MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD POLÍTICA. Un análisis de la irrupción de Ciudadanos en la esfera pública durante los meses previos a las elecciones andaluzas del 2015.

June 24, 2017 | Autor: Génesis Machado | Categoría: Media Studies, Partidos políticos, Medios de Comunicación, Demoscopia Social
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MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE REALIDAD POLÍTICA.

Un análisis de la irrupción de Ciudadanos en la esfera pública durante los meses previos a las elecciones andaluzas del 2015

Machado Romero, Génesis Alejandra

Grado en Ciencias Políticas Tutor: Ariel Jerez Curso 2014/2015 Madrid, junio 2015

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ÍNDICE

Páginas

1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………..3

2. MARCO TEÓRICO....……………………………….…………………4

3. POLÍTICA MEDIÁTICA: NUEVOS PARTIDOS Y LA NUEVA ERA DE LA COMUNICACIÓN………….……….......10 4. ANÁLISIS EMPÍRICO: ENERO, FEBRERO Y MARZO DEL 2015 4.1 El marco mediático español…………………………………...14 4.2 Prestando atención a la prensa…….……………………..…….16 4.3 Prestando atención a la demoscopia…………………………...17 4.4 Analizando el conjunto…………………….…………………..18 5. CONCLUSIONES………………………………………………….....24 6. BIBLIOGRAFÍA…………………………………….……...…………28

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1. INTRODUCCIÓN En esta investigación pretende replantearse la posibilidad de que los medios de comunicación hayan dejado de lado su función de vigilantes y mediadores para pasar a formar parte aquellos actores que toman partido en la política española. En el intento de estudiar el proceso que relaciona la autonomía de los medios de comunicación y la parcialidad ante sus audiencias, una hipótesis de partida surgiría de la necesidad de acercarnos e intentar comprobar la aventurada afirmación a través de la cual se considera que los medios de comunicación interfieren en la construcción de la realidad política. De este modo, en una etapa en la que la comunicación y la política se encuentran más cercanas que nunca, especialmente desde que hace poco más de un año la irrupción de Podemos supusiera un terremoto tanto político, como comunicativo y ciudadano, el análisis de las agendas mediáticas y la importancia conferida a la ciega fe en la demoscopia permiten intuir la pretensión de los medios de interferir en la valoración ciudadana. Es por esta razón por la que el objeto de estudio de este trabajo pretende abrir un espacio de análisis y reflexión sobre la fuerza con la que los medios de comunicación hacen uso de todas las herramientas posibles para terciar en la relevancia que la audiencia otorga a los temas que son previamente seleccionados por éstos. Así, este Trabajo de Fin de Grado parte de un marco teórico centrado en la construcción de agendas mediáticas y opinión pública (OP) a partir del cual se realizará un análisis que explique la hipótesis principal, que es: la participación intencionada de determinados medios comunicación y la utilización de la demoscopia contribuyeron en la construcción mediática de Ciudadanos en un intento de evocar una lógica de horse race que permitiese frenar al partido que es considerado el principal rival del establishment, Podemos. Para esto, el análisis empírico de la evolución de los sondeos electorales para las generales publicados en los meses de enero, febrero y marzo de las principales encuestadoras de las que se nutren los medios de comunicación –CIS, Metroscopia, Sigma-Dos, InvyMark, NC-Report, My Word-ObSERvatorio y CelesteTEL–, junto con los titulares que acompañaron a estas publicaciones y la revisión del tratamiento informativo visto en las portadas durante el periodo comprendido por el escándalo de la “Lista Falciani”, formarán las bases con las que se intentará despejar la hipótesis principal y esclarecer la compleja relación existente entre medios y política. 3

2. MARCO TEÓRICO La recurrida vinculación entre la comunicación y la política obligan a asumir que todo ejercicio de la segunda reservará un significativo espacio a la primera. Si bien esto es indiscutible, la instrumentalización de esta relación ha llegado al punto de excluir a un tercer componente fundamental: la ciudadanía. Estableciéndose una relación de lucha de intereses, poder y presiones que ha dejado de lado el mero intercambio de información, el grado de conflictividad ha aumentado y se ha ido difuminando la tradicional concepción de los medios de comunicación como “perro guardián” del sistema (Curran, 2005). En este sentido, conviene empezar este apartado diferenciando comunicación e información política. Dado el interés y la interdependencia existente entre la política y la comunicación, los medios de comunicación son los encargados de dar cuenta de la actividad desarrollada por los actores del sistema político a través de la publicación de la información política, es decir, de noticias, editoriales, etc., elaboradas a partir de comunicados o declaraciones ofrecidas por los órganos políticos. En otra dirección, la comunicación política se presenta como un concepto amplio que trasciende lo informativo y coordina los tres actores principales de la esfera pública: el sistema mediático, el sistema político y los ciudadanos, los cuales en consonancia con las afirmaciones de Palmira Chavero (2015), están siendo cada vez más marginados quedando relegados al ámbito de influencia o simple espectador. De esta forma, la comunicación política queda en una situación donde el conflicto y las negociaciones entre ambos actores son componentes habituales en el nexo medios-política. Con esta diferenciación presente como punto de partida, cabe destacar también las relaciones entre la esfera privada, la social y la pública, puesto que son igualmente complejas dada la permeabilidad sus fronteras en la actualidad. Siguiendo el modelo de tres anillos concéntricos apuntado por José Luis Dader (citado en Sampedro 2000, p. 44-48): la esfera privada es aquella conformada por las actividades propias del círculo interno, como las familiares; la esfera social sería el anillo exterior formado por las actividades económicas y políticas que no necesariamente tienen trascendencia pública; y, la esfera pública, que vendría a encontrarse en el medio de ambas, es la que sin tener contenidos intrínsecos se construye entre los gestores de la OP contemporánea, que son: los políticos, los medios y los sondeos. 4

La tradicional diferenciación entre lo público y lo privado se ha roto, los límites se han desdibujado consecuencia del desarrollo de los medios electrónicos, resquebrajando la formalidad que separaba la esfera pública de la privada (Thompson, 2011) y con ello se ha dado paso a lo que Víctor Sampedro (2000) denomina la hipertrofia de las instituciones de la esfera social que colman ahora la esfera pública. Esto, siguiendo sus explicaciones, en última instancia significa que la esfera pública se deja bajo tutela de la clase política y los intereses económicos, creándose una opinión pública oficial que reniega de la crítica y una esfera pública capaz de absorber las otras dos esferas. Todo esto permite advertir el riesgo de una sondeocracia –consistente en gobernar o manipular la política en base a los resultados de los sondeos– o una mediocracia –donde los medios de comunicación suplantarían la deliberación política. Con lo cual, la capacidad de las instituciones para afianzar una competición en la que las realidades adquieran estatus queda, muchas veces, en manos de empresas informativas y demoscópicas con destreza suficiente para convertir en pública cualquier cuestión. De esta forma, el análisis de la construcción de la opinión pública parte de la necesidad de comprender lo que ésta significa y cómo se fabrica. Víctor Sampedro y Jorge Resina de la Fuente (2010) recalcan la importancia de comprender la influencia que medios de comunicación, sondeos, y encuestas, tienen a la hora de recopilar la información y predisposiciones de la gente, especialmente si, tal y como afirman, se parte de la hipótesis de que una estructura determinada de poder sólo puede mantenerse en el tiempo mediante el consenso. En este sentido, tergiversar y manipular la OP será fundamental en tanto que ésta es la base a partir de la cual se generan los marcos1 desde los que se construye la forma en la que vemos el mundo. En la misma línea han de mencionarse también los postulados de Bourdieu, cuando afirma que la opinión pública no existe (1973). El sociólogo francés pone en duda las principales premisas de las encuestas de opinión: a) que todo el mundo tenga configurada una opinión propia; b) que todas las opiniones tienen igual peso; y c) que existe un consenso sobre las cuestiones a plantear. Para él las encuestas son más bien 1

George Lakoff (2007) vinculó la noción de marcos como unas estructuras mentales que, formando parte de nuestro inconsciente cognitivo, entran en relación con un proceso psico-social donde están en juego no solo el lenguaje, sino el sentido y las emociones que adjudicamos a nuestra forma de ver el mundo. 5

herramientas de acción política que buscan, en lugar de esclarecer una situación, disimular el estado de opinión en momentos tensos y construir una opinión pública unánime sacando provecho de la objetividad tradicionalmente asociada a la demoscopia.

No obstante, la crítica a los sondeos continua, entre otros autores, con el profesor Jesús Ibáñez (1982) en un artículo llamado “Un sujetador para sujetar a los sujetos” publicado por el diario El País en el cual también se plasman duras críticas a la democracia. Para Ibáñez, al contrario de lo deseable, los sondeos son utilizados para alimentar el sentimiento ficticio de libertad y capacidad de influencia y decisión de los ciudadanos, al tiempo que se coartan y condicionan sus libertades. Así, encuestas y sondeos funcionan como un elemento central de los “sujetadores” –aquellos cuyas condiciones les permiten moldear y contener al resto– para abrirse camino, perpetuarse y dirigir a su antojo a los sujetos. Tras lo antedicho resulta sencillo derivar que en la construcción de la OP las encuestas son elementos centrales y muy recurridos por medios de comunicación y políticos. Éstas son capaces de producir una realidad mediática paralela que pronto se materializa produciendo un doble efecto: brindan a los ciudadanos lazos afectivos e identitarios con sus representantes, afianzando votos, acercándolos a otras opciones más convenientes para quien tiene el poder, etc.; al tiempo que permite a las élites valerse de la desinformación ciudadana y su vulnerabilidad ante las artimañas de manipulación.

Sin embargo, para completar la visión que se intenta dar sobre la OP en esta investigación, resulta fundamental mencionar también la diferencia entre la OP agregada y la OP discursiva. Matizando las tesis de Bourdieu, Víctor Sampedro (2000) distingue entre estas dos formas de OP: la agregada sería la más próxima a la concepción de Bourdieu, siendo el resultado de la suma de juicios individuales donde el público que importa es la mayoría (Sampedro y Resina de la Fuente, 2010), mientras la opinión pública discursiva sería un proceso en el que el agente colectivo dialoga en ambientes formales o informales compartiendo experiencias propias, conocimientos e informaciones. En este sentido, de los dos tipos será la vertiente agregada aquella con más posibilidades de ser construida y manipulada, ya que es la que se manifiesta a través de medios, sondeos y urnas, estando bajo una mayor supeditación de las élites burocráticas y políticas. 6

La cronología de la OP, existente desde el s. V a. C cuando los métodos eran la oratoria y retórica de forma pública no estructurada, permite ver cómo con el paso de los siglos ésta ha ido evolucionando. Pasados los años 30 del s. XX la demoscopia empezó a encabezar, junto con la televisión y los estudios de mercado la OP predominante, de tal forma que se pueden identificar diez características 2 de esta nueva OP que explican su peso y la relevancia de su estudio: 1) una representación de altos costos; 2) la despersonalización; 3) un alto grado de formalización y presencia de expertos; 4) es ubicua; 5) cambia de forma vertiginosa; 6) sus representaciones son posmodernas; 7) tautológica y circular; 8) sus instituciones son intercambiables; 9) parecen fines en sí mismos; y 10) falsa racionalización (Sampedro, 2000, pp. 61-68). De todo esto, se deducen puntos referenciales para la aplicación en el análisis que se realizará en apartados posteriores, ya que vemos como, por ejemplo, derivado del punto 1, la atención a los sondeos se centra en un número reducido de encuestadoras, que consideradas las principales, son las que trabajan para los medios de comunicación de mayor referencia. Y, además, siguiendo el punto 3, esta OP se legitima en su propia élite informativa ya que, en consonancia con el punto 7, la OP es aquella que publican los medios, contando por tanto, con lo citado en el punto 8.

A modo de conclusión podría decirse que la representación actual de la OP implica una falsa racionalización de la actividad política en la que se busca convencer al público de que es el principal protagonista, puesto que se les tiene en cuenta día a día, buscando en última instancia su desmovilización o, en su defecto, una movilización previamente pensada por las élites. En palabras de Víctor Sampedro (2000): la exclusión del público se palia con el populismo de las grandes palabras.

Es así como el peso de la OP se afianzó tras la aparición de la televisión y su posterior desarrollo, con lo que lograron transformar la sociedad por completo, atrayendo a los académicos desde épocas muy tempranas el estudio de la relación de los medios de comunicación y los ciudadanos. El primer autor en escribir sobre esta relación fue Walter Lippman en su obra La Opinión Pública (1922), donde ya se atribuía a los medios un papel central en la construcción de nuestra forma de conocer el mundo (citado en Chavero, 2015, p. 12). Asimismo, marcado en cierta medida por el 2

Para una explicación más extensa de los diez rasgos de la nueva opinión pública consultar: Sampedro, V. (2000). Opinión pública y democracia deliberativa: medios, sondeos y urnas. Madrid: Istmo 7

cambio de paradigma en la comunicación, durante los años noventa los estudios de comunicación empezaron a centrar su análisis en tres modelos: agenda setting, framing (enmarcamiento de temas públicos) y priming (destaque). Las concepciones de la década de los cuarenta, que atribuía importancia a la función cognitiva, dejaba paso entonces a la nueva relevancia de la agenda mediática en el sistema político (Sampedro, 2000; Chavero, 2015), constatándose estadísticamente cómo cuándo los medios inciden en determinado tema, consiguen influir en la valoración del gobierno y de la oposición.

En 1972 Maxwell McCombs y Donald Shaw formulan una de las teorías que actualmente predomina en el estudio de la comunicación: la teoría de Agenda setting, referida a cómo los medios de comunicación influyen en la audiencia de forma directa o indirecta dotando de relevancia o espacio informativo suficiente a los temas que ellos elijan. La transferencia de relevancia que se da desde la agenda mediática a la agenda pública hace que aquellos ciudadanos consumidores de medios de comunicación vean cómo los temas que los medios destacan como notables empiezan a ser significativos para ellos mismos, de tal forma que en 1993 McCombs, “padre” del establecimiento de la agenda, llegó a afirmar que los medios de comunicación no sólo nos dicen sobre qué pensar, sino también cómo pensar (citado en Sampedro, 2000, p.98).

Un segundo nivel de la teoría del establecimiento de la agenda, como afirma Chavero (2015, pp.19-26), cuenta con la existencia de una agenda de características que permiten a la audiencia formar determinadas imágenes de la realidad. Es la teoría del framing o enmarcamiento, a través de la cual se designa un issue3 al protagonista de la noticia con el fin de que cuando la audiencia reflexione sobre éste, dicha reflexión esté directamente asociada con los términos previamente definidos por los medios. En resumidas cuentas, se trata de definir el encuadre y los marcos interpretativos que ayudarán a la audiencia a entender la realidad y a dotar de sentido el mundo. Siguiendo los marcos de referencia de Goffman, enmarcar (o framing) será la acción que permite que el marco se convierta en parte de la realidad, posibilitando describir una situación

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Con issue o ítem, se hace alusión a los temas a los cuales los medios de comunicación prestan especial atención. El conjunto de estos temas serán los que constituyan la agenda mediática. Para una definición más exhaustiva: Chavero, P. (2015). Prensa y política en tiempos de crisis: un estudio de la legislatura 2008-2011. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, p.14. 8

de interacción que será juzgada a partir de su contexto y de la forma en que los individuos hayan actuado en pasadas ocasiones (Hemilse Acevedo, 2011).

Visto lo anterior, resultará coherente afirmar que los medios de comunicación construyen sus propias versiones de la realidad enmarcándola a través de los frames y la hacen llegar a sus audiencias, sirviendo, según autores como Todd Gitlin, como herramientas al servicio de la élite dominante de una sociedad, puesto que retransmiten la visión organizada de la realidad que éstos pre-establecen (citado en Chavero, 2015, pp. 20-22).

Complementando las teorías citadas, en los años setenta Niklas Luhman acuñó la teoría de la tematización de la OP, que ha llegado a considerarse la tercera etapa en el estudio de la agenda mediática. El sociólogo funcionalista alemán consideraba a la OP la responsable de la institucionalización de los temas variables que siempre son políticamente factibles (en Sampedro, 2000, p. 98), es decir: los medios tienen la capacidad para decidir los temas sobre los que deben discutir y competir los políticos, ya que producen y reflejan continuamente la OP. Esto hace evidente la importancia de la negociación e interacción entre medios de comunicación y sistema político, de tal forma que, siguiendo las tesis de Badia (1992), cada vez más los medios estarían pasando por una metamorfosis hacia la cual además de la capacidad para generar opinión, se estarían transformando en actores cuya fuerza les permite intervenir decisivamente en la vida política.

Tomando todo esto como punto de partida, una de las situaciones en las que se puede analizar la conexión existente entre medios y política, así como el papel que éstos tienen en la construcción de la realidad y la OP son los momentos preelectorales y/o las situaciones en las que se están dando importantes cambios en la realidad política de un país. Asimismo, estas serán las bases teóricas que se intentarán aplicar en la interpretación de sondeos, gráficos, titulares, portadas y frames para la resolución de las hipótesis planteadas como fin de esta investigación.

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3. POLÍTICA MEDIÁTICA: LOS NUEVOS PARTIDOS Y LA NUEVA ERA DE LA COMUNICACIÓN

En una etapa histórica en la que la disputa por el espacio público parece haberla ganado el espacio de la comunicación, el nacimiento de una nueva sociedad, acuñada por Manuel Castells (2012) como sociedad red, ha abierto paso en los últimos años a innumerables movimientos sociales de protesta contra la irresponsabilidad de la gestión de gobiernos y sistemas políticos en todo el mundo. El revolucionario uso de internet y nuevas tecnologías como facebook o twitter hicieron posible que, tanto en el mundo árabe, donde fueron fuertemente reprimidos, como en Europa y Estados Unidos, la ciudadanía saliese a las calles y plazas públicas a manifestarse alzándose contra sus gobernantes organizados en movimientos sociales ajenos a los partidos políticos, sin liderazgos y sin organización formal, movidos simplemente por la necesidad de cambios profundos.

Estos movimientos, cuyas raíces se encontraron en profundas injusticias, fueron el primer paso para un irreversible cambio social. Silenciados por los medios de comunicación, tal y como vivió el 15-M sus primeros días, estos movimientos evolucionaron reapropiándose de las herramientas tecnopolíticas y comunicativas, provocando con ello un cambio de paradigma en la relación ciudadanos-mediosgobiernos. La fuerza de la autocomunicación4 y de la autoorganización permitió, al menos al 15-M, superar el bloqueo de los medios tradicionales gracias a la experiencia de la subjetividad que aporta internet, donde la horizontalidad es la norma (Castells, 2012, p.133).

Continuando con el relato del 15-M y la lectura que hace de estos movimientos sociales Castells (2012), es necesario recordar que junto con la insurgencia no nace la estrategia política, aunque ésta sí puede aparecer con posterioridad. Así, dado que la influencia de los movimientos al menos a corto plazo pueda ser limitada, el objetivo que unificaba el movimiento 15-M era la transformación del proceso político democrático

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El término autocomunicación se refiere a la capacidad del emisor de decidir el mensaje autónomamente y seleccionar de igual forma a los receptores. Se trata de un concepto ligado por Castells (2012, p.26) a la comunicación de masas dada la capacidad de procesar mensajes de innumerables receptores y establecer conexión con diferentes redes por todo el mundo. 10

en España que, con el desgaste de los meses, ya sin fuerzas y sin articulación política, parecía que iba a quedarse en nada.

Con este panorama, en el que los partidos tradicionales no eran capaces de interpretar y tratar ni el movimiento ni las muestras de insatisfacción nacidas de la articulación de la plataforma ¡Democracia Real Ya!, muchos de estos participantes perdieron la esperanza de verse representados por los partidos hasta el momento existentes. La transformación de la subjetividad y las demandas del 15-M necesitaban entonces un catalizador de su fuerza social y fruto de esto apareció el proyecto Podemos, hoy convertido el único partido político que ha sido capaz de dar un golpe en las instituciones en favor de la ciudadanía. En una situación entendida como la “crisis del régimen del 78”, la hipótesis de este nuevo actor empezó a constituirse como una forma de articular toda esa indignación que salió a la luz con el 15-M, según afirma Germán Cano (2015, p. 58).

La apuesta por la representatividad, que dadas las características basistas de los movimientos sociales en España, fue recibida con cierto recelo por el ámbito del 15-M, fue superada en parte por ser una contrapropuesta a lo que ya existía y, en parte también por la capacidad de Podemos de entender la política mediática. El nuevo paradigma de la comunicación política en España se abrió paso personificada por la figura de Pablo Iglesias en las tertulias televisivas, quién encarna un liderazgo no convencional capaz de utilizar los medios de comunicación para plantear ciertas cuestiones de “sentido común”, que en su mayoría tenían sus raíces en el 15-M pero que hasta el momento ningún líder tradicional había sabido proyectar.

Asimismo, el partido político Podemos, surgido en 2014, consigue transformar la agenda mediática con la innovación provocada tras haber sido capaces de aprovechar el espacio de cuestionamiento haciendo uso de diversas herramientas. Junto con la revolución televisiva, Podemos supo reapropiarse del discurso a través de un lenguaje muy particular dentro del que se encuentra un antagonista claro, identificado como la “casta” –generándose aquí grandes tensiones con la izquierda más ortodoxa por el desplazamiento del ideal de “pueblo” frente a la capacidad pedagógica del marco

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“ciudadanía vs. casta”5. Igualmente, destaca en su discurso la capacidad de plasmar la “ilusión” apostando por un proyecto en el que se promueve una nueva forma de participación política donde la deliberación se hace desde la base y otorgando un destacable papel a nuevas técnicas on-line.

De la misma manera, Podemos planta cara a la complejidad de entender los parámetros de esta nueva sociedad también desde la demoscopia, siendo capaz de realizar estudios propios y enfrentándose de lleno a la izquierda crítica. A ésta última se le atribuye cierta participación en el éxito del fenómeno, puesto que según un análisis de su Secretario General Pablo Iglesias: Podemos es el resultado del fracaso de la izquierda tradicional que ha sido incapaz de hacer un diagnóstico de lo que sucedía realmente en el país (Osuna, 2015, p.27). De igual forma, la nueva lógica comunicativa tuvo éxito también desde el espacio de las redes sociales. Podemos ha sabido entablar una relación en la que lo más importante es el feedback, es decir, conectar su discurso con el discurso de la gente, creando mediante estos dispositivos un espacio relacional donde el discurso puede ser negociado y la interpelación es permanente (Cano, 2015, p. 65).

Teniendo lo anterior presente, Corominas Botana (2015) señala ciertas similitudes comunicacionales en la ruptura de la forma hegemónica de hacer la política y la aparición de la nueva política mediática, entre Podemos y otros actores como el Movimiento 5 Stelle (Italia) y la campaña de Obama 2008 (Castells, 2008). Salvando las grandes diferencias y distancias entre los diferentes movimientos, el ahora presidente de los Estados Unidos contó para su campaña de 2008 con el equipo del antes derrotado Howard Dean, caracterizado por su capacidad para leer la línea discursiva manejada por los usuarios de internet y saber interpretar las redes cibernéticas de influencia, nacidas del análisis de las movilizaciones y el clima de crispación al que se llegó de forma online con la administración Bush. Igualmente, el éxito del M5S estuvo en la capacidad de organizarse y tener una presencia movilizadora en la red tanto virtual como real, 5

A estas tensiones con la izquierda más tradicional hacen referencia tanto Germán Cano (2015) como Pablo Iglesias (2015). Una explicación más profunda sobre la importancia y la carga simbólica del concepto pueblo puede verse en: Cano Cuenca, G. (2015), “El análisis del marco discursivo y la ruptura populista de Podemos”. Revista Teknokultura, Vol. 12 (I), pp. 66-68 Disponible en: http://revistas.ucm.es/index.php/TEKN/article/view/48885

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habiendo sabido entender, al igual que Podemos, el malestar social y habiendo sido capaces de convertirlo en un proyecto político con el que dar el paso a las instituciones.

Es así cómo, dando la razón a Víctor Sampedro (2000, p.120) cuando afirma que a veces de forma drástica la ciudadanía puede alterar el funcionamiento de las instituciones gestoras de la OP, las sociedades evolucionan y cambian desafiando las estructuras de poder en batallas culturales libradas en la mayor parte de los casos en el ámbito de la comunicación (Castells, 2008). De tal forma que en el momento actual, la nueva política mediática constata la destacable capacidad de innovación en la senda de la cultura de las redes sociales y en la eventual apertura de un cambio en el rumbo del sistema político. La lucha por abanderar el poder se convertirá asimismo en la lucha por la construcción de significados que interfieran en la forma en la que pensamos las instituciones y los actores políticos con capacidad de tomar sus riendas.

Demostrando con lo anterior la gran trascendencia que tuvo Podemos no sólo en el ámbito comunicativo, sino también en el político y en la sociedad red, éste puede ser el único heredero próximo a lo que fue el movimiento 15-M, que hoy en día está planteando serios retos a la política y las dinámicas tradicionales del sistema. Es por esto mismo que el repentino salto del partido Ciutadans (C’s) a la política nacional llama enormemente la atención. Presentado como una opción nueva en un intento de equipararlo a Podemos, Ciudadanos, que llevaba 9 años en la política catalana calculando una incorporación gradual al plano de la política nacional, logra dar un enorme salto en términos de visibilidad pública y mediática al contar con la abierta y notable simpatía de un gran número periodistas, medios e incluso miembros de otros partidos rivales.

Para explicar mejor las intuiciones de las que se parte en el siguiente apartado sobre el destacado papel de ciertos medios de comunicación en la construcción de realidad, y más específicamente de Ciudadanos como alternativa política frente al fenómeno Podemos, se retoman aquí parte de las reflexiones de Castells (2012) sobre los movimientos sociales y el cambio político, en las que afirma que dicho cambio (de producirse) se configura por los intereses de los políticos que gobiernan, puesto que son éstos quienes ostentan el poder, y por ende manejan las instituciones y las diferentes

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esferas de la sociedad –dentro de la que estaría la esfera mediática– según sus valores e intereses. El monopolio de las instituciones junto al poder del establishment permiten intervenir en la construcción de significados haciendo uso de herramientas para la manipulación simbólica (Castells, 2012, pp. 22-27) –dentro de las que se encuentran los marcos y frames creados y difundidos por las redes de comunicación– con la que se facilita la tarea de intervenir en la manera en la que dotamos de sentido y justificar el orden de la sociedad, ya que, como sentencia Castells, comunicar es compartir significados mediante el intercambio de información.

4. ANÁLISIS EMPÍRICO: MESES DE ENERO, FEBRERO Y MARZO

4.1 EL MARCO MEDIÁTICO ESPAÑOL En el estudio de la construcción mediática de la realidad política, lo que se intenta atisbar es si los medios pretenden interferir en la forma en la que construimos nuestras agendas personales, buscando centrar la atención de la audiencia y delimitar nuestros juicios sobre los asuntos de los que nos informan haciendo uso de herramientas basadas en efectos asociados al priming, el framing y la tematización. Como certifica el Catedrático de Opinión Pública Víctor Sampedro (2000), los estudios más recientes recalcan tanto la función cognitiva como la importancia que tiene la agenda mediática en el sistema político, y es por esto mismo que el análisis que procede prestará atención a la forma en la que desde los medios se intenta reconducir la opinión pública hacia una opción política determinada haciendo un uso estratégico de titulares de prensa, de tratamiento de noticias y de resultados de sondeos.

Para un análisis completo de la prensa española de referencia se requiere previamente entender el sistema mediático dentro del cual ésta se inscribe. Prestando atención a las dimensiones desde las cuales Hallin y Mancini (2008) caracterizan los diferentes modelos, para comprender a cual pertenece la prensa de nuestro país es necesario conocer qué vínculos se mantienen con los partidos y con el mercado, el grado de profesionalidad de los periodistas y el nivel de participación del Estado dentro del sistema de medios. Estos dos autores establecen tres modelos mediáticos: 1) el Democrático Corporativo, establecido en países del Norte de Europa que pronto 14

alcanzaron la democracia y evolucionaron hacia una prensa neutral con un alto nivel de profesionalidad periodística amparada por la protección estatal; 2) el Liberal, propio de países rápidamente democratizados, donde en seguida se dio paso a la prensa comercial con un alto grado de profesionalización de sus periodistas y escasa intervención estatal; y 3) el Mediterráneo o Pluralista Polarizado, propio de Grecia, España, Portugal, Francia e Italia, que se trata de un modelo cuya prensa es elitista y tiene claras decantaciones partidistas. La presa está fundamentalmente orientada al comentario dado el menor grado de profesionalidad periodística y, además, cuenta con una notable intervención estatal.

Así, el caso español del Pluralismo Polarizado se caracteriza por: una industria de prensa de pequeñas tiradas enfocada a un consumo mediático selecto, consecuencia de la tardía industrialización de los países del sur de Europa, a lo que hay que sumarle la dependencia de la prensa de partidos del aparato estatal hasta el s. XX, lo que facilita entender la vinculación periodística con los partidos políticos hegemónicos, puesto que la profesión estaba muy unida a estas actividades. Además, por si fuera poco, ha de añadirse a la oscura etapa del franquismo, que terminó de aniquilar toda posibilidad de desarrollar una prensa verdaderamente libre en España (Chavero, 2015, pp. 57). Así, cuando Hallin y Mancini (2008, pp.91-101) se refieren a la cuestión del paralelismo político en el sistema mediático mediterráneo, vemos como en el caso español la relación entre la prensa y los medios ha sido tradicionalmente muy estrecha. A pesar de que hoy en día la prensa de partido ha desaparecido, en los medios de comunicación continua habiendo restos de una tendencia política más o menos definida hasta el punto en que, como afirma Chavero (2015, p. 57) una visita a los editoriales de los principales periódicos basta para comprobarlo. En cuanto a la autonomía, los lastres de su origen, la falta de regulación ante el intrusismo y la ausencia de poder de las asociaciones existentes posibilitan el bajo grado de profesionalización del gremio. Y en última instancia, fijando la atención en el papel de Estado, el alto nivel de intervención vemos que se reafirma con la habitual asociación de la radiotelevisión pública al partido gobernante, cuestión cuya polémica explotó durante la legislatura de José María Aznar (2003-2004)6. 6

Esta polémica la explica Palmira Chavero con detalle en: Chavero, P. (2015), Prensa y política en tiempos de crisis: un estudio de la legislatura 2008-2011. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas CIS, pp. 58-64 15

4.2 PRESTANDO ATENCIÓN A LA PRENSA Teniendo lo anterior presente, es necesario contar en el análisis con los conglomerados de comunicación que actúan en España, donde existe una destacable concentración de audiencia en torno a tres grupos, que además son los poseedores de los periódicos de mayor relevancia en el país: PRISA (16,8%), Vocento (18,8%) y Unidad Editorial (16,9%)7. Es importante detallar la composición de estos grupos, ya que el análisis final se centrará, salvando algunas excepciones, en medios de comunicación aglutinados aquí: a) Grupo PRISA: de trascendencia internacional, este conglomerado es propietario de diarios de referencia en España como El País o As, emisoras de radio entre las que está la Cadena SER, licencias de televisión, editoriales y demás productos. Recientemente la familia Polanco pasó a tener por debajo de un 20% del accionariado8 y se incluyeron en su consejo de administración9 altos cargos de grandes empresas financieras, inmobiliarias, textiles, de la energía y demás sectores (Serrano, 2010, pp.147-158). b) Grupo Vocento: con una declarada posición conservadora y monárquica, posee diarios como ABC, además de innumerables cabeceras regionales (El Correo), radios (ABC Punto Radio), canales de televisión (Intereconomía), agencias de información, etc.10 Sus propietarios tienen relación con el sector de la construcción y la economía vasca, a pesar de que su pilar fundamental está directamente anexionado al banco BBVA (Serrano, 2010, pp. 55-84) Todo esto hasta el punto en que, el periodista Pascual Serrano afirma: Vocento está dirigido por empresarios y directivos de los bancos, financieras, sociedades de inversión, multinacionales de energía y de bebidas e incluso de alimentación (citado en Chavero, 2015, p.74)

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Son datos extraídos de un gráfico elaborado por Palmira Chavero a partir de datos del Informe Anual de la Profesión Periodística y Libro Blanco de la Prensa Diaria de 2009 (Chavero, 2015, pp. 72-73) 8 Más información sobre el reparto de acciones del Grupo PRISA en: http://www.infolibre.es/noticias/medios/2015/03/01/quienes_son_los_principales_accionistas_prisa_2908 7_1027.html 9 Este consejo es posible consultarlo en: http://www.prisa.com/es/pagina/consejo-de-administracion/ 10 Toda la información disponible en: http://www.vocento.com/index.php 16

c) Grupo Unidad Editorial: aunque propietario también de revistas y radios, su principal posesión es el diario referencia en España El Mundo, además de sus versiones deportivas y económica: Marca y Expansión, respectivamente (Chavero, 2015, pp. 76-78).

4.2 PRESTANDO ATENCIÓN A LA DEMOSCOPIA Los sondeos, en tanto que son considerados una de las dos categorías fundamentales –la otra es el voto– para conocer la opinión de los ciudadanos (Mareek, 1997, p. 82), cuentan con una gran ventaja: su flexibilidad. Con una muestra representativa de la población, los institutos de sondeos hacen las preguntas pertinentes para poder conocer, de forma aproximada, la evolución de la OP. Sin embargo, estas encuestas no deben entenderse bajo una fiabilidad rigurosa, a pesar de la objetividad que las acompaña y legitima, puesto que sus resultados están también supeditados a la visión de quienes los interpretan, que deberán tener en cuenta que se trata tan solo de una foto fija algo borrosa enmarcada en unos márgenes de error y unas limitaciones endémicas que es vital tener presentes si se desea llevar a cabo un buen análisis (Anduíza y Bosch, 2004, pp. 78-85).

Sin embargo, sus resultados frecuentemente incitan a la modificación del voto de los electores, además de permitir a los medios presentar el panorama electoral según éstos lo consideren oportuno. El conocido como efecto underdog, es aquel que provoca que un número de electores poco convencidos se decanten por un candidato “en apuros” apoyándole con su voto. En el sentido inverso, también existe la posibilidad de que las encuestas preelectorales inviten a los indecisos a decantarse por el candidato que lidera los sondeos en intención de voto, produciéndose así el denominado efecto bandwagon (Maarek, 1997, pp. 93-103; Anduíza y Bosch, 2004, pp. 82). No obstante, para este estudio el punto de mira se centrará en el intento de plasmar la lógica que los norteamericanos acuñaron horse race story explicada por Philippe Maarek (1997, p. 101), con la que se detecta la forma en la que los medios de comunicación destacan y dirigen los comentarios sobre los resultados de los sondeos. Así, imitando el efecto de una carrera de caballos (horse race) las encuestas ocupan todo el ámbito mediático, ignorándose el contenido de los programas electorales, ya que éstas generan un tipo de

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información que desplaza todo lo demás, generando un clima de competición política y electoral fundamentada en la fiabilidad de la aritmética.

Es la importancia de esto para la OP lo que hace que todos los grandes grupos mediáticos cuenten con un instituto específico al que encargan de forma habitual sondeos y encuestas. El grupo PRISA acude para sus estudios tanto a la compañía My Word11, a través del ObSERvatorio que realiza para la Cadena Ser, como al instituto Metroscopia12 que colabora con el diario El País desde 2008. Otros medios como El Mundo, del grupo Unidad Editorial, confían sus predicciones a la empresa encuestadora Sigma-Dos, al igual que Mediaset. La Razón, perteneciente a un grupo editorial de menor tamaño pero igualmente un icono de la prensa española, encarga sus sondeos a NC-Report; La Sexta se apoya en el barómetro de InvyMark; y, entre otros muchos casos que no se mencionan por no formar parte del grueso de la información analizada, si es destacable en estos tiempos un medio digital como eldiario.es, que publica y presenta los resultados de la encuestadora Celeste-TEL.

4.3 ANALIZANDO EL CONJUNTO

Con este panorama mediático no muy plural, el estudio de la evolución de la agenda mediática de los meses de enero, febrero y marzo, es decir, de la época previa a las elecciones andaluzas, es vital. Mientras Podemos aparecía como ganador en los sondeos realizados para unas elecciones generales ficticias, toda una campaña en su contra se tejió durante dichos meses para aumentar la presencia política y visibilidad mediática de Ciudadanos en la contienda contra los partidos tradicionales, disputándole a Podemos el centro y el cambio político, mientras éste era acorralado por acusaciones sin ninguna base jurídica de la prensa ante una eventual financiación de gobiernos latinoamericanos. Así, las evidencias demostrarán cómo con la proximidad de las elecciones, la agenda mediática empezó a dar la espalda a Podemos, favoreciendo ascendentemente a Ciudadanos al paso de las semanas y presentándolo progresivamente como una alternativa renovadora incluso más interesante que Podemos, por ser menos

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Sitio web: http://myword.es/presentacion/ Sitio web: http://www.metroscopia.org/ 18

confrontitativa desde el punto de vista político e ideológico. Mientras en enero los titulares de los principales medios españoles, basados en los resultados de sondeos, en cierta medida coincidían –“Los españoles situarían hoy a Podemos como primera fuerza electoral” (Cadena Ser, 09/01/2015), “Podemos afianza su primera posición” (El País, 10/01/2015) –, ya en febrero con las elecciones andaluzas en el horizonte, aparecían páginas en los periódico que presentaban amablemente a Ciudadanos con la imagen del Podemos “bueno”, un “Podemos de derechas” tal y como solicitó el 26 de junio de 2014 el presidente del Banco Sabadell Josep Oliu, al tiempo que la imagen de Podemos era deteriorada activamente en los grandes medios de prensa y televisión. El día 1 de febrero se atisbaba con claridad la campaña para alzar a Ciudadanos. Desde El País puede rescatarse una página competa dedicada a la comparación de C’s con Podemos y sus potenciales votantes. Tras un artículo que a modo de análisis, donde lo que se remarca es “la falta de propuestas del partido liderado por Iglesias”, se pretenden identificar similitudes entre Podemos y el movimiento 15-M, estando situado casualmente junto a otra sección que directamente se tituló “Ciudadanos conquista con sus postulados”:

Imagen 1. Fuente: El País, 01/02/2015

Siguiendo con la hipótesis de aupar al partido naranja y presentarlo como competidor principal de Podemos, vemos como mientras uno de los programas de debate político más seguido en la televisión, La Sexta Noche, presentaba el barómetro de InvyMark el día 7 de febrero bajo el titular “Empate técnico entre PP y Podemos”, tan sólo dos días después, El País empezaba a respaldarse en la objetividad de los resultados de sus sondeos para a situar a C’s como claro agente competidor en la carrera

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electoral y daba los primeros pasos para frenar a Podemos, con un titular muy explícito:

Imagen 2. Fuente: El País, 08/02/2015

En sintonía con esto, el Programa Hoy por Hoy, de la Cadena Ser, abría el análisis de los resultados de la encuesta del ObSERvatorio el día 16 de febrero con el lema “Podemos sigue en cabeza, subidón de Ciudadanos”. Al mismo tiempo, en El País – “Albert Rivera se lanza a la pugna por el centro político en un acto muy concurrido” (18/02/2015) – y en otros medios propiedad de los principales grupos mediáticos comenzaban a hacerse grandes esfuerzos por enmarcar a C’s como el partido de centro por excelencia que “entra en liza contra la hegemonía del PP y el PSOE” (El Correo, 22/02/2015). Además, por si parecieran débiles los esfuerzos de los conglomerados mediáticos para favorecer a determinado partido y abatir a otro utilizando frames a veces un tanto engañosos, coincidió también en febrero la salida a la luz pública la lista Falciani, que provocó un gran revuelo en la prensa internacional durante prácticamente todo el mes13. El análisis del tratamiento de este caso de corrupción en la prensa nacional en comparación con la internacional deja ver las intenciones de los medios españoles, que hicieron todo lo posible por generar el efecto priming que afectase a Podemos y Juan

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La coyuntura de crisis política y económica permitió reabrir el debate sobre los paraísos fiscales y la fuga de capitales. En febrero de 2015, gracias a una investigación conocida como «SwissLeaks» y coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario Le Monde se hizo público el contenido íntegro de la lista Falciani en la que se daba a conocer la identidad de aproximadamente 130000 potenciales evasores fiscales de más de 200 países del mundo, entre los que se encontraba España. Esta publicación fue acogida internacionalmente bajo una considerable centralidad y prioridad informativa, siendo llamativa la forma en la que la prensa española trató la información que dicha lista reveló. Más información sobre el escándalo del fraude masivo disponible en: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/08/actualidad/1423435679_311314.html

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Carlos Monedero confeccionando en su contra un escándalo14 de financiación que generase una reacción pública negativa de reprobación con el que, ya de paso, restar relevancia al que es uno de los grandes casos de corrupción financiera de dimensiones globales. El día 9 la lista Falciani sale publicada en portada en los principales periódicos europeos –Suddeustche Zeitung, Le Monde y Corriere della Sera–, mientras la prensa nacional no hace mención al escándalo, dando prioridad al denominado “Caso Monedero” en portada con titulares como “Monedero acumula 700000€ en sus cuentas en España” (El Mundo, 09/02/2015) o “Podemos oculta el primer trimestre de sus cuentas” seguido de “En esa etapa Monedero ya había recibido el dinero de Venezuela” (La Razón, 09/02/2015). Mención especial merece el diario ABC, que en su formato de única portada, en vez de destacar el escándalo internacional de la lista Falciani, optó también por dedicársela a Monedero.

Imagen 3. Fuente: ABC, 09/02/2015

Imagen 4. Fuente: ABC, 16/02/2015

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Uno de los usos del escándalo, como afirma Fernando Jiménez Sánchez, sirve como forma de generar el repudio hacia un posible acto de desviación, constituyéndose con éste una forma de control social a través de la estigmatización de determinado actor político con la intención de erosionar tanto su imagen como la confianza ante la OP. Es decir, en el caso aquí tratado, la ocultación de un escándalo de fraude fiscal a escala global preferenciando una no confirmada relación financiera entre Monedero, Venezuela y Podemos fue utilizado, además de como “cortina de humo”, como uno de los medios a través de los cuales la sociedad se regula y coordina el comportamiento de sus miembros (Jiménez, p. 4-8, 1994). 21

La presencia de la lista Falciani en las portadas españolas estuvo ajustada a la más estricta brevedad durante todo el mes. Mientras aparecía en portada como noticia principal o relevante en la prensa de referencia alemana, italiana y francesa entre los días 9 y 11 de febrero, en las portadas de prensa escrita española esta noticia no ocupó más que sucintas columnas

únicamente el día 10, para desaparecer inmediatamente al

día siguiente, cuando se continuó el ataque a Podemos, el cual persistió durante todo el mes con el continuo frame que vinculaba de una u otra forma al joven partido con Venezuela y su gobierno. Ya a principios de marzo salían a la luz los nuevos sondeos. La ya imparable lógica de horse race story hacía del framing fundamental la distancia entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, con respecto a aquel que hacía tan sólo dos meses se presentaba como ganador: Podemos. De esta forma, el día 1 el barómetro de InvyMark difundido por La Sexta Noche apuntaba “El PP es la primera fuerza en intención de voto y aumenta su distancia con Podemos tras el debate del Estado de la Nación”; también en eldiario.es (05/03/2015), periódico digital de tendencia progresista, se publicaban los datos de Celeste-TEL bajo el titular “PP y PSOE aumentan su distancia respecto a Podemos”. Mientras tanto, en la Cadena Ser (11/03/2015) por su parte, volvían a centrarse en la competición Podemos vs. Ciudadanos otorgando mayor relevancia a la “carrera de caballos” entre las dos nuevas formaciones bajo el titular “Podemos sigue en cabeza y Ciudadanos asciende con fuerza”, seguido de un gráfico en el que se muestra una auténtica subida del partido de Rivera, que en tan solo tres meses pasó, según sus encuestas, de un 5% a un 18,8% en estimación de voto:

Imagen 5. Fuente: Cadena Ser, 11/03/2015

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De nuevo en la misma dirección, como no podía faltar, el sondeo de Metroscopia para El País fue presentado el día 9 de marzo bajo el titular “Podemos, PSOE, PP y Ciudadanos, cerca del empate, lejos de la mayoría” y una columna de análisis al final de esa misma noticia titulada “Un cambio que no alarma (a la ciudadanía)”. En este último apartado de la sección del periódico se hace un análisis de los resultados del sondeo, ratificando el descontento ciudadano con el PP y el PSOE y el ineludible reclamo de una reconfiguración del sistema político español fruto del cual habrían surgido dos nuevas formaciones: Podemos y Ciudadanos. Lo sobresaliente aquí, además del último párrafo del análisis en el cual se atribuye directamente a Ciudadanos el centro político y a

Imagen 6. Fuente: El País, 09/03/2015

Podemos la izquierda, es también la imagen que ilustra la noticia: una única fotografía de Albert Rivera y Juan Marín, el entonces candidato y ahora portavoz de Ciudadanos en Andalucía. Es reseñable como, en un análisis donde lo que se pretenden aludir son las causas que provocaron la ruptura del bipartidismo, como cuestión que no asusta sino que es respaldada por la ciudadanía, la imagen elegida para resaltar, junto con el título, sea una del partido de Rivera.

Imagen 7. Fuente: El País, 09/03/2015

Finalmente, para terminar de dar cuerpo y aportar pruebas a la intuición que asocia a los medios de comunicación –en especial a los pertenecientes a los grandes grupos– con la determinación de hacer de Ciudadanos un partido emergente a escala nacional, amparado por un increíble ascenso demoscópico y por las favorables opiniones de columnistas y tertulianos, que pudiese enfrentarse a Podemos en una lógica de competición al estilo “carrera de caballos”, se presenta a continuación un análisis estadístico realizado a partir de la comparación de la evolución de los resultados 23

de cada partido en los tres meses estudiados. Tomando como referencia los resultados obtenidos por Ciudadanos en este periodo, vemos como dos encuestadoras concretas (Metroscopia y My Word-ObSERvatorio) sobresalen visiblemente tanto en la relación numérica de la tabla 1, como posteriormente en el gráfico 1:

Tabla 1. Fuente: elaboración propia a partir de los datos oficiales de las encuestadoras

Gráfico 1. Fuente: elaboración propia a partir de los datos oficiales de las encuestadoras

Así bien, estudiando la correlación que opera en el paralelismo entre noticias y sondeos, al parecer desde la prensa surge de la necesidad ver el futuro inmediato como algo controlado a pesar de que existe una amplia probabilidad de estar errando en su identificación (Sampedro, 2000, p. 178). Es por esto que los periodistas hacen las veces de portavoces y representantes de la OP, sabiendo cómo interpretar las encuestas que publican, las cuales a su vez no son otras que las encargadas en última instancia por 24

inmensos grupos mediáticos detrás de los que se encuentran los representantes de las grandes élites políticas y financieras del país. 5. CONCLUSIONES La reconfiguración del sistema político español, tras el surgimiento de Podemos como agente político canalizador de la indignación ciudadana ha hecho posible replantearse la democracia no sólo desde la óptica política, sino también desde otras facciones esenciales como el sistema de medios. El nexo tabú entre los medios de comunicación y las élites político-financieras, consecuencia en parte de la propia tradición histórica de nuestro país, adquiere notoriedad con los cambios políticos propiciados desde la irrupción del fenómeno Podemos, siendo esta una enunciación que se reafirma tras la confirmación de la hipótesis de partida que abrió esta investigación. Los medios de comunicación de referencia en España, aprovechando su posición hegemónica, durante los meses estudiados centraron sus agendas no en informar sobre temas internacionales cuya relevancia fue reconocida desde el extranjero, sino en ahondar en la reputación de los partidos emergentes. La cuestión de la reputación es fundamental para la construcción de la visión que tendremos de los acontecimientos políticos, ya que con ello es posible influir sobre el voto de los electores más racionales. Cuando un elector duda entre dos partidos ante los que se siente igual de próximo – cuestión que podría haber derivado del esfuerzo de las editoriales por crear un marco donde Podemos y Ciudadanos fueran percibidos dos opciones de cambio similares–, adjudicarle a uno (Podemos en este caso) una mala reputación puede llevar al elector a decantarse por el otro partido competidor (Anduíza y Bosch, 2004, pp. 236). En la misma línea, la confección de escándalos y su reproducción continua en publicaciones estratégicas disminuyen también el campo de atracción de determinado partido en beneficio del que se presenta como su contrario, cuestión que, como se demuestra en el análisis, fue utilizada durante el revuelo que giró en torno al profesor Monedero y, por extensión, también en torno a Podemos. En consonancia, y una vez demostrada la importancia de encuestas y sondeos en la esfera pública, las evidencias confirman cómo tanto los resultados de dichos sondeos como la propia intencionalidad periodística a la hora de hacer análisis y de establecer titulares e imágenes, forman parte de un todo con el cual se pretendió entre enero, febrero y marzo generar un clima de competición al estilo “carrera de caballos” que a su 25

vez se erguió en contra de Podemos. El deterioro de la imagen del partido de Pablo Iglesias –enmarcado el primer mes como ganador; el segundo en fase de estancamiento; y ya en marzo en claro distanciamiento demoscópico con el bipartidismo tradicional y casi enfrentado a Ciudadanos como principal rival– coincidió en el tiempo con el ascenso demoscópico progresivo y la favorable presentación del partido de Albert Rivera. La buena imagen orquestada para presentar a Ciudadanos, que además figuraba cómo la única opción de centro (o al menos la más “sensata”), se conformaba a medida que Podemos era acorralado por los periódicos supeditados a los grupos mediáticos dominantes, que reproducían una agenda con la que buscaba construirse una realidad en la que Podemos se asociaba al “miedo” en conexión con el gobierno de Venezuela, mientras que C’s se presentaba como la opción de cambio “estable”. Tanto fue así que los escalonados esfuerzos de las redacciones de prensa en España por deteriorar la imagen de Podemos y generar un clima de competición llevaron a los grandes grupos mediáticos a operar con marcos en los que se dejaron de lado acontecimientos que afectaban directamente a la política nacional como fue el caso de la Lista Falciani, mientras muchos otros medios internacionales sí cubrían la noticia. Ya el 16 de marzo, El Mundo se permitía bromear con la situación informativa:

Imagen 6. Fuente: El Mundo, 16/03/2015

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Junto con esto, a pesar de no contar con el espacio conveniente para plasmar un análisis lo suficientemente profundo, si cabe recordar el desigual seguimiento de la multitudinaria manifestación que llenó las calles del centro de Madrid de simpatizantes con Podemos el día 31 de enero de este mismo año: mientras la prensa internacional le otorgaba gran relevancia a “la marcha del cambio”, en España los medios de comunicación se mostraban hostiles y escuetos en su seguimiento15. Así, el no muy disimulado intento de anclar a la agenda pública una agenda mediática fabricada con los esfuerzos de los grupos hegemónicos por aliarse en contra de Podemos facilitó esta investigación, especialmente con la construcción de reveladores gráficos como el que se muestra en la sección anterior (gráfico 1). Teniendo igualmente en cuenta la lógica de los medios bajo la que se presenta la horse race story, algunos autores hablan de una “dictadura” de las encuesta de opinión (Maarek, 1997, p.102), puesto que éstas se utilizan para colmar el espacio mediático y construir el futuro político, interfiriendo con ello en la percepción del electorado. En consonancia, como se ha visto, las dos principales encuestadoras con las que se analiza la realidad política, Mediaset y MyWord-obSERvatorio, que conviene recordar trabajan para medios de considerable peso en España, los cuales a su vez pertenecen al mismo grupo PRISA, relataban un espectacular aumento de Ciudadanos entre enero, febrero y marzo que no se correspondía del todo con la realidad que plasmaba el resto de la prensa analizada que, como se ve en el análisis, se mostraba más prudente. Constatando el afán de los principales grupos del sector, PRISA, Vocento y Unidad Editorial, por construir una realidad política en la Ciudadanos se consolidaba como la mejor opción para aquellos descontentos con el bipartidismo basándose en un continuo desgaste del impulso de Podemos, cabe poner en duda la libertad e independencia de la prensa española. Habiendo estudiado la composición de los consejos de dirección de estos grupos mediáticos y sabiendo además que son dueños de los medios más influyentes en nuestro país, es posible deducir sus pretensiones a la hora de configurar la forma en la que las noticias son transmitidas a la audiencia, intentando

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Una interesante comparativa de la diferencia del espacio mediático reservado para el 31-E y el tratamiento de la multitudinaria manifestación tanto en prensa nacional como en extranjera puede verse en: http://www.espiaenelcongreso.com/2015/01/31/el-hostil-ninguneo-de-la-prensa-espanola-a-podemoscontrasta-con-la-sorpresa-internacional-de-su-exito-31e/ 27

transferir a la esfera pública una visión de la realidad, en tanto que distorsionada, afín a los intereses políticos y financieros que monopolizan las instituciones. Con esto, suscribiendo de nuevo enunciados de Víctor Sampedro (2000, p. 182), resulta obvio que los grandes empresarios de la comunicación, según sus afinidades ideológicas, favorecen determinados cambios o decisiones de gobierno. Por tanto, resultará indiscutible que los medios de comunicación son capaces ya no solo de expresar, sino también de modificar la OP puesto que, utilizando fundamentalmente los “beneficios” de la OP agregada interfieren en los procesos cognitivos de los que nos servimos para construir sentido y moldear la forma en la que entendemos la realidad. Es decir, confirmada la sentencia que adjudica a los medios de comunicación la responsabilidad de manipular y construir la realidad política, sería correcto afirmar también que, en algunas ocasiones, son los propios intereses de quienes informan los que pervierten la información que ofrecen. No obstante, no podría concluirse esta investigación sin dar cuenta de la gravedad de lo aquí comprobado. La crisis de los medios de comunicación tradicionales, derivada posiblemente de la progresiva decadencia de su credibilidad y su notable abandono de la función de “perro guardián” de la democracia, ha llegado un punto en que la identificación medio-partido es tal que el declive de la prensa parece imparable. En un contexto en el que la ciudadanía demanda moverse dentro de nuevos marcos, más igualitarios y más justos, la emergencia de iniciativas periodísticas digitales adaptadas a los tiempos actuales en los que la comunicación ha de ser entendida no como negocio sino como servicio público, parecen formar parte de la nueva era comunicacional que se presenta al principio de este trabajo. Así pues, todo indica que la batalla que pretende librar Podemos va más allá de la lucha contra los partidos tradicionales, tocando también sectores mediáticos hegemónicos y, por ende, los grandes conglomerados dominantes, que a su vez se encuentran (como no podía ser de otra forma) anexionados a las grandes élites financieras.

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MAAREK, Philippe .J. (1997), Marketing político y comunicación. Claves para una buena información política. Barcelona: Paidós. OSUNA, O. (2015), Momentum. Entrevistas a Pablo Iglesias, Ada Colau, Alberto Garzón y David Fernández. Barcelona: Icaria editorial. SAMPEDRO, V. (2000), Opinión pública y democracia deliberativa: medios, sondeos y urnas. Madrid: Istmo. SAMPEDRO, V. y RESINA DE LA FUENTE, J. (2010), “Opinión pública y democracia deliberativa: una actualización en el contexto digital de la sociedad en red”. En Ponto e Vírgula, nº 8, pp.1-22. SAMPEDRO, V. (coord.) (2008), Televisión y urnas 2004: políticos, periodistas y publicitarios. Madrid: Centro de Estudios Ramón Aceres. SERRANO, P. (2010), Traficantes de información. La historia oculta de los medios de comunicación españoles. Madrid: Ediciones Akal. THOMPSON, J.B. (2011), "Los límites cambiantes de la vida pública y privada", Comunicación y Sociedad, n. 15, pp. 11-42. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/comso/n15/n15a2.pdf Otros medios, fuentes y webs consultados: www.cadenaser.es www.eldiario.es www.electomania.com www.elmundo.es www.elpais.com www.infolibre.es www.lasexta.com www.myword.es www.prisa.com www.telecinco.es www.unidadeditorial.es www.vocento.com

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