MARTÍN, A.; MARTÍN, J.; VILLALBA, P; JUAN-TRESSERRAS, J. (2005). Ca l’ Oliaire (Berga, Barcelona), un asentamiento neolítico en el umbral del IV milenio con residuos de sal y de productos lácteos, In: III Congreso del Neolítico de la Península Ibérica. Universidad de Cantabria. Santander: 175-185

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Descripción

Ca l’ Oliaire (Berga, Barcelona), un asentamiento neolítico en el umbral del IV milenio con residuos de sal y de productos lácteos A. Martín A J. Martín B P. Villalba y J. Juan-Tresserras C

Resumen La prospección previa a la construcción de la variante viaria de La Valldan, en Berga, permitió localizar un asentamiento de seis fosas prehistóricas, dos ya destruidas de antiguo. Una conservaba la parte superior del esqueleto de un individuo femenino adornado con 18 brazaletes de pectúnculo en sus brazos y más de 230 cuentas discoidales de esteatita y calaíta en sus muñecas. La cerámica de las restantes fosas pertenece a vasos de tipologías del Neolítico Medio-Reciente, período en el que se integra bien el ajuar sepulcral. Los análisis de residuos orgánicos de algunos vasos han aportado indicios de sal y de productos lácteos en recipientes. La datación C14 sobre huesos humanos aporta la fecha de 5080 ± 80 BP (Beta-147811) = 3970-3780 a 1 σ, 4040-3680 cal BC a 2 σ. Se expondrá un resumen de los resultados de los estudios interdisciplinares, el marco cronocultural y la interpretación socioeconómica del yacimiento. Résumé Les prospections antérieurs à la construction de la variante de La Valldan, de la route à Berga, ont permis la trouvaille d’un site de plein aire avec six fosses préhistoriques, deux déjà détruites depuis quelques ans. Une conservait la partie supérieur de l’esquelet d’un individu feminin adulte orné avec 18 bracelets de pétoncle dans ses bras et plus de 230 perles discoïdales d’esteatite et variscite discoïdales avec perforation central. Le matériel céramique des autres fosses appartient àvases de typologie du Néolithique Moyen-Recent, période auquel s’intègre aussi bien la parure sépulcrale. Les analyses des résidus organiques de quelques vases ont apporté traces du sel et des produits lactées. La date C14 sur ossements humains est 5080 ± 80 BP (Beta-147811) = 3970-3780 à 1 σ, 4040-3680 cal BC à 2 σ. S’ exposera un résumé des résultats des études interdisciplinaires, du cadre chrono-culturel et la interprétation socio-économique du site. van reduciendo su potencia hacia el sur, alternadas con otras de bancales de areniscas y arcillas, en medio de terrazas de terrenos ya erosionados muy aptas para la agricultura. El amplio alto valle del Llobregat está surcado por torrentes y arroyos que drenan el agua de las montañas y también por una red de carreteras y caminos que relaciona las tierras de norte a sur y de este a oeste (fig. 1). De hecho, a pocos metros del yacimiento discurre el antiguo camino real de Berga. Concretamente, el asentamiento neolítico se encuentra a parecida distancia entre la sierra prepirinenaica de Queralt al noroeste y la pequeña sierra de Noet, de la Depresión Central, al sudoeste, entre dos pequeños cursos de agua, uno hoy ya seco, al norte, que ha dejado su testimonio en la llamada rasa de Garreta, y otro inmediato, al sur, el arroyo del Pont de la Fàbrega o de Cal

EL YACIMIENTO Y SU CONTEXTO GEOGRÁFICO El yacimiento se sitúa al pie del Prepirineo Oriental, en el alto valle del Llobregat, a 654 m s.n.m., en la comarca del Berguedà. Está en la zona de contacto de dos paisajes muy diferenciados: las montañas escarpadas prepirenaicas del Alto Berguedá y los altiplanos tabulares, tallados por la red fluvial, del Bajo Berguedá, ya en la Depresión Central Catalana. El Alto Berguedá, con las altas sierras del Pre-pirineo, de materiales del Secundario y del Terciario y cimas superiores a los 2000 m, se alza frente a los altiplanos del Bajo Berguedá de la Depresión Central Catalana, entre los que sobresalen algunas elevaciones como la Sierra de Noet, formados con materiales sedimentados a lo largo del Eoceno y Oligoceno: capas de conglomerados arrastrados desde los Pirineos, que A

Servei d’Arqueologia de la Generalitat de Catalunya Empresa de arqueologia Arqueociència, scsl C Universitat de Barcelona B

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Figura 2. Plano de la obra viaria con la situación de las 6 fosas.

ción de impacto ambiental de la obra, derivadas de la Llei 9/1993, de 30 de setembre, del Patrimoni Cultural Català. En este contexto legal, el Servicio de Arqueología programó y coordinó la intervención, ejecutada por la empresa Arqueociència, scsl. Los trabajos de prospección y excavación se desarrollaron en dos fases en 1998 y 1999 bajo la dirección de Jairo Martín y Pepa Villalba respectivamente1. Éstos y los estudios pluridisciplinares fueron financiados con el 1% cultural del proyecto viario. En el momento de ejecutar los trabajos ya se conocían dos estructuras cortadas verticalmente al abrir un camino inmediato a la riera del Pont de la Fábrega, detectadas por Josep Carreras en 1993, quien había recuperado pequeños fragmentos cerámicos en una y huesos humanos en la otra. Estas dos se hallaban a unos 20 m al sur, fuera de la traza y de la zona expropiada. En esta zona, el control de los rebajes de 1998 permitió localizar 4 estructuras circulares abiertas en el subsuelo (fosas F1 a F4) que fueron excavadas a continuación. Posteriormente se negoció rebajar el entorno para completar la delimitación del yacimiento, lo que se materializó durante los trabajos de la segunda fase, ya en 1999, bajo la dirección de Josep Camprubí y Antoni Martín, afectando más de 300 m2 sin que se localizaran más estructuras que las ya identificadas inicialmente en el camino. De éstas, F5 no aportó nuevos restos, pero F6 conservaba parte de una sepultura en conexión anatómica con abundante ajuar que fue excavada por Pepa Villalba y la antropóloga Alicia Alesán.

Figura 1. Situación del yacimiento de Ca l’Oliaire (Berga) en el alto valle del Llobregat (foto NASA).

Paraira que discurre por la rasa de Cal Lleir. Este arroyo es subsidiario del de Molins que, a su vez, lo es del río Llobregat, auténtico eje vertebrador de la comarca, a la que atraviesa de norte a sur. En este sector, a mediados del s. XX se cultivaba cereal de secano de segunda y de tercera. Posteriormente fue campo de aviación de aeromodelismo. Actualmente la variante de La Valldan discurre sobre el yacimiento, en el PK 1+800, bajo tierras aportadas para nivelar el trazado de la carretera. Pertenece al antiguo municipio de La Valldan, incorporado a Berga desde 1963. El topónimo Ca l’ Oliaire corresponde a la propiedad de las tierras donde se encuentra el yacimiento, de acuerdo con el catastro del año 1954. TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS La construcción de la variante de La Valldan y su conexión con la carretera C-149C, tramo Valldan-Berga (fig. 2) exigía la ejecución de prospecciones arqueológicas y el seguimiento arqueológico de los movimientos de tierras, de acuerdo con las medidas compensatorias de la declara-

1. Agradecemos la colaboración de los señores Josep Carreras, Lluís A. Guerrero, Jaume Bernades y Lluís Barniol. También los trabajos de los compañeros Antoni Martín, Josep Camprubí y Lídia Fábregas que intervinieron en el control de rebajes y excavación, David Oliveras, responsable de la parte gráfica y Angels Jorba y Magda Gómez, del Centre de Restauració de Béns Mobles de la Generalitat de Catalunya, que consolidaron y restauraron las cerámicas, en pésimo estado de conservación.

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Figura 3. Fosa 1 en proceso de excavación.

ESTRATIGRAFÍA

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

El yacimiento se asienta en los depósitos cuaternarios coluviales que se superponen a materiales detríticos terciarios del Eoceno superior. La estratigrafía muestra cantos rodados de aporte gravitacional y areniscas y clastos de origen fluvial. Según el estudio geológico realizado por la empresa Sondeos y Anclajes, sccl para el proyecto viario (N. Fidalgo, P. Valero y R. Lluís 1997), basado en diferentes sondeos y catas a lo largo de la traza de la variante, en este sector predominan los materiales detríticos de cuenca de antepaís del Eoceno y Oligoceno Inferior: conglomerados, areniscas y lutitas rojas depositados en un sistema fluvio-torrencial. Por encima, los depósitos cuaternarios están representados por gravas, arcillas y limos de color marrón, cada uno de éstos en espesor variable según las zonas (cerca de arroyos, campos de cultivo, etc.). La estratigrafía del yacimiento estaba muy alterada por la tradicional explotación agrícola y la implantación de una pista de aeromodelismo. Se limitaba a: • capa 1, de tierra vegetal y limos marrones con gravas, prácticamente nula. • capa 2, de limos con gravas abundantes de caliza y arenisca, de hasta 0,20 m de potencia. • capa 3, de gravas y bolos con matriz limosa marrón. Su techo era la base de las fosas arqueológicas, por lo que esta capa se encontraba actualmente aquí a 0,22 m como máximo de profundidad, si bien en el sondeo geológico más próximo al yacimiento, esta capa se iniciaba a 0,60 de profundidad y continuaba a 3,50 m, límite basal del sondeo.

La metodología se basó en el establecimiento de dos ejes NS y EW sobre las estructuras arqueológicas a fin de facilitar el registro del material por coordenadas cartesianas, la representación planimétrica de todos los materiales (escala 1:10) y el alzado de las secciones correspondientes. El proceso de excavación siguió la inclinación de las capas de amortización. El trabajo se completó con el registro fotográfico y la recogida de sedimento y carbones para su posterior análisis. Las estructuras arqueológicas Rebajados más de 300 m2, sólo se hallaron 6 estructuras (F1 a F6), ordenadas en tres agrupaciones de dos fosas, dos de ellas (F5 y F6, las halladas en 1993) fuera de la traza de la variante. La primera agrupación (fosas 1 y 2) guarda una distancia de 3 m entre ellas y de 18 m con la segunda agrupación (fosas 3 y 4). Éstas, a su vez, guardan una distancia de 8 m entre ellas y de unos 20 m con la tercera agrupación (fosas 5 y 6), muy próxima al curso de agua y separadas entre sí unos 17 m. Las cuatro primeras tienen un uso secundario detrítico, y posiblemente la número 5, aunque sólo podemos saber que aportó más de 50 pequeños fragmentos cerámicos. La número 6 contenía la inhumación de una joven. Las 4 estructures arqueológicas excavadas tenían una forma de tendencia circular, con un diámetro de abertura entre 0,85 y 1,20 m, de base plana, y profundidad conservada de entre 10 y 22 cm, dibujando una sección cilíndrica o suavemente troncocónica a tenor de la poca altura que nos ha llegado (fig. 3). De la tercera agrupación, no se puede conocer ni la morfología ni las dimensiones.

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Las fosas detríticas estaban amortizadas con abundantes piedras locales, pero ningún molino, ni moleta, ni percutor. Le seguía el material cerámico, sobre todo en F1 y F3, donde se hallaron grandes fragmentos de vasos reconstruibles. La industria lítica reunía 3 fragmentos de láminas en sílex y 4 lascas informes de materiales no determinados. La fauna y los fragmentos de adobe eran testimoniales, igual que los carbones. Estas estructuras corresponden a la evidencia arqueológica habitual de los asentamientos prehistóricos del Neolítico Antiguo. Nos llega su función secundaria de fosa detrítica donde se tiran basuras, pero se puede plantear una función original de contenedor para el almacenamiento directo de alimentos sólidos vegetales (silos subterráneos) o como receptores auxiliares (cubetas) de elementos mobiliarios de organización de la actividad cotidiana del poblado, material subsistencial de consumo a corto plazo, etc. La forma y volumen actual responde al estado de conservación pero nada deben tener que ver con el original. Tampoco es posible avanzar en el conocimiento de la forma, ya que desconocemos la topografía original. En todo caso la topografía actual muestra que las fosas 1 y 2 se instalan en una cota superior a las cuatro restantes aunque su conservación no es mejor, lo cual puede implicar: que la topografía original también seguía un ligero declive y todas las estructuras eran silos, o bien que las 1 y 2 eran cubetas y las 3, 4 y quizás 5 eran silos. En resumen, todo queda en el terreno de la hipótesis y nada podemos asegurar más allá de los datos contrastados.

y 176 más 23 pequeños fragmentos de color negro. Fuera de este conjunto se halló una cuenta discoidal de concha perforada. La cintura pelviana, extremidades inferiores y pies habrían desaparecido al abrirse el camino citado según confirman los restos antropológicos recuperados por Carreras en 1993. Tampoco podemos saber si había más ofrendas, tal como puede suceder en las sepulturas de este horizonte cronológico en Cataluña. La sepultura estaba colmatada con un nivel de limos arcillosos de color marrón oscuro y gravas. Entre estas tierras se halló un pequeño fragmento de cerámica lisa. En cuanto a la disposición del ajuar personal, remarcaremos que las arandelas de pectúnculo cubrían los brazos y las cuentas de esteatita y calaíta, articuladas en algún cordel de material perecedero desaparecido, rodearían las muñecas, en varias vueltas. ESTUDIO DE LOS VESTIGIOS MUEBLES Cerámica Hay restos de un mínimo de 9 vasos de dimensiones y formas diversas y conservación muy deficiente agravada por la intensa hidratación sufrida a lo largo del tiempo. De ellos, describiremos los representados en la figura 4. Los dos mayores son muy similares, confeccionados con una pasta arcillosa con desgrasante visible medio y grande (algún fragmento de desgrasante alcan-

Estructura 6 Corresponde a una sepultura individual que quedó seccionada al abrirse un camino inmediato a la riera del Pont de la Fábrega. El Sr. Josep Carreras recuperó 30 pequeños fragmentos osteológicos de los cuales el Dr. Lluís Guerrero identificó fragmentos diafisarios de un fémur, de una tibia y de un peroné izquierdos de un individuo subadulto. Su excavación, iniciada por Antoni Martín y Lídia Fábregas, halló una intrusión moderna que también la afectó, en esta ocasión horizontalmente. Casi en contacto, por debajo, se conservaba la parte superior de un esqueleto en una fosa de planta posiblemente ovalada, aunque no podamos asegurar esta morfología a causa de la fuerte destrucción. Esta tumba en fosa contenía una inhumación individual primaria de la que sólo quedaba parte del cráneo, tórax y extremidades superiores. El esqueleto conservaba la conexión en decúbito lateral izquierdo con los brazos plegados y las manos bajo la mandíbula. El húmero derecho tenía 8 arandelas de pectúnculo Glycymeris glycymeris variabilis y el izquierdo, 10, todas enteras, aunque agrietadas por la presión de las tierras. En torno a la parte distal del cúbito, radio y huesos del carpo se localizaron un mínimo de 232 cuentas de piedra de forma circular con perforación central: 56 de color verde

Figura 4. Mobiliar cerámico y de adorno personal. 2: brazalete de pectúnculo; 3 y 4 (de izquierda a derecha y de arriba abajo): variscita, 6, 7, 9 y 10: calaíta, 8: talco o moscovita, 11: esteatita; 5: cuenta discoidal de concha.

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za los 10 mm) y superficies groseramente alisadas de color variable según las zonas, entre el marrón rojizo, gris o negro, por dentro y por fuera, debido a la cocción a fuego abierto, entre 700 y 800 grados. Son cilíndricos, de fondo aplanado con prensión de dos grandes asas de cinta y dos mamelones alargados simples, alternados y diametralmente opuestos, dos a dos. Su diámetro de boca oscila entre 30 y 35 cm y la altura sería de unos 30 cm El espesor de su pared varía entre 1,05 cm en el borde, de 0,7 a 0,8 cm en el cuerpo y 1,10 cm en la base (fig. 4: 1 y 15). El vaso mayor muestra orificios de reparación (fig. 4:1). Vaso subesférico que no conserva la base, muy posiblemente curva. La pasta tiene un desgrasante menor que el anterior y la superficie fue alisada y de color marrón y gris, más oscura por dentro. Mide 34 cm Ø de abertura y sus paredes tienen un espesor entre 0,5 y 0,7 cm (fig. 4:12). Vaso cilíndrico de borde entrante y paredes curvadas. No conserva la base. La pasta tiene un desgrasante medio y sus paredes de color marrón y gris son más oscuras por dentro. Las superficies fueron alisadas. Mide unos 17 cm Ø de abertura. Y el espesor de las paredes oscila de 0,5 cm a 0,7 cm (fig. 4: 14). Vaso troncocónico de unos 20 cm de Ø de boca. Debía disponer de un mínimo de dos mamelones circulares simples bajo el borde, diametralmente opuestos, aunque no descartamos que fueran más. La pasta, de color gris, más oscuro en el interior, incluye desgrasante de tamaño medio. Superficies alisadas. Su espesor oscila entre 0,56 y 0,9 cm (fig. 4:13). Recordaremos también la presencia de un pequeño fragmento con una decoración a base de impresiones punzonadas, inédita en estos contextos crono-culturales.

El material lítico Solo se han hallado 7 piezas líticas talladas en F1, F3 y F4 que corresponden a 3 fragmentos de láminas de sílex, 1 fragmento de sílex gris de grano fino, 2 lascas informes y 1 fragmento sobre materia no determinada. Traceología De acuerdo con el estudio funcional efectuado por Juan Gibaja, colaborador del Museo de Arqueología de Cataluña, sólo han aportado datos de interés dos de las piezas. De las restantes, cuatro no presentan rastros de uso y una tiene un grado de patinación que impide su análisis. Las que han aportado datos proceden de F1-C1: • Fragmento de lámina de sílex de grano fino de color beige. Su análisis muestra trazos en los dos filos para cortar plantas no leñosas. Las numerosas estrías y la gran extensión de micropulido permiten proponer un uso para la siega de cereales, posiblemente cortados cerca del suelo. Medidas: 25 x 13 x 4 mm. • Fragmento proximal de lámina trapezoidal de sílex melado con ligero lustre térmico. La observación al microscopio muestra la presencia en uno de los filos de tenues trazas de abrasión producidas posiblemente por el corte de piel que, de acuerdo con las características de los rastros y la agudeza del filo, podría haberse realizado en estado seco. Medidas: 23 x 7 x 1,5 mm. El material de adorno de la sepultura F6 Contabilizamos: • 176 cuentas discoidales y cilíndricas, más 23 fragmentos de piedra negra, comúnmente reconocida por el término genérico de esteatita. La notable humedad en el momento de la excavación explica su extrema fragilidad, destacando su tendencia a la exfoliación. Respecto a la técnica de fabricación, se observa una elaboración muy homogénea, con proporciones muy estables y perforaciones bien centradas: diámetro máximo entre 4 y 5 mm (algún caso 6 mm), espesor entre 1 y 2 mm, pero mayoritariamente de 1,5 mm La perforación va de 1 a 2 mm, dominando el calibre entre 1,2 y 1,3 mm (fig. 4: 10 y 11). • 56 cuentas discoidales y cilíndricas de tonalidad verde, comúnmente reconocida por calaíta. La técnica de fabricación no alcanza el efecto de uniformidad de las negras; las proporciones son más irregulares igual que los calibres de la perforación que no siempre están centrados. Miden entre 4 y 6 mm de diámetro máximo, de 1 a 2,5 mm de grueso y 1,2 a 1,4 mm de perforación, aunque hay ejemplos de 1 mm y de hasta 2,8 mm, posiblemente debido a la desigual dureza de la materia prima. Las técnicas de elaboración ya fueron estudiadas en ejemplares del complejo minero de Can Tintorer, donde se documenta toda la cadena ope-

Estudio tecnológico del conjunto cerámico Xavier Carreras y Màrius Vendrell, de la Universidad de Barcelona, analizaron 9 fragmentos a fin de caracterizar la cerámica a nivel de composición química y mineralógica, conocer su desgrasante y su asociación a un área para acotar su mineralogía en un contexto geológico. Utilizaron difracción de rayos X, fluorescencia de rayos X y microscopía de luz tramesa. El análisis de las láminas muestra que la morfología de los granos es angulosa y semi-angulosa, muy heterométrica, abundando el esquisto, granito y cuarcita, en este orden, entre los fragmentos de roca. Se puede hablar de un desgrasante a partir de granitoides originarios del Paleozoico de los Pirineos, recuperados en sedimentos terciarios de afloramientos cercanos a Berga, mediante trituración de cantos rodados. Este desgrasante se mezclaría con una pasta hecha de material arcilloso más pobre en magnesio y ligeramente más rica en sodio y aluminio. Tampoco se observa ninguna reducción al final de la cocción, lo que demuestra que en todo el proceso de cocción la atmósfera generada era rica en oxígeno. La temperatura de cocción pudo oscilar entre 700 y 800 grados.

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rativa: una vez tallado el mineral, la cuenta se facetaba, luego se rebajaban las aristas con un pulidor de piedra abrasiva, generalmente de arenisca; la perforación se conseguiría con un taladro manual de arco o de disco a través de una broca de sección poligonal (Villalba et al. 1986:155, Arenas et al. 1992: 202, Edo et al. 1995: 136-138) (fig. 4: 3-8). Los análisis de difracción de rayos X (XRD), no destructivos, efectuados en la Unidad del mismo nombre del Servicio Científico Técnico de la Universidad de Barcelona, a cargo de Josep Bassas y Xavier Alcobé, sobre una cuenta negra (fig. 4: 8) y tres de tonalidad verde (fig. 4: 3-4) ha determinado, para la primera, moscovita o talco, sin poder concretar, observando altos índices de sílice (cuarzo) y pequeñas proporciones de manganeso, aluminio y hierro, etc. El análisis de las tres verdes ha proporcionado variscita, probablemente de Can Tintorer, a falta de análisis cuantitativos para identificar los elementos traza que permitan determinarlo. • 1 cuenta discoidal de concha. Tiene 7 mm de diámetro exterior y 1,5 mm de espesor, con una perforación de 2,5 mm (fig. 4: 9). • 18 arandelas, en este caso brazaletes, de pectúnculo, insertados en los húmeros, como ya sucediera en el hallazgo de Montjuïc d’Altès. Pertenecen al género Glycymeris glycymeris variabilis. En sus superficies se aprecia el nantis y la charnela, pero no el borde dentado que ha quedado borrado en el proceso de fabricación. Su sección es, en general, elipsoidal, apreciándose aristas vivas en algunos ejemplares. Sus diámetros máximos oscilan entre 7 y 8,3 cm, los mínimos entre 5,6 y 6,9 cm y el espesor entre 0,4 y 0,9 cm (fig. 4: 2). Su confección partiría del recorte del aro externo de la valva mediante algún útil posiblemente en sílex, y posterior abrasión y pulido con materiales de grano más o menos fino respectivamente hasta conseguir unas superficies pulidas. En todo caso la experimentación que está llevando a cabo Paulette Pauc sobre la producción de adornos en concha permite concretar estas propuestas (Pauc 2000 y 2002).

los huesos que habría facilitado la erosión y agravado el ya de por sí mal estado de conservación. Las características del depósito sugieren una descomposición del cadáver en espacio colmatado. Muy fragmentados, restaban el hemicráneo izquierdo y algo de neurocráneo, mandíbula, clavícula, húmeros, radios y cúbitos, éstos sin extremos epifisarios. Los elementos diagnósticos disponibles permiten identificar un individuo adulto joven, entre 17 y 21 años (emergencia del tercer molar y grado de desgaste) de sexo femenino por la gracilidad de todo el esqueleto y la morfología mandibular. Análisis antracológico Raquel Piqué, del Servicio de Análisis Arqueológicos de la Universidad Autónoma de Barcelona, informa que a pesar de que la muestra estudiada sea muy reducida y poco significativa para evaluar la importancia de los taxones identificados en el momento de la ocupación y para reconstruir la estrategia de aprovisionamiento y uso del combustible en el yacimiento, es posible inferir ciertas características del paisaje vegetal donde se recolectaron las maderas. Así, la asociación del roble, boj y avellano evoca la presencia de formaciones forestales bien constituidas en las inmediaciones del yacimiento, donde el roble habría constituido el estrato arbóreo y el boj y el avellano podrían haber formado parte del estrato arbustivo.

Quercus sp. caducifoli Buxus sempervirens Corylus avellana No determinables

F1-C1 F1-C2 F3-C1 F4-C2 1 2 1 1 2 1 -

Tabla 1. Distribución de los taxones identificados.

Análisis de macromamíferos El registro es muy escaso, lo cual limita su significación. Hay un fragmento en F1, no identificable, y tres en F3 que deben pertenecer a un solo individuo, según las conclusiones del estudio efectuado por Sandra Montón, de la Universidad Autónoma de Barcelona. El fragmento de F1 corresponde a un hueso plano, muy mal conservado, con concreciones y superficies destruidas por vermiculaciones. Los de F3 pertenecen a un maxilar y piezas dentarias de perro (Canis familiaris), concretamente hay fragmentos de un primer molar inferior y de un premolar, más un incisivo superior derecho y un canino superior izquierdo. Su estado de conservación impide analizar su superficie y contrastar trazas de utilización antrópica (culinaria, ritual, etc.). La falta de otros elementos faunísticos impide precisar la estrategia económica con la que se relacionaría

Adobes Solo se han recuperado pequeños fragmentos informes en la estructura F1. Casi todos los yacimientos prehistóricos de fosas aportan estos materiales, siempre muy fragmentados y que consideramos los únicos testimonios que pueden habernos llegado de las cabañas construidas de tierra pastada sobre alguna trama vegetal. ESTUDIOS PALEOBIOLÓGICOS Análisis antropológico Alicia Alesan, de la Unidad de Antropología de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Barcelona, destaca en su informe el carácter grácil de

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este cánido, aunque se puede plantear una relación con el pastoreo o la caza. En superficie se hallaron 2 fragmentos de ovicaprino, sin garantías de que pertenezcan al yacimiento.

1σ (68%). Sin duda, se integra perfectamente en el Neolítico Medio (Mestres y Martín 1996) y no desdice tampoco del mobiliar recuperado de las fosas detríticas y de la sepultura, y del ritual funerario de la misma, lo cual nos lleva a explicar la decoración punzonada como una creación puntual y aislada de esta comunidad. De acuerdo con los trabajos de M. Edo (1991), de los 146 yacimientos con cuentas de coloración verde, sólo 21 ofrecían asociación con cuentas de esteatita. Hoy podemos añadir Can Gambús (comunicación en este congreso), la Cista de Segudet de Andorra (comunicación personal de C. Yáñez) y el yacimiento que nos ocupa. De éstos, 16 pertenecen a sepulcros colectivos del Neolítico Final-Calcolítico y los restantes a tumbas individuales del Neolítico Medio, entre ellas las ahora añadidas. A diferencia de los yacimientos funerarios colectivos, la frecuencia de la esteatita en las tumbas individuales del Neolítico Medio nunca es masiva, a excepción de Ca l’Oliaire y del sepulcro en cista de Segudet de Andorra con más de 500 cuentas de ambos materiales, dominando la esteatita. En todo caso, la esteatita dominará en los ajuares funerarios a partir del Neolítico Final y del Calcolítico. La calaíta constituye un elemento de homogeneidad y cohesión social dentro de la diversidad regional y representa uno de los rasgos más significativos de la personalidad de los grupos que se enmarcan en el horizonte del Neolítico Medio. A pesar de todo la calaíta es minoritaria y selectiva. En la facies del Vallesià, incluida Bòbila Madurell, no sobrepasa el 25% de las tumbas y este porcentaje es inferior en el caso de la facies del Solsonià (Cardona et al. 1996), una repartición desigual en las sepulturas independientemente de la edad y del sexo de los inhumados. Todo ello permite considerar la calaíta como objeto de distinción social y referente de la posición social dentro de la organización de sus gentes (Martín y Villalba 1999). Las arandelas de pectúnculo se documentan en Cataluña desde el Neolítico Antiguo al Bronce Inicial, si bien su auge se sitúa en el Neolítico Medio, y en éste, se encuentran casi exclusivamente en el área geográfica de la facies del Solsonià del complejo “Sepulcros de Fosa” (Martín y Juan Muns 1986). Posteriormente se documentaron las del Neolítico Medio de Montjuïc d’Altès y de la cista de Peramola (Castany 1986-89), la del Calcolítico de Brics d’Ardèvol (Castany et al. 1992), y las de la sepultura neolítica de Segudet de Andorra, etc. Aunque relativamente frecuentes en la mitad meridional de la Península, citaremos ahora sólo algunas neolíticas de la mitad septentrional por su relación con el Mediterráneo-cuenca del Ebro, como las de Cornobis y Sosa III (Gallart et al. 1996), la de la cista del Barranco de Mina Vallfera (Royo 1984) o la del sepulcro de corredor de Cubillejo de Lara (Delibes et al. 1992). Estas arandelas vuelven a señalar la cuenca del Ebro en las relaciones de intercambio desde la Prehistoria (Delibes et al. 1992).

Análisis paleocarpológico Se trataron 61 litros recuperados en F1, F2 y F4. Del análisis efectuado por Carme Cubero, del Centre d’Estudis Martorellencs (inmersión en agua para facilitar la flotación, cribado en columna de cribas de 10, 5, 2 y 0,5 mm de luz de malla y observación bajo microscopio estereoscópico de 6,4 a 60 aumentos) se concluye que la muestra era estéril, ya que no se ha hallado ningún resto de semillas o frutos. Ello puede ser debido a la no presencia real, a la tafonomía del lugar o a la acción de agentes depredadores. Análisis de contenidos de recipientes cerámicos Se analizaron seis muestras cerámicas de F1 que Jordi Juan-Tresserras procesó en el Laboratorio de Arqueología y en los Servicios Científico-Técnicos de la Universidad de Barcelona. Sólo tres muestras aportaron residuos orgánicos. Las muestras 1 (BCO-F1-C1-4) y 6 (BCO-F1-C232) conservaban indicadores de productos lácticos: elementos asociados a grasas de leche y a bacterias lácticas. Ya se conocía este tipo de residuos en el poblado de Genó (Juan-Tresserras et al. 1999) y en el del Solejón (Soria) (Juan-Tresserras inédito). La muestra 3 (BCO-F1-C1-7) conservaba elementos característicos de los residuos de sal, concretamente unos valores muy significativos de elementos como el cloro, el sodio y el magnesio y presencia de frústulas de diatomeas. Otros yacimientos peninsulares con presencia de sal son el neolítico de Marismilla (Escacena y Rodríguez de Zuloaga 1988) y el de la Edad del Bronce de Santioste (Delibes et al. 1999). Contextualización crono-cultural Partimos de la hipótesis de que las seis estructuras son contemporáneas, aunque no estrictamente sincrónicas. Hablamos, por tanto, de una estratigrafía horizontal perteneciente a un solo nivel arqueológico. Los indicadores cronológicos más significativos del material mueble se encuentran en la cerámica y el ajuar funerario de la sepultura. En cuanto a la cerámica, si bien las formas son conocidas en el repertorio del horizonte del Neolítico Medio-Reciente, el fragmento con decoración de punzón nos hizo dudar si no estaríamos, bien en un Neolítico Medio Antiguo con perduraciones decorativas epicardiales, bien en un Neolítico RecienteFinal en el que se pueden hallar, aunque minoritariamente, decoraciones parecidas. La datación radiocarbónica despejó las dudas. La datación C14 sobre huesos humanos aportó la fecha de 5080 ± 80 BP (Beta-147811) = 4040-3680 cal BC a 2 σ (95% de probabilidad) ó 3970-3780 cal BC a

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La leche es un alimento básico en la dieta de los grupos humanos con recursos ganaderos, consumida directamente o procesada en productos derivados. La presencia de productos lácteos en los contenedores cerámicos confirma la posesión de animales domésticos y la evidente explotación de sus productos secundarios. Incluso la presencia de un cánido refuerza la dedicación pastoril, en su papel auxiliar del ganado, y también los indicios de sal, identificada por primera vez en un yacimiento neolítico en Cataluña. No olvidemos que la sal no sólo fue y es utilizada para la elaboración y conservación de alimentos, sino también para el alimento del ganado y el curtido de pieles, y su presencia en Europa desde el Neolítico está documentada (Weller 2000). La presencia de vasos presumiblemente bastante enteros en origen puede delatar el abandono voluntario del asentamiento, quizás relacionado con la defunción de un miembro de la comunidad. Pero, a su vez, la presencia de una sepultura puede indicar un signo de territorialidad, el referente simbólico de la comunidad que las ostenta, el control del territorio dominado por grupos bien organizados (aquí corresponderían a la facies del Solsonià) que aquí y así dejan su testimonio, etc. En resumen, puede tratarse de un asentamiento secundario estacional, fundado por una comunidad que formaría parte de grupos organizados que dominarían este territorio de llano y montaña. Su economía estaría basada en el pastoreo y completada con una agricultura de subsistencia, sin descartar el posible mercadeo de la sal, especialmente si lo relacionamos con las minas de sal gema de Cardona, a menos de 30 km de distancia, cuya explotación neolítica ha sido recientemente propuesta (Weller 2002).

Interpretación socioeconómica del yacimiento En el IV milenio a.C. una comunidad prehistórica eligió el alto valle del Llobregat para instalar un asentamiento sobre un terreno fértil, bien irrigado y bien comunicado en todas direcciones, pero especialmente conectado con las montañas del Pirineo y con las tierras más meridionales que le acercan al Mediterráneo a través de la cuenca del Llobregat. De la configuración del poblado sólo conocemos seis fosas abiertas en el subsuelo hasta hallar el techo de la capa 3, de gravas y bolos con matriz limosa marrón. Originalmente estas fosas, o algunas de ellas, pudieron tener unos 0,80 m de profundidad si nos basamos en la estratigrafía identificada en los sondeos más próximos, que informan de una potencia de 0,30 a 0,60 m para la capa 2, y le sumamos la capa vegetal. Estas estructuras pudieron ser silos subterráneos para el almacenamiento directo de alimentos sólidos vegetales o cubetas auxiliares para material subsistencial de consumo a corto plazo o para contenedores y cualquier otro elemento subsidiario de la organización de la actividad cotidiana. Las dimensiones y características parecen apuntar a un asentamiento secundario estacional habitado por una comunidad de raíz posiblemente familiar, que formaría parte de grupos organizados que controlarían y articularían un vasto territorio de montaña y llano. El notable ajuar de la joven enterrada, especialmente las arandelas de Glycymeris y la variscita induce a proponer que su nivel económico les permitía poder adquirir estos preciados materiales procedentes del litoral mediterráneo y muy posiblemente de las minas de Can Tintorer (Gavà), a poco más de 100 km de distancia.

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Ca l’ Oliaire (Berga, Barcelona), un asentamiento neolítico en el umbral del IV milenio con residuos de sal...

Figura 5. a) residuos de sal y escamaciones en la cerámica provocadas por la sal (foto SEM); b) espectro de difracción de los residuos de sal.

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