Los Monolitos del Cuauhnáhuac

August 24, 2017 | Autor: Jaime Reséndiz | Categoría: Arqueología
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Descripción

Ganador del Reconocimiento al Mérito Estatal de Investigación 2014 en la Subcategoría de Divulgación y Vinculación

Los monolitos del Cuauhnáhuac Jaime F. Reséndiz Machón

L

os tres grandes monolitos que se encuentran frente al Museo Regional Cuauhnáhuac llegaron a su actual destino hace ya treinta y cinco años. En 1980, el gobierno del Estado de Morelos suministró al personal y las maquinarias necesarias para trasladarlos a su actual ubicación, durante una remodelación del centro histórico que se llevó a cabo en esos años. Los tres monolitos eran ampliamente conocidos y se encontraban en las cercanías de su lugar del hallazgo, lo cual no resulta extraño considerando su tamaño y peso. Sin embargo el crecimiento de la ciudad, que comienza desde los años 40tas había ocasionado que se perdieran por completo los contextos donde se encontraban estos monumentos y estaban en franco peligro de desaparecer, por lo que la Arqlga. Wanda Tommasi, decide su traslado hasta su actual ubicación, en un recorrido efectuado en 1978. Dos años más tarde, es cuando se logra su traslado definitivo 1. La primera noticia que se tiene de estos tres monolitos la da el capitán Guillermo Dupaix, quien realizó la Real Expedición Anticuaria en Nueva España, entre 1805 y 1809. A su paso por Morelos, además de describir y explorar Xochicalco, realiza el dibujo y descripción de estos tres monolitos. El capitán, además de la descripción de los objetos, realizó un valioso registro gráfico de los mismos, auxiliado por un dibujante. El segundo momento en el cual estos monolitos recibieron la atención de los investigadores, fue a finales del siglo XIX e inicios del XX cuando personajes como Cecilio A. Roberto, Arq. Francisco Rodríguez, Antonio Peñafiel y Edward Seler realizan la descripción e interpretación de estos monumentos. El trabajo de estos investigadores fue tan exhaustivo, que es difícil superar lo que estos personajes dijeron. Posteriormente, se tendrá grandes trabajos de conservación, protección e investigación, como los realizados por el Arqlgo. Jorge Angulo en el ahora Museo Regional Cuauhnáhuac, donde se exponen los restos del antiguo Tecpan del señorío de Cuauhnáhuac o las labores ya mencionadas por la arqueóloga Wanda Tomassi 2 Monolito de la Lagartija ( Cuetzpallin ) Este relieve (Figura 1), representa una con más de dos metros de largo y un peso de más de tres toneladas, se encontraba originalmente, en un sembradío en las cercanías del antiguo pueblo de San Antonio Analco , actualmente San Antón. En épocas Prehispánicas esta población se encontraba fuera de los límites del asentamiento de Cuauhnáhuac, separado por una barranca y 1 Tommasa de Magrelli, Wanda. “Traslado de tres monolitos en Cuernavaca, Morelos” en Investigaciones recientes en el área Maya. VIII Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología. Tomo IV. INAH. México. Pp. 291 – 296. 1984 2 Salinas, Miguel. Historia y paisajes morelenses. Segunda Edición. México. 1981

Figura 2

correspondía al extremo Oeste de este importante señorío (Figura 2). Este alto relieve, está casi exento y representa a una lagartija de manera naturalista, como si estuviera echada sobre la piedra. Presenta un fuerte deterioro en el área de la cabeza y el lomo. Al lado izquierdo, bajo el relieve de la lagartija, se puede apreciar los restos de por lo menos tres círculos. De acuerdo con el capitan Dupaix, este monolito es: “un lagarto esculpido casi de bulto, echado sobre la cresta de un peñasco de bastante volumen. Tiene dicho cuadrúpedo tres varas de extensión y media vara de espesor en la parte más abultada de su cuerpo, y al lado izquierdo se ven cuatro círculos convexos, puestos en una línea horizontal” 3 (Figura 3) Como se puede observar en la figura 3, para ese momento la cabeza y espalda del relieve se encontraba en perfectas condiciones. Así mismo, se puede observar con claridad la serie de cuatro círculos que se encontraban bajo el costado izquierdo del reptil. La segunda noticia que se tiene, es un escrito realizado por el Sr Cecilio A. Roberto, el cual describe la mencionada piedra, aclarando que no se trata de un lagarto, sino de una gran representación de una lagartija. Asume que se trata en este caso, de uno de los signos del Xihupohualli , y describe como el Ing. Francisco Rodríguez, muy probablemente el mismo que excavó, consolidó y dio a conocer el Templo de Tepoztécatl en Tepoztlán, realizó una somera excavación en la base del monolito con el propósito de buscar más relieves en la roca. El propietario de la entonces huerta donde se encontraba el relieve, al ver los esfuerzos del Arquitecto, y conociendo su deseo de ver si había más 3 Op. cit. 318

Figura 1

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piedras labradas alrededor, le llevó a unos diez metros de distancia donde una piedra que recientemente había sido rota, tenía un relieve con el signo caña y ocho numerales, lo que podría representar el año ocho caña, día cuatro lagartija. Si esta interpretación es correcta, entonces la fecha podría hacer referencia a la consagración de Templo Mayor Por Ahuízotl en el año de 1847 según el códice Telleriano Remensis en su página 39 4 .(Figura 4) Sin embargo, hay una enorme cadena de concatenaciones en este razonamiento, que no son necesariamente ciertas. En el libro del Mtro. Miguel Salinas, se tiene una foto de este relieve, para el año de 1924 (Figura 5) 5 la escultura conservaba la cabeza . Sin embargo, para 1978, cuando la arqlga. Wanda Tomassi va a revisar esta piedra describe lo siguiente: “había sido rodada cuesta abajo del sitio original –ya que se está lotizando el lugar-, la cabeza del animal había sido completamente destruida, “la servilleta” había desaparecido, y algún saqueador había tratado, con un cincel, de desprender la figura de la roca” 6. La desaparición de “la servilleta”, hace que sea imposible corroborar o desmentir lo dicho por el Sr. Cecilio Robelo, ya que no podemos afirmar que los dos relieves, la lagartija y el glifo del año, pertenecen a un solo momento discursivo y que ambos hablan de una misma fecha. Lo más probable es que la fecha del año perteneciera a un relieve completamente diferente, si es que se trataba de un signo de año y no de día. Por último, es poco probable que los cuatro círculos que se observan en el dibujo de Dupaix y cuyos restos se conservan en la actualidad en el monolito, se traten de numerales, ya que estos suelen ser más pequeños, alineados y pueden ser agrupados en uno o dos conjuntos, mientras que estos numerales son particularmente grandes. Es posible que no se trate de una inscripción calendárica, en el sentido de que está registrando una fecha exacta, sino que sea un relieve que hace referencia a las características de este pequeño animalito dentro del Tonalpohualli o la cuenta de los destinos. “El duodécimo signo, llamado ce cuetzpalin , que quiere decir «lagartija» decían que los que nacían en este signo serían muy esforzados y nervosos, y sanos de cuerpo, y que las caídas no les empecinarían, como ni empecen a la lagartija cuando cae de alto abaxo, que ningún daño siente, sino luego se va corriendo, Estos tales serían muy grandes trabajadores, y con facilidad allegarían riquezas.” (Sahagún, 1989: 260) 4http://www.famsi.org/spanish/research/loubat/Telleriano-Remensis/ page_39r.jpg 5 (Salinas, Miguel. 1981: 310) 6 (Tomassi, Wanda. 1984: 92)

Figura 1

Si consideramos que el lugar donde se encontraba este relieve es en la cercanía de la cañada que separaba al antiguo Analco , y que aquellas se consideraban seres de gran fecundidad, de forma tal que en los códices se les pintaba con los colores azul y rojo, símbolo de las fuerzas calientes y frías que daban vida al universo. Es posible que el propósito de este relieve fuera el de asegurar la fertilidad de las cementeras de los alrededores, de tal manera, antes que ser un elemento asociado al poder de los emperadores Mexicas, se trata de una manifestación de culto agrícola. Piedra del ave rapaz Este monolito (Figura 6) fue trasladado en 1980 del interior de los terrenos de la Fábrica de Textiles Morelos, que se encontraba en la colonia Chapultepec (Figura 2). En el momento de su traslado, este monolito había sido colocado sobre un pedestal, y servía como base para un astabandera. Representa a un ave de rapiña de perfil, mostrando el costado derecho del ave, con el ala izquierda ligeramente más arriba con respecto a la derecha. Seguramente se construyó la fábrica a su alrededor, ya que este monolito también es descrito por Dupaix, de la siguiente manera: Al sudeste de la misma villa [Cuernavaca], cosa de una legua corta, hay otro peñasco, el cual servía, a lo que pinta, de límite por este rumbo a Quauhnáhuac y llaman a este paraje Quáuhtetl (aguila de piedra en idioma mejicano). Está grabada en él, y a la parte que mira al Poniente, una águila con pico, alas, cola y garras abiertas. La cabeza tiene de adorno varios círculos concéntricos al ojo, y con sus radios Esta ave la representaron algo corpulenta e ideal, pues desde la extremidad del pico hasta la de la cola mide una vara y dos pulgadas… 7(Figura 7) Si bien esta descripción es correcta, el collar de plumas que rodea el ojo del ave, no corresponde a la representación de las águilas en el código de representación del Posclásico. Por el contrario, ese tipo de adorno en el ojo, así como la pluma que sobresale al nivel de la cabeza, corresponde a la 7 (Salinas, Miguel. 1981: 321)

Figura 4

Figura 6

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domingo 1 de febrero de 2015 representación de un Tecolote, y no de un águila. El Tecolote es un animal nocturno, el ave de Tezcatlipoca en el Tonalpohualli (Figura 8), señor del viento y la noche aunque también asociada con Mictlantecúhtli, Dios de los muertos. De tal manera, es el ave asociada con los brujos y la muerte. El propio Sahagún hace referencia al como consideraban el canto del tecolote como un mal agüero. “Cuando alguno sobre su casa oía charrear a la lechuza, tomaba mal agüero. Luego sospechaba que alguno de su casa había de morir o enfermar, en especial si dos o tres veces venía a charrear allí sobre su casa. Tenía por averiguada que había de ser verdadera su sospecha. Y si por ventura en aquella casa donde venía a charrear la lechuza estaba algún enfermo, luego le pronosticaban la muerte. Decían que aquél era mensajero del Dios del Infierno, que andaba llamar a los que le mandaban. Y si júntamente con el charrear le oían que escarbaba con las uñas, el que le oía, si era hombre, luego le decía: «Está quedo bellaco oxihondido, que heciste adulterio a tu padre» y si era mujer la que oía decíale: «Vete dahí puto. ¿Has agujerado el cabello con el que tengo de beber allá en el Infierno? Ante desto no puedo ir» Decían que por esto le injuriaban desta manera, para escaparse del mal agüero que pronosticaba y para no ser obligados a cumplir su llamamiento.” 8 El Monolito con el escudo ( Chimalli ) Este monolito también fue descrito por Dupaix, y fue brillantemente analizado por Edward Seler 9 (Figura 9). El lado anverso de la piedra tiene labrado un escudo con cinco flechas y una bandera. El escudo tiene una primera circunvalación que corresponde al borde del escudo. El interior tiene cuatro semicírculos concéntricos que, al parecer, estuvieron pintados de color rojo. La otra mitad, se encuentra partida de manera asimétrica, de tal manera, que hay una sección de un octavo de circunferencia y la otra posee los tres octavos restantes. El primero tiene tallado un chalchihuitl , que significa lo precioso.El segmento mayor de esta mitad, se encuentra cubierto por pequeños círculos que probablemente representan la piel de un jaguar. Encima del escudo, sobre la línea que divide los dos cuadrantes, se ubica un numeral en forma de círculo junto a la cabeza de un animal, sin que se distinga de qué especie se trata, aunque por su contexto, muy probablemente el de un perro. En el reverso del monolito se hallan labrados dos glifos calendáricos: tres casas, yei calli , y cinco movimiento, macuilli ollín . Este monumento tiene un peso de nueve toneladas , en el momento que fue llevado al Museo Regional Cuauhnáhuac, se encontraba en la parte más baja del mercado Adolfo López Mateos (Figura 2) donde se le construyó un pedestal durante la construcción del mercado. Se sabe que fue trasladada de un punto más alto. En el libro del Sr. Salinas se puede observar una fotografía del monumento sin ninguna construcción en los alrededores para 1924 (Figura 10). Dupaix describe el lugar donde se encontraba esta piedra, de la siguiente manera: “En el paraje que llaman Chimale (Del Escudo, en lengua mejicana) a las espaldas de las casas llamadas de Hernán Cortés, se halla un peñasco solitario” En estudio que realiza Seler de este monolito, menciona que el escudo es parte de los elementos que conforman la representación de Xipe Totec, el cual está compuesto por una serie de círculos concéntricos de 8 Sahagún, Fray Bernardino de. Historia General de las Cosas de la Nueva España. Introducción, paleografía, glosario y notas: Alfredo López Austin y Josefina García Quintan. Segunda Edición. Alianza Editorial Mexicana. México. 1989. 291 9 (Salinas, Miguel. 198)

Figura 8

color rojo 10. Reconoce correctamente los dos campos restantes, el que lleva el signo de chalchíhuitl , y el que parece piel de jaguar. Sin embargo, no establece esta diferencia entre el escudo de Xipe y el que se representa en la piedra. Será el Historiador del Arte William Barnes quien proponga una explicación al escudo tripartita. Así lo lleva Xipe Totec en el códice Aubin, en la página 14 11, que corresponde a la trecena de “uno Perro” o “ Ce Itzcuincli ” (Figura 11). A través de fuentes como Tezozomoc, Seler menciona que Axayácatl, fue quien introdujo el culto a Xipe Totec en el imperio, y el primero en llevar el traje de Xipe como traje de batalla. La fecha que aparece del otro lado de la roca, el año “Tres casa” corresponde al año en que muere Moctezuma Ilhuicamina . De tal manera, para Seler se trata de un monumento realizado por Axayácatl , a consecuencia de la muerte de su antecesor, Moctezuma Xocoyótzin . De ser correcta esta interpretación, sin lugar a dudas se trata de una imposición del poder Mexica en el Señorío Tlahuica, lo que pareciera confirmado por la fecha de la muerte de Huehue Moctezuma. Sin embargo, esta explicación no da cuenta, del otro signo calendárico, el día Ce Itzcuincle, con el que empieza la trecena que está bajo la regencia de Xipe Totec y que no forma parte de la trecena donde aparece 5 movimiento. El culto a Xipe Totec es muy antiguo, ya que se tienen figurillas con su efigie desde el Preclásico, y es difícil suponer que su culto haya sido introducido en épocas tan tardías como 1468, el año que corresponde al año tres casa. De tal manera, es posible que este escudo estuviera haciendo referencia a Xipe Totec, es posible que se trate de un evento asociado a los gobernantes Tlahuicas y que corresponde al mismo año de la muerte de Moctezuma. O simplemente, como lo dijo Seler hace más de 110 años, se trata de una escultura que habla del poderío Mexica sobre el pueblo Tlahuica. Sea como sea, sin lugar a dudas el colocarlos en su actual lugar fue un hecho afortunado, que garantiza su conservación y que permitirá a los futuros morelenses contemplarlos. 10 (Op. cit. 314 – 315) 11 Barnes, William. Iconos del imperio: La Presentación Real y la Concepción del Poder en el México Azteca. Informe para FAMSI 2001. http://www.famsi. org/reports/00027/

Figura 7

Figura 9

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Figura 10

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Figura 11

Órgano de difusión de la comunidad de la Delegación INAH Morelos Consejo Editorial Eduardo Corona Martínez Israel Lazcarro Salgado Luis Miguel Morayta Mendoza Raúl Francisco González Quezada Giselle Canto Aguilar

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Coordinación editorial de este número: Giselle Canto Aguilar Formación: Joanna Morayta Konieczna El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores

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