Los peligros del fundamentalismo

Presentación del libro sobre el fundamentalismo (Detrás de las máscaras: fundamentalismo e integrismo, Managua, Fundación Sobrevivientes), del Dr. Alberto Araica Rivera. Managua, Centro de Estudios Internacionales, 15 de octubre de 2007. 1. Un libro contribuye a la mayor difusión de la cultura nicaragüense, fortalece los archivos nacionales, la memoria colectiva; los libros que se publican, nos ayudan a entender mejor quienes somos. “El tiempo fluye” decía Heráclito de Éfeso y por eso hay que dejar constancia escrita de lo que creemos, hacemos y callamos. Los libros son como hijos, y cuesta producir uno. Se empieza con una idea que ronda la cabeza, se le va dando forma como el alfarero a la vasija, el ordenador se vuelve amigo de los párrafos y correcciones, a veces unos e arrepiente de algunas ideas, mejora otras, abandona el proyecto, luego lo retoma, y poco a poco, se va viendo el resultado. Por el costo mental y físico, por su amor a la producción nacional, por iluminar un tema tan vasto e importante como es el de la religión, emplazada en el corazón de la cultura, saludamos con entusiasmo el trabajo y tesón del autor, el acompañamiento de su familia, el financiamiento del Centro de Estudios Internacionales, del editor y de aquellos que han (hemos) tenido la fortuna de revisar el texto previo a su publicación. 2. El libre examen de la Escritura promulgado por los reformadores del siglo XVI, desencadenó procesos plurales de interpretación de la Escritura, lo cual afecta el contexto del protestantismo como fenómeno histórico social, cultural, afectivo y religioso, y por ende, a la religión en Nicaragua. A través del libre examen, el creyente tiene acceso por sí mismo al mensaje bíblico. De allí el peso de las traducciones vernáculas, que ponían y ponen en el idioma local el codificado mensaje religioso. Todo un nuevo universo de lo sacro se abrió entonces para quien podía leer de manera autónoma los textos sagrados. El libro sagrado es uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana. Es la autoridad normativa del creyente en materia de fe y práctica. En el fondo, dice el Dr. Pixley, “somos aprendices de la Palabra de Dios”. Pero no siempre se logra una comprensión adecuada del mensaje bíblico por parte de los creyentes. Friedrich Schleiermacher (1768-1834), el gran predicador de Berlín, propuso en su tiempo la autonomía de la disciplina hermenéutica en los estudios teológicos. Un cristiano sagaz como Schleiermacher percibió que una manera incorrecta de leer la Biblia, puede llevar a un testimonio incorrecto de la fe cristiana. Puede conducir al caos religioso, la caja de Pandora de la confusión teológica, las confrontaciones, los pleitos doctrinales, la imposición de ciertos contenidos sobre otros, etc. Una correcta interpretación del mensaje bíblico, nos lleva en principio, a una correcta aplicación de la fe. 3. En mi libro Evangelio y comunidad (Managua, UPOLI, 2006) me ocupo también (aunque con menor extensión) del tema del fundamentalismo religioso y su forma de leer la Escritura. Se le designa con este término “fundamentalismo” o “fundamentalista” porque es una modalidad de lectura que alude una y otra vez a los fundamentos de la fe, lo cual no es incorrecto en la tradición protestante y luterana, pero que se hace desde un punto de vista apologético de la doctrina que se confiesa: contra la teorías de la evolución de Darwin, la secularización, en pro

de una hermenéutica conservadora, en síntesis, dice el Dr. Araica, “la necesidad de defender la fe frente al avance del modernismo y el pensamiento históricocrítico de la teología liberal”. Dicha modalidad defiende un apego conservador y literal a las letras y versículos del texto bíblico, como fue escrito por los autores que narraron la historia salvífica de Dios con el pueblo de Israel, caso del Antiguo Testamento, o los inicios de la iglesia cristiana, en el Nuevo Testamento. Se pasa por alto que el contenido provisto por el canon bíblico es un producto histórico, resultado de la experiencia específica de hombres y mujeres, que cometieron aciertos, pero que también se equivocaron. Por lo tanto, algunas de sus contribuciones no resultan válidas para nosotros en el presente, como por ejemplo: matar a la población del pueblo vecino, la sumisión de la mujer, etc. No dejan de haber peligros en esta forma de leer la Escritura. Harold Bloom comenta por ejemplo: “El fundamentalismo, en los Estados Unidos de la década de los noventa [del siglo pasado], es una traición aterradora y degradante del sueño bautista del siglo XVII de dignidad humana y libertad en comunión con Jesús, la Palabra de Dios”. Al defender el texto como aparece escrito, se soslayan las mediaciones culturales, históricas y hermenéuticas (interpretativas) que hay que tener presentes entre el mundo bíblico y el de nosotros. Este tipo de lectura refleja temor a vivir la religión en el presente, con sus cambios y variaciones, lo que puede desajustarnos y dejarnos mal colocados. Se está aparentemente más cómodo y seguro con el ancla del pasado, donde las cosas ocupan su lugar respectivo, y no son mayor fuente de temores o peligros. Como reza el dicho: “Es mejor lo viejo conocido, que lo nuevo por conocer”. Tal modo de pensar puede cercenarnos la exploración del futuro. Nietzsche advirtió que “buscando los principios, uno se convierte en un cangrejo. El historiador, de tanto mirar hacia atrás, termina por creer también hacia atrás”. Al contrario, en la vida cristiana, todas las cosas son hechas nuevas de manera constante (II de Corintios 5.17). Por eso debemos estar también atentos a las señales del Reino de Dios en el presente que nos toca vivir”. 4. Para quienes no lo saben, la lectura fundamentalista de la Biblia forma parte del universo epistemológico, mental, psico-social y hermenéutico de los born again christians, es decir, de los cristianos y cristianas que han nacido de nuevo. 5. Como apunto en la contratapa del libro, “El Doctor Alberto Araica Rivera invita con la lectura de esta obra al estudio del fundamentalismo, su filosofía, historia, expresiones actuales, peligros e intereses. Al defender el sentido literal del texto bíblico, tal como aparece escrito, se soslayan las mediaciones culturales, históricas y hermenéuticas (interpretativas) a tomar en cuenta entre el mundo bíblico y el de nosotros. Esta corriente teológica está presente en la concepción y la práctica de la fe de diferentes confesiones religiosas y estratos sociales, por lo que es necesario identificarla con precisión y deconstruirla donde el caso lo justifica, para vivir plenamente el mensaje liberador del Evangelio”. 6. Les animo a que compren su ejemplar para que puedan sumergirse en la provechosa lectura de este tema. ¿Qué ganarán? Una mayor comprensión de la fenomenología religiosa y de uno de sus ángulos, independientemente de la adscripción confesional de cada quien.