Los símbolos religiosos en un semanario libera. La caricatura de El Hijo del Ahuizote y la construcción de un ciudadano moderno

May 20, 2017 | Autor: M. Morales Flores | Categoría: Journalism, 19th Century Mexican History, Porfirio Díaz, Caricatura política, Daniel Cabrera
Share Embed


Descripción

Los símbolos religiosos en un semanario liberal. La caricatura de El Hijo
del Ahuizote y la construcción de un ciudadano moderno[1]

Mónica Morales Flores[2]
CUCSH-UdG

Resumen: Este texto analiza el discurso de la caricatura de combate del
semanario El Hijo del Ahuizote como herramienta en la formación del
ciudadano moderno mediante el uso de símbolos y personajes religiosos en
analogía con los infortunios del pueblo. Pretende mostrar como a través de
la imagen la prensa de oposición buscó crear una conciencia liberal-
reformista acorde a su idea de lo que debía ser y hacer un ciudadano
moderno.

Palabras clave: Caricatura, prensa, Porfiriato, El Hijo del Ahuizote,
Daniel Cabrera, símbolos religiosos.

I. Risa y modernidad. La caricatura política y la construcción de un nuevo
ciudadano
El humor y la risa han jugado un papel importante en la historia de la
humanidad, en el siglo XIX ambos fueron aprovechados por periodistas y
caricaturistas independientes para denunciar las miserias del pueblo y los
excesos del gobierno, las páginas de la prensa se convirtieron en el medio
más eficaz donde los artistas plásticos difundieron sus ideales políticos,
es así como la caricatura adquirió representación social al retratar "el
alma mexicana" convirtiéndose en el espejo de la vida nacional. A lo largo
de ese siglo el pueblo[3] mexicano necesitó verse a sí mismo como un todo
homogéneo a partir de sentimientos de honor, patria y gloria y de hazañas
épicas protagonizadas por héroes nacionales. Quienes asumieron la tarea de
divulgar esta imagen de modernidad y civismo fueron entre otros los
caricaturistas opositores a través de la prensa ilustrada, poniendo al
descubierto los excesos y desatinos de la elite gobernante exaltando la
comicidad de los políticos con el fin de educar a la opinión publica y
difundir sus ideales, exhibir las contradicciones y los abusos del grupo en
el poder[4].
Los dibujantes satíricos del siglo XIX están al tanto de los motivos
permanentes de risa: la estupidez de los opresores, las vanidades del
poder, el snobismo, el deseo de engañar a todos al mismo tiempo, las
tonterías de los arribistas, la fatuidad de los burócratas, la
rapacidad de los políticos y su hambre de estatuas ecuestres donde, a
la vista de las generaciones, galope su fama[5].


Los caricaturistas mexicanos hicieron esfuerzos tempranos por
introducir en sus dibujos características propiamente nacionales con el fin
de crear una conciencia patriota que forjara el tipo de sociedad que ellos
deseaban, esta ideología buscaba la unidad nacional a través de la
identificación con lo mexicano, es decir, el nacionalismo como vehículo de
cohesión e instrumento de propaganda política y educativa. La formación de
la conciencia nacional también estuvo cargada de connotaciones políticas
donde ya no bastaba ser y sentirse mexicano, ahora éste debía actuar como
tal. Este deseo se vio inicialmente en la difusión del sistema escolar, en
la enseñanza de la historia patria, la fundación del panteón de héroes
civiles -por supuesto liberales-, la literatura, el arte y la caricatura
difundida en la prensa periódica del país. Los motivos usados por los
caricaturistas desde la época de Juárez fueron indiscutiblemente la
Constitución de 1857 y la Patria, "la Constitución que servía de marco
legal al desarrollo de la nación se presenta siempre lista para ser
remendada, cortada y corregida de acuerdo con los mecanismos de control de
la Cámara y el subterfugio de las facultades extraordinarias de la facción
en el poder para ajustar su aplicación a la realidad"[6]. En el Porfiriato,
la Constitución y la Patria compartieron espacio con otros temas claves
como la represión a la prensa, el derecho al voto, la no re-elección o el
anticlericalismo.


A pesar de la represión la prensa jugó un papel importante en la vida
política y cultural de la nación pues además de cumplir con su labor
informativa se atribuía la tarea de regeneradora social, "en este periodo
florecieron los periódicos de oposición, ilustrados por grabadores,
promotores de la caricatura política como una forma de esclarecimiento y de
lucha contra el porfirismo"[7], así como de publicaciones de carácter
literario, obrero, agrario, infantil y religioso, siendo la prensa de
combate la que más luchas enfrentó para conservar y seguir con su labor.
"En la época Porfirista la caricatura(…( aumentó la fuerza de los ideólogos
de la Revolución; llegó a las grandes masas analfabetas hablándoles en su
mismo lenguaje, explotando el sentimiento por medio de imágenes de fácil
comprensión"[8], convirtiéndose en pieza clave para entender y difundir los
ideales republicanos de democracia, libertad, igualdad y justicia. Los
creadores de estas imágenes son caricaturistas animados por el espíritu
republicano y por la urgente planeación de un proyecto político para
México.
Un significativo ejemplo de lo anterior lo encontramos en semanario El
Hijo del Ahuizote (1885-1903) que a través de sus caricaturas sarcásticas,
directas y críticas, y sus editoriales, notas y artículos mordaces se
convirtió en la publicación de fin de siglo más recalcitrante y crítica al
gobierno del General Porfirio Díaz. Este periódico obra directa de Daniel
Cabrera Rivera[9] respondió a una filiación ideológica donde la moral y la
ética eran valores fundamentales para la "creación" de un Estado y un
ciudadano modernos, apegados a los principios liberal-reformistas. Lo que
Cabrera pretendía a través de las páginas de su semanario era "educar al
pueblo, es decir, a las minorías liberales lejos de la influencia católica
y del control del Estado, en sus derechos democráticos e inculcar en ellos
una fe liberal radical" [10].
La tarea no era fácil si tomamos en cuenta que el grueso de los
capitalinos eran analfabetos, indiferentes a la política y con una fuerte
tradición católica que complicaba esta labor. La solución fue utilizar
todos aquellos símbolos de raigambre popular ya fueran ficticios o reales
siendo el discurso religioso el explotado por los dibujantes a partir de
una serie de analogías entre Jesucristo y el país.

II. De los dolores de la Virgen a la resurrección del Sufragio Libre. Los
símbolos religiosos en El Hijo del Ahuizote
Durante el Porfiriato la Constitución, máximo símbolo de legalidad para los
grupos liberales, fue sistemáticamente ignorada, reformada y adaptada a los
intereses de la elite en el poder, la Carta Magna al igual que las Leyes de
Reforma, el sufragio libre y la libertad de imprenta quedaron aplastados
por el gobierno. Como respuesta a estas violaciones la prensa de oposición
ilustrada con caricaturas asumió la complicada tarea de evidenciar las
atrocidades cometidas por el régimen, para lograrlo los caricaturistas
usaron toda clase de símbolos, acontecimientos, representaciones y
personajes que se identificaran con el pueblo y que de uno u otro modo
reflejaran de manera clara y directa la situación del país. Para tal efecto
la caricatura explotó dos vertientes: la política-económica y la social-
religiosa, la primera dirigida a evidenciar los errores y desatinos de los
Ministros encargados de la política y economía nacionales y la social-
religiosa que tuvo un alcance mayor.
La religión fue campo propicio para desencadenar ideologías
moralistas del Bien y del Mal en un maniqueísmo representado por dos
fuerzas. El periodismo independiente como interprete del pueblo, y
Díaz con su gabinete de científicos al resaltar la conciencia moral
con una serie de pasajes sagrados que representaban las injusticias
de sus gobernantes[11].


Bajo estos principios, si la Constitución era sagrada sus redactores
lo eran también, es decir, los liberales que personificaban al bien se
erigían como los únicos con autoridad moral para decidir el destino del
país y marcar el límite entre el Bien y el Mal, entre lo correcto e
incorrecto. Esta utilización de pasajes y personajes sagrados es llevada a
cabo por la prensa opositora en su afán de disputarle al Estado entre otras
cosas la construcción de la Historia Nacional como herramienta pedagógica
para formar al nuevo ciudadano, convirtiéndola en historia "sagrada" con
"santos y traidores, y vicios degradantes. El
vocabulario histórico se carga de palabras religiosas que añaden a las
palabras claves de la ideología política una carga afectiva propia para
colocarlas más allá del análisis, al conferirles el aura perteneciente a lo
sagrado"[12]. El uso de analogías, y metáforas de personajes ilustres con
periodos históricos que adquieren el carácter de "mártir", "sagrado",
"santo" y/o "divino" -calificativos usados por los liberales para referirse
a la Constitución, la democracia, la justicia y las Leyes de Reforma-, se
convierten en la mejor elección para formar un pueblo nuevo.
Para los periodistas y caricaturistas liberales anticlericales, que no
anticatólicos, los temas religiosos significaron una magnífica fuente de
inspiración para, a través de sus plumas litográficas y su ingenio,
elaborar imágenes cargadas de simbología religiosa e ideología liberal, tal
es el caso de los colaboradores de El Hijo del Ahuizote quienes representan
la facción radical del grupo liberal cuyo planteamiento principal es la
construcción de un Estado moderno bajo los principios del liberalismo
francés.
El uso del discurso religioso tiene como objetivo específico
convertirse en el reflejo de la situación del pueblo y mediante la
comparación de sus sufrimientos con los de Jesús o la Virgen acabar con la
indiferencia y pasar al plano de la acción política e incluso de ser
necesario a la acción armada. Labor que finalmente llegó con los liberales
radicalizados como Camilo Arriaga, Juan Sarabia, Librado Rivera, Antonio
Díaz Soto y Gama y Enrique y Ricardo Flores Magón.
En El Hijo del Ahuizote encontramos un porcentaje considerable de
caricaturas que utilizan este discurso religioso-moralizante, las fechas en
que sistemáticamente aparecen son el 5 de febrero -que corresponde al
aniversario de la promulgación de la Constitución de 1857 y que coincide
con la celebración del primer mártir mexicano: San Felipe de Jesús-; los
meses de marzo y abril -correspondientes a la Cuaresma- y finalmente
diciembre y enero, particularmente el 24 de diciembre y el 6 de enero -días
que se festeja el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos-.
En una sociedad tradicionalista como la del México decimonónico el
"Catecismo del padre Ripalda" y el "Calendario de Galván" marcaban las
actividades cotidianas de la población y daban la pauta en las
celebraciones citadinas, la fiesta del pueblo o el nombre del bautizado. En
este contexto la religión católica y el clero se convirtieron "no sólo en
el centro de la vida religiosa, sino también en la única y verdadera
autoridad a la cual se acude"[13]. La caricatura no fue ajena a tal
influencia, pero esta se usó en otro sentido y con otros intereses de tal
forma que Nuestra Señora del Carmen, San Felipe de Jesús, San Miguel
Arcángel, María Magdalena y La Virgen de Guadalupe, La Semana Santa con el
Calvario y la Crucifixión de Jesús o la resurrección de Lázaro fueron
algunos de los pasajes bíblicos y figuras católicas que se convirtieron en
la inspiración de Daniel Cabrera, Jesús Martínez Clarión y Santiago
Hernández para retratar la realidad del país. Dentro de los múltiples
elementos iconográficos utilizados encontramos a la Virgen María que
encarna a la Constitución del ´57, lugar que comparte con la Reforma, la
Patria y en contadas ocasiones con la Ciudad de México, la Virgen es
utilizada como símbolo femenino intocable e intachable y por lo tanto como
madre de los nuevos mexicanos. A partir de 1900 las referencias religiosas
se transforman, las estampas centradas en la Virgen o las analogías de
Jesucristo con el General Díaz son sustituidas por el "Mesías-Sufragio
libre", el "Mesías-Partido Liberal" y el "Mesías-Pueblo".
Éste con los pies descalzos, sombrero de paja, camisa y pantalón de
manta, desnutrido y aletargado por el hambre, la represión y la
indiferencia -explicable en un país coartado por La Matona, la Ley Fuga,
Doña Paz Trancazo y 80% de analfabetos-, camina rumbo al monte Calvario
después de la traición de Judas Iscariote, cargando la pesada cruz que
reúne a la Santísima Trinidad Porfiriana: Dictadura, Tiranía y Conciliación
(imagen 1). Escoltando al pueblo van los ministros cargando los
instrumentos con los que se procederán a la crucifixión: Bernardo Reyes
(Guerra y Marina), Ignacio Mariscal, (Relaciones Exteriores), Manuel
Fernández Leal, (Fomento) y Justino Fernández (Justicia e Instrucción
Pública), encabezados por Manuel González Cosío (Gobernación).
En otra estampa Jesús Martínez Carrión lo dibuja recibiendo los azotes
del caciquismo personificado por el gobernador de Tlaxcala Próspero
Cahuatzin, en la imagen aparecen el Machetismo, Porfirio Díaz y La Matona
como símbolos de represión y autoritarismo, vemos también al gobernador del
Distrito Federal Telesforo García, interpretando al gachupinismo. Sentada
en primer plano la Reelección se entretiene con el monigote del sufragio
libre, mientras el clero se atraganta con el diezmo otorgado por los fieles
y devotos penitentes (imagen 2).

















Imagen 1
Imagen 2
La lanza y los clavos
Las cinco llagas del Señor pueblo Jesús
1901
1901
El Hijo del Ahuizote
El Hijo del Ahuizote
Hemeroteca Nacional-UNAM
Hemeroteca Nacional-UNAM
México
México


El escenario político se transforma y al cambiar el siglo aparecen los
primeros clubes liberales, el gobierno al percatarse de la importancia que
van adquiriendo a lo largo y ancho del territorio pone en marcha su aparato
represor aumentando los encarcelamientos injustificados, las órdenes
judiciales contra redactores y caricaturistas, la persecución y
desaparición de periodistas y la clausura de cualquier órgano de
difusión[14], marcando el fin del periodismo más combativo y beligerante
del siglo XIX.
En 1902 Enrique y Ricardo Flores Magón arriendan el semanario de
Cabrera, un año antes se crea en San Luis Potosí el Club Liberal Ponciano
Arriaga encabezado por los Magón y Camilo Arriaga, dirigente del Centro de
Clubes Liberales de la República Mexicana. Desde principios de año las
referencias a estos tempranos partidos políticos son notorias y los
paralelismos con la resurrección de Lázaro no se hacen esperar, ahora los
Clubes Liberales y el periodismo independiente encarnan a Jesús. Ponciano
Arriaga resucita a Lázaro no por un milagro sino por su manifiesto de
libertad, democracia e igualdad (imagen 3). La resurrección del sufragio
sólo llegará mediante el ejercicio libre y responsable del pueblo para
elegir un gobierno democrático, los periodistas creyendo que éste se
encuentra listo para el siguiente paso en la lucha ideológica se aventuran
e incitan a la lucha armada para derrocar al antiguo régimen (imagen 4). La
represión de más de veinte años los ha llevado al radicalismo, ya no hay
marcha atrás, "parece que ha llegado el momento de romper las plumas, para
esgrimir en su lugar la fusta"[15] advierte El Hijo del Ahuizote a sus
lectores en 1903.













































Imagen 3
Imagen 4
Domingo de Lázaro
La resurrección de Lázaro
1903
1901
El Hijo del Ahuizote
El Hijo del Ahuizote
Hemeroteca Nacional-UNAM Hemeroteca
Nacional-UNAM
México
México


La Redacción del semanario retoma el pasaje bíblico de Jesús y Lázaro
y en un artículo titulado "El Evangelio Chiquito" leemos la versión de su
muerte al más estilo "Ahuizotuno": Lázaro llamado Sufragio vivía con sus
hermanas Constitución y Reforma "y este hermano no les servía para maldita
la cosa por que estaba baldado y leproso", todos los fariseos, centuriones,
gobernadores de provincia y alcaldes de pueblos cometían abusos y
atropellos contra ellas y Lázaro sin poder levantarse desde hacía doce años
no podía ayudarlas, "hasta que en la Pascua electoral del año 92, sus
hermanas vieron que estaba bien muerto. Y enterraron a Lázaro en el panteón
del olvido", pasaron ocho años y las hermanas escucharon hablar de un
profeta llamado El Periodismo independiente a quien le pidieron ayuda, éste
se dirigió al difunto que abrió los ojos pero no se levantó por miedo a que
lo golpearan nuevamente "y ahí sigue Lázaro haciéndose el muerto"[16]
esperando que el pueblo lo resucite mediante el voto electoral (imagen 5).
Los redactores aprovechando la semana mayor manejan un mensaje claro
tanto en el discurso escrito como en el gráfico, mientras exista mayor
parecido entre la vida de Jesucristo y el Pueblo, mayor identificación
habrá con su sufrimiento y los milagros del Mesías. Tal como éste logró
resucitar a Lázaro, el pueblo podrá regresar a la vida al sufragio si
decide ejercer su derecho como ciudadano.










Imagen 5
Lázaro
1900
El Hijo del Ahuizote
Hemeroteca Nacional-UNAM
México




Esta última imagen resume el objetivo del semanario al usar los
símbolos religiosos en la construcción de este ciudadano moderno, el
"Mesías-Partido Liberal" renace de entre los muertos con nuevos bríos para
enfrentarse al régimen, en este pasaje Bíblico-político el Mesías porta el
estandarte del Club antireeleccionista Redención, del periódico Excélsior y
del Club Liberal Ponciano Arriaga, en la estampa vemos a Jesucristo que se
levanta imponente frente a Porfirio Díaz, Bernardo Reyes y José Ives
Limantour quienes, ante la presencia divina del redentor cubierto con el
manto sagrado del civismo huyen despavoridos buscando ponerse a salvo del
resucitado (imagen 6).

















Imagen 6
Pasaje Bíblico-político
1903
El Hijo del Ahuizote
Hemeroteca Nacional-UNAM
México



III. Últimas reflexiones
Las caricaturas anteriores significan un repensarse y replantearse el ser
católico y al mismo tiempo ciudadano moderno de finales del siglo XIX y con
esto incitar a la reflexión frente a la propia imagen caricaturizada. La
labor de estas estampas demás de poner en un plano terrenal los dolores
divinos comparándolos con los sufrimientos del pueblo es formar un
ciudadano consciente de su situación con el afán de construir en el
imaginario nacional un pueblo moderno, civilizado y democrático.
Como buenos periodistas, los caricaturistas políticos no limitan su
labor a exponer los problemas del país, muestran a sus lectores que la
solución a sus males se encuentra al alcance de sus manos: el Sufragio
libre, sinónimo de modernidad. Porque si bien la elite gobernante
encabezada por el General Díaz es el causante de la situación nacional el
pueblo tiene su parte de culpa, es apático e indiferente -actitudes
criticadas por los artistas de la pluma litográfica-.
Los símbolos religiosos relacionados con el discurso liberal resultan
sobresalientes, el uso del evangelio como material didáctico fue un gran
acierto de los caricaturistas de El Hijo del Ahuizote, el objetivo de estas
estampas va más allá de un simple recordatorio de la vida y sufrimientos de
Jesús, representan una comparación de los dolores del pueblo con los del
Nazareno, con el objetivo de aleccionarlo y llevarlo por el camino de la
democracia.
Estos símbolos también sirvieron para denunciar y defender el máximo
símbolo de legalidad de los grupos liberales, en este sentido la imagen
virginal fue excelente metáfora para representar a la Constitución del ´57
como figura inmaculada e indefensa ante los embates y excesos de la elite
porfiriana y el Sufragio libre como representante de Jesucristo en el mundo
liberal.
En resumen estas caricaturas representaron excelentes editoriales
gráficos que invitaban a los lectores a reflexionar sobre su situación,
situación que podía terminar si el pueblo asumía su compromiso cívico-
político con el país.

IV. Fuentes
Hemerográficas
- El Hijo del Ahuizote, 1900-1903
Bibliográficas
- Acevedo, Esther, Constantino Escalante, una mirada irónica, Col. Círculo
de arte, CNCA, México, 1996.
- --------------------, La caricatura política en México en el s. XIX.
Col. Circulo del arte, México, CONACULTA, 2000.
- Barajas, Rafael, El país de El Hijo del Ahuizote, (en prensa).
- ----------------------, "De los panfletos con monitos a la Carta Magna",
en Caricatura y rebelión, Proceso Bi-centenario, fascículos coleccionables
#12, marzo de 2010.
- Bonilla, Helia, "La historia patria en una publicación jacobina. El Hijo
del Ahuizote", en Los Pinceles de la historia. La formación del Estado
Nacional, 1864-1910, Museo Nacional de Arte, México, 2003.
- Brading, David, México del antiguo régimen a la revolución, 2 vols.,
México, FCE, 2000.
- Escamilla, Guadalupe, "El Hijo del Ahuizote: semanario feroz, padre de
más de cuatro", Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, año
XXVIII, Nueva Época, julio-septiembre 1982, número 109.
- Monsivais, Carlos, "Si el gobierno supiera que así lo vemos (política,
sociedad y litografía en el México del siglo XIX)", en Nación de imágenes.
La litografía en el México del s. XIX, México, MUNAL, 1994.
- Morales Flores, Mónica, La caricatura de combate en la ciudad de México
durante el Porfiriato. El caso de El Hijo del Ahuizote. Una aproximación al
discurso gráfico del semanario, Tesis de Licenciatura en Historia, México,
ENAH, 2005.
- Trujillo Barriga, Ana Bertha, La caricatura política en México, tesis de
licenciatura en Ciencias de la Comunicación, México, FCPyS-UNAM, 1990.
- Ortiz Monasterio, José, Patria tu ronca voz me repetía…Vicente Riva
Palacio y Guerrero, UNAM- Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora, México, 1999.
-----------------------
[1] El presente texto se desprende de una investigación más amplia
presentada para obtener el grado de Licenciada en Historia en la Escuela
Nacional de Antropología e Historia (ENAH) en 2005.
[2] Doctora en Historia y Etnohistoria por la Escuela Nacional de
Antropología e Historia (ENAH), actualmente se encuentra realizando una
estancia de investigación posdoctoral con el tema "Imágenes de un
conflicto. La fotografía catalana de la Guerra civil española ", en el
Doctorado de Ciencias Sociale del Centro Universitario de Ciencias Sociales
y Humanidades (CUCSH), Campus Los Belenes, Zapopan, de la Universidad de
Guadalajara, México. Miembro del seminario "La fotografía documental" (Mora-
INAH-UNAM). Ha participado en diferentes Congresos con el tema del
fotoperiodismo en México: "Fotoperiodismo y movimientos armados. Rodrigo
Moya en Guatemala, aproximaciones a una secuencia fotográfica", 53 ICA,
México, 2009 y "La «fotografía envolvente» de Rodrigo Moya. Una mirada
documental a la Guatemala insurrecta", VI Jornadas de Fotografía y
Sociedad, Buenos Aires, Argentina, 2009 (ambas publicadas en las memorias
de los Congresos). Y sobre caricatura política mexicana: "La imagen más
allá de la fotografía. La caricatura de combate en la ciudad de México a
fines del siglo XIX" y "Caricatura política y disidencia en el Porfiriato:
el caso de El Hijo del Ahuizote", en la ENAH. Colaboradora en diferentes
proyectos de investigación: "Fotoperiodismo y movimientos estudiantiles en
México" y "El país de los Ahuizotes, la caricatura mexicana de oposición".
[3] Para el grupo liberal el "pueblo" queda reducido a la elite cultural y
la oligarquía liberal en el poder, cuyos "jóvenes liberales demócratas
reivindicaban la soberanía popular [que] tuvieron que proclamarse como y gobernar por la vía autoritaria, a la manera de los jacobinos de
la Revolución francesa", es decir, eran en su conjunto el "pueblo legal",
aquel mencionado en la Carta Magna. En la práctica el "pueblo real", seguía
bajo las características del Antiguo Régimen. Sin voz ni voto en los
asuntos nacionales. Brading, México, 2000, p. 11.
[4] Acevedo, Constantino, 1996, p.14.
[5] Monsivais, "Gobierno", 1994, p. 114.
[6] Acevedo, Caricatura, 2003, p. 29.
[7] Escamilla, "Hijo", 1982, p. 117.
[8] Escamilla, "Hijo", 1982, 118.
[9] Daniel Cabrera Rivera fue un artista litográfico egresado de la Escuela
de Artes y Oficios de la ciudad de México, se inició en el periodismo
gráfico colaborando en "El Progreso de Zacatlán", semanario publicado en
ese municipio del norte de Puebla. En 1885 funda "El Hijo del Ahuizote" con
el apoyo del General Vicente Riva-Palacio, años más tarde funda y dirige
"El Nieto del Ahuizote" y al iniciarse el siglo XX continúa su labor
opositora al régimen de Díaz con "El Colmillo Público" y "El Ahuizote
Jacobino". Para un acercamiento profundo a este personaje: Morales,
Caricatura, 2005; Barajas, País (en prensa), Barajas, "Panfletos", 2009.
[10] Helia Bonilla sostiene que "una de las estrategias centrales del
semanario fue la promoción de una visión histórica en la incipiente
colectividad de ciudadanos, la cual pretendía contrarrestar y servir de
crítica a la gestación porfirista y su manejo de la historia". La manera en
como pretendía llevarla a cabo era a través "de la enseñanza de los
derechos democráticos, deberes cívicos, y una historia liberal que exaltaba
a los héroes de la Independencia, la Reforma y la lucha contra la
Intervención y sus aliados clericales", Bonilla, "Historia", 2003, p. 191.
[11] Trujillo, Caricatura, 1990, p. 35. En términos bíblicos, el Bien
significa la total obediencia y amor hacia Dios. Es el actuar con justicia,
amor, y bondad al prójimo, y la recompensa por seguir y respetar los
Mandamientos de la Ley de Dios es el ascenso al cielo. Por el contrario el
Mal, encarnado en el Diablo es la desobediencia y rebelión contra Dios. En
el discurso liberal la Constitución representa al Bien y los Mandamientos
divinos. Defenderla y respetarla es el triunfo del ideal liberal-
reformista. El régimen porfirista representa el Mal y Díaz personifica al
diablo. El traicionar éstos ideales condenaría irremediablemente al pueblo
al autoritarismo del Estado.
[12] Brading, México, 2000, p. 430.
[13] Brading, México, 2000, p. 224.
[14] Brading, México, 2000, p. 31. La transformación de estos Clubes se da
de forma paulatina, en sus inicios buscaban la igualdad y justicia social
emanada de los ideales liberales heredados de la Reforma, para los miembros
de estas asociaciones existían dos armas poderosas: el sufragio libre y
universal y la educación del pueblo, principios necesarios para librar a la
Nación mexicana del régimen porfirista y con los que Daniel Cabrera y
colaboradores del semanario estudiado comulgaba plenamente.
[15] El Hijo del Ahuizote, 1º de febrero de 1903, p. 70.
[16] Lucas Evangelista, "El evangelio Chiquito, Capitulo IX. Muerte de
Lázaro", El Hijo del Ahuizote, 1º de abril 1 1900, p. 202-203.
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.