Los wayúu, resistiendo a la violencia causada por el conflicto armado y las actividades extractivistas, en La Guajira, Colombia

June 14, 2017 | Autor: Cyrielle Maison | Categoría: Colombia, Women, Wayuu, Conflicto armado, Extractivismo, La Guajira
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Descripción

Cyrielle Maison

Los wayúu, resistiendo a la violencia causada por el conflicto armado y las actividades extractivistas, en La Guajira, Colombia Por el honor de nuestros muertos lucharemos conjuntamente, sin armas, pero si con muchos hilos de mil colores para que este tipo de alternativas se avance en impedir que una guerra que no comprendemos ni aceptamos, nos despoje de los que nos pertenece1.

En Colombia, el conflicto armado que dura desde más de cincuenta años está presente en las zonas estratégicas del país. Los grupos guerrilleros y paramilitares emprendieron actividades ilegales, de tráficos diversos, con la meta de poder financiarse. En paralelo, el gobierno colombiano, siguiendo una dinámica de “acumulación por desposesión2” extrae sus bienes naturales cuales se encuentran en abundancia en el territorio. ¿Cuál es el vínculo entre estas dos dinámicas? Las escenas de batallas del conflicto armado se encuentran en los mismos lugares donde hay actividades extractivistas. Los grupos paramilitares son sospechados de ser financiados por dirigentes del estado colombiano y por los dueños de las grandes empresas extractivistas, cuales ven sus intereses económicos amenazados por procesos de resistencia de las poblaciones3. El departamento de La Guajira hace parte de la península del mismo nombre. Se sitúa en la frontera con Venezuela, lo que implica muchas actividades ilegales, también es una zona rica en bienes naturales. Las poblaciones que viven en esa área son por mayoría indígenas y afro descendientes. Este trabajo se enfoca en un pueblo indígena en particular, el pueblo wayúu, cual es el más numeroso en los dos países. Son aproximadamente 350 000 y cerca de 150 000 viven en Colombia. Según Karmen Ramírez Boscán, si ponemos un mapa de los territorios indígenas sobre un mapa del conflicto armado, se ve que son similares. Se puede deducir que la mayoría de los conflictos se desarrollan en territorios indígenas, cuales pueblos se encuentran victimas de violencias múltiples4.

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RAMÍREZ BOSCÁN, Karmen, Desde el desierto, notas sobre paramilitares y violencia en territorio wayúu de la media Guajira. Maicao: Cabildo Wayúu Nóüna de Campamento, 2007, p. 155. 2 HARVEY, David, “El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión”, Socialist Register [en línea]. 2004, p. 99-129. (http://socialistregister.com/index.php/srv/article/viewFile/14997/11983, consultado el 16 de noviembre de 2015). 3 MININGWATCH CANADA, “Tierras y conflicto. Extracción de recursos, derechos humanos y la responsabilidad social empresarial: compañías canadienses en Colombia”, InterPares [en línea]. 2009, p. 5. (http://miningwatch.ca.nmsrv.com/es/publications/2010/12/24/tierras-y-conflicto-extracci-n-de-recursosderechos-humanos-y-la, consultado el 16 de noviembre de 2015). 4 RAMÍREZ BOSCÁN, Karmen, Desde el desierto… op. cit, p. 36 y 157.

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En La Guajira, los indígenas, y en particular las mujeres han decido resistir. ¿Cómo es que las mujeres wayúu se movilizan frente a las diferentes violencias que sufren, cuales son las consecuencias directas del conflicto armado y del extractivismo? En una primera parte, vamos a analizar el contexto del conflicto armado y de las actividades extractivistas en el departamento de La Guajira. Luego, vamos a definir los tres tipos de violencias subidas por el pueblo wayúu. En una tercera, y última parte, vamos a ver porque y como las mujeres wayúu se organizan, en un proceso de resistencia a la vez en un nivel local, nacional e internacional.

I.

El conflicto armado y el extractivismo

A. El conflicto armado en el departamento de La Guajira En el departamento de La Guajira están presentes dos grupos guerrilleros, y sus primeras acciones son visibles a partir de los años 90’s. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene más intensidad armada que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) en este territorio. Sus actos son diversos e incluyen destrucción de vehículos, fincas, infraestructuras enérgicas, explosivos en sitios públicos, retenes ilegales e voladura de gasoducto. Los paramilitares surgen en Colombia a partir de los años noventa, no falta destacar que fueron tolerados por los gobiernos, y por las Fuerzas Armadas. En La Guajira, son aliados a narcotraficantes, quienes, a su vez, aprovechan de estos grupos paramilitares para la protección de su negocio. La primera presencia de los grupos paramilitares se hizo en el sur de La Guajira en los lugares donde se encontraban los guerrilleros. Con el tiempo, se desarrollaron en una forma de paraestado. Se organizaron en bloques autónomos, con lazos a la vez con actores institucionales y con narcotraficantes. Su expansión geográfica, en toda la Media y Baja Guajira, se hizo en paralelo con una expansión de poder político, económico y social. Y con mayores poderes, empezaron los asesinatos, las masacres (Villanueva, Bahía Portete) y los desplazamientos forzados de las poblaciones locales5. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) sostiene que fue notoria la presencia de paramilitares en el departamento de La Guajira, “con el apoyo, tolerancia y complicidad de agentes del Estado colombiano”. Según la organización, todo el “trabajo sucio” está en sus manos, se implementa el miedo y el terror para poder tener un cierto control sobre las poblaciones. Más que todo, esa lógica está presente en áreas que son estratégicas para grandes proyectos económicos. Lanzada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, la política de “Seguridad Democrática” suponía el cese de las hostilidades. Sin embargo, la ONIC dice que esas se han intensificado y han tomado formas tales como “ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones y desplazamientos forzados.”6

VILLALBA, HERNÁNDEZ, José, A, “Wayúu resistencia histórica a la violencia”, Historia Caribe [en línea]. N° 13, 2008, p. 57-59. (http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=93751303, consultado el 16 de noviembre de 2015). 6 ORGANIZACIÓN NACIONAL INDÍGENA DE COLOMBIA (ONIC), “Las prácticas encubiertas para el exterminio de comunidades del pueblo wayúu de La Guajira”. In RAMÍREZ BOSCÁN, Karmen, Desde el desierto… op. cit, p. 33. 5

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Según Mondragón, la violencia tiene como reto de dar el paso al capital, a los supuestos planes de “desarrollo” o proyectos de inversión (y ganancia)7. Y además: El campesinado, los afrocolombianos y los indígenas ya no enfrenta solo ni principalmente la ‘vía terrateniente’, sino, sobre todo, al capital transnacional y su modelo de globalización, que necesita ‘limpiar’ el territorio de gente ‘ineficiente’ o sobrante y lo está tratando de hacer mediante la guerra8. B. Las actividades extractivistas Colombia hace parte de los países que aprovecharon del boom minero de los años noventa, que Machado Aráoz analice a la luz del neoliberalismo. Según él, fue una estrategia por parte de los poderes mundiales con el fin de recuperar sus posiciones de dominación, cuales fueron amenazadas durante los años setenta. Colombia, por su parte, siguió la lógica de los “esfuerzos desarrollistas e industrialistas” y pretensiones de “soberanía económica”9. Así se fortalece la “acumulación por desposesión”10 en el país, donde los poderes estatales y el capital financiero se apropian de los bienes. Aunque la Constitución del 1991 es innovadora por el hecho que reconoce los derechos de los grupos étnicos sobre sus territorios, se contradice con la legislación nacional que permite, y facilita, la inversión extranjera en el país. Villalba da una lista de los megaproyectos presentes en el departamento de la Guajira cuales incluyen concesiones marítimas petroleras y de gas, minerías, un parque eólico, proyectos ecoturísticos y etnoturísticos11. De todos los megaproyectos uno de los más criticados es la minería del Cerrejón, “minería responsable”,12 como pretende ser la misma empresa. Su yacimiento se extiende por 250 kilómetros de longitud. Considerada como la mina a cielo abierto de carbón más grande del mundo, allí se produce el 80% del carbón producido en el país. Exportado a otros países “del norte”, se utiliza para la producción de electricidad y para la calefacción13. Los impactos en La Guajira del saqueo “es indivisible de la devastación ambiental”14. Es un territorio con clima árido y el agua es muy usado por las actividades mineras. El río Ranchería 7

MONDRAGÓN, Héctor, La estrategia del imperio. Todo para el capital transnacional. Bogotá, Ed. Ántropos, 2007, p. 103. 8 Ibid., p. 102. 9 MACHADO ARÁOZ, Horacio, “El agua vale mas que el oro”. Grito de resistencia decolonial contra los nuevos dispositivos expropiatorios. México: UNAM, 2010, p. 62-63. 10 HARVEY, David, “El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión”, op. cit. 11 VILLALBA, HERNÁNDEZ, José, A, “Wayúu resistencia histórica a la violencia”, op. cit, p. 62. 12 CERREJÓN, Cerrejón Minería Responsable, [en línea]. S.f. (http://www.cerrejon.com/site/, consultado el 16 de noviembre de 2015). 13 VILLAMIL VELÁSQUEZ, Javier, “Los Mega proyectos extractivos y las transnacionales en Colombia. Caso de la actividad minera” [en línea], s.f., p. 2. (https://docs.google.com/file/d/0B2tMgIqtuZChcmlUd3RvYU54blU/edit?pli=1, consultado el 16 de noviembre de 2015). 14 SEOANE, José, “El agua vale más que el oro. Megaminería y movimientos sociales.” In SEOANE, José, TADDEI, Emilio y ALGRANATI, Clara, Extractivismo, Despojo y crisis climática. Desafíos para los movimientos sociales y los proyectos emancipatorios de Nuestra América. Buenos Aires: Ediciones Herramienta, p. 137. La minería a cielo abierto supone el desplazamiento de las comunidades próximas a los emprendimientos, no tan sólo por la apropiación privada de sus tierras sino particularmente por la destrucción de la agricultura y

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cual es el principal cuerpo de agua es usado para limpiar carbón, su cantidad y calidad han bajados, y ya no se utiliza para el consumo humano. En las palabras de Seoane: La magnitud de esta apropiación de minerales, agua y energía contrasta con la expulsión y la pobreza a las que son condenadas las poblaciones locales y provinciales y la escasa tributación de estas empresas al fisco15. Además del hecho que no hay repercusiones económicas visibles en la región, las personas son víctimas de violencias ligadas a las actividades extractivistas. Según un reporte escrito por Mining Watch Canadá, las empresas mineras se encuentran en lugares donde el conflicto armado es presente. Algunas de esas usan prácticas ilegales para asegurarse una alianza con políticos. También el reporte da cuenta que las multinacionales han ayudado grupos paramilitares, directamente o indirectamente16. Parece existir un vínculo entre el conflicto armado y las actividades extractivistas, los actores quieren proteger sus intereses y hacen oídos sordos para alejar las poblaciones locales en desacuerdo.

II.

El triángulo de la violencia

A. La violencia directa El triángulo de la violencia de Johan Galtung da cuenta de los tres tipos de violencia que están relacionados: la violencia directa, estructural y cultural; cuáles serán examinadas con más detalles en estas tres siguientes partes. Primero, la violencia directa es definida por el autor como la violencia física, verbal o psicológica17. Aunque la violencia contra los wayúus es perpetrada por varios actores armados, los grupos paramilitares fueron los que más han violado los derechos humanos. Amenazan y asesinan las poblaciones, lo que provoca el desplazamiento de miles de personas. Su objetivo es “de tener control territorial y debilitar las estructuras organizativas existentes”18. En el 2004, cerca de 50 paramilitares del Frente Contrainsurgencia Wayúu fuero a Bahía Portete (un puerto estratégico) donde hicieron un masacre. Destruyeron viviendas e instalaciones, y asesinaron mujeres wayúu. Con este acto, ellos querían demostrar el dominio territorial que

la afectación local de la vida en todas sus formas en razón del proceso de contaminación del aire y las fuentes hídricas que impone. 15 Ibid., p. 139. 16 MININGWATCH CANADA, “Tierras y conflicto…” op. cit, p. 5. 17 GALTUNG, Johan, Paz por medios pacíficos. Paz y conflicto, desarrollo y civilización. Bilbao: Gernika Gogoratuz, 2003. In CALDERÓN CONCHA, Percy, “Teoría de conflictos de Johan Galtung”, Instituto de la paz y los conflictos [en línea]. 2009, n°2, p. 75. (http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=205016389005, consultado el 16 de noviembre de 2015). 18 SABOGAL ARDILA, Sonia Camila, Incidencia política de las mujeres indígenas latinoamericanas en medio de conflictos armados internos. Caso colombiano [en línea]. Tesis de maestría. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2014, p. 72. (http://www.bdigital.unal.edu.co/49040/1/1026265935.2015.pdf, consultado el 16 de noviembre de 2015).

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tienen en un lugar estratégico para el tráfico y el comercio ilícito. También era una manera de someter a la población por el terror19. B. La violencia estructural Según Johan Galtung, la violencia estructural se define por « la violencia intrínseca a los sistemas sociales, políticos y económicos mismos que gobiernan las sociedades, los estados y el mundo20 ». Uno podría pensar que la misma lógica capitalista ligada al extractivismo puede considerarse como una violencia estructural perpetrada por las empresas extranjeras y el estado. El estado colombiano, siguiendo una lógica de “desarrollo social” sin embargo mantiene una inequidad social, política y económica en la región. Aunque hay transferencias en regalías para el departamento de La Guajira, no ha disminuido la pobreza y tampoco la marginalización de los habitantes21. La Constitución del 1991 es considerada como un gran avance por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y afro descendientes. En el mismo año, Colombia ratificó la convención n° 169 del OIT “relativa a los pueblos indígenas y tribales22”. La aplicación de estas medidas es muy parcial. La violencia estructural también se manifiesta por el hecho que los wayúu no benefician de un retorno económico de las actividades extractivistas y están ignorados por el gobierno. Ramírez Boscán dice que los megaproyectos en el departamento benefician exclusivamente a las compañías multinacionales. Además tienen consecuencias importantes en el ambiente que llega a la perdida de la biodiversidad y de los conocimientos tradicionales23. C. La violencia cultural La violencia cultural son “aquellos aspectos de la cultura, en el ámbito simbólico de nuestra experiencia, que puede utilizarse para justificar o legitimar la violencia directa o estructural 24”. Además de la violencia cultural de los paramilitares, cual es propia de los persecutores, propondría analizar más bien otra dimensión de la violencia cultural, cual es la pérdida de la cultura tradicional de los pueblos. La violencia cultural es particularmente visible en la imposición de valores culturales occidentales sobre los pueblos indígenas. Fierro Morales dice que las normas actuales de la sociedad y las lógicas de las actividades extractivistas son las causas de conflictos importantes. De hecho, mientras el derecho occidental separa la tierra y sus recursos, la cosmovisión 19

GRUPO DE MEMORIA HISTÓRICA, La Masacre De Bahía Portete: Mujeres Wayúu En La Mira. Bogotá: Taurus Pensamiento, 2010, p. 16-23. 20 GALTUNG, Johan, Paz por medios pacíficos… op. cit, p. 75. 21 GRUPO DE MEMORIA HISTÓRICA, La Masacre De Bahía Portete… op. cit, p. 134-135. 22 ORGANISATION INTERNATIONALE DU TRAVAIL, Ratifications de C169 – Convention (n°169) relative aux peuples indigènes et tribaux, 1989 [en línea]. S.d. (http://www.ilo.org/dyn/normlex/fr/f?p=1000:11300:0::NO:11300:P11300_INSTRUMENT_ID:312314 , consultado el 16 de noviembre de 2015). 23 RAMÍREZ BOSCÁN, Karmen, Desde el desierto… op. cit, p. 39-40. 24 GALTUNG, Johan, Paz por medios pacíficos… op. cit, p. 75.

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indígena les ve como una unidad. Para los wayúus, “hay una continuidad entre la sociedad, la naturaleza y el mundo espiritual”25. Además, la extinción de las tradiciones y de las culturas de los indígenas también es causada, por parte, por el desplazamiento forzado26. Según Sabogal, la masacre de Bahía Portete muestra que la lógica de los paramilitares de asesinar únicamente mujeres es por el hecho que las mujeres juegan un papel importante en la cosmovisión y en la organización de este pueblo27. Los wayúus tienen un sistema judiciario particular que se llama el Suküaipa Wayúu, gracias a lo cual, tratan, en lo mejor posible, de resolver los conflictos de manera pacífica gracias al poder de la palabra28. ¿Cuáles son entonces los procesos de resistencia de las mujeres wayúu frente a las violencias perpetradas por estos múltiples actores?

III.

Resistencia del pueblo y de las mujeres wayúu

A. La lucha de los indígenas Como lo mencionan Archila y Garcia, los indígenas no quieren ser vistos como victimas pasivas de la violencia29, las luchas sociales indígenas han existido desde que los europeos invadieron a las Américas y siguen hasta hoy, frente a actores que no son tan diferentes. Las luchas por comunidades indígenas en Colombia son registradas en la Base de Datos de Luchas Sociales del Cinep30. Como se puede ver en la siguiente gráfica, las luchas han creciendo a partir del 2003, y podrían ser ligadas a la política de “Seguridad Democrática” de Álvaro Uribe que llevo poca seguridad y poca democracia para los pueblos indígenas. El 10% de las luchas fueron hechas por los wayúus, cuales tienen una tradición histórica de defensa de su territorio, y también de su cultura, más recientemente lucharon en contra los « megaproyectos energéticos y turísticos31 ».

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FIERRO MORALES, Julio, Políticas mineras en Colombia. Bogotá: Instituto para una Sociedad y un Derecho Alternativos, 2012, p. 155. 26 FUNDACIÓN IDEAS PARA LA PAZ, La Guajira en su laberinto. Transformaciones y desafíos de la violencia [en línea] Informe n°12, 2011, p. 32. (http://www.askonline.ch/fileadmin/user_upload/documents/Thema_Menschenrechte/Berichte_Organisationen/g uajirafinalagosto.pdf, consultado el 16 de noviembre de 2015). 27 SABOGAL ARDILA, Sonia Camila, Incidencia política… op. cit, p. 33. 28 PUEBLO WAYÚU, Acerca del Pueblo Wayúu [en línea]. 2011. (http://pueblowayuu.blogspot.fr/, consultado el 16 de noviembre de 2015). 29 ARCHILA, Mauricio y GARCÍA Martha Cecilia, “Violencia y memoria indígena en Causa y La Guajira”, Memoria y Sociedad 19, n° 38, 2015, p. 26. (http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/memoysociedad/article/view/12540, consultado el 16 de noviembre de 2015). 30 Ibid., p. 27. 31 Ibid., p. 27.

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Las organizaciones indígenas las más presentes en el departamento de La Guajira son la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), la Asociación Wayúu Munserrat/ Colombia, y la Fuerza de Mujeres Wayúu. Han llamado la atención sobre el hecho que a pesar de las conversaciones entre el gobierno y los paramilitares, ellos siguen siendo víctimas del conflicto. Piden un cese de hostilidades por el hecho que estos actos son una “tragedia […] par un pueblo como el Wayúu”32. En el internacional también están presentes. En el 2012, Angélica Ortiz, una dirigente wayúu, con el apoyo del colectivo de abogados José Alvear Restrepo, ha presentado un informe a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Ginebra33. Apoyadas por el documental de Gonzalo Guillén34, sus voces han sido escuchadas por las Naciones Unidas. Con actos de resistencia nacional e internacional, los wayúu resisten también a un nivel local. Según Archila y Garcia, recorren los objetos que quedaron en los lugares donde hubo masacres, o guardan recortes de prensa. También organizan eventos culturales, como los Yanamas (días de trabajo colectivo) para tratar de combatir el temor en las comunidades y recordar, con actos simbólicos, a las víctimas. En estos procesos, las mujeres wayúu son actores muy importantes35. B. El papel de las mujeres wayúu Según Sabogal, las mujeres tienen tres tipos de estrategias, “a) la formación, b) la construcción de mecanismos internos para enfrentar el impacto del conflicto armado y c) la sensibilización y el posicionamiento en el interior del movimiento indígena sobre la cuestión de la mujer

VILLALBA, HERNÁNDEZ, José, A, “Wayúu resistencia histórica a la violencia”, op. cit, p. 61. CONSEJO INDIO DE SUDAMÉRICA (CISA) y MALOCA INTERNACIONAL (MAIN), ¿Genocidio del pueblo wayúu?, Ginebra: Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial (CERD), 2015, p. 5. 34 GUILLÉN, Gonzalo, El río que se robaron. [Documental], 2013. 35 ARCHILA, Mauricio y GARCÍA Martha Cecilia, “Violencia y memoria…”, op. cit, p. 37-38. 32 33

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indígena”. Creando lideresas, con un discurso colectivo, se crearon también redes de solidaridad. Tienen una meta, la resistencia pacífica para combatir el conflicto armado. Y por último, se juntan a los hombres líderes para que sean sensibilizados también a la situación de las mujeres indígenas36. Más allá de combatir la situación de las mujeres como víctimas del conflicto armado y del extractivismo, tratan también de combatir la sociedad patriarcal. Las mujeres wayúu han sido víctimas de asesinatos, torturas y violaciones. Porque son las principales víctimas de los paramilitares, ellas han quebrado el miedo, y se organizaron para denunciar las violencias cometidas37. En el 2004, en respuesta a la masacre de Bahía Portete, la organización Wayuumunsurat es creada. Ven la mujer como responsable de la paz: El valor de la mujer wayúu como eje fundamental de nuestra estructura matrilineal, ya que somos dadoras, protectoras de vida, conservamos y aprendemos de nuestras mayores los valores que representa el ser mujer wayúu, trasmitiendo, sabiduría y paz38. En el 2005, se creó la Fuerza de Mujeres Wayúu, basándose en un sistema horizontal donde mujeres de diferentes comunidades pueden tomar acción. Su trabajo es construir una memoria, evaluar los impactos y exigir reparaciones individuales y colectivas39. Karmen Ramírez Boscán describe como las mujeres wayúu empezaron por tejer juntas, compartiendo café y ujol (una chicha a base de maíz), sin decirse nada. Luego, una de ellas sugirió que deberían hablarse en su idioma, y otra que deberían vestirse de sus vestidos tradicionales. Poco a poco, decidieron reapropiarse su cultura tradicional, con la meta de crear una unidad y resistir juntas. Esto demuestra la importancia de la conservación de los conocimientos de la comunidad, y el rol central de las mujeres en ese camino40. Decidieron crear la EMUWAYAT, “Escuela de las mujeres wayúu para la conservación y la promoción de los artes y de las tradiciones ancestrales del pueblo wayúu”. La escuela se ubica en uno de los pueblos de la comunidad. Las mujeres esperan que este espacio va permitir a los jóvenes quedarse fuera del conflicto gracias a los conocimientos tradicionales. Ramírez Boscán dice que “estamos convencidas de que esta iniciativa eventualmente se podría convertir en ejemplo de resistencia y no vinculación al conflicto de nuestra gente”41.

En conclusión hemos visto los diferentes actores y dinámicas presentes en el departamento de La Guajira. Su geografía hace de ella un territorio clave para desarrollar diversos tráficos, y entonces una zona importante para los guerrilleros y los paramilitares. Estos últimos, motivados por intereses económicos, controlan la región y sus habitantes. Además, el departamento es rico en bienes naturales cuales son extractos por empresas nacionales e multinacionales. Estando en SABOGAL ARDILA, Sonia Camila, Incidencia política… op. cit, p. 73. ARCHILA, Mauricio y GARCÍA Martha Cecilia, “Violencia y memoria…”, op. cit, p. 37-38. 38 ORGANIZACIÓN WAYÚU MUNSURAT, ¿Quiénes somos? [en línea]. S.f. (http://organizacionwayuumunsurat.blogspot.fr/p/quienes-somos_8997.html, consultado el 16 de noviembre de 2015). 39 ARCHILA, Mauricio y GARCÍA Martha Cecilia, “Violencia y memoria…”, op. cit, p. 38. 40 RAMÍREZ BOSCÁN, Karmen, Desde el desierto… op. cit, p. 154. 41 Ibid., p. 155. 36 37

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los territorios ancestrales de las comunidades indígenas, se enfrentan a resistencias. Las ignoran o responden con violencia, con la ayuda de los paramilitares. Los tres tipos de violencia subidas por las poblaciones son directas, estructurales y culturales. Las poblaciones son víctimas de amenazas y asesinatos y son dejadas por el gobierno colombiano. A pesar los impactos físicos y ecológicos, tratan de sobrevivir. El desplazamiento forzado hace que las comunidades pierdan sus raíces y su cultura. La violencia cultural tiene un gran impacto sobre los wayúus quienes son confrontados a lógicas occidentales, mientras ellos ven la tierra y los bienes naturales como un conjunto. Frente a eso, las mujeres wayúu, no obstante un blanco principal de los paramilitares, son « el centro de sus comunidades y luchan para salvar su pueblo de las amenazas generadas por los grandes intereses económicos42 ». Se organizan y resisten por medio de la valoración de su cultura. La organización Fuerza de Mujeres Wayúu, entre otras, se hace presente en el internacional y espera despertar las conciencias dentro y fuera de Colombia. Frente a una guerra que no es suya, piden « el territorio, la cultura y la autodeterminación43 ».

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Ibid., p. 157. Ibid., p. 39.

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Bibliografía: ARCHILA, Mauricio y GARCÍA Martha Cecilia, “Violencia y memoria indígena en Causa y La Guajira”, Memoria y Sociedad 19, n° 38, 2015, p. 24-40. (http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/memoysociedad/article/view/12540, consultado el 16 de noviembre de 2015). CERREJÓN, Cerrejón Minería Responsable, [en línea]. S.f. (http://www.cerrejon.com/site/, consultado el 16 de noviembre de 2015). CONSEJO INDIO DE SUDAMÉRICA (CISA) y MALOCA INTERNACIONAL (MAIN), ¿Genocidio del pueblo wayúu?, Ginebra: Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial (CERD), 2015. FIERRO MORALES, Julio, Políticas mineras en Colombia. Bogotá: Instituto para una Sociedad y un Derecho Alternativos, 2012, 159 p. FUNDACIÓN IDEAS PARA LA PAZ, La Guajira en su laberinto. Transformaciones y desafíos de la violencia [en línea] Informe n°12, 2011. (http://www.askonline.ch/fileadmin/user_upload/documents/Thema_Menschenrechte/Bericht e_Organisationen/guajirafinalagosto.pdf, consultado el 16 de noviembre de 2015). GALTUNG, Johan, Paz por medios pacíficos. Paz y conflicto, desarrollo y civilización. Bilbao: Gernika Gogoratuz, 2003. In CALDERÓN CONCHA, Percy, “Teoría de conflictos de Johan Galtung”, Instituto de la paz y los conflictos [en línea]. 2009, n°2, p.60-81. (http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=205016389005, consultado el 16 de noviembre de 2015). GRUPO DE MEMORIA HISTÓRICA, La Masacre De Bahía Portete: Mujeres Wayúu En La Mira. Bogotá: Taurus Pensamiento, 2010, 233 p. GUILLÉN, Gonzalo, El río que se robaron. [Documental], 2013. HARVEY, David, “El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión”, Socialist Register [en línea]. 2004, p. 99-129. (http://socialistregister.com/index.php/srv/article/viewFile/14997/11983, consultado el 16 de noviembre de 2015). MACHADO ARÁOZ, Horacio, “El agua vale mas que el oro”. Grito de resistencia decolonial contra los nuevos dispositivos expropiatorios. México: UNAM, 2010, p. 59-96. MININGWATCH CANADA, “Tierras y conflicto. Extracción de recursos, derechos humanos y la responsabilidad social empresarial: compañías canadienses en Colombia”, InterPares [en línea]. 2009, 75 p. (http://miningwatch.ca.nmsrv.com/es/publications/2010/12/24/tierras-yconflicto-extracci-n-de-recursos-derechos-humanos-y-la, consultado el 16 de noviembre de 2015). MONDRAGÓN, Héctor, La estrategia del imperio. Todo para el capital transnacional. Bogotá, Ed. Ántropos, 2007, 149 p. 10/11

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