Marina Pastor - Fia. Escultura s.XX - (24) F. Jameson - El posmodernismo (Intro)

September 17, 2017 | Autor: Manuel Cerezuela | Categoría: Art Theory
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Descripción

F. JAMESONEl arslfrnodcrttiunoo h tôglcacrilturzldd caprtrttno avanado. Ed Paid6gStudio. Barcelona1991.Peg.9-22(lntrodncclôn) INTRODUCCION Estos rlttimos afios se han carac{erizadopor un milenarismoinvertido en el que las premoniciones o redentoras,han sido sustituidaspor la conûcciôndel del futuro,ya sean catastrôficas finalde estoo aquello(el fin de la ideologia,del arteo de las dases sociales;la crisisdel leninismo,la socialdemocracia o el Estadodel bicnestar,etc., etc.):tomadosen conjunto,todos estosfen6menos puedenconsiderarsc constitutivoa de lo quecadavezcon mayorfrecucnciase llamaposmodemismo. La cuestiénde su existenciadependede la hipôtesisde una rupturaradicalo coupurcque por lo generalse remontaal final de la décadade los allos cincuentao a pdncipiosde la de 1ossesenta.Tal y comoel términomismosugiere,tal rudura se refacionacasi siemprecon la decadenciao la extinciôndel ya centenariomovimi€nto modsmista(o bian son su repudioestéticoo irlcolôgico).Asl, el expresionismo abstaclo en la pintura,cl êdstencialismo cn la lTlosofia, las formasfinalesde la representaciôn en la novela,las peliculasde los grsndesauteurso la escuelamodemistaen poesia(tal y como se ha y canonizado institucionalizado en la ob'radeWallaceStwens),sontodosellosconsiderados hoycomoel final,extraordinariamente froreciente, de un primerimpulsomodemistade cuyoagotamiento y desgaste ellos mismosdan fe. El cdâlogo de sus sucesoræpresenta,pues, un aspectoempirico,caôticoy heterogéneo: Andy Warhol y d pop aÉ, pero tambiénel realisrnofotogrâficoy, mâs atlâ de é1,el (Frank inseparables recusaciôn de ua implacable del modemismo LloydWright,Le Corbusier,Mies);en tal recusaciénel anâlisisy la criticaformal(de la transformaciôn modernista del edificioen algocercanoa la escutturao en un cone el gran riesgo de quedarseen las preocupacionesteôricastradicionalesacerca de la llamada , las teorias de las eetapasr y la historiografiateleolôgica.En este contexto, no obstante,algunas observacionesesencialespueden ocupar el lugar que mereceriauna discusiônteôrica mâs amplia de estos(muy reales)problemas. Una de las inquietudesque a menudodespiertanlas hipôtesisde periodizaciénhist6ricaes que tienden a pasar por alto las diferenciasy a proyectar una idea del periodo histôrico como una hornogeneidadcompacta (coartada por todas partes por signos de puntuaciôn y metamorfosis iirexplicables). Sin embargo,esto es lo que precisamenteme parece fundamentalpara captarel .Lo que no es sino el resultadode la canonizaciône institucionafizaciÉn académicadel movimientomodernistaen Eeneral,que puede fecharse al final de la década de los afios cincuenta. Seguramenteésta es una de las explicaciones màs ptausiblesde la emergenciadel posmodernismo en cuantotal, dado que la generaciôn /aÎhe

Politicsof Theoryr, New German Critique,32, primavera/verano,1984

mâs joven de los afios sesenta se enfrenta entonces con el movimientomodemo, situado anteriormente en la oposioôn, como con una rnasa de dâsicos muertos que, como Manxdijo en cierta ocasiôn,y en un contextodiferente,(gravitan corno una pesadillasobre la mente de los vivos>. Ën cuanto a la reacciôn posmodemista contra todo ello, en cualquier caso, debe sef,alarse igualmenteque sus propros rêsgos ofensivos 4esde la oscuridad y el material sexualmente expllcito hasta la obscenidad psicolôgica y las expresiones de abierta provocaciôn social y politica, que traÊciendentodo lo imaginable en los momentos mâs etatremosdel modernismc ya no escandalizana nadie, y que no solamente se reciben con la mayor complacencia, sino que ellos mismos se han institucionalizaooe incorporadea la cultura oficial de la sociedadoccidental. Lo que ha sucedido es que la producciôn€stêtica aclual se ha irilegrado en la produæiôn de mercanclas en general: la frenética urgenciâ econômica de producir constantemente nuevas oleadas refrescantesde géneros de apariencia cada vez mâs novedosa (desde los vestidos hasta los aviones), con cifras de negociossiempre crecientes,asigna una posiciôn y una funciôn estruc'turalcada vez mâs fundâmèntâl a la innovaciôn y la experimentaciônestética. El reconocimientode estal necesidades econômrcasse manifiestaen el apoyo institucionalde todo tipo puesto a disposiciôndel ade mâs nuevo, desde las fundaciones y subvenciones hasta los museos y otras formas de mecenazgo. De todas las artes,la srquitecturaes la que se encuentrapor su esenciamâs préximaa la economta,ya que, a través de las concesionesmunicipalesy los valores inmobiliarios mantienecon ella una relaciôn prâcticamente inmediata: no hay que sorprenderse, por tanto, de encontrar el extraordinario llorecimiento de la arquitectweposmodemasustentadoen el patronazgode las empresasmultinacionales,cuya expansi6ny desanollo son estriclamente conternporâneos de ella. Estos dos nue\ros fenômenos tienen una intenelaciôndialécticamâs profunda aûn que la simple ûnanciaciônindividualde tal o cual proyecto concreto y que rnâs adelante apuntaremos. Pero éste es el momento de llamar la atenciôn del lector sobre algo obvio: a seber, gue toda esta cultura posrnoclema,qué podriamosllamar estadounidense,es la expresiôn interna y superestructuralde toda una nueva ola de dominaciôn militar y econômica norteamericanade dimensiones mundiales: en este sêntido. como en toda la historia de las clases sociales,el trasfondode la cultura lo constituyenla sangre,la tortura, la muerte y el honor. El primer punto que se debe estableceren cuanto al concepto de periodizaciônhistôrica de las pautas culturalesdominantes es, por tanto, que, incluso aunque todos los rasgos constitutivosdel posmodernismo fueran idénticosy continuoscon respectoa los del modernismomâs antiguo-posiciôn que considero demostrativamente reftrtable, pero que sôlo un anâlisis mâs amplio del modernismo propiamentedicho podria disipar-, ambos fenômenos seguirian siendo perentoriamentedistintos en cuanto a su significaciôny a su lunciôn social, debido al lugar netamentediferenteque ocupa el posmodernismoen el sistema econômicodel capttalismo,avanzado y, lo que es mâs, debido a la transformacién de la esferamisma de la cufturaen ia sociedadcontemporânea. Retomaremosesta tesis al final del ensayo, pero ahora debemos atender brevementea otra clâsede objeciôncontrala periodizaciônhistôrica,un prejuiciode ordendistintosobresu presuntodesdén de la heterogeneidad,que aparece a menudo en el pensamiento de izquierdas. Hay ciertamenteuna extraflay casi sartreanaironia -una l6gicade la victoriapinica- que pareceacompafiara todo intentode describirun esistema>,una dinâmicatotalizadoracomo la que se detectaen el movimientode la sociedad Sucedeque la potenciaperceptivadel lectordisminuyeen la misma proporci6nen que contemporânea. totalizadora.El libro de âumentâla potenciadescriptivade un sistemao de una lôgica progresivamente Foucaultsobrela prisiônes el mâs obvioejemplode ello: en la medidaen que el teôricotnunfa,de hecho, al construirla descripciônde una mâquinaterrorificay cada vez mâs cerrada,en esa misma medida fracasa,puesto que la câpacidadcritica de su trabajo queda entoncesparalizada,y los impulsosde rechazoy rwuelta -por no hablar de los de transfornaciôn social- se percibencomo algo vano y trivial a la vistadel propiomodelo Ello no obstante,consideroque el ûnico modo de abarcary registrarla diferenciagenuinadel posmodernismo es mostrarloa la luz del conceptode norma hegemônicao de lôgicaculturaldominante. Estoy muy lejos de pensar que toda la producciôn cultural de nuestros dlas es {posmodernar en el ampliosentidoque confieroa este término;lo posmodemoes, a pesar de todo, el campode fuezas en el que han de abrirsepaso impulsosculturalesde muy diferentesespecies(lo que RaymondWilliamsha designadoa menudo como formas
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