MANZANARES. Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas

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Descripción

MANZANARES Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas RPI: B-3851-14 Enrique Cabrejas © 2012 e-nstitut Ideal Nol © 2012

Apreciados Srs.: Me es grato poner en su conocimiento y a través de este comunicado que el nombre MANZANARES, es un sintagma o acrónimo ibérico que significa: DON DE ARES. Se trata de una frase u oración. Es el resultado de unir los términos siguientes: El sustantivo ibérico Ham (MAN) que significa OFRENDA, REGALO, DÁDIVA, junto el sustantivo Fam (ZAN) que significa ROJO o también SANO, más la denominación que hace referencia al dios ibérico heleno aqëZ (ARES). Me hago cargo de que esta afirmación pudiera dejarles perplejos, no puede ser de otro modo; pues voy a transmitirles una epistemología que ha estado inédita durante miles de años. Y por raro que parezca, lo que les acabo de desvelar no es una conjetura sino a mi entender, plena certeza. Esta novedosa teoría del conocimiento tiene un razonamiento que puedo sustentar empíricamente. Verán, muchos de quienes siguen mis investigaciones y, que aprovecho la ocasión desde estas páginas para saludarles muy afectuosamente, se preguntan por qué razón no hago mención a otros especialistas, ni siquiera para rechazar sus hipótesis o argumentar en contra. Pero ¿por qué debería hacerlo? En primer lugar, no soy quien para ponderar aquello que no propongo. Y en segundo lugar, desarrollé una fecunda metodología científica para la investigación a la cual denominé: La Teoría de los Acrónimos Ibéricos. Es clave para entender nuestro idioma, y su aplicación me permite explicar todo aquello que nadie hizo jamás; como se debiera, entiéndase. Porque si comprendes cómo se aplicaba el antiguo idioma de nuestros antepasados, conocerás el funcional y actual que usamos nosotros. Una gran parte de las denominaciones en nuestro país y preexistentes en nuestro léxico se dieron en la edad de bronce sino con anterioridad; ya que nuestra lengua es milenaria, sin parecerlo. Dispongo de la mejor herramienta y lo he explicado, y claro, lo seguiré haciendo, tanto como sea necesario; porque percibo que se sigue sin entender cómo se denominaron las palabras, los lugares y las cosas en nuestro país. Únicamente es método para hallar su verdadero origen y así demostrarlo. Ham

MAN

Significa “ofrenda”, “regalo”, “donación”, “obsequio”

Fama ZAN

Significa “rojo”, “sano”

aqëZ ARES

Referencia al dios ibérico heleno ARES

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ETIMOLOGÍA DE MANZANARES El nombre de Manzanares da lugar a distintas localidades, ríos y personas a lo largo de la historia y en todo el mundo del ámbito hispano. Aquí, nos referiremos explícitamente a sus orígenes que situaremos en el río que atraviesa la ciudad de Madrid en España. Verán, conocemos que nace en la sierra del Guadarrama y desemboca en el río Jarama, pero lo que nos interesa conocer es la razón de ¿por qué recibió ese nombre? Existen yacimientos arqueológicos desde la edad de bronce sino anteriores que nos confirman de su abundante población en los alrededores y la locución ibérica genuina es la que sigue: HamFam · aqëZ porque no les quepa duda que la denominación MAN-ZANARES fue dada por los ibéricos. Pero como verán manzana finaliza en (-A-) y Ares comienza con la misma letra y en la expresión MANZANARES no se duplica y es que hay que tener en cuenta una cosa importante, y es que las secuencias bifonémicas del idioma ibérico (cario) se escriben con un único grafema. Es decir que en un acrónimo no repiten las letras. Lo curioso es que en lengua española observamos la misma regla, no hacemos copia o lettera doppia. Verán, para entenderlo mejor tal vez sea necesario que vayamos por partes y despacio. Cuando ustedes comprendan el significado y como se construye el término MANZANA seguro que todo se hace más fácil de entender. Miren, la palabra manzana significa PRESENTE en sus acepciones de DAR u OFRECER, es decir que se trata de UN CUMPLIDO, UNA DÁDIVA, UNA DONACIÓN, UNA FINEZA, UN OBSEQUIO, UNA OFRENDA, UN REGALO. Su origen etimológico se encuentra en un ACRÓNIMO IBÉRICO. Es una locución para esta fruta dada por nuestros antepasados y que ha permanecido desde hace miles de años preexistente en el léxico español. Es el resultado de aglutinar dos participaciones en una frase con sujeto y predicado: El lexema ibérico Ham (MAN) + el lexema ibérico Fama (ZANA). El griego antiguo tiene la misma raíz del vocablo ibérico Ham (MAN) en μαν “man”, que significa: OFRENDA, REGALO, DÁDIVA, OBSEQUIO, DONACIÓN. En realidad proviene de un anterior origen semítico y que nos reporta a otro término tan universal y conocido como es μαναά “Maná”. Por otro lado, el griego antiguo también tiene la misma raíz del vocablo ibérico Fama (ZANA) que significa ROJA en la raíz ξαν “zan”. En griego antiguo se verá mejor como ξαν·θός en su modo dativo singular masculino y que por supuesto significa lo mismo: “rojo”. El origen de los primeros manzanos y de sus frutos, hay un amplio consenso que los sitúa en las zonas del Cáucaso y las orillas del mar Caspio. Naturalmente hay diferentes clases de manzanas y con colores distintos. Sin embargo, metafóricamente, solo hay una que la representa como muy pocas a esta fruta, y es la manzana de un color rojo intenso. Quisiera que reparasen por favor, en un detalle muy revelador, pues entre los vocablos ZANA y SANA la única diferencia es dialectal: Z, Ç, S; es por ello la relación tan estrecha que existe entre ZAN = ROJO y el concepto de estar SANO. Sin duda habrán escuchado un dicho muy popular como es el de “estar sano como una manzana”, locución por la que se expresa la buena salud de alguien. No es casual, tampoco, que fuera una manzana el fruto que es el ofrecido en el pasaje bíblico del pecado original. Quienes sostengan que el nombre “manzana” viene del latín no están bien informados. No están al corriente de mis prolíficas investigaciones sobre la lengua ibérica. Bien, para fijar el nombre común MANZANA, en esta ocasión, no es plausible emplear el manido recurso de derivarlo del latín. En el caso que nos ocupa es mala, así que como

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pueden suponer no funcionaría ni forzándolo, como se ha hecho en tantas otras entradas, lamentablemente. La palabra para justificarla mejor dicen que proviene de: maçana. Y si la palabra se presenta finalmente como mançana tiene una explicación y es que en castellano antiguo la Z se escribía Ç, por lo cual y en definitiva se estará reconociendo, sin pretenderlo, que el origen etimológico único de la palabra siempre fue MANZANA. Por fortuna he recuperado la palabra y entera, como ha sido siempre y desde un buen principio. Conozco el patrón original ibérico y dispongo del método que lo resuelve y no hay razón para que no se puedan conocer todas nuestras palabras al completo. Naturalmente habrá que rehacerlo “todo” de la A-Z. Ahora ya no hay marcha atrás. Miren, hoy sé que muchos y distintos idiomas se nutren de las mismas raíces pres helenas y cada idioma tiene su particular modo de expresarlo. En absoluto derivan uno del otro ni tampoco entre ellos. Cada idioma lo ordena desde su gramática. En realidad es sencillo de entender pero no tan fácil de exponer y desde luego complicado de apreciar, pero trataré de explicarlo de modo que todos lo puedan comprender. Verán, del mismo modo que los griegos para componer sus palabras emplearon los sintagmas, nuestros antepasados hicieron lo mismo con sus vocablos, y por tanto también sus palabras fueron producto de unirlas en frases, el resultado es igual pero, con otros términos a los que llamaremos acrónimos ibéricos. Ahora bien, la locución MANZAN·ARES no únicamente se nutre del término MANZANA sino también del nominativo ARES como es obvio y quizá piensen que se trata de una mera excepción pero en cambio se trata de la norma y para ello, para que lo comprendan meridiano les pondré el ejemplo de otro río y situado en la misma área y que a la vez fue denominado con el mismo patrón lingüístico. Me estoy refiriendo al río HENARES. Ciertamente sabemos que Alcalá (de Henares) es una voz árabe que significa “fortaleza”, y hasta aquí todos de acuerdo, pero lo que se dirime es el origen del patronímico HENARES por su procedencia. Miren, por la ciudad pasaron varias culturas, pero su fundación se remonta a la época íbera y celtíbera, y es dónde está su auténtico origen. La clave es, la voz celtíbera, “Henares”. Para mí es fácil comprender que significa su nombre, porque conozco bien el modo por el cual los íberos y los celtíberos denominaron a sus ríos, pueblos y ciudades. Y Henares no solo es un nombre, es más que eso, es un epíteto. ARES es el primer nombre que dieron precisamente a Henares los celtíberos, pero... lo esencial, lo fundamental, es lo que tiene el dios Ares a sus pies. Y justo a sus pies, si lo observan bien en sus distintas representaciones, verán que tiene a un segundo dios más pequeño adjunto. Su nombre es Enio. Es un epíteto, en griego significa “agregado”, y es un adjetivo o participio que resalta las características intrínsecas de un sustantivo. Son frecuentes verlos acompañando a nombres de divinidades o incluso añadidos a personajes históricos. Esto no es porque sí. Nada es porque sí en la mitología de los dioses helenos. Es porque la voz de Henares en celtíbero son dos dioses, uno mayor y otro menor, porque uno es ARES y el otro es ENIO, del mismo modo que el río Henares, es un afluente por la izquierda del río Jarama, y este a su vez del río Tajo. Porque ese es el quid de la cuestión. El río y el valle de Henares es la verdadera razón por la cual Henares se llama Henares. Lo importante para los celtíberos siempre fueron sus Dioses. Los campos pudieron y pueden existir, pero son ofensa. Los tendrán por añadidura si agradan a los Dioses. Y “En·io” Ἐν·υάλιος, es un epíteto común para Ares. Es decir ENIO y pie es uno y es lo mismo para Ares. ¡Ah bien! pero lo más interesante y que prueba lo que les digo, no se lo he revelado aun, y es que ¿saben cómo decir “pie” en celtíbero? Pues íëm “HEN”. Efectivamente es el sintagma HEN+ARES, son “Pies

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de Ares”. Para que comprendan mejor lo que les digo me remitiré a la Ilíada de Homero: “Την μεν επειτα καθεισεν, Καλου, δαιδαλεου· πο δε θ ηνυς ποσιν ηεν”. (Alta en un trono, estrellas de plata adornado, un taburete a sus pies.) (Iliad.18:389) Alcalá de Henares es “la fortaleza” -voz árabe- sobre los “Pies de Ares” -voz celtíbera-. Henares es la voz de los celtíberos, que así hablaron cuando fundaron HEN·ARES. Ahora citaré a Estrabón, pues es él quien mejor confirma la historia, y justo haciendo referencia a los celtíberos: “...a ARES sacrifican cabrones, cautivos y caballos; suelen hacer hecatombes de cada especie de víctima, al uso griego”. Estrabón Geographica III (3, 3,7) Quizá ahora comprendan mejor por qué en la zona no solo tenemos un HEN·ARES sino también un MANZAN·ARES.

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EL NOMBRE DE MADRID Para tener una idea más formada del asunto que nos ocupa tal vez sea necesario conocer también del nombre de la ciudad que el río Manzanares atraviesa y esa no es otra que la capital MADRID que quiere decir: “PRO VIA”. Es una voz carpetana (cario) y para que se entienda mejor, nosotros la diríamos así: “POR EL TRAZADO”. Los orígenes de la ciudad se remontan a tiempos de los celtíberos y fueron ellos quienes la fundaron. Aunque distintos pobladores de la ciudad dieran otras sendas denominaciones, se tratan de exónimos, es decir nombres traducidos a sus respectivos idiomas, como es natural. Los pueblos de España tienen memoria y con ella se confirma que, sorpresivamente, Madrid siempre fue Madrid y nunca dejó de serlo. Naturalmente no se trataba de un trazado cualquiera, sino el trayecto más corto y transitable. Se trataba de un acrónimo ibérico que literalmente significa “HACER EL CAMINO”. Es decir, un rural canal de comunicación recto y llano que facilita el paso entre las poblaciones. Por supuesto, esto tuvo estrecha relación con el pastoreo, la búsqueda de mejores pastos que desembocaba en el tránsito por recurrentes vías de trashumancia. Estos milenarios trazados fueron las populares “cañadas” recorridas desde antiguo, si bien posteriormente por su importancia tomaron el nombre de “reales” y fueron reguladas por un edicto de Alfonso X el Sabio en 1273. Alguna, incluso, cuando se ha respetado el camino original, atraviesa la ciudad por calles asfaltadas, como es el caso de la calle de Atocha, en pleno centro de Madrid. MADRID significa “Por el camino hecho”. Cuando nuestros antepasados se referían a MADRID conocían perfectamente qué se decían, en cambio, nosotros que nos tuvimos por saberlo todo ignorábamos aquello que hoy hablamos desde tan eterno. ¿No les parece sin igual? PRIMER ACRÓNIMO: Nuestros carpetanos escribían Ja para decir “MA” (madre). Para decir (padre) lo escribían de este otro modo: b “PA”. Lo hacen con una simple línea vertical, es la expresión de una distancia entre dos puntos, igual que hacían los minoicos cretenses. Luego se construirá un nuevo sintagma anexado a πα (pa), y que es el modo actual de significar “padre”. Encontramos su símbolo en Lineal B y se escribe: ╪ “pa·te”. En griego helenístico adoptará el modo de πα·τή “pa·ter”. Por otro lado, veamos que significa este morfema de μα “ma”, porque tiene distintas acepciones y numerosos sinónimos, pero la definición que más se ajusta a nuestro propósito es: “Pro” o “Por”. SEGUNDO ACRÓNIMO: El segundo acrónimo es “DRI+D”, justo la partícula que compromete a la lengua española a reconocerse a sí misma como particular, única y heredera legítima del legado de nuestros antepasados iberos y celtíberos. Pues, fueron ellos quienes trajeron este término a nuestra península, a nutrir al castellano, el idioma español, y viene de una raíz proto-indo-europea, es decir pre-griega y que se trata de: ΔΡΑ “dra”; la sabemos cognada del sanscrito (drā·ti) y que significa “ejecutar”, pero en el mejor de los sentidos de “HACER”. Así pues, Δ ᾶ “dra” es un verbo y que pueden verlo fácil en griego ático, épico, dorio y eolio conjugado y lo que significa, infinitivamente, es HACER o CREAR. Concluyendo, al decir /MA·DRI+D/ lo que pronunciamos es una antiquísima frase y no un nombre como se tiene por más cierto. Se trata de un arcaico acrónimo que en origen se trataría de “ir a través del camino trazado.” A la locución MADRID le añadieron una partícula enclítica y que es una +D final porque los fonemas con una D son junto con otras, tales como las desinencias

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castellanas en -Az, -Ez, -Iz -Oz -Uz el deje o acento carpetano (cario); ya que ellos, al igual que nosotros, lo escribían tal como lo pronunciaban. CONCLUSIONES: el nombre de Madrid es una expresión milenaria, ibérica, que se prueba de uso antes de que otras lenguas nacieran siquiera. Es como lo hacían y decían nuestros antepasados, los iberos y los celtíberos. Como hemos continuado haciendo nosotros y las generaciones de todos los tiempos en nuestro país, y en todos aquellos lugares en los que se hable la sobresaliente y, a la vez, como demuestro, tan ignota lengua española. Les diré más, nuestra lengua se complicó en su estructura profunda, pues una oración está constituida por dos unidades funcionales principales: el sujeto y el predicado. Pues bien, en la frase Madrid lo tienen todo, pero ¿sabrían distinguirlos? Para nosotros es más difícil, ya que “pro” o “por” ha derivado hacia una subalterna preposición cuando en su origen fue el sujeto del cual se afirma, niega, pregunta, exclama, duda, ordena, etc. Obsérvenlo, “Ma” es nominal y “Drid” es verbal. ¿Conocen una oración más perfecta? Y lo que voy a transmitirles a continuación es fácil de comprender, pero nunca se conoció. Prepárense para un impacto de shock, aunque cuando puedan discernirlo convenientemente se abrirá ante ustedes una vasta planicie de certezas que nunca jamás se borrará por mucho que pase el tiempo. Pues, voy a realizar la pregunta retórica ¿de dónde proviene el nombre MADRE? Y la respuesta que he de proporcionarles es que el nombre singular femenino en español de MADRE se trata de un inesperado acrónimo. Justamente la sintaxis común de los iberos y los celtiberos. Y es la semántica, la que puede dilucidar y explicar todo esto en su punto diacrónico y, sustentado en la parte de la gramática que estudia la función de las palabras, la sintaxis. Miren, en conexión con todo esto, el término MADRE no deriva del latín MATER, como se ha dado por cierto. La traducción de nuestra palabra al latín, indudable, será MATER, pero nuestro nombre no proviene de la misma raíz que bebió el latín. Así pues, averigüemos la procedencia del término, y esta vez hagámoslo desde su origen legítimo y en su etimología. En primer lugar, fíjense, por favor, que MADRE se compone de dos morfemas, fonemas, lexemas, en una oración. ¿No lo han advertido? Me hago cargo que cueste identificarlos, es muy natural, porque existe un desconocimiento sobre la sintaxis de nuestros antepasados ibéricos, solo que cuando uno comprende la filosofía del lenguaje que emplearon, se da cuenta de lo perfectiva que era su lengua, cuando, paradójicamente, se la tiene por los rayotes de unos pueblos primitivos. Permitan que pormenorice de que se trata de dos lexemas ibéricos distintos e independientes: “MA” y “DRE”. Lo cierto es que, será igual en latín y griego, para su raíz en cuanto al primer acrónimo, es decir “MA”. Sin embargo, y aquí llega lo asombroso y sustancial del asunto, en absoluto lo será para el segundo, es decir “DRE” y que obvio se evidencia distinto.

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¡MA! Miren, dejémonos de teorías por un instante y vayamos a lo práctico, y esto nos muestra que cuando nuestros bebés exclaman la palabra: ¡MA MA! repiten un fonema pro dos veces: ¡MA! ¡MA! y eso es igual para muchos y distintos pueblos e idiomas. La diferencia estriba en concreto en la segunda parte, y que es la más formal para expresar este concepto: El segundo acrónimo y que en nuestro caso será: “DRE”, porque tanto el griego y el latín beben de un lexema en común pero, curiosamente, no se trata del mismo que el nuestro. Así pues, como dije, mientras en griego y latín usan la raíz “TER” para completar el término de “MA”, sorprendentemente, nosotros empleamos otra raíz pre griega: “DRE”. Vean que el ibérico y que es anterior al griego y, lógicamente también al latín, lo hace bebiendo de otra fuente léxica distinta. En esa edad tan temprana no existían aun las minúsculas, tampoco el carácter ω y en letras capitales la Ω. Luego, con el uso del griego ya más avanzado se añadiría la “O” Ωμέγα “Omega” y que se vocaliza “U” [ɔ ː], para dar un nuevo verbo de “Hacer” o “Crear” y que es δ άω, es decir “lograr”, “conseguir”. Curiosamente, el inglés lo heredó en su palabra “draw” que es dibujar y ¿qué es sino “hacer” o “crear” trazos o trazar líneas? Pero ¿por qué razón la fuente DRA declina en español “a” “e” “i” “o” “u”? Dialectalmente es heleno de la época frigia y anterior al griego helenístico, así que originalmente y ya desde el inicio para nosotros siempre fue “DRA”, “DRE”, “DRI”, “DRO”, “DRU” porque era una lengua flexiva. Miren, con “DRA” lo hacemos en MA·DRA·ZO, con “DRE” en MA·DRE, con “DRI” en MA·DRI·DANO, con “DRO” en MA·DRO·ÑO y con “DRU” en MA·DRU·GAR; y todos ellos, contra pronóstico, derivan de la misma antiquísima raíz pre helena. Y se habrán fijado que a esa raíz hay añadidos otros nuevos sufijos. Sí, pero les haré otra confidencia. No son sufijos, aun mucho lo parezcan; son partículas llenas de significado, son auténticos lexemas. Sí, así es nuestra prodigiosa lengua, aglutinó más y más fracciones. Parece que no quisimos renunciar a nada con el paso de los tiempos. Veamos algo más en sus declinaciones “dra” “dre” “dri” “dro” “dru” y que en nuestro idioma son muy frecuentes. Resulta que la raíz que eligió el latín para definir “Mater” fue “-TER” y no obstante tanto “-TER” y “-DRA” son términos sinónimos, empero lo son de distintas raíces. Miren, por ejemplo las palabras “Matriz” o “Materia” provienen de la raíz pre griega “TER” pero por el contrario, “Madera” no lo hizo de ese modo, la proveerá la raíz pre helena Δ α “DRA”. Esos casos están fosilizados en nuestra lengua castellana, y de ellas, de las declinaciones “-DRE” “-DRI” y “-DRO” hacen referencia no solo al concepto de creación sino incluso el de LÍNEA, traduzcámoslo por CAMINO y veremos es exactamente lo mismo que expresa el posterior término griego DRO·MO, y observarán que si quisiéramos definir la palabra se trataría probablemente de una franja de tierra que sirve al transporte de dos puntos geográficos, es decir igual a una línea. Porque fíjense que a esa raíz de Δ ο “DRO” cuando los griegos unieron otro nuevo morfema y que se trata de “MO”, de ahí obtuvieron palabras que son nuevas identificadas ya como sintagmas, es el caso de “palin·dromo” o “hipo·dromo” que nos muestra lo mismo que nos indica nuestra raíz “DRO”: Una pista, línea o camino.

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LA LENGUA IBÉRICA Es necesario que sepan que el sábado 21 de abril de 2012 alrededor de las 6h de la tarde pude descifrar la escritura ibérica tras transcribir el texto completo de “El bronce de Luzaga”. Para mi sorpresa descubrí que las tesis y publicaciones que dieron validez a un supuesto origen y lengua celta o celtizada de los iberos y los celtíberos tuvieron que hacerlas sin comprobación. ¡Inaudito! Advertí no eran auténticas transcripciones sino simplemente transliteraciones fonéticas sin significado alguno. Como ustedes saben todo idioma se sustenta en una filosofía del lenguaje que explica su mundo y también todos los mundos posibles, por ello es tan triste perder un lenguaje porque todo un universo explicado se extingue con él, y pude comprender que aun parezca sorprendente la escritura de los iberos y los celtíberos se trataba de escritura helena construida con diversos alfabetos epichorikos, (otras regiones) es decir que cada comunidad lingüística usaba caracteres propios de su territorio y por esa razón los lingüistas jamás pudieron encontrar coincidencias grafológicas en otro lugar que no fuera en ese territorio específico. Esa escritura es anterior al alfabeto griego Milesio o de Mileto, sí, pero no obstante se trataba de una misma lengua hablada. Y pude comprobar que para los celtíberos (íberos septentrionales) se trataba de una lengua proto-griega, para ser más concreto en sus modos: frigio-lidio-dorio procedente de Anatolia. En realidad, la lengua de los celtíberos y la lengua frigia es la misma lengua pero escrita de otro modo, con otros caracteres. Pero lo más sorprendente se lo diré a continuación: Nuestras palabras, las que usamos hoy, pude comprobar que son las mismas que usaban ellos. Naturalmente no están escritas completadas como las conocemos hoy, por supuesto. ¡Ojo! otras sorpresivamente sí que lo están. También muchas se extraviaron en el tiempo, no son de uso corriente y no obstante podemos encontrarlas todavía en el griego antiguo, incluso algunas en griego actual, lo cual no me digan que no es algo sensacional, ahora bien, actualmente nosotros las conocemos escritas con ortografía de patrón latino. ¡Sorprendente! ¿Y qué son los alfabetos epichorikos? Bien, será necesario esclarecer de qué se trata cuando hablamos de alfabetos epichorikos: Verán, son los distintos alfabetos y formas anteriores helenas a la adoptada finalmente en común y denominada Milesia o de Mileto para el idioma griego. En el caso de los caracteres ibéricos, estos tienen sus orígenes en los alfabetos arcaicos locales procedentes de las islas griegas y de la península de Asia Menor. Epichorikos vendría a significar “de las otras regiones”. A partir de comprender como habían sucedido las cosas pude argumentar la teoría de los acrónimos ibéricos. La elaboré a la vez que realizaba numerosos hallazgos y múltiples descubrimientos. La teoría de los Acrónimos Ibéricos o teoría de las frases ibéricas es la que explica la escritura y el idioma de los iberos y los celtiberos miles de años después de que se dejase de usar por nuestros antepasados, y para que nosotros podamos comprenderla, conocerla y estudiarla. Todas las ventajas de su interesante estudio y conocimiento pienso son más que evidentes y no será necesario que aquí las enumere. Trato de comprender su mundo a través de su escritura y comprender su vida captando su filosofía del lenguaje en su pensamiento.

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LA LENGUA ESPAÑOLA Y el latín, es una lengua extraordinaria, es un éxito de tipografía, y no obstante, es nuestra lengua ibérica quien provee en todo caso etimológicamente al latín, en cambio. Miren, el latín siquiera existía, cuando la lengua íbera y celtíbera llenaba de significado todas las estelas de la península. Si el español fuera continuador del latín, su gramática seguiría el patrón fijado por esta lengua y en cambio sigue otra distinta: la lengua ibérica. Verán, la semejanza entre el latín y el español estriba en que usan un abecedario latino para escribir textos en sus respectivas ortografías. Eso, por otro lado, es común a un gran número de idiomas europeos y no europeos que también usan el mismo o similar patrón, y que a la vez sus idiomas se conoce que no provienen del latín. Y el español y el latín coincidirán en muchas palabras, sí, en aquellas que el latín haya tomado de las raíces pres helenas y que es nuestro original idioma y escuela (helena), no el latín. Lo pormenorizaré y mejor lo diré, pues les he de anunciar que nuestro idioma es anterior al griego y es heleno, se remonta a la que llamativamente fue denominada como la época oscura del griego frigio. Y el español, sorprendente, es el continuador de la lengua ibérica de los íberos y los celtíberos, porque no sólo nuestras palabras tienen el origen etimológico en éste, como se verá finalmente, sino que además se sirve de un igual modo tanto de pensar como de entender sus palabras. Y no es que las palabras tengan una similar morfología o las pronunciemos parecidas, es que salvo las obvias excepciones y su apariencia en ortografía latina, las decimos hoy igual que se dijeron ayer. Pero ¿qué ocurre, entonces, con las llamadas lenguas romances? Pues, incuestionables, son justo el eslabón necesario entre las lenguas vernáculas y los idiomas actuales. En nuestro caso, desde ibéricas pres helenas que derivaron indefectiblemente en la lengua romance o románica, para revertir después en las contemporáneas que todos conocemos. Enrique Cabrejas Iñesta En Barcelona, a 19 de Septiembre de 2015.

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Referencias Cabrejas Iñesta, Enrique (Enero 2013) KARUO - EL SECRETO ÍBERO - ISBN 978-84-9030-665-9. Editorial Círculo Rojo. Almeria. DEPÓSITO LEGAL: A 1185-2012. Cabrejas Iñesta, Enrique (Marzo 2015) HIJOS DE TITANES - EL SECRETO ÍBERO - ISBN: 978-84-9095-585-7. Colección: Investigación. Editorial Círculo Rojo. Almería. DEPÓSITO LEGAL: AL 199-2015.

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MANZANARES. Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas Enrique Cabrejas Iñesta Investigador de la historia del Lenguaje Theory the Iberian acronyms RPI: B-3851-14 ORCID: 0000-0002-5002-5850 © 2012 by Enrique Cabrejas Iñesta © 2012 Fuentes gráficas de Ibero Juan-José Marcos © Enrique Cabrejas Iñesta www.elonol.com/karuo www.enriquecabrejas.com https://twitter.com/EnriqueCabrejas https://enriquecabrejas.blogspot.com.es https://plus.google.com/+EnriqueCabrejas www.facebook.com/EnriqueCabrejasIniesta http://www.regenpalmer.com/estudios-linguisticos

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