Maestría en Estudios y Políticas de Género - Centro Interdisciplinario de Estudios y Políticas de Género

Buenas tardes a todes. Gracias por acompañarnas en este día de felicidad en que venimos a presentar un proyecto largamente acariciado. Había una vez, hace muchos años, un niño que se sentaba a mirar televisión dragueado con el vestido de novia de su madre. En otro lugar, una niña le robaba los soldaditos de plomo a su hermano mayor y jugaba con ellos a escondidas. Con el tiempo, esa niño y ese niña estudiaron letras, historia, antropología, ciencias de la salud, psicología, filosofía o sociología. Con el tiempo, eses jóvenes comenzaron a contrabandear contenidos en sus propias disciplinas: descubrieron que, en Las tetas de Tiresias, drama superrealista, Apollinaire transformaba a Teresa en Tiresias y que ésta embarazaba a su marido para crear una nueva especie; descubrieron la repugnancia con la que los cronistas y viajeros describieron a las indios pampas, que atravesaban el espacio a toda velocidad llevando en las ancas de sus caballos a sus barraganes, comprobaron que en las culturas americanas antes de la conquista había figuras como la muxe o el berdache, que no respondían a la moral familiar o tribal vetotestamentaria. Eran detalles que poco a poco fueron dándole consistencia a paradigmas de interrogación que pronto se cruzaron con el fuego cruzado de los activismos. ¿Por qué las mujeres iban a aceptar condiciones laborales inferiores a los de sus colegas hombres? ¿Por qué los personajes femeninos de las películas y las novelas tenían que aceptar pasivamente ser el objeto de las miradas de los otros? ¿Por qué la policía consideraba legítimo chantajear e incluso matar a los uranistas que se reunían en bares más o menos secretos, en baños públicos, en parques? ¿Por qué los madres tenían que enorgullecerse de la crianza animal de sus proles? ¿Por qué nos condenamos a las pesadillas de los nombres y las clasificaciones urdidas por la ciencia soberana? ¿Por qué dejamos que, en nombre de una Ley y un Orden que nunca estuvieron de nuestro lado condenaran las experiencias trans al costado psicótico de lo Real? ¿Por qué hay una padre y un madre? ¿Lo mismo nace de lo mismo o de lo otro? ¿Por qué hay dos géneros y no mil uno? No hace falta que siga: ustedas conocen estas preguntas mejor que yo. Algunas de ellas, muchas de ellas, nos llevaron a Lucía Dussaut, a Mariano López-Seoane y a mí (tres personas de diferentes formaciones, diferentes géneros y diferentes aspiraciones) a idear este proyecto que presentamos ante ustedes hoy.