Medios de comunicación, ideología y construcción de subjetividades en el marco de las nuevas ciudadanías latinoamericanas.

July 5, 2017 | Autor: Omar Layús Ruiz | Categoría: Media Studies
Share Embed


Descripción

Medios de comunicación, ideología y construcción de subjetividades en el marco de las nuevas ciudadanías latinoamericanas. Omar Layús Ruiz ([email protected]) Primavera de 2013

A modo de introducción Desde su aparición, o más bien, desde su masificación, los medios de comunicación vienen siendo un factor importante en la constitución de las subjetividades en las más diversas posibilidades. Los medios han vehiculizado a la sociedad la posibilidad de satisfacer sus necesidades de información, entretenimiento y educación, pero por sobre todas las cosas: el consumo a través de la publicidad de productos y servicios, la inserción de nuevas necesidades en los públicos y consumidores, y la reproducción ideológica proveniente de diferentes centros de poder que en términos hegemónicos pretenden instaurar desde su ideología intereses políticos, económicos y sociales como los intereses del resto de los habitantes. A partir de su condición de formadores de opinión y constructores de realidad, los medios de comunicación generan a través de la exposición a éstos ciertas dependencias cognitivas que aportan a su construcción de las subjetividades. Al respecto, Stuart Hall (1981) dice: “los medios de comunicación de masas son crecientemente responsables de, por un lado, suministrar la base a partir de la cual los grupos y clases construyen una “imagen” de las vidas, significados, prácticas y valores de los otros grupos y clases, y por otro lado, suministrar las imágenes, representaciones e ideas, alrededor de las que la totalidad social, compuesta de todas estas piezas separadas y fragmentadas, puede ser captada coherentemente como tal “totalidad””, es decir, trabajar en pos de la reproducción de la ideología dominante. Desde finales de la década del ’70 el paradigma liberal-capitalista ha sabido desarrollar un tipo de sociedad estrechamente asociada al consumo, la fetichización de las mercancías y los cuerpos, el individualismo y un 1

consecuente desmantelamiento de las relaciones sociales, el éxito medido en términos monetarios y los vínculos superficiales; y edificar una estructura social y de participación social en la que las consecuencias son ciudadanos que se desinteresen de su rol activo dentro de la arena política, las decisiones del Estado y la democracia participativa; limitando el papel de los habitantes a un número dentro de la mañana de estadísticas y resultados. Respecto a los vínculos que desarrollan los individuos entre sí, por ejemplo, en su “Critica del agravio moral” (2009:365), Axel Honneth, referente obligado de la tercera generación de la Escuela de Frankfurt y por cuanto heredero de las reflexiones de sus predecesores en términos de la crítica de la razón instrumental, cita a Georg Simmel, quien apunta que: “los procesos de pluralización de las opciones de elección, los cuales se registran de manera descriptiva, conllevan siempre el peligro de un empobrecimiento de los contactos sociales y un crecimiento de la indiferencia interhumana; por eso, en el concepto de “individualización” (…) se refiere a las tendencias de desmembración del sujeto individual dentro del creciente tejido de contactos sociales anonimizados”. Trascendente es en este panorama -como dijimos- el rol de la comunicación y los medios masivos, herramienta de democratización de saberes, desarrollo intelectual, político y estético, pero al mismo tiempo alienante dentro de sus alcances. Entonces, si tuviéramos la certeza de un papel fundamental o puntual de la cuestión mediática, ¿hasta qué punto este “doble filo” del rol de los mass media aporta efectivamente al surgimiento de individuos críticos para con la difusión de tales o cuales ideologías que generen una suerte de “liberación de las conciencias” en lugar de fomentar la reproducción de una hegemonía perpetua de la lógica de mercado? Es pertinente intentar pensar este fenómeno de alienación tomando como eje, por ejemplo, los escritor respecto al arte que propio Sigmund Freud en su “El malestar de la cultura” (1930) señala: “Las satisfacciones sustitutivas como nos la ofrece el arte son, frente a la realidad, ilusiones, pero no por ello menos eficaces psíquicamente, gracias al papel que la imaginación mantiene en la vida anímica”, dando cuenta –a pesar de su fecha de publicación- de la forma

2

en la que ciertas producciones de la cultura aportarían al alejamiento de los ciudadanos de la vida pública.

Los medios en el contexto de globalización de la economía A la hora de hablar de la realidad de los medios masivos de comunicación en relación con el fenómeno de la globalización es pertinente remitirse a este en términos de una relación en la que conviven lo social, lo económico y los aspectos tecnológicos. Tal relación afecta globalmente hasta establecer un nuevo orden mundial. Inminente es que a partir del rol fundamental de estos mass media se promueva una nueva cultura global, sobre todo a partir de la transmisión de mensajes que provienen desde los lugares más remotos, pero siempre teniendo en cuenta el contexto hegemónico desde el que se desplazan las potencias globales. Los países centrales sostienen su condición desarrollando estadios de producción de productos, servicios y aparatos ideológicos difíciles de desguazar. Siguiendo con Stuart Hall, el autor afirma que “(…) cuantitativa y cualitativamente, en el capitalismo avanzado del siglo XX los medios de comunicación han establecido un liderazgo decisivo y fundamental en la esfera cultural. Simplemente en términos de recursos económicos, técnicos, sociales y culturales los medios de comunicación de masas se llevan una tajada cualitativamente mayor que los canales culturales supervivientes antiguos y más tradicionales. Mucho más importante es el modo en que la totalidad de la gigantesca y compleja esfera de la información, intercomunicación e intercambio público”. Tal desarrollo y potencialidad condensa el surgimiento de verdaderos monopolios que, desde su capacidad de construcción de discursos, irradian y/o difunden ideología basados en intereses particulares. Como sabemos, en el mundo actual los medios de comunicación no necesariamente pertenecen a especialistas de medios o empresarios que necesariamente tienen conocimiento del campo mediático. Las grandes corporaciones globales que, al mismo tiempo, poseen empresas de servicios, entretenimiento, entre otras, absorben medios en diferentes partes del mundo, 3

creando bloques informativos sólidos que en relación con los centros de poder abogarán por determinadas estrategias ideológicas. Ese es el punto de encuentro entre los medios de comunicación y la vida política de las naciones, a veces medida en términos de relación con los gobiernos encargados de la administración del Estado. En algunos casos, tal relación puede promover la monopolización de las empresas de medios de comunicación, o bien crear mecanismos legales en los que la diversidad de criterios favorezca al surgimiento de una opinión pública que impacte “positivamente” en la construcción de nuevas subjetividades y nuevas ciudanías a partir de la difusión y promoción que contenidos que aporten significativamente desde la calidad y la diversidad de sus contenidos. De igual modo y en una posibilidad real, esta vinculación entre medios de comunicación y vida política puede contraer una relación íntima y poco prometedora que convierta a estos espacios de difusión en otro de los integrantes de la batería de que lo que para Althusser (1968) se configuraría como los “aparatos ideológicos del Estado”, reproduciendo la condición hegemónica de éste en pos de sus intereses propios. Las formas de construcción de realidad por parte de los medios de comunicación se tiñen de diferentes intereses. Los comentarios editoriales se presentan impregnados tanto de opiniones personales de los propios periodistas o editorialistas, así como de los propietarios de dichos medios, quienes responden a sus propios intereses económicos. Las campañas mediáticas dispuestas en términos de inseguridad, inestabilidad económica, delincuencia, drogadicción siembran el miedo social que se traduce en que “la realidad” se torna cada vez más dura. Del mismo modo, en términos de aparato ideológico, las campañas político partidarias apelan al potencial de los media para transmitir sus ideas e influir en la opinión publica.

A cerca de las nuevas ciudadanías. El caso latinoamericano. Los procesos sociales por los que atraviesa América Latina desde los primeros años de la década del 2000 promueven el surgimiento de un nuevo paradigma social y político en el que el Estado ha retrocedido fuertemente desde fines de los ochenta en manos del libre mercado. Ante el debilitamiento 4

de la idea de “sociedad civil” aparecen nuevas expresiones de lo que podrían denominarse “nuevas ciudadanías”, una nueva noción de ciudadanía aportaría a transformar el orden colectivo hegemónico en vistas de nuevas oportunidad de ruptura en términos de desigualdad. Es en este contexto en el que el campo de la comunicación cobra particular relevancia como mecanismo de resistencia de esta nueva configuración ciudadana, promoviendo herramientas de control del poder ante la creciente posibilidad de acceso a la información y contenidos. Como mencionamos anteriormente, estas nuevas ciudadanías se caracterizan por su escepticismo hacia la vida política, y si bien la participación de los individuos en la sociedad civil se evidencia, el concepto –afirma Hugo Quiroga retomado por María Cristina Mata (2002)-: “no llega a encubrir que el debilitamiento de la clásica figura de la ciudadanía implica serios desafíos para pensar en la transformación de los órdenes colectivos injustos vigentes en nuestras realidades”. También Mata (op. Cit.) destaca el rol de la comunicación, poseedora de “un estatuto polivalente y de primer rango”. La creciente exhibición en los medios

masivos

de

comunicación

–afirma-

de

distintas

prácticas

tradicionalmente reconocidas como prácticas políticas (…) suele ser tematizada como un enriquecimiento y ampliación del espacio público que contribuiría al fortalecimiento de la ciudadanía, entre otras razones, debido al incremento de las posibilidades informativas de la población, una creciente expresividad de lo social, una mayor posibilidad de ejercer la vigilancia y el control de los actos de gobierno y de otros sectores de poder. Del mismo modo, Jesús Martín-Barbero propone un problema de comunicación de fondo en América Latina: La invisibilización en la que está sumergida la construcción histórica de Latinoamérica desde su propio relato, por la hegemonía de una mirada eurocéntrica, a partir de la cual la historia común de los latinoamericanos fue escrita. En este panorama, los medios de comunicación se constituyen como herramienta de comunicación para la transmisión de ideas, reflexiones y elementos que nos ayuden a elaborar una historia en común de esta parte del continente y promover nuevas subjetividades, a partir de la visibilización de nuestros esquemas de producción 5

de conocimiento con el objetivo de dar a conocer las producciones locales. Stuart Hall (op. Cit.) dirá que “el suministro y construcción selectiva del conocimiento social, de la imaginería social por cuyo medio percibimos los “mundos”, las “realidades vividas” de los otros y reconstruimos imaginariamente sus vidas y las nuestras en un “mundo global” inteligible, en una “totalidad vivida””. Dice el autor que es posible otorgar ciudadanía a través de los medios audiovisuales, es decir, promover los elementos que a la gente le permitan saber “contarse” a sí misma. En sintonía con el autor, Miguel Rojas Mix (2007) afirma que “Para que la nación exista es necesario que se cuente. Si no se cuenta no construye una imagen que le permita hacerse. No hay posibilidades de crear sentimiento nacional sin un relato sobre los orígenes de la nación”. La comunicación se constituye como factor de vehiculización de la historia latinoamericana, o mejor dicho, de una forma de construir una historia en común, que tenga en cuenta a la voz de los subalternos.

La función de los medios Volviendo a los aportes de Stuart Hall (op. Cit) como representativos a la hora de preguntarnos por la cuestión ideológica para, en este caso, dar cuenta de la configuración de nuevas ciudadanías a partir de las funciones de los medios, el autor puntualiza que los medios de comunicación han colonizado progresivamente la esfera cultural e ideológica. Hall dice que en sus relaciones productivas los grupos y clases sociales “llevan vidas crecientemente fragmentadas y seccionalmente diferenciadas”, los medios masivos de comunicación serían los responsables de dos cuestiones puntuales: primero, suministrar la base a partir de la cual los grupos y clases construyen una “imagen” de las vidas, significados, prácticas y valores de los otros grupos y clases; y en segundo lugar: suministrar las imágenes, representaciones e ideas, alrededor de las que la totalidad social, compuesta de todas estas piezas separadas y fragmentadas, puede ser captada coherentemente como tal “totalidad” (Hall, op. cit).

6

A partir de estas posibilidades de construcción de subjetividades en base a los mensajes, prácticas, usos y representaciones, es sin dudas la comunicación vehículo de empoderamiento de los discursos sobre estas nuevas formas de ciudadanía (entiéndase: movimientos sociales, ecológicos, feminismos, pueblos originarios, sexualidades alternativas). ¿Cómo enlazar estos movimientos con el mundo de, por ejemplo, la política, a partir de la reconstrucción de la estructura de representación democrática en términos de reconocimiento de estas nuevas formas de ciudadanía con sus respectivas realidades sociales? ¿Son los mass media las piezas fundamentales de este mecanismo? La importancia del papel de éstos residiría entonces, en aportar responsablemente a la relación entre la reproducción ideológico-discursiva que parte de los centros de producción y los valores culturales fundamentales, en pos de nuevas subjetividades y ciudadanías. En este punto Hall vuelve sobre James Halloran para referirse a otra función de los medios de comunicación: la provisión de realidades sociales donde antes no existían o el dar nuevas direcciones a tendencias ya presentes, de tal modo que la adopción de la nueva aptitud sea un modo de conducta socialmente aceptable y que la no adopción se represente como una desviación socialmente desaprobada” (Halloran, 1970 en Hall (op. Cit.)).

A modo de conclusión El ascenso de gobiernos de centroizquierda en Latinoamérica desde los primeros años de la década de 2000, ha promovido políticas en las que el rol del Estado se mostraba fundamental. Si pensamos, por ejemplo, en el caso argentino, tras el triunfo electoral de Néstor Kirchner en 2003, además de procesos de nacionalización de servicios públicos, el gobierno nacional argentino ha construido su vida política a partir de la visibilización de la militancia política juvenil y las políticas de derechos humanos. Dos piezas fundamentales en el marco de la construcción de las subjetividades propensas al desarrollo de nuevas ciudadanías. Es tácito aquí el rol de los medios de comunicación, tanto en la difusión de las políticas, como también a la hora de cumplir con su rol de formadores de 7

opinión. En nuestro país esta cuestión es ineludible, por la fuerte incidencia de estos medios en la edificación de la opinión pública. El Estado y la sociedad civil construyen su relación –entre otras cosas- a partir de una realidad mediada en la que tanto los intereses de los gobernantes como los de los medios de comunicación inciden en la formación de los discursos a modo de aparato ideológico. Digo, que en nuestro país es ineludible por la ya histórica confrontación en entre el gobierno nacional y el Grupo Clarín. Como había mencionado en algún momento de la cursada del presente seminario, la puja entre ambos sectores por la adecuación del último mencionado a la nueva Ley de servicios de comunicación audiovisual dejaba entrever, por un lado, los intereses por parte de los administradores del Estado respecto al grado de divulgación de ideología que suscitaba el multimedio; mientras que el grupo informativo apelaba al recurso de la defensa de la libertad de expresión, consciente de tal influencia. Los cruces por la hegemonía dicursiva entre una parte y la otra ponían al desnudo la endeble acusación por parte del Estado, siendo imposible que la condición hegemónica de éste se vea alterada por un grupo empresario informativo. Se trataba, en todo caso, de una lucha entre hegemonías que buscaban responder a sus intereses. Da cuenta de la preocupación del gobierno nacional respecto al rol de los medios de comunicación, y por sobre todas las cosas el de los medios del grupo Clarín en la construcción de la opinión pública, que al mismo tiempo, supo bien construir un pequeño ejército de medios simpatizantes con él. En este panorama, además, con la ubicuidad de innovaciones tecnológicas que promueven en desarrollo del fenómeno de la convergencia mediática y con esta el surgimiento de herramientas importantes hacia la emergencia de individuos activos, críticos y culturizados como paso previo a la aparición de nuevas ciudadanías, los medios aportan nuevos sentidos, discursividades y realidades, que son el caldo de cultivo de nuevas subjetividades.

8

Referencias bibliográficas 

Althusser, Louis. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Siglo XXI. Mexico, 1968.



Freud, Sigmund. El malestar en la cultura, en Obras completas Vol. 8. Madrid: Biblioteca Nueva, 2001 [1928-1930].



Hall, Stuart. La cultura, los medios de comunicación y el efecto ideológico, en Sociedad y comunicación de masas. Fondo de Cultura Económica. México, 1981.



Honneth, Axel. Crítica del agravio moral. Fondo de cultura económica. Buenos Aires, 2009.



Martin Barbero, Jesús. Material de audio. Seminario “Epistemología y trayectos teóricos comunicacionales”, Maestría en ciencias sociales y humanidades. Universidad Nacional de Quilmes. 2014.



Mata, María Cristina. Comunicación, Ciudadanía y poder. Pistas para pensar su articulación, en Revista Diálogos de comunicación. Felafacs, 2002. En: http://www.dialogosfelafacs.net/dialogos_epoca/pdf/64-05MariaMata.pdf



Rojas Mix, Miguel. Imaginario nacional. Revista Imago americae, México, primer semestre 2007.

9

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.