Marchitez bacteriana en tomate Ralstonia solanacearum, sus características y manejo integrado

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Descripción





ESCUELA DE CIENCIAS AGROAMBIENTALES
ESPECIALIZACIÓN EN CULTIVOS TROPICALES
CURSO EPIDEMIOLOGÍA APLICADA AL MANEJO DE LOS CULTIVOS TROPICALES

TÍTULO:

LA MANCHA BACTERIANA DEL TOMATE Ralstonia solanacearum, SUS CARACTERÍSTICAS Y MANEJO INTEGRADO

FACILITADOR:

Dr. JOSÉ ALBERTO YAU

PRESENTADO POR:


ELVIS ENRÍQUEZ ORTEGA
CIP 4-194-827



DAVID, CHIRIQUÍ, AGOSTO, 2015.






LA MANCHA BACTERIANA DEL TOMATE Ralstonia solanacearum, SUS CARACTERÍSTICAS Y MANEJO INTEGRADO

Introducción
El tomate, (Lycopersicum solanum=esculentum), está considerado como la hortaliza más importante del mundo, por su variedad de usos y consumo generalizado. Perteneciente a la familia de las solanáceas, es originario de la América andina, pero fue en México donde se adaptó para el cultivo, y posteriormente fue llevado por españoles y portugueses al resto del mundo. (Diaz, 2014)

El mayor consumo del tomate es fresco, pero también se utiliza como materia prima para elaborar pastas, salsas, purés, jugos, etc., gracias a los avances tecnológicos para su procesamiento y a las modificaciones en los gustos y costumbres de las nuevas generaciones, lo que exige calidad en cuanto a su distribución y venta en fresco, determinando y condicionando nichos de mercado. (Ministerio de Fomento, Agosto, 2007)

La producción mundial de tomate está en permanente aumento, no solo como consecuencia del incremento de las áreas cultivadas, sino de forma muy especial por la mejora en los avances tecnológicos que permiten incrementar los rendimientos con nuevas variedades, y formas de cultivo. (Escalona, Alvarado, Monardes, Urbina, & Martín, 2009)

El presente estudio es una consideración de fuentes bibliográficas consultadas en medios escritos y de la red de internet que nos plantean la importancia económica del Cultivo del tomate, sus características taxonómicas, factores de productividad, morfología, y las consideraciones previas así como los conocimientos básicos que son necesarios para establecer un Manejo Integrado del cultivo y finalmente enfatizando con claridad en el control integrado de la marchitez bacteriana causada por Ralstonia (antes Pseudomonas) solanacearum que interfieren con la producción y cultivo del tomate.
Abstracts
The tomato (Solanum Lycopersicum solanum = esculentum ), is considered the most important vegetable in the world, for its variety of uses and widespread consumption. Belonging to the family of the Solanaceae, it is native to the Andean America, but was in Mexico where adapted to cultivation, and was subsequently taken by Spanish and Portuguese to the rest of the world. (Diaz, 2014)

The increased consumption of tomato is fresh, but also used as raw material to produce pastas, sauces, purees, juices, etc., thanks to technological advancements for processing and the changes in the tastes and customs of new generations, which requires quality in terms of its distribution and sale in fresh, determining and conditioning market niches. (Ministry of public works, August, 2007)

World production of tomato is in permanent increase, not only as a result of the increase of cultivated areas, but in particular by the improvement in the technological advances that allow increase yields with new varieties and forms of cultivation. (Escalona, Alvarado, Monardes, Urbina, & Martin, 2009)

The present study is a consideration of bibliographic sources in print media and the internet network posed the tomato growing economic importance, its taxonomic characteristics, factors of productivity, morphology, and the previous considerations as well as the basic knowledge which are necessary to establish an integrated management of the crop and finally focusing clearly on the integrated control of bacterial wilt caused by Ralstonia (formerly Pseudomonas) solanacearum that interfere with the production and the tomato crop.






Objetivos:
Objetivo principal:
Exponer la importancia de La mancha bacteriana del tomate Ralstonia solanacearum, sus características y manejo integrado

Objetivos secundarios:
Resaltar y poner de manifiesto la gran importancia del cultivo del tomate a nivel Mundial, regional y en nuestro país.

Obtener toda la información que se tenga al alcance y relacionada con Ralstonia solanacearum su control y manejo integrado (MIP), en el cultivo de tomate.

Recomendar un plan de manejo integrado de Ralstonia solanacearum en el cultivo del tomate.

Revisión de Literatura

Taxonomía y Morfología de la planta de tomate:
Familia: Solanaceae.
Especie: Lycopersicon esculentum Mill.
El tomate cultivado actualmente (Lycopersicon esculentum) probablemente se deriva de un ancestro que aún se encuentra en forma silvestre en los trópicos de Centro América y que se conoce comúnmente como "tomatillo" (L. esculentum var. cerasiforme). Ambos pertenecen a la familia de las solanáceas (Solanaceae), que incluye otras plantas comestibles domesticadas (chile, papa, berenjena), poco domesticadas, no domesticadas pero de uso tradicional (hierbamora, vuélvete-loco) y otras sin ningún uso actual. La familia es de fácil reconocimiento en el campo por ciertas características botánicas. Típicamente, sus miembros contienen alcaloides (en el caso del tomate, tomatina) en concentraciones variables, dependiendo de la especie y parte de la planta de que se trate
El mejoramiento ha generado muchas variadades distintas para fines muy específicos.

Planta: El tomate puede presentar básicamente dos hábitos de crecimiento: determinado e indeterminado. La planta indeterminada es la normal y se caracteriza por tener un crecimiento extensivo, postrado, desordenado y sin límite, la planta determinada tiene tallos con segmentos que presentan progresivamente menos hojas por inflorescencia y terminan en una inflorescencia, lo que resulta en un crecimiento limitado.

Sistema radical: El sistema radical alcanza una profundidad de hasta 2 m, con una raíz pivotante y muchas raíces secundarias. Sin embargo, bajo ciertas condiciones de cultivo, se daña la raíz pivotante y la planta desarrolla resulta en un sistema radical fasciculado, en que dominan raíces adventicias y que se concentran en los primeros 30 cm del perfil.

Tallo principal: Los tallos son ligeramente angulosos, semileñosos, de grosor mediano y con tricomas (pilosidades), simples y glandulares. Eje con un grosor que oscila entre 2-4 cm en su base, sobre el que se van desarrollando las hojas, tallos secundarios e inflorescencias.

Hojas: Las hojas son compuestas e imparipinnadas, con foliolos peciolados, lobulados y con borde dentado, en número de 7 a 9 y recubiertos de pelos glandulares. Las hojas se disponen de forma alternada sobre el tallo.

Flor: La flor del tomate es perfecta. Consta de 5 o más sépalos, de igual número de pétalos de color amarillo dispuestos de forma helicoidal y de igual número de estambres que se alternan con los pétalos. Los estambres están soldados por las anteras y forman un cono estaminal que envuelve al gineceo y evitan la polinización cruzada. El ovario es bi o plurilocular. Las flores se agrupan en inflorescencias denominadas comúnmente como "racimos".

Fruto: baya bi o plurilocular que puede alcanzar un peso que oscila entre unos pocos miligramos y 600 gramos. Está constituido por el pericarpio, el tejido placentario y las semillas. (Escalona, Alvarado, Monardes, Urbina, & Martín, 2009)
Aspecto del fruto de tomate en la planta:


Morfología del fruto del tomate:



Crecimiento y desarrollo del cultivo del tomate:
El tomate necesita de varios factores de crecimiento para su desarrollo). La planta obtiene el agua y los nutrimentos del suelo; del aire, el dióxido de carbono (para realizar la fotosíntesis) y el oxígeno (para respirar). La fotosíntesis suministra a la planta los carbohidratos que necesita y, consecuentemente, cuanto mayor sea el suministro de los factores necesarios para la fotosíntesis, mejor será su nivel nutricional. La respiración utiliza los carbohidratos para generar la energía que la planta necesita para realizar la mayor parte de los procesos de crecimiento y desarrollo y, como consecuencia, un buen suministro de oxígeno mejora su nivel energético. Las raíces también necesitan respirar; los suelos con exceso de agua no ofrecen el nivel de oxígeno adecuado para la respiración. Es necesario suministrar los factores de crecimiento para mantener a la planta sana y vigorosa, de tal modo que pueda enfrentar condiciones tales como la competencia de otras plantas y los ataques de insectos y patógena.




La planta obtiene el agua y los nutrimentos del suelo; del aire, el dióxido de carbono (para realizar la fotosíntesis) y el oxígeno (para respirar).

Fuente de la figura: (CATIE, 1990)

El tomate es un cultivo con capacidad de crecer en condiciones climáticas muy variadas. En la región el tomate es cultivado en altura (altiplanos de Guatemala, Costa Rica, Honduras) y en los valles bajos del trópico seco, con riego. En general, en las áreas altas se siembra tomate para mesa, de hábito indeterminado, con buenos rendimientos. Sus problemas de insectos plagas no son muy serios y las malezas y enfermedades lo serán de manera variable según sea la cantidad y la distribución de la precipitación durante el ciclo del cultivo. El factor más limitante de la producción de tomate de altura es el riesgo de heladas o temperaturas bajas que prevengan o retrasen el desarrollo del cultivo. Las variedades de tomate que se siembran en los valles bajos del trópico seco o intermedio, normalmente bajo riego, son de crecimiento determinado y, en general, para procesamiento industrial. Bajo estas condiciones climáticas, los insectos plagas pueden ser factores limitantes a la producción y las enfermedades serán más o menos serias dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad relativa del lugar. Las malezas no constituyen un gran problema para la producción de tomate bajo riego ya que sus poblaciones responden al riego y, por consiguiente, son predecibles y manejables. (CATIE, 1990).

Fenología del cultivo de tomate:
Etapas fenológicas:
La diversidad de microclimas en los que se cultiva el tomate hace difícil una generalización de la fenología del cultivo. Sin embargo, se considera necesario la presentación de los estadios de desarrollo y su duración para una de las condiciones comunes de las áreas tomateras de la región.
La plántula de tomate se mantiene en el semillero por 20 a 25 días. Luego del trasplante, el tomate continúa en su etapa vegetativa por unos 30 a 35 días más y, a los 50 o 60 días (30 a 35 días después de la siembra, DDS), inicia la floración. La etapa reproductiva, floración y fructificación, se extiende por unos 32 a 40 días antes de la cosecha, la cual se inicia a los 62-75 DDS. Bajo condiciones de buena nutrición y buena sanidad del cultivo, se realizan hasta 6 o 7 cortes, según la variedad, durante un período de 20 a 25 días. En este ejemplo, para las condiciones de producción mencionadas, el ciclo total del cultivo, desde la siembra hasta el último corte, oscila entre los 82 y los 100 días.
Diferentes etapas fenológicas de una planta de tomate de ciclo de crecimiento determinado.

Fuente: (CATIE, 1990)

Aspectos Económicos del cultivo del tomate:
El tomate es la hortaliza de mayor valor económico cultivada en todo el mundo. Su demanda aumenta continuamente y con ella su cultivo, producción y comercio. El incremento anual de la producción en los últimos años se debe principalmente al aumento en el rendimiento, y en menor proporción al aumento de la superficie. Es cultivado en muchas zonas, con amplia variabilidad de condiciones de clima y suelo, aunque se cultiva principalmente en climas secos, tanto para producción en estado fresco como para uso agroindustrial. La producción global de tomates para consumo en fresco y proceso se estimaba en 108 millones de toneladas métricas, con un rendimiento promedio de 36 ton / ha. Asia produce más de la mitad del tomate que se produce en el mundo. De acuerdo a cifras de FAO, el comercio mundial de tomate y sus productos creció en un 33% entre 1991 y 2001, debido fundamentalmente a los tomates frescos, cuyo comercio explica el 75% de este aumento. La pulpa y el jugo de tomates se han mantenido relativamente constantes en términos de valor de exportación. La pulpa de tomates es el principal producto que se obtiene del proceso agroindustrial del tomate, con una producción mundial que subió de las 2,74 millones de toneladas en 1990, a los 4 millones de toneladas en 2002. Estados Unidos produce más del 40% del total de la producción mundial. Los mayores productores mundiales de pasta de tomates, después de los EE.UU. son Italia, Turquía, Grecia y China. En los últimos años China ha tomado un rol protagónico en el comercio mundial de tomates. En lo que se refiere a tomate para consumo fresco, los siguientes son los principales países productores (FAO). (Diaz, 2014).

producción Mundial de Tomates
(1,000 toneladas)

2006
2007
2008
2009
2010
Mundo
130,066,090
137,153,333
141,119,873
153,833,368
145,751,507
Fuente: FAOSTAT; (Diaz, 2014)



Exportaciones Mundiales de Tomate
2007-2011
Valores en Miles de US$
Exportaciones
Valores en Miles de US$



2007
2008
2009
2010
2011
Estimación Mundo
67.754.130
7.329.457
7.054.196
8.177.353
8.302.873
Fuente: Fuente: TradeMap; (Diaz, 2014).

Principales Exportadores de tomate:
En los últimos cinco años el principal exportador de Tomates es México, con exportaciones que alcanzaron los US$ 1.068 millones en el año 2007, lo cual a pesar de las diversas variaciones que ha experimentado en este periodo, reflejó un ligero incremento, para mantenerse en primer lugar, en cuanto a las exportaciones de tomates se refiere.

Principales Exportadores de Tomates
2007-2011 (En Miles de US$)
Exportadores
2007 2008
2009
2010
2011
Mundo
6.754.130
7.329.457
7.054.196
8.177.353
8.302.873
México
1.068.625
1.205.392
1.210.757
1.595.315
2.093.141
Países Bajos (Holanda)
1.551.311
1.750.464
1.571.212
1.678.338
1.527.815
España
1.177.210
1.247.539
1.136.797
1.085.792
1.173.940
Marruecos
203.923
265.45
303.99
299.705
446.677
Turquía
297.176
388.584
406.505
476.874
432.553
Francia
270.93
288.546
299.248
355.118
367.293
Canadá
270.647
310.637
296.174
356.411
356.596
Estados Unidos de América
311.067
332.942
316.743
373.626
353.99
Fuente: TradeMap. (Diaz, 2014)

Países Bajos (Holanda) y España son países que sobrepasan la barrera de los Mil millones de dólares como valor exportado de tomate para el año 2006, ambos registraron un monto superior a los US$ 1.55 y US$ 1.177 millones, respectivamente. Marruecos, Turquía y Francia exportan una gran cantidad del total de las exportaciones mundiales de Tomates, en conjunto exportaron un monto US$ 772 millones de dólares. (Diaz, 2014)

Producción regional de Centroamérica:
En Centroamérica, tanto por la superficie dedicada a la siembra, como por el valor de producción que alcanza sendas divisas generadas por este cultivo es la hortaliza de mayor valor económico. Genera una gran cantidad empleos por su alto uso de mano de obra, promoviendo una considerable actividad económica por el monto de insumos y horas/hombre dedicadas a su producción, mercadeo y agroindustria. Por otro lado, ofrece un considerable valor nutricional para la población centroamericana, siendo una fuente importante de vitaminas y minerales, con un consumo per cápita diario de 30 g por habitante. (CATIE, 1990).
En Centro América, Guatemala es el mayor productor con casi 380.000t anuales, sin embargo su consumo supera el 90% de dicha producción, por lo que exporta alrededor de 24.000t e importa 3.000 t. El Salvador produce 44.000 t, pero consume 143.000 t por lo que importa alrededor de 100.000 t, Honduras producía 160.000 t y las consumía casi en su totalidad, importó 1,500 t y exportó 2.600 t, sin embargo, su producción se ha visto afectada por plagas y malos manejos de postcosecha. Panamá Produce 6.000 t, pero consume 8.000, por lo que debe de importar alrededor de 2.000 t. (López, 2012).
En Centro América el tomate es un producto de consumo fresco principalmente. Para los últimos años el consumo de tomate para la industria ha registrado altos incrementos en sus áreas sembradas.
Las siembras de este rubro son estacionales y responden a las expectativas de los precios por parte de los productores, quienes también se ven influidos por la disposición de tierras y agua. Los rendimientos obedecen a la tecnología utilizada en el cultivo, los factores climatológicos y la incidencia de plagas y enfermedades. La falta de estabilidad en la oferta y la vida perecedera del producto hace que sean muy fluctuantes sus precios en el mercado.
Los productores de la región tienen acceso a una alta tecnología. Se hacen grandes inversiones en insumos e implementos. Estas inversiones, en combinación con las grandes fluctuaciones en los precios, representan altos riesgos para los productores de tomate.
Una de las fuentes de riesgo más importantes para el productor son las plagas, que pueden ocasionar pérdidas en el rendimiento y calidad del producto, reduciendo los ingresos del agricultor. Los principales problemas reportados en el cultivo son los insectos dañinos y las enfermedades. Respecto a los primeros, se han reportado en Panamá pérdidas de 10-50% debido al enrollador de la hoja (Keiferia spp.). (CATIE, 1990)
Las reducciones en el rendimiento causadas por el gusano del fruto (Heliothis spp.) son para Costa Rica y Panamá de un 10% y para Guatemala de un 20 al 40%. Respecto a problemas patológicos, se reportan para Costa Rica pérdidas debido a enfermedades del fruto de un 10-15%. En el caso de la marchitez bacterial se informa de pérdidas de un 20-30% en Panamá, un 50% en Costa Rica y un 40% en El Salvador. Debido a otros problemas patológicos como tizones, se reportan pérdidas altas en cantidad y calidad en Guatemala y Costa Rica. Debido a virus, se reportan reducciones de rendimiento de 10-40% en Costa Rica y de 5-30% en Panamá.
La reducción de los rendimientos debido a las plagas afecta negativamente las ganancias del agricultor. Al combatir las plagas el productor espera recibir beneficios por su acción. Para garantizar esto, se deben controlar las plagas solamente cuando el costo de su control es menor que los beneficios esperados. Los productores de la región han respondido a las pérdidas en la producción debidas a las plagas con una alta inversión de recursos en su combate. (CATIE, 1990)
En la región centroamericana el gasto de plaguicidas para el control de insectos y enfermedades representa entre el 12% y el 22% de los costos directos de producción. Este gasto y el costo de su aplicación representan entre el 20% y el 30% de los costos totales directos. Las malezas son de menor importancia económica en el cultivo de tomate. Se controlan principalmente con limpias manuales y aporques; sin embargo en algunas ocasiones se utilizan herbicidas. (CATIE, 1990).
El manejo integrado de plagas (MIP) es una forma de mantener los cultivos de manera que el daño de enfermedades y plagas esté bajo el nivel económicamente aceptable. Eso también reduce el riesgo de la salud humana y el medio ambiente, y también el costo de los productores. El MIP es una combinación de varias medidas de control de enfermedades y plagas. Antes de tomar medidas de control, es fundamental arreglar la situación de los cultivos para mantener la sanidad vegetal desde el punto de vista de la prevención de enfermedades y plagas. Es decir la preparación del suelo, abonamiento, riego y drenaje, etc. A demás de arreglar la situación física, se requiere atención diaria para saber el estado del cultivo, la aparición de enfermedades y plagas. Eso se realiza por observación. Observar y dar atención a los cultivos son otros elementos fundamentales para el MIP. Es seguro que vale la pena para mantener la sanidad vegetal con menos costos y más efectividad. (MINSA, 2010).

Bases Ecológicas del Manejo Integrado de Plagas
La tendencia predominante durante años, ante el problema de las plagas, ha sido la de utilizar con mayor énfasis un sólo método de combate, con preferencia el uso de los plaguicidas sintéticos. Esta tendencia se originó en la segunda mitad del siglo diecinueve, con el uso de varias sales metálicas y compuestos arsenicales para combatir insectos, malezas y hongos en plantas cultivadas. Sin embargo, sólo llega a su etapa de mayor difusión, después de la segunda guerra mundial, a partir de la introducción del insecticida DDT, del herbicida 2,4-D y de herbicidas residuales en los años 50.
Desde entonces la producción de plaguicidas se ha incrementado, ya que su éxito inicial acentuó la tendencia a confiar demasiado en su efectividad. Paralelamente se da el abandono virtual de las investigaciones sobre otras opciones de manejo de plagas, como las prácticas culturales y el control biológico.
No obstante, en las últimas décadas se ha percibido una reevaluación del dogma del uso unilateral de productos químicos. Durante el período de 1951 a 1977, se incrementó en 3,000 veces la producción de plaguicidas en Estados Unidos, y simultáneamente se duplicó el porcentaje de los cultivos perdidos por el ataque de plagas. (CATIE, 1990)
El fenómeno del uso cada vez mayor de productos contra un número creciente de plagas, se denomina el círculo vicioso de los plaguicidas y se debe fundamentalmente a tres procesos biológicos: resistencia, resurgimiento de plagas primarias, y brote de plagas secundarías. A continuación se explican estos procesos.

Resistencia es un término que se refiere a la tendencia de un plaguicida a perder su efectividad tras su repetido uso contra una plaga. Es un fenómeno común en el agro centroamericano. Se ha visto con frecuencia la introducción de un nuevo producto "fulminante", que el primer año da resultados extraordinarios. En el segundo o tercer año, sin embargo, requiere una dosis doble para lograr el mismo efecto. En el quinto o sexto año habrá perdido su efectividad. Las plagas se han vuelto resistentes al producto, se observa la proliferación de casos de resistencia versus la tasa de introducción al mercado de productos nuevos. Es claro que, de no cambiarse esta situación, llegará el día en que no exista ningún producto efectivo.

El resurgimiento de plagas primarias ocurre cuando una plaga expuesta a las aplicaciones, reaparece a niveles mayores que los anteriormente encontrados. Esto se debe a que el plaguicida afecta o interfiere con el control que ejercen los enemigos naturales (en el caso de insectos pueden ser otros insectos depredadores o parásitos). Es común que estos ayuden, aunque sea parcialmente, a controlar la población de la plaga. El tratamiento con un producto de espectro amplio, no solamente suprime la población de la plaga, sino también sus enemigos naturales. Estando las dos poblaciones en niveles muy bajos, los pocos enemigos que quedan no pueden encontrar suficientes presas (plagas) para sobrevivir, mueren de inanición o emigran del área. En esta forma, los pocos individuos resistentes de la plaga pueden multiplicarse sin control alguno por parte de sus enemigos, resurgiendo así a niveles de población mayores que antes Un brote de plagas secundarias ocurre por medio de un proceso parecido al anterior. En cualquier agroecosistema hay muchas especies presentes en pequeños números que potencialmente podrían ser plagas (porque se alimentan del cultivo o compiten con él). Sin embargo, no tienen el estatus de plaga porque sus poblaciones son tan escasas que no provocan daño económico. Son limitadas precisamente porque sus enemigos naturales las controlan. Sin embargo, al eliminar dichos enemigos con el uso reiterado de plaguicidas de amplio espectro, sus poblaciones crecen hasta adquirir el estatus de plaga. En realidad, la única diferencia entre la plaga primaria y la secundaria es el grado de control natural presente antes de aplicar el producto: en el caso de la primaría, no es suficiente como para prevenir el daño económico mientras que en el caso de la secundaria sí lo es. Este fenómeno se puede estar dando ya en otros cultivos como las hortalizas. El reto de los fítoproteccionistas debe ser el de evitar que los cultivos lleguen a las etapas de crisis y desastre, pasando directamente a la de control supervisado y luego al manejo integrado. (CATIE, 1990) (MINSA, 2010).

La conservación de los recursos naturales en un país o una región fortalece los programas de manejo integrado de plagas.
En efecto, la fertilidad de los suelos y la sostenibilidad de los sistemas de cultivo dependen de la permanencia de la cobertura vegetal y de los bosques que forman parte de las cuencas. La preservación de reservas biológicas y el manejo apropiado de los bosques hace posible el mantenimiento de la biodiversidad tanto de la flora como de la fauna. La flora contiene el germoplasma de donde se extraen materiales genéticos para el mejoramiento de los cultivos, además de mantener especies de valor industrial, médico y estético. (CATIE, 1990).

Bases Económicas del Manejo Integrado de Plagas:
Las acciones relacionadas con el manejo de las plagas agrícolas implican el uso de recursos que por lo general son escasos, tales como la tierra, la mano de obra y los insumos. A nivel de finca se usa mano de obra familiar y contratada para realizar labores culturales, aplicación de plaguicidas, muestreo de plagas y tareas afines. También se utiliza capital en la compra de plaguicidas, semilla seleccionada, equipos de aspersión y otros insumos. La utilización de estos recursos representa costos que el agricultor y la comunidad en general deben atender.
Existen otros costos que afrontan los miembros de la sociedad, los cuales son de dos tipos: los gastos que requieren los programas de fitoprotección realizados por las instituciones del gobierno y los costos de acciones de fitoprotección que causan impactos negativos e indeseables como son la contaminación del ambiente, daños a la salud humana y animal, y la creación de resistencia en insectos, generalmente relacionados con el uso de plaguicidas. Sin embargo, los impactos negativos no están limitados al uso de plaguicidas; el uso inapropiado de algún agente de control natural podría generar costos, si no es específico para la plaga en cuestión y la medida de control se vuelve contraproducente. Asimismo, algunas prácticas culturales que benefician a un agricultor pueden causar un problema a otros agricultores o a la comunidad.
Los factores que influyen económicamente en los programas de MIP varían, al igual que los factores ecológicos, grupos de productores y áreas geográficas. Por eso, para que los pro-gramas de MIP sean económicamente aceptables y eficientes tienen que ser desarrollados y modificados tomando en cuenta las características específicas de la región y de los grupos de agricultores.
La incertidumbre, un factor inherente a la agricultura, tiene una particular relevancia relacionada con las plagas, ya que induce a los agricultores a hacer aplicaciones preventivas, con el uso económicamente ineficiente de los plaguicidas. La incertidumbre se reduce con la inversión de recursos para determinar el nivel de la presencia de las plagas, lo cual mejora el uso de los controles a ser aplicados. Los umbrales económicos y los sistemas de alarmas tienen este enfoque. Para que la inversión hecha en la información sea económica, la reducción de los costos de aplicación de los controles y cualquier diferencia en el valor de la producción, tiene que ser mayor que esa inversión. (CATIE, 1990); (MINSA, 2010).

Bases Sociales del Manejo Integrado de Plagas:
A veces la inversión en algunas tácticas de control no resulta rentable, porque implica gastos demasiado altos comparados con los beneficios recibidos por el agricultor individual (ejemplo: un sistema de alarma). También los beneficios provenientes de algunas tácticas, no se limitan necesariamente al agricultor que hace la inversión (ejemplo: control biológico). En estos casos el gobierno, actuando para el conjunto de beneficiarios (la sociedad) puede considerar la inversión, e implementar el control, siempre que los beneficios esperados sean mayores que los costos. Inversiones de esta naturaleza requieren una evaluación de los beneficios sociales netos. Los costos incluyen la inversión directa y cualquier otro costo indirecto o negativo (externalidades) que podrían resultar del programa. La determinación de los beneficios tiene que considerar los beneficios directos de una mayor producción y reducción de costos de fitoprotección a nivel de finca para los productores beneficiarios. Adicionalmente, tiene que incluir los beneficios indirectos que podrían resultar de una reducción del uso de plaguicidas, por ejemplo la reducción en los casos de intoxicación en usuarios o consumidores del producto final, así como un menor deterioro del medio ambiente.

Fundamentos del Manejo Integrado de Plagas
El término genérico de "plaga" designa a cualquier organismo que afecta a un cultivo, ya sea en forma directa o indirecta, causando pérdidas económicas. Existen plagas invertebradas (insectos, ácaros, nematodos, moluscos), organismos patógenos (hongos, bacterias, virus), las malezas y los vertebrados (roedores, pájaros).
Se puede definir al manejo integrado de plagas como la selección y aplicación de prácticas de combate de plagas, basadas en consecuencias predecibles de tipo económico, ecológico y sociológico. (CATIE, 1990). (Cisneros, 1992).
El MIP tiene fundamentos o ideas centrales, que constituyen las bases sobre las que debe apoyarse cualquier programa de control. Esos fundamentos son:

El agroecosistema
Comprende una serie de componentes en íntima relación que incluyen el cultivo, el suelo, las hierbas, la fauna, etc. Dichos componentes se consideran como subunidades interconecta-das de un solo sistema. Si un componente del sistema es perturbado, se modifican otros elementos.

El control natural
La acción conjunta de factores físicos y biológicos sobre las poblaciones de plagas es, con frecuencia, capaz de mantenerlas a niveles bajos, por lo que es indispensable para su control racional y rentable, ya que ayuda a reducir las poblaciones de plagas potenciales. Un componente importante del control natural lo constituyen los organismos benéficos, cuya acción es clave en la prevención de brotes de plagas potenciales. Todos los procedimientos de control a usarse se deben armonizar con el control natural.

Biología y ecología de los organismos
Para poder manipular y dirigir el agroecosistema es necesario un conocimiento detallado de la biología y ecología de los organismos presentes en él. Entre otros, el conocimiento de las plagas, sus enemigos naturales y sus interacciones con el ambiente, hace más fácil diseñar y aplicar procedimientos de manejo para explotar cualquier eslabón débil que exista en las de¬fensas de la plaga.

El cultivo como enfoque central
El cultivo debe constituir el punto central de enfoque para el fítoproteccionista. Las plagas no tienen importancia económica si no afectan la productividad de un cultivo. Es necesario un entendimiento completo de la fisiología y fenología de la planta, de las relaciones dinámicas entre sus etapas de crecimiento (fenología) y el ataque de las plagas, así como sus reacciones positivas o negativas ante la aplicación de insumos y el uso de prácticas culturales.

El muestreo y uso de umbrales económicos
Los muestreos periódicos en el campo generan información con respecto a las especies de plagas presentes, su densidad poblacional, las condiciones del cultivo, las variables ambientales y la presencia y actividad de los enemigos naturales. Los métodos de muestreo varían de acuerdo con el cultivo y con su etapa fenológica, así como con la plaga o plagas objeto del muestreo. Toda esta información servirá para definir el nivel de daño económico y establecer los niveles críticos en los que se deben tomar acciones de manejo. El nivel de daño económico (NDE) se define como la densidad poblacional de la plaga en la cual el costo de su combate iguala al beneficio económico esperado del mismo. La acción de control "salva" una parte del rendimiento, que se perdería de no haberse hecho el control. Cuando la densidad de la plaga es menor que el NDE, la implementación del control no resulta rentable. El umbral económico (UE) o "umbral de acción" se define como la densidad poblacional de la plaga a la que se deben iniciar acciones de control para evitar que la población sobrepase el NDE. Esto supone un retraso entre la estimación de la densidad de la plaga por medio del muestreo y la puesta en marcha de las acciones de control. El UE, entonces, se encuentra a una densidad menor de la plaga que el NDE, lo cual da un margen de tiempo para que surtan efecto las medidas de control.

Efectos secundarios de la fitoprotección
Los efectos secundarios de procedimientos impropios de control de plagas, pueden ser altamente negativos para algunos sectores de la sociedad o para el ambiente. Las prácticas del MIP tienen que variar de acuerdo con el contexto social, económico, político y ambiental. Se debe tratar de optimizar todas las metas de la fitoprotección, tanto micro como macroeconómicas, individuales y sociales, socio-económicas y ambientales.

Estrategias del Manejo Integrado de Plagas
Una estrategia es el conjunto de actividades realizadas con el propósito de lograr una meta fitosanitaria ante la amenaza de una plaga o complejo de plagas. Existen varias estrategias como la convivencia, cuando el control descansa enteramente en las fuerzas naturales, tolerando cualquier daño causado por las plagas. Esta estrategia es típica entre los agricultores de recursos limitados en una agricultura de subsistencia. La prevención o profilaxis ha predominado en la entomología y la fitopatología, así como en el control de malezas. Obedece a la incertidumbre de los agricultores o los fitoproteccionistas al no tener acceso a información exacta, por lo cual prefieren "asegurarse" de antemano y aplicar medidas correctivas, mayormente plaguicidas, para proteger el cultivo. La erradicación implica la idea del aniquilamiento de las plagas; emprendida generalmente por los gobiernos, ya sea para destruir poblaciones que recién han llegado a un país o región, o en campañas para extinguir especies nativas. Se ha usado a veces la práctica de liberar machos estériles o productos químicos combinados con prácticas culturales severas. La supresión se hace cuando una especie ha alcanzado niveles poblacionales intolerables. La respuesta tardía a problemas causados por la rata de campo o por la langosta (chapulín) ejemplifica esta táctica. Por último, la exclusión usa medidas de tipo legal y técnico destinadas a evitar la presencia de una plaga en un país o región determinada. Un ejemplo lo constituyen las medidas cuarentenarias. Es obvio que algunas de estas estrategias, por su enfoque unilateral, no coinciden con la filosofía del manejo integrado de plagas.

Tácticas del Manejo Integrado de Plagas
Las estrategias discutidas anteriormente se implementan mediante el empleo de una serie de tácticas de tipo natural o artificial, las cuales se detallan a continuación.

Control biológico
Comprende el uso de los enemigos naturales (depredadores, parásitos y patógenos) para el manejo de las plagas. Es importante conocer los organismos benéficos nativos y armonizar cualquier táctica de control de modo que los enemigos naturales no sean perturbados, o lo sean en el menor grado posible. El ambiente puede ser manipulado en su favor, proveyéndoles de alimentos suplementarios y sitios de refugio, desde donde se puedan desplazar hacia los cultivos.
La cría masiva de enemigos naturales en insectarios y su posterior liberación entre los cultivos es una práctica conocida del control biológico que puede tener efectos positivos en el manejo de las plagas.
La importación y el establecimiento de enemigos naturales se conocen también como con-trol biológico clásico e involucra la transferencia y establecimiento de enemigos naturales exóticos, por lo general usada para suprimir poblaciones de plagas introducidas y cuando los enemigos naturales nativos no son capaces de controlarlas.
Los organismos entomopatógenos (bacterias, virus, nematodos y hongos) se han convertido rápidamente en instrumentos muy importantes para la supresión de plagas insectiles, existiendo fórmulas comerciales en el mercado.

Control fitogenético
El uso de cultivares resistentes o tolerantes a las plagas es otra táctica útil que ha tenido y tendrá gran importancia en el manejo integrado de plagas.

Prácticas culturales
Existe una amplia gama de manipulaciones agronómicas aprovechables para reducir las poblaciones de plagas, tales como la preparación del suelo, manejo del agua, cultivos asociados, cultivos trampa, control de época de siembra y de cosecha.

Controles mecánicos y físicos
Son altamente diversos y algunos son tan antiguos como la agricultura misma. Tal es el caso de la recolección y destrucción manual de insectos o la construcción de barreras físicas y el uso del fuego o de instrumentos de labranza para el control de malezas. Algunos métodos modernos incluyen el ultrasonido y la modificación de gases atmosféricos.

Medidas legales
Consisten en mandatos gubernamentales o intergubernamentales que señalan a los agricultores el empleo de ciertas técnicas o que eviten el uso de otras. Los gobiernos pueden también llevar a cabo procedimientos como los esfuerzos de erradicación o de cuarentena que los agricultores no podrían implementar en forma individual.
Estos esfuerzos gubernamentales, en forma nacional o regional, pueden ser valiosos concomitantes de los programas MIP. Las medidas legales o reglamentaciones sobre el uso de plaguicidas pueden también afectar el patrón de uso de prácticas de manejo de las plagas. Tal es el caso de los subsidios gubernamentales a los plaguicidas que, al bajar el NDE, estimulan al agricultor a emplear más plaguicidas en dosis mayores de lo necesario.

Control autocida
Esencialmente se ejemplifica con el uso de las liberaciones masivas de insectos estériles o de poblaciones genéticamente degradadas para influir en la reproducción y sobrevivencia de las poblaciones normales de una plaga. El caso del gusano del tórsalo es un ejemplo, así como el de los esfuerzos por combatir mediante esta técnica a la mosca del Mediterráneo en Centro América.

Control etológico
Consiste en el uso de distintos dispositivos químicos o físicos que afectan el comportamiento de los insectos, tales como las trampas de feromonas y el uso de atrayentes y repelentes.

Control químico
Los plaguicidas son y serán un elemento indispensable en los programas de fitoprotección, ya que son versátiles, fáciles de usar, eficaces y comercialmente atractivos. Sus serias inconveniencias sobre el ambiente y la salud limitan su empleo y demandan un manejo juicioso.

Metodología del presente estudio:
Descripción de la Metodología seguida:
La presente investigación forma parte de los requisitos finales para aprobación del el Curso de Epidemiología aplicada en el Manejo de Cultivos Tropicales, el cual forma parte del Curriculum de la Especialización y Maestría en Protección de Cultivos Tropicales, la cual es ofertada a Ingenieros Agrónomos y Licenciados en ciencias afines, por la Universidad Tecnológica OTEIMA, con base establecida en la Ciudad de David, Provincia de Chiriquí, República de Panamá.

La presente Investigación es de tipo Investigativa y descriptiva de toda la información disponible a la que se ha tenido acceso utilizando los libros y material de apoyo.
Fuentes de Información accesibles en la red del Internet y de las cuales dependiendo de la confiabilidad de sus autores y contenidos se ha conformado todo el contenido del presente trabajo.

Con la Información obtenida se procedió a elaborar una Propuesta escrita en el presente estudio y sustentada en forma oral, presencial y con el apoyo de filminas ilustrativas. Tal presentación oral se realizó en el aula de clases de Doctorados y Maestrías (Posgrados) ante el facilitador del Curso. Instalaciones de la Universidad Tecnológica OTEIMA, ciudad de David, provincia de Chiriquí, República de Panamá, el día domingo 16 de agosto de 2015.

Metodología:
Elaboración de Propuesta de un programa de manejo Integrado de las malezas en tomate:
La marchitez bacteriana es una enfermedad mortal para muchas especies de plantas, más notoriamente de miembros de la familia de las Solanáceas a la cual pertenecen cultivos importantes como el tomate, chiles, berenjena y papa.
Es causada por Ralstonia solanacearum. Pérdidas de hasta un 50% han sido reportadas en la producción de frutos frescos de híbridos de tomate (CATIE, 1990).
Diferencias en rangos de hospederos han sido utilizadas como base para la identificación de razas en Ralstonia solanacearum. Hasta ahora se han reconocido tres razas: Raza 1 que ataca solanáceas y otras plantas, la raza 2 a bananos y heliconias y la raza 3 a la papa. Dentro de estas razas existen numerosos patotipos relacionados con las áreas geográficas (Shambhu P, Thaveecha, & Shrestha, 2001) La ocurrencia del biovar 3 de Ralstonia solanacearum en tomate fue reportada en estudio donde los biovares fueron diferenciados en función de la utilización de ciertos azúcares y la oxidación de alcoholes (Hayward, 1964). Tomando en consideración la existencia de esta nueva limitante de la producción de tomate, la importancia económica del cultivo, y el peligro que la enfermedad representa se hace necesario el estudio de esta enfermedad con el objeto de conocer la distribución, etiología, e identidad del patógeno; a fines de establecer las bases de un programa para el manejo de la misma. (Shambhu P, Thaveecha, & Shrestha, 2001).
Ralstonia solanacearum posee dos fuentes de inóculo: tubérculos de semilla infectados y suelos contaminados, pudiendo ser diseminada por el agua de riego y por el suelo adherido a zapatos y herramientas. Así mismo el desarrollo de la enfermedad depende principalmente de temperaturas altas, siendo escasa en suelos fríos, apareciendo los síntomas cuando la temperatura diurna es superior a 20°C y la temperatura promedio del suelo es mayor de 14°C. (Torres, French, & Martin, 1985).
A diferencia de otras enfermedades de las Solanáceas, no se conocen actualmente productos químicos que, aplicados a las plantas antes o después de ocurrida la infección por la bacteria, eviten el desarrollo de la Marchitez bacteriana; esto incluye a los antibióticos, los cuales han mostrado ser inefectivos. Los únicos productos disponibles son químicos fumigantes que, aplicados al suelo antes de sembrar el cultivo, matan la bacteria en el suelo. Dichos fumigantes son tóxicos a las plantas y también las matan, por lo cual no se pueden aplicar a suelos con el cultivo ya establecido. En estas circunstancias, otras estrategias de combate deben ser aplicadas para el manejo de la Marchitez bacteriana, aunque ninguna de ellas por sí sola es lo suficientemente efectiva para brindar control eficaz y sostenido de la enfermedad.
El propósito del presente trabajo es exponer información actualizada sobre diferentes estrategias de control de Marchitez bacteriana que, utilizadas en conjunto bajo un esquema de "Manejo Integrado de Plagas (MIP)", ofrecen la mejor opción de éxito para el combate efectivo del problema. La efectividad de la mayoría de dichas estrategias ha sido demostrada en otras partes del mundo; unas pocas estrategias son de reciente desarrollo y muestran mucho potencial de acuerdo a la revisión de la literatura mundial sobre el tema y en menor proporción de limitada información local a nivel centroamericano..

Reconocimiento de la Enfermedad y sus síntomas:
La palabra "Marchitez" se utiliza para indicar que en la parte aérea de una planta ocurren síntomas de falta de agua, sin aclarar cuál es la causa. Además de Marchitez causada por R. solanacearum, en las Solanáceas ocurren otras tres enfermedades que provocan síntomas de Marchitez: la Marchitez por Fusarium causada por el hongo Fusarium oxysporum, la Marchitez sureña o Mal del esclerocio causada por el hongo Sclerotium rolfsii, y la Marchitez por pudrición de raíz y tallo causadas por especies del Estramenópilo Phytophthora. También el daño a las raíces por especies del nematodo agallador (Meloidogyne spp.) induce síntomas de Marchitez, aunque muy raramente provocando muerte de las plantas. El combate de todas las enfermedades arriba mencionadas requiere de medidas específicas a la naturaleza del organismo que las causa; en consecuencia, sólo pueden combatirse efectivamente si se conoce la causa real de la Marchitez.
Para una correcta identificación de cualquier enfermedad es importante conocer el tipo de síntomas y signos que presentan las plantas, cuando y como aparecen, y las circunstancias de su ocurrencia. Si fuese necesario, para la confirmación definitiva también se puede recurrir a clínicas especializadas en diagnóstico fitosanitario. (Seballos, 1982)

Marchitez y muerte
Se manifiesta repentinamente, en hortalizas tan breve como 2-3 días después de la infección si la planta es altamente susceptible y las condiciones ambientales son favorables; puede observarse en toda la planta o en solamente pocas ramas de un lado de la planta, más notoriamente en las horas más calientes del día. Típicamente las hojas cuelgan flácidas, se enrollan hacia la cara superior en los márgenes y carecen de brillo y turgencia; sin embargo, característicamente conservan su color verde y permanecen temporalmente adheridas a la planta aunque eventualmente se desprenderán. La retención temporal del color verde natural en las hojas diferencia a la Marchitez bacteriana de la Marchitez por Fusarium, pues en ésta última rápidamente ocurre amarillamiento, necrosis y caída de las hojas. (Seballos, 1982).
Puede ocurrir recuperación transitoria aparente de la planta durante la noche y las horas tempranas del día siguiente, pero al transcurrir el nuevo día aparece nuevamente la Marchitez. Lo que ocurre es que la bacteria se multiplica en el sistema de conductos internos de la planta por el cual fluye hacia arriba el agua extraída del suelo por la raíces, provocando la obstrucción a dicho flujo y matando la planta por falta de agua. (Blankard, 2011)

Síntomas de la presencia de Ralstonia solanacearum: Marchitez y muerte de las plantas:

Fuente: (Araujo, 2015)

Decoloración Vascular:
Una vez se presentan síntomas externos claros de Marchitez frecuentemente también ocurre internamente decoloración color café claro a oscuro del sistema de vasos conductores de agua ubicados en la periferia del tallo y de las raíces de la planta en la proximidad de la línea del suelo. Este síntoma es más evidente en la base del tallo, en el tejido ubicado entre la corteza y la madera ocasionalmente también puede ocurrir ablandamiento de dicho tejido. Una decoloración parecida del sistema vascular también puede ocurrir en plantas afectadas por Marchitez por Fusarium o Marchitez por Phytophthora, por lo cual hay que tomar en cuenta otros elementos para un diagnóstico seguro. (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012); (Blankard, 2011); (Seballos, 1982).
Síntomas de Ralstonia solanacearum, Decoloración vascular en los tallos

Decoloración color café claro a oscuro del sistema de vasos conductores de agua ubicados en la periferia del tallo y de las raíces de la planta en la proximidad de la línea del suelo.
Fuente: (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012).

Flujo bacteriano
Puesto que la bacteria se multiplica aceleradamente en el sistema de microscópicos vasos conductores de agua dentro de las raíces y tallos, al exprimir entre los dedos el extremo de una sección basal del tallo de una planta afectada se puede observar que de un anillo en la orilla fluyen pequeñas gotas lechosas que contienen millones de bacterias. La presencia de este flujo bacteriano es utilizada como un método simple de diagnóstico confirmativo de ocurrencia de Marchitez bacteriana mediante la "prueba del vaso". Para ello se sumerge ligeramente el extremo inferior de la sección de tallo en agua limpia dentro de un vaso u otro recipiente transparente. Si transcurridos unos pocos minutos se observa en el agua que del corte en el tallo fluyen hilos o bien nubes lechosas, ello es otra prueba de ocurrencia de Marchitez bacteriana (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012).

Aparecimiento de raíces aéreas:
En plantas de tomate puede ocurrir la presencia anormal en la base del tallo de raíces aéreas visibles, llamadas raíces adventicias.

Ataques a las plantas del cultivo:
Plantas de cualquier edad pueden ser infectadas y manifestar la enfermedad, aunque aquellas de edad mediana a adulta muestran la mayor incidencia y severidad, en particular cuando ocurren temperaturas moderadas a altas y alta humedad del suelo. Es frecuente que las plantas enfermas inicialmente ocurran en pequeños focos (pocas plantas) ubicados en las áreas más bajas del terreno (donde se acumula agua) y los cuales rápidamente aumentan de tamaño, aunque también pueden ocurrir plantas individuales enfermas dispersas en el campo. Cuando el riego es por gravedad no es raro encontrar varias plantas atacadas a lo largo de un mismo surco o en surcos contiguos como resultado de la dispersión de inóculo bacteriano en el agua a partir de un punto o foco de infección surco arriba. (Seballos, 1982).


Características morfológicas y variantes de R. Solanacearum
El patógeno causante de la enfermedad, la bacteria R. solanacearum, es realmente un conjunto de razas o cepas que comparten suficientes características morfológicas, genéticas, bioquímicas y patogénicas para considerarlas una misma especie. No obstante, dichas cepas poseen algunas características distintivas que las diferencian entre sí, de las cuales en la práctica la más importante es la habilidad para infectar distintas especies de plantas. Basado en lo anterior históricamente se ha reconocido la existencia de por lo menos tres razas, a saber:
Raza 1. Esta raza tiene un amplio rango de plantas hospederas y es usualmente conocida como la raza de las Solanáceas puesto que este es el grupo más importante de plantas cultivadas que ataca (exceptuando a la papa); también ataca jengibre, maní, etc.
Raza 2. Ocurre en plantas de la familia de las Musáceas, a la cual pertenecen el banano, plátano y banano tres filos, causándoles la enfermedad llamada "Moko".
Raza 3. Es la raza que preferencialmente ataca a la papa y al geranio. Recientemente se han identificado dos razas adicionales, denominadas
Raza 4 que se reportó en Asia y Hawaii atacando también a jengibre, y
Raza 5 reportada solamente en China atacando una especie de mora.
Este sistema de razas se ha vuelto menos práctico a medida que se descubren nuevas especies de plantas que la bacteria es capaz de infectar y nuevas cepas de la bacteria, lo cual ha dado lugar a una nueva clasificación en cinco distintos biovares o cepas basados en la habilidad de los aislados bacterianos de utilizar ciertos alcoholes y azúcares complejos. Estos biovares también muestran variación en la agresividad a una misma especie de plantas, algunas de ellas siendo altamente agresivas bajo ciertas condiciones aún en plantas que supuestamente tienen resistencia. Uno de estos biovares en particular, identificado como Raza 3/Biovar 2, parece ser extremadamente agresivo y ha sido declarado de importancia cuarentenaria en Norte América y Europa.
Actualmente en países desarrollados se acostumbra realizar la identificación de aislados de la bacteria hasta raza y biovar. Desafortunadamente, en la actualidad en la FHIA no se cuenta con los recursos logísticos para dicho detalle y la identificación se hace solamente hasta género y especie. (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012).

Contaminación, Diseminación y Entrada de la bacteria Ralstonia solanacearum:
R. solanacearum se encuentra naturalmente habitando el suelo, donde en ausencia de cultivos susceptibles puede sobrevivir por períodos prolongados (meses o inclusive años) en los residuos de cultivos previos infectados, o bien sobre o dentro de las raíces de malezas u otras plantas cultivadas en las cuales no provoca daño aparente.
La diseminación de la bacteria hacia y dentro de los campos de cultivo puede ocurrir por una variedad de medios. El suelo infestado es usualmente la principal fuente de inóculo primario de la bacteria, la cual puede ocurrir naturalmente aún en terrenos nunca antes utilizados para cultivo alguno (de Solanáceas o de otras especies de importancia económica). Además, también ocurre liberación masiva de bacterias al suelo desde las raíces de plantas infectadas en el semillero o bien infectadas en el campo definitivo. (Seballos, 1982)
A partir de las fuentes originales de inóculo, la bacteria se disemina
a) En el agua de riego o drenaje,
b) En partículas o masas íntegras de suelo contaminadas adheridas a herramientas, o equipos de cultivo (azadones, podadoras, cuchillas, arados, etc.) y al calzado,
c) En plántulas para trasplante infectadas en el semillero, etc. Se considera que dentro de un campo donde ocurren los primeros casos el medio más importante de diseminación secundaria es el agua de riego contaminada que fluye de las plantas infectadas a plantas sanas. La transmisión por semilla verdadera no es usualmente considerada de importancia en hortalizas. La excepción a lo anterior la constituye el cultivo de la papa, en el cual los tubérculos-semilla pueden ser el principal medio de diseminación de la bacteria si provienen de plantas atacadas o llevan suelo infestado.
Está plenamente comprobado de que un medio muy efectivo de diseminación y transmisión de la bacteria desde plantas enfermas a la parte aérea de plantas sanas son las herramientas utilizadas al realizar prácticas como amarre a tutores, podas y desflores, etc.
Al igual que todas las bacterias fitopatogénicas, R. solanacearum es incapaz de penetrar el tejido vegetal intacto, y para ingresar dentro de la planta utiliza las -diminutas- heridas naturales causadas por la emisión de nuevas raíces, heridas causadas por herramientas al realizar prácticas de cultivo en el suelo y en la parte aérea (deshierbe, podas, amarre, etc.) o bien causadas por insectos y nematodos. Especies del nematodo agallador (Meloidogyne spp.) son particularmente importantes porque, en adición al daño que provocan por sí mismos, magnifican el problema al favorecer las infecciones de la bacteria por las heridas que causan en las raíces. (Blankard, 2011); (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012); (Seballos, 1982); (Hayward, 1964). (Shambhu P, Thaveecha, & Shrestha, 2001).
La enfermedad se convierte en problema serio cuando ocurren condiciones que favorecen la sobrevivencia y multiplicación de la bacteria, o que hacen más o menos susceptibles a las plantas. De particular importancia son la temperatura del aire y del suelo, la humedad del suelo, la susceptibilidad de la variedad y la virulencia de la cepa de la bacteria presente.
La enfermedad se desarrolla rápidamente cuando ocurren temperaturas de moderadas a altas (alrededor de 25 °C para Raza 3 en papa y 30-35 °C para Raza 1 en tomate, chile y berenjena), especialmente después de copiosas lluvias o inundaciones. Por el contrario, la enfermedad se desarrolla muy lentamente cuando la temperatura en el suelo es menor a 20 ºC o la humedad del suelo es baja.
Los factores del suelo son importantes en la medida que afectan la sobrevivencia de la bacteria. De ellos la humedad es el factor más importante porque la alta humedad incrementa:
a) la sobrevivencia de la bacteria,
b) su habilidad de penetrar e infectar la planta,
c) su capacidad de inducir el desarrollo de la enfermedad después de la infección, y
d) la cantidad de células bacterianas liberadas hacia el suelo por la planta infectada desde las raíces. En el caso de la Raza 1 (que ataca tomate, berenjena, chile y otras solanáceas) su amplio rango de hospederas garantiza a esta raza de la bacteria larga sobrevivencia en el suelo aún en ausencia del principal cultivo susceptible, prosperando en la vecindad de o en las mismas raíces de plantas no hospederas, incluyendo a malezas.
La bacteria R. solanacearum prefiere suelos ligeramente ácidos (pH menor a 7.0), aunque la enfermedad puede ocurrir en todo tipo de suelos, incluyendo suelos de texturas tan distintas como arenosos y arcillosos. La ocurrencia de daño por nematodo agallador acelera el desarrollo de la enfermedad al facilitar vías de entrada para nuevas infecciones de la bacteria.

Método y Estrategias para combatir la marchitez bacteriana Ralstonia Solanacearum:
Se debe entender que la Marchitez bacteriana es difícil de combatir, y que es de capital importancia conocer los factores que favorecen o desfavorecen la multiplicación de la bacteria para utilizar dicha información con el mejor juicio posible. Además, es necesario estar conscientes de que en el caso de Marchitez bacteriana la utilización aislada de una o unas pocas medidas de combate no rendirán el efecto de control deseado para desarrollar un cultivo exitoso. En consecuencia, es obligada la aplicación integrada de tantas estrategias de combate como sea práctico y razonable utilizar porque la contribución de cada una de ellas mejorará los niveles esperados de control. El propósito del manejo integrado de la enfermedad es producir un ambiente desfavorable para su desarrollo y lo más favorable posible a la planta para resistir el ataque del patógeno.

Utilización del Mejoramiento genético
En cualquier cultivo y contra cualquier enfermedad la resistencia genética es la estrategia ideal de control por varias razones, incluyendo: es simple de utilizar porque usualmente ya viene incluida en las características de la variedad, reduce la logística y los costos de producción al no tener que aplicar algunas otras medidas que ya no se necesitarían, y al prescindir de la utilización de algunos químicos se elimina o reduce su efecto negativo sobre el ambiente y la salud humana. En el caso de las Solanáceas existen dos maneras de hacer uso de la resistencia genética para combate de Marchitez bacteriana, las cuales se describen a continuación.
Variedades resistentes
Se conocen algunas fuentes de resistencia y cuya característica puede ser incorporada a cultivares comerciales susceptibles con éxito para el control de la enfermedad. Desafortunadamente, es muy raro que variedades con resistencia alta y estable también muestren buenas características de fruto y de producción. Por otro lado, la resistencia conferida es usualmente específica para una cepa o pocas cepas de la bacteria, mostrando variaciones notorias de sitio a sitio de acuerdo a la cepa predominante y a las temperaturas prevalecientes en dichos sitios. Por ejemplo, en variedades de papas resistentes a menudo la resistencia falla cuando se cultivan en sitios con temperaturas más altas. No obstante lo anterior, la utilización de variedades resistentes de chile, tomate, berenjena y papa es una estrategia que vale la pena explorar en Honduras si dichas variedades están disponibles. (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012)

Injerto sobre patrones resistentes
Cuando no existen variedades resistentes, el injerto puede ser una excelente alternativa para el efectivo control de Marchitez bacteriana. Existen algunas variedades de tomate con malas características de producción que tienen resistencia y pueden ser utilizadas como patrones injertando sobre ellas otras variedades de la misma especie con características hortícolas deseables. En casos en que la ocurrencia de excesos de humedad en el suelo es frecuente, existen patrones de berenjena que pueden utilizarse en sustitución de los patrones de tomate susceptibles al exceso de agua. Dichos patrones resistentes de berenjena también se utilizan para injertar sobre ellos variedades comerciales de berenjena susceptibles a la enfermedad.
El efecto beneficioso del injerto para el control de Marchitez bacteriana es dramático, pudiendo usualmente reducir la muerte de plantas a cero. (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012)
El injerto puede provocar algunos cambios observables en la variedad injertada. Por ejemplo, está reportado que en tomate injertado sobre berenjena las plantas tienden a tener un desarrollo inicial más lento, frutos más pequeños y con más alto contenido de sólidos, y además pueden manifestar mayor incidencia de la enfermedad de los frutos conocida como "Pudrición del extremo floral", o "Culo negro". (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012).

Eliminación o supresión de la bacteria en el suelo
Es un principio básico ideal del combate de Marchitez bacteriana el evitar la utilización de áreas contaminadas con la bacteria o que estén ubicadas en la vecindad de campos contaminados. Si ello no es posible existen varias medidas para reducir o eliminar el inóculo presente en el suelo de terrenos con historial de ocurrencia del problema.

Rotación de cultivos
La principal medida para reducir la cantidad de inóculo originalmente presente en el campo es la rotación regular con cultivos que no son susceptibles al ataque de la bacteria y que además no faciliten su sobrevivencia en sus raíces. Dicha práctica reduce drásticamente en el suelo las poblaciones de la bacteria que de otra manera estarían disponibles para infección en el siguiente cultivo.
Idealmente se debería realizar investigaciones para determinar la duración del período de rotación y los cultivos de rotación apropiados para cada zona, tomando en cuenta el clima local y a la diversidad de razas y biovares de la bacteria que pudieran prevalecer. Rotaciones mínimas de al menos dos ciclos de cultivo no susceptible son necesarias para observar resultados relevantes. Son buenas alternativas para rotación gramíneas como maíz, sorgo, arroz, y pastos, varios tipos de leguminosas de grano (frijoles, caupi, etc.) al igual que algodón. Entre las hortalizas son recomendadas para rotación zanahoria, camote, cebolla, ajo, chive, perejil, repollo, culantro, lechuga, mostaza, espinaca, brócoli, coliflor y varias cucurbitáceas (ayote, etc.). (Seballos, 1982).
Como cultivos de rotación también pueden utilizarse abonos verdes de mostazas con propiedades biofumigantes, ya sea por sí solos o con solarización; más adelante se discute esta combinación de estrategias para el combate de Marchitez bacteriana.

Eliminación de plantas voluntarias, enfermas, malezas y restos de raíces:
Debido al amplio rango de especies de plantas hospederas de la bacteria, es seguro que en cualquier campo ocurrirán malezas que serían fuente de inóculo. Estas malezas, al igual que las plantas voluntarias y enfermas detectadas deberán removerse con suelo en las raíces, depositarse en bolsas plásticas y llevarse fuera del campo para enterrarlas profundo o destruirlas. (Seballos, 1982)

Tratamientos esterilizantes del suelo y sustratos
Las estrategias recomendadas incluyen a las siguientes:
Fumigación
Los fumigantes son químicos sintéticos altamente efectivos para eliminar en el suelo las poblaciones bacterianas y otros microorganismos. Los productos utilizados incluyen al bromuro de metilo, el dazomet (Basamid), el dicloropropeno (Telone) y otros productos a base de isothiocianato (Vapam, Metam Sodio, etc.). La desventaja de su uso es que:
a) se requiere acceso a recursos tecnológicos y económicos usualmente altos, b) son altamente tóxicos (unos más que otros) y hay un riesgo inherente a los usuarios en su utilización; las características anteriores lo hacen una alternativa muy poco práctica para pequeños productores. En el caso del bromuro de metilo por regulaciones ambientales internacionales está destinado a desaparecer en corto plazo su uso en campos agrícolas; un sustituto probable es un nuevo producto desarrollado, el ioduro de metilo, cuyo uso comercial aún está en trámite en otros países.
Biofumigación
La biofumigación se basa en utilizar en la rotación cultivos que al ser incorporados al suelo se descomponen y en el proceso liberan volátiles a base de isothiocianato que actúan sobre los patógenos del suelo de la misma manera que los fumigantes a base de químicos sintéticos, aunque sin las implicaciones de daño al medio ambiente ni otras desventajas. Las especies utilizadas deben ser resistentes a la bacteria y que no la albergan en sus raíces.
Entre las plantas evaluadas para biofumigación especies del grupo de las Brassicas (rábano, repollos, mostazas, otras) han sido las más promisorias. Entre ellas en particular muestran mayor efectividad las mostazas silvestres, especialmente la especie conocida como mostaza india, gracias a la propiedad de acumular en el tejido verde mayores cantidades de glucosinolato, la sustancia precursora del isothiocianato. En Europa y Norte América existen variedades mejoradas de mostaza india seleccionadas para un mayor contenido de glucosinolato y mayor efecto biofumigante; dichas variedades ya están disponibles comercialmente. Esta es un área nueva en investigación agrícola y su utilización recién se inicia con mucha promesa. Combinado con la solarización del suelo y otras estrategias, la biofumigación podría ser una estrategia de fácil utilización por pequeños agricultores para el manejo de Marchitez bacteriana. (Melgar, Rivera C, Brown, & Weller, 2012).

Tratamiento térmico del suelo y sustratos
El tratamiento térmico consiste en someter el suelo o sustrato a altas temperaturas, una medida universalmente recomendada para eliminación de patógenos, insectos e inclusive malezas que ocurren en el suelo en el campo y en sustratos artesanales utilizados para la producción de plántulas en los semilleros o los tubérculos-semilla de papa. Existen varias opciones disponibles, las cuales varían en su efectividad, facilidad de implementación y costo; la diferencia en efectividad tiene que ver con la duración del tiempo de exposición al tratamiento y la penetración de las altas temperaturas al interior de la masa de suelo o sustrato.
Para pequeñas a moderadas cantidades de suelo suelto en campo (por ejemplo., semilleros artesanales) o bien en ambientes confinados (casas de malla, invernaderos) la aplicación directa de agua caliente es la forma más elemental de tratamiento utilizable; como se puede deducir, su efectividad es relativamente limitada por la corta duración del tiempo de exposición a las temperaturas requeridas para mortalidad. Una opción tecnológicamente más avanzada es la esterilización con calor húmedo mediante la cual se aplica vapor de agua, un método muy utilizado exitosamente en la agroindustria de ornamentales en otros países. Esta última opción requiere de alta inversión en equipo para generación de vapor cuyo costo es usualmente prohibitivo.

La solarización es otra opción disponible para tratamiento de sustrato para semilleros y viveros (suelto o embolsado), del suelo dentro de invernaderos, y también de suelo en el campo mismo. En este procedimiento previo al establecimiento del cultivo el suelo o sustrato saturado de agua se recubre con una o dos capas de plástico transparente (grueso ideal: 2-3 milésimas de pulgada = 51-76 micrómetros) sellada por los bordes y se deja en exposición por un período que puede variar entre 4 y 6 semanas para suelo en campo y de 1-2 semana para sustrato embolsado; en ambos casos ello usualmente bastará para un buen tratamiento térmico desinfestante hasta una profundidad de 8 pulgadas (20-25 cm). La solarización es probablemente la estrategia ideal para tratamiento de pequeñas extensiones a relativamente bajo costo, y puede combinarse con biofumigación incorporando material vegetal de mostazas biofumigantes de manera que el plástico funcione como generador de altas temperaturas y también para capturar los volátiles de isothiocianato, mejorando su efecto al prolongar la duración de la exposición. Investigaciones realizadas en Asia y Australia indican que la combinación de las dos estrategias, solarización con biofumigación, es una opción adicional que brinda un control relativamente efectivo de Marchitez bacteriana.


Prevenir el ingreso y diseminación de la bacteria en los campos
Producción de material propagativo libre de la enfermedad
Es esencial empezar el cultivo con plantas sanas, por lo cual las plántulas para trasplante o los tubérculos-semilla de papa deberán producirse en ambientes que estén libres de la bacteria. De hecho, en el cultivo de la papa este es considerado el elemento más importante del manejo de la enfermedad. Medidas para tal propósito incluyen que el agua de riego utilizada esté libre de la bacteria, al igual que la implementación de un plan de cuarentena para el control del ingreso de personas, equipo y herramientas al semillero. Ello reducirá al mínimo el riesgo de introducción de la bacteria por cualquier medio de diseminación y transmisión descrito en las secciones anteriores.

Control del agua y tránsito de la circulación personal
Evitar la sobre-irrigación de semilleros y campos reduciendo la frecuencia de riego, las cantidades de agua aplicada y la duración de los períodos de alta humedad en el suelo.
No utilizar para riego agua proveniente de otros campos ni otras fuentes sospechosas de estar contaminadas con la bacteria. Considerar la necesidad de desinfectar el agua de riego con cloro en muy bajas concentraciones si existe riesgo de contaminación.
El sitio de siembra seleccionado deberá tener una topografía plana o bien surcos trazados para evitar la indeseada acumulación de los excesos de agua de riego o la escorrentía de lluvia, y favorezca su drenaje lo más rápido posible fuera del campo.
En los puntos donde se detectan focos de plantas infectadas se debería poner en cuarentena al área levantando bordas que impidan la
entrada y salida de agua. De igual manera, el tráfico de gente y maquinaria
debería reducirse al mínimo posible en esas zonas y su
vecindad.
Deberán trazarse los canales de drenaje del exceso de agua de
riego proveniente de un área infestada evitando su paso por áreas
que están libres del problema.


Desinfestación de herramientas y equipo de trabajo:
Sí el equipo o herramientas son movidos de áreas sospechosas o confirmadas hacia áreas limpias deberán ser sometidas a lavado apropiado (a presión en caso de equipo como tractores, arados, etc.) y posterior desinfestación con soluciones de cloro de uso doméstico diluido en agua en proporción de una parte cloro y cuatro partes agua. Igualmente, durante las labores que involucren manipulación de plantas (amarre, poda, cosecha) a través del
campo el personal involucrado deberá desinfectarse las manos con alcohol al 70%. Las suelas de los zapatos también deberán ser lavadas y desinfestadas utilizando cloro u otro producto similar.

Evitar el daño a raíces y tallo
Además de prevenir el daño provocado por insectos y nematodos a las raíces o partes bajas del tallo, deberá de evitarse el daño mecánico provocado en esas mismas partes durante el trasplante y por herramientas al hacer actividades de cultivo durante el ciclo productivo.

Buenas prácticas de cultivo para optimizar el desarrollo de las plantas
En general, casi cualquier práctica de cultivo orientada a estimular el desarrollo saludable de las plantas en un cultivo determinará que dichas plantas estén en mejor condición para afrontar el ataque de los patógenos, inclusive de R. solanacearum. De particular importancia son:

Buena preparación de suelos
La apropiada preparación del suelo posibilitará óptimo desarrollo del sistema radicular de la planta, óptima absorción de agua y nutrientes, y además facilitará un buen drenaje del exceso de agua fuera de la zona de las raíces.

Fertilización balanceada
Plantas en buena condición agronómica usualmente soportarán mejor que plantas bajo estrés el ataque de cualquier patógeno.
Control de malezas del Cultivo:
Además de competir por espacio, agua y luz, las malezas son hospederos de bacterias, hongos, insectos y otros organismos que inciden negativamente en el desarrollo del cultivo.

Recomendaciones
Concientizar a los productores de Tomate de nuestro país en todos los beneficios en los que se incurre cuando se establece un MIP en los cultivos de esta hortaliza.

Desarrollar más investigaciones en los métodos de Control de la marchitez bacteriana causada por Ralstonia solanacearum para su aplicación e implementación a nivel local que sean nuevas alternativas para una producción rentable de un cultivo tan importante para nuestros países como lo es el tomate.

No incurrir en el uso y abuso de medios químicos para el control de la marchitez bacteriana del tomate, ya que con esto se corre el riesgo de crear casos de resistencias, contaminación del ambiente y niveles tóxicos para los humanos.

Planificar y llevar al campo campañas de asesoría y asistencia a todos los productores del país en la producción sustentable del cultivo del tomate para fortalecer la producción de este rubro y por ende, del Sector agropecuario Nacional.

Publicar en forma extensiva e intensiva literatura en lenguaje coloquial que se disemine a nivel de la población en general para la consideración, planificación y ejecución de programas de MIP, no solo a nivel del cultivo del tomate, sino más bien en todo las actividades de producción del Sector Agropecuario Panameño.


Conclusiones:
La agricultura actual depende mucho del uso de los productos químicos. Sin ellos, es casi imposible tener cosecha de altos rendimientos. Los productos químicos tienen efecto inmediato y pueden tratar enfermedades o eliminar insectos plagas con seguridad y sin mucha mano de obra. Sin embargo, los productos químicos tienen algunas desventajas. Entre ellas, lo más importante es la toxicidad que afecta a la salud no solamente de los que se encargan de la fumigación sino de los que consumen los productos de las cosechas tratadas químicamente.

El manejo integrado de plagas (MIP) es una forma de mantener el daño de enfermedades y plagas bajo el nivel económicamente aceptable. Eso también reduce el riesgo de la salud humana, el ambiente, y también el costo de los productores.

El MIP es una combinación de varias medidas de control de enfermedades y plagas. Antes de tomar medidas de control, es fundamental arreglar la situación de los cultivos para mantener la sanidad vegetal desde el punto de vista de la prevención de enfermedades y plagas.

Para definir el límite del daño económico aceptable, tenemos que saber el nivel de daño que se prevé a través del monitoreo y pronóstico de plagas y enfermedades en la primera etapa de su aparición. Para este fin se requiere observación e investigación en campo para monitoreo y acumulación de datos para pronóstico. Este trabajo lo deben realizar las organizaciones encargadas de sanidad vegetal con participación de los productores. A través de estos trabajos se define el umbral cuantitativo.

La realización de la presente Investigación contribuye a complementar nuestras capacidades como Profesionales de la Agricultura de nuestros países y nos hace conscientes de la gran importancia que tienen los programas de MIP en nuestro sector agropecuario.


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