Los estudios culturales en México

October 11, 2017 | Autor: A. De Ganges López | Categoría: Cultural Studies
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Descripción

Los estudios culturales en México. Un recuento

Alexis de Ganges López

Introducción

Cuando Stuart Hall y su grupo de Birmingham crearon los estudios culturales, no se imaginarion, probablemente, el éxito y las repercusiones que iban a tener no sólo en el mundo anglosajón, sino también en Latinoamérica, una región a la cual todas las modas teóricas llegan con mucho retraso. Sin embargo, la semilla estaba plantada para que esta nueva manera de concebir y observar los movimientos sociales fructificara, al menos parcialmente, en algunas universidades de Colombia, Argentina, Ecuador y, por supuesto, México.
Sin embargo, era claro que los estudios culturales tenían algunas nuevas propuestas que iban a influir en Latinoamérica. Por ejemplo, una forma distinta de interpretar la ideología marxista, el legado de Antonio Gramsci y su temática de la hegemonía, la noción de resistencia y el problema de la identidad.
Pero hubo antes, en Latinoamérica, una tradición que podría definirse como adecuada, si pensamos en libros como La ciudad letrada, de Ángel Rama, El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, Caliban, de Roberto Fernández Retamar, Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento, etc. De alguna forma se había dado una constante reflexión sobre la cultura y la identidad, pero sin que hubiera un nombre específico o definitorio.
Una buena manera de internarse en los programas de posgrado en América Latina es con un artículo de Mónica Szurmurk y Robert Irwin llamado. Ellos explican cómo se han ampliado las ofertas en Latinoamérica y sugieren que estudios culturales:

"No es una disciplina sino un emprendimiento interdisciplinario que tiene una genealogía propia en América Latina que surge del ensayo del siglo XlX, se informa de los desarrollos teóricos y metodológicos de la escuela de Frankfurt y los estudios culturales británicos y se cristaliza en las diásporas latinoamericanas, principalmente en Estados Unidos, pero también en México, Venezuela y Colombia durante las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado. Los estudios culturales tienen un fuerte arraigo en prácticas intelectuales en América Latina dentro y fuera de la universidad. el dominio de la cultura en américa Latina siempre estuvo íntimamente ligado al de la política ya sea desde proyectos políticos hegemónicos o de resistencia. Los lazos entre cultura y poder se pueden trazar desde el principio de la colonización como lo muestra angel rama en su influyente estudio La ciudad letrada. Alicia Ríos ha arriesgado una definición de los Estudios Culturales Latinoamericanos centrándose en la tradición crítica latinoamericana: el ensayo de ideas. Esta tradición crítica ha mantenido siempre una relación conflictiva con las escuelas de pensamiento europeas y norteamericanas. Y sin embargo, a pesar de que entiende que los Estudios Culturales Latinoamericanos operan del mismo modo que los Cultural Studies, produciendo formas de representación desde diversas disciplinas y cuestionando los pilares de la tradición académica institucional, exige una particular genealogía para los Estudios Culturales Latinoamericanos y para ello exige un nuevo canon que reconoce "bastante personal". Para la autora, los Estudios Culturales Latinoamericanos tendrían su origen en una corriente crítica que vertebra América Latina desde finales del siglo XIX y hasta nuestros días (Bello, Martí, Ortiz, Rama, etc)".

Perdo decir "E.C. Latinoamericanos no es lo mismo que decir E.C. mexicanos, pues en este país se desarrollaron de una forma particular dadas algunas características del nacionalismo mexicano y otras discusiones sobre la raza y la identidad. Por tanto, en esta breve comunicación intentaremos dar un panorama general, sin intentar meternos demasiado a fondo. Cabe agregar que en México se hicieron estudios culturales sin llamarlos por ese nombre y sólo posteriormente se naturalizaron de esa manera.
Me comuniqué vía electrónica con Robert Irwin, autor de un interesante artículo junto con Mónica Szurmuk, Panorama de los estudios culturales en Latinoamérica, así como de El diccionario de estudios culturales; él mencionó algunos libros y artículos clave, entre los que destaca el volumen Panorama de los estudios culturales en México, de José Manuel Valenzuela Arce, el artículo de Carlos Monsiváis De cómo llegaron los estudios culturales y como a lo mejor se quedan y un ensayo de Ignacio Sánchez Prado: "Más allá del laberinto, las agendas de los estudios culturales mexicanos".
Cómo ya se señaló en el artículo de Irwin y Szurmuk, hay numerosas instituciones que ya imparten maestrías y doctorados en estudios culturales, como El Colegio de la frontera norte, en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en el ITESO de Guadalajara. Mi intento por contactar con sus organizadores fue vano, así que no pude conocer sus puntos de vista sobre el panorama de los estudios culturales en México. En último momento me enteré de que en mi estado, Chiapas, el más al sur de la república mexicana y que tiene frontera con Guatemala, ya hay una maestría en estudios culturales dentro de la Universidad Autónoma de Chiapas.

Coincidencias y disidencias

Hay, de alguna forma, una unión entre los diversos textos que tratan a los E.C. en México. En todo caso, es en el texto de Ignacio Sánchez Prado donde se da un más convincente panorama. El autor del artículo realiza un recuento general que señala diversas vías que dan su particular toque a los E.C. en México y además los distinguen del resto de Latinoamérica. Por ejemplo, en México los estudios culturales han roto con el concepto de identidad tan arraigado en dicha nación (en un tiempo en el que las ciencias sociales se plantean detalladamente el concepto de la identidad). Sánchez Prado menciona cuatro líneas a partir de las cuales se ha desarrollado esta disciplina: el positivismo liberal ejemplificado con libros como Oración cívica de Gabino Barreda, el discurso antropológico originado en el magisterio de Franz Boas, y que tuvo su mejor exponente en Manuel Gamio; la llegada del existencialismo bajo el magisterio de José Gaos y que dio frutos como Los grandes momentos del indigenismo en México; por último la literatura (El laberinto de la soledad) y el cine (Ismael Rodríguez) simbolizaron la identidad. Todo esto dio su carácter distintivo a los estudios de la cultura y por ello:

"Estudios culturales mexicanos" denomina entonces un espacio de pensamiento emergido de la compleja genealogía intelectual esbozada hasta aquí y de los espacios de crítica a sus axiomas que se han ido generando, desde los años sesenta. En términos estrictamente cronológicos, los orígenes de los estudios culturales mexicanos, en sus distintas versiones actuales, se pueden localizar de manera precisa en dos libros fundacionales: Días de guardar (1971) y Amor perdido (1977) de Carlos Monsiváis. En ambos libros, Monsiváis plantea la crónica como un espacio de reflexión que permite la articulación de voces fuera de la hegemonía discursiva del poder" (285).

Pero no fue sólo Monsivais y su intento de suplantar la idea de la cultura oficial por otra el único contribuyente. En el artículo también se nombra La jaula de la melancolía como un parteaguas para que lo que antes era materia de la crónica entrara a la academia. Sánchez Prado expone la frontera y la juventud como los dos polos principales por los cuales se mueven los estudios culturales mexicanos: la frontera y la juventud. En el primer ámbito destaca el investigador José Manuel Valenzuela Arce, del Colegio de la frontera Norte. Este autor escribió sobre los corridos y es también el autor de un libro importante sobre estudios culturales (que no pude conseguir): Los estudios culturales en México, Escribió también Jefe de jefes, corridos y narcocultura en México, El futuro ya fue: socioantropología de los jóvenes en la modernidad y Nuetros piensos. En este contexto se da también un estudio sobre las prácticas que se dan en los límites de la identidad nacional, es decir en la zona fronteriza. De esta manera, la cultura no es solamente una forma de ver el mundo, sino una identidad. Según Sánchez Prado hay tres factores que hacen de la frontera norte un semillero para los estudios culturales: el crecimiento de la migración documentada e indocumentada, la firma del tratado de Libre Comercio y el valor literario de los escritores del norte como Eduarto Antonio Parra, Élmer Mendoza o Cristina Rivera Garza.
En cuanto a la juventud, es el libro de Rossana Reguillo (investigadora del Iteso): Emergencia de las culturas juveniles (2000), el parteaguas de este interés. Estudiar la juventud permite hacer una crítica del sujeto nacional y proponer, en el marco de un cambio de identidad "postmexicano", que se da el fenómeno de "biopolítica del consumo" que es, y en este punto Prado cita a Reguillo: "la clasificación disciplinaria de los cuerpos juveniles a través del acceso y frecuentación a ciertos bienes materiales o simbólicos" (86). Hay además otro libro donde Reguillo aplica la "biopolítica del consumo" a la ciudad: La construcción simbólica de la ciudad (2005).
Monsiváis, a quien ya nombró Prado, escribe un texto que contrasta notablemente con el de Prado. En su artículo De cómo llegaron los estudios mexicanos y a lo mejor se quedan, habla de Stuart Hall y su grupo de Birmigham, pero también de diversos fenómenos que se han dado en el ámbito latinoamericano, como los talk shows.

"En la década de 1970, en medio de una represión generalizada, se acelera la difusión de las teorías marxistas. Las dictaduras no son la única expresión del autoritarismo en América Latina, y al militarismo se añaden los gobiernos que razonan y votan por los ciudadanos, como ocurre, paradigmáticamente, en el caso de México. La violencia institucional radicaliza a muchísimos académicos que apoyan fórmulas violentas o vías únicas de pensamiento. El extremo: un grupo de profesores en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, convencido de que el estudio de dos libros, El Capital,de Marx, y Materialismo y empirocriticismo, de Lenin, es todo lo que estudiantes requieren. El sectarismo domina y cientos de miles de jóvenes extraen su primera visión unificada del mundo de —por ejemplo— los manuales de Marta Harnecker".

Carlos Monsiváis hace un recuento no sólo de lo que ha ocurrido en México en los últimos años, sino en toda América Latina y, como es habitual en él, en su texto caben poetas y novelistas; música popular y rock anglosajón; sexualidad y género; medios masivos de comunicación (talk shows, telenovelas, etc). Fiel a su estilo, Monsivais hace más bien un apretado recuento general que un análisis académico.
Como vemos el acercamiento a los estudios culturales por parte de estos autores es distinto. Cada uno expone formas diferentes de verlos. Monsivais con un estilo desenfadado y ensayístico, muy libre; Prado con una visión más académica y concisa de la cuestión. Sin embargo, hay también algunos puntos de contacto, sin duda, pero la cuestión central es que Prado sugiere dos importantes libros de Monsivais como parteaguas de los estudios culturales en México. Esto sin duda es interesante, pues cabe la posibilidad de vasos comunicantes entre distintas perspectivas críticas que eventualmente llegan a conclusiones no muy distintas: En México, la disciplina creada hace muchos años en Birmighan se expande cada vez más en este gran y diverso país..

Conclusiones

No es fácil determinar el futuro de los E.C. Es decir, a pesar de las críticas de Carlos Reynoso eseguirán fructificando de diversas maneras. Algunos nuevos posgrados se abrirán, y en ese sentido destacan los esfuerzos de, por ejemplo, Georg Leidenberger, quien está intentando fortalecer algo en la Universidad Autónoma Metropolitana, Marisa Belausteguigoitia, en el Programa de Estudios de Género de la UNAM y por supuesto el infaltable Nestor García Canclini en la UAM-Iztapalapa. Como sugiere en su correo Robert Irwin:

En general, como explicamos Mónica y yo en el Diccionario, México ha sido un centro de producción intelectual en estudios culturales (García Canclini, Monsiváis, Reguillo, Valenzuela Arce, Roger Bartra, para nombrar sólo los más célebres - agrego que Jesús Martín Barbero publicó la primera edición de De los medios a las mediaciones cuando estaba trabajando temporalmente en Guadalajara). Sin embargo, la academia mexicana ha resistido el cambio y los posgrados disciplinares siguen predominando en México - a diferencia de lugares como Colombia que tienen menos tradición de posgrados y por lo tanto resultan más flexibles".

Aún queda mucho por hacer.
Bibliografía

http://www.formacion.clacso.edu.ar/file.php/57/mattelart-los_anos_de_birmingham.pdf

http://www.formacion.clacso.edu.ar/file.php/57/los_eeccs_desde_y_sobre_america_latina-clase-5.pdf

http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/view/5666/5813

Sánchez Prado, Ignacio, "Más allá del laberinto: la agenda de los estudios culturales mexicanos, en Mabel Moraña, Cultura y cambio social en América Latina, Iberoamericana-Vervuert, 2008.

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