M. Carmen Díaz de Alda Heikkilä: \"Amelia Roldán: Luces y sombras (Poesía inédita)\". En ESTUDIOS SOBRE LA VIDA Y LA OBRA DE ÁNGEL GANIVET. A propósito de \"Cartas finlandesas\" (María Carmen Díaz de Alda Heikkilä, ed.). Madrid, Ed. Castalia, 2000, pp.57-76.

May 23, 2017 | Autor: M. Díaz de Alda | Categoría: ÁNgel Ganivet
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Descripción

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AMELIA ROLDAN: LUCES Y SOMBRAS (Poesía inédita) Mª Carmen Díaz de Alda Heikkilä Universidad de Tampere (Finlandia)

Hasta la publicación de Agudíez del epistolario inédito con Francisco Navarro Ledesma, se aceptaba como un hecho que Ganivet reservó a su amigo N. Mª López las confidencias relativas a sus relaciones amorosas, engañados por Navarro, que al publicar su Correspondencia en 1904 nos decía que a él le veló esa parte de su vida: "No sé cómo entrar en esta parte, la más interesante de su vida íntima, pero tan recatada y misteriosa que hubo en ella un secreto, el único secreto que me celó a mí, y que fue la principal causa de la tremenda crisis que le llevó a la tumba,1 cuando lo cierto es que ni uno ni otro quiseron revelar detalles de la vida íntima de Ganivet.2 Las cartas publicadas por Agudiez revelan claramente que el granadino hizo a su amigo Navarro confesiones delicadísimas, y que la confianza entre ellos era total, como pasaré a demostrar más tarde. En base a esta última correspondencia entiendo que la frase de Navarro ha de interpretarse en un sentido lato, y que el "secreto" celado es algo más profundo y complejo que una desengaño sentimental, algo de lo que no llegó a hablar ni con los más íntimos, ni pudo resolver dentro de sí. En la vida de Ganivet dos mujeres dejaron huella, Masha Diakovsky y Amelia Roldán. Masha, a cuya significación en la vida y obra del escritor he dedicado un detenido estudio (Díaz de Alda, 1997), fue el descubrimiento de un tipo de mujer que reunía la inteligencia y la belleza, pero a quien, quizás, sobraba independencia y faltaba corazón. Y es que Ganivet, como decía su hermana Josefa, en cuestión de mujeres no era fácil de contentar, "quería una mujer que fuese muy ilustrada y muy femenina, hermosa y sin vanidad. Hecha de encargo".3 Al contrario que Masha, Amelia no fue una mujer de proyección pública y sigue siendo la gran desconocida del entorno ganivetiano; para la mayoría de los críticos es todavía la amante, la cubana, una mujer hermosa pero que no estaba a su altura, frívola e ignorante, responsable en parte del trágico fin del escritor. 1

Fco.Navarro Ledesma, Prólogo a Epistolario de Ángel Ganivet. 2ª ed. 1919, pp.24-26. (1ª ed. 1904). Nicolás Mª López Díaz de la Guardia informó a Herrero de que su padre quemó gran parte de esa correspondencia antes de morir. Véase Javier Herrero, El elemento biográfico en los Trabajos de Pío Cid, en Hispanic Review, XXXIV, 1966, p. 104, n.20. 3 Declaraciones a Colombine (Carmen de Burgos) para el Heraldo de Madrid, 28.1.1921. 2

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El esclarecimiento de esta relación será el objetivo primordial de este trabajo, así como la revisión de algunos datos contradictorios o de dudosa procedencia que se han ido recogiendo sin titubear en las biografías de Ganivet, en particular en cuanto se refiere a su relación con Amelia Roldán, abordada con prejuicios incomprensibles. Entre los primeros estudiosos de Ganivet hay que citar a Quintiliano Saldaña (1930) 4 y Melchor Fernández Almagro (1925), que no contaban en aquel momento con otro epistolario que el publicado por Navarro Ledesma. La biografía de Fdez. Almagro aporta una rica información y es interesante en muchos aspectos, pero con frecuencia habla de oídas y peca de falta de objetividad; la de Saldaña deja traslucir una profunda antipatía por Amelia y tergiversa los hechos, lo que unido a algunos errores significativos la ponen en entredicho como fuente fidedigna de información. Ambos se basan en el testimonio de las hermanas del escritor. Nótese que todos los críticos se apoyaron en su momento en estas tres fuentes. La más completa de las biografías es la de Gallego Morell (1965) obra de referencia obligada que ha facilitado el camino a muchos estudiosos; sin embargo, al carecer de todo aparato crítico - el autor anuncia en el prólogo su deseo de redactar una biografía "apasionada y apasionante" a la que no asome el crítico literario - , resulta difícil conocer la procedencia de algunas informaciones, si exceptuamos la correspondencia ganivetiana en sí, que se reproduce ampliamente. Gallego se basa en anteriores biógrafos, y en declaraciones de las hermanas y el hijo del escritor, lo cual no necesariamente es garantía de exactitud en los hechos. Javier Herrero (1966a, 1966b, 1967) y Juan Ventura Agudíez,(1972a, 1972b) publicaron una parte considerable del epistolario inédito y son los dos críticos que mejor documentan la relación del escritor con Amelia. Las investigaciones de Herrero, indispensables para cualquier ganivetista, abarcan el conjunto de la obra ganivetiana, y aportan numerosos datos sobre su vida. Por su parte Agudíez, que pudo consultar las cartas inéditas de la recopilación de Gabriela Cubas Navarro,5 publicó fragmentos esenciales de esa correspondencia, especialmente aquellos relacionados con Amelia Roldán.

Tanto Herrero como Agudíez se basan en Fdez. Almagro y en testimo-

nios orales proporcionados por Isabel Ganivet y sus hijos, pero también en la información recogida por Domínguez Rodiño,6 una de las más fiables, y por la periodista Carmen de Burgos7, que se 4

Su biografía de Ganivet fue escrita en 1921 y presentada al Premio Charro Hidalgo, del Ateneo, de ese mismo año. Con anterioridad Saldaña había publicado dos artículos en la revista Estudio de Barcelona (núm.88, abril 1920) y en La Esfera (núm.393, 16 julio 1921), especialmente el primero carente de todo rigor y objetividad. 5 Casada con un Bliss, generalmente citada como Gabriela de Cubas Bliss. Véase especialmente la nota 23, p. 34-35, en Las novelas de Á.Ganivet, ob. cit. Informaciones adicionales sobre la relación de Ganivet con Amelia son fruto de sus entrevistas en 1960 con Isabel Ganivet, Melchor Fdez.Almagro y Nicolás López Díaz de la Guardia. 6 Serie de cuatro artículos publicados en El Imparcial de Madrid, bajo el título general "En los umbrales de Rusia. Por

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apoya exclusivamente en una entrevista a Josefa Ganivet. Las declaraciones de la familia han sido desde el principio fuente permanente de errores, en parte porque se mueven en el ámbito de los recuerdos, ya difuminados por el tiempo, y porque su interpretación de los hechos fue siempre tremendamente subjetiva. Las hermanas nunca simpatizaron con Amelia, y la culparon de ser causa directa de la muerte de Ganivet; su hijo, por un extraño complejo, pareció avergonzarse de ella y jamás la mencionó. Son pues testimonios que conviene analizar con cuidado.

Amelia nació en Valencia el 3.9.1868, hija de Antonia Llanos y un cubano- cuyo nombre de pila desconocemos-, "de buena familia y desahogada posición, pero atolondrado y jugador que se las ingenió, como en la novela [Los Trabajos], para morir dejando a los suyos en lamentable situación" (Herrero, 1966b: 103). Dña Antonia Llanos se instaló entonces en Barcelona con su hija, que comenzó a educarse en el Colegio de las Damas Negras, destacando desde niña por tener una hermosa voz (Gallego, 1965). Ya en Madrid se reúne con ellas su hermana Emilia, a la sazón también viuda, y con 3 hijas (Herrero: 103). El encuentro de Ganivet con Amelia tuvo lugar en Madrid el 1.2.1892 en un baile de Carnaval, tal como se describe en Los Trabajos.

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Vivía entonces en la c/ Tetúan 15, que dejó para

trasladarse a la casa de Amelia en la c/Lope de Vega 32, haciéndose cargo entonces de toda la familia. El 5 de febrero escribe a Navarro: Culpa al amor y no a mí, de mi silencio; cosas hondas y problemas trascendentales me han conturbado el espíritu. Hoy gracias a, no sé a quién, no a Dios en verdad, todo se halla resuelto sin que hayan padecido gravemente, la moral ni el derecho, ni la higiene. Me da el corazón que has de aplaudirme cuando te hagas cargo de mi conducta, si es que en este caso yo he seguido alguna conducta. (Agudíez, 1972 b: 132-133) Ganivet no oculta esta relación a su círculo de íntimos (Navarro, Pepe Cubas, N.Mª López). En una "causerie" del 11 de abril le escribía Navarro: "A Diotima-Amelia abrázala por tu cuenta una vez más, pues yo ni por correo me encuentro con fuerzas para abrazar a nadie". (Agudíez, 1972a : 350) La alusión a Diotima de Mantinea, sacerdotisa ateniense de quien oyó

los Balkanes [sic] del Báltico", en especial el segundo y tercer artículos: La tragedia de Ganivet (14.1.1921), y Cómo murió Ganivet (21.1.1921). 7 Colombine (Carmen de Burgos), Españoles de antaño. Ángel Ganivet, en el Heraldo de Madrid, 28.1.1921. 8 Gallego Morell (Á.Ganivet, el excéntrico del 98), que coincide con M.Fernández Almagro, remonta la fecha al carnaval de 1891. El crítico ganivetista no corrige este dato en su bibliografía posterior.

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Sócrates la doctrina sobre el amor, según relata Platón en el Convite, no es casual;9 por lo que se le alcanza a Navarro, la joven debía ser experta en artes amatorias. En una nueva "causerie" remitida tres días más tarde incluye unos versos (353) en los que se observa el cinismo, la franqueza y el desenfado de que hacen gala los dos amigos al referirse a Amelia Esa ventaja tiene Ganivet: que el físico le importa un cacahuet, que para dar por satisfecha a Amelia le sobra con la sal de Paz y Mélia y, si no es tan hermoso como Apolo, es tan bragado como el Discóbolo, que es lo que al caso importa y lo que a la sensible Amelia embarga, pues si, cual todo, nuestra vida es corta, que alguna cosa al menos sea larga y que sea esa cosa el verbo de la cópula amorosa.

La relación se mantuvo a lo largo de esa primavera, e incluso fue afianzándose, porque el 6 de mayo Navarro dirige su carta a "Monsieur le mari d´Alterego" . Agudíez dice que se "habla del viaje que emprenderán ambos amantes, una vez que se terminen las oposiciones consulares" y que pese al tono jocoso habitual cuando se refieren a la joven, "llegamos a presentir un próximo enlace, o por lo menos la intención formal de contraerlo" (351). Parece un momento culminante en este idilio. Cuenta N.Mª López que Ganivet la llevaba algunas noches al Café del Siglo "para deslumbrarles con su hermosura";

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posiblemente un efecto no deseado, como podría deducirse de la

siguiente anécdota relatada por Fdez. Almagro: Un día, antes de irse a Amberes, Ganivet esperaba a su amante en una chocolatería de la calle de las Infantas, y ésta llegó acompañada de Pepe Cubas y de Navarro Ledesma. Un mozo, que llenaba las jícaras de chocolate en el mesón, quedó tan embelesado con la apariencia de la joven que terminó derramando el líquido por el suelo; otro espectador, un contertulio, usó la taza como cenicero, y los que estaban conversando se callaron, hasta que Ganivet, colérico, después de haber pasado algunos minutos en silencio, tomó el sombrero y se marchó dando un portazo, mientras dejaba a sus dos amigos y a la mujer sentados. 11

Ignoramos cuáles puedan ser las causas del distanciamiento posterior entre los amantes. Lo 9

Navarro se refiere a sus propias conquistas con nombres clásicos; en su correspondencia con Ganivet alude a Tomasa Robles con el nombre de Mesalina Froebel (Carmen de Zulueta, Navarro Ledesma, el hombre y su tiempo, Madrid-Barcelona, Alfaguara, 1968, p.114). Sobre Diotima de Mantinea véase David M. Halperin, "Why is Diotima a woman? Eros and the Figuration of gender", en Before sexuality. The construction of erotic experience in the ancient Greek world (Ed.by Halperin, Winkler, y Zeitlin), NJ, Princeton, 1990, pp. 257-308; y D.Frede, "Out of the cave: what Socrates learned from Diotima", in Nomodeiktes. Greek studies in honor of Martin Ostwald (Ed.by Ralph M.Joseph Farrel). Ann Arbor, Michigan UP, 1993, pp 397-422 10 Viajes románticos de Antón del Sauce, [1932?], p.89. 11 Anécdota que recoge J.V.Agudíez (Las novelas de Á.Ganivet, ob.cit, 34) corroborada por Gabriela Cubas Navarro, cuya tía María Navarro Ledesma aludía con frecuencia a la extraordinaria belleza de Amelia.

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cierto es que tras conocer el resultado de las oposiciones y su nombramiento como cónsul en Amberes, Ganivet decide abandonar Madrid y pasar unos días con su familia. En carta de 25 de mayo 1892 alude a la partida de Alterego a Barcelona - véase una vez más lo significativo del nombre- , y la suya propia a Granada, desde donde pone una líneas a Navarro, que en opinión de Agudíez, reflejan cierta tibieza en la relación (1972a: 351). A su regreso se detiene unos días en Barcelona y concierta una cita con Amelia:

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Mandé a una criada a entregar algunas cosillas a "Alterego", -

escribe a Navarro- con cita para verla un momento en un restaurant. Apareció como un espectro; la dama de las Camelias en las últimas escenas... yo tengo el consuelo de que con la enfermedad se olvidará de mí, y también tengo la seguridad de que dentro de algunos años habrá en todo esto que parece vulgar mucha poesía porque la hay (1972a: 352). Agudíez achaca el aspecto deplorable de la joven a que pudiera estar embarazada y Gallego Morell habla de tifus, lo que explica en su opinión, que esté "peluda", cuando "se presenta en Amberes y se echa a sus pies" (1965:83). A su paso por París en los primeros días de julio, el escritor tiene un par de aventuras con dos jóvenes de vida alegre que responden a los nombres de Renée Block y Blanche Berthelot, que relata con todo detalle a Navarro (carta de 12.7.92). El 13 de julio llega a Amberes. Ganivet vive en Bélgica entre julio de 1892 y febrero de 1896, con el paréntesis de una licencia consular (1.12.94-1.4.95) y algunos días en Granada en agosto del 95 en ocasión del fallecimiento de su madre. Es decir casi 4 años. En los primeros meses vive en un cuarto alquilado en el nº 18 de Anselmo Straat (Agudiez, 1972a: 352), y de sus cartas se desprende que lleva una activa vida social; el 3 de octubre informa que se ha despedido del Hotel, y almuerza y cocina en casa: ahora almuerzo en casa algunas cosas fiambres, huevos pasados por agua, café, etc., todo lo cual hago yo en un infiernillo que he comprado (Herrero, 1967: 105). Mi impresión es que en esos momentos vive solo, y que Amelia no llega a Amberes hasta uno o dos meses más tarde; y que pudiera haber sido el propio Ganivet quien hubiese reanudado la relación, pese a los juicios, fuertemente misóginos de que hace gala en esa época. Tal parece que la misteriosa "Mèlle. X" que frecuenta en esos días no hace sino agudizar su nostalgia. Muy significativa me parece la siguiente carta dirigida a Navarro: Cuando las mujeres se limitan a vivir como han aprendido a vivir, encantan con su sencillez; cuando acostumbradas a una vida mejor de la que llevan soportan ésta con decoro, y esforzándose porque el descenso natural no sea también descenso moral, seducen con mil pequeños rasgos de orgullo inocente y disculpable vanidad...Pero quitando lo que había de 12

Según leemos en la Correspondencia familiar, llegó a Barcelona el 29 de junio, instalándose en la c/ Bruch 107, Piso 2º (carta de 30.6.92). Dice Ganivet que su patrona es "viuda de empleado y huérfana de militar ", lo que hace suponer a Herrero que se trata de Dña Emilia Llanos, hermana de la madre de Amelia (p.90, n.40). No creo que Ganivet se aloje en casa de Amelia.

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pasión justo es reconocer que la negación mía no es tan absoluta como parece, que yo también creo todavía en una pequeña patria, donde debe haber mujeres de ésas, que dificil te ha sido a ti encontrar y a mí imposible, salvo el hallazgo de Alterego, que a pesar de todos los pesares tenía algo de eso, y a la que comparándola con las féminas de aquí, debo proclamar como volcán en actividad de todas las pasiones femeninas y archivo bien repleto de todas las gracias, finuras y delicadezas (7.10.1892).

Es evidente que esta carta está escrita desde la perspectiva de la ausencia, no creo Alterego llegase a Bélgica antes de noviembre del 92; según Agudíez es además "el único testimonio verdaderamente elogioso para Amelia que se logra hallar en la documentación ganivetiana" (1972a: 354) y la primera vez que la nombra desde su llegada a Amberes. El hecho de que el 17 de septiembre aluda a su deseo de trasladarse a Bruselas, donde se vive mejor y más barato (Herrero, 1967: 102) no necesariamente ha de estar relacionado con la llegada de Amelia, pero bien pudiera estar considerando la solución práctica a un posible futuro acercamiento. Suele atribuirse a la presencia de Amelia en Amberes el aislamiento posterior de Ganivet. Según Herrero en febrero de 1893 está pasando una de las peores crisis de su vida y el factor más importante es la llegada de Amelia Roldán, que, "si lo que nos dice Saldaña es cierto, estaba ya embarazada de su hija Natalia" (Herrero, 1967:102), extremo que recoge Agudíez (1972b: 35) sin vacilación. La niña nace en diciembre de 1893, por lo que no pudo ser concebida antes de abril de ese mismo año, o estaríamos hablando de un embarazo anterior, frustrado. El propio escritor reconoce en diciembre de 1892 haber sufrido de fotofobia y misantropía, por tener que soportar el trato de algunos prójimos, y no sólo el trato sino la chismografía menuda que de él se desprende. (Agudiez, 1972a: 355); el 10 de enero escribe: Hoy sé mil cosas que antes no sabía porque he recibido mil disgustos nuevos y me acostumbro cada día más a la vida aislada, por lo mismo que hay motivos que se oponen a ella (...)confío en que así como se ha pasado este medio año se pasará otro medio año, sin sentir, y podré dar mi escapada de 4 meses a España. ¿Quién sabe si en esos cuatro meses encontraré una salida, y cambiaré nuevamente de rumbo? (Agudíez, 1972b: 34-35). En este estado de ánimo influyen sin duda los devaneos de Amelia, pero no lo considero la causa fundamental. Herrero ha estudiado bien este periodo de su vida y a sus trabajos me remito, no sin enfatizar el hecho de que Ganivet se movió entre sentimientos contradictorios. Mantener a la madre de sus hijos en la "ilegitimidad" debió causarle un gran conflicto interior. La amó sin duda, pero no quiso traicionar sus principios de autarquía, y optó por rechazar el amor, la fe y toda convención social, cadenas- en definitiva- que le ataban al mundo material (Díaz de Alda, 1999: XXXIII y ss). Son significativas las "impresiones" poéticas que escribe en esos días: "Tengo un

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cofre en mi corazón/ con una llave pequeña;/ ábrelo y escóndete allí/ sólo hay sitio para ti" , "Desprecio las historias/ del mundo sobre nuestro amor./ El sol atraviesa los vidrios/ sin que el cristal se rompa", "Yo tenía un amor / que me decía llorando:/ yo nunca te olvidaré, y ya me estaba olvidando", "Cuando te veo lejos/ le digo a mi corazón:/ donde hubo fuego encendido/ siempre ceniza quedó", etc 13 en las que podemos apreciar lo encontrado de los sentimientos en que se debate. Su primera hija, Natalia, nació el 11 de diciembre de 1893 en París14. La niña quedó al cuidado de una familia de campesinos en St.Lèger, un pueblecito cerca de Amiens. A las pocas semanas tendrá noticia de la enfermedad y fallecimiento de la pequeña: "Enfant convulsions très mal" (27 de febrero), y "Enfant décedé reponse" (28 de febrero). 15 El escritor acudió al entierro solo, como se deduce de la tarjeta enviada a Amelia a la rue Sanderus el 1 de marzo de l894: Mons 9 1/2 noche Llegaré a Amiens a la 2 y en el 1er tren saldré. Creo llegaré a las 7 u 8 m. Si preguntan estoy en Bruselas.

La recomendación final deja adivinar que no desea informar del óbito familiar. La misiva es lacónica, sin encabezamiento ni despedida, pero no podemos atribuirlo a una relación tirante con Amelia, sino más bien a la tristeza del momento. El "abandono" de su hija forma parte de la leyenda negra de Amelia. Escribe Gallego: "Durante mucho tiempo, acaso durante toda su vida, Ganivet culpa a Amelia Roldán de haber entregado la niña al cuidado ajeno"(1965: 96). Jiménez Correa, más drástico aún, da por seguro que lo hizo "sin conocimiento de Ganivet", y que "la enterró en una fosa común", lo que Ganivet "nunca dejaría de reprochar a la cubana."

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Saldaña, apoyándose en declaraciones de Josefa Ganivet, re-

monta su relato a la llegada de Amelia a Bélgica. "Nombrado vicecónsul y establecido en Amberes, Ganivet un día recibe, en la oficina del consulado, anuncio de una visita de mujer. Ordena que pase y ...es ella. Es Amelia. "¿Tú aquí?- la increpa. Mas, ha de resignarse, y la envía a su casa, en la ciudad. No la había llamado. Así, Ángel Ganivet reúnese con Amelia, a quien "mira como a su mujer", protegiéndola por toda su vida. Con el primer fruto de sus amores, juntos, van a París (1895), donde cobran el segundo, una niña. He aquí episodios tristes, narrados por la hermana de Ganivet: "A la niña la dieron a criar a un ama, en un pueblecito cercano a París. Les avisaron que estaba mala, y cuando acudieron ya la habían enterrado. Mi hermano empezó a dudar de la muerte de su hija, a pensar en un asesinato, y la hizo desenterrar y practicar la autopsia. Tal impresión le causo la carne de la muertecita, que desde entonces se hizo vegetariano. 13

Dadas a conocer por Javier Herrero, Ángel Ganivet: un iluminado, Madrid, Gredos, 1966, p.85 y ss. Amelia dará a luz en casa de su amiga Mme. Guittard, en el 220 del Faubourg Saint Denis. 15 Gallego Morell, Á.Ganivet, el excéntrico del 98,...p.96. Esta es la primera y única referencia que conozco a estos dos telegramas. 16 Prólogo a El Libro de Ganivet, Editorial Universidad de Granada, Granada, 1995, XXVII, nota 1. 14

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Cuando vino a casa, mi madre le tenía jamones de Trévelez, y él dijo: Ya no comeré carne jamás" Ella, que muerto Ganivet puso en sus tarjetas "Viuda de Ganivet", ¿lo era de derecho? "En Riga me han asegurado - escribe un comunicante- que el señor Ganivet había contraído matrimonio civil con dicha señora, en Bruselas o en Amberes". Parece que no es cierto. Vivió, pues, con ella algun tiempo; durante su permanencia oficial en Amberes. ¿Cómo no alude jamás a ella y ni siquiera a su situación, de vida en familia, desde las páginas del Epistolario? ¿Nada le inspiraba ya esa mujer? ¿De su presencia material hacía caso omiso?....(Saldaña, 1930: 58-59)

Cabe hacer algunas observaciones: a) No parece probable que Amelia emprendiese el viaje a Bélgica sin conocimiento de Ganivet. b) Saldaña da a entender que tuvieron un hijo con anterioridad al nacimiento de Natalia, que se produce, siempre según él, en 1895.17 c) no es cierto que Amelia dejase a su hija en St. Léger sin conocimiento y consentimiento de Ganivet d) no consta en ningun lugar que se le practicase la autopsia, pese a lo que dicen tanto Saldaña como Fernández Almagro: al morir su hija, Ganivet "incrédulo de su desgracia, hizo desenterrar el cadaver y que le fuese practicada la autopsia, segun se cuenta " (Fdez.Almagro: 291), cuando lo cierto es que la exhumación de los restos -que tiene lugar el 2.11.95- se hace para trasladarlos a una sepultura más digna;18 e) para entonces la madre del escritor ya había fallecido (†15.8.95); no puede establecerse, por tanto, una relación entre la exhumación de la niña y la anécdota de los jamones de Trevelez f) no sabemos nunca quiénes son los misteriosos "comunicantes" que tiene Saldaña ; g) no vivió con Amelia "algun tiempo", sino prácticamente todo el tiempo desde que se conocieron. Pero volvamos al 28 de febrero. El mismo día de la muerte de Natalia, Navarro envía una "causerie" en la que alude a Amelia Roldán como "la interfecta Mme.Ganivet", a la que cree haber visto accidentalmente en Madrid aunque iban ambos muy de prisa: "si era ella, de lo único que pude hacerme cargo es de que ni en cualidades físicas, ni en recursos indumentarios externos ha adelantado un paso desde los memorables tiempos de la calle de Lope de Vega (periodos carboníferos y pérmico o espérmico)". 19

El "interfecta" usado por Navarro da a entender que el proyectado matrimonio no llegó a efectuarse. De la carta podemos deducir: o que Navarro se equivocase, y no fuese Amelia la persona entrevista ya que el 28 de febrero ésta se encuentra en Amberes, tal y como hemos probado arriba, o bien que Amelia hubiese estado en Madrid en algun momento entre el alumbramiento de su hija y el día de su muerte, lo que no parece probable. Por otra parte, el tono cínico de Navarro no parece propio del que se dirige al marido, por grande que sea su amistad, y más me inclino a pensar que Navarro desconociese la reciente paternidad de Ángel (Agudíez no vió alusión alguna en toda la 17 18

La fecha comunmente aceptada es la proporcionada por Gallego de 11.12.1893. Véase la carta de Á.Ganivet a Amelia Roldán de 3.11.95, publicada por Gallego Morell en Estudios y textos ganivetianos, Madrid, CSIC, 1971, 158-160.

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correspondencia revisada). Nótese que el mismo día en que entierra a su hija, Ganivet le escribe una carta informándole de que ha renunciado a la herencia familiar que pudiera corresponderle, y de otros pormenores, evidentemente de menor importancia (Agudiez, 1972a: 357- 358) Lo cierto es que en esas fechas Amelia queda nuevamente embarazada, y dará a luz a su segundo hijo el 22 de noviembre de 1894, que según reza el acta de nacimiento,20 nace en el domicilio de sus padres, el número 220 del Faubourg Saint Denis, en París. La explicación más plausible es que eligiese una ciudad distinta a Amberes para evitar habladurías y no tener que reconocer a un hijo nacido fuera del matrimonio en su propio Consulado. Sin embargo, pese a lo que podría suponerse, Ganivet no inscribió al niño en el Registro Civil del Consulado de París.21 A los pocos días obtiene su primera licencia (1.12.94 - 1.4.95), y regresa a España con Amelia y Ángel Tristán, a la sazón un bebé de poco más de una semana; la joven se queda en Barcelona con el niño, mientras que Ganivet continúa viaje a Granada; es entonces cuando funda la "Cofradía del Avellano". No tenemos constancia de la presencia de Amelia junto al escritor hasta abril o mayo del 96. La única carta que conservamos de las numerosas que debió dirigir a Amelia, la escribe el 3.9.1895 con motivo del traslado de los restos de su hija, y de ella podemos deducir que en esos momentos Amelia está en España.. Mi querida Amelia: Acabo de recibir tu carta a las 7 1/2 de la mañana, cuando entraba en casa de viaje. El viernes me fui y llegué el sábado a St.Leger, a las ocho de la mañana, lo arreglé todo, tomé el tren de las ocho de la noche y llegué aquí hoy domingo en el tren de la mañana. (...) Cuando llegué me esperaba el marido de la nodriza (...) Fuimos enseguida al cementerio y vi que estaba la sepultura antigua a medio abrir, pues el sepulturero había ido preparando el trabajo(...) De lo que yo dejé no queda más que la placa y la corona(...)El sepulturero, cuando vino el Alcalde, acabó de descubrir la caja, que estaba muy honda y casi intacta (...)Luego se retiró todo el mundo y abrí la caja y quedé maravillado de lo bien conservada que está la nena. Está como la puse yo cuando la amortajé, sólo más pequeñita y toda encogida; la capa azul, que yo le puse encima de todo, está intacta (...) Yo no quise tocarle y volví a cerrar enseguida, después de colocarle junto a la cabeza un sobre muy bien lacrado, donde había metido tu retrato, el mío y el del niño en medio (...)El sepulcro es sencillo, bien hecho y muy sólido (...)y lo principal es que sabemos que si dentro de veinte años volvemos, podemos encontrar a la nena como ahora (...)

El resto de la carta da cuenta de los gastos de la lápida, viaje y otros pormenores pecuniarios, para concluir: (...) parece que me he quitado un peso de encima. A ti te pasará lo mis19

Agudiez, J.V., Á.Ganivet y su correspondencia...ob.cit., p. 358. Publicada por Gallego Morell, Estudios y Textos...p.163. Esta es la misma casa en que nació Natalia. 21 Este hecho se supo al solicitar para él la herencia paterna. Fue declarado heredero el 3.10.1899, segun auto del juzgado del Distrito de Hospital de Barcelona (véase Cervera, F., Ganivet, cónsul, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, vol.46, 1925, p.178) 20

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mo(...)Muchos besos al granujilla (que a la nodriza le ha gustado mucho) y un fuerte abrazo de tu Nene.22

La muerte de su hija causó una hondísima impresión en Ganivet, que hará de esta

experiencia reiterado motivo literario. (Díaz de Alda, 1999: XXXIX y ss.) El 1º de febrero de 1896 el escritor tomó posesión de su nuevo destino en Helsingfors,23 y unos días más tarde para entenderse con la población local empieza a estudiar el sueco; su profesora es Masha Diakovsky, y con ella mantiene un breve pero intenso romance durante la primavera de ese año, pero coincidiendo con la llegada de Amelia, Masha abandonó Helsinki emprendiendo un viaje por Europa de varios meses. Martina Amelia supo, pues, con extraordinaria satisfacción que la duquesa se iba al extranjero (Trabajos, 431). 24 Este periodo es importante en la producción poética de Ganivet. Es ahora cuando escribe la mayor parte de sus composiciones en verso, independientemente de quién sea el sujeto de su inspiración. En la Biblioteca Nacional de Madrid se conservan unos manuscritos entre los que figura un cuadernillo que contiene 8 poesías "A María Amelia Roldán. 1896", en su mayor parte inéditas. La dedicatoria de la tapa debió escribirse a posteriori, pues algunos poemas llevan fecha de 1897. Ses yeux

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I On m´a dit que tu es très belle je le crois, mais je ne peux te regarder parce que me brûle l´éclat noir de tes grands yeux. II Quelques fois dans mon sommeil quelques fois étant éveillé je te cherche et je t´évoque dans le fond de ma pensée. III Mais ton étrange figure que je sen toute dedans moi 22

Publicada por Antonio Gallego, en Estudios y textos ganivetianos, ob.cit. p.158. La carta es conmovedora, y quizás la más entrañable que de él se conserva. 23 Se instala en la casa de una familia inglesa en Nikolaigatan 21, y el 1º de marzo alquila ya dos habitaciones en Brunnsparken 12 a, que ampliará a seis a partir del 1º de junio. En las Cartas finlandesas refiere la costumbre de los finlandeses de mudarse en esa fecha. Para la estancia de Ganivet en Helsinki remito a mi trabajo Finlandia y las Cartas finlandesas: Aportaciones al estudio de Ganivet, en Fundamentos de Antropología, núm. 8-9, Centro de Investigaciones Etnológicas "Ángel Ganivet" y Diputación de Granada, Granada, octubre 1998; y Masha Diakovsky: un retrato, en Ángel Ganivet en su centro, RILCE, núm. 13-2, 1997, pp.25-54. 24 Un detenido análisis de la biografía de Masha y de sus relaciones con Á.Ganivet puede verse en el citado estudio: Masha Diakovsky: un retrato. Véase también Roberto y Mariatta Wis, Á.Ganivet in Finlandia, Helsinki, Société Néophilologique, 1988. 25 Ms. 21811 descubiertos por Ricardo de la Fuente Ballesteros y Luis Álvarez Castro, que publicaron una relación de los mismos en Insula, núm.615, marzo 1998. Las poesías "A Amelia Roldán" figuran en el legajo 21. 26 Inédito. Forma parte del legajo 21, aparece en el legajo 19 con ligeras variantes.

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reste cachée, comme incrustée, et ne répond pas a ma voix. IV Parfois elle commence à prendre corps elle se lève lentement mais une onde de douleur S´interpose en l´effaçant V Et il ne reste d´elle qu´une ombre Dans la quelle je peux voir Le regard profond, brûlant De tes inmenses yeux noirs. Helsingfors, Abril 96, Ángel

De de la misma época debe ser el dedicado A mi nena, inspirado en Ángel Tristán, Mi Ángel es un niño bello como un capullo de rosa su boca es como un clavel y sus ojos mariposas

mientras que La neige 27 aparece firmado el 3 de noviembre de 1897. I Ce matin j´ai regardé Les champs, tout était blanc Et le ciel gris Et mes yeux tristes, ont pleuré Et mon coeur languissant A tressailli! II La neige commence à tomber Et le monde est mourant Adieu la vie... III Tout seul qu´est ce que je ferai Loin du regard aimant Des êtres cheris!

El conocido poema Belle princesse aux cheveux d´or, que se supone inspirado en Masha, curiosamente figura incluido en esta recopilación, pero con título diferente: Sérenade.28 Dos poemas parecen inspirados inequívocamente en Amelia, Souvenir 29 y A Amelia30, que presenta ligeras vari27

Inédito. Firmado el 3. Día de Difuntos, 97. Junto al título hay una anotación a lápiz: 19 años. Versión inédita (presenta una estrofa más) del poema recogido en Gaceta Literaria, núm. 98 (15.1.1931). Gallego lo publica dentro de los Poemas en francés de Á. Ganivet, con el título de "Belle princese aux cheveux d´or" en Rev. de Occidente, 1965, con el mismo número de estrofas, y posteriormente en Estudios y textos, 1971, 90-91. 29 Fechado en noviembre 97. Publicado por Gallego Morell en Poemas en francés de Á. Ganivet, Rev.de Occidente, 28

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antes sobre el poema publicado por Gallego. Por su parte Canto de primavera es una versión nueva del poema incluido en Los Trabajos. Canto de primavera "Oh humano corazón, que es tu ventura Un momento fugaz irreparable Que surge como enigma indescifrable y halla en un primer beso sepultura" Glosa El sol brilla en la altura Y su lumbre enardece las pasiones Los campos de verdura Se visten y nuestra alma de ilusiones Oh humano corazón que es tu ventura! II Los pájaros cantando en la enramada Despiertan a mi amada De un deliquio dulcísimo inefable Un sueño de alborada Un momento fugaz irreparable" III Ya el mar de su letargo ha despertado Ya en su esquife alado Vuela el amante inquieto infatigable Tras el ensueño amado Que surge como enigma indescifrable. IV En la callada noche navegamos Cielo y mar solo hallamos De nuestra alma desborda la amargura Nuestra boca juntamos y halla un primer beso sepultura. Marzo. Ángel de Ganivet

Un poema sin nombre, firmado por Afan de Ribera, y Pitagórica, firmado el 8 de septiembre, completan esta breve coleción. Pitagórica Si tu désires connaître le suprême bonheur Cherche toujours dans la vie, le bonheur surhumain Tu ne le trouveras jamais cela est certain Ma ton vol remonté vers les grandes hauteurs Tu verras dans l´humain l´idéal et divin.

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núm.33, 1965, pp.368-369, y en Estudios y textos ganivetianos, p.92. Estudios y textos ganivetianos, 1971, p.71.

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Durante el verano de 1896 Ganivet escribió algunas cartas a Masha Diakovsky (Wis, 1988) que, como sabemos, inspiró también buena parte de sus composiciones líricas (Wis, 1988; Gallego, 1965, 1971). El 29 de agosto escribe a López: No he tenido novia, ni amoríos, ni los tendré más, fuera del que tú conoces...Y te digo ésto por lo mismo que supones que estoy enamorado a los treinta años. Alguna broma sentimental pase, pero nada más. Curioso, porque sólo dos o tres días antes Amelia ha descubierto esas relaciones y el escritor se vió obligado a interrumpir la correspondencia. ¿Suspendió Amelia su viaje como sugiere Ganivet en su última carta a Masha o por el contrario se marchó precipitadamente? Según contaba Hanna Rönnberg, Ganivet le dijo muy afligido que había traicionado a Amelia, y que ésta, celosa, le había abandonado. Hasta el verano de 1897 Amelia estuvo probablemente en España. Entre el 1.6.97- 30.9.97 Ganivet disfrutó de una licencia que aprovecha para viajar a Granada; planea regresar a Helsinki con Amelia, su hijo y sus hermanas. El 14 de agosto llega a Barcelona con Pepa e Isabel y, sin más preámbulos les presenta a Amelia Roldán y al niño, anunciando que viajarán todos juntos. La sorpresa debió de ser mayúscula, hasta el punto de hacer peligrar el proyectado viaje. Para favorecer un ambiente de cordialidad entre las tres mujeres, organiza una excursión a Sitges. Es entonces cuando conoce a Rusiñol y al grupo de Cau Ferrat, a quienes pondrá en contacto con la Cofradía del Avellano. Durante su estancia en Sitges estuvo alojado en la fonda Carcolse. 31 Una vez más la fantasía se ha cebado en el escritor granadino. Miguel Utrillo (padre) ha referido en diversas ocasiones el encuentro del grupo con Ganivet, que tuvo lugar el 24 de agosto, con ocasión de la colocación de la 1ª piedra del monumento al Greco;32 Dice que Ganivet "había llegado el día antes con cinco mujeres". Probablemente el exaltado nacionalismo de Utrillo le llevase a afirmar que en Sitges escribió Ganivet las Cartas finlandesas "que se publicaron en La Vanguardia antes que en El Defensor".33 Insiste en que "le visitaban con frecuencia unas señoras misteriosas y enlutadas", y que "las cinco compañeras de viaje constituían su harén sentimental".34 También González Ruano deja constancia de que "el desconocido vivía en una pensión de la calle

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La Fonda Can Carcolse estaba en la Carrer de Parellades y por ella pasaron destacados personajes del mundo artístico. Algunas noticias pueden encontrarse en "Hostals, cases de menjar i fondes", en Sitges dels nostres avis, Grup d´estudis sitgetans, Sitges, 1979, 77-82. 32 Este encuentro fue recogido en entrevista de Francesc Madrid, en La Noche, 25.2.1925, y reproducido en Ramon Planes, El Llivre de Sitges, Barcelona, Selecta, 1952, pp 144-147, y en El Modernisme a Sitges, Barcelona, Selecta, 1969, 126-128. Es interesante también el artículo de N.Mª López incluido en Viajes románticos de Antón del Sauce [¿1932?]. Para las relaciones de Ganivet y Cataluña véase J.Mª Balcells, Á.Ganivet y Cataluña, en À. Ganivet, en su centro, RILCE, 13-2, Pamplona, 1997, pp.7-22. 33 El primer artículo de las Cartas se se publica en Granada 14.10.96. Excepto la última crónica, todas se dieron a la imprenta antes de la estancia en Sitges. 34 El Modernisme a Sitges, ob.cit., p.128.

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de Parelladas y nada solo, sino en compañía de dos o tres mujeres bonitas y de afición alegre".35 Ningun documento prueba el idilio amoroso que le atribuye Gallego con una cantante italiana que por entonces visita Barcelona; lo único que ha llegado hasta nosotros es un poema compuesto en esos días, de contenido inquietante, que titula La muerte rubia 36 La gallarda visión ! pasa riendo y sus miradas tímidas, graciosas como alegres, inquietas mariposas nos acarician y se van huyendo. Es la mujer! Una mujer trayendo en sus ojos las brisas caprichosas en los labios las olas engañosas y escondido en el pecho el mar rugiendo. Es una mujer rubia, hija del mar, que sus regias estancias ha dejado y ha venido a estas playas a jugar Que anden las pobres madres con cuidado que dos niños se fueron a nadar y sólo uno volvió; el otro se ha ahogado. Sitges [sin fecha ]

Las tres mujeres y Á.Tristán vivirán en Helsinki desde septiembre del 97 hasta junio del siguiente año, y Ganivet, dedicado una vez más al gobierno de sus "amazonas", escribe a N.Mª López: Cada día resulta mejor para todos la solución que yo di a los asuntos domésticos. Los dos años y medio que residió en Hki como vicecónsul español fueron decisivos en su biografía literaria (Díaz de Alda, 1998), y también los más felices, los de mayor estabilidad emocional. Pero la vida de Ganivet está hecha de abandonos y renuncias. "¡Libertad! ¡Qué cara cuestas!", exclama Pedro Mártir. Y este periodo, en el que por primera vez desde que saliera de Granada el escritor se ha creado un entorno familiar, se ve interrumpido por un cambio de destino que él mismo precipita, aconsejando a sus superiores cerrar el Consulado de Helsinki y abrir el de Riga. Ganivet decide a enviar a su familia a España, y aunque Amelia hubiese preferido acompañarle él desea estar solo en el siempre enojoso traslado. No se concede descanso en estos últimos meses de su vida, escribe de forma compulsiva, trabaja en nuevos proyectos, ordena materiales inacabados y finaliza El escultor de su alma, impelido por la íntima necesidad de concluir una obra que es el compendio de sí mismo; tal parece que quisiera hacer balance antes de que caiga el 35 36

César González-Ruano, Huésped del mar (Noticia y sueño de Sitges), Col. "La Xarmada", Sitges, 1945, p.91. Inédito (Gallego citaba dos versos de este poema), Ms. depositado en la Biblioteca Nacional. Véase nota ...

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telón sobre su propio drama. En una de sus últimas cartas escribía a Ella Sahlberg - [Amelia] hubiese querido venir antes del invierno, pero yo no quiero, a causa del niño. Me han dicho que el invierno aquí es más corto que en Finlandia, pero muy crudo a veces, y es mucho mejor que se queden en España hasta el verano, en que yo pienso ir allí.37 Nunca sabremos si la presencia de su familia hubiese evitado la tragedia. Conservamos algunos documentos que iluminan nuestra visión de los hechos: a) tarjeta postal expedida a Navarro Ledesma el 18 de noviembre: hoy no te escribo, pues atravieso una gran crisis espiritual, que si no estuviera tan bien templado me echaría a la fosa (1965: 320); b) la declaración para su hijo el 27 de noviembre: He tenido varios amoríos y un amor más noble a Amelia, a la que he dado muy malos ratos con mis necedades (1965: 323); c) carta a sus hermanos (Agudíez, 1972b: 26-27) el día anterior a su muerte en la que dice ser víctima de un complot;38 se muestra nervioso pero contento por la llegada de Amelia, lo que desmiente otras versiones que ven en ese viaje una de las causas directas del suicidio. d) testimonio de D.Enrique Sánchez publicado en Nya Pressen,39 relatando cómo transcurrieron sus últimas horas. d) declaraciones del Dr. von Hacken a D.Rodiño. Pero volvamos al mes de junio de 1898. Desde el 1º de mes sus hermanas han alquilado un piso en Madrid en Maldonado 14. Amelia con el niño se quedan en Barcelona. Es a partir de aquí cuando se habla de ciertas infidelidades y de "unos amoríos de la cubana con Jaime Basch, el tenor Angel Angelotti, que era marido de una de sus primas" (Gallego, 1965:169) No me ha sido posible establecer la relación entre Jaime Basch -conocido como Angelo Angioletti- y Amelia Roldán, pero sí algunos datos de su biografía

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que contradicen el que en noviembre de 1898 estuviese ya

casado. Pero lo cierto es que Amelia llegó a Riga embarazada, y que acudió allí precipitadamente confiando en hacerse perdonar o en ocultar el origen de la hija que llevaba en su seno, que nacerá ocho meses más tarde, y a la que impuso los apellidos Ganivet Roldán (Díaz de Alda, 1999: 37 38 39 40

Carta de 21 de septiembre, publicada en sueco por Wentzel Hagelstam, en Personer och Minnen, Söderström & C, Helsingfors, 1923, pp. 21-22. La traducción es mía. En una carta empezada el 14 de nov. y enviada el 26 a su superior Juan du Bosc da cuenta de un primer complot, en el que estaría implicado un tal Power. Nya Pressen, Helsingfors, 10-12-1898. Angioletti tuvo una carrera brillante en los primeros teatros del extranjero y gran éxito cantando La Africana en el Príncipe Alfonso. Actuó en el 1899 en el Real. Debutó con Tannhäuser e hizo verdaderas creaciones en las óperas Gonzalo de Córdoba (estreno en el Real el 6.12.1898), y La Valkiria (19 de enero 1899), donde actuaba también la bellísima y consagrada soprano sevillana Elena Fons, con quien se casa el 23 de enero de 1899. Gente de Bastidores (Sucesores de Rivadeneyra, Madrid, 1899), reproduce un retrato y breve semblanza de Angioletti. Otros datos aparecen en Luis Iglesias de Souza, Teatro lírico español, Diputación de La Coruña, 1993, y el la Historia y anecdotario del Teatro Real, de José Subirá (Madrid, Edit. Plus Ultra, 1949), que inserta también una fotografia. Véase también Madrid en sus diarios tomo V (años 1891-1899), Instituto de Estudios Madrileños, 1972. Esta conocida publicación registra la boda del tenor el día 11 de enero.

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XXXIX). A principios de noviembre Amelia Roldán se presenta en casa de los hermanos de Ganivet, muy excitada a causa de una carta que acaba de recibir desde Riga y cuyo contenido no conocemos. Pocos días después, conseguido el dinero para el viaje, se pone en camino. El mismo día de su llegada, el martes 29 de noviembre, Ganivet se arrojaba al Duina muriendo ahogado. Amelia escribió más tarde: "me enteré de todo a las 11 de la noche, hora en que fue la familia del cónsul y dos médicos a llevarme tan terrible noticia".41 En despacho oficial a Juan du Bosc en San Petersburgo, el cónsul interino de España Sr. Schwartz, comunica que "la señora de Ganivet llegó a Riga acompañada de sus dos hijos, pero demasiado tarde para hablar con su esposo".42 Saldaña escribió en La Esfera: "se cuenta que una tarde, hallándose [Ganivet] en paseo público en Riga, como viese aparecer a una señora que llevaba de la mano un niño, se precipitó sobre el canal próximo del río Duina"; en su biografía añade otro dato: "El cónsul en Riga, Zapico, dice que le contaron que Amelia presenció el suicidio de Ganivet desde la otra orilla, y que al desembarcar fue conducida ante su cadaver "(1930: 75-76) Domínguez Rodiño dice que el médico y un cónsul fueron al consulado por la noche, donde ella estaba esperando a su marido. La información más fidedigna me parece la de Domínguez Rodiño; D.Rodiño visitó Riga a fines de 1920 siguiendo las huellas de Ganivet; a sugerencia del bibliotecario de la ciudad insertó un anunció en todos los periódicos pidiendo alguna noticia, al que contestó el Dr.von Haken.43 Él fue el encargado de comunicar a Amelia la tragedia, que profundamente afectada hubo de permanecer casi un mes en cama, seriamente enferma, bajo los cuidados de la hermana del doctor, una dama que hablaba español, información que coincide con la de la propia Amelia.44 Veamos por último el análisis de Saldaña apoyado en las "nobles palabras recogidas de labios de la cultísima doña Josefa Ganivet". Ángel nos había escrito diciendo: Id a Madrid y poned una casa bien puesta. Yo iré a vivir con vosotros. Eramos: mi hermana, mi hermano Antonio - un muchacho entonces- y yo. Alquilamos un hotelito en la calle Diego de León; se lo comunicamos a Ángel, y allí esperabamos los tres...Cuando una tarde, de vuelta de paseo, nos dice la portera que estuvo en casa una señora con un niño. En la tarjeta vimos su nombre...A mi hermana y a mí se nos subió un golpe de sangre al cerebro. ¡Qué conflicto! ¿ A qué venía ella de Barcelona? Nuestro hermano Antonio no la conocía; y desconocía asimismo, porque todo se lo habíamos ocultado cuidadosamente, sus relaciones con Ángel; la existencia del niño, todo...En la tarjeta ella nos pedía hora. Mi hermana y yo deliberamos, acongojadas, mucho tiempo. Al fin dijo: Dejémoslo a la ventura, y que resulte lo que haya de ser" 41

P.Gan Giménez, Las cartas de Ángel Ganivet, Granada, 1979. (Carta de 21 de diciembre 1898 a Antonio Ganivet) Cervera, F.,177............... 43 recogida parcialmente el 21.1.1921 por El Imparcial. 44 Carta de Amelia Roldán a Antonio Ganivet de 21-12-1898, publicada por P.Gan Giménez, Las cartas de Á.Ganivet, Granada, 1979. 42

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Y así fue. Se la citó y vino. Pero el azar quiso que estuviese mi hermano en casa. Le he de referir la escena. Entra ella y nos saluda. "Es una amiga nuestra de Barcelona" - le decimos a Antonio. Pero detrás viene el niño que abraza a mi hermana y luego a mí: "Hola, tita", "Hola tita": y después a Antonio: "Hola, tito".. Antonio queda atónito, interrogándonos en silencio. Al fin, una de nosotras rompe, aclarando; "Sí, mira: ésta es la mujer de tu hermano Ángel - no te lo habíamos revelado- este es su hijo". Ella tomó muy a mal que hubiesemos ocultado a Antonio su situación. (...) Estaba instalada con su madre y el niño en un interior de la calle Arenal (...)ya tarde, Antonio fue acompañandolas en el tranvía. En él iba también Navarro Ledesma (...)iba fijándose en ella, pues la recordaba de la época en que la conoció Ángel en Madrid. Y, al ver que Antonio les pagaba el tranvía, le llemó a la plataforma. "Quiénes son esas señoras"? - le preguntó. Antonio se lo dijo. Y Navarro Ledesma (...) se apeó, y emocionóse tanto que su madre dijo le había causado una enfermedad (...) porque (...) comprendió cómo todo sueño de trabajo con Ángel resultaba fallido, desde el punto en que volvía a atravesársele en su camino aquella mu45 jer. [sic] (1930: 79-80)

Ya sabemos el resto. Amelia volvió a los pocos días y les pidió dinero para el viaje, pues Ángel ha escrito que la necesita a su lado ; "una desgracia (...)porque si esa mujer no va a Riga, se evita la tragedia" (81). 46 Desde el punto de vista de la exactitud y la intención, la obra de Saldaña deja mucho que desear, ya que suma sus propios prejuicios a los de sus entrevistados. Josefa confunde sistemáticamente el nombre de su primo Antonio con el de su hermano Francisco, que es quien vive en Madrid. Esta confusión no es deshecha por Saldaña, que a su vez cita repetidamente a la Martina de Los Trabajos como Justina. Es más que casualidad que Francisco Ganivet encontrase en el tranvía a Navarro; pudiera ser, porque vivían cerca, pero ciertamente éste está al tanto de las relaciones de su amigo con Amelia, luego no cabe una reacción tan "dramática", ni la premonición de un desenlace fatal, porque se cruzase otra vez en su camino. La situación, de absurda, roza lo grotesco. Mi opinión es que la llegada de Amelia a Riga fue, si lo fue, sólo causa periférica en la muerte del escritor. Se han aducido razones de toda índole para explicar su suicidio: médicas, psicológicas, genéticas y de índole espiritual;47 la teoría más reciente apunta a una explicación en clave sociológica. En un detenido estudio, J.A.González Alcantud destaca en Ganivet al "individuo que biográficamente se construye una personalidad social e individual de caracter heroico y que la cul45

No sabemos si el subrrayado de la entrevista reproducida (8 de junio de 1921) pretende recoger el tono despectivo y enfático de Josefa Ganivet, o es cosecha del propio Saldaña. 46 Saldaña, siempre pronto a recoger el testimonio de misteriosos informantes, utiliza el de "un amable corresponsal, vecino de Granada", un tal J.B.M. que el 26 de abril de 1921 le escribe: "...aquí hay quien cree que Ganivet adquirió la monomanía persecutoria porque la persona aludida se le solía presentar en todas partes a donde era destinado". 47 C. Castilla del Pino, Para una patografía de Ángel Ganivet, Madrid, Ínsula, n° 228-229, 1965; José Marín de Burgos, Patografía de Ganivet, Madrid, Pirámide, 1982; Luis Rojas Ballesteros, El atardecer de Ángel Ganivet, Caja Provincial de Ahorros de Granada, Granada. 1985. Agudíez ve en una posible hipoglucemia síntomas que se confunden con las reacciones provocadas por la paranoia y la esquizofrenia. Mantiene que el de Ganivet fue un suicidio lúcido y que conservó íntegra su capacidad intelectual (Las novelas..., ob.cit. p.134).

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tiva a sabiendas" (1999: LXIII). El suicidio responde a una lógica social; es resultado de la "anomie", entendida como "la ausencia de solidaridad orgánica de los contemporáneos" (LXX), algo que abunda en la Europa finisecular. Esta interpretación nos permitiría por fin hablar de Ganivet no como el excéntrico, sino como el incomprendido del 98.

Tras la muerte del escritor, Amelia regresó a Barcelona, donde nacerá su hija Mª Luisa en el verano de 1899. Al parecer pasó dificultades económicas y realizó frecuentes viajes a Madrid, donde intentó cantar en el Teatro Real. Esta precaria situación parecen contradecirla los datos que he encontrado en el Ayuntamiento de Vilassar de Dalt (Barcelona): en el Padrón de Habitantes y Registro Fiscal de Edificios y Solares figuran inscritas en el año 1906 seis propiedades a nombre de Ángel Tristán de Ganivet y Roldán, a la sazón domiciliado en la c/ Aribau nº 13 de Barcelona: 48 5 registradas en la finca (calle o plaza) Mediana - números 3, sin número, 5, 5 bis, y 7 -, y una sexta en la Plaza Cantábrica nº 2. Todas ellas estaban alquiladas, por lo que es de suponer que Amelia y sus hijos recibiesen unos ingresos más que discretos. Perdió todo contacto con la familia y amigos de su marido, para los que dejó de existir. Murió el 7 de octubre de 1913 sin haber contraido un nuevo enlace. Mª Luisa y Á.Tristán se casaron con dos hermanos: Manuel e Inés Fdez- Bada. Inés, que tuvo 6 hijos con Ángel Tristán, fue enfermera durante la Guerra Civil, exiliándose después a México; para entonces ya se había separado y Angel Tristán unido a una segunda mujer, Mª Luisa Ruiz Llanos, curiosamente prima de su esposa. De los hijos de Inés y Á.Tristán vive todavía Concepción, nacida en 1828, que llegó a México en 1947 con sus tres hermanos menores. No quiere recordar a su padre.49 Con este trabajo he querido arrojar alguna luz sobre la mujer que más importancia tuvo en la vida de Ganivet inspiradora de gran parte de su obra. Amelia está en Los Trabajos, en El Escultor de su alma, en su poesía . Acertó Navarro al llamarla Alterego, De ella se vale para hablar de sí mismo, es en verdad su alter ego, su otro yo dialogante "lo que me ha dado el corazón es que eres un hombre muy bueno, y al mismo tiempo muy malo, es decir, duro y ...no sé explicarme... __ Más vale que no sepas, porque me dirías algun disparate - interrumpió Pío Cid __Pero , ¿Y los amores esos? - insistió la joven- .A esto no me quieres contestar. Estarás estudiando el embuste. __ Esos amores son - contestó Pío Cid gravemente- las ilusiones perdidas. Yo no hablo de ninguna mujer, y aunque hablara sería amores muertos ya. __ ¿Me juras que no has compuesto esos versos para ninguna mujer? - preguntó la joven con voz tierna (...) 48 49

La numeración de la calle no coincide con la habitualmente citada de Aribau 21, 4º 1ª Gran parte de los datos sobre los descendientes de Amelia se los debo a Concepción Ganivet Fernández-Bada.

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__ Para ninguna...; es decir, para ti, antes de conocerte. Esta es la verdad- contestó Pío Cid.

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REFERENCIAS AGUDÍEZ, Juan Ventura, Ángel Ganivet y su correspondencia inédita con Francisco Navarro Ledesma, en Nueva Revista de Filología Hispánica, 1972, vol.21, , pp. 338-362. (1972 a) ___

Las novelas de Ángel Ganivet, Nueva York, Anaya Book Company, Inc. (1972 b)

DE LA FUENTE BALLESTEROS, Ricardo y ÁLVAREZ CASTRO, Luis (1998): “Una colección de manuscritos ganivetianos”. Ínsula, n° 615, marzo. DÍAZ DE ALDA HEIKKILÄ, Mª Carmen , Masha Diakovsky: un retrato, en Ángel Ganivet en su centro (Mª C. Díaz de Alda, ed.), RILCE, Universidad de Navarra, núm. 13-2, 1997. ___

Finlandia y las Cartas finlandesas: Aportaciones al estudio de Ganivet, en Fundamentos de Antropología, núm. 8-9, Centro de Investigaciones Etnológicas "Ángel Ganivet" y Diputación de Granada, Granada, octubre 1998.

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FERNÁNDEZ ALMAGRO, Melchor, Vida y obra de Ángel Ganivet, Editorial Sempere, Valencia, 1925. GALLEGO MORELL, Antonio, Ángel Ganivet, el excéntrico del 98, Granada, 1965. ___

Estudios y textos ganivetianos, Madrid, CSIC, 1971.

GONZÁLEZ ALCANTUD, J.A.: El sinsentido en el fin de siglo. El suicidio como clave sociológica. Epílogo a Ángel Ganivet, El escultor de su alma (ed.facsímil), pp. LIX-LXXV, Editorial Universidad de Granada, Granada, 1999. HERRERO, Javier: Ángel Ganivet: un iluminado, Madrid, Gredos, 1966a. ___

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LÓPEZ, Nicolás María (1936, ?): La Cofradía del Avellano. Cartas íntimas de Ángel Ganivet, Granada, Piñar Rocha. NAVARRO LEDESMA, Francisco (1904): Epistolario (31 cartas de Ganivet a Navarro Ledesma), Madrid , Leonardo Williams, editor (2ª ed. 1919, 3ª ed. 1944). ___

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Ángel Ganivet, Madrid, Editorial Hernando, 1930.

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