Maria Luisa Manrique de Lara

PRESENTACIÓN: Buenas tardes tengáis todos vosotros, querida amiga Sor Juana, ilustrísimo arzobispo. Natural de nuestra madre patria, he nacido en la cuna de una honrada casa, la de los Manrique de Lara. Sin embargo, no sólo en esto he sido favorecida. Con la gracia de nuestro señor, vuestra excelencia, el rey, ha distinguido con el favor de su confianza a mi esposo Tomás de la Cerda, Márquez de la Laguna, otorgándole el honor de servir como su representante en esta tierra, La Nueva España donde, después de un largo viaje entre Madrid y Méjico, he saciado mi curiosidad por conoceros, Sor Juana. He sido convidada el día de hoy a estar presente en este examen vuestro, amiga mía. Puedo estar segura que todo os saldrá de maravilla, puesto que confió que vuestra sabiduría y vastos conocimientos os ayudaran.

VIRREINA: Se dice que tienes la más grande biblioteca de América, con libros esplendidos. Pero son libros peligros: Descartes, Gassendi, Kircher… nadie osa leerlos en España.
SOR JUANA: Pero esto es Nueva España, mi señora. Estamos más lejos de Roma.
VIRREINA: Pero no de la inquisición.