Los Relojes se han roto. Antología de poesía peruana de los noventas

June 7, 2017 | Autor: Carlos Villacorta | Categoría: Poesía latinoamericana, Literatura peruana, Poesía Peruana
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Descripción

Los

RELoJES sE HAr{

Antología

de þoesía

þeruønø

Roro

d,e los noaenta

Selección y prólogo de Enrique Bernales y Carlos Villacorta

.M @ EDICIONBS ART.EQUíN

En estos días en los que la muerte es

un adorno Para la vida'

las horas del futuro se han venido al presente; los relojes se han roto, o se los han robado

Morqrsrnn'lr Árv¡nez

RELoJES sE HAN Roro: MUESTRA DE LA NUEVA

Los

ponsÍe

PERUANA

I "¿Para

qué poetas en tiempos de miseria?n dice un famoso

verso de Hölderlin, ciertamente la misma honda preocupación rondaría por la czbeza de los jóvenes muchachos

peruanos que a comienzos de los noventa empezaban a manifestar su voz en diferentes recitales de poesía por la ciudad de Lima, una ciudad quebrada por una guerra civil rampando pogcada una de sus esquinas, ciudad próxima a caer en marios de un movimiento maoísta rnesiánico llamado Sendero Luminoso, pero que finaftnente caþ en manos de una crmel y posmoderna dictadura cívico-militar organizada desde el mismo Estado. Lirna, la capital del Perú, como todo el resto del país, vivía.en las tinieblas, Por lascontinuas voladuras de torres de alta tensión, sufriendo asimismo carestía de agua potable y de otros servicio3 básicos. Pero no.sólo €so¡ €fi pleno reino de la noche¡ los más crímenes secretos del Estado y los continuos de,los subversivos imrrnpían en los sueños de los 'que no volvieron a dorrnirjamás con tranquilidad. Pues bien, a diferencia de épocas pasadas en la poesí4 los nuevos creadores de fines del siglo xx creciebqio el efecto de una sangrienta guerra civil y esta cruexperiencia marcó sus vidas profundamente, éstos son poetas que constituyen la que denominamos,la gene'

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LOS RELO.IES SE HAN ROTO

raciór' de la violencia, la generación del noventa. En este rumbo hay que precisar que muy pocos de ellos hicieron una referencia explícita sobre estos acontecimientos en sus textos, si es que podemos hablar de un espectro que divide la poesía entre la oscuridad y la clandad. Sin embargo, en los poemas de muchos de ellos encontramos una atmósfera que sugiere la experiencia del terror, la crueldad, la indefensión, / un espíritu de rebeldía, en algunos casos autodestructivo, frente a un determinado status quo alienante. Así, podemos mencionar "el malditismo" de Carlos Oliva y Montserrat ATrurez. Oliva, en su libro Lima o et largo camino de la d,esesþerac'ión, nos trasmite a través de una voz, contestatâriay anârquica, lajornada de un sujeto que está en sistemática aniquilación, invocando continuamente, como la hoja de afeitar que abre las venas, el culto por la belleza en la muerte, el caos y la violencia persistente en la ciudad: "Cuerpo y mente escarnecidos/ igual que una alucinación de mi materia gris/ como el cielo de Lima/ donde veo cadáveres de versos flotando/ sobre las aguas del Rímac:" ("4 un viejo poeta en Norteamérica"). Montserrat Ñuureren su libro ZonaDark,definido por su atmósfera nocturna, ridiculiza completamente la normalidad burguesa y su registro coloquial. Para el hablante de sus poemas, testigo y transeúnte en una urbe a las vísperas de su destrucción apocalíptica, ha llegado a su fin el imperio de una sociedad hipócrita, apelando así a la desaparición de los antiguos ..valores,': .oEn estos días de paro armado y carestía,/ dîas de microbuses atropellados y de comensales/ engullidos,/1...1/En estos días en los que la muerte/ es un adorno más paralavtda,/ las horas del futuro se han venido al presente;/ los relojes se han roto, o se los han robado" ("Los relojes se han roto',).

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INTROD

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CCION

A su vez, Victoria Guerrero nos presenta en su libro De este reino, wrta lectura personal del nuevo testamento y de los personajes asociados a la vida y muerte de Jesús. Este texto, sin embargo, incorpora un reclamo (sugerido) frente a la terrible realidad de los conflictos sociales vividos en el Perú durante estos años: "Soy mi pesadilla/ el lâtigo/ el sin sentido de los inocentes/ la creación del César/ Soy el uniforme/ (he de aceptarlo) Es terrible" ("El soldado"). También,\a poética de Guerrero en EI nxar, ese osclffo poruenir profundiza en la experiencia del dolor individual que alegoriza un dolor más grande, el del cuerpo de una nación desangrada: quiebra tú también el invierno pues sobre mi cuerpo

he dejado hartas huellas de este inmenso dolor (Pmaenir)

Por otra parte, Chrystian Zegarra, con su llbro EI otro desisrto explora con una voz iniciática, de sacerdote sacrificador, la crueldad inherente en el lengu{e. Aun así, no deja de dialogar con la violencia de una guerra cotidiana en las calles de Lima, llena de terribles hallazgos: de El libro de las rtoscas)

Ést¿hasido en breves líneas, unaintroducción alageneración de la violencia, estos son algunos de losjóvenes que crecieron bqio el efecto de las bombas y de los asesinatos selectivos, practicando el oficio poético destacad.amente,

haciendo frente, a través de su arte, al miedo impuesto por una dictadura. A la pregunta de Hölderlin, ..¿para qué poetas en tiempo de miseria?,, ellos contestarían inmuta_ bles: "Porque tenemos fe en la palabra y en su bellezar.

ENnlquu BrnNerns

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INTRODUCCION

II Es importante señalar que la poesía de los noventa no sigue un único camino durante los diez años que supuestamente la componen, sino que más bien es una poesía que algunos han definido en términos de años o por espacios poéticos. Algunos ven en los noventas tres etaPas importantes: desde 1990 hasta 1993-1994, desde 1994 hasta 1997 y desde 1998 hasta nuestros díasz. Luis Fernando Chueca en su ensayo Consagraci,ón d¿ lo di,anso: Una l¿chra d'e lø poesía þeruanø d¿ lps noamta, mâs bien propone nueve .esPacios" (y temas) poéticos que transitan la poesía noventera. Más allá de esas propuestas, no hay que olvidar que la poesía de los noverita parte de una continuación de la poesía hecha en los últimos cuarenta años en el Perú, desde los sesenta para adelante. La búsqueda poética de cada uno de los autores empieza con su sociedad y es de ella de donde parten. La violencia de los comienzos de la década se refleja en la medida en que algunos aluden al tema desde su propia experiencia: la ciudad como un U. muerte, de segmentación, de cambio inevita-

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Hasta ahora no hay un consenso sobre cuándo y dónde terminan tada uno de:estâs etâpas. En todo caso, podemos decir que su primerä etapa se iniciaría en 1990 e iría a la par con el primer periodo de gobierno de Alberto Fujimori. La pacificación del país yel equilibrio económico es la apuesta en esta primera mitad y el discurso estatal es pan de todos los días. Frente a la violencia de la primera mitad de la década, la segunda mitad permite una supuesta paz que posibilita la aparición de nuevos publicaciones literarias (poesía, narrativa, revistas de literatura, crítica). Si existe alguna renovación tal vez se encuer¡tre en la madurez de los poetas de la primera mitad del decenio.

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ble. Frente ala calle, talvez la preocupación de cada uno de estos creadores sea la búsqueda interior de un nuevo lenguaje. Desde Alvarez hastaYrigoyen, los poetas, errantes de una ciudad que pasa de la violencia de Sendero a la violencia del Estado, se van encerrando en su propio quehacer poético. Una sociedad fluctuante es difícil de ser aprehendida y si en alguna década ésta cambió vertiginosamente fue en la última del siglo pasado' Así, mientras Álvare, ironiza en una ciudad que se vuelve más violent¿, una especie de nueva Babilonia, Oliva la representa como un cementerio, un espacio trágico donde impera la muerte. El tránsito por sus calles se hace más difícil en la medida en que lo único que se ve es violencia y desintegración. Crisólogo e Ildefonso comienzan su búsqueda poética en Lima pero cada uno va encontrando diferentes caminos. En todo caso, la visión de un espacio sometido a la muerte y a la miseria, donde a pesar de todo el arte puede mantener un lugar (si no social por lo menos individual), parecería ser la respuesta más clara de losjóvenes poetas a su sociedad. Igualmente, Rodríguez-Gaona transita en una ciudad posmoderna, donde poetizar (apelando al discurso coloquial) podría ser la única manera de mantenerse vivo: poetizar y bailar en una sociedad que se hunde y que no posibilita una inserción a ninguno de ellos. La sociedad cambia y se vuelve más alienante. Podemos decir que no se trata de un cambio real, sino sólo de un maquillaje para nuevos tiempos más violentos aún. Así, somos testigos de la decadencia de una sociedad que no ha resuelto las heridas dejadas por una atroz guerra civil, sino que comienza a producir más heridas desde una diferente dirección. La violencia se hace patente en Victoria Guerrero y en Chrys-

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INTRO DU CCI ON

uan Zegarra, quienes reflejan en sus poemas el dolor de quien se autoflagela, el espejo de una sociedad amnésica más que ciega. La búsqueda de un nuevo lenguaje poético en los noventas ha sido un proceso largo y las apuestas estéticas de Lorenzo Helguero, José Carlos Yrigoyen y Josemári Recalde, sin olvidar a los ya mencionados, nos remiten a pensar si nuestrajoven poesía no está siendo desestimada por culpa de discursos conservadores e inmóviles, reflejo de una sociedad que no ha cambiado sustancialmente de pensamiento. Las búsquedas estéticas de toda una generación no terminan solamente en su tradición o en su sociedad. Por eso, es necesario que la crítica literaria dialogue con estos textos. En los noventa, la vorágine de una realidad cambiante no permite afirmar una posición estética o crítica estable sobre su literatura o su sociedad. Imposi bilidades sociales socavan la posibilidad estética pero no la destruyen. Su búsqueda, en el caos de la vida llamada posmoderna, es cuando menos una actitud solitaria como la de muchos de estosjóvenes al final del siglo pasado.

Cenlos Vlrraconre

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