Los modos de votar.

July 4, 2017 | Autor: Gastón Mutti | Categoría: Ciencia Politica, Elecciones
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Descripción

Los modos de votar. Experiencias comparadas en una década de elecciones rosarinas.1

Mg. V. Gastón Mutti2

Introducción: Las votaciones analizadas nos permiten dar cuenta de la variedad y complejidad de las leyes electorales de cada provincia, así como también de todas las prácticas informales que inciden en el desarrollo de los comicios. De esta manera las instituciones son no sólo una colección de estructuras formales, sino también un conjunto de relaciones informales, una red interactuante, un conjunto de normas compartidas.3 Así tanto las instituciones formales como las informales se caracterizan por una cierta estabilidad en el tiempo que permiten predecir el comportamiento futuro de las personas. Es por ello, que ponemos el acento también en aquellas reglas que, no escritas pero aceptadas socialmente, son creadas, comunicadas y puestas en práctica más allá de los canales oficialmente sancionados para instituir normas.4 Ellas generan o encapsulan expectativas y patrones de acción. De esta manera, las instituciones informales pueden ser importantes soportes de las instituciones formales, operando en sus intersticios y promoviendo que funcionen mejor. Por eso no son una “molestia”, no son una “anomalía”, sino que forman parte de la vida política de una sociedad, por ello deben ser tenidas en cuenta. Señala Marcela Ternavasio, analizando los estudios sobre los comicios en el inicio del siglo XIX, que la “…asignación de estas prácticas a la esfera de las malas costumbres fue un recurso habitual y, al mismo tiempo, el testimonio de cómo se configuró el engranaje explicativo clásico. La apelación a un modelo de referencia ideal (…) condujo a incluir en el terreno de la corrupción todas aquellas prácticas no ajustadas a dicho modelo o, como fue común en la interpretación de los casos latinoamericanos, a identificarlas como símbolo de atraso o inmadurez respecto de aquel”5. Los procesos electorales que analizamos no son pensados desde una visión teleológica que se contraste con un modelo formal normatizado, sino que se pone el acento en las distintas prácticas desarrolladas en los comicios. Para dar cuenta de esta observación en Rosario, es necesario aclarar previamente que el distrito se rige por una vieja diferenciación entre las seccionales del centro y las

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Documento presentado en el 12 Congreso Nacional de la SAAP, en el Panel MESP Cultura política. Cuestiones teóricas y análisis de casos. Coordinador: González, Juan Antonio (UNCU). 2 Por contactos [email protected] y www.gastonmutti.blogspot.com.ar y https://formasdelapolitica.wordpress.com/ 3 Peters, B. Guy, (2003), El nuevo institucionalismo. Teoría institucional en ciencia política, Gedisa, Barcelona, p. 36. 4 Stokes, Susan C., (2003), “Do Informal Institutions Make Democracy Work? Accounting for Accountability in Argentina”, mimeo, Universidad de Chicago. 5 Ternavasio, Marcela, (2002), La revolución del voto. Política y elecciones en Buenos Aires, 1810-1852, Siglo XXI, Buenos Aires, p. 17.

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seccionales de los barrios6. Esto trae como consecuencia dos formas de demarcación territorial. Las seccionales del centro tienen una división en circuitos que abarcan cantidades más pequeñas de población. Los barrios son muchos más extensos y sólo algunos están divididos en circuitos. Esta estructuración fue hecha a finales de los años cuarenta, en el momento que se producía la incorporación de la mujer al voto. La ciudad tenía entonces otra conformación socio espacial, dada por un centro poblado y una periferia con quintas y pocos habitantes. En la actualidad la configuración de la ciudad es totalmente diferente, como consecuencia de las operaciones urbanísticas realizadas a partir de la década de los años sesenta, que se tradujeron en la construcción de los barrios FONAVI, los barrios de cooperativas y la constitución de villas de emergencia. Las votaciones analizadas nos permiten dar cuenta de la variedad y complejidad de las leyes electorales de la provincia, así como también de las prácticas informales que inciden en el desarrollo de los comicios. De esta manera las instituciones son no sólo una colección de estructuras formales, sino también un conjunto de relaciones informales, esa red interactuante, un conjunto de normas compartidas. La selección de los establecimientos de votación estuvo fundada en la hipótesis de que la independencia de las redes partidarias clientelistas en la emisión del voto varía en función del nivel socioeconómico del barrio, siendo más comunes las prácticas de este tipo en las zonas más vulnerables. Si bien no podemos corroborar completamente la hipótesis para el total de los casos observados, sí podemos afirmar que en las zonas más alejadas o de menor nivel socioeconómico, las prácticas clientelares fueron registradas con mayor asiduidad y de forma directa. Para el análisis de las prácticas irregulares registradas, nos basamos en la conceptualización de clientelismo de Javier Auyero.7 Señala que el clientelismo político es un concepto que se usa para dar cuenta de las limitaciones de nuestras frágiles democracias considerándose él mismo una práctica antidemocrática. Es un fenómeno que debe ser estudiado desde los diferentes puntos de vista que tienen los “clientes”, agentes que dan apoyo político a un mediador/puntero o patrón a cambio de bienes, favores, o servicios particulares. Este puntero “media” entre un dirigente político y la gente, haciendo favores, distribuyendo bolsones o puestos de trabajo. Los mediadores tiene un “círculo íntimo” de personas a las cuales Auyero denomina los “satélites personales”. Estas personas tienen lazos de amistad o parentesco con el puntero. Quienes se relacionan de modo más esporádico, y tiene lazos más débiles con el mediador son parte del “círculo exterior”. La relación es menos frecuente y se ciñe a necesidades particulares. Son estos, los mediadores, quienes tratan constantemente de convertirse en los (únicos) canales que facilitan las transacciones y el flujo de recursos. Pasemos revista a algunas de las observaciones realizadas de las prácticas llevadas a cabo fuera de los establecimientos de votación en sucesivas elecciones en la ciudad de Rosario. 6

Agradecemos los comentarios que en su momento realizó al respecto la Lic. Silvia Robin con precisiones tanto para seleccionar las mesas a observar. 7

Auyero Javier, “Clientelismo político Repensando el tropo del clientelismo político”, disponible en Internet, http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/clientelismo%20politico.pdf.

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2005 Las elecciones estudiadas en 2005 marcaron una diferenciación muy clara entre los distintos colegios analizados en la ciudad de Rosario. Si se circunscribe a las escuelas del centro urbano encontramos que en torno a los establecimientos no se registra ningún tipo de actividad política, ni existencia de unidades básicas, comités, o cualquier otro tipo de local político habilitado. La circulación de militantes partidarios es nula y no se registra ninguna clase de actividad que atente contra las prohibiciones dictadas por la normativa electoral, lo cual persistirá durante el día. No se registra entrega de votos, ni bolsas con artículos de primera necesidad. Tampoco se registra movimiento de vehículos (taxis o remises) que pueda indicar algún indicio de transporte de personas por parte de algún partido político. Los ciudadanos llegan al lugar de votación en su gran mayoría caminando (a pesar del mal tiempo), en sus vehículos particulares o en transporte público de pasajeros. En los colegios del macrocentro las redes partidarias se mostraban más activas. Así a dos cuadras de la escuela observada había un local partidario del Socialismo abierto. En su interior había gente conversando, una computadora y afuera un pizarrón con la inscripción “Padrones definitivos” aunque no se observa gente salir con votos ni hay indicios de que pudiera haber bolsones o cajas con comida. Tampoco se ven taxis, remises o colectivos apostados. Un segundo local partidario, que es del justicialismo, estuvo cerrado durante todo el día, sin gente en su interior, aunque está identificado por afiches con la foto de sus candidatos. En los establecimientos de la periferia las redes partidarias se establecen dentro de los propios establecimientos. Es en el interior del local de votación donde se producen la mayoría de ellas. Los fiscales que están desde el comienzo hablan entre sí, sin ninguna vinculación con otras personas. Allí se conoce las formas de su reclutamiento: una persona le comenta a otra que el candidato Héctor Cavallero lo fue a buscar para que le dé una mano como fiscal, y levanta los hombros indicando que lo tuvo que hacer. También están presentes los medios de traslado de votantes que utilizan los partidos. Así se utilizan camionetas con identificaciones del segundo candidato en la lista de concejales del Frente para la Victoria; autos, que en la parte trasera tiene pegado tres afiches partidarios: dos del candidato a diputado por el Frente para la Victoria (A. Rossi) y uno del primer candidato a concejal (O. Miatello) que lleva a un grupo de votantes que le hacen señas de haberlo estado esperando para el regreso. Los propios fiscales partidarios informan de los medios de traslado, así una joven sale del establecimiento y le comenta a otra que la aguarda afuera “no, no era acá”; la otra le dice “Y…?”, a lo que responde “No, dice la mujer que hay una trafic de Peressotti que lleva”. Estos vehículos realizaron varios viajes más aunque sólo algunos de sus ocupantes, que eran de edades variadas, bajaban al colegio observado. Presumiblemente se ocupaban de varios lugares de votación a la vez. 2006:

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La elecciones del Presupuesto Participativo de la Municipalidad de Rosario en 2006 son de mucho interés ya que en ellas se implementó por primera vez un sistema de votación electrónica en la ciudad. Sin embargo, más allá de la innovación en el sistema de votación, nuevamente la ubicación de los centros de votación en los distritos municipales y la condición socioeconómica de su entorno dominaron las prácticas electorales. En el Distrito Sur, aunque en la mayoría de los casos, los electores llegan solos, a lo largo del día se observó la concurrencia de grupos de personas, coordinados por un puntero. A uno de ellos, conformado por trece personas, que aparentan ser de condición humilde, la persona que los coordinaba le dice cuales son los proyectos que tienen que votar. Un asistente que se encuentra cerca, con voz de disgusto, lo acusa de “lavarle la cabeza a la gente”. En el Distrito Sudoeste también en general la concurrencia es individual. La vestimenta de las personas que se dirigen a votar por la mañana es sport –jeans, camperas y zapatillas, lo que indicaría posiblemente que son de sectores socioeconómicos medios y medios bajos. A lo largo del día el ambiente continua tranquilo y cordial. Los votantes realizan consultas constantemente con respecto al procedimiento. Sin embargo, una de las encargadas del distrito intenta a ubicar a una de sus compañeras, que según sus palabras está “encargada de las trafic”. Funciona activamente el “aparato militante” para garantizar que “la gente” venga a votar. Esta persona recibe llamados de vecinales que reclaman transporte para las personas que esperan para ir a votar. Se la escucha responder en voz bastante alta “que esperen que los van a pasar a buscar”. Esta situación se repite con similares características también durante la tarde. En el exterior del establecimiento se observan varios transportes de los que descienden personas, y otros estacionados, que aparentemente estarían esperando a quienes están votando. También se observan dos colectivos con el cartel de una cooperativa de la zona. En el Distrito Oeste la vestimenta de los votantes es sport en general, aunque muchos llegan vestidos con ropa de trabajo. También allí los votantes llegan en grupos numerosos con niños. En el exterior del establecimiento, se destaca la llegada de colectivos que recorren la zona, trayéndolos a votar. Además se distribuyen papelitos con los números anotados de los proyectos que deben votar. En el Distrito Norte a lo largo del día la cantidad de personas se incrementa y se forman filas para votar. Aquí también, en algunos momentos, llegan varios grupos de personas a elegir los proyectos. La vestimenta y las edades son muy variadas y parece conocerse previamente, ya que saludan a varias personas y a algunos coordinadores y conversan entre ellos. Los delegados coordinadores demuestran conocer a los vecinos que vienen a votar, lo que produce un ambiente de cordialidad. En el Distrito Noroeste a lo largo de la mañana la afluencia de personas se hace mayor, hay personas esperando para pasar a elegir proyectos en las computadoras. Nuevamente algunos llegan en grupos ya que se observa que cada tanto llega un micro trayendo votantes. Los votantes que llegan temprano parecen ser clase media mayormente, Más avanzada la mañana se van haciendo más heterogéneas. Se ven militantes supervisando la actividad, organizan, ubican a la gente en colas, las hacen pasar al salón de votación. 4

En cambio en el Distrito Centro la asistencia de votantes es continua durante la mañana. Entre ellos, algunos se dirigen directamente a emitir su voto, mientras que otros deciden leer primero los proyectos. Durante la tarde se produce la concurrencia de dirigentes del Socialismo y de periodistas que se acercan a consultarles su opinión sobre este nuevo sistema de votación. Las cámaras de los canales registran lo que ocurre en el “cuarto oscuro”. 2007: En estas elecciones en las que se producirá una alternancia política en la Provincia y con el cambio del sistema electoral, las diferencias en los comportamientos entre “zonas” de la ciudad se mantienen constantes. Así, en el microcentro de la ciudad, en el local de votación observado, no se detectaron acciones de punteros políticos o manifestaciones, partidarias. Sólo a una cuadra del colegio había un local del partido socialista para consultar el patrón electoral. No se observó aparato clientelar ni entrega de votos en las inmediaciones del colegio. Tampoco traslado de votantes. Los ciudadanos llegan caminando salvo algunos que vienen en bicicleta o moto. Los que llegan de a pie lo hacen generalmente acompañados de sus familiares, hijos, esposas, maridos. Al analizar las características del lugar de votación del macro centro de la ciudad tampoco se observó, durante la jornada, ningún tipo de movimiento partidario, ni de militantes. Los locales partidarios en la zona, uno del Partido Socialista Auténtico y otro del FPV (que habían ocupado para la interna), permanecieron cerrados. Tampoco se constató el traslado de votantes en vehículos, ni entrega de votos o bolsones. Los votantes se acercaron caminando, en autos particulares que estacionaban en doble fila, motos, bicicleta, patineta o colectivo. Llegan solos o acompañados por parejas, hijos de diversas edades, nietos. Querían entrar, votar y salir. Sin embargo al estudiar las características del establecimiento de la periferia de la ciudad las prácticas electorales vuelven a ser otras. Por la mañana la circulación de militantes es escasa sin embargo el fiscal general del FPV llega en un auto el cual tiene adherido a la luneta un afiche de campaña y que utiliza para traer fiscales. Los militantes-fiscales del FPCS se comunicaban por Nextel y se movían en trafic, llevaban fiscales, recogían a otros y dejaban boletas. Además, vehículos identificados con afiches de campaña son utilizados para el traslado de votantes. Se realiza en trafic (algunas son de transportes de escolares) y pick up que en general no esperan a las votantes (si son 2 o 3), las dejan y siguen el recorrido. Luego son recogidas en la parada del colectivo que se encuentra frente a la escuela.8 8

En un establecimiento de la ciudad de Villa Constitución estudiado en esta elección, a una cuadra de la entrada a la escuela, se repartían bolsones en una oficina. Los votantes antes de sufragar eran anotados en una lista para la entrega de bolsones, que se realizaba una vez concluido el acto. Pasaban por ese lugar tomaban una bolsa y subían a un taxi y se retiraban. Además había punteros partidarios repartiendo votos. También se observó el traslado de votantes en taxis y autos particulares en pésimas condiciones que se identificaban por el número de lista. Una minoría de los electores lo hace en autos particulares, el resto llega en vehículos contratados por un partido político y también trafic y colectivos con la misma propaganda. Cada vehículo era identificado con un número de lista y el nombre del barrio a dónde se dirigía.

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2009: Una vez más, no se observó ninguna situación que indique clientelismo, como tampoco de traslado de ciudadanos a los locales de votación en el establecimiento del centro de la ciudad, como tampoco en las escuelas de los barrios con población de mayores ingresos (Alberdi y Fisherton). Sin embargo nuevamente se produjo en las mismas zonas del macro centro y la periferia la constatación de dispositivos clientelares. Entre ellos se destaca la llegada de vehículos, trafics y autos que transportaban personas y las esperaban hasta que votaran. Estos vehículos en oportunidades llevaban logos de candidatos o su número de lista Como en las elecciones anteriores ninguno de estos casos fue sancionado ni reprendido por las autoridades electorales ni por las fuerzas de seguridad. 2015: En la mayoría de los locales de votación, independientemente de la zona de la ciudad, habían tirado en el ingreso de las escuelas, la vereda o calle folletos partidarios con indicación de cómo y a quién votar. Esto viola la veda electoral, ya que se notaba que habían sido esparcidos la noche previa. En las zonas en las que se detectó en las elecciones anteriores una mayor participación de las redes clientelares se vuelve a producir. Se visualizó que muchos electores eran trasladados en autos o trafic (algunos con logos partidarios). Los traían y esperaban para llevarlos nuevamente a sus hogares. Asimismo, observamos que había colectivos con inscripciones partidarias del conurbarno bonaerense que –supuestamente- trasladaban fiscales. De hecho, hubo mesas en la que los fiscales desconocían completamente el sistema de boleta única santafesino por pertenecer a otras provincias. Anotaciones finales: Tres anotaciones nos interesan realizar y por las que hemos juntado estas experiencias. La primera se relaciona con la afirmación comúnmente realizada de que los tipos de sistemas electorales (instituciones electorales) permiten resolver los “problemas” de la participación democrática. Es un lugar común colocar a las prácticas clientelistas como uno de estos problemas. El caso santafesino es sintomático de los cambios en las reglas de juego electoral. Las elecciones de 2005 nos colocaron frente a un sistema de PASO provincial que dejaba atrás más de diez años de ley de lemas. Las de 2007 implicaron la primera vez que ese sistema se utilizó para elegir a un gobernador, momento en el cual se produjo la primera alternancia política en la Provincia desde 1983. En la década que se inicia se incluyó el sistema de boleta única como manera de resolver el correcto accedo a todas las opciones con las que cuentan los ciudadanos. Sin embargo las prácticas típicas del clientelismo electoral se registraron a lo largo de todo ese período de elección de gobernantes. Por ello los cambios en las instituciones electorales formales no llevaron a desplazar otro conjunto de instituciones electorales informales. 6

Una aclaración en este punto está en relación con el voto electrónico. Por ello sumamos a las observaciones de elecciones provinciales en la ciudad de Rosario esta otra en la cual se votaban los proyectos del presupuesto participativo por medio de urnas electrónicas. Aquí tampoco la tecnología desplazó a las prácticas del clientelismo electoral. El traslado de votantes y la indicación de qué votar fueron una constante en esa jornada. La segunda cuestión a resaltar es que en la ciudad de Rosario se confirma en todas las instancias electorales que la independencia de las redes partidarias clientelistas en la emisión del voto varía en función del nivel socioeconómico del zonas, siendo más comunes las prácticas de este tipo en los sectores más vulnerables. Por último destacar que las prácticas clientelistas son un elemento transversal al sistema político, que articula adhesiones primarias y adhesiones políticas, que se inscribe en los arreglos institucionales del poder y de clase implicados en los poderes barriales y que influye en la articulación de estos con el poder central. El clientelismo no es exterior ni circunstancial con relación al sistema político.9 Como señala Javier Auyero, “dentro de la red clientelar, no todo es cálculo, no todo es manipulación. Si bien los intercambios que allí efectivamente tienen lugar están lejos de generar derechos ciudadanos, sí edifican relaciones de ayuda mutua, lealtades y solidaridades interpersonales”.10 Así en las elecciones de 2009 sucedía que: “Un grupo de personas en la placita, diez aproximadamente, están reunidas, en su mayoría son mujeres y entran a la escuela. Se observa que una de ellas le dice a otra que sale: ‘les dije que me venga a buscar temprano, ahora no me quiero ir con ella’. Se escucha un grito:-‘Suban a la trafic’. Otra mujer acota: ‘el apoderado ya firmó. Sacan todas sus documentos’. Una de las mujeres pregunta: ‘¿a nosotras después nos vienen a buscar para ir a votar?’ Sale una de las mujeres de adentro de la escuela hablando por celular y se logra escuchar que dice: ‘Entre Alberdi y J. José Paso, ¡ok listo! Ya voy’. Va hasta un auto y se va”.

Rosario, agosto de 2015.

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Ocampo, Gloria Isabel, Poderes regionales, clientelismo y Estado, ODECOFI, 2014, Bogotá, pág. 31. Auyero Javier, Clientelismo político. Las caras ocultas, Capital Intelectual, 2004, Buenos Aires, pág. 18.

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