Mafaldo, Pero

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Descripción

Mafaldo, Pero

proyectado matrimonio. Poco después, hallándose el infante jugando con otros niños en el patio del palacio episcopal de Palencia, una teja desprendida casual o intencionadamente del alero del tejado, le fracturó el cráneo, falleciendo poco después, quedando la princesa lusitana libre de todo compromiso para volver a su tierra, sin haber convivido con el pequeño príncipe, pues no es creíble que pasando de los veinte años y siendo él un niño de doce, convivieran juntos. Después de este fracaso, que no la sorprendió, pues conocía perfectamente el caso de su hermana Teresa, que tuvo que dejar el trono de León unos años antes por imposiciones de la Santa Sede, regresó a Portugal, y no quiso saber más de matrimonios, sino que imitó el ejemplo de sus hermanas Teresa y Sancha, quienes habían optado por Cristo, reformando cada una de ellas un monasterio, Lorvâo y Celas, haciéndose religiosas en los mismos, y llegando ambas a la cumbre de la santidad, como lo prueba el hecho de figurar en los altares. Mafalda, aprovechando que su padre le había dejado en el testamento la protección del monasterio de Arouca, reformó en él la vida religiosa, abrazándola con el mayor entusiasmo, llegando a ser dechado de perfección. Allí pudo realizar continuas obras de caridad con los pobres y desamparados, viviendo en plenitud el carisma cisterciense, con una perfección tal, que conquistó la muerte de los santos. La villa de Arouca la tiene como patrona insigne y celebra su fiesta anual todos los años el día 2 de mayo, fecha en que Crisóstomo Henríquez recoge su memoria en el Menologio Cisterciense, y hacen lo mismo otros autores. Bibl.: C. Henríquez, Menologium Cisterciense, Antuerpiae,

Plantiniana Balthasaris Moreti, 1630, día 2 de mayo; Lilia Cistercii, Duaci, B. Bellerus, 1633, lib. II, distinc. VI, pág. 156; A. Heredia, Vidas de Santos, Vienaventurados y personas venerables de la sagrada religión de la Orden de N. P. S. Benito, t. II, Madrid, Melchor Álvarez, 1685, pág. 472; P. de Ciria Raxis, Vidas de Santas y Mujeres Ilustres de la Orden de N. P. S. Benito, t. II, Granada, 1688, págs. 59-63; J. Álvarez, Reina y Santa, Burgos, Hijos de Santiago Rodríguez, 1954, págs. 111-120; D. Yáñez Neira, “La Beata Mafalda, reina de Castilla, religiosa cisterciense”, en Cistercium, IX (1957), págs. 116-130.

sencia resulta segura por su participación en el ciclo satírico contra la juglaresa María Pérez, la Balteira, que debió de producirse en la época de la conquista de Murcia. Se supone que pasó después a la Corte de Jaime I de Aragón (quizá al servicio de su hijo el infante Pedro), por lo que afirma en el estribillo de una cantiga de amigo (“E sempre mi-assi ment(e) e non á de mi vergonha! / Non me viu mays d’un dia e vays’a Catalonha!”, ed. n.º 6); allí se le puede identificar con un “Pedro, juglar gallego”, al que se refieren documentos datados en 1249, 1265 y 1269. Es posible que allí se relacionara con Cerveri de Girona, también al servicio del infante Pedro, con quien emparenta por uno de sus escarnios. Su producción es breve: dos cantigas de amigo, cuatro de amor, un sirventés moral y dos cantigas de maldizer. El sirventés moral (ed. n.º 9), por su tono y estilo, encaja con la corriente más afín a la poética provenzal en la escuela galaico-portuguesa, como en los casos semejantes de Ayras Nunes y Martin Moya y revela, por tanto, un gusto refinado y sabio. También es afín al gusto provenzal la insistencia en la alabanza de la dama en una de sus cantigas de amor (ed. n.º 1) y la complejidad de las formas estróficas en las demás (ed. n.os 2, 3 y 5). En una de sus cantigas de amigo, aparecen términos extraños a la tradición gallega (preit’e menage, vai-s’ora de carreira sa via, cento mentiras, mentiu-me cen vezes, ed. n.º 6), y en el escarnio contra Pero Garcia d’Ambroa aparece una terminología muy próxima a la que se ve en la Declaratio de Guiraut Riquier, lo cual podría situarlo en un ambiente literario próximo. Se trata, por tanto, de un autor de obra breve, pero muy interesante, que debió conocer bien los usos occitánicos, sea en la propia Corte de Alfonso X, sea, como se puede sospechar, también en la aragonesa. Bibl.: S. Spina, As cantigas de Pero Mafaldo, Rio de Janeiro,

Tempo Brasileiro, 1983; V. Beltran, La corte de Babel. Lenguas, poética y política en la España del siglo xiii, Madrid, Gredos, 2005. Vicenç Beltran

Damián Yáñez Neira, OCSO

Mafaldo, Pero. ?, p. m. s. xiii – s. m. s. xiii. Trovador de las Cortes castellana y aragonesa. Trovador gallego-portugués que puede situarse en la Corte de Alfonso X, posteriormente en la Corte aragonesa; sobresalió principalmente por sus cantigas de amigo y de escarnio. En la Corte castellana su pre-

Maffei y Ramos, Eugenio. Madrid, 13.II.1827 – 23.VI.1892. Ingeniero de minas y geólogo. Ingresó en la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid en 1845. Al finalizar sus estudios en 1849 fue destinado en prácticas a la mina de mercurio de Almadén. Concluidas las mismas, en marzo de 1850 pasó a ocupar el puesto de auxiliar en la Comisión del Mapa

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