Macondo: más allá del pueblo ficticio

September 9, 2017 | Autor: Emma Chiu | Categoría: History, Latin American Studies, Colombian Literature
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Descripción

 

               

 

Macondo: más allá del pueblo ficticio 馬孔多:超越虛構的小鎮  

Emma, Hsin-Mei Chiu Enero de 2014

Índice 1. Introducción…………………………………1 2. Macondo y la realidad latinoamericana..........2 3. Macondo, la naturaleza humana y el fatalismo……………………………………….6 4. Conclusión…………………………………..7 5. Bibliografía………………………………….8

 

Macondo: más allá del pueblo ficticio Resumen El presente estudio tiene como objetivo principal acercarse a la relación que existe entre Macondo y Colombia, y analizar los factores que conectan a estos dos lugares. El interés es ver la realidad detrás de Macondo y la inspiración del contexto social, político e histórico que tuvo Márquez al escribir sus obras Cien años de soledad y La hojarasca. El estudio muestra, además, una breve introducción a un lado menos tangible de la historia, donde la naturaleza humana y la teoría del fatalismo, influye en el final de Macondo, y en los cambios progresivos de todas las sociedades humanas en general.

Palabras claves: Macondo, la realidad latinoamericana, modernización, el fatalismo.

 

1. Introducción En 1967 el escritor colombiano, Gabriel García Márquez1 (1927 - 2014), publicó una novela excepcional que tuvo un éxito rotundo no solo en su tierra natal sino que en el mundo entero, dicha novela llamada Cien años de soledad 2 le aseguró al escritor renombre mundial y le ganó un premio Nobel de Literatura en 1982, siendo el primer colombiano en recibir este premio de la academia sueca. CADS se desarrolla en un pueblo ficticio llamado Macondo, la cual gracias a las renombradas novelas de Márquez es unos de los lugares ficticios más importantes y representativos de la literatura hispanoamericana. Aunque se trate de un lugar y no de un personaje, Macondo prácticamente ocupa el lugar de protagonista en muchas de las obras de Márquez, e incluso es mencionada o insinuada de alguna u otra manera en cada una de sus obras. Esto nos hace dudar de las verdaderas intenciones detrás de la invención de este pueblo: ¿qué lo hace tan especial? y ¿cuál es la verdadera historia detrás de la ficción? Esta curiosidad nos lleva de vuelta al autor, quien nació y se crió en un municipio rural colombiano llamado Aracataca. Muchas de las descripciones acerca de Macondo parecen ser muy similares a las de Aracataca en aquel tiempo, y la ubicación geográfica concuerda. En cuanto al nombre, no es completamente imaginario, Macondo realmente existió, solía ser una finca bananera muy cercana al pueblo natal de Márquez. Mucha de la inspiración del autor debió venir de allí, de uno de los lugares más significativos de su vida, y el destino de esta estaba en sus manos. ¿Porqué decide Márquez condenar a este lugar que está tan cercano a su corazón? ¿Será que está condenando no solo a Macondo sino que a toda comunidad regida y habitada por humanos? Al principio, Macondo es descrito como un lugar lleno de paz e igualdad, prácticamente es la visión de un paraíso caribeño, pero al final termina en una destrucción y desolación total. ¿Qué es lo que destruye poco a poco aquella perfección? ¿Quién o qué es responsable por la deterioración y la destrucción final de Macondo, la compañía bananera o el humano mismo?

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De aquí en adelante nos referimos a Gabriel García Márquez como Márquez. De aquí en adelante utilizaremos la abreviatura CADS para referirnos a la novela Cien años de Soledad.

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2. Macondo y la realidad latinoamericana La creación de Macondo parece ser inspirada por ciertos lugares y sucesos específicos, pero si se ve con una perspectiva más amplia, su creación encierra mucho mas que la realidad colombiana, las etapas por las que atraviesa el pueblo de Macondo, en sí son las etapas correspondientes a las de cualquier sociedad subdesarrollada latinoamericana. La primera novela de Márquez en la que conocemos a este pueblo es La hojarasca, el primer capítulo de la cual fue publicada en el año 1952, y la novela se completa en 1955. La hojarasca se desarrolla a principios del siglo XX, muchos años antes del nacimiento del propio Márquez, mientras que CADS, publicada en 1967, se desarrolla entre mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX ¿Porqué decide entonces Márquez escoger una fecha desconocida para el? La respuesta más posible es que alrededor de ese tiempo Colombia estaba envuelta en muchos conflictos sociales y políticos, una época claramente reconocida por las guerras civiles que enfrentaron a los nacientes partidos liberal y conservador que debatían las ideologías de régimen federalista y centralista en el país. Unos de los hechos que marcó la Colombia del siglo XX, fue La Guerra de los Mil Días, esta fue una guerra civil que se desarrolló durante tres años (1899-1902) entre Colombia y Panamá (en ese entonces era parte de Colombia). Las principales causas de dicha guerra fueron la inestabilidad política, el desorden económico y la pelea entre el partido Liberal y el Conservador por el control del país. La guerra de los Mil Días dejó un saldo inmediato de más de cien mil colombianos muertos, miles de mutilados y lisiados de guerra, buena parte de la infraestructura y producción nacional disminuida por la destrucción de propiedades y el ausentismo de los empresarios durante el enfrentamiento, y una situación monetaria y fiscal delicada para el sostenimiento del estado y de la economía del país. La realidad de la numerosas guerras civiles en Colombia se ven plasmadas en La hojarasca y en CADS, en ambas se menciona como Macondo es por un buen lapso de tiempo una especie de refugio para alejarse de las guerras civiles, hasta que inevitablemente un día esta se convierte también en los restos de una guerra. Pero no nos adelantemos tanto, volvamos al principio de todo, ¿de dónde proviene este lugar misterioso? José Arcadio Buendía, unos de los personajes principales en CADS, fue el  

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fundador de Macondo, este escapaba de su tierra junto con su pareja quien también era su prima, Úrsula Iguarán, después de haber cometido un asesinato, querían dejar ese pasado oscuro atrás. El nombre y la idea en sí le vino en un sueño mientras acampaba junto al río: José Arcadio Buendía soñó esa noche que en aquel lugar se levantaba una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo. Preguntó qué ciudad era aquella, y le contestaron con un nombre que nunca había oído, que no tenía significado alguno, pero que tuvo en el sueño una resonancia sobrenatural: Macondo. Al día siguiente convenció a sus hombres de que nunca encontrarían el mar. Les ordenó derribar los árboles para hacer un claro junto al río, en el lugar más fresco de la orilla, y allí fundaron la aldea.3

Ficcionalmente se podría decir que Macondo fue fruto de la imaginación y de las necesidades de José Arcadio Buendía y de alguna fuerza superior divina. Pero volviendo al mundo real y a su verdadero creador, Márquez diseña este mundo ficticio como una utopía de la sociedad perfecta, la cual no puede existir, e incluso si llegará a existir esta nunca perduraría. Márquez nos ofrece una lectura compleja que abarca la historia completa de un mundo, desde su origen, su desarrollo, hasta su desaparición. Comparto aquí el punto de vista del famoso escritor peruano Mario Vargas Llosa (1936-): Como la familia Buendía sintetiza y refleja a Macondo, Macondo sintetiza y refleja (al tiempo que niega) la realidad real: su historia condensa la historia humana, los estadios por los que atraviesa corresponden, en sus grandes lineamientos, a los de cualquier sociedad, y en sus detalles, a los de cualquier sociedad subdesarrollada, aunque más específicamente a las latinoamericanas. Este proceso está “totalizado”; podemos seguir la evolución, desde los orígenes de esta sociedad, hasta su extinción: esos cien años de vida reproducen la peripecia de toda civilización (nacimiento, desarrollo, apogeo, decadencia, muerte), y, más precisamente, las etapas por las que han pasado (o están pasando) la mayoría de las sociedades del tercer mundo, los países neocoloniales.4

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García Márquez, G. (2009). Cien años de soledad. Estados Unidos: Vintage Español. Pág. 36   Vargas Llosa, M. (1971). García Márquez: de Aracataca a Macondo, en Flores Á. y Silva R., La novela hispanoamericana actual: Compilación de ensayos críticos. Nueva York: Editorial Las Américas. Pág. 498. 4

 

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Como bien lo menciona Vargas Llosa, en los libros de Márquez se ve la historia completa de este pueblo, y como este se asemeja a la historia de muchas sociedades tercermundistas. En un principio no llegaba a ser un pueblo, era tan solo una aldea, con una pequeña cantidad de habitantes que ayudaba a mantenerlo así: Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.5

Aunque exista un mundo exterior a Macondo que ya lleva milenios existiendo, se puede considerar que su mundo propio comienza de cero, recreando así la situación de una sociedad completamente nueva, pero como toda sociedad esta fue avanzando poco a poco, y al principio parecía avanzar hacia la dirección correcta: José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería jamás en la aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus trescientos habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.6

Se puede ver en un principio que Macondo solía ser un lugar simple pero feliz, un microcosmo en donde todos los habitantes son como hermanos, reina la paz y la prosperidad.

En este punto, Macondo es la visión romántica de Márquez de una

sociedad, tal vez incluso para cumplir el capricho de ver a su tierra querida como una Colombia ideal. Pero a la final escoge proyectar la realidad, arruinando así la tierra imaginaria de sus sueños. La realidad es que esa tierra empezó a conectarse con el mundo externo, sufre un cambio ante la llegada de Melquiades, cuya caravana gitana trae                                                                                                                 5 6

 

García Márquez, op. cit., pág. 9 Ibíd., págs. 18-19.  

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consigo inventos y artefactos raros y modernos. Sin embargo, el primer hecho que comienza a cambiarlo todo es cuando Úrsula logra conectar a Macondo con el mundo exterior, atravesando la ciénaga y volviendo con la primera oleada de migrantes. Macondo se empezó a llenar de forasteros y extranjeros, y la construcción del ferrocarril trajo con ella la compañía bananera. Esto pasó no solo en Macondo, sino que en la Latinoamérica real, la United Fruit Company7 era una firma comercial multinacional estadounidense que tuvo un enorme impacto en la industria bananera y comercial en muchos países latinoamericanos. En CADS, la llegada de los norteamericanos a Macondo, la instalación de la compañía bananera, y todos los cambios y conflictos que suscitó en el pueblo reproducen la historia real de algunos acontecimientos relacionados con la UFC en Colombia. Desde la llegada de la compañía bananera, Macondo es sometido a varios cambios, el pueblo se transforma en un campamento de casas de madera con techos de zinc, y hasta la naturaleza misma es afectada cuando los extranjeros modifican el régimen de las lluvias, apresuraron el cielo de las cosechas, e incluso movieron el río al otro extremo de la población. También hubo muchos cambios políticos, con la llegada de la compañía bananera, el pueblo se vio gobernado por forasteros autoritarios que mantienen relaciones amigables con los miembros de la compañía. En la Colombia real, se construye en 1906 el ferrocarril en la costa atlántica colombiana conectando Santa Marta y Ciénaga, y es por ese entonces cuando se establece en el país la UFC para la explotación bananera, hecho que trae un rápido desarrollo a la región. Al igual que en Macondo, la zona se ve inundada de forasteros y extranjeros, y en ambos son los forasteros autoritarios quienes disfrutaron de las comodidades proporcionadas por la compañía bananera. El trato inhumano y las pésimas condiciones de trabajo incitó a los trabajadores a organizar una huelga en noviembre de 1928 que desencadenó los acontecimientos conocidos como la Masacre de las Bananeras, la cual es narrada en CADS. Los trabajadores de la UFC presentaron a la compañía un pliego de peticiones cuyo reclamos son básicamente idénticos a los reclamos hechos por los trabajadores en Macondo: descanso dominical, servicios médicos adecuados, habitaciones decentes, y                                                                                                                 7

 

De aquí en adelante nos referimos a la United Fruit Company como UFC.  

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pago en efectivo por sus jornadas de trabajo, ya que a los trabajadores no se les pagaba con dinero efectivo sino mediante un sistema de crédito en los comisariatos de la compañía. Estos reclamos son ignorados y en ambos casos se declara la inexistencia de los trabajadores, con la excusa de que eran trabajadores temporarios, contratados por caso, los cuales no tienen derecho a recibir dichos beneficios sociales. Con estas injusticias estalló las huelgas y protestas en la población colombiana de Ciénaga, donde intervino las fuerzas armadas de Colombia, oficialmente se decía que solo nueve fallecieron a consecuencia de aquello, pero la cifra fija es aún hasta el día de hoy desconocida, y se dice que la verdadera cifra podría haber llegado a miles. En Macondo, después de la matanza hubo un diluvio que duró cuatro años, once meses y dos días, la cual dejo al pueblo en condiciones desastrosas: Macondo estaba en ruinas. En los pantanos de las calles quedaban muebles despedazados, esqueletos de animales cubiertos de lirios colorados, últimos recuerdos de las hordas de advenedizos que se fugaron de Macondo tan atolondradamente como habían llegado. Las casas paradas con tanta urgencia durante la fiebre del banano habían sido abandonadas. La compañía bananera desmanteló sus instalaciones. De la antigua ciudad alambrada sólo quedaban los escombros.8

Al final Macondo es atacado por un tornado y destruye los restos de este pueblo que termina en la soledad y el olvido.

3. Macondo, la naturaleza humana y el fatalismo9 Como vimos en la primera parte, mucha de la culpa por la destrucción de Macondo, y el desorden de Colombia es atribuido a la compañía bananera, pero debemos detenernos a pensar si en verdad es justo poner toda la culpa sobre una sola causa. Parte de la naturaleza humana es destruir lo que está a su alrededor, es verdad que la codicia y                                                                                                                 8

Ibíd., pág. 394 El Fatalismo es en general un punto de vista que sostiene que todos los acontecimientos de la historia del mundo y en particular, las acciones e incidentes que conforman la historia particular de cada individuo, están determinadas por el destino.   9

 

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las injusticias de parte de la compañía bananera fueron un golpe muy fuerte para Macondo y para la verdaderas sociedades latinoamericanas, pero mucha de la culpa también recae sobre los ciudadanos locales, quienes con su codicia y su curiosidad por lo extranjero fueron blancos fáciles para ser manipulados por una entidad comercial, la cual como toda entidad con ánimo de lucro tenía como meta principal hacer tanto dinero como fuese posible. Tanto en Macondo como en Latinoamérica, hubo mucha corrupción de por medio, corrupción que no viene solo de las compañías extranjeras sino que del propio gobierno y de los habitantes locales, quienes traicionaron a su propia tierra y a sus compatriotas por dinero fácil. Aún hasta el día de hoy, los países latinoamericanos están llenos de compañías extranjeras que se asocian con entidades locales para exprimir toda la riqueza de sus tierras. Se puede deducir que aún si la compañía bananera nunca hubiese llegado ni a Macondo ni a Latinoamérica, el destino de estos parece ya estar escrito desde un principio, un destino decidido y permanentemente marcado. Es aquí donde se habla del fatalismo, donde se cree que todo está determinado por un destino del cual el humano no puede escapar o evitar, ya que se tiene la idea de que el humano no tiene el control absoluto de su futuro, este depende y es controlado por alguna fuerza superior.

4. Conclusión En este estudio, hemos visto que a pesar de ser un pueblo ficticio, Macondo representa la historia de una nación, de un continente, y de cierto modo de la humanidad entera. Además, hemos conectado ciertos cabos sueltos acerca de la conexión social, política e histórica entre Macondo y la tierra natal de Márquez, entendiendo así una parte de lo que Márquez quería proyectar a través de sus obras Cien años de soledad y la hojarasca.

 

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5. Bibliografía

 

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楊照 (2011). 台北:本事文化

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