Los pronombres personales en la dinámica del discurso político

July 22, 2017 | Autor: Adriana Bolívar | Categoría: Corpus Linguistics and Discourse Analysis
Share Embed


Descripción

CAPÍTULO 8

Los pronombres personales en la dinámica del discurso político Adriana Bolívar Universidad Central de Venezuela

1. Introducción En este trabajo, que dedico a mi querida amiga Anamaría Harvey, me propuse revisar algunas de las investigaciones que he llevado a cabo sobre pronombres políticos. Pensé que reflexionar sobre el papel de los deícticos personales en la política venezolana sería una forma de honrar su memoria porque la deixis era un tema que ella estaba trabajando y, de hecho, su último artículo fue sobre este problema referido al discurso académico. Me harán falta sus comentarios y la emoción compartida de continuar en la búsqueda por desentrañar la construcción de los significados e identidades en la interacción social. Me hace falta su presencia. Los pronombres personales han sido objeto de muchos estudios desde diferentes ángulos (Brown y Gilman, 1960; Hyman, 2004; Fillmore, 1975; Levinson, 2004; Lyons, 1977; Wechsler, 2010). En el campo de la política, particularmente en idioma inglés (Beard, 2000; Bramley, 2000; de Fina, 1995; Pennycok, 1994;Wilson, 1990), se ha destacado siempre el uso ambiguo y/o estratégico de su uso. De hecho, los pronombres como deícticos han recibido el nombre de “shifters” (Jakobson, 1960) dada su capacidad de variar sus referentes en la interacción (de Cock, 2011; Enfield y Stivers, 2007). La literatura sobre la ambigüedad referencial de los pronombres es muy amplia tanto desde la concepción semántica (Abbot, 2010) como discursiva (Siewerska, 2004), pero diferentes autores reconocen que aún hacen faltan muchos estudios para comprender mejor este fenómeno, particularmente porque la deixis, y especialmente los pronombres personales, debe estudiarse en contextos específicos. La necesidad de tomar en cuenta la especificidad del contexto político en el que las ideologías entran en el juego de manera más explícita contribuye a hacer más complejo el panorama. En idioma español la deixis ha recibido abundante atención. Encontramos primero el estudio pionero de Lavandera (1984) desde la sociolingüística interaccional. Luego, está el de Bentivoglio (1987) sobre los sujetos pronominales de primera persona en el habla de Caracas, también desde una perspectiva sociolingüística, al que se han sumado nuevos estudios sobre el español de Venezuela (Paz, 2001). Existen otros trabajos sobre

167

Adriana Bolivar

el español de América, como los de Carranza (1998), Fonte y Williamson (2011), quienes estudian la deixis en el contexto de la conversación. Igualmente, están las investigaciones de Harvey, Duffy y Sologuren (2012) en el discurso académico que ilustran el creciente interés por esta temática. En el campo de la política los estudios en español son menos que en inglés, aunque existen trabajos de tipo comparado inglés-español (De Cock, 2011) y español-francés (Stewart, 1992). Se encuentran investigaciones muy completas sobre los deícticos en la comunicación política, particularmente sobre el pronombre “yo” (Hernández Sánchez y López Martínez, 2002). También existen aproximaciones que incluyen el problema del género en los debates parlamentarios (Alcaide Lara, 2009). Dada la naturaleza de su función deíctica, los pronombres personales en el discurso político necesitan verse en la dinámica de la lucha política en la interacción social y, por ende, desde una perspectiva histórica, que nos permita poder interpretar los cambios en los significados de los pronombres en momentos específicos. En el proceso de cambio es posible ajustar el foco en el discurso de los líderes como políticos o en los procesos políticos. Por ejemplo, se puede estudiar el discurso “pronominal” de líderes o jefes de estado en su individualidad y estilo (Adetunji, 2006; Bolívar, 1995a; O’Connor, Taha y Shehan, 2008) o bien examinar los cambios desde la óptica de los gobernantes de turno en distintos momentos a lo largo del tiempo (Bolívar, 1999, 2001a). Como el interés es develar la forma que toma la lucha ideológica, por lo general los resultados se dirigen hacia las estrategias discursivas y políticas predominantes, bien sean de inclusión, exclusión, acercamiento, distanciamiento, u otras como polarización y manipulación (véanse Bolívar, en prensa; Fairclough, 1992;van Dijk, 2006;van Leeuwen, 1996). Cuando la meta es observar cómo cambia la práctica política, por ejemplo, de un régimen democrático a uno menos democrático (o a la inversa), lo que corresponde analizar es la forma en que es usado el discurso en momentos coyunturales de cambio tales como el inicio o el final de un gobierno. En este trabajo nos concentramos en dos momentos de cambio importantes para Venezuela. Primero, la llegada de Hugo Chávez al gobierno en 1999, después de 40 años de democracia representativa, y segundo, la aparición de Henrique Capriles Radonki1 como un líder que pudo hacerle frente a Chávez cuando éste llevaba 14 años como presidente.

2. Precisiones teóricas y metodológicas En estudios anteriores sostuvimos que los pronombres políticos pueden estudiarse de acuerdo con ciertos parámetros que resumimos a continuación: El uso de los pronombres personales sufre variaciones según los siguientes factores: el sistema lingüístico (yo creo, nosotros creemos), el modo o canal discursivo (oral, escrito), el género discursivo (entrevista, discurso), la motivación (campaña política, mantenimiento en el poder), el momento en el discurso (antes y después de la campaña electoral) y los rasgos individuales del hablante (soberbio-humilde)” (Bolívar, 2001c: 195).

168

Capítulo 8

A lo anterior debemos agregar que, para poder explicar el uso de los pronombres personales desde una perspectiva histórica, se deben examinar en el nivel micro y macro. Ellos pueden estudiarse cuantitativamente y cualitativamente, lo cual permitirá explicar las estrategias de auto-presentación de los políticos y también la confrontación política en momentos de cambio. A lo largo de este artículo se verá que, según el objetivo del estudio, se pueden usar diferentes métodos, preferiblemente con la ayuda de programas computacionales2. En nuestro caso, hemos recurrido a la gramática sistémica funcional para explicar cómo se codifican los significados (Halliday y Mathiessen, 2004), al análisis semántico y pragmático para analizar los contenidos y las acciones discursivas, al análisis de la conversación para comprender cómo a través de la toma de turnos se crea el micro-dialogo en momentos específicos y el macro-diálogo a lo largo del tiempo (Bolívar, 2007). La perspectiva es lingüística y crítica para explicar los procesos de (des)legitimación en la política (Bolívar, 2009; Charaudeau, 2005; van Dijk, 1999, 2003, 2006; van Leeuwen, 1996). Los materiales que he empleado en los estudios sobre los pronombres políticos provienen de distintos corpus creados para estudios específicos en los que se recogieron entrevistas a candidatos presidenciales, discursos de campaña electoral, discursos de toma de posesión, discursos de rendición de cuentas ante el congreso, noticias de la prensa escrita, avisos de propaganda, conversaciones telefónicas y twitters. No obstante, en este trabajo se pone especial atención primero en los discursos de toma de posesión de los presidentes de la democracia representativa (Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera) y luego en los discursos de la campaña electoral para elegir presidente de la república en 2012, cuando los principales candidatos fueron Hugo Chávez Frías y Henrique Capriles Radonki. Esta campaña fue la última en la que participó el presidente Chávez después de 14 años de gobierno y recoge en sí misma muchos de los rasgos característicos de su período como gobernante, que marcaron la historia política venezolana en un antes y un después de Chávez. A partir de los datos que hemos obtenido en distintos estudios iniciados hace dos décadas (Bolívar, 1992), podemos afirmar que los cambios políticos están marcados por los pronombres personales, porque cada período se inicia con un nuevo YO de algún líder y se tiñe con el NOSOTROS de quienes gobiernan. Las diferencias entre ELLOS y NOSOTROS, propias de procesos polarizantes, pueden ser más suaves o más intensas de acuerdo con el grado de aceptación y tolerancia entre los adversarios. También el uso de TÚ y USTEDES toma rasgos especiales según los grados de acercamiento y afectividad en la lucha política.

3. Los pronombres políticos en el contexto venezolano En Venezuela, los líderes políticos o jefes de gobierno se han caracterizado por ser hombres fuertes de tipo autoritario (Caballero, 2003, 2004), lo que ha dejado una marca en el estilo de hacer política en el país y también en los grados de tolerancia que la población tiene para aceptar los gobiernos de “mano dura” (Plaza, 2001; Ríos, 2003).

169

Adriana Bolivar

Mi interés por estudio de los pronombres personales fue inspirado por los cambios en el diálogo político en el contexto venezolano desde la época en que los dos grandes partidos tradicionales, Acción Democrática (AD) y la Social Democracia (COPEI) tomaban turnos en el poder cada cinco años en una democracia representativa (Bolívar, 1992, 2001a). La motivación central original fue averiguar cómo se manifestaba discursivamente el personalismo que caracteriza a la cultura política venezolana y los efectos que ello tenía en la práctica del diálogo democrático. Las investigaciones se hicieron con el propósito de estudiar el discurso de los líderes en su relación con el pueblo y con sus adversarios desde una perspectiva gramatical, semántica y pragmática (Bolívar, 1995a, 1995b, 1999; Molero de Cabeza, 2002). Posteriormente, el interés se amplió con el fin de relacionar los pronombres como indicadores de la lucha discursiva por el poder en momentos coyunturales de la historia reciente.

3.1. Los yo del personalismo El personalismo es un fenómeno que ha caracterizado a la historia política venezolana desde fines del siglo XIX (Plaza, 2001) y puede tomar rasgos diferentes según los estilos individuales de los presidentes. En la historia democrática de Venezuela, que generalmente se da por iniciada en el año 1958 después de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, tuvieron gran importancia los presidentes Carlos Andrés Pérez (CAP) y Rafael Caldera (RC), ambos civiles, quienes gobernaron en dos períodos cada uno, CAP desde 1974 a 1979 y desde 1989 a 1993; RC desde 1969 a 1974 y desde 1994 a 1999. Ambos tuvieron la oportunidad de disponer en su primer gobierno de muchos recursos proporcionados por la renta petrolera, pero vieron en sus segundos períodos el comienzo del deterioro económico y moral al que había llegado Venezuela después de malas administraciones y corrupción. De hecho, CAP no llegó a finalizar su segundo mandato debido a acusaciones de malversación de fondos y fue reemplazado por un presidente interino hasta que se realizaron nuevas elecciones. En el plano discursivo imperó por cuarenta años el discurso protocolar de los presidentes, especialmente en el caso de los discursos de investidura o toma de posesión. La llegada de Hugo Chávez (HCH) al poder introdujo un cambio ideológico de enfrentamiento con estos dos partidos y un gran cambio en el discurso. La Tabla 1, más abajo, ilustra el uso del yo explícito en el discurso de la segunda toma de posesión de CAP (1989) y de Caldera (1994) y del primer discurso de investidura de Hugo Chávez (1999), todos en fecha 2 de febrero. La diferencia observada en el uso de este pronombre de primera persona se debió en parte al cambio de canal porque lo discursos de CAP y RC eran textos escritos para ser leídos, mientras que el discurso de HCH tenía rasgos de la oralidad, tales como la espontaneidad, la informalidad y la improvisación. El cambio también se debió a una razón ideológica pues Hugo Chávez llegó al poder con la intención de iniciar una “democracia verdadera”, una en la que se acabara con la corrupción y con los partidos tradicionales, los cuales recibieron el nombre de “cúpulas podridas”. El país se encontraba ante una nueva forma de ejercer el personalismo porque esta vez se

170

Capítulo 8

trataba de un militar, un exteniente de paracaidistas que había dirigido un fallido intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez en 1992. El aumento del Yo explícito de este nuevo líder fue notorio, como se ve en el incremento de la frecuencia relativa de acuerdo con el número de palabras de cada discurso en la Tabla 1. Presidente CAP 1989 RC 1994 HCH 1999

Número de palabras

Uso del yo

4.821 4.805 11.430

2 2 93

Frecuencia relativa x 1000 palabras 0.41 0.41 8.13

Tabla 1. El uso del yo en la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez (CAP), Rafael Caldera

(RC) y Hugo Chávez (HCH)

El poco uso del yo explícito en los discursos de los presidentes CAP y RC no significaba que ellos no usaran la autoreferencia. La Tabla 2 muestra que, al tomar en cuenta otros pronombres de primera persona como me, mi mis, la frecuencia aumenta en todos, pero de manera más impactante en Hugo Chávez. Presidente CAP 1989 RC 1994 HCH 1999

Número de palabras 4.821 4.805 11.430

Yo y pronombres relacionados 18 15 181

Frecuencia relativa x 100 3.73 3.12 15.83

Tabla 2. El uso del yo y pronombres relacionados (mi/me/mis) de CAP, RC y HCH

Tanto Pérez como Caldera ejercían el personalismo gobernando por decreto ante la debilidad de las instituciones. CAP se presentaba discursivamente como un líder mundial: (1) He conversado con los grandes estadistas de la renaciente y poderosa Europa Occidental; he ido al corazón del África y he ido también al Asia, al Japón y a la República Popular China. He ido al Medio Oriente, dos veces en pocas semanas ¿por qué? Porque tengo confianza en sus estadistas y en sus líderes y porque quiero transmitirles nuestra fe y nuestra esperanza en un esfuerzo conjunto, razonable y ponderado (CAP, Toma de posesión, 1989)

Mientras que Caldera reforzaba su papel histórico como político:

(2) Asumo de nuevo la Presidencia de la República, por la voluntad popular, tras una larga vida de luchas, con la experiencia de los errores propios, voluntad inquebrantable de servicio y el aprendizaje cotidiano del amor a Venezuela. Conozco bien a mi país; sé de sus angustias y sufrimientos, pero

171

Adriana Bolivar también de la capacidad de su gente, de su adhesión a los valores democráticos y de la increíble tenacidad de su esperanza (RC, Toma de posesión, 1994)

De los dos presidentes, Caldera fue el más centrado en sí mismo, como lo muestra el hecho de que en las entrevistas todos los pronombres podían referirse al yo. Por ejemplo, en el discurso reportado, tanto tú como usted le servían para hablar de sí mismo: “no lo vayas a decir, porque lo que va a decir es que tú estás apurado, que quieres que las elecciones sean ya” o “¿cómo es posible que a usted lo apoye el partido comunista” (Bolívar, 1999). Debido a la evidente concentración en su persona y su papel en la historia venezolana muchos lo consideraban “soberbio”, y él lo reconocía “(...) a mí me han llamado soberbio y ya estoy resignado a ser soberbio porque es una matriz de opinión”. El análisis del distanciamiento pronominal mostró que los políticos de los dos partidos tradicionales, AD y COPEI, usaban como centro deíctico el Yo, aunque hicieran uso de otros pronombres como nosotros (Bolívar, 2001a) que por lo general era de tipo excluyente. En cambio, el primer discurso de Chávez como presidente introdujo un yo autoritario que impuso su criterio militar desde el comienzo (Bolívar, 2001b): (3) Yo creo (y esa es la orientación) como comandante en Jefe, que sin abandonar, por supuesto, las funciones básicas del militar, se incorporen, buena parte de ellos, a proyectos de desarrollo a través de Unidades Especializadas (HCH, Toma de posesión, 1999).

También Chávez introdujo una mayor ambigüedad en cuanto al apego a la ley cuando sugirió que se quedaría en el poder más tiempo del reglamentario, que en ese momento era de cinco años: (4) cuando tenga que entregar el gobierno dentro de cinco o diez años, no sé cuántos, o uno o dos, puede ser uno, puede ser dos, yo no sé, nadie sabe cuántos, uno o diez. (HCH, Toma de posesión, 1999).

Por otra parte, en su yo, también reforzó el culto a Simón Bolívar

(5) es hora de oír a Bolívar de nuevo (y ahora es cuando los venezolanos me van a oír hablar de Bolívar, porque ese es el faro).(HCH, Toma de posesión, 1999)

En líneas generales, el primer discurso de investidura de Chávez marcó la pauta para un nuevo estilo de practicar la política, alejándose cada vez más de la democracia representativa que lo escogió como Presidente y acercándose paulatinamente a la revolución bolivariana. Mientras CAP y RC concentraron su discurso de investidura en la responsabilidad personal y en el papel que les había tocado en la historia democrática, Chávez se convertía en el nuevo Bolívar que introduciría grandes cambios en la Constitución y en la forma de practicar el discurso populista con mayor concentración de poder y uso de los medios de comunicación (Cañizales, 2011; Gualda, 2012): (6) Pues yo como estoy comprometido con un pueblo, he decidido adelantar la firma del decreto convocando al referéndum, no voy a esperar el 15 de febrero como había dicho. No, ese es un clamor que anda por las calles… (HCH, Toma de posesión, 1999).

172

Capítulo 8

3.2. El nosotros de los partidos tradicionales y un nuevo nosotros El uso del nosotros también mostró un cambio importante en la política venezolana con la llegada de Chávez al poder, pero en el inicio fue más que nada un cambio cuantitativo. La Tabla 3 recoge los escasos usos del nosotros explícito en los discursos de investidura de CAP y de RC y revela su aumento en el discurso de HCH. La Tabla 4, no obstante, asoma una similitud cuantitativa entre CAP y HCH, lo que hace recordar que CAP fue firme partidario de las ideas de Rómulo Betancourt, el fundador de Acción Democrática y líder de la conocida revolución de octubre de 1945, la cual tuvo un definido carácter populista (Madriz, 2002). Es importante destacar que aunque tanto CAP como RC usaban el nosotros, como se observa en las Tablas 3 y 4, en ambos se daba una variación similar que dependía del momento en que se usaba. Dicha variación tenía que ver con la preferencia por el nosotros incluyente antes de asumir el cargo y por el nosotros excluyente después de estar en el poder. Por ejemplo, cuando se analizaban las concordancias3 de todos los pronombres de primera persona en discursos y entrevistas salía a la luz que el nosotros incluyente tenía la función de resaltar las acciones propias mientras que el excluyente, en el que no se encontraba el presidente, se mitigaban los errores, la responsabilidad de las acciones y se hacían llamados al sacrificio (Bolívar, 1999). El aumento del nosotros en Chávez, trajo aparentemente nuevos significados. Ya no se trataba de la defensa de la imagen individual sino de la defensa de un colectivo que requería mayor participación y protagonismo en el diálogo político (Bolívar y Kohn, 1999). Presidente CAP 1989 RC 1994 HCH 1999

Número de palabras

Uso del nosotros

4.821 4.805 11.430

3 1 50

Frecuencia relativa x 1000 0.62 0.20 4.37

Tabla 3. El uso de nosotros explícito en CAP, RC y HCH Presidente CAP 1989 RC 1994 HCH 1999

Número de palabras 4.821 4.805 11.430

Nosotros y relacionados 51 21 126

Frecuencia x 1000 10.57 4.37 11.02

Tabla 4. El uso de nosotros y relacionados (nuestro, nuestra, nuestros)

Después de 40 años de democracia representativa, en los años del gobierno del presidente Hugo Chávez (1999-2012) se observó un aumento del personalismo y autoritarismo (Arenas, 2007) que se reflejó en un mayor interés por investigar el uso del Yo y las referencias a “los otros” tanto internamente en Venezuela como en comparación con

173

Adriana Bolivar

otros países (Chirinos y Molero de Cabeza, 2007; Erlich, 2002, 2005a, 2005b). El gobierno de Chávez ha sido catalogado como un tipo de populismo autoritario (Arenas, 2007; Charaudeau, 2009, 2011) y bolivariano-militarista (Carrera Damas, 2011), manifestado en el poder concentrado en un líder fuerte, el contacto directo con el pueblo, el manejo del dinero público como propio, el pueblo como beneficiario de dádivas (Madriz, 2002), el pueblo en su rol de seguidor más que de actor (Courleander, 2010), el énfasis en los vínculos afectivos (Nieto y Otero, 2004, 2008), y el foco en la inmediatez más que en la planificación a largo plazo (Romero Jiménez, 2006). La intensificación del autocentrismo y del autoritarismo y el contacto directo con el pueblo tuvo como resultado un mayor uso del Yo del presidente Chávez, pero su confrontación con los partidos tradicionales AD y COPEI trajo a la arena política el Nosotros de los revolucionarios versus el Ellos de los “capitalistas” y “burgueses”. A lo largo de su mandato, se instauró la confrontación como estilo de gobernar (Bolívar, Chumaceiro y Erlich, 2003; Chumaceiro, 2010) y el país se dividió entre “oficialistas” y “oposición”. El liderazgo de Chávez también marcó la región de América Latina entre un nosotros, amigos de Venezuela y de la revolución y un Ellos referido a los que no están de acuerdo con el socialismo del siglo XXI impulsado por Chávez.

3.3. Los pronombres en la campaña presidencial de 2012 La campaña electoral de 2012 puso en evidencia los logros del socialismo del siglo XXI y los fuertes lazos afectivos entre el líder y su pueblo. También trajo a la luz las fallas del gobierno revolucionario. El momento en que se realizaron las elecciones presidenciales de 2012 marcó un punto importante en la historia de Venezuela porque fue la última campaña electoral en la que participó el presidente Hugo Chávez. Para entonces, ya había participado en tres campañas presidenciales (1998, 2000 y 2006) y llevaba acumulado 14 años controlando el poder. Su muerte cerró un período muy controversial que polarizó el país, pero que lo hará pasar a la historia como el gran líder de la revolución bolivariana. Desde que irrumpió en la escena política venezolana con el golpe contra Carlos Andrés Pérez en 1992, y luego como presidente de la república, fue notorio un discurso militar que confrontaba el socialismo versus el capitalismo, y que veía en los Estados Unidos a su mayor enemigo y en Cuba a su máxima inspiración y ejemplo. Las afirmaciones que siguen están basadas en el análisis de un corpus recogido entre el 10 de junio y el 7 de octubre de 2012, integrado por los discursos de inscripción de candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (10 de junio de 2012), los discursos de inicio oficial de campaña (03 y 04 de julio de 2012), los discursos de cierre de campaña (04 de octubre de 2012) y el discurso de la victoria de Chávez después de conocerse los resultados electorales (07 de octubre de 2012). En su doble rol de candidato y presidente en ejercicio, Hugo Chávez tenía como meta reforzar el socialismo y la revolución bolivariana. La meta del candidato Henrique Capriles Radonski era poner en evidencia que el socialismo había fracasado. Aunque este último fue derrotado, logró la mayor votación para la oposición

174

Capítulo 8

en los últimos 15 años y así comenzó a perfilarse como un nuevo líder en la dinámica política venezolana.

3.3.1. El yo de un nuevo líder El primer acercamiento a este corpus electoral reveló aspectos interesantes de la interacción, pues se observó que en la dinámica política estaba surgiendo una nueva voz que le hacía frente a Chávez de manera exitosa por primera vez en muchos años. La Tabla 5 muestra el número de palabras de los discursos de los candidatos en el corpus. Los datos revelan que Chávez empleó el discurso de inscripción como el inicio de su campaña porque, abusando de su poder como Presidente, habló más de lo que se esperaba en un discurso de inscripción de candidatura (15.040 palabras). La diferencia con el breve discurso de Capriles fue notable (1.292 palabras). Lo que llamó la atención fue que en la campaña de Chávez el número de palabras bajaba a medida que pasaba el tiempo pero, a pesar de ello, en total habló mucho más (27.005 palabras) que el candidato opositor (11.713 palabras). Si sumamos a eso, las horas extras en el canal del Estado dedicado casi exclusivamente al Presidente y las ruedas de prensa, llamadas telefónicas a la televisión, y las inauguraciones de obras, se hace evidente que la relación entre los candidatos fue asimétrica porque uno controlaba el poder totalmente y disponía de los recursos del Estado, mientras que el otro tenía menor acceso a los medios de comunicación radio eléctricos controlados por el Estado y menos apoyo económico. Candidato Hugo Chávez Henrique Capriles

Inscripción 15.040 1.292

Inicio 7.453 3.084

Cierre 2.259 5.113

Reacción 2.253 2.224

Total 27.005 11.713

Tabla5. Número de palabras en los discursos de los candidatos

Nótese en la Tabla 6 más abajo, la frecuencia relativa de nosotros y ellos, los pronombres característicos de la polarización en los discursos de inscripción y de inicio oficial de campaña de Chávez. En el discurso de Capriles se observó total ausencia del pronombre ellos, lo que indicaría en teoría una intención de despolarizar. Igualmente, llamó la atención el uso del Yo tanto en el discurso de inscripción como de lanzamiento oficial de la campaña. Contrario a lo que se podría esperar en un líder militar/autoritario, en el caso de Chávez el Yo fue mucho menor que el de su contrincante. Como se lee en la Tabla 6 la frecuencia relativa fue más baja en el discurso de inscripción de candidatura de Chávez (4.25x1000) y más alta en el de inicio oficial de campaña (Tabla 7: 7.25x1000). Capriles, posiblemente por su rol de nuevo líder mostró un uso del yo considerablemente más alto en la inscripción (Tabla 6: 17.03 x1000) y todavía mayor en el lanzamiento de la campaña (Tabla 7: 20.75x1000). Si se deja afuera el discurso de inscripción, se podría afirmar que Capriles habló en la misma proporción que Chávez en los discursos de inicio y cierre de la campaña electoral.

175

Adriana Bolivar

Candidato Hugo Chávez Henrique Capriles

Yo 4.25 17.03

Ustedes 2. 66 6.19

Nosotros 3.19 1.55

Ellos 3.39 00

Tabla6. Discursos de inscripción de la campaña. Frecuencia de los pronombres personales x cada 1000 palabras Candidato Hugo Chávez Henrique Capriles

Yo 7.25 20.75

Ustedes 2. 15 10.05

Nosotros 2.95 4.86

Ellos 0.94 00

Tabla7. Discursos de inicio oficial de la campaña. Frecuencia de los pronombres personales x cada 1000 palabras

Estos datos también nos dan información sobre la relación entre los candidatos y su audiencia. Nótese que tanto en la Tabla 6 como en la Tabla 7, la relación entre yo y ustedes en Chávez es bastante baja y que la de Capriles va en aumento. Este hecho puede explicar en parte la tendencia de Capriles a despolarizar y dialogar con todos los venezolanos. De acuerdo con los datos, el candidato/Presidente Hugo Chávez favoreció primero el yo del líder de la revolución y luego el nosotros de los revolucionarios, que dejaba afuera a una buena parte de los venezolanos. El discurso de inscripción del candidato Chávez fue un discurso en el que predominaron los procesos verbales de decir en primera persona (“digo”, 20) y de reporte verbal (“dijo”,17) que revelan un énfasis en el valor asignado a la palabra del líder y a la de aquellos a quienes él daba acceso en su discurso. La interacción se manifestó en el uso de las referencias a sí mismo y a sus interlocutores, en los roles que adoptaba y en la definición de su identidad discursiva y política. Las referencias a sí mismo con yo (69) se ubicaron en una cantidad similar a las referencias a Simón Bolívar (68)4 con lo que dejó más marcado el culto a Simón Bolívar comcco base ideológica de la revolución. Los interlocutores de Chávez eran amplios y de alcance internacional, mientras que en el caso de Capriles eran básicamente los venezolanos. En el discurso de inscripción de candidatura de Chávez, el orden de preferencias de los pronombres personales fue cuantitativamente yo, ellos, nosotros, ustedes, pero el análisis cualitativo mostró que las referencias al colectivo con nosotros y formas verbales en primera persona plural superaron el uso de ellos. La frecuencia relativa del uso de yo por cada 1000 palabras fue igual a 4.45, la de nosotros 3,19 y la de ustedes 2,66, lo que indica que el yo estaba por encima del nosotros, y el ustedes en el nivel más bajo. El análisis semántico de las concordancias mostró que el nosotros incluyó el yo del presidente, pero no a los opositores. Se manifestó el uso de un nosotros pseudo-incluyente (Bolívar, 1999, 2001; Erlich, 2005b; Nieto y Otero, 2004, 2008) porque, aunque el candidato Chávez usó la palabra nosotros con alta frecuencia. Los datos mostraron que este pronombre iba asociado

176

Capítulo 8

con los socialistas y los revolucionarios pero no con los “capitalistas” y “burgueses”, que constituían gran parte del “ellos”. Algo similar sucedió con pronombres posesivos como “nuestra” y “nuestro” que en su mayoría se referían a nuestros logros y nuestras ideas como gobierno. El análisis de las concordancias sobre el uso del yo por parte de Chávez mostró una gran variedad de usos, pero resaltaron los siguientes actos discursivos: i) recordar su historia como soldado (“yo me hice patriota…”, “yo recuerdo la noche..”); ii) mimetizarse con su audiencia (“yo que soy un campesino”), iii) hacer recuentos de su experiencia como presidente (“yo tuve que visitar todas…”), iv) ensalzar sus capacidades como líder (“yo mismo redacté…”). Las referencias a sí mismo en tercera persona con el uso de su apellido (14 veces), le sirvieron para realizar diferentes actos discursivos como a) arengar al electorado (“vengan con Chávez”), b) proyectar una imagen positiva de su compromiso (“este Chávez terco” “terco Chávez”), c) reportar de manera indirecta el discurso de la oposición (“que si a Chávez le quedan.”, “que si Chávez se está muriendo”, “que Chávez dividió..”), d) reportar sus diálogos con Fidel y referirse a su enfermedad (“me dijo Chávez tienes cáncer”). Las referencias a su adversario solamente fueron expresadas mediante el sobrenombre de “majunche”, que en el habla popular venezolana significa algo de mala calidad o que no sirve. A diferencia de Chávez, en su discurso de inscripción, Capriles mostró que su interlocutor preferido era la gente de Venezuela, los venezolanos presentes en el momento de la inscripción, el público que lo acompañó en la caminata hasta el Centro Nacional Electoral, las personas a quienes visitó en sus recorridos por el país, y el público que lo estaba viendo y oyendo. Aunque no se encontró el pronombre ellos en el inicio de su campaña el pronombre apareció implícito en las palabras “rojos” (2) y “chavistas”(1) con una carga semántica positiva porque incluyó a los adversarios en su proyecto de ser presidente de todos y acabar la división entre “chavistas” y “escuálidos”. Las referencias a su adversario en la campaña fueron con la frase “el otro candidato”, sin nombrarlo. El uso de nosotros ocurrió explícitamente dos veces, pero se usaron otras formas pronominales relacionadas para indicar el colectivo (nos, nuestro, nuestras, nuestros, todos), y verbos en primera persona plural. El discurso de inscripción de Capriles fue un discurso en el que predominaron los procesos verbales relacionantes de querer hacer y querer ser (quiero, 21; quiere, 3) y el candidato buscó establecer un vínculo afectivo positivo de compromiso con todos los venezolanos, los que han acompañado al candidato y también los que no lo apoyan. Su interacción fue con toda “Venezuela” (40), los “venezolanos” (9), “el otro candidato” (3), los “chavistas” (1) y los “rojos” (1). La concordancia de quiero, más abajo, muestra que en la mayoría de los casos el verbo se usó para expresar su disposición y compromiso con Venezuela.

177

Adriana Bolivar No. de línea

Concordancias de “quiero” en Capriles

1

os son perfectos. ¡Aquí estoy Venezuela! ¡Cómo te quiero, Venezuela! Saludos desde aquí, desde esta Plaza

2

, con la imagen de nuestro libertador allá atrás. Quiero saludarlos a todos, a todos los que hoy salieron

3

imo presidente de todos los venezolanos. ¡Cómo te quiero, Venezuela! Yo quiero que hoy quede claro para

4

los venezolanos. ¡Cómo te quiero, Venezuela! Yo quiero que hoy quede claro para todos los venezolanos: y

5

hoy quede claro para todos los venezolanos: yo no quiero ser el presidente de un grupo, no aspiro ser el p

6

upo, no aspiro ser el presidente de un sector. Yo quiero ser el presidente de todos los venezolanos, de to

7

ar, tiene un gobierno que nos ha dividido. Yo les quiero decir a todos, a todo nuestro pueblo que nos está

8

sector que quiere que continuemos peleando. Yo no quiero más peleas en Venezuela. Yo quiero la unión de to

9

eleando. Yo no quiero más peleas en Venezuela. Yo quiero la unión de todos. Aquí lo digo delante de nuestr

10

r la puerta al futuro a nuestra Venezuela. Yo les quiero decir a todas esas mujeres, a todos esos hombres,

11

o, que hemos conversado, yo estoy con ustedes. Yo quiero a este país por encima de cualquier cosa. Mi vida

12

ida es el pueblo! Luego de Dios están ustedes. Yo quiero ser el primer servidor público de este país. Yo e

13

toy gracias a ustedes, gracias a nuestro pueblo y quiero que hoy salgamos de aquí pensando en lo grande qu

14

emos que hay un futuro de progreso para todos. Yo quiero que salgamos de aquí pensando en el futuro. Yo qu

15

ro que salgamos de aquí pensando en el futuro. Yo quiero que salgamos de aquí pensando en nuestros hijos,

16

i mensaje en los que piensan distinto a mi. Yo sí quiero ser su presidente. Yo también quiero ser el presi

17

ami. Yo sí quiero ser su presidente. Yo también quiero ser el presidente de los rojos y voy a ser el pre

18

untos tenemos la fuerza para recorrer ese camino. Quiero agradecerles a todos. Quiero agradecerles a todos

19

recorrer ese camino. Quiero agradecerles a todos. Quiero agradecerles a todos, desde aquí a todo nuestro p

20

l progreso, de la esperanza, del futuro. ¡Cómo te quiero, Venezuela! Salgamos todos de aquí, y al regresar

21

s importante, el poder es para servir. Así que le quiero decir a toda nuestra Venezuela: Hoy doy un paso m

Tabla 8. Concordancias de “quiero” en el discurso del candidato Capriles

Los verbos relacionantes ser y estar fueron usados para reafirmar su identidad:

(7) Yo no soy enemigo de nadie/ Yo soy enemigo de los problemas/Yo soy enemigo de la violencia/Yo soy enemigo de un país (dividido)/Yo estoy al servicio de ustedes.(HCR, Discurso de inscripción 2012)

Las referencias a sí mismo en tercera persona con el uso de su apellido (15 veces), le sirvieron para realizar diferentes actos discursivos, como puede verse en la concordancia de “Capriles” en la Tabla 9. El uso de su sobrenombre, flaquito, se hizo una sola vez, pero en la parte de cierre del discurso y, por lo tanto, tuvo un valor afectivo importante porque se usó para reiterar al país su identidad de servidor: “Venezuela, estoy a tu servicio; pueblo, este flaquito está a tu servicio”. El uso de otros pronombres como el posesivo “mi” asociado con “vida” reforzaron su amor por Venezuela y el pueblo venezolano: “Mi vida es Venezuela”, “Mi vida son ustedes”, “Mi vida es el pueblo”, así como su voluntad de servicio, su mensaje y su experiencia: “mi servicio”, “mi mensaje”, “mi experiencia”. Capriles usó la estrategia argumentativa de compararse con su adversario oponiendo progreso versus estancamiento. Comparó implícitamente su actuación política como exalcalde y exgobernador exitoso y su proyecto electoral con el del otro candidato.

178

Capítulo 8

Dicha comparación se materializó en las referencias a sí mismo ya explicadas más arriba y en destacar las diferencia entre servir al país, llamar a la unión, promover la tranquilidad y el trabajo en equipo frente a servirse del país para fines personales, dividir, usar la violencia como estrategia y la dirección única. La Tabla 10 que sigue recoge las palabras de Capriles al hacer la comparación entre sus planteamientos y los de Chávez. No. de línea

Concordancias asociadas a “Capriles”

1

ueblo que nos está viendo, Capriles va a unir a Venezuela. Capriles va a unir a los v

2

os está viendo, Capriles va a unir a Venezuela. Capriles va a unir a los venezolanos. Capriles va a hacer

3

Venezuela. Capriles va a unir a los venezolanos. Capriles va a hacer de Venezuela la Venezuela tricolor. Y

4

enezuela para vivir todos en paz. Solo, no puede Capriles. Capriles necesita los 28 millones de venezolanos

5

ara vivir todos en paz. Solo, no puede Capriles. Capriles necesita los 28 millones de venezolanos. Capriles

6

apriles necesita los 28 millones de venezolanos. Capriles los necesita a todos. Que Dios los bendiga a tod

7

tro candidato nos plantea una Venezuela dividida, Capriles les plantea una Venezuela unida. El otro candidat

8

tro candidato plantea una Venezuela de violencia, Capriles les plantea una Venezuela de Paz, una Venezuela d

9

plantea que la suerte de Venezuela depende de él, Capriles les plantea que la suerte de Venezuela dependerá

10

Venezuela dependerá de lo que hagamos todos, con Capriles a la cabeza, pero con el esfuerzo y el compromiso

11

otro candidato nos plantea que veamos al pasado, Capriles les plantea que se monten en el autobús del progr

12

o se lo digo aquí a todas las madres), hijos: con Capriles y con todos hay un camino. Hijos, hijo, Capriles

13

Capriles y con todos hay un camino. Hijos, hijo, Capriles no odia a nadie, Capriles ama a Venezuela. Hijos,

14

un camino. Hijos, hijo, Capriles no odia a nadie, Capriles ama a Venezuela. Hijos, con Capriles se va acabar

15

dia a nadie, Capriles ama a Venezuela. Hijos, con Capriles se va acabar la división entre chavistas y escuál

Tabla 9. Concordancias asociadas a “Capriles” en su discurso de inscripción El candidato Capriles “Yo quiero ser el primer servidor público de este país, yo estoy al servicio de ustedes” “Capriles les plantea una Venezuela unida” “Capriles les plantea una Venezuela de paz, una Venezuela de tranquilidad” “Yo les planteo que se pongan la franela de la Vinotinto, la franela tricolor”

El otro candidato “no ustedes a mi servicio” (se sirve del país) “El otro candidato nos plantea una Venezuela dividida” “El otro candidato plantea una Venezuela de violencia” “El otro candidato les plantea que se pongan la franela de un color”

Tabla 10. La diferencia en palabras de Capriles

En el discurso de inicio oficial de campaña de Capriles se notaron cambios muy interesantes comprado con el de inscripción, y con el inicio de campaña de su contrincante. Este discurso se puede caracterizar como de intensificación y de reclamo porque: primero, y lo más evidente, aumentó el número de palabras (subió de 1290 a 3084); segundo, el

179

Adriana Bolivar

candidato aumentó la intensidad de la asertividad y el diálogo con la gente (el uso de yo subió a 64, frx1000= 20.75, y el de ustedes a 31, frx1000=10.05); tercero, reiteró y reforzó el compromiso con todos (16.86x 1000) y quinto, aumentó cualitativamente la crítica directa al gobierno de Chávez. Por otra parte, en relación con el discurso de Chávez, Capriles se apropió de temas y tópicos que habían sido banderas en el discurso de Chávez como candidato en sus campañas electorales anteriores y como presidente, y evaluó las promesas incumplidas por el gobierno, con lo que invitó a todos a evaluar también. La escogencia del lugar de inicio de campaña de Capriles, un pueblo muy poco conocido (Kumarakapay, en el estado Bolívar) y el hecho de haber elegido como principales interlocutores a los indígenas de la zona (Santa Elena de Uairén) fue significativo por al menos dos razones políticas importantes: 1) llamó la atención sobre lugares “olvidados” por el gobierno de 14 años de Chávez, y 2) se dirigió a interlocutores que hasta ese momento habían recibido especial atención en el discurso de Chávez. La reiteración del compromiso de Capriles nuevamente se enfocó exclusivamente en el compromiso con el pueblo venezolano en un diálogo en que los principales interlocutores fueron yo y ustedes. También es interesante que en este discurso el candidato HCR no empleó su apellido para referirse a él mismo, lo cual reforzó el hecho de querer lograr un mayor acercamiento con la audiencia. Este compromiso se manifestó de manera reiterada en las concordancias de la palabra “compromiso” que se colocó en todos los casos con ustedes. Al final de la campaña, en el discurso de cierre, el nuevo líder reafirmó su yo, que usó 80 veces en un discurso de 5.113 palabras (15.64x1000), mucho más que Chávez, quien disminuyó el uso de yo a 8 veces en 2.259 palabras (3.54 x1000). La disminución en la autoreferencia de Chávez con el uso de yo, no obstante, fue compensada con formas verbales en primera persona y, especialmente con su propio nombre, que usó 30 veces (13.28x1000) para ensalzar su liderazgo, especialmente en intercambios de preguntas y respuestas que reforzaban su imagen positiva. Los ejemplos (8), (9) y (10) son todos del discurso de cierre de campaña de Chávez: (8) Candidato Chávez: ¿Se dan cuenta por qué les digo que nos estamos jugando la vida de la Patria? Es la vida del pueblo lo que está en juego, el futuro lo que está en juego, muchachos, muchachas. Con el favor de Dios y la ayuda de ustedes Chávez no les fallará a la juventud venezolana; Chávez no le fallará al pueblo venezolano. (9) Yo sin duda he cometido errores, quién no los comete. Pero ¿acaso les falló Chávez a ustedes el 4 de febrero? Asistentes ¡Nooo! (10) Candidato Chávez: ¿Acaso Chávez les falló a ustedes en la cárcel? Asistentes ¡Nooo! Candidato Chávez: ¿Acaso Chávez se vendió a la burguesía? Asistentes ¡Nooo! Candidato Chávez: ¿Acaso Chávez de Presidente se dejó doblegar por el imperialismo? Asistentes ¡Nooo!

180

Capítulo 8

3.3.2. La reafirmación del nosotros bolivariano La falta del yo en el discurso de cierre de campaña de Chávez fue reemplazada por el reforzamiento del nosotros identitario, cargado de una semántica de resistencia contra la dominación española y la dominación (“capitalista”) contra la que se levantó Chávez el 4 de febrero de 1992, en el intento de golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez. Esta fecha, considerada un atentado contra la democracia en su momento, adquirió en el discurso de Chávez un nuevo significado que transformó el 4 de febrero en el inicio de la revolución y, por ende, se convirtió en una fecha gloriosa digna de celebración. (11) Candidato Chávez: Aquí estamos los hijos de Guaicaipuro ¿quién se siente aquí Guaicaipuro? Todos somos Guaicaipuro y su grito de guerra contra el imperio español Ana karina rote… de ahí venimos nosotros, de la resistencia aborigen, de la resistencia india, de la resistencia negra, de los explotados, de los dominados de siempre. Ha sido larga la batalla, nosotros somos ¡los hijos de Simón Bolívar! ¡Las hijas de Simón Bolívar! Nosotros somos los patriotas del 05 de julio, del 19 de abril, nosotros somos los soldados de José Félix Ribas en la Victoria. Asistentes [aplausos]. Candidato Chávez Eso somos nosotros, hombres y mujeres de hoy. Asistentes [aplausos]. (HCH, Discurso de cierre 2012) (12) Candidato Chávez: Nosotros somos de las tropas de Ezequiel Zamora y su grito ¡Tierras y hombres libres! Nosotros somos los hijos de las cargas de caballería de Maisanta y los últimos hombres de a caballo, es larga la jornada que nosotros hemos venido batallando. Nosotros somos los hijos de las columnas guerrilleras de Argimiro Gabaldón, con su corazón y brazo, nosotros somos los del Caracazo somos nosotros. Nosotros somos los del 4 de febrero carajo. (HCH, Discurso de cierre 2012)

3.3.3. El yo y el tú/ustedes en la polarización En la dinámica de la campaña de 2012, el pronombre ustedes tomó un giro muy especial, particularmente en los discurso de cierre. Se hicieron evidentes dos funciones diferentes en la relación entre el yo y el ustedes; en el caso de Chávez para reforzar su imagen de líder poderoso y para adoctrinar, y en el de Capriles para fortalecer su liderazgo, criticar las fallas del gobierno y llamar a la reflexión. En este momento político, Chávez ya había alcanzado su máximo poder y su yo se había integrado con el pueblo como una sola entidad. En la campaña final de su carrera política se representó a sí mismo como la esencia de un movimiento casi religioso en la que el líder es encarnado en el pueblo y todos son Chávez: (13) (…) ellos no han entendido y quizás no entenderán jamás de verdad, de verdad verdaita, que Chávez y esto no es una consigna, no, pero en verdad, verdad, Chávez ya no soy yo, Chávez es un pueblo (…) Chávez somos millones, tú también eres Chávez mujer venezolana, tú también eres Chávez

181

Adriana Bolivar joven venezolano, tú también eres Chávez niño venezolano, tú también eres Chávez soldado venezolano, tú también eres Chávez pescador, agricultor, campesino, comerciante, Chávez en verdad es un colectivo, por eso es que háganme lo que me hagan, pase lo que me pase a mí que soy un simple ser humano no podrán con Chávez nunca, Jamás porque Chávez no soy yo, Chávez es un pueblo invicto, invencible.(HCH, Discurso de cierre 2012)

En su relación con el pueblo el líder de la revolución hizo uso de ustedes en intercambios de preguntas cuya función era destacar logros de la revolución y hacer ver que se encontraban en peligro por culpa del “majunche” de la “burguesía” y de los “ricachones”. Nótese a continuación la forma en que las preguntas de Chávez a los revolucionarios tienen el doble propósito de resaltar los logros de la revolución y de descalificar al oponente: (14) Candidato Chávez: (…) la Gran Misión Mercal por ejemplo ¿quién no se ha beneficiado aquí de la Gran Misión Mercal? Barrio Adentro aquí no había médicos para el pueblo, ni salud para el pueblo, hasta que llegó Barrio Adentro ¿ustedes creen que un gobierno del majunche impulsaría Barrio Adentro? Asistentes ¡Noooo! (HCH, Discurso de cierre 2012) (15) Candidato Chávez: Claro que no ¿ustedes creen que un gobierno de los ricachones impulsaría la Misión Mercal? Asistentes ¡Noooo! (HCH, Discurso de cierre 2012) (16) Candidato Chávez: Claro que no ¿ustedes creen que un gobierno de la burguesía impulsaría la Misión Vivienda Venezuela? Asistentes ¡Noooo! (HCH, Discurso de cierre, 2012) (17) Candidato Chávez: Pleno empleo, educación, hemos creado 22 nuevas universidades en los últimos 10 años en Venezuela y vamos a crear más de 10 nuevas universidades en los próximos 6 años ¿ustedes creen que un gobierno de la burguesía apoyaría a las universidades públicas? Asistentes ¡Noooo! (HCH, Discurso de cierre 2012)

En ese mismo discurso, mediante preguntas a los presentes en la concentración, Chávez también reforzó el desprecio por el adversario. Sus seguidores respondían en coro a preguntas polarizantes que repudiaban y desconocían al candidato Capriles: (18) Candidato Chávez: ¿Quién es el candidato adeco? ¿Quién es el candidato copeyano? ¿Quién es el candidato neoliberal? ¿Quién es el candidato del paquetazo? Asistentes ¡El majunche! (19) Candidato Chávez: ¿Quién es el candidato de los grandes ricachones? Asistentes ¡El majunche! (20) Candidato Chávez: ¿Quién es el candidato de los corruptos? Asistentes ¡El majunche! (21) Candidato Chávez: ¿Quién es el candidato de los grandes negocios? Asistentes ¡El majunche!

Por otro lado, en su discurso de cierre de campaña en el año 2012, el ustedes de Capriles fue de mayor alcance ya que incluyó a todos los potenciales descontentos con las promesas incumplidas del gobierno y con las fallas del socialismo del siglo XXI, es-

182

Capítulo 8

pecialmente mediante el uso de “fíjense” (ustedes). También empleó el tú y el usted para obtener mayor acercamiento afectivo. Todos los ejemplos a continuación son tomados del discurso de cierre de Capriles el 04 de octubre de 2012. (22) HCR: Y allí uno dice bueno, catorce años ¿Qué nos ofrece el gobierno para los próximos seis años? ¿Por qué quieren seis años más? ¿Por qué después de catorce años, un gobierno que ya tuvo tiempo suficiente, por qué seis años más? Y uno empieza a ver, fíjense, yo estaba revisando, yo estaba revisando todos los temas de Lara, de Barquisimeto, (…) yo veía por ejemplo todo ese proyecto de Tras barca que lo abandonaron, que lo dejaron allí, un proyecto donde se invirtieron tantos recursos y sencillamente es que no les importa y ahí lo dejan y ahí lo abandonan, y así está toda nuestra Venezuela, llena de primeras piedras, llena de obras que se inician y nunca se terminan. HCR: Yo estaba viendo por ejemplo ¿qué pasó con el ferrocarril Barquisimeto Yaritagua? ¿Barquisimeto Puerto Cabello? ¿Qué pasó, la terminaron? Público: ¡Nooo! HCR: Qué pasó por ejemplo con el proyecto Yacambú Quíbor. ¿Qué pasó, lo hicieron? Público: ¡Nooo! (23) HCR: Qué pasó por ejemplo, qué le pasó al candidato del gobierno que dijo que la pobreza iba a llegar a cero. Hoy setecientas mil familias todos los días de nuestra Venezuela se van a la cama sin comer ¿Qué pasó con llevar la pobreza a cero? Qué pasó por ejemplo con la carretera Lara Zulia, qué pasó con la Misión A Toda Vida, el problema de la violencia, de la inseguridad que ustedes viven todos los días Qué pasó con la transformación de las cárceles, qué pasó con las universidades Qué pasó con las escuelas, qué pasó que no se construyeron liceos, qué pasó que no se ha credo empleo. (24) HCR: Fíjense lo que dijo el candidato del gobierno, en el año 98 dijo: Cómo vamos a implantar un gobierno de veinte años en el país, eso es imposible. (gritos) Lo dijo él, hoy lleva catorce y quiere seis para veinte, catorce son suficientes, veinte son demasiado (aplausos, gritos y cornetas) Fíjense, en el año 2005 dijo: Las zonas industriales se han incrementado. En el año 2004 dijo: La producción nacional agrícola y ganadera la aumentaré. En el año 2002 dijo: Se reactivarán todas las empresas privadas. En el año 2003 dijo: El sector salud lo ubicaremos en los primeros lugares. En el año 2002 dijo: No politizo los cuarteles militares, son libres y autónomos. En el año 98 dijo: Acabaremos con los corruptos. ¿Dónde están los corruptos? ¿Dónde están los que han saqueado a este país? En el año 98 dijo: Acabaré con la violencia. En el año 98 dijo, en el 99 Dotaré a todos los hospitales ¿Cómo están los hospitales? (gritos) En el año 2000 dijo: Se prohíbe utilizar a niños y niñas para promocionar alguna idea política. Llevaron a la política hasta a los niños. En el año 2002 dijo: Vamos a llenar a Venezuela de gallineros verticales ¿Dónde están los gallineros verticales? (gritos) En el año 98 dijo: No caeré en la tentación de devaluar la moneda para resolver el

183

Adriana Bolivar déficit. ¿Cuánto vale nuestro bolívar hoy? ¿A usted le alcanza su sueldo, mi hermano? (gritos y cornetas). (negritas y cursivas nuestras) (25) HCR: Mira aquí hay algo, bueno, dicen: Continuar construyendo el socialismo del siglo XXI. Mi amor, tú por allá, ¿qué ha hecho el socialismo del siglo XXI donde tú vives? (gritos) Mi hermano por allá ¿qué ha hecho? ¿El socialismo del siglo XXI te ha dado seguridad? Público: ¡Nooo! (26) HCR: ¿Tú tienes empleo? Tú sí estás empleado, ¿el de allá está empleado? Allá dicen que no y allá también dicen que no. ¿El socialismo ha creado industrias? Público: ¡Nooo! (27) HCR: (…) Aquí hay… aquí hay propuestas para ustedes, muchachos. Aquí hay propuestas para la educación. Aquí hay propuestas para sus universidades. Aquí hay propuestas para construir liceos. Aquí hay propuestas para construir escuelas. Aquí hay propuestas para que el niño humilde tenga su morral, tenga su uniforme, tenga su transporte, tenga su alimento. Audiencia: Ovación.

3.3.4. La alternancia entre nosotros venezolanos y nosotros revolucionarios Las palabras de Chávez una vez conocidos los resultados electorales de 2012 que lo dieron como ganador el 07 de octubre, revelaron que la polarización se mantenía fuerte en la política venezolana. Las palabras sobre la victoria de Chávez se dieron en un tono similar al discurso de cierre de campaña y de casi la misma duración (2.253 palabras), en cadena nacional, con algarabía, aplausos y consignas. En este discurso la victoria fue celebrada por lo que significaba para la democracia venezolana y por lo que implicaba para la integración con países amigos del gobierno revolucionario. Las palabras del presidente fueron coherentes con el mensaje que venía reforzando en sus años de gobierno: el vínculo afectivo positivo con el pueblo, el culto a Bolívar como símbolo de legitimación de la revolución (“renació la patria de Bolívar”), las raíces de la identidad y la lucha por la independencia, la identificación con los interlocutores, la polarización entre “la derecha” y la revolución, la lucha contra el imperialismo y el neo-liberalismo. La polarización se manifestó discursivamente en la alternancia del uso del nosotros que incluía a todos los venezolanos con el nosotros que excluía a los que votaron en su contra, con lo cual, a pesar de que llamó a la unidad nacional, en su discurso quedaron presentes las marcas de la división. El análisis detallado paso a paso nos permite ver cómo Chávez fortaleció discursivamente esta división.

184

Capítulo 8

a) Reconocimiento y felicitaciones a todo el pueblo venezolano (nosotros incluyente). Chávez primero reconoció el talante democrático mostrado por los venezolanos e incluyó a “todos” los habitantes de “esta Patria, a “todos y todas”, a “todos nosotros” para referirse a todo el electorado que participó en las elecciones. Destacó con alegría la altísima participación de 80% del registro electoral. La repetición y las marcas de género masculino y femenino contribuyeron a intensificar la emoción y la inclusión, como se puede observar en el siguiente ejemplo. (28) Quiero, en primer lugar, hacer un reconocimiento a todo el pueblo venezolano, un reconocimiento a toda la nación venezolana, un reconocimiento a los casi 30 millones de venezolanas y venezolanos que hoy habitamos esta Patria. La Patria de Bolívar, felicitaciones a todos y a todas por este día memorable signado en primer lugar por un talante democrático de todos nosotros, signado por una altísima participación de más del 80 por ciento del registro electoral. (HCH, Discurso de la victoria 2012)

b) Reconocimiento especial a los que votaron en contra de “nosotros” Este reconocimiento fue interesante discursivamente porque introdujo el nosotros excluyente, vale decir el que se refiere solamente a los revolucionarios y que marcó la polarización en su gobierno. La felicitación, un acto halagador de imagen, por la “demostración cívica” fue acompañado por la frase verbal “votaron en contra de nosotros”, que agregó un valor negativo al acto de votar. También reconoció a los opositores el hecho de que respetaron la Constitución (había augurado insistentemente que no lo harían), pero indirectamente reforzó el modelo contextual de que no la respetan. También vaticinó que “cada día van a estar más de acuerdo” con la Constitución (como si no lo estuvieran), con lo cual hizo una demostración de manipulación ilegítima (van Dijk, 2006). Véase el siguiente ejemplo tomado del mismo discurso: (29) Desde aquí vaya mi palabra de reconocimiento a todos quienes votaron en contra de nosotros, un reconocimiento especial por su talante democrático, por su participación, por la demostración cívica que hoy han dado a pesar de que no están de acuerdo con la propuesta bolivariana, pero estoy seguro que cada día estarán más de acuerdo con la Constitución Bolivariana, con la Carta Magna. (HCH, Discurso de la victoria 2012)

c) La felicitación a la dirigencia opositora por reconocer “la verdad” El uso del artículo definido en el grupo nominal “la verdad” y la posición que ocupa esta frase en el flujo del discurso es revelador. El presidente tenía la opción de decir primero que la dirigencia había reconocido “la victoria”, pero decidió focalizar en la verdad, lo que enfatizó su verdad y no la posibilidad de que co-existan otras verdades. Nuevamente Chávez marcó la diferencia entre “nuestro reconocimiento” y “el candidato

185

Adriana Bolivar

de la derecha” y englobó en el término “derecha” a distintos grupos opositores, entre los cuales hay representantes de la derecha tradicional, pero también partidos de izquierda y otros grupos que se aglutinaron en el Movimiento de Unidad Democrática (MUD) que apoyaron a Capriles. Con sus palabras ofreció una visión distorsionada de la realidad y siguió dividiendo a la sociedad en dos grandes bloques. (30) Por eso comienzo felicitándoles a ellos y a ellas y también felicitar a la dirigencia opositora porque han reconocido la verdad, ¡han reconocido la victoria del pueblo! Para ellos nuestro reconocimiento, el candidato de la derecha y sus comandos de campaña acaban de anunciar al país que reconocen la victoria bolivariana. (HCH, Discurso sobre la victoria 2012)

d) La convivencia de “todos nosotros” En el resto del discurso se observó cómo Chávez expresó primero su interés por la construcción de la paz y convivencia de “todos nosotros” (incluyente) pero luego marcó la polarización cuando habló en nombre de “todos nosotros”, los que extendemos a ustedes estas dos manos y este corazón (excluyente). (31) Eso es un paso muy importante en la construcción de la paz en Venezuela, de la convivencia de todos nosotros. Por eso comienzo enviándoles este saludo y extendiéndole estas dos manos y este corazón a nombre de todos nosotros, porque somos hermanos en la Patria de Bolívar. (HCH, Discurso de la victoria 2012)

e) Invitación al diálogo (a los que “promueven el odio”) La invitación al diálogo fue loable, pero estuvo precedida de una descalificación de los opositores a quienes se les atribuyó el “odio”, el “veneno social” y la “negación de las cosas buenas”. Nótese que esta vez usó la palabra Venezuela con el calificativo de “Bolivariana”, lo que también enfatizó la diferencia. (32) Y les hago el llamado a todos a los que andan promoviendo el odio, a los que andan promoviendo el veneno social, a los que andan siempre tratando de negar todas las cosas buenas que ocurren en Venezuela, los invito al diálogo, al debate y al trabajo conjunto por la Venezuela Bolivariana.

f) Un triunfo de la democracia militar Este fue otro tema destacado. Se dirigió a los “camaradas”, por lo tanto la referencia implícita a nosotros en “hemos demostrado” es excluyente. También lo es la frase “Y lo vamos a seguir demostrando”. El triunfo se enmarcó en la metáfora de guerra que ha dominado todo su discurso (la línea de batalla).

186

Capítulo 8 (33) Hoy, hoy hemos demostrado, camaradas, compatriotas, que nuestra democracia es una de las mejores democracias del mundo. Y lo vamos a seguir demostrando. ¡Ha sido un triunfo en toda la línea de batalla! (HCH, Discurso de la victoria 2012)

Los llamados a la unidad nacional por parte de Chávez como presidente electo llevaban en su interior un llamado a unirse a la revolución. Los intentos de despolarización del candidato opositor no fueron suficientes para unir a un pueblo que ya lleva dividido más de 14 años. La campaña de 2012, no obstante, sirvió para que un joven líder iniciara un nuevo período en la dinámica de la política venezolana.

4. Conclusiones En este trabajo nos propusimos mostrar cómo el estudio de los pronombres personales en la política revela estrategias propias de los políticos y también usos particulares de los pronombres en momentos coyunturales de cambio. Primero examinamos la situación del personalismo en el momento en que imperaban dos partidos tradicionales que mostraban similitudes en la forma de usar los pronombres, particularmente el nosotros incluyente para referirse a sus obras futuras y el excluyente para evadir responsabilidades. También vimos que, a pesar de los parecidos, se manifestaban diferencias individuales en la forma de usar la autoreferencia, que fue más notoria en el gobierno de Caldera, que siguió al de Pérez. Nos enfocamos en dos momentos coyunturales. El primero en el año 1999 cuando llegó Hugo Chávez al poder con un Yo autoritario/polarizador; el segundo en el año 2012 cuando Chávez participó en su última campaña electoral y entró en la arena política Henrique Capriles como nuevo líder de la oposición con un yo despolarizador altamente crítico. El estudio ha mostrado que el uso de los pronombres personales asoma dos tipos de polarización en la historia política reciente: una entre los partidos tradicionales AD y COPEI que tomaban turnos en el poder cada cinco años y otra que se instauró con la llegada de Chávez y que polarizó primero entre ellos (AD y COPEI) y nosotros ( el Movimiento Quinta República que lo apoyó en su primera campaña) y posteriormente entre ellos (la burguesía nacional y el capitalismo) y nosotros (los socialistas del Siglo XXI o revolucionarios). El estudio más detallado de la campaña de 2012 mostró el descenso del pronombre yo de un líder (Chávez) y, al mismo tiempo, el aumento del yo de otro líder (Capriles). También hizo evidente que el yo en el discurso populista es la encarnación del pueblo (“Chávez es el pueblo”) y puede fundirse con otros pronombres porque “tú” eres Chávez” “nosotros” somos Chávez, “todos” son Chávez. Igualmente, el uso de ustedes mostró diferencias. Afloró la relación entre un yo y un ustedes (revolucionarios) que polariza porque excluye al que no está de acuerdo con la revolución y un yo y un ustedes (venezolanos) que busca incluir y acabar con la división. En el diálogo político se contraponen los discursos ideológicos de distintos Yo, mientras el nosotros continúa en permanente (re)definición y el ustedes lleva la enorme responsabilidad de mantener viva la esperanza del cambio. Nos

187

Adriana Bolivar

ha quedado claro que en la dinámica política venezolana existen ciclos en los que cada cierto tiempo surge el YO de un líder que llega con la presunción de corregir errores del pasado. Queda la incógnita por saber qué dirección tomará el personalismo autoritario venezolano después de la muerte de Chávez y qué papel le tocará jugar al nuevo líder de la oposición en la lucha por el cambio hacia una sociedad más justa y democrática.

Notas 1 Henrique Capriles se enfrentó a Chávez por primera vez en la campaña electoral por la presidencia en 2012. Aunque fue derrotado, obtuvo para la oposición la más alta votación en los últimos quince años. Chávez falleció el 05 de marzo de 2013 víctima del cáncer, sin haberse juramentado como presidente. Dejó como heredero a Nicolás Maduro. De acuerdo con lo estipulado en la Constitución, se llamó nuevamente a elecciones para la Presidencia. Capriles se enfrentó a Maduro y, aunque fue derrotado nuevamente puso en serio peligro a la revolución ya que la diferencia de votos fue muy escasa. Después de escrutar el 99,2% de los votos, Maduro obtuvo 7.505.338= 50.66% y Capriles: 7.270.403= 49,08% (www.eluniversal.com.nacional-y-politica/map). 2 En los estudios mencionados aquí se han usado los programas WordSmithTools 4, Word Pilot y Antconc. 3 En los estudios sobre Pérez y Caldera usamos el programa WordSmithTools. En los de Chávez y Capriles se han empleado además Word Pilot y Antconc. 4 Solamente en dos casos la palabra no se refería a Simón Bolívar sino a un exgobernador llamado Didalco Bolívar

R eferencias bibliográficas ABBOTT, B. (2010). Reference. Oxford: Oxford University Press. ARENAS, (2007). Poder reconcentrado: el populismo autoritario de Hugo Chávez. Revista Politeia 30, 23-63. BENTIVOGLIO, P. (1987). Los sujetos pronominales de primera persona en el habla de Caracas. Caracas: Universidad Central de Venezuela. ADETUNJI, A. (2006). Inclusion and exclusion in political discourse: deixis in OlosegunObanjo´s speeches. Journal of Language and Linguistics 5( 2): 177-191. BOLÍVAR, A. (1992). The analysis of political discourse, with particular reference to the Venezuelan political dialogue.English forSpecificPurposes, 2, 159–175. ALCAIDE LARA, E.R. (2009). El “yo” de los políticos ¿cuestión de género? Discurso y Sociedad 6 (1): 5-20. Revista electrónica. Disponible en www.dissoc.org BEARD, A. (2000). Language of politics. London: Routledge. BOLÍVAR, A. (1995a). La autoreferencia en la práctica discursiva de Rafael Caldera. En C. Kohn (Comp.) Discurso político y crisis de la democracia: reflexiones desde la filosofía social, la ética y el análisis del lenguaje. Cuadernos de Postgrado 12, 121–144. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

188

Capítulo 8 BOLÍVAR, A. (1999).The linguistic pragmatics of political pronouns in Venezuelan Spanish. En J. Verschueren (Ed.) Language and Ideolog y. Selected Papers from the 6th International Pragmatics Conference, Vol. 1, 56-69. International Pragmatics Association, Antwerp: Belgium. BOLÍVAR, A. & KOHN, C. (1999). El discurso político venezolano. Un análisis multidisciplinario. Caracas: Universidad Central de Venezuela y Editorial Tropykos. BOLÍVAR, A. (2001a). El acercamiento y el distanciamiento pronominal en el discurso político venezolano. Boletín de Lingüística, 16, 86-146. BOLÍVAR, A. (2001b). El personalismo en la democracia venezolana y cambios en el diálogo político. Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad 3(1): 103-134. BOLÍVAR, A. (2001c). El uso de YO y NOSOTROS en el discurso político venezolano. En H. Perdiguero y A. Álvarez (eds.) Estudios sobre el español de América. Actas del V Congreso internacional de “El español de américa”, 194-204. Burgos: Universidad de Burgos. BOLÍVAR, A. (2007). El análisis interaccional del discurso: de lo micro a lo macro en la dinámica social. En A. Bolívar (ed.) El análisis del discurso. Por qué y para qué, 249-277. Caracas: Los libros de El Nacional. BOLÍVAR, A. (2009). “Democracia” y “revolución” en Venezuela: un análisis crítico del discurso político desde la lingüística de corpus. Oralia 12, 27-54. BOLÍVAR, A. (en prensa). La construcción discursiva de la revolución bolivariana: polarización y manipulación en la campaña electoral de 2012. En A.Freitez (Coord.) Por qué ganó Chávez. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello. BOLÍVAR, A. CHUMACEIRO I. & ERLICH, F. (2003). Divergencia, confrontación y atenuación en el diálogo político. Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad 4(3): 121-151. BRAMLEY, N.R. (2001). Pronouns of politics: the use of pronouns in the construction of ´self´´ and ‘other’ in political interviews [online] http://digitalcollections.anu.edu.au/ bitstream/1885/4622515/01front.pdf (10abril, 2012). BRISARD, F. (2002) Grounding.The epistemic footing of deixis and reference. Berlin: Mouton de Gruyter. BROWN, R. & GILMAN, A. (1960).The pronouns of power and solidarity. En T. Sebeok (ed.) Style in language, pp. 253-276. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. CABALLERO, M. (2003). Gómez, un tirano liberal. Caracas: Alfadil Ediciones. CABALLERO, M. (2004). Rómulo Betancourt, político de nación. Caracas: Alfadil & México. Fondo de Cultura Económico. CAÑIZÁLEZ, A.A. (2011). Medios, gobernabilidad democrática y políticas públicas. La presidencia mediática: Hugo Chávez (1999-2009). Tesis doctoral. Doctorado en Ciencia Política. Caracas: Universidad Simón Bolívar. CARRANZA, I.E. (1998). Conversación y deixis de discurso. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. CARRERA DAMAS, G. (2011). El bolivarianismo-militarismo, una ideología de reemplazo. Caracas: Editorial ALFA. COURLEANDER, V. (2010). “El Pueblo” en campañas electorales venezolanas: palabra e imagen en 1998 y 2006. Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 10 (1) 65-92. Disponible en www.aledportal.com CHARAUDEAU, P. (2005). Discours politique. Les masques du pouvoir. Paris: Vuibert.

189

Adriana Bolivar CHARAUDEAU, P. (2009). Reflexiones para el análisis del discurso populista. Discurso y Sociedad 3, 2: 253-279. Revista electrónica disponible en www.dissoc.org CHARAUDEAU, P. (2011). Las emociones como efectos del discurso. Revista Versión 26, 97118. CHIRINOS, A. & MOLERO de CABEZA, L. (2007). La imagen del YO y del OTRO: construcción de identidades en los discursos de toma de posesión de los presidentes de Venezuela y Brasil. Boletín de Lingüística 19, 27 [citado 2013-04-03] pp. 70-93. Disponible en http:// www.scielo.org.ve/scielo.php? CHUMACEIRO, I. (2004). Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos: Hugo Chávez y Enrique Mendoza. Revista Latinoamericana de Estudios del discurso 4(2): 91-113. CHUMACEIRO, I. (2010). El discurso de Hugo Chávez. Del poder de la seducción a la confrontación como estrategia. En F. Ramos Pismataro, C.A. Romero y H.E. Ramírez Arcos (eds.) Hugo Chávez: una década en el poder (pp.215-237). Bogotá: Editorial Universidad del Rosario. DE COCK, B. (2011). Why we can be you: the use of 1st person plural forms with hearer reference in English and Spanish. Journal of Pragmatics 43 (11): 2762-2775. DE FINA, A. (1995). Pronominal choice, identity and solidarity in political discourse.Interdisciplinary Journal for the study of Discourse Text 15 (13): 379-410. ENFIELD, N. & STIVERS, T. (2007) Person reference in interaction.Linguistic, cultural and social perspectives. Cambridge: Cambridge University Press. ERLICH, F. (2002). Autopresentación y presentación de los “otros” en el debate sobre el referéndum sindical en Venezuela. Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad 4(1): 29-51. ERLICH, F. (2005a). La relación interpersonal con la audiencia. El caso del discurso del presidente venezolano Hugo Chávez. Revista Signos 38(59): 287-302. ERLICH, F. (2005b). Características y efectos del discurso auto-centrado en Aló Presidente. Boletín de Lingüística 24(2): 5-32. FAIRCLOUGH, N. (1992). Discourse and social change. Cambridge: Polity Press. FILLMORE, Ch. (1975). Santa Cruz lectures on deixis. Bloomington: Indiana. FONTE, I. & WILLIAMSON, R. (2011). ‘Hacia una redefinición de la deixis personal en el español oral: un estudio conversacional’. En L. Fant y A. Harvey (Eds.). El diálogo oral en el mundo hispanohablante (pp. 67-94). Madrid/Frankfurt: Vervuert/Iberoamericana. GUALDA, R. (2012). The discourse of Hugo Chávez in AlóPresidente: establishing the Bolivarian revolution through television performance. Tesis doctoral. Universidad de Austin. HALLIDAY & MATTHIESSEN, CH. (2004). An introduction to Functional Grammar.(3º Ed.) London: Edward Arnold. HARVEY, A., BAEZA, P. & SOLOGUREN, E. (2012). La deixis de primera persona en la construcción discursiva del estudiante universitario. Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso 12 (2): 33-52. HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, E. & LOPEZ MARTINEZ, M.I. (2002). Los deícticos en la comunicación política. Hesperia, Anuario de Filología Hispánica V, 155-175. HYMAN, E. (2004). Theindefinite YOU. English Studies 2, 161-176. JAKOBSON, R. (1990). Linguistics and poetics. En T. Sebeok (ed.) Style in Language (pp. 350-377). Cambridge, Massachusetts: MIT Press.

190

Capítulo 8 LAVANDERA, B.(1984). Creative variation.Shifting between personal and impersonal in Spanish discourse. Arbeitspapier Nr. 103 des Sonderforschungsbereichs 99. Konstanz: Konstanz University. LEVINSON, S. (2004). Deixis. En L.R. Horn y G.L. Ward (eds.) The Handbook of Pragmatics (pp. 97- 120).Londres: Blackwell. LYONS, J. (1977). Deixis, space and time, en Semantics, volumen II, 636-724.Cambridge: Cambridge UniversityPress. MADRIZ, M.F. (2002). La noción de pueblo en el discurso populista. Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso 2(1): 69-92. MOLERO DE CABEZA, L. (2002). El personalismo en el discurso político venezolano. Un enfoque semántico y pragmático. Espacio Abierto [online] 2002, vol.11 n.2 [cited 2013-04.03] http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315 NIETO Y OTERO, M. J. (2004). Comunicación afectiva en el discurso político venezolano. Estudio del pronombre seudoinclusivo nosotros. Spanish in context, 1(2): 267-285. NIETO Y OTERO, M.J. (2008). Una caracterización pragmalingüística de la vinculación afectiva en el discurso político. Tesis doctoral. Caracas: Universidad Central de Venezuela. O’CONNOR, B., TAHA, M., & SHEEHAN, M. (2008). Castro´s shifters: locating variation in political discourse. University of Pennsylvania Working papers in Linguistics, volume 14(2): 121129. PAZ, Y. (2001). Deixis personal, social y discursiva en narrarivas de El Empedrado (Maracaibo, Venezuela). RevistasSignos 34 (49): 89-97. PENNYCOCK, A. (1994). The politics of pronouns.ELT Journal 48(2): 173-178. PLAZA, E. (2001). La idea del gobernante fuerte en la historia de Venezuela (1819-1999). Politeia 24 (27): 7-24. RÍOS, F.M. (2003). ¿Democracia con “mano dura”? La ecuación pendiente. Conceptos y relaciones de mano dura y democracia en una muestra de jóvenes universitarios. Temas de Coyuntura 48, 75-101. ROMERO JIMÉNEZ (2006). Algunas claves para comprender el discurso político de Hugo Chávez (1998-2004), RIPS. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas 5(1): 99-214. SWIEWERSKA, A. (2004). Person. Cambridge: Cambridge UniversityPress. STEWART, M. (1992) Personal reference and politeness strategies in French and Spanish: a corpus-based approach. Tesis doctoral. Edinburgh: Heriot-Watt University, Department of Modern Languages. VAN DIJK, T.A. (1999). Ideología. Una aproximación multidisciplinaria. Barcelona: Gedisa. VAN DIJK, T.A. (2003). Ideología y discurso. Barcelona: Ariel Lingüística. VAN LEEUWEN, T. (1996).The representation of social actors. En C. R. Caldas-Coulthard y M. Coulthard (eds.) Texts and Practices. Readings in critical discourse analysis (pp. 32-83). Londres y Nueva York: Routledge. WECHSLER, S. (2010). What ‘you’ and ‘I’ mean to each other: Person indexicals, self-ascription, and theory of mind. Language 86(2): 332-365. WILSON, J. (1990). Politically speaking. Oxford, Cambridge: Basil Black

191

CAPÍTULO 9

Disculpas públicas del presidente Santos en el marco de la justicia transicional en Colombia Carolina Chaves O’Flynn The CUNY Graduate Center (New York)

1. Introducción Usualmente, cuando una figura política se ve obligada a pedir excusas frente a auditorios multitudinarios, las estrategias de defensa de su imagen pública exponen numerosas salidas creativas que protegen su apariencia modélica y tienden a minimizar su responsabilidad sobre los hechos por los que se excusa (Kampf, 2009; Lakoff, 2001). “In doing so, public figures become linguistic acrobats, creatively using various pragmatic and linguistic strategies in order to reduce their responsibility for the events under public discussion” (Kampf, 2009, p. 2260).En otras palabras, las figuras políticas corren grandes riesgos para su imagen cuando ofrecen disculpas públicas, toda vez que arriesgan su credibilidad si la disculpa no resulta suficientemente convincente y, en términos de costo-beneficio, en aras de fortalecer su imagen, deben minimizarse al máximo sus responsabilidades políticas.

2. Una tipología de las disculpas públicas. Durante las últimas décadas se ha dado una proliferación de excusas públicas a lo largo y ancho de todo el mundo globalizado (Bolívar, 2010, 2011; Harris, Grainger &Mullany, 2006; Kampf, 2009). Las disculpas públicas se han convertido en un instrumento para la restauración de la imagen de importantes figuras políticas que tienden a pedir excusas, bien sea por crímenes lejanos en el pasado, de los que no son directamente responsables; bien por faltas cometidas por el Estado al que representan; o bien por cualquier otra inconveniencia por la que su imagen pública se vea lamentablemente comprometida (Bolívar, 2010; Harris et al, 2006; Kampf, 2009; Lakoff, 2001). En el espacio político latinoamericano, Adriana Bolívar ha estudiado las dinámicas de las disculpas públicas, entre diplomáticos de habla hispana que dialogan en la atmósfera de sus relaciones internacionales (Bolívar 2008, 2010, 2011). Bolívar (2011) ha explorado excusas en español,

193

Carolina Chaves O’Flynn

tanto en su nivel micro, o de acuerdo con los requisitos que se requieren para que una disculpa canónica cumpla con las condiciones de sinceridad o de felicidad (Austin 1962) que la pragmática demanda y que reparan en las intenciones del hablante, como en su nivel macro, que se concentra en la credibilidad que ostenten las excusas dentro del plano social y en macro-diálogos sostenidos dentro de la esfera pública (Bolívar 2011, p. 48). El acto de disculparse, la exigencia de disculpas o la negativa a darlas, puede tener efectos importantes en la forma en que los ciudadanos perciben la actuación de los líderes políticos y puede también modificar sus creencias y confianza en los métodos democráticos. (Bolívar, 2011, p. 44).

Y es tal el auge que han cobrado las apologías políticas que, ya desde el campo de la pragmática, se ha llegado incluso a afirmar que el mundo vive en la Era de las disculpas, dada la recurrencia que han adquirido estas novedosas dinámicas de asesoramiento de imagen en el campo de la política (Augoustinos, Hastie & Wright, 2011; Hastie 2009; Kampf, 2009; Lakoff 2001). Por lo mismo, las disculpas públicas por parte de figuras políticas han sido un jugoso campo de estudio para los analistas del discurso durante los últimos años. Particularmente en Inglaterra se ha ahondado en la constitución de un marco teórico que contribuya al análisis de aquellos discursos que ocurren dentro de la arena pública. Las autoras Harris, Grainger y Mullany (2006) han aportado una tipología de disculpas públicas, emitidas por personalidades políticas, cuyo orden de significación se expone jerárquicamente de acuerdo con la gravedad de la ofensa que se haya cometido. Así, en la base de la pirámide, en orden de trascendencia política, se ubican aquellas disculpas públicas que resultan de una imprudencia verbal por parte de un personaje político. Piénsese, por ejemplo, en las excusas ofrecidas en el año 2011 por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, por comentar socarronamente que acostumbraba ver irlandeses embriagados, colgando de las ventanas del American Irish Historical Society, durante el día de celebración de la fiesta de San Patricio. La broma estereotípica del alcalde levantó toda serie de exigencias de rectificación y de ofrecimiento de disculpas a la comunidad irlandesa de Nueva York. Como resultado, Bloomberg se vio en la penosa obligación de reconstruir su imagen, a través de unas disculpas públicas por la incorrección política de su broma (CBS New York, 02/10/2011: en línea). En el segundo peldaño se ubican aquellas disculpas propiciadas por errores bastante más desafortunados que el cometido por Bloomberg y que apuntan a aquellas ofensas lejanas en el tiempo y por cuyos efectos no puede responsabilizarse al individuo que las emite. Un ejemplo de este tipo de excusas ocurrió cuando, ya entrando al siglo XXI, Juan Pablo II pidió perdón por las brutalidades autorizadas en los tribunales eclesiásticos durante las épocas de operación de la Inquisición (La nación, 06/16/2004: en línea). Finalmente, en la cúspide de la pirámide, corona el tercer tipo de disculpa; aquella que se emite por asuntos de suma seriedad y que son además de carácter actual, por lo que también su trascendencia política resulta siempre coyuntural (Harris et al. 2006). Representante icónico de este último tipo de disculpa pública es, por ejemplo, el Ex Primer Ministro de Australia Kevin Rudd, quien en febrero del 2008, pidiera disculpas

194

Capítulo 9

en nombre del Estado australiano a las comunidades indígenas de Australia por su sufrimiento y el de las “Generaciones robadas”, refiriéndose a aquellas generaciones de niños arrancados de los brazos de sus madres, por manos del gobierno australiano y de algunas misiones religiosas, entre los años 1869 y 1969, con la excusa de otorgarles a los niños un futuro mejor que aquél que sus familias desposeídas pudieran acaso propinarles (Augustinos, et al., 2011; Hastie, 2009). Para propósitos de este trabajo, es sobre este último tipo de excusas que se ubicará la temática de estas páginas.

3. El acto ilocutorio de las disculpas. Los trabajos teóricos en actos de habla, especialmente aquellos con énfasis en la comunicación intercultural, han reparado en las estrategias pragmáticas que, en determinadas circunstancias, pueden constituir el molde ideal para actos de habla específicos. En lo que a disculpas se refiere, es probable que una simple expresión de arrepentimiento como ¨-perdón-¨ baste muchas veces para que el interlocutor ofendido conceda las disculpas que se le piden. No obstante, en otras oportunidades, y de acuerdo con la gravedad de la falta cometida, se requiere de otros varios dispositivos que garanticen que aquel acto de habla, que se construye como una disculpa, resulte verosímil para el interlocutor que la recibe (Augustinos, et al., 2011; Fraser, 1980; Olshtain and Cohen, 1983). Sin embargo, parecería que, aun contando con todos los elementos que la pragmática requiere, las disculpas ofrecidas en el marco de la política están destinadas a resultar dudosas: “La disculpa en la política no cumple la función pragmática fundamental en la vida cotidiana de reparar daños porque, incluso cuando excepcionalmente se cumple con la fórmula canónica completa, esta se logra bajo presión y no es creíble” (Bolívar, 2011, p. 66). En palabras de John Austin (1962): “verdad” y “falsedad” no son nombres de relaciones, cualidades, o lo que sea, sino que apuntan a una dimensión de apreciación. En estos términos se usan para indicar en qué medida las palabras satisfacen los hechos, sucesos, situaciones, etc., a los que ellas se refieren (p. 96).

De esta suerte, teóricamente, a cada acto de habla le correspondería una fórmula discursiva particular que haría creíble o no la veracidad de la locución emitida. Y, sin embargo, en materia de disculpas, la representación fiel de la fórmula canónica, es decir, la propuesta desde el campo de la pragmática, como se verá más adelante, no garantiza la validez de la excusa en el dominio de lo público. Es más bien su coherencia con la realidad, lo que haría creíble la sinceridad de las excusas. Es decir que, sobre el detenido seguimiento de las convenciones canónicas de cada disculpa, descansa la percepción de sinceridad que proyecte dicho acto discursivo; pero es sobre su representación en la realidad donde radica la validez de la disculpa desde el punto de vista social (Austin, 1962; Bolívar, 2008, 2011). Los estudios de Olshtain y Cohen (1983), sobre la naturaleza común de las disculpas en una amplia variedad de lenguas y culturas, han arrojado información sobre las estrategias básicas que contribuyen a la estructuración de una disculpa creíble y han

195

Carolina Chaves O’Flynn

aportado así varias de las disposiciones necesarias para la formulación canónica de las disculpas. Ya en 1980, Bruce Fraser comentaba cómo un hablante presume cuatro certezas mínimas sobre aquél que emite una disculpa; a saber, 1) que el emisor habla de un hecho anterior al acto de habla, 2) que quien se disculpa cree que, en efecto, el hecho ofendió personalmente al receptor, 3) que quien habla se sabe en parte responsable de la ofensa provocada y 4) que el emisor de la disculpa siente un arrepentimiento genuino por la ofensa que provocó las disculpas que se ofrecen (Fraser, 1980). Respecto a la potencial credibilidad de las excusas, Adriana Bolívar (2011) comenta cómo, para la evaluación de la disculpa pública, resulta relevante la manifestación evidente de arrepentimiento ante los espectadores que la valoran. Asimismo, Bolívar (2011) exalta que la credibilidad de la disculpa puede verse minada por la producción de “actos no sinceros, no creíbles y cínicos, que son básicamente los parámetros para medir la validez de la disculpa en el complejo diálogo entre jefes de estado y su pueblo, sus amigos y enemigos, y los medios”(p.44). De allí que en el contexto de la diplomacia latinoamericana, la negativa a presentar excusas por parte del gobierno venezolano, tras una cadena de insultos propinados contra el presidente de México, Vicente Fox, luego de finalizada la Cumbre de los Pueblos en Argentina en el año 2005, sea recibida como un gesto hostil hacia México por parte del gobierno venezolano. De otra parte, el posterior intento de desagravio realizado por el presidente Chávez, en una marcha con elementos propios de la cultura mexicana, tampoco fue recibido con buenos ojos por parte de los medios mexicanos, porque no hubo en aquel gesto una verbalización de la disculpa política (Bolívar, 2008, p. 28). Así mismo, en otro escenario diplomático, aquél propiciado por el bombardeo en suelo ecuatoriano, ordenado por el expresidente colombiano Álvaro Uribe en el 2008, se presentan por parte de Uribe excusas por un error que él mismo denomina “involuntario” y que recibe como respuesta, por parte de Ecuador, la objeción de que las disculpas “no alcanzan” (p. 58) para enmendar la infracción contra la soberanía ecuatoriana y las insinuaciones de Uribe sobre la supuesta protección del gobierno de Correa al grupo insurgente de las FARC. En este caso, el perfil de las disculpas de Uribe no satisfizo a todos los medios, a pesar de que se consignó por escrito, en un acuerdo firmado en Río, que las excusas sí fueron aceptadas (p.64). Esto, puesto que Colombia no fue condenada por la violación de la soberanía ecuatoriana y porque “las disculpas políticas, incluso las canónicas, no son totalmente validadas por los medios que destacan la falta de credibilidad” (p. 65).

4. Materiales y metodología. Los textos que sirvieron de corpus para el análisis expuesto en este trabajo son dos y corresponden a los discursos emitidos por el presidente Juan Manuel Santos en los años 2011 y 2012 respectivamente. Ambos escritos se encuentran consignados en su totalidad bajo el membrete de Discursos, en el enlace Sala de Prensa del sitio web de la Presidencia de la República de Colombia1, como parte del banco de datos del Sistema Informativo de Gobierno (en adelante SIG) de la Presidencia de Colombia. El primer texto se titula “Palabras del

196

Capítulo 9

Presidente Juan Manuel Santos en la entrega de títulos de tierras en El Salado, Bolívar”2 , aparece con fecha del 8 de julio de 2011, e incluye las disculpas que Santos elabora, en nombre del Estado colombiano, a las víctimas de una masacre paramilitar que se presentó en el territorio de El Salado en la región colombiana de los Montes de María en el año 2000. Las referencia a las disculpas por la masacre de El Salado que se citan en este análisis fueron recuperadas, tanto de la página de la Presidencia como del sitio web terra. com, que publicó en español la noticia consignada por The Associated Press 3 y que titula su artículo “Santos pide perdón a víctimas de masacre en El Salado, publicado también con fecha del 8 de julio de 2011. El segundo discurso, también disponible en SIG4, tiene fecha del primero de febrero de 2012 y se titula “Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el lanzamiento de la Política de Gratuidad Educativa”. Este discurso contiene las disculpas presentadas por Juan Manuel Santos a Belisario Betancur y al Ejército colombiano durante la presentación de una política de gratuidad educativa en Cali, la capital del departamento colombiano del Valle del Cauca. Las dos excusas se evalúan bajo los criterios pragmáticos propuestos teóricamente para la identificación de una disculpa sincera (Augustinos, et al., 2011; Austin, 1962; Bolívar, 2011; Fraser, 1980; Harris et al., 2006; Olshtain and Cohen, 1983) y, desde el punto de vista social, a partir de las exigencias semánticas que requieren una concordancia palpable entre las palabras y los hechos, y que determinan la credibilidad y validez de las excusas que se emitan. (Austin, 1962; Bolívar, 2011).

5. La justicia transicional y las disculpas públicas como estrategia de reparación. La justicia transicional es, por definición, un “conjunto de medidas judiciales y políticas que diversos países han utilizado como reparación por las violaciones masivas de derechos humanos” (Centro Internacional para la Justicia Transicional: en línea). Así, la justicia transicional es una suerte de tecnología jurídica que opera específicamente sobre poblaciones que padecen o han padecido un estado general de convulsión. “La ‘justicia transicional’ responde a una concepción de la justicia vinculada a los momentos de transición política de una situación de dictadura hacia la democracia o de una situación de conflicto armado o de guerra civil hacia la paz” (Rincón, 2010). Los pilares que rigen la aplicación de las políticas de la justicia transicional se agrupan en cuatro categorías, que se describen como los cuatro derechos básicos que deben ser reconocidos a las víctimas de violaciones de derechos humanos, durante los momentos de conmoción nacional. Los siguientes son los cuatro ejes de la justicia transicional que se encasillan como los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición5. a. El derecho a la verdad decreta la enunciación de la verdad sobre la ejecución de crímenes de lesa humanidad, el modo en que ocurrieron las violaciones, sus actores, las circunstancias y los motivos que posibilitaron el hecho, etc.

197

Carolina Chaves O’Flynn

b. El derecho a la justicia promulga que se le otorguen a las víctimas todas las vías posibles para la persecución penal rápida y efectiva de los actores materiales e intelectuales de las violaciones. c. El derecho a la reparación señala aquellas medidas que pueden sosegar la pena de las víctimas y sus familiares. d. La garantía de no repetición alude a las medidas que deben implementarse para garantizar a las víctimas, sus familiares, y en general a toda la población civil, que los hechos en cuestión no se volverán a repetir (Centro Internacional para la Justicia Transicional: en línea; Rincón, 2010). Dentro de la descripción del derecho a la verdad presentada en Los Principios contra la Impunidad de las Naciones Unidas, Tatiana Rincón (2010) señala que se contempla también allí el deber de recordar, como el acto de “preservar las sociedades de las tergiversaciones de la historia” (p.53). Lo que es más, se plantea el deber de recordar como un antídoto contra el revisionismo y el negacionismo históricos, sin que por ello las víctimas y/o sus familiares puedan, en un futuro, volver los ojos a su historia y plantear nuevas narrativas de su propia tragedia (p.53). El derecho a la reparación, por su parte, abarca restauraciones materiales, representadas en pagos y servicios; o en gestos simbólicos, como las disculpas públicas que nos ocupan en este trabajo.

6. El derecho a la reparación y las disculpas públicas del presidente Santos. Dentro del marco judicial que ampara a Colombia hoy en día, es decir, el de la justicia transicional, se exige que a las víctimas se les aseguren mecanismos jurídicos que les otorguen los derechos a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. En el plano de la reparación, el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido el presidente cuyo gobierno ha ofrecido más disculpas públicas a las víctimas del conflicto armado en Colombia, que ya casi alcanza los sesenta años de violencia continua. El conflicto colombiano se ha caracterizado por un permanente estado de criminalidad, sustentado de manera sistemática, tanto por parte del Estado, como por parte de varios grupos insurgentes armados. Así, entre las disculpas ofrecidas por Santos durante su gobierno destacan las referidas a las masacres de dos pueblos campesinos, El Tigre y El Salado, perpetradas por grupos paramilitares, en complicidad con el Ejército de Colombia; y otra, no menos importante, ofrecida por Santos al expresidente Belisario Betancur y al Ejército de Colombia, como reacción a una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante CIDH), por el caso de desapariciones forzadas durante la toma del Palacio de Justicia en 1985.

198

Capítulo 9

6.1. La masacre de El Salado La masacre de El Salado ocurrió entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000 y según informes de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (en adelante CNRR), presentado en septiembre del 2010, unidades paramilitares asesinaron a por lo menos 100 personas, torturando, degollando y decapitando a sus víctimas. Entre las víctimas se contaron una niña de siete años y un hombre con discapacidad mental, que desmienten la justificación paramilitar del crimen, que argumenta que se trató de un ataque contra un pueblo colaborador de la guerrilla y que la masacre fue producto de un enfrentamiento armado entre guerrilleros y paramilitares. Frente a hechos tan dramáticos, la CNRR, inspirada en la proclama de la CIDH, y según lo establecido en Los Principios Contra la Impunidad aprobados por las Naciones Unidas en 1997, recomienda, entre muchos otros procesos y, específicamente, en materia de reparación lo siguiente: Al Gobierno Nacional y a la Armada Nacional, frente a los daños morales causados, se recomienda la realización de actos públicos de perdón y de reconocimiento de los daños causados a las víctimas que cuenten con la participación de los familiares y víctimas sobrevivientes, en los que se condene la masacre y de manera enfática se refuten las versiones de los victimarios que la presentaron como un enfrentamiento armado y que calificaron y estigmatizaron al pueblo saladero como un pueblo guerrillero, y se restituya el buen nombre de cada una de las víctimas de la masacre. (Memoria Histórica: 262).

En ese orden de ideas, al Gobierno Nacional y a la Armada Nacional, les corresponde, no sólo la exposición precisa de una disculpa pública válida, que cubra todos los frentes de posible duda sobre la veracidad de su arrepentimiento, sino que además sirva de modelo para las muchas otras disculpas que vendrán, como forma de desagravio por otras masacres y crímenes perpetrados durante los años del conflicto armado, en el marco de la justicia transicional. Para el cumplimiento obediente de la recomendación hecha por la CNRR, el Presidente, en cabeza del Estado y en nombre de la Armada Nacional, debería cumplir con los requisitos básicos de una disculpa sincera y agregar a ellos las exigencias de la CNRR sobre corregir explícitamente el estigma de “pueblo guerrillero” que etiquetó a la comunidad de El Salado, desmentir que se trató de un enfrentamiento armado y restituir individualmente la memoria de cada una de las víctimas. Para el caso de la masacre de El Salado, como se verá, las expectativas sobre la reparación simbólica de las víctimas no consiguen consumarse en la realidad. De acuerdo con las estrategias básicas para la construcción canónica de una disculpa interpersonal, deberían cumplirse como mínimo cinco condiciones básicas. 1) La presencia de un Illocutionary Force Indicating Device (IFID), es decir, una locución que contenga una palabra de excusa, como perdón, lo siento, disculpe, etc. 2) Una expresión que demuestre la aceptación de responsabilidad y/o culpa por el hecho. 3) Una explicación o informe del evento. 4) Una oferta de reparación y 5) Una promesa de no repetición (Olshtain & Cohen, 1983:

199

Carolina Chaves O’Flynn

52). La ausencia de cualquiera de estos componentes, comentan Olshtain y Cohen (1983), pone en riesgo la credibilidad de las disculpas por parte de los receptores de las mismas, al tiempo que aminora la responsabilidad de quien emite las excusas. De esta suerte, las disculpas públicas resultarían en un acto desafortunado que linda con las expresiones no sinceras, o que faltan a la verdad, y que Austin catalogó también como abusos de enunciación, dada la falsedad premeditada de su expresión (Austin1962). Algunas disculpas, sin embargo, no ameritan tan confeccionada formulación para resultar sinceras y otras, más elaboradas, no pasan por sinceras puesto que en ellas no se lee un verdadero acto de arrepentimiento. Lakoff (2003) explica que las disculpas de Tony Blair a los irlandeses, por la Gran Hambruna, y las de Clinton a los africanos, por la esclavitud, y por la experimentación médica en afroamericanos (Hastie, 2009; Lakoff, 2003) no resultaron sinceras, dada la negativa de ambas figuras a disculparse por sus propias conductas personales, por actos reprobables cometidos por ellas en el pasado. Ello, puesto que las disculpas individuales, en tanto personales, cumplen verdaderamente con las condiciones de sinceridad y arrepentimiento necesarias para resultar genuinas, mientras que las oficiales, puesto que amenazan la imagen y el poder de quien las ofrece, no enseñan un sincero arrepentimiento. (Lakoff, 2003, p.203). De acuerdo con Bolívar (2011), pese a que se trata más de una excepción que de una regla general, la fórmula canónica exigida para la realización de las disculpas, se cumple también en español. No obstante, agrega Bolívar (2011), otros elementos forman parte importante en la percepción de las disculpas públicas y cada disculpa debe estudiarse en su contexto particular. “Es evidente que la sinceridad, la credibilidad y el cinismo juegan un importante papel, pero también el trasfondo político, económico e ideológico” (p. 50) en el que los actos se proponen. Una expresión de disculpas puede consentirse como válida siempre que cumpla con el procedimiento ceremonial que la fórmula expresiva le indica y, sin embargo, su credibilidad depende de la coherencia entre las palabras y su representación en la realidad. Esto, en voz de Bolívar (2011), “puesto que la credibilidad va más allá de la evaluación de la subjetividad del hablante, este concepto está basado en la evaluación de la conducta de los actores políticos en la esfera pública en diferentes momentos” (p. 48). Así, la lente pragmática visualiza la sinceridad del acto, mientras que la credibilidad se examina desde el plano de lo social, en el contexto de la esfera pública. … en la política, el estudio de la disculpa trasciende el plano micro, con el foco en una situación particular porque se trata más bien de averiguar de qué forma jefes de estado, en representación de todo un pueblo, se posicionan frente a un acto de disculpa, que lleva en sí decisiones de tipo moral como aceptar la responsabilidad de los actos realizados y de expresar arrepentimiento con el compromiso de que no se volverán a repetir (Bolívar, 2011, p.50).

Si se quisiera entonces indagar sobre la sinceridad de las disculpas del presidente Santos por la masacre de El Salado, a la luz de la propuesta estructural de las disculpas elaborada desde el campo de la pragmática, podríamos someterlas a una evaluación de

200

Capítulo 9

sus componentes y quizás determinar si se tratan o no de unas disculpas sinceras y si son o no creíbles, desde el punto de vista social. Las disculpas que ofrece Santos a la comunidad de El Salado se realizan en el 2011, en un evento de entrega de subsidios para la compra de tierras y proyectos productivos, donde Santos prometió que El Salado se convertiría en un proyecto piloto para la implementación de la ley de víctimas y restitución de tierras. Las disculpas ofrecidas por el mandatario fueron consignadas por el SIG (2011), y por el portal digital de noticias de The Associated Press, disponible en español en el sitio web de terra.com, como reza a continuación: Vengo a decirles a las víctimas perdón, perdón a nombre del Estado, a nombre de toda la sociedad. Esa masacre o esas masacres nunca han debido suceder. Ahí hubo omisión por parte del Estado, todo tipo de falencias, como las hubo durante tanto tiempo. Pero, por eso mismo, por eso mismo estamos tan empeñados en reparar en la medida de lo posible ese dolor y mirar para adelante y sanar las heridas… para que nunca más se vuelva a repetir... para doblar la página de la violencia en el país. (The Associated Press, 06/08/2011: en línea)

Explorada bajo el lente de la pragmática, esta disculpa santista cumple con los requisitos de verosimilitud propuestos por Olshtain y Cohen (1983), que le permiten proyectarse como una disculpa sincera. Sin embargo, la credibilidad de las disculpas se resquebraja con las omisiones de las responsabilidades específicas por los hechos y por la limitada reparación individual que reciben las víctimas. En efecto, 1. El mandatario utiliza un dispositivo de expresión (IFID) de disculpa en nombre del gobierno (“perdón, perdón a nombre del Estado”), 2. Enseña una voluntad de reparación (“estamos… empeñados en reparar en la medida de lo posible ese dolor”), 3. Muestra interés por la no repetición de los hechos (“para que nunca más se vuelva a repetir”) y 4. Emplea una expresión de responsabilidad por parte del Estado (“Ahí hubo omisión por parte del Estado”). 5. Igualmente, en el discurso consignado por el SIG, Santos agrega lo que correspondería a una muy breve explicación del evento, que completaría la lista de requisitos necesarios para la construcción completa de una disculpa canónica: Creo que valdría la pena de forma muy breve recordarlo: Por ejemplo, escribe en una parte del libro: ‘continuaron —continuaron quiere decir seguían matando la gente— ‘Continuaron con Rosmira Torres de 46 años, madre comunitaria y mamá de Luis Pablo Redondo. La torturaron con cuerdas, estrangulándola, igual que a Emiro Cohen, a Desiderio Lambraño y Oscar Meza Torres. Después de soltarla, le infligieron dos puñaladas y luego le dispararon. Fue asesinada en la calle que separa la cancha de la iglesia’… Luego viene el testimonio de una persona que lo vio: ‘después cuando cogieron a la madre comunitaria, la difunta Rosmira, ella la cogieron con una cabuya de guindar tabaco, la amarraron por aquí señalan el cuello. Entonces se la halaban al uno, se la pasaban al otro y la halaban con halar una vaca. Eso lo hicieron ahí en toda la calle. Donde está la señora que vive

201

Carolina Chaves O’Flynn al lado de la iglesia. Ahí la mataron a ella; primero la ahorcaron y luego le dispararon’. (Presidencia República de Colombia, 08/07/2011: en línea)

Sin embargo, en su discurso de desagravio, el mandatario no menciona la responsabilidad de los comandos del Ejército en la masacre, ni da un informe o rinde cuenta de las circunstancias en las que se produjeron los crímenes. Salvo por la lectura de éstos dos párrafos de la crónica elaborada por Memoria Histórica, en la que se narra la tortura y asesinato de cuatro víctimas de la masacre, el mandatario no menciona el aparato operativo que permitió, con ayuda de las fuerzas militares, la entrada de los paramilitares a la zona, y la falta de auxilio del ejercito a la población de El Salado durante los días que duró la masacre. Por lo demás, y visto desde las recomendaciones de la CNRR para la reparación simbólica, el presidente no corrige el estigma de “pueblo guerrillero”, ni la falacia de que se trató de un “combate armado” y tampoco repara individualmente la memoria de las víctimas. Por el contrario, el presidente Santos se refiere en términos generales a las víctimas, responsabiliza a un Estado del pasado, a un Gobierno que se extiende en una línea indeterminada hacia atrás, lejano en el tiempo, y que contrasta con el gobierno actual en un cúmulo impreciso de falencias. Así, en lo que Lakoff denominaría una acrobacia de protección de la imagen pública, en favor de la omisión de responsabilidades, Santos consigue proyectarse como un sanador de las víctimas, en un gesto colectivo de mirar hacia adelante, hacia un futuro que se materializa en él. Santos entonces sí procura una disculpa teóricamente sincera para las víctimas, si se la piensa en términos de sus requisitos pragmáticos. No obstante, dicha disculpa goza de muy poca credibilidad en su contexto social, en tanto que falta al requisito de señalar a los responsables individuales, al aparato político y a las estrategias militares que concertaron la masacre .En otras palabras, la disculpa de Santos parece sincera pero no por ello resulta creíble o válida desde el punto de vista social. La omisión de la responsabilidad de la masacre sobre particulares del Estado o del Ejército y su referencia a una sociedad unificada, que atiende a sus víctimas para hacer desaparecer sentimientos negativos, minimiza la responsabilidad del gobierno representado por Santos. En su artículo Memorias en conflicto en sociedades postotalitarias, Cristina Sánchez (2012) reflexiona sobre el papel que juega la memoria en la de obra Hannah Arendt y anota que en Arendt habitan varias respuestas a la pregunta sobre el porqué de recordar. Estas razones podrían agruparse sobre tres fundamentos básicos, a saber: 1. porque recordar implica comprender en su complejidad lo sucedido; 2. recordar transforma, a su vez, la naturaleza de la narración de los hechos, toda vez que no se trata ya de contar un “qué” ocurrido, que tiende a ser olvidado en el pasado, sino del relato personal de un “quien” contextualizado en el tiempo y cuya memoria individual cobra valor en el presente; y 3. porque recordar entraña una comunicación plural de memorias que garantiza una comunicación constante entre los portadores de memorias y los espectadores de sus testimonios. La memoria narrada “produce nuevas memorias y nuevas narraciones, al tiempo que posibilita el juicio de los espectadores en un diálogo intersubjetivo que afianza la permanencia misma de los relatos en la esfera pública”. Sánchez, C.(2012) co-

202

Capítulo 9

menta que uno de los modelos de memoria presentes en Arendt apunta a la memoria de las víctimas o de los vencidos y que el escenario idóneo para el reconocimiento de dichas memorias es la esfera pública. Una memoria de las víctimas en la esfera pública… debería estar fundamentada en la pluralidad en el sentido arendtiano, en mostrar el “quién” hay detrás del relato, una identidad narrativa singular, y no una masa amorfa de víctimas sin historia, identidad ni relato, que vendría a ser la expresión de un “qué” y no de un “quién”. (p.93)

En lo que Sánchez identifica como una analogía al “soldado desconocido, que elimina esa pluralidad de las víctimas y las sumerge aún más en el olvido” (Sánchez, C., 93, p.87), el presidente Santos apela a un montaje simbólico de reparación, pero evade el cumplimiento de las pautas básicas recomendadas por la CNRR, al inscribir a las víctimas dentro de un grupo genérico cuyas memorias podrían resumirse en la mención de tres o cuatro de los episodios que sólo algunas de ellas padecieron.

6.2. El caso del Palacio de Justicia y la construcción de una antidisculpa. El 6 de Noviembre de 1985, un comando del grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19) invadió por la fuerza el Palacio de Justicia de Colombia, ubicado en la Plaza de Bolívar de la ciudad de Bogotá, con el propósito de impedir que la Corte Suprema de Justicia fallara en favor de la ley de extradición en Colombia. El M-19 mantuvo como rehenes a cerca de 350 personas y tras una retoma del Palacio de Justicia, por cuenta del Ejército y dirigida por el entonces coronel Alfonzo Plazas Vega, el episodio dejó un saldo de 55 muertos y 11 desaparecidos. La Fiscalía General de la Nación emprendió, desde el 2005, investigaciones sobre los casos de desaparecidos en Palacio y sobre aquellos que salieron con vida del mismo. Como resultado de las pesquisas, la fiscalía detuvo a varios coroneles del Ejército, entre ellos a Alfonzo Plazas Vega, y el Tribunal Superior de Bogotá solicitó a la CIDH que se investigara de nuevo al, en ese entonces, presidente de la República, Belisario Betancur a fin de conocer su responsabilidad sobre los hechos del 85. (El Universal, 10/02/2012: en línea) Justamente, otra de las disculpas ofrecidas por el presidente Santos tuvo lugar el primero de febrero del 2012, durante el lanzamiento del Gobierno santista de una política de Gratuidad Educativa, y tienen profunda relación con la decisión penal que se mencionó anteriormente. Las disculpas encontraron amplia exposición a través de los medios de comunicación y suscitaron una enorme controversia puesto que estas nuevas disculpas se realizaron en nombre de toda Colombia, por cuenta del presidente Santos, y van dirigidas, no a las víctimas del Palacio de Justicia o a sus familiares, sino a los presuntos implicados en las desapariciones forzadas de algunos de los sobrevivientes a la toma guerrillera de 1985. Las excusas de Santos, esta vez, se dirigen explícitamente a quien fuera el presidente de Colombia entre 1982 y 1986, Belisario Betancur Cuartas, y al Ejercito Nacional de Colombia. Esto, puesto que, como se ha dicho, el Tribunal Superior

203

Carolina Chaves O’Flynn

de Bogotá solicitó a la Corte Penal Internacional que investigara al expresidente Betancur por los hechos del Palacio de Justicia. Del mismo modo, el Tribunal ordenó a los ministros de Defensa y comandantes de las Fuerzas Militares, del Ejército Nacional, de la Brigada 13 y de la Escuela de Caballería que pidieran excusas públicas por las desapariciones ocurridas tras la retoma del Palacio (Hora 20, 01/30/2012: en línea). Como se verá a continuación, el presidente Santos reformula la orden de la Sala Penal con un giro retórico que invierte el rol de los partícipes de las excusas ordenadas por el Tribunal. En primer lugar, Santos desmiente la naturaleza jurídica de la decisión y, como segunda medida, se propone vocero de todos los colombianos y ofrece disculpas públicas a Belisario y al ejército nacional por el fallo previamente emitido por el Tribunal Superior. Es decir que, en lugar de exigir a los ministros y militares de su gobierno que acataran y cumplieran con las órdenes decretadas por la justicia penal colombiana y se excusaran públicamente con las víctimas del Palacio, Juan Manuel Santos se disculpa en nombre de los colombianos por una decisión jurídica que él ideológicamente no comparte: No podemos permanecer silenciosos frente a un fallo que pide que al Presidente Betancur… que a estas alturas pidan que una Corte Internacional lo juzgue por el Palacio de Justicia. Eso no tiene ningún sentido jurídico y de ninguna naturaleza… Y yo por eso más bien le pido perdón al Presidente Betancur a nombre de los colombianos, que lo hayan puesto en esa situación nuevamente … [Y al ejercito] … ponerlo en la picota publica a que pida perdón más bien nosotros le pedimos perdón al Ejército por no haber sido lo suficientemente enfáticos en la admiración que le tenemos, en el respeto, en la gratitud que sentimos por todos nuestros soldados de tierra, mar y aire.(Presidencia República de Colombia, 02/01/2012: en línea)

El presidente Santos expresa así también su malestar por la condena a treinta años de cárcel para el Coronel retirado Plazas Vega, por la desaparición de once personas durante la retoma del Palacio de Justicia en 1985 y confirmada por el mismo Tribunal Superior. Para muchos magistrados de la Corte y otros muchos ciudadanos colombianos, este acto de perdón público, no sólo desconoce y deslegitima los procesos de Justicia, llevados a cabo por la CIDH, sino que, además, sirve como mecanismo de intimidación a los jueces y abogados que trabajan en los muchos otros programas en materia de verdad, justicia y reparación, en el marco de la justicia transicional. Puesto que tanto los clientes, las víctimas y los familiares de las víctimas esperan la resolución justa de sus procesos judiciales y una reparación simbólica genuina, la disculpa del presidente Santos resultó profundamente ofensiva para las víctimas y sus familiares. La condescendencia de Santos con el expresidente Belisario y con el Ejército, obliga a las víctimas a poner la otra mejilla, invierte los papeles históricos de las víctimas y sus victimarios, y se configura así como la antítesis de una disculpa sincera; como un paradigma de la anti-disculpa. However, unlike the component parts of the taxonomy of apology strategies, the gift of absolution belongs to the offended/injured, not the apologizer … It’s difficult to envisage a member/s of the public being either

204

Capítulo 9 willing or able to offer a politician this kind of absolution following any form of political apology, particularly as such apologies most often involve serious matters of significance beyond the interests of the ‘victim’ alone. (Harris et al., 2006: 723)

Al parecer, entonces, lo inconcebible dentro de las estrategias pragmáticas de las disculpas, esto es, la inversión lógica de la disculpa; la inversión de victimarios en víctimas, consigue ser consumado discursivamente por el presidente Juan Manuel Santos. Asimismo, sintácticamente, al pedir disculpas en nombre del pueblo colombiano, agudizado con el uso pronominal de nosotros, Santos falta a la individualización ciudadana y cobija bajo una misma ideología, la suya propia, a una comunidad enmarcada bajo el membrete de pueblo colombiano. Y más grave aún es que está anti-disculpa de Santos propicia un acercamiento hacia los límites de la complicidad con la impunidad en Colombia: En los casos graves de violaciones de derechos humanos y/o del derecho internacional humanitario, la obligación de los Estados de investigar procesalmente la verdad no se limita a garantizar y tutelar la dimensión individual del derecho a la verdad, sino que se extiende también a la tutela de la dimensión social o colectiva del derecho. (Rincón, 2010: 61)

Al presidente, por tanto, le corresponde no sólo acatar la decisión del Tribunal sino, también, legitimar su validez como verdad histórica ante toda la nación. Ahora bien, si está claro que la imagen de un mandatario resulta comprometida con la petición pública de disculpas, qué puede motivar a Santos a pedir excusas públicas a Betancur y qué responsabilidades se asumen en esas excusas particulares. El abogado de las víctimas del Palacio de Justicia, Rafael Barrios, asegura que Santos refutó la decisión del Tribunal porque quiere evitar pasar por el mismo proceso penal que se le impone a Belisario desde la CIDH, toda vez que Santos podría también ser investigado por los casos de falsos positivos, ocurridos durante la administración de Álvaro Uribe Vélez (mandatario de 2002 a 2010), mientras Santos actuaba en calidad de ministro de defensa (Raigozo, 2012: en línea). De esta suerte, las disculpas a Betancur no estarían obligando al presidente a arriesgar su imagen pública, al asumir responsabilidades como cabeza de gobierno, sino que, por el contrario, estarían encubriendo las responsabilidades que como ministro de defensa le correspondieron y sobre las que la CIDH eventualmente indagaría. Luego, en las excusas a Belisario y al Ejército se incumple el requisito básico de la aceptación de responsabilidades por parte del mandatario y se sienta así el suelo propicio para la estructuración de la anti-disculpa. Con todo, estas excusas no sólo se hacen públicamente y son de carácter voluntario, sino que, además, 1) emplean un dispositivo que expresa arrepentimiento (“le pido perdón”/ “le pedimos perdón al Ejército”), 2) acusan al Tribunal Superior de ofender al expresidente y al Ejército (“ponerlo en la picota pública a que pida perdón”/ “Eso no tiene ningún sentido ni jurídico ni de ninguna naturaleza”/ “perdone nuestras ofensas”), 3) ofrecen un recuento de los hechos que producen la ofensa (“que a estas alturas pidan que una Corte Internacional lo juzgue por el Palacio de Justicia”/ “ponerlo en la picota publica a que pida perdón”), 4) reparan la imagen de Betancur y del Ejército (“90 años de una

205

Carolina Chaves O’Flynn

vida de servicio público”/ “El progreso que ha tenido el país en estos últimos tiempos se le debe al gran sacrificio que han hecho nuestras Fuerzas Armadas, entre ellas nuestro gran Ejército”) y 5) sugieren que la ofensa no debería repetirse, puesto que lamentan la decisión de Tribunal, con respecto a Betancur, de “haberlo puesto nuevamente en esta situación”. (Presidencia República de Colombia, 02/01/2012: en línea). De este modo, las disculpas destinadas a Betancur y al Ejército resultan de carácter sincero, de acuerdo con la fórmula canónica de la pragmática, y la credibilidad de las mismas no parece verse amenazada, desde el punto de vista social, toda vez que Santos sí se muestra preocupado y políticamente comprometido con la decisión del Tribunal Superior, y puesto que estas disculpas sí son consecuentes con la agenda política de Santos. La condición de anti-disculpa de este episodio anida, pues, en la rigurosidad canónica de su formulación. Es ese tipo de excusa la que Santos debió formular a favor de las víctimas y no en favor de Belisario y del Ejército. Así, tres elementos fundamentales encuadran la propuesta ideológica de la intervención del Presidente Santos y convierten sus disculpas a Betancur y al Ejército en un arquetipo de la anti-disculpa: 1) En primer lugar, resaltan las apuntaciones al tiempo de servicio del expresidente Belisario como salvaguardia de sus responsabilidades jurídicas en el caso del Palacio de Justicia. Me refiero aquí a la insistencia en que la labor de Betancur en favor del país abarca los noventa años de servicio, dado que Belisario cumplió recientemente 90 años de vida, para enfatizar que la vida de Belisario ha estado dedicada desde su nacimiento al bienestar del país: “90 años de servirle al país, 90 años de defender la cultura, 90 años de promover las letras, 90 años de una vida de servicio público” (Presidencia República de Colombia: en línea). Tal encuadre de virtudes y servicios representan una suerte de reparación individual de la imagen de Belisario Betancur como víctima del conflicto colombiano y de la decisión del Tribunal de Bogotá. Es precisamente este tipo reparación simbólica e individual la que el presidente, en cambio, omitió en las disculpas ofrecidas a las víctimas de El Salado y olvida por completo ofrecer a las víctimas del Palacio. 2) En segundo lugar se encuentra la aseveración de que el fallo de la Corte no goza de sentido alguno y, mucho menos, de sentido jurídico. Aseveración que no sólo caricaturiza la labor de la Corte, sino que además propone una suerte de intimidación a los jueces que velan por los derechos de verdad, justicia y reparación de las víctimas. De nuevo, las víctimas del Palacio se descubren, si se quiere, simbólicamente desamparadas por el Estado y por el sistema judicial, mientras el presidente Santos aboga por los derechos de verdad, justicia, reparación y deseo de no repetición de exponer al expresidente Belisario a un proceso de indagatoria por los hechos del Palacio de Justicia de 1985: Creo que ayer decía que en siete u ocho ocasiones ha ido y que seguirá yendo, como buen ciudadano, a defenderse o dar sus testimonios ante la justicia. Por eso, desde aquí le digo al ex presidente Betancur perdone nuestras ofensas por haberlo puesto nuevamente en esa situación. (Presidencia República de Colombia: 02/01/2012, en línea)

206

Capítulo 9

3) Por último, el elemento más sustantivo para la estructuración de la anti-disculpa santista lo constituye el trueque de roles entre víctimas y victimarios, para el registro de la historia nacional. Las víctimas del Palacio, en suma, no sólo ven amenazadas sus protecciones jurídicas sino que terminan pidiendo excusas, por boca del presidente Santos, a los presuntos implicados en las desapariciones forzadas de 1985. Perdónenos, que no hemos sido lo suficientemente expresivos. No hay palabras suficientes para que los colombianos podamos manifestar nuestra admiración y nuestra gratitud por los soldados de tierra, mar y aire, y por los policías de Colombia. De manera que invoquemos ese Padrenuestro y sigamos perdonando a los que nos ofenden. (Presidencia República de Colombia: 02/01/2012, en línea)

Entretanto, “un día Santos encabeza una manifestación campesina a favor de las víctimas... y al otro día promueve la cultura de la negación de las violaciones y escuda la responsabilidad de quienes las cometieron” (Sánchez, N.,02/12/2012: en línea). Las disculpas de Santos se mueven, pues, en un amplio rango de posibilidades de ocultamiento de responsabilidades, pese a que conservan una apariencia modélica o canónica a la luz evaluadora de la pragmática. Las disculpas de Santos por la masacre de El Salado no son socialmente creíbles, en tanto que los hechos de reparación no concuerdan con la reparación jurídica ofrecida a las víctimas en la realidad y es evidente que se omiten señalamientos de responsabilidades específicas en su alocución pública. De otra parte, las disculpas a Belisario y al ejército escudan también responsabilidades penales, tanto por el caso del Palacio de Justicia como de otros casos que no han sido aún investigados eficientemente. De esta suerte, las disculpas santistas a las víctimas de la masacre de El Salado, y aquellas ofrecidas voluntariamente al ejército y a Belisario por el caso del Palacio de Justicia, se envuelven dentro de una lógica paradójica que parecería abrigar un estado de permanente impunidad e intimidación a la justicia, mientras se fabrica, a manos de la cabeza del Estado, un espejismo de democracia legitima en Colombia.

Notas 1 http://wsp.presidencia.gov.co/portal/Paginas/default.aspx. 2 http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Julio/Paginas/20110708_06.aspx. 3 http://noticias.terra.com.co/nacional/santos-pide-perdon-a-victimas-de-masacre-en-elsalado,95a4e493b0b01310VgnVCM4000009bf154d0RCRD.html. 4 http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2012/Febrero/Paginas/20120201_05.aspx. 5 Para una lectura y extensión sobre la naturaleza específica de estos derechos consulté a: Rincón, 2010; ICTJ: en línea; Comisión Colombiana de Juristas, 2007.

R eferencias bibliográficas: AUSTIN, JL (1962). Cómo hacer cosas con palabras. Escuela de Filosofía Universidad ARCIS. Disponible en: www.philosophia.cl.

207

Carolina Chaves O’Flynn AUGOUSTINOS M., HASTIE B. &WRIGHT M. (2011). Apologizing for historical injustice: Emotion, truth and identity in political discourse. Discourse&Society,22(5): 507-531. CBS NEW YORK, (02/10/2011): Bloomberg Apologizes For Joke About Inebriated Irish. Disponible en: http://newyork.cbslocal.com/2011/02/10/bloomberg-apologizes-for-jokeabout-inebriated-irish/. BOLÍVAR, A. (2008). ‘Cachorro del imperio’ versus ‘cachorro de Fidel’: los insultos en la política latinoamericana. Discurso & Sociedad. 2(1), 1-38. Revista Multidisciplinaria de Internet. Disponible en: www.dissoc.org. BOLÍVAR, A. (2010). Las disculpas en el discurso político latinoamericano. En Franca Orletti y Laura Mariottini (Eds.), (Des)cortesía en español. espacios teóricos y metodológicos para su estudio. (pp. 491-520). Roma: Università degli Studi di Roma Tre. BOLÍVAR, A. (2011). La ocupación mediática del diálogo político: el caso de las disculpas.Discurso & Sociedad. 5 (1), 41-70. Revista Multidisciplinaria de Internet. Disponible en: www. dissoc.org. CENTRO INTERNACIONAL PARA LA JUSTICIA TRANSICIONAL (CIJT). Disponible en: http://ictj.org/es/quienes-somos. COMISIÓN COLOMBIANA DE JURISTAS (2007). Principios Internacionales sobre impunidad y reparaciones. Compilación de documentos de las Naciones Unidas. Opciones Gráficas Ed. Disponible en: http://www.coljuristas.org/documentos/libros_e_informes/principios_ sobre_impunidad_y_reparaciones.html. EL UNIVERSAL, (02/10/2012): CIDH demanda a Colombia por desaparecidos en toma del Palacio de Justicia. Disponible en:
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.