Maitriyana: El Camino de la Solidaridad

June 30, 2017 | Autor: M. Maitreya Samya... | Categoría: Filosofía, Socialismo, Sociología, Antropología, Espiritualidad, Budismo
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Descripción


El Camino de la Solidaridad
El Maitriyana es un sendero espiritual (marga) hacia el Despertar (Bodhi) del sujeto y de la sociedad, desarrollando una vía de auténtica comprensión analítica, conducta existencial y meditación libertaria sobre la base de las enseñanzas de Gautama y Jesús. Por lo tanto, se trata de un Camino solidario de evolución espiritual. En este sentido, el Socialismo Budista es un movimiento internacional que se propone aplicar la sabiduría compasiva (prajña-karuna) a los problemas políticos, económicos y culturales del mundo contemporáneo, como la posibilidad de la destrucción del medio ambiente. Así, el Maitriyana es una contracultura mística con el Propósito (Dharma) de crear una sociedad sana, libre e iluminada. Los maestros espirituales enseñan entonces cómo sanar el mundo, entregando sus vidas al compromiso y responsabilidad para con el bienestar de toda la Tierra (Gaia). Esta orientación se traduce en una práctica contemplativa revolucionaria (kakumei zen) que desarrolla las posibilidades espirituales ocultas en todos los seres, autorrealizando al aprendiz y simultáneamente transformando los pueblos a través de la acción solidaria. El Socialismo Budista supone un esfuerzo extraordinario, pues se trata de transformar el mundo interno y externo, despertando la consciencia sabia y la acción compasiva, por lo que supera a las ideologías que consideran que es posible cambiar la sociedad sin producir una revolución interior. En efecto, el Maitriyana es una vía integradora porque supone la Cura (Nirvana) tanto de los venenos del mundo interno, que son el apego, la aversión y la inconsciencia de la realidad mental, como también los venenos del mundo externo, que son la codicia, el odio y el engaño de la realidad social. Al igual que el Maestro Kapleau, el Socialismo Budista valora el activismo solidario como una contribución al mundo y como una posible forma de meditación libertaria, ayudando al sujeto a desarrollar amor y ecuanimidad. Esta enseñanza del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) tiene un significado radical: el conocimiento cumbre (satori) es auténtico cuando se expresa en acción sabiamente compasiva. Por ello, la tradición del Maitriyana es un modelo de Espiritualidad Integrativa que busca tanto la trascendencia del Ego como el Despertar (Bodhi) del pueblo, siendo la orientación del maestro espiritual el sendero más difícil de recorrer. En definitiva, la fuente de esta actitud amorosa y espiritual es la contemplación artística, como ha enseñado el Maestro Kukai, pues el Propósito (Dharma) o Verdad de la vida puede ser expresado a través del arte espiritual al revelar el estado de la Sublimación (Nirodh). Esta concepción lúcida e inspiradora del sendero del Socialismo Budista es clave para entender cómo alcanzar la Liberación y Serenidad (Samatha) del aprendiz y de la sociedad. El Camino del Maitriyana ayuda a toda la humanidad a alcanzar la Cura (Nirvana), enseñándole un estado evolutivo avanzado que es nada menos que el ideal o aspiración del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva): lograr el Despertar (Bodhi) de todos los seres. Esta metamotivación fundamental es la misión del Ser Despierto y Salvador (Buddha-Cristo), motivo por el cual la meditación libertaria revela a Gautama y Jesús como los arquetipos cósmicos o máximas encarnaciones de la sabiduría compasiva (manjushri-kuanyi). Estas figuras no deben ser empleadas con la intención de adorarlas religiosamente, pues son una fuente de inspiración y autorrealización de las potencialidades ocultas del sujeto. Para el Socialismo Budista, Gautama y Jesús conforman un modelo y paradigma de mente despierta, conocimiento cumbre (satori) y conducta solidaria, pero no una fuente de cosmología religiosa. Por lo tanto, al igual que el Maestro Kapleau, el Maitriyana confirma que el objetivo de la contemplación de lo Real es aprender a actuar con sabiduría compasiva (prajña-karuna) en el mundo. Esta actitud solidaria, sin embargo, no es un mero activismo, pues tiene la profunda intención de salvar y liberar al prójimo. La Bondad es entonces la esencia de la misteriosa práctica de la meditación libertaria.
La rueda del Propósito (Dharma) es uno de los símbolos más especiales y antiguos de la Espiritualidad, siendo un emblema de las enseñanzas de Gautama y Jesús, pues simboliza el grado más elevado de la integridad y unicidad. Evidentemente, el Sentido de Propósito (Dharma) es el profundo misterio de la existencia, siendo el esquema esencial de la práctica contemplativa que conduce tanto a la Cura (Nirvana) como a la Liberación de los pueblos. Por ello, a través de la Sublimación (Nirodh) del Deseo, el maestro espiritual representa no sólo el estado más ampliado y superior de la consciencia, sino también el programa más ambicioso de transformación del mundo, irradiando sabiduría compasiva (prajña-karuna) a los confines de todo el Universo. Así, la meditación libertaria es el vehículo para la iniciación y bienestar de toda la humanidad. La tradición del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) se revela entonces como pura solidaridad con el prójimo, participando en la política, economía y cultura con la orientación de proteger a la Tierra (Gaia) a través de la transmisión de serenidad sabia y acción compasiva. El sendero del Socialismo Budista es el despliegue de la Espiritualidad en la vida cotidiana, cultivando la consciencia contemplativa para crear un mundo mejor. De este modo, la meditación libertaria siempre es una posición simple, útil y comprensible de acercamiento solidario a los demás. Este amor lúcido y espiritual representa la culminación del Maitriyana, ayudando al pueblo a alcanzar la Salvación en medio del sufrimiento mundano. Por ello, las raíces de este movimiento son Gautama y Jesús, quienes fueron los más grandes maestros Seres Despiertos y Salvadores (Buddhas-Cristos) de la historia, en tanto máximo símbolo de la actitud de consciencia despierta (bodhicitta) y sabiduría compasiva (prajña-karuna). El florecimiento gradual del Despertar (Bodhi) del mundo representa la posibilidad de avanzar con claridad y lucidez hacia el próximo estadio evolutivo. De esta manera, la Espiritualidad Socialmente Comprometida del Socialismo Budista es el sendero práctico y teórico más importante, pues expresa contemplativamente las metas elevadas del ser humano. El maestro espiritual propone la meditación libertaria como una dirección hacia la transformación del mundo interno y externo, ejercitando una visión y vivencia capaz de lograr la Cura (Nirvana) del aprendiz y de la Tierra (Gaia), pues este sendero es una vuelta a la naturaleza espiritual de toda la humanidad. Al igual que el Maestro Matthiessen, el Maitriyana confirma que la verdadera naturaleza del Ser es volver al hogar, elevando un Reino de los Cielos sobre la Tierra.
Para el Socialismo Budista, la integración de lo sagrado y lo profano, lo espiritual y lo mundano, son una expresión de madurez contemplativa, siendo Gautama y Jesús una figura arquetípica de esta solidaridad profunda con el bienestar de todos los seres vivos, pues como establece el Maestro Tenzin Gyatso, la principal característica de un Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es su gran amor universal por el mundo. Esta actitud benevolente propia de la meditación libertaria es la aspiración a que todos los seres humanos tomen consciencia y cesen el sufrimiento, provocando un nivel mundial de Espiritualidad sin precedentes en la naturaleza. Esto implica que el Maitriyana, al igual que el Maestro Aitken, considera que las flores, los niños o los pájaros son destellos del Despertar (Bodhi) de la Espiritualidad Socialmente Comprometida. En efecto, el principio fundamental del Socialismo Budista es entonces la interrelación e interdependencia de todo lo existente, demostrando que el mundo interno y externo son uno. El maestro espiritual enseña la solidaridad como una práctica contemplativa cuyo único Propósito (Dharma) es la Cura (Nirvana) del sufrimiento. De hecho, el impulso del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es desarrollar la naturaleza verdadera de la humanidad y aliviar la opresión que sufren los pueblos.
Un principio importante del Maitriyana es unificar la vida cotidiana con el desarrollo espiritual, realizando las actividades comunes con actitud desapegada y consciencia mística. Este aprendizaje que provee la meditación libertaria implica que el trabajo –incluso aunque se trate de transportar agua y leña- debe ser vivenciado con lucidez y sabiduría compasiva (prajña-karuna). De hecho, el Socialismo Budista coincide con el Maestro Dogen en que los actos cotidianos no existen fuera del Propósito Espiritual (Dharma), enseñando al sujeto a sentir paz y Atención Plena en medio de los conflictos cotidianos, lo cual une lo trascendente a lo mundano. Así, para el maestro espiritual la Serenidad y la Liberación están siempre en el maravilloso instante del presente. El cultivo de la Atención Plena al presente es la vía práctica de la consciencia despierta (bodhicitta) en el aquí y ahora. Esta práctica contemplativa sobre las actividades de la vida cotidiana es simultáneamente una apertura y entrega al mundo interno y externo. Al igual que el Maestro Ikkyu, el Maitriyana confirma que la verdadera clave para la Salvación es la Atención Plena, pues permite al Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) no aislarse y mantener una presencia útil y solidaria en el mundo, reconociendo siempre las necesidades de los demás. De esta manera, la meditación libertaria enseña al aprendiz a preocuparse por las consecuencias éticas de sus elecciones, sean conscientes o inconscientes. Por ello, para el Socialismo Budista, los tres pilares del aprendizaje espiritual son la contemplación (dhyana), la sabiduría (prajña) y la ética (sila), los cuales a su vez tienen como base común a la fuerza de la compasión (karuna). En consecuencia, los preceptos de la conducta ética derivada de esta Espiritualidad Integradora son respetar la vida, ser equitativo con los demás, amar adecuadamente, hablar honestamente y mantener la consciencia pura frente a la perversión y destrucción que transmite el sistema capitalista. De esta manera, la Atención Plena no conduce a la permisividad ni a la indiferencia ante los conflictos del mundo, sino que cultiva la tolerancia y la paciencia necesarias para lograr su Salvación. Estar plenamente presente en el aquí y ahora es el secreto de un mundo mejor.
El Maitriyana es una expresión del tipo de familia espiritual o comuna solidaria (sangha), manifestando el milenario ideal de la sabiduría compasiva (prajña-karuna) a través de la actitud amorosa por los demás. Por lo tanto, el Socialismo Budista desarrolla al modelo de familia espiritual como forma de meditación libertaria, recomendando a los padres e hijos basar su cotidianeidad sobre ciertos principios éticos y socialistas. Esto implica que el modelo de familia y comuna (sangha) impulsada por el maestro espiritual es superior a cualquier estilo de vínculo social, abandonando al tipo de familia materialista para desarrollar un grupo de personas con un mismo Propósito (Dharma) u objetivo supremo: el Despertar (Bodhi). La vida contemplativa constituye entonces una alternativa a la cultura materialista, transformando al hogar del sujeto en un centro de aprendizaje del Camino (dojo). Esta transformación es una dimensión importante en las enseñanzas del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), trayendo Atención Plena a la vida en familia, lo cual revitaliza la presencia de valores trascendentes como el respeto, la generosidad, la responsabilidad, la cordialidad y la pureza. En efecto, el Maitriyana cambia radicalmente la vida en familia, pues la meditación libertaria es básicamente un deber de ayudar a los demás, desarrollando los principios del autoconocimiento y la sabiduría compasiva (prajña-karuna). Esta transmisión no-genética de Atención Plena permite criar niños y convertirlos en seres humanos evolucionados, seres dispuestos a entregar sus vidas por la construcción de un mundo mejor, seres hábiles y capaces de salvar a la humanidad. Así, el Socialismo Budista tiene la función fundamental de producir un cambio sistémico en la sociedad.
Para el Maitriyana una forma adecuada de trabajo es algo importante para la Cura (Nirvana) del aprendiz y de la sociedad, integrando la práctica contemplativa a la vida cotidiana para trabajar honradamente a pesar de la civilización materialista y consumista. Este correcto medio de vida obviamente implica una relación cordial con los demás, pues básicamente es una vocación nutrida por la sabiduría compasiva (prajña-karuna), tal y como señaló Theodore Roszak. Así, la forma adecuada de trabajo prescrita por Gautama plantea una vía de satisfacción personal, conocimiento de la realidad y servicio al prójimo. Al sublimar las intenciones más profundas del sujeto, el correcto medio de vida expresa responsabilidad por las generaciones futuras. Por ello, la meditación libertaria puede ser definida como una forma de disfrutar del trabajo que se supone que uno debe hacer, lo cual fortalece el carácter y refina la Atención Plena de la mente. Evidentemente, los principios de la forma adecuada de trabajo, como la fidelidad a uno mismo, la consideración por los demás y el cumplimiento de los acuerdos, son valores prácticos muy profundos para el Socialismo Budista, junto con la responsabilidad social y el cuidado del medio ambiente. Por lo tanto, el maestro espiritual busca la reformulación del mundo contemporáneo a través del habla reflexiva y la capacidad de escuchar atentamente al prójimo, cultivando cordialidad y franqueza para transmitir esperanza, felicidad y Despertar (Bodhi) a toda la sociedad. Este compromiso del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) evanesce el conflicto y la desunión de la civilización capitalista, alentando el abandono de la codicia, el odio y la ignorancia. En consecuencia, el Maitriyana no tiene inconveniente alguno en afirmar que la economía, política y cultura del materialismo capitalista está destruyendo el planeta, por lo que simultáneamente plantea que los medios correctos de vida son fundamentales para la supervivencia de la humanidad y de la Tierra (Gaia). Mientras que las religiones y los gobiernos suelen ignorar los males del mundo, como la guerra, la pobreza, la ignorancia y la contaminación, en cambio, el Socialismo Budista se esfuerza por provocar una transformación planetaria a través de la fuerza de la Solidaridad. Esta tarea requiere una determinación suprema, aplicando valores espirituales y un estado de consciencia ampliada y superior (ECAS) para poder resolver los problemas del mundo. La tradición espiritual del Maitriyana se arriesga notablemente, pues combatir la avidez conlleva el precio de la soledad. Sin embargo, la sociedad necesita desesperadamente este tipo de práctica contemplativa. La solidaridad es la expresión natural de la aspiración de los maestros espirituales de salvar a todos los seres, siendo la ofrenda más íntegra que se puede hacer por la vida. En este sentido, los Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) son las herramientas para construir con alegría y entusiasmo el mundo del futuro.
El aprendiz que practica meditación libertaria siente que tiene que hacer algo frente a la injusticia social, por lo que la lucha revolucionaria no es ajena a la Espiritualidad del Socialismo Budista. Aunque esta participación política libertaria no es partidista, ciertamente es una involucración metapolítica que trabaja por el bienestar de todos los seres. Durante los últimos dos mil seiscientos años el movimiento espiritual creado por Siddhartha Gautama fue una síntesis de los planos psicológico, filosófico y político, teniendo una función influyente en la sociedad por ser un símbolo internacional de paz, justicia, conocimiento y ecología. Estos valores son los cuatro pilares del pensamiento y práctica social del Maitriyana, el cual es un sendero metapolítico que parte de la idea de que el bienestar interior y exterior están interconectados entre sí. De esta manera, la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) aboga abiertamente tanto por la Liberación del sujeto como por la democratización del pueblo. El Socialismo Budista es efectivamente un movimiento pacifista e integrativo, transmitiendo una educación de vanguardia y defendiendo los derechos humanos a nivel mundial. Esta tendencia postmoderna favorece la transformación social sobre la base de la no-violencia, la cual es tanto el medio como el fin mismo de la Cura (Nirvana). De esta manera, los preceptos éticos del Maitriyana son tanto una guía para el aprendiz como una lucha social contra el militarismo, la explotación, la corrupción, la prostitución y el narcotráfico. Éstas prácticas son las recetas para una sociedad despierta y curada de los males que genera el consumismo, como la desigualdad y la destrucción del medio ambiente. En efecto, el maestro espiritual afirma categóricamente que la política, economía y cultura capitalista está íntimamente ligada al apego y la avidez, considerando al igual que el Maestro Buddhadasa que existe un paradigma alternativo de civilización: el Socialismo Budista. Este posicionamiento es la creación de una comunidad libertaria mundial dedicada al Despertar (Bodhi) de todos los seres. Esta búsqueda de Libertad, Igualdad y Fraternidad busca convertir al mundo entero en un Reino de Paz donde toda la sociedad viva en armonía con la naturaleza. Así, el Maitriyana representa una alternativa espiritual de profundo cambio social, concibiendo un futuro libre de impulsos adquisitivos y competitivos. La meditación libertaria conduce entonces al desarrollo de una sociedad sana y mejor, transformando la estructura del mundo al aplicar la mente despierta (bodhicitta) y la sabiduría compasiva (prajña-karuna), las cuales son fundamentales para encontrar la Cura (Nirvana) del sufrimiento a nivel mundial. Desde este punto de vista, la solidaridad puede resolver y superar todos los conflictos y desafíos que se presentan, practicando contemplación revolucionaria (kakumei-zen) para crear una comunidad internacional de paz y justicia social. Según el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), por más injusta o infernal que sea la situación del mundo, siempre se debe contribuir a la Liberación de la humanidad y a la protección de la Tierra (Gaia).
Frente a un proceso de extinción masiva de especies que la civilización capitalista está realizando aceleradamente, el maestro espiritual se posiciona en la sociedad como un protector de la naturaleza, poniendo todo su empeño en intentar solucionar problemas muy graves como la destrucción de los bosques. Este sendero de defensa de la Madre Tierra (Gaia) es una de las múltiples direcciones a las que apunta el Socialismo Budista. En el Discurso Analítico Existencial Libertario (Buddha-Dharma-Sangha) se realiza un llamado a proteger todos los ecosistemas por medio de los principios del pacifismo y la sabiduría compasiva (prajña-karuna). El método de meditación libertaria es una respuesta ética frente a la crisis ecológica de Occidente y Oriente, ayudando al sujeto a poder comprender que los valores espirituales son la única solución posible para este problema global. En este sentido, el Maitriyana demuestra que existe una interexistencia fundamental entre el aprendiz y el medio ambiente, siendo esta visión de la interdependencia un requisito para el mismo proceso del Despertar (Bodhi). En este sentido, la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) es una forma suprema de activismo ecológico, manifestando una actitud de unión e interdependencia con todos los seres. De esta manera, el Socialismo Budista alienta la sencillez y el consumo moderado y responsable, siempre teniendo respeto por el medio ambiente y desapego por las necesidades ilusorias, lo cual conduce a la verdadera felicidad. La consciencia despierta desarrollada por la meditación libertaria permite transmitir la fuerza del activismo social y ecológico a las generaciones venideras, desapegando al sujeto de la sed por ver resultados o frutos de la acción en el corto plazo. Así, el Maitriyana es un faro de esperanza frente a la dolorosa extinción de las especies, pues es el Camino hacia la Cura (Nirvana) de la Tierra (Gaia).
Siguiendo a Seres Despiertos y Salvadores (Buddhas-Cristos) como Gautama y Jesús, el Socialismo Budista despliega un impresionante voto de acción sabia y compasiva, teniendo el Propósito (Dharma) de purificar la Tierra (Gaia) y liberar a los pueblos a través de la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) y su conocimiento cumbre (satori). Mientras existan conflictos en el mundo, la tradición del Maitriyana continuará luchando serenamente por la Salvación de la humanidad. Por lo tanto, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) personifica la acción despierta y adecuada frente a lo Real. Así, el sendero del Socialismo Budista manifiesta acciones solidarias en ámbitos como la economía, política y cultura. En este sentido, el despliegue de la sabiduría compasiva (prajña-karuna) transforma la sociedad organizando un tipo de comunidad (sangha) dedicada al fin de la Libertad, Igualdad y Fraternidad. En el vehículo reconciliador del Maitriyana se considera que todos los pueblos tienen la potencialidad de cambiar de actitud y alcanzar este Despertar (Bodhi). Pero esto implica contactarse místicamente con todas las áreas de la vida, dedicando Atención Plena al prójimo y mostrando reverencia por la trama de la naturaleza. El maestro espiritual sabe perfectamente cómo instruir a cada persona, pues algunos necesitan enseñanzas mientras que otros requieren de su presencia o actitud. Para el Socialismo Budista, la práctica espiritual puede ocurrir en distintos escenarios, como la crianza cariñosa, el trabajo recto y el cuidado de la naturaleza. El Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) transmite la Cura (Nirvana) de múltiples maneras, aunque todas ellas comparten esencialmente el espíritu de la práctica solidaria y la sabiduría compasiva (prajña-karuna). En la práctica de la meditación libertaria, la comprensión analítica-existencial se desarrolla en el encuentro con el prójimo y el mundo entero. Desde el punto de vista del Maitriyana, la transmisión del Propósito espiritual (Dharma) es una expresión cumbre y arquetípica de la acción amorosa por los demás. Este sendero de la serenidad-en-acción es la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) como búsqueda atenta y perseverante de ayudar al otro a poder Despertar (Bodhi).
En dos mil seiscientos años de historia el Discurso Espiritual se ha adaptado a circunstancias culturales diversas, por lo que la tradición del Socialismo Budista es un metalinaje que honra a todos los grandes maestros espirituales que fueron pioneros y arquetipos del Camino de la Espiritualidad. Así, los grandes antepasados del Maitriyana fueron Gautama y Jesús, quienes asumieron valientemente grandes peligros físicos para intentar salvar el mundo por medio de la sabiduría compasiva (prajña-karuna). Esta actitud de solidaridad universal es esencialmente la acción del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), cuyo camino solitario atraviesa todo tipo de miedo, vergüenza, locura e ilusión. La meditación libertaria avizora cómo desarrollar una sociedad atenta y despierta, transformando la mente, las ideas y las comunidades. De este modo, el Maitriyana ejerce un liderazgo espiritual sin precedentes en la historia del mundo. Sin embargo, este modelo de sociedad ideal genera controversias y críticas en aquellos que están apegados al status quo y tienen terror al cambio. A pesar de esto, la meta más importante del Socialismo Budista es conducir a todos los seres hacia el sendero desconocido de la Liberación y Cura (Nirvana) del sufrimiento, estando decididos a purificar la mente y la sociedad de las adicciones del apego y el consumismo.
El Maitriyana mantiene serenidad incluso ante los enormes peligros que implica ser una voz de honestidad revolucionaria, por lo que frente a las crisis manifiesta ideas claras que son capaces de transformar cualquier tipo de situación personal o social. Al igual que el Thich Quang Duc, el maestro espiritual está dispuesto a sacrificar su propia vida en pos del Despertar (Bodhi) del pueblo. Estos trascendentes actos generosos son inherentes a la mente del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva). Así, el Socialismo Budista está preparado para hacer frente a un porvenir difícil, pues la guerra, la indigencia, el analfabetismo y la contaminación son cuatro jinetes muy poderosos en la vía de la civilización capitalista. La contemplación revolucionaria (kakumei-zen) ayuda al aprendiz a desarrollar Atención Plena y Serenidad incluso en situaciones desastrosas. Por ello, la meditación libertaria es un aspecto esencial de todo sendero genuinamente revolucionario. La contemplación (zen) permite al sujeto estar verdaderamente atento a las situaciones internas y externas, pudiendo responder éticamente al sufrimiento psicológico y social. En este sentido, las actitudes de la claridad y la apertura se entrelazan profundamente con la perseverancia y la solidaridad. El Maitriyana afirma que el aprendiz no puede cambiar el mundo a menos que antes no haya cambiado él mismo. De este modo, la vida mística es intrínsecamente solidaria. El maestro espiritual considera que los fundamentos de la meditación libertaria son la tranquilidad y la plena presencia en el mundo, siendo la máxima expresión del movimiento pacifista y solidario de Oriente y Occidente. En el sendero del Socialismo Budista, la práctica y la teoría son fruto de la contemplación-en-acción o hacer-en-la-nada (wu-wei), que es el aprendizaje de la ética del silencio y el desapego responsable. A partir de las vidas de Gautama y Jesús, el Maitriyana ofrece el ejemplo más importante de lo que es la serenidad y la ecuanimidad, manteniendo con calma y alerta un equilibrio dinámico de concentración interior y exterior. Esta meditación libertaria es lograda a través de una fascinante síntesis entre percepción directa del mundo y aislamiento en la naturaleza.
El Socialismo Budista participa del mundo con alegría, consciencia despierta y solidaridad, actuando siempre por el bien de los demás. Este estilo de vida dedicado al servicio del prójimo es la clave no sólo para la Cura (Nirvana) de la mente sino también para la Liberación de la sociedad. Por lo tanto, esta virtud de la generosidad, que es el valor más elevado, se trata de un trabajo de corazón a corazón, renunciando al beneficio propio en pos del bienestar del pueblo. El entramado de contemplación (zen), sabiduría compasiva (prajña-karuna) y acción solidaria conforman la fuerza más poderosa de la historia de la humanidad: el Discurso Analítico-Existencial-Libertario (Buddha-Dharma-Sangha). En efecto, el Maitriyana es la vía de la actitud solidaria y los principios humanitarios, trabajando sobre la red de la interexistencia para la Salvación de la Tierra (Gaia) y la evolución de la humanidad. El Socialismo Budista es una acción social mística que busca la maduración espiritual de los pueblos, por lo que comparte los valores de la Libertad, Igualdad y Fraternidad para que todos los seres puedan sentir este milagro. Así, el sujeto debe entregarse a la búsqueda tanto del Despertar (Bodhi) del Sí-mismo como a la Sanación del mundo. Este trabajo por la Liberación transindividual es la senda del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), en la cual el aprendiz no puede estar auténticamente liberado sin que todos los otros seres no estén libres también. Así, el Camino Integrativo del Maitriyana es un movimiento de genuina humildad y apertura (sunyata), afirmando que un maestro espiritual puede no ser físicamente distinto a cualquier otro ser humano, aunque su estado de consciencia ampliada y superior (ECAS) lo convierte notablemente en un ser evolucionado. Incluso aunque carezca de poderes parapsicológicos, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) tiene una participación pura y espontánea en el mundo, convirtiendo a su vida cotidiana en una verdadera práctica mística. Por ello, los maestros espirituales son los creadores de una sociedad mejor, luchando con entrega, simplicidad y valentía por la democracia, los derechos humanos y la evolución de los pueblos. El compromiso con la causa de transformación de la realidad social es entonces la culminación de dos mil seiscientos años de Espiritualidad. Sin embargo, este sendero espiritual es infinito, pues siempre habrá nuevas percepciones por tener, nuevos aprendizajes por transmitir y nuevas personas a las que ayudar.
El principio fundamental de la meditación libertaria es que la Liberación es la naturaleza espiritual intrínseca de la humanidad, por lo que no se trata de algo que debe ser adquirido sino más bien desocultado. Por lo tanto, las enseñanzas libertarias de la tradición del Socialismo Budista, por medio de la lógica dialéctica paradojal, significan que la evolución espiritual del ser humano es la expresión de su verdadera mismidad. La contemplación (zen) es una actitud revolucionaria que apunta a liberar esa naturaleza oculta por medio de la encarnación de la sabiduría compasiva (prajña-karuna). Evidentemente, la Espiritualidad Integrativa del Maitriyana es diversa y flexible, adecuándose a las condiciones contemporáneas a través de distintas disciplinas para poder transmitir amor solidario y generosidad ética. Uno de las características más importantes del Socialismo Budista es su constante pasión por la transformación del mundo interno y externo. En concordancia con el Maestro Hisamatsu Shin´ichi, el Maitriyana afirma que el estilo de vida verdaderamente espiritual en la civilización contemporánea se basa en los tres pilares de la indagación analítica del Sí-Mismo, la indagación existencial de la realidad y la indagación libertaria de la historia del mundo. Estos tres pilares complementarios equivalen al conjunto multidisciplinario del Discurso Analítico Existencial Libertario (Buddha-Dharma-Sangha), cuya práctica y teoría es algo que trasciende profundamente a la psicología clínica, la filosofía académica y la política partidaria. La integración de estos elementos constituye una vida consciente, interdependiente y solidaria, asumiendo la radiante actitud del conocimiento cumbre (satori) hasta los confines del Cosmos.





Kenneth Kraft, The Wheel of Engaged Buddhism: a new map of the path.
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