Lucía Triviño - El árbol y el bosque en la mitología nórdica

June 8, 2017 | Autor: L. Triviño Guerrero | Categoría: Mitologia, Paisaje, Edad Media, Escandinavia
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Descripción

EL ÁRBOL Y EL BOSQUE EN LA MITOLOGÍA NÓRDICA

Lucía Triviño Guerrero ([email protected])

Resumen: Desde los tiempos más remotos el ser humano ha convertido la naturaleza en su principal destinataria de culto. Las primitivas religiones, con una fuerte carga animista, veneraban el entorno que los acogía y los nutría. No es de extrañar, por tanto, que elementos naturales como el árbol o el agua se consoliden como emblemas representativos de muchas de estas creencias. Concretamente, en este artículo pretendemos dar a conocer la importancia que tiene el reino vegetal en la mitología nórdica y cómo esta influye en la mentalidad y la vida cotidiana de los hombres del norte, ya sea sacralizando bosques o árboles o dotando de simbolismo a algunas especies vegetales. Palabras clave: bosque, árbol, mitología, Escandinavia.

Abstract: Since the earliest times, the human being has turned the Nature into the principal target of its worship. Primitive religions, with a really strong animist character, venerated the environment which accepted and nourished them. Therefore, it is not strange that natural elements like trees or water consolidated themselves as symbols of many of these beliefs. Precisely, in this article we attempt to present the importance that the vegetal kingdom had in the Nordic Mythology and its influence in both daily life and mentality of Northmen, not only by consecrating forests or trees but also by giving symbolism to many vegetal species. Keywords: forest, tree, mythology, Scandinavia.

1. Todo tiene un comienzo: El reino de Yggdrasill. Yggdrasill, el gran árbol cósmico El mismo nombre de Yggdrasil se compone de dos palabras, Ygg, que hace referencia a Odín, y drasill, que se traduce como corcel o caballo; Yggdrasill significa “corcel de Odín1”, pues el dios podía recorrer el tronco y transitar por los nueve mundos. Pero no solo se le conoce por este nombre, también podemos encontrarlo como Lérad, Hoddmímir o Mimameid (El árbol de Mímir).

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HAGEN, S.E.: “The origin and meaning of the name Yggdrasill” en Modern Philology, Vol. I, nº 1, jun. 1903, pp. 57-69. Versión digital disponible en: http://www.jstor.org/stable/432424?seq=1#page_scan_tab_contents (Consultado el 09-04-2015)

- El árbol cósmico escandinavo El cosmos es un organismo vivo que se encuentra en continua regeneración, por este motivo el árbol encaja de manera tan fiel en esta estructura. El árbol renace y vive cada año pues en primavera brotan los frutos y las hojas y en otoño las pierde, además crece en dirección vertical. Esta última cualidad hace que se le sitúe como centro del cosmos, actuando de enlace entre los hombres y los dioses: «In the great oak-forest of Germany, Scandinavia and Anglo-Saxon England the symbol of a mighty tree marking the centre and forming a link between man and the gods was a natural one to use2». Por lo tanto, el árbol cósmico escandinavo se definiría como un axis-mundi. Para consolidar esta teoría recurriremos a palabras de Mircea Eliade quien, en su Historia de las Religiones, apuntaba que un árbol se convierte en cósmico cuando este «repite punto por punto lo que manifiesta el cosmos3». Por tanto, el Yggdrasil es el árbol que sujeta los nueve mundos que componen el espacio mitológico escandinavo. Lo sustentan tres enormes raíces que se bifurcan en tres direcciones. El fin de estas raíces difiere según los textos pues en la edda poética se dice que acaban en el Hel, el Mídgard y el Jotunheim, mientras que en la prosaica se refieren al Asgard, el Jotunheim y el Niflheim:

«Tres las raíces que en tres direcciones del fresno Yggdrásil arrancan: la primera a Hel, la segunda a los ogros, la tercera a los hombres cobija4». FIG. I: Yggdrasill, Manuscrito islandés, AM 738 4to, del s. XVII, actualmente conservado en el Árni Magnússon Institute.

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ELLIS DAVIDSON, H.R..: Myths and Symbols in Pagan Europe: Early Scandinavian and Celtic Religions. Syracuse: Syracuse University Press, 1988. p. 24. 3 ELIADE, M.: Historia de las Religiones. Barcelona: Círculo de lectores, 1990. p. 332. 4 Fragmento extraído de Grímnismál, en Edda Mayor: traducción del islandés y edición de Luis Lerate. Madrid: Alianza Editorial, 2012. p. 81.

«Aquel fresno es el más grande y mejor de todos los árboles; sus ramas se extienden sobre todo el mundo y alcanzan el cielo. Tres raíces tiene este árbol que lo mantienen en pie y que llegan hasta muy lejos: una está donde los ases, la segunda donde los gigantes de la escarcha, en lo que primeramente fue el Ginnungagap, la tercera está sobre el Niflheim5». Pero empecemos por la copa del majestuoso árbol. Allí se encuentra la morada de los Ases, el Asgard, además del Valhalla. Dentro del Asgard se encuentran las diferentes residencias de los dioses, ubicadas en un paisaje compuesto por montañas, ríos colinas y campos. En un sector inferior podemos ubicar la residencia de los Vanes, el Vanaheim y la de los elfos de luz, el Alveheim. Justo en la mitad del tronco se ubica la tierra de los humanos, el Mídgard, al que rodea una muralla hecha con las cejas de Ýmir y un inmenso mar donde habita la serpiente Jörmungandr, prole de Loki y la giganta Angrboda. El nexo entre este mundo y el Asgard es el puente de arcoiris, el Bifrost. En los confines de este mar se encuentran otros mundos a los que los humanos no pueden llegar: el Niflheim, reino del hielo y la bruma, el Jotunheim, tierra de los gigantes, el Muspelheim, o reino de los gigantes de fuego, y el Svartálfaheim, reino de los elfos negros que viven bajo tierra. Este último mundo también se asocia al Nidavellir, considerado el hogar de los enanos. Y por último, el mundo que se ubica en las entrañas de la base de Yggdrasill, el Hel o país de los muertos. Pero muchos más son los elementos que componen la totalidad de este mito arbóreo. En la copa del árbol se encuentra una enorme águila, y entre sus ojos un halcón llamado Vedrfólnir. La base es roída por Nidhogg y otras serpientes. El nexo de unión entre el águila y la serpiente es una ardilla llamada Ratatosk, quien sube y baja el tronco con la misión de transmitir informaciones entre los imponentes animales. El águila, por tanto, estaría asociado al cielo, así como la serpiente a la tierra. Mircea Eliade también verá en esta relación un pulso entre la luz y la oscuridad. Ellis Davidson incidirá en los antecedentes de esta asociación de animales, apuntando su importancia en el chamanismo primitivo6. También cuatro ciervos muerden las ramas y una cabra, Heidrun, mastica las bayas. De la leche de este animal brota el hidromiel que se beberá en el Valhalla7. Para ilustrar este pasaje hemos elegido un fragmento extraído de la Edda Mayor, aunque la Edda Menor también lo recoge. Y el texto dice así: «En las ramas del fresno un águila está; sabedora de mucho es ella; hay un azor –Vedrfólnir se llamaque está entre sus ojos puesto. 5

Fragmento extraído de Gylfaginnig, en STÚRLUSON, S.: Edda Menor; traducción del islandés y edición de Luis Lerate. Madrid: Alianza Editorial, 2012. p. 45. 6 ELLIS DAVIDSON, H. R.: Scandinavian mythology. Felthom: Hamlyn, 1969. p. 112. 7 Para saber más, consultar: BOYER, R.: La religion des anciens scandinaves: Yggdrasill. Paris: Payot, 1981. pp. 210-211.

Ratatosk se llama la ardilla que corre por el fresno Yggdrásil: a Nídhogg abajo llevarle debe las palabras del águila arriba. Cuatro los ciervos que, vueltos de cuello, en lo alto del árbol muerden: Dain y Dvalin, Dúneyr y Dúratror. Más sierpes anidan bajo el fresno Yggdrásil que el mico ignorante piensa: Goin y Moin –de Grafvítnir hijos-, Grábak, Grafvóllud, Ófnir y Sváfnir siempre del árbol las ramas royendo están. El fresno Yggdrásil penas soporta más que los hombres creen: muerde el ciervo arriba, sus lados se pudren, abajo lo masca Nídhogg8».

En la base de Yggdrasill el agua de la fuente de Urd mantiene al árbol libre de la sequedad y la putrefacción. Tres nornas la guardan, Urd, Verdandi y Skuld, y desde allí deciden el destino de los hombres. Cada una de estas adivinas representa un estado del tiempo: pasado, presente y futuro. También en la base encontramos la fuente de Mímir, de la que se hablará con más detenimiento en líneas posteriores. - El simbolismo del árbol cósmico Yggdrasil es un axis-mundi, un árbol que, en posición vertical, se considera el centro del cosmos y sirve como conector entre el cielo y la tierra. Es un elemento comunicador entre varios mundos. De igual modo es un símbolo de la existencia en sí misma, de la vida; es por esta razón que permanecerá en pie cuando todo lo demás sucumba. En las Eddas no se habla de la destrucción de Yggdrasill pues solo se apunta que el imponente árbol sufrirá fuertes sacudidas: «El fresno Yggdrásil, el viejo vacila; gime el gran árbol, y el ogro se suelta; tiemblan todos por la senda del Hel, que el pariente de Surt luego devora9».

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Fragmento extraído de Grímnismál, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) pp.81-82. Fragmento extraído de Völuspá, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 32.

El cataclismo provocado por el Ragnarök no duró eternamente, y es aquí, quizás, donde mejor se observe la faceta de Yggdrasill como árbol de la vida, conocido en este pasaje como Hoddmímir, que se explicará más adelante en el apartado de los bosques. Hemos querido mencionarlo ya que muchas teorías apuntan a que Hoddmímir no es un bosque en sí sino el propio Yggdrasill, donde Lif y Liftrásir, la pareja humana que repoblaría el mundo, se refugiaron del invierno eterno. De igual modo, la vida se asocia al agua e Yggdrasill está unido a la misma, como se veía reflejado en el agua de la fuente de Urd. El Yggdrasill, además de ser un axis mundi, se concibe como un árbol de sabiduría. Esta condición viene dada por la fuente de Mímir, situada en una de las raíces del gran árbol. Odín es el dios que protagoniza la búsqueda insoldable de la sabiduría. Tan arduos fueron sus esfuerzos que llegó a sacrificarse, como ahora se verá. El gigante Mímir es el guardián de la fuente de la sabiduría y Odín, deseoso de ese conocimiento, le pidió beber de esa agua. Como no hay premio sin sacrificio, el dios tuvo que ofrecer uno de sus ojos en pago por aquel sorbo: «Yo, Odín, lo sé todo, dónde guardas tu ojo: en la fuente de Mímir, gloriosa, lo tienes; hidromiel bebe Mímir cada mañana del pago de Válfod10»

Pero sin duda, el más famoso de sus sacrificios por la sabiduría es el conocimiento de la magia y el poder de las runas. Para alcanzar estos saberes Odín se ahorcó de una de las ramas de Yggdrasill, donde pendió durante nueve noches del árbol del mundo. En la Edda Mayor, más concretamente en el Hámavál, (Los dichos de Har) se recoge de la siguiente manera: «Sé que pendí nueve noches enteras del árbol que mece el viento; herido de lanza y a Odín ofrecido del árbol colgué del que nadie sabe de cuáles raíces arranca. Ni pan me tendieron ni copa alguna; fijo en lo hondo miré; las runas alcé, las gané entre gritos; caí a la tierra de nuevo11» Es por esta razón por la que algunos sacrificios en honor a Odín se llevaban a cabo a través del ahorcamiento, usando los árboles como cadalsos. En conclusión, Yggdrasil, que en los tiempos remotos existía siendo una semilla enterrada, crecerá hasta alcanzar el majestuoso grado de árbol cósmico que se regenerará una y otra vez manteniéndose alzado durante mucho tiempo.

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Fragmento extraído de Völuspá, Ibidem, pp. 28-29. Fragmento extraído de Hámavál, Ibidem, p. 57.

- ¿Con qué árbol lo podemos identificar? De manera muy generalizada el Yggdrasill se ha identificado con un fresno aunque otros árboles como el roble, la encina o el tejo también han sido propuestos para su identificación12. En la descripción que se hace en la Völuspá se describe un árbol majestuoso que siempre se mantiene verde: «Yo sé que se riega un fresno sagrado, el alto Yggdrásil, con blanco limo es eso el rocío que baja al valle; junto al pozo de Urd siempre verde se yergue13».

Según esta afirmación, y sabiendo que la especie arbórea que representa el Yggdrasill tendría que ser autóctona, podemos descartar árboles basándonos en sus características físicas pues si se mantiene siempre verde es lógico pensar que el Yggdrasill se pueda identificar con un árbol de hoja perenne. Si atendemos a esta cualidad solo el tejo quedaría como única opción mas no es una solución fácil. Adam de Bremen identifica de la misma manera a un árbol que crece al lado del templo de Upsala, el cual siempre se mantiene verde. Si atendemos a otro fragmento de la Edda Mayor, concretamente al Fjölsvinnsmál (Los dichos de Fiólsvinn), vemos que el árbol cósmico se nombra por las propiedades curativas de sus bayas: «De sus bayas tome pasadas por fuego mujer que su mal padezca: lo que dentro guardaba afuera echará por la fuerza y poder que él tiene14».

El tejo produce unas bayas negras cuya cobertura es roja. A pesar de su viva apariencia, son bastante tóxicas por lo que solamente es aprovechable esta carnosa envoltura. Su toxicidad no le exime de ser usado en la medicina tradicional, aplicándolo para tratar desajustes menstruales o como abortivo natural. Del mismo modo el fresno es famoso por sus propiedades medicinales: antinflamatorias, laxantes o diuréticas, entre otras. Como podemos ver en el fragmento anterior, son las propiedades curativas del tejo y no las del fresno las que mejor encajan en el mal femenino que se describe. Respecto al simbolismo, muchos han sido los árboles que han formado parte del culto y adoración de muchas poblaciones en la historia. El fresno goza de un carácter benévolo, es un árbol de la abundancia y además sirve como botica natural. Este árbol aparece muy asociado al agua, tanto es así que en la antigüedad clásica se le consagró al mar, los ríos y las fuentes. El fresno no retiene la energía, sino que la hace fluir; esta característica es usada en beneficio de 12

BOYER (1981) op. cit. (nota 7). Fragmento extraído de Völuspá, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 26. 14 Fragmento extraído de Fjölsvinnsmál, Ibidem, p. 171. 13

la teoría de árbol cósmico. De igual modo repele los rayos, como también se piensa del laurel, y sirve como protección contra las serpientes. Por otro lado tenemos al tejo15. Este árbol de hoja perenne se relaciona con la inmortalidad y la longevidad, precisamente por la capacidad de no perder las hojas, pero su asociación más conocida lo hace ser un icono arbóreo de la muerte, siendo uno de los árboles funerarios más conocidos en el mundo celta y clásico. Al mismo tiempo se le considera un árbol de regeneración debido a la rapidez y facilidad de rebrotar tras podas, caídas o roturas. Es muy habitual encontrar este árbol en los cementerios o junto a algún centro religioso. El tejo jugó un lugar muy relevante en la cultura celta y germánica siendo, junto al roble, uno de los principales centros de reunión donde se discutían temas jurídicos, económicos, religiosos, etc. Snorri Stúrluson recogerá en su edda prosaica la costumbre de los dioses de reunirse bajo en árbol cósmico. Y el texto nos dice así: «Entonces preguntó Gangleri: -¿Dónde está la sede y lugar sagrado de los dioses? El Alto respondió: -Se halla junto al fresno Yggdrásil; allí se reúnen los dioses en consejo cada día16». Todas estas características, tanto físicas, medicinales como simbólicas, nos hacen pensar que el Yggdrasill en realidad no es un fresno sino un tejo, que por diversos motivos (una mala traducción, un simbolismo concreto, etc.) fue relegado de su puesto de árbol cósmico. El nacimiento de los árboles La creación de Mídgard se produjo a partir de los restos del cuerpo fallecido del gigante Ýmir, asesinado por Odín, Vili y Ve. La descripción de esta escena se encuentra recogida en las Eddas, en la poética por la Völuspá y el Grímnismál, y en la prosaica por el Gylfaginnig, recogiendo las palabras de la Edda poética. «Mas los hijos de Bur sacaron el mundo, ellos crearon el Mídgard glorioso; desde el sur el sol la tierra alumbró y brotaron del suelo las plantas verdes17».

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«Con la carne de Ýmir se hizo la tierra, con su sangre la mar, con sus huesos las peñas, con sus pelos los árboles, con su cráneo el cielo18».

«Posiblemente algunas de las razones que explican este rango de árbol primordial que mereció el tejo en diferentes culturas, radicaban en aspectos como su asombrosa longevidad, la capacidad de rebrotar incesantemente aún después de caído, el follaje perenne, la dureza pétrea de su madera y su increíble elasticidad, el color rojo intenso de este material que en las heridas recientes cobra un aspecto sangrante, y su potencia letal que reside en todas sus partes salvo en la envoltura roja, carnosa y comestible de su semilla negra» Fragmento extraído de LASSO DE LA VEGA WESTENDORP, B.: “El bosque original. Las raíces del mito (alrededor del tejo sagrado)”en 10 años de estudio sobre Taxus Baccata (Tejo) y la Sierra de Tejeda. Málaga: Ceder Axarquía, 2009, pp. 152-179. p.165. 16 Fragmento extraído de Gylfaginnig, en STÚRLUSON, op. cit. (nota 5) p. 45. 17 Fragmento extraído de Völuspá, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 24. 18 Fragmento extraído de Grímnismál, Ibidem, p. 83.

Según Mircea Eliade, el asesinato de Ýmir entraría dentro de los “sacrificios de construcción19”, aquellos en los que los órganos del ser primordial sacrificado dan lugar a diversas partes del cosmos, en este caso concreto a todos los elementos que componen Mídgard. El caso de Ýmir no es aislado ya que este “sacrificio por construcción” podemos encontrarlo en otras mitologías, como la hindú, donde, curiosamente, del vello de Purusa también brotarán los árboles. La creación de los seres humanos: Ask y Embla Ya hemos visto cuál es la teoría de la creación del mundo en la mitología nórdica mas en ella no se encuentra la creación de los seres humanos. El mérito de ello hay que otorgárselo a una tríada de dioses, los cuales cambian según las fuentes: Odín, Hoenir y Lódur según la Völuspá u Odín, Vili y Ve según la Edda de Snorri Stúrluson. «Mas luego a la casa, potentes y afables, Tres ases vinieron de aquella familia; Por tierra encontraron, con poco vigor, A Ask y a Embla, faltos de suertes. Ni ánimo entonces ni genio tenían, Ni vida o palabra ni buen color: Les dio ánimo Odín, les dio Hónir el genio, Les dio Lódur palabra y el buen color20»

«Cuando los hijos de Bor iban por la orilla del mar circundante, encontraron dos troncos y tomaron aquellos troncos y con ellos hicieron al hombre. El primero le dio espíritu y vida, el segundo inteligencia y movimiento, el tercero apariencia humana, habla, oído y vista. Entonces les dieron ropas y nombres: el hombre se llamó Ask y la mujer Embla, y de ellos desciende el género humano, al que fue entregado para vivir en Mídgard21».

FIG. II: Hœnir, Lóðurr and Odin create Askr and Embla, por Lorenz Frølich 1895.

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ELIADE, M.: Lo sagrado y lo profano. Madrid: Guadarrama/Punto Omega, 1981. Fragmento extraído de Völuspá, en Edda Mayor, op.cit. (nota 4) p. 26. 21 STÚRLUSON, op. cit. (nota 5) pp. 39-40. 20

Según este mito los humanos son creados a partir de la madera de un fresno y de un olmo, de ahí los nombres: Ask y Embla. Es destacable que ambos seres se tallaron a la vez por lo que no se impone una desigualdad o sumisión inicial del uno con el otro. El árbol, pues, se presenta como elemento generador de vida. Los propios árboles en sí poseen una simbología propia aunque no tiene por qué ser compartida en todas las zonas donde crezcan. En la mentalidad escandinava el fresno goza de un carácter doble, siendo considerado benévolo por su simbolismo de árbol de la abundancia y malévolo en algunas ocasiones por considerársele un árbol siniestro. Por otra parte, el olmo es a la vez un árbol profético y funerario22.

2. Algunos árboles y arbustos y sus asociaciones Como ocurre en muchas otras mitologías, la escandinava también muestra conexiones entre el mundo vegetal y el mundo divino. Un proceso de sacralización del mundo natural dejó a algunas especies vegetales irremediablemente ligadas a algunas divinidades, como veremos a continuación. De igual modo, en este apartado queremos destacar algunos ejemplos de árboles que brillan por sí solos, como es el caso de Glásir, el árbol de oro del Valhalla. - Idun: las manzanas y la nuez La diosa Idun, esposa de Bragi, es la guardiana de las manzanas de la juventud. Los dioses se alimentan del fruto del manzano para mantenerse jóvenes y fuertes hasta el Ragnarök. Snorri Stúrluson introduce en la Edda Menor la descripción del trabajo de Idun, y el texto dice así: «Su esposa es Idun, que tiene guardadas en un arca las manzanas que los dioses deben morder cuando se ponen viejos, y entonces se vuelven todos jóvenes otra vez, y así será siempre hasta el Ocaso de los Dioses. Entonces dijo Gangleri: Veo que es de mucho valor lo que los dioses le tienen confiado a Idun para su custodia23».

FIG. III: Idun and the apples, de Doyle Penrose, 1909.

La manzana, por tanto, es un símbolo de juventud que actúa como impedimento al devenir normal del tiempo. Al relacionarse con el tiempo es normal que también se la asocie con la

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GUBERNATIS, A.: Mitología de las plantas: leyendas del mundo vegetal, Vol. II: Botánica especial; traducción de Manuel Serrat Crespo. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2002. pp. 87-88, 163-164. 23 STÚRLUSON, op.cit. (nota 5) p. 57.

muerte, aspecto que adquiere mayor relevancia en la mitología celta24. En este aspecto también cabe destacar la importancia de las manzanas en la historia de Gerd y Frey, incluida en el Skírnismál (Los dichos de Skírnir) quien viaja al Jotunheim para pretender a la giganta, a quien pretende alagar con once manzanas de oro. Como cualquier otro tesoro de los dioses, las manzanas de Idun son proclives a la ambición de los gigantes. Snorri Stúrluson nos vuelve a relatar en su Edda prosaica, más concretamente en el Skáldskaparmál (El lenguaje del arte escáldico), el rapto de Idun por el gigante Thjazi (Tiazi). Un día, Odín, Loki y Hódir salieron de viaje cruzando desiertos y montañas de donde cogieron un buey para comérselo debajo de un roble pero no tenían nada para cocinarlo. Casualidad que el gigante Tiazi se encontraba en la copa del roble transformado en águila, el cual se ofreció a cocinarlo a cambio de una parte del festín. Al ver que el águila se apartaba para sí dos de las mejores partes del buey, Loki entró en cólera y comenzó a golpear al gigante con un palo. Mala suerte para el dios que la herramienta quedara pegada en la cola del animal, el cual alzó y bajó el vuelo haciendo que los brazos de Loki sufrieran una fuerte tensión. Para librarse del sufrimiento, Loki accedió a las exigencias del gigante, que no eran más que sacar a Idun y a sus manzanas fuera de Asgard. Loki, entonces, usó sus engaños para sacar a Idun del mundo de los dioses con la excusa de comparar unas manzanas cuando, en ese momento, el gigante volvió en forma de águila y se la llevó a su morada al otro lado del mar. Sin las manzanas de la juventud los dioses se volvieron canosos y Loki, temeroso de sus amenazas, se ofreció para rescatar a Idun. Con la apariencia de halcón que Freya le había prestado, Loki convirtió a Idun en una nuez y se la llevó de vuelta a Asgard. El gigante persiguió a Loki hasta las murallas del mundo de los dioses mas allí fue asesinado por los mismos. Ellis Davidson reconocerá la nuez como un símbolo de fertilidad, apuntando los hallazgos ocasionales en tumbas de ofrendas con manzanas y nueces25. - Thor, el roble y el serbal Thor era un dios bastante popular entre los escandinavos. Adam de Bremen recoge la inscripción tallada en el templo de Uppsala, donde se dice que «Manda sobre el aire, gobierna el trueno y el relámpago, vientos y tormentas, el buen tiempo y las cosechas26». Por tanto, Thor es el dios del trueno y el relámpago por lo que su asociación vegetal se corresponde con el roble. Nigel Pennick, en su obra Celtic sacred landscapes, apunta que los robles suelen ser los árboles predilectos de los dioses del trueno puesto que atraen la actividad eléctrica a causa de la profundidad de sus raíces27. Esta asociación trueno-roble no es solo propia de Escandinavia ya que también la encontramos entre los germanos, con el dios Thunar, los eslavos con el dios Perún o los griegos con Zeus28.

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ELLIS DAVIDSON (1969) op. cit. (nota 6). p. 91. Ibidem 26 Fragmento incluido en PAGE, R. I.: Mitos nórdicos. Madrid: Akal, 2012. p. 46. 27 «Trees struck by lightning often regenerate in a shape knwon as “stag-headed”, and trees trained artificially to grow in this shape re-create the form of god-chosen trees. Because it is prone to lightning strikes, the oak was especially sacred to the sky-god». Fragmento extraído de: PENNICK, N.: Celtic Sacred Landscapes. London: Thames&Hudson, 1996. p.22. 28 GUBERNANTIS, op. cit. (nota 22). 25

Esta relación entre Thor y el roble tiene su dimensión práctica en los cultos, pues se conocen ejemplos de adoración a grandes troncos de roble, como es el caso del Irminsul de los sajones o el roble Donar de los germanos. Estos objetos de culto representaban a través de su tronco la unión entre la tierra y el cielo, al estilo del árbol cósmico. El conocimiento de estos cultos suele conocerse a través de su destrucción en los procesos de cristianización altomedievales. En el caso concreto del Irminsul, Carlomagno, en su ofensiva contra los sajones, mandó talarlo, y no solo este elemento sufrió la fiereza del emperador ya que se destruyeron árboles y bosquecillos sagrados. De igual modo ocurrió con el roble Donar, talado por el santo San Bonifacio29. En cuanto al serbal, Alexander Porteus nos cuenta la historia de por qué este árbol se conoce como “Thor’s helper”. La historia nos cuenta que Thor cruzaba el río Vimur cuando una bruja hizo que se desbordara por las orillas. En ese momento un serbal se dobló permitiendo al dios agarrarse a él para no ser arrastrado por la corriente. A causa de esta anécdota, el autor apunta que los barcos llevarían una pieza de serbal para protegerse contra las inclemencias del mar30. - Balder y el muérdago Balder es el segundo hijo de Odín y Frig. Es uno de los dioses más hermosos y ya su sola descripción lo compara con una blanca planta: «El Alto dijo: -El segundo hijo de Odín es Bálder, y hay mucho de bueno que decir sobre él; es el mejor y todos lo alaban. Es tan rubio y tan claro que da resplandor, y hay una planta que es tan blanca que por su parecido se llama “pestaña de Bálder”; es la más blanca de todas las plantas y por ella puedes juzgar cómo de claros son tanto su cabello como su cuerpo31».

La planta a la que se hace referencia en el texto, posiblemente se identifique con la especie de las matricarias, dentro de la familia de las fanerógamas, bien sea matricaria perforata o marítima. Podemos encontrar ejemplares de esta especie en toda la península escandinava, desde Noruega hasta Finlandia. Su aspecto es el de una manzanilla, poco olorosa en comparación con otras especies, con los pétalos de puro color blanco y un receptáculo de color amarillento. Si por algo es conocido este dios es por su muerte. El propio dios premoniza su muerte en un sueño y Frig, temerosa de su hijo, hace jurar a los elementos que FIG IV: Matricaria marítima. Fotografía nunca dañarán a Balder, mas uno se libra de ello: el de Jouko Lehmuskallio. muérdago. Frig deja libre a esta especie al considerarla 29

DOWDEN, K.: European paganism: The realities of Cult from Antiquity to the Middle Ages. London; New York, Routledge, 2000. pp. 66-77. 30 PORTEUS, A.: The forest in folklore and mythology. Mineola, New York: Dover Publications, INC., 2002. p. 217. 31 STÚRLUSON, op. cit. (nota 5) pp. 53-54.

inofensiva debido a su corta edad. Para celebrarlo, los dioses comenzaron a lanzarle cosas a Balder y. al ver que nada lo hería, Loki se transformó en mujer y fue a preguntar a Frig si hubo algún elemento que quedó libre del juramento. Snorri lo recoge así: «Entonces dijo Frig: «Ni las armas ni la madera pueden dañar a Bálder» Entonces preguntó la mujer: «¿Todas las cosas han prestado juramento de respetar a Bálder?» Entonces respondió Frig: «Un tallo hay que crece al oeste del Valhalla y que se llama muérdago; éste me pareció muy joven para exigirle juramento»32».

Con esta información Loki corrió presto a cortar un tallo de muérdago que entregó a Hod, el dios ciego. Al encuentro del tallo con el cuerpo del joven dios, este cayó muerto. Ante esta desgracia, los dioses mandaron mensajeros por todo el mundo para que lloraran la pérdida de Balder y así este pudiera retornar del Hel. Esta parte es muy interesante ya que se otorgan a los elementos cualidades humanas: (…) «y así lo hicieron todos los hombres y demás seres vivos, y la tierra y las piedras y los árboles y todos los metales; y seguramente has visto tú cómo lloran estas cosas cuando pasan de la escarcha al fuego33».

En el año 1862 se publicó la obra de Xavier-Boniface Saintine, La mythologie du Rhin. Este dramaturgo francés recogió historias de las mitologías celtas, germánicas y escandinavas en prosa, permitiéndose alguna que otra licencia. En el apartado en el que cuenta la muerte de Balder introduce un curioso pasaje donde, después de haber muerto el dios, Frig recorre el mundo rogando a los elementos que lloren la muerte de su hijo. Aquí el autor crea un paisaje boscoso situado al este de Mídgard, al que llama “La Forêt aux arbres du fer34”, donde sitúa la morada de la bruja Tok (que en realidad es Loki disfrazado). En el texto de Snorri la morada de la bruja se situaría en una cueva y no en un bosque, de igual modo que serán los mensajeros quienes rueguen el lloro a los elementos y no solo la diosa Frig. - Glásir, el árbol de oro Glásir es el árbol que guarda las puertas del Valhalla, preciado final para los guerreros. Su altura y fulgor dorado anticipan las recompensas que dentro esperan a los guerreros recién llegados. Uno de los simbolismos del oro es la inmortalidad35 por lo que este árbol áureo puede actuar como elemento de paso entre una vida mortal y una inmortal. Es Snorri Stúrluson quien nos habla de Glásir en su Edda prosaica, concretamente en el Skáldskaparmál (El lenguaje del arte escáldico). Y el texto dice así:

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STÚRLUSON, op. cit. (nota 5) p. 85. Ibidem, p. 88. 34 SAINTINE, X. B.: La Mythologie du Rhin. París, Librairie de L. Hachatte y C, 1862. Versiones digitalizadas disponibles tanto en Google Books como en la Biblioteca Nacional de Francia. 35 CHEVALIER, C. (dir.): Diccionario de los símbolos. Barcelona, Herder, 2007. p. 784. 33

«-¿Por qué se le llama al oro las agujas de Glásir? -En el Ásgard se alza ante la puerta del Valhalla un gran árbol que se llama Glásir, y todas sus hojas son de rojo oro, como aquí se dice: Con sus hojas doradas Glásir se eleva Ante el lar del Señor de las Victorias. Es el árbol más hermoso que tienen los dioses y los hombres36». Jacob Grimm también recogerá a Glásir en el primer volumen de su Teutonic Mythology, donde lo interpreta como un bosquecillo sagrado a las afueras del Valhalla, llamado Glasislundr. Allí un pajarillo posado en las ramas demandará sacrificios37.

- Otras supersticiones y asociaciones en torno a los árboles y los arbustos Muchas son las supersticiones que la tradición germánica ha dejado a la cultura popular aunque no podemos verificar su aplicación en la Escandinavia medieval. Es aquí donde entran en juego los pequeños seres elementales que posteriormente se dirá que habitan en algunos árboles, como el abeto, el sauco o el abedul38. Una de las plantas que si podemos asociar con seguridad a una divinidad nórdica es la Polygala Vulgaris, también conocida como “Cabello de Freya”. Sus flores pueden ser de color violáceo, azulado o blanco y crece en las praderas y los linderos de los bosques. La leyenda cuenta que esta planta nació de la leche que la diosa dejó caer a la tierra39. Con la llegada del cristianismo la Virgen María sustituyó a la diosa nórdica como creadora de esta planta. También relacionada con la leche nos encontramos con el Galium FIG. V: Polygala Vulgaris, Verum, al que comúnmente se fotografía de Erlend conoce como “cuajaleches”. Esta Bjørtvedt planta estaba asociada a la diosa Frig. Esto no debe extrañarnos pues, debido a la similitud entre esta diosa y la anterior, parece lógico que sus asociaciones vegetales también compartan simbolismo. A diferencia de la Polygala Vulgaris, el Galium Verum tiene sus flores de color amarillento. Puesto que esta planta tiene propiedades sedantes y Frig se asociaba a la fertilidad, es probable que su aplicación se llevara a cabo en los partos40.

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FIG. VI: Gallium Verum, fotografía de Eleanor Saulys, 2001.

STÚRLUSON, op.cit. (nota 5) p. 146. PORTEUS, op. cit. (nota 30) p. 80. 38 GUBERNANTIS, op. cit. (nota 22). 39 Ibidem, p. 179. 40 ELLIS DAVIDSON, H.: Roles of the Northern Goddess. Taylor & Francis e-Library, 2001. pp 154-155. 37

3. Los bosques mitológicos Tor dijo: «Dime, oh Alvis -conoces tú bien, Enano, las suertes todascuál como nombre se da en cada mundo al bosque crecido en la tierra.» Alvis dijo: «Bosque los hombres, crin del llano los dioses, algas del monte en el Hel, el que arde los ogros, bien ramado los elfos, las varas lo llaman los vanes41.» En los textos mitológicos se intuyen estos paisajes mas no se suelen representar de una manera minuciosa ya que, a pesar de que las masas boscosas ocupan una gran parte del paisaje escandinavo, se suele conceder mayor importancia a otros espacios, como por ejemplo el mar. Que su descripción no sea exhaustiva no significa que no aparezcan, como bien veremos a continuación, y cada ejemplo funcionará con una simbología determinada. Normalmente este espacio no funciona como una sola unidad sino que se asocia a otros elementos, bien sean naturales, como el río, la niebla, la montaña, o artificiales, como el puente; como bien apunta Patch: «En los documentos germanos la oscuridad, el bosque desolado, el río y el puente aparecen como elementos familiares y en entera armonía42». Como es lógico pensar, la apariencia de los bosques mitológicos escandinavos no diferiría del entorno real de las poblaciones que crearon estos mitos. Noruega, por ejemplo, cuenta con un alto porcentaje forestal, distinguiendo en el mismo tres tipos de vegetación según la zona donde se encuentren: bosques sureños caducifolios, bosque de coníferas y bosques de abedules43. Los bosques caducifolios son bastante frondosos y necesitan del calor para poder florecer por lo que su ubicación se encuentra al sur. En ellos podemos encontrar especies tan conocidas en la mitología como la encina, el fresno o el serbal. El bosque de abetos es quizás el mejor ejemplo para ubicar los relatos mitológicos, puesto que la majestuosidad con la que crece esta conífera dota de profundidad y frondosidad a la espesura. Estas condiciones también pueden aplicarse al bosque sueco donde la foresta, al igual que ocurría en Noruega, ocupa un gran porcentaje de territorio. Los bosques se componen de una vegetación caducifolia y mixta al sur y de coníferas

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Fragmento extraído de Alvíssmál, en la Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 140. PATCH, H. R.: El otro mundo en la literatura medieval. México, Madrid, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1983. p. 82. 43 Información extraída de: La geografía, flora y fauna de Noruega. Versión digital disponible en: http://www.noruega.org.ar/PageFiles/663112/Geograf%C3%ADa,%20flora%20y%20fauna%20de%20No ruega.pdf (Consultado en 09-04-2015) 42

al norte. De igual modo, el paisaje de ambos territorios se completa con las montañas y la fría tundra, donde la vegetación es escasa debido a las bajas temperaturas. Como todos los demás espacios naturales, el bosque goza de una simbología propia. Las forestas que se nos describen en los textos mitológicos llevan impresas en su apariencia el carácter catastrofista de la religión escandinava. Son selvas oscuras, tupidas e imponentes que actúan, o bien como hogar de fieras o bien como frontera. Este último papel lo seguimos viendo en algunas sagas posteriores a las Eddas, como la Saga de Ólaf Tryggvasson, donde doce mujeres vestidas de rojo, encabezadas por Ingerborg, hija de Gudmund de las Llanuras Resplandecientes44, salen del bosque. La forma de nombrar a los bosques difiere, como hemos visto en el fragmento introductorio extraído del Alvíssmál. Estos espacios aparecen nombrados por su nombre propio, sin determinar o con un nombre metafórico, es así que podemos encontrar al bosque nombrado como “antro del lobo”. Para ejemplificar cómo funcionan estos espacios en el relato mitológico hemos acudido a las Eddas, tanto la poética como la prosaica, destacando tres ejemplos en los que se hace mayor hincapié. - El Bosque de Hierro (Járnviðr) El Bosque de Hierro o Járnviðr es el prototipo de hogar de las fieras. Aparece mencionado tanto en la Edda poética como en la prosaica, más concretamente en la Völuspá o Visión de la Adivina. Y el texto dice así: «Al este la vieja, en el Bosque de Hierro, «Al este del Mídgard vive una ogresa en un pariendo estaba hermanos de Fénrir; bosque que se llama el Bosque de Hierro; en uno entre todos un día será aquel bosque habitan las llamadas brujas del quien en forma de monstruo a la luna Bosque de Hierro. La vieja ogresa pare allí devore45.» muchos hijos de gigantes y todos con apariencia de lobo46.»

FIG. VII: Giganta alimentando lobos. Ilustración de Lorenz Frølich perteneciente a la Völuspá de Den ældre Eddas Gudesange de Karl Gjellerup, de 1895.

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PATCH, op.cit. (nota 42) p. 77. Fragmento extraído de Völuspá, en Edda Mayor, op.cit. (nota 4) p. 31. 46 Fragmento extraído de Gylfaginning, en STÚRLUSON, op.cit. (nota 5) p. 42. 45

Como puede comprobarse, la descripción dota a este bosque de una apariencia oscura y peligrosa. No es solo el hogar de las brujas y los lobos sino que ejerce de útero del que nacen estas fieras criaturas. La “vieja” o la “ogresa”, como bien apunta el texto, hacen referencia a la giganta Angrboda, la esposa de Loki, con la que engendra al lobo Fénrir. ¿Dónde se ubicaría este bosque? Snorri Stúrluson, en la Edda Menor, lo ubica al Este de Mídgard. Establecer una geografía del mundo mitológico nórdico es una tarea ardua ya que en muchas ocasiones la localización de los lugares llega a ser contradictoria y en otras ni siquiera se menciona. Basándonos en las descripciones de las Eddas podemos decir que el Bosque de Hierro se encuentra en un extremo del mismo Mídgard, y no fuera, ya que la función de esta arboleda no es fronteriza como sí lo será la siguiente. El Mýrkvid (Myrkviðr) Literalmente “Bosque oscuro”. Este es quizás el bosque más destacado de los que se mencionan en las Eddas. No aparece descrito de una manera exhaustiva pero su papel es claro: Myrkviðr es un paso fronterizo. Su ubicación mitológica se puede encontrar separando el Múspell, el mundo de los gigantes de fuego, del Ásgard, el hogar de los dioses. De nuevo volvemos a encontrarnos con el inconveniente de la geografía pues, siguiendo la organización clásica, entre el Ásgard y el Múspell habría otros mundos, por lo que sería más lógico que al otro lado de la frontera boscosa se encontrara el Mídgard. Una de las razones por las que se hace esta separación se debe a lo que ocurrirá en el Ragnarök ya que en ese momento los gigantes, capitaneados por Surt, partirán del Múspell hacia el mundo de los dioses para consumirlo en llamas, y para ello deberán atravesar este oscuro bosque. Pero no solo encontramos el Mýrkvid en el plano mitológico sino que aparecerá situado en Mídgard según algunas sagas, como la Saga de Hervor que lo ubica en la actual zona del Mar de Azog. Aparece mencionado como Mirkwood en el pasaje que cuenta el enfrentamiento entre los godos y los hunos. Y el texto dice así: When this army had assembled, they rode through that forest called Mirkwood which separates Hunland and Gothland. And when they came out of the forest, there before them were large settlements and flat plains, and on the plains stood a fine-looking fortress47.

Este fragmento también aparece en la Atlakviða (El Cantar de Atli), situando de nuevo este bosque en Mídgard. Y el texto dice así: «Por montañas prestos fueron los héroes, por el Mýrkvid ignoto, en corcel muerde-freno; de los hunos la tierra tembló yendo por ella los bravos, forzaron por verdes llanos a aquellos que temen la fusta48».

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Fragmento extraído de La Saga de Hervor, Cap. XIII: “Hlod and Humli Gathered their Forces”. Versión digital disponible en: http://www.oe.eclipse.co.uk/nom/Hervor.htm (Consultado el 09-04-2015). 48 Fragmento extraído de Atlakviða, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 311.

Volviendo al plano puramente mitológico, podemos encontrar menciones al Mýrkvid en la Edda Mayor o Edda poética, más concretamente en los pasajes Lokasenna (Los Escarnios de Loki), Völundarkviða (El Cantar de Vólund), Helgakviða Hundingsbana in fyrri (Cantar primero de Helgi el matador de Húnding) y Atlakviða (El Cantar de Atli). Para ilustrar su papel en los relatos usaremos fragmentos únicamente del Lokasenna y la Völundarkviða, al ser los más representativos. Comenzaremos, pues, por su papel en Los Escarnios de Loki, donde el texto dice así: «Con oro compraste a la hija de Gýmir, También tu espada la diste; cuando el Mýrkvid crucen los hijos del Múspel, a ver con qué luchas, bellaco49».

Este pasaje hace referencia a lo anteriormente mencionado, el Ragnarök. En este debacle final los gigantes de fuego cruzarán el “Bosque Oscuro” para prender el mundo de llamas. El siguiente relato es muy interesante. En El Cantar de Vólund, el bosque de Mýrkvid aparece de nuevo con paso fronterizo, mas en este caso no son los gigantes quienes lo atraviesan sino las “doncellas que rigen las suertes”. El texto nos las presenta así: «Por el Mýrkvid volando sabias doncellas vinieron del sur a regir las suertes; descanso se dieron las mozas sureñas a orillas del lago; hilaban buen lino. (…) Siete los años que entonces pasaron mas luego al octavo añoranza les vino, al bosque, el oscuro, las sabias doncellas quisieron tornar a regir las suertes50».

El editor de nuestra edición, Luis Lerate, apunta que el Mýrkvid de este pasaje se sitúa en Mídgard y es usado como frontera de los territorios de los germanos. En cuanto a las doncellas, es innegable su relación con lo que posteriormente se conocerá como mundo féerico, cuyos límites delimitará el medio acuoso. En este contexto podemos asociar estas doncellas a la figura de la valquiria aunque su papel de tejedoras y regidoras de suertes se acerque más a la figura de las nornas. Con todos estos ejemplos podemos concluir otorgando al bosque de Mýrkvid la denominación de paso fronterizo movible, pudiendo situarse tanto fuera como dentro de Mídgard.

49 50

Fragmento extraído de Lokasenna, Ibidem, p. 124. Fragmento extraído de Völundarkviða, Ibidem, p. 186.

Como curiosidad queremos destacar la pervivencia de este bosque en la obra de Tolkien quien, buen conocedor de la mitología nórdica, recuperó Mýrkvid para su libro de El Hobbit. Sin apenas cambiar su denominación aparece nombrado como Mirkwood, el cual se tradujo al castellano como El Bosque Negro. Su apariencia y esencia se mantiene pues se le describe como un bosque tupido, oscuro y enfermo. El Bosque de Hoddmímir El Ragnarök cubrirá los mundos de llamas, pero no será eterno. La regeneración de ciclos es un continuo en la mitología nórdica por lo que el mundo no se mantendrá destruido eternamente sino que volverá a regenerarse; es en este punto donde entra en escena Hoddmímir, el cual servirá como refugio durante “el invierno eterno”. Este relato lo encontramos tanto en la Edda poética como en la prosaica: «Lif y Liftrásir, que ellos refugio en el bosque hallarán de Hoddmímir; el rocío del alba tendrán de alimento, nacerá nueva gente de ellos51».

«Pero en el llamado bosque de Hoddmímir se estuvieron escondiendo una pareja de humanos, que así escaparon a las llamas de Surt; se llaman Lif y Liftrásir, y lo que comían era el rocío de la mañana. Esta pareja tendrá luego tanta descendencia que toda la tierra volverá a poblarse52».

El refugio de Lif y Liftrásir aparece como bosque mas no está del todo claro que así sea. La teoría más generalizada identifica el refugio de esta pareja con el Yggdrasil, bien sea el propio árbol en sí o algún lugar potencialmente vinculado a él.

Además de estos tres ejemplos representativos, encontramos más ejemplares dentro de las Eddas. En la Edda Mayor, más concretamente en el Grímnismál (Los Dichos de Grímnir), encontramos nombrados los bosques en los que habita Vídar53 o el Valle de Tejos (Ydálir) donde mora Ull. En este mismo relato se presenta al bosque como el horizonte donde se esconde, el Sol y la Luna. El texto dice así: «Va el lobo Skol hasta el bosque y refugio Delante del dios cariblanco; Delante va Hati –de Hrodvítnir hijo-

51

Fragmento extraído de Vafprúðnismál, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p. 71. Fragmento extraído de Gylfaginning, en STÚRLUSON, op. cit. (nota 5) p. 96. 53 El siguiente fragmento pertenece al pasaje del Bosque de Vidar, incluido en el Grímnismál, Edda Mayor, op.cit. (nota 4) p. 79. «En zarzas abundan y en altas hierbas los bosques que Vídar habita: allá su caballo el hijo desmonta y bravo a su padre venga». 52

De la fúlgida novia del cielo54».

4. ¿Existe relación entre la vegetación mitológica y la religiosidad de las poblaciones escandinavas? La respuesta es sí ya que no se puede separar la religión de la vida cotidiana de las poblaciones nórdicas y menos aún intentar comprenderla sin el entorno que las rodea. El bosque en general y los árboles en particular forman una parte muy importante en la vida de los vikingos siendo la primera una razón meramente práctica pues el bosque sirve como rica fuente de recursos, principalmente madera, caza y frutos. La segunda razón, y no menos importante es la unión simbólica entre los nórdicos y algunas especies vegetales a las cuales se ha dotado de un carácter curativo, religioso o simbólico. En cuanto a los árboles, en las Eddas se pueden encontrar numerosos ejemplos en los que se usa el nombre de un árbol para denominar a un objeto o ser humano, ya sea femenino o masculino: se conocen diversos kenningar donde a la mujer puede llamársele bosque, hato, puntal, apoyo, abedul o tilo; y al hombre, árbol, tronco, soto, pino, fresno, arce, abeto, poste, mato o manzano55. Ya hablamos anteriormente de Thor y su relación con el roble; puesto el culto al dios del trueno era uno de los más extendidos no nos ha de extrañar encontrar reminiscencias en los textos de adoración a troncos de roble entre los pueblos germánicos, como el Irminsul de los sajones o el roble de Donar. Enlazando con la sacralización de la vegetación, no podemos terminar este apartado sin hacer mención al bosque sagrado. Antes de la construcción de los templos la adoración se llevaba a cabo en la propia naturaleza convirtiendo a los mismos árboles y piedras en altares56, costumbres que Tácito deja recogidas en su Germania57 Aun así, esta conexión entre religiosidad y naturaleza no se perdió con la construcción de templos ya que cerca de los mismos se conservaba un bosquecillo o un árbol sagrado. Buen ejemplo de ello lo encontramos en la descripción que Adam de Bremen hizo sobre el templo de Uppsala donde describió los blòts o “sacrificios de sangre” donde los cuerpos de los sacrificados, tanto animales como humanos, se colgaban de los árboles del bosquecillo sagrado. Régis Boyer lo recoge de la siguiente manera: «Y este bosquecillo es de tal manera sagrado a ojos de estos paganos, que tienen por divino cada uno de sus árboles a causa de la muerte o la putrefacción de las víctimas58».

54

Fragmento extraído de Grímnismál, Edda Mayor, op.cit. (nota 4) pp. 82-83. STÚRLUSON, op.cit. (nota 5) p. 169. 56 BERNÁRDEZ, E.: Los mitos germánicos. Madrid: Alianza Editorial, 2002. 57 «Piensan que no es decente a la majestad de los dioses tenerlos encerrados entre paredes o darles figura humana. Consagran muchas selvas y bosques, y de los nombres de los dioses llaman aquellos lugares secretos, que miran solamente con veneración» Fragmento extraído de TÁCITO: Germania, Cap. IX. Versión digital disponible en: http://www.biblioteca.org.ar/libros/155267.pdf Consultado 09-04-2015) 58 Fragmento extraído de: BOYER, R.: La vida cotidiana de los vikingos (800-1050). Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2000. p. 184. 55

FIG. VIII: Fotograma de la serie Vikings, de History Channel. Temporada 1, Cap. 8: Sacrifice. En esta escena se intenta recrear el santuario de Uppsala tras los sacrificios de sangre. Podemos ver colgados de los árboles los cadáveres de animales sacrificados.

De igual modo, y como ocurría en las poblaciones celtas, era costumbre tratar los asuntos jurídicos, económicos y sociales bajo la sombra de los árboles, lo que se conoce como þing. Régis Boyer apunta la relación entre estas asambleas y los lugares de culto al aire libre (vé). Por último queremos poner de manifiesto el simbolismo del bosque como lugar de exilio. Como ocurrirá durante toda la Edad Media occidental, el bosque, en su múltiple simbolismo, se presentará como estandarte del mundo no civilizado donde todos aquellos individuos expulsados de sus núcleos poblacionales podrían encontrar refugio. En el ámbito vikingo el bosque (skògr) era “el antro de lobo”, es por ello que a los exiliados se les conocía por esta denominación, lobo. Los individuos desterrados a la foresta sufrían un proceso de deshumanización; al perder su derecho a vivir entre los humanos, adquieren una condición animal59. De esta conducta también nos informan las Eddas, más concretamente en un pasaje de la Edda poética, el Helgakvida Hundingsbana önor (Cantar segundo de Helgi el matador de Húnding): «Pagarías entonces la muerte de Helgi, si tú por los bosques lobo te vieras, tus bienes quitados, sin gozo alguno, de sólo carroña que allí te hartarás60».

5. Conclusión Que el espacio y los elementos que lo conforman han influido en gran manera sobre la mentalidad de las poblaciones es algo innegable. La vida en la Escandinavia pagana se regía por los ciclos naturales, lo que otorgaba al devenir de sus días un carácter regenerativo, donde todo

59 60

BOYER (2000), op. cit. (nota 57). Fragmento extraído de Helgakvida Hundingsbana önor, en Edda Mayor, op. cit. (nota 4) p.223.

moría y volvía a nacer ¿Quién, entonces, mejor que un árbol para ilustrar esta regeneración de ciclos? Los árboles formaban un aparte muy importante de la vida diaria, ofreciendo sus frutos y madera como preciados recursos en un clima hostil. Es lógico pensar, entonces, que de igual modo ocuparan un lugar de honor en su religiosidad pues si gozan de simbolismo en el mundo humano, ¿cómo no iban a conservarlo en el mundo espiritual? De igual modo, las hierbas participaban de esta sacralización. Se venera e idealiza lo que se ve, el entorno que se conoce y donde se vive. A lo largo de estas páginas hemos podido comprobar cómo el reino vegetal no sirve simplemente como elemento de cálculo económico o dietético sino que sus hojas y ramas aportan mucha información sobre la estructura mental de las poblaciones y nos permiten comprender el uso y nombre de ciertas hierbas y árboles o el carácter implícito que ha acompañado, y acompaña aun en nuestros días, a algunos espacios naturales.

6. Bibliografía BERNÁRDEZ, E.: Los mitos germánicos. Madrid: Alianza Editorial, 2002. BOYER, R.: La religion des anciens scandinaves: Yggdrasill. Paris: Payot, 1981. --------------- La vida cotidiana de los vikingos (800-1050). Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2000. CHEVALIER, C. (dir.): Diccionario de los símbolos. Barcelona, Herder, 2007. DOWDEN, K.: European paganism: The realities of Cult from Antiquity to the Middle Ages. London; New York, Routledge, 2000. DUMÉZIL. G: Los dioses de los germanos. Madrid: Siglo XXI editores, 1973. Edda Mayor: traducción del islandés y edición de Luis Lerate. Madrid: Alianza Editorial, 2012. ELIADE, M.: Historia de las Religiones. Barcelona: Círculo de lectores, 1990. ---------------- Lo sagrado y lo profano. Madrid: Guadarrama/Punto Omega, 1981. ELLIS DAVIDSON, H.R.: Myths and Symbols in Pagan Europe: Early Scandinavian and Celtic Religions. Syracuse: Syracuse University Press, 1988. --------------------------------- Roles of the Northern Goddess. Taylor & Francis e-Library, 2001. --------------------------------- Scandinavian mythology. Felthom: Hamlyn, 1969. GUBERNATIS, A.: Mitología de las plantas: leyendas del mundo vegetal, Vol. II: Botánica especial; traducción de Manuel Serrat Crespo. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 2002 HAGEN, S.E.: “The origin and meaning of the name Yggdrasill” en Modern Philology, Vol. I, nº 1, jun. 1903. LASSO DE LA VEGA WESTENDORP, B.: “El bosque original. Las raíces del mito (alrededor del tejo sagrado)”en 10 años de estudio sobre Taxus Baccata (Tejo) y la Sierra de Tejeda. Málaga: Ceder Axarquía, 2009, pp. 152-179. PAGE, R. I.: Mitos nórdicos. Madrid: Akal, 2012. PATCH, H. R.: El otro mundo en la literatura medieval. México, Madrid, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1983. PORTEUS, A.: The forest in folklore and mythology. Mineola, New York: Dover Publications, INC., 2002.

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- Fuente de las imágenes: Fig. 1. Yggdrasill, Manuscrito islandés, AM 738 4to, del s. XVII, actualmente conservado en el Árni Magnússon Institute. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/02/AM_738_4to_Yggdrasill.png/2 20px-AM_738_4to_Yggdrasill.png Fig. 2. Hœnir, Lóðurr and Odin create Askr and Embla, por Lorenz Frølich 1895. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e0/Odin%2C_Lodur%2C_Hoenir_skabe_A sk_og_Embla_by_Fr%C3%B8lich.jpg Fig. 3. Idun and the apples, de Doyle Penrose, http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f2/Idun_and_the_Apples.jpg Fig. 4. Matricaria marítima. Fotografía http://www.luontoportti.com/suomi/images/2360.jpg

de

Jouko

Fig. 5. Polygala Vulgaris, fotografía de Erlend http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/5f/Polygala_vulgaris_01.jpg

1909.

Lehmuskallio. Bjørtvedt.

Fig. 6. Gallium Verum, fotografía de Eleanor Saulys, 2001. http://www.ct-botanical-society.org/galleries/pics_g/galiumveru_fl.jpg Fig. 7. Giganta alimentando lobos. Ilustración de Lorenz Frølich perteneciente a la Völuspá de Den ældre Eddas Gudesange de Karl Gjellerup, de 1895. http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/db/J%C3%A1rnvi%C3%B0r_and_Eggth%C 3%A9r_by_Fr%C3%B8lich.jpg Fig. 8. Fotograma de la serie Vikings, de History Channel. Temporada 1, Cap. 8: Sacrifice.

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