Luchas simbólicas por el espacio público

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Descripción

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OPINIÓN

Miércoles 19.08.15 EL COMERCIO

Luchas simbólicas por el espacio público

EDITORIALES

Los límites laborales La Justicia vuelve a inclinar su balanza del lado de los trabajadores en contra de una Reforma Laboral que se diseñó para hacer frente a la crisis El Tribunal Supremo ha ratificado la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de anular el acuerdo al que una determinada empresa había llegado con sus trabajadores, que consistía en rebajar con efectos retroactivos los derechos laborales –en materia de jornada y salario– que se les reconocía en el convenio colectivo del sector. Entiende el Tribunal que, aunque la Reforma Laboral que entró en vigor en julio de 2012 no especifique que la retroactividad no es aplicable, ello se desprende del contexto de la ley y de la propia Constitución, concretamente del artículo 9.3 de la Carta Magna, que establece la irretroactividad de las disposiciones no favorables o restrictivas de derechos. En definitiva, el Supremo ha dado la razón al tribunal madrileño, ante el que presentaron demanda de conflicto colectivo UGT y Comisiones Obreras, que anuló el referido acuerdo alcanzado con los trabajadores en detrimento abusivo de sus intereses. La última reforma laboral, promulgada cuando la crisis económica era más profunda, araña los límites de los derechos laborales protegidos constitucionalmente, incluida la negociación colectiva, que es uno de los fundamentos del pacto social que rige en nuestras democracias basadas en la economía de mercado. Es por ello muy positivo que el Poder Judicial, por medio del máximo órgano jurisdiccional, tutele con esmero tales límites. De hecho, ésta no es la primera vez que la Justicia modula la reforma laboral: se han desestimado numerosos ERE de empresas por dudas sobre las pérdidas que éstas acreditaban; se ha relativizado el fin de la ultraactividad; se han disparado las indemnizaciones de los trabajadores más antiguos; se ha modulado la reducción de jornada; se ha puesto en entredicho el año de prueba que introduce la reforma para apoyo al emprendedor, etcétera. Es probable que, tras las elecciones generales, se revisen algunos aspectos de la reforma laboral para acomodarlos a la nueva coyuntura, menos exigente; de cualquier modo, es conveniente que el sistema de relaciones laborales regrese al ámbito de la negociación social, previo fortalecimiento de los interlocutores sociales, muy golpeados por la crisis y necesitados de una completa puesta al día que los redima de los pasados y graves episodios de corrupción que tanta mella han hecho en su credibilidad.

Lista única y desunida La confección de una lista única de fuerzas independentistas negociada por CDC, ERC y las entidades sociales Ómnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana, en la que figuran personalidades relevantes de la sociedad civil –Mas va en cuarta posición, Junqueras en quinta, y que está encabezada por el izquierdista Raül Romeva, exeurodiputado de ICV–, está siendo de una conflictividad escandalosa, porque con las llamadas elecciones plebiscitarias se está desfigurando la propia institución electoral, en la que los actores constitucionales que compiten deben ser los partidos políticos y no otra cosa. La pugna por el liderazgo si la lista ganase las elecciones, lanzada por Romeva al relativizar la posibilidad de que sea Mas el elegido, no hace más que ocultar la evidencia de que, a posteriori de la consulta, tal mayoría estaría formada por un totum revolutum ideológico, sin programa posible, y por lo tanto sin pautas de gobierno. Una verdadera afrenta a una ciudadanía que exige de sus instituciones y de las personas que las ocupan una gestión cab al del pluralismo, una eficiencia razonable de los servicios públicos y una seguridad jurídica sin fisuras. No es, pues, extraño que las fuerzas que compiten con la lista única la califiquen de esperpento, temiendo sin duda que el daño que este espectáculo cause a las instituciones sea muy difícil de reparar.

DIARIO DECANO DE LA PRENSA ASTURIANA EDITA EL COMERCIO, S.A. Siglo II. Año XXXVII. Número 12841 Director General

Director

Julio Maese Guisasola

Íñigo Noriega Gómez

Director gerente Goyo Ezama Meabe Publicidad: CM Asturias Gerente Julio Valle Ruiz

Subdirector Ángel M. González Bermúdez, jefe de Información Jefes de Edición Marcelino Gutiérrez y María de Álvaro Adjuntos a la Dirección Rubén Espiniella y Andrés Presedo

Jefe de Redacción de LA VOZ DE AVILÉS José María Urbano Jefes de Área Leticia Álvarez (GIJÓN Y ASTURIAS), José Javier Rodríguez Medina (POLÍTICA Y ECONOMÍA), Carlos Prieto (FIN DE SEMANA), Daniel Fernández (DEPORTES) y José Simal Ordás (FOTOGRAFÍA) Subjefes de Área Cristina Tuero, Laura Mayordomo, José Manuel García Len y Adrián Ausín (GIJÓN Y ASTURIAS), Octavio Villa (POLÍTICA Y ECONOMÍA), Miguel Rojo (CULTURA Y SOCIEDAD), Eduardo Alonso (DEPORTES) y Noelia Erausquin (INTERNET) Jefe de Redacción de Oviedo Paz de Alvear

SERGIO SÁNCHEZ COLLANTES

PROFESOR E INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE BURGOS

La retirada del busto de Juan Carlos I, para quienes la ordenan, tiene una lectura manifiesta que rebasa lo puramente estético

L

a decisión de quitar el busto de Juan Carlos 1875, según consta en los libros municipales, se acordó I que presidía el salón de plenos de Barcelo- retirar «inmediatamente» del salón de plenos «la lápida na ha causado gran revuelo mediático, igual conmemorativa de la proclamación de la República, así que otras medidas equivalentes adoptadas como también cuantos atributos de dicha forma de goen lugares como Zaragoza o Cádiz. Sin en- bierno existan en los edificios oficiales». En su lugar, detrar a valorar lo que alegan partidarios y de- bía colocarse «el retrato de S. M. el Rey Don Alfonso 12º tractores ni lo que establece la legislación vigente, lo cier- y en el sillón presidencial la corona real que indebidamento es que estas batallas en el terreno de lo simbólico for- te se cortó del mismo». También en el callejero se dio la man parte de nuestra historia desde el mismo surgimien- acostumbrada muda simbólica y, por ejemplo, el nombre to de la política moderna. Así que la villa de Gijón no per- del monarca Alfonso XII fue adoptado por el paseo de Bemaneció ajena a estos vaivenes característicos de todos goña, un lugar que Rafael María de Labra definió aquelos países en los que se produjeron revoluciones libera- llos días como «pedregoso y triste» y en el que fijaron su les o democráticas y reacciones de oposición a ellas. residencia personalidades tan ilustres como la escritora En tiempos de la Constitución de 1812, los homena- Concepción Arenal. jes al orden constitucional también se dieron en el plano El siguiente remozamiento a gran escala de la toponisimbólico. Las propias Cortes de Cádiz, que pretendían mia urbana llegó en 1931, tras proclamarse la II Repúbli«fijar por todos los medios posibles en la memoria de los ca el 14 de abril. Los grandes referentes históricos de las españoles la feliz época de la promulgación», ordenaron culturas políticas democráticas inundaron las ciudades en un decreto que la plaza principal de todos los pueblos españolas. En Gijón, por ejemplo, surgieron en pocas sede España se llamase en lo sucesivo «plaza de la Consti- manas la plaza de la República, la avenida de Rosario de tución» y que se colocase en ella una lápida indicativa. Acuña y las calles –entre otros– de Pablo Iglesias, FranOcurrió de nuevo en 1820, después de triunfar el levan- cisco Ferrer, Blasco Ibáñez, Leopoldo Alas o Ángel García tamiento de Riego y volver a proclamarse ese texto fun- Hernández, capitán que había engrosado el martirologio damental. Al restablecerse el absolutismo en 1823, como republicano tras ser fusilado por sublevarse en Jaca en en 1814, esas lápidas fueron arrancadas con la misma saña 1930; igual que Fermín Galán, a quien se consagró la acque inspiró la persecución de los liberatual plaza del Carmen. En junio de 1932, les, mientras las funciones de desagrael nomenclátor homenajeó a liberales vio sustituían a las procesiones cívicas. de primera hora como el general TorriLos impulsos progresistas volvieron jos, ejecutado en 1831; socialistas tan a latir en 1836, 1840 y 1854, acompañaemblemáticos como Carlos Marx; repudos de las correspondientes mudanzas blicanos históricos como Nicolás Salmesimbólicas en las calles, las plazas y los rón, Emilio Castelar o Estanislao Figueedificios institucionales. Como obserras; otros que habían defendido esas vó Julio Somoza, «si por animosidad poideas en la ciudad, como Felipe Valdés, lítica se borran los letreros, por igual moAtanasio Menéndez o Fermín Suárez; tivo se restablecen». Pero fue sobre todo y nombres vinculados al régimen ena raíz del estallido de septiembre de 1868, tonces vigente, desde el presidente Nicon la llamada Revolución Gloriosa, ceto Alcalá Zamora o Manuel Azaña a la cuando tales modificaciones alcanzaron emblemática fecha del «catorce de abril». mayor trascendencia. En Gijón se alteLa contrarréplica llegó en diciembre ró muy rápidamente la significación pode 1937, al poco de caer Gijón en manos lítica de los espacios públicos, empezande las tropas sublevadas contra la Repúdo por la nomenclatura del callejero urblica. La búsqueda de una eliminación :: GASPAR MEAN A bano, que ofrece ejemplos muy gráficos. física del adversario vencido no era inYa el 2 de octubre de 1868 se tomaron acuerdos que años compatible con la depuración simbólica. Así que en la tradespués resumiría Joaquín A. Bonet: «La de Isabel II se ma urbana de la villa apareció la omnipresente plaza del llamará de la Libertad; la de El Real pasará a ser la del Pue- Generalísimo; la de José Antonio sustituyó a la de Galán; blo; la plaza del Infante será plaza de Pelayo; la de Enri- la avenida del general Mola a la del impulsor de la Escueque II, de los Comuneros; la de Juan I, de Padilla, y la tra- la Moderna y la de los Héroes de Simancas a la del fundavesía de Isabel II, será travesía de la Libertad». dor del PSOE. A su vez, la ayuda que le brindaron a FranLa proclamación de la República Española en febrero co los regímenes fascista y nazi durante la guerra fue code 1873 supuso un nuevo giro político que, a pesar de su rrespondida con sendas plazas dedicadas a Italia y Alemabrevedad, dejó la consabida huella simbólica en la villa nia. En fin, entre los muchos nombres a los que las nuegijonesa. Las nuevas autoridades municipales, interesa- vas autoridades quisieron rendir homenaje figuraron Caldas en diseñar una escenografía que reforzase el compo- vo Sotelo, Melquíades Álvarez, Menéndez Pelayo o Vázquez nente democrático de los emblemas genéricamente libe- de Mella, carlista histórico que se acaba de quedar sin plarales, decidieron colocar en el salón de sesiones una lápi- za en Madrid. La casualidad permitió que sobrevivieran da de mármol con un medio relieve en el que aparece cin- a la ‘damnatio memoriae’ las placas de algunos republicelada una matrona republicana que, tocada con un go- canos y heterodoxos que, sin duda por ignorancia, pasarro frigio, abraza fraternalmente a otras dos alegorías fe- ron totalmente inadvertidos, como sucedió con Eladio meninas. Sobre la escena, una inscripción: «El Ayuntamiento Carreño, un federal histórico que había sido alcalde dude Gijón a la proclamación de la República Democrática rante la República del 73 y tenía calle desde 1902. Lo simbólico reviste su importancia en una orientael XI febº MDCCCLXXIII». En aquella Corporación también se propuso que la plaza Mayor se llamase «de la Re- ción política u otra porque encierra hondas connotaciopública» y que la presidiera una estatua de Jovellanos para nes ideológicas. La retirada del busto de Juan Carlos I, «perpetuar la memoria» del nuevo régimen, lo que en cier- para quienes la ordenan, tiene una lectura manifiesta que rebasa lo puramente estético, como la tiene el heto modo «republicanizaba» al ilustrado. A finales de 1874, al restaurarse la Monarquía y ser pro- cho de que otras autoridades municipales, en un sinfín clamado rey Alfonso XII, se volvieron las tornas. En pa- de ciudades de España y rigiendo la Constitución de labras de Julio Somoza, si primero «el Ayuntamiento re- 1978, hayan amparado la continuidad de innumerables publicano borró todo lo que olía a realeza», luego volvió denominaciones franquistas en el callejero, algo que, si el régimen monárquico y, «como le apestara todo lo que ha perdurado tantos años sin dar lugar a grandes escántrascendiera a República, pasó la esponja por el marmo- dalos, es solamente debido a la peculiar forma en que se lillo y escribió encima». En la sesión del 9 de enero de hizo la Transición.

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