Maquiavelo y la secularización. El concepto de individuo como sujeto de las teorías acerca de la sociedad y el Estado

July 24, 2017 | Autor: Pietro Cea Anfossi | Categoría: Machiavelli, Niccolò Machiavelli, Teoría Política, Filosofía Política, Machiavellism, Maquiavelo
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Descripción

Maquiavelo y la secularización. El concepto de individuo como sujeto de las teorías acerca de la sociedad y el Estado. Pietro Cea Anfossi Resumen Maquiavelo es sin duda uno de los pensadores más importante en la escena política en la época moderna. A su persona se le atribuye un pensamiento frío y calculista que poco y nada tiene que ver con ética o moral, incluso pasando a llevar el sentido común. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer, las malas interpretaciones que ha presentado su pensamiento, no considerando su contexto histórico, su coyuntura en el cual se desenvuelve. Lo que hace de este pensador florentino un tipo extremadamente interesante de analizar, sobre todo teniendo en cuenta sus influencias tan fuertemente marcadas en la política posterior a su vida y que hasta el día de hoy marcan un precedente importante.

Conceptos Claves: Realismo político – Estado – secularización – Religión.

Macchiavelli y su propia secularización. La época del Renacimiento marcó un gran hito en la historia de la humanidad, el pensamiento da un giro y se comienza a concentrar en el hombre y no en Dios. Por lo mismo, el pensamiento político como pensamiento directamente



Texto expuesto en I Jornadas de Historia del Pensamiento Político. Universidad Catolica de la Santísima Concepción. Concepción, 25 al 27 de abril del 2012 Chile. 

Licenciado en Educación mención Filosofía, Magíster (c) en Filosofía Moral, Universidad de Concepción, Chile.

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relacionado con el hombre y su forma de actuar en sociedad, vuelve a adquirir gran importancia. En este ambiente Niccolò Macchiavelli, (desde ahora utilizando su nombre en italiano1con el fin de recuperarlo dejando de lado su versión española), tras su paso por distintos cargos públicos en su ciudad natal, se dedica al análisis filosófico político de los gobiernos, la fundación de estos, su desarrollo, así como de los paradigmas que dominan la política de su época. Todo este trabajo concluye en una separación entre la política y la moral, así como de la religión. De esta forma, Macchiavelli termina asumiendo el “Realismo político” como base de su pensamiento y que tiene como fin la búsqueda de la verdad effettuale. Esta consideración de la verdad, se entiende como una verdad práctica, de realización, y que no juzga en bien o mal, sino por los beneficios materiales que un acto pueda traer. por lo mismo Leo Straus señala que: Macchiavelli es el único pensador político cuyo nombre ha encontrado en el uso común para designar un tipo de política que existe y que seguirá existiendo cualquiera que sea su influencia, una política guiada exclusivamente por consideraciones de convivencia, que emplea todo los medios, justo o injusto, el acero o el veneno, para alcanzar sus fines – siendo su fin el engrandecimiento de la propia patria -, pero también poniendo la patria al servicio del engrandecimiento del político o del estadista, o del propio partido. (1964, 286 – 287).

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Nacido en Florencia el 3 de mayo de 1469 y fallecido en Florencia 1527.

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A pesar de lo anterior, este pensamiento no es original, ya que en Polibio 2 y Aristóteles3 se puede apreciar un desarrollo de estas ideas políticas. Es por esto, que se puede decir que “lejos de ser un innovador radical, Macchiavelli es un restaurador de algo antiguo y olvidado”, (STRAUSS; 194, 288) por lo que en muchos puntos, el pensamiento del florentino se asemeja bastante al de pensadores de la antigüedad, haciendo incluso alusiones explícitas o implícitas a filósofos políticos que lo anteceden, como el caso de Aristóteles, de quien extrae la estructura de los gobiernos. Además, parte importante de su pensamiento es inspirado por alguien más cercano a él en el tiempo, como su coterráneo Dante Alighieri, de quien extrae muchas ideas a partir de su texto De Monarchia y Commedia y que quedan explicitadas en varios capítulos de sus textos. Para explicitar esta relación revisemos el caso del capitulo XI De la religión de los romanos de Los Discursos sobre Tito Livio donde cita al poeta: Rare volte resurge per li rami L’umana probitade: e questo vuole Quel che la dà, perche da lui si chiami.4

El primer problema que le preocupo a este pensador, nace con su experiencia como funcionario público, que le permite comprender el problema de

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Político e Historiador griego, nacido en Megalópolis (Arcadia) hacia 206 a. De J.C. Nueva Enciclopedia Sopena. Diccionario Ilustrado de la lengua española. Editorial Ramón Sopena, Barcelona, España. 1953. Tomo IV p. 827 3 Filósofo griego nacido en Estagira, ciudad de Calcidia, en Macedonia, en 384 antes de J.C. Id, Tomo I p. 504 4 Rara vez se tramite la probidad humana, y así lo quiere quien la da, para que se proclame que de él depende.

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la unidad política y social italiana “tomando conciencia de una Italia fragmentada políticamente frente al poderío y la ambición de las potencias europeas, tomando como ejemplo la grandeza y la estabilidad de la antigua Roma, propone volver al pasado en la conducción del estado”. (PUIGGROSS; 1985) Así, Roma se debe entender como su paradigma, pues representa la idealización del Estado. Este cambio de paradigma, el regreso al pasado con respecto a la política, y el desecho de la teología medieval como forma de gobernar, hacen de un proceso de secularización importante dentro de la política de Macchiavelli.

Macchiavelli versus Macchiavelli Si tuviéramos la oportunidad de hacer una encuesta y consultar “¿Qué obra conoce de Macchiavelli?”, seguro la más reconocida y leída seria El Príncipe. Y no es raro que así sea, ya que en muchas clases de Filosofía Política e Historia en distintos grados de nuestra educación, se nos muestra este texto del pensador florentino. Sin embargo se desconocen los otros textos como Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, El Arte de la Guerra, Descripción de Alemania, Informe sobre los asuntos de Alemania y sobre el emperador, Descripción de Francia y Carácter de los franceses, por solo nombrar los textos de política publicados en español. Ahora, si se nos permite concentrarnos en los textos de política más global que tiene el pensador florentino, podemos rescatar El Príncipe y Los Discursos sobre la Primera década de Tito Livio. En Los Discursos está estructurada la base de su pensamiento, además de que es donde se reconstruye toda la problemática del Poder, señalando, de qué 4

forma, dónde, cómo, cuántos y cuáles son los factores que ayudan a la mantención del poder y el engrandecimiento del Estado. Para este objetivo, Macchiavelli, revisa de forma crítica los textos del historiador latino Tito Livio. Así Los Discursos sobre Tito Livio, pasa a ser un texto noemático, es decir, no hay ideas utópicas en su pensamiento, todo es bien calculado y pensado como para que un gobierno funcione y específicamente Italia, tomando como gran paradigma Roma. En contraposición se encuentra El Príncipe, pero que apunta a una realidad completamente distinta. Se puede decir que es un texto que va dirigido a una coyuntura, que considera su contexto histórico, etapa de la historia de Florencia llamada El Cinquecinto, donde los Médicis después de ser desterrados de Florencia por segunda vez, son restaurados en 1537 por el apoyo del Emperador Carlos V y el Papa Pablo III generando un sin numero de rencillas y batallas tanto dentro como fuera de Florencia. A causa de esto y en la cárcel, escribe este libro con el fin de aconsejar a Lorenzo de Médicis, lo que debe y no debe hacer para mantener el poder, y claro está, dentro de lo que el denomina “realismo político”. Al comparar ambos textos, se puede concluir rápidamente dos cosas: 1º El Príncipe es un texto de una prosa mucho más audaz, menos ejemplificadora, pero mucho más radical, no hay mayores justificaciones ni explicaciones, es básicamente un manual de cómo debe actuar Lorenzo de Medicis si quiere mantener el poder. 2º Podría ser considerada como un grito desesperado para su propia libertad. Si bien es cierto, Macchiavelli nunca pasa a llevar su propio principio de “Realismo político”, el texto adquiere un tono muy diferente al que se encuentra en Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, en el cual es 5

mucho más ejemplificador, observa detenidamente la Historia de Roma, y por media de ella, extrae fundamentos específicos para el desarrollo político de su contemporaneidad.

EL individuo como eje de la Jerarquización Entendiendo que Macchiavelli rechaza las justificaciones teológicas para la gobernación de un País, Principado, o Gobierno, es necesario también entender cual es el rol del individuo como tal, dentro de este realismo político. Primero, tomo aquí al individuo no como el concepto generalmente utilizado, que se asemeja al de persona, sino más bien, al individuo como particular, como uno. Esto nos permitirá entender que se gobierna de “uno para unos”, vale decir de la individualización a la particularización de individuos que por necesidad de sobrevivencia conforman una sociedad. Así el pensador florentino en uno de los capítulos de mayor controversia del Libro I, de Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio; “De cómo es necesario que sea uno solo quien organice o reorganice una republica” (MAQUIAVELO; 1957, 86), hace un análisis de porqué debe ser solamente un sujeto el que concentre el poder de un gobierno. Esta tesis la justifica a partir de la historia de Roma, que como ya se ha dicho es el paradigma de este texto. En su argumentación parte del hecho siguiente: Rómulo asesina a su hermano Remo, y posteriormente a Tito Tacio Sabino a quien había escogido como asociado. Este hecho encarnizado por Rómulo es una prueba argumentativa de justificación sobre la legitimidad de matar a funcionarios de mayor grado por el 6

hecho de entorpecer con sus deseos o por coartar ciertos procesos (Como lo fueron en el caso de las revoluciones). En este sentido, el ejemplo apunta a un derecho del pueblo. A pesar de esto, no se debe mirar a Rómulo asesinando a su hermano y a su compañero, sin mirar antes el fin de dicho cometido, vale decir, el objetivo político. En efecto, según Macchiavelli, el hecho que justifica a Rómulo del asesinato de su hermano y ayudante con el fin de quedarse con el poder, es que no sería por ambición, sino que lo realiza por el bien común. Así queda de manifiesto en el hecho de haber organizado inmediatamente un senado que le aconseja, y a cuyas opiniones ajustaba sus actos. (MAQUIAVELO; 1957, 87) En este capítulo parece tomar con mayor fuerza la famosa frase extraída de las lecturas de sus textos: “El fin justifica los medios”5, aunque la frase utilizada con frecuencia por el autor en este capitulo es; “cuando el hecho acuse, el resultado le excuse” (MAQUIAVELO; 1957, 86), ya que sin duda, el fin por el cual Rómulo realizó estas matanzas favorecerían a la estabilidad de Roma. En este mismo capítulo, en la cual el florentino justifica la concentración de poder en un solo sujeto, se toma de la figura de Rómulo, como también la de Agis y Cleómenes,6 para explicar la República en el sentido más general, “como un gobierno no hereditario que es por lo tanto humano y para el bien común de la 5

N. del A.: Es importante destacar que esta frase nunca fue escrita ni dicha explícitamente por Niccolò

Macchiavelli, sin embargo, se ha hecho famosa con la autoría muchas veces atribuida al florentino, por el hecho que es una frase extraíble con facilidad tras la lectura de sus textos de política, ya sea de “El Príncipe”, de los “Discursos sobre Tito Livio” o de “El Arte de la Guerra”, siendo estos tres lo textos políticos más conocidos de Macchiavelli. 6

N. del A.: Ambos reyes de Esparta, los cuales siguieron con la idea de gobernar uno solo basándose en las

ideas de las leyes de Licurgo.

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patria, este mundo. Su autoridad divina difiera de la autoridad divina en que permite también a sus ‘sucesores’ tener autoridad” (MANSFIELD; 1986, 71).

La Religión a favor de la conquista del Poder La perspectiva de análisis que privilegia, descansa en una mirada que la entiende como aquella instancia capaz de ordenar una República, haciendo posible, por ejemplo, un ejército por el temor que los soldados le tienen a Dios o Dioses más que a las leyes terrenales. Roma estaba acostumbrada a una fuerte empresa de guerra y de conquista, guiada siempre por Rómulo, sin embargo, una vez que Rómulo deja el poder, esto cambia, y la forma de dominar tanto al pueblo de Roma como aumentar el ánimo de los soldados, toma un matiz completamente distinto. Para esto, la figura de lo religioso es fundamental. El personaje clave en el asunto es Numa quien no tiene el poder bélico de su antecesor Rómulo, pero es quien supo instaurar la religión en Roma. Numa usando lo religioso logra ordenar algunas cosas; especialmente en el caso del control del ejército. Pero, también en el caso de los habitantes de Roma. Numa, simuló tener conexiones con una ninfa que le señalaba que hacer y que no hacer, lo que le ayudó a crear cierto miedo, en los habitantes como mecanismo de dominio. La religión, por lo tanto, tiene una existencia plenamente utilitaria, es usada como medio de control y no de fé o salvación, tomando ese rol en épocas posteriores de la historia.

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El florentino, continúa con su examen a la religión de los principados en el capítulo XII “De lo importante que es hacer gran caso de la religión, y de que Italia, por no hacerlo, a causa de la iglesia romana, está arruinada” (MAQUIAVELO; 1957, 96). Mantiene su postura que la observa como funcional al gobernante, pero agregando una crítica a las religiones cuando son débiles, ya que si los príncipes de las naciones cristianas hubieran mantenido la religión conforme a las doctrinas de su fundador, los estados y las repúblicas cristianas estarían mucho más unidas y serían mucho más felices que lo son (MAQUIAVELO; 1957,98). En esta línea, Macchiavelli viene a sostener que mantener una religión fuerte, implica necesariamente que ocurran actos explicables solo por medio de lo religioso que convenzan de una determinada doctrina que es lo que se da en Roma. En efecto, los romanos fueron personas religiosas, por lo que los milagros fueron importantes para mantener su fe, por tanto, el orden dentro de un principado. Esta impronta se mantiene incluso si estos salían de su propio territorio. Es lo que paso cuando los solados romanos llegaron a Veyos, en Etrusca, y al ingresar en alguno de los templos de Juno, consultaron a una estatua de la diosa “vis venire Romam? (¿quieres venir a Roma?)”7. Algunos creyeron ver que la estatua movía la cabeza afirmativamente, otros simplemente la escucharon decir que “Si”. Este hecho es un ejemplo de lo valioso que son los acontecimientos de carácter religioso, pues permite que se mantenga la fidelidad a la fe y la lealtad

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Íbid. p. 97

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al principado romano. No solo en los milagros se nota la religiosidad del hombre romano, sino en todo su hacer. Numa al instaurar la religión como un elemento de control del pueblo hace una gran inversión para los gobernantes venideros, los cuales podían seguir con esta misma idea, pues son ellos los que son capaces de dialogar con los dioses y trasmitir sus ideas al resto de la gente. De esta forma, es el emperador o gobernante el nexo entro lo terrenal y lo divino. Más, este carácter de lo religioso, debe ir acompañado por una serie de ritos, ceremonias, sacrificios que los hombres poco a poco fueron adaptando y haciéndolos propios. El resultado de todo eso es una plena identificación con la religión, y por ende con el Estado. La identidad del hombre con la religión trajo muchos beneficios a Roma, sobre todo en batalla, pues cuando los soldados veían gastadas sus fuerzas, por la fe y miedo al castigo de los dioses se envalentonaban y luchaban con más fuerza hasta lograr la victoria. Para aumentar más su visión respecto del rol que cumple la religión dentro de Roma, Macchiavelli, no evita resumir ejemplos tomados de Tito Livio para tener una visión mucho más fundamentada de su postulado. Así, destaca que muchas de las empresas, re-estructuraciones de la ciudad y control de tumultos exaltados, fueron llevadas a cabo gracias al respeto del pueblo de Roma para con la religión. Es decir, los romanos obedecían al príncipe o al senado, quienes se justificaban por medio de los oráculos para ordenar al pueblo, de otra forma podría venir un castigo divino. O que los dioses estaban molestos porque no realizaron una determinada acción, una determinada empresa. Todas estas artimañas fueron manejadas por los príncipes, y el senado romano. 10

A pesar del respeto que le tenían los romanos a su religión, esta también se encuentra sometida a interpretación, por lo que muchas veces se obedece más a la razón que a los augurios. Con respecto a esto mismo, Macchiavelli, plantea dos ejemplos en que la interpretación, o la manipulación de algunos augurios, no han sido obedecidos del todo, pero sin perder el respeto a la religión. Uno de estos ejemplos dice que “entre los aurúspices habían algunos, llamados polarios, que acompañaban dar la batalla al enemigo, pedíanles que hicieran los auspicios, que consistían en echar de comer a los pollos sagrados. Si éstos picoteaban con afán, era buen augurio y daban la batalla; y si no, se abtenían de pelear. Sin embargo, cuando habían motivos racionales para hacer alguna cosa, aunque los auspicios fuesen contrarios, la realizaban; pero disfrazando los actos de tal suerte, que, al parecer, no la ejecutaban en desprecio de la religión”. (MAQUIAVELO; 1957, 102) La religión es útil en distintos contextos, y no solo es ocupada por los romanos. Por esta razón, el pensador florentino nos señala que también pueblos extranjeros se ven beneficiados con la buena utilización de la religión, como lo es el caso de los samnitas. El ejemplo relata que los samnitas, perdiendo la batalla contra las legiones de Papirio en Anquilona, realizaron un rito religioso que produjera obstinación y valentía en los soldados durante la batalla, lo cual funcionó, sin embargo, y a pesar de la buena utilización del recurso religioso, perdieron la batalla. Macchiavelli, logra dilucidar que en el caso de la Península Itálica de su época, la religión a sido un factor desventajoso para la unificación de está, ya que carece del poder suficiente como para unir la Península, pero tampoco es tan débil para dejar que otro la domine. No existía la posibilidad de unificación, según el 11

florentino, si la Sede Pontificia se mantenía ahí, ya que las únicas formas de unificación son a través de “gobiernos republicanos o monárquicos, como a sucedido a Francia y

a España”, (MAQUIAVELO; 1957, 98) y esto involucra

también a que la Santa Sede se mantuviera dentro de los parámetros de gobiernos que existían. Con esto, Macchiavelli, termina el tema de la religión, dejando en claro la utilidad que esta cumple en Roma y así, develando que no solo en Roma, sino también en los pueblos extranjeros, la religión fue útil para los gobernadores.

El Individuo, la virtud y el Realismo Político A pesar de que en Macchiavelli se puede ver un total desalojo de la ética y la moral en el ámbito político, no podemos menospreciar el hecho que a partir de toda su teoría esta la intención de llegar a un bien, por lo mismo hay una virtud que es esencial para el desarrollo de esta, la Hombría. La hombría es clave para el desarrollo de la política según el pensador florentino, ya que la valentía va a ser esencial para que el individuo que va a tomar las decisiones de carácter político las pueda llevar a cabo no temiendo a las consecuencias que estas puedan tener, pero ha esto se le suma, que para el filósofo, quien es tremendamente machista, la Mujer no es un aporte al gobierno, la mujer es un estorbo. Sin ir más lejos dedica varios capítulos a este tema, uno de ellos es el capitulo XXVI del tercer libro de Los Discursos sobre Tito Livio, De cómo por causa de las mujeres se arruina un Estado, señalando como las mujeres han generado grandes batallas haciendo perder el poder de un Estado a personas que tenían una buena administración. 12

Por esta razón, la virtud que nos acerca al bien en la política según Macchiavelli seria la hombría, ya que recae en el hombre la valentía, y no en la mujer. Bajo todo lo anteriormente dicho, podemos ya aventurarnos a concluir que para el pensador florentino, la política no debe tener rasgos éticos que soporten la política, más bien la moral construida a partir de la religión esta al servicio de la política y del poder, pero no al revés, por lo mismo, la religión debe estar al servicio de la política y del poder, haciendo que en toda relación entre el individuo y el poder, sea responsable revisar todos estos elementos que son indispensables para el desarrollo de las ciudades y del poder político en un gobierno y gobernante.

Bibliografía 

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Revista de Filosofía Vol. XIV Sumario Nº 2 Maquiavelo. Universidad de Chile 1970.



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