Lusitania 14 (Vas siempre demasiado lejos)

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Descripción

Nº 14

Vas siempre demasiado lejos

Vas siempre demasiado lejos Dulce Maria Cardoso

Dulce Maria Cardoso Traducción

Ana Lucía De Bastos Ilustración

Verónica Cardona López

Dulce Maria Cardoso Escritora portuguesa. Nació en 1964 en la región de Tras-os-Montes, al noreste del país lusitano. Su infancia transcurrió en Angola y regresó a Portugal en 1975, al lado de muchos otros retornados que volvían tras la independencia de las colonias portuguesas. Se graduó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa y trabajó como abogada antes de dedicarse, tiempo completo, a la escritura. Ha escrito Campo de sangre (2002), su primera novela, galardonada con el premio Acontece de Romance, Mis sentimientos (2005), distinguida con el Premio Europeo de Literatura, y La tierra de los gorriones (2009), a la que se le concedió el Premio Pen y el Premio Ciranda. Su cuarta novela, El retorno, recibió el Premio Especial de la Crítica (2011) en Portugal. Por esta obra la autora recibió del Estado francés la condecoración de Caballera de la Orden de las Artes y las Letras (2012).

Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia Cardoso, Dulce Maria, 1964Vas siempre demasiado lejos / Dulce Maria Cardoso ; traducción, Ana Lucía De Bastos ; ilustración, Verónica Cardona López. -- 1a. ed. en español. -- Medellín : Tragaluz Editores, 2016. p. – (Colección lusitania / Jerónimo Pizarro ; no. 14) Título original: Os meus sentimentos. ISBN 978-958-8845-80-7 1. Novela portuguesa - Siglo XXI I. Bastos, Ana Lucía De, 1983II. Cardona López, Verónica, il. III. Título IV. Serie CDD: 869.35 ed. 23

CO-BoBN– a994161

Título original: Os Meus Sentimentos Traducción en español: Vas siempre demasiado lejos © Dulce Maria Cardoso, 2005

Vas siempre demasiado lejos Dulce Maria Cardoso

Publicado por acuerdo con la Agencia Literaria Mertin Inh. Nicole Witt e. K., Frankfurt am Main, Alemania.

© Traducción: Ana Lucía De Bastos, 2016 © Ilustración: Verónica Cardona López, 2016 © Tragaluz editores S.A.S., 2016 Calle 6 Sur 43A-200, Ed. Lugo Of. 1108 Medellín - Colombia www.tragaluzeditores.com

Autora: Dulce Maria Cardoso Traducción del portugués al español: Ana Lucía De Bastos

Traducción Edición y diseño: Tragaluz editores Director de la Colección Lusitania: Jerónimo Pizarro

Ana Lucía De Bastos

Ilustración: Verónica Cardona López Impresión: Marquillas S. A. ISBN 978-958-8845-80-7 Primera edición en portugués, septiembre de 2014, Tinta-da-china, Lda. Primera edición en español, diciembre de 2016, Tragaluz editores S.A.S. Impreso en Colombia - Printed in Colombia Queda prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

Obra publicada con el apoyo del Camões - Instituto para la Cooperación y la Lengua, I.P., 2016. Obra publicada com o apoio do Camões - Instituto da Cooperação e da Língua, I.P., 2016.

Colección

Lusitania

Obra apoyada por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. Obra apoiada pela Direção-geral do Livro, dos Arquivos e das Bibliotecas.

Tragaluz editores Medellín - Colombia 2016

Vas siempre demasiado lejos

Dulce Maria Cardoso

Nota de la traductora

Primero fue el encuentro y la admiración como lectora de El retorno,

aclarando, iluminando y al final mostrando a sus lectores estos en-

luego el trabajo de traducción de Vas siempre demasiado lejos. A mitad de

tramados del desamor.

camino conocí a su autora, Dulce Maria Cardoso, gracias a Jerónimo Pizarro, ese gran arquitecto de puentes y monumentos literarios.

He aquí una novela lúcida sobre todo aquello que no se quiere ver, todo aquello de lo que no se habla; sobre lo femenino marginalizado,

Conversamos, entre otras cosas, de un punto que creo indispensa-

sobre la mujer fea, la mala madre, la familia infeliz. Una novela que no

ble señalar y esta es la razón principal de esta nota. En la novela Vas

maquilla la crudeza sino que la muestra hasta el tuétano para que po-

siempre demasiado lejos no hay ningún verbo conjugado en futuro ni en

damos, como Dulce Maria Cardoso, apreciar entonces todos los mati-

condicional. De manera deliberada la autora consiguió el desafío de no

ces de la belleza y de la vida en sus dimensiones reales, habiendo pri-

usar, en ningún caso, estos tiempos verbales, incluso en aquellos mo-

mero soportado el peso del cuerpo y del alma de Violeta, esa mujer con

mentos en que sería lo usual, lo correcto. Esta traducción al español

la que podemos, si leemos con atención, irnos demasiado lejos.

mantiene este requisito y, en lo posible, utiliza el mismo tiempo y modo verbal escogido por la autora en portugués.

Ana Lucía De Bastos

Valga decir que este desafío no es un capricho de la autora ni tiene como intención la demostración de su destreza, sino que responde a una búsqueda significativa. La autora quiere que exista en la novela la mayor correspondencia posible entre el fondo, el tema del que trata el libro, y la forma, las palabras, la sintaxis, los tiempos verbales. Se trata, pues, del relato de unos personajes sin futuro, que no cuentan ni siquiera con las posibilidades hipotéticas que abren los verbos en condicional. Y aunque en esta novela la falta de futuro sea sinónimo de desesperanza, de muerte, me gustaría aprovechar este espacio para comentar que Dulce Maria Cardoso no se parece a los personajes de esta novela. Es una mujer luminosa, sin una gota de amargura en su trato. Quizá sea esa luz la que le haya permitido adentrarse tan a fondo en la sombra, en el alma oscura de estos seres marginados y ruines. A partir de la comprensión profunda de sus motivos, de sus frustraciones y vilezas, transmuta estos sentimientos espesos, duros, petrificados y los convierte en un texto rítmico y fluido que va

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Vas siempre demasiado lejos

inesperadamente no debí salir de la casa, no debí salir de la casa, no debí salir de la casa, durante un tiempo, segundos, horas, no soy capaz de hacer más nada, inesperadamente me detengo la posición en la que me encuentro, de cabeza, colgando del cinturón de seguridad, no me incomoda, mi cuerpo, extrañamente, no me pesa, el choque debió ser violento, no lo recuerdo, abrí los ojos y estaba así, de cabeza, con los brazos tocando el techo, las piernas sueltas, el desconcierto de un muñeco de trapo, los ojos fijos, indolentes, sobre una gota de agua detenida en un pedazo de vidrio vertical, no logro identificar los ruidos que oigo, comienzo de nuevo, no debí salir de la casa, no debí salir de la casa, son tan fastidiosas las cantaletas durante un tiempo, segundos, horas, no soy capaz de hacer nada más, debo haber caído muy lejos de la autopista, la lluvia se estrella contra el metal del carro, las ruedas ruedan en seco, cricrí, cricrí, grillos, no, no pueden ser grillos, tictac, las cuatro direccionales, dentro de la gota de agua, son solo los ojos que no consiguen mirar otra cosa, solo los ojos, mi carro volcado en un terreno baldío, mi mochila de viaje enredada en un arbusto, los empaques de las ceras, las muestras para mis clientas y el cuaderno con las cuentas regados en el barro, un zapato en un charco más distante, los faros siguen encendidos, la lluvia, hilos de luciérnagas que revolotean hasta morir en el piso, cricrí, no pueden ser

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enloqueciera, he visto motivos menos relevantes, cuando se levanta, la primera cosa que Ángelo hace es abrir las ventanas para que la casa

hacer lo que tengo que hacer

reciba el aire limpio de la mañana, dos o tres rayos de sol en días bonitos, nunca más que eso pues la casa está en la planta baja de una ca-

sin el temporal era más fácil, daba una vuelta por el estacionamiento,

lle escondida en la que casi no cae el sol, después lava la cocina y el

en estas ocasiones siempre uso zapatos de tacón alto para que fácil-

baño con cloro y cuando es el momento encera el parqué de la sala y

mente se entienda que es una mujer la que anda dando vueltas, en no-

del cuarto, si no tuviera que cuidar su casa la vida de Ángelo fuera mu-

ches normales, después de una docena de pasos, las presas comienzan

cho más triste o ni siquiera existiera, de tal forma esas dos habitacio-

a asomarse, tengo la costumbre de ir diciendo, bajito, una retahíla, la

nes lo amarran a la vida, no le importa ser abucheado en los espectá-

curiosidad mató al gato y al lagarto, el gato preguntó la edad al lagarto,

culos de las sociedades recreativas, que los niños le lancen pedazos de

y el lagarto la edad del gato, el lagarto no sabía su edad y el gato tam-

pastel cuando hace de payaso en las fiestas infantiles los fines de se-

poco, murieron los dos, no por la edad sino por la curiosidad, en noches

mana o que en las excursiones de la tercera edad siempre se quejen

normales me doy el lujo de escoger y para eso también tengo mis re-

del comediante por ser tan malo, nada le importa siempre y cuando

glas, con este temporal tengo que restringirme al primero que aparez-

pueda regresar a las dos habitaciones y encuentre los adornos limpios

ca, permanezco con los faros encendidos, saco de la guantera uno de

y en los lugares adecuados, los muebles encerados y el edredón estira-

los mapas que traigo siempre conmigo y lo abro sobre las rodillas, me

do con el encaje debidamente caído, la ducha inmaculadamente blan-

transformo para todos los efectos en una mujer que se perdió, en cuan-

ca y la tapa del excusado cerrada, nada más importa, por eso es que no

to acomodo el mapa, digo con voz de falsete, oh, héroe que me quie-

me cuesta nada aceptar que Ángelo enloqueciera si pierde su casa, si

res salvar, voy a matarte con un puñal con empuñadura de esmeral-

Ángelo hubiera venido yo no estuviera ahora

das que guardo junto al corazón, oh, mi héroe, ven a conocer el sabor de la muerte, Maria da Guia siempre me contó la misma historia, una

cuando nos ponemos en una vida no sabemos tener otra cuando nos cuentan una historia siempre oímos otra parada en el estacionamiento para camioneros, con las luces altas encendidas, esperando mi presa de esta noche, el camionero más cu-

historia aburrida, que en vez de princesas y hadas había una mujer que

rioso, más inquieto, una vez identificada la presa actúo según las re-

se iba deshaciendo de sus hijos, una historia tan fastidiosa que ni llega-

glas que mi experiencia en este tipo de caza me permitió construir,

ba a ser triste, o entonces era que María da Guia no sabía contarla, para

soy siempre cautelosa, y en una noche como estas no me convie-

todo es necesario tener talento, ahora me distraje, puedo estar siendo

ne asustar a la presa, los hombres son los animales más asustadi-

observada, regreso a mi papel, en una noche como estas cualquier des-

zos que conozco, mi primera regla consiste en un cambio de papeles,

liz puede ser fatal, me repongo en mi aspecto asustado y pongo las ma-

me convierto en la presa perfecta de cualquier cazador, incluso del

nos ansiosas sobre el mapa, tuve el cuidado de cambiar el casete y la

más inexperto, una vez saciada la carne no me molesta que descu-

canción pegajosa que se oye es un hecho en esta noche oscura esperan-

bran la verdad, hasta me divierte cuando pasa eso, si por casualidad

do el significado obvio que le dan, espero, siento en esta espera, en este

me dicen, tú sabes mucho, u otras cosas peores, es decir, otras cosas

tiempo que antecede al descubrimiento de la presa, un placer indes-

que ellos piensan que son peores, por ejemplo, me saliste bien puto-

criptible, enciendo un cigarro, ningún hombre resiste la seducción que

na, me da igual, después de saciar la carne me da igual si me insul-

un cigarro posee en las manos de una mujer, aunque yo no tenga los de-

tan o me elogian,

dos largos y el humo no se ordene en espirales que me ensombrezcan el

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busco carros donde dejar mensajes pero nadie viaja en una noche de temporal, fue lo que me dijo Ángelo, cancelaron la excursión, nadie viaja con un tiempo así, es muy peligroso, hago el camino de regreso ~

hacia mi carro, me concentro en no tropezar, tengo en la mano los papeles, los lanzo al suelo, señalo a los empleados que están pegados al vidrio, notas que no puedo leer, estoy borracha, si te quieres estrellar en la carretera es problema tuyo

la risa es lo mejor que podemos regalarle a los demás

me meto en la carretera, dentro de unas horas estaré vendiéndole la

nos sentamos, el camarero levanta el rectángulo de plástico que dice

cera ecológica que traigo en el maletero a Denise y a Betty, soy una bue-

reservado y le pido el favor de llevarse también la rosa marchita me-

na vendedora, la mejor, siento la ilusión del infinito, un acceso único,

tida en el frasco de vidrio que le sirve de jarrón, el camarero atiende mi petición sin disimular el asombro, en cada mesa del restaurante hay una rosa metida en un frasco de vidrio y nunca nadie ha pedi-

dulcemente

do que la quitaran, busco la complicidad de Dora pero mi niña está me deslizo en la autopista que es siempre igual, la que queda atrás, la

molesta, no quería venir a cenar y no me perdonó la petición o la or-

que se renueva enfrente de mí, una lengua caritativa que me engulle,

den, ya no me acuerdo qué la hizo ceder, si fue la petición o la orden,

negra, infinita, avanzo, me guío por los reflectores que flanquean el ar-

sé que la forcé, como de paso hago siempre, con el supuesto de que

cén, las barras de acero, el viento tuerce los árboles deshojados, esque-

me pertenece, un sentimiento de propiedad que nunca sentí por na-

letos tristes, trazos rayados con carboncillo en el cielo, los postes de

die, ni por nada,

alta tensión, espantapájaros en fila cogidos de las manos hacia ningusomos una familia, ay de nosotros si dejamos de comportarnos

na parte

como una familia Ángelo, indiferente a las rosas marchitas en los frascos, al enfado de Dora, cuenta otro chiste, ya es el tercero y apenas nos estamos sentando, al final de la cena contó decenas de chistes y yo y Dora reímos cada vez que tocaba, si no nos reímos es lo mismo, Ángelo no interpretaba la ausencia de nuestras risas como señal de que no es un buen comediante, pensaba que estábamos molestas, indispuestas, todos los comportamientos tienen una justificación conveniente, no hay nada que se escape al entendimiento, el fin del Salón Princesa es también fácilmente comprensible, aquí estaba el Salón Princesa, Dora y Ángelo responden al unísono, ya sabemos, son previsibles, después de unos minutos no hay quien no se pueda preveer cuanto más a lo largo de una vida,

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lo que el cielo el funcionario del banco me pide que espere a que los compradores lleguen, la escritura estaba pautada para las dos, digo, sí pero con esta lluvia es probable que se retrasen, el funcionario habla con una cortesía exagerada, el notario tampoco ha llegado, esta lluvia retrasa todo, las palabras del funcionario son dichas todas en el mismo tono, la educación le ayuda para hacer callar a los inoportunos como yo, me retiro, el funcionario retoma el trabajo, está enfadado porque lo interrumpí, es la segunda vez que lo hago apartar la vista de la computadora, la primera para hablar del temporal, un caos, me gusta mucho utilizar esta palabra, caos, un caos, repetí, después detallé el caos, cuatro accidentes, una inundación grave o menos grave, árboles caídos, carreteras cortadas, el funcionario me oyó con un silencio educado que mataba la conversación, las tragedias que describía se esfumaban en la cara imperturbable del funcionario, en cuanto tuvo una oportunidad el funcionario volvió a la pantalla luminosa, ejercitó los dedos estirándolos y encogiéndolos encima del teclado, un pianista con rutina de calentamiento, volvió a los formularios, escribió en los espacios correspondientes, casados en el régimen de, residentes, teléfono fijo, celular, profesión del cónyuge hombre, de la cónyuge mujer, rentabilidad mensual, intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas, el funcionario no debe saber más de las personas de lo que permiten los espacios ya definidos, es cierto que el funcionario dispone de un espacio genérico, otras observaciones, para cualquier cosa importante que no haya sido previamente definida pero normalmente queda vacío, lo que quizá pruebe que no hay mucho por decir, que los que hicieron los formularios sabían lo que hacían, el funcionario se aburre al pasar todo el día recogiendo estas informaciones, un trabajo monótono, el

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en las ojeras del cliente, si come solo, si el hombre pide cuentas sepa-

mi Dora no fuma pero la mayor parte de las colegas tiene un cigarro en

radas, o si al final le pone más nudos a algunas de las bolsas para di-

la mano, se vuelve imposible estar en la sala de descanso, ni una úni-

ferenciarlas, Dora pierde el interés, dentro de nada le va a pedir per-

ca ventana, ni un vidrio, el humo contra las paredes, arremolinándose

miso a la jefa para descansar cinco minutos, un cliente más y puede

en el techo, y aquellas mujeres no paran de encender cigarros, sin em-

parar cinco minutos, en el descanso hace siempre lo mismo en el mis-

bargo mi Dora no habla mal de las colegas, no discute con las jefas ni

mo orden, enciende el celular y hace el camino al baño acompañada

con las fiscales, no las engaña metiéndose en el baño para robar tiem-

por una voz melosa untándosele al oído,

po, un ángel que cumple el horario y no le importa almorzar dos pedazos triangulares de pan viejo con una rodaja de jamón verduzco en el

marque el código personal seguido por asterisco, tiene un nuevo

medio y un café, la pescadera se va,

mensaje, para oír sus mensajes marque uno déjame ir que parece que todo el mundo se acordó de comprar pesa Dora no le parece extraño que la voz suene siempre melosa como

cado hoy

tampoco le parece extraño hacer lo mismo todos los días, Dora sabe que el artista le deja siempre mensajes en un sitio que tiene que es-

sin el olor a pescado en la sala el carnicero queda más grande, la

tar lleno de voces, no puedo imaginar el sitio donde las voces espe-

bata sucia de sangre ocupa la sala entera, los cinco minutos de Dora

ran, ya casi nadie usa los papelitos amarillos de los recados que yo

terminaron, Dora va nuevamente al baño sin detenerse en el pasillo

todavía pego en todas partes, en el estante, en el espejo del baño, en

donde dos colegas conversan, consigue oír, esta lluvia me mata, se

la piedra de la cocina, en el teléfono, la voz del artista en un mensa-

mira en el espejo, se peina, pone un poco de crema en las manos, ve-

je de voz,

rifica si el uniforme está en condiciones y regresa a la caja, apaga el celular, comienza de nuevo a registrar productos, piensa que todas las vidas deben tener código de barras, en caso de error se llama al

te extraño

responsable que lo resuelve con un manojo de llaves, por ejemplo, si y Dora sonríe, toca nuevamente las teclas, la voz siempre melosa, tie-

la voz del artista, ya no te amo, el jefe con un manojo de llaves, mi

ne dos mensajes escuchados, el milagro de poder repetir lo que que-

Dora todavía con tanto futuro que lo puede desperdiciar pensando

remos oír, te amo, luego en la noche a la misma hora, Dora vuelve a

en tonterías en una caja de supermercado, cuando termina el turno

sonreír, sale del baño, se dirige a la sala de descanso que está llena, un

regresa a casa en un autobús que está lleno, las personas se aprie-

carnicero y una pescadera discuten a propósito de un programa de te-

tan más y Dora entra, se hace un hueco con dificultad y camina has-

levisión, un ayudante de panificación hace las veces de moderador, la

ta la parte de atrás,

chica de los patines, una universitaria, mira todo con tedio, Dora se dirige a la máquina y pone las monedas para un café, coloca el vaso de

en caso de emergencia rompa el vidrio

plástico en el sitio indicado, se dirige a otra máquina y pone las monedas para un sándwich, aprieta la tecla y cae un pan envuelto en un pa-

después aún tiene que coger el metro, le gusta quedarse al lado de la

pel transparente, come vigilada por los ojos de la jefa que está siem-

puerta,

pre repitiendo, en caso de incendio toque esta alarma vamos, apúrense, vamos

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cristales por todas partes por ser la última vez que abro este portón de hierro, el gesto, vulgar, se vuelve importante, por ser la última vez que oigo el portón chirriar me conmuevo con el gemido que me llena la mano de óxido, un color amarillento, es la última vez que entro en esta casa, las paredes que se acercaban para sofocarme, los techos que descendían para aplastarme nunca más me pueden hacer daño, dentro de poco, a las dos para ser más precisa, firmo la escritura y quedo libre, no pertenezco más a esta casa, restriego el amarillo del hierro oxidado en la chaqueta, atravieso el jardín, los esqueletos de los rosales, los crisantemos que dejaron de florecer, la dama de noche, un arbusto raquítico del que nunca supe el nombre, las calas que Dora cortó ayer para regalarlas a los abuelos, dos rectángulos de piedra en un cementerio, el jardín me hace un gesto, se despide de mí, bêtises, ma chérie, bêtises el romero se marchitó, nunca me gustó este pedazo de tierra aunque cada primavera mi madre de todos los misterios escojo el de las flores que renacen todos los años me llamaste para ver las flores, tonterías, qué misterio puede haber en un pedazo de tierra y en media docena de flores que renacían cada primavera, más grande era el misterio del deslumbramiento de mi madre por un pedazo de tierra y media docena de flores que pasados dos

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que madame Santos renunció mi madre abrió la cartera y sonrió, tenía

Guia era una miserable más puesto que no es rubia, no es bonita, no es

la manía de sonreír cuando estaba triste, una fila de dientes en su sitio,

culta, como son los pobres que ahora se usan, María da Guia es vieja,

los labios pintados, una sonrisa dulce

fea y analfabeta, como son casi todos los pobres que se han dejado de usar, si mi madre no hubiera intervenido María da Guia era una comunista vieja y pobre y hoy día no hay quien quiera saber de eso, aún así,

dónde está el porte-monnaie

siendo María da Guia solamente vieja y pobre ya no tiene quien le haga para madame Santos, madame Santos pasados unos años se quedó sin

el favor de ponerle un poco de colorete en las mejillas,

alumnos, cuando se dio cuenta de que ya nadie quería aprender la lenun peu de rouge et voilá

gua más bonita del mundo brainstorming, coffee break, la plaga del inglés, la plaga del inglés,

esto de los pobres es como lo demás, unos tienen más demanda que

whatever

otros, a mi madre por ejemplo le gustaban más los pobres saludables, Teresita de los pobres enfermos o era Maria do Ceu a la que le gusta-

madame Santos pensó que los dulces no pasan de moda y nunca se

ban los pobres enfermos, la tonta de Clarisa prefería los pobres huér-

vuelven inútiles, perfeccionó el crème brûlée, las bavaroises, los feuilletés,

fanos, yo por lo menos nunca conocí a nadie que le gustaran los po-

mi madre no llegó a saber que madame Santos le imploraba a los due-

bres comunistas, de cualquier forma la suerte que María da Guia tiene

ños de los cafés que le compraran dulces, que madame Santos enveje-

de estar deshilachándose silenciosamente en aquel cuchitril cuando el

ció pobre y que sigue vieja y pobre mendigando caridad en la lengua

mundo cambió al punto de que ya no se usa la lengua más bonita del

más bonita del mundo, nadie la oye, no es de extrañar, ahora los pobres

mundo, de que ya no se le vende fiado a madame Santos, de que se usan

que se usan son muy diferentes,

pobres tan diferentes, el mundo cambió pero María da Guia no necesita preocuparse en ser el dernier cri,

así son las modas así son las modas ya no se usan los provincianos ni siquiera los negros que vinieron de las colonias, madame Santos no puede competir con los rubios que lle-

si fuera al sótano a ver en el revistero las que se llenaron de moho, es-

gan del este, aquella piel tan blanquita y los dos pedazos de cielo en los

toy segura de que las tendencias de esta estación eran todas alrede-

ojos, los pobres tradicionales no se resuelven la vida mientras del este

dor de los pobres del este, páginas y páginas de pobres del este, en

lleguen estos pobres tan bien parecidos,

vez de pantalones acampanados y de collarcitos que parecían alas de avión, así son las modas, dicen los compradores antes de botar las re-

si hubiera dejado a María da Guia hacer lo que quería, qué sería

vistas, pierdo el tiempo con tonterías y los hombres que me van a sacar

ahora de la vida de esa criatura

del carro se acercan, pasan por otro aviso que tampoco leen, mantenga una distancia prudencial, picos amarillos dibujados en la carretera,

tengo que darle la razón a mi madre, si la criatura hubiera hecho lo

una marca, peligro, dos manchas, precaución, la vida no es más com-

que quería no tuviera ahora la felicidad de languidecer en una jaula,

pleja que un juego, como la rayuela, el juego de la rayuela tiene

de no más de cinco metros cuadrados, un cuchitril, que esta gente solo se siente bien cuando está apretada, si no fuera por mi madre María da

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ya no vas a tiempo de entender el juego

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Otros títulos / Outros títulos

Colección / Colecção

Lusitania

1. Plural como el universo / Plural como o universo - Fernando Pessoa Traducción / Tradução: Jerónimo Pizarro. Edición bilingüe / Edição bilingue

2. El banquero anarquista y una entrevista sensacional O banqueiro anarchista e uma entrevista sensacional - Fernando Pessoa

Ana Lucía De Bastos (1983)

Traducción / Tradução: Nicolás Barbosa López. Edición bilingüe / Edição bilingue

3. Catálogo de luces / Catálogo de Luzes José Eduardo Agualusa - Traducción / Tradução: Jerónimo Pizarro 4. El pintor debajo del lavaplatos / O pintor debaixo do lava-loiças Afonso Cruz - Traducción/ Tradução: Nicolás Barbosa López 5. Los mató la vida. Antología de escritores suicidas portugueses Matou-os a vida. Antologia de escritores suicidas portugueses Antologista y traductor / Antologista e tradutor: Pablo Javier Pérez López Edición bilingüe / Edição bilingue

6. Un libro muy original / A Very Original Book Alexander Search. Autor ficcional de Fernando Pessoa Traducción / Tradução: Natalia Jerez Quintero. Edición bilingüe / Edição bilingue

7. El marinero / O Marinheiro Fernando Pessoa Traducción / Tradução: Nicolás Barbosa López. Edición bilingüe / Edição bilingue

8. El retorno / O Retorno Dulce Maria Cardoso - Traducción / Tradução: Jerónimo Pizarro 9. Enciclopedia de Historia Universal / Enciclopédia da Estória Universal Afonso Cruz - Traducción / Tradução: Nicolás Barbosa López

10. En los días tristes no se habla de aves

Nos dias tristes não se fala de aves Filipa Leal - Traducción / Tradução: Pedro Rapoula, Jerónimo Pizarro

11. La deshumanización / A Desumanização Valter Hugo Mãe - Traducción / Tradução: Carlos Ciro 12. La hora del Diablo y otros cuentos / A Hora do Diabo e outros contos Fernando Pessoa - Traducción / Tradução: Jorge Uribe Edición bilingüe / Edição bilingue

13. Escuela del silencio / Escola do silêncio José Tolentino Mendonça - Traducción / Tradução: Nicolás Barbosa López

De padre portugués y madre tica, nació y creció en Caracas hasta licenciarse en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente obtuvo el título de Magister en Literatura Portuguesa en la Universidad de Porto y de Máster en Edición en la Universidad Autónoma de Barcelona. En esta ciudad ha trabajado como agente literaria y en las oficinas de varias editoriales. Actualmente se dedica por completo a la literatura y la traducción. Entre sus trabajos de traducción destaca Orpheu, Revista de Literatura y Poemas Inéditos 1915-1920 de Fernando Pessoa. Es parte del proyecto editorial Alhilo y publicó en 2014 el poemario Y ahora, extiéndeme al sol.

He aquí una novela lúcida sobre todo aquello que no se quiere ver, todo aquello de lo que no se habla; sobre lo femenino marginalizado, sobre la mujer fea, la mala madre, la familia infeliz. Una novela que no maquilla la crudeza sino que la muestra hasta el tuétano para que podamos, como Dulce Maria Cardoso, apreciar entonces todos los matices de la belleza y de la vida en sus dimensiones reales, habiendo primero soportado el peso del cuerpo y del alma de Violeta, esa mujer con la que podemos, si leemos con atención, irnos demasiado lejos. Ana Lucía De Bastos

ISBN 978958884580-7

9 789588 845807 Obra publicada con el apoyo del Camões - Instituto para la Cooperación y la Lengua, I.P., 2016. Obra publicada com o apoio do Camões - Instituto da Cooperação e da Língua, I.P., 2016. Obra apoyada por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. Obra apoiada pela Direção-geral do Livro, dos Arquivos e das Bibliotecas.

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