Mármol blanco de Macael, breve acercamiento a sus orígenes, desarrollo e importancia histórica

May 24, 2017 | Autor: F. Martinez Sanchez | Categoría: Augustus, Marmorari, CANTERAS EXPLOTACION MARMOLES LUSITANIA, Macael, Canteras Romanas, Mármol época Romana
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Descripción

Mármol blanco de Macael, breve acercamiento a sus orígenes, desarrollo e importancia histórica. White marble of Macael, brief approach to its origins, development and historical importance.

Francisco Martínez Sánchez

Resumen Desde época romana, el mármol ha tenido una importancia capital en las sociedades mediterráneas, tanto en la construcción pública y privada como en la ornamentación más delicada. Entre todas las variedades, una de las más apreciadas a lo largo de la historia fue el mármol blanco de Macael, utilizado por muy diferentes culturas a lo largo de milenios y con una impronta esencial en la Historia del Arte. Sin embargo, todavía conocemos muy poco sobre sus orígenes, desarrollo e influencia; este breve trabajo representa un breve acercamiento a las canteras del oro blanco de Macael. Palabras clave: mármol – Macael – Augusto – canteras romanas – marmora.

Abstract Since Roman times, marble has been of prime importance in Mediterranean societies, both in public and private construction as well as in the most delicate ornamentation. Among all the varieties, one of the most appreciated throughout history was the white marble of Macael, used by very different cultures over millennia, leaving an essential trace in the History of Art. However, we still know very little about its origins, development and influence; this brief work represents a brief approach to Macael white gold quarries. Keywords: marble – Macael – Augustus – Roman quarries – marmora.

Introducción Si hacemos caso a Suetonio1, dejando al margen la propaganda que destila, cuando relata cómo Augusto “embelleció hasta tal punto Roma, cuyo ornato no se correspondía con la majestad del imperio y que, además, se encontraba expuesta a las inundaciones y a los incendios, que pudo con justicia jactarse de dejarla de mármol, habiéndola recibido de ladrillo”, entenderemos la importancia que la industria del mármol tenía en el Imperio Romano, no sólo como material constructivo sino como símbolo de la grandeza de Roma. Este proceso de marmorización de la capital tuvo, como es lógico, una rápida repercusión en el resto de provincias y grandes ciudades del Imperio, llevándose a cabo un cambio en la imagen de las mismas, el desarrollo de nuevas actividades económicas, técnicas y profesionales relacionadas con la nueva y masiva industria del mármol2, así como su prospección, transporte y comercialización a diversa escala por todo el Mediterráneo. En cuanto a Hispania, el breve comentario de Plinio el Viejo 3 al respecto de su riqueza minera, nos indica también la existencia de canteras de mármol en la Península y es sabido que muchas de ellas exportaban su producción al resto del Imperio, especialmente a Roma. Para este trabajo, y a pesar de las dificultades 4, me he centrado en el estudio de las minas de mármol blanco de Macael que, como historiador del Arte, no puedo dejar de elegir, a pesar de los no pocos impedimentos que he encontrado en la investigación llevada a cabo, como la intensa explotación de las minas en la actualidad, la escasa bibliografía5 y, a menudo, la poco fiable relación de piezas realizadas con el mármol extraído de sus entrañas, lo que me ha permitido únicamente esbozar una posible hipótesis sobre su importancia, producción e historia.

La importancia del mármol La Península Ibérica, especialmente el sur, es un territorio que podemos considerar bien provisto de yacimientos de mármol, sin embargo, en época prerromana no se emplearían ni en la construcción, que estaba monopolizada por la madera, la arcilla y la piedra, ni en la escultura. El caso de Macael, a pesar de que los argáricos tallaron algunos exvotos 1

Suetonio, Vida de los doce Césares, Libro II, 28.3 Ver Dionisio Urbina, Alejandro Sánchez, Manuel Lombardero y Manuel Regueiro. Mármoles romanos y canteras en Zephyrus, vol. 50, 1997, pp. 273-287. 3 Plinio, Historia Natural, Libro III, 3.30: “Casi toda Hispania es rica en minerales de plomo, hierro, cobre, plata, oro. La Citerior, además, en alabastro y la Bética en cinabrio. Hay también canteras de mármol.” 4 Como señala Isabel Rodà. El comercio de los Mármoles en Hispania en Histria Antiqua, 21/2012, pp. 85-91, una de las principales carencias en los estudios sobre el mármol en Hispania “es el conocimiento parcial de las canteras del mármol de la zona de Macael en la Sierra de Filabres de Almería y las vías de difusión de sus productos”. 5 Aunque hay que destacar al menos tres obras excepcionales como son M. Cisneros Cunchillos. Mármoles hispanos: Su empleo en la España romana. Zaragoza, 1988; Virginia García-Entero. El marmor en Hispania. Explotación, uso y difusión en época romana. Madrid, 2014 y A. M. Canto. Avances sobre la explotación del mármol en la España romana en Archivo Español de Arqueología, nº 50-51, 1977-1978, pp.165-189. 2

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rudimentarios en mármol blanco y de algunas noticias sobre su uso por los fenicios 6, no fue, grosso modo, distinto y no sería hasta la época de Augusto cuando comenzaron a ser explotadas masivamente, alcanzando su máxima producción a lo largo del siglo I. Hasta la consolidación del reinado de Augusto, las ciudades romanas de las tres provincias hispanas se levantarían gracias a los recursos -generalmente piedra poco vistosa recubierta de estuco- que sus áreas cercanas proporcionaban, por ejemplo7 Emporiae, Tarraco o la fase fundacional de Augusta Emerita, por lo que es evidente que el uso de los materiales locales resultó crucial para la inicial urbanización romana y resultarían imprescindibles tanto el conocimiento de los materiales usados por los indígenas, como una intensa prospección para localizar nuevas explotaciones. A raíz de la nueva política de Augusto, mediante la cual se produjo una imbricación entre el arte oficial y el uso del mármol8 -formalizando de paso un proyecto de renovación cultural que sería, al mismo tiempo, símbolo de una nueva era y de buen gobierno-, el empleo de este material pétreo se extendería9 en todo el Imperio y llevaría al inicio de la explotación de gran número de canteras hispanas10, cuyos mármoles se utilizaron en la renovación urbanística augustea. Es precisamente en esta época cuando el mármol blanco de Macael comienza a aparecer ampliamente documentado11 en algunas construcciones oficiales y privadas de las distintas ciudades de Hispania, tanto como material constructivo como ornamental.

Yacimiento, filones y producción Es sabido que, en época romana, las piedras no eran clasificadas por su composición geológica o química, sino más bien por alguna característica que pudiera identificarlas, tales como la apariencia externa, textura, el empleo al que fueran a destinarse e incluso por su procedencia geográfica, como los consabidos lapis specularis o el mármol pentelicum, por ejemplo. Evidente resulta, por tanto, la nomenclatura del mármol blanco de Macael, uno de los marmora de mejor calidad de Hispania que los 6

Me refiero, por ejemplo, al artículo Nuevos datos sobre el sarcófago fenicio hallado en Cádiz, publicado por EL PAÍS el 2 de Octubre de 1980, accesible en: http://elpais.com/diario/1980/10/02/cultura/339289207_850215.html que recogía lo que posteriormente parece haber sido demostrado. Ver Martín Almagro Gorbea, Ester López Rosendo, Alfredo Mederos Martín y Mariano Torres Ortiz. Los sarcófagos antropoides de la necrópolis de Cádiz en Maikane, nº 32, 2010, pp. 357-394. 7 Isabel Rodà. Opus cit. 8 Begoña Soler. Algunas consideraciones sobre el empleo privado del mármol en Carthago Nova en Mastia 2, 2003, pp. 149-187. 9 En realidad, este proceso fue mucho más complejo y los hechos que promoverían la adopción del mármol por la cultura romana han centrado numerosos estudios e investigaciones que indican que su introducción en Italia y difusión posterior son el resultado del importante proceso de helenización sufrido tras la conquista del Mediterráneo Oriental y que su incorporación, junto a la arquitectura monumental, fue el fruto de un proceso iniciado en el siglo II a.C. y que alcanzaría un fuerte impulso hacia finales de la república, cuando asimilados por la clase dirigente romana, que se convertiría en garante de su irradiación mediante numerosas construcciones públicas y privadas de Roma y la Italia central, convirtiéndolo en un signo de poder político y prestigio social que se acabaría imponiendo con Augusto y expandiendo al resto de provincias. 10 Isabel Rodà. Los mármoles de Itálica en Actas de las jornadas del 2200 aniversario de la fundación de Itálica, Sevilla, 1997, pp. 154-180. 11 En el teatro de Augusta Emerita y de Malaca, en la ciudad de Itálica, en domus y villae de Carthago Nova, etc.

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prospectores romanos localizarían gracias al conocimiento previo de las poblaciones locales y que explotarían junto a filones metálicos de cobre, plata, plomo e incluso oro12 en la provincia de Almería. En las cordilleras béticas orientales, las calizas y dolomías marmorizadas aparecen de manera frecuente en el Complejo Alpujárride, sin embargo, los depósitos más importantes aparecen en las unidades superiores del complejo Nevado-Filábride, que podemos localizar en Macael, Las Sabinas y Las Casas, siendo el de Macael 13 el principal yacimiento de mármoles homogéneos blancos sacaroideos14. Estas unidades en las que se encuentran las canteras de mármol explotadas por Roma son del tipo "Nevado-Lubrín" y "Bedar-Macael", de la era Triásica; sin embargo, el metamorfismo y posteriores deformaciones de estos materiales corresponden ya a la era Alpina15. Así pues, de las canteras de Macael se podían extraer mármoles blancos, grises y verdes, siendo los blancos los de mayor importancia, cuyas grandes bancadas de 50 a 100m de potencia, permitían la obtención de grandes bloques. Su característica más importante y por la que tuvieron fama desde la antigüedad, es que presentan un color blanco uniforme y grano medio y relativamente muy puro, aunque en algunos casos, pueden observarse ligeros veteados de calcita asociada a láminas de moscovita.

Actividad industrial y mano de obra Como ya se ha dicho, toda actividad minera comenzaba con los prospectores romanos, que desarrollaban un trabajo metódico y eficaz para localizar los filones a explotar valiéndose, muy probablemente, de la información que les proporcionarían los habitantes de la zona. Seleccionado el yacimiento, tras las calicatas y sondeos necesarios, la disponibilidad de mano de obra y herramientas especializadas resulta fundamental. En opinión de uno de los mayores expertos en este ámbito16, durante época imperial, parece que pudo existir un núcleo de población en las mismas canteras donde vivirían los trabajadores de las canteras, lo que comúnmente se conoce como Macael Viejo y, 12

Especialmente en Pilar de Jarabia, Herrerías y Sierra Almagrera, así como el oro de Rodalquilar; respecto a los materiales lapídeos, serían explotados en las canteras de Macael el Viejo, Chercos y Lubrín. Ver María J. Bernárdez Gómez y J. Carlos Guisado di Monti. La ingeniería minera romana del Lapis Specularis en Hispania en V Congreso de las Obras Públicas Romanas, Córdoba, 2010, pp. 403-428 para más información. 13 Cuyo mapa geológico a escala 1:50.000, realizado por el Instituto Geológico y Minero de España en 1973, se incluye al final del presente trabajo. 14 “Estas rocas se forman cuando calizas o dolomías son sometidas a procesos metamórficos que provocan la formación de cristales diagenéticos y metasomáticos de aragonito y/o calcita. Su aspecto final dependerá de la composición de los materiales de origen y de los procesos que hayan sufrido durante su formación. Así una caliza de gran pureza dará lugar a mármoles blancos de grano grueso y brillo sacaroideo (o de azúcar), aunque pueden adoptar tonalidades variables en función de las impurezas que contenga el mineral (verdes, ocres, amarillentos, asalmonados…)” en José Antonio Garrido y Sophie Gilotte. Los materiales constructivos del teatro romano de Guadix (Granada): caracterización e hipótesis sobre su origen en halshs-00879594, 2008, p. 26. 15 M. A. Bello, L. Martín y A. Martín. Identificación microquímica de mármol blanco de Macael en varios monumentos españoles en Materiales de construcción, vol. 42, nº 225, 1992, pp. 23- 30. 16 A. M. Canto. Opus cit., pp. 172-177.

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otro núcleo, seguramente algo mayor, donde estarían ubicadas las serrererías y situado junto al río Almanzora, antiguo Surbo para los romanos, en lo que hoy sería Fines-Olula del Río.17 Esto viene a coincidir con lo que sabemos respecto a la minería y cantería romana de estos siglos, donde la utilización y desgaste continuo de las herramientas específicas (picos, mazos, cuñas, sierras, etc.), hacía necesario su constante reafilado y reparación en hornos-fragua situados a boca de mina, que servían para la fabricación, el arreglo y rectificación del instrumental minero, lo que implica el asentamiento de profesionales en las mismas, tal y como se ha documentado18 en numerosas minas y canteras romanas. Por otro lado, y de igual manera que el resto de recursos mineros del imperio, el mármol requería una compleja infraestructura para su comercialización basada por un lado, en la red viaria19 y, por otro, en las rutas fluviales y marítimas, que serían las auténticas vías para la comercialización a gran escala de los mármoles. Siempre que fue posible, las canteras se orientaron20 a la fachada marítima para poder proceder de la manera más sencilla y económica a la salida de los bloques pétreos y productos semielaborados. Así pues, el hecho de que los aserraderos estuvieran situados junto al río21, que desembocaba en el Mediterráneo a menos de 80km de Carthago Nova, la cual contaba con una importante infraestructura portuaria y de instalaciones logísticas muy especializadas, tanto en canalizar riquezas mineras como en el comercio específico del mármol, surtiendo22 al mercado hispano con importantes tipos ornamentales como el mármol Pentelicum, Lunense, Luculleum, Phrygium, Carystium Scyrium, Chium, Numidicum y exportando a su vez marmor de Estremoz, Almadén o Macael, viene a apoyar esta teoría y la posible distribución en dos zonas diferenciadas de la cantera. La explotación de las canteras de Macael ha de considerarse teniendo en cuenta no sólo la composición geológica, sino que existen otras variables que la convertían en una posible explotación muy rentable: facilidad de extracción y transporte, cercanía de las construcciones demandantes, etc. A este respecto debemos tener en cuenta que, a diferencia de la minería subterránea, hidráulica u otras minerías a cielo abierto, la extracción de bloques de mármol resulta más sencilla y menos costosa en términos generales que, sumados al notable incremento del valor de mármol en esta época, harían muy interesante su explotación y que, junto a su industria secundaria asociada a la misma, dinamizaría económicamente toda la zona. 17

La ocupación romana está fuera de toda duda en esta última población, que dista apenas un kilómetro de Fines, ya que se conservan restos romanos, entre ellos un aljibe que aún se utilizaba en el siglo IX. 18 María J. Bernárdez Gómez y J. Carlos Guisado di Monti. Opus cit., p. 15. 19 Por ejemplo, podemos leer en Margarita Orfila Pons, P. Jesús Casado Millán y Manuel A. Castillo Rueda. La cantera romana del Cortijo del Canal (Albalote, Granada): composición, explotación y uso en construcción en Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 1996, pp. 389-394, que se ha documentado la existencia de una calzada con importantes huellas de uso dejadas por carros que transportaban grandes bloques para ser cortados en otro lugar más apropiado, no resultando un caso aislado, como ocurre también, por ejemplo, en la zona de Lens (Nimes). 20 Isabel Roda. Opus cit., p. 1. 21 Sobre todo si tenemos en cuenta que el mármol no se vendía y transportaba tal cual salía de la mina, sino que era sometido a una cierta elaboración y manufacturado a boca de mina normalmente o, como en este caso, en las serrerías cercanas que lo cortaban en fragmentos más transportables. 22 Begoña Soler. Opus cit., p. 24.

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Incidiendo en esta vertiente económica, se ha defendido23 que las canteras de Macael, debido fundamentalmente a su extensión y a la enorme dispersión alcanzada por sus mármoles, pudieron ser de propiedad imperial, lo que en mi opinión no es descartable ya que sabemos24 que, por ejemplo, las canteras de Almadén de la Plata también fueron propiedad pública durante cierto tiempo, aunque es probable que pasaran a posesión privada en un momento posterior. Esta importancia económica de la industria del mármol en Roma podemos deducirla del gran valor alcanzado por el mármol en época tardorrepublicana y no sólo eso, sino que se puede verificar a partir del columnarium25, gracias al cual, también podemos comenzar a vislumbrar un intervencionismo estatal en la administración y el comercio del mármol26. Con Augusto se iniciaría una política, mediante la cual, las canteras de mármol más importantes del Mediterráneo quedarían sujetas a un control imperial27, lo que concuerda con la hipótesis acerca de la propiedad imperial de Macael. Así mismo, no serían estas las únicas motivaciones políticas ya que resultó crucial la concesión del derecho latino a Hispania por parte de Vespasiano, a partir del cual, se produjo un aumento considerable del uso del mármol como parte de las manifestaciones evergéticas en materia de construcción pública y privada y de ornamentación estatuaria que, como vimos, fue constatado28 en gran parte de las ciudades y de los territorios de la Península Ibérica. En cualquier caso, y aunque no sabemos con certeza durante cuánto tiempo estuvieron activas las canteras de Macael, según los datos de los materiales encontrados en Itálica29, parece que estuvieron en funcionamiento al menos desde Vespasiano a los Severos30. Sin embargo, lo que es perfectamente posible es que una vez que la urbanización y monumentalización de las ciudades se llevó a cabo, los trabajos de construcción experimentarían, como es lógico, un fuerte retroceso y se vieron sustituidos por labores menores de reparación y mantenimiento, lo que llevaría a una progresiva decadencia en la cantera y su posterior abandono.

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Remito a A. M. Canto. Opus cit., pp. 172-177, aunque hay que destacar que, como sostienen S. F. Ramallo y R. Arana. Canteras romanas de Carthago Nova y alrededores. Murcia, 1987, no existe hasta ahora, documentación alguna que pueda confirmarlo. 24 Aurelio Padilla. Consideraciones en torno a la extracción del mármol en la Bética durante los siglos I-II en Habis, nº 23, 1999, pp. 271-281. 25 Una carga fiscal establecida por César para cada columna importada a Roma. 26 Como demuestra P. Pensabene. Il fenomeno del marmo nella Roma tardorrepublicana e imperiale en Studi Miscelanei, nº 31, 1998, pp. 333- 391. 27 Cesar Carreras. ¿Por qué Roma no hizo la revolución industrial? en Clío, nº 152, 2014, pp. 28-37. 28 José Beltrán, Oliva Rodríguez, Pedro López, Esther Ontiveros y Ruth Taylor. Las canteras romanas de mármol de Almadén de la Plata (Sevilla) en Virginia García-Entero. Opus cit., pp. 253-275 29 Donde además, gracias a dos inscripciones halladas, se ha podido documentar la existencia de una statio serrariorum Augustorum, un cuerpo de serradores de mármol imperiales, que podría apoyar la tesis de la propiedad imperial de las canteras cercanas. 30 Lorenzo Cara Barrionuevo y Juana Mª Rodríguez López. Hallazgo de una escultura romana en las proximidades del manantial de aguas termales de Alhama de Almería en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, V, 1992, pp. 401-420 y M. P. Lapuente, M. Cisneros y A. Ortiga. Contribución a la identificación de mármoles españoles empleados en la antigüedad en Noticiario Arqueoló-gico Hispánico, nº 30, 1988, pp. 257-274.

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Evolución histórica de la cantera de Macael No obstante, y a pesar de su inicio productivo en periodo romano y de los usos esporádicos del mármol de Macael realizados por otras culturas, la explotación y comercialización a gran escala comienza durante el período árabe, cuando la impulsaron de forma permanente desde aproximadamente los siglos X al XV. En este sentido, se ha constatado el uso de estos materiales pétreos en la construcción de Medina Azahara, especialmente en suelos, baños y capiteles del palacio. Además, encontramos el preciado mármol blanco en las 124 columnas del Patio de los Leones de la Alhambra31 de Granada así como, de nuevo, en sus suelos, escalones, tazas y pilares de sus fuentes. En este sentido, la comercialización y explotación de las canteras de Macael por vía marítima en época nazarí quedó demostrada a raíz del descubrimiento del pecio del Playazo de Rodalquilar32, donde se localizaron decenas de basas, capiteles, losas de pavimentos, etc. procedentes de la cantera almeriense. Posteriormente, la reutilización del material lapídeo tardorromano fue un comportamiento relativamente frecuente, siendo especialmente significativo su uso en la fase medieval cristiana33, en la que se convirtieron en la materia prima de otros elementos como sarcófagos, estatuas, etc. y en materiales constructivos, debido fundamentalmente a la importante edificación llevada a cabo en esta época. Del mismo modo, el mármol de Macael adquiriría una gran importancia gracias al redescubrimiento34 general de la Antigüedad clásica y, durante el Renacimiento, podremos encontrarlo35 en multitud de construcciones civiles y eclesiásticas en España, sirvan de ejemplo el cercano Castillo de Vélez-Blanco y la Catedral de la Encarnación de Almería, que presentan una arquitectura de transición entre gótico tardío y renacentista. Si avanzamos en el tiempo, ya en la era moderna, la explotación del mármol blanco de Macael propiciaría la construcción de la primera fábrica de aserrado y desbastado de piedra hecha en nuestro país, que data de 1836. Y más recientemente, incluso la arquitectura de vanguardia ha hecho uso de este material, como se puede comprobar en el Burj al Arab de Dubái o en los interiores de la controvertida Biblioteca Municipal de Kansas City, por poner sólo dos ejemplos.

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Ver M. A. Bello, L. Martín y A. Martín. Opus cit., donde se explica el procedimiento seguido para la identificación exacta del mármol de varios monumentos por medio de espectrofotometría de absorción atómica y de emisión de llama. 32 J. Blánquez Martínez, L. Roldán Gómez, S. Martínez Lillo, J. Martínez Maganto, F. Sáez y D. Bernal Casasola. La carta arqueológica subacuática de la costa de Almería (1983-1992). Madrid, 1998. 33 Virginia García-Entero y Sergio Vidal Álvarez. El uso del marmor en el yacimiento de Carranque (Toledo) en Virginia García-Entero. Opus cit., pp. 135-153. 34 J. Antonio González-Alcantud. Canteros y caciques en la lucha por el mármol. Macael: etnología e historia oral. Almería, 1990. 35 Ver Ángela Franco Mata. Escultura gótica española en materiales inorgánicos en Boletín del Museo Arqueológico Nacional, nº 21-23, pp. 151-166.

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Conclusiones Como se ha podido ver, el mármol blanco de Macael se ha usado para la estatuaria más delicada, la construcción más robusta o para embellecer edificios monumentales de todas las épocas y podemos decir que, casi todos los pueblos y culturas que tuvieron contacto con ellos se sintieron obligados utilizarlo, ya fueran los argáricos, los fenicios, los romanos, árabes o cristianos; incluso en la actualidad, siguen las canteras en funcionamiento, lo que demuestra la importancia atemporal de las mismas. Hoy, tras la gran crisis que ha azotado a nuestro país, especialmente al sector de la construcción, todavía subsisten 18 canteras en producción (de carácter público, otorgadas en concesión y que suman una superficie de 6.700 hectáreas) y, aun así, en la Sierra de los Filabres se extrae y elabora el 95% del material comercializado en España36, que ocupa el segundo lugar entre los países productores de mármol del mundo, tras Italia. Así pues, y a pesar de los problemas que hemos encontrado en la investigación de sus orígenes, debido especialmente a la destrucción de los frentes de explotaciones antiguos37 por la continuidad de las labores extractivas, parece suficientemente probado38 la extraordinaria importancia de las canteras de Macael en la Península Ibérica, también en periodo romano, pero especialmente por su influencia en la Historia del Arte.

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Anselmo Carretero Gómez. La industria del mármol en Almería. Almería, 1995. Ver José Beltrán Fortes y María Luisa Loza Azuaga. Explotación y uso de marmora malacitanos en época romana en SPAL, nº 7, 1998, pp. 129-147, donde advierten que “en la década de los 60 de nuestro siglo se destruyeron los frentes de explotación y el poblado romanos” de las canteras de Macael. 38 Incluso dejando al margen muchos monumentos y piezas que no me ha sido posible contrastar su origen, a pesar de que la tradición y buena parte de la bibliografía los adscribe a Macael, como son la Mezquita de Córdoba, la Capilla Real de los Reyes Católicos y el palacio de Carlos V en Granada; el Palacio Real y El Escorial de Madrid o el Kremlim de Moscú, entre otros muchos monumentos históricos. 37

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