“Maravilla y épica: La escena de la cornucopia tropical en las Elegías de varones ilustres de Indias de Juan de Castellanos.” Romance Notes 55 (2015): 55-62.
Descripción
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Romance Notes, Volume 55, Special Issue, 2015, pp. 55-62 (Article)
3XEOLVKHGE\7KH'HSDUWPHQWRI5RPDQFH/DQJXDJHVDQG/LWHUDWXUHV 7KH8QLYHUVLW\RI1RUWK&DUROLQDDW&KDSHO+LOO DOI: 10.1353/rmc.2015.0047
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mARAviLLA y éPiCA: LA ESCEnA DE LA CORnuCOPiA tROPiCAL En LAS elegías de vaRoNes ilustRes de iNdias DE juAn DE CAStELLAnOS RAúL mARRERO-FEntE
PRimeRa Parte de las elegías de varones ilustres de indias de juan de Castellanos (Alanís, Sevilla, 1522 – tunja, Colombia, 1607) fue publicada en madrid en 1589. Las elegías tienen cuatro partes, que suman más de 113 mil versos, pero sólo apareció en vida de Castellanos la Primera parte, el resto de la obra se publicó fragmentariamente a partir de 1847.1 En este trabajo estudio la representación de la naturaleza americana en la Elegía xiv “Elogio de la isla margarita donde se da la relación de la vivienda de la gente que allí reside y de los infortunios que ha padecido, con otras muchas particularidades dignas de memoria.” En la poesía épica colonial juan Avalle-Arce llamó la atención sobre la complejidad temática de la Elegía xiv y destacó la singularidad de la misma en relación a la obra de Castellanos (81-82). La estructura de la Elegía xiv reúne cuatro narraciones diferentes: la descripción de la isla margarita, el ataque del pirata francés jaques de Soria [Sores], la muerte de Pedro de Orsúa y la traición de Lope de Aguirre, a diferencia de las otras elegías que están dedicadas a un protagonista individual (Colón, Bobadilla, Diego velázquez, Ponce de León). El tema del primer canto de esta elegía es la isla margarita en el nuevo Reino de Granada, pero hay una lectura más compleja. El punto de vista del poeta asume una perspectiva territorialmente localizada, es decir, los hechos se organizan desde el espacio físico de un lugar con valor sentimental para el autor: “En esta dicha isla mayormente/Do fuí mucho 1 Entre los estudios más importantes dedicados a la obra de Castellanos están los de Alvar, Pardo, Ospina, Rojas, Romero y Restrepo. Para el contexto de la poesía épica en el siglo xvi véanse los estudios de Blanco, Davis, Lara Garrido y vega/vilà.
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tiempo residente” (293).2 Los versos citados ayudan a entender la función de la extensa introducción del canto y las semblanzas poéticas sobre los vecinos más famosos de la isla margarita.3 La auto-figuración del poeta en estos versos es otra marca sentimental y alude a la residencia de Castellanos en la isla: “Que cierto quiero bien aquella tierra,/ Pues yo allí gasté mi primavera/ y allí tengo también quien me quiera” (329). Castellanos vive en margarita entre 1542 y 1544, y esa “vida apacible y regalada de aquellos tiempos le inspiró hermosos y emocionados recuerdos” (Pardo xxxii). Esta presencia del elemento nostálgico es también para Restrepo central en la Elegía xiv: Castellanos nos presenta esta isla a través de la tradición pastoril, aunque en forma diferente a Las Casas. Para Castellanos la visión idílica de esta isla de abundancia es aquella que ya ha sido colonizada . . . Pero esta edad dorada de la isla margarita es vista nostálgicamente, el tono característico de la pastoril . . . Lo que ha sucedido es que con la prohibición de la esclavitud indígena y el agotamiento de las perlas, ese mundo señorial y de opulencia no puede sostenerse. (52)
El recuerdo nostálgico de la isla margarita es el tema principal de esta primera parte de la elegía porque es desde el territorio isleño, y en torno al mismo, que se organiza la estructura del canto, en la que aparecen diversos relatos que solamente están relacionados entre sí por el escenario donde ocurren. Quizás consciente de esta diferencia el propio autor aclara a los lectores: “y donde por ser larga la jornada/ y llena de cien mil inconvenientes,/ Habremos de hacer una ensalada/ Compuesta de mil cosas diferentes” (293). La mención expresa a la mezcla de temas y asuntos en el canto es similar al recurso de las misceláneas y a los “depósitos” de las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo (Lerner 217-32; malpartida tirado 39-60). La “ensalada” poética en Castellanos no es sólo temática, también es formal, de ahí la coexistencia de varios motivos y tropos en el canto, que provienen de una diversidad de autores y fuentes literarias (virgilio, eneida, vi, 638-41; Ovidio, x, 90-106; Camões, ix; Ercilla, xxvi). una visita imaginaria a la “oficina del poeta” (Blanco 24) nos ayuda a entender los procedimientos de imitación empleados por Castellanos. Es decir, una lectura de las lecturas de Castellanos nos permite apreciar la manera en que el autor imitó a estos modelos, porque “la forma más poderosa de imitar a un predecesor es imitar sus métodos de imitación, y tratar su texto como él trató a sus fuentes” (Burrow 90). En esta imitación, Castellanos va a seguir las convenciones de la descripción de la naturaleza, de larga tradición poética, como definió en su estudio 2
Cito por la edición de Rivas moreno. todas las citas pertenecen a esta edición. Sobre la vida en la isla margarita en la época del poema de Castellanos véanse los estudios de Friede, Pardo, Romero y vila. 3
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clásico Curtius: “un paraje hermoso y umbrío; sus elementos esenciales son un árbol (o varios), un prado y una fuente o arroyo; a ellos pueden añadirse un canto de aves, unas flores y, aún más, el soplo de la brisa” (280). En el poema de Castellanos la combinación de varios motivos literarios (descripción del paraje ameno, escena del banquete, cornucopia tropical, relato sobre la isla paradisíaca) están organizados con una estructura y técnica que responde a las normas del ornato épico, por medio de los procedimientos de las enumeraciones acumulativas y las formas perifrásticas alusivas e hiperbólicas. La descripción del paraje ameno se extiende a toda la escena descriptiva de la vida en la isla margarita. Castellanos comienza con la escena de la cornucopia tropical, el banquete, luego inserta la descripción del paraje ameno, y finalmente el canto termina con el motivo del jardín edénico insular. El canto imita el motivo de la isla paradisíaca de la épica clásica, lugar de descanso y paz del guerrero, que los poetas intercalan con fines estéticos en sus obras para evitar el tedio de las escenas de batallas. Castellanos convierte la isla margarita en un lugar idealizado, donde los conquistadores españoles pueden disfrutar de paz y sosiego, en contraste con los escenarios bélicos de otros territorios americanos. La descripción de la isla margarita como un lugar de abundancia y riqueza exuberante es una alusión directa al tema del paraíso terrenal de la tradición épica clásica. La descripción comienza con una visión panorámica de la isla, mencionando sus dimensiones y coordenadas geográficas, sus valles, y lugares principales, y finalmente un muestrario de la fauna y la flora, en la que sobresalen de manera especial la cornucopia de diversas frutas y animales tropicales, en clara alusión al motivo de la fertilidad también proveniente de la épica clásica. La isla aparece como un jardín edénico: “Pues ningunos humores malos cría” (294) y una topografía épica por medio de una visión magnífica de los valles principales: Charaguaray, Paraguachi, Arimacoa y San juan, enumeración de la realidad común y la geografía real dispuestas en el verso en función de la economía argumental del poema. Luego menciona a los indígenas, pero no hace un retrato físico y moral de los mismos, estos solamente aparecen como pretexto para introducir el tema del edén, expresado en la imagen de la longevidad: “y todos ellos viven larga vida” (294). Poco después Castellanos alude, sin mencionarlos por su nombre, a los indios Guaiqueríes que vivían en la costa y como diestros pescadores se alimentaban mayormente de los productos del mar: “Son poco curiosos labradores/ Por ser cazas y pescas sus primores” (294), completando de esta manera el motivo de la isla como jardín edénico. En esta elegía la naturaleza tiene una función temática, es decir, sirve para estructurar la narración en el poema. La escena de la Elegía xiv sigue
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la tradición épica de la función intercalada de los episodios bucólicos, pero a diferencia de Ercilla en la araucana, que hace una descripción del paisaje de acuerdo a las convenciones del paraje ideal, “donde el lector y los personajes descansan de las vicisitudes de la guerra” (Perelmuter 133), Castellanos modifica el locus clásico del paraje ameno con la incorporación de la naturaleza americana, por medio de la escena de la cornucopia tropical que presenta una enumeración de la flora y fauna de la isla margarita: Ay muchos higos, uvas, y melones, Dignísimos de ver mesas de reyes, Pitahayas, guanábanas, anones, Guayabas, y guaraes, y mameyes: Hay chica, cotuprises, y mamones, Piñas, curibijuris, caracueyes, Con otros muchos mas que se desechan E indios naturales aprovechan. De aves, de conejos, de venados Bastísimamente proveida, Dan abundantemente sus pescados Gustosa y salubérrima comida: Es la carne de todos sus ganados En sustancia y sabor muy escogida, Demás desto la mar en su distancia Cría de claras perlas abundancia. (294)
En las dos estrofas citadas la descripción de la “vegetación abruma con su exuberancia” (Alvar 75). El primer verso comienza con la referencia a tres frutas (higos, uvas, melones) de acuerdo a la preceptiva clásica de los modelos del paisaje idílico de la poesía bucólica. Este tropo es rápidamente sustituido y desplazado por la incorporación de una docena de frutas americanas (pitahayas, guanábanas, anones, guayabas, guaraes, mameyes, chica, cotuprises, mamones, piñas, curibijuris, caracueyes), en forma de catálogo o muestrario de la riqueza del lugar. La naturaleza americana irrumpe en el poema, por medio del recurso de la cornucopia tropical. Este motivo de la cornucopia tropical no aparece en Ercilla y posiblemente Castellanos lo tomó de Ovidio, pero fue modificado a partir de su propia experiencia de vida en margarita. El resultado es una escena que imita a los modelos clásicos y renacentistas con la marca diferenciadora de un doble registro: por un lado hay una lectura culta que privilegia el valor sonoro del verso por encima del valor significante (Lara Garrido 247), siguiendo la tradición de la poesía épica clásica. Esta primacía por el “exotismo sonoro” (Lara Garrido 249) combina en la enumeración léxicos indígenas y castellanos; y por el otro, hay una
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lectura sensorial, de un lector que reconoce la realidad americana descrita en el poema. En este universo de lectores, Castellanos se sitúa como observador y traductor privilegiado, capaz de usar los códigos culturales europeos y sintonizarlos a la realidad americana, algo similar a la labor del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo. Esta singular experiencia de un español que vive en América queda plasmada en los versos que describen la cornucopia tropical en la escena del banquete, motivos insertos dentro de la pastoral que enmarca las escenas bucólicas de la vida en la isla margarita. De acuerdo a los modelos de imitación poética, Castellanos usa vocablos indígenas de la flora y la fauna insular para describir la abundante naturaleza americana. La presencia de la fauna y la flora isleña en el poema sigue una tradición modélica que busca renovar la descripción del paisaje ideal proveniente del género de la égloga bucólica clásica de teócrito y virgilio, transformada por la égloga renacentista de Garcilaso.4 Entre los cambios más significativos pueden señalarse el uso de léxicos americanos y las descripciones acumulativas, las cuales por su reiteración, buscan insistir en la abundancia y riqueza de las tierras americanas. Es decir, Castellanos crea una imagen del paisaje diferente, modelada en las normas del género de la égloga bucólica clásica y renacentista, donde la fauna, la flora y los frutos tropicales tienen una visualización casi corpórea. Los elementos locativos del paisaje en el poema de Castellanos se organizan por medio de un léxico indigenista contextualizado por los modelos de imitación de la poesía clásica y renacentista, y dan lugar a una etiología, es decir, a una fábula fundacional. Esta etiología americana, modelada en el motivo de la cornucopia tropical a partir de la imitación de las metamorfosis de Ovidio y de la poesía de Garcilaso tiene como función construir un relato fundacional de lugares geográficos prominentes, de los árboles, las flores y las frutas americanas. Esto explica la relación entre las etiologías y la descripción del paisaje, y de forma especial, plantean la pregunta sobre cómo debe interpretarse este paisaje (Wofford 242). La transformación de las convenciones retóricas sobre la descripción del paisaje en los versos que comentamos, es la innovación principal de Castellanos. El autor logra presentar al lector un paisaje diferente al de la tradición literaria europea, tarea que cumple especialmente con el uso de un léxico indígena para nombrar las frutas de la cornucopia tropical. De acuerdo a Woods, el motivo de la cornucopia insiste en el preciosismo y preferencia en el detalle de la descripción, por medio de tres recursos (99-102). En primer 4 Para la influencia de los modelos clásicos en Castellanos véase Lida. La evolución del género de la égloga aparece en el volumen editado por López Bueno. Entre las posibles imitaciones de Castellanos podemos mencionar el poema espejo de paciencia (1608) de Silvestre de Balboa donde aparece una escena similar de la cornucopia tropical.
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lugar, con la idea de que el poeta está verdaderamente interesado en el tema. una idea que Castellanos transmite con el énfasis en el recuerdo emotivo, por medio de la auto-figuración y la reiterada mención a su experiencia feliz en la isla margarita. En segundo lugar, la necesidad de hacer enumeraciones amplificativas para demostrar la abundancia y riqueza de la naturaleza, determina las descripciones acumulativas. Por eso Castellanos incluye las estrofas de la cornucopia con un muestrario de frutas, vegetales y animales de deliciosas connotaciones gastronómicas. Este catálogo, junto al inventario de árboles y plantas insulares, modelado en la tradición ovidiana, producen un sentimiento territorial, porque se asocian al mundo americano ya que en el poema aparecen representados como productos endémicos de la zona geográfica descrita. Este sentimiento territorial pone de manifiesto la estrecha relación del poeta con la naturaleza americana, y es una marca de diferencia importante entre las descripciones del paisaje en Castellanos y Ercilla. En tercer lugar, el preciosismo de las descripciones, permite concentrar la atención en los detalles, y su capacidad de maravillar. Este es el logro más importante de la renovación del motivo clásico de la cornucopia tropical en el poema. Castellanos pone de manifiesto una sensibilidad poética nueva hacia el paisaje y la naturaleza americana en la cual, a pesar de las convenciones de los modelos de imitación poética (teócrito, Ovidio, virgilio, Garcilaso, Camões, Ercilla), el autor privilegia el uso de un léxico indigenista como recurso para resaltar la diferencia entre los elementos locativos americanos y europeos. Castellanos describe poéticamente el paisaje, las flores, la fauna, las frutas y otros aspectos de la naturaleza en la isla margarita, como una realidad nueva, representada literariamente como una maravilla porque no tiene equivalente en la realidad europea. En este sentido la obra de Castellanos se inserta en la tradición de las crónicas de la conquista de América que presentan al nuevo mundo como una maravilla, y entre las cuales, la crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo fue el modelo historiográfico principal para este canto de las elegías.5 Esta renovación del tema del paisaje en Castellanos aparece además en la imitación del motivo del jardín edénico, de larga trayectoria desde la Arcadia clásica, transposición poética de un paraíso terrenal como lugar de felicidad y vida serena. La descripción de la isla margarita como un jardín edénico sigue las convenciones de fuente de descanso y satisfacción (Giamatti 179). Pero a diferencia de los jardines de la tradición literaria clásica (virgilio,
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Sobre las relaciones entre historiografía y poesía en la obra de Castellanos véanse los estudios de Bolaños, Ocampo y Restrepo. Para la valoración de la obra de Fernández de Oviedo véase la introducción de Baraibar.
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eneida, vi; Bucólicas, iii) y renacentista (Ariosto, x; Camões, ix), Castellanos introduce una valoración ética siguiendo la preceptiva horaciana de las admoniciones y los preceptos de la épica cristiana de tasso. En esta re-interpretación del jardín edénico la “vida regalada” donde “cada cual dormía descuidado” aparece como una prolepsis que anuncia el fin de un modo de vida. En la imitación de Castellanos el jardín es emblemático del abandono de los ideales heroicos de los conquistadores.6 univERSity OF minnESOtA
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En el poema de Castellanos a pesar de las descripciones indigenistas aparecen muchos elementos novelescos vinculados a las novelas de caballerías. muy influido por la ficción caballeresca, el texto destaca, como la araucana de Alonso de Ercilla, por la presentación de un mundo idílico y sentimental. A ello se une la intención idealizadora de las hazañas de los protagonistas, la visión apoteósica del conquistador y la estilización mitológica.
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