MÁSTER MEMORIA Y CRÍTICA DE LA EDUCACIÓN. CURSO 2014-2015 ASIGNATURA: METODOLOGÍAS Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN DESDE LA TEORÍA DE LA EDUCACIÓN

September 18, 2017 | Autor: Carlos de la Flor | Categoría: Teacher Education
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MÁSTER MEMORIA Y CRÍTICA DE LA EDUCACIÓN. CURSO 2014-2015 ASIGNATURA: METODOLOGÍAS Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN DESDE LA TEORÍA DE LA EDUCACIÓN

BLOQUE 3 Líneas de investigación teórica referidas a los fines de la educación (educación moral y cívica, las políticas de la educación, el desarrollo intelectual y afectivo)

RESUMEN El artículo de Gil Cantero1 realiza una reflexión sobre la relación entre la formación para ejercer la ciudadanía y la formación en derechos humanos, con una primera disertación entre los aspectos positivos y negativos de la relación entre ambos. También trata el tema de las diferencias entre la educación cívica y la educación moral, las ventajas sobre la educación en el disenso, y ofrece algunas pautas para elaborar una teoría educativa de los derechos humanos ahondando en la dignidad humana. Todo ello tomando como punto de partida la nueva asignatura que dictó la LOE en 2006 de Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos y el voraz debate que levantó. En la introducción ya el autor plantea una de las cuestiones principales recogiendo la principal queja de los opositores a la asignatura alegando que se inmiscuía en la orientación moral particular de las familias. Pero el carácter abierto de la pedagogía, por la que nos debe interesar todo lo que contribuye a la formación de los sujetos, nos da una posible respuesta en su defensa, con la idea de que los mismos derechos humanos son el límite para inmiscuirse en visiones morales particulares. En un primer momento el autor nos habla sobre el vaciado moral de la escuela. Justifica que toda acción educativa conlleva una orientación moral y que la crisis de la educación se debe sobre todo a la ausencia de una clara orientación moral o a la presencia de múltiples orientaciones morales todas ellas válidas. En la posmodernidad es difícil, salvo en casos extremos, saber qué está bien y qué está mal, y en la escuela pasa lo mismo. Cualquier propuesta con orientación de valor es tildada de adoctrinamiento. Como aspecto positivo de esta polémica se puede vislumbrar que la educación hace política e incluso antropología. El bipartidismo en España y su forma de legislar la educación construye identidad y hace situarse políticamente. Por una parte el debate sobre la asignatura es un debate sobre educación en valores y eso es positivo en sí para la pedagogía. Como punto negativo, la politización del espacio educativo produce en vaciado de lo ético y valorativo. En un segundo apartado el autor hace la distinción entre ciudadanía y derechos humanos: 

Educación cívica: son los valores cívicos concretos de nuestra convivencia en forma de costumbres o leyes. Representan perspectivas locales.

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GIL, F. (2008) Ciudadanía y humanidad. La educación en el disenso. Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, 20, 25-44. TAREA BLOQUE 3 CARLOS J. DE LA FLOR ESTUDILLO

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Educación moral: son las expectativas humanizadoras que transmite la moral de los derechos humanos. Son universales y antropológicamente definitorias de la condición humana y de una ética universal.

La propuesta gubernamental intenta vincular ambas realidades para legitimar moralmente un estado de valores, leyes y costumbres y esto produce un cierre del debate ético al ser asimilada la ley. La fuerza de los derechos humanos radica en el disenso. No es lo que ya hemos logrado con las leyes sino en las expectativas permanentes de humanización. En este sentido el horizonte moral de la ciudadanía es la Constitución y no los derechos humanos. Los derechos fundamentales son los reconocidos por los derechos positivos (constituciones y leyes) y los derechos humanos son los reconocidos por las Declaraciones y convenios internacionales y que forman parte de las necesidades humanas que debiendo ser objeto de legislación no lo han sido2. La mayoría de las veces se confunden estos derechos pero es importante diferenciarlos porque:   

Denuncian violaciones de derechos humanos en países en los que no tiene sentido hacerlo desde los derechos fundamentales. Nos ayuda a reconocer una serie de derechos del hombre que pueden mejorar los fundamentos del país. Nos hace mantener una reflexión crítica hacia formas de vida más humanas.

La presencia de los derechos humanos, de la idea de humanidad alcanza su máxima expresión cuando se percibe como el horizonte crítico de disenso de las diferentes propuestas legislativas o morales sobre una categoría determinada de ciudadanía3. En cuanto a cuáles pueden ser las bases éticas de la educación para la enseñanza de estos derechos humanos, podemos decir que sería un error reducir su enseñanza como contenido cultural. La tarea de educar debe conceptualizarse desde la humanización que aporta los derechos humanos y la tarea de los educadores es que sus alumnos alcancen proyectos de vida más humanos, saber vivir más humanamente y crear escuelas más solidarias. Deben enseñar que, tras múltiples formas de ser o de identidad, compartimos unos ideales básicos de realización personal y social. Para ello podemos leer y analizar las declaraciones internacionales, y ejemplificar en nosotros mismos como docentes la enseñanza de valores humanos, pero sobre todo lo más importante es el hecho de no conformarse, de aspirar a un mayor conocimiento de la condición humana.

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Pérez Luño (1986, 46) Muguerza (2007) TAREA BLOQUE 3 CARLOS J. DE LA FLOR ESTUDILLO

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Por último el artículo hace referencia a la igualdad y a la dignidad humana. En educación el disenso es el perfil ideal del hombre educado en una aspiración a mejorar. Donde las finalidades de la enseñanza de los derechos humanos no aceptan la imposibilidad del disenso y en la que debe aceptarse que hay avances y retrocesos, errores y aciertos, porque siempre surgen nuevos modos de ver. Es fundamental transmitir a las nuevas generaciones la idea de dignidad humana, de la igual dignidad de los seres humanos. Solo existirá una verdadera ética cuando se reconozca entre los hombre que la condición humana y su pleno desarrollo tiene un valor intrínseco. Y para el éxito de esta dignidad humana universal ofreceremos el aprendizaje de los derechos humanos. Debemos armonizar de igual forma lo universal con lo particular, el derecho a ser hombre con el de ser tratado humanamente. El autor concluye con la importancia de adquirir el conocimiento de estos derechos en la adolescencia porque le ayudará a descubrir tanto el valor general de la humanidad como el de cada persona, y defiende la idea de que la enseñanza de la igualdad humana debe plantearse desde una doble vertiente: desde el lado jurídico con el conocimiento de las Declaraciones y Convenciones y desde una vertiente antropológica y ética, que les haga reflexionar a los alumnos que en sus actos pueden estar dentro de la legalidad pero ser humanamente injustos.

CRÍTICA En un primer momento se me hace indispensable reflexionar sobre los fines de la educación, contenido del título del bloque. La crisis de los sistemas educativos del siglo XX y comienzos del XXI es reflejo de la transformación social, cultural, económica, en la que aparecen tendencias volcadas a la contestación escolar, las reformas educativas y el problema de la gobernabilidad de los sistemas educativos. El proceso de transformación del mundo en el último tercio del siglo XX ha sido tan profundo que también ha afectado a los sistemas educativos, hasta el punto de “desconocer las finalidades que debe cumplir la educación4”. El definir los fines de la educación es ahora más difícil y urgente que nunca. Es apremiante el “educar para la vida” pero los sistemas educativos siguen reproduciendo los viejos modos de transmisión cultural, con contenidos ajenos a las preocupaciones reales de los educandos. Bajo mi punto de vista, el aprendizaje hoy debe ser relevante, es decir, un aprendizaje que parte de la propia cultura del educando: experiencias personales, familiares y la de los medios de comunicación. El contenido del aprendizaje debe ser hoy un conocimiento básico sobre el hombre mismo (humanidades), sobre sus relaciones con su entorno natural (ciencias naturales) y sobre sus relaciones con los demás hombres

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Tedesco ,1995 TAREA BLOQUE 3 CARLOS J. DE LA FLOR ESTUDILLO

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(ciencias sociales), dentro de un marco de formación cultural que propicie la adquisición de la autonomía crítica de la personalidad. La escuela de hoy debe ofrecer al sujeto de la educación los marcos de referencia para entender el mundo actual. Para Tedesco hay dos principales: uno de carácter cognitivo (aprender a aprender) y otro de carácter cultural (aprender a vivir juntos). Ambos se adquieren mediante la convivencia organizada en el aula: para el primero el profesor se convierte en guía que orienta, o como ejemplo como comenta Gil Cantero cuando dice que “la enseñanza de valores exige, sobre todo, la ejemplificación docente y la presencia activa y permanente, durante todo el proceso de enseñanza, de los valores que deseamos mostrar al alumnado” y facilita el aprendizaje; para el segundo es necesario experiencias de contacto con el otro. Aprender a vivir juntos en la escuela hace efectiva una de las principales misiones de la educación en una sociedad democrática: formar ciudadanos. La democracia y la escuela democrática requieren también, desde mi opinión como docente, de la deliberación, que comprende la capacidad de leer, escribir, calcular y desarrollar un pensamiento crítico, así como tener noción de contexto, entender y apreciar los puntos de vista de otros. La democracia es la afirmación de los ciudadanos en la vida pública; es necesario que se cuente con la voluntad de estos, siendo éste el significado de la democracia deliberativa. Un objetivo básico de la educación primaria obligatoria es, por tanto, promover las capacidades y valores propios de la deliberación, puesto que la escuela es el lugar donde los niños aprenden a vivir juntos en la diversidad y a deliberar sobre los problemas comunes que les afectan, al mismo tiempo que aprenden a participar en los asuntos de la vida escolar. En segundo lugar, es inevitable hablar sobre el disenso y su importancia y con ello me parece oportuno analizar también las teorías del consenso. Sartori5 ha distinguido tres niveles de consenso: A. El consenso sobre los valores básicos de la comunidad política, principios de libertad e igualdad. B. Consenso sobre los procedimientos para resolver los conflictos, las reglas del juego. C. Consenso sobre la acción política, la actividad. El primer nivel, difícil de lograr, supone un acuerdo sobre cuestiones básicas para la vida democrática: derechos y libertades; grandes principios democráticos. Sin embargo, alcanzando el consenso en este nivel, lo es para siempre: las sociedades están cercadas por conflictos. Por tanto, el consenso sobre valores básicos no excluye el disenso que puede, a la larga, producir un nuevo consenso sobre nuevos valores básicos. En el segundo nivel, las reglas para resolver pacíficamente los conflictos, en el que el consenso es absolutamente necesario. En las democracias, la regla fundamental es la de la mayoría, que debe conciliarse con el respeto a las minorías. Implica un juego 5

Sartori, G. ¿Qué es la democracia? 2007 TAREA BLOQUE 3 CARLOS J. DE LA FLOR ESTUDILLO

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delicado y complejo, ya que las minorías deben estar integradas en el sistema político y no resultaría posible si vieran desestimadas continuamente sus demandas. De ahí que en las cuestiones importantes, las grandes leyes tiendan a consensuarse entre la mayoría y la minoría. La ciudadanía, abarca tres niveles distintos: derechos y libertades que se corresponden con la libertad negativa o libertades civiles; derechos y libertades que se corresponden con la libertad positiva o libertades políticas; derechos y libertades que se corresponden con la igualdad o derechos sociales. Mouffe6 afirma que no basta la idea de la ciudadanía como afirmación de un estatus legal, aunque éste agrupe las libertades y derechos derivados de los tres planos, sino que es preciso considerarla “como forma de identificación, un tipo de identidad política: algo que hay que construir” recrear un concepto más dinámico, que exprese una nueva identidad política. “Estar asociados en función del reconocimiento de principios democráticos liberales”. Si ello es así, la ciudadanía podrá afirmarse como el ejercicio real de un conjunto de derechos que albergue la libertad personal y política y también los derechos sociales derivados del principio de igualdad. Conjugar el principio de igualdad con el de libertad. Para lograrlo es necesario un acuerdo básico entre las principales fuerzas políticas, que trate de conciliar las exigencias de los principios de libertad e igualdad. El consenso en el tercer nivel no suele darse en las democracias. Se colocan en primer lugar la interpretación de los valores y su aplicación concreta. Es el terreno del conflicto. El disenso, una distinta lectura de la aplicación de los principios básicos aceptados por todos, es el que permite la alternancia de las fuerzas políticas. Ello es aplicable al campo de la educación, es necesario el consenso sobre los valores básicos y sobre los principios, es legítimo entrar en conflicto a la hora de juzgar las políticas educativas concretas. Formalizado el consenso básico en la Constitución de 1978, las políticas educativas de la Restauración democrática han enfatizado los principios de libertad e igualdad. La izquierda ha reivindicado una interpretación que difiere respecto de la derecha7. Sin embargo, el consenso no excluye el disenso ni elimina el conflicto, inevitable en una democracia pluralista. El disenso, el distinto énfasis sobre los principios de libertad e igualdad, es lo que permite la alternancia real, aunque respetando el contenido esencial de los derechos fundamentales, de los derechos de libertad e igualdad. Cabe una política integradora, que reconozca los contenidos básicos de ambos derechos, aunque poniendo un énfasis mayor sobre uno u otro de acuerdo con el proyecto político. El equilibrio de derechos siempre es frágil.

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Mouffe, Ch., En torno a lo político, 2007 Gil Cantero defiende incluso los beneficios de este posicionamiento como verdadera política e incluso antropología que permite construir identidad. 7

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Por último es inevitable hacer referencia a la nueva reforma educativa que ha traído la LOMCE y cómo, todo el debate que ocasionó la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, se limpió de un plumazo con la eliminación del currículum de la asignatura y la justifica en el siguiente párrafo: Esta Ley Orgánica considera esencial la preparación para la ciudadanía activa y la adquisición de las competencias sociales y cívicas, recogidas en la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. En el contexto del cambio metodológico que esta Ley Orgánica propugna se aborda esta necesidad de forma transversal al incorporar la educación cívica y constitucional a todas las asignaturas durante la educación básica, de forma que la adquisición de competencias sociales y cívicas se incluya en la dinámica cotidiana de los procesos de enseñanza y aprendizaje y se potencie de esa forma, a través de un 8 planteamiento conjunto, su posibilidad de transferencia y su carácter orientador.

Una vez más, el poder político usa la educación para dar mayor o menor valor, en este caso disfrazado de cambio metodológico, a la formación en valores. Como maestro de primaria que ha impartido la asignatura en 5º o 6º de primaria durante los años que duró la LOE, tengo la opinión de que era una asignatura de la que se podía sacar mucho partido. En nuestras dos horas semanales de clases, los alumnos aprendían sobre los Derechos Humanos, pero también sobre la vida, sobre la solidaridad, sobre la ciudadanía, el civismo, etc., pero sobre todo era una asignatura que favorecía a la comentada por Gil Cantero “humanización”. En el horario de primaria no existe ninguna franja horaria destinada a la tutoría con los alumnos, y yo como tutor del grupo, utilizaba también la asignatura para hablar sobre sus problemas, inquietudes, la forma de solucionar sus conflictos, desarrollaban su sentido crítico con los problemas que veían en su entorno o el mundo, hacíamos proyectos para mejorar la escuela, el barrio e incluso el mundo. En un horario muy sistematizado y saturado de los contenidos curriculares que exige la ley, la asignatura suponía la parada a lo humano. Desde esta perspectiva y bajo mi experiencia personal, considero que la asignatura ayudaba bastante a esta humanización. Ahora con la nueva ley, parece que la ansiada y necesaria humanización se hace más difícil, aunque como docentes, siempre tenemos nuestro poder de resistencia y podemos pararnos para hacer a nuestros alumnos pensar, criticar, reflexionar y disentir y conseguir una escuela más humana y por consiguiente, una sociedad más humana.

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LOMCE, Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa. BOE 10 de diciembre de 2013, Preámbulo XIV, Sec. I. Pág. 97866 TAREA BLOQUE 3 CARLOS J. DE LA FLOR ESTUDILLO

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