Los otros, sin patria: italianos en el litoral Caribe de Colombia a comienzos del siglo XX. Revista Caravelle

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CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN CARAVELLE 105 Décembre 2015

CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN

Cuba, cultures contemporaines ........................................................................................... Sylvie MÉGEVAND : Présentation .......................................................................................

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Les paradoxes culturels de la période spéciale ..................................................................... Luisa CAMPUZANO : La Casa de las Américas hoy (memoria personal asistida)..................... Sylvie MÉGEVAND : Opus Habana, organe du discours urbanistique de l’Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana...................................................................................................... Sylvie BOUFFARTIGUE : Le talent ne fructifie pas dans l’oisiveté : une Française dans la Révolution cubaine..................................................................................................................

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Des voix créatives multiples ................................................................................................. Nancy MOREJÓN : Agustín Cárdenas y las formas del silencio ............................................... Sandra MONET-DESCOMBEY HERNÁNDEZ : Afro-féminisme et écriture critique à Cuba ....

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L’exil : vers une autre transculturation ............................................................................... Michèle GUICHARNAUD-TOLLIS : Écritures, espaces et imaginaires cubains depuis l’exil ....

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Mélanges ............................................................................................................................... Christine RUFINO DABAT : La Magna Carta des coupeurs de canne dans le Pernambouc (Brésil) selon les archives de la Justice du Travail (1963-1965).................................................................... Étienne SAUTHIER : Une Madeleine tropicale : la première traduction brésilienne d’À la recherche du temps perdu ...................................................................................................................... Antonino VIDAL ORTEGA, Giuseppe D’AMATO CASTILLO : Los otros, sin patria: italianos en el litoral Caribe de Colombia a comienzos del siglo XX ............................................. Orlando ARAÚJO FONTALVO : La ficcionalización del erotismo en los cuentos de Germán Espinosa

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IPEAT INSTITUT PLURIDISCIPLINAIRE POUR LES ÉTUDES SUR LES AMÉRIQUES À TOULOUSE

Comptes rendus.................................................................................................................... 199 (Voir détail p. 233)

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Prix : 27 €

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cultures contemporaines

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Littératures ........................................................................................................................... 189 Poèmes de Nancy MOREJÓN inédits en France ...................................................................... 191

Code Sodis : F408075 ISBN : 978-2-8107-0406-4

Cuba,

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105 PRESSES UNIVERSITAIRES DU MIDI 2015 - ISSN 1147-6753

Caravelle 105 p. 153-175

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Los otros, sin patria: italianos en el litoral Caribe de Colombia a comienzos del siglo XX Antonino VIDAL ORTEGA Universidad del Norte Giuseppe D’AMATO CASTILLO Universidad Pablo de Olavide

Introducción A partir de la segunda mitad del siglo XX la historiografía iberoamericana emprendió la tarea de analizar los procesos migratorios europeos hacia América. Los estudios, en primer lugar, se centraron en examinar los flujos de las migraciones, y como una corriente de estos grupos se insertó en las sociedades americanas a mediados del siglo XIX. En segundo, trataron de comprender las redes transatlánticas que tejieron, y la importancia de su participación socioeconómica y política en los proyectos de construcción de las naciones americanas. Los historiadores han debatido como los inmigrantes estimularon con sus energías el crecimiento de las nacientes economías nacionales, en ese tiempo, abiertas al comercio internacional. Como referentes destacan los avances obtenidos por la historiografía de Argentina, Brasil y Chile. En el aspecto económico analizaron la relación de los mercados nacionales con los mercados mundiales, principalmente de Europa1, haciendo énfasis en Leander, Birgitta (coord.), Europa, Asia y África en América latina y el Caribe. Siglo XXI Editores/UNESCO, México D.F., 1989. Latter, Alfredo, Migraciones hacia América Latina y el Caribe, Centro de Estudios poblacionales, Universidad de Texas, 1985. Arizpe, Lourdes (coord.), Migraciones y cultura en América Latina y el Caribe. Bibliografía seleccionada,

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la expansión de la frontera agraria y el choque entre los recién llegados y los poseedores tradicionales de la tierra que vieron de forma reacia la instalación de inmigrantes; proceso que transformó costumbres sociales heredadas del periodo colonial. El asunto de la inmigración europea ha sido desarrollado de manera marginal por la historiografía colombiana, por tanto este trabajo se inserta en una línea relativamente nueva y poco trabajada. La historiografía nacional, principalmente del mundo andino, afirma que Colombia por su posición geográfica y la dificultad de su orografía2, nunca recibió flujos de migraciones importantes, y que por tanto sus procesos sociales distan mucho de lo ocurrido en el sur y el norte del continente con otras corrientes migratorias3. Si bien es cierto que Colombia no fue un destino central respecto a esas corrientes migratorias, y cuantitativamente su integración a esta parte del continente no fue masiva, en el litoral del Caribe colombiano las cosas fueron diferentes. Los distintos grupos de migrantes que se establecieron en los espacios costeros de Barranquilla, Cartagena, Riohacha y Santa Marta, fueron grupos que marcaron parte de la esencia de la vida de esas poblaciones a finales del siglo XIX y principios del XX, a pesar de su reducido número4. Pero es cierto que es poco lo que la historiografía ha avanzado al respecto, más allá de algunas crónicas de corte sentimental alejadas de procesos sistemáticos de investigación. Por tanto, el presente trabajo pretende ser un aporte en ese sentido, analizando, con el uso de fuentes notariales, la contribución de los migrantes, en este caso de la comunidad italiana en Barranquilla a principios del siglo XX. Universidad Nacional Autónoma de México, Cuernavaca, 2007. Domenach, Hervé, Picouet, Michael, La dimision migratorie des Antilles, Ed. Económica, Paris, 1992. p. 46 y ss. 2 Limitamos este estudio al territorio colombiano, renunciando por la cobertura espacial y temporal y por las numerosas fuentes, a franjas territoriales que hicieron parte de esta nación; ahora ubicados en Ecuador, Panamá, Venezuela y las casi inexistentes fronteras en Amazonas con Brasil y Perú; en ese mismo sentido, a las regiones del Amazonas, Costa Pacífica, Orinoquia y al conjunto de islas, islotes y cayos de San Andrés y Providencia, circunscribiéndonos exclusivamente a los territorios que conectó el rio Magdalena hasta finales del XIX. Sobre las fronteras del noroccidente colombiano. Elías Caro, Jorge, Vidal, Antonino (ed.), Ciudades portuarias en la Gran Cuenca del Caribe: Visión histórica, Ediciones Uninorte/Editorial Universidad del Magdalena, Barranquilla, 2010, p. 408. 3 Henderson, James, La modernización en Colombia. Los años de Laureano Gómez, 1889-1965, Universidad de Antioquia, Medellín, 2006. 4 Posada Carbó, Eduardo, El Caribe colombiano. Una historia regional (1870-1950), El Áncora Editores, Bogotá, 1998, p. 314-368. Rodríguez Becerra, Miguel, Restrepo Jorge. «Los empresarios extranjeros en Barraquilla», in Desarrollo y Sociedad, n° 8, CEDE, Uniandes, Bogotá, 1982.

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Los italianos en general en toda América constituyeron una notable fuente de mano de obra. En Estados Unidos hasta finales del siglo XIX disputaron espacios laborales con asociaciones de irlandeses y colectivos del norte europeo; al igual que otros grupos, también se diseminaron en barcos por la cuenca del Caribe. Llegaron a la costa colombiana, y con prontitud se dirigieron hacia las zonas agrarias en expansión. Lugar donde algunos alcanzaron el éxito en la comercialización de ganado, productos agrícolas y bienes importados, dando paso con posterioridad al traslado de sus actividades lucrativas a Barranquilla5, de manera visible en las fuentes consultadas, desde 19056. En este caso, la elección del colectivo italiano como objeto de estudio radicó en la escasa información que brinda la historiografía sobre sus aportes en el Caribe colombiano. Su presencia en las distintas ciudades del litoral es visible en los documentos notariales desde 1870 en adelante. Las redes de compra y venta que extendieron hasta mitad del siglo XX, cuando la segunda guerra mundial afectó la continuidad de sus proyectos, los hace interesantes en los estudios históricos, en la medida que se descubre cómo se integraron al espacio rural, y las ventajas y desventajas que ofrecieron a las poblaciones donde se establecieron, destacando en principio que sus relaciones con las ciudades-puertos fueron fruto del pragmatismo económico. En primera instancia, rastreamos su llegada, ubicándolos en localidades estratégicas cerca de los nuevos focos agropecuarios de las llanuras costeras7. Inicialmente los encontramos en el desembarcadero fluvial de Magangué, en la subregión de los Montes de María, alrededor de la Sierra Nevada de Santa Marta y en poblaciones en general rivereñas (anexo n° 1). En segundo lugar, detallamos algunos factores que incidieron en el traslado de sus negocios a Barranquilla, y las condiciones de la instalación de los mismos a inicios del siglo XX; tiempo en el que se presentaron

La coincidencia de ambos espacios se basó en los vínculos de tipo funcional y espacial. La relación entre el puerto y Barranquilla mantuvo un matiz económico hasta la segunda década del siglo XX, cuando la población de la urbe y los pueblos circunvecinos confluyeron a las playas aledañas, creando nuevos espacios de sociabilidad. Para más detalles cf. Elías Caro, Jorge, Vidal, Antonino (ed.), Ciudades portuarias…, op. cit. 6 Cf. los folios de la Notaria Primera de Barranquilla desde 1905 en el Archivo Histórico del Atlántico (en adelante A.H.A.). En ese año la participación en negocios de compra de bienes y constitución de sociedades comerciales de personas que se declaraban súbditas del reino de Italia empezó a ser notoria. 7 Reboratti, Carlos E., Fronteras agrarias en América Latina, Universidad de Barcelona, Barcelona, 1990. Etulain, Richard W. (ed.), Does the Frontier Experiencies make América excepcional, Bedford, St. Martin’s, Boston, 1999. 5

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dificultades fiscales que afectaron a los puertos del litoral8, la guerra europea en 19149, y la crisis de 1930 en Estados Unidos, periodo de turbulencias financieras. Del mismo modo, revisamos el buen momento del modesto puerto de Barranquilla en la década de 1920, y como en el mismo lapso de tiempo, las empresas italianas participaron en el mundo comercial y financiero local en relación con fábricas, otras comercializadoras extranjeras, y con empresarios colombianos. En la medida que los inmigrantes se acomodaron en el tejido socioeconómico, sirviendo como importadores de bienes, sus redes de negocios alcanzaron un radio de mayor cobertura dentro de Colombia, dirigiendo las mercancías principalmente al interior del país, y con posterioridad al litoral caribe. Los puertos y los atracaderos fluviales transformaron sus actividades y de la simple carga de mercancías, se convirtieron en lugares donde acumularon sus primeros capitales, participando activamente en la expansión de las fronteras agroganaderas, invirtiendo en la compra de frutos, maderas, oro y otros productos, que en los puertos negociaron, y exportaron a Alemania, Estados Unidos, Francia e Inglaterra.

Al interior del litoral Caribe Una pequeña comunidad italiana arribó al Caribe colombiano durante un inestable periodo económico, político y social a mediados del siglo XIX10. Estados Unidos fue el primer lugar de destino, desde ahí tomaron barcos que los dispersaron por toda la Cuenca, así los Robinson, James, Urrutia, Miguel (éd.), Economía colombiana del siglo XX, Un análisis cuantitativo, Fondo de Cultura Económica México/Banco de la República, Bogotá, 2007, p. 240. Kalmanovitz, Salomón, Ensayos sobre el desarrollo del capitalismo dependiente, Editorial Pluma, Bogotá, 1977. 9 Vidal, Antonino, D’Amato, Guissepe, «Prósperos no tan prósperos, Barranquilla, 1914-1922», Historia Caribe, n° 22, enero-junio 2013. 10 El estado de los puertos caribeños de Nueva Granada en la primera mitad del XIX resultaba poco halagador. En Santa Marta el puerto y el comercio exterior, que algunos reducidos personajes controlaban, fueron reactivados sólo hasta la década de 1830, beneficiados por la importación de textiles y productos de consumo en los mercados andinos; ciertamente hasta 1860 el desarrollo portuario fue poco dinámico y la ciudadpuerto no presentó indicadores satisfactorios. Elías Caro, Jorge Enrique, «El puerto de Santa Marta: Determinantes de crecimiento y desarrollo de una ciudad caribeña (1810-1860)», Elías Caro, Jorge, Vidal, Antonino (ed.), Ciudades portuarias…, op. cit., p. 328-351. En Cartagena los intentos de las élites estuvieron orientados al fomento de la productividad agraria para incorporar un considerable grupo poblacional a la Provincia de Cartagena, tanto como mecanismo de abastecimiento como de control económico. Solano, Sergio, «Empresarios, proyectos de modernización e imaginarios sociales en la provincia de Cartagena durante la primera mitad del siglo XIX», Historia y Cultura, n° 3, 2004, p. 13 y ss. En lo que respecta al comercio exterior, cf. Román Romero, Raúl, «La crisis del puerto de Cartagena de Indias: Conflictos y fracasos de sus proyectos de desarrollo (1830-1848)». Elías Caro, Jorge, Vidal, Antonino (ed.), Ciudades portuarias…, op. cit., p. 363-392. 8

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encontramos en el Caribe centroamericano, mexicano, e insular11, y por las costas de lo que antes de las independencias se llamó Tierra Firme. Entraron a Colombia por Cartagena, Colón, Riohacha, Sabanilla y Santa Marta, una vez asentados, se dirigieron al interior de las provincias – estados soberanos de Bolívar y Magdalena –, en busca de fortuna y oportunidad para mejorar sus condiciones de vida. Municipios rivereños como Magangué representaron para algunos de ellos un paso obligatorio en medio de la depresión momposina, lugar donde conecta el río Cauca con el Magdalena y el mundo andino con el mar. Las sabanas de Magangué fueron propicias para la cría de ganados y convirtieron a ese humilde poblado en un lugar con expectativas de negocios, beneficiadas sus actividades claramente por el intercambio de mercancías, el crédito sobre los productos de la tierra, el tabaco, las maderas preciosas y oro12, sin olvidar un notorio contrabando13. Varias casas italianas establecidas en Magangué, comercializaron bienes importados desde 1880, como muestran las fuentes notariales. La casa Pacini Hermanos, propiedad Luis Pacini y Antonio Pacini, instaló un taller artesanal y comercializador de joyas, mármol y piedras preciosas talladas, aunque obtuvieron mayores ingresos como comisionistas de ganado y compradores de tierras14. En Magangué aprovecharon las ferias comerciales de las sabanas para vender todo tipo de mercancías a bajo costo15. En Calamar vieron un atractivo punto de distribución de productos de todo tipo. Hallaron Benigno, José, Manica, Zilli, Italianos en México, Documento para la historia de los colonos en América, Ediciones Concilio, México D.F., 2002, Rita Bariati, Italianos en Costa Rica, 1505-1952, Universidad Autónoma de Centroamérica, San José, 2001. Bruni, Paolo, Filippi, Alberto, Italia en Venezuela; Italia y los italianos en la nacionalidad Venezolana, Monte Ávila ed. Caracas, 1994, Diego dal Boni, Panamá, Italia y los italianos en la construcción del canal del Panamá (1880-1915), Crucero de oro, Panamá, 2000. 12 Autor anónimo, Monografías de Magangué, Editorial Mogollón, Magangué, 1924. 13 Sobre el contrabando y el ineficaz control institucional en los puertos del Caribe colombiano, cf. Vidal Ortega, Antonino, Cartagena de Indias y la región histórica del Caribe, 1580-1640, Consejo Superior de Investigaciones Científicas/Escuelas de Estudios Hispano Americanos, Sevilla, 2002, p. 100. Grahn, Lance, «Comercio y contrabando en Cartagena de Indias en el siglo XVIII», in Calvo Stevenson, Haroldo, Meisel Roca, Adolfo, Cartagena de Indias en el siglo XVIII, Banco de la República, Bogotá, 2005, p. 19-53. 14 A.H.A., Escritura n° 624, Fondos de la Notaria Publica de Barranquilla (en adelante F.N.P.B.), agosto de 1904. A.H.A., Escritura n° 361, F.N.P.B., abril de 1905. 15 En el siglo XVIII, las ferias comerciales se encontraban en el centro de la vida mercantil; en Europa destacaron en ese periodo las de Beaucaire, Senigaglia, Fráncfort y Leipzig. Braudel, Fernand, Civilización material, economía y capitalismo. Siglos XV-XVIII, vol. II, Alianza Editorial, Madrid, 1984. En el Caribe y Centroamérica surgieron bajo la necesidad de romper con los limitados circuitos de intercambios regionales, lo que fue favorecido con la creación de cruces estratégicos para movilizar mercancías y metales en periodos de festividades religiosas, cuando el paso de personas por las plazas de comercio aumentaba, favoreciendo la compraventa de productos naturales y manufacturados. 11

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espacios para el montaje de pequeños talleres de calzado, para la venta de ropas y telas finas, uniéndolos con otros negocios en Zambrano y otras poblaciones en la provincia de Bolívar16. En Carmen de Bolívar se vincularon a la exportación de frutos y cueros, diversificando sus actividades en la economía ganadera y en la compra de piedras preciosas. Una vez situados forjaron alianzas con otras casas italianas fundando nuevas sociedades.17 Claro ejemplo en la región fue la casa Antonio Volpe & Cía., la cual era intermediaria entre las casas compradoras de bálsamo, café, ganado y tabaco en los mercados de Bremen, Le Havre, Hamburgo, Liverpool, Londres y Southampton a través de un sistema de cabotaje, ahora en barcos a vapor que acortaban los tiempos de viaje, y que unieron a los atracaderos en Riohacha, Santa Marta, Sabanilla, Cartagena, Colón, Kinston, Port Prince y Saint Thomas18. La casa Antonio Volpe & Cía., encontró en la venta de ganado la posibilidad de adquirir tierras de cultivo en Bolívar y Magdalena. Sus negocios agropecuarios le permitieron adquirir crédito. Junto a la compañía Volpe destacaron en Carmen de Bolívar otros negociantes, en su mayoría dedicados al menudeo como Salvador Frieri, Antonio Gallo, Matera Hnos. y Nicolás Castelli. Las casas en Carmen de Bolívar encontraron modestas ganancias como intermediarias en la exportación de tabaco (anexo n° 2); llama la atención la función exclusiva de algunas compañías italianas como exportadoras de la hoja, pues el cultivo se encontraba en manos de los cosecheros o campesinos de la zona. En Sincelejo se insertaron en un creciente mercado ganadero, tejiendo negocios con comerciantes de Corozal y Cartagena. En Montería gozaron de prestigio entre una modesta élite enriquecida por la ganadería en la subregión del Alto Sinú. Territorio donde participaron de la minería del oro, pero sobretodo del comercio que el metal generó entre las subregiones conectadas a las minas de Tolima y del noreste de Antioquia, aunque obteniendo mayor beneficio de la circulación de Guido Lucarini fue un comerciante italiano pionero en establecer su casa comercializadora en Zambrano. Sus actividades en esa población le permitieron fundar posteriormente la Fábrica de Cigarros Sport, cf. Aliprandi, Ermenegildo, Gli italiani in Colombia, Aliprandi & Martini Editori, Bogotá, 1938. 17 Blanco, Wilson, Historia de El Carmen de Bolívar y su tabaco en los Montes de María. Siglos XVIII-XX, Editorial Universitaria, Cartagena, 2010. 18 Para conocer las líneas de puertos sobre la Gran cuenca del Caribe que recorrían los barcos que salían de Sabanilla, consultamos el diario comercial publicado mensualmente en Barranquilla, The Shipping List, en la Biblioteca Nacional de Colombia, cf. los fondos: 30 de enero a 30 de abril de 1887; 30 de junio a 30 de diciembre de 1889; 30 de junio a 30 de diciembre de 1891; 30 de mayo a 30 de julio de 1892; 30 de enero a 30 de junio de 1893; 30 de agosto a 30 de noviembre de 1894; 30 de septiembre a 30 de diciembre de 1895; 30 de abril a 30 de julio de 1898. 16

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créditos, monedas y productos que generó un amplio renglón de una ajustada economía natural. Las comercializadoras italiana se dispersaron en diferentes poblaciones aledañas al río, no obstante en raras ocasiones participaron en la explotación directa de la tierra; solamente se favorecieron de préstamos, intercambios y de las transacciones generadas en un limitado mercado campesino en donde la minería, la silvicultura y lo artesanal predominaban19. Los que se ubicaron en Santa Marta, se desplazaron a la zona bananera, empleados por Joaquín de Mier para trabajar en tierras cercanas a la Sierra Nevada; pronto, una vez concluidas sus obligaciones contractuales, se instalaron de manera independiente en las cercanías de Ciénaga20, donde la United Fruit Company desarrolló una actividad económica inusitada (anexo n° 3)21. Aprovecharon la cercanía entre Ciénaga, Banco, Aracataca, Minca, Plato y Río Frío en la zona bananera, para vender mercancías de uso cotidiano como zapatos, vestidos, maquillajes, artesanías, vinos, peinetas, entre una amplia variedad de productos. Ejemplo sería la comercializadora de Celia, Faillace Hermanos, Morelli, Russo y Votto, instalada en Ciénaga. Su cualificación como obreros especializados en construcción, manejo de maquinarias a vapor y diversos tipos de artesanías les permitió conseguir empleos mejor remunerados a diferencia de otras comunidades extranjeras (anexo n° 4). Mientras en Santa Marta se adaptaron a las actividades internas de ese espacio y montaron pequeños restaurantes, joyerías, tiendas de mercancías al por mayor y talleres de artesanías, en Cartagena negociaron con ganado, vendieron relojes y perfumes, abrieron hoteles, y se especializaron en el trabajo del mármol; no obstante siguieron dependiendo considerablemente de las actividades agrarias que se desarrollaban en Magangué y en Carmen de Bolívar22. En Riohacha aprovecharon el intercambio de mercancías y contrabando que se dio entre el norte de la región histórica marabina y los mercados de las Antillas23. Actividades como la orfebrería les Stiffler, Luis, El río San Jorge, Ediciones Gobernación del Atlántico. Barranquilla, 1993. Posada Carbó, Eduardo, El Caribe colombiano..., op. cit., p. 89. 21 Reclus, Elisée, Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta, Biblioteca popular de cultura colombiana, Bogotá, 1947, p. 70 y ss. 22 Aliprandi, Ermenegildo, Gli italiani…, op. cit. 23 Cardozo Galué, Germán, «Maracaibo: génesis y desarrollo de un puerto caribeño». Elías Caro, Jorge, Vidal, Antonino (ed.), Ciudades portuarias…, op. cit., p. 255 y ss. Cardozo 19 20

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permitieron acumular ganancias y propiedades con el paso de oro por la península Guajira y de bienes producidos en Europa, introducidos regularmente desde Venezuela y Curazao. Las redes de negocios tejidas con familias originarias de Riohacha les permitieron la venta de manufacturas (anexo n° 5). Básicamente buscaron las oportunidades lucrativas que ofrecía una región apartada del centro político y económico de Colombia, aunque encontraron a principios del siglo XX a negociantes franceses, holandeses y sirios-libaneses que fueron duros competidores comerciales24. Con la organización del sistema fiscal y la subida de rentas de aduanas, a principios de 1910, aumentaron los costos del transporte, afectando a los negocios de importación. En ese momento las compañías italianas tuvieron la necesidad de instalarse Barranquilla por razones como el acceso a servicios financieros, facilidad de adquisición de bienes importados, la ventaja de estar presentes en la organización de sus transacciones en un creciente, pero modesto, mercado de bienes y capitales a través del puerto externo en Puerto Colombia y el interno sobre el río Magdalena. La experiencia vivida en el agro resultó beneficiosa en la medida que aprovecharon las conexiones sostenidas con compradores de materia prima en Alemania, Francia, Inglaterra y Holanda. Al interior del litoral Caribe iniciaron sus actividades con compañías antillanas, europeas y norteamericanas, apoyados por el transporte fluvial de mercancías, de igual forma en la compra y venta de frutos naturales para los mercados internacionales. La centralización política, sumada al gradual crecimiento de sus actividades comerciales, los motivó a buscar nuevas oportunidades. La representación de sus casas en el interior del litoral quedó en manos de familiares o vecinos de sus poblaciones de origen en la península italiana. Debemos señalar que el desplazamiento a la ciudad no significó una ruptura con las actividades agrarias debido a que en el mundo rural siguieron con la venta de bienes importados; en ese sentido, el difícil recorrido de las poblaciones al interior los motivó a afianzar lazos con negocios en regiones autosuficientes que no dependían estrictamente del intercambio entre los puertos colombianos y los mercados extranjeros25. Galué, Germán, Maracaibo y su región histórica. El circuito agroexportador 1830-1860, Universidad del Zulia, 1991. 24 Viloria, Joaquín, Comerciantes en economías de frontera: El caso de la Guajira colombiana, 1870-1930, Centro de investigaciones económicas del Caribe colombiano, Santa Marta, 2013, p. 25. 25 Múnera, Alfonso, El fracaso de la nación. Región, clase y raza en el Caribe colombiano (1771-1821), Editorial Planeta, Bogotá, 2008, p. 52.

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El establecimiento en Barranquilla Las actividades comerciales de los italianos en Barranquilla no son tan tempranas como las de otros colectivos extranjeros26. Un elevado número de miembros de ese grupo permaneció en poblaciones al interior del Caribe colombiano, a la sombra de otras comunidades extranjeras y nacionales hasta el final de la Guerra de los Mil Días27. Con la reorganización de las plazas regionales de comercio, la reactivación del sistema de importación de bienes manufacturados y la reanimación del crédito, encontramos a una de las familias pioneras: los Pacini, que localizamos en los registros notariales desde finales del XIX como notables comerciantes. En Magangué permaneció una sede de la compañía dedicada a la importación de mercancías y exportación de ganado a las Antillas28. En Barranquilla ganaron reconocimiento por la venta de mercancías y la representación de otras firmas (anexo n° 6). Después de la sociedad Pacini, destacaron los Foschini dedicados a la exportación de frutos y la representación de casas comerciales. Los Rosania y los De Vivo, dedicados a la exportación e importación. Los Pugliese se consagraron en el negocio de los bienes inmuebles, al igual que los Rosania y los Giordenelli, se beneficiaron con hipotecas de casas a bajo costo, las cuales posteriormente vendían a un mayor precio. Con el paso del tiempo estas y otras familias prósperas diversificaron sus inversiones abriendo fábricas de harinas, calzado, joyerías, y las fortalecieron finalizado el conflicto civil de Colombia a principios del XX. Una característica común de toda la colectividad fue la familia como soporte de los negocios. Los lazos sanguíneos nunca estuvieron excluidos de las actividades mercantiles que se transmitieron de padres a hijos o incluso a través de alianzas matrimoniales como el caso del enlace entre Ersilia Pacini y Pellegrino Puccini, que entroncó a dos de las casas comercializadoras más importantes en el litoral, Pacini & Puccini Cía29.

El censo de 1875 en Barranquilla contabilizó 23 italianos, visiblemente sobrepasados por otros colectivos de inmigrantes alemanes, cubanos, franceses, holandeses, ingleses, norteamericanos y venezolanos. Rodríguez, Manuel, Restrepo, Jorge (ed.), Los empresarios extranjeros de Barranquilla, 1820-1900, Universidad de los Andes, Bogotá, 1987 p. 20. En la segunda década del XX el numero de italianos en Barranquilla incrementó a 748, siendo superados solo por un colectivo español de 791 personas. Boletín municipal de estadística, vol. 1, n° 1, Barranquilla, 20 de noviembre de 1930, p. 14. 27 Viloria, Joaquín, Historia empresarial del guineo: Empresas y empresarios bananeros en el departamento del Magdalena, 1870-1930, Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), Cartagena, 2009, p. 6 y ss. 28 Valderrama, Cristian, Desarrollo comercial de Magangué. Las ferias comerciales, Gobernación de Bolívar, Cartagena de Indias D.T. y C., 2003, p. 58. 29 A.H.A., Escritura n° 453, F.N.P.B., abril de 1914. 26

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La compañía Pacini & Puccini, comenzó a ser visible en Barranquilla desde 1903 con la compra y venta de bienes raíces30; en 1905 empezó a despachar un número considerable de poderes generales a los agentes de la sucursal Barranquilla. En 1908 Pellegrino Puccini en carácter de administrador sería el encargado de engranar las relaciones de esa casa con bancos en Inglaterra y Francia para la financiación de importaciones, siendo el primer miembro de la compañía en trasladarse a Barranquilla en 190431, designado administrador de la sucursal de Pacini Hermanos32, brindando a Puccini la posibilidad de conocer el mercado local e integrar nuevas redes con otros comerciantes. Otro ejemplo es Antonio Celia, quien fue otro destacado comerciante de la época según muestran los registros notariales. Emigró con sus hermanos a Ciénaga a finales del XIX. En 1905 fundó en esa población una Compañía importadora de calzados y otras mercancías llamada Celia Hnos. & Cía. En 1905 se asoció con Blas Barletta33, y fundó la Fábrica Italiana de Calzado, con moderna maquinaria automatizada y producción a gran escala. Antonio Celia observó en Ciénaga la posibilidad de incrementar su capital, pero fue testigo del rápido crecimiento de Barranquilla y las posibilidades que sus infraestructuras brindaban. Celia se trasladó a la ciudad y diversificó sus inversiones34. Entre 1908 y 1910 la inversión inmobiliaria efectuada por ciudadanos italianos creció como comprobamos en las escrituras notariales de Barranquilla35, al igual que el pago de fianzas al gobierno por derechos comerciales. La emisión de poderes especiales, para representantes en diferentes poblaciones del Caribe, se hicieron más numerosas hasta la segunda mitad de 1914, asimismo la fundación de nuevas empresas. En 1910 sus empresas comenzaron a reestructurarse; especialmente en Barranquilla, Ciénaga, Cartagena y Magangué. Se dio paso a nuevos inversores y casi siempre el retiro de algún miembro obedecía a la entrada de un familiar del socio mayoritario. Ahora bien, como la gran parte de los negocios no poseía un capital social elevado, y su tiempo de funcionalidad no superaba la década en los registros notariales, la A.H.A., Escritura n° 423, F.N.P.B., junio de 1903. AH.A. Escritura n° 624, F.N.P.B., agosto de 1904. 32 A.H.A. Escritura n° 647, F.N.P.B., julio de 1908. 33 Capelli, Vittorio, «Tra emigranti, socialisti e massoni. “Il complotto di Barcellona”: Un fantomatico attentato a Mussolini, imaginato lungo le piste dell’ emigrazione italiana in Colombia e in centroamerica», DAEDALUS Quaderni di Storia e Scienze Sociali, n° 1, on line, 2007, p. 36 y ss. 34 Capelli, Vittorio, «Entre “Macondo” y Barranquilla. Los italianos en la Colombia caribeña. De finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra mundial», Memoria & Sociedad, n° 20, 2006, p. 35. 35 A.H.A., Escritura n° 718, F.N.P.B., agosto de 1908. 30 31

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liquidación del saliente se facilitaba36. En esa década el traslado de las casas italianas del mundo agrario a Barranquilla se incrementó. El otorgamiento de la categoría de Departamento al Atlántico creó condiciones políticas favorables y un mercado más atractivo. Los negocios crecieron favorecidos por la ampliación del crédito en los bancos locales. El crédito a corto plazo y el aumento vertiginoso de la población benefició la instalación de nuevas industrias, sobretodo de manufacturas y alimentos. En medio de la funcionalidad del mercado local, los italianos conocieron también periodos de estancamiento en sus actividades debido a factores externos e internos. El inicio de la Gran Guerra de 1914 por ejemplo, ocasionó que varios de los circuitos de comercio con Europa se bloquearan37. A finales de 1914 la guerra transformó sus empresas. Las fuentes trabajadas muestran una caída en la renta aduanera en virtud de la restricción a las importaciones, de las cuales las compañías italianas, en un gran número, tenían absoluta dependencia38; el déficit fiscal que afrontó Colombia en ese periodo dificultó aún cualquier tipo de actividad39. Si bien ese déficit obligó a una subida de los precios de los géneros, y de cualquier artículo que pasara por los puertos y las aduanas fluviales, los italianos no se vieron en la necesidad de aumentar los precios de sus productos. No obstante, la presión fiscal afectó las ganancias. Las casas comerciales vieron en Barranquilla la posibilidad de aliviar esos gastos por medio del ajuste de sus actividades, eliminando el pago de apoderados y representantes en el litoral, pero al mismo tiempo, limitaron el avance en el radio de sus operaciones en el interior rural. La reducción exportadora, la disminución en la demanda de café40, y la pérdida definitiva del mercado del tabaco en Hamburgo, modificó el panorama de los negocios. Durante la guerra el mercado de Barranquilla y de producción en el Caribe colombiano no se afectó considerablemente, debido a que el consumo mayoritario de lo producido era colombiano. Sin embargo la existencia de grupos que Cf. las reformas que compañías como Pacini Hermanos implementan ese año para incorporar miembros de sus familias ante la salida de socios italianos, y el aumento de su capital social. A.H.A., Escritura n° 4, F.N.P.B., enero de 1910. En la incorporación de socios a partir de lazos matrimoniales, cf.: A.H.A., Escritura n° 19, F.N.P.B., enero de 1910. 37 Vidal Ortega, Antonino, D’Amato Castillo, Guissepe, «Prósperos no…», op. cit., p. 260 y ss. 38 Robinson, James, Urrutia, Miguel (ed.), Economía colombiana…, op. cit., p. 240-393. 39 Román Romero, Raúl, Celebraciones centenarias. La construcción de una memoria nacional, Universidad de Cartagena, Cartagena, 2011, p. 43. 40 Calderón, María, Restrepo, Isabela, Colombia 1910-2010, Editorial Taurus, Bogotá, 2011, p. 135. 36

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dependían de proveedores en los territorios en disputa, como los italianos, ligó a las casas intermediarias en esta localidad con esa variante internacional, y por lo tanto al sector de negocios que se beneficiaban de la comercialización de importaciones y de créditos. A partir de 1915 las sociedades italianas padecieron la reducción del comercio. La conexión que tenían de préstamos bancarios y también de bienes manufacturados con Alemania y Francia, se rompieron. A lo anterior se sumó el desbarajuste e incremento fiscal. Al verse privados de capital que financiara sus actividades, creyeron que el mercado nacional absorbería los productos que conservaban en sus negocios, lo que no ocurrió debido al temor propagado por la duración del conflicto. El paso de ciudadanos italianos por Barranquilla se incrementó en ese periodo, y generó dentro de los círculos socioeconómicos varias reacciones, sobretodo en la prensa, la cual vio en los extranjeros instalados en la ciudad en el periodo del conflicto un problema a corto plazo: La gente que durante los primeros años de la guerra europea ha llegado al puerto, está dando mal aspecto a la urbe. Son personas desaliñadas que ponen en evidencia su pobreza. Al periodista boyacense Armando Solano no le ha gustado el feo que muchos corresponsales han comenzado a hacer a los desmadrados, a los sin patria, a los inmigrantes. Con serena solemnidad, Solano escribe con rabia escondida porque hay grupos relativamente grandes de inmigrantes italianos y sirios, cuyo aspecto exterior y cuyo estado económico no han satisfecho las tiránicas exigente de algunos. Los inmigrantes que ahora llegan en nada se parecen a los otros, a los que vinieron por 187141.

Fluctuaciones Entre 1915 y 1918 las empresas italianas sufrieron la carestía de las mercancías europeas. El atracadero de Puerto Colombia vio desacelerar la introducción de importaciones y Barranquilla acumular las pocas exportaciones en bodegas así lo indican los registros notariales42. El comercio interno de productos nacionales se mantuvo, aunque los precios sufrieron un proceso inflacionario43.

Miranda, Álvaro, «Las madamas de Barranquilla progreso y prostitución», in Castillo Mier, Ariel (comp.), Respirando el Caribe, Memorias de la Cátedra del Caribe colombiano, vol. 1, Editorial Gente Nueva, Bogotá, 2001, p. 124. 42 Cf. la compra de mercancías por parte de casas comercializadoras italianas a bancos y empresas norteamericanas en los fonos notariales de 1915 a 1918. 43 Paolo Solano de las Aguas, Sergio, Enrique Conde Calderón, Jorge, Elite empresarial y desarrollo industrial en Barranquilla 1875-1930, Ediciones Uniatlántico, Barranquilla, 1993, p. 89. 41

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Las entidades crediticias no sufrieron grandes dificultades durante la guerra europea. Dos de sus más importantes entidades, financiadas con capital extranjero, se fundaron e incrementaron capital entre 1914 y 191844. La industria de tejidos y los talleres metalmecánicos siguieron desarrollándose con máquinas a vapor importadas desde Alemania e Inglaterra. No obstante, los bancos en Europa redujeron sus sistemas de créditos, y ante la ausencia del crédito europeo, los italianos acudieron al crédito local. Los políticos colombianos mantuvieron en sus discursos que la situación de las casas comercializadoras no presentarían dificultades. Los propietarios conservaron sus mercancías sobrantes y estancaron sus ganancias sobre el capital social de sus negocios a la espera de mejores tiempos. Los comerciantes y pequeños empresarios que acudieron a bancos locales encontraron alivio en esos préstamos, ya que accedieron a nuevas mercancías y eliminaron deudas. Otros pensaron que los créditos, al igual que la entrada de mercancías en los puertos satélites de este litoral, se reactivarían durante la guerra, y que el mercado norteamericano se abriría con facilidad a las líneas de créditos y mercancías baratas. Los que decidieron conservar los sobrantes a espera de compradores pagando las deudas momentáneas con capital, vieron quebrar sus negocios. El mercado sufrió una reapertura al comercio marítimo entre 1919 y 1920, pero volvió a caer hasta la segunda mitad de 1922. El estado de casas comercializadoras como Antonio Volpe & Cía., que exportaban productos colombianos no fue indiferente a los casos de las situaciones anteriormente mencionadas (anexo n° 7). Las exportaciones de café, importante fuente de divisas de Colombia, se redujeron. Con la variante del café debido a la disminución de su consumo en Alemania e Inglaterra, en Barranquilla se empezó a especular, y en ocasiones a cubrir deudas, con granos de ese producto. La mayoría de sus compañías contrajeron deudas con las entidades financieras locales, sobre otras ya existentes con tasas de interés de 18 % anual.45 En Barranquilla algunas casas italianas servían de puente al café en el mercado internacional, pagando deudas adquiridas con granos antes de concluir la guerra. La conflagración afectó también a compañías que dependían del consumo interno de sus productos46; un ejemplo de esto fue lo sucedido a la Compañía de Licores del Atlántico, donde su Meisel Roca, Adolfo, Posada Carbó, Eduardo, Por que se disipó el dinamismo industrial de Barranquilla, Ediciones Gobernación del Atlántico. Barranquilla, 1993, p. 43. 45 El incremento fue percibido por la prensa nacional, y estuvo materializado en las quejas por falta de pago que efectuaban los propietarios de las casas comercializadoras italianas ante los notarios ante los cobros que se les realizaban. Sobre este asunto ver los argumentos en el cobro de protestas en los tomos notariales de 1918 a 1921. 46 Solano, Sergio, «Relaciones difíciles. Industria textil y cultivo del algodón en la región Caribe colombiana,1850-1930», Cuadernos de Desarrollo Rural, n° 62, p. 65. 44

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director argumentó que la guerra en Europa dificultó la producción y el consumo, y razón por la cual la Compañía no pudo cumplir con la cuantía que aportaba a las arcas del Departamento del Atlántico en impuestos47. Concluido el conflicto europeo, el capitalismo internacional esperó la reorganización del antiguo sistema económico controlado por Alemania e Inglaterra; sin embargo las condiciones económicas no volverían a ser las mismas48. El mercado de Alemania se cerró definitivamente al tabaco colombiano. Inglaterra aumentó sus impuestos arancelarios por la entrada y salida de mercancías, disminuyó los créditos al extranjero y comenzó la reconstrucción financiera cobrando a quienes no pagaron préstamos o costos de mercancías durante el conflicto. Con la reorganización de la banca se empezaron a emitir cobros. En la segunda mitad de 1919 los bancos Dugand y Crédito Mercantil Americano emitieron protestas a las notarías primera y segunda efectuadas por industrias inglesas. Una vez llegado era remitido a un banco local, el cual hacía efectivo la protesta por medio de un notario público. Las casas italianas tuvieron dificultades. La mayoría de protestas por incumplimiento de pago fueron rechazadas por los acreedores debido a la falta de liquidez en sus negocios. Los argumentos esgrimidos por las compañías fueron: el aumento de los precios de las mercancías sin previo aviso, la ausencia de fondos para cancelar deudas, la inconformidad con las mercancías recibidas, la exigencia de una ampliación de tiempo para cubrir sus deudas, el saqueo de la mercancía, la llegada de productos incompletos, entre otros49. A comienzos de 1921 era visible el malestar económico50. Un proceso de cobro a la sociedad Cassab & Cía. refleja la situación que en ese momento vivía el mercado local: Las malas ventas han provocado que las mercancías permanezcan intactas en los depósitos51… Los accionistas de otra casa comercial denominada Castro & Cía., señalaban la crítica situación A.H.A., Diario El Comercio, El asunto vital del departamento, 10 de marzo de 1915. Maynard Keynes, John, Las consecuencias económicas de la paz, Editorial Crítica, Barcelona, 2002. 49 A.H.A., Escritura 1535, Fondos de la Notaria Segunda de Barranquilla, septiembre de 1921. A.H.A., Escritura 478, Fondos de la Notaria Segunda de Barranquilla, marzo de 1921. 50 Una detallada explicación sobre el impacto en la industria de textil nacional elaboró: Santiago Montenegro, «El surgimiento de la industria textil en Colombia, 1900-1945», Antonio Ocampo, José, Montenegro, Santiago, Crisis mundial, protección e industrialización: Ensayos de economía de Colombia, CEREC, Bogotá, 1984. 51 A.H.A., Escritura 716, F.N.P.B., mayo de 1921. 47 48

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del mercado local debido a la falta de fondos52. La crisis económica de 1920 y 1921 provocó una caída de los aranceles aduaneros por efecto de la inflación y contribuyó a perjudicar a la industria manufacturera de Barranquilla53. En medio de esa coyuntura encontramos en los registros notariales los argumentos por falta de pago de Miguel Foschini, empresario que antes de la Gran Guerra obtuvo fructuosas ganancias, quien mencionó: Durante los primeros años los negocios marcharon bien, realizando la casa muy buenas utilidades; debido a la crisis que ha confrontado el mundo a la terminación de la guerra europea por la enorme baja de las mercancías, la casa Foschini ha sufrido grandes pérdidas y no está en situación de satisfacer íntegramente sus deuda54.

Algunos sectores el comercio opinaban que existía una ruptura general en la economía colombiana, y que las deudas agobiaban sus negocios, aunque confiaban en que la situación en general mejorara a corto plazo, y que por supuesto, los negocios tuvieran la oportunidad de abastecer sus almacenes y circular las mercancías importadas por los canales de comercio que habían tejido en diferentes poblaciones55.

Reactivación Un nuevo periodo de crecimiento se experimentó a partir de 1922, dando como resultado la creación de nuevas redes de negocios, en las que destacaron limitadamente los italianos. La experiencia adquirida por estos no solo contribuyó a tejer relaciones con unas modestas elites locales beneficiadas por el control del contrabando y la usura, sino que pudieron incursionar por primera vez en el sector financiero como socios accionistas. La construcción y el mercado inmobiliario fueron otras de las actividades en las que se involucraron teniendo como sostén el crecimiento demográfico y espacial de la década de 1920. La fabricación de productos de mármol, la navegación a vapor por el Magdalena, la fotografía, el cine, las industrias del calzado, la venta de frutos extraídos de los polos agrarios y de pastas fueron algunos de los nuevos renglones a explotar desde Barranquilla. Entre 1924 y 1929 los negocios que dependían de las exportaciones e importaciones encontraron estabilidad y se dio un crecimiento sin precedentes. El establecimiento de servicios públicos, la aprobación de A.H.A., Escritura 771, F.N.P.B., mayo de 1921. Solano, Sergio, «Empresarios, capitales e industrias en la región Caribe colombiana bajo el despegue del modelo agroexportador a comienzos del siglo XX», H-industri@ Revista de historia de la industria argentina y latinoamericana, n° 4, p. 11. 54 A.H.A., Escritura 1857, F.N.P.B., agosto de 1921. 55 A.H.A., Escritura 23, F.N.P.B., enero de 1921. 52 53

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normas de salubridad, los inicios de la planeación urbana y el crecimiento financiero e industrial fueron favorables para los espacios ocupados por los sectores dominantes. La posición geoestratégica de Barranquilla en el Caribe Occidental, alimentada de capital nacional y extranjero, la volvieron atractiva para la naciente aviación comercial56. En medio de un ambiente propicio, los italianos incursionaron en otras actividades empresariales. Se convirtieron en comisionistas, crearon representaciones y agencias, establecieron fábricas de harina, importaron la primera máquina filmadora en Colombia57, otorgaron crédito a negociantes locales por medio el Banco Francés e Italiano para la América del Sur58, y contribuyeron a la navegación a vapor por el río Magdalena con la naviera Vapores Paternostro. En esa década el Banco de la República aumentó los cupos para créditos a varias compañías italianas59. Las firmas Faillace, Volpe, Celia y Barletta gozaron de cuantiosos créditos. Encontramos también como beneficiarios a empresas como Vapores Paternostro, la Fábrica de Sombreros Italia, la Fábrica de sombreros de Paja Eureka de Fuscaldo Viggiano & Co., el almacén La Grande Italia de Emilio Faillace, la Zapatería Moderna de Leonardo Magnelli, entre otros establecimientos. Una de las funciones del Banco consistió en determinar un cupo máximo de crédito para las firmas comerciales, así por ejemplo, en 1926 la junta del Banco en Barranquilla fijó cupos máximos a diferentes firmas como Pacini & Puccini en 200 000 oro americano, a Antonio Volpe & Cia., en 200 000 oro, en 1929 entre los cupos más elevados en el litoral Caribe se encontraría Antonio Volpe60. En ese orden de cosas, y bien posicionados en unos modestos círculos sociales en 1920, fue lógico que el fascio hiciera también Lázaro, Julián, «Presencia extranjera en Barranquilla: el caso de los alemanes, sus actividades económicas y el final de su influencia en la urbe caribeña, 1930-1941», in Memorias Revista digital de Historia y Arqueología desde el Caribe colombiano, n° 16, p. 171. 57 Silva, Armando, Cultura Italiana En Colombia, reflexiones sobre etnias y mestizajes culturales, Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1999, p. 20. 58 El Banco Francés e Italiano poseía un depósito de 803 591 $ pesos colombianos, obteniendo el derecho de comprar y poseer acciones, fomentar, organizar y reorganizar todo género de empresas industriales y de utilidad pública, asimismo, el derecho de celebrar contratos de concesión con diversas entidades gubernamentales para la administración de diferentes clases de servicios públicos y actuar como intermediarios en la emisión de acciones, bonos, etc. En Barranquilla estuvo administrado por Spartacco Mazzanti y Mario Morín, manejando un capital de 18 400 $ pesos. Meisel Roca, Adolfo, El Banco de la República: antecedentes, evolución y estructura, Banco de la República, Bogotá, 1990. 59 Meisel, Adolfo, Posada, Eduardo, ¿Por qué se disipó el dinamismo industrial de Barranquilla?, Ediciones Gobernación del Atlántico, Barranquilla, 1993, p. 43. 60 Viloria, Joaquín, Banco de la República en Barranquilla 1923-195, Banco de la República, Barranquilla, 2000, p. 35. 56

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presencia. Pero como trabajadores alimentaron también el movimiento obrero desde el otro lado de la ideología política. El fascio Bernardo Mazzorana se fundó en Barraquilla el 10 de agosto de 1923. Contó con 120 inscritos y su consejo directivo estuvo conformado por Spartacco Mazzanti secretario administrativo, Achile di Napoli, vicecomandante de la G.I.L.E. Giuventu Italiana Littoro a’ll Estero, Carmelo Catania dedicado a la propaganda, Michele Alliegro secretario administrativo después del trabajo, Alberto Puccini y el directorio estuvo integrado por el cónsul Vicenzo Volpe, quien era uno de los comerciantes más importantes del Caribe colombiano. La participación en el fascio permitió la creación de nuevas alianzas comerciales con Italia (anexo n° 7). Al finalizar la década de los veinte se fundaron un número considerable de empresas con capital italiano acumulado en el país o traído después de finalizada la primera Gran Guerra. Instalados plenamente en las principales urbes colombianas descubrieron que el sistema financiero nacional empezó a fortificarse a partir de la misión Kemmerer61. Apartaron sus finanzas de la banca europea y se concentraron en mantener sus préstamos, en el caso de las casas comerciales más grandes y las industrias con mayor capacidad de producción, con capital colombiano. No obstante otro grupo confió el incremento de su capacidad de compra en los mercados a través de préstamos de la banca en Europa. A éstos se les unieron bancos de Estados Unidos62, y Canadá, los cuales ganaron interés por participar en el mercado colombiano. La década de 1920 permitió a las empresas italianas sostener la compra de mercancías en el exterior con financiamiento bancario a interés bajo, pero el mercado mundial permanecía aún débil y la inestabilidad socioeconómica era perceptible.

Crisis financiera Entre 1930 y 1934 las casas italianas vieron desaparecer sus cupos crediticios con el Banco de la República. En 1930, encontramos que trece empresas se vieron en la obligación de cancelar sus cupos con el Banco y en 1933 ese número de firmas se elevó a treinta y siete.63 Los registros notariales revelan la crisis de 1930 por el aumento de protestas de letras lanzadas por parte de entidades financieras. En el caso italiano, Spartacco Mazzanti gerente del Banco Francés e Italiano para América Meisel, Adolfo, Posada Carbó, Eduardo, «Bancos y banqueros de Barranquilla, 1873-1925», Boletín Cultural y Bibliográfico, n° 17, diciembre de 1989. 62 Liaquat, Ahamed, Los señores de las finanzas. Los cuatro hombres que arruinaron el mundo, Editorial Deusto, Barcelona, 2010. 63 Viloria, Joaquín, Banco de…, op. cit., p. 35 y ss. Cf. Fondos de la notaria primera entre la primera mitad de 1931 y 1934 en el Archivo Histórico del Atlántico. 61

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del Sur, expidió el mayor número de protestas desde 1930, las cuales fueron dirigidas, en su mayoría, a firmas italianas64. Estas recibieron más del 75 % de protestas de letras entre 1930 y 1934, teniendo su punto álgido después de la primera mitad de 193065. Todas emitidas con valores superiores a los 200 pesos colombianos. Entre las empresas y firmas que se les disminuyó o canceló cupos se encontraban la Fábrica de Sombreros Italia, Empresas de Vapores Paternostro, las firma Bacci & Lozano y Noguera Gnecco, entre otras. La industria de Generoso Mancini también hizo parte de la lista en 1934. Uno de los mayores afectados respecto a los créditos fue la firma de Fuscaldo Viggiano & Co., la cual perdió su crédito por haberse desvalorizado más del 50 %. La firma Puccini & Puccini también entraría en liquidación a finales 1931 y se le cobrarían las protestas de letras con cantidades elevadas por bancos como el Anglo South American Bank Ltda., The Royal Bank of Canadá, y el Banco Alemán Antioqueño. La contracción experimenta por el mercado local obligó a fusiones y alianzas entre compañías italianas, y ello reactivó la economía. En 1934 se halló un alivio en la detención total de cobros, los italianos sanearon sus empresas gracias a las medidas proteccionistas que tomó el gobierno. Incursionaron entonces en el sector industrial y financiero, lo que conllevó a la creación de redes económicas más complejas con inversores colombianos y de otras comunidades. Cuatro años fueron suficientes para modificar el periodo de prosperidad del que gozaron a partir de fines del siglo XIX hasta la década de 1920. Tiempos turbios habrían de venir para ellos, Europa ya conocía el fascismo y la situación económica mundial no era la más prospera.

Conclusiones Las relaciones del colectivo italiano en Barranquilla permanecen como objeto de debate en los espacios académicos regionales. El estudio de la colectividad permite entender el cercano alcance que sus negocios tuvieron. Especialmente por el volumen de capital invertido y las diferentes coyunturas internas o externas a las que se vio sometido el litoral caribeño de Colombia, a pesar de ser un tiempo en el que la economía doméstica vivió una continua expansión. La participación de la misma colectividad presenta ocasionalmente sesgos en los análisis historiográficos de redes clientelares que se tejieron entre negociantes de distintos territorios, campesinos, entidades que ofrecieron créditos, y casas comercializadoras de italianos. No obstante, Cf. tabla n° 2 in Vidal, Antonino, D’Amato, Guissepe, «Prósperos no…», op. cit., p. 265. 65 Ibid. 64

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en esta investigación resaltamos que el tema se encuentra abierto a nuevas preguntas que puedan ayudar a comprender el papel de los grupos de inmigrantes en caribe colombiano y, en una mayor instancia, en la expansión de las fronteras agrarias distantes de las riberas del río Magdalena, proceso abierto durante todo el siglo XIX. Algo que nos ayudaría a ser más precisos sería averiguar el número de individuos que conformó este inquieto colectivo de inmigrantes. La documentación y la precariedad de los censos conservados no nos permiten ir, por ahora, más allá de que se trató de un grupo de varios miles de personas. El uso de fuentes notariales resultó en ese punto bastante útil, pues nos permitió entender los canales de participación en los mercados provinciales donde establecieron sus negocios, y al mismo tiempo, cómo se posicionaron con el comercio de productos de la tierra y metales preciosos. Sin embargo debemos aclarar que las fuentes solo nos permiten acceder a sus prácticas económicas, distantes de cualquier dato sobre la cotidianidad de sus vidas privadas. En cuanto al radio de acción de sus empresas en el litoral norte colombiano, se circunscribió a un área cercana al río Magdalena, por lo menos hasta la primera década del siglo pasado. El traslado del interior del litoral nuevamente a la ciudad-puerto de Barranquilla obedeció a los factores antes mencionados, y por supuesto, al desarrollo de la ciudad a través de las actividades portuarias y un comercio dinámico, lo que permitió un progreso material a los grupos más emprendedores de la población. En este punto debemos sugerir que las hipótesis acerca de las colectividades de inmigrantes en el Caribe colombiano deben partir conociendo el entorno social, étnico y cultural de las poblaciones con las cuales esos grupos humanos interactuaron. Desde esa óptica, los temas serán abordados con mayor proximidad a los sucesos y situaciones que enfrentaron los distintos colectivos, y por supuesto, al desarrollo interno del mismo territorio. Destacamos que en este caso, el abordaje del tema fue realizado a partir de una visión materialista de sus actividades, lo que genera vacíos en otros espacios que pueden ser cubiertos con el uso de otro tipo de fuentes.

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Anexos

Mapa n° 1: Circuitos que se beneficiaron notoriamente del paso de mercancías por el rio Magdalena

Mapa elaborado por Antonino Vidal y Guissepe D’Amato, adaptada a esta investigación

Compañías en Ciénaga Miguel, Vicente y Eusebio D’Amato Antonio, José, Juan y otro Moscarella José (Pepe), Bernardino, Carlos y Roque Morelly Leonardo, Bernardo y Antonio Paternostre Antonio Celia y Blas Barletta

Carmelo de Marco, Antonio Russo y Roque Votto

Razón social Mercancía fina para damas y caballeros, además de prendas como de oro, también fueron dueños de varios coches de tracción animal que prestaban el servicio de transporte Venta y reparación de prendas, relojes, etc., mas tarde serian propietarios de fincas Comercio de telas finas y calzado, tenían una almacén ubicado en la calle Bolívar con carrera 11 al lado del antiguo Teatro Barcelona Venta de artículos de oro y plata para damas y caballeros, dueños de un almacén en la calle 10 carrera 14, años después viajarían a Italia en el año 30 regreso Antonio y abrió un negocio de artículos americanos, calle 8, carrera 11 Propietarios de un almacén de telas finas en la plaza del Centenario, calle 9 carrera 10, posteriormente trabajaría con ellos un italiano apellido Berti, quien una vez liquidado el negocio de Celia y Barletta se asociaría con Felipe Torres (Colombiano) formalizando una sociedad comercial y abriendo un lujoso almacén de camisas, zapatos, corbatas… Almacén de sastrería y zapatería, a los que posteriormente se les uniría Mingo y Nunciato Votto, quienes se involucrarían en una negocio llamado La Renaciente

Tabla n° 1:

Elaborada a partir del texto de Correa Díaz Granado, Ismael A., Anotaciones para una historia de Ciénaga, Magdalena, Editorial Lealon, Medellín, 1996

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Imagen n° 1: Plantación de banano en la Sierra Nevada

Imagen tomada de Arturo Bermúdez, Álbum histórico de Santa Marta, la ciudad de ayer siglos XIX y XX, Universidad del Magdalena, Santa Marta, 2002

Compañías en El Carmen Celia Hermanos & Cia.

Razón social Fábrica Italiana de Calzado. Esta fábrica produce el mejor calzado de la Costa Atlántica, haga sus pedidos a esta fábrica (en Barranquilla)

Salvador Frieri

Tienda de mercaderías, diversos servicios financieros, compra de tabaco y ganado

Antonio Gallo V.

Importadores de toda clase de tejidos, de joyas de oro y piedras preciosas, exportadores de oro en polvo, tabaco, bálsamo y pieles, tenedores de fuertes cantidades de ganado

Antonio Volpe & Cia.

Importadores y exportadores, vendedores de toda clase de mercancías tenedores de cantidades de ganado

Hnos. Matera

Negociantes de tabaco al por mayor, grandes exportadores, poseedores de bodegas en El Carmen, San Jacinto, Zambrano. Poseedores de Fábricas de elaboración de mantequilla en Zambrano, San Jacinto, Los Palmitos y Barranquilla

Nicolás Castelli

Exportador de embarques con decenas de tonelajes de tabaco para Europa desde el puerto de Barranquilla

Tabla n° 2: Compañías comercializadoras de italianos en Carmen de Bolívar a finales del siglo XIX

Tabla elaborada con el texto de Wilson Blanco, Historia de El Carmen de Bolívar y su tabaco en los Montes de María. Siglos XVIII-XX, Editorial Universitaria, Cartagena, 2010

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Imagen n° 2: Italianos en la península de la Guajira a principios del siglo XX Imagen tomada de Vladimir Daza, Guajira, Memoria visual, Banco de la República, Riohacha, 2002

Imagen n° 3: Fachada de la casa comercializadora Antonio Volpe & Cia., en Barranquilla Imagen tomada de Ermenegildo Aliprandi, Gli italiani in Colombia…, op. cit.

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Imagen n° 4: Fascio italiano Bernardo Mazzorana en Barranquilla 1923 Imagen tomada de Ermenegildo Aliprandi, Gli italiani…, op. cit.

RESUMEN / PALABRAS CLAVES Este artículo incursiona en los procesos migratorios que vivió la costa norte de Colombia en el mar Caribe, en concreto se centra en la llegada del grupo de italianos en las primeras décadas del siglo XX. A través de los registros notariales hacemos un seguimiento a como se distribuyeron por esta región y como fueron conformando sus actividades económicas, que los llevarían de ser obreros y técnicos especializados en las zonas de fronteras agrarias en expansión, a notables empresarios en los puertos más dinámicos del Caribe colombiano, articulando sus negocios del mercado nacional al internacional. Caribe colombiano, Italia, Migración, Frontera, Puerto RÉSUMÉ / MOTS-CLÉS Cet article étudie les processus migratoires qu’a connus la côte Nord de la Colombie caribéenne, s’intéressant essentiellement à l’arrivée d’un groupe d’Italiens au cours des premières décennies du XXe siècle. À travers les archives notariales, nous avons pu suivre comment ceux-ci se sont répartis dans la région et ont adapté leurs activités économiques, d’abord comme ouvriers et techniciens spécialisés dans les zones frontières agricoles en expansion, pour devenir d’importants entrepreneurs dans les ports les plus dynamiques de la Caraïbe colombienne, élargissant leurs commerces du marché national à l’international. Caraïbe colombienne, Italie, Migration, Frontière, Port ABSTRACT / KEYWORDS This article explores the migration processes experienced by the northern coast of Colombia in the Caribbean Sea, focusing specifically on the arrival of Italians in the early decades of the twentieth century. Through the notarial records preserved in the Archivo Histórico del Atlántico, we survey their spreading process across the region as well as their economic activities that would enable them to evolve from laborers and specialized technicians in expanding agricultural borders, to prominent entrepreneurs in the most dynamic ports in Colombian Caribbean, developing their business from domestic to international markets. Caribbean Colombia, Italy, Migration, Border, Port

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CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN CARAVELLE 105 Décembre 2015

CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN

Cuba, cultures contemporaines ........................................................................................... Sylvie MÉGEVAND : Présentation .......................................................................................

7 9

Les paradoxes culturels de la période spéciale ..................................................................... Luisa CAMPUZANO : La Casa de las Américas hoy (memoria personal asistida)..................... Sylvie MÉGEVAND : Opus Habana, organe du discours urbanistique de l’Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana...................................................................................................... Sylvie BOUFFARTIGUE : Le talent ne fructifie pas dans l’oisiveté : une Française dans la Révolution cubaine..................................................................................................................

17 19

53

Des voix créatives multiples ................................................................................................. Nancy MOREJÓN : Agustín Cárdenas y las formas del silencio ............................................... Sandra MONET-DESCOMBEY HERNÁNDEZ : Afro-féminisme et écriture critique à Cuba ....

63 65 71

L’exil : vers une autre transculturation ............................................................................... Michèle GUICHARNAUD-TOLLIS : Écritures, espaces et imaginaires cubains depuis l’exil ....

91 93

Mélanges ............................................................................................................................... Christine RUFINO DABAT : La Magna Carta des coupeurs de canne dans le Pernambouc (Brésil) selon les archives de la Justice du Travail (1963-1965).................................................................... Étienne SAUTHIER : Une Madeleine tropicale : la première traduction brésilienne d’À la recherche du temps perdu ...................................................................................................................... Antonino VIDAL ORTEGA, Giuseppe D’AMATO CASTILLO : Los otros, sin patria: italianos en el litoral Caribe de Colombia a comienzos del siglo XX ............................................. Orlando ARAÚJO FONTALVO : La ficcionalización del erotismo en los cuentos de Germán Espinosa

115

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Cuba, cultures contemporaines

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137 153 177

IPEAT INSTITUT PLURIDISCIPLINAIRE POUR LES ÉTUDES SUR LES AMÉRIQUES À TOULOUSE

Comptes rendus.................................................................................................................... 199 (Voir détail p. 233)

CAR 105

Prix : 27 €

-:HSMILA=\UYU[Y:

cultures contemporaines

117

Littératures ........................................................................................................................... 189 Poèmes de Nancy MOREJÓN inédits en France ...................................................................... 191

Code Sodis : F408075 ISBN : 978-2-8107-0406-4

Cuba,

2015

105 PRESSES UNIVERSITAIRES DU MIDI 2015 - ISSN 1147-6753

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