MAQUIAVELO Y LA IRRUPCIÓN DE LA REALPOLITIK COMO EXPRESIÓN DE LA CASTA

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MAQUIAVELO Y LA IRRUPCIÓN DE LA REALPOLITIK COMO EXPRESIÓN DE LA CASTA

José Luis Lucas Saorín

“Entre las tendencias y hechos constantes que se encuentran en todos los organismos políticos, uno es tan obvio que es obvio a toda manifestación: en todas las sociedades, comenzando desde aquellas mediocremente desarrolladas y que apenas han arribado a lo primordial de la civilización, terminando por las más numerosas y más cultas, existen dos clases de personas, una de los gobernantes y la otra de los gobernados. La primera, que es siempre la menos numerosa, realiza todas las funciones políticas, monopoliza el poder y goza de las ventajas que ello trae consigo; mientras que la segunda, más numerosa, es dirigida y regulada por la primera, de un modo más o menos legal, ya más o menos arbitrario y violento, y ella la provee, al menos aparentemente, de los medios materiales de subsistencia y de aquellos que para la vitalidad del

organismo político son necesarios.”

Estas palabras de Gaetano Mosca en el cap. 11 de la obra Elementi di Scienza Politica (1896) asientan la cuestión que para Maquiavelo constituye la clave de su Príncipe: siempre tendrá que haber un dirigente. De lo que se trata es de establecer prácticamente cómo este dirigente debe mantener su poder. Y ahí el problema que Mosca delinea 1

ogni classe politica tende a chiudersi a oligarchia avida e rapinatrice, minoranza organizzata, che persegue suoi interessi separati, il cui pieno successo soffoca la vita civile, la irretisce nel settarismo consortile, del quale corruzione e raccomandazioni sono marcatori

Es decir, que toda clase dirigente tiende a convertirse en “casta” que busca proteger solamente sus intereses tiranizando a la clase dirigida. Si alguien ha tematizado esto de manera profética fue Maquiavelo, quien junto con Tomás Moro y Etiénne de La Boétie, es la base de las teorizaciones políticas fundamentales del Renacimiento 2. Pero, ¿hay elementos del concepto de casta en Maquiavelo? Veamos sus ideas.

1

Introducción a la edición de 1994 en MILLELIRE STAMPA ALTERNATIVA de la conferencia de 1900 CHE COSA È LA MAFIA 2

Cf. Moro, Maquiavelo, La Boétie. Una lectura Daimon

comparada,

A.

Campillo,

En el s. XVI se produjo en Europa una gran reforma moral, que según la tesis de Trevor Roper 3 coincidió con unas transformaciones económicas y políticas de alcance europeo. Esta reforma se produjo en tres ámbitos: religión, donde se pasó de la exterioridad a la interioridad, economía, con la santificación del trabajo y

política,

con

la

secularización

de

los

fundamentos teóricos y de los mecanismos del poder. En el ámbito político los pensadores se cuestionarán sobre el problema del poder, de su funcionamiento y legitimidad. Lo político pasará a ser, como la religión, algo inmanente, i.e., se remite sólo a la condición social del hombre y al horizonte moral en el que se desenvuelven sus acciones. Será en la forma de pensar la relación entre lo político y lo moral donde los pensadores citados diverjan. Para Moro, la política se

subordina a

la moral, para La Boétie no hay reconciliación posible y para

Maquiavelo es la política la que se subordina a la moral. En los tres discursos el poder es pensado no en relación a la religión sino a la moral, no

es

fundado en una instancia

trascendente al hombre sino en la propia condición social, y no depende de la relación religiosa con Dios sino de la relación moral que los hombres mantienen entre sí. Para comprender la teoría maquiaveliana hemos de darnos

cuenta además de dos

hechos esenciales de la época: el movimiento humanista y la crisis de Italia.

MOVIMIENTO HUMANISTA

El primero se inserta en el surgimiento del Renacimiento, que para J. Burckhardt significó una época de ruptura

con

el

oscurantismo medieval, y se produjo hacia el

quattrocento italiano. Se caracterizó por un acercamiento a los clásicos y la aparición de un individualismo vitalista y pagano. Según Dilthey, en cambio, la "concepción del mundo" o Weltanschauung renacentista se caracterizó por la estética. Otro tanto podría decirse de Cassirer 4, que habla de "visiones del mundo", tomando como autor paradigmático a Nicolás de Cusa, frente a Bruno que lo era para Dilthey. Kristeller afirmó que hubo una filosofía renacentista, estableciendo cuatro ramas: humanista, neoplatónica, neoaristotélica y un grupo de individuos no clasificables, como Bruno, que intentan dar una imagen de la ciencia moderna. Sin embargo es esta una visión limitada sólo a la filosofía académica, pues también hubo otra filosofía, la de las cortes de los príncipes de las monarquías europeas, con el 3

Erasme, recogido en La Reforma de las Luces, Gallimard, 1972, pp.1743.

4

Individuo y Cosmos en el Renacimiento

hecho de que los humanistas no son profesores universitarios sino instructores de los príncipes. Tenemos además los talleres de los pintores, arquitectos e ingenieros, donde lo que prima

es

orientaciones

el autodidactismo. Superando la visión de Kristeller, pueden distinguirse tres fundamentales

de

pensamiento:

la

tradición mágico-astrológica, el

humanismo (ligado al movimiento de la Reforma protestante), y la orientación científica (Copérnico, Galileo,...). El hecho es que las corrientes filosóficas están atravesadas por estas orientaciones. El Humanismo tiene su modelo original en Petrarca. Humanistas son los que estudian las Humanitas, saberes ligados al lenguaje. Eran personajes ligados a las cortes, pues su preocupación fundamental era de carácter político,

y

consejeros, secretarios,... Hay unanimidad

animadversión

en

la

por

eso

eran hacia

instructores, la escolástica:

frente a la lógica, los humanistas estudian la retórica, frente a la filosofía natural se centran en la filosofía moral. Se redescubre la filosofía clásica, y sobre todo el neoplatonismo, además del latín. Es esencial que se recupera a un Platón pero cristianizado, patrístico. El humanismo busca en ello una reforma moral, que culminar en el cisma protestante. En política, se lee a los clásicos romanos. Además, la búsqueda de individualidad se expresa en la independencia y en la autonomía como forma de libertad, cobrando importancia el estudio de la virtus cicerónica, tanto en el sentido de excelencia como de actividad (dínamis). Por eso sus primeros escritos ensalzaban la libertad, la república, pero cuando en Italia se estabiliza el gobierno tiránico evolucionan hacia la forma de consejos a los príncipes. La tradición mágico-astrológica ir asociada a los neoplatónicos, y llega a convertirse en una nueva religión: el hermetismo. De aquí debe quedar que esta concepción presupone la idea de una conexión entre los acontecimientos celestes y los terrestres, pero no determinismo: el mago puede dominar las influencias astrales. Aparece así la distinción entre influencia astral y liberación (que ser esencial en Maquiavelo). El movimiento de la Reforma, por otro lado, afectar a toda Europa, y surgir fundamentalmente como un movimiento en contra del Imperio Español y del papado, planteándose al mismo tiempo en términos de renovación interna de las órdenes religiosas. E incluso tiene su origen como movimiento de los campesinos (lumpen) alemanes. De esta manera, bajo la forma externa de un movimiento reivindicativo, aparecía un milenarismo religioso que se debatía entre la violencia y el pacifismo. Frente al peligro de la guerra, surge de esta manera la "lógica del Estado" en el s. XVII, en autores como Hobbes, también Spinoza. Lo que se está fraguando, y he aquí que Maquiavelo es un precursor, es la separación de lo político, el Estado, de la religión, a Iglesia.

En la Reforma se produce así un desplazamiento de lo moral a lo físico, separándose del neoplatonismo donde se confundían ambas causas. Del espacio (de las cosas) al tiempo (de los hombres) es un traslación en tres planos: invención de la dualidad exterior/interior, supresión de la distinción entre superior/inferior e Lo primero significa

que

se

revalorizó

inversión

de

lo anterior/posterior.

la experiencia religiosa privada, o de otra

manera, se produjo una interiorización del valor moral. Lo segundo se expresa en la ética del trabajo 5, el cual es santificado (se desprecia al ocioso), y lo último se da en el ámbito político como una funcionalización del Estado como nivelador de los órdenes sociales y preservador de la paz interestatal. La anterior exaltación de un cristianismo platonizado quedará plasmada, como milenarismo secularizado, en la utopía.

CRISIS DE ITALIA

El otro acontecimiento en el que actúa Maquiavelo es la crisis de Italia, una crisis que provocó una gran proliferación de mirabilia (hechos prodigiosos) y profecías desde 1492 (muerte de Lorenzo el Magnífico) hasta 1527 (muerte de Maquiavelo) 6. Elementos esenciales de esta crisis son la muerte de Lorenzo el Magnífico que provocó la ruptura del equilibrio político italiano y la formación de nuevos estados como España y Francia, que intervienen en Italia. Además, había

una insatisfacción ambiental por el estado moral del clero

(Alejandro VI Borgia y Julio II son ejemplos de degradación moral). Este estado corrompido de la Iglesia ser expresado por

Maquiavelo

en

la Mandrágora. En los

Discorsi dice que hay dos razones que avalan la tesis de que la Iglesia produce malestar y desorden: por un lado los malos ejemplos han hecho que se pierda devoción, y esto es causa de desorden, y por otro la Iglesia mantiene en este estado al país. Esto desembocar en la visión maquiaveliana de la realidad como ambición, de la lucha entre los "humores" sociales y la necesidad de canalizar el movimiento de todo ello mediante el poder y las armas por un lado, y la prudencia o razón por otro, en el entramado del orden político, además de la necesidad de un "príncipe nuevo" (versión del papa angélico o del profeta reformador) como demiurgo realizador de la renovación.

5

6

La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Max Weber

Cosmología, Religión Savonarola, Pomponazzi, 1988

y Política en el Renacimiento. Ficino, Maquiavelo, Miguel A. Granada, Anthropos,

LA IRRUPCIÓN DE MAQUIAVELO

Maquiavelo reúne así una amplia experiencia política. Italia es una olla de presión por entonces: sus territorios se sorteaban al mejor postor, y por esto, ser diplomático era un arte refinado y agudo. Este ambiente difícil ser reflejado por Maquiavelo en sus obras, en la forma de sus experiencias en Florencia. Aprendió a desconfiar de

los mercenarios y de las

misiones ante el rey de Francia supo de la parca imagen que se tenía de Italia en el extranjero, lo cual sin duda fue acicate para su consideración de la astucia y de la fuerza por encima de la razón moral 7. Las principales obras políticas de Maquiavelo son El Príncipe y los Discorsi. Sin embargo, la historia hizo que la primera prevaleciera sobre la segunda, que ha pasado desapercibida. El título original de la primera era De Principatibus, esto es, "De los Principados". Es un escrito que se inscribe en la tradición de libros de consejo llamada speculum princeps. El Príncipe es sin embargo, por primera vez en la historia de las ideas, una obra de explotación y dominación política, un tratado frío, detallado. Por otra parte, los 3Discorsi 1se realizaban por encargo de ciudadanos privados, integrantes del "Orti Oricellari", y se dedicaban a un análisis de las repúblicas. Esta asociación era una especie de círculo de ciudadanos cultos (en la tradición de la Academia platónica) que discutían sobre temas de política, historia y literatura. Si consideramos que la intención de Maquiavelo en El Príncipe fue instruir sobre el modo de fundar un estado, en los Discorsi pretendió enseñar a gobernarlo y en una obra menos importante, Arte de la Guerra, cómo hacerlo poderoso. Sobre la génesis de la obra principal hay que remontarse al papa León X. En 1513 era "el amo" de Roma y Florencia. Como era habitual, se propuso "enchufar" a su hermano Juliano y a su sobrino Lorenzo. Pero Juliano era hombre de pocas luces y entonces a Maquiavelo se le ocurrió, para ser famoso y conseguir a la vez la protección del papa, el hacer un libro sobre cómo gobernar, que dedicaría a Juliano. Pero sucedió que fue Lorenzo quien se quedó en Florencia, y Maquiavelo le dedicó el libro a él. Fue impreso en 1532, un año después que los Discorsi. Al principio no despertó demasiado interés este escrito, pero en 1557, Pablo VI lo incluyó en el Index Librorum Prohibitorum, la lista prohibida. Maquiavelo era Satán. En 1575, el protestante Inocencio Gemtillet publicaba un primer escrito antimaquiaveliano: Discurso sobre los medios de gobernar un reino en contra de lo que dice

7

Historia de la teoría política, V. Vallespín, Alianza, 1990, tomo I

Nicolás Maquiavelo. Pero es famoso sobre todo un ensayo del rey sargento, Felipe II, conocido como el Anti-Maquiavelo o Ensayo de crítica

sobre Maquiavelo, el cual

considera que Maquiavelo es a la moral lo que el Tratado Teológico-Político de Spinoza a la fe, es decir, no una eliminación de ella pero sí una clara delimitación frente a la política, respecto de la moral, en el caso de Maquiavelo.

EL PRÍNCIPE Maquiavelo dedica los once primeros capítulos de su libro 8 a detallar los diversos tipos de estados

políticos

prosperidad como a su

que hay,

estudiando las causas que contribuyen tanto a su

decadencia, y los medios mediante los cuales son adquiridos y

conservados. Después pasa a analizar el ejército y sus tipos, en referencia a la buena o mala "conservación del Estado", que para tener unos buenos cimientos deber privilegiar las buenas leyes y las buenas tropas (p.156). Por eso, el príncipe deber ser un estudioso del arte de la guerra, puesto que es la ciencia de los que gobiernan (p.165). Deber estar bien físicamente, para lo que practicar la caza, y tendrá que conocer bien la geografía de su país. Debe conocer sobre todo la historia. A partir del capítulo XV se producen importantes reflexiones: cómo un príncipe debe conducirse con sus súbditos y amigos, y para esto Maquiavelo es demasiado realista hablando "de acuerdo con lo que es y no según lo que el vulgo se imagina" (p.168). El príncipe es bueno que pase por liberal, aunque siempre debe imponerse. Debe ser entonces, liberal "con prudencia y medida", puesto que la liberalidad conduce a ser odiado y despreciado, y de estos dos vale más lo segundo, obviamente. También debe desear la reputación, aunque con tal de mantener a los súbditos en el deber se puede ser cruel (p.171). Debe ser lento en el creer y en el obrar, mezclando al hacerlo la dulzura y la prudencia. Si no se puede ser temido y amado a la vez, vale más lo primero que lo segundo, pues la amistad (un lazo moral de reconocimiento) no prevalece cuando est de por medio el interés, mientras que el temor tiene como base un castigo, cuya idea permanece siempre viva. En todo caso, no se debe hasta el punto de ser odiado, y por eso, debe respetar los bienes de los súbditos y sus mujeres, pues "los hombres [...] olvidan más pronto la muerte de sus parientes que la pérdida de su patrimonio" (p.173).

8

Hemos utilizado la traducción de Juan B. Bergua, Maquiavelo: El Príncipe. Federico II: Antimaquiavelo, Ibéricas, 1971

Por si acaso, Maquiavelo señala dos modos de combatir: con las leyes y con la fuerza (p.175). Cuando las primeras son impotentes son necesarias las segundas. Por ello el príncipe debe aprender a ser zorro y león, hábil y fuerte: un príncipe prudente no puede ni debe cumplir su palabra sino cuando pueda hacerlo sin perjudicarse. Todo ello porque el hombre es malo (por naturaleza). Lo esencial es representar bien el papel y saber fingir y disimular oportunamente. De aquí que est de m s el tener o no buenas cualidades, lo importante es parecer que se tienen, para cuando sea necesario desplegar las contrarias. Y cómo debe hacerse estimar el príncipe? Haciendo grandes empresas, acciones extraordinarias. Y debe honrar los talentos y proteger las artes. La prudencia se deja ver sobre todo en la elección de los secretarios: deben servir sólo a los intereses del Estado . El príncipe, además, debe huir de la adulación y debe pedir consejos, pero cuando le plazca. Llega a decir que a la hora de gobernar no debería haber otra ley que la del mérito , pero a qué mérito se refiere? al basado en las cualidades reales o en las aparienciales? Acto seguido pasa a examinar la Fortuna: es como un río que puede desbordarse y causar destrozos. Y de igual manera se le pueden poner diques, barreras, i.e., se puede canalizar la violencia. La mejor manera de preservarse contra Fortuna es seguir los signos de los tiempos, pues son las circunstancias las que deciden del bien y del mal, y por eso hay que cambiar incluso la conducta y el carácter. Pero esto es difícil, pues como se nace se es, y como se es se obra: el libre albedrío no puede nada , afirmación paradójica de Maquiavelo, como ya veremos (parece que es determinista). Por último, Maquiavelo exhorta a liberar a Italia. En estas líneas ya se vislumbran ciertas características sobre el centro de la teoría maquiaveliana. Según Vallespín, la visión política de Maquiavelo se puede expresar como un argumento

con

dos

supuestos: primero, el espíritu humano es arrogante e inconstante,

voluble, y la base de ello es la contradicción entre los deseos insaciables de los seres humanos y sus posibilidades de realización efectiva. De esta manera, lo único que la razón política puede hacer es presuponer que los hombres son malos y actuar en consecuencia; segundo, el concepto de fortuna, diosa no benigna (como la romana) sino violenta, cruel, que no cumple sus promesas. Por eso, para sobrevivir hay que armarse de una virtù. La conclusión es atenerse a la verdad real de la cosa, sólo si se quiere preservar lo que se tiene, es decir, si se quiere alcanzar algún resultado político. Por todo ello, varias son las imágenes de la política contenidas en El Príncipe: desde el punto de vista del Nuevo Príncipe, la del Fundador y la del ciudadano republicano. Para el primero el mundo es todo inseguridad y riesgo. En este marco puede darse la imagen del zorro, que actúa, sometido a la fortuna, con

estrategia. Fuerza y ley serán sus armas (león-zorro). En todo caso, las posibilidades del zorro vienen dadas en la medida en que los hombre se dejan guiar más por lo aparente que por lo real, en una suerte de ilusionismo de apariencias . Sin embargo, el Fundador es una visión más segura y controlada: él ve el mundo político desde arriba, es el que es capaz de introducir en su comunidad algo nuevo y suficientemente poderoso de manera que permanezca como ordine. También es una visión estratégica: es igualmente un líder que moldea en mayor o menor medida situaciones y caracteres. Es el único sujeto en sentido estricto. Por último, la imagen del ciudadano se basa en la potencia del pueblo en política, del pueblo como materia a ser trabajada por el líder con el objeto de dotarla de la forma adecuada. Y cómo someter a un pueblo?

Estudiando su cultura política, su carácter revolucionario,

y

haciendo que

aprendan la virtù, pero de segundo grado, pues en sentido estricto, sólo el Fundador posee virtù. Estas tres imágenes nos vienen a decir que hay como tensiones no resueltas en la teoría maquiaveliana , principalmente tres: entre racionalidad y pasión, entre zorro, fundador o ciudadano, y entre virtù y fortuna. Virtù designa en Maquiavelo una energía o habilidad para decidir y actuar con determinación dejando de lado la ética: es casi la virtù militar. Fortuna es otro término difícil y que nos remite a un aspecto de la teoría de Maquiavelo que escapa a su estandarizado realismo y nos remite a sus concepciones cosmológicas, acorde con la tradición mágicoastrológica a que nos

referimos

algunas

páginas

atrás. Maquiavelo, sin tener una

cosmología a lo ficiniano ni pomponazziano, reconoce en los Discorsi la profecía y los mirabilia como

"hechos reales" atribuyéndoles el carácter de signos indicadores y

anunciadores del inmediato porvenir humano. Llega a aceptar "inteligencias" en las regiones superiores que prevén las cosas futuras, y teniendo compasión de los hombres, les advierten con signos. La política tiene lugar en este cosmos y est influida por ‚l. De nuevo en los 3Discorsi 1afirma que todas las cosas del mundo tienen un final asignado a su vida y un curso que les es ordenado por el cielo. Entonces el hecho es el problema humano de leer e interpretar estos signos y la voluntad de los cielos, adaptando a esta lectura nuestra conducta política. La ruptura que estable Maquiavelo respecto a otras cosmologías es que la lectura correcta de estos signos es aquella que los interpreta según la necesidad política, i.e., de la opción política necesaria para la mejor consecución del objetivo. La influencia astral, sin negar la libertad humana, afirma la autonomía humana y la determinación o constitución por el mismo hombre de la fortuna: es una llamada a saber ver y a adaptarse a "la condición de los tiempos", y a reconocer en el hombre corresponsabilidad equitativa con la fortuna en

los asuntos políticos. Por tanto es el hombre mismo el que traduce en una omnipotencia celeste lo que es en realidad su propia ignorancia: su incapacidad de leer la determinación celeste en la necesidad política o su no estar a la altura de las exigencias del momento. La cuestión ahora es cómo se conectan el cosmos y el mundo

humano, pues

Maquiavelo no cree en la acción divina sobrenatural. Ésta es la explicación destinada al vulgo, necesaria porque la obra política se hacer sobre el vulgo, pero el sabio (hombre prudente) sabe que la razón est en el cosmos. Es decir, la teoría maquiaveliana, pensada en la crisis italiana, presupone al afirmar la ciencia política el paso a un segundo plano de la teología, de Dios. La religión es ahora un vínculo social que el Estado debe instrumentalizar a su servicio, y el Estado un organismo natural en el que la naturaleza humana con sus pasiones confrontadas encuentra su redención, su organización constructiva. Maquiavelo cree en Dios, pero en tanto que mantiene cohesionada a la sociedad. No es ateo en sentido estricto, pero es obvio que estas afirmaciones no fueron bien acogidas por la Iglesia. Además, puesto que el hombre es sólo naturaleza sublunar, el valor supremo es el de la patria, el colectivo estatal del que forma parte y al que debe su ser y virtud. Además, le es útil: de la salud de la patria depende la salud del individuo: la bondad y seguridad de uno dependen del buen orden político y de la libertad del otro. Así, la única perspectiva que se le abre al individuo es la gloria, el reconocimiento de las acciones virtuosas: aquí, Maquiavelo tiene una concepción unitaria del hombre: su "naturalismo político" en buena medida tiene un reflejo en el naturalismo filosófico renacentista que no distinguía entre mente y materia, sino que sólo consideraba principios activos. El hombre está pues inserto en sus pasiones e inclinaciones. Aun así, Maquiavelo llega a reconocer que hay rasgos positivos en la naturaleza del hombre, como la admiración ante la virtud ajena, y la censura de la injusticia y de la ingratitud. Estos elementos

religiosos deben ser potenciados por el

sentimiento religioso. Sin embargo, el hombre tiene una propensión al mal cuando siente que es necesario para su conservación en las relaciones con otros sujetos. Esta es pues la premisa general de toda acción política en general, y la del príncipe en particular, como vimos. Es decir, uno debe esperar el mal del otro para prevenirlo (cap. XV de El Príncipe). Y en el mal se entra por ambición. Por esto que la tarea del legislador maquiaveliano sea la de crear mediante el orden político y la religión una necesidad que genere la virtud del cuerpo social, excluyendo las tendencias malignas y asociales de los individuos. La ambición, que es la puerta de entrada en el mal viene dada por la existencia de clases sociales, de humores: para evitarla es preciso entonces igualar lo posible ambos grupos

(nobles

y pueblo): en este sentido

Maquiavelo tiene tendencias que hoy diríamos populistas. El príncipe , inspirándose en la

prudencia, y dada la fortuna del momento, introducir entonces las innovaciones legales que permitan la coexistencia de los dos humores, sobre la base de un apoyo en el pueblo, sabiendo revestir la realidad con la apariencia y recurriendo inteligentemente a Dios, o de otra manera, usando la religión como un instrumento político. Hay una clara escisión entre ‚tica y política: una mala acción lo es siempre, pero puede ser necesaria políticamente. Y es en este marco donde Maquiavelo cree ver una tendencia en los hombres a excusar el mal por el efecto, esto es, los medios por el fin.

CONCLUSIÓN

Como conclusión, me parece exagerado Valle Espín cuando afirma que

La auténtica coherencia de Maquiavelo [...] hay que buscarla

[...] en la estructura

del

planteamiento (del problema) y en su propia contradictoriedad que [...] refleja la situación en la que él veía interactuar a los hombres en la esfera política y acaso también en la de la privacidad.

Ciertamente Maquiavelo puede ser coherente al retratar la política de su época, lo que no implica una coherencia en lo retratado: la teoría maquiaveliana suele ser incoherente y refleja más la pasionalidad que la racionalidad, refleja más la actuación momentánea y efectista que el estudio previo. Es decir, Maquiavelo no se cuestiona sobre las causas sino sobre los efectos: analiza cómo conservar el poder pero no se cuestiona sobre el poder mismo. En esta línea tienen razón algunas críticas de Federico II en su Antimaquiavelo. En última instancia "el fracaso de su programa consiste en el reconocimiento del voluntarismo como motor último de nuestras acciones" 9. Este voluntarismo nos lleva, bajo el principio de la no convergencia entre lo que es y lo que debe ser a, puesto el valor en el fin, desvalorizar todo medio para hacer valer cualquiera, i.e., el fin justifica los medios. Esta es sencillamente la razón de Estado: el Estado es un bien trascendente superior al individuo o a los grupos particulares que lo componen. Su salvación es el único fin al que deben consagrarse los hombres. Por todo esto, Maquiavelo es en cierto modo conservador, pues, al no cuestionarse sobre las causas de que la política est‚ enlazada con el mal, simplemente detalla como 9

Cf. Historia de las Ideas Políticas, I, J. Touchard, Círculo de Lectores, 1990, p.326. Igualmente Maquiavelo no conoce bien las realidades económicas y su análisis de los fenómenos sociales es demasiado simple: un juego de pasiones. Y esto porque si Maquiavelo tiene alguna filosofía esta es "fatalista" (p.328).

"ser el más malo de la película", y por tanto, no subvierte el orden sino que lo agudiza. Ciertamente, la teoría maquiaveliana es prácticamente ad hoc para la situación política de su tiempo, y lo recriminable entonces no es su misma concepción sino sus aires de universalidad. Pero puede sin embargo que el concepto de casta política le deba mucho. Aun así, tres son las interpretaciones que de su obra se han realizado a lo largo de la historia: como maestro del mal, en los s. XVI y XVII, obviamente, como destructor de la esencia de la religión y como maestro de su instrumentalización, como patriota, que se ha dejado entrever páginas atrás y que es acorde con una intención no universal sino ad hoc de su teoría, y finalmente como científico de la política, y que es la que mejor se

puede

recuperar

de

él:

filosóficamente hablando, Maquiavelo supuso el hallazgo de la autonomía de la política. Su obra, desde este punto de vista debe leerse con una razón neutral, y aquí está su punto débil, pues como ya hemos visto, la pasionalidad es esencial para comprender a Maquiavelo. Sea como fuere, Maquiavelo ha pasado a la historia como un precursor de la concepción moderna de Estado y de la idea de la casta política, quizás no tanto como fundador pero sí como el que dejó el camino preparado para otros. Hemos de esperar a autores modernos como Hobbes y Spinoza para vislumbrar claramente los fundamentos del Estado.

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