Los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y las vicisitudes de un espía soviético dentro de las SS. Un análisis histórico de la serie televisiva \"Diecisiete instantes de una primavera\" (1973)

June 30, 2017 | Autor: Mauro Puerto Sternic | Categoría: Soviet Regime, Soviet History, Khrushchev's reforms, History of the USSR, Second World War, Soviet Film, Anti-nazi resistance, Soviet Union (History), Russian & Soviet Art, Occupation and Resistance in WW2, Soviet Visual Culture, Culture in the Soviet Union, Nazi Germany, Nazism, Cinema of the Soviet Union, History of Communism; Soviet; Post-Soviet; Russia; Eastern Europe, Russia/USSR, Brezhnev era, Nazismo, former Soviet Union, History of Russian and Soviet Cinema, Soviet Union, Soviet and Post Soviet Cinema, USSR, Brezhnev era Soviet history, Urss, MILITARY HISTORY WW2, Brezhnev, Slavic Studies, Russian Studies, Lieterature and Culturual History of Gulag and Political Repressions In URSS; LLiterature and Culture of Russian Post-revolutionnary Emigration; Theory of Literature, Slavic Studies, Russian Studies, Literature and Cultural History of Gulag and Political Repressions In URSS; Literature and Culture of Russian Post-revolutionnary Emigration; Theory of Literature, Soviet Cinema, Cinema of Soviet Union, Soviet Film, Anti-nazi resistance, Soviet Union (History), Russian & Soviet Art, Occupation and Resistance in WW2, Soviet Visual Culture, Culture in the Soviet Union, Nazi Germany, Nazism, Cinema of the Soviet Union, History of Communism; Soviet; Post-Soviet; Russia; Eastern Europe, Russia/USSR, Brezhnev era, Nazismo, former Soviet Union, History of Russian and Soviet Cinema, Soviet Union, Soviet and Post Soviet Cinema, USSR, Brezhnev era Soviet history, Urss, MILITARY HISTORY WW2, Brezhnev, Slavic Studies, Russian Studies, Lieterature and Culturual History of Gulag and Political Repressions In URSS; LLiterature and Culture of Russian Post-revolutionnary Emigration; Theory of Literature, Slavic Studies, Russian Studies, Literature and Cultural History of Gulag and Political Repressions In URSS; Literature and Culture of Russian Post-revolutionnary Emigration; Theory of Literature, Soviet Cinema, Cinema of Soviet Union
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Descripción

III Jornadas Internacionales y VI Nacionales de Historia, Arte y Política

ISBN 978-950-658-379-8

III JORNADAS INTERNACIONALES Y VI NACIONALES DE HISTORIA, ARTE Y POLÍTICA Tandil, 24 al 26 de septiembre de 2015 Departamento de Historia y Teoría del Arte –

Facultad de Arte Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires Título de la ponencia: Los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y las vicisitudes de un espía soviético dentro de las SS. Un análisis histórico de la serie televisiva Diecisiete instantes de una primavera (1973) Nombre y apellido del/la/los/las autor/a/es/as: Mauro Puerto Sternic Pertenencia institucional: Historia (Facultad de Filosofía y Letras – UBA) Dirección de e-mail: [email protected]

Introducción El XX° Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), con su crítica y denuncia al culto a la personalidad bajo el período de Iósif Vissariónovich Stalin, no sólo dio lugar a cambios a nivel político dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sino que también permitió liberar fuerzas creativas dentro de los intelectuales y los artistas soviéticos. A partir de 1957, un año después del XX° Congreso y ya con Nikita Serguéyevich Jrushchov en la jefatura del Partido, la desestalinización de la sociedad y la política soviéticas llegó también al mundo artístico. La subjetividad y la reflexión crítica de los directores cinematográficos soviéticos, fuertemente reprimidas durante el estalinismo, se abrieron paso dando lugar a una reelaboración del discurso histórico sobre el pasado soviético. De esta forma, diversos directores llevaron al cine las experiencias trágicas del individuo, dejando de dar preponderancia a las figuras de los líderes políticos o militares, como puede verse en El destino de un hombre [Судьба человека] (URSS, 1959) de Serguéi Fiódorovich Bondarchuk, o en la película de Grígori Chujrái La balada del soldado [Баллада о солдате] (URSS, 1959), o también en el film de Andréi Tarkovski La infancia de Iván [Иваново детство] (URSS, 1962). 1

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A principios de la década de 1960 siguieron produciéndose films sobre la historia y el presente de la URSS, aumentándose la producción de la industria cinematográfica. Sin embargo, la etapa de Leonid Illich Brézhnev fue al mismo tiempo un período en el que regularmente las películas fueron censuradas. En este trabajo se analizará la serie televisiva Diecisiete instantes de una primavera [Семнадцать мгновений весны], emitida en la URSS en 1973 y dirigida por Tatiana Mijáilovna Lióznova. Basada en el libro de Yulián Semiónov, la serie atrapó al público soviético y lo transportó a los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, cuando el espía ruso Maxim Maxímovich Isáiev – infiltrado en la jerarquía de las Schutzstaffel (SS) – recibió la misión de desbaratar los planes de algunos dirigentes nazis. A pocos días de finalizar la Guerra, Isáiev (quien en la Alemania nazi contaba con el título de Standartenführer de las SS), tenía asignado impedir una paz negociada entre el Reichführer de las SS Heinrich Himmler y las potencias occidentales a espaldas de Moscú, cuyo real fin era frenar el avance soviético en 1945. En este trabajo se entiende que esta serie fue utilizada por el PCUS y el Estado como propaganda no explícita para desprestigiar aún más al bloque occidental, mostrando cómo Estados Unidos y el Reino Unido estuvieron dispuestos a pactar con Himmler, uno de los jerarcas que gestionó y ordenó la matanza sistemática de millones de comunistas, judíos, polacos, gitanos, homosexuales y enfermos mentales, entre otros, con el objetivo de frenar el avance territorial, político e ideológico de la URSS hacia el fin de la Guerra.

La serie y el libro: la creación de Isáiev-Stirlitz El estreno televisivo de Diecisiete instantes de una primavera1 fue un acontecimiento sumamente significativo para la historia de la televisión y la cultura soviéticas. Era la primera vez que se emitía una serie de doce capítulos sobre la Gran Guerra Patria (nombre que le dieron los soviéticos a la Segunda Guerra Mundial), en donde los protagonistas no eran soldados en los campos de batalla, sino personas vestidas con uniformes que debían sortear diferentes intrigas políticas de sus enemigos. Diecisiete instantes… se convertía en una serie de espionaje en las más altas esferas dentro de las SS, la organización militar, policial, política, penitenciaria y de seguridad alemana durante el período hitleriano.

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Diecisiete instantes de una primavera (Семнадцать мгновений весны). Dirección: Tatiana Lióznova; Guión: Yulián Semiónov (Libro: Yulián Semiónov); Fotografía: Pyotr Katáyev; Música: Mikael Tariverdiev; Duración: 12 episodios (840'); Idioma: Ruso; Características: Blanco y negro; Estudio: Gorky Film Studio/Gosteleradio; Origen: URSS; Estreno: 1973. 2

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Si bien este trabajo no se basa en la novela y su autor Yulián Semiónov, resulta necesario remitirse a ellos para lograr conocer en mayor profundidad la historia del protagonista principal, el Coronel Maxim Maxímovich Isáiev. 2 Semiónov nació en Moscú en 1931. Su nombre de nacimiento era Yulián Semiónovich Lyandres y era hijo de Semión Lyandres, editor del periódico Izvestia. La madre de Yulián, Galina, era profesora de historia. En el año 1952, cuando Yulián cursaba sus estudios en el Instituto de Estudios Orientales, su padre fue detenido por “asistir al saboteador trotskista Bujarín”, quien había sido director del Izvestia en la década de 1930. En abril de 1954, Semión Lyandres fue liberado y con su columna vertebral dañada. A partir de entonces, Yulián comenzó a publicar breves relatos sobre sus viajes en diversos periódicos del momento, logrando un puesto de periodista de noticias internacionales. Sus historias de detectives se hicieron famosas a través del espía Isáiev, cuyo verdadero nombre era Vsévolod Vladímirovich Vladímirov. Nacido en 1900 en la región de Transbaikal, era hijo de un profesor de derecho de la Universidad de San Petersburgo, que por ser revolucionario debió exiliarse a esa zona montañosa al este del lago Baikal. La madre del futuro espía era la ucraniana Olesya Prokopčuka. En 1933, Vsévolod Vladímirovich ya formaba parte del espionaje soviético y era conocido como Maxim Maxímovich Isáiev. Ese mismo año fue enviado a Alemania, tras la llegada al poder de Adolf Hitler, y se incorporó a las filas de las SS bajo el nombre de Max Otto von Stirlitz. Si bien tanto la novela como la serie son ficción histórica, es necesario tener en cuenta que para escribirla, Semiónov logró acceder a numerosos archivos clasificados del servicio de inteligencia soviético, el Comité para la Seguridad del Estado (KGB, por sus siglas en ruso). El entonces Director de la KGB, Yuri Vladímirovich Andrópov (quien dirigiría posteriormente la URSS entre 1982 y 1984), era lector de Semiónov y le permitió ver materiales clasificados que le podrían ser útiles para sus novelas. La adaptación televisiva de la serie, a cargo de Tatiana Lióznova, se llevó a cabo en 1973. El Coronel soviético Maxim Isáiev fue interpretado por uno de los más famosos actores del cine ruso de esa época, Vyacheslav Vasílyevich Tíjonov, quien se convirtió en un héroe popular dentro de la URSS. Situados ya en la serie, en febrero de 1945 Isáiev trabajaba en la contrainteligencia nazi bajo el nombre de Otto von Stirlitz, y contaba con el grado de Standartenführer-SS, que equivalía al de Coronel. Desde el Centro de inteligencia de Moscú, se le asignó la orden de descubrir cuáles líderes

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Para más información, ver el Prólogo escrito por Olga Semiónova y Sergei Stafeev (Semiónov, 2014). 3

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de la Alemania nazi realizarían negociaciones paralelas con las potencias occidentales para pactar una paz negociada a espaldas de Moscú. La serie muestra cómo Allen Dulles, coordinador de la estadounidense Oficina de Servicios Estratégicos en Suiza3, sostenía que para debilitar a la URSS como futuro oponente, era conveniente que EEUU y Alemania lograran una paz de manera independiente antes de su derrota definitiva. Así, se escenifican las reuniones entre Dulles y el Obergruppenführer-General de las SS Karl Wolff (en su carácter de representante de Himmler), en donde se trató sobre la posible rendición alemana en Italia. Teniendo en cuenta la trama, en este trabajo se reafirma la hipótesis de que Diecisiete instantes… no es una serie más, sino una serie-propaganda. Tomando los aportes del historiador Pablo Fontana en torno a la representación cinematográfica del proceso de colectivización soviético, aquí se coincide en que: El carácter propagandístico de estas películas se constata al analizar los mensajes que contienen. Estos las confirman como documentos de la ideología del grupo político que financió, ordenó y/o autorizó su producción, en este caso el Partido Comunista, desde el Estado Soviético. Sin embargo en la producción del documento intervienen otros factores que son responsables de su conformación. El grupo artístico que lo materializa, destacándose la figura del director, es el factor más importante en determinar la forma que adquiere el mensaje propagandístico. Por otro lado este mensaje, si bien es un elemento que se origina en la ideología del Partido, es altamente probable que sufra modificaciones con el objetivo de cumplir efectivamente su función de propaganda. Esto es imprescindible cuando el destinatario del mensaje posee otra ideología y cultura que la del emisor, por lo que se hace necesario presentarlo en ciertas condiciones para que no sea refractado por el destinatario. (Fontana, 2012: 22-23)

De esta forma, la serie combina hechos históricos con ficción; documentos clasificados de la KGB con creaciones del autor; escenas rodadas en sets de filmación con material de archivo fílmico confiscado al nazismo luego de 1945. Diecisiete instantes… se convierte, así, en una amalgama de historia y ficción, diferente a las típicas películas o series sobre la Segunda Guerra. No son sólo los bombardeos los que atormentan a los personajes, sino también la introspección que cada uno de ellos hace pensando en lo que vendrá.

Análisis de la serie La serie presenta como introducción imágenes del capítulo anterior. La música de fondo, a cargo de Mikael Tariverdiev, son dos canciones que se van alternando a lo largo de la serie: Algún lugar 3

La Oficina de Servicios Estratégicos (Office of Strategic Services), fue el servicio de inteligencia de EEUU durante la Segunda Guerra Mundial y es considerada la antecesora de la actual Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés). 4

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lejano [Где-то далеко] y Momentos [Мгновения], interpretadas por el famoso cantante ucraniano Iósif Kobzón. La primera canción remite, como su nombre indica, a un lugar lejano en la distancia, dando a entender una cierta nostalgia de Isáiev por sus recuerdos de su país natal. La segunda cuenta sobre la importancia de cada momento para cada persona, sobre cómo ellos llegan y cómo se debe aceptarlos. Ambas canciones ayudan, entonces, a entender un poco más el perfil no sólo de Isáiev, sino de millones de soviéticos que debieron alejarse de su Patria para enfrentar situaciones quizás inesperadas, pero cruciales para sus vidas. De aquí en adelante se llevará a cabo un análisis general de la serie, sin hacer hincapié en lo sucedido en cada capítulo, salvo en casos especiales que contribuyan al desarrollo de la hipótesis. Para eso, se desarrollará la trama y se la intercalará con hechos históricos concretos con el objetivo de generar un diálogo entre ficción e historia. Los primeros tres capítulos son de presentación de los personajes y de la historia que articulará la serie. En el final del primero, Isáiev recibe la misión del Centro de inteligencia de Moscú a través de un código cifrado radiofónico, y a partir de allí comienza a estudiar, teniendo en cuenta los posibles candidatos, cuál de ellos estaría interesado en llevar a cabo una paz negociada con Occidente. Los sospechosos son cuatro: Martin Bormann (Reichsleiter/Secretario personal de Adolf Hitler), Joseph Goebbels (Reichsleiter/Ministro de Ilustración Pública y Propaganda), Heinrich Himmler (SSReichsführer/Comandante en Jefe de las SS) y Hermann Göring (Reichsmarschal/Mariscal del Reich). Resulta interesante la forma en que la directora Lióznova realizó el perfil de los sospechosos. En cada momento en que Isáiev piensa cuál de ellos es el impulsor de las negociaciones, se utiliza archivo fílmico real sobre ellos. Una voz en off narra brevemente sus biografías, mientras se ven imágenes de sus discursos, de sus viviendas, de sus actuaciones en público con Hitler, entre otras. Este uso de material fílmico será constante a lo largo de la serie, mostrando diferentes imágenes del pasado reciente de Europa antes y después de la Guerra. Así se hará también en el cuarto capítulo, cuando Isáiev recuerda el sitio de Leningrado de 1942 y de Stalingrado de 1943, mostrando cómo el ataque nazi generó hambre y destrucción. En ese mismo capítulo, Isáiev celebra solo, en su casa, y con nostalgia, el 27° aniversario de la fundación del Ejército Rojo. Mientras rememora, se muestran imágenes del desfile militar de 1944 en Moscú en homenaje al Ejército Soviético, escuchándose de fondo Guerra sagrada [Священная война], una de las canciones más famosas de la Gran Guerra Patria. Es también en este cuarto capítulo cuando Isáiev recuerda la Alemania de la República de

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Weimar4 antes de la asunción de Hitler, y a Ernst Thälmann, quien fuera un político miembro del Partido Comunista de Alemania que llegó a dirigirlo tras el Levantamiento Espartaquista de 1919 5. Llamándolo “soldado de la revolución”, Isáiev lo recuerda a él y a miles de alemanes que lucharon por instalar un gobierno socialista durante este período. También en este capítulo Isáiev nombra a los “patriotas polacos” que lucharon en Königsberg bajo el Frente Bielorruso entre enero y abril de 1945. Si bien la batalla no había finalizado para el momento en que Isáiev recuerda, él hace una gran alabanza del accionar del Ejército Rojo que, para abril, lograría la conquista de Prusia Oriental. Este capítulo, cargado de archivo fílmico real de diferentes batallas y situaciones de pre-guerra, permite ver a Diecisiete instantes… no sólo como una serie televisiva, sino también como una serie cuyo rol también es el de educar al público soviético en 1973. A lo largo de los capítulos, Semiónov y Lióznova, a través de Isáiev y otros personajes, van narrando partes de la historia de la Segunda Guerra, como lo hacen – en el cuarto capítulo también – con los bombardeos del Reino Unido en zonas civiles de Alemania. Los bombardeos ocupan un lugar de suma importancia para la memoria histórica del pueblo alemán, no sólo durante la guerra y la posguerra, sino también actualmente. Del 13 al 15 de febrero de 1945, la Royal Air Force británica y las Fuerzas Aéreas de EEUU realizaron ataques aéreos consecutivos de cerca de 4000 toneladas de bombas altamente explosivas y dispositivos incendiarios. El centro histórico de Dresde, capital del estado de Sajonia, fue reducido a escombros y sufrió aproximadamente entre 22.700 y 25.000 muertes, de acuerdo con la comisión independiente de expertos formada en 2005 por la ciudad de Dresde, bajo la dirección de Rolf-Dieter Müller. El uso político-ideológico de los bombardeos, por parte del bloque soviético, fue muy importante durante la Guerra Fría. Durante la década de 1950 (ya creada la República Democrática Alemana en 1949), la propaganda soviética hizo hincapié en que los bombardeos de los Aliados occidentales no tenían como fin vencer a Hitler, sino intimidar a Stalin mostrándole la fuerza militar y creando caos en lo que posteriormente sería la esfera de influencia de la URSS. El costo de esta supuesta

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República de Weimar (1918-1933) fue el período histórico que tuvo lugar en Alemania tras su derrota al término de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El término República de Weimar (Weimarer Republik en alemán) fue aplicado posteriormente por la historiografía, ya que el país conservó el nombre Imperio Alemán (Deutsches Reich) durante esos años. 5 Se conoce como Levantamiento Espartaquista a la huelga general y a las luchas armadas en Berlín del 5 al 12 de enero de 1918, que tras ser reprimidas dieron por finalizada la oleada revolucionaria iniciada en noviembre de 1918. A la cabeza del Levantamiento estuvieron Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, quienes buscaban masificar la lucha armada. El contraataque del gobierno fue a través del Ejército a partir del 9 de enero, al mando del General Walther von Lüttwitz, quien contó con el apoyo de tropas leales del gobierno y de los Freikorps anticomunistas. Para el 15 de enero, el levantamiento había sido aplastado en Berlín y las tropas gubernamentales apresaron y asesinaron a Liebknecht y Luxemburgo. 6

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intimidación fueron miles de mujeres, niños, ancianos y hombres bombardeados y la destrucción del patrimonio cultural. (Von Benda-Beckmann, 2010) Este uso político-ideológico del sufrimiento alemán por parte de la URSS puede ser interpretado como un método para congraciarse con los alemanes que quedaron bajo la órbita soviética. Esto también puede verse en el quinto capítulo, cuando Isáiev intenta reclutar al Profesor Pleischner, quien estuvo en un campo de concentración por ser crítico al régimen nazi y era hermano de un viejo amigo de la resistencia antifascista de Isáiev. Conversando con el Profesor, Isáiev le comenta sobre las comodidades de la vida de Hitler en contraposición a las del pueblo alemán. Pleischner, entendiendo que habla con alguien de la inteligencia nazi, responde sumisamente haciéndole saber que, en su opinión, es menester que el Führer viva bien, ya que sus preocupaciones son mucho mayores que las de la gente común, y que debía preocuparse por todos los alemanes. Sabiendo que Pleischner no decía lo que realmente pensaba, Isáiev le responde que “ese maniático loco empujó a millones de personas bajo las bombas, mientras él se mantiene escondido, como un cobarde, viendo películas con sus matones”. Es en ese momento cuando le cuenta a Pleischner que su hermano había sido parte de la dirigencia antifascista del país junto a Isáiev, y qué él mismo, además de ser Standartenführer de las SS, es un agente encubierto de la inteligencia militar soviética. Cuando Pleischner acepta trabajar para él, el espía soviético le dice que todo lo que él haga será para Alemania, y le remarca que decir Alemania no es lo mismo que decir Reich: “estarás de acuerdo en que hay un mundo de diferencias entre esos dos conceptos”, a lo que el Profesor asiente y dice estar absolutamente de acuerdo. De esta forma, puede verse cómo la diferenciación entre nazis y alemanes es categórica en la serie. La directora y el autor hacen su mayor esfuerzo, al igual que el PCUS, de diferenciar a los nazis de los alemanes, quienes habrían sido víctimas de los primeros. En el mismo capítulo se ve una de las reuniones entre el General Wolff y Dulles y sus hombres en la mansión que EEUU tenía en Berna, Suiza. El enviado alemán dice que está dispuesto a entregar a las SS y las SD 6 a EEUU con tal de que no se establezcan regímenes comunistas ni en Italia ni en Alemania. Una capitulación del Ejército nazi en los frentes occidentales permitiría continuar la lucha con mayor poderío en los frentes orientales, en donde se encontraban las fuerzas soviéticas. El Obergruppenführer Wolff les asegura a los agentes de Dulles, quien se mantiene en silencio a un costado de la sala, que si se accede a la negociación, él se comprometerá a impedir la destrucción de Italia, tal como lo había planificado Hitler, cuyo plan implicaba la destrucción de todas las galerías de arte y todos los monumentos históricos del país, haciendo desaparecer así parte del patrimonio histórico de la humanidad. Wolff dice que, a riesgo de su vida, él mismo se ha llevado a escondidas 6

SD (Sicherheitsdienst) era el servicio de inteligencia de las SS. Fue la primera organización de inteligencia en crearse dentro del partido nazi, y fue considerada como una organización hermana de la GESTAPO. 7

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obras de la Galería Uffizi de Florencia, incluida la colección de monedas del rey Víctor Manuel II. 7 Interesados por las obras de arte, uno de los agentes de Dulles le pregunta a Wolff si tiene en su posesión obras de Titian, El Greco o Botticelli, y le pregunta cuántos dólares pueden costar. Wolff, de forma tajante, le responde que estas obras maestras no tienen precio. Una vez finalizado el encuentro, Dulles conversa con sus hombres en un auto mientras viajan. Allí les dice que por el momento no le harán saber al entonces presidente de EEUU (Franklin Roosevelt 8) sobre estas negociaciones, a lo que uno de sus hombres le pregunta si es correcto actuar contra la línea política del presidente, diciendo que se siente un delincuente por primera vez en su vida. Otro de los hombres dice que esto podría costarles la cabeza. Dulles dice que a la única persona que se le informará es a su superior, William Donovan9. Finalmente, Dulles plantea que “la única oportunidad de rescatar a Europa del bolchevismo es establecer una tregua con los alemanes pronto, sin más demoras y sin perder tiempo con los políticos”. Con respecto a los rusos, cuando el documento esté firmado y entre en vigor, podrán decir lo que quieran. Este encuentro entre Dulles y Wolff está documentado en un telegrama enviado por el agente estadounidense a su superior Donovan el día 9 de marzo de 1945. En éste se informa que Wolff arribó a Berna acompañado por otros militares nazis, pero Dulles sólo aceptó juntarse con él. En el telegrama, Dulles describe a Wolff como parte del ala moderada de la Fuerza Aérea de las SS y le otorga un carácter romántico (quizás por eso el hincapié de la serie sobre la preservación de las obras de arte). El informe continua (en inglés en el original): Wolff stated that time had come when some German with power to act should lead Germany out of war to end useless material and human destruction, that he was willing to act and felt he could persuade Kesselring to join, that together with Kesselring they controlled situation in Northern Italy, and as far as SS concerned he likewise controlled Western Austria, as his authority included Voralberg, Tyrol, and Brenner Pass with both northern and southern approaches. He felt that in case of joint action with Kesselring, Hitler and Himmler would be powerless to take effective counter measures. […] He also felt that their joint action would have vital repercussion of German Army, particularly Western Front, as many generals waiting for someone to take lead. Wolff made no request re personal safety or privileged treatment from war criminal viewpoint. (Halbrook, 2006)

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Víctor Manuel II (1820-1878) fue el último rey del Reino de Cerdeña y el primer rey de Italia. Franklin Delano Roosevelt (1882-1945) fue un político, diplomático y abogado estadounidense que alcanzó la Presidencia en 1933. Durante su administración, fue partidario de la vía diplomática y de mantener contactos personales con los políticos aliados. 9 William Joseph Donovan (1883-1959) fue veterano de la Primera Guerra Mundial, abogado y diplomático. Conocido como el “padre de la inteligencia estadounidense”, fue el Director de la Oficina de Servicios Estratégicos durante la Segunda Guerra Mundial. 8 8

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Siguiendo los hechos históricos, el 11 de marzo los rusos se enteran sobre esta conversación entre Dulles y Wolff (en la cual éste decía que Himmler no estaba enterado). El Estado soviético, a través del ministro Vyacheslav Mijáilovich Molotov10, comunicó su interés en participar de las negociaciones. El embajador de EEUU en Moscú, Averell Harriman, opinó que no había ninguna justificación para que los rusos participaran de las mismas, ya que ellos mismos no le permitirían a las fuerzas anglo-estadounidenses participar de negociaciones si se hubiese presentado la misma situación en el Frente Oriental. (Halbrook, 2006) Volviendo a la serie, es interesante hacer una reflexión sobre el último diálogo de Dulles con sus hombres en el auto, en donde plantea que estas negociaciones son una única oportunidad para frenar al bolchevismo. Su preocupación no es ponerle un freno al accionar del nazismo, sino al avance de sus coyunturales aliados soviéticos. Si bien es cierto que para ese momento el régimen nacionalsocialista se encontraba en sus últimos días y en pleno caos interno, la serie deja en claro su postura en plena Guerra Fría: todo el accionar del bloque occidental ya no se vuelca a atacar al enemigo, sino a allanarse el camino a sí mismo en caso de un futuro enfrentamiento con el bloque socialista. Pareciera ser que el enemigo ya no es la Alemania nazi y el fascismo, sino la URSS y el socialismo. De esta forma, este capítulo, luego de las negociaciones, muestra a través de archivo fílmico el accionar del Ejército Rojo en Checoslovaquia liberando ciudades. Se nombra a diferentes héroessoldados que murieron en batalla y se recalca que tanto con la fuerza en el frente, como en la retaguardia, se acerca la victoria final de la Guerra. Así, la serie demarca de forma clara la lógica político-militar de ambos frentes, el occidental y el oriental. Si en el caso del Oeste se priorizaron las negociaciones con jerarcas nazis con el fin de deteriorar el poderío de la URSS, el Este queda como el único que siguió luchando hasta el final. En el séptimo capítulo la serie presenta a Bárbara y Helmut, encargados de controlar a Ket. Ket aparece al comienzo de la serie y es el contacto radiofónico entre Isáiev y Moscú. Ella es una espía rusa que vive en Alemania junto a otro agente soviético y están esperando un bebé. Tras los bombardeos de febrero de 1945, su marido muere y ella termina internada en un hospital, en donde da a luz y queda al descubierto su origen por gritar, durante el parto, en ruso y no en alemán. Por este motivo es arrestada y se ve obligada a colaborar con el nazismo, aunque Isáiev logra que esa colaboración sea falsa. 10

Vyacheslav Mijáilovich Molotov (1890-1986) fue un político y diplomático soviético que se destacó inicialmente en la década de 1920, cuando ascendió al poder como un protegido de Stalin. Fue presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo desde 1930 hasta 1941, y como Ministro de Asuntos Exteriores entre 1939 y 1949, y de 1953 a 1957. A partir de la administración de Nikita Jrushchov, en 1957 fue desplazado, junto a muchos más, del Presídium del Comité Central del PCUS. 9

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Bárbara y Helmut son quienes conviven con Ket y la vigilan. Bárbara forma parte de las SS desde 1944, mientras que Helmut es un simple soldado raso del Ejército que, tras ser herido, queda traumatizado por la guerra. Además, fue engañado por su mujer, quien se fue con un agente de las SS. Estos dos personajes controlan a Ket y su bebé recién nacido. Si bien ambos sirven al nazismo, la serie deja en claro la diferencia entre un miembro de las SS y un simple soldado. Bárbara es una joven despiadada, que plantea que la tarea de una mujer es cuidar a sus hijos, mientras que hacer otras actividades – criticando a Ket – es una “quimera creada por la democracia burguesa y Stalin”. En su opinión, la familia es sagrada e inquebrantable, aunque ella no la tenga. En cada momento se ve el sufrimiento y la sumisión de Helmut por el autoritarismo de Bárbara. En un momento, un agente de contrainteligencia nazi va a la casa a presionar a Ket para que dé información. Su método de tortura no es sobre ella, sino sobre su bebé. Mientras que Ket llora y se desmaya, Helmut, mostrando su lado más humano, no tolera más la situación y asesina al agente y a Bárbara, escapando con Ket y su bebé. Juntos huyen hacia el orfanato en donde Helmut había dejado a su hija y la recoge. Los cuatro, escondidos en una casa destruida por los bombardeos, esperan el momento indicado para marcharse de la ciudad, pero otros agentes descubren a Helmut y lo matan. Todo esto muestra las diferencias, como ya se ha mencionado, entre un soldado traumatizado por la Guerra y una nacionalsocialista fanática. Nuevamente se podría pensar que es una estrategia ideológico-pedagógica de la serie para diferenciar al simple alemán del alemán nazi. El primero, oprimido por el segundo. También en este séptimo capítulo hay un diálogo entre otro militar con Isáiev. Mientras éste viaja en tren hacia la frontera Suiza para contactar a otro agente, se encuentra en el vagón con un General del Ejército. Isáiev no se presenta como Standartenführer Stirlitz sino como un diplomático. A partir de allí, se genera un diálogo entre el militar y el supuesto diplomático en torno a la guerra y las responsabilidades de cada uno de ellos. Para el General, la trágica situación alemana es culpa de los diplomáticos que, cuando se pierda la guerra, serán los primeros enjuiciados por los Aliados. Los segundos serán los militares, quienes cumplieron órdenes de aficionados y tuvieron que soportar que las SS hicieran lo que quisieran, mientras ellos combatían. El enojo del General, mezclado con tristeza y resignación (sumado al cognac que toma durante el viaje), le permite decir que Hitler se presentó a sí mismo como el único que amaba a Alemania. Sentencia, de forma despectiva, que Hitler era un simple suboficial que robó y usurpó las botas de General, dando a entender que no se merecía esa responsabilidad. También critica a los rojos, de los cuales se puede esperar cualquier cosa, y a los estadounidenses, los cuales serán derrotados por su propio equipamiento militar. Dice que para los EEUU una guerra puede ganarse sólo con ataques aéreos (otra referencia, quizás, a los terribles bombardeos que fueron 10

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nombrados anteriormente), que fortalecerán su poderío técnico y que será éste el que los termine hundiendo. Para ellos, las guerras son una necesidad porque son demasiado ricos, mientras que a los comunistas los golpea la pobreza. Finalmente, el General termina diciendo que “nuestra muerte será tan terrible que su recuerdo causará dolor en los corazones de muchas generaciones de futuros alemanes”. La catarsis del General permite seguir viendo el descontento de algunos sectores tradicionales del Ejército alemán frente a las posturas de Hitler. Isáiev descubre, por el acento, que el General es de Mecklemburgo, una región al norte de Alemania. En este trabajo se considera que sería ingenuo dejar de lado este detalle, ya que después de 1945 esta región formó parte de la ocupación de la URSS. Entre 1949, con la creación de la República Democrática Alemana, y 1990, con la unificación de las dos Alemanias, Mecklemburgo formó parte de la primera (RDA). Nuevamente la serie presenta a una Alemania dividida ideológicamente. Si bien el General no es comunista ni apoya a los soviéticos, es un férreo crítico del nazismo y se siente impotente frente a él; al igual que el joven Helmut, quien no sólo fue herido defendiendo la causa nazi, sino que fue asesinado por la misma. En el siguiente capítulo, el octavo, se muestra a las tropas soviéticas el día 15 de marzo avanzando en el Frente Oriental, mientras los representantes de EEUU en Berna organizan, junto al General Wolff, un posible gabinete de gobierno de posguerra. Wolff, posible candidato a Ministro del Interior, repite que lo inmediato es detener a los bolcheviques y mantenerlos fuera de Europa. En ese mismo capítulo se ve a Isáiev en Suiza junto al pastor Schlag, quien aparece a comienzos de la serie. Si bien representa a un clérigo de la Iglesia católica, sus características son parecidas a las de un pastor luterano, incluso su cargo eclesiástico. Schlag, pacifista, es un opositor al régimen nazi e incluso fue prisionero del mismo. Fue reclutado por Isáiev para ir a Suiza y entorpecer las negociaciones de Himmler, teniendo siempre presente que este dirigente de las SS es un claro exponente del genocidio racial y político perpetrado por el régimen de Hitler. En esta escena, Isáiev maneja su auto transportando al pastor hacia su destino, y de fondo se escucha la canción de la francesa Edith Piaff, Non, je ne regrette rien. Cuando el pastor le comenta a Isáiev que no le gusta su música, éste le responde diciéndole que ella será recordada después de su muerte. El pastor se sorprende por la emoción del espía soviético, quien le responde que “el amor por París es lo que más me hace hablar así”. Inmediatamente se ven imágenes de archivo de París con la música de fondo e Isáiev cuenta que estuvo allí meses antes de que fuera ocupada por los fascistas. Las relaciones franco-soviéticas fueron de mucho interés por parte del Kremlin desde la década de 1930. No sólo por el enorme Partido Comunista de Francia, sino también por el triunfo del Front Populaire, que llegó al poder en 1936 y se disolvió en 1938. El Frente Popular fue una coalición de 11

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partidos de izquierda que se había conformado en 1935, formado por la Sección Francesa de la Internacional Obrera (socialista), el Partido Radical (centro) y con el apoyo del Partido Comunista (el cual no entró al gobierno pero lo apoyó). Durante la administración de Léon Blum (de la SFIO), el Frente Popular firmó acuerdos que reconocieron derechos sindicales y aumentó los sueldos, así como también otorgó el derecho de vacaciones pagas, entre otras medidas populares. Al mismo tiempo, la importancia estratégica de Francia era de sumo interés para la URSS, ya que ésta podía servir de contención territorial e ideológica de cara a la creación de la República Federal Alemana en 1949. Como ejemplo de esto, en el año 1966, el entonces presidente Charles De Gaulle viajó a Moscú, siendo el primer presidente europeo occidental que visitó el bloque socialista en plena Guerra Fría. La visita concluyó con acuerdos de cooperación mutua en temas consultivos y técnicos. Se puede decir, por lo tanto, que desde la perspectiva soviética, Francia era necesaria a nivel diplomático durante la Guerra Fría, como lo fue durante la década de 1930 y durante las operaciones militares asistidas durante la Segunda Guerra. De esta forma, la serie no muestra una Francia subsumida al eje occidental liderado por Washington y Londres. Isáiev muestra, de otra manera, una Francia idealizada por buenos recuerdos, aunque ellos no sean políticos sino de carácter más emocional. Volviendo a la serie, el capítulo once muestra una escena entre el pastor Schlag y un político emigrado en Suiza llamado Krause. En ella, el pastor le pregunta si realmente cree que países como el Reino Unido o EEUU, que profesan la religión cristiana, están dispuestos a negociar con Himmler, al cual él llama “el Anticristo”. Respondiéndole, Krause dice que tanto EEUU como la Alemania de Himmler se preocupan por el bolchevismo, por el futuro de Alemania y por conservar – aunque de otra forma – el nacionalsocialismo. El exiliado termina diciendo que, de todas maneras, la mayoría de la opinión pública no estará de acuerdo con negociar con una persona que “encarna todos los horrores del nacionalsocialismo”. Nuevamente se repite la misma secuencia argumentativa que se ha mencionado anteriormente: mostrar cómo Occidente, con tal de frenar el avance soviético, negocia con uno de los mayores genocidas del siglo XX. Por último, en el capítulo doce todas las negociaciones secretas entre EEUU y el representante de Himmler, Wolff, salen a la luz en la URSS. Moscú recibe un telegrama cifrado de Isáiev en el cual asegura la veracidad de las conversaciones: “A espaldas de la URSS, [los occidentales] están tratando de conseguir con los nazis una paz separada. Wolff está negociando en nombre de Himmler.” El 22 de marzo, el Ministro Molotov recibe en el Kremlin al embajador británico, Sir Archibald Kerr, y le entrega formalmente una nota del gobierno soviético manifestando su preocupación y repudio por la 12

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posibilidad de la capitulación de tropas alemanas en el norte de Italia a espaldas de la URSS, la cual lleva la mayor carga de la guerra contra Alemania, declarando que esa actitud es inadmisible. Posteriormente, el personaje que compone a Stalin le ordena a uno de sus secretarios que tome nota de la carta que le enviará al presidente de EEUU, Roosevelt: Altamente secreto. Personal. De I. Stalin al presidente F. Roosevelt. No hablo sobre honestidad y confiabilidad en mi carta. Nunca dudé de su honestidad y su confiabilidad, así como nunca dudé de la honestidad y confiabilidad del Sr. Churchill. Me gustaría señalar que durante nuestra correspondencia descubrimos una diferencia de opiniones en cuanto a lo que los Aliados pueden hacer y no pueden hacer con respecto al otro aliado. Nosotros, los rusos, pensamos que en la situación actual en los frentes, cuando el enemigo está a punto de capitular, cualquier reunión con los alemanes sobre temas de la capitulación de un aliado, requiere la participación del otro aliado en la reunión. […] Los americanos y los ingleses tienen una opinión diferente y consideran que la opinión de los rusos es errónea. Por ello, se negaron a que los rusos participaran en la reunión con los alemanes en Suiza. Ya lo escribí y lo repito una vez más: que bajo las mismas circunstancias, los rusos nunca le negarían a los americanos y a los ingleses participar en una reunión como esa. Considero que el punto de vista ruso es el único correcto porque excluye cualquier posibilidad de evocar desconfianza. Le aseguro que mis informantes son personas muy honestas y modestas que cumplen su deber con sumo cuidado y no tienen intención de insultar a nadie. Estas personas han demostrado su lealtad a su trabajo muchas veces.

De esta forma, se explicita para el final de la serie la desaprobación oficial soviética de estas negociaciones paralelas, mientras se lo ve a Isáiev yendo a un bar para encontrarse con un contacto de Berna. Allí, éste le plantea que el Centro no exige su regreso a Alemania ya que podría quedar al descubierto, pero que si siente que su situación es sólida, puede hacerlo. Posteriormente, le informa que se le otorgará en Moscú la medalla de Héroe de la Unión Soviética11 por haber desenmascarado la operación de Himmler con Occidente. Tras unos segundos de titubeo, Isáiev escribe una breve carta en francés, cuyo encabezado dice “querida” y finaliza con un “te amo” en el mismo idioma. Al terminar de escribirla, decide romperla y no se la entrega al contacto. En ningún momento de la serie se puede descubrir a quién podría estar dirigida esa carta, pero teniendo en cuenta el diálogo con el pastor Schlag sobre Francia y este mensaje, se podría suponer que en el país galo vive su pareja o un viejo amor. Por último, el día 24 de marzo de 1945 se ve a Isáiev manejando su auto rumbo a Berlín. Es decir que, en vez de privilegiar su vida personal o continuar con una misión en otra parte,

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Héroe de la Unión Soviética era el más alto título honorario y el grado de distinción superior de la URSS. Incluía la Orden de Lenin y, como señal de excelencia, la medalla de la Estrella Dorada, concedida por el Presídium del Soviet Supremo de la URSS. Era entregado por “hazañas heroicas al servicio del Estado y la sociedad soviéticos”. El primer galardón fue entregado en abril de 1934 y el último en diciembre de 1991. 13

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su deber de espía lo hace volver a Alemania incluso sabiendo que la Guerra está por terminar. Se muestra así a un Isáiev comprometido por la causa por la que tanto se esforzó y por la que tantos millones lucharon y murieron. Posteriormente, se ve a Isáiev a doscientos kilómetros de Berlín saliendo de su auto y sentándose al costado de la ruta, momento en el que se muestran imágenes de archivo de tropas soviéticas tomando Berlín y del desfile militar en Moscú en homenaje al triunfo frente al nazifascismo. De fondo, una voz en off relata: Hoy, 24 de marzo de 1945, Stirlitz está regresando a Berlín. La Gran Guerra Patria terminará en 45 días. La Guerra que salvó al mundo del hitlerismo, la Guerra en la que la Unión Soviética perdió 20 millones de vidas. Pero eso sucederá el 9 de mayo de 1945. El 20 de noviembre de 1945, en Núremberg sería el primer juicio en la historia de la humanidad, el juicio a los criminales militares. Los principales cargos de la acusación eran: el crimen contra el mundo, crímenes militares y crímenes contra la humanidad. El miedo a la venganza justa hizo que Hitler, Himmler y Goebbels se suicidaran. Pero la mayoría de los cómplices de Hitler comparecieron ante el Tribunal de la Historia el 22 de noviembre de 1945 y recibieron un veredicto merecido: ejecución en la horca. El 24 de junio en Moscú, en la Plaza Roja sería el desfile de las Fuerzas Armadas Soviéticas dedicado a la victoria sobre la Alemania fascista. Pero sobre esto, ni Stirlitz, ni ninguna otra persona en el mundo podría saberlo aún. Hoy, 24 de marzo, el mundo aún no ha sido liberado. Y es por eso que el Coronel Maxim Maxímovich Isáiev está regresando a Berlín. Él va a trabajar.

De esta forma terminan los doce capítulos de Diecisiete instantes de una primavera, serie de 1973 que retrata la vida de un espía soviético dentro de la jerarquía nazi en los últimos días del nazismo. Al igual que Isáiev dejó de lado su vida personal antes de la Guerra, la volverá a dejar de lado los últimos 45 días de la misma para poder concluir su trabajo. La voz en off no sólo remarca esto sino también el enorme esfuerzo militar y humano que realizó la URSS para liberar al mundo del nazi-fascismo.

Interpretaciones de la serie y su contexto histórico Habiendo desarrollado el análisis de la serie, se intentará realizar una interpretación sobre algunas cuestiones de la misma. En primer lugar, en este trabajo se considera llamativa la lógica argumentativa del espía Isáiev-Stirlitz. En los diálogos con sus camaradas o con espías que recluta, no plantea que los campos de lucha sean el socialismo contra el fascismo, sino la libertad contra los horrores nazis. Las convicciones que lo llevan a actuar son más por patriotismo y amor a su Madre Patria que por motivos ideológico-clasistas. Si hay algo para remarcar de la Segunda Guerra Mundial, es que el PCUS bajo la dirigencia de Stalin tuvo que recurrir al uso del concepto Gran Guerra Patria para lograr movilizar a la 14

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mayoría de la población, teniendo en cuenta aún a aquellos que no lucharían bajo la bandera del comunismo. De esta forma, no sería de extrañar que este concepto – utilizado por primera vez en 1941 – se proyectara a lo largo de la historia de la URSS, reviviendo el patriotismo por la Gran Rusia, más que el amor por la causa revolucionaria socialista. Por otro lado, la serie presenta a los personajes con sus contradicciones. Es decir que no hay buenos y malos por antonomasia, sino personas que actúan en determinadas y complejas circunstancias. Se podría pensar que esto se usa como una estrategia ideológica en plena Guerra Fría, momento en que los soviéticos debían volcar todas sus fuerzas contra el eje occidental. Otro punto a destacar es que, entendiendo a la serie en tanto propaganda con carácter pedagógico, no se reflexiona en torno al surgimiento del fascismo y del nazismo. La división entre “alemanes” y “nazis” que se ha mencionado anteriormente puede atribuirse a la concepción soviética del nacimiento del fascismo como instrumento de preservación del capital. La Internacional Comunista12 en los años veinte, analizando al fascismo italiano, entendió que había una estrecha relación entre capitalismo y fascismo. Derivada de la teoría leninista del imperialismo, se sostenía que la caída inevitable del capitalismo daba lugar a una creciente necesidad, por parte de los grupos más reaccionarios del capital financiero, de asegurar sus objetivos imperialistas manipulando a las masas. Según esta interpretación, la política era una función directa de la economía y los movimientos de masas fascistas eran producto de la manipulación capitalista. Sin embargo, interpretaciones como las del historiador estadounidense Peter Fritzsche ven el surgimiento del nazismo como un producto no sólo económico-histórico sino también cultural, y lo retrotrae a 1914 y los inicios de la Primera Guerra Mundial. Según este autor, a partir de ese año se puso en movimiento una dinámica populista y democrática en la política alemana, dando lugar al surgimiento de los nacionalsocialistas de forma consentida. Desde su postura, en vez de ver a los alemanes arrastrados por los nazis, entiende que “[…] actuaron de una manera mucho más deliberada e ideológica.” (Fritzsche, 2012: 14) En este trabajo se sostiene que el surgimiento del fascismo y del nazismo debe ser analizado desde una perspectiva histórico-económica, entendiendo cómo los representantes del capital tuvieron que protegerlo bajo cualquier forma de gobierno. Sin embargo, ese análisis

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La Internacional Comunista o Comintern (por sus siglas en inglés), fue una organización comunista internacional, fundada en marzo de 1919 por iniciativa de Vladímir Illich Lenin y el Partido Comunista de Rusia (bolchevique), que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la “supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets, la completa abolición de las clases y la realización del socialismo, como primer paso a la sociedad comunista”. Fue disuelta en 1943 durante el período estalinista. 15

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debe ser combinado con perspectivas histórico-culturales que permitan complejizar el estudio del surgimiento del fascismo y del nazismo e indagar sobre sus raíces. Por lo tanto, aquí se entiende que una parte del pueblo alemán fue soporte activo de las políticas nacionalsocialistas, y no fue manipulado inconscientemente por el partido nazi. Esto no surgió en 1933, sino que deviene de una tradición cultural del siglo XIX. De todas formas, se considera que es fundamental tener en cuenta que la profunda persecución y exterminio de cualquier tipo de oposición logró silenciar a las voces más contrarias y radicales, así como también se hizo extensivo a quienes se consideraba racialmente inferior. Así, sin un análisis históricoeconómico-cultural, la imagen de Alemania durante el nazismo quedaría como la de una sociedad homogénea, cuando nunca lo fue. 13 Por último, resulta importante problematizar sobre posibles analogías entre el régimen nazi y el socialista. El autor del libro, Semiónov, vio personalmente el trato que tuvo su padre durante el estalinismo y cómo fue condenado por supuestos apoyos a opositores del líder soviético. Al mismo tiempo, fue parte de una generación de escritores que vivieron las consecuencias del XX° Congreso del PCUS y las críticas de Jrushchov al estalinismo. 14 En el cuarto capítulo de la serie, el secretario personal de Himmler recuerda a viejos compañeros que formaron parte del partido a principios del nazismo, y se queja de que hayan sido olvidados tan rápido. Si bien es cierto el asesinato de muchos compañeros de Hitler una vez que éste asumió el poder, ¿no podría pensarse que esta reflexión también se refiere a las purgas de Stalin15 y la desaparición de muchos bolcheviques de la primera etapa? Esto no significa que en este trabajo se entienda a Semiónov como un opositor abierto al régimen estalinista, sino que podría considerarse esta cuestión, ya que la censura al arte por parte del PCUS no fue sólo una política del período estalinista, sino que continuó durante el período de Jrushchov y Brézhnev también.

Conclusiones En este trabajo se ha intentado aportar sobre el estudio de la historia cultural, artística y política de la URSS durante la Guerra Fría. Entendiendo que ésta tuvo diferentes etapas, se

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Para estudios culturales del fascismo y nazismo, ver: Mosse (2007); Fritzsche (2012); Schorske (2011); Gentile (2005; 2007). Para un balance historiográfico sobre el nazismo, ver: Kershaw (2013). 14 Para más información, ver Kagarlitsky (2006). 15 A fines de la década de 1930, el PCUS a cargo de Stalin llevó a cabo una serie de campañas de represión y persecución a miles de afiliados del partido. Cientos de miles de ellos, al igual que socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos y se les hicieron juicios públicos. Las sentencias fueron el envío de gran parte de ellos a campos de trabajo o ejecuciones. 16

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entiende que el año 1973 no fue una de las más álgidas de la misma, a diferencia de 1962 (crisis de los misiles) o 1979 (guerra de Afganistán). 16 En una sociedad como la soviética, en donde los medios audiovisuales y el cine tuvieron una enorme importancia estratégica, analizar Diecisiete instantes de una primavera contribuye a estudiar dos aspectos fundamentales de la historia del primer país socialista del mundo: por un lado, el uso del cine como medio de propaganda del PCUS durante la Guerra Fría; por otro, el uso de la historia como un campo en disputa de diversos intereses (en este caso particular, la historia de la Segunda Guerra Mundial-Gran Guerra Patria). De esta forma, Diecisiete instantes... no fue sólo una serie más de la URSS, sino una serie que pretendió educar a las masas soviéticas en un período de constante confrontación con el bloque occidental. El uso de la Historia en producciones artísticas con fines políticos no fue exclusivamente patrimonio de la URSS, sino también de todos los países y en todos los períodos históricos. Por este motivo, entendiendo a la Historia como un campo en disputa entre sectores que pretenden ocupar posiciones dominantes, Diecisiete instantes… es un ejemplo de cómo el PCUS utilizó una producción cultural para luchar ideológicamente contra su oponente occidental.

Bibliografía consultada FONTANA, Pablo (2012), Cine y colectivización: la representación cinematográfica del proceso de colectivización soviético, Buenos Aires: Zeit. FRITZSCHE, Peter (2012), De alemanes a nazis: 1914-1933, Buenos Aires: Siglo XXI. GENTILE, Emilio (2005), La vía italiana al totalitarismo: partido y estado en el régimen fascista, Buenos Aires: Siglo XXI. GENTILE, Emilio (2007), El culto del Littorio: la sacralización de la política en la Italia fascista, Buenos Aires: Siglo XXI. HALBROOK, Stephen (2006), “Operation Sunrise: America's OSS, Swiss intelligence, and the German surrender 1945”. Actas de la conferencia internacional (Locarno, 2 de marzo de 2005), editado por Marino Viganò y Dominic M. Pedrazzini (Lugano 2006), pp. 103-130. KAGARLITSKY, Boris (2005), Los intelectuales y el estado soviético. De 1917 al presente, Buenos Aires: Prometeo.

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Para un balance sobre las etapas de la Guerra Fría, ver Saz Campos (1993). 17

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KERSHAW, Ian (2013), La dictadura nazi: principales controversias en torno a la era de Hitler, Buenos Aires: Siglo XXI. MOSSE, George (2007), La nacionalización de las masas: simbolismo político y movimientos de masas en Alemania desde las Guerras Napoleónicas al Tercer Reich, Buenos Aires: Siglo XXI. SAZ CAMPOS, Ismael (1993), “La Guerra Fría”, en Historia del Mon Contemporani, Valencia: Generalitat Valenciana. SCHORSKE, Carl (2011), La Viena de fin de siglo. Política y cultura, Buenos Aires: Siglo XXI. SEMIÓNOV, Yulián (2014), Diecisiete instantes de una primavera, Buenos Aires: Cienflores y La Granada. VON BENDA-BECKMANN, Bas (2010), A German catastrophe? German historians and the Allied bombings, 1945-2010, Ámsterdam: Amsterdam University Press.

Serie consultada Diecisiete instantes de una primavera [Семнадцать мгновений весны] (URSS, 1973) Tatiana Mijáilovna Lióznova.

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