Los primeros catálogos en venta de libros: estrategias para la comercialización de volúmenes en las Indias

May 23, 2017 | Autor: Pedro Rueda | Categoría: Cultural History, Bibliography, Book trade History
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Descripción

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Nuevas miradas sobre la Guerra Civil

Edita: Centro de Estudios Andaluces Presidenta: María del Mar Moreno Ruiz Directora gerente: Carmen Mejías Severo Subdirector: Juan María del Río Sánchez Coordinación: Alicia Almárcegui Elduayen Consejo de Redacción: Rafael Corpas Latorre, Eva de Uña Ibáñez, Eduardo González de Molina Navarro

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Director: Manuel Peña Díaz Consejo Editorial: Carlos Arenas Posadas, Juan Luis Carriazo Rubio, José Luis Chicharro Chamorro, María José de la Pascua Sánchez, Encarnación Lemus López, Carlos Martínez Shaw, Teresa María Ortega López, Antonio Ramos Espejo, Valeriano Sánchez Ramos y José Luis Sanchidrián Torti. Colaboran en este número: Juan Ignacio Pulido Serrano, Doris Moreno Martínez, Francisco Cobo Romero, Teresa María Ortega López, José Luis Ledesma, Miguel Ángel del Arco Blanco, Javier Rodrigo, Peter Anderson, Fototeca Municipal de Sevilla, Miguel Soria Lerma, Emilio Martín Gutiérrez, José Naranjo Ramírez, Juan López Tabar, Beatriz Sánchez-Hita, Eva Díaz Pérez, José Luis Chicharro Chamorro, Emilio Atienza Rivero, Alfonso Sánchez Rodríguez, Roberto González Ramos, Manuel Vacas Dueñas, Pedro Rueda Ramírez, Francisco J. Moreno Díaz del Campo, Pura Sánchez Sánchez, Juan Antonio González Márquez, Jaime J. Lacueva Muñoz, Paloma Aguado García. Diseño y maquetación: SumaySigue Comunicación Impresión: Escandón Impresores

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La Guerra Civil española sumó cerca de mil días de violencia. Mientras el frente se llenaba de cadáveres, en la retaguardia el terror azul y el terror rojo imponían su lógica. Sólo en el caso andaluz, los historiadores hablan de más de 8.000 víctimas de la represión republicana frente a los más de 40.000 asesinatos del bando franquista durante los primeros compases de la guerra. Consciente del interés que suscita este episodio dramático de nuestro pasado, Andalucía en la Historia vuelve a centrar su foco en la Guerra Civil, como ya hizo en un dosier en 2004. Pero en esta ocasión, ofrece a sus lectores las miradas más contemporáneas sobre el conflicto. Los profesores de la Universidad de Granada, Francisco Cobo Romero y Teresa María Ortega López, han seleccionado algunos de estos enfoques labrados desde la perspectiva metodológica de la Historia Cultural, la Nueva Historia Política y la Historia Post-social.

Los mitos del ‘36

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Francisco Cobo Romero y Teresa María Ortega López

Las lógicas de la violencia en la retaguardia republicana Los franquistas andaluces. Los apoyos sociales del régimen

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Miguel Ángel del Arco Blanco

Trabajar para el enemigo. Campos de concentración y trabajo forzoso

Imagen de cubierta: Niño vestido de miliciano (Barcelona, agosto-septiembre de 1936) © ROBERT CAPA © 2001 By Cornell Capa/Magnum Photos / CONTACTO. Tratamiento de las imágenes: Emilio Barberi Rodríguez Fe de erratas: El crédito correcto de la imagen de la página 19 del número 29 de Andalucía en la Historia es: © Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Valladolid.

Con gran fe y entusiasmo. El Cuerpo de Vigilancia de Málaga

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Peter Anderson

Arte prehistórico Patrimonio Mundial 36 La UNESCO declaró Patrimonio Mundial el arte levantino y esquemático del Arco Meditarráneo, que incluye 67 conjuntos andaluces. Miguel Soria Lerma

Jerez, una gran ciudad

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A caballo entre la Edad Media y la época moderna, Jerez de la Frontera pasó de pequeña villa a gran ciudad medieval. Emilio Martín Gutiérrez

El paisaje simbólico de Córdoba

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Un repaso por los paisajes y lugares de la provincia cordobesa que poseen un valor patrimonial y simbólico para sus habitantes. José Naranjo Ramírez

‘Andalucía en la Historia’ no se responsabiliza de las opiniones emitidas por los colaboradores y participantes de cada número de la revista. El consejo de redacción anima a los interesados a enviar artículos relacionados con el ámbito de la publicación que cumplan con los requisitos de rigor, veracidad y divulgación. El envío de los artículos no supone la publicación de los mismos, ya que deberán pasar una evaluación previa del consejo editorial.

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Javier Rodrigo

Distribución: Distrimedios, SA y Rodríguez Santos, SL. El Centro de Estudios Andaluces es una Fundación adscrita a la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Centro de Estudios Andaluces C/ Bailén, 50 - 41001 Sevilla Información y suscripciones: 954 78 70 01 [email protected] Correo-e: [email protected] URL: www.centrodeestudiosandaluces.es Depósito legal: SE-3272-02 ISSN: 1695-1956

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José Luis Ledesma

De Giralda a Giralde

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José Bonaparte vivió en Sevilla sus momentos más felices como rey de España. Un nutrido grupo de clérigos intelectuales afrancesados fueron los causantes de ello. Juan López Tabar

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Los primeros catálogos de venta de libros Estrategias para la comercialización de volúmenes en las Indias PEDRO RUEDA RAMÍREZ UNIVERSIDAD DE BARCELONA

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El hallazgo de nuevos catálogos de

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venta de libros del siglo XVII revela el papel clave que tuvieron los

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a llegada de la imprenta a Sevilla y

blicado en Andalucía. Esta noticia ha sido re-

Granada durante el siglo XV supuso

petida incesantemente. Por ejemplo, en

el inicio de un novedoso medio me-

1945, A. Rodríguez-Moñino publicó una lista

cánico de reproducción de los textos me-

de los catálogos españoles de venta de libros

libreros andaluces en el tráfico de

diante los tipos móviles. Además introdujo

conocidos, reseñando únicamente tres para

volúmenes a través de la Carrera de

cambios en profundidad en los mecanismos

el siglo XVII, dos de ellos inventarios de bi-

Indias, un circuito de circulación de

de venta y difusión de los textos, favorecien-

bliotecas madrileñas puestas a la venta tras

do la aparición de negocios de librería dedi-

la muerte de sus propietarios y el Catálogo, o

cados a la compra-venta de productos im-

memoria de libros de todas facultades (Sevilla,

que sostuvo el proceso de

presos. Los libreros andaluces elaboraron

1689) con libros “para vender en las Indias”.

globalización cultural del mundo

los primeros catálogos de venta de libros du-

La importancia de este catálogo merece ser

moderno. Los curiosos podían

rante el siglo XVII, inaugurando de manera

resaltada, ahora bien, estas noticias deben

temprana en los territorios peninsulares la

ser corregidas y ampliadas. Recientemente,

venta mediante catálogos impresos en los

nuevas investigaciones han localizado catá-

las novedades editoriales, ya que no

que se anunciaban los libros que tenían en

logos publicados en Sevilla en 1680, 1682 y

sería hasta más tarde,

sus tiendas. Estos impresos estaban desti-

1683. Esto cambia radicalmente la visión de

fundamentalmente en el siglo

nados a un uso práctico, saciando el interés

los historiadores sobre el papel que jugaron

de los lectores que, de este modo, podían re-

los libreros sevillanos en la aparición de catá-

correr estos estantes de papel para seleccio-

logos impresos para promocionar la venta de

nar sus futuras compras.

libros. Para situar su importancia conviene

libros europeos al Nuevo Mundo

utilizar estos catálogos para conocer

XVIII, cuando las publicaciones periódicas recogieron las noticias de nuevos libros y comenzaron a

Los catálogos de venta de los libreros eu-

recordar que el primer catálogo realizado en

editarse reseñas en revistas

ropeos estuvieron ligados a las ferias comer-

las colonias británicas americanas para la

literarias.

ciales, fundamentalmente las de Frankfurt

venta de libros se imprimió en Boston, conte-

y Leipzig. La reunión de libreros de toda Eu-

niendo los libros que habían pertenecido al

ropa en estas ciudades centroeuropeas pro-

reverendo Samuel Lee que fueron puestos a la

movió la publicación regular de catálogos.

venta por catálogo en 1693.

Ahora bien, los catálogos andaluces tuvie-

Estos títulos que se encontraban en sus

ron un origen distinto, ya que estuvieron di-

tiendas son, asimismo, una muestra de pri-

rigidos a orientar la demanda en Andalucía

mer orden sobre la oferta cultural de la ciu-

y en el mundo atlántico. Esto fue debido al

dad de Sevilla. Nos permiten entrar en las li-

papel clave que tuvieron los libreros sevilla-

brerías y saber de primera mano qué libros

nos y gaditanos en el tráfico de libros a tra-

podrían encontrar los lectores en sus ana-

vés de la Carrera de Indias, un circuito de

queles. Además, dan un vuelco a lo que sa-

circulación de libros europeos al Nuevo

bíamos. Las listas con la oferta de libros tie-

Mundo que sostuvo el proceso de globaliza-

nen una característica que las hace singula-

ción cultural del mundo moderno.

res. Los títulos puestos a la venta estaban

En 1929 el historiador José Torre Revelló

destinados al mercado americano, lo que los

daba a conocer un raro catálogo de venta de li-

convierte en los primeros catálogos impre-

bros probablemente impreso en Sevilla en

sos publicados que tuvieron como destina-

1689 “para vender en las Indias”. La noticia re-

tarios el mercado de los virreinatos, y muy

sultó una novedad que llamó poderosamente

especialmente, el de Nueva España. Son

la atención. Era el primer catálogo impreso

más importantes, si cabe, al compararlos

en Europa para vender libros en las posesio-

con los escasísimos catálogos de libreros pu-

nes americanas de la Corona y había sido pu-

blicados en España en los siglos XVI y XVII.

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EL PIONERO. El primer catálogo impreso en España lo publicó el librero Simón Vaselini en Madrid con el título de Index librorum (1597), pero el primer catálogo de venta de li-

Tienda de un librero en un grabado del libro de Comenius Orbis sensualium pictus (1655).

bros impreso en Andalucía que conocemos

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es de 1680. Se trata del Catalogus librorum, o memoria de libros de todo genero de facultades,

a México “a vender los libros que le han que-

mero de títulos, algunos de ellos vinculados

que se venden en casa de Diego Cranze en esta

dado y va llenando este reino de libros pro-

al mundo americano. En 1684, al año si-

ciudad ([Sevilla]: Por Diego Cranze, 1680).

hibidos”. Este cuñado extranjero podría ser

guiente de publicar los catálogos de venta,

En la portada un grabadito xilográfico

el librero Tomás López de Haro, que se había

se imprimió en su taller el Arte y gramática

muestra a las mártires Santa Justa y Santa

casado en Sevilla con Manuela Teresa Cran-

general de la lengua de Chile de Luis de Valdi-

Rufina protegiendo la Giralda, una alegoría

cer, de origen flamenco. La experiencia de

via, aunque su imprenta es conocida por la

de su papel vigilante como patronas de la

Diego Crancer no pudo ser más agridulce.

edición de las Obras (1692) de la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz.

ciudad. Además de publicar el catálogo,

En Puebla consiguió una buena clientela

Diego Crancer viajó a México para vender li-

y la colaboración inicial del comisario, pero

El primero fue el Catálogo, o memoria de

bros. En 1680 llegó a Puebla de los Ángeles

era cuidadosamente vigilado en sus movi-

libros, de todas facultades (Sevilla, 1682) y le

con un importante cargamento de libros y

mientos y sus libros escudriñados por el ojo

siguió en el tiempo un suplemento denomi-

se puso en contacto con el comisario inqui-

pesquisidor de los lectores. Algunos de los

nado Catalogo segundo, o memoria de libros de

sitorial Francisco Flores de Valdés.

que compraron lo denunciaron. El bachiller

todas facultades (Sevilla, 1683). En la porta-

El librero le entregó la licencia de pase

Carlos García Durango le compró un libro en

da, bien visible, se indica que los libros “se

que había obtenido en Sevilla y el comisario

el que encontró citados a Lutero y Calvino y

venden en casa del capitán Fernando Rome-

no tuvo inconveniente en comprarle algún

lo denunció pidiendo, además, que “Diego

ro”, lo que nos da una pista importante, ya

libro, retener otros que le parecían sospe-

Crancer, librero, me vuelva la cantidad de

que este capitán llevó el catálogo a Nueva Es-

chosos y, lo más importante para Crancer,

pesos que le dí”. Eran los riesgos habituales

paña, embarcó los libros y los puso a la ven-

el comisario le permitió que “abriese los ca-

para los libreros que se vieron envueltos en

ta en el puerto de la Vera Cruz. Fernando Ro-

jones de libros y vendiese” en Puebla de los

conflictos que no podían ni imaginar.

mero participó directamente en la distribución. Este capitán estuvo estrechamente li-

Ángeles, la segunda ciudad en importancia en el territorio virreinal mexicano. Un local

DOS NUEVOS CATÁLOGOS. Tomás López

gado a los negocios del librero Tomás López

de ocasión fue más que suficiente para que

de Haro, impresor y mercader de libros, im-

de Haro, fue su fiador en diversos negocios,

Crancer pudiera vender a los letrados pobla-

primió en 1682 y 1683 dos catálogos de venta

y participó activamente en la comercializa-

nos una excelente colección de textos acadé-

de libros. López de Haro estuvo en activo co-

ción de libros en la Carrera de Indias, aun-

micos provenientes de las mejores prensas

mo impresor en la ciudad de Sevilla entre

que también se encargó de llevar en 1692 “8

europeas. El asunto de todos modos no pin-

1678 y 1693, publicando un considerable nú-

caxonçillos de letra de imprenta”.

tó demasiado bien, ya que entre los libros

Estos catálogos tienen un elemento en

que llegaron había numerosos sin expur-

común: todos ellos se imprimieron para dar

gar, de hecho no se habían tachado a tinta

a conocer al otro lado del Atlántico, en terri-

los párrafos que debían eliminarse según lo establecían los índices inquisitoriales publicados por el Santo Oficio. El comisario advirtió a los inquisidores mexicanos sobre este librero que según tenía entendido “es extranjero”, y un cuñado suyo era librero en Sevilla, lo que lo convertía en sospechoso, ante lo cual avisó que iba

OCT 2010

LOS CATÁLOGOS DE LIBREROS EUROPEOS ESTABAN DESTINADOS A LAS FERIAS COMERCIALES Y LOS ANDALUCES, AL MUNDO ATLÁNTICO

torio mexicano, los libros que podían encontrarse a la venta. Estos títulos se enviaron en los navíos de la Carrera de Indias y, de este modo, los catálogos servían para anunciar las novedades recién enviadas y promocionar los libros de las tiendas sevillanas. Los curiosos podían utilizar estos catálogos para conocer las novedades editoriales, ya

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que giraba en torno a la venganza, basada en la leyenda de los siete infantes de Lara recogida en las crónicas medievales.

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EL CATÁLOGO DEL CAPITÁN IBÁÑEZ. El cuarto catálogo del siglo XVII conocido apareció con el título de Catalogo, o memoria de todas facultades pero sin pie de imprenta, aunque es bastante probable que se publicara en torno a 1689 en Sevilla. En la portada se indica que los libros “se venden en casa del capitán Diego Ibáñez”. La diversidad de libros de teología, derecho y humanidades del catálogo daba la impresión de contener una selva de libros, que podía incluir obras de ingenio y otras de menor valor, tal como lo exponía Alonso de Molina al opinar “que los libros son hijos del entendiPortada del primer catálogo de venta de libros impreso en Andalucía (1680).

miento: y así como… en los hijos naturales hallamos tan grande variedad, que unos son feos y otros hermosos, así es

que no sería hasta más tarde, fundamental-

venderse a un módico precio. Es una mues-

grandísima la que hay de libros en el

mente en el siglo XVIII, cuando las publica-

tra de la riqueza del teatro del Siglo de Oro,

mundo”.

ciones periódicas recogieron las noticias de

ya que incluía a los autores más representa-

Sin embargo, en estas distinciones se

nuevos libros y comenzaron a editarse rese-

dos en los corrales de la época, como Lope de

transparenta un discurso sobre los buenos

ñas en revistas literarias.

Vega o Pedro Calderón de la Barca, pero tam-

y malos libros elaborado por los autores,

El catálogo de 1682 se iniciaba con los li-

bién andaluces como el moguereño Felipe

bien lejos del interés en la venta de los li-

bros teológicos, ordenados por tamaño, le

Godínez o el granadino Álvaro Cubillo de

breros. El humanista Francisco Cervantes

seguían los textos jurídicos, médicos y los

Aragón con El rayo de Andalucía, y genízaro de

de Salazar opinaba que en “el sabroso ha-

“de letras humanas”, es decir los de huma-

España, en la que desarrollaba una trama,

blar de los libros de caballerías bebemos

nidades, entre los que podían encontrarse

mil vicios como sabrosa ponzoña porque de

una variada gama de obras de historia, lite-

allí viene el aborrecer los libros santos y

ratura, música (la Luz, y norte musical, para

contemplativos”.

caminar por las cifras de la guitarra española compuesto por Lucas Ruíz de Ribayaz), y obras científicas, como la publicada por Juan Bravo de Sobremonte a raíz de la aparición del cometa Halley en 1680. Además en los dos catálogos, se anotan más de 130 títulos de “comedias sueltas”, esto es, una única comedia impresa como una pieza, lista para

AL TRATARSE DE IMPRESOS DESTINADOS A PROMOCIÓN DE OBRAS A LA VENTA EN LAS LIBRERÍAS TUVIERON, NECESARIAMENTE, UNA VIDA EFÍMERA

A pesar de tales avisos los libros de entretenimiento entraron en los catálogos. El capitán Ibáñez llevó consigo la Vida del pícaro Guzman de Alfarache de Mateo Alemán (1547-1615), un texto clave de la novela picaresca que sitúa parte de su acción en Andalucía, y las Obras del cordobés Luis de Góngora (1561-1627).

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LA LIMITADA VIDA DEL CATÁLOGO. Al tratarse de impresos destinados a promocionar las obras a la venta en las librerías, tu-

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vieron una vida efímera y solían descartarse tras cumplir su función de informar a los posibles clientes. Los escasísimos ejemplares que sobreviven suelen estar marcados por sus propietarios, indicando sus preferencias mediante cruces o manos dibujadas que servían para llamar la atención sobre un impreso, probablemente el que buscaron en las librerías o pidieron a los libreros por carta. En otros casos, se salvaron al presentarlos a los inquisidores para justificar los libros que llevaban consigo los libreros que iban de viaje con un lote de surtido. Los agentes inquisitoriales solían entrometer el ojo en estos catálogos a la búsqueda de libros prohibidos, tanto los publicados en España como, en gran medida, los que llegaban del extranjero. De hecho, estos catálogos fueron una importante fuente de información sobre las novedades publicadas en Europa. El hallazgo de estos catálogos sevillanos

En el siglo XVIII los libreros gaditanos continuaron la tradición de imprimir catálogos.

nos permite entrever un grupo de libreros muy activos, con capacidad e iniciativa para desarrollar estrategias comerciales propias y hacer uso de técnicas de promoción de sus

Más información

tre los impresores malagueños y el librero granadino les permitieron distribuir tanto

productos. En la centuria siguiente, los libreros ga-

XVIII. En este último caso, las alianzas en-

■ Rueda, Pedro

los impresos en su taller, como una variadí-

ditanos continuaron esta tradición, desta-

Negocio e intercambio cultural:

sima oferta de títulos provenientes de toda

cando el papel de Manuel Espinosa de los

El comercio de libros con América en la Carrera

Europa. La cercanía del puerto gaditano

Monteros que publicaría un interesante Ca-

de Indias (s. XVII).

permitió la entrada de numerosos libros

tálogo en Cádiz en 1760. De este catálogo

Universidad, Diputación de Sevilla y

por vía marítima, facilitando la circulación

únicamente conocemos un ejemplar, al

Escuela de Estudios Hispano-

del libro y ofreciendo una notable diversi-

igual que de todos los otros reseñados. Es

Americanos. Sevilla, 2005.

dad de lecturas. Los catálogos de los libreros

también lo que ocurre con el Catalogo de los

■ González Sánchez, C. A. (coord).

reflejan el creciente peso de la cultura im-

libros latinos, franceses, italianos, y españoles

Atlantes de papel. Adoctrinamiento, creación

presa y la notable circulación de los textos

que se hallan venales en Malaga, en la impren-

y tipografía en la Monarquía Hispánica de los

en el mundo moderno, títulos que atravie-

ta, y libreria de los Herederos de D. Francisco

siglos XVI y XVII.

san fronteras y rompen los intentos de con-

Martinez de Aguilar... y en Granada en la de Ga-

Rubeo. Barcelona, 2008.

trol, ofreciendo a los lectores andaluces

briel Martinez… publicado a finales del siglo

una rica panorámica de lecturas. ■

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