\"Me gustas como chica …¡y como chico también! El paso de La princesa caballero por la televisión mexicana en los años 70 \"

June 24, 2017 | Autor: J. Hernández Riwe... | Categoría: Japanese Anime, Estudios Culturales, Estudios Literarios, Televisión mexicana
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ME GUSTAS COMO CHICA …¡Y COMO CHICO TAMBIÉN!

-Rsp HerQiQGe] 5 CrX] Universidad Autónoma Metropolitana [email protected]

ME GUSTAS COMO CHICA… ¡Y COMO CHICO TAMBIÉN! El paso de La princesa caballero por la televisión mexicana en los años 70

Palabras clave: Ánime, andrógino, orientación sexual, televisión, diversidad sexual.

Resumen: A lo largo de este artículo se hace una lectura de La Princesa Caballero (Tezuka 1967), tomando

en cuenta los temas del andrógino, la desobediencia angelical y el recurso de la violencia que integran su fondo y forma dentro del contexto cultural del México de los años 70. En una segunda línea más específica, el artículo revisa la profundidad del discurso de este género japonés frente al discurso maniqueo establecido por Televisa hacia su público general, y en específico, al infantil y cómo referencias literarias a obras como Fausto o Macbeth, o bien, cuestiones de diversidad sexual se integran en un producto dirigido niños que evita ser condescendiente.

¡PLOP! Estudios pop Volumen 1 Número 2 ©© 2013. www.revistaplop.com

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Keywords: Anime, androgynous, sexual orientation, television, sexual diversity.

Abstract: This article offers a reading of La Princesa Caballero (Tezuka 1967), taking into account issues of androgynous, the angelic disobedience and the use of violence involve form and content within the cultural context of Mexico during the seventies. To be more specific, the article reviews the depth of discourse in this Japanese genre in comparison with the manichean discourse produced by Televisa to general public, children in particular, and how literary references to pieces such as Faustus or Macbeth, or, sexual diversity issues are integrated into one product that addresses children avoid being condescending.

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Ramiro Gamboa es recordado por ser uno de los anunciadores de la barra de caricaturas de Televisa más queridos por el público televidente gracias a su personaje “el tío Gamboín”. El personaje adoptaba un tono paternalista al dirigirse a sus “sobrinos” (el público infantil de la barra) a quienes no sólo les daba concejos morales, cívicos y sociales sino que también los cuidaba a través de “Corcolito” un “personaje invisible” omnipresente que le servía de mensajero y le decía quién se había portado bien o mal, una dinámica muy Big Brother de Orwell.Gracias a este peso moral, el tío Gamboín era el encargado de dar los mensajes de la gerencia respecto a las decisiones en cuanto a la programación. 2

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Lolita de la Vega es una periodista de TV Azteca quien ha tenido a su cargo varios programas en la barra de opinión. El más famoso de ellos fue Hablemos claro. En un principio la periodista trató de mantener un corte serio en sus

El ánime en México ha gozado de una gran popularidad atrayendo a un público especializado y general a través del diseño de personajes y atmósferas y del manejo de los temas que aborda. No obstante, ha encontrado muchos obstáculos en la transmisión de sus obras ya sea en televisión abierta o por cable. La televisión abierta ha recurrido a los contenidos de las series para retirar el género de su programación. Tanto Televisa como Televisión Azteca han empleado a voceros que gozan del cariño del público, o bien de una credibilidad política para convencer al público general de sus razones. Los casos más memorables son el del Tío Gamboín1 en los años 70 quien comentaba que algunas series fueron retiradas de la programación por el alto nivel de violencia; y el que ocurrió en el 2000 con Lolita de la Vega2 quien acusó al género de “satánico” por exponer a la niñez a escenas violentas, desnudos gratuitos, pornografía y diversidad sexual. Por su parte, la televisión por cable ha sido un poco más directa en sus razones. El ánime sale por condiciones en los contratos de exclusividad con compañías como Disney o Warner Brothers. Sea como sea, es innegable la popularidad del género entre el público mexicano. Uno de los primeros ánime transmitidos por Televisa fue La Princesa Caballero (Ribbon No Kishi, Tezuka, 1967), la selección de esta obra es un poco sorprendente ya que dos de los temas más importantes que integran su fondo y forma son el andrógino y la desobediencia angelical, aparte de que el recurso de violencia es mucho más agudo que el empleado en las caricaturas estadounidenses que integraban la mayor parte del tiempo de programación en la barra infantil de Televisa. El contexto cultural mexicano de los años 70 estaba muy cerrado en cuanto a libertad de culto (aunque México se denomine laico) y, por supuesto, a la diversidad sexual. A lo largo de este análisis se hace una lectura de la obra a partir de estos temas y recursos contemplando algunos los rasgos culturales de México durante la segunda mitad de la década de los 70. Introducción La Princesa Caballero (Ribbon No Kishi, el Caballero del listón) es un manga japonés original de Osamu Tezuka desarrollado en cuatro series publicadas entre 1953 y 1968. El manga tuvo tal éxito que en 1967 se lanzó una adaptación ánime de cincuenta y dos episodios que cubren la primera historia del relato. En 1970 Joe Oriolo3 la importó al continente americano en donde fue doblada al español y portugués y transmitida en diversos países de Latinoamérica. En México pudo verse por el Canal 54 de televisa durante la segunda mitad de esa década y después de tan sólo dos o tres corridas, no volvió a repetirse en televisión abierta. Quizá la causa fue que la serie tuvo problemas de derechos de transmisión en los Estados Unidos y por ello sólo se hayan cubierto los compromisos previamente establecidos en diversos países latinoamericanos, pero quizá también el contenido de la serie fue un factor determinante, por lo menos en México, para que la serie no

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opiniones pero poco a poco estas se fueron haciendo excesivas y abiertamente sensacionalistas. No obstante permanece como una voz política y moralmente autorizada ante el público general de ahí que su participación en el ataque hacia el ánime quedara como sello de garantía y calidad de le televisora al retirar de su programación toda obra relativa al género y exigir que la competencia hiciera lo mismo. 3

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Animador, productor y director estadounidense, co-autor de Gasparín, el fantasma amigable (Casper, The Friendly Ghost) y de El gato Félix (Felix, The Cat). 4

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Canal 5, XHGC, fue durante años el canal de la empresa más importante de televisión abierta de Latinoamérica que contaba con un barra de programas dedicada a público infantil que corría de lunes a viernes. 5

volviera a aparecer en las pantallas del país. Es verdad que en la década de los 70, Televisa apenas comenzaba a consolidarse fuera del territorio nacional y faltaba mucho para que se convirtiera en el gigante mediático que es hoy en día. Tal vez los intereses de la empresa apuntaban hacia otros lados y no veían en el ánime japonés un desarrollo potencial que consolidara un público en los televidentes5. Pero por otro lado, la trama de La princesa caballero, su discurso, el desarrollo de sus personajes, así como los temas y motivos se alejaban bastante de la línea que Televisa manejaba en su barra infantil6. La serie incluía, entre otras cosas: juego de géneros, travestismo, la figura del andrógino, desobediencia angelical, situaciones de corrupción y manipulación política, asesinatos y violencia moderada. No obstante, el tejido de todos estos elementos es muy sutil reflejando el interés de Tezuka por dirigirse y generar un público (infantil) pensante y su negativa a tratarlo con complacencia y desinterés.

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Aunque no por ello lo iban a dejar de lado, a la par de La princesa caballero se transmitiría Tritón del mar (Umi no Triton, Osamu Tezuka, 1972) y unos años después, en 1978, Heidi, la niña de las montañas (Arupusu no Shōjo Haiji, Isao Takahata, 1974). Anunciada por Televisa como la primera

La trama La historia tiene lugar en una interpretación de Europa medieval con rasgos de cuento de hadas más enfocados a la visión de Disney que a una tradición folclórica indoeuropea.7 Comienza con Zafiro, una princesa que durante sus catorce años ha pretendido ser hombre debido a la ley sálica que impera en su reino. Según esta ley, su malvado tío, el Duque Duraluminio, asumiría el control del estado tras la muerte del Rey si se sabía que ella era una mujer. Muchas de las aventuras de Zafiro giran en torno a evitar las trampas de Duraluminio y sus secuaces para exponer la verdadera naturaleza de la princesa frente al reino y así poder asumir el control del reino. Pero esto es sólo la superficie de la situación pues el conflicto de Zafiro se eleva a un nivel metafísico. En el universo de La princesa caballero, las almas de los nonatos hacen fila en el cielo para que el ángel encargado de determinar su sexo les asigne un corazón azul en el caso de los hombres, o uno rojo en el caso de las mujeres. La futura princesa hace fila esperando su turno; sin embargo, Cachito, un ángel travieso que aún no se ha ganado sus alas, le otorga a escondidas un corazón azul a Zafiro. Por supuesto, cuando llega el momento de recibir su corazón “oficial”, se determina que este sea rojo. Así, el alma de la heredera al trono de Valle Plateado estará partida en dos. Cuando la travesura de Cachito es descubierta, se le ordena ir a la Tierra despojado de cualquier poder para arreglar la situación y cuidar a Zafiro. Esa será la única manera en que el ángel obtenga sus alas. De esta manera, Cachito vaga durante 14 años buscando a la princesa hasta que se topa con ella mientras hace frente a unos asesinos contratados por el Duque que buscan desenmascararla. Cachito debe convencer a Zafiro para que le devuelva el corazón azul pero la situación se vuelve más complicada. No sólo la princesa se niega a la petición del ángel; así como Duraluminio es el antagonista de la princesa en el mundo físico, aparecerá otro en el plano metafísico. Satanás (caracterizado como el Mefisto

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telenovela infantil animada (v.Teleguía no. 1343 1978), Heidi tuvo un gran impacto en México consiguiendo la manufactura de mercancía como juguetes, cómics y discos, entre otros productos además de conseguir un lugar importante en el imaginario popular nacional que continúa a la fecha. No obstante, a pesar de que, en la década de 1980, la transmisión de ánime se incrementara y muchos de ellos consiguieran ser muy populares, ninguno volvería a tener una recepción similar a la de Heidi sino hasta principios de los años 90 con Los caballeros del zodiaco (Seinto Seiya, Masami Kurumada, 1986) y tiene un repunte en 1996 con Dragon Ball (Doragon Bōru, Akira Toriyama, 1986), la primera transmitida por Televisión Azteca y la segunda por Televisa. La recepción de esta serie forma parte de los diversos elementos que dieron pie a que México generara un público especializado para el manga y el ánime, convirtiéndose a lo largo del tiempo en una de las escenas más fuertes de la cultura pop nacional. 6

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Un par de años antes, la empresa canceló la transmisión de las series Ultraman (Urutoraman Kûsô Tokusatsu Shirîzu, Tsuburaya Productions, 1967) y Ultraseven (Urutorasebun, Tsuburaya

fáustico) tratará de apoderarse del corazón azul de Zafiro para regalárselo a su hija Heckett y así convertirla en una poderosa bruja. Las lecturas y la cultura mexicana en los 70 š(ODQGUĂJLQR La princesa caballero está considerada como uno de los precursores del ánime Shöjo (historias para niñas). Pero el término no sólo se refiere a la trama de estas obras sino al estilo con que son diseñados sus personajes. Los protagonistas de estas historias tienden a evocar la figura del andrógino. En el caso de la historia de Zafiro, la categoría se vuelve un elemento narrativo y discursivo importante en la historia. Es muy importante que, al principio de la historia, quede establecido el hecho de que es el alma de la princesa la que está dividida y no el cuerpo, pues de esta manera se elimina cualquier alusión a la figura del hermafrodita.8 La androginia de Zafiro está representada por un físico delicado9 que desempeña acciones que corresponden a las de un chico dinámico, inquieto y aventurero. De ahí que la sospecha de su género resida solo en un rumor y no en su imagen. Incluso, Zafiro debe vestirse y actuar como chica para atraer la atención del Príncipe Frank (heredero del reino de Valle Dorado) de quien se enamora. Zafiro interpreta con mucha seriedad cada uno de sus personajes. Incluso el del caballero enmascarado, otro de sus alter egos, quien protege por las noches a la gente de las maldades realizadas por villanos o compinches de Duraluminio. Tan real es su interpretación que el Príncipe Franz comenzará a sentir celos del caballero por considerarlo un rival de amores en cuanto a los afectos de Zafiro. Quizá sea por esto que la serie solo permaneció con dos o tres corridas en la televisión mexicana. La princesa caballero se transmite durante la época en que el cine de ficheras comenzaba a generar un público asiduo. Este es un cine protagonizado por “supermachos”,10 “mamasotas”, “bufones” y “maricones”. La representación de travestidos en la cultura pop mexicana (ya sea en obras nacionales o internacionales) debían ser caricaturizadas para resaltar un tono de farsa o un toque humorístico que dejara en claro que el juego de géneros que se presenta con el atuendo era sólo eso, un juego no una inclinación11. Zafiro aparece como una representación de lo sublime al adoptar la forma del andrógino y contener el concepto no en el tono de farsa sino porque lo acepta como parte de su naturaleza y sus acciones se desprenden de eso mismo. Pero, aunque los disfraces enfaticen el juego de espejos que se ha venido desarrollando en la historia y la personificación del Caballero Enmascarado pueda leerse como la resistencia de Zafiro a abandonar su lado masculino, será la atracción sexual la que finalmente la lleve a adoptar su rol femenino. En un momento determinado, los celos de Franz hacia el Caballero lo llevan a renunciar a cortejar Zafiro. Ella decide, sin dudarlo, revelarle

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Productions, 1968) por su carga violenta, como lo hacían saber a través de los comentarios del vocero oficial de la barra infantil, Ramiro Gamboa. 7

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Tetzuka comentaba con frecuencia que sus diseños estaban basados en los elaborados por los estudios Disney. De hecho, los ojos inmensos en sus mangas vienen por imitación a los de Mickey Mouse, Donald Duck, Goofy, etc. Este rasgo influyó al resto del diseñó japonés y se convirtió en una de las características principales en sus personajes. 8

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De hecho, cuando las almas están formadas para recibir su corazón, o bien cuando lo obtienen siempre están de pie. La figura del andrógino siempre está representada con un ser parado con lo que se ilustra una división vertical del alma; mientras que el hermafrodita se representa con un ser acostado con el que se hace referencia a una división horizontal, en donde de la cintura hacia arriba puede parecer un ser masculino o femenino y de la cintura para abajo de tiene el sexo opuesto a la apariencia (v. Chaves 2005). 9

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Es muy común que se mencione

su identidad como prueba máxima de amor y, al mismo tiempo asumirse, de una vez por todas, como mujer. šdQJHOHVGHVREHGLHQWHV En la trama de La princesa caballero, Cachito representa una especie de ángel caído que debe enmendar su travesura para poder regresar al cielo y ganar sus alas en el proceso. Esta caída, a su vez es un motivo anunciatorio de Satanás, el enemigo metafísico de Zafiro, que se presentará más adelante en la historia. Cachito, con un atuendo que evoca a Peter Pan, tomará el lugar de la conciencia de la princesa, haciendo referencia a otro personaje re-escrito por Disney, Pepe Grillo. No es gratuito que el primer encuentro de Zafiro y Chachito ocurra en un bosque. Considerando el texto de Campbell El héroe de la mil caras, el espacio natural (desiertos, selvas, mares profundos, etc.) es el libre campo para la proyección de los contenidos inconscientes (1998 78). Será ahí en donde Cachito, un ente espiritual, confronte por primera vez a Zafiro sobre su condición femenina. Pero solo cuando Cachito lleve a cabo su sacrificio final, Zafiro se desprenderá por completo de sus máscaras y asumirá su identidad femenina ante el reino. En otras palabras, la conciencia de la princesa caballero debe morir para que esta se aparte de la ambivalencia y recorra un sólo camino. No obstante, la presencia de Cachito en la historia abre otras interpretaciones igual de interesantes. La travesura de Cachito de otorgarle un corazón azul al alma de Zafiro antes de que el ángel encargado de ello le haya dado un corazón rojo asoma, de manera muy lúdica y simplona, el agudo problema del mal en la tradición monoteísta del cristianismo. Por un lado si la acción de Cachito pasó desapercibida ante la mirada del Señor, tenemos que este dios no es tan omnipotente como dice ser. Desde esta perspectiva se sostiene el discurso de aquellas antiguas tradiciones cristianas (Russell, 1986: 19) que argumentan que la fuerza del enemigo cósmico de Dios es similar a la de este último y, por lo mismo, el mundo es víctima de tantos males y pesares. Incluso el Nuevo Testamento deja abiertas muchas dudas sobre cuestiones de demonología; sin embargo, afirma que con independencia de estas penas y dolores, en algún sitio, fuera del alcance del poder de Satanás hay un poder mayor que funde ese dolor en el descanso y alegría eternos (Russell 1986, 30). Esta última afirmación nos lleva a la otra perspectiva de la caricatura que le acomoda mucho mejor. Si la travesura de Cachito formaba parte del plan divino de Dios nos encontramos frente a un Dios que permite que sufran los inocentes; Dios permite el mal para alcanzar el bien superior de la libertad (Russell, 1986: 19). En otras palabras, se está frente a un dios alejado del dios bondadoso e indulgente del Nuevo Testamento, mucho más emparentado con la imagen del dios celoso y vengativo del Antiguo Testamento, que en este caso coquetea con la figura del trickster12 . Zafiro tendrá que pasar por varias pruebas, que en muchos casos pueden parecer divertidas, pero en otros maliciosas para mantener el orden en su reino. Por ejemplo, hacer caso omiso

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el parecido en el diseño entre Astroboy (Tetsuwan Atomu, 1952), el personaje más famoso de Tetzuka, y Zafiro; sin embargo, el personaje y su carácter están basados en la interpretación de la actriz japonesa Chikage Awashima del rol de la Princesa Zafiro (v. The Independent 2012). 10

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El supermacho es el nombre dado a una serie de personajes varoniles con físicos atléticos que se establecieron en la cultura pop como el anhelo sexual femenino en las ficciones audiovisuales de la época y se mantenían en un nivel de inasequibilidad para las mujeres comunes y corrientes. Por supuesto, atendían al tema-personaje del Don Juan que iba de pareja en pareja hasta encontrar a quien pudiera burlarlo para quedarse con él. Muchas veces, el personaje pertenecía a la clase alta mexicana. Algunos de los actores consagrados en este personaje fueron Jorge Rivero, Andrés García y Hugo Stiglitz). La mamasota es el paralelo femenino del supermacho que físicamente tiende a ser una mujer muy voluptuosa, usualmente de rasgos caucásicos o exóticos. Para el común denominador son las inalcanzables bombas sexuales que mantienen una fortaleza de carácter que sólo es dominado por los garañones mencionados líneas arriba, ante los cuales

de su naturaleza femenina para poder permanecer como “heredero” al trono, enfrentar enemigos en un plano físico y metafísico, renunciar a sus sentimientos por Franz y competir consigo misma con respecto a su cortejo o bien, el asesinato de sus padres. En este sentido, no es gratuita la aparición de Satán investido de Mefisto. El Mefisto fáustico tiene un relación complementaria con el plan de Dios como puede leerse en la siguiente cita: Dios: Entre todos los espíritus negadores Es el maligno quien menos me molesta La actividad del hombre se relaja con demasiada facilidad En seguida se complacen en el reposo absoluto; Por ese motivo me ha complacido darle este compañero Quien le aguijonea y estimula y, como diablo que es, debe trabajar. (Goethe, 1999)

Durante el desarrollo de la serie se revela que Duraluminio y otros enemigos de Zafiro, conspiran bajo las órdenes de Satanás. El demonio debe imponer un rey blandengue e incapaz de tomar acción alguna por su reino. Ese papel lo juega Plástico, el hijo de Duraliminio, heredero legal al trono debido a la ley sálica que representa lo opuesto a la princesa. Mircea Eliade, en su texto Méfistofeles y el andrógino, comenta que el demonio es quien niega y detiene el flujo de vida, es el padre de los impedimentos. Porque todo lo que se detiene y se paraliza se descompone. Mefistófeles sabe que si logra que Fausto se detenga, el sabio habrá perdido su alma (Eliade, 2001: 78-79). Y eso es lo que Satán requiere de Zafiro, el corazón azul que la vuelve dinámica y activa para otorgárselo a su hija Heckett. De conseguirlo, la princesa entrará en un ámbito pasivo13 que la hará descomponerse. Pero es justo la intención de Satán lo que hace que Zafiro se vuelva más dinámica. Al encarar los obstáculos que el demonio le pone, genera vida, como menciona Eliade: “aunque Mefistófeles se opone al flujo de la vida por todos los medios, al propio tiempo la estimula” (Eliade, 2001: 79). El manejo de los motivos divinos, angelicales y diabólicos en La princesa caballero rompe con los discursos de caricaturas tipo Hanna-Barbera o Warner Brothers que presentan conceptos mucho más sencillos y blancos, y que tenían más que ver con lo que Televisa manejaba en su barra infantil. Durante esa época, las relaciones entre el Vaticano y el gobierno de México se hicieron más estrechas, pacto que quedó sellado con la visita del papa Juan Pablo II el 29 de enero de 1979. “Televisa lo consideró su «artista exclusivo» y manipuló su imagen con un sofisticado fervor hipócrita” (José Agustín, 2007: 167), quizá para incrementar su número de televidentes y así de ventas e influencia en la vida cotidiana mexicana. Por supuesto, cualquier cosa que oliese a “herejía”, por llamarle de alguna manera, debía quedar fuera de sus transmisiones para ceder lugar a las

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pierden toda articulación de personalidad y se convierten en objetos sexuales. Algunas de las más famosas fueron Olga Breeskin, Sasha Montenegro y Lyn May. Los y las bufones son la representación del hombre y mujer común que carecen del físico y “gracia” de los supermachos y las mamasotas. A diferencia de estos, los bufones se ven envueltos en situaciones cotidianas que resuelven de manera cómica. En algunas ocasiones llegaban a relacionarse con los tipos superiores (sobre todo en las películas de la siguiente década), hecho que no suponía una evolución de su físico, discurso y maneras sino una involución del supermacho o mamasota a un nivel socio-cultural más bajo. Los bufones tenían su representación masculina con Rafael Inclán, Manuel “Flaco” Ibáñez y Luis de Alba; y la femenina con Carmen Salinas o Lucina Mariscal. El maricón es la representación ramplona, caricaturizada o grotesca del homosexual y usualmente servía como recurso cómico en las historias de películas y pocos programas de televisión en donde podían aparecer, como el “diablo” en La Pulquería (Castro, 1981), o personaje trágico, como “La Manuela” en El lugar sin límites (Ripstein, 1978).

bendiciones vía pantalla chica. š/DPDQLSXODFLĂQ\YLROHQFLD La princesa caballero es una de las primeras series animadas infantiles transmitidas en México por televisión abierta que presenta situaciones políticas en donde impera la corrupción, sed de poder, traición y asesinato de una manera directa y mucho más profunda que lo que hasta entonces se había mostrado. Por supuesto, las relaciones entre Rico MacPato y su sobrino, el pato Donald, ya daban una muestra de ese tipo de relaciones de poder, como lo menciona Dorfman en Para leer al pato Donald (1971); la Warner Brothers reflejaba las añoranzas de ciertos sectores por el orden previo a la Guerra Civil estadounidense en muchas de sus animaciones de los Looney Tunes, y ambas corporaciones empleaban el recurso de la violencia extrema caricaturizada. Pero los recursos narrativos, también en ambos casos, hacen que el discurso sea muy alusivo manteniéndolo dentro de un aparente sentido lúdico a diferencia del estilo del ánime japonés que es muy crudo al enunciarlo. La historia de Zafiro nos va a presentar a varios personajes intentando derrocar el reino imperante en Valle de Plata por medio del escándalo, la corrupción, el secuestro y el golpe de estado. Zafiro debe evitar los continuos planes del Duque Duraluminio y su secuaz, el Barón Nilón, por evidenciar su género ante los ojos del pueblo y de esa manera imponer al Príncipe Plástico, hijo del Duque, como heredero legal del trono. Durante el desarrollo de la serie, los ataques se van haciendo más intensos y agresivos, desde el rapto del Rey hasta el golpe de estado, persecución de la pareja real y posterior asesinato encabezado por el Hombre X, y el segundo golpe de estado a manos de Nilón, quien asesina a Duraluminio y destierra a Plástico para quedarse con el trono. La intensidad de los capítulos cuando el Rey es secuestrado y se le dice a la corte y súbditos que ha muerto, está muy marcada por el primer acto de Hamlet. Por un lado, el reino se sume en una atmosfera de desconfianza, no sólo ante los oficiales de Valle Plateado, sino también entre las personas más allegadas a la reina. Por otro lado, al igual que en la obra de Shakespeare, el rumor de que el fantasma del rey ronda por el castillo, buscando a Zafiro, se vuelve muy popular incrementado la desconfianza de los súbditos ante el manejo que pueda desarrollar la reina de los asuntos pendientes. Será hasta que Zafiro rescate a su padre que las cosas vuelvan a nivelarse. Pero la aparición del Hombre X termina por descomponer la frágil atmósfera de equilibrio en Valle Plateado. El Hombre X, líder de la Unión X, es el villano más terrible que enfrentará la princesa, la lucha no sólo la involucrará a ella sino a los reinos de Valle Dorado y Valle del Carbón, pues el objetivo final de la Unión X es dominar a los tres reinos y someterlos en un orden dictatorial. El Hombre X es un personaje de grandes dimensiones que nunca muestra su rostro, permanece todo el tiempo dentro de su armadura roja, es un leviatán

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Como ocurría en algunos episodios del Show de Bugs Bunny con varios de sus personajes, incluido el mismo conejo, transmitidos en esos años por la misma cadena televisiva. 12

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El Trickster, o embaucador, rompe las reglas de los dioses o de la naturaleza, en ocasiones de manera maliciosa, como en el caso del Puck, el espíritu travieso del reino de las hadas; o bien a Loki, el dios embaucador de la mitología nórdica. No obstante, los resultados de dicho rompimiento o vuelta a la reglas son positivos. Si en el caso de La princesa caballero todo fuera parte de un plan divino, tendríamos a un Dios que gusta de la broma y el engaño al someter a Zafiro a semejantes situaciones que al final darán un resultado benéfico para el reino. 13

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Es importante señalar que la historia nunca pone en grado superior ninguno de los dos géneros. Zafiro es una mujer que gracias a su corazón azul, rompe con las reglas, costumbres y tradiciones sociales del reino. De hecho, nunca devuelve el corazón porque se vuelve parte de ella, de su personalidad femenina. Su ontología le impide acatar normas

aparentemente indestructible y es el único personaje que nunca muestra rasgos, motivos o valores cómicos a diferencia del resto de los personajes de la serie.14 El Hombre X representa el enemigo humano sin rostro, cuyas acciones carecen de lógica. Tetzuka sugiere que este enemigo es mucho más poderoso que Satán en los capítulos finales cuando se mantiene inamovible ante los ataques del demonio. Como ya se mencionó, este demonio tiene un objetivo divino: paralizar la vida para fortalecer y descomponer el orden natural establecido por Dios. Sin embargo, el Hombre X es el mal irracional de la humanidad: “¿Por qué se nos hace mal y por qué hacemos mal nosotros? No hay respuestas fáciles; en asuntos humanos, la verdad suele ser inversamente proporcional a la certeza con la cual se afirma” comenta Jeffrey Burton Russell sobre el problema del mal en su libro Satanás, la primera tradición cristiana (1986). El Hombre X rebasa cualquier explicación que se busca y cuando parece que esta se halla, sus intenciones se desvían hacia otra parte. Una vez que los Reyes son asesinados y que Duraluminio es traicionado, el Barón Nilón se dará cuenta de que él y sus acciones sólo fueron un medio para alcanzar un fin y que sus aspiraciones o intenciones carecen de sentido ante la mirada del Hombre X. A partir de ese momento, en otra referencia shakespereana de la serie que en esta ocasión se hace a Macbeth, Nilón comenzará a ver al fantasma de Duralumino acusándolo por su traición de la misma manera en que Duncan hace durante el banquete que el nuevo rey de Escocia ofrece a su corte. Las apariciones silenciosas de Duralumino ocasionan que Nilón pierda la razón y huya despavorido hasta encontrar su trágico final. El Hombre X es la representación de la maldad humana hacia sí misma, muy necesaria para que Zafiro pueda, finalmente, asumir su rol como princesa y futura reina de un nuevo orden. La prueba final para Zafiro será afrontar el asesinato de sus padres y derrotar a la Unión X. Durante el enfrentamiento final de la princesa con el ejercito enemigo, el último recurso del Hombre X por acabar con Zafiro es destruir con sus propias manos el castillo de Valle Plateado intentando sepultar a la princesa y a sus aliados; sin embargo es él quien muere aplastado junto con Nilón y Cachito. Este suceso representa el fin del antiguo orden tanto en el reino como en la personalidad de Zafiro en donde las acciones de la Princesa deben desarrollarse ya sin la protección del manto que representaba a sus padres,15 o bien sin la resonancia en su conciencia que establecía la presencia de Cachito. Zafiro debe crecer y crear mundo destruyendo el pasado para poder establecer, finalmente, una imagen completa de sí misma. š$PDQHUDGHFRQFOXVLĂQ La princesa caballero abrió en la cultura mexicana un nuevo discurso para el público infantil que desafortunadamente no tendría eco hasta principios de la década de los noventa con la llegada de otros discursos propuestos por las caricaturas estadounidenses como The Simpsons (Groening, 1987), Duckman (Reno y Osborn, 1994) o

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sociales, morales y culturales de su contexto. Emulando al trickster, sus travesuras generan un bien mayor que lo que pudo hacer su cuadratura al orden. 14

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Incluso Satán muestra un lado cómico cada vez que huye despavorido de Cachito. 15

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Quienes por decisión divina resucitan, pero se hacen a un lado para dejar que Zafiro y Franz reestructuren el orden del nuevo reino.

Ren & Stimpy (Kricfalusi, 1991) por mencionar algunos, y también con la llegada de obras ánime como Los Caballeros del Zodiaco, Dragonball y Ranma ½ (Ranma Nibun no Ichi, Takahashi, 1989). Es evidente que, a partir de esa década, temas relativos a la sexualidad, religión o muerte han sido tratados con mayor profundidad en la televisión abierta haciendo que el formato y discurso de programas infantiles, telenovelas e incluso noticieros. Pero no por ello se puede decir que el público televidente se ha hecho mucho más crítico y analítico, de hecho, las condiciones de los públicos son muy distintas a las de aquel entonces, solo se puede decir que los públicos y posiciones se han incrementado. En aquellos años se contaba con seis canales en televisión abierta y dos por cable frente a los cientos de opciones que se tienen tan sólo en el Distrito Federal sin contar las estaciones estatales en el país. De esos seis canales, cuatro eran de Televisa: 2, 4, 5 y 8, uno del Estado, 13, y otro del IPN con corte cultural, 11. Por lo mismo, en aquel entonces se podía hablar de una cultura pop que imperaba en los distintos imaginarios de la Ciudad de México y que era mucho más fácil de abordar y curar por el monopolio televisivo. Hoy en día, aunque los imaginarios se han dividido y la cultura pop atiende varios y diversos públicos, Televisa aún mantiene la batuta más importante en cuanto a la dirección de discursos se refiere. No obstante es agradable ver, de vez en vez, que ya sea por voluntad propia o por condiciones en los términos de sus negociaciones, obras como La princesa caballero se integren a su programación, sembrando semillas que generarán nuevas ramas para la cultura en México.

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