Aire de Dios
Boletín bimensual – año 2013 – Nº27 “Para gente sin complejos: Testigos de Jesús en nuestro mundo”
rial
edito
Mujeres de fe en la Biblia Continuando con la reflexión en el Año de la Fe proponemos este tema tan importante en la reflexión que el SEBIP viene realizando. Presentamos en este número cuatro artículos: El primero es el trabajo realizado en el curso de Mujeres de fe en la Biblia facilitado por Elizabeth Gareca y Yolanda Rosas, como resulto de la reflexión les ofrecemos dos cartas dirigidas al apóstol Pablo que expresan los sentires de quienes fueron parte de este curso. El segundo es un artículo que les ofrecemos gracias a la colaboración de la biblista cubana Daylíns M. Rufin Pardo ella nos brinda una relectura en clave sororal de Lc 1, 26-56, bajo el título de “Madre soltera ¿Sin pecado concebida?” en este podremos encontrar un relato poético del camino seguido por María a la casa de Elizabet en el que reflexiona y encuentra fuerza y sentido a su destino que la enfrenta a la soledad, al desprecio como lo viven muchas mujeres en nuestros países. Tenemos también un artículo de Elizabeth Gareca Gareca. Irit, la mujer de Lot: como bien sabemos este texto ha sido interpretado desde distintos puntos de vista, hoy la autora nos ofrece una mirada compasiva, solidaria y misericordiosa. Por ultimo tenemos un artículo de Yolanda Rosas quien nos acerca de una manera ágil a María Magdalena, la presenta cómo seguidora fiel, y la diferencia entre otras marías con la prostituta a la cuál más se la relaciona. Esperamos que este número de Aire de Dios les ayude a acercarse a las mujeres de la Biblia con otros ojos, no con los ojos del patriarcado que juzga, condenan, invisibilizan sistemáticamente a las mujeres.
todas las Mujeres sin nombre en la Biblia 1
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en
este número…
Contenido Nº 27: Artículo Nº 1 Cartas a Pablo: Curso mujeres de fe en la Biblia Páginas 2 y 3 Artículo Nº 2 Madre soltera ¿Sin pecado concebida? (Una relectura en clave sororal de Lc 1, 26-56) Daylíns M. Rufin Pardo Páginas 4 a 6 Artículo Nº 3 Irit, la mujer de Lot: una mirada compasiva, solidaria y misericordiosa Elizabeth Gareca Páginas 7 a 9 Artículo Nº 4 María Magdalena Enviada a proclamar la resurrección Yolanda Rosas Páginas 10 a 12 Nuestras actividades Páginas 13
Cartas a Pablo En el curso de Mujeres de fe en la Biblia un grupo de 12 personas de diferentes iglesias reflexionamos sobre algunas mujeres del Antiguo y Nuevo Testamento, conociéndolas desde sus contextos sociales y culturales y proponiendo una relectura de las historias bíblicas. Algunos textos de las cartas escritas por Pablo nos llamaron mucho la atención y nos provocaron diversos sentimientos, por lo que el trabajo final por grupos fue elaborar una carta al apóstol Pablo para comunicarle que nuestras comunidades de fe estaban eligiendo un o una nueva líderes-responsable del grupo y dándole los argumentos para tomar dicha decisión. Carta 1 Estimado hermano Pablo: Te saludamos desde nuestra comunidad de La Paz Bolivia, te escribimos para proponer a la hermana Beatriz como líder de nuestra comunidad. Ella se ha bautizado con toda su fe y colabora con la obra del Señor, al igual que la hermana Lidia que te apoyó en la obra de Dios. Nuestra comunidad necesita de personas que puedan dar amor materno como tú lo recibiste de la madre de Rufo. Y por último hermano Pablo queremos hacerle recuerdo que tú enseñaste que somos uno solo unidos en Cristo sin importar que seamos hombres y mujeres. Te saludamos en nombre del Señor. Tus hermanas: Carolina, José Luis, Irene y Beatriz.
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Carta 2 Querido hermano Pablo, un saludo cordial de nuestra comunidad de fe. Nuestra comunidad reunidos presentan dos candidatos, una hermana y un hermano para nuestro líder. La comunidad se inclina a elegir al hermano Walter. Esto siguiendo el mandato de Dios que nos comunicas. Dado que la mujer no está autorizada a representarnos en las asambleas porque la mujer debe sujetarse a su marido en la misión. Seguidores de la Ley nuestro líder será un reflejo de Dios dado que la mujer es reflejo del hombre. Estamos seguros que esta elección es un mandato de Dios. Nuestra comunidad se despido con muchas bendiciones deseándote que Dios te de fortaleza de que continúes formando muchas comunidades. Te saludamos: Walter, Eve, Sonia y Mary
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Madre soltera ¿Sin pecado concebida? (Una relectura en clave sororal de Lc 1, 26-56) Daylíns M. Rufin Pardo1
María salió temprano, a la hora en que todavía el rocío era una leve transpiración sobre el labio de la mañana-como diría el poeta. A pesar de la travesía y del vientre que cada vez pesaba más, todavía guardaba en su corazón espacio para los cantos, la poesía y las ensoñaciones: “Engrandece mi alma al Señor… mi Espíritu se alegra en Dios, mi salvador”… así tarareaba bajito, casi como un murmullo. Así avanzaba su corazón entretenido con el canto, su mente detenida en los recuerdos más recientes. Desde aquella visita, aquel día, el mundo que veía a través de su ventana le había parecido distinto, ¡como nuevo! Seguía siendo una muchacha trabajadora y laboriosa como una hormiga, pero ahora, si regaba el jardín, no dejaba de oler los lirios y escuchar por un rato el canto de las aves migratorias que “siempre llegan sin esperar,… y así se marchan”- pensaba. No por gusto a las empresas que habían llegado en la última década a su pueblo, le llamaban golondrinas. No sin razón a los mineros que llegaban de cuando en cuando del extranjero para colarse allí, las mujeres los llamaban “aves de paso”. Con dos pasos breves y seguros terminó de atravesar la plaza de la ciudad. Dobló entonces por el callejón sin asfalto que se extendía a sus pies como una inmensa serpiente de cal y no pudo evitar pensar en las canteras. Gabriel había llegado a su vida en el tiempo en que estas comenzaron a ser dinamitadas. Había llegado como un ángel, con toda una tropa, a velar porque ni las montañas ni los pobres fuesen explotados. “Dios no quiere holocaustos, sino buen vivir”… había proclamado de cara a los mineros... “….Mi señor dice que se está inaugurando un nuevo tiempo… todo va a cambiar para siempre, solo espera…” - le había dicho a ella mientras le acariciaba el rostro, aquella tarde…
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Biblista cubana nacida en Matanzas, 1975 es Master en Teología, en el área de AT. Sirve cono profesora de teología
del AT y Hebreo Bíblico en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas (SET) y de Textos Sagrados en el Instituto de Ciencias de la Religión (ISECRE) en La Habana. Es miembro fundadora de la RED BÍBLICA CUBANA (proyecto impulsado desde el 2001 por el Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba, CECIC) y ha sido su coordinadora por los últimos 7 años. Participa de la Red Global de Lectura Popular y Comunitaria de la Biblia articulada por Ker in Actie y CEBI entre otros grupos, y del grupo de RIBLA.
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Sí que habían cambiado los tiempos- pensó- solo que las rocas seguían explotándose indiscriminadamente y ella seguía, como la montaña, cada vez más pobre, más vulnerable y ahora, además, embarazada.
Nadie había hecho caso a Gabriel y sus palabras, nadie había creído del todo en él y su proclama de buenos tiempos. Nadie ¡excepto ella! Eran tiempos de ambiente enrarecido y de muchas maneras ¡a todo el mundo le costaba respirar! El recuerdo de las miradas de rechazo de los vecinos del poblado, e incluso de algunos de sus familiares más cercanos, la invadió como una nube oscura. Ante su pobreza y su vientre recién crecido como una luna nueva, no había encontrado en su pueblo acogida alguna. Solo le quedaba su prima Elizabeth, ella siempre le había tenido un especial cariño, ella seguro no la rechazaría ni la dejaría sin amparo y compañía en estas circunstancias. Ella entendería lo de la visita, lo de los lirios… ¡¿Dónde andaría Gabriel a estas horas?! María se detuvo, casi sin aliento y miró hacia atrás. La calle que antes le había aparecido una serpiente, ahora ya recorrida le pareció como una alfombra que había sido tendida ante sus pies o como un gran velo de novia que la ataviaba para desposarse con una nueva vida. Sí, ¡una nueva vida debía comenzar para ella! Una nueva vida debía comenzar para todos ahora que guardaba en su vientre esta semilla de Dios. Ahora que a las visitas que llegaban hasta ese lugar remoto les brillaban los ojos por el destello de otras visiones que no provenían de los metales y minerales de las rocas. ¡Qué pena que mi pueblo no entendió del todo ese mensaje! El sol ya levantándose hacía relucir a lo lejos las vetas de piedra caliza, blancas como los lirios, blancas como la camisa de Gabriel aquella tarde en que la visitó, -
“Se llamará Jesús, será fuerte…” El recuerdo el rostro de Gabriel iluminado por el sol de Nazaret mientras decía esto, la poseía recurrentemente.
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Jesús, así le pondré… dijo Gabriel que le pusiera así por su padre- se dijo a sí misma, decidida.
A pesar de las dificultades y tropiezos, estas memorias de lo sucedido, terminaban dándole fuerzas para lo que venía por delante, para los actos que le faltaban por asumir y sellar en su vida después que naciera su hijo.
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Todos la rechazaban. Su propia gente que antes la concebía como una muchacha tierna, amorosa y solícita, dejaron de verla así desde que fue atrapada en otra dimensión por la ternura, la apertura y el amor. Para una madre encinta es muy frágil la línea entre el aplauso y el repudio en un lugar donde tanto respeto se ha perdido por la propia madre naturaleza y muy difícil le es comprender sentimientos como razones, a quienes solo ven razonable explotar indiscriminadamente un recurso para sentirse “alguien”, sin importarle los demás seres humanos. Qué va a importarles a los curas, los poderosos y las damas “honorables” una muchacha que está por parir, si no se conmueven por la tierra que “también gime con dolores de parto”, como dijo la voz de aquel profeta. Una suave brisa le acarició el rostro refrescando el calor de la travesía. La visión de las puertas cerradas le pesaba como un madero más sobre los hombros pero ¡Era preciso seguir camino!. -
Hágase en mí tu voluntad, Dios mío… Rezó en silencio, mientas lanzaba el último suspiro: el necesario para alcanzar la cima de la calle.
Fijó su mirada hacia adelante, allí al final del sendero estaba esperándola la casa de sus parientes y avanzó, avanzó, pisoteando los miedos que se le enredaban entre sus pies, como cuerdas finísimas, intentando paralizarla. -
¡No! ¡No me detendré ahora! Siempre hay alguien que piensa y siente distinto en este mundo. Siempre hay alguien que no teme acoger y compartir el alimento. Cualquier casa puede ser “casa de pan”… Elizabeeth… ¡Elizabeeeeeeth!- llamó vaciando los pulmones, llenando fuerte el pecho…
Y ya antes de subir el último peldaño pudo ver ¡La puerta de la casa estaba abierta! Y sobre un sillón del portal, yacían un costurero recién olvidado y algunos paños de bebé blanquísimos, con lirios y alas bordados en sus bordes, en todos los tonos de azul turquesa.
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Irit, la mujer de Lot: una mirada compasiva, solidaria y misericordiosa Elizabeth Gareca Gareca2
Gracias a una búsqueda del nombre de la mujer de Lot, se encontró este en un midrash3 antiguo (Cabrera, 2012:76). El nombre correspondía a Irit. A lo largo de la historia, han sido muchos los discursos teológicos y bíblicos, que han echado mano del texto bíblico de la mujer de Lot (Gen 19,26), como paradigma de la desobediencia a Dios y el castigo inminente al cual ha sido sometida. “La mujer de Lot miró atrás, y se convirtió en un bloque de sal” Por ejemplo se tiene el Comentario de la Biblia en Plenitud que afirma: “El castigo la alcanzó a ella porque sus afectos pertenecían a Sodoma, no a Jehová “. Una interpretación literal, misógina y mal informada del texto bíblico. Se está asumiendo la insensatez de esta mujer, al elegir a sus “afectos”, como si éstos estuviesen en oposición a Dios. Según el midrash, se afirma que Lot y su mujer tuvieron cuatro hijas, dos solteras y otras dos casadas con sodomitas (Cabrera, 2012:76) y este dato es importante, porque sus “afectos” eran sus hijas mismas. Lo doloroso que puede resultar para esta mujer seguir adelante, cuando parte de su historia y de su vida, quedaba atrás. O, este otro comentario de la Biblia de las Américas: “La atracción de Sodoma tenía tanta influencia sobre la mujer de Lot que a pesar de la advertencia de los ángeles (vers. 17), no pudo resistir el mirar hacia atrás y esta demora le costó la vida. Ella llegó a ser un paradigma de los que miran hacia atrás”. En primer lugar, este comentario –cuyo autor debe ser indudablemente un varón- no tiene en cuenta que la advertencia de los ángeles es sólo a Lot (Gn 19,17) y no así a su mujer. Tampoco se explicita en el texto, si Lot transmitió la instrucción a su familia. Otra 2
Lic. en Biblia (Universidad Bíblica Latinoamericana). Integrante del SEBIP.
3 El Midrash, es una exposición de los pesukim (versículos) de la Torá que surge de sabios, después de haber sondeado
en las profundidades de cada pasuk y en todas las palabras y letras del mismo en busca del verdadero significado interior
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idea presente en este comentario es “no pudo resistir el mirar hacia atrás”. Idea que es parte de la cultura patriarcal, acusar a la mujer de una “curiosidad malsana” a la cual nos podemos resistir. Ojalá muchas nos atreviésemos a ampliar nuestras miradas, a arriesgarnos a desobedecer, si esa desobediencia es por compasión, solidaridad o misericordia con los que sufren. Esta mirada es comparable con la mirada de Dios mismo, que se compadece permanentemente con los y las que más sufren y es insostenible que se le “castigue” a ella por percibir otra realidad. Una destrucción masiva, implica la pérdida de muchas vidas humanas y si antes era interpretado como castigo divino, hoy tenemos la convicción de que esto se da sólo a causa nuestra, de la acción irresponsable del ser humano. Rocha (2012:29), cita un poema de Gabriela Miranda que ofrece una hermenéutica feminista de la Biblia. La sal no corroe la memoria. Seca la lengua, las pupilas, atrofia las articulaciones0 pero deja intacta la memoria. “Salimos apresuradamente, con el lloro y los gritos a nuestras espaldas, el camino lodoso pegado a nuestras plantas. Grita Lot: ‘¡No vuelvan la mirada!’ ‘¡No vuelvan la cabeza o serán malditos!’ “Pero mi corazón se dolía con los gritos, con el llanto de los niños y el chillido de los animales con el crujido de las paredes derrumbadas ¡no podía soportarlo! “Me volví, no por estúpida o desobediente, no por curiosidad malsana, me volví por piedad, por misericordia. “Yo vi lo que nadie se atrevió, mis pupilas blanqueadas guardan la historia, nunca diré lo que había (esa es mi recompensa). “¿Es qué Dios condena la misericordia? Mi dios alabó la mía, sentí sus manos conmovidas labrando y tallando mi cuerpo, lo que Él labró en piedra de sal fue mi compasión no el castigo que se divulga.”
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Este poema ensalza esa mirada femenina, capaz de percibir el dolor humano y capaz de rebelarse ante el “sálvese quien pueda”, es una hermenéutica que libera a la mujer del castigo divino, ella se siente premiada sintiendo la mano de Dios, que talla su cuerpo. Por otra parte, se ve que en la cultura judía, esta mujer era recordada como paradigma de “mirar hacia atrás” y de desobediencia. En este sentido, la concordancia bíblica4, indica que esta mujer –anónima- es mencionada también en el evangelio de Lucas 17,32: ¡Acuérdense de la esposa de Lot! Esto dice Jesús, en el contexto de no regresar la mirada hacia atrás y estar atentos a la llegada del Reino de Dios. Leer el versículo posterior a éste (17,33), cambia la perspectiva: “El que busque guardar su vida, la perderá, y el que la perdiere, la conservará”. En el caso de esta mujer, quizá no quiso conservar su vida lejos de su historia (ese pueblo que se estaba destruyendo, la había acogido), lejos de sus vecinos y vecinas y quizá lejos de sus dos hijas mayores. Su vida sólo cobra sentido, en su propia historia que –en gran parte- se quedaba atrás. La historia de Irit, puede ser interpretada desde diversas perspectivas. Pero ¿cómo liberar a Irit de las interpretación históricas misóginas y patriarcales? Se puede rescatar la mirada solidaria, compasiva y misericordiosa con el pueblo que sufre. El sensibilizarse ante las necesidades humanas, el detenerse e involucrarse con las realidades de nuestros pueblos. No huir y pasar de largo. Otra temática inserta a la mirada de esta mujer, es la capacidad de detenerse ante la destrucción. Hoy también estamos ante la destrucción acelerada y constante de nuestro planeta, lo cual requiere nuestra mirada cristiana urgente. Es una destrucción masiva inminente. No podemos quedar indiferentes ante esta realidad – a diferencia de Lot- no tendremos hacia donde escapar, por eso requiere el compromiso serio de todos y todas para coadyuvar acciones y políticas de protección al medio ambiente. Siempre hay pequeños aportes que cada uno y cada una puede hacer. De Irit se puede aprender mucho, ella nos demuestra la sensibilidad de su mirada con su propia historia. Nosotros y nosotras somos parte importante de una historia, somos sujetos que debemos reescribir una historia de salvación. Finalmente ella es capaz de sentir la misericordia con los y las que se autodestruyen, a pensar en la vida en y planear el futuro en forma social y comunitaria, muy al estilo del Reinado de Dios, que Jesús nos planteó. Bibliografía Cabrera, R (2012). El rostro oculto de la mujer en la Biblia. San Pablo. Venezuela. Rocha, V. (2012). El tejido de la Biblia y la vida. Relectura bíblica con perspectiva de género. UBL. San José-Costa Rica.
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Las concordancias bíblicas ofrecen una lista de textos bíblicos en los que aparece una determinada palabra.
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María Magdalena: enviada a proclamar la resurrección Yolanda Rosas5 “Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas”. (Juan 20:18)
El nombre de María es de origen hebreo y significa: “La elegida”, “la preferida de Dios”. Los cuatro evangelios mencionan a María Magdalena como parte del grupo de mujeres que fueron muy temprano, el primer día de la semana para ungir el cuerpo de Jesús, con especias aromáticas y que fueron las primeras testigos de su resurrección. María Magdalena, sanada por Jesús. (Lc 8:2,3) María era de Magdala, una región a la orilla del mar de Galilea, en la que el comercio y la industria pesquera eran muy importantes. Magdala era una aldea situada en la orilla occidental del mar de Galilea, al norte de Tiberiades. El evangelio de Lucas señala que algunas mujeres que seguían y servían a Jesús con sus bienes, habían sido sanadas de espíritus malos y enfermedades. Lucas dice que María Magdalena había sido liberada de siete demonios (Lc 8:1-3), probablemente había sufrido de una enfermedad mental y física muy grave. En el siglo I, la enfermedad estaba asociada a un castigo de Dios y esto generaba la exclusión social y religiosa de los enfermos y enfermas. María Magdalena y las otras mujeres habrían sufrido esta doble exclusión por ser mujeres y por estar enfermas, y cuando Jesús las sanó fueron liberadas y restauradas integralmente. María Magdalena seguía a Jesús como discípula y entendía los sufrimientos de quienes venían a Jesús atormentados por espíritus malignos. María Magdalena ha sido identificada equivocadamente como la prostituta, que interrumpe la cena que el fariseo Simón le ofreció a Jesús en su casa, con un frasco de perfume, que con sus
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Yolanda Rosas, salvadoreña y boliviana, viviendo en Bolivia por 21 años, teóloga y pastora pentecostal. Licenciada en Teología de la Universidad Bíblica Latinoamericana de San José Costa Rica. Docente en el ISEAT en el área de Teología Práctica, coordinadora del programa de Formación Alternativa en el ISEAT, desde este año colaboradora del SEBIP. Madre de un hijo y 2 hijas, casada con un pastor misionero y parte de una familia de 7 hijos e hijas que trabajan en 6 países en diferentes ministerios pastorales.
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lágrimas lavó los pies de Jesús y los secó con sus cabellos y los ungió con el perfume de alabastro ante la mirada acusadora de los invitados a la cena (Lc 7:36-50). María Magdalena, testigo de la resurrección de Jesús. (Jn 20:1-10) Cuando crucificaron a Jesús, María Magdalena y otras mujeres estuvieron cerca llorando, y luego fueron a ver dónde colocaban el cuerpo de Jesús. Eso significaba un riesgo porque según las leyes romanas no se permitía a los familiares o amigos estar cerca del crucificado, hasta podrían ser crucificados también quienes violaran la ley, el cuerpo de los crucificados debía estar expuesto, era parte de la vergüenza que debían pasar. Las mujeres corrieron el riesgo y velaron cerca de Jesús crucificado hasta ver cuando un hombre importante, llamado José de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevar el cuerpo de Jesús a un sepulcro nuevo. El primer día de la semana, María Magdalena junto a las otras mujeres se levantaron muy temprano, tomaron precauciones para llegar al sepulcro vigilado por soldados, y se preguntaban en el camino ¿quién nos removerá la piedra de la entrada?, porque las tumbas se cerraban con piedras muy grandes. Ellas querían cumplir con la costumbre de honrar a los muertos, rociando el cuerpo con perfume. Cuando las mujeres llegaron, la piedra estaba removida y el cuerpo no se encontraba allí. ¿Se imagina el susto, el desconcierto y la tristeza? Pensaron que se habían robado el cuerpo de Jesús; es allí cuando se les aparecen los ángeles para anunciarles la resurrección de Jesús. Las mujeres no solamente han sido las primeras testigos de la resurrección de Jesús, sino las enviadas a los discípulos para anunciarles las buenas noticias de su resurrección. María Magdalena, enviada por Jesús. (Jn 20:11-18) En Juan 20 sólo aparece María Magdalena, temprano visitando el sepulcro de Jesús y encuentra que había sido quitada la piedra de la entrada, y va a avisar a Pedro y a Juan para que fueran al sepulcro también. En ese relato encontramos a María Magdalena llorando y cuando se inclinó para ver adentro, vio a dos ángeles que le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”. Ella les contestó: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (Jn 20:13). Y cuando se volvió vio a Jesús mismo frente a ella, pero ella creía que era el que cuidaba el cementerio y cuando Jesús le preguntó, “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella le dijo: “Señor si tú lo has llevado, dime donde lo has puesto, y yo lo llevaré” (Jn 20:15). Entonces Jesús la llamó por su nombre y ella inmediatamente le reconoció. Ella lo agarró y no quería soltarlo, Jesús le dijo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre” (Jn 20:17).
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Jesús le mandó a María Magdalena a dar la noticia a los demás discípulos. De esta manera, María es apóstol, ella cumplió con todos los requisitos, fue seguidora de Jesús y fue testigo de su muerte y resurrección. Con el pasar de los siglos, la Iglesia ha olvidado a María Magdalena y no se habla mucho de ella como protagonista de la resurrección y como apóstol, tal como ocurre hoy en nuestras iglesias. Las mujeres somos más numerosas que los varones, trabajamos fuertemente en los diferentes ministerios de la iglesia, pero en la mayoría de los casos somos invisibles. ¿Qué aprendemos nosotras hoy? Dios escogió a mujeres fieles como María Magdalena para llevar el mensaje de la resurrección de Jesús. Somos enviadas de Dios, tenemos un mensaje de buenas noticias para todos y todas; y debemos compartir con nuestros semejantes, dondequiera que estemos. Para reflexionar:
¿Qué hemos escuchado en las predicaciones o enseñanzas de nuestras iglesias sobre María Magdalena?
¿Cuáles son las cualidades que destacamos de María Magdalena?
¿Por qué crees que María Magdalena no reconoció inmediatamente a Jesús resucitado?
¿Qué importancia tiene que Jesús nos conozca y nos llame por nuestro nombre como a María Magdalena?
¿Por qué crees que se ha invisibilizado el protagonismo de María Magdalena como discípula y apóstol de Jesús?
¿Qué podemos hacer las mujeres para no ser ignoradas en nuestras iglesias?
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NUESTRAS ACTIVIDADES Curso bíblico sistemático.: Programa λογός – Logos - Palabra
NUESTRAS ACTIVIDADES 3
Modalidades: Semi presencial y virtual
Enfoque: Bíblico, interdenominacional, no doctrinal Duración: 18 meses: Seis semanas cada uno de los módulos 1, 6, 7, 8 y 9 Ocho semanas los módulos 2, 3, 4 y 5 Destinatarios: Cristianas y cristianos de diferentes denominaciones Lugar y fecha: De acuerdo a las y los interesados: en La Paz – Bolivia para el semi presencial por nuestra plataforma web (moodle) para el virtual Costo: Matricula: 20 $us. Módulo: 35 $us. Incluye Texto y materiales. Certificación: Para el curso completo. Certificación en Acompañamiento Bíblico Pastoral (con la UBL- IBP). Por módulo -si es requerido por las y los participantes certificación de suficiencia del SEBIP. Informes: http://www.sebip.org/logos
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