Mauricio Beuchot Puente: Epistemología y hermenéutica analógica

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Mauricio Beuchot Puente: Epistemología y hermenéutica analógica. San Luís Potosí: Editorial Universitaria Potosina, 2011, 161 pags. ISBN: 978-607-7856-3511 En el presente texto, el filósofo mexicano se propone abordar problemas de la teoría del conocimiento y la filosofía de la ciencia, particularmente para el caso de las ciencias humanas, desde la perspectiva de su hermenéutica analógica. Beuchot comienza por analizar ciertas posturas frente al problema crítico del conocimiento: el escepticismo, opuesto al dogmatismo; el subjetivismo, opuesto al objetivismo; y el idealismo, opuesto al realismo. En el camino de la construcción de una hermenéutica analógica que no se ubique ni en la univocidad ni en la equivocidad, tomará partido por un objetivismo austero que tenga en cuenta la presencia de la subjetividad en el acto del conocer, y un relativismo y realismo moderados, rechazando tanto el escepticismo como el dogmatismo. (Beuchot, 2011) En este sentido, el autor partirá de la interacción entre sujeto y objeto, en donde se presupone, tomando el realismo pragmático de Putnam y el realismo aristotélico, un mundo que cuenta con cierta estructura no acabada que es elaborada por los marcos conceptuales del sujeto. De esta manera nace el realismo analógico, que intenta fundamentalmente rescatar la verdad como correspondencia, uno de los puntos clave de la propuesta interpretativa del filósofo. Para el desarrollo de dicho realismo, Beuchot expone el conocimiento como una actividad intencional que comienza en la percepción sensible, pasando por la facultad imaginativa -creativa y compositora-, hasta la facultad intelectivaracional. Dichos actos cognoscitivos y sus facultades se ordenan en virtudes epistémicas, que son las que ayudarían a ordenar y proponer las condiciones favorables para que se produzca un acercamiento a la verdad, dando lugar a un relativismo analógico perspectivista o contextual, es decir, no equivocista. Desde este marco, el filósofo mexicano intentará fundamentar y defender el criterio aristotélico de verdad como correspondencia recurriendo al modelo de la analogía de atribución. Es decir, el criterio de verdad propuesto es finalmente analógico: se suponen diferentes grados de acercamiento a la verdad ordenados en torno a un analogado principal, que sería la interpretación más cercana a una univocidad ideal e inalcanzable. De esta manera se pueden jerarquizar diferentes interpretaciones sin incurrir ni en un relativismo ingenuo ni en un objetivismo dogmático. Además, dicho posicionamiento permite conciliar la verdad aristotélica como correspondencia y la verdad heideggeriana como des-encubrimiento: “Una hermenéutica analógica tiene que combinar la verdad apofántica y la verdad epifánica (esto es, la aristotélica y la heideggeriana), ambas conciliadas de modo que ya no sean contrarias, sino complementarias, que se enriquezcan y afiancen la una a la otra” (Beuchot, 2011: 50). En lo que respecta al problema de la objetividad en la hermenéutica, Beuchot afirma que tanto la verdad desde un criterio sintáctico, como de un criterio pragmático, presuponen o remiten a la verdad correspondentista o semántica. En este punto, el autor intenta fundamentar un rescate de la verdad como adecuación 1

Publicado en: Erasmus, revista para el diálogo intercultural. Año XV, N° 1, 2013. Río Cuarto: Ediciones del ICALA. ISSN: 1514-6049, 125 pags. Páginas del trabajo 118-120.

para la ontología: “Precisamente el que haya referencia implica que haya adecuación, y el que haya adecuación implica que haya un mundo real y, por lo mismo, ontología” (Beuchot, 2011: 61). Por tanto, la comprensión no se puede reducir al lenguaje, sino que es dicha referencia la que se da a conocer en el lenguaje. Pero esta no remite unívocamente a la realidad ni tampoco incurre en una negación, sino que se propone como analogía, es decir, bajo la forma de un como-si que se ubica en la semejanza, más allá de la identidad y de la diferencia. (Beuchot, 2011: 66) Luego, el filósofo mexicano abordará el problema de la certeza entendida como aspecto subjetivo de la verdad. Ésta se construye para el sujeto a través de diferentes grados adquisición: abducción icónica-inducción indéxica-deducción simbólica en Peirce, creer-saber-conocer en Villoro; etapas que parten de un fundamento del uso de la razón en la razón misma y que se reflejarán en la constitución de una hermenéutica analógica que contendrá dichos pasos del proceso epistemológico. El autor aclara que para esta propuesta es fundamental y necesario rescatar para la hermenéutica la noción de sujeto en un aspecto semiótico, ético y antropológico. Ya para el caso de la ciencia, Beuchot concebirá a los modelos y los paradigmas como analógicos, ya que presentan un universal metafórico que funciona como modelo. Tanto el método de la abducción peirceana, como la metáfora y el paradigma, conectan a la ciencia con su aspecto ontológico, es decir, su relación analógico-hermenéutica con la realidad. (Beuchot, 2011: 96) Dicho modelo deriva de la iconicidad de Peirce, en donde el signo procede por semejanza al objeto y no por identidad, predominando siempre en la analogía la diferencia. A diferencia del índice y del símbolo, el ícono puede servirse tanto del polo metáfórico como metonímico y, dado que es colocado por Peirce dentro del ámbito de la retórica, se utiliza como un “signo reproductivo y creativo” que puede revelar propiedades y relaciones más allá de su grado de diferencia con el objeto (Beuchot, 2011: 105). “De esta manera, se da una oscilación entre el polo metonímico, que permite hacer ciencia, y el polo metafórico, que permite hacer poesía (aunque también se puede usar la metáfora en la ciencia y la metonímia en la poesía)” (Beuchot, 2011: 108). Por eso para Beuchot la filosofía se puede servir del pensamiento figurativo, que utiliza no solo el concepto –logos-, sino también la narratividad e iconicidad – mythos-. En este sentido, el autor recurre a Antón Pacheco y a Gastón Bachelard para rescatar el valor fenomenológico de la imagen y recuperar para la filosofía y la ciencia una ontología icónica. A raíz de esto, en hermenéutica analógica se hablará de una universalidad icónica, que remite a la referencia analógica que lleva de lo singular-individual a lo universal. A continuación, Beuchot abordará el problema del realismo en las ciencias desarrollando la relación –hermenéutica- entre ciencia y conocimiento filosófico, a partir de los trabajos de Evandro Agazzi y Miguel Espinoza. En este punto, se destaca el papel de la metafísica como condición hermenéutica de posibilidad de la ciencia en lo que respecta al acceso a la totalidad de la experiencia y del ser. Para esto, el filósofo mexicano apuntará a la construcción de un realismo analógico que respete las diferencias de objeto y método de las ciencias sin caer en el equivocismo de la posmodernidad, conservando además un criterio básico de verdad como correspondencia con el mundo.

Finalmente, se puede decir que el propósito de Beuchot es proponer a la hermenéutica analógica como modelo que refleja la episteme o estatus epistemológico de las ciencias humanas: primacía de la interpretación sin exclusión de la explicación; una hermenéutica ni unívoca ni equívoca, sino icónica, donde predomine la diferencia. (Santiago E. Peppino)

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