de Huesca cuenta con unos trabajadores a sueldo y otros voluntarios. El director de este museo es José Mª Nasarre López, Dr. en Historia y profesor titular de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca. Se encarga de las funciones propias de su cargo, básicamente administrativas y de supervisión; pero también es uno más, que colabora en cualquier otra tarea del museo, así, realiza visitas guiadas, se queda algunos ratos en la entrada vendiendo los tickets y recibiendo a los visitantes, hace catalogaciones de los objetos, va a hacer fotocopias o a comprar lo que haga falta, cambia bombillas, y hasta se sube a los tejados de la Catedral para limpiar las canales y desagües de la suciedad que dejan las cigüeñas y palomas. Es un director, por lo tanto, que conoce bien el museo, pero no desde su despacho, como la mayoría, sino desde el contacto con la realidad, con la gente, con los problemas cotidianos, con todo aquello que hace que el museo funcione y vaya mejorando progresivamente. Susana Villacampa Sanvicente, historiadora del arte, educadora de museos y maestra, es la responsable de educación y comunicación del museo y de todos los trabajos diarios propios de una institución de este tipo, ya que trabaja a tiempo completo allí. Lleva bastantes años en el Museo Diocesano, y ha sido una de las impulsoras de los cambios que han ido transformando el museo en este fructífero período. Susana ha creado y puesto en funcionamiento el programa educativo del Museo Diocesano, que cuenta con una amplia oferta de actividades y talleres didácticos diseñados especialmente para los niños, y adaptados a los distintos niveles educativos: Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato. Son muchos los escolares oscenses y de otros lugares que han disfrutado ya de estas actividades y han aprendido con sus visitas al museo y la Catedral. En Huesca, de hecho, hasta hace poco, éste era el único museo que contaba
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con propuestas didácticas para estudiantes; ahora también el Museo Pedagógico y el CDAN están elaborando proyectos interesantes en el ámbito educativo y divulgativo. Para el público adulto, el Museo Diocesano, además de la atención personal, ofrece, en el caso de los grupos, el servicio de visitas guiadas. Normalmente las realiza Susana, tanto en español como en inglés, y en algunas ocasiones, José Mª o algún voluntario. El otro pilar del servicio de atención al público del Museo Diocesano lo compone el equipo de voluntarias y voluntarios, un total de quince personas que dedican una jornada semanal (ya sea por la mañana o por la tarde) a estar en el museo, de forma desinteresada. Su labor consiste en recibir a los visitantes, venderles las entradas y presentarles el museo con una breve explicación orientativa sobre las salas y las obras más significativas. Es importante encontrar una buena acogida cuando se llega a un museo, porque ayuda a que la visita sea más grata y más clara desde el principio, de ahí el valor de su trabajo. Los voluntarios del Museo Diocesano son: Blanca Alcubierre, Mª Teresa Arroyo, Juan Barlés, Conchita Elboj, Carmen Escartín, Salomé Estallo, Mª Jesús Delgado, Mª Teresa Grima, Mª Nieves Martínez, Carmen del Olmo, Gloria Romeo, José Mª Solanes, Carmen Sorolla, Mª Pilar Vinué y Carmen Zabalza. Provienen de distintos ámbitos laborales y formativos, pero todos comparten su afición al arte, sus inquietudes culturales y su interés por colaborar en la labor de difusión que se lleva a cabo en el Museo Diocesano. Además de su voluntad, responsabilidad e ilusión, han obtenido formación especializada en historia del arte mediante algún curso organizado para ellos por el propio museo, lo cual los convierte en personas muy cualificadas para el trabajo que desempeñan allí. No menos importante es el trabajo de otros profesionales del museo, como la encargada de la limpieza, Paquita Vitalla, contratada durante todo el año, y el restaurador, Antonio López, que está allí en períodos determinados, como el verano. Todo el personal del museo está implicado en lo que sucede en él, y, entre todos, hacen que el museo funcione bien y que los visitantes se sientan a gusto. Precisamente uno de los aspectos que más me han llamado la atención (y muy gratamente) ha sido el ambiente de trabajo tan cordial que hay entre las personas, y cómo se transmite esto en la atención al público. Los visitantes se prodigan más en el Museo Diocesano durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre, siendo el resto del año más tranquilo en ese aspecto. Por
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el contrario, entre enero y mayo es cuando suelen acudir al museo los grupos de escolares para realizar visitas y talleres didácticos. Los visitantes de la época veraniega son, en la mayoría de los casos, turistas que van al museo por divertimento y no movidos por un interés artístico concreto. Es un público muy numeroso que disfruta del monumento principal de Huesca, la Catedral, y del Museo Diocesano, y que suele sentirse satisfecho tras su visita, especialmente cuando la realizan por su cuenta, ya que los grupos apenas pasan ni media hora en el museo. Aunque siempre hay visitantes muy motivados y acostumbrado a viajar, amantes de la cultura y el arte que disfrutan conociendo las riquezas patrimoniales de otras ciudades. Casi todos los visitantes grupales del museo se organizan a través de la Oficina de Turismo y realizan visitas a toda la ciudad en dos o tres horas (Iglesia de San Pedro el Viejo, Ayuntamiento, Museo Provincial y Catedral y Museo Diocesano), acompañados de un guía profesional; aunque también hay grupos que acuden directamente al museo, sin haberlo concertado con Turismo. Además, durante los meses de verano, el Ayuntamiento organiza a través de Turismo un servicio de visitas guiadas a estos lugares emblemáticos en horarios determinados, uno de mañana y otro de tarde, para personas particulares. La cantidad de componentes de cada grupo está entre los dos y los sesenta individuos, aproximadamente, excepto en los casos en que coincidan dos grupos en el mismo tiempo y se unan para la visita guiada. En todos los casos, suele haber una buena coordinación entre el Museo Diocesano y la Oficina de Turismo para organizar los horarios de las visitas.
La EDUCACIÓN en el Museo Diocesano Si por algo destaca el Museo Diocesano es por su amplia oferta de actividades educativas para escolares, con una programación adaptada a diferentes niveles e intereses; así como las visitas guiadas que se ofrecen para los grupos.
Los talleres didácticos para escolares Estos talleres pretenden que, mediante unas metodologías dinámicas, lúdicas, amenas, participativas y altamente activas; los niños y adolescentes se acerquen al patrimonio artístico de nuestra ciudad y se inicien en el conocimiento de algunos aspectos que, en las materias escolares, se tratan sólo de manera más general y
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teórica. En el museo entran en contacto directo con todas las manifestaciones artísticas que durante siglos han formado parte de la cultura y la historia de diferentes sociedades, y, mediante los talleres didácticos pueden incluso experimentar por sí mismos el sentimiento de la creación plástica con los materiales, técnicas y criterios de esas épocas. En estas actividades, por lo tanto, se trabaja con la seriedad y rigor necesarios para que los estudiantes comprendan el arte y el contexto del que formaba parte, y que tomen conciencia de la importancia de respetar, proteger y seguir disfrutando nuestro patrimonio en generaciones posteriores. La transmisión de unos valores y actitudes es un pilar fundamental de cualquier actividad didáctica que plantee un museo, cualquiera que sea su temática. Gracias a estos talleres son muchos los niños y jóvenes que disfrutan de las colecciones del museo y la Catedral aprendiendo de todo ello. En este curso pasado 2005-2006, han visitado el Museo Diocesano y la Catedral un total de cincuenta y nueve grupos de escolares (2633 estudiantes), más otros veintiocho grupos que, además, han participado en alguno de los talleres didácticos; por lo tanto, el número de alumnos que ha realizado a lo largo de este curso alguna actividad asciende a 615, de todos los niveles de enseñanza obligatoria: Infantil, Primaria y Secundaria; en su mayoría procedentes de la ciudad de Huesca, junto que otros de la provincia y de Zaragoza. En cada sesión los grupos no deben superar los veinte o treinta niños, por razones espaciales, metodológicas y, sobre todo, pedagógicas. En muchos casos, cuando vienen grupos de otras ciudades, suelen dividirse en dos, y, mientras uno está en el Museo Diocesano, el otro conoce la ciudad de Huesca, con algún guía del Turismo, o realizan otra actividad en la Iglesia de San Pedro el Viejo, que también cuenta con una oferta amplia y atractiva, intercambiándose luego los grupos. De esta forma, aprovechan al máximo la mañana o la tarde que pasan en Huesca y, además de aprender, se divierten. Estas actividades suelen duran una hora y media aproximadamente. Los materiales que se utilizan se consiguen en bazares, tiendas de disfraces, en algunos casos se realizan por encargo, mediante fotocopias...; pero al no tener el Museo Diocesano un presupuesto demasiado abundante, los recursos didácticos tienen que ser económicos, pero no por ello menos eficaces. Estas actividades que se realizan en el museo repercuten de manera muy positiva también en los visitantes adultos, que, en algunos casos, se detienen a observar a los
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niños que están entretenidos en alguna faena didáctica, o incluso se paran a escuchar las explicaciones sobre la Catedral que Susana Villacampa da a los chicos. Año tras año, el Museo ofrece a los centros escolares sus propuestas didácticas, que, como demuestran las cifras, cuentan con una excelente acogida y un alto nivel de participación, y no han dejado de aumentar desde su puesta en marcha hace ya unos ocho años. Éstos son los talleres didácticos del Museo Diocesano: ANEXO (B) Taller de arquitectura: ¿Cómo se construye una catedral? Educación Secundaria Se recorre la Catedral, prestando especial atención a los elementos arquitectónicos y la forma de construir de los maestros góticos (a diferencia de los románicos, por ejemplo); primero se analiza el exterior, las fachadas occidental y meridional, y luego el interior, naves, capillas, cubierta, bóvedas, arcos, pilares, contrafuertes... También se analiza el retablo mayor, comparando las características de esta obra renacentista con los relieves góticos de la portada. Susana Villacampa, con los grupos de Secundaria, utiliza metodologías bastante participativas, y continuamente está sugiriendo preguntas e intentando despertar la curiosidad. Después, en el taller, divididos los estudiantes en cuatro grupos, tienen que montar sendas maquetas de arcos apuntados sobre cimbras, siguiendo las mismas técnicas que los constructores medievales. Para ello, utilizan piezas de madera y un plano para saber cómo tienen que ir realizando su construcción. Se les proporciona también una guía didáctica para que completen la información sobre los aspectos que han conocido en su visita a la Catedral. La actividad se puede complementar, según el tiempo que tenga el grupo, con la visualización de algunas diapositivas que explican gráficamente, mediante dibujos, el proceso de construcción de una catedral gótica, las personas que intervienen... Los niños ponen mucho interés, tanto en la visita como en la actividad práctica.
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Taller de miniatura: Un “scriptorium” en la Edad Media Educación Primaria y Secundaria A través de los códices minados expuestos en el museo, se explica la importancia de los “scriptoria” en la Edad Media como centros difusores de cultura. Posteriormente, en el aula del museo cada niño elabora sobre pergamino una letra capital gótica, siguiendo las técnicas y materiales de los miniaturistas medievales, como el pan de oro, pinceles... Taller de pintura: ¿Y tú qué pintas? Educación Primaria y Secundaria Se analizan varios retablos de pintura gótica de la Sala de Arte Medieval del Museo, atendiendo a las técnicas y materiales utilizados, la forma, la iconografía y simbolismo... y ejemplificando todos esos conceptos con la práctica. En el taller, cada niño tiene que realizar una pintura sobre tabla con la técnica similar a los pintores medievales, es decir, empleando pan de oro y témperas (o ceras duras) y teniendo en cuenta la simbología del color. Cada uno se encarga de una escena que forma parte de un retablo, una vez hechas todas, se colocan en la estructura de dicho retablo. Hay dos modelos diferentes (con el tema del Pantocrátor y de la Virgen con el Niño), por lo que la mitad del grupo trabaja para uno y el resto para el otro. Estas estructuras tienen un tamaño de casi un metro de altura y son de madera; las pinturas se hacen sobre imágenes fotocopiadas en cartulina y pegadas en fragmentos de panel. Además de esta actividad eminentemente manual, los chicos tienen que completar una hoja didáctica sobre la pintura gótica, más teórica, como recuerdo de la introducción previa a la actividad. En ella se plantean cuestiones acerca del simbolismo del color, las partes de un retablo, su utilidad... Taller de escultura: Golpe a golpe Educación Primaria y Secundaria Consiste en un análisis de los diferentes tipos de escultura, así como de las técnicas usadas y la figura del escultor y su taller, partiendo del retablo mayor de la Catedral, creación de Damián Forment, y de algunas tallas de madera expuestas en el museo. Después, en el aula del museo se realizan modelados de figuras y se manipulan y catalogan esculturas de distintos tipos.
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Taller de iconografía: ¿Quién es quién? Educación Primaria Este taller puede resultar muy instructivo y apropiado para los primeros cursos de Primaria, ya que es entonces cuando los niños empiezan a adaptarse al trabajo grupal; y el tipo de pintura que se expone en el Claustro Gótico del museo les resulta muy llamativa y especialmente atractiva por su intenso colorido y la sencillez e ingenuidad que la caracteriza. La visita puede comenzar en la Catedral, en el exterior, donde ya se llama la atención sobre aspectos de iconografía, como las representaciones de San Lorenzo y san Vicente en las jambas de la portada; luego se observan algunas características de la arquitectura y decoración del interior (sobre todo el retablo mayor). Y se entra en el museo. Se enseña a los niños el Claustro Gótico y sus obras, para luego pasar al aula. Allí, divididos en grupos, se les distribuyen unas cajas de cartón, en cada una de las cuales encontrarán “pistas” sobre un personaje representado en alguna de las tablas góticas; se trata de diversos objetos de la vestimenta, peinados y atributos del personaje en cuestión, con los que se tienen que ataviar y volver al Claustro Gótico. Allí deben buscar entre todas las pinturas, aquella en la que aparezca representado su personaje, dejan los objetos junto a la obra y, finalmente, todos juntos, van observando los elementos iconográficos, se les explica su significado y se cuenta alguna anécdota o vivencia del personaje en relación con las imágenes del retablo. Las imágenes sobre las que se trabaja son las de Santa Úrsula, San Pedro, el arcángel San Miguel, Poncio Pilatos y el soldado Malco (al que Pedro cortó la oreja tras la traición de Judas). Los elementos con que los niños deben identificarlos son los siguientes: de Santa Úrsula, nimbo dorado, vestido, capa roja, palma, barco, libro, flecha; de San Pedro, nimbo dorado, tiara papal, barba blanca, capa pluvial roja, llaves y libro; de San Miguel, nimbo dorado, peluca rubia, túnica blanca, alas doradas y balanza con las almas; de Pilatos, barba oscura, sombrero con turbante, capa, vestido, toalla, jarro y plato; y de Malco, casco, armadura, oreja de plástico, cuchillo y candil. Cuando el grupo tiene más tiempo o acude al museo con el profesor de religión, se dedica una última parte de la actividad a ver unas diapositivas sobre los objetos con que se representa a los santos en el arte cristiano. ANEXO (C)
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Visitas guiadas didácticas: La cigüeña Lorenza nos enseña su casa Educación Infantil La cigüeña Lorenza es el personaje protagonista de esta actividad. Tiene su nido en los pináculos de la Catedral y enseña los niños el lugar donde vive. Susana Villacampa va contando a los niños la historia de la cigüeña Lorenza, sirviéndose para ello de unos dibujos en cartulina (como “bits” visuales), y, a través de este personaje, va presentándoles la Catedral de Huesca de manera muy general y asequible para estos grupos. Esta visita comienza ante la fachada de la Catedral, donde se empieza ubicando a los niños en el lugar de la ciudad donde está, los edificios importantes que hay allí y el monumento que van a visitar. De la portada se fijan en la imagen del tímpano, de la Virgen con el Niño y la representación de los Reyes Magos, así como en las esculturas de los apóstoles (y San Lorenzo y San Vicente) de las jambas. En silencio y orden, se entra a la Catedral. Los niños se suelen quedar boquiabiertos al ver un espacio tan grande. Se detienen a los pies del templo para contemplar las bóvedas de la cubierta y la sugerente decoración estrellada, que parece reflejarse en el suelo. Dirigiendo la atención de los niños a estos detalles se consigue que se vayan acostumbrando a observar y a valorar las obras artísticas. Después, el grupo se acerca al presbiterio, y, sentados todos en la alfombra tras el altar, siguen escuchando la historia de Lorenza y de esta gran Catedral. Aquí, se les muestran los elementos principales (y sus funciones), el altar, la cátedra del obispo, la sillería del coro, y, sobre todo, el retablo, de escultura, que narra mediante imágenes la vida de Jesús y que fue esculpido hace muchos siglos por Damián Forment. Una vez conocida la Catedral de Huesca, se pasa por el museo hasta un patio interior (entre la parroquieta y el claustro románico), desde donde se divisan los pináculos de la Catedral y el nido donde vive Lorenza. Los niños, por fin, pueden saludar a la cigüeña, que suele encontrarse allí, a veces incluso acompañada de algunas amigas (Vicencia, Paciencia, Orencia...) Los niños se entusiasman y emocionan llamando a Lorenza con todas sus fuerzas para que asome su cabeza del nido y puedan verla. Para finalizar, en el taller completan una hoja didáctica donde deben hacerle un nido a Lorenza, dibujarlo en la torre de la iglesia, rellenarlo con trozos de paja y ramas que se pegan en el papel y colorear el resto del dibujo. La visita didáctica de la cigüeña Lorenza es un buen pretexto para que los más pequeños se acerquen al patrimonio histórico-artístico de su ciudad. Y no sólo son
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ellos quienes disfrutan de la actividad, sino que los maestros y padres que acompañan a los grupos, se quedan encantados por lo original y educativa que es la propuesta. Un día oí como unos profesores comentaban admirados la suerte que tenían estos niños de poder aprender cosas de su ciudad que algunas personas no sabían ni de adultas. ANEXO (D)
Las visitas guiadas Siguiendo con los programas educativos para estudiantes, hay muchos grupos que no realizan talleres didácticos y tan sólo demandan una visita guiada al Museo Diocesano y la Catedral. Estas visitas están adaptadas al nivel de los alumnos y tratan de ser lo más didácticas y dinámicas posible, aunque es muy probable que los chicos que realizan actividades recuerden esa experiencia y los conocimientos que adquirieron mediante la práctica; mientras que a estos otros no les motive demasiado ese cúmulo de información de una visita guiada, por muy didáctica que sea. Las visitas para escolares de Educación Secundaria o Primaria suelen seguir el mismo recorrido que las visitas guiadas para público adulto general, deteniéndose en aquellas piezas del museo más significativas y abarcando los hitos históricos principales. La visita comienza en la Sala del Renacimiento y Barroco, ante la obra que preside esta sala, el Retablo del Juicio Final de Gil de Morlanes; se pasa después a los claustros, con otra parada en el del Papa Luna para introducir a los chicos en el ámbito medieval; y entrar por último a la Catedral, a través de su portada septentrional, la más antigua de este templo. A la Catedral se dedica la mayor parte del tiempo de la visita, prestando atención a su historia, arquitectura y, más detalladamente, al retablo mayor de Forment. Antes de terminar, se hace un recorrido por las naves laterales para ver las capillas y contrastar las diferencias ornamentales del Barroco. En algunos casos, la visita guiada es tan solo de la Catedral, por lo que también se ofrece una interpretación de la fachada principal. Estas visitas, a pesar del gran componente pasivo que conllevan, pretenden ser dinamizadoras, abiertas y participativas, de modo que la educadora del museo, Susana Villacampa, va planteando preguntas y suscitando la intervención de los estudiantes a lo largo de toda la visita, para mantener el interés y la motivación, intentando hacerla comprensible, significativa y amena.
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Para el público general de cualquier edad, en el caso de los grupos, el Museo Diocesano de Huesca ofrece un servicio de visitas guiadas. Es la única actividad divulgativa que lleva a cabo actualmente, y también la más demandada incluso por visitantes individuales o familiares. Estas visitas guiadas suelen durar entre media hora y una hora, según el tiempo de que disponga el grupo en cuestión. Susana Villacampa es la encargada de realizarlas. Se comienza por el museo, en la Sala del Renacimiento y Barroco, dando la bienvenida e introduciendo al público en el contexto donde se encuentran (el museo y la sala); se presta una especial atención al Retablo del Juicio Final de Gil de Morlanes, al Retablo de Plata y a la Sillería del Coro. A continuación, se pasa a la Sala de Arte Medieval, donde se explica brevemente la historia de la construcción de los claustros de la Catedral (el románico y el gótico), se presentan las colecciones y se conduce la atención al tímpano de la portada septentrional del templo, del siglo XIII; por la que se accede a la nave del crucero de éste. Una vez en la Catedral, se continúa con el repaso histórico y artístico, aludiendo a la ubicación del edificio, los elementos arquitectónicos más significativos del gótico en las diferentes fases de su construcción y, finalmente, se dedica una explicación más detallada al Retablo Mayor de Damián Forment (sobre sus características formales y artísticas, sus escenas, sobre el autor...) Antes de terminar, se recorren las naves laterales para ver las capillas, deteniéndose en las de San Joaquín, Santos Orencio y Paciencia, Santa Ana y Santo Cristo de los Milagros. Cuando los grupos disponen de más tiempo, dedican los últimos minutos a seguir viendo el museo y la Catedral por su cuenta, para poder detenerse en las salas que más les interesen, deleitarse con algunas obras en concreto o simplemente descansar un rato después de haber estado varias horas visitando museos y monumentos sin parar. Los grupos que llegan a través de la Oficina de Turismo van acompañados de un guía turístico, que es su intérprete cultural durante todo el recorrido por la ciudad (incluida la explicación de la fachada de la Catedral), pero, en el Museo Diocesano, la responsable de las visitas es Susana Villacampa, salvo en el caso de que esté atendiendo a otro grupo en ese momento.
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Jornada de puertas abiertas El “Día Internacional del Museo”, el jueves 18 de mayo, se celebró en el Museo Diocesano una Jornada de Puertas Abiertas, de modo que se podía entrar libremente en él. Ese día coincidió que había programado también un taller didáctico con un grupo de Educación Infantil. A parte de esto no se realizó ninguna otra actividad especial, pero el número de visitantes se vio incrementado, al igual que había sucedido otros años con este motivo. ANEXO (E) ANEXO (F) El Museo Diocesano también establece Puertas Abiertas cuando, por ejemplo, inaugura un nuevo espacio, como ocurrió con la apertura de la parte más antigua del Claustro Románico el año 2004.
La COMUNICACIÓN en el Museo Diocesano El Museo Diocesano de Huesca desarrolla su función de comunicación, básicamente, de forma directa, mediante su apertura al público y atención a los visitantes. Además, cuenta con una serie de materiales específicos de divulgación, una presencia ocasional en los medios de comunicación, el proyecto de creación de una página web y el envío de información sobre los talleres didácticos a los centros escolares; aunque no tienen un programa desarrollado y concreto como el de educación. La comunicación es, por lo tanto, un aspecto sobre el que se debería seguir trabajando para dar a conocer el museo y las actividades que realiza.
Materiales de divulgación Con la entrada del museo, se ofrece a los visitantes un plano-guía del Museo Diocesano, que resulta muy práctico para conocer las ideas más generales sobre el museo y la Catedral y para poder orientarse durante la visita. Antes estaban sólo en español, pero desde este verano, se realizan también en francés e inglés. El Museo Diocesano ofrece a sus visitantes la posibilidad de adquirir algunos materiales con información sobre éste. Hay un pack de folletos, colocados en expositores en las salas, a un precio de dos euros y medio, que se destinan a la
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conservación y restauración de las obras. Tienen un contenido general sobre cada sala y específico de algunas piezas, junto con un plano y algunas imágenes en color: Catedral de Huesca. Plano-guía. Huesca, 2001. Museo Diocesano de Huesca. Sala de Orfebrería de la Catedral. Plano-guía. Huesca, 1997. Museo Diocesano de Huesca. Salas de Arte Medieval. Plano-guía. Huesca, 1999. Museo Diocesano de Huesca. Salas de Arte del Renacimiento y Barroco. Plano-guía. Huesca, 2001. En el mostrador de la entrada se muestran el resto de los materiales de divulgación que vende el museo: algunas postales sueltas de piezas expuestas en el museo y de la Colegiata de Bolea y Alquézar, otras en tira de la Catedral de Huesca; una serie de diapositivas y tres libros: DURÁN GUDIOL, Antonio: Guía de la Catedral de Huesca. Obispado de Huesca. Huesca, 1991. DURÁN GUDIOL, Antonio: Historia de la Catedral de Huesca. IEA, Huesca, 1991. LACARRA DUCAY, Mª Carmen Y MORTE GARCÍA, Carmen: Catálogo del Museo Episcopal y Capitular de Huesca. Guara. Zaragoza, 1984. Éste último es el único catálogo de las obras del museo, aunque ha quedado algo desfasado debido a los múltiples cambios en el espacio, la distribución de las obras, el funcionamiento interno, etc. que han ido conformando el actual Museo Diocesano de Huesca. Las otras dos obras tratan específicamente de la Catedral, la primera de forma muy general, con textos en español, francés e inglés; y, la segunda, al contrario, mucho más extensa, detallada y compleja. Sería conveniente, quizás, contar con una propuesta intermedia, y también con un catálogo actualizado, o, al menos, así lo demandan muchos visitantes.
El Museo Diocesano en los medios de comunicación Los medios de comunicación locales se suelen hacer eco de cualquier noticia sobre el Museo Diocesano. En los meses que he estado haciendo las Prácticas allí, han sido varias las ocasiones en que la prensa oscense y aragonesa ha publicado algún texto referente al incremento de visitantes del museo en el verano, coincidiendo con la mayor llegada de turistas.
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ANEXO (G) También en la radio, en la Cadena Ser de Huesca, entrevistaron en mayo a Susana Villacampa y a una voluntaria, Mª Jesús Delgado, que, durante los minutos de su intervención en la radio, promocionaron efusivamente el museo, y expresaron la necesidad de ampliar el grupo de voluntarios que colaboran en el museo, especialmente de cara al verano. En la hoja parroquial “Pueblo de Dios”, del Obispado, había salido ese fin de semana un anuncio para incrementar el voluntariado en el museo. ANEXO (H)
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MIS PRÁCTICAS EN EL MUSEO DIOCESANO He realizado las Prácticas del Máster en Museos: Educación y Comunicación en el Museo Diocesano de Huesca, durante un período prolongado de tiempo, desde el lunes 3 de abril al viernes 1 de septiembre. En los meses de abril y mayo tan sólo estaba en el museo siete horas semanales, debido a otros compromisos; y, ya en junio, julio y agosto pasaba allí todas las mañanas de lunes a viernes. En estas Prácticas he tenido como tutores a los responsables del museo: José Mª Nasarre López, el director, y Susana Villacampa Sanvicente, la educadora.
Lo primero: conocer el Museo Diocesano Cuando comencé las Prácticas apenas conocía en Museo Diocesano, por lo que dediqué de forma casi exclusiva mis primeras semanas allí a conocerlo. Primero, de forma más general, y, poco a poco, profundizando más, tanto en los aspectos del funcionamiento como de las colecciones, obras expuestas e historia. Para esta tarea utilicé los materiales de divulgación del museo, su catálogo, así como la información gráfica que acompaña a las obras y que precede a cada sala, en cartelas y paneles. Fui observando con detenimiento las obras y leyendo, al mismo tiempo que me iba familiarizando con el museo y con todo el trabajo que se desarrolla en él. En esta fase inicial de conocimiento del museo también presenciaba con frecuencia las visitas guiadas que hacía Susana Villacampa a los grupos de turistas o de escolares; con la finalidad a plazo medio de poder realizar yo misma esta tarea. En el mes de julio retomé la labor de conocimiento del museo para realizar un análisis museológico-museográfico como trabajo de la asignatura “Museología y Museografía: las funciones del museo”, del profesor del Máster en Museos Miguel Beltrán Lloris. Y, en las últimas semanas de agosto, dediqué algunas horas a tomar fotografías del museo y la Catedral, para aportarlas como documento gráfico de interés a esta Memoria de Prácticas. ANEXO (I)
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Colaboración en los talleres didácticos En el tiempo que he estado de Prácticas en el Museo Diocesano se han desarrollado algunos talleres didácticos, que he podido presenciar. En tres sesiones, además, realicé algunas fotografías. Además, colaboraba con Susana Villacampa en la preparación de los materiales y del aula previa a la práctica didáctica. Entre las tareas que tenía que realizar estaba la de salir a comprar algún material, como cartulinas, pintura...; preparar el aula y organizar todos los elementos que se iban a necesitar, trasladar materiales del aula a una sala del museo... Y por ejemplo: para el taller de iconografía: ordenar los trajes y elementos de cada personaje en su caja correspondiente; para el taller de pintura gótica: realizar en el ordenador los letreros con el nombre de cada escena para poner en la estructura del retablo, pegar las cartulinas con los dibujos de las escenas del retablo en tablillas... Pero este museo no se limita a ofertar las mismas actividades año tras año, sino que va ampliando sus propuestas y mejorando las que ya tiene. Casi todas las salas del museo tienen relacionada alguna actividad didáctica, excepto la de Orfebrería, para la que Susana Villacampa me propuso que pensara algo... Lo tengo presente, aunque por ahora he dado prioridad a otros trabajos.
Desarrollo de una nueva actividad... Cuando me incorporé al museo, Susana Villacampa había comenzado a elaborar una idea para un nuevo taller didáctico; pero, aprovechando mis Prácticas allí, me propuso desarrollar la programación, crear alguna hoja didáctica y experimentar el ejercicio para comprobar su viabilidad. Susana Villacampa había seleccionado ya cuatro obras expuestas en el museo para centrar en ellas la actividad, ya que representan de forma muy significativa las características propias de la pintura barroca. Se trata de San Gregorio Magno, San Pedro Arbués, San Francisco de Asís y San Joaquín con la Virgen María. Lo primero que hice fue probar la actividad práctica con una de ellas: San Gregorio Magno. Para ello, con la base de una imagen fotográfica del cuadro, realicé sobre papel cebolla el dibujo del santo con las líneas básicas del contorno y las formas. Luego, sobre ese dibujo ya fotocopiado en cartulina blanca, se comienza el collage con diversos materiales de textura real, intentando que se parezcan a las que la
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pintura representa. Para los fondos, ropajes, objetos, etc., se utilizan telas de lana, terciopelo, lino, pergamino, papel charol, cartulina, cartón, algodón, plumas... Para los rostros o elementos del cuerpo (manos, pies...) se buscan en revistas algunas imágenes similares. Posteriormente, realicé ese mismo proceso con la imagen de San Pedro Arbués. Al mismo tiempo, he ido realizando una labor de búsqueda de información y estudio sobre la pintura barroca para los contenidos conceptuales de este propuesta didáctica. Se trata de un taller didáctico que tiene, a mi parecer, un grado medio-alto de dificultad técnica, aunque, teniendo en cuenta que no se realizaría de forma individual, sino en grupos, se puede considerar que es asequible para chicos y chicas de Educación Secundaria, ya perfectamente capaces de organizar las tareas conjuntas y complementarse a la hora de trabajar en un proyecto común.
...Y el inicio del Proyecto Otras de las sugerencias que me hizo Susana Villacampa durante mi período de Prácticas fue el diseño de alguna actividad o material para la Capilla Lastanosa de la Catedral, ya que el año próximo 2007 se conmemora el cuarto centenario del nacimiento de Vincencio Juan de Lastanosa (1607-1681), erudito y mecenas de las artes y las letras, uno de los principales protagonistas de la historia de la cultura oscense en el siglo XVII. Mandó construir en 1645, junto con su hermano el canónigo Juan Orencio de Lastanosa, la Capilla de los Santos Orencio y Paciencia en la Catedral de Huesca, y una cripta-panteón de la Inmaculada bajo ésa. A partir de esta idea, decidí elaborar como Proyecto del Máster en Museos una “Propuesta Didáctica para la Capilla Lastanosa de la Catedral de Huesca”. El proyecto, que actualmente se encuentra en una fase inicial, consiste en el desarrollo de un programa de educación y divulgación sobre la Capilla Lastanosa de la Catedral de Huesca, en el contexto de la propia Catedral, así como sobre la figura de Vincencio Juan de Lastanosa y su aportación cultural y artística en la Huesca del siglo XVII. El programa se destina prioritariamente a los escolares; engloba propuestas dirigidas a los distintos niveles educativos (Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato); así como a grupos de Educación de Adultos y público general que visita el Museo Diocesano. Para ello se diseñarán actividades participativas, creativas y motivadoras (como la reproducción mediante un mural del palacio y jardines de
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Lastanosa), junto con materiales didácticos atractivos (como un cuento protagonizado por este personaje en el que enseña la capilla a los niños). El proyecto tiene una primera parte de investigación y estudio como base científica, que comprende, por un lado, el conocimiento de: los aspectos artísticos, históricos y culturales de la Capilla Lastanosa; el propio Vincencio Juan de Lastanosa; y el contexto socio-cultural en que se ubica. Y, por otro lado, un análisis del tipo de público al que se dirige la propuesta, en cuanto a su perfil psicológico, su nivel socio-cultural, y las metodologías didácticas más apropiadas de intervención educativa sobre el patrimonio, los diferentes diseños curriculares, etc., para adaptar el proyecto a las características, necesidades e intereses de cada grupo. Posteriormente, se diseñará la propuesta didáctica para la Capilla Lastanosa, estructurada en torno a unos objetivos y contenidos generales, las actividades y la metodología; incluyendo finalmente una oferta de difusión y comunicación que dé a conocer el proyecto al público. La gran finalidad que se plantea este trabajo es acercar una parte del patrimonio artístico e histórico de Huesca al amplio sector de población infantil y juvenil mediante la propuesta de divulgación presentada. Comencé a preparar el diseño del Proyecto a principios de junio, por lo tanto, he dedicado algunas horas de las Prácticas a él, principalmente, a buscar información sobre el tema.
Realización de visitas guiadas Uno de los trabajos que me propuso Susana Villacampa casi desde que empecé las Prácticas fue la preparación de alguna visita guiada, y, a finales de mayo me adjudicó ya una fecha y un grupo para la primera. En esas últimas semanas de mayo, por lo tanto, me dediqué de forma casi exclusiva a preparar la visita guiada, aunque ya había estado como “oyente” en muchas de las que hacía Susana Villacampa. De hecho, me basé en esas visitas (en cuanto a estructura y a contenidos) para preparar las que yo haría. Aunque no tengo una formación académica especializada en Historia del Arte, ni mucho menos, he intentado estudiar (o recordar), desde que el Máster en Museos me adjudicó el Diocesano para las Prácticas, todo lo relativo a estos temas y que me parecía necesario para poder desempeñar un buen trabajo allí. Por otra parte, el tipo de grupos para los que tenía que preparar las visitas guiadas no eran tampoco de especialistas, sino de aficionados y, sobre todo, turistas (la mayoría del Imserso), que
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esperan conocer sólo las ideas principales y disfrutar de su vivencia en el Museo Diocesano y la Catedral. Estuve leyendo y estudiando de varios libros (todos aparecen en la bibliografía de la Memoria), sobre los aspectos que debía conocer para desarrollar en las visitas guiadas. Una vez recabados todos los contendidos, los organicé y esquematicé para adaptarlos a explicación de la visita, aproximadamente de este modo: Bienvenida al Museo Diocesano de Huesca Sala del Renacimiento y Barroco !
Construida a finales del siglo XIX como iglesia parroquial de la Catedral, conocida popularmente como “parroquieta”.
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A esta parroquia se trajo el Retablo del Juicio Final, esculpido en alabastro por Gil de Morlanes en la primera década del siglo XVI para el castillo-abadía de Montearagón. Primera muestra de arte renacentista en Aragón, aunque aún tiene la mazonería gótica. Escenas en el cuerpo de la Transfiguración, Juicio Final y Ascensión (variedad y naturalismo de las figuras, composiciones dinámicas y esculpido preciso); en la predela, Epifanía, Misa de San Victorián, Piedad, Matanza de los Inocentes y Resurrección.
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Retablo de Plata: Se colocaba delante del retablo mayor de la Catedral en las festividades del Corpus Chisti y la Inmaculada. Barroco, tallado entre los siglos XVII y XVIII por varios orfebres, entre ellos los Estrada. Los bustos relicarios de las gradas representan a San Lorenzo, San Vicente, Santos Orencio y Paciencia y los Santos obispos San Martín de Tours y San Orencio de Aux.
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Sillería del coro, realizada por Nicolás de Beraztegui y Juan de Berroeta en colaboración con Juan Ali y Juan de Liébana; obra renacentista del siglo XVI, que se retiró de la Catedral en los años sesenta y ahora se expone en el museo. Ochenta y cinco sitiales de roble con representaciones en bajorrelieve de santos y los apóstoles.
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Obras de pintura y escultura del Barroco de gran calidad y valor, de autores locales, de la escuela de Toledo, de Andalucía..., y del círculo de Caravaggio.
Sala de Arte Medieval !
Claustro Románico: se construyó en el siglo XIII para las dependencias de los canónigos, se conservan algunos capiteles, columnas y arcos de esa época. Se
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exponen obras de pintura mural procedentes de la Catedral y de la ermita de Yaso y tallas de madera policromada del Románico y primer Gótico. !
Claustro Gótico: se comenzó en el siglo XV para rehabilitar el anterior, por orden del Papa Luna Benedicto XIII; pero sólo se levantó la crujía meridional, no se terminó. Características arquitectónicas góticas. Se exponen pinturas sobre tabla del gótico de maestros destacados de estas tierras.
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La portada norte de la Catedral es la más antigua de este templo, del siglo XIII. Representación en el tímpano de la Virgen con el Niño y dos ángeles ceroferarios en piedra policromada, y frescos del siglo XV con imágenes de San Lorenzo, San Vicente, San Miguel y San Pedro.
Catedral !
Construida en el lugar donde durante casi cuatro siglos los musulmanes tuvieron su mezquita mayor. En 1096 el rey Pedro I conquista Huesca y consagra la mezquita como templo cristiano.
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Entre finales del siglo XIII y principios del XVI, se derruye el edifico de la mezquita y se comienza a levantar la Catedral, que está construyéndose hasta inicios del siglo XVI, cuando por fin se termina gracias al impulso del obispo D. Juan de Aragón y Navarra (escudo en la clave de la bóveda del crucero). Duración tan prolongada por las epidemias de peste negra y problemas económicos.
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Estilo gótico primitivo en las naves laterales (bóvedas de crucería simple), y gótico florido en las naves central y crucero (bóvedas de crucería estrellada con florones dorados en el centro, mayor elevación de los muros, arcos apuntados en los ventanales...)
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Retablo Mayor de Jesús Nazareno, realizado por Damián Forment en alabastro entre los años 1520 y 1534, es una de las obras de escultura renacentista más destacadas en España. -
Rasgos góticos en la estructura y algunos elementos: ordenación en tres partes (sotabanco, banco y cuerpo); polsera o guardapolvo de madera que lo rodea; tracerías caladas, doseletes puntiagudos, profusión de pequeñas figuras por el espacio...
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Lenguaje renacentista en las escenas (composición equilibrada, efecto espacial de profundidad y perspectiva, elementos decorativos clásicos...) y en
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las figuras (disposición, gestos, suavidad de la talla, expresividad de los rostros, naturalismo de las anatomías y ropajes...)
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Óculo: elemento central y típico de Aragón (retablo expositor o manifestador), pequeña capilla detrás donde se exponía el Santísimo Sacramento, como sagrario.
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Tema de la Pasión de Jesucristo: escenas del cuerpo de El camino del Calvario, la Crucifixión y el Descendimiento. En el banco, otras escenas de la Pasión (La Última Cena, la Oración en el Huerto, el Beso de Judas, la Flagelación, la Coronación de espinas, el Ecce Homo y Jesús ante Pilatos) en el piso inferior, y en el superior, los apóstoles acompañando al Cristo Redentor, en medio.
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Damián Forment: de origen valenciano, pero vinculado a tierras aragonesas. Tuvo su taller en Zaragoza, donde hizo el retablo mayor del Pilar; y se trasladó a Huesca cuando el cabildo lo contrató para el retablo de la Catedral. Contribuyó a la introducción y afianzamiento de la estética renacentista en Aragón. Firma sus obras retratándose en ellas (en este caso, efigie suya y de su hija Úrsula en el sotabanco).
Capillas renovadas entre los siglos XVII y XVIII con ornamentación barroca. -
Capilla de San Martín (s. XVII): lienzo central de Vicente Berdusán.
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Capilla de San Joaquín (s. XVII): renovada por la familia Santolaria. Destaca su decoración rica en dorados, estucos y alabastros, el sentido escenográfico y ornamental del espacio, la iluminación efectista de la linterna, el retablo de madera con imaginería en alabastro, y la decoración de la cúpula y muros con pinturas de Berdusán.
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Capilla de San Jerónimo (s. XVIII): retablo de estilo churrigueresco, en alto relieve; lienzos laterales de José Luzán; y, en el camarón, la Virgen del Voto.
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Capilla Lastanosa de los Santos Orencio y Paciencia (s. XVII): renovada por los hermanos Vincencio Juan y Juan Orencio de Lastanosa, grandes eruditos y mecenas de las artes y las letras de Huesca. Retablo dedicado a los Santos Orencio y Paciencia, padres de San Lorenzo según la tradición; retratos en los muros laterales de los Lastanosa; representación del “triunfo de la Gloria” en la cúpula. Bajo la capilla, cripta-panteón de la familia dedicada a la Inmaculada.
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Capilla de Santa Ana (s. XVI): retablo realizado en el taller de Damián Forment, de alabastro policromado, gran belleza y delicadeza de las figuras.
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Fundada por el canónigo Santángel, representado orante en la hornacina lateral. -
Capilla de la Epifanía (s. XVI): retablo renacentista, de estilo plateresco en alabastro policromado.
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Sala de Orfebrería: anterior sala capitular de la Catedral. Presidida por la custodia procesional del Corpus Christi del siglo XVI. Se exponen objetos para el culto litúrgico de plata y metales preciosos, desde el siglo XIII hasta el XVIII.
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Capilla de Nuestra Señora del Pópulo (s. XVII): sarga central del retablo, de la Virgen, del siglo XV, gótica. Sepulcro del obispo D. Javier Osés.
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Capilla de Santa Lucía (s. XVIII): talla de la santa de Pascual Ypas y lienzos laterales que representan a santos de devoción oscense del hermano Martín Coronas (pintor en el período de entreguerras).
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Capilla de San Andrés (s. XVIII): retablo neoclásico, lienzo central de Fray Manuel Bayeu.
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Capilla del Santo Cristo de los Milagros: talla de madera del siglo XV. Los oscenses le tienen gran devoción y cariño; desde que, en 1497, cuando Huesca sufría una epidemia de peste, durante una procesión del Cristo por las naves de la Catedral, la imagen empezó a sudar de forma milagrosa y la ciudad se liberó de la peste.
ANEXO (J) El viernes 2 de junio llegó el momento de mi primera visita guiada. El grupo era de unas cincuenta personas de la Universidad de la Experiencia de Zaragoza que venían al museo y la Catedral a través de la Oficina de Turismo. Mi trabajo, regular. Reconozco que, pese a haber tenido muy preparado lo que iba decir, con los nervios no pude expresarlo demasiado correctamente e incluso hubo algún instante en que temí “quedarme en blanco”. Pero salí adelante y conseguí dar a los visitantes unas ideas generales sobre el Museo Diocesano y la Catedral. El grupo, como casi todos, era bueno, venían con muchísimo interés por conocer la Catedral de Huesca y sólo contemplando el templo y las obras artísticas disfrutó. Desde ese día, he estado realizando visitas guiadas con bastante frecuencia, al menos dos o tres cada semana, ya que en verano acuden muchos grupos al museo y es difícil que una sola intérprete o guía pueda dar abasto para atender a todos.
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Normalmente, después de la explicación, me gustaba dejar al menos diez o quince minutos para que el grupo se dispersara y pudiera ver algo del museo o la Catedral por su cuenta, con más libertad. Los grupos más reducidos en cuanto al número de visitantes, como los de particulares del Ayuntamiento, favorecen más la comunicación y la aportación de los propios visitantes, que pueden comentar con más tranquilidad sus impresiones, o recordar otros lugres que conocen... Es, para el público, mucho más interesante porque la interpretación se puede ir adaptando a sus intereses específicos. Las preguntas que suelen hacen son a veces sobre aspectos artísticos, técnicos o históricos, pero la verdad es que en la mayoría de los casos se trata de cuestiones más anecdóticas o curiosidades, como si se sigue utilizando la Custodia Procesional del Corpus (Sala de Orfebrería), qué método utilizan para limpiar los objetos de plata, o por qué el Cristo del retablo mayor tiene la cabeza girada hacia la izquierda... Entre las curiosidades se podría considerar también las dos ocasiones en que unos visitantes me dieron propinas, unas, por la visita guiada que les hice en un grupo reducido de turistas, y, otros, un matrimonio, bastante generoso, que estaban por la Catedral y estuvieron hablándome un rato de sus recuerdos de juventud... He atendido a todo tipo de grupos, la mayoría de características similares, aunque siempre hay algunos con los que se “conecta” mejor que con otros. Me llamó la atención, por ejemplo, un grupo de Ciudad Rodrigo (Salamanca), que, tras la visita, me estuvieron promocionando la exposición de Las edades del hombre, que este año se celebra allí, y alguna mujer incluso me invitó personalmente a que acudiera. Pero también he tenido alguna experiencia menos positiva, como la ocasión en que tuve que hacer la visita guiada a un grupo de Educación Secundaria de Zaragoza, ya que no estaban en el museo ni Susana Villacampa ni José Mª Nasarre. Fue un cúmulo de improvistos el que llevó a esa situación y tuve que realizar la interpretación sin haberla preparado, es decir, si haberla adaptado al tipo de público que tenía en ese momento. Sólo me limité a darles una explicación similar a las que utilizaba con los adultos y carente de motivación para los chicos, aunque se comportaron muy correctamente e incluso parecían atentos. Y, al menos a la profesora que venía como responsable del grupo le debió gustar bastante la Catedral, ya que ese mismo fin de semana volvió allí con su marido para poder disfrutar del Museo Diocesano y la Catedral con más tiempo y tranquilidad. La verdad es que, en general, con las visitas guiadas he aprendido bastante, y no sólo por lo estudiado, sino sobre todo, por tener que estar delante de la gente para realizar
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una labor de interpretación del patrimonio nada fácil. Los grupos, por su parte, han sido muy agradecidos y amables, y, al menos, han pasado unos buenos ratos en el Museo Diocesano y la Catedral.
La relación con los visitantes Seguramente el aspecto más importante del trabajo en un museo es la relación con los visitantes. Si bien es cierto que durante mis Prácticas he pasado algunas horas en el aula estudiando o preparando otros trabajos, también he intentado conocer a las personas que visitan el Museo Diocesano.
Sustituciones de los voluntarios en la entrada Los voluntarios del Museo Diocesano dedican cada uno una jornada de mañana o tarde semanal a estar en el mostrador de la entrada realizando su trabajo de atención al público. Hay algunos que no tienen adjudicado un día fijo y se encargan de las sustituciones cuando otro no puede acudir al museo. Pero, en momentos eventuales, coincide que no hay ninguno disponible y, por lo tanto, tiene que quedarse en el mostrador Susana Villacampa o José Mª Nasarre... Bueno, en estos meses, también a mí me ha correspondido pasar algunas horas en la entrada, y eso me ha permitido poder tratar de forma más directa con los visitantes. Es un trabajo que resulta especialmente entretenido, sobre todo en estos meses de tanta afluencia al museo. Consiste en vender los ticket de entrada, presentar el museo y ofrecer el plano-guía con alguna indicación sobre el recorrido, cuando los visitantes llegan al museo; y en mostrar interés por el parecer de la visita y vender alguna postal o libro, cuando se marchan; incluso hacer alguna indicación sobre el trayecto a otros monumentos (San Pedro el Viejo, Convento de las Miguelas, Ayuntamiento, Museo Provincial...), o a algún lugar cercano para comer, comprar, aparcar el coche... También hay que indicar a las personas que van a la Catedral a rezar por donde tienen que pasar, ya que ésta sólo se abre en las horas de culto. Pero, lo realmente interesante es poder conversar con los visitantes, conocer sus impresiones sobre el museo, sus inquietudes, sus sugerencias y críticas... Resulta muy enriquecedor. Son muchos los que gustan de comentar algunos aspectos sobre el museo tras su visita, algunos simplemente expresan su satisfacción con algún halago, y otros, se detienen algunos minutos para mencionar alguna obra en particular que les ha llamado la atención, o elementos como la música ambiental, la iluminación, la
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limpieza...; aunque también hay quejas (principalmente por tener que pagar la entrada), las menos. También hay personas, tanto de los visitantes, como de los que pasan a rezar, que cuentan cosas de su vida, de su juventud, recordando la parroquieta cuando funcionaba como iglesia...
Estudio sociológico En mayo, con motivo de un trabajo para la asignatura del Máster en Museos de “Sociología”, tuve que diseñar una propuesta de investigación social que centré en el Museo Diocesano. Durante las Prácticas he podido desarrollar ese diseño, es decir, lo he aplicado mediante la realización de unas encuestas, por un lado, a los visitantes del museo, y, por otro, a ciudadanos oscenses. Así pues, algunas horas de mis Prácticas han sido para la elaboración del diseño (en mayo) y, posteriormente para la recogida de datos (en junio, julio, agosto y septiembre). Algunas de las encuestas a los visitantes las realizaba yo misma, lo cual me permitía conocer sus opiniones de forma más extensa y abierta; aunque luego ya dejé los ejemplares en el mostrador de la entrada para que las respondieran por escrito.
“Estar” en el Museo A parte de las tareas concretas que iba haciendo en el museo, como la participación en los talleres didácticos o las visitas guiadas, intentaba pasar algunos ratos en las salas, sobre todo cuando había mucha gente, para estar pendiente de encender las capillas de la Catedral o simplemente estar disponible para cualquier comentario o duda. Además, los visitantes podían reconocerme como parte del personal (temporal) del museo porque Susana Villacampa me hizo un letrero de identificación personal como “auxiliar en prácticas” del Museo Diocesano, similar al que tiene cada miembro del equipo de voluntarios y ella misma. ANEXO (K)
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Otras tareas del día a día Tareas que, no por ser cotidianas, son menos importantes. De hecho, esas pequeñas cosas contribuyen a que el funcionamiento del museo y, por ende, la atención al público, sea de mayor calidad. Normalmente la encargada de estos trabajos, como de casi todos los trabajos del museo, es Susana Villacampa, o bien José Mª Nasarre cuando está allí. Al no tener una plantilla de personal demasiado amplia, son los propios responsables del museo quienes, junto con las funciones de su cargo, deben cuidar también de estos aspectos que, en museos de mayor envergadura corresponderían más bien a un secretario o conserje. Por lo menos un par de veces por semana hay que ir a hacer fotocopias, generalmente al Obispado, excepto cuando son en color que se llevan a una copistería. Los materiales en fotocopia resultan, cuando se trata de pocos ejemplares, más económicos, e incluso más adecuados para determinados fines. Se utilizan fotocopias, entre otras cosas, para los planos-guía que se ofrecen con la entrada a todos los visitantes, o para algunas hojas didácticas de los talleres con escolares. Uno de los materiales de divulgación con que cuenta el Museo Diocesano son los folletos de cada sala (Renacimiento y Barroco, Medieval y Orfebrería) y de la Catedral que se pueden adquirir en un pack. Están colocados dos unos expositores, en la Sala del Renacimiento y Barroco y en el Claustro Gótico, y se venden a dos euros y medio, en español, en francés y en inglés. Los packs se presentan en bolsitas de plástico cerradas y se preparan periódicamente en el propio museo. Es decir, se realizan las fotocopias del texto de los cuatro modelos de folletos sobre unas plantillas a color hechas en imprenta, se pliegan, se agrupan, se van guardando en las bolsitas y se reponen en los expositores. En estos meses me he encargado de supervisar esto para siempre hubiera algunos ejemplares a disposición de los visitantes. Durante dos o tres días estuve organizando artículos de prensa que se habían ido recopilando en los últimos años, para dejarlos ordenados en el archivo del museo según los temas de que tratan. Y, entre las tareas cotidianas, ha surgido algún incidente, como la inundación del Claustro Gótico (y de los patios interiores y algún almacén) a causa de una intensa tormenta, por la que empezó a entrar el agua, cual cascada, por un ventanal detrás de un retablo. Con ayuda del personal del Obispado, estuvimos achicando el agua y, por
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fortuna, ninguna obra sufrió daños materiales. Es bueno conocer también los problemas que pueden surgir de improviso en un museo y participar de esa realidad. Los dos días sin los jefes: la última semana de junio, hubo dos días en que ni José Mª Nasarre ni Susana Villacampa pudieron estar en el museo, por motivos laborales y personales respectivamente; de modo que tuve que encargarme yo de abrirlo, cerrarlo (todas las puertas de las salas, las luces, alarmas...), organizar los datos estadísticos de visitantes diarios, y, en definitiva, estar controlándolo un poco más, con la ayuda de los voluntarios más veteranos y experimentados. José Mª y Susana me explicaron el día anterior las instrucciones para esta tarea. Aunque muchas veces en semanas anteriores ya me encargaba, por ejemplo, de abrir el Claustro Románico y el Porche de D. Juan de Aragón (puerta de acceso desde el museo y puerta de los baños). Esos días fueron tranquilos, por lo que sólo tuve que hacer algunas visitas guiadas, a un grupo de niños de Educación Primaria , dos del Imserso y uno de particulares del Ayuntamiento. Fue una gran responsabilidad, pero salimos adelante. Una de las mejores características del Museo Diocesano, que me ha llamado la atención, es que, quizás por ser pequeño, hace necesaria la colaboración e implicación de todas las personas que trabajan en él, y por eso es gracias a la labor de todo el equipo como el museo funciona y va progresando continuamente con el paso del tiempo.
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VALORACIÓN PERSONAL Cinco meses de prácticas dan para mucho, sobre todo para conocer bien el funcionamiento de un museo en los aspectos más cotidianos, y en los propiamente museísticos; pero también para intentar colaborar en las pequeñas tareas, para participar en las actividades didácticas ( y desarrollar alguna nueva) para preparar y realizar visitas guiadas (el gran reto), para descubrir las opiniones, expectativas y motivaciones de los visitantes, para aprender sobre historia del arte, e incluso para encontrar una idea para el Proyecto... Así que he intentado aprovechar esta oportunidad, disfrutar de cada instante allí y hacer de cada práctica particular una experiencia enriquecedora. Seguramente esta penúltima etapa del Máster en Museos: Educación y Comunicación ha sido la más interesante, motivadora, fructífera y significativa; pues hasta que no entras en contacto con una realidad, no la conoces, y es entonces cuando te puede llegar a fascinar. Aún recuerdo el día en que Almudena Domínguez me propuso hacer las Prácticas en el Museo Diocesano, y también recuerdo cuando las comencé, en abril; y las primeras impresiones y pensamientos que me surgieron... Esas sensaciones no han cambiado demasiado, porque siempre me sentido en el museo muy bien acogida e integrada; ha sido un privilegio encontrar a gente tan cordial y afable, tan apasionada por su trabajo, y poder estar en un ambiente tan positivo. Por todo esto, antes de terminar la Memoria de Prácticas, deseo expresar mi agradecimiento más sincero a todas las personas con las que he compartido mis horas en el Museo Diocesano, que tanto me han ayudado y enseñado, y que, desde el principio, han confiado en mí: muy especialmente mi agradecimiento a Susana Villacampa y a José Mª Nasarre, mis maestros, y a todos los voluntarios y voluntarias, mis compañeros de trabajo; también a Antonio López, Paquita Vitalla y Adela; y a las personas del Obispado con quienes he tratado, como Miguel, Juan Carlos y demás. Estas Prácticas han sido, en definitiva, una experiencia muy gratificante y productiva, en la que he puesto toda la ilusión, y de la que me llevo mucha más...
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Libro de Registro. Museo Episcopal y Capitular de Arqueología Sagrada. Huesca. Museo Diocesano de Huesca. Sala de Orfebrería de la Catedral. Plano-guía. Huesca, 1997. Museo Diocesano de Huesca. Salas de Arte Medieval. Plano-guía. Huesca, 1999. Museo Diocesano de Huesca. Salas de Arte del Renacimiento y Barroco. Plano-guía. Huesca, 2001. NAVAL MAS, Antonio y NAVAL MAS, Joaquín: Inventario artístico de Huesca y su provincia. Tomo 1: Partido Judicial de Huesca. Ministerio de Cultura. Madrid, 1980. Plano callejero de Huesca: Oficina de Turismo (Ayuntamiento de Huesca), 2006. TORMO CERVINO, Juan: Huesca, cartilla turística. Publicaciones Turismo de Alto Aragón, Huesca, 1935. VILLACAMPA SANVICENTE, Susana: Trabajos de teoría y organización del museo: Tratamiento museográfico y museológico de un objeto; Comentario crítico a tres artículos de la revista “Museum”; y Comentario crítico a tres exposiciones o museos. Curso de Postgrado Educador de Museos. Facultad de Huesca, 1999. V.V.A.A: El retablo de la Catedral de Huesca. Caja de Ahorros de la Inmaculada. Zaragoza, 1999. V.V.A.A: El retablo de la Catedral de Huesca. Restauración 1996. Diputación General de Aragón, Ministerio de Educación y Cultura, Caja de Ahorros de la Inmaculada y Cabildo Catedralicio de la Catedral de Huesca. Zaragoza, 1996. V.V.A.A: Signos: arte y cultura en Huesca. De Forment a Lastanosa. Siglos XVI-XVII. Gobierno de Aragón y Diputación de Huesca. Huesca, 1994.
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ANEXOS ANEXO (A) Plano del Museo Diocesano y la Catedral ANEXO (B) Folletos de las actividades didácticas del Museo Diocesano y Catedral y de la iglesia de San Pedro el Viejo ANEXO (C) Fotografías del Taller de Iconografía ANEXO (D) Fotografías del Taller de la Cigüeña Lorenza ANEXO (E) Cartel y folleto del “Día Internacional del Museo” ANEXO (F) Noticia de prensa sobre el “Día Internacional del Museo” ANEXO (G) Noticia de prensa sobre las visitas del Museo Diocesano ANEXO (H) Anuncio para el voluntariado del Museo Diocesano ANEXO (I) Fotografías de la Catedral y el Museo Diocesano ANEXO (J) Plano de la Catedral de Huesca ANEXO (K) Tarjeta identificativa de “auxiliar en prácticas” del Museo Diocesano
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ANEXO (A) PLANO DEL EDIFICIO DEL MUSEO Y DE LA CATEDRAL
Sala del Renacimiento y Barroco Sala de Arte Medieval: Claustro Gótico Sala de Arte Medieval: Claustro Románico Sala de Orfebrería Pórtico de D. Juan de Aragón
Plano de GARCÉS MANAU, C: Guía turística de la ciudad de Huesca y su entorno. Prames. Zaragoza, 1996.
ANEXO (G) FOTOGRAFÍAS DE LAS VITRINAS Y SOPORTES EXPOSITIVOS
ANEXO (H) FOTOGRAFÍAS DE CARTELAS Y PANELES
ANEXO (J) PLANO DE LA CATEDRAL DE HUESCA
Plano de DURÁN GUDIOL, Antonio: Historia de la Catedral de Huesca. IEA, Huesca, 1991.
ANEXO (K) TARJETA IDENTIFICATIVA DE “AUXILIAR EN PRÁCTICAS”
