Lugares de encuentro Una visita a pueblos mexicanos

May 20, 2017 | Autor: V. Mario | Categoría: Tourism Studies, Mexican Studies, Mexico studies, Turismo, Turismo Cultural, Pueblos Magicos
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Descripción

Lugares de encuentro Una visita a pUeblos mexicanos Concepción Alvarado Rosas, Andrea Babini Baan, Manuela Guillén Lúgigo, Eloy Méndez Sáinz, Servando Rojo Quintero y Mario Alberto Velázquez García (coordinación)

Lugares de encuentro Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Una visita a pueblos mexicanos

Concepción Alvarado Rosas, Andrea Babini Baan, Manuela Guillén Lúgigo, Eloy Méndez Sáinz, Servando Rojo Quintero y Mario Alberto Velázquez García (coordinación)

El Colegio del Estado de Hidalgo 2017

Índice

Introducción general

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Eloy Méndez Sáinz

Primera parte: Todos mágicos Imaginario y legibilidad

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Eloy Méndez Sáinz

Capítulo 1. El Álamos de las casas cáidas

Juan Milton Jair Aragón Palacios, Eloy Méndez Sáinz, Alex Covarrubias Valdenebro, Cristina Isabel Martínez Rascón, Leopoldo Santos Ramírez, Mario Alberto Velázquez García D.R. ©

Primera edición: 2017 El Colegio del Estado de Hidalgo Calle Hidalgo núm. 618, colonia Centro, C. P. 42000, Pachuca de Soto, Hidalgo, México http://www.elcolegiodehidalgo.edu.mx ISBN: 978-607-8082-15-5

Foto de portada: © Lurii Sloboda (gektor), Atardecer en el cañón mexicano. Las imágenes de páginas interiores son propiedad intelectual de los autores de cada apartado. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta obra, por medios fotográfico, electrónico, informático o cualquier otra clase de copiado, sin autorización escrita de El Colegio del Estado de Hidalgo. Impreso y hecho en México

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Capítulo 2. Pueblo Mágico Cosalá

María Elizabeth Castañeda Corral, Miguel Ángel Higuera Muñoz, Servando Rojo Quintero, en colaboración con Sylvia Cristina Rodríguez González

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Capítulo 3. El Fuerte: la fuerza de su gente y la magia de su color y aroma

Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo, Martha Elena Jaime Rodríguez, Blanca Aurelia Valenzuela

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Capítulo 4. Taxco de Alarcón: Ciudad cabra trepada sobre una roca mágica con raíces de plata

Osbelia Alcaraz Morales, Andrea Babini Baan, Jesús Hernández Torres, Agustín Carlos Salgado Galarza

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Capítulo 5. Un regalo de Dios…Tepoztlán

Concepción Alvarado Rosas, María Cristina Saldaña Fernández, Valentino Sorani Dalbon, Alfonso Valenzuela Aguilera

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Segunda parte: “Donde los tiempos no han pasado” Lugares de encuentro

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I ntroducción gener al

Eloy Méndez Sáinz

Capítulo 1. Álamos

Juan Milton Jair Aragón Palacios, Alex Covarrubias Valdenebro, Cristina Isabel Martínez Rascón, Eloy Méndez Sáinz, Leopoldo Santos Ramírez, Mario Alberto Velázquez García

Eloy Mendez Sáinz Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 117

Capítulo 2. Cosalá

María Elizabeth Castañeda Corral, Miguel Ángel Higuera Muñoz, Servando Rojo Quintero, en colaboración con Sylvia Cristina Rodríguez González

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Capítulo 3. El Fuerte

Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo, Martha Elena Jaime Rodríguez, Blanca Aurelia Valenzuela

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Capítulo 4. Taxco,

Osbelia Alcaraz Morales, Andrea Babini Baan, Jesús Hernández Torres, Agustín Carlos Salgado Galarza



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Concepción Alvarado Rosas, María Cristina Saldaña Fernández, Valentino Sorani Dalbon, Alfonso Valenzuela Aguilera

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Capítulo 5. Tepoztlán

A manera de conclusión general: La magia por decreto. Pequeñas sociedades ante el fenómeno global del turismo

Juan Milton Jair Aragón Palacios, Mario Alberto Velázquez García

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Pueblo Mágico es una marca turística de reciente creación. Desde 2001 se ha implementado en México el Programa Pueblos Mágicos (ppm). Ya en 2014 se convirtió en proyecto turístico prioritario a implementar en 83 pueblos, desde la perspectiva del desarrollo local en el contexto global. El discurso oficial presenta un enfoque novedoso, ya que propone revalorar el imaginario colectivo de nación ubicado en pueblos de la periferia de sistemas urbanos regionales. Es una ambiciosa iniciativa que enlazaría el aprovechamiento de los recursos locales para posicionarse en los circuitos de la economía internacional. El ppm está dirigido a valorar escenarios típicos aún distanciados de la voracidad comercial, por lo que los rasgos de autenticidad prevalecen fuera de los cartabones del simulacro cultural. Por esto, es relevante conocer la experiencia, calibrar aciertos programáticos, registrar tendencias de nuevo cuño ligadas a la innovación de formas de consumo, evaluar los mecanismos de integración de los actores de ciudades pequeñas que fluctúan en torno a los 10,000 habitantes. El ppm acota un ámbito de intervenciones públicas dirigidas a dotar de la infraestructura urbana local a la prestación de servicios turísticos. Es la línea de acción de una estrategia de desarrollo fincada en el turismo, en la expectativa de lograr un efecto transversal en la dinamización de diversas actividades económicas, cuya singularidad radica en atender un eslabón débil de la cadena turística establecida: pueblos ubicados al margen de los centros de gran turismo o sólo dotados del equipamiento necesario para la demanda de visitantes en la periferia de su región. Según la categoría mágico, tales pueblos reúnen en áreas reducidas las virtudes culturales de “lo mexicano”: comida, paisaje, historia, mitos, leyendas, arquitectura patrimonial y tejido social, preservado en los anclajes rurales y artesanos. No obstante su relevancia, no se hicieron estudios socioculturales previos al ppm para corroborarlo y valorarlo. Fue suficiente, en algunos casos, presentar el expediente requerido por el programa. Tampoco se ha interactuado con los diversos grupos de las comunidades al momento de implementar las intervenciones urbanísticas y arquitectónicas, ni se ha dado seguimiento al impacto de las mismas. En cualquier caso, el nuevo panorama de estos pueblos es distinto al que ofrecían una década atrás. 7

Lugares de encuentro Las recientes inversiones sin duda han potenciado el atractivo original y con ello han surgido nuevas tendencias que a la vez revitalizan y generan conflictos: 1) expansión urbana; 2) cambio de usos del suelo; 3) deterioro del patrimonio cultural; 4) exclusión de grupos sociales locales; 5) escasa integración al proceso “turistificador” de los grupos más vulnerables; 6) incremento de asentamientos de segunda residencia de nacionales y extranjeros, enriqueciendo la diversidad del sistema urbano complejo, al tiempo que surgen rasgos de segregación social en el espacio; 7) efecto transversal débil o nocivo en otras actividades y grupos sociales, y 8) apropiación diferencial de las innovaciones tecnológicas y educativas. Todo esto atravesado por la representación simuladora. En el ánimo del marketing urbano turístico prevalece la disposición general de “disneyficar”, una moneda universal consistente en hacer de la ciudad un tinglado homogéneo: un parque temático. Este producto es resultado de prácticas que convierten un complejo arquitectónico, un segmento urbano o una ciudad completa en un dispositivo cuyos artificios responden al consumo turístico, a la vez que es ajeno a la cultura local, lo que lleva a la experiencia del encuentro de la autenticidad u originalidad hacia el placebo o experiencia de la autenticidad representada. La estrategia del ppm no escapa a dicha actitud ya que tiende a borrar la unicidad de cada pueblo para emparejarlo en la marca igualadora. De ahí que se tenga un desconocido escenario problemático. La tarea del conjunto de autores y autoras es explorarlo para conocerlo, codificarlo, dimensionarlo, interpretarlo, así como rescatar las voces de las comunidades locales para elaborar propuestas de modificación y mejora de la mencionada estrategia de desarrollo. Nos proponemos contribuir a llenar un vacío relevante en la marcha adecuada de la integración y crecimiento social en función del necesario requilibrio entre las expectativas microsociales (familia, gremio, barrio, etnia) y las macrosociales (reinserción en el sistema urbano regional a 8

partir de formas ambientalmente más amables de apropiación del territorio, marketing en las redes globales, políticas de vivienda y preservación del patrimonio). El reto científico no es menor: recrear un campo de trabajo en el que abundan interrogantes sobre el desarrollo sustentable y local, las vías y mecanismos de participación social, urbanización acompañada del ordenamiento territorial y rediseño de la ciudad, preservación y dignificación de la cultura material e intangible junto a la reutilización adecuada del tejido urbano y el hecho arquitectónico. En pocas palabras, se reconoce y retoma el entorno construido como lugar: rincones, barrios, ciudades y el territorio en general. El espacio edificado entendido al mismo tiempo como espacio social, los procesos tecnológicos de transformación de los soportes funcionales como dinamizadores de formas de humanización de las relaciones con la naturaleza, con lo otro (“los otros”) y por ende como plus de la habitabilidad de los sitios ocupados en tanto obra humana. O lo que es igual, interesa registrar y diferenciar los sitios en que los vecinos se reconocen y resisten el embate de las transformaciones, a la vez que los sitios creados o disputados por la invasión de escenarios y actividades turísticas, pugna que emplaza y desplaza a un tiempo. A ello se ha abocado un conjunto de colegas dedicados a las ciencias sociales y humanidades. Anima el interés de hacer una red académica de investigadores ubicados en ciudades cercanas a pueblos mágicos de distintas latitudes del país (Álamos, Cosalá, El Fuerte, Taxco y Tepoztlán), cuya diversidad cultural y material, así como las diferencias formales y temporales en el engarce del circuito turístico, invitan a formular correlaciones y comparaciones que arrojan luces sobre obstáculos o enviones, así como aciertos y dificultades del proceso general. El acento se ha puesto en el carácter de los pueblos en tanto lugares cuya singularidad es la magia retenida de “lo mexicano”. Con el fin de registrar los signos de efectos

Una visita a pueblos mexicanos derivados del turismo se estudian los casos mencionados, donde fue decisivo el criterio de cercanía a los centros de investigación participantes ubicados en Hermosillo, Culiacán, Chilpancingo y Cuernavaca. El acercamiento tuvo su base en una primera lectura del núcleo urbano a partir de la plaza principal de origen fundacional novohispano para elaborar el mapa de lugares. Con la motivación de las intervenciones de turistificación de los pueblos se ha logrado un apunte de la singularidad local (ver más allá de la mirada institucional y la promoción comercial) y formular nuevas preguntas para analizar posteriormente. El supuesto es que si los lugares se han tejido con el imaginario de ciudad turística, así como por las permanencias edilicias del lugar, el nuevo escenario da cuenta del proceso de reconstrucción. Tal proceso pone en valor lo auténtico residual asumido como patrimonio que, al transitar hacia la representación de autenticidades, desemboca en la resignificación y, sobre todo, reclama nuevas autenticidades. Se ofrece en este libro la primera aproximación empírica a la construcción local de la imagen de comunidad-ciudad-patrimonio-lugar. En seguida se ha hecho la observación directa de las peculiaridades culturales de la significación mágica, de las condiciones socioeconómicas, del estado de la cultura material, de los signos de readecuación logística y reconfiguración urbana, de la integración comunitaria del turismo de segunda residencia, de la innovación de las redes urbanas, del ppm en tanto componente de la política urbana, así como de las acciones participativas. Se visitaron los pueblos para su recorrido, se platicó con sus residentes y visitantes. Asimismo, se recogió una gran cantidad de imágenes tanto gráficas como escritas y orales, fuente sustancial de las reflexiones aquí vertidas, luego de tamizarlas con los datos duros publicados en fuentes censales, crónicas y estudios previos. El instrumento de trabajo está dirigido a mapear hechos urbanos (lugares integrados en el tejido urbano) detectados

en el trayecto, señalados en los itinerarios turísticos, mencionados en narraciones locales impresas y aludidos por la gente entrevistada. En la suma y secuencia de estos hechos se ha revelado el protagonismo previsible de los atractivos turísticos que podría remitir el interés al trayecto de los tours, pero el mapa no sólo se refiere a las imágenes de la fachada frontal —que induce a una estética de la triada patrimonio-monumento-espectáculo constituida en convención al tiempo que representación del imaginario como reservorio de sentidos de lo mexicano-local-mágico—, sino que también abarca los sitios complementarios y hasta cierto punto opuestos: la fachada trasera, los lugares intermedios entre ésta y aquélla, además de elementos del entorno con carácter secundario o fondo del entramado. Pero sobre todo incluye lugares constitutivos de un imaginario en el que confluyen las percepciones del investigador-visitante y de los actores del turismo. Con dicha perspectiva se abordan los cinco pueblos. La primera parte, titulada “Todos mágicos”, inicia, en estricto orden alfabético, con el capítulo “El Álamos de las casas cáidas”. Es el más norteño de los casos, renacido en el siglo xx, en donde se encuentra el núcleo de casonas señoriales ordenadas en torno a la Plaza de Armas, el templo y la Alameda, una plazuela popular que prolonga la Plaza (de Armas) de la distinción social. Antiguo centro minero con traza de plato roto, ha resistido la impronta de la plaza y portales centrales propios del modelo colonial de la traza en cuadrícula. En el escenario de segmentación social provocada por la coexistencia de la comunidad de nativos y la colonia de extranjeros, se ha implementado el ppm sin la instrumentación adecuada. A la indudable valoración del patrimonio cultural promovida por el programa la acompaña la pugna por la apropiación simbólica del lugar y sus representaciones. En el capítulo 2, “Pueblo mágico Cosalá”, se aborda el viejo real de minas sinaloense, cuyo núcleo histórico se organiza en función de la plaza, la iglesia y el par9

Lugares de encuentro que anexo a ésta, en manzanas de geometría irregular bordeada por los arroyos que serpentean la pendiente de la Sierra Madre Occidental, tras los cuales se ubican los barrios. Arraigada en la tradición e identificada con su colorido y riqueza paisajística, la población cosalteca deambula entre la plaza y su casa, impactada por el alud turístico que no ha alcanzado a alterar su rutina apacible, aún sostenida entre la alegría y la desconfianza. Otro caso sinaloense se presenta en el capítulo “El Fuerte: la fuerza de su gente y la magia de su color y aroma”. Con una prolongada inestabilidad en la etapa fundacional como bastión militar de la Colonia, se consolidó a la par que su vecina Álamos, destacando en el siglo xviii novohispano. A pesar de la oferta diversa — patrimonio edificado, asentamientos indígenas y naturaleza pródiga—, es un núcleo ubicado en el imaginario de la violencia ligada al narcotráfico, lo que ha limitado la atracción turística en años recientes. La intervención del ppm ha avanzado en el revestimiento de fachadas y pasa por las dificultades de construcción del consenso sobre la ciudad que se quiere y las estrategias para lograrla. Sigue en el orden “Taxco de Alarcón: ciudad cabra trepada sobre una roca mágica con raíces de plata”. De origen minero en la Colonia, se aglomera en torno al imponente templo de Santa Prisca, del barroco del xviii, frente a la plaza principal, ubicado al centro de la traza urbana de plato roto con un anillo de barrios consolidados. El conjunto plasma un imaginario de intrincados intersticios disimulados en buena medida. Con expansión territorial y poblacional extraordinaria en el último tercio del siglo xx, que continuó en la primera década del xxi, tiene más de 27,000 habitantes. Es el núcleo más grande de los cinco que se estudian en la presente obra. El análisis muestra una perspectiva plena de claroscuros según la percepción de los actores del turismo local, abarcando al ppm, cuyas intervenciones han agudizado el proceso de polarización social. 10

Por último, el capítulo 5, “Un regalo de dios… Tepoztlán”, sobresale por su importante ascendencia indígena, cuya relevancia se mantiene hoy en día en amplio sentido; por ejemplo, los ocho barrios tienen nombres de santos a la vez que mantienen los de animales totémicos, de indudable origen indígena. Otro ejemplo es la fuerza de las tradiciones seculares que, entre otras cosas, ha resentido más que otras las intervenciones turísticas dirigidas al montaje escenográfico. Si los otros pueblos tienen paisajes maravillosos, el de Tepoztlán es sublime, gracias a la topografía inusitada de una cadena montañosa de verticalidad abrupta, constituida incluso en elemento primario del ordenamiento del sistema de poblados y del propio Tepoztlán. La traza urbana es irregular, con cierta aproximación a la cuadrícula, estructurada en red, con fuerza policéntrica. Es en particular interesante el carácter ambivalente de la apropiación simbólica del espacio, en el que se suceden sin conflicto turistas y nativos, o la fiesta pagana y la cristiana. De la primera parte se extraen “Conclusiones”. Han servido para escribir las últimas reflexiones con la visión de conjunto enunciada en la “Introducción”, estableciendo los aportes y limitaciones, puntos en común y diferencias de las experiencias individuales de cada comunidad, así como nuevas interrogantes a explorar en el segundo año de trabajo de la red. La segunda parte, “Donde los tiempos no han pasado”, recoge el estudio fotográfico de los pueblos, apenas contrapunteado con frases en especial significativas emitidas por los actores entrevistados y es el complemento estético apropiado a los escritos de la primera parte, redundando en la riqueza de las culturas locales y rozando las representaciones materiales de los imaginarios locales.  

P rimer a parte: Todos mágicos

I maginario y legibilidad

Eloy Mendez Sáinz Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

El presente libro ofrece un estudio de realidades locales desde la óptica que enfatiza una de sus dimensiones: la imaginaria. Es válido el empleo de este filtro en la medida que el objeto de estudio se ubica en el mundo de los “bienes simbólicos”:1 los lugares del patrimonio cultural, al tratarse de productos regulados por “racionalidades” no económicas, dependen de atributos intangibles reconocidos institucional y socialmente. El tamaño de los pueblos propicia dicho enfoque por razones prácticas. Es decir, la recolección de datos, en particular de percepciones, tanto como el establecimiento de correlaciones entre ellos, presume de entrada un reducido abanico de variantes y menor complejidad. También facilita el estudio el hecho de que el conjunto de pueblos sean, de entrada, unidades con características similares, al ser agrupados en el mismo universo. Se necesita registrar e interpretar como un todo integrado los saberes e intereses de los actores involucrados en el fenómeno turístico, en particular los relativos a la reformulación de los proyectos de ciudad que buscan encuadrar a las sociedades locales y el patrimonio cultural en el escenario turístico requerido por la globalización. Por ello, es pertinente el empleo del bagaje conceptual metodológico de los imaginarios, herramienta emergente para incorporar los urbanismos posibles y deseables que aportan los no especialistas, esto es, como vía de participación del ciudadano común en la planeación urbana y puesta en valor del patrimonio. El fenómeno reciente del turismo en los pueblos ha despertado el interés de la academia. Así es tanto en el contexto geográfico y temporal inmediato de tesis de posgrado, 2 como en productos de investigación de varios grados de madurez que tocan al menos alguno de los aspectos del problema: el turismo de segunda 1 Pierre Bourdieu, “La economía de los bienes simbólicos”, en Pierre Bourdieu: capital simbólico y magia social, Isabel Jiménez (coord.), México, Siglo XXI, 2012.

2 Servando Rojo, Análisis de la estructura socioespacial a partir del concepto de “ lugar”: El Real de Minas de Cosalá, Sin., tesis del doctorado Ciudad, Territorio y Sustentabilidad, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2010; Lucía Torreros, Modelo turístico sustentable para el municipio de Tequila, Jalisco. México: una perspectiva del desarrollo local, tesis del doctorado Ciudad, Territorio y Sustentabilidad, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2010.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro residencia o la percepción local de los signos de la transformación en marcha.3 En éstos, además, se observa el interés en el imaginario turístico engendrado por los pueblos y engendrador de los mismos, brindando preguntas clave acerca de la percepción, sueños, afectos, expectativas, proyectos y recuerdos de los actores, cuya exploración es apenas incipiente. Se muestra en las siguientes páginas una aproximación inicial a los imaginarios locales mediante la noción de legibilidad,4 porque el primer punto a dilucidar es en qué medida los pueblos acometidos por el turismo son socavados, resisten y hasta enriquecen las cualidades singulares de la legibilidad de su lugar de arraigo. En seguida se desagrega la noción general en otras derivadas que tipifican las formas particulares en que la topografía de la ciudad se representa en el imaginario de turistas y residentes: lugar, intersticio, meseta, marca, itinerario, tinglado, emblema y límite.5 Para ello se ha recabado información en el sitio mediante entrevistas, registro fotográfico, guías turísticas, cartografía oficial, planes y programas urbanos, monografías históricas, mitos, leyendas, croquis, dibujos y fotografías viejas.

3 Helene Balslev y Mario Velázquez, “En búsqueda del México auténtico. Las comunidades norteamericanas en ciudades turísticas de México”, en Construir una nueva vida. Los espacios del turismo y la migración residencial, Raquel Huete Mazón y A. Mantecón (coord.), Santander, Milrazones, pp. 61-80 (Universidades 3); Alicia Lindón y Daniel Hiernaux (dirs.), Geografías de lo imaginario, Madrid, Anthropos/uamIztapalapa, 2012. 4 Marc Augé, Los “no-lugares”: Espacios del anonimato, Barcelona, Gedisa, 1994; Ignasi de Solá-Morales, Territorios, Barcelona, Gustavo Gili, 2002; Henri Lefebvre, La revolución urbana, Madrid, Alianza, 1972; Yi-Fu Tuan, Topophilia: A Study of Environmental Perception, Attitudes, and Values, Nueva York, Universidad de Columbia, 1990; Saskia Sassen, “Analytic Borderlands: Economy and Culture in the Global City”, en A Companion to the City, Reino Unido, Blackwell, pp. 168-180.

Eloy Méndez, “Imaginario de ciudad turística: una propuesta de abordaje”, en De itinerarios, paisajes e imaginarios, Jesús Enríquez y Eloy Méndez (coords.), Hermosillo, Universidad de Sonora, 2012, pp. 11-44. 5

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Para el estudio del trayecto turístico se traza una “carta topográfica”,6 con la cual puede verse el predominio de la conformación continua de la superficie de la ciudad a pesar de las desarticulaciones, dispersiones y accidentes de la forma que aparece a manera de intersticios: espacios de liga y distanciamiento. Las franjas reconocibles por su uniformidad visual ofrecen mesetas: homogeneidades aparentes de complejidades ocultas tras la epidermis a la vista. Cada vez con mayor frecuencia accidentes y regularidades se igualan gracias al tinglado: estructuras edificadas para exhibir decorados efímeros. El trayecto se distingue y organiza por emblemas: figuras únicas que marcan el todo. Mas el conjunto se escancia, se dosifica por distancias atribuidas a jornadas que se anclan en lugares: fragmentos de espacio identificables por el nativo que se los ha apropiado. Las figuras mencionadas se hilvanan en el itinerario: recorrido anticipado que tiene, además, una lógica propia de organización para preservar lo imaginario de la experiencia. En el recorrido de la ciudad se verifica la historia del mundo, se rencuentran las representaciones que confirman la repetición vuelta regularidad, que incluye y hasta preludia la sorpresa del accidente repentino vuelto atractivo turístico. La ciudad referida en el itinerario tiene punto de inicio, trayecto y punto de término, es decir, es abarcada gracias al establecimiento de límites. Las nociones anteriores, vividas y recordadas en el mapa mental de la persona, componen la condición básica del recorrido, la legibilidad. En la formación bíblica del universo “Dios primero separó la luz de la oscuridad”,7 ejecutando la primera acción creadora que protagonizó el ordenamiento primario de la naturaleza: creando y ordenando a la vez. La diferenciación del día de la noche, basada en la separación de luz y oscuridad, está en el ori-

gen de la vida, más aun, constituye el origen. Luz y orden aparecieron a la vez. Desde el momento que se diferencia lo primero de lo segundo, todo es orden, realizado por el gran ente ordenador. Es inadmisible la idea del caos en el origen: justo antes de éste se ubica lo indescriptible, la oscuridad absoluta. Desde que la luz surge, permanece para diferenciar, con forma y sentido, al devenir en el orden cíclico, base del día que sucede a la noche, precediendo ésta al día que luego le concede su lugar a la noche, y así, en grupos de siete días, también cíclicos. “Invariablemente —dice Ernst Cassirer— el desenvolvimiento del sentimiento mitológico espacial tiene su punto de partida en la antítesis de día y noche, luz y oscuridad… en las leyendas de la creación procedentes de casi todos los pueblos y de casi todas las religiones el proceso de la creación se funde con el de la creación de la luz”.8 El orden cósmico —convenido socialmente— del sol —y por extensión la intermitencia cíclica de la luz— es origen del imaginario urbano primario, la legibilidad. En el imaginario medieval Dios es luz, del mismo modo que lo alto y fuerte —el castillo, la catedral, la muralla— escapan de lo bajo y vulnerable.9 La legibilidad es condición ineludible del recorrido: ¿cómo, si no, sería posible transitar, aun para los invidentes? Premio y castigo son símiles de cielo e infierno. La moral del merecer es el punto de inflexión entre ambos espacios imaginados, que no existen ya “dados” a la persona concreta, sino se “llega a”, son espacios contenedores, centrípetos. Del antiguo Egipto a Mesoamérica, el culto al sol apuntaba a congraciarse con el dador del ser. Religión, ciudad y templo cristalizaron las prácticas de veneración al mito del orden. Arquitectura y ciudades han sido en la historia persistentes pruebas corpóreas del orden que inspira la centralidad solar. El trazo de calles y caminos,

Ignasi de Solá Morales, Topografía de la arquitectura contemporánea, Barcelona, Gustavo Gili, 1998.

Ernst Cassirer, Filosofía de las formas simbólicas, México, Fondo de Cultura Económica, 2003, vol. II, p. 131.

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7 Yi-Fu Tuan, Segmented Worlds and Self, Minneapolis, Universidad de Minesota, 1982, p. 5.

la ubicación de las construcciones, el acceso a la ciudad, al templo o la casa, se convirtió en rutina asociada al oriente (levante) y al poniente, a su vez cargados de valores naturales y sacros. Las sociedades han adecuado el espacio habitado a los ciclos astrales, al amanecer y anochecer, a la luna llena y nueva, las estaciones, sequías y lluvias, así como a las topografías, temperaturas y vientos correlacionados. Cada cultura guarda cierta correspondencia con las coordenadas de su territorio, ha subordinado el espacio manufacturado o cuantificable a la diacronía. Con la globalización, las marcas culturales se han desterritorializado. Luego, la forma en que los modernos han imaginado su sociedad supone un orden moral que rige lo justo y anima al esfuerzo por obtenerlo a lo largo del tiempo. Según Charles Taylor,10 este orden se sustenta en normas de coexistencia acordes con una visión del mundo compartida, instrumentada en el derecho y la economía. El bien actuar se propondría satisfacer el beneficio mutuo y la seguridad colectiva. Los antiguos suponían que la ciudad propiciaba la vida plena, luego asociada en la Edad Media con la idea de libertad: “el aire de la ciudad hace al hombre libre”, era el proverbio alemán rescatado por Tuan11 para ilustrar la ciudad como símbolo de la vida social ideal a lo largo de la historia. Legibilidad y habitabilidad tienen una relación íntima. Arquitectura y urbanismo modernos han tenido una relación ambivalente y hasta contradictoria con el entorno natural. La confianza en la producción industrial respaldó la actitud del dominio de la naturaleza y con ello su desafío, control y exterminio justificados por los propósitos de la funcionalidad de lo construido. A la vez, el mayor conocimiento técnico y social llevó a combinar la plasticidad de los materiales con la vegetación y la inclusión de lo verde —científicamente dosificado— en los planes

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9 Jacques Le Goff, La Edad Media explicada a los jóvenes, Barcelona, Paidós, 2007.

10 Charles Taylor, Imaginarios sociales modernos, Barcelona, Paidós Básica, 2006. 11

Yi-Fu Tuan, Topophilia… op. cit., p. 150.

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Lugares de encuentro urbanos. Despojado de las dimensiones sacras y simbólicas, el sol se remitió a fuente lumínica y de energía, siendo objeto de minuciosos registros que permiten regular su participación en el diseño del edificio y la ciudad. Gracias al presunto dominio de los factores naturales, se manipula la iluminación según los requerimientos de las diferencias funcionales en el espacio. Se diseña según las condiciones de la luz; más aún, se diseña la luz. Es decir, se prefiguran los cuerpos, superficies y ubicaciones para captar y reflejar la luz de determinada manera en determinado momento, lo que implica inducir en el observador las percepciones, acotar las opciones de lo que se quiere que se vea, construir lo que se quiere y se puede ver, adecuar el orden visual para enfatizar cierto mensaje. La legibilidad es categoría de la habitabilidad y ésta de aquélla. Un espacio es habitable en la medida que es identificable o descifrable, nítido e inconfundible, sin ambivalencias. Esto es: legible. El vidrio, el acero cromado, aleros de dimensiones inéditas y los grandes claros interiores expulsaron al muro como elemento de soporte. Destinado a cortina separadora o limitante para lograr grandes distancias cubiertas sin interferencias a la vista, descarga a su vez la construcción de peso muerto y obstáculos. Desde ese momento, el muro interior funciona de membrana más o menos porosa, mientras en el exterior delimita funciones contenedoras. La conciencia positiva de lo visible y lo palpable en virtud de la luz llevó al impresionismo, al cubismo, a la teoría del color y a la modulación como instrumento de ordenamiento exhaustivo. El palacio de cristal de las exposiciones internacionales, el espejo de agua y la torre Eiffel configuraron la presentación del bien hacer moderno y en seguida sancionaron el gusto por la altura, la transparencia, la resistencia, lo repetible y lo perdurable. Desde entonces, la casa de cristal ha subyugado la práctica del diseño como expectativa de lo sublime en el clímax de la transparencia: aterra, al tiempo que ejerce la atracción hipnótica del vacío puro imposible de llenar. Era la sensación de vulnerabilidad total provocada por la invasión sistémica de la privacidad. De ahí el “horror cris16

talizado”, de Joseph Quetglas,12 atento a las imágenes del Pabellón de Alemania en la Exposición Internacional de Barcelona (1929), donde la separación física impuesta por el muro es traspasada por la imagen visual profunda, sin límite ni espesor de la piel marmórea que recubre. En otras palabras, la legibilidad extrema prescinde del espesor de los materiales y los reduce a superficies especulares infranqueables o a cortinas etéreas en su transparencia, que advierten espacios inhabitables. Esto es así porque el vaciamiento de objetos repercute en la mayor densidad de significación de las formas residuales. Es decir, lo legible deriva de los materiales y su disposición o diseño. También puede decirse que guía la manufactura de la luz (al hacer una escultura en una pieza de mármol, ¿se esculpe la masa compacta o la luz etérea?). Los prismas puros y los planos limpios dejaron de ser sólo geometrías materializadas o volúmenes útiles, concebidos ahora como variaciones en la percepción de la luz. Esto es, un material constructivo expuesto no importará ya tanto por su función —que suele ser prescindible—, sino por su apariencia. Sin embargo, los proyectistas modernos del estilo internacional inclinaron sus prácticas hacia la racionalidad económica que propició la certidumbre tecnológica, antes que jugar con la ambivalencia planteada. Ante la atracción ilusoria de la transparencia de la casa de cristal, se construyó la utopía del reflejo evanescente del plano espejo mediante muros de vidrio, mármol pulido, pilares cromados y espejos de agua. Ante ésta, se naturalizó como real la caja híbrida contenedora de movimientos, fabricada con vidrio y estuco, marginado el espejo. Con la preservación de la privacidad se prolonga lo legible como equivalente a lo visible. Lo propio del lugar es visible o, más bien, sensible, para quien lo construye, a la vez que se oculta, es invisible o desdeñable para quien sea ajeno al sitio. En efecto, las convenciones edificatorias recuerdan que el orden no sólo distribuye o dosifica, tam12 Joseph Quetglas, El horror cristalizado: Imágenes del Pabellón de Alemania de Mies van der Rohe, Barcelona, Actar, 2001.

Una visita a pueblos mexicanos bién impone límites a la mirada, la cual no sólo se remite a lo que se “ve”, también a lo que se recuerda, a lo que se da por sabido o vivido. Así, cada quien ve en su hogar mucho más allá de la edificación objetiva, ubica en tiempo y espacio los afectos, encuentros y desencuentros. Arquitectura y urbanismo modernos se orientaron a construir la ciudad en consonancia con la racionalidad productiva de mercancías. La gran metrópoli y las extensiones en núcleos medianos y menores, así como la arquitectura de vastos complejos y aun la casa unifamiliar, debieron responder a la misma lógica totalizadora. Así se intentó explicar el mundo urbano emergente y así se intentó construir. A la larga fue esta modernidad la que permeó el imaginario urbano introducido en las ciudades del turismo, donde se reveló la primacía de la imagen como instrumento de marketing. Pero imagen de ciudad moderna y atractivo turístico se contraponen, pues la primera homogenizó el mundo urbano mientras el segundo marcó lugares con especificidades, de modo que éstos debieron localizarse en latitudes orientales y tropicales exóticas, en barrios y aldeas con pátina histórica o en emblemas urbanísticos indisputables; es decir, la ciudad funcional del siglo xx fue disociada de los atractivos del ocio, con la excepción de Las Vegas y Disneylandia, donde se reciclaron y condensaron exotismo, historicismo y aun emblemas como entorno de la imagen generada en exceso. A la vuelta, arquitectura y urbanismo postmodernos se adjudican la simulación, la tradición y la separación. Simulación mediante, en la arquitectura se elude la estética de lo honesto o auténtico, con lo que es devorada por la contradicción de la modernidad que le imponía discreción ante las limitaciones expresivas de los materiales básicos y la simplicidad estructural. Con el retorno a lo tradicional se recuperan soluciones formales en amparo ético y estético, concebidas como maquillajes de ocasión o costos agregados por la circulación mercantil. Con la separación se profundiza la especialización funcional precedente en términos de autosuficiencia para lograr el aislamiento. Todo esto se potencia en la ciudad, donde lo simulado

fructifica en espectáculo, los segmentos tradicionales devienen atractivos turísticos y los espacios separados significan segregación social. Es legible lo que se ve en la medida que se advierte, se diferencia lo que es. El con frecuencia inconmensurable conjunto de signos imbricados en el escenario urbano confirma de manera más o menos inmediata la reiteración de rutinas. Se reconoce en él las permanencias y los cambios. Entre los componentes está lo que, además de reconocer por visto, se cree entender por el hecho de saber de qué se trata, lo que suele decirse que es familiar. Hay otros componentes, que son los menos, diferenciados al no entenderlos y con los cuales no hay familiaridad, a pesar de reconocerlos. La repetición de estos signos combinados brinda certidumbre en la medida que es estable y no afecta de modo directo el bienestar, pues el conjunto resulta legible. Lo urbano es entonces forma de simultaneidades que no sólo yuxtapone y sobrepone sistemas, también conjuga redes de núcleos centrales interrelacionados, lo cual aparece legible. Se trata de una legibilidad facilitada por la transparencia de la forma urbana, que revela y oculta tras lo garabateado e inacabado en calles y paredes, a la vez “leído”, vivido y soñado, que se nos presenta como imagen mental de la ciudad. Este ámbito fue objeto de estudio sistemático de Lynch,13 retomado en años recientes por numerosos autores. Lo material legible es por definición visible. Desde el campo del diseño urbano, Lynch explora la ciudad percibida y recordada. Parte de reconocer lo desdeñable de la forma urbana contemporánea (sucia, molesta, desagradable, fea), efecto de la centralidad y simultaneidad, e intenta corregir la imagen resultante sobre la forma presente. La legibilidad, entendida como visibilidad, en Lynch sería la clave para hermosear el medio ambiente propiciatorio del desarrollo humano, pues la ciudad debe aparecer como un texto claro a los ojos del observador. Si Venecia 13

Kevin Lynch, La imagen de la ciudad, Buenos Aires, Infinito, 1976.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro fue a la vista de Georg Simmel una mascarada turística al tiempo que inhabitable debido al divorcio absoluto de imagen y contenido, es significativo que Lynch la tome de epítome de la imaginabilidad (igualada con legibilidad y visibilidad), que quiere lograr con el refuerzo de la relación entre imagen, significado y forma física. El intento lo instrumentó con una serie de indicadores que encontró comunes en el observador de la calle y en el ojo entrenado, tras entrevistarlos luego de varios recorridos del área central de grandes ciudades norteamericanas: sendas, bordes, barrios, nodos y mojones, que dan identidad al lugar. Lynch se movió entre la imagen y el imaginario urbanos. De ahí su persistencia en la aportación metodológica de la entrevista y la inducción de mapas mentales entre informantes. Tal planteamiento supone que éstos compartirían los valores que han derivado en la construcción de la ciudad actual, pero también la semilla de las nuevas opciones hacia la forma alternativa. El autor dejó pendiente el cómo lograr el paso de una a otra. Es un tránsito que el nuevo urbanismo —orientado al diseño y construcción de la arquitectura y la ciudad del siglo xxi— ha puesto al alcance en términos conceptuales y mercantiles, precipitado por la intensificación del miedo en el contexto de la inseguridad. Así, se consolida la tesis de la solución mediante la imagen, por lo menos en una de sus opciones o, si se quiere, sin forzar, de la segregación social en el espacio puesta en espectáculo. Aunque parezca paradójico, en esta vertiente se construyó con la imagen una nueva concepción pragmática de la segregación, pues con la acción separadora y clasificadora se enfatiza lo visible, terminan por garantizarse la apariencia incontaminada de los marcos de la ostentación apoyada en la apropiación desigual y excluyente de una ciudad cada vez más fortificada, tal como ha mostrado Mike Davis en Los Ángeles.14 Mike Davis Davis, Ciudad de cuarzo: Arqueología del futuro en Los Ángeles, trad. Rafael Reig, España, Lengua de trapo, 2003; Dead Cities, Nueva York, The New Press, 2002; Más allá de Blade Runner. Control 14

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El estudio de lo imaginario ha seguido una vía más exploratoria, menos subsidiaria del urbanismo operativo. Con el propósito de dilucidar el imaginario, Jorge Belinsky hace un notable esfuerzo de exégesis al dibujar el mapa genealógico del concepto en sus fuentes disciplinares lingüísticas, históricas, antropológicas, etnológicas, psicológicas, sociológicas y aun filosóficas. J. Belinski destaca la aproximación a lo imaginario de Jacques Le Goff, “como conjunto de representaciones y referencias —en gran medida inconscientes— a través de las cuales una colectividad (una sociedad, una cultura) se percibe, se piensa e incluso se sueña y obtiene de este modo una imagen de sí misma que da cuenta de su coherencia y hace posible su funcionamiento”.15 Lo legible se ubica en acción recíproca con el orden. A su vez, la legibilidad es valorada al adquirir formas diversas, remitidas siempre a la seguridad y a la iluminación. Se condensan en tres imaginarios con bifurcaciones binarias. Cada caso puede representarse de varias maneras, adquirir formas diversas, pero se remite siempre a las oposiciones y valoraciones básicas: seguro-inseguro, legibleconfuso e iluminado-oscuro. Nombrar es ubicar, ubicar es ordenar. Sobre las oposiciones que identifican el tejido urbano es posible diferenciar imágenes distintivas cuya interrelación orienta el recorrido de la ciudad y las narraciones que se hacen de la misma. La lectura aquí propuesta —y aplicada a los pueblos mágicos— parte de apariencias puntuales al alcance de cualquier observador, con significados compartidos de manera más o menos amplia, propiciando también la profundización del especialista. Se trata de una guía para mapear la ciudad según los turistas, migrantes y otros actores sociales que recién llegan o están de paso, pero también

según los residentes. Asimismo, es el intento de advertir un orden en el mundo percibido, partiendo de imágenes construidas sobre lo imaginario. Es decir, son formas plenas de significados socialmente compartidos que las remiten a un código del ver, hacer, difundir y consumir la ciudad. En sus estudios, diversos autores han nombrado la ciudad y sus partes, toca ahora agruparlos en el intento de inventariarlas, en el supuesto de que son diferenciadas, pero con frecuencia se empalman, sobre todo si las partes se reconocen como nudos o sitios configurados por relaciones. Lugar. Es sitio de encuentro, espacio público. Para Marc Augé,16 quien lo reconoce en la confluencia de atribuciones relacionales, históricas e identificatorias, es elemento de identidad al localizar el arraigo del individuo, en principio remitido al lugar de nacimiento. Para Siegfried Kracauer,17 la meta del viaje moderno es tan simple como la llegada a un lugar nuevo, es el cambio temporal del espacio habitual, lo cual agrega dos cualidades al lugar: la diferencia —con respecto a la residencia habitual— y lo efímero —rasgo circunstancial que le atribuye quien está de paso—. Temporalidad momentánea y diferenciación revisten al lugar de acontecimiento, cuyo mayor efecto es que disuelve lo fijo del universo de origen del viajero. Con base en Jerome James Gibson, Santos Zunzunegui18 señala que el lugar, el objeto, el acontecimiento y la sustancia son factibles de percepción. El lugar es también un sitio de coexistencia de posiciones. De acuerdo con Pierre Bourdieu,19 es donde confluyen relaciones de inclusión y exclusión, distancias y cercanías entre personas y grupos sociales; es decir, sobre la diferencia se agrega la distin-

urbano: la ecología del miedo, Barcelona, Virus, 2001; ¿Quién mató a Los Ángeles?, México, Pesebre, 1994.

Santos Zunzunegui, Pensar la imagen, Madrid, Cátedra-Universidad del País Vasco, 2007.

Jorge Belinsky, Lo imaginario: un estudio, Buenos Aires, Nueva Visión, 2007, p. 86. 15

16

M. Augé, Los “no-lugares”… op. cit.

Siegfried Kracauer, La fotografía y otros ensayos: El ornamento de la masa 1, Barcelona, Gedisa, 2008. 17

ción. Es conciliable con el uso que de él hace Aldo Rossi 20 cuando habla del genio del lugar, cuya singularidad de hecho urbano radica en la relación establecida entre el acontecimiento y el signo que lo fija, entre la situación —o sitio— y las edificaciones que le corresponden; en el lugar se funden arquitectura y ciudad. El lugar es una porción identificada en el espacio. Sus dimensiones y complejidad varían según la referencia (el rincón de una casa o un rincón compartido en un vecindario, lo mismo que una metrópolis en la red global). Lo generalizaremos, si cabe, a cualquier sitio que es incorporado al mapa personal luego de ser diferenciado, clasificado y ubicado ya sea en una secuencia o en una red, es decir, que significa algo para alguien en un contexto determinado. Es de iluminación y legibilidad crecientes, aunque puede ser de seguridad inestable. Una comunidad pequeña y aislada es toda lugar, de su tránsito a la globalización vale esperar el camuflaje de ocasión, pero también el crecimiento y diversificación social acompañados de los lugares adecuados a sus prácticas. Esto es, los lugares incorporan las historias de la diferenciación y separación locales, en la que personas y grupos sociales van marcando y cualificando sitios en la apropiación del entorno con sus prácticas. “Lugar es seguridad, espacio es libertad” dice Tuan, 21 sugiriendo diferentes escalas o dimensiones del territorio. Mas los atributos conferidos por la sociedad a ambos no los hace opcionales u opuestos, sino complementarios y hasta intercambiables, pues una metrópolis puede ser lugar por su rol económico en la medida en que encaja en la diferenciación implícita, pero no lo es desde la óptica de la sociabilidad, la cual se refugia, resiste en puntos y secciones del tejido. Si el informante es el individuo, el lugar será su percepción personal. En la medida en que haya coincidencias

18

P. Bourdieu, “Efectos del lugar”, en La miseria del mundo, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2000, pp. 119-124. 19

20

Aldo Rossi, La arquitectura de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gili, 1981.

Yi-Fu Tuan, Space and Place: The Perspective of Experience, Minneapolis-Londres, Universidad de Minnesota, 2007. 21

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Lugares de encuentro individuales, serán lugares colectivos. La diferencia básica en el mapa personal es el lugar personal (del yo y nosotros: la casa, la escuela, el barrio y cantidad de sitios relacionados con la biografía del sujeto y sus ligas más cercanas) y el social (de los otros: plazas, calles, barrios y cantidad de rincones que son ajenos al individuo y su comunidad homogénea). Al lugar se opone el espacio en tanto éste es el marco de donde se extraen las partes identificables y marcadas por la historia, los afectos, la pertenencia. También se le opone el no-lugar, que carece de estas características (terminales aéreas, terrestres y marítimas, malls, aduanas). Tanto el no-lugar como el espacio pueden dejar de serlo para las personas que se los apropian por razones circunstanciales, pero los sitios que observan una tendencia contraria, a ser enajenados de la posibilidad de ser lugares, serían los antilugares, aquellos que provocan una relación de rechazo, sancionados o estigmatizados por eventos que los marcaron al grado de ser evitados en la vida personal y social, pues son asociados con actos criminales o son vertederos de sustancias contaminantes, y todo lo que se asocia con la sensación de violencia e inseguridad. Con este concepto tendríamos una primera clasificación consistente en lugares, no-lugares y antilugares. Asociado el imaginario del lugar con las singularidades locales, la identidad se ancla no tanto en las historias, usos y costumbres particulares de la comunidad, sino en lo que lo diferencia. Dicha disposición obedece a un juego de doble partida: primero, cada pueblo aparece por lo que le distingue, con frecuencia la iglesia o una parte de ella, y segundo, al final, todos los pueblos aparecen similares, dependientes de la iglesia central, casi siempre uno de los bienes patrimoniales más antiguos del poblado. Es un procedimiento simple para indicar que se trata de un sitio tradicional, apacible, pintoresco y seguro. Lejos de evocar complejos procesos históricos o relaciones entre los diferentes elementos de la composición, tiende a sintetizarse en un monumento cuya permanencia reivindica valores institucionales trascendentes. La imagen icónica 20

transfiere sentido al presente incierto cuando lo arraiga en el pasado, en el cual se recupera de la maltrecha estabilidad que le comunica la gran ciudad, atrapada en el sinsentido de sus dimensiones, conflictos, desorden ininteligible, devenir, siempre inacabado y abierto a los más diversos flujos. El lugar-pueblo es sentido porque es legible, compacto, mensurable, confiable y predecible. La magia radica en la certeza del turista de que es apropiable el microcosmos cotidiano de los lugareños, un mundo compartido pero por demás acabado y cerrado. El pueblo es de esta manera excluyente, subsiste gracias a la preservación entre iguales de su imaginario tras la imagen que vende, pero es también cambiante, permeable a la demanda turística que le revitaliza y requiere la recomposición de los lugares prexistentes. La pugna del interior con el exterior se traduce en la interpenetración compleja de espacios que esterilizan, despejan y colonizan con lugares que resisten, recrean y repliegan. Tinglado. Robert Venturi (1982) denomina “tinglado decorado” a la arquitectura prevista como una estructura a decorar. Es el procedimiento en general utilizado para resolver la arquitectura tradicional u ordinaria y así se hace en Las Vegas. Casi todas las construcciones erigidas sobre las aceras de las calles turísticas o comerciales son armazones flexibles a las más diversas presentaciones según la ocasión, lo que es posible al ser concebidas como tinglados. En ellas, las fachadas son superficies intercambiables que descansan en soportes rígidos con el fin de lograr espacios frontales, en los que se da el encuentro inicial entre el anfitrión y visitante o residente y turista en un centro turístico.22 Erving Goffman 23 empleó antes esta idea de lo frontal en la designación del espacio de relaciones interDean MacCannell, El turista: una nueva teoría de la clase ociosa, Barcelona, Melusina, 2003; “Staged Authenticity: Arrangement of Social Space in Tourist Settings”, The American Journal of Sociology, vol. 79, núm. 3, noviembre 1973, pp. 589-603. 22

23 Erving Goffman, Relaciones en público: Microestudios del orden público, trad. Fernando Santos Fíntela, Madrid, Alianza, 1979.

Una visita a pueblos mexicanos personales cara a cara durante la fase de encuentro inicial, dado para entablar las primeras comunicaciones, estableciendo la analogía con el escenario teatral en que se ponen en contacto actores y espectadores. Se erigen en oposición a lo trasero que ocultan debido a su privacidad, donde se preserva la autenticidad, misma que el turista busca y para lo cual debe cruzar varios umbrales. Es una diferenciación añeja. Al hablar de la casa grande moderna del siglo xviii, Blondel abogó por las habitaciones de respeto, las formales de recepción y los appartements de commodité, los cuales tenían un uso privado relativo a los dueños de la casa y sus familiares, a diferencia de las anteriores, que serían destinadas al uso público. Más tarde, J. Guadet 24 se referirá a la marcada separación e independencia de las partes pública e íntima de la casa burguesa. En esta lógica, el espacio frontal sería un tinglado decorado para la actuación. Es una puesta en escena de la recepción del turista por el nativo, en la que se simula el marco natural y construido con los rasgos de supuesta singularidad del lugar. Para el estudio de los pueblos mágicos el tinglado decorado se ha ampliado a cualquier espacio construido de vista al público sobre plazas, calles e interiores abiertos. Los tinglados son producidos para ser iluminados, legibles y protegidos (controlados), obedecen al propósito de persuadir y subyugar, de ahí el apoyo en la decoración. Son construidos para ser observados por un tercero cuya atención quiere captar, con un destino sobrepuesto al “yo” y al “tú”. Suele ser la disposición, por ejemplo, de las vistas interiores y exteriores de un mall. Lo opuesto sería el expresionismo de la arquitectura moderna, sujeta a una forma simbólica que prefigura la solución del programa del edificio. Es un factor emergente de la presentación urbana, que recurre a sitios especializados para atender esta clase de

relaciones. En seguida se extiende a calles y distritos, al grado de abarcar la ciudad toda, tal y como Georg Simmel 25 identificó en las fachadas de Venecia el divorcio de la dinámica social respecto del preciosismo de sus palacios. Hoy, a la manera del strip de Las Vegas, la arquitectura del turismo se caracteriza por ser un tinglado decorado, desde la hotelería y las villas, hasta cualesquier expendio comercial ordinario. El heroico hermetismo funcionalista se reduce a “cajas” de las que hay que descifrar su contenido a partir de los materiales empleados, que constituyen claves crípticas. El tinglado evidencia lo que es en la fachada principal mediante elementos agregados, algo que en las casas de los pueblos tradicionales se resuelve en la continuidad de formas populares. En fin, el tinglado decorado se identifica con el diseño y construcciones vernáculas, del mismo modo que la caja se asocia al minimalismo moderno. Para efecto del presente estudio, tinglado decorado y caja moderna sería la primera clasificación de las construcciones del entorno urbano. Claro, la acera de una calle se integra sobre todo por cantidad de representaciones híbridas en las que se intercalan tramos o casos individuales de esta clasificación dual. De modo que, a la larga, en las ciudades turísticas mexicanas las “cajas” son ejemplares aislados a manera de monumentos, mientras los tinglados prevalecen en las amplias periferias empobrecidas, en los nuevos fraccionamientos residenciales que pretenden aparecer sin riesgos, en los corredores comerciales y aun en las franjas turísticas exclusivas. Desde luego, hay una diferencia que no puede pasarse por alto entre lo “auténtico” y lo simulado, pues la industria del turismo suele construir los atractivos valiéndose del jalón de las autenticidades locales reales o supuestas. A su vez, las colonias populares no son impermeables a dicha influencia e incorporan de manera progresiva, con evidentes limitaciones, las inno-

24 J. Guadet, Elements et Theorie de L’Architecture, Paris, Libraire de la construction moderne, ca. 1900, t. II.

25 Georg Simmel, “Venecia”, en Roma, Florencia, Venecia, pról. Natalia Cantó Mila, Barcelona, Gedisa, 2007, pp. 43-49.

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Lugares de encuentro vaciones del lenguaje constructivo. De modo que la autenticidad de lo ordinario es también un campo de juego dinámico. En pocas palabras, el tinglado es la forma predominante de ver y edificar en el mundo contemporáneo, aquella que reduce la arquitectura a estructura estandarizada en correspondencia con las funciones genéricas que soporta. Es una solución económica al alcance del especialista y el improvisado en cualquier punto del territorio, cuya inercia tiene vigencia por un lapso de tiempo de término indefinible. De esta manera, la ciudad imaginada y recordada se ha vuelto inseparable de esta práctica y sus agarraderas visuales, se ha convertido en la forma “natural” de lo urbano racional. Quienes tienen un desfase relativo de esta perspectiva se ubican en las antípodas del cuerpo social: los talentos excepcionales del diseño y la construcción que buscan alternativas de ruptura o los “marginales” que conciben y edifican fuera de la lógica cartesiana. Los pueblos mágicos no escapan a las prácticas convencionales, cosa que se opone a la concepción, lenguaje y soluciones mantenidas en su patrimonio. Este desfase entre lo que se hizo (auténtico, con valor turístico) y lo que puede hacerse (también auténtico, pero sin el valor cultural añejo), desemboca en lo que se hace: se construyen tinglados a revestir con las formas añejas que retienen para sí la categoría de autenticidad. Más todavía, las construcciones viejas también se revisten para representar lo antiguo con figuras afinadas (estéticamente convenientes). Se les arrebata el carácter testimonial por el escénico. Lo nuevo y lo viejo logra así ensamblarse en una continuidad asombrosa detentada en un todo frontal. Meseta. Gilles Deleuze y Felix Guattari 26 proponen y exploran las posibilidades epistemológicas del concepto rizoma. Éste indica que la realidad, a pesar de su complejidad interior, se presenta en la superficie con apariencia Gilles Deleuze y Felix Guattari, Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, trad. José Vázquez Pérez y Umbelina Larreceleta, Valencia, Pretextos, 2002. 26

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simple, como si fuera meseta. La “planicie” a la vista no niega su soporte oculto, más bien lo indica y le preserva discreto. Una meseta sería un espacio de ciudad con orden visible. De manera análoga a la metáfora geográfica surgen franjas urbanas contemporáneas de morfología compacta y regular, yuxtapuestas a la trama prexistente dispersa e irregular, como si fueran piezas de apariencia tersa en un entorno rugoso, al fin islario de superficie plana inscrito en territorio de pliegues y rasgaduras. Las mesetas urbanas observan cierta autonomía con base en regímenes internos de control privado del comportamiento de los vecindarios que abarcan, propiciando la difusión de dispositivos de vigilancia panóptica; esto es, grandes espacios áulicos diseñados en forma de megaestructuras con transparencia visual que facilita el control desde un punto central. Acorde a estos requerimientos, la configuración urbana ha desbordado la construcción serial, girando ahora en torno a la clonación de formas arquitectónicas con las que se intenta representar comunidad, tradición y autenticidad, observando la simulación estudiada por Jean Baudrillard;27 es decir, la configuración de una realidad vaciada de contenido. Según Lefebvre, 28 los lugares de lo idéntico y el orden serían isotopías. Es el urbanismo de la nueva ciudad que sólo abreva de la historia en la medida en que le brinda significado a los plagios formales. Las instituciones totales de Erving Goffman 29 son establecimientos tipo meseta. Ejemplos característicos de meseta son aquellos en los que prima el valor de la seguridad, visible en el riguroso acabado, legible e iluminado, de los malls, vecindarios defensivos, ciudades universitarias, penitenciarías y, 27 Jean Baudrillard y Jean Nouvel, Los objetos singulares: Arquitectura y filosofía, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002. 28

H. Lefebvre, op. cit.

29 Erving Goffman, Internados: Ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales, Buenos Aires, Amorrortu, 1961.

Una visita a pueblos mexicanos en las ciudades del turismo, los megaproyectos turísticos, sustentados como la exacta contraparte del entorno oscuro, sucio, disfuncional, violento, vulnerable y confuso, rasgos distintivos del espacio del mal. Las mesetas, al ser iguales en su exterior e interior, producen las diferencias en la medida que excluyen y se articulan con lo otro, la heterotopía, espacios del desorden, pero también del otro orden, el de los otros, el de la ciudad prexistente y también el de la ciudad simultánea, la que se construye al margen y al lado del orden, esto es, que carece de la centralidad del urbanismo dominante. La otra ciudad es menos legible, irregular, oscura, compleja, laberíntica o de legibilidad débil. Según este indicador, la clasificación del tejido urbano sería meseta y la otra ciudad derivaría de isotopía y heterotopía, o de orden y el otro orden. La otra ciudad es, en su sentido más amplio, la ciudad prexistente según la describe Giandomenico Amendola,30 es decir, la negada por quienes se segregan en la burbuja excluyente de sus estilos de vida, pero es sobre todo la ciudad extendida en la periferia popular con deficiencias crónicas de servicios y con frecuencia carentes del estatus legal. Asimismo es la ciudad del pasado, pero fuera de los centros y sitios históricos reciclados en mesetas gracias a los reflectores del marketing urbano. Se extiende también fuera de las viejas colonias exclusivas, ahora incorporadas en complemento de estilos de vida ramificados y autocontenidos en boutiques, bares, antros, galerías y corredores de los nuevos flaneurs, los nuevos vagabundos metropolitanos que son con frecuencia grupos de jóvenes noctámbulos que recorren las luces intermitentes con la misma fluidez que deambulan en espacios virtuales digitalizados. La otra ciudad carece de datación única, lo mismo es el predio periférico recién invadido que el viejo barrio popular sin atractivo arquitectónico o histórico, a veces criminalizado. 30 Giandomenico Amendola, La ciudad postmoderna, Madrid, Celeste, 2000.

El imaginario de la meseta se apoya en el tinglado. Éste se encarga de simular la continuidad formal de la expansión del reducido núcleo inicial, a la vez que borra las diferencias de las permanencias edilicias con respecto a sus modificaciones recientes. A la vista resulta un paisaje urbano “aplanado” por la repetición formal de volúmenes, ventanas, puertas, cubiertas, aleros, colores, alturas y texturas —incluso con una pátina del tiempo indefinida— sobre calles con el mismo pavimento. La complejidad de sobreposiciones y adyacencias constructivas con diferencias temporales es emparejada en una suerte de superficie lisa, sin contrapuntos ni vacíos notorios. A la legibilidad extrema subyace el rincón, el vericueto, el laberinto y la bifurcación: rugosidades y oscuridades. Hay excepciones de los elementos primarios que ordenan el conjunto, las iglesias, plazas y monumentos; son los nodos o mojoneras de la estructura, son también las figuras emblemáticas. Emblema. En la pugna simbólica por la ciudad, los actores sociales establecen sus espacios. Entre las marcas puestas para diferenciar los dominios, sobresalen algunas instituidas a manera de elementos ordenadores del tejido urbano,31 en torno de los cuales se organizan las grandes áreas integradas con edificios ordinarios, como la vivienda y cantidad de establecimientos menudos. Son elementos fundantes que trascienden el entorno inmediato que señalan, erigiéndose en lugares estratégicos que anudan relaciones debido a su significado, no tanto a su presencia física. Franjas urbanas y ciudades completas son identificadas por estos elementos emblemáticos testimoniales del poder. Las élites gobernantes de las ciudades contemporáneas medianas y grandes cristalizan cada vez con mayor frecuencia proyectos destinados a ubicar la localidad en el mapa global.32 Esta estrategia de marketing no es 31

A. Rossi, op. cit.

Eloy Méndez, “Introducción”, en Arquitecturas de la globalización, Hermosillo, Universidad de Sonora, 2007, pp. 7-17; Hermosillo en el siglo xx : Urbanismos incompletos y arquitecturas emblemáticas, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 2000. 32

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro siempre exitosa en tanto no hay fórmula predeterminada que resuelva en un monumento la identificación de la sociedad local, a la vez que focalice la atracción turística internacional. Menos, que potencie el ornamento al grado de afianzarlo como elemento generador de urbanismo.33 El reconocimiento emblemático de la ciudad contemporánea sigue la vía del signo corporativo. Sobre el tejido urbano social se encajan los signos distintivos de cada burbuja o meseta, en una operación de reclamo de grupo, de colectivo identificado como tribu, clan, comunidad o simple vecindario. Las etiquetas se comparten y se enciman, pues el hogar en la calle privada confiere una suerte de pertenencia de club, cuyos miembros se distribuyen en gremios, sindicatos, colegios y asociaciones de todo tipo. Luego, ya no es suficiente la difusión del logotipo de la empresa, es necesario convertir al edificio completo en marca y clonarlo cuantas veces sea necesario, pero la dimensión emblemática provee el aura de la unicidad y, según se ve, un mismo lugar puede lucir varias unicidades a la vez en función de los más diversos reclamos de club, del mismo modo que un individuo pertenece a varias agrupaciones. Por ende, el tratamiento emblemático de la construcción en la trama urbana se dirige a exhibir las credenciales de pertenencia, a consagrar las diferencias cristalizadas en formas concretas. Suelen destacar los más potentes, ya sea por condensar un periodo histórico o por atribuírseles cualidades fundacionales, o al ser heridas que trastornan la valoración colectiva de los objetos materiales del escenario, pero siempre hacen visible el orden jerárquico. Primero, la imagen se emplea porque no basta con la palabra;34 en seguida, la ciudad emplea la alegoría como instrumento pedagógico, pues los valores sociales han de

exhibirse cual pendones de identificación del barrio, la comunidad, el gremio, la institución o empresa. En cambio, también por razones pedagógicas, la meseta es metafórica y definida por una densa red de alegorías encargadas de la disuasión tribal mediante la elevación simulada de lo ordinario; el emblema es puntual, motivo de ruptura y aglomeración a la vez, es acontecimiento distintivo. Más que punto iluminado es faro, expande la legibilidad en términos metonímicos, pues la ciudad toda se advierte en él. Gracias a esta actitud extrovertida, la promoción inmobiliaria produce nichos de adscripción, expende escudos nobiliarios, hace colectivos los linajes, distribuye contenedores de homogeneidades colectivas no socializadas. De ahí que no sea extraño que a una reconversión social corresponda una traslación espacial.35 Los grupos sociales se suceden en el tejido urbano y con ellos se trasladan dominios e inscripciones, pero quedan las marcas del paso. A diferencia de los campamentos efímeros de los nómadas, a los grupos sedentarios les trascienden las huellas de permanencia. Es de suponerse que sucede algo similar en las ciudades del turismo. La orientación comercial de los complejos edilicios, sometidos cada vez a una mayor competitividad, los convierte en portadores de publicidad, en alegorías del rol que juegan. La cada vez más recurrente decoración del tinglado, aun provocada por fines ajenos al lucro, ha devenido multifactorial, montada en lo que Augé36 llama “ideología de la apariencia”. Esto hace que la presentación de los tinglados turísticos tomen vuelo por su cuenta, la presencia en la escena no acepta límites, pues lo que se ve, la imagen, prima sobre conceptos y aun palabras. En las representaciones predominan la semejanza y la sustitución alegórica, mas no es extraña la metonimia —una

cúpula alude al paisaje colonial— y la metáfora —la terraza o plataforma referidas a la proa del barco, al templo o al observatorio de lo sublime—. La representación emblemática abarca toda identificación grupal, vecinal, empresarial y comunitaria. La representación del lugar se convierte, sin mayor dificultad, en símbolo emblemático. Es un deslizamiento propiciado por la relevancia de la condición del lugar extendida sin más a su entorno, al que devora, logrando que una parte minúscula sustituya al todo en que se inserta. No es una sustitución inocua, se trata de la coronación del proceso publicitario encargado de resumir la comunicación en el símbolo. La medida facilita el posicionamiento de la marca para la venta del producto o el consumo del destino; los medios publicitarios prosiguen con la adscripción del conjunto de atributos del territorio a la imagen simbólica. Intersticio. Es el pliegue entre mesetas. Es el espacio líquido37 que filtra en cualquier descuido la muralla electrificada y la puerta electrónica de los vecindarios defensivos. Son terrenos vagos, áreas deterioradas y abandonadas bien delimitadas en el interior de la ciudad de los países centrales, pero que, gracias al desdén por la “normalidad” vigente, son proclives a fructificar en espacios alternativos.38 Pueden identificarse como espacio basura, en la medida en que son áreas impactadas por la pérdida de valor de uso.39 Los intersticios son propiciados en lo urbano por las prácticas de los planificadores, gestores, administradores, promotores y propietarios que en la vida cotidiana carecen de instrumentos para reincorporarlos, conviniendo en mantenerlos en el baúl siempre creciente del suelo

Iñaki Esteban, El efecto Guggenheim: Del espacio basura al ornamento, Barcelona, Anagrama, 2007.

P. Bourdieu, Las reglas del arte: Génesis y estructura del campo literario, Barcelona, Anagrama, 1997.

I. de Solá Morales, Territorios, op. cit.; M. Augé, Los “no-lugares”… op. cit.

33

34 Georges Balandier, El poder en escenas: De la representación del poder al poder de la representación, Barcelona, Paidós, 1994.

24

35

36

2007.

M. Augé, Por una antropología de la movilidad, Barcelona, Gedisa,

Zigmunt Bauman, Modernidad líquida, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002. 37

38

39 Rem Koolhaas, La ciudad genérica, Barcelona, Gustavo Gili, 2006; I. Esteban, op. cit.

innegociable en el mercado dominante. Carente de luz, seguridad y legibilidad, el intersticio se sumerge en el anonimato, al margen de las luminarias instaladas en las atracciones turísticas. En éstas, el intersticio es la parte de lo ordinario auténtico que no es solicitado al no haber pasado por el rasero del fetiche, del suvenir, de lo cosificado para ser comercializado, queda de telón de fondo, dislocado incluso de la parte trasera del escenario, si acaso incluido como receptor de la caridad organizada junto al turismo. Son ilegibles entre mesetas y lugares —siempre “entre”— y por lo mismo sujetas a ser colonizadas en la dinámica urbana. Mientras en la ciudad tradicional era un imprevisto topográfico o medida aseguradora del ordenamiento de la división social, en la ciudad contemporánea el intersticio adquiere relevancia propia al dejar de ser sólo un signo de discontinuidad y ser potenciado como espacio inconmensurable, al establecerse como frontera. El intersticio es frontera o residuo entre fronteras. Las fronteras internacionales son líneas invisibles establecidas para la separación de ámbitos jurídicos territoriales. Es paradójico, pero en tiempos del declive de los Estadosnación en aras de la globalización, suelen materializarse en muy visibles deslindes con pretensiones infranqueables, mostrando cierto retorno a las antiguas empalizadas y murallas de ambientes guerreros. Con frecuencia, las líneas han quedado de referencia de amplias franjas de territorio que sirven para escenificar pugnas de control imaginario, para la regulación real de las migraciones y tráfico de drogas o armas, así como para el regocijo ideológico de la superioridad étnica del país que exhibe así su dominio. Es decir, la conversión del borde internacional en espectáculo le lleva de lindero invisible o intersticio a meseta: un verdadero corredor panóptico militarizado e hipervigilado. Sobre todo, debajo y en los linderos de la epidermis surcan los intersticios. El inframundo de lo visibilizado, el vacío o lunar de las continuidades, la anomalía de lo normalizado o el accidente de la topografía constituyen los 25

Lugares de encuentro segmentos irregulares del tejido urbano. Podría decirse que son rugosidades materiales, reales, sin duda tangibles, tal como lo ejemplifican cantidad de variantes topográficas súbitas, áreas abandonadas o complejos deteriorados. Pero el accidente irruptor de regularidades y las complicaciones interiores de la apariencia simple quedan como fachadas traseras a disimular, evitar u obviar. El intersticio es, entonces, la contracara de la meseta, su límite y oposición tanto formal como significativa. En los pueblos mágicos, donde predominan las regularidades, aparentes y sustanciales, el intersticio se confunde con algunos lugares que escancian repeticiones genéricas, además que configura los nuevos crecimientos dispersos aún informales o fugaces ante la norma. Y tienen una presencia singular con especial significación de carácter efímero en el tianguis o la fiesta. Itinerario. Es toda ruta de exploración o re-conocimiento, prefigurada o errática, dirigida o improvisada. Lo mismo es el de la guía turística que el de la cotidianidad del residente, el del extravío provocado o el déjà vu. En el paseo por la ciudad, ya sea de conocimiento de las vistas turísticas, ya de rutina cotidiana, se trazan recorridos que inician y terminan en el punto de partida. Los elementos anteriores son relacionados a partir de ambos tipos de recorrido, cuyo trazo tiene este propósito, aunque también es posible la condición inversa, que las relaciones entre las partes expliquen el sentido del paseo. Está claro que los componentes del tejido urbano no se relacionan de suyo, más bien son puestos en relación a partir de la mirada, que da cuenta de adyacencias y funciones. La mirada del turista construye el paisaje, según se interese en descubrir o confirmar, mientras el nativo reconoce el bagaje de la memoria. La puesta en valor del entorno por la mirada de quien lo describe es el requisito para la existencia del paisaje.40 En la lectura urbana habrá de distinguir los frecuentes tramos de circulación 40

26

M. Augé, El tiempo en ruinas, Barcelona, Gedisa, 2003.

más o menos prolongados, que Rem Koolhaas41 llamaría “paisajes genéricos”, secciones que parecen extenderse a la ciudad completa, difundiendo la imagen de la ciudad turística, integrada con hoteles, corporativos y casas sin identidad, instalables en cualquier sitio del mundo y reconocibles en el empleo de lenguajes desterritorializados: es la imagen global de la publicidad ubicua que vende destinos paradisíacos clonados, conformando la tipología de la ostentación. Todo itinerario supone la articulación de sus puntos y tramos, la cual se sobrepone al tratamiento particular en algunas de sus franjas o “estaciones”, cuya diferenciación o debilidad de los elementos de continuidad formal tienen efecto separador que deviene en fragmentos. También puede ser que los segmentos sean tratados para fortalecer su singularidad temática y así desgajados del conjunto. De esta manera, en el itinerario se percibe una tensión permanente entre la integración y su contrario. El recorrido es un circuito total, completo, con un punto de llegada final que le da sentido, y cuenta con estaciones previas de contexto que contribuyen a dotar de significado el paseo. El itinerario ordena el “descubrimiento” planeado. Una senda cualquiera fuera del tour está al margen del interés promocional, es invisible en el mapa turístico. Si se decide incorporarla, debe expresar el lenguaje temático, al costo de eliminar los resabios de antecedentes ajenos al nuevo rol asignado. De ahí que en el tinglado genérico subsisten cada vez menos ejemplares de arquitectura ordinaria, pues las escasas construcciones vernáculas conservadas no suelen ser atractivas, no tanto como las versiones espectaculares de la misma. A veces se intercalan terrenos vagos, cuya secuencia es escanciada, reforzada o sólo acotada por lugares de encuentro. Esto es, si la mayor parte de la trama urbana de la ciudad turística carece de interés, habrá de guiar el flujo de visitantes por las rutas y atractivos convenientes, brindar el espectáculo prometido. Así, 41

R. Koolhaas, op. cit.

Una visita a pueblos mexicanos se obtiene una artificiosa dualidad, la ruta de turistas y la ciudad de los nativos, con lo que el destino singular repite la organización de las metrópolis de origen: un islario privado interconectado en el seno del mar de periferias. La primera se dirige al exterior, la segunda es inseparable de las persistencias de la vida cotidiana local. También el centro simbólico prexistente es desplazado o anexo a la centralidad de la burbuja turística. El entramado contenido en ésta aparece coherente, ordenado, transparente, completo, explícito, con todo evidenciando la calidad compartida por la atracción, mientras cualquier rasgo de la otra ciudad es muestra de sus padecimientos: despojada, abandonada, densa, aglomerada; con calles estrechas, opresivas, despejadas, lóbregas; bulliciosa, confusa, solitaria, tensa… Es la construcción permanente, inacabada, deficitaria. Incluir un punto en el itinerario es poner en escena. Atraer hacia un punto es configurar la senda de llegada y figurar el espectáculo, es construir el atractivo turístico. El punto es una vista de paisaje, un lugar reconocible o a reconocer, un accidente topográfico, un hecho urbano. Para llegar a él, como registro en el itinerario, la senda ha de mostrar las señales indicativas a la vez que eludir elementos de distracción cuya presencia sugiere intereses alternativos o disuaden en sentido contrario al prometido en el itinerario. Si las prexistencias se suprimen, las periferias se desplazan. El reto mayor a planificadores y promotores radica en hacer invisible la masa popular, la multitud de casas precarias y en interminable construcción que podrían irrumpir en el primer plano de la perspectiva. Para ellos debe prevalecer la sucesión de imágenes a percibir de acuerdo con la mayor o menor cantidad de elementos que las asocian o diferencian, que establecen continuidades e interrupciones, y acercan al objetivo prefijado según el destino inducido por la promoción del lugar. Las relaciones espaciotemporales establecidas por la ubicación de las imágenes, así como las atribuciones que se les confieren

tanto por sus rasgos como por la información agregada, contribuyen a la narración de la experiencia urbana. Al emplazamiento de las cosas en el mapa real se sobrepone determinado ordenamiento, agrupación, diferenciación y jerarquía que en la memoria se sedimentan, de donde recuperamos una especie de palimpsesto que nutre el relato: es el mapa cognitivo mental. Límite. Un supuesto común a las nociones anteriores es la finitud. La acción de representar la figura acotada o imaginada del mundo y sus territorios proviene de una disposición dual: expandir y retener, que en el fondo es humanizar lo sublime del infinito al intentar arrebatarle el mayor segmento imaginable mediante la violencia simbólica del soberano que “tiene el mundo en sus manos”.42 Con ello se ubica la porción en el contenedor total, de ahí los antiguos globos terráqueos y mapamundis de la tradición cartográfica de la Geografía. Porque el poder se percibe objetivado en el espacio si se “enmarca” en lo inalcanzable; luego, el itinerario es el mapa del viaje, es el reconocimiento del paso por el espacio alcanzado. “El viaje es la mejor metáfora de la vida humana, recorrido lineal y progresivo. Según la creencia cristiana, fuertemente teleológica, es sólo un lugar de paso: el hombre es un viator”.43 A su vez la ciudad es la metáfora del mundo colonizado, cultivado, civilizado: desgajada de la barbarie y la oscuridad, de lo inculto. Es sede del soberano. El desbordamiento del imaginario urbano del orden infligido por las dimensiones metropolitanas, las aglomeraciones demográficas millonarias y la multiplicación caprichosa de usos del suelo sobre andamiajes insustentables ha repercutido en la disolución del límite funcional de la ciudad y su soporte material tangible. Si bien es una cuestión anacrónica en la era digital de ciudades de flujos, no 42 Francesca Pellegrino, Geografía y viajes imaginarios, trad. Juan Salmerón, Barcelona, Electa, 2007, p. 45. 43

Ibídem, 240.

27

Lugares de encuentro deja de ser una referencia visual confortante la certeza del mundo finito. La necesidad del borde del grupo social y del correspondiente hábitat cotidiano ha exacerbado en las dos últimas décadas la estética del urbanismo ordinario cerrado con dispositivos de seguridad en los que destaca el muro protector envolvente. Por eso no es extraño que, para el turista metropolitano —cada vez más cosmopolita—, un factor del atractivo de los pueblos sea la dimensión peatonal con linderos nítidos. Éstos se apoyan en presentaciones de lo real, ya en veredas de enlace con los sembradíos, ya en colindancias de bardas de piedra, líneas de agaves o filas de árboles, ya en rupturas topográficas. La vivencia común se sumerge en ámbitos urbanos cuyo dominio se remite a la barda del vecindario, tras la cual no deja de estar una sucesión de bardas y controles, que al fin no desaparecen la supuesta amenaza del “otro” que queda fuera. En el mundo mágico ese otro queda al alcance de la vista y no provoca desconfianza, el entorno natural es casi una barda natural con promesas idílicas. Dentro de la ciudad —o pueblo, si se quiere— queda el itinerario. Es el mapa del tour que con frecuencia fluye hacia el entorno rural. Tanto para los turistas aficionados a actividades de exploración alternativa como para los residentes pueblerinos, el recorrido enlaza atractivos ubicados dentro y fuera del núcleo urbanizado. El itinerario se abre paso entre dualidades múltiples, que para el caso son figuras imaginarias: 1) si la meseta echa fuera el lugar, éste le coloniza; 2) mientras la meseta aplana las topografías, el intersticio resguarda la diferencia, y si éste complejiza el tejido, aquélla allana los obstáculos; 3) cuando el intersticio resiste invisible a la sombra de la discreción o la meseta abruma con la monotonía de las lisuras, el emblema protagoniza centralidad; 4) ante la disposición contenedora del límite se fuga la expansión difusa con la proliferación de intersticios; 5) si el tinglado invade con la racionalidad moderna, las fisuras intersticiales y la vitalidad de los lugares amortiguan en actitud dialógica. Es decir, la ciudad observa el acomodo intermitente que puede interpretarse 28

por medio de las figuras del imaginario urbano. Mientras tanto, los lugares, emblemas, tinglados e intersticios se ligan en itinerarios que dan sentido a la ciudad en su conjunto y a la fusión con los atractivos del entorno natural y edificado. Queda así enunciado el tratamiento metodológico de los pueblos mágicos. En ellos se procedió a ubicar las figuras percibidas hasta obtener el mapa de lugares, punto de partida de la lectura cartográfica local.

Bibliogr afía de apoyo Balslev, Helene, “La utopía de los estadounidenses en un pueblo mexicano. Un estudio sobre la construcción de una comunidad imaginaria”, en Helene Balslev Clausen, Jan Gustafsson y Mario Velázquez (coords.), Utopía y globalización, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 2009. Bentham, Jeremías, Panóptico, México, Archivo General de la Nación, 1980. Koolhaas, Rem, “Espacio basura”, Distorsiones urbanas, disponible en: http://www.basurama.org/b06_ distorsiones_urbanas_koolhaas.htm Lefebvre, Henri, Espacio y política, Barcelona, Península, 1976. Méndez, Eloy, “Imaginario de ciudad turística: una propuesta de abordaje”, en Jesús Enríquez y Eloy Méndez (coords.), De itinerarios, paisajes e imaginarios, Hermosillo, Universidad de Sonora, 2012, pp. 11-44. Venturi, Robert et al., Aprendiendo de Las Vegas, Barcelona, Gustavo Gili, 1982. Zunzunegui, Santos, Pensar la imagen, Madrid, CatedraUniversidad del País Vasco, 2007.

Capítulo 1

El Á lamos de las casas cáidas Juan Milton Jair Aragón Palacios, Eloy Méndez Sáinz Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Alex Covarrubias Valdenebro, Cristina Isabel Martínez Rascón, Leopoldo Santos Ramírez El Colegio de Sonora Mario Alberto Velázquez García El Colegio del Estado de Hidalgo

I ntroducción “El Álamos de las casas cáidas” fue nuestro primer registro. Un nostálgico cronista local recordó, en 2012, el toponímico difundido décadas atrás mientras nos señalaba el patio aún derruido de una antigua casona de la orgullosa “ciudad de los portales”, el más consolidado núcleo urbano de Sonora y el noroeste coloniales. Durante la primera mitad del siglo xx, Álamos era la sombra del auge minero que le distinguió en la Colonia y en la República. Constituida en la única experiencia regional de urbanismo acabado hasta antes del Porfiriato, resurgió a mediados del siglo pasado. El impulso inesperado provino de turistas norteamericanos que decidieron avecindarse y conformar una colonia mediante la reconstrucción de las ruinosas residencias abandonadas, algunas de ellas en verdad caídas. En el inicio del siglo xxi (2005) se ha atribuido la categoría de pueblo mágico al viejo casco urbano reciclado y revitalizado por el turismo y el renacimiento de la actividad minera. De nuevo la imagen señorial luce en el centro histórico, rodeado de recientes asentamientos populares, aun pequeños y en consolidación. La puesta en valor de las reliquias locales ha circunscrito el patrimonio urbano y arquitectónico. Las inversiones del Programa Pueblos Mágicos (ppm) se han dirigido a las plazas —la de Armas y la Alameda— así como a las manzanas colindantes, donde está el corazón del atractivo y de las actividades turísticas, a su vez convertido en punto de partida de recorridos tanto de la breve franja periférica como del entorno natural y edificado. Trazaremos en pocas líneas la redefinición del pueblo por sus actores, en particular los habitantes y los turistas. El primer apartado refiere los acontecimientos o hechos urbanos que han configurado la traza y sus rincones. En seguida se aborda los datos de la vida social, según se ha registrado en las fuentes consultadas. Con lo anterior ofrecemos una interpretación del lugar imaginado en su construcción y constante modificación. Luego nos detenemos en los imaginarios arraigados de acuerdo con la significación de lo visible. Concluimos que Álamos ha sido reinventado, al tiempo que se ha deteriorado el patrimonio inmueble. 29

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro

Del auge minero al barrio S onochihua Álamos debe su origen a la riqueza minera de la región. En 1683 se descubrieron las primeras vetas de plata en el cerro de Nuestra Señora de la Concepción de los Frailes y en seguida La Quintera, Las Cabras, La Aduana y Promontorios, que en la Colonia tuvieron reiterados momentos de auge, reflejados en seguida en sus centros poblacionales. Ya en 1686 era manifiesta la importancia de Álamos como producto de la reorganización territorial sustentada en la mayor concentración de la población. En 1824 su primacía se robusteció al reconocérsele capital del Estado de Occidente con las medidas que implicó, como la instalación de la Casa de Moneda. Sin embargo, en el mismo siglo xix la minería local colapsó debido a la Guerra de Independencia, combinada luego con la diversificación de la demanda de minerales en el Porfiriato, lo que deterioró el sector y con ello a la ciudad. Con el esplendor de la ciudad en entredicho incidió la Revolución. En la década de los treinta, los trabajadores de las minas se convirtieron en agraristas y ejidatarios de las exhaciendas; un poco más tarde, éstos y gran número de las familias pudientes se dirigieron hacia las nacientes regiones agrícolas de los ríos Yaqui y Mayo por la crisis en la zona serrana. Este éxodo fue el parteaguas de la historia moderna del estado de Sonora.1 Al perder la primacía minera, Álamos quedó desolada y con escasa población ocupada en la agricultura, la ganadería y la pequeña minería. Éste era el contexto de los años cincuenta, cuando inició el arribo de norteamericanos interesados en habitar las viejas casonas, recuperar el casco histórico y formar una comunidad de segunda residencia, convirtiéndolo en núcleo turístico. Diego Navarro Gil, Historia municipal de Álamos, inah-sep, Centro Regional del Noroeste y Secretaría de Fomento Educativo y Cultura del Gobierno de Sonora, 1989, pp. 12-43; Rocío Guadarrama, Ernesto Camou Healy y José Carlos Ramírez, Historia general de Sonora, t. V: Historia contemporánea, 1929-1985, Hermosillo, El Colegio de Sonora, 1986, pp. 13-24. 1

30

El casco histórico incluye los barrios donde se desarrolla parte importante de la vida cotidiana de los lugareños. Son 16 barrios cuya mayoría colinda con el arroyo La Aduana, al oriente de la Plaza de Armas. Entre ellos, el barrio de la Capilla es uno de los más antiguos, en él se localizan comercios y servicios de la ciudad además del templo católico Santuario de la Virgen de Fátima, un edificio en construcción que exhibe una lona con la solicitud de apoyos para su conclusión. Luego está el barrio Sonochihua, topónimo alusivo a la palabra compuesta Sonora-Chihuahua y que registra el origen de sus fundadores —fuente principal de la corriente migratoria que alimenta el campo y ciudad locales—, conciliado con la entidad de destino. Siguiendo la dirección sur del mismo rumbo se ubica otro de los barrios populares: Las Cabras. Éste es un núcleo antiguamente dedicado al cultivo de fruta y hortaliza para el consumo local utilizando agua del arroyo. En los relatos de los residentes aflora el hecho como evento nostálgico, se evocan los árboles de aguacate, naranjas, guayabas, manzanas y toda clase de hortalizas como tomate, cebolla, rábano o cilantro, entre otras, mismas que se vendían en el lugar o en el mercado municipal. Atribuyen el abandono de los cultivos a la contaminación del arroyo por la descarga de las aguas negras de la ciudad. El arroyo es importante en la vida cotidiana de los barrios y está asociado con múltiples funciones: ofrece un espacio para el mercado rodante dominical cuando está seco (en la mayor parte del año); también se le vincula a desgracias cíclicas, como su desbordamiento en el año 2009 debido al huracán Norberto, que recordó desgracias similares de 140 años atrás.

E l pueblo en datos Álamos se ubica a 54 kilómetros de Navojoa y a 122 kilómetros de Ciudad Obregón, lo que le otorga una condición para pertenecer al ppm: la de ubicarse a una distancia

no superior a los 200 kilómetros o a dos horas por vía terrestre de un destino turístico consolidado o un mercado emisor. De esta manera, turistas nacionales e internacionales pueden acceder a Álamos con relativa facilidad: por aire pueden llegar haciendo conexión terrestre en Ciudad Obregón, Guaymas o Los Mochis, y por tierra, además de los vehículos privados, pueden arribar en autobuses desde Nogales, Tucson y Phoenix o desde Navojoa, Mazatlán y otras localidades del país.

siempre y cuando se siga con el mismo ritmo de crecimiento. Desde su declaratoria como Pueblo Mágico, el municipio de Álamos sólo tuvo un aumento de 696 habitantes en el período de 2000 a 2010 (ver Gráfica 1). Gr áfica 1. P roy ecciones de crecimiento poblacional al 2030

Estructura poblacional. La población de Álamos en el año 2010 representaba 0.97 por ciento de la población total del estado de Sonora, de los cuales 52 por ciento son hombres y 48 por ciento mujeres. Los jóvenes representan 23.8 por ciento y 13.9 por ciento son personas de la tercera edad; este último dato se encuentra por encima del promedio estatal que es de 8.8 por ciento (ver Cuadro 1). C uadro 1. Población en Á lamos , S onor a , 2010 Población

Álamos

Sonora

13,497

1,339,612

Población total

25,848

Población total mujeres

12,351

1,322,868

23.8

26

Porcentaje de población de 60 y más años

13.9

8.8

Población total hombres

Porcentaje de población de 15 a 29 años

2,662,480

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), “México en cifras: Guerrero” y “México en cifras: Sonora”, disponibles en: http:// www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e= [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

Se estima que la población aumente 5 por ciento en los próximos 20 años, lo cual no representa un problema

Fuente: Elaboración propia.

Equipamiento cultural y educativo. El municipio de Álamos, según los datos de la enciclopedia de los municipios de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi),2 cuenta con 80 planteles educativos para preescolar, 105 escuelas primarias y 41 secundarias, así como 399 profesores para brindar el servicio. La tasa de alfabetización en el municipio de Álamos es alta, representada con 98.2, ligeramente debajo de la estatal que representa 99.2. En lo que respecta a la educación media superior, el municipio de Álamos cuenta con tres planteles, habiendo egresado de ellos 176 alumnos en el año 2009, lo cual representa 2.8 por ciento de la población joven (población de 15 a 29 años) del municipio (ver Cuadro 2).

2 inegi, “México en cifras: Guerrero”, disponibles en: http://www3. inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e= [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

31

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro C uadro 2. E ducación en Á lamos , S onor a Educación

Grado promedio de escolaridad de la población de 15 y más años (2010) Alumnos egresados en bachillerato (2009) Personal docente en bachillerato (2009)

Escuelas de educación básica y media superior (2009)

Álamos

Sonora

176

20,750

7

26 226

9

3,901 4,478

Escuelas de bachillerato (2009)

3

210

N/D

106

Tasa de alfabetización de las personas de 15 a 24 años (2010)

98.2

99.2

Escuelas de formación para el trabajo (2009)

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), “México en cifras: Guerrero” y “México en cifras: Sonora”, disponibles en: http:// www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e= [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

El número de viviendas habitadas en la localidad de Álamos en 2010 era de 2,297, de las cuales 4.8 por ciento carecía de excusado, 2.5 por ciento carecía de luz eléctrica, 6.4 por ciento carecía de agua entubada y 3.3 por ciento tenía piso de tierra. El promedio de ocupantes por cuartos era de 1.1 por ciento. Con respecto al grado de margi-

32

nación, la localidad de Álamos se ubica en un nivel bajo, ocupando el lugar 1676 del estado.3 Álamos cuenta con sólo una biblioteca, en donde se han realizado un total de 3,732 consultas, lo que representa 6.9 consultas por habitante (ver Cuadro 3).

En el periodo de 2009 a 2010 se reportaron 164 delitos, sólo 0.44 delitos por día. La tasa de personas con sentencia condenatoria es de 92.2, un punto arriba de la estatal. En cuanto al número de accidentes que se presentaron en Álamos, fueron 34 en el año (ver Cuadro 4).

C uadro 3. Número de bibliotecas y consultas

C uadro 4. Seguridad pública y justicia en Á lamos , S onor a (2009-2010)

Número de Bibliotecas Consultas realizadas

Álamos, Sonora 1

3,732

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), “México en cifras: Guerrero” y “México en cifras: Sonora”, disponibles en: http:// www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e= [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

Seguridad pública y violencia. En una nota del dosier Animal Político,4 titulada “10 Pueblos Mágicos a los que quizá no quieras ir de vacaciones por la violencia”, Álamos es el último de la lista con la menor cantidad de muertes violentas en el periodo de diciembre de 2006 a septiembre de 2011, con 26 defunciones. Su principal causa, según la nota, son los enfrentamientos entre grupos rivales del crimen organizado birding trips, formados por jóvenes en su mayoría. La cantidad de muertes reportadas por los actos violentos del crimen organizado es baja si se compara con otros municipios del país, porque representan 5.2 muertes anuales. Lo que podría ser un problema para el turista son los trayectos, pues su ubicación geográfica es en una zona de riesgo debido a los enfrentamientos de cárteles por el control del territorio. 3 Conapo, “Municipios más pobres”, disponible en: www.conapo.gob. mx [fecha de consulta: 10 de noviembre 2010].

4 Dulce Ramos, “10 Pueblos Mágicos a los que quizá no quieras ir de vacaciones por la violencia”, Animal Político, 20 de febrero, disponible en: http://www.animalpolitico.com/2012/02/10-pueblos-magicos-a-losque-quiza-no-quieras-ir-de-vacaciones-por-la-violencia/ [fecha de consulta: 15 diciembre 2012].

Seguridad y justicia

Álamos

Sonora

Delitos registrados en averiguaciones previas del fuero común (2009)

164

30,506

Capacidad de los Centros de Readaptación Social (2009)

tencia de vehículos motorizados. Por esta razón, a pesar de no presentar congestiones vehiculares similares a las de Hermosillo, Ciudad Obregón o Nogales, el sistema de movilidad de Álamos es dependiente del automóvil. En la imagen incluida se observa el trenecito al lado de una hilera de automóviles estacionados frente a los locales comerciales y otra de automóviles intentando abrirse paso entre el tren y los vehículos estacionados (ver Figura 1). Esto muestra que, a pesar de que el trazo urbano y las dimensiones del pueblo invitan al desplazamiento alternativo al vehículo motorizado —en bicicleta o a pie—, el turista importa su medio de transporte automotriz. F igur a 1. Tren turístico de Á lamos , S onor a

Tasa de personas con sentencia condenatoria (2010)

92.2

91.1

0

6,870

Accidentes de tránsito terrestres en zonas urbanas y suburbanas (2009)

34

14,597

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), “México en cifras: Guerrero” y “México en cifras: Sonora”, disponibles en: http:// www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e= [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

Sistemas de movilidad. La traza colonial de calles y callejones angostos y adoquinados no lo hace un pueblo idóneo para movilizarse en automóvil. Sin embargo, la mayor parte del traslado del turismo nacional e internacional se realiza en vehículos motorizados; hasta el tren turístico que circunda la emblemática Plaza de Armas funciona con un motor a gasolina. También otros sitios de interés turístico al lado del centro histórico, como el Mirador o la Casa de la Cultura, son de acceso limitado sin la asis-

Fuente: ilvamk (2010).

En 1997, el inegi registró por primera vez vehículos de motor en circulación en la localidad con un total de 17. En 2011 la cifra ascendióa 2,938 (es decir, un crecimiento de 17,182 por ciento). Si se considera que en 2010 había 3,081 vehículos registrados y se divide entre los 9,345 habitantes registrados por el censo poblacional de ese mismo año, encontramos que en el pueblo había casi un automóvil por cada tres personas. El crecimiento del parque vehicular se aceleró desde la década previa: de 2000 en 33

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro adelante creció en 137 por ciento (de 1,240 en el año 2000 a 2,938 en 2011), mientras que en Sonora aumentó 73 por ciento (de 514,396 en 2000 a 891,539 en 2011). En suma, en los últimos 13 años Álamos se ha emparejado para casi alcanzar un vehículo motorizado por cada tres habitantes que tiene la entidad: una motorización privada como sistema de movilidad principal imprevista y no conciliable con su condición de pueblo mágico.

Empleo. El municipio ha tenido tres vocaciones históricas, primero como pueblo minero, luego agrícola y en la actualidad despunta en el turismo. Se presenta una tercerización de la población antes ligada al sector primario. La población económicamente activa, reportada por la enciclopedia de los municipios de México, es de 6,785 habitantes, de los cuales 56.7 por ciento corresponden al sector primario, 13.3 por ciento al secundario y 30 por ciento corresponden al terciario. Cabe señalar que 40.3 por ciento son población económicamente inactiva y 2.5 por ciento se encuentran sin ocupación.5

3. En el siglo xix presenta un crecimiento de 27 manzanas distribuidas al norte por el camino a San Bernardo, al sur por el Cerro de Guadalupe y al poniente por la antigua Hacienda de la Colorada. 4. El siglo xx se presenta como un complemento donde se consolidan los asentamientos, configurando la mancha urbana del centro hacia los diferentes puntos de crecimiento de la etapa anterior. 5. El siglo xxi, que corresponde al Álamos contemporáneo, desbordado de la segunda corona de crecimiento. El desarrollo se presenta hacia el noroeste de la cabecera municipal. Aparecen tres colonias, dos de las cuales tienen su origen en un asentamiento irregular. También se presenta un barrio cerrado.7 M apa 1. C recimiento histórico de la mancha urbana de Á lamos

Crecimiento urbano. El estudio de la Universidad Autónoma de Sinaloa (uas) de 19876 propone cuatro etapas de crecimiento histórico (ver Mapa 1): 1. Siglo xvii, con la Plaza de Armas como punto de origen y centro de un triángulo colindante al norte con el arroyo de la Aduana, al sureste con el arroyo Agua Escondida y al suroeste con el Cerro de Guadalupe, incluyendo la iglesia y las casas reales. 2. El siglo xviii registra un crecimiento de 23 manzanas en los alrededores de la etapa anterior, crece para el norte al rededor de la Alameda y hacia el poniente en la cima del Cerro de Guadalupe por la cárcel municipal.

E-local. Enciclopedia de los municipios de México, disponible en: http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/sonora/ municipios/26003a.htm 5

6 uas, “Estudio para la declaratoria de la zona de monumentos históricos de Álamos, Sonora”, Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1987.

34

Fuente: Elaboración propia de 2013 con base en un plano de la UAS, “Estudio para la declaratoria de la zona de monumentos históricos de Álamos, Sonora”, Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1987.

7

Esta última etapa fue agregada por los autores.

Sitios intervenidos. Los sitios que han sido intervenidos se agruparon en tres categorías (ver Mapa 2): 1) rehabilitaciones de parques y plazas; 2) imagen urbana, que incluye construcción e instalación de guarniciones y luminarias, y mejoramiento y regeneración de banquetas y edificios, y 3) iluminación de edificios históricos. En el periodo de 2005 a 2012 se han invertido en Álamos 32,400,000 pesos como parte del ppm, monto principalmente dirigido a la intervención de sitios y la imagen urbana.8 En 2005 inició la primera etapa con la instalación del cableado subterráneo. En la segunda etapa, de 2006, se llevó a cabo la rehabilitación de banquetas, guarniciones, instalación de luminarias en la avenida principal e instalación de lámparas en las fachadas del centro histórico. En la tercera etapa, en 2007, se rehabilitó la Plaza de Armas y la Alameda, además se construyó la puerta Álamos. En la cuarta etapa, año 2008, se rehabilitaron la Plaza de Armas y el parque la Esmeralda. En 2009 no se llevó a cabo acción alguna. La quinta etapa, en 2010, sólo es mencionada como Pueblo Mágico. La sexta etapa, también de 2010, se hizo el mejoramiento de la imagen urbana y la iluminación de los sitios y edificios históricos del centro histórico. La séptima y última etapa, en 2012, se mejoró la imagen urbana en arcadas, Plaza de Armas, kiosco y edificios; se rehabilitaron banquetas y fachadas; se colocaron jardineras y señalización.9

8 Sectur, Taller de inducción al programa Pueblos Mágicos, México, 2012. 9

M apa 2. M apa de sitios intervenidos por el P rogr ama P ueblos M ágicos en Á lamos

Fuente: Elaboración propia de 2013 con base en un plano de la UAS, “Estudio para la declaratoria de la zona de monumentos históricos de Álamos, Sonora”, Culiacán, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1987.

“Ganas de sentarte , de oler…” Dos premisas de la lógica turística: no hay viaje sin destino, no hay turismo sin viaje. El viaje y la experiencia turística implican estaciones y movimientos de traslado en tiempos determinados en el territorio. A los ojos del viajero, el mapa de la guía turística aparece codificado en líneas, puntos y símbolos: cada tramo y núcleo refiere información gráfica que luego lleva a historias y personajes locales, en seguida ubicados en parajes y hasta edificios específicos; es decir, todo sitio que podría ser un mero signo dibujado como referencia de paso es convertido en la imaginación en lugar con determinados atributos que provocan expectativas.

Ídem.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Un lugar es una porción del espacio acotada y configurada mediante prácticas y eventos sociales que retienen significados en la memoria de los individuos de una comunidad o colectivo determinado. Los lugares del tejido urbano son identificados por sus elementos significativos, pero los límites no son precisos, son evanescentes. Hay certeza de cuándo se está y cuándo no se está en un lugar, al cual se le apropia de manera simbólica a un tiempo en su materialidad e imagen sin parar en delimitaciones y fijación de fronteras. Son fronteras líquidas, vaporosas, etéreas, pero también convenciones sociales, experiencia memorable y saberes compartidos. Dichas fronteras no son asequibles al viajero. Para el turista es imposible penetrar en el imaginario atrapado en los pueblos y, siendo un conjunto intransferible de significados, recuerdos y sensaciones, la industria del turismo opta por la construcción de un sistema binario de representación (local-global: imaginario-imagen) que por su naturaleza desemboca en el placebo: la representación de lo auténtico de forma apropiable a manera de maqueta consumible o de souvenir. El imaginario local es un saber de residentes, cosa anclada en objetos, relacione y mitos. El referente es vendido por el promotor, quien difunde la imagen, no el imaginario; emite el recipiente, no el contenido; expone la cosa, no el significado; trasmite información, no recuerdos, ni sensaciones, ni circunstancias. No hay manera de hacer en el mercado una unidad de ambas partes. El turista debe contentarse con la imagen, una representación o epidermis del lugar; su búsqueda en el “patio trasero” (en el sentido de la “región trasera” empleada en MacCannell)10 contribuye a incrementar la información y las sugerencias de los múltiples significados locales, nunca a ocupar el lugar del nativo o residente. La dimensión imaginaria del lugar es inaccesible a la demanda del turista, a la vez que Dean MacCannell, El turista: una nueva teoría de la clase ociosa, Barcelona, Melusina, 2003. 10

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el encuentro con los visitantes planta la semilla de los nuevos rasgos del mismo. En estas notas se entiende el lugar según sus características: 1. Topofilia, cuando hay relación de afecto con el segmento espacial determinado o sitio, establecida en la memoria a partir de la experiencia personal, de la trasmisión de acontecimientos contemporáneos o del pasado. 2. Permanencia o transcurso del tiempo suficiente para que el sitio haya contribuido en la experiencia individual y colectiva, dejando la impronta de su marca, pasando a ser parte integrada en el mapa físico espacial del entorno y constituyente de la red de recuerdos. 3. Sentido o que el sitio sea reconocido por la comunidad según su significado inserto en las micro historias, las cuales necesariamente se narran desde las particularidades que le brinda dicho referente 4. Legibilidad, en tanto el sitio es reconocido visual y narrativamente debido a su singularidad inconfundible; es decir, la correspondencia de la forma anclada con las historias es fluida y vigente en el código local. 5. Límite, cuando el sitio se diferencia de su entorno en virtud de umbrales que le abarcan, aunque no sean exactos: antes que un contenedor rígido de experiencias es un referente simbólico. El mapa de lugares indica la centralidad de la Plaza de Armas (Mapa 3). Ésta reúne el templo principal y varias de las principales residencias cuyas fachadas frontales han definido la marca local: “Ciudad de los Portales”. En ella entroncan las calles principales, convertidas en prolongaciones que abrazan a todo el pueblo. También a ella se remiten las vivencias e imágenes que han calado hondo en la memoria y hábitos; por ejemplo, la formación en línea de la gente “distinguida”, algo habitual y de singular

importancia simbólica en la apropiación de la plaza (ver Figura 2). Otro ejemplo es la fiesta del papalote:

F igur a 2

Antes se efectuaba el festival del papalote, en abril, que toda la población participaba en él, en el mirador, hacían papalotes de mil formas […] Había papalotes que ni volaban, pero eran papalotes enormes, de mil formas que los llevaban en carro, había un premio para el papalote más creativo y para el que volara mejor, era un sábado y se llenaba el cielo de papalotes.11

M apa 3. M apa de lugares en el tejido urbano de Á lamos Éste es un evento conmemorativo del cambio del siglo xix al xx. Por un lado están los hombres y por otro las mujeres. En las fotos se dice que era la gente que se consideraba bien posicionada en el pueblo, además de que representa la forma y costumbres de las personas de la época.

F igur a 3. B ordado de la fiesta del papalote

Fuente: Elaboración propia con base en el trabajo de campo de 2012 y 2013.

Luego viene una creativa fusión contemporánea de ambos ejemplos en las imágenes recurrentes en la artesanía, “de hecho, de ahí sacaban las señoras que bordan cojines y esas cosas, los bordados de gente volando papalotes”.12 Se bordan panorámicas coloridas de lugareños volando papalotes multiformes con la particularidad de que el vecindario aparece formado en línea (ver Figuras 3 y 4). Entrevista realizada por Eloy Méndez a José Cosme Ortega, 3 de agosto de 2013. 11

12

Ídem.

Fotografía: Eloy Méndez, 17 de febrero de 2013.

F igur a 4. B ordados alusivos a Á lamos

Fotografía: Eloy Méndez, 17 de febrero de 2013.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro La expansión del lugar abierto central se logra gracias a la continuidad arquitectónica y la flexibilidad del tipo construido. A lo anterior se agrega que las dimensiones peatonales y los vértices agudos de algunos cruceros de los recorridos facilitan el dominio visual, siempre verificable por la solitaria torre del templo, que ata con hilos invisibles los trazos de las múltiples perspectivas que en ella convergen. Los itinerarios se escancian con lugares menores de apoyo, como la Alameda, cruceros, ensanches repentinos, atrios de templos subsidiarios y bocacalles en los arroyos. Esto último, unido a la sinuosidad de los paramentos, suaves cambios topográficos y cantidad de puertas abiertas a zaguanes y patios que absorben el espacio público, hace variada y expectante la caminata. Así también se reconstruye en la memoria. Ante la solicitud del dibujo del pueblo, un grupo de estudiantes de segundo grado de la escuela Bartolomé Salido y otro de sexto presentaron elementos comunes: sol, nubes, calles, casas, bardas de piedra, flores, árboles, palmeras, portales, cementerio, automóviles y, sobre todo, los sitios emblemáticos como el templo, el palacio municipal, la escuela, el mirador y la plaza. Incluimos dos dibujos que ilustran la relevancia de la plaza como elemento ordenador en la memoria (ver Figuras 5 y 6). Del mismo modo lo platican los informantes en las entrevistas realizadas en el pueblo a sus residentes. Citemos un buen ejemplo de itinerario esbozado por un residente, donde reitera las escalas: Yo partiría del museo, principalmente, porque en el museo se encuentra todo lo que es Álamos […], entonces de ahí ya se va a los puntos, al lugar donde se originó la familia Almada supuestamente, es una casa que está casi en derrumbe, es un edificio de dos pisos, ahí en el edificio de armas. Entonces, ahí supuestamente iba a llegar Madero, está la iglesia también, los detalles que tiene, la arquitectura, la forma de cómo se está rescatando los edificios, la restauración […] el palacio municipal, decir que aquí fue un punto de defensa muy importante en la Revolución Mexicana.13 Entrevista realizada por Eloy Méndez a Jesús Villalobos Castro, 1 de julio de 2012. 13

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F igur a 5

Dibujo de estudiantes de 6º grado de la escuela primaria Bartolomé Salido, 20 de enero de 2013.

F igur a 6

Dibujo de estudiante de 2º grado de la escuela primaria Bartolomé Salido, 20 de enero de 2013.

Hay otros sitios. Abundan los intersticios, pliegues debidos sobre todo al capricho topográfico, entre los que desta-

can los tres arroyos que cruzan el poblado, con sus veras delimitadas con las fachadas traseras de las casas y andadores que les hacen amigables. El tratamiento emblemático observa la regulación colonial y decimonónica de la plaza-templo-palacio, aunque este último está desfasado; sobresale otro elemento que singulariza el caso: las arcadas coloniales o simples portales adintelados, que sugieren que fueron convertidos en pieza de distinción social. La presencia del tinglado —edificación ortogonal de estructuras rígidas aportadas por el funcionalismo— es más frecuente de lo que parece, ya que gran parte de las residencias originales han sido modificadas y ampliadas con este procedimiento, igual que nuevas construcciones condicionadas por la regulación oficial, de modo que la geometría racionalista es decorada para la ocasión y contribuye a prácticas de disimulo antes que de simulación. De hecho no hay mesetas o solución seriada y panóptica de franjas urbanas, la única que ha surgido es un pequeño fraccionamiento distante del centro histórico. Asimismo, ya se veía que los itinerarios surgen de y llegan a la plaza. Por último, toma cuerpo la noción de límite, de contorno construido y convenido de la trama edificada, en las veredas de la orilla se colinda con cerros, monte y bardas de piedra que abren la vista al paisaje rural, lo que abona en la sensación de orden, dominio, diferencia y confort. Los signos del cambio han impactado el lugar de mayores permanencias, la Plaza de Armas y su extensión inmediata, la Alameda. Esta dualidad de plazas propicia que la segunda amortigüe los efectos del cambio en la primera, ya que presenta mayor flexibilidad en la captación de los usos del suelo contemporáneos, al grado de ser remodelada y amueblada casi por completo con el ppm, mientras las edificaciones del contorno presentan ya escaso valor patrimonial, sobre todo en sus interiores. La Plaza de Armas tiene alto grado de preservación, mientras uno de los portales ha caído en el abandono y especulación. En ninguna de las dos se advierten pugnas por

el desplazamiento de los actores locales y en ambas hay la concurrencia popular correspondiente a su centralidad. Sobre el entramado prexistente se monta la imagen de los lugares requeridos. La acción intrusiva se dirige a facilitar la accesibilidad y transparencia, disponiendo del tinglado que se bifurca en la preservación y la simulación; los intersticios se evitan o se revisten con escenografía; las mesetas son ubicadas hacia la periferia como parte del contrapunto moderno; los emblemas se enfatizan a manera de marca; los itinerarios reorganizan la estructura urbana a conveniencia de enmarcación de los atributos singulares, que han de verificarse en el recorrido. Estas figuras espaciales integran el mapa imaginario de cada pueblo en el que constituyen los mojones de una frontera que se ofrece al turista cual si fuese traspasable. Mientras tanto, ¿cómo verbalizan los residentes la “magia” local? Si para los antiguos [indios mayo] era un lugar de recreo para sus dioses, ahora es un lugar de recreo para nuestra vista porque se formó de una manera que era normal en los pueblos españoles. Esta clase de pueblos con diferentes callejuelas, a veces anchas, a veces angostas, empinadas, planas, todo esto es característico de los pueblos antiguos y es característico de Álamos […] el hecho de que está al pie de la sierra, de que tiene un solo lugar por donde puede salir el agua y se forma un cañoncito, de que en cierta época del año lo ves seco totalmente y en otra época lo ves verde totalmente, todo eso lo va haciendo diferente […] Es característico de Álamos que cuando te paseas y cambias del sol a la sombra sientes helado, fresco, te dan ganas de sentarte, de oler, porque los olores de las plantas son diferentes a cualquier otro lugar que me puedas mentar.14

Y la percepción del impacto del Programa: No, no ha impactado… Para empezar, alguien hizo un proyecto en el arroyo… ¿qué quiere decir eso? […] Pueblos Mágicos dio un dinero para construir allí un paseo […] Pero sabemos que no va a durar, que se lo va a llevar el arroyo, porque le hemos robado todo su cauce […] Se arregló una pla14 Entrevista realizada por Eloy Méndez a Fernando Solís, 8 de mayo de 2012.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro zuela con el dinero de Pueblos Mágicos, ¿qué hicieron con esa plazuela? Pues le metieron una barbaridad de luces […] ¿A quién beneficia? […] No es una obra realizada para atraer más al turismo. Es una obra que le pusieron muchos arreglos porque había que gastar el dinero […] Hicimos una terminal a los autobuses y no es para acomodar carros, para que la gente tenga donde estacionarse y estar en lo fresco, no, ahora llegas y el polvaderón te lo echa el camión que está calentando ¿A quién le está favoreciendo? ¿Cómo hacemos llegar a esa clase de restaurantes, restaurantes chicos, pobres, restaurantes que merecen…? ¿Qué ha hecho Pueblos Mágicos para apoyar empresas como éstas? Yo quito la carreta en cuanto tenga la manera de trabajar en otra parte…, pero si la costumbre de ustedes como turistas de comer en la calle, ¿quién está peleado con venderles, si yo me dedico a eso? Es muy fácil decir: “Eit, yo no te quiero aquí, achicas a Álamos, le quitas la magia” y yo les digo “Eit, ahí está mi chamaca, pidiéndome desayuno, comida y cena, tengo que pagar esto y aquello”.15

L as casas cáidas El imaginario de Álamos está dirigido a la nostalgia, que como recuerda Huyssen, significa pérdida o deseo de hogar. Es decir, nos “remite a la irreversibilidad del tiempo: algo en el pasado que ya no se puede alcanzar”.16 Como veremos, esta nostalgia no es sólo de los espacios físicos, sino de las formas y contenidos que toman las relaciones sociales, de la capacidad humana por enfrentar y controlar su mundo social. La ciudad imaginada es aquella de las grandes mansiones, del esplendor, de la vida ordenada y tranquila de las comunidades pequeñas. En este imaginario que aquí delineamos coinciden en su interés las leyendas locales, los turistas y la comunidad norteamericana que vive en Álamos. Dicho imaginario está constituido por cuatro temas generales: 1) La frontera-riqueza escondida. El pueblo ha sido imaginado como un lugar al borde de la sociedad colonial 15 16

40

Ídem.

Huyssen 2010, p. 47.

que contaba con grandes riquezas visibles y escondidas. Los contenidos de esta idea son: la distancia frente a todo (de la capital de la Colonia y de otras ciudades); el viaje hacia este lugar; la frontera con los indios “nómadas”. Éstos son parte de los elementos presentes en configurar esta ciudad como singular y una forma de oasis en su posición fronteriza: Álamos tuvo un esplendor económico y aún cultural en medio de la nada. La mayoría de las leyendas locales hablan de personajes que encontraron grandes fortunas enterradas en la localidad o sus alrededores. Ha sido una versión de El Dorado, donde los osados y los laboriosos podían encontrar fortunas en oro y plata.17 Incluso la presencia de los norteamericanos es explicada por una de estas leyendas: el primer estadounidense en la ciudad — en los años cuarenta— compró una casa y en ella encontró una fortuna enterrada que le permitió comprar el resto de las casas céntricas del poblado.

2) Fantasmas-comunidades. Álamos cuenta con una extraordinaria cantidad de cuentos sobre apariciones de fantasmas. Esto sin duda está relacionado con la nostalgia de los tiempos pasados y el deseo de que ese momento y sus personajes no desaparezcan, sino que permanezcan entre nosotros. “Álamos por eso sigue siendo hermoso […] porque no lo invadieron las estructuras de fierro y cristal, que llegan con el dinero y el progreso; como sucedió en tantos lugares de México, convertidos hoy en hacinados palomares de cemento y cubos de metal”.18 Este imaginario también muestra la nostalgia por las reglas morales (la claridad de ellas) relacionadas con las comunidades pequeñas. Es decir, las historias de fantasmas muestran las recompensas o castigos que un personaje recibía por violar o seguir los preceptos. Así, la actuación de los personajes en las leyendas puede ser claramente dividida en dos, buena o mala, y las consecuencias con respecto a un

17 Arenas Rebecca, Álamos novenario de fantasmas, México, Instituto Sonorense de Cultura, 1996. 18

Ídem.

tren de acción eran claras y predecibles. Los fantasmas son recuerdos de una época en donde a todos les era fácil saber lo que eran los comportamientos deseables y sus contrarios. Las comunidades son reductos de principios normativos perdidos y añorados en las grandes ciudades, donde las reglas de comportamiento se han complejizado al existir diversos ámbitos de acción y las personas tienen una sensación de abandono.19 3) Historia, Revolución, héroes nacionales. Se trata de un lugar que está dentro del imaginario nacional, tanto por su importancia comercial y cultural durante la época colonial como por su papel en la Revolución. El paso de personajes como Francisco Madero y Álvaro Obregón son elementos dentro de su construcción como un lugar histórico. La presencia de ellos es rescatada en leyendas, pero también en la historiografía sobre el lugar, que en parte ha buscado detallar y describir esos momentos en los que estos personajes estuvieron —la casa donde se hospedó Francisco I. Madero es uno de los atractivos turísticos de la ciudad—. 4) Palacios y jardines. El núcleo urbano cuenta en su zona central con 188 casas y mansiones que fueron declaradas monumento histórico nacional por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah).20 Este conjunto urbano constituye uno de los principales imaginarios de la ciudad, que es pensado por sus habitantes y visitantes como un lugar con un atractivo singular en el primer cuadro. El nombre “Ciudad de los Portales” ilustra el lugar imaginado desde la arquitectura. Las diversas páginas de turismo que promocionan Álamos, pero también los blogs de norteamericanos que han visitado o radican en la ciudad, enfatizan la belleza arquitectónica.21 Debido al 19

Huyssen, op. cit.

Helene Balslev Clausen, Juntos pero no revueltos. Un estudio de caso sobre los inmigrantes norteamericanos en un pueblo mexicano. Transnacionalismo y asimilación, Dinamarca, Copenhagen Business School, 2007. 20

Anders Tomlinson, “Álamos, Sonora, México”, disponible en: http://tule-lake.com/alamos-sonora/?cat=10, [fecha de consulta: 28 de 21

atractivo del casco histórico, el pueblo fue recientemente elegido para filmar escenas cinematográficas y de televisión. La telenovela La fuerza del destino, filmó en la Hacienda de los Santos y la primaria Paulita Verjan.22 En el 2011, se filmaron escenas de la película Yerba mala nunca muere.23 El ejército mexicano filmó en el mismo año el documental Héroes en esta ciudad.24 Algunos de los edificios o zonas que son centrales en la creación del imaginario de Álamos son el Templo de la Purísima Concepción, la Alameda, el Museo Costumbrista, el Ayuntamiento, el Panteón y el Mirador.25 Es de resaltar la existencia de dos imaginarios que son manifestados particularmente por los turistas extranjeros que visitan Álamos, en su gran mayoría norteamericanos y algunos canadienses: 1) Lo mexicano auténtico. El trabajo pionero de Helene Balslev acerca de los imaginarios, que explicaba la presencia y crecimiento de una colonia de norteamericanos en Álamos, mostró que este grupo decidió vivir en el lugar buscando lo que ellos mismos describían como lo mexicano auténtico. La autora lo explica: “es una idea

octubre de 2012]; Oficina de Convenciones y Visitantes, “Pueblo Mágico Álamos”, disponible en: http://www.ocvalamos.com/pueblo-magico [fecha de consulta: 18 de octubre de 2012]; “Welcome to Alamos Mexico”, http://www.alamosmexico.com/index.asp [Fecha de consulta: 30 de octubre de 2012].

Radial Sur, Álamos… de telenovela, disponible en: http://www.radialsur.com.mx/sonora-sur/76-estado/2695-david-zepeda.html [fecha de consulta: 28 de octubre de 2012]. 22

23 “Filman en Álamos la cinta Yerba mala nunca muere”, Expreso, 2011, disponible en: http://www.expreso.com.mx/index.php?option=com_co ntent&view=article&id=30539:filman-en-alamos-la-cinta-yerba-malanunca-muerte&catid=26:cine&Itemid=100 [fecha de consulta: 28 de octubre de 2012].

24 Video disponible en: http://www.youtube.com/ watch?v=5Cy9ieEEds8 [fecha de consulta: 18 de octubre de 2012]. 25 Turismo en México, “Álamos Sonora, Pueblo Mágico”, disponible en: http://www.turismoenmexico.net/alamos-sonora/ [fecha de consulta: 30 de octubre de 2012].

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro compuesta de características como: comodidad, bellos paisajes, arquitectura colonial, tranquilidad, amabilidad de los mexicanos y de mucha importancia: seguridad [...] Esta idea se concretiza en este pueblo en particular, por lo que vivir en él significa una importante mejora en su calidad de vida”.26 Como podemos ver, la idea de lo mexicano auténtico es compleja y hace referencia a distintos elementos que conforman el imaginario de lo que significa México para este grupo de extranjeros: un lugar con una escenografía particular, pero también un lugar que conserva características asociadas en occidente con las pequeñas comunidades. Este conjunto de elementos no podía, sin embargo, ser encontrado en Estados Unidos, sino en México, lugar que en sí mismo es parte del imaginario norteamericano como un lugar de aventura, pero también atractivo y salvaje.27 Los elementos de lo mexicano auténtico se sintetizan en la descripción de uno de los recorridos ofrecidos para los visitantes extranjeros: Comenzando nuestro viaje a Álamos desde Tucson, hacemos paradas dando inicio a una de nuestras tantas ricas comidas en el camino. Una vez en Álamos, nos instalamos en una cómoda casa de adobe en El Pedregal y disfrutamos de una deliciosa cena de bienvenida. Durante nuestra estancia, hacemos compras en el mercado y preparamos algunos de nuestros alimentos, y así es como aprendemos sobre los productos y la cocina típica. También exploramos La Aduana, un viejo pueblo minero donde visitamos la cooperativa de mujeres artesanas que está llena de cosas únicas hechas en su mayoría con materiales reciclados. En la Aduana también recorremos la antigua iglesia y aprendemos sobre el “cactus milagroso” y su santa patrona, la Virgen de Balvanera. Durante nuestra estancia también nos aventuramos a visitar el pequeño pueblito El Sabinito Sur, donde se puede aprender a hacer queso y a bordar con las mujeres locales, también sobre su cerámica y disfrutar de una comida típica. De regreso en Álamos, tomamos una mañana para realizar el tour conocido como el Home and Gar26 27

42

H. Balslev Clausen, op. cit., p. 115.

Ídem.

den Tour, del cual, lo que se recauda va a un fondo de becas llamado Amigos de la Educación, y también visitamos el gran museo costumbrista. Otro día hacemos caminatas para visitar a los diferentes artesanos en los diferentes barrios de Álamos y otros lugares de interés. Y porque este viaje es sobre el día de muertos, hacemos un viaje al cementerio donde nos unimos a las festividades y ofrecemos flores a nuestros amigos difuntos. ¡Esa escena en el cementerio no se la pueden perder! Antes de nuestro regreso a Tucson, pasamos la última noche en el Mar de Cortés y visitamos a las relajantes playas de San Carlos. 28

2) Naturaleza y paisaje. Un atractivo que es ampliamente resaltado por los portales de turismo para extranjeros que visitan Álamos son los paisajes naturales y la observación de aves.29 El turismo de extranjeros tiene en la zona que rodea Álamos uno de los principales componentes de su imaginario: 28 “Starting in Tucson, we make the days drive to Alamos, stopping for our first of many delicious meals along the way. Once in Alamos, we’ll settle into the comfortable adobe casitas of El Pedregal and enjoy a delicious welcome dinner. While in Alamos, we’ll shop the local market and prepare a few meals, learning about local products and cuisine. We’ll also explore the old mining town of La Aduana and visit the women’s artisans cooperative which is full of one-of-a-kind crafts made from mostly recycled materials. Here in Aduana, we’ll also tour the historic church and learn about the ‘miracle cactus’ and the patron saint, La Virgen de Balvanera. One day, we’ll venture out to the small town of Sabinito Sur where we’ll learn to make cheese, do some embroidery with the ladies, learn about their pottery making and enjoy a traditionally prepared meal. Back in Alamos, we’ll take a morning to go on a Home and Garden Tour, the proceeds of which go to the Amigos de la Educación scholarship fund, as well as visit the great Museo Costumbrista. On another day, we’ll make the rounds to visit local artisans of different kinds and get a tour of the different neighborhoods of Alamos, visiting sites of interest along the way. And, because this trip is over the Day of the Dead, we’ll make the trip to the cemetery to join the festivities and offer flowers to some of our dearly departed friends. The scene at the local cemetery is one not to be missed! On our way back to Tucson, we’ll spend the last night on the Sea of Cortez and make a visit to the relaxed beach town of San Carlos”. Solipaso. Distinctive Birds Aventure, disponible en: http:// www.solipaso.com/ [fecha de consulta: 30 de octubre de 2012]. La traducción es nuestra. 29 Páginas web citadas: Solipaso; Welcome to Alamos Mexico; Álamos, Sonora, México.

En Álamos ofrecemos dos tipos de recorridos para observación de aves, de medio tiempo y completo. Estos recorridos son una excelente manera para salir al campo y conocer los alrededores de Álamos, así como su riqueza en aves. Cerca de 300 especies de pájaros han sido reportadas tan solo esa área, y hay otras áreas cercanas al pueblo con diversos hábitats y especies de aves. Nuestros guías locales saben mucho más que de pájaros y disfrutan compartir su conocimiento acerca de la flora y fauna así como historias locales y sobre la vida en Álamos. 30

C onclusiones Álamos es a la vez lo vivido en la cotidianidad, lo sentido en lo simbólico y lo construido desde lo imaginario. Podría suponerse que tras la asignación de la categoría “pueblo mágico” aumentaría la cantidad de habitantes por la derrama económica que representa el turismo, pero la población se ha mantenido estable en los últimos 20 años. Lo anterior se puede relacionar con lo simbólico que representa la categoría y el impacto en la morfología, pero no en el incremento de sus habitantes. Algo similar sucede con una cifra dura, la de la violencia. Una explicación de por qué se relaciona a Álamos con la violencia del crimen organizado es la ubicación geográfica en el llamado “triángulo dorado”, aunque es bajo el número de crímenes adjudicados a la delincuencia organizada en el último lustro, que no pasa de los cinco por año. El atractivo turístico de Álamos es algo a buscar en lo micro, en lo subjetivo que vaya más allá del dato duro cuantitativo. Se ubica en la vivencia cotidiana de quienes “In Alamos, we offer both half and full day birding trips. These trips are a great way to get out into the back country and see more of the Alamos area and its rich bird life. Nearly 300 species of birds have been reported in the immediate area, and there are several areas close to town with varying habitat and good bird life. Our local guides know a lot more than just birds and enjoy sharing their knowledge about all of the flora and fauna as well as local history and life in Alamos”. Solipaso. Distinctive Birds Aventure, disponible en: http://www.solipaso.com/ [fecha de consulta: 30 de octubre de 2012]. La traducción es nuestra. 30

lo habitan y lo vuelven lugar por medio de sus actos, porque es algo no visible en una primera mirada. Hay que realizar miradas múltiples desde ángulos diversos para cruzar el umbral de ese espacio nombrado como Álamos, simbolizado como Pueblo Mágico e imaginado como un pueblo mexicano colonial. Las dimensiones imaginadas por los visitantes se cruzan y en algunos casos chocan con las de aquellos que viven cotidianamente en este lugar. La ciudad se desdobla en múltiples formas de usarla, en espacios de pertenencia y en lugares que nunca serán visitados, tanto por los turistas como por los que habitan el lugar. La labor de planeación de un lugar turístico se convierte entonces en neurótica: dos tipos muy distintos de necesidades y deseos conviven y buscan imponerse en un horizonte de recursos limitados. El ppm ha incidido en la valoración del patrimonio cultural del pueblo, pero hay evidencia de que no opera con los instrumentos adecuados. De esta manera, el patrimonio inmueble puesto en valor es el percibido con el carácter ubicuo de “colonial”, tal y como estaba en el momento de la categorización, con la cual se reconocen y reproducen las precedentes prácticas de intervención arquitectónica y urbana, mismas que responden a imaginarios diversos y hasta contrapuestos, pero que igual contribuyen a inventar una “autenticidad” ocupada en homogeneizar las imágenes de las fachadas frontales bajo el rasero vago y discrecional de “lo mexicano colonial”. Tanto las nuevas edificaciones como las de rescate y reciclaje se ajustan a esta disposición para sobreponer a la rugosidad histórica la planicie temática de la meseta uniforme. Esto ha desembocado en un proceso de valoración intensa del patrimonio cultural y con ello del suelo urbano, ahora combinado con la multiplicación de intersticios que permanecen a manera de anomalía o resistencia al montaje escénico, a la vez que señalan el deterioro y clonación a modo de lenguajes y representaciones en arquitectura. 43

Lugares de encuentro En el origen, el lugar se ha construido a partir del núcleo fundacional de la plaza-pueblo de la Colonia, donde la plaza se integra en el módulo germinal de la traza ubicada en el corazón de la jurisdicción territorial urbana. Alrededor de ésta, en particular al otro lado del arroyo, se establecieron los barrios y, en términos generales, es una estructura urbana con claros rasgos de segregación social en el espacio hasta ahora reproducida. Más aún, el Programa viene a ser el último eslabón en la cadena de reforzamiento de las diferencias, en la medida que la cultura material es un bien asequible ya por herencia, ya por capacidad económica; es un bien escaso integrado al capital cultural y es ostensible en tanto emblema de distinción. En este sentido, la pugna simbólica por los segmentos consagrados del espacio competen a la esfera de las imágenes-imaginario y, desde luego, también al ámbito real de los usufructuarios de las obras, que revelan los intereses y estrategias en pugna entre promotores y residentes. Por esto es claro que la concentración de inversiones en el primer cuadro es un indicador de los beneficios desiguales del ppm.

Bibliogr afía de apoyo Baslev Clausen, Helene y Mario Alberto Velázquez García, “En búsqueda del México auténtico. Las comunidades norteamericanas en ciudades turísticas de México”, en Construir una nueva vida. Los espacios del turismo y la migración residencial, Tomás Mazón, Raquel Huete y Alejandro Mantecón (eds.), Santander, Milrazones 2011, pp. 61-80. Blog Álamos Viejo. Leyendas, Relatos, Personajes y Acontecimientos, disponible en: http://alamoviejo. blogspot.mx/ [Fecha de consulta: 11 de marzo de 2010]. Herrera Pineda, Ramiro, Proceso de apropiación de la unidad de negocios de acopio y comercialización de ganado 44

bovino para el mercado internacional, tesina del Colegio de Posgraduados, Unidad San Luis Potosí, 2011. Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, Estadísticas ensi, 2011, disponible en: http://www. icesi.org.mx/estadisticas/estadisticas.asp [fecha de consulta: 25 de agosto de 2012].

Capítulo 2 P ueblo M ágico C osalá María Elizabeth Castañeda Corral, Miguel Ángel Higuera Muñoz, Servando Rojo Quintero, en colaboración con Sylvia Cristina Rodríguez González Universidad Autónoma de Sinaloa

I ntroducción Cosalá es un pueblo tradicional de origen minero que guarda en su memoria urbana historia, cultura, patrimonio natural y tradiciones; a diferencia de la ciudad genérica, relata su historia. Pareciera que no acepta crecer y mucho menos entrar en la modernidad, se contiene entre lugares, esos espacios que han sido marcados por los lugareños a través de su significado, indicando una línea directa con un pasado que reconoce a sus ancestros. El crecimiento de Cosalá ha estado sujeto a altibajos. En el año 1759, cuando fue visitado por el Obispo Pedro Tamarón y Romeral, contaba con una población de 1,897 habitantes y era una de las principales localidades del estado; para 1810, era uno de los reales de minas más prósperos del noroeste, con siete centros mineros muy importantes, todos con fundición de metal. El principal, más rico y grande, era Guadalupe de los Reyes, mina descubierta por don Francisco Iriarte el día 12 de diciembre del año 1800 y registrada el 6 de enero de 1801. Alrededor de estas dos fechas el pueblo tomó su nombre. Los adultos reconocen sus lugares a partir de sus encuentros y los jóvenes los estratifican; es decir, los adultos han decidido que éstos son todos aquellos donde se ha impregnado su historia y se conservan costumbres, mientras para los jóvenes se han abierto a toda la estructura del pueblo a través de sus calles, arroyos y alrededores. Asimismo, las relaciones sociales se conservan con hábitos comunes al corroborar que la casa es el lugar de mayor significado.

L ugar de arroyos El municipio de Cosalá se localiza en las faldas de la Sierra Madre Occidental, en un terreno con topografía irregular en su mayoría. Sin embargo, el medio físico ha sido determinante en su devenir histórico ya que albergó una gran riqueza mineral. Actualmente, por sus características —al ser poco apto para ac45

Lugares de encuentro tividades económicas como la agricultura y la ganadería—, encontramos una economía insuficientemente desarrollada. Hay varias versiones acerca del significado de Cosalá. Uno es “lugar de Guacamayas”, debido a que se encuentra entre dos arroyos que se caracterizaban por la belleza de sus arenales. Según Héctor R. Olea, es un vocablo náhuatl que significa “cosa brillante, hermosa, limpia y resplandeciente, por lo que se puede interpretar como ‘en el agua verde o esmeralda como la pluma de quetzal’ ”.1 Sin embargo, se toma como oficial la versión de Antonio Nakayama, quien señaló que el nombre proviene del náhuatl y su significado es “lugar de comadrejas”.2 En los padrones religiosos recibió el nombre de Real de Minas de Nuestra Señora de las Once Mil Vírgenes de Cosalá y es hasta principios de siglo xix cuando se empezó a designar oficialmente como Real de Minas de Cosalá. En el proceso de conquista del territorio del norte de la Nueva España, los conquistadores transformaron el espacio y fundaron asentamientos de varios tipos; en el caso del territorio que hoy ocupan los estados de Sonora y Sinaloa: los presidios, como parte de una estrategia de avanzada; las villas con pueblos de españoles y barrios de indios; las misiones (en el noroeste, fundamentalmente jesuitas) y los reales de minas, asentamientos donde se desarrollaba su principal objetivo de conquista,. En ese contexto, Cosalá fue fundado por Francisco de Ibarra el 13 de marzo de 1563 en el antiguo pueblo de indios acaxees. Sin embargo, en repetidas ocasiones (1602, 1607 y 1618) se rebelaron y destruyeron el Real de Minas. Posteriormente fue reconstruido por cuarta vez en 1632; no obstante, por la poca riqueza de sus minas se volvió 1 Héctor R. Olea, Los asentamientos humanos en Sinaloa, México, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1980, vol. 1 (Colección Problemas de Sinaloa).

Antonio Nakayama, Sinaloa, un bosquejo de su historia, México, Universidad Autónoma de Sinaloa, 1983.

a despoblar y fue hasta la tercera década del siglo xviii cuando debido al descubrimiento de vetas de mineral finalmente se repobló por quinta y última vez.3 La gran importancia de Cosalá se corrobora ya que fue declarado capital del Estado de Occidente el día 28 de agosto de 1826. Asimismo, el día 11 de febrero de 1827 se publicó en esta ciudad el primer periódico de Sinaloa titulado El Expectador Imparcial y entre 1806-1807 se estableció la Caja Real. Ha sido cuna de ilustres personajes como don Francisco Iriarte, quien introdujo la imprenta a las provincias de Sonora y Sinaloa y fue gobernador del Estado de Occidente y primer gobernador de Sinaloa; Heraclio Bernal, “el Rayo de Sinaloa”, la figura más emblemática de la región, quien luchó contra la dictadura de Porfirio Díaz; Luis Pérez Meza, llamado “el Trovador del Campo” y uno de los principales exponentes de la música vernácula sinaloense, y don Alberto Vega Olazábal, el poeta romántico sinaloense. El auge de la minería de Cosalá continuó durante el resto del siglo xix, pero a partir de la primera década del siglo xx empezó a decaer provocando una crisis económica que se extiende hasta la actualidad. Sin embargo, como fiel testimonio de ese pasado, hoy existe un patrimonio cultural (tanto intangible como tangible) de gran calidad que se expresa en la gastronomía propia de esta región, sus mitos y leyendas, la música tradicional que mantiene vivas sus raíces, la arquitectura con grandes casonas de muros de adobe, techos de carrizo y teja con bellos patios interiores cubiertos de vegetación que corrobora la plena integración entre arquitectura y medio natural, y su urbanismo con remates visuales por doquier y callejuelas propias de los pueblos mineros que convierte su recorrido en toda una aventura. Los dos arroyos y la topografía donde se localiza este antiguo real minero han “moldeado” su traza urbana. Su calle principal y antiguo camino real (Calle Hidalgo) co-

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H. R. Olea, op. cit.

Una visita a pueblos mexicanos rre paralela al Arroyo Grande. En un plano de la ciudad de Cosalá dibujado en 1861 se observa que sus límites se circunscribían al área interior conformada por los dos arroyos, el que viene de la Cobriza (actualmente Arroyo Chico) y el que viene de las Higueras (Arroyo Grande), donde se localizaban los barrios de La Loma de San Juan y Piedra Blanca —actualmente ya no es conocido como tal—. Esta área ha sido el asiento de las familias dominantes en la sociedad cosalteca y donde se localizan los principales edificios como: la Plaza de Armas, la iglesia de Santa Úrsula y la capilla de la Virgen de Guadalupe, la Presidencia Municipal y el mercado, entre otros. Al sur poniente —fuera del área anterior, cruzando el Arroyo Grande— se encuentra el Llano de la Carrera —en 1873, Eustaquio Buelna propuso que el centro de la ciudad se trasladara a este sitio, ya que su topografía era más regular—; posteriormente, durante el último cuarto del siglo xix se desarrolló el Barrio de la Canela para completar el área que actualmente ocupa la zona de monumentos históricos. Fuera de dicha zona se encuentra el barrio Sierra Mojada, así como otros hacia donde se ha ensanchado la ciudad en las últimas décadas, como Las Lomitas y Las Casitas, que fue el primer fraccionamiento habitacional de la ciudad y es habitado en su mayoría por profesores de primaria y secundaria.

barrios —en especial, los tradicionales que no son recorridos por los turistas, mismos que adquieren significado para los lugareños—, la capilla de la Virgen de Guadalupe, el Arroyo Grande, la antigua Casa Ray, el Palacio Municipal, la tienda comercial de Cosalá, el hospital (de importancia para los lugareños) y el panteón. En la cultura de los cosaltecos han quedado grabados emblemas, los cuales se identifican por su marca en el territorio como la iglesia de Santa Úrsula, la plaza, el mercado y las cascadas de Vado Hondo (véase Figura 1). F igur a 1. E mblemas de C osalá

E l pueblo emblemático El pueblo tradicional para los cosaltecos inicia en sus alrededores y se enmarca en la cordillera de la Sierra Madre Occidental; el crucero de la carretera federal número 15 introduce a tierra cosalteca. El pueblo de Vado Hondo detona la llegada a Cosalá y los barrios cosaltecos son los cortes abruptos que se encuentran al adentrarse en el territorio demarcando su totalidad. En voz de lugareños y turistas, en el pueblo de Cosalá se reconocen los lugares entre significado y simbolismo: la plaza, la iglesia de Santa Úrsula, el parque (corredor aledaño a la iglesia), las casas que configuran los distintos

Fotografía de los autores, 2012 y 2013.

Si bien al interior del pueblo existen emblemas significativos que entrelazan sus calles y callejuelas, también se distingue en la periferia barrios como Las Lomitas, donde viven la mayoría de los migrantes que bajan de la sierra a trabajar en las minas. El pueblo tradicional se distingue por sus lugares llenos de costumbres y tradiciones, emblemas que han marcado historia y mesetas que incluyen el lento crecimiento del pueblo (véase Mapa 1). 47

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro M apa 1. R ed de lugares

Fuente: Proyecto Pueblos Mágicos, 2013.

A partir de la implementación del Programa Pueblos Mágicos (ppm) en 2005, Cosalá se convirtió en el número 23 de estos pueblos que fabrican escenarios para el atractivo y captura de turistas. Se han construido diversos tinglados como el reconocido Hotel Quinta Minera, el museo, la plaza gobernadores, las fachadas de los edificios del centro histórico y estructuras montadas para eventos de atracción turística como el Cosalazo y Cosaltazo. Al mismo tiempo han surgido los intersticios que rompen con los hábitos de los cosaltecos. En el pueblo se incrementó y diversificó el parque vehicular. Se incorporó la moto cuatro por cuatro para convocar al traslado y paseo de los lugareños, en especial de jóvenes que no cumplen con la reglamentación vial reque48

rida para su propia seguridad. Por este motivo las calles y callejones son intersticios a partir del reconocimiento de un alto número de accidentes viales y vehiculares. Las banquetas reconstruidas en el centro histórico son poco utilizadas y aptas para lograr un recorrido continuo debido a sus desniveles, convirtiéndose las calles en las banquetas del pueblo. Los diferentes barrios han sido reconocidos como agradables, pero se encuentra un barrio nuevo y poco agradable: Las Lomitas, que desagrada a la mayoría de los cosaltecos por alterar el orden y opacar la tranquilidad del lugar, ya que rompe con las costumbres y hábitos del pueblo tradicional. Entre la estructura urbana del pueblo se distinguen escenarios tradicionales como la cárcel y el basurero. Ambos son llamativos desde su origen, debido a que se distinguen por sus olores desagradables y su exposición ante el turista. A pesar de que los lugareños quisieran desaparecerlos, son requeridos para el desarrollo de la vida como la quieren: limpia y tranquila. Se han transformado algunos escenarios tradicionales, como la construcción del malecón para convocar al atractivo turístico o el cruce del Arroyo Grande, un espacio significativo que se ha convertido en un espacio residual donde se reúnen grupos de lugareños para tomar bebidas alcohólicas, como la tradicional cerveza, sin control de sus actos. Los escenarios turísticos se han incorporado a los intersticios, logrando una desconexión entre los lugares que reconocen los residentes. Por ejemplo, entre la parte trasera de la Iglesia de Santa Úrsula y el parque se configura un agradable callejón que es reconocido tradicionalmente por el comercio de talabartería. Sin embargo, se ha dedicado el callejón a los siete gobernadores originarios de Cosalá y se concretó la remodelación de unos baños públicos laterales que ahora son controlados mediante cobro para su ingreso, convirtiéndolos en baños privados. Esto ocasionó que el callejón sea utilizado como baño público,

en especial los domingos, cuando los lugareños se reúnen en el parque, mismo que es perpendicular al callejón, y es el sitio de conexión entre el mercado (también terminal de autobuses) y la plaza, donde los visitantes de la sierra cercana acostumbran recorrer el pueblo. En la percepción de los cosaltecos, la visita de los residentes de la zona serrana provoca inseguridad en el pueblo, fenómeno al que se suma el incremento de la actividad turística. Las últimas intervenciones del programa federal detonaron la percepción de inseguridad en el pueblo tradicional y se confirmaron con los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de 2013,4 que indica que del total de 158 delitos en el municipio, los delitos del fuero común con mayor impacto fueron: 36 lesiones, de las cuales 27 fueron dolosas; 20 de otro tipo (accidentes viales); 4 con arma de fuego, y 34 homicidios, de los cuales 29 fueron dolosos y de éstos 27 con arma de fuego. En voz de los lugareños: Barrios no muy recomendables […] Las Lomitas […] pues como hay gente extraña que está acostumbrada a no respetar la ley, tiran balazos, tienen la música a todo volumen, no respetan la tranquilidad.5 Deben de manejar, los que andan manejando, a una velocidad de treinta kilómetros máximo. Aquí pasan a ochenta, a cien por las calles, [ayer mataron a uno], atropellaron.6

Actualmente, el municipio de Cosalá cuenta con una población total de 16,697 habitantes (es el de menor número de habitantes en Sinaloa) y está dividido en 102 pueblos, entre los que destaca el pueblo de Cosalá con 6,577 habitantes (3,326 mujeres y 3,251 hombres) y 1,408 vivien4 Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, “Incidencia Delictiva a Nivel Municipal”, 2013, Disponible en: http:// www.secretariadoejecutivosnsp.gob.mx/es/SecretariadoEjecutivo/Incidencia_Delictiva [fecha de consulta: 7 de febrero de 2013].

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Pérez, 25 de enero de 2013. 5

Entrevista realizada por Servando Rojo a Manuel Navarro, 2 de febrero de 2013. 6

das.7 De 1990 a 2010, la población ha incrementado sólo 20 por ciento y sus viviendas 34 por ciento. El crecimiento urbano se ha dado lentamente y es proporcional al crecimiento demográfico (véase Mapa 2). M apa 2. C recimiento del tejido urbano

Fuente: Proyecto Pueblos Mágicos, 2013.

Se incorporaron intervenciones en las delimitaciones que enmarcan sus arroyos a través de la construcción de un malecón y un mirador (véase Mapa 3). A partir del ppm, Cosalá ha tenido un impacto en la inversión a partir de la construcción de 12 hoteles y 13 restaurantes. Además, es importante reactivar la actividad económica a partir de la transformación que ha traído la llegada del turismo, debido a que llama la atención que sólo 31 por ciento de la población se encuentra económicamente activa y 30 por ciento ocupada. Señalan los lugareños: Me comentaban los de, por que pusieron una tienda los de Santa Fe, y llegaron ahí al hotel, ahí los ejecutivos. Mira me dice: en pocas partes, hemos batallado tanto para encontrar 7 Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), “Censo y conteos de población y vivienda”, disponible en: http://www.inegi.org. mx/est/contenidos/Proyectos/ccpv/default.aspx. [fecha de consulta: 17 de febrero de 2013].

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro gente, que trabaje, como aquí en Cosalá. La gente de aquí no tiene necesidad de trabajar. O sea que, están acostumbrado, a tener una vida de veras tranquila, sin complicaciones, todo mundo tiene de veras algo de qué vivir, de qué comer, tiene su ganadito, sus gallinas, sus puercos, entonces, su rancho, tienen algo de qué vivir, y eso me decían ellos: de veras, nos ha causado así mucha, que dijéramos, sorpresa, el hecho de que no hay aquí rebatinga de querer trabajar, o sea, desespero por querer trabajar.8

La verdad orita, no sé ni cómo me lo podría imaginar, que, no sé qué futuro les espera a los hijos de uno verdad, porque orita como está la cosa, bien, está duro por todos lado. Quién sabe, ojalá se mejore la, la que es la economía, porque sí está muy, está duro, lo que es los negocios, quién sabe, qué vaya a pasar más adelante ¿no? Qué futuro les espere, tal vez a nosotros no nos toque, los hijos de nosotros, quién sabe qué es lo que les espera más delante, que no me lo imagino yo.9

M apa 3. Sitios intervenidos por el P rogr ama P ueblos M ágicos

E l pueblo moderno El imaginario colectivo como “una fuerza de creación”10 en los Pueblos Mágicos convoca a la modernidad. En Cosalá se han reunido residentes, empresarios, funcionarios de la administración pública y turistas para transformarlo en un pueblo atractivo para el turismo cultural. Señala Marc Augé: “Sólo en y a causa de la vida social, actualización de la relación con el otro, se puede edificar una estructura simbólica ofrecida por igual a todos los miembros de la sociedad”.11 Nuevos hábitos, costumbres y sentimientos se unifican durante esta transición del pueblo tradicional al pueblo turístico. La llegada de la modernidad representa la magnificación y exaltación de sus construcciones, con sentimientos de invasión turística para la mayoría de los residentes. Evoca Bachelard: “Podemos dar otro paso y situar la imagen no sólo antes del pensamiento, antes del relato, sino antes de toda emoción”.12 Empresarios, entre los que destacan hoteleros y restauranteros, son el eje central de la implementación del ppm. A la fecha, los residentes saben que su pueblo ha sido nombrado Pueblo Mágico pero no conocen su objetivo: Mmm, pues han venido a dar cursos, pero yo, ¿quién hacía ahí?, pero no todo el pueblo, como decir hoteleros, restauranteros, comerciantes, pero a mí, pero a mí no me ha tocado ir la verdad, para que le voy, pero sí, aquí a nosotros aquí en el hotel si los han invitado a cursos que han dado y eso, pero para, para el trato que le deberían de dar a las personas pues, sobre todo enseñar a la gente cómo tratar al turista.13

Los propietarios de fincas históricas del centro histórico de Cosalá reiteran que los uniformaron, revirtieron los toFuente: Proyecto Pueblos Mágicos, 2013.

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Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012. 8

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Alvarado, 16 de septiembre de 2012. 9

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Yo diría que aparte de todo esto, es la propia gente, las costumbres, el trato, la cordialidad, la amistad con que la gente

Cornelius Castoriadis, Figuras de lo pensable, Madrid, Cátedra, 1999.

Marc Augé, El sentido de los otros, Barcelona, Paidós Ibérica, 1996.

Gaston Bachelard, El aire y los sueños, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 129. 12

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Alvarado, 16 de septiembre de 2012. 13

nos de los colores de sus fachadas y se han incorporado al montaje de escenarios arquitectónicos que colorea el ppm. Para los lugareños, el Programa federal se ha incorporado a los pueblos como un turista: éste ha entrado al pueblo como un extraño y se ha incorporado a partir de un recorrido por sus calles y callejones, transformándolos paso a paso. Señala Bauman: “El problema es que la fórmula a partir de la cual se construyen las ‘comunidades realmente existentes’ sólo hace más paralizante y difícil de corregir la contradicción existente entre seguridad y libertad”.14 Se ha mostrado interés por contribuir en la intervención de la arquitectura, edificios emblemáticos, fiestas y tradiciones, producción artesanal y cocina tradicional; es decir, en la magia de Cosalá “como complemento del turismo cultural”.15 El residente se siente invadido y la presencia de turistas termina con la tranquilidad en la que se encontraban viviendo. El temor se muestra en sus rostros y la invasión de sus lugares de encuentro siembra miedo en ellos; la plaza se ha convertido en la preferida por los turistas para visitar y disfrutar, en especial durante las festividades originadas a partir del auge turístico, como el Cosalazo y el Cosaltazo. A pesar del desconocimiento de los residentes sobre el ppm, se reconoce que la magia reside principalmente en su gente, en los actos subjetivos de una sociedad, donde interviene la conservación no de edificaciones, sino de hábitos y costumbres que se desprenden del suelo donde se habían arraigado. La magia de Cosalá es, en voz de un nativo y empresario del pueblo:

Zygmunt Bauman, Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil, Madrid, Siglo XXI, 2006, p. IX. 14

Reglas de Operación Programa Pueblos Mágicos 2012. [http:// www.gob.mx/sectur/acciones-y-programas/programa-pueblos-magicos]. 15

trata a los mismos vecinos, y muy particularmente cuando alguien los visita, en, hay todavía ranchos, este, comisarías, sindicaturas, en que usted va a visitar a una persona y no la dejan que se venga sin que se tome por lo menos un café, un vaso con agua, la invitan a comer. Es algo que ya no se da en la modernidad, entonces eh, adicionalmente la magia de los pueblos se encuentra en su misma historia, en su misma leyendas, por ejemplo en Cosalá, primer gobernador del estado de Sinaloa fue de Cosalá.16

El pueblo tradicional se encuentra rodeado de paisajes inhóspitos que permiten adentrarse en el territorio cosalteco entre una exposición de naturaleza, historia incrustada e identidad cultural de los lugareños: Pues es el ambiente, de que está tranquilo ahí, en el pueblo y hay lugares donde te puedes, de esparcimiento, que está bien, que te puedes entretener.17

Mire, es un pueblo muy alegre, pero a la vez muy tranquilo. ¿Por qué? ¿Por qué es tranquilo? Así están acostumbrados, porque no tienen vida nocturna, no tienen vida nocturna, Cosalá, usted por ejemplo, a las nueve de la noche no ve ningún alma por la calle, y no encuentra casi ningún carro, todos en sus casas ya. Así están acostumbrado desde toda la vida, antes, porque no había luz eléctrica y ahora los jóvenes incluso, ya no tienen vida nocturna en Cosalá, o sea, entonces eso ayuda mucho, a que la gente sea, muy, muy hogareña, muy de la familia, este, y pero alegres, o sea no tristes.18

Al interior del poblado, las calles y callejones que la estructuran extienden sus brazos en forma de plato roto, integrándose en un territorio que sorprende por sus rincones arquitectónicos y paisajísticos. Los lugares en Cosalá se han transformado. Los residentes reconocen que, a partir de las intervenciones del ppm, el espacio urbano es distinto al que recorrieron durante su infancia o juventud: 16 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012. 17

Fernando Arellano.

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012. 18

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Pos, lo que han transformado el pueblo, pues ahora de pueblo mágico, y que antes, estaba el, toda las calles eran empedradas con piedra ahogada con tierra y ahora que hicieron las calles con piedra, así, ahogada con cemento pues, y pos han estado habiendo, cada, vienen del inah y del gobierno, de parte del gobierno federal vienen, como ahorita andan remodelando algunas casas, las que se miran más deterioradas, las están arreglando y eso, sí ha habido algunos cambios.19

Las primeras intervenciones urbanas que marca el Programa se han convertido en el desprendimiento de las raíces de los cosaltecos, reconociendo a su pueblo como remodelado. Para los lugareños es alegre, bullicioso, cálido, tranquilo y seguro, pero las sensaciones han cambiado para ellos: Pues realmente es, es tranquilo, pues tiene muchas partes que visitar, como le había dicho anteriormente, las cascadas de Vado Hondo, están las Grutas México, aquí tenemos la reserva, una reserva ecológica propiedad de la uas que es donde vivieron los mineros de nuestra señora, es un cerro donde usted va bajando y son puras casas viejas que está remodelando ahorita la universidad y tiene muchas partes que visitar la verdad. 20

tes. No obstante, los empresarios exponen que aumentarán cada vez más sus servicios y capacidad. Pues, físicamente, pos este pueblito, son pueblitos que no, lo que es la arquitectura no cambiaría, porque del inah y eso, no te permiten hacerle otras fachadas a las casas. Lo que es el casco, tal vez cambie físicamente los alrededores verdad, pero lo que es aquí el centro y eso, no creo que cambie nunca, tal vez siga igual, por lo que me imagino yo pues, no sé.22

La percepción de los residentes, turistas y empresarios guía la apropiación del lugar. Destaca el reconocimiento de lugares de atracción, tanto para residentes como turistas, en especial los arroyos y Vado Hondo. La prevalencia de los arroyos en la estructura urbana de Cosalá se enlaza con la tranquilidad reconocida por el imaginario colectivo. Dichos arroyos nacen en lo alto de la sierra, manifestándose y magnificándose como fundamento de la magia del territorio cosalteco. El pueblo tradicional se disfruta entre arroyos y cascadas que conquistan tanto a residentes como turistas. Bueno, para mí representa el color de la guacamaya, que es el origen del pueblo, hay mucho colorido en su vegetación, en su lomeríos, hay mucho tucuruguay, lomas blancas, lomas de distintos colores, hay cantera. Entonces este, es muy colorido el pueblo, y bueno, ahí prevalece la naturaleza que, hay cielos preciosos, que le dijera, en distintas tonalidades dependiendo del día. 23

Sin embargo, reconocen que la tranquilidad es selectiva en el pueblo, principalmente por temporadas. La gente sí, es un poquito, sí, sí son amables, […] pues orita el pueblo es tranquilo, lo que pasa es que como en todas partes, la violencia pos, gente que andan mal pues, hay pueblillos. Cuando hay algún problema o algo, como que mataron a alguien, es gente que no es de aquí del pueblo, gente de la sierra de por allá, aquí lo que es el casco del pueblo, es tranquilo […] es seguro. 21

Imaginar a Cosalá en el futuro como ciudad turística compacta no forma parte del imaginario de sus residen-

19 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Alvarado, 16 de septiembre de 2012. 20 21

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Ídem.

Ídem.

En este sentido, los lugares de Cosalá son sus arroyos y cascadas, con reconocimiento de la magia que guarda Vado Hondo como lugar de encuentro e identificación para los Cosaltecos. Los turistas admiran dichos paisajes y disfrutan de la experiencia de encontrarse entre fantasiosas escenas naturales que los cautivan durante su recorrido. La estructura urbana de Cosalá se define a partir de sus arroyos y calles que enmarcan los sitios principales del 22

Ídem.

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012. 23

centro histórico, con registros simbólicos en sus recorridos cotidianos: la Quinta Minera, la capilla y el hospital, y al interior del pueblo tradicional el arraigo se muestra en tres emblemas: la plaza, la iglesia de Santa Úrsula y el mercado (véase Figura 2).

cuentro agradable para los lugareños, se convierte en un antilugar. Pues, lo que es la plazuela, la plazuela es un lugar muy agradable, porque hay mucho que ver, pues está la iglesia, el museo, la misma plazuela con su kiosco donde la gente acostumbra por las tardes salir, platicar, mirar un rato, tomarse unas nieves, es un lugar muy agradable aquí en Cosalá […] Aquí en Cosalá, hace como tres cuatro años, se hizo un pequeño mirador, […] los jóvenes lo tomaron para diversión, un poquito no tan sana, y lo cerraron, no era un lugar agradable. 24

F igur a 2. M apa mental de los lugares de

encuentro e inter acción con marcas en el recorrido de los cosaltecos

Esto es manifestación de la poca identificación de los cosaltecos, no se puede crear arraigo e identidad cultural a partir de una obra de infraestructura turística: Pues, se construyó un pequeño malecón, […] eso creo que no nos ayudó tanto, […] había muchos árboles y se tumbaron todos esos árboles, y se construyó un pequeño malecón, y pues yo creo que a la larga, como dicen el agua busca su camino natural. Lo vimos esta temporada de lluvias, que llovió mucho mucho, el agua subió bastante. […] Los turistas no lo acostumbran tanto, […] lo acostumbra la gente del pueblo para hacer ejercicio por las tardes, caminar, pero creo que a lo mejor no era el lugar adecuado, era más bonito natural. 25 Fuente: Proyecto Pueblos Mágicos, 2013. Simbología: Azul, el arroyo; café, emblemas, y rosa, lugares de encuentro del imaginario de los lugareños, la casa.

El pueblo mágico se estructura entre lugares y antilugares. Los primeros se entenderán como los espacios donde se despliegan las relaciones sociales y su interacción, logrando el significado del espacio para el colectivo, siendo la identidad y el arraigo los principios centrales de la configuración del lugar. Los segundos son los espacios creados para el atractivo turístico en los Pueblos Mágicos; éstos provocan la percepción de riesgo para los lugareños. Los reconocidos antilugares son las calles, el malecón y en especial el mirador y la transformación de la plazuela durante el Cosalazo y el Cosaltazo: de un lugar de en-

A partir del auge turístico se diseñan y exponen tinglados como los diferentes hoteles temáticos, sus nuevas calles adoquinadas y pavimentadas, las fachadas de las fincas históricas, la iglesia y el museo del pueblo cosalteco. Además, se exponen escenarios construidos para la conquista turística como nuevos espacios del consumo. “Antes las calles eran bonitas, pero ahora están mejor, […] las banquetas eran más parejas, eran de ladrillo colorado, ahora son más parejas las calles que las banquetas […]”.26 Los tinglados forman parte de las intervenciones que se han realizado por el ppm. Destaca el rescate, remoza24 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Liliana Beltrán, 15 de octubre de 2012. 25 26

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro miento y pintura de fachadas; el adoquinado de las calles que antes estaban empedradas; el cambio de colores en fachadas; el remozamiento, cambio de pintura e iluminación escénica a la iglesia de Santa Úrsula. Si bien se exponen tinglados a los turistas, se ocultan los intersticios del Pueblo Mágico: el barrio Las Lomitas —configurado por migrantes procedentes de la sierra—, la cárcel, el callejón Plaza Gobernadores, la Plaza del Tropezón, el basurero, el Arroyo Chico, el Arroyo Grande y los tiraderos de las minas que contaminan principalmente el agua.

identificación como ladrón, benefactor, personaje histórico y héroe.

Urge mucho hacer un cambio de lo que es la cárcel. Es algo que debería de cambiarse, […] está en pleno centro histórico, entonces urge reubicar la cárcel, a lo mejor se podría aprovechar en algo, mercado turístico, sin remodelar la fachadas. 27

Entre los elementos reconocidos por los lugareños, se distingue sus notables olores a tierra mojada y su naturaleza. La concentración de imágenes se entrelaza con las sensaciones que reconocen este territorio como pueblo. Para el turista representa dejar atrás la ciudad.

El basurón que todas las noches queman […] ruido, sólo en los cosaltazos […] los arroyos, éstos, que llegan al centro, porque se ponen a tomar, cuando la gente anda por los arroyos, y ahorita ya, las niñas ya no las puede uno dejarlas, es muy desagradable que no puedas circular […] Faltarles al respeto a las personas. 28

Cosalá tiene muchas leyendas y no leyendas, nada más como cuentos, de personajes que han existido, por ejemplo, Heraclio Bernal, es un personaje, que para mí fue, a parte, le decían que era un bandolero, pero realmente ahora la historia, ahora lo está reconociendo, no como bandolero, si no como un precursor de la Revolución Mexicana, porque hizo dos planes, para oponerse al gobierno de Porfirio Díaz. 29

Orita en tiempo de lluvia, en tiempo de lluvia, pues este, pues, que llueve, huele a tierra mojada. Algo, que es tal vez en la ciudad no lo podemos tan, sentir, oler, el olor ese que, la tierra. Cuando empieza la lluvia huele a tierra mojada, un olor bien lindo, que no sé cómo describirlo, se siente pues. 31

Para mí es más armonía, tranquilidad. En tiempo de lluvias me agrada que huela a tierra mojada, el olor de la vegetación.33 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012. 29

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a María Higuera, 3 de febrero de 2013. 30

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Alvarado, 16 de septiembre de 2012. 31

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Liliana Beltrán, 15 de octubre de 2012. 32

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28 Entrevista realizada por Servando Rojo a Margarita Mondragón, 2 de febrero de 2013.

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La molienda de caña se fuga en la memoria de los residentes a través del recuerdo de olores que identifican a los cosaltecos: Cuando había los trapiches, montón de trapiches, olía, el olor a caña. Cuando estaban los trapiches allá en el arroyo, hasta acá llegaba el olor a piloncillo, de la caña que estaban cocinando. 36

Los olores se integran entre los lugares simbólicos y los lugares significativos. Estos últimos, como la plaza, el corredor, la iglesia de Santa Úrsula, el mercado, algunas comunidades cercanas como el Rodeo y Palo Verde, y alrededores como Vado Hondo y el Mineral de Nuestra Señora, se han convertido en los lugares de encuentro tanto para residentes como turistas. Por otro lado, la casa es el lugar significativo de los cosaltecos.

33 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Julián Quintero, 23 de enero de 2013.

recibir a los foráneos y capturar al turista. Mientras, la casa es el lugar significativo para los lugareños, es el sitio donde conviven con amistades y reciben a sus visitantes, en especial familiares y amigos que llegan de la ciudad. Señala Luhmann: “La familiaridad y la confianza […] están unidas la una con la otra, de la misma forma que el pasado con el futuro”.38 Existe una relación directa entre el lugar significativo, la casa y los personajes aceptados e invitados para entablar una relación social, donde el lazo de unión entre los personajes que reciben y llegan al lugar es la confianza social, mostrándose la primera distinción entre turista y visitante en el pueblo. Es decir, el turista continúa siendo el extraño que entró a través de la plaza en busca de los escenarios donde se incluyen sus personajes. Sin embargo, no existe una relación entre los escenarios y la temporalidad para lograr la relación social y consolidarla entre los lugareños. En su casa, eh, o en el restaurante […] la plaza la usamos los domingos. Todos los domingos vamos a misa, salimos de misa y nos vamos a dar una vuelta, saludar a las gentes. Eh, hay una, en Cosalá siempre se ha acostumbrado, a que la gente, las familias, se van a la plaza. Se sientan, es dar la vuelta, escuchar música cuando la ponen, porque ya no la ponen todos los domingos. Siempre había música en el kiosco, y era un lugar de convivencia familiar. El irte a la plaza, salir de misa, irte a sentar, saludar a la gente que tienes mucho que no ves o que no la viste en la, es bien padre. 39

Sí, generalmente los encuentros más importantes, pues están en la plazuela, en la iglesia. Pero después de ahí, en los campos deportivos, en las escuelas, en diversas áreas y sobre todo el más importante de todos es la procesión del 11 de diciembre. Es una tradición de siglos, donde se prenden velitas por toda la calle. Y luego hay una procesión […] es un espectáculo ver caminar, con la virgen a más de cinco mil gentes por la calle y darle un paseo completo al pueblo. 37

Bueno aquí es un olor muy agradable cuando llueve. Huele mucho a tierra mojada, a veces que uno puede estar en algún lugar, y este, le llega, el aroma a tierra mojada, y dice, en algún lugar está lloviendo. Eso es un olor agradable, yo creo que la gente de la ciudad no lo percibe muy seguido. 32

L ugares significativos

27

Pues, a flores, a la naturaleza, algo bonito, la misma naturaleza, porque como hay tanta vegetación, es una mezcla de muchos olores, a flor, a limpio, a vegetación, a mujer bonita.35

Heraclio Bernal, también, aunque mucha gente lo considera un bandolero, aquí y allá, pero también fue un personajes, Heraclio Bernal. 30

En los escenarios del pueblo memoria, encuentro y ficción están enlazados en sus representaciones. Las percepciones que se extienden en Cosalá construyen significados y símbolos principalmente en el imaginario colectivo, con una relación directa con las imágenes que se incorporan en el proceso turístico de magnificación y matiz de la cultura.

El imaginario colectivo reconoce mitos y leyendas. Sin embargo, no las evoca, se concentra en hechos históricos. Destacan personajes como Heraclio Bernal, que se ha convertido en un capítulo abierto para Cosalá en su

A monte, a naturaleza. 34

En familia siempre. En la casa de los primos, de los tíos, de los, no hay, no hay así bares, lugares de noche, antros. No hay nada, tiene que ser en familia allí.40

La plaza es el lugar simbólico de Cosalá, que se distingue por contener arraigo en el encuentro entre los cosaltecos,

A veces hacemos reuniones. Por ejemplo, hacemos reuniones de la iglesia, por ejemplo los viernes tenemos una aquí, cerca, a una cuadra, nos reunimos las de aquí, de este barrio, hacer

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Pérez, 25 de enero de 2013. 34

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a María Higuera, 3 de febrero de 2013. 35

Entrevista realizada por Servando Rojo a Manuel Navarro, 2 de febrero de 2013. 36

37 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012.

38

Niklas Luhmann, Confianza, México, Anthropos, 2005, p. 33.

Entrevista realizada por Servando Rojo a Margarita Mondragón, 2 de febrero de 2013. 39

40 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro platicas, cambiar impresiones, leer la biblia, platicar un rato, tomamos el cafecito, el chocolate […] en casas particulares.41

El título que conserva la casa como lugar significativo permite conservar en la memoria de los cosaltecos registros de su arquitectura y urbanismo, destacando sus calles y la transformación en un pueblo mágico multicolor que se encuentra maquillado en sus edificaciones. Antes era empedrado, las piedras estaban ahogadas en arena. Entonces llovía, se limpiaban las piedras y se quitaban la arena de los lados. Se sentía lo fresco, ahora ya no. El agua se encharca […] le digo, que el agua ya corre en algunas partes. En lugar de consumirse se va por los lados o se sube por los muros. Entonces, eso como que le ha cambiado el clima, al puro centro histórico, en las casas se refleja. […] Ya está más colorido el pueblo, aunque antes, lo que lo resaltaba, todas las casas de un solo color, con los enmarcamientos de diferente color. Ahora es al revés, ahora todas las casas son de diferente color y los enmarcamientos blancos, entonces sí ha tenido sus cambios.42

su saludo y respuesta al turista, con ciertas restricciones, pero amplia colaboración para expresar la esencia del pueblo: Bueno. Yo creo que esencialmente el turismo va precisamente por ver lo tradicional, y esperamos que eso nunca pase, que ha perdurado a través de los siglos ya, y es una virtud de la misma gente de ahí haber preservado este, todas las tradiciones, las costumbres, cuidado la arquitectura del pueblo, que permanezca siempre igual. Eh entonces, ojalá que lo tradicional, por eso le digo nunca pase, que el turismo, sea precisamente, que sea el atractivo para el turista, para un instante.43

Entre los significados de los lugareños destacan marcas en el territorio cosalteco que exponen la fabricación de productos artesanales y su gastronomía auténtica; esta última los representa especialmente en el estado de Sinaloa. Hay localidades cercanas que son muestra de la elaboración de sus artesanías y la tradición de su gastronomía: Pues aquí está un ranchito El Rodeo, donde aquí elaboran lo que es la conserva. Y pues hay gente que hacen las hamacas que les llaman que son para recostarse ésas, hacen los morrales […] sí hay mucha gente que es creativa en esos aspectos que hacen cositas así para salir adelante. […] También tenemos lo que es las moliendas de caña que en temporada que no en todos los pueblos hay pues. También en tiempo cuando es la Semana Santa de este hacen molienda este hacen jugo de caña, piloncillo muchos derivados que sacan de la caña.44

Si bien se expone que el turista busca el encuentro con el pueblo tradicional, la transformación que se ha integrado en cada una de las fachadas del Pueblo Mágico Cosalá forma parte de los grandes atractivos que se encuentran bajo un montaje escenográfico, donde el eje central de la construcción de sus escenarios es transmitir alegría y seguridad, principalmente a través de las fachadas multicolores y la limpieza de sus calles. Mientras se construyen diversos escenarios proclamando la seguridad para el turista, el interior de la estructura urbana está en forma de plato roto, entre arroyos y callejones que configuran el territorio. La tradición del Pueblo Mágico se encuentra en la alegría de su gente que comparte con los lugareños al interior de su hogar. Han tenido que guardar su desconfianza y abrir

La gastronomía de Cosalá es una cosa muy reconocida en todos lados, […] un frijol con hueso, o si le digo, si ha comido, por ejemplo, unas costillitas con chile colorado y nopales, cosas así, o si ha comido los livianos. […] Tenemos platillos exclusivos, por ejemplo, lo que es la conserva de papaya, de limón, de camote, de calabaza, es casi exclusiva de Cosalá, en ninguna parte la hacen […].45

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012.

Los significados se encuentran en el olor a tierra mojada y naturaleza, mientras la molienda de caña se fuga entre los recuerdos de los lugareños con nostalgia y deseos de retroceder el tiempo en el pueblo, lo que habla de la magia de los cosaltecos: Pues la magia, hay muchos aspectos, su gente, sus tradiciones, sus callejones, pues todo lo del pasado, de nuestros ancestros, pues la convivencia con la gente de antes, con la gente que viene. Es una magia que no se puede ni explicar, porque lo va envolviendo a uno, lo va envolviendo, y hay muchos aspectos como te repito, de la gente, todo lo que viene de Cosalá, todo lo que es Cosalá. No te lo podría explicar con palabras, pero sí, es una cosa muy bonita.46

Los olores se encuentran impregnados en el pueblo tradicional, con una notable ponderación de los lugares significativos sobre los simbólicos. Sin embargo, los lugareños reconocen en estos últimos y continúan disfrutándolos; es decir, los cosaltecos no pueden dejar atrás su historia, sus tradiciones y costumbres y sobre todo compartirlas en estos lugares simbólicos. A pesar de la tradición grabada en los muros de cada una de sus casas y en cada una de las personas que viven el pueblo a través de su historia, las marcas se registran en el recorrido de sus calles y callejones, con una identificación diferente a partir de la implementación del ppm. Las fachadas de las casas las han arreglado mucho, las calles las adoquinaron, este trienio las están destruyendo, las calles. Pasan góndulas con cuarenta toneladas, ¿cómo no van a levantar el adoquín? Ha habido mucho cambio, pos, tenemos la facilidad, pos antes no teníamos ni carretera, en primer lugar. Del 2005 para acá ha cambiado mucho, porque la gente se preocupa por tener sus casas bien limpias, bien arregladas, las calles limpias. Eso quiere decir mucho, más para la vista del que viene de fuera.47

43

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a María Higuera, 3 de febrero de 2013. 41

42 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Julián Quintero, 23 de enero de 2013.

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Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Alvarado, 16 de septiembre de 2012. 44

45 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Samuel Ortíz, 13 de noviembre de 2012.

La memoria colectiva no se ha invertido, pero los registros son confusos. Se reconoce que el pueblo continúa siendo alegre, pero no existe una explicación a la alteración de sus colores registrados en las fincas históricas y el nuevo tratamiento en sus calles. La fabricación no es significativa para ellos y la recuerdan constantemente debido a las dificultades que se encuentran en su recorrido cotidiano. Cosalá ahorita es muy colorido. Antes mm, Cosalá era de, las casas la mayoría eran blancas, con vistas de colores fuertes, y ahora pues es un poco diferente, pues ahora las fachadas de las casas son de colores muy vistosos y las vistas son blancas ahora. Eso ha cambiado […] eso es a partir de que es Pueblo Mágico […] tinto, rosas, verdes, mucha gente acostumbraba a pintar mucho en color tinto, las vistas, no sé por qué, pero ahora el pueblo se ve de colores amarillos, verdes, naranja, rosa, rojo, colores fuertes. […] Pues he escuchado que así es en los demás pueblos mágicos y así es ahora Cosalá.48

No hay mucha identificación, mucha mucha, porque la mayoría de los barrios nuevos están integrados por gente que se ha venido de las comunidades de la sierra de Durango. No son propias de ahí, nativas, y traen otras costumbres, traen otra manera más seria de ser.49

Los barrios de Cosalá juegan un patrón urbano importante en la configuración del territorio. Han incorporado nuevas formas y nuevos diseños que rompen con el trazo original de plato roto y su delimitación se muestra en el territorio a partir de sus calles, banquetas y paisajes. Muy bonito, muy bonito, el barrio mío se llama el Llano de la Carrera […] porque ahí hacían las carreras de caballo hace años, en el llano, en las mismas calles. Yo lo adoro el barrio, porque allí nací, pasé mi infancia, mi niñez, ahí jugué, de niña, entonces son cosas que nunca se pueden olvidar, jamás.50

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Liliana Beltrán, 15 de octubre de 2012. 48

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a María Higuera, 3 de febrero de 2013. 46

47 Entrevista realizada por Servando Rojo a Manuel Navarro, 2 de febrero de 2013.

Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Luis Pérez, 25 de enero de 2013. 49

50 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a María Higuera, 3 de febrero de 2013.

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Lugares de encuentro Es moderno, moderno porque son, es como una colonia nueva […] el fraccionamiento Los Arroyos, pues entonces allí, ya están las casas más chiquitas, ya, en una calle hay muchas casas, […] ya tiene mucho avance en la transformación de sus casas, en el tiempo que ha tenido éste, la mayoría ya están transformadas y se me hace agradable, y está cerquita de lo que es el centro histórico.51

C onclusiones Los lugareños y turistas coinciden en que la magia es su gente. Sin embargo, el atractivo fuera del pueblo a través de la captura del turismo es a partir de sus paisajes y la conservación de las fincas históricas. Sin profundizar y con una visita turística, el pueblo pareciera estar congelado en el tiempo, pero los lugareños, que han vivido la transformación, reconocen que no es el mismo y hábitos que eran costumbre para ellos se van sobreponiendo a partir de la modernidad que les ha llegado. Enfatizan la tranquilidad del pueblo, con una relación directa que enfocan con los paisajes que los rodean. No obstante, como origen y reincorporación también destacan barrios que definen clases sociales y migración. Destacan que la tranquilidad existe, pero tienen momentos o etapas en el pueblo donde se ven invadidos por turistas, de quienes permiten y aceptan la remuneración económica que realizan al acudir al pueblo durante eventos que se han impulsado a partir del ppm. A pesar de estos límites principalmente imaginarios, se construyen itinerarios por los lugareños. Cada uno de ellos indica sus diferentes recorridos, distinguiéndose una conexión entre el mercado y la plaza, como un recorrido cotidiano de los cosaltecos, y se reconocen estos dos sitios como lugares y emblemas.

51 Entrevista realizada por Sylvia Rodríguez a Julián Quintero, 23 de enero de 2013.

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Actualmente existe segregación. Las delimitaciones barriales son muy marcadas, así como la distinción entre los que viven en el centro histórico que demandan originalidad ante la vida del pueblo y el resto de los barrios. Los escenarios del pueblo memoria, pueblo encuentro y pueblo ficción se encuentran enlazados en sus representaciones. Las percepciones que se extienden en Cosalá construyen significados y símbolos principalmente en el imaginario colectivo, con una relación directa con las imágenes que se incorporan en el proceso turístico de magnificación y matiz de la cultura.52 Es relevante señalar que el Pueblo Mágico Cosalá se construye entre pequeños intersticios que van aumentando con la modernidad. La mayoría de ellos corresponden a iniciativas para la captura turística y destacan los emblemas como los lugares simbólicos. El pueblo tradicional se escapa en la memoria de los cosaltecos, ya no perciben el olor a caña, pero reconocen olores que los distinguen como pueblo, entre ellos el olor a tierra mojada y la naturaleza. El lugar significativo de los cosaltecos es la casa y se distingue por la relación familiar con la confianza. Los lugares simbólicos son los emblemas, como la iglesia, la plaza y el mercado. Los lugares significativos demarcan la relación entre turista y visitante. El visitante tiene una relación familiar o de confianza con los lugareños y el turista busca los lugares simbólicos, que han sido estipulados como sitios de atractivo turístico, sin tener una relación formal con el cosalteco: esto refuerza la segregación entre el lugareño y el turista. El ppm se ha encargado de enfatizar celebraciones y de construir nuevas representaciones para el atractivo turístico en Cosalá. Actualmente se expone un amplio calendario de eventos durante todo el año. Destaca el Carnaval

Una visita a pueblos mexicanos durante los meses de febrero y marzo, para continuar con la tradición del festejo de la fundación de Cosalá el 13 de marzo y el 24 de junio, el Día de San Juan; el 6 de octubre celebran el nombramiento de Pueblo Mágico y se integran otros eventos como el Cosalazo y Cosaltazo. Se reconoce el Cosalazo como un evento de vehículos motorizados que llegan a Cosalá a través de toda una aventura por la sierra, entre los extravagantes paisajes naturales que conquistan al instante al grupo de turistas de diferentes edades que se desplazan rápidamente entre la naturaleza, abriendo camino al turismo de masas. Si bien los jóvenes demandan este evento turístico, niños y adultos, entre hombres y mujeres, integran la aventura y la fiesta en la plaza como emblema del pueblo tradicional. Se distingue un itinerario tradicional entre los lugareños, donde destaca la conexión entre los lugares significativos y los simbólicos. Es importante destacar que el itinerario reconoce marcas de los escenarios que se han implementado por el Programa federal. La magia representada por el ppm se incorpora a partir de imágenes, ignorando el imaginario colectivo que

representa el arraigo de cada uno de los cosaltecos. Este concepto de magia no se conocía como un término globalizado; sin embargo, los lugareños lo reconocen en el pueblo tradicional como algo intangible, que se respira en el lugar. En el imaginario colectivo se reconoce que el pueblo mágico es alegre, pero el miedo y la desconfianza se encuentra presente en la resistencia de los lugareños ante la aceptación del turista. Por este motivo se marcan emblemas que son compartidos durante la estancia turística sin permitir la relación social como la conserva el visitante, a quien se le exponen costumbres, hábitos y tradiciones auténticas; lo anterior es diferente con el turista, al que se le muestran los escenarios maquillados que han sido montados para su captura y conquista. Cosalá, a diferencia de otros pueblos mágicos, conquista a través del montaje de su centro histórico y la readaptación de sus alrededores, para convocar a la exhibición paisajística de gran atractivo para el turista extranjero y nacional.

52 M. Augé, El viaje imposible: El turismo y sus imágenes, Barcelona, Gedisa, 1998.

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Una visita a pueblos mexicanos

Capítulo 3

El F uerte: la fuerza de su gente y la magia de su color y aroma Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo, Martha Elena Jaime Rodríguez, Blanca Aurelia Valenzuela Universidad de Sonora

I ntroducción El Fuerte es considerado Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo y por sus habitantes. La ciudad cuenta con un rico pasado que muestra el proceso de expansión español al norte de México durante la Colonia, la formación del Estado Nacional en la Independencia y del estado de Sinaloa posteriormente. La ciudad se liga a su pasado, a la historia construida alrededor del río y de su bastión militar que le da su nombre. Este apartado referido a El Fuerte presenta primero una descripción del escenario social y urbano que caracterizan hoy en día al Pueblo Mágico. Para comprender el imaginario social de la comunidad es necesario situarlo en cuanto a su dinámica urbana y demográfica más reciente, conocer de sus problemáticas sociales, la vocación económica y las particularidades culturales. Por supuesto, será importante mostrar la dimensión histórica que hacen al sitio y permiten configurar al Pueblo Mágico. Como segundo punto se aborda el tema de las percepciones de los habitantes acerca de su comunidad y los imaginarios sociales sobre el carácter que identifica a sus habitantes. Es importante también mostrar la relación existente entre historia, naturaleza y cultura que definen el sentido del lugar y la identidad social. En la tercera parte, se aborda los significados y las representaciones del lugar existentes en los mitos, leyendas, historias, imágenes, emblemas y prácticas realizadas por los habitantes de El Fuerte y los turistas que la visitan.

A ntecedentes históricos En el siglo xvi, el proceso de colonización español en pos de yacimientos mineros, conquistar nuevas tierras y reducir a los indios a la cristiandad llevó a la fundación de diversos asentamientos en el noroeste de México.1 Fue así como en 1564 se fundó la Villa de San Juan Bautista de Carapoa por Francisco de Ibarra, Para la elaboración de los antecedentes históricos de la ciudad de El Fuerte se utilizó el libro de Filiberto Quintero, Historia integral de la región del Río Fuerte, 2a. edición, El Fuerte, Sinaloa, H. Ayuntamiento de El Fuerte, 2007. 1

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primer antecedente de la ciudad de El Fuerte. En este lugar se estableció un rudimentario fuerte para la defensa de los propios españoles, se establecieron las primeras encomiendas y el reparto de indios y se exploró hacia la sierra de Chihuahua en busca de minerales. Sin embargo, las debilidades propias del proceso de colonización en tierras desconocidas, el reducido número de españoles, la falta de avíos necesarios para la agricultura y ganadería, pero sobretodo las constantes sublevaciones de los indios Tehuecos y Zuaques que poblaban la región, hicieron que la Villa sobreviviera pocos años. Los españoles, al intentar colonizar y poblar de nueva cuenta la región del norte de Sinaloa, fundaron en 1584, a poca distancia de lo que fue la Villa de San Juan Bautista, la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa, la cual tuvo un trágico final al poco tiempo de nacer por una rebelión de los indios zuaques. A los fracasos ocurridos en los presidios de San Juan Bautista y San Felipe y Santiago de Sinaloa, les sigue un tercer intento de poblamiento y reducción de los indios que tiene lugar hacia el año 1610, cuando el capitán Diego Martínez de Hurdaine comienza la construcción del Fuerte de Montesclaros, nombrado así en honor del virrey español en turno. El Fuerte, junto con el establecimiento de una misión jesuita en la anterior Villa de San Felipe y Santiago, tenía la intención de controlar las constantes sublevaciones indígenas mediante la presencia militar y la evangelización. El lugar donde quedó establecido el Fuerte de Montesclaros contribuyó a erigirse a lo largo del siglo xvii en un importante centro de poder militar, político y económico en el norte de la provincia de Sinaloa. Sin embargo, su poblamiento como villa fue muy lento e incierto dada la amenaza indígena, la inexistencia de yacimientos ricos en minerales y las dificultades de los españoles para practicar actividades económicas al margen del sistema misional que requerían de mano de obra indígena. En ese tiempo, lo que conocemos hoy como El Fuerte funcionó más como presidio militar que como villa. Para 1678, la

Villa de San Felipe, antecedente de lo que hoy conocemos como El Fuerte, contaba con 1,200 habitantes. Para 1760, la Villa de San Juan del Fuerte de Montesclaros contaba con 1866 pobladores, principalmente españoles. A poco de ocurrir la Independencia de México, la villa de El Fuerte se convirtió en 1824 en la capital del Estado de Occidente que agrupaba a Sonora y Sinaloa; esta circunstancia se dio más por su centralidad geográfica que por el relieve político o económico del poblado. Los vaivenes políticos de la época y las pugnas entre los poderes económicos regionales condicionaron que el Fuerte fuera la capital del estado por poco tiempo. A lo largo del siglo xix, el Fuerte ocupó un lugar significativo en las distintas luchas políticas y militares ocurridas durante la separación de Sonora y Sinaloa, las constantes sublevaciones indígenas, la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa. El Fuerte detentó en ese tiempo una gran importancia como centro de poder militar, político y económico en el norte de Sinaloa; indicativo de esta importancia es la formación de una relevante clase política y comercial que ocupó en diversos periodos el gobierno del estado gracias a su poder regional. Para 1873, la población de la ciudad era de 3,000 habitantes. El periodo porfirista tuvo en la villa un impacto reflejado en mejoras urbanas, servicios públicos y culturales, la incentivación del comercio con el establecimiento de diversos giros y el despunte de la agricultura en el fértil valle por la construcción de las primeras obras de conducción de agua del río Fuerte y la apertura de nuevas tierras al cultivo. Es hasta 1906 que adquirió el rango de ciudad. En el presente, algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad por su valor histórico y cultural datan del periodo porfirista. Tal es el caso del palacio municipal y algunos edificios ahora habilitados como hoteles. La hegemonía política y económica de El Fuerte disminuyó con la constitución de los municipios de Choix y Ahome, anteriormente bajo su jurisdicción. A fines del siglo xix nació la ciudad de Los Mochis en el municipio de Ahome, la 61

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro cual se erigió rápidamente como un importante centro de población y poder económico, facilitado por la colonización del valle en beneficio de los agricultores productores de tomate y caña de azúcar. El periodo posrevolucionario significó para la ciudad de El Fuerte un periodo de transformación que puede ser interpretado como un declive en el nivel de importancia política y económica en relación con nuevas centralidades regionales. Este declive fue propiciado por las obras hidráulicas de aprovechamiento del río Fuerte, que incrementaron la superficie agrícola del municipio de Ahome en favor de una moderna agricultura intensiva. En adelante, Los Mochis se constituyó en la principal ciudad del norte de Sinaloa, en población y poder económico.

Car acterísticas sociales y urbanas de E l F uerte , Sinaloa La ciudad de El Fuerte, se encuentra ubicada al norte del estado de Sinaloa. Colinda al norte con los municipios de Álamos, en el estado de Sonora, y de Choix. Al sur con Ahome y al este con Sinaloa de Leyva. El municipio tiene 390 localidades, siendo la ciudad de El Fuerte la cabecera municipal. Las poblaciones principales del municipio son El Fuerte, San Blas, Mochicahui, Charay, Constancia y Jahuara, entre otras. El municipio se clasifica como rural, atendiendo a que más de 50 por ciento de la población vive en localidades con menos de 2,500 habitantes; 384 de las 390 localidades registran poblaciones menores a los 2,500 habitantes. La distribución espacial de la población se caracteriza por la dispersión y concentración: en 80.26 por ciento de las localidades viven menos de 250 habitantes, que significan 11.49 por ciento de los habitantes del municipio; por otra parte, 39.86 por ciento de la población municipal vive en 1.54 por ciento de las localidades. El municipio se clasifica con un grado de marginación medio. Sobresale que 46.5 por ciento de las viviendas tienen algún nivel de hacinamiento, 52.3 por ciento de 62

la población ocupada tiene ingresos de hasta dos salarios mínimos, 27.5 por ciento de la población de 15 años o más tiene primaria incompleta, y 63.3 por ciento de la población vive en localidades con menos de 5,000 habitantes. Se considera que 48.7 por ciento de la población vive en la pobreza, 10.8 por ciento en la pobreza extrema y 57.7 por ciento de la población tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar. Además, 76.9 por ciento de la población tiene al menos una carencia: rezago educativo, acceso a la salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos, alimentación, etcétera.2 El municipio contaba para el año 2010 con 97,536 habitantes, 3 apenas 3.52 por ciento de la población total del estado (ver Cuadro 1). De 1930 a 2010, la población del municipio pasó de 25,849 a 97,536 habitantes. La densidad poblacional pasó de 11.62 hab/km2 en 1960 a 25.38 hab/km2 en 2010. Este promedio es muy bajo en comparación con la densidad poblacional estatal que es de 48.2 hab/km 2. C uadro 1. Población 1990-2010 Total

% población con respecto al estado

1990

86,074

3.91

1995

90,182

3.72

2000

89,515 3.53

2005

92,585 3.55

2010

97,536 3.52

Fuente: inegi, Censo de Población y Vivienda 2010.

En cuanto a la dinámica poblacional, el municipio presenta una tasa de crecimiento muy por debajo de la tendencia nacional y estatal, en el periodo de 2000 a 2010 la Consejo Nacional de Población (Conapo), Índice de Marginación por Entidad Federativa y Municipio 2010. 2

La información demográfica presente en este apartado se obtuvo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), Censo de Población y Vivienda 2010. 3

tasa fue de 0.8 por ciento. Tuvo un ligero incremento en comparación a la década anterior de 1990 al 2000 que tan sólo llegó a 0.39 por ciento (ver Gráfica 1). Gr áfica 1. Tasas de crecimiento promedio anual R epública M exicana , Sinaloa y el municipio de E l F uerte , 1930-1940 y 2000-2010

de la

La dinámica poblacional caracterizada por un bajo crecimiento ocasiona que el grupo de edad comprendido entre los 0 y 14 años, que en 1970 representaba 45.92 por ciento del total de la población municipal, para el año 2010 sea solamente 28.1 por ciento. Otros rasgos a destacar es que 63 por ciento de la población tiene entre 15 y 64 años y el grupo de edad de 65 años o más representa 8.5 por ciento de la población (ver Gráfica 2). Existe un marcado proceso de envejecimiento de la población. Gr áfica 2. Población del municipio de E l F uerte por grupos de edad, 1930-2010

Fuente: Plan municipal de desarrollo, 2011-2013, H. Ayuntamiento de El Fuerte, Sinaloa.

La reducida tasa de crecimiento poblacional se refleja en la cabecera municipal. La población de la ciudad de El Fuerte no creció en el periodo de 1990 a 2000, al contrario, prácticamente se estancó a diferencia de la década siguiente. La población de los últimos 20 años se resume en el Cuadro 2. C uadro 2. Población de los últimos 20 años Año

1990

2000

2010

Habitantes

10,279

Porcentaje con respecto al total de población del municipio

10728

12566

Fuente: inegi, Censo de Población y Vivienda 2010.

11.94

11.98

12.88

Fuente: Plan municipal de desarrollo, 2011-2013, H. Ayuntamiento de El Fuerte, Sinaloa.

En lo que se refiere a escolaridad a nivel municipal, de la población de 15 años o más, 6.8 por ciento no tiene escolaridad, 17.2 por ciento primaria completa y la misma cifra con secundaria completa. A nivel municipal existen 417 escuelas. En la ciudad de El Fuerte se encuentra una unidad de la Universidad de Occidente y otra de la Universidad Autónoma Indígena de México. La religión católica es predominante con 85.3 por ciento, 6.8 por ciento de otras religiones (protestantes, evangélicas, bíblicas, etcétera) y sin religión 8.1 por ciento. Asimismo, 7.2 por ciento de la población es originaria de otra entidad federativa. 63

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Un rasgo interesante en la dimensión socioeconómica de la ciudad de El Fuerte es la existencia significativa de hogares con jefatura femenina. La ciudad cuenta con 3,237 hogares en total, de los cuales 929 (28.7 por ciento) tienen jefatura femenina. Los hogares con este tipo de organización representan 3,098 habitantes, la cuarta parte de la población de la ciudad. Una posible explicación de esta particularidad tiene que ver con cambios en la organización familiar, que implica nuevos arreglos, y con procesos de emigración de la población masculina. En el municipio de El Fuerte la presencia indígena es relevante. La historia del lugar está colmada de resistencias y sublevaciones, así como de un rico valor cultural. Existen 13,116 indígenas que representan 13.46 por ciento de la población total; 45.97 por ciento de éstos hablan una lengua indígena, predominantemente el mayo. En 30 localidades está asentada 82.97 por ciento de la población; las más importantes son Jahuara, Tehueco, Camajoa, Constancia, Mochicahui y Capomos. A nivel municipal, la población económicamente activa (pea) es de 46.3 por ciento (34,838 personas), de la cual 93.4 por ciento está ocupada y 6.6 por ciento desocupada. Dentro de la composición de la pea, 77.45 por ciento son hombres. A nivel municipal, el sector económico predominante es el primario, en donde 51.69 por ciento de la población ocupada se dedica a la agricultura, pesca y ganadería principalmente. Le sigue el sector terciario con 31.6 por ciento de la población ocupada dedicada al comercio y los servicios. Dentro de las actividades primarias sobresale el cultivo de maíz, trigo, soya, papa y hortalizas; la pesca de tilapia y lobina en las presas del municipio también es otra actividad económica importante. Otro dato interesante es que la dedicación a las actividades primarias requiere de determinadas ocupaciones. De la población ocupada, 42.65 por ciento son jornaleros o peones. A partir de este dato se entiende que 61.5 por ciento de la población ocupada perciba ingresos menores a dos salarios mínimos. 64

Sinaloa ocupa en el imaginario social de la inseguridad un lugar importante debido a las actividades violentas realizadas por el crimen organizado, las disputas por el territorio entre los grupos o cárteles de la droga, la expansión de la extorsión, el secuestro y el robo de vehículos. Varios cárteles del crimen organizado tienen su bastión en Sinaloa y en la sierra colindante con Chihuahua y Durango —donde se encuentra El Fuerte— como un importante punto de producción de drogas. No existen cifras disponibles a nivel municipal que nos permitan decir el nivel de inseguridad que guarda la ciudad de El Fuerte. Sin embargo, en el Cuadro 3 se presenta las cifras oficiales a nivel estatal en los últimos tres años. C uadro 3. Nivel de inseguridad según cifr as

oficiales a nivel estatal en los últimos tres años

Delitos

Homicidios dolosos Homicidios culposos

2010

1,974

2011

1,594

2012

1,230

456

575

554

Violación

96

113

135

Robo de vehículos

7,788

8,573

7,276

1,350

1,365

984

2,465

2,180

1,541

803

754

754

1,250

1,995

1,995

Secuestro

Robo con violencia Lesiones dolosas

Robos en casa

Robos en local comercial

16

23

21

Fuente: 2do. Informe de Gobierno del Lic. Mario López Valdez, Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2012 (Envipe), la tasa de delitos por cada 100,000 habitantes fue de 30,031 en el año 2011, por encima de la media nacional. Con respecto a la situación que guarda la inseguridad pública de acuerdo con la percepción de la población, en Sinaloa es de 77.5 por ciento por encima de la media nacional. Los datos anteriores son a nivel estatal pero pueden dar una idea acerca de lo que puede ocurrir a nivel local en la ciudad de El Fuerte. En cuanto a servicios públicos, el municipio de El Fuerte tiene las siguientes características: 66.69 por ciento de las viviendas disponen de drenaje, 92.51 por ciento disponen de agua potable de la red pública, 97.35 por ciento disponen de energía eléctrica. Sólo 59.64 por ciento de los hogares disponen de agua entubada, drenaje y energía eléctrica. Posiblemente el carácter rural del municipio explique este último dato. A nivel de la cabecera municipal de El Fuerte los datos son los siguientes: 90.5 por ciento de las viviendas cuentan con agua entubada, 95.8 por ciento con drenaje y 99.4 por ciento con energía eléctrica. Otro elemento a destacar y que tiene que ver con la pobreza y el carácter rural del municipio es la existencia de 3575 hogares con piso de tierra. Las viviendas cuentan con los siguientes bienes que son indicativos del nivel de bienestar: televisor en 97.4 por ciento de los hogares, computadora en 37 por ciento, teléfono fijo en 39.1 por ciento, celular en 82.3 por ciento e internet en 25.5 por ciento. La economía de servicios de la ciudad de El Fuerte comprende establecimientos comerciales variados, turísticos y gastronómicos. La ciudad cuenta con 19 hoteles, ubicados la mayoría en el primer cuadro de la ciudad. Algunos son muy pequeños y se trata de viejas casas habilitadas para tal función. Existen algunos balnearios cercanos al río Fuerte que ofrecen hospedaje, espacios para acampar y restaurante. El sector turístico absorbe 2.4 por ciento de la pea.

A nivel urbano, la ciudad de El Fuerte se ubica sobre la margen izquierda del río del mismo nombre. La ciudad se encuentra en una superficie llana con algunas lomas de baja altura. Se observa un trazado ortogonal con viviendas de autoconstrucción sobre los sectores más recientes al sur y este de la ciudad, mientras que las áreas central y norte pertenecientes a la parte histórica mantienen un diseño urbano menos planificado, con trazados viarios irregulares y sinuosos y un entramado urbano compacto. Sobre el sur de la ciudad se erigen algunos fraccionamientos de interés social de pequeño tamaño, colindantes con suelo agrícola y áreas baldías. Se observa que la ciudad creció en años recientes sobre suelo periurbano hacia el sur, a lo largo de la carretera que conduce hacia Baroten y el Carrizo, y también hacia el noreste, sobre la carretera que lleva a Choix. Se advierte un espacio urbano muy diferenciado entre la ciudad antigua y la más reciente. La ciudad para el turismo se ubica en su parte histórica, con arquitectura mayormente del siglo xix e inicios del xx, con un entramado compacto que lo hace atractivo visualmente, aunque existen viejas construcciones de las cuales sólo quedan sus fachadas rehabilitadas. Otra área importante para el turismo son los sitios de esparcimiento como La Galera, que tiene al río Fuerte como su principal atractivo. Aprovechando la contigüidad al río, existe una variedad de balnearios con albercas, áreas de comida y camping. El resto de la ciudad tiene una dinámica propia ligada a la economía local basada en las actividades primarias y los servicios comerciales, educativos y médicos.

E l F uerte , P ueblo M ágico El Fuerte ingresó al Programa Pueblos Mágicos (ppm) en el año 2009. El Programa fue creado por la Secretaría de Turismo del gobierno federal con el objetivo de: Resaltar el valor turístico de localidades en el interior del país, para estructurar una oferta turística innovadora y original,

65

Lugares de encuentro que atienda una demanda naciente de cultura, tradiciones, aventura y deporte extremo en escenarios naturales, o la simple, pero única cotidianidad de la vida rural.

Para la Secretaría de Turismo un pueblo mágico es aquel: Que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socioculturales y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico.

Dado el corto tiempo de operación del ppm en la ciudad son pocas las obras y acciones realizadas, como el cambio a la imagen del primer cuadro de la ciudad. La mayoría de éstas se han realizado en el centro histórico, en los alrededores de la Plaza de la Constitución y del palacio municipal (ver Mapa 1). Las obras principales realizadas consisten en lo siguiente: 1. Adoquinamiento y arreglo de banquetas de las calles Santos Degollado, José María Morelos, 5 de Mayo, Montesclaros, Benito Juárez, entre otras. 2. Cableado eléctrico y telefónico subterráneo de las calles alrededor de la Plaza de la Constitución o Plaza de Armas. 3. Remozamiento de fachadas de edificios particulares del centro histórico y la Casa de la Cultura. 4. Instalación de alumbrado con farolas a imitación de antiguas. 5. Arreglo de instalaciones sanitarias y de agua potable en el primer cuadro. 6. Remozamiento y mobiliario urbano en la Plaza de Armas. Las intervenciones bajo la cobertura del Programa en sus seis etapas han tenido todavía un efecto limitado, circunscrito primordialmente al área adyacente a la plaza y al palacio municipal. Ocasionalmente la propia comunidad contribuyó con mano de obra y recursos en el remozamiento y rehabilitación de los edificios con valor histórico. Cierto es que las acciones del ppm todavía no han deto66

nado la economía local ni mucho menos estructurado una oferta turística atractiva, a pesar de que el escenario de la ciudad está lleno de historia y valor cultural. Además, el problema de la inseguridad no crea condiciones propicias para la actividad turística, más bien ha alejado posibles inversiones y en su caso facilitó que algunos negocios hoteleros y gastronómicos cerraran como consecuencia de la ausencia de turistas. M apa 1. I ntervenciones del P rogr ama P ueblos M ágicos

Una visita a pueblos mexicanos A pesar de las limitantes que tiene el Programa dado el poco tiempo de vigencia del mismo, se advierte la hechura de elementos tendientes a aprovechar con fines turísticos la riqueza cultural, natural, simbólica e histórica de El Fuerte. En cuanto a la oferta turística se observan tres elementos complementarios, pero que en sí son distintos: 1) el centro histórico y su valor patrimonial; 2) los medios naturales como las presas, el río y sus balnearios, y 3) los elementos culturales indígenas —las fiestas tradicionales, las artesanías y los centros ceremoniales—. Son la historia del lugar, el río y la presencia indígena los elementos que definen la magia de El Fuerte. Los lugares históricos y naturales más los elementos culturales indígenas nutren el sentido del lugar y confieren de identidad a la comunidad local.

L a legibilidad del P ueblo M ágico

Fuente: Elaboración propia.

A los problemas de inseguridad que se viven en la región y que no facilitan los flujos de turismo se le debe agregar los conflictos existentes entre las autoridades locales y el Comité Pueblo Mágico integrado por miembros de la comunidad. En el trabajo de campo realizado en la ciudad se detectaron conflictos y acusaciones referidas a la poca claridad y transparencia en el uso y destino de los recursos del ppm por parte del gobierno municipal. El conflicto tuvo como desenlace la sustitución de todo el comité en enero de 2013 y el nombramiento de uno nuevo bajo el argumento de la politización y falta de comunicación existente.

La ciudad de El Fuerte puede ser leída por la forma en que identificamos los elementos arquitectónicos dentro del tejido urbano y sus evocaciones con la historia y la cultura local. También son la naturaleza y el río unos de los componentes más relevantes para dar sentido al lugar; este último define la identidad local así como las reminiscencias al bastión militar. Éstas son las partes que nos facilitan visualizar el orden en el espacio construido, el formato que nos permite leer y sentir la ciudad. Se parte de reconocer en nuestras percepciones la existencia de elementos materiales, naturales y simbólicos que convocan afectos, sentimientos encontrados, identidad y formas de consumir la ciudad. Finalmente son elementos compartidos tanto por la comunidad como por el turista. La magia de El Fuerte radica en la relación entre una historia compartida —soñada, experimentada, remitida a espacios de vida, consumo, encuentro, finalmente de socialización—, el medio construido, el árbol genealógico familiar que hace al abolengo, la naturaleza y los elementos culturales y simbólicos de lo considerado propio

como constructor de identidad. Bien puede ser el espacio histórico que convoca épocas y personas anteriores, una casa con sus leyendas y mitos, un callejón y la historia que le dio nombre o una plaza para la plática cotidiana entre amigos, un platillo considerado único y original, un malecón para la contemplación del paisaje y el río, un mural y su esfuerzo por plasmar la historia del lugar, un escudo para representar las glorias pasadas y las virtudes presentes. En fin, son variados los elementos que nos permiten identificar la magia de El Fuerte. Para reconocer el paisaje, el escenario y el montaje que da orden y legibilidad a El Fuerte es necesario inventariar los lugares presentes en el imaginario socialmente compartido de la comunidad. Para realizar este inventario se recurre a Méndez,4 quien propone una metodología a seguir para reconocer los imaginarios del lugar turístico: Lugares. El lugar es el sitio constructor de identidad por excelencia. Remite a los sitios de encuentro y socialización, pero también de vida personal. En El Fuerte, los lugares que principalmente pueden considerarse son los que aluden al centro histórico pero también al río y la presencia indígena, tales como: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

La Plaza de la Constitución o Plaza de Armas El palacio municipal La casa de la cultura Los portales El Templo del Sagrado Corazón El malecón La Galera El panteón municipal Cerro de las Máscaras

Emblemas. Son las marcas o símbolos de identidad que la comunidad establece. El Fuerte contiene los siguientes: 4 Eloy Méndez, “Imaginario de ciudad turística: una propuesta de abordaje”, en Jesús Enríquez y Eloy Méndez (coords.), De itinerarios, paisajes e imaginarios, Hermosillo, Universidad de Sonora, 2012, pp. 11-44.

67

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro 1. 2. 3. 4. 5.

El escudo del municipio La Plaza de Armas El museo El río Fuerte El palacio municipal

Itinerario. Es la ruta turística dirigida o no que hace el turista y el residente. Los elementos que conforman el itinerario turístico en El Fuerte son variados y dependen del sujeto. Sin embargo, éste puede iniciarse en el monumento que existe a la entrada de la ciudad viniendo de Los Mochis, el cual simula el escudo municipal, seguido por una puerta sobre la calle Álvaro Obregón la cual da la bienvenida a los visitantes en ruta hacia el centro histórico, hasta desembocar en la calle Benito Juárez que rompe la continuidad de la ruta para dar un rodeo hacia la Plaza de Armas y los lugares aledaños, siguiente punto del recorrido. De allí se puede partir hacia el malecón a orillas del río o bien hacia el museo sobre una pequeña loma. Otro punto del recorrido es desde la plaza tomar la calle Miguel Hidalgo hasta la presa del mismo nombre durante 10 kilómetros, o bien a la salida del pueblo girar hacia la izquierda con rumbo a la Galera, el cual es un sitio para el esparcimiento muy usado por la comunidad; su atractivo es el río y el puente atirantado que permite cruzar hacia el cerro de Las Máscaras, punto final del recorrido y donde existe una variedad de petroglifos que dan cuenta de la presencia indígena en la región.

Tinglados. Arquitectura “prevista como una estructura a decorar, forma en general utilizada para resolver la arquitectura tradicional u ordinaria […] concebida como ornamento”.5 Los tinglados son parte del imaginario social y vehículos de representación, se asocian con el bastión que simula al fortín militar que da nombre a la ciudad o con el pasado señorial. Entre otros se destacan: 1. Monumento a El Fuerte en el acceso a la ciudad 2. Museo

5

68

Ibídem, p. 27.

3. Casas ubicadas en el primer y segundo cuadro de la ciudad Intersticios. Son espacios que separan o median entre lugares distintos. Son los límites que separan, pueden ser naturales o bien pertenecer a los bordes que dividen a la ciudad de las zonas agrícolas, tales como: 1. El río Fuerte 2. La carretera El Fuerte-Carrizo al sur de la ciudad

como mesetas los fraccionamientos de interés social al sur de la ciudad sobre la carretera que conduce a El Carrizo. Los elementos arriba mostrados forman parte de los imaginarios sociales de la comunidad (ver Mapa 2). Sirven para identificar los lugares con el modo de vida de la comunidad. Lo anterior se puede dar como principios de identidad y sentido de lugar o como alteridades, entre la representación del pueblo mágico como oferta turística y la ciudad como ámbito de vida y encuentro de la comunidad.

L as percepciones del lugar (lo imaginario)

M apa 2

De acuerdo con la percepción de los informantes,6 El Fuerte es un pueblo tranquilo y apacible, cuya mayor fortaleza reside en su gente, historia, tradiciones, recursos naturales y culturales (estos últimos fuertemente ligados a la cultura indígena). Los sentidos del lugar basculan entre la naturaleza y las acciones de “los hijos de El Fuerte” para imprimir sus huellas en ella. De ahí que estos elementos se encuentren como referentes persistentes en las representaciones cuando se significa aquello que le imprime magia al lugar.

la historia reciente, anudada a los grupos originarios de la región. Los mayos son descendientes de los caítas. Habitan aquí alrededor de la ciudad y una parte que se llama Capomo y la otra es Tehueco que significa cielo azul en la lengua mayo. […] Es una comunidad donde viven descendientes de los antiguos pobladores de El Fuerte, de los originales, de los pobladores al momento del contacto español.9

Pero también se alude específicamente a la cultura yoreme como elemento emblemático al que se encuentra ligada la significación mágica de El Fuerte. La cabecera municipal, centro de las intervenciones del ppm, se desdibuja cuando se afirma la fuente de magia del lugar y la tradición indígena se convierte en el elemento central de las atribuciones de sentido. La historia aparece de nuevo como pieza simbólica que ata el pasado con el presente del pueblo. Este potente referente simbólico permea los sentidos del lugar y sale a flote en las narrativas, en los diferentes temas abordados en las entrevistas. Dado que la cultura indígena constituye un elemento de identidad de los fuertenses, ésta aparece entre “los valores y atractivos turísticos que hay que ofrecer a los visitantes”. Bueno, aparte de la atención que nos caracteriza a los fuertenses, pues les debemos [ofrecer a los turistas] una comunidad limpia, una cultura, presentarle al pueblo que venga a visitarnos las tradiciones que nosotros tenemos. Es lo que podemos ofrecerles, las tradiciones indígenas que tenemos.10

Los pueblos mágicos son mágicos porque los hacemos con leyendas, enriqueciendo lo que tienen.7

Es un todo ¿no? Un conjunto, su ubicación geográfica dentro del estado, que estamos apartados, vaya, de las zonas… de las grandes metrópolis ¿no? […] Entonces, forma parte de esa magia la ubicación geográfica y otra cosa es la gente.8

Fuente: Elaboración propia.

Mesetas. Son espacios de ciudad con un orden visible. El Fuerte tiene escasas mesetas, la más observable tiene que ver con la hechura de la ciudad de acuerdo con los procesos de urbanización modernos. A ese respecto se destacan

En el aspecto cultural tenemos la gastronomía, ¿sí? Algo muy especial, ¿de dónde viene esa gastronomía? De los grupos mayos yoremes. […] Entonces, vamos a decir que el norte de Sinaloa está representado por las culturas yoremes; la cultura más conocida, más socorrida, más visitada. […] Existen muchas comunidades aquí, dentro del municipio, que tienen todavía muchos habitantes yoremes. Entonces el calendario cívico está influido por ellos, por las celebraciones, por los rituales que hacían y que siguen haciendo: Semana Santa, el

La tradición indígena constituye un elemento representativo en el imaginario de los fuertenses. Cuando éstos hablan del pueblo, los sentidos del lugar se enlazan al legado cultural indígena para significarlo y hacer inteligible 6 En los fragmentos de entrevistas que hemos insertado en este apartado, los nombres de los entrevistados han sido sustituidos por pseudónimos para garantizar su anonimato. 7 8

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012. Entrevista a Fernando.

9

Entrevista a Roberto.

10

Entrevista a Laura.

69

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Día de Muertos, San Antonio, esas festividades están muy enmarcadas, aquí.11

Las construcciones simbólicas sobre El Fuerte y su magia reúnen elementos diversos que aparecen casi indisolublemente ligados. Valores naturales, arquitectónicos, históricos y culturales son reconocidos como fuente de identidad, con un territorio convertido en lugar merced al sentido que cada uno de estos elementos tiene para los lugareños. Así, los sentidos del lugar confluyen en la significación de distintos referentes que aluden tanto a propiedades del medio natural como a obras materiales construidas por los “hijos de El Fuerte” a lo largo de su historia. Entre los primeros son referidos el río Fuerte, el Cerro de la Máscara y la fauna autóctona. La centralidad del río en las representaciones del lugar constituye no sólo una corriente de agua, sino un símbolo de fuerza, de vida y riqueza, orgullo de los fuertenses. En las percepciones del lugar aparece como fuente de sentido para significarlo como único, como proveedor, como límite de orientación, como testigo y acompañante de la vida social del pueblo. De ahí que fluya también a través de las percepciones sensoriales: El Fuerte es de color verde y huele a tierra mojada.

I magen 2

un refresco, una cerveza. Es un lugar muy concurrido, estás tocando el río con la mano.14 El Fuerte es hermoso, El Fuerte es alegre, El Fuerte tiene el color de las aguas, el color del bosque.15

Entre las obras materiales y arquitectónicas sobresalen las edificaciones antiguas, reconocidas como valores ligados a la historia y tradición de El Fuerte. Los referentes más significativos son la Casa de la Cultura, el edificio del Ayuntamiento (significado como único en su género), el Andador —construido en la ribera del río—, el edificio denominado El Alto de Rambla, la plaza, la iglesia, el cementerio municipal —valorado como lugar donde descansan personajes importantes de la historia del pueblo— y las presas. Éstas últimas significadas por ser fuente de dos de los productos representativos de la gastronomía del lugar, como la lobina y el cauque.

El Fuerte huele a… hmmm… buena pregunta, nunca lo había pensado. Pero un olor puede ser tierra mojada, […] [el color] podría ser el verde.16

En las percepciones infantiles, el elemento agua constituye igualmente un componente simbólico que anuda lo real y lo imaginario. En los mapas mentales elaborados por niños de primaria, cuando se les pidió que realizaran un dibujo de lo más representativo e interesante de El Fuerte, el río y la presa aparecieron como símbolos inequívocos de sentido (ver Imágenes 1 y 2). Estos dos elementos emergieron del imaginario infantil para ser plasmados en el lienzo de papel, saturando el espacio de creación pictórica en sincronía con la forma en que se apropian de ellos para dar sentido al lugar. I magen 1

Tenemos el Cerro de la Máscara, les comento que hay mucho petro gabado, […] aguas termales. Aquí rumbo a Choix […] rumbo a la presa Miguel Hidalgo, por ese camino está el Jipago. Sí, está allá, con pilas, sí tiene aguas termales, aguas curativas. Ahí tenemos unos puntos magníficos.17

Teniendo el río aquí tenemos la riqueza siempre […] En el río el cauque, muy cotizado el langostino ése. Ésa es la realidad de ese río. Entonces ésa es una de las causas de que aquí se vino mucha gente.13

Otra gran riqueza que tenemos, que no lo he mencionado —y tienen que saberlo— es que tenemos aquí un cerro a dos kilómetros, el Cerro de la Máscara, que es el más grande en todo Sinaloa de petrograbados.18

En el plano de entretenimiento y diversión está La Galera. Es un lugar que está aquí a cien metros. Te vas los domingos, se lleva lleno, la gente se va allá a hacer carne asada, a tomarse

12 13

70

Entrevista a Fernando.

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

Entrevista a Fernando.

El Fuerte tiene… esta manzana tiene un solo propietario, es una de las características. La Casa de la Cultura que era de dos hermanos es una manzana también. Los andadores eran los callejones, ahora son los andadores pero están circundados por cuatro calles. La casa que sigue, El Alto de Rambla, que tiene mucha leyenda también, una sola persona, una sola propiedad, entonces inclusive esta manzana de aquí tiene 5 esquinas, entonces hay características aquí; El Palacio municipal se ve, me imagino ya entraron ahí, aparentemente es un cuadrado regular y no, es un cuadrado irregular, tiene 10 arcos por aquel lado otros 11, 11 y 11 por acá, el palacio municipal no tiene castillos, tiene una doble planta y es de concreto. Entonces son trabajos hechos magníficos, y como éste es el símbolo en realidad digamos de El Fuerte, hay pocos lugares que tengan el palacio municipal así […] El panteón municipal tiene unos obeliscos preciosos, deteriorados, empedrados. […] Hay tumbas de 1832, un médico que nació en Nápoles y aquí vino a morirse. El Fuerte es bien importante desde qué épocas, desde 1901 desde 1876, ahí está sepultado inclusive el señor contratista, sí del palacio. Entonces tenemos una historia riquísima de veras. […] Son riquezas que tenemos, de monumentos, quizá poco más del cincuenta por ciento de monumentos históricos del estado de Sinaloa están aquí en El Fuerte. Aquí hay casas preciosas antiquísimas. 20

Además del río, el Cerro de la Máscara y las aguas termales constituyen dos referentes importantes cuando los entrevistados aluden a los valores naturales de El Fuerte. El primero es significado por su valor prehistórico y cultural fuertemente ligado a la tradición indígena. El segundo, por su valor natural, al que se le atribuyen, además, propiedades terapéuticas.

Tenemos un río precioso. Este río sí es río, siempre tiene agua. Inclusive hubo un tiempo hace poco que la presa estuvo casi secándose, el río señorial seguía con agua. Entonces si no había para retenerse la presa, el río se llenaba solo.12

11

son petrograbados, puede ver figuras amorfas, antropomorfas, fitomorfas, soles, rectángulos, está mucho muy interesante.19

14 15 16

El Cerro de la Máscara es un cerro que esta retiradito de aquí. Es un cerro muy visitado por turistas extranjeros y mexicanos […] es un sitio donde se hacían secretos, donde se hacían ceremonias chamanísticas. Tiene una antigüedad según los conocedores de dos mil años. Ahí usted puede ver piedras grabadas

Entrevista a Mauro.

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

Entrevista a Mauro.

17 18

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012. Entrevista a Fernando.

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Entrevista a Roberto.

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro Tenemos dos grandes presas, pues ahí es criadero de lobina y —lo que usted me comenta— es el cauque, es un langostino de agua dulce del río Fuerte también muy comido por los turistas que vienen aquí. Luego luego preguntan por el cauque, aunque no es mucho lo que hay que comerle: tiene mucha cáscara. 21

El imaginario infantil también reconoce estos valores cuando representan el lugar a través del dibujo (ver Imágenenes 3 y 4). Aunque con menor presencia que el río y la presa —de acuerdo con los casos en que se alude a ellos—, la plaza, la iglesia y el museo constituyen referentes de sentido y símbolos de identidad.

valor de la condición pueblerina y como signo de distinción con el medio urbano. La sociabilidad, en tanto que elemento consustancial a la magia del pueblo, también es reconocida y significada como atractivo para ofrecer al turista, que adjetiva positivamente el trato de la gente y el ambiente de hospitalidad que encuentra en El Fuerte. I magen 4

I magen 3

La magia del pueblo deviene también de su gente. De acuerdo con las valoraciones expresadas, cuando se alude a este referente, el sentido de las mismas se encuentra enraizado en la sociabilidad que se construye a partir de la proximidad. La magia del pueblo es reconocida como algo que deriva de este elemento. La familiaridad con el otro próximo es percibida como elemento de magia, como 21

72

Entrevista a Roberto.

Pues mire, yo como guía de turistas… la mayor parte de los turistas se ha llevado muy buena impresión de la gente, que la gente es muy tranquila, muy hospitalaria. No hay uno que me diga que lo trató mal. “Oye, qué buena la gente de aquí, muy tratable, la ciudad muy tranquila” son los comentarios que me han hecho. 24

conflictos se atribuyen a “los otros”, a quienes se encuentran situados fuera del perímetro de la cabecera municipal de El Fuerte, que es el terruño vivido y simbolizado como burbuja protectora del exterior. Yo creo que lo que más disfruta uno de aquí —aparte de la tranquilidad que se respira— no tenemos el tipo de violencia como en otras ciudades grandes. Todo el mundo nos conocemos, nos saludamos y creo que no hay problema de ningún tipo.27

La fuerza del territorio traducido en lugar —en tanto que objeto de apropiación y significación— se sintetiza en la metáfora del arraigo. Los fuertes vínculos con el espacio físico se reflejan en la simbolización del lugar anudados al territorio, con fuertes raíces simbólicas a través de las cuales fluyen diversos significados, particularmente los de la proximidad, sociabilidad y seguridad.

Yo pienso que El Fuerte es uno de los lugares más tranquilos de Sinaloa. Claro, no deja de tener sus problemas pero son ajenos. Cuando hay problemas de inseguridad es por el pleito de territorios de los narcos. Eso se da en todo el país, se están peleando los grupos, se están dividiendo los territorios: “aquí me toca y a ti allá” y se agarran entre ellos. El pleito es entre ellos, la gente no se mete, ninguno se mete con ellos. […] En general, aquí es un lugar muy tranquilo. Como le digo, es uno de los lugares más tranquilos de Sinaloa, por lo que usted puede llegar y estar a gusto y tranquilo, no pasa nada. Puede quedarse uno todavía con las puertas abiertas en su casa y no pasa nada, ¿sí?28

Yo pienso que el sueño de todo fuertense es salir adelante, estudiar, irse a trabajar fuera un tiempo, generar un capital y venirse a hacer vida aquí. […] Es lo que tiene El Fuerte, pues que tiene un radio que está muy chiquito, que los niños pueden andar caminando y en otros lugares no. […] A mí me gustaría que mis hijos se criaran aquí, se hacen más independientes pero no rebeldes pues, independientes, que “ahorita vengo voy a la casa de mi amigo Juan”, “No, no te puedo llevar m´hijo”. No, pues se van caminando y en otros lugares urbanos no, en la cuadra ahí con tu primo, aquí todo mundo anda para todos lados y es muy seguro. 25

Usted sabe que la gente pueblerina, la de las zonas rurales más que nada, es muy diferente a la citadina, ¿sí? Muy sincera la gente, muy abierta, activa ¿sí? Todos nos conocemos, saludadora, todos nos conocemos aquí donde quiera “a dónde va, qué hubo”. Entonces eso es parte de la magia y eso solamente lo tienen los pueblos chicos, ¿sí? Las ciudades no lo pueden tener.22

Ha crecido mucho El Fuerte, pero en su mayoría nos conocemos todos y nos hablamos por nuestro nombre. Es una tradición preciosa familiar, y para rematar todo eso que tenemos, su gente, la gente de El Fuerte es bella, es platicadora, es accesible.23

Entonces yo creo que tenemos todavía ese ambiente favorable que es la tranquilidad. Como le decía, todo el mundo se conoce, ¿no?, se ayuda. Yo traigo carro y salgo a la carretera y “oiga profe, me da un raite” y ¡vámonos! Sin ningún problema, ¿no? Todavía hay esa camaradería entre toda la gente. 26

Esta percepción es tan potente que minimiza los problemas de inseguridad que recientemente se han vivido en la región. Aunque se asumen los peligros derivados del crimen organizado y se reconoce abiertamente el declive del turismo a raíz de ellos, a través de las narrativas fluyen diversos tipos de justificaciones para poner a salvo la construcción simbólica del pueblo apacible y tranquilo. Los 24

22 23

Entrevista a Fernando.

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

Hay dos o tres percances, ha habido en los últimos 10 años de asesinato pero es un pueblo muy tranquilo. Pero inseguridad, balaceras, esos hechos aislados han pasado. Yo recuerdo tres pero no es que sea una ciudad cuna de narcos. Eso es la mala publicidad, el mal manejo de los medios exagerando un poco la noticia pero yo vivo aquí y he vivido aquí toda mi vida y te puedo decir que a comparación de otras ciudades es muy tranquila. 29

25 26

Entrevista a Roberto. Entrevista a Mauro.

Entrevista a Fernando.

L as percepciones del P rogr ama P ueblos M ágicos y sus intervenciones Las percepciones sobre el ppm son contradictorias. En general, se percibe como una estrategia externa de valorización de los recursos prexistentes para favorecer la vida económica del pueblo. La identidad con el lugar y el fuerte apego a su historia, a sus recursos materiales 27 28 29

Entrevista a Roberto.

Entrevista a Fernando.

Entrevista a Mauro.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro y simbólicos, actúa como un disparador de la esperanza en el “desarrollo prometido” a través de las intervenciones del Programa. Como puede apreciarse en el siguiente fragmento de una de las entrevistas, el proceso de remodelación del centro histórico se visualiza como anunciador de un futuro mejor para el pueblo en su conjunto. Pues como lo están pintando como pueblo mágico, yo pienso que vamos a tener más afluencia, ya que se están haciendo muchas mejoras al pueblo, principalmente el cableado subterráneo. Todo el cableado que ve lo van a hacer subterráneo, las banquetas las van a arreglar también, pues yo espero que tengamos un futuro mejor para bien de todos los fuertenses. 30

No obstante, las narrativas de nuestros informantes se encuentran plagadas de referencias que ponen en tela de juicio el Programa. Éstas revelan que el progreso avizorado se volatiza frente a las realidades percibidas. Se juzga, por ejemplo, un desarrollo desigual en términos de los beneficios obtenidos por el conjunto de la población, dado que las obras de rediseño urbano han privilegiado al centro histórico. Por otro lado, la mejoría avizorada con el ppm se juzga con rangos de valoración situados en el polo de los mínimos. Asimismo, se juzga que, frente a la precariedad laboral y desempleo existentes, los grupos beneficiados con esta “mejoría mínima” han sido los restauranteros, hoteleros, taxistas y comerciantes del primer cuadro de la ciudad.

Pues yo pienso que no se ha visto el beneficio todavía. Claro, los más beneficiados serían los comerciantes con la afluencia de turistas nacionales y extranjeros, aunque el turista extranjero es poco lo que gasta aquí. Los taxistas, los restauranteros, aunque no se ha visto claramente el beneficio, yo creo que sería poco, mínimo, lo que se ha visto.33

La contradicción también se expresa en luchas simbólicas que encierran tensiones entre la realidad de las intervenciones del Programa y lo que se esperaría de él, entre la magia institucionalizada y la magia reconocida por los lugareños. El proceso de restauración del centro histórico se valora como deficiente y la imagen de embellecimiento vislumbrada se derrumba en el imaginario de los agentes locales que han seguido de cerca dicho proceso; de ahí que se utilicen expresiones peyorativas cuando se juzga a los responsables y actores materiales de la restauración. Otras valoraciones atribuyen la lentitud del cambio esperado al desconocimiento de la población y a la escasa implicación de los pobladores locales en el ppm. Se vino ya como pueblo mágico, se viene la primera etapa de apoyo por medio de inah [Instituto Nacional de Antropología e Historia], el gobierno federal, gobierno estatal y municipal. Se viene la primera etapa donde se autorizan 7 millones 8oo mil pesos para pintura y remodelación del primer cuadro del centro histórico. Ustedes ven pintados los edificios, algunos lugares, y las puertas deterioradas porque fue muy mala calidad de trabajo que hicieron. Estuvimos insistiendo, los portales estuvieron reconstruyéndolos, no fue una restauración lo que se hizo porque el contratista trajo albañiles, los que les llaman de cuchara libre, pintores de brocha gorda que le llaman también de ¡ahí se va!34

Con el nombramiento de pueblo mágico, lo que es el centro histórico se pintaron lo que son las casas, lo que son las fachadas de las casas coloniales, lo principal, lo que decían las maquetas. 31

Ve las casonas que hay sí, pero la gente apenas se sostiene, ¿con qué? Pues con las rentas de las casas. Porque si ve, aquí el que no es agricultor es ganadero, o es maestro o trabaja en una tienda. Hay maestros que son egresados de la Normal pero no hay plazas porque pues… y andan trabajando en zapaterías andan trabajando aquí trabajando allá. 32 30 31

74

32

Entrevista a Roberto.

Entrevista a Roberto. Entrevista a Laura.

Pues yo pienso que no se ha notado mucho el cambio. La gente no está consciente de lo que es, probablemente nos falte mucho por hacer para realmente ser un pueblo mágico. 35

de uno de los recursos histórico-culturales de El Fuerte, ampliamente valorado por la población local, sino una representación sustentable de un sitio con magia que tiene mucho que mostrar y ofrecer, así como el esbozo de una estrategia de revalorización y promoción turística que involucra a la población local. Nuestro Cerro de la Máscara, donde están los petroglifos, están circundados con palos naturales, con alambre nada más, no hay una protección. Estamos luchando porque se haga una explanada para implementar lo de la jalada de la energía en el solsticio, en el equinoccio, en la época que nos dé la gana implementar, porque los pueblos mágicos son mágicos porque los hacemos con leyendas, enriqueciendo lo que tienen y porque en realidad tenemos mucho en qué fundamentarlo para lo que queremos hacer. Y que haya una explanada, que haya palapas, algo donde la gente vaya, un espacio ahí, una casetita donde haya alguien de la misma región, de las mismas gentes de las comunidades, que aprendan el inglés —que ya de hecho lo están aprendiendo— y que se aprendan toda la historia. Que entreguen folletos, que guíen, que platiquen y que ganen algo porque les estén otorgando un estímulo. 36

Finalmente, es importante hacer notar que en las luchas simbólicas a que nos hemos referido fluyen otro tipo de contradicciones que tienen que ver con la participación de los agentes locales en el programa y las tensiones entre lo que éstos esperan de las instituciones y autoridades que forman parte del Comité de Pueblos Mágicos. La sensación de abandono por parte de las autoridades genera inconformidad entre los promotores turísticos y los participantes más activos, quienes se sienten prácticamente solos en un proyecto cuyas reglas de operación se sustentan precisamente en la participación de los agentes y grupos locales. Como ese que le digo, el cableado… pero ése el mismo gobierno lo va haciendo y se deben de involucrar todas las secretarías, absolutamente todas, eso es obligatorio. Aquí interviene la Comisión [Federal de Electricidad], interviene el inah, interviene la Dirección de Turismo y todos ¿no?, para

El fragmento de entrevista que reproducimos a continuación revela no sólo la percepción del manejo inadecuado 33 34 35

Entrevista a Roberto.

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

Entrevista a Roberto.

que se vayan cumpliendo esos requisitos. Pero a veces las mismas autoridades no se mueven, no gestionan […] se han presentado proyectos y ¡buenos proyectos se han hecho! Y nomás no y no y no, indiferentes, a veces no se presenta el presidente a las reuniones, y entonces nomás acordamos pero él tiene los recursos y es la autoridad, y ahí estamos nosotros haciendo lo que podemos, ¿no?37

Pues sí, a las autoridades, al gobernador y las gentes que tiene él ahí. Yo tengo amigos hoteleros que se quejan mucho, realmente no es la ayuda que ellos esperaban, que los tienen realmente abandonados. Si usted entrevistara a un hotelero le diera la misma opinión de que están muy muy olvidados. Yo tengo un amigo que es dueño de hotel, me gustaría que lo entrevistaran para que vean lo que él opina, le va a decir lo mismo que les estoy diciendo yo. 38

Los vaivenes en las instancias de poder, así como el uso y destino de los recursos, son puestos también en entredicho. Los ritmos oficiales marcan las pautas de operación, y las expectativas locales en torno al Programa se quedan en una especie de sala de espera, en la que se experimenta la sensación de vivir “el cuento de nunca acabar”. Nos ha costado mucho esfuerzo y trabajo difundir porque, como le digo, no hemos recibido el apoyo, Turismo ya nos había aprobado que íbamos a hacer un folleto y nunca puso los recursos, ¿por qué? Porque son puestos políticos, lo quitan y al rato… no, que yo no sé nada y a empezar otra vez. Y se va ese y al rato llega otro y donde quiera se da eso; acaba de salir la del inah y ahora está otra y ¡a volver a empezar otra vez!39

Como colofón de las percepciones sobre el ppm y sus intervenciones en El Fuerte, presentamos a continuación un fragmento de entrevista en el que la metáfora representacional de la fotografía permite acceder a un escenario de futuro en el que la materialidad del pueblo permanece inmóvil y la “magia” de la fuerza de su gente dictará los caminos posibles del porvenir. 37 38

36

Entrevista a Martha, 9 de agosto de 2012.

39

Entrevista a Fernando. Entrevista a Roberto.

Entrevista a Fernando.

75

Lugares de encuentro El Fuerte es una ciudad que si tú le tomas una foto hace 10 años y la tomas ahorita va a estar igual, nomás que está pintado. Es la misma y va a estar igual […] el pueblo mágico externamente es moldear, pintar, quitar el cableado, pero no hay mucha diferencia en la foto. […] A lo mejor en ideología sí hay un cambio generacional, querer emprender, quererse ir de aquí, querer poner negocios aquí, no tirar tanta basura, pero físicamente yo lo veo igual y pienso que de aquí a 15 años va a estar igual.40

C onclusiones El Fuerte es un pueblo mágico afectado por la inseguridad reinante en el estado de Sinaloa. Ese problema influyó para que el turismo fuera una actividad limitada hoy en día y por supuesto para que no generara condiciones propicias para el desarrollo económico local. Aunque, como se ha mostrado, los residentes locales construyen imágenes y argumentos para minimizar el problema, es una realidad que la región enfrenta los estragos de la inseguridad.41 Sin duda, ésta es una circunstancia que vulnera las potencialidades de desarrollo turístico de la región. El Fuerte tiene suficientes atributos y cualidades naturales, históricas, culturales y sociales que han construido a lo largo del tiempo una fuerte identidad local y un gran sentido de lugar de la comunidad, mostrado en el orgullo de su población con respecto a la ciudad. El fuerte apego a ellos ha creado un indisoluble vínculo entre los fuertenses y los recursos (materiales y simbólicos) de la región que habitan, porque se asumen como herederos de una tradición milenaria arraigada en la cultura yoreme. De ahí que valoren cada recurso y el territorio que los contiene, que apelen a una magia no institucionalizada, al recono40

Entrevista a Daniel.

Valga como evidencia de esto el hecho de que el equipo de investigación que suscribe este capítulo tuviese que posponer en más de una ocasión el trabajo de campo en virtud de las condiciones poco propicias en el municipio de El Fuerte a raíz de varios eventos de violencia y homicidios ocurridos entre septiembre y diciembre de 2012. 41

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cimiento, cuidado y preservación de cada huella histórica, cultural y social del lugar. Muchas de las fuentes de colisión entre las formas y el curso de las intervenciones del ppm y lo que los lugareños esperan de ellas, derivan de las diferencias (y contradicciones) entre dos visiones distintas del pueblo y de aquello que lo hace mágico. El ppm ha tenido en El Fuerte un efecto limitado a la creación de imagen urbana y a exaltar el patrimonio cultural mediante la recuperación del centro histórico. La operación del Programa tiene dificultades y obstáculos, entre lo que la comunidad quiere e imagina de su pueblo y lo pretendido por las autoridades municipales y de turismo. Tal desajuste en el aflora en el imaginario social en términos de la existencia de ganadores y perdedores dentro del proceso de turistificación de El Fuerte.

Bibliogr afía de apoyo H. Ayuntamiento de El Fuerte, Plan municipal de desarrollo 2011-2013. inegi. Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Encuesta Nacional de victimización y percepción sobre seguridad pública, México, 2012. Lopéz Castillo, Gilberto, Alfonso Mercado Gómez y María de los Ángeles Heredia Zavala (coords.), El patrimonio histórico y arqueológico del antiguo Fuerte de Montesclaros. Guadalajara: inah/uas/H. Ayuntamiento de El Fuerte, 2009. Parra, Ernesto, El Fuerte. Un pueblo mágico con tradición, Culiacán, Ediciones Bicentenario, 2010. Ruiz, Heriberto, Yo sí soy indio Sinaloa, Uruapan, Michoacán, López Impresores S.A. de C.V., 2005. Ruiz, Lucio, Trilogía Mayo Yoreme. La rebelión de los caudillos mayos del río Fuerte, Editores Autónomos/ Talleres Independientes, Guadalajara, 2010.

Capítulo 4 Ta xco de A larcón:

C iudad cabr a trepada sobre una roca mágica con r aíces de plata Osbelia Alcaraz Morales, Andrea Babini Baan, Jesús Hernández Torres, Agustín Carlos Salgado Galarza Universidad Autónoma de Guerrero

I ntroducción Taxco de Alarcón, asentada sobre el cerro del Atache, nació del establecimiento de campamentos dedicados a la explotación minera durante el siglo xvi. Es un conjunto incomparable: un paisaje marcado por la gran diversidad que presenta su arquitectura, y a la vez, un conjunto homogéneo que sigue fielmente las pendientes del terreno. La ciudad ofrece un panorama con predominio de construcciones escalonadas, con cubiertas de teja y terrazas, fachadas blancas con rodapiés azules y rojos, muros de mampostería y vanos pequeños, y el arco como elemento difundido en corredores y portales. En este contexto, sobresale el monumental templo de Santa Prisca y San Sebastián, joya del barroco colonial, edificado en el siglo xviii por mandato del prominente minero José de la Borda como consecuencia de la bonanza obtenida por el trabajo de las minas de plata descubiertas en La Lajuela, en Tehuilotepec. Destacan también las parroquias y capillas de los barrios primitivos, y algunas construcciones singulares por su tamaño y belleza dispersas en el asentamiento original.. El encanto y originalidad del sitio colonial minero motivó que en 1990 el gobierno federal declarase una zona de monumentos históricos en el centro urbano. En 2001, el templo de Santa Prisca y sus alrededores fue incluido en la Lista Indicativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su acrónimo en inglés). En 2002, la ciudad fue nombrada Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo (Sectur) y, en 2011, la misma Secretaría la incluyó en el programa En el Corazón de México. En este ensayo se aborda, en primer lugar, la historia urbana y los hechos más significativos de la localidad. A continuación, lo relativo a la ciudad actual, su crecimiento y sus condiciones sociales y económicas. Luego, se plantean los imaginarios urbanos desde el punto de vista de residentes, promotores y turistas, lo que permite establecer una red de lugares, percepciones, simbolismo, mitos y leyendas que constituyen parte de la historia de la ciudad y de su población. Se concluye con distintas valoraciones acerca del impacto del Programa Pueblos Mágicos (ppm) en la ciudad. 77

Lugares de encuentro

Ta xco: historia de filigr ana de plata ,

mestizaje y azar

La región, que después de la Conquista se denominó Minas de Tasco, está situada al norte del estado de Guerrero. Correspondía a la comarca de Tlachco y tributaba al imperio azteca. Desde el inicio de la colonización, según menciona Hernán Cortés en la cuarta carta de relación dirigida al emperador Carlos V en 1524,1 la búsqueda de metales para la fabricación de cañones lo lleva a conocer acerca de la existencia de Tlachco (actualmente Taxco el Viejo). Éste fue el asentamiento donde residieron los primeros alcaldes, pero se abandonó hacia fines del siglo xvi cuando la población de españoles se trasladó a Tetelcingo (a 12 kilómetros de Tlachco), lugar que ocupa el barrio de la Veracruz en la ciudad actual. Según la relación de las Minas de Taxco2 las primeras minas de plata fueron descubiertas en 1534. En Cantarranas, al norte de la ciudad, perviven restos de lo que fue la hacienda de Cortés, hoy restaurada. Hacia 1539, los indios a quienes los españoles llevaron a trabajar en las minas del Socavón del Rey, en Bermeja (al oriente de la localidad), se establecieron en Tlachcotecapan y Acayotla, hoy barrios de San Miguel y de Guadalupe, respectivamente, dentro del centro histórico. En 1593 se fundó, sobre el camino que unía Tetelcingo con Cantarranas, el convento dieguino de San Bernardino de Siena.3 La estructura física y social delimitaba un hábitat diferenciado: los indios que trabajaban en las minas vivían en Guadalupe Acayotla y San Miguel Tlachcotecapan; los españoles en Tetelcingo; los indios agricultores, alrededor de San 1

Hernán Cortés, Cartas de Relación, México, Porrúa, 1992, p. 198.

Manuel Toussaint, Tasco. Su historia, sus monumentos, características actuales y posibilidades turísticas, México, Secretaría de Hacienda, 1931, pp. 23-26. 2

Ricardo Prado Núñez y Rafael Barquero Díaz, Taxco virreinal y sus capillas, México, Instituto Guerrerense de la Cultura, 1991, p. 20. 3

78

Bernardino, y el beneficio de metales se hacía en Cantarranas. Éstos y otros barrios históricos como Ojeda, Cena Obscura, La Garita, Santa Veracruz, De Puente y Mezquite se comunicaban mediante un eje sinuoso llamado en sus orígenes Camino Real (ahora calle Benito Juárez), que conecta la parte norte del poblado con la Ciudad de México y el sur con el puerto de Acapulco. A raíz de la actividad minera, en la región se construyó un gran número de haciendas que se beneficiaban de la plata a partir del llamado sistema de patios, actividad para la cual se requería abundante agua que hacía funcionar los acueductos que canalizaban el vital líquido hacia las haciendas y los grandes espacios en que se molía y separaba el mineral. Todavía podemos encontrar algunas de estas haciendas en buen estado de conservación y vestigios de otras en la ciudad y el municipio, sobre todo a lo largo del río Taxco. Si bien hubo periodos ocasionales de relativa prosperidad durante los siglos xvi y xvii, se vivió una auténtica bonanza a mediados del siglo xviii, cuando José de la Borda descubrió la veta de San Ignacio en La Lajuela —muy cercana a Taxco—, lo que significó el mayor auge del Real. El trabajo en las minas de plata y la construcción del templo de Santa Prisca provocaron un importante incremento de la población y el desarrollo del poblado. Sin embargo, durante el siglo xix la región quedó aislada debido a las guerras y al abandono del sistema de patios para el beneficio de la plata, cuando se introdujo el sistema de cianuración para la producción del mineral; esto cambió definitivamente el uso y el destino de las haciendas. Por otra parte, el difícil acceso a la localidad hasta ya entrado el siglo xx permitió la conservación del poblado y su entorno natural. En 1927 la inauguración de la carretera México-Acapulco, con paso obligado por Taxco, despertó el interés de turistas nacionales y extranjeros por conocer un pueblo “pintoresco” conservado casi intacto desde el periodo colonial. A lo largo la primera mitad del siglo xx, inte-

Una visita a pueblos mexicanos lectuales y artistas hicieron del poblado un lugar de descanso, de trabajo o de vida a causa de su excelente clima, del paisaje y de la asombrosa configuración urbana y arquitectónica de la localidad. Entre ellos destacan Manuel Toussaint, quien escribió varias obras dedicadas al sitio, y William Spratling, arquitecto norteamericano, que se instaló y vivió en Taxco hasta su muerte en 1967. Él desarrolló principalmente la orfebrería de plata, además de muebles y objetos artesanales con nuevos diseños y técnicas que fueron difundidas en el municipio, con lo que se logró el impulso de esta ocupación que perdura hasta nuestros días. Desde entonces, las actividades económicas se diversifican. A la actividad minera que dio origen a la ciudad se suman la orfebrería de plata y, de modo páralo, el turismo, además de otras actividades como la cantería, la herrería y otros productos artesanales. Sin embargo, en la actualidad, la minería en Taxco ya no es una actividad productiva. En septiembre de 2007, Minera México, subsidiaria de Grupo México, notificó el cierre definitivo de la unidad minera de Taxco. Por último, cabe mencionar que la ciudad cuenta con una ubicación estratégica debido a la cercanía con la Ciudad de México, con Cuernavaca (Morelos) y con Toluca (Estado de México). Dentro de Guerrero, con las ciudades de Ixcateopan de Cuauhtémoc, Iguala de la Independencia, Chilpancingo de los Bravo y Acapulco de Juárez. Pertenece, además, al llamado Triángulo del Sol (Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo, Taxco). Su localización favorece la actividad turística del centro de población y del municipio. Asimismo, su clima templado con lluvias en los meses de junio, julio y agosto, crea una atmósfera mágica y especial: la niebla que precede a las lluvias torrenciales inunda el ambiente, plazas, calles, callejones y portales. En la oscuridad de la noche los intensos relámpagos iluminan de manera teatral la ciudad y los truenos son motivo de sobresalto para propios y extraños.

C iudad visible y ciudad oculta La zona de monumentos históricos, declarada así en 1990 por el gobierno federal, cuenta con 220 monumentos y define sus límites con la ubicación de los templos históricos de la ciudad. Esta zona ha sido rebasada por el crecimiento urbano de los últimos 80 años y ha quedado inmersa en una ciudad que ha desbordado, por mucho, los límites del poblado colonial: de 37.4 has que comprende la zona de monumentos históricos, el área urbana actual ocupa más de 800 has.4 Los Planes de Desarrollo Urbano (pdu) incluyen de manera creciente, desde 1990, núcleos cercanos que se han integrado a la localidad para estudios económicos, sociales, territoriales y de planeación urbana. El pdu de 2005 incorpora los pueblos de Landa, Acamixtla, Tehuilotepec, Rancho de Colores y Minas Viejas. El de 2012, en proceso de autorización, incluye además Joyas del Progreso y San Francisco Cuadra. Con datos oficiales5 se puede constatar el crecimiento de la población desde 1900 hasta nuestros días. Es interesante resaltar que el número de habitantes en el siglo xviii era mayor que el de principios del siglo xx: “El Padrón consta de 1,383 casas y 4,358 personas de comunión. Fue acabado el 27 de julio de 1772”.6

4

Planes de Desarrollo Urbano (pdu), Taxco, 2005.

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi), 2010, 5

6

M. Toussaint, op. cit., pp. 230-231.

79

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro C uadro 1. C recimiento de la población en Ta xco de A larcón , G uerrero Año 1900

Total de habitantes

Hombres

Mujeres

3,874

1,807

2,371

1,070

4,963

2,313

14,773

6,940

1980

36,315

17,585

18,730

1995

48,028

23,332

24,696

2005

50,415

1910

1920 1930

1940

3,860 3,554

1950

10,023

1970

27,089

1960

1990

*2000

2010

41,836

50,488 52,517

1,787

1,670

2,067 1,301

1,884

2,650

5,240





7,833

Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi),

21,730

24,391

26,097

25,106

27,111

24,362

2010.

26,053

* Población corregida por el Consejo Nacional de Población (Conapo) al 2000: 52,270.

Fuente: Elaboración propia.

Seguridad e inseguridad en los últimos años Los delitos registrados en averiguaciones previas por las agencias del Ministerio Público del fuero común durante los años 2003, 2009 y 2010 muestran que en el ámbito estatal hay una tendencia creciente al año 2009 y luego disminuye levemente al 2010. Por el contrario, en el municipio, Taxco muestra una tendencia decreciente en 2009 y vuelve a aumentar en 2010. 80

C uadro 2. D elitos registr ados en averiguaciones previas iniciadas por las agencias del M inisterio P úblico del fuero común

2,073

4,783

20,106

M apa 1. C recimiento del tejido urbano de Ta xco de A larcón , G uerrero

Dentro del área urbana se pueden definir cuatro grandes zonas con diversas problemáticas. Al norte, el contraste entre la parte turística y la habitacional precaria: la primera, carente de inversiones para el atractivo turístico y con instalaciones que no son explotadas; la segunda, con potencial para el desarrollo, pero dentro de un esquema de gran marginación, pobreza y altos índices de delincuencia. Al sur, se halla una zona de uso mixto con colonias populares habitacionales; destaca la presencia de la mina, con presión de crecimiento hacia esta zona de riesgo; dispersión de construcciones en función de las condiciones topográficas, y por último, la presencia de vivienda de interés social del Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste). El centro y oriente son grandes zonas concentradoras de actividades: el centro histórico con servicios mixtos rodeado por uso habitacional predominantemente unifamiliar, equipamiento de nivel medio, con innumerables problemas económicos, sociales, ambientales, y también en torno a la centralización de actividades dentro de la ciudad. Al poniente se estructura una gran zona habitacional unifamiliar, en su mayoría con alto gra-

do de marginación y parte de ella con problemas de delincuencia. Además, cuenta con la presencia de vivienda de interés social del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).7 La población económicamente activa (pea) se encuentra concentrada en el sector terciario, con 55 por ciento, considerando la actividad turística; le sigue el secundario, con 43 por ciento, teniendo en cuenta el trabajo y comercialización de la plata. Los datos obtenidos del Censo de Población y Vivienda de 20108 muestran que la localidad, en comparación con el estado y el municipio, tiene mayor cantidad de esta población. C uadro 3. Datos de la población económicamente activa de G uerrero y Ta xco , 2010 Localidad Estado de Guerrero

Municipio de Taxco Ciudad de Taxco de Alarcón

Población total

pea

Porcentaje de pea

3,388,768

1,221,440

36.04

104,053

41,019

39.42

52,517

22,653

43.38

Fuente: inegi, Censo General de Población y Vivienda 2010.

Empleo y desempleo Entre 2000 y 2010 la población ocupada ha crecido. A la vez, ha aumentado la población desocupada, como se puede verificar en el cuadro 5. 7 8

pdu, op. cit.

inegi, op. cit.

81

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro C uadro 4. Población ocupada y desocupada en G uerrero y Ta xco, 2000

la población residente en la ciudad como para localidades cercanas. Taxco cuenta también con instalaciones que sirven para apoyar la cultura: una biblioteca dentro de la Casa Borda, que a su vez funciona como centro cultural, tres museos y un auditorio. El equipamiento de salud es atendido principalmente por el sector público por medio del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) y por la Secretaría de Salud y Asistencia (ssa). Actividad turística

Fuente: inegi,Censo General de Población y Vivienda 2000.

C uadro 5. Población ocupada y desocupada en G uerrero y Ta xco, 2010

El desarrollo del turismo, como se dijo antes, comenzó a principios de la década de los treinta, cuando inicia el flujo de visitantes, en su mayoría, como una escala en la ruta de la Ciudad de México hacia Acapulco. Sin embargo, entre 1980 y 2010 la ocupación hotelera ha disminuido de forma paulatina, igual que la afluencia del turismo. C uadro 6. E volución de la actividad turística en Ta xco de A larcón

Sin embargo, en 2003 había 43 restaurantes; en 2009 esta cifra aumentó a 56. En 2003 había 20 hoteles registrados; en 2009 se contaba con 38 hoteles, y en 2012, con 44. Sobresalen por su belleza, antigüedad y las vistas de la ciudad: el Hotel Victoria, de la Borda, Monte Taxco, Posada de La Misión, entre otros. Este último tiene un mural con piedras de colores de la región, por el maestro Juan O‘Gorman. Los datos anteriores muestran, de manera contradictoria, que según las cifras oficiales el número de turistas tiene una tendencia a la baja. Sin embargo, aumenta el número de restaurantes y hoteles. Esto se explica, probablemente, por la afluencia de turistas al tianguis de plata que se realiza los sábados, que no utiliza hospedaje y no genera estadísticas porque no registra ocupación.

I ntervenciones del P rogr ama P ueblos M ágicos en Ta xco de A larcón

Año

2007

Obras de cableado subterráneo etapa 4.

2009

Obras de cableado subterráneo etapa 5. Revista de campo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah) Santa Prisca 250 Aniversario. Cofinanciamiento de capacitación a informadores turísticos. Diseño del Portal www.taxco-pueblomagico.com. Etiquetas para autos de turistas con la leyenda “Taxco Pueblo Mágico”. Uniformes oficiales de informadores turísticos.

2008

2010

Las acciones del ppm en la ciudad han tenido como destinos principales la zona de monumentos históricos y la exhacienda de Cantarranas, hoy Centro de Convenciones. C uadro 7. O br as del P rogr ama P ueblos M ágicos en Ta xco Año

2002 Fuente: inegi, Censo General de Población y Vivienda 2010.

Equipamiento En relación con el equipamiento educativo existen en Taxco 75 escuelas de los distintos niveles educativos; además, un centro múltiple de educación especial, y un centro multidisciplinario de desarrollo juvenil.9 Estos equipamientos ofrecen una buena cobertura tanto para 9

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pdu, op. cit.

2003 Fuentes: 1) Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Guerrero, 2007; 2) Sistema Nacional de la Información Estadística del Sector Turismo de México (Datatur); 3) Secretaría de Turismo (Sectur), Barómetro Turístico, 1991; 4) pdu 2003; 5) Oficinas de Turismo de los Gobiernos de los Estados y Distrito Federal y Sistema de Información Turística Estatal (site), Sectur; 6) Sistema de Información Turística Estatal (site) Sectur.

Obras

Remodelación de parte alta del Centro de Convenciones. Banquetas sobre avenida de los Plateros. Mejoramiento de las fachadas de la calle Benito Juárez. Restauración de la torre norte y malla protectora de fachada principal de la Parroquia de Santa Prisca. Proyecto de Cableado Sub-terráneo del Centro Histórico de Taxco.

2004

Obras de cableado subterráneo etapa 1.

2006

Obras de cableado subterráneo etapa 3.

2005

Obras

2011

Obras pendientes del cableado subterráneo etapa 4. Primera etapa del Proyecto de Iluminación Periférica de la Parroquia de Santa Prisca (después Ciudad Luz).

Mejoramiento de imagen urbana de entradas sur y norte a Taxco, luminarias, señales y letreros de “Taxco Pueblo Mágico”. Remodelación de lavaderos del siglo xviii e instalación de contenedores de basura. Obras de cableado subterráneo etapas 6 y 7. Generación de nuevos atractivos: Apoyo al II Festival de la Cuetlaxochitl-Flor de Nochebuena. Elaboración del video y el folleto institucional Taxco Pueblo Mágico. Proyecto Taxco Ciudad Luz. Quedaron pendientes el cierre de la séptima etapa de cableado subterráneo y otras obras aprobadas.

Fuente: Comité de Pueblos Mágicos de Taxco, 2012.

Obras de cableado subterráneo etapa 2.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro C uadro 8. A portaciones del P rogr ama P ueblos M ágicos par a Ta xco, 2002-2011

M apa 2. Sitios intervenidos por el P rogr ama P ueblos M ágicos en Ta xco

se sitúa principalmente en la zona de monumentos históricos: es el Taxco que la población reconoce como suyo y con el cual se identifica. F igur a 1. E l centro histórico y el templo de Santa P risca , principios del siglo x x

Desarrollo Turístico de Taxco […] y hemos contribuido con el Programa Pueblos Mágicos.10

Encontramos también opiniones contrarias: “He observado un proceso lento, que se manifiesta de forma contradictoria, donde coexisten modos de producción distintos, por ende, relaciones sociales que se basan en costumbres y tradiciones; por otro lado, se tratan de articular a la llamada modernidad, lo que provoca un desajuste, tanto en lo económico, como en lo social […] urbanismo, convivencia, desarrollo, etcétera”.11 El imaginario que se tiene acerca de Taxco para el futuro también es variado y divergente: En el futuro imagino a Taxco todavía más bonito, porque pienso que ya hay autoridades, el sector privado y la población, que ya nos estamos preocupando por preservarlo… yo veo a Taxco con algunos rincones con cafecitos […] Yo pienso que vamos a hacer muchas cosas, lugares en donde nos vamos a reunir tanto turistas como taxqueños […] va a ser mejor.12

Fuente: Archivo de Juan de Dios Labra.

Fuente: Comité de Pueblos Mágicos de Taxco, 2012. Fuente: Elaboración propia.

Ta xco se defiende altiva del paso del tiempo El imaginario social en relación con Taxco de Alarcón alude a una construcción colectiva de la imagen del antiguo Real de Minas que ha subsistido, casi sin alteraciones, desde el siglo xviii hasta mediados del siglo xx. El Taxco colonial representado en fotos, dibujos, pinturas, leyendas, mitos, historias orales o escritas y documentos a través de la historia, se refieren siempre al espacio que 84

En las entrevistas realizadas a residentes, promotores y turistas se pueden apreciar distintas percepciones que varían —y en ocasiones se contradicen— en cuanto a la transición de Taxco como poblado colonial a una ciudad turística. Encontramos imaginarios muy positivos, en un rango que llega a los más negativos, como se puede apreciar a continuación. He tenido la fortuna de ver todo ese cambio, y a veces como que no nos dábamos cuenta […] yo recuerdo mucho el Taxco de cuando éramos niños, de cuando yo iba a la escuela, de cómo eran las calles, su fisonomía, su arquitectura. Aunque desde entonces se empezó a cuidar con la Junta de Conservación quizá no se respetaba al máximo. Yo he visto que con el Programa Pueblos Mágicos ya se unificó y hay más respeto, la fisonomía del pueblo colonial ya ha cambiado y sobre todo ha mejorado. Siempre, como empresarios, decíamos que debíamos arreglar esto, en un principio criticábamos y no hacíamos nada […] para esto yo me uní al Consejo Ciudadano para el

En el otro extremo: “Sombrío. Deteriorado en su fisonomía arquitectónica, desordenado e intranquilo socialmente, decaído económicamente. Ambientalmente degradado y contaminado por la vialidad no planificada, ruido excesivo de motocicletas, automotores con sonido excesivo y visualmente por anuncios comerciales inapropiados”.13 Entrevista realizada por Andrea Babini y Osbelia Alcaraz a Francisco Pérez, 27 de junio de 2012. 10

Entrevista realizada por Andrea Babini y Osbelia Alcaraz a Jorge López, 24 de julio de 2012. 11

Entrevista realizada por Andrea Babini y Osbelia Alcaraz a Juan García, 24 de julio de 2012. 12

13 Entrevista realizada por Andrea Babini y Osbelia Alcaraz a Margarito Pineda, 24 de junio de 2012.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro ¿Dónde reside la magia de Taxco? La coincidencia es generalizada: en el templo de Santa Prisca, en la fisonomía del poblado colonial, en las haciendas y el entorno natural; la orfebrería de plata; los colores blanco y rojo que contrastan con el verde (por la vegetación) y el azul (por el cielo); el olor a tierra mojada; el ambiente de la ciudad y, desde luego, en la población, sus mitos y tradiciones hacen de Taxco un pueblo mágico. Por otra parte, encontramos diversas actividades relacionadas con la producción artesanal, como la cantería, la herrería, las artesanías, etcétera. En entrevista a una familia de herreros se pueden apreciar otros puntos de vista acerca las labores y perspectivas de estos trabajadores: Bueno, empezamos por pura necesidad, no traíamos escuela y no traíamos nada […] mi papá trabajaba en la mina y cuando lo jubilaron, de momento se vio y se preguntó ¿ahora qué hago? Y empezamos a trabajar con un señor que se llama Antonio Frausto, él fue el iniciador de los muebles coloniales en Taxco, algo que nadie ha valorado, él empezó a hacer los juegos de salas, comedores […] yo le hacía todos los herrajes y con él nos iniciamos hace 55 años y de ahí que Taxco no nada más es plata, es hierro, es muebles, lapidarios […] en lo que toca a lo mío, pues es la herrería.14

La relación con los turistas, cuestión aceptada por los residentes, es buena y cordial; aunque, según dicen algunos, existen competencias desleales entre comerciantes por conseguir mayores ventas de platería, desprestigiándose unos a otros por la mala o buena calidad de la plata que venden, y presionando a turistas para que compren en una tienda u otra. Algunos visitantes extranjeros dicen: “Taxco es multicolor, como todo México”. También se identifica a Taxco con la platería: “¿Qué te llevas de Taxco?”, se pregunta a los turistas; “Plata”, responden. Y los taxqueños agregan: “También se llevan parte de nosotros”.

Entrevista realizada por Eloy Méndez a Carlos Torres, 3 de septiembre de 2012. 14

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Calles sinuosas y plazas de Ta xco: testigos de historia y mestizaje cultur al

Para la elaboración de un mapa de lugares se propone la demarcación de la zona de monumentos históricos y otros espacios fuera de ésta, que son de gran significado tanto para la población residente como para promotores y turistas. Sin duda, son emblemáticos el Templo de Santa Prisca y la Plaza Borda como elementos esenciales cargados de actividad y bullicio. Desde la plaza se organiza la ciudad y hacia ella confluyen todas las dinámicas urbanas. A partir de ella se distribuyen todas las calles, en un laberinto de callejones, calles quebradas y curvas hacia arriba o hacia abajo del cerro, en continuidad de fachadas blancas o piedra aparente. Caminar por las calles de Taxco es asombroso, al dar la vuelta para uno u otro lado, siempre aparecen espacios y vistas inesperadas. Fuera del centro histórico son emblemáticas las exhaciendas del Chorrillo y Cantarranas, y otras fuera del límite urbano, pero dentro del municipio, como San Francisco Cuadra, San Juan Bautista, Acamixtla, El Fraile. Además, el mirador del Cristo Monumental construido en 2002 en la parte alta el cerro del Atache, ofrece una hermosa vista panorámica del conjunto; es un espacio muy frecuentado por jóvenes de la ciudad. También, espacios naturales como la cascada de la Mulata y el cerro del Huixteco (parque recreativo visible desde cualquier parte de la ciudad), el cual está cargado de simbolismo para los habitantes y las poblaciones cercanas porque, además de ser un territorio extraordinario con acantilados y bosques, permite tener una de las mejores vistas de valles y montañas hacia el sur. Allí crece un insecto comestible llamado jumil, que se reproduce cuando acaba la temporada de lluvias; la gente de Taxco y de zonas circunvecinas celebra fiestas para recolectar el insecto. Otros lugares emblemáticos para los pobladores son las minas, ubicadas en el sur de la localidad y en los alrededores; aunque sus trabajos han sido suspendidos,

son espacios que los taxqueños añoran y con los cuales se sienten identificados. Los itinerarios surgen desde la Plaza Borda con varios recorridos que se dirigen al mercado, a las capillas de los barrios tradicionales o hacia lugares que ofrecen vistas sorprendentes hacia dentro o hacia afuera de la ciudad (paisajes urbanos y naturales). Otro itinerario destacado es el de la calle Benito Juárez (antiguo Camino Real) que inicia al norte de la zona de monumentos históricos, atraviesa el centro pasando por la Plaza Borda y finaliza al sur, donde se encuentra el barrio de San Miguel. Residentes y turistas coinciden con los itinerarios mencionados; además, con la trayectoria por la avenida de Los Plateros que limita el centro histórico en el oriente. Los lugares son espacios públicos de gran significado e identidad para la población: además de los ya mencionados, destacan la plaza de San Juan y el parque Guerrero, que funcionan como enlaces de transporte público; el mercado municipal Tetitlán, siempre con gran actividad. Las calles y callejones son significativos espacios de reunión y convivencia. Cuando las estrechas calles se cruzan formando nodos o amplían sus dimensiones encontramos pequeñas plazuelas dispersas en el centro histórico, muchas veces con sus fuentes originales. Las tradiciones festivas en Taxco son ancestrales y en estos lugares se desarrollan celebraciones de bodas, lutos y exequias; pastorelas, nacimientos y fiestas patronales; eventos culturales y recreativos. De gran importancia es la Semana Santa, que cuenta con dramáticas procesiones donde las imágenes religiosas van acompañadas, a lo largo de sus calles empedradas, por cofradías de penitentes encapuchados vestidos de negro que arrastran cadenas sujetas a sus tobillos; se ha convertido en uno de los atractivos turísticos y religiosos más importantes del país. Asimismo, las Jornadas Alarconianas, la Feria Nacional de la Plata, las fiestas patronales, entre otras actividades no menos importantes, constituyen un valioso patrimonio intangible que ha conformado un variado programa a lo largo del año.

M apa 3. L ugares turísticos de Ta xco

Fuente: Elaboración propia.

Taxco es una ciudad compleja. Su traza irregular e intrincada, las construcciones escalonadas como sobrepuestas en distintos planos tridimensionales muestran, a su vez, un conjunto homogéneo y en cierta forma legible. “A pesar de su complejidad interior o semioculta, se presenta en la superficie con apariencia simple, como si fuera meseta”.15 Al mismo tiempo, los grandes desniveles y pliegues del suelo que ofrece el emplazamiento de Taxco ha generado muchísimos intersticios carentes de luz, seguridad y 15 E. Méndez, Isabel Rocríguez Chumillas y Jesús Ángel Enríquez (coords.), Imaginarios y paisajes del turismo. Ciudades y relatos frente al mar, Saarbrücken, Alemania, Editorial Académica Española, 2011, p. 30.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro legibilidad “el intersticio se sumerge en el anonimato al margen de las luminarias instaladas en las atracciones turísticas”.16 De tal suerte que configuran lo auténtico, lo que no sale a la luz y, por lo tanto, es objeto de análisis integral para dilucidar sus mensajes y atributos. No podemos aseverar que la configuración urbana y la arquitectura de Taxco, dentro y fuera del centro histórico, constituyan un tinglado. La arquitectura es propia de los taxqueños desde hace décadas, intentando el respeto a las normas históricas y vigentes para la conservación y construcción nueva en la ciudad. Sin embargo, en lo que se refiere específicamente a construcciones destinas al turismo (hoteles, restaurantes y comercios) Taxco ha tenido que adaptarse a la decoración que impone lo “mexicano”. Se ha edificado y decorado con imágenes y objetos que imitan lo “colonial”. Además, ya comienzan a percibirse obras públicas como la fuente de Aguas Danzantes que colinda con el templo de la Veracruz apenas inaugurada y que sí constituye un verdadero tinglado, objeto decorativo para atracción turística. Es muy significativo valorar la percepción que los niños tienen de su ciudad. En 2013, a un grupo de niñas y niños de quinto grado de primaria de la escuela Gaby Brimmer se le solicitó dibujar su pueblo, lo que para ellos es importante y lo que más les gusta. La mayoría de ellos dibujó el Templo de Santa Prisca y diversos espa16

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Ibídem, p. 32.

cios, objetos y construcciones tradicionales de la ciudad. Los menos, dibujaron los nuevos espacios comerciales de los monopolios internacionales. En relación con el ppm, gran parte de la ciudadanía todavía no está enterada de cuáles son las propuestas y acciones del Programa en Taxco: “¿Somos Pueblo Mágico? ¿Y qué cosa es eso?”, preguntan algunos. Otros dicen: “¿En qué me beneficia? Pus, en nada”. Sin embargo, la población reconoce y disfruta de la iluminación y de las obras restauradas. Los trabajadores del sector turístico observan, a partir de la implementación del ppm, mejorías y cambios positivos en su actividad laboral. F igur a 2

C iudad barroca que entrever a su historia con leyendas , mitos y encantos Paralelamente al crecimiento desenfrenado de la ciudad, del advenimiento de la modernidad, del ppm, de la diversificación de las actividades económicas y de las tensiones sociales, en el imaginario colectivo de la población de Taxco se atesoran los recuerdos de lo que fue el poblado original, por medio de leyendas, mitos, cuentos e imágenes, colmadas de simbolismo.

flor de Cuetlaxochitl”, “Taxco amenazado por el cerro del Atache”, “El socavón del rey”, “La mulata”, “La calle de la muerte”, “El primer automóvil llegado a Taxco”, etcétera. Leyenda de la malicia castigada Mientras que en el exterior del templo de la Santa Veracruz, todo era un torrente de alegría debido a la celebración del Cuarto Viernes; en el interior era silencio, reverencia y murmullo de plegarias que los asistentes […] elevaban al Señor Crucificado […]. Entre los asistentes a la misa, había un individuo venido de lo más intrincado de la Sierra Tlapaneca (Metlatonoc), muy atento a lo que hacía el sacerdote, y acercándose a uno de los feligreses, le habló al oído: “¿Qué es eso que hace el cura? ¿Por qué les mete esa ruedita blanca a la boca?”. El interrogado ni tardo ni perezoso le contesta: esa ruedita es Cristo. “Pues mañana recibo a Cristo” se dijo maliciosamente el hombre. El feligrés inmediatamente notó la malicia del interlocutor, y terminada la misa, corrió a decírselo al señor cura. El ministro de Dios mandó preparar luego una rodelita muy fina de cuero crudo semejante a la Ostia. Al día siguiente se acercó a comulgar el individuo […]. El señor cura distribuyó la Sagrada Comunión reservando siempre la Ostia de cuero crudo para dársela al desconocido comulgante. Llegando el momento, éste la recibió con muecas de humildad y arrepentimiento de todas sus maldades, y por más que hizo, el cuero no se deshizo en su boca. Al notar esto dijo muy compungido: “El señor cura me dio el Cristo más viejo, pues no puede entrar a mi pecho”. ¿Sería malicia, ingenuidad o ignorancia de este hombre? Sólo Dios lo sabe. Esto sucedió en las festividades del Cuarto Viernes en el templo de Santa Veracruz de Tasco, Guerrero.19

Leyenda de la montaña de plata En la época colonial se decía que Taxco era un poblado construido sobre una montaña de plata. Gambusinos y todo tipo de aventureros se dirigían a la región con esa imagen en la mente y los continuos descubrimientos de vetas riquísimas parecían confirmarla. Una leyenda indígena habla del descubrimiento de la plata por accidente: varios cazadores tlahuicas perseguían un venado descomunal, tan grande como nadie recordaba haber visto otro, que los condujo hasta el cerro del Atache, donde ahora se encuentra Taxco. Ahí finalmente lo alcanzaron y ya tarde, consumaron su sacrificio. La mayoría de la carne fue salada y expuesta al sol para llevarla de regreso bien conservada. Los cazadores dejaron una gran pierna para comerla esa noche de celebración al lado del fuego. Mientras la carne se asaba observaron que las piedras colocadas alrededor de la fogata brillaban, sacaban chispas y se derretían. A la mañana siguiente descubrieron que se había formado, donde antes hubo fuego, un círculo de plata. Y desde entonces se buscó el metal en la montaña.17

También encontramos muchas leyendas desde épocas precolombinas, durante la colonia y todavía en el siglo xx. Sinesio Moctezuma18 ha recopilado 25, que representan la mayoría, cuyas historias son trágicas, fantasmales o irónicas. Entre ellas: “La zarzamora”, “El callejón del hundido”, “El puente del Diablo”, “Las estacadas”, “La

Leyenda del primer automóvil Acuatitlán es uno de los barrios bajos que actualmente es un centro de bañistas y una frondosa huerta, que en época pasada era la única entrada para peatones y si acaso, diligencias a Tasco, pueblito minero encajado en el centro de una corona de altas montañas en el sur de nuestro México lindo y querido. Era una noche templada en que reinaba la tranquilidad adornada con los blancos resplandores de la luna, reflejados en

17 Jaime Castrejón Diez, Santa Prisca. Taxco, México, ed. de autor, 1987, pp. 27 y 28. 18 Sinesio R. Moctezuma, Monografía histórico-geográfica de Tasco de Alarcón, Guerrero y sus leyendas, s. d., México, 1977.

19

Ídem.

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Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro los rojos tejados de las casitas situadas en aquel lugar de paz y sosiego. De pronto se interrumpió este bello cuadro, con los gritos llenos de pavor de unos nativos corriendo y exclamando decían …¡Ahí! ¡ahí!... viene el Diablo… y todos se refugiaban en sus casas, apresurados cerraban sus puertas fuertemente. En seguida se reanudó nuevamente la calma, claro, sin dejar de comentar lo sucedido, y así pasó la noche. Al día siguiente, a los primeros rayos del sol acompañados por las primeras llamadas a misa de la Parroquia de Santa Prisca, se levantaron los trabajadores para dirigirse a su diario su arduo trabajo, pasando por la plaza principal, llevándose así una gran sorpresa; un raro artefacto de metal y con cuatro ruedas caminaba solo. Observaban y hacían el comentario. Al mismo tiempo unos decían esto: “es cosa del demonio”, pero poco a poco fueron convencidos por sus ocupantes, llegando a la conclusión de que era el primer automóvil llegado a Tasco. La novedad corrió como el viento en todo el pueblo, y en masa corrían a admirar el extraño automóvil. Al mismo tiempo pasaban junto a él para la toma de fotografías. Lo tentaban y todos decían: “Esto es el fin del mundo”, y los más incrédulos corrían a rezar al templo de Santa Prisca santiguándose y dándose golpes de pecho. Así llegó el primer automóvil a Tasco. 20

En el imaginario colectivo, también perviven políticos, personajes y artistas que estuvieron ocasional o temporalmente en Taxco, incluyendo a John F. Kennedy, David Alfaro Siqueiros (quien vivió recluido en el poblado entre 1931 y 1932), Anita Brenner, el poeta Carlos Pellicer, entre muchos otros que han dejado testimonios artísticos, fotográficos y literarios. William Spratling había fundado el taller Las Delicias, permaneciendo en Taxco hasta su muerte. Amigo de artistas, políticos e intelectuales, Spratling cultivó amistad con pintores como el Dr. Alt, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Miguel Covarrubias y Frida Kahlo. Con intelectuales, como Manuel Toussaint y el Dr. Daniel Rubín de la Borbolla y de políticos, tales como Moisés Sáenz, Dwite Morrow y Lyndon Jonhson. También con cineastas y actores: Sergei Eisentein, John Houston, Marylin Monroe, Jack Palance, Mario Moreno Cantinflas, María Félix y otros tantos famosos. 21 20

Ibídem, pp. 109-110.

21 Javier Ruiz Ocampo, “Calles y Callejones de Taxco”, Revista de la Facultad de Artes y Diseño plantel Taxco. [http:// http://revista925taxco.

90

El inigualable paisaje de Taxco y sus alrededores fue escenario de varias películas desde 1952, cuando la empresa de Dancigers patrocinó uno de los proyectos largamente concebidos por Buñuel: Abismos de pasión, versión fílmica en español de la novela Cumbres borrascosas (Wuthering Heights), de Emily Brontë. La película Macario (1960) tuvo como escenario las grutas de Cacahuamilpa, Taxco, Puebla y las lagunas de Zempoala. Pepe, película estadounidense-mexicana, realizada en 1960 bajo la dirección de George Sidney, en la que participa como actor estelar Mario Moreno Cantinflas. La bandida, película mexicana filmada en 1963, dirigida por Roberto Rodríguez y protagonizada por María Félix, Pedro Armendáriz, Emilio Fernández y Katy Jurado, también fue filmada en Taxco. Butch Cassidy y el Sundance Kid (1969) dirigida por George Roy Hill y protagonizada por Paul Newman, Robert Redford y Katharine Ross; además de algunos interiores y exteriores tipo estudio, la película fue filmada en locaciones en varias partes de Colorado, Utah, Nuevo México, y en México, Cuernavaca, Taxco y también en Bolivia. El Chanfle (1979), dirigida por Enrique Gómez Bolaños, se filmó parte en Taxco, en particular en el Hotel Monte Taxco. Second Chance (La segunda oportunidad, Estados Unidos, 2006), del director Steve Taylor, tuvo como escenario a Taxco en sus primeras escenas. También, en la actualidad, la ciudad es telón de fondo para algunos capítulos de telenovelas y programas televisivos de Televisa y TV Azteca. Taxco se representa, desde principios del siglo xx, con fotos, música, dibujos, pinturas y otras expresiones gráficas como manifestaciones de lo que fue y de lo que hoy es el pueblo mágico. Yo soy de un pueblito, chiquito y bonito que se llama Taxco el colonial, con sus casas viejas, sus quebradas callejas, su hermosa iglesia que es el orgullo del mineral. Cuando llega un viajero, pregunta a la entrada, fad.unam.mx/index.php/calles-y-callejones-de-taxco/].

que como se llama dónde va a llegar, alguien le contesta: ¡Ese es Taxco el colonial! Raful Crayem, Taxco de mis Amores (fragmento).

F igur a 3

Por último, la publicidad que se elabora en torno al Pueblo Mágico de Taxco, siempre hace referencia a emblemas, lugares y tradiciones culturales que se pueden identificar en los siguientes folletos promocionales:

F igur a 4

F igur a 6

Fuente: www.destinostriangulodelsol.com

Fuente: Dibujo de William Spratling.

F igur a 7

F igur a 5

Fuente: Dibujo de Justino Fernández.

Fuente: www.visitataxco. com

91

Lugares de encuentro

C onclusiones El crecimiento de la población —sobre todo desde la década de los setenta, cuando el número de habitantes de Taxco prácticamente se duplicó con respecto a la década anterior, y desde entonces hasta 2010 se volvió a duplicar— ha traído consigo las dificultades que arrastra el urbanismo actual, en especial en las ciudades medias en proceso de transformación: escasez de suelo urbano y vivienda; insuficiencia de infraestructuras, equipamiento y servicios; alteración del patrimonio histórico; terciarización de los usos del suelo en los centros históricos; deterioro ambiental; segregación social, y déficit en la dotación de agua, entre otras. Esta situación se agudiza en Taxco por su difícil emplazamiento en terrenos con pendientes muy pronunciadas. Los problemas ambientales, como los vertederos de residuos que incluyen cianuro que se utiliza en los talleres de platería, generan contaminación de suelo y agua, sobre todo en las barrancas que llegan al río Taxco; por su parte, la poca eficiencia de los drenajes origina problemas de salud y degradación del hábitat. A su vez, los conflictos viales en muchas áreas de la localidad, sobre todo en el centro histórico, son causa de gran preocupación por parte de los taxqueños, y de desagrado y disgusto por parte de turistas. Sin embargo, la zona que pertenece al Taxco tradicional es valorada como el espacio mágico de la ciudad: Santa Prisca, la Plaza Borda, calles, plazas, construcciones y el conjunto de edificaciones escalonadas, aunado al trabajo artesanal de orfebrería de plata, se perciben como objeto de cuidado y protección, ya que además constituyen la fuente de ingresos de la mayor parte de la población: el turismo y el arte de la platería. La magia de Taxco está presente en su emplazamiento, su arquitectura, Santa Prisca, el clima, su ambiente… pero fundamentalmente está en su gente; en el trabajo que durante generaciones se fue transmitiendo, consolidando y actualizando. El diseño y manufactura de joyas y objetos de plata, muebles, 92

cantería y herrería; las artesanías; sus tradiciones y sus espacios naturales y culturales son orgullo de la población. La importancia del imaginario urbano radica en que abre la posibilidad de conocer de manera directa, a partir de los ciudadanos, las lecturas que se tienen sobre la ciudad y sus elementos para interpretarlas o hacerlas reconocibles. Desde esta perspectiva, muchas percepciones son comunes: Taxco es muy tranquilo a excepción de la Plaza Borda, llena de animación, saturada de tránsito y ruido. En relación con la violencia e inseguridad, a pesar de los datos oficiales que establecen que la primera ha disminuido, las apreciaciones de sus pobladores expresan un sentimiento muy fuerte acerca de la segunda no ha aminorado. Por lo tanto, la idea de tranquilidad que ofrece la ciudad se contrapone con el de inseguridad y violencia. También en el imaginario colectivo, es contradictoria la visión que se tiene acerca del futuro: por una parte, la imagen de la llegada de más gente y más oportunidades de empleo a causa del turismo y por el trabajo de la plata. Por la otra, la imagen de un pueblo abandonado, deshabitado y perdido. Un pueblo fantasma. Pervive en la población el orgullo de lo simbólico, lo que ha dado lugar a que la localidad sea actualmente lo que es, representado por figuras y personajes que consolidaron el asentamiento, el desarrollo de la artesanía de la plata y del turismo: José de la Borda, Juan Ruiz de Alarcón, Alejandro von Humboldt, William Spratling y otros que siempre están presentes en el imaginario colectivo local. Con respecto al ppm en Taxco de Alarcón, se reconocen los trabajos de alumbrado y el proyecto de Ciudad Luz como los aportes más importantes. También, los beneficios económicos a las familias que de manera directa o indirecta trabajan para el turismo, la valoración social creciente de que se está viviendo sobre un monumento histórico y la progresiva preocupación y dedicación para conservar este patrimonio.

Una visita a pueblos mexicanos Es indudable que el Programa ha impresionado de una manera profunda en la actividad turística: aumentó significativamente el número de hoteles y restaurantes, se consolidan las organizaciones civiles que trabajan en pro de la conservación del patrimonio cultural tangible e intangible y se advierte la importancia de incorporar a la educación básica los valores que Taxco posee. En contraste, los problemas de inseguridad, segregación social, pobreza y simulación son significativos y la población tiene que lidiar con el imaginario de ciudad turística que proponen las políticas públicas de la localidad, el estado y el país.

Toussaint, Manuel, Oaxaca y Tasco, México, Fondo de Cultura Económica/Secretaría de Educación Pública, 1967. Tovar de Teresa, G. et al., Santa Prisca restaurada, México, Gobierno del Estado de Guerrero, 1990. Vargaslugo, E., La Iglesia de Santa Prisca de Taxco, México, Universidad Nacional Autónoma de MéxicoInstituto de Investigaciones Estéticas, 1982.

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Una visita a pueblos mexicanos

Capítulo 5 Un regalo de Dios… Tepoztlán* Concepción Alvarado Rosas, María Cristina Saldaña Fernández, Valentino Sorani Dalbon, Alfonso Valenzuela Aguilera Universidad Autónoma del Estado de Morelos

I ntroducción Tepoztlán es uno de los 33 municipios que conforman el estado de Morelos. Por su cercanía y su relación funcional, mas no por su contigüidad física, forma parte de la Zona Metropolitana de Cuernavaca, la más importante del sistema estatal. Dicho municipio se localiza al norte de la entidad. Cuenta con un total de 292 kilómetros cuadrados. Sus colindancias son: al norte, con la Ciudad de México; al noreste, con el municipio de Tlalnepantla; al este, con Tlayacapan; al sureste, con Yautepec; al sur, con Jiutepec, y al noroeste, con Cuernavaca y Huitzilac.1 El pueblo de Tepoztlán (cabecera municipal) es un territorio que funde una serie de elementos que le proporcionan cierto misticismo, encanto y, por supuesto, magia; todo ello lo distingue de otros lugares dentro del municipio, del estado y del país. Sus particularidades van más allá de sus construcciones o edificaciones y de su morfología o imagen urbana, ya que incluye una serie de factores identitarios y culturales (tradiciones prehispánicas y españolas), que le brindan la particularidad a su territorio para ser considerado como pueblo mágico de 2002 a 2009 y posteriormente de 2010 a la fecha.

C onstrucción pretérita de Tepoztlán La historia de Tepoztlán tiene una mixtura muy particular, ya que en su territorio conviven evidencias del pasado que hoy conforman el presente de toda esa vida pretérita desplegada en este espacio, donde los

protagonistas principales fueron, por un lado, la población nativa (los tepoztecos) y avecindada (tepoztisos) y, por el otro lado, el paisaje natural: los cerros, barrancas, ríos y cuevas junto con las pinturas rupestres, etcétera. Estos factores se fusionaron para elaborar el imaginario individual y colectivo de los nativos, allegados y visitantes del poblado místico y, a la vez, sincrético de un trozo del norte de Morelos. El territorio de Tepoztlán tiene para la población originaria una connotación material y simbólica. Para comenzar, su nombre significa “lugar donde abunda el cobre” o “donde se venera el cobre”, y en el Códice Mendoza su jeroglífico representa un hacha de cobre cuyo mango está incrustado en una montaña, 2 la cual, sin lugar a dudas, es el cerro del Tepozteco. En lengua nahua, Tepoztlán significa “lugar de piedras quebradas. Asimismo, el término tepozteco, que alude al vocablo tepuztecatl, es el nombre dado a uno de los dioses del pulque en el México prehispánico.3 A este dios se le dedicó el templo, la pirámide reconocida como Casa del Tepozteco, el cual se erige en el cerro del mismo nombre. En el cerro del Tepozteco, en 1150, se construyó una pirámide dedicada a Tepoztécatl u Ometochtli, uno de los dioses del pulque, el cual era objeto de grandes ofrendas por parte de los nativos del lugar. Hasta la fecha se conserva esa tradición y los presidentes municipales son los encargados de llevar una ofrenda a la pirámide. No hay certeza sobre el origen de los habitantes originarios que poblaron Tepoztlán, se cree que fueron varios grupos como los teotihuacanos, toltecas-chichimecas, xo-

Joaquín Gallo Sarlat, Tepoztlán personajes, descripciones y sucedidos, México, Talleres Gráficos de Cultura, 1988, p. 57. 2

* Se agradece la participación de los siguientes entrevistados: Gabino Ríos Cedillo, Jorge Dávila García, Nancy Ortega Romero,

Alfredo Martínez Rojas, Leonel Martínez, Fausto Villamil, Julia Galván Esquivel, Alejandro Gómez, Felipe Gándara, Álvaro Gabriel de Mesa Torres, Oscar Villa Franco Gutiérrez, Jhasua Rebollar Flores, Rene Lutuard y Marcela Tostado. 1 Rocío Rueda Hurtado (coord.), Atlas municipal del estado de Morelos, México, uaem/Instituto de Geografía Tropical de La Habana/ Praxis, 2006, p. 321.

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Ángel Julián García Zambrano, “El poblamiento de México en la época del contacto.1520-1540”, Mesoamérica, Plumsock Mesoamerican Studies/Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica, año 13, cuaderno 24, 1992, p. 119. 3

chimilcas y los culhua-mexicas.4 Tepoztlán era un territorio considerado de paso entre el Altiplano Central y lo que se conoce actualmente como el estado de Morelos. Se cree que los primeros pobladores que llegaron al lugar fueron comerciantes; entre ellos había personas que contribuyeron al conocimiento de la agricultura y crearon centros ceremoniales a Quetzalcoatl, Tezcatlipoca y Tonacatecuhtli, entre otros dioses.5 Estos centros ceremoniales contribuyeron al incremento de la población y, con ello, al crecimiento del asentamiento. Los habitantes de Tepoztlán se distinguían de otras poblaciones cercanas a la nación azteca por ser productores del papel de amate, ya que tenían en su territorio el árbol, además de la orquídea necesaria para dicho producto, el cual era un tributo que otorgaban a los mexicas.6 A la llegada de los españoles la parte central de México estaba conformada por señoríos, uno de ellos era Tepuztlan (Tepoztlán), así como Quahnahuac y Yauhtepec, entre otros. Con la evangelización vinieron las expresiones constructoras de la época. Tal fue el caso del ex-Convento de la Natividad, dedicado a la virgen del mismo nombre: obra edificada por la población indígena y dirigida por la orden de los frailes dominicos entre 1555 y 1588.7 Cabe destacar que las nuevas edificaciones españolas se erigieron sobre los restos de asentamientos prehispánicos, como el Teopanco. Asimismo, los territorios de Morelos, entre los que se encontraba Tepoztlán, durante el periodo colonial después de pasar por varios dueños se le reasignaron al licenciado Barrera. En 1551, la población total era de 7,870 habitantes y para el año de 1695, la población decreció de 4 Juan Dubernard Chauveau, Apuntes para la historia de Tepoztlán, México, Talleres Impresores de Morelos, 1983, p. 12.

5 Samuel Martí, ”Simbolismo de los colores, deidades, números y rumbos”, Estudios de cultura Nahuatl, No. 2., 1960, pp. 93-127. 6

Ídem.

Oscar Lewis, Tepoztlán, un pueblo de México, México, Joaquín Mortiz, 1971, p. 67. 7

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Lugares de encuentro manera considerable a 2,851.8 Se desconocen las causas de tal descenso de población, sin embargo, hay que recordar que tradicionalmente el poblado era considerado también calero, así que es posible que esta actividad extractiva contribuyera, entre otras causas, a la disminución de sus habitantes. Para el año 1826, la población de Tepoztlán era de 4,728 habitantes, entre los cuales se encontraban un cura, un vicario, un alcalde, un maestro, 121 comerciantes, un fabricante de aguardiente y 315 jornaleros.9 Para 1895, la población se elevaba a 5,000 o 6,000 habitantes. A pesar de que existían las condiciones idóneas para desarrollar la agricultura, éste era un poblado muy pobre, pues su actividad productiva se reducía a la venta de frutas como el durazno, el cual tenía buena calidad. Con las Leyes de Reforma (1859-1860), la población de Tepoztlán no podía cultivar las tierras comunales, ya que las utilizaban los gobernantes como una medida de control y poder sobre la población. Con el decreto publicado el 17 de abril de 1869, Tepoztlán se integró al nuevo estado de Morelos, acción que incluyó actividades que le permitirían aumentar tanto la población como el área edificada. Posteriormente, en las luchas de la Revolución Mexicana participaron varios pobladores de Tepoztlán. Se tiene información de que existió una gran influencia de ellos para las consignas “Tierra y libertad” y “La tierra es de quien la trabaja”.10 Uno de los acontecimientos importantes en esta época fue la pelea que entablaron los nativos de Tepoztlán contra los Plateados, hasta que los expulsaron del lugar. 8

J. Dubernard C., op. cit., p. 80.

Ignacio Orellana, Descripción geográfica y estadística del distrito de Cuernavaca, 1826, México, Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, (Ediciones de la Casa Chata), 1995, p. 46. 9

Julieta Santos Marquez, Fiestas religiosas y mayordomías en Tepoztlán como signos de identidad sociocultural, tesis de licenciatura en Sociología, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 1995, p. 49. 10

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En el siglo xx, con el gobierno de Porfirio Díaz se construyó el ferrocarril México-Cuernavaca, que pasaba cerca de Tepoztlán; sin embargo, los lugareños eran simpatizantes del movimiento revolucionario lo que trajo como consecuencia la desaparición de los habitantes, persecuciones y atraso para el poblado. En la actualidad, el municipio de Tepoztlán está conformado por barrios en la cabecera municipal, colonias y varios pueblos. Para el caso que nos ocupa ahora, nos concentraremos en la cabecera municipal de Tepoztlán, la cual se conforma por el centro histórico y sus ocho barrios. Es importante acotar que el barrio de San José es el más reciente: data de 1942. El resto de ellos data de la época prehispánica y cada uno de ellos lleva el nombre de un animal totémico designado por los nativos, además de otro dado por los españoles. De este modo San Pedro corresponde al barrio del tlacuache; Los Reyes, al barrio de los gusanos de maguey; San Sebastián, al barrio del alacrán; Santa Cruz, al barrio del cacomixtle; La Santísima, al barrio de la hormiga; San Miguel, al barrio de la lagartija, y Santo Domingo, al barrio del sapo (véase figura 1). Por su parte, el barrio de San José es el más joven y se identifica con una hoja de elote.11 Sus habitantes se dedicaban primordialmente a la producción de maíz y vendían la hoja, el totomochtle. Por esta razón los demás barrios los llamaban de manera despectiva totomochtleros, pero tal denominación era para ellos motivo de reafirmación y convicción identitaria. En la actualidad, los lugareños de cada barrio conservan ese orgullo por identificarse con su ser totémico: las hormigas, los cacomixtles, los tlacuaches, las lagartijas, los sapos y los totomoxtles.12 En cada uno de los barrios se encuentra una capilla y, por lo menos, existen una fiesta patronal al año, con dos excepciones: San José, que sólo tiene una fiesta patronal, y 11

J. Dubernard Chauveau, op. cit., pp. 99-100.

12 Habitantes de Tepoztlán, comunicación personal, agosto de 2012. María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nombre. 13 de Agosto 2012.

Santo Domingo, que celebra cinco, es decir es un pueblo con mucha algarabía y bullicio a lo largo de todo el año.13 Las fiestas religiosas son un rasgo distintivo de Tepoztlán, pero también de todo Morelos, ya que a lo largo del año organizan diversas fiestas en las que participan sus pobladores de manera activa. F igur a 1. L os barrios de Tepoztlán

Fuente: Pamela Aparicio, Arturo Castro y Omar Sánchez, 2013, con información de Juan Dubernard Chauveau, Apuntes para la historia de Tepoztlán, México, Talleres Impresores de Morelos, 1983, p. 102.

Además de sus ocho barrios que ocupan el área central, en el municipio se encuentran pueblos importantes como San Juan Tlacotenco, Santo Domingo Ocotitlán, Santa Catarina, Santiago Tepetlapa y San Andrés de la Cal. Asimismo, es posible presenciar la gran diversidad de formas y expresiones culturales del municipio en sus varias colonias: Ángel Bocanegra (Adolfo López Montes), Obrera, Tecmilco, Los Ocotes, Del Carmen y Benito Juárez, además de otras localidades: Acolapan, Cahichipico, Valle de Cuernavaca, Amilcingo, Cacaloapan, Atiopa (Mi Bohío), Huehuelcoyotl, Kilómetro Catorce (Tempampulco), Tlaltepetl, Chisco, La Palapa, Huachinan13

J. Santos Marquez, op. cit., p. 24.

titla, Kilómetro Diez, Cuitzcuixcatla, Los Farallones de Santiago, Campo Tetela (la Peña del Buey), Cerro Cuate, Huehuexoco, Tetecolala, Vista al Valle (Tlazomolco), El Bohío, Cuahquiahuac, Kilómetro Cinco Punto Cinco y Tlalnahuac. Todas ellas conforman un gran mosaico urbano interesante que fusiona la relativa modernidad con el misticismo de la cabecera municipal, con su iglesia y sus capillas de barrio, así como sus pueblos.14 Hablar de Tepoztlán es también referirnos a sus cerros, a sus pirámides (la más importante es la del Tepozteco) y a sus áreas naturales, según algunos pobladores creadas por Dios y consideradas “un regalo de él hacia los tepoztecos”,15 debido al gran colorido y sus formas, aroma, texturas e imágenes que la sierra lanza hacia todo el pueblo. Su topografía se conforma por elevaciones a las que cada habitante diferencia e identifica por nombre. La composición de todas estas elevaciones se inicia conforme sobresalen de la formación rocosa; destacan al norte, de poniente a oriente, el cerro del Ocelote (Ocelotepetl); el cerro del Hombre (Tlacatepetl), del que algunos habitantes refieren que tiene forma de un rostro varonil; el Cerro que Alumbra (Tlahuiltepetl), donde se encuentra la pirámide del Tepozteco; cerro del Aire (Ehecatepetl), y el cerro de las Gotas de Agua (Manilaltepetl). En el sur, y de oriente a poniente, se hallan el cerro Vigilante Nocturno (Yohualtecatl); cerro del Otate (Otlatepetl); cerro de la Manita (Cematzin), algunos pobladores lo conocen como la Pata de Buey, y el cerro de la Esmeralda o del Tesoro (Chalchihuitepetl). Por el poniente se localizan el cerro de la Miel (Cuahnectepetl),16 el cual muestra una gran invasión por el crecimiento urbano actual de Tepoztlán. 14

R. Rueda, op. cit., pp. 321-322.

Información recabada en entrevista con los nativos del poblado de Tepoztlán. María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nombre. 13 de Agosto 2012. 15

16

J. Dubernard Chauveau, op. cit., p. 11.

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Lugares de encuentro

P ueblo e inseguridad

L os que sí tr abajan y los que no

Las estadísticas relativas a los delitos en el municipio —daño a bienes, lesión, ofensa sexual, homicidio, robo, abuso de confianza, amenaza, incumplimiento de la obligación alimentaria, difamación, desaparición de personas, fraude, estafa y allanamiento de morada— se presentan integradas en el Cuadro 1. Al observar los datos de delitos (Cuadro 1) nos percatamos que han aumentado en forma considerable, de pasar de 3 en el año 2000 a 587 en 2011; sin embargo, en 2012 los delitos disminuyeron al 61% (227 casos). Es importante resaltar que los habitantes de la cabecera municipal manifiestan que se sienten tranquilos y que su pueblo es muy seguro, ya que todavía pueden caminar por sus calles sin problema alguno.

Los datos del Cuadro 3 evidencian que la cabecera municipal es una localidad muy pequeña, ya que en 2010 el pueblo albergaba menos de un tercio de la población de todo el municipio. Si revisamos la población que existía hace 20 años (de 1990 a 2010), se verá que sólo ha aumentado en 1,851 habitantes. Sin embargo, la población económicamente activa (pea) casi se duplicó, mientras que la población económicamente inactiva (pei) disminuyó, si bien el número de viviendas aumentó de 2,623 a 10,780. Estos datos pueden responder a varios factores, entre los que destaca el crecimiento en los bordes de la cabecera, donde se encuentran los barrios de San Pedro, los Reyes y San José, los lugares más densamente poblados con vivienda muy pequeñas y poco consolidadas (véase Cuadro 3).

C uadro 1. Municipio de Tepoztlán: delitos registr ados

C uadro 3. Cabecer a municipal : población total , 1990-2010

Delitos

 

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 3 108 229 ND ND 388 594 649 594 556 573 587 360

Fuente: http://www3.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/biinegi

Otros datos tomados de la Encuesta Nacional de Gobierno 2011 son los que se refieren al personal destinado a funciones de seguridad pública (véase Cuadro 2). De acuerdo con los datos, es prácticamente nulo el personal destinado a la seguridad. Si consideramos que en 2010 la población total en la cabecera municipal fue de 14,130 personas, y de todo el municipio de 41,629,17 eso significa que a cada policía operativo le correspondía cuidar a 363 habitantes sólo de la cabecera, y no hablemos de todo el municipio. Cabe destacar que una de las recomendaciones que se le hicieron al pueblo para regresarle el distintivo de Pueblo Mágico en 2010 fue que pusieran mayor atención en la seguridad pública. C uadro 2. Municipio de Tepoztlán: seguridad pública , 2011

Tepoztlán

Total 42

Policías de primer nivel

Policías de nivel Policías de nivel intermedio operativo 1 2 39

Personal administrativo

Años 1990 2000 2010  

Población total 12,279 14,776 14,130

PEA

3,898 5,945 6,646

PEI

4,863 4,886 4,690

Total de viviendas 2,623 3,652 10,780

Fuente: inegi, Censos de población y vivienda, 1990, 2000 y 2010.

La mayoría de los servicios e infraestructura se concentran en la cabecera y prácticamente en las calles principales: avenida Cinco de Mayo, avenida Tepozteco, Revolución, Ignacio Zaragoza, Envila y Arquitecto Pablo González, que conforman el centro histórico de Tepoztlán (véase mapa 1).

M apa 1. C entro H istórico de Tepoztlán

 

Fuente: inegi, Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2011.

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inegi, Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Aguascalientes, México, 2010.

Fuente: Pamela Aparicio, Arturo Castro y Omar Sánchez, 2013.

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Lugares de encuentro

Salud y población indígena , 2000 y 2010 Los habitantes de Tepoztlán que en 2000 tuvieron servicios de salud fueron 9,687 y los que no gozaron de este beneficio fueron 4,418. En 2010 la situación empeoró para su población, ya que fueron 6,284 y 7,734, respectivamente, es decir fueron menos los habitantes que tuvieron asistencia médica y con ello aumentó la gente desprotegida del sistema de salud. Hay que considerar que al tomar en cuenta la población total de 2000 y 2010 en relación con los derechohabientes, éstos presentaron una disminución de 65 a 44 por ciento. En 2000, la población de 18 años y más con instrucción media superior y superior fue de 3,786 personas; en el municipio se contaron 6,560, es decir, más de la mitad (58 por ciento) de la población con este tipo de instrucción se concentra en la cabecera municipal. Para el año 2010, los datos se comportaron de manera diferente, ya que este indicador bajó en números absolutos a 2,763 y en todo el municipio se contaron 10,817 habitantes con este nivel educativo; es decir, en la cabecera se concentraba 25 por ciento de la población con esta variable. Dicho comportamiento puede atender a que la población joven se va hacia Cuernavaca, la ciudad capital, para satisfacer sus metas educativas y se quedan a radicar en este lugar o se van a buscar fortuna hacia otros lugares de la entidad. Por su parte, un rasgo de la población de Tepoztlán es su origen indígena: en relación con los habitantes que hablan español, hay una porción mínima de hablantes de náhuatl. En 2000, la población indígena de la cabecera municipal de cinco años y más sumó 409 habitantes y en el municipio se contaron 1,680 personas. Para el año 2010, existían 289 habitantes de habla indígena de tres años y más, y dentro de todo el municipio eran 1,148. Los datos exhibidos muestran que la cantidad de hablantes de lengua indígena de la población nativa ha disminuido, del mismo modo que ocurre en el resto del territorio nacional. Estos datos quizá muestren que estos hablantes, en 100

particular las nuevas generaciones, han perdido su identidad en relación con su lengua, puesto que no les interesa hablarla más. Sin embargo, este sector de la población conserva otros rasgos de identidad que le da cohesión y unidad como pueblo, como las fiestas patronales, las mayordomías y la actividad comunal.

¡Venga al P ueblo M ágico! La cabecera municipal de Tepoztlán tiene infraestructura y equipamiento destinado al turismo y a la estructura urbana. Ésta se divide en tres recursos: 1) naturales, 2) culturales y 3) turístico-urbanos. Cabe destacar que dentro de la cabecera existe un área que el Programa de Desarrollo Turístico Municipal de Tepoztlán denomina nodo de concentración de actividades, el cual abarca alrededor de 23 cuadras, donde se localizan las avenidas principales que se han intervenido para el Pueblo Mágico. En esta área se concentra el comercio fijo y semifijo: calle Revolución, Sufragio Efectivo No Reelección, Envila, Cinco de Mayo, avenida Tepozteco y Zaragoza. Las calles que corren de norte a sur en ciertos segmentos son la avenida Cinco de Mayo, Tepozteco (la principal de la localidad), Sufragio Efectivo No Reelección, Arquitecto Pablo González, Licenciado Aniceto Villamar y Coronel Prisciliano Rodríguez. Las calles que corren de oriente a poniente y viceversa son Revolución de 1910, Ignacio Zaragoza y Artesanos. Los lugares que el gobierno local ha intervenido mediante el remozamiento o el cambio de la imagen urbana a Pueblo Mágico se concentró principalmente en la cuadra del ex-Convento de Tepoztlán, que integra el museo y la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad. Este cuadrante está delimitado por las calles Revolución, Arquitecto Pablo González, Zaragoza y avenida Cinco de Mayo. Como parte de las rehabilitaciones realizadas a partir de que Tepoztlán ingresó al Programa Pueblos Mágicos (ppm) se efectuaron diferentes obras urbanas focalizadas

de manera particular hacia los ocho barrios que conforman la cabecera municipal. Según el Informe de Labores de la Secretaría de Turismo correspondiente a 2002, se hicieron trabajos de cableado subterráneo en toda la cabecera municipal. De 2003 a 2009 no se tiene registro de las obras realizadas, hasta que Tepoztlán recobra su distintivo de Pueblo Mágico en 2010. La transformación de la imagen urbana de la cabecera se centró en la sustitución del empedrado con piedra de río por empedrado de texcal, que es más plano y mejor para caminar. Sin embargo este cambio representó para la población quitar un rasgo tradicional de su pueblo y ponerle una máscara o una escenografía diferente de la que estaban acostumbrados. Del mismo modo, se realizaron la pavimentación de calles, la ampliación de la red de agua potable, el reforzamiento y la rehabilitación de iluminación artística del ex-Convento de la Natividad, entre otras obras. Según el Programa de Desarrollo Turístico Municipal, la cabecera del municipio está dividida en tres recursos destinados al desarrollo turístico-urbano: 1. El parque nacional El Tepozteco, área natural protegida donde se ofrece paseo a caballo, casa de animales, avistamiento de flora y fauna con guía comunitario, sitios de interés paisajístico, zona para acampar, observación de ecosistemas, caminata por grutas y cavernas, exploración de cañones, barrancas con agua y vivencias místicas. 2. La arquitectura religiosa, el museo de Tepoztlán, la iglesia principal y las capillas de barrio, así como los centros para eventos culturales y artísticos tradicionales, folclore y artesanías. 3. La administración del palacio municipal; los hoteles; restaurantes; discotecas y bares; cafeterías; centros de información turística y guía de turistas; terminal de autobuses; salud, belleza y spa; temazcales; bancos, agencias de viajes y arrendadoras de autos; auditorio y biblioteca; correos y telégrafos;

mercados y tianguis; asistencia médica; estacionamientos, y unidad deportiva y de ciclismo. Sin embargo, los atractivos turísticos del Pueblo Mágico que se observan son escasos:

1. El área del zócalo, donde se encuentran comerciantes semifijos y se localiza el mercado, cuyo equipamiento está en muy malas condiciones. 2. El tianguis localizado a un costado de la Iglesia de la Natividad. 3. La subida a la zona arqueológica del Tepozteco, la cual se toma por la avenida Tepozteco, hacia el norte. 4. El ex-Convento de la Natividad. 5. El museo Carlos Pellicer. 6. Las avenidas Cinco de Mayo y Tepozteco, así como la calle Revolución de 1910, donde se concentra el comercio fijo y semifijo, los restaurantes, las cafeterías, boutiques, tiendas de artesanías y ropa típica, etcétera.

Existe otro tipo de atractivos turísticos intangibles, como las fiestas populares, el baile de los chinelos, el reto del Tepozteco, el carnaval y el día de muertos, entre otros, que atraen a un gran número de turistas nacionales y extranjeros. Debe señalarse que los servicios turísticos y urbanos (sobre todo los primeros) ubicados en la avenida principal y el centro histórico son muy escasos, ya que hay una sola caseta turística en el jardín, frente al palacio municipal, y se cuenta con los servicios de una sola guía de turistas; esta carencia la cubren algunos policías de tránsito y taxistas, quienes fungen como guías del turismo. Faltan recursos humanos calificados que atiendan al turismo nacional e internacional y ofrezcan de forma informada un panorama de lo que puede encontrarse en el Pueblo Mágico Tepoztlán, así como en todo el municipio. Con respecto a la edad de los visitantes de Tepoztlán y los lugares mencionados, alrededor de 70 por ciento son 101

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Lugares de encuentro adultos; a pesar de ello, no se encuentra un mobiliario urbano que responda a sus necesidades. Los visitantes provienen de diferentes lugares: 39 por ciento de Morelos, 32 por ciento del Distrito Federal, 14 por ciento del Estado de México, 5 por ciento de otros países y el resto de otros estados del país.18 Los motivos de estos visitantes responden a varios intereses, entre los que destacan disfrutar el clima y la naturaleza de la región; recorrer el pueblo (pueblear); visitar el tianguis y el mercado; conocer la cultura, y asistir a bodas y eventos sociales. Sin embargo, según el Programa de Desarrollo Turístico Municipal, la mayoría de la demanda turística se concentra en excursionistas y, en menor medida, en el turista común. La población originaria mencionó en entrevistas realizadas en trabajo de campo que en realidad sus ventas eran muy escasas, lo que se relaciona con la información del Programa Municipal acerca de que el gasto promedio de los visitantes son 298 pesos por ocasión, ya que se trata de turistas que no pernoctan en el lugar y en su mayoría compran artesanías y consumen comida típica. Algunos de los que se hospedan utilizan los servicios de masajes y temazcal, los cuales son muy reconocidos en la región por sus cualidades curativas, a pesar de que son pocos e inaccesibles para el común de los turistas nacionales. Los visitantes mencionaron que lo más apreciado de Tepoztlán es el clima y la naturaleza, la caminata hacia el cerro del Tepozteco y su pirámide, la comida y la cultura, es decir, el ambiente tranquilo y las actividades que se pueden disfrutar sin problema en un solo día. La difusión cultural y turística está a cargo de dos regidurías: 1. Regiduría de Hacienda y Presupuesto, Educación, Cultura y Recreación, Relaciones Públicas y Comunicación Social. 18

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Programa de Desarrollo Turístico Municipal, 2009.

2. Regiduría de Protección Ambiental, Desarrollo Agropecuario y Turismo. La difusión turística de Tepoztlán como Pueblo Mágico la efectúan diferentes medios masivos, impresos y electrónicos (véase Figura 2), en los que se emplean términos que aluden a un destino místico y enigmático con gran relevancia histórica y cultural, inmensa variedad de actividades, para realizar entre semana o fin de semana, Tepoz te invita a disfrutar y a enamorarte de él; la gran variedad de climas presenta un ambiente propicio para la búsqueda de la salud del cuerpo y del alma. Aquí podrás encontrar gran diversidad de terapias alternativas, dentro de ellas, la más destacada y tradicional es el baño de temazcal, entre otras cosas más.

F igur a 2. P romoción turística de Tepoztlán, Morelos , 2012

Capa envolvente del imaginario en Tepoztlán

ofrecen mesetas: homogeneidades aparentes de complejidades ocultas tras la epidermis a la mano. 21

Tepoztlán hace honor al nombre de Pueblo Mágico y sus habitantes dicen que lo es con o sin tal nombramiento. Al recorrerlo, es posible encontrar a sus pobladores mezclados con los turistas de diversa procedencia y disímiles estratos sociales, un sábado o domingo, en un día de plaza. En este apartado incursionamos en el imaginario social de Tepoztlán. De acuerdo con Taylor, este término alude al “modo en que imaginan su existencia social, el tipo de relación que mantienen unas con otras, el tipo de cosas que ocurren entre ellas, las expectativas que se cumplen habitualmente y las imágenes e ideas normativas más profundas que subyacen a estas expectativas”.19 Tal imaginario forma parte de la realidad y representa “espacios y lugares vivenciados por el observador que en sus quehaceres cotidianos los recorre con sus sentidos”.20 Partir del imaginario permite una mirada integral de Tepoztlán, reconocido como un destino turístico que posee una

Desde tal perspectiva, esa meseta se recrea a las afueras del pueblo y toma formas como la Villa María Inmaculada (véase Mapa 2). M apa 2. Tepoztlán. M apa de L ugares

continuidad de la superficie a través de diferencias y desarticulaciones que aparecen a manera de intersticios: espacios de liga y distanciamiento, terrenos vacíos, áreas deterioradas y abandonadas dentro del tejido urbano. En el caso de Tepoztlán serían algunos tramos visibles de barrancas, convertidos en vertederos de basura, localizados en el camino rumbo al Tepozteco. Las franjas reconocibles por su uniformidad visual

Fuente: Pamela Aparicio, Arturo Castro y Omar Sánchez, 2013.

Taylor apud Eloy Méndez, “Imaginario del lugar”, en Eloy Méndez y Jesús Enríquez (coords.), Turismo e imaginarios urbanos: aportaciones para el estudio de Puerto Peñasco, Hermosillo, Universidad de Sonora, 2012, p. 22. 19

Fuente: H. Ayuntamiento de Tepoztlán. Información turística, 2012.

20 Juan Aragón Palacios, Un acercamiento al estudio de la construcción social del espacio urbano: el caso de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, XXXV Encuentro Centro Nacional de Desarrollo Municipal 1994, Municipio de Tepoztlán, Morelos, Dirección de Sistema de Información, 2012.

En esa atmósfera pueblerina de Tepoztlán, ¿cómo recrean los lugareños su interacción con el visitante? Esto puede responderse mediante la noción del tinglado, aquellos “accidentes y regularidades que se igualan gracias al 21 Eloy Méndez, “Topografía de la ciudad turística: un itinerario”, Diálogos Latinoamericanos, núm. 17, 2010, p. 6.

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Lugares de encuentro tinglado: estructuras edificadas para exhibir decorados efímeros”. En general, los espacios del turismo se construyen para la experiencia efímera, de manera que “se edifican permanencias que soportan actividades temporales y cambiantes, ello requiere de un tinglado permanente y flexible que soporta el cíclico uso intensivo y múltiples funciones durante una temporada más o menos corta, a la vez que el uso de baja y hasta nula intensidad de sus funciones en el resto del año”.22 En el caso de Tepoztlán tal temporalidad es diversa: va desde los sábados y domingos de plaza comercial, cuando el transeúnte predominante es el turista, hasta las festividades de cada uno de los barrios del pueblo. Los lugareños saben que el día de plaza no se puede ir al Centro a pasear sino sólo a vender, pues ese día el espacio es para los visitantes. Las fachadas de las manzanas centrales —calle Cinco de Mayo y avenidas Tepozteco, Revolución, Zaragoza, Arquitecto Pablo González, Sufragio Efectivo No Reelección y Envila— están remozadas con colores uniformes que muestran al espectador lo que busca: casitas bonitas de estilo regular y del mismo color, que en su conjunto conforman ese escenario principal del pueblo (véase Mapa 1). La interacción de los lugareños con el visitante parte, de acuerdo con Marc Augé23 de la forma urbana eslabonada con la forma del imaginario en el encuentro, la memoria y la ficción […] Los encuentros se sujetan a la simultaneidad de dos vectores: uno incluiría el orden del descubrimiento sucesivo de la autenticidad local dependiente del tiempo invertido en la observación, el otro dependería de los múltiples desplazamientos de la población arraigada y de los rituales seguidos por los vecinos estables, ambos vectores se encuentran y se separan de acuerdo a los roles individuales que siguen y estaE. Méndez, “Topografía de la ciudad turística: un itinerario”, op. cit., e “Imaginario del lugar”, op. cit. 22

Marc Augé, El viaje imposible: el turismo y sus imágenes, Barcelona, Gedisa, 1997. 23

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blecen marcas. La ciudad ficticia es la del espectáculo y la que se aísla en cotos de seguridad, identificada con los no-lugares con el espacio íntimo y privado de los nativos. 24

Su nombramiento como Pueblo Mágico es un escenario montado por las autoridades, lo que derivó en mejoras al cableado eléctrico subterráneo, pintura para los comercios y las casas del primer cuadro, nuevo alumbrado y empedrado de las calles. Esta puesta en escena cumple su objetivo: muestra una imagen amable hacia el turista; en las calles del cuadro central se oferta un ambiente de modernidad mezclado con lo tradicional; en locales establecidos se encuentra ropa y artesanías de “marca”, incluso de países como la India. Los alimentos también tienen un distintivo: los restaurantes expenden los platillos tradicionales como tortas de colorín y de huitlacoche, su salsa “picosita”, las tortillas hechas a mano —¡mejor si son de color azul!—, manjares todos ellos que están a disposición del turista más exigente. Por su parte, el hechizo de la sanación, la belleza y la adivinación están presentes también y se ofertan temascales, terapias tradicionales y alternativas en locales independientes, y los hoteles más selectos no pueden carecer de un spa. Los lugareños que viven en el cuadro central abren las puertas de sus patios para ofrecer lugares de estacionamiento. Es significativo para los tepoztecos aparecer en fotos de revistas internacionales y tener una categoría de difusión turística internacional.25 Del mismo modo, se ponen a disposición del público las fiestas familiares y patronales, y su ritual, que consiste en colocar una ofrenda en la pirámide del Tepozteco. El 7 de septiembre, en la 24 E. Méndez, “Topografía de la ciudad turística: un itinerario”, op. cit., p. 23.

25 Sandra Cano Buenrostro, Tepoztlán, la defensa ambiental frente al exterior, tesis de licenciatura, Departamento de Antropología-Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México, 2007, p. 30.

Una visita a pueblos mexicanos víspera de las fiestas de la Virgen de la Natividad, la gente del pueblo y el presidente municipal suben al cerro del Tepozteco llevando una ofrenda que colocan en la pirámide. Además de este ritual, se escenifica una representación teatral que consta de dos actos: 1. El momento en que Tepoztecatl (el dios Tepozteco) fue convertido al cristianismo cuando fue bautizado por fray Domingo. 2. Cuando el héroe Tepoztecatl se enfrenta a los reyes nativos de Cuernavaca, Tlayacapan y Yautepec, por rechazar al nuevo dios, y al final Tepoztecatl los convence de convertirse a la nueva religión.

En oposición a ese andamiaje para el espectáculo está el patio trasero y a un paso se encuentran los miembros de una familia haciendo artesanías durante su tiempo libre: joyería de fantasía, naturaleza muerta, tejidos, madera tallada y decorada, actividades que los niños acoplan con sus estudios. La población joven y los adultos, que de forma paulatina vieron mermada la actividad agrícola, ahora se ocupan en la venta de sus productos artesanales. Asimismo, el mercado forma parte de este patio trasero, a donde predominantemente asisten los nativos de lunes a viernes y se puede encontrar otra opción de alimentos, ya que el mercado de comida vende sus productos a precios más accesibles, además de que en los pasillos se instalan pequeños comerciantes de legumbres frescas, semillas y flores. Conforme se transita por este lugar se perciben distintos aromas que acompañan a la comida, las flores, la carne fresca o el incienso en varitas que los vendedores encienden para la buena suerte y para atraer al comprador (véase Mapa 2). Los diversos sitios recomendados para conocer el pueblo forman el conjunto del trayecto que se distingue y organiza por “emblemas: figuras únicas que marcan el todo”. Como parte de su arquitectura se encuentran construcciones de origen prehispánico, como la pirámide, o de origen colonial. como el exconvento dominico de la Nati-

vidad y las capillas de los ocho barrios: Santo Domingo, La Santísima, Santa Cruz, San Pedro, San Sebastián, San Miguel, San José y Los Reyes (véase Mapa 2). El trayecto por el barrio de San Sebastián muestra a detalle lámparas envueltas en alacranes metálicos, lagartijas en relieve de la Capilla de San Miguel; viviendas particulares y negocios que sintetizan el referente identitario: el animal mítico del barrio al que pertenecen. Los lugares están identificados de manera plena en el imaginario tepozteco: su mercado, los museos, el tianguis de artesanías, el zócalo, el palacio municipal y el auditorio Ilhuicalli (véase Mapa 2). Las guías turísticas impresas sugieren la visita a la Iglesia de la Natividad, el convento y el museo, así como un recorrido por las capillas de los barrios y la ruta hacia el templo del Tepozteco (véase Figura 2). El sinuoso camino hacia la pirámide, exige al visitante una buena condición física, y el acondicionamiento del sendero con escaleras de piedra y pequeñas bardas en las que descansa y espera el visitante anciano o enfermo. Estas guías de ruta permiten corroborar lo que el nativo dice continuamente: desde cualquier punto del pueblo destaca la montaña, y es en esa corroboración que el nativo marca una diferencia respecto del visitante: se refugia en la parte trasera del tinglado, en su espacio privado desde donde logra distinguir las figuras que hay en el cerro; sabe los nombres de cada cerro y conoce las rutas secretas que llevan a la pirámide sin cansarse, o las cuevas, los manantiales, las pinturas rupestres y cascadas accesibles sólo para él. Se reconoce que la primera residencia de descanso importante que hubo en Tepoztlán es lo que ahora es el Hotel Posada Tepozteco. Otros lugares tienen también referentes arquitectónicos y evocan en el nativo el pasado, el lugar de los lavaderos públicos en el barrio de San Sebastián, los arroyos canalizados o las ermitas dedicadas a santos, que los vecinos adornan con flores y tiras coloridas de plástico o de papel. El recorrido por las capillas de los barrios también ofrece percepciones interesantes al 105

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Lugares de encuentro visitante. Si bien éstos son lugares que se promocionan en los recorridos turísticos, no son visitados, ya que el turista convencional queda atrapado en la escenografía del Pueblo Mágico que son alrededor de 11 cuadras y ocho calles del centro. En el atardecer, el aroma de comida recién preparada provoca el deseo de pedir posada, un taco. Dan una atmósfera de pueblo, de hospitalidad, el aroma a tierra mojada, los tecorrales y las casas antiguas de barro y teja; por su parte, son signo de la carencia de servicios y de la precariedad económica el intersticio, la orilla, la periferia del imaginario, del área central del Pueblo Mágico remozado (véase Mapa 2). En su vida cotidiana, el nativo Tepozteco sigue un itinerario, “recorrido anticipado que tiene, además, una lógica propia de organización para preservar lo imaginario de la experiencia”;26 las rutas de su casa al trabajo, a la escuela o los días de paseo; el camino a la fiesta del santo del barrio, que recrea y refuerza los lazos de reciprocidad entre los tepoztecos, que los unen en una afable competencia por organizar la mejor fiesta del pueblo, por tener el santo más milagroso. Sin embargo, en esta competencia todos tienen el emblema rector, el personaje mítico y petrificado del Tepozteco, que vigila y protege de forma permanente al pueblo (véase Mapa 2). La casa, el lugar primordial, también refleja el estatus. En la periferia, las casas de adobe y la teja viejas conservan el adobe bien agujerado, bien picado de ese tiempo… la gente a veces dice que la casa está bien pobre porque ya está bien fea, pero la casa si la controlamos. El adobe es bien fresco, ahorita que hace un poco de frío, en los cuartos de adobe está calientito, en… abril, mayo, junio que hace calor adentro está fresco. Es la ventaja del adobe. 27 E. Méndez, “Topografía de la ciudad turística: un itinerario”, op. cit., p. 6. 26

27 Extracción de entrevista con pobladores, trabajo de campo realizado en septiembre de 2012 María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nombre. 14 de Agosto 2012.

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Son lugares antiguos, contiguos a construcciones modernas que guardan el estilo tradicional, el barro y la cruz de pericón en el portón.

Ser habitante de un P ueblo M ágico es… Nos ganamos el título de Pueblo Mágico hace como 15 años. Sí… porque primero fue Pueblo Mágico y después que siempre ya no y luego otra vez, y luego ya no, y luego que estamos con este presidente, decía que ya no es Pueblo Mágico, pero que íbamos a recuperarlo. Según lo recuperó, pero no sé porque le ponen que sí y luego que no y luego que sí. Es como un juego pues. Aquí por la tradición de pueblos mágicos las casas están pintadas de amarillo. 28

El espacio como recurso inamovible forma un producto que se encuentra a la venta en las zonas turísticas con un alto grado de escenificación, que enmarcan las fachadas y actividades, y pone a disposición vivencias para el consumo. Es decir, estos espacios de montaje escénico son la patrimonialización de lo que era un espacio apropiado por sus habitantes, que ahora han perdido el control sobre esos recursos. Sus pobladores señalan que el que Tepoztlán se considere Pueblo Mágico no ha traído nada bueno, ya que las ventas de artesanías han disminuido y, por otro lado, se han impuesto colores a las fachadas ajenos al entorno del pueblo. Mencionan que los únicos que se han visto beneficiados son ciertos grupos de empresarios dedicados al ramo turístico, como restauranteros, hoteleros, agencias de viajes y bienes raíces, entre otros.

L o real y lo imaginario de los cerros El imaginario constituye un campo donde se escenifican insatisfacciones, deseos y búsquedas de comunicación con 28 Extracción de entrevista con pobladores, trabajo de campo realizado en octubre de 2012. María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nombre. 14 de Agosto 2012.

los otros, para establecer relaciones interpersonales y sentirse incluidos en una sociedad; en el imaginario tepozteco aparecen los liderazgos, los individuos, lo sagrado y lo mítico. Uno de los referentes más significativos para los habitantes de Tepoztlán es la predominancia del color verde de sus cerros, los cuales conforman una especie de herradura que a decir de los nativos “abraza, cobija y protege al pueblo”. Desde distintos ángulos, visitantes y nativos tienen ante sí la vista panorámica de las montañas con bellas y caprichosas formas de relieve. No podemos pasar de lado la puerta de entrada al Tepozteco, formada por dos árboles que se unen en la cúspide y en la base corre un arroyuelo que representa la antesala de puestos donde se venden publicaciones artesanales sobre la historia del Tepozteco, así como alimentos típicos y artesanías. Asimismo, la leyenda sobre del origen de Tepoztectl destaca la importancia de Tepoztlán hacia finales del periodo Clásico prehispánico: relata que ese héroe mítico sostuvo una lucha con el gigante de Xochicalco, a quien mató desgarrando sus entrañas después de haber sido devorado por éste. Para algunos, esta tradición indica la existencia de pugnas entre Xochicalco y Tepoztlán. Los tepoztecos conocen y recrean cotidianamente estas leyendas, las narran con singular emoción. Aprecian la pirámide del Tepozteco y las montañas; reconocen fosas, ríos subterráneos y cascadas que se forman en tiempo de lluvias; los nativos expresan que, sencillamente, caminar por sus calles con este clima, tan excelente, es muy agradable. En las charlas es notoria la exaltación de la belleza del paisaje. Conforme avanza la confianza, relatan las problemáticas, ya que se está perdiendo la belleza y lo rústico del entorno debido a la la venta de terrenos al pie de las montañas, donde edifican fincas. En la actualidad tiene un reconocimiento a nivel municipal la portada de granos y semillas que representa pai-

sajes históricos o personajes míticos importantes para los tepoztecos.

Ayer , no al campo de golf… ahor a , no a la ampliación de la carreter a

Al hacer un recorrido por el pueblo enigmático de Tepoztlán se observan distintos grafitis, murales, anuncios, comunicados y mantas que se oponen al proyecto de la ampliación de la carretera, que afectaría el territorio, la montaña, las especies vegetales y animales; de modo contrario, se observa propaganda de apoyo a la ampliación. El antecedente de la oposición al proyecto del club de golf ha sentado las bases para la defensa del territorio, 29 a partir de procesos democráticos que la misma comunidad ha generado con su experiencia. Sobre la ampliación de la autopista, quienes están a favor dicen que pueden ir a Cuernavaca por Ocotepec o Ahuatepec, pero tardan media hora, por lo que solicitan que se abran las entradas y calles que se taparon en la primera construcción, de manera que tengan acceso a sus huertas al poniente y al norte, y que tengan forma de salir y entrar sin el peligro de ser atropellados. Fue el caso del campo llamado Palo Colorado, donde había una salida hacia Yautepec, pero la cerraron porque continuamente había accidentes; dicho problema sería resuelto con la construcción de una glorieta. “Mucha gente dice que no, pero no dicen por qué, sólo dicen que por el medio ambiente, que van a tirar muchas plantas, pero… todo eso se puede remediar, a las autoridades a lo mejor no les interesa y mientras aquí nos andamos molonqueando”30 (véase Figura 3). Ana María Salazar Peralta, “El movimiento etnopolítico de la comunidad de pueblos originarios del municipio de Tepoztlán, turismo y riesgos medioambientales. Un caso de ciudadanía cultural”, Revista Nuevas Tendencias en Antropología, núm. 1, 2010, p. 189. 29

30 Extracción de entrevista con pobladores, del trabajo de campo realizado en octubre de 2012. María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nom-

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L ugares desde el imaginario y

F igur a 3. P rotesta por la ampliación de la carreter a , 2013

significación local

“Hay muchas más cosas que puede enseñar Tepoztlán, no nada más lo que vemos, hay magia, hay pensamiento, hay alegría, hay tristeza”. Los lugareños se reconocen como gente que es alegre: Aquí hay fiestas todo el año, por ejemplo, éste es el barrio de San Miguel, viene su fiesta el día 29… casi en todas las casas hacen mole para los visitantes, compadres, amigos y a veces a la gente que llega se les da. Un día antes, el día 28, es una tradición que se llama el día de los elotes, hay que ir al campo a las milpas, llevan a sus amigos invitados, cortan los elotes, asan los elotes y ese día le ponen cruz a la milpa de una hierba que se llama pericón. Esa cruz nada más es usada aquí y ya se fue extendiendo ya por Cuernavaca y por todos lados la venden, la compran y ya la ponen en sus casas o en sus camionetas, pero antes nada más era aquí en el pueblo, no había salido, no se conocía en todos lados. No hay en otro lado la tradición de ir a los elotes el día 28 de septiembre, el día de la elotada. 32

Fuente: Archivo personal, 2013.

El proyecto de ampliación de la autopista en Tepoztlán hace surgir la pregunta: ¿desarrollo, para quién? En este caso entra en el debate la noción de sustentabilidad, aunada a la regeneración del medio ambiente. Las propuestas deben incluir elementos de equidad, bienestar, requerimientos sociales y oportunidades económicas; sin embargo, tales proyectos plantean un acceso desigual a los recursos generados. Iniciativas globales más recientes sobre la sustentabilidad se encuentran en la Declaración de Río y la Agenda 21, las cuales han tratado de integrar a la discusión internacional la gestión y la toma de decisiones democráticas.31

las casas del pueblo: elementos que se conjugan para dar un imaginario del lugar con su naturaleza, su cultura y su arquitectura vernácula, lo que contribuyó a que la identificación de este pueblo tuviera una imagen sublimada respecto de un pueblo mexicano. Ese aspecto fue utilizado en el cine norteamericano, por ejemplo, en 1958 se filmaron escenas de exteriores de la película Los siete magníficos. A continuación se muestran algunos dibujos que elaboraron algunos alumnos del jardín de niños Estanislao Rojas y la primaria Escuadrón 201 (alumnos de primer y segundo grados), localizados en la cabecera municipal del centro de Tepoztlán. Dichos materiales plasman cómo los pequeños perciben su entorno a través de las imágenes

que marcan su vivencia cotidiana. Cabe resaltar que de 75 dibujos se seleccionaron algunos donde los alumnos plasman repetidamente símbolos naturales y construidos de su entorno inmediato, como es el caso de la vegetación, los cerros, la pirámide, la iglesia o las capillas de barrio, la gente, etcétera (véase Figura 4). Vale la pena mencionar que, a pesar de la corta edad de los niños que hicieron los dibujos, ya tienen definido los elementos simbólicos que marcan el ritmo de su crecimiento, así como sus creencias y tradiciones que se traducen en su identidad y en aquello que los hace arraigarse a su patrimonio cultural tepozteco.

F igur a 4

Las fiestas son el escenario ideal para mostrar el estatus social de pertenencia. En Tepoztlán son unas 10 familias las que forman la élite local; en conjunto controlan las más importantes industrias agroindustriales y hoteleras del centro del pueblo; pertenecen a organizaciones campesinas nacionales, y sólo participan en cuestiones políticas cuando se ven afectados sus intereses económicos. En sus fiestas religiosas, como bodas o bautizos, invitan a todo el pueblo, de manera que mantienen el aprecio por parte de la población.33 Ellos venden, promueven y comparten el orgullo por su cultura. En Tepoztlán el encanto del lugar está precisamente en el entorno natural, las fiestas locales, las artesanías y Extracción de entrevista con pobladores, trabajo de campo realizado en octubre de 2012. María Cristina Saldaña Fernández. Sin Nombre. 13 de Agosto 2012. 32

bre. 14 de Agosto 2012.

31 Alfonso Valenzuela Aguilera, “Desarrollo sustentable del territorio en las megaciudades”, Cuadernos Geográficos Universidad de Granada, núm. 47 (2010), p. 75.

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33 Mario Alberto Velázquez García y Helene Balslev Clausen, “Tepoztlán, una economía de la experiencia íntima”, Latin American Research Review, núm. 3, 2012, p. 141.

Fuente: Elaborados por algunos estudiantes de jardín de niños y primaria en la cabecera municipal de Tepoztlán, 2012.

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C onclusiones En el caso particular de Tepoztlán, el imaginario está compuesto por varios elementos que estructuran el territorio del pueblo mágico y del pueblo de Tepoztlán en su conjunto. Los componentes simbólicos como el tinglado, los lugares, los emblemas, los itinerarios y los intersticios se relacionan entre sí y dan sentido a su configuración cultural e identitaria para sí mismo y para el turista. Estos elementos simbólicos pueden ser ambivalentes y desempeñar diversos papeles dentro de la estructura urbana; los emblemas, como la iglesia y la capilla, ceden su función al tinglado en las fechas correspondientes a las fiestas patronales. El mercado y el tianguis artesanal tienen también este carácter ambivalente, pues de lunes a viernes pertenecen al pueblo, y sábados y domingos, al visitante. La fiesta popular en la que se presentan las comparsas de chinelos con música de viento conforman un tinglado excepcional, en el cual los nativos muestran a los turistas y al pueblo su sentir más profundo con respecto a asuntos de carácter político, social y económico, mediante frases escritas en sus banderas.

Bibliogr afía de apoyo Gobierno Municipal de Tepoztlán, Programa de Desarrollo Turístico Municipal de Tepoztlán, Morelos, 2009. inegi. Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Censo General de Población y vivienda, México, 2010. _____, Banco de información 1994-2010, México, 2010. _____, http://www3.inegi.org.mx/sistemas/ mexicocifras/biinegi (30 de agosto de 2012) Información relacionada al municipio de Tepoztlán, Morelos. (http://w w w.municipiodetepoztlan.com/index.php/ informacion-general) (7 de agosto de 2012). Méndez, Eloy y Jesús Enríquez (coord.), Turismo e imaginarios urbanos: aportaciones para el estudio de Puerto 110

Peñasco, Hermosillo, Universidad de Sonora, 2012 Robles Ubaldo, Humberto, El marco socioeconómico del municipio de Tepoztlán, estado de Morelos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1977. Villasis K., Ricardo (coord.), Paisaje urbano: debate, desafíos y sustentabilidad. Memorias en extenso, 10, 11 y 12 de octubre, Internacional rniu, San Luis Potosí, México, 2012.

Segunda parte . “Donde los tiempos no han pasado”

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Eloy Méndez Sáinz Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Existían antes del nombre genérico. Ahora se les llama pueblos mágicos y se disponen a recibir las oleadas intermitentes de turistas. Seguro sobrevivirán a la embestida. Desde hace décadas los viajeros llegaban atraídos por los paisajes naturales, las caídas de agua, el río serpenteando al lado, las cañadas abruptas, el suave abrazo protector de la cordillera y la torre del templo rodeada de casas, tianguis y ladridos de perros entre el bullicio de la gente. Eran los pueblos blancos “chiquitos y bonitos”. Son lecciones de vida. Siempre ha seducido el sabio equilibrio del verde valle sublime con el pueblo extendido en su seno. La breve superficie apenas fue abierta para recibir las construcciones alineadas en calles dibujadas desde la plaza, luego esforzadas en abrirse paso sobre arroyos, en el intento de trepar serpenteando las caprichosas faldas de los cerros, en actitud de conquista amable y emparejamiento sin fin. A las aguas broncas, los moscos incansables y el sol bravo, los vecinos han respondido con obstinados puentes, ventanas protegidas con aleros y contraventanas, con muros de verticalidad convincente, con banquetas y bancas en espera del vecino y el forastero. En un mundo mineral y vegetal, la tierra y el verde ascienden en paredes ruinosas a los que se sobreponen en avance inexorable de recuperación del territorio arrebatado: se advierte en las calles pedregosas, se adivina en la base nutricia del cactus crecido entre las piedras, o dibuja figuras multiformes sobre superficies encaladas y abandonadas al tiempo. Eran pueblos con magia cuando la magia no estaba en venta. La puesta del sol entre nubes y crestas montañosas enmarcando techos de perfil apacible, respetuosos de la iglesia y sus campanarios elevados por encima de la horizontalidad estable, de pesadez terrena: la imagen es sin duda una metáfora acabada del pastor y su rebaño, o de la humilde sumisión anónima que levanta la mano para atrapar un puñado de gracia ante el imponente infinito, o del ánimo de trascendencia frente al mundo encargado de evidenciar la permanencia. A la de mientras, el turista, el nativo y el investigador observan a varias mujeres haciendo de sus faldones abanicos para zapatear alegres con un grupo cubierto de sombreros de ala ancha, tejidos con palma blanca, luego rodeados de músicos y paisanos mirones, precedidos de cisnes y peces jugueteando en un río circundado de flores siempre abiertas. Eran y son los dibujos guerrerenses hechos sobre corteza de árbol estirada, una suerte de papel oscuro y veteado del color de la piel de la comunidad enfiestada en la celebra113

Lugares de encuentro ción de la santa o el santo, de la cosecha o simplemente porque sí. Nadie, ni el artesano ni el cliente se preguntan el motivo del mitote plasmado, no parece ser un mundo de explicaciones causales. Donde priva la armonía no importan razones, sólo los hechos, y éstos son tan claros que las explicaciones salen sobrando. Se vendían y se venden en cualquier changarro placero, ahora también en las tiendas de suvenires y duty free de los aeropuertos internacionales de México. Fue un imaginario difundido fuera de nuestras fronteras: el indígena salvaje o el mestizo rural se fundían en entrañable abrazo inocente con la madre tierra más allá del conflicto y el pecado, más acá del idilio paradisiaco. Eran datos curiosos del “México profundo”, referencias pintorescas o folclóricas para decorar la sala o el estudio urbanos. Ahora son pueblos mágicos. La categoría es atractiva a la inversión y al flujo turístico que acude con avidez a ver, oler, comer, oír, sentir… A experimentar el lugar empaquetado como oferta al ocio. ¿Qué pretende encontrar el visitante? No hay respuesta suficiente, pero está claro que encuentra lo que en la urbe ya no hay. Busca, a veces sin saberlo, el olor a tierra mojada, el gusto de caminar sin tope ni prisa o la vista del horizonte que no pide nada a cambio. Busca, a veces sabiéndolo, la tranquilidad que brindan las relaciones pasajeras y sin compromiso de personas que no esperan ni despiden, que trasmiten afecto sin forzar ni acotar, en un entorno que no es ajeno al residente y atrapa la memoria del visitante. Eso ofrece —por ejemplo— Álamos, como también Cosalá, El Fuerte, Taxco o Tepoztlán, donde la permanencia del artificio ofrece un complejo tejido indisoluble con la topografía, las plantas, los animales y el agua en un todo humanizado. Se brinda en esta segunda parte un muestrario de fotografías tomadas en el recorrido de los pueblos. El propósito primario es ilustrar los datos y reflexiones de la primera parte. Es de elemental atención guiar al lector en el itinerario visual adelantado por escrito. Es también una recompensa a su generosa lectura. Esta parte es sólo un esbozo, ya que las autoras y autores de cada caso resguar114

dan sin intención las intransferibles sensaciones olfativas, gustativas, auditivas y aun táctiles de la visita. Deben además reconocerse las severas limitaciones de la información gráfica con respecto a los imaginarios locales, derivadas de la intromisión del ojo externo que nunca sustituirá la privilegiada mirada del avecindado, portador absoluto del imaginario local. Asimismo, dicha mirada externa no ha sido del todo libre, nada parecido a la vista desenfadada y curiosa del turista. Ha obedecido a una guía basada en el mapa de lugares, es decir, se ha puesto énfasis en puntos y cuadros cuya imagen refiere a la unicidad de cada pueblo, poniendo siempre de relieve las opciones con mayor calidad metafórica, en el intento de comprimir la mayor carga significativa en el menor despliegue gráfico. Así, se relata visualmente las historias locales con la secuencia siguiente: 1) a modo de llave de acceso, se presenta una imagen introductoria con potencia emblemática, cuya vista aluda de manera inequívoca al espíritu del lugar, sobre todo para quien ya conozca o haya visitado el pueblo en cuestión; 2) traspasado el umbral, se está en el lugar, invitando al reconocimiento preliminar mediante la revisión más simple de los elementos físicos reconocibles, indicativos del color, tipos constructivos, pátina del tiempo, ambiente y distinción del carácter local, a transmitir por medio de permanencias materiales; 3) en seguida se agrupan fotografías del entorno en las que se advierten fragmentos minúsculos del paisaje rural, que los lugareños asocian sin solución de continuidad con el tejido urbano del poblado, paisaje cuyas claves de interpretación estarán ausentes para el visitante, que sin duda quedará subyugado por la belleza e inmensidad sublime sugeridas; 4) llegados a este punto, los lectores estarán mayormente sensibles y habrán aguzado la mirada para deleitarse con el detalle o el escorzo de la poética pueblerina en sus florituras; y 5) ya montado el escenario, irrumpe la figura protagónica, quien manufactura, vive en y es parte del lugar, al que modifica según las circunstancias: la gente.

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Álamos Cosalá

El Fuerte Ta xco

Tepoztlán 115

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Álamos Juan Milton Jair Aragón Palacios, Eloy Méndez Sáinz Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Alex Covarrubias Valdenebro, Cristina Isabel Martínez Rascón, Leopoldo Santos Ramírez El Colegio de Sonora Mario Alberto Velázquez García El Colegio del Estado de Hidalgo

“…yo lo describiría como un baúl de recuerdos…”.

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“Yo recuerdo muy bien cuando llegue aquí, era de noche, todo iluminado, muy bonito…llegamos a la plaza y dijimos: Oh my god, look at this place… Álamos es como México es…, te sientes que estás at the end of the road“.

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“ Saben que está lloviendo aquí en Álamos, se dejan venir y les gusta andarse paseando cuando están las lluvias…, para mí lo que está verde es más bonito, yo lo pienso en verde, porque es el color que más me atrae, porque soy ranchero y siembro maíz, calabacitas…, y si no ésta verde pues no“.

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“Álamos huele y huele a flor…“.

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“Un acontecimiento muy bueno para mí fue cuando la vi a ella por primera vez… en la esquina de la plaza…“.

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Álamos de las casas “cáidas”. Álamos de las dos guerras. Pueblo reconfigurado y reconstruido sobre sí mismo. Su historia, cúmulo de 330 años, se puede narrar en cuatro actos que representan el desarrollo de diferentes pueblos y formas de vida. Un espacio común que se construye en la estratificación de sus ruinas, eso es Álamos en la actualidad: un pueblo construido en capas que remiten a un imaginario fundacional colonial. Primer acto: Álamos pueblo minero. La historia inició en el año de 1683 cuando feron descubiertas las primeras vetas de plata en el cerro de Nuestra Señora de la Concepción de los Frailes. Tres años después se inició la construcción del poblado de Álamos, en su momento el pueblo más rico del Noroeste de México por su vocación minera. Los primeros moradores vivían a las faldas del cerro y cerca de los caminos reales, de ahí por la inercia del crecimiento se fueron estableciendo en lo que ahora es el centro histórico de Álamos. En los lugares aledaños a la plaza de armas es donde todavía se encuentran algunas de las viejas edificaciones que datan de aquel pueblo minero, como lo es la iglesia de la Purísima Concepción. Álamos se mantendría con la dinámica de pueblo minero un par de siglos más, hasta que la Independencia llegará a su fin y se da un giro en su historia. Segundo acto: Álamos de Occidente. En 1824 se constituyó el Estado de Occidente que unía las provincias de Sinaloa y Sonora, Álamos formó parte del departamento de El Fuerte, capital de ese estado. Por su importancia estratégica como pueblo minero fue que se estableció la Casa de Moneda en los años de 1862 a 1895, lo que trajo una serie de beneficios al lugar. Es a partir de este periodo que se comienza a desarrollar la consolidación urbana de Álamos. El Estado de Occidente duró poco, tan sólo seis años por pugnas internas entre los grupos de poder se disolvió, Álamos originalmente había quedado en el territorio de Sinaloa en la división de los estados, pero los comerciantes lograron anexar Álamos a Sonora por los intereses que tenían hacia la zona Yaqui. A partir de aquí Álamos comenzó a tener una aparente calma que duro hasta consolidada la Revolución Mexicana que reescribió de nuevo su historia.

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Tercer acto: Álamos de las ruinas. Después de la revolución se presentó la coyuntura del cierre de la Casa de Moneda, el reparto agrario, el declive de la producción minera y el desarrollo de las grandes zonas agrícolas de los Valles del Yaquí y el Mayo. Con lo anterior, se generó una descapitalización del pueblo por la migración de las familias con poder financiero hacia la naciente zona agrícola, esto trajo consigo una pauperización del pueblo y la decadencia de su esplendor postcolonial. Álamos se volvió un pueblo fantasma, un pueblo en ruinas que soportaban el embate del tiempo. De su pasado quedaron sus arcos y pilares, de su futuro sólo se vislumbraba incertidumbre. A finales de la década de los cuarenta llego un ciudadano norteamericano y compró algunas de las viejas casonas para restaurarlas y ofrecerlas en venta a sus coterráneos. Aquí se marca un nuevo giro en la historia de Álamos: se volvió un pueblo de gringos. Con el establecimiento de la comunidad norteamericana en Álamos el pueblo adquirió de nuevo su plenitud, pero ahora con una característica especial, se reconstruyo como un “típico pueblo colonial mexicano”. De sus ruinas emergió un pueblo nuevo basado en un imaginario de lo mexicano. De ser pueblo minero, se volvió un pueblo turístico. Ya no se volvió a visitar para buscar lo que ocultaban sus entrañas en la mina, al contrario, se visitaba su exterior para buscar sus arcos y jardines. Cuarto acto: Álamos pueblo mágico. En el año de 2005 se ha presentado una nueva historia para Álamos, ahora como Pueblo Mágico, porque en ese año es cuando oficialmente se le dota de esa categoría por el gobierno federal. A partir de su denominación como Pueblo Mágico, Álamos, presenta una nueva imagen propiciada por los objetivos del Programa. Sus baquetas han ocultado los cables y vuelto uniformes. Sus calles presentan la vieja añoranza que rechaza el asfalto y ensalza al adoquín. Sus fachadas se homogenizan en color y conservación, como si el tiempo no hubiera pasado por ellas. El otrora pueblo minero, pueblo de Occidente, pueblo de ruinas, se ha reconfigurado como un pueblo mágico. Ésta es la historia actual de Álamos, aún falta mucho para saber su conclusión o si la magia florece.

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Cosalá María Elizabeth Castañeda Corral, Miguel Ángel Higuera Muñoz, Servando Rojo Quintero, en colaboración con Sylvia Cristina Rodríguez González Universidad Autónoma de Sinaloa

“Antes de que fuera Pueblo Mágico, Cosalá tenía fama de bonito”.

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“Cosalá, quetzalá, es un nombre indígena o sea significa lugar de bellos alrededores, lugar de guacamayas, lugar de bellos atardeceres“.

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“ Cosalá, ahorita es muy colorido, antes Cosalá era, las casas la mayoría eran blancas con vistas de colores fuertes, y ahora es un poco diferente, las fachadas de las casas son de colores muy vistosos y las vistas son blancas ahora, eso ha cambiado“.

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“... huele a tierra mojada, algo que tal vez en la ciudad no lo podemos sentir, oler, el olor ese que cuando empiezan las lluvias huele a tierra mojada, un olor bien lindo no sé cómo describirlo se siente pues…”.

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“…aparte de todo esto, es la propia gente, las costumbres, el trato, la cordialidad, la amistad, con que la gente trata a los mismos vecinos, y muy particularmente cuando alguien los visita…”.

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Cosalá es un pueblo tradicional de origen minero que guarda en su memoria urbana: historia, cultura, patrimonio natural y tradiciones, a diferencia de la ciudad relata su pasado. Pareciera que no acepta crecer, y mucho menos la modernidad, se contiene entre lugares, todos esos espacios que han sido marcados por los lugareños a través de su significado, indicando una línea directa con su pasado reconociendo a sus ancestros. El crecimiento de Cosalá ha estado sujeto a altibajos, en el año 1759 cuando fue visitado por el Obispo Pedro Tamarón y Romeral contaba con una población de 1,897 habitantes y era una de las principales localidades del estado; para 1810 era uno de los Reales de Minas más prósperos del noroeste, con siete centros mineros muy importantes, todos con fundición de metal. El principal, más rico y grande era Guadalupe de los Reyes, mina descubierta por Don Francisco Iriarte el día 12 de diciembre del año 1800 y registrada, el día 6 de enero de 1801, por estas dos fechas tomó su nombre. Los adultos reconocen sus lugares a partir de sus encuentros y los jóvenes estratifican sus lugares, es decir, los adultos han decidido que sus lugares son todos aquellos donde se ha impregnado la historia y conservan costumbres, mientras para los jóvenes los lugares se han abierto a toda la estructura del pueblo a través de sus calles, arroyos y alrededores, asimismo, las relaciones sociales se conservan con hábitos comunes al corroborar que la casa es el lugar significado. En los padrones religiosos recibió el nombre de Real de Minas de Nuestra Señora de las Once Mil Vírgenes de Cosalá y es hasta principios de siglo xix cuando se empezó a designar oficialmente como Real de Minas de Cosalá. En el proceso de conquista del territorio del norte de la Nueva España los españoles transformaron el espacio, fundaron asentamientos de varios tipos, en el caso del territorio que hoy ocupan los estados de Sonora y Sinaloa: los presidios, como parte de una estrategia de avanzada; las villas con pueblos de españoles y barrios de indios; las misiones (en el noroeste, fundamentalmente jesuitas) y el asentamiento donde se desarrollaba su principal objetivo de conquista, los reales de minas. En ese contexto, Cosalá fue fundado por Francisco de Ibarra el 13 de marzo de 1563, en el antiguo pueblo de indios acaxees; sin embargo, en repetidas ocasiones (1602, 1607 y 1618) los indios se rebelaron y destruyeron el Real de Minas. 184

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La gran importancia de Cosalá se corrobora ya que fue declarado capital del Estado de Occidente el día 28 de agosto de 1826, asimismo, el día 11 de febrero de 1827 se publicó en esta ciudad el primer periódico de Sinaloa titulado El Expectador Imparcial, asimismo, entre 1806-1807 se estableció la Caja Real en esta ciudad. Ha sido cuna de ilustres personajes como D. Francisco Iriarte, introductor de la imprenta a las provincias de Sonora y Sinaloa y gobernador del Estado de Occidente y primer gobernador de Sinaloa; Heraclio Bernal “El Rayo de Sinaloa”, la figura más emblemática de la región de Cosalá, quien luchó contra la dictadura de Porfirio Díaz; de Luis Pérez Meza, llamado “el trovador del campo” y uno de los principales exponentes de la música vernácula sinaloense; D. Alberto Vega Olazábal, el poeta romántico sinaloense. El auge de la minería de Cosalá continuó durante el resto del siglo xix, pero a partir de la primera década del siglo xx empieza a decaer provocando una crisis económica que se extiende hasta la actualidad; sin embargo, como fiel testimonio de ese pasado hoy existe un patrimonio cultural (tanto intangible como tangible) de gran calidad, que se expresa en una gastronomía propia de esta región, y sus mitos, leyendas, música tradicional que mantienen vivas las raíces; su arquitectura, grandes casonas de muros de adobe, techos de carrizo y teja con bellos patios interiores cubiertos de vegetación que viene a corroborar la plena integración entre arquitectura y medio natural, callejuelas propias de los pueblos mineros, donde el caminarlas se convierte en toda una aventura, con remates visuales por doquier. Los dos arroyos y la topografía donde se localiza este antiguo real minero, han venido a “moldear” su traza urbana, su calle principal y antiguo camino real (Calle Hidalgo), corre paralela al Arroyo Grande. Al adentrarse en el territorio demarcando la totalidad del territorio cosalteco. En el pueblo de Cosalá se reconocen los lugares entre significado y simbolismo como la plaza, la iglesia de Santa Úrsula, el parque (corredor aledaño a la iglesia), las casas que configuran los distintos barrios, en especial los barrios después del centro histórico donde no recorren los turistas, la capilla de la Virgen de Guadalupe, arroyo grande, la antigua Casa Ray, el Palacio Municipal, la tienda comercial de Cosalá, el hospital y el panteón. En la cultura de los cosaltecos han quedado grabados emblemas, los cuales, se identifican en su marca e identificación en el territorio como la iglesia de Santa Úrsula, la plaza, el mercado y Vado Hondo. 186

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El Fuerte Jesús Ángel Enríquez Acosta, Manuela Guillén Lúgigo, Martha Elena Jaime Rodríguez, Blanca Aurelia Valenzuela Universidad de Sonora

“... aquí donde los tiempos no han pasado…”.

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“… quizá poco más del cincuenta por ciento de los monumentos históricos del estado de Sinaloa están aquí en El Fuerte, aquí hay casas preciosas antiquísimas…la plazuela que es de las más bonitas del estado de Sinaloa y el edificio del palacio que también es uno de los más bonitos del estado…”.

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“El Fuerte es hermoso, El Fuerte es alegre, El Fuerte tiene el color de las aguas, el color del bosque”.

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“... lugar con olor a tierra mojada… Yo elegiría el color verde pues ya ve que los cerros que nos rodean todos son verdes, más en tiempos de lluvia, yo pienso que lo pintaría de verde”.

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“Ha crecido mucho El Fuerte, pero en su mayoría nos conocemos todos y nos hablamos por nuestro nombre, es una tradición preciosa familiar y para rematar todo eso que tenemos, su gente, la gente de El Fuerte es bella, es platicadora, es accesible”.

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La ciudad de El Fuerte, Sinaloa, se encuentra ubicada al norte del estado de Sinaloa. Colinda al norte con los municipios de Alamos, Sonora y Choix. Al sur con Ahome y al este con Sinaloa de Leyva. El municipio tiene 390 localidades siendo la ciudad de El Fuerte la cabecera municipal. Las poblaciones principales del municipio son El Fuerte, San Blas, Mochicahui, Charay, Constancia y Jahuara, entre otras. En el municipio de El Fuerte la presencia indígena es relevante, la historia del lugar está colmada de resistencias y sublevaciones así como de un rico valor cultural. Existen 13,116 indígenas que representan el 13.46% de la población total. El 45.97% de la población indígena habla lengua indígena, predominantemente el mayo. El 82.97% de la población está asentada en 30 localidades, las más importantes son Jahuaral, Tehueco, Camajoa, Constancia, Mochicahui y Capomos. El primer antecedente de lo que hoy es El Fuerte, es la Villa de San Juan Bautista de Carapoa, fundada en 1564 por Francisco de Ibarra. Posteriormente, hacia el año 1610, el capitán Diego Martínez de Hurdaine inicia la construcción del Fuerte de Montesclaros, nombrado así en honor del virrey español en turno. El lugar donde quedó establecido contribuyó a erigirse en un importante centro de poder militar, político y económico en el norte de la provincia de Sinaloa, a lo largo del siglo xvii. A poco de ocurrir la independencia de México, la Villa de El Fuerte se convirtió en 1824 en la capital del Estado de Occidente que agrupaba a Sonora y Sinaloa. El periodo postrevolucionario significó para la ciudad de El Fuerte un periodo de transformación que puede ser interpretado como un declive en el nivel de importancia política y económica en relación a nuevas centralidades regionales. Este declive fue propiciado por las obras hidráulicas de aprovechamiento del río Fuerte que incrementaron la superficie agrícola del municipio de Ahome en favor de una moderna agricultura intensiva. En adelante, Los Mochis se constituyó en la principal ciudad del norte de Sinaloa en población y poder económico.

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Hoy en día, El Fuerte es uno de los pueblos más bellos del noroeste del país y fue declarado pueblo mágico desde el año 2009. Cuenta con construcciones que datan del periodo virreinal y algunas otras que son vestigio de la vida colonial. El río y sus dos presas constituyen elementos importantes no sólo como atractivos turísticos, sino como fuente de productos típicos de la gastronomía del lugar. La economía de servicios de la ciudad comprende establecimientos comerciales variados, turísticos y gastronómicos. La ciudad cuenta con 19 hoteles ubicados la mayoría en el primer cuadro de la ciudad, algunos son muy pequeños y se trata de viejas casas habilitadas para tal función. Existen algunos balnearios cercanos al río Fuerte que ofrecen hospedaje, espacios para acampar y restaurantes.

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Ta xco Osbelia Alcaraz Morales, Andrea Babini Baan, Jesús Hernández Torres, Agustín Carlos Salgado Galarza Universidad Autónoma de Guerrero

“...lleno de sorpresas, de colorido, venir a comer rico, hasta el pozole de la tía Calla”.

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“Lugares con paisaje, las fiestas tradicionales de barrios… Aquí tenemos fiesta todos los días. Estamos hablando de 14 templos…”.

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“…blanco con techados de teja roja-ocre, con manchas verdes de su flora y moradas de jacarandas y bugambilias y algunos espacios con el rojo de la flor de nochebuena“.

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“...después de las lluvias Taxco huele muy bonito…, huele a tierra mojada…”.

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“…Taxco no nada más es plata, es hierro, es muebles, lapidarios…, en lo que toca a lo mío, pues es la herrería”.

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Como se sabe, Taxco nació a partir del asentamiento de campamentos mineros en el año de 1528. La explotación de minerales como principal actividad productiva de la zona, detonó el desarrollo de la localidad, convirtiendo a Taxco en un importante centro urbano, producto de una mayor concentración de población, propiciando la introducción de infraestructura y equipamientos, como escuelas, comercios e iglesias. Durante tres siglos fue un centro minero significativo, por la gran producción de metales. En el México virreinal Taxco fue reconocido por la extracción de la plata, pero en el siglo xix se redujo considerablemente la actividad minera a causa de las condiciones políticas derivadas de la guerra de Independencia: algunos españoles dueños de las minas fueron prisioneros de los insurgentes y otros abandonaron la ciudad, incluso hubo casos en que los propios empresarios destruyeron las obras de infraestructura realizadas para la extracción de los minerales. Con estos sucesos, aunados a la falta de vías de comunicación, los cambios en los sistemas de explotación de la plata y el difícil acceso a la localidad, Taxco quedó aislado y cambió el escenario económico y social de la zona, dando paso a una depreciación del sector y, lógicamente, al deterioro del centro poblacional. Sin embargo, su aislamiento permitió que Taxco conservara las características de su arquitectura y configuración urbana. Después de la Revolución, el gobierno mexicano le dio un fuerte impulso al turismo tomando acciones que favorecieran a este sector, como es la construcción de caminos para conectar los posibles centros turísticos. En estas circunstancias, se construyó la carretera México-Acapulco, inaugurada en el mes de noviembre de 1927 con paso obligado por Taxco. Su inigualable paisaje atrajo el interés de turistas nacionales y extranjeros, para conocer y disfrutar su valioso patrimonio cultural y natural. En la tercera década del siglo xx inició la actividad turística, con la implementación de los primeros hoteles y restaurantes. Al mismo tiempo, comenzó la orfebrería de plata. Hoy el turismo junto con la industria artesanal de la plata, son las actividades más destacadas para la economía local. Taxco es uno de los centros turísticos más importantes del estado de Guerrero y junto con Ixtapa-Zihuatanejo y Acapulco constituyen el llamado Triángulo del Sol.

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La participación de pobladores y gobiernos permitió por muchos años la conservación de la arquitectura y de la ciudad. Actualmente la zona de monumentos históricos está integrada por 374 hectáreas, 72 manzanas y 201 monumentos históricos construidos entre los siglos xvi y xx. Por su actividad minera, Taxco es una ciudad asentada en un terreno montañoso, lo que dio origen a su particular traza de plato roto con grandes desniveles; ofrece un panorama con predominio de construcciones escalonadas, con terrazas y techos de teja y se distingue por la homogeneidad de su arquitectura. La localidad, ubicada sobre la ladera del cerro de Atache, conserva callejones, plazas y calles empedradas con dibujos, que se ajustan a las pendientes del terreno, delimitando manzanas y lotes irregulares El centro histórico es el área que contiene inmuebles gubernamentales, religiosos, comercios, hoteles, restaurantes, escuelas y por supuesto casas particulares, muchos de los cuales fueron declarados monumentos históricos. La plaza principal o plaza Borda se ubica frente al monumental templo de Santa Prisca, construido en el siglo xviii. Esta zona también alberga a ocho barrios con sus respectivos templos: Santa Prisca, Chavarrieta, Guadalupe y San Miguel son parroquias; la Veracruz es un santuario y Ojeda, San Nicolás y la Santísima son capillas. En Semana Santa todos los barrios del centro histórico y los de fuera de él, se organizan para desarrollar los diferentes eventos religiosos, dentro de los que destaca la conocida procesión de los penitentes. Actualmente el área urbana de la ciudad se ha extendido rebasando sus límites, conurbando las localidades cercanas como Tehuilotepec, Acamixtla, Rancho de colores y Minas viejas. La otra realidad del Taxco mágico, son los problemas relacionados al crecimiento urbano, los asentamientos recientes buscan la traza regular, rompiendo con el paisaje tradicional; muchas calles, manzanas y lotes son de forma ortogonal. La falta de planeación y el establecimiento de cadenas comerciales, afecta al patrimonio cultural. De igual manera, la explotación turística ha derivado en la creación de espacios escenográficos, alterando la fisonomía original. La concentración de servicios y comercio en el centro histórico genera el aumento del tránsito vehicular, la saturación del espacio urbano y contaminación ambiental; fuera de la zona histórica existen áreas con falta de servicios e infraestructura. Estos sólo son algunos de los conflictos que se presentan en este pueblo mágico. 260

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Tepoztlán Concepción Alvarado Rosas, María Cristina Saldaña Fernández, Valentino Sorani Dalbon, Alfonso Valenzuela Aguilera Universidad Autónoma del Estado de Morelos

“Se escuchan los grillos, pero lastima el silencio…”.

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“Sus casas son hospitalarias… casitas, chocitas que no desentonan con el entorno…”.

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“Sus alrededores son tranquilos y bonitos porque simplemente vemos a todos lados y está la montaña…”.

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“Cada barrio tiene su animalito por eso aquí en San Sebastián está el alacrán en todas partes, hasta en el nicho principal de la iglesia…”.

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“Lo que más me gusta es el clima y la comida, porque hay variedades… mucha gente de un barrio a otro tienen una forma de cocinar y de hacer su mole verde, su mole rojo, su pozole, sus tamales…“.

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Tepoztlán es un pueblo de origen tlahuica y su nombre en lengua nahua significa “lugar del cobre”, “lugar de piedras quebradas” o “lugar de hachas“, haciendo alusión a su principal cerro, el Tepozteco, el cual forma parte de una pequeña cadena montañosa de connotaciones ceremoniales para los antiguos habitantes de la región, actualmente el Tepozteco recibe una ofrenda en septiembre, organizada por la autoridad municipal. El Tepozteco lleva el nombre de uno de los dioses prehispánicos del pulque, ahí se erige la pirámide que lleva el mismo nombre. Dicho lugar desde antes de la llegada de los españoles era un importante sitio de culto visitado por peregrinos de diversas regiones, el lugar fue objeto de una leyenda muy destacada entre los pobladores, la cual narra el origen de Tepoztecatl, un héroe mítico que emprendió una lucha con el gigante de Xochicalco, a quien mató desgarrando sus entrañas después de haber sido devorado por éste. El sistema de organización indígena del calpulli derivó, en el periodo colonial, en los denominados barrios que constituyeron un recurso administrativo para control de la población y la distribución de la tierra. La primera mención de los barrios actuales de Tepoztlán aparece en los documentos del censo de 1807. El barrio es un sector del pueblo que se encuentra bien delimitado, su función está estructurada y su configuración social forman parte de su territorio. Es un espacio apropiado por sus habitantes y posee un significado vivencial y cotidiano. El pueblo de Tepoztlán tiene ocho barrios, Santo Domingo, San Miguel, La Santísima, Santa Cruz, Los Reyes, San Sebastián, San Pedro y San José (este barrio data de 1942), cada uno con su capilla, su santo patrón, su organización interna y su fiesta anual. Cada barrio elige a su propio mayordomo, quien es responsable de recaudar fondos para el mantenimiento de la iglesia, de organizar las fiestas, realizar colectas entre los vecinos del barrio e integrar parte de sus propios recursos para asegurar el éxito de la fiesta. La pertenencia al barrio significa reconocer el territorio y sentirlo como propio; el barrio posee varias funciones, alberga en su espacialidad usos del suelo diversificados, comprende una interrelación entre el uso comercial y el habitacional, se trata de un espacio dinámico en la edificación del contexto comunitario. En Tepoztlán, como en otros lugares, la interacción de los barrios responde a tres condiciones esenciales: límites físicos bien establecidos, tejidos urbanos, redes sociales bien estructurados y fuertes centros de convergencia. A partir de esto la imagen física del territorio es armónica con el funcionamiento de la comunidad barrial. 291

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El orgullo por el barrio natal se manifiesta en diversas formas: distinción de las calles o las casas con el animal mítico que define a cada barrio, la consideración de los tepoztecos de que su barrio es el mejor y más bonito de todos, las fiestas ofrecidas a los santos patronos, entre otras. Las fiestas de cada barrio conforman una red de interacción social entre nativos y amistades de diferentes pueblos del estado y del país, son compartidas por los otros pueblos y barrios, mediante las “promesas” que se ofrecen consistentes en cohetes, flores, ceras labradas, danzas, candeleros, etcétera. La fiesta es participación, compañerismo, bullicio, algarabía y felicidad. El barrio es un tipo de organización simbólica del espacio, convertida en lugar por la interacción transformadora de las personas, es una forma de apropiación del territorio y marca el proceso de desarrollo de la identidad social. El dinamismo de la organización y la participación festiva del barrio corresponde a una arraigada identidad de carácter cultural; las redes de reciprocidad, que exigen cumplir con ciertos compromisos, como participar de manera individual y colectiva en el ciclo festivo religioso (católico), o la recurrencia a las prácticas médicas de carácter tradicional, el trabajo agrícola y sus respectivos rituales, se abren espacio en un tiempo que marca la obligatoriedad de mantener una estricta rutina, en cuanto a permanencia en horarios y lugares determinados en los planteles educativos y los espacios laborales fuera de la comunidad. Desde la visión del imaginario, campo donde se escenifican insatisfacciones, deseos, búsquedas de comunicación con los otros, para establecer relaciones interpersonales y sentirse incluidos en una sociedad, en el imaginario tepozteco aparecen los liderazgos, los individuos, lo sagrado y lo mítico. Los protectores del barrio como el santo patrono y los santos guardianes, se ubican en el espacio sagrado de sus respectivas capillas. Igualmente un protector muy poderoso es el Tepozteco, mitificado como un personaje libertador antropomorfizado en la montaña, que habita en la pirámide enclavada en la cima. Personaje al cual la creencia, el respeto y el temor dan sentido al imaginario de un Dios protector, en torno a quien se recrean una serie de relatos y leyendas alusivas al paisaje, mediante las cuales se hace referencia entre líneas a prescripciones, valores y utopías colectivas. El cerro del Tepozteco, forma parte de la formación geomorfológica que “abraza, cubre, cuida y protege” de forma permanente a los tepoztecos. 292

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De igual trascendencia en el contexto tepozteco es la identidad étnica, referida a la acción política como grupo. La identidad adquiere un carácter instrumental para el logro de objetivos específicos y tiene distintas expresiones a nivel local. En este marco el territorio es una figura central, diversos factores históricos han configurado la apropiación y su defensa, se trata de procesos significativos que además de la defensa de su patrimonio han reforzado su definición identitaria, misma que se ha transformado al integrar a nativos y avecindados en la organización comunitaria para la oposición a proyectos externos y ajenos a sus propios intereses. Tal organización comunitaria ha permitido cohesionar a los habitantes de Tepoztlán, sin importar si son originarios o no, sino que simplemente los mueve un interés de la defensa de su territorio para conservarlo como está y no perder la esencia de un pueblo mágico, no sólo por una denominación institucional, sino por la cultura emanada de sus habitantes; el encanto que desprende sus montañas y vegetación con aromas deliciosos; las casas de adobe resguardadas por sus tecorrales y que, en conjunto, hace posible el hechizo que ha tenido desde siempre este rinconcito del estado de Morelos.

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A maner a de conclusión gener al: L a magia por decreto.

P equeñas sociedades ante el fenómeno global del turismo Juan Milton Jair Aragón Palacios Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Mario Alberto Velázquez García El Colegio del Estado de Hidalgo

Los capítulos que componen este libro y que analizan cinco poblaciones incluidas en el programa federal de turismo denominado Pueblos Mágicos —Álamos, El Fuerte, Taxco, Cosalá y Tepoztlán— permiten presentar algunas conclusiones generales relacionadas con la operación de dicha política pública. En primer lugar, estas poblaciones son lugares que tuvieron su primer momento de crecimiento poblacional, económico y cultural durante la época colonial. Es decir, se trata de núcleos poblacionales relativamente viejos. La decadencia en sus principales actividades productivas relacionadas con la minería y la agricultura, así como un decrecimiento de su población durante el segundo tercio del siglo xx —en gran medida como consecuencia de falta de oportunidades económicas, transformaciones en la geografía política y conflictos armados—permitió, paradójicamente, la conservación de edificaciones, tradiciones culturales y centros urbanos relativamente intactos, sin grandes modificaciones, al punto de que ahora son considerados como referentes culturales, arquitectónicos o urbanistas que concentran una idea sobre “lo mexicano” anclada en el pasado. El Programa Pueblos Mágicos (ppm) es una forma de “rescatar” y utilizar estos lugares conservados con un valor comercial y turístico. En este sentido, el turismo se constituye como una alternativa —no necesariamente la más importante en términos de actividad productiva— para las poblaciones que comparten el hecho de haberse quedado fuera de los procesos de industrialización moderna y consolidación de núcleos políticos o sociales dentro de los distintos estados del país. El turismo ha significado, sin lugar a dudas, una nueva e importante fuente de empleos y actividades productivas en estas localidades. Sin embargo, en tanto medio para generar riqueza, el crecimiento no ha sido acompañado de una transformación significativa en la distribución de los ingresos locales; por el contrario, consolida la disparidad entre los distintos grupos. Esta situación se agrava si consideramos que en algunos de los casos (Tepoztlán, Álamos) existen nuevos grupos poblacionales que están emigrando a estas localidades y constituyendo nuevas élites. 296

En este sentido, el turismo está generando efectos no deseados dentro de los núcleos urbanos: 1. La reconstrucción de los centros históricos, la apertura de hoteles, restaurantes y la utilización de viejas casas como residencias de lujo expulsa a la población original de bajos ingresos de los centros urbanos, tanto en términos de vivienda como en el mismo uso de las zonas centrales, pues los nuevos negocios tienen costos no accesibles para los propios residentes de la ciudad (Tepoztlán, Taxco y Álamos). 2. El crecimiento de las actividades productivas y la expulsión de la población pobres del centro de estas ciudades comienza a generar zonas habitacionales irregulares con viviendas de autoconstrucción y escasos o nulos servicios (Álamos, Taxco, Tepoztlán). 3. El desarrollo de un mercado inmobiliario creciente en las zonas turísticas con precios cada vez más elevados y sólo accesible a gente externa a la comunidad. Sin embargo es necesario enfatizar que, en términos generales, el turismo constituye para Álamos, El Fuerte, Taxco, Cosalá y Tepoztlán una actividad productiva y generadora de empleos, lo que ha representado en la mayoría de los casos analizados una forma de crecimiento para núcleos poblaciones que no encontraban posibilidades viables de desarrollo. En este sentido, el ppm es, dentro de una primera y general lectura, una plataforma de políticas públicas que colabora en la generación de crecimiento en pequeñas y medianas ciudades. Este Programa, como toda política pública, se trata de una asignación arbitraria de recursos por parte del gobierno a un conjunto limitado de grupos o individuos. Esto genera, inevitablemente, que el uso de dichos bienes tenga un sesgo en su distribución, favoreciendo a ciertos grupos sociales sobre otros. En el caso del ppm, la mayoría de los

recursos utilizados en las ciudades de Álamos, El Fuerte, Taxco, Cosalá y Tepoztlán han sido destinados al mejoramiento de la infraestructura urbana en las zonas centrales o históricas. El sector que buscaba ser beneficiado son los operadores turísticos —hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios relacionados—, así como los turistas. Aunque existe un beneficio público por el mejoramiento de las zonas centrales de los núcleos urbanos, el creciente contraste en la calidad y cobertura de la infraestructura urbana de dichas zonas con el resto de la ciudad generará descontento por la asignación de los recursos públicos, sobre todo si consideramos que en la mayoría de estas poblaciones (particularmente en los casos de Taxco y Tepoztlán) se está produciendo un crecimiento poblacional. Una de las principales debilidades del ppm es su escasa o nula difusión entre la población general de las localidades de Álamos, El Fuerte, Taxco, Cosalá y Tepoztlán. En todas estas poblaciones pocas personas conocen cuál es el objetivo de Programa e incluso cuáles son las razones que llevaron a que su población fuera denominada como mágica. La difusión de los objetivos, recursos y posibles beneficios del ppm serían fundamentales para generar un mayor apoyo y participación en este tipo de políticas públicas. El tema de la participación resulta fundamental, sobre todo en programas destinados al turismo, donde la población local se convierte, voluntaria o involuntariamente, en una parte de los objetos “consumidos” por los visitantes.

L o local y la magia de lo cotidiano No está de más volver a recordar los objetivos del ppm en estas conclusiones. ¿Por qué? Por una simple razón: los trabajos que componen el libro hacen hincapié en el débil vínculo que existe entre el Programa y los actores que no forman parte de los comités o no pertenecen al sector vinculado con el turismo. Sí se toma los objetivos 297

Una visita a pueblos mexicanos

Lugares de encuentro del Programa de forma literal y como una política pública, éstos se cumplen, porque se resalta el valor turístico, se estructura una oferta turística innovadora y original, y se atiende la demanda de cultura, tradiciones, aventura y deporte extremo, en algunos de los casos. El último punto de los objetivos relacionado con la cotidianidad de la vida rural es el más polémico, ya que no es claro cuál cotidianidad se está vendiendo, ¿la que ocurre en la región trasera? Probablemente no, a esa región sólo tiene acceso quien la vive en su cotidianidad y está formada por los signos que le son propios de su comunidad. Se podrá montar una región trasera aparente para los turistas que quieran salir de las convenciones, pero ésta no dejará de ser una simulación de la forma de vida que llevan, porque los intereses y modos de los habitantes no son accesibles al otro, que se manifiesta en la figura del turista. En este sentido, se puede ejemplificar lo anterior con lo escrito en las conclusiones de los capítulos: 1.

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Álamos: El atractivo turístico de Álamos es algo a buscar en lo micro, en lo subjetivo que vaya más allá del dato duro cuantitativo. […] Hay que realizar miradas múltiples desde ángulos diversos para cruzar el umbral de ese espacio nombrado como Álamos, simbolizado como Pueblo Mágico e imaginado como un pueblo mexicano colonial. […] Las dimensiones imaginadas por los visitantes se cruzan y en algunos casos chocan con las de aquellos que viven cotidianamente en este lugar.

Cosalá: Los lugareños y turistas coinciden en que la magia es su gente. Sin embargo, el atractivo fuera del pueblo a través de la captura del turismo es a partir de sus paisajes y la conservación de las fincas históricas. […] se construyen itinerarios por los lugareños. Cada uno de ellos indica sus diferentes recorridos, distinguiéndose una conexión

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entre el mercado y la plaza, como un recorrido cotidiano de los cosaltecos, y se reconocen estos dos sitios como lugares y emblemas.

El Fuerte: El apego a los atributos ha creado un indisoluble vínculo entre los fuertenses y los recursos (materiales y simbólicos) de la región que habitan, porque se asumen como herederos de una tradición milenaria arraigada en la cultura yoreme. De ahí que valoren cada recurso y el territorio que los contiene, que apelen a una magia no institucionalizada, al reconocimiento, cuidado y preservación de cada huella histórica, cultural y social del lugar. Taxco de Alarcón: La magia de Taxco está presente en su emplazamiento, su arquitectura, Santa Prisca, el clima, su ambiente… pero fundamentalmente está en su gente; en el trabajo que durante generaciones se fue transmitiendo, consolidando y actualizando. […] También en el imaginario colectivo, es contradictoria la visión que se tiene acerca del futuro: por una parte, la imagen de la llegada de más gente y más oportunidades de empleo a causa del turismo y por el trabajo de la plata. Por la otra, la imagen de un pueblo abandonado, deshabitado y perdido. Un pueblo fantasma.

Tepoztlan: El mercado y el tianguis artesanal tienen también este carácter ambivalente, pues de lunes a viernes pertenecen al pueblo, y sábados y domingos, al visitante. La fiesta popular en la que se presentan las comparsas de chinelos con música de viento conforman un tinglado excepcional, en el cual los nativos muestran a los turistas y al pueblo su sentir más profundo con respecto a asuntos de carácter político, social y económico, mediante frases escritas en sus banderas.

Una de las cosas que presentan en común los cinco casos estudiados, es la polisemia simbólica de la forma de vivenciar el espacio, lo que lleva a modos distintos de construcción del lugar. Dentro de los Pueblos Mágicos se pueden ubicar tres tipos de estos modos: 1. El lugar del Programa. Lo constituyen los lugares construidos por las intervenciones al espacio urbano que promueve el ppm, las cuales resaltan emblemas y representan tinglados, construyendo una narrativa de lo que debe de ser el lugar del turismo. 2. El lugar de los turistas: este lugar, por una parte, es dirigido por los símbolos insertados por el programa; por el otro, se construye en las prácticas y búsqueda de experiencia de los turistas que no siempre siguen las convenciones narrativas del deber ser del turismo.

3. El lugar de los locales. Éste corresponde a los signos que construyen los emblemas de los habitantes bajo otra lógica de acción ligada a una cotidianidad ajena del otro; pueden representar sus creencias o ideologías que operan bajo códigos que sólo pueden ser interpretados por quienes conocen su significado. A estos lugares los turistas nunca tendrán acceso.

Con lo anterior, se puede concluir que en los Pueblos Mágicos la relación entre turistas, ppm y habitantes no es tan ideal como lo propone el Programa, por ejemplo en su página menciona: “El turismo y el flujo de visitantes, produce resultados sorprendentes en comunidades de gran fuerza cultural y entornos urbanos y naturales de gran impacto”. Pero en su operación la realidad es otra, como en el caso de Taxco, donde el Programa: ha impactado profundamente en la actividad turística: aumentó significativamente el número de hoteles y restaurantes, se consolidan las organizaciones civiles que trabajan en pro de la conservación del patrimonio cultural tangible e intangible y se advierte la importancia de incorporar a la educación básica los valores que Taxco posee. En contraste, los problemas de inseguridad, segregación social, pobreza y simulación son significativos y la población tiene que lidiar con el imaginario de ciudad turística que proponen las políticas públicas de la localidad, el estado y el país.

Ante esto, es pertinente realizar acciones en las que se involucre más a los distintos actores de las comunidades, así como diseñar planes que integren las distintas visiones en busca de una estabilidad entre los locales, turistas y el Programa.

Aunque en la página del ppm mencionen que: “Es claro que sus repercusiones rebasan con mucho la idea de mejorar la imagen urbana y se inscriben en la necesidad de conjuntar esfuerzos para convertirlos en detonadores de la economía local y regional”, en la práctica el resultado es otro. En los cinco Pueblos Mágicos estudiados, otra de las cosas encontradas en común es que el principal aporte del Programa a las comunidades es la intervención del espacio urbano del centro o las calles que estén en el polígono del Pueblo Mágico. Por medio de proyectos de imagen urbana se homogenizan los lugares en cuanto a mobiliario, colores, calles y banquetas. 299

Lugares de encuentro. Una visita a pueblos mexicanos,

se terminó de imprimir en el mes de marzo de 2017, en los talleres gráficos de Palma Impresores, Poniente 116 núm. 458, Col. Panamericana, Del. Gustavo A. Madero, C. P. 07770, Ciudad de México. En su composición se utilizaron fuentes Trajan, Caslon y Calibri. Coordinación y diseño: Lourdes Martínez Ocampo Corrección de textos: Dania Fabiola Beltrán Parra Cuidado de producción: Antonio Guzmán Vázquez

Se tiraron 500 ejemplares.

Los capítulos que componen este libro analizan cinco poblaciones (Álamos, El Fuerte, Taxco, Cosalá y Tepoztlán) incluidas en el programa federal de turismo denominado Pueblos Mágicos. Dicho programa se ha implementado en México desde 2001. Desde su inicio, esta política se ha convertido en una de las principales herramientas del Gobierno Federal para expandir la actividad turística en pequeñas y medianas localidades. En este libro se presenta una aproximación empírica a la construcción local de la imagen de la comunidad, ciudad, patrimonio o lugar. Los trabajos se basan en la observación directa de las peculiaridades culturales de la significación “mágica”, de las condiciones socioeconómicas, del estado de la cultura material, de los signos de readecuación logística y reconfiguración urbana, de la integración comunitaria del turismo de segunda residencia, de la innovación de las redes urbanas, del Programa Pueblos Mágicos en tanto componente de la política urbana, así como de las acciones participativas.

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